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LA TEORÍA DEL APEGO Y LA CONSTRUCCIÓN DEL SELF

Cristina Piauhy *
"Mamá, me veo en sus ojos".
Isis
Para una construcción del Self sano es necesario que el niño pueda haber vivido
en el contacto con el otro, una base segura a partir de la cual el individuo pueda
explorar el mundo y experimentar otras relaciones. Winnicott afirma que "el primer
espejo de la criatura humana es el rostro de la madre, sobre todo su mirada. Al
mirar en el espejo de la cara materna, el bebé se ve a sí mismo. Cuando miro, soy
visto, luego existo. Puedo ahora permitirme mirar y ver ".
Según Lowen (1997), los niños, especialmente los bebés, necesitan amor
incondicional para que puedan crecer como adultos sanos. En realidad su propia
supervivencia depende de un vínculo amoroso con un adulto.
La teoría del apego dice: El individuo no existe, sólo existe en el sistema
relacional, interpersonal.
En la definición de Mary Ainsworth, Apego se refiere a un vínculo afectivo,
donde existe la necesidad de la presencia del otro, y un acrecimiento en la
sensación de seguridad de éste.
(1996) hace una diferencia entre apego y vínculo afectivo. El sentimiento del
bebé en relación a sus padres es un apego, en la medida en que siente en los
padres la base segura para explorar y conocer el mundo a su alrededor. El
sentimiento de los padres en relación al hijo es descrito como vínculo afectivo, ya
que los padres no experimentan un aumento en su sentido de seguridad en la
presencia del hijo y tampoco el hijo tiene para los padres la característica de base
segura. El apego seguro vivido en la primera infancia influye en las relaciones del
individuo con la sociedad.
John Bowlby concluyó, en los estudios que hizo sobre el vínculo entre madre e
hijo, que esa conexión era parte de un sistema de comportamiento que servía a la
protección de la especie, ya que los bebés humanos son indefensos e incapaces
de sobrevivir solos por un largo período de tiempo tiempo. De este modo, el apego
de los bebés a sus madres o cuidadores es lo que posibilitar la supervivencia de la
especie.
A partir de la primera relación, según Bowlby, se establece en el individuo un
modo de funcionamiento, Modelo Funcional Interno. El niño que tiene en su
experiencia un modelo seguro de apego va a desarrollar expectativas positivas en
relación al mundo, creyendo en la posibilidad de satisfacción de sus
necesidades. Una otra con un modelo menos seguro, podrá desarrollar en relación
al mundo expectativas menos positivas.
La interacción madre-hijo iniciada durante la gestación, está impregnada por
emociones intensas vividas por la madre. El nacimiento del bebé inaugura una
nueva etapa en esa relación, ahora ya no es el hijo idealizado o la imagen
fantasmática, sino el bebé real que allí está. Es el inicio de la formación de un
vínculo entre dos personas con las características propias de cada una.
En las primeras fases del desarrollo emocional del bebé humano, un papel vital
es desempeñado por el medio ambiente, que, de hecho, el bebé aún no se separó
de sí mismo. Gradativamente, la separación entre el yo y el no-yo se efectúa, y el
ritmo de ella varía de acuerdo con el bebé y con el medio ambiente (Winnicott,
1971).
En la medida en que el niño crece gana autonomía con la sofisticación del
sistema de locomoción, el desarrollo del habla y el control de los esfínteres. Inicia
su proceso de socialización con la entrada en la pre escolar ampliando sus
posibilidades de nuevos vínculos afectivos.
LA CONSTRUCCIÓN DEL SELF
Según Guy Tonella, analista bioenergético, el Self necesita dos años
aproximadamente para construir sus conexiones, para integrarse. Después de dos
años se desarrolla el EGO como prolongación del SELF.
El bebé al ser gestado en el vientre materno tiene experiencias que,
probablemente, se integrarán en la manera como él experimentará sus vivencias
en y con el espacio (Safra, 2005).
La seguridad representada inicialmente por la madre es sustituida por una
sensación de seguridad en el propio self y en el propio cuerpo. Pero la seguridad
en el Self sólo se desarrolla en el grado que el niño se siente seguro en su vínculo
con la madre (Lowen-1997).
Alexander Lowen, creador del Análisis Bioenergético, cree que el bebé nace
con un Self que es un fenómeno biológico, no psicológico. El ego, en cambio, es
una organización mental que se desarrolla a medida que el niño crece. El sentido
de Self o la conciencia del Self nace cuando el ego pasa a estar definido a través
de la autoconciencia, de la autoexpresión y del autocontrol. El Self, por lo tanto,
puede ser definido como un aspecto sensible del cuerpo.
Inicialmente la organización del Self deriva del registro que se establece en el
encuentro del cuerpo del bebé con el cuerpo materno. Las experiencias se
organizan en formas sensoriales: de sonidos, de calor, de tacto, de ritmos y de
motilidad, entre otras.Estos innumerables registros son fenómenos en los que la
presencia de la madre es el Self del niño. Esta diversidad de sensaciones capacita
al niño a tener un cuerpo, no un cuerpo, sino que se convierte en un cuerpo
humano. El niño necesita una madre devota. La madre devota es aquella que no
pierde de vista el ser de su hijo. Para que una mujer pueda dar las condiciones
para que su bebé sea humano, es necesario que ella misma tenga el amparo
necesario para realizar sus funciones maternas. El ambiente proveedor es todo lo
que rodea al bebé: su madre, su familia, su país, su mundo. La madre afligida, a
pesar de poseer una conexión bastante intensa con su bebé, acaba por coserlo, en
el intento de aplacar su propia ansiedad y aflicción. El niño gana unidad corporal
por medio de y en la presencia del otro, surgiendo paulatinamente un cuerpo
psíquico (SAFRA, 2005).
El uno mismo no se puede construir sin los vínculos. Y estos vínculos
interpersonal no son debidos a uno u otro de los protagonistas, sino a la
interactividad de ellos y al mutuo apego que existe entre ellos. Esto se aplica al
vínculo madre-bebé y al vínculo terapeuta-cliente, cuando el cliente aún esta
buscando su sentido de existencia en la propia subjetividad, según Guy Tonella.
Las actuales investigaciones traen dos poderosas ideas:
 Las actividades propias del niño, y sus capacidades de aprendizaje están
profundamente ligadas al placer que el niño de ellas disfruta, así como
el placer que los padres sienten junto con ella.
 Este placer experimentado por el niño posibilita una reserva
narcisista. Tres núcleos que son fundamentales para el desarrollo del
Self emergen de ahí:
1. Núcleo de seguridad del uno mismo (estudio de Mary Ainsworth):
requiere tres criterios para ser establecido:
 Una madre que no se une al bebé de forma ansiosa
 Una madre receptiva a las señales
 Una madre que responde de manera adecuada
2. Núcleo de auto-confianza que supone:
 Una madre que permita que el bebé la use cuando está
buscando un significado para reproducir algo que ha
descubierto, para que tenga éxito.
 Un par madre-bebé en el que las mismas causas reproducen
las mismas consecuencias, de modo que las características
de constancia y permanencia organizan las relaciones de
intercambio.Esto permite al bebé a construir "un modelo
operativo interno" (MOI) (Bowlby, 1969) o sea una referencia
interna que permite la reproducción confiable de su patrón de
acción.
3. Núcleo de autoestima:
 La confirmación hecha por la madre, de que esta referencia
interna adquirida por el bebé es eficiente, fundamenta el
núcleo de la autoestima.
Cuando la cadena integrativa (núcleo de auto-seguridad-núcleo de auto-confianza)
se rompe, pone en peligro los fundamentos básicos del Self y crea las "heridas
narcísicas".
Una vez anclados en esta reserva narcísica primaria basada en auto-seguridad,
auto-confianza y autoestima, los cuatro continuos de integración del Self pueden
emerger y progresivamente se van organizando.
Según Guy Tonella, ellos correspone a los cuatro niveles de integración estudiados
en el análisis bioenergético.
Continuuns Integración: El Sí mismo está construido a partir de cuatro continuuns
sucesivas, cada una tiene sus propias funciones, y cada uno desarrolla su propio
tipo de vínculo con el medio ambiente interpersonal:
1. La continuidad de la vitalidad y los lazos existenciales - se ocupa
principalmente de la energía y la función de pulsación descrito
por Reich. Este nivel moviliza el corazón de la persona en su
regulación fisiológica básica, que proporciona las sensaciones
más íntimas, aunque primarias, de estar viva. Esta área
integradora de la vitalidad es la que regula la vida del bebé al
nacer, considerando que durante todo el período en que esta
vida dura, sigue siendo la base de la sensación de vida a través
de múltiples experiencias de estructuración, de conflictos o
experiencias traumáticas. Los afectos de vitalidad son
experiencias de despertar, de activación, o de modificación
dinámica del estado corporal, de formación de impulsos y de
preparación para patrones de acción. Ellos no se perciben como
emoción. El vínculo existencial madre-bebé está basado en los
procesos de activación del bebé por la madre y
viceversa. Aunque este vínculo existencial es, sin duda, creado
durante el período prenatal, sólo se expresa a partir del
nacimiento por medio de intercambio entre madre e hijo. La
madre que es constante en el ritmo de la estimulación del bebé,
sea por el tacto, el gesto, la voz, etc. permite que el niño
reproduzca con el paso de los días, la experiencia similar de
estimulación, y la experiencia similar de los sentimientos de
vitalidad. Los patrones de estimulación se organizan y se
estabilizan. Estos padres son, por un lado, creadores de
organización para el niño y, por otro lado, son creadores de
vínculos existenciales de los cuales emergen, y para los cuales
pasan a existir. Cuando el bebé no puede desarrollar su
sentimiento de existencia, sobre la base de un nivel de afectos
de vitalidad, en su bi-polaridad sentimientos de activación /
sentimientos de relajación. Este es el origen de la personalidad
esquizoide. Si este proceso integrador de vitalidad y el vinculo
existencial están bien formados, los afectos de vitalidad
fortalecen las conexiones sensorio-motoras que van emergiendo,
reflejo que entonces es espontáneo. Conduzcan a sensaciones
precisas ya la percepción del propio cuerpo. Contribuyen a la
aparición del propio cuerpo, o mejor, "cuerpo subjetivo" que es el
cuerpo como primera organización subjetiva del Self.
2. Continuo de cuerpo subjetivo y relación interpersonal - aparece
alrededor de la 2 a 3 meses de edad, organizado por el
desarrollo de la función motora voluntaria. Antes de los 2 o 3
meses el tono muscular es útil para los reflejos
motores. Después progresivamente, se vuelve útil para el control
voluntario de la musculatura. El período entre el sexto y el
duodécimo mes es cuando ocurre la síntesis tónica. La
distribución tónica en todo el organismo, de la cabeza a los pies,
se completa a los 2 años, y constituye entonces un "sobre
tónico", de ella proviene la sensación de una delimitación del
Self, lo que llamamos muchas veces en análisis bioenergético de
límite o frontera del uno mismo. Organización de la estructura
espacio-temporal. El tono muscular y sus adaptaciones
permanentes asumen la función de mantener una cohesión
básica del Self y garantizan la sensación de vivir como una
continuidad de un Self emergente organizado. Las sensaciones y
movimientos se van organizando en conexiones sensorio-
motoras. La afectividad está ligada a estas invariantes sensorio-
motoras y participa de la construcción de "patrones de acción del
Self", es decir, de los patrones personalizados. La construcción
del cuerpo subjetivo tanto para el bebé como para el adulto exige
la presencia de un tercer regulador, fuera del Self. El terapeuta
actúa como un regulador de la estimulación del paciente, o del
proceso energético.
3. Continuo de la afectividad y el vínculo intersubjetivo - La fuerte y
claro sentido de quién es la persona, o la construcción o el
fortalecimiento del sentido de identidad subjetiva, nacida de la
relación interpersonal, y más precisamente el intercambio
afectivo. El terapeuta es agente de la integración afectiva. A
partir de 6 meses, el niño requiere intercambios afectivos. Así
surge un nuevo continuum integrador: la expresión emocional se
está firmando intencionalmente.A partir del 12º mes, el niño
utiliza el sentido emocional de esta relación para percibir su
mundo interior y el mundo exterior. Este es el comienzo de la
diferenciación y de una dialéctica cuerpo-emociones-
pensamientos. La maduración genital a los 3 años de edad
reconoce ese universo existencial y lo metaboliza en torno al
interés genital, deseo y fantasía. La construcción progresiva del
vínculo intersubjetivo, según Daniel Stern, está subordinada por
la sintonía afectiva madre-hijo. Ex: compartir afectivo imposible -
madre depresiva, sintonía selectiva - uno de los genitores intenta
moldear las experiencias afectivas del niño dentro de las
necesidades parental. Mala sintonía y regulaciones inadecuadas
- intentos implícitos de modificar el comportamiento del bebé. La
falta de sintonía del terapeuta mantiene erguidas las defensas
del paciente, redobla las heridas narcísicas e impide al Self de
desarrollarse y de construirse.
4. Continuo de enlace verbal y discursiva - al hablar, se centra en los
estados subjetivos, que el objetivo a través del lenguaje, y
compartir.Comienza a emerger cuando el bebé llega a los 15
meses. Las experiencias de cuerpo subjetivo y las experiencias
emocionales subjetivas sólo pueden ser comprendidas
parcialmente por medio del lenguaje verbal, que es un proceso
de objetivación.
Según Winnicott, la relación entre el niño o la niña y sus propias
organizaciones psíquicas internas se modifican de acuerdo con las expectativas
presentadas por el padre y la madre y por aquellos que se volvieron importantes
en la vida externa del individuo. Son los de Elf y la vida de Sí mismo, que solo tienen
sentido de la acción o viven de la persona 's punto de vista que se crió allí y sigue
creciendo, la dependencia e inmadurez por la independencia y la capacidad de
identificar con objetos amorosos maduros. Un total de Auto - implica una distinción
entre lo propio y no propio en un cada vez más integrado, para ofrecer una imagen
unificada de sí mismo y el mundo exterior. Esto ocurre a partir de un "ambiente
suficientemente bueno" que posibilite el desarrollo de las potencialidades de un
self rudimentario que ya existe desde el nacimiento, aunque de forma
extremadamente frágil. En los casos en que falla la función materna de integrar las
sensaciones corporales del bebé, los estímulos ambientales y el despertar de sus
capacidades motoras, el niño siente su continuidad existencial (ser) amenazada y
busca sustituir la protección que le falta por otra, "fabricada " por ella.
Inicialmente el niño necesita idear a la madre o al cuidador (a), que ejerce la
función de atender a la necesidad fundamental del bebé de sentirse amparado y
seguro. Pero como humanos la madre o el cuidador (a) fallan en la atención a
alguna necesidad básica. Si estas fallas ocurren de acuerdo con la capacidad
maduracional del aparato psíquico se llamarán "fallas ideales". Son fallas que
contribuyeron a la maduración psíquica del bebé, transformando la función antes
ejercida por la madre o cuidador (a) en una estructura propia capaz de asistir a sí
mismo.
Cuando existen fallas traumáticas, posibilitando una desidealización
abrupta, el Self no puede ir estructurándose gradualmente, el aparato psíquico en
vez de desidealizar a la madre o cuidador (a) que falló abruptamente, lo mantiene
internalizado de forma idealizada. La desidealización abrupta promovería la
internalización de un objeto idealizado, reprimido al inconsciente, contribuyendo a
la formación de un superyó rígido y punitivo.
Es entre el yo y el no-yo que surgirá la noción de un espacio que no sea
sólo presencia, sino ausencia - vacío. Si hay experiencias satisfactorias en las
etapas anteriores, el niño podrá disponer de un repertorio imaginativo, compuesto
por las formas sensoriales que le dieron sentidos de Self. Es ese repertorio que
podrá ser utilizado por el individuo para habitar, imaginativamente, el espacio vacío
existente entre él y la madre. En ese momento del desarrollo aparece un conflicto,
el niño oscila entre la búsqueda del cuerpo materno y la curiosidad en relación al
mundo. Esto fascina y aterroriza al mismo tiempo. El niño experimenta en ese
momento maduracional el alejarse y acercarse a la madre, como un entrenamiento
para su individualización. El niño de posesión de un cuerpo que fue significado por
la presencia del otro, el niño dispone de vida imaginativa, que le posibilita ocupar el
vacío de la ausencia del otro con su capacidad de soñar (SAFRA).
Lowen describe a la persona que carece de un sentido seguro de Self como
alguien que se aferra a la propia imagen idealizada, grandiosa. Esta grandiosidad
puede ser negativa, es decir, grandiosamente mala o denegada. Como pierde el
sentido del propio cuerpo, pierde el sentido de quien realmente es.
REFERENCIAS:
GANDRA, MI S. y Farías, MA - La importancia del apego en el proceso de desarrollo
-disponible en:
http://www.brazilpednews.org.br/dec2000/bnp0026.htm acceso en: 26/03/09
LOWEN, A. narcisismo. La verdadera abnegación. 1983 S Paulo, Cultrix.
LOWEN, A. Alegría: entrega en el cuerpo y la vida. (1997), San Pablo, Summus.
CULTIVOS, G - La cara estética del Ser - Sao Paulo, 2005 Ed Ideas y Letras
TONELLA G. - análisis bioenergético, Vol II, No. 2, 2000, P.25-43
WEIGAND, O. - sí mismo del edificio saludable - la adicción a la teoría en diálogo con
otros enfoques - disponible en: http://www.ligare.psc.br/ Acceso: 26/03/09
Winnicott, D W. - El juego y la realidad. R, Imago, 1971.
* Cristina Piauhy: Psicóloga, Analista Bioenergética, miembro del Instituto
Internacional de Análisis Bioenergético (IIBA), Directora de Comunicación de la
Federación Latinoamericana de Análisis Bioenergético (FLAAB), Entrenadora
Local y supervisora de la Sociedad de Análisis Bioenergética de Bahía (SABBA),
Especialista en Psicología Clínica , Arteterapia, y en Terapia Sistémica de
matrimonio y de familia.
e-mail: cpiauhy@terra.com.br

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