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Evelyn. Vera.

Morales Formatted: Spanish (Ecuador)

00138555

Wall Street Journal

Auge y caída de la cosmopolita ciudad de Mmanaos

Manaos esconde paradójicamente un pasado lleno de riqueza y opresión. La historia de


la ciudad revela, por un lado, el goce de la clase pudiente y por otro, el sufrimiento del
campesinado explotado en la región. Todo esto a causa de los seringueiros o recolectores
del oro blanco de la selva brasileña.

Jaime Enrique Souza es uno de los últimos seringueiros de Manaos en Brasil. Este
personaje forma parte de la historia del territorio y es el encargado de recibir a propios y
extraños en el museo de Vila Paraíso, más conocido como el museo del caucho. El
espacio, que fue cedido por la red O Globo al Gobierno de este estado en el Amazonas,
guarda un pasado de opulencia y ambición por “la fiebre del oro blanco” que vivieron sus
habitantes en la primera mitad del siglo XIX.

El guía de setenta y tres años camina con los turistas por el bosque y recuerda las
conversaciones que mantuvo con su padre cuando era niño. Comparte con los visitantes
algunas de sus vivencias y revela que su progenitor trabajó a partir de los 10 diez años
como un esclavo en el seringal (hacienda con plantaciones de caucho). Se calcula que en
solo 12 doce años, 30 mil indios y negros fueron esclavizados y asesinados a causa del
descubrimiento de este árbol. La explotación de este material hizo de Manaos una de las
ciudades más deslumbrantes del mundo. Sin embargo su riqueza se elevaba entre los
cimientos de la esclavitud de miles de seres humanos.

Mientras corta la borracha, o árbol de leche blanca, como le denominan al caucho en


Manaos, Jaime comenta sobre la labor del seringalista. Este personaje era el encargado
de controlar a todos los esclavos y les vendía exclusivamente sus productos cuatro veces Commented [FO1]: Qué productos???

más el precio que se ofertaba en el mercado. Es así como las deudas pasaban por
generaciones mientras los dueños de los territorios derrochaban sus lujos en los
alrededores de la urbe. A partir de 1880, la ciudad amazónica fue la encargada de sostener
a Brasil con su entrada de divisas provenientes del caucho. La prueba irrefutable de su
abundancia es visible en algunas de las fachadas arquitectónicas que decoran su centro
histórico. El Teatro Amazonas y el Palacio Río Negro son dos de los edificios que
deslumbran por su opulencia en medio de la selva brasileña.

Jaime comenta que su padre trabajó hasta los 80 años como esclavo del seringueiro.
Durante sus 70 años de labor en la selva indica que su padre nunca ganó nadatuvo dinero
en el bolsillo. “El trabajo era difícil, éramos esclavos, nunca ganábamos nada. En ese
tiempo no había otra clase de trabajo, mi papá nunca pudo decidir dónde trabajar, él nació
y murió donde le tocó en suerte, en el seringal”.

La caída del reino amazónico

En 1912 las semillas del caucho, catalogadas como prohibidas de exportación, fueron
sacadas clandestinamente de Brasil por un inglés llamado Henry Wickham. El hombre
llevó las “ppepitas” a Inglaterra para que florecieran dentro de un laboratorio. Luego, el
gobierno inglés las transportaría a sus colonias del sudeste asiático, donde la producción
se desarrolló de manera industrial. La corona inglesa le dio a Wickham el estatus de Sir
mientras que en Manaos, el boom por la leche de caucho terminó. Jaime cuenta que por
más de 60 años la ciudad amazónica fue considerada como una de las principales urbes
de primer mundo en aquella época. Commented [FO2]: Ibas bien pero cierras muy
abruptamente tu nota, falta desarrollarla un poco más y
establecer un buen cierre. En este trabajo se ve una mejora
considerable, sigue así pero termínala bien.

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