You are on page 1of 3

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

ANTROPOLOGÍA SOCIAL FORMACIÓN SOCIAL DE AMÉRICA LATINA I

EXPOSICIÓN “DESMARCADOS”

Nombres: Dacmar Arico, Esteban González, Daniela Romero y Nicolás Villavicencio


Semestre: Tercero
Carrera: Sociología

Fecha: 25/05/2018

Para hacer un análisis de lo que significó realmente la exposición de “Desmarcados” debemos


plantearnos la siguiente pregunta: ¿qué es lo que intenta desmarcarse?, ¿cuáles son aquellas
“marcas” que configuraron Latinoamérica? y ¿desde qué visión se crean estas marcas? Para
responder a estas preguntas conviene tomar una noción que resulta fundamental en la
comprensión de lo que es América Latina, las relaciones de dominación, es menester mirarla
como un solo cuerpo marcado históricamente por la dominación, esto nos permite en primer
lugar, hacernos una idea de las condiciones en que se desarrollan las sociedades
latinoamericanas, dentro de una dinámica hostil, de constante lucha y conflicto que nos ayuda
a esbozar una realidad que se configura permanentemente como oprimida (evidenciable en
rasgos que prevalecen hasta nuestros tiempos), realidad que encuadra las posibilidades de
construcción de una identidad “dominada”. En segundo lugar, esta consideración nos permite
entender de qué manera la visión de quienes asumen el papel de “dominadores” funda una
alteridad a partir de la cual se proyecta una visión inferior de estos “otros” en varios planos, la
que tendrá el resto del mundo, la que tendrán los dominadores, pero también definirá la
autoconcepción de los dominados como tal (esto implica también, la identificación a posteriori
que han de construir progresivamente sobre sí mismos).

Como afirma Rouquié, 1989:

A primera vista nos hallamos frente a una América marcada por la colonización
española y portuguesa (…) Todos [refiriéndose a los países que conforman América
Latina] dependen históricamente del mercado mundial como productores de materias
primas y de bienes alimentarios (p. 20, 21).

1
Desde esta categoría básica dividiremos nuestra reflexión en tres momentos;
indigenismo, folklore y reivindicación. Haciendo parte clave de nuestro análisis a la
construcción de la identidad y alteridad de los pueblos latinoamericanos. Comenzaremos
examinando lo que atañe al indigenismo. Cabe señalar que esta construcción de identidad se
puede dar desde la presencia de una dialéctica en el marco ideológico en el que la historia de
los pueblos indios se distorsiona en función de los requisitos de la historia de los grupos en
disputa.

Para abordar el indigenismo es necesario comprender las representaciones como fruto


de la conciencia, que responden a condiciones materiales reinantes. El indigenismo en Ecuador
se encuentra determinado por movimientos internacionales, por lo que es importante mencionar
La Revolución mexicana y rusa, ya que dichos procesos desplazan la centralidad de los actores
que “construyen” la historia (los dominadores); llevándola a los sujetos periféricos.

En la exposición se mostró el periodo de 1920-1930 como un momento de opresión


política, sobre todo en términos laborales, lo cual implicó una emergencia de distintas
organizaciones propias de sectores culturales insurreccionales, que criticaban directamente el
escenario político de su momento. El principal enfoque que asumieron estos grupos fue el
trabajo y la represión laboral, se puede notar en las expresiones artísticas de la época el énfasis
con que se toman las condiciones laborales poco humanizadas a las que se encontraban
sometidos los pueblos nativos. Una segunda dimensión que caracteriza el indigenismo de este
periodo es la visualización del indígena en su cotidianidad, evidenciando la sumisión existente
respecto a los latifundistas. A su vez, es necesario señalar que se dieron enfoques de la
representación estilizada del mundo indígena ligados a la necesidad de la creación de obras
para su comercialización.

Esta consideración debe hacerse con cuidado, puesto que si bien, es un paso grande que
denota una ruptura con la construcción del “otro” indígena o afro en términos de concebirlos
desde una perspectiva más humana, como gente que sufre, que se cansa y que tiene iguales
necesidades y derechos que los mestizos o los blancos (aun cuando esto no se haga de manera
explícita), es también importante considerar que estas nuevas perspectivas no son más que
representaciones de un mundo al que quienes visualizan, no pertenecen. Si bien la intención de
abogar por los derechos de ciertos pueblos es buena, lo hacen hablando por y no con ellos.

2
Como siguiente eje temático, abordaremos el folklore desde las categorías de
representación y ventriloquía. Es así que

Folklore es el estudio científico, parte de la antropología cultural, que se ocupa del


hecho cultural de cualquier pueblo, caracterizado, principalmente, por ser antiguo,
funcional y pre-lógico, con el fin de descubrir las leyes de su formación, de su
organización y de su transformación, en provecho del hombre. (Carvalho citado en la
exposición de Desmarcados, 2018).

De esto podemos inferir que se da una legitimación de la historia desde la perspectiva


occidental, en la que se marca al “otro” como un ser exótico, es decir, que la alteridad que parte
de los dominadores no sólo se inserta en una lógica material, pues se busca adaptar la cultura
de los pueblos para que exista una relación de correspondencia con los cánones estéticos
exógenos, con el fin de mercantilizar la cultura. Dentro del folklore la construcción de lo
indígena se presenta inmerso en un proceso que racionaliza sus prácticas y tomo como puntos
para la cognición de su sistema el esquema que se presenta en la historia occidental antigua.

Es así que el folklore se inserta dentro de una “necesidad histórica de encuadrar las
nuevas realidades en el marco de un proyecto de dominación colonial”. (Batalla, 2005).

Tras la acuñación de este concepto, surgen otras perspectivas en las que se da una visión
crítica

You might also like