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Moral Sexual y Matrimonial

P. Luis Hernando Aguilar Parra

6/Febrero/2018
Ubicación de la Moral de la Persona, dentro del tratado de Teología Moral Fundamental

Ética: Reflexión filosófica ya sean buenos o malos acordados de acuerdo a la cultura, sociedades
de una convención social, Leyes que regulan. Mínimos comportamientos para no hacernos daño.
Fundada sobre subjetivismos

Moral: Juicio valoración de los actos humanos a la luz de la Revelación, de Jesucristo


No se vive de una ética de mínimos sino que los supera, no se trata de ser tolerante se trata de
amar a la persona.
La verdad del hombre es revelada en Jesucristo.
Las leyes deben mirar la ley natural.

- Valoración desde Dios revelado en Jesucristo de los comportamientos del hombre.


- La moral sexual se ubica. Nuestros comportamientos reflejan a Dios “Somos icono de
Dios”. También afectan al Otro
Nuestra realidad humana afecta lo “otro” (casa común)
Nuestra realidad humana también afecta el otro (activa-pasiva)
Nuestra realidad revela o me afecta a mí mismo.
- Yo bautizado soy hijo de Dios “Icono de Dios”; yo soy creado, yo he caído, y soy redimido
por Cristo y proyectado a la salvación.

La persona en su verdad
Redemtor Hominis: 14el hombre es camino de la Iglesia, la persona humana es el fundamento
ontológico y objetivo de la Teología moral.

Persona: Prosopón (Mascara para representar en las obras de teatro): aquel que representa otro.

La persona: Representa a Dios, es semejante a Dios, tiene una verdad (es Dios).
Imagen de Jesucristo.

La Iglesia existe para: Evangelizar (mostrar evangelio la humanidad)

El ser humano trae inscritas en sí misma las instrucciones para su comportamiento.

No estamos llamados a regirnos por leyes o por heteronomía. Si no desde la autonomía o la


convicción GS: 61ª El hombre a emanado de Dios mismo de su propia realidad. Los
trascendentales del ser son la mejor imagen de Dios. Yo soy el camino la verdad y la vida. La
suprema bondad y bien y la belleza. Ley natural (Amor) todo está en plenitud en Dios.
Porque cada persona realiza en el mundo los trascendentales de acuerdo a su vida y sus propias
capacidades. Aunque todos estamos llamados a una finalidad la absolutidad de Dios.

1. El ser humano es el fundamento de la Teología moral, ella tiene razón de ser por se
encarga de sus comportamientos porque la persona humana es creada, redimida salvada
por Cristo.
2. La persona humana es icono de Dios. Y esos comportamientos deben reflejar a Dios. Por
eso su quehacer tiene unas implicaciones con el Otro, lo otro, el otro y consigo mismo.
3. El hombre escucha en su conciencia la ley natural pero la sociedad le repugna todo.
Cuando el hombre se entiende como persona empieza a vivir en equilibrio.
4. Hombre unidad entre cuerpo y alma

Apuntes de resumen
Capítulo I: la persona Humana
El hombre en su “ser significativo” posee un logos un sentido que consiste en su ser-en-relación
de comunión y de entrega de sí: en su capacidad de amar y ser amado. Que a la vez (logos)
despierta el dinamismo de cumplimiento hacia la capacidad y anhelo de amor. Su perfección
objetiva y su felicidad están en tal cumplimiento.

La moralidad es la libre adopción personal de la propia esencia dada de antemano.

Son las personas que se comportan moralmente. Pero es lamoralidad la que configura la
«humanidad» la persona como centro de la moralidad en dos sentidos: como objeto y como
estructura de la moralidad.

Como estructura moral


El ser humano y su peculiar comportamiento permiten emanciparse de la tutela mecánica de la
naturaleza. De ahí que la persona y la personeidad constituyan el elemento medular de la
misma estructura moral. La personeidad es, el esqueleto mismo de la estructura moral del ser
humano y de la sociedad humana. Para la teología significa el principio de su unidad.

La moral de la persona no es un programa de mortificación, sino de vivificación.


La reflexión moral parte de la afirmación de la dignidad de la persona humana.

Dignidad de la persona humana


El hombre es un ser pensado, proyectado, diseñado, creado por Dios; un ser rescatado, redimido
plenificado en Jesucristo; un ser habitado y movido por el Espíritu de Dios. 9
La antropología conciliar remita a la categoría de la iconalidad (imagen de Dios), la explicación
de esa imagineidad y similitud del hombre está en su capacidad de relación cognitiva y agápica
con su Creador.
Dignidad de persona, no es algo es alguien.

Unicidad de la persona
El hombre no es la gente. El ser humano se subleva ante la mera posibilidad de ser reducido a
la infracategoría de pieza plural, reemplazable, anónima y prescindible. El hombre es un ser
modelado por su historia personal. Y, en íntima conexión con ese dato, el hombre se convierte
en un ser «modélico» y prototípico.

La unicidad e insustituibilidad de la persona se vive con especial intensidad al compartir el


amor y al hacerse uno con el otro en el amor. Y por último la muerte que es una variante por la
pregunta sobre la densidad e irrepetibilidad de la persona.
El creyente percibe su unicidad del ser personal en el contexto del amor de Dios, que es a la vez
personal y personalizante.
Desde la fe la unicidad de la persona remite a una dialogicidad trascendente.
Finalidad de la persona
El ser humano se sitúa en el reino de los fines no en razón de sus propiedades “adjetivales”, sino
por su mismo carácter de absolutez, previo a toda determinación adventicia o coyuntural.

El hombre aventura Integral


El ser humano realidad inabarcable. Pero no se puede caer en un reduccionismo que trata de
simplificaren exceso el ser y el actuar del fenómeno humano. El hombre es espiritualidad
sensible, espíritu en la materia. GS 3ª.
A veces se olvida que el ser humano no se reduce a su espacialidad corpórea ni a un principio
espiritual inalcanzable.

El hombre, ser en relación


El fenómeno humano es un haz de inter-relaciones. Para el ser humano vivir es convivir, laborar
es colaborar y padecer es compadecer. Mi ser es imposible e incomprensible sin la alteridad.

T. W. Adorno:
Ese hombre ni debería ser mera función del todo, de ese todo que lo encerraría en sus redes y lo
envolvería en ellas de tal modo que no podría distinguirse de ellas, ni debería encerrarse en su
pura ipsidad como en una fortaleza.

Dos tentaciones: individualista (Antropológica) narciso: ahogándose en el estanque donde


contempla su perfección. Ni grupalista (Ética) tampoco dictándoles modos de comportamiento
y hasta líneas de pensamiento que violan la dignidad de la persona.

La sociedad es esencialmente una convivencia impersonal. Pero una persona puede estar
vertida a otra persona no en tanto que otra, sino en tanto que persona. Ya no sería sociedad sino
una forma distinta de convivencia. Que se suele llamar “comunión personal”.

En la ética de la sexualidad es posible exagerar la autonomía individual frente a las


responsabilidades sociales de la conducta personal. Pero también es posible manipular a la
sociedad por campañas publicitarias.

4. Fundamentación de la moral de la persona


El ser del hombre es normativo para su quehacer moral.

4. El ser humano, ícono de Dios


La antropología de la iconalidad no recuerda que el hombre nos recuerda que el hombre no es
puramente una realidad sagrada, aunque tampoco es una realidad exclusivamente profana.
Representante de Dios –Imagen de Dios–, no es un dios, sin embargo. Ningún ser humano
podrá, en consecuencia, arrogarse prerrogativas divinas, es una definitiva desacralización de
las dignidades y aspiraciones humanas, así como una vigorosa crítica profética contra
semejantes pretensiones.

El hombre es la norma. Pero si el hombre es pensado –y creído– como imagen de Dios, como tal
ha de comportarse y como tal ha de ser tratado.
CEC La vocación del Hombre (1699-1775)

1700: la dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza


de Dios. Vocación=Bienaventuranza divina le corresponde su realización. La persona se
conforma a Dios o no y su testigo la conciencia moral. Crecimiento interior. Crecen en la virtud
por la gracia. Evitan y si caen en pecado como el hijo pródigo.

Hombre imagen de Dios


1701. Cristo, redentor y salvador, la imagen divina alterada en el hombre por el pecado ha sido
restaurada a su belleza origina por la gracia de Dio

1702. imagen divina presente en todo hombre, y resplandece en la comunión de las personas

1703. dotada de un alma espiritual e imortal. Está destinado a la bienaventuranza eterna.

1704. participa del Espíritu Divino, por eso, comprende orden establecido por el Creador. Por
su voluntad se dirige a su bien verdadero. Encuentra su perfección en la búsqueda y el amor de
la verdad y del bien.

1705. virtud y potencias espirituales (Voluntad y entendimiento) está dotado de libertad

1706. Por la Razón el hombre conoce la voz de Dios “hacer el bien y evitar el mal”. El ejercicio
de la vida moral proclama la dignidad de la persona humana

1707. pero conserva el deseo del bien pero en su naturaleza lleva herida del pecado original por
lo que ha quedado inclinado al mal y sujeto al error.

1708. Cristo nos libró del pecado y Satán

1709. seguir el ejemplo de Cristo la hace capaz de obrar rectamente y practicar el bien.

Nuestra Vocación a la Bienaventuranza


1716 bienaventuranzas centro de predicación de Jesús. Son la perfección de las promesas hechas
al pueblo elegido y ya no las ordena solo a la posesión de la tierra, sino al Reino de los cielos.

1717. las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la


vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y su Resurrección.

II el Deseo de Felicidad
1718. bienaventuranzas responde al deseo natural de felicidad, puesto por Dios en el corazón y
Él único que lo puede satisfacer

1719 bienaventuranzas descubren la meta de la existencia humana, el fin último de los actos
humanos.

III La Bienaventuranza Cristiana


1720. NT utiliza expresiones para caracterizar la bienaventuranza a la que Dios llama al
hombre.
1721. la bienaventuranza nos hace participar de la naturaleza divina.

1722. supera la inteligencia y fuerzas humanas, son fruto del don gratuito de Dios

1723. la bienaventuranza prometida nos coloca ante opciones morales decisivas. Purificar
corazón, buscar amor de Dios.

1724. El Decálogo, el Sermón de la Montaña y la catequesis apostólica nos describen los caminos
que conducen al Reino de los cielos. Son el criterio de discernimiento

La opción fundamental (encuentro pleno, felicidad la encontramos en Dios), a partir de las


bienaventuranzas hacia la opción fundamental, tengamos objetivos concretos para lograr esta
opción fundamental. Las bienaventuranzas son acciones concretas, comportamientos virtuosos
para acercarme a la plenitud.

La libertad del hombre


1730 Dios crea hombre racional confiriéndole dignidad dotada de iniciativa y dominio de sus
actos

I libertad y responsabilidad

1731. libertad es el poder radicado en la razón y la voluntad de obrar o no. Libre arbitrio cada
uno dispone de uno mismo. La libertad es perfecta cuando está ordenada a Dios.

1732. la libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierten en fuente de


alabanza o reproche

1733. Cuando el hombre hace más el bien se hace más libre.

1734. la libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida que estos son
voluntarios.

1735. la imputabilidad y la responsabilidad pueden quedar disminuidas o suprimidas por


factores como: ignorancia, violencia, temor, hábitos, afecciones entre otros factores psíquicos o
sociales.

1736. Todo acto directamente querido es imputable a su autor

1737 un efecto puede ser tolerado sin ser querido por el que actúa. Para que el efecto malo sea
imputable, es preciso que sea previsible y que el que actúa tenga la posibilidad de evitarlo.

1738. la libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos.

II la libertad humana en la economía de la salvación


1739 la libertad del hombre es finita y falible. De hecho el hombre erró. Libremente pecó. Al
rechazar el proyecto de amor de Dios, se engañó a sí mismoy se hizo esclavo del pecado.
1740. el ejercicio de la libertad no implica el derecho a decidir y hacer cualquier cosa. Es falso
concebir al hombre “sujeto de esa libertad como in individuo autosuficiente que busca la
satisfacción de su interés propio por el goce de los bienes terrenales.

1741. por su cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres.

1742. la gracia de Cristo no se opone de ninguna manera a nuestra libertad cuando ésta
corresponde al sentido de la verdad y del bien que Dios ha puesto en el corazón del hombre.

(Hoy las sociedades se basan en subjetivismo, los DDHH solo buscan satisfacer los deseos de
cada persona y no busca dentro de su forma positiva salvaguardar la Ley natural).

La Moralidad de los actos humanos


1749. la libertad hace del hombre un sujeto moral. Los actos humanos, libremente realizados
tras un juicio de conciencia, son calificables moralmente: buenos o malos.

Fuentes de la moralidad
1750. la moralidad de los actos depende:
- del objeto elegido
- el fin que se busca o la intención
- las circunstancias de la acción

1751 el objeto elegido es un bien hacia el cual tiende deliberadamente la voluntad. Especifica
moralmente el acto de la voluntad según que la razón reconozca y lo juzgue bueno o malo.

1752 la intención se sitúa del lado del sujeto que actúa. El fin es el término primero de la
intención y designa el objetivo buscado en la acción. La intención es un movimiento de la
voluntad hacia un fin; mira el término del obrar.

1753. una intención no hace ni bueno ni justo un comportamiento en sí mismo desordenado. El


fin no justifica los medios.

1754. las circusntancias o consecuencias son los elementos secundarios de un acto moral. Las
circunstancias no pueden de suyo modificar la calidad moral de los actos; no pueden hacer ni
buena ni justa una acción que de suyo es mala.

II los Actos buenos y los malos


1755. acto moralmente bueno supone la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias
El objeto de la elección puede por sí solo viciar el conjunto de todo el acto.

1756. es erróneo juzgar de la moralidad de los actos humanos considerando sólo la intención
que los inspira o las circunstancias que son su marco. No está permitido hacer un mal para
obtener un bien.

La moralidad de las pasiones


1762 la persona se ordena ala bienaventuranza por medio de sus actos deliberados: las pasiones
o sentimientos que experimenta pueden disponerla y contribuir a ello.
Pasiones
1763. pasiones o sentimientos designan las emociones o impulsos de la sensibilidad que inclinan
a obrar o no en un sentido bueno o malo

1764 pasiones son componentes naturales del psiquismo humano, constituyen el lugar de paso
y aseguran el vínculo entre la vida sensible y la vida del espíritu

1765. las pasiones son numerosas. La más fundamental es el amor que la atracción del bien
despierta. Causa deseo y esperanza de obtenerlo. Culmina en el placer y gozo del bien poseído.

1766 Amar es desear el bien a alguien. Las pasiones son malas si el amor es malo.

Pasiones y vida moral


1767 pasiones ni buenas ni malas solo reciben calificación moral que depende de la razón y la
voluntad. Las pasiones están ordenadas por la voluntad

Las emociones y los sentimientos pueden ser asumidos por las virtudes, o pervertidos en los
vicios.

La perfección del bien moral consiste en que el hombre no sea movido al bien sólo por su
voluntad, sino también por su corazón.

Capitulo II Antropología de la sexualidad


Ética cristiana de la sexualidad, parte de un conocimiento suficiente.

1. El hombre, ser sexuado


«La sexualidad no es un propiedad secundaria de la vida humana: estamos marcados
sexualmente en toda nuestra unidad físico-psíquica»
Se sitúa no tanto en la línea del «tener» sino del «ser».

La sexualidad tiene como fin intrínseco el amor, más precisamente el amor como donación y
acogida, como dar y recibir. Pág 35.

1. Eros= egoísmo
2. Filia= Servicio-Alteridad: desarrolla su normalidad estando con los demás, buscando
relaciones de paridad.
3. Ágape: el egoísmo, el servicio trascienda= le doy dignidad de caridad, oblación a todo lo
demás= verdadera traducción del amor.

La difícil comprensión de la sexualidad


En las sociedades, la sexualidad parece pertenecer al ámbito de las realidades más delicadas e
intocables.

a. Sexualidad como tabú


Segú Freud: quienes detentan el poder tratan de silenciar tanto las apetencias de la sexualidad
como el discurso sobre ella, por medio de la represión o la culpabilización.
Pero también una pretendida “Liberación” sexual puede ser utilizada como medio de
intoxicación de la opinión pública, otra estrategia de dominio.
Al obrar así se corre el riesgo de cambiar de lugar el objeto del “tabú”.
Jung contradice a Freud y dice: “las poblaciones primitivas tienen ya a menudo una
reglamentación sexual extraordinariamente severa.

B. la muerte sobre pasa al hombre y se relaciona con la divinidad, es espontáneamente


“numinizada”. Y también tratan de representarla para conseguir una catarsis. Lo mismo ocurre
con la sexualidad humana. El hombre se percibe como arrastrado por algo que le trasciende,
tanto su origen existencial como en su vivencia diaria. La tabuidad de la sexualidad, se nos
muestra profundamente enraizada en la vivencia humana.

b. La sexualidad como misterio


La sexualidad sigue siendo un misterio porque todavía no se ha captado bien el significado
profundo que la sexualidad asume en el hombre.
 Si se mira desde la cosmovisión helénica la sexualidad es misteriosa por ser rica e
inabarcable, por desconocida y sorprendente.
 Desde la cosmovisión hebrea, la sexualidad se acerca al misterio en cuanto que
representa y realiza la hondura misma de la persona humana y su existencia,
configurada como alternancia de donación y rechazo.
El hombre percibe su sexualidad como una fuerza fascinadora que lo seduce y le ofrece la
posibilidad de autoafirmarse ante sí mismo, ante lo otro, los otros, y ante Dios. La sexualidad
lo vincula a los otros, en la ambivalencia de tal ligadura. La sexualidad es siempre para él un
espacio privilegiado para examinar su grandeza y su limitación, su necesidad de vivir en la
oblación y sus ansias de captación.

c. Caminos de liberación
Para liberarse de la tensión de la sexualidad como tabú y misterio a tratado de embocar algunos
caminos.
 Frivolidad: ignorar la profundidad y seriedad
 Representaciones que pretendan denuminizar la sexualidad
 Proyectos de utilización hedonista
El verdadero camino, consistirá en la integración de la sexualidad en la doble dinámica del
crecimiento personal y la relación interpersonal. (Castidad).

2. Reduccionismos habituales
La vivencia de la sexualidad constituye en sí misma una forma específicamente humana de
mostrar y realizar la apertura, el encuentro y la oblatividad que configuran la misma
trascendencia ontológica de la persona humana.

a. Sacramentalidad de la sexualidad
La sexualidad humana significa y realiza la madurez de la persona humana.
En la sexualidad se significa y se realiza de modo eminente ese «ser-para-los-otros» que
configuran el fenómeno humano.
La sexualidad humana es profundamente significativa del ser humano:
a. en cuanto comprendido a partir de su inteligencia, capacidad de afecto y su libre albedrío.
b. En cuanto apertura dialogal y encuentro creativo y vivificador con personas del otro sexo.
El matrimonio contraído en forma pública y jurídica ante la sociedad es ya un signo vivo de que,
para el hombre, es esencial trascenderse mediante el amor.
Toda experiencia humana es anímico-corpórea, psicosomática: nunca es puramente corporal o
espiritual.
Priscilianismo: incluso también la concepción del hombre es malo, es pecado
Valdenses: matrimonio era pecado.
Armenio: Padres tienen pecado concibiéndonos

b. Una doble parcelación


Dificultad en la comprensión: 1. Espiritualismo: ser humano como puro espíritu
2. reducir al ser humano a sus puras energías materiales, como
si la entrega corporal pudiera sustraer el compromiso afectivo.

3. Sexualidad y genitalidad
La sexualidad es una dimensión fundamental y englobante del psiquismo humano. Es afirmar
que el sexo es más una manera de ser y de estar en el mundo que una cuestión morfológica.

El peligro del dualismo entró al cristianismo por vía del gnosticismo y del maniqueísmo. Parecía
contemplar la sexualidad solamente desde su aspecto físico y, en consecuencia, la consideraba
esencialmente malo.

La genitalidad, orientada a la procreación es la expresión máxima, en el plano físico, de la


comunión de amor de los cónyuges.

La sexualidad acompaña la vida entera del ser humano y sus diversas manifestaciones. Pero no
puede ser reducida a la genitalidad, aunque ésta ocupe un puesto importante en su dinamismo.
Desde la antropología contemporánea:
1. Llamar espacial o relacional: es la sexualidad, superando los estrechos márgenes de la
genitalidad, dice relación a diversas vivencias y actividades de la persona, así como al
rico ámbito de las relaciones interpersonales.
2. Sentido temporal o dinámico: la sexualidad humana acompaña al ser en toda su
existencia, ya desde antes de su nacimiento.

Niveles de la sexualidad:
1. El sexo cromosómico: XX-XY
2. El sexo hormonal: Andrógenos-Estrógenos
3. El sexo gonádico
4. El sexo según los comportamientos
5. El sexo característica sexual secundarias
6. El sexo como diferencia neurológica
7. El sexo como identidad sexual.

4. Para una ética de la sexualidad


a. Rasgos característicos
1. Referencia a la globalidad de la persona y a la conquista de su madurez integral.
2. La sexualidad, como otros aspectos de la vida, es dinámica
3. Referencia a la dialogicidad y complementariedad de las personas. La sexualidad
evidencia y significa la ontología apertura del ser humano a los demás. La esencia de la
sexualidad no puede ser abordada más que a partir de la experiencia del encuentro.
4. La sexualidad humana está vinculada a la manifestación del íntimo ser personal y de esa
doble manera de estar en el mundo de forma «humana», que son la masculinidad y la
feminidad.
La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse,
de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano.

b. Horizonte ético de la sexualidad como relación

Personalización
La educación de la sexualidad no puede limitarse a una información biológica que desconozca
la formación de hábitos y la asunción de valores fundamentales para el crecimiento integral de
la persona

13/Febrero/2018
Corporeidad
Que la antropología actual ve al hombre como una continuidad entre el mundo de los animales
y el de los hombres. Es decir, la antropología busca describir fenomenológicamente a los
hombres como a los animales.

No se acude o valora la dimensión espiritual y trascendente del hombre. Se queda en una


fenomenología. La vida interior del hombre se aborda con terminologías empíricas.
La inteligencia artificial de la ciencia, hacen ver que la inteligencia del hombre se pueden
replicar.
No podemos entender la corporeidad como un elemento biológico, sino que está íntimamente
ligada al cerebro, que superior, es decir a la inteligencia y la voluntad. (Sociedad de hoy, el fin
por el fin), la corporeidad no es simplemente soma, sino también la dimensión espiritual y todas
las posibilidades que lo llevan a ser y lo abren a la trascendencia. El cuerpo no puede entenderse
separado del alma.

Los consejos evangélicos son la verdadera vivencia de la sexualidad a la luz de Cristo. Tengo
que descubrir en el otro tierra sagrada, por el cual, me debo descalzar.

27/Febrero/2018
Pudor:
Es la delimitación y al mismo tiempo como respeto de una zona de intimidad y de recato de la
persona que a nadie le es lícito traspasar.
Sirve para impedir que ella sea reducida a objeto de la pasión y pierda su contexto de
reciprocidad.
Naturaleza humana donde ciertos actos están en contra de su dignidad y la de los otros, y estos
son desordenados porque están atacando la ontología del ser, degradan la dignidad, es decir,
ícono de Dios.
Cuando falta el pudor “el deseo pierde toda aquella vivacidad que llevaría consigo la curiosidad.
Helvetius: el pudor todavía es importante, porque es un elemento que ayuda a regular el placer,
sabemos valorar la belleza.
James: aparece el sex shop, es cosa de religión

Psicoanálisis: es mala para el hombre, una mala educación, tiende a ver un carácter reductor.
El pudor sirve para contener la libido dentro de unos límites.
Sartre: eliminar el pudor ayuda a encontrarse con sí misma.
Mc 10, 6-9
Mt 19, 4-6

Cuando renuncia al misterio de la vida personal, la persona abdica parcialmente de sí misma;


echa fuera, junto con su propia dignidad, algo suyo. El ser cosifica y acepta ser captado por lo
demás como un objeto.

Donde hay amor cesa el pudor; donde hay amor el pudor se afina y madura.
El amor no se conserva mucho tiempo sin el pudor, que sigue siendo en este caso el guardián
atento del ser y el signo de que se rechaza la reducción del encuentro amoroso a su mera
dimensión corpórea.

La educación en el pudor, entendida no como negación de la corporeidad, sino como asunción


completa de esa corporeidad en la personalidad, y en la personalidad en la personalidad, y en
la personalidad situada en el mundo y en la relación necesaria con los demás.

En el célibe, le protege a vivir una vida desordenada.

Es un protector de la ética de la persona.

Corporeidad
Antropología contemporánea
Solo importa el hombre en cuanto fenómeno pero nunca le interesa su interior y espiritualidad

Vitalista: exaltan al hombre por crear y dar sentido a su propia vida


Mecanicista:

Nietzche: atacar e espíritu medievalista. El hombre es el cuerpo, el yo es la corporeidad. El


cuerpo es la expresión máxima del ser.

Husserl: el cuerpo me da la ubicación espacial. Constituye una unidad sensorial. El cuerpo me


da la capacidad de estar en el mundo.

3 mundos de Popper: para decir que el ser humano puede interactuar con estos mundos, el
hombre tiene capacidad espiritual, es decir, que puede entrar en contacto con la creación y
producir cosas nuevas.

Ser abierto al conocimiento, de no quedarse en los determinismos, y de poder actuar sobre ella
con conocimiento de causa.
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Catecismo de la Iglesia
Sexto mandamiento “No cometerás adulterio”
2331: Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente
la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión.
2332: la sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo
y de su alma. A través de sus posibilidades y dones debe establecer vínculos de comunión con
otro.

2333: nuestra sexualidad está orientada a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida
familiar.

2334: por ser imagen de Dios y su creación tanto, hombre y mujer tienen dignidad.

2335: la unión del hombre y de la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en la carne
la generosidad y la fecundidad del creador

2336: Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. Sermón de la montaña

Vocación a la castidad
2337: castidad: integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad
interior del hombre en su ser corporal y espiritual. Sexualidad expresa pertenencia a lo físico,
se hace verdaderamente humana cuando está integrada en la relación persona a persona.
Integridad de la persona y del don

Integridad de la Persona
2338: la integridad asegura la unidad de la persona. No tolera ni doble vida ni doble lenguaje.

2339: implica la castidad aprendizaje del dominio de sí. Hombre controla sus pasiones y obtiene
la paz, o se deja dominar y se hace un desgraciado.

2340: medios: 1. Conocimiento de sí


2. Práctica de ascesis adaptada a las situaciones.
3. Obediencia a mandamientos divinos
4. práctica de virtudes morales
5. la oración

2341: forma la castidad parte de la virtud cardinal de la templanza. Racionalizar las pasiones
y apetitos de la sensibilidad humana.

2342: el dominio de sí dura toda la vida

2343: castidad leyes de crecimiento:


1. Llamado amoroso de Dios a vivir responsablemente
2. Hombre ser histórico que construye día a día sus opciones
3. Conocer, amar y realizar el bien moral según las etapas de crecimiento.

2344: tarea personal y esfuerzo cultural. La castidad supone el respeto de los derechos de la
persona, en particular, el de recibir educación espiritual y moral.

2345: castidad virtud moral. Es gracia, un fruto del trabajo espiritual


La integralidad del don de sí
2346: bajo la caridad, la castidad es una escuela de donación de la persona. Conduce al que la
practica a ser ante el prójimo un testigo de la fidelidad y de la ternura de Dios.

2347: la virtud de la castidad se desarrolla en la amistad

Diversos regímenes de la castidad


2348: en el bautismo, el cristiano se compromete a dirigir su afectividad en la castidad.

2349: estados de Vida 1. Virginidad o celibato consagrado


2. casados castidad conyugal
3. castidad en continencia (Novios)
Ofensas a la castidad
2351: lujuria: placer sexual desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de la
procreación y de unión.
2352: masturbación: excitación voluntaria de órganos genitales para placer venéreo. Iglesia=
acto intrínseca y gravemente desordenado
Juicio: 1. Inmadurez afectiva. 2. Fuerza de hábitos 3. Estado de angustia 4. Factores psíquicos
y sociales

2353: fornicación: unión carnal entre hombre y mujer fuera del matrimonio.

2354: pornografía: tanto actores, comerciante y público, cada uno viene a ser para otro objeto de
un placer rudimentario y de una ganancia ilícita.

2355: prostitución: la persona queda reducida a placer venéreo que se saca de ella. Prostitución
constituye una lacra social

2356: Violación: lesiona profundamente el derecho de cada uno al respeto, la libertad, la


integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar a la víctima para toda la
vida. La más grave, padres y educadores

Castidad y homosexualidad
2357: actos homosexuales intrínsecamente desordenados. Cierran el acto sexual al don de la
vida. No procede una verdadera complementariedad afectiva y sexual.

2358: no se elige la condición homosexual. Deben ser acogidos con respeto, compasión y
delicadeza.

2359: personas homosexuales llamadas a la castidad

Gaudium et Spes
14: elementos constitutivos del hombre
No el lícito menospreciar el cuerpo que ha sido creado por Dios y destinado para la resurrección.
Es una unidad integral cuerpo y alma

25. Interdependencia entre la persona y la sociedad


Sujeto fin de todas las instituciones sociales, es la persona humana. La familia y comunidad
política responden a la naturaleza del hombre
26. Promoción del bien común
Es necesario que sean asequibles todas las cosas necesarias para una vida humana. Todo el
ordenamiento social, debe estar dirigido a la persona humana

27. Respeto de la persona humana


Todo lo que sea contrario a la dignidad de la persona humana es vergonzoso dentro de una
sociedad y lesiona el honor debido a Dios.

28. Respeto y amor a los adversarios


El amor debe extenderse a quienes profesan concepciones políticas, morales y religiosas
distintas de las nuestras. Hay que distinguir entre el error y el que yerra, Dios es el único juez
de los corazones. Cristo nos impones perdonar las injurias.

29. La igualdad de los hombres


No todos los hombres son iguales, en capacidad física, intelectual, pero a todos hay que
reconocerles una igualdad fundamental.

30. superación de la ética individualista


Hay que tener en cuenta las diversas situaciones de los pueblos. Cultivar virtudes morales y
sociales, sin evadir los tributos justos y las diversas normas higiénicas y de seguridad que
regulan la vida social y el respeto al prójimo.

31 responsabilidad y participación

Veritatis splendor: #48


Ante esta interpretación conviene mirar con atención la recta relación que hay entre libertad y
naturaleza humana, y, en concreto, el lugar que tiene el cuerpo humano en las cuestiones de la
ley natural.

Una libertad que pretenda ser absoluta acaba por tratar el cuerpo humano como un ser en bruto,
desprovisto de significado y de valores morales hasta que ella no lo revista de su proyecto. Por
lo cual, la naturaleza humana y el cuerpo aparecen como unospresupuestos o
preliminares, materialmente necesarios para la decisión de la libertad, pero extrínsecos a la
persona, al sujeto y al acto humano. Sus dinamismos no podrían constituir puntos de referencia
para la opción moral, desde el momento que las finalidades de esas inclinaciones serían
sólo bienes «físicos», llamados por algunos premorales. Hacer referencia a los mismos, para
buscar indicaciones racionales sobre el orden de la moralidad, debería ser tachado de fisicismo
o de biologismo. En semejante contexto la tensión entre la libertad y una naturaleza concebida
en sentido reductivo se resuelve con una división dentro del hombre mismo.

Esta teoría moral no está conforme con la verdad sobre el hombre y sobre su libertad. Contradice
las enseñanzas de la Iglesia sobre la unidad del ser humano, cuya alma racional es «per se et
essentialiter» la forma del cuerpo 86. El alma espiritual e inmortal es el principio de unidad del
ser humano, es aquello por lo cual éste existe como un todo —«corpore et anima unus» 87— en
cuanto persona. Estas definiciones no indican solamente que el cuerpo, para el cual ha sido
prometida la resurrección, participará también de la gloria; recuerdan, igualmente, el vínculo
de la razón y de la libre voluntad con todas las facultades corpóreas y sensibles. La persona —
incluido el cuerpo— está confiada enteramente a sí misma, y es en la unidad de alma y cuerpo
donde ella es el sujeto de sus propios actos morales. La persona, mediante la luz de la razón y
la ayuda de la virtud, descubre en su cuerpo los signos precursores, la expresión y la promesa
del don de sí misma, según el sabio designio del Creador. Es a la luz de la dignidad de la persona
humana —que debe afirmarse por sí misma— como la razón descubre el valor moral específico
de algunos bienes a los que la persona se siente naturalmente inclinada. Y desde el momento
en que la persona humana no puede reducirse a una libertad que se autoproyecta, sino que
comporta una determinada estructura espiritual y corpórea, la exigencia moral originaria de
amar y respetar a la persona como un fin y nunca como un simple medio, implica también,
intrínsecamente, el respeto de algunos bienes fundamentales, sin el cual se caería en el
relativismo y en el arbitrio.

Redemptor hominis # 16
16. ¿Progreso o amenaza?
Consiguientemente, si nuestro tiempo, el tiempo de nuestra generación, el tiempo que se está
acercando al final del segundo Milenio de nuestra era cristiana, se nos revela como tiempo de
gran progreso, aparece también como tiempo de múltiples amenazas para el hombre, de las que
la Iglesia debe hablar a todos los hombres de buena voluntad y en torno a las cuales debe
mantener siempre un diálogo con ellos. En efecto, la situación del hombre en el mundo
contemporáneo parece distante tanto de las exigencias objetivas del orden moral, como de las
exigencias de la justicia o aún más del amor social. No se trata aquí más que de aquello que ha
encontrado su expresión en el primer mensaje del Creador, dirigido al hombre en el momento
en que le daba la tierra para que la «sometiese».100 Este primer mensaje quedó confirmado, en
el misterio de la Redención, por Cristo Señor. Esto está expresado por el Concilio Vaticano II en
los bellísimos capítulos de sus enseñanzas sobre la «realeza» del hombre, es decir, sobre su
vocación a participar en el ministerio regio —munus regale— de Cristo mismo.101 El sentido
esencial de esta «realeza» y de este «dominio» del hombre sobre el mundo visible, asignado a él
como cometido por el mismo Creador, consiste en la prioridad de la ética sobre la técnica, en el
primado de la persona sobre las cosas, en la superioridad del espíritu sobre la materia.

Por esto es necesario seguir atentamente todas las fases del progreso actual: es necesario hacer,
por decirlo así, la radiografía de cada una de las etapas, precisamente desde este punto de vista.
Se trata del desarrollo de las personas y no solamente de la multiplicación de las cosas, de las
que los hombres pueden servirse. Se trata —como ha dicho un filósofo contemporáneo y como
ha afirmado el Concilio— no tanto de «tener más» cuanto de «ser más».102 En efecto, existe ya
un peligro real y perceptible de que, mientras avanza enormemente el dominio por parte del
hombre sobre el mundo de las cosas; de este dominio suyo pierda los hilos esenciales, y de
diversos modos su humanidad esté sometida a ese mundo, y él mismo se haga objeto de múltiple
manipulación, aunque a veces no directamente perceptible, a través de toda la organización de
la vida comunitaria, a través del sistema de producción, a través de la presión de los medios de
comunicación social. El hombre no puede renunciar a sí mismo, ni al puesto que le es propio en
el mundo visible, no puede hacerse esclavo de las cosas, de los sistemas económicos, de la
producción y de sus propios productos. Una civilización con perfil puramente materialista
condena al hombre a tal esclavitud, por más que tal vez, indudablemente, esto suceda contra
las intenciones y las premisas de sus pioneros. En la raíz de la actual solicitud por el hombre
está sin duda este problema. No se trata aquí solamente de dar una respuesta abstracta a la
pregunta: quién es el hombre; sino que se trata de todo el dinamismo de la vida y de la
civilización. Se trata del sentido de las diversas iniciativas de la vida cotidiana y al mismo
tiempo de las premisas para numerosos programas de civilización, programas políticos,
económicos, sociales, estatales y otros muchos.
Si nos atrevemos a definir la situación del hombre en el mundo contemporáneo como distante
de las exigencias objetivas del orden moral, distante de las exigencias de justicia y, más aún,
del amor social, es porque esto está confirmado por hechos bien conocidos y confrontaciones que
más de una vez han hallado eco en las páginas de las formulaciones pontificias, conciliares y
sinodales.103 La situación del hombre en nuestra época no es ciertamente uniforme, sino
diferenciada de múltiples modos. Estas diferencias tienen sus causas históricas, pero tienen
también una gran resonancia ética propia. En efecto, es bien conocido el cuadro de la civilización
consumística, que consiste en un cierto exceso de bienes necesarios al hombre, a las sociedades
enteras —y aquí se trata precisamente de las sociedades ricas y muy desarrolladas— mientras
las demás, al menos amplios estratos de las mismas, sufren el hambre, y muchas personas
mueren a diario por inedia y desnutrición. Asimismo se da entre algunos un cierto abuso de la
libertad, que va unido precisamente a un comportamiento consumístico no controlado por la
moral, lo cual limita contemporáneamente la libertad de los demás, es decir, de aquellos que
sufren deficiencias relevantes y son empujados hacia condiciones de ulterior miseria e
indigencia.

Esta confrontación, universalmente conocida, y el contraste al que se han remitido en los


documentos de su magisterio los Pontífices de nuestro siglo, más recientemente Juan XXIII
como también Pablo VI,104 representan como el gigantesco desarrollo de la parábola bíblica del
rico epulón y del pobre Lázaro.105

La amplitud del fenómeno pone en tela de juicio las estructuras y los mecanismos financieros,
monetarios, productivos y comerciales que, apoyados en diversas presiones políticas, rigen la
economía mundial: ellos se revelan casi incapaces de absorber las injustas situaciones sociales
heredadas del pasado y de enfrentarse a los urgentes desafíos y a las exigencias éticas.
Sometiendo al hombre a las tensiones creadas por él mismo, dilapidando a ritmo acelerado los
recursos materiales y energéticos, comprometiendo el ambiente geofísico, estas estructuras
hacen extenderse continuamente las zonas de miseria y con ella la angustia, frustración y
amargura.106

Nos encontramos ante un grave drama que no puede dejarnos indiferentes: el sujeto que, por
un lado, trata de sacar el máximo provecho y el que, por otro lado, sufre los daños y las injurias
es siempre el hombre. Drama exacerbado aún más por la proximidad de grupos sociales
privilegiados y de los de países ricos que acumulan de manera excesiva los bienes cuya riqueza
se convierte de modo abusivo, en causa de diversos males. Añádanse la fiebre de la inflación y
la plaga del paro; son otros tantos síntomas de este desorden moral, que se hace notar en la
situación mundial y que reclama por ello innovaciones audaces y creadoras, de acuerdo con la
auténtica dignidad del hombre.107

La tarea no es imposible. El principio de solidaridad, en sentido amplio, debe inspirar la


búsqueda eficaz de instituciones y de mecanismos adecuados, tanto en el orden de los
intercambios, donde hay que dejarse guiar por las leyes de una sana competición, como en el
orden de una más amplia y más inmediata repartición de las riquezas y de los controles sobre
las mismas, para que los pueblos en vías de desarrollo económico puedan no sólo colmar sus
exigencias esenciales, sino también avanzar gradual y eficazmente.

No se avanzará en este camino difícil de las indispensables transformaciones de las estructuras


de la vida económica, si no se realiza una verdadera conversión de las mentalidades y de los
corazones. La tarea requiere el compromiso decidido de hombres y de pueblos libres y solidarios.
Demasiado frecuentemente se confunde la libertad con el instinto del interés —individual o
colectivo—, o incluso con el instinto de lucha y de dominio, cualesquiera sean los colores
ideológicos que revisten. Es obvio que tales instintos existen y operan, pero no habrá economía
humana si no son asumidos, orientados y dominados por las fuerzas más profundas que se
encuentran en el hombre y que deciden la verdadera cultura de los pueblos. Precisamente de
estas fuentes debe nacer el esfuerzo con el que se expresará la verdadera libertad humana, y
que será capaz de asegurarla también en el campo de la economía. El desarrollo económico, con
todo lo que forma parte de su adecuado funcionamiento, debe ser constantemente programado
y realizado en una perspectiva de desarrollo universal y solidario de los hombres y de los
pueblos, como lo recordaba de manera convincente mi predecesor Pablo VI en la
Encíclica Populorum progressio. Sin ello la mera categoría del «progreso» económico se
convierte en una categoría superior que subordina el conjunto de la existencia humana a sus
exigencias parciales, sofoca al hombre, disgrega la sociedad y acaba por ahogarse en sus propias
tensiones y en sus mismos excesos.

Es posible asumir este deber; lo atestiguan hechos ciertos y resultados, que es difícil enumerar
aquí analíticamente. Una cosa es cierta: en la base de este gigantesco campo hay que establecer,
aceptar y profundizar el sentido de la responsabilidad moral, que debe asumir el hombre. Una
vez más y siempre, el hombre.

Para nosotros los cristianos esta responsabilidad se hace particularmente evidente, cuando
recordamos —y debemos recordarlo siempre— la escena del juicio final, según las palabras de
Cristo transmitidas en el evangelio de San Mateo.108

Esta escena escatológica debe ser aplicada siempre a la historia del hombre, debe ser siempre
«medida» de los actos humanos como un esquema esencial de un examen de conciencia para
cada uno y para todos: «tuve hambre, y no me disteis de comer; ... estuve desnudo, y no me
vestisteis; ... en la cárcel, y no me visitasteis».109 Estas palabras adquieren una mayor carga
amonestadora, si pensamos que, en vez del pan y de la ayuda cultural a los nuevos estados y
naciones que se están despertando a la vida independiente, se les ofrece a veces en abundancia
armas modernas y medios de destrucción, puestos al servicio de conflictos armados y de guerras
que no son tanto una exigencia de la defensa de sus justos derechos y de su soberanía sino más
bien una forma de «patriotería», de imperialismo, de neocolonialismo de distinto tipo. Todos
sabemos bien que las zonas de miseria o de hambre que existen en nuestro globo, hubieran
podido ser «fertilizadas» en breve tiempo, si las gigantescas inversiones de armamentos que
sirven a la guerra y a la destrucción, hubieran sido cambiadas en inversiones para el alimento
que sirvan a la vida.

Es posible que esta consideración quede parcialmente «abstracta», es posible que ofrezca la
ocasión a una y otra parte para acusarse recíprocamente, olvidando cada una las propias culpas.
Es posible que provoque también nuevas acusaciones contra la Iglesia. Esta, en cambio, no
disponiendo de otras armas, sino las del espíritu, de la palabra y del amor, no puede renunciar
a anunciar «la palabra... a tiempo y a destiempo».110 Por esto no cesa de pedir a cada una de las
dos partes, y de pedir a todos en nombre de Dios y en nombre del hombre: ¡no matéis! ¡No
preparéis a los hombres destrucciones y exterminio! ¡Pensad en vuestros hermanos que sufren
hambre y miseria! ¡Respetad la dignidad y la libertad de cada uno!
06/Marzo/2018
Syllabus: se le pedía a los sacerdotes no dejarse contaminar por las corrientes reinante que
reducían al hombre a lo mero físico.

El hombre no es solo un individuo necesita los demás pero tampoco se debe caer en el socialismo
en lo que importa es la sociedad

20/Marzo/2018
Declaraciones acerca de ciertas cuestiones de ética sexual
Ética sexual y de los comportamientos
Juicio de la Iglesia acerca de ciertos puntos particulares sobre la sexualidad

La familiaris consortio: busca que las familias tenga su base en el camino catecumenal.

Homosexualidad
Tras estos problemas hay grandes sufrimiento, (el objeto relacional dañado, psicología de
Lonergan), donde ese objeto es quitado, es donde se dan problemas de relación con los demás,
puesto que esta transición ha sido truncada.’

RESPONSABILIDAD ANTE EL CUERPO Y EL PLACER

Contenidos axiológicos:
Detrás de la formulación negativa, se encuentra la defensa de algunos valores positivos
inesquivables para el verdadero israelita. Para la ética cristiana, se tarta e tutelar algunos
valores importantes para la realización humana personal y para el encuentro interpersonal
humano.

Ideales positivos presentes en la ética del 6 mandamiento: el valor de la corporeidad y del placer,
el valor del amor esponsal y el valor de la fecundidad.

1. Actitudes Ante el Cuerpo


La persona es corporal, por la misma razón que el cuerpo es personal. Toda oposición dualista
entre cuerpo y alma esconde en realidad un impulso reprimido.
No es posible una vivencia auténtica de la sexualidad humana sin una actitud ante el cuerpo y
la corporeidad inherente al fenómeno humano.

Tres posibilidades de comprensión de la corporeidad humana:


1. Dualismo: parece ser la forma más sencilla y conveniente de explicar la interna división del
hombre.
2. Monismo: subraya demasiado la unicidad psicosomática del ser humano, como si se tratara
de excluir la dialéctica de los contrarios e ignorar las tensiones que experimenta el ser humano
en su interior.
3. Integración del cuerpo en la vivencia total de la Perona. En el cuerpo del hombre el verbo se
hace carne; en rigor, toda carne encarna un verbo, un sentido. Porque la carne es expresión, es
símbolo patente de una realidad latente. La carne es jeroglífico.

El Cuerpo • Comprensión y realización de sí mismo


• por la fe:autocomprenderse como don integral

lo lleva a la
• por la integración de sueños y
experiencia posibilidades

de l otro

camino de • mediación
imprescindible para
encuentro el amor y la ternura
• además del odio y
con los otros la indiferencia

•por los camino


el cuerpo se de celebración
contemplación y
vuelve a Dios colaboración con
el creador

El cuerpo expresa a cada momento la existencia, es en el sentido en que la palabra expresa el


pensamiento […] El cuerpo expresa la existencia total, no porque sea su compañero exterior,
sino porque ésta se realiza en él.

El cuerpo humano cambia con el tiempo, y de todas las transformaciones conserva una memoria,
distinta de la pura memoria lógica y de la memoria emocional.

2. Mensaje Bíblico sobre el cuerpo

a. Antiguo testamento
El cuerpo humano es fruto de la atención creadora de Dios (Gén 2,7; 1, 26-31). Además de la
innegable vinculación a la tierra y su irrenunciable vocación al encuentro con el aliento divino
del que proviene su vida y su dinamismo.
El relato de la creación de la mujer nos sugiere el proyecto de una dialogicidad humana, querida
por Dios, así como la igualdad entre los dos sexos.

Job: el cuerpo, aun lacerado por el dolor, es fruto y testimonio de la sabiduría afectuosa de Dios
(Job 10, 8-12)
Salmos: es con mucha frecuencia una inagotable ocasión para el ruego y la alabanza al Dios de
la vida.
En los cantos del siervo de Yahveh, todo el cuerpo se ha convertido en el signo del dolor y del
desamparo. Is 53,2
En los LXX el término hebreo basar (carne, corporalidad) es expresado por la palabra soma: un
dualismo antropológico en el cual se coloque el alma o la razón, como algo superior, frente al
cuerpo, no se halla todavía en el canon hebreo del AT.

b. Nuevo Testamento
En los sinóptico somas expresa el “Cuerpo es el propio yo”. En los escritos paulinos, el concepto
expresado por soma cobra un vigor muy especial para designar la persona entera. El Ser
Humano sólo puede existir como somático.

17/Abril/2019
Jesús: reinterpreta= sexualidad no como casuística sino que va a Principio
Mujer Hombre
Schillebeeckx: Antropología Receptividad Sexo, Afecto Fuerza
Mujer Biología Imagen/feminidad Oferta
Familiar Cuidado/ masculinidad
Iglesia (Madre Ordenar/Paternidad
Privilegio Paulino: 1 Cor 7= Pagano y Cristiano
Dispensa al hombre a vivir y cumplir su obligación (Permanecer)
Privilegio Pretino: cristiano se le permite casar con pagano = matrimonio mixto

Autoerotismo
Comprensión superficial, para realmente lo que quiere decir
Manus, Stupeatio. (Masturbación)= no es solo proporcionarme placer físico, sino que involucra
imágenes, recuerdo memoria, que crea un daño psicológica en la persona.

Opción fundamental: acto de autoerotismo, que no conlleva a un vicio, no es grave porque no


reviste daño mayor psicológico, se puede redimir.
El desorden no reside en el hecho mismo sino en la referencia personal, vive un egoísmo que no
está proyectado en una sana relación con los otros.

Escuela de Rulla: escuela psicológica: antropología de la vocación cristiana.


Ser humano: comprendido en tres dimensiones
1. dimensión biológica
2. Dimensión de la alteridad (psicosocial)
3. Dimensión espiritual o de los valores trascendentes

24/Abril/2018
Esterilización
08/Mayo/2018
CAPITULO VI: Responsabilidad del amor y de la vida
La responsabilidad humana con relación a la sexualidad no se agota en la atención al cuerpo,
por respetuosa que sea, ni en la prudencia aplicada a la búsqueda del placer La sexualidad
humana es, se quiera o no, un lenguaje privilegiado del encuentro interpersonal y el lugar donde
surge la vida humana.
En la sexualidad se dan cita la vocación unitiva y la vocación procreativa de las personas.

1. Llamados al amor
No es fácil hablar de amor: Ya Cicerón afirmaba que «amar es tener dilección de aquel que
amas, sin buscar en ello ninguna utilidad, la cual, sin embargo, brota de la misma amistad
cuando menos tú la persigues».
La primera gran tentación cuando se habla de amor es sublimarlo, puesto que, el desencanto
ante un amor demasiado difícil, demasiado lejano, puede desembocar en la evasión.
Es también una tentación para la persona que ha de vivirlo en la cotidianidad del trabajo y del
hogar. El amor, como la libertad, cristaliza en cosas pequeñas, imperceptibles casi.
La otra tentación consiste en trivializar las cosas del amor, como si éste fuera un sentimiento
sin importancia.
La actitud más auténtica ante el amor habría de ser el asombro. Porque el amor, como todos los
milagros que cada día acontecen ante nosotros, constituye la revelación más honda del sentido
de la vida.

Una experiencia de encuentro


En la reflexión filosófica del amor, parte del encuentro de un «yo», maduro y dispuesto a la
oblatividad de sí mismo, con un «tu», aceptado como tal —es decir, sin las habituales tentaciones
de cosificacion y yoificación proyectiva— en la perspectiva de una comunión —«nosotros»— de
vida y de proyecto.
Estadios de maduración y de relación:
a. No se puede hablar de amor cuando la persona no ha salido de su anonimato. El amor
exige la superación de la distracción y un esfuerzo por prestar atención.
b. Diversos tipos de proyección del yo. Que a vece puede ser solapada o abiertamente la
cosificación del otro, ni siquiera permite la aparición de un “tu” personal, que ha sido
reducido a objeto, con vistas al tener al poder o al placer.
No es más que una proyección del «yo» que impide el diálogo con un «tú» verdadero.
Cuando uno parece haber superado la indiferencia o el simple amor objetual, se
encuentra con que sólo es capaz de amarse a sí mismo.
La manipulación del otro se convierte en una réplica del yo, la domesticación del otro.
c. La comunicación con el tú, cuyas condiciones imprescindibles son la libertad, gratuidad,
respeto, cuidado. Y disponibilidad para la unión entre los diversos. El amor es un camino
a:
a. Camino de orientación positiva, abierto a una itinerancia gradual, se necesita
superar el miedo y este camino nunca está concluido
b. El amor es una experiencia plural y su expresión es siempre analógica. El prototipo
del amor es precisamente ell representado por la unión estable, definitiva y
fecunda.
En la reflexión contemporánea, el amor hace vivir a las personas en comunión: El amor
hace vivir a las personas en comunión las lleva a estar juntas, trabajar juntas, sentirse
juntas, padecer juntas (sym-patheia), a ser penetradas por una respiración común y
cósmica (sym-phoma) Como consecuencia de ello, las personas que aman y se saben
amadas descubren la armonía y complementariedad entre el yo y el tú, el yo y la sociedad,
el yo y el universo.

La esponsabilidad como modelo


El amor concepto analógico, y aplicado abusivamente. La virtud de la castidad está llamada a
tutelar y plenificar el amor erótico, para ofrecer el espacio y la vivencia para la oblatividad sin
retenciones.
Amor erótico definido como: “el anhelo de la fusión completa, de unión con una única otra
persona. Es exclusivo y no universal.

2. Mensaje Bíblico sobre el amor


En la referencia bíblica se trata del amor esponsal. Y, en concreto, su significado entitativo.

Antiguo Testamento
En el relato Yahvista con la creación de la mujer refleja una palabra profunda sobre el amor
humano:
1. Nos dice que el amor interpersonal es un misterio de soledad y de encuentro. Tan sólo la
presencia de la mujer le descubre el milagro de la compañía y le ofrece la posibilidad de
un mutuo apoyo.
2. Presenta el amor interpersonal como misterio de igualdad y de mutua
complementariedad.
3. El amor interpersonal es un misterio de lejanía y de revelación de trascendencia. Todo
amor humano vela y revela a la vez el amor misericordioso y tierno de Dios. El amor
esponsal une inseparablemente el amor al cónyuge con el amor a Dios que en el otro se
revela, se ofrece y demanda.
4. El amor interpersonal significa y realiza el misterio del auténtico encuentro humano
5. Es siempre un misterio de desgarro y de unión. Ante la vocación a la unión con la mujer,
el hombre comprende que ha de abandonar su clan de origen.
6. Es un misterio de armonía y desnudez de limpieza y sinceridad. El paraíso, no es tanto
un lugar, sino un modo de relación en la verdad y la armonía.

El AT ofrece algunos paradigmas del amor esponsal que alimentaron la espiritualidad y la ética
de Israel.
 Abraham y Sara; Isaac y Rebeca; entre otros, resultan, en medio de los condicionantes de
la época y considerados a través de las lógicas de formaciones de la saga y la epopeya,
verdaderos modelos de amor conyugal. En el libro de Tobit, se ofrece un modelo de
espiritualidad del amor conyugal.
 El mensaje de los profetas dignifica en grado sumo el amor humano al tomarlo como
significante para expresar el amor de Dios a su pueblo.
 En Oseas, el amor humano es visto como el signo de un amor eterno y aparece en
sí mismo como humanamente inexplicable según la habitual escala de valores y
preferencias
 En Jeremías el amor intersexual se describe con los rasgos del don mutuo que se
expresa en la fidelidad
 Ezequiel para describir la idolatría del pueblo de Dios, el amor humano se presenta
como fruto de la elección gratuita y del perdón inmerecido tras la infidelidad y el
abandono.
 En el Cantar de los Cantares presenta un amor sorprendente para su tiempo y su cultura
un amor único y de igualdad entre los novios-esposos; un amor esponsal de claro sabor
erótico y a la vez permanente y fiel; un amor “natural” y profano.
 En los Proverbios, es posible encontrar en ellos la larga experiencia comunitaria de una
vida matrimonial rica y placentera. Esa unión conyugal parece apoyarse en el amor y la
fidelidad que en la fuerza del ordenamiento jurídico que impone la monogamia.

Nuevo Testamento
El NT no ofrece tanto una casuística como un espíritu de vida.
 En los evangelios nos muestran el sentimiento de Jesús, respecto al tema: “el amor
cristiano comienza con él, y no existe antes de él ni sin él. El amor no es un sentimiento
etéreo y descomprendido.

En nuestra vocación tiende al amor. FC #11. Ha logrado captar el sentido del ser humano,
vivimos, no movemos y existimos gracias al amor.

Los primeros pasos del amor son negativos:


1. Salir del anonimato
2. Se utiliza al otro, me satisface. No se ama al otro. Ama lo que hay en mí y se refleja en la
otra persona. Domesticar al otro.
3. Dar el paso a la comunión. Veo al otro diferente de mí en la gratuidad.
4. El amor esponsal, y el amor celibatario, capacidad de amar universal y personalmente.

Mensaje bíblico sobre el amor.


El elemento clave es la complementariedad.

Homoerotismo y Homosexualidad
Se parte desde el punto de vista, que la misma sensibilidad social ha ido adquiriendo, que antes
de ser calificada como homosexual, una persona ha de ser reconocida y respetada precisamente
como persona.

Aspectos Antropológicos
Término acuñado por primera vez en 1869. Y ha tomado relevancia porque ha salido de la
clandestinidad.

Definición del Catecismo de la Iglesia Católica:


«La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una
atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo Reviste formas muy
vanadas a través de los siglos y de las culturas Su origen psíquico permanece en gran medida
inexplicado» (CEC 2357)

No basta la simple observación del morfotipo para calificar a una persona o calificarse ella
misma como homosexual. Tampoco basta la constatación de una inclinación puntual y pasajera.
También hay que desconfiar de las calificaciones sociales y culturales. Por ello, hay que hablar
de una distinción entre: la tendencia y la conducta, entre los sentimientos y los actos.

En consecuencia, es preciso atender más bien al tono de la relación interpersonal para


considerar la posibilidad de una cierta tendencia erótica.

El catecismo para adultos de la conferencia alemana, refiere el tema a presentarlos desde sus
modalidades que adopta la homosexualidad y una segunda nota sobre proceso evolutivo:
Proceso evolutivo:
1. El marcado por la homosexualidad descubre en un proceso doloroso su diferente modo de
ser.
2. Necesidad de satisfacción con personas de su mismo sexo.
3. Reciproca toma de contacto personal
4. Relaciones homosexuales, convivencia de parejas a una comunidad de larga duración.

Necesidad de distinguir entre acuñación homosexual y acciones homosexuales.

Datos Bíblicos

Antiguo Testamento
La creación presenta al ser humano, creado a imagen de Dios y llamado a realizar esa iconalidad
en su vocación al encuentro personal.

a. Texto Gén 19, 1-11 (Destrucción de Sodoma y Gomorra) teoría de la retribución, que
vinculaba el mal físico con el mal moral. El relato parecía señala concretamente el tipo
de desorden moral de las cinco ciudades.

Verbo Yada: conocer en sentido sexual (943, sólo 10 en clave sexual hetero) (Sakab relaciones
homosexuales)
Hombres rodean la casa de Lot (Todo el Pueblo)
Lot ofrece sus Hijas
Interpretación en clave de hospitalidad: Los nómadas hebreos, representados por Abrahán (Gen
18), son hospitalarios, mientras los sedentarios cananeos, reflejados en los sodomitas, tratan de
abusar del huésped. El texto tiene una intención polémica contra la frivolidad de los pueblos
cananeos. De todas formas, lo que queda claro es que las gentes de Sodoma desprecian al
extranjero. Y eso es lo que les acarrea su perdición.

b. En Levítico 18, 22; 20, 13: se encuentran dos condenas contra la homosexualidad: una
apodíctica y otra condicional.
Es significativo que no se mencione ni condene en ellos la homosexualidad femenina. Y por otra
parte, se condena la “actuación”, no la “condición” homosexual. Se condena la actuación
completa, no el afecto entre personas del mismo sexo (Caso de David y Jonatán 1 Sam 20, 2 Sam
1).

Nuevo Testamento
La homosexualidad aparece mencionada en textos paulinos que recogen los catálogos de pecados
que habían sido acuñados por el estoicismo y eran conocidos y repetidos en la cultura helenista.
Rom 1, 26-27: La naturaleza no es para él un dato independiente, sino que dice relación al Dios
creador Así que «cuando lo natural se convierte en antinatural, esto constituye para él un
síntoma de la apostasía Con lo cual se da a entender indirectamente que el "acto sexual" natural
está de acuerdo con la voluntad y el orden de Dios»

En el AT: vivencia religiosa de la sexualidad, tan orientada al amor entre los cónyuges como a
la fecundidad y a la transmisión de la vida. Enraizadas en la vivencia de la alianza que liga al
pueblo con el Dios que lo ha elegido.
Las prácticas homosexuales del ambiente pagano, no se compaginan con la nueva vida recibida
del Espíritu del Resucitado.

Sería abusivo tratar de establecer distinción entre las causas que matizan la eventual
culpabilidad de la persona. Y sería injusto extraer del pensamiento paulino una especie de
condena absoluta a la persona homosexual.

Mensaje de los Obispos de EEUU: «si alguien es homosexual, Dios no lo ama menos por ello El
amor de Dios siempre se ofrece a quienes quieran acogerlo» Nada m nadie podrá apartarnos del
amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro (cf. Rom 8,38).

Historia de la reflexión Cristiana


 San Agustín: Sodoma perdida por la sodomía. En el texto de Rom, 1, 27-29 compara la
homosexualidad con el meretricio. El criterio es el uso “natural” de los miembros con
vistas a la finalidad procreadora.
 Santo Tomás: describe la homosexualidad dentro de los pecados contra Naturam:
o Inmundicia o masturbación
o Homosexualidad o masturbación: es descrita como una relación (Concubitus)
“como el sexo no debido”
o Bestialidad
En el contexto de la Teología Moral Fundamental: se interpreta la naturaleza humana
en clave bio-fisiológica. Todo pecado va contra la naturaleza personal del ser humano,
llamado a la felicidad, es decir a la realización de su ser personal, en comunión con los
demás y con Dios.
 San Alfonso estudia la homosexualidad entre las especies de lujuria consumada, que van
contra la naturaleza, subrayando que la razón última de su inmoralidad es su
inadecuación para la generación de la prole.
 Los manuales posteriores, formulan su juicio en la generación. A veces, consideran el
agravante del pecado contra la caridad que se evidencia en la cooperación recíproca al
pecado.
Doctrina de la Iglesia
Concilio de Elvira condena el abuso de menores
La condena explícita de la sodomía es en el de Concilio de Toledo 693.
En el siglo XVII el Santo Oficio condenó la pederastia, la sodomía, y la bestialidad.
Entre los documentos reciente de la Iglesia se trata siempre de considerar la dignidad común,
de la persona.
 Persona Humana: pone en alerta sobre el juzgar con indulgencia y hasta excusar, las
relaciones de las personas del mismo sexo (# 8). Ello, se opone al Magisterio de la Iglesia.
Incluso se habla del establecimiento de una comunión de vida y de amor análoga al
matrimonio. Establece una distinción entre la moralidad objetiva de la homosexualidad
y la culpabilidad de la persona concreta.
Parte de Rom 1- 24,27 para decir que las relaciones homosexuales son presentadas como
actos intrínsecamente desordenados y como consecuencia de la repulsa de Dios por parte
del hombre.
La culpabilidad de las personas debes ser juzgada con prudencia. Refirma que la sola
referencia a la Sagrada Escritura no puede concluir inmediatamente nada sobre la
responsabilidad y culpabilidad de cada persona.
La declaración pide que las personas homosexuales sean acogidas en la Iglesia con
compresión y sostenidas en la esperanza de superarse a sí mismas y de integrar su
inadaptación social. Método pastoral, no puede partir de una justificación moral de estos
actos por considerarlos conformes a la condición de esas personas.
 Orientaciones educativas sobre el amor humano: parte de la antropología evolutiva de la
sexualidad para afirmar que la homosexualidad impide a la persona llegar a su madurez
sexual, tanto desde el punto de vista individual como interpersonal. Criterios:
 Punto de vista moral: juzgar con prudencia, sin reconocer una justificación moral
 Punto de vista pastoral: acoger con comprensión y sostenerlo en la esperanza, será
preciso individuar las causas: 1. Factores fisiológicos o psicológicos. 2. Falsa
educación. 3. Falta de evolución sexual normal; hábitos contraídos, malos ejemplos
 Congregación para la doctrina de la fe 1986 carta contra la Homosexualitatis problema:
se invita a buscar los fundamentos para el juicio moral en los mismos principios de la
ética general cristiana. Pide prestar mayor atención a los estudios de la ciencia humanas
para elaborar un juicio crítico, para ello habrá de contarse con una base de tipo
antropológico-racional y una base específicamente cristiana.
 Parte de la antropología donde afirma que la relación sexual interpersonal es una
unión de amor y capaz de dar vida. Su modelo original en la relación conyugal.
 Recuerda que la sexualidad significa y simboliza la vocación a una existencia
vivida en la auto-donación. La homosexualidad se caracteriza por la
autocomplacencia, por ellos, representa una dificultad para ejemplificar el amor
interpersonal cristiano. Para ello apela al Génesis, para recordar que el proyecto
creador sobre la sexualidad ha sido trastornado por el pecado original. Trata de
evitar el maximalismo, refiriéndose solo al comportamiento homosexual. Y en el
N.T. menciona a 1 Cor 6,9; Rom 1, 18, 32; 1 Tim 1, 10, pero son colocados en un
contexto salvífico, que trasciende la legalidad veterotestamentario y utiliza un
lenguaje muy matizado para evitar la confusión de la homosexualidad y los actos
homosexuales.
 Principios éticos:
 Persona que se comporta de manera homosexual obra inmoralemente
 La actividad sexual anula el rico simbolismo y el significado, para no hablar
de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual.
 Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo
generosas y no se donen así mismas.
 Orientaciones para la práctica pastoral
 Solo lo que es verdadero puede ser también pastoral. Se exhorta a la persona
homosexual a llevar una vida casta y recordarle la dignidad incomparable
de Dios.
 Comunidad cristiana recocnocer su vocación a asistir a estos hermanos,
evitándoles la desilusión y/o aislamiento.
 Catecismo de la Iglesia Católica
El Catecismo contempla tanto la dimensión procreativa como la unitiva de la sexualidad
Podría haber considerado también la homosexualidad como un paso que es preciso
superar en el proceso evolutivo de la maduración personal y de su apertura a la relación
mtersexual.
El Catecismo de la Iglesia Católica, no se limita a trazar estas líneas de comportamiento
con relación a las personas homosexuales Trascendiendo el juicio ético abstracto, también
a ellas les recuerda el ideal ético de la castidad cristiana y su propia responsabilidad
moral.
Para un juicio Ético
Es necesario distinguir entre valoración objetiva, la calificación de la culpabilidad
a. Valoración objetiva
Van en contra de la naturaleza porque no manifiesta la oblatividad humana y para significar el
amor de Dios a la humanidad.
(Catecismo Alemán) Las acciones homosexuales excluyen de raíz una plena polaridad sexual y
la procreación de la descendencia. Por tanto, las relaciones homosexuales adolecen de
esterilidad. Ni el orden de la creación ni la terea que Dios encomienda al hombre y a la mujer
permiten considerar la homosexualidad como acuñación de igual valor que la heterosexualidad.
La doctrina católica afirma la inadecuación moral objetiva de la homosexualidad. La razón
última de ese juicio se basa en la verdad misma de la persona, llamada a vivir en el amor. El
amor en cuestión presenta su especificidad, que deriva del don total de sí al otro con vistas a
una comunión interpersonal (significado unitivo) y a la vez transpersonal (significado
procreador).
b. Responsabilidad personal
Hay que considerar el grado concreto de responsabilidad, sobre la base de la efectiva consciencia
y libertad de la persona y, por tanto, sobre la base del peso de las diversas formas de
“condicionamientos” del comportamiento humano responsable.
Hay que atender a la historicidad de la persona, que se refleja en la historicidad de su actuar.
Y ella ha de entenderse en la perspectiva de la historia de salvación. Todos los seres humanos
se encuentran bajo el influjo del mysterium iniquitatis y a la vez del misterium salutis.
 Recordar la distinción entre la condición y el comportamiento homosexual. El simple
hecho de tener tendencias homosexuales no entra en el campo de la moralidad
 Ha de ser exhortados a vivir la castidad y superar las dificultades que le impiden realizar
la dignidad personal. Se habla de considerar la posibilidad de evitar el mal mayor o de
conseguir el más alto de los valores posibles de cada situación concreta. Recordándole la
fidelidad a una pareja, que sería el mal menor de la promiscuidad.
 Más allá de la condena o de la justificación, es necesario recordar el déficit y la limitación
del patrimonio universal y no dejarse abandonar a los méritos de la propia conducta
c. Implicaciones sociales
 Se afirma el deber moral de promulgar una reforma de la legislación que elimine las
medidas discriminatorias para las personas homosexuales
 Pero existen ámbitos en los que no es discriminación injusta tener en cuenta la tendencia
sexual, por ejemplo en la entrega de los niños en adopción o custodia.
 Ni el matrimonio ni la familia son instituciones sujetas a la invención subjetiva de la
persona o de la pareja. La comunidad cristiana no puede mirar con indiferencia cualquier
tipo de unión.

Encíclica:

DON Y OPCIÓN DEL CELIBATO


El matrimonio y la virginidad son dos modos se expresar y de vivir el único Misterio de la
Alianza de Dios con su pueblo.
Celibato: virginidad consagrada en la vida religiosa
Opción célibe en la vida laical.
Libre renuncia al matrimonio, en aras de la fe cristiana.
Pregunta: ¿Celibato como vivencia de la dimensión humana de la sexualidad en el marco de la
experiencia cristiana?
1. Significado del celibato cristiano
Antes que un fenómeno religioso, y mucho antes que una prescripción positiva, el celibato es un
fenómeno humano.
“todos nacen célibes y permanecen tales durante un cierto periodo de su vida; otros mueren en
este estado sin haberlo ligado a motivaciones de orden religioso”. El celibato ha sido un realidad
habitual en muchas culturas y en el seno de muchos movimientos religiosos, como el hinduismo
y el budismo. Desde un punto de vista cristiano es un don o carisma otorgado por Dios a la
comunidad.
a. Algunos prejuicios habituales
Es de difundida opinión que tanto la virginidad y el celibato son contrarios a la naturaleza
humana, por lo tanto, que como ideales son imposibles y dañinos para la persona.
Además: “aunque los moralista cristianos tradicionales han sostenido que el celibato es una
virtud, ciertamente no lo han presentado de un modo atractivo”.
Representaciones más habituales:
1. La vocación y vivencia del celibato implican o bien ingenuidad sobre la sexualidad o bien
una inexplicable carencia de necesidades sexuales.
2. La opción celibataria significa y delata una incapacidad de una persona para entablar
una relación verdadera y fecunda de intimidad, o bien la ausencia forzada de la misma.
3. Celibato significa sacrificio total y perfecto de la persona humana, aludiendo a notas
positivas y negativas del consagrado y en los que lo rodean.
4. La intimidad afectiva entre las personas significa y conlleva siempre y necesariamente a
una intimidad sexual y ello expresado de forma genital.
5. El que hace opción celibataria, es porque no ha considerado la posibilidad de otras
opciones.
6. La unión con Dios, (celibato) es posible gracias al esfuerzo personal, siempre que la
persona extreme sus cautelas y su ejercicio ascético.
7. Los problemas más difíciles de la personas célibes son los de tipo sexual y en concreto
sobre la abstinencia y su soledad.
8. Los problemas que surgen en la vida de los célibes se solucionan por sí solos, gracias al
recurso de una vida espiritual intensa, nutrida de oración y sacrificio.
9. La vida humana y religiosa de los célibes puede crecer, madurar y enriquecerse
humanamente, aun prescindiendo de la fe y del amor a Dios y a los seres humanos.
Se suelen reducir fundamentalmente a dos:
1. Constituye un atentado contra la naturaleza humana
2. Contradice al bien común, por limitar la capacidad reproductora de una comunidad social.
La virginidad, como virtud, está constituida en su esencia por la decisión, plasmada con toda
propiedad en el voto religioso, de abstenerse para siempre del trato sexual y del deleite que éste
lleva consigo
Para comprender el celibato es preciso moverse en un clima de fe auténtica, Sólo si uno acepta
y lo vive como un don, de modo generoso y entusiasta, puede experimentar su fascinación.
b. Identidad del celibato cristiano
Al presentarse como la mera ausencia de vida sexual genital, o la renuncia al compromiso
matrimonial (Paternidad/maternidad). No se puede partir de una definición privativa, sino
sobre el aspecto positivo que le otorga sentido.
Referencias necesarias para explicar su realidad y motivar las exigencias éticas:
a. Carácter teologal: debe ser comprensible, como cualquier otro estado, desde la
perspectiva de la vocación. Son, para el creyente, las situaciones históricas que van
marcando y fijando su camino existencial, son siempre interpretables como mediaciones
históricas que revelan el proyecto de Dios sobre la persona y su ambiente estructural.
b. Referencia Cristológica: el creyente una vez incorporado en el misterio pascual sabe que
quien vive en él es Cristo (Gal 2, 19-21; 4, 19). La vocación celibataria al igual que la
matrimonial, significa un concreto seguimiento de Jesús de Nazaret. Además, de una
participación de su misión
c. Referencia pneumática: el celibato evangélico es un signo de la presencia eficaz del
Espíritu Santo en la vida y misión de la Iglesia, así como la vocación de cada cristiano.
Lo que diferencia una virginidad fisiológica y psicológica de la virginidad cristiana son dos
preceptos:
1. Su nobleza deriva en que se consagra a Dios
2. La decisión se hace laudable por el contenido de su finalidad, que es hacerse libre para las
cosas de Dios.

2. Mensaje Bíblico sobre el celibato


a. Antiguo Testamento
Se suele decir que Israel ha sobrevalorado la fecundidad matrimonial hasta el punto de ignorar
el valor de la virginidad. (Tamar y la hija de Jefté).
Ni si quiera se encuentra término específico para expresarlo. En las lecturas rabínicas se dice:
“el que no tiene mujer no es verdadero hombre”.
Solo hasta los umbrales de la era cristiana, toma forma la castidad perfecta como consagración
total a Dios. Es en las comunidades esenias donde el celibato es promovido y aceptado, por
considerarse a sí mismos como un signo y un substitutivo temporal de Jerusalén, su templo y
su culto.
Hasta el judaísmo oficial a llegado a aceptar el celibato en la vida de los profetas.
Filón: entre la secta Terapeuta existen conventos de hombre y mujeres que observan la castidad
libremente pues su finalidad es conservar la limpieza exigida por la ley de Moisés para la
celebración del culto.

b. Nuevo Testamento
|En las palabras de María en el momento de la Anunciación se consideran el comienzo
inspirador de la virginidad cristiana en la Iglesia.
Sobre todo se hace referencia a la frase del Señor en la que habla de una renuncia al matrimonio
a causa de los Reinos de los Cielos. Otro testimonio es en lo referente a la resurrección como
respuesta a los Saduceos que el nuevo mundo no habrá lugar para la vida matrimonial.
Jesús no podía exigir a todos tal radicalidad y nunca lo exigió la Iglesia Primitiva. El celibato
no implica un estado de perfección frente a otro estado de condescendencia con la debilidad
humana. Jesús contempla con seriedad radical ambas formas de vida. Todo por la fascinación
del Reino de Dios.
Como la de Jesús, la vida del consagrado se traduce en aumento de capacidad de servicio y de
amor hacia el Pueblo de Dios.
Para el apóstol Pablo, la razón que aduce al celibato es puramente pragmática: pues el célibe
cuida de las cosas del Señor y el casado está divido. Pero debe ser entendido como llamada
puesto que a la luz de la vocación el matrimonio como el celibato adquieren una dimesión de
radical fidelidad.
Todos estos motivos llevarían siglo después a motivar la institucionalización del celibato,
además de las ya influencias culturales por la preferencia de la virginidad en la Iglesia Latina.

3. Historia y vida de la Iglesia

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