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II

Seminario Atlántico
de PENSAMIENTO

Exceso y escasez
en la era global
La nueva complejidad de
la política, la economía, el
sujeto, la ciudad y el arte
EDITA
Obra Social de la Caja de Canarias

DIRECCIÓN
Antonio G. González. Seminario Atlántico de Pensamiento

TEXTOS
© cada autor
FOTOGRAFÍAS
© cada autor
PROYECTO GRÁFICO Y REALIZACIÓN

Depósito Legal: GC 1325 – 2008


I.S.B.N.: 9788487832772

El Seminario Atlántico de Pensamiento quiere expresar su agradecimiento a un


conjunto de artistas que han colaborado con este libro a través de la reproducción de
unas obras que, no en vano, han sido elegidas en tanto que en sí mismas constituyen
discursos visuales sobre el exceso y la escasez en la era global. Se trata de Avelino
Sala, Chus García-Fraile, el colectivo Democracia, PSJM, Ubay Murillo, MK Kähne ,
Andrei Loginov, Eugenio Merino, Gabriel Ortuño, Carlos Arocha y Pepe Medina.
Prólogo
Pensar el mundo 6-13

Introducción
Una tensión inédita 14-17

Ignacio Ramonet, periodista y semiólogo


Qué soluciones para un mundo desigual
(entrevista) 18-47

Joan Busquets, arquitecto y urbanista


La ciudad del siglo XXI. Su diseño y sus formas de gestión 48-75

Ramón Tamames, economista


En torno a las siete vidas del gato. El estado del capitalismo global
(entrevista) 76-103

Miguel Cereceda, crítico de arte


Follar, follar, follar y morir
(la economía libidinal de Georges Bataille) 104-131

Manuel Delgado, antropólogo


El miedo al gueto
(o porqué se procura evitar la concentración excesiva de pobres en la ciudad) 132-153

Mercedes de Francisco, psicoanalista


Resistir a la evaluación 154-167

Juan Ramírez Guedes, arquitecto


Las nuevas condiciones del paisaje en la ciudad
contemporánea: Intersticio y red 168-183

Fernando Estévez, antropólogo


Guardarlo todo, recordar nada
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital 184-203

Olga Correas, psicoanalista


Elogio de la falta 204-221

Pablo San José (PSJM), artista


Exceso de escasez 222-245

Sonia Mauricio, jurista


El lujo en la estética de la globalización 246-267

Ignacio Castro, filósofo y crítico de arte


Silencio y multitud
(el cambio climático en el sujeto del consumo) 268-290
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Pensar el mundo

Prólogo
II Seminario Atlántico de Pensamiento 08 Pensar el mundo
Prólogo

El DAX, índice bursátil alemán. FOTO: KAI PFAFFENBACH (REUTERS)


II Seminario Atlántico de Pensamiento 09 Pensar el mundo
Prólogo

Dentro de unos meses se cumplirán veinte años de la caída del Muro de Berlín. Dos dé-
cadas, pues, lleva la gran aceleración de la globalización planteada en los términos ac-
tuales. Y esta celebración o conmemoración, como se quiera, es patente que coincide con
una crisis económica global de una enorme dimensión en la que nos hallamos plenamente
inmersos. Pero, más allá de lo que ahora es inmediato y urgente, si para algo debe de ser-
vir esta situación es para hacer una gran reflexión, para pensar el mundo, los desafíos in-
mensos a los que se enfrenta el Planeta y el modo de abordar una complejidad crecien-
te que, sin embargo, ha de convertirse en motor de inventiva y sensibilidad social.

La globalización neoliberal es un fenómeno relativamente reciente, que se ha des-


arrollado de manera paulatina desde los años cincuenta del pasado siglo. Se trata, como
se sabe, de un proceso de intensificación de las relaciones transfronterizas en diversos
ámbitos como la economía, la política, la cultura o las relaciones sociales. Pero hasta el
momento se ha desplegado como un proceso fundamentalmente económico que con-
siste en la creciente integración de las distintas economías nacionales en un único mer-
cado capitalista mundial.

De ahí que haya sido impulsada por las diferentes corrientes neoliberales encarnadas en
los organismos internacionales (la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial). Y, a su vez, esté siendo cuestionada y hasta rechazada por
los grupos autodenominados globofóbicos o antiglobalización pero también, en otros ca-
sos, alterglobalización (reivindicantes de una globalización más justa), para los que es por
completo insuficiente que la dimensión política de la globalización se circunscriba a una re-
ducción de la intervención discrecional y permanente de los entes políticos y, en particular,
de los Estados en el funcionamiento de la economía.

Y, bueno, ciertamente la primera consecuencia de la globalización es la deslocalización,


que ha permitido el traslado de empresas a otros países, por lo general hacia aquellas zo-
nas del mundo donde las materias primas, la mano de obra, la energía, los impuestos y los
costes de producción son más baratos, siendo cada vez menos importante la proximidad a
los mercados de consumo. En este escenario, las empresas multinacionales adoptan un pro-
tagonismo en la economía mundial en ocasiones superior al de los gobiernos y los estados,
aún cuando éstos y, en particular, las instituciones supranacionales y los bancos centrales,
tiene pleno margen y todavía pueden regular la actividad empresarial para evitar los efec-
tos perversos sobre la competencia y la mano de obra.

Sea como fuere, la importancia de la globalización en el desarrollo económico europeo,


por ejemplo, es tal que la propia Comisión Europea le imputa el veinte por ciento del incre-
mento del nivel de vida observado en Europa en los últimos cincuenta años. De la misma
manera sin ella no puede entenderse el despegue de los llamados países emergentes –Chi-
na, India, Brasil, Turquía, Méjico, Sudáfrica…-. Y desde luego sería impensable si quiera abri-
gar la posibilidad de lo que hoy ya parece un hecho aceptado, que después de cinco siglos
Oriente puede tomar el relevo de Occidente en los liderazgos de la economía mundial.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 010 Pensar el mundo
Prólogo

También ha impulsado los desplazamientos de personas sobre todo por vacaciones,


de forma tal que la Organización Mundial del Turismo estima que los más de ochocientos
millones de turistas se duplicarán en dos décadas. Ello contrasta vivamente con el he-
cho de que sólo doscientos millones de personas, el tres por ciento de la población mun-
dial, viva fuera del país de origen. Aún así, está teniendo lugar un mayor intercambio
cultural y, como consecuencia, unos hábitos de vida y consumo comunes.

Claro que, en el otro lado de la balanza, se cuestiona seriamente su capacidad para re-
ducir los niveles de pobreza en el mundo y las desigualdades sociales. Y, en efecto, la asi-
metría de la globalización se muestra de forma patente toda vez que no tiene las mis-
mas consecuencias para todos los países y para el interior de los propios países implica-
dos. Es un hecho que la mayoría de los tratados internacionales de libre comercio firmados
no incluye cláusulas sociales que respeten la equidad de género, la libertad laboral, los
derechos ciudadanos de los emigrantes, la infancia y el medio ambiente. Y, por otra par-
te, éstos han destruido la seguridad alimentaria de muchos países pobres al introducir
importaciones de alimentos que antes se cosechaban en huertos familiares. Además, apa-
recen graves problemas ambientales como el cambio climático, vinculado al excesivo cre-
cimiento económico bajo patrones de no respeto a las leyes naturales.

Es por todo ello que algunos expertos predicen que el modelo actual de globalización con-
ducirá a una sociedad veinte/ochenta, en la que una quinta parte de la población mundial
viviría en la opulencia, mientras que el resto, que en su mayoría se localizaría, como es pre-
visible, en los países menos adelantados, tendría importantes dificultades para sobrevivir.
Esto último obviamente impugna, por lo demás, lo que la propia comunidad internacional
tiene como pauta a través de Naciones Unidas: el desarrollo global debe estar al servicio de
todos los seres humanos y, por lo tanto, no se puede marginar o negar el acceso a sus be-
neficios a la mayoría de la población mundial.

No obstante, y al margen de la valoración tanto de sus potencialidades como dispo-


sitivo del desarrollo como de sus actuales consecuencias, lo cierto es que la globalización,
considerada ya como uno de los grandes acontecimientos contemporáneos, afecta y ocu-
pa a todas las sociedades e individuos del mundo: la sociedad civil internacional, con mu-
chas organizaciones no gubernamentales al frente, que está cada vez más preocupada
por las inestabilidades financieras, las desigualdades sociales mundiales, los derechos hu-
manos y el medio ambiente; las empresas y compañías multinacionales, que están in-
mersas en ella; los medios de comunicación, de igual manera o quizás más; y, por último,
las personas, individualmente, que intentan aprovechar (o resistir) las oportunidades in-
mensas de relación e información que a todos los niveles ofrece este fenómeno enorme,
particularmente a través de Internet.

Sin embargo, esta otra globalización sociocultural, en particular en lo que se refiere


a los derechos humanos y los movimientos sociales internacionales, no ha alcanzado aún
el mismo impulso. En este aspecto se trata de un movimiento reciente de abajo hacia arri-
ba que todavía se encuentra en una fase inicial. La globalización de la ciudadanía, aun-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 011 Pensar el mundo
Prólogo

Chus García-Fraile. Chanel Glasswork, 2003.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 012 Pensar el mundo
Prólogo

Niños en una favela de Río de Janeiro (Brasil). FOTO: SAP

Pepe Medina. El Pan, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 013 Pensar el mundo
Prólogo

que su promoción figura desde 1948, en que se promulgó la Carta Universal de los De-
rechos Humanos, es un campo en donde queda mucho margen para avanzar.

Con todo, la creación del Tribunal Penal Internacional, primer organismo judicial in-
ternacional de carácter permanente encargado de perseguir y condenar los más graves
crímenes en contra del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, es sin duda uno
de los grandes logros de la globalización a pesar de su incompleta aceptación por la co-
munidad internacional de naciones.

También en materia ambiental y en nuevos derechos (infancia, mayores, mujer, refu-


giados, etcétera) ésta ha venido dando origen a foros, convenciones, protocolos, acuerdos
y tratados multilaterales, vinculantes o no, que han auspiciado ciertos avances sociales,
económicos y políticos inicialmente prometedores aunque, es obvio, aún muy insuficientes.
De modo que hay ya algunos pasos dados, que toca impulsar principalmente en relación
con los países menos adelantados que se incorporan al modelo económico global con se-
rios riesgos de explotación de niños, mujeres o personas más desfavorecidas.

Lentamente la opinión pública internacional ha propiciado que las instituciones in-


ternacionales adopten resoluciones tendentes a subsanar asimetrías y corregir des-
viaciones provocadas por la globalización económica, como son los Ocho Objetivos de
Desarrollo del Milenio de la ONU. Y para no otra cosa que pasar de la retórica a los he-
chos es para lo que debe servir la coyuntura actual en la revisión de un concepto de glo-
balización centrado esencialmente en el crecimiento económico mundial. La dirección
está clara: incorporar como valores claves los recursos, capacidades y situaciones loca-
les, las tradiciones, la cultura local frente a una cultura global, el estado del medio am-
biente, del empleo, el papel de la mujer y, en definitiva, las necesidades sociales de la po-
blación de todas las regiones y localidades del mundo.

Como una aportación a este gran debate se inscribe este libro, producto del II Semi-
nario Atlántico de Pensamiento, “Exceso y escasez en la era global”, organizado por la Obra
Social de La Caja de Canarias en marzo de 2008. La especial ubicación geográfica y es-
tratégica de Canarias siempre ha dotado a la sociedad insular de una gran sensibilidad
hacia lo que sucede en el exterior y de gran atención a los acontecimientos mundiales.
A esta tradición cosmopolita ha respondido, en realidad, desde hace muchas décadas esta
institución financiera. Sólo me resta agradecer las aportaciones de los participantes, una
oportuna, eficaz y reveladora combinación de figuras de talla internacional y española
con incisivos analistas y profesionales canarios, lo que por lo demás da buena cuenta del
salto de escala experimentado por las Islas Canarias en las últimas décadas.

Antonio Marrero
Presidente Ejecutivo de La Caja de Canarias
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Una tensión
inédita

Introducción
II Seminario Atlántico de Pensamiento 016 Una tensión inédita
Introducción

Chus García-Fraile. Contenedores 2, 2005.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 017 Una tensión inédita
Introducción

El mundo experimenta una tensión inédita. Y en gran medida tal hecho obedece al nuevo campo
de implicaciones surgido entre el exceso y la escasez en la llamada era global. Este seminario, organi-
zado por la Obra Social de La Caja de Canarias y que ahora se publica en forma de libro, se propone ex-
plorar las significaciones de una relación dialéctica que cada época histórica reedita, viéndose a sí
misma siempre como tiempo de crisis, pero que hoy en día parece haber alcanzado cierto umbral de
complejidad, desbordando finalmente sus propios límites.

La estrategia de tal indagación consiste en el análisis de los signos de la época desde una perspec-
tiva transdisciplinar. Ésta es la orientación del Seminario Atlántico de Pensamiento (www.semina-
rioatlantico.org), que, tras un primer congreso en mayo de 2005 bajo el título “Centro y periferia en
tiempos de aceleración”, formuló su segunda edición en torno a la cuestión de “Exceso y escasez en
la era global” en marzo de 2008.

Se trata, por lo tanto, de una reflexión que atañe al orden económico-material, a la propia organi-
zación interna del paradigma de la información, a los impasses de la acción política, a la heterogenei-
dad de lo social, la diseminación de lo artístico o a ese bucle formado por el descentramiento del suje-
to, el sufrimiento y la patologización de los cuerpos. Son asuntos, por lo demás, que transitan los te-
rritorios entrelazados y difusos de la filosofía, la economía, el psicoanálisis, la política, la antropolo-
gía, el arte, el cine, la arquitectura y/o el urbanismo.

Si cabe apuntar algunas concreciones podría decirse que están convocadas, en consecuencia,
cuestiones tales como que cuanto más margen técnico-material hay para erradicar el hambre en el
mundo, más miseria existe; que a medida que más información circula, más se sustrae el saber; que en
el instante en el que más dispositivos de control se despliegan, más inseguridad hay y más inquietan-
te se manifiesta la violencia; que cuando más mecanismos se entregan a la creación artística y a su cir-
culación incesante, más se dispersa la experiencia estética; que en tanto más se ejercitan los procesos
de cálculo y evaluación, más resurge lo incalculable; que cuanto más se programa la ciudad, más in-
abarcable se vuelve lo urbano; que en tanto más imágenes circulan y más expuesta está la vida al con-
curso digital de las miradas, más se sustrae la capacidad de ver, más se oculta y se olvida todo.

Por lo demás, aún cuando un paradigma de estos tiempos parece ser el hecho de que la condición
fronteriza no es ya algo sobre todo del orden de la geografía y se ha extendido a todo el Planeta a
vueltas de la hibridación contemporánea, lugares como Canarias han adquirido especial significa-
ción internacional por su condición de gozne problemático.

Su perfil dual, de región opulenta europea en África, nodo de la malla turística global –no en vano
paradigma del sol y playa para doce millones de cuerpos-, plataforma logística comercial atlántica, es-
tación terminal del hiperconsumo y, por otro lado, paraíso de la precariedad laboral, la violencia do-
méstica y el fracaso escolar -de la disolución de lo social, en suma- así como escenario de la tragedia
tantas veces mortífera de la inmigración clandestina, hace a estas islas ser lo que, en realidad, los luga-
res así siempre son: un rizoma, una enredadera de vectores de sentido y líneas de fuga. Ello quizás otor-
gue cierto acento al hecho de producir en Canarias una reflexión como la que sigue en estas páginas.

Antonio G. González
Director del Seminario Atlántico de Pensamiento
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Qué soluciones para un


mundo desigual
(Entrevista de Antonio G. González)

Ignacio Ramonet
Doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la

Ignacio École des Hautes Études en Sciences Sociales de

Ramonet París y catedrático de Teoría de la Comunicación en

la Universidad Denis- Diderot (París-VII), imparte

actualmente clases en La Sorbona y dirige la

publicación mensual Le Monde Diplomatique,

referente internacional de la izquierda política.

Especialista en geopolítica y consultor de la ONU,

fue cofundador de las ongs Media Watch Global y

ATTAC y promotor del Foro Social de Porto Alegre.

Entre sus últimos libros destacan La Post-Television,

Abécédaire partiel et partial de la mondialisation

(con Ramón Chao y Wozniak), ¿Qué es la

globalización? (con Jean Ziegler, Joseph Stiglitz, Ha-

Joon Chang, René Passet y Serge Halimi) o bien Fidel

Castro: biografía a dos voces.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 021 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

A.G. Uno de los elementos centrales del estado del mundo actual sería la dificultad del su-
jeto para saber bien lo que sucede, lo cual produce desconcierto y vulnerabilidad. La épo-
ca continúa, de hecho, produciendo disoluciones de lo que antes era más o menos estable:
PSJM. Corporate
la familia, las relaciones laborales, el amor, la amistad… suceden cosas que no se saben ca- Armies, 2008.
librar ahí. Y luego está el estado de la técnica, la era digital, la eclosión de los medios, la sa-
turación mediática, que encierra la paradoja de que entre más información circula más se
sustrae el saber. De entrada, por lo tanto, lo que hay es un gran problema de percepción.

I.R. Bueno, efectivamente hay hoy la idea de que la complejidad misma del mundo, como
se presenta, es una complejidad que los ciudadanos tienen dificultad para percibir. La
impresión que tenemos es que la problemática del mundo se ha hecho bastante opa-
ca, y de ahí que los ciudadanos tengan el sentimiento, a veces, de estar en un universo
laberíntico donde no siempre se ven bien los problemas y, por consiguiente, poco se pue-
den pensar las soluciones.

Una parte de la responsabilidad yo pienso que la tienen los medios de información esen-
cialmente. ¿Por qué?, porque la mayoría de los ciudadanos el conocimiento que tiene de
la realidad internacional, o hasta de su propia realidad -digamos en el contexto en el que
se encuentran-, es una percepción que les llega a través de los medios de comunicación.
Son los medios los que conforman la opinión pública. Y si tenemos una opinión, o si exis-
te una opinión pública, digamos, sobre tal o cual problema, si las encuestas pueden afir-
mar que los españoles en su conjunto piensan que, no sé, que la guerra en Afganistán es
una guerra en la que las tropas españolas no deberían estar presentes; si tienen por ejem-
plo esa opinión, esa opinión es ampliamente construida por los medios que los españoles
II Seminario Atlántico de Pensamiento 022 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

frecuentan. Es decir, como decía Pierre Bourdieu, la opinión pública no existe, es el reflejo de
Muchos ciudadanos
la opinión de los medios. Y hoy una de las características de los medios es no sólo la so-
tienen la sensación a
breinformación, efectivamente, sino, yo diría, la hiperfragmentación. Es decir, el hecho de que
veces de que el un informativo de televisión y la televisión sigue siendo -aunque se ha añadido Internet y
mundo se ha vuelto siguen existiendo periódicos afortunadamente y emisoras de radio-, pero la televisión sigue
opaco, de estar en un siendo el informador número uno de nuestras sociedades.
universo laberíntico
en el que no siempre Quizá dentro de poco sea Internet el principal informador de nuestras sociedades. Pero
de todas maneras, un informativo de televisión muy influyente en cualquier país es un
se ven bien los
informativo que dura, digamos, en general, media hora, veinte minutos o media hora, en
problemas y, por el que se dan unas treinta o cuarenta informaciones; el término medio, cuarenta y dos,
consiguiente, poco se cuarenta y tres informaciones, según cálculo, en la mayoría de los informativos europe-
pueden pensar las os. Es decir, que cada información, a cada información se le consagra menos de un mi-
soluciones. Una nuto, y a veces saltando de una información local a una información internacional, de una
parte de la información económica a una información militar.
responsabilidad la
Y esta especie de caleidoscopio con el que se presenta la realidad internacional no
tienen los medios de
permite siempre al ciudadano conseguir organizar un relato coherente de lo que está
información. Con la pasando en el mundo. Por eso cuando se hacen encuestas sobre algunos conflictos, di-
sobreinformación y, gamos sencillos, algunos conflictos de los que se habla mucho, pocas veces se encuentran
sobre todo, la respuestas en cantidad importante de personas que tengan una idea clara del problema.
hiperfragmentación Evidentemente hay otras maneras de informarse. Muchas personalidades, profesores,
[resultante] el gran estudiantes, intelectuales, etcétera, se informan porque leen libros, leen estudios, leen
revistas, tienen una idea; pero, con carácter general, lo que llamamos el gran público
público vive en un
hoy día vive efectivamente en un desconcierto porque el tipo de señal que le llega, el
desconcierto porque tipo de señal que detecta, es una señal que en sí mismo no le está presentando, de ma-
el tipo de señal que nera coherente, una problemática.
le llega, la señal que
detecta, es una señal
que en sí mismo no A.G. Es curioso, porque, además, la impresión es la contraria. La impresión es la de que el
mundo se le ha puesto un foco encima, hay una especie de transparentación de lo que su-
le está presentando,
cede, es el famoso lema de la CNN: “Está pasando, lo estás viendo”. Pero ese está pasando
de forma coherente,
lo estás viendo, en realidad, no deja ver nada. Lo borra todo, ¿no? Es un foco que no ilumi-
una problemática na, es un foco que lo nubla todo.

I.R. Sí claro, porque en realidad este lema es muy eficaz en verdad. Además, en cierta me-
dida casi todos cuando vemos un informativo de televisión tenemos la esperanza de que
vamos a ver en directo lo que está pasando. Pero a la vez, todos sabemos que ver no es com-
prender, porque todos sabemos que las apariencias engañan y que hay un refrán español
que dice el hábito no hace al monje, es decir, no es lo que se ve lo que es. Que a veces, efec-
tivamente, lo que se ve, oculta lo que es. Es decir que vemos en directo cosas, creemos que
significan tal cosa, pero en realidad pueden significar cosas muy diferentes. Por consiguiente,
ver no es entender, ver no es comprender; y al contrario, ver nos puede engañar. En fin, nos-
otros vemos todo el día aquí el mar horizontal y sin embargo sabemos que la Tierra es re-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 023 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Personas atrapadas en las torres del World Trade Center durante los atentados del 11-S.
FOTO: WWW.MEDICALCOM.ORG.

Una iraquí lleva a su hija herida por una bomba junto a un hospital local en Bagdad, en 2006.
FOTO: ALI ABBAS (EFE).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 024 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Un Aston Martin DBS en el exterior de los cines Odeon Leicester Square, en 2008.
FOTO: DANIEL DEME (EFE).

donda, y vemos que el sol da vueltas alrededor de la Tierra cuando, en realidad, es la Tierra
quien da vueltas sobre sí misma y alrededor del sol. Es decir, cosas tan obvias nos indican
bien que no deberíamos creer a nuestros ojos.

Existe, sin embargo, otro fenómeno que funciona en sentido contrario a lo que estamos
diciendo, y que resulta también muy interesante observar. En nuestras sociedades de-
mocráticas, donde se supone que la información no la está dictando un poder autoritario,
sino que la está elaborando libremente un cuerpo de periodistas, autónomos, obviamente,
en función de su profesionalismo y en función de su análisis de la realidad, pero en nues-
tros países, por consiguiente, donde existen estas condiciones y donde efectivamente la
información quiere, cada vez más, mostrarnos en directo lo que está pasando, lo que nos-
otros observamos es que cada día hay más desconfianza con respecto a esa información.

Es muy interesante. Por ejemplo, cuanto más la televisión quiere mostrarnos y con-
vencernos de que algo ha pasado, hay cada vez más en las sociedades una reacción como
si no quisiéramos dejarnos engañar. Es decir, los ciudadanos actualmente reaccionan
en las sociedades democráticas como reaccionaban en las sociedades autoritarias. En
una sociedad autoritaria, en una dictadura, muchos ciudadanos, efectivamente, no tie-
nen la posibilidad de expresarse, y saben que la información que les llega es una in-
formación que sirve al sistema autoritario. Y ¿cómo se defienden los ciudadanos? En ge-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 025 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

neral, difundiendo ellos mismos, de manera anónima, dos sistemas de información colec-
tivos y de contrainformación. El primero es uno de los sistemas más antiguos, que es el ru-
mor: cuanto más un sistema de información autoritario repite algo, por ejemplo, vamos bien,
estamos venciendo metas constantemente, hemos obtenido resultados magníficos, etcé-
tera, cuanto más la prensa dice eso -y lo hemos conocido en España bajo el Franquismo-, más
la sociedad empieza a emitir informaciones que a veces pueden ser totalmente delirantes
pero que, en todo caso, ponen en crisis ese tipo de afirmaciones oficiales.

El segundo sistema de defensa es el humor. También en un sistema autoritario la me-


jor manera de resistir a la angustia de esta presión es el chiste. En las sociedades autorita-
rias es donde más chistes políticos se hacen a expensas de los gobernantes, de los gober-
nantes que tienen todo el poder, todo el poder de la palabra. Curiosamente, paradójicamente,
pero yo creo que de una manera bien expresiva, que indica bien la situación de desconfianza Servidor de Internet
del Consejo Europeo
en la que estamos hoy en día, en nuestras sociedades democráticas se están produciendo para la Investigación
los dos fenómenos. Es decir que, por ejemplo, el 11 de septiembre, si hay una información que Nuclear, cerca de
Ginebra, en 2008.
hemos visto con nuestros ojos es los aviones chocando y destruyendo las Torres en Nueva FOTO: ALEXEY TSELISHCHEV.
York. Lo hemos visto, y diríamos que el segundo avión se vio hasta en directo, luego lo vimos
en diferido, pero se vio hasta en directo.

Como ustedes saben, existen decenas de miles de sitios en internet que dicen que
lo del 11 de septiembre es una pura invención del Pentágono, no que las Torres no ha-
yan sido destruidas, pero que han sido destruidas con otro tipo de motivación, que Al
Qaeda nunca existió, que fue una decisión de los militares norteamericanos para em-
pujar a la entrada en la guerra, para darle argumentos a Bush… Decenas de miles de
sitios existen, igual que existen decenas de miles de sitios que dicen que Elvis Presley
sigue vivo, o que nunca se estuvo en la Luna, que todo eso es un montaje que se hizo
en Hollywood. Es decir, cuanto más la televisión trata de mostrar en directo esta idea,
está pasando, lo estás viendo, más nuestras sociedades desarrollan lo que se llama la
teoría del complot o la teoría de la conspiración.

En España tenemos un ejemplo bastante evidente con lo del 11 de marzo y la tesis que
desarrollaron ciertos sectores neoconservadores con respecto al 11 de marzo contra toda
la verdad, convenciendo a casi toda la mitad del país, por lo menos. Luego, esta descon-
fianza en dirección a la información es uno de los elementos precisamente que hace que
hoy muchos ciudadanos no están convencidos de lo que los medios les cuentan. Y lue-

Cuanto más la televisión quiere mostrarnos en directo lo que está pasando, cada día hay más
desconfianza con respecto a esa información, es como si no quisiéramos dejarnos engañar.
Los ciudadanos reaccionan hoy en las sociedades democráticas como antes en las sociedades
autoritarias, difundiendo dos sistemas de información colectivos y contrainformación, como el
humor y el rumor, versiones a veces totalmente delirantes pero que ponen en crisis la oficial. Si
hay algo que vimos todos en directo fue el 11-S y, sin embargo, existen decenas de páginas de
Internet que dicen que todo fue una invención del Pentágono, que Al Qaeda nunca existió...
II Seminario Atlántico de Pensamiento 026 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

PSJM. Marx®, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 027 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

go, el humor. En la mayoría de los países hoy los periodistas son, digamos, los payasos prin-
cipales de la televisión. Hay emisiones... en Francia hay un programa que ha sacado Ca-
nal Plus en el que el presentador de televisión es el cómico principal, en definitiva, el que
hace reír principalmente. Y hay muchas emisiones, en España también, donde el géne-
ro periodístico es un género de humor, para burlarse de la realidad ambiente. Luego, te-
nemos estos dos fenómenos muy bien estudiados por los sociólogos, característicos de
los sistemas autoritarios, en nuestros propios sistemas.

A.G. Usted lleva mucho tiempo haciendo, digamos, la denuncia del capitalismo financiero,
su carácter acéfalo, la perversión que representa el dominio de unos flujos financieros
que nadie puede controlar sobre la economía real. Y, sin embargo, si hay algo realmen-
te fascinante del capitalismo como fenómeno es su capacidad de mutar. Por ejemplo, Eric
Hobsbawm insiste en cómo, en realidad, el Estado del bienestar fue, independientemente
de que constituyera una reivindicación en la izquierda política y sindical y de los ante-
cedentes de Bismarck, fue algo puesto en marcha después de la Segunda Guerra Mun-
dial por la derecha europea occidental -Adenauer, De Gasperi, De Gaulle- sobre todo ante
el temor a que las desigualdades sociales alcanzasen un grado tal que Stalin llegase has-
ta Londres. Y finalmente, el Estado del bienestar lo que produjo fue una sociedad de con-
sumidores, que es lo que ha sostenido y, de hecho, consolidado al capitalismo desde en-
tonces. ¿Cree usted que esa adaptabilidad camaleónica del capitalismo sigue incólume?

I.R. Yo creo que la experiencia de la reflexión política y de la actividad militante de los dos
últimos siglos deben conducir a no subestimar la capacidad del capitalismo para adaptar-
se. Efectivamente. Yo creo que es extremadamente prudente partir del principio de que el
capitalismo no es fácilmente destructible, y, contrariamente a una ilusión que pudo existir
a lo largo del siglo XIX -y hoy tenemos una experiencia, porque se han vivido experiencias
políticas reales-, que no es tan fácil, primero, hacerlo desaparecer, que no es tan fácil susti-
tuirlo y, por consiguiente, efectivamente, que su capacidad de adaptarse, de readaptarse, de
combinarse -funciona casi como un virus, que se adapta a las circunstancias y que se trans-
forma-. Y va adaptándose. Por ejemplo, en este momento, y como lo decía el economista An-
tonio Marrero [presidente ejecutivo de La Caja de Canarias y catedrático de Análisis Eco-
nómico de la ULPGC] hace un instante, no cabe duda de que la crisis que está empezando,
la crisis financiera, que empezó con los créditos subprime, que está desarrollándose ahora
casi en todo el sistema financiero sin que sepamos bien hacia dónde va a ir, es una crisis que
puede ser muy grave. Pero evidentemente hay que cuidarse de juzgar que se trata de la cri-
sis final del capitalismo, como se ha podido decir en otros momentos.

Se dijo, por ejemplo, después de la crisis del 29 muchos pensaron que era la crisis final,
el estallido final, la agonía final del capitalismo. Creo que hemos aprendido y sabemos que
el capitalismo tiene muchos recursos. Por ejemplo, la experiencia, el Welfare State en su épo-
ca moderna, digamos, después de la Segunda Guerra Mundial en particular, fue una invención,
como saben ustedes ya, del siglo XIX, sobre todo en Prusia primero. Pero el Welfare State fue
teorizado en Inglaterra, aplicado en muchos países europeos. Efectivamente es una mane-
ra de ceder terreno, de ceder terreno a la sociedad, de ceder terreno en lo social en particu-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 028 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

lar, de ceder terreno en toda una serie de derechos y ambiciones de los ciudadanos, a un ma-
yor confort, a una mejoría de la calidad de vida, a una mejoría en las cualidades del traba-
jo, con toda una serie de concesiones en términos de derechos laborales, de derechos de va-
caciones, médicos, etcétera, para precisamente no provocar el tipo de insurrección o de pro-
testa que podía haber llevado efectivamente a experiencias de tipo soviético, u otras, la Chi-
na en 1949, otras. Y efectivamente esto ha sido interesante.

Lo que observamos desde la caída del Muro de Berlín es que es capitalismo también se
puede adaptar no cediendo terreno, sino recuperando terreno. Todo lo que está pasando en
nuestros países desde la caída del Muro de Berlín, desde que ha desaparecido, en cierta me-
dida, de manera más fantasmática que real, la existencia de la Unión Soviética y del cam-
po socialista europeo, ha sido que el capitalismo ha recuperado toda una serie de terrenos,
reduciendo el espacio del Welfare State, es decir, reduciendo los derechos laborales, reduciendo
toda unas concesiones que había hecho, en términos de mayor competitividad, menos con-
cesiones al sector público, reducción del sector público en particular, privatizaciones, por con-
siguiente, cesión de lo público a lo privado, cesión de lo social al capital. Y esto, a escala de
países, a veces, a escala de los países socialistas, o a escala, en general, del mundo laboral fren-
te al mundo del capital. Es esto lo que ha ocurrido hasta ahora.

¿En qué medida esto se puede debilitar en función de la situación en la que estamos en
este momento? Por ejemplo, en este momento podemos decir que esta crisis que golpea,
por primera vez desde la globalización, directamente al sector financiero, es decir, al sector
bancario en particular, ¿en qué medida esta crisis es una crisis sintomática de la globaliza-
ción y puede introducir cambios en la medida en que puede haber una mayor moralización
de un capitalismo vuelto totalmente irracional? Es posible. En todo caso es una esperanza
para muchos ciudadanos y hasta un reclamo para muchos economistas. Pero por el momento
aún no lo sabemos, porque no sabemos cuál será el alcance real de esta crisis. Evidentemente,
por ejemplo una recesión dura en Estados Unidos (EEUU) puede provocar algo que parecía
impensable hasta ahora -digo puede, ¿eh?, no estoy afirmando nada-, pero es evidente que
la clase trabajadora en EEUU está en una situación extremadamente difícil, donde el número
de pobres, de medio pobres, de trabajadores pobres, es actualmente muy importante, y que
una recesión puede crear, y podríamos ver, algo que no hemos visto hace mucho tiempo: pro-
testas sociales de envergadura en ese país. Además, con esta idea de que si la locomotora
económica americana no funciona, ¿quién tomará el relevo, un relevo de la misma intensi-
dad? China puede tomar el relevo de Norteamérica; sería un cambio paradigmático.

Es extremadamente prudente partir del principio de que el capitalismo no es


fácilmente destruible, ni es tan fácil sustituirlo, pues funciona casi como un virus, que
se adapta a las circunstancias y se transforma. Es cierto que durante el siglo XX el
Estado del Bienestar fue una forma que tuvo el capitalismo de ceder terreno en lo
social para no provocar protestas que llevase a experiencias como la soviética, pero lo
que observamos desde la caía del Muro de Berlín es que el capitalismo también se
puede no cediendo terreno, sino ganando terreno
II Seminario Atlántico de Pensamiento 029 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Eugenio Merino. Apple, 2007.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 030 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Pepe Medina. África, 2007.

Si China dirige o pilotea o se constituye en locomotora de la economía mundial, es evi-


dente que pasamos por primera vez, desde el siglo XV, a un mundo que no estaría pilotea-
do por los occidentales. Es evidente que cambiamos de universo. Un mundo en que por pri-
mera vez los no occidentales llevarían la voz cantante, desde el siglo XV, desde la expansión
europea a través del mundo. Por consiguiente, podemos estar en un momento de cambio
importante, cambio civilizacional, cambio económico y probablemente distintos tipos de cam-
bio políticos. Añado que frecuentemente se piensa en China como si el sistema chino fue-
se inamovible, como si fuese para siempre este funcionamiento tan extraño entre un co-
munismo de partido único, muy autoritario en algunos sectores –en particular en el sector
de la libertad de expresión, de información, de reunión, etcétera-, y por otra parte un capi-
talismo totalmente salvaje, como el que existe en China. Esa pareja no es seguro que fun-
cione durante mucho tiempo, no es seguro. Y en China pueden ocurrir muchas tensiones, y
China se puede romper, también, como se rompió la Unión Soviética.

No digo que vaya a ocurrir, tampoco, pero digo que es una probabilidad. China aun no
ha hecho la experiencia de salir del sistema autoritario. Es una experiencia siempre ex-
tremadamente difícil, donde muchas precauciones políticas deben tomarse para que el
sistema no estalle, como le estalló a Gorbachov en las propias manos cuando estaba tra-
tando de desmontar el artefacto que existía. De ahí que los chinos tengan tendencia, ob-
viamente, a retrasar el momento en que hay que desmontar el asunto. Pero ese momento
II Seminario Atlántico de Pensamiento 031 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Distintos momentos de la intervención


de Ignacio Ramonet en el seminario
Exceso y escasez en la era global, en el
CICCA en marzo de 2008.
FOTO: VÍCTOR M. CRUZ
II Seminario Atlántico de Pensamiento 032 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Eugenio Merino. Obese Rat, 2007.

llegará, porque no se ha visto hasta ahora un ejemplo de una sociedad cuyo nivel eco-
nómico y nivel de consumo aumenta, y que no tiene exigencias para aumentar el nivel,
digamos, de participación política, de participación democrática, de pluralidad democrática;
no existe ningún ejemplo. Y por consiguiente, la sociedad china, en un momento u otro,
planteará, como ya lo planteó en Tienammen en 1989, esa posibilidad. Así que muchas
interrogaciones existen sobre esta situación.

A.G. Sin embargo, por precisar de lo que estamos hablando, convendría recalcar que no es
un capitalismo sólo financiero, sino cultural. Hablamos de la era informacional. Es el que hace
la operación de la sociedad del espectáculo, donde la cultura y la información son bienes
de mercado. Esto produce un nivel de transformación muchísimo mayor, es decir, nada que-
da ya por fuera de la condición de mercancía, quizás hayamos alcanzado el límite de la ob-
jetualización del mundo. Se trata de algo que tiene una potencia quizás aún desconocida.

I.R. En la tendencia del capitalismo de transformarlo todo en mercancía quizá se haya al-
canzado el nivel más extremo. Tenemos ahora una mercantilización, evidentemente de la
materia, de todo lo que es material, pero también de la naturaleza, y una mercantilización
hasta de lo espiritual, efectivamente, la cultura, pero también los sentimientos están mer-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 033 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

cantilizados. Por consiguiente, hay una especie de extremismo en esta mercantilización, en


este periodo de la historia del capitalismo, en el momento de la globalización neoliberal. Esto
es una característica que, en particular, está presentando resistencias.

Quizás la más interesante de estas resistencias es la que se produce en el sector de


la naturaleza. Quiero decir que si hoy hay algo que resiste a esta concepción de la mer-
cantilización de la naturaleza es la propia naturaleza, no sólo evidentemente los ciuda-
danos (en muchos países y en muchos sectores están resistiendo), pero quien resiste es
la naturaleza, que nos dice en este momento: si seguimos así, no puedo más. Es decir, la
responsabilidad que tenemos en el cambio climático que se está produciendo es una con-
secuencia del tipo de consumo que se ha establecido y del tipo de explotación de la na-
turaleza que estamos practicando. Esa es simplemente la realidad.

El cambio climático, ¿qué nos está recordando? Nos está recordando que hoy en el mun-
do las personas que consumimos, digamos, más, y las que en definitiva nos beneficiamos
de la explotación de la naturaleza -es decir, del uso de la energía, del uso del agua potable,
del uso de un cierto número de productos de la minería, productos de los bosques (la ma-
dera, las maderas preciosas, etcétera.)-, somos, ¿cuántos?, digamos ochocientos millones, qui-
zás, que tenemos ese nivel de consumo. Y estamos comprobando que hoy están surgiendo
naciones, que algunos economistas llaman naciones emergentes o países emergentes, como
China, o como India, o como África del Sur, o como Brasil, o como Méjico, Rusia, etcétera, y
es obvio que si sencillamente sólo los chinos, que son 1.300 millones, más o menos, consu-
miesen en término medio como cada uno de nosotros, como un español medio, un canario
medio, no hay recursos en el Planeta, no hay papel, no hay agua potable, no hay petróleo,
no hay gas, no hay naturaleza que pueda ofrecer ese nivel de consumo al conjunto de la Hu-
manidad, a los 6.000 millones y pico de habitantes que hay en el Planeta.

Por consiguiente, esto nos plantea primero una cuestión filosófica: ¿vivir como vivimos es
un modelo para los 6.000 millones de habitantes o entonces vamos a aceptar un mundo en
el que 800 millones tienen derecho a vivir como vivimos y 5.200-5.300 millones deben se-
guir viviendo como viven? Es evidente que aunque lo quisiéramos, no podríamos, porque en
China cada vez hay más personas que quieren vivir como vivimos; no son muy numerosas,
lo que llamamos la China que consume -sobre los 1.300 millones-, serán 300 millones. Hay
mil millones de chinos que viven en una miseria de tipo africano, lo cual plantea el proble-
ma al que yo hacía alusión antes: ¿puede vivir un país con tales tensiones internas, con 1.000

¿Puede esta crisis internacional introducir una mayor moralización en un capitalismo


vuelto irracional? Por ahora no lo sabemos. Ahora, podemos estar ante un momento de
cambio importante, cambio civilizacional, económico y probablemente político si China
releva a EEUU como locomotora de la economía mundial. Eso sería cambiar de universo,
la primera vez que el mundo no es piloteado por los occidentales desde el siglo XV. Claro
que el modelo chino actual no es inamovible, la sociedad china, en un momento u otro,
pedirá democratización… sobre el país existen muchos interrogantes
II Seminario Atlántico de Pensamiento 034 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

millones de personas en una miseria tal y 300 millones de personas viviendo en un lujo, o
lo que puede parecer un lujo cada vez más espectacular y más escandaloso? Pero, además,
¿estos países pueden prometer este tipo de desarrollo (un automóvil, un apartamento, tal
tipo de consumo textil, de consumo de todo tipo) explotando a la naturaleza? ¿Es posible?
No quedarían bosques. Miren lo que está pasando actualmente, todo el mundo se queja por
el precio de la leche, y hemos visto cómo aumenta el precio de la leche.

¿Qué ocurre cuando en China, por ejemplo, cien millones de habitantes ven su nivel
de vida aumentar? ¿Qué hace una familia cuando gana más, sobre todo cuando está sa-
liendo de la miseria? Sencillamente consume más carne; en vez de comer carne una vez
a la semana, come carne dos veces a la semana si puede. Pero cuando cien millones de
chinos consumen dos veces carne por semana necesitan, evidentemente, decenas de mi-
les o centenares de miles de animales más y, por consiguiente, en China, los establos, las
ganaderías han tenido que aumentar masivamente para ofrecer carne a los nuevos chi-
nos que quieren consumir. Y ya China está extendiendo su ganadería a Mongolia en par-
ticular, o a Rusia. Y estos centenares de miles de nuevos animales ¿qué consumen? Con-
sumen, esencialmente, soja, y China no produce suficientemente soja para estos animales.
Una niña herida en una Importa masivamente su soja de Argentina y de Brasil. Brasil está destruyendo los bos-
explosión en Irak llora al ques para crear mayores plantaciones de soja para mandarla a China. Haciendo esto se
ser atendida en un
hospital. 2007.
está reduciendo, evidentemente, el número en particular de animales que dan leche y,
FOTO: MOHAMED JALIL (EFE). por consiguiente, los chinos mismos que consumen ahora sus animales, como carne, no
los mantienen en pie dando leche e importan también masivamente leche. Y esto se está
añadiendo a los elementos que están encareciendo la producción de leche; otros son que
se consagra una parte de los cereales a la producción de agrocarburantes.

Es decir que, como ven, cuando en un lugar del Planeta cien millones, doscientos mi-
llones, trescientos millones..., ¡imagínense si fuesen los 1.300 millones de chinos!; cuan-
do todas estas personas, tantos millones de chinos, consuman tanta carne como nosotros,
no habrá pasto suficiente (aunque se destruya la Amazonía y toda la selva ecuatorial afri-
cana). Es decir, estamos ante un momento en el que el capitalismo sigue planteándonos
este modelo de vida, que es el que nos plantea la publicidad, vivimos como la publicidad
quiere que vivamos. Pero es evidente que ese modelo no puede ser adaptado para toda
la Humanidad y que tenemos que empezar a concebir una vida, digamos, más frugal. De-
bemos plantearnos el problema efectivamente del decrecimiento. ¿Es posible decrecer?
Ahora no parece pensable, pero debemos entrar en territorios de lo pensable nuevos.

A.G. Relacionado con la capacidad del sistema capitalista para extender a todos los ám-
bitos de la existencia el valor de cambio prácticamente, quizás la derrota de la izquier-
da, la derrota coyuntural o no de la izquierda política, por decirlo así, no se haya produ-
cido tanto a partir de la caída del Muro de Berlín, sino posiblemente antes, en los años
setenta, cuando básicamente el capitalismo consigue, digamos, banalizar la cultura de
masas. Es decir, frente a una época en que la cultura de masas era de alta calidad y te-
nía un gran poder revulsivo, cuando los Beatles o los Rolling, la canción de autor en Fran-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 035 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

La más interesante
de las resistencias al
nivel más extremo
de mercantilización
que representa la
globalización
neoliberal es la de la
Naturaleza, es ella
misma la que
resiste. ¿Qué nos
recuerda el cambio
climático? Que el
modelo de
explotación de una
Naturaleza que dice
que ya no puede
más beneficia sólo
a 800 de los 6.000
millones de
habitantes del
Planeta y, por lo
tanto, no vale para
Pepe Medina. La compra, 2008. toda la
Humanidad. Y ahí
cia e Italia, eran líderes de ventas en los hit-parade y competían con otra cultura de ma- están los países
sas no crítica hacia ese sistema, como el pop de Warhol o el expresionismo abstracto. Eso
emergentes,
finalmente concluyó en los setenta. A partir de entonces prácticamente la cultura de ma-
sas es la cultura plastificada, televisada: Toni Manero, Rocky, luego ‘Operación Triunfo’. Cul-
millones de
tura sin calidad. O bien fenómenos como Sex Pistols, Eminem, Amy Winehouse, rebeldes personas que
sin causa, la disolución de lo revulsivo. El capitalismo informacional desarbola a la izquierda. quieren consumir
igual. Debemos
I.R. Sí. En todo caso, el fenómeno de cultura de masas, digamos entendido de esta ma- plantearnos la
nera, es un fenómeno no conocido en los países del socialismo real -como se decía an- cuestión del
tes- en la medida en que en los países donde se trató de construir el socialismo la idea
decrecimiento, y
era que se debía pasar por varias fases desde el punto de vista cultural. Primero una al-
fabetización generalizada -que era una lacra, como sigue siendo en muchas socieda-
entrar en territorios
des-. Y, segundo, que esta alfabetización permitiese adquirir la cultura clásica, digamos, nuevos de lo
la cultura de la gran literatura, de la gran música, la cultura del gran arte, etcétera. pensable

Esta era la concepción. Y mucho menos aun vivieron la cultura de masas en la medida
en que su sistema mediático no era tan abierto, tan capaz de iniciativas como en el sector
II Seminario Atlántico de Pensamiento 036 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

capitalista. Justamente cuando la experiencia de la cultura de masas más espectacular era


el cine, en el socialismo real seguían con el modelo de un cine de tipo educativo, un cine de
tipo cultural. No quiere decir que no haya habido grandes éxitos, etcétera, en los países como
la Unión Soviética o en los países del Este, pero el fenómeno no ha tenido en absoluto la mis-
ma fuerza que en los países occidentales. Efectivamente, la cultura de masas es en cierta me-
dida, como decía el sociólogo Edgar Morin, la cuarta cultura. Es decir, hay una cultura tradi-
cional o etnológica, hay una cultura científico-técnica y hay una cultura culta -la cultura clá-
sica, musical, etcétera-, pero en nuestros países curiosamente hoy en día, en general, el gran
público no posee ninguna de estas tres culturas.

Primero, que es una paradoja más de nuestras sociedades. Vivimos en sociedades más
educadas que nunca; nunca ha habido, por ejemplo en un país como España, tantos es-
tudiantes en bachillerato, candidatos a la universidad, nunca ha habido tantos estudiantes
La modelo Karolina y, sin embargo, lo que constatamos es que la cultura etnológica, la cultura de los pueblos,
Kurkova pintándose los las aldeas, la cultura campesina, digamos, es una cultura en vías de extinción, está sólo
labios durante la semana
de la moda Olympus en reservada para los museos; la cultura científico-técnica prácticamente nadie la posee, por-
Nueva York, en 2007. que sigue siendo difícil, hasta preguntas fáciles (por qué un ascensor sube o por qué la
FOTO: PETER FOLEY (EFE)
luz nos ilumina, cosas de éstas) hay muy pocas personas capaces de contestarlas; y ter-
cero, la cultura culta evidentemente también sigue, pero es una cultura que ha desapa-
recido de nuestro entorno, excepto para las personas que quieren cultivarse. Y lo que sí
poseemos es la cultura de masas, que es la cultura dominante, pero que es efímera, por-
que cambia con el tiempo. Y, además, tiene una doble característica: cuando domina la
sociedad es despreciada por los intelectuales y apreciada por la población, y cuando des-
aparece de la actualidad es valorizada por los intelectuales pero olvidada por la población.

Actualmente ya nadie pone en duda que el cine puede producir obras maestras tan
importantes como la literatura o como la música, o, en otro dominio, como la pintura
pero, como saben ustedes, durante decenios hubo un gran debate para saber si el cine
era un arte, sencillamente, y fue muy despreciado por los intelectuales. Podríamos de-
cir lo mismo de la música popular. Entonces, esta cultura efectivamente formatea en
cierta medida a la sociedad, y siempre hay una dificultad para valorizarla, porque hay
un desfase en el tiempo. Por ejemplo, una emisión de televisión, un videojuego, que hoy
tenga mucho éxito, globalmente acarreará un desprecio intelectual, que dirá global-
mente esto: estos jóvenes se están entorpeciendo con ese videojuego, con esa música
bárbara o con estos sitios de Internet estúpidos. Y sin embargo podemos apostar a que
dentro de quince años nos dirán que aquel videojuego que despreciábamos era genial
porque estaba dibujado por genios del dibujo, de la animación, por compositores, mú-
sicos que hacían la música de los videojuegos excepcionales.

Entonces, como no hay esa adecuación, se produce, que es casi normal en la cultura
de masas, un desajuste. Yo creo que en este momento, digamos, en este momento el des-
ajuste es tanto más importante en cuanto que existe el hecho de que ha surgido un nue-
vo órgano, digamos, de cultura de masas, que es Internet, y que ese órgano de cultura de
masas o esa plataforma de cultura de masas en sus diversos aspectos, todo tipo de as-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 037 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

MK Kähne & Andrei Loginov. Fight 1, 2008.

pectos, en la medida en que Internet es un universo, es un universo que los adultos no


conocieron, y que conocen mal.

Quiero decir que la televisión, que dio lugar al mismo tipo de fenómenos, era un fenó-
meno compartido por los adultos y los jóvenes en el seno de la familia. En el tipo de emi-
siones o programas se podía variar pero la televisión, como práctica, era una práctica so-
cial colectiva. Mientras que hoy existe una ruptura (no quiero decir que no haya adultos que
no frecuenten Internet, evidentemente, pero no tienen el mismo tipo de frecuencia) y, por
consiguiente, el diálogo es prácticamente imposible. La ruptura entre generaciones a ese
nivel, a nivel de cultura de masas... todos nosotros sabemos, nosotros tenemos hijos, hoy
día los adolescentes no ven la televisión, cuando hemos pasado decenios oyendo a soció-
logos que decían que era muy malo ver la televisión para los jóvenes, que hace que los jó-
venes sean más violentos, que ven cosas horribles, que están perdiendo el tiempo. Hoy, de
repente, los jóvenes no ven la televisión. La televisión es una distracción de los padres, los
jóvenes pasan su tiempo en el ordenador, consumiendo cosas que sólo ellos conocen. Y, evi-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 038 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Avelino Sala. Socorro, 2007.

dentemente, ese desajuste hace que los adultos fantasmeen sobre qué es lo que ven los jó-
venes hoy, debe ser aún peor, imaginamos, deben de ver cosas monstruosas, porque ya cuan-
do veían la televisión era lo que decíamos. Y quizá no sean tan monstruoso, igual van a apren-
der cantidad de cosas, pero lo sabremos dentro de unos años, cuando la nueva generación
de sociólogos, que haya pasado por esa fase, los que hoy tienen dieciséis o diecinueve años,
cuando sean sociólogos, dentro de diez años finalmente analizen por qué ellos eran normales,
cuando los trataban de subnormales porque veían o practicaban Internet. De ahí que sea
difícil siempre hablar de cultura de masas.

A.G. En 2002 usted estuvo en Las Palmas de Gran Canaria. Dijo entonces una cosa: “Mu-
cha gente piensa cómo edificar un modelo que hoy no existe, pero no espera para pro-
testar”. En cierto modo, ponía el ejemplo de las rebeliones, las protestas obreras del XIX,
lo que Hobsbawm llamaba “revuelta sin ideas”, y que duraron un siglo, hasta que Marx
escribió El Capital. Han pasado seis años desde entonces. El movimiento antiglobaliza-
ción y muchísima gente sigue protestando contra el capitalismo financiero. Pero sigue
sin plantearse un modelo alternativo, aun ni en términos menos homogéneos.

I.R. Esta pregunta me parece muy pertinente, porque la impresión que tenemos, efecti-
vamente, es que, usted hablaba antes de la derrota de la izquierda, no en el sentido de
la derrota electoral, sino la derrota general ¿verdad? de la izquierda; y usted decía, en re-
alidad se sitúa en los años setenta. Yo pienso efectivamente que la derrota de la izquierda
es una derrota intelectual, aunque haya victorias electorales, es una derrota intelectual.
¿Por qué? Porque la izquierda no está produciendo teoría desde hace ya muchos años.
Es decir, no hay teóricos de izquierda, el último es el teórico de la Tercera Vía [Anthony Gid-
dens], que es una manera de adaptar el neoliberalismo. Y esta derrota intelectual es la
II Seminario Atlántico de Pensamiento 039 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

que nos obliga a constatar que no hay una proposición alternativa construida, digamos,
no hay un relato, no hay una arquitectura completa que nos permita decir, bueno, vamos
a abandonar este modelo porque vamos a adoptar éste.

Eso, que existió durante mucho tiempo, no existe hoy. Quizá afortunadamente, por-
que, en definitiva, aquellos modelos completamente hechos no siempre funcionaron, o
a veces se impusieron a las sociedades para liberarlas, pero un poco de manera forzosa.
Pero ¿qué es lo que está pasando? El movimiento alter mundialista ha desarrollado, efec-
tivamente, primero toda una serie de protestas, y es verdad que no hace falta tener una
arquitectura hecha para protestar. El profesor Marrero decía hace un momento que una
de las características de la globalización era precisamente la deslocalización.

Bien, cuando la gente se ve afectada por esa deslocalización y, en particular, por algunas
deslocalizaciones especialmente crueles, injustas, cínicas, de empresas que se han benefi-
ciado de muchas ventajas, de muchos subsidios, y que de la noche a la mañana deciden mar-
charse y abandonan a centenares o a miles de trabajadores, pues esos trabajadores no hace
falta que tengan una idea de sociedad alternativa al capitalismo para protestar, protestan
sencillamente, de igual manera que centenares de miles de ciudadanos han protestado en
Seattle, en Génova, en otros tantos lugares, en Cancún, contra las decisiones que han ido to-
mando poco a poco las principales instituciones que pilotean la globalización.

Pero lo que sí ha cambiado entre aquel momento en que usted y yo nos vimos y hoy es
que este movimiento alter mundialista que organizó (y sigue organizando, pero ahora se
habla menos de ello) aquellos Foros Sociales mundiales que nosotros habíamos impulsa-
do en Porto Alegre, en particular, luego tuvieron lugar en otros lugares, en Bamako, aquí cer-
ca, en Nairobi, o en Bombay, o en Caracas, de esos foros han surgido experiencias muy in-
teresantes que a veces son tan visibles que no se ven. Es decir, claro, nosotros cuando plan-
teamos esta idea, ¿existe una arquitectura de sustitución al capitalismo?, estamos pensando
en nuestras sociedades, y sabemos que en nuestras sociedades efectivamente esto no sólo
no existe, sino que realmente es difícil de plantear, porque en particular existe, digamos, la
faja, el marco de presión de la Unión Europea, que es bien complicado.

Pero no hay que pensar en una solución universal para el conjunto de la Humanidad,
porque el mundo vive en fases muy diferentes, en estados de desarrollo muy diferentes.
Y del Foro Social han surgido líderes, en particular, que yo he conocido cuando venían como

Siempre hay una dificultad a la hora de valorar a la cultura de masas. Ésta es efímera, pero
es la que formatea a la sociedad, y más cuando las otras culturas -la tradicional, la
científico-técnica y la cultura, digamos, culta o alta cultura- han desaparecido del entorno
del gran público aún cuando en nuestras sociedades, y esto es una paradoja, hay más
estudiantes que nunca. Pero siempre hay un desfase sobre su valorización, que acaba
teniendo lugar años después. Pasó con el cine, con la televisión, y esa brecha, ese desfase, es
ahora mucho mayor con la nueva cultura visual y, sobre todo, con Internet
II Seminario Atlántico de Pensamiento 040 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Cuando se plantea si militantes de partido o militantes sindicales y que hoy están dirigiendo países. Y por ejem-
hay una plo, pensemos en Evo Morales [Presidente de Bolivia]. Morales era un sindicalista que
arquitectura de casi nadie conocía cuando vino al primer Foro, un sindicalista cocalero, que, además, has-
ta en el primer movimiento alter mundialista la gente decía: “No podemos apoyar a un
sustitución del
tipo que está defendiendo la cocaína, que está ligado a las mafias de la coca...”, cuando
capitalismo, no hay en realidad cocalero no tiene nada que ver con la cocaína, como saben ustedes, que cul-
que pensar ya en tiva las hojas de coca. Las hojas de coca tienen unas tradiciones como hojas, produce una
una solución tisana y sirve para curar, etcétera, y se consume tradicionalmente en las comunidades
universal, porque el indígenas. Y Evo Morales conectó en el Foro Social Mundial con toda la red campesina
mundo vive en fases que tanto ha liderado la protesta antiglobalización.

muy diferentes. En
Abro un paréntesis, en el movimiento antiglobalización casi no hay organizaciones obre-
nuestras sociedades ras; hay muchas organizaciones campesinas (no sé, pienso en Rafael Alegría [líder campe-
occidentales es difícil sino en Honduras y dirigente de la organización internacional Vía Campesina], por ejemplo),
plantearlo, porque de los sin tierra, los campesinos africanos del algodón, etcétera. No hay obreros. Y Evo Mo-
hay un marco de rales conectó con la red, en particular con la red campesina, que le permitió adquirir en los
presión, como la UE, propios Foros toda una serie de contactos, en particular con la riqueza, la variedad, la plu-
complicado, pero en ralidad, la vitalidad, de los movimientos sociales.

Latinoamérica han
Bueno, podríamos decir lo mismo de Lula [Luiz Inácio Lula da Silva, Presidente de Bra-
surgido experiencias sil]. Podríamos decir lo mismo de Correa [Rafael Correa, Presdente de Ecuador], que vino
interesantes. Y a dar una charla económica. podríamos decir lo mismo de Chávez [Hugo Chávez, Pre-
nuevas. Ahí está Evo sidente de Venezuela], que fue el primero que avanzó en esa dirección y vino al primer
Morales, Correa, Foro Social Mundial, aparte del Foro, pero vino al Foro, y se inspiró en el Foro, ¿Para qué?
Chávez, Lula. Han ¿Qué es lo que está pasando en algunos países de América Latina? Eso que algunos lla-
man, aunque no haya un corpus teórico constituido, el socialismo del siglo XXI.
articulado la
capacidad del poder Recuerden que antes de esto lo único que teníamos como proyecto esperanzador era
desde arriba con la las proposiciones que hacía el subcomandante Marcos. Yo estuve con él –había estado
energía del poder de también nuestro amigo Manolo Vázquez Montalbán-, yo estuve allí, en el cuartel gene-
la base social, y eso ral de Marcos, en la jungla (en La Realidad, se llama ese pueblito, que está en la Selva La-
está permitiendo candona), conversando con él. Hice un libro de conversaciones con el subcomandante Mar-
transformaciones en cos. ¿Qué decía Marcos? Marcos decía: no vale la pena tomar el poder, porque estamos
en un momento en el que la globalización domina. ¿Y qué es la globalización? Es la ges-
términos de
tión del mundo por el mercado, o sea, la gestión del mundo por las empresas, es la ges-
soberanía tión del mundo por unas instituciones internacionales (el Banco Mundial, la OMC, la OCDE,
económica y el FMI). Y aunque usted llegue al poder después de una campaña electoral, cuando lle-
alimentaria ga al poder se da cuenta de que no puede hacer lo que quiere, porque el Banco Mundial
se lo prohíbe, o se lo prohíbe el Fondo Monetario, o se lo prohíbe la OMC, o se lo prohíbe
tal o cual organización internacional, y usted está condenado a traicionar a sus electo-
res, como lo hicieron algunos socialistas, como Carlos Andrés Pérez en Venezuela, que hizo
una campaña social y cuando llegó al poder hizo lo que se llamó terapia de choque neo-
liberal. Y no sólo en América Latina. No vamos a citar nombres para no enfadar, para no
enfadarnos. Pero no sólo en América Latina. Hemos visto a socialdemócratas llegar al po-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 041 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Los presidentes Luiz Inacio da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela) y Evo Morales (Bolivia) tras la firma de los
acuerdos para la creación del Corredor Amazónico en julio de 2008. FOTO: SAP.

Favela de Río de Janeiro. FOTO: SAP.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 042 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

der y aplicar una política perfectamente neoliberal, ortodoxamente neoliberal. Entonces,


Marcos decía: para eso no vale la pena tomar el poder, cambiemos la sociedad desde aba-
jo. Porque, en definitiva, si una sociedad es un edificio, el edificio se puede cambiar de-
rrumbándolo y haciendo otro, o cambiando cada piedra del edificio, poco a poco.

Ésta era la teoría de cambiar la sociedad sin tomar el poder. Pero hoy vemos en Amé-
rica Latina, sacado de la experiencia del Foro, sacado de la experiencia del alter mundia-
lismo, vemos que efectivamente hay dirigentes que han tomado el poder de manera de-
mocrática, han conquistado el poder, han presentado un programa de transformaciones
sociales que ha obtenido el apoyo democrático de la sociedad en Venezuela, en Brasil, en
Bolivia, en Ecuador, en Argentina, etcétera ¿Pero qué han hecho estos dirigentes? Eso es
lo nuevo. Lo que han hecho es que han dejado, han animado, han estimulado el movimiento
social, han permitido que el movimiento social tenga toda su energía, toda su vitalidad,
todas sus reivindicaciones.

Y han articulado la capacidad del poder desde arriba con la energía del poder de base.
Eso es lo que está permitiendo que haya toda una serie de transformaciones, las que se
producen en Venezuela en términos de soberanía económica, en términos de soberanía
alimentaria, como lo ha dicho el profesor Marrero antes; como se está produciendo en
Bolivia, como se está produciendo en Ecuador, donde los países quieren salir por fin de
la dependencia neocolonial en la que están.

Por eso se les ataca tanto, porque ese modelo, que hoy se está extendiendo en Amé-
rica Latina, ¿a dónde se va a extender mañana? No a Europa, ¿pero a África? Ya actual-
mente en África –yo he estado dando una serie de conferencias en Bamako, en Dakar- el
dirigente político más popular no es un africano, es el presidente Chávez. Vayan y verifí-
quenlo, aquí cerca, en Dakar. Para los intelectuales, para los estudiantes, Chávez les re-
cuerda a Tomás Sankara [presidente de Burkina Faso entre 1983 y 1987], que fue asesinado
porque también quería la soberanía económica de sus países, que las riquezas del país,
efectivamente, se vendan, es normal, pero que el beneficio sirva al conjunto de la socie-
dad. Y, evidentemente, eso crea pavor. Luego, por consiguiente, existe hoy, no una solu-
ción general, evidentemente, pero están apareciendo soluciones locales en muchos sec-
tores, muy originales, donde la dinámica no la lleva un partido, donde la dinámica no la
lleva un dirigente, donde la dinámica la lleva la sociedad, con su pluralidad, en sus sec-
tores, las mujeres, los estudiantes, los campesinos, los trabajadores de tal o cual sector,
están proponiendo soluciones. Y esto, precisamente, es lo radicalmente nuevo.

Bueno, más nuevo no puede ser el hecho de que por primera vez los indígenas ame-
ricanos -y sabemos cuál ha sido su trágico destino… no sólo el primer destino, el genocidio,
pero también el genocidio cultural de que han sido víctimas- hoy están en el poder, y
están organizando la sociedad, tanto en Bolivia como en Ecuador, del que se habla me-
nos. Por fin tienen la posibilidad de organizar una sociedad en función de toda una se-
rie de aspiraciones, a veces centenarias. Esto es nuevo, esto está pasando. Esto no lo es-
tamos viendo, pero está pasando.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 043 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Bolsa de Frankfurt, en octubre de 2008.


FOTO: KAI PFAFFENBACH (REUTERS).

El jefe de una banda de narcotraficantes del Complexo do Alemão, grupo de fabelas de Río de Janeiro, es entrevistado por
la televisión local SBT Brasil en el curso de un conflicto por el control de sus calles con el Gobierno Federal. FOTO: SBT.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 044 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

A.G. En cualquier caso, el reforzamiento y puesta en acto de alternativas regionales al


capitalismo neoliberal, como las que ha citado en América Latina, podrían también dar
lugar a cierto diálogo, haciendo un ejercicio de posibilismo, entre Davos y Porto Alegre.
No dejaría de ser significativo que fueran, digamos, esta vez los progresistas del mun-
do, y no los Sarkozy y las Merkel, los que forzaran al nuevo el capitalismo a regularse ¿no?,
estableciendo así sus nuevas condiciones de existencia para el medio y largo plazo. Cla-
ro que a cambio de la cesión de un veinte por ciento de la plusvalía global a la sociedad...

I.R. Es decir, lo que...

A.G. Por ejemplo, la figura de Mario Soares, que estuvo con usted en Porto Alegre. Soares,
por ejemplo, representa un poco...

I.R. Sí, sí. Mario Soares representa una personalidad muy sensible, digamos, con los proble-
mas ecológicos del mundo. Es uno de los grandes líderes de la plataforma sobre el agua po-
table y naturalmente es muy consciente de que el capitalismo no es capaz de regularse solo.
Esto, por otra parte, no sólo lo dicen los críticos desde la izquierda, sino que muchos econo-
mistas liberales, ellos mismos dicen que el capitalismo es incapaz de regularse solo y cada
vez que el Estado ha abandonado las riendas del capitalismo, ha dejado que el capitalismo
sea piloteado por los capitalistas, por los financieros, cada vez ha habido una crisis.

Desde la crisis de 1929 hay una crisis grave cada diez años, digamos. Recordemos que
en 1997 hubo la grave crisis de Asia del sureste, extraordinariamente importante. Y hoy
estamos ante una crisis, hemos dicho ya que puede ser importante y puede ser deses-
tabilizadora en muchos sentidos. ¿Y qué es lo que estamos viendo? Estamos viendo que
los Estados, que teorizaban la idea de que al capital hay que dejarle todo el espacio po-
sible porque el mercado es quien sabe regular las sociedades, porque la mano invisible
es la que mejor arregla las cosas en una sociedad, y cuanto menos Estado haya, mejor es,
¿qué es lo que estamos viendo? Que ante el temor a la crisis, los estados neoliberales, o
los dirigentes neoliberales, están interviniendo masivamente.

Nunca ha habido tanta intervención del Estado como en este momento. Mire a EEUU:
el presidente Bush, un ultraliberal, ha propuesto un plan de intervención del Estado mediante
devolución de impuestos -como también en España-, para activar la economía. Es decir, el
Estado, en muchas situaciones, los propios neoliberales están considerando el tabú de la in-

A los nuevos dirigentes latinoamericanos se les ataca tanto porque el modelo se


extiende en Latinoamérica y ¿a dónde se va a extender mañana? No a Europa ¿pero
a África? Actualmente en África el dirigente político más popular no es un africano,
es Hugo Chávez, cualquiera puede ir aquí cerca [de Canarias], a Dakar y verificarlo.
Les recuerda hoy a Tomás Sankara, que fue asesinado porque quería también que las
riquezas del país se vendan, es normal, pero que eso sirva al conjunto de la sociedad
II Seminario Atlántico de Pensamiento 045 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Disturbios callejeros en Atenas tras la muerte de un joven a manos de la policía, en diciembre de 2008.
FOTO: ORESTIS PANAGIOTOU (EFE).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 046 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Avelino Sala. Mind the gap, 2007.

tervención del Estado. Sólo cuando Evo Morales quiere nacionalizar el petróleo ahí, dicen, el
Estado no debe intervenir, pero para atajar una crisis importante ellos mismos hacen intervenir
al Estado. Acabamos de verlo en Inglaterra, con un gobierno neoliberal aunque socialdemócrata.
Northern Rock, el banco ese que primero tuvo dificultades por la crisis de las subprime [hi-
potecas de alto riesgo], ha sido nacionalizado por el Estado. Nacionalizar es como una pa-
labra prácticamente obscena en la boca de un neoliberal. Y, sin embargo, han nacionaliza-
do, después de haberlo ayudado enormemente, haberle prestado créditos el Banco de In-
glaterra, etcétera, y han acabado por nacionalizarlo.

Hemos visto que los estados hoy están dispuestos. Los bancos centrales están inter-
viniendo masivamente, porque el problema es que aún no se sabe cuál es la dimensión
de, digamos, la necesidad de liquidez del mercado. Se pensaba que la crisis de las subprimes
había provocado una desaparición de doscientos mil millones de dólares, y se ha traba-
jado sobre esa cifra, doscientos mil o trescientos mil millones de dólares.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 047 Qué soluciones para un mundo desigual
Ignacio Ramonet

Ahora se está barajando la cifra de seiscientos mil millones de dólares. Porque ya ve- Antes nacionalizar
mos que la crisis ha pasado del sector bancario al sector de los seguros, y del sector de era una palabra casi
los seguros al sector de los fondos, y fondos [de capital riesgo] tan importantes como Blacks- obscena en boca de
tone o Karlyle ahora se ven afectados. Ya los propios bancos, el primer banco del mundo,
un neoliberal y, sin
Citi Group, tuvo que recurrir a lo que se llaman los fondos soberanos, que son fondos de
Estado, de Abu Dhabi (Emiratos Árabes) o Singapur, y mañana de China.
embargo, ahora
han acabado
Blackstone, por ejemplo, este fondo americano que ahora se ha descubierto que está nacionalizando
también en crisis a causa del virus de las subprimes, es un fondo que ya está participa- bancos. No sé si será
do por el capital de Estado chino. Un país comunista está entrando en el capital de uno posible un diálogo
de los principales actores protagonistas del capitalismo irracional de hoy. Es decir, vean
entre Davos y Porto
que la lectura no siempre es sencilla y, en todo caso, no hay escrúpulos en ese caso para
Alegre pero entre
aceptar la participación de los Estados. De ahí que, efectivamente, haya esta idea de que
en la economía, en la situación con la que nos encontramos hoy es que una serie de prin- éstos últimos hay
cipios -en particular, el principio de dejar al mercado funcionar totalmente, que el capi- una segunda línea
talismo esté únicamente en manos de los capitalistas- vemos que no funcionan, porque que no rechaza la
éste no sabe regularse. Y, por el contrario, lo que están reclamando muchos economis- globalización sino
tas neoliberales es que haya más reglamentación por parte de los Estados. que quiere
adaptarla, utilizar
A.G. O sea que es un momento en el cual posiblemente el capitalismo sea susceptible
la energía del
de una cierta regulación. capitalismo para
obtener una riqueza
I.R. Seguro. En este momento... bueno, no sé si es posible un diálogo entre Davos y Por- que luego se pueda
to Alegre. Pero no cabe duda de que Porto Alegre es la expresión de, digamos, dos lí- repartir mejor en la
neas: la expresión de una línea de ‘no’ al neoliberalismo, ‘no’ a la globalización, radical,
sociedad
que es una línea importante en Porto Alegre. Pero también existe -usted lo recordaba
antes- una segunda línea que es: adaptemos la globalización, humanicemos la globa-
lización, modifiquemos la globalización para hacer que no sea tan injusta, tan cruel, tan
desigualitaria. Y este sector, efectivamente, es un sector, en fin, yo creo que sería sus-
ceptible de utilizarse un poco -como muchos socialdemócratas lo han pensado-, utili-
zar la energía del capitalismo (y está demostrado que el capitalismo tiene una enor-
me energía) para obtener una riqueza, o un crecimiento que se traduce en riqueza, que
se pueda repartir mejor en la sociedad.
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

La ciudad del siglo XXI:


Su diseño y sus formas
de gestión

Joan Busquets
Urbanista y arquitecto, es doctor en Arquitectura y

Joan profesor de diseño y planificación urbana en la

Busquets Universidad de Harvard (Graduate School of

Design). Tras haber sido uno de los principales

artífices de la Barcelona olímpica, ha colaborado en

la planificación de Den Haag, Lisboa, Marsella,

Rotterdam, Singapur o Sao Paulo. Ha construido

edificios emblemáticos en Trento o Nesselande o

rehabilitado cascos históricos como el de Toledo

(Premio Gubbio 2000). Y ahora dirige, entre otros,

el Proyecto Guiniguada en Las Palmas de Gran

Canaria. Entre sus últimos libros destacan Barcelona:

La evolución urbana de una ciudad compacta, Nueva

Orleans: Estrategias para una ciudad en tierra blanda,

A Coruña: La ciudad marítima rencuentra al Puerto,

o bien Ciudades X Formas: una nueva mirada hacia

el proyecto urbanístico.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 051 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Manhattan.

Manhattan.

Buenos días. En primer lugar, querría agradecer al Centro de Iniciativas de la Caja de


Canarias por habernos invitado a este seminario. Estamos ante un asunto general que
me parece muy relevante. El director del seminario, Antonio G. González, nos pone sobre
la mesa la amplio cuestión “Exceso y escasez en la era global” para someterla a la visión
de distintas disciplinas y campos del saber, para ver cómo se enfoca esta situación de gran
transformación en las pautas sociales, en el sistema económico, en las formas urbanas,
etcétera. Y yo me voy a referir a las cuestiones de cómo la nueva situación está afectan-
do a las ciudades, al sistema urbano y, sobre todo, a cómo afecta -como dice el título de
mi ponencia- al diseño y a la gestión de las ciudades.

Esto a mí me parece importante porque la cuestión de la modificación o la gran trans-


formación de las ciudades es espectacular. Si observamos esta doble imagen de Manhat-
tan, que responden a unos noventa años de diferencia, vemos que no parece la misma ciu-
dad. Pero la cuestión de la transformación urbana es cada vez más acelerada. Si hiciéramos
el mismo ejercicio en un sector como en Shanghai, el famoso sector de Pudong, en diez años
hay un cambio de imagen que tiene el mismo valor del que observamos en Manhattan. Es-
tamos hablando de que lo que antes tardaba noventa o cien años, ahora está tardando diez
II Seminario Atlántico de Pensamiento 052 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Hace unos meses años. Pero sobre todo, hay una transformación doble: por un lado la transformación de la
hemos sobrepasado imagen de la ciudad; y por el otro el cambio del funcionamiento, de la estructura urbana.
una cifra mágica: En la primera imagen de Manhattan se ve que está funcionando transversalmente, imagi-
más de la mitad de nemos que ahí leemos que las mercancías llegan por el agua, se despacha el trasiego de mer-
cancías y salen por el norte; mientras que en la segunda imagen, el uso de los muelles y los
los humanos viven
piers es menor y la fuerza que tiene el borde es su reflejo en los edificios.
ya en ciudades. En la
historia de largo Voy a tratar de presentar algunas de las cuestiones del diseño de la ciudad, en un senti-
alcance, los avances do amplio. Hablo de diseño para no utilizar la palabra proyecto, término que me parece que
y progresos se han podría ser demasiado limitado; se interviene en la ciudad también desde la gestión, se in-
hecho en las terviene en la ciudad a través de crear estrategias, planes..., hay múltiples instrumentos de
cómo comunicamos la ciudad, múltiples instrumentos que no voy ahora a detallar. En cual-
ciudades. Y es en
quier caso, Antonio G. González nos pone sobre la mesa este tema de la era global y este dua-
éstas donde más lismo o esta contradicción entre la escasez y el exceso.
hombres y mujeres
van a acumularse en Seguramente podemos estar de acuerdo con esto, y a ello me gustaría añadir que hoy
el futuro, con lo que en día estamos en una situación donde la evolución tecnológica es aún más fuerte de lo
el progreso puede que lo ha sido antes. Me atrevería a decir que seguramente la evolución tecnológica se
tener más fácil parece más a la experimentada en el XVIII y en el XIX, que no a la vivida en el XX. Me pa-
rece que es una revolución tecnológica profunda, que va directamente a las personas. No
distribución. Lo
me voy a extender en esto, pero tengo la impresión de que probablemente el siglo XX será
preocupante es que visto en la historia de largo alcance, como el gran momento de la difusión, acompaña-
esta acumulación do de la movilidad individual a través del coche. Pero, sin duda, esta revolución social que
urbana va a ha sido la revolución higiénica y que, por lo tanto, la que cambió la forma de vida, es la
producirse en que está pasando ahora en el siglo XXI. Me parece que el fuerte impacto de la revolución
ciudades tecnológica en el siglo XX, el gran siglo del automóvil y el gran siglo del progreso social,
el de unos avances sobre todo en el mundo occidental, han hecho que el hombre sea más
multimillonarias en
responsable; pero al mismo tiempo hay que tener en cuenta de que ha sido el siglo don-
habitantes: Sao de el hombre ha conocido o ha tomado la postura de creer que el crecimiento era infi-
Paulo ,Ciudad de nito. Por lo tanto, hoy en día estamos en una postura donde nos damos cuenta de que
Méjico, Manila, dicha premisa no es posible, y aparece otra tendencia que, junto con la revolución tec-
Bombay, con nológica, nos llama la atención sobre el buen uso del territorio, sobre los criterios de sos-
estructuras urbanas tenibilidad, sobre los criterios de un buen uso de la energía, etcétera.
muy escasas, débiles,
Son cuestiones que probablemente ya en el XIX no eran nuevas, pero ha sido a finales
y a las que hay que
del XX donde el crecimiento o el desarrollismo absoluto nos ha llevado al impasse. En este
armar para que ese sentido, creo que el hombre ha avanzado, ha progresado. Han habido momentos de muta-
crecimiento no se ción, de cambio, y quiero ser muy optimista porque soy del parecer que lo vamos a contro-
convierta en algo lar. Hay que hacer un esfuerzo y yo particularmente no me apuntaría a una posición catas-
totalmente abusivo trofista. Creo que vamos en mal camino pero también me parece que somos conscientes
para sus nuevos de ello y, apelando a la racionalidad del ser racional, esta conciencia nos va a llevar a enfo-
ques más maduros. En estas posiciones es donde yo creo que entra el tema de la ciudad. Si
habitantes, que son
observamos la situación actual hace pocos meses que se ha sobrepasado una cifra mági-
los más pobres ca: más de la mitad de los humanos vivimos en ciudades; pero fijémonos que todavía es ‘so-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 053 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Joan Busquets, durante su conferencia en el curso del II Seminario Atlántico de Pensamiento,


Exceso y escasez en la era global, en el CICCA en marzo de 2008.
FOTO: VÍCTOR M. CRUZ
II Seminario Atlántico de Pensamiento 054 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

lamente’ la mitad de los humanos. Si miramos la historia de largo alcance, me atrevería a


decir que todos los avances y los progresos se han hecho en nuestras ciudades –permítan-
me que me lleve un poco el agua a mi molino-. Por tanto, es en las ciudades donde más hom-
bres y mujeres van a acumularse en el futuro y, en este sentido, el progreso tendrá mejor y
más fácil distribución. Lo preocupante es que sabemos que esta acumulación urbana se va
a producir precisamente en las ciudades que hoy en día ya son multimillonarias en habitantes:
se habla de Sao Paulo, Ciudad de Méjico, Manila, Bombay, ciudades que además disponen
de unas estructuras urbanas muy flacas, muy débiles. Por tanto, esto plantea un problema
muy serio. Hay que pensar cómo estas ciudades deben armarse y organizarse para que este
crecimiento no sea un crecimiento absolutamente abusivo para sus residentes. En referen-
cia a la idea de escasez-exceso que Antonio G. González pone sobre la mesa, creo que la cues-
tión de la sostenibilidad aparece en los países con exceso, pero el problema es que la esca-
sez es más importante que los excesos, y en este sentido se puede decir que hay que cortar
los excesos pero hay que dar prioridad a sufragar y a mejorar la escasez. Por tanto, todavía
bajo mi punto de vista, los problemas del mundo son dobles y este hecho se ve claramen-
te reflejado en las ciudades, y lo que es más preocupante, me refiero ahora de manera au-
tocrítica, muchas veces los arquitectos urbanistas estamos más interesados en lo bien y lo
original de nuestro proceder en el mundo occidental, y no nos damos cuenta de que los pro-
blemas del mundo no occidental son más importantes que los que tenemos nosotros. No
voy a resolver ese tema aunque sí lo quiero dejar sobre la mesa.

Boston. Boston.

En referencia a nuestras ciudades, por ejemplo una ciudad que es una isla, Boston, y
que puede verse en la imagen, nos podemos fijar en la fuerza que tiene su desarrollo, cómo
de una casi isla se hace un espacio que no tiene casi nada que ver con el sistema de is-
las. Esta es, en el fondo, la manera cómo ciudades tan europeas, aunque Boston esté en
América, se han hecho. Probablemente el mérito de que esta transformación natural-
artificial se haya llevado a cabo, radica en proyectos muy ambiciosos, muy bien gestio-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 055 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

nados y muy bien desarrollados; fue el gran proyecto de Olmsted, con Back Bay que des-
arrolló para Boston. Este es el concepto que me gustaría destacar: me parece que esta dis-
cusión entre la forma y el diseño es lo que encontramos a faltar hoy en día en las gran-
des explosiones de nuestras ciudades.

Ciudad en Asia.

Esta imagen hace referencia a una ciudad en Asia. Es una ciudad que ha pasado en diez
años de una mancha discreta a la mancha amarilla actual. En este contexto del proceso
de desarrollo explosivo, hay ciertos teóricos que postulan que el crecimiento genérico
de las ciudades puede ser llevado a cabo por cualquiera, y que lo verdaderamente im-
portante es que la arquitectura se concentre en los nodos. Mi posición es opuesta a di-
chos postulados. Creo que no se puede ser cínico en estos aspectos porque en estos cre-
cimientos genéricos sólo viven los trabajadores y la gente más pobre. Por lo tanto, mi opi-
nión es que las ciudades crecen y van a crecer mucho, pero hemos de dotarnos de ins-
trumentos potentes, que permitan a estas ciudades poder asegurar unas condiciones de
vida mínimas, decentes, que es lo que la clase obrera consiguió en Europa o en Occidente
durante el siglo XX, después de muchas luchas.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 056 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Industria en el norte de África.

Nos encontramos actualmente en una época global, con un sistema económico post-
industrial. Y yo me pregunto qué inseguros estaremos todavía, que un componente tan
importante para todos sea aún llamado post-industrial y por el contrario no hayamos en-
contrado todavía una palabra propia. Hoy en día, en este marco de desarrollo post-industrial
a través de deslocalizaciones. Pero vemos en la imagen un desarrollo de una industria en
el norte de África, con su previsión de instalaciones industriales y espacios habitativos
para sus trabajadores cualificados. Y observamos también cómo alrededor de éstas, está
creciendo un sistema de autoconstrucción que son las personas que darán servicio a los
que trabajan en dicha industria. Por lo tanto, repetimos exactamente el mismo modelo,
con lo que no tiene nada de post-industrial; en todo caso, observando el sistema de au-
toconstrucción, se trataría más bien de un poblado preindustrial total.

La cuestión de la sostenibilidad, la conciencia de que no puede seguir habiendo un


crecimiento ilimitado, aparece en los países con exceso, pero el problema es que la
escasez es más importante que los excesos. Y, en este sentido, hay que cortar los
excesos pero hay que dar prioridad a sufragar y a mejorar la escasez. Los problemas
del mundo son dobles, esto se ve reflejado en las ciudades. Los urbanistas estamos
encantados con lo original de nuestro proceder en el mundo occidental sin darnos
cuenta de que los problemas del mundo no occidental son mucho más importantes
II Seminario Atlántico de Pensamiento 057 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Milán. Pintura.

La investigación nos muestra que nuestras ciudades tienen un crecimiento exterior muy
grande; es lo que se llama normalmente difuso, entre los teóricos. La primera imagen es de Mi-
lán, donde se observa el centro de la ciudad, y el resto que es donde está el verdadero creci-
miento de Milán. La verdadera economía floreciente de toda la región milanesa está fuera, y
no dentro; dentro es donde hay los escaparates de la moda, los spa, los hogares especiales, pero
el verdadero boom está fuera de la ciudad. Por lo tanto, es una observación importante la de
que nuestras ciudades actúan como sistemas abiertos y debamos entonces recurrir otras for-
mas de interpretar estos fenómenos. La segunda imagen es de una pintura, pero probablemente
esta pintura dice más cosas que muchos de los análisis que se estaban haciendo sobre Milán.
Porque quizá lo que está cambiando son los modelos pero también necesitamos cambiar nues-
tra manera de interpretar los modelos. ¡Qué pena que las ciudades no sean cerradas más y el
campo esté en tensión! Muchas veces lo hemos discutido en conferencias.

Maastricht.

Acabamos de hacer una investigación sobre Maastricht, esta famosa ciudad del euro,
que es una ciudad fortaleza, una ciudad donde compiten todos los poderes de Europa du-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 058 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

rante trescientos años. Hace tiempo decíamos que las ciudades eran cerradas, y había el
campo. Pero esta ciudad, resulta que no era una ciudad cerrada. Hemos descubierto que
hay un sistema de murallas, pero hay un sistema de contrafuertes y unos espacios agrí-
colas dentro de la ciudad, y fuera de la ciudad un sistema de conexiones entre estas for-
tificaciones, entre las cuales estuvo el famoso fortificador Vauban. Por tanto, es una ciu-
dad que estaba funcionando sólo con la muralla cuando era atacada, pero todo el siste-
ma defensivo, que iba desde dentro de la ciudad hasta fuera, era un sistema industrial
de producción, de innovación, pues la ciudad no estaba siempre en guerra. En este sen-
tido, hay que romper estos mitos que a veces la historia fácil nos ha dado, y esta imagen
bucólica. Hemos de revisar los modelos que utilizamos hoy para el diseño de la ciudad,
pero también los modelos que hemos utilizado para entender el pasado.

Copenhague. Copenhague.

Una de las ciudades modelo en la planificación de la posguerra, incluso de la preguerra,


es Copenhague. Como se observa en la primera imagen, con este esquema de la mano
abierta, es una puesta muy clara y ha sido un modelo en Europa como ciudad. El esque-
ma consistía en situar los trenes siguiendo la mano y entonces el crecimiento de la ciu-
dad seguirá. Y efectivamente funcionó en la ciudad, pero tan literalmente que la nueva
construcción del larguísimo puente que liga Copenhague con Malmö ha creado un sis-
tema de ciudad, de anillo. Por tanto, son ideas que quedan del pasado y que la forma ur-
bis del desarrollo necesita ir revisando o reformulando.

Estos ejemplos o reflexiones tienen que ver con la investigación que he llevado a cabo
con mi grupo de trabajo en los últimos tres años, y que ha dado lugar al libro ‘X Lines’,
que discute sobre las formas como diseñamos la ciudad. En este contexto, voy a pre-
sentar ahora algunas experiencias situadas al albor del siglo XXI, y que inducen hacia
cuatro elementos de reflexión.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 059 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Guggenheim. Graz. Ito.

La primera reflexión se basa sobre lo que podríamos llamar el urbanismo o la arquitec-


tura de los excesos. Estamos hoy en día en una tendencia donde no hay ciudad que no quie-
ra tener un edificio que yo llamo singular, espectacular, siendo el Guggenheim de Bilbao un
claro ejemplo. Otro ejemplo que también podemos ver en las imágenes es el de Graz, en Aus-
tria. Esta es una pequeña ciudad, de 100.000 habitantes que casi nadie conocía anteriormente.
Pero se permitió crear un centro especial, no solamente por su contenido, pero sobre todo
por su expresión, para llamar la atención. Cabe decir que, desde el punto de vista de la ar-
quitectura, son edificios que permiten innovar muchísimo. Y es indiscutible que después del
éxito de Bilbao no hay ciudad que no quiera tener un Guggenheim. Se podría llegar a pen-
sar que poniendo un Gehry en su ciudad todo queda resuelto. Cuando nosotros hicimos esta
investigación, estudiamos qué había pasado en Bilbao, y una de las conclusiones fue que el
Guggenheim es bastante irrelevante respecto al conjunto de proyectos que Bilbao hizo. Una
consecuencia de esta investigación es que si pone un Guggenheim o un Gehry en su ciudad,
también ha de poner otras muchas cosas para que la ciudad funcione. Y por lo tanto, no es
tan fácil, hay que poner mucho cuidado sobre estas muchas otras cuestiones.

Toledo. El Greco. Zaguanes.

El primer tema que quería plantear es la reinterpretación de las piezas de la ciudad tra-
dicional. Creo que durante décadas se ha hablado mucho de la rehabilitación de la ciudad
histórica. Me parece que hay ejemplos fantásticos en España, de procesos muy evidentes.
Seguramente hoy en día toca pensar algo más allá que en la rehabilitación, y tratar de en-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 060 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Busquets, explicando dos imagenes de Nueva York.


FOTO: VÍCTOR M. CRUZ

tender cuál es el rol de las ciudades históricas y tradicionales en el conjunto urbano. En este
contexto, presento un ejercicio que tuvimos la oportunidad de desarrollar en Toledo, ciudad
emblemática, ciudad donde se puede ver la superposición de las tres culturas, con un tra-
zado claramente árabe, y unas calles y unas parcelas muy difíciles. Destaca el protagonis-
mo de El Greco en su historia, que nos permitió proyectar la ciudad y su futuro. Toledo no
tiene planos históricos; se quemaron, se los llevaron los franceses. Toledo fue una ciudad casi
abandonada después de la ocupación francesa. Todos los monumentos que vemos tan her-
mosos de Toledo fueron reconstruidos a finales del XIX, principios del XX, excepto la cate-
dral y otros pocos. Y fue en este contexto que un plano tan fantástico como el de El Greco,
nos permitió reentender qué le había pasado a la ciudad y cuál era, lo que podríamos lla-
mar hoy en día, el DNA de la ciudad. En Toledo se propuso, y fue muy exitoso, recolocar la uni-
versidad, o gran parte de ella, en el centro histórico, aunque no los elementos técnicos de
la universidad. Pero volviendo al tema del DNA de la ciudad, descubrimos la gran importancia
del concepto de pulmón interno, donde la calle no tiene ningún valor, como pasa en la ma-
yoría de las ciudades árabes, y son los patios, los zaguanes, pequeños jardines dentro de las
parcelas, los que actúan realmente como espacios de relación y espacios funcionales para
la ciudad. Son elementos de este tipo que permiten entender que el centro puede ser no so-
lamente rehabilitado, sino incluso reentendido. Toledo es una ciudad que recibía 25.000 co-
ches al día, en su casco histórico. Con sus características calles, se pueden imaginar cuán di-
fícil era el acceso. Y en este sentido, la estrategia debía basarse en pensar que había que ce-
rrar más o menos la ciudad al tráfico del visitante, dejando sólo pequeños aparcamientos
al residente, y en cambio producir sistemas de acceso exteriores potentes.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 061 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Toledo.

Toledo. Toledo.

En esto se basa la primera propuesta de proyecto, que se desarrolló junto con Elías To-
rres y que se puede observar en las imágenes. Funciona muy bien y 15.000 personas lo uti-
lizan cada día. Un segundo proyecto, que estamos desarrollando actualmente y que se pue-
de ver en las imágenes, está emplazado detrás de la muralla, donde había un antiguo apar-
camiento. Se basa en colocar un sistema de remontes, pensando que la ciudad incorpora un
tranvía que te deja al pie de la montaña y con el sistema de remontes, uno llega arriba. Por
tanto, elementos de movilidad que hacen que este centro no solamente pueda tener fun-
ciones, pero estas funciones nuevas piden a su vez relaciones de acceso distintas. El gran pro-
blema de hoy en día es que estamos en una condición donde tenemos más movilidad que
nunca, y al mismo tiempo existe la posibilidad de trabajar en casa con una computadora per-
sonal. Es verdad, pero las personas que escogen esta última opción son realmente las per-
sonas que se mueven más. Lo que se ha visto es que éstos, cuanto más internautas son, más
movibles son, o más movilidad demandan. Y el punto siguiente es que la movilidad demanda
elección: lo que cada uno quiere elegir es yo quiero ir de un sitio a otro pero quiero elegir cómo
II Seminario Atlántico de Pensamiento 062 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Remontadores

ir: si voy a pie, si voy en bicicleta, si cojo el tranvía, si voy en auto. Y es en este proceso de elec-
ción donde las personas llegan a conclusiones como que ‘en auto no puedo ir porque es un
sector donde el auto no es conveniente’. Por tanto, la elección pasa por este sistema que nos
obliga al diseño de la ciudad, a pensarla mucho más, en formas de uso, incluso distintos di-
seños por la mañana que por la noche, el fin de semana, durante el día, durante las vacaciones.
Es de hecho, un sistema menos fácil, o menos evidente de lo que había sido en otros mo-
mentos. Las ciudades históricas, las ciudades tradicionales exigen ser repensadas.

Lisboa. Fuego en El Chiado. Edificio de El Chiado. Edificio de El Chiado.

Dentro de este mismo tema, presento otro ejercicio, en Lisboa, una ciudad hermosí-
sima, donde se produjo el desastre del fuego del Chiado. En este caso fuimos invitados
a intervenir en un proyecto muy grande, donde la estrategia de reconstruir el Chiado si-
guiendo la lógica de la ciudad, estaba ya definida por Álvaro Siza, que propuso muy in-
teligentemente no solamente reconstruir el Chiado como era antes del fuego, sino ha-
cerlo como era cuando Lisboa fue reconstruida después del terremoto y, por tanto, reconocer
que la ciudad pertenecía a esa época. Por tanto se trata de un edificio que en su apariencia,
es un edificio que pertenece a la ciudad, y si ustedes pasan por este conjunto, casi no per-
ciben que hubo un fuego, casi nadie se da cuenta de un desastre que padeció. Pero ade-
más de su apariencia, el edificio dentro es moderno, y empalma con la salida del metro,
hecho que permite que sea una parte central de la ciudad sin necesidad de coches, o muy
pocos, pues está bien conectado a sistemas de transporte público principal. Por tanto, con
este ejemplo, querría conducir la reflexión de la rehabilitación hacia la idea de cómo las
piezas de la ciudad pueden hilvanarse o integrarse conjuntamente.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 063 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Muelles de Ámsterdam. Muelles de Ámsterdam.

El segundo tópico al que me gustaría referirme es a la idea de que hay que reconsiderar
o hay que pensar, sobre todo, en transformar fragmentos de la ciudad que ya existe. Creo
que una reflexión que se nos abre hoy en día es que quizás este hiper-desarrollismo de ir con-
sumiendo territorio es absurdo, es mucho más costoso. Y por el contrario, hay que pensar
que la ciudad va cambiando sus usos. Este es el caso ejemplar en de Ámsterdam. En las imá-
genes se pueden ver los muelles del puerto de esta ciudad. Es importante destacar que los
muelles están ya, y por lo tanto están todos los elementos resueltos, y este es el hecho que
permite que dichas áreas puedan convertirse en zonas de residencia. Este argumento me
parece a mí que nos plantea la posibilidad de pensar la ciudad desde el fragmento, pensar
la ciudad desde el punto de vista de lo que queda entre piezas de ciudad y, a partir de ellas,
generar propuestas innovadoras. Son proyectos bien conocidos que no necesitan mucha des-
cripción, y muy distintos entre ellos. En todos ellos, la posibilidad de la creación en el dise-
ño es muy fuerte, aunque aceptemos ciertas lógicas muy concretas y muy definidas: en lu-
gar de expandir más, tratemos de reciclar lo que tengamos, tratemos de buscar un mejor
uso de estos espacios, antiguamente, de depósitos del muelle.

Lo curioso de este ejemplo es que podemos ver cuatro proyectos distintos que tienen exac-
tamente la misma densidad y que dan resultados urbanos totalmente distintos. Y esto me
interesa destacarlo porque quiere decir que la ciudad está equilibrada. Esta es una ciudad
de densidad intermedia, donde podemos pagar el tranvía, podemos tener escuelas cerca, te-
nemos supermercados, y los servicios. Y es una ciudad que puede dar resultados urbanos y
formas residenciales muy distintas. Cabe destacar que Ámsterdam es una ciudad que el 80
II Seminario Atlántico de Pensamiento 064 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Estamos hoy ante por ciento de la vivienda es de alquiler, y el 80-85 por ciento de las viviendas están todavía
un urbanismo de los en suelo público. Entonces, se puede decir que es una de las ciudades más “sociales” de Eu-
excesos, no hay ropa, y en cambio es una de las ciudades con mayor innovación arquitectónica y urbanísti-
ciudad que no ca, como podemos ver en éstos ejemplos de las imágenes. Ejemplos que nos permiten en-
quiera un edificio tender que la ciudad se puede pensar desde el fragmento, si hay una coherencia entre
los fragmentos. Otro ejemplo claro es el de la ciudad de Londres, ciudad que nunca ha te-
‘estrella’ y éstos
nido un plan maestro, nunca ha tenido un Plan General. Londres tiene el primer Plan Ge-
permiten innovar
neral en la Segunda Guerra mundial. Es una ciudad que se hace a trozos, pero cada tro-
mucho pero suelen zo mira al de al lado y empalma con el de al lado. Esta es una manera muy inteligente de
ser irrelevantes para hacer. No digo que sea la única ni la mejor, pero es una manera muy útil.
el objetivo de que la
ciudad funcione (...)
Hay que plantearse
la reinterpretación
de las piezas de la
ciudad tradicional,
pensar la ciudad
desde sus distintos
fragmentos en la
idea de que éstos se
hilvanen e integren
de nuevo (...) Y en
esta línea del
proyecto urbano y
el reciclaje frente al
hiperdesarrrollismo,
absurdo y costoso,
aparece la idea de
reescalar las
infraestructuras del
desarrollismo,
transformándolas
en soportes de la Parque en Seattle.
ciudad, para que
dejen de ser su En la línea del proyecto urbano y del reciclaje aparece el tema de reescalar las infraestruc-
negación turas. En estos momentos en nuestras ciudades, uno de los grandes dramas, es qué hacer con
las infraestructuras del desarrollismo. En las imágenes se puede ver un proyecto muy reciente
en Seattle. Se trataba de un suelo con muy poco valor, pues tenemos una autovía, una auto-
pista, el tren, unos depósitos; Por lo tanto, un proyecto muy interesante por su complejidad que
trata de utilizar la geografía para colocar un parque y crear uno de los parques más lindos de
II Seminario Atlántico de Pensamiento 065 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

esta ciudad. Este proyecto se llama Olympic Park, es un proyecto inaugurado hace pocos me-
ses. Sin duda muestra que los elementos de la ciudad pueden ser retomados y transformar las
infraestructuras en soportes de la ciudad, para que dejen de ser una negación de la ciudad.

Otro proyecto en esta misma línea en el que hemos estado trabajando en los últimos años
es en la ciudad de Delft, en Holanda, una ciudad muy hermosa donde el tren pasa en viaduc-
to por el centro de la ciudad. De hecho, cuando empezó a llegar el tren, la frecuencia era de un
tren a la semana, que paraba y seguía. Y fue en los años 60 cuando se optó por levantar los tre-
nes y hacer un viaducto para los ferrocarriles, debido a los incrementos de frecuencia. Hoy en
día pasan 300 ferrocarriles al día y el espacio se ha convertido en un espacio central inhabita-

Delft.

ble. El proyecto trata de buscar la continuidad que el ferrocarril había cortado y al mismo tiem-
po ofrece la posibilidad de un desarrollo, en el mismo espacio del ferrocarril, de un fragmento
de ciudad necesaria. El proyecto asegura que el ferrocarril en Delft tenga un doble túnel que dará
un mejor servicio que el actual; asegura que se pueda incorporar la alta velocidad, mientras la
estación queda en el mismo corazón de la ciudad, permitiendo a la ciudad resolver un fragmento
tan necesario, pero sin perder el servicio que le da esta infraestructura tan potente.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 066 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Las Palmas de Gran Canaria.

Otro proyecto en el que hemos estado involucrados estos últimos años, es la posi-
ble reconversión del espacio central en el Guiniguada, en Las Palmas. Se puede decir que
Las Palmas, es una ciudad donde la capacidad del tejido urbano central es absolutamente
emblemática. En este sentido el centro histórico tiene una gran capacidad. De hecho,
hay pocas ciudades en España que tengan un centro histórico tan bien conservado. Al
mismo tiempo, era difícil interpretar qué papel debía jugar, en el conjunto metropoli-
tano, este espacio central en el Guiniguada. Y fueron los análisis de cómo la ciudad se
II Seminario Atlántico de Pensamiento 067 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Las Palmas de Gran Canaria.

formó, los que nos ayudaron a llegar a la conclusión del rol del barranco y de la costa.
La ciudad, como todas las ciudades, ha ido avanzando sobre el mar. El problema es que
en los últimos años, en las últimas décadas, la forma del borde del mar ha sido muy caó-
tica, sufriendo rellenos sin ningún tipo de lógica. Se pensó en este punto en la idea de
que si la tangente del perímetro podría ser coherente, seguramente permitiría abrir la
posibilidad de que el barranco no tuviera un elemento central en sí mismo y pudiera
pasar a jugar con otras formas de infraestructuras. Y siguiendo esta línea, la operación
se pensó en una organización del sistema hidráulico, del viario, y una apertura del ba-
rranco para que tuviera más capacidad hidráulica y también beneficiarse de un espa-
cio que podría utilizarse como un espacio público. Una vez abierto el barranco, se cons-
truye la gran plaza del océano, donde el sistema de intercambio entre el agua brava y
el barranco tienen el elemento de relación máxima.

Pero sobre todo, la creación de este gran parque central, no solamente permite que
Vegueta y Triana se relacionen, pero también que Vegueta encuentre de nuevo una re-
lación amable, fácil, peatonal, directa, con el océano. Es pues un sistema de relaciones.
Tanto este proyecto como el anteriormente descrito en la ciudad de Delft, son proyectos
que al tener que relacionarse con infraestructuras pesadas, obligan a un control de la to-
pografía muy preciso. Podría decirse que prácticamente el centímetro es importante. Por
lo tanto, son proyectos que se trabajan siempre, por capas, y en el fondo, son las capas
las que van formalizando el proyecto.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 068 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Ian McHarg. Fresh Kills.

El tercer tópico se refiere a la reinterpretación del medio natural. Hoy en día, en nues-
tros contextos urbanos, identificamos como parte implícita de ellos los conceptos que el
arquitecto Ian McHarg mostraba en estas imágenes de los años 60. Las otras imágenes
corresponden a un proyecto en Nueva York, que recibe el nombre de Fresh Kills. Este pro-
yecto es la mitad de grande que todo Manhattan y ocupa el lugar donde durante 60 años
se han vertido las basuras de Nueva York. De hecho, 60 años de basuras crean un espa-
cio para un gran parque y seguramente, este espacio será el más innovador que tendrá
Manhattan, por las condiciones de reuso que crea.

Burdeos.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 069 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Pero seamos conscientes de que nos enfrentamos a operaciones de un tamaño enor-


me. En las imágenes vemos el frente del río de Burdeos, donde históricamente se habí-
an instalado las bodegas de vino. Estas bodegas ya no tienen ningún sentido en este lu-
gar, pues la tecnología ha cambiado y, por tanto, qué hacer con estos espacios. Es importante
fijarse que estos espacios, en dimensión, son mayores que el centro histórico de la ciu-
dad. Por lo tanto, son proyectos de una dimensión grande, donde la relación entre el me-
dio natural y el artificial es la base del diseño.

Sao Paulo. Sao Paulo.

Nosotros nos hemos enfrentado en un proyecto de este tipo, quizás uno de los más
complicados por su dimensión, en Sao Paulo, hace algunos años. Sao Paulo es esta ciu-
dad gigantesca que tendrá 18 o 19 millones, o incluso no lo saben cuántos millones de ha-
bitantes, porque hay una población flotante muy grande. Una ciudad donde hay tres mu-
nicipios llamados A, B, C, donde se producían el 80 por ciento de los vehículos de Brasil;
estaban por tanto la Peugeot, la Citröen, … todas, una detrás de otra, instaladas en estos
municipios en los años 60. Pero en tan solo 20 años, debido a técnicas de outsourcing apli-
cadas en la producción, los coches se empiezan a hacer de otra manera, con lo cual esta
inmensa zona queda desocupada. Se trata pues de un suelo enorme donde destacamos
la existencia de un ferrocarril industrial y de una gran bolsa de espacio anegable.

Se puede decir que hoy en día las ciudades son más complejas, pero no sé bien si lo son o es
que nuestra capacidad de entenderlas nos las hace ver más complejas. Y es que cuando no
hay instrumentos para ver la complejidad, no somos capaces de entender, y lo dejamos.
Recuerdo que hace quince años se decía que Londres era una ciudad imposible y que nadie
podía entender qué pasaba en ella. Pero hoy hay sistemas de análisis que nos descubren
otras dimensiones, quizas no nos digan qué hacer con Londres pero permiten entenderla
II Seminario Atlántico de Pensamiento 070 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Busquets, en otro momento de su intervención.


FOTO: VÍCTOR M. CRUZ

Una de las razones por las que las industrias decidieron moverse es porque se inunda-
ban de vez en cuando. Por tanto, la estrategia del proyecto, que no es un proyecto, sino más
bien una visión para el desarrollo, se basa en las oportunidades del ferrocarril por su posi-
ble valor de red urbana, y de las aguas que pueden utilizarse en el periodo de inundación
como lamina de agua de un parque. Una idea de este tipo permitiría que estos tres muni-
cipios, teniendo una mano de obra fuera, pero una mano de obra con capacidad, de inicia-
tiva y con destrezas propias, pudieran organizar menores empresas que de una manera com-
plementaria vuelvan a entrar en gran parte del mercado. En este sentido, el urbanismo no
resuelve las cuestiones pero plantea estrategias donde situaciones o ambiciones sociales.
Se trata de una imagen del cómo el parque puede laminar.

El cuarto tópico hace referencia a las cuestiones de la ciudad abierta. ¿Cuál es la lógica
de esta ciudad abierta? Probablemente la lógica es que antes de hacer una nueva ciudad,
hay que colocar el metro, y el metro es el iniciador de la ciudad. ¿Cómo se hace la ciudad?
En las imágenes se muestra otro proyecto que llevamos a cabo, en Nesselande, Rotterdam.
El lago se está construyendo hasta una profundidad de noventa metros y con la arena que
se extrae se consloida el suelo para fabricar la ciudad. Una ciudad pues que tiene un cen-
tro, con un lago, con una playa y caracterizada por residencia mixta. Una nueva ciudad, un
II Seminario Atlántico de Pensamiento 071 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Nesselande. Nesselande.

espacio residencial, es un espacio donde, sobre todo, hay gente que vive, poca gente que tra-
baja y mucha gente que conmuta, todavía hoy en día. Por lo tanto, es muy importante que
cada manzana tenga sistemas residenciales distintos, que cada conjunto pueda tener vivienda
orientada a más gente mayor, gente joven o gente con niños. Y en este sentido, hay formas
tipológicas donde dentro de la estructura pueden tener sentido.

Space Syntax.

Para concluir, querría volver a un par de reflexiones finales que tienen que ver con las cues-
tiones que Antonio G. González planteaba. Se puede decir que hoy en día las ciudades son
más complejas. Pero no sé si son más complejas o es que nuestra capacidad de entender la
II Seminario Atlántico de Pensamiento 072 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

ciudad nos las hace ver más complejas. Porque yo creo que cuando no hay instrumentos para
ver la complejidad, no somos capaces de entender, y lo dejamos. Recuerdo que hace quin-
ce años se decía que Londres era una ciudad imposible y que nadie podía entender qué pasa
ahí dentro. Pero hoy en día hay sistemas de análisis de la complejidad urbana muy poten-
tes, que son elementos que nos empiezan a descubrir nuevas dimensiones... Son elemen-
tos que dan la temperatura de la ciudad, las formas, los usos, la intensidad. Seguramente no
nos dan la respuesta de lo que hay que hacer en Londres, pero nos dan maneras de enten-
der. Y en este punto, creo que cuanto menos entendamos, más complejo lo veremos.

Fotoplano de Barcelona.

Ahora, volviendo otra vez a la discusión anterior, se muestran unas imágenes de Bar-
celona, ciudad que ha hecho, sobre todo en esta complejidad enorme, grandes proyec-
tos de transformación de la periferia. Pero sin duda, en Barcelona, el periodo más inte-
resante en los años 80 y 90 fue la idea de llevar la innovación hacia las zonas norte y este,
que eran las zonas pobres de la ciudad, junto con la segunda gran estrategia de hacer del
centro histórico un lugar habitable y utilizable.

En este contexto, el programa que llevaba los desarrollos del oeste, la zona más rica
de la ciudad, pagaba pluses que permitían invertir en el norte y en el este, en las zonas
más empobrecidas. Por lo tanto, es con este argumento que yo querría llevar mis últimas
conclusiones, con esta idea de que frente a esta diatriba de exceso-escasez hay espacios,
II Seminario Atlántico de Pensamiento 073 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

Frente a la diatriba
entre exceso y
escasez, hay
espacios, hay
estrategias, hay
mecanismo a partir
de los cuales
trabajar [en la
gestión urbana]. Yo
estaría a favor de
trabajar en la escala
múltiple: con una
estrategia de ciudad,
aunque muchas
veces también con
la estrategia del
fragmento o de un
sector de esa ciudad.
(...) Tampoco las
Intervenciones en el este y norte de Barcelona.
ciudades pude estar
replanteándose
hay estrategias, hay mecanismos, a partir de los cuales se puede trabajar. Yo estaría muy constantemente su
a favor de este trabajo en la escala múltiple. Me parece que en las ciudades a veces se pue- estrategia. Se
de trabajar, y esta fue para mí la gran fortuna en Barcelona, con una estrategia de la ciu- repiensan de vez en
dad; aunque muchas veces hay que trabajar con la estrategia del fragmento o de un sec- cuando. Y ahí entra
tor de la ciudad. No creo que una sea mejor que otra.
la idea del manager
Tampoco las ciudades pueden estar constantemente replanteándose su estrategia ge-
urbano, de la gestión,
neral, no es posible, no hay energía para hacer eso. Las ciudades se repiensan una vez cada la de un urbanista
cuando, y después hay que actuar desde otra estrategia. Y en este contexto es donde los nue- que, aunque trabaje
vos mecanismos de gestión, el nuevo rol que está adquiriendo el manager urbano, el urba- para el sector
nista, el arquitecto debe destacar. Es verdad que hoy en día el sector privado domina sobre privado, tiene que
el público, pero me parece a mí que aunque un urbanista trabaje para el privado, tiene que tener los ojos del
tener los ojos del público. Y en este sentido es donde me parece que Europa está dando al-
público. Y un sector
gunos avances importantes en muchas ciudades, donde esta idea de decir es sólo el públi-
co el que puede hacer las acciones buenas, no es verdad.
público muy
agresivo en el control
Creo que Holanda está llena de proyectos que los capitanea el sector privado, y con un de que las cosas se
sector público muy agresivo en el control de que las cosas se hagan bien. Por tanto, nunca hagan bien y que
diré que el sector público no es necesario. Creo que el sector público no ha de ser el inver- vele por los barrios
sor de todo, como fue en la posguerra. Al sector público le toca definir las líneas, le toca ase-
menos beneficiados
II Seminario Atlántico de Pensamiento 074 La ciudad del siglo XXI:
Su diseño y sus formas de gestión
Joan Busquets

gurar el control, le toca velar para que los barrios menos beneficiados tengan mejoras, y es-
tas mejoras les den otros ciclos. Me parece que este es un esfuerzo a partir del cual pode-
mos imaginar que, por un lado, nuestro esfuerzo es de trabajar con los espacios intermediarios,
trabajar con las infraestructuras, cambiar sus escalas, para hacer una ciudad más eficiente.
También, buscar que las ciudades tengan servicios y formas de vida al nivel que toca hoy en
día. Por lo tanto, que la ciudad sea más justa me parece que es fundamental. Pero también
nuestros ciudadanos, tienen derecho y ambición para tener una ciudad todavía más hermosa.

Entonces es donde yo creo que la idea de cambiar la escala de la ciudad, de mejorar


la movilidad, hacer espacios donde el peatón se encuentre confortable, me parece es algo
que todos tenemos que aupar. Por lo tanto, en esta discusión entre el pensamiento y la
acción, yo evidentemente les señalaba líneas para la acción, pero me parece a mí que en
esta acción los que tenemos más o menos el compromiso con la forma de la ciudad, con
la forma general y con los sistemas, creo también que hemos de aprender de estas múl-
tiples experiencias que pasan en las ciudades, entendiendo que mirando al futuro es muy
difícil; el futuro, yo a veces digo, no tiene forma, está ahí, no sabemos la forma del futu-
ro, es muy difícil hacer un plan de cuál sea la forma, pero sí sabemos cómo lo hacemos
hoy y cómo podemos hacerlo mañana.
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

En torno a las
siete vidas del gato
El estado del capitalismo global
(Entrevista de Antonio G. González)

Ramón Tamames
Catedrático de Estructura Económica desde 1968 y

Ramón Técnico Comercial del Estado (en excedencia), es una

Tamames de los grandes nombres propios de la economía

española. Fue nombrado Catedrático Jean Monnet

de la Unión Europea en 1992. Autor de libros de

referencia en su disciplina durante décadas y aún

hoy en día, como Estructura Económica de España o

Estructura Económica Internacional, entre los más

recientes figuran El siglo de China: De Mao a primera

potencia mundial, Los transgénicos. Conózcalos a

fondo, Diccionario de Economía y Finanzas (con

Santiago Gallego) o Globalización y Ecoparadigma.

Fue dirigente del Partido Comunista de España en el

tardofranquismo, diputado a Cortes en los comicios

constituyentes en 1997 por ese partido y firmante

de la Constitución Española. Ha sido consultor de la

ONU y de numerosas instituciones internacionales.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 079 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Sede principal de Citigroup en Nueva York, en 2007.


JUSTIN LANE (EFE).

A.G. Lo primero es una cuestión que, en realidad, se ha planteado poco pero que resulta
por completo determinante: el sistema de mercado asigna en principio muy bien los re-
cursos y muy mal las rentas. De ser así, la dicotomía es: exceso de eficiencia productiva, es-
casez de saldo social. A su juicio, la realidad actual ¿refuta o revalida esta observación?

R.T. Yo diría que el mercado lo que tiende es a ajustar oferta y demanda, eso lo sabe cual-
quiera. Naturalmente, la oferta depende de los agentes productivos, de unas determina-
das funciones de producción, y la demanda, de los consumidores, también con sus funciones
gráficamente representables. Pero, al propio tiempo, hay una cuestión de rentas, condicionada
por las estructuras sociales, de dominio, etcétera, por mucho que a veces haya poderes com-
pensadores, como decía Galbraith: sindicatos, cooperativas, descuento duro, etcétera. En lo
concerniente a renta, tenemos sistemas de medición, que resultan muy expresivas en las
curvas de Lorenz y el coeficiente de Gini, lo que nos permite apreciar cómo evoluciona la
cosa. En cualquier caso, los mercados en momentos dados se saturan, porque la distribu-
ción de la renta no va en paralelo a la producción. Y es esa saturación la que a la postre pro-
voca las crisis, dicho sea muy simplificadamente y dentro de la marcha de los ciclos, que no
pueden erradicarse ni con decretos ni con buenas políticas económicas. Siempre habrá ci-
clos, porque el ajuste de millones de planes de empresas y consumidores genera disfun-
ciones y éstas inciden en las tendencias ascendentes o declinantes. Precisamente en las fa-
ses de declive se produce lo que eufemísticamente Schumpeter llamó la destrucción cre-
adora (cierre de empresas, paro, etcétera) desde una óptica bastante darvinista: los más ap-
tos perviven, y los menos, desaparecen. Claro que puede intentarse introducir sistemas de
II Seminario Atlántico de Pensamiento 080 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Que el mercado siga regulación, de contención, desde el Estado con una tendencia más social y menos darvinista,
siendo el que mejor más solidaria, pero…
asigne los recursos
con la globalización
A.G. En todo caso, con la entrada en curso de la globalización financiera ¿se puede seguir
financiera depende
sosteniendo que el mercado es el que más eficientemente asigna los recursos?
mucho de los actores.
Al respecto, han R.T. Es un tema interesante que depende mucho de los actores. Y al respecto, es un he-
aparecido nuevos cho que en los mercados financieros de hoy están apareciendo nuevos protagonistas que
protagonistas, como no existían hace diez años: los fondos soberanos, con gran acumulación de reservas in-
los fondos soberanos ternacionales. En áreas como el Golfo —Pérsico o Árabe, según se prefiera—, y en otros
de países del Golfo, puntos o zonas, como Singapur, Noruega o últimamente China. En todos esos países se
han ido apilando ingentes reservas de divisas que, cuando constituyen excedentes muy
Singapur, Noruega,
amplios, tienen que manejarse a través de empresas estatales, que son los fondos soberanos.
ahora China, en los Éstos han adquirido una gran incidencia en los mercados financieros y, de hecho, un po-
que se han ido tencial de compras de empresas incluso superemblemáticas que empieza a preocupar.
apilando ingentes Hay toda una polémica en la Unión European, en la fase actual de crisis, al plantearse si
reservas de divisas y esos fondos soberanos hay que regularlos, como se pretendió hacer tiempo atrás con las
que tienen que grandes multinacionales a base de códigos de conducta, para así evitar las intervencio-
nes más claramente políticas, que se temen sobre todo del lado de China. Porque la Re-
manejarse a través
pública Popular, como es lógico, no solamente aspira a obtener una rentabilidad mayor
de los estados. Su de sus reservas internacionales —más allá de lo poco que consiguen comprando bonos
potencial de compras federales de los Estados Unidos, con muy baja renta—, sino que además Pekín quiere con-
de empresas incluso trolar fuentes de suministros de energía, de materias primas, etcétera, porque la gran fá-
emblemáticas brica del mundo necesita de todo eso.
empieza a preocupar.
Hay toda una
A.G. Otra cosa en cuanto a las relaciones entre economía y política. Heidegger señalaba una
polémica en Europa,
cosa muy interesante respecto a la técnica. Decía que su esencia, en realidad, no es de or-
en la fase actual de den técnico sino metafísico, vinculada a cierto modo de entender la cuestión del ser. En el
crisis, sobre si deben caso de la economía ¿su esencia es de orden económico o es de orden político? Porque a ve-
regularse para así ces parece que hay un cierto discurso, se pretende hacer de la economía algo así como una
evitar intervenciones física, es decir, una ciencia pura, no social, lo cual es un propósito, un programa ideológico.
más políticas, sobre
R.T. Yo creo que ese propósito sí existe, y ha existido desde largo tiempo ah, con mani-
todo del lado de
festaciones a veces muy tecnocráticas. Esto se apreció bien al estudiarse los modelos Tie-
China. Por que Pekín rra1, Tierra2 y Tierra3 del primer informe del Club de Roma, titulado Los límites al crecimiento,
no sólo busca de 1972. Fue un trabajo muy influido por Jay Forrester, que fue elaborado por los Meadow
rentabilidades sino desde un enfoque de dinámica de sistemas. En otras palabras, Forrester planteó que los
que quiere controlar modelos computarizados de las ciencias sociales son superiores a los modelos mentales
las fuentes de —eso también lo sabíamos todos—, al permitir un diseño más preciso de la situación,
suministro siguiendo el esquema de los mecanismos tipo servo de los movimientos de fluidos. Di-
cho de otra forma, Forrester quiso aplicar una mecánica concreta a la realidad social, lo
cual era posible sólo hasta cierto punto. Porque la economía, si se acepta que es una cien-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 081 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

PSJM. Corporative Armies. Victory Wall Mart/Visa Army, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 082 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Gabriel Ortuño. Liquid, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 083 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

cia, lo es de carácter social. Con tal número de variables para cualquier previsión resulta Con la economía
imposible construir un modelo que permita incluirlas todas y que haga posible, pues, pre- siempre estaremos
decir los desajustes que surgirán en los sucesivos momentos de los ciclos, etcétera. Un
con mayor o menor
caso típico de lo que digo: incluso en circuitos creados por el hombre, como es la mone-
incertidumbre.
da y el sistema monetario, los flujos no pueden controlarse porque no se conocen todas
las reglas y posibilidades. Eso es lo que pasa con cualquier banco central, incluida la Re- Resulta imposible
serva Federal de Estados Unidos, porque, como una vez dijo Alan Greenspan, a pesar de construir un modelo
que la institución disponía de unos doscientos modelos econométricos para hacer si- [econométrico] que
mulaciones y demás, no se daba con la solución precisa. “A la postre, la decisión de si ha- permita incluir todas
bía que subir o bajar el tipo de interés, la tenía que tomar yo, recurriendo a mi propia in- las variables y
tuición y tras haber analizado todo lo que podía”, confesó el propio Greenspan.
predecir desajustes.
En definitiva, la economía como ciencia exacta y pura no va a existir nunca, los ciclos se-
Hace un año y
guirán ahí, siempre estaremos en zonas de mayor o menor incertidumbre. Hace año y me- medio, en 2006, todo
dio, en 2006, todo era bonanza en España y en Europa, y en la inmobiliaria norteamerica- era bonanza en
na. Y hoy todo son incertidumbres mayúsculas. Entonces ¿qué pasa? ¿Es que el Gobierno es- España y en Europa,
pañol no dispone de medios, o que el Gobierno de Estados Unidos no se entera de nada? Nada y en la inmobiliaria
de eso: se dispone de medios y algunos hasta se enteran. Sin embargo, llegan momentos
norteamericana. Hoy
en que surgen los ya aludidos fenómenos de saturación, de colmatación, de mayor o menor
todo son
liquidez, de inquietudes psicológicas, de miedo y hasta de pánico. Y en ese trance, todo se
produce de manera muy distinta de cómo generalmente se esperaba: el personal se lamenta incertidumbres
de lo ocurrido y acaba llegando aquello de ''ya lo decía yo'', con lo cual no se resuelve nada mayúsculas ¿Qué
y, además, mucha gente no se cree que ya se habían previsto los fenómenos en cuestión. pasa? ¿Es que los
gobiernos de España
o de EEUU no se
A.G. Usted dictó hace ya un par de años una conferencia titulada El gato de siete vidas, en
enteran de nada?
la que se ocupó de una cuestión que fue abordada también con Ignacio Ramonet en este
seminario. Se trata de la extraordinaria capacidad del capitalismo para mutar, adaptarse,
Nada de eso: hay
sobrevivir. En la actualidad, ¿cree usted que esa capacidad la mantiene en plena forma, está medios y algunos
ahora, en la llamada era informacional, mutando nuevamente con toda su agilidad? hasta se enteran.
Pero hay momentos
R.T. Es la idea del capitalismo de rostro cambiante a lo largo del tiempo. Y para entrar en la en que surgen
dialéctica del tema, y sin remontarnos en la Historia más allá de lo indispensable, podría de-
fenómenos de
cirse que de los primeros embates contra el capitalismo, que fueron muchos, han de recor-
saturación, de mayor
darse inicialmente dos auténticas revoluciones sociales: la de 1848 y La Comuna de París de
1871. Se trata de dos acontecimientos que más adelante culminarán —en otro nivel de rea- o menor liquidez,
lidades— en la paradigmática Revolución Rusa de octubre de 1917. Ésos fueron los primeros inquietudes
hitos en la pugna contra el sistema acusado de explotador que en sus más dramáticos tiem- psicológicas, miedo y
pos manchesterianos habían analizado Marx y Engels, los dos autores de la más breve y con- hasta de pánico. Y
tundente biblia de las nuevas creencias económicas y sociales, el Manifiesto Comunista. todo se produce de
manera distinta de
Se pensó que como herramienta revolucionaria iba a alumbrar un nuevo mundo pero,
frente a ese esquema marxista/engeliano, y después de las represiones de los menciona-
como se esperaba
dos movimientos de 1848 y 1871, así como de las incipientes reformas sociales en la Ingla-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 084 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

terra de las comisiones regias y sus white papers, el primer gran reformador del sistema [ca-
pitalista] fue Bismarck. El con justicia denominado Canciller de Hierro, para evitar que los obre-
ros optaran por la revolución contra el naciente Imperio Alemán organizó en 1885 la inte-
gradora previsión social: seguro de accidentes, asistencia sanitaria, derecho a la jubilación,
etcétera. Fue un avance de gran calibre que tuvo el mayor éxito pero tardaría bastante tiem-
po en generalizarse al resto del mundo avanzado. Pero, sin duda, la franja cronológica más
amenazadora para el capitalismo fue la correspondiente a las dos primeras décadas del si-
glo XX, cuando el partido bolchevique hizo la revolución en Rusia. Por entonces, una perso-
na muy respetada en los medios financieros de EE.UU., el famoso banquero J. P. Morgan, es-
taba convencido de que el capitalismo no podría sobrevivir. E incluso llegó a considerar que
sólo “con la ayuda del Ejército podremos resistir unos pocos años más”.

Pero no fueron las bayonetas de la U.S. Army las que salvaron el capitalismo en esos
momentos porque, como con gran lucidez y precisión subrayó Peter Drucker, para que el
sistema siguiera adelante resultaron fundamentales el taylorismo y el subsiguiente for-
dismo [dos fenómenos intrínsecos al propio sistema de mercado entonces]: los sindica-
listas comenzaron a apreciar que lo importante no era cambiar el sistema, sino “repar-
tir mejor la tarta, que primero habría de agrandarse”. Después, y en plena Segunda Gue-
rra Mundial -sin olvidarnos de la primera Gran Depresión, el fascismo, Keynes, Roosevelt
y demás—, en el libro Capitalismo, socialismo y democracia, publicado en 1942, Schum-
peter previó el colapso del sistema, de lo que Buñuel calificaría después más poética y
placenteramente como el discreto encanto de la burguesía. Fue en ese trance cuando el
gran maestro vienés se pronunció con claridad, sin resquicio para la duda: “No, el capi-
talismo no sobrevivirá”. No acertó, ni poco ni mucho.

El máximo papel en la defensa del capitalismo frente al fascismo o el sovietismo tuvo su


paradigma en el Presidente Roosevelt (tantas veces inspirado por Keynes y viceversa), que re-
forzó la democracia norteamericana con el New Deal [1933-1941]. Fue una plataforma desde
la cual se reconoció plenamente a los sindicatos, se produjo el crecimiento del gasto público
para difundir la Seguridad Social y se promovió la expansión de las inversiones a fin de luchar
contra el paro. En esa misma línea, ya en 1944 el General De Gaulle, a instancias de Jean Mon-
net, introdujo en Francia la planificación indicativa, que coordinó con eficacia los sectores pú-
blico y privado en línea no muy lejana al New Deal. Pero, frente al ulterior reto soviético de la
postguerra de 1945, el capitalismo encontró su tabla de salvación no en el taylorismo ni el for-
dismo, ni siquiera en la planificación indicativa. En realidad fue el producto más importante

El Plan Marshall fue el producto más importante del keynesianismo internacional y


frenó la expansión soviética en los cincuenta [del siglo XX]. Y en los sesenta y setenta se
produjeron grandes cambios en el funcionamiento del sistema, con la coexistencia del
capitalismo de mercado y la regulación desde el Estado. Esto alumbró la sociedad del
bienestar y tuvo un gran progreso tecnológico lo que, junto a los errores propios del
socialismo real, la casi increíble desaparición de la URSS en 1991
II Seminario Atlántico de Pensamiento 085 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Ramón Tamames, en distintos momentos de su intervención en el CICCA, en marzo de 2008.


FOTO: VÍCTOR M. CRUZ
II Seminario Atlántico de Pensamiento 086 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

del keynesianismo internacional, personificado en la figura del General George Mars-


hall. El Plan Marschall [1948/52] frenó la expansión soviética, aunque eso no significó
que el comunismo emergente no ganara todavía algunas grandes batallas en el en-
frentamiento intersistema. Mao creó en 1949 la República Popular. Luego vendría el em-
pate de la Guerra de Corea en 1953 y, a continuación, la victoria comunista de Ho Chi
Minh y el General Giap contra Francia en Dien Bien Phu [1955], que precipitó la parti-
ción de Vietnam. A partir de ese momento el Vietcong no dejaría de presionar en pro
de la reunificación del país, hasta lograrlo en 1975, con la primera gran derrota militar
de Estados Unidos (la segunda no se sabe aún si será en Afganistán o Irak).

Ante la acometida del socialismo real encabezado por la URSS, la reacción del capitalis-
mo no se hizo esperar, otra vez. En esa ocasión fue la creación de la Trilateral en 1974, como
internacional de las empresas multinacionales, que se emplearon a fondo para aprovechar
las nuevas tecnologías, y señaladamente la informática, la telemática y la robótica. De ese
modo se pretendió atajar los avances de la URSS con sus sputniks [los primeros satélites es-
paciales artificiales] y sus armamentos de nueva generación. Y, en tanto, la creación de la Agen-
cia Internacional de la Energía (AIE) sirvió para plantar cara a la OPEP, la verdadera protagonista
de las turbulencias de los choques petroleros de 1973/74 y de 1978/79.

Pero aparte de esas dos instituciones puntuales —la Trilateral y la AIE—, también es cier-
to que en las décadas de 1960 y 1970 se produjeron cambios muy importantes en el fun-
cionamiento y la fachada del sistema, como supieron poner de relieve dos grandes econo-
mistas, Paul Samuelson y John Kenneth Galbraith. El primero, refiriéndose de manera cla-
rividente a la economía mixta como fórmula de coexistencia del capitalismo de mercado y
la regulación desde el Estado, vía fiscal, servicios sociales, etcétera, para así redistribuir ren-
ta y alumbrar la sociedad del bienestar.

Ese nuevo capitalismo tuvo un gran progreso tecnológico, lo cual, junto a los propios
errores del socialismo real en la URSS (como la fosilización de las estructuras políticas,
el atraso técnico, la miserable aventura de Breznev en Afganistán, “el Vietnam de la Unión
Soviética”, como se le llamó, y demás), acabó llevando al principal adversario del sistema
de economía mixta a su propio paredón: el Muro de Berlín, que cayó estrepitosamente
en noviembre de 1989. Mihail Gorvachov intentó encontrar una nueva vía para el co-
munismo, con nueva faz, a través de la perestroika y la glasnot. Pero entre que perdió los
controles de la economía y que no supo parar a [Boris] Yeltsin, todo acabó desmoronán-
dose. Como en un wagneriano ocaso de los dioses, versión rusa, de dramatismo sin fin,
tuvo lugar la casi increíble desaparición de la URSS en 1991.

A.G. Otra cuestión: el problema energético. Ahí tenemos el efecto del desarrollo de China, In-
dia y Brasil, las primeras potencias emergentes, sobre los precios de la energía. El proceso de
deslocalización de la producción mundial partía de la existencia de energía suficiente y ba-
rata para tal multiplicación del transporte de mercancías, en primer término, y de personas.
¿No es la cuestión energética lo que comienza a hacer vulnerable a la famosa globalización?
II Seminario Atlántico de Pensamiento 087 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Pepe Medina. Burbuja, 2008.

R.T. Hombre, yo tiendo a ser optimista porque creo que el estudio de la historia, y lo dice Ar-
nold Toynbee, no lo dice un aficionado, es una larga secuencia de retos y respuestas, de cri-
sis casi siempre inesperadas a las que es necesario buscar soluciones. En ese sentido, y a me-
dio y largo plazo, algunos problemas emergentes van entrando en nuevos cauces de ajus-
te; y otros se diluyen en el tiempo. Y en ésas estamos, cuando se habla de escasez por el es-
pectacular crecimiento del consumo energético de una China que necesita recursos in-
gentes, y que aún tiene una bajísima eficiencia energética, la octava parte de Japón. En cam-
bio, Holanda, por ejemplo, está hoy con una producción agraria e industrial casi triple de la
que tenía en el primer choque petrolero, en 1973, y no consume más energía que entonces.

Hay retos y respuestas y, por tanto, puede decirse que se está avanzando en las ener-
gías alternativas. Como dicen los ecologistas, cada crisis energética acelera ese proceso
de crítica creciente hacia los combustibles fósiles para poner fin a la era de la energía abun-
dante y barata y al derroche, que está pasando a la historia, para potenciar el hidróge-
no, en fusión termonuclear o como pila de combustible. Y con avances también muy im-
portantes en el mejor aprovechamiento del carbón, con el CTL (Coal-to-liquid, proceso de
transformación en carburante líquido) y el CTG (Coal-to-gas, para gasificar la huya). En
II Seminario Atlántico de Pensamiento 088 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Eugenio Merino. Apple, 2007.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 089 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

la eólica ya funcionan postes de seis y siete megavatios off shore, en el mar, gracias a que
se utilizan torres más altas, de aspas más largas, materiales más livianos, etcétera. Los
avances también son prodigiosos en la energía solar y en la maremotriz, que hasta hace
poco eran simples futuribles.

Yo me acuerdo de una de las primeras veces que vine a Canarias, cuando un inge-
niero de por aquí me dijo que él tenía un sistema para obtener energía a partir de las
olas. Entonces, todo el mundo lo miraba como a un loco y ahora, en cambio, hay can-
tidad de investigación sobre esos procedimientos en Escocia, Portugal, España y demás
para la búsqueda de energía abundante, barata y limpia en el mar. Yo creo que todo eso
y mucho más, significa, como veremos más adelante, que las necesidades energéticas
brutales que estamos experimentando, pueden paliarse, e incluso resolver, con méto-
dos que se sintetizan en una palabra, que es Kyoto.

A.G. Lo que pasa es que Kyoto no es aceptado por todos, en uno, otro o en todo sentido.

R.T. Bueno, mucha gente dice que no tiene sentido, que son leyendas, cuentos chinos, que
no hay calentamiento global mayor del habido en otras épocas, hace 400.000 años… Sí, es
posible, hace cuatrocientos mil años hubo una era de grandes calores, pero por entonces, así
se ha calculado, había en la Tierra menos de un millón de efectivos entre el homo sapiens
y el pobre Neandertal, que luego sucumbió, seguramente a manos de sus primos, los cro-
mañones, que ya eran sapiens.

Hoy la situación es bien distinta: somos seis mil setecientos millones de seres humanos,
con unas estructuras urbanas y unas infraestructuras generales complejísimas; dependientes
de altos consumos energéticos y de toda clase de recursos naturales. Y no cabe dudar de que
el calentamiento global tiene una componente antrópica brutal, que ya reconoce no sólo el
IPCC [el panel de expertos de Naciones Unidas] sino mucha más gente; hasta Bush estuvo
al final a punto de convencerse.

Claro es que también hay muchos escépticos de segundo grado y lo dicen con una ex-
presión algorítmica TL2: “too little, too late” [demasiado poco, demasiado tarde]. ¿Qué sig-
nifica eso? Pues que los gases de invernadero están ahí, subiendo en la atmósfera, y van
a seguir hacia arriba por cien años. Frente a todo eso, los medios que estamos utilizan-

Cuando se habla de escasez por el espectacular crecimiento del consumo energético de


una China que necesita recursos ingentes, y aún con una bajísima eficiencia energética, la
octava parte de Japón, también tenemos a Holanda, por ejemplo, está con una producción
agraria e industrial casi triple de la que tenía en el primer choque petrolero, en 1973, y no
consume más energía que entonces. Los avances en energías alternativas son prodigiosos.
Las necesidades energéticas brutales que estamos experimentando pueden paliarse e
incluso resolverse con métodos que se sintetizan en una palabra, que es Kyoto
II Seminario Atlántico de Pensamiento 090 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

do de freno son escasos y la concentración de gases de invernadero continuará; y si no


puede detenerse, Kyoto significará algo más, mucho más, todo un principio del fin, de la
“tragedia de los bienes comunes”, el primero de ellos la atmósfera. Bienes que como no
son de propiedad parcelada, se derrochan y destruyen por todos. Y es para poner fin a esa
tragedia por lo que, con Kioto, se ha creado una primera contabilidad internacional, con
asignaciones de emisión máxima a cada Estado, lo que permitirá avanzar en la buena ges-
tión del más importante de los bienes globales: el aire que respiramos.

Por todo ello, lo esencial de la política de Kioto —con un acuerdo conjunto que irá am-
pliándose y profundizando con el Kioto-2 desde 2012—, el derroche energético, irá a la baja
a base de ahorro, eficiencia y gestionando racionalmente las energías alternativas frente a
las fósiles. Al tiempo, habrá que ir administrando mejor los demás recursos naturales.

En definitiva, el célebre protocolo es una prioridad para impedir que el deterioro de


la calidad de vida siga adelante, convirtiéndose de ese modo en un instrumento para una
sostenibilidad inteligente. Y además está el problema de la salud pública: en China hay
ciudades donde no se puede respirar. La foto del famoso Nido de Pekín, el gran pabellón
de los Juegos Olímpicos, con un espeso smog a su alrededor, es consecuencia de la con-
taminación; para combatir la cual están cerrándose fábricas, conteniendo el tráfico, et-
cétera. Vamos a buscar la eficiencia energética, un mejor aprovechamiento de los recursos
naturales: eso es Kioto, y quien no entienda es un absoluto consumista irracional, dete-
riorador del mundo de sus nietos.

A.G. ¿O sea que el famoso capitalismo verde de Al Gore es posible? ¿Esta transforma-
ción de BP, que ha pasado de British Petroleum a Beyond Petroleum (Más allá del petró-
leo), revela que comienzan a darse las condiciones para gestionar a tiempo alternativas
energéticas reales sin que haya nuevas tensiones bélicas serias?

R.T. Hombre, no se trata de creer o no creer en Gore, quien ya tiene muchos creyentes
(por cierto, entre ellos mi hija Laura, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Ca-
taluña). Hablando más llanamente, no creo en Gore como salvador, pero sí dice lo que
le transmite el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), a la cabeza del
cual está Rajendra Pachauri, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007. También
Gore le debe mucho a Guggenheim, el director de su célebre película. Lo que realmente
pasa en el fondo, como dice la primera ley de la sociología, es que sólo cuando las co-
sas se ponen muy mal empiezan a mejorar. Que no es la tesis de Bakunin y Kropotkin
(aquello de que “que cuanto peor, mejor”, en la búsqueda de la destrucción del capi-
talismo), sino que ha llegado la hora en que, con Kioto, se trate de racionalizar el con-
sumo energético y buscar la sostenibilidad para nuestra sufrida atmósfera.

En resumen, frente a los retos, el sistema reacciona y, naturalmente, cuando estamos acer-
cándonos al abismo, interviene. Así las cosas, las grandes firmas de automóviles, como la Ge-
neral Motors, Toyota, o cualquier otra, están buscando nuevos motores de combustión inter-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 091 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

PSJM. Marx®, 2008.

na, híbridos, eléctricos o con pila de combustible (hidrógeno). Cosa que hace diez años no su-
cedía. Y las petroleras también están en esa situación. Usted lo dijo antes: la British Petroleum,
ahora se quiere lucir como Beyond Petroleum, porque ahí están las energías alternativas: el ca-
pitalismo le ve las orejas al lobo, evidentemente… aunque siga siendo capitalismo, porque no
hay un sistema global alternativo después de la caída del Muro de Berlín.

A.G. Usted se ha planteado una posición digamos reformista, si puede decirse así, en ma-
teria de globalización. Insiste en otra globalización “de rostro humano”. Hace la referencia
de Mario Soares, incluso cita a Noam Chomsky. Y dice que comienza a poder darse cierto diá-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 092 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Ubay Murillo. Narcisos, 2007.

Ubay Murillo. Ahogado, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 093 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

logo entre Davos y Porto Alegre. En el caso de tal hipotética transacción o acuerdo, ¿qué gra- Lo que pasa en el
do y qué tipo de intervención en la economía requeriría eso? fondo con el
cambio climático,
R.T. Sobre todo Mario Soares, aunque también cité a Chomsky. Pero más a Soares, entre otras
como dice la
cosas porque lo tenemos más a mano, ahí, en Lisboa. Justamente en 2002 le invité a un cur-
so de invierno de la Complutense, para una conferencia que nos dio llegando de Porto Ale- primera ley de la
gre y nos habló mucho, y bien, del tema. sociología, es que
sólo cuando las
cosas se ponen muy
A.G. Antes de abordar el asunto de África, ¿qué le parece a usted el modelo nórdico, don- mal empiezan a
de parece que han logrado articular, y luego, mantener, un fuerte grado de competitividad
mejorar. No es la
con una alta redistribución social? Manuel Castells justamente acaba de sacar un nuevo li-
bro donde lo analiza a fondo.
tesis de Bakunin y
Kropotkin (“cuanto
R.T. Bueno, yo creo que ese asunto del modelo nórdico ha quedado ya un tanto archivado. peor, mejor”, en la
Cita usted el libro de Manuel Castells, que todavía no he visto, pero hay otros. Por ejemplo, búsqueda de la
uno recién publicado por una entidad poco sospechosa de izquierdismo, la Fundación FAES, destrucción del
que se titula Reinventar el Estado de Bienestar. La experiencia de Suecia, de Mauricio Rojas,
capitalismo) sino
en el que se explican los reajustes hechos últimamente para reconducir el Estado de Bien-
que ha llegado la
estar (¿excesivo ya?) a las necesidades de competir globalmente. O sea que ya no es aque-
llo del suecialismo: es otra cosa, el estado de bienestar ha de remozarse con algunos reto- hora de racionalizar
ques. Además, ahora lo que priva es el modelo danés, más liberal que el sueco, pero también el consumo
con mucho estado de bienestar, para constituir lo que se llama la flexisecurity. Por no hablar energético y buscar
del efecto Nokia en Finlandia… ni olvidar a Noruega. Estos nórdicos son gente innovadora… la sostenibilidad
para nuestra
atmósfera. Y como
A.G. En relación con eso último, se ha planteado mucho la enorme acumulación de ca-
pital producida, en realidad, desde 1945. Esto ahora se multiplica por el salto que las tec-
estamos
nologías de la comunicación hacen dar a la producción de plusvalías, que es lo que ali- acercándonos al
menta a los nuevos mercados financieros. Una vez que éstos se estabilicen otra vez, que abismo, el sistema
en alguno sentido, y en algun momento, lo harán, ¿qué puede hacerse con ese dinero, interviene. El
es decir, qué cabe hacer para que no perturbe absolutamente a la economía real? capitalismo le ve las
orejas al lobo,
R.T. Hombre, muchos economistas, tenemos algunas ideas sobre esto, y hemos estudiado los
evidentemente…
llamados grandes polos de desarrollo, que primeramente absorben todos los recursos a su al-
rededor (efecto backwash o polarizante). Luego, cuando van creciendo y todo tiende a colma- aunque siga siendo
tarse, con las economías de escala que finalmente aparecen, los polos eclosionan y se convierten capitalismo, porque
en irradiadores (efecto spread), porque expulsan crecimiento en todo su entorno. no hay un sistema
global alternativo
Eso, que supo prever Gunnar Myrdal, Premio Nobel de Economía de 1974, ha pasado en después de la caída
prácticamente todos los países y grandes regiones mundiales. Y en la España peninsular está
del Muro de Berlín
sucediendo ahora, con muchas zonas; como Extremadura, que siente las irradiaciones de Lis-
boa, Madrid y Sevilla. Por eso dicen los extremeños que están “en el triángulo perfecto”.
Eso también se da en China, y Den Xiaoping, quien no había leído esas teorías, dijo en
II Seminario Atlántico de Pensamiento 094 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

1980: “Bueno sí, está claro, vamos a abrir la caja del dualismo: va a producirse una gran con-
centración de riqueza en la costa y en las grandes ciudades de interior, en demérito del cam-
po. Pero ya vendrá el impulso hacia el interior y hacia el oeste”. Y está llegando, está llegando....

A.G. Hablando del otro lado del mundo, de la miseria, en un artículo suyo titulado “los des-
heredados de la Tierra” en 2005 hacía un cálculo de lo que se necesitaría para sacar a 2.800
millones de personas de la miseria y colocarla en los estándares mínimos de PNUD. Le sa-
lía 1,2 billones de dólares. Resulta que esa suma sería el equivalente a un impuesto del 4,9
por ciento,sobre la renta de los 25 países más ricos del mundo, y supondría, subrayaba us-
ted, multiplicar por 7 el 0,7 por ciento famoso, o bien por 14 el 0,35 de la actual ayuda al des-
arrollo. ¿Eso no revela la ridícula dimensión de la ayuda al desarrollo? ¿Qué opinión le me-
rece? ¿No puede ser incluso contraproducente, en tanto no da más que como paliativo?

R.T. Estoy completamente de acuerdo con eso: con la ayuda oficial al desarrollo se resuelve
pocas cosa, casi nada. Porque no llega ni al diez por ciento de los gastos militares (que fue-
ron 750.000 millones en 2005). Por eso, lo que yo hacía en ese artículo era un ejercicio casi
de reducción al absurdo. Además faltaba un dato que no ha mencionado y que es muy im-
portante: el 5 por 100 de su PIB para acelerar el proceso de equilibrio mundial no lo van a
dar los desarrollados nunca, ni locos. No dan el 0,7, ¿cómo van a dar el 5? Nordhaus, el cole-
ga de Paul Samuelson en su gran libro Economics, hizo los cálculos antes mencionados, re-
sultando que la guerra de Irak ha costado ya más de un billón de dólares.

Además, dentro de la ayuda oficial al desarrollo, las corrupciones, comisiones y ONGs (or-
ganizaciones “neo-gubernamentales”, las llama Manuel Castells), se llevan la parte del león.
Entonces, si la ayuda al desarrollo es poca, si no sirve y si tenemos el derroche de recursos
por otras vías, sobre todo las más letales del armamentismo y las guerras, eso requiere una
revolución copernicana, un cambio, un giro total. ¿Y vamos por ese camino? Pues no lo sé.
Obama no habla de eso. No se ha referido mucho al desarrollo de los más pobres, porque si
lanza la propuesta a favor de los desfavorecidos de la Tierra perdería [habría perdido] las elec-
ciones, evidentemente. Son los más jóvenes quienes tienen que trabajar por el gran cam-
bio: si no se produce el desastre puede ser mayúsculo.

A.G. Por ir ya a zonas geográficas concretas, veamos dos fenómenos. El primero, el de las
potencias emergentes (de los BRIC con Brasil, Rusia, India, y China). ¿Van a ser una sim-
ple sustitución del imperio americano o incorporan algo más? ¿Pekín, en particular, va
simplemente a sustituir a Washington en su papel de primera potencia en el escenario
mundial o quizás el hecho de proceder del Tercer Mundo, o que la centralidad del siste-
ma mundial pase de Occidente a Oriente, genera algún añadido de otro orden, de otra
escala o naturaleza, bueno o malo?

R.T. Yo diría que la mayor presencia de los BRIC no va a ser una sustitución mecánica del im-
perio norteamericano por el imperio chino, con sus adláteres. No va a repetirse el fenóme-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 095 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

MK Kähne. Suitcase kitchen.2, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 096 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Varios prisioneros, arrodillados, en el campo de concentración norteamericano de Guantánamo (Cuba).


FOTO: SAP.

Otro prisionero es conducido por varios militares en Guantánamo.


FOTO: SAP.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 097 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

no del Imperio español —sobre todo el de Felipe II, porque el de de Carlos V (lean a Wim Block-
mans) fue otra cosa—, sobre el cual se abalanzaron franceses e ingleses…, y claro, ni Espa-
ña ni Portugal tenían capacidad para mantener aquello, todo el orbe de Tordesillas. Al fin y
al cabo, la globalización empezó con el Tratado de Tordesillas de 1494, cuando lusos e his-
panos se repartieron el Globo literalmente …

Pero eso ha quedado muy atrás. Como también lo sucedido con los franceses, que qui-
sieron hacerse con el mando, pero no llegaron a crear un imperio decisivo. Sí lo fue, en cam-
bio, el británico, que en 1918 dio paso al de los norteamericanos, de quienes fue ya la hege-
monía total en el siglo XX. Como ahora pretenden que el XXI también sea suyo. Pero yo creo
que más bien podría serlo la República Popular. Y lo digo en mi libro El siglo de China, de Mao
a primera potencia mundial. Pero en realidad avanzamos hacia una integración global, como
supo exponer Pierre Teilhard de Chardin, al hablar de la Noosfera, como un envolvente pen-
sante del planeta. Y el propio Marshall MacLuhan se refirió a la Aldea Global, un mundo don-
de ya todos nos vemos todos los días.

Todas esas cosas, y muchas más, tienen que traducirse en una nueva dinámica de poderes,
de entendimiento, de desarme universal, solidaridad ecuménica, si es que no se quiere ir a
la Tercera Guerra Mundial. A propósito de esa eventualidad, en 1999 estuve en Seattle, la ciu-
dad de la lluvia del Estado de Washington, en la que se produjeron las primeras protestas
masivas contra la globalización expresada por la Organización Mundial de Comercio
(OMC), lo que hizo fracasar la llamada Ronda del Milenio. Y el primer día de sesiones ya con
toda clase de problemas y algarabías en nuestro entorno, oímos a Mike Moore, director ge-
neral de la OMC, manifestar lo siguiente: “Señores, o sigue la globalización adelante, o mar-
cha atrás desembocaremos en la Tercera Guerra Mundial”. Coincido plenamente: no hay más
remedio que seguir la globalización, sin volver la vista atrás, pues si lo hiciéramos, como le
sucedió a la mujer de Lot, Edith, nos convertiríamos en estatua de sal.

A.G. Una tercera guerra mundial.

R.T. Sí, una tercera guerra, que no podría ser sino nuclear. Una contienda que duraría po-
cas horas y que acabaría con todas las circunscripciones y las pautas con que se gobier-
na hoy. El escenario sería el descrito en la célebre novela de Nevil Shute, On the beach, que

No hay más remedio que seguir la globalización, sin volver la vista atrás, pues si lo
hiciéramos, como le sucedió a la mujer de Lot, nos convertiríamos en estatua de
sal. Pero eso tienen que traducirse en una nueva dinámica de poderes,de
entendimiento, de desarme universal, solidaridad ecuménica si es que no se
quiere ir a la Tercera Guerra Mundial. Estamos en una época en que bordeamos
el precipicio y, ciertamente, podríamos caer en él. Como de alguna manera ha
sucedido en Afganistán y en Irak
II Seminario Atlántico de Pensamiento 098 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Ava Gardner y Gregory Peck protagonizaron en la pantalla en una película inolvidable, ti-
tulada en España La hora final. Así, cuando se habla de una posible guerra entre China y
EEUU, hay que decir que los chinos no la pueden querer, ni los norteamericanos. Incluso
Bush está [estuvo] conteniéndose para no hacer la guerra preventiva a Irán que según él
dispone de armamento nuclear. Porque sabe que las consecuencias podrían ser desastrosas.
Estamos en una época en que bordeamos el precipicio y, ciertamente, podríamos caer en
él. Como de alguna manera ha sucedido en Afganistán y en Irak. Pero Irán es mucho ma-
yor, con una gran capacidad de respuesta. Y del otro lado, una guerra por Taiwán entre Chi-
na y EEUU es inimaginable, sería el fin del mundo que nos reveló Shute.

A.G África sería el otro experimento del siglo XXI. Hoy es, para empezar, un escenario mul-
tipolar, en el que los viejos gendarmes occidentales (Francia e Inglaterra) se disputan ya la
influencia no sólo con Estados Unidos sino con potencias emergentes. La penetración chi-
na e india en África es brutal. Está Brasil, que es el segundo proveedor agroalimentario del
Continente. De modo que ahí hay un camino que va del fracaso de la emancipación colo-
nial del siglo XX a no se sabe bien qué aún…

R.T.- Son muchos temas y tal vez el de África sea el más urgente ¿En África, por ejem-
plo, qué va a pasar? Pues que ahora viene un nuevo reparto del continente, distinto del
que promovió el ya citado Bismarck con el Congreso Africano de Berlín de 1885. África pue-
de convertirse en una provincia económica de China (ya lo vimos en diciembre de 2007
en un simposio en Casa África aquí, en Las Palmas de Gran Canaria), ya que la Repúbli-
ca Popular está entrando por todas partes, por sus necesidades de energía, minerales, me-
tales, alimentos, y todo lo que puede producirse allí. El resultado es que posiblemente
incluso África va a desarrollarse por fin. Eso dicen, tras ser un escenario de crisis que ha
durado cincuenta años, desde la independencia. Con un crecimiento demográfico des-
aforado, porque con el 3 por 100 anual, la población se duplica en veinticuatro años. De
modo que si hoy África tiene mil millones de habitantes, para el 2032 podría tener dos
mil millones…

Senegal, un país en el que he estado hace pocos días [marzo de 2008], a uno, como se
dice en castizo, se le caen los palos del sombrajo: un setentas por ciento de paro, una tasa me-
dia de fecundidad todavía de casi cinco hijos por mujer y, claro, sin inyecciones de inversio-
nes exteriores importantes y, además, con la corrupción, el caciquismo, las oligarquías, et-
cétera. Ya había estado en Dakar en 1964, cuatro años después de la independencia del país.
Y de entonces recordaba una ciudad luminosa, brillante, limpia, con un tráfico bien organi-
zado. No es un canto al colonialismo, sino un contraste en el paisaje, porque lo que hoy se
ve en muchos casos resulta pavoroso.

En otras palabras: o vamos a una política de control del crecimiento de la población que
sea efectivo o toda la expansión económicas se la llevarán el crecimiento demográfico, cien
multinacionales y unas docenas de reyezuelos dictadores, que reivindican mucho en los or-
ganismos internacionales pero para quedárselo las oligarquías que representan.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 099 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

Extrarradios de Yakarta, en las imágenes de arriba y centro (izquierda), y de África (debajo).


FOTO: SAP.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 100 En torno a las siete vidas del gato
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Eugenio Merino. African Bart, 2006.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 101 En torno a las siete vidas del gato
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A.G. Hablaba usted de las políticas de población. África puede


convertirse en una
R.T. En efecto, es que si no hay política de población en África van al desastre, punto. Y ade-
provincia económica
más, como diría un alarmista, nos invadirán. Y como no les ayudemos a frenar su ritmo de-
mográfico, estarán en su derecho, por no haberles exportado las técnicas y las condiciones de y el resultado es
económicas adecuadas. Porque, claro, si de aquí al 2032 van a pasar de mil a dos mil millo- que posiblemente
nes...¿Qué sucederá? Todos querrán enfilar hacia el norte, ése es, por ahora, el sueño africa- incluso vaya a
no. O más que sueño, espejismo, porque en la televisión se muestra a diario cómo se vive desarrollarse por fin.
no tan lejos y tratan de emular a quienes sanamente envidian, emigrando: los niños, yo los El mayor problema
he visto en Senegal, muchos van con la camiseta del Barça; y la enseñanza del español es
es su crecimiento
una industria floreciente, porque todos quieren venir a España.
económico
Se dice que la política de población no funciona en ningún sitio. Pero no es verdad: ahí desaforado. o vamos
está el ejemplo de Singapur, que es una ciudad-Estado y que controla su demografía de ma- a una política de
nera bastante correcta. Y más allá, el caso de China, con la política del hijo único que se cri- control del
tica, pero que ha resuelto muchos problemas. Y en México sin grandes esfuerzos oficiales, crecimiento de la
por un cierto desarrollo, se ha pasado de una tasa media de fecundidad ya menor de dos. Y
población que sea
en Brasil, lo mismo, y en Tailandia, tres cuartos de lo mismo.
efectivo o toda la
Entonces ¿por qué en África no puede introducirse una cierta política de población, apro- expansión
vechando además para extender la sanidad, luchar más contra el sida, la malaria, la tuber- económicas se la
culosis, etcétera? Lo que pasa es que no hay una política europea sobre África, por mucho llevarán el
que se diga. Allí Sarkozy va a vender lo que puede, Gordon Brown va a mantener su influencia, crecimiento
Zapatero va a frenar la invasión que se nos viene encima. Pero no hay una política común. demográfico, cien
Ahora se está discutiendo lo de la Unión Mediterránea o el Proceso de Barcelona, y no se po-
multinacionales y
nen de acuerdo tampoco.
unas docenas de
reyezuelos
A.G. Hace unos meses Jassine Fall, primera consejera económica del Programa de Desarrollo dictadores que
de Naciones Unidas para La Mujer, decía que África no quería un duro más de ayuda, ni pú- reivindican mucho
blica ni privada, que le bastaba con que cambiasen las normas comerciales, que no vale ba- en los organismos
jar sólo aranceles y luego exigir estándares formales y fitosanitarios bestiales a los países
internacionales, pero
PMA [Programa Mundial de Alimentos]. Y que los precios contabilizasen los costes también
para quedárselo las
ambientales, laborales…Si no, decía, podría darse incluso el caso de que la ayuda al desarrollo
fuera el cinco por ciento y que dentro de veinte años todo volviera a estar igual. oligarquías que
representan
R.T. Sí, pero con todos los respetos a Jassine Fall no estoy de acuerdo con que todo se vaya
a resolver con el eslogan, emitido hace ya varias décadas desde los países desarrollados: “not
aid, but trade” [no ayuda, sino comercio]. Eso tal vez podría resolver algo, pero también a ve-
ces crearía complicaciones, porque naturalmente si se abren las fronteras a plenitud y de-
finitivamente, los modelos de producción agrícola de los países menos desarrollados cam-
biarán. Y producirán sobre todo para los países compradores, con el resultado de que los es-
quemas alimenticios tradicionales se vendrán abajo. Algo hemos visto ya de esa posibili-
dad, con la sustitución de la leche materna por las pautas de Nestlé. O lo concerniente al con-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 102 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

sumo del ñame y la mandioca, que se sustituye por la papa y el maíz. Y al final acaba llegando
el efecto McDonalds con su obeseadoras hamburguesas y todo lo demás.

Hay algunos problemas con el “not aid, but trade”, que no garantiza el desarrollo. Vamos
a ver, ¿por qué Japón salió de la Edad Media en menos de veinte años? ¿Y por qué China ha
pasado de la utopía igualitarista y empobrecedora a convertirse en lo que va a ser en quin-
ce años, la primera potencia mundial por PIB? Sencillamente, porque hubo unos impulso-
res hasta cierto punto exógenos. En el caso de Japón, la revolución Meiji, la del gran empe-
rador que vino a decir: “o traemos expertos o enviamos estudiantes, pero así no podemos
seguir, porque van a colonizarnos”. Y resolvieron enviar al exterior a miles de estudiantes ja-
poneses, que volvieron con las tecnologías de Occidente para aplicarlas. Y fue así como Ja-
pón se convirtió en una gran potencia... un poco esquematizando y simplificando, claro.

En el caso de China, Deng Xiaoping recurrió en 1978 sobre todo a los Lords of the Rim, los
señores de la orilla asiática del Pacífico, los chinos de ultramar, que tanto hicieron por la ma-
dre patria, por la China continental. Cincuenta millones de chinos que poseían la mayor par-
te de la riqueza de Filipinas, Indonesia, Tailandia, como también en gran medida de Taiwán.
Todos esos eran chinos de ultramar, no pocos activos también en Estados Unidos y en Eu-
ropa. Juntos proporcionaron grandes inversiones y aportaron tecnología. Pero ¿dónde es-
tán los africanos de ultramar? No existen.

A.G. Entonces, por último, ¿cree usted que si el tardocapitalismo resuelve los problemas ener-
géticos, gestionando bien lo que llamamos la era post-petróleo, e incorpora África, China
e India a los circuitos mundiales de consumo a través de una globalización algo mejor re-
gulada, habrá ganado cien años más de vida? ¿El gato de siete vidas puede aspirar ahora a
una larga séptima estancia en la tierra?

R.T. Bueno, creo que el gato está con buen pelaje, bien alimentado y, como habría dicho aho-
ra Deng Xiaoping, sigue cazando ratones, ¿no? Pero claro está que los símiles también tie-
nen su límite, y en un momento dado hay que dejarlos estar.

No vamos a entrar ahora en la polémica de si el pensamiento único, el llamado Consen-


so de Washington, va a ser como una especie de armonía preestablecida del capitalismo. Yo

No veo que pueda haber un imperio chino mundial, como hubo uno norteamericano,
no. Ni puede haber un imperio ruso-chino tampoco. Ni Chindia [una fusión de China e
India] llegará a prevalecer. Ni Rusia volverá a ser la URSS, tampoco. Y en cuanto al
sistema económico quizá la economía mixta con el Estado de bienestar puede dar
más frutos que cualquier otra cosa. No es una utopía igualitaria, como dirán algunos
críticos. Pero es que esas utopías son el camino más largo para al final, con muchos
sufrimientos, redescubrir el capitalismo
II Seminario Atlántico de Pensamiento 103 En torno a las siete vidas del gato
Ramón Tamames

creo que vamos a ir, y eso lo dijo Paul Samuelson hace muchos años, a una mezcla de eco-
nomía mixta y estado de bienestar, lo que yo llamo desde que en 2003 publiqué mi libro Glo-
balización y Ecoparadigma, la sociedad de economía mixta y de bienetar, el SEMYB.

Todo eso dentro de la globalización, en la que ya no van a ser dueños del juego imperios
como fueron el británico y el americano. Y como lo intentaron alemanes y japoneses sin lo-
grarlo. Como tampoco va a conseguirlo el pretendido nuevo siglo americano.

Eso se acaba. Va haber tensiones, puede haber incluso una guerra. Pero tiene que aca-
barse. La globalización impone más equipos jugando con nuevas reglas en la competición:
va a haber más jugadores de alto nivel y entre ellos los emergentes, que participarán acti-
vamente de una forma u otra. En ese sentido, se está discutiendo la configuración del G-8,
para ver si entran otros países. Se está tratando en el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas el acabar con el monopolio del veto de la Carta de San Francisco de 1945. Y con to-
dos los problemas que se puedan producir, vamos hacia eso.

No veo que pueda haber un imperio chino mundial, como hubo uno norteamericano,
no. Ni puede haber un imperio ruso-chino tampoco. Ni Chindia [una idea política de nue-
vo curso de entendimiento de China e India] llegará a prevalecer. Ni Rusia volverá a ser
la URSS, tampoco.

Estamos ante la aldea global política y económica. Tenemos que entendernos de una for-
ma u otra, porque ése es el reto actual: o nos sentimos todos parte de una misma nave es-
pacial Tierra o iremos al gran cataclismo autogenocida.

Ésas y no otras son las pautas. ¿Y dentro de ese proyecto, cuál va a ser el sistema? No el
socialismo, no cabe volver al principio de socialización de bienes de producción cuando lo
han abandonado virtualmente todos (menos Corea del Norte, qué bonito ejemplo). Qui-
zá la economía mixta con el Estado de bienestar puede dar más frutos que cualquier otra
cosa. No es una utopía igualitaria, como dirán algunos críticos. Pero es que esas utopías son
el camino más largo para al final, y con muchos sufrimientos, redescubrir el capitalismo.

La cuestión es: si el gato ya ha consumido seis vidas ¿por qué no lo consideramos ya ma-
duro, con vida larga para aprender muchas cosas y no ponerse otra vez al borde del preci-
picio? Como habría dicho Shakespeare: “that is the question”. O parafraseando a Machado:
ése es el camino que hemos de andar…
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Follar, follar,
follar y morir
La economía libidinal de Georges Bataille

Miguel Cereceda
Profesor titular de Estética y Teoría de las Artes en la

Miguel Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido

Cereceda catedrático de filosofía de Bachillerato y profesor de

Sociología del Arte en la Facultad de Bellas Artes de

Cuenca. Actualmente es crítico de arte en el diario

ABC y miembro de la junta directiva del Círculo de

Bellas Artes de Madrid. Entre sus libros figuran El

lenguaje y El deseo, Kant: el uso teórico y el uso

práctico de la razón, El origen de la mujer sujeto o

Problemas del arte contemporáne@. Curso de

Filosofía del arte en 15 lecciones.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 107 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Leonardo di Caprio, en el papel del multimillonario Howard Hughes en la película The Aviator, de Martin Scorsese, en 2004.

¿Qué es el exceso?

Exceso es, en principio, lo que sobrepasa algo. Exceder no es más que “superar una cosa
a otra que se expresa en cierta cualidad”. Sin embargo, en cuanto tiene el sentido de “exa-
gerar, extralimitarse o pasarse”, el exceso no sólo tiene un carácter cuantitativo, sino tam-
bién cualitativo. Por eso la propia palabra tiene también un significado moral. Y entonces
cobra el exceso el sentido del abuso, de la demasía, de lo propio del vicio o del libertinaje, se-
gún recoge el diccionario de María Moliner. Por eso, a veces, cuando contemplamos las imá-
genes del exceso de dinero y de la riqueza excesiva, no podemos dejar de asociarlas a una
cierta idea de libertinaje, de decadencia o de locura.

La vida del multimillonario Howard Hughes, llevada al cine en 2004 por Martin Scorse-
se (1), es una vida de excesos, que parece conducir misteriosamente a una especie de locu- (1) Martin Scorsese, The Aviator,
ra. Hughes, el hombre que afirmaba “poder comprar a todos los hombres del mundo”, pa- EE. UU., 2004
rece que terminó sus días aislado en su mansión, encerrado, decrépito y loco, rodeado de un
ejército de médicos, pero atemorizado por el contacto físico con los demás.

Tampoco el magnate William Randolph Hearst, propietario de una influyente cadena de


periódicos, parece que alcanzase la felicidad, a pesar de sus excesivas riquezas. Sabemos que
II Seminario Atlántico de Pensamiento 108 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Howard Hughes, al mando de uno de sus aviones. Fotograma de referencia de la película Ciudadano Kane, de Orson Wells.

compraba de modo desmesurado todo tipo de cosas, desde muebles y obras de arte (que
guardaba en su mansión sin desempaquetar), hasta monasterios y palacios enteros. Tam-
bién sobre su vida hizo Orson Welles una película moralizante (Ciudadano Kane, 1941), que
suele ser considerada como una de las mejores películas de la historia del cine.

Lo que estas películas o imágenes del exceso de riquezas nos muestran por lo general
es, por un lado, el exceso de satisfacciones, el exceso de placeres, junto al exceso de mer-
cancías y de acumulación, al lado de una profunda infelicidad.

Por otro lado, la miseria.

Contemplemos una imagen de una Villa Miseria. “Villa Miseria es la versión argenti-
na de un término que cuenta con numerosas acepciones locales: favela en Brasil, callampa
en Chile, pueblo joven en Perú, katchi abadi en Pakistán, shanty town en Kenya, bidon-
ville en Argelia, township en Suráfrica, barong-barong en Filipinas, jhuggi en India… To-

¿Qué es el exceso? Exceso es, en principio, lo que sobrepasa algo. Exceder no es más que
“superar una cosa a otra que se expresa en cierta cualidad”. Sin embargo, en cuanto tiene el
sentido de “exagerar, extralimitarse o pasarse”, el exceso no sólo tiene un carácter cuantitativo,
sino también cualitativo. Por eso la propia palabra tiene también un significado moral. Y
entonces cobra el exceso el sentido del abuso, demasía, de lo propio del vicio o del libertinaje.
A veces cuando contemplamos las imágenes del exceso de dinero y de la riqueza excesiva, no
podemos dejar de asociarlas a una cierta idea de libertinaje, de decadencia o de locura
II Seminario Atlántico de Pensamiento 109 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Bud Fields and his family (a la izquierda), junto a otras famosas fotos de Walker Evans de la América profunda en 1935.

das ellas aluden al mismo fenómeno: las barriadas de infraviviendas que rodean las gran-
des metrópolis de los países en vías de desarrollo. Las Villas Miseria son asentamientos
no planificados. Aparecen por la iniciativa de un grupo de ciudadanos (normalmente pro-
cedentes de áreas rurales) que se apropian, de manera furtiva e ilegal, de un territorio va-
cante situado en la periferia de una gran ciudad (2)” . (2) Atributos urbanos. Un
proyecto del Centro Andaluz de
Arte Contemporáneo, Sevilla,
En 1935 el Gobierno de los Estados Unidos encargó a un grupo de fotógrafos que re- 2006, s.v. “Villa miseria”, en
http://www.atributosurbanos.e
corriera el país para documentar las condiciones de vida de las zonas rurales más afec- s/terminos/villa-miseria/
tadas por la sequía y la depresión económica. Uno de estos fotógrafos, que dejó un re-
portaje fascinante de la América profunda de los años de la depresión, fue Walker Evans.
Su reportaje, que se publicó en forma de libro cinco años más tarde (3) , constituye una (3) James Agee, Walker Evans,
conmovedora imagen de la miseria. De este reportaje podemos contemplar aquí la foto Let Us Now Praise Famous Men,
Houghton Mifflin, Boston, 1941,
Bud Fields and his family (4), documento conmovedor de la miseria que se vivía en los pro- hay trad. española con el título
pios Estados Unidos de América en la época dorada de los magnates William Randolph Elogiemos ahora a hombres
famosos, Planeta, Barcelona,
Hearst y Howard Hughes. En los años en que fue tomada esta fotografía, Hughes gas- 2008.
taba enormes cifras en regalos deslumbrantes para sus amantes, en lujosas fiestas y en
sobornos varios. Así lograba comprar voluntades y cuerpos. También derrochaba gran- (4) Bud Fields and His Family,
des sumas en proyectos y empresas de dudosa rentabilidad. Hale County, Alabama,
photograph by Walker Evans, c.
1936–37; from the book Let Us
El 11 de julio de 1936 Hughes atropelló con su coche a un peatón llamado Gabriel Meyer Now Praise Famous Men (1941)
by Evans and James Agee.
en Los Angeles, matándolo. En el hospital donde le atendieron un médico tomó nota de que
parecía haber bebido alcohol. Fue detenido y acusado de “sospecha de homicidio negligente”.
Un testigo declaró a la policía haber visto circular el automóvil de Hughes de forma erráti-
ca y a gran velocidad. Declaró que, antes del accidente, el peatón se encontraba quieto en
la zona segura de una parada de tranvía. Pero más tarde, durante la investigación, el testi-
go se retractó de todo lo dicho y apoyó la versión de Hughes, según la cual conducía despacio (5) Wikipedia, s. v. “Howard
Hughes”, vid:
cuando un peatón se abalanzó frente a su vehículo, sin que pudiera esquivarlo. El fiscal de
http://es.wikipedia.org/wiki/Ho
distrito recomendó que Hughes fuera eximido de cualquier responsabilidad en el caso (5). ward_Hughes
II Seminario Atlántico de Pensamiento 110 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

El llamado Castillo de San Simeón, en Beverly Hills, mansión hecha construir por William Randolph Hearst en 1919.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 111 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

En la misma época el magnate William Randolph Hearst era el propietario de veintiocho


periódicos, dieciocho revistas y una productora cinematográfica.

El diez de junio de 2007 publicaba el diario El Economista la siguiente noticia:

Una mansión de Beverly Hills, estado de California, donde antes vivieron William Ran-
dolph Hearst y Marion Davies, fue puesta en venta ayer por ciento veintiún millones de
euros, representando la propiedad residencial más cara que se haya ofrecido en Estados
Unidos. La casa cuenta con más de veintidós mil metros cuadrados y es conocida como
“The Beverly House Compound” -Complejo Residencial de Beverly Hills-. Cuenta con tres
piscinas, sala de cine, dos pistas de tenis, veintinueve habitaciones y, además, seis resi-
dencias separadas incluyendo una casa para los agentes de seguridad. El precio de ven-
ta la convierte en la residencia disponible más cara de todo Estados Unidos. La mansión,
de estilo mediterráneo, fue diseñada por el arquitecto Gordon Kaufmann y construida
en 1927 para el banquero Milton Getz, de Union Bank and Trust, según se relata en el li-
bro Beverly Hills, 1930-2005, escrito por Wanamaker (6). (6)
http://www.eleconomista.es/g
estion-
A pesar de ello, ésta era la casa pequeña de William Hearst. Su verdadero castillo, su ver- empresarial/noticias/242932/01
/70/La-casa-de-William-
dadero mausoleo, el edificio que construyó para sí mismo y para sus amigos en San Sime- Randolph-Hearst-alias-Ciudada
ón (California) y el que verdaderamente inspiró el Xanadú de Orson Welles, es un conjunto no-Kane-cuelga-el-cartel-de-se-
vende.html
arquitectónico complejo, con una catedral, varios edificios, una piscina romana cubierta y
un gigantesco estanque de Neptuno, un jardín zoológico y un aeropuerto privado, que ac-
tualmente se llama Hearst Castle. “Miss Morgan –le dijo William Hearst a su arquitecta en
1919, cuando le hizo el encargo de construirle su castillo–, estamos hartos de acampar a cie-
lo abierto en el rancho de San Simeón, me gustaría construir alguna cosita” (“I would like
to build a little something”) (7) . En la fecha en que Walker Evans tomaba su serie de fotos (7) Hearst Castle, San Simeon
Historical Monument website,
de la miseria en Alabama, William Hearst le daba orden a su arquitecta, Julia Morgan, de con- http://www.hearstcastle.com/h
vertir su estanque de Neptuno en una verdadera piscina. istory/the_castle.asp

Cuando uno contempla las casas de los ricos, lo que más le asombra por lo general
es su falta de buen gusto. Su extraordinaria capacidad para combinar cosas escanda-
losamente caras, sin ningún estilo uniforme o coherente, tiende a generar habitualmente
la imagen del pastiche. En ello las casas de los ricos manifiestan una cierta tendencia
a la vulgaridad y al kitsch.

Es cierto que la riqueza extrema tiene algo de kitsch y vulgar. Pero la verdad es que la pobreza
tampoco es de buen gusto, aunque no podemos reprocharle a los pobres su falta de
refinamiento y de elegancia. La ostentación de la riqueza, lo mismo que la exhibición de la
pobreza tienen en cualquier caso algo de obsceno. Obscena es sin embargo también la
presentación de la desigualdad. Pero lo cierto es que no sólo los pobres son obscenos y
repugnantes para los ricos, también los ricos tienen la apariencia de la obscenidad para los
pobres. Por eso la ostentación del lujo va asociada desde antiguo a un pecado sexual y de
obscenidad fundamental: a la lujuria
II Seminario Atlántico de Pensamiento 112 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Tabla Los siete pecados capitales (a la izquierda), pintada por El Bosco, y algunos detalles.

Es cierto que la riqueza extrema tiene algo de kitsch y vulgar. Pero la verdad es que la po-
breza tampoco es de buen gusto, aunque no podemos reprocharle a los pobres su falta de
refinamiento y de elegancia. La ostentación de la riqueza, lo mismo que la exhibición de la
pobreza, tienen en cualquier caso algo de obsceno. Obscena es sin embargo también la pre-
sentación de la desigualdad. Decía Georges Bataille que “los obreros comunistas parecen a
(8) Georges Bataille, “El ano los burgueses tan feos y tan sucios como las partes sexuales y velludas o partes bajas” (8) .
solar” (1927), trad. de Manuel
Arranz Lázaro, en El ojo pineal. Pero lo cierto es que no sólo los pobres son obscenos y repugnantes para los ricos, también
Precedido de El ano solar y los ricos tienen la apariencia de la obscenidad para los pobres. Por eso la ostentación del lujo
Sacrificios, Pre-textos, Valencia,
1997, p. 22.
va asociada desde antiguo a un pecado sexual y de obscenidad fundamental: la lujuria. De
hecho, lo que nos llama la atención en las representaciones medievales o renacentistas de
la lujuria es lo poco significativo que parece en ese pecado el elemento sexual, frente al mu-
cho más grave de la ostentación de la riqueza. Lujuria viene de lujo y lujo quiere decir “os-
(9) Es curioso que la palabra tentación de riqueza”, “abundancia de cosas no necesarias” (9) .
“lujo” procede de luxus, que
quiere decir algo así como
“sacado fuera de sitio, El lujo, lo mismo que el exceso, ha estado siempre asociado a una consideración moral.
dislocado” (de donde La propia lujuria no es tanto un pecado sexual cuanto un pecado de ostentación. Basta con
“luxación”). Luxus es sin
embargo también la observar la tabla de Los siete pecados capitales pintada por El Bosco a finales del s. XV, que
exuberancia, la magnificencia, se encuentra en el Museo del Prado, para llegar a esa convicción. La representación de la lu-
el desenfreno y el libertinaje.
juria no aparece en ella más vinculada a excesos sexuales que a excesos del lujo y de os-
tentación: los bufones, las bebidas, los manjares y los instrumentos musicales allí presen-
tes parecen apuntar en esa dirección.

Por eso lo que más nos interesa de esta relación con la riqueza es precisamente su
obscenidad.

(10) Diccionario ilustrado VOX, ¿Qué significa propiamente obsceno? El DRAE simplemente dice: “Impúdico, torpe, ofen-
Latino-español, Español-latino,
Bibliograf, Barcelona, 1993, s.v. sivo al pudor”. Sin embargo, la palabra latina “obscenus” tenía también el significado de “Si-
obscenus niestro, infausto, de mal agüero” (10) . Al parecer, la etimología de la palabra obsceno no está
II Seminario Atlántico de Pensamiento 113 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Miguel Cereceda, durante su intervención en el seminario “Exceso y escasez en la era global”, en marzo de 2008.
FOTOS: VÍCTOR M. CRUZ
II Seminario Atlántico de Pensamiento 114 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Pieter Bruegel. La lujuria, de la serie Los siete pecados capitales.

nada clara. Por un lado hay quienes hacen derivar la palabra obscenus de ob, “hacia”, y cae-
num, “cieno, suciedad”; como si la obscenidad nos llevase a revolcarnos en el lodo. Pero, por
otro, hay quienes hacen derivar la palabra de ob y de scaena, como si la palabra significase
(11) lo que queda fuera de escena, lo que no se puede y no se debe traer a representación (11) .
http://etimologias.dechile.net/
?obsceno
El Diccionario de Autoridades de 1737 dice de obsceno: “Impuro, sucio, torpe y feo.
Viene del latino, que significa esto mismo”, y cita como autoridad a Cervantes en el li-
bro II de El Quijote, capt. 59, donde se afirma: “pues de las cosas obscenas y torpes los
(12) Real Academia Española, pensamientos se han de apartar, quanto más los ojos” (12) . Sin embargo, es precisamente
Diccionario de la lengua
castellana, en que se explica el
de esas cosas obscenas y torpes de las que queremos aquí ocuparnos. Pues hay sin duda
verdadero sentido de las voces, una relación directa entre sexo y dinero, entre lujo, ostentación y fornicación, que tal
su naturaleza y calidad, con las
vez valga la pena esclarecer.
phrases o modos de hablar, los
proverbios o refranes, y otras
cosas convenientes al uso de la Y lo primero que al respecto cabe señalar es el propio origen sexual del dinero. Esto es
lengua [...]. Compuesto por la
Real Academia Española. Tomo algo que sin duda le pasó desapercibido a la economía política clásica. Tanto Adam Smith
primero. Que contiene las letras como Karl Marx entienden que, en su origen, el dinero no es más que una mercancía como
A.B. Madrid, Imprenta de
Francisco del Hierro, 1726. Tomo otra cualquiera, cuya característica fundamental es la de ser fácilmente intercambiable.
quinto. Que contiene las letras
O-R, Madrid, 1737; s. v. “obsceno”.
En los orígenes –escribe Marx en los Grundrisse–, la mercancía que servirá de moneda,
o sea que será aceptada no como objeto de necesidad y de consumo sino para cambiarla a
su vez por otras mercancías, es aquélla que en mayor grado es cambiada como objeto de ne-
cesidad, que más circula; vale decir, aquella mercancía que ofrece la mayor seguridad de po-
der ser cambiada a su vez por otras mercancías particulares; aquella mercancía que en una
II Seminario Atlántico de Pensamiento 115 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

determinada organización social representa la riqueza kat’esojén, que es el objeto más uni-
versal de la demanda y la oferta y que posee un valor particular de uso. Tales son la sal, los
cueros, el ganado, los esclavos... En este caso es la utilidad particular de la mercancía, sea como
objeto particular de consumo (cueros), sea como instrumento de producción inmediato (es-
clavos), lo que la marca como dinero (13). (13) Karl Marx, Elementos
fundamentales para la crítica
de la economía política, México,
En ello Karl Marx parece ser un perfecto continuador de Adam Smith, quien en su In- Siglo XXI, vol. 1, pp. 93-94.
vestigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, de 1776, escribía lo
siguiente acerca del origen del dinero:

Es muy probable que para este fin se seleccionasen y eligieran, de una manera sucesiva,
muchas cosas diferentes. En las edades primitivas de la sociedad se dice que el ganado fue
el instrumento común del comercio y, a pesar de ser extraordinariamente incómodo para
esos fines, hallamos con frecuencia valuadas las cosas, en aquellos tiempos remotos, por el
número de cabezas que por ellas se entregaban a cambio. La armadura de Diomedes, al de-
cir de Homero, únicamente costó nueve bueyes, pero la de Glauco importó ciento. En Abi-
sinia se asegura que la sal es el instrumento común de cambio y de comercio; en algunas
costas de la India se utiliza cierto género de conchas; el bacalao seco, en Terranova; el taba-
co, en Virginia; el azúcar, en algunas de nuestras colonias en las Indias Occidentales; y me Portada de La riqueza
de las naciones, de
han dicho que hoy mismo, en un pueblo de Escocia no es extraño que un trabajador lleve Adam Smith.
clavos en lugar de monedas a la panadería o a la taberna (14).
(14) Adam Smith, La riqueza de
las naciones, trad. de Carlos
Ninguno de los dos toma en consideración el carácter mágico y simbólico de algunos sig- Rodríguez Braun, Alianza Ed.
Madrid, 1999, p. 56.
nos utilizados como moneda, cuyo valor de uso es sin embargo absolutamente nulo. En su
célebre libro de viajes, Il milione, publicado a finales del s. XIII, Marco Polo nos informa por
ejemplo de numerosos pueblos y ciudades de China y de India, que se servían de las con-
chas llamadas “porcelana” como moneda:

Egli -nos dice Marco Polo de los habitantes de Caragian- spendono per moneta porcellane
bianche che si truovano nel mare e che si ne fanno le scodelle, e vagliono le 80 porcelane
un saggio d’argento, che sono due viniziani grossi, e gli otto saggi d’argento fino vagliono (15) “Utilizan como moneda
un saggio d’oro fino. Egli ànno molte saliere, onde si cava e faie molto sale, onde si ne for- porcelanas blancas que se
encuentran en el mar y con las
nisce tutta la contrada; di questo sale lo re n’à grande guadagno. E’ non curano se l’uno toc- que se hacen la vajilla. Ochenta
ca la femina dell’altro, pure che sia sua volontà de la femina (15). porcelanas valen un saco de
plata, lo que equivale a dos
grandes venecianos, y ocho
Es curioso este pasaje de Marco Polo, en el que parecen mezclarse el libertinaje sexual sacos de plata fina equivalen a
un saco de oro fino. Tienen
de los habitantes de Caragian con el valor del dinero (sacos de oro y de plata), las salinas y muchas salinas de las que sacan
las porcelanas de uno y otro tipo (las conchas del mar y las vajillas de porcelana), apuntan- mucha sal y de las que se nutre
toda la comarca. De esta sal no
do con ello implícitamente al tema central que se está aquí tocando: el modo prodigioso en obtiene el rey grandes
que las mercancías se transforman en objetos de la codicia y de la lujuria, en dinero, codifi- ganancias. Y no les preocupa si
cado bajo el extraño nombre de un molusco llamado “porcelana”. uno toca a la mujer del otro,
aunque haya sido por voluntad
de la mujer”. Marco Polo, Il
De hecho es curioso y llamativo el significado sexual de este molusco. Su nombre, sor- Millione, De la provincia di
Caragian. Capítulo 117 (trad.
prendentemente viene de “porcella”, diminutivo femenino de porcus, que alude tanto a la mía)
II Seminario Atlántico de Pensamiento 116 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Avelino Sala. Botellero. Duchamp revisited, 2007.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 117 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Billete de cien dólares estadounidenses.

cerda, como al sexo femenino. “Varrón califica formalmente el órgano sexual femenino de
porcus” (16). Y Plauto y Sofronio llaman en griego directamente al sexo femenino “concha” (16) Horst Kurnitzky, La
estructura libidinal del dinero,
o κογχη (conché) (17) . Todavía en América Latina se usa la palabra concha con el sentido ex- trad. de Félix Blanco, S. XXI Eds,
plícito del sexo femenino. Que el molusco denominado “porcelana” haya sido utilizado en México, 1978, p. 166.
muchas culturas como moneda, apenas puede sorprendernos cuando comprobamos que (17) Loc. cit. p. 159
justamente el nombre científico de este molusco es nada menos que “moneta, moneta”.

En el Diccionario Etimológico de Corominas se dice lo siguiente con respecto a la pala-


bra porcelana: “1539. Del it. porcellana, íd., s. XIV, propte. «cauri, molusco de concha blanca y
brillante», s. XIV, aplicado a la porcelana por el parecido y por haberse creído que se hacía
con esta concha, pulverizada” (18) . (18) Joan Corominas, Breve
diccionario etimológico de la
lengua castellana, Madrid,
Sólo entonces reparo en esa otra palabra a la que Corominas nos remite: el cauri. El DRAE Gredos, 2006, sub voce
“porcelana”.
dice respecto del cauri lo siguiente: 1. m. Molusco gasterópodo que abunda en las costas de
Oriente y cuya concha blanca y brillante servía de moneda en la India y costas africanas.

La concha de cauri es posiblemente uno de los amuletos personales más antiguos que
se conocen. Como amuleto tiene una antigüedad de al menos veintemil años y es uno de
los adornos humanos más extendido del mundo. Su interpretación simbólica tiene una do-
ble vertiente: por un lado se le considera muy apropiado para rechazar el mal de ojo por su
semejanza al ojo humano; por otro lado, se considera que la abertura de la concha es semejante
a la hendidura genital de la mujer. Como amuleto contra el mal de ojo el cauri se utilizaba

El otro lado de la sociedad del exceso consumista son los cuatro mil millones de
personas que viven con menos de dos dólares diarios. Ahí la visión se vuelve
oscura e indignante. Sin embargo, se encuentran en el punto de mira de las
grandes corporaciones. Hay quien, desde el pináculo del mundo de los negocios,
pretende aliviar la pobreza creando nuevos consumidores pobres. No otra es la
propuesta de C.K. Prahalad, uno de los gurús de la estrategia multinacional
II Seminario Atlántico de Pensamiento 118 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Miguel Cereceda, en otros momentos de su intervención en el seminario.


FOTOS: VÍCTOR M. CRUZ

en Nigeria en los tocados ceremoniales; de esta manera se creaba un conjunto de ojos que
miraban fijamente en todas direcciones impidiendo que los males entrasen en la persona.
También en Irán y Egipto se utilizaban los cauris en los arreos de caballos, elefantes y camellos,
para protegerlos de los ataque del mal de ojo. En la India, además, se ataban conchas de cau-
ri en el cuello y en la frente de las reses más valiosas con el mismo fin.

Como amuleto que representa los genitales femeninos el cauri se convirtió en un


poderoso símbolo de fertilidad. De forma que se utilizaba como amuleto protector con-
tra la esterilidad y los dolores del parto. Se han encontrado manifestaciones de estos
usos en el Pacífico meridional, en el Cercano Oriente y en muchos lugares de la cuen-
ca mediterránea. En la época predinástica del antiguo Egipto, hace más de cinco mil años,
el cauri alcanzó altas cotas de popularidad por sus connotaciones sexuales, hasta el pun-
to de que se colocaban en las prendas interiores femeninas, cerca del órgano que dio
origen a su simbolismo. Mil años más tarde incluso empezaron a fabricarse en cerámica
(19) vidriada, en cornalina, en cuarzo, en oro y en plata (19).
http://www.meigaweb.com/tal
ismanes3cauri.htm
El cauri entonces tiene una potencia mágica, simbólica y sexual que lo convierte en algo
deseado y finalmente en moneda. Curiosamente el nombre científico de la concha del cau-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 119 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

ri es “moneta moneta”, lo que atestigua realmente su valor y su uso. Hay monedas de cau-
ri chinas de mármol o de hueso utilizadas durante la dinastía Zhu, del s. IX al s. IV antes de
Cristo. E incluso hay quien pretende que el ideograma chino con el que se representa el di-
nero está tomado de la esquematización del cauri (20). (20) Horst Kurnitzky, La
estructura libidinal del dinero,
trad. de Félix Blanco, S. XXI Eds,
El hecho de que en algunas culturas se utilice el cauri como moneda no vendría, sin em- México, 1978.
bargo, a invalidar las doctrinas clásicas de Marx y Adam Smith sobre el dinero como mer-
cancía privilegiada. Y sin embargo, Horst Kurnitzky, en su curioso libro La estructura libidi-
nal del dinero, insistirá todavía un poco más en este sorprendente carácter sexual del ori-
gen del dinero, mostrando cómo no sólo la acuñación del dinero, sino también el propio nom-
bre de la moneda, ponen al dinero bajo una advocación sexual, específicamente femenina.
“Es Moneta otro nombre de la diosa Juno –escribe Kurnitzky al principio de su libro–, en cuyo
templo se acuñaba la moneda romana, que por eso recibió el nombre de moneta, que so-
brevive hoy todavía en las lenguas europeas” (21). Esto no es el producto de una mera coin- (21) Kurnitzky, op. cit., p. 32
cidencia. Por el contrario, también en Asia Menor, donde se acuñaron monedas por prime-
ra vez en la historia, la acuñación se ponía bajo la advocación de la diosa Afrodita.

La tesis de Kurnitzky es la de que el dinero tiene un origen ritual asociado al culto y que
en ese sentido es un símbolo femenino, como símbolo sustitutorio de la primera forma de
propiedad, que era la mujer. Que las monedas deben su origen al culto sacrificial (22) y que, (22) Loc. cit. p. 49
en último término, la economía mercantil surge de la economía libidinal (23). (23) Ibíd. p. 140. “En todas las
llamadas culturas primitivas
que conocemos, las conchas o
Ello mostraría claramente una relación directa entre el sexo y el dinero. Pero, que haya caracolas, en cualquier forma
una relación evidente entre el sexo y el dinero, entre el lujo y la lujuria, a nadie debería sor- que sea, constituyen parte
importante de la compra de la
prender. En El erotismo muestra Georges Bataille una curiosa relación, sacada del Informe novia, el sacrificio funerario, la
Kinsey sobre sexualidad, entre la clase social y el número y la frecuencia de relaciones sexuales. iniciación, etc., allí donde se
expresa en forma ritual la
Al parecer, según este informe, los peones follan más y con mayor frecuencia que los obre- relación reinante con la
ros cualificados, quienes a su vez lo hacen más veces mensualmente que los empleados, quie- naturaleza. Oskar Schneider, en
un estudio muy amplio ha
nes a su vez lo hacen sorprendentemente más veces que los encargados. “Hay sin embar-
demostrado la difusión
go una sola excepción –dice Bataille–: al pasar de los “cuellos blancos” superiores a las pro- universal del llamado dinero de
fesiones importantes que corresponden a las clases dirigentes, el índice vuelve a subir en más conchas”. Ibíd. p. 160.

de tres puntos, para alcanzar el 12,4%” (24) . Es decir, que los que más follan, cuantitativamente, (24) Georges Bataille, El
son los muy ricos y los muy pobres. El sorprendente motivo de esta coincidencia entre el pro- erotismo, trad. de Antoni Vicens
y Marie Paule Sarrazin, Tusquets,
letariado no cualificado y la alta burguesía se debe, en opinión de Bataille, a que ambas cla- Barcelona, 1997, p. 165.

Pero más que la relación entre el sexo y el dinero, la economía política clásica
había señalado más bien la relación directa entre el dinero y el trabajo. Adam
Smith supo mostrar la importancia del trabajo en la generación de la riqueza.
También Marx insistirá en la importancia del trabajo a la hora de explicar el
origen de la riqueza y el valor de las mercancías. Sin embargo, Marx hará una
observación muy importante, al entender el valor de uso como “el tiempo
socialmente necesario para su producción”, reduciendo con ello las riquezas a
trabajo y el trabajo a tiempo
II Seminario Atlántico de Pensamiento 120 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Chus García-Fraile. Series Sneaker 20, 2003 (izquierda) y Sneaker 13, 2004 (derecha).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 121 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

ses disponen de mayor ocio y consecuentemente de mayores reservas de energía. Hay sin
embargo una diferencia importante entre ambas clases sociales:

Pues el arte de hacer durar también se reparte desigualmente entre las distintas cla-
ses. El Informe [Kinsey] no da, en este punto, precisiones a la altura de su acostumbrada
minucia. No obstante, resulta que la prolongación del juego es patrimonio de las clases
superiores. Los hombres de clases desfavorecidas se limitan a contactos rápidos que, con
ser menos breves que los de los animales, no siempre permiten que la mujer llegue tam-
bién al orgasmo (25) .

El ‘Informe Kinsey’.
Puede por tanto que desempleados y ociosos en general follen lo mismo que los ricos,
pero sin embargo éstos le dedican más tiempo al acto sexual, se regodean en él y lo hacen
consecuentemente mejor. La calidad del polvo de los ricos, medida en cantidad de tiempo
dedicado al acto sexual, es entonces incomparablemente mayor.

Pero más que la relación entre el sexo y el dinero, la economía política clásica había
señalado más bien la relación directa entre el dinero y el trabajo. Frente a los fisiócratas
que ponían el origen del valor en la tierra, como fuente de todos los productos humanos,
Adam Smith supo mostrar la importancia del trabajo en la generación de la riqueza. Se-
gún la tesis central de La riqueza de las naciones, la clave del bienestar social está en el
Adam Smith.
crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo. La división del
trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se amplía la extensión de los mercados y
por ende la especialización.

En las naciones civilizadas y prósperas –escribe Smith al principio de su libro–, numero-


(25) Ibíd. p. 166.
sas personas no trabajan en absoluto y muchas consumen la producción de diez veces y fre-
cuentemente cien veces más trabajo que la mayoría de los ocupados; y sin embargo, la pro-
ducción del trabajo total de la sociedad es tan grande que todos están a menudo provistos
con abundancia, y un trabajador, incluso de la clase más baja y pobre, si es frugal y laborio-
so, puede disfrutar de una cantidad de cosas necesarias y cómodas para la vida mucho ma-
yor de la que pueda conseguir cualquier salvaje (26) . (26) Adam Smith, op. cit. p. 28.

También Marx insistirá en la importancia del trabajo a la hora de explicar el origen de la


riqueza y el verdadero valor de las mercancías. Sin embargo, Marx hará al respecto una ob-
servación muy importante, al entender el valor de uso como “el tiempo socialmente nece-
sario para su producción”, reduciendo con ello las riquezas a trabajo y el trabajo a tiempo.

Se dirá que si el valor de una mercancía viene dado por el quantum de trabajo gastado
en su producción, cuanto más perezoso e inútil sea un hombre, más valdrá su mercancía, pues-
to que emplea más tiempo en fabricarla. Pero el trabajo que constituye la sustancia del va-
lor de las mercancías es un trabajo igual e indistinto, un gasto igual de fuerza. La fuerza de
trabajo de toda la sociedad, que se manifiesta en el conjunto de los valores, no representa,
por lo mismo, más que una fuerza única, aunque se componga de innumerables fuerzas in-
dividuales. Toda fuerza individual de trabajo equivale a otra cualquiera siempre y cuando
II Seminario Atlántico de Pensamiento 122 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Prestándole
atención a este
carácter libidinal de
nuestras relaciones
económicas,
también Georges
Bataille dio en
criticar
precisamente por
ello toda la
economía política
clásica, por cuanto
concebía nuestras
relaciones
económicas desde el
punto de vista de la
producción, la
acumulación y el
trabajo, y no desde
el que parece más
MK Kähne. Runners Case, 2007.
correcto, el del
despilfarro y el
gasto. La idea de tenga el carácter de fuerza social media y funcione como tal, es decir, que no emplee en la
utilidad en general producción de la mercancía más que el tiempo de trabajo necesario por término medio o
no sólo oculta el el tiempo de trabajo socialmente necesario.
placer y el goce a los
El tiempo socialmente necesario para la producción de las mercancías es aquél que
que la utilidad
requiere un trabajo realizado con la destreza e intensidad habituales en condiciones nor-
parece entregada, males con relación al medio social. Después de introducirse en Inglaterra el telar de va-
sino que además por, el trabajo necesario para transformar en tejido una cantidad de hilo dada quizá que-
disfraza con el dó reducido a la mitad. El tejedor inglés siempre necesitó el mismo tiempo para llevar a
nombre de progreso, cabo esta transformación; pero, a partir de entonces, el producto de una hora de traba-
de crecimiento e jo individual suyo sólo representaba media hora de trabajo social, quedando reducido a
la mitad su definitivo valor.
incluso de “bien
común” una Por consiguiente, lo que determina la magnitud de valor de un objeto no es más que
estructura social la cantidad de trabajo socialmente necesario, o sea el tiempo de trabajo socialmente ne-
tendente al cesario para su producción (27).
despilfarro
Pero esta reducción de la riqueza al trabajo y del trabajo a tiempo ya la había desarro-
(27) Marx, El capital, lib. 1,
sección 1, cap. 1 llado de algún modo espontáneamente el capitalismo, valorando en jornadas el trabajo de
II Seminario Atlántico de Pensamiento 123 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

los peones que a cambio recibían su “jornal”. Y de algún modo era la certeza evidente en la
sabiduría popular cuando afirmaba aquello de que “el tiempo es oro”. Frase que suena aún
más interesante expresada en la hermosa lengua del capitalismo: “Time is money”.

Con frecuencia estas frases, que consideramos muchas veces como el producto de la
sabiduría popular, tienen sin embargo un origen histórico y un responsable conocido de
haberlas acuñado. Lo mismo que la célebre expresión “zapatero a tus zapatos” no fue in-
ventada por Mariano Rajoy, sino que se encuentra en la Historia natural de Plinio el Vie-
jo atribuida al pintor Apeles y, del mismo modo que la conocida frase según la cual “la Benjamin Frankllin.
experiencia es la madre de la ciencia” puede encontrarse en la Metafísica de Aristóteles,
igualmente la conocida frase “time is money” tiene un padre responsable. Pues procede
de uno de los padres de la Constitución norteamericana, hombre de negocios, literato,
impresor, científico e inventor, autor de un libro titulado Cómo hacerse rico y que además
fue encargado de la emisión del papel moneda en las colonias británicas en su juventud.
Es decir, se trata de un hombre que, sin duda, debía saber mucho acerca del dinero y de (28) Benjamin Franklin, “Advice
su utilidad. En una carta titulada “Consejos para un joven comerciante, escritos por uno to a Young Tradesman, Written
viejo” decía Benjamin Franklin lo siguiente: by an Old One”, en The Writings
of Benjamin Franklin: vol. II,
Philadelphia, 1726 – 1757,
Remember that TIME is Money. He that can earn Ten Shillings a Day by his Labour, and http://www.historycarper.com/
resources/twobf2/advice.htm
goes abroad, or sits idle one half of that Day, tho’ he spends but Sixpence during his Di- “Recuerda que el tiempo es
version or Idleness, ought not to reckon That the only Expence; he has really spent or ra- dinero; el que pudiera ganar en
un día diez chelines y durante
ther thrown away Five Shillings besides […]. medio día se pasea y
holgazanea en su casa, aunque
haya gastado no más que seis
Remember that Money is of a prolific generating Nature. Money can beget Money, and peniques en divertirse, debe
its Offspring can beget more, and so on. Five Shillings turn’d, is Six: Turn’d again, ‘tis Seven tener en cuenta que además ha
and Three Pence; and so on ‘til it becomes an Hundred Pound. The more there is of it, the more gastado, o mejor, tirado, cinco
chelines al agua. Recuerda que
it produces every Turning, so that the Profits rise quicker and quicker. He that kills a bree- potencia genital y fecundidad
ding Sow, destroys all her Offspring to the thousandth Generation. He that murders a Crown, son propiedades del dinero. El
dinero engendra dinero, y los
destroys all it might have produc’d, even Scores of Pounds (28). rebrotes pueden engendran a
su vez, y así sucesivamente.
Cinco chelines se convierten en
Que el tiempo es dinero es una enseñanza clásica de la economía burguesa. Una en- seis, más tarde en seis chelines y
señanza que tal vez no siempre fue evidente. Implicaba la convicción de que hay que tres peniques, y así
sucesivamente hasta
hacer algo con el tiempo, la certeza de que el tiempo no se debe desperdiciar. Es posi- convertirse en una libra
ble que esta idea sea de origen monástico medieval, asociada a una estricta compar- esterlina. El dinero produce más
timentación del tiempo, según la consigna “ora et labora”, dada por la regla de San Be- cuanto más cantidad hay de él,
de tal manera que el beneficio
nito a sus monjes, a principios del s. VI de nuestra Era. Max Weber sin embargo, en su crece cada vez más
célebre ensayo sobre la ética protestante y Georges Bataille con él, en su extraño tra- rápidamente. El que mata una
cerda destruye su descendencia
tado de economía, titulado La parte maldita, parecen retrasar esta concepción econo- hasta el millar. El que mata una
micista del tiempo hasta la Reforma protestante y en concreto, hasta las doctrinas de pieza de cinco chelines asesina
todo lo que hubiera podido
Calvino y Zwinglio. Sea como fuere, lo cierto es que nunca habíamos reparado en esta producir, auténticas pilas de
insistencia de los teóricos del capitalismo clásico en el poder genético, afrodisíaco y se- libras esterlinas”. Tomo la
traducción de Georges Bataille,
xual del dinero. “Que el dinero es de una prolífica naturaleza generatriz” y “que el di- La parte maldita, ed. de
nero engendra dinero y que su descendencia engendra aún más”, muestra la convic- Francisco Muñoz de Escalona,
ción absoluta en sus virtudes sexuales. Icaria, Barcelona, 1987, p. 158.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 124 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Ubay Murillo. El loro tirano, 2007.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 125 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Pero, prestándole atención a este carácter libidinal de nuestras relaciones económicas,


también Georges Bataille dio en criticar precisamente por ello toda la economía política clá-
sica (la de Marx y la de Adam Smith), por cuanto concebía todas nuestras relaciones económicas
desde el punto de vista de la producción, de la acumulación y del trabajo, y no desde el que
parece más correcto, el del despilfarro y el gasto.

En un texto clarividente publicado en 1933, titulado “La noción de gasto”, comienza Ge-
orges Bataille por criticar precisamente el concepto de utilidad sobre el que se funda toda
la economía política clásica. No existe en su opinión ningún modo correcto que permita de-
finir lo que es útil a los hombres. “Esta laguna queda harto probada por el hecho de que es
constantemente necesario recurrir, del modo más injustificable, a principios que se inten-
tan situar más allá de lo útil y del placer. Se alude hipócritamente al honor y al deber com-
binándolos con el interés pecuniario y, sin hablar de Dios, el Espíritu se usa para enmasca-
rar la confusión intelectual de aquellos que rehúsan aceptar un sistema coherente” (29). (29) Georges Bataille, “La noción
de gasto”, en La parte maldita,
trad. y notas de Francisco
En efecto, la idea de utilidad en general no sólo oculta el placer, el goce y el despilfarro Muñoz de Escalona, Icaria,
al que la utilidad parece entregada, sino que además disfraza con el nombre de progreso, Barcelona, 1987, p. 25.
de crecimiento e incluso de “bien común” una estructura social tendente al despilfarro. Ba-
taille enumera un buen número de actividades sociales improductivas o, aún más, ten-
dentes al despilfarro, a las que considera como un “gasto incondicionado”: el lujo, los due-
los, las guerras, los monumentos suntuarios, los juegos, los deportes, los espectáculos, la ac-
tividad sexual perversa… Va mostrando cómo los rituales religiosos están asociados al sa-
crificio, al monumento y al gasto suntuario; cómo el deporte, está asociado al despilfarro y
al gasto improductivo de las instalaciones deportivas, los estadios de fútbol, el mantenimiento
de los equipos, las fichas astronómicas de los jugadores, los millones que se mueven en tor-
no a las apuestas, etcétera; cómo el arte, la arquitectura, la música y la danza son también
formas socialmente aceptadas de gasto improductivo, lo mismo que el lujo de las joyas, de
las pieles o de los artículos exclusivos de la moda.

Fundándose en el “Ensayo sobre el don” (30) de Marcel Mauss demuestra cómo el ori- (30) Marcel Mauss, “Ensayo
sobre el don, forma arcaica del
gen de la economía mercantil no es la necesidad del intercambio y la ganancia, sino la ne-
intercambio”, en Sociología y
cesidad contraria, la de destrucción y pérdida, según el modelo de destrucción ritual de ri- antropología, Tecnos, Madrid,
quezas y alimentos, al que Mauss denominó el potlach. Como intercambio simbólico de des- 1979, pp. 155 - 258.

Que el tiempo es dinero es una enseñanza clásica de la economía burguesa Y de algún modo
era la certeza evidente en la sabiduría popular cuando afirmaba aquello de que “el tiempo es
oro”, una frase que suena aún más interesante expresada en la hermosa lengua del
capitalismo: “Time is money”. Pero lo cierto es que es que nunca habíamos reparado en esta
insistencia de los teóricos del capitalismo clásico en el poder genético, afrodisíaco y sexual del
dinero. “Que el dinero es de una prolífica naturaleza generatriz” y “que el dinero engendra
dinero y que su descendencia engendra aún más”, muestra la convicción absoluta en sus
virtudes sexuales
II Seminario Atlántico de Pensamiento 126 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

trucción, lo que el potlach muestra es que “la riqueza aparece como una adquisición, en tan-
to que el rico adquiere un poder, pero la riqueza se dirige enteramente hacia la pérdida, en
el sentido en que tal poder sea entendido como poder de perder. Solamente por la pérdida
están unidos a la riqueza la gloria y el honor” (31) . Según esto, la tesis fundamental de Ba-
taille en La parte maldita es la de que “no es la necesidad, sino su contrario, el lujo, lo que
(32) Bataille, La parte maldita, plantea a la materia viviente y al hombre sus problemas fundamentales” (32) .
loc. cit. p. 50.

Para él, el lujo y el exceso no son una consecuencia patológica del sistema, sino más
bien la consecuencia necesaria de su propia estructura. La superabundancia de energía
se desborda necesariamente en forma de despilfarro. Y esto es una característica común
tanto a las sociedades tribales, como a las esclavistas, como a las sociedades capitalis-
tas e industriales. Si éstas no encuentran una forma ritual de deshacerse de su exceso li-
bidinal de energía a través de ofrendas o sacrificios, este exceso termina conduciendo ne-
cesariamente a formas abominables, desmesuradas y excesivas de gasto suntuario, como
son por ejemplo las guerras. “Las dos guerras mundiales –escribe Bataille– han ordena-
(33) Loc. cit. p. 72. do las orgías más grandes de riqueza y de seres humanos que conoce la historia” (33) .
De este modo, la propia estructura libidinal de la economía arrastra consigo la destruc-
ción y la muerte. “De todos los lujos concebibles –escribe Bataille– la muerte, bajo su for-
(34) Ibíd. p. 70. ma fatal e inexorable, es ciertamente el más costoso” (34) .

La muerte es, sin lugar a dudas, para Bataille parte del sacrificio, parte de la destrucción
y parte de la guerra. Pero ella, sin embargo, no constituye la parte maldita. Por el contrario,
la muerte es pensada por él como parte de la vida, como una especie de lujo de la vida. “El
lujo de la muerte, en este sentido, es considerado por nosotros de la misma forma que el de
la sexualidad, es decir, en principio como una negación de nosotros mismos, y después como
(35) Id. la verdad profunda del movimiento del cual la vida es la exposición” (35) .

De este modo la economía, al igual que el erotismo, es considerada como un impul-


so libidinal tendente al despilfarro y al gasto, necesariamente encadenada a la destruc-
ción y a la muerte. Con ello se cierra el circuito que queríamos expresar: la triple unidad
entre el dinero, el sexo y la temporalidad, asociada en este caso a la idea de la muerte.
“La muerte –escribe Bataille– deja incesantemente el espacio necesario para la llegada
de recién nacidos y, sin embargo, maldecimos de un modo totalmente absurdo aquello

La superabundancia de energía se desborda necesariamente en forma de despilfarro. Y


esto es una característica común tanto a las sociedades tribales, como a las esclavistas,
como a las sociedades capitalistas e industriales. Si éstas no encuentran una forma ritual
de deshacerse de su exceso libidinal de energía, a través de ofrendas o sacrificios, este
exceso termina conduciendo necesariamente a formas abominables, desmesuradas y
excesivas de gasto suntuario, como las guerras, que son “las orgías más grandes de
riqueza y de seres humanos que conoce la historia”. La propia estructura libidinal de la
economía arrastra consigo la destrucción y la muerte
II Seminario Atlántico de Pensamiento 127 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

Georges Bataille.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 128 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

La Trinidad, tuneada.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 129 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

sin lo cual no existiríamos” (36) . La relación entre el sexo y la muerte, como forma com-
pulsiva de autodestrucción, se expresa quizás mejor en la fórmula: “Sex is Time”.

La ecuación correcta entonces sería “Time is Money, but Money is Sex” (Time = Money
= Sex). Podremos expresarla mediante una fórmula abstracta: T = M = S, o mediante una pro-
posición teológica, según la cual se trata de tres personas distintas, pero de un solo dios ver-
dadero. Según esta representación, el Tiempo puede ser identificado con la figura de Dios
Padre pues, al igual que los dioses de la Antigüedad clásica, el padre de todos los dioses Cro-
nos o Saturno devora a sus hijos, del mismo modo en que el dios Padre de la mitología cris-
El último deseo.
tiana entrega a su hijo a la temporalidad para, con su muerte, redimir a todos los hombres.
Que el Espíritu Santo deba ser pensado en el sentido del Logos, del lenguaje o del significante
universal que es el dinero tampoco debe ser puesto en duda. En Pablo de Tarso el Espíritu
está claramente vinculado, al igual que el dinero, que es mero valor de signo, al logos y al
lenguaje. Por eso el Espíritu es la mejor representación del símbolo universal del intercam-
bio que es el dinero. En tercer lugar, Jesucristo es representado en la mitología cristiana como
amor, como dios hecho carne, como verdadera encarnación de lo divino. En cuanto tal él es
también la mejor representación del sexo. Se trata, sin embargo, de tres personas distintas
que deben ser pensadas, no obstante, como un solo dios verdadero. Pues el tiempo es dios,
La Anunciación.
el dinero es dios y el sexo también debe ser considerado como dios. Pero no son tres dioses
diferentes, sino que mantienen entre sí una extraordinaria y sorprendente unidad.

Pero, aunque la filosofía se divierte con estas analogías teológicas, no se consuela sin
embargo con meras metáforas. Señala con ellas la rotundidad y la profundidad de sus pro-
blemas pero no muestra mediante ellas el camino de su transformación. ¿Es entonces sen-
sato desarrollar una política a partir de esta extraña mezcla de doctrinas antropológicas,
poéticas, económicas y teológicas que propone Georges Bataille en La parte maldita? ¿Es
sensato tratar de abordar el problema del reparto desigual de la riqueza sirviéndose de La Piedad.
un modelo económico-político tan descabellado y extraño como el pensado por Georges
Bataille en su tratado de economía política? JAM Montoya.
Sanctorum, 1997.

Puede que no sea del todo insensato pensar una política sobre bases tan heterodoxas.
De hecho, algunos pensadores europeos han intentado hacerlo, siguiendo la estela de Ge- (36) Id.
orges Bataille. El primero de ellos, su compañero y amigo Maurice Blanchot, tanto en L’amitié
(1971) como en La communauté inavouable (1983), en la que daba cuenta del libro de Jean
Luc Nancy La communauté desoeuvré (1983). Tras sus huellas, Jacques Derrida, tanto en Po-

La economía, al igual que el erotismo, es considerada como un impulso libidinal tendente al


despilfarro y al gasto, necesariamente encadenada a la destrucción y a la muerte. Con ello se
cierra el circuito que queríamos expresar: la triple unidad entre dinero, sexo y temporalidad,
asociada en este caso a la idea de la muerte. La relación entre el sexo y la muerte, como
forma compulsiva de autodestrucción, se expresa quizás mejor en la fórmula: “Sex is Time”.
La ecuación correcta entonces sería “Time is Money, but Money is Sex” (Time = Money = Sex)
II Seminario Atlántico de Pensamiento 130 Follar, follar, follar y morir
Miguel Cereceda

¿Es entonces
sensato desarrollar
una política a partir
de esta extraña
mezcla de doctrinas
que propone
Georges Bataille en
`La parte maldita`?
¿Es sensato tratar
de abordar el
problema del
reparto desigual de
la riqueza,
sirviéndose de un
tratado de
economía política
tan descabellado y
extraño? Puede que
no sea del todo
insensato pensar
una política sobre
bases tan
heterodoxas.
Algunos pensadores
europeos han
intentado hacerlo…
Saturno devorando a sus hijos, tuneado.

litiques de l’amitié (1994) como en su particular ensayo sobre el don: Donner le temps 1.- La
fause monnaie (1991) y Donner la mort (1992). En tercer lugar, el propio Jean Luc Nancy debe
ser considerado como un importante promotor de esta cuestión, en el libro antes mencio-
(37) Antonio Campillo, “La
nado, como más tarde en L’experience de la liberté (1988). Por último, el italiano Roberto Es-
filosofía política de Georges pósito ha desarrollado explícitamente la categoría batailleana de la soberanía en Confines
Bataille” en Patricia Mayayo
de lo político (1996) y en Categorías de lo impolítico (2006). También entre nosotros, Anto-
(Ed.), En torno a Georges
Bataille, CRUCE Eds., Madrid, nio Campillo ha hecho un esfuerzo notable por considerar la pertinencia y la coherencia de
1998. esta política de la soberanía tanto en el texto “La filosofía política de Georges Bataille” (37),
(38) Georges Bataille, Lo que así como en su compilación de textos de Bataille sobre la soberanía (38), como en su libro
entiendo por soberanía, Paidós, Contra la economía. Ensayos sobre Bataille (2001). ¿Es posible fundamentar una teoría eco-
ICE UAB, Barcelona, 1996.
nómica o una filosofía política sobre elementos tan heterogéneos?
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

El miedo al gueto
(o porqué se procura evitar la concentración
excesiva de pobres en la ciudad)

Manuel Delgado
Doctor en Antropología, es profesor titular de

Manuel Antropología Urbana de la Universidad de

Delgado Barcelona. Ha trabajado especialmente sobre la

construcción de la etnicidad, las estrategias de

exclusión en marcos urbanos, las representaciones

culturales en la ciudad y las nuevas formas de culto

en el mundo contemporáneo. Es autor, entre otros

libros, De la muerte de un dios, La ira sagrada,

Diversitat i integració, El animal público. Hacia una

antropología de los espacios urbanos (Premio

Anagrama de ensayo 1999), Ciudad líquida, ciudad

interrumpida, Identidades dispersas, Disoluciones

urbanas, o bien el reciente Sociedades movedizas.

Pasos hacia una antropología de las calle.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 135 El miedo al gueto
Manuel Delgado

1. Los polígonos de viviendas como escenario para el conflicto


Disturbios callejeros en
Los polígonos de viviendas social fueron escenario y cuna de grandes movilizaciones veci- Aulnay Sous Bois, en la
periferia de París, en 2005.
nales que en los años setenta dieron pie al surgimiento del primer sindicalismo barrial, que FOTO: ERIC TRAVERS / PASCAL LE
por primera vez concibió el crecimiento urbano en clave de clase social. Esa naturaleza con- FLOCH (EFE)

flictiva de los grandes barrios de bloques se ha mantenido e incluso renovado en diversos


países de Europa en los últimos años, aunque haya cambiado alguna de sus claves desen-
cadenantes. Hay otros casos, pero el ejemplo de las periferias urbanas en Francia en las úl-
timas dos década resulta especialmente elocuente. En ellas, los grandes polígonos de vivienda
social edificados en la década de los cincuenta y sesenta son periódicamente escenario de
estallidos de aquello que los medios de comunicación tildan de "violencias urbanas", en que (1) Macé, E. 1999. “Les violences
dites “urbaines” et la ville” , Les
el calificativo “urbano” no es sino “una eufemización de una violencia social vinculada a las Annales de la Recherche Urbaine,
relaciones sociales de exclusión” (1). Se trata de auténticas revueltas protagonizadas por sec- 83/84 (setiembre), pp. 59-64.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 136 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Las periferias urbanas tores desesperanzados de la población, sobre todo por jóvenes hijos de la antigua clase obre-
[de la sociedad ra –lo que es lo mismo en casi todos sitios que decir de la inmigración o las repatriaciones
postcoloniales– que se revelan contra la condena a la postración a que se les ha abocado.
opulenta] se han
En estos casos la liquidación del sindicalismo de clase tradicional y su desplazamiento de
vuelto escenarios de
la fábrica al barrio se ha visto sustituída por una creciente miserabilización de determina-
estallidos de odio dos polígonos de viviendas, cuya población se ha visto victimizada por el paro y la precari-
contra las zación laboral o por el desguace generalizado de las políticas sociales de lo que un día fue-
instituciones y su ra o quisiera haber sido el Estado del bienestar; y ello en todas sus variantes: escolarización,
policía, auténticos atención sanitaria, servicios sociales y, sobre todo, crisis absoluta del alojamiento social. El
motines, a veces tono despiadado que ha tomado la desindustrialización y la revisión liberal del Estado-pro-
videncia se ha traducido en un fuerte aumento del malestar, sobre todo entre una masa de
crónicos, a los que se
jóvenes a los que se les ha escamoteado literalmente el futuro y que han aprovechado la mí-
tilda de violencia nima oportunidad para expresar radicalmente su frustración.
urbana y que, como
consecuencia de la Es ahora cuando se percibe el peligro de que las grandes concentraciones de vivien-
creciente etnificación das socialmente homogéneas abandone sus reclamaciones explícitamente político-sin-
de la miseria y la dicales para desplazarse al campo difuso de una inorganicidad de aspecto anómico, que
–al menos tal y como es mediáticamente exhibida– recuerda las revueltas “sin ideas” en
marginación urbana,
la Europa preindustrial o los levantamientos que protagonizan sectores del subproleta-
han podido tomar
riado urbano a lo largo del siglo XIX. Se trata ahora de estallidos de odio contra las ins-
aspecto de raciales, tituciones y su policía, motines que –como consecuencia de la creciente etnificación de
étnicos o religiosos. la miseria y la marginación urbanas– han podido tomar eventualmente el aspecto de “ra-
Pero no son más que ciales”, “étnicos” o –en un último periodo y por la imagen oficial, mediática y popularmente
una violencia social propiciada acerca del Islam– incluso religiosos.
vinculada a las
Los medios de comunicación pueden entonces mostrar a una nebulosa turba de jóvenes
relaciones sociales de
airados, previamente mostrados una y otra vez como asociados a la delincuencia, la droga-
exclusión que dicción o al fundamentalismo religioso, abandonarse al pillaje de establecimientos, el incendio
protagonizan los masivo de automóviles y a los enfrentamientos con la policía. Los ejemplos son numerosos
sectores más desde finales de la década de los setenta hasta ahora mismo: en los barrios londinenses de
desesperanzados. Y Totteham o Brixton, en octubre de 1985; en Bristol, en octubre de 1992; en el 2001, en Liver-
sobre todo los pool, en mayo; en Stoke-on-Trent, en julio, y en Oldham –cerca de Manchester–, Brixton de
nuevo y Leeds en octubre; en los barrios de Forest y Saint Gilles, en Bruselas, en mayo de 1991,
jóvenes, a los que se
y en el barrio del General Eisenhower, en Amberes, en octubre de 2002.
les ha escamoteado
literalmente el futuro En Francia, esa conflictivización violenta ha devenido crónica y son cíclicos los motines
urbanos, algunos de gran virulencia, en una tradición que arrancaría acaso en el motín de
Vaulx-en-Velin, un suburbio de Lyon, en 1979 y que iría repitiendo casi de manera regular sus
manifestaciones: en el barrio de Les Minguettes, en Vénissieux, cerca la misma ciudad, en
el verano de 1981 y luego en 1985; en Reims, en noviembre de 1982; en 1990, en Vaulx; en 1991,
en Le Val Fourré, en París; en 1993 y 1997 en Dammarie-lès-Lys, también en París; en Dam-
marie, en 1997; en Toulouse, en diciembre de 1998 y más tarde en diciembre de 1999, para
alcanzar su máxima expresión en la extraordinaria oleada de descontento que conocieron
los llabados “barrios dificiles” de casi todas las ciudades francesas –París, Burdeos, Estrasburgo,
II Seminario Atlántico de Pensamiento 137 El miedo al gueto
Manuel Delgado

(a) Como se recordará, todo


arrancó con la muerte de dos
adolescentes perseguidos por
la policía en Clichy-sous-Bois,
en Seine-Saint Denis, cerca de
París. A partir del 8 de
noviembre, los disturbios
prendieron por los barrios
periféricos de diferentes
ciudades francesas a lo largo de
varias semanas y conllevaron
centenares de heridos y
Democracia. Welfare State, 2008. detenidos, la destrucción de
todo tipo de instalaciones
públicas, comercios y edificios
Lyon, Rennes, Amiens, Rouen, Niza, Dijon, Perpiñán, Orleans...– a lo largo de varias jornadas religiosos, la quema de miles de
coches... De hecho, se repetía
en el otoño de 2005 y que sólo se puedo atajar con la declaración del estado de emergen- una misma lógica que ya
cia en todo el país y el toque de queda en diversos de sus barrios (a). habían conocido todas las otras
explosiones de ira popular en
ciudades europeas, cuyo origen
El caso francés es bien ilustrativo. Determinadas políticas en materia de vivienda so- fueron casi siempre
brutalidades y arbitrariedades
cial y de prevención de los alquileres impagados procuraron, a partir de mediados de policiales, desencadenante que
los años setenta, una progresiva sustitución en los grandes ensembles: una población es común también a los
disturbios raciales en Estados
compuesta por familias de clase obera cualificada o de empleados, que tendió a huir Unidos, como se vio en Miami
hacia centros urbanos recuperados o a barrios de nueva construcción, fue dando paso en 1980 y 1989, o en Cincinnati,
a familias pauperizadas, lo que dio pie a su vez a un paulatino cierre de comercios de en abril del 2004. El caso más
parecido ocurrido en España
proximidad, una desatención creciente por parte de la Administración, un aumento en correspondería al de los
los índices de delincuencia, el asentamiento masivo de familias pobres procedentes de enfrentamientos entre vecinos
y policías en el barrio sevillano
las colonias o de la inmigración –con frecuencia ilegal–, niveles de fracaso escolar y de de Los Pajaritos, en agosto de
desempleo muy por encima de la media nacional, sobrerepresentación de jóvenes y de 2002, como consecuencia de la
muerte de un joven
familias numerosas, generalización del consumo de drogas o alcohool, con frecuencia delincuente por la Policía
como instrumentos de sociabilidad. Nacional.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 138 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Ubay Murillo. Secuestro, 2008.

Se había producido la sustitución de los antiguos explotados por los nuevos exclui-
dos, a los que, en una sociedad en que se ha decretado el fin de la lucha de clases, se les
escamoteaba la dignidad y la legitimidad como trabajadores o, como en Francia, se les
desposeía simbólicamente de su condición de ciudadanos para remitirlos al capítulo cla-
sificatorio de immigrantes (cf. Barros, 2005). Las cuestiones centrales se trasladaban así
al contraste integración/marginación y la división fundamental ya no era de orden ver-
tical –del tipo explotadores/explotados–, sino horizontal, entre gente dentro y gente fue-
ra, entre grupos y personas in y grupos y personas out, lo que llevaba a formas relativa-
(2) Wieviorka, M. 1995. mente nuevas de segregación espacial (2) (b).
El espacio del racismo,
Paidós, Barcelona.
Pero hay algo en que no se diferenciaba el papel de los explotados y el de los excluidos
(b) Es significativo que todos los a la hora de hacer un uso intensivo del espacio que habitaban, sobre todo cuando se les daba
pronunciamientos políticos y
expertos sobre las revueltas la oportunidad de verse cada día, de estar juntos, de coincidir en el tiempo y en el territorio
urbanas del otoño de 2005 en de su cotidianeidad. Habíamos visto afianzarse en las grandes ciudades dormitorio una fuer-
Francia insistieran en que estas
eran el resultado de “un fracaso te actividad centrada en la apropiación del espacio público más inmediato, por parte de jó-
en el modelo de integración”, por venes para los que en buena medida los centros urbanos aparecían poco menos que veda-
plantearlo siguiendo el título de
un artículo de Michel Wieviroka
dos. En esos contextos de inmediatez podían organizarse en grupos de afinidad –presen-
publicado en La Vanguardia el 8 tados como “bandas” o “pandillas”– susceptibles de proveer de identidades de referencia y
de noviembre de 2005. formas lo suficientemente sólidas de organización y congruencia que contrarrestasen la des-
articulación social que experimentaban a su alrededor. Películas como La Haine, dirigida por
II Seminario Atlántico de Pensamiento 139 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Avelino Sala. Anxiety, 2007.

Matéu Kassovitz (1994), o Ma 6-T va crack’er, de Jean-François Richet (1997), describen de una
forma bien acertada este clima de hostilidad contra el sistema que ha cuajado en nume-
rosas de estas ciudades-dormitorio francesas, feudos que fueron hasta hace no mucho del
Partido Comunista y de sus virtudes organizativas.

En ambos filmes se describe de forma eficaz cómo la población joven vive su exclusión
del centro de ciudades en las que es difícil no sentirse como intrusos indeseables, cómo han
de soportar el hostigamiento de una policía que les desprecia y maltrata, al tiempo que ha-
cen un uso exhaustivo e intenso de sus espacios públicos más inmediatos, convertidos en mar-
cos en que practicar formas específicas de sociabilidad de las que pueden obtener fuentes
de apoyo mutuo, generar productos culturales propios –la música hip-hop, por ejemplo– sin
dejar de tomar conciencia de su potencia para convertir ese mismo escenario de su vida co-
tidiana en proscenio para la revuelta. Ahí puede apreciarse hasta qué punto los grandes en-
sembles hacen posible esa puesta en común de estados de ánimo y ese traspaso que con-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 140 El miedo al gueto
Manuel Delgado

vierte la desesperación en rabia contra las instituciones políticas, religiosas, escolares, etc., y
contra todo aquello que simbolice la situación de postergamiento que les afecta.

Es interesante, en ese sentido, contemplar cómo las grandes discusiones públicas que se
plantearon en aquel momento, ante las dimensiones que asumió la revuelta en las banlieues
francesas, insistieron en colocar en el centro de los discursos la noción de gueto, como si esta
fuera la clave que explicaba qué había sucedido y por qué y como si la solución para los con-
flictos suscitados no fuera la de mejorar las condiciones de vida de los barrios populares ni si-
quiera aliviar los motivos de la desolación de los jóvenes, sino evitar a toda costa que esos sec-
tores sociales que se habían mostrado tan vehementemente ofendidos llegaran a vivir con-
centrados en áreas demasiado circunscritas, propiciadoras del encuentro cotidiano, la coinci-
dencia física, la interacción intensa y constante y, derivado de todo ello, dotadas de viabilidad
para desarrollar formas de organización y de acción colectivas. El problema, en efecto, no pa-
recía ser la miseria, sino una acumulación excesiva de miserables por metro cuadrado.

En España, el terremoto que supuso la metástasis de lucha social en los cercanos extra-
rradios urbanos franceses sirvió precisamente para advertir de los peligros que implicaba
la posibilidad de que se formaran guetos de inmigrantes, un asunto que ya hacía tiempo que
había cobrado protagonismo en las polémicas acerca de qué cabía hacer con los nuevos ve-
cinos de origen extranjero que se iban incorporando al tejido urbano, suscitando necesida-
des habitacionales crecientes que –se repetía– no podían traducirse en enclaves “étnicamente”
homogéneos. El asunto incluso tuvo su réplica en el campo educativo, también en el senti-
do de la importancia de evitar la formación de guetos o concentración en unos mismos co-
legios de un exceso de población escolar procedente de “otras culturas”. La retórica emple-
ada al respecto no dejaba de insistir en que se trataba de evitar los efectos más perniciosos
de la segregación social, de tal forma que importantes bolsas de población se vieran arrin-
conadas en espacios poco menos que cerrados, definidos por todo tipo de cargas negativas
y que convirtieran a sus “reclusos” en seres privados de un acceso igualitario a los bienes ma-
(c) De hecho, como se sabe, la
noción de “región moral”, tan teriales y simbólicos de los que la vida urbana se supone que es garante.
cara a la Escuela de Chicago, no
era sino la trasposición a la
nueva sociología urbana del Es difícil defender hoy el moralismo de muchas de las sentencias de aquella escuela, ni
concepto de “área cultural” que un culturalismo que se tomaba prestado de la antropología boasiana, tan teñida de idea-
había acuñado la primera
antropología cultural lismo (c). Ni que decir tiene que, al menos en términos generales, continúa siendo incon-
norteamericana. testable lo que apuntaran primero Engels, en su célebre estudio sobre la situación de la vi-

La liquidación del sindicalismo de clase tradicional y su desplazamiento de la fábrica al


barrio se ha visto sustituida por una creciente miserabilización de determinados
polígonos de viviendas. Es ahora cuando se percibe el peligro de que esas grandes
concentraciones de viviendas socialmente homogéneas abandone sus reclamaciones
explícitamente político-sindicales para desplazarse al campo difuso de una inorganicidad
de aspecto anómico, que –al menos tal y como es mediáticamente exhibida– recuerda a
las revueltas “sin ideas” en la Europa preindustrial
II Seminario Atlántico de Pensamiento 141 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Homeless, 2006.
FOTO: SAP

vienda entre la clase obrera inglesa de la época victoriana, y luego, en su senda, David Har-
vey, acerca de cómo la segregación espacial resulta en última instancia de las dificultades
de la población con recursos escasos a acceder al mercado de la vivienda, como consecuencia
a su vez de la licitación de ésta desde bases capitalistas.

Así pues, nos encontraríamos con un ejemplo más de la necesidad de atemperar los aná-
lisis chicaguianos, puesto que no se trata de cuestionar la evidencia de que las personas que
habitan zonas residuales y deterioradas lo hagan porque no tienen otra opción, sino que, una
vez arrastradas a ellas y encerradas dentro, no hagan de su enclaustramiento forzoso un lu-
gar de y para la resistencia moral, la solidaridad entre iguales y, en determinadas oportuni-
dades, la contestación política. Digamos que el análisis marxista no se equivoca cuando in-
dica determinantes económicos que, en última instancia, arrinconan a ciertos grupos sociales
II Seminario Atlántico de Pensamiento 142 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Manuel Delgado, en distintos momentos de su conferencia en el II Seminario Atlántico de Pensamiento, en el CICCA en marzo de 2008.
FOTO: VÍCTOR M. CRUZ

en centros depauperados o periferias desasistidas, pero tampoco los chicaguianos dejaban


de tener razón cuando hacían entrar en juego la manera como esa distribución acababa ha-
ciendo cristalizar energías y fuerzas que eran “naturales”, en el sentido de que no eran dis-
tintas de aquellas otras que, por doquier en el mundo vivo, articulaban las diferentes formas
(d) Alguna vez se explicita lo de existir a sus contextos espaciales en forma de todo tipo de competencias, agenciamien-
obvio, como cuando una tos y simbiosis, en las que la autororganización ocupaba un papel fundamental. De esa ma-
periodista escribía, sobre los
polígonos de viviendas en que nera, la eficacia funcional del gueto –dejando de lado cuáles habían sido los factores que lo
se recluía o era recluida la hubieran generado– consistía en su idoneidad para la solidaridad y las iniciativas colectivas.
población más pobre, que “todo
pesa sobre esos barrios que
crecen en los límites de Sin entrar en la dilatada discusión teórica a propósito de las definiciones que se le
nuestras ciudades. Controlarlos, han asignado, lo cierto es que el gueto ha visto aumentada su mala reputación, siste-
ya no sólo policialmente, se
termina convirtiendo en una máticamente asociado en sus representaciones al desorden, a la marginación, a la des-
prioridad obligada para evitar viación, al vicio, al delito, etcétera, como si de una colosal concentración de anomia y
males mayores en el futuro”
(Patricia Ortega, “Los guetos en detritus morales se tratara (d). Frente a esas imágenes –repetidas una y otra vez des-
España. Los suburbios de los discursos oficiales– el gran argumento en contra del gueto es la nunca del todo
empiezan a incubar la
exclusión”, El País, 18 de ni justificada ni demostrada virtud de la mezcolanza. La premisa teórica es que “el an-
diciembre de 2005). tídoto contra la segregación urbana y la exclusión social es favorecer, mediante la in-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 143 El miedo al gueto
Manuel Delgado

tervención pública, la mezcla social sobre el territorio, la convivencia y la interacción


en los espacios urbanos de diversos grupos sociales (sobre todo por recursos económicos,
pero también por religión, por características étnicas)”.

Como se ve, se supone que intercalar clases y grupos étnicos tiene efectos beneficiosos
que, por otra parte, nunca han visto comprobada su presunta bondad en orden a otra cosa
que no sea sosegar, por la vía de la disolución, la tendencia que los sectores más desfa-
vorecidos de la sociedad tienen a devenir fuente de intranquilidad para las clases políti-
ca y económicamente hegemónicas. Viviendo unos al lado del otro y encontrándose cada
día por la calle, a la puerta de los colegios, en las plazas, en los comercios, en los bares,
los segmentos socialmente desiguales y con frecuencia con intereses incompatibles, van
a renunciar a plantear contenciosos y se van a fundir en un abrazo ciudadano inmenso
y omniabarcativo, en que se concretaría la utopía al mismo tiempo urbanística y políti-
ca de una superación de los antagonismos sociales por la vía de la asunción de los valo-
res abstractos basados en el consenso y la conciencia ciudadana.

Que el elogio oficial de la mixtura camufla objetivos bien poco altruistas es algo que
delata una mínima observación sobre lo que ocurre en su aplicación. En Francia, las ac-
ciones públicas a favor de la mezcla social han implicado dispositivos de gestión en la asig-
nación de viviendas sociales basados en formas sutilísimas de control y discriminación
institucional que acaban afectando a los hogares más pobres (3). En una última etapa, (3) Tissot, S. 2005. “La
spatialisation des problèmes
a esas cualidades casi místicas de la copresencia armoniosa entre clases, en un escena- sociaux”. Actes de la recherche
rio urbano predispuesto para la reconciliación, se le añade el atractivo que para las cla- en sciences sociales, 159, pp. 4-10.
ses medias más “sensibilizadas” supone una dosis controlada y relativa de “diversidad ét-
nica” –una forma nueva de referirse al reencuentro en un mismo espacio físico con los
pobres– que procura una cierta estampa de multiculturalismo y cosmopolitismo, refe-
rente puramente estético destinado a atender las demandas en materia de convivencia
entre culturas que reclaman esos sectores sociales interesados en las dinámicas de gen-
trificación, es decir en la reocupación por clases medias y altas de centros urbanos re-
habilitados, en los que se espera que pulule una cantidad aceptable de inmigrantes que
garanticen el nuevo colorido local, el nuevo tipismo pluriétnico.

Casos paradigmáticos de ello serían los de los barrios del Raval en Barcelona o Lavapiés
en Madrid (4), festines inmobiliarios en los que el multiculturalismo escénico actúa como (4) Ávila, D. y Malo, M., 2007.
“¿Quién puede habitar la
gancho para inversores, nuevos propietarios o incluso inquilinos jóvenes o extranjeros que ciudad? Frontera, gobierno y
quieran garantizarse periódicas inmersiones –unos meses, un fin de semana– en ambien- transnacionalidad en los
barrios de Lavapiés y San
tes multiétnicos e incluso ligeramente canallas. Cristóbal”, en Observatorio
Metropolitano.
Madrid, ¿la suma de todos?
También se busca esa superposición de funciones en los propios barrios de bloques,
Globalización, territorio,
como si la colonización por parte de habitantes y actividades no marginales se consti- desigualdad,
tuyera en un factor de redención de lo que hasta hacia poco habían sido focos de mar- Traficantes de Sueños, Madrid,
pp. 505-632.
ginación y conflictividad. Ése es el caso de proyectos de remodelación como los del pro-
pio barrio de La Mina, en Sant Adrià del Besòs (Barcelona) –junto con Villaverde, en Ma-
drid; El Puche, en Almería; el Polígono Sur, en Sevilla; Orriols, en Valencia; o San Francis-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 144 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Pepe Medina. Fiel, 2008.

co, en Bilbao, unos de los ejemplos más recurrentemente citado de gueto en el Estado es-
pañol-, para el que se prevé una transformación que coloque precisamente la diversidad
en el eje de sus objetivos, en orden a ver cumplida la utopía del reencuentro final entre
integrados y marginales, siempre como parte de una máquina de guerra que entiende
el gueto como el mal a combatir por todos los medios: “El principio de diversidad toma
en la ciudad el mayor valor y debe garantizar la mayor riqueza de relaciones entre sus com-
ponentes. Diversidad que debe darse en todos los niveles sociales, en la composición de
las personas y de los vecinos; física, en la definición de los espacios, arquitecturas y tipologías
(5) Jornet, S.; Llop, C.; Pastor, J.E. de viviendas, y económica, en la diversificación de las actividades” (5).
“La Mina. Transformación
urbana del barrio”, Quaderns
d’Arquitectura, 240 (enero Recuérdese que la actual fobia al gueto arranca en buena medida de los menciona-
2004): 246-249. dos ciclos de revueltas en la periferia francesa, en concreto a partir de los disturbios del
barrio de Les Minguettes, en Lyon, en junio de 1991, que dieron pie a una ley explícitamente
antigueto que aspiraba a lograr una diversificación social en los espacios metropolita-
nos y evitar la aglomeración de miseria y conflictividad. Desde entonces los argumentos
contra la formación de guetos no han hecho sino insistir en todos sitios contra la inde-
(6) Dell’Umbria, A. 2006.
¿Chusma?, seabilidad de cualquier tipo de iniciativa en materia urbanística que implicase la con-
Pepitas de Calabaza, Logroño. centración de desfavorecidos (6).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 145 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Ubay Murillo. Malestar, 2008.

En Francia, las políticas antigueto impulsadas desde la izquierda –el Partido Comunis-
ta en los grandes ensembles de los antiguos cinturones rojos– se han basado en el supuesto
reaccionario de que la causa del deterioro de los barrios obreros no se debía a los procesos
de precarizaciòn laboral y a la desarticulación del Estado del bienestar, sino a la concentración
espacial de pobres e inmigrantes. En España, la amenaza constantemente subrayada como
sobremanera indeseable de que aparezcan guetos es el argumento perfecto para abortar
cualquier intento de generar vivienda social, puesto que se da por descontado que esa vi-
vienda de alquiler o venta accesibles –que, dadas las dimensiones del problema de la vivienda,
implicaría seguramente el regreso a algo que acabaría evocando la antigua la política de
barrios de bloques– será rápidamente copada por las capas sociales más desfavorecidas, fun-
damentalmente personas procedentes de la inmigración o familias adscritas a “minorías
étnicas” empobrecidas o marginales. De ahí, también, que se enfatice que las pocas pro-
mociones de vivienda social se destinan a jóvenes, como una forma de tranquiizar acerca
del futuro que aguarda a las zonas donde se ejecuten ese tipo de iniciativas.

2. Gueto y prisión

La noción de gueto es polémica. Se aceptaría como definición adecuada, aunque fuera a tí-
tulo provisional, que sirve para nombrar “un reagrupamiento espacial que asocia estre-
chamente poblaciones desfavorecidas a territorios circunscritos. En efecto, a pesar de la con-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 146 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Las grandes fusión conceptual que arrastra y los avatares históricos de su empleo, el término gueto se
discusiones públicas usa esencialmente para hacer referencia a la acumulación en un determinado enclave de fa-
ante la revuelta en milias singularizadas por las dificultades con que se enfrentan en su integración económi-
ca, laboral, escolar, etc. Como se ha remarcado, todo lo que se escribe o se dice al respecto
las ‘banlieues’
del gueto siempre acaba sugiriendo que si esas personas postergadas no vivieran juntas sus
francesas colocaron
problemas quedarían solucionados, o cuanto menos aliviados, cosa que el sentido común
en el centro la noción tendería a descartar. En realidad, apenas si se disimula que la concentración de excluidos no
de gueto, como si la es un problema para los excluidos, sino para lo excluidores. En otras palabras, que la lucha
solución no fuera la contra la segregación espacial de los inmigrantes –o de cualquier otro sector potencialmente
mejora de las problemático por la tendencia que en cualquier momento puede mostrar a defenderse de
condiciones de vida los abusos que le afectan– lo es no tanto contra su marginación espacial, sino contra la po-
sibilidad de que esos seres humanos agraviados se agrupen, reconozcan que comparten in-
de los barrios
tereses y objetivos y tomen conciencia de su fuerza y de su capacidad de desplegarla.
populares, ni siquiera
aliviar los motivos de El tiempo acaso ha sido injusto con los aportes de la Escuela de Chicago, aquel núcleo de
la desolación de los sociólogos que sintieron la necesidad de aplicar una mirada de inequívoca extracción et-
jóvenes, sino evitar a nográfica sobre la complejidad urbana. Denigrados por su darwinismo social, convertidos
toda costa que esos en teóricos del liberalismo individualista en materia de ciudad, no se ha apreciado hasta qué
punto muchas de sus intuiciones estaban cargadas de sensitividad hacia lo específico del
sectores sociales
fenómeno citadino y hacia sus cualidades autoorganizativas. Sus perspectivas sobre el gue-
llegaran a vivir
to, formalizadas en el clásico de Louis Wirth, The Ghetto, publicado en 1927, tuvieron el mé-
concentrados en rito de percibir como la concentración en un mismo espacio, incluso la autosegregación, cons-
áreas demasiado tituían una ventaja para los no-asimilados –por emplear el término que proponía el propio
circunscritas, Wirth– , que encontraban en la proximidad física continuada un soporte fundamental para
propiciadoras del aquellas redes de ayuda mutua que les permitían sobrevivir en un universo social –el urba-
encuentro cotidiano, no, entendido como modo de vida– que prescindía de ellos o les era hostil.

de la interacción
Es difícil defender hoy el moralismo de muchas de las sentencias de aquella escuela, ni
intensa y, por todo un culturalismo que se tomaba prestado de la antropología boasiana, tan teñida de idea-
ello, dotadas de lismo. Ni que decir tiene que, al menos en términos generales, continúa siendo incontesta-
viabilidad para ble lo que apuntaran primero Engels, en su célebre estudio sobre la situación de la vivien-
desarrollar formas de da entre la clase obrera inglesa de la época victoriana, y luego, en su senda, David Harvey,
organización y acerca de cómo la segregación espacial resulta en última instancia de las dificultades de la
población con recursos escasos a acceder al mercado de la vivienda, como consecuencia a
acción colectivas. El
su vez de la licitación de ésta desde bases capitalistas.
problema no parecía
ser la miseria, sino Así pues, nos encontraríamos con un ejemplo más de la necesidad de atemperar los
una acumulación análisis chicaguianos, puesto que no se trata de cuestionar la evidencia de que las per-
excesiva de sonas que habitan zonas residuales y deterioradas lo hagan porque no tienen otra op-
miserables por metro ción, sino que, una vez arrastradas a ellas y encerradas dentro, no hagan de su en-
cuadrado claustramiento forzoso un lugar de y para la resistencia moral, la solidaridad entre igua-
les y, en determinadas oportunidades, la contestación política. Digamos que el análi-
sis marxista no se equivoca cuando indica determinantes económicos que, en última
instancia, arrinconan a ciertos grupos sociales en centros depauperados o periferias des-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 147 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Chus García-Fraile. Street Stage, 2, 2005.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 148 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Una joven es retenida durante los disturbios de Atenas tras la muerte de un joven por disparos de la policía, en diciembre de 2008.
FOTO: PANTELIS SAITAS (EFE).

asistidas, pero tampoco los chicaguianos dejaban de tener razón cuando hacían entrar
en juego la manera como esa distribución acababa haciendo cristalizar energías y fuer-
zas que eran “naturales”, en el sentido de que no eran distintas de aquellas otras que,
por doquier en el mundo vivo, articulaban las diferentes formas de existir a sus contextos
espaciales en forma de todo tipo de competencias, agenciamientos y simbiosis, en las
que la autororganización ocupaba un papel fundamental. De esa manera, la eficacia fun-
cional del gueto –dejando de lado cuáles habían sido los factores que lo hubieran ge-
nerado– consistía en su idoneidad para la solidaridad y las iniciativas colectivas.

Y es que en todo proyecto urbanístico siempre hay mucho más que una mera intención
ordenadora que emplea para sus fines determinadas composiciones formales. Existe, tras
de cada iniciativa en materia urbanizadora, una doctrina relativa a lo que se quiere que su-
ceda o que no suceda en ella, a qué tipo de acontecimientos se pretende propiciar o evitar
a toda costa. En ese orden de cosas, la hipótesis según la cual las dificultades a la hora de con-
trolar políticamente y policialmente los barrios populares de bloques fue una de las razo-
nes que determinaron su abandono como tipología es plausible. Ahora bien, lo que debe-
ría estar claro es que entre estos factores que, incluyendo aquél o no, provocaron el declive
de los barrios populares de bloques no figura el de la solución definitiva de los problemas
de acomodo de los más desfavorecidos que justificaron su generalización.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 149 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Las detestables y detestadas ciudades-dormitorio de los sesenta resultaron de una in- Frente a la mala
tervención pública que ensayó soluciones al cada vez más acuciante problema de la vivienda, reputación
un problema que hasta entonces había sido aliviado a través de la igualmente detestable aumentada del
alternativa de la autoconstrucción en agrupaciones chabolistas. No se discute que tanto una
gueto, décadas atrás
solución como la otra fueron indeseables y es difícil justificar un elogio tanto de la infravi-
vienda barraquista cómo de la construcción casi fraudulenta de bloques en pésimas con-
factor de solidaridad
diciones. Ahora bien, eran ciertamente soluciones, y soluciones a un problema que no ha e iniciativas
dejado nunca de existir, si es que en ciertos sentidos no se ha agudizado con la persisten- colectivas, la solución
cia de una demanda que continúa bien activa: la de los jóvenes que quieren constituir nue- surgida es la
vos hogares, la de las personas mayores y los empobrecidos en general que sólo pueden pa- mezcolanza, la idea
gar alquileres muy bajos y, una vez más, como siempre, la procedente de una inmigración
de que intercalar [en
hacia las grandes ciudades de capitalismo avanzado que se ha vuelto a intensificar por las
la trama urbana]
demandas de los nuevos ciclos económicos.
clases y grupos tiene
El caso de las dinámicas migratorias que atraen a los núcleos urbanos a individuos y efectos beneficiosos
familias destinados a alimentar el mercado laboral es elocuente. Ese mismo tipo de po- de integración social.
blación procedente del exterior que en fases anteriores se había asentado en barrios de Es una bondad
autoconstrucción y luego en los grandes barrios de bloques en las periferias urbanas, se nunca comprobada
ve hoy condenada a vivir en unas crecientes condiciones de clandestinidad, no sólo ju-
salvo para disolver la
rídica y laboral, sino también habitacional. Sin ningún tipo de previsión de vivienda so-
cial para ellos, se les obliga a dispersarse por la trama urbana en busca de la escasa ofer-
tendencia de los
ta de vivienda asequible para ellos. desfavorecidos a
constituirse en
La situación en el Estado español no es menos desoladora por lo que hace a políticas fuente de
de vivienda social poco menos que inexistentes. Los núcleos de bloques que sirvieron en intranquilidad para
su día para realojar a los chabolistas han heredado su estigma y continúan siendo un foco
las clases
de miseria y marginación que los planes de rehabilitación de seguro que ni siquiera lo-
hegemónicas. Y
grarán aliviar. Barcelona. Ya hemos visto que el proceso que, partir de los años setenta,
lleva a una recuperación capitalista de los centros urbanos, rehabilitados para conver- coincide con el
tirlos en polo de atracción para clases medias y altas dispuestas a reinstalarse en cascos interés de las clases
viejos vendidos como cargados de valores históricos y sentimentales, ha conllevado po- medias y altas de
líticas masivas de desalojo de antiguos inquilinos, muchas veces mediante el hostiga- recuperar centros
miento y la coerción. Los barrios de bloques ocupados por la antigua clase obrera defienden urbanos
las prerrogativas conseguidas mediante la movilización y con frecuencia se blindan ante
rehabilitados en los
nuevos vecinos que puedan alterar la ya de por si precaria estabilidad social obtenida,
con frecuencia concretada en viviendas de propiedad que han resultado de lo que fue-
que, como Lavapiés
ra la política franquista de “un operario, un propietario”. en Madrid o el Raval
en Barcelona, una
En tal marco, las oleadas de inmigrantes que llegan convocados por las demandas de “diversidad étnica”
mano de obra informal acaban encontrando viviendas igualmente informales, auténti- escénica actúa como
cos sumideros en zonas depauperadas, hacinándose en pisos ruinosos –por los que pa-
gancho inversor
gan alquileres abusivos–, aprovechando pensiones ilegales, realquilando habitáculos a
veces insólitos –balcones, patios interiores, camas calientes, apartamentos rotato-
rios...– u ocupando fincas rurales abandonadas. Los jóvenes precarizados tienen pocas
II Seminario Atlántico de Pensamiento 150 El miedo al gueto
Manuel Delgado

posibilidades de adquirir un piso a precio de mercado y sin posibilidad de encontrar algo


asequible en un mercado de alquiler prácticamente inexistente, pero, si existe algún ama-
go de iniciativa inmobiliaria de protección oficial, se cuida enseguida de advertir que sus
destinatarios serán justamente compradores o inquilinos jóvenes, cuya pobreza se en-
tiende que es provisional y superable, en contextos en que no se contempla la posibili-
dad de que alguien pueda pertenecer o acabar perteneciendo a algo que no sea una abs-
tracta clase media universal. Toda iniciativa en materia de alojamiento social masivo es
rápidamente tildada de promotora de guetos y cuestionada.

No es cuestión de insistir más en las dimensiones del problema de la vivienda en Euro-


pa y en España en particular, pero sí que la alternativa a las viejas políticas de construcción
social no ha sido nuevas políticas de construcción social, sino la dimisión de entender la vi-
vienda como un servicio público y la renuncia casi absoluta a plantearse la cuestión de su
inaccesibilidad para una buena parte de la población. Es más, parece que la situación se in-
vierte. Si en los sesenta y setenta se pudo ser testigo de expropiaciones masivas de suelo
privado por parte de la Administración, ahora son los Ayuntamientos los que se dejan ex-
propiar por las inmobiliarias, en la medida en que han descubierto que poner terrenos pú-
blicos al servicio de la promoción privada y la especulación constituye una de sus grandes
fuentes de recursos, sino la más importante.

El resultado final: un marco definido por la casi desaparición de la vivienda protegida y


de promoción pública, una oferta de alquileres cada vez más escasa y más cara y aun la des-
aparición de las pensiones baratas en los centros urbanos deteriorados, que eran el último
recurso de las personas en situación más precaria. Pero si acaso la preocupación por la vi-
vienda social se recuperara y se retomara el papel central de la gestión pública en el creci-
miento urbano, está claro que no se traduciría en una revitalización de lo que fueron las po-
líticas de grandes conjuntos residenciales para las clases populares, ni la tipología de los des-
prestigiados polígonos de viviendas.

Y es probable que en el descarte de este tipo de opción figure el fracaso de este for-
mato urbanístico en orden a purgar la vida urbana de su crónica tendencia al conflicto
y su predisposición a ser justamente lo contrario de lo que se preveía que fueran, es de-
cir núcleos desde los cuales los poderosos recibieran noticia de la consubstancial condi-
ción ingobernable de las ciudades.

Las políticas presidiarias están siendo hoy una continuación natural de las políticas de
guetización de la miseria urbana. Y la cárcel es de algún modo una continuación natural
del gueto, como simbiosis estructural y sustituto funcional. Tanto el gueto como la cárcel
se conforman en instituciones de encierro forzoso. El gueto es una especie de prisión social,
al decir de Loïc Wacquant, mientras que la prisión funciona como gueto jurídico, ambos
con la misión “confinar a una población estigmatizada para neutralizar la amenaza
material y/o simbólica” que esa población representa
II Seminario Atlántico de Pensamiento 151 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Chus García-Fraile. Contenedores 1, 2005


II Seminario Atlántico de Pensamiento 152 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Incidentes violentos en Neuhof, suburbio de Estrasburgo, en 2005.


FOTO: VINCENT KESSLER.

De ahí el pánico ante la constitución de lo que el imaginario social y oficial llaman “gue-
tos”. Por citar los ejemplos más recientes del protagonismo de lo que en la práctica funcio-
na como un espantajo recordemos a Oriol Nel·lo, a la sazón secretario general de Planifica-
ción de la Generalitat de Catalunya, presentando en marzo de 2006 el Plan Territorial para
Cataluña y estableciendo en su discurso que los planes urbanísticos deben evitar a toda cos-
ta “la formación de guetos” (El País, 31 de marzo de 2006). En la presentación de los planes
de rehabilitación del Carmel, a principios de 2006, también se planteó la urgencia de difu-
minar los efectos negativos de una presencia excesiva de inmigrantes, justo para “evitar la
formación de guetos” (El País, 26 de enero de 2006).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 153 El miedo al gueto
Manuel Delgado

Desde su toma de posesión, el nuevo alcalde de la ciudad, Jordi Hereu, se planteó como
prioridad precisamente las políticas que impidieran la constitución de guetos, uno de los
factores que –como explicitó en primera conferencia-balance anual– más directamen-
te amenaza “el concepto de ciudadanía” (El Periódico de Catalunya, 10 de enero de 2007).
Como ha insistido en señalar Mikel Aramburu (7), la prevención contra la eventual ins- (7) Aramburu, M. 2002.
Nosotros y los «otros».
tauración de guetos está sirviendo hoy por hoy como uno de los principales argumen- Imágenes del «inmigrante» en
tos para limitar la construcción de vivienda social en Cataluña. Ciutat Vella de Barcelona,
Ministerio de Educación y
Cultura, Madrid.
No hay plan urbanístico que no se plantée como objetivo “evitar la formación del gue-
tos”, objetivo para el que se propone y se dispone una inyección de actuaciones de todo tipo
que animen lo que se da en llamar “diversificación social” y que, como se apuntaba al prin-
cipio, tomando como referencia la Ley de Barrios vigente en Catalunya, lo que se busca –o
al menos se obtiene– no es sino una gentrificación disimulada, es decir el asentamiento o
cuanto menos la asiduidad de clases medias en la zona. Por descontando, y como acerta-
damente señalaba Horacio Capel en su análisis del “modelo Barcelona” (8), esas políticas nun- (8) Capel, H. 2005.
El modelo Barcelona. Un
ca afectan a barrios que ya eran de clase media o alta, en los que a ningún urbanista oficial examen crítico,
se le ocurre animar a instalarse a familias pobres o marginales para asegurar la supuesta- Serbal, Barcelona.
mente deseada “heterogeneidad social”.

En diciembre de 1985 se inicia en España –bajo los auspicios de Enrique Múgica como
ministro de Justicia y previo pacto entre los diversos partidos políticos autodenomina-
dos democráticos– una política carcelaria consistente en distribuir los prisioneros de ETA
en diversos presidios a lo largo y ancho del Estado. Esa iniciativa –conocida como “polí-
tica de dispersión de presos”– fue luego recurrentemente cuestionada, incluso por algunos
de los partidos que inicialmente le habían dado apoyo. La función de esa orientación en
política penitenciaria fue –así se explicitó– asegurarse que los presos de ETA nunca apa-
recerían reunidos en un centro en la suficiente cantidad y capacidad de contacto como
para que su agrupación física se tradujera en desobediencia organizada.

No deja de ser significativo que un autor como Loïc Wacquant –fuente de reflexión
teórica tanto para la cuestión del gueto como para las políticas de represión y castigo de
la pobreza que aparecen encubiertas bajo el epígrafe de “lucha contra el delito”– haya
sido quien haya advertido que las políticas presidiarias están siendo por doquier una con-
tinuación natural de las políticas de guetización de la miseria urbana y que la cárcel es
de algún modo hoy una continuación natural del gueto, del que supondría una simbio-
sis estructural y un sustituto funcional. Tanto el gueto como la cárcel se conforman en
instituciones de encierro forzoso: “El gueto es una especie de ‘prisión social’, mientras que
la prisión funciona como ‘gueto jurídico’. Ambos tienen como misión confinar a una po-
blación estigmatizada con el fin de neutralizar la amenaza material y/o simbólica que esa
población plantea para la sociedad de la que, por decirlo así, ha sido extirpada.” (9). En (9) Wacquant, L. 2005.
“La presó com a substitut del
ese orden de cosas, no es de extrañar que haya habido quien concibiera que ni siquiera gueto”, Castigar els pobres. El
el sistema carcelario debería tolerar que la concentración de presos cuya homogeneidad nou govern de la inseguretat
social.
fuera más allá de su condición de encerrados acabará traduciéndose en capacidad de con-
Barcelona: Edicions de 1984,
testación organizada a su situación. pp. 215-230.
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Resistir a la evaluación

Mercedes de Francisco
Psicoanalista, es miembro de la Escuela Lacaniana

Mercedes de Psicoanálisis del Campo Freudiano, que

de Francisco pertenece a la Asociación Mundial de Psicoanálisis

(AMP). Docente del NUCEP (Nuevo Centro de

Estudios Psicoanalíticos) y del Instituto del Campo

Freudiano, desde hace tiempo imparte numerosos

seminarios en España e Italia y publica asiduamente

en revistas españolas y europeas. Fue presidenta de

la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo

Freudiano en el periodo 2000/2002. Integra la

redacción internacional de LNA (Le Nouvel Âne) por

Madrid, revista editada en Francia y dirigida por

Jacques-Alain Miller.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 157 Resistir a la evaluación
Mercedes de Francisco

Ante todo, quiero agradecer a Antonio G. González mi presencia en este encuentro para
trabajar un tema de tanto calado y compartir con personas afines esta conversación. Cómo
saben por el programa les hablaré en tanto que psicoanalista lacaniana. Chus García-Fraile. Street
Stage. 4, 2005.
En la presentación de este seminario se enumera como uno de los signos de la época la
tendencia al cálculo y evaluación que lleva aparejada la proliferación de lo incalculable. El
uso de la cifra por la estadística quiere hacernos olvidar que “no la medida”, sino “lo medi-
do” está inmerso en un registro simbólico, en un orden jerarquizado por el sentido.

Les animo a hacer una incursión por los protocolos de actuación de psicólogos con-
ductistas y las investigaciones neurológicas para dimensionar de qué se trata. Leyendo
solamente lo que pretenden medir podemos tener una idea de la envergadura “totali-
taria” de este proyecto, que parece no tener autores.

¿Qué supone transmitirnos que cualquier cosa que nos ocurra como sujetos, como “hu-
manos” o mejor “trouhumanos”, usando un neologismo lacaniano que condensa trau-
ma, agujero (trou, en francés) y humano, es calculable? De inmediato y más allá de las
II Seminario Atlántico de Pensamiento 158 Resistir a la evaulación
Mercedes de Francisco

singularidades de cada uno, incluso de las diferencias psicopatológicas, se produce una


deriva y nos convertimos nosotros mismos en nuestros propios evaluadores.

En el sujeto mismo, y en su forma de constituirse, esta tendencia encuentra donde


anidar. ¿Quién ha estado exento de la comparación con el otro semejante, aun a sabiendas
de que de esta comparación siempre se “saldará” con un menos? Por ello, se trata de
resistir (como se entiende en el campo de la física), pues si no oponemos resistencia
la inercia será ésta: cada vez más, hombres y mujeres quieren controlar sus vidas para
que no aparezca nada imprevisto, lo que lleva a un aumento de la angustia, u otra po-
sible opción es negar las consecuencias de las acciones que se realizan, creyendo fal-
samente estar fuera del control.

Vemos ya perfilarse un “todo asegurado”, la publicidad de las compañías de seguros


apuntan cada vez mejor cuando hace aparecer a los niños como reclamo. Niños prote-
gidos que no caerán nunca del lado de los que se nos presentan en la absoluta precariedad
e indefensión. Nuestro primer mundo gracias a estas “compañías” puede dormir tranquilo.

Aparentemente vivimos en un mundo lleno de experiencias posibles y nuevas, los via-


jes exóticos, las drogas de diseño, la proliferación pornográfica, son un velo cada vez más es-
peso que opaca la ineliminable contingencia. Se trata de la repetición de lo nuevo, lo nue-
vo caduco y obsoleto. La abundancia de objetos de consumo, como expresión de este capi-
talismo que vivimos, no se agota en sí misma, pues lo que logra es introducir al sujeto en
una espiral de empuje a una satisfacción que no cesa de autoalimentarse. No importan los
objetos, eso era en la época de Rockefeller. En la de Bill Gates se trata de destruir lo hecho
para que surja lo nuevo y así sucesivamente. Para mantener la euforia del consumo se ne-
cesitan drogas sintónicas como son la cocaína, el speed, el Prozac, el Viagra, el Rubifén, et-
cétera. Euforia que va acompañada del “bajón”, la depresión en auge de nuestros días.

Es indudable que los sociólogos que se han puesto a la tarea de leer los signos de nues-
tra época tienen clara su patologización. En los países del exceso su población está cada
vez más afectada en el terreno de la subjetividad, los sujetos enferman y sus síntomas
son la manera de resistir a esta tendencia. El sujeto no puede trabajar, está deprimido,
angustiado, cuando se trata de la contracara del consumo maníaco, o llega al acto vio-
lento, cuando extremando el control y la evaluación de sí mismo surge el estallido.

¿Quién ha estado exento de la comparación con el otro semejante, aun a sabiendas


de que de esta comparación siempre se “saldará” con un menos? Por ello, se trata de
resistir (como se entiende en el campo de la física), pues si no oponemos resistencia
la inercia será esta: Cada vez más, hombres y mujeres quieren controlar sus vidas
para que no aparezca nada imprevisto, lo que lleva a un aumento de la angustia;
otra posible opción es negar las consecuencias de las acciones que se realizan,
creyendo falsamente estar fuera del control
II Seminario Atlántico de Pensamiento 159 Resistir a la evaluación
Mercedes de Francisco

El diseñador John Galliano, vestido de torero durante la Semana de la Moda de París, en 2007.
FOTO: FRANCOIS MORI (AP)
II Seminario Atlántico de Pensamiento 160 Resistir a la evaulación
Mercedes de Francisco

Pepe Medina. Nada, 2008.

Vemos así perfilarse unos sujetos cada vez más desorientados y, por tanto, con más
miedo, como nos decía Freud en su bello texto Lo siniestro. Desorientados ¿frente a qué?,
frente a este real imposible de domeñar, calcular, predecir, tratar por lo simbólico o por
lo imaginario. Nuestra desorientación está causada por la eliminación de la imposibili-
dad. No se trata de ninguna falla subsanable, no se trata de impotencia, no se trata de
déficit, de minusvalía; pero nos hacen creer que sí.

Para Jacques Lacan esta imposibilidad se expresa en la imposible fórmula de la rela-


ción sexual. No tenemos un saber hacer que nos oriente en las relaciones entre hombres
y mujeres. Para encontrarnos la única posibilidad es una invención, un “eureka” del ahí.
Es por eso que la diferencia sexual, o mejor dicho lo “hetero”, es fundamental para avan-
zar en los impasses de nuestra civilización.

No se trata para nosotros de la cuestión de género, la igualdad de oportunidades no


nos hace olvidar una diferencia insoslayable.

El ser humano es hablante, sexuado y mortal. La palabra, la diferencia sexual, la muer-


te son inseparables de su condición. Por ello, podemos preguntarnos qué supone este in-
tento en apariencia “acéfalo” de alejar al humano de su condición, despojándolo del po-
der de su palabra, borrando su diferencia, alejándolo de su finitud. Biólogos de prestigio
han llegado a plantear que científicamente podría hablarse de la inexistencia de la muer-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 161 Resistir a la evaluación
Mercedes de Francisco

Avelino Sala. Drama, 2006.

te. Cada vez más distintos filósofos, artistas, sociólogos, en distintos lugares del mundo
coinciden con este diagnóstico de la época, con esta tendencia totalitaria y silenciosa en
el seno mismo de nuestras asentadas democracias.

Esta tendencia totalitaria se presenta ahora con un ropaje intocable. Se habla de neu-
rocultura, neuroética, neuroideología, y hasta de neuroarte. ¿Es posible que podamos re-
troceder en el tiempo hasta creer que las claves de nuestra subjetividad se hayan loca-
lizadas en el órgano del cerebro? ¿qué supone este “supuesto avance” para la filosofía,
el arte, la poesía, el psicoanálisis, etcétera, disciplinas que se sostienen en la condición hu-
mana? pero saliendo de nuestro entorno disciplinario ¿qué supone para la condición hu-
mana misma? Si todo respondiera a las sinapsis cerebrales, a la genética, en resumen, al

En nuestras asentadas democracias, una tendencia totalitaria se presenta ahora con un


ropaje intocable contra el poder de la palabra. Se habla de neurocultura, neuroética,
neuroideología y hasta de neuroarte, ¿es posible que podamos retroceder en el tiempo hasta
creer que las claves de nuestra subjetividad se hayan localizadas en el órgano del cerebro?
¿Qué supone este “supuesto avance” para la filosofía, el arte, la poesía, el psicoanálisis,
etcétera, disciplinas que se sostienen en la condición humana? Y ya saliendo de nuestro
entorno disciplinario ¿qué supone para la condición humana misma? Si todo respondiera a
las sinapsis cerebrales, a la genética, en resumen, al organismo, ¡qué sería de los hombres!
II Seminario Atlántico de Pensamiento 162 Resistir a la evaulación
Mercedes de Francisco

PSJM. Marx®, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 163 Resistir a la evaluación
Mercedes de Francisco

organismo, ¡qué sería de los hombres!. El cine de ciencia ficción nos muestra a lo que po-
demos llegar. Por ejemplo, Minority Report, de Spielberg, donde los sujetos son apresa-
dos justo en el momento antes de cometer el acto delictivo, eliminando toda posibilidad
de elección y haciendo de la determinación un amo absoluto.

Los medios y los políticos tienen una complicidad con esta supuesta “ciencia”, que no
sabe de derechas o izquierdas, conservadores o progresistas. Se trata más bien de una
“fe ciega”, de una fe en apariencia laica, pero que encuentra su mejor aliado en la religión
católica. Lacan nos advertía que la ciencia afectaría tanto a lo real que la religión se con-
sideraría con muchos más motivos, aún, para “apaciguar los corazones”(1). (1) Jacques Lacan,
El triunfo de la religión.
Editorial Paidós.
También Lacan, “avisador del fuego” en los años cincuenta, vislumbró el crecimiento del Buenos Aires 2005.
individualismo que llevaría a estallidos de la violencia, mostró el efecto que la ciencia ten-
dría sobre lo real y que sería acompañado por el auge de la religión. Al Vaticano le cuesta más
aceptar el casamiento entre homosexuales que ciertas investigaciones científicas.

Cada vez más nos encontramos con ensayistas que nos describen lo que está pasan-
do: el trabajo precario y humillante, los lazos amorosos afectados por el imperativo de
lo nuevo, lo joven, lo caduco; tomo el trabajo y el amor porque eran para Freud dos pila-
res de la vida humana. Más soledad, más temor, más fragilidad. Los sujetos con menos
recursos y con más precariedad en esta sociedad hiperdesarrollada. Y, sobre todo, más des-
responsabilizados de su propia vida, una vida medicalizada, donde lo que menos importa
es lo que le ocurre al sujeto, cuyo ser se reduce a un organismo. A los sujetos que viven
en países con índices terribles de pobreza y enfermedad se les sustrae el estatuto de de-
seantes, reduciéndoles a ser sujetos de la necesidad justamente por faltarles lo mínimo
para vivir. Jacques Lacan tiene sobre el tratamiento de la pobreza y del prójimo páginas (2) Jacques Lacan,
memorables. Interesa preguntarse porqué un mundo cuyo desarollo tecnológico podría La ética del psicoanálisis.
Editorial Paidós. Referencia al
servir para erradicar la pobreza, la aumenta. La aparente sociedad de la libertad de elec- apólogo de San Martín.
ción, de la satisfacción de los deseos, del exceso, es la otra cara de la misma moneda. Tan- Jacques-Alain Miller,
El partenaire-síntoma.
to en el exceso como en la escasez está en peligro nuestra condición humana. Los efec- Editorial Paidós.
tos de este sistema sobre el Planeta y los hombres son ya difíciles de obviar: cambio cli- Buenos Aires 2008
mático, aumento de las enfermedades, aumento de las guerras.

A los sujetos que viven en países con índices terribles de pobreza y enfermedad se les sustrae
su estatuto de deseantes, reduciéndoles a ser sujetos de la necesidad, justamente por
faltarles lo mínimo para vivir. Interesa preguntarse porqué un mundo cuyo desarrollo
tecnológico podría servir para erradicar la pobreza, sin embargo, la aumenta. La aparente
sociedad de la libertad de elección, de los deseos, del exceso, es la otra cara de la misma
moneda: sujetos con más temor y más precariedad. Y, sobre todo, más desresponsabilizados
de su propia vida, una vida medicalizada. Tanto en el exceso como en la escasez está en
peligro la condición humana. Los efectos de esto son difíciles de obviar: cambio climático,
aumento de las enfermedades y guerras
II Seminario Atlántico de Pensamiento 164 Resistir a la evaulación
Mercedes de Francisco

Paremos esta deriva. No es de mi gusto lo “apocalíptico” pues lo único que promueve es


la impotencia y el miedo, elementos siempre útiles para luego instaurar el control y el terror.

Se diagnostica claramente lo que ocurre pero no se atisban muchas posibilidades de cam-


bio, no se encuentra el cabo de la cuerda que permita “otra manera” de anudar las cosas.

Para el psicoanálisis freudiano, el tener y el no tener que se corresponden con las di-
ferencias anatómicas tuvo sus consecuencias, que Lacan sobre todo en su última ense-
ñanza diagnóstico como una ideología. Nadie puede negar el genio de Freud cuando des-
cubre el inconsciente como resultado del encuentro entre el ser vivo y la lengua, cuan-
do nos muestra la importancia de la diferencia sexual y de la muerte, en una palabra, cuan-
do inventa una práctica como la del psicoanálisis; pero fue Jacques Lacan el que retornando
a la verdad freudiana pudo encontrar el límite infranqueable para Freud, el del padre, el
del nombre del padre. Lacan, sosteniéndose en la maestría freudiana, logra dar un salto
de lógica que todavía está por dimensionar.

No se trata ya del más y el menos, no se trata de castrado no castrado, no se trata de


satisfacción e insatisfacción, no se trata de placer o de displacer, incluso no se trata de
más allá del principio del placer, de una barrera a franquear, de algo a transgredir. Para
esta nueva lógica, lo homogéneo, el todo, lo idéntico, la excepción, pueden llevarnos a
lo peor si aplastan el no-todo, lo diferente. El humano goza por ser un viviente afecta-
do por la palabra. Se trata de un funcionamiento, no de un disfuncionamiento, no se tra-
ta de ningún déficit ni social, ni adaptativo, ni afectivo, se trata de la manera en que cada
uno organizó un síntoma para afrontar la imposibilidad de la relación sexual, pues ade-
más de que cada sujeto goza a su manera, además de este aspecto autístico del goce,
está la diferencia de goces entre hombres y mujeres, goces que no se acoplan. Se trata
de goces distintos que no responden a la anatomía sino a la asunción de determinadas
posiciones sexuadas.

¿Por qué creer que esto tendría algo que ver con el tratamiento de los problemas que
nos aquejan?, se objetará que esto es algo muy específico de nuestra disciplina, des-
de el concepto de goce hasta la cuestión de la “relación sexual imposible”, pasando por

Aparentemente vivimos en un mundo lleno de experiencias posibles y nuevas. Los viajes


exóticos, las drogas de diseño, la proliferación pornográfica son un velo cada vez más
espeso que opaca la ineliminable contingencia. Se trata de la repetición de lo nuevo, lo
nuevo caduco y obsoleto. La abundancia de objetos de consumo logra introducir al
sujeto en una espiral de empuje a una satisfacción que no cesa de autoalimentarse. No
importan los objetos, eso era en la época de Rockefeller. En la de Bill Gates se trata de
destruir lo hecho para que surja lo nuevo y así sucesivamente. Y la euforia va
acompañada del bajón, la depresión hoy en auge
II Seminario Atlántico de Pensamiento 165 Resistir a la evaluación
Mercedes de Francisco

Soldados nortesamericanos ante un grupo de cadáveres de jóvenes iraquíes en Mosul en 2005.


FOTO: JIM MACMILLAN (AP)

Un niño iraquí herido.


FOTO: MOHAMMED BESSARA (EFE).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 166 Resistir a la evaulación
Mercedes de Francisco

MK Khäne. A Kind of Hell, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 167 Resistir a la evaluación
Mercedes de Francisco

el síntoma como construcción de cada uno para vivir, y por lo tanto, se pondrá en duda Frente a la tendencia
su importancia para la marcha del mundo. destructiva solo es
posible oponer la
Desde luego es innegable que el invento freudiano cambió el mundo, afectó a la edu-
cación, el cine, la literatura, el arte, la cultura, además de ser una práctica clínica que se
resistencia de
mantiene desde hace cien años. En una época victoriana como la vivida por Freud con- nuestro singular
siderar que las neurosis tenían una etiología sexual y que los niños lejos de ser inocen- síntoma, que nos da
tes eran polimorfos perversos fue la piedra del escándalo; desde la perspectiva de nues- la posibilidad de
tro mundo actual hasta puede parecer irrisorio. saber hacer ahí
frente a lo imposible
Jacques Lacan, sin embargo, introduce la imposibilidad en el posibilismo sexual. Llegó a
del lazo y lo autístico
decir que querría que esta fórmula suya se extendiera como un reguero de pólvora. Pero esta
época está marcada por el imperativo de lo fálico-sexual -cuántas veces, con cuántos, varia-
que nos constituye.
do o no, etcétera- en el seno mismo de la diferencia sexual. Frente a ello sólo queda el lazo Se trata de no
social, el lazo amoroso, algo que vemos cada vez más afectado. permitir que la
condición humana
Como ya sabemos desde Platón no hay una única definición de amor. Lacan va avan- sea eliminada y
zando en su enseñanza hasta una concepción del lazo amoroso que no vele lo real, ni la
conseguir salir de
imposibilidad, ni lo contingente. A esto lo considera un lazo de amor inédito porque sal-
dría de la dialéctica amor-odio en su intento de alcanzar el ser del otro. Un lazo entre hom-
esta dialéctica
bres y mujeres que no se erija en monumento de la completud, lo armonioso, etcétera, mortífera entre el
lo calculable, la inversión, lo asegurado; pero que no confunda tampoco la contingencia exceso y la escasez,
con la proliferación de lo nuevo, un amor lejos del neuroamor con su contrato adjunto y de esa tendencia
hasta su fecha de caducidad, propuesto por una diputada alemana. destructiva que
parece haber
Por ello, usé esta palabra, RESISTIR. Frente a la tendencia destructiva solo es posible opo-
llegado a su
ner la resistencia de nuestro singular sínthoma, que nos da la posibilidad de saber hacer ahí
frente a lo imposible del lazo y lo autístico que nos constituye. No dudo que esta nueva lógi-
máxima expresión
ca, incluso esta nueva topología, es una alternativa junto con otras a los tiempos que corren. con el capitalismo
actual, aunque
Si el descubrimiento freudiano llegó a afectar hasta a la economía, podemos consi- debemos estar
derar que la invención de Lacan puede ayudar junto con otros discursos a cambiar este advertidos con
mundo, permitir que la condición humana no sea eliminada y conseguir salir de esta dia-
Borges de que el
léctica mortífera entre el exceso y la escasez, de esa tendencia destructiva que parece ha-
ber llegado a su máxima expresión con el capitalismo actual, aunque debemos estar ad-
abismo puede llegar
vertidos con Borges de que el abismo puede llegar a ser infinito. a ser infinito
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Las nuevas condiciones


del paisaje en la ciudad
contemporánea:
intersticio y red

Juan Ramírez Guedes


Doctor en Arquitectura, es profesor titular de

Juan Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica

Ramírez Superior de Arquitectura (ETSA) de Las Palmas. Entre

Guedes sus libros destaca Fragmentos para una poética de la

ciudad contemporánea (Proyecto Sur, 2003). Con

numerosos artículos en revistas como Cuaderns,

Pasajes, Formas, Exit-Express o Arquitecti, de Lisboa,

es asimismo colaborador habitual de la revista

digital internacional Noticias Arquitectura y Diseño

así como responsable de la sección fija de

arquitectura de la revista Contemporánea. Está

considerado uno de los principales teóricos de la

arquitectura en Canarias.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 171 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

1. Paisajes

Este texto responde a la trascripción la conferencia homónima dictada dentro del II


Seminario Atlántico de Pensamiento, Exceso y escasez en la era global, en marzo de 2008,
en la que se intentaba plantear en términos generales cuales serían los rasgos fun-
damentales que definen el paisaje urbano contemporáneo (o mejor el paisaje en la
ciudad contemporánea, porque como veremos, algunas situaciones que se incluyen
Intersticio. en ese panorama, arrojan paradójicamente la puesta en crisis de lo urbano tal y como
Las Palmas de Gran Canaria. lo hemos venido considerando tradicionalmente incluso desde los supuestos modernos)
FOTO: JUAN RAMÍREZ GUEDES
o sus condiciones caracterizadoras. Aclaremos que entendemos por paisaje no sólo la
impresión visual de una determinada morfología, sino más bien un concepto o una
noción más inestable y abierta, más compleja o, si se quiere, borrosa, que atendería
además de a las imágenes concretas del espacio contemporáneo como datos pura-
mente ópticos, a la construcción de un corpus interpretativo de esa visualidad y a su
significación material, un paisaje que, más que constituirse sobre las imágenes ex-
(1) Véanse algunos desarrollos clusivamente, remite a un imaginario de más amplia sustancia. (1)
relativos a esta idea en: Ramírez
Guedes, J.: Paisaje[s]
intermedio[s]: utopía y ubicuidad, Finalmente, el paisaje, como lo queremos interpretar trascendiendo de una deter-
en la revista Formas, nº 18, 2008. minada configuración visual, o una percepción, representaría la organización de un
Con respecto al binomio paisaje-
espacio público, también del dominio del habitar, una organización que determinando una figuración también ha-
mismo autor, Espacio público y ría referencia a más amplias implicaciones, morfológicas pero también materiales y
paisaje. Notas para una lectura
del espacio contemporáneo, en culturales. Así pues, estas nuevas condiciones del paisaje en la ciudad contemporá-
Paisaje cultural; Actas del nea, por encima de referirse, como pudiera parecer, a los diferentes escenarios que co-
Congreso Europeo EURAU08.
UPM, Madrid, 2008. mo pura visualidad el espacio contemporáneo ofrece, se referiría también a la implica-
ción en esas escenas de unas determinadas condiciones culturales y materiales que el
espacio practicado, el espacio habitado, presenta como rasgos distintivos en la ciudad
contemporánea, o dicho de otro modo, en el fenómeno metropolitano.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 172 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Intersticio. Geometría temporal.


FOTO: JUAN RAMÍREZ GUEDES

El término paisaje así empleado tiene una ventaja que reside en la propia indeter-
minación relativa de su sentido más completo. Frente al término morfología o inclu-
so frente al término estructura, cuando hablamos de paisaje convocamos, aún dentro
de una cierta asistematicidad, una serie de alusiones, implicaciones y resonancias, in-
(2) Hay que aprender a mirar lo cluso algunas seguramente innominadas y convencionalmente invisibles (2), que des-
que no se ve. En Nogué, Joan, bordan un planteamiento canónico y tradicional del espacio. Junto al riesgo del desli-
Introducción a La construcción
social del paisaje. zamiento subjetivo incontrastado, siempre presente, la borrosidad del concepto permite,
(Ed.). Editorial Biblioteca sin embargo, expandir la profundidad y la extensión del campo, incorporando relacio-
nueva, Madrid, 2007, p. 19.
nes y dimensiones que sin duda y más allá del grado de desarrollo de su teoría, están
presentes y son operativas en el espacio contemporáneo.

En esa visión, la complejidad de la ciudad contemporánea vinculándose a la copresen-


cia y colisión de sus funciones, emana también de la simultaneidad de la percepción de sus
II Seminario Atlántico de Pensamiento 173 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

múltiples escalas, a la superposición de sus diferentes tiempos. Atendiendo a esta multi-


plicidad espacio-temporal, podríamos decir que las categorías fundamentales del espacio
contemporáneo serán aquellas que manifiesten las condiciones del paisaje que lo define;
unas figuras que reúnan, a su vez en sí mismas, una multiplicidad de dimensiones referen-
ciales, espacio-temporales. Cada uno de estos elementos o componentes presentes en el pai-
saje urbano contemporáneo le otorgarían una vibración, una tesitura distinta, un tiempo,
una diversidad de tiempos, desde el tiempo instantáneo, el jetztzeit de Walter Benjamin, al
tiempo lento, casi inmóvil de la superposición, del palimpsesto.

Por ello cuando hablamos de paisaje, estamos remitiéndonos a una categoría comple-
ja y al propio tiempo sintética de un conjunto de aspectos que ya difícilmente se pueden se-
guir considerando separadamente más allá de sus interacciones y contradicciones. También,
paisaje, puede definir tanto una realidad fáctica, como una estrategia interpretativa de esa
realidad, que contiene y atiende tanto aspectos referidos a la materialidad como a su re-
cepción estética. Así finalmente la categoría de paisaje encuentra su mejor encuadre en una
visión que atienda a la complejidad como condición consustancial de la realidad, como re-
presentación dinámica de imágenes que en su proteica irrealidad, sin embargo, ayudan a
encontrar dimensiones nuevas en la realidad del espacio vivido.

En esa complejidad, la profundidad y la extensión del campo del paisaje contemporá-


neo, representan dos ideas, dos fenómenos y dos caracteres simultáneos y de sentido asi-
métrico, un movimiento y un contramovimiento que en cierto modo pueden considerar-
se, mutatis mutandis, trasuntos respectivos de las dos categorías que definen la temáti-
ca general del Seminario. Esas dos condiciones del nuevo paisaje vendrían definidas como
intersticio y red, respectivamente, dos formas o condiciones del paisaje urbano contem-
poráneo, dos formas de organización del espacio, dos configuraciones del dominio del ha-
bitar, coexistentes, simultáneas, asimétricas, opuestas.

Esas dos figuras constructivas, figuras complejas, por otra parte, a su vez construi-
das por una constelación, por así decirlo, cuántica, de determinaciones y relaciones in-
ternas y externas, se vinculan de un modo u otro al dialogismo local-global, en una per-
manente tensión, en un permanente desequilibrio dinámico; dos configuraciones que
no por coexistentes pueden reconducirse a una organicidad entre ambas, como si la par-

La profundidad y la extensión del campo del paisaje contemporáneo


representan dos ideas, dos fenómenos y dos caracteres simultáneos y
de sentido asimétrico, un movimiento y un contramovimiento que en
cierto modo pueden considerarse, mutatis mutandis, trasuntos
respectivos del exceso y la escasez en la era global. (...) El intersticio se
incardina en la profundidad, en la intensidad y la intensificación del
espacio y la red se despliega extensivamente sobre la superficie
potencialmente inconmensurable de la metrópolis
II Seminario Atlántico de Pensamiento 174 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Splitting.
GORDON MATTA-CLARCK

cialidad del intersticio no fuese sino un estado local de la red global. Digamos que no,
ambas condiciones, intersticio y red, reflejan dos situaciones, no sólo diversas y asi-
métricas: son como ya se ha dicho, opuestas; opuestas más que como posiciones fijas,
como dinámicas tendenciales: una de ellas se incardina en la profundidad, en la intensidad
y la intensificación del espacio y la otra se despliega extensivamente sobre la superfi-
cie potencialmente inconmensurable de la metrópolis.

2. Intersticios

El error de considerar lo local y lo global como dos situaciones orgánicas del espacio, como
el punto y el campo, concibiéndose lo local, el lugar, como algo homogéneo con lo global o
universal separados únicamente por una diferencia de escala (The universal is the local wi-
(3) Véase Sloterdijk, Peter. thout walls) (3), despojaría al intersticio de su verdadera condición de irrepetibilidad, de es-
En el mundo interior del capital.
pecificidad, de caracterización. El intersticio no es simplemente un nodo en una red; puede
Para una teoría filosófica de la
globalización. serlo o no, pero su condición más esencial se afirma en las asimetrías, interferencias y rup-
Capítulo 40: Lo incomprimible turas de continuidad que representa con respecto al espacio de la red.
o el redescubrimiento de lo
extenso. Página 302.
Siruela, Madrid, 2007. Intersticio significa, espacio de intermediación, interposición, de intercambio, colisión, ós-
mosis, recomposición, entre lo nuevo y lo viejo, de revelación de sentido; también lugares
II Seminario Atlántico de Pensamiento 175 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

"La erosión de la
identidad urbana
ha generado el
crecimiento
difuso, el modelo
sprwal-malls, la
ciudad genérica o
sin atributos
específicos (...)
Para Pierre
Bourdieu la
ciudad genérica
de Rem Koolhaas,
que se construye
de acuerdo a la
lógica de
la expansión y
acumulación, es el
Caixa-Forum. Herzong & De Meuron. Madrid. lugar de
FOTO: JUAN RAMÍREZ GUEDES
representación
negada de lo
de interferencia donde lo parcial y lo total, lo local y lo global o universal, donde las diferen- social construido
tes escalas del espacio se yuxtaponen…Intersticios como espacios híbridos donde se puede de las ausencias
confrontar lo natural con lo artificial, donde lo particular coexiste con lo colectivo, tanto en forzadas por la
la forma de la práctica del espacio, en su uso, como en el sentido y la significación; los intersticios
distancia del lugar
son discontinuidades, espacios intermedios o residuales, que pasando muchas veces des-
apercibidos son parte sustancial de la identidad urbana, donde se superponen en un mis-
de origen
mo espacio y un mismo lugar las diferentes memorias, lenguajes y procesos en una complejidad
donde la máxima caracterización de la ciudad se encarna en ese lugar de colisión, tensión y
conflicto; como ha dicho David Harvey “El espacio público ideal es un espacio de conflicto con-
tinuo y con continuas maneras de resolverlo, para que este después se vuelva a reabrir”.

El espacio donde se produce la emergencia de lo que es más específicamente urbano, in-


cluyendo en esta concepción, de manera fundamental al vacío, a los intervalos e indefiniciones
materiales que ocupan el entre, el espacio intermedio entre las arquitecturas; un espacio don-
de diferentes órdenes superpuestos pueden adoptar la apariencia global de desorden, de caos, (4) Al respecto véase una aproxi-
como un palimpsesto, como superposición de ordenes diferentes que configuran el complejo mación a la idea de borrosidad
en: Ramírez Guedes, Juan.: Lo ní-
paisaje urbano contemporáneo, complejo y abierto a la indeterminación, a la mutación y a tido y lo borroso, en Noticias Ar-
la metamorfosis, espacios de incertidumbre donde la nitidez de la ciudad canónica se difu- quitectura. Revista digital. 2008.
http://www.noticiasarquitec-
mina en la borrosidad contemporánea (4) un paisaje de la complejidad, un mapa hecho de tura.info/notas/jrg/lo-nitido-y-lo-
fragmentos, de interferencias, de geometrías dinámicas o temporales, por los que en algu- borroso.htm
II Seminario Atlántico de Pensamiento 176 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Estamos en nos momentos se infiltran aperturas, evocaciones, ecos, resonancias y destellos que intro-
ducen una visión del mundo en el lugar, una visión metonímica y metafórica.
presencia del modelo
de la anticiudad y el
Así en algunas obras de Gordon Matta-Clarck encontramos una poética del tiempo
de la indiscriminada contradictorio y del tiempo abierto: sus obras presentan una inquietante oscilación en-
ocupación fisica del tre el pasado y el futuro en la plasticidad de lo inestable, de lo abierto e indeterminado.
territorio y al propio Hay una inescrutabilidad derivada de la dificultad de reconocer si se està en presencia
tiempo el modelo de de una ruina o de una obra en construcción, si se contempla el resultado de un proceso
la desestructuración de destrucción y deterioro, un resto del pasado, o por el contrario un armazón a medio
terminar, un organismo que apunta a un futuro estado de completud. Las líneas abier-
social de ese
tas, las grietas de la obra de Matta Clark, son intersticios del tiempo, espacios interme-
territorio, el dios donde moran esas otras dimensiones simultáneas, cotemporales. La modificación
irracional modelo de de las relaciones interior-exterior, las nuevas intrusiones de luz y la diferente constitu-
the new frontier. Con ción de la sombra, su alterada dinámica, el descubrimiento de nuevos espacios inters-
él perdemos la ticiales, las grietas, son un universo de espacios intermedios.
ciudad como espacio
Como lo es también el espacio que determina la operación del Caixa-Forum, de Herzog
históricamente
& De Meuron en Madrid, con la incorporación de la pieza del museo en su inquietante levi-
hipercualificado y
tación, en el extrañamiento que produce la superposición de volúmenes heteroglósicos,
perdemos además el en su extraña pero interesante y vibrante relación con el vacío de la plaza, tiene la capaci-
territorio, el paisaje y dad de conmover, de atraer la sensibilidad del espectador y transformarlo en un habitan-
la naturaleza. Y te rescatado así de una rutinaria práctica insensible del espacio, para volver una y otra vez
perderemos, a un enigma que se estampa en la mirada con la ambigua inquietud de una pintura meta-
seguramente, física. La superposición de arquitecturas en su materialidad, de espacios en la gravitación
del vacío, pero también de los efectos virtuales y temporales de lus y de sombra, de aper-
cualquier proyecto
tura y clausura, representan muy bien la capacidad del intersticio de configurar un paisa-
como colectividad je, uno de los paisajes de la ciudad contemporánea.
urbana

3. Redes

El cambio de escala y de condición que, en el seno de la ciudad, sufre en el S.XX el tejido re-
sidencial, alterando las viejas formas de proporcionalidad del espacio urbano, presenta, lle-
vado a su extremo en la ciudad contemporánea, no ya una transgresión de aquella composición
canónica de la ciudad histórica, sino la explosión de ese tejido residencial que ni tan siquiera
reúne ya la propia condición de tejido (considerado como organización que enlaza, construye
espacio y coherencia morfológica), acompañada de la casi total desaparición del espacio pú-
blico tal y como lo venimos entendiendo desde la cultura urbana.

(5) Para una caracterización de la La periferia metropolitana contemporánea (5), el territorio difuso de la red, es un es-
periferia contemporánea, véase:
Ramírez Guedes, Juan. Fragmentos pacio donde la presencia de segmentos de espacio libre preexistentes (áreas de antiguo
para una poética de la ciudad territorio agrícola u otros) suele coexistir con los nuevos tejidos, e incluso dar carta de na-
contemporánea.
Granada, Editorial Proyecto Sur. turaleza a una novedosa forma de lo urbano; sin embargo, es cada vez más extraña en
2003. ella, como veremos luego, la presencia de elementos de auténtico espacio público, en toda
II Seminario Atlántico de Pensamiento 177 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Chicago. SATÉLITE Chicago. FOTO: JUAN RAMÍREZ GUEDES

la dimensión cualitativa que la adjetivación comporta, pues no puede reducirse el espacio


público a los elementos meramente funcionales de la metrópolis contemporánea, fun-
damentalmente el espacio de la movilidad (el norme desarrollo del transporte urbano,
en una escala que no tiene parangón en la historia anterior de la ciudad), que, de forma
casi totalmente hegemónica, preside la configuración del espacio urbano contemporá-
neo que ha sufrido una mutación, aquella que le ha hecho cambiar de ser un espacio para
estar a ser un espacio para pasar, un espacio de vivencia fugaz, un espacio para la des-
apropiación antes que para la apropiación y el reconocimiento en él como soporte y sus-
tancia del ser de la ciudad y de la ciudadanía como proyecto colectivo.

Este mismo argumento ha sido llevado por Marc Augè (6), hasta la descodificación mis- (6) Auge, Marc.
ma del concepto de lugar, proponiendo la noción de no lugar, para dar cuenta de estas Los “no lugares”, espacios de
anonimato.
nuevas formas de organización del espacio público contemporáneo, haciendo referencia, Barcelona, Editorial Gedisa,
casi siempre, también, a espacios vinculados a los flujos y la movilidad, como los aero- 1992.

puertos, las estaciones ferroviarias, etc., pero también a los centros comerciales, como lu-
gares privilegiados del desarrollo de la vida urbana en el mundo actual.

En ese territorio difuso de la red, la confusión entre lo que llamamos espacio público y
lo que entendemos por espacio colectivo, aún considerando que la ciudad contemporánea
es un territorio de extrema complejidad funcional, pleno de situaciones intersticiales don-
de la composición espacial y el régimen temporal de actividad generan amplias combina-
ciones y superposiciones parece importante separar con nitidez lo que se entiende por una
cosa u otra, pues, si bien, el espacio colectivo es soporte del desarrollo de la vida urbana, sólo
una parte de él, el espacio público, además es la sede de su afirmación como entidad ciu-
dadana y como proyecto cívico. En el espacio colectivo están comprendidos una serie de ám-
bitos de uso público pero de propósito alejado de la realización de ese proyecto, y vincula-
do muchas veces más bien a la sustanciación de un propósito mercantil, donde, por tan-
to, el uso del espacio, directa o indirectamente, está sujeto a la correspondencia de un con-
travalor económico y que ese contravalor opera mediante la optimización del tiempo de
consumo de ese espacio, un tiempo no libre, sino sujeto a regulación y a cuantificación.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 178 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Outer Sunset District. SAN FRANCISCO.

Esta condición (junto a su voluntad de banal simulación del verdadero escenario urba-
no) es la que desacredita a los centros comerciales o malls como la encarnación del nuevo
espacio público, como se ha reclamado en ocasiones. Pues el verdadero espacio público se
corresponde también con un tiempo público, un tiempo no sometido a las leyes de la efi-
ciencia económica, un tiempo otro, literalmente el tiempo opuesto al tiempo del negocio,
por lo tanto, en el esquema de organización cronológico de la metrópolis, un no-tiempo.

La erosión de la identidad urbana ha generado el crecimiento difuso, el modelo Sprawl–


(7) Sobre la importación desde malls (7), la ciudad genérica o sin atributos específicos, con la extensión en amplias áreas de
USA del modelo de sprawl a baja densidad, además de impactar de un modo muy importante en el territorio y en el pai-
Europa y su impacto en la UE,
véase: Urban sprawl in Europe. saje, ha propiciado también la pérdida de cierto peso específico de numerosos sectores ur-
The ignoted challenge. Informe banos históricamente consolidados desde un punto de vista físico, propiciando, por la per-
de la European Environment
Agency. Comisión Europea. dida de una importante cantidad residencial desplazada a las urbanizaciones de adosados,
2006. el vaciamiento de actividad temporalmente continua en esos sectores de la ciudad.

Pierre Bourdieu por su parte, califica estos espacios como espacios de la ausencia pues
se pueden reconocer mejor por la carencia de determinados condiciones antes que por
la manifestación real de caracteres positivos. Para Pierre Bourdieu la ciudad genérica de
(8) Koolhaas, Rem: Generic City. Rem Koolhaas (8), que se construye de acuerdo a la lógica de la expansión y acumulación,
Revista Domus nº 791. 1997.
es el lugar de representación negada de lo social construido de las ausencias forzadas por
Véase también del mismo
autor: Junkspace (espacio la distancia del lugar de origen.
basura), en la revista October,
nº 100. 2002. págs. º75-º90.
El modelo del Sprawl, de la expansión horizontal en red, consagra además de la ex-
tension sin cualidad, sin carácter y sin identidad un desquilibrio real en términos de den-
sidad, distribución de servicios e infraestructuras, virtualidad del espacio público (como
hemos visto) y del paisaje territorial.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 179 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Motorway
II Seminario Atlántico de Pensamiento 180 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Sprawl. México

Podríamos enunciar así algunos efectos de este modelo reticular:

■ Desequilibrio del espacio urbano. Hiperdotación zonal junto a infradotación de otros


sectores.
■ Destrucción del espacio público urbano por especialización
■ Desertización temporal de la ciudad (actividad sometida a horario comercial).
■ Difusión, por explosión de la residencia sobre el territorio circundante (paradójicamente:
baja densidad). El modelo del shopping mall es inseparable de la vivienda en suburbio
(Sprawl).
■ Despliegue de una impactante red de transporte por autopistas sobre ese mismo te-
rritorio. (Predominio del transporte privado, consagrando un modelo de movilidad me-
tropolitana basado en formas progresivamente insostenibles de dependencia de los com-
bustibles fósiles, con preocupantes efectos económicos, ecológicos y medioambientales).
■ Complicación y encarecimiento de la red de infraestructuras. Pérdida de eficacia e in-
sostenibilidad asimismo en términos funcionales, económicos, energéticos, ecológicos y
medioambientales.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 181 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

Sprawl. Arbor Lake

Este conjunto de efectos tiene tres consecuencias globales fundamentales:

■ a. Destruye la ciudad, la vacía de contenido como espacio vivible y referencial; degra-


da el espacio libre urbano, el espacio público de relación desaparece como tal.
■ b. Destruye el paisaje por colonización extensiva de la vivienda en suburbio, garden ci-
ties o edge cities (9). Degrada asimismo el medioambiente. 9) Garrou, Joel.
■ c. Paradójicamente, en virtud de la destrucción real del espacio público, el desarro- Edge City. Life on the new
frontier.
llo metropolitano en red, destruye la red social que sustancia la verdadera condición Doubleday, New York.1992.
de lo urbano.

Es decir, estamos en presencia del modelo de la anticiudad y el de la indiscriminada ocu-


pación fisica del territorio y al propio tiempo el modelo de la desestructuración social de
ese territorio, el irracional modelo de the new frontier. Con él perdemos la ciudad como
espacio históricamente hipercualificado y perdemos además el territorio, el paisaje y la
naturaleza. Y perderemos, seguramente, cualquier proyecto como colectividad urbana.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 182 Las nuevas condiciones del paisaje en la
ciudad contemporánea: intersticio y red
Juan Ramírez Guedes

4. Algunos datos (10)

■ A finales de 2008 el 50% (3.300 millones) de la población mundial (6.700 millones) será
urbana.
Mundo iluminado ■ En 2050 la población urbana (6.400 millones) rondará el 75% del total mundial (9.200
millones).
(10) Fuentes: ONU y prensa
económica especializada. ■ Aproximadamente el 50% de la población mundial no tiene acceso a servicios de sa-
neamiento básicos.
■ El 40% de la población mundial vive con menos de 1,5 dólares al día.
■ En marzo de 2008 el precio del barril de Brent se cotizó a 105 dólares. El Texas pasó de
107 a 109 dólares. El precio OPEP estaba en 100,57 dólares por barril.
■ En junio de 2008 el precio del crudo ha alcanzado los 140 dólares por barril.
■ El precio de 100 dólares por barril venía siendo considerado por algunos analistas como
aviso de la proximidad del valor pico indicador de la cercanía de la inflexión de no retorno
consistente en la inversión del régimen de producción. (Hubbert peak)
■ Los valores totales de las emisiones de CO2 (energía producida mediante combusti-
bles fósiles: carbón, petróleo y gas) proceden en un 80% del consumo: demanda de las
redes metropolitanas (edificios, movilidad, servicios infraestructurales). Sólo el 20 % res-
tante obedece a factores productivos (industria).
■ La baja densidad y la dispersión multiplican exponencialmente el gradiente de des-
arrollo de las redes metropolitanas.
■ El área urbana compacta de la ciudad de Nueva York consume menos energía per cá-
pita que el consumo per cápita de cualquier estado USA incluyendo los menos poblados,
efecto atribuible a la dispersión en red de la población sobre el territorio.
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Guardarlo todo, recordar nada


Pasado, historia y amnesia
bajo la memoria digital

Fernando Estévez
Doctor en Antropología, es profesor titular de

Fernando Antropología Social de la Universidad de La Laguna

Estévez y director de la Maestría en Museología y Gestión

Cultural de esa institución universitaria. Dirige, a su

vez, el Museo de Historia y Antropología de Tenerife.

Y ha trabajado en proyectos de investigación sobre

historia y teorías antropológicas, identidades

culturales, antropología del cuerpo y la alimentación

y antropología del turismo. Entre sus libros se hallan

Indigenismo, raza y evolución. El pensamiento

antropológico canario entre 1750 y 1900 (1987) y El

pasado en el presente (1994).


II Seminario Atlántico de Pensamiento 187 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Damien Hirst. Mother and child divided, 1993.


FOTO: WHITE CUBE GALLERY.

“Nunca supe contar una historia. Y como nada amo más que la recordación y la Memoria
–Mnemosyne- siempre he sentido esta incapacidad como una triste flaqueza. ¿Por qué se
me niega la narración? ¿Por qué no he recibido este don? ¿Por qué jamás lo he recibido de
Mnemosyne, la madre de todas la musas?”. Así comenzaba Jacques Derrida el libro que le
dedicó a su amigo Paul de Man (1). Se preguntaba también qué ocurre cuando se pierde la (1) Derrida, Jacques. 1989.
narración precisamente porque se conserva la memoria. Memorias para Paul de Man.
Barcelona: Gedisa.

Uno de los fenómenos más notables de esta época presidida por la obsesión por la me-
moria es la devaluación, al menos en sus versiones canónicas y ortodoxas, de la narrativa his-
tórica. Asistimos a las declaraciones formales de leyes para preservar la memoria al tiem-
po que los estudios universitarios de historia, donde se forman los historiadores profesio-
nales, dejan de ser atractivos para los estudiantes. Aunque siempre fue compleja la relación
entre memoria e historia, vale la pena el esfuerzo de analizarlas ahora que, con las nuevas
tecnologías, supuestamente tenemos la posibilidad de guardarlo todo –los hechos del pa-
sado- para eventualmente recuperarlos de forma inmediata.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 188 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Sala de prensa del Instituto de Arte Contemporáneo de Boston.


FOTO: REUTERS

Se impone entonces hablar de memoria. Pero de entrada, como con igual perspicacia se-
ñaló Derrida, esto puede significar dos cosas. O que se va a hablar de eso que llamamos me-
moria o que, por el contrario, se hablará “sin notas”, sin la ayuda de ningún dispositivo mne-
motécnico, con la sola ayuda de mi propia capacidad para recordar; en suma, que se habla-
rá “de memoria”. Éste es el sentido que le damos, por ejemplo, cuando decimos que vamos
a “citar de memoria”. Ahora bien, si se lee lo que se tiene escrito no se está, en sentido es-
tricto, hablando de memoria. Sin embargo, cuando se habla de memoria, de forma automática,
las palabras pierden el sentido. Así que para encontrar lazos significativos entre la memo-
ria, el pasado y la historia, es necesario no hablar “de memoria”.

Si una característica de la cultura contemporánea es el exceso, en todo y de cualquier cosa


su contrario, la escasez, también es manifiesta. Tenemos exceso de memoria, o quizá me-
jor, exceso de deseo de recuperación de la memoria. Y así, la reivindicación de los pasados,
colectivos e individuales, se ha convertido en una práctica social generalizada. Con tanta re-
cuperación de trazas de memoria que puede que estemos, en contrapartida, ante un exce-
so de escasez de historia, de narración histórica. Pero, ¿a qué se debe esta preeminencia de
la memoria y cuál es la razón de que, como nunca antes, estemos tan obsesionados con no
perder la memoria? ¿Por qué veneramos tanto a Mnemosyne, la diosa de la memoria?

Por una parte, no puede pasar desapercibida la generalización y democratización de los


medios de reproducción técnicos –fotografía, cine, música grabada, Internet- así como la po-
pularización de las recreaciones del pasado, de la que la extensión de los parques temáti-
cos ligados al patrimonio cultural, el éxito de la novela histórica y la cada vez más voraz cul-
tura de museos son indicadores muy notables. Al mismo tiempo, este boom de la memo-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 189 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

ria en las dos últimas décadas ha estado presidido por el trauma, especialmente del Holo-
causto, de los genocidios y de las masacres colectivas en el siglo XX, que han hecho proli-
ferar todo tipo de monumentos y edificios conmemorativos, lo que confirma que detrás de
la aparente intangibilidad de la memoria hay siempre un correlato material. Esta materia-
lidad de la memoria parece confirmar la vieja tesis de John Ruskin cuando, en The seven lamps
of the Architecture (1849) subrayó que “Nosotros podemos vivir sin la arquitectura, adorar
a nuestro Dios sin ella, pero sin ella no podríamos recordar”.

Pero la memoria, uno de los mantras de la cultura contemporánea, es un término que


apela a una tipología casi exasperante. Así, oímos hablar de memoria social, memoria co-
lectiva, memoria cultural, memoria histórica, lugares de memoria, teatros de la memoria,
regímenes de memoria, actos de memoria, memoria perceptiva y conceptual, memoria se- (2) Tulving, E. 2007. “Are there 256
Different Kinds of Memory?” In
mántica, memoria visual, memoria auditiva, memoria diencefálica, memoria involuntaria, The Foundations of
memoria motora, memoria inconsciente…; y por supuesto, con los términos que definen sus Remembering: Essays in Honor of
Henry L. Roediger, III. J. S. Nairne
errores, ausencias o disfunciones, como falsa memoria, amnesia… Se podrían enumerar cien-
Ed., pp. 39-52. New York:
tos de tipos de memoria (2). Paralelamente, esta pasión por la memoria también se ha tra- Psychology Press.
ducido en un sustantivo aumento de investigaciones y publicaciones especializadas, y en
la aparición de una nueva disciplina académica, los Memory Studies (3). (3) Roediger, Henry L.,III, and
James V. Wertsch, 2008.
Creating a New Discipline of
Pero, más allá de esta constatación, las nuevas dimensiones de los usos sociales de Memory Studies. Memory
la memoria en la cultura actual son incomprensibles fuera de los cambios que igualmente Studies 1(1):9-22.

se han producido en las concepciones del tiempo, el pasado y la historia y en las prácti-
cas sociales de recordar y olvidar. Por lo demás, este auge de la memoria está también
estrechamente unido a la generalización de la nostalgia como una de las características
sobresalientes de la posmodernidad (4). (4) Appadurai, Arjun, 2001.
La modernidad desbordada.
Dimensiones culturales de la
En primer lugar, la concepción tradicional sobre la naturaleza de la historia ha sufri- globalización.
do serias impugnaciones. A pesar de que “hecho histórico” es un término generalizado Buenos Aires: Trilce, Fondo de
Cultura Económica.
dentro y fuera del discurso académico, la Historia no está basada en “hechos”; ni tam-
poco está conformada como una colección ni como un ensamblaje de “hechos”, como co-
múnmente se procede en las prácticas del coleccionismo o del anticuarismo. La Histo-
ria, ciertamente, asume la existencia de episodios, eventos, hechos, que puede ser des-
critos, imperfectamente, a partir de los registros disponibles, como realmente existen-

Si una característica de la cultura contemporánea es el exceso, en todo, en


cualquier caso su contrario, la escasez, también es manifiesta. Tenemos
exceso de memoria, o quizá mejor, exceso de deseo de recuperación de la
memoria. Y así, la reivindicación de los pasados, colectivos e individuales, se
ha convertido en una práctica social generalizada. Tanta recuperación de
trazas de memoria que puede que estemos, en contrapartida, ante un exceso
de escasez de historia, de narración histórica
II Seminario Atlántico de Pensamiento 190 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Publicidad de iPod, de Apple.


FOTO: JASON STANSELL.

tes aunque no hayan podido ser experimentados directamente por el narrador. De tal for-
ma que la historia se escribe, inevitablemente, a partir del consenso –y del disenso- so-
bre la interpretación de los restos del pasado. Es el historiador, por tanto, el que crea los
hechos históricos. Y asumiendo una idea formulada hace mucho tiempo por R.G. Co-
llingwood, pocos historiadores aceptan ya que su cometido sea "mostrar las cosas tal como
realmente sucedieron". La historia no es estrictamente hablando, factual, sino un conjunto
de juicios aceptados. Los hechos históricos no existen hasta que el historiador los elabora.
La historia, entonces, es relativa a sus intérpretes.

Por otra parte, es frecuente también en este terreno la confusión entre historia y patri-
monio. Una y otro asumen, ciertamente, presupuestos similares: el pasado existió, pero he-
mos de interpretarlo adecuadamente en atención a describir la intencionalidad de las ac-
ciones humanas en el pasado. Pero el patrimonio está, por definición, determinado por el
legado: todo patrimonio indefectiblemente es el patrimonio de alguien y ese alguien determina
que ese patrimonio existe. El patrimonio es, pues, un producto del presente, desarrollado en
respuesta a las actuales necesidades y demandas. Desde el presente se selecciona un pa-
trimonio a partir de un pasado imaginado para uso en el presente y se decide lo que debe-
ría pasar a un imaginado futuro. Desde esa perspectiva, el patrimonio no es sino el pasado
a través de los ojos del presente. Historia y patrimonio hacen un uso selectivo del pasado y,
II Seminario Atlántico de Pensamiento 191 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

sin duda, lo transforman mediante la interpretación. Pero la historia es lo que el historia-


dor considera como registro con valor y el patrimonio es lo que un grupo social o comuni-
dad decide, en el presente, heredar y legar. La distinción consiste en que los recursos del pa-
trimonio son mucho más variados, incluyendo lo que los historiadores consideran ahistó-
ricos, como la Atlántida o el monstruo del Lago Ness. No obstante, en los tiempos actuales
tanto el interés por la historia como por la reivindicación y consumo de los patrimonios cul-
turales parece estar atravesada por la nostalgia.

Pero, ¿es la nostalgia una característica de la modernidad o un universal humano? La


nostalgia, el dolor por la lejanía del hogar y por el ansia del retorno, ha sido un concep-
to muy extendido, en uso y variedad de significados, desde que en el siglo XVII el médi-
co suizo Johannes Hofner la definiera como una enfermedad, cuyos síntomas van des-
de la melancolía hasta la anorexia y el suicidio, provocada por prolongadas y generalmente
involuntarias ausencias del hogar. En esa época, la nostalgia era una enfermedad fatal.
Posteriormente el concepto se asoció con actitudes y sentimientos relacionados con la
pérdida del pasado y en las acepciones más modernas, terminó refiriéndose tanto a un
sentido de pérdida personal como a un anhelo por un pasado idealizado, a una distor- Museo Judío de Berlín,
sionada visión colectiva de un particular periodo histórico o de una particular formación de Daniel Libeskind.
FOTO: ELISABETH BELIK
social en el pasado. Desde esta perspectiva la nostalgia ha sido generalmente criticada
desde la academia, que siempre se consideró no sólo no afectada por esa “enfermedad”,
sino en la obligación de explicar tal síndrome. A poco que se mire con algo de deteni-
miento la historia de las ciencias sociales, se podrá reparar en cómo uno de sus concep-
tos nucleares, el de cultura, ha estado permanentemente hacia el pasado y en buena me-
dida por su idealización y mistificación.

Así, de una forma muy contundente, Fabian ha puesto de relieve, en contra de los pre-
supuestos comúnmente aceptados en la historiografía de la antropología, que esta disci-
plina –la ciencia que surge en la Europa moderna para explicar la diversidad cultural- requirió
que su objeto de estudio, las sociedades exóticas, algunas ciertamente pertenecientes al pa-
sado pero la mayoría contemporáneas a los investigadores, se consideraran no sólo aleja- (5) Fabian, Johannes, 2002.
das en el espacio sino también en el tiempo (5). Pertenecer al pasado sin que hayan llega- Time and the Other: How
Anthropology Makes its Object.
do aun a ser lo que nosotros somos fue, es, la condición necesaria para que los “otros” fue- New York: Columbia University
ran considerados un objeto de estudio. Establecer esta distancia temporal para no recono- Press.
cer la contemporaneidad de las otras sociedades, lo que Fabian denomina alocronismo, tie-
ne como principal consecuencia la negación de su presente.

Este alocronismo, que impregnó desde sus inicios toda interpretación de los “otros” no
europeos, llegó finalmente a aplicarse también a los “otros” europeos. Así, en los estudios
de las sociedades campesinas, un terreno con gran tradición en las ciencias sociales, la in-
vestigación gira frecuentemente no sobre las prácticas y problemas actuales de los campesinos,
sino sobre las circunstancias de su vida en el pasado. Desinteresados por el presente, los es-
tudios campesinos pueden ser vistos, desde esta consideración, como una particular expresión
de nostalgia académica. Desde esta perspectiva, quizás debiéramos entonces reconsiderar
las ideas sobre la nostalgia. La nostalgia, la bestia negra del grueso de la ciencia social,
II Seminario Atlántico de Pensamiento 192 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

la responsable putativa de la amnesia colectiva, la que tergiversa la historia, la mercan-


cía por antonomasia en el negocio de la comercialización del pasado, resulta que tam-
bién está presente en la academia, entre los propios investigadores; precisamente en los
que la critican. Luego, el desprecio de la academia por la nostalgia es, en realidad, el des-
precio de la nostalgia de los otros, de la gente, para proteger la suya propia. Por lo demás,
y paradójicamente, la nostalgia en muchos sectores populares se puede entender pre-
cisamente como una respuesta a la amnesia social que amenaza a las memorias colec-
tivas de esos sectores ante el monopolio de la interpretación del pasado y la historia por
los grupos dominantes. En esa medida, si sólo se considera perniciosa la nostalgia de los
de abajo, lo único que se consigue es salvaguardar la nostalgia de los de arriba. No bas-
ta con ser anti-nostálgicos, debemos ser anti-anti-nostálgicos.

Tenemos, entonces, muchas dificultades para manejarnos con los conceptos de pasado
e historia y, a la postre, para explicar su influencia en la construcción social de las memorias
e identidades colectivas. Pero estas dificultades derivan -algo que también ha sido es-
casamente considerado por las ciencias sociales- de las concepciones del tiempo implí-
(6) Adam, Barbara, 1995. citas en sus presuposiciones y metodologías (6). A pesar de su omnipresencia y del he-
Timewatch. cho de que no podríamos operar sin él, la concepción moderna del tiempo ha mediati-
Cambridge: Polity.
zado sobremanera nuestras perspectivas sobre el tiempo y el pasado de los otros. Pre-
suponemos que tenemos una idea de tiempo y que otras culturas deben tener otras di-
ferentes. En este sentido, lo primero que hay que poner de manifiesto es que no pode-
mos pensar en los diferentes tipos de tiempo, los cronotipos, sino cronotípicamente, esto
es, construyendo asimismo tiempo. Por lo que hoy asumimos, no podemos comprender
el tiempo de los otros sino desde nuestra propia concepción del tiempo. Entonces, para
ese objetivo es imprescindible saber desde qué perspectiva temporal nos situamos nos-
otros mismos. Y esto es, justamente, algo que todavía permanece en gran medida inex-
plorado en la teoría social contemporánea.

Todas las culturas tienen alguna forma de calcular el tiempo. Y todas tienen también
un sentido del pasado, del presente y del futuro. Pero resulta enteramente problemático
definir el tiempo, a la vez que enormemente complejo manejarlo. A diferencia del espa-
(7) Urry, John, 2000. cio, el tiempo es, como afirmó el historiador Norbert Elias, invisible a los sentidos (7). Siem-
Sociology Beyond Societies:
pre vemos el tiempo a través de algunos indicadores, el reloj, el calendario. Pero no está
Mobilities for the Twenty-First
Century. clara la relación entre estos dispositivos y el tiempo. Algunos piensan que el tiempo no
London; New York: Routledge. es más que estos métodos de medición; otros, que estos dispositivos no son sino metá-

foras para referirnos al tiempo. Y otros, finalmente, que hay un constante error al confundir
el tiempo vivido o real y las formas en que lo medimos. Pero, sin duda, algunos indicadores
del paso del tiempo han tenido una trascendental importancia en la historia humana –
día, semana, mes, año, década, siglo, milenio-. Comprender el tiempo ha sido siempre una
destacada preocupación humana. Aparte de su “invisibilidad”, en la cultura occidental se
lo ha concebido modernamente como algo absoluto. Pero de hecho, no hay un único tiem-
po. El tiempo es relativo, es una característica propia de cada sistema de observación. Hay,
por tanto, muchos y muy diferentes tiempos. Como dice Hawking: “No hay un único
tiempo absoluto, sino que cada individuo tiene su propia medida personal del tiempo que
II Seminario Atlántico de Pensamiento 193 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

La nostalgia en
muchos sectores
populares se puede
entender
precisamente como
una respuesta a la
amnesia social que
amenaza a sus
memorias colectivas
ante el monopolio
de la interpretación
del pasado y la
historia por los
grupos dominantes.
En esa medida, si
sólo se considera
perniciosa la
nostalgia de los de
abajo, lo único que
se consigue es
salvaguardar la
nostalgia de los de
arriba. No basta con
ser anti-nostálgicos,
debemos ser anti-
anti-nostálgicos

Teatro griego de Taormina, Sicilia.


FOTO: GIOVANNI DALL’ORTO.

depende de dónde esté y de cómo se esté moviendo” (8). El tiempo, entonces, es relativo (8) Hawking, Stephen, 1997.
a su sistema de medida. Así, como señaló Einstein, podemos imaginar tantos relojes como Historia del tiempo. Del Big Bang
a los agujeros negros.
queramos. Además, se mantiene un viejo debate sobre si el tiempo es un entidad abso- Madrid: Alianza Editorial.
luta, teniendo su propia naturaleza, como lo entendía Newton, o si es meramente un “or-
den de sucesiones”, como sugirió Leibniz. Y en esta problemática, la cuestión de si el tiem-
po tiene una dirección no ha sido sólo una destacada controversia en la historia de la Fí-
sica, sino que ha tenido también una enorme repercusión en las ciencias sociales. ¿Hay
una fecha del tiempo de tal forma que hay efectos de no retorno como resultado de su
paso, o el tiempo es reversible y no hay distinción entre pasado y futuro? Si atendemos
a la física contemporánea, el tiempo es irreversible. Para todos el tiempo pasa. Y pasa como
una flecha que avanza sin vuelta atrás.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 194 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Dos estudiantes ante un ordenador en el CERN (Organización Europea


para la Investigación Nuclear), en Ginebra. FOTO: REUTERS.

Sin embargo, la mayoría de los científicos sociales han tendido a manejar, a partir de
Durkheim, la concepción del “tiempo social”, un tiempo entendido como separado y opues-
to a la del sentido del tiempo en las ciencias naturales. Este presupuesto, que muchos con-
sideran ya insostenible, fue el que guió todas las interpretaciones del tiempo y el pasa-
(9) Macnaghten, Phil, and John do en todas las ciencias sociales (9). La experiencia del tiempo es constitutiva de la exis-
Urry, 2001.
tencia humana. Pero la forma en que percibimos y conceptualizamos esa experiencia va-
Bodies of Nature.
London; Thousand Oaks, Calif.: ría con las culturas y las épocas. Es decir, los valores y significados atribuidos al tiempo
Sage Publications. son totalmente dependientes del contexto. Pero ha habido una tendencia a establecer

una dicotomía entre sociedades tradicionales y modernas, en la que el tiempo de las pri-
meras es visto como contrarios a la concepción del tiempo dominante en Occidente. Así,
son comunes pares opuestos como histórico-tradicional; lineal-cíclico; basado en el reloj-
orientado a las actividades y eventos; basado en el calendario-basado en la naturaleza;
medida abstracta-medida ecológica; sociedades frías-sociedades calientes…

Estas dicotomías no derivan de un mero problema de traducción entre culturas, sino


que son el resultado de asumir sin cuestionamiento la concepción occidental del tiem-
po como universal. Lévi-Strauss apuntaló la dicotomía entre sociedades tradicionales y
modernas al sancionar el contraste entre un tiempo cíclico y repetitivo en las primeras y
un tiempo lineal e histórico en las últimas. El modelo de Lévi-Strauss permite observar las
grandes limitaciones de la concepción moderna occidental utilizada para la comprensión
del tiempo de los otros, particularmente en lo que se refiere al pretendido carácter reversible
y repetitivo del tiempo en las sociedades tradicionales.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 195 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Love Parade 2007, en Essen.


FOTO: AMP.

La reversibilidad social es tan imposible como crecer siendo cada vez más joven o que
las cenizas vuelvan a reconstruir un tronco. La reversibilidad social es, entonces, una mera
figura del habla. Cómo podría caracterizarse a las sociedades tradicionales como tenien-
do un tiempo reversible, no acumulativo, no direccional, simultáneo y circular, en lugar de
irreversible, acumulativo, direccional, sucesivo y lineal?. El tiempo cíclico impuesto en la
interpretación de las sociedades tradicionales termina, de hecho, asumiendo que estas so-
ciedades viven fuera del tiempo. Y así, se ven entonces como atrapadas en un mundo don-
de reina el “eterno retorno”, un mundo por tanto donde el pasado y el futuro se funden.
Es decir, un mundo donde origen y destino son sinónimos, ya que lo que fue volverá a ser
y lo que vendrá ya ha sido. Pero este tiempo cíclico no existe en ninguna sociedad. Asig-
nado como exclusivo a las sociedades tradicionales, esto ha significado que, carentes de
pasado, no tienen tampoco futuro.

De hecho, todas las sociedades tienen aspectos lineales y cíclicos en el manejo del tiem-
po. Que nos fijemos en unos o en otros depende de la perspectiva de la observación y la in-
terpretación. La idea de reversibilidad, inspirada en la física newtoniana, el movimiento abs-
tracto es visto como simétrico respecto al pasado y el futuro. Esto significaría que crecería-
mos volviéndonos cada vez más jóvenes, o que las cenizas volverían a reconstituirse en tron-
cos. Esto, que es contrario al sentido común, aplicado a la vida social es igualmente absur-
do. Con respecto a la vida social, los eventos pueden repetirse en intervalos regulares e, in-
cluso, llegar a parecer que permanecen inmutables. Pero la conciencia, la experiencia, el co-
nocimiento y la ejecución de las actividades sociales y sus efectos, son irreversibles: ellas cons-
tituyen el tiempo. Ir todos los días al trabajo, comer todos los días, fregar los platos todos
II Seminario Atlántico de Pensamiento 196 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

A pesar de los logros los días, son actividades recurrentes y repetitivas, pero esto no las hace a ellas, ni al tiem-
de la memoria po en que ocurren, reversibles. Entonces, no es el tiempo sino los eventos y actividades las
que son repetitivas. Y, en consecuencia, nada puede ser restaurado a su original condición:
digital, la
el tiempo no permanece quieto ni puede ir hacia atrás. La vida cultural constituye el tiem-
recuperación precisa
po e inevitablemente crea nuevos pasados y nuevos futuros y otorga al tiempo un sentido
y puntual de los de duración, secuencia, dirección y, en definitiva, un carácter de irreversibilidad.
registros de pasado
no es la condición de Paralelamente a la reversibilidad, la repetición de lo mismo ha sido otra destacada ca-
partida para racterística asignada por las ciencias sociales al tiempo en otras culturas. Los esfuerzos por
elaborar las historias, fijar el paso del tiempo y mantener un mundo social manejable y estable es algo observa-
ble en todas las sociedades, no solamente en las tradicionales. En particular, la ciencia so-
sino que es la
cial ha considerado siempre que el papel central del mito en las sociedades tradicionales con-
práctica colectiva de siste precisamente en la infinita repetición de lo mismo. Sin embargo, al igual que un cuen-
hacer historias la to contado mil veces nunca es igual, la repetición del mito recrea inevitablemente diferen-
que produce tes pasados y presentes y anticipa alterados futuros, al margen de los esfuerzos conscien-
socialmente las tes por mantener inalterado cualquier estado original. La repetición de lo mismo en la vida
memorias. Se podría social, por tanto, sólo puede ser una abstracción, previa a una exclusión artificial de los con-
textos y los efectos en los que se produce esa repetición.
pensar incluso que
las colecciones de
Pero junto a la idea de la irreversibilidad del tiempo, de que no es posible volver atrás, he-
fotografías, video y mos de considerar que también le damos al tiempo dos grandes sentidos: como “antes y des-
música responden pués”, como “pasado, presente y futuro”. Por una parte, entendemos que los acontecimientos
más al placer mismo ocurren uno tras otro, en una sucesión infinita, y que cada uno de ellos es identificable por-
de coleccionarlas que acaeció antes o después de otro. Por otra, vemos los hechos del pasado conservados en
que a una pulsión el presente y proyectados hacia el futuro. De esta forma el presente no es un instante, sino
que tiene una duración. En cierto modo, sólo hay presente; el tiempo en el que el pasado y
por guardarlas para
el futuro son recreados e imaginados (10).
luego recuperarlas.
La idea de la Las cosas, como las personas, son temporales. Y aunque algunas creaciones humanas tie-
memoria digital es, nen miles de años, no perdurarán para siempre. Guardamos y custodiamos millones de ob-
por tanto, engañosa, jetos en los más variados tipos de repositorios con la pretensión de que den testimonio per-
una falsa promesa manente del pasado. Incluso aceptando que muchos de ellos desaparecerán, tenemos la ex-
pectativa de que los modernos sistemas de copia y reproducción los preserven para el fu-
turo. Curiosamente, en la sociedad contemporánea, esta pasión por atesorar, conservar y ro-
(10) Estévez González,
dearnos de objetos viejos, o de sus imitaciones, entra en abierto contraste con la obsesión
Fernando, Ed., 2004.
El Pasado en el Presente. por frenar a toda costa el envejecimiento del cuerpo.
Santa Cruz de Tenerife: Museo
de Antropología de Tenerife,
Organismo Autónomo de De todos los repositorios para registrar los hechos del pasado y para preservar sus res-
Museos y Centros, Cabildo de tos y testimonios, los archivos destacan con singular prominencia. Impresos, fotografías, gra-
Tenerife.
baciones en muy diferentes tipos de soportes apuntan a la estratégica función de guardar
la memoria, a impedir el olvido. Pero los registros del archivo son mudos; necesitan ser “in-
terpretados” para poder cobrar existencia. Podemos recordar a solas, pero si los recuerdos
no son compartidos no tendrán sentido. Sólo cuando los recuerdos son socializados la me-
moria aflora y la historia es construida.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 197 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Imagen de Ernesto ‘Che’ Guevara en el Centro Social Leoncavallo, de Milán, 2007.


FOTO: GIOVANNI DALL’ORTO.

Esto no sólo afecta a nuestras memorias personales y familiares; es también una con-
dición necesaria de las memorias sociales. Todas nuestras actividades están atravesadas por
un archivo, por algún registro social en los que se inscriben las memorias, de tal forma que
éstas existen en tanto que son socialmente compartidas –el Registro Civil, Registro de la Pro-
piedad, de la Seguridad Social… Desde luego, estados y corporaciones secuestran muchas
memorias, manteniéndolas fueran del conocimiento público, pero no por ello los archivos
secretos dejan de ser repositorios de memorias sociales. En definitiva, la memoria es social,
y como tal exige un trabajo colectivo. Así, hemos de “con-memorar”, de celebrar juntos, para
dar continuidad entre el pasado y el presente compartidos, aunque no debiera pasar des-
apercibido el hecho de que las conmemoraciones de unos suelen llevar aparejadas el si-
lenciamiento o el olvido de las memorias de otros.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 198 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Publicidad del iPod touch, de Apple.


FOTO: APPLE

Pero a pesar de ese carácter social de las memorias seguimos pensando que éstas están
localizadas en alguna parte de nuestro cerebro, al que metafóricamente vemos como nues-
tro “archivo”. Sin embargo, no hay un lugar específico donde se almacene la memoria. Jun-
to a las imágenes grabadas de nuestras memorias, los recuerdos de la niñez, de lugares, de
situaciones y de experiencias, están también muy asociados a olores, sabores y sonidos. De
hecho, todo nuestro cuerpo recuerda: en la forma en que nos sentamos, comemos, escribi-
mos... –de ahí que resulte totalmente inapropiada la metáfora del disco duro del ordenador
para referirnos a la memoria-. Por otra parte, lo que es importante no soslayar es que la me-
moria está indisolublemente unida a los que se supone que es su contrario, el olvido.

Como Hartmut Winkler ha señalado, suponemos que los dispositivos de almacenamiento


de memoria guardan fielmente sus contenidos y, por otro lado, sabemos que la memoria tien-
(11) Dijck, José van, 2007. de a seleccionar, reconfigurar y olvidar sus contenidos. “Desde el punto de vista teórico, éste
Mediated Memories in the
Digital Age. es el logro real de la memoria humana. Olvidar, en ese sentido, no es un defecto sino una for-
Stanford University Press. ma absolutamente necesaria de protección” (11).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 199 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Olvidamos, inevitablemente. Olvidar es tan consustancial a la vida que, frecuentemen-


te olvidamos hasta lo que consideramos importante. De tal forma que, a lo largo de toda
la historia, hemos tenido que valernos de todo tipo recursos para preservar la memoria de
lo que consideramos no debería ser olvidado, desde repetir una historia mil veces hasta los
Vista aérea nocturna de
más sofisticados soportes de memoria digital, pasando por cambiarnos el reloj de mano para Londres, 2006.
no olvidarnos de una cita importante. La vida social sería inconcebible sin todos esos recursos FOTO. SAP

y dispositivos nemotécnicos. Pero necesitamos olvidar para poder recordar productivamente


(12), esto es, para poder pensar el pasado y el futuro en el presente, para escapar a la hi- (12) Fabian, Johannes, 2007.
Memory Against Culture:
permnesia, como la que aquejaba a Ireneo Funes, “Funes el memorioso”, que precisamen- Arguments and Reminders.
te por recordarlo todo, hasta los más mínimos detalles, era incapaz de pensar. Como afir- Durham: Duke University Press.
mó Borges, “Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo
de Funes no había sino detalles casi inmediatos” (13). (13) Borges, Jorge Luis, 2006.
“Funes el memorioso”. En
Ficciones. Madrid: Alianza.
La historia, al menos en sus manifestaciones académicas, parece haber perdido su in-
fluencia y prestigio social; sin embargo, nunca antes había estado tan extendida la se-
ducción del archivo, la fascinación con los reservorios de memorias sobre los logros y los
sufrimientos humanos (14). Y guardarlo todo, la aspiración a la memoria total, ha terminado (14) Steedman, Carolyn, 2002.
Dust: The Archive and Cultural
en “mal de archivo” (15). A este proceso hemos de añadir también la musealización del History. New Brunswick, N.J.:
mundo y la patrimonialización y disneylización de las culturas. En medio del mal de ar- Rutgers University Press.
chivo es bendecida toda creación de archivos, ahora por supuesto digitales, de las me- (15) Derrida, Jacques, 1997.
morias colectivas; sin embargo, puede que su proliferación legitime una vez más el con- Mal de archivo: una impresión
freudiana. Madrid: Trotta.
trol elitista de las memorias sociales. Proliferan archivos de las memorias colectivas pero
II Seminario Atlántico de Pensamiento 200 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

gestionados por instituciones o corporaciones que escapan al control de la gente; no se


propician, sin embargo, archivos sociales de las memorias colectivas, lugares para producir
memorias, no lugares para esperar por ellas.

“Detrás de una bien ordenada cultura de la memoria puede estar al acecho una cultura
(16) Fabian, Johannes, 2007. de amnesia” (16). Pero donde quiera que uno mire, la obsesión pública contemporánea con
Ibid. la memoria coincide con un intenso pánico público al olvido, y no sabemos a ciencia cierta
si el miedo a olvidar es el que provoca el deseo de recordar o si es la obsesión por recordar
la causa del temor al olvido. Las propias estructuras de la memoria pública en los medios de
comunicación hace bastante comprensible que nuestra cultura hoy, ofuscada con la memoria
como lo está, esté también de alguna forma atrapada en el miedo, incluso terror, a olvidar.
Cuanto más nos requieren que recordemos en la estela de la explosión de información, más
nos parece incrementarse el peligro de olvidar.

Epidemia de memoria

El mal de memoria de las sociedades contemporáneas no es una fiebre por consumir historia,
como Nietzsche caracterizó su propia época, que podría curarse con el olvido productivo. “Es,
más bien, una fiebre nemónica causada por el cibervirus de la amnesia que a veces amenaza
con consumir la memoria misma. Por lo tanto, ahora necesitamos el recuerdo productivo más
(17) Huyssen, Andreas, 2003. que el olvido productivo” (17). En una época presidida por la amnesia, la cuestión no debe-
Present Pasts: Urban ría ser tanto recordar el pasado para pensar el presente como la de pensar el pasado y re-
Palimpsests and the Politics of
Memory. cordar el presente. Impresa o digital, ahora hay más memoria que nunca –desde la impre-
Stanford, Calif.: Stanford sa hasta los CD-ROMs e Internet-, con su promesa de guardarlo todo para siempre. Hay aho-
University Press.
ra un sinfín de dispositivos de memoria protésica. Pero, en lo que no deja de ser un contra-
sentido, como ésta es una época en la que no hay garantía de una preservación a largo pla-
zo de los registros electrónicos, puede que llegue a ser también una época sin memoria. El
miedo al olvido, paradójicamente, surge de la misma tecnología en la que ahora deposita-
mos el grueso de los registros y datos contemporáneos. Y a la par, los dolorosos efectos del
olvido alimentan el miedo a la amnesia.

Los software de memoria digital pretende el registro exacto, el recuerdo total, de los even-
tos del pasado. Parten de la idea de “fijar” los productos de la memoria. Pero aunque esto fue-
ra posible, omiten precisamente una influencia decisiva de la memoria digital para memoria
humana. Si las tecnologías digitales son, como se las presenta, algo más que simples herramientas
mecánicas para seleccionar, moldear y encapsular memorias personales, entonces es que jue-
gan un papel constitutivo en la continua reconstrucción de nosotros mismos. Así, la metáfora
del ordenador como cerebro, la idea de la máquina de memoria digital a la que se puedan aña-
(18) Hayles, N. Katherine, 2005.
dir nuevos registros continuamente y a la que se pueda acceder en todo momento, parte jus-
My Mother was a Computer: tamente de la negación de que humano y máquina son mutuamente constitutivos. Al tiem-
Digital Subjects and Literary
po, que omite asimismo la constante interacción entre la materialidad de las tecnologías de ins-
Texts.
Chicago: University of Chicago cripción y los contenidos que producen (18). En resumen, como muy bien lo ha sintetizado Van
Press. Dijck, tres mitos vienen sustentando la creación del software de las máquinas de memoria. Por
II Seminario Atlántico de Pensamiento 201 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

Museo Judío de Berlín, de Daniel Libeskind.


FOTO: ELISABETH BELIK.

una parte, la creencia de que las memorias personales se guardan en la mente de forma indeleble
y precisa y que, salvo trastornos, pueden ser recuperadas en su mismo estado original. Por otra
parte, la idea de que el registro de todos los instantes y eventos de la experiencia responde a
un deseo innato por garantizar su recuperación en el futuro. Y, finalmente, la ilusión de que las
memorias almacenadas en las bases de datos digitales pueden, y deben, ser mantenidas se-
paradas del resto de los dispositivos conectados (19). (19) Dijck, José van, 2007.
Ibid.

Pero a pesar de los logros de la memoria digital, la recuperación precisa y puntual de


los registros de pasado no es la condición de partida para elaborar las historias, sino que
es la práctica colectiva de hacer historias las que producen socialmente las memorias.
Se podría pensar incluso que el hecho de que nunca volvamos a utilizar muchas de las
memorias que almacenamos –como frecuentemente nos ocurre con nuestras coleccio-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 202 Guardarlo todo, recordar nada.
Pasado, historia y amnesia bajo la memoria digital
Fernando Estévez

nes de fotografías, video y música- responden más al placer mismo por coleccionarlas que
a una pulsión por guardarlas para luego recuperarlas. La idea de la memoria digital es,
por tanto, engañosa, una falsa promesa. La memoria lo es en tanto que es vivida, encar-
nada en lo social, en individuos, familias y comunidades. Éstas son las memorias nece-
sarias para construir futuros diferenciales en un mundo global.

No hay duda de que, a la larga, todas esas memorias serán conformadas en un gra-
do significativo por las tecnologías digitales y sus efectos, pero ellas no serán reducibles
a éstas. Por otra parte, insistir sobre una radical separación entre memoria “real” y “vir-
tual” es también engañoso, toda vez que cualquier cosa recordada -sea por la memoria
vivida o por la imaginada- es, en sí misma, virtual. La memoria es siempre transitoria, no-
(20) Huyssen, Andreas, 2002. toriamente no fiable y frecuentemente olvidadiza, en resumen, humana y social (20). La
En busca del futuro perdido: memoria, en tanto que social, depende siempre de los avatares políticos, generaciona-
cultura y memoria en tiempos
de globalización. les e individuales. No puede ser almacenada de una vez y para siempre, ni puede ser ase-
México: Fondo de Cultura gurada por los monumentos. Por esa razón, tampoco podemos confiar en los sistemas
Económica.
de recuperación digitales para garantizar su fiabilidad, coherencia y continuidad. Si el sen-
tido de tiempo vivido está siendo constantemente renegociado, no deberíamos olvidar
que el tiempo no es sólo pasado, su preservación y transmisión. Si en efecto sufrimos de
un exceso de memoria, tenemos que hacer el esfuerzo para distinguir pasados utiliza-
bles de pasados desechables; se requiere discriminación y recordación productiva.

Ahora bien, la cultura popular y los medios de comunicación virtuales no son inhe-
rentemente irreconciliables para este propósito. Incluso si la amnesia fuera un subpro-
ducto del ciberespacio, no deberíamos permitir que el miedo a olvidar nos abrume. Por
lo demás, no encontraremos en el pasado lo que el futuro no nos lo dio. Como muy crí-
ticamente ha apuntado Huyssen, “Asegurar el pasado es un objetivo tan arriesgado como
asegurar el futuro. Y la memoria, después de todas las esperanzas puestas en ella, no pue-
de ser un sustituto para la justicia, ya que la justicia misma estará enredada inevitablemente
en la falta de fiabilidad de la memoria”. Quizás este sea el tiempo de recordar el futuro
(21) Huyssen, Andreas, 2003. más que, simplemente, preocuparnos por el futuro de la memoria” (21).
Ibid.

En la Grecia Antigua, quienes consultaban el oráculo de Trofonio en Beocia, encon-


traban dos fuentes, la de la memoria y la del olvido. Debían beber de ambas si desea-
ban que el oráculo respondiera adecuadamente. Las dos fuentes eran la de Mnemos-
yne, que nombraba a la memoria, la poesía y la vida y la de Leteo, que apelaba al olvi-
do, la muerte y el sueño. En sus intersecciones, y gracias a sus brebajes, la poesía po-
día ostentar tanto su capacidad productiva como anticipatoria de los tiempos. Así, ne-
cesitamos el olvido creativo, como nos proponía Nietzsche, como antídoto contra el abu-
so de la historia, contra los esencialismos de las tradiciones nacionales y la legitima-
ción de sus memorias y nostalgias imperiales. Pero al mismo tiempo, necesitamos re-
cordar productivamente contra la saturación de memoria, contra la mera acumulación
sinfín de trazos de memoria que deriva en amnesia.

¡Recuerden que hay que olvidar! Al menos este texto.


II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Elogio de la falta

Olga Correas
Psiquiatra y psicoanalista. Es directora de la Unidad

Olga de Salud Mental del Puerto (Servicio de Psiquiatría del

Correas Área Norte– de Gran Canaria-) del Servicio Canario de

Salud). Ejerce, además, como tutora docente de MIR

(médicos internos residentes) de Las Palmas de Gran

Canaria. Participa en numerosos seminarios en

España. Y coordina también el espacio Preguntando

al Cine en la capital grancanaria, que llevó por

tema “¿La derrota del pensamiento, una historia de

violencia?” en su edición de 2008, siendo, a su vez,

miembro de ese mismo espacio del Colegio de

Psicoanálisis de Madrid.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 207 Elogio de la falta
Olga Correas

El rey está desnudo.


FOTO: SAP

Había una vez, en un país lejano, un Rey que, si bien se mostraba sobrio y comedido en sus
modos y maneras para reinar, tenía una debilidad, se preocupaba en exceso por su ima-
gen y su vestuario.

Un día escuchó a dos avispados pelafustanes hablar de sus habilidades para tejer la te-
la más fina suave y delicada que se pudiera imaginar. Esta prenda, decían los pícaros, tenía
además la propiedad de ser invisible para los estúpidos.

Seducido por la idea de llevar tan especial vestido, el Rey no dudó en facilitar a los “in-
creíbles sastres” toda clase de materiales, a cuál más rico, con el fin de que tejieran su
maravilloso traje.

He de señalar que él mismo se sentía algo nervioso por si sería capaz de ver la prenda
o no. Por ello envió a dos de sus hombres de confianza a ver cómo iba el trabajo. Como es
de suponer, ninguno de los dos admitió que no veían la prenda y, por el contrario, volvie-
ron alabando la misma.

Toda la ciudad empezaba ya a oír hablar de tan fabuloso traje y se impacientaban por
comprobar cuán estúpido sería su vecino.

Llegó el día y los impostores se dirigieron a palacio y ellos mismos hicieron como que
II Seminario Atlántico de Pensamiento 208 Elogio de la falta
Olga Correas

Valentino Garavani junto a la estatua de Constantino en Roma en 2007.


FOTO: GREGORIO BORGIA (AP).
II Seminario Atlántico de Pensamiento 209 Elogio de la falta
Olga Correas

ayudaban al Rey a ponerse el vestido. El Rey salió con su traje a presidir el desfile sin admi-
tir, evidentemente, que era demasiado estúpido como para no verlo.

Toda la gente alabó con entusiasmo el traje nuevo del Rey, temerosos de que sus ve-
cinos se dieran cuenta de que eran estúpidos porque no podían verlo, hasta que un niño
que estaba en la multitud gritó ¡¡Pero si está desnudo!! Dejando al descubierto el exhi-
bicionismo del Rey.

El pueblo empezó entonces a cuchichear en voz baja hasta que el murmullo se hizo cla-
mor. El Rey escuchaba a la multitud y, aun sabiendo que decían la verdad, levantó la cabe-
za y terminó el desfile.

Ustedes dirán qué tiene esto que ver con la Falta. ¿Es acaso la denuncia de La Falta que El incosciente
cometió el Rey?, ¿que faltó a la verdad a sabiendas con tal de no renunciar a su goce?. FOTO:SAP.

El concepto de Falta, tal y como lo entiende el psicoanálisis, no es la falta de esto o de


aquello. No se trata de que nos falte algo en el sentido de que si se nos restituye ya vamos a
estar completos, tampoco de que hemos cometido una Falta, aunque tenga cierto paren-
tesco con estas cuestiones. La forma como opera este concepto para el psicoanálisis tiene
sus raíces en el descubrimiento freudiano del Inconsciente.

Lo que Freud descubre es que, en el devenir del ser humano, no todo es tan evidente co-
mo parece y que lo que supuestamente decide el hombre no siempre tiene que ver con su
voluntad. Él encuentra en la escucha de sus pacientes que ciertas representaciones (pul-
sionales) no tienen acceso directo a la conciencia si no es por la vía de los sueños, los lap-
sus, los actos fallidos… Y también por los síntomas o la angustia como defensa.

El Inconsciente se presenta sin que lo llamen, es un embaucador que nos hace caer en
su trampa con su deslumbrante luz. La particularidad, como ven, es que estas representa-
ciones no tienen acceso directo a la conciencia si no es por la vía de su unión a la represen-
tación de palabras; de ahí, uno de los puntos esenciales de la teoría psicoanalítica, que es
una cura que opera por La Palabra.

El Inconsciente, por tanto, son pensamientos y como tales van a estar sometido a las le-
yes del lenguaje. Si podemos descifrar los sueños es porque éstos son como una escritura,

El concepto de Falta, tal y como lo entiende el psicoanálisis, no es la falta de esto o de


aquello. No se trata de que nos falte algo en el sentido de que si se nos restituye ya
vamos a estar completos, tampoco de que hemos cometido una falta. Como opera
este concepto tiene sus raíces en el hecho de que en el devenir del ser humano no
todo es tan evidente, lo que supuestamente decide el hombre no siempre tiene que
ver con su voluntad
II Seminario Atlántico de Pensamiento 210 Elogio de la falta
Olga Correas

Chus García-Fraile. Street Stage 3, 2005.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 211 Elogio de la falta
Olga Correas

como el cuento que les acabo de contar (1) . Es decir, que funciona con La Metáfora y la Me- (1) La Interpretación de los
sueños (1900) Sigmun Freud.
tonimia (condensación y desplazamiento). Decir que está sometido a las leyes del len- Amorrortu ediciones ( ed.1987)
guaje es decir que el ser humano se baña en las aguas de lo Simbólico.

La importancia de todo esto es que justamente el descubrimiento freudiano va a reve-


lar que el ser humano tiene un conflicto, porque casi siempre desea lo que supuestamen-
te no quiere, y que esto se revela en la verdad que está implícita en su discurso. Para decirlo
más claramente, si algo se le resiste a un sujeto, lo que reprime es su ser, por eso es por lo
que alguien viene a un análisis. Porque NO ES como quiere ser. No es… como debería ser…
No es, como él supone que el Otro quiere que sea… etcétera.

Ese NO ES es lo que Lacan llamó FALTA EN SER, como causa del DESEO.

Así pues, el sujeto del Inconsciente sólo pude revelarse cuando falta, es decir, cuando
hace lapsus, sueña, tiene actos fallidos. Decimos que el acto fallido es el más logrado
porque apunta a la verdad del sujeto. Entiendo que pueda resultar inquietante el hecho
de que somos más verdad cuando menos estamos en lo que decimos o creemos que es
nuestra verdad.

Con esto que les digo podrán entender que el Inconsciente no es la voz de la trasgre-
sión que nos obliga a hacer lo que no queremos. Más bien se trata de todo lo contrario, es
la voz que no calla cuando no hacemos caso a nuestro deseo.

Una vez hecha esta pequeña excursión por el Inconsciente añadiré algo más en rela-
ción a esa FALTA que elogio en el título.

El hombre, entonces, no es ninguna cosa; su ser es un ser de deseo y, como tal, ser ca-
rente, incompleto, menesteroso incluso. Por esta razón el deseo humano es deseo de ser.
“No es falta de esto o de aquello, sino falta de ser por la cuál existe” (2) . (2) J. Lacan.
Seminario 2. El Yo en la Teoría de
Freud y en la Técnica
Y esa carencia radical que la presencia del Deseo atestigua es constitutiva no sólo de la Psicoanalítica.
existencia individual, sino también de las relaciones entre los seres humanos. Ed. Paidós, 1988.

Si pensamos en la experiencia humana no podemos hacerlo fuera del campo del


lenguaje, fuera del universo de los símbolos. Fuera de ese orden simbólico que ya está

El ser humano tiene un conflicto porque casi siempre desea lo que supuestamente no quiere y
esto se revela en la verdad que está implícita en su discurso. Si algo se le resiste a un sujeto, lo
que reprime, es su ser, por eso alguien viene a un psicoanálisis. Porque NO ES como quiere ser.
No es… como debería ser… No es como él supone que un Otro quiere que sea… Ese NO ES es la
que Lacan llamó “falta en ser”, como causa del deseo, por la cual existe. El deseo humano es
deseo de ser. Y esa carencia radical que la presencia del deseo atestigua, es constitutiva no sólo
de la existencia individual sino de las relaciones entre los seres humanos
II Seminario Atlántico de Pensamiento 212 Elogio de la falta
Olga Correas

La experiencia
humana no es
pensable fuera del
campo del lenguaje,
de ese orden
simbólico que ya está
configurado por el
Otro. El niño que aún
no habla queda
atrapado por esa red
simbólica que
comienza a hablar en
él. Casi podríamos
decir que el niño es
hablado por el Otro
[el lugar de la
Fantasma.
mediación simbólica], FOTO: SHAYA’S ORIGAMI GALLERY

que funda la
comunidad de los configurado por el Otro, desde que el niño nace (3) . El niño que aún no habla queda atra-
pado por esa red simbólica que comienza a hablar en él. Casi podríamos decir que el ni-
sujetos hablantes.
ño es hablado por el Otro.
Simbolizar es, por
tanto, hacer existir lo Esto es importante subrayarlo pues en ella, en esa red, encontrará el niño un lugar y un
que no existía, hacer nombre propio, lo que llamamos, su identidad. Pero esa alteridad que lo va a constituir como
que el NO SER llegue a sujeto, la va a encontrar de un modo particular que es, su alienación al Otro, al Deseo del Otro.
SER. AL sujeto la falta Y digo alienación porque el sujeto no sabe que él es el deseo de otro deseo.
(falta en ser) le es
El Otro, lugar de la mediación simbólica, funda la comunidad de los sujetos hablan-
imprescindible como
tes. Simbolizar es, por tanto, la función de hacer existir lo que no existía, hacer que el NO
causa de deseo, como SER llegue a SER.
causa de la vida. El
Deseo es el resguardo Siguiendo este desarrollo, para el psicoanálisis al sujeto le es imprescindible LA FAL-
de la falta y el amor TA (que hemos nombrado como falta en ser) como causa de deseo, como causa de la vi-
la que la tapa, la da podemos ya decir. En cierto modo podemos decir que el Deseo es el resguardo de la
falta y el amor lo que la tapa (la disimula).
disimula
Es por esta FALTA EN SER que el sujeto se va a identificar con aquello que supone que
(3) J. Lacan. le falta para ser lo que le falta al Otro, en el que se aliena y que resuelve con la construc-
“El estadio del espejo como ción del fantasma.
instancia formadora del yo”
Escritos 1
Ed. Siglo XXI, 1971. Es un Otro que determina, por tanto, la relación de fascinación especular del imaginario.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 213 Elogio de la falta
Olga Correas

Carlos Arocha. Oximoron, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 214 Elogio de la falta
Olga Correas

Angèle Etoundi Essamba. Rupture, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 215 Elogio de la falta
Olga Correas

Así pues, llegamos a un punto central que domina la patología actual. Patologías que
A la patología actual
casi podríamos llamar las Patologías del límite, pues se trata del límite al que un sujeto casi podríamos llamar
puede llegar en su demanda, poniendo en juego su desaparición, para hacer aparecer la Patologías del límite,
falta en ese Otro que le daría un lugar en el mundo. Llegar a proponerse como objeto que pues se trata del
se puede perder para dejar al descubierto dicha falta. Es decir, en su construcción fantas- límite al que un sujeto
mática se sitúa como objeto de la pérdida. Es como si pudiéramos decir que el sujeto se
puede llegar en su
ofrece en sacrificio como objeto, en demanda de esa Falta que produzca un deseo.
demanda, poniendo
La única vía de salir de la alienación y llegar a la separación es hacerse objeto pulsional. De en juego su
esta operación, evidentemente, queda un resto, plus de goce, con el que el sujeto se hace el desaparición (…) La
ser. Es un resto real, que se subjetiviza como vergüenza y que queda a cargo del sujeto aun- proliferación excesiva
que por el fantasma lo ponga a cuenta del Otro. de las depresiones en
nuestra sociedad
Parecería que el ideal en estos cuadros sería el de una separación absoluta del Otro, sin
actual son una
haber pasado por la vía de la alienación. Casi podríamos decir, llegar a la separación haciendo
un “salto mortal”. Clínica del Vacío desarticulado del Otro en donde había clínica de la Falta
llamada de atención
que alojaba y daba nombre a ese vacío. en el sentido de que
asistimos a una
Estoy hablando evidentemente de la anorexia, pero también de esas otras formas retirada del Otro,
sintomáticas tan habituales en nuestra práctica clínica actual, entre las que se pueden llevándose un trozo de
incluir las adicciones, algunos de los llamados trastornos de personalidad y también
sujeto. Es como ese
formas bizarras de psicosis “intoxicadas”.
Otro que le daría un
Distintas formas de retorno en lo real del rechazo al Otro. La proliferación excesiva de las lugar en el mundo,
depresiones en nuestra sociedad actual son una llamada de atención en el sentido de que hubiera perdido
asistimos a una retirada del Otro, llevándose un trozo de sujeto. Como si hubiera perdido fuerza, perdido
fuerza,potencia para ejercer su función. potencia para ejercer
función

¿Que está pasando?

La acción del Otro simbólico es la acción privilegiada del Nombre del Padre, es la acción
social, cultural que ese Otro del lenguaje ejerce sobre el cuerpo del ser viviente, como de-
cía antes. Es una acción que en definitiva consiste en una sustracción, ya que el cuerpo, al
ser incluido en el campo del lenguaje, sufre una pérdida irreversible (de goce). En realidad,
es un intercambio por el cuál el Otro dona al sujeto una inscripción simbólica -un sentido-
a cambio de una cesión de goce –de ser-. Por eso el sujeto irá a buscar en el campo del Otro
lo que el Otro le ha sustraído.

Esta afirmación no es privilegio del psicoanálisis. “Yo es Otro”, afirma Rimbaud en va-
rias de sus cartas cuando se interroga precisamente por la Verdad, por el “Infierno de la
Verdad”, admitiendo que el sujeto no es idéntico a si mismo y que por tanto está dividido.
Tanto peor para el violín si descubre que es madera.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 216 Elogio de la falta
Olga Correas

Pepe Medina. Cuenta atrás, 2008.

Para que se entienda mejor, la alienación correspondería a la pregunta de ¿Quién soy?, y la


(4) J. Lacan. separación a la respuesta ¿Qué quiere de mi? (4).
Seminario 11. Los Cuatro
Conceptos Fundamentales del
Psicoanálisis. En 1938 Lacan lo señalaba en su escrito sobre Los complejos familiares; y, más tarde,
Ed. Paidós, 1987. Alexander Kojève, en 1957, se muestra preocupado y humillado, en su comentario sobre
Françoise Sagan a propósito de Bonjour tristesse, lamentándose de la desaparición de lo
viril, del honor, de lo heroico, en un mundo nuevo que estaría completa y definitivamen-
te privado de hombres. La crisis de lo viril traería consigo la crisis del hombre y por tanto
el Declive del Padre como consecuencia.

No nos es ajeno el murmulleo suscitado por la crisis de los valores, que es una forma de
nombrar la crisis del hombre y que ha venido acompañada de un borramiento, tan celebrado
hace unos años -después del Mayo del 68-, de la figura que representaba la autoridad y que
era ostentada por la figura del Padre.

A estas alturas de nuestra civilización ya no tenemos dudas sobre el aplastamiento de


esta figura, a la que ha venido a sumarse la debilidad de los lazos familiares, la modifica-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 217 Elogio de la falta
Olga Correas

La crisis de los valores


es una forma de
nombrar la crisis del
hombre y ha venido
acompañada de un
borramiento, tan
celebrado tras el
Mayo del 68, de la
figura que
representaba la
autoridad y que era
ostentada por la
figura del Padre. Así
pues, declive de la
función paterna,
declive de la
autoridad y en su
lugar ¿qué? En su
lugar, el mercado, el
aumento del control,
mayores medidas de
humillante
seguridad. En su
Fabrice Backes. Playin’shakespeare, 2003.
lugar, la celebrada
globalización. El para
todos y el cese de lo
ción de los vínculos parentales, el estrechamiento del vínculo persona-trabajo en detri-
subjetivo. Acaso ¿no
mento del vínculo persona-persona. Asistimos también a una mayor intervención de lo
social allí donde la familia muestra su incapacidad y la figura paterna no está a la altura de podemos afirmar
las circunstancias o más bien está ausente. Así pues, declive de la función paterna, declive que [hoy] el mercado
de la autoridad y en su lugar ¿qué? En su lugar, el mercado, en su lugar, el aumento del con- es el Padre y, por
trol, en su lugar, mayores medidas de humillante seguridad. En su lugar la celebrada glo- tanto, el Otro no
balización. El para todos y el cese de lo subjetivo. existe?
El 29 mayo de 1950, en su conferencia sobre Psicoanálisis y criminología, Lacan apunta-
ba: “En una civilización en la que el ideal individualista se eleva a un grado de afirmación
hasta ahora desconocido, los individuos tenderán hacia ese estado donde pensaran, ama-
ran y sentirán exactamente las mismas cosas, a las mismas horas, en porciones de espacio
estrictamente equivalentes…(sic) En los fenómenos de asimilación social, debe haber, a par-
tir de cierta escala cuantitativa, un límite en el que las tensiones agresivas uniformadas se
deban precipitar en puntos donde la masa se rompe”.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 218 Elogio de la falta
Olga Correas

El capital globalizador ya tiene quién le escriba. Acerquémonos al cine, la literatura,


la pintura y otras manifestaciones de la cultura para notar cómo dan cuenta de ello. Y en
otro orden - en lo que me toca- los servicios de Salud Mental se aplican a la tarea de reco-
ger los vertidos sociales de la agresividad, las ansiedades deslocalizadas y exigentes;
responder a los derechos a los que los usuarios -nunca más pacientes- tienen derecho.
Estamos ahí, entre otros, para amortiguar los impactos y restaurar el orden social. Uste-
des sabrán disculpar mi irreverencia pero, acaso ¿no podemos afirmar que el mercado
es el Padre y que por tanto el Otro no existe?

En la época de la evaluación, el ser del sujeto ha quedado en manos de un Otro deva-


luado cuya insignia es la banalidad.

Las consecuencias

Podríamos decir que son otras las historias, otras las geografías y otras políticas que el
mundo ha cambiado, ¡qué caramba!, que estamos en la postmodernidad. Sí podríamos
decirlo, pero no sin el riesgo de caer en lo anecdótico y de llamar a esto “progreso social”
que acoge la des-responsabilización del sujeto frente a su goce y que promueve la estu-
pidez del Nadie es Culpable. Sí, podríamos apuntarnos a la banalidad que critica Maria
(5) María Zambrano. Zambrano en La Confesión: genero literario (5) , cuando dice: “Y así, la exigencia de ver-
La Confesión: Género Literario,
dad ha venido a ser sustituida por la exigencia de sinceridad, sinceridad que hace refe-
Editorial Siruela, 2004. Madrid.
rencia al individuo, y en el que se quiebra la verdad.”

Muy sinceros se nos han puesto quienes dan fe de la devaluación del Otro, de su No
Existencia cuando se muestran sin pudor a la mirada colectiva, exhibiendo, como el Rey
del cuento de Hans Christian Andersen, su Falta de Vergüenza. Esa Falta de Vergüenza
en sustitución de la Falta ilustra cómo la mirada del Otro en tanto portadora de ver-
güenza ya no tiene valor. Ese Otro caído, inconsistente, humillado, castrado en su poten-
cia se presenta como incompetente a la hora de juzgar o decidir.

(6) J. Lacan. En el Seminario 1 (6) , Lacan va a precisar que “la mirada no se sitúa simplemente a ni-
Seminario 1. Los Escritos vel de los ojos, los ojos pueden no aparecer, estar enmascarados. La mirada no es forzo-
Técnicos de Freud.
Ed. Paidós, 1981. samente la cara de nuestro semejante, sino también la ventana tras la cuál suponemos
que nos están mirando”. Es una equis, dice, el objeto ante el cual el sujeto deviene obje-

El discurso capitalista postmoderno impulsa al sujeto contemporáneo a situarse en una


posición en la que no siente pudor de su propio goce. Sin vergüenza, no hay división
subjetiva y sin división subjetiva, sin nada que haga preguntas para el sujeto, se anula la
diferencia entre el objeto de consumo y el objeto de deseo. En la desvergüenza moderna,
la falta, que es estructurante del sujeto y que comporta el deseo humano, ha devenido
vacío que no produce deseo
II Seminario Atlántico de Pensamiento 219 Elogio de la falta
Olga Correas

Carlos Arocha. Interiores, 2008.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 220 Elogio de la falta
Olga Correas

El ojo que ves no es ojo porque tú lo ves, sino porque te ve.


FOTO: SAP.

(7) J. Lacan. to. Y más adelante, en el Seminario 17 (7) , convoca a Sartre en su obra El Ser y la Nada para
Seminario 17. El Reverso del resaltar que “(...) para el que es sorprendido mirando, todo el clima cambia en un mo-
Psicoanálisis.
Ed. Paidós, 1992. mento de viraje y me vuelvo una mera cosa, un maniaco”.

Si traigo aquí estas citas es porque me parece que el Otro que nos mira se ha modifica-
do en su estructura misma con los nuevos aires que ha traído el capitalismo global, que
hace uso de todo aquello -ideas, ideales, costumbres, críticas y pensamientos- que ali-
menta el Utilitarismo. Aun cuando éste fue anunciado hace más de un siglo, el Panóptico
de Bentham ,¿soñó tanto florecimiento como con El gran hermano?

Contemplamos la muestra de unos goces que hasta hace poco suponían vergüenza y,
por tanto, sólo se accedía a ellos en las habitaciones donde la intimidad habita. Sólo como
resultado de una relación fantasmática con el objeto, el sujeto podía permitírselos o bien
lo hacía si los colocaba como cobijados por el amor.

Hoy no precisan de este cobijo, pues están sujetos a otro imperativo, el que marcan
las leyes del mercado. El que no enseña no vende.

El discurso capitalista postmoderno impulsa al sujeto contemporáneo a situarse en


(8) Massimo Recalcati. una posición en la que no siente pudor de su propio goce (8). Es pertinente recordar que
Clínica del vacío. Anorexias,
Pudor era una divinidad griega que abandonó la Tierra indignada por la corrupción de los
dependencias, psicosis.
Editorial Síntesis. 2003. hombres. Se la consideraba amiga de la Verdad, e íntimamente unida al Amor, que pierde
toda su fragancia cuando el Pudor no lo vela, aún cuando lo delate.

Sin vergüenza no hay división subjetiva y sin división subjetiva, sin nada que haga pre-
gunta para el sujeto,se anula la diferencia entre objeto de consumo y objeto de deseo.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 221 Elogio de la falta
Olga Correas

Así pues, degradación del Otro, devaluación de su mirada. El sujeto jugando a obje-
to y provocando el sin pudor del Otro que mira. Que menos que recordar la enseñanza
de los clásicos:

Abocado a perderse entre bajíos y arrecifes


En pleno océano (de goce) flotando hallamos;
Precisa aprovechar la corriente (del deseo) mientras fluye
O conformarse a ver nuestra empresa fracasada (9). (9) William Shakespeare,
Julius Caesar,
Acto IV.
La Falta estructurante del sujeto, que comporta el deseo humano, determina que la ver-
dad del goce que lo habita resulte velada, como en los misterios. Esto supone la operación del
Nombre del Padre y la vía hacia lo simbólico que ella habilita.

En la Desvergüenza moderna, la Falta ha devenido vacío que no produce Deseo. La me-


táfora del cuento con el que comenzaba mi exposición señala una situación en la que una
amplia mayoría comparte la obscenidad de una mentira aun cuando cada sepa de lo ab-
surdo y falto a la verdad de la situación, y de cómo la verdad -el goce del Rey presumido-
permanece oculta por la farsa en la que todos se comprometen.

En este punto, el grito del niño que denuncia la mentira invita a que al menos uno no
colabore a mantenerla. Me gustaría pensar que, al menos en este encuentro, nos arries-
guemos a alinearnos del lado del niño que grita.
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Exceso de
escasez

Pablo San José


Es miembro, junto con Cynthia Viera, del equipo

Pablo artístico PSJM, con residencia en Berlín, y que se

San José comporta como una marca comercial de arte

avanzado que hace pleno uso de los recursos

comunicativos del capitalismo espectacular para

poner de relevancia las paradojas de su caótico

desarrollo. PSJM ha expuesto en Nueva York (The

Real Royal Trip… by the Arts, PS1-MOMA. En

colaboración con El Perro y Aitor Méndez), Miami

(Pulse 08, Galería Espacio Líquido), Colonia

(KunstKöln04, Galería Blanca Soto), Basel (Volta 07,

Riflemaker Gallery), Berlín (Scala e.V.), Londres

(Riflemaker Gallery) y en numerosas muestras

colectivas e individuales en España.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 225 Exceso de escasez
Pablo San José

En primer lugar quiero agradecer, en nombre de quienes componemos el equipo PSJM,


Cynthia Viera y yo mismo, Pablo San José, la oportunidad que se nos brinda para desarrollar
un tema que se muestra extraordinariamente sugerente y que, de hecho, subyace implícito
en nuestra obra como colectivo que produce arte contemporáneo. Nuestro equipo, PSJM,
es una marca comercial que actúa en la institución arte.

Adoptar los procedimientos estéticos, estructurales y operativos del mundo de la em-


presa para generar un discurso crítico, supone sacar a la luz también una obra de ca-
rácter globalizado y manejar siempre los códigos de la producción industrial, el consumo
desmedido y su desmedido aparato de seducción espectacular. El tema propuesto por
tanto aparece ante nosotros como un punto de partida inductor de algunos temas re-
lacionados, que rápida y chispeantemente alborotan nuestra máquina de pensar. Po-
ner en orden estas ideas y conducirlas por el sendero del discurso es lo que con mayor
o menor acierto vamos a tratar de hacer aquí.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 226 Exceso de escasez
Pablo San José

Quisiera comenzar desvelando el enigma de las imágenes que nos acompañan, a par-
tir de las cuales seguramente la mayoría de los presentes ya habrá realizado una inter-
pretación. Se trata de una serie de fotografías tomadas en la ciudad brasileña de Sao Pau-
lo. Nuestra exposición individual en la Galería Baró Cruz nos llevó a esta macro-urbe don-
La superabundancia de nos aguardaba un hecho singular y ciertamente paradigmático. La creatividad publi-
de información tiene citaria brasileña, y las agencias de Sao Paulo en particular, ocupan siempre los primeros
como corolario puestos en los palmarés de los festivales internacionales de creatividad. Este hecho y la
consabida saturación de publicidad exterior característica de los grandes centros de-
nuestra capacidad
mográficos latinoamericanos, merecía una mirada atenta a través de la ventanilla del taxi
para olvidar. Un que nos recogió en el aeropuerto, y la sorpresa fue mayúscula.
acontecimiento
espectacular eclipsa El paisaje paulista, aún saturado de soportes publicitarios, permanecía poblado de es-
al anterior y será tos fantasmas de la comunicación. Aquí y allá la publicidad comercial te acosaba para de-
velado en nuestra cir nada. Un exceso de escasez, un impresionante despliegue donde no hay mensaje, sólo
memoria por el medio, y donde inevitablemente el significado del mensaje lo escenifica el propio medio.
En los quince días que permanecimos en la ciudad tuvimos tiempo de recoger un enig-
suceso
mático documento gráfico que habla... del silencio. Al informarnos, descubrimos que esta
sensacionalista que extraña situación era consecuencia de una reciente ley del gobierno municipal que per-
le sigue, como en la sigue acabar con la saturación publicitaria.
composición de
colores catódica, Más del setenta por ciento de las vallas destinadas a mensajes comerciales debía
donde la suma ser retirado en un plazo de tres meses, nosotros tuvimos la fortuna de estar allí en ese
periodo y admirar una de esas visiones paradójicas que el sistema de consumo nos pro-
saturada de RGB
porciona y que constituyen la materia prima de nuestro trabajo. Desgraciadamente nos
tiene como fue imposible retratar una de las situaciones más absurdas, en la que una de estas va-
resultado el blanco, llas se hallaba iluminada en la oscuridad de la noche, representando involuntariamente
el vacío luminoso la imagen fantasmagórica de la mercancía. El exceso de información, el exceso de imá-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 227 Exceso de escasez
Pablo San José

genes y el exceso de individualismo caracterizan lo que Marc Augé denomina “sobre-


modernidad”, que otros llamaran postmodernidad. Para el antropólogo galo más que
una ruptura con la modernidad, la “sobremodernidad” viene a suponer un exceso de
modernidad por medio de la aceleración de sus factores constitutivos.

El exceso de información produce la sensación de que la historia se acelera. El conocimiento


diario, casi minuto a minuto, de todo lo que pasa en el mundo, o más bien de la tendencio-
sa y parcial información que se nos hace llegar, unido a la sospecha de que aquello que su-
ceda en cualquier parte del globo tendrá consecuencias para nosotros, nos sitúa directamente
“dentro de la historia” , o como asegura Augé, de “tenerla pisándonos los talones, para vol-
ver a ser alcanzados por ella durante el noticiero de las ocho o durante las noticias de la ma-
ñana”. Esta superabundancia de información tiene como corolario nuestra capacidad para
olvidar. Un acontecimiento espectacular eclipsa al anterior y será velado en nuestra memoria
por el suceso sensacionalista que le sigue, como en la composición de colores catódica, don-
de la suma saturada de RGB tiene como resultado el blanco, el vacío luminoso.

La saturación informativa es hermana del exceso de imágenes ofrecidas por los medios
de masas. Siguiendo el análisis de Augé, la imagen recibida coloca al mismo nivel hechos dis-
pares que sin duda no pueden tener la misma importancia, iguala acontecimientos tales como
el número de muertos en Irak o la clasificación de la liga de campeones. Del mismo modo
iguala personas: las figuras de la política, las estrellas del espectáculo, del deporte y de la te-
levisión son presentados como personajes protagonistas de la película “realidad informa-
tiva”. Y desde luego hace incierta la distinción entre lo real y la ficción, ya que los aconteci-
mientos están concebidos y escenificados para ser vistos en televisión.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 228 Exceso de escasez
Pablo San José

El desembarco en Somalia se hizo a la hora anunciada, como cualquier otro espec-


táculo, delante de centenares de periodistas. Añadamos a estos efectos de la podero-
sa presencia de la imagen su capacidad de generar adicción, aislando al individuo y ofer-
tándole simulacros del prójimo. Cuanto más nos abandonamos a la imagen, más se re-
duce el tiempo invertido en la actividad de negociación con el prójimo, que es la reci-
procidad, constitutiva de nuestra identidad. Y es aquí, en ese tercer componente del con-
cepto de “sobremodernidad”, el exceso de individualismo, donde despunta la situación
paradójica contemporánea, ya que asistimos a una individualización pasiva, comple-
tamente distante del individualismo conquistador del ideal moderno: una individua-
lización de consumidores, cuyo germen se encuentra, sin lugar a dudas, en el vertigi-
(1) Augé, Marc (1992). noso desarrollo de los medios de comunicación (1).
Los no lugares, Gedisa, Barcelona,
2004. Y también en
www.memoria.com.mx/129/auge Encontramos en esta visión de la sociedad contemporánea dibujada por Augé, plan-
.htmlteamientos que la relacionan con aquellos del espectáculo situacionista, el simulacro de
Baudrillard o el hombre unidimenional del olvidado Marcase. Pero vamos a interesarnos
ahora por su evidente correspondencia con las reflexiones de otro pensador, también fran-
cófono: Gilles Lipovetsky y su lógica paradójica de las fuerzas que tensan la sociedad de
consumo. Dice Lipovetsky: “no vivimos el fin de la modernidad, estamos por el contrario,
en la era de la exacerbación de la modernidad, de una modernidad elevada a una potencia
(2) Recogido por Antonio Torrejón superlativa. Estamos en una era “hiper”: hipercapitalista, de hiperpotencias, hiperterro-
sobre la charla Tiempos rismo, hipervacaciones, hiperindividualismos, hipermercados” (2).
hipermodernos. El ocaso de la
postmodernidad, impartida por
Gilles Lipovetsky en la Facultad Y en otra parte: “La hipermodernidad implica exceso, un crecimiento fuera de los límites
de Filosofía y Letras de Buenoscomo por ejemplo: la clonación, la biotecnología, la cirugía estética, la conquista del espa-
Aires. 2004. En
www.barilochenyt.com.ar/hiper cio, los malls, el turismo y la pornografía. Una lógica espiral infinita que también se mani-
modernidad. fiesta en pequeños fenómenos: el uso de drogas en el deporte extremo, la obesidad (em-
html
blema de la hiper-sociedad), la anorexia, la bulimia y las adicciones de todo tipo. La hiper-
(3) Lipovetsky en modernidad es una sociedad rica en tensiones paradójicas que chocan en el tiempo” (3).
www.matosas.typepad.com/co
mpetir_con_la_mente/2007/09/
hipermodernidad.html El autor propone el término hipermodernidad, no en sustitución de postmodernidad
como hiciera Augé, sino que éste comprendería una tercera fase en el proceso de mo-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 229 Exceso de escasez
Pablo San José

dernización. En sus textos arguye que hace veinte años “postmodernidad” suponía un ne-
ologismo adecuado para los radicales cambios producidos respecto al pasado moderno
dominado por la producción, y que ahora se quedaría desfasado. Pero al describir la hi-
permodernidad, Lipovetsky otorga a esta fase rasgos claramente formativos del concepto
de postmodernidad, por lo que, a nuestro modo de ver, no existe una diferencia sustan-
cial entre ambas fases que pueda determinar una ruptura clara. Sin embargo, y pasan-
do por alto este asunto, lo que nos interesa aquí es su sagaz comprensión del papel del
individuo en una sociedad excesiva. Lipovetsky no nos presenta un individuo pasivo, alie-
nado (que dirían Marx y sus muchos epígonos), por el contrario habla de un individuo li-
bre, pero frágil y vulnerable, dejado a su suerte en un presente inestable y con perspec-
tivas de un futuro incierto. Alejándose de la concepción fatalista que ha dominado gran
parte la teoría sociológica, brilla aquí una postura más optimista, aunque también crí-
tica. Y no podría ser de otro modo, si realmente queremos entender las señales que ilu-
minan estas autopistas por las que corre la sociedad contemporánea.

Sociedad de consumo paradójica que, con sus tendencias de normalización técnica y des-
igualdad social, produce simultáneamente el orden y el desorden, la independencia y la de-
pendencia subjetiva, la moderación y la desmesura. Porque la hipermodernidad no es so-
lamente una era gobernada por el mercado y los rendimientos técnicos, también es un mo-
mento de expansión de los valores humanísticos y democráticos. “Cuanto más se impone
la comercialización de la vida, más celebramos los derechos humanos. Al mismo tiempo, el
voluntariado, el amor y la amistad son valores que se perpetúan e incluso se fortalecen” (4). (4) Lipovetsky, Gilles (2004).
Los tiempos hipemodernos,
Anagrama, Barcelona, 2006.
En todo caso, y aunque siempre se agradecerá una apreciación positiva de lo que pasa,
no podemos bajar la guardia. Porque si giramos la moneda y observamos el otro lado de la
sociedad del exceso consumista, si miramos el lado de la escasez, de las personas que viven
en ella y que suponen la inmensa mayoría de la población mundial, la visión se torna oscura,
triste e indignante. Sobra decir que el nivel de desarrollo tecnológico alcanzado por la hu-
manidad permitiría sin problemas acabar con el hambre. Jamás hubo tanta riqueza en el mun-
do, el problema, cómo no, radica en su distribución. Parece ser que el nivel de desarrollo mo-
ral no corre parejo al nivel de desarrollo productivo. El sociólogo, político y Relator Especial
(5) Ziegler, Jean (2005).
de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, Jean Ziegler, encabeza uno de los ca- El imperio de la vergüenza,
pítulos de su último libro con el título. “La escasez programada” (5). Taurus, Madrid, 2006.

El otro lado de la sociedad del exceso consumista son los cuatro mil millones de
personas que viven con menos de dos dólares diarios. Ahí la visión se vuelve
oscura e indignante. Sin embargo, se encuentran en el punto de mira de las
grandes corporaciones. Hay quien, desde el pináculo del mundo de los negocios,
pretende aliviar la pobreza creando nuevos consumidores pobres. No otra es la
propuesta de C.K. Prahalad, uno de los gurús de la estrategia multinacional
II Seminario Atlántico de Pensamiento 230 Exceso de escasez
Pablo San José

Ziegler es un crítico implacable con las sociedades transcontinentales privadas de la in-


dustria, la banca, los servicios y el comercio, y también con las personas que las dirigen, a los
que gusta llamar depredadores, cosmócratas o nuevos señores feudales del imperio de la
vergüenza. En sus escritos asegura que han surgido sistemas feudales de nuevo cuño, “más
poderosos, más cínicos, más brutales y más astutos que los antiguos”. Y, como su predece-
sor, el nuevo señor feudal somete a sus siervos a través de la deuda. En este nuevo feuda-
lismo planetario los cosmócratas “organizan la escasez a conciencia, de acuerdo con la ló-
gica del máximo beneficio. El precio de un bien depende de su escasez. Cuanto más escaso
es un bien, más elevado es su precio. La abundancia y la gratuidad son las pesadillas de los
cosmócratas, que dedican esfuerzos sobrehumanos a conjurar su perspectiva. Sólo la esca-
sez garantiza el beneficio. ¡Organicémosla!”, remata irónicamente Ziegler.

Y es que indiscutiblemente los alrededor de cuatro mil millones de personas que viven
con menos de dos dólares diarios se encuentran en el punto de mira de las grandes corpo-
raciones, de hecho hay quien, desde el pináculo del mundo de los negocios, pretende aliviar
la pobreza creando nuevos consumidores pobres. Es la propuesta del gurú de la estrategia
multinacional C.K. Prahalad, que inicia su libro The fortune at the botton of the pyramid con
esta declaración de intenciones: “Si dejamos de pensar en los pobres como víctimas o como
una carga y comenzamos a reconocerles como persistentes y creativos empresarios y con-
sumidores conscientes del valor, un completo nuevo mundo de oportunidades se abrirá.” Pra-
halad sugiere que cuatro mil millones de pobres puedan ser el motor del siguiente capítu-
lo del comercio y prosperidad globales, y pueden ser una fuente de innovaciones. Servir a
los clientes de la Base de la Pirámide requiere que las grandes firmas trabajen en colabora-
ción con las ONG´s y con los gobiernos locales. Además, el desarrollo del mercado en la Base
de la Pirámide también crearía millones de nuevos empresarios a los niveles más bajos.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 231 Exceso de escasez
Pablo San José

La estrategia a seguir pasa por una modificación estructural del funcionamiento de


las compañías, y no confinar estas actividades a las secciones de responsabilidad social
de las empresas, que en la mayoría de los caso no son más que departamentos creados
para lavar su imagen de marca. Se trata de crear nuevas soluciones adecuadas a este in-
menso mercado, con el desarrollo de nuevos productos, nuevas políticas de precios, nue-
vas formas de promoción y nuevas formas creativas de distribución. Para realizar su sue-
ño, hacer un bien social consiguiendo pingües beneficios, el profesor americano depo-
sita todas sus esperanzas en la probada eficiencia de las tecnologías de la comunicación,
como los móviles o Internet, y en la fácil adaptación de los pobres a la era digital. Y de-
talla en su best-seller ejemplos de empresas que en Brasil, India, o Méjico son pioneras
en la adecuación de sus políticas empresariales a estos mercados.

La motivación final de Prahalad es la de convertir la pirámide social en un diamante,


cuya geometría esté dominada por una descomunal clase media. De alguna forma, y aun-
que toda esta propuesta desprenda el desagradable olor del neo-liberalismo, parece que
Prahalad intenta marcarle instrucciones precisas a la mano invisible de Adam Smith, sin
embargo se sigue confiando en la vieja teoría liberal de que el egoísmo de unos puede
(6) Prahalad, C.K.
propiciar el bien para todos (6). The fortune at the botton of the
pyramid, Wharton School
Con todo, llevar a cabo la erradicación de la pobreza y convertir a los estados en vías Publishing, Pennsylvania, 2005.

de desarrollo en naciones productoras capaces de asegurarse una estabilidad política,


social y económicaharía saltar la alarma sobre ese otro gran problema de escasez al que
se enfrenta el planeta, la carencia de recursos energéticos, que, junto con la amenaza
terrorista global, componen la “pareja del miedo”, hábilmente manipulada por la cla-
ses dirigentes para controlar a la población.

Desde luego el salto de las economías en desarrollo a la estabilidad tendría que pasar
por una planificación que controlara los efectos ambientales de tal proyecto y sobre todo
el compromiso de los países industrializados de bajar el listón haciendo efectivo un con-
sumo responsable. La pregunta es ¿puede una sociedad hedonista, preocupada únicamente
por los placeres inmediatos, consumir de modo responsable?. Sociedad hedonista y con-
sumista. Lujo y despilfarro. Convendría detenernos un momento en el significado del tér-
mino hedonista, alegremente pronunciado cuando se habla de nuestra sociedad con-
temporánea del deseo. El hedonismo clásico de Epicuro se caracteriza por su ascetismo.

Si bien promulgaba que el fin último del ser humano radica en la búsqueda del placer
(hedoné) y la huida del dolor, las palabras de Epicuro no dejan lugar a dudas:“Pues ni los ban-
quetes ni los festejos continuados, ni el gozar con jovencitos y mujeres, ni los pescados ni
otros manjares que ofrecen las mesas bien servidas nos hacen la vida agradable, sino el jui-
cio certero que examina las causas de cada acto de elección o aversión y sabe guiar nues-
tras opiniones lejos de aquellas que llenan el alma de inquietud” (7). Tanto el hedonismo clá- (7) Epicuro (alrededor de 300
a.C.), Carta a Meneceo, en Obras,
sico como el moderno estiman los placeres espirituales e intelectuales en muy mayor gra-
Altaya, Barcelona, 1995.
do que aquellos de la carne. Fundada por Jeremy Bentham y difundida por Stuart Mill, la ver-
sión moderna de esta teoría ética supone el paso del hedonismo egoísta al hedonismo uni-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 232 Exceso de escasez
Pablo San José

versalista o utilitarismo. Aunque considera la amistad como el valor más preciado, la filosofía
epicúrea niega que, por naturaleza, el ser humano esté destinado a vivir en sociedad. Por el
contrario, el utilitarismo tiene como objetivo último el de lograr «la mayor felicidad para el
mayor número». El primero sitúa el bien en el placer individual, mientras que el segundo afir-
ma como bien supremo el placer, el bienestar y la utilidad sociales; el hedonismo tiene ca-
(8) Stuart Mill, John (1863). rácter individualista, el utilitarismo es de índole socialista (8).
El utilitarismo, Altaya, Barcelona,
1995.
Como vemos las ideas y teorías, como la vida, son poliédricas y en muchos casos com-
binan extremos aparentemente irreconciliables. En Las contradicciones culturales del ca-
(9) Bell, Daniel. pitalismo, Daniel Bell (9) auguraba un desenlace fatal para el capitalismo, herido de muer-
Las contradicciones culturales del
capitalismo, Alianza, Madrid, te en el conflicto que se podría crear entre la ética del trabajo, hija del ascetismo pro-
1996. testante (10), y el nuevo estilo de vida basado en el placer en tiempo presente que da
(10) Weber, Max. forma al consumismo. Según apunta Vicente Verdú, esta tensión más que desembo-
La ética protestante y el espíritu
del capitalismo, Istmo, Madrid, car en el conflicto temido, produjo un efecto acelerador: “Contradicciones, sí, pero en
1998. lugar de romper inútilmente el mecanismo, desencadenaron un superaccidente de cuya

influencia el capitalismo salió tan rejuvenecido como un exfoliante de Clarins” (11). Y


(11) Verdú, Vicente.
Yo y tú, objetos de lujo. El
otra vez Lipovetsky nos desvela una paradoja, esta vez referida al germen de la con-
personismo: la primera
tracultura que se opone al sistema consumista y a su irónico destino. “El hedonismo de
revolución cultural del siglo XXI,
Debate, Barcelona,masas, el ocio, la multiplicidad de posibilidades suscitada por los bienes y servicios de
2005.
la abundancia contribuyeron a reforzar aún más la reivindicación de la autonomía per-
(12) Lipovetsky en
www.alfonselmagnanim.com/D sonal, hasta el punto de anexionar el mismo espíritu revolucionario.
EBATS/81/quadern05.html.
Sobre cómo la rebeldía
contracultural, lejos de frenar a Mayo del 68 sólo es en apariencia antinómico con el neocapitalismo de las necesidades.
su oponente, concluye en un De hecho, fue este último el que permitió la explosión polimorfa de los deseos de inde-
incremento del consumo
“alternativo”, ver: Joseph Heath pendencia, el que permitió la emergencia de una utopía hedonista, de una revolución cul-
y Andrew Potter, Rebelarse tural que exigía el “tout, tout de suite [todo, ya]” (12). Al igual que la vieja proclama de
vende, Taurus, 2005.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 233 Exceso de escasez
Pablo San José

aunar arte y vida reclamada por las primeras vanguardias ha llegado a ser realizada en
la estetificación difusa del sistema de consumo, las demandas de los revolucionarios se-
sentayochistas se han visto plenamente cumplidas en un capitalismo al que todo le vale.
Tanto la negación como la afirmación, la revolución o el terrorismo, todo es susceptible
de ser incorporado al espectáculo, renovándole, haciéndole más fuerte, como esos mons-
truos de la ciencia ficción que crecen y engordan cuando se les dispara, cuanto más le-
tal es la munición que se les asesta más terriblemente monstruosos se vuelven. O qui-
zá, este capitalismo avanzado sea uno de esos monstruos que, como el Frankenstein na-
cido de mil partes, posee un tierno corazón y una irrefrenable furia destructiva. No con-
viene, sin embargo, sumirse en la desesperanza y perder la ilusión de construir un mun-
do libre, igualitario y fraternal, aunque las ironías del destino o la lógica del sistema trans-
formen todo intento en espectáculo y mercancía. Debemos seguir adelante, ser conscientes
de la potencialidad absorbente del capitalismo y quizá buscar ahí las oportunidades. La
mayoría de los observadores y activistas depositan sus esperanzas hoy en ese amalga-
ma político de resistencia que es el movimiento antiglobalización.

Nuevos movimientos sociales que desechan la idea de un programa común, de un


partido unificador y dogmático que sobradamente ha demostrado su ineficacia. Y es
que el tema que nos ocupa, aquél del exceso y la escasez, se encuentra en la base mis-
ma del pensamiento socialista.

La confianza en la abundancia producida por el capitalismo como inductora de la revo-


lución y también, la que se creía abundancia inherente al sistema de producción socialista.
Escribe Marx en La Ideología Alemana: “Para que se convierta en un poder “intolerable”, es
decir, un poder contra el cual se hace una revolución, es necesario que haya procreado a la
masa de la humanidad como absolutamente “sin propiedad” y, al mismo tiempo, en con-
tradicción con un mundo existente de riqueza y de cultura, las cuales, ambas, presuponen
II Seminario Atlántico de Pensamiento 234 Exceso de escasez
Pablo San José

un gran incremento de la fuerza productiva, un alto grado de desarrollo. Y por otra parte, este
desarrollo de las fuerzas productivas (...) es también una condición práctica absolutamen-
(13) Marx, Karl (1845/1846). te necesaria, porque sin él sólo se generaliza la escasez” (13). Y en el Manifiesto Comunista:
La ideología Alemana (I) y otros
escritos filosóficos, Losada, “En lugar de engendrar la miseria, la producción superior a las necesidades perentorias de
Madrid, 2005. la sociedad (comunista) permitirá satisfacer las demandas de todos los miembros de ésta,
(14) Marx, Karl (1848). engendrará nuevas demandas y creará, a la vez, los medios de satisfacerlas” (14).
Manifiesto del Partido
Comunista, Mestas, 2003.
En suma, y como afirma Félix Ovejero Lucas, “la abundancia hace posible que una so-
ciedad igualitaria se pueda mantener con razonables vínculos fraternos y permita el res-
peto a la elección autónoma de los proyectos de vida y, por ende, a la autorrealización,
sin necesidad de intromisiones sistemáticas de las instituciones que frustrarían la rea-
lización de tales ideales.” Ovejero Lucas señala aquí acertadamente uno de los callejo-
nes sin salida en los que se encuentra la teoría socialista: la empírica existencia de la es-
(15) Ovejero Lucas, Félix. casez, tanto en la forma socialista como en la capitalista (15).
Proceso abierto, El socialismo
después del socialismo, Tusquets,
2005. De cualquier modo, no todos los pensadores de corte marxista se han mostrado se-
ducidos por las bondades de la abundancia. El disidente de la Escuela de Frankfurt, Erich
Fromm, culpa a la abundancia como origen de la agresividad, la dominación y la guerra.
Desde los comienzos de la vida humana se vivió en una situación de necesidad general.
La escasez reinó hasta la llegada de la Revolución Neolítica. Es entonces cuando el ser hu-
mano inicia su producción material, plantando, edificando y preocupándose de forma in-
édita por almacenar bienes. La cultura y las ciudades surgieron y con ellas comenzó sú-
bitamente la época de una “relativa abundancia”. Relativa, ya que no era suficiente para
que todos la disfrutaran. Por un lado posibilitó a la humanidad crear cultura, ahora que
se disponía de una base material para construir edificios, organizar estados o alimentar
filósofos. Pero por otro, la escasez relativa condujo a que un pequeño grupo debiera ex-
plotar al grupo de la mayoría. “El guerrear no es, como muchos insisten en señalar, algo
II Seminario Atlántico de Pensamiento 235 Exceso de escasez
Pablo San José

enraizado en el instinto humano; las empresas bélicas comenzaron en la época neolíti-


ca, cuando hubo algo que valía la pena quitarle a otros”.

El psicólogo social y psicoanalista alemán busca la demostración de esta teoría en da-


tos antropológicos. Fija su mirada en toda una serie de razas primitivas contemporáne-
as en las que, en general, no se aprecia ninguna agresividad particular y, por el contra-
rio, reina el espíritu de amistad generalizado. Entre estas se hallan los indios, los prime-
ros habitantes de los Estados Unidos, comunidades donde no se registrabann delitos, no
existía la propiedad privada, ni explotación, ni tampoco jerarquías.

Fromm asegura que este tipo de razas viven en una democracia profundamente arrai-
gada, donde, por ejemplo, las relaciones sexuales pre-matrimoniales son completamente
libres y las sexualidad no va acompañada del sentimiento de culpa. Cazan y recolectan
lo que necesitan y en definitiva: “no están obsesionados por la idea de que se deben
utilizar más cosas, ahorrar más, tener más, por lo que viven en general muy contentos.
Tales razas constituyen la verdadera sociedad de la abundancia, no porque sean ricos,
sino porque no quieren más de lo que tienen”.

Con la abundancia relativa la democracia natural cede su puesto a una jerarquía en


la que todos obedecen (16). Difícilmente podremos nosotros volver a ese estado de fe- (16) Fromm, Erich (1983).
Sobre los orígenes de la agresión,
licidad natural y, de hecho, no parece aconsejable ya que, si bien habría mucho que ga-
en El amor a la vida, Altaya,
nar, también se perdería mucho con el hipotético cambio. Un argumento antropológico 1993.
similar domina La teoría de la clase ociosa, del americano de origen noruego Thorstein
Veblen. Este ensayo sorprendentemente se ocupa del fenómeno del consumo, en una
época, 1899, en la que todas las miradas se dirigían a la producción.

Como consecuencia de la propiedad privada y su génesis, según Veblen, surge tam-


bién la comparación envidiosa, desarrollándose lo que él llama consumo conspicuo y
precisa en su ácido análisis de la sociedad de finales del XIX un detallado muestrario
de signos de distinción y dominación simbólica, si queremos utilizar los términos más
actuales acuñados por Bourdieu (17). De tal modo que, cuando analiza la belleza y su (17) Bourdieu, Pierre (1979).
La Distinción. Criterio y bases
valor en las estructuras sociales, Veblen sentencia: lo caro es bello sociales del gusto, Taurus, 1988.

“La utilidad de los artículos valorados por su belleza depende muy estrechamente de lo
caros que sean estos bienes”.
“El requerimiento del gasto ostentoso no se encuentra conscientemente en nuestros cá-
nones del gusto, sin embargo constituye una norma selectiva y sustancial de nuestro sen-
tido de lo que es bello”.
“Ocurre frecuentemente que un artículo el cual sirve a los propósitos honoríficos de gas-
to conspicuo es al mismo tiempo un objeto bello. El oro, por ejemplo, posee un alto grado
de belleza sensual y muchas, si no la mayoría, de las más caras obras de arte, son intrínse-
camente bellas”.
“La sensual belleza de las piedras preciosas, su rareza y su precio les añaden una expre-
sión de distinción que ellas nunca tendrían si fueran baratas”.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 236 Exceso de escasez
Pablo San José

PSJM. Fuera de contexto. Dentro del mercado. 2005-2006. FOTOS: PSJM/Luis Cárcamo.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 237 Exceso de escasez
Pablo San José

“Pero la utilidad de estas cosas para el que las posee se debe normalmente menos
a su belleza intrínseca que al honor conferido por su posesión y consumo. Estos obje-
tos son valorados si pueden ser apropiados o monopolizados, su exclusivo disfrute gra-
tifica el sentido de superioridad pecuniaria del que los posee, al mismo tiempo que su
contemplación gratifica su sentido de la belleza” (18). (18) Veblen, Thorstein (1899).
The theory of the leisure class,
Dover, New York, 1994. Con
Esta percepción del valor estético nos conduce directamente a la tasación estética en relación al descrédito de la
el tiempo presente y al funcionamiento de un mercado de arte contemporáneo basado belleza en el arte moderno y a
su sustitución por el término
en la exclusividad, el fetichismo y la escasez programada. Esta escasez programada, de “interesante” como valoración
consecuencias menos dramáticas que aquellas de las que hablara Ziegler, llega al absurdo del arte contemporáneo ver
Sobre la belleza, artículo
cuando reparamos en la distribución y comercialización de los nuevos medios tecnoló- publicado por Susan Sontag en
gicos aplicados a la creación artística actual. La reproducción del vídeo, la fotografía y otros Letras Libres nº 17, 2003.
medios de producción industriales o digitales utilizados hoy por un gran número de ar-
tistas ha de ser cercenada artificialmente, numerando sus copias y creando una escasez
planificada para mantener vivo el mercado del fetiche artístico. Viene al caso ahora co-
mentar una de nuestras piezas que se fundamenta en estas preocupaciones. La obra Fue-
ra de contexto dentro del mercado se desplegaba en diferentes soportes. Se editaron dos
modelos de mecheros Bic, en uno de ellos se podía leer “este mechero es una obra de arte”,
en el otro “este mechero no es una obra de arte”. Nuestras azafatas, ejecutando lo que
nosotros llamamos performance corporativo, regalaban al público asistente los meche-
ros e informaban sobre la existencia de dos de estos objetos, uno de cada tipo, seleccio-
nados al azar que se encontraban dentro de una urna situada en el centro de la galería,
y a los que se les había dado el valor de un millón de euros. Así, la obra de arte reprodu-
cida industrialmente es regalada proponiendo una distribución democrática, mientras
que el símbolo de su escasez programada era irónicamente reservado a la máxima ex-
clusividad, ineficaz por otro lado, al ser desvelado su absurdo.*

Tras esta media hora de disertación construida con la técnica del bricolaje, o también,
como la sesión de un DJ, donde el autor compone su discurso mezclando propuestas de otros
autores y donde, al igual que con en el ready-made, es la “selección” la que sirve como pri-
mordial procedimiento en la creación de significado, me gustaría ahora atender a asuntos
artísticos y a su relación con el exceso y la escasez. Sin ánimo de pormenorizar detallada-
mente una taxonomía de obras y autores donde estos temas se hallen presentes, sí qui-
siera apuntar brevemente el trabajo de algunos artistas interpretado bajo los presupues-
tos de carencia y abundancia, anorexia y obesidad, reduccionismo y saturación formal.

Las vanguardias [artísticas históricas] se caracterizan tanto por su escasez


formal como por sus actitudes excesivas. Una tensión paradójica similar se crea
en la fabricación industrial de objetos, los cuales deben tener formas sencillas
para reducir el coste de su masiva y excesiva producción. Ahí el desgastado
lema “menos es más”, de Mies van der Rohe, significaría sobre todo “menos
costes, más beneficios”. Las rutas del movimiento moderno y la economía
capitalista se unen en encrucijadas insospechadas
II Seminario Atlántico de Pensamiento 238 Exceso de escasez
Pablo San José

Malevich. Cuadrado negro, 1913-1915.

Marcel Duchamp. La Fontaine, 1917.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 239 Exceso de escasez
Pablo San José

Yves Klein. El vacío, exposición, 1958.

La era industrial trae consigo dos tipos de arte generalmente contemplados como anti-
téticos pero cuyas relaciones son más complejas e intrincadas de lo que una mirada simplista
pudiera descubrir. Nos referimos al arte de vanguardia y al arte de masas. Si bien se ha di-
cho que el arte moderno nace como reacción a la industrializada sociedad de masas y sus
mecanismos alienantes, Andreas Huyssen recogiendo el testigo de Peter Bürger (19), acier- (19) Huyssen, Andreas (1986).
After the great divide, Indiana
ta al diferenciar entre un arte moderno, dedicado en pleno al arte por el arte y un arte de
university Press, 1987.
vanguardia, defensor de la integración del arte en la vida y la realidad social. Bürger, Peter (1982).
Theory of the Avant-Garde,
University of Minnesota Press,
Esta última tendencia, encarnada en movimientos como Dada o el constructivismo, se ali- Minneapolis, 1984.
menta del mismo combustible que hace girar los engranajes de la sociedad industrial. Como
quiera que sea, la historia del arte moderno, forjada por aquellos que defendían la autonomía
del arte y los que intentaban disolverlo en lo real, está marcada por el reduccionismo formal,
que comienza con los ensayos impresionistas hasta llegar a las propuestas más radicales. Po-
demos decir, sin miedo a errar, que las vanguardias se caracterizan tanto por su escasez for-
mal como por sus actitudes excesivas. Una tensión paradójica similar se crea en la fabricación
industrial de objetos, los cuales deben tener formas sencillas para reducir el coste de su ma-
siva y excesiva producción. En este sentido el desgastado lema “Menos es más”, que pronun-
ciara Mies van der Rohe, significaría sobre todo “menos costes, más beneficios”. Las rutas del
movimiento moderno y la economía capitalista se unen en encrucijadas insospechadas.

Resulta obligado señalar dos obras del primer decenio del siglo XX, prácticamente re-
alizadas en las mismas fechas. Son el Cuadrado negro de Malevich y La Fontaine de Mar-
cel Duchamp. La primera lleva al límite la reducción extrema en pintura y la segunda en
II Seminario Atlántico de Pensamiento 240 Exceso de escasez
Pablo San José

escultura. Aunque no es del todo correcto llamar a los ready-made esculturas, ya que si
la escultura engloba a todas las obras de arte en tres dimensiones debería la arquitec-
tura estar incluida también en esta categoría.

Como quiera que sea no vamos a enredarnos aquí en marañas terminológicas de tal
calibre, lo que nos interesa ahora es la importancia de estas piezas y estos artistas como
final de un proceso de experimentación formal o conceptual y como el principio de un
arte, el contemporáneo, que no podríamos entender sin sus precursoras aportaciones.
Estas obras suponen un punto de inflexión en el transcurso del arte contemporáneo,
a partir de entonces el arte no será lo mismo.

Avanzando bastante en el tiempo y situándonos en la época de las segundas van-


guardias vamos a detenernos ahora en dos trabajos de carácter espacial que también lle-
varon al extremo la lógica del reduccionismo en un caso y la saturación en otro. Nos re-
feriremos en primer lugar a la exposición El vacío de Yves Klein, inaugurada en 1958 en
la galería parisina de Iris Clert. Klein era conocido en el mundo del arte parisino como el
“monócromo” ya que su experimentación en el campo de la pintura le había conducido
a realizar toda una serie de cuadros de un sólo color, un color azul que él mismo había
registrado como Yves Klein Blue. El artista había llegado a la conclusión de que la idea
como obra de arte es más importante que la propia obra material llevada a cabo.

Como radical consecuencia de su evolución pictórica, esta vez no expuso nada visible o pal-
pable, sino lo “inmaterial”, que fue visitado y experimentado por más de tres mil personas.
Como respuesta, un año más tarde su amigo y compañero de grupo de los “nuevos realistas”,
Arman, instaló en la misma galería Lo lleno, una “acumulación” de objetos amontonados del
suelo al techo que no permitían el acceso a la sala. Mientras el arte se vaciaba de materia la
realidad se iba llenando de objetos. Comenzaba la era del consumo desmedido.

Robert Barry formaba parte del grupo original de creadores que más tarde serían cono-
cidos como conceptualistas. Fuertemente influenciados por en el estructuralismo de Lévy-
Strauss y Piaget, la fenomenología de Merleau-Ponty y la filosofía del lenguaje de Wittgenstein,
los artistas asociados con el conceptualismo llegaron a esta radical postura, que reducía la
obra a lenguaje, en muchos casos a partir de un compromiso anterior con las estructuras re-
ductivas de orientación epistemológica del arte minimalista y buscando la salida del ato-
lladero a los cubos y estructuras cúbicas relacionadas que esta corriente producía. “Si la apo-
logía de esos cubos se basaba enteramente en un conjunto de reglas epistemológicas (jue-
gos de lenguaje), ¿cuál era la importancia entonces de su presencia física o, incluso de su vi-
(20) C. Morgan, Robert (1996). sibilidad? (20) La invisibilidad de la materia fue el tema de las primeras obras de Barry, con-
Del arte a la idea, Ensayos sobre cretamente en sus series Carrier Wave (Onda de frecuencia), de 1968, y Inert Gas (Gas iner-
arte conceptual, Akal, Madrid,
2003. te), de 1969. Pero estas piezas aún trabajaban, como en el vacío de Klein, con el componen-
te material aunque este fuese gaseoso. Es en su serie Psychic, de 1969, donde Barry alcanza
el máximo grado de reducción y abstracción. Se trata de trabajos verbales como éste:
II Seminario Atlántico de Pensamiento 241 Exceso de escasez
Pablo San José

Todo lo que sé
pero en lo que no estoy
pensando en este momento
1:36 p. m., 15 de junio de 1969.

La inmaterialidad es superlativa porque la obra no la constituye esta frase, como po-


dría ser el caso de Kosuth o Art&Languaje que necesitan como mínimo tinta y papel para
formalizar su trabajo, la obra es lo que Barry declara, eso que él sabe en esa fecha con-
creta y en lo que no está pensando en ese momento. Puede ser muy ilustrativa la ima-
gen del dedo señalando, que data de los días de infancia de la publicidad, y que fue em-

George Maciunas. Cartel para un evento del movimiento Fluxus, 1966.

pleada casi como una seña de identidad por los artistas Fluxus. Esta imagen “subraya el
acto declarativo y performativo de ver y nombrar el objeto hallado y su transferencia de
un contexto discursivo a otro”(21). Lo que Robert Barry señala como obra de arte se en- (21) La sinécdoque de la mano
con un dedo señalando
cuentra en la mente, quizá su única materia sea neuronal. En todo caso estamos ante un
aparecía especialmente en los
trabajo que lleva al límite la postura reduccionista, que cierra una puerta y quizá abra otras, diseños realizados por George
como sucede con toda actitud excesiva en el arte. Maciunas para las
publicaciones del movimiento
Fluxus y anteriormente
Si bien, las obras de Klein y Arman que hemos visto anteriormente representan casi también en Tu m’ de Duchamp,
como recoge
sincrónicamente, en una época proto-post-moderna, esa paradoja social que Lipovestky Benjamin H. D. Buchloh en
describe como un mundo desmedido que tanto fomenta la anorexia como la obesidad, Formalismo e historicidad,
Modelos y métodos en el arte
la evolución de los dos artistas americanos que siguen nos muestra diacrónicamente del siglo XX, Akal, Madrid, 2004.
el paso de la escasez al exceso total. Hacer un recorrido por la evolución plástica de Frank
Stella y Jeff Koons conllevaría un estudio profundo que por razones obvias no vamos
II Seminario Atlántico de Pensamiento 242 Exceso de escasez
Pablo San José

Frank Stella. Black Paintings, 1960.

a desarrollar aquí, por tanto mostraremos en cada caso una pieza primera y otra últi-
ma de su trayectoria.

La serie Black Paintings de 1960 con la que debutó Stella nos muestra una actitud ante
la pintura que se entronca en la tradición iniciada por Malevich, y que pasa en este caso
por los cuadros del mismo título que Ad Reindhart elaborara pocos años antes que los
de Stella. No solo estamos aquí ante una extrema economía de formas sino también ante
la reducción total de la subjetividad como reacción al romántico expresionismo abstracto.
Pintura industrial aplicada con brocha de pintor comercial. Las bandas que vemos son el

Frank Stella. Imaginary Places, 1994.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 243 Exceso de escasez
Pablo San José

Jeff Koons. New Hoover Deluxe Shampoo Pulishers, 1980-1986. Jeff Koons. Beach, 2001.

resultado del ancho estándar de esa brocha, como hiciera luego Buren reproduciendo ad
nauseam las bandas estandarizadas de los toldos. Si Malevich pretendía huir de la re-
presentación de la naturaleza para crear naturaleza misma, Stella se afana por crear ar-
tificialidad, convirtiendo la pintura en objeto. La escasez programada y el positivismo ra-
dical se van dejando de lado en el transcurso de su carrera, entremezclando círculos pri-
mero y complicando la composición cada vez más. Los abigarrados relieves que comienza
con su serie Exotic Bird, de 1976, desembocan en caóticas y saturadas composiciones ba-
sadas en sus experiencias con el ordenador que podemos ver en esta imagen de la serie
Imaginay Places, fechada en 1994. Exceso de imágenes, exceso de información, exceso de
individualismo; estas obras monumentales entran de lleno en la sobremodernidad.

Si Stella parte de Malevich, Koons inicia sus andares recuperando a Duchamp. Pero si el re-
ady-made clásico toma el objeto producido industrialmente y lo coloca en la institución arte
para crear un nuevo significado, Koons privilegia la presentación comercial de estos objetos, su
seductora llamada desde el escaparate. El alto coste de producción de estas piezas, tres mil dó-
lares, obligan al joven Koons a trabajar vendiendo acciones en Wall Street. Para este vendedor
nato, la investigación de aquello que hace sensual a una mercancía, el sex appeal de los productos
de consumo, supone el núcelo argumental de toda su obra. Hasta llegar a sus obras más recientes,
donde como en el caso de Stella, se abandona la economía de formas, en este caso para gene-
rar confusas composiciones pictóricas, saturadas de imágenes que desprenden deseo por to-
dos sus poros. La imagen misma del espectacular esplendor del exceso consumista.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 244 Exceso de escasez
Pablo San José

Erwin Wurm. Convertible Fat Car, 2005.

Quisiera finalizar esta apresurada muestra de obras con dos piezas recientes que es-
cenifican a la perfección el paradójico tiempo que vivimos. La primera, el Convertible
Fat Car de Erwin Wurm producida en 2005, podría ser considerado el símbolo inequí-
voco de nuestra opulenta y obesa sociedad del despilfarro. La segunda, titulada Always
del irónico artista español Eugenio Merino, presentada en Bassel en 2007, entra de lle-
no en la crítica de la escasez organizada por las compañías transnacionales. Quedémonos
con estas imágenes en la memoria, porque quizá el arte verdaderamente relevante de
nuestros días pase por el compromiso de generar discursos que activen la conciencia
del espectador. Porque cuando se vive en un mundo donde impera el exceso de esca-
sez pensar en estética resulta irrelevante.

Si Stella parte de Malevich, Koons se inicia recuperando a Duchamp. Pero si el


ready-made clásico toma el objeto industrial y lo coloca en la institución arte
para crear un nuevo significado, Koons privilegia su presentación comercial,
su seductora llamada desde el escaparate. Hasta llegar a sus obras recientes
en las que, como Stella, abandona la economía de formas creando confusas
composiciones pictóricas, imágenes que rezuman deseo y exceso consumista
II Seminario Atlántico de Pensamiento 245 Exceso de escasez
Pablo San José

Eugenio Merino. Always, 2007.


II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

El lujo en la estética
de la globalización

Sonia Mauricio
Doctora en Derecho, es profesora titular de

Sonia Derecho Financiero y Tributario de la Universidad

Mauricio de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y directora

del Aula Wagner y de Estudios Estéticos de esa

misma universidad. Autora de numerosas

publicaciones en Derecho y en Filosofía, trabaja

actualmente en un proyecto de investigación en

estética dirigido por el catedrático Simón

Marchán Fiz. Entre sus libros en el campo del

derecho financiero figuran La franquicia fiscal

sobre el consumo. Análisis histórico y régimen

actual y El responsable tributario y la empresa.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 249 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

El análisis de las connotaciones estéticas del lujo en la globalización no puede obviar la relati-
vidad intrínseca de un concepto que se vincula al exceso, y de forma paralela a la escasez. En esta
línea, la primera cuestión a determinar consiste en si cuánto mayor exceso, mayor escasez.

En la actualidad, como apunta Lipovetsky (1), el mundo del lujo aparece como una síntesis (1) Vid. Lipovetsky, G. y Roux, E.
El lujo eterno. De la era de lo
inédita de lógica financiera y de lógica estética, de productividad y de innovación y tradición.
sagrado al tiempo de las marcas,
Por ello, coexisten de forma antinómica distintas tendencias. Unas banalizan el acceso al lujo Anagrama, Barcelona, 2004.
y lo desmitifican. Otras reproducen su poder de ensueño y atracción. Unas vinculan este con-
cepto al exceso en el que consideraciones éticas y morales llevan a su crítica en un mundo en
el que se contrapone la escasez y el hambre. Otras consideran vano querer moralizarlo porque
entienden que este concepto nace con la humanidad y se une a la grandeza y la miseria atem-
poral. Unas le dan un concepto negativo vinculado al materialismo acelerado de la actual so-
ciedad neocapitalista. Otras consideran que no hay que desechar la naturaleza sagrada y fe-
tichista que se halla en su origen y pervive en la estética de todos los tiempos.
(2) Vid. Calabrese, O.
Estas tendencias dialécticas convergen en la matriz de un concepto que, en palabras de Ca- “El lujo: seis figuras ejemplares
para una iconografía de la
labrese(2), en su vertiente positiva se plantea en relación a la propiedad de bienes materiales riqueza”, Revista de Occidente,
y su capacidad de producir riqueza a partir de la visibilidad de ésta como signo y demostración núm. 318, nov. 2007, pág. 9-26.

de un derecho subjetivo. Y desde una óptica negativa se considera como una forma de exce-
so en la exhibición o simulación del poder económico. (3) Vid. Diccionario de la lengua
española. Real Academia
Española. Lujo: “Demasía en el
Desde un punto de vista etimológico, lujo (luxus) comparte raíz latina con lujuria (luxuria) adorno, en la pompa y en el
regalo. Asiático. El extremado;
con lo cual la connotación sexual ya aparece en el origen del término (3). Su resplandor (lux) Lujuria. Vicio que consiste en el
no puede obviar el potente fetichismo del objeto, dotado de valor por un mecanismo de apro- uso ilícito o apetito desordenado
de los deleites carnales. Exceso o
piación de la mirada, y cuyo precio se cifra mayor en proporción a la dimensión de lo inalcan- demasía en algunas cosas”.
zable. Como explica Benjamín, lujo del objeto que configura una enciclopedia mágica para el
coleccionista en cada uno de sus ejemplares poseidos (4). (4) Vid. Benjamín, W.
Libro de los pasajes.
Akal, 2005.
El origen sánscrito de lujo vinculado a lúgubre hace evidente la fuerte pulsación de muer-
te que tampoco escapa al término. Es la parte maldita a la que alude Bataille (5) cuando se (5) Vid. Bataille, G.
Obras escogidas.
refiere a la vinculación que existe entre lujo y gastos improductivos entre los que se cuen-
Barral, Barcelona, 1974. Cuando
respecto a la noción de gasto
incluye al lujo en los gastos
improductivos: “El lujo, los
duelos, las guerras, la
Hoy el lujo aparece como una síntesis inédita de construcción de monumentos
suntuarios, los juegos, los
lógica financiera y estética, de productividad e espectáculos, las artes, la
innovación. Por ello, coexisten tendencias actividad sexual perversa
…representan actividades que al
antinómicas sobre su fundamento. Unas lo menos en condiciones
primitivas, tienen su fin en sí
desechan al vincularlo con un materialismo excesivo mismas. Por ello es necesario
y otras acentúan su origen sagrado y fetichista reservar el nombre de gasto
para estas formas
improductivas, con exclusión de
todos los modos de consumición
que sirven como medio de
producción.”
II Seminario Atlántico de Pensamiento 250 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Escena cortesana en un palacio de los máratas. El soberano contempla un


espectáculo de música y danza. Pintura sobre tabla. París colección particular.
FOTO: FMR.

tan también los duelos, el juego, la actividad sexual perversa y las guerras. El lujo representa
una actividad que tiene su fin en sí misma relacionada con el gasto y cuyo énfasis se sitúa
en la pérdida que debe ser lo mayor posible.

El lujo también obedece a la cuestión del gusto como instrumento de identidad social
y barrera. División en el seno mismo de un mundo en que sirve para escenificar quien ocu-
pa la cúspide del poder. Así en todas partes y en cualquier época, desde el Egipto de los fa-
raones a la actual Francia de Sarcozy, los soberanos y mandatarios se han rodeado de la pom-
pa para mostrar su superioridad frente a los gobernados. Barrera entre clases e individuos
vinculada a un poder de dominación innato a la especie humana.

Es el potlatch como forma significativa de distinción social que desarrolla Bataille


(6) Vid. Bataille, G. (6) cuando explica la importancia que siempre han tenido los dones de ostentación des-
La parte maldita.
de los indios del noroeste americano hasta hoy. “Más allá de las formas arcaicas, de he-
Icaria, Barcelona, 1987.
cho, el lujo ha preservado el valor funcional del potlatch, creador de rango. El lujo de-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 251 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

termina, todavía, el rango de quien lo ostenta, y no existe rango elevado que no exija
boato”. Y concluye: “La historia de la vida en la tierra es ante todo el efecto de una exu-
berancia descabellada: el acontecimiento dominante es el desarrollo del lujo la producción
de formas de vida cada vez más costosas.”

En consecuencia, el lujo se relaciona con el exceso como acumulación por prurito de


derroche, que desarrolla el instinto suntuario inscrito en el código genético de la hu-
manidad (7). Y a la vez se hace más visible cuanto mayor es la desigualdad y aflora de (7) Vid. Enzensberger, H.M.
Zigzag.
forma más rotunda la escasez.
Anagrama, Barcelona, 1999
y Harazem, M.
Desde los orígenes hasta la Ilustración “El Homo Luxuriosus”,
ArtyCo, núm. 12, 2001.

El tema del lujo se remonta a los orígenes. En las sociedades primitivas, como señala Mali-
nowski (8), no se vincula al intercambio económico sino que se reconoce dotado de virtu- (8) Vid. Malinowski, B.
des mágicas y protectoras. El soberano se dedica al despilfarro como donación y festejo. Por Magia, ciencia y religión,
Ariel, 1994. Y
ello, no nace del excedente de riquezas y de progresos técnicos sino que se vincula a un pen- Los argonautas del Pacífico
samiento religioso, un cosmos mágico, que a través del objeto lujoso y sagrado permite con- Occidental,
Península, 2001.
tactar con los espíritus y dioses.

Este medio de atracción de la protección y benevolencia de las fuerzas espirituales se per-


petúa en la Edad Media y persiste hoy en las distintas formas de expresión religiosa. Es en
el ritual de elevación de lo terrenal hasta la comunión con lo divino donde juega un papel
relevante la apropiación cultural de los bienes de lujo como portadores de una simbología
metafísica que los convierte en objetos mediadores de lo sagrado.

En relación a otra vertiente del lujo, es la Ética aristotélica (9) la que profundiza en la (9) Vid. Aristóteles.
Ética nicomaquea.
esfera laica de escenificación del poder con aspectos como la magnificencia en relación Ética Eudemia,
a los gastos suntuarios. Así introduce connotaciones morales al considerar que la mag- Gredos, 1998.
nificencia, como gasto de dinero en el que se realizan grandes dispendios se enmarca en
un lujo positivo si revierte en el bien social. Por contra, en relación a los ciudadanos se en-
tiende como una virtud el equilibrio y la mesura en el gasto. De esta forma el hombre li-
beral dará y gastará lo que debe y en el momento que debe, “lo mismo en lo pequeño que
en lo grande, y ello, con agrado”.

El resultado final de la magnificencia es una obra que debe ser digna del gasto, y el gas-
to de la obra, o aún excederla, y el espléndido hará tales cosas a causa de su nobleza. Así se
añaden cualidades de belleza, grandeza y adecuación al resultado final de la obra.“El mag-
nífico será, necesariamente, liberal ya que éste gasta lo que es debido y como es debido; en
ello radica lo grande del espléndido, es decir, su grandeza: siendo estas mismas cosas obje-
to de la liberalidad, con un gasto igual producirá una obra más espléndida…La excelencia de
una obra, su magnificencia, reside en su grandeza”.

La virtud de la magnificencia se traslada desde Grecia y Roma hasta el gótico y pervive hoy,
como se analiza en la última parte, en múltiples manifestaciones arquitectónicas y artísticas.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 252 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Camera degli Sposi, de Mantegna. Castello di San Giorgio. Mantua.


FOTO: FMR.

En la Ilustración, el debate sobre el lujo introduce un matiz fundamental al relacionarse


con el concepto de progreso. Apunta Rousseau sus conexiones con el odio y la vanidad. Sin
(10) Voltaire. embargo, Voltaire(10) le otorga tratamiento enciclopédico en su diccionario y señala: “Se está
Diccionario filosófico, declamando contra el lujo hace más de dos mil años en verso y en prosa, y el mundo siem-
Akal, 1987.
pre le ha tenido afición.” El lujo es la consecuencia natural de los progresos de la especie hu-
mana, y sus enemigos deben creer lo que dijo Rousseau:

“Que el estado de felicidad y de virtud para el hombre no es el estado de salvaje, sino el de oran-
gután.(…) Compréndase, añade, que sería absurdo considerar como un mal las comodidades que
todos los hombres quisieran disfrutar; por eso, generalmente hablando, sólo se da el nombre de
lujo a las superfluidades que únicamente un reducido número de individuos pueden gozar.”

Movido por la fe ilustrada Voltaire insiste en las conexiones del lujo con el progreso de la
ciencia y la técnica, acepción de gran relevancia en la estética de la globalización. Y añade:

“Cuando se inventaron las tijeras, que por cierto no son muy antiguas, ¿cuánto no se
habló contra los primeros que se cortaban las uñas mordiéndoselas, y parte de la cabellera,
que les caía hasta la nariz? Indudablemente los tendrían por lechuguinos y por pródigos,
porque compraban a alto precio un instrumento de la vanidad para estropear una obra
del Creador. Sería entonces sin duda un pecado enorme recortar los pedacitos de cuerno
II Seminario Atlántico de Pensamiento 253 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Gabinete. E. Hau, 1871.


FOTO: FMR.

que Dios nos puso en el extremo de los dedos, porque hacer eso era ultrajar a la Divini-
dad. Todavía chillaron más cuando se inventaron las camisas y los escarpines. Sabido es
lo mucho que se encolerizaban los consejeros ancianos, que nunca los habían llevado, con-
tra los magistrados jóvenes que gastaban ese lujo funesto.”

También Kant en la Antropología (11) diferencia el lujo (luxus) como exceso en el bien (11) Vid. Kant, I.
vivir social acompañado del gusto, de otro concepto distinto: la pública disipación (luxuries), Antropología,
Alianza, 2004.
al que une sólo connotaciones negativas. Si se toman en consideración ambas clases de
efectos sobre el bienestar, “es el lujo un gasto dispensable que hace pobre, la disipación
uno que pone enfermo”. El primero es todavía compatible, y en ello coincide con Voltai-
re, con el progreso de la cultura en la ciencia y en el arte. En cambio, la disipación satu-
ra de goce y finalmente da asco. Aunque ambos son más un fausto (brillar por fuera) que
un goce propio; el primero se muestra a través de la elegancia (en bailes y espectáculos)
y se emparenta con el gusto ideal. En cambio, la disipación se rige por la superabundancia
y variedad en el sentido del gusto.

El filósofo también profundiza en la doble dimensión del lujo como efecto íntimo
y su dimensión pública en cuanto a la relación del ciudadano con la comunidad. En este
sentido, le resulta loable, por lo que no debería gravarse con prohibiciones suntuarias,
lo tocante a la libertad de rivalizar para embellecer la propia persona o las cosas (en fies-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 254 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

tas, bodas y funerales así hasta descender al buen tono en el trato). De esta forma, Kant
concluye respecto a la sociabilidad que conlleva el lujo con la adecuación del buen vi-
vir sin llegar al despilfarro.

El siglo XIX: los efectos de la reproducción en serie

En el siglo XIX el proceso de mecanización y desarrollo industrial se vincula a la reproduc-


ción en serie; se trata de redimir a la mercancía a partir de un mecanismo que conjuga la
búsqueda de lo nuevo y lo excepcional a fin de conseguir, bien sea a través de las formas de
producción o de creación, la unicidad de los bienes de lujo.

(12) Vid. Marx, K. Es en este momento cuando Marx (12) insiste en que resulta una cuestión de clase la dis-
Salario, precio y ganancia, tinción fundamental entre artículos de primera necesidad y de lujo; de hecho, la clase obre-
Paradox, 2008.
ra, considerada en conjunto, invierte y tiene forzosamente que invertir sus ingresos en ar-
tículos de primera necesidad.

Ello le lleva a indagar en los efectos que la producción de los distintos bienes genera en
el mercado y su relación con los salarios:

“Una subida general del tipo de salarios determinaría, por tanto, un aumento en la demanda
de estos artículos de primera necesidad y provocaría, con ello, un aumento de sus precios en
el mercado…Pero, ¿qué ocurriría con los demás capitalistas, que no producen artículos de pri-
mera necesidad? Estos capitalistas no podrían resarcirse de la baja de su cuota de ganancia,
efecto de una subida general de salarios, elevando los precios de sus mercancías, puesto que
la demanda de éstas no aumentaría sus ingresos. Éstos disminuirían, ya no podrían gastar tan-
to en artículos de lujo, con lo cual descendería también la demanda mutua de sus respectivas
mercancías.”

Con estas reflexiones se comprueba como para Marx los bienes de lujo tienen una con-
notación negativa al vincularse a los capitalistas, como productores y consumidores, no a
la clase obrera que consume los de primera necesidad. De esta forma, se separa el valor de
uso y de cambio del bien y surge la condición inédita de la mercancía.

(13) Vid. Benjamín, W. La ambientación literaria y estética de este contexto del XIX, que explica las connotaciones
Poesía y capitalismo,
Iluminaciones II, modernas del lujo, la realiza Benjamín (13) en Poesía y Capitalismo. Es en estas páginas don-
Taurus, 1998. de hace referencia a la introducción por Marx del término bóheme ligado a las conspiraciones

El proceso de mecanización y desarrollo industrial del siglo XIX se


vincula a la reproducción en serie. El bien de lujo, frente a la
mercancía seriada, debe destacar por su excepcionalidad a partir de
mecanismos que conjugan la búsqueda de lo nuevo y lo original
II Seminario Atlántico de Pensamiento 255 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Danzarina exótica. Siglo XIX. Colección particular.


FOTO: FMR.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 256 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

proletarias de la Francia de 1850 en las que los jefes, dedicados a la conjura, llevan una vida
desarreglada, con paradas fijas en las tabernas de los vinateros, antros de miseria y alcohol.

Este París del Siglo XIX coexiste con el del flaneur de Baudelaire en el que el lujo se ad-
mira desde el aura de la mercancía. El nuevo paseante moderno se reencuentra en el asfalto
con un paisaje encantado, intenso como el opio, porque todo lo que está en otra parte está
en París. Aflora así la poética del escaparate que refleja Benjamín cuando señala:

“Si la mercancía tuviese un alma, ésa de la que a veces habla Marx por broma, sería la más
delicada que encontrarse pueda en el reino de las almas. Puesto que debería ver en cada quien
al comprador en cuya mano y a cuya casa quiere amoldarse.”

Y se consolida en el París del Libro de los Pasajes la figura del coleccionista como busca-
dor del objeto único y de difícil acceso, del artículo de lujo. El espejismo que confiere la po-
sesión de la mercancía se interrelaciona para Benjamin con la huella y el aura. Huella como
la aparición de una cercanía, por lejos que pueda estar lo que la dejó atrás. Aura como la apa-
rición de una lejanía por cerca que pueda estar lo que la provoca. En la huella nos hacemos
con el objeto precioso. En el aura es él quien se apodera de nosotros.

(14) Vid. Sánchez Robaina, A. El lujo también es poesía íntimamente unida al sujeto (14). En palabras D’Annunzio: “Io
“Poéticas comparadas: seis
versiones del lujo”, pág. 68, sono un animale di lusso e il superfluo me è necesario come il respiro”. En Invitación al via-
donde explica como la flor del je de Baudelaire el lujo aparece en la doble dimensión de sentimiento voluptuoso y objeto
deseo que brota en el
exótico y evoca un lugar donde no hay sino belleza y orden/lujo, sosiego y voluptuosidad:
fragmento IV del Canto de la
invitada de Gabriele
d´Annunzio es ¡Mi hermana, mi niña,
inconfundiblemente lujosa, y es
propia de cierta lírica piensa en la dulzura
occidental del 900 en la que el de poder vivir juntos allá lejos!
lujo se asocia a la lujuria,
dentro de una órbita semántica ¡Amar a placer,
que no sólo hace posible esta amar y morir
asociación sino que también,
en cierto sentido, la fuerza. en un país en todo igual a ti !

Muebles relucientes
por la edad pulidos
decorarían nuestra residencia;
las más raras flores
mezclando su aroma
al aroma del ámbar vagaroso,
los artesonados,

El lujo en Baudelaire se une íntimamente a un sujeto que habita


un espacio secreto, estilizado y exclusivo donde se mezcla
voluptosidad y refinamiento. Es poesía y una estrategia de
dandismo que diferencia de lo cotidiano
II Seminario Atlántico de Pensamiento 257 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

los hondos espejos,


y la magnificencia del Oriente,
allí todo hablaría
al alma en secreto
con su lengua natal y su dulzura.

Allí no hay sino belleza y orden,


lujo, sosiego y voluptuosidad.

Surge un espacio secreto, estilizado y exclusivo donde se mezcla la voluptuosidad de un


mestizaje refinado entre oriente y occidente. Mansión lejana al estilo de las de Alejo Carpentier
en El siglo de las luces en cuyas sombras relucen los objetos únicos. El lujo no sólo se asocia
a lo material sino también a lo sentimental. Es poesía y una estrategia de dandismo que di-
ferencia de lo cotidiano.

En este sentido, Baudelaire (15) señala que si el poeta encuentra una ocasión para hablar (15) Vid. Baudelaire, Ch.
“Théodore de Banville”,
de sí mismo, no se pintará acodado a una mesa, garabateando pequeños signos negros en
Crítica literaria,
una página blanca, ni tampoco en un triste, pobre y desordenado cuartucho. Todo lo con- La balsa de la Medusa,
trario, su inclinación al lujo irá más allá de la muerte y le hará verse servido por ninfas, hu- Visor, 1999.

ríes y ángeles como a su admirado Théodore de Banville:

Pero yo, de púrpura ataviado, en eternas fiestas,


en las que participaré
beberé el néctar en la morada de los poetas,
al lado de Ronsard.
Ahí, en esos lugares, donde todo posee esplendores divinos,
ondas, luz, acordes,
nuestros ojos se embriagarán de formas femeninas
más bellas que cuerpos
y los dos, en medio de espectáculos mágicos
que durarán siempre,
nos contaremos nuestras batallas líricas
y nuestros hermosos amores.

Es en la descripción de la galería inmensa de la vida en Londres y París, donde Baudelai-


re (16) también asocia el lujo a la mujer galante, con maneras patricias, orgullosa de su es- (16) Vid. Baudelaire, Ch.
tampa, en la que pone ingenio y alma. El pintor de la vida moderna,
Colección de Arquitectura, 1995.

No es casualidad que en este París de mediados del siglo XIX nazca la alta costura, con
el famoso modisto Charles Frédéric Worth (1825-1895) y se funden casas como Guerlain
(1828), Cartier (1847) o Louis Vuitton (1854). Marcas de moda que surgen con la aureola
de lo exclusivo e inaccesible. Firmas que han subsistido hasta hoy donde coexisten con
un generalizado mercado de la falsificación que las rebaja a su venta en las tiendas de
chinos o a los puestos callejeros.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 258 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Proyecto de Mobile Art para Chanel, de Zaha Hadid. 2007.2010. Peter Marino delante de la
FOTO: CHANEL. joyería de Chanel, París.
FOTO: CHANEL.

La marca en el siglo XXI

Ya en pleno siglo XXI la propagación de la copia y el sucedáneo que emula la marca obliga
a las firmas a volver a la exclusividad y en ocasiones hasta a la lista de espera. Se lanzan mo-
delos de tirada limitadísima para devolver la seguridad al cliente de prestigio de que toda-
vía puede comprar signos que lo distinguen de una masa que se apropia de sus emblemas
de antaño. Y surge la búsqueda de mecanismos alternativos que le devuelvan el halo per-
dido a un producto que ya no es parangón de exclusividad.

En este simulacro se utiliza a las grandes firmas arquitectónicas o de diseño para que
construyan el signo renovado de la marca. Es el caso de Rem Koolhas con Prada o Zaha
Hadid con Chanel. En este último ejemplo dicha arquitecta crea un edificio portátil y mó-
vil para Chanel 2008, con la inspiración del famoso bolso acolchado, que contiene una
exposición itinerante con piezas de veinte artistas europeos. Esta vinculación entre moda
y arte no es casual en un territorio en que los límites de qué es arte quedan cada vez más
difusos. Y, en este caso, a la vez, se asiste a una sofisticada y rentable operación comer-
cial que revaloriza el aura Chanel en los ambientes más exclusivos. De esta manera el ob-
jeto de lujo es vehículo de un gran número de “cargas narrativas” en las que priman la
modernidad, la calidad, la novedad y la exclusividad.

Estas fórmulas han sido también explotadas por el arquitecto neoyorkino Peter Marino
especializado en el diseño arquitectónico de muchas de las grandes firmas. De hecho, cuan-
do en una reciente entrevista, después de ganar varios premios internacionales, le pregun-
taban por lo próximo en su agenda contestaba:

“Trabajo en dos super yates, una torre residencial de lujo en Toronto, un hotel exclusivo en la
isla de Anguila en el Caribe, un Centro de convenciones en Quatar, las tiendas de Dior en Nue-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 259 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

va York, Zegna en Hong Kong, Chanel en Pekín y Vuitton en Londres. Y luego unas residencias
privadas en St. Moritz, Aspen y Nueva York.”

La vinculación de la marca a lo último como una cadena sin fin del consumismo actual
se expresa con mucha locuacidad en la novela de Frédéric Beigbeder 13,99 euros (17). En ella (17) Vid. Beigbeder, F.
13,99 euros,
el protagonista un publicista cínico, cocainómano y hastiado señala: Anagrama, Barcelona, 2001.

“Cuando, a fuerza de ahorrar, logréis comprar el coche de vuestros sueños, el que lancé en mi
última campaña, yo ya habré conseguido que esté pasado de moda. Os llevo tres temporadas
de ventaja, y siempre me las apaño para que os sintáis frustrados. El Glamour es el país al que
nunca se consigue llegar. En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad. Vuestro sufrimiento
estimula el comercio“

El dispositivo estético de la publicidad hace del objeto de lujo la encarnación misma


del deseo contemporáneo que se ve permanentemente vaciado por la desmultiplicación
incesante de sus productos en una lógica neocapitalista sin fin que conduce al vacío y a
la saturación. En la misma novela, Octave dedica tres páginas a enumerar sus artículos de La lógica del
lujo. Hay que aclarar que este ensayo es de hace ocho años con lo cual muchos de ellos ya han
capital de más es
sido reemplazados por últimos modelos. Entre dichos artículos se incluían:
más, relacionada
“Una cadena hi-fi bang&Olufsen vertical con 10 lectores de CD programables a distancia, la bu- con la acepción del
taca Barcelona de Mies van der Rohe, un basquiat de tres metros cuadrados, veinte camisas Pra- lujo como exceso,
da y veinte camisas Muji, retratos hechos por Mario Testino, y Bettina Rheims, fotos junto a Da- no puede
vid Lynch, Ridley Scout, Eva Herzigova, Naomi Campbell y Carla Bruni, abrigos de cachemir Her- desvincularse de la
mès y Louis Vuitton, una nevera con doble puerta General Electric, llena del caviar y del cham- posmodernidad.
pán más exclusivo, con congelador gigante y distribuidor automático de cubitos.”
Lujo cuyo
Como era de esperar en 13,99 euros todo este lujo no es garantía de satisfacción. Octave
paradigma es la
se emborracha en su cocina gigante. Contempla su rostro en la nevera más cara del mundo. moda en la que el
Y cae al suelo de mármol negro rodeado de cubitos de hielo. consumo
ostentoso de
Este aspecto maldito que es otra de las caras del lujo se ilustra en la obra de Damien Hirst, marcas juega
que paradójicamente está entre los diez artistas vivos más cotizados para los coleccionis-
también al chic de
tas. En concreto, la calavera forrada de diamantes, con clara influencia de Baudelaire, a la
la vulgaridad.
que dio título la madre del artista cuando dijo: ¡Por amor de Dios! da lugar a múltiples lec-
turas. Es la faz macabra del lujo vinculado a un exceso que mata y a la vez la impotencia del Lógica del capital
brillo post mortem. El lujo del no-ser como sinsentido. con un simulacro
que no es sólo
propio de la
El lujo posmoderno americano y sus ramificaciones cultura americana
sino que se
La lógica del capital de más es más, relacionada con la acepción del lujo como exceso, en ar-
quitectura no puede desvincularse de la posmodernidad de Las Vegas con tantas reminis-
extiende a todo el
cencias en la arquitectura del ocio. La celebrada referencia de Robert Venturi de Learning from Planeta
II Seminario Atlántico de Pensamiento 260 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Las Vegas (1972) en la actualidad se utiliza para el fenómeno de Dubai. No obstante, aunque
los competidores de oriente y el Golfo captan ya a muchos amantes de lo exclusivo, hoy Las
Vegas muta para seguir ostentando uno de los reinados de la meca del lujo high junto a otras
ciudades americanas como Los Ángeles

Decía Venturi que una visión compleja e irónica es la que experimenta el individuo al lle-
gar a la madurez y captar que más es más. Lema que tiene un fuerte enganche con la cul-
tura popular norteamericana y su concepto de lujo. En ésta la atracción que ejerce “the big-
gest” es notoria y se expresa tanto en los casinos megaresort como en las amplias escalas
(18) Vid. Marchán Fiz, S. y Rodrí- en las que se construye y los récords que ostenta(18). Esta cultura de la opulencia no puede
guez LLera, R. Las Vegas.
esconder la sensación de vacío que la inunda. Un ejemplo de este ambiente en el que el lujo
Resplandor pop y simulaciones
posmodernas, 1905-2005, es glamour kitsch y desenfreno máximo, lo constituye el flash de la mega millonaria Paris
Akal. Hilton mostrando “sus manolos” en El Cipriani.

Lujo cuyo paradigma es la moda, en una de sus tendencias, en las que el consumo osten-
toso de marcas juega también al chic de la vulgaridad. Así en la cultura americana triunfa el
culto a lo nuevo y lo efímero en sus variaciones perpetuas que paradójicamente coexiste con
el entusiasmo por lo antiguo, en una reformulación vinculada a la antigualla a partir de la bús-
queda de un pasado a construir. La moda pone en escena el rango social, en objetos y suje-
tos y en relación a estos últimos muestra el cuerpo de manera enfática. Asistimos así a una
lógica del capital que se exhibe en una superficialidad nada inocente, en un leve simulacro
que ha sido cuidadosamente sopesado y no es sólo propio de la cultura americana sino que
se extiende a todo el planeta.

Como explica Lipovetsky, el lujo se alía con el capricho estético, la búsqueda del efecto,
el hiperbolismo lúdico. Todo ello vinculado al juego y a la fiesta. Lujo de una estética del cuer-
po que ha de mantenerse bello y joven a golpe de botox y cirugía estética. Cuidados y cos-
mética que ya no son confinados sólo a la esfera femenina, en un universo en que la pues-
ta en escena es causa y efecto de la comunicación.

También dentro de estas lógicas del deseo y la posesión universales, el lujo en el ámbi-
to de la lujuria no puede obviar. el pujante mercado relacionado con el sexo lucrativo del
placer pre-diseñado, como marca de prestigio económico y social. La pornografía se inclu-
ye en el lujo suntuario en que el otro se comercializa en una representación objetual de lo
sexual, a partir de su utilización mercantil como medio de evasión. Así queda sometido a las
mismas reglas que el resto de los fenómenos y, por tanto, se asume por el mercado elimi-
nando sus aspectos antieconómicos.

La renovación y tecnificación del lujo asiático

En esta última parte me parece interesante hacer referencia a los nuevos fenómenos del
Publicidad de Dior, con
Sharon Stone, en 2008. lujo que se producen en sociedades como las asiáticas caso de Schanghai con 15 millones
FOTO: DIOR de habitantes o las árabes con el ejemplo de Dubai con 1,5 millones.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 261 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Damien Hirst. For the love of God (Por el amor de Dios), 2007.
FOTO: WHITE CUBE GALLERY.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 262 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Shanghai. Distrito de Pudong.


FOTO: COLECCIÓN PARTICULAR

Estos países asisten a una ampliación acelerada de los mercados donde se muestra una
escisión social en el consumo y disfrute de bienes de lujo y ordinarios. Esplendor de los que
ocupan la cúspide, indigencia de amplios sectores de la población. Como explica Werner Som-
(19) Sombart, W. bart (19), el lujo funciona como instrumento de una gran potencia por su capacidad de ani-
Lujo y capitalismo,
Alianza, 1979. mar los mercados, a partir de la máxima de Montesquieu que considera necesario el lujo por-
que “si los ricos no gastan mucho, los pobres mueren de hambre”. Este espíritu sigue estando
en la esencia del neocapitalismo global que se manifiesta en Asia y el Golfo.

Shanghai

En las acepciones tradicionales del lujo se contiene la del asiático como equivalente al ex-
ceso. Las mutaciones tan fuertes que se han producido en oriente han hecho que este con-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 263 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

cepto adquiera nuevos matices muy vinculados también a lo occidental. Por otra parte, en
el imaginario europeo continúan las referencias a un oriente suntuoso en pleno siglo XXI.
Un ejemplo significativo es el mundo de la alta costura. La última colección de John Gallia-
no para Dior, en la pasarela de París 2008, se inspira en el lujo oriental de unos diseños co-
loridos y geométricos con un particular estilo teatral y desmesurado. Sedas pintadas a mano,
sombreros metálicos, plataformas altísimas y toda la inspiración que sigue reviviendo la eter-
na máxima del oriente refinado, misterioso y fuertemente erótico.

Hoy, en Asia, el lujo atraviesa una fase de exhibicionismo alimentada por un florecien-
te comercio de marcas europeas en cosmética y moda (Armani, Vuitton…) y americanas, so-
bre todo, en automóviles, muebles y yates. La importación de artículos de lujo originales se
escinde así de la venta de imitaciones. De hecho, en relación a la piratería, se produce un cu-
rioso proceso a la inversa. Si en occidente la copia aparece “a posteriori” que el original, en
China este último se revaloriza a partir de que los nuevos capitalistas orientales desdeñan
el seriado fabricado por ellos.

En palabras de Tamames(20), se vive un boom consumista muy fuerte cuya máxima ex- (20) Vid. Tamames, R.
plosión se producirá en el 2015. En este ascenso acelerado a lo urbano los bienes de lujo se El siglo de China. De Mao a pri-
mera potencia mundial,
consideran fundamentales para determinar el estatus de las nuevas oligarquías. En arqui- Planeta, 2007.
tectura, a partir del lema de Mao: “sin destruir no se puede construir”, se derriban hutongs
para construir rascacielos imponentes o mansiones fastuosas para los nuevos ricos. En el
caso de Shanghai, en el nuevo distrito de Pudong, se elevan algunos de los edificios más al-
tos del planeta, como señas de identidad de un nuevo centro económico, que conlleva un
mercado inmobiliario muy caliente con opulentos chinos y extranjeros ansiosos de invertir
en apartamentos de lujo, automóviles, informática, etc.

No es de extrañar que en la cúspide del consumo de lujo asiático esté la industria tec-
nológica e informática. Como explica Gubert (21), en el siglo XXI la imaginería digital hace (21) Gubern, R.
“Sueños sobre el lienzo de plata”,
realidad el lujo inalcanzable que se multiplica en las pantallas del ordenador, la televisión,
Revista de Occidente, núm. 319,
el cine o el móvil. En relación a la pantalla digital China adquiere marcas propias como Le- 2007.
novo con sus ordenadores portátiles que compiten con Toshiba. Por otro lado, paradójica-
mente para parte de la población ir al cine es un lujo inaccesible que tratan de compensar
con la compra de DVD piratas y el acceso por internet. Es esta dialéctica peculiar inspirada
en el confucionismo a partir de la cual: “toda afirmación contiene una negación y vicever-
sa” la que explica que también tenga algunas de las ciudades más contaminadas del pla-
neta y a la vez dedique muchos recursos a lo que consideran un nuevo lujo: las energías re-
novables. Y que siga coexistiendo el atraso y la miseria con el lujo que supone una investi-
gación muy desarrollada en el ámbito espacial.

Dubai

Hoy Dubai es uno de los mayores solares del mundo en construcción, un emergente lu-
gar de ensueño, que trata de convertirse en el paraíso del consumidor de lujo de Orien-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 264 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

En la actualidad te Medio y sur de Asia. Un emplazamiento donde todo debe ser world class a partir de
la grandiosa operación financiera del Jeque Mo a la que todos contribuimos al llenar el
se vuelve al
depósito con treinta euros de gasolina.
debate clásico de
si con el arte, y la Esta megalomanía arquitectónica para situarse en primera línea le ha llevado a la cons-
arquitectura en su trucción del edificio con más pisos del mundo (el Burj Dubai con ciento diez), los robots con
escenificación del forma de dinosaurios carnívoros o la pista artificial de esquí bajo una cúpula. También cuen-
artefacto de lujo, ta con el Hotel de siete estrellas Burj Al Arab, que se anuncia como el más caro del mundo.
deben plantearse
Este paisaje artificial lo describe con mucha precisión el ensayista norteaméricano Mike
connotaciones
Davis al darse un paseo por esta ciudad e imbuirse, detrás de los cristales cromados del Rolls
éticas o Royce Silver Seraph, de un paisaje artificial que, en sus palabras, recuerda a una novela de cien-
simplemente cia ficción de Margaret Atwood, a la segunda parte de Blade Runner o a un delirio de Donald
estéticas Trump colocado de ácido.

Toda esta compleja operación financiera es producto de un astuto marketing que cuen-
ta con la colaboración de algunas de las firmas arquitectónicas más elitistas. Éstas de-
jando sus marcas ponen de relieve los contrastes paradójicos de la hipermodernidad wa-
habita, con una de las rentas per capita más altas del planeta, con una mano de obra ba-
rata, desprovista de derechos básicos, en los que la ley contempla la deportación inme-
diata de sindicalistas y huelguistas y permite la confiscación de pasaportes por parte de
los empresarios y la retención de salarios durante meses.

Así, se vuelve a replantear el clásico debate de si el arte (en este caso la arquitectura
como fenómeno técnico y artístico y escenificación del artefacto de lujo) debe unirse a
connotaciones éticas o simplemente estéticas. Paradoja en la que han entrado todos los
grandes arquitectos que trabajan en la zona. Por ejemplo Nouvel que proyecta en el Gol-
fo Pérsico El Museo del Louvre en Saadiyat y La ópera de Dubai señalaba en El Manifies-
to de Lousiana redactado en el 2005:

“Ahora más que nunca, la arquitectura aniquila lugares y los banaliza (…) En una época en
que compramos en centros comerciales clónicos y trabajamos tras idénticos muros-corti-
na (…) la economía global acentúa los efectos de esa arquitectura dominante que dice “no
necesitamos contexto” (…) y se contenta con reflexiones estéticas y estilísticas despojadas
de cualquier análisis de la realidad, que ignoran el choque histórico crucial de una arqui-
tectura global con otra de situaciones, una arquitectura genérica contra una arquitectu-
ra de lo específico”.

Este texto lo ha vuelto a colocar en el 2007 no sabemos si de forma irónica en el pro-


yecto del Louvre de Abu Dhabi, que frente a Dubai, se inserta en Quatar y que ha sido cri-
ticado como parque temático de lujo para los turistas culturales más ricos y exquisitos
del mundo. Este enclave también cuenta con otros tres encargos de hipermodernos mu-
seos con voluntad de iconos a Frank Gehry, Zaha Hadid y Tadeo Ando.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 265 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

Proyecto de la Ópera de Dubai (Emiratos Árabes), de Jean Nouvel. 2007.


FOTO: SMS
II Seminario Atlántico de Pensamiento 266 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

No se ha quedado fuera de la polémica Rem Koolhaas con proyectos importantísimos


en la zona. En Al Manakh, un número monográfico, dedicado a analizar el fenómeno ur-
banístico y arquitectónico del Golfo Pérsico comenta: “Vivimos en una era de finalizaciones,
no de nuevos inicios. Al mundo se le están agotando los lugares donde podría comen-
zarse todo de nuevo”. Para el arquitecto El Golfo es uno de ellos. “El Golfo Pérsico no está
reconfigurándose a sí mismo sino al Planeta”.

También el nuevo hotel submarino Hydropolis que proyecta Joachim Hauser, ha ser-
vido a una fuerte polémica. El proyecto de este hotel de altísimo coste tiene su entrada
bajo el agua a la que se accede por medio de un tren submarino. Y las habitaciones go-
zan de fantásticas panorámicas a los fondos marinos de la zona.

En los blogs de urbanismo muchos internautas entienden, volviendo a Voltaire, que


Hydropolis hace realidad en pleno XXI la vieja fantasía de Verne en Veinte mil leguas de
viaje submarino y, por tanto, no se puede ir en contra del avance de la técnica. En cam-
bio, hay otros que señalan que con 350 millones de euros, coste del proyecto, se contri-
buiría a bajar los porcentajes de hambre en el mundo ya que de acuerdo con las estadísticas,
publicadas recientemente por la ONU, ascienden a ochocientos cincuenta y dos millones
el número de personas en situación de pobreza severa y un niño muere cada cinco segundos
por desnutrición y enfermedades relacionadas con ella.

Fuertes contrastes en este mundo de la globalización en que lujo y miseria siguen coe-
xistiendo y donde sigue resultando fundamental la necesidad de reflexión crítica y acción.

El lujo íntimo

El concepto de lujo en la estética de la globalización se ha ampliado y relativizado e in-


cluye otras acepciones a parte del ya comentado espectáculo de ostentación de riqueza
y exceso. La evolución de los estilos de vida hace que el proceso de subjetivación del lujo
no se limite ya sólo a las prácticas de consumo sino que se exprese hasta en las mane-
(22) Vid. Bourdieu, P.
La Distinction.
ras de hablar de él y definirlo(22).
Paris, ed. De Minuit, 1979,
páginas 198-230. El lujo en la nueva era digital se abre a líneas que se despiden de lo superfluo y tien-
(23) Vid. Enzensberger, H.M. den a lo necesario. En este sentido se incluyen conceptos como el tiempo libre, ambien-
Zigzag, Anagrama, Barcelona,
1999 y Harazem, M. El Homo
tes de atmósfera limpia o una alimentación sana con productos naturales (23). Así se ver-
Luxuriosus, ArtyCo, núm. 12, 2001. tebran nuevas dimensiones que no obvian el compromiso y la acción humanitaria así como

El lujo en la era digital se abre a nuevas aristas como el respeto a


la naturaleza con la búsqueda de energías alternativas o la
primacía de una alimentación sana. También el lujo es armonía y
tiempo libre para el cultivo de los placeres íntimos y estéticos
II Seminario Atlántico de Pensamiento 267 El lujo en la estética de la globalización
Sonia Mauricio

el respeto a la naturaleza para su mejor disfrute, con la búsqueda de energías alternati-


vas y renovables. Y la recuperación de aquellos reductos que, como explica Marc Fuma-
roli (24), en un sistema tecnocrático de valores como el actual, paradójicamente, se tra- (24) Vid. Fumaroli, M.
tan de aniquilar y relegar a un carácter secundario porque estimulan el espíritu crítico El estado cultural,
Acantilado, 2007.
como es el caso, por ejemplo, de la filosofía. Éstos se convierten automáticamente en un
nuevo lujo e imprescindibles para evitar la mediocridad y el servilismo.

Dentro de estas aristas, la libertad del individuo es un eje en que el lujo es armonía y
tiempo para los placeres íntimos, y el cultivo de las ya denominadas por Schiller cuali-
dades estéticas. Lujos particulares que se muestran en el disfrute privado e intenso de
la poesía, la literatura o la música y constituyen paraísos individuales que producen un
goce intenso no sólo en un plano material sino también espiritual.

Es el lujo de la denominada “vida interior” vinculada a un nuevo concepto de rique-


za. La cultura del ánimo de Cicerón, que implica maduración del espíritu y la búsqueda
de la simplicidad fundada más allá de lo aparente. Es también el exceso imaginativo de
Bataille, diametralmente opuesto a la cultura del exclusivo utilitarismo, que permite el
disfrute de la exhuberancia ligera de las cosas.
II Seminario Atlántico de PENSAMIENTO

Silencio y multitud
El cambio climático en el
sujeto del consumo

Ignacio Castro
Filósofo, escritor y crítico de arte, es profesor de Ética

Ignacio y Deontología de la Comunicación en la Universidad

Castro Europea de Madrid. Colaborador habitual de revistas

como Antrophos, Archipiélago o Ubicarte, es autor,

entre otros libros, de La explotación de los cuerpos,

Crítica de la razón sexual, La sexualidad y su sombra

o Votos de riqueza. La multitud del consumo y el

silencio de la existencia.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 271 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Avelino Sala. El enemigo está dentro, disparad sobre nosotros, 2008.

El odio, la aversión a la existencia cualquiera es el motor de la cadena de miedos que


la información multiplica sin cesar. En este sentido, la sociedad democrática es la so-
ciedad de la escasez, pues pervive al precio de reproducir continuamente la miseria,
el temor de la supervivencia. Las sociedades de la abundancia serían las sociedades
que llamamos atrasadas.

Por lo mismo que sólo puede ser apreciada por sus supuestos enemigos, como re-
cordaba Debord, nuestra sociedad sólo puede ser soportada al precio de la infelicidad
y el miedo entre sus miembros. Desazón e inseguridad ante un exterior horrendo que
nos amenazaría por todas partes -el paro, la crisis, la contaminación, los virus, el te-
rrorismo- constituye nuestra normalidad, cada día más sostenida en continuos esta-
dos de excepción y "alarmas sociales" que solamente el especialista puede conjurar. Hace
tiempo que esta lógica del control se ha llevado al cuerpo, último bastión de resisten-
cia del individuo y, desde el punto de vista del poder, auténtico campo de batalla am-
pliado de la vieja lucha de clases. La confrontación entre el proletariado y la burgue-
sía se ha sustituido por el enfrentamiento de la sociedad democrática entera con una
vida cuya condición mortal siempre aparece por fuera, en la desgracia y la violencia de
los otros, como un atraso letal que amenazaría nuestra seguridad.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 272 Silencio y multitud
Ignacio Castro

El telón de fondo de esta dicotomía funcional es la desaparición, mejor, la proscripción


de la naturaleza, un suelo referencial cuya sola persistencia amenaza con hacer independiente
a cada individuo. Y un poder que se pretende inmanente, la Democracia como fórmula re-
ligiosa global, no puede permitir esta posibilidad. De manera que la lógica del Fin de la His-
toria tiene el leitmotiv de fondo del fin de la naturaleza, del fin de la posibilidad de que la
vida misma mortal -en suma, la Tierra- genere independencia y sentido. Todo ello redunda
a favor del plano de inmanencia occidental, un fundido técnico donde el individuo es con-
trolado por la sociedad en un "cuerpo a cuerpo" que raya la obscenidad.

Bajo este dispositivo, la recuperación de lo corporal -sexo incluido- es la recupera-


ción de algo crucial que sirve un sector u otro de la sociedad consumista de servicios.
De ahí que todas las formas antiguas de independencia y comunidad -tabaco, alcohol,
sexo, ocio, sol, comida- hayan de ser gravadas, satanizadas, castigadas. Para que el sis-
tema funcione, cada hombre ha de tener dentro de sí un Tercer Mundo de peligros. Por
cada posible alivio natural del individuo ha de caer una maldición social correspondiente,
una amenaza que sólo la técnica puede conjurar. Así el sexo es amenazado por el sida;
la pareja, por el maltrato; el alcohol, por la violencia doméstica y el accidente de tráfi-
co; el sol, por el cambio climático y el cáncer de piel; el tabaco, por el enfisema; las dro-
gas, por la marginalidad o la muerte súbita... Se trata de que el individuo esté siempre
alerta, asustado y fastidiado, dependiente del especialista que va a librarle de toda esa
cohorte de peligros que, por otro lado, esa misma sociedad ha causado. Una generali-
zada filosofía de la sospecha, fomentada por un Estado que es instrumento del mer-
cado, ha deconstruido todo lo que fuese naturaleza en el individuo, al mismo tiempo
que oculta en él esta "segunda naturaleza" que representa el imperio técnico de lo so-
cial. En este aspecto crucial, a pesar de todas las apariencias, una auténtica histeria an-
tivitalista (Deleuze) preside nuestro funcionamiento social.

El resultado es que la desconexión, lo que se dice pararse y vivir, está prohibido. Duran-
te todo el día el individuo debe mantenerse asustado para que consuma servicios, en defi-
nitiva, para que consuma sociedad, velocidad de reemplazo. Nuestra religión es la de la cir-
culación, una cultura del reemplazo perpetuo que impide tocar un suelo terrenal y crea una
generación de sociodependientes que ningún programa de desintoxicación puede curar, pues
al final todo lo que no sea sociedad habrá desaparecido.

Hace tiempo que una lógica del control se ha llevado al cuerpo, último bastión de
resistencia del individuo y, desde el punto de vista del poder, auténtico campo de
batalla ampliado de la vieja lucha de clases. El telón de fondo de esta dicotomía es
la proscripción de la naturaleza, un suelo referencial cuya sola persistencia amenaza
con hacer independiente a cada individuo. Para que el sistema funcione, cada
hombre ha de tener dentro de sí un Tercer Mundo de peligros. Bajo este dispositivo,
la recuperación de lo corporal -sexo incluido- es la recuperación de algo crucial que
sirve a la sociedad consumista de servicios
II Seminario Atlántico de Pensamiento 273 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Democracia. Charity, 2007


II Seminario Atlántico de Pensamiento 274 Silencio y multitud
Ignacio Castro

El diseñador Karl Lagerfeld, durante la inauguración de su exhibición fotográfica Open Man Show, en Berlín.
FOTO: PEER GRIMM (EFE)

Es normal que en este panorama de fondo la medicina y la psicología se hayan con-


vertido en el "policía bueno" de lo social, en un auxiliar indispensable del poder. El aco-
so policial en que se ha convertido la política, un poder biopolítico que no tiene más
proyecto que el control de la vida en su misma fuente, necesita especialistas en el tra-
tamiento del cuerpo y la mente, últimos bastiones donde podría resistir el proletario
que todos llevamos por dentro.

1
Es difícil no volver una y otra vez sobre el avance de la normalización, el despliegue de unos
procesos sociales de identificación y reconocimiento que hacen "salir del armario" a indivi-
duos, minorías y nuevas naciones. La fluidez del capitalismo se consigue con una atomiza-
ción individual, con la acumulación multitudinaria de una identidad aislada y marcada. Des-
de hace cuatro décadas el "principio de individuación" del ciudadano occidental parece ser
el aislamiento de cualquier principio interno, el recorte informativo del individuo sobre un
fondo neutro, tan plural de forma como indiferente en los contenidos reales. El triunfo mun-
dial de la información y las tecnologías digitales supone un fondo de oscurantismo analó-
gico que impide la expresión espontánea y su reguero de preguntas. Vivimos en una com-
binación acelerada de desarraigo y reidentificación, de silencio privado y espectáculo público,
de miedo y seguridad, de escasez y exceso. De alguna manera, como recordaba Debord, la
II Seminario Atlántico de Pensamiento 275 Silencio y multitud
Ignacio Castro

nuestra es una sociedad que reproduce continuamente la escasez, el temor de la supervi- La fluidez del
vencia, como si su primera producción fuera la miseria. En este sentido, nuestra época es pro- capitalismo se
fundamente nuclear, incluso a través de variantes verdes. No tolera fácilmente ninguna en-
consigue con una
tidad sin regular ni reconocer. El ideal es que no haya existencias que palpiten fuera de la
historia, vidas sin ser integradas como sujeto de derechos. El mercado es, en este aspecto,
atomización
una forma genial de marcado y marcaje, mucho más eficaz que el Estado. individual, con la
acumulación
El imperio estadounidense sobre el mundo -en primer lugar, sobre Europa- supone el do- multitudinaria de
minio puritano del desarraigo y la federación, de la independencia y la asociación, de la es- una identidad
casez y su acumulación. Sólo se masifica la soledad, sólo se pueden sumar de manera gi-
aislada y marcada, el
gantesca y espectacular seres estresados por la escasez, arrancados de toda confianza na-
avance de la
tural. Es puritano porque siente repugnancia ante el virus de la existencia, la posibilidad de
que su simple condición mortal genere sentido. Éste es el fantasma del capitalismo, que la normalización, el
singularidad se baste a sí misma. Para sortearlo, barras y estrellas, barras de corte y estre- despliegue de unos
llas de marca: balcanizar y federar. ¿Es otra cosa la actual Europa? Lo mismo ocurre en el pla- procesos sociales de
no psíquico: cortar y pegar, aislar y evaluar, diagnosticar y medicar. Se trata de un poder bio- identificación y
político que desaloja íntimamente lo latente en aras de una actualización comunicativa que reconocimiento que
penetra todos los rincones. Nunca como en el "fin de la Historia" ésta ha tenido un fin más
hacen "salir del
preciso: la cobertura, la duplicación, el dominio de cualquier existencia. No deben quedar po-
tencias latentes. Para nosotros ya no hay clase proletaria que ronde las afueras, sino sólo la
armario" a
vida sin nombre, sin clase ni media estadística. Estamos hablando de un poder social, veni- individuos, minorías
do del Norte, cuyo fantasma es la finitud misma, su inmediatez mortal. Un poder que ge- y nuevas naciones.
nerará, dice Nietzsche desde el siglo XIX, guerras terribles. ¿También contra el alma de la sub- (...) Vivimos en una
jetividad, ese Dasein cuya esencia es existencia? combinación
acelerada de
desarraigo y
2
reidentificación, de
Por lo pronto, bajo el imperativo de la socialización, este avance del aislamiento y su silencio privado y
conexión febril, es necesario constatar el retroceso de la existencia, el marginamien- espectáculo público,
to creciente de lo que podríamos llamar la errancia, ese errar propio de la vida más ele- de miedo y
mental, del "cualquiera" que es uno mientras vaga. Recordemos que la individualidad seguridad, de
tiene el precio de no poder ser elegida ni conocida; por definición, tiene su eje fuera de
escasez y exceso
toda esencia fija: sencillamente, deviene, nos sorprende "arrojados" en tal o cual caso.
De ahí la importancia clave de atender al lapsus y el error, al acto fallido, a aquello que
en el cristianismo se llamaba "pecado". Como el Yo no es el maestro en su morada, no
tiene método para la verdad. Su método es la crisis del saber, el dolor y la vivencia cons-
tante de la finitud, de aquello que muta por fuera y precisamente la ideología consu-
mista niega. De resultas de ésta, debemos hablar de una nueva discriminación, de la
clandestinidad que segrega la transferencia global de la existencia a lo social, de la na-
turaleza a la historia, de lo personal a la tecnología impersonal.

Gitanos, mujeres, homosexuales, negros, gallegos, judíos. Todo el mundo quiere recono-
cimiento público, tener los dos pies en el Estado-mercado, en el marcado estadístico e in-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 276 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Ubay Murillo. Los nuevos templos, 2007.

formativo. Estamos hablando del triunfo en Occidente de un estatismo continuo, un pacto


social anímico, interiorizado. En el plano psíquico, el resultado es la hipertrofia de las señas
de identidad y el decrecimiento de la relación con todo lo que sea turbio y terrenal, lo inde-
finido o anómico en el sujeto, lo que no se presente marcado. El Yo es como una Torre aisla-
da dentro de las sombras de la subjetividad, sostenido por el temor constante a un ataque
externo. Asistimos a una especie de hegelianismo generalizado también en el orden men-
tal, a una voluntad incansable de superación, aunque hoy día su estilo sea emotivo y per-
sonalizado, casi a la carta. Lo sucio o anómalo sólo obtiene reconocimiento si es espectacular,
si tiene "armas de destrucción masiva", perdonen la broma.

A veces parece que en este marco de "debilitamiento" postmoderno del sujeto, de


corrosión del viejo carácter, incluso las posiciones individuales más sutiles -leer a Ben-
jamin, gustar de las películas de Sokurov, ser deleuziano o lacaniano- son solamente
otros modos de la identificación, formas de mantener la marca del nombre propio en
la planicie global de la indiferencia.

3
Asistimos a un divorcio generalizado del sujeto -la crisis de la pareja es sólo parte de esto-
con respecto a cualquier cosa que comprometa o limite su narcisismo, la seguridad del
solipsista "yo-mí-me-conmigo". Es obvio que la caída espectacular de la tasa de natali-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 277 Silencio y multitud
Ignacio Castro

dad en los países desarrollados, salvo que el Estado intervenga con incentivos, es un re- Sólo los inmigrantes,
flejo indirecto de esto. Tener un hijo no es precisamente desplegar tu identidad, sino apos- externos al
tar por la otredad más íntima de tu existencia, y no parece que estemos preparados para
escenario azulado
esto. Con frecuencia, al criticar la "hipocresía" tradicional de ayer, lo que el sujeto quiere
de las nuevas
es romper incluso con las formas de cortesía y educación que hoy obligarían a atender
al otro. Y esto es groseramente patente hasta en las situaciones más dramáticas: El muer- tecnologías de
to al hoyo, el vivo al bollo. Todo el mundo es vertiginosamente correcto en cualquier si- mando, parecen
tuación, por no decir flotante, ausente. Al mismo tiempo que el sujeto se atiene rígida- arrogarse el peso de
mente a las reglas del guión social, a una seguridad que no le exige más que asistir "in- la presencia real: el
terpasivamente" -diría Baudrillard- al espectáculo, no se permite ninguna actuación que trabajo pesado, la
le ponga en juego, que arriesgue su seguridad o su narcisismo.
música, el baile, el
En nuestro mundo la gente ni siquiera es malvada, sino simplemente neutra, fluida,
sexo duro. Las
reservada. Ésta es nuestra monstruosidad, la que los "efectos especiales" del terror me- naciones
diático ocultan. En este mundo taladrado por la imagen, se trata de no ser nunca visible normalizadas han
personalmente, sino sólo escénicamente, en los diversos papeles precocinados que des- de buscar en la
empeñamos. El sujeto se divide en franjas horarias separadas y así nadie le conoce -ni si- inmigración los
quiera él mismo-, mientras la vida la controlan distintos guiones que no están en con-
nombres exóticos
tacto entre sí. La conexión se establecería al desconectar del programa social, al pararse
bajo los cuales se
y dialogar con el no-saber de la existencia, con su "angustia", pero eso es más o menos
inconcebible en estos tiempos de programación total, donde la división del ocio prolon- pueda contar algo -
ga en lo privado el control antes circunscrito solamente al horario de trabajo. Si hoy po- literario, sexual,
nemos continuamente el acento en la violencia espectacular es para tender una cortina musical- vagamente
de humo sobre esa otra violencia diaria, discreta, consensuada. En efecto, la moraleja de "inspirado en una
la violencia espectacular, de esos monstruos que hoy dan tanto juego mediático, es ésta: experiencia real"
el exterior no digitalizado es aberrante, por tanto, manténte a este lado de las cámaras,
que entre nosotros
perfecciona las reglas de la compartimentación.
falta. (...) Por eso la
expectación ante el
4 sufrimiento de los
otros o la eventual
La información sólo tiene un mensaje, por eso puede mutarse en un medio sin fin: man- acción directa ha de
tén las afueras, la vida misma, lejos. Pero el problema es que el afuera constituye lo más
tener algo de brutal
íntimo del adentro, el ser mismo del Dasein. De manera que nuestra sociedad de interiores
que recuerda al circo
solamente puede sostenerse con una incesante hilera de miedos inducidos -depresión,
virus, inestabilidad meteorológica, terroristas-, todos ellos representantes de esa exte- romano
rioridad que tememos, una existencia mortal que ha de ser demonizada. Por cada alivio
natural del individuo ha de haber una maldición social correspondiente que permita in-
juriar la simplicidad común. El nivel social de los individuos no se mide entre nosotros por
el inglés, no se mide por ninguna otra cosa distinta a la complejidad en la separación, con
su neurosis e hipocondría asociadas. ¿Cuál es el problema de fondo en este tipo de so-
ciedad, en este individuo Über-social? Que la exterioridad está dentro, constituye el aden-
tro del sujeto. Dicho de otro modo, que la "intimidad" -por ser éxtima- es algo que "se pier-
de en la medida en que se encuentra", que siempre muta por fuera. De forma que la úni-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 278 Silencio y multitud
Ignacio Castro

ca manera de mantener una mínima estabilidad, la de la sujeto débil, es a través de la


religión consumista de la circulación, del estrés del recambio perpetuo. El estrés nos pro-
tege, nos permite ignorar la fórmula para detenernos, para residir en la existencia mor-
tal y escuchar algo que hoy, desde nuestra "complejidad", resulta casi intolerable.

La única forma de vivir es hacerlo a trozos, en franjas horarias compartimentadas por


una información que expertos esotéricos controlan. La duración como tal, la continuidad
nos está vedada, pues amenazaría con prolongar la finitud y otorgarle sentido. El tiem-
po es así el único enemigo serio de la pluralidad espectacular, el tiempo donde late lo atem-
poral. Como carecemos de un sentido para la muerte, el tiempo crudo, sin organizar, ten-
dría el efecto de una sobredosis en un yonqui habituado a la droga adulterada. Antes de
pararnos y afrontar la angustia de vivir, preferimos el riesgo del infarto, de la depresión
o el cáncer, que en definitiva garantizan una muerte por velocidad compartida, que es
nuestro canon social. La vigilancia digital del tiempo milimetrado establece así una fran-
ja horaria para todo y para todos. Entre contrato y contrato, entre cita y cita, entre reu-
nión y reunión, la gente sencillamente desaparece.

¿Convertirse en índice de audiencia no es, para sí mismo, una forma de desaparición,


de borrar la intimidad de lo trágico? Necesitamos además que algunos parias del exte-
rior atenúen nuestras dudas, por eso nos encanta la imagen -que potenciamos, aunque
querríamos regular- de todos los seres depauperados que llegan a nuestras costas atra-
ídos por la opulencia. ¿Quién se acuerda sin embargo de la humanidad que se fuga de
aquí? Me refiero al sumidero de la depresión, al hecho de que tengamos que tapiar to-
dos los lugares desde donde la gente se pueda sentir atraída por el vacío -el puente de
la calle Segovia-, a las desapariciones incesantes, al "zulo" del fin de semana. No hace fal-
ta recurrir a la estadística de suicidios, hoy en día prácticamente clandestina. Basta con
fijarse en el aspecto arrasado de la gente en el metro, un observatorio privilegiado para
calibrar el inexpresivo estado de ánimo del sujeto cuando no actúa, cuando no "asiste"
a ninguna de las franjas horarias programadas y se cree inobservado.

5
La obsesión por la visibilidad, por la visualización -obsesión que alcanza también a la psi-
cología- ha arrinconado lo invisible en ámbitos de terror. ¿Qué es la comunicación? La co-
nexión mundial de un aislamiento personalizado, omnipresente en cualquier localidad.
La comunicación parte de un individuo aislado del entorno, que ha roto con la expresi-
vidad de la inmediatez. Es intrínsecamente nihilista porque vive de la idea de que el sen-
tido ha de sobreponerse a una cercanía terrenal muda, vaciada por leyes mecánicas. La
imagen de la comunicación es la del soldado yankee en Irak -botella de agua, gafas de
sol, chaleco antibalas, casco inteligente-, la del joven con perenne capucha, la del ejecu-
tivo con cascos, la del prisionero en Guantánamo... Cada uno aislado en su pasillo de ni-
chos, esa cuaternidad trabajo-ordenador-coche-apartamento, y conectado con cualquier
lejanía programada. De noche, a viajar con la televisión o por Internet.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 279 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Ubay Murillo. Meditación de Lao Tse, 2005.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 280 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Eugenio Merino. Global warming, 2008.

El ideal social es ser un inválido equipado (Virilio), un mutante desconectado de la su-


cia cercanía y conectado con cualquier límpida distancia. Pero esto ataca el equilibrio, la
fortaleza del sujeto en su línea de flotación: el diálogo con la muerte. Pues el desorden
y suciedad del subsuelo es insalvable, ya que está dentro. Queriendo evitar peligros an-
tiguos -la decisión heroica, la soledad, la resistencia, la melancolía, la fidelidad referen-
cial fuerte- el "debilitamiento" del sujeto le ha arrojado a nuevos peligros, pues la Spal-
tung de la muerte, eje de la singularidad, sigue sin ser débil. Como el Yo era el maestro
en una morada en la que siempre había espectros, representantes del afuera, se ha aca-
bado con eso y lo que queda es la inmanencia de un yo interactivo sin dualismos, la na-
vegación sin término en la planicie de la globalización, sin adentro ni afuera.

Aunque la subjetividad sea siempre un Finisterre con semblante, el trasfondo psíquico


del neoliberalismo triunfante, también con modalidades de izquierda, es un individualismo
que consigue separarse del eje de la existencia al instante. Ésta es la ventaja psíquica de la
instantaneidad, con la digitalización de un continuum de interiores que impide los tiempos
muertos. Todo malestar se seda al momento. Como si la clase media occidental, que se es-
tablece como ideal de integración sobre las infraclases de las afueras, democratizara la neu-
rosis y la hiciera "global", arrinconando una psicosis que rompía con la fluidez social y vivía
de alguna manera en la ruptura. Sin burguesía ni proletariado, el sufrimiento psíquico en-
tra en un registro más fluido, sin anomia heroica ni crisis wagnerianas o freudianas. Diga-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 281 Silencio y multitud
Ignacio Castro

mos que el sujeto oscila entre la presencia triunfal, espectacular, y la desaparición correcta
por medio del cáncer, del infarto, la depresión, el Alzheimer, la anorexia, la eutanasia.

El sujeto de la información pasa de la hiperactividad a la desaparición en pocas ho-


ras. Bajo la mayor opulencia consumista, la nueva miseria consiste en un estar a solas con
el goce de la pulsión de muerte en el eclipse absoluto de lo simbólico. La soledad de la
gente se basa en su carencia íntima de mediaciones simbólicas, estriba en que no tropieza
con el dolor ni con los límites, no dialoga con ninguna frontera. Nada le detiene ni le obli-
ga a perseverar en la crisis, en el dolor, en el espectro de lo real. Al diluirse la relación con
lo imposible, falla la exterioridad referencial, la represión asumida que se necesita para Democracia. Charity, 2007
vivir, y aumentan las neurosis, incluida la neurosis de salud. El resultado es que entre la
patología larvada de la "normalidad" -los nuevos cuadros de ansiedad- y la psicosis y las
patologías del acto no parece haber nada.

6
La llamada corrosión del carácter y la flexibilidad personal también han entrado dentro
del propio sujeto, que se limita a navegar psíquicamente entre marcas y marcadores psí-
quicos... hasta que tropieza con un obstáculo insalvable, para el que no sirven mediadores.
Entonces se queda atónito. Se da entre nosotros una infantilización generalizada, una ju-
venilización arraigada en el retiro de lo real, en una incapacidad para lo exterior y en la
consiguiente afición a las tecnologías de moda, que ocultan esa indefensión. Pero éste
es en realidad un índice de envejecimiento -sólo indirectamente reflejada esa especta-
cular caída de la tasa de natalidad- ante la lógica del encuentro, que es la de la vida, una
vida que ahora se deja para el viaje programado de Internet o el turismo de vacaciones.
Los fantasmas de lo real se guardan para los efectos especiales del cine y las sesiones te-
levisivas de tarde, "basadas" en un hecho real.

Sólo los inmigrantes, externos al escenario azulado de las nuevas tecnologías de man-
do, parecen arrogarse el peso de la presencia real: el trabajo pesado, la música, el baile, el sexo
duro. Las naciones normalizadas han de buscar en la inmigración los nombres exóticos bajo
los cuales se pueda contar algo -literario, sexual, musical- vagamente "inspirado en una ex-
periencia real" que entre nosotros falta. Todo esto indica un divorcio generalizado del suje-
to con respecto a todo lo que comprometa su privacidad, lo que limite su narcisismo blin-
dado. Por eso la expectación ante el sufrimiento de los otros, o la eventual acción directa -
cuando se abre la veda en diversos escenarios de caza, a veces completamente legales-, ha
de tener algo de brutal que recuerda al circo romano.

Todo el perfil psicológico del adolescente clónico en esta postmodernidad -umbral


mínimo de sufrimiento, narcisismo, sobreprotección familiar, hipocondría, mutismo ha-
cia el entorno y prodigiosa comunicación con la distancia electrónica- lo padecemos ya
los mayores. No es extraño entonces que la juventud se erija en ídolo de toda una so-
ciedad que teme su declive senil. Los especialistas musculares, los superhéroes globa-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 282 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Gabriel Ortuño. Serie Plástico, 2005.


II Seminario Atlántico de Pensamiento 283 Silencio y multitud
Ignacio Castro

les hacen en los estadios y las pantallas lo que nosotros no hacemos en la vida corriente. Anulada la libertad
Pocas épocas de sedentarización han generado una culto tal a la personalidad de la ac- de acción por el
ción, criminales incluidos. De hecho, el ciudadano medio deja para las vacaciones lo que
imperativo
se llama vivir, sin el agobio del protector tiempo milimetrado y con la posibilidad de al-
gunas preguntas clásicas: ¿Cómo, con quién debo vivir, a quién debo amar? Por eso es
económico, la
normal, a la vuelta de las vacaciones, la consabida depresión, así como el disparo del "libertad de
número de divorcios. ¿Y el índice de suicidios, también se dispara a la vuelta de vaca- expresión" nos
ciones? Curiosamente, las estadísticas callan. carcome por dentro
con nuevos
síntomas, incesantes
7 temores, ansiedades
La medicalización masiva, el neoconductismo que nos envuelve -¿pariente psíquico del y necesidades. El
neoliberalismo?-, aderezado o no de cognitivismo, es sólo el síntoma externo de este re- informe
troceso de la errancia vital y el avance de una socialización forzosa. El reflujo de la pala- meteorológico, con
bra, de la palabra que cura porque arranca un sentido del dolor, es un resultado directo su neurosis ante la
de un imperio de la comunicación que ignora la inmediatez. La caída de la descenden- "inestabilidad
cia ha tenido antes un índice en el descenso de la tasa de relación, de mirada, de sonri-
atmosférica", o la
sa, de conversación. El maltrato es una cortina de humo en las relaciones humanas. El mal-
trato no es el peligro, sino la falta de trato, la ausencia de compromiso estable, la no im-
inestabilidad
plicación, la infidelidad anterior a la primera cita. Para nosotros se trata de multiplicar bursátil, son el
los contactos y no mantener una sola relación, que comprometería nuestra existencia, modelo para un
cortando la comodidad ondulatoria de la identidad. psiquismo
altamente
La misma obsesión por la cita, de origen tan angloamericano, trasluce este cerco del
especulativo. El
individualismo, que precisamente mantiene el bastión de su aislamiento cita tras cita,
consumo ha de ser
contacto tras contacto -tan indelebles como las visitas de una página web. Nuestra ob-
sesión por el sexo y la pornografía se debe a que hemos retrocedido en el amor, digamos, constante para
en el sexo sexualizado. La falta de fe en el espíritu de la carne, en una humanidad que tie- sedar un cuadro de
ne alma porque tiene las manos vacías -y la identidad en suspenso-, impulsa esta fiebre ansiedad constante,
por la carne descarnada, por el sexo "a sangre fría". El problema no es que las parejas se donde ha
maltraten, sino que no tienen nada que decirse. Querrían cambiar perpetuamente de ca- desaparecido el
dena, ser siempre jóvenes.
sujeto fuerte frente
El paradigma humano de la sociedad de la comunicación es el adicto, en quien se da
al misterio de los
una conexión automática entre deseo, creencia y acción. Cualquier adicción de las cien objetos
que proliferan a diario -a los ansiolíticos, las drogas, el juego, la televisión, el sexo, la in-
formática- es el epifenómeno una sociodependencia obligatoria, la forma secundaria del
"enganche" a lo social en el individuo medio. Una sociedad es esencialmente drogadic-
ta cuando ya no le sirve la "sustancia" del sentido real (Lacan), su necesaria contingen-
cia, su esencial accidentalidad. En este aspecto, el silencio privado depende del estruen-
do público en una especie de feudalismo anímico. ¿Qué es la comunicación más que la
conexión ágil, la fluidez del aislamiento? Ése es su beneficio psíquico, prometer sociali-
zar la vida desde su misma muerte.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 284 Silencio y multitud
Ignacio Castro

El impacto encadenado -good news, no news- es la forma de "asistir" a un individuo


que no puede vivir en la continuidad, en la duración, en la narración que le brindaría
su finitud. Nuestro Bloom delega en este punto crucial, que le hace igual a todos en su
no-existencia, y a cambio puede recibir el beneficio de un reconocimiento mundial en
sus tonterías. El narcisismo y la privacidad expandida ocupa el lugar de la vieja auto-
nomía, que le exigiría enfrentarse a lo que de único hay en la vivencia de la muerte. La
complejidad consensuada, la fragmentación informática e informativa, le protege de
una elementalidad indelegable. El estrés digital, que divide sus veinticuatro horas, le
protege de la continuidad analógica del tiempo. La antigua alienación ha devenido así
dividual, dividiendo al antiguo sujeto indivisible. Así pues, la alienación se ha hecho in-
detectable, intratable, puesto que se ha instalado, sin distancia crítica posible, en el co-
razón mismo del sujeto.

8
Se dice que la apostasía de la Iglesia católica es difícil, pero no lo parece menos desconec-
tar de nuestro omnipresente catolicismo social, dialogar con alguna "vacuola de no comu-
nicación" que no esté marcada y satanizada, como las sectas o las drogas. Fíjense que tam-
bién en el plano psíquico el modelo sigue siendo el aislamiento y su conexión. Todos los sín-
dromes han de ser a la vez coágulos aislados, insignias de identificación del sujeto, con mar-
ca y sin palabras. La medicalización "psi" cristaliza rápidamente la patología en una seña de
identidad. Establece una conexión instantánea entre el sufrimiento del sujeto y la progra-
mación general, la circulación de los logos. A través del espectáculo televisivo, del consumo
y la medicalización, no hay malestar que no se troque inmediatamente en descarga, catar-
sis, evasión. De esta obsesión por la descarga instantánea, por mimar el alivio del sujeto, vie-
ne el interés social por la "inteligencia emocional".

El umbral de sufrimiento es mínimo, lo cual otorga un nuevo poder a los especia-


listas. Cualquier suceso accidental es inmediatamente asistido por un programa social
y su experto. El malestar estructural sostenido, el coraje para interrogarlo, se correspondía
a etapas menos inmanentes, más duales, anteriores al nuevo orden informativo. Por eso
las nuevas patologías se convierten automáticamente en signos de identificación: soy
autista, soy esquizofrénico, soy depresivo, soy bipolar. Se extienden las víctimas por to-
das partes: así, nadie es verdugo -tampoco los políticos corruptos o los delincuentes.
Si antes el complejo de culpa era constante, ahora nadie se siente culpable de nada. Todo
el mundo, hasta el peor criminal, tiene a mano coartadas psicológicas. No hay asesino
que no alegue una infancia traumática, una alteración de personalidad, un alien que
tiene dentro y que emite voces.

El conductismo de término medio es ideal para el individuo "débil" de la postmo-


dernidad porque, al no tener nadie alma, todo el mundo tiene disculpas en el medio
externo, en la información o desinformación, en una infancia desgraciada, etcétera. Por
supuesto, nadie es responsable de su estado psíquico, de su depresión, de su déficit de
II Seminario Atlántico de Pensamiento 285 Silencio y multitud
Ignacio Castro

De izquierda a derecha, Kim Cattrall, como Samantha Jones, Sarah Jessica Parker, como Carrie Bradshaw, Cynthia Nixon, como
Miranda Hobbes, and Kristin Davis, como Charlotte York-Goldenblatt, en una escena de la película Sexo en Nueva York.
FOTO: CRAIG BLANKENHORN (AP/NEW LINE CINEMA).

"información". Es curioso que hayan de ser algunos criminales ante la inminencia de


la muerte -Sadam Hussein-, o algunos enfermos en estado terminal, los que reivindi-
quen ese absoluto de la individualidad.

9
La psicologización universal, la banalidad mediática de la preocupación psicológica refleja
una energía sobrante en el Yo paralizado por la sociedad de la información. Al estar anula-
da la libertad de acción por el imperativo económico, la "libertad de expresión" nos carco-
me por dentro con nuevos síntomas, incesantes temores, ansiedades y necesidades. El in-
forme meteorológico, con su neurosis ante la "inestabilidad atmosférica", o la hipersensible
inestabilidad bursátil, son el modelo para un psiquismo altamente especulativo. El consu-
mo ha de ser constante para sedar un cuadro de ansiedad constante, donde ha desapare-
cido el sujeto fuerte frente al misterio de los objetos. ¿Qué refleja el género representado
por películas como Seven, El silencio de los corderos, El cabo del miedo o No es país para vie-
jos? Que la inteligencia, la de la autonomía, es algo intrínsecamente perverso y por eso "el
malo" es siempre un psicólogo, a ser posible no conductista.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 286 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Imagen de la cooperante italiana Clementina Cantoni, secuestrada en Kabul en 2005.


FOTO: SKY TG24

La psicología está de moda porque nuestro sistema de poder es psíquico, arraigado en


un narcisismo que separa a la identidad -su saber- de la existencia, de su verdad en erran-
cia. Todo el mundo huye del absoluto de la existencia con la particularidad de la patología
conectada al canon social. Para que funcione el emblema con el que nos pensó Nietzsche,
Ningún pastor, un solo rebaño, el mensaje es: "Reconozca su dolencia, nosotros le ayudare-
mos". En este sentido, la apertura de los manicomios, la "salida del armario" de todos los sín-
dromes psíquicos, coincide con el encierro de la sociedad entera en una psiquiatrización glo-
bal sin precedentes. ¿Ha habido alguna vez más trabajo para los psicólogos?

Vivimos ante el triunfo de un control nómada, rizomático, asistido por la velocidad de lo


digital. El encierro psiquiátrico ha sido sustituido por este encierro global de ala variable, ayu-
dado por toda suerte de "tecnologías del yo" -¿la tecnología no es siempre del yo?- que sir-
ven una alteridad de diseño y un simulacro de relación al instante. Todo el mundo padece
algo -lo que más odia esta sociedad es alguien que no necesita ayuda, esa ayuda para la que
siempre hay medios disponibles- y por eso ya no hay enfermos frente a psiquiatras, sino gru-
pos flotantes de riesgo punteados de vez en cuando por un monstruoso ejemplo "austría-
co". Igual que el espectro de la normalidad se ha ampliado considerablemente y ya no nos
II Seminario Atlántico de Pensamiento 287 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Imagen de la television Al Yazira que muestra al ex presidente iraqui Sadam Husein momentos antes de su ejecucion en Bagdad, en 2006.
FOTO: ALI HAIDER (EFE)

asombramos de nada, ni siquiera de lo que antes representaba un escándalo, también el es-


pectro de las patologías se ha diversificado. Por esto no hay ninguna razón para que los lo-
cos no salgan a la calle, ya que hace tiempo que sus hijos están en el poder. Es como si el sue-
ño de la antipsiquiatría, en el mal sentido, se hubiera cumplido. ¿También en este punto el
rebufo mediático del 68 se ha limitado a acelerar la liquidez del capitalismo?

10
Desde el punto de vista psíquico consumir es inyectarse metalenguaje, marcas iden-
tificatorias de seguridad, logotipos cuantificados. Las marcas enfilan y numeran nues-
tra existencia, nos libran del espectro de lo no marcado, de tener que escuchar la otre-
dad de una existencia que en principio surge sin esencia. No sólo el índice de natali-
dad, repetimos, sino que el índice de mirada y de conversación, con su sentido para la
ambigüedad, han caído en picado. Y esto no es extraño, pues ¿de qué hablaríamos li-
bremente, a quién miraríamos, fuera de la interpasividad de los medios, que no entrañase
un riesgo? Es asombroso cómo se puede mirar a la gente en una exposición o en el me-
II Seminario Atlántico de Pensamiento 288 Silencio y multitud
Ignacio Castro

Lo imprevisible tro sin que nadie vea que estás mirando. Esta sociedad es abierta, plural, flexible, para
constituye hoy el conseguir cerrarse en cada punto donde surja el uno a uno de la existencia. Y la ansiada
cobertura no deja de ser una genial simulación de ese "uno a uno": por cada segundo
demonio de nuestra
de vida, un logotipo; por cada latido, un anuncio. Las nanotecnologías representan la po-
infinita sociedad de sibilidad de una conexión total, un adsl para el temor más íntimo del sujeto, la incertidumbre
interiores. La que late en sus bordes. Parodiando a un clásico, diríamos que nuestro aislamiento expan-
tecnología digital, dido ha logrado una crisis epiléptica minuciosamente controlada. De la "puntuación sin tex-
con sus drogas y to" de Lacan pasamos al texto sin puntuación, al hipertexto acelerado de los medios, del e-
ansiolíticos de mail al móvil, que se ahorra cualquier puntuación. Lo que importa es la cobertura infinita
del texto, la ansiedad de un hipertexto que nos cubra e impida que nada se cuele en el tiem-
diseño, representa
po muerto de unos hombres completamente impreparados para el tiempo, desarmados para
una extensión de la
el sentido de los sentidos. La ortografía ni el contenido importan desde que el sentido lo dic-
normalización al ta la velocidad de la cobertura, desde que el mensaje es el medio, una mediación global que
cuerpo, a la debe cubrir las veinticuatro horas y desactivar la vitalidad cruda del tiempo.
microfísica del deseo.
La automedicación El hombre desarrollado es un marginal en el mundo de los sentidos. El retroceso ante es
es la consecuencia el silencio es finalmente el retroceso ante el "sexto sentido" que guía a los sentidos, ante la
inteligencia intrínseca a la percepción. La saturación del espacio urbano, su aversión al va-
de una
cío, es un síntoma del temor pueril que cerca a la sociedad mundial. Todo el dispositivo in-
medicalización formativo de los miedos inducidos debe trocar nuestra angustia hacia lo latente en un mie-
masiva e do concreto hacia a algo patente. Al fin y al cabo, es preferible el miedo a Al Qaeda que el
individualizada, una miedo al vacío. El silencio es el gran virus, la madre de todos los terrores. Todas las otras fi-
"heterodependencia guras terroristas, que nos mantienen encerrados en un psiquismo preventivo, son subsidiarias.
" que, por lo general,
se ha vuelto
personalizada. Es
11
difícil que los Nunca ha habido más trabajo para psicólogos y psiquiatras. Para evitar el trauma, el sen-
cuadros de ansiedad tido real que brota de él, se han de rebasar con creces las previsiones de Foucault acer-
no se disparen ca del parentesco de policía y psiquiatría. Cualquier roce con el accidente, sea la inco-
cuando es municación familiar, el desamor, la fatalidad criminal o terrorista, necesita su psicólogo.
prácticamente Como el Estado ha de ser ágil, incluso frágil -el mercado es sólo un Estado portátil-, to-
das las banderas, del piercing a la esquizofrenia, se llevan en el aislamiento del cuerpo.
clandestino el
De otro modo el poder social no conseguiría ser dividual, actuar en el corazón mismo del
reposo, cuando al sujeto, desactivar ahí el temor narcisista a lo real.
sujeto se le ha
prohibido la fórmula En esto estriba la diferencia entre la represión de antaño y la comunicación de ho-
para detenerse y gaño. La medicalización busca el fin del diálogo con la otredad que es eje de la existencia,
extraer sentido de la esa zona de encuentro que recorre los bajos de la identidad. Pero lo busca descendiendo
a un tuteo con el narcisismo del sujeto. Prevenir, evaluar, diagnosticar, medicalizar: esta
simple inmediatez
sociedad del fluctuante bienestar consumista, intercalado con el estado de excepción
mortal, sin prótesis
pavoroso, sólo se puede sostener si apuntala bien a sus enemigos, los peligros de los
que sin desmayo avisan las encuestas. Igual que el cuerpo entero de la sociedad, estamos
ante una salud mental que sólo se reconoce por sus enemigos, por el Tercer Mundo de
II Seminario Atlántico de Pensamiento 289 Silencio y multitud
Ignacio Castro

MK Kähne & Andrei Loginov. Fight 2, 2008.

peligros que nos rodean. Primero fueron el cáncer, los virus, el tabaco, el alcohol. Pron-
to lo serán la obesidad, la depresión.

Asistimos a una normalización discreta y perfectamente intolerante con la singularidad


de lo que irrumpe, con el sentido de la contingencia. Lo imprevisible constituye hoy el de-
monio de nuestra infinita sociedad de interiores. La tecnología digital, con sus drogas y an-
siolíticos de diseño, representa en este aspecto una extensión de la normalización al cuer-
po, a la microfísica del deseo. La automedicación es la consecuencia de una medicalización
masiva e individualizada, de una "heterodependencia" que, por general, se ha vuelto per-
sonalizada. Es difícil que los cuadros de ansiedad no se disparen cuando es prácticamente
clandestino el reposo, cuando al sujeto se le ha prohibido -esa es la palabra- la fórmula para
detenerse, para extraer sentido de la simple inmediatez mortal, sin prótesis.
II Seminario Atlántico de Pensamiento 290 Silencio y multitud
Ignacio Castro

12
El papel de las minorías alternativas ha sido en este punto un poco perverso, pues han "mi-
norizado" el sistema del control social, publicidad incluida, y le han permitido aligerarse, ba-
jar a un tuteo microfísico con cada privacidad. Con la proliferación de logos consumistas no
queda apenas espacio donde pararse ni fórmula para detenerse. Es indudable que también
el psicoanálisis, que necesita un "tiempo muerto", se ha visto perjudicado por este micro-
determinismo del lenguaje informativo. ¿Es debido a esto que el discurso de ciertos pacientes
se presenta a veces marcado, configurado en torno a una teoría en boga?

De cualquier manera, vivimos en medio de un conductismo capilar, digitalizado. Consen-


so, adaptación, flexibilidad sin fin traslucen una cómica incapacidad para desconectar, para de-
tenerse, para afrontar la tragedia de romper... Es como si el cambio perpetuo de canal sedase
la presión de lo intolerable, que es el origen de la personalidad y de toda decisión, y conduje-
se paradójicamente a la imposibilidad de la ruptura. Todo lo escénico cambia para que nada
vital cambie. Somos tan "libres" que no podemos elegir. Una vez más, la "complejidad" es en
este punto una ideología letal, pues paraliza a la gente corriente en manos del experto y con-
sume las fuerzas del sujeto en el recambio de alternativas terciarias.

En el fondo, hemos cambiado incluso la soledad, que era un diálogo singular con la mu-
dez común, por la seguridad y su fluido aislamiento. De ahí la aversión del psiquismo y nues-
tra cultura actual a la ambigüedad, al paro, al aburrimiento. Igual que los medios -"el ais-
lamiento de Rusia", "el PP se queda solo", "la soledad de Zapatero"-, con su pánico a la des-
conexión, al tiempo muerto, a la soledad. Esto se nota ya en la expresión desamparada del
locutor cuando la cámara no corta a tiempo su breve y calculada aparición. ¿Se imaginan
que se filme a alguien que carece de guión o programa? Tendría la misma expresión de-
solada de los seres humanos en el metro, pero sabiéndose en pantalla.

El miedo a la soledad es global porque sentimos que el trasfondo de la comunicación, de


este estruendo de la pantalla total, es el aislamiento, la indefensión y el mutismo con respecto
a la base asocial de la subjetividad, su soledad ontológica. Tal miedo es un producto del nihi-
lismo porque éste entiende que sin conexiones la individualidad no es nada. Como hemos per-
dido la relación con el sentido de la finitud, entre impacto e impacto espectacular, la desola-
ción se ha convertido en la regla del tiempo no organizado. De ahí ese extraño silencio de los
apartamentos a la caída de la tarde, esa ansiedad cuando el teléfono al fin suena y podría res-
catarnos de estar a solas con una existencia para la cual ya no tenemos hilos. La conexión téc-
nica se alimenta de la desconexión vital. No es extraño entonces que sintamos que cada una
de nuestras Torres, el edifico acristalado que uno mismo es, está amenazado por una explo-
sión latente que puede proceder de ese extraño cielo sereno.

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