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DE CAJAMARCA
EAP ING. EN INDUSTRIAS ALIMENTARIAS
ALUMNA:
Albarrán Ruiz, Merly
Anglas Chalan, Jayke
Cachi Chavez, Julisa
Chuquiviguel Cerna, Claudia
Zegarra Mejía Andrea
CICLO: VI
Cajamarca, julio de 2018
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA
PROCESO DE PANIFICACIÓN
I. INTRODUCCION
El pan constituye la base de la alimentación desde hace 7000 u 8000 años (Bourgeois y Larpent,
1995). Al principio era una pasta plana, no fermentada, elaborada con una masa de granos
machacados groseramente y cocida, muy probablemente sobre piedras planas calientes.
El arte de la panificación surgió en diferentes lugares, entre el 7.000 y 5.000 a.C. Los primeros
panes eran unas galletas planas, de cereales molidos y agua, cocinados sobre piedras calientes.
Más tarde, se debió observar que tanto la textura como la digestión mejoraban cuando la masa
era dejada un tiempo en reposo. El paso siguiente fue dejar sin cocinar una pequeña parte de la
masa (masa ácida o pie de masa) para agregarla en la preparación siguiente. Este
procedimiento ya era conocido por los egipcios y los hebreos, 5.000 años atrás. Los estudios
microbiológicos actuales indican que en el pie de masa coexisten bacterias lácticas y levaduras.
Las enzimas del cereal hidrolizan el
almidón, formando azúcares que son
transformados en ácido láctico por las
bacterias y en etanol por las levaduras.
La liberación de CO2 durante la
fermentación alcohólica forma burbujas
que confieren porosidad y levedad a la
masa. Además de aumentar el levado,
la preparación de un pie de masa
posibilidad la selección y el
enriquecimiento en los
microorganismos de los cereales. Durante muchos siglos, la preparación de pan involucró una
fermentación natural, para la cual cada panadero preparaba su fermento. El paso a una
panificación en escala industrial comienza en el siglo XIX, con el descubrimiento de las levaduras
(Saccharomyces cerevisiae) seguido de su producción industrial como fermento de panadería,
por fermentación aerobia de materias primas azucaradas. Aunque algunos panaderos conservan
la práctica de la fermentación natural, poco a poco los procesos artesanales van
desapareciendo, sustituidos por la panificación industrial, en que la masa se prepara mezclando
harinas de uno o más tipos con agua, levaduras y diversos aditivos: emulsificadores, agentes
oxidantes y reductores (alfa-amilasas, hemicelulasas, lipasas, etc.) y aceleradores de la
fermentación.
II. OBJETIVOS
1.- Pan común, se define como el de consumo habitual en el día, elaborado con harina
de trigo, sal, levadura y agua, al que se le pueden añadir ciertos coadyuvantes
tecnológicos y aditivos autorizados. Dentro de este tipo se incluyen:
2.- Pan especial, es aquel que, por su composición, por incorporar algún aditivo o
coadyuvante especial, por el tipo de harina, por otros ingredientes especiales (leche,
huevos, grasas, cacao, etc.), por no llevar sal, por no haber sido fermentado, o por
cualquier otra circunstancia autorizada, no corresponde a la definición básica de pan
común. Como ejemplos de pan especial tenemos:
Pan de Viena o pan francés, es el pan de flama que entre sus ingredientes
incluye azúcares, leche o ambos a la vez.
Pan de huevo, pan de leche, pan de miel y pan de pasas, etc., son panes
especiales a los que se añade alguna de estas materias primas, recibiendo su
nombre de la materia prima añadida.
A raíz de las anteriores definiciones, las materias primas utilizadas en la elaboración del
pan son (Tejero, 1992-1995; Matz, 1996; Miralbés, 2000; Callejo, 2002): harina, agua,
sal, levadura y otros componentes. Evidentemente la utilización de las 4 primeras
conduce a la elaboración de pan común, la ausencia de alguna de ellas o la inclusión de
algún componente especial conlleva la elaboración de pan especial.
Humedad: 13 - 15%.
Proteínas: 9 - 14% (85% gluten).
Almidón: 68 - 72%.
Cenizas: 0.5 - 0.65%.
Materias grasas: 1 - 2%.
Azúcares fermentables: 1 - 2%.
Materias celulósicas: 3%.
Enzimas hidrolíticos: amilasas, proteasas, etc.
Vitaminas: B, PP y E.
La legislación española limita al 15% el máximo de humedad, al 9% el mínimo de
proteína y al 30% el máximo de acidez de la
grasa. El 85% de la proteínas son Gliadinas y
Gluteninas, proteínas insolubles que en conjunto
reciben el nombre de gluten debido a su
capacidad para aglutinarse cuando se las mezcla
con agua dando una red o malla que recibe
igualmente el nombre de gluten. Esta propiedad
que poseen las proteínas del trigo y que (salvo
raras excepciones como el centeno) no poseen
las proteínas de otros cereales, es la que hace
panificables las harinas de trigo y la que
proporciona las características plásticas de la
masa de pan (Calvel, 1983; Eliasson y Larsson,
1993; Calaveras, 1996).
Agua. Es el segundo componente mayoritario de la masa y es el que hace posible
el amasado de la harina. El agua hidrata la harina facilitando la formación del
gluten, con ello y con el trabajo mecánico del amasado se le confieren a la masa
sus características plásticas: la cohesión, la elasticidad, la plasticidad y la tenacidad
o nervio (Calvel, 1983). La presencia de agua en la masa también es necesaria
para el desarrollo de las levaduras que han de llevar a cabo la fermentación del
pan.
Sal. Su objetivo principal es dar sabor al pan (Calvel, 1994). Además, es importante
porque hace la masa más tenaz, actúa como regulador de la fermentación, favorece
la coloración de la corteza durante la cocción y aumenta la capacidad de retención
de agua en el pan (Calvel, 1983).
Amasado. Sus objetivos son lograr la mezcla íntima de los distintos ingredientes y
conseguir, por medio del trabajo físico del amasado,
las características plásticas de la masa así como su
perfecta oxigenación. El amasado se realiza en
máquinas denominadas amasadoras, que constan de
una artesa móvil donde se colocan los ingredientes y
de un elemento amasador cuyo diseño determina en
cierto modo los distintos tipos de amasadoras, siendo
las de brazos de movimientos variados (sistema
Artofex) y las espirales (brazo único en forma de
«rabo de cerdo») las más comúnmente utilizadas en
la actualidad.
Los hornos utilizados en panadería pueden ser continuos (hornos de túnel), cuando
es posible alimentarlos con una secuencia ilimitada de piezas, o discontinuos
cuando una vez cargados con la totalidad de las piezas hay que esperar a que se
cuezan para sacarlas e introducir una nueva carga (hornos de solera, hornos de
pisos, hornos de carros, etc.).
Cantidad de levadura
La velocidad de fermentación está directamente relacionada con la cantidad de levadura
utilizada en la masa. Específicamente la cantidad de levadura debe limitarse para
controlar la fermentación y permitir suficiente tiempo a la masa para su beneficio.
Temperatura La velocidad de la actividad de la levadura es directamente proporcional a
la temperatura: altas temperaturas, aceleran el proceso, mientras que bajas
temperaturas lo demoran.
Cantidad de sal y azúcar
La sal reduce la actividad de fermentación. En general, la cantidad de sal para una
fermentación regular y consistente debe representar el 2% total de la harina en la
formula. Poca cantidad de azúcar (5%) incrementa la actividad de fermentación, ya que
la levadura recibe una mayor cantidad de nutrientes. Una cantidad superior (12%) o más
genera un efecto opuesto: la fermentación disminuye por el efecto negativo sobre las
células de levadura.
Acidez (pH) de la masa
Un pH en la masa entre 4 y 6 proporciona un ambiente óptimo para la levadura
comercial. A medida que el pH baja lo hace también la actividad fermentativa lo que
cambia las características de la masa. El proceso de panificación determina varias de las
características finales del pan, entre las cuales destacan el sabor, la textura de la
corteza, el volumen y la vida útil del producto. Todos los pasos de panificación están
interconectados y tienen efectos independientes; técnicamente no es posible aislar uno
del otro y cualquier cambio en una de las etapas puede afectar las siguientes, para bien
o para mal. Una primera fermentación larga incrementa considerablemente la fuerza y le
otorga numerosos beneficios al pan, entre los cuales de destacan la adición de sabor y
el incremento de la vida útil, este proceso empieza en el amasado. Al trabajar con un
tiempo de amasado largo junto con la primera fermentación larga, se puede obtener al
finalizar un exceso de fuerza en la masa que podría perjudicar la extensibilidad durante
el formado, un tiempo corto de amasado reduce los efectos negativos de la oxidación,
que ocurre cuando se incorpora el oxígeno durante el amasado.
La fermentación es un paso crucial en el proceso de panificación. Necesario para un
buen sabor y un producto de larga duración. Además, contribuye a ciertos cambios
físicos en la masa relacionados a las reacciones mecánicas, como la presión que ejerce
el dióxido de carbono sobre el gluten y reacciones químicas, como la producción de
ácido. Una panadería exitosa depende de la habilidad del panadero para entender y
controlar cada paso de las secuencias del proceso de panificación. La capacidad de
sentir la masa y anticipar eventuales cambios o defectos. Desafortunadamente, sentir la
masa no puede ser aprendida en libros, esto debe ser asimilado a través de la
experiencia cotidiana de trabajar con la masa.
IV. CONCLUSIONES
El agua hidrata la harina facilitando la formación del gluten, con ello y con el trabajo
mecánico del amasado se le confieren a la masa sus características plásticas: la
cohesión, la elasticidad, la plasticidad y la tenacidad o nervio (Calvel, 1983).
Los principales puntos de control en la elaboración de pan son, control sobre las
instalaciones, control sobre la dosis de levadura. Que no supere la dosis necesaria
según la temperatura de elaboración, control sobre la temperatura de fermentación,
que no supere los 25C, control sobre las temperaturas de cocción y los tiempos del
mismo según peso y formato.
V. BIBLIOGRAFIA