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Almas gemelas: parejas

Por Krisaltis

Muchas veces se ha hablado sobre las almas gemelas, existen cientos de escritos
relacionados al respecto, algunos muy antiguos, y otros no tanto. Quizá este pequeño
texto pase a formar parte de los demás escritos relacionados al tema, pero no es el
propósito principal ser la comprensión plasmada que destaque, sino que el que lo lea lo
pueda sentir y asimilar por sí mismo, según sus propias experiencias, sus propias
vivencias, amoldándolas. Esto es así porque muchas veces uno puede encontrarse con
ciertos manuales o guías que dicen cómo es el tema de las almas gemelas o cómo
“encontrarlas”, describiéndolo de diversas maneras. Muchas veces uno no se siente
identificado, a pesar de sentir que su relación en verdad es especial. Entonces la
pregunta viene a flote: ¿quién dice la verdad?

Quizá no sea cuestión de quién diga la verdad, el tema de las almas gemelas pasa
por el del amor, y en este ámbito no hay reglas prefijadas ni establecidas, es un mundo
totalmente distinto al que la mente analítica pueda concebir. Y no se trata de una
idealización, sino que de hecho se da. Para quienes se hayan sentido o se sienten
enamorados, saben de qué se está hablando. Las personas en la mayor parte del planeta
viven con algunas cosas pendientes dentro de sí, y uno puede preguntarse si podrá
reconocer a esa persona indicada estando en esa situación. Hay muchas personas que
con sus enseñanzas tratan de indicar que es importante primero sanar lo propio. Es
verdad en cierto modo, pero el proceso que toma hacerlo puede durar muchos años, y si
esto es así, ¿no sería acaso la misma “alma gemela” la que ayudaría a sanar el propio
proceso, siendo capaz de ver lo que tiene dentro de sí el otro? En el ámbito del amor
todo es posible, y también puede serlo el que juntos, la pareja, pueda sanar la raíz de los
males que tenga en sí. De millones de personas en el planeta, es evidente que la mayoría
no sana lo suyo totalmente para decirse enteramente sana antes de iniciar alguna
relación, incluyendo si se trata de la llamada “alma gemela”.

Muchos dicen que se ha nacido en esta tierra para aprender, para “superarse” a sí
mismos. En la definición que le dan a la relación ideal, que tiene que ver con el de
almas gemelas, se suele representar como la expresión más sublime de reencuentro.
Esto es muy cierto, porque se trata de un encuentro desde lo más profundo del ser, pero
quizá se haya omitido algo. Y es que, en un mundo en donde uno aprende
constantemente, y en el que los problemas humanos de raíz podrían llevar varias vidas
antes de que culminen, ¿tiene sentido encontrar ya como listo para aparecer a ese ser
ideal? En un mundo en donde hay mucha confusión y sensación de soledad, ¿no será
que el “alma gemela” aparezca como ayuda mutua para poder trascender juntos? Y solo
luego de haber ascendido, podrán vivir lo sublime, lo inefable, sentir de modo ilimitado
la totalidad. Alma gemela significa ser gemelo, identificarse desde lo profundo, un Yin
Yang. En este estado podrán aparecer debilidades, pero son justamente esas debilidades,
al ser reconocidas, al poder ser vistas, las que otorgan la posibilidad de mejorarse a sí
mismo. Siempre que haya buena voluntad desde el corazón por parte de ambos para
construir lo más hermoso que puedan llegar a imaginar, no habrá impedimento alguno.
Cuando las acciones por querer edificar algo maravilloso son honestas, entonces se ha
dado la mitad del camino. Las almas gemelas son una pareja cuyo reconocimiento ha
dado lugar a un florecimiento, quizá no inmediato, que permitirá hacer un mundo mejor
en todos los sentidos.

Quizá a muchos les parezca una vana idea la de las almas gemelas. Mucha
propaganda se hizo y mucho han lucrado al respecto. Pero todo eso no quita la
posibilidad de que exista alguien cuya raíz sea la misma. Las almas gemelas pueden no
reconocerse al principio, evidentemente por la confusión que impera en al sociedad,
pero habrá algún momento en el que podrán sentirse muy identificados uno con el otro,
llegando a un punto en el que no hayan dos, sino uno, sino lo que es. Incluso puede
suceder que en toda una vida no se la pueda conocer, como usualmente sucede. La idea
misma de alma gemela puede ser un impedimento para su reconocimiento, porque
aquella persona no está en el plano de las ideas, sino de lo tangible, aunque la conexión
es intangible. Por eso, es importante conocer a alguien por lo que es.

Las almas gemelas no se dan por vencido, aunque todo parezca acabado. No se
trata de masoquismo, sino de un amor que nace desde lo profundo y los une. Aunque la
tempestad esté en medio de ellos, siempre existirá ese lazo, que al haberse encontrado
en esta vida, podrá permanecer reconocido. Ambos tendrán una apertura mutua en la
percepción, podrán sentir lo que el otro siente, podrán sentir si los llama, podrán sentir
la conexión. No se trata de meras casualidades, sino de hechos que se dan, y quien sepa
de esto porque ya lo ha vivenciado, sabrá que es cierto. No pertenece al ámbito de la
ciencia ni de lo estrictamente racional, porque no está en el plano enteramente físico
como para ser pasado por el método científico, o encasillarlo por la racionalización del
pensamiento. Tampoco se están hablando palabras sueltas por simple inspiración, sino
que se está expresando lo que muchos en el planeta sienten y saben que es cierto.

Las almas gemelas tienen un algo entre ellos, que pese a todo logran permanecer
juntos. Las parejas comunes y corrientes por lo general desisten o pierden la chispa ante
problemas fuertes. Hay muchas diferencias entre una pareja normal y las almas gemelas.
La relación entre estas almas tampoco tiene que aparecer perfecta, sino que saben
complementarse, cual Yin Yang, aunque a veces tome tiempo. La esencia de las almas
gemelas es la de una pareja muy fuerte y especial que mantiene su esperanza y luz. Son
aquellos seres que se integran y que logran, en verdad, ser uno. Son más que una simple
pareja, son más que almas, son seres verdaderos que tienen la posibilidad de lograr
verse el uno al otro traspasando los límites. Es, a la vez, una conexión tal que logra
hacerlos latir como si fuera un solo corazón. Puede ser notado por personas externas,
cuando sienten que por dentro son lo mismo, cuando sienten que ambos son como
mitades, aunque completas de por sí, pueden integrarse, desde lo espontáneo.

Podrán surgir muchas críticas al respecto de lo expuesto, quizá de lo tratado ya


se haya hablado de manera similar por alguien más. Una de las preguntas que podrían
hacerse es la de cómo puede existir algo como las almas gemelas, cómo se reconocen. Y
como se dijo, no está enteramente en un campo por el cual la ciencia pueda explicarlo
de modo satisfactorio, por lo cual puede considerársele un tema de fe o de creencia
supersticiosa. La cuestión es que el ser humano mismo siente esa conexión particular
que no se dio antes, pero ese vínculo se da en ambos, no solo en uno. Quizá en algunos
casos no se note de inmediato por algún bloqueo, pero muy probablemente con el
tiempo, más o menos, podrán ambos sentirlo. No se pueden dar explicaciones basadas
en el método científico de hipótesis-implicación contrastadora-contrastación-ley-teoría,
pero sí una expresión humana desde la percepción del corazón, del sentimiento a partir
de sucesos que se perciben como ciertos.

Resulta sorprendente sentir cómo incluso en un abrazo puede sentirse una


especia de conexión que nunca antes se ha sentido. Este reconocimiento quizá al
principio no sea percibido claramente por la mente analítica, pero sí por la esencia del
Ser. Va más allá de todas las explicaciones que se le haya podido dar a esta suerte de
reencuentro según la cultura. Platón lo mencionaba aludiendo al andrógino, por
ejemplo. Ciertamente, la conexión que se da entre estas “almas” es muy misteriosa. Las
posibilidades y modos de verse por primera vez son casi infinitas, ya que la naturaleza y
su modo de obrar escapa muchas veces al monitoreo del pensamiento para poder
aprehenderla. Esta pareja especial tiene un potencial que quizá no puedan imaginarse en
las circunstancias donde se encuentran.

Esta conexión es de tal clase que incluso es incomprendido por aquellos mismos
que lo vivencian.

Namasté

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