You are on page 1of 4

28 MEDIEVALIA 36, 2004

FLORENCIA PINAR, LA MÁS LUMINOSA.


¿OTRO POEMA SUYO?
VIVIANA PONCE ESCUDERO
Universidad Autónoma de Barcelona

Pocos escritos de mujeres medievales se conservan hizo Brian Dutton, Cancionero del siglo XV (1360-
hoy, tal vez porque simplemente no eran divulga- 1520), aparezcan dos canciones que en el Cancionero
dos, porque la tradicional misoginia medieval impe- de Hernando del Castillo no se hallan, y que según
raba, porque era un mundo de hombres, o quién se lee en el mismo Cancionero de Dutton, él debió
sabe, tal vez sólo era que no los firmaban… En fin, recopilar entre los diversos cancioneros que circula-
lo cierto es que hoy disponemos de contados textos ban por la época, siguiendo manuscritos del Museo
de mujer que, a pesar de todo, se evidencian como Británico y de la Biblioteca de Madrid, entre otros.
innegables voces subversivas. Voces de mujeres di- En las antologías más reconocidas, como la de J.
ciendo eso que jamás debería salir de boca femeni- M. Aguirre (Antología temática, 11-12), Serrano y
na, como el deseo o las pasiones, verdaderos tabúes Sanz (Apuntes, 129a-130b), Michael Gerli (Poesía can-
que las primeras poetas rompen con sus letras. cioneril), por nombrar algunas, aparecen citados siem-
La más luminosa de todas es Florencia Pinar (fi- pre los mismos poemas de Florencia Pinar y si es que
nes del siglo XV ), poeta que aparece en las recopila- no todos juntos, sí los mismos alternadamente como
ciones del Cancionero general de Hernando del Casti- señala Barbara Fulks (“The Poet”, 33-34). Ahora bien,
llo publicadas en 1511, donde se encuentran los bajo mi lectura y a la luz de críticos como Joseph
poemas más recurrentes citados por las antologías Snow (“The Spanish Love Poet”, 320-332), Juan Ca-
contemporáneas, tres para ser exactos: Ay que [h]ay sas Rigall (Agudeza y retórica) o Keith Whinnom (“El
quien mas no bive, A unas perdices que le enviaron bivas conceptismo”), estas canciones que se presentan en el
y Ell Amor ha tales mañas (v. Deyermond, “Spanish Cancionero de Dutton deberían ser también de Flo-
First Women Writers”); aunque ya se le reconocen, rencia Pinar, a pesar de que, como recuerda Fulks:
ciertamente, cinco: Canción de florençia pinar (“Ha-
go de lo flaco fuerte…”) y Es la boz de mi canción.1 The proper name Florencia Pinar can only be affixed
Pero llama la atención que en la recopilación que with any certainty to four poems which appear in
the Spanish cancioneros of the late fifteenth and early
sixteenth centuries. It seems that Florencia had a
1
M. A. Pérez Priego (Poesía femenina) piensa que son siete. brother, Geronimo, and the two were not careful to
M EDIEVALIA 36, 2004 29

distinguish between each other when signing their y las penas sospirando
work. Or perhaps with the Proper Name and the si de vos mirar me tyro
Author as the present age. At any rate, the gender ya no me puede valer
question has produced some confusion of attribution que en punto de morir vengo
quanto mas quiero esconder
and some critical commentary on the Pinar’s which
el grado que de vos tengo.
merit a second look (“The Poet”, 33). (Dutton, Cancionero, 161)3

No podemos olvidar, en todo caso, que la cues-


tión del anonimato en la Edad Media y la poca im- La primera de las canciones, Canción de Florencia,
portancia que tenía la pertenencia poética pueden en la única recopilación que aparece citada —no co-
ser también excusas para esconderse de los ataques mentada— es en el Cancionero de poesías varias;4
pero, a diferencia de los demás poemas de este Can-
de algunos escritores o, tal vez, del destinatario de
sus letras. Lo cierto es que escudriñando muy deta- cionero, ésta no lleva la rúbrica ni señal alguna de
lladamente los poemas anónimos, quizás encontra- autoría, sólo al ir al índice de autores encontramos
ríamos grandes similitudes con algunas autoras co- el nombre de Florencia Pinar. Sin embargo, al pro-
nocidas y también, acaso, descubriríamos a otras. ceder de la misma fuente que el Cancionero de Du-
tton, es extraño que, por una parte no cite al poema
Las canciones a analizar son:
que viene inmediatamente a continuación y, por
CANÇION DE FLORENCIA otra, no mencione la rúbrica.
A simple vista lo inicial es decir, como ya he ade-
Cuydado nuevo venido lantado, que la primera canción está precedida por
me da de nueva manera su nombre y, siguiendo a Deyermond (“Las autoras
pena la mas verdadera
que jamas yo & padecido medievales”) y sus discípulos, donde la autoría es re-
conocida por estar el nombre del poeta anunciado
yo ardo sin ser quemado (pues no se preocupa de los que no llevan autor
en bivas llamas de amor mencionado ni analiza posibles coincidencias con
peno sin aver dolor
otros escritos para determinar una probable autoría
muero sin ser visitado
de quien por beldad vençido femenina, quizás por esta razón reconoce sólo tres
me tiene so su vandera poemas de Florencia), estaría clara la evidencia de
o mi pena postrimera que es suya. La siguiente canción viene inmediata-
secreto fuego ençendido. mente después de esta primera, y en la rúbrica se lee:
(Dutton, Cancionero, 161)2
Otra suya, por lo tanto, también debería pertenecerle.
En ambas canciones la métrica es la misma, com-
O TRA SUYA
bina redondillas y quintillas octosilábicas de rima
Tanto mas creçe el querer asonántica, la misma que presentan sus otras cancio-
y las penas que sostengo nes sí reconocidas. Los últimos cuatro versos de la
quanto mas quiero esconder segunda canción, la vuelta, son repetición de los pri-
el grado que vos tengo meros tal como apuntan Snow y Whinnom. Nor-
El grado creçe mirando
3
tanto que mas os miro [ID0766] LB1-75 (27r-v = XXXI) (4,8).
4
Aparece varias veces en el Cancionero de Dutton, pero sólo
2
[ID0450] LB1-74 (27r =XXXI) (4,8). en el citado se le atribuye autoría. Pérez Priego apoya esta idea.
30 MEDIEVALIA 36, 2004

malmente, la canción presenta cuatro versos en el su amor es y crece con tan sólo mirarlo, a pesar de
estribillo —como en este caso—, aunque hay de tres, que una lectura erótica aduciendo el sentido figura-
pero Florencia Pinar presenta esa variación propia do de tales palabras también se hace posible, pues
de las innovaciones que va sufriendo su tiempo, del grado de mirar pasa a decir que viene en punto de
como el estribillo de cinco versos en otra de sus can- morir, ahora la pregunta pertinente es si viene en
ciones (“...!ay! que ay quien mas no bive...”) intro- punto de morir pues la muerte es el único camino
ducido por Jorge Manrique, por lo tanto y citando a para esconder su grado por el amado, o es que se tra-
Roxana Recio “Pinar, por lo tanto, puede conside- ta de una muerte en el aspecto sexual, dejando evi-
rarse una poeta culta” (“Otra dama”). dencia de que su deseo está al borde de desbocarse.
Además, en ambos, estamos delante de una anta- Como digo, estamos ante una intencionada am-
naclasis (Casas Rigall, Agudeza y retórica, 50), en la bigüedad.
primera el vocablo que se repite es “pena” y en la se- El amor, bueno o malo, apasionado y no corres-
gunda es “querer” en sus diversas acepciones. Otros pondido, una voz a ratos abiertamente erótica, que
elementos que se verifican y que distinguen la poesía desea enfrentase con el deseo carnal aunque indirec-
de Florencia Pinar son, también, la aliteración, el tamente, y otras aparentemente templada, reflejan la
poliptoton y la iteratio, reforzada por la unión asin- misma obsesión que en los poemas sí reconocidos y
dética o polisindética de sus versos. asumidos por la crítica.
Los motivos, como aclara Joseph Snow, son sus Pero, ante todo, lo que parece distinguir los tex-
emociones, las que pueden recorrer toda la gama tos de Florencia Pinar es el tratamiento siempre
emotiva, y que, generalmente, son revelaciones para amargo, necesario, doloroso y alegre, que provoca el
una confidente, su amiga, su hermana, o su madre; sentimiento amoroso. Repite tantas veces que el amor
o emociones que, tal vez, sean directamente dirigi- es una mal que hace sentir una pena jamás sentida
das a su amante ausente, como si él pudiera escu- antes, que es capaz de destruir el cuerpo, de provo-
char sus palabras (Snow, “The Spanish Love Poet”, car la muerte —en cualquiera de sus lecturas, eró-
320). La actitud continúa siendo la misma, ambi- tica o concreta— así como también, lo necesario y
gua; pues se dirige a un amante con el que es impo- esperado que se hace tener ese sentimiento; senti-
sible vivir, sin embargo, imposible también resulta miento que no tiene miramientos sociales ni de gé-
vivir sin él. nero, nadie se libra, pues es su gracia tener mil for-
Las canciones están hechas de símbolos, como mas, así como el demonio o Dios, y a quien le entra
apunta Whinnom, palabras que más que decir con- no se lo saca ninguno de los dos.
cretamente, insinúan, es el doble sentido de los versos
amatorios, palabras que no nos aclaran su sentido en
una primera lectura. A través de la ambigüedad ca- B IBLIOGRAFÍA
racterística del vocabulario que utiliza, ella insinúa
una ausencia necesaria del amante-amado, una AGUIRRE, J. M., Antología temática del amor cortés,
muerte amorosa en ausencia del amado o un oculta- Salamanca: Anaya, 1971.
miento del sentir a favor de su ya no sosegada vida. Cancionero de poesías varias (ms. 617 de la Bibliote-
Además, claro está, de la evidente influencia del “amor ca Real de Madrid), Madrid: Visor, 1994.
cortés”, pues el “grado” —agrado— por el amado C ASAS RIGALL, JUAN, Agudeza y retórica en la poesía
crece al mirar y la primera forma amatoria cortesana amorosa de Cancionero, Santiago de Compostela:
es a través de los ojos, tal como ella lo está diciendo; Universidad de Santiago de Compostela, 1995.
M EDIEVALIA 36, 2004 31

C ASTILLO, HERNANDO DEL (comp.), Cancionero gene- GERLI, MICHAEL, Poesía cancioneril castellana, Ma-
ral (Valencia 1511), introd., índices y apéndices drid: Akal, 1994.
de Antonio Rodríguez-Moñino, Madrid: Real P ÉREZ PRIEGO, MIGUEL ÁNGEL (ed.), Poesía femenina
Academia Española, 1958. en los cancioneros, Madrid: Castalia, 1990 (Bi-
D EYERMOND, ALAN, “Las autoras medievales castella- blioteca de Escritoras).
nas a la luz de las últimas investigaciones”, en R ECIO, ROXANA, “Otra dama que desaparece: la abs-
Juan Paredes (ed.), Medioevo y literatura. Actas tracción retórica en tres modelos de canción de
del V Congreso de la Asociación Hispánica de Lite- Florencia Pinar”, Revista Canadiense de Estudios
ratura Medieval, t. 1, Granada: Universidad de Hispánicos, 16:2, 1992, 329-339.
Granada 1995, 31-52. SERRANO Y SANZ, MANUEL, Apuntes para una bibliote-
——, “Spanish First Women Writers”, en Beth ca de escritoras españolas, t. II, Madrid: Atlas,
Miller (ed.), Icons and Idols: Women in Hispanic 1975 (Biblioteca de Autores Españoles, CCLXX).
Literature, Berkley-Los Angeles: University of SNOW , JOSEPH, “The Spanish Love Poet Florencia
California Press, 1983, 27-53. Pinar”, en K. M. Wilson (ed.), Medieval Women
D UTTON, BRIAN, Cancionero del siglo XV (1360- Writers, Athens: University of Georgia Press,
1520), Salamanca/Universidad de Salamanca, 1984.
1990 (Biblioteca Española del siglo XV). WHINNOM, KEITH, “El conceptismo cancioneril”, en
FULKS , BARBARA, “The Poet Named Florencia Pi- La poesía amatoria de la época de los Reyes Católicos,
nar”, La Corónica, 18:1, 1989-1990, 33-44. Durham: University of Durham, 1981, 47-62.

You might also like