Cómo ser como niños siendo adultos

Marcos 10:13-16, 18:1-6

Marcos 10:13-16
13 Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos
reprendían a los que los presentaban.
14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir
a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios
como un niño, no entrará en él.
16 Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre
ellos, los bendecía.

Mateo 18:1-6
1 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo:
¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como
niños, no entraréis en el reino de los cielos.
4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el
mayor en el reino de los cielos.
5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este,
a mí me recibe.
6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños
que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una
piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo
del mar.

Introducción

Las personas queremos ser importantes, tener lugares de honor, en el trabajo, en el gobierno, incluso en la iglesia. Los discípulos de
Jesús, esos que estaban aprendiendo directamente de él, también tenían ganas de ser muy importantes en el reino de Dios. Algunos
incluso fueron por su mamá, para que solicitara formalmente a Jesús que uno se sentara a su derecha y otro a su izquierda (Mateo
20:20-28). En el reino de los cielos las cosas son diferentes, el cristianismo va contra la corriente de este mundo.

Estamos en el mes del niño, 30 de abril es el día del niño. La gente piensa en darles regalos, dulces, juguetes, hasta se hacen colectas
de dulces y juguetes para regalarles algo en ese día. Pero no nos detenemos a reflexionar en que nosotros mismos debemos ser como
ellos. A algunos de los que estamos aquí no les agradan los niños, igual que a los discípulos, pero Jesús piensa diferente. Tenemos
que ser como niños.

Leer pasajes

1.- Si no eres como niño no puedes entrar en el reino de Dios, Mr 10:15, Mt 18:3

A causa del reino de Dios, los discípulos lo han dejado todo para seguir a Jesús. Buscan la presencia de Dios, quieren formar parte de
su reino. Pero Jesús les advierte que, al repeler a los niños, están cerrando la única puerta para entrar en ese reino de Dios tan deseado.

Un niño confía. No puede vivir sin confiar en quienes le rodean. Su confianza no tiene nada de virtuoso, es una realidad vital. Confía
en que va a comer, en que va a ser amado, cree en sus padres, en su amor, en su protección. Para encontrar a Dios, de lo que mejor
disponemos es de nuestro corazón de niño que es espontáneamente abierto, quiere ser amado.

Un niño depende completamente de sus padres. Tenemos que depender completamente de nuestro Padre celestial.

Un niño es inocente, sin malicia. 1Corintios 14:20, Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero
maduros en el modo de pensar.

Los niños no tienen poder ni prestigio. Les pides que hagan algún mandado, una tarea y la hacen, ejemplo de Noé. Renuncia a tu ego,
sé como un niño.

Un niño es humilde. El razonamiento de Jesús era totalmente contrario a los conceptos judíos sobre la grandeza. Cuando sus discípulos
discutían por ser el más importante, llamó a un niñito y, abrazándolo con ternura, dijo: “Verdaderamente les digo: A menos que
ustedes se vuelvan y lleguen a ser como niñitos, de ninguna manera entrarán en el reino de los cielos. Por eso, cualquiera que se
humille como este niñito, es el mayor en el reino de los cielos”

¡Qué gran ejemplo de humildad! Imagínate la escena: un niñito rodeado de un grupo de hombres adultos, barbones, de aspecto serio,
que lo miran fijamente. ¡Qué inocente y confiado se le ve en regazo de Jesús! No tiene malicia, ningún sentimiento de rivalidad. Ahí
está: sumiso, sin pretensiones. ¡De qué manera tan hermosa demuestra el pequeño la humildad!
Cómo quisiera que mi Padre celestial me sentara en sus rodillas, que acariciara con ternura mi cabello, que sobara mi espalda, me
dijera suavemente: te amo hijito. Quiero ser ese pequeño en los brazos del Padre fuerte, que me ama con amor eterno, que ha
prolongado sus misericordias sobre mí, que me ha lavado y perdonado, que envío a su propio Hijo para salvarme y hacer hijo suyo
también.

Entre los miembros de la iglesia cristiana no hay lugar para el orgullo ni para el espíritu competitivo que promueve contiendas,
rivalidades y pleitos.

La iglesia de Tesalónica es un ejemplo de cómo se puede recibir la Palabra de Dios como niños, 1 Tesalonicenses 2:1-13:
7 Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que
cuida con ternura a sus propios hijos. [Pausa - reflexión]
8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos
querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también
nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy
queridos.
9 Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga;
cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a
ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa
e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los
creyentes;
11 así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus
hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros,
12 y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios,
que os llamó a su reino y gloria.
13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios,
de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de
nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino
según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en
vosotros los creyentes.

2.- ¿Cómo ser como niños siendo adultos?

Nacer de nuevo, Jesús y Nicodemo, Juan 3

1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo,
un principal entre los judíos.
2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has
venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas
señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo
viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su
madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios.
9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Tienes que escuchar el evangelio, creer en la Palabra de Dios, arrepentirte, confesar a Jesús, bautizarte para perdón de tus pecados y
naces de nuevo, eres una nueva criatura, que nace de agua y de Espíritu (Romanos 6, 1 Co 15)

¿Cómo puedo ser como niño siendo adulto? Desear el reino de Dios, la Palabra de Dios, la presencia de Dios, Ejemplo de Hassen
comiendo pan (las ganas con las que comía). 1 Pe 2:1-3, 1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas
las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3
si es que habéis gustado la benignidad del Señor. Aliméntate de la Palabra de Dios, más y más, con ansia, con hambre, que se vea que
tienes ganas de ser como niño, deseando el alimento espiritual, no nos alimentamos únicamente el domingo, cada día, varias veces al
día. Sé como niño, deseoso del alimento espiritual. Anhelar ardientemente la presencia de Dios

Conclusión
¿Quién quiere entrar en el reino de Dios? No te olvides de ser como un niño, libre de malicia, con hambre de Dios, dependiendo del
Señor, confiando en él, esperando en sus promesas. Sin pretensiones, sin orgullo, sin rencor, sin mentiras. Queriendo más y más de
Cristo. Si ya estás bautizado, te invito a seguir adelante, si aún no lo haces, quiero decirte que hoy es el día de salvación, como decía
el Eunuco, Aquí hay agua ¿Qué impide que yo sea bautizado? Si crees, bien puedes. Si oyes hoy la voz de Dios, no endurezcas tu
corazón. El amor de Dios es maravilloso, su presencia es hermosa, búscala cada día, alábalo, cree en él, lee su Palabra, espera en sus
promesas, conviértete en ese niño amado de tu Padre celestial, para que cuando venga por su iglesia, tengas una amplia y generosa
entrada al cielo. Asómbrate como los niños cuando ven algo nuevo, emociónate, vive el cristianismo con intensidad, hay motivos!

Deja el mundo, el pecado, la idolatría, todo lo que te aleje de Dios, quítalo de tu vida, tu Padre te está esperando al final del camino,
ve corriendo a sus brazos.