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Las Estructuras del Estado Inca

Nathan Wachtel

Cabe destacar que no elaboraron su modelo cómo pura abstracción y que se inspiraron en
los principios de cooperación vigentes N las comunidades, aunque adaptándolos en su
propio beneficio. Cómo consecuencia no nos hallamos en presencia de una sociedad
homogénea sino ante una superposición de dos tipos de instituciones: se orientan las
particularidades locales, pero no siempre resultan integradas dentro de la unidad teoríca del
Imperio.
Reciprocidad y Redistribución
Las estructuras económicas del Imperio Inca pueden en un primer análisis caracterizarse
por la combinación de dos principios; reciprocidad y redistribución; el concepto de
reciprocidad se aplica a las relaciones entre individuos o grupos simétricos, dónde los
deberes económicos de unos implican los deberes de otros, en un intercambio mutuo de
dones y contradones. El concepto de redistribución supones una jerarquía, por una parte se
aplica a grupos y por otra a un centro coordinador, la vida económica es definida aquí por
un doble movimiento, centrípeto y centrífugo, agrupación en el centro de los productos y
posterior difusión de aquellos aportados por los grupos hacia otros grupos.
Podemos decir que en la sociedad Inca la reciprocidad caracteriza la vida económica al
nivel de las comunidades rurales y que la redistribución proviene de la organización estatal
hallándose encarnado el centro coordinador por el Inca. La redistribución no se opone a la
reciprocidad, sino que se inscribe en su prolongación y funda sobre ella su ideología. Los
dos principios antes definidos se combinan en el proceso de la producción, en la distribución
de la propiedad y en el reparto del tributo.
La Producción
El Estado por una parte y la comunidad rural, por la otra imponen su huella a la economía
Inca desde el nivel de la producción. El Perú se nos aparece comunidades un país de
contrastes: en este conjunto suelen distinguirse para simplificar tres zonas fundamentales:
en el oeste, la costa árida del Pacífico en el centro la sierra andina, al este las colinas y
llanuras de las selva tropical, húmedas y calientes. En la región central conviene distinguir
también dos subcategorías: por una parte la zona del altiplano fría y recubierta por una
estepa herbosa (la puna); por otra parte,as pendientes medias de la zona quechua,
templada y tapizada por una estepa arbustiva más rica.
La variedad de los suelos y de los climas asegura la diversidad de los recursos: maiz,
patata, quinoa, oca, crianza de las llamas, etc. De ahí el carácter vertical de la.economia
andina que asocia los productos complementarios de parcelas de cultivo escalonadas en
altitud. El altiplano dio nacimiento a la planta andina por definición, la patata, los indios han
llegado a crear casi 700 variedades adaptadas a las condiciones locales, ciertas especies
silvestres crecen hasta los 5000 metros; es evidente que sin el cultivo de tuberculos no
habría podido establecerse el altiplano. A diferencia de la patata el maiz constituye el
alimento noble, ofrecido a los dioses durante las ceremonias religiosas; sucede lo mismo
con la chicha, licor fermentado que se extrae de él.
Hay correlación entre la extensión de las superficies cultivadas de maíz y el desarrollo del
Estado. Las herramientas individuales del campesino no se modificaron, pero la
organización política fuertemente centralizada facilitaba la concentración de miles de
tributarios para realizar grandes obras. La vida económica en el Imperio Inca se define por
la coexistencia de dos sistemas de producción, el primero, fundado sobre el cultivo de la
patata (y la crianza de llamas), se desarrolla sobre el altiplano (puna) después de largos
siglos de adaptación al medio natural, este tipo autóctono de producción suministra a los
indios su alimentación básica, lo practican en el cuadro de la comunidad rural, el Ayllu. El
segundo fundado sobre el cultivo de maíz se desarrolla en la zona media (quechua), es un
sistema estatal orientado hacia la creación de un excedente.
El Imperio Inca no impuso ningúna técnica nueva en los Andes, pero impuso formas
sociales y políticas al proceso de producción que modificaron su sentido y su escala, íntegro
los elementos preexistentes en una nueva estructura.
La propiedad
La tierra se divide en tres partes: la del Inca, la del Sol y la de las comunidades. En la
sociedad Inca la propiedad de la tierra no constituye un derecho absoluto al contrario es
preciso concebirla como una superposición de diferentes derechos; cuando el Inca
conquistaba una provincia, proclamaba sobre el conjunto de las tierras lo que podríamos
llamar su “derecho eminente” signo de su soberanía, luego tenía lugar la distribución
tripartita, una parte para las necesidades del estado (Inca), otra para el culto (Sol) y el resto
para las comunidades; gracias a la generosidad del Inca el ayllu dispone de un derecho de
uso sobre una tierra cuya propiedad teórica corresponde al emperador. A cambio de esto
los miembros del ayllu le deben un tributo. El Ayllu fue definido como un grupo de
parentesco teóricamente endogamo de descendencia patrilineal que posee un territorio
determinado. En efecto los miembros del ayllu heredan en común su territorio que
permanece inalienable para su totalidad, pero la tierra se distribuye para su explotación en
parcelas de extensión variable y proporcional a las familias que de ella se benefician; dicha
distribución es periódica y teóricamente anual, cada familia dispone únicamente de
usufructo poseyendo en propiedad su casa, el trabajo de cada terreno resulta asegurado en
lo esencial por la familia que de el se beneficia pero también es complementado por un
sistema de cooperación entre parientes y amigos; el trabajo provisto por un aliado puede ser
retribuido inmediatamente por medio de un don de alimento, de ropa u otros bienes, puede
también jugar el papel de una deuda que se reembolsará más tarde con un trabajo
equivalente.
Consideremos las tierras del Inca; entre ellas es preciso distinguir tres categorías diferentes;
las tierras de la primera categoría se cultivan en común, poros miembros del ayllu y su
producto es almacenado para las necesidades del Estado, las tierras de la segunda
categoría pertenecen colectivamente a los panacas a los linajes de origen real, y por último
las tierras de la tercera categoría son propiedad del Inca en un sentido individual.
La apropiación de los bienes en el Imperio muestra entonces el entrecruzamiento de
derechos diferentes. Para los miembros del ayllu, derechos particulares sobre los bienes
familiares (campito, casa, ganado) y derechos más amplios sobre la tierra y los rebaños de
la comunidad. Para los curacas derechos particulares sobre un patrimonio familiar y
derechos superiores sobre la comunidad. Para el Inca derechos específicos sobre las tierras
y rebaños llamados “del Inca” y derecho eminente sobre todos los recursos del Imperio.
El tributo
La economía Inca no conocía la moneda, sin embargo los bienes circulan a través del
Imperio, por medio del trueque y a través del tributo. Los cultivos varian de acuerdo con la
altitud y los campesinos de las montañas cambian sus productos por aquellos de los valles
inferiores, sabemos que la complementariedad entre tierras bajas y altas fundamenta su
economía vertical.
Es el tributo debido al Inca linaje asegura la circulación de los bienes a través de todos el
Imperio, cabe destacar que son tributarios todos los hombres de la comunidad de 25 a 50
años y antes de los 25 años si están casados; el carácter esencial del tributo consiste en
que los campesinos deben su fuerza de trabajo y no el producto de las tierras del Ayllu.
Todos los curacas, desde el gobernador de provincia hasta el jefe de cien hombres, son
exentos de trabajo manual y del tributo, existe otra categoría particular de tributarios; los
artesanos estos solo deben el producto de su trabajo especializado y están libres de toda
otra obligación.
Para el campesino las obligaciones son de los tres tipos siguientes:
A- El trabajo colectivo de la tierra, los campos del Inca y los curacas solo tienen valor si sus
poseedores disponen de una fuerza de trabajo, está fuerza les es suministrada por el
conjunto de la comunidad: los miembros del ayllu, su trabajo va acompañado de cantos y
danzas de carácter religioso, lo mismo sucede con las tierras del curaca.
El producto de los campos del Inca es almacenado en los graneros locales o provinciales.
B- La Mita, servicio personal y periódico; el Estado recluta un cierto número de Tributarios
para el ejercito y los grandes trabajos (construcción de carreteras, puentes, templos) según
las necesidades y durante un tiempo limitado. Los miembros del ayllu cultivan los campos
de los tributarios ausentes.
C- El tributo textil, tejidos y ropas juegan un papel importante en el Estado Inca, cada familia
hila y teje para el Inca el importe del tributo, es siempre el Inca quien suministra la materia
prima para hacerla tratar, los tributarios no se ven agravados en el producto de la
comunidad sino que solo deben su fuerza de trabajo.
En resumen el tributo se integra en el sistema de reciprocidad: los campesinos cultivan la
tierra del Inca a cambio del derecho a usar la tierra comunitaria.

La organización sociopolítica
El modelo se ordena de acuerdo con tres principios numéricos la dualidad ( números 2 y 4)
la triparticion y la división decimal. La combinación de estos tres principios dirige
teóricamente la organización de la sociedad Inca, podemos decir que la dualidad y la
triparticion ordenan sobre todo las estructuras del parentesco (recíprocidad), mientras que la
división decimal ordena la burocracia Inca (redistribución).

Dualismo y cuatriparticion
Tahuantinsuyu, el Imperio de los cuatro cuadrantes: Chinchaysuyu al oeste; Antisuyu al
norte; Collasuyu al este y Cuntisuyu al sur. El Cuzco residencia del Inca y centro del Imperio
se divide a su vez en cuatro barrios; Hanan Cuzco, y Hurin Cuzco, se agrupan de dos en
dos para formar dos mitades opuestas.

La triparticion
En Cuzco y en el resto del Imperio, las categorías Collana, Payan y Cayao designan tres
grupos situados en orden jerárquico. Estás categorías entran en la organización del sistema
del parentesco. Pero estás categorías también implican una definición social: Collana
designa al grupo de los jefes, de los conquistadores incas; Cayao unifica a la población
vencida, no Inca y Payan representa un grupo mixto, constituido por los ayudantes o
servidores de los jefes a la vez Inca y no Inca.

La organización decimal
Toda la población del Imperio se reparte en grupos de 10, 50, 100, 500, 1000, 10.000 y
40.000 tributarios. Cada una de éstas unidades estaba bajo la autoridad de un curaca, el
Inca se encuentra en la cumbre de la jerarquía asistido por los cuatro apos, jefes de las
cuatro grandes divisiones del Imperio. En el interior de esas cuatro divisiones un grupo de
40.000 tributarios constituye teóricamente una provincia dirigirida por un gobernador ; el
tukrikuk. La organización decimal viene servida por funcionarios emanados directamente del
Inca, este envía tokokrikok, inspectores que ven todo para supervisar a los curacas verificar
las cuentas e informarse de los delitos. Por otra parte se destaca la figura de los mitimaes
que son transferidos y dependen del gobernador y siguen siendo distintos por su lengua,
sus ropas y sus costumbres su función consiste en supervisar las poblaciones conquistadas
y evitar toda rebelión.

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