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Los sueños en Guatemala

Por medio de este escrito, se pretende demostrar con criterios humanos, la preocupante relación
que existe entre las élites de Guatemala. La idea que se tiene por país, es aquel que está formado
por las personas que se consideran guatemaltecas. Por otro lado, están las que son guatemaltecas
pero no son vistos como tal. Como veremos más adelante, el papel que juega la educación y los
riesgos que ésta tiene en la actualidad.

El sueño de Guatemala siempre ha sido superarse en los niveles educativos, pero


lamentablemente, como también se mencionará más adelante, ha tenido gran influencia el
fenómeno de racismo. Es por eso, que el racismo es un problema que todo latinoamericano tiene.
Al decir que el latinoamericano es racista, se quiere decir que así ha crecido, en este ambiente,
que es inevitable.

Para enriquecer este escrito, me apoyaré en uno de los más destacados autores en el campo
educativo: Paulo Freire, este reconocido autor brasileño, que ha visto la pedagogía como un
compromiso con la vida, y otros autores más. No basta hablar solo de educación, sino también de
“no educación”. En este caso la falta de oportunidades que en Guatemala hay. Considerando que
el estado siempre ha querido ver un resultado positivo en las escuelas, colegios, institutos y
universidades. La pregunta acá es: ¿Qué está aportando el estado para las escuelas?

Con esta inquietud, se desea abordar un tema muy delicado, en el sentido de preocupación por
ver un país mejor. Ciertamente se quiere ver un país prospero, en el cual las personas tengan la
oportunidad de ser más conocedoras y más conscientes de la realidad. La falta de oportunidades
en Guatemala, no está lejos de ser una realidad preocupante. Las víctimas de esta discriminación,
aún no se han dado cuenta perfectamente de lo que está detrás de ellos, cómo están viviendo y
por ende, padeciendo.

Ahora bien, hasta el momento se ha dicho que es una preocupación y que tiene que ver mucho
con la discriminación, poca comunicación entre culturas educativas. El estado o gobierno, quien
supuestamente se ha preocupado por ver un país mejor, aún no se ve los resultados esperados. Se
debe tener en cuenta que, esta preocupación no se le debe atribuir solo al gobierno, si así fuese,
tal vez se estaría cometiendo un error de razonamiento frente a la realidad en la que se vive. La
educación es un derecho de todos, el estado ciertamente, debe reforzar esta necesidad que
especialmente hay en las aéreas rurales del país. Con esto no se pretende decir que en las aéreas
urbanas no haya también este tipo de problemas o necesidades, lo que acá se quiere decir es que,
en Guatemala hay colegios para ricos, colegios para quienes se ubican en la escala media y poca
escuela para los campesinos. Se puede considerar que es la misma sociedad la que condiciona a
los estudiantes ser discriminados y discriminadores. La verdad es que no hay igualdad de
oportunidades, pero si derechos que como personas se merecen: respeto, libertad y
reconocimiento.

Muchas veces se ve en las escuelas a niños sin entusiasmo, con sueño y no quieren saber nada de
lo que ahí se está tratando. Para ir por pasos, se puede mencionar una serie de problemas que este
niño tiene:

No tiene una alimentación adecuada, no duerme bien, es maltratado en el hogar, es discriminado


por los demás, en fin muchas serían las causas. Pero en realidad si se piensa o se hace esta
hipótesis, no se está llegando demasiado lejos de ser una realidad que lastima al país.
Ciertamente, Guatemala es reconocido como uno de los países más bellos del mundo, en cuanto
se habla de riqueza cultural. Por otro lado, Guatemala está siendo vista como un país ubicado en
los más altos promedios de desnutrición y baja escolarización. Esto quiere decir que, por un lado
está siendo vista con buenos ojos, sin embargo, por el otro, está siendo vista como un país que
necesita ser levantado de las miserias.

Según P, Freire (1970) “el hombre radical, comprometido con la liberación de los hombres, no
se deja prender en “círculos de seguridad” en los cuales aprisiona también la realidad. Por el
contrario, es tanto más radical cuanto más se inserta en esta realidad para, a fin conocerla mejor,
transformarla mejor”. En esta frase se comprende al hombre como alguien que ve que las cosas
no andan bien, pero con valentía enfrenta la crisis en la que vive. No se pretende decir que el
hombre esté preso de su libertad, al contrario es aquel que sale a la luz, transformando nuevos
campos para vivir.

Lo que sin duda hasta el momento ha habido en Guatemala es, miedo a salir de donde se
encuentran estancadas las familias, están viendo que son oprimidos, despreciados y si no se
exagera, estos están siendo hasta desconocidos. El ideal del país hasta el momento ha sido ver el
progreso de las familias, la superación de aquellos que empiezan un estudio. Guatemala, siempre
ha querido profesionales de calidad. No puede haber profesionales si se está dejando de lado a
aquellos que sí quieren y pueden, incluso serlo de la mejor manera.

Los que llegan al poder hoy día, son los supuestamente “profesionales”, y, es de esperar ver a
una banda de mentirosos, que nada más buscan sus propios intereses y no el bien común. ¡Si
estos que ahora están en el poder, tuvieran la buena voluntad de salir por un momento y ver las
condiciones en las que están las escuelas, en las aldeas! Se podrían dar cuenta tal vez, de que
Guatemala, en cuanto a educación se trata, es un poco retrasada.

Guatemala necesita a personas que en verdad sean líderes en el país, que tengan visión general
de lo que en el interior del país está pasando, bueno y malo. No se intenta decir que estas
personas sean un tanto intelectual, sino al contrario, sensible a la realidad. Un país donde quienes
tienen la posibilidad de hacer transformaciones con la ayuda de todos, puedan hacer que el país
que mundialmente es visto como uno de los mejores del mundo, en cuanto cultura se puede
decir, se vista de la mejor manera y luzca mejor. El sueño de los guatemaltecos es que haya una
oportunidad digna de crecimiento y desarrollo humano, que cada ciudadano tenga un voto y que
su voz sea escuchada con claridad.

Se ha venido diciendo que no solo el gobierno es responsable de la educación en el país, sino que
el deber es de todos. Si se continúa hablando de la educación, por ende se está hablando del país
en mal estado. Todo esto tiene su lógica, hay personas supuestamente graduadas, pero si se hace
un paréntesis y se pregunta ¿Quiénes son estas personas? Son las personas que tienen acceso
obviamente a una universidad de prestigio. ¿Quiénes son los que están en el poder? Son los que
tienen las posibilidades de dinero y otras.

Guatemala está como está, por las altas discriminaciones en el interior, por esta distinción de
clases sociales y culturales. Se puede considerar como un fenómeno inevitable, al cual se le
denomina “racismo”. Para los ojos de los “ladinos”, los “indígenas” son inferiores. Esto, de
ninguna manera quiere generalizar que los indígenas todos son pobres y mal acostumbrados, sino
al contrario hay personas indígenas del cual Guatemala se ha sentido orgullosa. Entonces, esto
quiere decir que, en cuanto se habla de superación académica, también los indígenas han salido
adelante, ¿quién los ayudo a salir adelante? Se puede insistir que, quien los ayudo a salir
adelante fue su esfuerzo y buena voluntad para vivir en mejores condiciones.
Según I, Otzoy (2017) “Tener éxito requiere una perseverancia tremenda, y una fuerza de
voluntad tremenda…si tienes ese tipo de energía y voluntad, trabaja duro y alcanzarás tus
metas”. Las oportunidades se dan, siempre y cuando se busquen con entusiasmo y valentía, se
requiere de mucha voluntad y sacrificio. Hay personas que han dicho sí a la primera y última
oportunidad que en Guatemala se puede dar respecto a un estudio académico, a pesar de las
dificultades de la vida, algo hay preparado para cada uno.

Ciertamente, en cada persona hay un sueño, un anhelo y una voluntad personal por ver un país
mejor. ¡Cuántos son los que no pueden por condiciones familiares, sociales y económicas!
¡Cuántos, en el momento que uno está comiendo, ellos están esperando la providencia! Los
jóvenes necesitan un trabajo para poder estudiar, si del campo se quiere hablar, ¡Cuántos trabajan
siete horas para ganar veinte o treinta quetzales! Así ganando esa poca cantidad de dinero, han
logrado terminar sus estudios básicos. La colaboración es de todos para salir adelante, con las
cargas cotidianas, los cansancios mentales y físicos, después de una jornada de trabajo, en fin, las
personas del área rural ya hasta se han acostumbrado a este modo de vida, desconociendo incluso
su propia realidad. Hasta acá se ha venido insistiendo en la buena voluntad para superar y ser
cada día mejores. Pero mucho cuidado, cuando se dice que, los jóvenes pueden salir adelante, no
solo es para llenar un requisito universitario, éstas personas que hoy están estudiando ya sea por
una beca o por su propia cuenta, que es muy difícil, el objetivo no es hacerlos ciudadanos, antes
de hacerlos personas, como decía el filósofo Rosseu. Estas oportunidades no son para todos, por
eso, quien las tiene debe valorarlas y sacar todo provecho de ella, pensando en los más débiles y
marginados por la otra parte de la sociedad.

Si se describe el papel que la familia juega en este ámbito social, se estaría dando un rol que todo
padre de familia, especialmente debe saber manejar. Los hijos desde pequeños sienten
inquietudes para el futuro. ¿Quién por experiencia no ha dicho de niño lo que quiere ser y para
qué? Esto, si se generaliza es una verdad que todos han vivido. Así como ahora se escriben estas
líneas, hay quienes que lo quisieran estar haciendo, hay quienes esperan hacerlo y también hay
quienes ya han perdido las esperanzas. La mucha alfabetización en Guatemala es la causa por la
que muchos jóvenes ahora están donde están, están como están. Los sueños no están lejos, pero
sí es posible que se vayan muy lejos y no regresen más. En los hogares rurales, es normal que un
niño después de su sexto grado, ya haya perdido la línea de su sueño, el entusiasmo por seguir en
búsqueda de ese sueño que un día empezó. Para que este niño esté así, algo ha sucedido, ¡muy
grave!

Este estudiante, lleva desde su casa un problema psicológico que está afectando gravemente su
aprendizaje, tal vez, porque en el hogar está recibiendo violencia física psicológica y emocional.
Los padres están separados, tienen preferencia y no recibe una alimentación y cuidado adecuado
a su edad, debe trabajar por la tarde y no le queda tiempo para estudiar lo suficiente. No se está
llegando lejos con decir, que éste niño debe ir a vender dulces u otro producto, en los buses
públicos, corriendo un gran riesgo. Ahora bien, ¿qué motivaciones tiene? Es normal que, este
niño no tenga ninguna motivación para la vida. Si está trabajando fuertemente para sus
hermanos, con una mamá viuda o un papá con vicios y problemas alcohólicos u otro cualquiera.

La pregunta sería: ¿Qué tiempo se da este niño para la recreación y encuentro con sus amigos?
Por eso, anteriormente se ha dicho que este problema es preocupante. No se pretende exagerar,
pero el niño o joven en estas condiciones, es un problema que debe ser solucionado. Los padres
de familia son y deberían ser los primeros educadores, enseñar a los hijos, ayudarlos a discernir
lo que es bueno y malo. Según Mattos, “los valores y ventajas que se proponer como
instrumentos de incentivación deben ser tomados de la realidad…de sus perspectivas de vida real
y presente”. El contexto de la comunidad es importante no perderlo de vista, un contexto donde
los jóvenes aprendan para la vida, no solo para salir del compromiso escolar. Los alumnos deben
estar motivados también desde el fondo del hogar, los padres son los que se deben encargar de
velar las tristezas que, por naturaleza humana al igual que el miedo, este joven va a tener.

Es una riqueza ver a los padres de familia, ayudando a sus hijos pequeños en las tareas de la
escuela, hasta se ve como un gesto de amor y bondad y ya no como un compromiso. Estos padres
deben infundir en la consciencia de su hijo, valores que a éste le ayudarán a vivir, no solo a vivir,
sino a saber vivir, humana y moralmente. Se debe ayudar a encender esa llama que, por un
momento se veía casi apagada y sin fuerza, esta llama es la motivación a ser formado como
persona activa en la sociedad. Como se dijo anteriormente, se debe dar a conocer y a ser
respetado.

Los jóvenes tienen inquietudes que deben ser fortalecidas, durante el camino de su vida. Para el
crecimiento emocional, obviamente se espera un crecimiento positivo, un desarrollo del intelecto
y una formación espiritual, si es posible. El joven es principal actor de su vida y sus decisiones,
tiene el deber en sus manos. Los sueños por ser una persona desarrollada en el ámbito social, no
ha faltado, tal es el caso de Rigoberta Menchú: una mujer que ha demostrado que nada es
imposible en la vida. Ella es considerada una de las pocas mujeres indígenas que han querido
hacer historia en Guatemala. Ha tenido en sí misma la confianza, ha sido una persona auto-eficaz
y ha creído que, las mujeres también pueden ser protagonistas en trabajos y puestos públicos.
¿Quién para lograr su objetivo no ha llevado una vida difícil? Las dificultades no faltan, así
como ellas nunca faltan, tampoco deben faltar las esperanzas. “Las problemáticas, desafíos y
crisis que rodean a la juventud invitan a reformular la construcción y la comprensión del estatus
del joven”. No es justo hablar solo de los problemas que los jóvenes enfrentan, no se puede
discutir este tema dejando en vista a la juventud considerada como un problema mismo. Es
cierto, la sociedad tiene problemas que pueden afectar a los niños que el día de mañana serán
jóvenes y a los jóvenes de hoy. Estas dificultades impiden el progreso de los jóvenes.

No se puede ver a la juventud nada más como un grupo, una población que necesita ser reparada,
sino como un grupo que no tiene oportunidades de hacer realidad sus sueños, no tiene medios
para actuar en la sociedad de forma tranquila. El joven no puede decidir de algo que no es suyo.
Para que los sueños vayan siendo realizados, los jóvenes no se deben ver como víctimas o
victimarios. Aquí no se trata de una lucha entre sí, sino al contrario una cooperación y
comunicación entre ellos mismos para decidir y actuar de una manera más optimista.

“La realidad social, objetiva que no existe por casualidad sino como el producto de la acción del
hombre, tampoco se transforma por casualidad. Si los hombres son los productores de esta
realidad y si ésta es la intervención de la praxis, se vuelve sobre ellos y la condiciona,
transformar la realidad opresora es tarea histórica es tarea de los hombres”. El joven es el sujeto
y el objeto es la realidad. En esta realidad hay opresión, problemas familiares, emocionales,
económicos y sociales como se ha venido diciendo en el trascurso del escrito. Se puede
considerar de mil formas esta problemática en Guatemala, donde los problemas tienen poca
solución. Los sueños aún están en el aire, están solo en los corazones de aquellos que han
querido superarse, mejorar su nivel educativo y por qué no también social. ¡Qué difícil es aceptar
esta injusticia en el país y en las familias que no dan la oportunidad para que los jóvenes
obtengan herramientas para crecer y ser personas más desarrolladas. ¡Qué lástima vivir esto!
Para ir concluyendo con este escrito, es importante mencionar algo que no ha sido mencionado
aún: la unión de voluntades. Cuando alguien quiere llevar a cabo un proyecto, busca ayuda de
algunas instituciones que proporcionen material o dinero. Un proyecto social para ser realizado,
necesita la colaboración de la comunidad. Ahora bien, para lograr un proyecto de vida, se
necesita voluntad y dedicación primeramente, de la persona aspirante. Los sueños deben ponerse
en camino con la ayuda de otras fuerzas cercanas: los padres de familia, maestros, ayudas del
gobierno y otras personas. Esta unión de voluntades hace de la comunidad una armonía. Los
primeros pasos del sueño están en la consciencia del aspirante.

Los problemas sociales que el país tiene en estos momentos a pesar de ser lamentables, no deben
quedarse estancados y olvidados. El reconocimiento a las familias excluidas por otras, debe
servir de consciencia cultural y económica para Guatemala. En esas familias hay frutos que no
pueden ser cosechados, por la misma falta de consciencia y el no reconocimiento de las
inquietudes y sueños de los jóvenes y niños, especialmente. Si la alfabetización es un factor en
crecimiento, en una sociedad marginada, puede ser difícil que ese sueño que ha llevado, no
pueda hacerse realidad. Las aspiraciones son muchas, los medios para poner en camino este
anhelo son demasiados cortos para llegar lejos.

Guatemala se debe sentir orgullosa por su historia, no por los grandes genocidios en los pueblos
indígenas, especialmente, del incendio provocado en el “hogar seguro Virgen de la Asunción”,
que son muertes inolvidables. Guatemala por el contrario al genocidio y el incendio, debe
sentirse orgullosa porque a pesar de estos acontecimientos ha podido salir adelante, pero no ha
dejado el luto histórico. Estas niñas que murieron tenían aspiraciones, sueños, anhelos o como se
quiera llamar. ¿Dónde quedaron estas inquietudes? ¿No fue causa de la pobreza, que estas
inocentes buscaran ayuda, atención y refugio en este “hogar seguro”? indudablemente.

Por eso, la invitación a no desmayar en la vida. Cuando un sueño se quiere hacer realidad, se
debe buscar camino de mil maneras. No estar esperando a que el gobierno sea el de todo.
¡Ánimo!

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