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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0517/2014

Sucre, 7 de marzo de 2014

SALA SEGUNDA
Magistrada Relatora: Dra. Soraida Rosario Chánez Chire
Acción de amparo constitucional

Expediente: 04810-2013-10-AAC
Departamento: Chuquisaca

En revisión la Resolución 324/2013 de 24 de septiembre, cursante de fs. 84 a


88 vta., pronunciada dentro la acción de amparo constitucional interpuesta
por Juan Carlos Méndez Dehne contra Antonio Guido Campero Segovia
y Norka Natalia Mercado Guzmán, Magistrados de la Sala Social y
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia; Bernardo Bernal
Callapa, Franz Mendoza Cárdenas y Edda Sarah Fiorilo Barrios,
Vocales de la Sala Social y Administrativa y Jueza Segunda de Partido
del Trabajo, respectivamente, del Tribunal Departamental de Justicia
de Oruro.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la acción

Por memorial presentado el 6 de septiembre de 2013, cursante de fs. 30 a 35


el accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 2 de marzo de 2011, Karina Lazarte Moya, interpuso demanda laboral de


pago de beneficios sociales y otros, contra el accionante, en la que, la Juez de
Partido Segundo de Trabajo y Seguridad Social, emitió la sentencia 51/2012 de
11 de junio, declarándola improbada, decisión que fue recurrida en apelación y
concedida, vulnerando la naturaleza jurídica de normas procesales de orden
público y el principio procesal de preclusión, toda vez que, la demandante fue
notificada con la referida resolución el 19 de junio de 2012, en el domicilio
procesal señalado en su demanda, sin embargo, el 22 de similar mes y año, su
abogada devolvió la sentencia mencionando, que se notificó por error en un
domicilio que no le correspondía a su abogado patrocinante; posteriormente, el
25 del mismo mes y año, mediante memorial anunció el cambio de abogado,
que recayó en la misma abogada que devolvió la notificación, quién se
apersonó ante el juzgado, señalando como domicilio procesal la misma
dirección mencionada en la demanda principal; donde fue notificada con la
sentencia 51/2012, originando una nueva notificación el 29 del mencionado
mes y año, para luego, interponer recurso de apelación el 27 de julio de 2012,
después de la vacación judicial, vulnerando el principio de lealtad procesal,
habida cuenta que, fue notificada personalmente el 19 de junio de 2012, siendo
esa notificación la válida y no así la del 29 de similar mes y año, por lo que, la
apelación interpuesta fue extemporánea.

Posteriormente, la Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de


Justicia de Oruro, en apelación, por Auto de Vista AV-SSA-130/2012 de 19 de
diciembre, revocó la sentencia impugnada, declarando probada en parte la
demanda, en cuanto al derecho de desahucio e indemnización, pago doble de
aguinaldo, vacaciones de las gestiones 2009 y 2010, sueldos devengados de
noviembre y diciembre e improbada en cuanto al derecho de asignaciones
familiares e incremento salarial, consolidando la vulneración al debido proceso
y principio de preclusión, decisión que fue recurrida en casación por ambas
partes, resuelto mediante Auto Supremo 298 de 5 de junio de 2013, declarando
infundado y casado parcialmente, incurriendo en el mismo error de no sanear
el proceso de oficio, tomando en cuenta que el recurso de apelación fue
interpuesto fuera de plazo, disponiendo además el pago del subsidio familiar sin
tomar en cuenta los argumentos del Auto de Vista que declaró improbado el
pago de la asignación familiar, realizando una incorrecta interpretación de la
ley.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

El accionante denuncia la vulneración de su derecho al debido proceso, a la


notificación, al acceso a la justicia o tutela judicial efectiva, consagrados en los
arts. 115 y 117 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela y ordene: a) La nulidad del Auto Supremo 298 de


5 de junio de 2013; b) Auto de Vista AV-SSA-2012 de 19 de diciembre; y, c)
Auto de 13 de agosto de 2012.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

La audiencia pública se realizó el 24 de septiembre de 2013, según consta en el


acta cursante de fs. 79 a 83 vta., produciéndose los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El abogado del accionante, en audiencia de acción de amparo constitucional, se


ratificó in extenso en los fundamentos de su demanda.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Antonio Guido Campero Segovia y Norka Natalia Mercado Guzmán, Magistrados


de la Sala Social y Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, presentaron
informe escrito cursante de fs. 74 a 76 con los siguientes fundamentos: i) El
accionante señala una supuesta vulneración de sus derechos al debido proceso,
acceso a la justicia o tutela judicial efectiva, igualdad de partes, al conocimiento
e información, al quebrantamiento de los principios constitucionales de
igualdad, seguridad jurídica, verdad material y preclusión en la labor
interpretativa, sin mencionar de forma precisa y clara de que forma el Auto
Supremo 298 de 5 de junio de 2013, hubiese vulnerado o quebrantado los
derechos constitucionales mencionados; ii) Lo aseverado por el accionante no
es evidente, puesto que con argumentos falsos e imprecisos pretende
confundir, intentado que la acción de amparo constitucional, se convierta en
una instancia casacional, pretendiendo anular el proceso hasta el vicio más
antiguo, porque a su criterio la apelación interpuesta por Karina Lazarte Moya,
hubiese sido interpuesta extemporáneamente, sin percatarse que en
observancia al principio de preclusión, el accionante tenía la obligación de
reclamar esos aspectos al momento de la concesión del recurso, inclusive en
segunda instancia; y, iii) El accionante pretende que el Tribunal de Garantías
efectúe la interpretación de la legalidad ordinaria, en cuanto al pago de los
subsidios familiares, sin tener en cuenta que el Auto Supremo 298 de 5 de
junio de 2013, se ha resuelto en derecho concediendo los subsidios familiares
de pre natalidad, natalidad y lactancia por el nacimiento de los hijos de la
demandante, previa valoración de las pruebas y antecedentes en el proceso
laboral, con la debida interpretación de las normas atinentes al caso.

Edda Fiorilo Barrios, Juez Segundo de Partido de Trabajo y Seguridad Social del
Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, presento informe escrito, cursante
de fs. 63 a 65 manifestando que: 1) La parte demandada -ahora accionante-
en ningún momento observó la notificación con la sentencia, vulnerando lo
dispuesto en el art. 53 del Código Procesal Constitucional (CPCo.), referido a
que no procederá la acción de amparo constitucional contra los actos
consentidos libre y expresamente o cuando hayan cesado los efectos del acto
reclamado y contra las resoluciones judiciales o administrativas que pudieran
ser modificadas o suprimidas por cualquier otro recurso del cual no se haya
hecho uso oportuno; y, 2) Desde la notificación con la sentencia de 29 de junio
de 2012, hasta la interposición de la acción de amparo constitucional, han
transcurrido más de 20 meses contradiciendo lo dispuesto por el art. 129.II de
la CPE, referido al plazo de seis meses para su interposición.

I.2.3. Informe de la tercera interesada

Karina Lazarte Moya en calidad tercera interesada, presentó informe oral en


audiencia por intermedio de su abogado, señalando que: a) El accionante alega
supuestas infracciones que se hubiesen cometido, primero la relacionada a una
supuesta extemporaneidad del recurso de apelación y segundo un presunto
exceso de facultades del tribunal de casación, con referencia a la primera, la
notificación con la sentencia, si bien es cierto, que fue practicada en el
domicilio procesal señalado, empero, fue cuando el patrocinante anterior, ya no
ocupaba esa oficina, motivo por el cual se devolvió la cédula; b) La aplicación
de nulidad procesal está estipulada en la norma y es permisible cuando se
causa la vulneración del debido proceso en su componente del derecho a la
defensa, cualquier defecto procesal debe ser reclamado de acuerdo a los
procedimientos procesales, teniendo como requisito principal la indefensión de
una de las partes, lo que no ocurrió en el presente caso, convalidando los actos
del juez; y, c) Con relación a que el tribunal de casación se excedió en su
resolución al casar la resolución de alzada, es la única alegación de fondo que
realiza el accionante, la cual es inconsistente, pues no señala, que fue lo
indebido o excesivo, obviando mencionar que normas de interpretación se
habría afectado.

I.2.4. Resolución

La Sala Social Administrativa y Tributaria del Tribunal Departamental de Justicia


de Chuquisaca, constituido en Tribunal de garantías, mediante Resolución
324/2013 de 24 de septiembre, cursante de fs. 84 a 88 vta., denegó la tutela
solicitada, con los siguientes argumentos: 1) El accionante pide la nulidad del
Auto de 13 de agosto de 2012, de concesión del recurso de apelación, por el
Juez de Partido de trabajo y Seguridad Social de la Ciudad de Oruro, quién no
considero la extemporaneidad del referido recurso, aduciendo que la
demandante fue notificada dos veces, la primera el 19 de junio de 2012 y la
segunda el 29 de similar mes y año, ambos en el mismo domicilio, haciendo
caer en error a la juzgadora, para luego interponer el recurso de apelación el
27 de julio de 2012, revisados los antecedentes del proceso, no se tiene
evidencia clara de lo manifestado, porque el accionante no adjuntó el auto de
concesión; 2) En la demanda de pago de beneficios sociales, no existe ningún
antecedente procesal presentado donde el accionante hubiese reclamado esa
irregularidad de la notificación y la concesión del auto de apelación, con algún
incidente de nulidad conforme dispone el at. 149 del CPC, concordante con el
art. 129 de la misma norma legal; 3) En ninguna parte de su recurso, el
accionante denunció esa irregularidad que pretende sea corregida mediante la
acción de amparo constitucional, por lo que, los vocales solo se pronunciaron
sobre los puntos resueltos por el inferior y que fueron objeto de apelación, al
no haber reclamado o hecho notar la irregularidad ahora impetrada, no se
pronunciaron al respecto; 4) Los Magistrados de la Sala Social y Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia, no pueden pronunciarse sobre aspectos que
no fueron reclamados, el accionante planteó su recurso de casación sobre el
fondo al tenor del art. 210 de Código Procesal del Trabajo, concordante con el
art. 300 de la Ley de Organización Judicial; y, 5) En lo referente a la
interpretación de la legalidad ordinaria de los tribunales de garantías, está
limitada a ciertos aspectos muy concretos, por cuanto es atribución exclusiva
de los jueces ordinarios, la explicación del porqué la labor interpretativa
impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente,
absurda, ilógica o con error evidente, identificando en esos casos las reglas de
interpretación que fueran emitidas por el órgano judicial o administrativo, solo
de esta manera la problemática planteada tendría relevancia constitucional.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

No habiéndose encontrado consenso en Sala, de conformidad al art. 30.I.6 de


la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), se procedió a convocar
al Presidente del Tribunal Constitucional Plurinacional, a fin de dirimir con su
voto el caso en análisis.

II. CONCLUSIONES

Del análisis de la documental adjunta al expediente, se evidencia:

II.1. Por memorial presentado el 4 de marzo de 2011, Karina Lazarte Moya de


Soria, interpuso demanda de pago de beneficios sociales y otros, ante el
Juez de Turno de Partido de Trabajo y Seguridad Social, contra Carlos
Méndez Dehne (accionante), toda vez que, fue destituida sin previo aviso
el 8 de enero de similar año, sin el pago de sus beneficios sociales (fs. 1
a 2).

II.2. Mediante sentencia 051/2012 de 11 de junio, la Juez Segundo de


Trabajo y Seguridad Social de Oruro, declaró improbada la demanda de
pago de beneficios sociales y otros, interpuesta por Karina Lazarte Moya
contra el accionante (fs. 4 a 7 vta.).

II.3. A través de Auto de Vista AV-SSA-130/2012 de 19 de diciembre, la Sala


Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro,
revocó la sentencia 051/2012 de 11 de junio, declarándola probada en
parte en cuanto a los derechos de desahucio e indemnización, aguinaldo
2010 pago doble, vacaciones 2009 y 2010, sueldos devengados de
noviembre-diciembre de 2010, Bs500.- (quinientos bolivianos) y de 25
días diciembre-enero a calcularse sobre el promedio indemnizable de
Bs800.- (ochocientos bolivianos) e improbada en cuanto a los derechos
de asignaciones familiares, incremento salarial a Bs1000.- (mil
bolivianos) (fs. 16 a 21 vta.).

II.4. Por Auto Supremo 298 de 5 de junio de 2013, la Sala Social y


Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, declaró infundado el
recurso de casación en el fondo interpuesto por el demandado y en
cuanto al recurso en el fondo interpuesto por la demandante casa
parcialmente el Auto de Vista AV-SSA-130/2012 de 19 de diciembre, y
dispone el pago a la demandante por concepto de asignaciones
familiares; el accionante, en su apelación reclamó que la demandante
incurrió en el incumplimiento de contrato, porque durante la tramitación
del proceso no demostró que cumplió con sus obligaciones de
administradora, habiendo sido parte de sus obligaciones la inscripción de
los dependientes de la Caja de Seguridad Social, Jefatura Departamental
del Trabajo, la presentación de documentos que acrediten montos y
deudas pendientes correspondientes a los trabajadores, planillas de
sueldos que acrediten el salario mensual y acusó que el auto de vista
impugnado incurrió en la violación del art. 237.I.3 del CPC (fs.22 a 27
vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia que las autoridades demandadas, vulneraron sus


derechos al debido proceso, a la notificación, al acceso a la justicia o tutela
judicial efectiva, toda vez que, el Auto de Vista AV-SSa-130/2012 de 19 de
diciembre y el Auto Supremo 298 de 5 de junio de 2012, consintieron la
vulneración de los derechos referidos, por no revisar de oficio el proceso de
demanda de pago de beneficios sociales, interpuesta en su contra, por Karina
Lazarte Moya de Soria y advertir que la apelación de la Sentencia 051/2012 de
11 de junio, efectuada por la demandante, fue admitida fuera de plazo,
tomando en cuenta, que la notificación válida con la referida sentencia fue la
de 19 de junio de 2012 y no así la de 29 del similar mes y año; por otro lado,
denuncia que los Magistrados de la Sala Social y Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, al casar en parte el Auto de Vista AV-SSA-130/2012 de 19
de diciembre y disponer el pago de sueldos devengados y vacaciones, además
del pago de subsidios familiares, efectuaron una mala interpretación de la ley.

En consecuencia, corresponde analizar, en revisión, si los argumentos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. La acción de amparo constitucional, su naturaleza jurídica

La acción de amparo constitucional se encuentra establecida en el art.


128 de la CPE, que señala expresamente: “La acción de Amparo
Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales o indebidos
de los servidores públicos, o de personas individual o colectiva, que
restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la Constitución y la ley”.

A su vez, el art. 129.I de la referida Norma Suprema, refiere que esta


acción tutelar: “…se impondrá por la persona que se crea afectada, por
otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente
de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal
competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata…”

La SCP 0002/2012 de 13 de marzo, con relación a esta acción ha referido


“…el amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se
encuentra concebido como una acción que otorga a la persona la
facultad de activar la justicia constitucional en defensa de sus derechos
fundamentales y garantías constitucionales.

El término de acción no debe ser entendido como un simple cambio de


nomenclatura, que no incide en su naturaleza jurídica, pues se trata de
una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para la
reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales,
y dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un
proceso constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes
procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una
postura procesal distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la
protección y restitución de derechos fundamentales con una causa
distinta a la proveniente del proceso ordinario, esto es, la vulneración
concreta o inminente de derechos fundamentales a raíz de actos y
omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico procesal propio.

En ese orden de ideas, la acción de amparo constitucional adquiere las


características de sumariedad e inmediatez en la protección, por ser un
procedimiento rápido, sencillo y sin ritualismos dilatorios. A estas
características se añade la de generalidad, a través de la cual la acción
puede ser presentada sin excepción contra todo servidor público o
persona individual o colectiva.

Finalmente cabe señalar, que dentro de los principios procesales


configuradores del amparo constitucional, el constituyente resalta la
inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la
CPE, que esta acción (…) se interpondrá siempre que no exista otro
medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y
garantías restringidos, suprimidos o amenazados”.

De igual forma, el Código Procesal Constitucional, regula la acción de


amparo constitucional, a partir del art. 51 al 57, en los que se establece
el objeto, la legitimación pasiva, improcedencia, subsidiariedad, el plazo
para su interposición, la norma especial de procedimiento y los efectos
de la Resolución que se pronuncia dentro de esta acción, cuyo objeto
conforme el art. 51 de la referida norma se constituye en: “…garantizar
los derechos de toda persona natural o jurídica, reconocidos por la
Constitución Política del Estado y la Ley, contra los actos ilegales o las
omisiones indebidas de las y los servidores públicos o particulares que
los restrinjan, supriman o amenacen restringir”.

En ese entendido, se concibe a la acción de amparo constitucional, como


una verdadera acción de defensa, inmediata, oportuna y eficaz para la
reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales,
cuando estos sean restringidos, suprimidos o amenazados por actos
ilegales, omisiones indebidas de las y los servidores públicos o
particulares.

III.2. Del debido proceso

En cuanto el derecho al debido proceso la SCP 1089/2012 de 5 de


septiembre, estableció que: “El art. 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (CADH), en su inc. 1) manda: Toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier
acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter; asimismo, el art. 14.1 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos ordena: “Toda persona tendrá derecho a ser oída
públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de
cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la
determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil…”;
mientras que el art. 10 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos señala: “Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena
igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal
independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y
obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en
materia penal”, en tanto que el art. 115.II de la CPE, estatuye: El
Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a
una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y
sin dilaciones, como el art. 117.I de la Norma Suprema,
menciona: Ninguna persona puede ser condenada sin haber sido
oída y juzgada previamente en un debido proceso. Nadie sufrirá
sanción penal que no haya sido impuesta por autoridad judicial
competente en sentencia ejecutoriada”.

Todas estas disposiciones normativas fundamentales que integran el


bloque de constitucionalidad al tenor del art. 410.II de la Ley
Fundamental, denotan que el debido proceso se halla reconocido como
un derecho que tienen las personas; sin embargo, por otro lado se
manifiesta como una garantía jurisdiccional, conforme se advierte del
análisis del art. 171 de la Norma Suprema, cuando dispone: “Ninguna
persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente
en un debido proceso.

El debido proceso, consagrado, conforme lo anotado, como garantía


constitucional y como derecho humano, ha sido entendido por la
jurisprudencia constitucional como: “ …el derecho de toda persona a un
proceso justo, oportuno, gratuito, sin dilaciones y equitativo, en el que
entre otros aspectos, se garantice al justiciable el conocimiento o
notificación oportuna de la sindicación para que pueda estructurar
eficazmente su defensa, el derecho a ser escuchado, presentar pruebas,
impugnar, el derecho a la doble instancia, en suma, se le dé la
posibilidad de defenderse adecuadamente de cualquier tipo de acto
emanado del Estado, donde se encuentren en riesgo sus derechos, por
cuanto esta garantía no sólo es aplicable en el ámbito judicial, sino
también administrativo (SC 0788/2010-R de 2 de agosto).

Finalmente, cabe señalar que, cuando se analiza el art. 180.I de la CPE,


que dictamina que: La potestad de impartir justicia emana del pueblo
boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad,
seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo
jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación
ciudadana, armonía social y respeto a los derechos, se denota que el
debido proceso se configura como un principio que emerge del Estado de
Derecho y del principio de legalidad en su vertiente procesal, lo cual no
solo debe ser observado en instancias jurisdiccionales, sino también en
administrativas; conforme a lo que ha establecido el Tribunal
Constitucional en la SC 0136/2003-R de 6 de febrero, al señalar que: …la
Constitución Política del Estado (CPE), consagra la garantía del debido
proceso, expresando que 'Nadie puede ser condenado a pena alguna sin
haber sido oído y juzgado en proceso legal', de lo que se extrae que la
Ley Fundamental del país, persigue evitar la imposición de una sanción,
o la afectación de un derecho, sin el cumplimiento de un proceso previo,
en el que se observen los derechos fundamentales y las garantías de
naturaleza procesal contenidos en la Constitución y las leyes que
desarrollan tales derechos, garantía que conforme a la jurisprudencia
sentada por este Tribunal, alcanza a toda clase de procesos judiciales o
administrativos…; de donde se colige que el derecho del debido
proceso no se limita al ámbito jurisdiccional solamente, sino que
se extiende a cualquier procedimiento en el que deba
determinarse una responsabilidad, entre ellas en el ámbito
laboral, donde se debe respetar, entre otros, el derecho a la
defensa, a ser sometido a un proceso, a presentar sus pruebas,
los cuales no pueden ser evadidos.

La SC 0999/2003-R de 16 de julio, señaló que: La importancia del debido


proceso esta ligada a la búsqueda del orden justo. No es solamente
poner en movimiento mecánico las reglas de procedimiento sino buscar
un proceso justo, para lo cual hay que respetar los principios procesales
de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la prueba; los derechos
fundamentales como el derecho a la defensa, a la igualdad, etc.,
derechos que por su carácter fundamental no pueden ser ignorados ni
obviados bajo ningún justificativo o excusa por autoridad alguna, pues
dichos mandatos constitucionales son la base de las normas adjetivas
procesales en nuestro ordenamiento jurídico, por ello los tribunales y
jueces que administran justicia, entre sus obligaciones, tienen el deber
de cuidar que los juicios se lleven sin vicios de nulidad, como también el
de tomar medidas que aseguren la igualdad efectiva de las partes” (las
negrillas son nuestras).

De lo señalado se concluye, que nadie puede ser inculpado, de un delito


o contravención, sin haber sido previamente escuchado, en un debido
proceso, es decir, que necesariamente para imponer una sanción o
condena, en principio debe notificarse a la persona con la denuncia
efectuada en su contra, hacerle conocer que está siendo objeto de inicio
de proceso, ya sea en la vía jurisdiccional ordinaria, administrativa o
cualquier otro procedimiento que determine responsabilidad, de esta
manera tenga conocimiento de lo denunciado y asuma defensa,
presentando sus descargos y respetándose los plazos procesales
establecidos en las normas que rigen para cada materia, situación que
debe ser respetado en todo el proceso, hasta su conclusión y ejecutoria.

III.3. Sobre el derecho a la tutela judicial efectiva

Sobre el derecho a la tutela judicial efectiva la SC 1768/2011-R de 7 de


noviembre, estableció que: “Este derecho fundamental, de acuerdo con
la doctrina consiste básicamente en el derecho de acceso libre a
la jurisdicción, lo que comprende el derecho de toda persona a
ser parte de un proceso y poder promover en el marco de la
actividad jurisdiccional, cualquier recurso ordinario o
extraordinario, que el ordenamiento prevea en cada caso con los
requisitos legalmente establecidos, que desemboque en una
decisión judicial sobre la pretensiones deducidas por el litigante,
por lo tanto se puede deducir que lo anteriormente desarrollado
implica en síntesis en el derecho de todo actor o demandante a
obtener una resolución o sentencia jurídicamente fundamentada
sobre el fondo de lo peticionado.
Aparte de lo anteriormente señalado, este derecho implica una
exigencia de que el fallo judicial al que se haya arribado, sea
cumplido, y en consecuencia, el litigante sea repuesto en su
derecho, o en su caso compensado.

La Constitución Española establece, en su art. 24.1, que la tutela judicial


efectiva implica también la prohibición de que pueda producirse en el
proceso la indefensión, por lo que también salvaguarda la defensa
contradictoria de las partes litigantes, a través de la oportunidad de
alegar y probar sus derechos e intereses en el curso del proceso, en el
que imperen los principios de bilateralidad e igualdad de armas
procesales.

La jurisprudencia de nuestro Tribunal Constitucional, respecto a este


derecho fundamental, mediante su SC 0492/2011-R, estableció lo
siguiente:

La jurisprudencia constitucional contendida en la SC 0600/2003-R de 6


de mayo, señaló que: …según la norma prevista por el art. 8.1 del Pacto
de San José de Costa Rica, 'toda persona tiene derecho a ser oída, con
las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial, establecidas con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter',
como podrá advertirse la norma transcrita consagra dos derechos
humanos de la persona: 1) el derecho de acceso a la justicia; y 2) el
derecho al debido proceso, entendiéndose por aquélla la potestad,
capacidad y facultad que tiene toda persona para acudir ante la
autoridad jurisdiccional competente para demandar que se preserve o
restablezca una situación jurídica perturbada o violada que lesiona o
desconoce sus derechos e intereses, a objeto de lograr, previo proceso,
una decisión judicial que modifique dicha situación jurídica. Conocido
también en la legislación comparada como «derecho a la jurisdicción»
(art. 24 de la Constitución Española), es un derecho de prestación que se
lo ejerce conforme a los procedimientos jurisdiccionales previstos por el
legislador, en los que se establecen los requisitos, condiciones y
consecuencias del acceso a la justicia; por lo mismo, tiene como
contenido esencial el libre acceso al proceso, el derecho de defensa, el
derecho al pronunciamiento judicial sobre el fondo de la pretensión
planteada en la demanda, el derecho a la ejecución de las sentencias y
resoluciones ejecutoriadas, el derecho de acceso a los recursos previstos
por ley. Finalmente, este derecho está íntimamente relacionado con el
derecho al debido proceso y la igualdad procesal”.

(…)

Por lo señalado, se establece que el derecho de tutela judicial efectiva,


se encuentra relacionada estrechamente con el derecho al debido
proceso, que consiste en el derecho de acceso libre a una justicia pronta
y oportuna, a ser parte de un proceso y a obtener de éste una resolución
o sentencia debidamente fundamentada sobre todos los puntos
solicitados, además que se cumplan las decisiones arribadas en la misma
y que el litigante favorecido, sea renovado en su derecho.

III.4. La interpretación de legalidad ordinaria facultad privativa de la


jurisdicción ordinaria

Con relación a la interpretación de la legalidad ordinaria la SCP 0695/2012 de 2


de agosto, haciendo referencia a la SC 1748/2011-R de 7 de noviembre,
ha establecido lo siguiente: “La interpretación de las normas legales
infra constitucionales, de manera general, es atribución
exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios; así, a través de la
presente acción tutelar, no es posible que esta labor sea
conocida por la jurisdicción constitucional como una instancia
de casación adicional o complementaria ante la que pueda
solicitarse un nuevo análisis de la interpretación efectuada,
salvo que la problemática concreta adquiera relevancia
constitucional, cuando se advierta afectación a algún derecho
fundamental o garantía constitucional y un evidente
desconocimiento de los principios rectores en los que se
fundamenta la jurisdicción ordinaria (en ese sentido, las SSCC
1000/2010-R, 1013/2010-R y 1210/2010-R, entre otras). Lo último
referido, con la única finalidad de procurar la eficacia de los enunciados
constitucionales y la sujeción de todos los poderes públicos a los valores
y principios que contienen.

Articulando el razonamiento anterior, la interpretación de la legalidad ordinaria


le corresponde a las autoridades judiciales o administrativas, debiendo
toda supuesta inobservancia o errónea aplicación de la misma, ser
corregida a través de la jurisdicción ordinaria; atañéndole únicamente a
la jurisdicción constitucional “'…en los casos en que se impugne tal
labor como arbitraria, insuficientemente motivada o con error
evidente, el estudio, dentro de las acciones de tutela, de la
decisión impugnada, a los efectos de comprobar si la
argumentación jurídica en la que se funda la misma es
razonable desde la perspectiva constitucional -razonamiento
que debe ajustarse siempre a una interpretación conforme a la
Constitución- o si por el contrario, se muestra incongruente,
absurda o ilógica, lesionando con ello derechos fundamentales o
garantías constitucionales'”; siendo imprescindible que, la parte
accionante que se considera agraviada por dicha interpretación:
'…1. Explique por qué la labor interpretativa impugnada resulta
insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda o
ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas
de interpretación que fueron omitidas por el órgano judicial o
administrativo; y, 2. Precise los derechos o garantías
constitucionales que fueron lesionados por el intérprete,
estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y la
interpretación impugnada; dado que sólo de esta manera la
problemática planteada por el recurrente, tendrá relevancia
constitucional' (…SC 0914/2010-R de 17 de agosto; cuyo tenor, se
reitera en las recientes SSCC 0492/2011-R, 0538/2011-R y 0674/2011-R,
entre otras)” (las negrillas fueron agregadas).
De la línea jurisprudencial citada, se extrae que la interpretación de la legalidad
ordinaria corresponde exclusivamente a la jurisdicción ordinaria, en tal
virtud aquella supuesta inobservancia o aplicación errónea de la misma,
corresponde ser corregida a la misma autoridad ordinaria; y, sólo; en
aquellos casos en que se advierta afectación a algún derecho
fundamental o garantía constitucional y un evidente desconocimiento de
los principios rectores en los que se funda la jurisdicción ordinaria, el
Tribunal Constitucional Plurinacional puede realizar una nueva
interpretación, caso contrario se estaría convirtiendo en una instancia de
casación.

III.5. Análisis del caso concreto

De los antecedentes expuestos, se evidencia que Karina Lazarte Moya de


Soria, el 4 de marzo de 2011, interpuso demanda de pago de beneficios
sociales y otros, contra Juan Carlos Méndez Dehne -accionante-, ante el
Juez de Turno de Partido de Trabajo y Seguridad Social de Oruro, habida
cuenta que, fue destituida de manera intempestiva por éste, el 8 de
enero de similar año, la misma que fue resuelta mediante sentencia
051/2012 de 1 de junio, por el Juez Segundo de Trabajo y Seguridad
Social, declarándola improbada, decisión que fue apelada por la
demandante el 27 de julio de similar año, porque el tribunal entró en
vacación judicial a partir del 2 del mismo mes y año, recurso de
apelación que fue respondida por el accionante, manifestando que la
sentencia respeta el principio de igualdad y razonabilidad, porque valoró
la proporcionalidad de los factores intrínsecos, sin poner en desventaja a
ninguna de las partes, efectuando una correcta valoración de las pruebas
sin basarse en dudas, ni probabilidades, sino en la falta de suficiente
prueba, por lo que, solicitó ratificar la sentencia impugnada, la misma
que fue resuelta por la Sala Social y Administrativa mediante Auto de
Vista AV-SA-130/2012 de 19 de diciembre, que revocó la Sentencia
051/2012 de 1 de junio, declarando probada en parte la demanda en
cuanto al desahucio, indemnización, aguinaldo 2010, pago doble,
vacaciones 2009 y 2010, sueldos devengados de noviembre-diciembre de
2010, Bs50.- (cincuenta bolivianos) y 25 días de diciembre-enero a
calcularse sobre el promedio indemnizable de Bs80.- (ochenta
bolivianos), e improbada en cuando a las asignaciones familiares e
incremento salarial a Bs1000.- disposición que fue recurrida en recurso
de casación, por ambas partes, arguyendo el demandado por su parte,
que la demandante incumplió el contrato de trabajo, porque no demostró
que cumplió con sus obligaciones de administradora, al no haber inscrito
a los dependientes a la Caja de Seguridad Social, a la Jefatura
Departamental del Trabajo, no presentó la documentación que acrediten
la existencia de deudas pendientes de los trabajadores, las planillas de
salarios mensuales.

La Sala Social y Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, emitió el


Auto Supremo 298 de 5 de junio de 2013, declarando infundado en el
fondo el recurso de casación interpuesto por el demandado y con
relación a la demandante casó parcialmente el Auto de Vista
AV-SSA-130/2012 de 19 de diciembre, disponiendo el pago de
asignaciones familiares.

Ahora bien, conforme se tiene de los antecedentes se advierte que el


accionante, solicita principalmente, la tutela de sus derechos al debido
proceso y tutela judicial efectiva, identificando dos actos lesivos, el
primero referido a que el Auto de Vista AV-SSA-130/2012 de 19 de
diciembre, como el Auto Supremo 298 de 5 de junio, consintieron la
vulneración de sus derechos, por no revisar de oficio el proceso,
concerniente a la demanda de pago de beneficios sociales, interpuesta
en su contra por Karina Lazarte Moya de Soria, y anular la misma hasta
el vicio más antiguo, habida cuenta que el recurso de apelación
interpuesta por ésta, contra la Sentencia 051/2012 de 11 de junio, se
efectúo fuera de plazo previsto por ley, toda vez que, se efectuaron dos
notificaciones, una el 19 de junio de 2012 y la otra el 29 de similar mes y
año, siendo válida la primera, tomando en cuenta que, no hubo ningún
error en ésta, al haberse cumplido con todos los procedimientos, por lo
tanto, al haber interpuesto el recurso de apelación el 27 de julio del
mimos año, descontando el periodo de vacación judicial, transcurrieron
ocho días, encontrándose fuera del plazo establecido en el art. 205 del
CPC.

El segundo acto lesivo identificado, fue el referido a que los Magistrados


de la Sala Social y Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en el
Auto Supremo 298 de 5 de junio, al casar en parte el Auto de Vista
AV-SSA-130/2012 de 19 de diciembre, y disponer el pago de subsidios
familiares, fue a consecuencia de una mala interpretación de la ley.

Con relación al primer acto lesivo denunciado, se establece que el mismo


no vulnera el derecho al debido proceso ni la tutela judicial efectiva del
accionante, tomando en cuenta que, tuvo conocimiento de la demanda
interpuesta en su contra, habiendo sido parte activa del proceso y
asumido defensa, interponiendo los recursos que franquea la ley,
presentando sus pruebas de cargo y descargo, de manera que tuvo
acceso a una justicia pronta y oportuna.
Con referencia, a que no se hubiera revisado el proceso de oficio en
ninguna de las instancias, en relación a una supuesta presentación
extemporánea del recurso de apelación por parte de la demandante
contra la Sentencia 0511/2012, de los hechos y antecedentes
desarrollados en las Conclusiones de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, se establece que el accionante, una vez que fue admitida la
apelación efectuada por la parte demandante, se limitó simplemente a
solicitar la ratificación de la referida sentencia, sin efectuar mayor
reclamo a una supuesta interposición extemporánea, motivo por el cual
los Vocales de la Sala Social Administrativa del Tribunal Departamental
de Justicia de Oruro, no consideraron ese aspecto; situación similar
ocurrió en la instancia de casación, puesto que, el accionante en su
apelación, centro su atención en intentar demostrar que el despido fue
justificado, refiriendo que la demandante incumplió su contrato, por qué
no cumplió, con sus obligaciones como administradora, sin señalar la
vulneración aducida de presentación extemporánea de la apelación,
aspecto que impidió a los Magistrados de la Sala Social y Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia, ingresar a resolver la presunta lesión,
situación que queda fuera del alcance de las mismas; toda vez que, sólo
deben pronunciarse sobre los puntos resueltos por el inferior y que no
hubiesen sido objeto de apelación, al no haber reclamado el accionante
en su determinado momento la presunta lesión, dejó precluir su derecho,
desidia que no puede ser subsanada por las autoridades demandadas.

Sobre el segundo acto identificado como lesivo a sus derechos, el


accionante no demostró ni explicó de manera clara y precisa del por qué
la labor interpretativa de los Magistrados de la Sala Social y
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, fueron insuficientemente
motivadas, arbitrarias, incongruentes, absurdas, ilógicas o con error
evidente, tampoco identificó las reglas de interpretación que fueron
omitidas, no precisó los derechos constitucionales que fueron lesionados
estableciendo un nexo de causalidad entre éstos y la interpretación
impugnada, requisitos que necesariamente debió de cumplir a objeto de
que el tribunal excepcionalmente ingrese a efectuar la labor
interpretativa de la legalidad ordinaria, al no haber dado cumplimiento a
estos presupuestos establecidos en la jurisprudencia Constitucional
desarrollada en el Fundamento Jurídico III.4 del presente fallo y haberse
limitado en señalar que las autoridades demandadas al disponer además
el pago de subsidios familiares, efectuaron una mala interpretación de la
ley, no abre la competencia de la jurisdicción constitucional, por lo que,
en virtud de lo señalado se establece que no se vulneraron los derechos
del accionante.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de garantías al haber denegado, la
tutela solicitada, ha actuado en forma correcta.
POR TANTO

Por lo expuesto, el Tribunal Constitucional Plurinacional en su Sala Segunda, en


virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia; y, el art. 44.I del Código Procesal Constitucional, en
revisión resuelve CONFIRMAR en todo la Resolución 324/2013 de 24 de
septiembre, cursante de fs. 84 a 88 vta., pronunciada por la Sala Social
Administrativa y Tributaria del Tribunal Departamental de Justicia de
Chuquisaca; y, en consecuencia DENEGAR la tutela solicitada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Se hace constar, que no interviene la Magistrada, Dra. Mirtha Camacho


Quiroga, por ser de voto disidente.
Fdo. Dra. Soraida Rosario Chánez Chire
MAGISTRADA

Fdo. Dr. Efren Choque Capuma


PRESIDENTE

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