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ODEBRECHT Y LA CONTRATACIÓN ESTATAL EN COLOMBIA

Juan José Londoño G.1

RESUMEN

En Colombia se han expedido una gran cantidad de estatutos de contratación entre


los que se encuentra la ley 80 de 1993, la ley 1150 o la ley 1882. Sin embargo todas
estas legislaciones se han quedado cortas y han abierto espacios a procesos de
corrupción en la adjudicación y realización o cumplimientos de los contratos
estatales, principalmente los que tienen la naturaleza de ser contratos de obra.

En recientes sucesos, se han encontrado múltiples escándalos mediáticos por el


mal manejo que se le ha dado a los recursos públicos, el más importante o el de
mayor resonancia en los últimos tiempos ha sido el de Odebrecht, el cual reveló la
inmersión de esta Multinacional brasilera en todos los países latinoamericanos.

En Colombia, particularmente, este proceso tuvo como cabeza a varios senadores


entre ellos Musa Besaile y Bernardo Elías, quienes terminaron siendo destituidos e
inhabilitados para ocupar algún otro cargo público.

Palabras Clave

Contratación, corrupción, carteles, Estado, Principios.

Abstract

In Colombia 80 of 1993 have sent a great quantity of bylaws of contracting between


which one finds the law, the law 1150 or the law 1882. Nevertheless all these
legislations have remained short and have opened spaces for processes of
corruption in the adjudication and accomplishment or fulfillments of the state
contracts, principally those who have the nature of being contracts of work.

In recent events, multiple media scandals have been for the evil managing that has
given him to the public resources, the most important or that of major resonance in

1
Estudiante de tercer año de la Universidad Libre seccional Pereira.
the last times has been that of Odebrecht, which revealed the dip of this Brazilian
Multinational in all the Latin-American countries.

In Colombia, particularly, this process took Musa Besaile and Bernardo Elías as a
head to several senators between them, who ended up by being destroyed and
disqualified from occupying some another public post.

Keywords

Contracting, corruption, cartels, State, Beginning.

Introducción

Mediante la ley 80 de 1993 se expidió el Estatuto de la Contratación Estatal, allí se


estipularon los principios que deberían regir todo proceso de elección y adjudicación
de cualquier tipo de contrato celebrado por las entidades públicas, definidas estas
en el artículo 1° de la mencionada legislación. No obstante, al transcurrir el tiempo,
se hizo notoria la precariedad y la gran cantidad de lagunas que tenía la ley 80, por
lo cual, se dio trámite a una gran cantidad de reformas, entre las que se encuentran
la ley 1550, la 1474 y la 1882, las cuales buscaban suplir y dar fin a la corrupción
que se había venido formando.

En el año 2016, estalló en el país uno de los escándalos más grandes en cuanto a
temas de contratación se ha tenido en la historia de Colombia, y si bien, el hecho
también se presentó en otros países de América Latina, en el presente trabajo se
hablará del caso local. Por lo tanto se torna necesario hacer un estudio minucioso
de la cantidad de principios y normas vulneradas en los procesos que tuvieron como
fin la apertura de una investigación al Presidente de la República y a un excandidato
presidencial.

El artículo 209 de la Carta Política establece que “La función administrativa está al
servicio de los intereses generales y se desarrolla con fundamento en los principios
de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad,
mediante la descentralización, la delegación y la desconcentración de funciones.”.
Así, se desprende que al ser la Contratación Estatal un proceso inminentemente
administrativo, se deberá regir por los postulados constitucionales antes
mencionados2.

En cuanto al postulado de igualdad, es de referirse que la aplicación de la ley debe


ser igual para todos y por contera, se le exige al Estado que garantice igualdad de
derechos y oportunidades3. Este principio de igual forma se desdobla en el principio
de concurrencia, el cual se traduce en la necesidad de una pluralidad de oferentes
en el proceso contractual.

Igualmente, en los postulados del derecho contractual, es de mencionar que todos


los interesados tienen derecho a acceder como ya se dijo, a la contratación
administrativa, en igualdad de oportunidades y la igualdad en pliegos y demás
documentos que garanticen el derecho a los oferentes.

En cuanto a la moralidad, esta se encuentra directamente vinculada al manejo limpio


y diligente de la actividad administrativa de forma que se transmita a los ciudadanos
una suerte de confianza hacia el Estado, por contera, el funcionario público que
participa en la actividad contractual del Estado debe entender que sus actuaciones
deben ser guiadas por interés general y el mejoramiento del servicio.

El principio de eficacia refiere que la Administración debe buscar el logro de unos


resultados mínimos en relación con la cantidad de responsabilidades y obligaciones
que se le confían a las entidades estatales. En consonancia, los procedimientos
contractuales deben lograr los objetivos para los cuales nacieron y debe ello
hacerse sin obstáculos de índole formal o meramente procedimental.

Ahora bien, el principio de celeridad busca dar agilidad en el trámite dentro de la


administración pública y así evitar la exigencia de requisitos meramente formales o
innecesarios, por lo cual, se debe buscar siempre satisfacer las necesidades de los
administrados y los cumplimientos de los fines del Estado.

El principio de imparcialidad les imparte a todas las autoridades públicas que


ejerzan funciones de carácter administrativo, en el particular, de gestión contractual

2
Dávila Vinueza, Luis Guillermo. 2016. Régimen jurídico de la contratación estatal. Pág. 6.
3
Corte Constitucional. Sentencia T-475 de julio de 1992. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
una imperativa prohibición de obedecer a favoritismos en pro de determinado
interviniente. Así pues, los servidores públicos deben actuar en consideración a los
fines de la Contratación Estatal.

Lo que atañe al principio de publicidad, toda actuación administrativa debe ser


pública, salvo ciertos casos establecidos en la ley, sin embargo, debe resaltarse que
todas las decisiones deben notificarse, comunicarse o publicarse. En los escenarios
contractuales, los proponentes tienen derecho a conocer tanto la convocatoria como
las reglas por las cuales se va a regir el proceso de selección y adjudicación del
contrato.

Pues bien, analizando el proceso contractual que dio origen al escándalo de


Odebrecht, podemos notar la cantidad de principios que se vieron vulnerados. En
cuanto al primer principio, es decir, la igualdad, se vuelve notorio que cuando
personajes como Musa Besaile o Bernardo Elías concurrían a entidades del Estado
encargadas de llevar a cabo grandes obras, condicionaban de inicio la facilidad de
acceso de varios proponentes puesto que se iniciaba la formulación de lo que se ha
denominado vulgarmente como “pliego sastre”.

Siguiendo con el principio de moralidad, es más que obvia su transgresión, debido


a que el debido manejo de los recursos públicos se vio trastocado al terminar la
mayoría siendo objeto de coimas para la adjudicación casi a dedo de los contratos
como la Ruta del Sol tramo II o la vía Ocaña-Gamarra.

El principio de imparcialidad, se violó toda vez que los pliegos de condiciones iban
ya directamente dirigidos a la constructora Odebrecht, si bien no de manera directa,
si de forma que nadie más alcanzara los requisitos habilitantes para concurrir al
proceso.

Por otro lado, podría decirse que el principio de celeridad tuvo cierto nivel de
cumplimiento, toda vez que los trámites para la adjudicación a la corrupta empresa
brasileña se realizaban en el menor tiempo posible y con la menor exigencia de
requisitos de carácter no formal.
Conclusiones

Es importante resaltar que a pesar de la gran congestión en materia contractual, no


se han logrado resultados eficientes en la búsqueda de evitar la corrupción en
dichos procesos, por ende, se requieren otro tipo de medidas que impliquen todo
tipo de sanciones gravosas para quien desfalque el erario.

Se requieren medidas como muerte política o inhabilidad para contratar por sí o por
interpuesta persona con el Estado, pero no solo eso, se requieren procesos de
educación en las aulas universitarias donde se brinde una consciencia de lo que
significa el manejo de recursos de índole pública.

De igual forma, se requiere concientizar a los electores sobre los candidatos que
muchas veces apoyan y son quienes se ven más inmersos en escándalos sobre
manejo indebido del erario, así pues, es necesaria una reforma estructural y
multidisciplinar en la materia, no solo contractual, sino también política.

Bibliografía

Corte Constitucional. Sentencia T-475 de julio de 1992. M.P. Eduardo Cifuentes


Muñoz.

Dávila Vinueza, Luis Guillermo. 2016. Régimen jurídico de la contratación estatal.


Pág. 6.

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