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Resumen de temas 2do Parcial Der.

Latinoamericano (Cátedra
Genovesi CBC 2015)

Derecho a la vida y aborto.-

1.- Nombre del Fallo


F., A.L s/medida autosatisfactiva

2.- Año
2010

3.- Hechos
a. Hechos Reales:​ La menor F., A.L fue violada por su padrastro, y debido a este ultraje, quedo
embarazada. Con posterioridad a la denuncia penal pertinente, su madre, A.G, presentó
petición ante Juzgado interviniente para que se autorice a un aborto no punible.
b. Cuestiones presentadas por las partes:​ A.G, en representación de su hija, F., A.L, sostiene que es
necesario aplicar, bajo las previsiones del art. 86 inc. 1° y 2° Código Penal, un aborto no punible,
en virtud del grave riesgo a la salud y la vida de la menor ultrajada. Para esto presenta informes
sobre la presencia de sintomatología depresiva e ideación suicida, que ponen en riesgo la vida
de la menor, toda vez que prosiga el embarazo contra su voluntad.
El recurrente argumenta que la interpretación del Tribunal Superior de Justicia de Chubut, que
autorizó el procedimiento, desconoció el deber del Estado Argentino a la protección de la vida
desde la concepción, emanante de los tratados internacionales suscritos por esta en el art. 75
inc. 22, como así también del principio general de velar por estos que se desprende del art. 75
inc 23. Sostiene así que el derecho a la vida es absoluto e inalienable, y que el art. 86 inc. 2 del
Código Penal sólo hace referencia a abortos no punibles en caso de mujer “idiota o demente”.
Por parte de la Defensora General de la Nación, en representación de A.G, se sostiene que debe
confirmarse la sentencia apelada, tal como lo expresó A.G oportunamente en virtud del riesgo a
la salud y vida de la menor. Para ello se basa también en una interpretación amplia de la
excepción al tipo penal contemplada en el art. 86 Código Penal, inc. 1, y 2.
Por parte del Procurador Fiscal, se considera a la cuestión como abstracta, en virtud de que ya
se ha llevado a cabo la práctica.
c. Hechos Procesales:​ En la causa penal por violación, primera instancia sostuvo que carecía de
facultades para adoptar la medida solicitada, ya que se encontraba aún en etapa de
investigación. Ordena el pase a Fiscalía, la cual se declara incompetente para resolver el pedido.
A.G inicia así en representación de su hija la medida autosatisfactiva de la presente causa. En
esta nueva causa, tanto Primera Instancia como Cámara rechazan la solicitud. Se apela al
Tribunal Superior de Justicia de Chubut, el cual revoco la decision de Camara y admitió la
solicitud, diciendo que esta se encontraba en compatibilidad con el plexo normativo
constitucional, y dentro del aborto no punible contemplado en el art. 86, inc. 2° del Código
Penal. La intervención se concretó, pero aun así esta fue recurrida mediante recurso
extraordinario federal interpuesto por el Asesor General Subrogante de la Prov. de Chubut, en
carácter de tutor ​ad litem​ y Asesor de Menores e Incapaces, en defensa del ​nasciturus​.

4.- Normas Aplicables al caso


Constitución Nacional art. 16 (principio de igualdad)
Constitución Nacional art. 19 (principio de reserva)
Constitución Nacional art. 75 inc. 23
Constitución Nacional art. 75 inc. 22
Ley 26.485 art. 3 y 6
Código Penal art. 85 (tipo penal sobre el aborto)
Código Penal art. 86 inc. 1 y 2 (excepción al tipo penal)

5.- Decisión de la Corte

Voto de Mayoría
a. Razonamiento:​ El recurso extraordinario federal es procedente por cuestionarse derechos de la
Constitución Nacional y tratados internacionales. La Corte considera que la cuestión es muy
relevante y por lo tanto resulta necesaria una resolución, por mas que la práctica abortiva ya
haya sido llevada a cabo, y en cierto modo la cuestión se volvió abstracta. De todos modos es
necesario formular un precedente general y principios para casos similares que se presenten en
el futuro, y para que el criterio del máximo tribunal sea expresado. La Corte entiende que a la
luz del principio de reserva, contemplado en el art. 19 CN, el aborto no punible no está
supeditado a ningún tipo de tramitación judicial. El argumento del recurrente, que interpreta en
el art 75, inc. 23 CN una obligación del Estado en cuanto a la defensa del derecho del ​nasciturus
a la vida, y de ahí desprende una interpretación restrictiva del art. 86 inc. 1 y 2 CP, es erróneo.
De tal artículo de la Ley Fundamental no se desprende ninguna base para sustentar la tesis del
recurrente. Tal artículo sólo hace referencia a un mandato constituyente a establecer políticas
protectoras de los derechos humanos, pero que es a efectos de dictar un marco normativo
específico de seguridad social, y no uno punitivo. Así resulta que del art. 75, inc. 23 CN no se
puede derivar ninguna cuestión sobre los abortos no punibles. La Corte sostiene que tampoco se
deriva una interpretación restrictiva de estos últimos en las previsiones de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, o de la Convención Americana de Derechos
Humanos. De ninguno de los tratados internacionales suscritos por la Ley Fundamental se
desprende un mandato que lleve a una interpretación restrictiva de los alcances del art. 86 inc.
2 del CP. Del mismo modo, en la Convención de los Derechos del Niño no se quiso establecer
una protección absoluta a la vida del ​nasciturus​. Para dar por acabado el argumento del
accionante, la Corte cita las consideraciones del Comite de Derechos Humanos de la Naciones
Unidas, que ha manifestado su posicion general relativa a los abortos no punibles, instando a
los Estados a una interpretación abarcativa de tales normas. El Comite de los Derechos del Niño
también ha señalado oportunamente que los Estados que no admiten el aborto no punible en
casos de violación deben reformar sus normas legales incorporando tal supuesto, manifestando
a su vez su preocupacion por la interpretación restrictiva del art. 86 CP en la Argentina. Es
entonces necesaria una interpretación abarcativa del art. 86 del Codigo Penal. Con el mismo
orden de ideas es necesario puntualizar los principios de igualdad y de prohibición a la
discriminación como ejes del orden constitucional argentino e internacional. Todas las mujeres
victimas de violencia sexual estan bajo el ampara a la igualdad contemplado en el art. 16 de la
Constitución Nacional, y los tratados internacionales suscritos por ella, como por ejemplo la
Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Optar por la
interpretación restrictiva supondría una distinción irrazonable respecto de otra víctima de
análogo delito. El Estado ademas tiene la obligación de dar atención médica integral a las
víctimas, como así también velar por la dignidad de estas, evitando que sean tratadas
utilitariamente. Exigir a toda víctima de un delito sexual llevar a término un embarazo, que fue
consecuencia de un ataque contra sus derechos mas fundamentales, es a todas luces algo
desproporcionado y contrario al postulado que impide exigirle a las personas que realicen, en
beneficio de otras o un bien colectivo, sacrificios de envergadura imposible de conmensurar
(sic). El principio ​pro homine​ obliga a la interpretación amplia que mas derechos le de a un ser
humano frente al poder estatal, de tal modo que una interpretación restrictiva ampliaria el
alcance del derecho penal, que en nuestro ordenamiento es considerado de ​ultima ratio​.
Por otro lado la Corte sostiene que no es punible la interrupción de un embarazo que es
consecuencia de una violación, y esto con independencia de la capacidad mental de la víctima.
Sostiene que el legislador en la redacción del art. 86 CP inc. 2 previó dos supuestos diferentes
para el caso de embarazos provenientes de delito sexual. Uno es por violación propiamente
dicha, y otro el atentado al pudor sobre la mujer “​idiota o demente​”. Solo en el último caso
previo la necesidad del consentimiento de los representantes legales de la mujer. En el caso de
una mujer sin alteración de sus facultades mentales, la mera pretensión de la víctima de dar fin
a su embarazo basta. La judicialización resulta así un extremo innecesario, que atenta contra el
derecho a la privacidad de la víctima y su derecho a la salud, de modo que debe evitarse y
resulta ​contra legem​. La Corte insta a los profesionales de la salud, como así también a los
distintos poderes y operadores judiciales a que, por imperio del art. 19 CN -que consagra el
principio de reserva-, se abstengan de la judicialización de los abortos no punibles
contemplados en el art. 86 inc. 1 y 2, CP. Cualquier actitud contraria puede ser considerada un
acto de violencia institucional en los términos del art. 3 y art. 6 de la ley 26.485, que establece el
Régimen de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las
Mujeres en todos los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. La insistencia
en tales conductas supone una barrera para el acceso a los servicios de salud, debiendo
responder sus actores por las consecuencias penales y de otra índole que pudieran derivarse.
Así, la Corte señala que resulta tan solo necesario la manifestación ante el profesional tratante,
que mediante declaración jurada indique que aquel embarazo fue producto de un ilícito. Debe
establecerse asi protocolos de salud en tal sentido.
La Corte declara procedente el recurso extraordinario federal, confirmando la sentencia
apelada. Exhorta a las autoridades nacionales y provinciales a la elaboración de protocolos de
salud. Exhorta también a las autoridades judiciales a que se abstengan de la judicialización de
tales abortos no punibles.
b. Integración:​ Ricardo Luis Lorenzetti - Elena I. Highton de Nolasco - Carlos S. Fayt - Enrique
Santiago Petracchi (según su voto) - Juan Carlos Maqueda - E. Raul Zaffaroni - Carmen M.
Argibay (según su voto) -

Disidencias o concurrencias
c. Razonamiento:​ -
d. Integración:​ -

1.- Nombre del Fallo


T., S. c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires s/amparo

2.- Año
2001

3.- Hechos
a. Hechos Reales:​ Nosocomio se niega al parto inducido octubre 2000 descubre condición
gestación 19 semanas sin masa encefálica ni calota craneana. aducen que es imprescindible
orden judicial
b. Cuestiones presentadas por las partes:​ La demandante considera que no es un aborto
El Asesor General de Incapaces considera que hay una intención de aborto encubierto, que
atenta contra el derecho a la vida del feto, diciendo que de adelantarse el parto se adelanta la
muerte de este
El Procurador General de la Nación opina que el único derecho a considerar es el de la salud de
la madre, contemplado en el ART 14 CN, ya que esta ha sido desprovista de este mismo en
virtud de la negativa de los directivos del hospital. Pero a su vez el Procurador remarca que esto
no implica un desconocimiento de los derechos del niño. Estos están protegidos desde la
concepción del mismo, según los tratados contemplados con rango constitucional en el ART 75
inc. 22 CN. Cita la Convención Americana de Derechos Humanos, Declaración Americana de los
Derechos del Hombre, y sostiene que porque el nasciturus no posea cerebro no implica que no
posea vida y derecho a está, siendo desde el momento de la concepción en cuando se adquiere
tal derecho, así se separa de la visión de un cese de derechos por su supuesta “inviabilidad”, su
mera condición de niño lo hace poseedor de estos. Confronta los derechos a la vida del feto y los
de salud psicológica de la madre, y si en el caso sub examine encuadra dentro de los supuestos
del art. 85 del Código Penal, considerando que no es así. Sobre si entonces puede encuadrarse
en los supuestos del aborto no punible contemplados en el art. 86 inc. 1 del Código Penal, el
Procurador considera que no es así, ya que se está hablando de un adelantamiento de parto, no
un aborto, por mas que el parto sea inducido. El hecho de adelantar el parto, al argumento del
Procurador, no configura en ningún caso acción que provoque la muerte del menor, la cual se
dará tarde o temprano de manera natural por su dolencia, entonces no sería punible -según Art
85 del Código Penal- aquel que indujese al parto, ya que el curso lesivo que daría muerte al feto
vendría de circunstancias ajenas al propio adelantamiento. Frente a algo que de todos modos se
producirá tarde o temprano, el Procurador entiende que hay racionalidad ética y jurídica a la
solicitud de la madre. Por ende es legítima la adelantacion del parto. Opina que se debe
desestimar el recurso extraordinario interpuesto por el Asesor de Incapaces y Menores.
c. Hechos Procesales:​ Se inició un recurso de amparo en primera instancia ante el Juzgado n° 7
Contencioso y Tributario de la C.A.B.A. A esto la jueza se declaró incompetente para entender
en el caso. Fiscal de primera instancia apeló la decisión, a lo cual la Camara declaró la
competencia del mencionado fuero, y citó a las partes. Mas tarde el Tribunal Superior de
Justicia de la C.A.B.A dispuso que la causa fuera resuelta por el juzgado de primera instancia.
En primera instancia entonces se consideraba que la falta de irrupción del embarazo no ponía
en riesgo grave la salud de la madre, desestimando así la acción de amparo. Tribunal de alzada
-Camara- confirmó la decisión entendiendo que el feto está bajo la protección del ordenamiento
jurídico nacional, y confirmando que no quedó demostrada la existencia de ese alegado grave
peligro a la salud de la madre. La demandante entonces dedujo recurso de inconstitucionalidad
que fue concedido por la Camara y fue admitido por el Tribunal Superior de Justicia de la
C.A.B.A. En su decisión dio lugar a la acción de amparo y autorizo al hospital para que se
proceda a inducir el parto.
El Asesor General de Incapaces del ministerio público de la C.A.B.A dedujo recurso
extraordinario contra este pronunciamiento del T.S.J, ya que según sus argumentos se
lesionaba el derecho a la vida de la persona por nacer. El recurso extraordinario fue tomado
como formalmente procedente toda vez que se hallaba en juego la interpretación de normas
federales constitucionales, y la interpretación del T.S.J fue contraria a la interpretación del
recurrente. Llega así a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

4.- Normas Aplicables al caso


Constitución Nacional art. 14 (derecho salud, vida)
Constitución Nacional art. 14 bis (derecho a la salud)
Constitución Nacional art. 18, 19 (“autodeterminación procreativa”, contemplada como reserva)
Constitución Nacional art. 33
Constitución Nacional art. 75 inc. 22
Art. 2 Ley 23.849 sobre la Convención de los Derechos del Niño

5.- Decisión de la Corte

Voto de Mayoría
a. Razonamiento:​ La Corte comienza remarcando la necesidad de proveer de una extremada
urgencia en casos como el sub examine, toda vez que de no obrar con la debida diligencia en
tiempo y forma se ven afectados los derechos de acceso a la justicia por parte de los
demandantes, ya que inevitablemente las dilaciones en el proceso llevarían a término la
gestación antes de ver una resolución al respecto. Así es que habilita la feria judicial para el
tratamiento del tema. La Corte remarca que la petición de amparo no implica la autorización
para efectuar un aborto, y que su sentencia por ende no contempla siquiera tal posibilidad. Los
profesionales médicos calificados que intervinieron en la causa remarcaron la nula viabilidad
del feto fuera del vientre materno, producto de su condición de anencefalia. En cuanto al
argumento del defensor del nasciturus, el cual indica que no existe ni riesgo para la madre ni
para la vida intrauterina del feto, la Corte se aparta de esto e indica que el feto es en efecto
científicamente inviable, pero que esto no implica que se este midiendo su derecho a la vida.
¿Inducir el parto realmente adelanta la muerte del defendido? Ante esta pregunta la Corte
considera que su eventual fallecimiento sería producto de la gravísima patología que lo afecta,
no producto de un parto adelantado, o naturalmente tardío. El nacimiento no es, en este caso,
un medio para causar la muerte del feto. El alumbramiento solo pondrá en evidencia que no
puede sobrevivir de forma autónoma. Así es que ante la frágil condición del nasciturus, y su
derecho a la vida, se le debe contrastar contra el sufrimiento psicológico de su madre y la familia
entera. En la decisión de inducir su parto no se ve afectado el derecho a la vida del feto, que está
contemplado en los tratados internacionales suscritos por la Constitución Nacional en sus art.
75 inc. 22 (art. 2 ley 23.849 aprobatoria de la Convención de los Derechos del Niño, y art. 4 de la
Convención Americana sobre los Derechos Humanos). Ante este irremediable desenlace que va
mas allá de las posibilidades científicas y jurídicas humanas, es que cobra enorme importancia
el derecho a la protección de la salud psicológica y física de la madre, y por consecuencia
también ella se encuentra protegida por todos los derechos reconocidos en los tratados
internacionales que revisten jerarquía constitucional. La Corte remarca que esta es una decisión
con pleno respeto a la vida desde el momento de su concepción. Por las razones expuestas, la
Corte confirmó la decisión recurrida.
El ministro Bossert considera también las opiniones el Comité de Bioética del nosocomio, que
indicaron la inviabilidad manifesta del feto. Remarcó a su vez que el hecho de que fuese parto
inmaduro o prematuro no cambiaría el fatal desenlace. Aun cuando ya se haya cumplido un
periodo mínimo de gestación la inducción al parto y/o cesárea serán destinadas a evitar algún
riesgo a la salud de la madre. También toma en consideración la obligación del Estado frente a
los art. 1 y 2 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer, que impone a estos Estados parte la obligación de igual atención en la esfera médica
entre hombres y mujeres. A su vez cita los art. 12 inc 2 del mismo tratado en cuanto dispone los
servicios de salud gratuitos en relación al embarazo, el parto y el periodo posterior al parto. Cita
el art. 20 de la Constitucion CABA. Considera entonces, según su voto, que se confirme la
sentencia, desestimando el recurso interpuesto.
El ministro Petracchi remarca en su voto que no es un aborto encubierto, como dice el Defensor
de Incapaces, adhiriendo a que no se atenta contra la vida del feto, no se acelera su muerte.
Sostener lo contrario llevaría al absurdo de imponer que tanto los médicos como la madre están
obligados a prolongar artificialmente la vida del feto, indefectiblemente inviable. Declara
inadmisible el recurso extraordinario.
b. Integración:
Disidencias o concurrencias
a. Razonamiento:​ El ministro Nazareno considera que la intervención peticionada por la actora es
ilegítima en los términos del ART 14 de la Constitución de la C.A.B.A. Considera a su vez que es
imposible sustentar la intervención en la base argumental en que la misma estaría contemplada
como “autodeterminación procreativa” dentro de los ART 18 y 19 CN. Nada se ha dicho
entonces desde la perspectiva del demandante sobre el derecho a la vida del feto. El feto es una
persona desde la concepción en el seno materno, ya que posee a su entender signos de
humanidad. Estos signos de humanidad están dados por su mera genética humana, como
condición ontológica necesaria para serlo. El argumentar que por carecer de cerebro es “menos
humano” equivaldría a decir que la humanidad del mismo está signada por si tiene cerebro o
no. El mero hecho de tener ADN humano lo hace tal, y por ende, es persona dentro de los
terminos legales, filosoficos y teologicos, siendo el ADN el signo característico e irreductible de
la humanidad. El organismo viviente dentro del útero de la actora es entonces un ser humano.
Además de este argumento, también suma que según el proceso patológico de la enfermedad
-anencefalia-, esta se presenta como condición ulterior a la concepción. El ministro sostiene que
el espíritu humano está por fuera del cuerpo, y que no reside en el cerebro, citando para esto a
moralistas católicos de renombre como Santo Tomás. Así es que el ser anencefálico es una
persona por nacer en los términos del art. 63 del Código Civil. En cuanto a si tiene derecho a
vivir durante el periodo que dure el embarazo hasta el parto espontáneo, sostiene que los
tratados internacionales y el derecho interno son inequívocos en cuanto al derecho a la vida que
la persona humana posee. Los estados parte del Pacto de San José de Costa Rica tiene la
obligación de proteger el derecho intrínseco a la vida. También la Convención sobre los
Derechos del Niño es específica sobre la obligación de los Estados parte sobre la protección y
reconocimiento de que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida. Adelantar el parto
configura a su vez que quien lo hace anticipa sus consecuencias, en este caso la muerte del feto.
y de ahí se desprende la obvia culpabilidad de quien lo hiciese. En este caso el adelantamiento
del parto no es algo contemplado dentro del espacio de decisión de los padres -ART 19CN- ,
toda vez que sabido lo que producirá en el menor, afecta sus derechos. Considera a la medida
como extrema, y hace la salvedad de que el derecho a la salud de la madre puede ejercerse por
otras vías menos lesivas. Declara procedente el recurso extraordinario interpuesto, revoca la
sentencia apelada, y rechaza la demanda de amparo.
El ministro Boggiano considera que el recurso extraordinario es formalmente admisible, porque
se le ha desconocido a la persona por nacer el derecho a la vida. Cita los tratados internacionales
contemplados en el ART 75 inc. 22 CN, en especial el Pacto San José de Costa Rica art. 4.
También cita los títulos III y IV del Codigo Civil, Libro Primero. El adelantamiento del parto
supone a su entender anticipar la muerte del feto, y el hecho de que la criatura solo cuente con
horas de esperanza de vida no implica que no esté bajo tutela su derecho a esta, poseyendolo de
todos modos. Entiende que el derecho a la vida por ende está encima del de la salud de la
madre, toda vez que esta puede iniciar un tratamiento psicológico al respecto. Debe prevalecer
el derecho a la vida. Revoca sentencia apelada y rechaza la demanda de amparo.
b. Integracion:​ Julio S. Nazareno - Boggiano -

El Poder de Policía.-

Derechos en la Constitución:
Existen tanto derechos enumerados explícitamente, como así también derechos implícitos, bajo la
garantía del ART 33 CN. La Constitución tiene dos limitaciones que impone a los derechos que
reconoce: las que ella misma declara (ART 17, 19, y 22), y las que confiere al poder de la ley (ART 14).
Pero a su vez el poder del Congreso y la ley no es absoluto, según reza el ART 28. El poder estatal para
la regulación y restricción de estos derechos individuales es llamado Poder de Policía, este es el poder
que permite al Estado hacer, ordenar, y establecer toda clase de reglamentos con el propósito de
conservar la paz, el orden y la seguridad de sus miembros, restringiendo en el proceso derechos
individuales pero no mas allá de lo razonable.

Derechos Civiles:
Todos aquellos que la Constitución reconoce al individuo en su calidad de hombre, miembro del cuerpo
social y sujeto sólo a las limitaciones del orden público, bienestar común o libertad ajena según
imponen las leyes. ART 14, 15, 16, 17, 18, 19.

Derechos Políticos:
Derechos que la Constitución reconoce a todos los que en algún grado participan de la formación del
gobierno y de la ley (derecho de reunión, de petición, de sufragio, etc).

Poder de Policía:​ Capacidad del Estado de regular el ejercicio de los derechos individuales.

Principio de Razonabilidad:
Basado en el ART 28 CN, no se puede alterar los derechos enumerados en la carta magna por las leyes
que reglamenten su ejercicio.

Doctrinas del Poder de Policía:

Doctrina Europea o Restringida:​ Al reglamentar los derechos el rol del Estado se reduce a dirigir la
seguridad, salubridad y moral pública. Cualquier otra restricción no es legítima y es antirreglamentaria.
Doctrina norteamericana:​ El rol del Estado va mas allá y establece un criterio mas amplio donde puede
reglamentar en función de cualquier objetivo tendiente a proteger el bienestar público.

1.- Nombre del Fallo


Callao (Cine) s/ interpone recurso jerárquico c/ resolución dictada por la Direc. Nac. Serv. Empleo

2.- Año
1960

3.- Hechos
d. Hechos Reales:​ La Dirección Nac. del Servicio de Empleo invocando facultades que le confiere
el decreto 13.349/56 dictó resolución intimando a la Soc. An. Cinematográfica (la actora) para
que iniciara, dentro del plazo de 10 días, la presentación de “números vivos” en la sala del Cine
Callao, bajo apercibimiento de las sanciones establecidas en el decreto 21.877/44 (ley 12.921), al
que remite el art. 4 de la ley 14.226. La actora inicia las acciones judiciales pertinentes a fin de
evitar la imposición de tales “números vivos”.
e. Cuestiones presentadas por las partes:​ La actora considera inconstitucional la ley 14.226 que le
impone adecuar las salas del Cine Callao para la realización de “números vivos”. Funda su
argumento en que esta resulta violatoria a los derechos de propiedad y libre comercio
consagrados en los ART 14 y 17 de la Constitución Nacional. Considera que es indebido ya que le
obliga a realizar una actividad extraña a la que estos desarrollas y a la contratación de artistas
en condiciones violatorias de la libertad de comerciar y contratar. Además agrega que según la
resolución 81/54, se le congeló los precios de las entradas cinematográficas, de modo que les
resulta imposible cobrar suma adicional que permita cubrir los gastos suscitados por las
imposiciones de la ley 14.226. Pide que se declare la inconstitucionalidad de la citada norma.
Por su parte el Procurador General de la Nación opina que la ley 14.226 es inconstitucional.
Para su argumento se basa en el art. 3 de la citada ley, donde se impone adecuados niveles de
ocupación para personas dedicadas a cierto tipo de actividades. El Procurador entiende que el
derecho a trabajar y ejercer libremente el comercio (ART 14 CN) no está subordinado a otro
requisito que el de la licitud. Es decir, mientras no perjudique a un tercero ni se vea alterado el
orden y la moral pública no debe haber impedimentos a su ejercicio. El Procurador considera
que la autoridad pública no puede imponer determinado negocio por el simple hecho de
reputarse como de conveniencia pública, ya que la reglamentación del derecho en el ART 14 CN
tiene solamente el objetivo de facilitar el ejercicio de los derechos y coordinarlos con otros. La
ley 14.226 ha reglamentado derechos reconocidos por el ART 14 CN mediante una
extralimitación que desnaturaliza tales derechos. El Procurador cita la opinión anterior de La
Corte donde se dijo que la conveniencia pública no es causal suficiente para facultar a la
autoridad de imponer determinados negocios. Exigir que aquel propósito lo realice un grupo
determinado imponiendo así las obligaciones consecuentes es ejercer un poder de policía
pervertido al extremo de llevarlo contra los derechos y la libertad.
f. Hechos Procesales:​ No se cumple el requerimiento aludido por la Dirección Nac. del Servicio de
Empleo, se inicia sumario administrativo contra la actora imponiendo multa. Satisfecha la
multa la actora interpone recurso de apelación contra la resolución administrativa ente juez
correccional. Este se declara incompetente y se gira las actuaciones a la Camara Nacional del
Trabajo. Esta ultima dicta sentencia que confirmo la resolucion recurrida, por estar
comprendida la sala de Cine Callao en la ley 14.226, revocó multa y en cuanto al plazo se lo
defirió a la autoridad administrativa.
Contra esta sentencia la actora interpuso recurso extraordinario impugnando la
constitucionalidad de la ley 14.226 por contraria a la garantía de propiedad y derecho de ejercer
libremente el comercio e industria. El recurso extraordinario resulta procedente por haberse
tachado la ley 14.226 por contraria a los ART 14 y 17 CN, y porque la decisión apelada fue
favorable a aquélla (art 14, inc 2, ley 48).

4.- Normas Aplicables al caso


Ley 14.226
Constitución Nacional art. 14 (libertad de empresa)
Constitución Nacional art. 17 (derecho a la propiedad)
Constitución Nacional art. 28 (principio de razonabilidad)

5.- Decisión de la Corte

Voto de Mayoría
c. Razonamiento:​ La Corte remarca que ha abandonado la concepción del poder de policía
expuesta en anteriores sentencias, enmarcando ahora en una tesis amplia y plena, declarando
que dentro de los objetivos propios de aquel poder de policía debe encuadrarse -junto con la
seguridad, moralidad y salubridad pública- la defensa y promoción de los intereses económicos
de la colectividad. Dentro de esta concepción del poder de policía la facultad de sancionar
disposiciones legales encaminadas a prevenir o morigerar los graves daños económicos y
sociales originados por la desocupación es legítima. Considera que la ley 14.226 reviste carácter
público o general, y no transgrede los principios que rigen el legítimo ejercicio del poder de
policía. Solo se podrá analizar entonces la razonabilidad de los medios previstos por el
legislador para tal fin. En la ley 14.226 no se intentó reglamentar ni encauzar la industria o el
comercio cinematográfico, solamente se impuso la carga de incluir los llamados “números
vivos”, con dos obligaciones: 1) Proveer de obras e instalaciones 2) Contratar ejecutantes. La
Corte sólo decide sobre la validez constitucional de estas dos exigencias, es decir sobre la
razonabilidad de los medios elegidos por el legislador, confrontandolas con los ART 14, 17 y 28
CN. La Corte considera que no se ha contrariado ninguna garantía constitucional, entendiendo
así como medios válidos para la actuación del poder de policía. La Corte explaya sobre las
circunstancias que llevan a tal decisión: Primero, con posterioridad a la impugnación judicial de
la resolución 81/54 por parte del apelante, mediante la resolución 1446/57 se autorizó al cobro
por separado del acto vivo. Así es que en virtud de esta resolución se licua el argumento
principal del apelante, que era el de la imposibilidad de cobrar un sobreprecio por ese
espectáculo vivo, tal afirmación entonces carece de actualidad en la causa. Segundo, en lo
concerniente a los gastos para adecuar el local, el primer argumento es también aplicable, ya
que ahora si podrán recuperar su inversión. También La Corte considera un informe pericial el
cual afirma que los costes de adecuación son mínimos. A su vez remarca que en un minucioso
informe sobre los ingresos de las salas cinematográficas durante el periodo en el cual los
empresarios obtuvieron ese sobreprecio por los “números vivos” contradice las aseveraciones
del recurrente. Se puede deducir entonces que los ingresos por la presentación de estos
espectáculos a los que se refiere la ley 14.226 le permitirá recuperar las inversiones que realice o
incluso lograr beneficio pecuniario. La Corte también toma en cuenta la carencia de suficientes
salas de teatro, hecho público y notorio, y a su vez afirma que es innegable la afinidad entre las
actividades teatrales y cinematográficas. Tampoco la citada ley ha significado un impedimento
para el desarrollo de la actividad empresarial cinematográfica, no ha habido arbitrariedad ni
afán persecutorio en la autoridad administrativa de ejecución. Correlativamente debe advertirse
que la reglamentación de la ley 14.226 establece un límite de 30 a 40 minutos a los “números
vivos”.
Así resulta que la ley 14.226 y su reglamentación ha impuesto una carga a los empresarios
cinematográficos pero que de ningún modo suprime ni altera el derecho a ejercer su comercio
específico, con posibilidad de recuperar la inversión por adecuación según surge de informes
periciales y contables. La Corte considera así la ley 14.226 y sus obligaciones impuestas como no
violatorias a los ART 14, 17 y 28 de la Constitución Nacional. Confirma la sentencia en cuanto a
todo lo que fue materia del recurso extraordinario interpuesto.
d. Integración:​ Benjamín Villegas Basavilbaso - Aristóbulo D. Aráoz de Lamadrid - Pedro
Aberastury - Ricardo Colombres -
Disidencias o concurrencias
c. Razonamiento:​ El Ministro considera la finalidad de salvaguardar el patrimonio artístico
nacional y atacar el problema de la desocupación de artistas en virtud de la escasez de salas
teatrales, por mas alta causa que sea, no puede cristalizarse mediante normas incompatibles
con las vigentes en la Constitución Nacional. Destaca que la ley 14.226 fue sancionada en épocas
donde regía la reforma constitucional de 1949, que afectaba la propiedad a “funciones sociales”.
Con la nueva vigencia del texto constitucional de 1853, el texto de la ley 14.226 en su art. 1 no
tiene cobijo con el texto constitucional en vigencia porque resulta así atentatoria de los derechos
que esta protege. Tampoco es posible fundar la constitucionalidad de la norma en el llamado
poder de policía. Así el Ministro considera que hay una fuerte y sustancial restricción a la
libertad de comercio y de la propiedad consagrados en los ART 14 y 17 CN. La restricción a estos
derechos establecida por la ley 14.226 no guarda armonía con los propósitos que persigue toda
vez que los empresarios cinematográficos deben hacerse cargo de una desocupación de la que
no tienen vínculo alguno. El Ministro considera acertado el argumento presentado por el
Procurador General de la Nación. Por tanto, vota a conformidad del dictamen de este y a
revocar la sentencia apelada.
d. Integracion:​ Luis M. Boffio Boggero -

Defensa del Consumidor.-

El derecho del consumidor se basa en la idea de que existe un desequilibrio importante entre el
consumidor y/o usuario contra las empresas y proveedores. Estos últimos por diferencia de fuerza
pueden cometer y cometen todo tipo de abusos en la relacion una relacion desigual. Ante esto, es
necesario el rol interventor del Estado. La primera ley de Defensa del Consumidor es la 24.240,
sancionada en 1993. Pero el decreto de veto 2089/93 le quitó buena parte de su sentido, al eliminarse
varias garantías contempladas en ella. Esta situación cambió en 1994 con la reforma constitucional, que
incorporó en su ART 42 los siguientes derechos al consumidor: En relación de consumo, información
adecuada y veraz, libertad de elección y trato equitativo y digno. Defensa de la competencia contra
monopolios naturales y legales, y el establecimiento de un marco regulatorio de los servicios públicos
de competencia nacional, con la participación de asociaciones de consumidores.
El derecho de defensa a los consumidores aparece regulado con relación a otros derechos como el de
defensa de competencia, lealtad comercial, etc.
La ley 24.240 fue modificada por las 24.568, 24.787 y 24.999. Esta ultima revivió el art. 40
concerniente a la responsabilidad. Responsabilidad que es ante vicio o riesgo en la cosa, y también
solidaria sin perjuicio de las acciones de repetición que corresponda. En 2008 se aprobó la ley 26.361
que introdujo reformas como el trato digno, daño indirecto, beneficio de justicia gratuita, efecto erga
omnes de sentencias de incidencia colectiva, etc.

Hay que remarcar la diferencia entre consumidor y usuario. El primero está referido a bienes y supone
una relación en la que hay mayores opciones para el consumidor. En el caso de los usuarios de servicios
muchas veces hay un monopolio natural o legal, lo cual implica una fuerte diferencia en la capacidad de
negociación del usuario. En ambos casos las leyes de defensa al consumidor suponen la protección al
eslabón mas débil de la relación comercial, y son esenciales para evitar abusos arbitrarios que casi
siempre cometen entes que detentan el monopolio sobre servicios públicos.

Nota aclaratoria sobre Befumo:


El fallo Befumo se da en 1992, y por ende aún no estaba contemplada la defensa del consumidor a nivel
constitucional ni legal.

1.- Nombre del Fallo


Befumo, Juan E. c/Sevel S.A. y otro

2.- Año
1992

3.- Hechos
g. Hechos Reales:​ El actor compro un vehiculo Fiat Duna SD, el cual por una supuesta falla de
fábrica en el portamasa y semieje de la rueda delantera derecha, sufrió un accidente en el cual se
suscitaron importantes daños al mismo vehículo al impactar este contra un árbol. El actor no
reclama desde la garantía convencional del vehículo, y prefiere por tanto iniciar una acción
judicial por supuesto vicio oculto de la cosa, contra la concesionaria vendedora y el fabricante
del vehículo.
h. Cuestiones presentadas por las partes:​ La parte actora no reclama conforme a la garantía -la
cual sólo cubrirá un cambio de piezas defectuosas- sino que se orienta a la obtención de un
nuevo vehículo en sustitución del dañado. Interpreta que hubo un vicio oculto en el vehículo y
su pieza fallada, y que conforme a la prueba pericial se ve demostrada una mala fe por parte del
fabricante del automóvil.
La defensa alude a que la impugnación de la sentencia de primera instancia es insuficiente por
contener solamente un disenso con el temperamento adoptado por el juzgador.
i. Hechos Procesales:​ Primera instancia desestimó una acción resarcitoria orientada a obtener un
nuevo vehículo. La actora apela y cae en Camara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de la
Capital Federal, Sala D.

4.- Normas Aplicables al caso


art. 1632 Código Civil
art. 2164 Código Civil
art. 2174 Código Civil

5.- Decisión de la Camara

Voto de Mayoría
e. Razonamiento:​ Camara considera que es indiferente que la pieza rota haya antes recibido
impacto -tal como se desprende de la pericia técnica-. Mas bien esto es lo normal que ocurre en
la circulación de cualquier vehículo. La materia por juzgar para decidir en cuanto a la
responsabilidad del fabricante entonces es si la pieza debió resistir sin romperse al impacto
sufrido. En el campo jurídico lo único relevante es entonces cuál debió ser la calidad de esta
pieza. La medida de calidad de la pieza está constituida por las especificaciones de la planta Fiat
italiana. Los exámenes de dureza practicados a la pieza de acuerdo a la normativa IRAM
muestran una dureza dentro de la escala de la norma italiana, resultando entonces suficiente.
Pero sometida la misma pieza a un ensayo químico demostró que tiene una proporción de
fósforo superior a la normativa italiana. La pieza entonces poseyó la dureza prevista aunque
infringe la normativa de fósforo tolerable. La Camara entiende que no hay una medida
predeterminada y universal de calidad en los automotores. Entonces se debe juzgar si una pieza
de mala composición pero que tenía la dureza necesaria origina responsabilidad al productor
que la incluyó en el automóvil comprado por la actora. Entiende que a pesar de esta
equivocación industrial no equivale a una afirmación conditio sine qua non en la producción de
responsabilidad. Remarca que no hay explicación bibliográfica sobre los términos de la
normativa y el porqué de estos, de modo que es imposible aseverar jurídicamente si las
diferencias de fósforo y dureza son meramente concurrentes o si de verse contrariada la
normativa debería haberse desechado la pieza como inepta para la incorporación en el vehículo.
De modo que no se puede probar el vicio atribuido al elemento.
La Camara entonces entiende que la medida de calidad de un producto es concepto variable
según la contraprestación dada y el contexto sociológico del conflicto de las partes. Cita el art.
1632 del Código Civil que indica que en caso de falta de ajuste del modo de hacer la obra la
diferencia deberá ser dirimida en consideración al precio estipulado. Cierto es que la actora no
pago por un automóvil de gran calidad, sino por uno de los de menor precio en el mercado, y
por ende adquirió también modesta calidad. De modo que resulta entonces que la pretensión es
excesiva. El actor invocó como base de derecho los arts. 2164 y concs. del Código Civil, pero
estos solo le hubieran dado por crédito la recuperación de lo pagado, mientras que lo que el
actor quería era un nuevo artículo por el mismo precio (art. 2174 Código Civil). Debido a esta
situación compleja y dudosa la Camara entiende que no puede ser imputable de responsabilidad
jurídica la fabricante del rodado, toda vez que esta procedió a la fabricación como pudo, dentro
de un contexto económico industrial pobre. Por derivación tampoco corresponde atribuirle
responsabilidad a la concesionaria. El bajo valor del vehículo implica que sería un premio
indebido para el actor la sustitución, no solo desde un argumento del derecho, ya que la Camara
considera que seria un castigo injusto para los industriales que se verían obligados a
incrementar precios en un contexto económico desfavorable para dotar de mayor calidad. De
modo que la actora sabía lo que compraba, y su pretensión por ende es exagerada. Confirma la
sentencia de primera instancia, pero con la salvedad de imponer las cosas de pericia sobre la
pieza rota a la demanda, de modo que le sirva tal estudio para mejorar su producción.
f. Integración:​ Edgardo M. Alberti - Felipe M. Cuartero -
Disidencias o concurrencias
e. Razonamiento:​ (No Hay) -
f. Integración:​ (No Hay) -

1.- Nombre del Fallo


De Blasi de Musmeci, Claudia c/Sevel Argentina S.A. y otros s/sumario

2.- Año
2001

3.- Hechos
j. Hechos Reales:​ El hecho sucedió en 1994, cuando la actora conducia un automóvil Fiat Duna,
modelo 1994, en el cual viajaba junto a sus hijos y otros familiares. El automóvil, según la
demandante, presentaba una falla de fábrica en la caja de dirección, lo que provocó que en
cierto momento se volvió inmanejable, volcando en la ruta nacional 2.. Así resultó que debido al
siniestro perdió la vida su hijo, y sufrieron tanto daños psicologicos como fisicos el resto de los
ocupantes. Resultado de esto, la actora demanda a Sevel Argentina S.A., como así también
subsidiariamente a las compañías aseguradoras a fin de obtener indemnización por daños y
perjuicios.
k. Cuestiones presentadas por las partes:​ Actora demanda a Sevel Argentina S.A y las compañías
de seguro de manera subsidiaria, a fin de obtener una indemnización por daños y perjuicios
producto del accidente. Sostienen según informe pericial que el automotor presentaba una falla
de fábrica en la cremallera, lo que provocó el accidente y la muerte de un menor. También
requieren que la sentencia se extienda a las compañías de seguro citadas en garantía, y que se
analice los restos del vehículo debidamente a fin de evitar nuevos accidentes como el del litigio.
La demandada solicitó el rechazo de la demanda sosteniendo que no se tenía constancia del
estado del vehículo al momento del accidente, argumentando que este se produjo por una mala
maniobra de la conductora, y que el fallecimiento de su hijo obedeció a la culpa de quienes
estaban encargados de cuidarlo, ya que este no estaba debidamente sujetado. Alegó también
que no podía establecerse conexión causal debido a que el accidente ocurrió varios meses
después de la compra del vehículo, con lo cual no se explica cómo el supuesto vicio oculto
apareció el día del vuelco y no con anterioridad.
Las compañías de seguro sostienen que se las condenó genéricamente sin tener en cuenta la
cuota de participación que tiene cada una de ellas.
El Defensor de Menores mantiene el recurso de apelación adhiriendo a la fundamentación
recursiva de la actora.
l. Hechos Procesales:​ Primera instancia admitió parcialmente la acción tendiente al resarcimiento
de los perjuicios derivados del accidente vial. El a quo sostuvo que según informe pericial el
hecho ocurrió producto de que el vehículo se quedó sin dirección ya que la cremallera tenia una
falla en su tratamiento térmico. De no haber existido tal falla el accidente no hubiese ocurrido, y
el menor no hubiese fallecido. También culpo a Sevel S.A. por la falta de suficientes cinturones
de seguridad en el vehículo. Vista ambas cosas, la declaró culpable del accidente. Confirio así
una indemnización de 600.000 pesos con intereses por el deceso del menor, y fijo otros valores
por los demás ocupantes del vehículo en concepto de daños fisicos y psicologicos. Ordenó
también la entrega de un nuevo vehículo a uno de los demandantes.
La decisión fue apelada por los coactores, la demandada, las compañías de seguro citadas en
garantía, y el Defensor de Menores de instancia anterior.

4.- Normas Aplicables al caso


Constitución Nacional art. 42 (derechos consumidor)
Constitución Nacional art. 43 (garantías del derecho consumidor, acción)

5.- Decisión de la Camara

Voto de Mayoría
g. Razonamiento:​ En cuanto a la restitución de un nuevo automotor ordenada por la jueza de
primera instancia, la Camara entiende que es improcedente, toda vez que el comprador pide
una restitución del valor pagado. Fundamenta esto en base a que de haber conocido que el
automotor presentaba fallas, este no lo hubiese adquirido. Así es que la demandada debe
restituir el precio pagado por este. Debido a esto, la parte actora deberá devolver a Sevel S.A el
automóvil siniestrado. En cuestión de los intereses admite el agravio presentado por la actora, y
ordena que se computen intereses desde la fecha de sentencia hasta el pago efectivo.
Por último la Camara considera el reclamo de la actora tendiente a que se ordene a algún
órgano público un seguimiento de la producción de la demandada a los efectos de evitar futuros
daños a terceros. Sostiene que tal pretensión cuenta con el aval de precedentes que han
admitido la tutela de intereses difusos, citando fallos de la C.S.J.N. Dicha pretensión se orienta
a preservar la seguridad y salud de los usuarios de estos vehículos, encontrándose sustento para
ello en el ART 42 CN, que consagra el derecho de los consumidores a la información adecuada y
veraz, y sobre todo, impone a las autoridades el deber de proveer a la protección de estos
derechos, a la vez que el ART 43 CN, segundo párrafo, prevé medios expeditivos para su
aseguramiento. También cita el art. 52 de la ley 24.240 que reitera esa legitimación del
consumidor en tanto sus intereses resulten afectados o amenazados. La Camara remarca que el
accidente fue producto de la falla comprobada fehacientemente en la cremallera de dirección
del automóvil de los actores. Esta falla, dada que la pieza es producida en serie, afectará
inevitablemente a toda la serie que tenga en común la parte utilizada, y debido a esto se
aconseja disponer que la demandada adopte medidas necesarias para modificar sus procesos de
fabricación, o que se sustituyan por otras idóneas, a fin de evitar los defectos detectados en los
peritajes. Concerniente a esto, Camara gira las actuaciones a la Subsecretaría de Industria y
Comercio para que de inicio a las acciones administrativas que correspondan, y que al Instituto
Nacional de Tecnología Industrial se le asigne las tareas de supervisión en las mejoras. Por las
mismas razones expuestas, la Camara ordena a la demandada a que de inicio a una revisión
técnica general de los vehículos del mismo tipo que estén en uso.
En cuanto a las compañías citadas en garantía, la Camara extiende la condena dictada,
contribuyendo cada una proporcionalmente al monto asegurado hasta la concurrencia de la
indemnización debida, remarcando no obstante que su responsabilidad también es solidaria.
Anula a su vez las declaraciones en tal sentido en la póliza, donde se sostenía que las
aseguradoras no son solidarias, ya que resulta inoponible frente a la víctima del daño.
Confirma así la sentencia de primera instancia, en lo principal que decide, con las
modificaciones ulteriores dispuestas por Camara.
h. Integración:​ Monti - Caviglione Fraga - Di Tella -
Disidencias o concurrencias
g. Razonamiento:​ -
h. Integración:​ -

Aspectos Nuevo Código Civil - Divorcio y Alimentos.-

Desde el 1 de Agosto de 2015 regirá el Nuevo Código Civil, que modifica aspectos importantes de las
relaciones conyugales, derechos y obligaciones del matrimonio.

Aspectos relevantes del Código Civil anterior en cuanto al Matrimonio:

Los cónyuges se deben fidelidad, alimentos. Prescribe plazos previo a la presentación de demanda de
divorcio (2 años). Actualmente el Juez tiene el deber de intentar preservar la institución matrimonial.
Para que proceda el divorcio es necesario que ambos cónyuges están de acuerdo, o que haya culpa de
alguna de las partes.

Aspectos relevantes del Nuevo Código Civil en cuanto al Matrimonio:

Puede haber convenciones prematrimoniales sobre bienes. No es necesaria la culpa para decretar el
divorcio unilateral, no hay mínimo tiempo para dar lugar a la presentación de la demanda de divorcio.
La tendencia de los hijos es hasta los 5 años a prioridad de la madre, luego de lo que mas le convenga al
menor.

1.- Nombre del Fallo


S., M. A. c. R., D. A. (Divorcio)

2.- Año
2009

3.- Hechos
m. Hechos Reales:​ Ambas partes cometieron cometieron supuestos actos de infidelidad. Ante esto,
la actora inicia demanda de divorcio vincular.
n. Cuestiones presentadas por las partes:​ La accionante aduce a injurias graves de su esposo, toda
vez que este mantuvo relaciones de intimidad con otras mujeres. Presenta a su vez testigos para
acreditar esta cuestión, y a su vez maltratos por parte de su marido. Solicita divorcio vincular.
El accionado reconviene demanda, introduciendo a su vez alegando adulterio por parte de la
demandante, a parte de injurias graves. Solicita que se dicte sentencia de divorcio culpando de
adulterio a la demandante.
o. Hechos Procesales:​ S.M.A demandó por divorcio vincular a su esposo, D.A.R, atribuyéndole
conducta productora de injurias graves. El esposo -demandado- reconviene aduciendo adulterio
e injurias graves. Primera Instancia declara el divorcio vincular de los esposos por causal de
injurias graves recíprocas, rechazando la reconvención por causal de adulterio debido a la falta
de pruebas. D.A.R apela esta sentencia, argumentando que el a quo ha basado su sentencia en
un hecho nuevo -una supuesta nueva pareja de el-, que no fue invocado en ningún momento por
la actora al iniciar demanda.
4.- Normas Aplicables al caso
Código Civil, art. 202 (causales de separación)
Ley 23.515, art. 198 (modificatoria C.Civil, derechos y deberes de los cónyuges)

5.- Decisión de la Corte

Voto de Mayoría
i. Razonamiento:​ La Camara considera que no hay un hecho nuevo presentado en la causa, tal
como aduce el recurrente. Las conductas injuriosas se dan como ya presentadas, toda vez que la
actora desde el inicio las mencionó como supuestas infidelidades de su marido. Sosteniendo que
la Camara en pleno ha dicho con anterioridad que “no se puede decretar el Divorcio por hechos
que no fueron los aludidos”, se entiende entonces que el mismo se decretó en el sub lite por los
hechos ya presentados por la actora oportunamente al iniciar demanda, en ningún momento el
a quo sentenció en base a hechos nuevos nunca presentados, tal como adujo al recurrir
sentencia. Para decretar el divorcio por causal de injurias graves no es necesario explicar
pormenorizadamente todos los hechos, basta con los principales. Así, la causal de injurias
graves se da por evidencia de quiebre en la relación conyugal. La infidelidad indulgada a D.A.R
no es un hecho nuevo, o causal que no fue invocada por la accionante.
La relación conyugal está referida primero a relaciones personales y luego patrimoniales. En las
relaciones personales debe de haber reciprocidad, derechos y deberes entre los cónyuges. El art.
198 de la ley 23.515, modificatoria del Código Civil, establece entre estas obligaciones la de
deberse mutuamente fidelidad. Pero esa fidelidad no es entendida solo como de relaciones
sexuales -adulterio-, sino también que esta puede verse afectada toda vez que hay en exceso de
afectividad o intimidad con otra persona por parte de uno de los cónyuges. Esta actitud puede
resultar así injuriosa para con el otro cónyuge, no siendo indispensable probarlas, bastando tan
solo con que la suposición de su existencia afecte injuriosamente al otro cónyuge.
El adulterio representa asi violación al deber de exclusividad en el trato sexual, y las injurias
graves, como causal de divorcio, es todo hecho positivo o negativo imputable a un cónyuge, que
ofenda directa o indirectamente al otro en sus afectos. Se debe hacer entonces una apreciación
de las circunstancias y el carácter objetivo o subjetivo injurioso en esas ofensas. Las injurias
graves son así, causal residual de divorcio, son aquellas conductas que escapan a la tipificación
de otras causales, tal como aparece en el art. 202 del Código Civil. La Camara cita doctrina en
cuanto al deber de los cónyuges de comportarse de tal modo que sus actos no contravienen las
bases éticas subsistentes en el matrimonio. Justamente esto mismo es lo que acontece en la
causa, no hay elementos probatorios suficientes para imputar a la accionante haber cometido
adulterio, tal como sostuvo el recurrente en su reconvención de demanda y apelación, siendo
que de las declaraciones testimoniales solo se desprende suficientes actitudes impropias de
ambas partes, pero que no configuran adulterio, sino sólo injurias graves. Debido a estas
injurias graves recíprocas tanto de S.M.A como de D.A.R -previstas en el art. 202 del C.Civil-, y
a que no ha sido probado ningun adulterio, la Camara procede a confirmar la sentencia en
cuanto ha sido materia de recurso, y declara que ambos cónyuges fueron culpables de injurias
graves.
j. Integracion:​ Maria Cristina Arabe - Esteban Vazquez Soaje - Dante Gimenez -
Disidencias o concurrencias
i. Razonamiento:​ No hay.-
j. Integración:​ No hay.-
Luciano F. Turano.-

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