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Monición de Entrada
¿Quién como Dios? ¡Nadie como Él!; Soy el arcángel miguel y Dios me ha
constituido PROTECTOR Y DEFENSOR de este lugar.
Buenas tardes queridos hermanos y hermanas, nos hemos reunido hoy en la Casa de Dios
para conmemorar la aparición del Arcángel Miguel en el Monte Gargano en el año 490 y la
aparición de la Santísima Virgen María en Cuapa, bajo la advocación de La Asunción en el
año 1980. El arcángel Miguel nos dice que todo lo hagamos bajo la voluntad del altísimo y
nuestra Madre nos pide que nos amemos, hagamos la paz y nos invita a seguir rezando el
santo rosario no solo en este mes sino todo el año y en familia. Nos ponemos de pie para
recibir al celebrante.
Sacerdote: Pidamos al Señor, a quien alaban los ángeles, que escuche nuestras oraciones
por la Iglesia y por todos los seres humanos.
Para que san Miguel, fortaleza de Dios, custodie a la Iglesia, roguemos al Señor.
Para que por manos de los ángeles suban hasta la presencia de dios las ofrendas y
oraciones de la Iglesia, roguemos al Señor.
Para que busquemos continuamente el rostro de Dios, que contemplan continuamente
los ángeles, roguemos al Señor.
Para que los niños y los jóvenes vivan libres de las asechanzas del enemigo,
protegidos por aquellos que son enviados para guardarnos en nuestros
caminos, roguemos al Señor.
Para que al final de nuestra vida los ángeles nos reciban en el paraíso y nos
introduzcan en la ciudad santa de Jerusalén, roguemos al Señor.
Para que María Virgen jamás nos desampare cuando pidamos su auxilio e imploremos
su protección, roguemos al Señor.
Para que Nuestra Madre nos ayude a seguir sus pasos y aceptando la voluntad de Dios
como ella lo hizo, roguemos al Señor.
Y para que por medio de la meditación del Santo Rosario encontremos la Gracia en
Dios como María encontró Gracia en Él, y así seamos dignos de merecer su
Misericordia, roguemos al Señor.
Sacerdote: Te pedimos, Señor, que tus santos arcángeles, ministros gloriosos de tu poder de
salvación, nos ayuden en el peregrinar de esta vida y nos conduzcan después a la patria
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EVANGELIO DEL “DIA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL”