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IMG: Mariana Ruiz Johnson

04/06/2018

La lengua degenerada
TXT:
Sol Minoldo, Juan Cruz Balián

¿Tiene sentido hablar con lenguaje inclusivo? ¿Afecta nuestra percepción de la


realidad?

Van dos peces jóvenes nadando juntos y sucede que se encuentran con un pez más viejo
que viene en sentido contrario. El pez viejo los saluda con la cabeza y dice: “Buenos
días, chicos, ¿cómo está el agua?”. Los dos peces jóvenes nadan un poco más y
entonces uno mira al otro y dice: “¿Qué demonios es el agua?”

David Foster Wallace – This is Water

Cuando el escritor David Foster Wallace dio un discurso frente a los egresados de la
Kenyon College comenzó contando esta historia de los peces. Su intención era
simplemente recordarle al auditorio que todos vivimos en una realidad que, a fuerza de
rodearnos, a la larga termina volviéndose invisible. Y que sólo la percibimos cuando se
convierte en algo disruptivo, en un estorbo en nuestro camino: el conductor que nos
cruza el auto en la esquina, el empleado que exige otro trámite para completar una
solicitud, la palabra mal escrita: sapatilla, uevo, todxs. Mientras tanto, las cosas de las
que más seguros solemos estar terminan demostrando ser aquellas sobre las que más nos
equivocamos. Por ejemplo, el castellano:

Todos los que nacimos y fuimos criados en el mundo hispanohablante tenemos, rápido y
pronto, certezas sobre cómo funciona el castellano porque es la lengua que aprendimos
intensamente durante nuestros primeros años de vida. Y en algún punto no nos
equivocamos. Incluso si nos preguntasen qué es el castellano podríamos responder en
un parpadeo: “es nuestra lengua materna”. Pero esa respuesta no estaría dando cuenta de
la verdadera naturaleza del asunto, porque en definitiva: ¿Qué demonios es la lengua?

Eso, ¿qué demonios es la lengua?


Tal como el agua de los peces, la lengua es un poco todo. Mejor dicho, en todo está la
lengua, dado que, una vez que la adquirimos, nunca más dejamos de usarla para pensar
el mundo que nos rodea. Sin embargo, si tenemos que elegir una entre muchas
definiciones, diremos que la lengua es un fenómeno social. Ocurre siempre con relación
a un ‘otro’, a una comunidad con la que establecemos convenciones respecto a qué
significan las palabras y cómo significan esas palabras. En este sentido, vale decir que
nos pertenece a todos los que la hablamos. Y, en el caso de la lengua castellana, a la
Real Academia Española (RAE).

¡Momento! ¿Por qué a la Real Academia Española? No parece muy lógico que la
segunda lengua más hablada del globo (después del chino y antes del inglés) sea tan
celosamente protegida por unos pocos señores enfurruñados. Pero menos sentido tiene
cuando uno piensa que estos señores a veces se paran como caballeros templarios
protegiendo algo que nadie, absolutamente nadie, está atacando.

Ah, ¿cómo? ¿Nuestros jóvenes no son como los peces descuidados y rebeldes? ¿No van
por la vida con una promiscuidad lingüística escandalosa, escribiendo ke, komo, xq o
todes? Sí, muchos sí. Los lectores se preguntarán cómo puede ser que permitamos
semejante atropello.

Resulta que la lengua no es una foto, es una película en movimiento. Y la Real


Academia Española no dirige la película, sólo la filma. A eso llamamos ‘gramática
descriptiva’, que es el trabajo de delimitar un objeto de estudio (en este caso lingüístico)
y dar cuenta de cómo ocurre más allá de las normas. Por eso, cuando un uso se aleja de
lo que indican los manuales de la escuela, si es llevado a cabo por suficiente cantidad de
personas y se hace lugar en determinados espacios, la RAE acaba incorporándolo al
diccionario. Ese es su trabajo descriptivo. Luego informa al público y ahí todos
horrorizados ponemos el grito en el cielo porque cómo van a admitir ‘la calor’ si es
obvio, requete obvio, que el calor es masculino. Es EL calor.

¿Esto significa que podamos hacer lo que se nos antoja con la lengua? No. Hay cambios
que el sistema simplemente no tolera. Uno puede comprarse todas las témperas del
mundo y mezclarlas a su placer, pero no puede imaginar un nuevo color. Algunas partes
de la lengua funcionan de la misma manera: por ejemplo, no es posible pensar el
castellano sin categoría de sujeto (ese que en la escuela había que marcar separado del
predicado y cuando no estaba se le ponía ‘tácito’ al costado de la oración). ¿Es culpa de
la Real Academia que no nos deja? No, esta vez la pobre no hizo nada, es el sistema
mismo del castellano el que no nos deja. Es simplemente imposible.

Pero entonces, si podemos usar la lengua como queramos e igual no se va a romper,


¿por qué hace falta tomarse el trabajo de formular normas y leyes? La gramática que no
es descriptiva, la que se encarga de definir qué está bien y qué está mal, se llama
gramática normativa y existe por una razón: las normas son necesarias para poder
analizar una lengua, sistematizarla y enseñarla mejor a las siguientes generaciones.
Lo importante en este punto es comprender que el castellano no puede ser atacado, o
que en todo caso sabe defenderse solo (se dobla y se adapta como el junco, pequeño
saltamontes) porque está en permanente movimiento. Cada generación cree que la
lengua de sus padres es pura y prístina mientras que la de sus hijos es una versión
degenerada de aquella. Pero antes de hablar castellano rioplatense hablábamos otra
variante del castellano moderno. Y antes de eso, hablábamos el castellano de Cervantes,
y antes de eso las lenguas romances que fermentaron con la disolución del Imperio
Romano, y antes de eso latín vulgar y antes del latín vulgar pululaban las lenguas
indoeuropeas y antes de eso vaya uno a saber qué. Lo único que podemos saber a
ciencia cierta es que la versión más pura, prístina y primigenia de cualquier lengua son
unos gruñidos apenas articulados en el fondo de una caverna.

Las Glosas Emilianenses son uno de los registros más antiguos que tenemos del
castellano. Se trata de anotaciones al margen en un códice escrito en latín, hechas por
monjes del Siglo X u XI, para clarificar algún pasaje. Como se ve al costado, gracias a
la glosa ahora el pasaje quedó clarito clarito.

Sirva como ejemplo la siguiente curiosidad: los españoles que llegaron a América
durante la Conquista todavía utilizaban el voseo en sus dos vertientes: como forma
reverencial y de confianza. Decían “Vuestra Majestad” o decían, por ejemplo, “¿Desto
vos mesmo quiero que seáis el testigo, pues mi pura verdad os hace a vos ser falso y
mentiroso?” (porque aguante citar el Quijote). Ese ‘vos’ arraigó en América, en parte a
través de la literatura y en parte porque los españoles lo usaban reverencialmente entre
ellos como modo de diferenciarse de los nativos. El tiempo pasó y hoy millones de
personas lo usamos sin ningún tipo de reverencia ni distinción de clase, sin embargo, el
voseo comenzó a desprestigiarse en el siglo XVI en la mismísma España, donde el
castellano se decantó por el ‘tú’ sin que a nadie se espantara por eso. Lo cual demuestra
que la lengua está en permanente cambio, pero ocurre tan lentamente que nos genera la
sensación de permanecer detenida. Indignarse por ello sería como si los pececitos de la
historia de Foster Wallace se indignasen porque el agua, que hasta recién ni sabían que
existía, los está mojando.

Ahora bien, si llegado este punto los lectores de esta nota han aceptado las nociones
básicas sobre el funcionamiento de la mismísima lengua que están leyendo, es momento
de confesar que ha sido todo parte de una estratagema introductoria. Es hora de cruzar
al otro lado del espejo y hablar de un tema un poco más controversial: el lenguaje
inclusivo.

Bienvenides a la verdadera nota, estimades lecteres.

Las formas del agua


Una de las capacidades más poderosas de cualquier lengua es la capacidad de nombrar.
Poner nombres, categorizar, implica ordenar y dividir. Y desde que nacemos (incluso
antes), las personas somos divididas en varones y mujeres. Nos nombran en femenino o
masculino, se refieren a nosotres utilizando todos los adjetivos en un determinado
género. Muchísimo antes de que nuestro cuerpo tenga cualquier tipo de posibilidad de
asumir un rol reproductivo, aprendemos que es diferente ser varón o mujer, y nos
identificamos con los unos o las otras. Los nenes no lloran, las nenas no juegan a lo
bestia ensuciándose todas. Para cuando podemos responder ‘qué queremos ser cuando
seamos grandes’, nuestras preferencias, auto proyecciones y deseos ya tienen una
enorme carga de los esquemas simbólicos que nos rodean.

A esa inmensa construcción social, que se erige sobre la manera en que la sociedad da
importancia a ciertos rasgos biológicos (en este caso relacionados con los órganos
sexuales y reproductivos), es a lo que refiere el concepto de ‘género’. Lo que los
estudios sobre el tema han teorizado y documentado es que la división de géneros no es
una división neutral, sin jerarquías: por el contrario, las diferentes características y los
diferentes mandatos que se atribuyen a una persona según su género devienen, a su vez,
en desigualdades que giran, spoiler alert, en torno a una predominancia de los
individuos masculinos.

Haber identificado que esas desigualdades tienen su correlato en el modo en el que


hablamos es lo que motivó, unas cuantas décadas atrás, que se plantee desde el
feminismo y desde algunos ámbitos académicos y oficiales la importancia de revisar el
uso del lenguaje sexista. ¿Qué es el lenguaje sexista? Es nombrar ciertos roles y trabajos
sólo en masculino; referirse a la persona genérica como ‘el hombre’ o identificar lo
‘masculino’ con la humanidad; usar las formas masculinas para referirse a ellos pero
también para referirse a todes, dejando las formas femeninas sólo para ellas; nombrar a
las mujeres (cuando se las nombra) siempre en segundo lugar.

Las indeseables consecuencias de esta desigualdad lingüística se traducen en lo que el


sociólogo Pierre Bourdieu define como ‘violencia simbólica’, y esto nos sirve para
comprender uno de los mecanismos que perpetúan la relación de dominación masculina.
La violencia simbólica tiene que ver con que nos pensemos a nosotres mismes, al
mundo y nuestra relación con él, con categorías de pensamiento que, de algún modo,
nos son impuestas, y que coinciden con las categorías desde las que le dominader define
y enuncia la realidad. Se produce a través de los caminos simbólicos de la comunicación
y del conocimiento, y consigue que la dominación sea naturalizada. Su poder reside
precisamente en que es ‘invisible’. De nuevo, como el agua, se vuelve parte de la
realidad y ni nos damos cuenta que está ahí.

Pero la violencia simbólica de la que habla Bourdieu no constituye, como a veces se


malinterpreta, una dimensión opuesta a la violencia física, ‘real’ y efectiva. Es, en
realidad, un componente fundamental para la reproducción de un sistema de dominio
donde les dominades no disponen de otro instrumento de conocimiento que aquel que
comparten con les dominaderes, tanto para percibir la dominación como para
imaginarse a sí mismes. O, mejor dicho, para imaginar la relación que tienen con les
dominaderes.

Revertir esto requiere algo así como una ‘subversión simbólica’, que invierta las
categorías de percepción y de apreciación de modo tal que les dominades, en lugar de
seguir empleando las categorías de les dominaderes, propongan nuevas categorías de
percepción y de apreciación para nombrar y clasificar la realidad. Es decir, proponer una
nueva representación de la realidad en la cual existir.

Existir a través del lenguaje


Pero la sociología no está sola en esto: desde el palo de la lingüística, en los años ‘50
vio la luz una teoría que proponía que la lengua ‘determinaba’ nuestra manera de
entender y construir el mundo o, por lo menor, modelaba nuestros pensamientos y
acciones. Era la famosa teoría Sapir-Whorf.

Durante mucho tiempo, la idea de que la lengua que hablamos podía moldear el
pensamiento fue considerada en el mejor de los casos incomprobable y, con más
frecuencia, sencillamente incorrecta. Pero lo cierto es que la discusión se mantenía
principalmente en el plano de la reflexión abstracta y teórica. Con la llegada de nuestro
siglo resurgieron las investigaciones acerca de la relatividad lingüística y, de la mano,
comenzamos a disponer de evidencias acerca de los efectos de la lengua en el
pensamiento. Diferentes investigaciones recolectaron datos alrededor del mundo y
encontraron que las personas que hablan diferentes lenguas también piensan de
diferente manera, y que incluso las cuestiones gramaticales pueden afectar
profundamente cómo vemos el mundo.

Todo muy lindo ¿Y la evidencia?


Para empezar, Daniel Cassasanto y su equipo encontraron evidencia, como resultado de
3 experimentos, de que las metáforas espaciales (las del tipo ‘la espera se hizo muy
larga’) en nuestra lengua nativa pueden influenciar profundamente el modo en que
representamos mentalmente el tiempo. Y que la lengua puede moldear incluso procesos
mentales ‘primitivos’ como la estimación de duraciones breves.
Y no fueron les úniques, otros equipos, como este, este, este, este y este, encontraron
que la lengua con la que hablamos tiene mucho que ver con la forma en que pensamos
en el espacio, el tiempo y el movimiento. Por otro lado, un estudio de Jonathan Winawer
y su equipo aporta que las diferencias lingüísticas también provocan diferencias al
momento de distinguir colores: es más fácil para une hablante distinguir un color (de
otro) cuando existe una palabra en su idioma para nombrar ese color que cuando no
existe esa palabra. Quien quiera celeste, que lo pronuncie.

Arriba se ven los 20 tonos de azul utilizados en el estudio sobre la capacidad de


distinguir colores según la lengua hablada por los participantes. Abajo de la paleta
completa vemos un ejemplo de la imagen del ejercicio: los sujetos debían distinguir cuál
de los dos cuadrados de abajo era idéntico al de arriba. A partir de Winawer.

Pero ¿no estábamos hablando de género? Sí, sí, a eso vamos:

Se supone que el género de una palabra (masculino/femenino) no siempre diferencia


sexo. Lo hace en algunos sustantivos como señor y señora, perro y perra, carpintero y
carpintera, que remiten siempre a seres animados y sexuados. Pero, en general, el
género en la mayoría de las palabras no es algo que se agrega al significado, es
inherente a la palabra misma y sirve para diferenciar otras cosas: diferencia tamaño
en cuchillo y cuchilla, diferencia la planta del fruto en manzano y manzana, diferencia
al individual del plural en leño y leña. En ese caso, se las considera palabras diferentes y
no variaciones de una misma palabra. Otras veces, ni siquiera sirve para diferenciar
nada porque muchas palabras tienen su forma en femenino y no existen en masculino, y
viceversa. En esos casos, el género sólo sirve para saber cómo usar las otras palabras
que rodean y complementan a esa palabra. Por ejemplo ‘teléfono’ existe sólo en
masculino. No es posible decir ‘teléfona’, y sin embargo necesitamos ese masculino
para saber decir que el teléfono es ‘rojo’ y no ‘roja’.

O sea que el género funciona de muchas formas en castellano y no solamente como un


binomio para decidir si las cosas son de nene o de nena. Pero lo que vuelve
verdaderamente interesante el asunto, por muy gramátiques que queramos ponernos en
el análisis, es que el género del castellano tiene siempre una carga sexuada, aunque
remita a simples objetos. ¡No puede ser! ¿Puede ser?
Sí, puede ser
Webb Phillips y Lera Boroditsky se preguntaban si la existencia de género gramatical
para los objetos, presente en idiomas como el nuestro pero no en el inglés, tenía algún
efecto en la percepción de esos objetos, como si realmente tuviesen un género sexuado.
Para resolverlo, diseñaron algunos experimentos con hablantes de castellano y alemán,
dos lenguas que atribuyen género gramatical a los objetos, pero no siempre el mismo (o
sea que el nombre de algunos objetos que son femeninos en un idioma, son masculinos
en el otro). Los resultados de 5 experimentos distintos mostraron que las diferencias
gramaticales pueden producir diferencias en el pensamiento.

En uno de esos experimentos buscaron poner a prueba en qué medida el hecho de que el
nombre de un objeto tuviese género femenino o masculino llevaba a les hablantes a
pensar en el objeto mismo como más ‘femenino’ o ‘masculino’. Para ello les pidieron a
les participantes que calificaran la similitud de ciertos objetos y animales con humanes
varones y mujeres. Se eligieron siempre objetos y animales que tuvieran géneros
opuestos en ambos idiomas y las pruebas fueron realizadas en inglés (un idioma con
género neutro para designar objetos y animales) a fin de no sesgar el resultado. Les
participantes encontraron más similitudes entre personas y objetos/animales del
mismo género que entre personas y objetos/animales de género distinto en su
idioma nativo.

En otro estudio de Lera Boroditsky se hizo una lista de 24 sustantivos con género
inverso en castellano y alemán, que en cada idioma eran la mitad femeninos y la mitad
masculinos. Se les mostraron los sustantivos, escritos en inglés, a hablantes natives de
castellano y alemán, y se les preguntó sobre los primeros tres adjetivos que se les venían
a la mente. Las descripciones resultaron estar bastante vinculadas con ideas asociadas al
género. Por ejemplo, la palabra llave es masculina en alemán. Les hablantes de ese
idioma describieron en promedio las llaves como duras, pesadas, metalizadas, útiles. En
cambio, les hablantes de castellano las describieron como doradas, pequeñas, adorables,
brillantes y diminutas. A la inversa, la palabra puente es femenina en alemán y les
hablantes de ese idioma describieron los puentes como hermosos, elegantes, frágiles,
bonitos, tranquilos, esbeltos. Les hablantes de castellano dijeron que eran grandes,
peligrosos, fuertes, resistentes, imponentes y largos.

También los resultados de María Sera y su equipo encontraron que el género gramatical
de los objetos inanimados afecta las propiedades que les hablantes asocian con esos
objetos. Experimentaron con hablantes de castellano y francés, dos lenguas que, aunque
usualmente coinciden en el género asignado a los sustantivos, en algunos casos no lo
hacen. Por ejemplo, en las palabras tenedor, auto, cama, nube o mariposa. Se les mostró
a les participantes imágenes de estos objetos y se les pidió que escogieran la voz
apropiada para que cobrara vida en una película, dándoles a elegir voces masculinas y
femeninas para cada uno. Los experimentos mostraban que la voz elegida coincidía con
el género gramatical de la palabra con la que se designa a ese objeto en el idioma
hablado por le participante.

Como si todo esto fuera poco, Edward Segel y Lera Boroditsky también señalan que
puede verificarse la influencia del género gramatical en la representación de ideas
abstractas analizando ejemplos de personificación en el arte, en la que se da forma
humana a entidades abstractas como la Muerte, la Victoria, el Pecado o el Tiempo.
Analizando cientos de obras de arte de Italia, Francia, Alemania y España, encontraron
que en casi el 80% de esas personificaciones, la elección de una figura masculina o
femenina puede predecirse por el género gramatical de la palabra en la lengua nativa de
le artista.

Cuando la idea abstracta personificada tenía género gramatical femenino en la lengua de


le artista, fue personificado como mujer en 454 casos de un total de 528. Es decir, se
produjo congruencia del género gramatical con el de la personificación en el 85% de las
obras. Cuando tenía género gramatical masculino, fue personificado como varón en 143
casos de 237 (60%).

Blancanieves y los siete mineros estereotípicamente


masculinos
Hasta acá todo bien: hay una relación entre pensamiento y lengua, hay una vinculación
entre género y sexo en la mente de les hablantes y hay evidencia al respecto. Pero
puntualmente, ¿puede la lengua tener un efecto sobre la reproducción de estereotipos
sexistas y relaciones de género androcéntricas (es decir, centradas en lo masculino)?

Bueno, sí. Por ejemplo, Danielle Gaucher y Justin Friesen se preguntaron si la lengua
cumple algún rol en la perpetuación de estereotipos que reproducen la división sexual
del trabajo. Para responderse, analizaron el efecto del vocabulario ‘generizado’
empleado en materiales de reclutamiento laboral. Encontraron que los avisos utilizaban
una fraseología masculina (incluyendo palabras asociadas con estereotipos masculinos,
tales como líder, competitivo y dominante) en mayor medida cuando referían a
ocupaciones tradicionalmente dominadas por hombres antes que en áreas dominadas por
mujeres. A la vez, el vocabulario asociado al estereotipo de lo ‘femenino’ (como apoyo
y comprensión) surgía en medidas similares de la redacción tanto de anuncios para
ocupaciones dominadas por mujeres como para las dominadas por varones.

Los anuncios laborales para ocupaciones dominadas por varones contenían más palabras
estereotipadamente masculinas que los anuncios para ocupaciones dominadas por
mujeres. En cambio, no había diferencia en la presencia de palabras estereotipadamente
femeninas en ambos tipos de ocupaciones.

Por otro lado encontraron que, cuando los anuncios incluían más términos masculinos
que femeninos, les participantes tendían a percibir más hombres dentro de esas
ocupaciones que si se usaba un vocabulario menos sesgado, independientemente del
género de le participante o de si esa ocupación era tradicionalmente dominada por
varones o por mujeres. Además, cuando esto ocurría, las mujeres encontraban esos
trabajos menos atractivos y se interesaban menos en postularse para ellos.

El equipo de Dies Verveken realizó tres experimentos con 809 estudiantes de escuela
primaria (de entre 6 y 12 años) en entornos de habla de alemán y holandés. Indagaban si
las percepciones de les niñes, sobre trabajos estereotípicamente masculinos, pueden
verse influidas por la forma lingüística utilizada para nombrar la ocupación. En algunas
aulas presentaban las profesiones en forma de pareja (es decir, con nombre femenino y
masculino: ingenieros/ingenieras, biólogos/biólogas, abogados/abogadas, etc.), en otras
en forma genérica masculina (ingenieros, biólogos, abogados, etc.). Las ocupaciones
presentadas eran en algunos casos estereotipadamente ‘masculinas’ o ‘femeninas’ y en
otros casos neutrales. Los resultados sugirieron que las ocupaciones presentadas en
forma de pareja (es decir, con título femenino y masculino) incrementaban el acceso
mental a la imagen de mujeres trabajadoras en esas profesiones y fortalecían el interés
de las niñas en ocupaciones estereotipadamente masculinas.

Estos son sólo algunos de los muchos estudios realizados. Si algune se quedara con
ganas de más, otros estudios (como este, este, este o este) añaden evidencia sobre cómo
les niñes interpretan como excluyentes los títulos de oficios o profesiones marcados por
género y cómo, en general, el uso de un pronombre masculino para referirse a todes
favorece la evocación de imágenes mentales desproporcionadamente masculinas. O
incluso, cómo esos genéricos no tan genéricos pueden tener efectos sobre el interés y las
preferencias por ciertas profesiones y puestos de trabajo entre las personas del grupo
que ‘no es nombrado’, llevando a que puedan autoexcluirse de entornos profesionales
importantes.

¿Y entonces qué hacemos?


Es en esta línea que puede comprenderse mejor la relevancia de los esfuerzos del
feminismo por introducir usos más inclusivos de la lengua. Muchos se han ensayado,
empezando por la barrita para hablar de los/as afectados/as, los/as profesores/as, los/as
lectores/as. Pero esta solución tiene algunos problemas. Primero, la lectura se tropieza
con esas barritas que saltan a los ojos como alfileres. Por otro lado, supone que la
multiplicidad de géneros del ser humano puede reducirse a un sistema binario: o sos
varón, o sos mujer.

Otras soluciones fueron incluir la x (todxs) o la arroba (tod@s) en lugar de la vocal que
demarca género, pero la arroba era demasiado disruptiva ya que no pertenece al
abecedario y además rompe el renglón de una manera distinta al resto de los signos. La
x, por otro lado, sigue utilizándose, pero al igual que la arroba, plantea un problema
fonético importante ya que nadie sabe muy bien cómo debe pronunciarla. Hay quienes
(por ejemplo, la escritora Gabriela Cabezón Cámara) ven en ello una ventaja: lo
disruptivo, lo que incomoda, es justamente lo que atrae las miradas sobre el problema de
género que ese uso de la lengua busca denunciar, es la huella de una pelea, la marca de
una puesta en cuestión.

Hasta ahora, la propuesta que parece tener mejor proyección a futuro para ser
incorporada sin pelearse demasiado con el sistema lingüístico es el uso de la e como
vocal para señalar género neutro. Como el objetivo es dejar de referirnos a todes con
palabras que sólo nombran a algunes, no necesitamos usarla para referirnos a
absolutamente todo, es decir: no vamos a empezar a sentarnos en silles ni a tomarnos le
colective cada mañane. Pero si estamos hablando de personas (u otres seres animades a
les que les percibimos una identidad de género), nos habilita una posibilidad para hablar
de manera verdaderamente inclusiva. De todos modos, esta tampoco es una solución
libre de problemas: implica entre otras cosas la creación de un pronombre neutro (‘elle’)
y de un determinante (‘une’). Pero excepciones más raras se han hecho y aquí estamos
todavía, comiendo almóndigas entre los murciégalos.
Algunas voces que patalean indignadas contra estas iniciativas señalan que esas
propuestas ‘destruyen el lenguaje’. Y no falta la apelación a la autoridad: es incorrecto
porque lo dice la Real Academia Española. Pero, como le lecter ya sabe, lo que diga la
Real Academia Española sobre este tema nos tiene sin cuidado. Con todo respeto. Muy
lindo el diccionario.

Otra de las fuertísimas resistencias a este tipo de propuestas es la de quienes


sencillamente niegan que exista algún tipo de relación entre la lengua y los mayores o
menores niveles de equidad de género. Aunque recién comentamos evidencias
empíricas que sugieren que esa relación sí existe, se suele hacer referencia a la cuestión,
también empírica, de que en aquellas regiones en las que se hablan lenguas menos
sexuadas, por ejemplo con un genérico verdaderamente neutral, a menudo se verifica
mayor inequidad de género que en otros países.

Un aporte interesante en esa línea es el trabajo de Mo’ámmer Al-Muhayir, que compara


el árabe clásico, islandés y japonés, y muestra que el sexismo de la lengua no parece
correlacionar con la inequidad de género. El árabe clásico utiliza el género femenino
para los sustantivos en plural, sin importar el género de ese mismo sustantivo en
singular. Y sin embargo, se trata de una de las lenguas más conservadoras del planeta, y
en más de una de las sociedades en las que se habla (como Arabia Saudí o Marruecos),
difícilmente podamos decir que hay igualdad de derechos entre hombres y mujeres. El
islandés, por otra parte, es uno de los idiomas que menos cambios han sufrido a lo largo
de los siglos, manteniéndose casi intacto debido a políticas de lenguaje sumamente
conservadoras (no adquieren términos extranjeros sin antes traducirlos de alguna
manera con raíces de palabras islandesas), y corresponde a una de las sociedades más
avanzadas en cuanto al lugar que ocupa la mujer. Y el japonés directamente no tiene
género gramatical, pero esta maravilla de la gramática inclusiva tiene lugar en el seno
de una de las sociedades más estereotípicamente machistas que conocemos.

A partir de imagen de The economist, the glass ceiling index (o sea, el índice de techo
de cristal, que mide equidad de género en el mercado de trabajo).
Sin embargo, la investigación empírica aporta indicios de que los sustantivos ‘neutrales’
y los pronombres de lenguas sin división gramatical genérica pueden tener de todas
formas un sesgo masculino encubierto. Así, aunque eviten el problema de una
terminología masculina genérica, incluso los términos neutrales pueden transmitir
un sesgo masculino. Esto supone, además, la desventaja de que ese sesgo no podría ser
contrarrestado añadiendo deliberadamente pronombres femeninos o terminaciones
femeninas, porque en esas lenguas esa forma simplemente no existe. Se dificultan
entonces las iniciativas de ‘subversión simbólica’ de las que habla Bourdieu. Eso
concluye, por ejemplo, el trabajo de Mila Engelberg a partir del análisis del finlandés,
una lengua que incluye términos aparentemente neutros en cuanto al género pero que,
en los hechos, connotan un sesgo masculino. Y al no poseer género gramatical, no existe
la posibilidad de emplear pronombres o sustantivos femeninos para enfatizar la
presencia de mujeres. La autora señala que esto podría implicar que el androcentrismo
en lenguas sin género puede incluso aumentar la invisibilidad léxica, semántica y
conceptual de las mujeres. Algo muy similar encuentra Friederike Braun en su estudio
con la lengua turca, cuya falta de género gramatical no evita que les hablantes de turco
comuniquen mensajes con sesgos de género.

Un hit argentino
Por muchas guías que se hayan publicado para el uso no sexista del lenguaje, al menos
cuando se trata de la lengua castellana, la cuestión no está en absoluto resuelta. Desde
lingüistas hasta ciudadanes de a pie, las resistencias son diversas. Que si duele en los
ojos, si entorpece el habla, si es ‘correcto’, si conduce a abandonar la lectura del texto y
el infaltable ‘es irrelevante’. Que la verdadera lucha debería centrarse en transformar ‘el
mundo real’. Que la lengua sólo refleja relaciones que son ‘extralingüísticas’. Que
modificar la lengua ‘por la fuerza’ sólo es una cuestión de ‘corrección política’ que
desvía la atención del problema central y hasta lo enmascara. Pero les lecteres que
hayan llegado a este punto habrán atravesado media nota escrita de forma tradicional y
media nota escrita con lenguaje inclusivo, de modo que además de toda la evidencia
expuesta sobre la relación entre lengua y pensamiento, podrán evaluar también cuán
traumática ha sido (o no) la experiencia, y preguntarse dónde ancla verdaderamente el
origen de esa resistencia, de esa desesperación por preservar intacta la lengua.

Mientras tanto, la disputa por el lenguaje continúa. Y de todas las formas que puede
tomar este problema, acaso la más emblemática sea el uso de falsos genéricos, es decir,
términos exclusivamente masculinos o femeninos, utilizados genéricamente para
representar tanto a hombres como a mujeres, como cuando decimos ‘los científicos’:
técnicamente podríamos estar refiriéndonos a científiques (varones, mujeres, etc.),
aunque también diríamos ‘los científicos’ si quisiéramos referirnos sólo a los que son
varones. En cambio, sólo usaríamos ‘las científicas’ para hablar de las que son mujeres.

Marlis Hellinger y Hadumod Bußmann explican que la mayoría de los falsos genéricos
son masculinos y que los únicos idiomas conocidos en los que el genérico es femenino
están en algunas lenguas iroquesas (Seneca y Oneida), así como algunas lenguas
aborígenes australianas. En castellano, incluso los sustantivos comunes en cuanto al
género, como ‘artista’ o ‘turista’, que se mantienen invariables sin importar si se
refieren a un varón o una mujer, acaban señalando el género de lo que nombran a partir
de las otras palabras que los complementan (adjetivos, artículos, etc.). Entonces, de
nuevo, para referirnos a grupos mixtos, recurrimos al género que los nombra sólo a
ellos. Tal vez los únicos genéricos genuinos que tenemos sean los llamados sustantivos
epicenos como, por ejemplo, ‘persona’ o ‘individuo’, que no sólo van a mantenerse
invariables (no hay ni persono ni individua) sino que ni siquiera tienen la posibilidad de
marcar el género en el adjetivo (porque aunque una persona sea varón, nunca será
‘persona cuidadoso’, ni la mujer será ‘individuo cuidadosa’).

Pero un poco como lo que comentábamos arriba, un genérico con sesgo machista puede
suponer un problema incluso más difícil de visibilizar y ‘subvertir’. Un hit argentino en
este sentido es el debate por la palabra presidente:

Una nota de Patricia Kolesnikov recupera un breve diálogo en una mesa, en la cual un
señor explicaba por qué está mal decir presidenta. Las razones gramaticales del señor
eran inapelables: “Presidente es como cantante. Aunque parece un sustantivo es otro
tipo de palabra, un participio presente, o lo que quedó de los participios presentes del
latín. Una palabra que señala a quien hace la acción: quien preside, quien canta.
Justamente, no tiene género. ¿Vas a decir la cantanta?” Kolesnikov cuenta que hubo un
momento de duda en la mesa, hasta que la escritora Claudia Piñeiro, con sabiduría de
pez que conoce el agua, respondió: “¿Y sirvienta tampoco decís? ¿O presidenta no pero
sirvienta sí?”

Anécdotas como esta nos recuerdan que la lengua es maleable y que apoyar o rechazar
un uso disruptivo, que tiene por objeto reclamar derechos larga e injustamente negados,
es una decisión política, no lingüística. Que si se busca un mundo más igualitario, la
lengua no es una clave mágica para conseguirlo, pero tampoco se lo puede negar como
espacio de disputa. Y que mientras las estadísticas de femicidios crecen y el sueldo
promedio de las trabajadoras permanece por debajo del de ellos, conviene no indignarse
si alguien mancilla un poquitito las blancas paredes del lenguaje.

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1.

Ivan on Jun 4, 2018 at 09: 25

Responder

Me gustó la nota. Lograron cambiar mi forma de ver todo esto de las @, las / y
las e. Capaz no sea tan irrelevante como pensaba.

Para leerlo, cuesta un poco al principio pero con el paso de los párrafos se va
facilitando hasta hacerse idéntico al tradicional.

Me quedó una pregunta: ¿Podemos decir persones e individues entonces?


Un abrazo para todes!

Sol Minoldo on Jun 4, 2018 at 09: 59

Responder

Hola Ivan! muchas gracias por tu comentario :-)


Con respecto a tu pregunta: Poder, podemos. Un poco la cuestión a
preguntarse si hace falta, o sea, ‘para qué’.

A propósito de cómo usarlo, dejo un texto en el que comparto algunas


orientaciones que pueden ayudar a aclarar dudas: https://goo.gl/JxhcW6

Persona e individuo no son falsos genéricos, pero aun así podrían tener
un sesgo.
Si consideramos esa tendencia a proyectar el género gramatical en el
significado de las palabras (incluso cuando hablamos de objetos!) y le
sumamos el peso de la historia, es muy de esperar que ‘individuos’
cargue un sesgo masculino. Y capaz decir ‘individues’ podría llegar a
servir como modo de llamar la atención dentro de esta lógica de lenguaje
en disputa.
Pero quizás en el caso de persona, la proyección del género gramatical
femenino compense la histórica tendencia a pensar la humanidad como
varones. Y de hecho, la palabra persona está recomendada en los
manuales de escritura no sexista (por ejemplo, se sugiere hablar de
personas mayores en lugar de adultos mayores).
Saludos!

Valeria on Jun 4, 2018 at 11: 12

Responder

Yo me preguntaba lo mismo que Ivan, pero tu respuesta aún no


me convence. De acuerdo con la parte de la nota donde explica
que el genero asociado a la palabra genera una imagen mental del
objeto visto con características femeninas o masculinas me hace
pensar que las palabras del tipo “persona” también necesitan
incorporarse al lenguaje inclusivo, y al contrario de lo que decís,
no compensan la tendencia histórica de pensar la humanidad
como varones… para ahora pensarlo como mujer, sino que siguen
manteniendo la desigualdad y la imagen por diferenciación
sexista, lo único que cambiaría ahora sería que en lugar de pensar
a todo el conjunto de seres como un grupo con características
principalmente masculinas (fuerte, grande y poderoso),
estaríamos pensando a la humanidad como algo delicado, bello y
armonioso. Creo que el error (es solo mi opinión) va en el hecho
de querer compensar años de desigualdad volcando la balanza en
la dirección contraria en lugar de tratar de colocarlo en un lugar
equilibrado y sin ningún tipo de diferenciación.
Del resto de la nota no se discute, estoy de acuerdo del papel que
debe cumplir la RAE y de las implicancias que conlleva el
lenguaje desde el momento en que comenzamos a pensar a través
de el.
PD.: Mi cerebro todavía se resiste a escribir “conjunte, grupe”…
veremos hasta cuando!!, creo que al menos hasta que resuelva la
duda que planteo en este comentario y sepa bien donde aplica.

Juan Cruz on Jun 4, 2018 at 11: 49

Responder

Hola Valeria!
Sólo quería señalar que no es necesario escribir
“conjunte” o “grupe”, esos sustantivos no refieren a seres
animados o sexuados. En todo caso será “un conjunto de
personas” o “un grupo de científiques” .
El sustantivo conjunto o grupo está brindando
información de tipo numérica y relacional, no de género.
Abrazo!

Pedro Palacio on Jun 20, 2018 at 10: 27

Responder

Todo un análisis (quizás interesante) para que al final


efectivamente la autora del artículo demuestre feminismo
en la respuesta de que PERSONA podría quedarse en
femenino para reivindicar a la mujer. Eso no es igualdad,
esa elección arbitraria de qué SI y qué NO es claro
sexismo.

Julia on Jul 19, 2018 at 00: 39

El lector acusa (casi como de un delito) que a la


autora “se le escapó” el feminismo al final.
Supongo que eso denota su juicio acerca del
feminismo. Sólo quería comentarle que los
varones no pueden ser objeto de sexismo (así
como tampoco les blanques de racismo o les
heterosexuales de discriminación por orientación
sexual).
Y sí, por supuesto que las mujeres necesitamos
reivindicaciones.

Ivan on Jun 4, 2018 at 11: 37

Responder

PERSONAS:para mí los niños son Personas y como “orteguiano”


lo son junto con su entorno ! Y ese conjunto es Inviolable, y no
hay cuestión de género que excluya y lo serán hasta su último
aliento en la vejez y luego lo será su memoria por quienes se
acuerden, bien o mal, sin misticismos ni tanatofilia y la lengua es
un instrumento, con capacidad de perversión o bondad, según se
maneje y/o interprete…la diferencia de interpretación de adulto o
persona puede quedar en el Código Civil, Penal,etc. “acepción
social” , “persona hábil ¿?” … las triquiñuelas de la lengua y la
Palabra.

RamónA on Jun 18, 2018 at 08: 32

Responder

“los niños son Personas”, y ¿las niñas?


2.

Leonardo on Jun 4, 2018 at 09: 48

Responder

Muy buena la nota… ¿Será política editorial y ahora cada vez que leamos una
nota del gato vamos a terminar con la mandíbula de cocainómano de tanto
pronunciar la e?

Dos cosas. Primero: ¿por qué acosaderes si el sufijo que marca el género está en
“-res” (acosadoras-acosadores)? Debería ser acosadores y habría una homonimia
entre los sufijos masculino e inclusivo, cosa que la x resolvía mejor aunque era
impronunciable.
Segundo: otra complicación que suma el uso de la e es que genera una
ambivalencia entre los pronombres les (dativo) y les (acusativo en su versión
inclusiva). No sería, de todas formas, tan raro porque pasa lo mismo con te y
nadie se confunde.

De todas formas, como sabemos los que estudiamos la lengua, por más que
debatamos y pensemos, solo el tiempo dirá.

Juan Cruz on Jun 4, 2018 at 10: 12

Responder

Hola Leonardo! Gracias por tu comentario.

Sobre la política editorial de Gato por ahora no hay definiciones pero si


leés las notas de los últimos tiempos verás que algunas cositas han ido
cambiando =)

Respecto a las consultas puntuales de lenguaje, entiendo que en el caso


de ACOSADORES la división morfológica sería: [[[[ACOS] A] DOR]
ES], siendo ACOS la raíz, A la vocal temática, DOR el sufijo derivativo
y ES el sufijo flexivo. Olvidémonos del plural un momento. El género ya
está inherente en ACOSADOR y si quisiéramos flexionarlo en femenino
deberíamos agregar un sufijo A (ACOSADOR-A). De modo que la
construcción morfológica que estamos proponiendo (teniendo en cuenta
que los procesos morfológicos siempre ocurren en orden y no
simultáneamente) es la siguiente: [[[[ACOS] A] DER] ES], siendo
ACOSADER el singular al que se le agrega el sufijo de pluralidad ES.
Sobre todo lo demás, no puedo más que estar 100% de acuerdo con vos.

Abrazo!

Leonardo on Jun 4, 2018 at 11: 19

Responder

Gracias por la respuesta. Entiendo perfectamente la explicación


(la había supuesto mientras leía)… La pregunta sería: ¿hay
palabras en el español que marquen su género en otro lugar que
no sea la flexión? (a excepción de las que lo tienen en su carga
léxica).

¡Saludos! (¡Más notas sobre lingüística en el gato!)

Leonardo on Jun 4, 2018 at 11: 23

Responder

Una más y no jodo más. Creo que la resistencia que me genera en


el momento de la lectura no pasa por ninguna de estas cosas sino
por que los sustantivos con género inclusivo adquieren una forma
muy similar a los verbos en subjuntivo. No puedo evitar dudar un
microsegundo cada vez que ocurre.

Ahora sí, fin.


Gracias por leer. ¡Saludos!

Julieta on Jun 5, 2018 at 12: 26

Responder

El problema, creo yo, es que en el español el género nunca se


marca con el sufijo derivativo. Intervenir ahí para agregar el
género neutro implica una ruptura en el sistema que significa
separarse del sistema lengua que está vigente hoy. El morfema
/dor/ no marca género, porque es derivativo y si es derivativo no
puede ser, también, flexivo.
Igual, como elemento disruptivo, funciona más que bien, claro. Y,
en realidad, ese pareciera ser el objetivo del uso inclusivo de la
lengua.

Silvia on Jun 6, 2018 at 11: 14

Responder

Exactamente, Julieta. Es el mismo problema que yo veo.


La e en el morfema flexivo no me es incómoda en
absoluto, no es “romper la lengua”, pero sí en el momento
en que la sintaxis se está rompiendo.

A mí me parece sin embargo que por muy disruptivo que


queramos que resulte el lenguaje ese es un límite que no
deberíamos romper. Sería “acosadores”, y el neutro
vendría marcado por el artículo “les”.

Pedrito on Jun 5, 2018 at 21: 35

Responder

Hola. Antes que nada quiero felicitarles porque me pareció


excelente la nota. Refleja mi pensamiento casi al 100%.
Y por qué digo “casi”? Porque me sigue sonando extraño esto
mismo: “Lecteres”, “abusaderes”, e incluso “Presidente” y
“sirviente”.
En lo personal me había imaginado que al ser necesario agregar
nuevas palabras al diccionario tales como “Le”, “Les”
“Une”,”Elles”, etc. No me pareció descabellado modificar el uso
masculino de aquellas palabras que de por si adoptan una forma
neutral (inclusiva). Me refiero a que “Les lectores” ya está
perfectamente armado. Lo que debería cambiarse sería el
masculino a “Los lectoros” y así crear una regla que unifique lo
masculino con “o”, lo femenino con “a” y lo neutral con “e”. De
esta manera el singular sería “el lectoro” “la lectora” y “le lector”
ya que de por sí la palabra “lector” tiene un valor digamos,
neutral, en el lenguaje cotidiano actual.
Del mismo modo usaría esta “regla” para agregarle géneros a
palabras como “presidenta, presidente, presidento” o “Sirvienta,
sirviente, sirviento”. Tal vez al principio cueste acostumbrarse,
pero el lenguaje inclusivo requiere también una reestructuración
de costumbres.

Aclaro por las dudas que, obviamente no soy estudiante de letras


ni mucho menos, sólo me parese extremadamente interesante la
existencia de un lenguaje inclusivo y me parece que el mismo
debe estar regulado de la mejor manera. Así que aquí les dejo mi
aporte. Saludos.

Sol Minoldo on Jun 19, 2018 at 11: 04

Responder

Hola Pedrito, el problema de tu propuesta es que no


subvierte la carga masculina que ya tiene el genérico de
manera adquirida, debido a que históricamente su uso
coincidió con el de la forma exclusivamente masculina.
De hecho, crear un singular masculino podría tener un
impacto político inverso al re visibilizar al género que ya
ha históricamente acaparado todo el espacio. Por eso,
desde el punto de vista del objetivo por el que avanzamos
en este nuevo uso de la lengua, sería más conveniente
modificar el singular genérico, y crear el neutral (por
ejemplo lecter). Además, el paso por nuestra vida de los
usos de x y arrobas nos dan una cierta intuición de cuál es
la letra que deberíamos reemplazar para sustraer la carga
masculina de la palabra, y es allí donde ponemos la e
también. Saludos!

Leonardo on Jun 4, 2018 at 10: 14

Responder

(Me refería a dominaderes. Pero es el mismo caso).


Juan Cruz on Jun 4, 2018 at 10: 48

Responder

Claro, es el mismo caso. Primero hay que construir el singular y a


partir de ahí flexionar en plural.

Gabriel Patiño on Jun 6, 2018 at 13: 42

Responder

Me hacía el mismo ruido leer ‘lecteres’.

Sin buscar demasiadas pruebas me suena que son menos


las palabras que terminan con ‘i’ o ‘u’.

Con u suena medio raro: lectorus, acosadorus…

Pero con i no esta tan mal: lectoris, acosadoris.


Incluso algunas palabras que vienen del latin tienen un
plural que termina en i (o estoy mezclando el inglés?):
virus/viri, cactus/cacti.

Otra curiosidad es que al leer las palabras con ‘e’ me las


imaginaba en masculino. Sera porque ese es mi genero? A
las mujeres les pasa al revés?

Julieta on Jun 9, 2018 at 23: 10

Como solución, me gusta la de Pedrito y unificar:


e es neutro, o es masculino, a es femenino.
Digamos que si pudiéramos transformar
voluntariamente la lengua, esa sería mi opción.
Pero el tiempo dirá, al fin y al cabo, cómo muta la
lengua, si de una u otra manera. Nosotres
ayudamos pensando opciones pero no tenemos
tanto poder. Para lo que no va a mutar, y me
arriesgo a apostar con seguridad, es a
transformaciones del tipo “lecteres”.
En relación con lo que decís vos, Gabriel, el uso
inclusivo de la lengua también me hace pensar,
generalmente, en hombres. Así, “abogades” me
determina una imagen de un abogado varón. En
ese sentido, me parece interesante para seguir
cuestionando(nos): ¿crea realmente la lengua una
realidad o refleja la materialidad siendo elemento
de la superestructura? ¿el uso inclusivo no oculta a
más mujeres? Si, a la larga, seguimos pensando en
hombres creo que ahí hay algo para analizar.

Sol Minoldo on Jun 19, 2018 at 11: 06

Hola Gabriel. EL uso de la e tiene dos ventajas. La


primera es que ya ha comenzado a usarse. Y la
segunda es que ciertamente es una letra que tiene
asociada una carga neutral , por la forma en que se
usa en nuestra lengua. Saludos!

Sol Minoldo on Jun 19, 2018 at 11: 09

Julieta, creo que tu pregunta es más que


interesante (“¿el uso inclusivo no oculta a más
mujeres? Si, a la larga, seguimos pensando en
hombres”). Supongo que podríamos sumarlo a la
lista de posibles inconvenientes de esta propuesta,
que tampoco es la panacea, pero que podría
constituir un aporte interesante y combinarse con
otros usos. Saludos!

3.

Diego on Jun 4, 2018 at 09: 49

Responder

Muy buena nota ! Excelente trabajo de investigación. Felicitaciones.


4.

Eric on Jun 4, 2018 at 10: 24

Responder

Me gustó la nota, aclara y fundamenta ciertas cosas que de repente


intuitivamente podemos concebir pero nos falta el sustento.
Dicho eso, respecto al lenguaje inclusivo siempre he tenido la duda de si, usando
la metáfora de la nota, éste puede transformarse en el agua que no notamos. Me
explico: ¿puede la inclusión transformarse en inercia de tal forma que no la
notemos y hasta la omitamos? He leído textos que usan lenguaje inclusivo pero
llega un momento en que lo olvidan y vuelven a la predominancia de lo
masculino, por ejemplo algo tipo “lxs estudiantes estamos cansadxs de ser
subestimados y omitidos”.
Creo que en tanto exista desigualdad, ésta debe en lo posible estar siempre
presente desde el pensamiento; y quizá el uso por inercia de alguna modificación
lingüística tipo x, e, @, etc., pueda incluso ser en cierto sentido
contraproducente.
En esa línea, me pregunto también si puede ser otra alternativa el usar un
lenguaje invlusivo en la medida que los recursos actuales permiten. Perdonando
la autorreferencia, escribo por ejemplo “quienes participan de los procesos
educativos” (o algo así) en lugar de “los estudiantes”. Aunque obviando lo
engorroso, me hizo dudar de este truco la parte de la nota sobre la carga
implícita de lo masculino en casos aparentemente neutrales.
Aún así quisiera plantearlo como duda, posibilidad o, por si me equivoco, para
que me ayudaran señalando los errores de mi razonamiento.
Saludos.

Sol Minoldo on Jun 4, 2018 at 10: 54

Responder

Hola Eric! Mientras algo sea disruptivo, casi por definición no se nos
hace invisible. El hecho de que aun quienes intentamos hablar de manera
inclusiva no lo hagamos todo el tiempo, o incluso tengamos recaídas
‘mientras’ intentamos hablar de manera inclusiva, tiene que ver con la
inercia del otro uso, que tiene la enorme fuerza de la costumbre, de lo
aprendido y repetido hasta salir en piloto automático.

Si algún día el lenguaje inclusivo se generaliza tanto que ni nos damos


cuenta que está ahí, y lo usamos sin pensarlo; si ese día, al referirnos a
todes realmente pensamos en todes, y no exclusivamente en varones, el
lenguaje estará cada día haciendo su aporte para socavar este orden de
género. Porque como vimos en la nota, el solo hecho de pensarnos como
parte de aquello que nos nombra puede afectar nuestras preferencias y
autoconfianza, haciendo que nos acompañen para ocupar espacios que en
otros tiempos ni habríamos pensado posibles para una mujer. Además,
cuando nombremos a todes, será más evidente si en realidad sólo están
algunes. Es decir, puede que el lenguaje ayude a visibilizar inequidades
que hoy más bien encubre.

Saludos!

Jordán on Jun 15, 2018 at 09: 34

Responder

Hola Sol, leí la nota y no pude evitar ese “salto” al querer leer
normalmente el texto en el lenguaje actualmente en vigencia, aún
así destaco el debate y los datos que la misma propone.
Sabía que en los comentarios iba a ver algo que avale me
reticencia a este “cambio”
Cito una parte de tu comentario: ” si ese día, al referirnos a todes
realmente pensamos en todes, y no exclusivamente en varones, el
lenguaje estará cada día haciendo su aporte para socavar este
orden de género.” El filólogo del Centro de Estudios de la Real
Academia Española Juan Pedro Gabino advierte acerca de una
confusión de los conceptos de sexo y de género: “Como género
no marcado -agrega- el masculino representa por igual a los
hombres y a las mujeres por un mero principio de economía
lingüística. Y esto no atañe sólo a la lengua española; se trata de
un uso generalizado que evita llegar a expresiones molestas y
absurdas del tipo de ‘lla ley ampara a todos los ciudadanos y las
ciudadanas’, sin que nadie entienda hoy que las mujeres se
encuentren desposeídas por razón de sexo de los mismos
derechos civiles. Lo que subyace es el principio de economía
lingüística, por mucho que existan intereses en hacer ver sexismo
en este aspecto de la lengua. El género masculino gramatical
como no marcado es algo ajeno a una actitud machista”.
Me quedo con eso último, cuando yo pienso en “todos” no lo
pienso en hombres sobre mujeres sino en la integración que la
palabra propone., es un punto de economía lingüística, es menos
confuso a mi manera de ver.
Saludos.
5.

Joaquín Carlos Mario Gana on Jun 4, 2018 at 10: 53

Responder

Un pez dentro del agua, ¿está mojado? .


Hermosa la nota, odio que me cayera justo ahora que tengo que terminar una
corrección de un plan y es más interesante leerla.

Felicitaciones!

6.

Julieta on Jun 4, 2018 at 11: 08

Responder

Hola! Gran gran nota. Me gustó, particularmente, la inclusión de los estudios


últimos, los de la relación entre sociedafes desiguales y lenguas que parecieran
más equitativas . Mi duda con respecto a esto es: ¿la lengua realmente construye
realidad o la refleja? Sé que la lingüística está dividida en este tema (como en
todos los temas, aproximadamente) y, entonces, si pensamos que es mero reflejo,
coincido con Eric arriba. El uso del lenguaje inclusivo en esta instancia (del
patriarcado, digamos, o de la desigualdad de género) ¿no puede llegar a implicar
que se nos dé vuelta la tortilla y que tapemos la estructura con elementos de la
superestructura? Creo que el lenguaje inclusivo funciona o sirve en tanto
disruptivo, en tanto llamado de atención. Pero no me parece que el objetivo
debiera ser institucionalizarlo porque, a la larga, invisibilizamos el problema (a
la larga, invisibilizamos, otra vez, a las mujeres) . Por eso celebro que la RAE no
lo acepte.
Otro tema, tampoco creo que si queremos construir un sistema más o menos
uniforme, es “correcto” (en nuestra nueva normativa) el “dominaderes”: el
significante “dominador” no posee género masculino en el morfema “/o/“, posee
un morfema cero que denota lo masculino (es el caso de “león” vs “leona”). En
ese sentido, el inclusivo podría ser “dominadore” en singular, estando en esa
última e el morfema que implicaría “género neutro”. Pero nada, línea bastante
fina, claro.
Último: mi argumento favorito en contra de quienes postulan ‘pero la Rae ña ña
ña’ es contarles que la palabra ‘modista’ en sus orígenes era femenino y, cuando
los varones empezaron a ser cada vez más en ese área, la RAE aceptó “modisto”
para… no dejarlos afuera de la lengua.
Un saludo! (y ojalá sigan las notas lingüísticas)
o

Juan Cruz on Jun 4, 2018 at 12: 03

Responder

Hola Julieta, gracias por tu comentario!

Sobre la cuestión acerca de si la lengua construye realidad o la refleja, mi


opinión es que hace las dos cosas. Del mismo modo, la realidad
construye y refleja a la lengua. En esa doble interacción es donde nace la
importancia de dar las batallas en el plano simbólico sin descuidar las
materiales.

Sobre “dominador”, entiendo que opera algo parecido a lo que


respondimos en otro comentario sobre “acosaderes”. No creo que la
carga esté en un morfema cero (que sirve metodológicamente pero que
no termina de aplicar puesto que ningún hablante “lee” o “pronuncia” un
morfema cero) sino en una propiedad inherente de la palabra, con lo cual
es posible crear nuevos sufijos derivativos que tengan esa carga neutra.
¡No tengamos miedo de meternos con los sufijos derivativos! =)

Igual, como decís vos, es una linea bastante fina y sujeta a debate. Tenés
un punto sólido en tu objeción.

El argumento de “modista” es fantástico.

Saludos!

Mar on Jul 10, 2018 at 16: 18

Responder

Hola, interesante punto de vista.. Tenes alguna fuente del ejemplo de


“modisto”? Me vendría genial para un tp que estoy armando al respecto..
Otros ejemplos tambien son bienvenidos :)

7.

Gonza Oubina on Jun 4, 2018 at 11: 20


Responder

primera vez que me tomo media hora en leer algo más que un parrafo sobre el
tema, muy interesante. Nota:el grafico sobre el genero de las representaciones
pictoricas tiene mal la leyenda

8.

Francisco M. Gómez S. on Jun 4, 2018 at 11: 27

Responder

Hola, tengo que confesar que me costó leer la nota pero llegué al final porque es
un punto de vista distinto y vale la pena escucharlo.
Si creo que habría que aclarar el salto a las conclusiones, que parece que es un
salto que no queda del todo claro.
Por ejemplo, cuál sería la conexión entre el idioma y la dominación de la que
habla al principio?
En la nota, el único ejemplo donde se nombra una diferencia del lenguaje que
llevaría a desigualdad de género sería el experimento donde las niñas tienen
acceso mental a profesiones de mujeres (algo bastante interesante), sin embargo
hablamos de los trabajadores sociales, los psicólogos o los odontólogos, todas
profesiones con más mujeres que hombres. Lo que realmente pareciera ser una
razón de peso, que influye fuerte y se hace necesario es la existencia de modelos
a seguir (algo que incluso explicaría el resultado del experimento). (El “Efecto
Scully” es un buen ejemplo, donde aparentemente gracias a Dana Scully
aumentó la elección de carreras de ciencias y tecnología por parte de mujeres).
En el resto de la nota no hay ningún otro ejemplo donde haya una relación de
desigualdad causada por el lenguaje. Incluso, el propio ejemplo del árabe parece
indicar que hay factores culturales bastante más influyentes que lo que podría
llegar a ser el lenguaje.
Lamentablemente las desigualdades existen, aunque por suerte la cultura en los
últimos años viene mejorando muchísimo como para que exista igualdad entre
todos los seres humanos (mejorando no sólo para lograr una igualdad de género
sino también en cuestiones raciales o temas como la esclavitud). Todavía falta
mucho por hacer (en algunos lugares más que otros, África y Medio Oriente son
ejemplos feos pero no hay que irse tan lejos para buscar ejemplos de
desigualdad), pero estamos avanzando. Por suerte estamos mucho mejor que
hace si quiera 100 años atrás. ¿Tuvo que ver el lenguaje con alguno de estos
cambios? Todo parece que indicar que no, que en realidad son cuestiones mucho
más de fondo fondo.
De todos modos existe un problema adicional que pocas veces es tenido en
cuenta. Desde el feminismo lo que necesitamos es cambiar la forma de pensar de
una gran parte de la población. Obviamente, cambiar una forma de pensar va
más por el lado de la persuasión que del enfrentamiento. Un problema frecuente
que se ve son algunas “soluciones” que no mejoran en el problema pero que
intentan ser disruptivas y llamar la atención. Ahora, es necesario pensar qué pasa
en estos casos por la mente de la gente a la que queremos convencer. Cuando
ven algo disruptivo y que les choca, ¿qué es lo que dice la evidencia?, ¿cambien
su forma de pensar y se unen a la causa o que les genera todavía más rechazo
que antes?
Todo apunta a que hablar con lenguaje inclusivo y esperar que disminuyan los
femicidios tiene tanta lógica como bailar la danza de la lluvia y preparar el
paraguas. Incluso peor, porque las consecuencias que provoca son justamente las
opuestas: alejar todavía más a las mismas personas que pretendemos acercar.

Francisco M. Gómez S. on Jun 5, 2018 at 06: 03

Responder

Entiendo si saltaron la respuesta porque malinterpretaron el comentario y


creyeron que era un ataque personal de entre tantos otros. La verdad es
que sé que escriben la nota con buenas intenciones. El comentario no
ataca a los autores, ataca al argumento .
Concretamente pregunto por:
– El tema con el árabe, donde hay evidencia que el lenguaje neutro no
tiene un aporte positivo con el machismo y el somentimiento de la mujer
en comparación con ideas culturales de mucho mayor peso.
– El punto más importante de todos: acerca el lenguaje inclusivo a los
machistas al feminismo o los aleja todavía más, haciendo el problema
cada vez más difícil de resolver? (Que un mecanismo llame la atención
no tiene nada que ver con producir o no resultados positivos)
En serio, no escribo por tirar un grito al aire, escribo como feminista
esperando una respuesta.

Sol Minoldo on Jun 5, 2018 at 10: 45

Responder

Hola Francisco, sobre lo de la relación del árabe y el machismo,


ya planteamos en la nota el análisis que hacemos a partir de lo
que encontramos.
En cuanto a si el uso de lenguaje inclusivo aleja a les machistas,
seguramente aleja a les que no quieren dejar de serlo. Pero puede
permitir que muches otres se interpelen. Saludos


Leonardo Javier Díaz on Jun 5, 2018 at 20: 16

Responder

Hola buenas noches. Solo para aclarar, no solo aleja a los


machistas. No me considero machista, pero cada vez que
veo el uso de lenguaje inclusivo me genera rechazo.
Obviamente al manifestar el rechazo, automáticamente
soy señalado de machista. No entiendo muy bien esto de
“si no te amoldas a esto sos aquello”, personalmente me
parece un tanto peligroso señalar al otro por no estar
deacuerdo.

Rodrigo on Jul 20, 2018 at 09: 45

Responder

Será machistes.

9.

Daniel Alonso on Jun 4, 2018 at 11: 33

Responder

Un caso parecido al de presidente / sirviente es que la terminación “ista”


determina oficio, profesión o suscribir una idea y no género. Asi decimos
“dentista”, “marxista”, “electricista” y hasta “machista” (supongo que a desgano
de ellos) y no “dentisto”, “marxisto” o “electricisto” cuando son hombres los
que detentan la profesión o idea. Cuando digo que soy feminista, no falta el que
pregunta porque no “feministo”, por ejemplo. Sin embargo, hay una curiosa
excepción, que la RAE, en su carácter de “escribano” del lenguaje a tomado nota
e incorporado y es que decimos “modista” y “modisto”, dependiendo del sexo de
la persona. Sospecho que la causa de ésto es que el hablante duda de la
heterosexualidad de un hombre que hace vestidos y para encubrir esa duda le
cambia la terminación al masculino, decirle “modista” seria casi como decirle
“yo se que sos homosexual” y ante ese encubrimiento, la palabra gana suficiente
entidad como para terminar incorporada al diccionario de la RAE, busqué y no
encontré “marxisto”, “electricisto”, “gasisto”, “dentisto” o “machisto”. Lo
curioso es que “modisto” dice que es masculino ¿y modista? , sigue diciendo
tanto masculino como femenino.
o

Carla on Jun 15, 2018 at 11: 56

Responder

Hermoso aporte

10.

Damián on Jun 4, 2018 at 11: 40

Responder

Gracias chiques (me costó), texto sublime y necesario.

11.

Ceel on Jun 4, 2018 at 11: 45

Responder

Yo sentí toda la vida el problema que muestran sorbe las profesiones. Crecí en
un ambiente donde podía ser doctora pero nunca algo técnico, porque era para
nenes. Y no era adrede, solo se dio así. No vengo de una familia machista pero…
Se dio.
Cuando crecí y me di cuenta de cómo un estudio podía cambiar y formar mi
vida, dejé medicina. Hoy estoy estudiando para recibirme de técnica en medicina
nuclear y después siga con sistemas.
El idioma es lo primero que percibimos. No me parece mal que cambie como la
sociedad y como nosotros. Esto ya pasó antes, y cuando este establecido y haya
otro cambio, pasará lo mismo. La gente se queja pero después lo toma como
norma.

12.

Fede on Jun 4, 2018 at 12: 05

Responder
Muy interesante la nota, pero dejo algunas críticas:
Está escrita definiendo a la lengua como un “fenómeno social”, donde hay “una
comunidad con la que establecemos convenciones respecto a qué significan las
palabras y cómo significan esas palabras”, una definición bastante difícil de
defender -y bastante vetusta-, porque ni yo ni ninguno de nosotrxs elegimos el
significado de las palabras “yo”, ni “no”, ni “elegí”, ni “el”, ni “signficiado”…
ni “ni”… bueno, me entienden.
Lxs autorxs diferencian las gramáticas descriptivas de las normativas, y se dice
que las “normas son necesarias para poder analizar una lengua, sistematizarla y
enseñarla mejor a las siguientes generaciones”, algo que también está
equivocado, las normas sirven para que la lengua no cambie – el lema de la RAE
es “limpia, fija y da esplendor”-, pero nadie necesita normas para aprender su
propia lengua, la evidencia más clara es que lxs docentes tengan que hacer callar
a lxs niñxs para enseñarles la conjugación de los mismos verbos que estaban
usando hace un rato en el recreo.
Las normas tampoco son necesarias para analizar y sistematizar, que es
básicamente lo que hacen las gramáticas descriptivas. En todo caso lo que es
interesante y faltó mencionar, son las gramáticas explicativas, las que hacen
hipótesis sobre cómo funciona una lengua, sobre por qué esto suena bien así y
no de otra forma.
Otro problemita no menor es que se usa con el mismo sentido “lengua” y
“lenguaje”, que no son lo mismo. El lenguaje es una capacidad humana común a
toda la especie, las lenguas son diferentes realizaciones de esa capacidad, estas
últimas sí intervenidas políticamente por instituciones como la escuela o la RAE.
El gato y la caja es una publicación interesante, pero tiene algunos vicios
cinetificistas, porque, por lo menos en lingüística, para que algo sea científico no
hace falta sumarle una banda de papers, alcanza con pensar científicamente el
objeto que se tiene entre manos. Y ese también es un punto interesante, ¿qué
modelo de ciencia se tiene en este tipo de notas?¿Importa que haya estudios que
avalen el uso de la palabra “cuerpa”, o tenemos que entender que los
movimientos feministas la usan sin pensar en las ciencias del lenguaje, pero sí
pensando en su lucha política emancipadora, una de las más importantes de
nuestro tiempo?
El lenguaje inclusivo es un tema relevante, y algunxs lo investigamos mientras
nos formamos como lingüistas, pero necesita ir de la mano de cuestionar,
también, los modos en que se hace ciencia y las formas en que los saberes son
emancipadores.

Juan Cruz on Jun 4, 2018 at 13: 43

Responder

Hola Fede. Desde ya muchas gracias por tu comentario!

Gracias por señalar lo del ambiguo/incorrecto uso del término ‘lenguaje’


donde correspondería hablar de lengua. En realidad, lo tuvimos presente
al comienzo del trabajo, pero al final terminamos usando ‘lenguaje’
donde correspondía, estrictamente, hablar de ‘lengua’. Estas recaídas
tuvieron que ver con que generalmente se habla de lenguaje sexista y
lenguaje inclusivo, y es ese el debate en el queremos participar. Aunque
hay algunos pasajes en los que señalamos justamente que lenguaje y
lengua no son lo mismo, quizás vale la pena rever la redacción y
corregirlo, o poner lenguaje entre comillas.

Respecto a la definición de lengua, la entendemos como un fenómeno


social del mismo modo que la cultura y todo el simbolismo que
compartimos socialmente es una construcción humana que se asienta a
veces en imposiciones, otras en grandes acuerdos, pero siempre en un
uso común. No se trata de que cada uno firme un consentimiento sobre
su uso, o que alguien se proponga deliberadamente darle tal o cual
contenido a esos consensos. Las convenciones sociales son procesos
complejos, con una etiología en el tiempo que hace que cuando
lleguemos al mundo, mucho ya este dispuesto. Además, está atravesado
por relaciones de poder de modo tal que no todes tienen un peso idéntico
para definir esas convenciones. Por otro lado, nos interesaba marcar el
énfasis en que esos acuerdos no se definían en una institución particular,
sino en el seno de la sociedad. Es decir que la RAE no puede legislar con
autoridad monárquica sobre ella, pero entiendo que en ese punto estamos
de acuerdo. Sería interesante en todo caso que aportes la definición de
lengua que te parece más apropiada porque nos interesa. De todos modos
creo que estarás de acuerdo en que es un concepto difícil de definir de
forma terminante y que es necesario recortar para abordar.

Respecto a la diferenciación entre gramáticas descriptivas y explicativas,


nos pareció que era hilar demasiado fino en un momento de la nota que
cumple un rol introductorio. De más está decir que nadie necesita normas
para aprender a usar su propia lengua (¿y para aprender una lengua
ajena?), pero seguro necesitamos formular leyes y principios para que
ese conocimiento se vuelva consciente.

Por último, creemos que sobre las formas en las que se hace ciencia y las
formas en las que los saberes pueden ser emancipadores les que hacemos
Gato reflexionamos constantemente, independientemente de las
diferencias que podamos tener al respecto. Pero lo que hicimos no fue
simplemente sumar papers y creemos que sí estamos proponiendo un
acercamiento científico genuino al tema que tenemos entre manos.

Una cosa más: No hemos buscado específicamente estudios sobre la


palabra “cuerpa” pero en mi opinión es un gran ejemplo de lengua en
disputa (ya que se empecina en un uso disruptivo fuertísimo, lejos de
cualquier búsqueda de acuerdo en términos gramaticales) y por lo tanto
es un gran punto de partida para continuar el debate, pero ya en otro
plano. Bienvenido sea siempre.

Fede on Jun 4, 2018 at 20: 46

Responder

Muchas gracias por tomarte el tiempo para tamaña respuesta!


Coincido en que hay muchas definiciones posibles de lo que es el
lenguaje, y parece que según qué pregunta nos hagamos,
aparecen definiciones nuevas. Pero eso no quita que hagamos
definiciones generales que tengan alguna felxibilidad.
Personalmente estoy de acuerdo con lo que postula la gramática
generativa, por lo menos en términos generales y si lo que se
quiere ver es el lenguaje en términos más o menos abarcables.
También creo valiosos los aportes de otras corrientes lingüísticas,
como las teorías de la enunciación, que intentan mirar el lenguaje
en uso, un tema que la gramática generativa no encara.
Una definición que me pareció muy bonita -aunque bastante
pobre de elaboración- es la que hace Paolo Virno en “Cuando el
verbo se hace carne” (2005), que está publicado con licencia
creative commons, así que lo pueden descargar en pdf en la
página de la editorial (busquen, que no quiero hacer publicidad).
Virno, haciendo un mix de teorías, dice que el lenguaje es un
“órgano biológico de praxis pública”. Creo que ahí hay algo
interesante, porque reconoce que hay algo así como una
competencia propia de la especie humana, pero que en su uso se
vuelve un elemento de disputa política.
Tengo que insistir en que no me parece que la lengua sea un
fenómeno social entre otros, y no me es claro en qué sentido es
una construcción humana. Como ya es bien aceptado, incluso por
teorías que entre sí no se llevan bien, la relación entre sonidos y
significados es un proceso arbitrario, inmotivado. Las lenguas no
son productos de acuerdos, en todo caso valdría la metáfora de
otros bienes comunes, como por ejemplo, el de un río al lado del
cual se instala una comunidad. La gente que vive ahí puede
intervenir sobre ese río, disponer leyes sobre cómo usarlo,
delimitar hasta dónde se considera que se extiende, incluso
intentar modificar su curso, pero la existencia del río es algo dado
de antemano, y por lo tanto lo que se puede hacer sobre él es
limitado. La metáfora no es perfecta, obviamente, pero con las
lenguas pasa algo parecido, una sociedad puede querer modificar
su uso, inventar algunas palabras, o delimitar qué es lo correcto o
incorrecto, pero va todo lo que se haga va a tener una incidencia
limitada, y su existencia no es producto de ningún acuerdo ni
consenso.
Nadie planificó que del paso del latín al castellano se caiga el
caso morfológico, pero ahí lo tenés, nada de andar diciendo rosa
rosae rosam, ahora es “la rosa”, “de la rosa” o “a la rosa”. ¿Por
qué? No hay por qué. O sí, pero quién sabe, son hipótesis.
Sí, sin embargo, se fueron haciendo planificaciones sobre algunas
otras cosas, y las clases acomodadas, que generalmente eran
también las que ocupaban -y ocupan- asientos en las academias,
empezaron a tomar su propia variedad como correcta, y a intentar
que la lengua no cambie, pero siempre con incidencia limitada,
nunca tan profunda como para que una lengua sea producto de un
acuerdo.
Porque el punto es que nadie se sentó a inventar las lenguas, ¿en
qué lengua lo hubieran hecho? (Dios, sos voh?). Volviendo a la
metáfora del río, se le hicieron algunas modificaciones a algo
dado naturalmente, intervenido por procesos históricos y sociales
que tuvieron efectos mayormente arbitrarios sobre la lengua, no
planificados.
En cuanto al tema de las normas, me parece que es confusa la
definición que dan de gramática normativa. Además habría que
aclarar que las lenguas maternas no se aprenden, se adquieren.
Lxs niñxs no necesitan un curso para aprender a hablar la o las
lengua/s que los rodean, de hecho aprenden un sistema
infinitamente complejo a partir de estímulos muy pobres. Las
lenguas segundas sí, pasados los doce años hay que enseñarlas
explícitamente, y los procesos cognitivos mediante los cuales se
aprende y su usa son diferentes de los que intervienen en el uso
de las lenguas maternas.
Entiendo que puede haber sido demasiado fuerte mi planteo sobre
la suma de papers, pero es una impresión que me quedó del texto,
seguramente tiene que ver con prejuicios míos. Mi preocupación
se dirige a que, como decía antes, el lenguaje tiene una pata en la
biología humana y otra en lo político-social, y no me queda tan
claro que sumar estadísticas sobre esto o aquello tenga mucho
que ver, o sea relevante, para la segunda, a lo sumo puede dar
algunos indicadores muy limitados.
Las feministas hacen una intervención política sobre la lengua
-como toda intervención sobre la lengua-, y no interesa lo que
digan las estadísticas o las ciencias del lenguaje al respecto. La
evidencia que se cita no dice mucho sobre el lenguaje, sino que
habla sobre nuestra psicología y nuestra cultura.
Apuesto a que el Gato (ustedes, no el presidente eh?) invente
formas menos académicas de acercarse a los objetos que indaga,
o a los conocimientos construidos por otrxs que divulga.
Darío Sztajnszrajber (hablando de sonidos arbitrarios) es un buen
ejemplo de narrativas no académicas para tratar objetos de
conocimiento. El lenguaje y las lenguas se prestan más para eso
que para un tono de divulgación similar al de las ciencias mal
llamadas “duras”. En fin, si querés la seguimos por mail, que lo
ingresé para comentar así que lo deben poder ver. Gracias por
leer, saludos a todxs lxs que me conocen.

Ivan M. on Jun 5, 2018 at 17: 37

Responder

Hola fede!
Una que capaz no habias pensado: yo entro a Gato
esperando ver posturas fundamentadas, para leer ideas y
opiniones ya lo tengo a Facebook.

Lamentablemente (o por suerte!) me gusta que los


planteos que se hacen en Gato vengan respaldados con
números que avalen lo que se escribe… Y los papers son
útiles para eso.

Como haces para convencer de una idea a alguien solo


con retórica?

Un abrazo!

Fede on Jun 5, 2018 at 18: 48

Hola Ivan, gracias por leer mis comentarios súper


largos y aburridos!
Yo también valoro mucho el trabajo de El gato y la
caja, pero creo que la onda es hacer buena
divulgación científica, y mis comentarios apuntan
a criticar algunos aspectos de este texto en
particular, que si bien tiene muchas cosas
interesantes, parece estar escrito por gente que no
está formada en lingüística.
Digo esto último porque – y es el problema que
quise señalar en un principio-, lejos de ser
opiniones o ideas aisladas, las definiciones que
compartí son ideas más o menos básicas de teoría
lingüística. Como la lingüística no es una ciencia
empírica, vas a encontrar papers diciendo
prácticamente de todo, y en ese sentido todo es
“retórica”. Es más, no me animaría a decir que
existe uso del lenguaje que sea no-retórico, pero
eso ya es otra historia.
Por si te interesa, te dejo algo de bibliografía
donde podés encontrar más o menos las fuentes de
mis afirmaciones. Sobre generativismo, “Aspectos
de la teoría de la sintaxis”, de Noam Chomsky,
cuenta más o menos cómo viene la mano, aunque
es bastante técnico y es un modelo teórico que
tuvo modificaciones. “Fundamentos de sintaxis
formal”, de Bosque y Gutiérrez-Rexach es más
extenso, pero está pensado en un tono un poco
más amigable.
Hace poco salió un refrito de las teorías de
Chomsky, bastante mal traducido pero sin tanto
aparato técnico, que se llama “Qué clase de
criaturas somos?”, y se consigue en cualquier
librería.
Sobre los fundamentos biológicos del lenguaje
está el clásico de Eric Lenneberg, pero para datos
más actualizados se puede consultar “El vacío
sexual, la tautología natural y la promesa
minimalista” de Guillermo Lorenzo González (que
no es tan técnico como pinta el nombre).
Sobre nuestra variedad lingüística el “Manual de
gramática del español” de Ángela Di Tulio es
súper accesible, y se ves por ahí un librito que se
llama “La cuantificación de adjetivos en el español
de Argentina. Un estudio muy gramatical”, de
Laura Kornfeld, no dudes en comprarlo, que es
muy preciso y simpático.
En cuanto a teorías que se refieren a la parte más
política y del uso del lenguaje, se pueden consultar
los textos de Catherine Kerbrat-Orecchioni o “El
decir y lo dicho” de Oswald Ducrot. Hay un
tratadito de políticas lingüísticas que no es genial,
pero se consigue en todos lados, de Louis-Jean
Calvet. También pueden ser útiles para pensar
estos temas el manual de pragmática de Jef
Verschueren o la introducción a la antropología
lingüística de Alessandro Duranti.
Hay dos pelis que podría recomendar, una es el
documental de Michel Gondry que se llama “¿Es
feliz el hombre que es alto?”, una entrevista
animada con Noam Chomsky; y la otra “Arrival”,
de ciencia ficción, pero que muestra cómo trabaja
una lingüista cuando no hay muchos papers
disponibes (sí, hay extraterrestres!).
Por lo demás, lo que hace un lingüista es pensar,
estudiar e investigar el lenguaje y las lenguas, un
campo de reflexión donde las certezas son más
bien pocas y se recurre mucho a la argumentación.
Los papers, si quiero mirar una palabra como
“cuerpa” me pueden dar alguna visión del tema
-aunque todavía creo no se ha escrito nada-, pero
como lingüista voy a analizarlo desde mis
herramientas conceptuales. Caso contrario, más
que investigar -como dice un docente mío- estaría
estudiando lo que dijeron otros. No es algo malo, y
es necesario siempre, pero no es investigar.
Algunas teorías tienen correlato empírico, pero
son avances bastante iniciales todavía. Las
certezas que tenemos pueden discutirse, pero no
pueden ignorarse. Estamos, como dice el ameo
Chomsky, en un estadio galileano de la ciencia
lingüística: estamos haciendo hipótesis a partir de
la información que tenemos, pero por ahora no se
pueden contrastar.
Personalmente, yo investigo en historia y
epistemología de la lingüística, y también hago
algo de divulgación, así que te imaginarás que soy
un poco nerd y fan de estos temas, y de ahí mis
comentarios archilargos e insufribles. La corto,
gracias por tanto y perdón por tan poco.

Lucía on Jun 6, 2018 at 02: 55

Responder

La metáfora del río me parece inadecuada, porque a


diferencia del río, el lenguaje no existe sin las personas.
El lenguaje es una construcción colectiva, y los consensos
y convenciones que lo moldean no son acuerdos entre
personas individuales,.

Una metáfora más apropiada, a mí parecer, es que se trata


de una casa o más bien, de la forma de construir casas. En
un principio no había ninguna casa. Las primeras
personas, por ende, no tenían casa. En algún momento,
algunas personas empezaron a apilar piedras, tal vez
porque sí (no hay por qué) y pongámosle que empezaron
a levantar muros y eventualmente, se hizo una casa y
luego otra y luego otra.

El lenguaje es el conjunto de las casas construidas y


también las costumbres que devienen convenciones, sobre
cómo construirlas. Unx podría hacer su propia casa de
forma diferente a lo convencional. Eso no modifica la
construcción ya hecha ni necesariamente influya sobre la
forma en que otrxs siga construyendo sus casas. Muchas
personas nacieron sin necesitar aprender de cero una casa,
sino que tenían una ya hecha, o bien las instrucciones
colectivas para construir casas. Y si suficientes personas
cambian la manera de hacer casas ésta puede pasar a ser la
norma, y así vamos llegando del latín al español, casa por
casa, tal vez pueblo por pueblo ya me perdí en mi propia
metáfora. Pero también podría pasar (al menos en teoría)
que la aparición de formas diversas de construir casas, y
la tolerancia de la comunidad a ello, lleve a una
flexibilización de las convenciones que permita la
coexistencia de formas diversas de construir las casas y
los lenguajes.

Como feminista, te puedo afirmar que sí interesa lo que


digan las ciencias del lenguaje. En última instancia, las
ciencias del lenguajes son una rama específica de la
ciencia política. Los papers no son sobre lingüística y sí
sobre psicología y cultura porque es en esos campos
donde se ve, o no, el impacto del lenguaje. Y por supuesto
que importan, para poder hacer una crítica de las
herramientas lingüísticas que proponemos o
desarrollamos, porque nade piensa que poniendo una “e”
ya está. Si vamos a hacer el laburo de intervenir el
lenguaje, vamos a hacerlo bien.

No me queda claro cuál considerás que es la pata


biológica del lenguaje, y si la hubiere, por qué estaría
disociada del impacto que el lenguaje tiene en los seres
humanos, que está mediado por su condición biológica.

Fede on Jun 6, 2018 at 14: 12

Hola Lucía, gracias por leer mis comentarios!


Che, sí, la metáfora del río tiene muchas falencias,
pero era un ejemplo que se me ocurrió para ilustrar
la idea de un “bien común”. El lenguaje, creo yo,
en cierto sentido es una especie de bien común,
pero en tanto tiene una parte biológica -ya aclaro
esto más abajo-, es un bien común encarnado,
corporalizado: cuando el capitalismo lo quiere
expropiar, en vez de usar alambre de púas, lo que
hace es operar para decirnos que como hablantes
no tenemos potestad para decidir sobre él.
Como pasa con las tierras, se crean fronteras que
dividen las lenguas, pero que en realidad son un
artificio que no tiene mucho que ver con nuestra
capacidad lingüística o con nosotrxs como
personas, sino que son parte del proyecto
capitalista de la modernidad. No es casual que en
el origen de muchos proyectos de nación haya
habido disputas sorbe cuál es la lengua oficial. En
el caso de América Latina, fueron Sarmiento y
Andrés Bello quienes se pusieron a disputar si
nuestra lengua tenía que mantener las
convenciones heredadas de España o si inaugurar
formas propias (está claro qué postura fue la que
prevaleció). Una lengua, como ya ha sido citado
muchas veces, no es más que un dialecto con un
ejército y una bandera.
Otra cosa en común que tiene el lenguaje con los
“bienes comunes” -en tanto concepto, no?- es que
cuando se los intentó e intenta privatizar son
grupos de mujeres los que pelean por recuperarlos
para la comunidad. [Aclaración: no quiero
ponerme todo mansplaining, seguramente, como
activista feminista, manejes estas lecturas mejor
que yo, pero como no te conozco y también puede
que alguien interesadx quiera ampliar, señalo
algunas fuentes]. Sobre esto ha escrito Silvia
Federici, medio de pasada, en el famoso “Calibán
y la bruja” y más específicamente en un artículo
que se llama “El feminismo y las políticas de lo
común en una era de acumulación primitiva”
(editado en creative commons por Traficantes de
Sueños, en una recopilación de artículos que
circula en pdf).
Y a esto viene a cuento mi crítica a los papers
citados. Los modos academicistas de producir
saberes son una parte fundamental para legitimar
el proyecto de la modernidad capitalista, y en tanto
se los incorpora siguiendo criterios de valor
supuestamente científicos, se pierde de vista que el
interés no es científico, sino que es político.
Sumado a que, en tanto es un interés político
libertario, va de cabeza en contra de las ideologías
que sustentan los modos de producir saberes
propios del mundo académico (en general, porque
hay casos de resistencia interna).
Esos papers son fruto de este mismo modelo
capitalista que, como dice la amiga Federici, creó
un modelo donde el trabajo – especialmente le
trabajo reproductivo- de las mujeres fue ocultado y
puesto al servicio del trabajador masculino. Lo
que le interesa a esa ciencia es, supuestamente, “la
verdad” -yo diría que en realidad es sumar datos al
CV, pero es otra historia-, no la emancipación
humana, que es por lo que intervienen la lengua
las activistas feministas.
Lamentablemente Federici no profundiza en el
tema del lenguaje como bien común, y no hay
mucho elaborado el respecto. Yo lo encaré en un
paper que todavía está “en prensa” (pongo
comillas porque es una publicación digital, je),
pero si querés no tengo drama en mandártelo por
mail, me vendrían bien algunos comentarios.
Obvio que, en un intento por no ser hipócrita, en el
mismo paper hago la crítica que le cabe a los
modos de producir saberes, invitando a pensar
cómo se puede investigar y a la vez contribuir a
una agenda política libertaria.
Volviendo a lo otro, las ciencias del lenguaje no
son una rama específica de la ciencia política, son
ciencias autónomas, con métodos y objetivos bien
diferenciados. Existen, sí, algunas áreas de interés
en común, como las políticas lingüísticas, pero un
lingüista y un politólogo tendrían cosas bien
distintas para decir sobre un mismo problema.
El lenguaje tiene una pata biológica porque parece
que la especie humana viene de nacimiento con la
capacidad de adquirir una lengua, y esa capacidad
está dada genéticamente. Lo único que hace falta
es tener contacto con gente que habla, pero antes
de los doce años, después alpiste perdiste. Al ser
algo que está en el cerebro, si éste es afectado por
un ACV o de nacimiento por un trastorno de
desarrollo, puede que también quede afectada la
capacidad lingüística.
Esa capacidad para adquirir una lengua se la llamó
Gramática Universal, común a toda la especie
humana, y funciona como una gran plantilla de
opciones por “Activado/Desactivado”. Las
investigaciones en gramática, mirando las lenguas
del mundo, van intentando averiguar cuáles son
esas opciones y qué consecuencia tiene el que
estén activadas o no.
El ejemplo más clásico es el parámetro de sujeto
nulo, que si está activado, como en nuestra lengua
o en el italiano, nos permite vaciar
fonológicamente el sujeto de un verbo, mientras
que si está desactivado, no te deja, como en el
inglés y en el francés. Entonces, donde nosotros
podemos decir “llueve”, un verbo que no tiene
agente (nadie “llueve”), en inglés tenés que decir
“it rains”, donde “it” funciona solamente para
llenar ese espacio, sin tener un “significado”. Esto
trae muchas consecuencias más a nivel gramatical,
pero este comentario ya tiene dos kilómetros.
Lo que hay que mantener bien claro es que la
gramática de las lenguas son algo que manejamos
inconscientemente, y que no las podemos
modificar más que superficialmente. Sí podemos
usar palabras nuevas o intentar intervenciones
como las que proponen las instituciones, y que
tienen un trasfondo político. Como los usos que
proponen las activistas feministas.
¿Esto puede traer transformaciones profundas en
la estructura de la lengua? No se sabe, capaz que sí
si unx niñx crece en un país donde la lengua
hablada por todxs -no solamente en la casa o la
escuela- ya es así. En fin, voy a seguir
defendiendo la intervención política de las
feministas en la lengua, no importa que me sigan
citando papers que dicen que esa intervención no
funciona a nivel lingüístico, porque claramente sí
funciona a nivel político.

Hector on Jun 15, 2018 at 17: 58

Me parece que el punto en el que no estoy de


acuerdo con el artículo es ese. Morfar por
estadística, en el reciente debate por la
despenalización del aborto un funcionario del pro
utilizó “la calidad” y los nombres y su argumento
fue mucho más fuerte porque provocó mucho más
significado que la estadística. De hecho hubo otro
diputado que intentó usar de ejemplo a Polonia (un
sólo país) para indicar que la despenalización del
aborto traía más muertes femeninas (sory si los
datos no son 100% correctos, creo que sí).

Con este ejemplo voy concretamente a que lo


importante no es la estadística o la rigurosidad del
cientificismo empirista/experimentalista (dicho sea
de paso una de las ciencias más erroneas de las
ciencias) . Lo importante en todo esto es la
política, que en otras palabras, es Cómo
producimos y cuál es el impacto/alcance cultural
de esa producción ya que luego el objeto en sí
provocará percepciones políticas nuevas y eso
moldearía la retorcida madera que es la humanidad
(metáfora kantiana). Somos tan moldeables y la
lengua puede ser tan discutida. Las masas
finalmente están conformadas por individuis y es
la puesta en común de estos individuis la que
generó ciencias, culturas y masas. Y no al revés. El
mundo (occidental) hoy se acerca mucho más a la
atomización en el hacinamiento olvidando que
nosotros somos los productores y que el acuerdo
social debe estar constantemente en disputa.

Recordemos que el voto no debe ser simplemente


un sí o un no; debe ser participar activamente
sobre cuáles serán las opciones para que la
democracia como tal tenga sentido.

Pensar en producir es pensar en política. Pensar en


lo acordado es sólo consumir. Consumir y no
producir es devorar el mundo y no pensar es que te
piensen.

Sarah on Jun 6, 2018 at 05: 00

Responder

Hola, Fede. Me gustó mucho, muchísimo, leerte. Mirá que


soy de las personas que se duerme cuando intenta
estudiar, pero tus argumentos me cautivaron y sacaron el
sueño.
Llegué a este artículo del Gato con algo de intriga y deseo
de saber qué iban a decir. Terminé la lectura y sentí que
algo no cuadraba, que había un vacío (ojalá hubiese sido
este el corte de carne, jajaja) y eso que, la verdad, no soy
experta en la lengua (por no decir que no sé un carajo).
Para resumir, estoy maravillada con tus escritos y lo nerd
que sos, así que me gustaría leer más acerca de tus
trabajos de investigación sobre lingüística. Desde ya,
muchas gracias. Te dejo mi mail: ichbins4rah@gmail.com

Fede on Jun 6, 2018 at 14: 16

Muchas gracias por leer Sarah! En estos días te


mando al mail un textito de divulgación que
publiqué hace poco.

Martin on Jun 26, 2018 at 08: 54

Responder

Fede felicitaciones. El despliegue de saberes que hiciste


merece un espacio más relevante que la sección de
comentarios, ojalá los gatos hayan tomado nota de eso.
Confío en que su habitual rigor y afán de pensamiento
crítico los va a inclinar en ese sentido. Y si me preguntan
a mi -no tienen por qué-, uno de los aspectos más ricos de
tu postura es el del “carácter biológico” del lenguaje, que
por lo que puedo advertir en las respuestas a tu
comentario -la polémica alrededor de la metáfora del río,
verbigracia- es una idea no del todo intuitiva para muchas
personas.
De nuevo, gracias por el esfuerzo que empleaste en fundar
tu posición y contestar a los cuestionamientos que se te
hicieron.

P.D.: Me interesa todo lo que prometiste mandar por mail


a los demás jaja.

Hector on Jun 15, 2018 at 17: 26

Responder

Fede, te zarpas. Excelente tiro al blanco. Es vetusto el planteo de que “lo


construimos como sociedad”. En ese sentido me parecen interesantes las
teorías terraplanistas. Primero se preguntan ¿desde donde vemxs la
tierra? ¿es real la ficción o lo que veo? ¿Vale la perspectiva personal (los
zapatos de otros) o vale más la omnipresencia? Y en ese mismo sentido
es lógico plantear quién impone las normas del mercado lingüistico o el
mercado de saberes. Alguien con un sencillo experimento puede
demostrarle a otre que la tierra es plana? Y entonces por qué lo repetimos
como si estuviéramos tan segurxs? Somos aún muy dogmáticos y
realizamos imposición autoritaria. Lo peor es que somos salmones
luchando contra la corriente en pos de reproducirnos y a sapiens de que
vamos a morir.
o

Andrea Fernandez on Jul 6, 2018 at 18: 37

Responder

Escuchaste hablar de Steven Pinker y el “Instinto del Lenguaje”.


Algunas cosas podemos dirigirlas. Otras simplemente están. No es
necesario querer dominar todo. La realidad existe aunque no nos demos
cuenta.

13.

Pela on Jun 4, 2018 at 12: 49

Responder

Qué lindo es cambiar de opinión! Muchas gracias.

14.

ramiro on Jun 4, 2018 at 12: 57

Responder

Usar la “e” para neutralizar el genero de una palabra suena horrible. Se planteó
conservar la “o” como neutral y usamos la “e” para el masculino estticto? Lo
estetico de una palabra es mas importante de lo que parece si queremos que se
use, y ese cambio parcial haria más fácil tragar el cambio.

Sol Minoldo on Jun 19, 2018 at 11: 23

Responder

Hola Rramiro, arriba le contesté a Pedrito sobre este tema. Saludos!


15.

Lucía Rodríguez Planes on Jun 4, 2018 at 13: 03

Responder

Hola! Me gustó su nota! Creo que sería interesante incorporar a este análisis
realmente exhaustivo las estrategias para usar lenguaje inclusivo que no
implican el uso de a/o, @, x ni e. Estrategias de redacción que la lengua
española permite justamente por tener tantas formas diferentes de decir (casi) lo
mismo.
Por otro lado dejo un comentario sobre la palabra “murciégalo”, que me apena
se lo exponga así… La palabra murciégalo fue previa a murciélago, justamente
construida a partir de la primera descripción de estos bichejos como ratón
(“mus”) ciego (“caecus”). El proceso que sufrió la palabra es un cambio del
orden de las letras que la forman, que se llama algo así como metátesis si
recuerdo bien, y que derivó en los murciélagos actuales. Con almóndiga
podemos extendernos también a los siglos que lleva en el diccionario (se acerca
a los 4, pero sólo recientemente se indicó que estaba en desuso en la lengua culta
y, cosas raras del periodismo, se hizo noticia), pero como se me dan mejor los
bichos que la cocina dejo acá nomás. Gracias!!!

16.

Bruno on Jun 4, 2018 at 13: 10

Responder

Realmente muy buena.


Tengo dos observaciones para hacer nomás.

1. Hay una tendencia a centrar el lenguaje a la lingüística gramatical y


semántica. Esto no permite ver, de forma clara, la relación entre las lenguas y los
otros “sistemas” semióticos (imagen, cuerpo, etc.).

El problema se presenta una vez que se exponen las objeciones en torno al árabe,
islandés y japonés. La respuesta se centra en que “incluso los términos neutrales
pueden transmitir un sesgo masculino”. Sin embargo, me parece más importante
remarcar otras ideas:

a- Hay aspectos verbales no estudiados por la lingüística y sí por la semiótica y


las teorías de los discursos, hay elementos sexistas que aparecen en lo
textual/discursivo.
b- Hay toda una cultura de imágenes, videos, signos corporales, acciones, etc.
que está también atrás, que condiciona a les agentes sociales.
A y B implican que las palabras se insertan en la cultura y que, aun cuando no
haya determinado sistema gramatical que implique sexismo, hay inequidad de
género. No quiero negar el “sesgo masculino”, sino decir que su peso está
vinculado con estructuras y aspectos que, a mi entender, son de mayor
importancia (se pueden buscar muchos ejemplos vinculados a A y B).

2. Creo que se puede agregar un poco de información en el experimento de


Winawer: algunos ejemplos de sustantivos de algunas lenguas.

Pero insisto, el artículo es muy muy bueno.


¡Saludos!

Juan Cruz on Jun 4, 2018 at 14: 23

Responder

Gracias Bruno!

Saltar a un análisis semiótico del problema queda por fuera de nuestras


posibilidades inmediatas pero es sumamente interesante tu aporte.

Abrazo.

17.

Daniel on Jun 4, 2018 at 13: 20

Responder

Excelente artículo para invitar a la reflexión sobre el lenguaje inclusivo. Yo me


encuentro entre los puristas que no pueden leer un “todxs” o “todes” sin sentir la
misma repulsión que ante “haiga”, o incluso más, porque quien dice “haiga” lo
hace por desconocimiento. Pero la reflexión sobre el tema es bienvenida. Estoy
de acuerdo en que lenguaje es dinámico y vivo, evoluciona sin dejarse
encorsetar (como cuando se quiso erradicar el voseo en Argentina), pero son
cambios espontáneos que nadie planifica y son relativamente lentos. Ningún
grupo se propuso impulsar -para colmo de cero- el voseo o el uso de palabras de
lunfardo en Argentina, que seguramente causaron repulsión a muchos en algún
momento. En el caso del lenguaje inclusivo se intenta introducir variaciones
expresamente planificadas, casi una norma nueva, dentro de una misma
generación. Por eso, equipararlo a otros cambios de la lengua es tendencioso.
Pero celebro el debate serio, y la anécdota de “presidenta” y “sirvienta” es un
disparador fabuloso.
o

Juan Cruz on Jun 4, 2018 at 14: 17

Responder

Hola Daniel, gracias por tu comentario!

Me quedé pensando por qué creés que es ilegítimo que un grupo intente
impulsar un uso del lenguaje. ¿No es acaso lo que ocurre con las
publicidades, los libros de texto para las escuelas, las campañas políticas,
etc.? El caso del feminismo me parece que no es el único, sólo es más
“molesto”. Cuando Movistar te invita a participar de su “comunidad”,
¿no está falseando el significado de la palabra “comunidad”? Porque una
cartera de clientes no es una comunidad. Sé que no es lo mismo eso que
cambiar cuestiones gramaticales, pero lo dejo como inquietud porque
sospecho que cuando el objetivo que se busca es el lucro tendemos a
normalizar la operación, mientras que cuando se trata de algo político
nos resistimos. Habría que investigar en este sentido. Pero la lengua está
en disputa y eso es innegable.

Por último, me hiciste acordar a una cita de Phillip K. Dick: “La palabra
es más real que el objeto que representa. La palabra no representa la
realidad. La palabra es la realidad.”

Abrazo grande

18.

Mauro on Jun 4, 2018 at 13: 28

Responder

¡Hola! Me encantó este artículo, a pesar de que soy bastante conservador con el
uso del lenguaje. Está claro que hablamos una lengua viva y hay que dejarla
evolucionar (y, de vez en cuando, ayudarla).
Respecto al “hit argento”: ¿cuál es la recomendación o el “nuevo” uso habitual
para esas palabras? Me parece horrendo presidenta, igual igual de horrendo que
presidento. A nadie se le ocurre decir estudianto o sirviento. ¿A caso no sería
“bello” dejar la e justo ahí donde apareció, donde nadie le mandó estar?
Notas de menor importancia:
> mientras escribo esto, veo que el corrector ortográfico del navegador me
señala que presidento está mal, pero nada dice de presidenta;
> creo que hay gente que confunde la vocal en el final de una palabra con el
género que representa, pero sólo en algunos casos – ¿alguien dice poeto?
Saludos!

Sol Minoldo on Jun 4, 2018 at 13: 30

Responder

Hola! más arriba una lectora (Julieta) comentó el caso de ‘modisto’ ;-)

19.

Lorena Maqueda on Jun 4, 2018 at 13: 29

Responder

Me encanta que jamás tiren para un lado o para el otro, nos lo dicen a modo de
“Esto es lo que tenemos/sabemos del tema, ahora te toca pensar, medir y pesar”.
La verdad es que me sigue resultando incómodo, pero entiendo un poco más por
donde viene la mano.
Lo cierto es que, por ejemplo, en mi caso, mi familia, nunca se crearon
estereotipos de género, mi abuelo cocinaba, mi abuela puteaba porque el del
equipo contrario estaba en posición adelantada, yo lo ayudaba a mi abuelo a
levantar paredes, mi vieja no va a plancharte una camisa aunque eso iguale el
dólar y el peso, mi hermanita de 8 años usa rosa y negro en igual medida y
quiere ser veterinaria y diplomática. En mi laburo soy un número sin sexo. Sí,
obviamente, siento preferencias e injusticias fuera de las puertas de mi casa o del
trabajo, pero dentro no importa si uso boxer o bombacha.

20.

Leonel Bracco on Jun 4, 2018 at 13: 42

Responder

¡Muy buena nota!


Comparto este video que puede ser interesante:

o
Marcos on Jun 6, 2018 at 21: 47

Responder

Yo siempre creia que los mejores cocineros serian mujeres, por eso de
que las mujeres y la cocina, pero resulta que los mejores cocineros son
tambien hombres.

Otro Hector on Jun 20, 2018 at 19: 10

Responder

Nótese que “una eminencia médica” está todo en género


gramatical femenino y aún así casi todos caemos en el error de
imaginar a un hombre. Esto demuestra, como lo hacen también
los ejemplos de Japón, Islandia y Arabia Saudita, que una política
de uso del género gramatical aporta poco o nada al cambio de
mentalidad. A lo sumo, entrega información al lector sobre el
activismo al que suscribe el autor. (Nota: si alguien quiere
entender que por “lector” y “autor” me refiero solo a hombres,
vaya a ver a un doctor.)

La emancipación llegará no cuando todo el mundo adopte le


mode de habler inclusive, sino cuando al referirse a “una
eminencia médica” todos imaginemos a una persona cualquiera,
sin distinción de sexo, color de piel, edad, etc. y en el caso
particular del ejemplo del video podamos imaginar sin dudar que
se trata de la madre del niño.

Volviendo al artículo, hay otra cosa que a mí me hace ruido y


pasa inadvertido: la duda que se siembra sobre las categorías
“masculino” y “femenino”. Es cierto que las características de
ambas categorías no están necesariamente representadas en uno u
otro sexo de manera exclusiva y se ha avanzado bastante en
entender y aceptar que la gente pueda reunir en su persona
características mixtas o incluso del género contrario al de su sexo.
Sin embargo, la identidad de género funciona precisamente sobre
esas categorías, a partir de las cuales pueden crearse otras. En
resumen, las categorías deben existir para que la gente pueda
identificarse con una, con la otra, con una mezcla de ambas o con
ninguna.

Usando un ejemplo del texto: si tal o cual profesión se asocia más


a características masculinas y eso se traduce en desinterés de las
mujeres, el problema no son esas características, sino el suponer
que las mujeres, solo por su sexo, no pueden cumplirlas.
Lo que nos cuesta entender es que el hecho de que muchos
hombres que cumplen labores de cuidado o que requieren
atención a los detalles parezcan femeneizados y, a la vez, muchas
mujeres que asumen roles de liderazgo parezcan masculinizarse
no tiene que ver con el sexo. De hecho, en la naturaleza hay
sociedades matriarcales en que las características que para
nosotros son masculinas están asociadas, por defecto, a las
hembras y no a los machos, como es el caso de las hienas.

Mi punto es que lo masculino y lo femenino no dejan de tener


validez en una sociedad igualitaria. Es más, son imprescindibles.

Martín on Jun 26, 2018 at 09: 06

Responder

Antonio Porchia decía: “Creías que destruir lo que separa


era unir. Y has destruido lo que separa. Y has destruido
todo. Porque no hay nada sin lo que separa.”

Francisco M. Gómez S. on Jul 4, 2018 at 17: 39

Responder

Con lo de la eminencia médica y lo del árabe hay


evidencia en contra suficiente de que el pensamiento
machista es el problema y que no se soluciona para nada
el problema real forzando el lenguaje.
El cherry picking de evidencias es lo que permite a mucha
gente decir, por ejemplo, que el calentamiento global no
es antropogénico. No entiendo como es que los autores
eligen no ver esto.

Francisco M. Gómez S. on Jul 24, 2018 at 09: 43

Ya vamos para los dos meses desde que pusieron


este video . Autores, algún comentario?

Juan Cruz on Jul 25, 2018 at 12: 08

Hola Francisco!

Perdón la demora en responder, es verdaderamente


difícil estar, no digo al día ya que no respondemos
toooodos los comentarios por razones casi
termodinámicas, pero al menos mínimamente
actualizados cuando alguien manifiesta tanto
interés.
Sospecho mucho cuando decís “con lo de la
eminencia médica y lo del árabe hay evidencia en
contra suficiente”. ¿Dónde estás decidiendo la
cantidad de evidencia que es suficiente? ¿Y por
qué?

Dejando de lado eso, creo que estás obviando


parte sustanciales de la nota en tus
consideraciones. En primer lugar, indicamos que
el sesgo machista ocurre incluso en idiomas de
género neutro. En segundo lugar, no hablamos de
soluciones o, si lo hacemos, es para aclarar que
una modificación en la lengua no implica una
solución a un problema social de fondo. Esas
objeciones están consideradas ya en el texto.

Lo que indicamos (y para ello se ofrece el marco


teórico sociológico en el cual nos paramos) es que
la disputa por el territorio simbólico que es el
lenguaje está debidamente justificada gracias a que
la evidencia soporta una relación entre lenguaje y
pensamiento. Esa lucha está justificada desde ese
punto. Pero en ningún momento hacemos
futurología ni decimos que el lenguaje inclusivo
vaya a prosperar como nueva norma (acaso me
pregunto si al convertirse en norma no perdería su
razón de ser). Lo que sí hacemos es ponderar cuál
variante del lenguaje inclusivo tiene potencial para
ello.

Pero se insiste en que su uso se trata, en última


instancia, de una decisión política más que
lingüística. Fundamental el último párrafo de la
nota para subrayar esto.
Respecto al video, es una gran historia (recuerdo
que hace algunos años la compartió Paenza en TV)
y no creo que entre en cortocircuito con lo que
nuestra nota plantea. Pero como comparto tu
rechazo al cherry picking, necesito señalarte que el
lenguaje es un fenómeno sumamente complejo,
que las lenguas están compuestas de una gran
cantidad de excepciones y que no se puede utilizar
un único caso como ejemplo (ni mucho menos
como evidencia suficiente). Como decía Saussure:
el lenguaje es multiforme y heteróclito, o sea, una
ensalada tremenda. Con reglas. Sí. Pero ensalada.

Por último, y esto es plena opinión personal: El


lenguaje inclusivo nos trajo a tener este debate,
ergo bienvenido sea el lenguaje inclusivo y los
usos disruptivos que le faltan el respeto a la
norma.

Abrazo

PD: Decís que “el pensamiento machista es el


problema”. Suena bien. Me pregunto dos cosas:
¿Cómo se soluciona ese problema? ¿Qué es
“pensamiento”?

Francisco M. Gómez S. on Jul 26, 2018 at 12: 26

Hola Juan Cruz,


gracias por la respuesta, confieso que había
perdido la fé en obtener una respuesta completa
así que sabé que se aprecia.

Cuando hablo de la suficiente evidencia en contra


me refiero a evidencia en contra de la idea de que
hablar con lenguaje inclusivo sirva de algo para
ayudar a reducir el pensamiento machista. Y como
evidencia hago rereferencia tanto al video como a
los idiomas, donde en los 2 casos se ve el
pensamiento machista AÚN cuando hay lenguaje
inclusivo, lo que sugiere que no hay correlación,
mucho menos causalidad.
Pero en la nota escriben “comentamos evidencias
empíricas […] de que en aquellas regiones en las
que se hablan lenguas menos sexuadas, por
ejemplo con un genérico verdaderamente neutral,
a menudo se verifica mayor inequidad de género
que en otros países”. Capaz me lo perdí en la nota
pero a esa evidencia no la veo por ningún lado,
dónde está?
Por otro lado sí están en la nota los ejemplos del
japonés y el árabe con genero neutro, y por otro
lado el islandés, que sugieren que no sólo no hay
una causa entre el genero en los lenguajes y el
machismo sino que la correlación sóla ya viene
bastante floja. Y el japonés y el árabe no están
solos, por lo que ví también podemos nombrar el
farsi (persa), el malayo, koreano, el tailandés o el
turco, por tirar ejemplos de idiomas sin género
gramatical hablandos en culturas machistas (de
entre varios otros).

Por otro lado, me decís que “no hablan de


soluciones o, si lo hacen, es para aclarar que una
modificación en la lengua no implica una solución
a un problema social de fondo”. Esto en realidad
es algo que encuentro bastante sensato, el
problema es que en la nota dan a enteder otra cosa,
como que el problema de fondo y el problema del
lenguaje tuvieran una relación fuerte, como
cuando dicen que el lenguaje “es un componente
fundamental para la reproducción de un sistema de
dominio”. Acá de nuevo me faltó la misma
evidencia de antes: la causalidad entre idiomas y
dominio machista, donde en realidad todo parece
indicar que son otros aspectos de la cultura (y no
el lenguaje) los que determina el machismo. Y lo
mismo para el video, donde justamente muestra
que aún usando lenguaje inclusivo la idea que nos
viene a la mente es machista (con lo que sí entra
en cortocircuito con la nota).

Otro tema importante es la idea de que lo


disruptivo al menos sirve para llamar la atención y
eso es bueno. Y acá estoy en desacuerdo también.
Una cosa es llamar la atención y otra muy distinta
es que eso sea necesariamente bueno. Imaginate
que venga un viejo loco y diga que los
preservativos no protegen de nada porque el virus
del SIDA atraviesa la porcelana y que falla un
30% en el embarazo… ¿llama la atención?
Seguro! ¿Es algo bueno para su causa? Lo dudo
mucho. (Gracias al cielo!) Esas cosas terminan
jugando en contra. Pero ojo, el lo dijo convencido
de que el resultado iba a ser bueno. (Y si lees los
comentarios en las noticias vas a ver los halagos
hacia “el doctor” por parte de los pro-vida). El
tema es que algo parecido pasa con varias
prácticas del grupos feministas. Personalmente
tengo muchos conocidos que están a favor de que
haya salarios justos para la mujer, de que las
cargas en la casa sean más parejas, de que la mujer
acceda a los mismas “permisos sociales” que el
hombre, y al mismo tiempo se autodeclaran como
anti feministas. Y por qué? Porque el feminismo
que ellos conocen es el de un “grupo disruptivo”
que busca llamar la atención, y que con varias
prácticas (lenguaje inclusivo incluido) terminan
generando rechazo. No solo eso, todas esas
prácticas terminan generando un tribalismo que lo
unico que produce es aplausos del grupo propio
(como los aplausos al doctor porcelana) y rechazo
a todo lo que venga del grupo ajeno, y en temas
bastante variados. Tengo un amigo con el que
después de hablar mucho sobre el aborto me
terminó diciendo que se dió cuenta de que en
realidad no estaba en contra del aborto en sí pero
que le producía mucho rechazo porque era un
tema promovido por el feminismo (y creeme que
no es un tipo machista para nada).
El feminismo entero (incluido el de los “grupos
disruptivos”) va a ganar cuando logre que todos
entiendan que los problemas son reales. Cuando
los machistas se “convertan” al feminismo. Para
eso es necesario persuación. Ahóra, ¿cómo se va a
lograr persuadir generando rechazo? No tengo ni
la menor idea.

En fin, es necesario cambiar las ideas y las


tradiciones. Desde la idea de que la mujer es la
que tiene que lavar los platos hasta la idea de que
no pueda votar (que por suerte se viene mejorando
mucho en el mundo, obviamente, sin necesidad de
lenguaje inclusivo).

21.

Gabriela Bonino on Jun 4, 2018 at 13: 43

Responder

Excelente nota. La comparto para les estudiantes de formación docente!


22.

juan pedro on Jun 4, 2018 at 14: 09

Responder

Muy buena la nota. Estoy más bien a favor del uso de la “e” pero en las
discusiones a veces no es lo suficientemente contundente como para
contrarrestar la fuerza de la costumbre. La nota es muy útil en ese sentido, pero
me quedó algo de duda respecto a “el sexismo del lenguaje no parece
correlacionar con la inequidad de género”, me parece que no se responde a ese
argumento con la contundencia que caracteriza al resto del artículo en cuanto a
cita de investigaciones. Y asociado a eso, me pasa lo mismo con “incluso los
términos neutrales pueden transmitir un sesgo masculino”.

23.

Xota QED on Jun 4, 2018 at 14: 20

Responder

– “es nuestra lengua materna”, como se podría parafrasear mejor en un lenguaje


inclusivo? Trato de buscar una variante y no se me ocurre.

Xota QED on Jun 5, 2018 at 01: 26

Responder

Btw, quien usa la palabra “sirvienta”? Muy poco feliz la elección del
ejemplo. Suena poco inclusivo y un tanto despectivo ese término para
significar a la empleada doméstica (y nótese que la denominación en
términos legales y contables es discriminatoria pues en ningún momento
se alude a la posibilidad de que esa persona sea de sexo masculino,
“empleado doméstico”). Tan absurdo como eso de lengua materna, no?

Javi on Jun 5, 2018 at 11: 39


Responder

Para la AFIP la denominación es “empleados de casas


particulares”

Xota QED on Jun 5, 2018 at 11: 55

Responder

Gracias por la corrección, se ve que miré alguna


denominación anterior. De todos modos no invalida el mal
uso del término “sirvienta” a modo de ejemplo. Saludos
Javi!

24.

Fer on Jun 4, 2018 at 14: 46

Responder

Hola gatos, pregunta


“Algo muy similar encuentra Friederike Braun en su estudio con la lengua turca,
cuya falta de género gramatical no evita que les hablantes de turco comuniquen
mensajes con sesgos de género.”

Me hace ruido esto. Digo. No buscamos evitar que se comunique un sesgo de


género. Buscamos evitar que haya un sesgo de género al comunicar, no se si se
entiende la diferencia.

Después de todo, la función de una lengua es comunicar justamente.


Independientemente de cuál sea el mensaje que se quiere comunicar o si estamos
de acuerdo con el…
No me parece que la onda sea eliminar toda posibilidad de comunicar algo,
aunque ese algo sea injusto..
No se, me sono a eso.

Abrazos gatos!

25.

Diego Azuaga on Jun 4, 2018 at 14: 51


Responder

Lo que me costó leer este artículo! Entre esos “les” que no sabés rápidamente si
son un “los/las” o un “les” posta y palabras como “lectEres”, que le ponen la E a
una O que no denota género, porque lectAres, esto es un quilombo.

No me gusta ninguna opción, pero realmente prefiero la X loca. Me da más


velocidad de comprensión del texto que la E, que puede resultar ambigua.

Gabriel Patiño on Jun 8, 2018 at 11: 15

Responder

Estoy leyendo toda la lista de comentarios para ver que piensa cada uno
de los posibles remplazos.

Si bien es raro (por decirlo de alguna forma) leer las palabras con E, creo
que es posible acostumbrarse a pensar en palabras con otra vocal como si
fueran neutras. O sea, por lo menos es algo que cualquier va a leer de la
misma forma.

¿Pero que pasa con las x y @? ¿Cómo se leen?

Personalmente lo que me pasa es que las remplazo mentalmente por la


versión masculina, de forma involuntaria.
¿A las mujeres les pasa al revés?

Incluso algunos conocidos me dicen que el arroba se tiene que


pronunciar expandiendo la palabra a los dos generos, por ejemplo
“niñ@s” se leería ” niños y niñas” lo cual si es horrible porque uno tiene
que andar descomprimiendo palabras al vuelo y el resultado puede ser
cualquier cosa. Qué pasaría con frases como “tod@s l@s niñ@s son
buen@s”? Sería “todos y todas los y las niños y niñas son buenos y
buenas”?? O ponemos primero los terminos femeninos para no seguir
excluyendo?

Marcos on Jun 13, 2018 at 19: 21

Responder
La equis (x) y el arroba (@) además de ser impronunciables,
hacen que cuando alguien lea palabras que las incorporen, las
reemplacen por la vocal que su sesgo cultural les indique. Para
mí, no son nada inclusivas. Al contrario, es una solución
exclusiva para la forma escrita (legible) de un idioma. Y eso me
lleva a otra cuestión: los que no pueden leer. No los que no saben,
si no los que tienen dificultades visuales o son directamente
ciegos. Esas personas dependen de sintetizadores de voz que
transforman texto en voz. Así que el uso de x y @ es menos
inclusivo aún. Por favor, dejemos de usarlos.

Siguiendo con el software, el uso de la letra e “rompe” todas las


herramientas de traducción actuales. Pero si vamos a cambiar un
idioma, no creo que haya problemas en cambiar los traductores :)

26.

Micaela on Jun 4, 2018 at 15: 02

Responder

Buenas! Supongo que la nota cumple su función: incomodar. Es una gran nota
en ciertos puntos, celebro el debate y la inclusión de la linguistica en El Gato y
la Caja (a ver si vienen más!)
Pero van mis acotaciones, ciertos lugares en donde me parece que hace agua.
1. Como dijeron arriba, se confunden los términos lengua / lenguaje en
reiteradas ocasiones. O castellano / español. Lo mismo pasa con la idea de
adquisición o aprendizaje de la lengua. En una nota cuyo objeto es la lingüística,
errar en eso no está bueno.
2. Creo que la nota falla en su método científico. Más que plantear una hipótesis
a corroborar o desmentir, el artículo hace uso de otros trabajos para legitimar
una postura clara desde el inicio. Acomoda las fuentes para aceptar lo que se
busca. No estaría mal si esto fuese una columna de opinión pero es una página
que busca divulgar científicamente y pelear contra la posverdad.
3. Asimismo, si uno de los objetivos es acercar temas científicos a todas las
personas, no nombrar el hecho de que la lingüística es una disciplina atravesada
por opiniones muy fuertes, por debates grosos entre externistas e internistas,
hace que nos muestren sólo un lado del problema. Me parece que hubiese sido
más interesante armar un debate dentro del artículo en sí y dar argumentos a
favor y en contra (que los hay de ambos lados y buenos y científicos): pensar,
con Saussure, la idea de inmutabilidad y mutabilidad de la lengua; traer a
discusión a Chomsky y su planteo contra posturas como la de Boroditsky;
pensar también la neurolinguística o la psicolinguistica o, si no, directamente
decir “Me estoy parando desde el externismo, la lingüística no es homogénea,
como hay estos argumentos, hay otros: lean acá acá y acá”. ¡Seguro hay un
montón de lingüistas ahí afuera con ganas de participar del debate!!

¡Saludos!
o

Sol Minoldo on Jun 4, 2018 at 15: 35

Responder

Hola Micaela! Gracias por tu comentario :-)


1. Cierto lo de lengua/lenguaje, que aprovecho a re aclarar acá: el habla
es lengua, porque lenguaje incluye la lengua y otras formas de
comunicarnos. Respecto de castellano y español, tenés toda la razón.
Corresponde SIEMPRE castellano, porque el idioma ‘español’ no es uno
solo (en España se hablan también oras lenguas). Lo vamos a corregir.
2. Más allá de cómo está expuesta la nota, el proceso de investigación no
fue como lo describís. Fue un trabajo que partió de preguntas, de algunas
hipótesis, y que se metió a explorar un campo con toda la honestidad
posible. De hecho, lo que encontramos nos dio vuelta la cabeza, a
nosotres mismes! Tuvimos que reformular muchísimas cuestiones del
hilo argumental que nos habíamos propuesto en un principio.
3. Intentamos ir abordando las diferentes disputas en el ámbito, y de
hecho hablamos de teorías, de posicionamientos y de críticas, que fuimos
respondiendo. Creo que leerlo como una nota que cierra el tema no sería
adecuado, porque más bien lo que hace es proponer un debate. Igual,
siempre se podría haber escrito otra nota y encarar la exposición de otra
forma. Una nota es siempre una propuesta, un recorte, eso es inevitable.
Esta es la que nosotros, con Juan Cruz, quisimos aportar :-)
Pero la idea es que el debate no se cierre, que cada uno que tenga algo
para contar, aportar o enseñar, lo comparta.

Saludos!

27.

Federico on Jun 4, 2018 at 15: 24

Responder

Me gusta como está escrita la nota, es divertida de leer.

Y aprobecho para aportar una forma posible para salir de la dificultad que parece
representar el uso de lenguaje inclusivo, por lo menos es la que a mí me ayudó.
Básicamente hay que salir un poco del plano individual, de reflexión interna, de
mirarnos tanto el ombligo, y conectar con otres. Sobre todo con otres. Con
personas que no se definan como varones ni cómo mujeres. Del contacto con esa
otredad, con ese otre, se aprende más que miles de horas de darle vueltas al
asunto.
Puede que no sea una solución universal, pero a mí me sirvió para crecer mucho.

28.

Bruno on Jun 4, 2018 at 17: 28

Responder

El articulo es el mejor que he visto para defender el lenguaje inclusivo, por lo


menos trata de verlo cientificamente. EeL problema es que la conclusion no se
sigue de las premisas y sigue sin demostrar que el lenguaje inclusivo sirva de
algo, su interpretacion de los estudios es antojada.

De la existencia de cierta concordancia del género gramatical y objetos o ideas


demuestra ni de esto se puede inferir que el lenguaje sea ‘un mecanismo que
perpetúa la relación de dominación masculina’.

Un ejemplo de esto serian los estudios que demuestran que luego de jugar
videojuegos violentos o ver peliculas de accion las personas muestran niveles de
agresividad elevados. Listo, esto prueba que las peliculas y los videojuegos
causan violencia…¿Verdad? NO.

Los efectos son de corto plazo.

No veo como pueden inferir de esos estudios que el lenguaje perpetua la


dominacion masculina, su interpretacion es demasiado injustificada.

Lo mas llamativo es que ustedes mismos menciona el caso Arabe, Islandes y


japones y como sus lenguajes neutros no ha tenido ni la menor influencia en la
igualdad de genero. Luego dicen : “aunque eviten el problema de una
terminología masculina genérica, incluso los términos neutrales pueden
transmitir un sesgo masculino” o “el androcentrismo en lenguajes sin género
puede incluso aumentar la invisibilidad léxica, semántica y conceptual de las
mujeres”.

Que contradiccion tan lamentable. ¿Que estan diciendo? Que el lenguaje neutro
funciona pero no funciona al mismo tiempo.

Y hablando de posiciones infalsables: “El lenguaje neutro ayuda a combatir la


dominacion masculina pero en los paises donde existen y no sirve es por alguna
razon misteriosa que no podemos explicar apropiadamente”.

Deshonestidad intelectual ¿Donde?

En fin, lo mismo de siempre.


o

Emmanuel on Jun 5, 2018 at 08: 41

Responder

Me encantaría que alguno de los dos autores se digne a responder esto,


sino de verdad ser caritativo empieza a ser cuesta arriba.

Además, de donde se sigue que eso estudos que citan tengan efecto a
largo plazo, como dice Bruno?

Además, leyendo, se puede ver que la correlación que hay no prueba ser
causal, puesto que los niños reconocen estereotipos de muy chico, ya
conocen y entienden la identidad de género de los demás..

Ignorando toooooda la evidencia de la biología, de las hormonas pre-


natales en cuanto a tipos de juegos, , la diferencia que hay entre chicos y
chicas desde edades muy tempranas y con nula influencia ambiental,
probada empíricamente y encima generando predicciones antes de que
los chicos nazcan con las personas con sindromes de desfase hormonal
como la insensibilidad a los andrógenos, las predisposiciones existen y ni
hablemos de meta-análisis y meta-análisis que demuestran que a través
de las culturas estos patrones se repiten, estudios que incluso predicen
que las hormonas jugarían un rol muy fuerte en ciertas habilidades
cognitivas, por ejemplo, a más testosterona más tiempo tardan en
aprender a hablar (chicoss con espectro autista), a tener empatía, las
niñas y mujeres en promedio califican mejor en los test de empatía que
los varones.

De eso no hay mención alguna, entiendo que el articulo no lo escribieron


biológicos ni psicólogos pero aún así, si vamos a hablar de que el
lenguaje influencia la preferencias en carreras en niños hay que ver todo
el espectro de la ciencia del comportamiento y de las explicaciones que
hay (niños y niñas) no sólo la parte sociológica (ni siquiera digo
linguística porque este texto no lo escribió un linguista) hay que tener en
cuenta la parte biológica y genética, es una página de divulgación
científica donde hay material de todos los campos.

Dejo algunas referencias:

-Los hombres prefieren trabajar con cosas y las mujeres con personas. Es
el resultado de un meta-análisis realizado con medio millón de
individuos. El tamaño del efecto (la diferencia) es grande (d=0.93). (Su,
R. y otros, 2009).

-Grandes diferencias en hormonas sexuales entre hombres y mujeres,


especialmente en forma prenatal, durante los primeros seis meses de vida
y en la pre-adolescencia. (Alexander, 2002; Auyeung y otros, 2009; entre
muchísimos otros). (Thornton 2009, con monos rhesus)

-Universalidad de rasgos humanos: los hombres y las mujeres son vistos


como diferentes en todo el mundo. También en todo el mundo las
mujeres se ocupan más de los hijos y los hombres son en promedio más
competitivos. (Brown, D. E.,2004). Ellis (2011) encontró 65 diferencias
sexuales que aparentemente son universales, sin un solo error de
replicación a lo largo de diez estudios.

-Muchas de estas diferencias pueden ser vistas en otros mamíferos:


mayor agresión en el macho, mayor inversión parental en la hembra,
mayor interés en los objetos en los machos y mayor interés en miembros
de su misma especie en las hembras. Entre chimpancés y humanos, los
niños y las crías macho suelen pasar más tiempo lejos de la madres que
las niñas y las crías hembra, lo que podría mostrar una mayor propensión
al riesgo. (Royster, P, 2005).

-Las primates hembra pequeñas juegan más con primates bebes que los
pequeños primates macho, prefieren aprender de sus madres, de las que
se alejan menos que los machos y juegan menos violentamente, mientras
que los machos prefieren aprender de sus padres, se alejan más de la
madre y juegan más violentamente. (Terio, K. A. y otros, 2016).

-Hiperplasia congénita: suministro de testosterona a bebas aún no


nacidas: luego muestran preferencias por juguetes y patrones de juego
masculinos (competitivo vs cooperativo), preferencias ocupacionales, y
ligeramente más homosexualidad y bisexualidad que el promedio.
(Brown, Hines y otros, 2002)

-Varones criados como niñas juegan en forma agresiva, prefieren objetos


a personas (Colapinto, 2000)

-A 25 niños nacidos sin pene -extrofia cloacal- se los castró y educó


como niñas pero tuvieron patrones masculinos de conducta: juegos
bruscos e intereses masculinos. Más de la mitad dijeron q eran niños
cuando tenían 5 años. (Reiner, 2000) (Reiner, 2004)

-En la primera infancia las diferencias entre niños y niñas fueron


evidenciadas por estudios hechos en todo el mundo: niveles de agresión
y competencia, elección de juguetes. Las niñas juegan más a ser madres
y los niños tienden a convertir cualquier cosa en un vehículo o un arma.
De acuerdo a un meta-análisis de 1788 papers la elección de juguetes
sería una mezcla de predisposiciones innatas y adquiridas, pero esa
diferencia estaría disminuyendo en los últimos años. (Todd, B. K. y
otros, 2017)

-A mayor testosterona prenatal, menor contacto ocular a los 12 meses,


vocabulario reducido a los 12 meses, menos habilidades sociales a los 48
meses, mayor rotación mental en edad escolar. (Baron-Cohen, 2004)
-Resistencia al cambio en comunidades que trataron de anular las
diferencias sexuales como los kibutzim (granjas colectivas) de Israel
(Aviezer, O. y otros, 1994)

Juan Cruz on Jun 5, 2018 at 16: 10

Responder

Hola Bruno y Emmanuel! Primero, muchas gracias por los


comentarios. Segundo, sepan comprender la demora en la
respuesta, son muchas interacciones y es difícil encontrar el
momento para responder debidamente.

Es importante señalar que la nota en ningún momento pretende


indicar que el lenguaje inclusivo es una solución definitiva o libre
de problemas, sino señalar que es un uso disruptivo legítimo a
partir de la comprensión de dos elementos importantes: 1) Cómo
funciona nuestra lengua, a quién le pertenece y qué rol debemos
darle a la visión normativa de la misma. 2) La relación entre
lengua y pensamiento.

La nota no es prescriptiva, no sostiene que DEBEMOS hablar de


tal modo. Sostiene, en cambio, que es legítimo hablar así porque
la lengua nos pertenece a todes y es esperable que los grupos
sociales marginados la utilicen como territorio de disputa.

Uds. consideran que hemos malinterpretado los estudios que se


citan. No estoy de acuerdo. Sin ir más lejos, cito textualmente el
abstract de uno de ellos: Three studies assessed whether a
common cultural practice, namely, the use of gender-exclusive
language (e.g., using he to indicate he or she), is experienced as
ostracism at the group level by women. Women responded to the
use of gender-exclusive language (he) during a mock job
interview with a lower sense of belonging, less motivation, and
less expected identification with the job compared to others
exposed to gender-inclusive (he or she) or gender-neutral ( one)
language (Studies 1 and 2). Moreover, the more emotionally
disengaged women became over the course of a job interview
upon hearing gender-exclusive language, the less motivation and
job identification they subsequently reported (Study 3). Together,
these studies show that subtle linguistic cues that may seem
trivial at face value can signal group-based ostracism and lead
members of the ostracized group to self-select out of important
professional environments.
Emmanuel, decís que dejamos de lado las cuestiones biológicas,
y sí, hacemos un recorte que no las considera porque no es
nuestra área. Un tema se puede encarar desde una disciplina u
otra y nuestra elección como autores-comunicadores fue
abordarlo desde este punto. No pretendemos agotar el tema
porque el conocimiento es una construcción colectiva y como
nosotros hacemos nuestro aporte desde acá, otros lo pueden hacer
desde otras disciplinas. Toda nota de comunicación será siempre
un recorte y de hecho el que nosotros hicimos ya fue bastante
grande para lo que acostumbramos en Gato. Pero que un abordaje
sea parcial no es lo mismo que decir que sea incorrecto. La idea
no es decirlo todo, sino que el objetivo de la nota era, ante todo,
validar la disputa por el lenguaje. Creemos que el conocimiento
se construye democráticamente, entre todes.

Por otro lado, Bruno, nos atribuís textos que no son nuestros al
ponerlos entre comillas. Supongo que la intención es parafrasear
y que, en tal caso, las comillas sobran ya que sugieren una
textualidad que no existe. Lo que la nota dice es que el lenguaje
“cumple un rol” en la perpetuación de relaciones de dominación.
Y que es “uno de los mecanismos” que contribuyen en ese
sentido. En absoluto dice que “El lenguaje neutro ayuda a
combatir la dominación masculina pero en los países donde
existen y no sirve es por alguna razón misteriosa”. Lo que dice es
que incluso en las lenguas que tienen género neutro se pueden
transmitir mensajes con sesgos de género, cosa que no invalida en
absoluto el resto del contenido de la nota. En todo caso, dado que
el marco teórico que utilizamos es el que ofrece Bourdieu, habría
que analizar qué tipo de subversiones simbólicas serían
necesarias en esa lengua. La comparación no implica que lo que
ocurre en una sea directamente trasladable a otra.

La supuesta contradicción respecto al lenguaje neutro y su


funcionamiento no es tal porque, una vez más, estamos hablando
de instancias de resistencia, no de una solución mágica para
resolver los profundos problemas de género que penetran en la
sociedad.

Finalmente, si existiese aún algún tipo de duda respecto a cuál es


la intención y conclusión de la nota, los remito de nuevo al último
párrafo que procuramos sea lo más sintético posible.

Ojalá ni la nota ni la respuesta te dificulten ser caritativo


Emmanuel, sea lo que sea que hayas querido decir con eso.

Abrazo grande!


Emmanuel on Jun 6, 2018 at 04: 07

Responder

Hola Juaz Cruz.

El problema es que esos estudios no desmuestran


realmente un efecto causal, lo que compartiste es un
simple abstract el abstract puede decir cualquier cosa, la
posta está en el estudio y la metodología que se usó, como
se hicieron las preguntas, cómo infirieron tales reacciones,
etc.
Citar el abstract no demuestra en absoluto tu punto.

Por ejemplo no encuentro que describan muy bien que


hicieron para medir eso, sobre todo la parte de ‘señales no
verbales’ y en la metodología no se aclara eso ¿cómo
midieron reacciones no verbales? Además les preguntan
que describan en una escala si es sexista el trabajo o no..
cómo concluís que es sexista, sólo porque alguien lo
percibe? Acá entran a jugar cuestiones psicológicas y de
diferencias comportamiento que pueden explicar esto
(estudios que pasé más arriba y de los que hay evidencia
intercultural con muestra enormes y replicación una y otra
vez), para mi es una correlación y es interesante pero no
hay causalidad demostrada alguna. No se sigue de que
alguien diga ‘es sexista’ a que realmente lo sea, además el
estudio tiene una muestra pequeña pero más allá de eso,
no veo más que el reflejo de las predisposiciones.

Que alguien ‘se sienta’ excluído al usar palabras no quiere


decir que se lo esté excluyendo, es una linea delgada a la
que quieren empezar a conrolar como hablamos y cómo
DEBEMOS (lo dijiste vos) hablar, y eso es peligroso
porque atenta contra libertades individuales.

En el paper discuten que la sentirse excluido y la


necesidad de pertenecer puede traer problemas, el tema es
que no está probado tal ostracismo, las personas se
pueden sentir excluídas sin haber sido realmente
excluídas, creo que esto es entendieble fácilmente
“sentirse” de una forma no hace que automáticamente que
te excluyan. A partir de ahí toda esta idea del lenguaje se
cae porque es un nicho, y las personas que no se sienten
excluídas con el él o el élla, o son personas transgénero
(de todo el espectro, gender fluid, queer, transexuales) y
sabemos que las personas LGBT+ tienen problemas con
la inclusión en general, tienden al suicidio, a la depresión
pero a la inclusión social, a no ser aceptados, no a que le
digan ÉL o ÉLLA. Si una persona se siente a gusto con
ambas identidades de género ninguna debería molestarte,
y si te molesta, para mi el problema no es el lenguaje, sino
que es psicológico. El lenguaje es sólo la superficie, la
inclsusión social no es hablar con ‘e’ e inventar un
lenguaje neutro (que además ustedes mismos en el
artículo se refutan diciendo que igual puede haber sesgos
de género masculinos o ‘androcéntricos’, entonces para
qué quieren defender el lenguaje inclusivo si peude
también haber sesgos “ocultos”, no desarrollan a qué se
refieren ni cómo son los sesgos, ni la forma en que se
mantienen ocultos). Esto tiene toda la pinta de hipótesis
ad hoc.

Jamás, bajo ningún punto de vista ‘sentirse algo’ puede


ser el argumento más fuerte para sostener el cambio o la
modificación del lenguaje a tal escala con un lenguaje
neutro aunque pueda tener sesgos ocultos. La percepción
de alguien puede estar errada ¿estamos de acuerdo? Y
cómo es que hay gente que no se siente excluída? Mujeres
por ejemplo al decir ‘todos’ y no ‘todes’.

Si lees el estudio, vas a ver que cita estudios de los 70 y


80, uno que ya hoy en dia ni podría replicarse porque usa
un lenguaje que hoy ya no es aceptado (porque la
sociedad avanzó, aunque a algunos les guste decir que
vivimos en un patriarcado más que nunca..) y el de los 80
no pudo replicar los resultados en un seungo estudio

http://gap.hks.harvard.edu/when-he-doesn%E2%80%99t-
mean-you-gender-exclusive-language-ostracism?
width=500&height=600&inline=true#method

“In Study 2, 250 (151 women and 99 men) undergraduate


participants were put in a mock job interview situation
wherein a male interviewer used one of three types of
language to describe the job and work environment:
gender exclusive language, gender-inclusive language,
and gender-neutral language (e.g. one).

Emmanuel on Jun 6, 2018 at 04: 16

Igual hay cosas interesantes, por ejemplo:

” Black students who were not reminded of their


underrepresentation. Similarly, Cheryan, Plaut,
Davies, and Steele (2009) found that women’s
sense of belonging in computer science was
dramatically reduced by the presence of
stereotypically masculine cues in the academic
environment (e.g., Star Trek posters, junk food),
suggesting that masculine cues activated a gender
stereotype and signaled that the environ-ment was
identity threatening for women”

Después dice

“So, too, Murphy, Steele, and Gross (2007) found


that women were less interested in attending a
science and engineering conference after seeing an
advertisement in which women were a numeric
minority versus at parity. Other work indicates that
situational cues that remind women of negative
gender stereotypes decrease their identification
with math (Pronin Steele, & Ross, 2004) and
inhibit their performance and interest in
quantitative domains (Davies, Spencer, Quinn, &
Gerhardstein, 2002).”

El problema de esto es que después vemos que en


los paises donde más libertades de oportunidades
hay para que las personas sigan sus intereses , los
estereotipos se refuerzan, por qué es así? Incluso
en paises progresistas, si fuera que estas pequeñas
cosas influenciaran a gran escala a los intereses de
las mujeres a tal o cual carrera o actividad
académica, debería predecirse paridad o al menos
un aumento pero no la vemos, pero entonces me
pregunto ¿hay influencia ambiental de estereotipos
para algunas personas a sentirse excluídas para
que terminen menos interesados, menos
interesados o rindan mal? (en matemáticas y
ciencia para mujeres, por ejemplo). Tampoco me
queda claro la relación estereotipos-lenguaje que
hacen en el estudio.

Y acá alguien que sepa de inglés que me ayude a


entender porque no entiendo, dicen

“Participants learned about a new job that was


described using masculine gender-exclusive terms
(e.g., using he in the generic form to refer to both
men and women), gender-inclusive terms (e.g.,
him or her in place of he), or gender-neutral terms
(e.g., one in place of he).”
¿Cómo him o her son términos inclusivos si hacen
referencia hasta donde lo poco que se de inglés
‘him’ es para referirse a varón y ‘her a mujer? Se
usa ‘he’ cómo genérico en el inglés??? Me
desconcierta.

Dejé de leer el estudio porque me pareció absurdo


la forma en que estaba planteada el experimento,
creo que hay un sesgo de confirmación terrible en
este artículo y no pueden verlo, están haciendo
cherry picgking que confirme la postura que ya
tomaron (el lenguaje es sexista), a los contra-
ejemplos que mencionan en el artículo de Nullius
in verba su rrespuesta es “hay sesgos ocultos”, no
es un argumento. Lo siento, chicos. Pensé que
hacían ciencia y luego después estaba la ideología,
no tratar de encajar la ciencia a la ideología.

Saludos, ojalá repiensen un poco las críticas y


vean que no están probando nada, sólo reforzando
sus propios sesgos.

Schmitt, D. P. (2015). The evolution of culturally-


variable sex differences: Men and women are not
always different, but when they are… it appears
not to result from patriarchy or sex role
socialization. In The evolution of sexuality (pp.
221-256). Springer, Cham.

Stoet, G., & Geary, D. C. (2018). The Gender-


Equality Paradox in Science, Technology,
Engineering, and Mathematics Education.
Psychological science, 0956797617741719.

Bruno on Jun 6, 2018 at 19: 28

Responder

<>

El problema es que tal relación entre lengua y


pensamiento que el articulo afirma no existe. Estan
basandose en estudios de ” Stereotype Threat” – Termino
acuñado por Steele, uno de los autores de varios estudios
que citan en este articulo – famosos por su incapacidad
para replicar (requisito fundamental del metodo
cientifico) y problemas metodologicos y un publication
bias terrible.

https://replicationindex.wordpress.com/2017/04/07/hidde
n-figures-replication-failures-in-the-stereotype-threat-
literature/

Steele condujo estudios sobre como el lenguaje podria


influir en el desempeño de las mujeres en examenes de
matematicas, muy parecido a los estudios que se usan
para justificar la tesis del articulo.

Bueno, han fallado en replicar una y otra vez.

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S00224
40514000831

https://replicationindex.wordpress.com/tag/stereotype-
threat-and-womens-math-performance/

Me disculpan pero los estudios de esterotipo tiene poca o


nula fiabilidad.

<>

Si dicen que el lenguaje cumple un rol en las perpetuacion


de relaciones de dominacion entonces se sigue
necesariamente que el uso del lenguaje inclusivo o neutro
ayuda a combatir esa dominacion que es evidentemente
masculina para ustedes ¿para que defienden su uso
entonces?

Si dije que el lenguaje neutro no funciona por alguna


razon misteriosa es porque en ninguna parte se molestan
en siquiera sugerir alguna hipotesis valida sobre porque
en paises con lenguaje neutro no se ha visto el mas
minimo efecto.

Lo que dicen es esto:

<>

No existe la posibilidad de emplear pronombres o


sustantivos femeninos porque es neutro, ¿Evidente, no? y
en todo caso tampoco se pueden usar pronombres o
sustantivos masculinos…porque es neutro. ¿Que esta
diciendo Mila Engelberg?
o

Lisandro on Jun 5, 2018 at 12: 37

Responder

totalmente! en definitiva, lenguaje inclusivo sigue denotando sólo una


insidiosa petición de principio.

29.

Claudio on Jun 4, 2018 at 17: 54

Responder

Muy interesante la presentación del tema. Respecto de las diversas propuestas de


formas inclusivas del lenguaje, me llamó la atención un texto que leí hace un
tiempo en el que la forma neutra estaba sencillamente representada por el
femenino, lo que es completamente correcto si el lector asume aquí el apócope
de “persona”. Un ejemplo sería el de la que escribe este comentario, que es una
(persona) varón. Esta forma tiene la ventaja evidente de no requerir ningún
dispositivo adicional (nuevos pronombres, etc.), y debo decir que, por lo menos
en mi humilde opinión, hace un gran trabajo en visibilizar la cuestión de género.
Eso sí, requiere de nosotras las varones que nos animemos a usar el femenino al
autoreferirnos…

30.

Florencia Molina on Jun 4, 2018 at 18: 39

Responder

En general me encantan las notas del gato, pero está se me hizo insoportable de
leer, literalmente me dolían los ojos. Fui saltando partes desde que empezó el
lenguaje inclusivo y llegué hasta al final de pedo. Sigo sin verle el sentido al
lenguaje inclusivo, más allá de todas las pruebas empíricas que citaron,
entorpece la lectura y la escritura, y disiento en eso de que “nos importa un
carajo que diga la RAE”. El fin de la RAE es unificar la lengua y evitar que se
extinga, porque al ser hablada por tantas personas corre riesgo de que termine
desmembrandose en numerosos dialectos, como le pasó al latín vulgar. Tiene
sentido que exista.
31.

Emilio on Jun 4, 2018 at 18: 57

Responder

Utilizar la política (interpretada como agente de cambio) para modificar algo tan
vasto como el lenguaje, es una batalla perdida. Es muy romántico, pero tiene
más chances de generar ese cambio la cocinera boricua que dice “peldón” al
pedirte que repitas una frase , q el intento forzado de querer incorporar una
palabra como “persones” o “amigues”.

Cualquier artificialidad es simplemente olvidada por el idioma. Es sencillo: si


tenés que forzar tu manera de hablar, no lo vas a decir. Vas a buscar otras
palabras.

Pregúntenle a Mr Zamenhof sino a ver qué pasó con su proyecto (dejame decirte
que este experimento del lenguaje inclusivo no es original ). NI UNA mención al
esperanto en el artículo.

Besis… ahre

Sol Minoldo on Jun 19, 2018 at 11: 29

Responder

Hola Emilio. En realidad, hay ejemplos históricos que desmienten esa


idea de que no puede modificarse políticamente el lenguaje. Y por cierto,
no lo reduciría a “utilizar la política para modificar el lenguaje”. De
hecho, es convertir el propio lenguaje en un campo de disputa, en una vía
para practicar la política. Saludos!

32.

Flavio on Jun 4, 2018 at 19: 52

Responder

“Pero les lecteres que hayan llegado a este punto habrán atravesado media nota
escrita de forma tradicional y media nota escrita con lenguaje inclusivo, de
modo que además de toda la evidencia expuesta sobre la relación entre lengua y
pensamiento, podrán evaluar también cuán traumática ha sido (o no) la
experiencia” … bastante, la verdad. Rompe los ojos. Por otra parte el artículo, si
bien plagado de referencias a estudios empíricos adolece del problema
fundamental en la investigación científica que es la falta de objetividad respecto
al resultado esperado. Es decir, los autores “quieren” que la evidencia científica
aporte sustento a lo que ellos ya creén, antes de haberlo probado. Como
investigación científica eso invalida los resultados. Tanto más cuando se parte de
supuestos que por más tallados en piedra que puedan estar para algunos, son en
realidad más que discutibles, como la brecha salarial o la supuesta relación
directa entre machismo y violencia hacia las mujeres. Llama la atención que las
sociedades menos machistas del mundo según el índice de equidad de ONU
presenten a su vez un número importante de casos de violencia de género. Es
decir que la relación directa entre machismo y violencia no sería algo tan lineal.

33.

Carlos Senna Figueiredo on Jun 4, 2018 at 20: 29

Responder

Muy linda la nota! Felicitaciones. Ahora bien, pienso que la presencia del género
en el lenguaje va durar mientras dure el machismo. Como ejemplos de todos los
dias: mi nieta Julia me invita a jugar: “yo soy la profesora y vos sos el
profesoro.” Y más: “la enamorada del buey es la bueya” O mi amigo sueco
casado con brasilera. Cuando la presentaba a los amigos solia decir: “Esta es mi
marida”. Nos divertíamos comentando que el sueco es el unico idioma en el cual
el feminino de marido es marida. Los terminos no se despegan, simplemente
cambia el género por sobredeterminación cultural. Los gringos dicen “she” para
los buques. En tiempos de guerra tratan como feminino sus países
(Germania,Brittania, Madre Rusia) porque necesitan la proteccion de LOS
soldadOs. Lo mismo para el mundo: Madre Tierra, Madre Naturaleza. Que
delicadas son…
Felicitaciones una vez más. Carlos

34.

Carlos Senna Figueiredo on Jun 4, 2018 at 21: 20

Responder

Que bueno este mano-a-mano. Meto una vez más mi cuchara. La mejor
definicion de lenguaje y la que más ayuda a distinguir lenguaje y lengua es la
que ofrece el chileno Humberto Maturana.
Que dice Maturana? Dice que el lenguaje – que es el fundamento de lo humano
– es la coordinacion de coordinaciones consensuales conductuales. Es algo
recursivo. No solo coordinacion. Se trata de coordinacion de coordinaciones
consensuales. Asi que no tiene que ver solamente con lo verbal. Vale leer lo que
dice el genial biólogo.
Carlos

35.

Ana Rosa Cantiello on Jun 4, 2018 at 21: 29

Responder

Excelente nota y clarísima!!


Debo confesar que al comienzo del lenguaje inclusivo, me costó leerla, pero
luego me resultó casi igual.
Todo lo dicho logró convencerme de la necesidad de este cambio en el uso de las
palabras, siendo una gran defensora (como lo soy), de la pureza y perfección en
el uso de nuestro idioma.
Muchas gracias por permitirme reflexionar y entender.
Felicitaciones!!!

36.

Augusto on Jun 4, 2018 at 22: 41

Responder

Excelente nota! gracias! atractiva, entretenida y muy bien explicada.


Felicitaciones!

37.

Nahir on Jun 4, 2018 at 22: 59

Responder

Hermoso, genial y necesario artículo: ¡gracias! Una pequeña observación: creo


que en la explicación del gráfico sobre la personificación de ideas abstractas
están intercambiados los términos.

o
Sol Minoldo on Jun 5, 2018 at 10: 38

Responder

Gracias! corregido ;-)

Nahir on Jun 5, 2018 at 11: 02

Responder

Mientras tanto, en España:


https://www.diarioregistrado.com/sociedad-/no-les-pagan-a-sus-
empleadas-porque-el-convenio-solo-dice–trabajadores-
_a5b16770203e8eb343c9fd8cc

Sol Minoldo on Jun 5, 2018 at 13: 01

Responder

Qué horror. Esto me recuerda que en EEUU hubo


cambios en la redacción de la ley porque en varios
precedentes hubo mujeres que no accedieron a derechos,
previstos para el supuestamente genérico “hombre”.

38.

Belu on Jun 4, 2018 at 23: 37

Responder

Normalmente diría “Gracias por la nota, gatos”…pero ahora creo que va a ser …
¿Gates? Incluso el nombre ElGatoyLaCaja me suena raro… :O En el primer
caso me refiero a género de personas pero
el segundo a el gato de Shrödinger…¿cómo saber si no fue gata?

39.
RZP on Jun 4, 2018 at 23: 48

Responder

¡Excelente trabajo! Una pregunta, ¿Cómo debo citar el artículo? Gracias.

Sol Minoldo on Jun 5, 2018 at 10: 26

Responder

Hola! te referís para reproducirlo? o para hacer una cita de un fragmento?

40.

Ramón Z on Jun 4, 2018 at 23: 54

Responder

Excelente trabajo! Una pregunta. ¿Cómo debo citar el artículo? Gracias

Sol Minoldo on Jun 19, 2018 at 11: 32

Responder

Hola Ramón! lo citás dando crédito a les autores, a la ilustradora si


reproducís la ilus y a El Gato y La Caja. Gracias!

41.

Almafuerte on Jun 5, 2018 at 01: 06

Responder

El nuevo rumbo de esta página me genera confusión. La otra vez, explicando la


corrida del dolar, se acudieron a fetichismos pseudocientificos, como el
monetarismo (con ese toque progre del neokeynesianismo, que lleva la nueva
sintesis, tan cool hoy por hoy) para sostener que todo se reduce a masa
monetaria y stock de divisas. Ahora , partiendo cual revista “social text” (tan
vapuleada por Alan Sokal) vienen con la tesis del contructivismo social de que
“todo es cultura/todo es lenguaje”, y el relativismo lingüístico que le sigue.
No puedo atacar su bibliografía citada o links por no leerlos con detenimiento.
Pero en vez de experiencias de asociación mental de palabras, porque no ver un
caso de ingeniería social (mucho mas real): en EUA la palabra Nigga esta
prohibida desde la ley de derechos civiles hace varias décadas atrás. Sin
embargo, la población negra, siendo tan sólo el 15 por ciento, es la que mas
porcentualmente llena las carceles, no accede a educación de grado, y
permanece sin ascenso social… Puede ser correlación o falsa relación, pero es
sugestivo que décadas de lenguaje no discriminador no altere indicadores
sociales de segregación.
Saludes.

42.

Flavio on Jun 5, 2018 at 01: 13

Responder

El lengueje sexeste mecheste del cepetelesme petrerquiel nes este sekende el


cerebre, per ese rezén es que heble keme idiote

43.

Marcela on Jun 5, 2018 at 02: 42

Responder

Me encantó. No podría estar mejor explicado, con evidencia. Simple y concreto.


Me resulta emocionante que seamos parte de un cambio tan considerable en
nuestro lenguaje.

44.

Lucía on Jun 5, 2018 at 02: 54

Responder

Me encantó el artículo… y me costó mucho leerlo :/


No por las “e” sino por la secuencia que hay que seguir. En el camino me iba
llenando de preguntas. Aclaro que no soy una persona formada puntualmente en
ninguna disciplina que intervenga directa o indirectamente en este artículo, no
puedo criticar ni hacer observaciones como las que leí en los comentarios (le
puse onda a leerlos a todos pero no pude). Me llevo dos “cosas” que me
quedaron dando vueltas en la cabeza mientras leía:

E. Por lo que vi, salvo el primero, los demás estudios que se citan están hechos
desde/para otros idiomas. Por lo que dice la nota al muy principio “la lengua (o
lenguaje, no sé) es un fenómeno social. Ocurre siempre con relación a un ‘otro’,
a una comunidad con la que establecemos convenciones respecto a qué
significan las palabras y cómo significan esas palabras”. ¿Esa relación es
unívoca en todos los idiomas? porque social no necesariamente implica
universal… ¿Hay matices, tiene una sola forma? ¿No hay nada previo al
lenguaje o complementario (para no jerarquizar) que influya también en cómo se
construye esa relación entre lo que estructura una forma de conceptualizar
-individual o colectiva- y las palabras que usamos?
Claro que la respuesta a todo esto puede ser: bueno, estudiá letras, queride.

B. Este cambio en particular empezó a ser visible entre les nosotres comunes con
formas escritas de romper los modos masculinos de nombrar. No sé si esto es
obvio, común, usual, si solo me pareció raro a mi, o lo es. Las primeras
apariciones de lenguaje inclusivo fueron con @ y x, escritas. Impronunciables
ambas. Pero no se notó (lo digo desde mi experiencia, donde esto circula pero no
se estudia) hasta que necesitamos hablarlo. La x es linda porque tacha algo,
molesta a la vista pero en nuestras cabezas acostumbradas se lee “o”, como el
arroba. Ahí ganó la “e”, que es molesta también, pero la única que en la mente,
al leer, se pronuncia de una manera distinta porque es una letra que el cerebro
reconoce como sonido hablable. Triunfante como presidenta.

Saludos :)

45.

Julia on Jun 5, 2018 at 03: 02

Responder

Lo bueno de los cambios en la lengua es que son democráticos, esperemos que


este hábito aislado muera por su propia liviandad.

Javi on Jun 5, 2018 at 12: 08

Responder
O por el contrario, que un día tu nieta te diga: -“Habuela, ¿por que decís
llamar a los Bomberos si la mayoría son chicas?”
saludos…

Julia on Jun 5, 2018 at 19: 22

Responder

Ojala mi supuesta nieta tenga una lengua más simple, sin H sin
V/B, sin acentos, etc. No algo más complejo como me propones.

46.

andres_cass on Jun 5, 2018 at 09: 32

Responder

Muy buena la nota. Un gran disparador para pensar muchas cosas.


Cuando comenzé a ver lenguaje inclusivo en las redes me chocó en un principio,
pero con el tiempo me fui acostumbrando y lo fui adoptando. Hoy en día, en mis
trabajos para una maestría que estoy cursando lo utilizo.
En cuanto a como aplicarlo, en un principio iba más por el uso de la x, pero
después lo reemplacé por la e, no solo por su facilidad para leerla sino porque
encaja en la estructura preexistente en (falsos) genéricos como estudiante y
similar.

Soy de los defensores de que quien se apropia de los significantes se apropia de


las ideas, por lo que defiendo el uso del lenguaje inclusivo. Transformar la forma
en que pensamos las cosas ayuda muchísimo a transformar la realidad (estoy
tratando de no extender el comentario a terrenos más filosóficos).

Creo que de los que están en contra del lenguaje inclusivo, los que más me
molestan son los que se oponen porque “se degenera el lenguaje” y
habitualmente sus “críticas” vienen acompañadas de insultos y/o
descalificaciones. De última tené una posición respecto a su utilidad o impacto,
pero no me vengas a decir que degenera el lenguaje y después clavás 10 palabras
extranjeras mal escritas.

47.

Monica on Jun 5, 2018 at 09: 54


Responder

Como la comencé a las 11 de la noche, pensé que las modificaciones eran


producto de una mala traducción, no me fijé en les autores, me interesó le tema.
Confieso que como purista del español me rompe « las vistas» cuando leo
pasajeros y pasajeras, obreros y obreras, compañeros y compañeras, etc. Siempre
pensé que sólo pasaba por dar visibilidad al género y ahora comprobé que el
meollo va más allá, muchas gracias.

48.

Pela on Jun 5, 2018 at 09: 56

Responder

Gente, me permito sugerirles reescribir los últimos párrafos de “¿Y ahora qué
hacemos?” porque me parece que no se está entendiendo. Creo que no queda
clara la cuestión de que hay evidencia empírica en contra del argumento pero
que es cuestionable porque en principio no podemos observar un experimento
controlado de un país contra sí mismo en circunstancias similares pero con
diferentes lenguajes, y además en los casos de lenguaje neutro se observa
machismo transmitido por otras vías. Digo yo; no sé. Mandarme a la mierda
también es opción.

En lo personal no me gustaba la idea de cambiar el lenguaje por una cuestión de


comodidad. Pero dado que hay evidencia débil de que es importante, he
sobrevivido a la lectura, y no hay ninguna razón para mantenerlo como está, yo
digo que lo modifiquemos.

En términos de estrategia, sin embargo, me parece que escribir así en este


espacio puede ser mejor idea que ponerse a argumentar con la mayoría, porque
he visto que la discusión genera un choque y un rechazo que es diseminado aún
por les machirules disfrazades de progres (dije bien?). Me parece que será
cuestión de escribir así, y a la gilada, ni cabida. Que nos acostumbremos.

Sol Minoldo on Jun 5, 2018 at 10: 47

Responder

Hola Pela. En efecto, algunes pueden no estar entendiendo. Pero en lugar


de reescribir la nota, esta bueno que se enriquezca con los comentarios,
como este. Tal como decís, lo que planteamos es que hay indicios para
poner en duda que la supuesta refutación realmente sea una refutación
sólida. Saludos!

49.

Ana on Jun 5, 2018 at 10: 52

Responder

Excelente! Lei y disfrute la lectura y lo que dice. Felicitaciones. La comparto.


Gracias

50.

Lucía Niklison on Jun 5, 2018 at 11: 05

Responder

Como lingüísta escribiendo un paper sobre este tema, tengo que dejarles mi
gratitud por todos los links a papers.
Y un comentario no menor y bastante interesante: la RAE reconoce
“presidenta”, porque hace dos siglos que documenta apariciones del término. Y
sobre todo, lo reconocen porque esos usos documentados son en España, porque
otro detalle que no hay que dejar de lado es que la RAE, además de machista, el
supuesto panhispanismo se lo meten adonde no da el sol. Volviendo al tema,
cuando les preguntás en #RAEconsultas en su twitter @RAEinforma te
responden que “presidenta” “está bien dicho porque está documentado su uso
desde el 1800”. Pequeño detalle que olvidan mencionar: el uso que documentan,
que sigue apareciendo como segunda o tercera acepción del término, es como
“Mujer del presidente”. ¿Por qué no maduran y sacan esa acepción de las
entradas para “alcaldesa”, “jueza” e incluso “médica”? No hay por qué.

Sol Minoldo on Jun 5, 2018 at 13: 03

Responder

Gracias por tu aporte. Lo que contás de la RAE sobre el ‘españolismo’ es


otra cuestión que debimos dejar en el tintero, asi que agradezco que lo
menciones!
51.

Jaime on Jun 5, 2018 at 12: 05

Responder

Que lindo el periodismo cuando esta bien hecho y te fuerza a deconstruir.


Felicitaciones a ambes.

52.

Kike on Jun 5, 2018 at 12: 23

Responder

Hola! Gracias por este texto le amé de pe a pa!


Hace años que me vengo debatiendo con este tema porque en mi profesión esta
manera de darle género al rol es algo que define cómo se transmite y enseña
desde tiempos inmemoriales. Yo me dedico al baile de parejas mas
específicamente al baile de parejas con música de Jazz que se suele denominar
Swing (el estilo de Jazz que se baila lleva ese nombre) aunque su nombre mas
específico sea Lindy Hop. Desde hace tiempo que hay una corriente fuerte de
educadores y bailarines que ponen el foco en los roles a desarrollar en el baile y
no en los géneros. Ejemplo que seguramente conoceremos de otros bailes de
pareja es que los hombres son siempre el líder, se le indica como guiar y las
mujeres son siempre el que sigue y por lo tanto se las limita a tratar de entender
para donde quiere ir el hombre.
En ingles, el idioma de donde el baile es originario USA, este problema no es
tan evidente pues se habla de Leader y Follower aunque si se evidencia en la
manera de enseñar y ver los roles.
Esto ya setea la mente de los educadores y de los alumnos en el mondo
acción/hombre-pasividad/reacción/mujer y por lo tanto las quejas mas habituales
son que solo enseñan para los leaderes y no para “las” followers (seguidoras
XD).
Incluso en el lenguaje de como conectar/leer a nuestro compañero se evidencia
esto. Ejemplo en español se usa la palabra “marca” para describir como guiamos
un paso pero en ingles la palabra es “lead” dando a entender que no es algo
inmutable como una marca sino una sugerencia o una guía.
Hace tiempo que a nivel mundial se viene debatiendo esto, el hecho de que son
roles y no géneros, acá en Argentina y por tener la tradición de la enseñanza del
baile de parejas del Tango, esta bastante poco desarrollado. Incluso es visible en
los lideres de la escena argentina siendo en su amplia mayoría hombres y con
una escases enorme de lideres (representatividad) mujeres, que las hay pero no
son cabezas de escuelas u organizadoras de eventos sino siempre son las
compañeras/parejas de baile/co-organizadoras de los hombres.
Gracias de vuelta por este texto!
Abrazo enorme

53.

Walter on Jun 5, 2018 at 12: 26

Responder

Mi problema con este tema es el siguiente:


Si yo quisiera dejar afuera de algo a alguien, hablaría otro idioma.

No sé si se entiende. Intento explicarme:


Soy hombre, blanco, clase media – alta, universitario y milenial.
No creo pertenecer a ninguna minoría, pero siento empatía con personas que
claramente la pasan peor que yo.
El tema es que no necesito de un traductor para entender a un pobre, pero tuve
que googlear sororidad, machirulo, patriarcado (en su acepsión feminista), etc.
Y lo peor es que siento que lo googleé al pedo, no agregó nada a lo que ya sabía
sobre el tema.
Si un Quom quisiera que yo no entendiera su justo reclamo, debería expresarlo
en Toba.

Saludos

Pela on Jun 5, 2018 at 12: 38

Responder

Yo no sé lo que significa milenial, y no por eso te pido que evites


definirte así. Y se me antoja un poco ombliguista que cuestiones la
manera de expresarse de las pibas por las limitaciones de tu
entendimiento. (El uso de la palabra inventada “ombliguista” es
intencional.)

PD: Es un tema aparte, pero la clase media no existe. Y menos la clase


media (guión) loquesea.

Walter on Jun 5, 2018 at 13: 27


Responder

Tu respuesta confirma todo lo que digo. No entendiste una


palabra y no la googleaste.
No entendiste lo que estoy diciendo y te paraste automáticamente
en la vereda de enfrente.
No hay manera de no ser “ombliguista” en lo que digo porque
justamente estoy hablando de cómo me llega a mí un mensaje.
No cuestiono su manera de expresarse, les manifiesto que
complican la llegada de su mensaje a personas como yo. Hasta
puede no interesarles, están en su derecho.

PD: Mientras haya alguien que las use, las categorías existen.
Podemos discutir las definiciones, pero es un tema aparte.

Pela on Jun 5, 2018 at 14: 09

Responder

Sí guglié la palabra, y no me molestó hacerlo.

El tema es que me parece que le estás errando en lo


siguiente: primero decís que vos conocés una expresión y
que te parece que la googleaste al pedo, y decís que
“complican” la llegada del mensaje a personas como vos.
Pero dónde está la complicación? Si lo buscaste y lo
entendiste. Estás infiriendo la existencia de un otro que es
como vos excepto en el sentido de que no se va a poner a
buscar el significado? Por qué ese otro hipotético no
buscaría el significado de “sororidad” como
(presumiblemente) sí haría con el significado de otra
palabra que no conoce?

Jorge on Jun 10, 2018 at 05: 01

Yo (no) soy Walter, quizás utilizaría una gentil


introducción para decir que soy clase (guion) baja
-que sí existe, enterate, Pela-, y no sabía qué
significa sororidad. Tampoco saben qué mierda
significa sororidad en Humahuaca (Jujuy), en
Chilecito (La Rioja), o en Camarones (Chubut),
así que pido en nombre de todos los no-
{universitaritarios de clase media (guión cualquier
cosa)} -que no instalen que la sororidad es un
término urgente que el mundo debe estar dispuesto
a conocer para que este mundo sea un lugar mejor.

54.

Javi on Jun 5, 2018 at 12: 27

Responder

Muy buena la nota.


Este tipo de cambios lo primero que generan es rechazo, pero creo yo rechazo
por el cambio mismo (como cuando te cambian el sentido de la calle de la
esquina y nos quejamos porque costumbre)
despues estan les que se sienten raros con lo nuevo, pero lo terminan
entendiendo/aceptando.
y bueno, estaran les que se opongan, por que se sienten tocados, o lo que sea.

en lo personal, debo decir que me cuesta muchisimo incorporar el lenguaje


inclusivo, sobre todo por costumbre, en ese aspecto prefiero la “e” por que se
escribe y se lee, la X se piensa y se pronuncia como O al final de cuentas.

en ingles por ejemplo, se han reemplazado designaciones de trabajo


(originalmente llamadas por formas masculinas) por formas inclusivas, como
“firefighter”, “policeofficer” o “bartender”, extrañamente aquí suelen usarse (al
usar inglés digo) sus formas masculinas,

SAludos

H! on Jun 12, 2018 at 17: 13

Responder

Hay que entender que el lenguaje inclusivo es la carta presentación de


cierto colectivo progre-facho que está haciendo su batalla cultural. Nada
más. El español es una lengua viva, entonces que siga desarrollándose a
su modo. Solo que no te sientas obligado, que nadie te imponga nada.
Vos decidís. Abrazo.
55.

Real Hero on Jun 5, 2018 at 13: 39

Responder

Interesante. Existen antecedentes de idiomas de diseño pensados para ser


universales e inclusivos, el ejemplo más claro fue el esperanto. Cambiar la forma
de pensar el género en el idioma español tiene rasgos en común con el esperanto,
en ambos casos existe una intención premeditada y artificial por generar una
forma de comunicación, en el caso del esperanto no prosperó porque fue más
una abstracción intelectual que un cambio cultural socialmente aceptado. Solo el
tiempo dirá si esta iniciativa prospera.

56.

Compañere on Jun 5, 2018 at 13: 40

Responder

1. El castellano alguna vez tuvo neutro (después de todo viene del latín) y con el
tiempo lo fue perdiendo. Las lenguas, por una cuestión de eficiencia o de
economía si se quiere, tienden a desprenderse de aquello que no usan.

2. Los cambios artificiales que se le hacen tienen un porcentaje de éxito infimo.

3. Sobre todo, el gran problema del uso del neutro (en el castellano, en pleno
siglo XXI y teniendo en cuenta los dos puntos anteriores) es un problema de mal
gusto.

57.

Flor on Jun 5, 2018 at 14: 27

Responder

Hola!

Los felicito por el trabajo. Me gustó, sobre todo, la primera parte.

Entiendo perfectamente que la idea difundida de la RAE de lengua unificada es


una quimera, pues es imposible unir a todas las variaciones del español en
patrones comunes y estáticos
También es importarte reflexionar que el lenguaje es pensamiento.
Sindudamente!!!

Ahora bien, me parece que es necesario remarcar que el genero gramatical es


arbitrario, es decir, no hay cargas semánticas en él.
Si yo tengo tres hijos de los cuales una es niña, no hay nada de discriminativo o
sexista en que yo responda a la pregunta “¿cómo están tus hijos?”
“Todos están bien”. No hay nada de discriminativo en esa O de todos. No estoy
dejando afuera a mi hipotética hija.

Sí, puedo asegurar es que desde la sintaxis se puede realizar cambios que afecten
a la semántica, por ejemplo, la voz pasiva. Que tanto es usada en el discurso
periodístico para manipular los análisis de los hechos.

Es importantísimo visibilizar todos las injusticias por el medio que sea. Es hiper
bienvenido si es desde el lenguaje, ya que pensamos mediante este y viceversa.
Pero también es necesario advertir desde qué lugar lo hacemos. Si no
entendimos que el genero gramatical es arbitrario y que no tiene cargas
peyorativas es porque nos falta estudiar gramática.

58.

Clara on Jun 5, 2018 at 16: 03

Responder

Muy buena nota, gates !


No está directamente relacionado con el género; pero recuerdo que la primera
vez que usé “interrupción voluntaria del embarazo” en una charla alguien me
dijo: la verdad es que le quita estridencia y es más fácil hablar.
Ojalá podamos tomarnos un poco más de tiempo para comunicarnos mejor

59.

Sara on Jun 5, 2018 at 18: 28

Responder

Solamente para aportar un dato: “presidenta”, en el sentido de ‘la que preside’,


está en el diccionario de la Real Academia Española desde la edición de 1884.

Real Academia Española. Diccionario de la lengua castellana por la Real


Academia Española. Duodécima edición. Madrid. Imprenta de D. Gregorio
Hernando. 1884.
o

Sol Minoldo on Jun 6, 2018 at 10: 42

Responder

Hola Sara! es verdad que está aceptada hace tiempo, aunque en


Argentina se siga discutiendo. Pero una curiosidad es que, en aquella
primera aceptación, el primer significado era “la mujer del presidente” y
en segundo lugar era la mujer que preside. Saludos!

Sara on Jun 6, 2018 at 16: 51

Responder

No es así. Por eso incluí la definición y la fecha del diccionario.


Esa acepción que mencionás era corriente en esa época, pero la
acepción de “la que preside” sin más, está ya en la edición de
1884.

Sol Minoldo on Jun 6, 2018 at 20: 23

Responder

Si, yo me refería a la primera edición que lo incluyó (la


quinta), en 1803

60.

Matías Nicolás on Jun 5, 2018 at 18: 45

Responder

Excelente nota! Se la compartí a todes mis amigues!


61.

Juanjo on Jun 5, 2018 at 18: 54

Responder

La Academia Argentina de Letras publicó un artículo hace un tiempo sobre este


tema. Les dejo el link: https://t.co/h0HKBsu9D6

Sol Minoldo on Jun 6, 2018 at 10: 46

Responder

Gracias Juanjo! Super interesante lo que aportaste!

62.

Piedad on Jun 5, 2018 at 19: 04

Responder

No hay que dejar de aclarar que los grupos no son comparables en absoluto.
Garantizar comparabilidad es dudoso incluso cuando hablamos de gente de la
misma ciudad. Calificar esto de evidencia me parece demasiado generoso. Dado
que no contamos con evidencia me parece más recomendable evaluar los costos
de aplicación. Si no son muy altos, ante posible mejora, para adelante!

63.

Milena Siguen on Jun 5, 2018 at 20: 19

Responder

Olá

64.
Marcos Buchin on Jun 5, 2018 at 21: 41

Responder

Hola, la nota es muy jugosa a pesar de los interesantes cuestionamientos hechos


por varios lectores ( y muy bien respondidos por los autores). Sobre la
percepción que tendríamos de conceptos de acuerdo a su género gramatical, me
quedan dudas: la poronga, la barra brava, la hinchada, la manada, etc. son todos
( o todas) femeninas gramaticalmente pero machistas y patriarcales
conceptualmente ¿Y la polla y el coño? No deja de ser curioso. También me
quedan dudas sobre la cuestión de que un neutro igual al masculino invisibiliza a
las mujeres, por ejemplo ante una clase mixta si el maestro dice “alumnos” les
habla a nenes y nenas, si dice “alumnas” sólo a las nenas, para referirse sólo a
los nenes debe especificarlo “alumnos varones”… La dimensión política del
lenguaje es maravillosa, hoy alcanza con decir “todos y todas” para decir que
uno si no es K al menos los mira con cariño, y la correlación “persona anti todos
y todas” o “anti presidentA” con “gorila” es bien alta… Adhiero al uso
disruptivo intencionado del lenguaje, cada uno sabrá donde y cuando es
pertinente aunque el hábito no haga al monje. Abraxes y gracies

65.

Jonathan Andres Urbina Caviedes on Jun 5, 2018 at 22: 07

Responder

Waeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee! Me cambio por completo el punto de vista que


tenia sobre el tema, aun que aun (Por experiencia en los rubros) se me hace muy
difícil “creer” (a través de pruebas) eso de los números de la brecha salarial y los
números del femicidio.

No solo porque vivimos en el país de las falacias lógico matemáticas (“…La


casa está en orden…” y el famoso y ponderado “INDEC”).

Sino que los sueldos están sujetos no solo a la ley, sino que a los convenios
colectivos de trabajos (Que impone los sueldos base sin discriminar sexo, raza,
religión o color) que tratan los gremios (Y acá en Argentina hay gremios para
todo, así que todo rubro tiene un gremio). Yo trabaje muchos años en el sector de
PERSONAL en empresas, y nunca vi esa “discriminación” tan fomentada, y
créeme que vi muchas mujeres ganar más que cualquier hombre, no por “USAR
SUS ATRIBUTOS” sino que por su eficacia, eficiencia para desarrollar su tarea
y otras también.

En el ambiente laboral existe los que se llaman “FUERA DE CONVENIO”, que


justamente están fuera de los convenios colectivos de trabajo.

En cuanto al femicidio………… 1º: No importa a quien se mate, torture, golpee,


acose, etc. fue, es y seguirá siendo una victima.
Para mi, la vida de una persona no es como en un “Vídeo Juego” donde si matas,
torturas o golpeas y acosas a una mujer, tenes 1000 puntos (si de paso es negra y
judía tenes un 1UP). pero si matas a un hombre de las mismas condiciones,
recibes 110 puntos y una penalización de movimiento.

Recordemos que “Todo se toma como uno quiere”, algunos piensan que matar a
un hombre negro y judío es malo por “la penalización”, otros piensan que no
vale la pena por el bajo puntaje y el alto costo de la penalización,
peeeeerooooo…. Hay otros que piensan en desnudarse, ponerse un calzoncillo
en la cabeza, pintarrajearse y salir a las calles con pancartas que dicen
“PORQUE MATAR UNA MUJER NEGRA Y JUDÍA VALE MÁS QUE UN
HOMBRE DE LAS MISMAS CONDICIONES, YO TAMBIÉN VALGO LO
MISMO”, pero lo que en realidad nadie piensa, es en que; “SOMES” más que
1000 puntos y 1UP, somos vida, sea como sea y sea por lo que sea… SOMOS
VIDA.

Y más allá de las artimañas de campaña cualquiera fuese su índole (De las que
todavía no nos acostumbramos y tampoco parece importar). Creo que hay que
dejar de lado el “sensacionalismo cargado a los números y encuestas”, para
enfocarse en lo verdaderamente importante, que es “la seguridad e integridad de
la vida de las personas” (Fíjate que que lindo encierra a todos los géneros esa
frase).

Sensacionalismo cargado a los números:


– Les que están en contra de la caratula de femicidio dicen que mueren más
hombres que mujeres, en asaltos, accidentes, etc. y si, es verdad. Pero la
sensacionalización de ese numero trae consigo las controversias que conocemos.

– Les que están a favor de esa caratula, dicen que se viola una mujer cada 6
horas en el país, lo cual es cierto. Pero la sensacionalización de ese numero trae
consigo las controversias que conocemos.

Pero sabemos (No por lógica, sino que sentido común) que una mujer tiene un
100% de probabilidades de ser violada vs un hombre, frente a una situación de
asalto, pero por cada 1 mujer asaltada hay 10 hombres asaltados, de los cuales
hay 3 muertos, 4 heridos y 3 que la zafan, etc, etc, etc.

Y eso es como decir que en China un perro tiene más probabilidad de morir a
manos de una persona, que una persona en si, y que un feto de entre 3 y 9 meses
tiene muchas más probabilidades de morir que un perro. (Ya saben, en China se
come todo).

A lo que voy, es que todos abogan por el genero, raza, religión, color, etc. pero
nadie aboga por lo que en realidad hay que abogar… LA INTEGRIDAD DE LA
VIDA.

Yo no creo en números, porque ningún estudio de esos está firmemente


respaldado, por médicos forenses que practican las autopsias, etc. tampoco están
a la vista del publico en general. Solo hay números, probabilidades y
estadísticas, que cuando se aplican a personas… de poco valen, ya que no existe
2.66 personas, o son 2 o 3, pero no 2.66, al igual que “el 87,35% de los
encuestados (353 personas), dicen que ‘si’ ” osea que 308,3455 “personas” =
308 personas, 5 dedos meñiques, 4 muelas del juicio, 6 parpados, 18 amígdalas y
7 riñones votaron por el “SI”

Tan solo expreso mi opinión, por experiencia vivida.

Marcos on Jun 7, 2018 at 02: 13

Responder

Encontraste a tu 1/2 hermana?

José Alfredo on Jun 10, 2018 at 05: 13

Responder

Me preocupan tus números, a la 10ma vez que me asalten tengo casi un


100 % de que me maten y un 1000% de probabilidades de que me violen,
o sea que me matan y encima me cogen entre 10. Qué mundo terrible.

66.

Paulo Ballan on Jun 5, 2018 at 22: 31

Responder

Hola! Me re copo la nota la verdad, pero me causa mucha curiosidad el párrafo


que habla sobre el japonés, el islandés y el árabe clásico. Sentí que está sacando
toda la correlación entre el lenguaje y el machismo, lo cual toda la anterior nota
hasta ese momento viene argumentando de una manera concreta. Luego de un
rato pensándolo, creo que apunta por el lado de “el lenguaje no es el único factor
de una sociedad machista”, pero hay que darle una vuelta de tuerca para llegar a
esa conclusión.
Corrijanme si me equivoco!

Muchas gracias por compartir y los felicito!


o

Sol Minoldo on Jun 6, 2018 at 10: 56

Responder

Hola Paulo! lo que muestran esos casos es que no hay relaciones


automáticas e inmediatas, o universales. Se trata de procesos complejos,
en los que interactúan diferentes variables. Pero en definitiva lo que
importa es si los usos del lenguaje tienen, efectivamente, un sesgo, que
transmite mensajes que invisibilizan a algunos sujetos. Y ello puede, de
hecho, ocurrir aunque existan genuinos genéricos. Pero también es
interesante el rol que tiene la posibilidad de subvertir esos usos, poder
plasmar nuevas significaciones en cambios en nuestra lengua. Y en tal
sentido, el hecho de que el problema sea tan evidente y podamos
visibilizarlo con estrategias de lenguaje inclusivo, podría ser hasta una
ventaja. Saludos!

67.

Milagros on Jun 5, 2018 at 23: 17

Responder

Tengo que admitir que abandone varias veces la nota antes de poder terminarla ,
complejo de leer en este codigo, raro en esta página.

68.

Agustín on Jun 6, 2018 at 01: 17

Responder

¡Cómo disfruté el “Bienvenides a la verdadera nota, estimades lecteres”!

69.

Fedro on Jun 6, 2018 at 01: 55

Responder
Hola! Si bien no estoy a la altura de sus conocimientos lingüísticos y
gramaticales, discrepo mucho con respecto al uso de la E como neutro y quisiera
dar mis motivos para que luego me den su impresión de ser posible.
Creo que como sociedad nos debemos un debate profundo y sincero con
respecto al género que va más allá del lenguaje. Como bien se aclara a la pasada
en el artículo, el género -sea en la ropa, en los colores o incluso en las personas-
es una jerarquía basada en el sexo y, por ende, es opresión sexista. En parte me
llamó la atención que al hablar del uso de la barra (por ejemplo en todos/as) -que
es el recurso más coherente e inclusivo para mi- dijeran que contempla sólo dos
géneros cuando, por un lado, el género debería abolirse (por lo comentado
anteriormente, fomenta una jerarquía sexista), y por el otro el género de la
palabra debería, tal como hace el género en las personas, referirse al sexo
biológico (y todos/as sabemos que sexos sólo hay dos). Por el otro lado dicen a
modo de argumento que la barra “les salta a los ojos como alfileres” cuando en
realidad es un recurso aceptado como lo son los paréntesis, las comillas y demás.
Con todo respeto, no me pareció muy convincente ese punto.
En fin, estoy de acuerdo en muchas cosas de las dichas en el artículo, como la
forma en que nos determina el lenguaje y como se legitima a través de éste la
desigualdad entre los sexos, pero creo que, además de lo ya expresado, el
recurso de la E que pretende traer igualdad en el lenguaje puede ser un arma de
doble filo, por la sencilla razón que, al igual que con el uso del genérico
masculino, la mujer, históricamente oprimida, sigue sin nombrarse. Por todo esto
sigo considerando el uso de la barra como la mejor alternativa para aportar
igualdad en la lengua. Muchas gracias!

Sol Minoldo on Jun 6, 2018 at 11: 02

Responder

Si el género debiera abolirse, entonces ya no tendría sentido referirnos a


las personas en femenino y masculino. El sexo biológico es socialmente
significado, precisamente, por medio del género. Si el género perdiera
relevancia en nuestras identidades, igualmente debiera hacerlo el sexo
biológico. Por tanto, razón de más para encontrar usos del habla
genéricos.
Igual me gustaría apuntar que bien podría no rechazarse la existencia del
género, como parte de la identidad de las personas, pero si rechazar los
estereotipos prescriptivos del género, los mandatos encorsetados, el
sistema binario, y el orden jerárquico entre géneros. Saludos!

70.

Jerónimo on Jun 6, 2018 at 02: 49


Responder

Excelente nota.
No hagan caso a comentaristas malicioses: acusan sesgos de paja en ojos ajenos
y no ven los sesgos de viga en sus propios comentarios (los comentarios que
debaten con el artículo buscando ampliar el conocimiento señalan puntos fuertes
y débiles, cuestionan pero acuerdan parcialmente, suman; los que traen un
entendimiento blindado a argumentos y evidencia no logran reconocer ni un
elemento útil, nada que los haga reflexionar y ampliar su entendimiento sobre el
tema, sólo aportan un bombardeo que no logra hacer puntería por estar más
centrado en seguir el mapa de su determinación previa que en analizar la
investigación que tienen delante. A estes últimes, ni cabida).
Discrepo de las acusaciones de sesgos o vicios cientificistas que leí en algunos
comentarios. Creo que el error que los lleva a esas acusaciones reside en
adjudicar a la nota objetivos que ésta no se propone.

A mi criterio la nota consigue efectivamente:


– visibilizar modos en que el habla modifica la forma en que interpretamos la
realidad,
– ofrecer evidencia y argumentos que colaboran en validar la lengua como un
espacio de disputa de sentido (y, correlativamente, de modificación del
comportamiento social) y
– demostrar la invalidez de toda una rama de argumentos “lingüiscistas” en
contra del lenguaje inclusivo.

Sinceramente, me aportó datos y me aclaró conceptos. Lxs felicito y agradezco


(a mí, perdón, pero me gusta usar la ‘x’, jijiji).
No hace falta que respondan a este comentario: sé que tienen mucho por
responder y celebro que así sea.
Un abrazo grande.

Sol Minoldo on Jun 6, 2018 at 11: 04

Responder

Hola Jerónimo! tal como entendiste a la perfección, la nota tiene


objetivos acotados, que no tienen que ver con expresar absolutamente
todo ni con prescribir cómo debemos hablar, sino con recuperar la
importancia de la lengua como espacio de disputa. Saludos!

Ee on Jun 6, 2018 at 12: 08


Responder

Osea que frente a cualquier objeción fundamentada habría que hacer


oídos sordos porque la ideología es más fuerte que el pensamiento
lógico? Algo así?

71.

Yo. on Jun 6, 2018 at 02: 51

Responder

Fea tu weá de artículo.

72.

Alejandro Soltonovich on Jun 6, 2018 at 10: 28

Responder

Sin llegar a compartir algunas de las conclusiones, incluidas algunas “tácitas”,


metodología y bases filosóficas y epistemológicas… el artículo me pareció
excelente y, luego de leer buena parte de los comentarios, quedé muy contento
con esta aproximación científica mixta entre lingüística y sociología (estoy más
próximo a este segundo espacio por titulación y actividad reflexiva): aprendí
mucho con el texto y con muchos comentarios de los participantes. Igualmente
me sentí muy molesto (aunque no realmente sorprendido) por las intervenciones
de algunos integristas de la ciencia (no de los autores, cuya templanza en las
respuestas tuve ocasión de admirar) que por alguna razón misteriosa creen que la
ciencia y sus métodos no son también ideológicos… Gente llena de “justa ira”
cientificista: si van a criticar el trabajo de otros soltando una catarata de
bibliografía, al menos citen correctamente… y bájense del pedestal del
cientificismo purista, que la ciencia es otra cosa: es debate, es intercambio, es
impureza…
Vuelvo a lo relevante. Como aspecto general, quería resumir (y re-asumir) la
duda central que vi reflejada en otros comentarios: cuando se habla del lenguaje
inclusivo no se está hablando solo de una cuestión lingüística, sino de un
reclamo político y de una política social (también soy de quienes creen que la
RAE cumple una función política… y que calladita está más linda) encabezada
por un segmento heterogéneo de la población a la cual, en última instancia, no le
importa la cuestión lingüística en sí, ni tampoco la semiológica… este artículo
sirve para reflexionar a quienes tenemos dudas sobre la cuestión y al mismo
tiempo nos importa… lo que creo queda en el aire es lo siguiente: que no afecta
a los participantes del “río lingüístico” a quienes no les importa en lo absoluto el
tema (lo cual no significa que no les interese la igualdad de género, ni que sean
cómplices de la dominación patriarcal por ello) ni tampoco a quienes participan
de la lucha social sin considerar estas cuestiones … en este aspecto, el artículo
tiene una carga prescriptiva que es parte de esa lucha por el sentido y que queda
algo desenfocada respecto del auditorio… desenfoque totalmente comprensible
(y claramente discutible en sí mismo) pero que señalo porque solo quiero que
quienes desarrollaron este excelente trabajo puedan orientar sus esfuerzos de la
mejor manera posible (sea la que sea, porque no me corresponde definir sus
términos) ya que es notable tanto su capacidad como investigadores y
expositores. En definitiva, muchas gracias por su esfuerzo!

73.

Lilyth on Jun 6, 2018 at 10: 54

Responder

La lengua no es degenerada…. al lenguaje lo utilizamos como una herramienta


para establecer o fijar nombres a las cosas y a los pensamientos, – acorde a las
representaciones, ideologías, impresiones e imágenes que vamos aprendiendo en
nuestra cotidianidad. Es decir seguimos siendo coherentes con esas
convicciones, pensamientos, elecciones, interrelaciones, clases y roles sociales,
ocultando toda realidad humana.
Es decir se apoyan de manera sutil del lenguaje para moldear sutilmente a la
humanidad, y articular diferentes formas de dominación y los roles de
subordinación, en otras palabras, sencillamente porque la intención fue, es y será
que la humanidad mantenga un conocimiento uniforme.

No estoy de acuerdo con el LENGUAJE INCLUSIVO, por la sencilla razón de


que no es justo estar incluidas en un lenguaje androcéntrico, y seguir
manteniendo la manera de como la “RAE” ha designado a las personas y a las
cosas.

Ya es el tiempo de empezar con un LENGUAJE QUE HAGA LA


DIFERENCIA,Hablar DIFERENTE significa, dejar a un lado todo tipo de
estereotippos y paradigmans machistas, quiere decir nombrar a las personas y a
las cosas tal como son, con sus especificidades propias y diferentes, porque nada
ni nadie es semejante.

En el imaginario es imposible reconstruir otro tipo de lenguaje.. pero, lo que si


podemos empezar a nombrar las diferencias “cada persona es un mundo”.
Entonces empecemos a respetar nuestras diferencias, empecemos a ser la
DIFERENCIA.

Basta de seguir acomodandonos en mundo que de manera sutil nos subsime en


una sociedad patriarcal.

http://irisneva.blogspot.com/2016/
74.

Lilyth on Jun 6, 2018 at 11: 06

Responder

Reproducir las producciones sociales de la manera tradicional con el mismo


lenguaje, es conservar las condiciones de la existencia humana de la misma
manera que hace muchos años atrás, es transcribir la vida sin exigir
explicaciones, es cruzarse los brazos sin ningún tipo de contradicciones, es huir
de los conflictos y al qué dirán cierto grupo de actores perfeccionistas en el
lenguaje.

Lo que se pretende con estas palabras, es hacer un llamado de atención, y/o una
crítica constructiva a todo lo que nos destruye, y personalmente opino que el
lenguaje es una de las causas de la desigualdad social, por lo tanto lo que nos
puede ayudar a mejorar la convivencia, es practicando un lenguaje diferente, con
el cual se pueda reivindicar a muchos grupos sociales y proclamar la igualdad de
derechos para todas las personas.

Si reproducimos cambios en el lenguaje, dejaríamos de perpetuar esa


discriminación que proviene de la misma organización social, cambiaríamos el
modo repasado de vida en las interrelaciones sociales.

Es decir, se debe dar la importancia a la posibilidad de construir nuevos


imaginarios e ideologías diferentes, donde tengamos la oportunidad de exponer
y de participar en los todos procesos de la vida humana, sin distinción, ni
opresión.

Tan solo si fuera posible exponer la realidad del pensamiento humano, “pero sin
eliminar su verdad”, sería simplemente dejar vivir su extraordinaria realidad…
Para que se logre un mejor entendimiento sobre la propuesta de un lenguaje
Diferente, es necesario entender los esquemas de actuar, pensar, organizar, sentir
y exponer que tienen las personas, para que tanto la sociedad civil como las
instituciones del estado se den cuenta cómo afecta este tipo de lenguaje en las
relaciones sociales, y se empiecen a generar y priorizar nuevas directrices en los
nuevos discursos, donde se reflejen símbolos y códigos equitativos, para que
posteriormente las expresiones verbales visibilicen a toda la humanidad con
respeto y equidad.

Tampoco es necesario desdoblar el lenguaje…. existen muchas posibilidades de


unir y cambiar unas palabras con otras para nombrar a todas las personas y que
nadie se siente excluido, ejem: niña – niño – por NIÑEZ.. asi de simple. estoy de
acuerdo que se puede utilizar la letra “e” en muchas expresiones , esta palabra
seria la clave del incio para fomentar igualdad en el lenguaje.
http://irisneva.blogspot.com/2017/09/
75.

Ale Damiani on Jun 6, 2018 at 11: 15

Responder

creo que hace falta una corrección en el grafico “338.lenguaje_inclusivo_05-2-


1.png”, puede ser que estén invertidas las barras masculinas y las femeninas?

76.

Alfredo on Jun 6, 2018 at 11: 18

Responder

Muy bueno el texto para reflexionar sobre el lenguaje, pero tuve una duda, ¿por
qué se escribió “lecteres”?
Esa “O” que cambiaron no indica el género, pero reconozco que es una palabra
difícil para que sea inclusiva ya que la “E” en este caso colo incluye el
masculino.

77.

Daniel on Jun 6, 2018 at 12: 03

Responder

Hola, muy interesante el artículo. Les cuento que John Holloway escribió su
libro Crak Capitalism https://libcom.org/files/Holloway%20-%20Crack
%20Capitalism.pdf en femenino, cuando llevamos la tarea, desde nuestra
editorial (Herramienta) tomamos la decisión de pasarlo a castellano neutro,
perdiendo parte de su espíritu revulsivo. Este artículo me hace poner en duda esa
decisión…

Saludos

78.

Rodrigo on Jun 7, 2018 at 03: 03


Responder

El cambio de lenguaje no va a erradicar la violencia de genero eh…

Francisco M. Gómez S. on Jun 7, 2018 at 07: 53

Responder

No sólo no la va erradicar, además provoca todavía más rechazo hacia el


feminismo en general, aún cuando el objetivo debería ser provocar todo
lo contrario.
(Obviamente no todo el feminismo promueve las medidas disruptivas
que terminan provocando rechazo pero mucha gente no lo sabe y termina
rechazando al movimiento entero)

79.

Andreina on Jun 7, 2018 at 03: 43

Responder

Hola, me encanto leer la nota y me gustaría que este tipo de argumentos bien
pensados fueran los que salen por televisión…

Ahora, no me di a la tarea de leer todos (todes?) Les? Comentaries? (O con


“comentarios” es innecesario porq no son personas?) En fin! No los leí todos
pero igual dejo mi duda con el riesgo de repetir:

Note que dicen mucho “nos” y nunca “nes” al referirse a “nosotros” como
conjunto de personas que hacen o dejan de hacer cosas. Es por alguna razón en
especial? Esta el nosotras y el nosotros así que si hablara de que todes mis
compañeres y yo “nes saltames” las clases aplica??? O quizás aún estoy un poco
confundida con todo lo que implica este lenguaje inclusivo, la verdad es como
tratar de aprender un montón de reglas que aún no existen!! Gracias por tan buen
análisis!

80.

Agustín on Jun 7, 2018 at 06: 49

Responder
A pesar de estar totalmente en contra del “lenguaje inclusivo”, leí toda su nota
porque me parece interesante informarse sobre el punto de vista y opinión de
quienes estén a favor.

Ahora lo que critico es, ¿por qué solo es aplicable a palabras cuyo género en
plural es “masculino”, y no a palabras cuyo único género es femenino?

Les propongo ejemplos concretos:

Ustedes afirman que la palabra “científiques” es correcta, porque su verdadero


plural es “científicos” cuyo género es masculino (por lo tanto es machista,
androcéntrico y retrógrado, ¿verdad?).
¿Entonces por qué cuando el género a emplear es femenino, no lo traducen a su
“lenguaje inclusivo”? ¿Por qué “personas” y no “persones”? ¿Por qué
“lingüistas” y no “lingüistes”?
Claro, porque en los últimos casos la (y cito textual) “proyección del género
gramatical femenino compense la histórica tendencia a pensar la humanidad
como varones”.

Les propongo un ejercicio: “traduzcan” la siguiente oración a su “lenguaje


inclusivo”.
“El gato es un buen animal de compañía”.
¿Cómo van a hacer? ¿”Le gate es une buene animel de compañía”?
No, no hay forma, por eso es importante mantener la regla de que el género
masculino debe ser empleado para referirse a ambos sexos, y eso no es machista,
eso es ser correcto.

Los invito a leer el artículo de la RAE sobre el género:


http://lema.rae.es/dpd/srv/search?key=g%E9nero

Les guste o no, y no se lo tomen a mal, la RAE es quien dicta cómo se habla y
escribe correctamente, no “El gato y la caja”.

Sin más, espero su pronta respuesta.

Saludos.

Belu on Jun 8, 2018 at 17: 47

Responder

Agustín, al hablar nunca decís “el persono”, la palabra persona tiene en sí


género femenino. Ahora bien en casos como “científico” depende el
género de la palabra de a quién se le atribuya el calificativo. Solo hay dos
opciones en tu forma de hablar: la científica o el científico. En cambio el
caso persona aplica independientemente del género de a quien se le
atribuya: un hombre es una persona, una mujer es una persona (nótese
que “una persona” no cambia en ninguna de las opciones, es
independiente). Un hombre es un científico, una mujer es una científica
( ¿ves que ahora sí cambia? Cambió de “científico” a “científica”, ahora
sí depende).

En el caso de lingüistas podés hacer el mismo ejercicio para darte cuenta.


Veamos:
Ese hombre es un lingüista, esa mujer es una lingüista. [¿Ves que nunca
decís “lingüisto”?]. En este caso usamos lingüista para ambos casos. El
único cambio fue “un” por “una”. En lenguaje inclusivo si quisiera
referirte al plural incluís a todes: “Elles son lingüistas y cientifiques.”
Mientras que siguiendo las reglas de la RAE tenés “Ellos son lingüistas y
científicos” [ahí asumís el género masculino para un grupo mixto cuyos
géneros no conocés (por las dudas, “género” es como el caso persona)].

Espero haberte ayudado a comprender,

Ahh y te dejo bien escrito tu ejercicio: “El gato es un buen animal de


compañía”.
“Le gate [porque no podemos asumir nada del sexo si no sabemos a qué
gate nos referimos] es un buen [modificador directo de la palabra
“animal”, coincide en género con este mismo] animal [en género
masculino porque es independiente de a qué se le atribuye la
característica de “ser animal” (la jirafa es un animal y el rinoceronte es
un animal, no cambió ¿viste?)] de compañía.
“Le gate es un buen animal de compañía”

Cualquier otra duda podés compartirla.

Saludos

Agustín on Jun 12, 2018 at 20: 56

Responder

Hola, Belén.

Sí, ya sé que nunca decimos “persono” ni tampoco “lingüisto”,


eso lo utilicé como un ejemplo grosero. A lo que yo voy es que
como el género es femenino, no salen a reclamar que también sea
aceptado “persono” y “lingüisto”.
Nosotros los hombres aceptamos ser llamados personas,
lingüistas, dentistas, golfistas… ¿por qué no también aceptan que,
cuando hay distinción de género en la palabra (como es el caso de
científico y científica) el plural es de género masculino? ¿Me
explico?
(Está el caso de la palabra modisto. Los modistas hombres
comenzaron a llamarse modistos, y terminó siendo aprobado. De
todas formas, no da a lugar a mi explicación).
Así lo estipula la RAE, y todo amante de la lengua española
(como yo) debe aceptar sus normas.

Decís que “siguiendo las reglas de la RAE tenés ‘Ellos son


lingüistas y científicos’ ahí asumís el género masculino para un
grupo mixto cuyos géneros no conocés”.
De nuevo, te invito a leer el artículo de la RAE sobre el género
(véase el ítem 2.1.):
http://lema.rae.es/dpd/srv/search?key=g%E9nero

Comprendo sus reglas en el “lenguaje inclusivo”, simplemente


exageré algunos casos para que se vea lo ridículo que es.

Saludos.

81.

gustavo on Jun 7, 2018 at 11: 06

Responder

Permisos (son dos).


Primero se me ocurre una comparación arquitectónica. Sospecho que en un
artículo de la sección Arquitectura de algún diario, leí que los arquitectos que
diseñaron una universidad con un gran parque en su frente dudaban de por
dónde debían pasar los caminos peatonales, de cemento. Decidieron no diseñar
ni hacer esos caminos hasta que el desgaste del pasto por el paso de la gente
indicara el recorrido correcto (entiéndase correcto por el más necesario y
cómodo para los usuarios). Cuando las huellas estuvieron manifiestamente
marcadas, por ahí hicieron los caminos de cemento.
Segundo permiso: Cuando, en la España del S XVI se cambió el vos por el tú,
¿hubo tanto análisis, tanta literatura, tanta discusión, o fue un cambio de las
costumbres más … natural…inconsciente… (pido ayuda con la palabra)?
¿Servirán estas discusiones para marcar el rumbo de nuestro lenguaje? ¿Quién
decidirá la fórmula ganadora, quién decidirá se se juega, o no, este partido?
¿Temo que (y espero que no) sean los medios?
Saludos cordiales

82.

gustavo on Jun 7, 2018 at 11: 41


Responder

Una solicitud: ¿alguien puede decirme qué bibliografía habla del uso del “tú” y
del “vos” en Argentina? Gracias.

Mariana Mitelman on Jun 21, 2018 at 15: 18

Responder

Carricaburo, Norma. (1997). Las fórmulas de tratamiento en el español


actual. Madrid: Arco Libros.
Carricaburo, Norma. (1999). El voseo en la literatura argentina. Madrid:
Arco Libros.
Carricaburo, Norma. (2006). Normativa y prestigio social en el español
de Buenos Aires. En Lengua y sociedad.
Carricaburo, Norma. (s. f.). El voseo en la historia y en la lengua de hoy
[La página del idioma español]. Recuperado a partir de
http://WWW.elcastellano.org
Di Tullio, Ángela. (2006). Antecedentes y derivaciones del voseo
argentino. Páginas de guarda. Bs. As. UBA, 1.
FONTANELLA DE WEINBERG, María Beatriz. (2000). El español de
Argentina y sus variedades regionales. Bs. As.: Edicial.
GARCÍA NEGRONI, María Marta y RAMÍREZ GELBES, Silvia.
(2003). No me hagas/hagás eso: cortesía y subjetividad. En I coloquio
argentino de la IADA. La Plata.
KLEIN, Dari J. (s. f.). Voseo y lunfardo: identidad lingüística del cono
sur. Recuperado a partir de http://e-
revista.unioeste.br/index.php/expectativa/article/viewArticle/501
LAPESA, Rafael. (2000). Personas gramaticales y tratamientos en
español” y “Las formas verbales de 2º persona y los orígenes del voseo.
En Estudios de morfosintaxis histórica del español. Madrid: Gredos.
Mitelman, Mariana. (2015). Voses y voces. El voseo como signo
ideológico en el cancionero popular argentino. Córdoba: Recovecos.
Mitelman, Mariana S. (2013). Esa ignominiosa fealdad. El voseo como
signo ideológico en el cancionero popular argentino. Revista Síntesis,
0(3). Recuperado a partir de
http://publicaciones.ffyh.unc.edu.ar/index.php/sintesis/article/view/944/9
35

83.

Carlos Senna Figueiredo on Jun 7, 2018 at 12: 31


Responder

Algo se encuentra aqui:

https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/PDF/bra
silia_2012/25_reggi-segre.pdf

Saludos de Carlos

84.

Carlos Senna Figueiredo on Jun 7, 2018 at 12: 32

Responder

Ya olbidaba este:

https://www.mecd.gob.es/dam/jcr:f462e345-f6c1-4beb-833a-
8f06b4b34dd8/2015-bv-16-29-alejandro-vidal-alvarez-pdf.pdf

gustavo on Jun 7, 2018 at 16: 19

Responder

Muchas gracias Carlos. Muy interesantes ambos textos.

Carlos Senna Figueiredo on Jun 7, 2018 at 18: 44

Responder

De nada.

Interesante tambien es este texto de Borges:

https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/498411/mod_resource/c
ontent/1/-El-Idioma-de-Los-Argentinos%2C%201928Ensayo.pdf

gustavo on Jun 8, 2018 at 14: 06

Responder

Maravilloso.

85.

Daro on Jun 7, 2018 at 14: 20

Responder

Querido Agustin

La idea no es mirarle el pelo al huevo, sino entender la problemática.

No estoy del todo convencido de la utilidad del lenguaje inclusivo, pero la


verdad es que no se pierde nada intentando incorporarlo. La RAE es la real
academia española y debería ocuparse del lenguaje real, que lo construyen las
personas hablando y escribiendo.

86.

Damian on Jun 7, 2018 at 15: 48

Responder

Muy intresante el articulo. Ahora, me parece muy contradictorio esto:


“Sin embargo, la investigación empírica aporta indicios de que los sustantivos
‘neutrales’ y los pronombres de lenguas sin división gramatical genérica pueden
tener de todas formas un sesgo masculino encubierto. Así, aunque eviten el
problema de una terminología masculina genérica, incluso los términos neutrales
pueden transmitir un sesgo masculino. ”
El parrafo que incluye esa oracion parece refutar toda la propuesta. Eso de
“encubierto” es muy ad hoc. ¿Cómo se explica? ¿No advierte acaso que
neutralizar el genero empeoraria las cosas? O bien advierte eso, o es una prueba
muy fuerte en contra del efecto que tiene el genero neutro. De otra manera, se
estaria afirmando una cosa y lo contrario a la vez. Ya que no solo no coincide
con sociedades mas igualitarias, sino que coincide con sociedades
profundamente machistas.
87.

Ximena Arrau on Jun 8, 2018 at 11: 42

Responder

Si… Yo pensaba por qué sería la “e” la letra neutra… No porque me suene
masculina, sino, por qué se elegiría esa y no otra.

A mi, en lo personal, me acomoda más “@”, ya que alude a los nuevos tiempos
cibernéticos, actuales y resultaría más fácil incluirlo en la real academia y en el
lenguaje común.

Jorge on Jun 25, 2018 at 09: 10

Responder

Y como se leería en voz alta la palabra, Tod@s?

88.

Mariasilvia Paschetta on Jun 8, 2018 at 14: 44

Responder

Una maravilla la nota! Hace un tiempo vengo incorporando el uso de la “e” (y


sus correspondientes une, elles, les, etc) y me suena hermoso, capaz porque mis
abueles maternes, el vasco y la gallega, hablaban francés pa que nosotres no
entendiéramos (y así aprendimos a entender mucho). Y hace rato que digo que el
castellano no existe ni en Castilla, y que la RAE menefrega, porque no soy ni
realista (en ningún sentido), ni académica, ni española! Yo hablo ARGENTO,
como todes les argentes!!!!! GRACIAS!

Sol Minoldo on Jun 11, 2018 at 12: 54

Responder
Amaranto, te pido que no participes faltando el respeto. Tus agresiones
no son argumentos. Dicho esto, voy a proceder a eliminar tu mensaje.
Saludos

Sol Minoldo on Jun 11, 2018 at 12: 57

Responder

Hola Mariasilvia, te pido disculpas por la agresión que recibiste en el


sitio y se nos pasó por alto en un primer momento, en la marea de
comentarios. Abrazo!

89.

Luis Videla on Jun 8, 2018 at 17: 56

Responder

Hola, me parece interesante el artículo, pero sigo sin estar convencido del uso de
todes y algunes. Eso a pesar de que defiendo a rajatabla las motivaciones del
movimiento feminista.
Hay algo que nadie menciona, así que no me queda más remedio que hacerlo yo
mismo.
La cosa es que soy un lector voraz. Me estoy acercando a los 5000 libros leídos.
No sólo que leo muchísimo, sino que lo hago a una velocidad que es casi tres
veces la media.
Y ahí yace el problema: cada vez que me tropiezo con un todes, o todxs, o
tod@s es como un bache en la ruta. Si vas a 50 km por hora tal vez no sea un
inconveniente, pero alguien que viene a 150 km se hace percha, una y otra vez.
Cada vez que me topo con esa “e”, “x” o “@” intrusa sufro un cierto malestar.
Tras leer un párrafo con apenas cinco ocurrencias me siento como la persona que
ha comido carne en mal estado.
Entiendo que seguramente, lo mío no sea tan importante como otras
perspectivas, pero me gustaría que alguien escuchara y por lo menos entendiera
mi lamento.
Saludos.

Sol Minoldo on Jun 11, 2018 at 12: 47


Responder

Hola Luis! A mi siempre me dolió mucho setiembre y solo sin acento (de
solamente). Si compartimos el valor de un cambio, puede que amerite
ponerle un poco de onda extra. y después de todo, que sea disruptivo
también cumple su función! Saludos

90.

Juana Porro on Jun 9, 2018 at 12: 09

Responder

Muy buen artículo para alentar la reflexión y el debate sobre este problema. Lo
llevo al aula de estudiantes de profesorado. Gracias, Sol y Juan Cruz.

91.

valeria forster on Jun 9, 2018 at 18: 20

Responder

Hola, primero que nada gracias por el txt, me interesó y sobre todo representó
mucho de lo que pienso y que (por obvias razones) nunca puedo expresar tan
bien. Por eso mismo es que he querido compartirlo con personas con las que
vengo teniendo acaloradas discusiones, sin embargo todas las que están en otros
países, han tenido problemas para abrir la página . Nadie fuera de Argentina
logra cargarla. Será que pueden facilitarme le txt de laguna otra manera, para
poder compartirlo y así seguir avanzando en este tema que nos ocupa, interpela y
por sobre todo APASIONA.
Gracias de nuevo!!

Sol Minoldo on Jun 11, 2018 at 12: 49

Responder

Hola vale! Estuvimos con problemas en el sitio, y por momentos no


estuvo disponible. De todos modos, si me mandas un mail y me recordás
esto te mando la nota en un PDF amigable (sol@elgatoylacaja.com).
Abrazo!
92.

Maija Meier on Jun 11, 2018 at 02: 37

Responder

He notado que alguien nombró a Batjin. Del mismo texto, se me vienen a la


mente unas palabras:

“La importancia de ese proceso de lucha con la palabra ajena y su influencia es


enorme en la historia del proceso ideológico de formación de la conciencia
individual. (…) El proceso se complica además por el hecho de que distintas
voces ajenas entran en lucha por influir en la conciencia individual (de la misma
manera que luchan también en la realidad social que las rodea)”.

Si bien él está enmarcando su discurso en relación al locutor en la novela, realiza


a menudo correlaciones con la realidad. En este sentido, es importante notar sus
observaciones sobre el lenguaje social. Evidentemente no es nueva la tensión en
el lenguaje. Decía, también:

…”para la valoración corriente y el desciframiento del sentido real de las


palabras ajenas puede tener importancia determinante quién es el que está
hablando, y en qué medio concreto”.

En ese sentido, la palabra ajena en relación a le autore y más allá de le autore


misme, sino de une sujete. Siendo que nadie nace con una lengua particular sino
con una que nos precede y que, a pesar nuestre, utilizamos. Hay una pugna en el
lenguaje en relación a nuestras ideologías, donde se funde el lenguaje que a su
vez no es constante sino que se encuentra en permanente cambio (prosiguiendo
con las figuras acuáticas, podríamos pensar en el río de Heráclito). Decía
Voloshinov:

«La más íntima introspección ya es una tentativa de traducción a la lengua


común, y de consideración del punto de vista del otro; por consiguiente incluye
una orientación hacia un receptor potencial. Ese receptor puede ser simplemente
el portador de las evaluaciones del grupo social al que pertenece el sujeto de la
introspección. Bajo esta relación, la conciencia, en la medida en que no nos
separemos de su contenido, no es ya un fenómeno meramente psicológico, sino,
ante todo, un fenómeno ideológico, el producto de una relación de comunicación
social. Este co-participante permanente de todos nuestros actos de conciencia no
determina sólo el contenido de ésta, determina igualmente —y creemos que es el
punto principal— la elección del contenido, la elección de aquello de lo que
tenemos conciencia, y por lo tanto, también las evaluaciones que penetran en la
conciencia (lo que la psicología designa habitualmente como “tonalidad
emocional” de la conciencia)».
Agudo, para su tiempo. Épocas revolucionarias. Si bien él pensaba en la lucha de
clases, hogaño podemos pensar su enunciado en términos, también, de lucha de
género. En el leguaje esto se da con más fuerza:

“Any ideological product is not only itself a part of reality (natural or social),
just as is any physical body, any instrument of production, or any product for
consumption, it also, in contradistinction to these other phenomena, reflects and
refracts another reality outside of itself. Everything ideological possesses
meaning: it represents, depicts, or stands for something lying outside of itself. In
other words, it is a sign. Without signs there is no ideology. A physical body
equals itself, so to speak; it does not signify anything but wholly coincides with
its particular, given nature. In this case, there is no question of ideology

However, any physical body may be perceived as an image; for instance, the
image of natural inertia and necessity embodied in that particular thing. Any
such artistic-symbolic image to which a particular physical object gives rise is
already an ideological product. The physical object is converted into a sign.
Without ceasing to be a part of material reality, such an object, reflects and
refracts another reality”.
https://www.marxists.org/archive/voloshinov/1929/marxism-language.htm

A fin de cuentas:

«La lengua como sistema estable de formas normativamente idénticas es tan


sólo una abstracción científica, productiva únicamente para ciertos fines teóricos
y prácticos. Esta abstracción no se adecua a la realidad concreta del lenguaje.
(…) El lenguaje es un proceso continuo de generación, llevado a cabo en la
interacción discursiva social de los hablantes».
https://es.wikipedia.org/wiki/Valent%C3%ADn_Vol%C3%B3shinov

93.

LILI on Jun 11, 2018 at 16: 04

Responder

Nota muuuuuuuuuuuy interesante!


Asocié con el cambio en las notas de comunicaciones en la escuela, antes “Sres
padres:” ahora decimos”Familias:”.Lo tomo como positivo en relación a los
cambios que se han dado en las conformaciones “familiares”, se las tiene en
cuenta.Caigo en este preciso instante que antes era machista y ahora
feminista ??? jajaja es un lío.
Creo , coincido , que el cambio en el lenguaje, en el modo de decir, decirnos,
pueda cambiar pensamientos,se logre visibilizar y escuchar dominaciones que
evidencian, me parece que suma.Igualmente me fastidia que si lo uso de tal o
cual modo soy o no soy inclusiva. Cuando cada jornada inicio diciendo “Buenos
días chicos” yo de verdad percibo a todes!!!!
94.

Luciano on Jun 12, 2018 at 11: 52

Responder

Hola lucho, va el texto que te recomendé. Sol

95.

Santi on Jun 13, 2018 at 00: 14

Responder

Excelente trabajo! A mi criterio sin baches. Sólo agregaría algo que leí sobre el
uso de “e” en lugar de “x” o “@” , y es que permite su lectura en dispositivos
electrónicos para personas no videntes♥

96.

Lucila on Jun 13, 2018 at 02: 48

Responder

¡Los felicito por la nota! Leerla me hizo reflexionar sobre algunas cuestiones
que me hacían bastante ruido acerca del uso del lenguaje inclusivo.
Concuerdo con que el lenguaje es sexista, pero me costaba aceptar la idea de que
en un enunciado apareciera un término considerado “neutral” que no
correspondiese con el resto de las palabras, lo veía como algo contradictorio. Sin
embargo, la aclaración de que no necesariamente tendría que usarse para
referirse a absolutamente todo, sino para las personas o seres animados que den
idea de género, me acomodó un poco las ideas.
Si bien aún me cuesta interiorizarlo, creo que el debate sobre el lenguaje
inclusivo va más allá de si el uso es correcto o no desde el punto de vista
normativo, sino que lo interesante de la cuestión es que es algo que viene a
romper con un orden establecido que el mismo lenguaje contribuye a reproducir.
El debate en cuestión irrumpe y altera el equilibrio al que estábamos
acostumbrados, por eso nos obliga a repensar sobre qué es aquello a lo que
considerábamos como “lo normal”. Todo esto da lugar a la reflexión acerca de
los estereotipos patriarcales y de la carga ideológica que el lenguaje posee,
puesto que toda lengua refleja ideología. Es un interesante debate que enriquece
el pensamiento humano.
Les recomiendo para leer el libro “La palabra amenazada” de Ivonne Bordelois,
que tiene mucho que ver con todo esto.

97.

Santiago on Jun 13, 2018 at 19: 35

Responder

¡Hola!

Me encantó casi toda la nota, se mandaron un tremendo laburazo y está tan bien
redactada que es imposible dejar de leerla.
Me aclaró un montón de ideas ya que soy una de las personas que si bien apoya
este tipo de iniciativas, esta en cuestión, la del lenguaje inclusivo, me hacía
muchísimo ruido.
Gracias a su nota entendí un montón de aspectos y estoy mucho más abierto a
esta iniciativa en particular. Me sigue sin cerrar el uso particular de la “e”, pero
ya no voy a volver encarar este tema como antes.

Ahora… ¿por qué digo que me encantó “casi toda la nota”? Bueno, porque
después de una fructífera y agradable lectura, llegando al final y con ganas de
felicitarlos, me encuentro con este párrafo:

“Anécdotas como esta nos recuerdan que la lengua es maleable y que apoyar o
rechazar un uso disruptivo, que tiene por objeto reclamar derechos larga e
injustamente negados, es una decisión política, no lingüística”.

Quería remarcarles que esta afirmación está cargada de prejuicio, y que a veces
porque alguien cree que la aplicación de una solución no es la correcta no
significa que está en contra del intento de solucionar eñ problema. Y no, no es
nada político. A veces simplemente las personas no estamos de acuerdo en las
formas, y eso no nos impide “tirar para el mismo lado”.

Así que, a dar el ejemplo, y no prejuzgar. ¡Un saludo!

Sol Minoldo on Jun 15, 2018 at 10: 50

Responder

Hola santiago! la verdad no entendí del todo a qué prejuicio te referís.


Sospecho que quizás no estás interpretando esa oración en el sentido que
quisimos comunicarlo… Y quizás sea por eso que no termino de
entender tu observación ¿ampliarías un poco lo que quisiste decir?
gracias!

98.

Ardynal on Jun 14, 2018 at 10: 57

Responder

No puedo estar de acuerdo con quienes se empeñan en desdoblar, acuchillar,


cambiar y maltratar la lengua a su antojo. Primero, leed este artículo:
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/cultura/2018/01/05/lenguaje-inclusivo-
tonteria/0003_201801G5P34991.htm
Segundo: presidenta es tan incorrecto como ausenta. Presidente es alguien que
preside, como ausente es alguien que no se encuentra en un lugar. Y como
presidente, protestante, regente, gobernante y un largo etcétera.
Tercero: decir todes es tan incorrecto como usar la dichosa X y además parece
que habléis un valenciano chapucero, ya que se asemeja mucho a la palabra
totes, que significa todas. Amiga es igual en singular y amigas en plural es
amigues. El valenciano es mi lengua materna tanto como el castellano y no
pienso quedarme de brazos cruzados mientras algunos se empeñan en pisotearlas
y retorcerlas. ¿Tanto os cuesta aceptar que las cosas son como son y no hay que
tocarlas? Si yo entro en una sala y digo buenos días a todos, que alguien me
explique a quién estoy ofendiendo, insultando, excluyendo y discriminando,
cuando simplemente estoy deseando buenos días a quienes se encuentren en
dicha sala. Como acérrimo defensor de la lengua castellana y en nombre de
todos nosotros, por favor os pido que dejéis de maltratarla con la excusa del
sexismo. El lenguaje no puede ser sexista porque no es un ser vivo ni consciente
que se mueve y respira. Es un conjunto de letras que forman palabras. Sexista es
una persona y sus actos.

Sol Minoldo on Jun 15, 2018 at 10: 52

Responder

Hola, en realidad presidenta esta incluso en el diccionario de la Real


academia. Saludos!

99.

adrian on Jun 14, 2018 at 11: 16


Responder

Lindo articulo, académico, fundamentado con citas y bibliografía.


Pero a su vez inutil, poposo y lleno de lugares donde acarician el ego académico
e intelectual.
Desde el Decameron, el Cid hasta hoy la lengua se fue formando para lograr
nobeles en literatura de habla castellana, expresaron ideas, fundaron
revoluciones, cambiaron paradigmas, solo con las palabras que se desarrollaron
mundos, paises, distintos fenómenos.
Se buscaron en lenguas muertas y antiguas para fundamentar la exdistencia de
nuevas, especies incluso, o por nombres del que las descubre, todo con bases.
Las nuevas palabras que ingresan son por su uso extendido en regiones de habla
castellana, incluso hay interegionales.
Pero esto nuevo es basado en algo vacio, pretencioso y nulo. Con las que existen
pueden cambiar todo sin necesidad de inventar para dorarse la pildora los
progresistas del nuevo milenio, carentes de luchas tangibles.
Muchas gracias, saludos.

100.

Mariana on Jun 14, 2018 at 16: 02

Responder

Muy interesante el artículo.


También entiendo que el sufijo derivativo o derivacional {-dor} / {-tor}no
debería flexionar.
Me gusta este análisis de Pedrito: la lectora/le lector/el lectoro/las lectoras/les
lectores/los lectoros.
Soy profesora de gramática portuguesa y estamos debatiendo con algunes
alumnes el tema del lenguaje inclusivo, aunque todavía me considero medio
dinosauria en estas cuestiones. Me cuesta, pero seguiré pensando. Gracias por
este material.
Saludos!

101.

Germán on Jun 15, 2018 at 01: 31

Responder

Si, una palabra sirve a conceptualizar y comprender un fenómeno. Pero no es


racional pensar que cambiando un fonema se puede cambiar toda percepción de
nuestra experiencia empírica. ¿Podrán detener nuestros (injustos) sesgos y
heurísticos cognitivos dentro de un razonamiento lógico gramatical? ¿Podrán
detener esa “violencia simbólica” que (supuestamente) determina nuestras
decisiones? No lo creo, se trata a mi parecer de una deformación berreta e
ideológica que maquilla un movimiento social. Todo muy lindo, pero suenan
como giles… (Disculpen si ofendo) siento que el cambio va por otro lado.
Saludos!

102.

Claudia on Jun 15, 2018 at 01: 55

Responder

Estimados
Gracias por el artículo, la reflexión y las referencias. Hay un asunto que uds no
contemplan y que hace a la esencia misma del fenómeno lingüístico. El cambio
lingüístico no ocurre por un acto planificado, intencional. La lengua no es del
orden de la voluntad. El cambio es de naturaleza espontánea y masiva (porque
cuando lo percibimos, ya es masivo). No tiene una intencionalidad social o
ideológica. Las formas “puédamos” o “hubieron disturbios” son ejemplos de
cambios lingüísticos avanzados (al menos en el dialecto montevideano). Los
hablantes no decidimos hablar así, el cambio ocurre más allá de las voluntades
individuales o de grupo. Así son las lenguas naturales. En nuestra condición de
hablantes podemos proponer y promover usos inclusivos dentro de los recursos
de la lengua. Igual que dejamos de hablar del “descubrimiento de America”,
podemos dejar de hablar de “la evolución del hombre”, o “la llegada del hombre
a la luna”, o “reunión de padres”… y buscar expresiones más inclusivas. Pero no
podemos modificar el sistema de género gramatical. No es del orden de lo
posible. Además, sin ofender, la actitud lingüística subyacente en la promoción
de “todes” es normativa y, aunque bien intencionada, en última instancia
autoritaria, como las campañas de “hablemos correctamente nuestro idioma”. A
los hablantes no se les dice cómo hablar su lengua, no está bueno y además, no
funciona. Y denota una ilusión de control sobre la lengua que los hablantes no
tenemos.
Saludos
Claudia

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Sol Minoldo on Jun 15, 2018 at 10: 58

Responder
Hola Claudia, hay diversos ejemplos de cambios lingüísticos que han
ocurrido de manera premeditada, porque desde algunos sectores se onían
en cuestion las connotaciones o cargas de valor de ciertas expresiones y
se impulsaba un uso diferente. Solo por dar dos ejemplos:
negros/personas de color, dependientes/personas en situación de
dependencia, discapacitado/persona con discapacidad.
La lengua es patrimonio de les hablantes y si nosotres queremos impulsar
un habla inclusiva, podemos tener mas o menos éxito, pero
definitivamente, podemos.
Pro ultimo, no veo como una propuesta, hecha en base a valores
explícitos y consideraciones sobre ventajas y desventajas, e insisto en
“una propuesta”, puede ser por si sola autoritaria. Saludos!

103.

Nano on Jun 15, 2018 at 14: 55

Responder

Muy interesante la nota pero me detengo en 2 partes (En un par mas pero ya
fueron deliberadas en comentarios anteriores) :
…”En otro estudio de Lera Boroditsky se hizo una lista de 24 sustantivos con
género inverso en castellano y alemán, que en cada idioma eran la mitad
femeninos y la mitad masculinos. Se les mostraron los sustantivos, escritos en
inglés, a hablantes natives de castellano y alemán, y se les preguntó sobre los
primeros tres adjetivos que se les venían a la mente. Las descripciones resultaron
estar bastante vinculadas con ideas asociadas al género. Por ejemplo, la palabra
llave es masculina en alemán. Les hablantes de ese idioma describieron en
promedio las llaves como duras, pesadas, metalizadas, útiles. En cambio, les
hablantes de castellano las describieron como doradas, pequeñas, adorables,
brillantes y diminutas. A la inversa, la palabra puente es femenina en alemán y
les hablantes de ese idioma describieron los puentes como hermosos, elegantes,
frágiles, bonitos, tranquilos, esbeltos. Les hablantes de castellano dijeron que
eran grandes, peligrosos, fuertes, resistentes, imponentes y largos…”
Me parece un parrafo totlamente esterotipado (totalmente opuesto al planteo de
fondo que quiere hacer la nota), en donde asevera que el hombre es duros,
pesados, metalizados, útiles y las mujeres doradas, pequeñas, adorables,
brillantes y diminutas. ¿Quien eligió esos sustantivos propios del género
masculino y los otros del femenino? Los que hicieron el estudio y por
correlación, ustedes.

…”Otra de las fuertísimas resistencias a este tipo de propuestas es la de quienes


sencillamente niegan que exista algún tipo de relación entre la lengua y los
mayores o menores niveles de equidad de género. Aunque recién comentamos
evidencias empíricas que sugieren que esa relación sí existe, se suele hacer
referencia a la cuestión, también empírica, de que en aquellas regiones en las
que se hablan lenguas menos sexuadas, por ejemplo con un genérico
verdaderamente neutral, a menudo se verifica mayor inequidad de género que en
otros países….”
Me detengo a pensar en esta parte y en lo que sigue de la nota. ¿Se podría
comparar un país con lenguaje neutro, como Inglaterra, y uno como Argentina, y
comparar si uno es mas equitativo en términos de género que el otro? Creo que
sería la única evidencia que inclinaría definitivamente la balanza y mostraría una
utilidad al cambio. Es de la única parte que no mostraron fuentes o un estudio
fundamentado.

104.

Gabriela Alvero Krsul on Jun 16, 2018 at 13: 29

Responder

Me encantó la nota! Veo que la gran mayoría de la gente se centra en el análisis


lingüístico de la cosa, yo lo leo más como algo “comportemtal” -serå que soy
educadora canina y me encanta ver y analizar cómo las emociones influyen en el
comportamiento y las relaciones- Antes de este texto pensaba que no era muy
relevante el lenguaje en el tema de la inclusión, ahora entiendo mucho mejor por
qué SI lo es

105.

Emi on Jun 16, 2018 at 20: 07

Responder

Hola, la verdad Interesante la Nota, pero tengo una duda, cuando abri el papel
citado del experimento donde le piden a 24 participantes describir objetos e
ingles que tienen genero inverso en español y aleman, ese experimento no
aparece en el papel citado, hay 2 experimentos pero son diferentes. Que paso?

Sol Minoldo on Jun 17, 2018 at 08: 17

Responder

Hola Emi. En realidad no son 24 participantes, sino 24 ‘términos’ con


género inverso.
Es cierto que en el paper que citamos no cuenta el ejemplo de puente y
llave! El ejemplo lo cuentan en el capítulo de un libro en el que hablan
de un experimento que realizaron. Podés encontrarlo en la página 69 (4.6
Grammatical Gender and Object Descriptions) de este libro:
https://goo.gl/BnwSJ4. Nosotres interpretamos que se referían al del
paper que linkeamos (al segundo experimento), pero elles citan este otro
paper
https://pdfs.semanticscholar.org/d082/b0bbbbd07d0986e7d3ed66deb00af
ef2b041.pdf (donde el ejemplo tampoco está).
Ocurre que cuando se publica un paper los resultados se suelen presentar
super resumidos. Pero mas allá de que el experimento haya sido el de
uno u otro paper, en el libro que te mencione lo vas a encontrar
explicado. Saludos!

106.

MaiiKisz on Jun 16, 2018 at 20: 18

Responder

Me encantó la nota. Lo hermoso fue que me llegó por muchos lados distintos, lo
que quiere decir que mucha gente la leyó y la está recomendando. Me hizo
pensar que sería hermoso que a raíz de estas cosas que se dan en el marco social,
se pueda empezar a hablar de Bourdieu en las escuelas secundarias (entre otros
sociólogos, filósofos, etc… que yo recién estoy conociendo ahora, con 27 años,
en la universidad). Utopía, quizás. Gracias por hacer esto <3

107.

Sury on Jun 17, 2018 at 04: 52

Responder

Me encantó la nota y unos cuantos comentarios constructivos. Les felicito por el


excelente trabajo y por la altura al responder otros tantos comentarios obtusos.
Me llevo horas completar la lectura de todo pero lo disfrute y aprendí un
montón. Gracias!!!

108.

gustavo on Jun 17, 2018 at 12: 12

Responder

Nada nuevo, demasiado larga la nota para , un esfuerzo innecesaria para


justificar un cambio que no existe y solo es una expresión de un momento social
particular. Una cosa es la mutación espontanea del lenguaje, y otra intentar
generar un cambio forzoso que ni siquiera logra el fin que se pretende.

Nahir on Jun 18, 2018 at 19: 35

Responder

¿Y cómo cambia el lenguaje si no es por decisiones más o menos


premeditadas de quienes lo usamos? ¿Qué sería esa “mutación
espontánea” si no es una decisión de alguien?

Lula on Jun 21, 2018 at 12: 41

Responder

Siguen con que es algo “a la fuerza”. Me parece que el problema está en


que muches se sienten violentados con el lenguaje inclusivo, como si
alguien les fuese a quitar algo, no?.

109.

Patricia Kolesnicov on Jun 17, 2018 at 18: 15

Responder

Muy buena.. la voy a usar. Ojo que mi apellido ws KolesniCov. Grazie.

110.

Diego Martinez on Jun 17, 2018 at 23: 45

Responder

Gracias por el articulo y el intercambio en los comentarios. Me sirvió para


pensar sobre todo la relación entre lenguajes y organización conceptual de los
géneros.
Acto político al que podemos sumarnos, ser indiferentes u oponernos, el
lenguaje inclusivo solo vivirá si tiene fuerza en la masa de hablantes y escritores.
En ese sentido el uso de la e es la opción con mas chance para cambiar el habla.
Interesante el problema de normativa que plantea, para los artículos y
pronombres y también para sustantivos agentes, con forma femenina y
masculina que forman plural con e (lector/lectora, lectores/lectoras, autor…..)
¿Para cuando el “Manual del buen uso del lenguaje inclusivo”? Entiendo que los
ejemplos históricos de reglaje lingüistico mas notables son los de los estados
nacionales de la Europa post medieval. No se si habrá algún otro ejemplo de
cambio artificial incorporado en algun idioma por un grupo de hablantes.
Tambien me llevó a pensar en el concepto de “morfema” o mas especificamente
en la asociacion del fonema o con el campo masculino, a con el femenino y e
con el neutro, algo que en un análisis rápìdo se muestra lleno de irregularidades,
por ejemplo los sustantivos de origen griego , masculinos pero terminados en
a…..
Como individuo favorezco la e en como reemplazo de todos los sustantivos
colectivos que venian tomando forma masculina hasta ahora excluyendo a los
elementos femeninos del conjunto.

Saludos!

111.

Nacho on Jun 18, 2018 at 01: 21

Responder

Hola!! Me gustó mucho la nota. No puedo decir que esté de acuerdo después de
leerla, pero me agrada bastante que se discuta este tema desde una perspectiva
lingüística, aunque tenga (inevitables) tintes políticos, y sin los usuales “es una
aberración/mierda/estupidez” o “te sentís tocado, machirulo”. Hay algunas cosas
que no me cierran, pero en su mayoría ya fueron expresadas en otros
comentarios, así que tal vez las respondan en ellos (y de no ser así, tampoco creo
que lo hagan en el mío).
Pero algunas cosas que me quedaron rondando por la cabeza son las siguientes:
dado que pareciera haber sesgos machistas tanto en las lenguas con género
gramatical como en las que no, ¿no es eso evidencia (o al menos sugerencia) de
que el machismo percibido es una cuestión extralingüística? Mas aún, si en el
caso de Islandia, como mencionaron, no hubo un cambio significativo en la
lengua durante años y aún así se progresó considerablemente mas que otros
países en relación al rol de la mujer en la sociedad, ¿no implica eso que el
núcleo de dicha cuestión no esta en la lengua, y que un cambio en ella no es
condición necesaria para que ocurra, y por lo tanto no es influyente? (pareciera
que estoy disfrazando mis conclusiones de preguntas, lo se, pero es solo porque
pienso mientras escribo). Otro caso entre los idiomas sin división de género son
las lenguas persas, como el Farsi, el cual se usa en Irán, uno de los países con
mayores desigualdades de género incluso dentro del mundo musulmán. Si, como
uds sostienen, la inclusión de terminaciones neutras ayudaría a atacar
problemáticas de género, ¿porqué en un país cuyo idioma es enteramente neutro
eso no ocurre? Por supuesto que hay un mar de distancia en cuestiones de género
tanto entre Irán y Argentina como entre Argentina e Islandia, no pero puedo
evitar notar que las modificaciones lingüísticas a las que se pretende llegar no se
dan en una sociedad que promueva el progreso social al que se apunta (al menos
en los casos mencionados).
Por otra parte, si bien leo en muchos lados criticas a que el plural indefinido del
castellano sea arbitrariamente masculino, pocas veces explican porque. Si no
recuerdo mal (corrijanme si me equivoco), esto se debe a que se hace una
referencia tácita a “hombre” no como género, sino como forma castellana de
latín “hominem”, declinación acusativa de “homo”, “humano”, el genus de la
especie, que es masculino morfológicamente pero no denota género, al igual que
“persona” en el caso inverso. Sin embargo, justamente como tenemos un caso
similar pero inverso, en orden de visibilizar la presencia de la mujer, ¿qué tan
viable sería referenciar indistintamente ambas palabras (“hombre” y “persona”),
obteniendo así plurales indefinidos tanto masculinos como femeninos? [ej:
“todos los (hombre>homo>humano) lingüístas” = “todas las (personas)
lingüístas”) Seguramente salga gente a decir que eso complica innecesariamente
la lengua, pero, creo yo, al igualar ambos casos se le quitaría importancia al
género sin la necesidad de usar formas por fuera de la gramática actual, ante lo
cual, si persiste el conflicto, al no haber ya una disrupción fonética, se cae de
maduro que las raíces del mismo son otras.

Mas allá de todo, muy buena la nota, y espero que haya otras similares. Saludos!

112.

Herman on Jun 18, 2018 at 11: 48

Responder

Quieren hablar en lenguaje inclusivo? Hablen en inglés, fácil y sencillo.

113.

José Carlos Plaza on Jun 18, 2018 at 17: 34

Responder

Propongo hagan a sus amigos la misma pregunta de la llave (en español)


“Les hablantes de ese idioma (aleman en que la llave es “el llave” describieron
en promedio las llaves como duras, pesadas, metalizadas, útiles. En cambio, les
hablantes de castellano las describieron como doradas, pequeñas, adorables,
brillantes y diminutas.” Y absolutamente nadie les contestara lo que este estudio
revela.
114.

Javier on Jun 19, 2018 at 01: 13

Responder

Este artículo es desagradablemente pretencioso. Aspira intrínsecamente a ser de


motivo científico, justificado, que es algo racionalmente necesario y pretende
tener una propuesta que es al menos, útil, y no lo es.
No estoy cuestionando la intrínseca naturaleza sexista del español y que el
lenguaje afecte nuestra manera de pensar; basta de tomar de ejemplo “La
mariposa”, es evidente cómo se le otorga un significado implícito a estas
palabras que siguen alimentando una idea de cómo es la personalidad femenina
o masculina (En este caso, que “mariposa” suene a algo naturalmente femenino,
ya que comparte esta cosa media colorida pero delicada, a pesar de que existen
mariposas macho y hembra).
Pero sí cuestiono que la parte del que “El” y “Los”, y que sea un génerico
masculino que excluye al femenino. Asumes que el “Los” tiene, en la práctica,
una connotación masculina en el mensaje, pero no es así, es un genérico
simplemente; no es ni masculino ni femenino, es neutral. Y al ser neutral, no
existe ningún mensaje ni explícito ni implícito dentro de él y su uso, no así el
caso de las palabras con género (como por ejemplo ya dije “mariposa”), estás
simbolizandolo a partir de una idea que tú mismo creaste y que no todos
comparten. Asumes que existe algún mensaje oculto dentro de esto que nos
marca desde pequeños, así como, algo secreto que pocos se dan cuenta, ¿Tienes
alguna prueba racional para probar eso?. Puedo entender que en el caso de “El”
se comparte el uso en el genérico y el masculino, pero eso no significa que eso
afecte directamente su connotación en la práctica, son cosas distintas. El ruido
no existe si no lo puedes oír.
Ya dejando en claro eso, no veo ninguna necesidad de usar cosas como “todes,
les, lxs, etc”, “todos” es el genérico para referirse tanto a hombres como mujeres
o tan solo hombres, y todos entendemos y compartimos eso.
Veo mucho más sentido discutir cosas como el género de las palabras, las cuales
empiezan de partida a crear una ilusión detrás de cada género. “Por supuesto que
se debemos llamarle EL hacha, es varonil y tiene poder” “LA BALLENA de mi
esposa” “LA VACA de mi hermana”. Pero tampoco puedo ayudar mucho en esta
materia, ¿Qué harás en este caso? ¿Eliminar el género? (diciendo por ejemplo Le
Ballene) ¿O hacer ambos géneros lingüistamente correctos? (El Balleno, o el
muy infame La Cuerpa). Mientras la primera opción es totalmente degenerativa
en el lenguaje, impráctica y difícil de implementar, la segunda termina siendo
algo totalmente innecesario, ¿por qué La Cuerpa? ¿Qué función cumple este
opuesto al momento de entregar un mensaje? Siempre el punto de vincularle un
género a una palabra es atribuirle algo de personalidad, lo cual, si bien suena
muy bien en el papel, tenemos este problema cultural arraigado a los
significados ambigüos de cada palabra.
Y pues, ese es el mayor problema, es cultural, sería genial poder eliminar de una
vez por todas este problema del género en las palabras, pero pensar que puedes
hacer algo para cambiar el lenguaje, a este nivel, es increíblemente ingenuo y
demuestra que no entiendes qué es el lenguaje de un principio y donde nace. El
lenguaje NO ES un acuerdo, el lenguaje NO ES algo artificial, pero es nuestro
medio para ENTREGAR UN MENSAJE . Si lo que de verdad quieres es usar un
lenguaje inclusivo, no lo harás cambiando superficialmente el lenguaje, lo harás
manejándolo, perfeccionadolo con el buen arte para cada día mejorar tu
habilidad para entregar el mensaje que tú quieres dar.
Cambiar el lenguaje podría a la larga evitar que nuevas generaciones sufran de
estos problemas del lenguaje sexista, pero aún si pudieses cambiarlo no sacarías
nada si la cultura sigue entregando mensajes con naturalezas machistas. Yo creo
que una vez que logras cambiar que la cultura sea sexista podríamos empezar a
cambiar el lenguaje.
Y aún así, no podemos ignorar la doble naturaleza de este supuesto “lenguaje
inclusivo”, ¿Sabes por qué a la gente le disgusta varias cosas del lenguaje
inclusivo? Es porque, primero, no es natural, y de hecho, me costó demasiado
leer este artículo, fue demasiado doloroso, no tiene nada que ver con ser purista.
Y segundo, cada vez que lees un mensaje “inclusivo”, tiene un extraño “doble”
mensaje que combina, lo que sea que estés diciendo, con el innecesario recuerdo
del movimiento feminista; y NO, no estoy diciendo que tenga algo de malo
hablar del movimiento en lo absoluto, lo que quiero decir es que es como estar
recordando, en cada frase, en cada linea, en cada momento, el consentimiento
del lenguaje inclusivo por sí mismo; y eso sucede DEL MISMO MODO que lo
hace “LA mariposa”.
Un cambio en el lenguaje puede, y debe, ser espontaneo, pues así es como nace
el lenguaje, nunca fue impuesto. Así que, si lo que tú quieres es hablar con el tan
supuesto “lenguaje inclusivo”, adelante, hazlo. Probablemente entorpezca la
lectura de alguien más, pero da lo mismo, si lo que te importa a tí al final es,
hablar como tú quieres. Pero no vengas acá a creer que puedes hacer algo para
revertir esto imponiendo esta cosa al resto, y digo imponerlo tanto como andarle
pidiendo a la RAE que haga cambios, como inventarle a la gente que hablar así
es una “necesidad”. Todos aquellos que piensan que pueden imponer lenguaje a
otros me parecen increíblemente ilusos, imponiendo intelectuales falsos.

Mi lenguaje muta como se le dé la absoluta gana, y este lenguaje mío sirve para
entregar mensajes increíbles y bonitos a otros, incluso sirve para entregar
mensajes de igualdad a los demás. Por eso, mi lenguaje es un lenguaje inclusivo
también, y es curioso, porque no tuve que usar ninguna de estas propuestas
extrañas.

Jordán. on Jun 19, 2018 at 10: 48

Responder

Gran conclusión Javier.


Lula on Jun 20, 2018 at 12: 38

Responder

“Asumes que el “Los” tiene, en la práctica, una connotación


masculina en el mensaje, pero no es así, es un genérico
simplemente; no es ni masculino ni femenino, es neutral…”
Quien dice que es neutral?. En mi caso, por ejemplo, no puedo
escuchar mas a una mujeres que dice “Porque nosotros los
estudiantes”. Perdón, pero no puedo. Me imagino que esa persona
es un hombre y ya la estoy encasillando en un género.

Tomás on Jun 24, 2018 at 17: 33

Responder

Entonces estarían ambos con los niveles de tolerancia


muy bajos (desde direcciones opuestas) y sensibilidad
histérica

Jorge on Jun 24, 2018 at 21: 23

LULA y si lees “Nosotres les estudiantes..” ¿Qué


te imaginas? (por cierto, cuál es el modo inclusivo
de estudiante?)

115.

Gg on Jun 19, 2018 at 12: 33

Responder

Me encantó el artículo… esta escrito de manera profunda pero sin renunciar a la


chispa y el humor. Muchas gracias por la reflexión a ambos autores :)
116.

Andy Djordjalian on Jun 19, 2018 at 22: 18

Responder

Me gustó el artículo. ¡Gracias!

¿Tienen una referencia al experimento de Boroditsky de los hispano y


germanoparlantes que dieron adjetivos para llaves, puentes y otros objetos? Me
interesaría ese en particular porque, a diferencia de los otros, puede dar indicios
del grado de la asociación entre género gramatical y sexo. Me refiero a que no
me sorprende que a falta de otras señales los hispanoparlantes tendamos a
asociar un lápiz con una voz masculina. Pero esa sexualización inconsciente del
género gramatical puede ser de grado insignificante frente al saber que, por
ejemplo, “todos” incluye a mujeres y personas LGBTQ cuando se dice sobre un
grupo abstracto o mixto.

No encuentro ese experimento en el paper de Boroditsky del enlace del artículo.


Sí, descripto por arriba, en “Sex, Syntax, and Semantics,” de Boroditsky,
Schmitt y Phillips, publicado en D. Gentner and S. Goldin-Meadow, eds.,
“Language in Mind: Advances in the Study of Language and Cognition”
(Cambridge, MA: MIT Press, 2003), 61–79. Pero quería ver detalles, para
evaluar la confiabilidad del resultado y el grado de sexualización. Como
referencia, los autores citan un paper de ellos tres, “Can quirks of grammar
affect the way you think? […]” (2002), que hacen figurar como “Manuscript
submitted for publication”. Boroditsky y Phillips efectivamente publicaron un
artículo con ese nombre, en CogSci 2003, pero sin Schmitt y sin ese
experimento en particular.

117.

Ma.Julia Porta on Jun 19, 2018 at 23: 48

Responder

Excelente artículo. Gracias a les escritores

118.

Sebastián Rodríguez on Jun 20, 2018 at 10: 06

Responder
Muy buena nota; me despejó algunas dudas a pesar de que no puedo quitarme de
la cabeza las palabras de mi profesor de semiología cuando decía que el lenguaje
no puede modificarse simplemente por quererlo, “a la fuerza”.
En casos como “niños”, “diputados”, “trabajadores”, etc., siempre tuvimos la
opción de decír “niños y niñas”, “diputados y diputadas”, “trabajadoras y
trabajadores”… No sería cuestión simplemente de utilizar los terminos ya
existentes?
Muchas gracias!

Lula on Jun 21, 2018 at 12: 34

Responder

Hola Sebas,
El lenguaje inclusivo lleva muchos años entre nosotres. Por ejemplo, la
comunicad LGBT, que fue una de las primeras en utilizar la “x” para
incluir a todes en el lenguaje. Que se haya abierto la discusión de que si
el lenguaje inclusivo esta bien o mal no quita que hace tiempo se este
utilizando y la realidad hoy es que les adolescentes hablan asi por
decisión propia, nadie les obligó y muchos menos fue “a la fuerza” como
dice tu profesor de Semiología.

Con respecto a lo de “diputados y diputadas”, “trabajadoras y


trabajadores” la idea es romper el género, ni uno ni otro.

119.

Lula on Jun 20, 2018 at 12: 39

Responder

“Asumes que el “Los” tiene, en la práctica, una connotación masculina en el


mensaje, pero no es así, es un genérico simplemente; no es ni masculino ni
femenino, es neutral…”
Quien dice que es neutral?. En mi caso, por ejemplo, no puedo escuchar mas a
una mujeres que dice “Porque nosotros los estudiantes”. Perdón, pero no puedo.
Me imagino que esa persona es un hombre y ya la estoy encasillando en un
género.

120.
Cristina Bavera on Jun 21, 2018 at 00: 47

Responder

Gracias por esta nota! es muy buena, y me viene perfecta para continuar
debatiendo con compañerxs y amigues que insisten en que “es intrascendente”.
No me resultó para nada difícil atravesar el uso de “e” en la lectura, aunque yo
utilizo actualmente la “x”, tras un tiempo de intentar con “@” que no me
terminaba de cerrar.
Aguante el lenguaje inclusivo y que la RAE se vaya a dormir le sieste, jajaja

121.

Jesús on Jun 21, 2018 at 04: 01

Responder

Buenisima la nota! Felicitaciones y gracias por el compromiso, la


documentacion a fondo y el humor.
Me quedó dando vueltas el tema de “lecter” y “lecteres”. Admito que cuando lei
“le dominader” pensé que era un error en la redaccion. Tuve que releer. Si
“lector” tiene carga masculina y para el neutro se propone “lecter”, no se deberia
abandonar “lectora” como forma femenina (ya que se formaria a partir del
masculino y se veria comprometida la linea politica que se viene defendiendo)
para pasar a ser algo como “lectera”? Me parece que ahi se enreda todo. Me
parece inevitable replantearse el debate de los sufijos derivativos.
Saludos!

Sol Minoldo on Jun 21, 2018 at 12: 27

Responder

Hola Jesús! dado que el sufijo de ‘lector’ (tor) es el que le dá el género a


la palabra, formar un genérico, que realmente anule esa carga masculina,
puede ser efectivo si reemplazamos la ‘o’ por la ‘e’ en ese sufijo. Como
vos planteaás, la respuesta está en cómo lo construimos en singular.
Luego el plural se construye sobre ese singular.
Si al usar la x escribirías lectxr, en plural correspondería decir lectxres. Y
lo mismo con la e. Escribi un apunte sobre orientaciones para el uso
práctico acá https://goo.gl/vcGjXJ ;-)

Horacio Aragona on Jul 1, 2018 at 09: 46

Responder

Bueno, si de hurgar en pequeñeces se trata, aquí va mi pretendido


aporte:
Sol: si lo que determina el género del sujeto (o sujeta) que lee
fuera -como argumentás- el sufijo “tor”, la forma femenina habría
sido, desde siempre, “lectar”, y no “lectora”. El lector y la lectar.
(Más abajo, y antes de revisar todos los comentarios y sus
respuestas, me he permitido otro comentario sobre “lecteres”;
perdón por la redundancia).
Creo -sin el más mínimo contenido de hostilidad hacia “les
militentes” (¿?) del lenguaje inclusivo- que está malgastándose
demasiada energía en una cuestión que sigo entendiendo como
menor, no constitutiva y (sobre todo) no constituyente, mientras
sigue habiendo en cualquier calle acosadores verbales (mal
denominados piropeadores), y en cualquier hogar -literalmente:
cualquier hogar- posibles violentos potencialmente femicidas que
no han llegado a esa canallesca condición por la mera
circunstancia de usar o haber usado desde pequeños una “o” en
lugar de una a, de una e, de una x o de una @.
Sigo creyendo que para “encarrilar” mínimamente las cosas hay
otras muchas cuestiones que resolver; una anécdota casi tan
grotesca como real me viene a la memoria: en la década de los
’70 se decidió que se reunieran en París los representantes de los
países implicados en la guerra de Viet Nam, para discutir las
condiciones en que podría firmarse un eventual acuerdo de paz.
Pues bien: por absurdo que resulte, el comienzo de esas
negociaciones se demoró durante semanas, porque aquellos
representantes no se ponían de acuerdo acerca de (perdón por las
mayúsculas) LA FORMA DE LA MESA ANTE LA QUE
HABRÍAN DE REUNIRSE. Mientras se evaluaban mesas
rectangulares, cuadradas, circulares, cada una con sus
implicaciones formales, sus pros y sus contras, las selvas
vietnamitas seguían siendo defoliadas y arrasadas, el napalm
seguía calcinando aldeas y aldeanos, y los soldados seguían
muriendo en una guerra miserable (como todas las guerras… pero
aún un poco más miserable).
Prioridades.
Pólvora.
Chimangos.

Fraternalmente.

Sol Minoldo on Jul 3, 2018 at 19: 33

Responder

Hola Horacio. Respecto de esto: “si lo que determina el


género del sujeto (o sujeta) que lee fuera -como
argumentás- el sufijo “tor”, la forma femenina habría sido,
desde siempre, “lectar”, y no “lectora”. El lector y la
lectar.”

La marca de género es, en efecto, el sufijo “tor”. En


realidad, el sufijo que marca el género femenino es “triz”
(por ejemplo, actor y actriz). Pero lo cierto es que ese
sufijo cayó en desuso y el femenino pasó a formarse
agregando la “a” al sufijo masculino -tor / -dor.
Entonces, si, la marca de género masculino es el sufijo, y
como el estudio de la lengua muestra, de ninguna manera
eso significa que la marca femenina haya tenido, por
necesidad forzosa, que ser ese mismo sufijo con una “a”
en lugar de una “o”. Saludos!

122.

Horacio Aragona on Jun 21, 2018 at 09: 16

Responder

Aclaración previa: todavía no he leído todos los comentarios anteriores, ni sus


respuestas por parte de lᾦs autorᾦs; me propongo hacerlo, con tiempo.
Conocía el artículo; me llegó (de nuevo) por féibu, y me sirvió para abrir la
capocha.
Yo tendía a considerar inoperante esta nueva tendencia lingüística (aún
minoritaria); no le daba más trascendencia que la de una reacción justificada,
pero inútil. Encontraba aberrantA a la “e”, me resultaba desagradable la “x”
(porque conlleva una connotación de tachadura inoperante, como lo de barrer la
mugre debajo de la alfombra e imaginar que “ya no hay mugre”)(y ya sé que no
es ésa la idea de las compañeras luchadoras). La @ es clara e inclusiva (más en
castellano que en otros idiomas, por la morfología del carácter), pero me
preguntaba si vale la pena sacrificar la lengua en pos de un resultado poco
alentador y menos aún probable.
Sol Minoldo y Juan Cruz Balián sintetizan muy bien la verdad que se me
escapaba, en la frase “(…) si se busca un mundo más igualitario, la lengua no es
una clave mágica para conseguirlo, pero tampoco se lo puede negar como
espacio de disputa”. Y esa frase desarmó mi resistencia; es irrebatible.
Lo único que me quedaría por argumentar, desde mi nueva (recién estrenadita)
conciencia, es:
Si vamos a optar por un lenguaje disruptivo -como una más de las formas de
lucha, y no como LA forma de lucha-, entonces por qué no hacerlo a fondo, y
con tutti: propongamos un nuevo grafema, un “dibujito” que todavía no exista y
que vaya a ( o DEBA) incluirse en el alfabeto, para aplicar a estos casos en que
la elección entre una “a” y una “o” pueda implicar un sometimiento a reglas que
rigen “desde siempre” (el agua para los peces, diría el genial Foster Wallace).
Más arduo resultará encontrar el fonema adecuado para el neo-grafema que
propongo, o sea: qué sonido le daríamos a esa nueva letra del alfabeto, la que
nos libraría del sometimiento sexista, al menos en el lenguaje.

Y todavía queda lo más difícil de todo: si es cierto -como algunos afirman- que
el inconsciente está estructurado como un lenguaje, habrá que recordar que no
será modificando el envase como habrá de modificarse el contenido; una tal
creencia parecería más una cuestión de packaging que de igualitarismo inter-
género.
Cambiar un lenguaje es extremadamente difícil.
Cambiar una impronta cultural -de la cual ese lenguaje es consecuencia- lo es
muchísimo más.
Por suerte, cambiar la voluntad y la determinación de liberación es imposible.
Gracias por eso, compañeras.

123.

Martin Parodi on Jun 21, 2018 at 11: 10

Responder

Muchísimas felictaciones por el artículo. Fue muy útil para mí, gracias por
escribirlo y poner evidencias.

124.

Sol Minoldo on Jun 21, 2018 at 12: 34

Responder

Para todes les lecteres que, después de leer la nota, encuentran interés en la
propuesta pero no terminan de encontrarle la vuelta, escribí un texto que puede
servir como orientación. Aunque no podemos referirnos a un uso ‘correcto’ o
‘incorrecto’ de esta manera de hablar, sí se puede , en base a clarificar los
objetivos de ese uso, y con criterios prácticos, impulsar algunas
recomendaciones. Dejo el link! https://goo.gl/JxhcW6
o

Horacio Aragona on Jun 29, 2018 at 07: 13

Responder

¿¿LectEres?? (¿No será mucho…?)


Sol, si hubieras optado por la “x”, sería “lectorxs”; cambiar la “o” sólo
porque la “e” ya aparece en “lectorEs” me suena a caótico. O -si preferís-
caótique.

Sol Minoldo on Jul 3, 2018 at 19: 21

Responder

Pero ¿cómo lo dirías en singular? por ejemplo “cada lector puede


comentar lo que le parezca”.
Ahí sería lectxr, y con ‘e’ sería lecter.
El plural se construye siempre a partir del singular, de modo que
el plural del genérico lecter, sería lecteres. Saludos

125.

José on Jun 21, 2018 at 15: 06

Responder

está bien pero, ¿y el inconsciente?


“Pensar que se pude manipular el lenguaje como si fuera un instrumento de
comunicación es propio de administrativos de la lengua más que de sujetos
divididos por el inconsciente. La intención programática del lenguaje responde a
la fantasía del lenguaje universal, unisex, representada por el mito de la Torre de
Babel. Históricamente todos los intentos de inducir lenguas artificiales vieron
rápidamente su fracaso. La lengua que sirve para comunicar no sirve para hablar,
y menos aún para copular: encuentro enigmático entre la carne y la palabra.
Cualquier explicación sobre el orígen del lenguaje es un salto metafórico; con el
asunto de la plabra estamos envueltos en una trama reversible de la que cuando
creemos disponer en realidad nos dispone, o indispone. Los códigos artificiales
son sistemas hablados por nadie, como la matemática. Basta hablar un poco para
derrapar en equívocos y tropiezos incalculables. Creemos que manipulamos la
lengua como un órgano externo cuando en verdad somos degustados por ella.
Además, el tropiezo predilecto del sujeto del lenguaje es el sexo; piedra con la
que volverá a chocarse una y mil veces; y no porque sea un animal torpe que no
aprende, sino porque la piedra en verdad es una cosa hueca, que encima, la tiene
adentro.”

Liliana on Jun 29, 2018 at 08: 35

Responder

Hola José. ¿Quién es el autor de la cita?

126.

Jorge on Jun 22, 2018 at 10: 49

Responder

¿Cómo van a hacer con el uso/abuso del “leismo”? (Ej: A estES diputadES hay
que votarLES / Yo LE amo)
Eso, actualmente, es un error ya que votar en este caso se usa como transitivo y
debería usarse OD (lo, la, los, las) y no les….o sea que sería lo mismo usar
Objeto Directo u Objeto Indirecto en cualquier verbo?
Algún otro idioma con mismas raíces (Portugués, Italiano, Francés, etc..)
propuso estas modificaciones también?

Gracias!

127.

Ceci on Jun 23, 2018 at 16: 39

Responder

Me gustó mucho la nota. Aclaró algunos puntos que aún tengo en conflicto, ja!
Creo que lo interesante es que nos demos la posibilidad de pensar y reflexionar.
Me resultó interesante que agregaran los papeles, para les curioses (está
bien???), es un aporte genial!!!
128.

ayj on Jun 25, 2018 at 11: 06

Responder

Lo lei dos veces, solo me suena mal que forzar lenguaje de arriba hacia abajo
suena muy 1984, y, lo de personas de color es solo lo politicamente correcto,
publico, en general es solo eso (me hace acordar al sudafricano blanco que gano
una beca para african american, el lo era)
quizas solo sea como dijo Perez Reverte, migrante o migranta?

129.

Magalí on Jun 25, 2018 at 11: 26

Responder

Quiero agradecerles por haber escrito esta nota. Me está ayudando muchísimo a
hablar del tema con mi familia y mis amigues. Estamos en un momento de plena
exploración y creatividad; algo bueno va a salir de todo esto.

130.

TCA on Jun 26, 2018 at 22: 28

Responder

La lengua anula, esclaviza , enaltece , moldea , resalta ciertas cosas, oculta


otras . La lengua o el lenguaje , mejor dicho, no es una herramienta ingenua.
Siendo conscientes de ello podemos elegir de qué manera expresarnos en los
ámbitos informales y en aquellos formales donde se nos permita. Me encantó su
artículo.

131.

Felipe on Jun 27, 2018 at 01: 09

Responder
Tengo varias dudas, desde un punto de vista cronológico y al mismo tiempo
aplicable del lenguaje inclusivo . ( Leí el artículo completo y me parece
comprensible lo que se busca)
1) Cuánto tiempo tomaría aplicarlo en un futuro próximo, contemplando todo el
cambio gramatical necesario
Para llevarce a cabo. (Reestructuración del lenguaje)
Una estimación realista.

132.

Alfredo P. on Jun 27, 2018 at 17: 30

Responder

Pura ideología.

Amanda on Jun 28, 2018 at 06: 54

Responder

La que tiene usted en su cabeza

133.

Felipe C on Jun 27, 2018 at 23: 09

Responder

Si entre el chino y las lenguas que se hablan en india tienes a más de un tercio
del planeta y sus lenguas no tienen género como el 95% de las lenguas vivas,
mientras que sólo el 5% tiene género incluyendo las indoeuropeas que usan
menos del 25% de la población del planeta, entonces ¿es relevante quitar el
género en el idioma español para combatir el machismo? Creo que es una
soberana pérdida de tiempo. Si tengo que aprender a hablar español de nuevo
por imposición, prefiero aprender chino que me va servir más, sobretodo que
son los mayores productores de publicaciones científicas y ya casi no los
traducen al inglés, menos al español y difícilmente al español inclusivo ¿o
españel inclusive?
134.

Flap on Jun 28, 2018 at 03: 07

Responder

Me pareció muy interesante el artículo. Con más de 40 años me resulta


dificilísimo cambiar mi manera de hablar, pero voy con el cambio por la E
inclusiva por motivos que ya comentaron antes y sería tedioso repetir. Un par de
aportes que me quedaron dando vueltas en la cabeza:

1) Quienes resisten el cambio sobre la base de que es una minoría, escuchen las
conversaciones en la puerta de cualquier escuela secundaria y vayan viendo por
dónde viene la cosa. Por otro lado, yo soy mujer, no feminista pero sí
profundamente antimachista; nunca había tenido problemas con el masculino
genérico, pero desde que se empezaron a levantar conciencias con este tema,
reconozco que cuando dicen “todOs” y me están incluyendo, por ejemplo, cada
vez me hace más ruido. No debo ser la única y creo que es un fenómeno que va
a crecer exponencialmente en el futuro cercano.

2) Para quienes aducen que es un problema psicológico y que no es el lenguaje


el que discrimina: digamos, en interés del debate, que les concedemos este
punto… ¿Y? ¿No estaría bueno respetar esas sensibilidades? Digo, si les parece
tan intrascendente y a otras personas les significa tanto… ¿no sería una cuestión
hasta de cortesía básica? Si no lo quieren usar, al menos respeten el uso ajeno
del lenguaje inclusivo sin denigrar.

3) Tampoco estoy de acuerdo con etiquetar de “faches” o “retrógrades” a


quienes sigan con la normativa establecida, sobre todo porque esto es muy
nuevo. Tal vez haga falta un tiempo de transición que colabore despertando
conciencias pero sin cambiar drásticamente el idioma. En este sentido, una
propuesta que no vi comentada en la nota ni en los comentarios me parece digna
al menos de considerar: alternar aleatoriamente masculino y femenino como
genérico. Por ejemplo en una nota decir en algún momento “El lector que haya
llegado hasta aquí…” y en otro momento “La lectora puede sentirse interpelada
por…”. Este sistema lo usa, por ej., el Prof. R. Dawkins en más de uno de sus
libros. La primera vez que lo leí (estaba en inglés) tuve que releer toda la página
en busca del sujeto femenino que me había perdido, hasta que (nota del autor
mediante) entendí qué estaba haciendo. Me costaron un poco las primeras
páginas pero después la lectura fue completamente natural y requería menos
reacomodos de la gramática establecida. Además, creo que para un estado de
transición tiene todavía más fuerza en tanto pone a la mujer, al sujeto femenino
aún más explícito en el discurso y en la “imagen mental” de lo que se está
leyendo (esto apunta sobre todo a los comentarios sobre que la E no cambiaba la
percepción “masculina” del genérico). Por no decir que permite a los varones
“sentir” el tema del género opuesto (o digamos complementario) como genérico.
La única objeción que le veo a este sistema es que no estaría incluyendo a
quienes no se identifican con ninguno de ambos géneros, por eso insisto en su
utilidad “temporal”, mientras van incorporándose todos los cambios. Solo una
idea más para pensar; aunque personalmente creo que a la larga se impondrá el
uso de la E , quizás esta forma “alternada” – como dije – sea una transición más
suave y amigable para quienes encuentran difícil o doloroso (!) incorporar
cambios gramaticales.

135.

Ariel on Jun 28, 2018 at 13: 22

Responder

Buena nota. Me queda la duda, en caso de que incorporemos algún neutro como
la letra e, ¿si la sociedad continua con una impronta machista, acaso el nuevo
neutro no tomaría tintes de falso genérico como en el japonés? Si a fin de
cuentas el lenguaje es influenciado por el zeitgeist, temo que un esfuerzo de
neutralizar el lenguaje sea de cierta forma desfigurado a través del uso cotidiano.
Las cargas que tienen las palabras pueden solo pasarse a nuevas palabras (no
importa lo bien intencionadas que sean), no desvanecerse.

136.

Horacio Aragona on Jun 30, 2018 at 06: 29

Responder

Un nuevo aporte al caos generalizado.


(O une nueve aportx a le caes generalizade).

https://www.pagina12.com.ar/125247-idioma-y-genero

137.

Alicia on Jul 1, 2018 at 23: 59

Responder

Sol y Juan Cruz, impecable la nota que escribieron. ¡muchas gracias y


felicitaciones!
138.

carlos on Jul 3, 2018 at 17: 25

Responder

Me parece una estupidez hablar de estas pavadas cuando hay tantos temas
realmente importantes en la vida.

Sol Minoldo on Jul 9, 2018 at 06: 25

Responder

Bueno

139.

Lara on Jul 5, 2018 at 05: 02

Responder

Muy buena la nota!


Lo único, los cambios al neutro de la lengua no son solo para la equidad de
género. También se busca incluir al lenguaje a personas que se autoperciben
fuera del binomio heteronormativo: ni hombres, ni mujeres.

140.

Topo tamedre on Jul 5, 2018 at 08: 13

Responder

Like si viniste a reirte de los comentarios

141.
Nicolás Pedrosa on Jul 6, 2018 at 15: 55

Responder

Excelente Sol, Juan!!!! (+ Sol por ser cordobesa)


Me encantó la nota y la estoy replicando adnauseam a amigues, colegas,
docentes, etc

142.

Marcela Orellana on Jul 9, 2018 at 08: 16

Responder

Excelente nota, sólida y convocante. La compartimos en la página de nuestra


*Biblioteca Popular Inclusiva “palABRAZO”* que descubre cada día más y más
compromisos con la reflexión y la comunicación.

143.

Josefina Ganuza on Jul 11, 2018 at 22: 00

Responder

Hola! Muy buena nota, no obstante aun no hay argumentos del todo
convincentes , y tampoco un uso masivo por parte de hablantes… Por ejemplo,
lo que tan se comentó, el sustantivo “persona” (y similares) no requieren devenir
en “persones”? Sería entonces “les personas” o “les persenes”? Y lo digo como
feminista y lingüista. Sus argumentos son geniales y clarísimos, no admiten
refutación alguna, que eso quede claro. Pero todavía no cierra el asunto con este
tipo de ejemplos. Creo que “muerte al macho” se emparenta con “muerte a la ‘o’
“, como queda claro en el error que cometen con “lecteres”: es lector y lectora,
cómo resulta en E iban O que no indica género?

Sol Minoldo on Jul 13, 2018 at 05: 10

Responder

Hola Josefina! sobre el supuesto error de ‘lecteres’, en realidad no es un


error, es una manera de entender cómo construir el genérico singular.
Como consideramos que sería lecter, de modo de convertir la marca ‘tor’
en neutra, el plural será lecteres. Amplío estos argumentos acá:
https://goo.gl/2LShPG

Con relación a persona, ocurre que es una palabra que no flexiona por
género. Es decir, se usa de manera idéntica aunque nos estemos
refiriendo a personas exclusivamente masculinas o femeninas. Incluso
sus modificadores no flexionan por género (a diferencia, por ejemplo, de
otras palabras que no felxionan, como turista, pero si lo hacen sus
modificadores). Por ello no estamos ante un falso genérico. El mismo
caso para individuo. Ahora bien, dadas las connotaciones y sesgos que
pueden tener palabras genuinamente neutras, debido a las prácticas, usos
y connotaciones que van adquiriendo en la historia, bien podría
plantearse también subvertir esas palabras de alguna manera, o evitar las
masculinas. Pero es importante tener en claro que estamos ante palabras
con un problema diferente aa aquellas que flexionan por género y, en su
forma genérica, se construyen de manera idéntica que en la forma
exclusivamente masculina.

Saludos!

144.

Alsira Susana on Jul 12, 2018 at 17: 44

Responder

Me gustó la nota. Tengo algunas preguntas y comentarios:

1) ¿Cuál es el fundamento, la razón por la que se impulsa y fomenta la


utilización del lenguaje inclusivo? En caso de decidir no usarlo, ¿puede alguien
sufrir algún tipo de daño por ello? ¿Puede alguien decirme válidamente que le
estoy ofendiendo por haber pronunciado o escrito “todos” en lugar de “todes”?
¿En dónde radicaría la ofensa, la lesión, si es que la hay? ¿De qué manera le
afecta negativamente en su vida o bienestar el modo en que yo o cualquier
persona le llame? En principio no le modifica su realidad en absolutamente
nada. Se me ocurre que la persona que es denominada con un pronombre con el
cual no se siente a gusto podría llegar a experimentar, en el más extremo de los
casos, algún tipo de daño psicológico, pero de ser así su existencia debería ser
acreditada con evidencia fehaciente, y por el momento no me he topado con ella.

2) Si lo que se quiere es visibilizar la existencia de personas que no se


identifican con los géneros binarios masculino y femenino, ¿no se puede, acaso,
lograr ese fin sin necesidad de usar palabras terminadas en “e”? ¿No sería más
productivo y fácil, por ej., enseñar en las escuelas públicas que existen más
personas que no encajan perfectamente en el esquema binario hombre-mujer, en
lugar de cambiar toda nuestra forma de escribir y hablar? ¿O quizás obligar a
empresas a contratar personas trans? ¿O fomentar la inclusión de personas trans
y no binarias en cargos públicos? Lo que intento resaltar es simplemente que el
medio para lograr el fin (visibilizar identidades disidentes y comenzar a
respetarlas) no tiene por qué ser forzosamente el que la nota y muchas personas
proponen, que es modificar tooodo el lenguaje. Intento decir, la relación medio-
fin puede presentarse con modalidades muy diversas. (Desde ya quiero aclarar
que no soy una conservadora de la lengua, estoy totalmente de acuerdo con que
la misma va mutando constantemente. Hago esta aclaración para que no se
interpreten estas preguntas como una defensa ciega y sacrosanta a la RAE y al
lenguaje tal y como actualmente es).

3) Si se entiende que sólo hay dos géneros, el masculino y el femenino (tal y


como lo hace el feminismo radical), entonces el lenguaje inclusivo sería, no te
digo inútil, pero sí perdería la posibilidad de lograr una de las finalidades que
pretende conseguir y para las que se lo propone. Usarlo serviría al solo efecto de
suprimir la función englobante del género gramatical masculino como
omnicomprensivo de hombres y mujeres. De modo que al decir “todes” se
englobarían a las personas que se identifican con el género masculino y a las que
lo hacen con el género femenino, pero no a terceros géneros (trans, no binaries,
etc.) porque -según esta concepción ideológica del feminismo- los mismos no
existen. ¿Qué piensan de esto? ¿Es respetable que radfems se rehúsen a usar
lenguaje inclusivo? Más todavía, ¿es respetable que cualquier persona, sea o no
feminista, se niegue -por la razón que fuere- a usar lenguaje inclusivo?

4) Me ha pasado que cuando me referí a un hombre o a una mujer con género


neutro en lugar de en masculino o femenino, se ofendieron. Me dijeron “no me
digas orgullosE, decime orgullosO”. Entonces, creo que podemos vaticinar con
bastante grado de certeza que cuando usemos palabras terminadas en “e”
nuestros destinatarios se van a sentir disgustados u ofendidos o incómodos
porque se los está despojando del género gramatical con el que toda su vida
fueron llamados y con el que más a gusto se sienten. Lo cual es un problema.
Porque el lenguaje inclusivo no se propone solamente para referirse a un
conglomerado de personas sino también para hablar en singular con una sola
persona. Por ejemplo, no se propone sólo cambiar el “todos” por el “todes”
(plural) sino también -otro ejemplo- “¿estás contente?” (singular). Esto conlleva
el problema de que nuestro destinatario puede ofenderse por, paradójicamente,
nuestra intención de no ofenderlo usando lenguaje inclusivo. Esto está
relacionado al punto 1, con el tema de si existen o no pruebas fehacientes que
constaten que se puede sufrir un perjuicio psicológico grave por estos
desencuentros o “equívocos” en cuanto al género gramatical a utilizar para
referirse a alguien.

Me fascinaría que me contesten, son dudas que siempre tuve. Muchas gracias y
espero no haberle faltado el respeto a nadie.

Sol Minoldo on Jul 13, 2018 at 05: 02

Responder
Hola Alsira! gracias por tu comentario. Te voy contestando cada
inquietud:

1) Estas inquietudes son algunas de las que intentamos responder en la


nota! Lo que podamos aportar a ellas es lo que compartimos ;-)

2) No son cuestiones excluyentes. Es decir, se puede avanzar en tus


propuestas y ello no impide hacerlo ‘también’ con la cuestión del
lenguaje.

3) En efecto puede haber propuestas de lenguaje no sexista, pero que no


resuelven el tema de la inclusión sino que siguen dentro del esquema
binario. Pero no es el caso de todes, que precisamente evita realizar una
marca de género específico.

4) Si sabemos que nuestre interlocuter se identifica con un género en


particular, sería respetuoso reconocerle dicho género al referirnos a elle.
Entonces, si su género autopercibido es femenino, hablarle en femenino,
y a la inversa si es masculino. Lo cierto es que, si la ‘e’ es la forma del
genérico, no hay por qué usar genérico para referirnos a una persona en
particular, y sólo sería pertinente hablarle con neutro si no se identifica
con femenino ni masculino.

Sobre cómo usar el genérico, escribí una pequeña nota que podés
consultar acá: https://goo.gl/2LShPG

Saludos!

145.

eli on Jul 13, 2018 at 09: 20

Responder

hola me gustaría saber cual es la hipótesis y los argumentos del textoya que los
necesito para un trabajo, gracias!1

146.

Ruben on Jul 14, 2018 at 16: 04

Responder

Muy interesante y educativo artículo.


Bien fundamentado.
Particularmente me cuesta leer o escuchar palabras que tengo incorporadas con
“a” y “o” reemplazadas por “e”.
Es como que necesito traducirlas a como me resultan familiares.
De todos modos, y coherente con mi postura de estar contra toda forma de
opresión, suscribo la actitud de dar la lucha feminista también en el lenguaje.
Eso sí, me va a costar un hueve

Uh! Me parece que ahí no aplica

Saludos

147.

Camila on Jul 15, 2018 at 13: 53

Responder

Me pareció muy interesante la nota. Quisiera saber si los estudios publicados


están en español y podrían facilitarme la traducción

Muchas gracias!

148.

Marcos on Jul 16, 2018 at 23: 44

Responder

Nosotros tenemos menos droga porque no tenemos una palabra para ‘dealer’. En
castellano no hay una palabra para el vendedor minorista de drogas ilegales, por
eso, en los países de habla latina hay menos drogas ilegales que en los países de
habla inglesa. Alguien me puede decir porque a los yanquis no se les ocurrio la
idea de eliminar del ingles la palabra ‘dealer’?

Carolina on Jul 20, 2018 at 21: 09

Responder

Hola! La palabra existe y es “transa”. Te falta calle y te sobran ganas de


decir boludeces.
149.

Claudio Ron on Jul 17, 2018 at 05: 20

Responder

Hola. Me parece una pelotudez. No es verdad que el lenguaje modele el mundo,


solo lo describe. Es una representación, un signo de algo que existe aún antes
que el lenguaje haga su aparición.
Hay un error filosófico en el artículo, un error de partida. El género, desde el
punto de vista taxonómico, tal como es aplicable a las personas -aunque sobre
esto también hay una discusión abierta, pero de otra índole- , es el género
humano.
Género siempre supone una clasificación por afinidad, genero musical, género
literario, etc. En biología también está presente dicha clasificación por afinidad,
género es una singularidad basada en criterios evolutivos relevantes, por ejemplo
la ecología, morfología o la biogeografía.
Desacertadamente, hace mucho tiempo, alguien usó género como regla
gramatical para definir qué artículo lleva qué sujeto, la puerta, el árbol, sujetos
que no son en sí mismos factibles de clasificar por sexo. Digo desacertadamente
porque podría haber usado cualquier otro nombre que no tuviera connotaciones
discriminatorias. El caso es que en el momento de aplicarse el artículo “la” a
femenino y “el” a masculino, se comenzó a asociar el término género al tema
sexual, algo que nunca debió de suceder. El problema derivado es que esa
palabra, género, nunca dejó de tener, e invocar en el subconsciente, su carácter
clasificatorio y en un lugar muy poco controlable, psicologicamente hablando,
pone a mujeres y hombres en aceras diferentes a un nivel primario, el biológico.
Dicho esto, que diluye la mitad de los argumentos expuestos en la nota, vamos a
la otra mitad.
Si lo que se dice aquí es verdad. ¿Qué pasa con los idiomas que cuyos adjetivos
no tienen declinación por género? En inglés no hay hermosa o hermoso, hay
beautyful. ¿Que quieren decir? ¿Que en donde la lengua no es discriminatoria no
hay machismo? ¿O que esas sociedades no tienen ninguna esperanza de salir de
él?.
El machismo debe ser combatido desde otros ángulos más contundentes y
relevantes. Dejen el lenguaje en paz. Da la sensación de que como siempre se
busca en el sitio equivocado, se adjudican responsabilidades a quienes no la
tienen y se condena sin juicio previo con argumentaciones muy parciales que
solo evitan enfrentar el verdadero problema.
Un saludo.

150.

Miguel on Jul 17, 2018 at 13: 59


Responder

Interesante articulo, un tema muy debatido, pero que irrisorio cuando la


civilización se está derrumbando. Bizantino… justo antes de colapsar
Constantinopla debatía sobre el sexo de los angeles. No hay prioridades? en todo
caso creo más en la educación y buena voluntad que en crear una novlang. Tanto
sexo y aun no nos liberamos ni solucionamos nada? Será una cuestión de sexo o
de como relacionarnos? Bueno suerte, que tengo qué hacer…

151.

Marcos Antonio on Jul 17, 2018 at 17: 56

Responder

Es más fácil y práctico usar el español tradicional, esta neolengua derivada del
español complica la existencia y la comunicación entre individuos. Vamos, que
si 2 personas al charlar logran intercambiar ideas, significa que la lengua
cumplió su único objetivo, la comunicación. Entorpecerla con ideas
“políticamente correctas” me parece poco práctico, porque se pierden las
verdaderas importancias de nuestra hermosa lengua.
Además, ¿qué es eso de “lenguaje sexista”? Ahora se victimizan hasta en el
lenguaje?
Es que es en serio, cada vez que leo algo de lenguaje inclusivo, me dan ganas de
irme a tu casa, entrar en tu ordenador y corregir tus faltas gramaticales
publicadas en este articulo.
En vez de enriquecer nuestro idioma lo estamos idiotizando, parece una lengua
hecha a partir de gente que no habla español nativo, eso es lamentable

152.

Sebastiano on Jul 18, 2018 at 14: 17

Responder

Sólo dos cosas amigues:


1- qué paciencia para responder todo!
2- no puedo creer que haya gente a la que le de tanta bronca este asunto del uso
de la lengua castellana, no comprendo dónde radica la ofensa porque se diga
“chiques” en lugar de “chicos”.

Saludes, jijiji
153.

Pedrito on Jul 20, 2018 at 06: 23

Responder

En el artículo se dan ejemplos como “sujeto” o “individuo”.


No hay ni “sujeta” ni “sujete” ni “individua” ni “individue” así como tampoco
hay “persono” ni “Persone”.

154.

Pedro on Jul 20, 2018 at 12: 55

Responder

Me gustó la nota. Sirve para abrir la cabeza.


Una cuestión que se me plantea es cómo se puede revertir ese sesgo masculino
en una palabra como “eminencia” que es femenina, sin embargo en aquél video
que hacían el experimento de darle a la gente un ejemplo del padre que tenía un
accidente con su hijo, donde el padre moría y el chico quedaba grave, lo atendía
una eminencia de la medicina y la mayoría de la gente decía: “No puede ser, si el
padre ya murió”. A pocos se le ocurría que una eminencia podía ser una mujer.

155.

Pablo on Jul 22, 2018 at 06: 17

Responder

Como las pantallas me afectan la vista, uso las app que me leen los textos…
escuchar un texto escrito con la e es un bajón, aunque con la letra x es
insoportable.

Si cuando era un pibe se me ocurría decirle sirvienta a la empleada doméstica mi


vieja me daba vuelta la cara de un tortazo!

El lenguaje inclusivo me alejó del feminismo. No soy el único!

156.
Mariano on Jul 24, 2018 at 01: 03

Responder

No tengo drama con la E, con la X me volvía loco. Aunque considero que esta
nota es un claro ejemplo de porque a medida que la lengua se va transformando
necesita de revisiones y estudio, porque al escribir de forma desregulada algo
como “de le artiste”; ya no sabes si estas leyendo español, francés o un error de
tipeo (tipeo es el ejemplo de una palabra inglesa castellanizada, totalmente
aceptada por todes). ¿Cual es el problema de “del artista”? ¿Donde esta marcado
el masculino o el femenino en este caso? Y hay miles de ejemplos similares en la
lengua española. En Argentina, por ejemplo, tuvimos 8 años de “La Predisenta”,
cuando presidente funciona perfectamente para ambos sexos y cualquier genero,
solo hace falta cambiar el determinante del articulo donde se puede incluir
cualquier genero, mas allá del sexo binario, usando “le”, “la” o “el”. Eso sin
hablar de todas las formas neutrales femeninas.

157.

hernan on Jul 24, 2018 at 17: 25

Responder

Muy interesante la nota y muy relevante. Debo confesar que cuando surgió toda
la discusión más reciente sobre les generes, me sonaba a un cuento de Leo
Masliah de cuyo nombre no puedo acordarme. Pero después se me pasó.

En lo personal, lo que mas se me dificulta es no tanto el uso de la e, la @ o la x,


o su lectura, sino la definición de cuándo corresponde y cuándo no. Cuándo se
trata de un sustantivo o adjetivo “sexuado” y cuando no. Como que no está del
todo clara esa definición, ese corte y quién lo decide. Y suena como un esfuerzo
un tanto afectado, tratar de pensar y analizar cada palabra antes de decirla-
escribirla, esfuerzo al cual el cerebro naturalmente se resiste por una sencilla
razón:

-al cerebro le encanta tomar atajos, y la conciencia le cede el volante a los


sistemas autonomos cada vez que puede (el libro y podcast The Hidden Brain de
Shanktar Vedantam tiene muchos ejemplos de esto).

Y si a algunos se les dificulta masticar chicle y bajar una escalera en simultáneo,


ni hablar de analizar el género de las palabras a medida que se las dice, y
mantener un hilo razonable de pensamiento (aunque -siendo justos-hay
demasiada gente que no precisa el obstáculo del lenguaje inclusivo para carecer
de todo hilo conductor en sus discursos).

Por otra parte, pienso que así como el lenguaje es fluido y orgánico, su
evolución tampoco va a estar exenta de meandros, de idas y vueltas, y es
importante que se ejerza la paciencia y la tolerancia en cuestiones de el cambio
de usos y costumbres. Así como nuestros padres le siguen diciendo
videocasetera al Blu-Ray, o siguen refiriéndose a los servicios de transporte
urbano con el número que tenían en los años 60 (y los que hoy transitamos los
40s todavía nos sentimos algo incómodos a veces con el concepto de privacidad
laxa de las redes sociales), todes nosotres vamos a tener que ser tolerantes entre
nosotres mismes.

Por ejemplo, asumiendo por descarte que el uso de lenguaje inclusivo demuestra
una voluntad inclusiva manifiesta, pero que el NO uso de ese lenguaje inclusivo
-o su uso inconsistente- no demuestran NECESARIAMENTE su ausencia.
Como para no pelearnos innecesariamente, vio…

158.

Alan Liftenegger on Jul 27, 2018 at 10: 37

Responder

Sol y Juan, me parecen dos revolucionarios del teclado. Mi ánimo no es


ofenderlos. Mi ánimo es primero dar mi opinión y segundo construir una crítica
que les ayude a darse cuente de: a) No hay bases científicas firmes o culturales
para aseverar que el “lenguaje inclusivo” logre que las personas sean más
inclusivas, ni siquiera que sean más reflexivas en relación a cuestiones de
género, como sí lo son los debates del matrimonio igualitario, ley de aborto o
igualdad de salario. b) No puede ser que ya estén dictando reglas de que palabras
van o no van con una “e”. c) hablan de inclusión, pero a mi criterio, resulta bien
claro que este “lenguaje inclusivo” resulta de lo más elitista y segregativo, no
proviene de un proceso “bottom – up”, sino todo lo contrario. El lenguaje, que es
una construcción social, no puede ser acuñado por unos pocos y de esta forma
autodenominarse “inclusivos”. Perdonen mi critica negativa, pero inclusión es
darla una oportunidad de participación activa en la sociedad a un adicto al paco
o a un preso por homicidio o a alguien que no termino ni la primaria. Ojalá la
moda de la “e” se pase rápido sin penas ni glorias y a los lectores no nos
impongan nuevas palabras y nos pretendan machistas por no incorporar las
ocurrencias de algunos pocos.
Saludes

Pablo on Jul 27, 2018 at 18: 02

Responder

Me gusta mucho tu comentario Alan! Sobre todo cuando hablas de lo que


es realmente inclusivo!
159.

Xavi Korta on Jul 29, 2018 at 17: 27

Responder

He leído el artículo.
Yo personalmente estoy en contra del lenguaje inclusivo. Me parece que es una
moda pasajera que ha surgido a raíz de la ola de feminismo, y que se creen que
por hacer eso va a cambiar algo. El lenguaje se ha convertido en un tema
político, y cuando se politiza todo, mal vamos.
No me parece que el hecho de cambiar el lenguaje y usar una “e” sea digno de
admiración. No sé mucho de lingüística, pero he investigado diferentes fuentes.
Sobre la bibliografía que se expone en el artículo, suscribo lo que otro autor ha
dicho arriba que más bien parecen datos sacados para justificar una posición. Por
otro lado las fuentes que yo he consultado son casi todas de académicos y
artículos sobre lingüística, que me parece es el campo más apropiado para tratar
este asunto, no tanto la sociología.
Debo de ser uno de los pocos que apoya la RAE; aunque he visto muchos
comentarios tachándola de politizada, arcaica y machista, me parece que a
diferencia de la clase política, la RAE ofrece perspectivas sobre el lenguaje
desde el punto de vista académico propiamente de la lengua. Y a algunas
personas que les acusan de machistas deberían saber que incluso las mujeres de
la RAE se oponen al lenguaje inclusivo.

Dicho esto, si el problema se trata de que el lenguaje “invisbiliza” a las mujeres


o a cualquier otro colectivo, cambiar la lengua no va cambiar nada. Lo que hay
que cambiar es la educación de las personas. Hay que explicar no sólo que el
plural masculino es el inclusivo de ambos sexos, sino también por qué esto es
así, porque históricamente así ha evolucionado. En otras lenguas usan el
femenino como plural y no armar tanto alboroto. ¿O acaso en otros países con
lenguas que no designan géneros son totalmente igualitarias?
Ésa es otra, explicar la diferencia entre género y sexo.

Por lo tanto, aunque agradezco ver otros puntos de vista, creo que este tema se
debería tratar desde el punto de vista más académico, a través de la RAE y los
filólogos investigadores. Opinar está muy bien, pero cuando no estoy seguro de
algo, procuro consultar con los expertos en ese tema. Y no quiero parecer
parcial, de hecho animo a todo el mundo a que lo comprueben, pero si bien hay
algunos casos en los que se defiende el lenguaje inclusivo, la mayor parte de la
comunidad académica no está de acuerdo con esas medidas.

Yo no voy a decirle la gente lo que tiene que hacer, pero si tienen que buscar
referentes, preferiría que fuesen a fuentes más sólidas. Luego pasa que la gente
habla muy inclusiva pero desprecian y abandonan la escuela sin aprender nada, y
todo lo aprenden a través de Twitter.
En internet y redes sociales la gente que haga lo que quieran como siempre, pero
a mí no se me verá jamás usando lenguaje inclusivo, que de tanta
hipersensibilidad la próxima vez habrá que cambiar hasta la forma de caminar
para no ofender al prójimo con mi expresión de “altanería”.

Buenas noches a todos.

160.

Lara on Ago 2, 2018 at 14: 06

Responder

Muy buena la nota. Hablando con compañeros quisimos usar el lenguaje


inclusivo en una charla para ver como nos manejábamos con él. No solo que se
nos hizo más que difícil sino que encontramos casos donde no pudimos
resolverlos. Por ejemplo la palabra “chicos”. Probamos con chices pero según
varios sonaba a un grupo de “chizitos”, por ese motivo varios propusieron
“chiques”. En casos así donde la fonética cambia drásticamente por el uso de la
E, ¿Qué se propone?

161.

Jorge on Ago 2, 2018 at 15: 18

Responder

Eso ya está propuesto, y es así como decís vos; hay un PDF dando vueltas que
aclara esos cambios por cuestiones fonéticas (en otros idiomas pasa exactamente
lo mismo).
(Aclaración: estoy totalmente en contra de este “””””lenguaje”””””)

162.

Jorge on Ago 2, 2018 at 15: 22

Responder

Fíjanse si pueden convertir esta oración a lenguaje inclusivo:


“Yo la/lo/las/los amo” a ver como hacen :P
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