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Colegio Polivalente – Padre Alberto Hurtado.

Filosofía – 4to Medio.


Docente: Manuel Vidal L. H.

Certamen – Argumentación.

Lucrecio, De rerum natura, versos 149-214.

El principio de la contemplación y aprendizaje de la naturaleza lo tomaremos de lo siguiente:


jamás cosa alguna es engendrada a partir de la nada por un dios.
Y es que a todos los mortales los envuelve el miedo ese de que
ven que en la tierra y en el cielo se producen muchas cosas
sin que puedan ellos de ninguna manera acertar a ver las causas
de tales acciones, y por eso piensan que suceden por gracia divina.
Por esto, cuando hayamos visto que no hay cosa que pueda originarse
a partir de nada, tomando ese comienzo, entonces, desde ahí
contemplaremos ya con más acierto lo que estamos persiguiendo:
de dónde y cómo es posible que se origine cada cosa y de qué modo
cada una se produce sin la actuación de los dioses.

Porque si se produjeran a partir de la nada, de todas las cosas


podría nacer cualquier género de cosas, y nada necesitaría simiente.
Del mar para empezar podrían surgir los hombres, de la tierra
el escamoso linaje, y los voladores brotarían del cielo; reses
y otros ganados, fieras de cualquier género irían ocupando
tierras habitadas y deshabitadas con alumbramientos imprevisibles;
tampoco los árboles darían los mismos frutos que
suelen dar, sino que se verían mutados, y cualquiera de ellos podría
dar cualquier cosa, como es evidente si no tuviera cada uno
sus cuerpos genésicos de modo que pueda haber para cada uno de los seres una madre segura.
Pero puesto que ahora cada cosa se origina mediante una determinada semilla,
nace y sale a las orillas de la luz de allí donde cada una contiene su materia y sus cuerpos primarios;
y por tal razón no puede engendrarse de una cosa cualquiera cualquier otra,
porque para determinados seres hay contenida una peculiar posibilidad.

Y esto otro: ¿por qué vemos esparcirse en primavera


la rosa persuasiva, con los calores los trigos y a la invitación del otoño
las vides, si no es porque a su debido tiempo determinadas
semillas de seres confluyen para hacer aparecer lo que nace,
mientras es la temporada y la tierra vivificante saca sin peligro seres tiernos a las orillas de la luz?

Porque si se produjeran a partir de la nada, súbitamente surgirían en lugares imprevisibles


y en estaciones del año extrañas, pues tal sería en el caso si no hubiera unos primeros comienzos
que pudieran hallar impedimento para una unión engendradora en tiempo inadecuado.
Ni desde luego en el crecimiento de los seres tendría cabida un lugar
para la conjunción de la simiente, si pudieran ellos crecer a partir de la nada:
y es que de pronto saldrían jóvenes a partir de niños pequeños
y brotarían matorrales de la tierra levantándose de repente.

Ninguna de estas cosas sucede, como es manifiesto, ya que todo va creciendo poco a poco,
de acuerdo a determinadas semillas; y al ir creciendo, conservan su género, de modo
que uno puede reconocer que cada cosa se va agrandando y sustentando a partir de su materia propia.

A esto se añade que, sin determinadas lluvias al año,


la tierra no puede producir sus alegres partos ni tampoco la
naturaleza, separada de su alimento, podría propagar
el linaje de los animales y conservar sus vidas; de manera que
debe uno mejor pensar que hay muchos cuerpos que son
comunes a los muchos seres, tal como vemos en el caso de las
letras respecto a las palabras, y no que algún ser pueda
subsistir sin unos principios.

Y, para terminar, ¿por qué la naturaleza no fue capaz proveer hombres


tan grandes que a pie pudieran cruzar el mar y a fuerza de brazos
arrancar grandes montañas, o sobrepasar con vida muchos siglos de edad,
si no es porque para el engendramiento de cada ser hay una materia
determinada de la que se sabe qué es lo que puede surgir?

Por tanto, hay que admitir que nada se produce a partir de la nada,
Toda vez que los seres tienen necesidad de una simiente a partir
de la cual se produce cada uno para que puedan avanzar
entre las delicadas brisas del aire.

Por último, puesto que vemos que los parajes cultivados


son mejores que los que no lo son, y que a fuerza de brazos
dan mejores frutos, está claro que hay en el suelo unos primeros comienzos
de los seres que nosotros, volteando con la reja terrones
fecundos y montando el suelo de la tierra, empujamos
a nacer. Y si no los hubiera, cada cosa sin nuestro esfuerzo
tendría que verse mejorada por su propia espontaneidad.

Trabajo práctico de reflexión.

1) a. Identifica la tesis del texto.


b. Analiza los argumentos que respaldan la tesis.
c. Evalúa la evidencia que se presenta en apoyo de los argumentos.

2) a. Argumenta la relación existente entre el conocimiento de la naturaleza y el temor a los dioses;


b. ¿por qué es importante para Lucrecio demostrar que los dioses no intervienen en los
acontecimientos naturales?

3) Da un ejemplo de por qué conocer las causas de los eventos de la naturaleza es mejor que ignorarlas.

4) En la parte final Lucrecio habla de la agricultura. ¿Por qué esta mención sería evidencia a favor del
argumento principal?

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