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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0935/2016-S2

Sucre, 5 de octubre de 2016

SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga
Acción de amparo constitucional

Expediente: 13843-2016-28-AAC
Departamento: Cochabamba

En revisión la Resolución 02 de 26 de enero de 2016, cursante de fs. 53 a 57 vta.,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Marlen Anny Prado Contreras contra Karem Lorena Gallardo Sejas y
Nuria Gisela Gonzáles Romero, Presidenta y Vocal, respectivamente, de la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 10 de noviembre de 2015, cursante de fs. 26 a 37, la


accionante expresa lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público a querella de María
Gertrudis Reinaga Alcocer en representación de la Asociación de Protección a la
Salud “PROSALUD” contra Marlen Anny Prado Contreras, por la presunta comisión
del delito de falso testimonio; el Fiscal de Materia, luego de imputarle
formalmente por dicho delito, a la conclusión de la etapa preparatoria, presentó
requerimiento conclusivo de salida alternativa de criterio de oportunidad reglada,
previsto en el art. 21 inc. 4) del Código de Procedimiento Penal (CPP), por ser
previsible el perdón judicial.

Mediante Auto interlocutorio de 6 de mayo de 2015, la Jueza Sexta de Instrucción


en lo Penal del departamento de Cochabamba, aceptó la salida alternativa de
criterio de oportunidad por ser previsible el perdón judicial, otorgando un plazo de
setenta y dos horas para apelar dicha Resolución. Una vez notificado con el
referido Auto, pidió explicación, enmienda y complementación, la cual le fue
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denegado por la mencionada autoridad, quien además, dispuso se proceda a una
nueva notificación con el Auto aludido.

Ante la negativa de la Jueza Sexta de Instrucción en lo Penal del departamento de


Cochabamba de corregir sus errores, por escrito de 20 de agosto de 2015, dentro
del plazo legal, presentó apelación incidental contra el mencionado Auto
interlocutorio de 6 de mayo de 2015, recurso que fue respondido solo por
PROSALUD, por lo que mediante decreto de 22 de septiembre del mismo, la indica
Jueza dispuso la remisión de fotocopias ante la Sala Penal de turno del Tribunal
Departamental de Justicia de Cochabamba.

Por Auto de Vista de 8 de octubre de 2015, las Vocales demandadas, declararon


inadmisible el recurso de apelación incidental que interpuso, con el fundamento
que el Auto apelado es atípico, dado que no se encontraba contemplado en
ninguno de los once numerales del art. 403 del CPP ni dentro de los alcances de
la línea jurisprudencial de las SSCC 0212/2006 de 7 de marzo, 0636/2010-R de 19
de julio, 1465/20111-R de 10 de octubre y 1051/2010-R de 23 de agosto, los
cuales fueron ratificados en el Auto del mismo mes y año, en respuesta a su
pedido de rectificación del error en el que habían incurrido.

En el recurso de apelación que interpuso, hizo notar que apelaba al amparo de lo


previsto en el art. 403 inc. 6) del CPP, que prevé: “La que declara la extinción de
la acción penal”; empero, las autoridades demandas en la Resolución cuestionada,
no señalaron porque razón y en base a que fundamento legal, doctrinal o
jurisprudencial, se basaban para determinar que una resolución que extingue la
acción penal, como es el criterio de oportunidad reglada, no era apelable,
vulnerando de esta manera el derecho al debido proceso en su elemento de
fundamentación de las resoluciones judiciales, pues las vocales demandadas no
tomaron en cuenta que la jurisprudencia, la doctrina y el propio Código de
Procedimiento Penal, determinaron que todas las resoluciones, cualesquiera sean
estas, que declaren extinguida la acción pernal, son recurribles a través de la
apelación incidental.

La SC 0687/2003-R de 21 de mayo, en su ratio decidendi, determina que todas


las resoluciones que declaren la extinción de la acción penal, conforme establece
el art. 403 inc. 6) del CPP, son recurribles incidentalmente, debiendo aplicarse el
trámite previsto en los arts. 404 y 406 del citado Código, conforme debió ocurrir
en este caso, ya que la Jueza Sexta de Instrucción en lo Penal del departamento
de Cochabamba, al aceptar el criterio de oportunidad, extinguió la acción penal,
por lo que el Auto interlocutorio de 6 de mayo del 2015, no es una Resolución
atípica inapelable, tampoco es verdad que el mismo no se encuentre contemplado
en ninguno de los numerales del art. 403 del Código Adjetivo Penal, como refieren
las autoridades demandadas.

Conforme a lo señalado en el libro “RECURSOS” de “Arturo Yáñez Cortés”, se


tiene que el criterio de oportunidad previsto en el art. 21 inc. 4) del CPP, es causal
de extinción de la acción penal por imperio del art. 27 inc. 4) del mismo Código,

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por lo cual es recurrible de apelación conforme previene el art. 403 inc. 6) del
CPP, como sucede en este caso.

Efectuando la interpretación de las normas procesales, aplicando el principio de


concordancia práctica, respecto de las normas que regulan el criterio de
oportunidad reglada y la apelación incidental, como son los arts. 21 inc. 4), 22, 27
inc. 4) y 403 inc. 6) del CPP, se llega a la conclusión que la resolución judicial que
acepta el criterio de oportunidad, extingue la acción penal, y es recurrible por vía
de la apelación incidental.

I.1.2. Derecho supuestamente vulnerado

La accionante considera lesionado su derecho al debido proceso en sus elementos


de fundamentación, a recurrir del fallo ante el juez o Tribunal superior, al acceso
a la justicia y a la “presunción de inocencia”, citando al efecto los arts. 115.II,
117, 180.II de la Constitución Política del Estado (CPE); 8.2 inc. h) de la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos; y, 14.5 del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos.

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y se disponga la nulidad del Auto de Vista de 8 de


octubre de 2015 y se obligue a las autoridades demandadas a declarar admisible
el recurso y que se pronuncien sobre el fondo de las cuestiones apeladas, y sea
con costas.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 26 de enero de 2016, según consta en el acta


cursante a fs. 52 y vta., se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

La accionante, a través de su abogado, ratificó el contenido de su memorial de


acción de amparo constitucional.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Karem Lorena Gallardo Sejas y Nuria Gonzáles Romero, Presidenta y Vocal,


respectivamente, de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia
de Cochabamba, mediante informe escrito cursante de fs. 50 a 51 vta., señalaron
lo siguiente: 1) El Auto de Vista de 8 de octubre de 2015 no es ilegal,
inconstitucional y/o lesivo a derechos y garantías constitucionales, porque
contiene una debida fundamentación y una adecuada motivación, habiéndose
pronunciado en sujeción a las normas procesales y la jurisprudencia vigente que
derivó en la inadmisibilidad del recurso de apelación incidental planteado por la
ahora accionante; 2) No vulneraron el derecho al debido proceso en relación a los

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elementos a la defensa, al acceso a la justicia y a la impugnación; 3) No se
identifica ni fundamenta sobre los agravios que se indica en la demanda, ya que
se efectúa simplemente una relación de antecedentes con el agregado normativo,
de doctrina y jurisprudencia de manera enunciativa de derechos y principios sin
interrelacionar con la resolución en cuestión, ya que no se dice en qué forma se
hubiere conculcado el debido proceso; 4) Se pretende que la instancia
constitucional ingrese a analizar aspectos relativos a la labor de exclusiva
competencia de la vía ordinaria; 5) El Auto de Vista impugnado no es
insuficientemente motivado, ya que el mismo es claro y se encuentra de acuerdo
con la exigencia prevista por el art. 124 del CPP con relación al art. 398 del mismo
Código, por lo que no siendo un Auto de Vista inmotivado, arbitrario,
incongruente, absurdo, ilógico o erróneo, no puede la jurisdicción constitucional
suplir a la jurisdicción ordinaria en la interpretación de legalidad ordinaria, que en
esencia dio lugar a la confirmación del Auto interlocutorio de 6 de mayo de 2015,
toda vez que se analizó los fundamentos de dicha Resolución y se pudo advertir
que la misma cumplió con el análisis integral y ponderado de todos los actuados
del caso concreto, ya que se pronunció sobre los elementos fácticos y de orden
legal, y al no haberse cumplido con la finalidad del art. 396 del CPP, se determinó
la inadmisibilidad del recurso; y, 6) No se explica de manera coherente sobre una
eventual falta de fundamentación y motivación; por el contrario el Auto de Vista
de 8 de octubre de 2015, cumple con los cánones de razonabilidad y legalidad,
por lo que piden se deniegue la tutela solicitada.

I.2.3. Resolución

La Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba,


constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución 02 de 26 de enero de
2016, cursante de fs. 53 a 57 vta., denegó la tutela solicitada, con los siguientes
fundamentos: i) La jurisprudencia constitucional reconoce que en casos como el
presente, en el cual se impugnan actos y resoluciones de las autoridades
jurisdiccionales ordinarias, no puede ingresar a valorar la prueba producida
durante el proceso, pues esa labor le corresponde a las autoridades
jurisdiccionales ordinarias a cargo del mismo, ya que la acción de amparo
constitucional no es una instancia procesal más, invocando al efecto la SSCC
1473/2003-R de 7 de octubre y la 1358/2003-R de 18 de septiembre; ii) Como se
infiere de la SC 829/2001-R de 7 de agosto, al Tribunal Constitucional
simplemente le corresponde analizar los actos procesales en los cuales pudo
haber existido un acto ilegal u omisión indebida que lesione los derechos
fundamentales de la parte recurrente, sin que pueda ingresar a realizar
valoraciones de fondo de la prueba o de los antecedentes producidos en la
sustanciación del proceso judicial que dio lugar a la acción de amparo
constitucional, ya que la valoración de la prueba y la definición del fondo del litigio
corresponde a los órganos jurisdiccionales ordinarios, puesto que la función del
Tribunal es el de procurar una tutela efectiva de los derechos fundamentales y de
las garantías constitucionales y no un pronunciamiento sobre el fondo de los
hechos; iii) El Tribunal Constitucional Plurinacional en sus diferentes fallos
emitidos, tiene línea trazada respecto de la interpretación de la legalidad

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ordinaria, como es el caso de la SCP “0259/2014”; iv) De la lectura del memorial
de la acción de amparo constitucional y lo oído en audiencia, se constata que si
bien la parte accionante efectúa una relación detallada de los hechos, precisando
inclusive ampliamente los derechos supuestamente vulnerados o lesionados; sin
embargo, no llegó a explicar de que manera la labor interpretativa impugnada,
resulta arbitraria, incongruente, absurda, ilógica o con error evidente, tampoco
identifica en forma clara y precisa, si las autoridades demandadas omitieron
cumplir con las reglas de interpretación admitidas por el derecho y en qué forma
esa interpretación y aplicación lesionó sus derechos y garantías constitucionales,
ni la dimensión en que fueron vulnerados sus derechos fundamentales, no siendo
suficiente argüir que se lesionó el derecho al “debido proceso y otros”, sino que,
como se tiene referido, se debe demostrar la dimensión, el apartamiento de los
marcos de razonabilidad y equidad y que se haya efectuado una incorrecta
aplicación del ordenamiento jurídico, que más allá de las implicancias del proceso
judicial, lesiona derechos y garantías; y, v) Se advierte que la accionante
pretende convertir a la jurisdicción constitucional en última instancia o recurso
ordinario de casación, cual si se tratase de un trámite o proceso ordinario,
inadmisible constitucionalmente según señala la línea jurisprudencial citada, por lo
que sin ingresar al fondo, corresponde denegar la tutela demandada por no haber
acreditado un perjuicio e irreparable que tutelar.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por decreto constitucional de 19 de mayo de 2016, se dispuso la suspensión del


plazo por solicitud de documentación complementaria; habiéndose realizado la
reanudación del mismo, a efectos de emitir la Resolución.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. Cursa solicitud de salida alternativa de aplicación de criterio de oportunidad


reglada, efectuada, por Miguel Trigo Rocha, Fiscal de Materia, mediante
requerimiento de 23 de febrero de 2015 presentado ante la Jueza Sexta de
Instrucción en lo Penal del departamento de Cochabamba, en favor de la
imputada Marlen Anny Prado Contreras, hoy accionante (fs. 9 y vta.).

II.2. Mediante Auto interlocutorio “42/2014 de 6 de mayo de 2015”, la Jueza


Sexta de Instrucción en lo Penal del departamento de Cochabamba, aceptó
la salida alternativa de criterio de oportunidad, siendo previsible el perdón
judicial, en consecuencia dispuso la prescindencia de la persecución penal
dentro de ese caso y declaró la “EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL a favor
de MARLEN ANNY PRADO CONTRERAS, respecto del tipo penal falso
testimonio, incurso en el art. 169 del Código Penal”; y finalmente advirtió
que las partes tenían setenta y dos horas para apelar de dicho Auto y
ordenó la cancelación de antecedentes policiales con relación a ese caso

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(fs. 14 y vta.).

II.3. Por escrito de 20 de agosto de 2015, la imputada Marlen Anny Prado


Contreras, hoy accionante, interpuso recurso de apelación incidental contra
el Auto interlocutorio de 6 de mayo de 2015, señalando que lo hacía al
amparo de lo determinado por el art. 403 inc. 6) del CPP (fs. 15 a 17 vta.).

II.4. Cursa Auto de Vista de 8 de octubre de 2015, emitido por la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, mediante
el cual se declaró inadmisible el recurso de apelación incidental interpuesto
por Marlen Anny Prado Contreras, hoy accionante; y en consecuencia, se
rechazó el recurso y se dispuso la devolución de antecedentes al juzgado
de origen, con los siguientes fundamentos: a) La resolución apelada
consiste en un Auto por el cual la Jueza Sexta de Instrucción en lo Penal del
departamento de Cochabamba, aceptó la salida alternativa de criterio de
oportunidad a favor de la imputada Marlen Anny Prado Contreras;
consiguientemente, se advierte que el Auto impugnado es una resolución
atípica, toda vez que no se encuentra contemplada en ninguno de los once
numerales del art. 403 del CPP, como tampoco se halla dentro de los
alcances de la línea jurisprudencial glosada en las SSCC 0212/2006-R de 7
de marzo, 0636/2010-R de 19 de julio, 1465/2011-R de 10 de octubre y la
1051/2010-R de 23 de agosto, al no constituir un incidente de actividad
procesal ni en una excepción; y, b) Si bien el art. 180.II de la CPE,
garantiza el principio de impugnación, bajo el principio de reserva legal,
empero el mismo se encuentra regulado por la ley a efectos de evitar caos
procesal y dilaciones indebidas que afecten la pronta, oportuna, eficiente y
eficaz administración de justicia, en sujeción al art. 399 del CPP y en
función de la vinculatoriedad de las referidas Sentencias Constitucionales,
corresponde el rechazo de la apelación incidental interpuesta (fs. 21 a23).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante considera que las autoridades judiciales demandadas vulneraron su


derecho al debido proceso en sus elementos de fundamentación, a recurrir del
fallo ante el juez o Tribunal superior, al acceso a la justicia y a la “presunción de
inocencia”, toda vez que mediante Auto de Vista de 8 de octubre de 2015,
declararon inadmisible el recurso de apelación incidental que interpuso contra el
Auto interlocutorio de 6 de mayo de 2015, el cual aplicó la salida alternativa de
criterio de oportunidad por ser previsible el perdón judicial, dispuso la
prescindencia de la persecución penal y la extinción de la acción penal que le
seguía el Ministerio Público a denuncia de PROSALUD, por la presunta comisión
del delito de falso testimonio.

En consecuencia, corresponde dilucidar en revisión, si tales argumentos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

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III.1. Sobre la fundamentación, motivación y congruencia como
componentes del debido proceso

Sobre la obligación que tienen los jueces y Tribunales de fundamentar las


resoluciones que dicten, como elemento constitutivo del debido proceso, el
Tribunal Constitucional Plurinacional, en la SCP 0106/2015-S2 de 20 de
febrero, señala: “La SCP 0017/2014 de 3 de enero, plasmó el debido
proceso según la fuente de su aplicación, de la siguiente manera:
‘Normativamente, el debido proceso está constitucionalmente reconocido en
sus tres dimensiones básicas: i) Como derecho humano (arts. 115.II de la
CPE, 8 del Pacto de San José de Costa Rica y 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, ambos parte del bloque de constitucionalidad
conforme al art. 410.II de la Ley Fundamental); ii) Como garantía
jurisdiccional (arts. 117.I de la CPE); y, iii) Como principio procesal (Art.
180.I de la CPE).

La SC 0902/2010-R de 10 de agosto, indica que: «…el derecho de toda


persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se
acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a
todos aquellos que se hallen en una situación similar (...) comprende el
conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a
fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier
tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos»
(concordante con las SSCC 418/2000-R, 1276/2001-R y 0119/2003-R, entre
otras).

La importancia del debido proceso va más allá de su función de garantía


procesal, pues es en su aplicación donde se condensan muchos otros
derechos y principios básicos. La SC 0999/2003-R de 16 de julio, señala que
la importancia de esta figura constitucional «…está ligada a la búsqueda del
orden justo. No es solamente poner en movimiento mecánico las reglas de
procedimiento sino buscar un proceso justo, para lo cual hay que respetar
los principios procesales de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la
prueba; los derechos fundamentales como el derecho a la defensa, a la
igualdad, etc., derechos que por su carácter fundamental no pueden ser
ignorados ni obviados bajo ningún justificativo o excusa por autoridad
alguna, pues dichos mandatos constitucionales son la base de las normas
adjetivas procesales en nuestro ordenamiento jurídico, por ello los
tribunales y jueces que administran justicia, entre sus obligaciones, tienen
el deber de cuidar que los juicios se lleven sin vicios de nulidad, como
también el de tomar medidas que aseguren la igualdad efectiva de las
partes».

La jurisprudencia constitucional es uniforme al determinar que el debido


proceso se constituye en un derecho/garantía/principio de orden general y
complejo, a su vez compuesto por los siguientes otros derechos y
garantías: A un proceso público, al juez natural, a la igualdad procesal de
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las partes, a no declarar contra sí mismo, a la defensa material y técnica, a
la comunicación previa de la acusación, a ser juzgado sin dilaciones
indebidas, a la congruencia entre acusación y condena, a la valoración
razonable de la prueba, a la motivación y congruencia de las decisiones, a
la concesión al inculpado del tiempo y los medios para su defensa y las
garantías de presunción de inocencia y del non bis in idem. Esta lista,
conforme al principio de progresividad de los derechos fundamentales (art.
13 de la CPE), es enunciativa, dado que puede ser ampliada de acuerdo a
su desarrollo normativo, doctrinal y jurisprudencial en la perspectiva de
materializar el valor justicia.

(…)Derecho a la motivación, fundamentación y congruencia en las


resoluciones

En lo referente al derecho a la motivación o congruencia en las resoluciones


(judiciales o administrativas) se constituye en un elemento constitutivo del
debido proceso que exige «…que cada autoridad que dicte una resolución
debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación
legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma. (…)
consecuentemente cuando un juez omite la motivación de una resolución,
no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en los
hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera
flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las
razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál
es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión» (SC 0752/2002-R
de 25 de junio).

Esto significa que las resoluciones deben ser ante todo claras e inteligibles,
más que abundantes, pues tienen la finalidad de informar de manera
efectiva a las partes sobre los aspectos más relevantes de la resolución,
permitiéndole asumir un conocimiento cabal y suficiente acerca de las
razones que sustentan la decisión. Es en este sentido la SC 1365/2005-R de
31 de octubre, ha determinado: «…que la motivación no implicará la
exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una
estructura de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación
puede ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados,
debiendo expresar el Juez sus convicciones determinativas que justifiquen
razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se
tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la resolución
aun siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma
una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas»’.

Así también la SCP 1539/2014 de 16 de julio, sobre el debido proceso en su


vertiente de motivación, en cuanto a sus finalidades, establece que: ‘La
Constitución Política del Estado, menciona en su art. 115.II, que: 'El Estado
garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones»; (…).
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Al respecto la SCP 1052/2014 de 9 de junio, refiriéndose al debido proceso
en su vertiente a la motivación ha señalado que: «La motivación, es una
exigencia constitucional de las resoluciones judiciales y administrativas o
cualesquiera otras, expresadas en un fallo en general, (sentencia, auto,
etc.). El contenido esencial a una resolución fundamentada o derecho a una
resolución motivada, fue desarrollado en la SCP 2221/2012 de 8 de
noviembre, y complementado por la SCP 0100/2013 de 17 de enero,
teniendo en cuenta las finalidades que persigue este derecho fundamental.

Así las señaladas Sentencias Constitucionales Plurinacionales, concluyeron


que las finalidades implícitas que determinan el contenido esencial del
derecho a una resolución fundamentada o derecho a una resolución
motivada (judicial, administrativa o cualesquier otra, expresada en una
resolución en general, sentencia, auto, etc.) que resuelva un conflicto o una
pretensión cuáles son: “1) El sometimiento manifiesto a la Constitución,
conformada por: 1.a) la Constitución formal; es decir, el texto escrito; y,
1.b) los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el
bloque de constitucionalidad; así como a la ley, traducido en la observancia
del principio de constitucionalidad y del principio de legalidad; 2) Lograr el
convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es arbitraria,
sino por el contrario, observa: el valor justicia, el principio de interdicción de
la arbitrariedad, el principio de razonabilidad y el principio de congruencia;
3) Garantizar la posibilidad de control de la resolución en cuestión por los
tribunales superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios
de impugnación; 4) Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la
actividad decisoria de todo órgano o persona, sea de carácter público o
privado por parte de la opinión pública, en observancia del principio de
publicidad (SCP 2221/2012 de 8 de noviembre); y, 5) La exigencia de la
observancia del principio dispositivo.

(…) que implica la exigencia que tiene el juzgador de otorgar respuestas a


las pretensiones planteadas por las partes para defender sus derechos…”.
Sobre el segundo contenido; es decir, lograr el convencimiento de las
partes que la resolución no es arbitraria, sino por el contrario, observa: el
valor justicia, el principio de interdicción de la arbitrariedad, el principio de
razonabilidad y el principio de congruencia, en la SCP 2221/2012, el
Tribunal Constitucional Plurinacional, desarrolló las formas en las que puede
manifestarse la arbitrariedad, señalando que: “…la arbitrariedad puede
estar expresada en: b.1) una decisión sin motivación, o extiendo
esta es b.2) una motivación arbitraria; o en su caso, b.3) una
motivación insuficiente”; desarrollando más adelante, el contenido
de cada una de ellas.

“b.1) Por ejemplo, cuando una resolución en sentido general (judicial,


administrativa, etc.), no da razones (justificaciones) que sustenten su
decisión, traducido en las razones de hecho y de derecho, estamos ante la
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verificación de una decisión sin motivación, debido a que decidir no es
motivar. La justificación conlleva formular juicios evaluativos (formales o
materiales) sobre el derecho y los hechos sub iudice [asunto pendiente de
decisión].

b.2) Del mismo modo, verbigracia, cuando una resolución en sentido


general (judicial, administrativa, etc.) sustenta su decisión con fundamentos
y consideraciones meramente retóricas, basadas en conjeturas que carecen
de todo sustento probatorio o jurídico alguno, y alejadas de la sumisión a la
Constitución y la ley, se está ante una motivación arbitraria. Al respecto el
art. 30.II de la Ley del Órgano Judicial -Ley 025- Obliga a las autoridades a
fundamentar sus resoluciones con la prueba relativa sólo a los hechos y
circunstancias, tal como ocurrieron, es escrito cumplimiento de las garantías
procesales.

En efecto, un supuesto de motivación arbitraria es cuando una decisión


coincide o deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba o, en
su caso, de la omisión en la valoración de la prueba aportada en el proceso
(SC 0965/2006-R de 2 de octubre), que influye, en ambos casos, en la
confiabilidad de las hipótesis fácticas (hechos probados) capaces de incidir
en el sentido, en los fundamentos de la decisión. Es decir, existe
dependencia en cómo cada elemento probatorio fue valorado o no fue
valorado, para que se fortalezca o debilite las distintas hipótesis (premisas)
sobre los hechos y, por ende, la fundamentación jurídica que sostenga la
decisión.

(…)

b.3) De otro lado, cuando una resolución no justifica las razones


por las cuales omite o se abstiene de pronunciar sobre ciertos
temas o problemas jurídicos planteados por las partes, se está
ante una motivación insuficiente”.

Más adelante, la misma Sentencia Constitucional Plurinacional, concluyó


que las tres formas en las que puede manifestarse la arbitrariedad «…son
un tema que corresponderá analizar en cada caso concreto, debido a que
sólo en aquéllos supuestos en los que se advierta claramente que la
resolución es un mero acto de voluntad, de imperium, de poder, o lo que es
lo mismo de arbitrariedad, expresado en decisión sin motivación o
inexistente, decisión arbitraria o decisión insuficiente, puede la justicia
constitucional disponer la nulidad y ordenar se pronuncie otra resolución en
forma motivada”»'”.

Con relación al alcance del principio de congruencia en las resoluciones, el


Tribunal Constitucional Plurinacional en la SCP 0387/2012 de 22 de junio,
estableció que la congruencia es entendida como: “…la estricta
correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en
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materia penal la congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no
podrá ser condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su
ampliación. Esta definición general, no es limitativa de la congruencia que
debe tener toda resolución ya sea judicial o administrativa y que implica
también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva, y que
debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento
integral y armonizado entre los distintos considerandos y juicios de valor
emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido de la resolución
y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto,
conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales que apoyan la razón
que llevó a la determinación que se asume”. (las negrillas son nuestras)

III.2. Respecto al derecho a recurrir

Con relación al derecho a recurrir, en la SCP 1853/2013 de 29 de octubre,


señala: “El debido proceso como instituto jurídico que garantiza el respeto
de derechos fundamentales y garantías constitucionales de las partes que
intervienen en un proceso, contiene entre sus elementos al derecho de
impugnación como un medio de defensa. Con la finalidad de resguardar
derechos fundamentales y garantías constitucionales de las partes que
intervienen en un proceso o procedimiento judicial o administrativo, la
Constitución Política del Estado, establece el principio de impugnación en
el art. 180.II, al disponer: ‘Se garantiza el principio de impugnación en los
proceso judiciales’, lo que implica que todo procedimiento en el ámbito
privado o público, debe prever un mecanismo para recurrir del acto o
resolución que se considere lesivo a un derecho o interés legítimo de
alguna de las partes a objeto que se restablezca o repare el acto ilegal u
omisión indebida, demandado como agravio, en que hubiere incurrido la
autoridad pública o privada. Lo que se pretende a través de la
impugnación de un acto judicial o administrativo, no es más que su
modificación, revocación o sustitución, por considerar que ocasiona un
agravio a un derecho o interés legítimo; es decir, el derecho de
impugnación se constituye en un medio de defensa contra las decisiones
del órgano jurisdiccional o administrativo”.

Por su parte la SC 0636/2010-R de 19 de julio, señala que: “El derecho a


recurrir se halla establecido en el art. 394 del CPP, adicionando las dos
limitaciones que lo caracteriza, una objetiva y otra subjetiva. Por la
primera, no todas las resoluciones son recurribles, sino aquellas ‘en los
casos expresamente establecidos…’. Por la segunda el ‘El derecho a
recurrir corresponderá a quien le sea expresamente permitido por Ley,
incluida la víctima aunque no se hubiera constituido en querellante’. No
obstante lo anotado, en relación a la primera cabe precisar que el art. 8
de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, más conocida
como ‘Pacto de San José de Costa Rica’, lo incluye como un derecho
fundamental, que ahora es recogido por la Constitución Política del Estado
vigente en su art. 180.II que señala: ‘Se garantiza el principio de
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impugnación en los procesos judiciales’, de donde se deduce que la
limitación objetiva a su vez no es absoluta”.

III.3. Sobre la tutela judicial efectiva y su configuración

Con relación a la tutela judicial efectiva, en la SCP 0781/2015-S2 de 15 de


julio, se señala: “Al respecto, este derecho fundamental es reconocido por
el art. 115.I de la CPE, que establece: ‘Toda persona será protegida
oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos’; asimismo, la jurisprudencia constitucional
señaló: ‘…la garantía de la tutela jurisdiccional eficaz, entendida en el
sentido más amplio, dentro del contexto constitucional referido, como el
derecho que tiene toda persona de acudir ante un juez o tribunal
competente e imparcial, para hacer valer sus derechos o pretensiones, sin
dilaciones indebidas’ (SC 1044/2003-R de 22 de julio).

La SCP 0861/2012 de 20 de agosto, recogiendo el razonamiento de la SC


1967/2011-R de 28 de noviembre, señaló: ‘Sobre la tutela judicial efectiva,
el art. 115.I de la CPE, establece que: «Toda persona será protegida
oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos…»; de ello se infiere que es facultad de
acceso de toda persona ante los órganos de administración de justicia a
efectos que en el ejercicio de sus derechos, emita una resolución o
decisión, procure su defensa, logrando el pronunciamiento de una
resolución que tutele sus derechos, como bien jurídico protegido; en ese
sentido la SC 1388/2010-R de 21 de septiembre, indicó: «La tutela judicial
efectiva comprende la posibilidad de activar o iniciar ante los órganos
jurisdiccionales un proceso, en el que obtenga una sentencia
fundamentada que declare el derecho de cada una de las partes conforme
corresponda en justicia, además implica la posibilidad de poder interponer
los recursos que la ley establezca y la eventualidad de obtener el
cumplimiento efectivo de la sentencia, con el objeto de garantizar el
restablecimiento de una situación jurídica vulnerada, evitando la
indefensión, involucrando el acceso a los tribunales; la efectividad de las
decisiones judiciales; y el ejercicio del recurso previsto en la ley»’.

Por lo que toda persona podrá acudir ante los órganos encargados de la
administración de justicia, en el que las autoridades judiciales velarán
porque el proceso judicial que tengan a su cargo se desenvuelva acorde a
las garantías jurisdiccionales, procesales y constitucionales, a más del libre
acceso al proceso por parte del justiciable y en la que ante una petición
suya, obligue a la autoridad judicial a pronunciarse sobre el fondo de la
pretensión llevada a juicio, debiendo responderle de forma eficiente y
debidamente sostenida, materializando así el derecho a la tutela judicial
efectiva o de acceso a la justicia”.

III.4. Análisis del caso concreto

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La accionante considera que las autoridades judiciales demandadas
vulneraron su derecho al debido proceso en sus elementos de
fundamentación, a recurrir del fallo ante el juez o Tribunal superior, al
acceso a la justicia y a la “presunción de inocencia”, toda vez que
mediante Auto de Vista de 8 de octubre de 2015, declararon inadmisible el
recurso de apelación incidental que interpuso contra el Auto interlocutorio
de 6 de mayo de 2015; dichas denuncias se examinan en los siguientes
términos:

De los antecedentes que cursan en obrados, se evidencia que mediante


Auto interlocutorio de 6 de mayo de 2015, la Jueza Sexta de Instrucción
en lo Penal del departamento de Cochabamba, aceptó la salida alternativa
de criterio de oportunidad por ser previsible el perdón judicial, dispuso la
prescindencia de la persecución penal y declaró la “EXTINCIÓN DE LA
ACCIÓN PENAL a favor de MARLEN ANNY PRADO CONTRERAS”, respecto
del tipo penal falso testimonio. Asimismo, se advierte que por escrito de
20 de agosto de 2015, la imputada Marlen Anny Prado Contreras, hoy
accionante, interpuso recurso de apelación incidental contra el Auto
interlocutorio mencionado, donde señala claramente que dicha apelación
la efectúa al amparo de lo determinado por el art. 403 inc. 6) del CPP; es
decir, por considerar que la Resolución impugnada se encontraba
comprendida dentro dicho precepto legal, el cual dispone: “El recurso de
apelación incidental procederá contra las siguientes resoluciones:

(…)

6) La que declara la extinción de la acción penal…”.

Por otra parte, se evidencia que las Vocales demandadas, mediante Auto
de Vista de 8 de octubre de 2015, declararon inadmisible el recurso de
apelación incidental, interpuesto por Marlen Anny Prado Contreras, hoy
accionante; y en consecuencia, rechazaron el recurso con el fundamento
de que el Auto interlocutorio impugnado era una resolución atípica, toda
vez que no se encentraba contemplada en ninguno de los once
“numerales” (en realidad se trata de incisos) del art. 403 del CPP, como
tampoco se hallaba dentro de los alcances de la línea establecida por la
jurisprudencia constitucional, al no constituir un incidente de actividad
procesal ni una excepción.

Conforme se tiene desarrollado en el Fundamento Jurídico III.1. de la


presente Sentencia Constitucional Plurinacional, la jurisprudencia
constitucional establece que entre las finalidades implícitas que
determinan el contenido esencial del derecho a una resolución
fundamentada, se halla la de lograr el convencimiento de las partes que la
resolución en cuestión no es arbitraria, sino por el contrario, observa: el
valor justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de

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razonabilidad y de congruencia. En cuanto a las formas en las que puede
manifestarse la arbitrariedad, el Tribunal Constitucional Plurinacional,
desarrolló en la SCP 2221/2012 de 8 de noviembre, señalando que: “…la
arbitrariedad puede estar expresada en: b.1) una ‘decisión sin motivación’,
o extiendo esta es b.2) una ‘motivación arbitraria’; o en su caso, b.3) una
‘motivación insuficiente’”; ésta última, se presenta cuando una resolución
no justifica las razones por las cuales omite o se abstiene de pronunciar
sobre ciertos temas o problemas jurídicos planteados por las partes, en
cuyo caso se está ante una motivación insuficiente.

Ahora bien, en el caso en examen, no obstante que la apelante Marlen


Anny Prado Contreras, hoy accionante, en su escrito de apelación
incidental, que interpuso contra el Auto interlocutorio de 6 de mayo del
2015 (que acepta la salida alternativa de criterio de oportunidad planteado
por el Ministerio Público y “extingue la acción penal” a su favor); y
además señala que interpone dicho recurso “al amparo de lo determinado
por el art 403 Núm.6) de la LCPP”; es decir, que invocó como causal de
procedencia de la apelación incidental, la que se refiere a las resoluciones
que declaran “la extinción de la acción penal”; las autoridades
demandadas, en el Auto de Vista que resolvió dicha alzada, omitieron
referirse expresamente a ese aspecto, pues no indican cuales son las
razones fácticas y jurídicas por las cuales consideran que el Auto
interlocutorio impugnado no se halla comprendido dentro de la causal
invocada por la apelante (Resolución que declara la extinción penal); vale
decir, por qué consideran que el Auto interlocutorio de 6 de mayo de
2015, en cuya parte resolutiva se acepta la salida alternativa requerida por
el Fiscal de Materia, se prescinde de la persecución penal (en mérito de la
aplicación del criterio de oportunidad por previsibilidad del perdón judicial)
y se declara “la extinción de la acción penal”, no constituye una resolución
“que declare la extinción de la acción penal”, a la que se refiere el art. 403
inc. 6) del CPP. Las autoridades demandadas, se limitan a formular la
conclusión genérica de que la Resolución apelada, al que califican de
“atípica”, no se encontraría contemplada en ninguno de “los numerales”
del art. 403 del CPP ni dentro los alcances de la línea jurisprudencial que
citan, por no consistir un incidente de actividad procesal defectuosa ni una
excepción; y no fundamentan las razones fácticas o jurídicas por las cuales
estiman que no correspondía pronunciarse explícitamente en torno a la
causal de procedencia de la apelación incidental invocada por la apelante.
Consecuentemente, las omisiones advertidas ponen en evidencia que en la
emisión del Auto de Vista de 8 de octubre de 2015, las autoridades
demandas incurrieron en motivación insuficiente para sustentar su
decisión de inadmitir la apelación incidental planteada, vulnerando de esa
manera no solo el derecho a la fundamentación, sino también los
derechos a recurrir y a la tutela judicial efectiva, ya que con base a esa
insuficiente motivación, que deviene en arbitraria, se denegó el examen
de fondo de la Resolución apelada, en segunda instancia; razones por las
cuales corresponde conceder la tutela solicitada.

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En cuanto a la supuesta vulneración de la presunción de inocencia, no es
evidente, dado que las autoridades demandas no se pronunciaron sobre el
fondo del asunto, razón por la cual corresponde denegar la tutela sobre
este aspecto.
Por todo lo expuesto, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela
solicitada, no efectuó un examen cuidadoso y responsable de los datos del
proceso.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 44.2 del
Código Procesal Constitucional; en revisión, resuelve: REVOCAR en parte la
Resolución 02 de 26 de enero 2016, cursante de fs. 53 a 57 vta., pronunciada por
la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba; y,
en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, sin costas, con relación al
derecho al debido proceso, en sus elementos de fundamentación, a recurrir del
fallo y a la tutela judicial efectiva; disponiendo dejar sin efecto el Auto de Vista de
8 de octubre de 2015, emitido por las Vocales de la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, debiendo dichas autoridades
emitir nueva resolución de acuerdo a los fundamentos del presente fallo.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales


MAGISTRADO

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