Professional Documents
Culture Documents
6/Febrero/2018
Ubicación de la Moral de la Persona, dentro del tratado de Teología Moral Fundamental
Ética: Reflexión filosófica ya sean buenos o malos acordados de acuerdo a la cultura, sociedades
de una convención social, Leyes que regulan. Mínimos comportamientos para no hacernos daño.
Fundada sobre subjetivismos
La persona en su verdad
Redemtor Hominis: 14el hombre es camino de la Iglesia, la persona humana es el fundamento
ontológico y objetivo de la Teología moral.
Persona: Prosopón (Mascara para representar en las obras de teatro): aquel que representa otro.
La persona: Representa a Dios, es semejante a Dios, tiene una verdad (es Dios).
Imagen de Jesucristo.
1. El ser humano es el fundamento de la Teología moral, ella tiene razón de ser por se
encarga de sus comportamientos porque la persona humana es creada, redimida salvada
por Cristo.
2. La persona humana es icono de Dios. Y esos comportamientos deben reflejar a Dios. Por
eso su quehacer tiene unas implicaciones con el Otro, lo otro, el otro y consigo mismo.
3. El hombre escucha en su conciencia la ley natural pero la sociedad le repugna todo.
Cuando el hombre se entiende como persona empieza a vivir en equilibrio.
4. Hombre unidad entre cuerpo y alma
Apuntes de resumen
Capítulo I: la persona Humana
El hombre en su “ser significativo” posee un logos un sentido que consiste en su ser-en-relación
de comunión y de entrega de sí: en su capacidad de amar y ser amado. Que a la vez (logos)
despierta el dinamismo de cumplimiento hacia la capacidad y anhelo de amor. Su perfección
objetiva y su felicidad están en tal cumplimiento.
Son las personas que se comportan moralmente. Pero es lamoralidad la que configura la
«humanidad» la persona como centro de la moralidad en dos sentidos: como objeto y como
estructura de la moralidad.
Unicidad de la persona
El hombre no es la gente. El ser humano se subleva ante la mera posibilidad de ser reducido a
la infracategoría de pieza plural, reemplazable, anónima y prescindible. El hombre es un ser
modelado por su historia personal. Y, en íntima conexión con ese dato, el hombre se convierte
en un ser «modélico» y prototípico.
T. W. Adorno:
Ese hombre ni debería ser mera función del todo, de ese todo que lo encerraría en sus redes y lo
envolvería en ellas de tal modo que no podría distinguirse de ellas, ni debería encerrarse en su
pura ipsidad como en una fortaleza.
La sociedad es esencialmente una convivencia impersonal. Pero una persona puede estar
vertida a otra persona no en tanto que otra, sino en tanto que persona. Ya no sería sociedad sino
una forma distinta de convivencia. Que se suele llamar “comunión personal”.
El hombre es la norma. Pero si el hombre es pensado –y creído– como imagen de Dios, como tal
ha de comportarse y como tal ha de ser tratado.
CEC La vocación del Hombre (1699-1775)
1702. imagen divina presente en todo hombre, y resplandece en la comunión de las personas
1704. participa del Espíritu Divino, por eso, comprende orden establecido por el Creador. Por
su voluntad se dirige a su bien verdadero. Encuentra su perfección en la búsqueda y el amor de
la verdad y del bien.
1706. Por la Razón el hombre conoce la voz de Dios “hacer el bien y evitar el mal”. El ejercicio
de la vida moral proclama la dignidad de la persona humana
1707. pero conserva el deseo del bien pero en su naturaleza lleva herida del pecado original por
lo que ha quedado inclinado al mal y sujeto al error.
1709. seguir el ejemplo de Cristo la hace capaz de obrar rectamente y practicar el bien.
II el Deseo de Felicidad
1718. bienaventuranzas responde al deseo natural de felicidad, puesto por Dios en el corazón y
Él único que lo puede satisfacer
1719 bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los actos
humanos.
1722. supera la inteligencia y fuerzas humanas, son fruto del don gratuito de Dios
1723. la bienaventuranza prometida nos coloca ante opciones morales decisivas. Purificar
corazón, buscar amor de Dios.
1724. El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la catequesis apostólica nos describen los caminos
que conducen al Reino de los cielos. Son el criterio de discernimiento
I libertad y responsabilidad
1731. libertad es el poder radicado en la razón y la voluntad de obrar o no. Libre arbitrio cada
uno dispone de uno mismo. La libertad es perfecta cuando está ordenada a Dios.
1734. la libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida que estos son
voluntarios.
1737 un efecto puede ser tolerado sin ser querido por el que actúa. Para que el efecto malo sea
imputable, es preciso que sea previsible y que el que actúa tenga la posibilidad de evitarlo.
1741. por su cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres.
1742. la gracia de Cristo no se opone de ninguna manera a nuestra libertad cuando ésta
corresponde al sentido de la verdad y del bien que Dios ha puesto en el corazón del hombre.
(Hoy las sociedades se basan en subjetivismo, los DDHH solo buscan satisfacer los deseos de
cada persona y no busca dentro de su forma positiva salvaguardar la Ley natural).
Fuentes de la moralidad
1750. la moralidad de los actos depende:
- del objeto elegido
- el fin que se busca o la intención
- las circunstancias de la acción
1751 el objeto elegido es un bien hacia el cual tiende deliberadamente la voluntad. Especifica
moralmente el acto de la voluntad según que la razón reconozca y lo juzgue bueno o malo.
1752 la intención se sitúa del lado del sujeto que actúa. El fin es el término primero de la
intención y designa el objetivo buscado en la acción. La intención es un movimiento de la
voluntad hacia un fin; mira el término del obrar.
1754. las circusntancias o consecuencias son los elementos secundarios de un acto moral. Las
circunstancias no pueden de suyo modificar la calidad moral de los actos; no pueden hacer ni
buena ni justa una acción que de suyo es mala.
1756. es erróneo juzgar de la moralidad de los actos humanos considerando sólo la intención
que los inspira o las circunstancias que son su marco. No está permitido hacer un mal para
obtener un bien.
1764 pasiones son componentes naturales del psiquismo humano, constituyen el lugar de paso
y aseguran el vínculo entre la vida sensible y la vida del espíritu
1765. las pasiones son numerosas. La más fundamental es el amor que la atracción del bien
despierta. Causa deseo y esperanza de obtenerlo. Culmina en el placer y gozo del bien poseído.
1766 Amar es desear el bien a alguien. Las pasiones son malas si el amor es malo.
Las emociones y los sentimientos pueden ser asumidos por las virtudes, o pervertidos en los
vicios.
La perfección del bien moral consiste en que el hombre no sea movido al bien sólo por su
voluntad, sino también por su corazón.
La sexualidad tiene como fin intrínseco el amor, más precisamente el amor como donación y
acogida, como dar y recibir. Pág 35.
1. Eros= egoísmo
2. Filia= Servicio-Alteridad: desarrolla su normalidad estando con los demás, buscando
relaciones de paridad.
3. Ágape: el egoísmo, el servicio trascienda= le doy dignidad de caridad, oblación a todo lo
demás= verdadera traducción del amor.
c. Caminos de liberación
Para liberarse de la tensión de la sexualidad como tabú y misterio a tratado de embocar algunos
caminos.
Frivolidad: ignorar la profundidad y seriedad
Representaciones que pretendan denuminizar la sexualidad
Proyectos de utilización hedonista
El verdadero camino, consistirá en la integración de la sexualidad en la doble dinámica del
crecimiento personal y la relación interpersonal. (Castidad).
2. Reduccionismos habituales
La vivencia de la sexualidad constituye en sí misma una forma específicamente humana de
mostrar y realizar la apertura, el encuentro y la oblatividad que configuran la misma
trascendencia ontológica de la persona humana.
a. Sacramentalidad de la sexualidad
La sexualidad humana significa y realiza la madurez de la persona humana.
En la sexualidad se significa y se realiza de modo eminente ese «ser-para-los-otros» que
configuran el fenómeno humano.
La sexualidad humana es profundamente significativa del ser humano:
a. en cuanto comprendido a partir de su inteligencia, capacidad de afecto y su libre albedrío.
b. En cuanto apertura dialogal y encuentro creativo y vivificador con personas del otro sexo.
El matrimonio contraído en forma pública y jurídica ante la sociedad es ya un signo vivo de que,
para el hombre, es esencial trascenderse mediante el amor.
Toda experiencia humana es anímico-corpórea, psicosomática: nunca es puramente corporal o
espiritual.
Priscilianismo: incluso también la concepción del hombre es malo, es pecado
Valdenses: matrimonio era pecado.
Armenio: Padres tienen pecado concibiéndonos
3. Sexualidad y genitalidad
La sexualidad es una dimensión fundamental y englobante del psiquismo humano. Es afirmar
que el sexo es más una manera de ser y de estar en el mundo que una cuestión morfológica.
El peligro del dualismo entró al cristianismo por vía del gnosticismo y del maniqueísmo. Parecía
contemplar la sexualidad solamente desde su aspecto físico y, en consecuencia, la consideraba
esencialmente malo.
La sexualidad acompaña la vida entera del ser humano y sus diversas manifestaciones. Pero no
puede ser reducida a la genitalidad, aunque ésta ocupe un puesto importante en su dinamismo.
Desde la antropología contemporánea:
1. Llamar espacial o relacional: es la sexualidad, superando los estrechos márgenes de la
genitalidad, dice relación a diversas vivencias y actividades de la persona, así como al
rico ámbito de las relaciones interpersonales.
2. Sentido temporal o dinámico: la sexualidad humana acompaña al ser en toda su
existencia, ya desde antes de su nacimiento.
Niveles de la sexualidad:
1. El sexo cromosómico: XX-XY
2. El sexo hormonal: Andrógenos-Estrógenos
3. El sexo gonádico
4. El sexo según los comportamientos
5. El sexo característica sexual secundarias
6. El sexo como diferencia neurológica
7. El sexo como identidad sexual.
Personalización
La educación de la sexualidad no puede limitarse a una información biológica que desconozca
la formación de hábitos y la asunción de valores fundamentales para el crecimiento integral de
la persona
13/Febrero/2018
Corporeidad
Que la antropología actual ve al hombre como una continuidad entre el mundo de los animales
y el de los hombres. Es decir, la antropología busca describir fenomenológicamente a los
hombres como a los animales.
Los consejos evangélicos son la verdadera vivencia de la sexualidad a la luz de Cristo. Tengo
que descubrir en el otro tierra sagrada, por el cual, me debo descalzar.
27/Febrero/2018
Pudor:
Es la delimitación y al mismo tiempo como respeto de una zona de intimidad y de recato de la
persona que a nadie le es lícito traspasar.
Sirve para impedir que ella sea reducida a objeto de la pasión y pierda su contexto de
reciprocidad.
Naturaleza humana donde ciertos actos están en contra de su dignidad y la de los otros, y estos
son desordenados porque están atacando la ontología del ser, degradan la dignidad, es decir,
ícono de Dios.
Cuando falta el pudor “el deseo pierde toda aquella vivacidad que llevaría consigo la curiosidad.
Helvetius: el pudor todavía es importante, porque es un elemento que ayuda a regular el placer,
sabemos valorar la belleza.
James: aparece el sex shop, es cosa de religión
Psicoanálisis: es mala para el hombre, una mala educación, tiende a ver un carácter reductor.
El pudor sirve para contener la libido dentro de unos límites.
Sartre: eliminar el pudor ayuda a encontrarse con sí misma.
Mc 10, 6-9
Mt 19, 4-6
Donde hay amor cesa el pudor; donde hay amor el pudor se afina y madura.
El amor no se conserva mucho tiempo sin el pudor, que sigue siendo en este caso el guardián
atento del ser y el signo de que se rechaza la reducción del encuentro amoroso a su mera
dimensión corpórea.
Corporeidad
Antropología contemporánea
Solo importa el hombre en cuanto fenómeno pero nunca le interesa su interior y espiritualidad
3 mundos de Popper: para decir que el ser humano puede interactuar con estos mundos, el
hombre tiene capacidad espiritual, es decir, que puede entrar en contacto con la creación y
producir cosas nuevas.
Ser abierto al conocimiento, de no quedarse en los determinismos, y de poder actuar sobre ella
con conocimiento de causa.
_________________________________________________________________________
Catecismo de la Iglesia
Sexto mandamiento “No cometerás adulterio”
2331: Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente
la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión.
2332: la sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo
y de su alma. A través de sus posibilidades y dones debe establecer vínculos de comunión con
otro.
2333: nuestra sexualidad está orientada a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida
familiar.
2334: por ser imagen de Dios y su creación tanto, hombre y mujer tienen dignidad.
2335: la unión del hombre y de la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en la carne
la generosidad y la fecundidad del creador
2336: Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. Sermón de la montaña
Vocación a la castidad
2337: castidad: integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad
interior del hombre en su ser corporal y espiritual. Sexualidad expresa pertenencia a lo físico,
se hace verdaderamente humana cuando está integrada en la relación persona a persona.
Integridad de la persona y del don
Integridad de la Persona
2338: la integridad asegura la unidad de la persona. No tolera ni doble vida ni doble lenguaje.
2339: implica la castidad aprendizaje del dominio de sí. Hombre controla sus pasiones y obtiene
la paz, o se deja dominar y se hace un desgraciado.
2341: forma la castidad parte de la virtud cardinal de la templanza. Racionalizar las pasiones
y apetitos de la sensibilidad humana.
2344: tarea personal y esfuerzo cultural. La castidad supone el respeto de los derechos de la
persona, en particular, el de recibir educación espiritual y moral.
2353: fornicación: unión carnal entre hombre y mujer fuera del matrimonio.
2354: pornografía: tanto actores, comerciante y público, cada uno viene a ser para otro objeto de
un placer rudimentario y de una ganancia ilícita.
2355: prostitución: la persona queda reducida a placer venéreo que se saca de ella. Prostitución
constituye una lacra social
Castidad y homosexualidad
2357: actos homosexuales intrínsecamente desordenados. Cierran el acto sexual al don de la
vida. No procede una verdadera complementariedad afectiva y sexual.
2358: no se elige la condición homosexual. Deben ser acogidos con respeto, compasión y
delicadeza.
Gaudium et Spes
14: elementos constitutivos del hombre
No el lícito menospreciar el cuerpo que ha sido creado por Dios y destinado para la resurrección.
Es una unidad integral cuerpo y alma
31 responsabilidad y participación
Una libertad que pretenda ser absoluta acaba por tratar el cuerpo humano como un ser en bruto,
desprovisto de significado y de valores morales hasta que ella no lo revista de su proyecto. Por
lo cual, la naturaleza humana y el cuerpo aparecen como unospresupuestos o
preliminares, materialmente necesarios para la decisión de la libertad, pero extrínsecos a la
persona, al sujeto y al acto humano. Sus dinamismos no podrían constituir puntos de referencia
para la opción moral, desde el momento que las finalidades de esas inclinaciones serían
sólo bienes «físicos», llamados por algunos premorales. Hacer referencia a los mismos, para
buscar indicaciones racionales sobre el orden de la moralidad, debería ser tachado de fisicismo
o de biologismo. En semejante contexto la tensión entre la libertad y una naturaleza concebida
en sentido reductivo se resuelve con una división dentro del hombre mismo.
Esta teoría moral no está conforme con la verdad sobre el hombre y sobre su libertad. Contradice
las enseñanzas de la Iglesia sobre la unidad del ser humano, cuya alma racional es «per se et
essentialiter» la forma del cuerpo 86. El alma espiritual e inmortal es el principio de unidad del
ser humano, es aquello por lo cual éste existe como un todo —«corpore et anima unus» 87— en
cuanto persona. Estas definiciones no indican solamente que el cuerpo, para el cual ha sido
prometida la resurrección, participará también de la gloria; recuerdan, igualmente, el vínculo
de la razón y de la libre voluntad con todas las facultades corpóreas y sensibles. La persona —
incluido el cuerpo— está confiada enteramente a sí misma, y es en la unidad de alma y cuerpo
donde ella es el sujeto de sus propios actos morales. La persona, mediante la luz de la razón y
la ayuda de la virtud, descubre en su cuerpo los signos precursores, la expresión y la promesa
del don de sí misma, según el sabio designio del Creador. Es a la luz de la dignidad de la persona
humana —que debe afirmarse por sí misma— como la razón descubre el valor moral específico
de algunos bienes a los que la persona se siente naturalmente inclinada. Y desde el momento
en que la persona humana no puede reducirse a una libertad que se autoproyecta, sino que
comporta una determinada estructura espiritual y corpórea, la exigencia moral originaria de
amar y respetar a la persona como un fin y nunca como un simple medio, implica también,
intrínsecamente, el respeto de algunos bienes fundamentales, sin el cual se caería en el
relativismo y en el arbitrio.
Redemptor hominis # 16
16. ¿Progreso o amenaza?
Consiguientemente, si nuestro tiempo, el tiempo de nuestra generación, el tiempo que se está
acercando al final del segundo Milenio de nuestra era cristiana, se nos revela como tiempo de
gran progreso, aparece también como tiempo de múltiples amenazas para el hombre, de las que
la Iglesia debe hablar a todos los hombres de buena voluntad y en torno a las cuales debe
mantener siempre un diálogo con ellos. En efecto, la situación del hombre en el mundo
contemporáneo parece distante tanto de las exigencias objetivas del orden moral, como de las
exigencias de la justicia o aún más del amor social. No se trata aquí más que de aquello que ha
encontrado su expresión en el primer mensaje del Creador, dirigido al hombre en el momento
en que le daba la tierra para que la «sometiese».100 Este primer mensaje quedó confirmado, en
el misterio de la Redención, por Cristo Señor. Esto está expresado por el Concilio Vaticano II en
los bellísimos capítulos de sus enseñanzas sobre la «realeza» del hombre, es decir, sobre su
vocación a participar en el ministerio regio —munus regale— de Cristo mismo.101 El sentido
esencial de esta «realeza» y de este «dominio» del hombre sobre el mundo visible, asignado a él
como cometido por el mismo Creador, consiste en la prioridad de la ética sobre la técnica, en el
primado de la persona sobre las cosas, en la superioridad del espíritu sobre la materia.
Por esto es necesario seguir atentamente todas las fases del progreso actual: es necesario hacer,
por decirlo así, la radiografía de cada una de las etapas, precisamente desde este punto de vista.
Se trata del desarrollo de las personas y no solamente de la multiplicación de las cosas, de las
que los hombres pueden servirse. Se trata —como ha dicho un filósofo contemporáneo y como
ha afirmado el Concilio— no tanto de «tener más» cuanto de «ser más».102 En efecto, existe ya
un peligro real y perceptible de que, mientras avanza enormemente el dominio por parte del
hombre sobre el mundo de las cosas; de este dominio suyo pierda los hilos esenciales, y de
diversos modos su humanidad esté sometida a ese mundo, y él mismo se haga objeto de múltiple
manipulación, aunque a veces no directamente perceptible, a través de toda la organización de
la vida comunitaria, a través del sistema de producción, a través de la presión de los medios de
comunicación social. El hombre no puede renunciar a sí mismo, ni al puesto que le es propio en
el mundo visible, no puede hacerse esclavo de las cosas, de los sistemas económicos, de la
producción y de sus propios productos. Una civilización con perfil puramente materialista
condena al hombre a tal esclavitud, por más que tal vez, indudablemente, esto suceda contra
las intenciones y las premisas de sus pioneros. En la raíz de la actual solicitud por el hombre
está sin duda este problema. No se trata aquí solamente de dar una respuesta abstracta a la
pregunta: quién es el hombre; sino que se trata de todo el dinamismo de la vida y de la
civilización. Se trata del sentido de las diversas iniciativas de la vida cotidiana y al mismo
tiempo de las premisas para numerosos programas de civilización, programas políticos,
económicos, sociales, estatales y otros muchos.
Si nos atrevemos a definir la situación del hombre en el mundo contemporáneo como distante
de las exigencias objetivas del orden moral, distante de las exigencias de justicia y, más aún,
del amor social, es porque esto está confirmado por hechos bien conocidos y confrontaciones que
más de una vez han hallado eco en las páginas de las formulaciones pontificias, conciliares y
sinodales.103 La situación del hombre en nuestra época no es ciertamente uniforme, sino
diferenciada de múltiples modos. Estas diferencias tienen sus causas históricas, pero tienen
también una gran resonancia ética propia. En efecto, es bien conocido el cuadro de la civilización
consumística, que consiste en un cierto exceso de bienes necesarios al hombre, a las sociedades
enteras —y aquí se trata precisamente de las sociedades ricas y muy desarrolladas— mientras
las demás, al menos amplios estratos de las mismas, sufren el hambre, y muchas personas
mueren a diario por inedia y desnutrición. Asimismo se da entre algunos un cierto abuso de la
libertad, que va unido precisamente a un comportamiento consumístico no controlado por la
moral, lo cual limita contemporáneamente la libertad de los demás, es decir, de aquellos que
sufren deficiencias relevantes y son empujados hacia condiciones de ulterior miseria e
indigencia.
La amplitud del fenómeno pone en tela de juicio las estructuras y los mecanismos financieros,
monetarios, productivos y comerciales que, apoyados en diversas presiones políticas, rigen la
economía mundial: ellos se revelan casi incapaces de absorber las injustas situaciones sociales
heredadas del pasado y de enfrentarse a los urgentes desafíos y a las exigencias éticas.
Sometiendo al hombre a las tensiones creadas por él mismo, dilapidando a ritmo acelerado los
recursos materiales y energéticos, comprometiendo el ambiente geofísico, estas estructuras
hacen extenderse continuamente las zonas de miseria y con ella la angustia, frustración y
amargura.106
Nos encontramos ante un grave drama que no puede dejarnos indiferentes: el sujeto que, por
un lado, trata de sacar el máximo provecho y el que, por otro lado, sufre los daños y las injurias
es siempre el hombre. Drama exacerbado aún más por la proximidad de grupos sociales
privilegiados y de los de países ricos que acumulan de manera excesiva los bienes cuya riqueza
se convierte de modo abusivo, en causa de diversos males. Añádanse la fiebre de la inflación y
la plaga del paro; son otros tantos síntomas de este desorden moral, que se hace notar en la
situación mundial y que reclama por ello innovaciones audaces y creadoras, de acuerdo con la
auténtica dignidad del hombre.107
Es posible asumir este deber; lo atestiguan hechos ciertos y resultados, que es difícil enumerar
aquí analíticamente. Una cosa es cierta: en la base de este gigantesco campo hay que establecer,
aceptar y profundizar el sentido de la responsabilidad moral, que debe asumir el hombre. Una
vez más y siempre, el hombre.
Para nosotros los cristianos esta responsabilidad se hace particularmente evidente, cuando
recordamos —y debemos recordarlo siempre— la escena del juicio final, según las palabras de
Cristo transmitidas en el evangelio de San Mateo.108
Esta escena escatológica debe ser aplicada siempre a la historia del hombre, debe ser siempre
«medida» de los actos humanos como un esquema esencial de un examen de conciencia para
cada uno y para todos: «tuve hambre, y no me disteis de comer; ... estuve desnudo, y no me
vestisteis; ... en la cárcel, y no me visitasteis».109 Estas palabras adquieren una mayor carga
amonestadora, si pensamos que, en vez del pan y de la ayuda cultural a los nuevos estados y
naciones que se están despertando a la vida independiente, se les ofrece a veces en abundancia
armas modernas y medios de destrucción, puestos al servicio de conflictos armados y de guerras
que no son tanto una exigencia de la defensa de sus justos derechos y de su soberanía sino más
bien una forma de «patriotería», de imperialismo, de neocolonialismo de distinto tipo. Todos
sabemos bien que las zonas de miseria o de hambre que existen en nuestro globo, hubieran
podido ser «fertilizadas» en breve tiempo, si las gigantescas inversiones de armamentos que
sirven a la guerra y a la destrucción, hubieran sido cambiadas en inversiones para el alimento
que sirvan a la vida.
Es posible que esta consideración quede parcialmente «abstracta», es posible que ofrezca la
ocasión a una y otra parte para acusarse recíprocamente, olvidando cada una las propias culpas.
Es posible que provoque también nuevas acusaciones contra la Iglesia. Esta, en cambio, no
disponiendo de otras armas, sino las del espíritu, de la palabra y del amor, no puede renunciar
a anunciar «la palabra... a tiempo y a destiempo».110 Por esto no cesa de pedir a cada una de las
dos partes, y de pedir a todos en nombre de Dios y en nombre del hombre: ¡no matéis! ¡No
preparéis a los hombres destrucciones y exterminio! ¡Pensad en vuestros hermanos que sufren
hambre y miseria! ¡Respetad la dignidad y la libertad de cada uno!
06/Marzo/2018
Syllabus: se le pedía a los sacerdotes no dejarse contaminar por las corrientes reinante que
reducían al hombre a lo mero físico.
El hombre no es solo un individuo necesita los demás pero tampoco se debe caer en el socialismo
en lo que importa es la sociedad
20/Marzo/2018
Declaraciones acerca de ciertas cuestiones de ética sexual
Ética sexual y de los comportamientos
Juicio de la Iglesia acerca de ciertos puntos particulares sobre la sexualidad
La familiaris consortio: busca que las familias tenga su base en el camino catecumenal.
Homosexualidad
Tras estos problemas hay grandes sufrimiento, (el objeto relacional dañado, psicología de
Lonergan), donde ese objeto es quitado, es donde se dan problemas de relación con los demás,
puesto que esta transición ha sido truncada.’
Contenidos axiológicos:
Detrás de la formulación negativa, se encuentra la defensa de algunos valores positivos
inesquivables para el verdadero israelita. Para la ética cristiana, se tarta e tutelar algunos
valores importantes para la realización humana personal y para el encuentro interpersonal
humano.
Ideales positivos presentes en la ética del 6 mandamiento: el valor de la corporeidad y del placer,
el valor del amor esponsal y el valor de la fecundidad.
lo lleva a la
• por la integración de sueños y
experiencia posibilidades
de l otro
camino de • mediación
imprescindible para
encuentro el amor y la ternura
• además del odio y
con los otros la indiferencia
El cuerpo humano cambia con el tiempo, y de todas las transformaciones conserva una memoria,
distinta de la pura memoria lógica y de la memoria emocional.
a. Antiguo testamento
El cuerpo humano es fruto de la atención creadora de Dios (Gén 2,7; 1, 26-31). Además de la
innegable vinculación a la tierra y su irrenunciable vocación al encuentro con el aliento divino
del que proviene su vida y su dinamismo.
El relato de la creación de la mujer nos sugiere el proyecto de una dialogicidad humana, querida
por Dios, así como la igualdad entre los dos sexos.
Job: el cuerpo, aun lacerado por el dolor, es fruto y testimonio de la sabiduría afectuosa de Dios
(Job 10, 8-12)
Salmos: es con mucha frecuencia una inagotable ocasión para el ruego y la alabanza al Dios de
la vida.
En los cantos del siervo de Yahveh, todo el cuerpo se ha convertido en el signo del dolor y del
desamparo. Is 53,2
En los LXX el término hebreo basar (carne, corporalidad) es expresado por la palabra soma: un
dualismo antropológico en el cual se coloque el alma o la razón, como algo superior, frente al
cuerpo, no se halla todavía en el canon hebreo del AT.
b. Nuevo Testamento
En los sinóptico somas expresa el “Cuerpo es el propio yo”. En los escritos paulinos, el concepto
expresado por soma cobra un vigor muy especial para designar la persona entera. El Ser
Humano sólo puede existir como somático.
17/Abril/2019
Jesús: reinterpreta= sexualidad no como casuística sino que va a Principio
Mujer Hombre
Schillebeeckx: Antropología Receptividad Sexo, Afecto Fuerza
Mujer Biología Imagen/feminidad Oferta
Familiar Cuidado/ masculinidad
Iglesia (Madre Ordenar/Paternidad
Privilegio Paulino: 1 Cor 7= Pagano y Cristiano
Dispensa al hombre a vivir y cumplir su obligación (Permanecer)
Privilegio Pretino: cristiano se le permite casar con pagano = matrimonio mixto
Autoerotismo
Comprensión superficial, para realmente lo que quiere decir
Manus, Stupeatio. (Masturbación)= no es solo proporcionarme placer físico, sino que involucra
imágenes, recuerdo memoria, que crea un daño psicológica en la persona.
24/Abril/2018
Esterilización
08/Mayo/2018
CAPITULO VI: Responsabilidad del amor y de la vida
La responsabilidad humana con relación a la sexualidad no se agota en la atención al cuerpo,
por respetuosa que sea, ni en la prudencia aplicada a la búsqueda del placer La sexualidad
humana es, se quiera o no, un lenguaje privilegiado del encuentro interpersonal y el lugar donde
surge la vida humana.
En la sexualidad se dan cita la vocación unitiva y la vocación procreativa de las personas.
1. Llamados al amor
No es fácil hablar de amor: Ya Cicerón afirmaba que «amar es tener dilección de aquel que
amas, sin buscar en ello ninguna utilidad, la cual, sin embargo, brota de la misma amistad
cuando menos tú la persigues».
La primera gran tentación cuando se habla de amor es sublimarlo, puesto que, el desencanto
ante un amor demasiado difícil, demasiado lejano, puede desembocar en la evasión.
Es también una tentación para la persona que ha de vivirlo en la cotidianidad del trabajo y del
hogar. El amor, como la libertad, cristaliza en cosas pequeñas, imperceptibles casi.
La otra tentación consiste en trivializar las cosas del amor, como si éste fuera un sentimiento
sin importancia.
La actitud más auténtica ante el amor habría de ser el asombro. Porque el amor, como todos los
milagros que cada día acontecen ante nosotros, constituye la revelación más honda del sentido
de la vida.
Antiguo Testamento
En el relato Yahvista con la creación de la mujer refleja una palabra profunda sobre el amor
humano:
1. Nos dice que el amor interpersonal es un misterio de soledad y de encuentro. Tan sólo la
presencia de la mujer le descubre el milagro de la compañía y le ofrece la posibilidad de
un mutuo apoyo.
2. Presenta el amor interpersonal como misterio de igualdad y de mutua
complementariedad.
3. El amor interpersonal es un misterio de lejanía y de revelación de trascendencia. Todo
amor humano vela y revela a la vez el amor misericordioso y tierno de Dios. El amor
esponsal une inseparablemente el amor al cónyuge con el amor a Dios que en el otro se
revela, se ofrece y demanda.
4. El amor interpersonal significa y realiza el misterio del auténtico encuentro humano
5. Es siempre un misterio de desgarro y de unión. Ante la vocación a la unión con la mujer,
el hombre comprende que ha de abandonar su clan de origen.
6. Es un misterio de armonía y desnudez de limpieza y sinceridad. El paraíso, no es tanto
un lugar, sino un modo de relación en la verdad y la armonía.
El AT ofrece algunos paradigmas del amor esponsal que alimentaron la espiritualidad y la ética
de Israel.
Abraham y Sara; Isaac y Rebeca; entre otros, resultan, en medio de los condicionantes de
la época y considerados a través de las lógicas de formaciones de la saga y la epopeya,
verdaderos modelos de amor conyugal. En el libro de Tobit, se ofrece un modelo de
espiritualidad del amor conyugal.
El mensaje de los profetas dignifica en grado sumo el amor humano al tomarlo como
significante para expresar el amor de Dios a su pueblo.
En Oseas, el amor humano es visto como el signo de un amor eterno y aparece en
sí mismo como humanamente inexplicable según la habitual escala de valores y
preferencias
En Jeremías el amor intersexual se describe con los rasgos del don mutuo que se
expresa en la fidelidad
Ezequiel para describir la idolatría del pueblo de Dios, el amor humano se presenta
como fruto de la elección gratuita y del perdón inmerecido tras la infidelidad y el
abandono.
En el Cantar de los Cantares presenta un amor sorprendente para su tiempo y su cultura
un amor único y de igualdad entre los novios-esposos; un amor esponsal de claro sabor
erótico y a la vez permanente y fiel; un amor “natural” y profano.
En los Proverbios, es posible encontrar en ellos la larga experiencia comunitaria de una
vida matrimonial rica y placentera. Esa unión conyugal parece apoyarse en el amor y la
fidelidad que en la fuerza del ordenamiento jurídico que impone la monogamia.
Nuevo Testamento
El NT no ofrece tanto una casuística como un espíritu de vida.
En los evangelios nos muestran el sentimiento de Jesús, respecto al tema: “el amor
cristiano comienza con él, y no existe antes de él ni sin él. El amor no es un sentimiento
etéreo y descomprendido.
En nuestra vocación tiende al amor. FC #11. Ha logrado captar el sentido del ser humano,
vivimos, no movemos y existimos gracias al amor.
Homoerotismo y Homosexualidad
Se parte desde el punto de vista, que la misma sensibilidad social ha ido adquiriendo, que antes
de ser calificada como homosexual, una persona ha de ser reconocida y respetada precisamente
como persona.
Aspectos Antropológicos
Término acuñado por primera vez en 1869. Y ha tomado relevancia porque ha salido de la
clandestinidad.
No basta la simple observación del morfotipo para calificar a una persona o calificarse ella
misma como homosexual. Tampoco basta la constatación de una inclinación puntual y pasajera.
También hay que desconfiar de las calificaciones sociales y culturales. Por ello, hay que hablar
de una distinción entre: la tendencia y la conducta, entre los sentimientos y los actos.
El catecismo para adultos de la conferencia alemana, refiere el tema a presentarlos desde sus
modalidades que adopta la homosexualidad y una segunda nota sobre proceso evolutivo:
Proceso evolutivo:
1. El marcado por la homosexualidad descubre en un proceso doloroso su diferente modo de
ser.
2. Necesidad de satisfacción con personas de su mismo sexo.
3. Reciproca toma de contacto personal
4. Relaciones homosexuales, convivencia de parejas a una comunidad de larga duración.
Datos Bíblicos
Antiguo Testamento
La creación presenta al ser humano, creado a imagen de Dios y llamado a realizar esa iconalidad
en su vocación al encuentro personal.
a. Texto Gén 19, 1-11 (Destrucción de Sodoma y Gomorra) teoría de la retribución, que
vinculaba el mal físico con el mal moral. El relato parecía señala concretamente el tipo
de desorden moral de las cinco ciudades.
Verbo Yada: conocer en sentido sexual (943, sólo 10 en clave sexual hetero) (Sakab relaciones
homosexuales)
Hombres rodean la casa de Lot (Todo el Pueblo)
Lot ofrece sus Hijas
Interpretación en clave de hospitalidad: Los nómadas hebreos, representados por Abrahán (Gen
18), son hospitalarios, mientras los sedentarios cananeos, reflejados en los sodomitas, tratan de
abusar del huésped. El texto tiene una intención polémica contra la frivolidad de los pueblos
cananeos. De todas formas, lo que queda claro es que las gentes de Sodoma desprecian al
extranjero. Y eso es lo que les acarrea su perdición.
b. En Levítico 18, 22; 20, 13: se encuentran dos condenas contra la homosexualidad: una
apodíctica y otra condicional.
Es significativo que no se mencione ni condene en ellos la homosexualidad femenina. Y por otra
parte, se condena la “actuación”, no la “condición” homosexual. Se condena la actuación
completa, no el afecto entre personas del mismo sexo (Caso de David y Jonatán 1 Sam 20, 2 Sam
1).
Nuevo Testamento
La homosexualidad aparece mencionada en textos paulinos que recogen los catálogos de pecados
que habían sido acuñados por el estoicismo y eran conocidos y repetidos en la cultura helenista.
Rom 1, 26-27: La naturaleza no es para él un dato independiente, sino que dice relación al Dios
creador Así que «cuando lo natural se convierte en antinatural, esto constituye para él un
síntoma de la apostasía Con lo cual se da a entender indirectamente que el "acto sexual" natural
está de acuerdo con la voluntad y el orden de Dios»
En el AT: vivencia religiosa de la sexualidad, tan orientada al amor entre los cónyuges como a
la fecundidad y a la transmisión de la vida. Enraizadas en la vivencia de la alianza que liga al
pueblo con el Dios que lo ha elegido.
Las prácticas homosexuales del ambiente pagano, no se compaginan con la nueva vida recibida
del Espíritu del Resucitado.
Sería abusivo tratar de establecer distinción entre las causas que matizan la eventual
culpabilidad de la persona. Y sería injusto extraer del pensamiento paulino una especie de
condena absoluta a la persona homosexual.
Mensaje de los Obispos de EEUU: «si alguien es homosexual, Dios no lo ama menos por ello El
amor de Dios siempre se ofrece a quienes quieran acogerlo» Nada m nadie podrá apartarnos del
amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro (cf. Rom 8,38).
Encíclica:
b. Nuevo Testamento
|En las palabras de María en el momento de la Anunciación se consideran el comienzo
inspirador de la virginidad cristiana en la Iglesia.
Sobre todo se hace referencia a la frase del Señor en la que habla de una renuncia al matrimonio
a causa de los Reinos de los Cielos. Otro testimonio es en lo referente a la resurrección como
respuesta a los Saduceos que el nuevo mundo no habrá lugar para la vida matrimonial.
Jesús no podía exigir a todos tal radicalidad y nunca lo exigió la Iglesia Primitiva. El celibato
no implica un estado de perfección frente a otro estado de condescendencia con la debilidad
humana. Jesús contempla con seriedad radical ambas formas de vida. Todo por la fascinación
del Reino de Dios.
Como la de Jesús, la vida del consagrado se traduce en aumento de capacidad de servicio y de
amor hacia el Pueblo de Dios.
Para el apóstol Pablo, la razón que aduce al celibato es puramente pragmática: pues el célibe
cuida de las cosas del Señor y el casado está divido. Pero debe ser entendido como llamada
puesto que a la luz de la vocación el matrimonio como el celibato adquieren una dimesión de
radical fidelidad.
Todos estos motivos llevarían siglo después a motivar la institucionalización del celibato,
además de las ya influencias culturales por la preferencia de la virginidad en la Iglesia Latina.