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Se distinguen: la leche de pretérmino, el calostro, la leche de transición y la leche

madura.

El calostro propiamente tal se produce durante los primeros 3 a 4 días después del
parto.

Contiene menos cantidades de lactosa, grasa y vitaminas hidrosolubles que la


leche madura, mientras que contiene mayor cantidad de proteínas, vitaminas
liposolubles (E, A, K), carotenos y algunos minerales como sodio y zinc. El
betacaroteno le confiere el color amarillento y el sodio un sabor ligeramente
salado. Ig A y la lactoferrina, son proteinas protectoras que están muy elevadas en
el calostro

El calostro está ajustado a las necesidades específicas del recién nacido:

- facilita la eliminación del meconio 


- facilita la reproducción del lactobacilo bífido en el lúmen intestinal


del recién nacido 


- los antioxidantes y las quinonas son necesarias para protegerlo del


daño oxidativo y la 
 enfermedad hemorrágica 


los factores de crecimiento estimulan la maduración de los sistemas


propios del niño 


- los riñones inmaduros del neonato no pueden manejar grandes


volúmenes de líquido; 
 tanto el volumen del calostro como su osmolaridad
son adecuados a su madurez. 
 El calostro, como la leche que lo sucede,
actúa como moderador del desarrollo del recién nacido. 


La leche de transición es la leche que se produce entre el 4o y el 15o día


postparto. Entre el 4o y el 6o día se produce un aumento brusco en la
producción de leche 


La leche materna madura tiene una gran variedad de elementos, de los cuales
sólo algunos son conocidos. La variación de sus componentes se observa
no sólo entre mujeres, sino también en la misma madre, entre ambas
mamas, entre lactadas, durante una misma mamada y en las distintas
etapas de la lactancia. 
 Estas variaciones no son aleatorias, sino
funcionales, y cada vez está más claro que están directamente
relacionadas con las necesidades del niño. Durante la etapa del destete, la
leche involuciona y pasa por una etapa semejante al calostro al reducirse el
vaciamiento. 


| Las madres que tienen un parto antes del término de la gestación (pretérmino)
producen una leche de composición diferente durante un tiempo
prolongado. 
 La leche de pretérmino contiene mayor cantidad de proteína
y menor cantidad de lactosa que la leche madura, siendo esta combinación
más apropiada, ya que el niño inmaduro tiene requerimientos más elevados
de proteínas. La lactoferrina y la IgA también son más abundantes en ella.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que en un recién nacido de muy bajo
peso (MBPN), menos de 1.500 g, la leche de pretérmino no alcanza a cubrir
los requerimientos de calcio y fósforo y ocasionalmente de proteínas, por lo
que debe ser suplementada con estos
elementos. El ideal es hacerlo con preparados que vienen listos y que se
denominan "fortificadores de leche materna" (Schandler, 1989).
El volumen promedio de leche madura producida por una mujer es de 700 a
900 ml/día durante los 6 primeros meses postparto (Lawrence, 1989) y
aproximadamente 500 ml/día en el segundo semestre. Aporta 75 Kcal/100
ml. Si la madre tiene que alimentar a más de un niño, producirá un volumen
suficiente (de 700 a 900 ml) para cada uno de ellos.
Composición de la leche humana madura
Los principales componentes de la leche son: agua, proteínas, hidratos de
carbono, grasas, minerales y vitaminas. También contiene elementos traza,
hormonas y enzimas.
Agua
La leche materna contiene un 88% de agua y su osmolaridad semejante al
plasma, permite al niño mantener un perfecto equilibrio electrolítico.
Proteínas
La proteína de la leche humana está compuesta de 30% de caseína y 70%
de proteínas del suero.
La caseína está formada por micelas complejas de caseinato y fosfato de
calcio.
La IgA es la principal inmunoglobulina en la leche materna. La IgG es la
más importante del plasma y se encuentra en una cantidad 5 veces mayor
que la IgA.
a proporción de inmunoglobulinas en la leche se modifica progresivamente
hasta llegar al nivel que se mantendrá en la leche madura, más o menos a
los 14 días postparto.
La IgA protege tanto a la glándula mamaria como a las mucosas del
lactante en el período en que la secreción de IgA en el niño es insuficiente.
La lactoferrina además de su acción bacteriostática sobre ciertos gérmenes
ferrodependientes (E. Coli), contribuye a la absorción del hierro en el
intestino del niño.
La lisozima constituye un factor antimicrobiano no específico. Tiene efecto
bacteriolítico contra Enterobacteriaceae y bacterias Gram positivas.
Contribuye a la mantención de la flora intestinal del lactante y además tiene
propiedades anti-inflamatorias
Hidratos de carbono
El principal hidrato de carbono de la leche es la lactosa, un disacárido
compuesto de glucosa y galactosa.
La leche humana tiene un alto contenido de lactosa, 7 g/dl
La lactosa se metaboliza en glucosa y galactosa antes de ser absorbida por
el
intestino. La alta concentración de lactosa en la leche humana facilita la
absorción del calcio y el hierro y promueve la colonización intestinal con el
lactobacillus bifidus, flora microbiana fermentativa que al mantener un
ambiente ácido en el intestino, inhibe el crecimiento de bacterias, hongos y
parásitos.
Las grasas
La grasa es el componente más variable de la leche humana.
Las concentraciones de grasa aumentan desde 2 g/100 ml en el calostro,
hasta alrededor de 4 a 4,5 g/100 ml a los 15 días post parto.
Vitaminas
La concentración de vitaminas en la leche humana es la adecuada para el
niño, pero puede variar según la ingesta de la madre.
Vitaminas liposolubles La absorción de vitaminas liposolubles en el
lactante está relacionada con la variabilidad de la concentración de la grasa
en la leche materna.
a) Vitamina A La concentración de vitamina A en la leche materna es
mayor que en la leche de vaca. (Gebre-Medhin, 1976). En el calostro es el
doble que en la leche madura.
b) Vitamina K La concentración de vitamina K es mayor en el calostro y en
la leche de transición. Después de 2 semanas, en los niños amamantados,
se establece la provisión de vitamina K por la flora intestinal.
Cuando no se da el calostro o la leche temprana, el riesgo de enfermedad
hemorrágica es mayor, a menos que se provea al niño vitamina K
inmediatamente después del nacimiento (Von Kries et al, 1987).
c) Vitamina E El contenido de vitamina E en la leche humana cubre las
necesidades del niño a menos que la madre consuma cantidades excesivas
de grasas poliinsaturadas sin un aumento paralelo de vitamina E.
d) Vitamina D El contenido de vitamina D de la leche humana es bajo

Minerales
La concentración de la mayoría de los minerales en la leche humana:
calcio, hierro, fósforo, magnesio, zinc, potasio y flúor, no es afectada
significativamente por la dieta materna.
ANATOMÍA DE LAS GLANDULAS MAMARIAS
Son estructuras superficiales que protruyen en la cara anterior de la pared
torácica. Las glándulas mamarias están en el tejido subcutáneo por encima de los
músculos pectorales mayor y menor; son glándulas sudoríparas modificadas por lo
que no poseen ni capsula especial ni vainas. El contorno redondeado y el volumen
de la mama están dados por la grasa subcutánea. En las mujeres el volumen de la
mama aumenta debido a que se genera un nuevo tejido glandular.
Ubicación anatómica: Se extiende transversalmente desde el borde lateral del
esternón hasta la línea medioaxilar y en dirección vertical desde la 2da a las 6ta
costilla.
MAMA FEMENINA:
Las glan. Mamarias en el pecho de la mujer son accesorias para la producción de
leche. Dos tercios de la mama están conformados por la fascia pectoral que
recubre el pectoral mayor, el otro tercio se encuentra recubriendo el serrato
anterior.
Entre la mama y la fascia existe un espacio potencial que contiene una pequeña
cantidad de grasa llamado espacio retromamario o bolsa retromamario permite
unos grados de movimiento de la mama sobre la fascia pectoral.
 Proceso axilar o cola de Spencer: Pequeña parte de la glándula mamaria
que puede extenderse a lo largo del borde inferolateral del pectoral mayor.
 Ligamentos suspensorios o de cooper: Condensaciones de tej.
Conectivo que permite la firme inserción de la Glan. Mamaria sobre la
dermis de la piel
 Lóbulos de la glándula mamaria: Se encuentran sujetos por los
ligamentos suspensorios, se encargan de drenar hacia conductos
galactóforos; cada lóbulo se encuentra a su vez conformado por lobulillos.
 Conductos Galactóforos: Dan lugar a 15-20 lóbulos del tejido glandular
los cuales constituyen el parénquima de la glándula mamaria.
 Seno Galactóforo: Porción dilatada de los conductos que se encuentran
por debajo de la areola en los cuales se acumulan y permanecen pequeñas
gotas de leche en las mujeres que amamantan. (la compresión de la areola
y el seno galactóforo provoca la extracción de las gotas acumuladas y
estimula la succión).
 Areola: Contiene numerosas gland. Sebáceas o glándulas de Montgomery
que lubrican la areola y el pezón (las gland. Aumentan durante el
embarazo).
 Pezones: Prominencias cónicas o cilíndricas situadas en el centro de la
areola; no poseen ni gras, ni pelo ni glándulas sudoríparas. Las
terminaciones de los pezones están formados por conductos galactóforos
los cuales son comprimidos por las fibras musculares situadas
circularmente alrededor de los pezones.
 Alveolos: Secretadores de leche. Agrupados en forma de racimo. En la
mayoría de las mujeres aumentan de tamaño durante el ciclo menstrual por
aumento de la liberación de hormonas luteinizante, gonadotropicas y
folículo estimulante.
FISIOLOGÍA
Las glándulas mamarias crecen durante el embarazo como respuesta a la alta
concentración circulante de estrógenos, progesterona, prolactina y, quizá,
gonadotropina coriónica humana; que provocan una ramificación de los conductos
galactofóricos y diferenciación de las yemas terminales, formando alvéolos que se
agrupan construyendo los lóbulos mamarios. Se secreta leche hacia los conductos
desde el quinto mes, pero esta cantidad es muy pequeña.
Ya avanzado el embarazo, se empiezan a evidenciar vacuolas secretoras en las
células epiteliales y material secretor, siendo determinado este fenómeno por el
lactógeno placentario o la prolactina, junto con otras hormonas con un papel
estimulador, como es la progesterona en el desarrollo lóbulo alveolar, el
cortisol, que potencia la acción de la prolactina, la insulina y el factor de
crecimiento epidérmico, así como también los glucocorticoides, que
favorecen la acumulación de colágeno en la mama.

LACTOPOYESIS Y LACTOGÉNESIS
La aparición de la leche ocurre bruscamente entre el segundo y cuarto día del
período posparto, tras la secreción de la leche denominada calostral. Este
fenómeno ocurre por la disminución de la progesterona y el estriol y por el
aumento de la prolactina, aunque la mama se va preparando para este momento
de la secreción láctea en las últimas semanas previas al parto, cuando disminuye
el lactógeno placentario. La prolactina y los estrógenos son sinérgicos para el
crecimiento mamario, pero estos últimos antagonizan el efecto generador de leche
de la prolactina en la glándula mamaria.

La leche se produce cuando disminuye la producción de lactógeno placentario y


de la progesterona, con elevación de la prolactina. El fenómeno inductor se
considera directamente relacionado con la síntesis de receptores de prolactina. La
lactancia se mantiene por la influencia de múltiples hormonas, aunque la
prolactina es la fundamental. Otras hormonas, como la hormona de crecimiento
(GH) y la tiroxina, pueden modificar la cantidad de leche sintetizada, aunque
parece ser que incrementan la sensibilidad a la prolactina, las hormonas tiroideas
y las hormonas adrenales.
SECRECIÓN Y EYECCIÓN LÁCTEAS
La succión del pezón o la manipulación de la mama produce en los 40 minutos
siguientes una marcada elevación de la prolactina, por un estímulo
neurohormonal, debiendo ser frecuente este estímulo para poder mantener dichas
elevaciones.

La oxitocina es la hormona que provoca la contracción de las células


mioepiteliales y el incremento de la presión intramamaria inducida por la succión
mediante el reflejo neuroendocrino. El aumento de prolactina también se
desencadena por la succión y, a su vez, mantiene la génesis láctea.
Para el óptimo desarrollo de la mama, se requieren por tanto la acción coordinada
de una serie de hormona:

 PROLACTINA. Esta hormona es secretada por la adenohipófisis de la


madre y su concentración en sangre experimenta una elevación constante
desde la 5.a semana del embarazo hasta el nacimiento, momento en el que
alcanza una concentración 10 a 20 veces mayor que en la mujer normal no
embarazada. Es la hormona principal que rige los sistemas de regulación
de la mama, y está sometida a un control tanto inhibidor como estimulador
de diferentes sustancias. El principal inhibidor es la dopamina, siendo
estimuladores de la prolactina la hormona TRH (liberadora de la TSH), el
sistema serotoninérgico y el péptido activo vasointestinal (VIP). El sistema
de actuación de la prolactina se basa fundamentalmente en receptores de
membrana, caracterizados en la célula mamaria, que activan a su vez un
sistema de quinasas inductoras de la génesis de la mitosis. Estos
receptores tienen un incremento fundamental en su número durante el
embarazo y tras el parto, debido fundamentalmente al propio efecto de la
prolactina y a los estrógenos. La progesterona hace disminuir su número, y
los antiestrógenos inhiben la unión a la prolactina. Es de interés reseñar
que el receptor celular de la prolactina tiene una afinidad importante por la
hormona de crecimiento, pudiéndose explicar algunos fenómenos
prolactínicos de dicha hormona. A su vez, el lactógeno placentario ejerce
acciones similares a la prolactina, aunque con una potencia inferior,
compensada por sus altísimas concentraciones, durante la gestación.
 PROGESTERONA. Actúa sinérgicamente con la prolactina en la
promoción del desarrollo lóbulo-alveolar. Algunas acciones de la
progesterona en la mama, como en el útero, son antiestrogénicas y, al igual
que aquellos, la progesterona inhibe la lactancia. Actúa por medio de un
receptor que está regulado por los estrógenos y, posiblemente, por la
prolactina.
 ESTRÓGENOS. Suelen tener intensos efectos activadores sobre la
mama, aunque ineficaces en sí mismos, si no es en unión con otras
hormonas hipofisarias. Los estrógenos, en presencia de la prolactina y de la
hormona de crecimiento, promueven el desarrollo de los conductos
galactofóricos, aunque tienen escasa actividad para estimular el desarrollo
alveolar, que necesita otras hormonas concomitantes, como es el factor de
crecimiento epidérmico. En general, los estrógenos preparan la mama
para la eventual formación de la leche. Actúan como un antagonista de la
prolactina, explicando así el hecho de que, durante el embarazo, junto con
las elevadas concentraciones de progesterona, no se produzca lactancia.
Los estrógenos también regulan los niveles de receptores de
prolactina. Es de todos conocido el hecho de que el adipocito mamario, al
igual que el tejido adiposo, tiene capacidad para formar estrógenos a partir
de la androstendiona y testosterona circulantes por medio del proceso de
aromatización. Se sabe también que los estrógenos promueven la
síntesis de receptores. Últimamente se sabe que el efecto estrogénico se
realiza mediante factores de crecimiento epidérmicos, siendo algunos de
dichos factores sintetizados en las células del estroma mientras que actúan
en las células epiteliales.
 OXITOCINA. Es una hormona encargada de provocar la contracción de
las células mioepiteliales para realizar la expulsión de la leche. Es
secretada por factores puramente psíquicos, como es el conjunto de
actos que preceden a la lactancia, o por los estímulos sensoriales del pezón
del recién nacido durante la succión por medio de mecanismos
neuroendocrinos. Esta secreción puede ser inhibida por los mismos
factores psíquicos, por el estrés o por el dolor, así como por una
estimulación del sistema nervioso simpático con liberación de
adrenalina y noradrenalina.
 OTRAS HORMONAS. Las tiroideas, los glucocorticoides o la vitamina D.
Parece ser que actúan en fase de crecimiento y secreción mamarias, con
efectos permisivos, con desarrollo del mesénquima mamario.
- La hormona de crecimiento actúa sinérgicamente con la prolactina en
ciertas fases del crecimiento mamario, como el desarrollo de los conductos
galactofóricos, realizando un efecto regulador sobre el metabolismo del
tejido adiposo, encaminado a favorecer la utilización de nutrientes.
- La insulina, como necesaria para que el resto de hormonas ejerzan su
efecto.

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