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Disipadores de energía en la
estructura de edificios.
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DISIPADORES DE ENERGIA
TECNICAS DE DISEÑO SISMO
RESISTENTE
Sistemas de protección
La energía que recibe una estructura durante un terremoto puede ser soportada de tres maneras
diferentes:
• Por resistencia: Consiste en dimensionar los elementos estructurales de tal modo que tengan
suficiente resistencia como para soportar las cargas sísmicas sin romperse. Éste método
requiere unas sobredimensiones bastante importantes de los elementos estructurales y tiene
algunos riesgos de rotura frágil.
• Por ductilidad: Consiste en dimensionar los elementos de tal manera que parte de la energía
del sismo sea disipada por deformaciones plásticas de los propios elementos estructurales. Esto
implica que la estructura recibirá daños en caso de sismo, pero sin llegar a colapsar. Reduce el
riesgo de rotura frágil y la dimensión necesaria de los elementos estructurales es bastante
menor.
• Por disipación: Consiste en introducir en la estructura elementos cuyo fin es disipar la energía
recibida durante un terremoto, y que no tienen una función resistente durante el resto de la vida
normal del edificio. Existen principalmente tres tipos de sistemas de disipación:1
o Aislamiento sísmico: Se conoce así a la técnica de desacoplar el edificio del suelo. La
energía proveniente del terremoto no penetra en el edificio ya que éste está aislado del suelo.
o Elementos de disipación pasiva: Son técnicas que permiten dar un amortiguamiento
suplementario mediante elementos que absorben la energía del terremoto, evitando que ésta
dañe al edificio. Estos elementos llamados amortiguadores pueden ser de muy distinta forma:
de aceite, de metal, visco-elásticos, viscosos… En algunos casos los amortiguadores tienen
que ser sustituidos tras un impacto sísmico.
o Elementos de disipación activa: Son elementos que absorben la energía por
desplazamiento de elementos preparados para ello. Sería el caso del amortiguador de masa del
Taipei 101 que realiza un desplazamiento para absorber la energía del viento sobre la estructura
o el sismo.
Un mismo edificio puede mezclar varias técnicas para soportar un sismo. La capacidad final de
un edificio bien planteado de soportar energía sísmica es la suma de las energías que puede
soportar cada uno de los apartados anteriores.
Disipadores de energía
Un disipador tiene como función principal absorber la energía sísmica que ha ingresado al
edificio. El ingeniero Julio Rivera Feijóo, gerente general de Seintec, aclaró que cuando se
tiene un sismo muy severo, la fuerza con la que la naturaleza empuja de manera horizontal a
cualquier elementos es aproximadamente igual al propio peso. Gran cantidad de la energía se
disipa en parte por la fisuración de los elementos o también cuando se tienen alguno que se ha
colocado para absorber o eliminar esas fuerzas; es así que las edificaciones de concreto armado
atenúan una gran cantidad de energía por la fisuración, sin embargo hay una forma de disipar
sin provocar daños.
“ El disipador es para edificios flexibles que se van a mover bastante, comúnmente por encima
de los 10 pisos, controlando su desplazamiento entre un nivel inferior y otro superior mediante
unas diagonales y dentro de unos amortiguadores que van a absorber la energía sísmica. Se
usan diagonales metálicas por lo general , y en los extremos de éstas se suele insertar y colocar
un disipador que va a funcionar igual que un amortiguador de un carro: absorberá la energía y
provocará que el edificio se mueva menos, causando pocos daños en la parte interior”, detalló.
Los disipadores son unos dispositivos que se colocan en la estructura y que tienen por misión
oponerse al movimiento del simo y generar fuerzas contrarias a la fuerza del mismo. “Con esto
se logra el aumento del amortiguamiento pues se reducen las fuerzas sísmicas y los
desplazamientos. Es como si una estructura diseñada para una aceleración de 0.4 G fuera
realmente diseñada para 0.3 G, con lo que estamos aumentando el amortiguamiento del 5% -
que es lo normal en edificios- a uno de 15% o 20%”, sostuvo Casabonne.
“Los disipadores tienen la particularidad de que no hacen resistencia hacia el movimiento de la
construcción sino que tratan de absorber la energía a través del movimiento que el edificio tiende
a tener, pero los esfuerzos máximos que se producen son cuando el edificio está quieto. Sin
embargo, en la máxima deformación de la torre, estos elementos trabajan en su mínimo
esfuerzo. Por eso durante sismos severos esto es muy conveninete porque un edificio siente la
reacción de un disipador más fuerte cuando no está deformado, y cuando esto ocurre, tienden
a lograr un equilibrio bastante compensando u atenuado”, agregó el Ingeniero Rivera.
Tipos de disipadores
Hay una amplia gama de disipadores de energía que pueden ser aplicados en la prevención de
sismos. “Hay dos vertientes: uno de líquidos viscosos y otra de elementos a fricción o fluencia
(metálicos). Estos últimos rigidizan más al edificio y llaman más fuerza sísmica; el efecto no es
tan beneficioso como ocurre con los de líquido ciscoso que no aumentan la rigidez del edificio.
El disipador metálico tiene sus aplicaciones pero es un elemento que requiere ser cambiado
después de un evento sísmico. Son productos de acero que tienen menos capacidad o
resistencia y son los primeros que una vez que pasa el rango elástico entran en fluencia; por
ello hay que reemplazarlos luego de ocurrido el evento”, refirió Casabonne.
Los comúnmente llamados disipadores viscosos representan una enorme ventaja comparativa
respecto a los metálicos. “Nuestra disipación sísmica viscosa tiene una tecnología patentada
por la NASA y se diferencia de la metálica en que no sobreesfuerza la estructura por lo que no
hay que rediseñar o reforzar algunas partes. Además, no necesitan ser cambiados después de
un terremoto severo, incluso pueden soportar otro de mayor magnitud. A diferencia de los
disipadores metálicos, no sufren deformaciones permanentes por lo que si ya trabajaron
intensamente durante un sismo no requieren ser reemplazados y, por tanto, no hay lapsos en
que la estructura esté desprotegida. Nuestros disipadores viscosos se ensayan uno a uno, lo
que significa que los clientes estarán seguros que funcionan antes de que ocurra un sismo”,
señaló el ingeniero Iván Gonzales, gerente de Ingeniería de CDV.
“Las diagonales se colocan justo en la intersección entre la columna y la viga del piso inferior y
salen hacia el nudo opuesto -un pórtico más-, desplazado hacia la unión de otra viga y columna.
Cuando los edificios comienzan a moverse, el amortiguador se estira o encoge. Esta diagonal
no hace frente al movimiento como un puntal, sino que tiene la capacidad de deformarse
absorbiendo mucha energía”, manifestó el ingeniero Rivera Feijóo.
Aplicación del aislador elastomérico
Aplicaciones en auge
Los disipadores de energía de líquido viscoso fueron aplicados hace varios años en la torre del
Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Un centro de control aéreo tan importante como éste
merecía contar con tales dispositivos y, con el paso del tiempo la aplicación de estos ha
concitado la atención de muchos inversionistas e ingenieros.
“El edificio de 15 pisos que estamos terminando con GERPAL en la avenida Benavides, tendrá
disipadores mostrados no sólo hacia adentro sino hacia fuera, para que las personas vean que
el edificio está protegido. Ahora veremos unas diagonales que tienen la magia de defender la
estructura en la que han sido colocadas y es la primera vez que se instalan en una nueva torre
desde su diseño inicial. El concepto no ha sido evitar el costo que significa colocar estos y
ahorrar en algunos puntos de la estructura como vigas y columnas que, al estar menos
esforzadas, van a requerir menos refuerzo. La idea ha sido diferente: ¿qué grado de seguridad
adicional puede lograr una edificación común cuando se le colocan estos elementos? Este
edificio ha sido concebido para superar dos escalas de seguridad a la que le corresponde
normalmente. El proyecto, que tenía las características iniciales de un edificio común, ahora
tiene una distinción de edificación esencial; es decir, que si un día se suscita un sismo muy
severo, es probable que sea una de las pocas torres en pie”, sostuvo el Ingeniero Rivera.
Tendencia hacia la retrocapacitación en aisladores
Conviene preguntarse dónde se sitúan las tendencias sobre el uso de elementos de protección
sísmica en nuestro país. “Por el tipo de construcción que hay en Lima, la mayor representación
ha sido hacia los disipadores porque los edificios son más altos y también porque existen
muchos que estos casos los disipadores viscosos son los ideales. Sin embargo, existe mucho
potencial en el uso de aisladores para edificios de baja altura y de gran área, como museos,
centros de datos, hospitales, y cualquier otra estructura que debe seguir operando después de
un terremoto de gran magnitud”, explicó el ingeniero de CDV.
Las instancias públicas que congregan mayor cantidad de personas a diario deben ser
reforzadas con este tipo de elementos de protección sísmica. “Debería ser una obligación el uso
de estos dispositivos en edificaciones como estaciones de bombero, comisarías, postas,
hospitales, instituciones financieras y centros de data, que deberías estar protegidos contra
daños sísmicos muy resistente, pero el daño del contenido siempre va a existir y eso puede
causar deterioros mucho más costosos y perjudiciales a la sociedad que el costo inicial que
representa este dispositivo. Es una responsabilidad del ingeniero estructural promover el uso
de aisladores y presentar a su cliente las diferentes opciones que hay para luchar contra el
sismo. Exhibir una perspectiva tal que el cliente vea con claridad las ventajas y desventajas,
para que pueda evaluar con conocimiento de causa y tomar una decisión acertada.
Hay varias edificaciones que se están retrocapacitando con disipadores sísmicos, tanto privadas
como del Estado, generalmente construidas en las décadas de los 50 ó 60, que por ser una
tipología estructural previa a cualquier norma, no reúnen las condiciones de seguridad básicas
pues los anclajes de las vigas son pequeños.
Pocas personas hacen el análisis de qué es caro o barato porque eso depende en qué tiempo
se mida esto, aunque si uno lo mide en 100 ó 150 años de vida, hay una rentabilidad asegurada”,
expresó.
“Cuando uno ve el costo de un edificio, que sería el costo real de construirlo, y después el gasto
de repararlo consecutivamente en el futuro con tantos sismos como se hayan presentado,
resulta más barato y mejor concebida una edificación que tenga estos elementos”,
agregó Rivera Feijóo.
“Otro aspecto importante, es el precio de este sistema, que sólo puede representar entre el 2%
y 3% del costo de un proyecto convencional (aunque se puede reducir a cero). Esto pasa porque
en un edificio con aislamiento físico se puede disminuir en forma importante la cantidad de
concreto, de fierro y secciones. El calculista del proyecto y la empresa especializada en el
diseño del aislamiento deben trabajar de forma coordinada para lograr soluciones más
efectivas”, agregó Vïctor Manzur, de Vulco.
Un disipador tiene como función principal absorber la energía sísmica que ha ingresado al
edificio
Alternativas tecnológicas
Si bien es cierto que en promedio los aisladores sísmicos y los disipadores de energía han sido
aplicados en edificios por debajo y por encima de los 10 pisos, existe otra solución que es usada
para edificios extremadamente altos. Se trata del sistema de masa sintonizada indicado para
estructuras afectadas por la fuerza del viento.
“En las torres que tienen entre 50 y 100 pisos se utilizan otros tipos de elementos colocando
una gran masa en su tercio superior. Esa gran masa, que en algunos casos pesa cientos de
toneladas, recibe una señal electrónica de un dispositivo a nivel del suelo de tal modo que
cuando se inicia el movimiento telúrico envía un impulso a la masa y ésta comienza a moverse
de forma contraria al desplazamiento del terreno, compensado así al edificio y logrando
mantenerlo más quieto y menos esforzado. Esos sistemas son bastante caros”, detalló Rivera.
Otra alternativa para reducir la carga sísmica de las estructuras, son los amortiguadores de
sintonía de masa, que son dispositivos que se colocan generalmente en el último piso de los
edificios altos, y que tienen un peso equivalente entre 5% y 10% del edificio y amortiguadores
viscos elásticos en la base de dicho piso, los cuales incrementan el amortiguamiento de la
estructura reduciendo las aceleraciones, desplazamientos y esfuerzos en las estructuras hasta
en 40%, disminuyendo los daños en la estructura. “Es ideal para proyectos de reforzamiento y
de actualización de los edificios que fueron construidos con normas más antiguas a las actuales,
ya que no es intrusivo y es más económico que los amortiguadores viscosos” agregó Víctor
Manzur.
Además de los disipadores viscosos y metálicos, también existen otros dispositivos que sirven
para atenuar el rozamiento entre dos edificios contiguos, cuya distancia de separación es
bastante reducida. “Nosotros también hemos desarrollado productos que pueden servir para
acoplar dos edificios que están separados por una junta de un ancho tan pequeño que podría
medir incluso menos de 5cm.
Hay cientos de edificios contiguos que se chocarían en caso de un terremoto, causándoles
grandes daños. Este tipo de disipadores sísmicos evitaría que se choquen, disipando energía,
incluso para desplazamientos tan pequeños como de milímetros” afirmó Iván Gonzales, de CDV.
Fuente: Revista “Constructivo”
Apoyo elastomérico
El aislamiento sísmico es un sistema ampliamente usado para la protección sísmica de diversos
tipos de estructuras. Numerosos estudios teóricos, análisis numéricos y ensayos de laboratorio
demuestran el excelente comportamiento que puede lograr este sistema en la protección de
estructuras sometidas a eventos sísmicos moderados y severos. Adicionalmente, la efectividad
de este sistema fue evidenciada por los registros de la respuesta dinámica de los edificios con
aislamiento de base sacudidos por los sismos de Northridge en 1994 y Kobe en 1995.
Actualmente existen numerosas aplicaciones de sistemas de aislamiento de base en países
como Japón, Estados Unidos, Nueva Zelanda e Italia. Estas aplicaciones corresponden
principalmente a la construcción de nuevos edificios y el mejoramiento sísmico de estructuras
existentes. Uno de los edificios en los que se demostró la factibilidad de los sistemas de
aislamiento sísmico es el Fire Command and Control Facility en Los Angeles. Este edificio es
una central de emergencias que debe permanecer en operación incluso después de un sismo
extremo. Para su construcción se realizó una comparación entre los esquemas de diseño
convencional y de aislamiento sísmico para proveer el mismo grado de protección. En estos
términos se estimó que el costo del edificio con aislamiento sísmico era un 6% menor que el
correspondiente al edificio con un diseño convencional.
La prueba más severa a la que fue sometido un edificio con aislamiento sísmico hasta la fecha
corresponde al hospital de docencia de la Universidad de Southern California. El edificio está
ubicado a 36 km del epicentro del terremoto de Northridge, ocurrido en 1994 con una magnitud
de 6.8 MW. Durante el terremoto el terreno bajo el edificio alcanzó una aceleración máxima de
0.49 g, mientras que las aceleraciones en el interior del edificio estuvieron entre 0.10 g y 0.13
g. Esto significa que la estructura fue aislada en forma efectiva de los movimientos del suelo,
teniendo en cuenta que estos movimientos fueron lo suficientemente intensos como para
provocar daños importantes en edificios adyacentes.
A diferencia de las técnicas convencionales de reforzamiento de edificios existentes, con el
aislamiento sísmico se busca reducir la demanda a niveles en los que la capacidad existente en
la estructura sea suficiente para resistir las cargas. Esta técnica es particularmente apropiada
para la protección de edificios con valor histórico.
4.1.2 Disipadores de Energía
Los disipadores de energía son dispositivos diseñados para absorber la mayoría de la energía
sísmica, evitando así que ésta sea disipada mediante deformaciones inelásticas en los
elementos estructurales. Pueden ser clasificados como histeréticos o viscoelásticos.
Los disipadores histeréticos incluyen los disipadores metálicos y los disipadores friccionantes,
y dependen esencialmente de los desplazamientos de la estructura. Los disipadores metálicos
están basados en la fluencia de los metales debido a flexión, corte, torsión, o extrusión. Uno de
los dispositivos metálicos más reconocidos es el ADAS, que está compuesto por placas de
acero con sección transversal en forma de X instaladas en paralelo sobre los arriostres. Los
disipadores friccionantes son dispositivos que disipan la energía mediante las fuerzas de fricción
que se presentan por el desplazamiento relativo entre dos placas en contacto. Son diseñados
para deslizar a una carga predeterminada, y permanecen inactivos mientras no existe una
demanda sísmica importante sobre el edificio.
E
Disipador histerético
Los disipadores viscoelásticos incluyen los sistemas de sólidos viscoelásticos, fluidos
viscoelásticos, y los disipadores fluido-viscosos. Los dispositivos viscoelásticos dependen
esencialmente de la velocidad. Los disipadores viscoelásticos sólidos están constituidos por una
capa de material viscoelástico ubicada entre dos placas de acero, usualmente acopladas a los
arriostres que conectan los extremos del entrepiso. Los dispositivos viscoelásticos líquidos
disipan la energía por medio de las deformaciones inducidas por un pistón en una sustancia
altamente viscosa. Los disipadores fluido-viscosos son dispositivos que disipan energía
forzando el flujo de un fluido a través de un orificio. Estos dispositivos son similares a los
amortiguadores de un automóvil, pero operan con un mayor nivel de fuerzas y son fabricados
con materiales más durables para lograr un mayor tiempo de vida útil.
Disipador viscoelástico
4.1.3 Osciladores Resonantes
Un oscilador resonante (TMD) es un sistema de un grado de libertad constituido por una masa,
un elemento restitutivo y un mecanismo de disipación de energía, usualmente montado en la
parte superior de la estructura. Para que el TMD pueda reducir la respuesta dinámica de una
estructura debe existir una coincidencia entre las frecuencias naturales de vibración de la
estructura y del oscilador resonante. Los osciladores resonantes son bastante efectivos en la
reducción de las vibraciones producidas por el viento en edificios altos. También puede ser
empleados para la reducción de la respuesta sísmica.
• Experimentación
La experimentación en el tema del aislamiento sísmico con elastómeros ha sido muy amplia en
Nueva Zelanda y en los Estados Unidos, pero muy pobre en Latinoamérica; el desarrollo
experimental implementado para la investigación representa el inicio del proceso experimental
en esta área.
El pórtico se probó con amortiguamiento y sin amortiguamiento, excitado bajo señales de
amplitud constante (2 mm sin amortiguamiento y frecuencias de 1.0 a 6.0 Hz. y 5 mm con
amortiguamiento y variando la frecuencia entre 1.0 y 6.0 Hz, con incrementos de 0.5 Hz. en
ambos casos). A continuación presentamos las gráficas resultantes del proceso experimental
para el modelo tanto sin amortiguador como amortiguado.