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Conocimiento y discurso desde la perspectiva del género

Iraís Hernández Suárez

H
ace un par de décadas, enviar Otro tanto sucede con los géneros
o recibir e-mails era poco discursivos académicos o científicos,
frecuente y privilegio único cuya diversidad obedece a las condi-
de quienes ya habían entrado en la era ciones espacio-temporales y al con-
de la comunicación electrónica; sin texto sociocultural de los usuarios.
embargo, paulatinamente ésta y otras Conocer la estructura discursiva y el
prácticas discursivas se han incorpo- propósito comunicativo de discursos
rado en nuestra vida cotidiana junto como la minuta, el acta, el oficio, el
con los anglicismos adoptados para informe, la circular, el memorándum
nombrarlas. Por el contrario, cada vez o la bitácora constituyen parte del
es más extraño encontrarnos con una quehacer habitual de algunas comu-
palabra como obituario y su función nidades discursivas, aunque no sean
comunicativa particular. familiares a todos los usuarios de la
Sin duda, las prácticas discursivas lengua. Lo mismo ocurre con géne-
de la vida cotidiana se modifican en ros como el informe, el artículo, el
la medida que responden a necesida- ensayo, la ponencia o el protocolo,
des expresivas de las comunidades de cuyo conocimiento se adquiere me-
usuarios en los contextos sociocultu- diante la participación dentro de la
rales correspondientes. Estas prácti- comunidad discursiva científica en
cas dan lugar a diversidad de géneros la que circulan habitualmente estos
discursivos cotidianos, llamados en géneros, es decir, sólo a través de la
inglés homely discourses (Miller, 1984, exposición e interacción con ellos y
citado por Johns, 1997), cuyos pro- sin mediar necesariamente un entre-
pósitos comunicativos y estructura namiento explícito.
nos resultan sumamente familiares, La diversidad y complejidad de
tal es el caso del mensaje publicitario, los géneros académicos y profesiona-
la invitación, el formulario, el ins- les ha dado lugar al desarrollo de la
tructivo, etcétera. teoría del género, la cual ha tenido

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un progreso interesante y ha propi- como géneros distintos los relatos,
ciado diversidad de enfoques, entre los procedimientos, las descripcio-
los que se encuentran por lo menos nes, los reportes, las explicaciones y
tres escuelas: la Escuela Americana las exposiciones. En tanto que Grabe
de estudios del género, la Escuela de (2002) considera en términos forma-
Sydney, de aproximación sistémico les la existencia de sólo dos macrogé-
funcional, y la Escuela Británica de neros: los narrativos y los expositivos.
Inglés para Propósitos Específicos Por su parte, la clasificación propues-
(esp, por sus siglas en inglés) (Bhatia, ta por Bhatia (2002) establece como
2004). valores genéricos la narración, la des-
Pese a que el concepto de género cripción, la explicación, la evaluación
viene desde tiempo atrás, aplicado a y la instrucción. Desde mi punto de
diversos campos, como la teoría li- vista, estas clasificaciones coinciden
teraria (Bakhtín, 1982), los estudios propiamente con tipologías textua-
del folklore, la retórica, y la lingüís- les, de las cuales los valores genéricos
tica en diferentes ámbitos: la etno- que propone Bhatia proporcionan
grafía del habla, la antropología lin- una relación más exhaustiva.
güística, el análisis conversacional o Por otro lado, en la perspectiva de
la lingüística aplicada, sólo reciente- género como acción social, los géne-
mente se ha considerado su utilidad ros se reconocen en tanto patrones
para establecer las pautas que rigen tipificados del lenguaje usado en si-
los eventos comunicativos dentro de tuaciones regularmente recurrentes;
contextos socioculturales específicos, es decir, por cumplir funciones so-
tanto cotidianos como académicos y ciales determinadas por el contexto.
profesionales. En esta perspectiva, la clasificación va
En términos generales, los estu- desde una lista de compras hasta un
dios del género han abordado dos as- artículo científico.
pectos centrales: la estructura formal La investigación del género como
del texto, por un lado, y, por el otro, acción social se ha dirigido a varios
su función dentro del espacio social, aspectos: a dar cuenta del dinamis-
es decir, han considerado al género mo de los géneros, ya que su carácter
como acción social (Tardy y Swales, cambiante responde al contexto so-
2008). En la primera, se clasifican cial por lo que varían las caracterís-
los textos de manera descontextuali- ticas que los definen; se ha atendido
zada a partir sólo de su organización la estructura textual de cada género,
y estructura. Desde la Escuela Sisté- considerando que ésta obedece a las
mico Funcional se propone una cla- metas sociales del género. En este
sificación instruccional que reconoce sentido, el género es resultado de

Interpretextos Comunicación y salud


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una serie de interacciones sociales es- tablecidas socialmente, es decir, una
tablecidas por los miembros de una etnografía de la comunidad discursi-
comunidad de discurso, a partir de va a partir de los textos que circulan
propósitos o metas comunes. en ellas.
Hay dos aspectos más que me in- Desde el punto de vista de Swales
teresa subrayar dentro de la perspec- (1990: 9), las comunidades discursi-
tiva del género como acción social. vas son
Por un lado, el estrecho vínculo entre las redes socioretóricas que se forman
comunidad discursiva y los géneros para trabajar hacia conjuntos de me-
tas comunes. Una de las característi-
asociados, la cual propicia la iden- cas que poseen los miembros estable-
tificación e identidad de sus miem- cidos en una comunidad discursiva
bros, de manera que los géneros no es la familiaridad con los géneros par-
sólo forman a los individuos sino ticulares que la comunidad usa para
que también son constituidos por los obtener esas metas. En consecuencia,
individuos que actúan en ellos. Por los géneros son las propiedades de las
comunidades discursivas; es decir, los
otro lado, los distintos parámetros géneros pertenecen a las comunida-
del conocimiento de género, que van des discursivas, no a los individuos,
desde la estructura formal del texto, ni a otras clases de agrupaciones más
su terminología, las reglas para citar amplias que las comunidades de ha-
y la organización del contenido has- bla. Los géneros mismos son clases
ta un conocimiento menos visible, de eventos comunicativos que po-
seen típicamente características de
como son las ideologías y todas las estabilidad, un nombre reconocido,
prácticas discursivas de la comuni- etcétera.
dad, no sólo las ligadas a la literacidad,
sino también incluye aspectos de ín- La adquisición de habilidades so-
dole etnográfica. Este último aspecto bre el género depende de los cono-
ha dado lugar a investigaciones que cimientos previos acerca del mundo,
rebasan el ámbito exclusivamente entre los que se incluyen no sólo los
lingüístico, como el desarrollado por esquemas de contenido sino el co-
Swales (1998) en el que describe tres nocimiento de textos anteriores, es
diferentes comunidades discursivas decir, los esquemas formales y la ex-
científicas que comparten un edificio periencia con las tareas o usos rela-
de la Universidad de Michigan, pero cionados con ellos. Básicamente, es el
que se caracterizan por las prácticas propósito comunicativo lo que liga al
discursivas divergentes que conser- género con la comunidad discursiva
van. Swales registra este análisis como y en consecuencia con las habilidades
textografía, un nuevo género que da para dominar un género específico.
cuenta de las prácticas discursivas es- En este sentido, la actividad profe-

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sional o académica que cada sujeto se alcanza cierto grado de consenso
desempeñe determina su habilidad con respecto a ciertas cosas, como los
en el manejo de determinados géne- ritmos de trabajo, niveles de produc-
ros discursivos; es decir, aquéllos que tividad, horizontes de expectativas y
pertenecen a su comunidad de prác- las relaciones entre teoría y práctica.
tica o comunidad de discurso. Por último, una comunidad discursi-
Swales (1998: 204) distingue en- va tiene un sentido de su historia y
tre comunidades de discurso place trata de comunicar sus tradiciones
y comunidades de discurso focus; y modi operandi a sus recién llegados
esta última se caracteriza porque los a través de inculcarles prácticas dis-
miembros giran en torno a temáticas cursivas apropiadas.
independientemente de que compar- En cuanto a sus características,
tan un espacio específico; por el con- un género es una clase de eventos
trario, como lo indica el nombre, la comunicativos —entendiendo por
comunidad place son conglomerados evento comunicativo no sólo el dis-
de personas que comparten mane- curso y sus participantes sino el pa-
ras de hacer las cosas, maneras de ha- pel de ese discurso y el contexto de
blar, creencias, valores, relaciones de producción y recepción, incluso sus
poder y prácticas en general. Es un relaciones históricas y culturales—
grupo de personas que regularmen- que comparte un grupo de propósi-
te trabajan juntas; típicamente tiene tos comunicativos. Estos propósitos
un nombre; los miembros del grupo comunicativos constituyen una pro-
tienen un sentido estable de sus roles piedad privilegiada del género y es lo
y propósitos en el conglomerado, ya que constituye el parecido de familia,
sean toma de decisiones, proyectos en tanto que otra característica apun-
de grupo, asuntos de rutina o repre- ta a la variación de los ejemplares del
sentaciones individuales de la empre- género en su prototipicalidad, la cual
sa. A lo largo de su existencia, la co- está determinada por la forma, la es-
munidad discursiva va desarrollando tructura y la expectativa de los recep-
una gama de discursos tanto orales tores. Estas propiedades operan para
como escritos que se constituyen en identificar la extensión de un género
los géneros distintivos entre ellos; particular. Por ejemplo, en el ámbito
estos géneros poseen características académico instruccional o pedagógi-
discursivas y retóricas y son vistos co no hay discusión en cuanto a iden-
como un sistema o red interactiva tificar el libro de texto y aceptar que es
que valida las actividades de la co- el más representativo como ejemplar
munidad discursiva dentro y fuera de prototípico, en tanto que en el ám-
su propia esfera. Entre los miembros bito científico el artículo de investi-

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gación constituye el ejemplar idóneo por Heinemann y Viehweger (1994)
para los receptores intencionales. según el cual, la competencia genéri-
Por último, habría que señalar ca comprende distintas dimensiones
que otra característica del género es de los discursos: funcional, situacio-
el reconocimiento que los miembros nal y temática —que dan cuenta del
de la comunidad discursiva hacen de contexto—, además de la estructura
él, no sólo en términos de su identi- y la adecuación que atienden al texto.
ficación como categoría (y el nombre Los sistemas de conocimiento nece-
que le dan) sino en cuanto al reco- sarios para abarcar estas dimensiones
nocimiento de las particularidades o incluyen el conocimiento enciclo-
características apropiadas. Por cierto, pédico o conocimiento del mundo,
en la medida en que un individuo se el conocimiento lingüístico (léxico-
incorpora a una comunidad discursiva gramatical), el conocimiento interac-
particular, adquiere mayor posibilidad cional-situacional (pragmático) y la
de reconocer las características de cada propia competencia genérica.
género; básicamente percibe de mane- El desarrollo de estos sistemas de
ra más directa los propósitos, en tan- conocimiento dentro de un modelo
to que un aprendiz sólo lo percibe de cognitivo implica, según Van Dijk
una manera parcial. (2002a y 2002b), tanto las presupo-
Desde la perspectiva semiodiscur- siciones y la estructura formal del dis-
siva, Charaudeau (2004) plantea que curso, según la situación social, como
la construcción del género se realiza a el conocimiento de las reglas prag-
través del filtro entre tres niveles per- máticas de uso, de las estrategias del
fectamente articulados: el nivel situa- discurso (retóricas) y de los aspectos
cional, el de la organización discursi- léxico-gramaticales. Dentro de la si-
va y el de las marcas formales. Desde tuación social considera Van Dijk el
la situación se establece un contrato dominio social, la acción, el ambien-
entre los participantes, quienes ins- te, los participantes, las metas y las
tauran el propósito y los objetivos del creencias; en ella interactúan el cono-
acto comunicativo; dependiendo de cimiento subjetivo, el inter-subjetivo
la situación y de sus condiciones ma- y el que se comparte en la comunidad.
teriales, se organiza el discurso —los Así, un lector con experiencia
procedimientos narrativos, descripti- dentro de una comunidad discur-
vos y argumentativos adecuados—, siva dada, posee como parte de su
adquiriendo así las marcas formales background, además de conocimien-
características del género. tos acerca del contenido temático,
Ciapuscio (2005) retoma el enfo- conocimiento de los esquemas que
que multidimensional ya propuesto organizan dicho contenido, lo cual

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facilita su comprensión. Más impor- Ciapuscio, G., «La noción de gé-
tante aún es el reconocimiento de las nero en la lingüística sistémico funcio-
situaciones comunicativas, los roles nal y en la lingüística textual», Revista
Signos, núm. 57, 2005, www.scielo.cl/
de los participantes y los propósitos scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
que caracterizan a cada género. Este 09342005000100003&lng=es&nrm=i
conocimiento se adquiere de for- so> issn 0718-0934
ma natural a través de la exposición Grabe, W., y F. Stoller, Teaching and
continua a los géneros. Sin embar- Researching Reading, Harlow, Longman,
go, en los últimos tiempos existe la 2002
controversia acerca de lo adecuado
de enseñar formalmente la compe- Johns, A., Text, Role, and Context:
Developing Academic Literacies, Cambridge
tencia genérica, que incluye tanto la University Press, Cambridge, 1997
competencia lingüística como la dis- Johns, A. (editor), Genre in the
cursiva. En países de América del Sur, Classroom: Multiple Perspectives,
como Venezuela, Argentina y Chile, Lawrence Erlbaum Associates Publishers,
entre otros, se está desarrollando in- Mahwah, New Jersey, 2002
vestigación teórica y aplicada con la Lotti de Santos, M., Salim, F.
finalidad de incorporar los hallazgos Raya y G. Dori, «Una experien-
tanto en la elaboración de texto es- cia de formación docente sobre
pecializado que facilite el proceso de lectura comprensiva de textos cien-
tíficos», en Revista Iberoamericana de
lectura como en la enseñanza de la Educación, núm. 45/3, 25 de febre-
literacidad académica. ro, 2008, Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la
Ciencia y la Cultura, http://www.rieoei.
Bibliografía org/expe/2023Santos.pdf
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Bakhtín, M., Estética de la creación Writing in Research Setting, P.A. John
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Charaudeau, P., «La problemáti- Ediciones Universitarias de Valparaíso,
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construcción textual», Revista Signos, ____, Comprensión de textos escritos,
núm. 56, 2004, http://www.scielo.cl/ Eudeba, Buenos Aires, 2005
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09342004005600003&lng=es&nrm=i in Academic and Research Setting,
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sos.org/Art/Conocimiento,%20elaboraci%F3n%20del%20discurso%20y%20educaci%F3n.
pdf

Iraís Hernández Suárez


Es doctora en lingüística por la Universidad de Concepción, Chile. Actualmente es pro-
fesora de lingüística en la Facultad de Antropología, además de colaborar en la maestría
en estudios transdisciplinarios y sostenibilidad en la Universidad Veracruzana.

irhernandez@uv.mx/ irachiuska@gmail.com

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