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Gramática del Nahuatl Clásico 1 © 2009, 2012, por Frank Díaz

Derechos reservados. Se permiten las citas siempre que se mencione la fuente.


CONTENIDO

Observación

Primera Parte - Presentación de la lengua


Capítulo 1. Contexto lingüístico del nahuatl
Capírulo 2. Historia del Nahuatl
Capítulo 3. La dialectización del nahuatl
Capítulo 4. Las escrituras del nahuatl
Capítulo 5. Los fonos
Capítulo 6. Las sílabas

Segunda Parte - Los componentes de los términos


Capítulo 7. Estructura de la lengua
Capítulo 8. Las raíces
Capítulo 9. Las partículas modificadoras
Capítulo 10. Estructura de la afijación
Capítulo 11. Tipos de afijación

Tercera Parte - La construcción de los términos


Capítulo 12. La aglutinación
Capítulo 13. Sintaxis de la aglutinación
Capítulo 14. Eufonía por adopción
Capítulo 15. Eufonía por elisión
Capítulo 16. La desambiguación

Cuarta Parte - Los sustantivos


Capítulo 17. El sufijo nominal
Capítulo 18. Propiedades de los sustantivos
Capítulo 19. Los abstractos nominales
Capítulo 20. Los abstractos verbales
Capítulo 21. Los sustantivos titulares
Capítulo 22. Los sustantivos de posesión

Quinta Parte - Recursos semánticos


Capítulo 23. El recurso del género
Capítulo 24. El recurso de vocativos
Capítulo 25. Vocativos interjectivos
Capítulo 26. El recurso de la cuantificación
Capítulo 27. El énfasis por frecuentación
Capítulo 28. Enfáticos truncos
Capítulo 29. El recurso de la evaluación

Obras consultadas
Observación
El propósito de este estudio es explorar algunos aspectos de la gramática del nahuatl clásico.
Usaremos como base los vocabularios y gramáticas de esa lengua redactados por los cronistas
españoles en los siglos 16 y 17, así como el canon literario de los pueblos nahuas.

Para facilitar su correcta pronunciación, los términos del nahuatl se escriben con ortografía
fonética, por lo que se deben leer tal como están escritos, según los valores actuales de las letras
del español. Se exceptúan casi todos los aztequismos (términos del nahuatl incorporados al
español, tales como Nahuatl, Anahuac, Mexicas, Teotihuacan, etcétera) y los hispanismos
(términos del español incorporados al nahuatl), los cuales se escriben con ortografía popular.

Todas las palabras de más de una sílaba se pronuncian con acento llano o grave. Debido a que
el nahuatl es una lengua monotonal, tal acento no se escribe. También se omiten los acentos
ortográficos de los aztequismos.

Los términos en nahuatl se destacan en negritas, y su traducción, en itálicas. Empleamos la


siguiente nomenclatura y signos para describir sus características estructurales:

• Los componentes son los términos que se aglutinan para formar otro, deslindados mediante
paréntesis (); por ejemplo: (Koska)kuau’tli, buitre.
• Los elementos son las unidades gramaticales de un término, deslindadas mediante guión (–);
por ejemplo: Te-kua-ni, animal feroz.
• Las unidades fonéticas son los fonos, fonemas y sílabas del término, deslindadas mediante
corchete []; por ejemplo: [A]katl, caña.

Además, se emplean los siguientes signos explicativos:

• El signo de suma (+) expresa la aglutinación de términos o su unión en una frase; por
ejemplo: Ketsalli + Koatl.
• El signo de igualdad (=) expresa el resultado de la unión anterior o la sinonimia entre dos
términos; por ejemplo: Pantli = Pamitl, bandera.
• El signo “mayor que” (>) establece una relación causal entre términos; por ejemplo: Ka, ser
> Onka, estar.
• La barra diagonal (/) destaca la diferencia semántica entre dos términos; por ejemplo:
Ketsalli, pluma fina / Kecholli, pluma.
Capítulo 1. Contexto lingüístico del nahuatl
Primera Parte - Presentación de la lengua

1.1 Presentación del nahuatl


Las lenguas constituyen el legado de las experiencias de un pueblo. Cuando se pierde una
lengua, se cierra una ventana al Universo. Esto se aplica con más razón a una lengua como el
nahuatl, heredera de los logros materiales y espirituales de los pueblos del México antiguo.

El nahuatl es una de las lenguas más representativas de Anahuac (Mesoamérica). Durante su


etapa prehispánica intercambió con otras lenguas, dio a luz a variedades y dialectos, desarrolló
una literatura que la elevó a alturas clásicas, fue usada como lengua franca, comercial y
diplomática, jugó un papel protagónico en la historia y soportó el impacto de la
invasión europea.

Durante la Colonia, se usó tanto con propósitos de evangelización como de resistencia cultural,
adquirió refinamientos y vocabularios, y se extendió demográfica y territorialmente. Pero, a
partir de la Independencia, comenzó a declinar y entró en un proceso de dialectización.

En la actualidad, gracias al activismo de algunos investigadores y grupos nahuablantes, el


nahuatl recobra nueva vida, destacando como un emblema de la identidad profunda de los
mexicanos.

1.2 Formación de las lenguas


Para comprender la lengua nahuatl, hemos de entender primero ese fenómeno al que llamamos
“lengua”. La lengua es el resultado de la conjugación de tres factores: la biología, la cultura y
la historia.

Desde tiempos remotos, el ser humano ha tratado de explicar el origen del habla. Según la
Biblia, Dios creó al Universo mediante la palabra, y creó al ser humano con una lengua
incorporada. Por su parte, el Popol Vuj, libro sagrado de los mayas, afirma que la Serpiente
Emplumada creó a los seres vivos con el objeto de que aprendieran a pronunciar el nombre
divino, y midió el desarrollo de lo humano a través de la capacidad de hablar.
La ciencia moderna ha comprobado que el habla tiene un origen biológico. Muchos mamíferos
se comunican mediante sonidos y algunos son capaces de disponerlos en una primitiva
sintaxis¹. Los fósiles indican que la capacidad de articular sonidos de tipo humano surgió hace
2 millones de años, gracias a una mutación en la glotis de nuestros antepasados; es probable
que, por entonces, surgieran las primeras lenguas. El siguiente paso ocurrió hace 200 mil años,
cuando otra mutación creó un gen que controla el habla. Tal origen natural explica la instintiva
propensión de los niños a comunicarse mediante sonidos y a ordenar los significados de
determinada manera², y la notable homogeneidad que tienen todas las lenguas de la tierra, desde
el punto de vista estructural.
1 Por ejemplo, los monos de Campbell, en Costa de Marfil, pueden emplear seis
palabras en nueve secuencias sintácticas para referirse a significados específicos.

2 Un fenómeno estudiado por una corriente lingüística llamada Gramática


generativa.

Pero la biología sólo pone las herramientas y la necesidad de comunicarse; la forma y


contenidos de la lengua son un resultado cultural. Entre lengua y cultura existe un proceso de
realimentación: la lengua se nutre de los logros y frustraciones de la cultura, en tanto la cultura
adopta y extiende la sintaxis o estructura de la lengua. Puesto que cada cultura experimenta el
Universo de modo específico, las lenguas pueden llegar a ser muy diferentes, desde el punto
de vista semántico o significante.

Sin embargo, los aportes de la cultura a la lengua no ocurren de una vez, sino que se distribuyen
en el tiempo. De modo que, el tercer factor a tomar en cuenta para entender la lengua, es el
histórico. Así como la cultura define la lengua, las contingencias históricas la indefinen o
modifican, haciendo que, con el tiempo, una lengua se transforme en otra. Como este fenómeno
no se conocía en la antigüedad, la Biblia intenta explicarlo, afirmando que las lenguas surgieron
de una vez, la noche en que Dios castigó a los malvados constructores de la torre de Babel.

En su lento proceso de formación, las lenguas recogen las vicisitudes por las que pasan los
pueblos, de modo que son una valiosa herramienta para comprender la historia, con una ventaja
sobre los libros de historia: en tanto estos se pueden falsear por accidente o a propósito, la
lengua es honesta.

1.3 Tipos de lenguas


Por su origen, las lenguas se clasifican en naturales y artificiales. Las naturales, como el español
y el nahuatl, son un producto espontáneo, se forman lentamente y tienen una evolución
predecible. Las artificiales, también llamadas auxiliares, como los idiomas cibernéticos, son
construcciones deliberadas; por lo general, no evolucionan, pero pueden dar el paso a la
naturalidad, tal como le ocurrió al esperanto.
Desde un punto de vista cualitativo, hay dos tipos de lenguas: populares y cultas. Las populares
son aquellas que no han formulado sus reglas de modo explícito, como el nahuatl y el maya
que se hablan en la actualidad. Las cultas son las que desarrollan una literatura que les da
formato y contenido, como el nahuatl y el maya de tiempos prehispánicos. Si una lengua culta
se hace punto de referencia de una cosmovisión, se califica de clásica. Si, además, es adoptada
por una religión, se sacraliza, lo que retarda la velocidad a la cual evoluciona; ejemplos de este
fenómeno son el latín medieval, el sánscrito, el hebreo, el árabe y el nahuatl clásico.

Desde un punto de vista morfológico, las lenguas se clasifican en incorporativas, aislantes y


neutras. Las incorporativas tienden a unir varios términos³, como el título divino nahuatl
Tlawiskalpanteku’tli, el señor de la casa del alba, compuesto de tres términos. Por el
contrario, las aislantes tienden a pronunciar las raíces y partículas modificadoras por separado,
como en la expresión maya Jun Chan kin tu Kan Ik tun, el día 1 Lagartija del año 4 Viento.
Las lenguas neutras equilibran la incorporación y el aislamiento, produciendo términos de unas
pocas sílabas, como en la frase zapoteca Gulanu diidshasá, salvemos al idioma zapoteco.

3 Los elementos incorporados se llaman Monemas


o unidades de significación sistemática.

1.4 Reglas
Toda lengua se compone de un conjunto de reglas y un conjunto de vocabularios. Las reglas
son de tres tipos:

• Gramaticales, las que indican cómo se construyen los términos.


• Sintácticas, las que indican cómo deben combinarse los términos para crear frases.
• Fonéticas, las que indican cómo deben pronunciarse los términos.

Al igual que en español, los términos del nahuatl se componen de una raíz a la que se añaden
partículas que aplican su sentido y le dan característica gramatical; por ejemplo, la raíz Kual,
relativa a lo bueno, da origen al sustantivo Kuallotl, bondad, al adjetivo Kualtik, bueno, al
adverbio Kualtika, buenamente, y al verbo Kualtilia, mejorar.

Las categorías gramaticales del nahuatl no siempre coinciden con las del español; así, en
español tenemos modo verbal infinitivo y en nahuatl no; en cambio, el nahuatl posee
sustantivos con función verbal, de los que carece el español. Esto genera un problema pues, a
veces, no existen en la nomenclatura gramatical del español términos que describan
apropiadamente ciertas características del nahuatl. El asunto se resolvería si creáramos una
taxonomía exclusivamente nahuatl, pero esta sería poco comprensible para el lector.
En este estudio llegamos a una solución intermedia: adoptamos las categorías gramaticales
similares del español, especificando los sentidos particulares en que se emplean, y creamos
algunas categorías nuevas cuando resulta necesario.

1.5 Vocabularios
El segundo componente de la lengua son los vocabularios, paquetes de términos relacionados
por su función que reciben el nombre técnico de stocks lingüísticos.

Las lenguas son como seres vivos: nacen, se desarrollan, a veces se reproducen y, con el tiempo,
mueren. Toda lengua cambia en todo momento. Aunque quizás no nos demos cuenta, nuestra
forma de expresarnos ha variado a través de la vida, y esto es más evidente a lo largo de las
generaciones.

Pero el cambio de la lengua no es uniforme, pues no todos sus vocabularios evolucionan a la


misma velocidad. Algunos, como los stocks científico y tecnológico, son muy dinámicos;
prueba de ello es la profusión de términos cibernéticos que se han inventado en las últimas
décadas, muchos destinados a una rápida extinción. Otros stocks, como los relativos al
parentesco, las partes del cuerpo, la agricultura y la religión, son más conservadores; por
ejemplo, en la actualidad seguimos empleando términos como Cristo, Mesías, Dios, Jehová,
Parusía, Ostia, Misa, Amén, Biblia, etcétera, aunque pertenecen a diversas lenguas anteriores
al español.

La evolución de los vocabularios puede alterarse debido a las circunstancias. Así, la


evangelización cristiana reemplazó y extinguió rápidamente los stocks mítico y sagrado de las
lenguas indoamericanas, pese a su resistencia intrínseca.

Si no hay presiones ideológicas o de otro tipo, los cambios masivos de la lengua ocurren a una
tasa fija; la técnica que la mide se llama Glotocronología o medida de la deriva glotal. Se ha
observado que, en circunstancias normales, una lengua pierde del 15 al 20 % de sus raíces por
milenio, inventando o importando otras tantas raíces para ocupar los espacios vacíos. Después
de 2 mil años, la lengua ha cambiado tanto, que resultaría inentendible para sus primeros
hablantes; es así como una lengua da origen a otra.

En las circunstancias que se dieron tras la invasión europea, la deriva de las lenguas americanas
se aceleró. Como resultado, en los últimos 500 años, el nahuatl ha cambiado tanto como el
español en su milenio de historia. Por eso, en la actualidad, las lenguas de origen americano
presentan variaciones notables en estructura y extensión con respecto a sus versiones
prehispánicas.
La deriva glotocronológica implica que, tarde o temprano, toda lengua se extingue.
Sorprendentemente, el renacimiento del vasco y el hebreo clásico en el siglo 20 ha demostrado
que, en ciertas circunstancias, una lengua muerta o casi muerta puede resucitar.

1.6 El parentesco de las lenguas


Si vamos a ser puristas, en el mundo se habla y siempre se ha hablado una sola lengua: la
humana. De no ser por las migraciones de los pueblos, que introducen cuñas lingüísticas en
territorios de otra lengua, podríamos viajar de un extremo al otro de la Tierra y de la historia
sin encontrar el límite entre dos lenguas. Sin embargo, si analizamos dos sitios alejados por la
geografía o la historia, lo más probable es que sus moradores no se entiendan entre sí; a esa
distinción, producto de la imperceptible acumulación de mutaciones, le llamamos “lengua”.

Debido a que unas son modificaciones de otras, las lenguas están emparentadas; así, el español
es hijo del latín, hermano del portugués y primo del francés. Esos vínculos se adentran en el
tiempo, abarcando lenguas cada vez más distantes. En última instancia, todas las leguas que
hoy se hablan parten de una, hablada hace más de cien mil años en el norte de Sudáfrica. Eso
no significa que aquella fuera la lengua “original”, sino que las demás que existían por entonces
se han extinguido.

El foco del que descienden las lenguas hoy habladas se ha podido ubicar gracias al estudio de
la deriva fonológica (de los sonidos). Las lenguas más ricas en sonido son las del sur de África;
a medida que nos alejamos de ese foco, siguiendo las rutas de las antiguas migraciones, van
perdiendo fonemas. Las lenguas más pobres en sonido son las del extremo sur de Sudamérica,
pues ese territorio fue el último en ser habitado por el ser humano. Aclaremos que la pérdida
de sonidos no implica detrimento alguno en la capacidad de comunicar, y no debe tomarse
como indicador del nivel de desarrollo de una lengua o de sus hablantes.

El más amplio grado de parentesco reconocible entre las lenguas es el tronco lingüístico. Se
aplica a un grupo de lenguas que tienen un antepasado común distante o prehistórico. Por
ejemplo, el español, el ruso, el griego, el anatolio y el sánscrito pertenecen al tronco
Indoeuropeo, mientras que el nahuatl, el maya, el arahuaco, el guaraní y el quechua pertenecen
al tronco Indoamericano o Amerindio⁴.
4 No hay que confundir los conceptos territorial y lingüístico de
Indoamérica. En América conviven varios troncos lingüísticos.

Desde el punto de vista del número de lenguas producido en tiempos históricos, el tronco
Indoeuropeo es el más extenso del planeta, seguido por el tronco Indoamericano. Entre ambos
existen relaciones de parentesco lejano, como evidencian más de 100 raíces comunes entre el
nahuatl y el español; he aquí unos ejemplos:
Tapetl, tapete
Mana (arcaico), mano
Teotl, dios
Sentli, semilla
Molinia, moler
Piloa, apilar
Tolli, tallo
Metstli, mes
Kashitl, caja
Tepilo, hilo
Kopina, copiar

El siguiente grado de parentesco es la rama o familia lingüística, aplicable a un grupo de


lenguas que tienen un antepasado común histórico. Debido a que su desgajamiento es más
reciente, comparten una gran cantidad de raíces y estructuras comunes. Por ejemplo, el latín,
el italiano y el rumano pertenecen a la familia Romance, del tronco Indoeuropeo, mientras que
el huichol, el cora y el nahuatl pertenecen a la familia Utoazteca, del tronco Indoamericano.

El grado de parentesco lingüístico más estrecho se establece entre ese conjunto de variedades
al que llamamos “lengua”. Esto nos obliga a aclarar lo siguiente:

Al hablar de “lengua” estamos generalizando, la lengua solo existe en teoría; en la práctica,


cada uno de nosotros habla una variedad lingüística, pues nadie nadie aplica con absoluta
pureza todos los vocabularios y reglas de su lengua. Los médicos, científicos, artistas, políticos,
teólogos y demás profesionales tienen jergas propias; asimismo, hay modalidades de habla
infantil y adulta, familiar y formal, común y culta, profana y sacramental; algunas lenguas,
como el nahuatl, tienen modos femenino y masculino. La variedad lingüística llega hasta el
individuo, pues no hay dos personas que hablen exactamente igual; e incluso nos afecta en lo
personal, pues, por más que tratemos de ser congruentes, por lo general pensamos, hablamos y
escribimos de modos diferentes.

Podemos definir que una lengua es un conjunto de variedades lingüísticas que reconocen unas
reglas comunes. Por ejemplo, el chilango, el dominicano y el rioplatense son variedades del
español, pues, aunque sus usuarios pronuncian las palabras con tonos distintos, las escriben de
un mismo modo.

Las variedades surgen, principalmente, por el paso del tiempo, la influencia de otra lengua, la
lejanía, el aislamiento, la profesión, la religión, la clase social, la edad y el género.
1.7 El proceso de dialectización
En tanto comuniquen con eficiencia, no hay lenguas superiores e inferiores. Tampoco hay
lenguas originales, madres o puras, y otras mezcladas o derivadas; toda lengua natural deriva
de una anterior y se compone de una mezcla de elementos propios y foráneos. Eso significa
que todo término de toda lengua natural fue, en su momento, una palabra mal pronunciada.

Pero sí existen procesos de cultivo y deterioro de la lengua. Una lengua se cultiva en la medida
en que normaliza sus reglas y amplía su vocabulario, y se deteriora cuando se dialectiza.

La dialectización es consecuencia de la indefinición de las reglas, cosa que suele ocurrir cuando
la lengua no está respaldada por una autoridad, tal como es la Real Academia para el español.
Un dialecto es una variedad que se desgaja de su lengua originaria y comienza a reformular sus
reglas gramaticales y sintácticas. El portuñol es un dialecto del español y el pipil un dialecto
del nahuatl, ya que no se atienen a las reglas de las lenguas que les dieron origen. La forma
práctica de distinguir la lengua del dialecto es como sigue: quienes hablan dos dialectos
procedentes de una misma lengua se entienden entre sí, pero, quienes hablan lenguas diferentes
no se entienden, a menos que las estudien.

Si se dan las condiciones apropiadas, un dialecto puede apartarse tanto de su lengua natal, que
da origen a una nueva lengua. Todas las lenguas naturales han surgido de este modo; por
ejemplo, el Pochuteco comenzó siendo un dialecto del nahuatl, pero, tanto por la lejanía del
grueso de la población nahuablante como por la cuña que introdujo el español en el corazón de
Anahuac, hace cuatro siglos se transformó en lengua propia.

El proceso de dialectización no es intrínsecamente negativo, excepto porque detiene el cultivo


de la lengua. Sin embargo, si se induce de manera forzada, sea por el abandono de las
instituciones, la pérdida de literatura, la regresión étnica⁵ o la aculturación explícita, entonces
sí se transforma en un fenómeno indeseable, ya que destruye valores culturales y porciones de
la memoria histórica.
5 El fenómeno de la regresión étnica consiste en que,
sociedades que alcanzaron una estructura nacional o estatal,
como las de Mesoamérica, regresan a formas de organización
basadas en la etnia.

En Latinoamérica se suele llamar “dialecto” a todas las lenguas de origen americano. Tal uso
es doblemente impropio, pues, por un lado, posee una connotación despectiva que las injuria,
así como a sus hablantes, y, por el otro, no describe la complejidad lingüística de esta región.
En América, como en el Viejo Mundo, se desarrollaron troncos lingüísticos, familias, lenguas,
variedades y dialectos.
Capítulo 2. Historia del nahuatl
2.1 Origen
Nawatl significa fluido, armonioso, y, por extensión, lengua. Los nahuablantes le llaman al
español Nawatl kastillan, la lengua de Castilla. Por lo tanto, la expresión “lengua nahuatl” es
un pleonasmo o definición innecesaria, pero la usamos porque se ha hecho habitual.

El nombre propio de esta lengua, tal como lo emplean hasta la actualidad muchos de sus
usuarios, es Masewal o Masewalla’tolli, habla popular; también se conoce como
Meshi’katla’tolli, lengua mexicana o de los mexicas¹. Poco a poco, las campañas de
alfabetización están sustituyendo estos nombres tradicionales por el de nahuatl, título de la
cultura a la cual pertenece esta lengua.
1 Más conocidos como “aztecas”. El término azteca define a un
conjunto de pueblos procedentes de la mítica isla de Aztlán, en
tanto el término “mexica” es específico de los moradores de
México Tenochtitlan.

El nahuatl forma parte del tronco lingüístico Indoamericano, el cual se desgajó del Viejo
Mundo hace 13 mil años, cuando terminó de entrar a América, a través del Estrecho de Bering,
el último gran contingente humano procedente de Asia. Poco después, el derretimiento de los
glaciales dejó a América incomunicada, lo que generó un proceso de desarrollo lingüístico
enteramente endógeno o sin influencias externas.

El tronco Indoamericano se divide en un centenar de familias que han producido 5 o 6 mil


lenguas a través de la historia, de las cuales sobreviven unas mil. Una de esas familias, a la que
el antropólogo norteamericano Daniel Brinton llamó Utoazteca², conocida en la actualidad, está
representada en la actualidad por una veintena de lenguas habladas desde Nicaragua hasta la
frontera de Canadá.
2 También se conoce como Yutoazteca o Yutonahuatl.
Daniel Garrison Brinton, Rig Veda Americanus, 1890.

Hace aproximadamente 5 mil años, la familia Utoazteca comenzó a fragmentarse, resultando


dos grupos principales: el norteño, llamado Uto, y el sureño, llamado Sonorense. En el primer
milenio antes de Cristo, el grupo Sonorense se dividió en las subfamilias Corachol, Taracahita,
Pimano y Nahua. En contacto con otras lenguas de México - principalmente el totonaco, que
influyó en su fonética -, la familia Nahua produjo lenguas como el Nahuat, que quizás fue una
de las lenguas de Teotihuacan y alcanzó su apogeo en el estado de Tula, entre los siglos 8 y 12
de la era cristiana, el Pipil de Centroamérica, el Pochuteco de la costa del Pacífico, hoy extinto,
y una lengua extinta llamada por los investigadores Protonahuatl y por los mexicas
Wewenawatl, el habla de los antiguos, de donde deriva el nahuatl.

2.2 El nahuatl común


Se suele creer que el nahuatl es de origen mexica, pero no es así: los mexicas lo adoptaron tras
su llegada a Anahuac en el siglo 12 después de Cristo e hicieron obligatorio su aprendizaje,
pues esta lengua representaba su boleto de entrada a la Toltekayotl o comunidad civilizada.

Los pueblos que antecedieron a los mexicas les legaron algunos recuerdos sobre la formación
de la lengua, que quedaron plasmados en la siguiente observación de Boturini:

“El nahuatl o la lengua que hablaban los mexicanos no es suya, sino aprendida de otras
naciones antecedentes. Más bien se debía llamar Tolteca, porque esta nación la trajo desde su
peregrinación, habiéndola perfeccionado en la Tercera Edad.” (Historia General de la
América Septentrional).

Los toltecas a los que se refiere la cita anterior son los moradores de la capital interétnica de
Teotihuacan, la cual extendió su hegemonía sobre todo el territorio mesoamericano durante la
primera mitad del primer milenio después de Cristo. La arqueología no ha podido determinar
si los teotihuacanos hablaban wewenawatl, pero no parece casual que el nahuatl se haya
independizado como dialecto justo en el momento en que cayó Teotihuacan, en el siglo 8 de la
era cristiana - caída que dejó un vacío de poder que aprovecharon los estados y lenguas locales.

Según han concluido algunos investigadores, el nahuatl surgió en algún lugar del sur del Estado
de Nayarit y se definió como lengua en el Valle de Anahuac, hacia el siglo 10 dC. Se trata,
pues, de una lengua bastante joven, con la misma edad aproximada que el español. A partir del
siglo 11 comenzó a expandirse, llegando a constituirse en la lengua oficial de los
estados nahuas.

2.3 El nahuatl clásico


A medida que se extendía, el nahuatl común se iba refinando en respuesta a las necesidades de
la cada vez más compleja vida cortesana de la época. Esta tendencia se acentuó en los siglos
14 y 15, gracias al trabajo de destacados literatos como Ayokuan de Huexotzingo, Temilotsin
de Tlatelolco, Nesawalkoyotl y Nesawalpilli de Texcoco, y los Tla’toani o
representantes mexicas.
El interés de los poetas nahuas por su lengua era tal, que crearon universidades para su
enseñanza, así como una institución llamada Shochitl kuikatl tla’tokan, congreso de flor y
canto, la cual funcionó a modo de “real academia”, normalizando la fonética, el vocabulario y
las reglas de la lengua mediante competencias de poemas y discursos. De ese modo surgió la
variedad llamada Tekpilli o Tekpilla’tolli, lengua noble, y Weltetla’tol o Kualla’tolli, buen
lenguaje, hoy conocida como nahuatl clásico.

Este esfuerzo generó un canon literario del que sobreviven dos textos principales: unos
sermones de carácter sapiencial llamados Wewetla’tolli, pláticas de los antiguos, y una extensa
colección de poemas y cantos de carácter filosófico llamados Teukkuikatl, cantares de los
señores.

El uso literario y cortesano dotó al nahuatl clásico de una serie de atributos, entre los cuales
destacan los siguientes:

1. Es una lengua regular, pues sistematiza las reglas gramaticales y sintácticas presentes en el
nahuatl común.
2. Es eufónica, pues procura el buen sonido mediante la simplificación de los sonidos y la
aplicación de ciertas reglas de eufonía que estudiaremos adelante.
3. Es elegante, pues tiene fórmulas para dignificar la expresión, denotar las calidades de las
personas y distinguir los términos personales de los impersonales³, y los animales de los
humanos.
3 Los gramáticos suelen llamar a estos tipos de términos
“inanimados” y “animados”, respectivamente.

4. Es una lengua culta, pues su carácter franco le permitió nutrirse con los conocimientos
atesorados por numerosos pueblos.
5. Es rica en vocabulario, propiedad que se refuerza por su regularidad y su naturaleza
incorporativa o aglutinante, que le permite crear términos con facilidad, como observó el el
Presbítero Aldama y Guevara:

“Procura manejar el Vocabulario, porque con su manejo te irás haciendo aún de más voces
que las que en él vieres. La razón es: porque esta lengua es pura etimologia y no tiene la
multitud de anomalias que la española, sino que es muy natural y regular en sus derivaciones.”
(Arte de la Lengua Mexicana)

Estas características determinaron que, al final del período mexica, el nahuatl clásico llegara a
distinguirse notablemente del común, como afirma un gramático:

“Inin teopixqui ahmo quimomachtia in huel tetlahtol, in mexihcah tecpillahtolli, zan in


macehuallahtolli – algunos religiosos no conocían la buena lengua, la lengua noble de los
mexicas, sino únicamente la lengua popular”. (Horacio de Carochi, Gramática de la lengua
mexicana, 1645.)
En el siglo 14, los reinos nahuas adoptaron el nahuatl clásico como lengua de dominio. A partir
de 1438, con el establecimiento de la Triple Alianza⁴, los ejércitos mexicas lo llevaron a
pueblos alejados como los zapotecas, totonacas y mayas del suroeste, imponiéndolo como
lengua franca de Anahuac. Herencia de esa época es un rosario de topónimos o nombres de
pueblos y accidentes geográficos que aparecen a lo largo de Mesoamérica, así como un gran
número de términos del nahuatl que entraron al maya, el zapoteca, el quiché y otras lenguas⁵.
4 Un eje expansionista integrado por las ciudades de Tenochtitlan,
Texcoco y Tacuba, así como por numerosas ciudades satélite.

5 Es notoria su presencia en los títulos divinos del Popol Vuj y el Chilam


Balam, libros sagrados de los quichés y yucatecos, respectivamente.

Paradójicamente, la máxima expansión territorial del nahuatl clásico se debió a los padres
cristianos, quienes lo adoptaron como lengua de evangelización, llevándolo a regiones alejadas
de Centro y Norteamérica. En la década de 1520, incluso cruzó los océanos, abriendo escuelas
en España y estableciéndose en las Filipinas, donde sobrevive hasta hoy en apellidos y términos
coloquiales.

El nahuatl de los padres evangelizadores se caracterizó por el uso de partículas reverenciales y


del recurso de la aglutinación, que dio lugar a numerosos neologismos. Por ello, no podemos
considerar al nahuatl clásico como un producto exclusivamente prehispánico, sino como un
resultado intercultural.

El nahuatl clásico se extinguió en la década de 1820, al ser incapaz de soportar el impacto


europeizante de la Independencia. Sin embargo, en los alrededores del pueblo de Tepoztlán,
Estado de Morelos, existe hasta hoy una gran influencia de esta variedad, tanto en
pronunciación como en vocabulario.

2.4 El nahuatl sacramental


Un siglo antes de que llegaran los españoles, el nahuatl clásico dio origen a dos variedades de
uso profesional: el Teonawatl, habla sagrada, y el Nawali’toa o Nawalla’tolli, habla oculta.

El teonawatl fue usado por los sacerdotes y dejó registro en los Himnos Sacros del Templo
Mayor, transmitidos por los informantes del padre Sahagún. Se caracteriza por su gran
concisión, por la omisión de los pronombres redundantes, por la abundancia de recursos
literarios y por su carácter conservador. De hecho, esta variante de la lengua, con todo y ser un
refinamiento posterior, tiene un sabor arcaico, pues conserva formas del wewenawatl o de los
primeros momentos del masewalli que se perdieron en el nawatl clásico.
El nawalla’tolli, empleado por los chamanes, quedó reflejado en los conjuros naguales
recogidos por los padres Alarcón y La Serna. Aún no siendo tan conservadora como el
teonawatl, esta variante está plagada de términos crípticos, metáforas y tropos que oscurecen
la comprensión, a tal punto, que los cronistas españoles no fueron capaces de traducirlo
correctamente.

Ambas variedades del nawatl se extinguieron a comienzos del siglo 17, víctimas de la
persecución de los sacerdotes y médicos anahuacas por parte de las autoridades coloniales.

Surgimiento y extinción de las principales variedades del nahuatl.

La historia del nahuatl demuestra que una variedad lingüística común es más resistente que una
variedad culta. Esto se debe a que la variedad común no depende de una clase social ni está tan
reglamentada como la culta, lo cual le permite adaptarse a las circunstancias. Además, no
necesita de instituciones académicas, pues su transmisión ocurre de modo horizontal, por la
comunicación entre padres e hijos. Por el contrario, una lengua culta requiere de especialistas,
enseñanza escolar sistemática, una institución de salvaguardia y un marco ideológico al cual
aplicarse, lo cual la vuelve vulnerable ante los cambios sociales.

Eso explica por qué las variedades más recientes y refinadas del nahuatl, como el Teonawatl y
el Nawalla’tolli, fueron las primeras en extinguirse, mientras que el Masewalli, siendo la
variedad más antigua, sobrevive hasta la actualidad.

2.5 Trabajos destacados


El estudio del nahuatl clásico se facilita gracias a la gran cantidad de trabajo que le han dedicado
los investigadores, tanto anahuacas como europeos, del pasado y del presente. Esta lengua
despertó el interés de los españoles desde el primer momento de la invasión, contando con
gramáticas y diccionarios décadas antes que los tuvieran el francés, el inglés y otras lenguas
de Europa.

El primer documento literario nahuatl posthispánico, apodado El Coloquio de los Doce, se


redactó en 1524, a sólo tres años de la caída de Tenochtitlan. A partir de ahí, se elaboraron
decenas de crónicas, artes y vocabularios que son la fuente para conocer la pronunciación,
gramática y sintaxis del nahuatl clásico. Sobre esta base, desde fines del siglo 19 han aparecido
nuevas investigaciones, elaboradas con más rigor científico, que nos permiten adentrarnos en
los aspectos morfológicos de la lengua.

Al final de esta obra, el lector interesado encontrará una relación, tanto de las fuentes del
nahuatl clásico como de las investigaciones modernas que he podido consultar.

2.6 El nahuatl en la actualidad


Por su gran capacidad de adaptación, el nahuatl ha sobrevivido a los embates de la invasión, la
evangelización católica, las políticas coloniales, la independencia y la modernidad. Se calcula
que, en la actualidad (inicios del siglo 21), lo hablan dos millones de personas y otras tantas lo
entienden en un territorio que se extiende desde el sur de los Estados Unidos hasta Nicaragua.
Es la lengua de origen americano más extensa de México, y una de las más extensas
de América.

A juzgar por la cantidad de usuarios, podríamos pensar que el nahuatl es una lengua saludable,
pero tal condición es aparente, por cuatro razones:

1. Se encuentra dividida en docenas de dialectos y variedades, con tendencias a seguirse


fragmentando.
2. Solo el 2 por ciento de los hijos de nahuablantes habla la lengua, lo que significa que, en
una generación, el número de hablantes se reducirá a 40 mil.
3. En México sólo se imparte una de cada diez clases de nahuatl previstas por los programas
de educación indígena.
4. Los planes de fomento impulsados por los gobiernos estatales tropiezan con la resistencia
de los usuarios, quienes no quieren atar a sus hijos a una lengua que no les ofrece posibilidad
de superación social.

Lo anterior significa que, si no se toman medidas eficientes en este momento, dentro de dos
generaciones el nahuatl será una lengua prácticamente extinta.
Capítulo 3. La dialectización del nahuatl
3.1 Causas de la dialectización
Las campañas de los reinos nahuas en los siglos 14 y 15 de la era cristiana tuvieron el efecto
de poner al nahuatl en contacto con muchas otras lenguas y alejar geográficamente a las
comunidades que lo hablaban, lo cual propició el surgimiento de variedades. Esta tendencia se
aceleró tras la llegada de los españoles, según reportó un gramático:

“Han ido aprendiendo varias palabras castellanas, de que resulta que su idioma esté ya muy
adulterado, juntándose muchas veces en sus periodos (oraciones) palabras mexicanas con
castellanas, o mexicanizándose las castellanas.” (Cortés y Zedeño, Arte, Vocabulario y
Confesionario Mexicano, 1765)

Sirva como ejemplo de lo anterior un sondeo realizado por el Instituto Lingüístico de Verano
entre las variedades del nahuatl que se hablan en el Itsmo. Partiendo del vocabulario
diagnóstico de Swadesh (una lista de términos resistentes al cambio), se ha encontrado entre el
73 y el 86 por ciento de términos cognados (es decir, divergentes a partir de un origen común),
lo que indica un proceso de dialectización comenzado hace medio milenio.

A los intercambios impuestos de modo natural por la convivencia con el español, hay que sumar
otros factores que contribuyeron a la rápida erosión de la lengua, como:

• El hecho de que el español enraizó en el corazón del área nahuatl, creando una barrera entre
los grandes bloques dialectales.
• El exterminio de los intelectuales anahuacas, que dejó a la lengua sin autoridad.
• La conversión de los anahuacas al cristianismo, que anatemizó un extenso vocabulario
religioso, filosófico y científico.
• La regresión étnica, fomentada por la política colonial de aislar a las comunidades y crear
resentimientos recíprocos.

Lejos de resolverse, estos problemas se agravaron a partir de la Independencia, pues el espíritu


de la época consideraba a las lenguas de origen americano como un lastre en el camino del
desarrollo y la integración nacional. Como resultado, estas perdieron durante el siglo 19 más
de lo que habían perdido a partir de la consolidación de la Colonia, como muestra el
siguiente gráfico:
Panorama simplificado de la evolución de las lenguas anahuacas a partir de la invasión.

El nahuatl de hoy consiste en tres docenas de dialectos principales, organizados en cuatro


grandes bloques regionales: Occidental, Oriental, Norteño y Central.

3.2 Características de la dialectización


Podemos distinguir diez fenómenos relacionados con el proceso de dialectización del nahuatl,
tomando como punto de referencia la variedad clásica; estos son:

1. La pérdida de fonemas; por ejemplo:

• En la variedad de Teotihuacan se ha perdido el saltillo de los pronombres enfáticos (Newatl


por Ne’watl, yo).
• En las del Pacífico, el saltillo se ha perdido por completo.
• En Puebla, la doble L se pronuncia como L simple (Moli por Molli, salsa), se elide la N del
sufijo diminutivo (To por Ton) y se reduce el fonema Tl a T, pronunciando Talokan por
Tlalokan, cielo teológico, y Kuamekat por Kuamekatl, bejuco.

2. La pérdida de la eufonía; por ejemplo:

• En la zona totonaca se dice Itua, ver, en lugar del eufónico Itta.


• En teotihuacano se mantiene la T entre dos L (Nawaltla’tolli por Nawalla’tolli, lenguaje de
brujos), así como la O en los pronombres posesivos (Noamosh por Namosh, mi libro;
Toakol por Ta’kol, nuestro hombro).

3. La permutación o introducción de fonemas; por ejemplo:

• La variedad de Tetesingo dice Mosiewalli por Masewalli, merecido.


• La de Huauchinango vierte Kou’tlatli por Kuau’tli, árbol.
• En el dialecto de Guadalajara, el saltillo es sustituido por la K, y en el de Veracruz, por la J.
• El teotihuacano pronuncia Yewalli por Yowalli, noche, y antepone una N a la segunda
persona del plural (Namewanti por Ame’wantin, vosotros).

4. La importación de fonemas o usos fonéticos del español y otras lenguas del área, tales como:

• La G (Nagual por Nawalli, brujo).


• La D (Medla por Metlatl, mortero).
• La B (Tacuba por Tlapkopa, hacia el este).
• La J (Tejjuatl por Te’watl, tú).
• La L inicial (Lamachti por Yamachtik, suave).

5. El recorrido de la sílaba tónica. Por ejemplo, según la reconstrucción de Hasler, en pochuteco


todas las palabras polisílabas son agudas, en contraste con el masewalli, cuyos polisílabos son
llanos; ejemplo:

Nokuaí por Nokuáu’, mi cabeza


Glaspól por Kiláspol, muchacha
Wistí por Wítstli, espina

6. La pérdida de reglas gramaticales y sintácticas; por ejemplo:

• En la variedad de Guadalajara, el pronombre reflexivo Mo, se, ha desplazado a los


pronombres No, me, y To, nos.
• El nahuatl clásico y el hidalguense forman los números 11 al 19 con el vinculativo On
(Ma’tlaktlionse, Maktlaktlionse, once).
• El tlaxcalteco prefiere el artículo In (Matla’tlinse).
• El morelense y el veracruzano añaden la conjunción Iwan (Ma’tlaktliwanse,
Majtlaktliwanse).
• Las variedades de Nicaragua usan el interfijo Ti (Ma’tlaktise, Majtaktise).
• Otras regiones han perdido la conjunción, pronunciando Matlaktlise, Matlakse o
Ma’tlakse.

7. La adopción de reglas gramaticales y sintácticas del español. Por ejemplo, casi todas las
variedades y dialectos actuales asignan el plural tanto a los nombres personales como a los
impersonales, cuando en nahuatl clásico sólo lo reciben los personales. La importación de
reglas afecta sobre todo a la composición de los números, debido al abandono de la forma
vigesimal de contar, como vemos en estos casos:

• El milpalteño usa una fórmula vigesimal para componer el orden decimal 1000, pero
reduciendo el multiplicador a una fórmula decimal: Sempoalsitlalin, una veintena de
estrellas.
• El guerrerense forma el 15 y sus compuestos a partir del 10: Matlaktle iwan makuile, diez
y cinco, por abandono del término original Kashtolli, quince, y adopción de la fórmula
decimal hispánica para componer las cantidades del 16 al 19.
• En Cholula, las composiciones Sempoalli, veinte, y Sentsontli, cuatrocientos, se emplean
como ordinales por abandono de la estructura vigesimal, generando términos artificiales
como Omesempoalli, cuarenta, y Omesentsontli, ochocientos, en lugar de Ompoalli y
Ontsontli.

8. La progresiva pérdida de tres características distintivas de la lengua que estudiaremos


adelante: la aglutinación de las raíces, la eufonización de los aglutinados y la preposición del
determinante.

9. El deterioro del sentido original del término nahuatl por intrusión de su equivalente español.
Este fenómeno asume tres formas:

• Reducción de rango, cuando se pierde una acepción superior y permanece la inferior, o se


resignifica una acepción superior, como en Topilli, juez, reducido a policía.
• Elipsis, cuando se aplica el sentido en forma sesgada, perdiéndose la recta, como en
Tlaso’tla, amar, aplicado únicamente a fornicar.
• Peyorativización o introducción de un sentido negativo o de desprecio, como en Mitotl,
ceremonia ritual > Mitote, alboroto.

10. La importación de hispanismos y aztequismos, y el surgimiento de neologismos irregulares,


un producto de la convivencia con el español que analizaremos a continuación.

3.3 Los hispanismos


Desde el primer contacto con los europeos, el nahuatl comenzó a asimilar términos del español,
llamados hispanismos o castellanismos. Los hispanismos cuyos fonemas aparecen en nahuatl
suelen pronunciarse como en español, pero los que tienen sonidos impropios del nahuatl suelen
sufrir modificación adaptativa; por ejemplo:

Pale, padre
Shumpelu, sombrero
Kawayo’, caballo

A veces, la modificación no se debe a que el nahuatl carezca de los fonemas necesarios, sino a
la necesidad de desambiguar el término; por ejemplo:

• Dios se dice Dioshe para que la S no se confunda con el sufijo adjetivo S.


• Asno se dice Ashno para que el fonema As no se confunda con la raíz As, blanco.
Desde el punto de vista de su propiedad, los hispanismos son de dos tipos:

1. Incorporativos o propios, los que se usan para denominar cosas que no existían en Anahuac,
así como inventos, materiales y conceptos modernos. Este es un fenómeno positivo, que
enriquece la lengua. Por ejemplo:

Wakash, vaca
Kashtil, gallo
1 Del español Tomín, antigua moneda, procedente del
Kashtillan, lengua española
árabe Tumn.
Tomi = Tomin¹, moneda de metal

2. Sustitutivos o impropios, los que sustituyen términos equivalentes del nahuatl,


contribuyendo a empobrecerlo. Tal sustitución ocurre de dos maneras:

a) En la mayoría de los casos, por sinonimia, cuando el término es sustituido por su sinónimo
español; por ejemplo:

Gaj por Chapo’tli, petróleo


Kamisa por Wipilli, camisa
Disoraj por Wekau’pa, muy tarde
Pelo por Itskuintli, perro
Shapo por Amolli, jabón
Shalo por Shikalli, jarro
Komunatio por Kalpolli, comunidad

b) En unos pocos casos, la sustitución ocurre por parofonía, cuando el término nahuatl es
desplazado por un término del español o de fonética hispana que recuerda su sonido, aunque
de significado diferente; por ejemplo:

Moctezuma por Moteku’soma, nuestro señor airado


Guadalupe por Koatlikue, su falda de serpientes
Cuernavaca por Kuau’nawak, junto al bosque
Churubusco por [Wi]tsilopochko, lugar del colibrí zurdo

Algunos parófonos no sustituyen al término original, sino uno de sus atributos; por ejemplo:

Papa, sacerdote, por Papa’tli, melenudo, en sustitución de Teowa’, sacerdote


Biznaga, cactus barril, por Witsnawak, espinoso, en sustitución de Teokomitl, cactus olla

Observación: no todos los hispanismos derivan del español, algunos derivan de otras lenguas
a través del español, como:
Nailoj, plástico, del inglés Nylon
Maka’tli, cuna de niño, del arahuaco Hamaca, mecedora
Neken, tejido de maguey, del caribe Henequén, maguey
Kasike por Tla’sopilli, príncipe, del arahuaco Cacique, príncipe
Ku por Teokalli, templo, del maya Ku, templo

3.4 Los aztequismos


Así como han entrado hispanismos al nahuatl, también ha ocurrido lo contrario: tras la llegada
de los europeos, muchos términos del nahuatl entraron al español, recibiendo el nombre de
aztequismos o nahuatlismos. Por lo general, estos regresan al nahuatl y desplazan al término
original, constituyendo un factor de dialectización.

La Real Academia de la Lengua Española cuenta cerca de 200 aztequismos, pero hay muchos
más en el español de México. Algunos conservan el sonido original, como:

Pilmama, niñera
Milpa, terreno
Machinkuepa, contrario

Sin embargo, la mayoría sufre modificación para adaptarse a la fonética del español.

Desde el punto de vista de su propiedad, los aztequismos se clasifican en dos grupos:

1. Incorporativos o propios, los que describen elementos que no existían en el Viejo Mundo
antes del descubrimiento de América. Este es un fenómeno positivo, que contribuye a
enriquecer el español. Por ejemplo:

Shokoatl, chocolate
Tsiktli, chicle
Ketsalli, quetzal
Tamalli, tamal
Nawalli, nagual
Mapachtli, mapache
Shitomatl, tomate
Awakatl, aguacate
Washolotl, guajolote
Kakawatl, cacahuate

A este grupo pertenecen los topónimos y nombres propios que recibieron modificación fonética
por influencia del español, como:
• Guatemala, de Kuau’temallan, lugar boscoso
• México, de Meshi’ko, en el ombligo o centro de la luna
• Quetzalcuate, de Ketsalkoatl, serpiente emplumada
• Uchilobos, de Witsilopochtli, colibrí zurdo

2. Sustitutivos o impropios, son los aztequismos que desplazan términos castellanos,


contribuyendo a empobrecer el español. Por ejemplo:

• Tiza, de Tisatl, yeso


• Papalote, de Papalotl, mariposa, cometa
• Chapopote, de Chapopotl, brea
• Hule, de Olli, goma
• Chapulín, de Chapolli, saltamontes
• Temazcal, de Temaskalli, sauna
• Cacle, de Kaktli, zapato

A este grupo pertenecen los aztequismos aplicados a nombres propios del español, sea por
traducción, como Atlakatl, marino, o por el parecido fonético, como Malintsin, Marina.

Observación: los aztequismos no son términos del nahuatl, sino del español; por lo tanto, se
deben escribir con la ortografía española y atenerse a las reglas de esta lengua. Por ejemplo, el
término Kalpolli, casa común, barrio, se aztequiza Calpuli, con una L, y se pluraliza Calpulis,
no Calpultin. Lo mismo se cumple para gentilicios como aztecas, toltecas, mexicas, anahuacas,
etcétera.

3.5 Híbridos
Los términos híbridos, mezcla de nahuatl y español, demuestran la plasticidad y el vigor que
poseen ambas lenguas. En México se emplean numerosos híbridos de dos tipos, según
su lengua:

1. Hispanismos, cuando se emplean en nahuatl, como:

Animatsin, alma (Ánima + Tsin, sufijo reverencial)


Kashtilteka’, españoles (Castilla + Teka’, sufijo gentilicio)

A este grupo pertenecen aquellos términos y frases que, aunque compuestos enteramente por
elementos del nahuatl, adoptan sentidos o usos del español, como:

Ometeotl, amén
Kualli Yowalli, buenas noches
Kualli ka’, está bien
Katolikatin, los católicos

2. Aztequismos, cuando se emplean en el español, como:

• Toloachero, brujo (Toloatsin, planta alucinógena + Ero, sufijo de acción español)


• Jaliciense, de Jalisco (Shalisko, arenal + Ense, sufijo gentilicio español)

A este grupo pertenecen aquellos términos que, aunque compuestos en su totalidad por
elementos del español, incorporan sentidos o estructuras del nahuatl, como:

• Diosito, amado Dios, del uso reverencial del diminutivo nahuatl


• Chichiquito, muy pequeño, del uso del frecuentativo nahuatl como enfático de tamaño

Según su propiedad, los híbridos se clasifican en dos grupos:

1. Incorporativos o propios, cuando cubren una carencia del nahuatl o el español, enriqueciendo
la lengua; por ejemplo:

Asnokonetl, burrito (Asno + Konetl, niño)


Naranjashokotl, naranja (Naranja + Shokotl, fruta)
Kawallokalko, caballeriza (Caballo + Kalko, casa)
Mexicano (Meshi’katl + Ano, sufijo gentilicio español)

2. Sustitutivos o impropios, cuando sustituyen al término nahuatl o español correspondiente,


contribuyendo a dialectizar las lenguas; por ejemplo:

Malrevés por Opochmaitl, izquierda (Maitl, mano + Al revés)


Kanoakuawit por Akalli, barca monoxil (Canoa + Kuawitl, árbol)
Atasul por Shiu’atl, agua azul (Atl, agua + T, interfijo + Azul)
Altepetvillat por Tenanko, castillo (Altepetl, ciudad + Villa)
Astamostla por Yeyu’mostla, hasta mañana (Hasta + Mostla, mañana)

3.6 Los neologismos


Los neologismos son términos respetuosos de las reglas gramaticales y sintácticas del nahuatl,
surgidos por la necesidad de incorporar los cambios de costumbres, creencias, materiales y
adelantos tecnológicos. Según su formación, se clasifican en:

1. Adaptativos, los que consisten en la adaptación de términos a los nuevos sentidos sin que
pierdan el sentido previo, como:
Kuanakatl, gallina (sentido original, cresta)
Ichkatl, oveja (sentido original, algodón)
Tewilotl, vidrio (sentido original, cristal de roca)
Tepostli, hierro (sentido original, cobre)
Masatl, caballo (sentido original: venado)

2. Generativos, los que consisten en composiciones creadas expresamente para incorporar los
nuevos sentidos. Algunas son antiguas, como:

Tonalpoaloni, reloj (lit., calculador de tonales; es posible que este sea un caso de adaptación
de alguna herramienta calendárica mesoamericana)
Teposkaktli, herradura (lit., zapato de hierro)
Tepostlatopon, arma de fuego (lit., metal que estalla)

Pero la mayoría es de creación reciente; por ejemplo:

Tla’toaloni, micrófono
Powawastli, computadora
Mekatlawi, fibra óptica

Según su propiedad, los neologismos se clasifican en:

1. Incorporativos o propios, los que no tienen equivalente en el nahuatl tradicional. Este es un


proceso que enriquece el vocabulario sin dañarlo. Tales términos pueden ser adaptativos o
generativos; por ejemplo:

Tekiotl, trabajo en general (sentido original, tributo laboral)


Tlachialoni, televisor (lit., observador; sentido original, bastón para calcular distancias)
Teposyoyolli, automóvil (lit., animal de metal)
Tlameme’, ascensor (lit., cargador)

2. Substitutivos o impropios, los que substituyen al término original, como:

Nawatl, nombre de la lengua (sentido original: lengua) por Masewalla’tolli, habla popular,
o Tekpilla’tolli, habla culta
Tlaselia, comulgar (sentido original, renovar), por Teokua, comer a dios
Altia, bautizar (original, bañar) por Kuatekia, trabajo con la cabeza
Weinan (de Wei, grande + Nantli, madre) por Si’tli, abuela
Weitata’ (Wei + Tata’, padre) por Kolli, abuelo
Weialtepetl, gran ciudad, por Tollan, capital

3. Extintivos, los que se limitan a extinguir el sentido del término original, sin substituirlo por
otro, como:
Teokalli, iglesia católica (sentido original, templo tolteca)
Teomoshtli, Biblia (sentido original, libro sagrado de Anahuac)
Teoyotica, relativo a la religión cristiana (sentido original, espiritual en general)

La incomunicación entre las comunidades nahuablantes hace que, a veces, surjan diversos
neologismos para describir un mismo concepto; estos son dialectismos en tanto no se normalice
su uso.

3.7 Enfoques erróneos


Contrario a lo que se suele creer, la dialectización de una lengua no implica su corrupción, pero
es un factor que contribuye a la extinción de aquellas que están culturalmente sometidas o en
proceso de regresión, pues disminuye el número de hablantes por variedad, dificultando el
entendimiento entre las comunidades y restándoles capacidad de impacto social. En la
actualidad, la dialectización del nahuatl no solo se acelera: se institucionaliza a través de diez
enfoques erróneos:

1º. La política de “borrón y cuenta nueva” retomada cada cierto tiempo por las autoridades de
México, según la cual, la historia de Anahuac y todas sus producciones culturales, incluyendo
las lenguas, son un pasado que hay que trascender.

2º. La endogenia cultural, manifiesta en la reducción de los esfuerzos en favor de la lengua a


la solidificación de los lazos comunitarios, desconociendo que, lo que dignifica y permite
competir a una lengua no es que se reciba por herencia, sino que refleje valores universales y
participe en el intercambio entre culturas.

3º. El llamado “respeto” a la diversidad cultural, una política que olvida que:

• No todas las diversidades son equivalentes: algunas se forman por la adquisición de valores
y otras por su pérdida. El abandono de valores no merece respeto.
• El respeto a la diversidad cultural debe someterse a un principio superior: el respeto a la
integridad cultural.
• Apoyar una diversidad que deriva de la política colonial de aislamiento de las comunidades
es continuar dicha política.

4º. La competencia desleal entre lenguas, manifiesta, por ejemplo:

• Cuando se inhibe o prohibe el uso de lenguas nativas de América para elaborar tesis,
impidiéndoles competir culturalmente.
• Cuando se exige al estudiante que aplique “correctamente” las reglas del español o el inglés,
pero se interpreta la aplicación incorrecta de las reglas del nahuatl como una muestra legítima
de variedad cultural.

5º. Un activismo étnico y comunitario estrecho, que enfatiza las diferencias en lugar de los
puntos en común, impidiendo a los nahuablantes ponerse de acuerdo en asuntos tan elementales
como unas reglas gramaticales comunes, una variedad lingüística unificada o una ortografía
que refleje los verdaderos sonidos de la lengua.

6º. La reducción de la lengua a un motivo de identidad, desconociendo que, para que una lengua
sobreviva, su función identitiva debe subordinarse a la comunicativa. Este fenómeno se
manifiesta, por ejemplo, en la negación del uso de la lengua a quienes no forman parte de la
etnia, lo que, en el caso del nahuatl, destruye su carácter de lengua franca.

7º. El fundamentalismo cultural, manifiesto como una aplicación exagerada de la lengua, que
termina anulándose a sí misma. Un ejemplo son los neologismos imprácticos, como
Tepostla’towastsitsin, teléfono celular (literalmente: pequeño instrumento de metal para
hablar). Si no existen términos apropiados en nahuatl, es preferible adaptar a su fonética uno
del español, como Seltsin, teléfono celular.

8º. El retrofundamentalismo cultural, manifiesto como una desnaturalización de la lengua.


Tiene dos modalidades:

• Positiva, cuando se sustituye el uso o sentido del término por un uso o sentido foráneo; por
ejemplo, al emplear el nombre de Ometeotl como equivalente del Amén de los cristianos.
• Negativa, cuando se niega un sentido al término por reacción a las creencias cristianas; por
ejemplo, al traducir Teteo’ como energías porque el cristianismo repudia su sentido original
de dioses.

9º. Una escritura que no refleja los auténticos sonidos de la lengua, como analizaremos
adelante.

10º. Como reacción al problema anterior, el fonetismo a ultranza que impulsa la Secretaría de
Educación Pública de México, la cual sugiere adaptar la escritura a la variedad del nahuatl que
se hable en cada zona. La ortografía fonética regional crea una brecha entre las comunidades,
al tiempo que normaliza e impone la dialectización de la lengua.

3.8 La contención de la dialectización


Siendo en gran medida un proceso artificial determinado por la intrusión del español, la
dialectización del nahuatl - y demás lenguas oriundas de México - demanda dos medidas
específicas: contención y reversión.
La contención consiste en anular sus causas. Este esfuerzo debe tomar en cuenta lo siguiente:

1º. La dialectización tiene causas objetivas y no se detendrá mientras estas subsistan. La raíz
del problema son las estructuras coloniales de dominio que predominan en la actual sociedad
mexicana; por ejemplo, la división de la población en “normales” y “nativos”.

2º. El fortalecimiento de la función comunicativa del nahuatl implica, en primer lugar,


recuperar su dimensión como canal de contenidos culturales elevados y universales; en
segundo, crear las condiciones para que la lengua comience a generar dichos contenidos.

3º. Lo que le dio carácter clásico al nahuatl fue un sistema educativo basado en el compromiso
cultural, la gratuidad y la obligatoriedad. Para recuperar ese carácter, es preciso devolver el
nahuatl a las escuelas y las escuelas al nahuatl.

4º. Antaño, la garantía de la lengua era el Congreso de Flor y Canto, una institución capaz de
definir e imponer reglas, pues contaba con el aval de los principales intelectuales de la época.
Sería deseable que estudiosos y nahuablantes cultos se pusieran de acuerdo para restablecer
dicha institución.

5º. Los aportes del Congreso de Flor y Canto se difundían a través de obras literarias que eran
el referente de la lengua. La defensa del nahuatl exige el rescate de su literatura.

3.9 La unificación de las variedades


La segunda medida a tomar es la reversión del proceso de dialectización, es decir, la unificacion
de las variedades, cosa que aún es posible para el nahuatl. La unificación se consigue
normalizando los sonidos, reglas, vocabularios y escritura. En otras palabras: si queremos que
el nahuatl compita con el español, no debemos concederle márgenes de variabilidad que le
negamos al español.

En mi opinión, tal esfuerzo debe articularse en torno al nahuatl clásico por cuatro razones:

1º. Por sus valores intrínsecos, tales como extensión lexical, regularidad, flexibilidad,
profundidad y refinamiento.

2º. Por practicidad, pues el nahuatl clásico es la lengua indoamericana que más testimonios
escritos ha dejado, lo cual facilita la elaboración de un canon.

3º. Por interés histórico y cultural, pues tres cuartas partes de los textos-fuente mesoamericanos
que se conservan fueron redactados en esta variedad, y estudiarla es el único modo de rescatar
esa literatura.
4º. Por su ascendiente sobre las demás variedades. La imposición de alguna variedad moderna
sobre los demás suscitaría reacciones, pero los hablantes más ancianos todavía reconocen la
antigüedad y propiedad de la variante clásica.

5to. Por el principio de permeabilidad que notó Molina, según el cual, las variantes son
mutuamente menos inteligibles que la lengua culta:

“En las cortes de los reyes y entre las personas ilustres se habla la lengua con más curiosidad
y pulimento que entre la gente de baja suerte. De manera que estos hablan la misma lengua
tan imperfectamente y con tantas incongruencias, que las más veces no se dejan entender de
la gente noble. Pero, es cosa maravillosa que, pronunciando las dichas lenguas cóngrua y
perfectamente, se dejan entender, tanto de los unos como de los otros.” (Arte de la lengua
Mexicana)

Es de notar que la conveniencia de unificar las variantes del nahuatl en torno al Tekpilla’tolli
no es nueva: fue propuesta por Molina hace casi cinco siglos, siguiendo una tradición que
seguramente comenzó en tiempos prehispánicos, con los intelectuales de Texcoco:

“La lengua mexicana no es menos curiosa y delicada que cualquiera otra... Y, aunque en
algunas partes la pronuncien con algunas incongruencias e imperfectamente, lo regule (el
ministro) con las reglas de este arte.” (Obra citada)

3.10 La escritura popular


Uno de los principales factores de dialectización del nahuatl es su inapropiada ortografía. Antes
de la invasión europea, esta lengua se escribía con una mezcla de signos simbólicos y fonéticos
que no planteaba el problema de la ortografía. Pero, a partir de 1520, los padres cristianos le
adaptaron las letras del español casi a capricho, como reconoció Aldama en 1754:

“En orden a la ortografía española sigo libremente lo que me agrada, y así lo haré hasta que
nos den ley fija y se avenga el Común a recibirla; pero eso creo que va despacio...” (Arte de
la Lengua Mexicana)

Con el paso del tiempo, los valores de las letras han cambiado, arrastrando consigo la
pronunciación del nahuatl. Un ejemplo de ello es la deformación que ha sufrido el nombre de
México. Su pronunciación correcta, según el valor actual de las letras latinas, es Meshíkko,
eufonizado Meshí’ko; sin embargo, se escribe México, forma que da motivo a dos lecturas,
ambas incorrectas: los angloparlantes pronuncian “méksico”, y los latinos y nahuablantes
“méjico”.
En 1815, una reforma ortográfica discontinuó el uso de la Ç, y dictaminó que la X debía
escribirse y pronunciarse como J. Así surgió la ortografía popular del nahuatl que hoy se emplea
en los nombres de los pueblos y accidentes geográficos de México. Esta escritura no obedece
a un consenso de lingüistas o nahuablantes y no ha sido oficializada, empleándose por
costumbre.

Debido a que es un sistema congelado (no evolutivo) de representación del sonido, acumula en
la actualidad las siguientes incongruencias:

• Representa el sonido Sh mediante tres letras impropias: J, S y X, aplicadas en forma arbitraria;


por ejemplo: Juchitepec, Suchitepec, Xuchitepec.

• Representa el sonido S mediante dos letras propias: C, S, y una impropia: Z, aplicadas


arbitrariamente; por ejemplo: Ce, uno; Zan, único; Coatzacoalcos, Zacatepec, Atezquelites,
Sacamulpa.

• Representa el sonido K mediante tres letras propias: C y Qu; por ejemplo, Can, dónde; Quen,
cómo.

• Asigna dos sonidos propios a la C: K y S; por ejemplo: Cantli, carrillos; Centli, uno.

• Vocaliza la consonante W al escribirla U o Hu en términos como Nahuatl, Huehuetl,


anciano; Yehuatl, él o ella, lo cual en ocasiones da origen a una lectura aspirada de la H.

• Asigna dos valores a la H: marca saltillo si termina la sílaba, como en Ihtoa, decir, pero es
muda si la inicia, como en Huitzilopochtli, colibrí zurdo. Esto modifica la pronunciación del
radical, según vaya seguido de vocal o consonante; por ejemplo: Cuauhitl (H muda) =
Cuauhtli (H saltillo), árbol, águila. Con frecuencia, la ortografía popular aplica la H
arbitrariamente, como en los topónimos Cuahutlan, Chiautla y Cuauhtla.

• La polivalencia del signo C genera lecturas incorrectas en la unión de los fonos K + W;


por ejemplo:

Ochuia por Okwia, enfermar por causa del vino (de Oktli, vino + Wia, sufijo verbal)
Teuchuia por Teukwia, entrenar guerreros (de Teuktli, señor + Wia)
Xichuentli por Shikuentli, bautizo del recién nacido (de Shiktli, ombligo + Wentli, ofrenda)
3.11 La ortografía fonética
El problema de la ortografía popular radica en el hecho de que la lengua escrita tiene prestigio
sobre la hablada. Ello significa que el nahuatl termina adaptándose a su escritura, un proceso
que aceleran las campañas de alfabetización. Por eso, urge que los nahuablantes se pongan de
acuerdo para reformar la escritura popular.

Tal necesidad ha llevado a los lingüistas a desarrollar ortografías fonéticas, algunas muy
complejas. Por ejemplo, González Casanova, basado en el alfabeto fonético internacional,
transcribe como sigue un fragmento de un cuento recogido en los alrededores de Teotihuacan:

“Se: tiɛnpo ƞ k’ɔjɔ·tl o:kimocti’lito ən tɔ tàtsiɩn diɔs k co:kimo: maki’liaja li’sɛnsia paρa
ki:ƞkUas nitepɩλhua (cierta vez, el coyote fue a ver a nuestro padre Dios para que le diera
licencia para comer a sus hijos).” (Estudios de Lingüística y Filología nahuas.)

Aunque útil para la investigación, esta forma de escribir es impropia para la alfabetización y la
docencia básica, pues emplea signos difíciles de reconocer. Por ello, diversos investigadores e
instituciones han propuesto emplear ortografías fonéticas simplificadas.

En el presente trabajo empleamos una ortografía simple para el nahuatl clásico, compuesta por
las siguientes letras o combinaciones de los alfabetos español, inglés e italiano, más el apóstrofe
(’), entendido como una suspensión de sonido que, en ocasiones, connota un leve aspirado:

A, Ch, E, I, K, L, Ll, M, N, O, P, S, Sh, T, U, W, Y, ‘

Esta ortografía tiene dos ventajas sobre la popular:

1. Es fonética, o, mejor dicho, representa los sonidos del nahuatl tan bien como se puede con
las letras latinas.

2. Es biunívoca, es decir, cada fono tiene un solo grafo y cada grafo tiene una sola
pronunciación.

Sin embargo, esta convención no basta para garantizar por tiempo indefinido la correcta
pronunciación del nahuatl. Las lenguas americanas necesitan escrituras evolutivas, que se
adapten a la deriva fonética del español y el inglés. Por lo tanto, tan importante como establecer
una ortografía que refleje los sonidos actuales del nahuatl, es revisarla cada pocos siglos.
Capítulo 4. Los fonos
4.1 Los sonidos del nahuatl
El nahuatl es una lengua pobre en sonidos; únicamente tiene 18 fonos básicos, organizados en
los siguientes grupos:

• Cinco vocales: A, E, O, I, U.
• Dos semiconsonantes: Y, W¹.
• Cuatro consonantes oclusivas: K, P, T, Tl.
1 Las formas vocálicas de estas semiconsonantes
• Cuatro consonantes aspiradas: Ts, S, Sh, Ch. (I, U) se llaman semivocales, pero en este estudio
• Dos consonantes nasales: M, N. les llamaremos vocales.
• Una consonante líquida: L.

Además, tiene una marca llamada saltillo que no aporta sonido, excepto un leve aspirado, pero
establece un lapso entre sonidos, que representamos en este curso mediante el apóstrofe (’).

La A se pronuncia igual que en español: las demás vocales tienen las siguientes características:

4.2 La O
La O es más aguda que en español, por lo cual, como afirma Alonso de Molina, a veces se
confunde con la U:

“En los vocablos una veces se pone U por O y otras O por U, porque los naturales las varían
indistintamente; así unos dicen Muchi y otros Mochi.” (Vocabulario de la lengua nahuatl)

Sin embargo, Horacio de Carochi aclara:

“Usan de la O algunas veces tan cerrada, que tira algo a la pronunciación de la U, pero no
deja de ser O. Así, no tengo por acertado escribir Teutl, sino Teotl.” (Arte de la lengua
mexicana)

La O ha mutado en U en algunas variedades modernas de la lengua, que pronuncian:

Shuchitl por Shochitl, flor


Shikuko por Shikoko, avispa
Tepustli por Tepostli, metal
Sin embargo, en nahuatl clásico, las variaciones que no derivan del dialectismo no son
arbitrarias, sino que obedecen a las siguientes reglas:

1. La O es similar a la del español cuando le precede o le sigue una consonante, saltillo o Y, y


cuando inicia el término, como en:

O’tli, camino
Chillo’, picante
Iknoyo’, compasivo
Okichtli, varón
Komalli, olla
Shikko, en el centro
Choloa, huir

2. Se hace más aguda, asemejándose a la U, cuando le preceden las vocales A, E. En los


siguientes ejemplos (pero no en el resto del estudio) escribiremos este sonido como O
superíndice:

Tlaºlli, granos de maíz


Teºatl, océano

3. Se agudiza en semiconsonante (W) en dos casos:

a) Cuando le precede o le sigue una vocal dentro del término; en estos casos es opcional, pero
poco usada, la pronunciación arcaica en O; por ejemplo:

Naoachiwa = Nawachiwa, importar


Chikaoastli = Chikawastli, bastón sonaja

b) Cuando inicia el término y le sigue una vocal, como en:

Oakalli = Wakalli, contenedor


Oashin = Washin, guaje

Esta es la razón por la cual no existen en la lengua términos que inicien en las combinaciones
Oa, Oe, a menos que se formen por el prefijo pretérito O, como en Oelak, haber estado triste,
o sean producto de la pérdida de una K inicial, como Oakalko (por Koakalko), casa de la
serpiente. Por lo mismo, las combinaciones Oi, Ou, sólo son posibles cuando van seguidas de
otra vocal, transformándose la I y la U en semiconsonantes, como en:

Oyamelli, abeto
Owi, peligroso
4.3 La U
La U no tiene una conducta libre en esta lengua, sino muy acotada por su contexto; se pronuncia
de dos maneras:

1. Como en español, en dos circunstancias:

a) Cuando le precede una K; por ejemplo:

Kueitl, falda
Kuitlatl, excremento
Kuau’tli, árbol, águila
Chikuatl, lechuza

b) Cuando es la última vocal de la sílaba, en cuyo caso, siempre va seguida de saltillo o de K;


por ejemplo:

Tonatiu’, sol
Yau’tli, amaranto
Teku’tli, señor
Neku’tli, miel

2. Se torna semiconsonante (W) cuando le siguen las vocales A, E, I: Aldama lo define asi:

“Es consonante la (U) que estuviere entre dos vocales y la que fuere primera letra de la voz,
porque no hay voz que empiece con U vocal... Es vocal si no le sigue vocal o si le precede C
(K), pero, fuera de ese caso, no hay U vocal en esta lengua.” (Arte de la Lengua Mexicana)

Por ejemplo:

Walkisa, nacer un niño, salir un astro


Wewelik, que tiene un perfume suave
Witstli, espina
Ilwikatl, cielo

En la ortografía popular se suele escribir una H delante de la U; esto es impropio por


dos razones:

1º Porque, en tal posición, la H no agrega sonido, como afirma Carochi:

“La H antepuesta a esta V (U) no la aspira, porque en la lengua mexicana no hay aspiración.”
(o. c.)
2º Porque este uso es herencia de una época en que la U se solía escribir con el grafo V, por lo
que necesitaba un grafo desambiguador, como explica fray Manuel Pérez:

“A toda V vocal (U) le ha de anteceder H para evitar el inconveniente de pronunciarla como


B.” (Arte del Idioma Mexicano)

Sostienen Olmos, Molina, Paredes, Aldama y Carochi que, antaño, mujeres y hombres
pronunciaban esta vocal de modos diferentes:

“Los varones no pronuncian la V consonante, como en castellano... aunque las mujeres


mexicanas es la única que usan. Así, ellos dicen Ueuetl, con cuatro sílabas, y ellas dicen Vevetl,
con dos sílabas.” (Andrés de Olmos, Arte de la lengua)

Olmos advierte que la pronunciación femenina, consonántica y labial, es impropia:

“Las mujeres mexicanas y tezcocanas la pronuncian (V), y no es buena pronunciación, antes


es abuso que buen uso.” (o. c.)

Sin embargo, Carochi afirma lo mismo de la pronunciación masculina, vocálica y gutural:

“Toca un poco en la pronunciación de la U vocal, pero tan poco, que no hace sílaba por sí;
así, la palabra Ueuetl es de dos sílabas y no de cuatro. Y, para que no se pronuncie consonante,
se le suele anteponer una H como Huehuetl.” (o. c.)

De estas observaciones se deduce que ambas formas de pronunciar, la labial y la gutural, son
extremas. En la lengua clásica, la U seguida de vocal se pronuncia acercando los dientes
superiores al labio inferior, pero sin tocarlo, de modo que el sonido resultante no forma
diptongo ni es fricativo.

4.4 La I
La I tiene tres pronunciaciones:

1. Como en español, si va al final de la sílaba o el término, o le sigue consonante o


saltillo, como:

I’titl, vientre
Tlei, qué
Mitl, flecha
2. Se torna semiconsonántica cuando le sigue una vocal, excepto I, pronunciándose suave,
como en español; por ejemplo:

Yankuik, nuevo
Yawalli, círculo
Yektli, correcto

Pero, si delante de la Y se coloca una consonante, vuelve a vocalizarse, como en:

Kiawitl, lluvia
Tiankistli, mercado
Piochtli, cabello del cogote

3. Se torna gutural y se abrevia cuando va seguida de Ts y no pertenece a la sílaba tónica, es


decir, si inicia términos de más de dos sílabas; en los siguientes ejemplos (no en el resto del
estudio) escribiremos dicha I como superíndice:

ᴵtskuintli, perro
ᴵtstika, despierto
ᴵtsawa’wia, picar con una aguja de obsidiana

Pero, si pertenece a la sílaba tónica, se pronuncia vocálica, incluso si va seguida de Ts;


por ejemplo:

Teteitsa, quebrar algo en pedazos


Toltekaitstli, obsidiana de color azul claro

4.5 La E
La E es paladial, es decir, se pronuncia como en español, con el cielo de la boca; por ejemplo:

Ewa, levantarse
Elel, pecho
Metstli, luna
Teiknelilli, favor

En algunos términos tiende a cerrarse, particularmente si va precedida o seguida de K,


pronunciándose parecida a la I o generando una doble pronunciación opcional en E, I, como en:

Amektlan = Amiktlan, abismo marino


Kelitl = Kilitl, legumbres verdes
Estli, sangre / Iso, sangrarse
Ewa, partir / Iwa, enviar

Observación: algunos lingüistas escriben Ë, Ö para denotar las diferencias de estas


vocales respecto al español. Sin embargo, tales diferencias quedan cubiertas con el uso
apropiado de las vocales E, O, I, U, y las semiconsonantes Y, W, razón por la cual, en este
estudio no empleamos la diéresis ni ningún otro signo que perturbe la lectura.

4.6 Vocales largas


Las vocales A, I, O, tienen versión larga y corta. Para comprender este fenómeno, vale la pena
citar a Fray Manuel Pérez:

“El modo de pronunciar de los indios, que es al que debemos estar, es que, no siendo
penúltima, todas (las sílabas) pueden ser breves, o es más fácil pronunciarlas breves.” (Arte
del Idioma Mexicano)

Lo anterior no significa que la vocal larga se pueda asimilar o reducir, sino que la forma larga
afecta a tan pocos términos, que, en la práctica, podemos considerar que el nahuatl se compone
de un solo tipo de vocal, alargado o enfatizado si cae en el arranque de la penúltima sílaba del
término. Sin embargo, hay excepciones; veamos cada caso:

1. Las vocales A, E, O largas extienden su sonido sin duplicar la sílaba. No derivan de la vocal
corta, por lo que no se pueden asimilar. Eso significa que los términos con vocal larga y corta
tienen sentidos diferentes; en los siguientes ejemplos se señalará la larga con acento
circunflexo:

Achtli, semilla / Âchtli, sirviente


Asi, capturar / Âsi, morir la fruta, lastimar el insecto o la ortiga
Amoshtli, libro / Âmoshtli, pelo que dejan a las jóvenes a un lado de la cabeza
Texhtli, harina / Têshtli, cuñado
Teyo’, que tiene piedras / Têyo’, que tiene labios
Ayo’tli, calabaza / Ayô’tli, tortuga
Koko’tli, vaso sanguíneo / Kôko’tli, paloma

2. La I larga es un caso de énfasis circunstancial, cuyo objeto es distinguir términos comenzados


en esa vocal de posesiones de la tercera persona, como Ikak, estar de pie / Îkak, su zapato.

En este estudio evitaremos ejemplos en los que sea necesario distinguir la longitud de las
vocales, de modo que no señalizaremos los casos de vocal larga.
Observación: no hay que confundir la vocal larga con la convivencia creada por la
frecuentación de sílabas cerradas que comienzan en vocal, como Astli, ala > Aastli, alas, o la
aglutinación de dos vocales pertenecientes a raíces distintas, como:

Atl, agua, orina, extremidad superior + Ashisha, ensuciar a otro = Aashisha, orinarse de
miedo
I, suyo + Ishtli, ojo = Iish, sus ojos
I’titl, interior + Ilakatsiwitl, espiral = I’tiilakatsiu’ki, con el interior en forma de espiral

4.7 Vocales residuales


Este es un fenómeno diferente a la vocal larga, pues no entraña cambio semántico para el
término. Afecta a las vocales I, O, y consiste en duplicarlas, sin más función que la eufónica,
adoptando el elemento residual un sonido semiconsonante. No hay que confundirlo con la
aplicación de una I demarcativa que estudiaremos adelante, pues estos casos se caracterizan
porque la vocal demarcada es diferente de I, como en Aokmo = Ayokmo, no más.

1. La I se alarga en la residual Y junto las vocales A, E, O, produciendo términos correctos y


opcionales. Según su ubicación dentro del término, la combinación resultante es de dos tipos:

a) Progresiva, cuando la Y precede a la I, en cuyo caso ambas constituyen sílaba. Esto ocurre
cuando la I termina la sílaba o el término; por ejemplo:

Ai = Ayi, hacer
Painalli = Payinalli, corredor
Wei = Weyi, grande
Miek = Miyek, mucho
Chiampinolli = Chiyampinolli, harina de chía

b) Regresiva, cuando la Y sigue a la I, distribuyéndose ambas vocales en sílabas diferentes.


Esto ocurre siempre que a la I le sigue otra vocal. Hay dos aplicaciones:

• Si la I inicia sílaba (en cuyo caso es semiconsonante), se revocaliza, como en:

Yetlalli = Iyetlalli, rapé de tabaco


Yolik = Iyolik, tranquilamente
Ya = Iya, oler fuerte
Yake’ = Iyake’, caudillo militar
• Si la I no inicia sílaba, mantiene su sonido vocálico, como en:

Aktia = Aktiya, trotar


Pia = Piya, guardar, acumular
Kiawitl = Kiyawitl, lluvia
Pisietl = Pisiyetl, tabaco
Pipiolin = Pipiyolin, abeja
Ichtekuia = Ichtekuiya, envolver
Semmanian = Semmaniyan, para siempre
Tlachia = Tlachiya, observar

También son alargado residual de I los casos en que esta vocal muta en E, como Sia = Sea, raíz
relativa al consentir y el frío > Sealistli = Seyalistli, voluntad / Tlasesea = Tlaseseya, hacer
frío.

2. La O se alarga en la residual W para evitar hiatos cuando le siguen las vocales A, E,


adoptando la estructura W + O, cuyos elementos se ubican en sílabas diferentes. Esto produce
formas correctas y opcionales como:

Soatl = Sowatl, señora


Poa = Powa, contar, leer
Koatl = Kowatl, serpiente
Yoalli = Yowalli, noche
Kokoa = Kokowa, enfermarse
Tla’toa = Tla’towa, hablar

Observación: no hay que confundir estos casos con el añadido de un término comenzado en
Wa a uno terminado en O, como Nowampo’, mi prójimo, o el añadido del prefijo O a términos
comenzados en W, como Owalkuik, él o ella llevó algo.

4.8 Las oclusivas


El nahuatl posee cuatro consonantes oclusivas: K, P, T y Tl, con las siguientes características:

1. La K se pronuncia como en español; por ejemplo:

Kakalotl, cuervo
Kikistli, trompeta
Kokowa, comprar, vender
Se puede reiterar por convivencia de sílabas, como en:

Tlateki, tallar + Ki, sufijo personal = Tlatekki, labrador de turquesas


Ma’tlaktli, diez + Kimilli, paquete = Ma’tlakkimilli, 200 paquetes

En la escritura popular, este sonido se escribe con C fuerte o con la combinación Qu del
español, lo que no daña la pronunciación.

2. La P también se pronuncia como en español; por ejemplo:

Papantla, lugar de banderas


Pipiltsitsin, niños
Popotl, cañita

Se puede reiterar por contaminación de sonido, como en Nawi, cuatro + Pan, sufijo locativo =
Nappan, en cuatro lugares.

3. La T es como en español; por ejemplo:

Teteo’, dioses
Tititl, contraído, terminado
Totolli, pájaro

Se puede reiterar por convivencia de sílabas, como en Itta, ver.

4. La Tl se pronuncia diferente que en español pues, lo que se apoya en el paladar no es la punta


de la lengua, sino sus laterales. Fray Luis Guerra describe esa particularidad del
siguiente modo:

“La T y la L juntas, la L es la que se pronuncia como letra, la T no.” (Arte de la Lengua)

La Tl lateral produce un sonido suave y de una sola emisión, que se hace más suave al final del
término; por ejemplo:

Tletl, fuego
Tlo’maitl, ala de halcón
Tlakametl, maguey que produce pulque blanco

Esta consonante Tl tiende a simplificarse en T. En nahuatl clásico dicho fenómeno afecta a


unos pocos términos correctos y opcionales como:

Tlatl = Tatl, fronda


Tlo’tli = To’tli, halcón
Metlatl = Metatl, mano de mortero

4.9 La N
M y N derivan de una nasal genérica; por ello, son opcionales en términos como:

Mochi = Nochi, todo


Mek = Nek, entonces
Semka = Senka, muy, mucho
Omasik = Onasiko, completo, total

Otras veces son intercambiables según el sonido que les siga; veamos los casos particulares:

La N tiene las siguientes pronunciaciones:

1. Es fuerte o nasal, como en español, cuando inicia la sílaba o cuando se reitera por
convivencia, como en:

Nawatilli, orden
Onok, estar de pie
Teteoinnan, su madre de los dioses

2. Es suave o paladial al finalizar la sílaba; se pronuncia tocando la base de los dientes


superiores con la punta de la lengua. En los siguientes ejemplos se destaca esta pronunciación
mediante la N superíndice:

Kaltoⁿtli, casita
Tlamaⁿtli, lo que se presenta

Puede desaparecer, como en Io = Inon, eso.

3. Se hace muy tenue, incluso nula, si la siguiente sílaba comienza con W o en aspirada, como
en:

Montli, yerno > Nomoⁿwan = Nomowan, mis yernos


Mintontli, tatarabuelo, tatarabuela > Mintoⁿwan = Mintowan, tatarabuelos
Pantli, bandera + Tsin, sufijo evaluativo = Patsin (por Pantsin), respetable bandera

4. Si le sigue una consonante aspirada, adopta su sonido. Por ejemplo: San, sólo + Se, uno =
Sasse (por Sanse), uno sólo.
5. Se hace labial, pronunciándose M, ante P, M y vocal, como:

Kanin = Kampa, ¿dónde?


Pantli = Pamitl, bandera
Pani, encima + Piloa, colgar = Pampiloa, suspender, elevar

4.10 La M
Según el contexto, la M tiene tres pronunciaciones:

1. Es fuerte, como en español, dentro del término y al comienzo de la sílaba, como en:

Amatl, papel
Tilma’, manta

También cuando se reitera por convivencia de sílabas, como en Kuammaitl, rama.

2. Se pronuncia más breve que en español cuando inicia el término; en los siguientes ejemplos
(no en el resto del estudio) se escribe como M superíndice:

ᴹetl, maguey
ᴹasatl, venado
ᴹekawewetl, instrumento musical de cuerda

Tal pronunciación breve se hacía extrema entre los mexicas, quienes, según el padre Olmos y
un cronista anónimo, omitían la M inicial, llamando a su capital Eshik (Éshik), en lugar de
Meshi’ko:

“La palabra México no es propia de los indios (mexicas), pues los naturales del país y la gente
pulida dicen Exic o Echic solamente.” (Teogonía e Historia de los Mexicanos II, 45)

3. Al final de la sílaba o el término, la M se transforma en N, a menos que vaya seguida de P,


M o vocal; por ejemplo:

Ilamatl, anciana + Ton, sufijo diminutivo = Ilanton, viejita


Am, vosotros + Ki, le + Itta, ver = Ankitta, vosotros lo veis
4.11 Las aspiradas
El nahuatl tiene cuatro consonantes aspiradas: S, Sh, Ts y Ch, cuyas características son:

1. La S suena como en español al principio o en medio del término; por ejemplo:

Sasakatl, red
Sesen, de uno en uno
Soso, repasar las cuentas del rosario

Al final del término se pronuncia más apagada, tirando a Z, como afirma Carochi:

“La Z no la usan al principio de las dicciones... sino solamente al final... Esta Z se pronuncia
casi como la S castellana.” (o.c.)

Es de notar, que, al afijarse, la S puede derivar en Sh, como en:

Pawasi > Pawashia, cocer en olla


Tlatlasi, toser > Tlatlashistli, toz
Tolkuestli, estera > Tolkueshsolli, estera tosca o desgastada
Tesi, moler > Teshtli, cosa molida, harina de maíz
Alashoa, pulir, alisar > Alastik = Alashtik, resbaloso

2. La Sh es como en inglés en todas las posiciones; por ejemplo:

Shonakatl, cebolla
Shomolli, jabón
Ashtlawa, arreglarse el cabello
Shalli, arena
Iastashel, su tocado de plumas

3. La Ts se pronuncia en una emisión, apoyando la punta de la lengua contra los incisivos


superiores, con un sonido apagado que no llega a ser Tz; por ejemplo:

Tsinakan, murciélago
Tsalan, entre
Kuau’tsontli (aztequizado como Huanzontli), mechón vegetal

4. La Ch es fuerte, como en español; por ejemplo:

Chalchiwitl, turquesa
Chichimekatl, salvaje
Chontalli, extranjero
Las aspiradas pueden mutar unas en otras debido al margen de variabilidad intrínseco de este
tipo de consonantes. Tales casos no son variaciones del radical, sino raíces diferentes, aunque
estrechamente emparentadas, aún si los términos resultantes son sinónimos. Por ejemplo:

Pasol = Pacha, que tiene lana o pelo crespo


Pitsa = Pichilia, soplar
Nakastli = Nakochtli, oreja
Shiwitl = Chalchiwitl, piedra preciosa
Tlakuekuesoa = Kuekuetsoa = Kuechoa, agitar, remover
Posaktik = Poshaktik = Pochotik, esponjoso, lanoso, inflado
Ketsalli, pluma fina / Kecholli, pluma
Tsatsatsi, gritar fuerte / Chachalca, gritar con cólera
Wetska, escarnecer / Weshkai’toa, maldecir.

Observación: no hay que confundir este tipo de mutación con la adición de sufijos comenzados
en aspirada y posterior eufonización del resultado. Por ejemplo, la Ts del verbo
Kuekuetsa, hacer temblar, no deriva de la Ch del verbo Kuekuechka, temblar, sino de la
adición del sufijo verbal Tsa a la raíz verbal Kuekuech, espantar, cuya Ch se apocopa.

4.12 La L
Sólo existe en la lengua una consonante líquida, la L, con dos formas:

1. Se pronuncia breve, como en español, cuando inicia o termina una sílaba; por ejemplo:

Tla’tol, lenguaje falso


Ololiu’ki, enroscado, cierta planta

2. Puede reiterarse por convivencia de sílabas, pronunciándose como en la expresión “el-lápiz”


(nunca como la Ll del español); por ejemplo:

Ollo’ (Ol-lo’), que tiene caucho


Wellamati (Wel-lamati), sentirse bien

Observación: pese a su abundancia en la lengua, la L nunca inicia un término; las raíces del
protonahuatl que comienzan con L adquieren una I inicial, como Iloktia, anegar. Sin embargo,
sí inicia la sílaba, como en:

Melawa, extender
Malia, capturar prisioneros
Masewaloyan, sala de baile
En estos casos, la L pertenece siempre al radical representado por la sílaba anterior.

4.13 El saltillo
El saltillo es difícil de clasificar, pues no es un sonido, sino una una breve oclusión de la glotis,
acompañada en ocasiones de un leve aspirado suspenso. Algunos gramáticos antiguos y
modernos no lo señalizan, probablemente porque no tiene equivalente en español; un proceder
injustificado pues, como señala Carochi, el saltillo es tan importante para el término como
cualquier otro componente:

“No es menos quitar un saltillo de su lugar, que una letra.” (o. c.)

Por ejemplo, no es lo mismo decir Tlaso’tlaltia, reconciliar a alguien, que Tla’sotlaltia,


vomitar a alguien.

El saltillo sólo se añade a vocal breve, nunca a vocal larga o consonante. Tiene tres
aplicaciones:

1. Semántica o con sentido propio, uniéndose a todas las vocales, menos U, si forma parte del
radical, como en:

Pa’tli, medicina
I’toa, decir
O’mitl, hueso

2. Morfológica o con función estructural, a continuación de la U vocálica cuando termina la


sílaba o el término, y para separar los componentes de una sílaba frecuentada, como en:

Tlau’tia, prestar servicio


I’ilwitla, celebrar una fiesta en diversos lugares
Se’sekui, estar muy frío.

3. Flexiva, para marcar el plural, como en:

Sapoteka’, los zapotecas


Tameshtlasotla’, nosotros os amamos
El saltillo deriva de un antiguo sonido glotal, según se evidencia en los siguientes términos,
que lo sustituyen por la K o la G:

Teku’tli = Teuktli, señor


Ayoneku’tli = Ayoneuktli, aguamiel
Nau’, radical > Nawalli = Nagual, brujo

Se ha discutido si el saltillo del nahuatl clásico tiene o no algún sonido; el asunto quedó definido
por Carochi:

“Se pronuncia como con un salto o reparo y suspensión.” (o. c.)

Una prueba de que el saltillo no involucra flujo de aire, es que en nahuatl no se pueden
componer sílabas del tipo saltillo + vocal; por tal razón, nunca encabeza una sílaba, y menos
un término. Sin embargo, podemos distinguir tres matices en su pronunciación:

1. Áfono o suspenso, cuando le sigue una semiconsonante o vocal dentro del término o la frase,
para evitar combinaciones del tipo J + vocal. En los siguientes ejemplos, tal fenómeno se señala
con un guión:

Ne-watl (Ne’watl), yo
A-akatla (A’katla), cañaveral
A-iknowa’ (A’iknowa’), despiadado
Iteokuitlaanawau-yelpan mani, su disco de oro sobre su pecho

2. Levemente aspirado, en dos circunstancias:

a) Cuando le sigue una consonante. En tal caso, el saltillo se enfatiza mediante una tenue
aspiración que no llega a ser J, representada en los siguientes ejemplos como una J superíndice:

Iʲtoloka, historia
Maʲtlaktli, diez
Tlaʲko, mitad

b) Cuando termina el término en cualquier vocal menos U, como afirma Carochi:

“Al final (del término)… se pronuncia con fuerza, como quien va a pronunciar una aspiración,
aunque no es aspiración.” (o. c.)

Por ejemplo:

In shochitlaʲ, el jardín
In tlakaʲ ma’sewa, la gente practica penitencia
3. Aspirado, a continuación de la U final, según Carochi:

“En la lengua mexicana no hay aspiración, sino en algunas palabras cuando, al final, se
pospone la U, como Auh.” (o. c.)

Por ejemplo:

Senyauj, marchar o partir juntos


In tonatiuj kualo, el sol eclipsa (lit., el sol es comido)

Pero, si después de la combinación U’ sigue otro sonido dentro del término, el saltillo vuelve
a pronunciarse con aspiración leve, como en la frase Auʲaka’se’mo tiya’kau’, puede que no
sea un gran guerrero.

En el presente estudio, todas estas pronunciaciones se indicarán mediante el apóstrofe.

En el nahuatl clásico el saltillo tiende a desaparecer. Por eso, hay numerosos términos con
sílabas abiertas frecuentadas que no lo llevan por costumbre (aunque se les puede aplicar por
regla), como:

Papachiwi (Pa’pachiwi), satisfacer


Tetekoltik (Te’tekoltik), como carbón
Mamasewa (Ma’masewa), bailar mucho

La pronunciación clásica del saltillo se conserva en el Estado de Morelos; en otros sitios ha


desaparecido o ha adquirido matices consonánticos, distinguiéndose cuatro regiones
dialectales:

• Central, suspensa: Tla’toa, hablar.


• Occidental, nula: Tlatoa.
• Norteña, oclusiva: Tlaktoa.
• Oriental, aspirada: Tlajtoa.
Capítulo 5. Las sílabas
5.1 Estructura de la sílaba
Los sonidos del nahuatl se combinan en sílabas simples. El núcleo o zona central de la sílaba
es siempre una de las cinco vocales, que puede unirse a cualquier otra. El ataque y la coda (es
decir, los extremos anterior y posterior de la sílaba) pueden consistir en una vocal o consonante,
nunca en un conjunto de consonantes. Siempre que aparecen dos consonantes juntas, incluso
la doble L, pertenecen a dos sílabas¹; por ejemplo:

Namat-ka, tener paz


Atik-tia, practicar la brujería
1 Excepto en los casos de Tl, Ts, Ch y Sh, pues estos
Nawal-lotl, chamanismo se escriben con dos letras del alfabeto español, pero
constituyen un sonido único en nahuatl.

El deslinde de la sílaba depende del criterio empleado; los gramáticos interpretan una frase
como Ino’wi, su camino de ellos, de dos maneras: algunos la dividen con arreglo a su
significado (In-o’-wi), en cuyo caso cada sílaba corresponde a un morfema: In, de ellos o ellas
+ O’, radical relativo a los caminos + Wi, sufijo conjugativo. Otros la dividen con arreglo a su
sonido (I-no-wi), en cuyo caso cada sílaba corresponde a un fonema.

Algunos estudiosos, como los del Instituto Lingüístico de Verano, consideran válidas ambos
deslindes. Sin embargo, la impropiedad de la silabación morfémica se nota cuando esta no
refleja el número de sílabas del término. Por ejemplo, el adverbio Nowian, en todas partes, se
compone del verbo Nowi, estar en todo, que pierde la I por afijación, más el locativo Yan,
cuya I se revocaliza por estar precedida de semiconsonante. Desde el punto de vista semántico,
tiene dos componentes: Now-ian; sin embargo, se pronuncia con tres: No-wi-an.

El criterio que aplicamos en estas lecciones es que la silabación es un asunto estrictamente


fonético, pues interesa a la articulación del término, no a su etimología o significado.

5.2 Tipos de sílabas


En nahuatl hay cuatro tipos de sílabas: vocálicas, cerradas, abiertas y consonánticas,
organizadas en trece grupos. He aquí sus características:
1. Son vocálicas, también llamadas de ataque y coda nulos, las que se componen únicamente
de vocales. Hay dos grupos:

a) Simples (V), formadas por las vocales A, E, I, O; por ejemplo:

[A]katl, caña
[E]watl, piel
[I]tla, cosa
[O]kotl, pino

b) En diptongo (VV), formadas por los diptongos que veremos adelante, como [Ei]metstli, tres
meses.

2. Son cerradas, o de ataque nulo, las que empiezan en vocal y terminan en consonante, incluso
saltillo. Hay dos grupos:

a) Simples (VC), formadas por vocal más consonante, como:

Ok, aún
In, el, la
Is, he aquí

b) En diptongo (VVC), formadas por diptongo más consonante, como:

Aik, nunca
Au’, pero
[Eu’]tok, levantarse

3. Son abiertas, o de coda nula, las que empiezan en consonante o semiconsonante y terminan
en vocal. Hay tres grupos:

a) Simples (CV), formadas por consonante más vocal, como:

Si, abuela
To, nuestro
Pi, pelar

b) En diptongo (CVV), formadas por consonante más diptongo, como:

[Tei]ku, hermana menor


[Pai]nal, corredor
Temach[tia]ni, profesor
c) Semiconsonánticas, las que inician en Y, W. Estas pueden ser:

• Simples (SV), formadas por semiconsonante más vocal, como:

Ye, ya
Wi, hola

• En diptongo (SVV), formadas por semiconsonante más diptongo, como:

Yei, tres
A[wia]ni, prostituta

4. Son consonánticas, o de ataque y coda, las que se flanquean por consonantes o


semiconsonantes. Hay cuatro grupos:

a) Simples (CVC), formadas por consonante más vocal más consonante, como:

Tlok, cerca
[Tlan]tli, diente
Temo[shoch], sueño lúcido

b) En diptongo (CVVC), formadas por consonante más diptongo más consonante, como:

Tlein, qué
Maitl, mano
Kiotl, brote vegetal

c) En triptongo (CVVVC), formadas por consonante más triptongo más consonante.


Por ejemplo:

Miau’, tu maíz azul


[Kuau’]tli, árbol, águila
Kueitl, falda

d) Semiconsonánticas, las que inician en Y, W. Estas pueden ser:

• Simples (SVC), formadas por semiconsonante más vocal más consonante; por ejemplo:

Wan, y
[Yu’]ki, como
[Wits]tli, espina
• En diptongo (SVVC), formadas por semiconsonante más diptongo más consonante, como:

[Wau’]tli, amaranto
Yau’, ir

5.3 El acento
Como afirma Molina, el nahuatl clásico se pronuncia en forma llana, sin énfasis especial en
alguna sílaba del término o la frase.

“Estos naturales no alzan más una sílaba que otra en su hablar, salvo de cuando en cuando.”
(Arte de la lengua)

Fray Manuel Pérez especifica que esta es una propiedad del término y no del fono, pues aplica
con independencia de la longitud intrínseca del mismo:

“Toda penúltima es larga, sea la que fuere; de tal suerte, que la que en un vocablo es larga
por penúltima, y su antecedente breve, luego que dicha antecedente queda por penúltima, se
hace larga.” (Arte del Idioma Mexicano)

Todos los términos polisílabos son llanos, es decir, se acentúan en la penúltima sílaba. En los
siguientes ejemplos (no en el resto del estudio) se ha escrito la tilde para enfatizar la
sílaba tónica:

Ayókuan, cierto pájaro


Míktlan, lugar de la muerte
Tenochtítlan, lugar del nopal de piedra
Witsílak, en el agua del colibrí

Si un termino adquiere sufijos o se aglutina con otro, el acento se traslada a fin de mantener la
estructura llana; por ejemplo: Teotía, adorar > Teotiwákan, donde se adquiere divinidad

Se exceptúan de esta regla dos tipos de términos:

1. Los esdrújulos que se forman por la conjugación de verbos cuya sílaba inicial tiene A breve,
si es necesario desambiguar el sentido. He aquí un ejemplo del padre Molina en el que se
acentúa ortográficamente la sílaba tónica: Tlatia, encender > Shíktlati, enciéndelo / Tlâtia,
esconder > Shiktláti, escóndelo.
2. Los agudos formados por los sufijos vocativos E y Tsé, como:

Piltsiné, ¡oh, príncipe!


Teuktsé, ¡oh, señor!

Garibay considera que estos casos no son auténticos agudos, sino frases formadas con el
vocativo E. Sin embargo, el hecho de que el término modificado pierda su acento llano, y que
el vocativo pueda afijarse con polisintesis a otros sufijos, indica que se trata de
términos agudos.

En estos casos, considero apropiado escribir el acento para no tomar el vocativo como una
apócope del sufijo posesivo E’. Veamos un ejemplo de tal distinción: el sustantivo Tlalli,
tierra, da origen al adjetivo Tlále’, terrateniente, y a la expresión vocativa Tlalé, ¡oh, tierra!

Observaciones: en otras variedades del nahuatl se dan casos de términos agudos y esdrújulos.

Los textos escritos con ortografía popular suelen acentuar todos los polisílabos que no terminan
en N, S o vocal, como Náhuatl, Nezahualcóyotl, Cuauhtémoc, etcétera. Sin embargo, esta es
una regla del español, no del nahuatl. Las lenguas que sólo tienen un acento no llevan acento
ortográfico.

5.4 Jerarquía de vocales


El nahuatl ama las combinaciones de vocales; de hecho, hay términos que unen las cinco
vocales (en cuyo caso las débiles se consonantizan), como:

Showeyak, patilargo
Ishpoyawi, estar mareado

Las vocales tienen la siguiente jerarquía:

• A es fuerte
• E, O, son semifuertes y equivalentes
• U, I, son débiles y equivalentes

Hay dos tipos de combinaciones:

1. Bisilábicas: los hiatos, formados por dos vocales que pertenecen a sílabas diferentes, como
Tla-ewalli, forrado.
2. Monosilábicas, aquellas en que dos o tres vocales conviven en una sílaba. Estas pueden ser:

a) Semiconsonantes, cuando incluyen una vocal débil que se torna consonántica por el
contexto, como:

[Ya]walli, círculo
[We]yi, grande

b) Vocálicas o melódicas, los diptongos y triptongos. Estas combinaciones de dos o tres vocales
siempre incluyen una vocal fuerte o semifuerte, y una o dos débiles, todas con sonido vocálico,
como veremos a continuación.

Observación: es preciso leer correctamente las combinaciones de vocales para ubicar la sílaba
tónica. Con frecuencia, se escucha una mala pronunciación debido a que se confunden hiatos
y diptongos, como en los siguientes ejemplos, donde se acentúa ortográficamente la sílaba
tónica para esclarecer el sonido:

• Impropia fusión del hiato I-a: Teománia por Teomaní-a, meditar.


• Impropia descomposición del diptongo Iu: Tonatí-u’ por Tonátiu’, sol.

5.5 Combinaciones melódicas


El nahuatl tiene tres tipos de combinaciones melódicas de vocales:

1. Débiles o de núcleo débil (estructura: VdVd), los diptongos o combinaciones de las dos
vocales débiles, a saber:

Iu: Ye[tiu’], ir
Ui: [Kui]ka, cantar

2. Mixtas o de núcleo mixto, los diptongos compuestos por una vocal fuerte o semifuerte y una
débil. Estos pueden ser:

a) Mixtos débiles (VfVd), cuando las vocales débiles se posponen a las fuertes o semifuertes,
produciendo las siguientes combinaciones:

Ai: [Tlai]ni, trabajador


Au: [Au’]tzin, muy bien
Ei: [Nei]sawilistli, admiración
Eu: [Teu’]tli, polvo
Ou: Tla[pou’]ki, lector
Se exceptúan las combinaciones Oi, en todos los casos, y Ai, en circunstancias que
analizaremos al tratar el hiato.

b) Mixtos fuertes (VdVf), cuando las vocales débiles preceden a las fuertes o semifuertes,
siempre que la sílaba comience en consonante. Se exceptúan la combinación Ia cuando aparece
al final del término, y la combinación Uo, que no existe en la lengua, lo que deja las siguientes:

Ia: [Kia]wak, fuera de la casa


Ie: [Chien], aceite
Io: [Pioch]tli, mechón de cabello
Ua: [Kuach]tli, cobertor
Ue: [Kuech]tli, sonajero, cascabel

3. Fuertes o de núcleo fuerte (VdVfVd), los triptongos o combinaciones de tres vocales. Estas
aplican la jerarquía en ambos sentidos, pues se forman por el añadido de las vocales débiles a
un diptongo mixto fuerte, de modo que su núcleo consiste siempre en una vocal fuerte o
semifuerte flanqueada por dos débiles. No se emplean todas las combinaciones posibles, sino
las siguientes:

Iau: [Kiau’]toka, asperjar


Uai: [Kuai]tl, cabeza
Uau: [Kuau’]tsontetl, tronco de árbol
Uei: [Kuei]tia, ponerse una falda
Ueu: Tsi[kueu’]ka, generoso, ilustre

5.6 Asimilación
Una regla del nahuatl es que aquellos radicales que terminan en diptongos o triptongos en Ai,
Ei, creados por la incorporación de una I epentética o intrusiva, a la que Garibay llama
prostética y nosotros llamaremos en este estudio demarcativa, asimilan (pierden) dicha vocal
al frecuentarse o incorporarse. Veamos cada caso:

1. Asimilación por frecuentación, cuando se frecuenta una sílaba que contiene alguno de los
mencionados diptongos; por ejemplo: Ai, hacer > Aai (por Aiai), hacer algo fuera.

2. Asimilación por incorporación. Según su estructura, este fenómeno puede ser:

a) Por prefijación, si se añade un pronombre posesivo, como:

No, mi + Tokaitl, nombre = Notoka, mi nombre


Mo, tuyo + Tlankuaitl, rodilla = Motlankua, tu rodilla
b) Por sufijación, si el elemento que se incorpora se pospone al diptongo; por ejemplo:

Maitl, mano + Kakapania, crepitar = Makakapania, aplaudir


Kuaitl, cabeza + Kayawa, faltar = Kuakayawa, volverse calvo
Tokaitl, nombre + Amatl, libro = Tokaamatl, libro de nombres, códice de
empadronamientos
Ai, hacer + Sh, interfijo + Ke’, sufijo plural = Ashke’, ellos hacen
Wei + Pantli, algo que esta encima = We’pantli, gran viga
Kueitl, falda, regazo + Tia, sufijo verbal = Kuetia, vestir una falda

En algunos términos, la forma asimilada se puede independizar, adquiriendo sufijos nominales


para cerrar composiciones; por ejemplo: Ma’tlaktli, diez + Maitl, mano > Ma’tlakmatl, diez
manos o brazas. También se dan casos de independencia total, como:

Kai = Ka’, ser; Tlai = Tla’, cosa, algo


Tlei = Tle, qué

La regla de la asimilación se puede violar por tres razones:

1. Por costumbre, como en Emetstli = Eimetstli, tres meses.

2. Para denotar distinción semántica, como en Tokatl, araña / Tokaitl, nombre.

3. Por desambiguación, como en Eilia, triplicar (la forma asimilada Elia se entendería como
causativa del verbo Eli, ser diligente).

Observación: no hay que interpretar como violaciones de esta regla los casos formados por
incorporación, como Ye, ya + Iman, momento = Yeiman, ser el momento.

5.7 Semiconsonantes
Según vimos en los ejemplos anteriores, las vocales débiles que inician la sílaba y preceden a
otra vocal se semiconsonantizan, escribiéndose y pronunciándose, la I como Y y la U como W.
Esto produce las siguientes combinaciones:

• Ya: Ya’ya, ir
• Ye: Ye’yekoa, ejercitarse, probar, ensayar
• Yo: Yoyolin, insecto
• Yu: Yuktli, hermano o hermana menor
• Wa: Wawatl, especie de gusano
• We: Wel, bien
• Wi: Wik, hacia

Los radicales que contienen diptongos o triptongos los pierden cuando uno de sus componentes
se semiconsonantiza, cosa que ocurre por dos razones:

1. Cuando se pospone un componente comenzado en vocal a los diptongos débiles y los


triptongos; por ejemplo:

Kiau’ = Kiawitl, lluvia


Ekau’ = Ekawilli, sombra
Aik, nunca > Ayak, nadie
Tlau’kecholli, pluma brillante > Tlawilli, luz
Tonalpou’ki, cronólogo > Tonalpowalli, calendario sagrado

2. Cuando los diptongos fuertes y los triptongos pierden una consonante anterior, como en:

Niau’, voy > Yau’, ir


Tlapechuapalli, columnata > Wapalli, viga, columna
Ikniollotl, de buen corazón > Yollotl, corazón

5.8 Hiato
El hiato o pronunciación separada de dos vocales contiguas tiene lugar en aquellas
combinaciones de vocales que no cumplen con los requisitos para formar diptongos. Es de dos
tipos:

1. Homofónico, cuando una vocal convive consigo misma, lo que ocurre para todas las vocales,
menos U, en las siguientes circunstancias:

a) Por alargado de la A, según vimos en el capítulo anterior.

b) Por incorporación, como en Maitl, mano + Ana, extender = Maana, extender los brazos.

c) Por reiteración, como en:

Eestentli, contusionado
Oollama, jugar a la pelota

d) Por deslinde de sentido, como en Ki, a él + Ilpia, atacar = Kiilpia, él o ella le atacan.
e) Por posesión de sustantivos comenzados en I por la tercera persona del singular, como en
Iits, su cuchillo de obsidiana.

2. Alofónico, cuando conviven dos vocales diferentes. Este tipo de hiato puede ser fuerte o
débil.

a) El alofónico fuerte se forma cuando se unen vocales fuertes o semifuertes, en todas las
combinaciones; por ejemplo:

• Ae: Tlae’ekatl, soplar el viento


• Ao: Yaotl, guerra
• Ea: Seatl, glacial
• Eo: Teteo’, dioses
• Oa: Temoa, descender
• Oe: Koyoewatl, piel de coyote

b) El alofónico débil ocurre cuando una vocal débil se compone con una fuerte o semifuerte.
El caso por excelencia es la posesión de sustantivos comenzados en vocal por la tercera persona
del singular, como en:

Iamosh, su libro
Iolol, su balón
Iikpal, su silla
Iekawilo, su sombra
Ia’tlau’, su lanzadardos

También hay hiatos alofónicos débiles en las siguientes combinaciones:

• Oi, en todos los contextos; por ejemplo:

Iknoi’toa, petición
Noiyoka, yo sólo
Eloisuatl, túnica del maíz verde
Tsoiyak, tabaco común
Shochiointli, cierta variedad de maíz

• Ai, cuando a la I le sigue una consonante que cierra sílaba o en composiciones con el verbo
I, beber, como:

Tlai, beber
Tlailli, hemorragia
Sakaikpalli, silla de paja
Chimalpain, mensajero del escudo, nombre personal
• Ia, en tres casos:

I - En composiciones formadas por el añadido del sustantivo Atl, agua, como Shochiatl, agua
de rosas.

II - En los verbos en Ia, como:

Tlachia, fabricar
Tlatia, quemar
Teomania, meditar
Moyektilia, la forma correcta de hacer

III - En los sustantivos derivados de los verbos en Ia, si si la a pertenece a la última sílaba del
término; por ejemplo:

Tepia, servir > Tepiatl, donativo de alimento


Kochi (Kochia), dormir > Kochiatl, pestaña

Si a los sustantivos derivados de verbos en Ia se les pospone una partícula o radical que conste
de una o más sílabas, el hiato vuelve a comportarse como diptongo; por ejemplo:

Shoch[ia]lia, perfumarse con agua de rosas


Tlapia, esconder = Tlap[ia]loyan, escondrijo
Kalakia, entrar = Kalak[ia]yan, entrada
Tlachia, hacer, fabricar = Tlach[ia]mawia, barnizar, lustrar

5.9 Sinéresis
Ocasionalmente, el nahuatl permite abreviar la emisión del término mediante el recurso de
transformar el hiato fuerte en diptongo, al debilitar las vocales semifuertes (nunca la fuerte), la
E en I y la O en U. Como resultado, dos sílabas quedan reducidas a una. Este fenómeno se
llama sinéresis y tiene dos aplicaciones:

1. Es progresivo cuando afecta a la primera vocal de la sílaba, lo que ocurre en tres


combinaciones:

• Oe/Ue: Chiko, atravesado + Ei, tres = Chikuei, ocho.


• Ea/Ia:

Sealtia = Sialtia, persuadir


Teachkau’tli = Tiachkau’tli, hermano mayor

• Oa/Ua:

Chikoa, atravesar > Chikua’ti, ser ave de mal agujero


Wei, grande + Soa’tli, mujer (de Soa’tia, casarse con mujer) = Wesua’tli, cuñada

La vocal debilitada puede devenir semiconsonante, como en Nanaoatl = Nanawatl, buboso.

2. Es regresivo cuando afecta a la segunda vocal de la sílaba, lo cual ocurre en tres


combinaciones:

• Ae/Ai: Tla-ewitilli, enviar un mensajero > Tlaiwalli, mensajero.


• Ao/Au: Tla-okolia, ejercer misericordia, altruismo > Tlau’kayotia, considerar u honrar a
otro.
• Eo/Eu: Te-otlalpan = Teu’tlalpan, tierra divina, el rumbo del norte.

Observación: no hay que confundir la sinéresis con los siguientes casos:

• El alargado de las vocales E, O, pues, en estos, ambas vocales forman parte del mismo fonema
y el alargado no tiene como objeto acortar el término, sino evitar hiatos.

• La pérdida de fonemas; por ejemplo, el verbo Poa, contar, parece sufrir sinéresis de la A en
el sustantivo Pou’ki, contador. Sin embargo, en este caso, la A es un sufijo verbal elidido, en
tanto el fonema U’ deriva de un sufijo flexivo.
Capítulo 6. Estructura de la lengua
Segunda Parte - Los componentes de los términos

6.1 Características básicas


La lengua nahuatl tiene cuatro características básicas:

1. Es aglutinante, es decir, aglutina partículas modificadoras y términos para formar nuevas


partículas y términos. Ejemplo: Se, uno + Shikipilli, bolsa, tercer orden vigesimal =
Seshikipilli, 8 mil.

2. Es polisintética. Esto significa que, al aglutinarse, ciertos términos pierden parte de su


sonido, como en: Sentli, unidad + Teotl, divino = Senteotl (por Sentliteotl), divina unidad.

3. Es eufónica, es decir, procura el buen sonido, modificando el producto de la polisíntesis, de


ser necesario. Por ejemplo: Meshi’ko, en el ombligo de la luna, eufónico de Metsshikko,
polisíntesis de Metstlishiktliko, aglutinación de Metstli, luna + Shiktli, ombligo + Ko, sufijo
locativo.

4. Es desambiguadora, pues modifica el producto de la eufonía, también si es necesario, para


que el término resultante no se confunda con otro. Por ejemplo, el enfático de Paka, lavar,
recibe un saltillo (Pa’paka, enjabonar) para que no se confunda con Papaka, insultar,
ridiculizar.

6.2 Niveles
Tanto por su naturaleza como por el cultivo de que fue objeto, el nahuatl es una lengua
estructural. Posee una organización interna en cinco niveles de complejidad que hemos
aprovechado para organizar el presente estudio; estos son:

1ro. Los elementos componentes de los términos.


2do. La composición de los términos o unidades gramaticales.
3ro. El refinamiento de los términos.
4to. La articulación de las frases.
5to. La elevación o aplicación de recursos expresivos.
Veamos sus características:

6.3 Las raíces


Los elementos componentes no son términos, sino su materia prima. Son de dos tipos: raíces o
morfemas léxicos, y gramemas, a los que en adelante llamaremos partículas modificadoras.

Las raíces son unidades de sonido y significación abstractas; por ejemplo, la raíz Naw se refiere
a lo oculto, lo duplicado, la fluidez y la comunicación, y la raíz Ton, al calor, la luz, la energía
y lo evidente.

Las raíces del nahuatl no tienen una naturaleza gramatical intrínseca. Según las partículas que
adopte, toda raíz puede funcionar como sustantivo, verbo, adjetivo o adverbio, como vemos en
los siguientes ejemplos elaborados sobre la raíz Tlal, relativa a la tierra:

Tlalli, tierra
Tlalti, hacerse tierra
Tlaltik, terroso
Tlalpan, patria (lit., en la tierra)

Casi todas las raíces simples de del nahuatl proceden del protonahuatl, aunque hay intrusiones
de otras lenguas. Algunas raíces son tan antiguas, que aparecen en otras lenguas de América y
el Viejo Mundo, no por intercambio, sino por comunidad de origen; por ejemplo:

• La raíz On, relativa a la unidad, lo entero y lo completo, aparece en el maya Jun, uno, el
quechua Oma, unidad, el tungús Omo, uno, el malayo Onnu, uno, y el germánico On, uno.
• La raíz Kau’, relativa a lo que se extiende, aparece en los términos del español Cauda,
Caudal, Cauce y Causa.

Las raíces se agrupan en familias con un antepasado común. Por ejemplo, las raíces Kau’, Kua,
Kuau’ y Koa derivan de una raíz del protonahuatl relativa a lo que está encima, es extenso o
elevado, como se denota en los siguientes términos:

Kau’timani, extendido, espacioso


Kuaitl, cabeza
Kuak, en la punta
Kuau’tli, águila, árbol
Koatl, serpiente
Gracias al fenómeno de la incorporación, las raíces originan su propia familia de términos. Por
ejemplo, la raíz Kal, relativa a los contenedores y las casas, crea, entre muchos otros, los
términos siguientes (el añadido a la raíz se denota en itálicas):

Kalli, casa
Kale’, casero
Kali, estar en casa
Kalpan, en la casa
Kaltin, las casas
Kalsolli, choza
Kalisatl, portal
Kalkuaitl, techo
Kaltechtli, pared
Kaltentli, acera en torno a la casa
Kaltetsontli, cimiento de la casa
Kalpolli, barrio
Weikalli, templo

Si una raíz muta en sonido, aunque sea levemente y sin modificar su sentido, da origen a otra.
Así, los sonidos Ish, Its e Is se refieren al rostro y la visión, pero constituyen raíces distintas
productoras de términos como:

Ishtia, ver
Itstilia, observar
Issitlalchiwa, adornarse el rostro con estrellas

Observación: no hay que confundir la mutación de las raíces con la modificación de los
radicales por eufonía. Así, en el verbo Ichchichitintinemi, tener ojos llorosos, el radical Ish se
modifica en Ich por una regla eufónica aplicable a la unión de dos consonantes aspiradas, pero
continúa representando a la raíz Ish.

6.4 Los radicales


Las raíces no constituyen términos por sí; para crearlos, tienen que unirse a las partículas
modificadoras de carácter gramatical, en cuyo caso se transforman en radicales.

El radical es la parte básica o invariable del término. Tiene la característica gramatical del
término al que da origen, que no desaparece cuando la partícula desaparece o, mejor dicho, se
subroga por incorporación.
En una lengua como el nahuatl, la distinción entre raíz y radical es importante pues, como
acabamos de leer, los radicales pueden mutar por eufonía sin que ello origine nuevas raíces.
Observemos, por ejemplo, la variación del radical en los siguientes términos derivados de la
raíz Kuau’:

[Kuau’]tika, con un bastón


[Kuaw]e’, que tiene un bastón
[Kua]kuawitl, cuerno, antena
[Kuam]maitl, rama
[Kuap]pan, donde los árboles

En conclusión: la raíz es la forma abstracta e inmutable del radical, y el radical, la forma


concreta y mutable de la raíz.

6.5 Las partículas modificadoras


Las partículas modificadoras son la parte variable del término. Según su efecto sobre el radical,
son de tres tipos:

1. Los morfemas gramaticales dotan al término de característica gramatical; por ejemplo:

• El sufijo sustantivo Istli de Temilistli, saciedad


• El sufijo verbal Tsa de A’ketsa, levantar la cabeza
• El sufijo adjetivo Tik de Petik, brillante
• El sufijo prepositivo Pa de Nowiampa, general

2. Los morfemas flexivos no cambian la característica gramatical del término, pero modifican
su significado, especificando formas de conjugación o posesión; por ejemplo:

• El pronombre posesivo No de Nochan, mi hogar


• El prefijo pretérito O de Onikpou’, yo lo leí
• El sufijo futuro S de Yes, él/ella será.

3. Las partículas vinculativas unen los componentes del término sin cambiar su característica
gramatical o significado; por ejemplo:

• El interfijo aglutinante Ti de Me[ti]tech, sobre el maguey


• El copulativo On de Kashtolli[on]se, dieciséis

Una raíz puede adquirir diversas partículas modificadoras que definen o modifican su sentido,
o vinculan sus componentes. Por ejemplo, el plural O’oselo’, los ocelotes, posee tanto una
partícula vinculativa (el saltillo interpolado entre los componentes de la sílaba que se frecuenta
por énfasis) como un sufijo evaluativo (el saltillo final que marca el plural).

6.6 La composición de los términos


El segundo nivel de complejidad de la lengua es el de los términos; es aquí donde los
componentes se expresan como unidades gramaticales. Según su estructura, los términos son
de dos tipos:

1. Simples, cuando tienen un solo componente, como:

Se, uno
Nel, entonces
Wi, hola

2. Incorporados, los que resultan de una incorporación o unión de raíces, radicales y partículas.
La incorporación procede de dos modos: por afijación y por aglutinación.

a) La afijación es la unión de partículas modificadoras entre sí o con una raíz o término. En los
siguientes ejemplos, las partículas se destacan entre corchetes:

[Tla]kua, comer algo


Picha[tsin], piel, cutis
Meka[pal-li], cuerda para cargar
A’ketsal[is-tika], levantando la cabeza, fieramente

b) La aglutinación es la unión de dos o más términos para crear uno nuevo; por ejemplo:

Sentli, unidad + Ka’, ser = Senka, mucho, estable


Teku’tli, señor + Tokaitl, nombre = Teku’tokaitl, título nobiliario
Tlalli, tierra + Teku’tli = Tlalteku’tli, señor tierra, nuestro planeta
Teotl, divino + Tokani, practicante = Teotokani, idólatra

Casi todos los términos en nahuatl son resultado de una incorporación; según su estructura, se
clasifican en dos grupos:

1. Monorradicales, los que tienen un radical simple al que se añaden una o más partículas
modificadoras. En los siguientes ejemplos, el radical se destaca entre corchetes:

[Mich]in, pez
[Komish]in, lagartija pequeña
[Sipak]tli o [Sipaki’]tli, dragón
[Kuetspal]li, lagartija grande

2. Polirradicales o aglutinados, aquellos cuyo radical se forma por varios radicales, al que se
añaden, por lo general, una o más partículas modificadoras. En estos términos se cumple la
regla de polisíntesis incorporativa, según la cual, el radical anterior pierde el sufijo nominal y,
generalmente, también el verbal. En los siguientes ejemplos, se separan los componentes del
radical con un guión:

Atl, agua + Sipaki’tli = [A-sipaki’]tli, pez sierra


Atl + Kuetspalli = [A-kuetspal]li, cocodrilo
Atl + Siwatl, mujer = [A-siwa]tl, sirena
Atli’, relativa a la bebida + Sipaktli = [Atli’-sipak]tli, ballena
Kuau’tli, árbol + Kuestpalin = [Kuau’-kuetspal]in, iguana
Koatl, serpiente + Michin = [Koa-mich]in, anguila

Por su carácter incorporativo, los términos del nahuatl absorben gran parte del significado y
estructura de la expresión, comportándose como frases breves. La distinción entre el término y
la frase se puede establecer desde dos puntos de vista:

• Estructural: el término adquiere sufijos que le dan característica gramatical y pierde sonidos
al incorporarse, por reglas de composición, eufónicas y de desambiguación; la frase no.

• Semántico: por lo general, los componentes del término sintetizan sus significados en un
nuevo significado, en tanto los de la frase los suman. Por ejemplo:

Atl, agua + Tlachinolli, quemado = Atlachinolli, guerra / Atl Tlachinolli, agua quemada,
concepto esotérico
Shochitl, flor + Kuikatl, canto = Shochikuikatl, canto florido, un género literario / Shochitl
Kuikatl, flor y canto, la poesía

6.7 El refinamiento
El tercer nivel de la lengua consiste en refinar los términos. El recurso de la incorporación
propicia el surgimiento de combinaciones de sonido complejas o de significado ambiguo. Estos
casos se resuelven mediante los recursos de eufonización y desambiguación.

1. La eufonización o mejora del sonido consiste en modificar los sonidos para evitar
combinaciones difíciles o cacofónicas. Según su estructura, la eufonización puede ser:
a) Por síncopa o supresión de sonido, cuando se elide un fonema de uno de los radicales
aglutinados, como Teotl, divino + Amoshtli, libro = Teomoshtli (por Teoamoshtli), libro
sagrado.

b) Por adopción, cuando uno de los fonemas en la zona de contigüidad de la incorporación


adopta el sonido de su vecino, como Nawi, cuatro + Pa, sufijo distributivo + Teku’tli, señor
= Nappateku’tli (por Nau’pateku’tli), cuatro veces señor.

2. La regla de la desambiguación tiene el propósito de deslindar el sentido del término o evitar


lecturas equívocas. Se resuelve mediante recursos como la interpolación de partículas y la
aplicación de excepciones a las reglas de composición. Por ejemplo:

Maka, dar > Ma’maka (por Mamaka), distribuir


Etl, frijol + Atolli, atole = Etlatolli, potaje de frijoles (por Eatolli, tres atoles)

6.8 La articulación
Como afirmó Molina, el nahuatl tiene reglas propias que lo distinguen de las lenguas del
Viejo Mundo:

“El lenguaje y frasis de estos naturales, especialmente de los nahuas y mexicanos, es muy
diferente del lenguaje y frasis latino, griego y castellano.” (Vocabulario de la lengua, 1571)

El gran peso semántico del término dentro de la frase determina que la sintaxis del nahuatl sea
muy simple, a tal extremo, que Carochi afirma, exagerando, que “esta lengua no la tiene”.

Por lo general, el orden de los términos no afecta su comprensión; sin embargo, no es lo mismo
decir In itskuintli in kalli, la casa del perro, que In kalli in itskuintli, el perro de la casa.

En la articulación de la frase se cumplen las siguientes reglas:

1ro. El determinante (término o radical que modifica) precede al determinado (término o radical
modificado), como en Semanawak etilistli nawatilli, la ley de gravitación universal (de
Semanawak, universal + Etilistli, gravedad + Nawatilli, ley).

Esta composición se invierte para demostrar; así, en la siguiente frase, el último término
modifica al penúltimo: Yu’kin kokoa’ nawintin, como cuatro serpientes (de Yu’kin, como +
Kokoa’, serpientes + Nawintin, plural de cuatro).

2do. El poseedor precede al poseído en ausencia de pronombres posesivos, como en


Ketsalkoatl tsakualli, la pirámide de la Serpiente Emplumada (de Tsakualli, pirámide). Pero,
si la posesión se especifica con pronombres, se invierte la precedencia, como en In i’kuak
ititlanwan Moteuksoma in ompa kalakke’ in iakalko Cortés, cuando sus mensajeros de
Moctezuma entraron en su nave de Cortés (de I’kuak, cuando + I, suyo + Titlanwan,
mensajeros + In ompa, acercarse allá + Kalakke, entran + I + Akalko, en el barco).

Se exceptúan a esta regla las posesiones demostrativas, en las que se mantiene la precedencia
del posesor, como en Onkan tekuani ichan, allá está su guarida de la fiera (de Onkan, allá
+ Tekuani, fiera + I + Chantli, hogar).

3ro. El objeto precede a la conjugación, como en la frase Kuau’tlankochtika nitlatsakua, lo


cierro con una llave de madera (lit., con llave yo cierro, de Kuau’tli, madera + Tlankochtli,
llave + Tika, sufijo prepositivo + Ni, yo + Tlatsakua, cerrar). Pero también puede sucederlo,
como en Ki’kuani’ in akalo’tli, él traslada el canal (de Ki, lo + I’kuani’, desplazar +
Akalo’tli, vía de agua).

4to. El sujeto precede al verbo, como en San titlakaneki tiwetski, tú ríes sin razón (de San,
sólo + Ti, tú + Tlakaneki, proceder sin reflexión + Ti + Wetski, reír). Esta regla es capaz de
descomponer los verbos autotransitivos, como en Tlama’tlakkua, él es el décimo en comer
(de Ma’tlaktli, diez + Tlakua, comer algo). Pero, en las oraciones demostrativas, el verbo
toma la precedencia; por ejemplo: Chichiko yau’ inon tlawanki, ese borracho va haciendo
eses (de Chichiko, de un lado a otro + Yau’, ir + Inon, aquel + Tlawanki, borracho).

5to. El interrogativo precede a la descripción; por ejemplo: Tle itoka in tla’toani Meshi’ko?,
¿cómo se llama el representante de México? (de Tle, qué, cuál + I + Toka, nombre +
Tla’toani, vocero).

6.9 La elevación
La función de los recursos expresivos es elevar la frase. Aunque la elevación no es una regla,
sino una opción, lo apropiado en nahuatl clásico es, no sólo comunicar el sentido, sino hacerlo
de un modo elegante. Este nivel viene a ser, para la frase, como la eufonización para el término.

Los principales recursos expresivos del nahuatl son:

1. Los modificadores reverenciales, de tres tipos:


a) Partículas que se añaden o intercalan a la expresión para indicar respeto, tanto hacia como
desde; es decir, forman parte del lenguaje que se dirige a personas ancianas o de autoridad,
pero también el que se espera de estas personas hacia todos. Por ejemplo:

Nantli, madre + Tsin, reverencial = Nantsin, apreciada madre


Mo, tuyo + On, reverencial + Tla’toa, hablar = M[on]tla’to, tu respetable discurso

b) La modificación del pronombre Ti, tú, en Shi, usted, para exhortar; por ejemplo: Ma
shimokuikatsin, cante usted, por favor.

c) Términos o expresiones diferenciadas para referir seres vivos o inanimados, así como
personas o animales; por ejemplo:

Sempoalli, veinte cosas / Sempantli, veinte personas


Akayotl, pene animal / Tepolli, pene humano

2. La metáfora. Ciertos conceptos, como los relativos a las relaciones sociales, funciones
fisiológicas y aspectos del culto, se dicen de forma elíptica, aunque tengan término propio;
por ejemplo:

Noshiu’, mi piedra preciosa, por Nopilwi, mi hijo


Ateu’tli, riñón, por Awakatl, testículo
Shochinanakatl, hongo florido, por Teonanakatl, hongo enteógeno

3. El difrasismo. Este recurso consiste en combinar dos o tres términos para construir con ellos,
por asociación, un concepto no explícito; por ejemplo:

Makuil ma’tlak, cinco y diez, es decir, por algún tiempo


In tla’tolli in i’iotl, la palabra, el aliento, es decir, el consuelo o estímulo

4. La polilexia o múltiple interpretación. Este recurso, común en el pensamiento religioso,


deriva de la aglutinación de radicales, que genera términos homófonos (con el mismo sonido).
Permite atribuir sentidos asociativos a ciertos términos de importancia ideológica. Por ejemplo,
el sustantivo Semanawak, universo, tiene un sentido directo o etimológico: extensión
indefinida o total (de Semana, extenderse, totalizar + Wa, sufijo posesivo + K, sufijo locativo),
y dos sentidos poliléxicos o asociativos:

• Uno cosmogónico: gran Anahuac o mundo único, interpretado como la composición de


Sentli, uno + Anawak, nombre propio de Mesoamérica.
• Otro filosófico: la unión de lo diverso (literalmente, Uni-verso), interpretado como la
composición de Sentli + Anawa, oponer, diversificar + K.
Capítulo 7. Las raíces
7.1 Tipos de raíces
Como aprendimos en la lección pasada, el componente básico de los términos del nahuatl es la
raíz, transformada en lexema o radical gracias a su asociación explícita o implícita con el
componente secundario: la partícula modificadora.

El nahuatl tiene dos tipos de raíces: simples y compuestas; he aquí sus características:

1. Las simples no están integradas por otras. Por lo general son breves (monosílabas) y tienen
amplia familia de términos. Casi todas son herencia de lenguas anteriores. En los siguientes
ejemplos se destaca el radical:

[Tol]in, espadaña
[Tok]tli, caña del maíz
[Shiw]itl, hierba
[Oko]tl, pino, antorcha
[Owa]tl, caña dulce de maíz, caña de azúcar

2. Las raíces compuestas se crean por la aglutinación de dos o más términos. Por su origen y
estructura, se clasifican en:

a) Sencillas, las que derivan de una incorporación ocurrida en una lengua anterior al nahuatl.
Al igual que las simples, están bien establecidas y suelen tener amplia familia de términos. Por
lo general, son bisílabas. A veces sus componentes no funcionan con independencia y uno de
ellos no es entendible. Por ejemplo, en el sustantivo Telchitl, el que se goza del mal de otro,
se reconoce la partícula enfática Tel, pero el componente Chi que no existe fuera de esta
composición. Otros ejemplos:

Ko, arcaico para Kua, punta, cabeza + Pilli, vástago = Kopilli, sombrero
Shiki, raíz relativa a las cestas, sólo en composición + Pilli = Shikipilli, bolsa, saco
O’, raíz relativa a los caminos + Tla, raíz relativa a la fibra vegetal, sólo en composición =
O’tlatl, caña maciza, bastón
Tla + Ko, raíz relativa a las cañas y contenedores, sólo en composición = Tlakotl, caña fina
para flechas
Chim, raíz relativa a las cañas y juncos + Am, raíz relativa a la fibra vegetal, sólo en
composición = Chinantli, caña
b) Complejas, las que derivan de la incorporación de varios términos reconocibles y separables.
Muchas de estas incorporaciones - como el extraño verbo Kuatai’toa, llamarse Kuakuata -
son tardías, improvisadas y no tienen familia de términos, por lo que sus raíces no están tan
establecidas como las simples o las compuestas sencillas; casi todas constan de tres o más
sílabas. Por ejemplo: la aglutinación de los sustantivos Tekpilli, príncipe, y Tla’tolli, palabra,
crea el término Tekpilla’tolli, lenguaje noble, del cual se abstrae la raíz Tekpilla’tol, relativa
a lo que es delicado o noble. A su vez, esta adquiere partículas modificadoras para crear nuevos
términos, como Tekpilla’tolistika, elegantemente (de Tekpil-la’tol + Is, sufijo adjetivo +
Tika, sufijo adverbial). Otros ejemplos:

Okotl + Pilli = Okopilli, tea


Akatl, caña + Sakatl, hierba alta = Akasakatl, carrizo
Sakatl + Tolin = Sakatolin, junco
Sakatl + Chimalli, tejido de fibras = Sakachimalli, enramada
Astatl, garza + Pilli, vástago = Astapilin, caña gruesa
Shotl, pie + Malli, blando = Shomalli = Shomalin, junco blando

7.2 Sinónimos
Las raíces del nahuatl suelen tener una relación biunívoca con sus sentidos, es decir, cada una
posee un sentido y cada sentido es representado por una raíz. Tres tipos de términos rompen
estas relaciones: los sinónimos, los homófonos y los antiosemas.

Los sinónimos se forman por raíces diferentes que comparten un mismo significado. Son de
dos tipos: estrictos y parciales.

1. La sinonimia estricta ocurre cuando el significado es el mismo, lo que ocurre por las
siguientes razones:

a) La equivalencia de las partículas añadidas a la raíz, como:

Papawia = Tlapapawi, dar alaridos en el mitote


Tla’tole’ = Tla’toani = Tla’to’ki, orador
Sitlalpol = Weisitlalin, Venus (lit., gran estrella)

b) La supervivencia de arcaísmos como:

Soatl = Siwatl, mujer


Siwatekui’tli = Siwateuktli, señora
Nawala = Nawalwia, hechizar
c) La presencia de variantes fonéticas como:

Shotl = Ikshitl, pie


Nakochtli = Nakastli, oreja
Komatl = Komitl, olla

d) El uso de metáforas, tropos y otros recursos literarios, como:

Yaotl, guerra = Atlachinolli (lit., agua quemada)


Estli, sangre = Shochiatl (lit., agua florida)
Ekamalakotl = torbellino de viento = Ekaketsalkoatl (lit., viento de la serpiente
emplumada)

e) La convergencia semántica de raíces desvinculadas, aún si se pueden traducir en formas


específicas; por ejemplo:

Océano: Teoatl, agua divina = Teoapan, río divino


Casero: Kale’, dueño de una casa = Chane’, dueño de un hogar
Alero del tejado: Atenamitl, extremo del muro = Anayotl, borde
Mujeres diosas: Siwapipiltsin, princesas = Siwateteo’, diosas
Tierras del ejército: Kakalomilli, campo compartido = Milchimalli, campo del escudo =
Yaotlalli, tierra de la guerra

2. La sinonimia parcial ocurre cuando los sentidos se parecen, pero poseen matices que es
preciso deslindar por contexto, como:

Tla’toa, hablar formalmente / I’toa, hablar incidentalmente


Ishtli, rostro como identidad / Shayakatl, rostro como apariencia
Nawa, mover fluidamente / Patlaka, mover con agitación / Olinia, mover con
desplazamiento
Tepolli, pene fisiológico / Kuatlashkon, pene en sentido peyorativo / Sholo, pene en sentido
figurado (lit., ayudante)
Kuaitl, cabeza como parte del cuerpo / Tsontekomatl, cabeza por sí / Tsonkuaitl, cabeza
como extremo superior de algo

La sinonimia parcial puede dar origen a la estricta. Por ejemplo, los sustantivos Witstli, espina
de maguey, y Awatl, espina de roble, son sinónimos parciales porque, aunque aplicables a las
espinas de cualquier otra planta, son específicos de las suyas; pero producen los sinónimos
estrictos Witswia y Awawia, espinar.
Observación: los términos cuya pronunciación difiere por eufonía, desambiguación,
frecuentación, anagrama, apócope, aféresis, síncopa, sinéresis, énfasis o alargado de vocal no
son sinónimos, sino variantes fonéticas; por ejemplo:

Sokisyo’ = Sokisso’, lodoso


Poalli = Powalli, escritura
I, beber / I’i, beber cualquier cosa

7.3 Homófonos
Los homófonos son términos que, pese a pronunciarse igual, tienen diversos significados, lo
cual puede ocurrir por dos razones:

1. Por polisemia, cuando una raíz tiene diversos sentidos. Por lo general, este fenómeno ocurre
por aplicación del sentido; por ejemplo, la raíz Sen, relativa a la semilla, fue aplicada al
cómputo, efectuado originalmente con semillas, por lo que se tornó polisémica en el término
Sentli, maíz, unidad. Más ejemplos:

Nenetl, muñeco, ídolo, vulva


Atl, agua, cielo, orina, guerra, mollera
Koatl, serpiente, arroyo, vientre, intestino, ombligo, gemelo

Son homófonos aquellos términos cuyos sentidos derivan por metáfora o tropo, como:

Wewetl, anciano, tambor


Papalotl, mariposa, mentira
Shiwitl, hierba, verde, brillo, precioso, turquesa, estación, año, ciclo

2. Por homonimia, cuando se llega a una misma pronunciación a partir de diversas raíces;
por ejemplo:

Ewatl, piel / Ewa, incorporarse, partir, sacar, improvisar, cantar


Awa, reñir / Awa (Atl, agua + Wa, sufijo de posesión), que tiene pozos de agua
Akapolko, lugar de grandes cañas (Akatl, caña + Pol, sufijo evaluativo + Ko, sufijo
locativo) / Akapolko, en el río de los cerezos (Atl + Kapolli, cerezo + Ko)
Kokokatl, aguardiente (Kokok, picoso, abrazador + Atl, agua) / Kokokatl, propiedad,
alimento (Kokoa, comprar, vender + Ka, sufijo adverbial + Tl)
Observaciones: los términos cuya pronunciación difiere, aunque sea levemente, no son
homófonos; por ejemplo:

Amana, hacer bebida / A’mana, alborotar


Atlakatl, marinero / A’tlakatl, malvado
Atlatl, amianto / A’tlatl, lanzadardos
Etlatolli, potaje de frijoles / Etla’tolli, tres palabras
Kakalotl, pinzas largas de madera (Kakalo, frecuentado de Kalaki, meterse, entrar + Tl) /
Kakallotl, cáscara de nuez (frecuentado de Kalli, que contiene + Yotl, sufijo abstracto)

7.4 Convergencia semántica


El fenómeno de la convergencia semántica mezcla la sinonimia y homofonía. Consiste en que
diversos radicales con sonido idéntico o parecido llegan a adquirir un mismo sentido secundario
a través de una aplicación o función. Este fenómeno es detonado por diversas causas, como las
siguientes:

1. Influencia recíproca. Por ejemplo, el verbo Akana significa estar echado en tierra y echar
en el agua. A primera vista, es un caso de polisemia, pero el primer sentido se forma de Aktia,
introducir, entrar + Ana, extenderse, y el segundo, de Ak, en el agua (Atl, agua + K, sufijo
locativo) + Ana. Ambos sentidos se coluden para producir un tercero en que se unen sus dos
etimologías: sacar un navío a tierra.

2. Influencia de la escritura. Por ejemplo, el patrono de los comerciantes y viajeros se llamaba


Ya’kateku’tli, el señor que va de viaje, del verbo Ya’katewa, irse de camino. Por asociación
fonética y de ideas, ese nombre se escribía con el glifo Yakatl, nariz, punta, guía, que era una
nariz estirada, lo que dio origen al nombre convergente y equivalente Yakateku’tli, señor que
guía el viaje, cuya acepción primaria es señor narizón.

3. Relación simbólica. Por ejemplo, los conceptos en el ombligo de la luna y en el ombligo del
maguey se pronuncian igual: Meshi’ko. El primero se forma de la incorporación Metstli +
Shiktli + Ko, y se refiere al alineamiento de la Luna y el Sol, este último representado por el
ombligo o centro; el segundo se forma de Mets + Shiktli + Ko, y se refiere al corazón del
maguey, de donde se extrae el pulque. Como ambos sentidos se relacionan en el mito fundador,
los términos se unieron en acepción secundaria como nombre de la ciudad de México.
7.5 Polilexia
La polilexia o múltiple interpretación es un fenómeno inverso a la convergencia semántica, con
el cual se puede confundir. Consiste en que un radical se puede leer de diversos modos, por
asociación fonética con otros. Por ejemplo, el sustantivo Semanawak, universo, tiene un
sentido directo o etimológico: extensión indefinida o total (de Semana, extenderse, totalizar +
Wa, sufijo posesivo + K, sufijo locativo), y dos sentidos poliléxicos o asociativos:

• Uno cosmogónico: gran Anahuac o mundo único, interpretado como la composición de


Sentli, uno + Anawak, nombre propio de Mesoamérica.
• Otro filosófico: la unión de lo diverso (literalmente, Uni-verso), interpretado como la
composición de Sentli + Anawa, oponer, diversificar + K.

7.6 Antiosemas
Antiosemia es la presencia de sentidos opuestos en la misma raíz, como ocurre en los términos
españoles Sima, lo alto, y Cima¹, lo profundo. Es un fenómeno muy raro en español, pero
relativamente abundante en nahuatl. Es de dos tipos: intrínseco y por aplicación.
1 Ambos procedentes del griego Kyma, algo que se
abulta o comba.

1. La antiosemia intrínseca consiste en que la raíz contiene dos acepciones opuestas sin relación
causal entre sí (es decir, una no deriva de la otra); por ejemplo:

Kawa, desamparar / acompañar


Sasaka, encarcelar / liberar
Iyaka, perfume / mal olor
Awia, padecer / dar placer

2. La antiosemia por aplicación se debe a la deriva semántica, que puede ser:

a) Lineal, cuando un sentido da origen a su antiosémico. Por ejemplo, la raíz Tsin, referente a
la cola, llegó a significar, por extensión, algo pequeño o en posición posterior o inferior, como
en Tsimpil, espantadizo. Este último sentido dio origen al sufijo Tsin, pequeño, como en
Piltsin, niñito, del cual derivó el de preciosidad o respeto, como en Topiltsin, nuestro noble;
Tonantsin, nuestra respetable madre. Así surgió el sustantivo antiosémico Tsintli, ano,
trasero, fundamento, algo respetable. Otros ejemplos:

Timalli, modesto > Timal, glorificado, enaltecido (acepción derivada del mérito obtenido
por el sufrimiento)
Masewalli, merecido > Masewal, pobre (acepción derivada de la condición común del título
de merecido)
Mawiskui, acobardarse > Mawiso’, honrado (acepción derivada de inspirar temor)

b) Disyuntiva, cuando un sentido anterior da origen a dos sentidos antiosémicos. Por ejemplo,
la raíz Poyau’, relativa a colorear o cubrir con manchas, da origen al verbo Poyawi, aclarar,
esclarecer, aplicado a las nubes / oscurecer, aplicado en general. Otros ejemplos:

Kual, raíz relativa a comer, morder: Kualti, ser bueno (derivado de sabroso, alimenticio) /
Kualani, irritar (derivado morder)
Teo, raíz relativa a la condición especial: Teotia, adorar / Teopoa, afligir
Ikn, raíz relativa a la condición de necesidad y el favor: Ikniu’tli, amigo / Iknotl, pobre,
huérfano

Observación: no hay que confundir las raíces antiosémicas con dos tipos de términos que
comparten su naturaleza paradójica:

• Las aglutinaciones antiosémicas, tan abundantes en el habla teológica nahuatl, que evocan
una idea por tensión semántica, como:

Tlasolteotl, divina basura (Tlasolli, basura + Teotl, divino)


Teokuitlatl, divina porquería (Teotl, divino + Kuitlatl, excremento).

• Las frases en oxímoron (relación de términos con sentidos opuestos para producir un tercer
sentido), las cuales son parte del recurso del difrasismo; por ejemplo: Yakki kuechawak, seco
y húmedo, es decir, la vida biológica.

Los sentidos opuestos de las raíces antiosémicas nunca se aplican simultáneamente, salvo por
el inevitable juego de sentidos. En cambio, las aglutinaciones antiosémicas y las frases en
oxímoron aplican ambos sentidos a la vez y constituyen un recurso literario, no una
característica morfémica de la lengua.

7.7 El deslinde de los radicales


Es importante deslindar correctamente los radicales, pues los casos de homonimia real o
forzada pueden dar origen a hipótesis infundadas como las siguientes:

• Al derivar el nombre del Tlachko, estadio mesoamericano, del verbo Tlachia, observar (Tla,
prefijo intensificador + Chia o Chiya, mirar), se ha supuesto que la función principal del
estadio era la observación astronómica. Lo cierto es que el término Tlachko deriva de Tlachtli,
juego de pelota, de la raíz Tlach, relativa a la goma y los rebotes, más el sufijo locativo Ko².
El locativo de Tlachia es Tlachialoyan, observatorio.
2 Lo cual no descarta que los estadios se emplearan para
hacer observaciones.

• Otro caso es el término Nemontemi, que diversos autores traducen llenos de nada, al
interpretarlo como aglutinación de los adverbios Nen, vacío, y Temi, lleno, lo cual ha dado pie
a la idea de que esos días no tenían nombre calendárico. En realidad, Nemontemi significa los
(días) faltantes para completar, de Nemi, faltar + On, vinculativo + Temi, completar³. El
concepto llenos de nada se dice en nahuatl Sannen kontemiko.
3 Los Nemontemi eran los cinco días finales del año
civil.

• Tanto los cronistas como los investigadores actuales suelen traducir el término Astlan como
lugar de garzas, al componerlo de Astlatl, garza + Tlan, sufijo locativo. De ahí que algunos
traten de localizar a Astlan en un estero relacionado con las garzas. Lo cierto es que ese término
se forma de la raíz As, relativa a lo blanco, que no sólo da nombre a la garza, sino también a
otros animales y objetos blancos. Astlan significa lugar blanco⁴; el concepto lugar de garzas
se dice Astatlan.
4 Astlan es el mítico lugar de origen de los Asteka’, los
de astlan. El cronista Chimalpahim lo traduce como
lugar del askuawitl, cierto árbol blanco.
Capítulo 8. Las partículas modificadoras
8.1 Origen de las partículas modificadoras
El segundo componente de los términos del nahuatl son las partículas modificadoras. Estas
tienen un sentido latente que, por lo general, se manifiesta únicamente cuando se afijan o unen
a la raíz. Su función consiste en definir detalles como carácter, número, modo, atributos,
ubicación, etcétera. Desde el punto de vista etimológico, son de dos tipos:

1. Propias, las que no derivan de sustantivos. Según su estructura, se clasifican en simples y


compuestas.

a) Las partículas simples no se componen de otras partículas; por ejemplo:

• El sufijo nominal Tl de I’tetl, vientre, mujer preñada.


• El pronombre Ni y el sufijo verbal Tsa de Nisenketsa, yo persevero

b) Las partículas compuestas se forman por la afijación de dos o más partículas. Por ejemplo:

• El sufijo Tli de Tekpantli, orden, se compone por la afijación del nominal Tl con la
partícula demarcativa I.
• El sufijo adjetivo Tik de A’kualtik, malo, se compone del verbal Ti y el adjetivo K.
• El sufijo verbal Oa de Nitlakuiloa, yo escribo, se compone con el pasivo O y el verbal A

2. Derivadas, las que derivan de sustantivos que pierden el sufijo nominal, como:

• El locativo Pan, radical de Pantli, bandera


• El locativo Chan, radical de Chantli, hogar
• El evaluativo Tsin, radical de Tsintli, cola
• El evaluativo Sol, radical de Solli, gastado

Observación: no hay que interpretar como derivadas aquellas partículas que se relacionan con
un sustantivo por el modo como se escribían en la antigüedad con glifos nahuas. Por ejemplo,
el sufijo locativo Tlan no deriva de Tlantli, diente, aunque los mexicas lo escribieran con el
glifo del diente.

Tampoco hay que confundir las partículas modificadoras con las raíces homófonas. Por
ejemplo, el sustantivo Tetla’, pedregal, no se forma con el prefijo pronominal Te, gente, sino
con la raíz Te, relativa a las piedras.
8.2 Tipos de partículas
Los atributos de los términos del nahuatl son definidos por cuatro tipos de partículas
modificadoras: gramaticales, flexivas, recursivas y vinculantes.

• Los morfemas gramaticales definen la naturaleza gramatical del término. Son de cuatro
tipos: nominales, verbales, adjetivos y adverbiales.
• Los morfemas flexivos se añaden a sustantivos y verbos para indicar características de la
conjugación.
• Los morfemas recursivos se añaden a los cuatro términos gramaticales para especificar
atributos como el número, el género y el énfasis.
• Los morfemas vinculantes tiene la función de articular, vincular y estructurar a los términos.

Analicemos sus características.

8.3 Morfemas nominales


Los morfemas nominales son sufijos que crean sustantivos. Se clasifican en dos grupos:
absolutivos y titulares.

1. Los sufijos absolutivos o de estado absoluto (en adelante les llamaremos sufijos nominales)
definen la entidad de las cosas. Todos los sustantivos los llevan, salvo que los pierdan por regla
o recurso semántico. Tienen dos aplicaciones:

a) Primaria, cuando se unen directamente a la raíz para formar sustantivos primitivos o de


primera generación, como:

Mits[tli], gato
Koate[tl], esturión
Osoma[tl], mono
Kuitlach[tli], oso negro
Akacha[tl], saltamontes
Ayau’toch[tli], armadillo
Kimich[in], ratón

b) Secundaria, cuando se añaden a términos previamente modificados por otros sufijos


gramaticales o recursivos para formar sustantivos derivados o de segunda generación, como:

Ne, allá + Yo', sufijo de posesión > Ne'neyo[tl], antigüedad


Nemilis(solo usado en composición), vivo > Nemilis[tli], vida
Yollo’, que tiene vida > Yollo[tl], corazón
Teoyo’, de naturaleza divina > Teoyo[tl], cosa espiritual
Teopan, donde lo divino > Teopan[tli], santuario
Semanawak, en el universo > Semanawak[tli], el universo

2. Los sufijos nominales titulares representan a una persona, creando títulos. Son de tres tipos:
gentilicios, entitivos y posesivos.

a) Los sufijos gentilicios indican al actor, la profesión y el gentilicio; por ejemplo:

Kochis[tekatl], dormilón
Kuau’[tekatl], cadáver del sacrificado (lit., el del [país] del águila)
Atempan[ekatl], magistrado
Saka[tekatl], oriundo de Sakatlan

b) Los sufijos entitivos designan al agente de la acción o el atributo representado por el radical;
por ejemplo:

Yaokis[ki], guerrero
Koyon[ki], agujerado
Tlamati[ni], sabio
Miki[ni], mortal
Melawa[ni], testigo

c) Los sufijos posesivos definen al poseedor, como:

Teki[wa], obrero (lit., que tiene un trabajo)


Mil[e’], terrateniente (dueño de un terreno)
Koatsontekomayo’, que tiene (a modo de decoración) cabezas de serpientes

8.4 Morfemas verbales


Los morfemas verbales son sufijos que definen acciones y crean verbos. Tienen dos
aplicaciones estructurales:

1. Primaria, cuando se unen directamente a la raíz para formar verbos de primera


generación, como:

Nek[ti], desear
Sennem[i], existir, durar
Ash[ka], poseer
Se[tia], unir
Tsa[tsi], pregonar

2. Secundaria, cuando se unen a verbos, adverbios y sustantivos para formar verbos de segunda
generación, como:

Senka, estar estable > Senka[wa], estabilizar


Nen, vacío > Nen[ka’], estar desocupado
Kuatsitsintli, cabellos largos > Kuatsitsin[tia], tener los cabellos en desorden

La afijación verbal secundaria puede crear nuevos verbos, llamados honoríficos, causales o
transferentes, pues transfieren la acción; por ejemplo: Polakki, sumergir > Polaktia, sumergir
a otro. Tal proceso puede añadir sentidos al radical, como en:

Temilia, dejar algo > Temiltia, llenar a otro de alimentos


Iskali, resucitar > Iskalia, resucitar o educar a alguien

Observación: en nahuatl no existe el modo infinitivo; se suple por la conjugación de la tercera


persona, cuyo pronombre es implícito. De modo que, aunque en el presente estudio
traducimos Machtia como estudiar, su sentido literal es él, ella, ellos o ellas estudian.

8.5 Morfemas adjetivos


Los morfemas adjetivos modifican a un sustantivo explícito o implícito. Califican en tal sentido
los pronombres posesivos, los numerales, los demostrativos, etcétera. Sin embargo, en este
estudio restringiremos la denominación de adjetivos a los dos morfemas que transforman la
raíz en cualidad: S y K.

1. El sufijo adjetivo S indica un modo de algo; por ejemplo:

Tlawi[s], luminoso
Yu’ki[s], natural
Neteki[s], descansado, dormilón

Este sufijo sufijo es poco usado al final de los términos; por lo general, se infija o pasa al
interior a través de la aglutinación, produciendo composiciones como:

Tlawi[s]tlampa, hacia la luz (el rumbo del este, de Tlawis, luminoso)


Choki[s]tla’paloa, saludarse con lágrimas (de Chokis, llorón)
Observación: no hay que confundir los adjetivos en Is con la conjugación futura de los verbos,
como Iskalis, resucitará, ni con sustantivos truncos cuyo radical termina en Is, como Mikis,
nombre de un niño nacido en el signo de Mikistli, muerte.

2. K indica una cualidad intrínseca; por ejemplo:

Ista[k], blanco
Koko[k], picante, doloroso
Tsopeli[k], dulce
Eti[k], pesado
Olti[k], elástico
Kualanto[k], irritado

Esta partícula se une con frecuencia al interfijo Ti, creando el sufijo Tik, como en
Matepolti[k], manco. También puede añadirse al sufijo S, confirmando el carácter sustantivo,
como en Maki[s-tik], precioso como un brazalete (de Makis, en forma de brazalete).

Observación: no hay que confundir los adjetivos en K con el sufijo locativo K, como en
Mostlayok, pasado mañana, o con sustantivos truncos cuyo radical termina en K, como el
nombre propio Tenamik, de Tenamiktli, adversario.

Es denotar que otras partículas gramaticales y flexivas pueden crear términos capaces de
calificar sustantivos; por ejemplo:

• Pasivo: Shol[o], resbaladizo


• Sufio flexivo: Tealti[’], puro
• Sufijo nominal absoluto: Kual[li], bueno
• Sufijo personal: Aan[ki], flexible
• Sufijo de posesión: Soki[yo’], lodoso

Así mismo, se crean términos evaluativos mediante la frecuentación enfática o la afijación de


partículas evaluativas, como: We’wei (frecuentado de Wei, grande) = Weipol (Wei + Pol,
sufijo calificador), muy grande.

8.6 Morfemas adverbiales


Los morfemas adverbiales se unen al radical nominal o verbal para complementar acciones.
Son de cuatro tipos: modales, comparativos, determinantes y posposicionales.
1. Los morfemas modales se unen a los sustantivos para indicar modo, carácter, frecuencia o
generalidad; por ejemplo:

Ai[k], nunca
Imman[ti], ahora es el momento
Yowal[tika], en la noche
Shiu’[tika], de turquesas
Ishtlamat[ka], prudentemente
Yeli[ka], suavemente

Si el morfema es un sufijo, el término resultante es un adverbio, aunque funcione como


sustantivo; por ejemplo: Te[tla’], pedregal (literalmente, con abundancia de piedra). Si es un
prefijo, el término se clasifica según su sufijo; por ejemplo, [Tla]pantli, azotea, es un
sustantivo, aunque modificado por el prefijo adverbial Tla’.

2. Los morfemas comparativos comparan; por ejemplo:

Chal-chiu’[teu’], como una gema


[Yu’]katla’, como un desierto, vacío
Kale’[kapo’], vecino (lit., el que tiene una casa como la de otro)

3. Los morfemas determinantes establecen el contexto de la información. Son de tres tipos:

a) Interrogativos como:

Ak, ¿quien?
Ken, ¿cómo?
Ik, ¿cuándo?
Kan, ¿dónde?

b) Demostrativos como:

Impampa, por esto


A’mo, no
Keman, sí

c) Condicionantes como:

Kuish, ¿acaso?
Ma’, reforzador de interrogativos o vetativos
Intla, si condicional
Intlaka, si no
4. Los morfemas posposicionales constituyen un tipo particular de sufijo adverbial que se une
a un radical para ubicarlo en tiempo o espacio, produciendo términos que con frecuencia
funcionan como sustantivos, e incluso como nombres propios. Son de tres tipos:

a) Referenciales, cuando indican posición relativa, como:

Te[pan], sobre los demás


Tlalt[ikpak], sobre la tierra
No[tlok], a mi lado
Kal[wik], contra la casa
Mekati[tech], sobre una cuerda

b) Direccionales, cuando indican sentido de dirección. Estos se clasifican en:

• Estáticos, cuando señalan una posición fija, como:

Tech[kopa], desde nosotros


Siwa[tlampa], hacia el rumbo femenino (el oeste)
Tlayek[kampa], hacia la derecha
Nau[kampa], hacia los cuatro rumbos

• Dinámicos, cuando se añaden al verbo para describir un desplazamiento verso o inverso, sin
modificar su característica gramatical; por ejemplo:

Ninenemi[tiu’], iré a caminar


Tla’to[kiu’], él vendrá a hablar
Omachti[ki], él vino a estudiar

c) Locativo-temporales, cuando indican una ubicación absoluta en tiempo y espacio, como:

Ni[kan], aquí
Ash[kan], hoy
Welash[kan], en este punto
Tlal[pan], en la tierra, patria
Teish[pan], públicamente
Totekua[kan], ciudad capital
A[nalko], al otro lado del agua
Tlami[yan], cuando algo termina

La mayoría de los locativos del nahuatl se forman con este tipo de partículas; por ejemplo:

Kuau’[tla] (Cuauhtla), bosque


Tenayo[kan] (Tenayuca), fortaleza
Chal[ko] (Chalco), lugar precioso
Kuau’[tsalan] (Cuauhtzalan), entre árboles
Ama[tlan], donde los amates
Kenami[kan], lugar del cómo, lugar del misterio, el cielo teológico

8.7 Morfemas flexivos


Los morfemas flexivos aportan sentido al término sin modificar su característica gramatical.
Se distinguen dos grupos:

1. Morfemas conjugativos, los que conjugan al verbo, a saber:

a) Prefijos pronominales (sujeto y objeto), llamados por Carochi semipronombres y, en este


estudio, pronombres. Estos representan al sujeto personal e impersonal, así como al objeto,
únicamente en conjugación; por ejemplo:

[K]i’toa, le dicen
[Ni]tlachiwa, yo trabajo
[Mo]sawa, él (se) ayuna
[Te]kuani, fiera (literalmente, que come personas)

b) Verbales, las partículas que se añaden al verbo conjugado en substitución del sufijo verbal
para señalar tiempos; por ejemplo:

Tie[s], tú serás
Konitta[s], él lo experimentará
Tenotsa[ya], él llamaba a alguien
[O]mochiu’, él se transformó

2. Sufijos declinativos, los que se añaden al sustantivo en posesión, sustituyendo al sufijo


nominal, como:

Noteo[u’], mi dios
Isiwa[u’], su primera esposa
Mokich[wi], tu esposo
8.8 Morfemas recursivos
Los morfemas recursivos matizan el sentido del término sin modificar su característica
gramatical. Hay cuatro grupos: cuantificadores, evaluativos, vocativos y marcas enfáticas.

1. Los sufijos cuantificadores indican cantidades. Según su función, son de dos tipos:

a) Plurales, los que marcan cantidades indeterminadas. Hay cinco con funciones
cuantificadoras específicas:

• Tin, plural genérico: Sholopi’tin, tontos


• Me’, plural genérico: A’titleme’, no somos nada
• Ke’, plural relacionante: Wewetke’, ancianos
• Wan, plural familiar: Nopilwan, mis hijos
• Saltillo, plural indefinido y gentilicio: Mishteka’, los mixtecas

b) Los representativos son partículas que representan a la cosa contada, creando adjetivos
numerales. Se aplican siempre a cantidades determinadas. Estas partículas pueden ser:

• Abstracta, formada por el interfijo Sh más el plural genérico Tin; crea términos como:

Omi[shtin], los dos


Ye[shtin], los tres

• Concretas, aplicables a objetos genéricos, formadas por un sustantivo en singular. En estos


casos, el numeral asociado determina el plural; por ejemplo:

Sen[tlamantli], un objeto
Om[ipilli], dos paquetes de ropa
Sem[pantli], veinte personas
Ma’tlak[olotl], diez racimos

Observación: los números del nahuatl son sustantivos, pues no sólo numeran, sino también
representan a la cosa contada, pudiendo adquirir sufijos plurales. De hecho, los órdenes y
subórdenes tienen sufijos sustantivos:

Makuil[li], cinco
Ma’tlak[tli], diez
Sempoal[li], veinte
Sentson[tli], cuatrocientos
Seshikipil[li], ocho mil
2. Los sufijos evaluativos aportan al sustantivo un atributo de tamaño o calidad, sin cambiar su
condición gramatical; por ejemplo:

Tilma’[sol], manta raída


Komal[pol], gran olla
Kol[tsin], respetable abuelo
Achi[tsin], cosita
Yoyol[ton], pequeño insecto
Okich[pol], hombre grande

Pueden transformarse en adjetivos mediante la adopción de un sufijo atributivo, como


Mot[sol], individuo perezoso > Mo[tsol-tik], que agarra o aprieta.

3. Las partículas vocativas determinan el modo y expresan orden, deseo, saludo o estado
emocional. Pueden incorporarse al término, como el pronombre Shi de Shikaki, ¡escucha!, o
conceptuarse y escribirse por separado, como el exhortativo Ma de Ma timokuitlawi, ¡cuídate!

4. Las marcas enfáticas confirman, distribuyen, remarcan o exageran el sentido del término.
Son de dos tipos:

• El frecuentado enfático de una sílaba, como en Sentli, uno > Sesen, de uno en uno.
• La elisión del sufijo absoluto en los sustantivos enfáticos (truncos), como Tsikilli, pedazo >
Tsikil, pedacito. Este es un caso especial, porque la marca recursiva no consiste en una
partícula modificadora, sino en su ausencia.

8.9 Morfemas vinculantes


Estas partículas tienen la función de enlazar los componentes del término o la frase sin
modificar su característica gramatical. Según su naturaleza, se clasifican en causativas,
presentativas y estructurales.

1. Las partículas causativas establecen relaciones entre las partes del término o la frase. Tienen
dos estructuras:

a) Incorporada, cuando forman parte del término, escribiéndose unidas al radical y participando
en las modificaciones eufónicas que correspondan. Por ejemplo, el pronombre I, suyo, de
Tosan[i]chan, cueva de tejón (lit., su cueva del tejón).
b) Externa, cuando modifican la frase, escribiéndose por separado de los términos y no
participando en las modificaciones del radical. Por ejemplo:

Ik ye [no] seppa, una vez MÁS


Shiwitl [iwan] chalchiwitl, las turquesas Y los jades
In ketsalli [au’] in teokuitlatl, las plumas preciosas Y el oro

2. Las partículas articulares presentan a los términos, funcionando como artículos. Se usan en
tal sentido el artículo indefinido In, el, la, y el adverbio Is, he aquí. En el siguiente ejemplo
ambos se emplean en forma contigua: Is in tonan, in tota’, in Tlalteuktli, he aquí a nuestra
madre y padre, el Señor de la Tierra.

3. Las partículas estructurales carecen de significado y tienen función estrictamente


organizativa. Son de dos tipos:

a) El saltillo que adoptan las sílabas abiertas cuando se les aplica el recurso de la
frecuentación, como Choka, llorar > Cho’choka, llorar mucho.
b) Los interfijos, como el demarcativo Sh de Eshkampa, en tres lugares (de Ei, tres + Kan,
sufijo locativo + Pa, sufijo direccional).
Capítulo 9. Estructura de la afijación
9.1 Los prefijos
Según se ubiquen al comienzo, al final, en el interior, en la periferia o en posiciones variables
dentro del término, las partículas modificadoras se califican de prefijos, sufijos, interfijos,
infijos, exfijos y afijos. He aquí sus características:

Los prefijos se ubican delante de la raíz, el radical u otra partícula modificadora. Pueden
adoptar dos posiciones:

1. Absoluta, cuando dan inicio al término, como en:

To, nuestro + Piltsin, príncipe = Topiltsin, nuestro señor


Tla, pronombre impersonal + Kua, comer = Tlakua, ella, él, ellas o ellos come(n) algo
Ne, pronombre personal + Ko, sufijo locativo + K, sufijo adjetivo = Nekok, de ambos lados,
de dos caras
Teki’, intensificador verbal + I’toa, decir = Teki’i’toa, responder, replicar

2. Infijada. Debido a la naturaleza incorporativa de esta lengua, es común que a un prefijo se


le anteponga otra partícula o término, pasando a una posición infija circunstancial; por ejemplo:

Te + Tla + Maka, dar = Te[tla]maka, le da(n) algo a alguien


Ti, tú + Kin, les + I’tlani, pedir = Ti[kin]i’tlani, tú les pides
Sen, unidad + Ne + Ketsaltia, estar presente + Li, sufijo nominal = Sen[ne]ketsalli, estado,
nación

9.2 Los sufijos


Los sufijos se ubican tras la raíz, el radical u otra partícula modificadora. Al igual que los
prefijos, pueden adoptar dos posiciones:

1. Absoluta, cuando finalizan el término, como en:

Kual, raíz relativa a lo bueno o bello + Li = Kualli, bueno


Wallau’, venir + S, sufijo futuro = Wallas, ella o él vendrá
Mekatl, cuerda + Tika, sufijo modal = Mekatika, con una cuerda
Yaokisa, ir a la guerra + Ki, sufijo entitivo = Yaokiski, guerrero
2. Infijada, cuando se les añade otra partícula o término, como:

Teotl, divino + Pan, locativo + Kalli, casa = Teo[pan]kalli, templo


Tsapatl, enano + Ton, sufijo evaluativo + Tli = Tsapa[ton]tli, enanito
Yektli, recto, sereno + Yo’, sufijo de posesión + Tl = Yek[yo]tl, correcto, contento,
tranquilamente
Atl, agua + Tsalan, sufijo locativo + Tlan, sufijo locativo = A[tsal]lan, puerto, estrecho
marítimo
Temo, descender + Oa, sufijo verbal + Yan, sufijo locativo = Tem[oa]yan, cuesta abajo,
descendedero, nombre teológico

9.3 Interfijos e infijos


El nahuatl tiene dos tipos de partículas que se ubican por naturaleza en el interior del término:
los interfijos y los infijos.

1. Los interfijos son unas pocas partículas no significantes que sólo poseen función estructural.
El interfijo típico es la partícula Ti que vincula sufijos posposicionales, como Kuau’[ti]tlan,
donde los árboles.

2. A diferencia de los interfijos, los infijos modifican el sentido del término. Los infijos por
excelencia son los pronombres objeto, pues conectan a un pronombre conjugativo con un
verbo. He aquí unos ejemplos:

a) Pronombres relativos:

Ni, yo + Mits, te + Tlaso’tla, amar = Ni[mits]tlaso’tla, yo te amo


Ti, tú + Kin, les + Yakana, dirigir = Ti[kin]yakana, tú los diriges

b) Pronombres reflexivos:

Ti + Mo, te + Kapania, hacer ruido = Ti[mo]kapania, te estás haciendo daño


Am, vosotros + Mo, os + Senkishtia, escoger, congregar = Am[mo]senkishtia, ustedes son
los elegidos
O, prefijo pretérito + Am + Mo + Tlaneshti, amanecer = Oam[mo]tlaneshti, ustedes
amanecieron, se han levantado
Cuando conjugan a las terceras personas, estos pronombres adquieren una posición prefija,
pues las terceras personas no poseen pronombre conjugativo; en los siguientes ejemplos, tal
condición se señala por el signo de ausencia:

∅ + Kin + Teotia, adorar = Kinteotia, los adoran


∅ + Mits + Temoa, investigar, buscar = Mitstemoa, te buscan

Aunque los pronombres posesivos son prefijos por naturaleza, en ocasiones se transforman en
verdaderos infijos para enlazar los componentes de un término o un término-frase, como en
Yolli, vida + I, su + Yan, sufijo locativo = Yol[i]yan, lugar o época en que vive alguien o algo
(lit., su lugar de vida).

9.4 Los exfijos


Los exfijos pueden ocupar tanto una posición prefija como sufija, pero nunca en el interior del
término, a menos que se infijen por incorporación. Hay tres de estas partículas: I, Nal y Pal.

1. El demarcativo I delimita radicales, como en Tle = Tlei, qué, algo. En posición prefija,
presenta a las vocales E, O, tornándose semiconsonante, como en:

Ewatl = Yewatl, piel


O’tsin = Yo’tsin, hijo único

Ocupa simultáneamente posición prefija y sufija en el número tres, Yei. Puede infijarse por
incorporación, como en:

Yei + Tia, sufijo verbal = Ye[i]tia, triplicar


Tlei + Kan, adverbio interrogativo = Tle[i]kan, por qué

2. El exfijo adverbial Nal, entre, a través, tiene dos conductas:

a) Como prefijo se asocia a verbos; por ejemplo:

Nal + Kaki, oír = Nalkaki, escuchar de lejos, frecuentado Nanalka, gritar


Nal + Kisa, salir = Nalkisa, traspasar, penetrar
Nal + Tona, iluminar = Naltona, aclarar, hacerse transparente

b) Como sufijo se asocia al sustantivo Atl, agua; ejemplo:

Anal, Analko, más allá del río o mar


Analli, playa
Observación: no hay que confundir esta partícula con radicales que poseen el sonido Nal,
como:

Tonalli, día calendárico


Malinalli, algo torcido
Painalli, mensajero
Kopinaloni, molde

3. Parecida a la anterior, la partícula Pal, por medio de, puede ocupar posición prefija y sufija
sin cambiar su sentido; por ejemplo:

Palteu’teka, extenderse ampliamente


Palewia, ayudar
Sentlapal, de un lado
Ishtlapal, a través

Casi siempre se infija, como en I[pal]nemoani, aquel por quien se vive, nombre divino.

Observación: no hay que confundir esta partícula con radicales que llevan su sonido, como
Makpallo’, dotado de manos.

9.5 El afijo On
En nahuatl sólo hay un afijo: la partícula On, que se ubica en tres posiciones:

1. Como prefijo y sufijo, aunque sea infijado por aglutinación o afijación, indica deferencia o
separación; por ejemplo:

In + On = Inon, aquello, allá


On + Ka’, ser = Onka, estar
On + Kan, sufijo ligativo = Onkan, dónde
On + Pa, sufijo direccional = Ompa, allá, en otra parte
On + Tlachia, observar = Ontlachiani, vidente

Como extensión del sentido de deferencia, esta partícula también eleva el sentido del término,
funcionando como reverencial; por ejemplo:

Mo, tuyo + On + Tla’tolli, palabra = M[on]tla’tol, tu respetable enseñanza


On + Tlamatilistli, saber = Ontlamatilistli, juicio, razón
Al conjugarse con las terceras personas, que no tienen forma explícita, adquiere una posición
prefija; por ejemplo:

∅, él, ella, ellos, ellas + On + Pewa, partir = Ompewa, él parte a algún lugar
∅ + Ki, le + On + Itta, ver + S, sufijo futuro = K[on]ittas, lo descubrirá, lo revelará

2. Como infijo no vinculado con pronombres, esta partícula indica una unión o relación
incidental o causal; por ejemplo:

Kashtolli, quince + On, en unidad con + Ei, tres = Kashtolli[om]ei, dieciocho


Nemi, faltante + On, para + Temi, completar = Nem[on]temi, faltantes para completar,
ciclo calendárico

Observación: en el resto de este estudio calificaremos a los exfijos y al afijo de acuerdo a su


posición concreta en el término.

9.6 Complejidad de la afijación


Estos tipos de afijación crean estructuras con diversos grados de complejidad, que podemos
organizar en dos categorías básicas: términos exfijados e infijados.

1. En la exfijación, la partícula se añade al exterior del término en dos tipos de composición:

a) Lateral. El caso más simple es el añadido de una partícula, como:

[No]kal, mi casa
Shalshoko[tl], guayaba
Kapol[in], cereza

Más complejo es el añadido lateral de dos o más partículas contiguas, como:

Sewal[lo-tia], hacer sombra


Tlal[ne-pan-tla], en medio de la tierra
Teo[pan-ti-tlan], templo
Teo[ti-wa-kan], santuario
Toton[a-ka-pan-eka-yo-tl], lo que es propio de la tierra caliente (del Golfo)

b) Periférica, flanqueando al radical. Hay casos simples como:

[Te]ka[tl], general
[Tla]yowal[lo], cosa tenebrosa
[Mo]yokoya[ni], que a sí mismo se inventa o crea, nombre divino
[Te]ish[pan], públicamente

Abundan los casos complejos, como:

[Te]kuan[ti-tlan], lugar de fieras


[A-yu’]ka[yo-tl], lo malo, mala acción
[Ne-te]makowal[is-tli], contratar obreros
[Te]mach[ti-lo-yan], cátedra

No hay límite teórico para la complejidad que pueden alcanzar las afijaciones periféricas,
acotándose únicamente por criterios prácticos. Las composiciones más extensas se establecen
en las conjugaciones, que pueden sumar al radical docenas de partículas. En el siguiente
ejemplo, el radical se destaca entre corchetes y las partículas se separan con guiones: A’-o-ni-
kin-wal[it]ta-k-ke’, yo no vine a visitarlos (a verlos) a ellos, compuesto por A’mo, no + O,
prefijo pretérito + Ni, yo + Kin, a ellos + Wal, prefijo direccional + It, raíz relativa al ver +
Ta, sufijo verbal + K, sufijo pretérito + Ke’, sufijo plural.

2. La infijación vincula dos o más términos, de modo que la partícula o partículas permanecen
en el interior del producto. Estos casos son simples cuando sólo involucran una partícula,
como en:

Sen[tla]kua, sólo comer una vez al día


Tlal[t]ikpak, sobre la tierra

Los complejos involucran varias partículas, sea en forma contigua, como en Teska[tl-i]poka,
su humo del espejo, o repartida por la composición, como en Akal[la]chish[ka-te]achkau’,
primer piloto de un barco. Por lo general, los términos infijados también adoptan sufijos y
prefijos, formando afijaciones mixtas como:

[Tla]a’si[ka]kak[tli], algo perfectamente entendido


Tlaw[is]kal[pan]teku’[tli], señor del alba¹

1 Por convergencia fonética (no por su etimología), este título se


puede traducir: señor del rumbo de la resurrección de la luz (de Tlawi,
tener luz + Iskalli, resucitado + Pan, sufijo locativo + Teku’tli).
Capítulo 10. Tipos de afijación
10.1 Afijación radical
Según el elemento al que modifica, la afijación es de tres tipos:

• Primaria o radical, cuando se aplica a una raíz.


• Secundaria o temática, cuando se aplica a un término.
• Lexical, cuando se aplica a una partícula.

Veamos sus características:

La afijación primaria o radical enlaza directamente a la partícula con una raíz para formar un
término. Lo que la hace primaria no es la naturaleza del sufijo, pues este puede participar en
afijaciones secundarias, sino la estructura del enlace. Tal vínculo sólo lo establecen los sufijos
nominales y verbales. Llamaremos a la abstracción de dicho fenómeno “radical nominal” o
“verbal”, según el caso - lo que no implica que la raíz tenga una naturaleza gramatical
independiente de sus afijaciones.

1. La afijación nominal primaria la establecen el absolutivo Tli y sus modificaciones Tl, Li, en
los sustantivos primitivos; en los siguientes ejemplos se marca el sufijo en itálicas:

Mayatl, escarabajo verde


Mayantli, hambre
Matsa’tli, piña
Amolli, jabón
Tlaneshtli, luz

Observación: existen otros dos sufijos nominales que no establecen afijaciones primarias:

• Itl, pues añade el sufijo Tl a través del interfijo I. Los sustantivos en Itl tienen una variante
primaria en Tli, teórica o real; por ejemplo: Awitl > Au’tli, tía.
• In, pues sustituye a Tli, Li, como en:

Aselli > Aselin, piojo


Siwatlakamichtli > Siwatlakamichtin, sirena
2. Algunos sufijos verbales también establecen afijaciones primarias. En los siguientes
ejemplos se marca el sufijo en itálicas:

Ichtaka, guardar secreto


Ketsa, levantarse, dar un paso
Ikak, estar de pie
Kuappilti, llegar a ser un árbol joven

10.2 Subrogación nominal


Las partículas que forman afijaciones primarias se distinguen porque no soportan la
convivencia con otras partículas o términos; por tal razón, Carochi les llama “amiscibles” o no
combinables. En consecuencia, cuando el término resultante se aglutina o afija de nuevo, se
subrogan, es decir, pasan a una existencia implícita que, no obstante, sigue marcando
gramaticalmente al radical. Por ejemplo, aunque desprovisto en apariencia de sufijo nominal,
el componente Amil, tierra regada, de Amilpan, en el terreno de cultivo, sigue siendo un
sustantivo.

La subrogación es de dos tipos: nominal y verbal.

Todos los sufijos nominales se subrogan por regla cuando se afijan o aglutinan. Este fenómeno
puede ocurrir de dos modos:

1. Por prefijación, cuando el sustantivo es modificado por un pronombre posesivo. En los


siguientes ejemplos se señala con guión el espacio que corresponde al sufijo nominal
subrogado:

Mo, tuyo + Kemitl, vestidura = Moken-, tu vestidura


No, mi + Ishtli, rostro, ojo = Nish-, mi rostro, mi ojo
In, de ellos + Telpochkalli, escuela de niños = Intelpochkal-, su escuela de ellos

Observación: la anteposición de otras partículas a un sustantivo no subroga el sufijo nominal;


por ejemplo: Te, pronombre impersonal + Sentlalistli, asamblea = Tesentlalilistli, asamblea
de personas.

No hay que tomar como excepciones a la subrogación los casos en que se aglutina un término
comenzado en Tl o Tli, como Okotlilli, negro de humo de pino (de Okotl, pino + Tlilli, algo
negro)
2. Por sufijación, cuando se pospone al sustantivo otro término o sufijo, como:

Tletl, fuego + Ko, sufijo locativo = Tle-ko, en el fuego


Tletl + Yotl, sufijo abstracto = Tle-yotl, chispa, energía vital
Ostotl, madriguera + Wa, sufijo posesivo = Osto-wa’, zorra

Observación: la subrogación nominal se exceptúa en dos casos:

• Los vocativos É, como Teotlé, ¡oh dios!


• Composiciones formadas mediante un pronombre posesivo, como Ewatl-i-kue, su falda de
piel, nombre divino.

10.3 Subrogación verbal


Todos los sufijos verbales primarios son subrogables por regla, aunque con excepciones. Tal
como ocurre con los sustantivos, este fenómeno puede ser por prefijación y por sufijación.

1. El verbo pierde su sufijo en algunas conjugaciones que estudiaremos adelante, en las cuales
se le antepone una partícula. En los siguientes ejemplos se señala la ausencia con guión:

Ma, partícula imperativa + Shi, usted + Ikak, estar de pie = Ma shika-, que estés de pie
O, prefijo perfecto + Te, pronombre impersonal + Notsa, llamar = Otenots-, él llamó a
alguien
O + Ni, yo + Tla’toa, hablar = Onitla’to-, yo hablé
O + Ni + Mania, estar tendido + Ka, sufijo flexivo = Oniman-ka, yo estaba tendido

Observación: no siempre la anteposición de elementos al verbo subroga el sufijo verbal; por


ejemplo:

Tekpana, ordenar + Ka, sufijo verbal + Powa, contar = Tekpankapowa, contar órdenes o
rangos
Te, pronombre impersonal + Tla, pronombre impersonal + Chiwa, hacer =
Tetlachiwa, ella, él, ellas o ellos le hace(n) algo a alguien

2. También se subroga el sufijo verbal al posponerle partículas o términos, como:

Tlannanatsa, morder + Ka, sufijo verbal = Tlannanats-ka, morder


Tokatilia, abrir + Kalaki, penetrar = Tokati-kalaki, traspasar
Ni + Onok, estar acostado + S, futuro = Nono-s, estaré acostado
Olshawa, maquillarse con pintura facial + Ki, sufijo personal = Olshau’ki, maquillado
10.4 Afijación temática
El resultado de una afijación primaria se llama tema. Todos los casos de subrogación son
producto de afijaciones temáticas o secundarias, pues la partícula añadida no se afija
directamente a la raíz, sino al radical, a través de la partícula subrogada. Participan en este
fenómeno los sufijos adjetivos y adverbiales pues, por lo general, sustituyen a sus
correspondientes nominales y verbales.

A diferencia de las subrogables, las partículas que se afijan al tema tienen una naturaleza
inclusiva, soportando la convivencia con otras. Por ejemplo, el sufijo pasivo Lo de Tlalo,
fluido, se mantiene cuando adquiere el sufijo locativo Kan en el nombre del paraíso teológico
Tlalokan, lugar de Tlalok. Son casos típicos los pronombres, pues necesitan convivir para
especificar el sentido de la conjugación, como en Ni, yo + Mits, te + Tlaso’kamachitia,
reconocer, agradecer = Nimitstlaso’kamachitia, te agradezco.

Aunque a la vista son binarias, las afijaciones temáticas tienen una estructura trina, pues
incluyen una raíz, un sufijo subrogado y un sufijo inclusivo [T(Ss)Si]. Estas afijaciones pueden
adquirir sufijos nominales y verbales en función secundaria, transformándose en afijaciones
complejas (de más de tres elementos); por ejemplo: Tsontli, cráneo + Pan, sufijo locativo +
Tli = Tsompantli, altar de muertos (Tson-tli-pan-tli).

Los sufijos primarios en función secundaria se subrogan si se les posponen nuevos elementos,
como en Tsompanko, cementerio (Tson-tli-pan-tli-Ko, sufijo locativo). Esto demuestra que
la subrogación es una característica del tipo de partícula, no del tipo de afijación.

10.5 Afijaciones complejas


Si una afijación temática recibe nuevas afijaciones, se hace compleja o múltiple. En el capítulo
anterior conocimos casos de hasta ocho partículas unidas a una raíz. Tales composiciones
obedecen a dos reglas:

• Las que impone la naturaleza estructural de cada tipo de partícula, sean prefijos, sufijos,
etcétera. Ya conocimos que estas definiciones se vuelven relativas ante la posibilidad de añadir
nuevas prefijaciones o sufijaciones.

• Las relaciones sintácticas entre las partículas. Por ejemplo, un pronombre relativo nunca se
antepone a uno conjugativo (forma invariable: Ni, yo + No, me + Ketsa = Ninoketsa, yo me
levanto).
Una característica de las afijaciones complejas es que son semánticamente complementarias,
pues modifican por igual al tema. La complementariedad es de dos tipos:

1. Directa, cuando una partícula modifica directamente a la otra, y ambas aplican su efecto
combinado al radical. Estas afijaciones siempre son contiguas y forman nuevas partículas.
Casos típicos son los sufijos abstractos Yotl e Istli, compuestos, respectivamente, por los
sufijos Yo’ + Tl, e Is + Tli. Por ejemplo:

Mawi, ser honorable + Is-tli = Mawistli, condición honorable


Mawistli + Yo-tl = Mawissotl (eufónico de Mawisyotl), persona honorable

Otros ejemplos son los sufijos posposicionales Ti-tlan, en, Tlam-pa, hacia, Ti-ka, indicador
de sostenido, y el verbal impersonal O-a.

2. Indirecta, cuando ambas partículas no se modifican en forma directa, sino a través del radical,
en cuyo caso existe una subordinación semántica entre ellas. Tales afijaciones pueden ser
contiguas o discontiguas y no constituyen partícula por sí. Por ejemplo:

• El sufijo evaluativo Tsin de Ayotsinko, donde los pequeños armadillos, evalúa en tamaño
al radical; posteriormente, el locativo Ko indica su ubicación.
• El prefijo intensificador Tla’ de Tlameme’, cargadores, indica la continuación del sentido
del radical; a continuación, el saltillo marca el plural.
• El sufijo verbal Ti de Ipantilia, caer encima de alguien, establece que el radical expresa
una acción, y el causativo Lia añade que dicha acción se aplica a un complemento.

Las complementariedades directa e indirecta pueden convivir en un mismo término. Así, los
componentes Ka y Pan del sufijo direccional Kapan se complementan en forma directa y son
indirectamente complementados por el pronombre I, suyo, en el término Totonikapan, en la
tierra caliente (literalmente, su rumbo del calor, de Toton, frecuentado de Tona, hacer al calor
- el este).

10.6 Afijación lexical


Las partículas modificadoras no sólo pueden afijarse a un radical, sino también entre sí. De
hecho, en ocasiones prescinden del radical, en cuyo caso, una o más de ellas asumen como
sintagma lexical. Hablamos entonces de afijaciones lexicales, es decir, establecidas con el
propósito de crear un radical. Este fenómeno es de dos tipos:
1. Parcial, cuando una de las partículas se lexicaliza y la otra le dota de característica gramatical.
En los siguientes ejemplos se señala el radical resultante entre corchetes:

Ne, aquel + Ka’, sufijo verbal = [Ne]ka’, estar aquí o allí


Au’, y + Tik, sufijo adjetivo = [Au’]tik, final
Tech, nuestro + Tia, sufijo verbal = [Tech]tia, apropiarse de algo

2. Total, cuando la lexicalización afecta a todos los componentes de la afijación,


transformándolos en radical. Por ejemplo:

In, artículo indefinido + Tla, sufijo adverbial = Intla, si condicional


I, suyo + Pan, sufijo locativo = Ipan, sobre
Yu’, partícula conjuntiva + Ki, sufijo nominal = Yu’ki, como
Ne’, yo enfático + Wan, sufijo plural = Ne’wan, nosotros
Yo’, sufijo nominal + Wa’, sufijo nominal = Yo’wa’, honor
To, nuestro + Wei, prefijo evaluativo + Yo’ = Toweyo’, extranjero
Tla + Pan + Ko, sufijo locativo = Tlapanko, terraza, azotea
Ne, pronombre impersonal + Pan, frecuentado = Nepapan, diferente, diverso
Te, pronombre impersonal + Pal, sufijo preposicional = Tepal, por medio de alguien

La afijación lexical total puede ocurrir por frecuentación, cuando la partícula se reitera para
enfatizar su sentido, como en:

In > Inin, eso


Ne + Yo’ > Neneyotl, antigüedad
Wei > Wewetl, anciano

El radical formado por las afijaciones lexicales puede abstraerse como raíz, adquiriendo nuevas
afijaciones, como en:

Ipan > Ipantia, ajustar, asegurar


Nepan > Nepanoa, juntar
Tepal + E’, sufijo adjetivo > Tepalewia, ayudar a los demás
Tla + Nal, prefijo referencial > Tlanalwia, empeorar
Tla’, prefijo adverbial + Sol, sufijo evaluativo > Tla’solli, basura
Te, pronombre impersonal + Yo’ > Teyo’wa, tener buena fama
Capítulo 11. La aglutinación
Tercera Parte - La construcción de los términos
11.1 Características de la aglutinación
Los procesos de afijación radical, temática y lexical producen la materia prima - términos con
los cuales se pueden construir nuevos términos, gracias al recurso de la aglutinación. En
español hay algunas palabras aglutinadas, como Mediodía, Astrofísica, Todoterreno, pero en
nahuatl son abundantes y constituyen una característica distintiva de la lengua.

La aglutinación es un fenómeno secundario; es decir, lo que se aglutina no son raíces, sino


términos. Por ejemplo, el título divino Ketsalkoatl, serpiente emplumada, no es producto de
la unión y posterior substantivación de las raíces Ketsal y Koa, sino de la aglutinación de los
sustantivos Ketsalli, pluma fina, y Koatl, serpiente, el segundo de los cuales subroga por regla
el sufijo nominal del primero. En otras palabras: los componentes de una aglutinación llegan a
ella con una característica gramatical que marca semánticamente al término resultante.

En teoría, no hay límite a la cantidad de términos que se pueden aglutinar. Casi todos los
aglutinados se componen de dos términos, pero abundan los de tres. Rémi Siméon pone el
siguiente ejemplo de una composición quinaria:

La aglutinación le proporciona a la lengua tres propiedades:

1. Permite construir decenas de miles de términos con poco más de mil raíces básicas.
2. Por lo anterior, inhibe la incorporación de raíces nuevas.
3. En consecuencia, estimula la formación de neologismos o términos nuevos, de los que
vimos ejemplos en el capítulo 3.

11.2 La aglutinación de categorías gramaticales


Todas las categorías gramaticales del nahuatl se aglutinan entre sí para formar términos de
todas las categorías; por ejemplo:
• Sustantivo + sustantivo: A’kolli, brazo + Mistli, gato = A’kolmistli, cierto sacerdote (lit.,
brazo de felino)
• Sustantivo + verbo: Sentli, unidad + Ketsa, permanecer = Senketsa, perseverar, ser
íntegro
• Sustantivo + adverbio: Akatl, caña + I’tik, dentro = Akai’tik, en el cañaveral
• Sustantivo + adjetivo: Papa’tli, cabello + Soltik, desarreglado = Papa’soltik, melena
hirsuta, desarreglado
• Verbo + verbo: Kochi, dormir + Tlasa, tumbar = Kochtlasa, hipnotizar
• Verbo + sustantivo: A’melawaka, ser incorrecto + Chiwalistli, hecho =
A’melawakachiwalistli, incorrección, injusticia
• Verbo + adjetivo: Kueloa, plisar + Pachtik, apretado = Kue’kuelpachtik, plisado
repetidamente, arrugado
• Verbo + adverbio: Immanti, ser el momento + Ye’, ya = Immanye’, en este momento
• Adjetivo + adjetivo: Iyau’tik, oscuro + Paltik, teñido = Iyappaltik, de color verde oscuro
• Adjetivo + sustantivo: Kostik, amarillo + Tlo’tli, halcón = Kostlo’tli, halcón amarillo
• Adjetivo + verbo: Koltik, curvo + Tlalia, establecer = Kollalia, curvar, contraer
• Adjetivo + adverbio: Tliltik, oscuro + Kuau’tla’, en el bosque = Tlilkuau’tla’, bosque
oscuro, profundo
• Adverbio + adverbio: Nen, en vano + Mayan, solamente = Nemmayan, durante el
intervalo entre dos fiestas calendáricas
• Adverbio + sustantivo: Ach, antes + Kolli, abuelo = Achkolli, bisabuelo
• Adverbio + verbo: We’ka, lejos + I’toa, decir = We’kai’toa, profetizar
• Adverbio + adjetivo: Wel, bien + Tlachiktik, sólido, fuerte = Wellachiktik, muy sólido o
resistente

11.3 Posposición gramatical


La aglutinación obedece a cuatro reglas: la posposición gramatical y tres tipos de
mutación fónica.

La posposición gramatical significa que el morfema que cierra el término le imprime su


característica gramatical. Implica que una partícula en afijación primaria, ubicada al final de
un término, no se subroga.

Por ejemplo, la composición Tlawankashitl, copa (de Tlawana, beber pulque + Kashitl,
vaso), es un sustantivo, aunque su primer componente es un verbo, ya que el último posee
sufijo nominal. Por el contrario, la composición Yollokua, hechizar (de Yollotl, corazón +
Kua, comer), es un verbo, aunque su primer componente es un sustantivo, pues el último tiene
sufijo verbal.
Por lo general, el morfema gramatical pertenece al último radical incorporado; en los siguientes
ejemplos, este se señala en itálicas:

Sentli, unidad + Kolli, recurrente = Senkolli, omnipresente


Nawalli, oculto + Sententli, palabra = Nawalsententli, metáfora
Tlakatl, persona + Tekolotl, búho = Tlakatekolotl, brujo

Sin embargo, también puede ocurrir que el morfema que define la naturaleza gramatical del
término sea una afijación explícita; por ejemplo, los siguientes términos se componen de
adjetivo, adverbio y verbo, que adquieren sufijo nominal para funcionar como sustantivos:

Nekilia, desear algo + Is, sufijo adjetivo > Nekilistli, deseo


Awik, a un lado y otro > Awiktli, percha para impulsar la barca
Tlaneshtilia, iluminar > Tlaneshtilli, descubrimiento, invento, revelación

Esta regla se viola en sustantivos que pierden el sufijo nominal por el recurso del énfasis. En
estos casos hay que ser cuidadosos para no traducir mal, pues el radical expuesto podría tomarse
por un verbo. Por ejemplo, uno de los líderes mexicas recibió los apodos de Moteku’soma
Ilwikamina, nuestro señor airado flechador del cielo. En apariencia, ambos se componen con
los verbos Soma, airar, arrebatar, y Mina, flechar, pero se trata de sustantivos truncos, es
decir, apocopados en el sufijo nominal y el primero de ellos en parte del radical por licencia
concedida a los nombres propios. Moteku’soma se compone de Mo, se + Teku’tli, señor +
Somalli, airado, e Ilwikamina de Ilwikatl, cielo + Minani, flechador.

11.4 Mutación fónica


Las reglas de mutación fónica implican modificar el sonido por regla o para mejorar el
producto. Son tres: la polisíntesis por composición, la eufonía y la desambiguación

1. Ya conocemos la regla de polisíntesis por composición: consiste en subrogar los sufijos que
participan en afijaciones primarias cuando se les añade otro término. En los siguientes títulos
divinos, el fonema perdido se señala mediante guión:

Shochitl, flor + Pilli, príncipe = Shochi-pilli, príncipe de las flores


Witsilli, colibrí + Opochtli, mano izquierda = Witsil-opochtli, colibrí zurdo
Tekuani, fiera + Kuilli, signo gráfico = Tekua-kuilli, imagen, ídolo (término colonial)
Esta regla no se limita por la cantidad de términos aglutinados, como podemos comprobar en
los siguientes ejemplos:

Nechikol-kil-chiwa, hacer ensalada (de Nechikolli, pedazo + Kilitl, vegetal + Chiwa, hacer)
Sem-poal-tson-shikipilli, 64 millones (de Sentli, unidad + Poalli, ordinal 20 + Tsontli, ordinal
400 + Shikipilli, ordinal 8000)

2. La regla de la eufonía, que estudiaremos en detalle adelante, implica que, además de


modificar el sonido del término resultante por concepto de subrogación, se le aplica una
revisión eufónica que puede modificarlo aún más. Por ejemplo:

Wappapalotl (por Wau’papalotl), mariposa dorada (de Wau’tli, amaranto + Papalotl,


mariposa)
Tapalkakopichiwa (por Tlapalkakopichchiwa), hacer tejas o ladrillos (Tapalkatl, ladrillo
+ Kopichtli, molde + Chiwa)
Altepetenanshitiktli (por Atepetenanshitiktli), puerta de muralla (Atl, agua + Tepetl,
cerro + Tenamitl, muro + Shitiktli, puerta)

3. La regla de desambiguación condiciona, tanto la composición como la eufonización del


término, subordinando el resultado al buen entendimiento. Por ejemplo, omite la subrogación
del sufijo nominal en O’tlika, en el camino (O’tli, camino + Ka, sufijo adverbial), para no
tomar el reglamentario O’ka como trunco apocopado de O’kalli, camino.

11.5 Tipos de aglutinación


Casi todas las aglutinaciones del nahuatl se hacen a través de partículas modificadoras. Según
la partícula, la aglutinación es de tres tipos: directa, indirecta y vinculativa.

1. En la aglutinación directa, como vimos en el capítulo anterior, los términos se unen a través
de una partícula subrogada, dando la impresión de que los radicales se aglutinan directamente.

2. En la aglutinación indirecta, los términos se unen a través de una partícula inclusiva heredada
(es decir, que no entra a la composición para vincular), la cual se lexicaliza a los efectos
prácticos, incluyendo la eufonía. Según la estructura resultante, esta aglutinación es de
dos tipos:
a) Progresiva (es decir, marcada por el componente que sigue), cuando la partícula heredada es
un sufijo, como:

Nemil[is]poa, relatar historias, de Nemilistli, modo de vivir (Nemiltia, hacer vivir + Is,
sufijo adjetivo) + Poa, contar, leer
Mik[tlan]teku’tli, señor del inframundo, de Miktlan, inframundo (Miki, muerte + Tlan,
sufijo locativo) + Teku’tli, señor
Siwa[pan]kuikatia, cantar como mujer, de Siwapan, femenino (Siwatl, mujer + Pan, sufijo
locativo) + Kuikatia, cantar

b) Regresiva (marcada por el componente que precede), cuando la partícula heredada es un


prefijo, como:

Masewal[to]kaitl, nombre propio, de Masewalli, persona común + Tokaitl, nombre (To,


nuestro + Kaitl, nombre; nota, esta composición no debe tomarse como posesiva)
Tepe[tla]kau’tli, distancia entre cerros, de Tepetl, monte + Tlakau’tli, distancia (Tla, pron.
indefinido + Kau’tli, espacio)
Sen[ne]ketsalli, unidad de medida, de Sentli, unidad + Neketsalli, braza (Ne, pron.
indefinido + Ketsaltia, ponerse de pie)

La aglutinación indirecta puede involucrar varias partículas contiguas en las siguientes


estructuras:

• Regresiva: Wesho[tsin-ka]chi’chiu’tinemi, vestirse a la moda de los huetzotzincas, de


Weshostsinka’, los huetzotzincas (Weshotl, sauce + Tsin, sufijo evaluativo + Ka’, sufijo
gentilicio) + Chi’chiu’tinemi, vestirse.
• Progresiva: Mikka[te-tla]ma’makilistli, repartir una herencia, de Mikka, pariente muerto
+ Tetlama’makilistli, distribución de algo entre un grupo de personas (Te, prefijo referente
a la gente + Tla, prefijo referente a algo + Ma’makilistli, distribución).
• Combinada: Kal[pol-tla]’tokan, consejo de vecinos, de Kalpolli, barrio (Kalli, casa + Pol,
sufijo evaluativo) + Tla’tokan, consejo (Tla, prefijo modal + I’toa, decir + Kan, sufijo
locativo).

11.6 Aglutinación por posesión


La aglutinación es vinculativa cuando la unión se establece mediante partículas de enlace. Estos
casos no son indirectos, pues la función de tales partículas es aglutinar. Operan en tal sentido
los pronombres posesivos y el afijo On; he aquí sus características:

Los pronombres posesivos crean composiciones en las cuales indican que un componente está
siendo poseído por el sustantivo que le precede. Estas composiciones tienen la estructura de
una frase, pero son términos, pues sufren modificación eufónica. Se cumplen dos reglas
paradójicas: el sustantivo predecesor conserva el sufijo nominal, pese a aglutinarse, y el
componente poseído pierde el sufijo nominal, si lo hubiere, pese a ubicarse al final del término,
por regla de posesión que analizaremos en la segunda parte de este estudio.

Por lo general, estos términos se forman de la tercera persona del singular, I, suyo. En los
siguientes ejemplos traduzco en forma literal para denotar el posesivo, pero en la traducción
literaria al español este debe omitirse:

Teskatl, espejo + I + Pokatl, arcaico, humo = Teskatl[i]poka, su humo del espejo , nombre
divino
Koatl, serpiente + I + Kueitl, falda = Koatl[i]kue, su falda de serpientes, nombre divino
Koyotl, coyote + I + Nawalli, nagual = Koyotl[i]nawal, su nagual coyote, nombre propio
Kualli, bueno + I + Yollotl, corazón = Kual[i]yollo’, persona de buen corazón (lit., su
corazón bueno)

Si el sustantivo precedente termina en I, si el término que sigue comienza en I, o si se cumplen


ambas condiciones, la doble o triple I resultante se sintetiza con el posesivo por eufonía;
por ejemplo:

Kuau’tli, águila + I + Ishtli, rostro = Kuau’tlish (por Kuau'tliish), su rostro de águila,


nombre propio
Yolli, vida + I + Kua, comer = Yollikua (por Yolliikua), hechizar (lit., su comer la vida)
Tonalli, energía vital + I + Tlakoa, comprar = Tonallitlakoa (por Tonalliitlakoa), hechizar
(lit., su comprar el tonal)
Ilwikatl, cielo + I + I’tik, dentro = Ilwikatli’tik (por Ilwikatlii’tik), cielo teológico, paraíso
solar (lit., su interior del cielo)

Con menos frecuencia, los demás números y personas del posesivo también forman términos-
frase, como los siguientes nombres divinos:

Teteo’, dioses + In, suyos + Nantli, madre = Teteoinnan, su madre de los dioses
Witsilli, colibrí + In + Koatl, gemelo + Teku’tli, señor = Witsilinkoatek, colibrí doble (lit.,
su gemelo de los colibríes)
Shipe, desollar + To, nuestro + Tek, apócope de Teku’tli, señor = Shipetotek, nuestro
señor desollado
Temaskalli, baño de vapor + To + Si’tli, abuela = Temaskaltosi’, nuestra abuela de los
baños de vapor

Debido a que la posposición de un sustantivo haría ambigua la posesión, haciendo que la


pérdida del sufijo se interpretara como una abrogación e idefiniendo el pronombre posesivo,
estos términos no admiten aglutinaciones, pero sí afijaciones como Ewatlikue (de Ewatl, piel
+ I + Kueitl, falda) + Tsin, sufijo evaluativo = Ewatlikuetsin, la de falda de piel,
nombre divino.

Observación: no hay que confundir los términos formados con el posesivo In, con aquellos que
hacen el plural en Tin. Por ejemplo, Kuau’tinchan, su casa de las águilas, se compone del
verbo Kuauti, ser como un águila (derivado del título militar Kuau’te’, guerrero águila), más
el posesivo In y el sustantivo Chantli, hogar, que pierde por regla el sufijo nominal. En
cambio, la expresión Kuau’tin chantli, la casa de los guerreros, se compone con Kuau’tin,
plural de Kuau’te’, por lo que el término Chantli conserva el sufijo y se escribe aparte.

11.7 El vinculativo On
El afijo On deriva de una raíz relativa a la unidad que también contiene los sentidos de
completar y emparejar. Como estudiamos en el capítulo 9, al unir dos términos, este afijo indica
que uno se añade o condiciona al otro, y también expresa distancia, alejamiento y honra. Como
en el caso del vinculativo posesivo, el resultado es un término-frase, de modo que el
componente anterior, de tenerlo, conserva el sufijo nominal, cuya I final, si la tiene, puede
sintetizarse con la O del afijo. Por ejemplo:

No, mismo + On + Kua, al extremo = N[on]kua, separadamente


Aok, no, poco + On + Kisa, cesar = Aok[on]kisa, no cesar
Kualli, bueno + On + Kisalistli, salida = Kualli[on]kisalistli, buena ventura
Ma’tlaktli, diez + On + Ome, dos = Ma’tlaktli[om]ome = Ma’tlaktl[om]ome, doce (lit.,
diez en unidad con dos)

En ocasiones, esta partícula hace la diferencia; por ejemplo, dota al verbo Kawa, abandonar,
de sentidos opuestos: Nitekawa, yo abandono a alguien / N[on]tekawa, yo acompaño a
alguien.

Observación: no hay que confundir los términos formados por el vinculativo On con los que
se forman por el radical On, dos, como Tlaonkakishtilli, pliego, doblez, o aquellos en que el
fonema On forma parte del radical, como Sentsontilma’tli, cuatrocientas mantas (de
Sentsontli, cuatrocientos + Tilma’tli, manta).

11.8 La aglutinación de los tonales


Un tipo especial de aglutinación es la de los tonales o nombres calendáricos, los cuales están
formados por un sustantivo y un adjetivo numérico que puede estar nominalizado. A partir del
análisis de las fuentes se nota que estos casos, por costumbre, más que por regla, se resuelven
de dos modos:

1. Como frase, es decir, separando los elementos, si el tonal se emplea como fecha;
por ejemplo:

Makuilli Sipaktli, (día) cinco dragón


Ma’tlaktli Tochtli, (año) diez conejo

2. Como término, uniendo los elementos y subrogando el sufijo nominal del número, si el tonal
es nombre propio o representa un concepto ideológico, como:

Makuilli, cinco + Shochitl, flor = Makuilshochitl, cinco flor, nombre divino


Makuilli + Kalli, casa = Makuilkalli, cinco casa, concepto religioso

Si el número carece de sufijo nominal, se apocopa su desinencia (la última vocal); por ejemplo:

Ome, dos + Akatl, caña = Omakatl, dos caña, nombre divino


Nawi, cuatro + Olin, movimiento = Naolin (eufonización de Nawolin), cuatro movimiento,
concepto cosmogónico

Por costumbre, algunos casos mantienen la desinencia, como Ometochtli, dos conejo,
nombre divino.

Los tonales aglutinados admiten afijaciones e incluso nuevas aglutinaciones; por ejemplo:

Nawi + Kalli, casa + Pan, locativo = Nau’kalpan, lugar de cuatro casa


Chikome, siete + Koatl, serpiente + K, sufijo locativo = Chikonkoak, lugar de (la diosa)
Siete Serpiente
Se, uno + Olin + Tsin, sufijo evaluativo = Seolintsin, respetable uno movimiento, la diosa
tierra
Ometochtli + Chimalli, escudo + E’, sufijo nominal = Ometochchimale’, el del escudo de
dos conejo, nombre divino

Observaciones: en estas composiciones, el número tiene función simbólica, no descriptiva, por


lo que el sustantivo acompañante no se pluraliza. Es incorrecto traducir Ome
Shochitl como dos flores, lo correcto es dos flor.

No hay que confundir los tonales con composiciones en las que se numera al sustantivo del
tonal sin función calendárica. Si estos casos son diferentes de uno e involucran objetos
personalizados, ayuda la presencia del plural. Por ejemplo, la fecha Nau’kalli se traduce en
singular: cuatro casa, pero uno de los nombres de los rumbos cardinales se compone con el
sufijo plural Tin y se traduce en consecuencia: Nau’kaltin, las cuatro casas.
Capítulo 12. Sintaxis de la aglutinación
12.1 Nexo calificativo atributivo
Toda incorporación establece un nexo entre los componentes del término. Hay diez tipos de
nexo: de calificación, posesión, naturaleza, comparación, vocación, demostración, explicación,
referencia, condición y complemento. He aquí sus características:

El nexo de calificación es de dos tipos: atributivo y nominal. En las aglutinaciones atributivas,


el primer componente es un pasivo, adverbio o adjetivo que califica a un sustantivo;
por ejemplo:

Shapo, perforado + Teskatl, espejo = Shapoteskatl, espejo de doble cara


Semikaka, eterno + Yolistli, vida = Semikakayolistli, vida eterna
Istak, blanco + Siwatl, mujer = Istasiwatl, mujer blanca
Wei, grande + Pachtli, pasto = Weipachtli, hierba alta
Nen, en vano, faltante + Tlakatl, persona = Nentlakatl, holgazán
Tsaptik, punzante + Topilli, bastón = Tsaptopilli, dardo
Tliltik, oscuro + Shochitl, flor = Tlilshochitl, vainilla (lit., flor negra)
Neuktik, dulce + Tamalli, pan = Neuktamalli, panes dulces
Kostik, dorado + Amalotl, arco = Kosamalotl, arco iris
Achiton, poquito + Kawitl, tiempo = Achitonkawitl, un momento (lit., poco tiempo)

Este nexo se puede invertir por eufonía o énfasis. Por ejemplo, para abreviar el término, la
estructura de Popokatepetl, volcán (lit., monte humeante, de Popoka, humeante + Tepetl,
cerro) se invierte en Sitlalpopoka, cometa (lit., estrella humeante, de Sitlalli, estrella +
Popoka). Asimismo, la necesidad de distribuir hace que en Kalwiwilashtli, casas contiguas,
se anteponga el calificado Kalli, casa, al frecuentado de Wilasho, alargado, confluente.

El resultado de la inversión puede nominalizarse, como en:

Kuaitl, cabeza + Istalo, hecho blanco > Kuastalli, canoso


Atl, agua + Chipaktik, puro, claro > Achipaktli, agua pura

12.2 Nexo calificativo nominal


Variante del nexo anterior son ciertas aglutinaciones en las que el primer componente es un
sustantivo capaz de calificar, como estudiaremos con más detalle en el capítulo 17.
Por ejemplo:
Wewetl, anciano + Koyotl, coyote = Wewekoyotl, coyote viejo
Ketsalli, pluma preciosa + Koatl, serpiente = Ketsalkoatl, serpiente emplumada
Chawatl, sustituta + Papalotl, mariposa = Chawapapalotl, mariposa nocturna (lit.,
mariposa sustituta o seudomariposa)

Según la regla de la precedencia del determinante, para que un sustantivo califique debe
ubicarse al principio del término; en otra posición (salvo que sea para eufonizar o desambiguar)
pierde dicha capacidad. Por ejemplo, el componente Shochitl califica en Shochiyaoyotl,
guerra florida, pero es calificado en Tleshochitl, llama (lit., flor de fuego). Otros ejemplos de
este tipo:

Weweteotl, dios viejo / Teowewe’, divino anciano


Nelshiwitl, jade auténtico / Shiu’nelli, preciosa verdad
Akoatl, serpiente acuática / Koaatl, agua o fuente de serpientes
Siwaokichtli, hombre afeminado / Okichsiwatl, mujer varonil

En ciertos términos, la distinción sintáctica se indefine; por ejemplo, Pinotlako’tli, esclavo


extranjero = Tlako’pinotl, extranjero esclavo.

Este nexo puede converger con el ontológico. Así, podemos interpretar el componente Tetl,
piedra, de Temimilli, como calificador, traduciendo columna pétrea, o como referencia al
material, traduciendo columna de piedra.

12.3 Nexo de posesión


Elnexo de posesión se establece cuando un componente es poseído por el que le precede,
como en:

Oselotl, ocelote + Ewatl, piel = Oseloewatl, la piel del ocelote


Tekpilli, noble + Kalli, casa = Tekpilkalli, casa de los nobles
Masewalli, persona común + Kalli = Masewalkalli, casa comunitaria
Maitl, mano + Pilli, hijo = Ma’pilli, dedo de la mano
Masatl, animal cuadrúpedo + Atemitl, piojo = Masaatemitl, garrapata (lit., piojo de los
animales)
Nemilistli, vida + Poalli, cuenta = Nemilispoalli, biografía (lit., recuento de la vida)
Metstli, luna + Kuikatl, excremento = Metskuikatl, mica (lit., excremento de la luna)
Shikotl, abeja + Kuitlatl = Shikokuitlatl, cera
Kuau’tli, árbol + Tsonyotl, extensión = Kuau’tsonyotl, linaje biológico (lit., extensión del
árbol)
Nawalli, sabio, nagual + Mekayotl, linaje = Nawalmekayotl, autoridad esotérica (lit., el
linaje de los sabios)
Koatl, vecino, vecindad + Tlaka’, personas = Koatlaka’, nación (lit., los de la vecindad)

Este nexo también aplica cuando el determinante es el medio de expresión del determinado,
como en:

Atl, agua + Tokatl, araña = Atokatl, araña del agua, nombre divino
Shikalli, vaso + Koliu’ki, curvo = Shikalkoliu’ki, greca escalonada (lit., curva del vaso)
Ilwikatl, cielo + Chane’, moradores = Ilwikachane’, los espíritus del cielo

12.4 Nexo ontológico


En este nexo, un componente describe el material de que está hecho el el que le sigue;
por ejemplo:

Oselotl + Kueitl, falda = Oselokueitl, falda (en piel) de ocelote


Atl, agua + Kueyotl, falda = Akueyotl, ola (lit., falda de agua)
Itstli, obsidiana + Mitl, flecha = Itsmitl, flecha con punta de obsidiana
Itstli + Papalotl, mariposa = Itspapalotl, mariposa de obsidiana
Tletl, fuego + Pilli, brote, extensión = Tlepilli, llama
Tonalli, día + Powalli, cuenta = Tonalpowalli, calendario (lit., la cuenta de los días)

Observación: no hay que confundir este nexo con el calificativo.


Por ejemplo, Kuawikalapitstli (de Kuau’tli, árbol + Wilakapitstli, flauta) significa flauta
de madera, no flauta maderera.

12.5 Nexo comparativo


El nexo comparativo establece una relación de semejanza con el componente que precede;
por ejemplo:

Tekolli, carbón + Tototl, ave = Tekoltototl, ave (negra) como carbón


Metstli, luna + Tempilolli, pendiente del labio inferior = Metstempilolli, pendiente en
forma de luna
Estli, sangre + Metstli = Esmetstli, luna (roja) como sangre
Kuau’tli, águila + Teku’tli, señor = Kuau’teku’tli, señor águila (lit., valiente como águila o
con título militar de águila)
Sintli, mazorca de maíz + Maitl, mano = Simmaitl, mazorca doble (lit., mazorca con
apéndices como mano)
Kuau’tli, águila, y Tonatiu’, Sol = Kuau’tonatiu’, Sol que se eleva como un águila,
título divino

Pertenecen a este grupo las aglutinaciones cuyo primer componente es un adverbio


comparativo, como Tlalteu’nemitia, afligirse o impacientarse a causa de lo malo (lit., ser
sufrido como la tierra, de Tlalteu’, como tierra + Nemitia, usarse, vivirse).

Estas composiciones se pueden invertir por eufonía, como en:

Kuaitl, cabeza + Metlapilli, rodillo = Kuametlapilli, dolicocéfalo (lit., cabeza en forma de


rodillo)
Ekatl, viento + Tepostli, hacha = Ekatepostli, viento (fiero) como hacha

12.6 Nexo vocativo

Este nexo establece una relación de destino o propósito. Se cumple cuando un sustantivo es
objeto del que le sigue; por ejemplo:

Kashtli, taza + Tlalli, tierra = Kashtlalli, cerámica para tazas


Ishtli, ojo + Pa’tli, medicina = Ishpa’tli, ungüento para los ojos
Yaotl, guerra + Okichtli, varón = Yaokichtli, guerrero
Shayotl, heces + Komitl, olla + K, sufijo locativo = Shayokomik, vasija para asentar el
pulque
Teotl, divino + Mama, cargador = Teomama, cargador de dios, título sacerdotal
Tsontli, cabeza + Kuachtli, cinta = Tsonkuachtli, banda para la frente
Tsontli + Pantli, altar = Tsomplantli, altar de cabezas (lit., altar para cabezas)
Tlakualli, comida + Kalli, casa = Tlakualkalli, despensa, restaurante (lit., casa para
comida)

12.7 Nexo demostrativo


En este nexo, la acción del verbo se cumple en el sustantivo que le precede. Es de dos tipos,
directo e indirecto.

1. La demostración directa ocurre cuando la acción se cumple de inmediato, por lo general


sobre un sustantivo, aunque también puede ser sobre un verbo en función sustantiva;
por ejemplo:

Kalli, casa + Chiwa, hacer = Kalchiwa, construir casa


Estli, sangre + Meya, manar = Esmeya, manar sangre
Tokaitl, nombre propio + Maka, dar = Tokamaka, imponer nombre
Tsiktli, chicle + Tlatlasa, mascar = Tsiktlatlasa, mascar chicle
Tlaolli, granos de maíz + Chayawa, esparcir = Tlaolchayawa, echar suertes con maíz
Te, pronombre impersonal + Yollotl, corazón + Kua, comer = Teyollokua, embrujar
Tla’to’ti, hablar + Ewa, elevar = Tla’to’tewa, hablar alto o desconsideradamente

2. La demostración indirecta ocurre cuando la acción tiene un complemento implícito, que en


estos ejemplos se expone entre paréntesis:

Temetstli, plomo + Temoa, descender = Temetstemoa, descender (en busca de) mineral de
plomo
Atentli, costa + Kisa, salir = Atenkisa, ir (hacia) la costa
Chilli, chile + Kawa, cerrar, cesar = Chikawa, no (comer) chile
Kochitl, sueño + Ewalia, levantarse = Kochitlewalli, levantarse (del) sueño, ensoñar
A’wiak, hacia ambos lados + Tlaloa, ir = A’wiktlaloa, cubrir de una (costa) a otra

12.8 Nexo explicativo


Este nexo ocurre cuando un elemento desarrolla el argumento del que le sucede. Es de dos
tipos: nominal y sustantivo.

1. En el explicativo nominal, un verbo argumenta a un sustantivo; por ejemplo:

Tla’toka, hablar + Siwatl, mujer = Tla’tokasiwatl, dama noble (lit., señora que habla)
Iya, oler fuertemente + Kualli, bueno = Iyakualli, bola de incienso (lit., algo que huele bien)
Tsitsika, fijar, clavar, introducir, apretar + Mitl, flecha = Tsitsimitl, fantasma nocturno (lit.,
flecha que se clava)
Tsatsi, gritar + Tepetl, monte = Tsatsitepetl, sitio para elevar pregones o convocatorias
(lit., montaña que grita)
Pa’payana, desmenuzar + Tlashkallo’tli, tortillas = Pa’payatlashkallo’tli, miga de tortillas

2. El explicativo verbal es inverso: un sustantivo argumenta a un verbo; por ejemplo:

Itstli, obsidiana, navaja + Mina, flechar = Itsmina, rasgar con punta de obsidiana (técnica
curativa)
Tekpatl, pedernal + I’kuiloa, escribir, dibujar = Tekpai’kuiloa, esgrafiar (lit., escribir o
dibujar con una punta de sílex)
12.9 Nexo referente
Este nexo se establece cuando un elemento establece el marco de referencia del que le sigue;
por ejemplo:

Kuikatl, canto + Toltekatl, maestro = Kuikatoltekatl, maestro de canto, director del coro o
la orquesta
Kuaitl, cabeza + Pantli, rango, orden = Kuapantli, de la altura de un hombre (lit., en el
orden de una cabeza)
Okotl, abeto + Tochtli, conejo = Okotochtli, conejo del árbol o arbóreo
Neku’tli, miel + Tsalli, insecto = Nekutsalli, abeja de la miel o mielera
Tepetl, sierra + I’tik, interior + Tli = Tepei’tiktli, valle
Mitlan, inframundo + Teku’tli = Miktlanteku’tli, señor del o sobre el inframundo
Sintli, maíz + Teotl = Sinteotl, dios del maíz
Koskatl, collar + Kuau’tli, águila = Koskakuau’tli, buitre (lit., águila con collar)
Atl, agua + Nawatl, lo circundante (solo en composición) = Anawatl, costa (lit., lo de en
torno al agua)
Melau’ka, hacer recto + Itta, ver = Melau’kaitta, nivelar
Senti, ser uno + Wits, venir = Sentiwits, convenir, concordar (lit., venir a ser uno)
Senti + Mana, dar, extender = Semana, perseverar hasta el fin

El orden de los elementos se puede invertir por eufonía, como en:

Sitlalli, estrella + Kolotl, escorpión = Sitlalkolotl, estrella (constelación) de Escorpión


Altepetl, pueblo,ciudad + Nanyotl, madre = Altepenanyotl, capital (lit., pueblo madre)

12.10 Nexo condicionante


Este nexo se establece cuando un adverbio, adjetivo o sustantivo en función adverbial define,
niega, ubica o acota al determinado; por ejemplo:

A’mo, no + Yollotl, corazón = A’yollo’, rudo


A’mo + Kochistli, sueño = A’kochistli, insomnio
Iski, tanto, cada + Ilwitl, día = Iskilwitl, cada día
Keski, cuánto + Ilwitl = Keskilwitl, unos cuantos días
Achto, antes + Powatl, lectura = Achtopowatl, prólogo
San, únicamente + Kanin, ¿dónde? = Sakanin, hacia algún lugar
I’tik, dentro + Koyonki, algo agujerado = I’tikoyonki, agujerado en su interior
Ye, ya + Sentetl, una cosa = Yesentetl, otro, algo, alguien más
Katle’, ¿cuál? + E’watl, él = Katle’watl, cuál, uno de ellos
Kenami’kan, ¿de qué naturaleza y dónde? + Tlalia, disponer, arreglar = Kenamikantlalia,
darle forma a las cosas
Wel, bien + Ashkan, ahora = Welashkan, en este punto de tiempo y espacio

La alteración del orden de los componentes puede transformar este nexo en calificativo. Por
ejemplo, en los siguientes casos, la primera combinación es condicionante y la segunda de
calificación:

Awewetl, cedro (lit., viejo del agua) / Wewekoyotl, coyote viejo


Kopalteotl, dios de copal, estatuilla de resina / Teokuitlatl, metal precioso (lit., excremento
divino)

12.11 Nexo de complemento


Este nexo se establece entre términos de cualquier condición gramatical, cuando uno confirma
a otro o le añade algo equivalente; por ejemplo:

Teskatl, espejo + Poktik, como humo = Teskapoktik, de color humo y reflejante


A’wia, agradar + Ishkaltik, reluciente, notoriamente = A’wiskaltik, muy sabroso u oloroso
Neuktika, con miel + Chichik, amargo = Neuktikachichik, agridulce
Chimalli, escudo + Maitl, mano = Chimalma, mano (y) escudo, es decir, mano amparadora,
nombre propio
Tekolotl, lechuza + Tlakatl, persona = Tlakatekolotl, brujo (lit., persona-lechuza)
Naltona, ser transparente + Timani, extenderse ( de Ti, nosotros + Mani, extenderse) =
Naltonatimani, ser resplandeciente

12.12 Nexo aparente


Con frecuencia, hay una diferencia entre el nexo gramatical de una aglutinación y aquello que
se entiende en el lenguaje común. En estos casos, la traducción literaria debe hacerse conforme
al entendimiento.

Por ejemplo, en Astakemitl, capa (de plumas) blancas, el componente Astak, blanco, califica
al implícito Iwitl, pluma, y el resultado describe el material de que está hecho el calificado
(Kemitl, capa, manta, ropa). De modo que, aunque el nexo de la composición formalmente es
un calificativo, se entendía en la antigüedad como ontológico y sería erróneo traducir
simplemente capa blanca.
Un caso similar es el término Mishtekomatl (de Mishtli, nube + Tekomatl, olla), cuyo oyente
entiende una calificación: noche oscura, es decir, un lugar tenebroso, aunque formalmente se
trata de un nexo ontologico: olla (compuesta) de nubes. La traducción literal, en un contexto
literario, sería un disparate.

Este fenómeno se da con frecuencia en el lenguaje mítico y religioso, pues el oyente percibía
una historia o función implícita en el término, que no se recoge en sus componentes. Veamos
dos ejemplos:

En la actualidad, entendemos el nombre del dios Witsilopochtli (de Witsilin, colibrí +


Opochtli, zurdo) como un calificativo: colibrí zurdo, pero el oyente antiguo entendía un nexo
vocativo: colibrí (que asciende) hacia la izquierda, ya que describe la dirección que toma el
Sol en su ascenso. Sin embargo, desde el punto de vista formal, el término contiene un nexo
referente.

El término teológico Kuau’shikalli, vaso del águila (de Kuau’tli, águila + Shikalli, vaso),
referente a cierta vasija donde, figuradamente, se guardaban los rayos del sol, se entiende como
nexo de vocación: vaso para el águila, o de posesión: vaso que tiene o contiene al águila
(animal emblema del Sol), pero es formalmente un nexo de complemento.

12.13 Nexos mixtos


En los ejemplos anteriores hemos empleado aglutinaciones simples, es decir, formadas por dos
palabras. Sin embargo, cuando a la aglutinación simple se le añade otro término, por lo general
se involucra en el resultado otro tipo de nexo. Veamos algunos ejemplos:

• El nombre divino Chalmekateku’tli, señor de la cuerda preciosa, se forma de un nexo de


calificación (Chalmekatl, cuerda preciosa, de Challi, solo en composición, precioso +
Mekatl, cuerda) al que se añade una posesión representada por el término Teku’tli, señor.

• El término Oseloayotektli, caparazón de tortuga con manchas de ocelote, se forma de un


nexo de posesión (Ayotektli, caparazón de tortuga, de Ayotl, tortuga + Tektli, armadura),
más una comparación establecida por el componente Oselo’, como ocelote.

• El término Si’nakaetsalli, guiso de carne de liebre, se forma de un nexo ontológico


(Nakaetsalli, guiso de carne, de Nakatl, carne + Etsalli, alimento) al que se añade uno de
posesión representado por el término Si’tli, liebre.

• El término Tonalyektenewa, orar o alabar al Sol, se forma de un nexo calificativo


(Yektentli, oración, de Yektli, recto, bueno + Tentli, boca, metáfora por palabra), al que se
añade un nexo de demostración representado por el verbo Ewa, elevar, y posteriormente otro
de vocación representado por el sustantivo Tonalli, luz, calor, en representación del Sol.

• Un caso muy interesante es el término Ayamanilatl, agua tibia, pues pues repite el sustantivo
Atl, agua, con dos nexos diferentes. Se forma de un demostrativo (Ayamanilia, calentar agua,
de Atl + Yamanilia, suavizar, temperar), al que se añade un explicativo representado por la
presencia postrera de Atl.

• El término Ilwikaamaitl, laguna, brazo de mar, se forma de un nexo calificativo metafórico


(Ilwikaatl, océano, lit., agua celeste, de Ilwikatl, cielo + Atl) y uno de posesión representado
por el componente Maitl, mano.

• El término Seshiu’amatl, libro de historia, se forma del nexo vocativo Shiu’amatl, libro de
los años o para los años (de Shiwitl, año + Amatl, libro), al que se suma el condicionante
representado por el numeral Se, uno.

• El término Ishshollokoskatl, piedra preciosa para anillo en forma de corazón, se forma del
comparativo Ishshollotl, piedra en forma de corazón (Ishtli, ojo, figurativo de piedra preciosa
+ Yollotl, corazón), más un nexo vocativo formado con el término Koskatl, collar, anillo.

12.14 La afijación de nexos


Ocasionalmente, el fenómeno de la afijación no cambia la naturaleza del nexo. Por ejemplo, el
término Tsintlatlau’ki, araña venenosa (lit., la de cintura roja), se forma por dos nexos de
calificación. El primero, Tsintlatlawitl, cintura roja (de Tsintli, cintura + Tlatlawitl, algo
rojo), califica, a su vez, a la entidad representada por el sufijo titular Ki.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, al afijar una aglutinación, se añade un nuevo tipo de
nexo al término resultante. Obviamente, esto ocurre en todos los nexos no posesivos a los que
se añade una partícula de posesión. Por ejemplo, la entidad representada por el sufijo de
posesión E’ de Matlalkueye’, la de falda verde, nombre de cierta montaña, posee al nexo
calificativo Matlalkueitl, falda verde, formado de Matlalin, de color verde oscuro + Kueitl,
falda). Veamos otros casos:

• La entidad representada por el sufijo titular Ki del nombre divino Koyolshau’ki, adornada
con cascabeles, posee al nexo comparativo Koyolshawalli, decoración facial en forma de
cascabeles (de Koyolli, cascabel + Shawalli, decoración facial).

• El sufijo titular Ki del término Kalpishki, mayordomo, es explicado por el nexo demostrativo
Kalpia, ordenar la casa (de Kalli, casa + Pia, escoger, ordenar).
Capítulo 13. Eufonía por adopción
13.1 El patrón fonético
La posibilidad de unir términos para formar otros produce dos fenómenos indeseables: sonidos
difíciles, según el canon fónico de la lengua, y sentidos equívocos. Para resolverlos, la lengua
ha desarrollado dos conjuntos de reglas que le dan propiedad al resultado de la incorporación:
eufónicas o de buen sonido y desambiguadoras o de buen sentido.

Las combinaciones fónicas del nahuatl clásico se organizan en dos grupos: armónicas e
inarmónicas.

1. Las combinaciones armónicas no necesitan ni aceptan eufonización. Califican en este grupo


las aproximadamente 260 combinaciones progresivas de consonante o semiconsonante y vocal
(CV) que posee la lengua, así como las 260 regresivas (VC). En los siguientes ejemplos se
destaca la combinación armónica entre corchetes:

[Am]ochitl, estaño
T[ep]ostli, cobre, metal
Te[me]tstli, plomo
Tl[ak]ashotl, crisol
Tlamiya[wa]lli, vena de metal
Tepostli + Ikpatl, hilo = Tepo[si]kpatl, hilo de latón
Yolki, viviente + Amochitl = Yo[la]mochitl, mercurio

La U constituye un caso especial, pues solo se combina con K y saltillo en precedencia (Uk,
U’), como en Kosa[u’]ki, oro, y con K, Y, en postposición (Ku’, Yu’), como en Teo[ku]itlatl,
metal precioso (de Teotl, divino + Kuitlatl, excremento).

También son armónicas casi todas las combinaciones de consonantes que resultan de una
incorporación; por ejemplo:

Tsi[kt]ilia, soldar metal


Teme[tsw]ia, soldar o pulir metal, o dotar de pátina metálica
Tepostli, metal + Saloa, pegar = Tepo[ss]aloa, soldar metal
Tlilli, oscuro + Tepostli = Tli[lt]epostli, hierro
Istlak, blanco + Teokuitlatl = Istla[kt]eokuitlatl, plata
Tlapitzalli, oro, metal fundido + Namakak, vendedor = Tlapitsa[ln]amakak, vendedor de
objetos de metal precioso
Chichik, manchado + Tlapanki, algo roto o compuesto = Chichi[ktl]apanki, objeto
confeccionado con diversos metales
2. Sin embargo, ocasionalmente, la incorporación pone a convivir sonidos que compiten o son
difíciles de pronunciar, según el canon fónico de la lengua. Tales combinaciones se califican
de inarmónicas y se eufonizan por regla, siempre que el entendimiento lo permita. Por ejemplo:

Tlaneloa, mezclar + Yotl, sufijo abstracto = Tlane[ll]otl (por Tlanelyotl), bronce


No, pronombre posesivo + Apetstlalli, mineral de hierro (de Apetstli, pirita de hierro +
Tlalli, tierra) = [Na]petstlal (por Noapetstlal), mi mina de pirita

Por costumbre, algunos de estos casos no se eufonizan o tienen opción no eufonizada;


por ejemplo:

Temetstli + Chipawal, limpiar = Teme[tsch]ipawa = Teme[chch]ipawa, purificar plomo


Tepostli + Yawalli, anillo = Tepo[sy]awalli = Tepo[ss]awalli, anillo de metal
Amochtli + Yo’, sufijo nominal + Tia, sufijo verbal = Amo[chy]otia = Amo[chch]otia,
estañar

13.2 La eufonía
La eufonía es un fenómeno circunstancial marcador de términos, pues nunca se aplica al
componente aislado ni a la frase, sino únicamente en el punto donde los términos se incorporan
o frecuentan. Por lo tanto, los términos simples no frecuentados no la aceptan; cualquier
modificación fonética que encontremos en ellos corresponde a otro radical.

La eufonía no modifica el significado de los términos, pero los hace agradables al oído. Por
ejemplo, el título de los huastecas en macehual es Kueshyo’¹, pero la forma clásica es
Kueshsho’, los que portan faldas. Este fenómeno marca la distinción entre las variedades
común y clásica del nahuatl.
1 Origen del gentilicio Kueshteka’, de donde el
aztequismo Huasteca.

La eufonía se aplica únicamente si no afecta la comprensión del término. Si el resultado es


confuso, se mantiene la combinación inarmónica; por ejemplo, la aglutinación Tepostli +
Shima, cortar, rasurar = Teposshima, cortar con metal, no se puede eufonizar porque el
resultado, Teposhshima, se entendería como cortar esponjas.

Esta regla tiene numerosas excepciones y tiende a desaparecer en las variedades modernas
del nahuatl.

Observación: no hay que confundir los cambios eufónicos con los que derivan de las reglas
gramaticales, el margen de variabilidad de las consonantes aspiradas o la pérdida de sonido por
contracción o costumbre, como:
Mati, saber + O, sufijo pasivo = Macho (por Mato), sabido
Nesi + O + Wa, sufijo verbal = Neshowa (por Nesowa), mostrar
Kuikatl, canto + E’, sufijo de posesión = Kuike’ (por Kuikae’), maestro de canto
Wishosiwatl = Wishtosiwatl, señora decorada con resina, diosa del mar

13.3 La adopción
La eufonización procede por adopción y elisión o pérdida de sonido.

La adopción consiste en que un fonema es modificado por su vecino, como ocurre en el español
arcaico Vuessa por Vuestra. A diferencia del español, en nahuatl este fenómeno es muy común
y puede adoptar dos estructuras:

1. Regresiva o de aplicación directa, cuando un fono modifica al siguiente, como en Shalli,


arena + Yo’, sufijo nominal = Shallo’ (por Shalyo’), arenoso.

2. Progresiva o de aplicación retroactiva, cuando un fono modifica al anterior, como en Ken,


cómo + Sannel, al menos = Kessannel (por Kensannel), ¿qué hay que hacer?

Desde el punto de vista fonético, la adopción es de tres tipos:

1. Adaptativa, cuando el sonido cambia para adelantar la disposición labial del fono siguiente,
como en On + Pewa, conquistar = Ompewa (por Onpewa), conquista.

2. Símil, cuando los fonos incorporados se parecen, como Sentli, unidad + Mati, pensar =
Semmati (por Senmati), concentrarse.

3. Disímil, cuando los fonos no se parecen, como en Sentli + Pa, sufijo distributivo = Seppa
(por Senpa), una vez.

13.4 La adaptación de nasales


Las consonantes nasales son susceptibles de eufonización por adopción. La adaptación es el
proceso más común; consiste en que, si una raíz terminada en nasal incorpora otra, la nasal se
adapta al fono siguiente para favorecer su emisión. Se dan dos casos con estructura progresiva:
1. Adaptación de M. Cuando a una raíz en M se le añade un término o partícula que comienza
en consonante, excepto M o P, la M cambia a N para evitar la oclusión labial (un movimiento
innecesario en estos casos); por ejemplo:

Ome, dos + Tepetl, cerro = Ontepetl (por Omtepetl), dos cerros


Tenamitl, muro + Ko, lugar = Tenanko, fortaleza
Komitl, olla + Chiwa, hacer = Konchiwa, fabricar u hornear cerámica
Komitl + Tsalan, en medio = Kontsalan, entre ollas

2. Adaptación de N. Si una raíz en N adquiere un término o partícula comenzado en P o vocal,


la N cambia a M para adelantar la oclusión labial; por ejemplo:

Sentli, uno + Ocholli, uva = Semocholli (por Senocholli), racimo de uvas


Kalpolli, barrio + Pan, sufijo locativo + Powi, pertenecer = Kalpolpampowi, vecino
In, de ellos + Amatl, hoja de papel = Imamau’, sus hojas de papel

Observación: la incorporación de nasal + L no existe, pues ningún término de la lengua


comienza en L.

13.5 Adopción símil de nasales


La adopción símil ocurre cuando, por incorporación, conviven dos sonidos parecidos, en cuyo
caso el más débil mimetiza a su vecino. Este fenómeno tiene estructura progresiva y ocurre en
consonantes nasales y aspiradas.

La adopción símil es el único proceso eufónico que puede ocurrir entre nasales, siendo
obligatorio y sin excepciones. Ocurre cuando radicales en nasal incorporan términos o
partículas comenzados en nasal, lo cual genera dos posibilidades:

1. En las combinaciones (M + M) y (N + N) no hay modificación; por ejemplo:

Am, vosotros + Mo, pronombre reflexivo + Wikats, venir + (K)e’, sufijo plural =
A[mm]owikatse’, sed bienvenidos
Kashtolli, quince + On, ligativo + Nawi, cuatro = Kashtollio[nn]awi, diecinueve
2. En la combinación N + M, la N adopta el sonido de la M para favorecer la emisión. Este es
un fenómeno casi inaudible, por lo que no suele registrarse como regla de la lengua.
Por ejemplo:

Sentli + Mana, extender = Semmana (por Senmana), divulgar


On + Mopiki, él te calumnia = Ommopiki, te calumnian
Sentsontli, cuatrocientos + Maitl, mano + E’, sufijo posesivo = Sentsommaye’, ciempiés

Observación: la combinación M + N se excluye, pues ningún radical del nahuatl termina en M,


a menos que sea por reconversión de una N delante de vocal.

13.6 Adopción símil de aspiradas


A diferencia de lo que ocurre con las nasales, a las consonantes aspiradas se les dificulta
convivir. Por ello, cuando se incorporan, una de ellas suele elidir a la otra. Si dicha pérdida
oscurece el sentido del término, ambas se mantienen y la primera adopta el sonido de la
segunda. No todas las combinaciones aspiradas se resuelven por adopción símil, sino
únicamente las siguientes:

• S + Sh = ShSh: Tlapiski, guardián + Shakalli, cabaña = Tlapishshakalli (por


Tlapisshakalli), garita del guardián
• S + Ch = ChCh: Wilakapitstli, flauta + Chiwa, hacer = Wilakapichchiwa, fabricar flautas
• Sh + S = SS: Ishtli, ojo + Sitlalli, estrella + Chiwa = Issitlalchiwa, adornar con motivos de
ojos
• Sh + Ts = TsTs: Ishtli, rostro + Tsotsona, golpear = Itstsotsona, golpear en el rostro
• Sh + Ch = ChCh: Ishtli + Chichitia, salpicar + Ni, sufijo nominal = Ichchichitini, pecoso
• Ts + Sh = ShSh: Wilakapitstli + Shochitl, flor = Wikalapishshochitl, jazmín
• Ts + Ch = ChCh: Itstli, navaja + Chichiki, frotar = Ichchichiki, rapar
• Ch + Sh = ShSh: Michtli, pez + Shinkayotl, escama = Mishshinkayotl, escama de pescado
• Ch + Ts = TsTs: Apapachtli, abrazo + Tsa, sufijo verbal = Apapatstsa, exprimir.

Las reglas de elisión y adopción símil entre aspiradas tienen numerosas excepciones por
costumbre; por ejemplo:

Papakilistli, alegría + Shiwitl, año = Papakilisshiwitl, año de jubileo


Teneshtli, mezcla de cal + Saloloni, aplanador, colador = Teneshsaloloni, plana de albañil
Netech, entre sí + Shakualoa, frotar, estregar = Netechshakualoa, estregar entre sí
13.7 Adopción disímil de nasales
La adopción disímil ocurre cuando se unen por incorporación consonantes de sonidos
diferentes, incluso el saltillo y las semiconsonantes. Es de tres tipos: de nasales, de L y
de vocales.

La adopción disímil de nasales tiene lugar cuando una nasal se incorpora a una no nasal. Se
dan dos casos, ambos progresivos:

1. Vocálico. Cuando el fonema U’, W, precede a una M, adopta su sonido; por ejemplo:

Nawi, cuatro + Matl (forma de Maitl), mano = Nammatl (por Nau’matl), cuatro brazos
Tlakuau’, con esfuerzo (Tlakuau’) + Manka, colocar = Tlakuammanka, intento inflexible
Siawi, cansarse + Mikilistli, mortandad = Siammikilistli, fatiga

2. Consonántico. Cuando la consonante nasal precede por incorporación a la no nasal, adopta


su sonido; por ejemplo:

Ome, dos + Kan, lugar = Okkan (por Onkan), en dos lugares


Tentli, algo agudo + Sakatl, hierba = Tessakatl, instrumento para desbrozar la hierba
Ome, dos + Shiu’tia, tener o tardar años = Oshshiu’tia, tener o tardar dos años

Se exceptúan los términos formados con el afijo On y el posesivo In, pues el resultado sería
oscuro; estos, lo más que aceptan, es la adaptación de N en M, como:

In + Pamitl, bandera = Impamiu’, su bandera de ellos


On + Powi, apreciado = Ompowi, completo, suficiente

13.8 Adopción disímil de la L


La adopción disímil de la L ocurre cuando se aplica el sufijo pasivo Lo a continuación de
consonantes. Tratándose de vocales, este sufijo se puede aplicar sin violar la eufonía; por
ejemplo: Oya, desgranar maíz > Oyalo, desgranado. Pero, si el radical verbal termina en
consonante, la L adopta el sonido de la consonante, pues la combinación de sonidos resultante
es oscura. Por ejemplo:

Kuitlakochin, hongo del maíz > Kuitlakochcho, maiz añublado


Itta, ver > Itto, visto
Estli, sangre > Esso, sangrado
Por lo general, la doble consonante resultante se sintetiza por desambiguación, para que no se
confunda con sufijos de sonido similar; ejemplo: Tlasa, ser desechado > Tlasho (por Tlasso),
desechado

13.9 Mutación de la I
Una de las formas más usuales de eufonía tiene lugar cuando los sufijos Yo’, Yotl, se añaden
a un radical terminado en consonante aspirada o L. En esos casos, la Y adopta su sonido;
por ejemplo:

A’kualli, malo > A’kuallotl (por A’kualyotl), maldad


Yowalli, noche > Yowallotl, oscuridad
Mishtli, nube > Mishsho’, nublado
Itstli, obsidiana > Itstso’, con aspecto de obsidiana
Welmachtli, agrado = Welmachchotl, alegría
Sentlaishtli, cosa sencilla, hoja de libro > Sentlaishshotl, sencillez

Es de notar que esta mutación no aplica en caso de aglutinación; por ejemplo:

Akalli, barco + Yakatl, punta = Akalyakak, proa


Kostik, amarillo + Yayakyik, sombrío = Kosyayaktik, ocre

Tampoco aplica si la Y es precedida por los demás sonidos de la lengua, como en:

Ilamayotl, ancianidad femenina


Nau’yotl, cuarto
Tepeyotl, cónico, en forma de montaña
Tsokoyotl, tamal de amaranto
Tsonyotl, cumbre
Yekyotl, tranquilidad

13.10 Mutación de la U’
Al incorporarse a consonantes, el fonema U’ y su variante W forman dos tipos de estructuras
eufónicas: regresivas y progresivas.
1. La adopción regresiva ocurre cuando la W es precedida por las consonantes Ts, Ch, T;
por ejemplo:

Mits, a ti + Walmomakilia, golpear = Mitstsalmomakilia (por Mitswalmomakilia), te


golpean
Nech, a mi + Walnotsa, llamar = Nechchalnotsa, me llaman
It, raíz relativa al ver + Wa, sufijo verbal = Itta, ver

Este último caso (única mutación provocada por la T) merece un análisis particular, pues solo
ocurre en la raíz It, de donde deriva el verbo Itta, origen de numerosa familia de
términos como:

Ittilia, ver a alguien


Ittaltia, hacer ver
Ittalli, que es visto
Semitta, concentrarse
Kualitta, considerar algo como bueno
Kochitta, ver a alguien en sueños
Tlakaitta, ser estimado
Tonalitta, honrar las influencias del signo natal

Ahora bien, pese a su complejidad, la combinación TW (TU) viola la regla de adopción disímil
en dos ocasiones:

• Cuando se presta a confusión, como en el sustantivo Itualli, patio, pues la forma Ittalli
significa quien ha sido visto. A su vez, Itualli genera otros términos no eufónicos, como
Semitualtin, familia (lit., unidos en un patio).

• En los verbos Itua, ver, e Itui, ser visible, cuya existencia no se justifica por regla: es un
arcaísmo de sabor dialectal. A su vez, estos verbos crean familia, como:

Tlatui = Wallatui, ser de día


Ishtlatui, velar
Tlatuilistli, atención
Ishtlatuiltia, desvelar a otro
2. La adopción progresiva ocurre cuando la U’, W, precede a las consonantes P, M²;
por ejemplo:
2 Acabamos de estudiar los casos con M en la adopción
disímil de nasal.

Nawi, cuatro + Pan, en = Nappan (por Naupan), cuatro veces


Tlawi, luz + Papalotl, mariposa = Tlappapalo, mariposa luminosa, nombre divino
Shiwitl, turquesa + Pilli, príncipe = Shippil = Shippilli, príncipe de turquesas, título del Sol

Esta mutación se puede lexicalizar; así, la raíz Tlau’, relativa a la luz y el color rojo, se eufoniza
en el adverbio Tlappan, en el este (lit., en el lugar rojo). Posteriormente, el radical eufonizado
se independiza y adquiere el sufijo direccional Kopa para formar el adverbio Tlapkopa, hacia
el este, que tiene una opción basada en la raíz original: Tlau’kopa.
Capítulo 14. Eufonía por elisión
14.1 Tipos de asimilación
La eufonía por elisión consiste en la síntesis de dos sonidos con asimilación o pérdida de uno
de ellos. En español tenemos algunos casos, como Del por De el, Entrambos por Entre ambos,
Dizque por Dice que, pero en nahuatl es un fenómeno común.

Según su extensión, la asimilación tiene dos grados: parcial, cuando no se elide por completo
un fonema, y total, cuando elide por completo un fonema. Según la estructura resultante, la
asimilación es de tres tipos:

• Regresiva o por aféresis, cuando el último fono de un radical elide el primer fono o fonema
del siguiente.
• Progresiva o por apócope, cuando el primer fono de un radical elide el último fonema del
anterior.
• Nula, cuando ambos fonos o fonemas permanecen representados, lo cual sólo ocurre en la
elisión común.

Las estructuras regresiva y progresiva se aplican a las mismas combinaciones, pues no


dependen del sonido, sino de su contexto. Es de notar que la progresión es más frecuente que
la regresión pues, en nahuatl, los fonemas iniciales del término llevan la carga semántica.
También por razones de comprensión, la elisión ocurre principalmente en radicales polisílabos,
los monosílabos la evitan. Por ejemplo, en teoría, el aspirado final del primer componente
(Witstli, espina) de la aglutinación Witsshochitl, flor espinosa, cierta planta, debería elidirse,
o, al menos, mutar en Sh; pero, por ser monosilábico, el radical Wits no admite variación, ya
que el resultado sería confuso (Wishochitl, junto a la flor; Wishshochitl, flor de mimosa).

14.2 La elisión parcial


La elisión parcial se aplica únicamente al fono T del fonema Tl, cuando se añade a radicales
terminados en L, debido a que esta lengua no puede pronunciar la combinación LTl. De hecho,
toda aparición de la doble L en un término nahuatl que no sea producto de la contaminación de
los sufijos Yo’, Yotl, por radicales en L, se debe a una elisión parcial.

El caso más común de este tipo de eufonía es el sufijo nominal Li, una aféresis de Tli motivada
por radicales en L, como en Malinal, raíz relativa a la torsión + Tli = Malinalli (por
Malinaltli), hierba torcida, signo calendárico. Veamos otros ejemplos:
Tolli, tule + Tlan = Tollan (por Toltlan), ciudad capital
Milli, tierra + Tla = Milla, sementera
Kalli, casa + Tlalli, tierra = Kallalli, solar de la casa
Atl, agua + Tsalan, sufijo locativo + Tlan = Atsallan, puerto, estrecho marítimo
Ellotl, diligencia + Tlatsilwia, aborrecer = Ellatsilwia, aborrecer mucho
Akalli, bote + Tlanewia, rentar = Akallanewia, fletar o rentar un barco
Nawalli, brujo + Tla’toa, hablar = Nawalla’toa, lengua de brujos¹

1 No confundir con Nawatla’toa, lengua nahuatl, de


Nawatl + Tla’toa.

14.3 Elisión de vocales


La elisión total es de tres tipos:

• Exclusiva, cuando los fonemas sintetizados no se parecen, de modo que uno de ellos
excluye al otro.
• Representativa, cuando los fonemas se parecen, de modo que uno representa al otro.
• Común, cuando los fonemas son idénticos, de modo que ambos permanecen representados
en la expresión.

La elisión exclusiva puede ser de vocales, de nasales y frecuentativa. La elisión de vocales


consiste en la desaparición de una vocal, lo que puede ocurrir frente a vocal o consonante,
generando las siguientes estructuras:

1. Regresiva, en las combinaciones A, E + I; por ejemplo:

Atl, agua + Itskalli, costado (alusión a los bordes redondos) = Atskalli (por Aitskalli),
ostión
Amatl, papel + Istak, blanco + Tli = Amastalli, papel blanco
Tenewa, prometer + I’tolli, palabra = Tene’tolli, promesa

2. Progresivas, en las combinaciones de I, U’, W, con las consonantes y demás vocales;


por ejemplo:

Shochitl, flor + Mitl, flecha = Shochmitl (por Shochimitl), flecha florida


Shochitl + Atl, agua = Shochatl, agua de rosas
Shochitl + Wikolli, vaso = Shochwikolli, vaso con asas
Shochitl + Tsin, sufijo calificativo = Shochtsin, florecita
Amo, vuestro + Ashkaitl, propiedad = Amashka, vuestros bienes
Nawi, cuatro + Shiwitl, año = Nashiwitl, cuadrienio
Kuau’tik, de gran estatura + Pantli, orden, rango = Kuapantli, de la altura de un hombre
3. De doble sentido, en las siguientes combinaciones:

• O + I regresiva: Sholotl, monstruo + Itskuintli, perro = Sholotskuintli (por


Sholoitskuintli), perro pelón
• O + I progresiva: To, nuestro + I’titl, vientre = Ti’ti, nuestro vientre, el vientre en general
• O + A regresiva: Teotl, divino + Amoshtli, libro = Teomoshtli, libro divino
• O + A progresiva: No, mi + Awitl, tía = Nawiu’, mi tía

Este tipo de elisión se exceptúa por costumbre y por desambiguación; por ejemplo:

Pitsotl, cerdo + Ilama’, anciana = Pitsoilama’, cerda, pecarí hembra (la forma Pitsolama’
se entendería como una composición de Pitsolli, cerducho)
Oppa, doble + Ilpia, atar = Oppailpia, atar doblemente (la forma Oppalpia se entendería
como composición con Palli, color)
Chiko, atravesado + Akolli, brazo = Chikoa’kolli, cruz (la forma Chiko’kolli se entendería
como composición de Kolli, curva, abuelo)

14.4 Elisión de nasales


Debido a que las nasales iniciales y finales son débiles, tienden a desaparecer por eufonía,
particularmente cuando van seguidas de consonantes aspiradas y de las vocales débiles. Este
tipo de polisíntesis siempre es progresivo; por ejemplo:

San, sólo + Se, uno = Sase (por Sanse), únicamente


Tepiton, pequeño + Yotl = Tepitoyotl, pequeñez
Am, vosotros + Tsinkisa, huir = Atsinkisa, huís
Am + Wallau’, regresar = Awallau’, regresáis
Tonantli, nuestra madre + Wan, sufijo de parentesco = Tonawan, nuestra madre biológica
Sepan, en unidad + Yau’, ir = Sepayau’, ir juntos

A veces esta regla es opcional, como en Tenshipalli = Teshipalli, labios. No se aplica en las
siguientes circunstancias:

• Cuando resulta oscura, como en Tepantli, muro + Kamak, que tiene boca = Tepankamak,
en un nicho (la forma eufonizada se entendería Tepakamak, en la boca pintada).

• En términos compuestos con el posesivo Im, In, de ellos o ellas, pues la forma I se
entendería en singular: de él o ella; por ejemplo:

In + Chantli, hogar = Inchan (por Ichan), su hogar de ellos o ellas


In + Shayakatl, rostro = Inshayak (por Ishayak), su rostro de ellos o ellas
• En verbos compuestos con el vinculativo On, pues la forma en O se entendería como una
conjugación pretérita; por ejemplo: On + Kuika, cantar = Onkuikake’, ellos cantan, no
Okuikake’, ellos cantaron.

14.5 Elisión frecuentativa de consonante


En nahuatl es común que una sílaba se duplique por énfasis o plural. Dicho fenómeno se llama
frecuentación y es motivo para que se apliquen dos reglas: eufónica (elisión) y desambiguadora
(interpolación de sonido); esta última la estudiaremos en la lección siguiente.

La elisión frecuentativa es el único caso en que la eufonía no se aplica a una incorporación.


Consiste en lo siguiente: cuando se frecuenta una sílaba cerrada o terminada en diptongo, se
elide el fono final para evitar la convivencia de consonantes y la cacofonía. Se distinguen dos
casos: frecuentado de sílabas de núcleo simple y en diptongo.

En las sílabas cerradas, tanto de núcleo simple como en diptongo, se elide la consonante final
del primer elemento del par; en los siguientes ejemplos se marca entre corchetes la sílaba a
frecuentar:

[Pal]li, coloreado > Papalotl (por Palpallotl), mariposa


[El]li, pecho > Eel, diligente
[Pil]tsin, niñito > Pipiltsitsin, niños
[Kak]tia, ponerse un zapato > Kakaktia, ponerse ambas sandalias
[Pan]tla, lugar de la bandera > Papantla, donde abundan las banderas
[Kal]li, casa, en sentido figurado, oscuro > Kakalotl, cuervo
[Kual]li, bueno > Kuakualli, muy bueno
[Kuil]li, curvo + Ko, sufijo locativo > Kuikuilko, lugar circular
[Kuel]oa, plegar > Kuekueloa, estar torcido o ser flexible

Observaciones: no hay que confundir la elisión de consonantes por reiteración con la


aglutinación de una sílaba abierta con otra cerrada que posee su mismo ataque y núcleo,
como Tetl, piedra + Teltia, tropezar = Teteltia, tropezar con piedra.

Tampoco hay que interpretar como excepciones a la regla los siguientes casos, productos de
aglutinación y no de frecuentado:

1. Convivencia de sílabas cerradas como:

Pantli, bandera + Pankisa, izar = Panpankisa, izar la bandera


Chamolin, pájaro rojo + Molli, salsa = Chamolmolli, salsa roja
Pilli, niño + Pilpewaltia, comenzar la vida = Pilpilpewaltia, comenzar la vida en infancia
2. Aparentes frecuentados inversos como:

Kilitl, legumbre verde + Kiotl, rama, brote = Kilkiyotl, cierta legumbre


Kechtli, cuello + Kemitl, prenda de vestir = Kechkemitl, prenda de vestir para el pecho

14.6 Elisión frecuentativa de vocal


La elisión por frecuentación también afecta a las vocales. Hay dos casos:

1. En diptongos cuyo núcleo es una vocal fuerte o semifuerte (A, E, O), y triptongos
comenzados en U, se elide únicamente la vocal final; por ejemplo:

Tlau'tia, servir > Tlatlau'tia, implorar


Peu’ka = Pewa, comenzar > Pepeu’ka = Pepewa, tomar la iniciativa
Kuaitl, cabeza > Kuakuai’, cabezas

Esto aplica incluso en sílabas cuya U final se semiconsonantiza, como Kuau’tli = Kuawitl,
árbol > Kua’kuau’tik, erguido como un árbol, Kua’kuawitl, leñador.

2. En diptongos y triptongos comenzados en I, el primer elemento del par conserva únicamente


dicha vocal: por ejemplo:

Kiotl, fronda > Kikiyo', que tiene abundante follaje


Kiau’ti, teórico de Kiawi, llover > Kikiau’ti, hacer llover
Miawatl, flor del maíz > Mimiawatl, insecto melífero (nominalización del plural Mimiawa’,
flores de maíz o de flor en flor)
Shiu'tlatia, fatigar > Shishiu'tlatia, importunar repetidamente

Esta regla se exceptúa en diptongos en UI, como Kuika, cantar > Kuikuika, cantar
constantemente.

Observaciones: no hay que confundir estos casos con el frecuentado de silabas que forman
hiato; por ejemplo, en Yayaotl, entrenamiento marcial, frecuentado de Yaotl, guerra, no hay
elisión de sonido, ya que las vocales A y O pertenecen a sílabas diferentes. Los hiatos pueden
darse incluso con vocales débiles como:

Kueyotl, onda > Kuekueyotl, espiral


Teini, quebrarse > Teteini, romperse en pedazos

Esta regla aplica a diptongos o triptongos cuyas vocales son parte de la raíz. En el caso de
términos como Maitl, mano, cuyo diptongo se forma por una I demarcativa, el frecuentado
(Ma’maye, que tiene manos) omite la intrusión y adquiere un saltillo, como estudiaremos en
la lección siguiente.

14.7 Elisión representativa


Si dos consonantes aspiradas o, excepcionalmente, nasales, se encuentran por incorporación,
ambas se funden y una predomina. En tal caso, el fono elidido no desaparece por completo,
pues es representado por semejanza. Este fenómeno es de dos tipos:

1. Regresivo, sólo en la combinación Ts + S, como en Watsa, secar + Sakatl, hierba =


Watsakatl (por Watssakatl), hierba seca.

2. Progresivo, en las siguientes combinaciones:

• S + Ts = Ts: Kochistli, sueño + Tsapotl, zapote = Kochitsapotl (por Kochistsapotl),


zapote borracho
• S + Ch = Ch: Iliwis, desconsideradamente + Chiwa, hacer = Iliwichiwa, hacer sin
precaución
• S + Sh = Sh: Estli, sangre + Shashawania, sangrar + Stli, sufijo abstracto =
Eshashawanilistli, sangre, lluvia
• Ts + Sh = Sh: Pitstli, semilla + Shotl, pie + A, sufijo verbal = Pishoa, sembrar
• Ts + Ch = Ch: Nimits, yo te + Chiya, atender = Nimichiya, te atiendo
• Ch + Ts = Ts: Telpochtli, joven + Tsintli, respetable = Telpotsintli, varón joven
• Ch + S = S: Ne, pronombre impersonal + Tech, contra, hacia + Saloa, unir = Netesaloa,
juntar
• Ch + Sh = Sh: Michin, pescado + Shonewatl, escama = Mishonewatl, escama de pescado
• Sh + Ts = Ts: Ashisha, orinar + Tsakua, cerrar = Ashitsakua, tener mal de orina
• Sh + Ch = Ch: Ishtli, rostro + Chiwa, hacer = Ichiwa, afeitarse, maquillarse
• Sh + S = S: Ishtli, rostro + Sawatl, marca = Isawatl, marca en el rostro
• N + M = M: Chinantli, tejido de cañas + Mitl, flecha, caña = Chinamitl, cerca de cañas

Si el resultado de esta elisión es confuso, no se aplica. Por ejemplo, en la aglutinación de


Nochtli, nopal + Shochitl, flor, se mantienen ambas aspiradas (Nochshochitl, flor del nopal),
pues la reducción de Nochtli a No podría confundirse con el posesivo No, mío, en la
construcción dialectal Noshochitl.
14.8 Elisión común
Si dos fonemas idénticos se incorporan, por lo general, se funden. Puesto que el sonido es
compartido, la elisión es común. La estructura resultante no es progresiva ni regresiva, sino
nula, ya que ambos fonemas permanecen representados. Esta regla se cumple para todas las
vocales y consonantes; por ejemplo:

Yakatl, punta + Achto, primero = Yakachto (por Yakaachto), primeramente


Se, uno + E’ekatl, viento = Se’ekatl, uno viento, nombre del viento del sur
Ikshitl, pie + Ichiki, frotar = Ikshichiki, arrastrar los pies
Konetl, niño + Epatl, mofeta = Konepatl, mofetita
Kuau’tli, árbol + Wik, contra, sobre = Kuawik, sobre una tabla o plancha de madera
Metstli, pierna + Tsontli, cabello = Metsontli, pelos de la pierna
Nech, a mi + Chika, escupir = Nechika, me escupen

Este tipo de elisión se exceptúa para desambiguar; por ejemplo, en la unión de Mishtli, nube +
Showa, que está seco, es necesario mantener ambos aspirados (Mishshowa, no haber nubes),
pues el eufónico Mishowa significa demorarse las nubes (de Owa, demorar).

Esta excepción se aplica en particular a los términos formados con el afijo On y los posesivos
I, In, pues es preciso conservar todos los fonemas para su correcta comprensión; por ejemplo:

On + Nawi, cuatro = Onnawi, catorce


I + Yakatl, nariz = Iyakau’, su nariz de él, ella
In + Nakatl, oreja = Innakau’, sus orejas de ellos, ellas

14.9 Elisión silábica


Un tipo de elisión común poco frecuente ocurre cuando se sintetizan dos sílabas completas. Por
lo general, esto se debe a que ambas se pronuncian igual; por ejemplo:

A’mo, no + Moskalia, ser prudente = A’moskalia (por A’momoskalia), ser indiscreto


Achi, poco + Chiwa, hacer = Achiwa, hacer algo
Sewa, hacer frío + Wetsi, caer = Sewetsi, helar
Siwatl, mujer + Wipilli, camisa = Siwipilli, blusa fina
Kuawitl, águila + Wipilli = Kuawipilli, blusa bordada de águilas

Sin embargo, también puede ocurrir elisión silábica aún entre sílabas distintas, siempre que
compartan el arranque, como en E’katl, viento + Ketsalkoatl, deidad del viento =
E’ketsalkoatl (por E’kaketsalkoatl), torbellino de viento.
14.10 Eufonía múltiple
Para terminar este recorrido por los fenómenos eufónicos, mencionemos que un término puede
recibir dos aplicaciones eufónicas. Por ejemplo, el título Meshi’ko (por Metsshikko), México
(lit., en el ombligo de la luna), sufre primero la elisión representativa del fono Ts de Metstli,
luna, por ir seguido de consonante aspirada, y, a continuación, la modificación en saltillo de la
K del componente Shiktli, ombligo, por ir seguida de otra K².

2 No hemos estudiado esta regla porque no es propia del


nahuatl clásico, sino un dialectismo. De modo que, en otras
incorporaciones, conservaremos la combinación KK.

En los siguientes ejemplos se señalan entre paréntesis los pasos intermedios del proceso
eufónico doble:

• Elisión doble: San, solo + A’mo, no = (Sana’mo > Saa’mo) Sa’mo, no en absoluto
• Adopción + elisión: Ye, ya + Ome, dos + Pa = (Yeompa > Yeoppa) Yeppa, otra vez, antes
de
• Adopción + Elisión: Ishtli, ojo + Kopi, cerrar = (Ishkopi > Ikkopi) Ikopi, cerrar los ojos,
dormir
• Adopción + Elisión: A’mo, no + Kualli, bueno = (Ankualli > Akkualli) Akualli, malo
• Adopción + Elisión: Kuichtli, hollín + Yo’, sufijo adjetivo = (Kuichyo’ > Kuichcho’)
Kuicho’, tiznado
• Adopción + Elisión: Kin, les + Maka, dar = (Kinmaka > Kimmaka) Kimaka, les dan
• Adaptación + Adopción: Ome, dos + Shiwitl, año = (Omshiwitl > Onshiwitl) Oshshiwitl,
dos años
Capítulo 15. La desambiguación
15.1 La necesidad de desambiguar
Si el resultado de una incorporación indefine sus componentes o afecta a su significado, es
necesario someterlo a las reglas de desambiguación. Por ejemplo, al aglutinar Atl, agua +
Tepetl, cerro, se produce un término equívoco: Atepetl, la punta del cerro. En consecuencia,
para especificar que el componente A se refiere al agua, es necesario hacer una excepción a la
regla de la subrogación del sufijo nominal, manteniendo su último fono: Altepetl, ciudad, país,
rey (lit., agua y cerro)

Según su propósito, hay dos tipos de desambiguación, ambos orientados a prever una mala
interpretación:

• Estructural, cuyo propósito es marcar el recurso de la frecuentación y deslindar el radical.


• Semántica, abocada a evitar homófonos.

Desde el punto de vista formal, la desambiguación tiene tres modos que se aplican tanto a la
desambiguación estructural como a la semántica:

• Por comisión - un fenómeno inverso a la elisión, pues aporta sonidos que no significan, pero
aclaran el significado.
• Por omisión, es decir, excepciones a las reglas de formación y eufonización de los términos.
• Por reestructuración o alteraciones en la estructura habitual del término.

Veamos cada caso:

15.2 Interpolado frecuentativo


El caso más común de desambiguación estructural es el interpolado frecuentativo. En el
capítulo anterior aprendimos que el primer componente de una frecuentación cerrada pierde la
última consonante. Ahora bien, si la sílaba es abierta (terminada en vocal), ocurre lo contrario:
se añade un saltillo al primer componente, no para eufonizar, sino para indicar que la sílaba
doble no es característica del radical o producto de una incorporación. Este añadido tiene dos
aplicaciones:
1. En diptongos formados con el demarcativo I, este se elide en el primer elemento del par,
pero se aplica el saltillo porque dicha elisión no califica como eufonización, ya que la I no
forma parte de la raíz; por ejemplo:

Ai, hacer > A’ai, hacer reiteradamente


Maitl, mano > Ma’maitl, pompón
Tlaiyawalli, presentado, ofrecido > Tla’tlaiyawalli, incensado, presentado en ofrenda

2. En las sílabas de una vocal o terminadas en vocal fuerte se repite íntegramente la sílaba tras
el saltillo; por ejemplo:

I, beber > I’i, beber cualquier cosa


Ekatl, aire > E’ekatl, viento
Chikawa, poder, forzar > Chi’chikawa, ejercitarse
Paki, alegrarse > Pa’paki, divertirse
Sekui, ser frío > Se’sekui, ser muy frío
Yekawispan, cuando algo termina > Ye’yekawispan, en la noche
Kuepa, retornar > Kue’kuepa, revolverse, turbarse
Kua, comer + U’ + E’, sufijo de posesión = Kua’kuawe, vaca

Observación: no hay que tomar como excepción de esta regla la redistribución de una sílaba
cerrada de la raíz en el radical. Por ejemplo, aunque el verbo teórico Poka, humear, contiene
dos sílabas abiertas, su raíz es una sílaba cerrada (Pok); por lo tanto, su frecuentado aplica la
regla de la pérdida de la consonante final, no la del intercalado de saltillo: Popoka, humear
intensa o frecuentemente.

Otro ejemplo de este fenómeno es el frecuentado de Ome, dos, formado del radical Om y la
desinencia E, de modo que no admite saltillo: Oontetl, de dos en dos.

15.3 Interpolado excepcional


El interpolado frecuentativo de saltillo se puede aplicar en forma excepcional, es decir, a sílabas
cerradas, por las siguientes razones:

1. Por causas estructurales, para enfatizar o distribuir una pluralidad. Algunos de estos casos
pueden conservar por costumbre la forma reglamentaria. Por ejemplo:

Chantli, hogar > Cha’chan, cada uno a su casa


Kechtli, cuello > Ke’kechpan, transportar en la espalda
Pachtik, velludo > Papachtik = Pa’pachtik, melenudo
Kalla’, grupo de casas > Kakalla’tli = Ka’kalla’tli, comuna, pueblo
Kaktli, zapato > Kakaktli = Ka’kaktli, sandalias
Kilitl, legumbre > Kikilpi = Ki’kilpi, cocer legumbres
Kentli, vestido > Kekentia = Ke’kentia, ponerse cada cual su manta

2. Para marcar distinción semántica, como en:

Tekpana, ordenar > Tetekpana, ordenar piedras / Te’tekpana, formar filas


Semmati, concentrarse > Sesemmati, concentrarse / Se’semmati, dedicarse por entero a
algo
Paloa, gustar > Papaloa, revolotear como mariposa / Pa’paloa, relamerse de gusto
Kalli, casa, contenedor > Kakaloa, se come con pinzas / Ka’kaloa, ir cada uno a su casa
Poloa, destruir, hacer algo sin sentido > Popoloka, hablar lengua extranjera, tartamudear,
murmurar / Po’poloa, conquistar
Nektia, desear algo > Nenektia, esforzarse para obtener un favor / Ne’nektia, hacer que
alguien desee diferentes cosas

15.4 Omisión del interpolado frecuentativo


Los términos frecuentados también se pueden desambiguar semánticamente por omisión, de
dos modos:

1. En sílabas cerradas que omiten la elisión de la última consonante del primer elemento del
par para evitar equívocos; por ejemplo:

Kosholitl = Koshkoshtli, faisán (por Kokoshtli, algo malo)


Kashkashtototl, estornino (por Kakashtototl, la angarilla del ave)
Nakaskastlapoa, abrir las orejas, escuchar con atención (por Nakakashtlapoa, pintar la
carne con ocre)
Tlawana, beber pulque > Tetlawanwantika, con una taza para beber (por Tetlawawantika,
maquillar para el sacrificio)

2. También se puede desambiguar una desambiguación, omitiendo el intercalado del saltillo


por distinción semántica, como en:

Nowiyan, en todas partes > No’nowia, entrometerse / Nonoka, en todas partes


Wei, grande > We’wei = We’weyi, muy grande / Wewe’, anciano
Kuitlalpia, anudar > Kui’kuitlalpia, atar gavillas en la cosecha / Kuikuitlalpia, ceñir una
prenda de ropa
La forma reglamentaria y su excepción pueden convivir. Así, Kua, comer, da origen al
frecuentado reglamentario Kua’kua, rumiar, y a su excepcional Kuakua, masticar. Ambos se
combinan en Kua’kuakua, rumiar, mascar continuamente, que no debe entenderse como un
“triplicado”, sino como el frecuentado reglamentario de uno no reglamentario.

15.5 Prefijado del demarcativo I


Otro tipo de desambiguación estructural consiste en deslindar los componentes del por
epéntesis o intercalado de la I. Por ejemplo, en la frase Moka [y]etl shikaltika kimana’, él le
ofrenda un cazo lleno de frijoles, el término Etl, frijol, adquiere una I que lo deslinda de la
composición Moka, le. Por su estructura, se distinguen dos aplicaciones: prefijada y sufijada.

Cuando el demarcativo I se antepone a radicales comenzados en vocal, salvo I, asume forma


semiconsonante. Se aplica de dos modos:

1. Para deslindar la estructura, produciendo términos equivalentes como:

Au’ = Yau’, ir
A’yo = Ya’yo, reprensible
E = Ye, ya
El = Yel, de buen grado
Elli = Yelli, buena voluntad
Ewatl = Yewatl, piel
E’watl = Ye’watl, él, ella
Ontlapal = Yontlapal, de ambas partes, de lado a lado
U’ = Yu’, como

2. Para deslindar el sentido, como en:

A’mo, no + Atle, algo = Ayatle, nada en absoluto (por Aatle, algo del agua)
A’mo, no + Ak, alguien = A’yak, nadie (por A’ak, entrar en diversos lugares)
Ishto, expandir + Atl + Wa, sufijo verbal = Ishtoyawa, derramarse un líquido (por
Ishtoawa, expandir el agua)

Este demarcado se elide si le antepone una incorporación; por ejemplo:

Ik, aún + Yei, tres = Ikei (por Ikyei), tercero


Ma’tlaktli, diez + On, en unidad con + Yei = Ma’tlaktliomei (por Ma’tlaktlionyei), trece
Oselotl, ocelote + Yewatl, piel = Oseloewatl, piel de ocelote
A'mo, no + Yu'ti, así = Au'tik, final
Pero, si tal elisión obscurece el sentido, se omite, como en la incorporación de Tla, sufijo
adverbial + Yekayotl, propio del tres + Tia, sufijo verbal = Tlayekayotia, ser el tercero (por
Tlaekayotia, hacer viento, de Ekayo’, ventoso).

Si el elemento prefijado termina en vocal y la presencia del demarcativo no oscurece el sentido,


la elisión es opcional; por ejemplo: Mayewatl = Maewatl, guante (de Maitl, mano + Yewatl,
piel).

Este recurso puede establecer diferencia semántica, como vemos en los siguientes ejemplos:

• La raíz Ol se refiere al movimiento, según vemos en términos como Olini, moverse, y su


apócope Olin, movimiento. Pero, cuando se le prefija el demarcativo I, califica su sentido,
pasando a significar cosas vivas - es decir, que se mueven por sí - y generando términos como:

Yoli, vivir
Yolki, ser vivo
Yoyolli, animal

• La raíz El, relativa al pecho, las entrañas y los sentimientos, y creadora de términos como
Elleli, emoción, en su variante Yel pasa a significar cosas relativas a la naturaleza del ser (es
decir, a su profundidad), como en Yelistli, naturaleza, comportamiento.

Observación: no hay que confundir este demarcado con términos formados de raíces
comenzadas en Y, como Yektli, recto. Estos se reconocen porque la forma sin Y, en caso de
existir, tiene otro sentido; por ejemplo:

Yetl, tabaco / Etl, frijol


Yana, protegerse / Ana, capturar
Yakatl, nariz / Akatl, caña
Yom, raíz relativa al costado / Om, raíz relativa al número dos o lo que está entero

15.6 Sufijado del demarcativo I


Ya analizamos el sufijado del demarcativo I con respecto a la asimilación y el frecuentado de
diptongos. Este fenómeno crea equivalencias como:

Ye = Yei, tres
Tle = Tlei, algo, cosa
Por lo general, el resultado de la sufijación se nominaliza, como en:

Kueitl, falda
Kuaitl, cabeza
Tepemaitl, contrafuerte de montaña
Teuktokaitl, apellido étnico o familiar

Este demarcado se elide en dos casos:

1. Si se antepone al término un pronombre posesivo, como en:

To, nuestro + Maitl, mano = Toma’ (por Tomai), nuestra mano


Mo, pronombre reflexivo + Tokaitl, nombre = Motoka, se llama

2. Si se pospone una incorporación, como en Tokaitl, nombre + Po’tli, cosa convenida =


Tokapo’tli (por Tokaipo’tli), tocayo.

Sin embargo, la elisión se omite si la partícula afijada es el posesivo E’, como en:

Tokaitl > Tokaye’, persona ilustre


Ishkuaitl, frente > Ishkuaye’, de frente amplia

También se omite si el resultado crea hiatos, como en Kueitl, falda + Atl, agua = Kueyatl,
rana, o si es semánticamente confuso, como en:

Eitiwa, en tercer lugar (por Etiwa, pesado, pesar)


Yeitika, tres tantos de algo (por Yetika, que se confundiría con Yeti’ka’, portar encima)

15.7 El demarcativo Sh
Según el contexto fónico, el sufijo demarcativo I muta en Sh - Garibay le llama “el
endurecimiento de la I” - con dos propósitos:

1. Estructural: ante I, para evitar hiatos, en Kuaitl, cabeza + Ilwia, extender + Wastli,
instrumento = Kuashilwastli (por Kuailwastli), peine, cepillo.

2. Semántico, en dos circunstancias:

a) Para marcar un cambio de sentido en Kueitl, falda > Kueshtli, regazo.


b) Para esclarecer el sentido; por ejemplo, la incorporación Kueitl + Ana, tomar, se resuelve
en Sh (Kueshantli, falda, regazo, manta para cargar), pues la forma Kueantli es poco
eufónica, en tanto Kueyantli parecería composición de Kueyatl, rana.

Esta mutación procede aún si se añade el sufijo posesivo Yo’ - en cuyo caso cabria esperar la
síntesis de la I demarcativa -, produciendo la forma eufonizada y desambiguada Kueshsho’,
que tiene falda, pues la forma Kueyo’ se entenderia provisto de brillo.

Otros casos de desambiguación semántica:

• Ante sufijos locativos y direccionales, para evitar que se confundan con adverbios;
por ejemplo:

Yei, tres + Pan, sufijo locativo = Yeshpan, en tres lugares (para no confundir con Ipan,
sobre)
Yei + Kampa, sufijo direccional = Eshkampa = Yeshkampa, triangular (por Yeikampa,
tras el frijol)
Yei + Kan, sufijo locativo = Yeshkan, en tres lugares (para no confundir con Ikan, detrás)

• Ante sufijos verbales, para evitar que se confundan con composiciones de la raíz I, relativa al
interior o al beber; por ejemplo:

Ai, hacer + Tia = Ashtia (por Aitia), estar haciendo


Makueitl, brazalete + Tia = Makueshtia, ponerse un brazalete
Tlai, algo + Tilia = Tlashtilia, meditar al respecto

• Ante O, para evitar que el demarcativo se interprete como fono inicial de los sufijos Yo’,
Yotl; por ejemplo: Etl, frijol + Yotl = E[sh]otl, ejotes, habichuelas (por Eyotl, tercero).

Es de notar que la mutación de la I en Sh también ocurre en la conjugación de términos que


poseen dicho demarcativo en posición sufija; por ejemplo: Tlachiya, observar > Ontlachish,
el o ella observa.

15.8 Omisión eufónica


Otra forma de desambiguar un término consiste en no aplicar una regla eufónica. Este recurso
tiene dos formas:

1. Excepción de la elisión eufónica; por ejemplo, la unión de O + A en la composición No, mi


+ Amoshtli, libro, se eufoniza como Namosh, mi libro, pues la ausencia de la O no oscurece
el sentido. En cambio, la unión de O + A en Mekayoana, atrapar la cuerda (de Mekayo’, con
cuerda + Ana, prender) no se puede eufonizar, pues resultaría otro sentido: Mekayana,
protegerse con cuerdas. Veamos otros ejemplos, en los que se destaca entre corchetes la
convivencia de los sonidos no eufonizados:

Te + Itsmina, flechar = T[ei]tsmina, flechar a alguien (por Tetsmina, entendido como


verbalización de Testmitl, cierta planta)
Nakastli, oreja + Shapotla, perforar = Naka[ssh]apotla, perforar la oreja (por
Nakashapotla, punzar la carne)
Kueitl, falda + Atl, agua = Kue[ia]tl, rana (por Kuatl, entendido como sinéresis de Koatl,
serpiente)

2. Excepción a la adopción eufónica. Por ejemplo, la regla eufónica dice que, si la N precede a
una consonante fricativa en incorporación, adopta su sonido. Sin embargo, se exceptúa en
Onkan, allá (de On, partícula vinculativa + Kan, sufijo locativo), pues de otro modo se
entendería como Okkan, en dos lugares.

15.9 Conservación del sufijo nominal


Una forma de desambiguar parecida a la anterior consiste en omitir la regla de subrogación del
sufijo nominal. Recordemos que este sufijo se elide cuando le sigue otro elemento; pero, si esto
provoca una mala lectura, es lícito omitir la regla. Desde el punto de vista estructural, estos
casos son de dos tipos: parciales y totales.

1. La excepción parcial consiste en la aféresis del sufijo nominal Tl, que queda reducido al
fono L. Tiene lugar únicamente en composiciones de Atl, agua, para evitar que se confundan
con alguna otra acepción de este término, con el prefijo vetativo A’ o con radicales comenzados
en A. Por ejemplo:

Altepetl + Maitl, mano = Altepemaitl, aldea


Atl + Setik, frío = Alsesek, agua fría (por Asesek, incorrección de A’sesek, desagradable)
Atl + Chichik, amargo = Alchichik, agua amarga (por Achichik, poco a poco)
Atl + Pichia (teórico de Pichoa), agitar, esparcir = Alpichia, rociar (por Apichia,
incorrección de Apichawi, muerto de frío)

En composiciones con radicales comenzados en Tl, estos casos permiten la aplicación


simultánea de la desambiguación y la eufonía; por ejemplo, el término Allakatl, calabaza para
extraer aguamiel (de Atl, agua + Tlakasik, lleno hasta la mitad), sufre primero la omisión
parcial del sufijo nominal, resultando Altlakatl, cuya combinación LTl se eufoniza a
continuación.
2. La excepción total afecta a los sufijos absolutos (Tl, Tli, Li) y tiene dos casos:

a) Para evitar hiatos o la imposible pronunciación Wo; por ejemplo:

Ilwikatl, cielo + I’tik, dentro = Ilwikatli’tik (por Ilwikai’tik), dentro del cielo, paraíso
celestial
Kuau’tloselotl (por Kuawoselotl), águila ocelote (Kuau’tli, águila + Oselotl, ocelote)
Kuawitl + Ewa, incorporarse = Kuawitlewa (por Kuawewa), levantarse los árboles,
veintena calendárica

b) Para esclarecer el sentido, como en:

Kuawitl, árbol + Ikak, estar de pie = Kuawitlikak, pararse como árbol, apodo de Mercurio
(por Kuawikak, que tiene cabeza)
Metstli, luna + Apan, río, laguna = Metstliapan, laguna de la luna (por Metsapan, donde
los restos del maguey)

En particular, este caso aplica a algunas aglutinaciones de Atl, agua, para que no se interpreten
como una forma incorrecta del vetativo A’mo; por ejemplo:

Atl + Welik, dulce = Atlwelik, agua dulce (por A’welik, inodoro)


Atl + Ishko, sobre = Atlishko, sobre el agua (por A’ishko, no le sobrepasa)
Atl + Totonki, caliente = Atltotonki, agua caliente (por A’totonki, no caliente)

A veces, la excepción de la subrogación se hace por costumbre y de modo opcional;


por ejemplo:

O’pan = O’tlipan, en el camino


Shokotlwetsi = Shokowetsi, caída de los frutos, veintena calendárica
Atlkawalo = Akawalo, aguas suspendidas, veintena calendárica

Observación: no hay que tomar como conservación del sufijo nominal el añadido del sufijo
locativo Li (poco usado) a radicales en L, como Tlalli, tierra + Li + K, sufijo direccional =
Tlallik, al suelo. Tampoco hay que confundirlo con el fono inicial Tl; por ejemplo,
Atlachinolli, agua quemada, no se compone de Atl + Achinolli, sino de A[tl] +
Tlachinolli, quemado. Sobre todo, si ambas lecturas tienen sentido, como en
Akatlo’tli, gavilán de las cañas (de Akatl, caña + Tlo’tli, gavilán), que podría
interpretarse erroneamente como la excepción camino de cañas (de Akatl + O’tli, camino).
15.10 Posposición frecuentativa
La desambiguación también puede hacerse por redistribución de los elementos del término.
Estos casos son de dos tipos: por posposición del frecuentado y por inversión sintáctica.

La posposición del frecuentado consiste en aplicar el énfasis a la segunda o tercera sílaba, en


lugar de la primera, como es habitual. Veamos un ejemplo que aplica este recurso por partida
doble: el frecuentado Weltlama`mani, buen tiempo, se hace sobre el segundo componente,
Tlamani, extenderse, pues, de hacerse sobre Wel, se confundiría con la raíz Wewel, relativa a
los olores. A su vez, el componente Tlamani, se frecuenta en su segunda sílaba (Tlama’mani)
porque, de hacerlo en la primera, se entendería Tla’tlamani, pescador.

En el caso de Ishtekokoyoktli, las cuencas de los ojos (de Ishtetl, globos oculares + Koyoktli,
agujero), las desambiguación es necesaria por las imprecisiones del lenguaje hablado, donde
no queda clara la separación de los términos. En este caso, se frecuenta el segundo componente
porque la frecuentación del primero se entendería como Iishte(u’), su ojo + Koyoktli, la
cuenca. Veamos otros ejemplos:

Shikotl, avispa > Shikoko’, avispas (por Shishiko’, hacer mal)


Kuau’tli, árbol, madera + Tema, llenar, meter = Kuau’tetema, ensamblar piezas de
madera (por Kuakuau’tema, meter cuernos)
Makapaktli, castañeta > Makakapaktli, castañetas (por Ma’makapaktli, distribuir
placeres)
Ma’tlaktli, diez > Ma’tlatlaktli, de diez en diez (por Mama’tlaktli, nominalización de
Ma’matlak, en la red)

Observación: no hay que confundir estos casos con las aglutinaciones no enfáticas formadas
con un frecuentado, como Mawistli, estima + Popoloa, disolver >
Mawispopoloa, deshonor. Tampoco con el traslado del frecuentado para acentuar
determinados sentidos del término. Por ejemplo, Kuashipewa, cortar el pelo (de
Kuaitl, cabeza + Shipewa, pelar), frecuenta el primer componente para acentuar la cantidad
de cabezas (Kuakuashipewa, rapar cabezas), y el segundo para acentuar la cantidad de pelo
(Kuashishipewa, arrancar los cabellos a alguien).

15.11 Inversión sintáctica


La segunda forma de desambiguación por distribución consiste en invertir la sintaxis
reglamentaria del término. A diferencia de la inversión eufónica, la desambiguadora no procura
un mejor sonido, sino deslindar significados. Por ejemplo, en el sustantivo Yolteotl,
adivinación (lit., corazón endiosado, de Yollotl, corazón + Teotl, divino), se pospone el
determinante (Teotl) porque la forma reglamentaria, Teoyolli, se confundiría con Teoyotl,
espiritual.

La inversión desambiguadora produce tres tipos de términos: sinónimos parciales, recíprocos


y polisémicos.

1. Los sinónimos parciales por inversión ocurren cuando un significado básico tiene segundas
acepciones diferentes; por ejemplo:

Koatl, serpiente + Siwatl, mujer = Koasiwatl, serpiente hembra, gemela / Siwakoatl,


serpiente hembra, título sacerdotal
Koatl + Petlatl, estera = Koapetlatl, estera de serpientes, metáfora de comunidad /
Petlakoatl, estera de serpientes, ciempiés
Sintli, maíz + Teotl, divino = Sinteotl, divino maíz, nombre divino / Teosintli, maíz divino,
cierta planta

Observación: no hay que confundir estos casos con los sinónimos estrictos, los cuales no se
deben a la desambiguación, sino a la flexibilidad de la lengua, y tienen uso opcional; por
ejemplo:

Opochtli, izquierda + Maitl, mano = Opochmaitl = Maopochtli, mano izquierda


Ostotl, cueva + Tepetl, montaña + K, sufijo locativo = Ostotepek = Tepeostok, la cueva en
la montaña

2. Los recíprocos por inversión invierten su significado al invertir los componentes;


por ejemplo:

Neku’tli, miel + Tsalli, insecto = Nekutsalli, abeja de la miel / Tsalneku’tli, miel de abejas
Atl, agua + Sokitl, lodo = Asokitl, viscosidad del agua / Sokiatl, agua fangosa
Tetl, piedra + Tlilli, negro = Tetlilli, tinta negra de piedra (lit., negro de piedra) / Tliltetl,
marca de escritura (lit., piedra negra)
Tetl + Metlatl, metate = Temetlatl, metate de piedra / Metlatetl, piedra de la que se
fabrican metates

3. Los polisémicos por inversión tienen sentidos distintos y desvinculados según se ordenen
sus componentes; por ejemplo:

Kuau’tli, árbol, águila + Shotl, pie = Kuau’shotl, pata del águila / Shokuau’tli, pata de
palo, un componente del telar y nombre divino
Shochitl, flor + Kalli, casa = Shochikalli, sala de baño, temascal / Kalshoch (apócope de
Kalshochitl), ratón
Shochitl + Ketsalli, pluma fina = Shochiketsal, pluma florida, nombre divino /
Ketsalshoch, flor emplumada, la víctima de cierto sacrificio
Shochitl + Tonalli, calor, luz = Shochitonal, de nombre flor, cierto animal mítico /
Tonalshochitl, flor de primavera
Witstli, espina + Ketsalli, quetzal = Witsketsalli, lleno de espinas / Ketsalwitstli, las
plumas de la cola del quetzal
Maitl, mano + Kuawitl, árbol, leño = Makuawitl, espada / Kuammaitl (eufonización de
Kuau’maitl), rama
Teotl, divino + Pan, locativo + Tlalli, tierra = Teopantlalli, tierra del santuario, terreno
destinado a mantener los templos / Teotlalpan, patria divina, el rumbo del norte

Observación: no hay que confundir la polisemia por inversión con la homofonía. Veamos dos
ejemplos:

• Los términos Kuau’tlakatl, hombre de madera, maniquí, y Tlakakuau’tli, águila


humana (un nombre divino), si bien comparten el componente Tlakatl, humano, se forman
respectivamente de los homófonos Kuau’tli, árbol, y Kuau’tli, águila.
• Los términos Tlakanawalli, delgado, fino, y Nawaltlakatl, brujo, parecen compartir
sus componentes, pero el primero se forma de Tla, prefijo adverbial + Kanawalli, algo
delgado, y el segundo de Nawalli, oculto, sabio + Tlakatl, humano.
Capítulo 16. El sufijo nominal
Cuarta Parte - Los sustantivos
16.1 Formación de los sustantivos
Desde el punto e vista estructural, hay dos tipos de sustantivos: perfectos y truncos. Los
perfectos se caracterizan por poseer sufijo nominal, y los truncos, por no tenerlo o perderlo por
énfasis; estudiaremos estos últimos en el capítulo 27.

La adición del sufijo nominal se realiza de tres maneras:

1. Por afijación primaria o nominalización de una raíz, como Se + Tl = Setl, hielo.

2. Por aglutinación de sustantivos a términos de cualquier naturaleza gramatical; por ejemplo:

Teku’tli, señor + Tla’tolistli, discurso = Tekutla’tolistli, senado


Kalaktiu’, meter + Wetsilistli, caída = Kalaktiwechilistli (variación de Kalaktiwetsilistli),
introducción
Akaltik, cóncavo + Chimalli, escudo = Akalchimalli, escudo oval
Iski, todo + Chiwelli, poderoso = Ishkichiwelli, todopoderoso, título divino

3. Por afijación secundaria o nominalización de un radical. Por ejemplo:

• Nominalización de verbos:

Kiawi, llover > Kiawitl, lluvia


Seti, unir > Setitl = Sititl, absoluto
Temiktia, ensoñar > Temiktli, sueño (de soñar, no de dormir)
Nawi, cuatro + Yakati, arremeter > Nau’yakatl, cuatro arremetidas, cierta serpiente

• Nominalización de adjetivos:

Chitik, encerrado, redondeado > Chitiktli, saco


Telaktik, espeso > Telaktli, tortilla gruesa
Manamik, servicial > Manamiktli, herramienta

• Nominalización de adverbios:

Yu’ka, como > Yu’katl, forma


Wel, bien > Welli, un bien
Pal, por medio > Palli, palma de la mano o el pie
Yektel, de muchos días + Tlamatka, sabiamente + Ki, sufijo titular = Yekteltlamatki, sabio

16.2 El sufijo Tl y sus adaptaciones


El sufijo nominal primario es Tl. Da origen a las variantes Tli, Li, y a las terminaciones Atl,
Itl, Witl, Ktli. También se emplea a modo de sufijo sustantivo el artículo indefinido In.
Veamos sus detalles:

El sufijo Tl se aplica a radicales abiertos, es decir, a continuación de las vocales A, E, I, O,


integrándose a su última sílaba. En los siguientes ejemplos se pospone un guión a la última
vocal del radical para destacar la regla:

Siti-tl, absoluto
Teka-tl, general
Nowianyo-tl, general
Etike-tl, materia
Sente-tl, resumen
Tlapanawi-tl, especial

16.3 El sufijo Tli


Debido a que en nahuatl no pueden coexistir dos consonantes en la misma sílaba, no se puede
añadir el sufijo Tl a un radical cerrado. El problema se resuelve, posponiéndole una I
demarcativa que lo transforma en sílaba propia. La variante Tli se aplica a continuación de
consonante, incluso saltillo, salvo L, que tiene otra regla, M y Tl¹, que no terminan radical, y
las semiconsonantes Y, W. En los siguientes ejemplos se deslinda el último fono del radical
mediante guión:
1 Salvo en la posesión de términos de radical en
Yolish-tli, conciencia Tla, que apocopan, como Teokuitlatl, metal
Tsin-tli, origen precioso > Noteokuitl, mi dinero, o en radicales
en N que adquieren un sufijo comenzado en M
Tsintilis-tli, origen absoluto o vocal, en cuyo caso la N muta en M, como
Nawalsenten-tli, metáfora Kentli, vestido > Tlakeme’, que va vestido.
Setilis-tli, unidad Pero estos no aplican al presente caso.
Senkawalis-tli, evolución
A’tlamilistli, infinidad
Yelis-tli, estado, condición
Observación: no hay que tomar como excepción al verbo Atli, beber agua, y sus
composiciones, como Tekiatli, beber mucha agua, y A’atli, beber chocolate. Estos casos no
añaden el sufijo Tli a una vocal, sino el verbo I, beber, al sustantivo Atl, agua, que conserva el
sufijo nominal para que el resultado no se confunda con Ai, hacer.

16.4 El sufijo Li
Si el radical termina en L, el sufijo Tli sufre aféresis o pérdida del fono inicial debido a la
imposibilidad del nahuatl de pronunciar la combinación LTL. De esto resulta la variante Li que
forma sílaba por sí, aplicable a radicales en L como:

Nel-li, verdad
Yol-li, vida
Kua’kual-li, maravilloso
We’kai’tol-li, profecía
Nelnonotsal-li, predicción
Ishkichiwel-li, todopoderoso
Senkol-li, omnipresente
Semanal-li, esfuerzo continuo

Observación: no hay que confundir esta variante con dos sufijos de origen diferente:

• El adverbial I pospuesto a radicales en L, como:

Weli, posible
Teokali, en el templo

• El verbal Li añadido a vocal en verbos como:

Eli, tener cuidado


I’kali, combatir
Iskali, resucitar

Estos verbos forman sustantivos en Li, como Yoli, vivir, nacer > Yolli, ser viviente
16.5 La regresión de Tli
Los radicales que terminan en saltillo forman un grupo especial, por lo siguiente: el saltillo
deriva de una consonante gutural, de modo que, según la regla, adopta el sufijo Tli, como en:

Ta’tli, padre
Koso’tli, paloma
Tilma’tli, manta
Pi’tli, hermana mayor

Sin embargo, para abreviar la expresión, la mayoría de los términos con radical en saltillo
admiten su elisión, provocando la regresión de Tli a Tl. Esta modificación traslada el acento a
la sílaba anterior, produciendo términos equivalentes y opcionales como:

Ayo’tli = Ayotl, calabaza


Osoma’tli = Osomatl, mono
Awi’tli = Awitl, tía
Yollo’tli = Yollotl, corazón
Chayo’tli = Chayotl, cierta fruta
Kosholi’tli = Kosholitl, faisán
Si’tli = Sitl, liebre, abuela
Ilama'tli = Ilamatl, anciana

Un caso peculiar es el sustantivo arcaico Shochi’tli, flor, pues tiene la opción de elidir el saltillo
o la I, pronunciando Sochtli = Shochitl. Las dos primeras variantes aparecen únicamente en
composiciones como:

Shochi’kualli, fruto dulce


Tleshochtli, llama

En algunos casos solo sobrevive la forma abreviada; por ejemplo, el frecuentado de Ti’tli,
juntado, no es Titi’tli, sino Tititl, contraído, terminado

Si la abreviación introduce variación semántica, surge una nueva raíz y los términos resultantes
no equivalen, como en Shiko’tli, abeja grande / Shikotl, abeja.

Observación: no hay que confundir estos casos con los homófonos, los cuales tienen sentidos
diferentes, incluso si en protonahuatl estuvieron relacionados; por ejemplo:

Kolo’tli, maniquí, ídolo / Kolotl, escorpión


Tlako’tli, esclavo / Tlakotl, vara
Koyo’tli, agujerado / Koyotl, coyote
Koa’tli, palo dulce, planta medicinal / Koatl, serpiente
16.6 La terminación Atl
Es posible abreviar la expresión de los sustantivos en Tli - sobre todo, los que terminan en
nasal - anteponiéndoles una A epentética o demarcativa. Este recurso produce un sinónimo:
Ilantli = Ilamatl, anciana, pero, en el resto de los casos, crea nuevas raíces con sentido
relacionado, como:

Kosantli, lince / Kosamatl, comadreja


Sintli, espiga de maíz maduro / Simatl, raíz comestible
Teneshkontli (Kontli), horno de cal / Komatl, olla
Kantli, mejillas / Kamatl, boca
Itstaktli, cosa blanca / Itstakatl, lo blanco de los ojos

Siendo un interpolado, la A no pertenece a la raíz, pero puede lexicalizarse por incorporación,


como en:

Ilamatl + Teku’tli, señor = Ilamateku’tli, anciana, la diosa tierra


Simatl + Wia, sufijo verbal = Simawia, dar a comer raíz de cima
Kamatl + Chaloa, abrir = Kamachalli, quijada

Observación: no hay que confundir el intercalado de la A con términos formados por la


aglutinación de Atl, agua, como:

Teshtli, harina > Teshatl, harina con agua


Mishtli, nube > Mishatl, llovizna

Tampoco con radicales en A como:

Amatl, papel
Shikamatl, jícama
Tomatl, tomate
Kakamatl, espiga doble de maíz
Chikomatl, mal juicio, opinión dudosa

Estos se distinguen porque las formas en Tli, si existen, tienen otro sentido; por ejemplo:

Chantli, hogar / Chamatl, vanidoso


Tsaptli, espinoso / Tsapatl, enano
Eptli, perla / Epatl, mofeta
Tlaptli, cofre / Tlapatl, planta alucinógena
16.7 La terminación Itl
Otro modo de abreviar los términos en Tli consiste en intercalar el demarcativo I. Su
equivalencia con el modo anteriormente descrito se demuestra en ciertos sinónimos en Itl,
Atl, como:

Komitl = Komatl, olla


Semmitl = Semmatl, braza

Por lo general, tal equivalencia sólo aparece en composición; por ejemplo:

Shamitl, ladrillo = [Shama]kalli, fábrica de ladrillos


Kuemitl, tierra labrada = [Kuema]tlauhtli, surco

La terminación Itl se aplica a radicales cerrados de todo tipo, con dos grados de equivalencia:

1. Sinonimia, si los términos son equivalentes y opcionales, lo cual sólo ocurre en radicales de
terminación aspirada y nasal (en estos últimos, la N se eufoniza en M por ir delante de
vocal) como:

Kashtli = Kashitl, caja, escudilla


Witstli = Witsitl, espina
Petstli = Petsitl, pirita de hierro, espejo, reflectante, brillante
Tepantli = Tepamitl, muro
Chinantli = Chinamitl, cesta de cañas
Tenantli = Tenamitl, muralla
Kentli = Kemitl, vestido

En el caso de Pantli, bandera, y sus composiciones, se admiten variantes en M y N:

Pamitl = Panitl, bandera


Espamitl = Espanitl, serpiente empleada en los ritos
Atstapamitl = Atstamanitl, abanico de plumas de garza

2. Parentesco, cuando hay distinción semántica entre los términos resultantes, pero se reconoce
un origen común, como en:

Amintli, diarrea / Amimitl, ola, nombre divino


Miktli, muerte / Mikitl, persona muerta
Soktli, cáscara del grano / Sokitl, lodo, cobertor
Tektli, sólo en composición, pétreo / Tekitl, trabajo social, tributo
Como es obvio, la conversión de Tli a Itl no se hace si el resultado es equívoco, como en
Tekpantli, rango (de Teku’tli, señor + Pantli, orden) / Tekpamitl, flecha (de Tekpatl,
pedernal + Mitl, flecha). Y hay casos en que no se hace por costumbre; por ejemplo, los
siguientes términos solo tienen forma en Tli:

Wastli, mecanismo
Tsalantli, desfiladero, puerto
Tlilantli, esbozo, trazo de un dibujo

Observaciones: no hay que confundir la preposición del demarcativo I al sufijo con radicales
en esta vocal, como:

Tisitl, médico
Tlaitl, bebestible
Pipitl, escogido, desplumado, pelado
Kilitl, vegetal
Tsitsitl, turquesa de calidad inferior

Estos casos se distinguen porque las formas en Tli, si existen, tienen otro sentido; por ejemplo:

Topitl, pequeña lagartija / Toptli, cofre


Tlapitl, rasurado / Tlaptli, cofre
Mishitl, planta alucinante / Mishtli, nube

Tampoco hay que confundirla con la posposición del demarcativo I al radical, casos
reconocibles por el hiato en Ai, Ei, como:

Ilwikamaitl, laguna, brazo de mar


Sakakueitl, techo de paja
Piltokaitl, nombre de príncipe

16.8 La terminación Witl


Cuando un radical en U’ adquiere el sufijo Tli, se genera un sonido poco fluido (U’tli). La
lengua tiene dos recursos para simplificarlo:

1. En unos pocos radicales en Iu’, es lícito elidir el fonema U’, pues el resultado no es ambiguo;
por ejemplo:

Ikniu’tli = Iknitl, amigo, compañero


Patiu’tli = Patitl, precio, pago
2. En los demás casos, la abreviación del sufijo involucra tres pasos: interpolación del
demarcativo I, elisión del saltillo y consonantización de la U. Esto produce la terminación (W
+ I + Tl), resultando en términos equivalentes y opcionales como:

Teteu’tli = Tetewitl, bandera de oración (lit., los dioses)²


Kau’tli = Kawitl, tiempo, espacio
Kuau’tli = Kuawitl, árbol, águila
Chikiu’tli = Chikiwitl, cesta 2 Largos banderines en los que se escribían
los nombres de los dioses y se colgaban en
Tetsau’tli = Tetsawitl, agüero, oráculo
las ventanas y azoteas. Sus movimientos al
viento se consideraban rezos.

Algunos de estos términos han perdido la forma en U’tli; por ejemplo:

Ilwitl, día
Iwitl, plumón
Clalchiwitl, turquesa
Tlapanawitl, especial

Sin embargo, regresan a ella si se anteponen en composición, pues la forma Witl alargaría el
resultado. Por ejemplo: Chalchiwitl + I, suyo + Kueitl, falda = Chalchiu’tlikue (por
Chalchiwitlikue), su falda de turquesas, nombre divino.

Las formas en U’tli y Witl pueden adquirir distinción semántica, como en Shiwitl, año /
Shiu’tli, nombre dado al niño que nacía cuando se “cargaba” o denominaba el año. También
pueden dar origen a dos raíces con significados emparentados, como en:

Tlawitl, cinabrio / Tlau’tli, don, presente (de honrar, iluminar)


Tlachi’chitl, remendado / Tlachi’chiu’tli, falso, maquillado

16.9 El anagrama Ktli


Un caso especial es el de las raíces en Kui’, Kui; estas rompen el diptongo, elidiendo la I, pero
manteniendo o añadiendo el saltillo, tras lo cual, abrevian opcional o reglamentariamente la
expresión mediante el recurso del anagrama o permutación de los fonos K y U, con la
consecuente elisión del saltillo. Por ejemplo:

Tekui’tli = Teku’tli = Teuktli, señor


Nekuitl = Neku’tli = Neuktli, miel
Tsakui, estar cerrado > Tsaku’tli = Tsauktli, engrudo, barniz
Los siguientes casos carecen de forma en Ku’, salvo como tránsito teórico a la abreviación:

Ikui’tli = Ikuitl = Yuktli, hermano menor


A’kokui, elevar > A’kouktli, algo que se eleva, ligero

16.10 El sufijo In
El sufijo In deriva del uso especializado del artículo indefinido In. Se aplica a radicales
cerrados en sustitución de los sufijos Tli, Li. Crea sustantivos concretos a los que da una
connotación coloquial, sobre todo, nombres de plantas, animales y cosas pequeñas o múltiples;
de hecho, en las variantes nahuas de Veracruz crea el diminutivo. Tiene dos aplicaciones:

1. Opcional, cuando se pueden emplear ambas formas, como en:

Okuilli = Okuilin, gusano


Kuetspalli = Kuetspalin, lagartija
Sitlalli = Sitlalin, estrella
Ashitl = Ashin, ungüento de trementina
Michtli = Michin, pez
Tochtli = Tochin, conejo
Kuitlakochtli = Kuitlakochin, huitlacoche (lit., maíz contaminado por hongos, de Kuitlatl,
excremento + Kochka, alimentar + In)

2. No opcional, cuando la costumbre lo impone, como en:

Kuishin, milano
Chakalin, camarón
Kimichin, ratón
Tapayashin, camaleón
Kakalachin, cucaracha
Tsitsilin, cascabel

La aplicación de este sufijo puede cambiar el sentido del radical, sea por especialización del
sentido básico, como en Yoyolli, animal / Yoyolin, insecto, o por incorporación de otro sentido,
como en Kosolli, cuna / Kosolin, langostino.

Debido a que su origen es un artículo, este sufijo exceptúa la regla de la subrogación del sufijo
nominal, manteniéndose audible en las incorporaciones; por ejemplo:

Tochin, conejo + Ko, sufijo locativo = Tonchinko, donde el conejo


Totolin, pavo + Pan, sufijo locativo + Eka’, sufijo gentilicio = Totolinpaneka’, los del
lugar los pavos
Tlei, algo + In + Tsin, sufijo calificativo = Tleintsin, cosita
Ye, ya + In + Ipan, encima = Yeinipan, signo astrológico en que se nace (lit., ya levantado)

Observación: no hay que confundir la aplicación del sufijo In con los radicales de sustantivos
truncos en In, como Itskuin (por Itskuintli), perro. Tampoco con los radicales nominales
formados por la apócope de los sufijos verbales Ni, Na, como Matlalina, ser o volverse
verde > Matlalintsin, respetable verde, nombre divino.
Capítulo 17. Propiedades de los sustantivos
17.1 Función articular
Desde el punto de vista de su estado, los sustantivos pertenecen a dos categorías: poseídos y
absolutivos. Los poseídos son acotados por el posesor, perdiendo el sufijo nominal absoluto;
por ejemplo: I’takatl, alimento > Ni’tak, mi comida. Por su parte, los absolutivos no reciben
modificación, definiendo a la entidad por sí y no por su relación.

Sin embargo, a diferencia de los absolutivos del español, los del nahuatl, además de definir la
entidad, la determinan a través del sufijo absoluto, pues este tiene una función articular
equivalente a los artículos “el, la”. Por ejemplo, en el contexto de la frase, el término
Tla’tolpewalistli, argumento, exordio, significa el argumento.

Es por esto que la lengua nahuatl no emplea artículos explícitos, salvo los indefinidos,
representados por los números, o el redundante In, que puede omitirse sin afectar la
comprensión. Así, la frase la voluntad de supervivencia se puede expresar Teyolli yolilistli o
In teyolli in yolilistli.

7.2 Función verbal


Otro aspecto que distingue a los sustantivos del nahuatl es que, en determinadas circunstancias,
adquieren función verbal. Todos los sustantivos tienen un sentido ontológico de base, es decir,
llevan implícito el verbo Ka’, ser, como en la frase Nimasewalli, yo (soy) macehual, en la cual,
el pronombre Ni se conjuga directamente con el sustantivo.

Puesto que, en nahuatl, la tercera persona es implícita, el sustantivo por sí se puede representar
al verbo y al sujeto, funcionando como una pequeña frase. Un ejemplo es la siguiente
descripción de Teskatlipoka: Yaotl teyaou’, él es el enemigo, el asesino de la gente, donde
cada término es una frase: Yaotl, (él es) el enemigo + Teyaou’, (él es) el asesino de la gente
(compuesto por el pronombre impersonal Te).

Veamos otros casos de conjugación de sustantivos en los que se señala entre paréntesis el verbo
implícito:

Anawak teteo’, (ellos son) los dioses de Anahuac (Teteo’, dioses)


Ye’watl in toltekatl, él o ella (es) una persona culta (Ye’watl, él mismo + Toltekatl,
persona culta)
Ne’watl nitlakatl, yo (soy) una persona, un nacido (Ne’watl, yo mismo + Tlakatl, persona,
nacido)
Inin in pa’tli in koatl kokolli, esta (es) la cura para el mal de vientre (Inin, esta + Koatl,
vientre + Kokolli, enfermedad + Pa’tli, medicina)
In nawalli in sholotl in okse in koatl, el nahual (es) el doble, (es) el otro, (es) el gemelo
(Nawalli, sabio + Sholotl, doble mítico + Okse, único + Koatl, gemelo)

El sentido verba´ del sustantivo es tan poderoso, que se mantiene en la posesión; por ejemplo,
Namosh (de Amoshtli, libro) tanto significa mi libro como es mi libro, deslindándose el
sentido por el contexto.

De hecho, la connotación ontológica puede condicionar la conjugación incluso en expresiones


que llevan el verbo Ka’ por énfasis; por ejemplo, el concepto ya soy viejo no se arma
conjugando en primera persona el verbo Ka’ en la frase hipotética Ye nika’ wewe’, (de Ye, ya
+ Ni, yo + Ka’ + Wewe’, viejo), sino conjugando directamente el sustantivo y anteponiendo el
verbo por énfasis: Ka’ ye niwewe’, es que ya soy viejo (literalmente, ser, ya yo [soy] viejo).

En teoría, todos los sustantivos pueden funcionar como verbos, no solo para indicar condición
ontológica, sino también acciones relativas como estar, tener, sostener, haber, llevar, llamarse,
representar, etcétera. Por ejemplo, la frase In tlalli in tonatiu’ in tsintli in yolistli, la Tierra y
el Sol sostienen la vida, contiene cuatro sustantivos presentados por el artículo In. Como los
dos primeros, Tlalli, tierra, y Tonatiuh, Sol, conllevan su conjugación, no necesitan
componerse con el verbo Iskaltia, sostener, sino directamente con el complemento del
predicado: Tsintli yolistli, el sostén de la vida. Veamos otros ejemplos en los que se señala el
verbo implícito entre paréntesis:

In Tla’toani iikpal, el gobernante (está) en su trono (Tla’toani, gobernante + I, suyo +


Ikpalli, silla)
Nitlakatl yeinipan, yo (he) nacido en tal signo zodiacal (Tlakatl, persona, nacido +
Yeinipan, signo zodiacal)
In ichimal in yakalchimal, (él porta o tiene) su escudo, su escudo oval (Chimalli, rodela +
Yakalchimalli, escudo de cuerpo)
Tlalokan iteopan Epkoatl, el templo de Epkoatl (se llama) Tlalokan (Tlalokan, lugar de
Tlalok + Teopan, templo + Epkoatl, serpiente nacarada, nombre divino)

17.3 Función verbal anulada


La función verbal potencial del sustantivo se anula en tres circunstancias:

1. Cuando es modificado por uno o más verbos, como en In pipiolin tlachichina moneuktia,
la abeja CHUPA y PRODUCE miel (Pipiolin, abeja + Tlachichina, chupar + Mo, se +
Neuktia, hacer miel)
2. Cuando es reducido a objeto por un sustantivo, adverbio, artículo o partícula vinculativa;
por ejemplo:

Nepa ome tepetl, por allá hay DOS montañas (Nepa, allá lejos + Ome, dos + Tepetl,
montaña)
Tlashkalli iwan kashpechtli, la tortilla Y el plato (Tlashkalli, tortilla + Iwan, y, con +
Kashpechtli, plato)
Teoshiwitl iwan we’wei chalchiwitl, una turquesa fina (es - valiosa - como una) GRAN
pieza de jade (Teoshiwitl, turquesa fina + Iwan, y + We’wei, muy grande + Chalchiwitl,
jade)

3. Cuando otro sustantivo de la frase asume la conjugación. Por ejemplo, en Inin tla’tolli
yu’kin teoshiwitl, esas palabras (son) como una turquesa fina, el componente Teoshiwitl
renuncia a su sentido ontológico, pues lo asume el componente Tla’tolli, palabra.

El contexto permite distinguir cuándo un sustantivo asume el sintagma verbal y cuándo dicha
capacidad se anula, según vemos en los siguientes ejemplos, basados en el título Topile’, juez
(compuesto de Topilli, bastón + E’, sufijo posesivo):

• En la frase Ikopil in topile’, (es) su sombrero del juez, el término Topile’ funciona como
objeto directo; si le asignamos sentido verbal, el resultado es absurdo: el juez (es) su
sombrero.
• En la frase Topile’ itla’tokatoka, su título (es) juez, al tiempo que anula la función verbal
implícita de Topile’, el verbo Tla’tokatoka, imponer un título oficial, adquiere un sentido
sustantivo secundario; de ahí que no se traduzca en forma literal: el juez su imponer título.
• En la frase In tiankistli ye’watl in topile’, él (es) el juez del mercado, hay una conjugación
implícita en el sustantivo pronominal Ye’watl, él mismo, que anula las de Tiankistli,
mercado, y Topile’, pues, de otro modo, la expresión no tendría sentido: el mercado, él
mismo, el juez.

17.4 Función adjetiva sistemática


Otra característica de los sustantivos del nahuatl es que pueden adjetivar de dos maneras: por
aglutinación en el término y por complemento en la frase. Ya estudiamos el primer caso en el
capitulo 12, con respecto a la aglutinación calificativa nominal, pero vale la pena analizarlo
con más detalle.

La adjetivación por aglutinación es de dos tipos: sistemática e incidental; entre ellos no hay
una diferencia estructural, sino de uso. La adjetivación sistemática aplica a los sustantivos que
describen un atributo, los géneros si no se usan como títulos y ciertos títulos que implican
condición biológica o psicológica. Generalmente, estos se emplean para calificar y solo por
excepción asumen su característica gramatical.

Por ejemplo, la expresión Kualli in itla’tol se entiende como una calificación: bello es su
canto, aunque su significado literal es el canto del bueno, pues el sustantivo Kualli, persona
buena, es un calificativo sistemático: bueno, bello. He aquí otros ejemplos:

Akualli, algo malo + Tla’tolli, palabra = Akualla’tolli, malas palabras


Yektli, algo recto + Nakatl, carne = Yeknakatl, madera fina
Siwatl, mujer + Pilli, niño = Siwapilli, princesa (lit., niño femenino)
Okichtli, hombre + Konetl, niño pequeño = Okichkonetl, niño varón
Tlapalli, algo luminoso o rojo + Atl = Tlapalatl, tinta
Tlilli, algo oscuro o negro + Tlantli, diente = Tliltlantli, línea de diseño gráfico
Kamo’palli, algo de color pardo + Sikuilli, jubón, camisa larga = Kamo’palshikuilli,
hábito morado

17.5 Función adjetiva incidental


La adjetivación incidental aplica a aquellos sustantivos que, de ordinario, no califican, pero
pueden hacerlo por contexto. Por ejemplo, el término Teotla’tolli, palabra sagrada (Teotl,
dios + Tla’tolli, palabra) no se traduce palabra de dios, pues no lleva implícito el concepto de
un dios, sino de un estado sacramental. Si queremos expresar el concepto la palabra de dios,
del dios o de un dios, tenemos que reforzar la naturaleza del componente Teotl; el resultado se
puede expresar mediante posesión explícita: Itla’tol in teotl, su palabra del dios, o por
confirmación articular: In teotl in tla’tolli, la palabra del dios.

Veamos otros ejemplos en los que el sustantivo que califica no es sistemático:

Teotl + Kalli, casa = Teokalli, templo (lit., casa de dios o casa divina)
Tsotl, sudor + Atl, agua = Tsoatl, agua salada
Nawalli, brujo + Piltsintli, príncipe = Nawalpiltsintli, príncipe sabio
Apistli, hambre + Teotl, algo especial, mucho = Apisteotl, glotón, nombre divino
Nesawalli, hambre,ayuno + Koyotl, coyote = Nesawalkoyotl, coyote hambriento, nombre
propio
Iknotl, miserable + Kuau’tli, águila = Iknokuau’tli, guerrero pobre
Yowalli, noche + Koatl = Yowalkoatl, serpiente nocturna, nombre divino
Los sustantivos que expresan el material de que está hecho algo en forma literal o figurada, se
pueden traducir indiferentemente como calificadores o complementos; por ejemplo:

Tetl, piedra + Petlakalli, cofre = Tepetlakalli, ataúd, tumba (lit., cofre de piedra o cofre
pétreo)
Atl, agua + Chalchiwitl, turquesa + Tetl, piedra = Achalchiu’tetl, mármol (lit., piedra
semipreciosa de agua o acuosa)
Chokistli, llanto + Kuikatl, canto = Chokiskuikatl, canto de llanto o canto lloroso
Kamashochitl, palabra agradable (lit., boca de flores o boca florida, de Kamatl, boca +
Shochitl, flor)

17.6 Función adjetiva por complemento


La función adjetiva por complemento se establece cuando el sustantivo que determina se
escribe por separado del determinado, lo que puede ocurrir por dos razones:

1. Para enfatizar el sentido ontológico; por ejemplo, en Wewe’kuau’tli, el árbol viejo, el


componente Wewetl, algo o alguien viejo, califica en forma directa; pero en la frase Wewetl
kuau’tli, el árbol (es) viejo, el mismo componente asume una conjugación, sin dejar de
calificar. Veamos otros ejemplos de esta distinción:

Kualnemachilistli, buenas obras / Kualli nemachilistli, (son) las obras buenas o del bueno
Nawalishtli, rostro mágico o sabio, nombre de la máscara de Ketsalkoatl / Nawalli ishtli,
(es) el rostro sabio o del sabio
Tlakanemilistli, vida humana, compasiva / Tlakatl nemilistli, (es) la vida o conducta
humana, o del ser humano

2. Para explicitar una posesión; por ejemplo:

Yektli chipawak in itoski, su voz es bella y pura (Yektli, correcto + Chipawak, puro + I,
suyo + Toskitl, voz)
Ipiltoka yowalli ichan, su título es ‘su casa oscura’ (Piltoka, título + Yowalli, noche,
oscuridad + Chantli, hogar)

Tal como ocurre en las aglutinaciones, lo que distingue al determinante en la frase es su


precedencia. Por ejemplo, la frase Ka’mopalli nelwayotl, las raíces (son) moradas, significa
lo opuesto que Nelwayotl ka’mopalli, las cosas moradas (son) raíces.
17.7 Función adverbial
Los sustantivos también pueden funcionar como adverbios, modificando al verbo que los
complementa. Se distinguen dos grupos: sistemáticos e incidentales.

1. Los sistemáticos son sustantivos que sólo tienen función adverbial. Se organizan en tres
categorías:

a) Interrogativos con sufijo nominal, como el componente Tle’watl, ¿qué, quién, cuál?, de la
frase In tle’watl omochiu’?, ¿cuál de ellos lo hizo? Otros ejemplos:

Tlein, ¿qué?
Kanin, ¿dónde?
Kesin, ¿cómo?

b) Pronombres enfáticos y otros con estructura nominal, como el componente Newan, ambos,
de Newan nemi’, ambos viven juntos. Otros ejemplos:

Ne’watl, yo
Ye’watl, él, ella
E’watl, esto, eso
Katl, algo, alguien

c) Interjecciones como el componente Atanelli, lástima, de la frase Atanelli kipo’poloa


Tenochtitlan, lástima que se haya perdido Tenochtitlan. Otros ejemplos:

Kualli, gracias
Kayekualli, sea para bien
Telchitl, tanto mejor

2. Los incidentales son sustantivos que ocasionalmente asumen una función adverbial, por lo
general, con el apoyo de un adverbio o del verbo ser, con los que puede ocurrir aglutinación.
Por ejemplo:

Ka’, ser, frecuentado + Nelli = Ka’kanelli, ciertamente es así


At, puede ser + Nelli = Atanelli, tanto mejor, tanto peor
Achi, poco + Kualli = Achikualli, mejor
Yeik, mucho + Kualli = Yeikkualli, ¿cuán bueno?
Senka, mucho + Yektli = Senka yektli, tanto mejor
Una característica de los sustantivos en función adverbial es que, además, siempre asumen el
sintagma verbal, como vemos en los siguientes ejemplos:

In sitlalin welsentson, las estrellas (son) muchas (Wel, bien + Sentson, cuatrocientos)
In wel nelli weitlakatekolotl, él (es) verdaderamente un gran hechicero (Wel + Nelli)
Capítulo 18. Los abstractos nominales
18.1 Tipos de abstractos
Desde el punto de vista semántico, los sustantivos del nahuatl se clasifican en concretos y
abstractos.

1. Los concretos nombran entidades concretas como:

Wilotl, paloma
Apantli, acueducto
Tlaktli, torso
Yakapantli, primogénito

2. Los abstractos expresan condición o estado. Son de dos tipos: nominales y verbales.

a) Por lo general, los abstractos nominales derivan de un sustantivo concreto, aunque pueden
hacerlo de cualquier categoría gramatical. Los caracteriza el sufijo Yotl, que indica la
condición genérica de algo; ejemplo: Toltekatl, persona culta > Toltekayotl, la cultura
tolteca.

b) Los abstractos verbales parten de la adjetivación de un verbo. Los caracteriza el sufijo Istli,
que indica el cumplimiento de la acción; ejemplo: Wanyolka, tener parentesco >
Wanyolkayotl, parentesco consanguíneo.

Ambos abstractos pueden crear sinónimos, como:

También pueden connotar variación semántica, como:


18.2 Formación
Los abstractos en Yotl consisten en la nominalización de una posesión. Se forman en dos pasos:

1ro. Un sustantivo, verbo, adverbio o, más raramente, adjetivo, adopta el sufijo de posesión
Yo’, volviéndose sustantivo de posesión; por ejemplo: Ta’tli, padre + Yo’ = Ta’yo’, paterno
(lit., que tiene condición de padre).

2do. A continuación, el resultado pierde el saltillo y se nominaliza, transformando la posesión


en condición: Ta’yotl, paternidad.

Toda nominalización de una afijación en Yo’ corresponde a este tipo de términos. Con
frecuencia, el sustantivo de transición solo existe en teoría; por ejemplo, Yolkatl, animal,
insecto, da origen al abstracto Yolkayotl, sustento, alimento, sin que exista o se conserve en la
lengua el adjetivo Yolkayo’, poseedor de alimento.

Los abstractos pueden participar en afijaciones o aglutinaciones sin perder su condición,


siempre que se ubiquen al final de la composición, como vemos en estos ejemplos:

A’mo, no > Kuallotl, bondad > A’kuallotl, maldad


Pilli, noble + Tlakamekayotl, genealogía = Pillakamekayotl, genealogía de los nobles

Pero, si se ubican en precedencia, adoptan la característica gramatical de su incorporación;


por ejemplo:

Nelwayotl, raíz, fundamento + Kishtia, arrancar = Nelwayokishtia, arrancar una raíz


Machiyotl, ejemplo + Kan, sufijo locativo = Machiyokan, allí donde alguien da un buen
ejemplo

Observaciones: no hay que confundir los sustantivos en Yo’ con la posesión de abstractos
en Yotl, como Iyolkayo, su alimentación.

Si el sustantivo de transición adquiere un sentido diferente del término de origen, no crea su


abstracto. Por ejemplo: Siwatl, mujer, crea al sustantivo de posesión Siwayo’, secreción
femenina, de donde deriva el abstracto Siwayotl, matriz, vagina, vulva. Debido a que la forma
en Yotl tiene un sentido tan específico, el concepto de feminidad se dice en este caso con el
adjetivo Siwatik.
18.3 Alcance
Por su alcance, este proceso crea dos tipos de abstractos:

1. Integrales, los que abstraen íntegramente el sentido del término de origen o lo emplean como
metáfora de condición; por ejemplo:

Chichi, perro > Chichiyotl, canino


Tsontetl, rebelde > Tsonteyotl, oposición
Tomitl, pelo, lana > Tomiyotl, vellosidad
Yektli, algo correcto > Yekyotl, bondad, buen humor, serenidad
Shonewatl, cáscara de grano > Shonewayotl, callosidad
Konetl, niño pequeño > Kokoneyotl, puerilidad, infantilismo

2. Parciales, los que abstraen una de las cualidades o propiedades del término, que puede ser:

a) Literal, como en:

Neuktli, miel > Neukyotl, jugo, olor


Kuau’tli, águila > Kuau’yotl, valor
Teuktli, señor > Teukyotl, rango, dignidad
Koatl, invitado > Koayotl = Kowayotl, banquete

b) Alegórica, como:

Tentli, labio > Tenyotl, fama


Chawatl, concubina > Chawayotl, celos
Kuau’tsontli, penacho de plumas, fronda de árbol > Kuau’tsonyotl, linaje
Shokotl, fruta > Shokoyotl, hijo menor

El término resultante puede compartir sentidos total y parcial, literal y alegórico. Por ejemplo,
Nakayotl (de Nakatl, carne) tiene el sentido total y literal de carnalidad, y los parciales y
alegóricos de condición humana y mortalidad.

18.4 Origen

Los abstractos nominales se originan en términos de cualquier propiedad gramatical, como:


1. Sustantivos, tanto en afijación directa, según vimos en los ejemplos anteriores, como a través
de otros sufijos nominales; por ejemplo:

Ni, sufijo personal > Tlamatini, sabio > Tlamatiniyotl, doctrina


Tontli, sufijo calificativo > Telpokapiltontli, joven > Telpokapiltoyotl, juventud
Katl, sufijo gentilicio > Meshi’katl, de la etnia mexica > Meshi’kayotl, lo propio de los
mexicas
Katl, sufijo gentilicio > Anawakatl, oriundo de Anahuac > Anawakayotl, relativo a
Anahuac
E’, sufijo de posesión + Wa’, sufijo de posesión > Topolewa’, que tiene pene >
Topolewayotl, la piel del pene

2. Adverbios; por ejemplo:

Nen, en vano > Nenyotl, inutilidad


Weli, posible > Weliyotl, potencia, poder
Sentlani, abajo > Sentlaniotl = Sentlaniyotl, profundidad
Nowian = Nowiyan, en todas partes > Nowianyotl, absoluto

En particular, se prestan a la formación de abstractos los adverbios formados con los sufijos
Ka, Tika, como:

Yu’ka, como > Yu’kayotl, materia, forma, modo


Owika, con dificultad > Owikayotl, difícil, peligroso, pesado
Tlapeu’ka, manifiesto > Tlapeu’kayotl, elemento, principio
Masitika, algo entero > Masitikayotl, entero, completo, total
Kakistika, comprensible > Kakistikayotl, comprensión
Neuktika, con miel > Neuktikayotl, dulzura

3. Verbos. Como estudiaremos en el próximo capítulo, los verbos se abstraen mediante el sufijo
Istli, pero también pueden hacerlo en Yotl, sobre todo los verbos en Ka, o a través del infijo
Ka. Por ejemplo:

Wiwishka, temblar > Wiwishkayotl, temblor


Kuau’tika, ser alejado o distanciado > Kuau’tikayotl, estatura
Kalkawa, cambiar de lugar > Kalkayotl, distancia
Kochi, dormir > Kochkayotl, sueño

4. Ocasionalmente, los adjetivos también adquieren este sufijo, como en:

Wei, grande, largo > Weiyotl, grandeza


Tepito = Tepiton, pequeño > Tepitoyotl = Tepitonyotl, pequeñez
Masosotlak, perezoso > Masosotlakyotl, pereza
18.5 Eufonía
El sufijo Yotl se aplica en forma íntegra cuando el radical termina en vocal, excepto I, o en
consonante oclusiva; como ya estudiamos, en los demás casos se eufoniza. Tal fenómeno es de
dos tipos:

1. Por elisión. En los radicales terminados en I, el sufijo sufre opcionalmente aféresis de la Y;


por ejemplo:

I’itl, respiración > I’iyotl = I’iotl, aliento


Tisitl, médico > Tisiyotl = Tisiotl, medicina
Owitl, camino > Owiyotl = Owiotl, relativo a los caminos
O’mitl, hueso > O’miyotl = O’miotl, relativo a los huesos
Pati, reemplazar, compensar > Patiyotl = Patiotl, precio, paga, salario
Tekitl, trabajo > Tekiyotl = Tekiotl, impuesto en trabajo

Esta I puede marcar diferencia semántica. Así, el adverbio Achi, poco, pequeño, da origen al
sustantivo Achtli, una semilla, de donde derivan dos abstractos: Achyotl, semillas, granos, y
Achiyotl = Achiotl, cierta semilla colorante y el colorante de ella extraído.

Observación: no hay que confundir los radicales en I con los que adquieren el interfijo I, que se
elide en composición; por ejemplo: Tokaitl, nombre > Tokayotl, renombre, honor.

2. Por adopción de sonido. Se distinguen dos casos:

a) Mutación de la Y en L, en radicales en L como:

Masewalli, persona común > Masewallotl, vasallaje


Nawalli, sabio, brujo > Nawallotl, sabiduría, brujería
Elli, ánimo > Ellotl, diligencia, actividad
Tlawilli, luz > Tlawillotl, claridad
Yowalli, noche > Yowallotl, oscuridad
Tlalli, tierra > Tallotl, materia, cuerpo físico

b) Mutación de la Y en aspirada, en radicales en aspirado como:

Okichtli, varón > Okichchotl, masculinidad


Telpochtli, niño > Telpochchotl, infancia
Ishtli, vista > Ishshotl, prudencia, moderación
Tsotsokatewitsti, ser pobre > Tsotsokatewitstsotl, pobreza
Welitis, poderoso, poderosamente > Welitissotl, poder, posibilidad
18.6 Sentidos derivados
El sufijo Yotl no sólo abstrae, también comunica sentidos derivados de una abstracción, de
donde resultan tres tipos de términos:

1. Cuantificadores, cuando el sufijo indica cantidades indefinidas de seres impersonales,


selección, distribución, pluralización, ubicación, recurrencia y composición. Por ejemplo:

Kechkuau’tli, cuello > Kechkuau’yotl, las vértebras cervicales


A’mo, no + Yu’ka, como > A’yu’kayotl, malas acciones
A’panekatl, persona vestida > A’panekayotl, ornamentos del guerrero
Nawi, cuatro > Nau’yotl, el cuarto
Se, uno + Shiu’tika, con edad > Sesiu’tikayotl, de solo un año
Pilwa’, que tiene hijos + Ka > Pilwakayotl, paternidad de varios hijos

2. Cualidades divinas, sacramentales o míticas, pues el ámbito divino supone una abstracción;
por ejemplo:

Kuikatl, canción > Kuikayotl, himno sagrado


Tepetl, montaña > Tepeyotl, la imagen de una montaña, cierto tipo de estatuilla votiva
Ewilia, entonar un canto ritual = Ewillotl, figurilla funeraria de madera de pino
Aposonalli, espuma del agua > Aposonallotl, espuma del agua, nombre divino
Tlalokan, lugar de Tlalok, dios de la lluvia > Tlalokayotl, viento del este

3. Acción sostenida, como en:

Tla’tolli, palabra > Tla’tollotl, historia (lit., lo que se cuenta)


Awiaka, gustosamente > Awiakayotl, placer sostenido
Ashkan, ahora + Ka > Ashkankayotl, el momento presente
Ekamekatl, sermón > Ekamekayotl, género oratorio de largas pláticas (lit., sermón
sostenido)

18.7 Abstractos concretizados


Este sufijo también puede crear sustantivos concretos por sinonimia, como en Ekawilli =
Ekawillotl, sombra, por aglutinación, como en Nawalli, brujo + Mekayotl, continuidad =
Nawalmekayotl, linaje de brujos, o mediante tres tipos de deriva semántica:

1. Aplicativa, cuando el sufijo distingue una posesión, acepción o aplicación concreta del
sentido del término de origen; por ejemplo, el abstracto del verbo teórico Olinka, mover,
designa específicamente a las plumas que orientan el movimiento del ave: Olinkayotl, plumas
de la cola. Otros ejemplos:

Sholotl, perico amarillo > Shollotl, las plumas del perico


Setl, grasa > Seyotl, médula
Tenawa, moquear > Tenayotl, saliva
Ewatl, piel > Ewayotl, pellejo, cáscara de fruta
Kalli, casa, contenedor > Kallotl, estuche
Kakalli, casas > Kakallotl, caparazón, cáscara, concha
Chiko, contrario > Chikoyotl, malhechor
Tsoko, muy pequeño > Tsokoyotl, tamal de amaranto
Tlalwatl, nervio > Tlalwayotl, sistema nervioso
Kuilotl, palo > Kuillotl, empalizada, territorio delimitado

Este fenómeno puede ocurrir por resignificación de términos mediante aglutinación, como en:

Altepetl, ciudad + Nanyotl, maternidad = Altepenanyotl, capital


Yektli, recto + Nelwayotl, raíz > Yeknelwayotl, gran padre, fundador de un buen linaje

2. Causal, cuando el término en Yotl tiene dos acepciones: abstracta y concreta, siendo la
primera causal de la segunda; por ejemplo:

Tlaso’, raro > Tlaso’yotl, aprecio > algo caro


Chipilli, gota > Chipillotl, transparencia > cristal fino
Shiyo’, brilloso > Shiyotl, buen ejemplo > lija
Okotsotl, resina de pino > Okotsoyotl, esencia > esperma
Shochitl, flor > Shochiyotl, florido, fecundo > grasa
Nelwatl, verdad > Nelwayotl, fundamento, origen > raíz
Akatl, caña > Akayotl, relativo a la uretra > uretra o pene animal
Apan, río + Ka > Apankayotl, acuático > lo que trae el agua
Tla’tokatl, representante, vocero > Tla’to’kayotl, soberanía, patrimonio, rango > corona
real

3. Divergente, cuando el abstracto tiene dos acepciones relacionadas, por aplicaciones no


causales a partir de un sentido único del término de origen, como en:

Tlakatl, ser humano > Tlakayotl, bondad / los seres humanos


Mekatl, cuerda > Mekayotl, linaje, parentesco / cuerda de un instrumento musical
Miawatl, flor masculina del maíz > Miawayotl, estambre de cualquier flor / costado (debido
a la costumbre de bordar flores de maíz en las blusas y faldas)
Observación: no hay que confundir los casos de divergencia semántica con la homofonía. Por
ejemplo:

Atl, agua > Ayotl, sopa, es abstracto de mientras que


Ayo, raíz relativa a cosas redondas y abultadas > Ayotl, tortuga

Teshtli (con E larga), cuñado > Teshshotl, parentesco por alianza


Teshtli (con E corta), harina > Teshyotl, cierta planta

18.8 Sustantivos en Otl


No hay que confundir los abstractos nominales con sustantivos cuyo radical termina en O, sea
porque dicha vocal pertenece a la raíz, como en los monosílabos Sotl, lienzo, Shotl, pie, o
porque es residuo de algún sufijo, como en:

Oa, sufijo verbal > Tsopiloa, comer carroña > Tsopilotl, buitre
Kotstli, pierna + Ko, sufijo locativo > Kotskotl, pierna
Mo, pronombre reflexivo + I’toa, decir, cantar = Mi’totl, danza, rito
Tla, sufijo adverbial + Sowa, sangrado > Tlasotl, sangrado, picado con agujas
Ko, sufijo locativo > Tle’ko, subir > Tle’kotl, raya que dividía al estadio de pelota
Palia, frecuetado, teñir, colorear + O, sufijo pasivo > Papalotl, mariposa

Estos casos se distinguen, básicamente, porque tienen sentidos concretos; sin embargo, debido
a que los abstractos pueden concretizarse, es necesario aplicarles un análisis estructural. Son
sustantivos en Otl aquellos en que dicha terminación no está precedida de I, por lo que no se
puede tomar como reducción de Yotl, y tampoco por Y o sus eufónicas (la doble L y la doble
consonante aspirada).

Este modo de deslindar se invalida en radicales en Yo, como Koyotl, coyote. En estos, el
deslinde se establece sustituyendo el sufijo Yotl por el sufijo nominal que corresponda. Si el
resultado es un término semánticamente relacionado, entonces el término de origen es un
abstracto; por ejemplo: Meshikayotl, mexicanidad - Yotl + Tl = Meshikatl, mexicano. Pero,
si no hay una forma en Tl o no está semánticamente relacionada con la forma en Yotl, entonces
se trata de un radical en Yo. Por ejemplo, si substituimos la terminación en Yotl de Moyotl,
mosquito, por el sufijo nominal Tl, el resultado (Motl) no existe en la lengua.

La distinción es más importante en casos de homofonía, pues se pueden confundir. Por ejemplo,
la raíz Pe, relativa a recubrir, crea el abstracto Peyotl, envoltura, pericardio, capullo del gusano
de seda, homófono de Peyotl, cierto cactus alucinógeno, formado de una raíz en Yo.
Los sustantivos en Otl también pueden componer abstractos como:

Teotl, dios > Teoyotl, espiritual


Oselotl, ocelote > Oseloyotl, valor
Tsapotl, zapote > Tsapoyotl, frutal
Iknotl, huérfano > Iknoyotl, orfandad, miseria
Yaotl, enemigo > Yaoyotl, guerra

Es de notar que muchos de estos términos derivan, por pérdida del demarcativo I, de un antiguo
abstracto que, en algunos casos, todavía se puede reconstruir. En los siguientes ejemplos se
expone entre paréntesis la reconstrucción, aclarando que es teórica y que no existe o no la he
encontrado en nahuatl:

Poch, raíz relativa a cosas esponjosas > Pochotl, ceiba (Pochyotl, esponjoso)
Pin, raíz relativa a la timidez > Pinotl, extranjero (Pinyotl, timidez, condición de extranjero)
Shil, raíz relativa a lo que se abulta > Shilotl, mazorca de maíz tierna (Shilyotl, abultamiento)
Capítulo 19. Los abstractos verbales
19.1 Formación de los abstractos verbales
Los verbos dan origen a sustantivos abstractos mediante el siguiente proceso: un verbo adopta
el sufijo adjetivo Is, tornando la acción en atributo; por ejemplo: Mawi, temer > Mawis,
temible. El resultado se nominaliza en Tli: Mawistli, temor. De modo resumido, podemos decir
que estos sustantivos se forman por la incorporación del sufijo Istli. Toda nominalización de
una afijación en Is corresponde a este tipo de términos.

Con frecuencia se pierdan partes del proceso de abstracción. Por ejemplo, el sustantivo Si’tli,
abuela, evidencia un verbo teórico Si, ser abuela, que no existe o, mejor dicho, no se usa como
tal actualmente en la lengua, de donde deriva el abstracto concretizado Sistli, madre. En
cambio, el verbo Nawalwia, embrujar, da origen al sustantivo Nawalistli, brujería, sin que
exista en la lengua el adjetivo Nawalis.

Es necesario aclarar que los numerosos abstractos en Listli son producto de la afijación del
sufijo Istli a un radical en L. Por ejemplo, Masewalistli, merecimiento, se forma del radical
Masewal a través del verbo Masewaltia, ser común, merecer. No existe en la lengua el sufijo
Listli, como se suele interpretar.

Este tipo de abstracto se puede incorporar en precedencia, adoptando la característica


gramatical del término o el sufijo añadido; por ejemplo:

Yolilistli, vida + Ameyalli, fuente = Yolilisameyalli, fuente de vida


Yekawistli, conclusión + Pan, sufijo locativo = Ye’yekawispan, muy tarde en la noche

Observaciones: no hay que confundir los abstractos verbales con la nominalización de radicales
en Is, como Kikistli, trompeta, formado de Kikisoa, penetrar, frecuentado de Kisa, salir,
pasar.

19.2 La subrogación del sufijo verbal


Al incorporar el sufijo abstracto, el verbo sufre las siguientes modificaciones:

1. La terminación en A es subrogada; por ejemplo:

Kuika, cantar > Kuikistli, canto en general


Chichinaka, sufrir > Chichinakistli, sufrimiento
Ana, asir, tomar > Anistli, acto de tomar, aprisionamiento
Ochpana, barrer > Ochpanistli, barrido, limpieza
Machia, saber > Machistli, cargo, ocupación, competencia

2. La terminación I se sintetiza con el sufijo; por ejemplo:

Yoli, vivir > Yolistli, vida


Kochi, dormir > Kochistli, sueño
Siawi, cansarse > Siawistli, cansancio
Teokalmamali, consagrar un templo > Teokalmamalistli, consagración ritual

3. Los verbos cuyo radical termina en L subrogan la totalidad del sufijo verbal; por ejemplo:

Sewilti, ser o llegar a ser tierno > Sewilistli, calmado, apacible


Totonilia, calentar > Totonilistli, calor, ardor, fiebre
Kokolwia, hacer sufrir > Kokolistli, enfermedad
Yekoltia, combatir para alguien > Yekolistli, combate

19.3 Abstracción de verbos causales


Desde el punto de vista estructural, los abstractos verbales se organizan en dos grupos:

1. Primarios, cuando resultan de la afijación de un verbo no causal, como en Neki, desear >
Nekistli, deseo.

2. Secundarios, cuando el verbo que les da origen es causal. La mayor parte de los abstractos
verbales se forman así.

Los verbos causales - también llamados honoríficos, pues transfieren su acción - se forman a
partir de verbos no causales mediante la adición de los sufijos Lia, Tia, Wia. Se distinguen
dos casos:

1. En los verbos en Lia, la adición del sufijo abstracto subroga la A y sintetiza la I; por ejemplo:

Tlani, ganar > Tlanilia, ganar algo > Tlanilistli, ganancia


Sewia, calmar > Sewilia, calmar a alguien > Sewilistli, paz
Welneshilia, embellecer > Welneshilistli, belleza, elegancia
Seti, unir > Setilia, unir cosas > Setilistli, unión
Machia, ser conocido > Machilia, saber algo de alguien > Machilistli, conocimiento
2. Los verbos en Wia, Tia, se abstraen en ocasiones en forma directa, como:

Pinawia, burlar, afrontar > Pinawistli, vergüenza


Tlatsiwia, ser negligente > Tlatsiwistli, negligencia
Yopalchiwitia, certificar, asegurar algo > Yopalchiwitistli, creencia

Sin embargo, por lo general, forman el abstracto a partir de sus causales en Tilia, Wilia, los
cuales suelen producir sinónimos como:

Neltia = Neltilia, verificar > Neltilistli, verdad


Nemachtia = Nemachtilia, advertir o enseñar a alguien > Nemachtilistli, lección
Tsintia = Tsintilia, comenzar algo > Tsintilistli, principio, fundamento
Iwintia = Iwintilia, emborrachar a alguien > Iwintilistli, borrachera
Sewia = Sewilia, apaciguar a alguien > Sewilistli, calma, apaciguamiento
Tlapiwia = Tlapiwilia, aumentar > Tlapiwilistli, aumento, crecimiento

Ocasionalmente, el proceso de causación introduce matices semánticos que no afectan a la


formación del abstracto; por ejemplo:

Elewia, desear o codiciar vivamente algo > Elewilia, desear algo para alguien > Elwwilistli,
gran deseo o codicia
Tlawia, encender una antorcha > Tlawilia, iluminar > Tlawilistli, iluminación

En caso de que el verbo primario tenga abstracto, la afijación causal suele dar origen a
sinónimos como:

Kaki, escuchar > Kakistli = Kakistilistli (de Kakistilia, expuesto), sonido


Yoli, vivir > Yolistli = Yolilistli (de Yoliltia, dar vida), vida
Miki, morir > Mikistli = Mikilistli (de Mikiltia, matar), muerte
Poliwi, perder > Poliwistli = Poliwilistli (de Poliwilia, teórico), pérdida, fin, desaparición

Sin embargo, en ocasiones, introduce algún matiz semántico; así, Choka, llorar, produce el
abstracto primario Chokistli, lágrimas, el acto de llorar, y el secundario Chokilistli, llanto,
queja, a través de su causal Chokilia, llorar por alguien.
19.4 Abstracción de verbos impersonales
Los verbos en Oa, Owa, no se abstraen directamente, sino a través de sus pasivos en Lo, que
subroga la última sílaba del sufijo verbal y, a su vez, pierde la O frente al sufijo abstracto;
por ejemplo:

Tla’toa, hablar > Tla’tolo, hablado, designado > Tla’tolistli, lenguaje


Aukchoa, estornudar > Aukcholo, estornudado > Aukcholistli, estornudo
Ishtoshoa, velar > Ishtosholo, velado > Ishtosolistli, velación
Tle’kowa, se sube > Tle’kolo, subido > Tel’kolistli, ascenso
Kuikoanowa, cantar y danzar > Kuikoanolo, cantado y danzado > Kuikoanolistli, canto y
danza

Si la reducción del sufijo verbal afecta la comprensión, se conserva en su totalidad, pero se


sigue subrogando la O del sufijo pasivo; por ejemplo:

Tlasoa, amar > Tlasoalo, amado > Tlasoalistli, amor


Tlapoa, contar > Tlapoalo, leído, cantado > Tlapoalistli, cálculo, enumeración
Tonalpoa, adivinar > Tonalpoalo, adivinado > Tonalpoalistli, adivinación
Metollowa, ser corroído o desgastado > Metollolo, corroído, desgastado > Metollowalistli,
corrosión, desgaste
Nemoa = Nemowa, se vive > Nemoalo = Nemowalo, vivo > Nemoalistli = Nemowalistli,
vivienda

19.5 Abstractos concretizados


Debido a que nominaliza cualidades, el sufijo Istli supone un estado de abstracción superior al
sufijo Yotl, que nominaliza posesiones; por eso, los abstractos verbales no son tan propensos
a crear sustantivos concretos como los nominales. Aún así, pueden originarlos de tres modos:
por aplicación, deriva causal e incorporación.

1. La aplicación ocurre cuando el sufijo abstracto aplica en forma concreta el sentido del verbo,
como en:

Titlani, enviar mensaje > Titlanistli, embajada, mensaje


Chachalaka, parlotear > Chachalakistli, murmullo
Tlatlasi, toser > Tlatlashistli (por Tlatlasistli), toz
Te’toltia, preguntar, objetar > Te’tolistli, respuesta, objeción
Atonawi, tener fiebre > Atonawistli, fiebre
2. La deriva causal ocurre cuando el sentido abstracto da origen al concreto, manteniéndose
ambos como acepciones del término; por ejemplo:

Sekuistli, frialdad > cerro, volcán


Atlilistli, acción de beber > bebida
Tlawistli, alarde > insignia de guerra
Kuikatilistli, acción de cantar > himno sagrado
Aishmanilistli, nivel del agua > superficie horizontal
Masewalistli, merecimiento espiritual > danza ritual
Wewetilistli, vejez, edad > ciclo calendárico de 104 años
Makistli, nobleza, preciosidad > brazalete, ajorca
Tealtilistli, purificación religiosa > baño ritual
Kuappatolistli, acción de jugar con fichas > juego de ajedrez

3. Por lo general, cuando se incorpora, el abstracto verbal mantiene su sentido abstracto;


por ejemplo:

Kualli, bueno + Nemilistli, vida = Kualnemilistli, santidad


On, partícula vinculativa + Tlamatilistli, conocimiento = Ontlamatilistli, juicio, razón
Nenamiktilistli, matrimonio + Nemilistli, vida = Nenamiktilisnemilistli, vida conyugal
Wel, bien + Tla’tolistli, lenguaje = Wella’tolistli, palabra fácil, elegante

Sin embargo, la incorporación de sentidos concretos puede transformarlos en sustantivos


concretos, como en:

Sen, uno + Yelistli, estado, naturaleza = Senyelistli, familia, hogar


Semlwitl, un día + Ne’nemilistli, marcha = Semilwine’nemilistli, un día de camino
Te, pronombre impersonal + Koatl, serpiente + Kualistli, mordida = Tekoakualistli,
mordida de serpiente

19.6 El hiperabstracto
Ambos sufijos abstractos, Yotl e Istli, se pueden unir en un hiperabstracto de dos modos:

1. Por adopción del sufijo Yotl. En estos casos, Istli pierde el sufijo nominal y la S resultante
eufoniza la Y de Yotl; por ejemplo: Chiawi, engrasar > Chiawistli, líquidos del cuerpo >
Chiawissotl, grasa.
A veces, este hiperabstracto crea sinónimos como:

A’welitilistli = A’welitilissotl, imposibilidad, impotencia


Kuenchiwalistli = Kuenchiwalissotl, agricultura
Tetekilistli = Tetekilissotl, divulgación, exposición

Otras veces, introduce matices semánticos, generalmente para concretar; por ejemplo:

Yelistli, estado, naturaleza > Yelissotl, comportamiento


Pakkanemilistli, paz > Pakkanemilissotl, vida apacible
Chiawistli, los humores del cuerpo > Chiawissotl, grasa
Tsonkisalistli, salida > Tsonkisalissotl, el término de la vida

2. Por adopción del sufijo Istli. En estos casos, el nexo se establece a través del interfijo Ti,
para evitar el hiato Oi. Por ejemplo: Yolli, vida > Yollotl, corazón > Yollotilistli, coraje,
fidelidad.

Este fenómeno puede crear sinónimos como:

Tlamawissotl = Tlamawissotilistli, dignidad, excepción, privilegio


Teotlaneskayotl = Teotlaneskayotilistli, secreto o misterio religioso
Temachiyotl = Temachiyotilistli, modelo de virtud, buen ejemplo

Pero, generalmente, introduce un matiz semántico que abstrae; por ejemplo:

Ishpopoyotl, ciego > Ishpopoyotilistli, ceguera


Tetlallotl, tierra extranjera > Tetlallotilistli, alejamiento, separación
Tlamekayotl, cordón, trenza > Tlamekayotilistli, acción de atar con cordones, tensar un
arco, enhebrar aguja
Te + Tsoyotl, fundamento > Tetsoyotilistli, reconocimiento de la deuda
Capítulo 20. Los sustantivos titulares
20.1 Sufijos gentilicios
Hay dos tipos de sufijos que transforman a los sustantivos en títulos: los gentilicios y los
entitivos. Por lo general, el resultado es un sustantivo personal, aunque también pueden crear
impersonales.

Los sufijos gentilicios se añaden a términos de cualquier característica gramatical para indicar
nombre, profesión o pertenencia grupal. Tienen cuatro variantes:

1. Katl, formado por la nominalización del verbo Ka’, ser, se une a radicales abiertos y
cerrados para formar títulos de pertenencia, como Meshikatl, mexicano, y también sustantivos
comunes como Akalteskatl, espejo cóncavo.

2. Ekatl, formado por el añadido del sufijo Katl a sustantivos formados por el sufijo de
posesión E’, indica al que posee lo que significa el radical, como en Tlappanekatl =
Tlapanekatl, guerrerense (de Tlappane’, el del este).

3. Tekatl, formado por la unión del pronombre Te, relativo a personas, al sufijo Katl, se añade
a radicales abiertos y cerrados para indicar profesión o pertenencia, como en Pochtekatl,
mercader (de Pochotl, ceiba). Este sufijo funciona con independencia en el término Tekatl,
alguien.

4. Tlakatl, formado por la unión del prefijo adverbial Tla al sufijo Katl, se une a radicales
abiertos y cerrados para formar títulos como Altepetlakatl, ciudadano, oriundo (de Altepetl,
ciudad). También funciona con independencia en el término Tlakatl, ser humano.

Al incorporarse, estas variantes pierden el sufijo nominal absoluto, manteniendo su radical;


por ejemplo:

Toltekatl, persona culta + Tsin, sufijo evaluativo = Toltekatsin, respetable tolteca


Miktekatl, morador de la muerte + Siwatl, señora = Miktekasiwatl, señora de los muertos,
nombre divino

Como estudiaremos con más detalle en el capítulo 25, los sufijos gentilicios hacen el plural,
sustituyendo al sufijo nominal absoluto por el saltillo; por ejemplo:

Asteka’, aztecas
Meshika’, mexicas
Observación: no hay que confundir la forma plural del sufijo gentilicio con los verbos en Ka,
Eka y Teka, como:

Teka, extender
Popoka, humear, fumar
Tlae’eka, soplar el viento
Kowateka, celebrar un banquete

20.2 Funciones de los gentilicios


Desde el punto de vista semántico, los sustantivos gentilicios se dividen en tres grupos:

1. Nombres propios como:

Pa’tli, medicina > Patecatl = Pa’tekatl, el de la medicina, deidad


Panolo, navegante > Panotekatl = Pantekatl, navegante, deidad del pulque
Iwintitl, borracho > Iwintekatl, el de la borrachera, personificación de los hongos
psicoactivos
Teku’tli, señor + Sistli, caracol marino > Teksistekatl = Teku’sistekatl, el señor del
caracol marino, héroe mítico

2. Títulos descriptivos, honoríficos o profesionales como:

Tollan, capital > Toltekatl, persona culta, capitalino


Tentli, labios + Toltekatl = Tentoltekatl, orador hábil
Milpane’, dueño de un terreno > Milpanekatl, labrador
Koatl, serpiente > Koatekatl, señor serpiente, grado militar
Koskapana, relacionarse con collares > Koskapantlakatl, comerciante de joyas

3. Títulos de locación como:

Anawak, Mesoamérica > Anawakatl, mesoamericano


Atlan, lugar blanco, lugar mítico > Astekatl, oriundo de Astlan
Tetl, piedra + Nochtli, nopal > Tenochkatl, morador de Tenochtitlan
Chinampa, cesta o tierra de labranza > Chinantekatl, morador de la zona de las chinampas

En ocasiones, un gentilicio genera o comparte una acepción nominal o titular; por ejemplo:

Totonakapan, hacia tierra caliente > Totonakatl, veracruzano > costeño


Amantli, arte plumario > Amantekatl, oriundo del barrio de Amantla > artista de la pluma
Shilotl, mazorca + Tepetl, montaña > Shilotepekatl, oriundo de Jilotepec > mayordomo de
un calpuli

20.3 Deslindando el sufijo gentilicio


Debido a que las terminaciones Ka, Eka, son comunes en los radicales, hay términos que
adoptan la apariencia de un gentilicio, como:

Yekatl, agua pura (de Yektli, correcto + Atl, agua)


Shokomekatl, parra (de Shokotl, fruta + Mekatl, cuerda)
Kalmekatl, monasterio (lit., celdas en hilera, de Kalli, celda + Mekatl, continuidad)
Sowae’ekatl, mujer de viento¹ (es decir, fantasma, de Sowatl, mujer + E’ekatl, viento)
1 Un ser mítico conocido como “la llorona”.

La semejanza se acentúa en la nominalización de radicales en Teka, Tlaka, o la adición del


sufijo Katl a radicales en Te, Tla, como:

Istlakati, mentir > Istlakatl, mentira


Nekok, a ambos lados + Tente, raíz relativa a lo que tiene forma curva > Nekoktentekatl,
riñones

Estos casos se prestan a confusión. El deslinde básico se establece por su función: si un término
en Katl, Ekatl, Tekatl o Tlakatl funciona como título, tiene un sufijo gentilicio; si no se emplea
como título, es posible que el parecido sea accidental. Por ejemplo, Shochtekatl =
Shochitekatl, morador de Xochitlan, es un gentilicio, de modo que su radical es Sochi. Pero
Shochimekatl, guirnalda, no es gentilicio, por lo que la terminación Eka se debe interpretar
en principio como parte del radical Shochimeka (de Shochitl, flor + Mekatl, cuerda). Para
un deslinde más profundo, es necesario un análisis etimológico.

En ocasiones, la traducción incorrecta da origen a hipótesis fantasiosas. Por ejemplo,


popularmente se traduce Chichimekatl como hombre perro, al derivarlo de Chichi, perro, una
etimología que no explica la presencia de la M en el radical. También se vierte como hombre
rojo, al componerlo con Chichiltik, rojo, lo que deja sin explicar tanto la presencia de la M
como la omisión de la L². A fin de explicar la M, algunos lo componen con Mekatl, cuerda,
anulando la condición de gentilicio y generando las erróneas traducciones “cuerda de perro”
y “mecate rojo”.
2 Los conceptos hombre perro y hombre rojo se dicen,
respectivamente, Chichitlakatl y Chichiltlakatl. Sus
gentilicios son Chichikatl y Chichiltekatl.
Si abstraemos el sufijo gentilicio Ekatl, resulta más fácil comprender el radical Chichim. A
primera vista se nota que es un frecuentado de la raíz Chin, relativa a los tejidos de fibra vegetal
y origen de términos como:

Chinampa, cesta para cultivo


Chimalli, escudo tejido
Chinamitl, enramada
Chinanyo’, caña de maíz

Este frecuentado adopta el sufijo de posesión E’, resultando Chichime’, poseedor de ropas
rústicas, y luego el sufijo Katl para hacer el gentilicio Chichimekatl, persona rústica. Una
prueba de esta etimología es que, según los informantes de Sahagún, este gentilicio es la
abreviación de Sakachichimeka’ (con Sakatl, hierba), los de los tejidos de hierba. De ahí que
el jeroglífico de la etnia chichimeca fuera un escudo tejido o una falda de hierbas.

Otro término que se presta a confusión es Olmekatl, interpretado generalmente como


composición de Mekatl. Como título, Olmekatl posee el sufijo gentilicio Ekatl, de modo que
su radical es Olm. Su etimología se deduce del siguiente reporte de Sahagún:

“(Los sacerdotes de la diosa Wishtosiwatl, señora de la sal) pintaban su rostro de azul (con
resina), a la manera de los olmecas.” (Códice Florentino)

Puesto que la raíz de resina es Ol, se deslinda el componente M, apócope de Me’. Para
entenderlo, podemos aprovechar gentilicios de estructura similar, como Akolmekatl, morador
de Acolman, o Chalmekatl, morador de Chalman. Tanto Akolman como Chalman se
componen con el verbo Mantiu’, extender. Al incorporar el sufijo posesivo E’, el componente
Man se apocopa, quedando en Me’, tras lo cual pierde el saltillo para adoptar el sufijo Katl.
Del mismo modo, Olmekatl se forma de Olli, resina + Mantiu’ en su segunda acepción: llevar
una insignia o marca. Prueba de ello es que, en los libros de los mayas del sur, los olmecas son
llamados Olman, un préstamo del nahuatl que pierde el sufijo gentilicio y, en consecuencia,
mantiene íntegro el radical del verbo. De modo que la correcta traducción de Omekatl es
persona pintada o marcada con resina.

20.4 Entitivos en Ni
Otro modo de crear sustantivos titulares, es añadiendo al verbo los sufijos entitivos Ni, Ki, Ti’,
que aluden al actor. El resultado es una forma similar al participio activo del español.

El sufijo Ni deriva del sufijo verbal Ni, pero no se debe interpretar como un uso nominal de los
verbos en Ni, pues los verbos en Ni, si bien, ocasionalmente, hacen el entitivo en Ni, como
Soloni, ir con ímpetu > Solonini, impetuoso, rápido, por lo general lo hacen mediante el
absoluto Tl, como en Titlani, enviar un mensaje > Titlanitl, mensajero, o el entitivo Ki, como
Semani, ser simple, entero > Semanki, continuo, seguido.

El sufijo entitivo Ni se une a los sufijos verbales, después de vocal, para formar tres tipos de
sustantivos:

1. Personales, los que describen a un actor personal, funcionando como sujetos, tal como hace
Namakani, vendedor, en la frase Ashkan namakani a’mo wallau’, el vendedor no vendrá
hoy. Otros ejemplos:

E’ko, llegar > Ekoni, inmigrante


Kuika, cantar > Kuikani, cantor
Tla’toa, hablar > Tla’toani, orador
Melawa, ser recto, cierto > Melawani, testigo
Te, pronombre impersonal + Machtia > Temachtiani, maestro, misionero
Kalmana, construir casas > Kalmanani, arquitecto
Mo, se + Yokoya, inventar, crear = Moyokoyani, el que a se inventa o crea a sí mismo,
nombre divino
Tewia, pulir una piedra preciosa > Tewiwani, creador (lit., tallador de piedras)
nombre divino

2. Calificativos. Por lo general, estos también son personales y tienen doble función, sustantiva
y adjetiva. Por ejemplo, Namakoni, vendible, tiene función nominal en la frase Inin senka
namakoni, eso es todo lo vendible, pero califica en Inin kamitl namakoni, ese vestido está a
la venta. Otros ejemplos:

Tsitskia, asir, sostener, tocar > Tsitskiloni, tangible, asible


Nea’mowia, enjabonar > Nea’mowiani, jabonoso
Shochyowa, tener flores > Shochyowani, florido
A’mo, no + I’tolo, dicho > Ai’toloni, indecible

3. Impersonales, los que describen a un actor impersonal, sea animal u objeto, como:

Shalkuani, cierto pato (lit., comedor de arena)


Nelpiloni, cinturón
Neishimachoni, espejo

Si no afecta a la comprensión, el sufijo Ni puede subrogar al sufijo verbal, como en Popoloka,


hablar mal, hablar lengua extranjera > Popoloni, gago, extranjero; e incluso puede apocopar
al radical, como en Yau’, ir > Yani, viajero, el que va habitualmente.

Observación: no hay que confundir los sustantivos en Ni con los adverbios en Ni, como
Sekni, en un lugar, ni con los verbos en Ni, como Kateikniu’tlani, tener paz con todos.
20.5 Entitivos en Ki
El sufijo entitivo Ki deriva del sufijo verbal Ki. No es un caso de uso nominal del verbo, pues
los verbos en Ki hacen hacen el entitivo en Ni, como Kochmiki, dormir profundamente >
Kochmikini, durmiente, dormilón. Este sufijo se añade a radicales verbales en N, W y
aspirados para formar sustantivos como:

Ana, cazar > Anki, cazador


Yakana, guiar > Yakanki, líder, capitán
Pilini, inclinarse > Pilinki, que tiene un mechón de cabellos sobre la oreja
Yaotl, guerra + Kisa, arrojarse > Yaokiski, guerrero
Tla, prefijo modal + Makasi, dar > Tlamakaski, sacerdote auxiliar
Teotl, divino + Pishka, recoger > Teopishki, sacerdote auxiliar

En los casos de verbos en Wa, Wi, este sufijo elide la vocal, por lo que restablece el sonido de
la raíz, terminada en U’; por ejemplo:

Tlatlawi, ser rojo, sonrojarse > Tlatlau’ki, el rojo, nombre divino


Matlatla’paliwi, ser diestro > Matlatla’paliu’ki, ambidextro
Tonalli, día + Powa, contar > Tonalpou’ki, cronólogo, astrónomo
Koyolli, cascabel + Shawa, decorarse > Koyolshau’ki, decorada con cascabeles

Este sufijo también puede formar sustantivos no personales en los que describe una cualidad o
característica; por ejemplo:

Koliwi, curvarse > Koliu’ki, algo curvo


Keloni, dislocarse un hueso > Kelonki, hueso dislocado

Tal como ocurre con los entitivos en Ni, los que adoptan el sufijo Ki puede funcionar como
adjetivos sin perder su carácter nominal; por ejemplo, Yokoshki, pacífico, de buena apariencia
(de Yokosh, concebir, crear), asume la acción en Ye’watl yokoshki, ella tiene agradable
presencia, y califica en Yokoshki siwakonetl, una niña dulce.

Hay verbos que admiten ambos sufijos: Ki y Ni, generando sinónimos como:

Choloa, huir > Cholo’ki = Choloani, fugitivo


Kalketsa, levantar una casa > Kalketsani > Kalketski, albañil
Aketsa, preparar cacao > Aketsani = Aketski, quien prepara cacao
Kakawachiwa, preparar cacao > Kakawachiwani = Kakawachiu’ki, quien prepara cacao
Estos sufijos también pueden desarrollar dos acepciones de un verbo, como Awilnemi,
entregarse al placer, perder el tiempo > Awilnemini, vicioso, carnal / Awilnenki, ocioso.
También pueden introducir matices semánticos como:

Polaki, bucear > Polakki, sumergido / Polakini, buzo


Shima, pelar, tallar > Tlashinki, carpintero / Tlashimani, tallador, escultor

20.6 Entitivos en Ti’


El sufijo entitivo Ti’ deriva del sufijo verbal Tia. Estos casos no se pueden entender como un
uso nominal de verbos en Ti, ya que estos hacen el entitivo en Ni; por ejemplo:

Pa’ti, curar > Pa’tini, médico


Tlamati, estar avisado > Tlamatini, sabio
Shiu’ishimati, conocer de plantas > Shiu’ishimatini, botánico

El sufijo entitivo Ti’ se añade a radicales verbales en vocal y consonante para indicar al que
cumple la acción; por ejemplo:

Walmayalo, lanzado > Walmayalti’, fugitivo


Tekollalia, hacer carbón > Tekollati’, carbonero
Namikia, casarse > Monamikti’, casado
Atekia, asperjar > Tlaateki’, el que riega un campo o jardín
Ishmau’ti, ser estimado > Teishmamau’ti’, persona autorizada

En los verbos en Ti, Tia, el entitivo Ti’, subroga el sufijo verbal; por ejemplo:

Tlanawatia, dar órdenes > Tlanawati’, gobernante


Mo, se + Machtia, instruir > Momachti’, estudiante
Tla’siwitia, solicitar, incitar > Tla’siwiti’, mendigo
Chimaltia, servirse de un escudo > Chimalti’, escudero

Tal como ocurre con los entitivos en Ni y Ki, los que se forman a partir del sufijo Ti’ pueden
funcionar como adjetivos; por ejemplo:

A’tlamati, ser imprudente > A’tlamati’, despreocupado


Mawilia, alegrarse > Mawilti’, alegre, risueño
Motsoli, aferrar > Motsolti’, avaro, perezoso
Akki, que poenetra > Akki’, pequeño
Ocasionalmente, este sufijo no designa al actor, sino a la obra, como en Temamau’ti’,
hechiceria (lit., cosa que espanta, de Te, prefijo relativo a la gente + Mau’ka, con miedo).

Estos sustantivos admiten reforzamiento mediante la adición del entitivo Ki, produciendo
sinónimos como:

Istatlati’ = Istatlati’ki, el que prepara la sal


Mochimalkalti’ = Mochimalkalti’ki, armado con un escudo
Momachti’ = Momachti’ki, estudiante
Capítulo 21. Los sustantivos de posesión
21.1 Sufijos de posesión
Los sustantivos también se pueden formar por la adición a términos de cualquier característica
gramatical de los sufijos Yo’, E’, Wa’, que indican la posesión de objetos o cualidades. Aunque
estos sufijos describen al posesor y no a lo poseído, sustituyen eficientemente a los verbos de
posesión, razón por la cual, estos se usan poco en la lengua.

Es preferible traducir estas posesiones mediante los verbos “tener”, “haber”, “portar”, “estar”,
etcétera, que en forma literal. Por ejemplo, la traducción literal de O’onkashua’ es: ellos son
dueños de vasos de dos en dos, pero el sentido es: cada uno de ellos tiene dos vasos (de O’ome,
de dos en dos + Kashitl, vaso + Wa’).

Debido a que reflejan el resultado de una acción, los sustantivos formados con estos sufijos se
pueden conjugar, como en Nikakake’, tengo zapatos (lit., yo soy dueño de unos zapatos).

Y, como esa posesión dota de atributo al posesor, también pueden funcionar como adjetivos,
razón por la cual, generlamente, se les califica como tales; por ejemplo: Ayashkanyo’, lento,
flemático.

La conjugación y la función atributiva se pueden unir, como en Titlatkiwa’, tú eres rico (lit.,
tú posees riquezas).

Los sufijos de posesión pueden sustituir al pronombre posesivo en ciertas composiciones; así,
el título de la diosa de la bóveda celeste, Sitlalikue, su falda de estrellas, formado con el
pronombre I, suyo, tiene una forma alterna en E’: Sitlalkueye’, dueña de la falda de estrellas.

21.2 El posesivo E’
El sufijo E’ se aplica a términos de cualquier característica gramatical para indicar posesión
por parte de una persona o un ser impersonal que se personaliza con ello, como en Tlalli, tierra
> Tlale’, terrateniente.

Para evitar hiatos, este sufijo se aplica a radicales abiertos a través de una I demarcativa que se
torna semiconsonante, como en:

Kueye’, que tiene falda


Tokaye’, persona ilustre (lit., que tiene nombre)
Por el contrario, los radicales formados con la I demarcativa la eliden a opción; por ejemplo:

Maitl, mano > Mae’ = Maye’, que tiene manos


Kamatl, boca > Kamae’ = Kamaye’, que tiene una boca

En cuanto a, los radicales terminados en I no demarcativa, la eliden por regla; por ejemplo:

I’titl, vientre > I’te’, ventrudo


Chichi, perro > Chiche’, entrenador de perros

También para evitar hiatos, este sufijo se aplica preferentemente a radicales cerrados,
describiendo dos tipos de posesión:

1. De cosas concretas como:

Sentli, maíz > Sene’, que tiene un sembrado de maíz


Wau’tli, amaranto > Wawe’, que posee amaranto
Nantli, madre > Nane’, hijo de la mama (que tiene madre)
Kolli, abuelo > Kole’, nieto (que tiene abuelo)
Chantli, hogar > Chane’, morador de un lugar o casa
Tlachiwalli, obra > Tlachiwale’, creador de todo (lit., dueño de la creación, nombre divino)

2. De cualidades. En estos casos, el sufijo adquiere una función adjetiva capaz de afectar a otros
sustantivos; por ejemplo:

Tentli, mentón, punta > Tene’, agudo, que tiene punta


Kokolli, mal, enojo > Kokole’, colérico, irritable
Nankilli, respuesta, ayuda > Nankile’, auxiliador

Muchos casos de posesión de cualidades se forman a partir de sustantivos abstractos de origen


verbal, como:

Machistli, conocimiento > Machise’, sabio


Tlaso’tlalistli, amor > Tlaso’tlalise’, amante, amoroso

Con frecuencia, este sufijo expresa la posesión, tanto del objeto como de la cualidad derivada;
por ejemplo:

A’astli, pluma > A’ase’, ave, protector


Tlilli, color negro > Tlile’, persona negra (es decir, que posee la tinta), sabio
Pantli, bandera > Pane’, abanderado, representante
Nawalli, nagual > Nawale’, que tiene nagual, que tiene poder
Cuando se antepone a los sustantivos en E’ el vetativo A’mo, no, la posesión se transforma en
carencia o en una cualidad negativa; por ejemplo:

A’mo + Namiktli, matrimonio > A’namike’, célibe


A’mo + Semelli, tranquilidad, alegría > A’semele’, disparejo

Este sufijo propicia la creación de títulos como:

Topilli, bastón > Topile’, juez, que tiene un bastón


Tlachiwalli, creación > Tlachiwale’, señor de todo, nombre divino
Yakatewa, ir de camino > Yake’, mercaderes en el extranjero
Sentsontli, cuatrocientos > Sentsontle’, cierto pájaro (lit., que tiene cuatrocientas [voces])
Tlaketsalli, historia > Tlaketsale’, contador de historias, que tiene historias
Koyotl, coyote + Nawalli, doble > Koyonawale’, que tiene un nagual coyote, que se
transforma en coyote

Ocasionalmente, este sufijo se aplica a adverbios a los que transforma en sustantivos


gramaticales, aunque pueden seguir funcionando como adverbios; por ejemplo:

Mochi, todo > Moche’, todos


Kuel, ya > Kuele’, ya que, por otra parte
Mostla, mañana, frecuentado > Momostlae’, cotidianamente
Tlok, con, Nawak, junto > Tloke’ Nawake’, dueño del cerca y el junto, nombre divino

También puede unirse a verbos causales como:

Kuau’tia, honrar como águila > Kuau’te’, guerrero águila


Oselotia, honrar como ocelote > Oselote’, guerrero ocelote

Observación: no hay que confundir la aplicación del sufijo E’ con los radicales en E que hacen
el plural mediante saltillo, como:

Tetepe’, cerros
Tlameme’, cargadores
Kokone’, niños

Tampoco con la aplicación del plural Ke’, como en:

Wewetke’, viejos
Anamakake’, aguadores
21.3 El posesivo Wa’
El sufijo Wa’ significa lo mismo que E’, formando sinónimos como:

Kale’ = Kalwa’, casero, dueño de una casa


Chiche’ = Chichiwa’, dueño de perros
Amoshe’ = Amoshwa’, que tiene libros

De hecho, ambos sufijos pueden alternar con el mismo sentido en difrasismos como Ilwikawa’
Tlaltikpakke’, señor del cielo y de la tierra, nombre divino (de Ilwikatl, cielo, Tlaltikpak,
sobre la tierra).

Este sufijo se añade sobre todo a sustantivos de radical abierto para indicar que alguien o algo
posee a alguien o algo; por ejemplo: Atl, agua > Awa’, dueño de un pozo o río, título divino.

Aunque la combinación resultante no es eufónica, también puede aplicarse a radicales cerrados,


en cuyo caso la W se vocaliza; por ejemplo:

Okichtli, varón > Okichua’, casada (lit., que tiene varón)


Nehstli, ceniza > Neshua’, cenicienta, cierta serpiente

Al igual que el sufijo E’, Wa’ describe dos tipos de posesiones:

1. La de sustantivos concretos como:

Ichkatl, algodón > Ichkawa’, dueño de un sembrado de algodón


Ostotl, cueva > Ostowa’, zorro, que tiene una cueva
Siwatl, Sowatl, mujer > Siwawa’, Sowawa’, casado (lit., que tiene mujer)
Shochitl, flor > Shochiwa’, travesti masculino, mago (lit., que tiene flores como adorno)

2. La posesión de la cualidad representada literal o metafóricamente por el sustantivo. En tal


caso, el sustantivo en Wa’ puede funcionar como adjetivo, transfiriendo la cualidad;
por ejemplo:

Atsitsitl, algo picoso > Atsitsiwa’, que tiene picor, cierta variedad de pimientos
Chacha, radical relativo a lo esparcido o extendido > Chachawa’, moho (lit., que tiene la
condición de esparcido)
Alsesekatl (teórico de Alsesekawia, castigar) > Alsesekawa’, castigador (lit., que tiene
agua fría)
Mekatl, cuerda > Mekawa’, muy anciano o que tiene varias amantes (lit., que tiene cuerda o
continuidad)
Este sufijo se aplica en particular a los sustantivos abstractos de origen nominal para denotar
la posesión de la abstracción, pudiendo concretizarla; por ejemplo:

Iknoyotl, humanidad, compasión > Iknoyowa’, generoso


Tlakayotl, vida humana > Tlakayowa’, quien tiene parientes o comunidad

En algunas composiciones, describe tanto la posesión del objeto como de su cualidad;


por ejemplo:

I’tetl, vientre > I’tewa’, obeso, que tiene vientre


Tekiotl, trabajo > Tekiwa’, obrero, que tiene trabajo, gobernante, título divino
Atl, agua, Tepetl, cerro > Awa’ Tepewa’ = Altepewa’, ciudadano (lit., que tiene agua y
cerro)

Tal como ocurre con el sufijo E’, la afijación del prefijo vetativo A’mo, no, transforma la
posesión en carencia o cualidad negativa; por ejemplo:

Pilwa’, con hijos > A’pilwa’, estéril


A’mo + Iknotl, humilde > A’iknowa’, cruel, sin piedad

Este sufijo también se presta a la creación de títulos como:

Teotl, dios > Teowa’, divinizado, sacerdote


E’ekatl, aire > Ekawa’, espiritual, cierta serpiente mítica
Michtli, pez > Michwa’, que tiene peces, título de los tarascos
Akolwa’, que tiene el brazo (alzado), título de los texcocanos
Papa’tli, melena larga y desordenada > Papa’wa’, melenudo, título sacerdotal

Este sufijo puede añadirse a E’ para enfatizar la posesión, como en Teoye’ = Teoye’wa’, avaro,
mezquino, o para indicar la posesión del posesor, como en:

Kuakuawe’, vaca (lit., con cuernos) > Kuakuawe’wa’, vaquero


Wewe’, anciano (lit., que tiene grandeza de edad) > Wewe’wa’, cuidador de ancianos

Observación: no hay que confundir la aplicación de este sufijo con los verbos en Wa como:

Tsawa, hipnotizar
Alawa, resbalar
Shochiwa, hechizar

Tampoco con el alargado de la O ante A, sobre todo si va seguido de saltillo plural, como en
Mimishkowa’ (por Mimishkoa’), serpientes de nube, las galaxias.
21.4 El posesivo Yo’
El sufijo Yo’ puede aplicarse con el mismo sentido que los sufijos E’, Wa’, formando
sinónimos como:

Kakawatl, cacao > Kakawawa’ = Kakawayo’, dueño de cacao


Tokaitl, nombre > Tokaye’ = Tokayo’, ilustre, que tiene nombre
Iknotl, huérfano, pobre > Iknowa’ = Iknoyo’, bueno, compasivo

Sin embargo, también puede marcar diferencia semántica, como en Tepetl, montaña >
Tepewa’, que posee una montaña / Tepeyo’, mineral de cobre, cristal de roca, que brilla como
metal.

Se aplica a radicales de todo tipo. Si terminan en L o aspiradas, la Y adopta su sonido por


eufonía, como ya estudiamos; por ejemplo:

Estli, sangre > Esso’, sangriento


Mishtli, nube > Mishsho’, nuboso, nublado
Yollotl, corazón > Yollo’, decorado con corazones
Kualli, bueno + Yollotl > Kualiyollo’, de buen corazón
Sokitl, lodo > Sokisso’, lodoso
Tla, prefijo adverbial + Yowalli, oscuridad > Tlayowallo, hechicería (lit., cosa oscura)

Al igual que los sufijos E’, Wa’, describe dos tipos de posesión:

1. Con menos frecuencia, la de sustantivos concretos como:

Atl, agua > Ayo’, acuoso, donde abunda el agua


A’watl, espina > A’wayo’, espinoso
E’ekatl, viento > E’ekayo’, ventoso
Teku’tli, señor = Teku’yo’, señorío
Etl, frijol + Teshtli, harina > Eteshsho’, con harina de frijol
Piastli, tubo > Piasso’ = Piasyo’, con un tubo, tipo de calabaza
Kuau’tli, árbol, madera > Kuau’yo’, esclavo, hecho de madera, lugar silvestre (lit., que
tiene leña o árboles)

2. Por lo general, indica la posesión de una cualidad literal o metafórica representada por el
objeto, como:

Patitl, precio > Patiyo’, valioso


Tsoalli, suciedad > Tsoyo’, sucio
Tlawitl, luz, color > Tlauyo’, rojo
Seatl, hielo > Seayo’, glacial
Shochitl, flor = Shochiyo’, florecido
Ekau’yotl, sombra > Ekau’yo’, sombrío
I’iotl, aliento > I’iyo’, relativo al aliento, espiritual, poderoso
Tentli, labio, metáfora por palabra > Tenyo’ = Teyo’, ilustre
Nakatl, carne > Nakayo’, carnal, carnoso, sustancioso

La posesión concreta puede convivir con la cualidad, como en Kuekueitl (teórico), que tiene
ondas, que brilla > Kuekueyo’, rutilante, chispeante, océano, zarcillo.

Este tipo de posesión tiene una función adjetiva que puede modificar a otros sustantivos. Por
ejemplo, Teyo’, rudo, que tiene piedras, califica a O’tli, camino, en la frase Teyo’ o’tli, el
camino es pedregoso.

Al igual que los sufijos E’, Wa’, este sufijo forma títulos como:

Kueitl, falda > Kueshsho’, huasteca (lit., que tiene falda)


Koyotl, coyote > Koyoyo’, lugar de coyotes (lit., donde abundan los coyotes)

Se distingue de los sufijos E’, Wa’, en que no solo denota una cualidad, sino, también, su
abundancia, como en los siguientes ejemplos, donde el sustantivo en Yo’ abunda lo que
describen los sustantivos en E’, Wa’:

Tsontli, cabello > Tsone’, que tiene cabello / Tsonyo’, peludo


Tlakatl, persona / Tlakawa’, que tiene a alguien (un esclavo) / Tlakayo’, con forma
humana, asociación humana, lugar habitado (lit., que posee personas)

Aunque se aplica preferentemente a sustantivos, este sufijo también se puede unir a


pronombres, verbos y adverbios; por ejemplo:

I, suyo > Iyo’, solo


San, único > Sanyo’, solo, solamente
Sa, solamente + I demarcativa > Saiyo’, nada más que
So, enfilar > Soyo’, igual, parejo
Nen, en vano > Nenyo’, superfluo, inútil
Matka, calmadamente > Matkayo’, calma
Monekka, necesariamente > Monekkayo’, que es útil
Capítulo 22. El recurso del género
Quinta Parte - Recursos semánticos
22.1 La animación
El sentido de los términos del nahuatl se complementa mediante siete recursos que no cambian
su característica gramatical: animación, género, vocación, cuantificación, frecuentación,
énfasis y evaluación. Todos estos recursos están acotados por la animación.

La animación es una propiedad del nahuatl sin equivalente en español, que consiste en
distinguir dos tipos de sustantivos: animados e inanimados. Estas nociones derivan de la
cosmovisión mesoamericana, por lo que, en ocasiones, no coinciden con sus equivalentes de la
cultura cristiana.

Lo que distingue a los sustantivos animados de los inanimados no es una característica


morfémica, sino su conducta respecto a los recursos, que se establece así:

1. Son inanimados los sustantivos que representan a seres no vivos como objetos, conceptos
abstractos y elementos naturales, salvo que se apliquen como nombre propio o por metáfora.
Estos solo aceptan los recursos de la frecuentación y la evaluación.

2. Son animados los sustantivos concretos que representan a seres literal o simbólicamente
vivos. Estos aceptan, además, los recursos del género explícito, el vocativo y el énfasis.

Según su grado de animación, se distinguen dos grupos de sustantivos:

a) Impersonales, los que representan a seres no individuales, es decir, sin nombre propio, como
las plantas y animales naturales.

b) Personales, los que representan a individuos o constituyen título, como los humanos,
animales domésticos, dioses, astros, pueblos, pronombres, gentilicios, números y ciclos
temporales. Sólo estos aceptan, además, los recursos del género implícito y la cuantificación.

22.2 El género implícito


El género del nahuatl es diferente del español; por eso, las gramáticas suelen afirmar,
erróneamente, que el nahuatl no tiene género. El género del español lo asume el sustantivo en
forma directa o a través del artículo. En cambio, los sustantivos y artículos del nahuatl son
neutros (se refieren a ambos sexos). Por ejemplo, el concepto de Tlakatl, persona, designa
tanto a una mujer como a un hombre. Para especificar su género, es preciso aglutinar los
sustantivos calificativos Siwatl, hembra, y Okichtli, varón, en posición prefija o sufija, según
lo requiera la eufonía

Lo anterior no significa que el nahuatl no marque el género; de hecho, tiene dos tipos de género:
implícito y explícito.

El género implícito es exclusivo de los sustantivos personales. Es similar al género implícito


del español, aunque menos acusado. Refleja cierto sesgo machista de la sociedad anahuaca.
Consiste en la presuposición de que, los sustantivos personales sin especificación sexual son
de género masculino. Este juicio se manifiesta de tres modos:

1. En la propiedad de los títulos. Por ejemplo, el concepto de señora se dice por lo general con
el título común Siwatl, hembra, pero, el de señor tiene término especializado: Teku’tli =
Teuktli. La ascendencia del término especializado sobre el común determina que el concepto
de anciana señora se forme con el título de la anciana asociado al del señor, no al de la señora:
Ilamateku’tli. En cambio, el concepto de anciano señor se forma por redundancia masculina:
Wewe’teuktli. Se descartan las composiciones con el título femenino, como Wewesiwatl o
Ilamasiwatl.

2. En la necesidad de explicitar los casos femeninos. Por ejemplo, el término Teku’tli basta
para designar a un hombre, pero, si es necesario enfatizar la condición señoril de una mujer,
hay que añadir el calificativo: Siwateku’tli, señora. Otros ejemplos:

Pilli, príncipe / Siwapilli, princesa


Tla’toani, rey (lit., representante) / Siwatla’toani, reina
Tlako’tli, esclavo / Siwatlako’tli, esclava
Tlakamichin, sireno / Siwatlakamichin, sirena, ser mítico

3. En la impropiedad de explicitar los casos masculinos, lo que descarta por innecesarias


composiciones como Okichteku’tli, Okichtlakatl, etcétera. Tal impropiedad se exceptúa en
tres casos:

• En los títulos de niños pequeños, pues aún no manifiestan su género; por ejemplo:

Siwakonetl, niña
Okichkonetl, niño

• En títulos en los que el calificativo cambia el sentido del radical; por ejemplo, el genérico
Tlakatekolotl, brujo, bruja, requiere del masculino Tlakatekolokichtli, brujo, pues el
femenino es peyorativo: Tlakatekolosiwatl, mujer perversa.
• Si la condición masculina describe a una mujer; por ejemplo:

Okichtli + Powa, como = Okichpowa, mujer valiente


Okichti, ser como hombre + Ni, sufijo titular = Okichtini, mujer valiente

En cuanto a los animados impersonales, no presuponen género. Por ejemplo, Mistli, gato, se
aplica a ambos sexos; para especificar, se dice Siwamistli, gata, u Okichmistli, gato.

22.3 El género objeto


El género explícito marca a ambos sexos en sustantivos de todo tipo. Se distinguen dos
categorías: género objeto y sujeto.

El género objeto marca a aquello de lo que se habla. Se establece mediante dos aplicaciones:

1. Lexical, expresado a través de términos especializados no intercambiables, sin característica


morfológica propia, como:

Koko, criada / Sholo, criado


Ilama, anciana / Wewetl, anciano
Nantli, madre / Ta’tli, padre
Si’tli, abuela / Kolli, abuelo
Awitl, tía / Tla’tli tío
Weltiu’, hermana mayor / Achkau’tli, hermano mayor

2. Flexivo, con una función similar a los sufijos de género del español, cuando se añaden los
calificativos Siwatl y Okichtli al sustantivo inanimado, o al animado impersonal, sólo si es
necesario especificar el género. Esta aplicación es de dos tipos:

a) Atributiva, si la calificación no constituye título. Tiene tres modalidades:

• Directa, cuando indica el género de aquel de quien se habla, como en:

Okichkoyametl, cerdo macho


Yaosiwatl, guerrera
Iknokichtli, viudo
Sowatototl, pavo hembra

Un caso especial, en que el género se emplea en contrasentido, es Sowawesholotl, pavo


hembra, aplicado específicamente al pavo macho¹.
1 En las variedades modernas de la lengua esta nomenclatura se
ha simplificado: Totolin es la hembra y Wesholotl el macho.
• Derivada, cuando describe un atributo del complemento, no su género. Dicho atributo puede
ser literal, como en Siwatla’tole’, hombre homosexual (lit., con habla femenina), o metafórico,
si describe una característica no sexual, pero con carga polar en la cosmovisión
mesoamericana, como:

Tlatkitl, posesión > Okichtlatkitl, insignia militar


Iskaltia, crecer, elevar > Tlasiwaiskaltilli, algo delicado

b) Nominal, si la calificación se emplea como título. Estos casos siguen siendo recurso de
género, pues en su interior ocurre una calificación, tras lo cual, el resultado se emplea como
título. Su doble naturaleza se refleja en el hecho de que se pueden traducir al español de dos
modos: atributivo y nominal. Debido a que el masculino es implícito, casi todos estos casos
son femeninos; por ejemplo:

Pochtekasiwatl, mujer comerciante, comerciante hembra


Siwatlampa, rumbo de las mujeres, rumbo femenino

Las funciones nominal y atributiva pueden crear sinónimos; por ejemplo, Okichkuau’tli es
tanto águila macho como hombre águila (un guerrero). La primera acepción es recurso de
género, la segunda no.

Es de notar que el uso de Siwatl y Okichtli como recurso de género se cumple en las
aglutinaciones calificativas (cuando estos términos califican a otros), pero no se cumple en los
siguientes casos:

• Si ambos sustantivos se emplean como títulos.

• Si solo reciben afijación, como en:

Okichyotl, hecho heroico


Okichtlalia, modo masculino de sentarse

• Si representan a alguien, como en los títulos divinos Miktekasiwatl, señora de los muertos,
y Miktlanteku’tli, señor del inframundo. Otros ejemplos:

Siwakokolli, menstruación (lit., mal de la mujer)


Sowawa, casado (lit., que tiene mujer)
Nemokichtli, hombre inútil
Okichkochi, dormir con un hombre
Istasiwatl, mujer blanca, una montaña
22.4 El género sujeto
La segunda modalidad del género explícito es el género sujeto, sin equivalente en español, cuya
función es marcar, no al referido, sino al que habla. Consiste en el uso, según el hablante, de
dos modos de la lengua llamados Siwatla’tolli, lenguaje femenino, y Okichtla’tolli, lenguaje
masculino.

Aclaremos que, en Mesoamérica, la distinción de género era distinta que en la cultura cristiana.
Aquella sociedad organizaba el Universo en mitades femenina y masculina, la primera
relacionada con las mujeres, niños, sacerdotes e intelectuales, y la segunda con los guerreros y
políticos. Los homosexuales y chamanes transgredían la frontera. De modo que el género sujeto
podía ser asumido por hablantes de un género físico diferente.

Esta modalidad se establece mediante tres recursos:

1. Expresivo, consistente en el modo de pronunciar el fono W. Como ya estudiamos, los


hombres lo pronuncian vocálico (Nauatl) y las mujeres consonántico (Navuatl, con la V del
español). Ambos géneros pueden pronunciar de manera neutra y formal (Nawatl).

2. Vocativo, consistente en el uso especializado de ciertos vocativos, como estudiaremos en el


siguiente capítulo.

3. Lexical, cuando ambos géneros describen el mismo sentido con términos propios como:

Hay casos en los que sólo uno de los géneros tiene término propio, siendo suficiente para
marcar la distinción. Por ejemplo:

• El saludo común es Tla’palwi, ¡hola!, pero los varones pueden saludar Tla’palpolé.

• El concepto común gran mentiroso se dice Ishtlakapol, pero las mujeres pueden decir
Istlakapashoch.
Todas las variantes lexicales cuentan, además, con términos genéricos. Por ejemplo, si no es
necesario una afirmación formal, las mujeres dicen Shiso y los hombres Maiwi, sí, está bien,
pero ambos pueden consentir Kema’, sí.

Confundir las formas femenina y masculina de hablar no solo es impropio del nahuatl clásico,
sino que puede introducir distinción semántica. Por ejemplo, si es el hombre el que dice Pi’tli,
no significa hermana mayor, sino sirvienta. En las variantes actuales de la lengua dicha
distinción tiende a desaparecer.
Capítulo 23. El recurso del vocativo
23.1 Tipos de vocativos
Los vocativos son partículas o términos enfáticos que no forman parte de la trama gramatical
o sintáctica, pudiendo extraerse de la frase sin alterar su sentido, con algunas excepciones. En
nahuatl hay dos grupos de vocativos con características opuestas: complementarios e
interjectivos.

1. Salvo los pronominales, los vocativos complementarios son partículas que complementan
un referente, por lo general, explícito. Por ejemplo, el vocativo Ma acentúa el sentido de la
conjugación en la frase Ma ommalti, hay que bañarse. Algunos se integran con el término al
que modifican, como el sufijo vocativo Tsin de Oselotsin, ¡oh, valiente! Casi siempre se
aplican a sustantivos personales, pero también a impersonales, e incluso a inanimados que
fungen como nombre propio o metáfora de persona, personalizándolos en el proceso. Veamos
como ejemplo las siguientes referencias a una hija:

Kokotl, paloma > Kokotsé, ¡oh, paloma!


Koskatl, collar > Koskatlé, ¡oh, collar!

2. Casi todos los vocativos interjectivos son adverbios a los que complementa un referente, por
lo general, implícito. Por ejemplo, la expresión Yewe, ¡ay!, es complementada por el referente
implícito Kikokoa, eso duele. También admiten un referente explícito redundante, como en la
frase Wi Yaotsin, ¡eh, Ricardo!, donde el nombre reitera la intención del interjectivo Wi. Por
su naturaleza, los interjectivos aceptan modificación de términos de cualquier característica
gramatical.

A diferencia del vocativo español, que abarca toda la frase, los del nahuatl se aplican a cada
término de la frase, como en los siguientes ejemplos:

Tsontlé istitlé, ¡oh, cabellos y uñas!, metáfora por hijos


Yowallé E’ekatlé, ¡oh, tinieblas y viento!, nombre divino
Ma achi’tsin ma tepitsin, ¡ah, sea yo digno, merecedor!

No es necesario que todos los vocativos aplicados a una frase sean del mismo tipo. Por ejemplo,
la expresión Nopiltsé, notelpochtsé, nosentekonetsiné, ¡oh, hijo mío, mi muchacho, mi
unigénito!, aplica el sufijo Tsé a los dos primeros términos, pero forma el último con É.
23.2 Exclamativos masculinos
Los vocativos complementarios son de tres tipos: exclamativos, flexivos y pronominales.

Los exclamativos expresan respeto, reconocimiento o asombro. Por su naturaleza emocional,


están relacionados con el género sujeto, pudiendo ser masculinos, femeninos o neutros.

Los vocativos masculinos son É y Tsé. Sólo los aplican los hombres en referencia a ambos
géneros. Se afijan a los sustantivos y otros tipos de términos a los que nominalizan. Asumen
como sílaba tónica, creando los únicos términos agudos del nahuatl clásico.

1. Por lo general, el vocativo É aprecia, pero también puede despreciar sin minimizar, como en
Tla’tlakollé, ¡oh, pecador! Es la única partícula modificadora que se une a los sufijos
nominales sin subrogarlos; por ejemplo:

Teotlé, ¡oh, Dios!


Shokoyotlé, ¡oh, hijita!
Siwatlé, ¡oh, señora!

En el caso de los sufijos en I, la elide; por ejemplo:

Ta’tli > Ta’tlé, ¡oh, padre!


Ketsalli > Ketsallé, ¡oh, pluma preciosa!, metáfora por el rey

Tla’toani, vocero > Tla’toané, ¡oh, líder!

No solo se afija a los sufijos absolutos, sino también a otros sufijos nominales o en función
nominal, como:

Tlamakaski > Tlamakaské, ¡oh, sacerdote!


Moneneki > Mone’nekié, ¡oh, nuestra necesidad!, el Sol
Kuilonpol > Kuilonpolé, ¡oh, tú, homosexual!, imprecación ritual a Teskatlipoka

También se une directamente al radical cerrado, en caso de sustantivos truncos como Chontal
> Chontalé, ¡oh, extranjero! Si el radical es abierto, elide la vocal, como en Sholo > Sholé,
¡oh, esclavo!
A continuación, del saltillo, tiene dos modalidades:

a) Puede afijarse directamente, como en:

Toteku’ > Toteku’é, ¡oh, nuestro señor!


Teteo’ > Teteo’é, ¡oh, dioses!
Notla’tokau’ > Notla’tokau’é, ¡oh, nuestro soberano!

b) Puede afijarse en forma opcional y equivalente a través de una I demarcativa, como en:

Towenyo’ > Towenyoyé = Towenyoé, ¡oh, anciano!


Toteukyo’ > Toteukyoyé = Teukyoé, ¡oh, nuestro señor!
Iya’ki, pionero > Iya’keyé = Iya’ke’é, ¡oh, vosotros, precursores!

Una misma frase puede aplicar y omitir el interpolado, como Tloke’é Nawakeyé, ¡oh, Dueño
del Cerca y el Junto!

2. Los hombres pueden enfatizar el vocativo, afijando el masculino É al femenino Tsin, de


donde resulta la partícula compuesta Tsé, que subroga al sufijo nominal; por ejemplo:

Wewentsé, ¡oh, anciano!


Nopiltsé, ¡oh, mi hijo!
Tonatsé, ¡oh, nuestra madre!

Observación: no hay que confundir la aplicación del vocativo Tsé con la aplicación de É a
radicales en Ts, como:

Ishpetsé, ¡oh, tú, esclarecido!


Showiwitlatsé, ¡eh, patilargo!

23.3 Exclamativos femeninos


Las mujeres tienen dos formas de hacer el vocativo exclamativo, aplicadas a ambos géneros:
en Tsin y en Tsine. Cuando se afijan a sustantivos, ambos sufijos subrogan el sufijo nominal.
1. El sufijo Tsin se transforma en exclamativo cuando la mujer le desplaza el acento del
término, de donde resultan agudos, que en los siguientes ejemplos se escribirán con acento.
Tiene dos modalidades:

a) Como evaluativo, califica al sustantivo o al adverbio, expresando pequeñez, ternura, gracia,


valor o conmiseración. En tales casos, no tiene función vocativa y pueden emplearlo ambos
géneros; por ejemplo:

Achitsín, cosita
Iknotsín, pobre huérfano

b) Como vocativo, el sufijo Tsin tiene la misma función que el vocativo masculino É,
aplicándose a radicales de todo tipo, con dos funciones:

• Asociada a adverbios, forma vocativos neutros usados por ambos géneros como:

Au’tsín, ¡muy bien!


Kema’katsín, ¡sí!

• Asociada a sustantivos, forma vocativos femeninos como:

Ilamatsín, ¡oh, anciana!


Wewetsín, ¡oh, anciano!

Los sustantivos evaluados en Tsin hacen el vocativo femenino, frecuentando la partícula; por
ejemplo: Tlakuatl, devorador > Tlakuatsin, zarigüeya > Tlakuatsitsín, ¡oh, zarigüeya!

Observación: no hay que confundir el frecuentado vocativo con el frecuentado evaluativo,


usado para marcar plural o la pequeñez, como en:

Pipiltsitsin, niñitos
Achitsitsin, cosa sin valor

2. Las mujeres pueden enfatizar la expresión, añadiendo a Tsin el vocativo masculino É, que
pierde la fuerza tónica, de donde resulta el sufijo Tsine. En los siguientes ejemplos se destaca
la silaba tónica mediante acento ortográfico:

Piltsíne, ¡oh, hijo!


Pillitsíne, ¡oh, señores!
Tonantsíne, ¡oh, nuestra madre!
Observación: no hay que confundir estos casos con la aplicación del vocativo masculino É a
sustantivos evaluados en Tsin, como:

Pillitsiné, ¡oh, señores!


Konetsiné, ¡oh, pequeñín!
Tlakatsiné, ¡oh, Tlakatsin!

Tampoco, con la aplicación del sufijo de posesión E’ a sustantivos en Tsin, como:

Shoyotsine’, el que tiene parientes


Kueshpaltsine’, el que tiene un mechón de cabello en la nuca.

23.4 Exclamativos neutros


Los vocativos exclamativos neutros son seis: O’, A, Ka, el compuesto A ka, Tsa y el artículo
In. Los aplican ambos géneros en referencia a ambos géneros. Se escriben por separado del
término al que modifican, pues no participan en modificaciones por incorporación o eufonía.

1. El adverbio O’, he ahí, se escribe delante del término o la frase a la que complementa, con
cuatro funciones:

a) Vocativa, seguido de un adjetivo o adverbio, para expresar aflicción; por ejemplo: O’ owi,
¡ah, difícil!

b) Vocativa, seguido de una conjugación o sustantivo impersonal, para expresar admiración,


como en O’ ka ye’watl in iteiknoittalitsin in Dios, o’ ka in itetlaokolilitsin, o’ ka in
itetlaso’tlalitsin, ¡oh, es la piedad de Dios, su misericordia, su amor!

c) Interjectiva, cuando se reitera con complemento implícito o explícito para reír, como en O’
o’, kekelwi’, ¡jaja, qué cómico!

d) Interjectiva, seguido de un pronombre o sustantivo personal, para saludar, como en O’


ankimi’ioyowiltike’, ¡sed bienvenidos!

2. El vocativo A sólo funciona con un complemente explícito, escribiéndose a continuación,


con dos funciones:

a) Vocativa, para enfatizar; por ejemplo:

Kualteotl a, ¡ah, que bello!


Yaokiske a, ¡oh, el guerrero!
b) Interjectiva, para llamar, como:

Te’watl a, ¡eh, usted!


Shikkaki a, ¡escucha!
Kuitlanawak a, ¡eh, el del final de la fila!

3. El adverbio Ka, ya, pues, se ubica delante del término al que modifica con tres funciones
vocativas:

a) Enfatiza al sustantivo o al adverbio:

Ka in ye’watl Witsilopochtli, ¡ah, él es Witsilopochtli!


Ka aoktle ipa’tika, ¿qué hacer? ¡No hay remedio!

b) Reitera o explicita al adverbio:

Ka iska, he aquí
Ka kin, y después
Ka a’mo ka a’motsin, ¡no, en absoluto!

En esta función, sustituye al adverbio Yu’, como, y al sufijo adverbial Tika, así, como en Ka
titlako’tis, ka titekitis, ka tiksiyawis in tlaltikpak, como esclavo, como trabajador, con fatiga
(vivirás) sobre la tierra.

c) Complementa al verbo, como en Ashkan ka onok, ka itto, esto es lo que queda, lo que se
ve. En esta función, sustituye al verbo Ka’, ser, no para conjugar, sino por énfasis, como en
esta frase de Teskatlipoka: Ka nishpopoyotl, ka nitlayowalli, ka shomolli, ka nikaltechtli,
soy lo invisible, la noche, el rincón, el muro.

4. El vocativo A ka consiste en la combinación de los dos anteriores, no por redundancia, sino


con función propia. Requiere de un complemento explícito, escribiéndose delante y por
separado, y pronunciando cada sílaba con entonación propia para que no se confunda con el
adverbio Aka, alguien. Equivale al sufijo masculino É, como en este verso mexica: A ka
okommowikili’tiya’ke’, a ka okommotlatili’ke in chalchiwitl, ¡ah, han partido, han
escondido las piedras preciosas!

Al reiterar la expresión, se puede omitir el componente A, como en la siguiente invocación a


Ketsalkoatl: A ka tokontokuilia’, ka tokontomapikilia’ in amonanyotsin in amota’yotsin,
¡oh, nosotros adoptamos y aferramos tu maternidad, tu paternidad!
5. Además de poseer una función interjectiva que estudiaremos en el capítulo siguiente, el
adverbio Yu’, como, así, también se usa para expresar compasión, temor o admiración;
por ejemplo:

Yu’nopiltsé, ¡oh, pobres de mis hijos!


Yu’ a’mo ansekmiki, ¡como, no tenéis frío?

6. El vocativo también se puede expresar, anteponiendo el articulo In a las conjugaciones de


las segundas personas, a fin de llamar la atención sobre ellas. Por ejemplo:

In tipiltsin, ¡oh, tú, niño!


In antla’toke’, ¡oh, vosotros, señores!

23.5 Vocativos flexivos


Los adverbios sinónimos Ma y Tla, que sea, funcionan como vocativos complementarios
flexivos neutros, escribiéndose delante y por separado de la conjugación para rogar, ordenar o
desear. Ambos participan por regla en los modos optativo e imperativo, pero su naturaleza
vocativa se refleja en su capacidad de funcionar con independencia de la conjugación.

1. La partícula Ma tiene tres funciones:

a) Vocativa, equivalente al “por favor” del español, en conjugaciones de la segunda persona,


para suavizar el imperativo. Por ejemplo: Ma tikmokuitlawi in istlaktli, ¡por favor, cuídate
del veneno!

La expresión se puede suavizar aún más empleando el pronombre vocativo Shi, tú, como en
Ma shikmonantli ma shikmo ta’tli, sé como madre, como padre.

b) Vocativa, para remarcar una acción, como en Ma timochintin timikikan, es necesario que
todos muramos.

En ambas funciones, puede separarse de la conjugación, como en la frase Ma ipampatsinko


in Totekuiyo shinechpalewi, ¡ayúdame, por amor de Dios! De hecho, puede prescindir de la
conjugación, como en Akin yas? Ma te’watl, ¿quién irá? ¡ve tú!
c) Interjectiva, siempre con complemento explícito, para invocar el cumplimiento de la acción,
como en Ma achi’tsin ma tepitsin, ¡ojalá yo sea digno, ojalá merezca! En esta función,
enfatiza también en negativo, optando o vetando; por ejemplo:

Ma tiwets, que no te caigas


Ma nitlatlako, ¡que yo no peque!

2. El adverbio Tla significa lo mismo que Ma, pero le aporta más vehemencia a la frase. Tiene
dos funciones:

a) Vocativa, ordenando, como en Tla sewilos amaapilol, ¡extinguid el fuego con vuestras
cubetas!

b) Interjectiva, invocando el cumplimiento de la acción, como en Tla kimokakitin tlakatl,


¡ojalá que el Señor nos escuche!

Tal como ocurre con Ma, se puede suavizar mediante el pronombre Shi, como en:

Tla shiwallau’ tlamakaski, ¡ven, por favor, sacerdote!


Tla shimotekati in teshkalko, ¡extiéndete, (oh fuego), en el horno!

23.6 Vocativos pronominales


Algunos pronombres tienen una función específicamente vocativa de complemento. Son de dos
tipos, ambos neutros: Shi y los pronombres absolutos. Los estudiaremos en la segunda parte de
este curso, pero podemos adelantar lo siguiente:

1. Shi es una interjección adoptada como honorífico de Ti, tú, pronombre al que sustituye para
marcar respeto, a la manera del “usted” del español, en expresiones en las que solicita u ordena.
Veamos ejemplos de la distinción entre las conjugaciones regular y honorífica de esa persona:

Tiktlali, tú lo ubicas / Shiktlalli, ¡ubícalo!


Tikaki, tú escuchas / Shikaki, ¡escucha!

Como acabamos de estudiar, este pronombre se une a los vocativos Ma y Tla para rogar o pedir
favor; por ejemplo: Nopiltsin, ma shimokuikati, señor, cante usted.

En el capítulo siguiente estudiaremos la función interjectiva de esta partícula.


2. Los pronombres absolutos Ne’watl, yo, Te’watl, tú, Ye’watl, él, ella, Te’wan, nosotros,
Ame’wan, ustedes, y Ye’wan, ellos, ellas, funcionan como vocativos, redundando al
pronombre conjugativo. Por ejemplo:

Ne’watl nimochiwa, debo hacerlo (lit., yo mismo, yo lo hago)


Te’watl tiyas, tú mismo irás
Ma san te’wantin tiwia’, vayamos nosotros

Su función vocativa se puede acentuar mediante el sufijo Tsin, en forma simple o frecuentada;
por ejemplo:

In te’watsin shimokalaki, ¡oh tú, adelante!


In ame’wantsitsin pillitsiné, ¡oh vosotros, señores!

Observación: si estos pronombres asumen como objeto o complemento de posesión, no son


vocativos; por ejemplo:

Kemmach wel te’watl, dichoso tú


Notechka ne’watl, me pertenece a mí
Capítulo 24. Vocativos interjectivos
24.1 Tipos de interjectivos
Como mencionamos en el capítulo anterior, casi todos los vocativos interjectivos son adverbios
adaptados para funcionar como interjecciones. Son de dos tipos que, con frecuencia,
intercambian enunciados: expresivos y comunicativos.

Los interjectivos expresivos reflejan emociones primarias sin el propósito de llamar la atención
(aunque pueden servir para ello). Algunos no necesitan de un referente explícito para ser
comprendidos, pero, por lo general, aceptan un referente explicativo - nunca un título, a menos
que adopten función comunicativa. Por ejemplo: Inik i’iyak, ¡oh, qué peste!

Los interjectivos comunicativos reflejan intenciones; su propósito es llamar la atención o


transferir el estado de ánimo. Por lo general, funcionan sin referente explícito, pero aceptan
títulos, pronombres absolutos, conjugaciones y posesiones que transforman en títulos, como
Tlakuel nooseloikpalé, ¡oh, mi asiento de (piel de) ocelote!

24.2 Interjectivos expresivos


Los interjectivos expresivos son de dos tipos muy parecidos: emotivos y admirativos. Los
emotivos son básico, reflejan queja, tristeza, molestia o alegría. Los más usados son:

1. No, también, asimismo. Como interjección, este adverbio es de uso femenino, equivalente al
masculino Iyo. Expresa queja, dolor, angustia o cansancio; por ejemplo:

No nopilwan, ¡ay, mis hijos!


No nitenkuakuau’til, ¡qué cansada estoy de hablar!

Observación: no hay que confundir este uso con el adverbial, como en No ne’watl
nikchiwas, yo también lo haré.

2. Iyo = Iyo’, sólo, formado por I, suyo + Yo’, sufijo de posesión. Como interjección, este
adverbio y su variante Yo’ es de uso masculino, equivalente al femenino No. Por ejemplo:

Iyo sel notlawelitso, ¡desdichado de mí!


Iyo’ onotlaweliltik, ¡oh, que desgraciado soy!
Puede unirse a otras interjecciones y se puede acentuar con el exclamativo É; por ejemplo:

Iyoyawe’, ¡pobrecito!
Iyo’ tetlaokuilianié, ¡oh, misericordioso!

Observación: la función adverbial de Iyo’ se distingue por que se asocia a otros adverbios,
como en San iyo’ shopan in tlakati, sólo crece en la estación de lluvias.

3. Yawe’ = Yewe’, más, otro, formado por Ya = Ye, ya + We’, muy. Como interjección, este
adverbio expresa queja. Por lo general, enfatiza a los interjectivos No, Iyo’, pero también
funciona aislado, como en Yawe koko’, ¡ay, duele!

4. Kua = Kue, ásperamente. Como interjección, este adverbio expresa queja: Kue a’kualli,
¡ah, malo! Tiene la variante A’kua, con el mismo significado: A’kua notlaweliltic, ¡ah, soy
desdichado!

5. Telchitl, nominalización de Telchiwa, abominar, y su aféresis Chitl. Este sustantivo expresa


alegría de que alguien reciba castigo por una mala acción. Por ejemplo: Telchi itech moneki,
¡vaya, ahí tienes tu merecido! Puede conjugarse, como en Nitelchitl, ¡pobre de mí!

6. Telpayo’, de Telpan, dentro + Yo’, sufijo de posesión. Este sustantivo expresa lo mismo
que el anterior, y también se puede conjugar; por ejemplo: Notelpayo’, ¡ay, me lo merezco!

7. Moyolik = Moiyolik, irritante, de Moyolewa, incitarse, irritarse + K, sufijo adjetivo. Esta


interjección expresa molestia ante lo mal hecho, como en Moiyolik tla’tlakole’, ¡vergüenza,
oh pecador!

Observación: no hay que confundirla con su homófono Moyolik = Moiyolik, en paz, (de
Mo, se + Yolik, apaciblemente), como en San moiyolik in motla’tol, que tu palabra sea
apacible.

8. Sanen, en vano, de Sa, solo + Nen, en vano. Este adverbio expresa duda, sobre todo en
combinación con Kuish, acaso; por ejemplo: Kuish sanen noknopiltis, ¿acaso me
favorecerás?

9. Awia = Awiya = Owaya, estar contento. Como interjección, este verbo se pospone a las
expresiones, con dos funciones:

• Expresiva, empleada en los cánticos rituales y profanos para marcar gozo, como en
Kiyektenewa in tloke’ in nawake’ owaya owaya, alabemos al Dueño del Cerca y el Junto,
¡alegría, alegría!
• Imprecativa, para invocar o comunicar gozo, como en In ishkich tla’tlakatl owaya, ¡que
haya alegría en toda persona buena!
24.3 Interjectivos admirativos
Los interjectivos admirativos expresan admiración, sorpresa o espanto; algunos también
saludan y llaman. Los principales son:

1. Yu’ = Yu’ki, como, de Yu’, cómo + Ki, sufijo adverbial. Al inicio de la expresión, este
adverbio refleja una condición de intensidad o grandeza con los siguientes matices:

• Admiración: Yu’ki on, ¡cómo es posible?


• Exageración: Yu’ ipatiu’, ¡qué valioso!
• Temor: Yu’ in tetsawi, ¡oh, un fantasma!
• Queja: Yu’ aok niyewati, ¡ah, no tengo energía!

Observación: no hay que confundir este uso con el adverbial, como en In yu’ ka’, es así.

2. Wi = Wi’. Esta interjección tiene las siguientes funciones:

• Apelativa, como veremos adelante.


• Expresiva, en son de queja, como en Wi’ anka ipampa in niknotlakatl a’tle ipan nitto,
¡ah, como soy pobre, nadie me ve!
• Admirativa, para marcar intensidad o espanto, como en:

Wi’ tle tlakaka, ¡oh, qué tarde es!


Wi’ ka sa ye wel no ye’watl in oniktemi, ¡yo también lo he soñado!

3. Tlewi’ = Witle, ¡qué es eso!, de Tle, qué + Wi, vocativo. Esta interjección refleja susto;
por ejemplo:

Tlewi’ wel a’kualli in oniktemik, ¡oh, que mal sueño he tenido!


Wi’tle Nopiltsin, ¡válgame, Dios mio!

4. Tleoko, ¡oh, qué es eso?, de Tle, qué, algo + Ok, aún + O pasiva. Este adverbio expresa
admiración en tono interrogativo.

5. Tlaka’se’ = Tlaka’so, quizás, del vocativo Tla + Aka’so, puede ser. Como interjección,
este adverbio expresa sorpresa por algo inesperado. Con frecuencia, es reforzado por los
adverbios San, Ye, creando las variantes Santlaka’so = Tlaka’seye’. Por ejemplo:

Tlaka’seye’ is, ¡ahí está!


Tlaka’se kenin nosenka paki, ¡oh, qué sano está!
Tlaka’so ka nelli, ¡oh, será cierto, es posible?
6. Ach, no sé, un poco, es un prefijo superlativo. Como interjección, pronunciado aparte y
seguido de San, este adverbio expresa sorpresa; por ejemplo: Ach san ye nelli, ¡pero, es
posible?

Observación: no hay que confundir este uso con el adverbial, como en Ach akin, no sé quién
sea.

7. Mach, es posible. Como interjección, pronunciándose por separado y delante del predicado,
este adverbio expresa a la vez interrogación, duda y enfado o desconcierto. Por ejemplo: Tlein
mach tiki’toa, ¿qué diablos dices, qué cuento es ese? Posponiendo el adverbio Ye, enfatiza
al verbo en el pretérito, como en Omache’mekatikakikakatsilpia, le ataron muy recio
(Mekatika, con una cuerda + Ki, le + Kakatsilpia, atar fuertemente).

8. Kemmach, ¿cómo es posible?, de Ken, cómo + Mach. Como interjección, este adverbio
expresa sorpresa; por ejemplo: Kemmach in a’mo assemmiki’, ¿cómo es posible que no
tengas frío?

9. Yeik, cómo, de Ye, ya + Ik, sufijo adjetivo. Según el tono que se emplee, este adverbio
interroga o admira. Por ejemplo, en su acepción adverbial, la frase Yeik kualli pregunta ¿cuán
bueno es?; en la interjectiva, exclama ¡qué bueno es!

10. Inik, que, desde, hasta. Como interjección, este adverbio expresa admiración para cosas
positivas o negativas, como Inik kualli, ¡oh, qué bueno, qué cosa tan buena!

Observación: no hay que confundir este uso con el adverbial, como en Inik owalkis in
Tonatiu’, desde que salió el sol.

24.4 Interjectivos imprecativos


Los interjectivos comunicativos son de tres tipos: imprecativos, apelativos y cognitivos. Los
imprecativos incitan, ruegan, auguran o promueven el cumplimiento de una acción. Los más
usados son:

1. Makuel, que ya, de Ma, vocativo + Kuel, ya. Esta interjección se puede enfatizar,
intercalando y posponiendo el adverbio Ye, lo que produce las variantes Mayekuel, Makuele’
(por Makuelye’), Mayekuele’ (por Mayekuelye’). Se usa en dos sentidos:

• Para desear el cumplimiento de una acción, como en Makuel nitlapoa, ¡ojalá yo cuente!
• Para incitar a la acción, como en Makuele’ toltekayé, ¡oh, toltecas, adelante!
2. Tlakuel, que ya, de Tla, vocativo + Kuel. Esta interjección también se enfatiza posponiendo
el adverbio Ye: Tlakuele’ (por Tlakuelye’). Tiene el mismo sentido que Makuel:

• Imprecativo, como en Tlakuel Nanawatsin, ¡ayúdame, oh Sol!


• Incitativo, como en Tlakuele’ yaokiske’, ¡ánimo, guerreros!

Combinado con otros vocativos, Tlakuel enfatiza la exclamación y puede llamar; por ejemplo:
Tlakuel tla shiwallau’ tlashikkapan, ¡eh tú, aporreado, ven!, conjuro al tabaco

3. Manyu’mechiwa, que así sea hecho, expresión ritual compuesta de Man, aféresis de
Niman, esto + Yu’, como + Mechiwa por Mochiwa, se haga, ocurra.

4. Maok, al menos, de Ma + Ok, aún. Como interjección, este adverbio también se enfatiza
posponiendo el adverbio Ye, lo que produce las variantes Maoke’ (por Maokye’) y Make’.
Tiene los mismos sentidos que Makuel y Tlakuel:

• Imprecativo, como en Maok titononotsa maok nenonotsalo, ¡ojalá tomemos consejo,


ojalá escuchemos la palabra!
• Incitativo, como en Maoke’ meshika’, ¡ánimo, mexicas!

5. Tel, pero. Como interjección, este adverbio consuela y expresa o solicita excusa, siendo
equivalente al “perdone usted” del español. Por ejemplo:

Kuish tel ne’watl notlatlakol, ¿acaso es mi culpa?


A’tle tel ma okitlako, en verdad, no ha recibido daño
Ka tel ye kualli, está bien, perdona

6. Kayekualli, que sea para bien, imprecación de buen augurio no salutativa, compuesta por
el vocativo Ka + Ye, ya + Kualli, bueno.

7. Chich. Esta expresión se usaba exclusivamente en los ritos, para invocar a los cuatro vientos
como augurio. Sahagún lo describe así:

“Un hombre tocaba el silbato, y venía diciendo Chich”.

Parece un enfático trunco de Chichtli, silbato, brujo, pero también es posible que sea una
importación del maya, donde Chich es un saludo ritual y significa precisamente invocar,
augurar.

8. Moknelili’, por favor, expresión que invoca el favor de otro, de Iknelia, hacer un favor.
Ejemplo: Moknelili’ totla’to’kau’, ¡protégeme, soberano!
9. Tawi, por favor, aféresis de I’tawi’, invocar favor. Según Molina, este adverbio sirve para
saludar o llamar en general. Alarcón añade que se empleaba como exclamación ritual para
atraer el favor de los cargadores de los rumbos:

“Concluyen (el conjuro) dando voces hacia las cuatro partes del mundo, pronunciando esta
voz Tahui, cuatro voces.” (Tratado de las Supersticiones)

24.5 Interjectivos apelativos


Los interjectivos apelativos sirven para llamar la atención, avisar o rechazar. Los
principales son:

1. Netlé, de Netl, substantivación de Ne, aquel, aquella + É, vocativo masculino. Este


sustantivo llama y saluda a la vez: Netlé Senyaotl, ¡eh, Senyaotl, hola!

2. Niltsé, de No, mi + Ilwi’, decir recíprocamente + Tsé, vocativo masculino. Significa lo


mismo que el anterior: Niltsé Yakapantli, ¡eh, hola, Yakapantli!

3. Nopiltsé, de No + Pilli, hijo + Tsé. Llama y saluda a un niño o joven: Nopiltsé tlapaliwi,
¡eh, joven!

4. Tokné, de To, nuestro + Ikniu’, amigo + É. Llama y saluda a alguien del mismo rango:
Tokné nowikal, ¡eh, compañero!

5. Ane. Esta interjección llama la atención sin saludar: Ane ompa, ¡eh, los de allá!

6. Nik = Nika, he aquí, apócope de Nikan, aquí. Como interjección, este adverbio llama la
atención sin saludar. Se puede enfatizar mediante el verbo Ka’, ser, produciendo la variante
Nikka. Por ejemplo: Nikka’ te’watl nokniu’, ¡eh, usted, amigo!

Observación: no hay que confundir este uso con el adverbial, como en Nik wel itta, me parece
bien. Tampoco con la conjugación Nika, yo estoy, como en Tetlan nika, estoy acompañado.

7. Yekkue, de Yek, ya + Kue. Esta interjección llama sin saludar: Yekkue nikan, ¡eh, aquí!

8. Ayo. Como la anterior, esta interjección llama sin saludar: Ayo shikaki, ¡eh, oye!

Observación: no confundir con el verbo Ayo, ser reprendido, como en Ik ayo in


a’moskalia, se reprende al que estorba.
9. Shi, tú vocativo. Como interjección apelativa, esta partícula tiene las siguientes funciones:

• Llama: Shi nopipiltsitsin, ¡eh, hijos míos!


• Admira: Shi itta, ¡admirable!
• Reprende, prohíbe y silencia: Shi iwinti, ¡cállate, borracho!
• Estimula o espanta animales. En este uso, se le puede añadir el sufijo flexivo U’, como en
Shiu’ kawallo, ¡arre, caballo! La forma Shiu’ se puede contraer en Sho’: Sho’ chichi, ¡vete,
perro!

2.6 Interjectivos cognitivos


Estos interjectivos sirven para reconocer a otro mediante saludo, despedida, gratitud o
comunicación buenos deseos. Los principales son:

1. Tla’palwi = Tlapaloa, saludar, honrar. Como interjección, este verbo expresa el saludo
formal y puede conjugarse; por ejemplo:

Tla’palwi nowampo’, ¡saludos, parientes!


Namechtlapaloa, yo os saludo
Nimitsnotla’palwia, te expreso mi saludo

Observación: no hay que confundir este uso con el verbal, como en Motla’palwis, él será
dichoso.

2. Nemoa, que todos estén bien. Se emplea para saludar, pero contiene también un sentido
imprecativo, pues expresa deseo de cumplimiento.

3. Tlamatka, que haya paz, un uso interjectivo del adverbio Tlamatka, apaciblemente.

4. Pakkayelia, que haya alegría o salud, un uso interjectivo del verbo Pakkayelia, sentirse
bien.

5. Wi = Wi’. Como estudiamos, esta interjección sirve como admirativo, pero también puede
saludar informalmente y llamar, admitiendo las variantes Wia = Wiya. Por ejemplo: Wia
witsnawak telpochtla’, ¡saludos, joven del Sur!, invocación a Witsilopochtli.

Observación: no hay que confundir esta interjección con el imperfecto de Yau’, ir, como
en Ompa wiya in ilwikak, él iba al cielo.

6. Tlaye, ¡bienvenido!, de Tla, vocativo + Ye. Esta interjección saluda a quienes llegan; por
ejemplo: Tlaye we’kakayotl, ¡bienvenido, peregrino!
7. Yolikatzin, que sea en paz, de Yolika, en paz + Tsin, vocativo. Como interjección y en
conjugación, este sustantivo tiene dos usos:

• Saluda y da la bienvenida de manera formal, como en Ma moyolikatsin, sed bienvenidos.


• Se despide, también de modo formal, como en Moyolikatsin tia’kawané, ¡adiós, guerreros!

8. Au’, y. Este adverbio, pronunciado con dos sílabas, así como su reverencial Au’tsin, tienen
tres funciones apelativas:

• Saluda: Au’ ken anwitsé, ¿y cómo habéis venido?


• Aprueba: Au’tsin tlatoanie’, sí, señor.
• Introduce una plática, llamar la atención sobre un detalle o conecta las partes de un
discurso; por ejemplo:

Au’tsin nokonetsin, pues bien, hijo mío


Au’ inik moneneki, pues eso es lo que necesitamos

Observación: no hay que confundir estas funciones con la vinculativa, en cuyo caso, Au’ se
pronuncia en una sola sílaba; por ejemplo: Au’ inik wel moyollo’, y, por mi buen corazón.

9. Tlaso’kamati = Tlaso’mati, gracias, expresión de reconocimiento por el favor recibido,


compuesta de Tla’so, gracia + Mati, conocer, reconocer.

10. Kualli, gracias, uso interjectivo del sustantivo Kualli, bueno, para agradecer en forma
coloquial o incidental.
Capítulo 25. El recurso de la cuantificación
25.1 Tipos de plural
Los sustantivos impersonales no necesitan marcas para expresar el plural; así, según el
contexto, Ilnamikamatl significa el calendario o los calendarios (lit., libro de recuerdos, de
Ilnamiki, recordar + Amatl, hoja, carta). Esto vale incluso para los sustantivos animados; por
ejemplo, en en la expresión Ome siwayolki, dos animales hembras, no es necesario añadir un
sufijo plural al termino Siwayolki.

Sin embargo, los sustantivos personales requieren de sufijos para expresar una pluralidad
indefinida, que se puede definir mediante adjetivos numéricos; por ejemplo: Wewentli,
anciano > Wewentin’, ancianos > Yei wewentin’, tres ancianos.

Es de notar que, la distinción que hace el nahuatl clásico entre los sustantivos personales e
impersonales comenzó a desaparecer desde la invasión por influencia del español, como
testimonia Fray Manuel Pérez:

“Todos los que no son cosas animadas no tienen plural, según el origen del idioma. Pero,
como al día de hoy están amoldados al nuestro, suelen pluralizarlos, aunque sean de cosas
inanimadas.” (Arte del Idioma Mexicano)

En esto no hemos de encontrar tanto una carencia del nahuatl como un cambio profundo en la
cosmovisión, que cosificó al mundo inanimado, anteriormente interpretado de modo genérico.
Las variantes modernas de la lengua pluralizan todos los sustantivos, pero no conforme a las
reglas de aplicación del plural, sino de modo simplificado: algunas comunidades hacen el plural
Tin y otras en Me’, pero no emplean ambos sufijos.

El plural nahuatl es más complejo que el español, pues, además de abundancia, describe su
índole. No es lo mismo pluralizar un grupo indiferenciado de personas (Tlaka’) que un grupo
de esclavos, relacionados por su profesión (Tlakawan, solo en composición), o un grupo de
nacidos, relacionados por su condición (Tlakatke’, solo en composición). Tal complejidad se
resuelve con siete formas de hacer el plural, organizadas en tres grupos:

• Los genéricos Tin, In y Me’ aluden a conjuntos de personas o cosas personalizadas que no
tienen relación entre sí.
• Los plurales de posesión Wan y Ke’ aluden a conjuntos de personas relacionadas por
parentesco, profesión o condición.
• Los plurales enfáticos consisten en la aplicación del saltillo y la frecuentación de una sílaba.
Respecto a su etimología, notamos lo siguientes:

• Cuatro sufijos plurales (Tin, In, Me’, Wan) se forman a partir del articulo In o de su nasal,
que, en Me’, muta a M por preceder a vocal.
• Tres se forman a partir de sufijos de posesión: Me’ y Ke’ lo hacen en E’, y Wan lo hace en
Wa’.

25.2 El genérico Tin


El sufijo genérico Tin se forma de la afijación del artículo In al sufijo verbal Ti. Se aplica a
radicales cerrados, incluso en saltillo, en los siguientes casos:

1. Sustantivos truncos o en Li, Tli, subrogando el sufijo nominal; por ejemplo:

Kakatsak, persona negra > Teokakatsaktin, negros divinos (apodo de los negros que
llegaron durante la invasión)
Kuekuech, impúdico > Kuekuechtin, impúdicos
Kakawalli, viudo > Kakawaltin, viudos
Estlapiktli, falso linaje > Estlapiktin, los bastardos, gentilicio
Tlakanepapantli, extraño > Tlakanepapantin, extranjeros
Wishto’tli, olmeca > Wishto’tin, los olmecas
Siwapilli, princesa > Siwapipiltin, mujeres muertas en el parto

2. Pronombres, para enfatizar el plural; por ejemplo:

Ye’wan = Ye’wantin, ellos, ellas


Mochi, todo + E’wan, aquellos > Moche’wantin, todos aquellos

3. Sustantivos evaluados por su sufijo Ton que estudiaremos adelante.

Es de notar que, en ocasiones, el sufijo Tin no cuantifica, sino enfatiza un tamaño grande o
pequeño, como en:

Kuau’ti, ser alto > Kuau’titin, gigantón, expresión femenina


Sentli, uno + Makpalli, palma de la mano + Ton, sufijo diminutivo > Semmakpaltotontin,
un palmo, medida de longitud
25.3 El genérico In
El sufijo plural genérico In deriva del artículo In. Es más débil que los demás, por lo que suele
confirmarse mediante la afijación del sufijo Tin. Se aplica a tres tipos de términos:

1. Adverbios formados con el sufijo I, como Iski, tanto, mucho > Iskin, todos. Si cuantifican,
estos adverbios tienen opciones en In, In + Tin y Tin, si el radical es cerrado; por ejemplo:

Seki, alguien > Sekin = Sekintin, algunos


Keski, cuánto > Keskin = Keskintin, cuántos
Wei, grande > Wewein = Weweintin, grandes
Mochi, todo > Mochin = Mochtin = Mochintin, todos
Miak = Miek, bastante > Miekin = Miektin = Miekintin, muchos

Si no cuantifican, estos adverbios reciben el sufijo In en dos circunstancias:

a) Para marcar un plural no es explícita. Por ejemplo, Achikin, un poco después, plural de
Achik, de inmediato, no se refiere a un conjunto de momentos, sino a lo que viene después de
ellos. Otros ejemplos:

Immanin, a tal hora o momento, cuantifica la cantidad de momentos transcurridos


Sasikin, no importa cuándo, escoge un momento entre otros
Kesin, puede ser, cómo, alude a diversas posibilidades o modos

b) Para desambiguar, si el singular genera confusión; por ejemplo:

Achin, bien (Ach es prefijo evaluativo)


Ikin, cuándo (Ik, así, es adverbio por sí)
Achikin, un poco de tiempo (Achik, poco)
Kin, justo, al instante (Ki, pronombre relativo)

En algunos casos, la distinción entre las formas singular y plural desaparece, usándose
cualquiera de ellas a opción; por ejemplo:

Iwi = Iwin, así


Yu’ = Yu’ki = Yu’kin, como
Kan = Kanin, dónde
Ak (desambiguador de Aki, penetrar) = Akin, quién, aquel que
Tle = Tei = Tlein, algo
2. El segundo grupo de términos a los que aplica el sufijo In son las cifras simples 2, 3 y 4, y
sus composiciones (con aféresis de la I, en caso del 2). En este uso, la cifra pluralizada se añade
al sustantivo a modo de sufijo plural definido; por ejemplo:

Siwanawin, cuatro mujeres


Tekpilyein, tres príncipes
Sitlalchikomen, siete estrellas

Por lo general, esta aplicación se refuerza mediante el sufijo Tin:

Omentin, los dos


Yeintin, los tres
Chiuknawintin, los nueve

3. Este sufijo también se aplica para pluralizar sustantivos animados impersonales de radical
abierto y cerrado. Tal uso converge con la adición del sufijo nominal In, pues, en este tipo de
sustantivos, se sobreentiende la pluralidad. Por ejemplo, Tolin designa tanto al junco como al
macizo de juncos. Sin embargo, hay aplicaciones con un sentido plural más obvio, como:

Atl, agua > Atolin, rosas


Shako, oscuro > Shakin, hormiga(s)
Michin, pez + Pilli, hijo > Michpilin, caviar, huevas de pez
Atetl, testículos > Atetein, el de los testículos, nombre divino
Kokol, raíz relativa a algo suave > Kokolin, mezcla de huevas y larvas comestibles de la
laguna

Observación: no hay que confundir la aplicación del sufijo plural In con los siguientes casos:

• Sustantivos formados con el sufijo nominal In, como Shakin, hormiga.


• Sustantivos truncos como Tapashin, camaleón.
• Apócopes de verbos en Ni, Na, como Chipin, que gotea.

25.4 El genérico Me’


El sufijo plural genérico Me’ se forma de la aféresis y mutación del artículo In, con el añadido
del sufijo de posesión E’. Equivale semánticamente a Tin, pero se aplica a radicales abiertos
de tres tipos de términos:

1. Sustantivos truncos o terminados en Tl, subrogando el sufijo nominal; por ejemplo:


Wila, el que se arrastra > Wilame’, enfermos
Pinotl, de lengua extranjera > Pinome’, extranjeros de lengua
Tenitl, de otro país > Tenime’, extranjeros de nación
Tlankochtli, colmillo + Tetechkatl, demonio > Tlancochtetechkame’, colmilludos
sacrificadores, cierto tipo de demonios

2. Sustantivos titulares, conviviendo con el sufijo titular; por ejemplo:

Kuikani, cantor > Kuikanime’, cantores


Chawaski, celoso > Chawaskime’, celosos

3. Adjetivos numéricos compuestos con Se, uno, como:

Seme’, algunos
Chi’chikuasemme’, seis por seis

Observación: no hay que confundir este sufijo con casos homófonos como:

Tlameme’, cargador, formado con el verbo Mama = Meme, cargar


Kiname’, plural por saltillo de Kinametl, gigante, poderoso
Tename’, amurallado, de Tenantli, muro + E’, sufijo de posesión

25.5 El familiar Wan


El sufijo Wan es plural posesivo de compañía o parentesco. Se forma de la afijación y aféresis
del artículo In al sufijo de posesión Wa’. Se aplica a radicales abiertos y cerrados de adverbios
y sustantivos, formando tres tipos de términos:

1. Títulos de parentesco consanguíneo o político en los que subroga el sufijo nominal;


por ejemplo:

Si’tli, abuela > Si’wan, abuelas


Akolli, brazo > Akolwan, los de Aculhuacan
Mintontli, tatarabuelo, tatarabuela > Mi’towan (por Mintowan), tatarabuelos, tatarabuelas

2. Pronombres absolutos en los que subroga al sufijo Watl, e impersonales como:

Te’watl, tú > Te’wan, nosotros


E'watl, alguien > Ame’wan, ustedes
Te, pronombre impersonal para personas > Tewan, aquellos
Ne, pronombre impersonal vinculativo > Newan, ambos
3. Conjugaciones posesivas, afijándose en forma directa o a través del objeto; por ejemplo:

No, mi > Nowan, conmigo


I, su > Iwan, y, con, junto a
Mo, tuyo + Pilli, hijo > Mopilwan, tus hijos
Ti, nosotros + I, suyo + Tlakawa’, dueño de esclavos > Titlakawan, somos sus esclavos,
nombre divino

Observación: no hay que confundir la aplicación de este sufijo con radicales en Wan como
Yowalli, noche + Tlawana, beber = Yowallawan, el que se bebe la noche, nombre divino.

25.6 El profesional Ke’


El sufijo Ke’ se forma de la adición del sufijo de posesión E’ al sufijo flexivo K. Es plural
posesivo de individuos ligados por una acción, profesión o condición. Se aplica a radicales
abiertos y cerrados de cinco tipos de términos:

1. Sustantivos de posesión en Wa’, E’, Yo’, en convivencia con estos sufijos; por ejemplo:

Tekiwa’, que tiene un trabajo > Tekiwa’ke’, oficiales guerreros


Teowa’, con divinidad > Teowa’ke’, los sacerdotes supremos
Maye’, obrero (lit., que tiene manos) > Maye’ke’, obreros
Sentlale’, morador, que tiene país > Sentlale’ke’, el pueblo, los conciudadanos
Mawiso’, honrado > Mawiso’ke’, honorables
Tlallo’, con tierra > Tlallo’ke’, terrestres, los seres vivos

2. Sustantivos formados con los sufijos titulares Ti’ y Ki, elidiendo la I del último; por ejemplo:

Tla’to’ki, orador > Tla’to’ke’, representantes


Tonalpou’ki, cronólogo > Tonalpou’ke’, astrónomos, cronólogos
Kalpishki, morador de un barrio > Kalpishke’, vecinos o funcionarios del calpuli
Kalki, morador > Kalke’, familia, moradores de la casa
Tetlamachti’, quien enriquece o alegra a otro > Tetlamachti’ke’, favorecedores
Temakpali’toti’, el que danza con el brazo > Tema’makpali’toti’ke’, danzantes del brazo,
cierto tipo de ladrones

3. Adjetivos en K, por la afinidad fonética. Por ejemplo:

Chikawak, fuerte > Chikawake’, fuertes


Yollokokok, cruel > Yollokokoke’, crueles
Tlalok, fluido > Tlaloke’ = Tlatlaloke’, los que fluyen, los vientos¹
1 Este nombre se interpreta como los hijos de Tlalok, la deidad
creadora. Tlalok deriva de Tlaloa, fluir.
4. Adverbios interrogativos o demostrativos como:

Aki, ¿quién? > Akike’, ¿quienes?


I, suyo > Ike’, ¿quiénes son ellos?
Ayak, nadie > Ayake’, algunos están ausentes
Inin, ese > Ini’ke’, aquellos, los otros
Tlei’, qué > Tei’ke’, ¿qué cosas? (en asuntos personales)

5. Verbos. Hay dos casos:

a) Conjugaciones del pretérito perfecto y el futuro como:

Okuikakke’, ellos cantaron


Ama’siske’, ustedes llegarán
Anyeske’, vosotros seréis

b) Nominalización de verbos y pasivos para formar títulos o describir a quienes actúan o reciben
la acción; por ejemplo:

Toloa, inclinar la cabeza > Toloke’, los toluqueños


Tla’tlatta, mirar a los lados > Tla’tlattake’, audiencia, espectadores
Shitini, dispersarse > Shitinke’, dispersados
Weweti, envegecer los hombres > Wewetke’, ancianos
Ilamati, envegecer las mujeres > Ilamatke’, ancianas
Pewalo, conquistado > Pewaloke’, ellos son vencidos
Tlalilo, investido > Tlaliloke’, los investidos de autoridad

Observación: no hay que confundir la aplicación de este sufijo con los radicales en K que
adoptan el sufijo de posesión E’, como:

Kake’, que tiene zapatos


Shike’, que tiene ombligo

25.7 El plural frecuentado


Otro modo de hacer el plural consiste en frecuentar una sílaba, generalmente la primera del
término. Hay dos casos:

1. Singular colectivo, cuando el frecuentado indica la unidad formada o definida por un


conjunto de elementos. Estos casos se distinguen en que no llevan sufijo plural, razón por la
cual, aplican a sustantivos impersonales. Se forman a partir de términos de cualquier
característica gramatical, como:

Kalla’, grupo de casas > Ka’kalla’tli, pueblo, ciudad


Ayak, nadie, ninguno > Ayayak, ningunos
Mapilli, dedo > Ma’mapile’, que tiene dedos
Teyo’, con piedras > Teteyo’, pedregal
Kapolli, cereza > Ka’kapollan, cerezal
Piliyetl, pipa fina > Pipiliyetl, la pipa de los señores
A’witstli, ala > A’awitstli, plumas rectoras de la cola del ave
Weyak, largo > Weweyak, varios palos
Keski, cuanto > Kekeski, cuántos (pesos)
Kochi, dormir > Kokochi, ellos duermen

En particular, este plural describe objetos formados por una duplicidad, como:

Ma, mano > Ma’maye’, que tiene manos


Kaktli, zapato > Ka’kaktli, par de sandalias
Tlo’maitl, ala de halcón > Tlotlo’maitl, las alas del halcón
Kantli, mejilla, lóbulo > Kakamatl, mazorca doble o múltiple

Esta pluralización puede introducir variación semántica, como en Okokuawitl, pino /


O’okokuawitl, antorchas.

2. El hiperplural consiste en alicar simultáneamente la frecuentación y el sufijo plural, para


enfatizar la pluralidad; por ejemplo:

Sitlalli, estrella > Sisitlaltin, estrellas


Kuachiktli, tonsurado > Kuakuachiktin, soldados valerosos
Achkolli, bisabuelo > Achkokolwan, antepasados
Tiachkau’, hermano mayor > Titiachkawan, hermanos mayores
Mikki, muerto > Mimikke’, muertos
Sentsontli, cuatrocientos + Tochtli, conejo > Sentsontotochtin, los 400 conejos,
sobrenombre de las estrellas

Tratándose de animales, este recurso indica conjuntos como:

Michtli, pez > Mimichtin, banco de peces


Chapoltin > Chachapoltin, enjambre de saltamontes
Kanatl, pato > Kakanau’tin, parvada de patos
Los plurales por frecuentación no admiten adjetivos numéricos como complemento. Así, para
numerar a Teteo’, dioses, hay que deshacer el frecuentado y añadir un plural posesivo:
Makuiltsonteowan, los dos mil dioses (de Makuiltsontli, dos mil + Teotl + Wan).

Observación: no hay que confundir el hiperplural con la pluralización de radicales formados


por un frecuentado, como:

Koko, criado > Kokome’, sirvientes


Chichi, perro > Chichime’, perros

25.8 El plural trunco


El plural también se puede hacer, aplicando el recurso enfático del truncado, que consiste en
elidir el sufijo absoluto a radicales abiertos, añadiendo a continuación el saltillo como marca
plural. Este plural sirve sobre todo para construir títulos y gentilicios. Tiene dos aplicaciones:

1. Simple, cuando se aplica sin la ayuda del frecuentado, como en:

Toltekatl, un tolteca > Tolteka’, los toltecas


Kowatlakatl, invitado > Kowatlaka’, asamblea, asambleístas
Tlakatekolotl, brujo > Tlakatekolo’, brujos
Pochtekatl, comerciante > Pochteka’, los comerciantes
Amantekatl, artista de la pluma > Amanteka’, los artistas
Nikantlakatl, oriundo > Nikantlaka’, los indoamericanos
Chantlakatl, miembro de un hogar > Chantlaka’, hogar, los miembros de la casa
Ilama’tli, anciana + Tlaka’, personas = Ilama’tlaka’, ancianas, damas de la nobleza
Omentin, dos + Siwatl, mujer > Omentin siwa’, dos mujeres

Observación: no hay que confundir este uso con los truncos de radicales en saltillo, como:

Tewi’, perro sin pelo


Ayau’, bruma, nombre divino
We’kau’tata’, ancestro (We’kau’, de lejos + Ta’tli, padre)

Tampoco, con los verbos o adverbios en Ka’, como:

Kowaka’, ser invitado a la cena


Walka’, mucho más
2. Frecuentado, cuando el plural trunco se confirma mediante este recurso; por ejemplo:

Teotl, dios > Teteo’, dioses


Konetl, niño > Kokone’, niños
Teku’tli, señor > Teteku’, señores, senadores

Este tipo de plural aplica sobre todo a colectivos de animales como:

Kueyatl, rana > Kuekueya’, montón de ranas


Kolotl, escorpión > Kokolo’, nido de escorpiones
Masatl, venado > Mamasa’, rebaño de venados
Moyotl, mosquito > Momoyo’, enjambre de mosquitos

25.9 Plurales impersonales


Aunque los sufijos plurales se aplican, sobre todo, a los sustantivos personales, los
impersonales también los adoptan en cuatro circunstancias:

1. Para indicar atributos personales o por constituir nombre propio, como explica Carochi:

“No tienen plural los nombres de cosas inanimadas, y si hay algunos que los tengan, son raros,
porque pensaron por ventura que eran animados, como lo cielos, las estrellas, etcétera. Y
cuando estos nombres de cosas inanimadas por metáfora se aplican a personas, tienen también
plural.” (o. c.)

En estos casos, el sufijo plural personaliza al sustantivo impersonal; por ejemplo:

Oselotl, ocelote > Oselome’, los valientes


Solli, codorniz > Sosoltin, codornices, los demonios del polvo
Kuau’tli, águila > Kuau’tin, guerreros águilas
Shochitl, flor > Shochime’, flores (apellido)
Mikistli, muerte > Mikistin, muertes (apellido)
Makueshtli, brazalete > Makueshtin, brazaletes (apellido)
Sema’si, estar completo + Tsakualli, plataforma > Sematsakualtin, vecindad, vecinos

2. Para indicar colectivos de seres animados, sea por pluralización directa del nombre del
animal, o de alguno de sus atributos. En estos casos, el sufijo plural no personaliza al sustantivo.
Por ejemplo:

Askatl, hormiga > Askame’, nido de hormigas, las hormigas


Mimiawatl, abeja melera > Mimiawame’, la colmena, las abejas
Tototl, ave > Totome’, parvada de aves, las aves en general
Yakatl, punta, nariz + Tsin, sufijo evaluativo > Yakatsintin, ánades

3. Para crear sustantivos evaluados que, por lo general, califican conjuntos de semillas, hojas,
etcétera. Este caso aplica, sobre todo, al frecuentado del evaluativo de pequeñez Ton;
por ejemplo:

Mimilli, cilindro > Mimiltotontin, cilíndricos


Witstli, espina > Witstotontin, espinitas (de una planta)
Apitzaktli, hilo de agua > Apitzaktotontin, pequeños afluentes
Pa’patlachtik, ancho > Pa’patlachtotontin, pequeños y anchos
Malaka’tik, redondo > Malaka’totontin, pequeños y redondos

4. También se aplica plural a ciertos términos relacionados con la cultura y la Naturaleza que
incursionan en el campo religioso, como:

Tetl, piedras > Teme’, piedras (por su relación con la construcción)


Tlaso’, raro, precioso > Tlaso’tin, cosas raras o preciosas
Kashitl, vaso > Kashtotontin, vasos rituales
E’ekatl, viento > E’ekatotontin, vientecillos, imágenes votivas
Kalpolli, barrio > Kalpoltin, calpulis, barrios
Tepetoton, cerrito > Tepetotontin, las pirámides pequeñas de teotihuacan
Tonalpeu’kayotl, inicio del día calendárico > Tonalpeu’kayome’, los días iniciales de
las trecenas

25.10 La infijación de plurales


Los sufijos plurales se unen a términos de todo tipo, incluso a conjugaciones, como en la frase
A’titleme’, no somos nada (de A’mo, no + Ti, nosotros + Tle, algo + Me’, plural genérico).

También se pueden infijar sin perder su sentido. Por ejemplo, el verbo Siwa’tlani, buscar
esposa, contiene el plural Siwa’, mujeres, que sugiere una acción reiterada o una selección
entre varias mujeres.

Por lo general, estos casos se forman por la adición de una partícula modificadora al sufijo
Wan y al trunco con saltillo. Si dicha partícula no es otro sufijo plural, el resultado es un
sustantivo singular que contiene una pluralidad; por ejemplo:

Nowan, conmigo + Po’, sufijo adverbial = Nowampo’, mi prójimo


Tewan, con alguien + Tsinko, sufijo evaluativo = Tewantsinko, en su ilustre compañía
Tlaka’, personas + Wa’, sufijo de posesión = Tlaka’wa’, dueño de esclavos
Observación: no hay que confundir la infijación del plural con los radicales que tienen fonemas
homófonos como:

Kuau’tle[wan]itl, águila de fuego, nombre divino (de Kuau’tli, águila + Tlewanitl, fuego
vivo)
Ayo[tin]chan, su lugar del sumidero, laguna de Tepepolco (de Ayotia, sumergir + In, su +
Chan, sufijo locativo)
Tlaltikpa[ke’]katsintli, el señor de la tierra, apodo de Teskatlipoka (de Tlaltikpak, sobre
la tierra + E’, sufijo de posesión + Ka, ligativo + Tsintli, sufijo evaluativo)

25.11 Excepción reglamentaria


Con frecuencia, los sufijos plurales se aplican de modos no reglamentarios que hay que
aprender de memoria. Estos casos se organizan en cuatro grupos: irregulares, sinónimos,
específicos y por afinidad fónica.

1. La excepción irregular tiene lugar cuando se aplica un plural no reglamentario sin opción
reglamentaria. Por ejemplo:

Akame’ (por Akake’), algunos


Teachme’ (por Teachtin), servidores
Toweyome’ (por Towenyowan), huastecas
Tokotin (por Tokome’), las siembras, cierto tipo de danza ritual
Tepikme’ (por Tepiktin), dioses de las montañas, imágenes votivas

2. La sinonimia ocurre cuando se pueden aplicar varios sufijos plurales al mismo término,
produciendo sinónimos como:

Okichme’ = Okichtin, varones


Topalme’ = Topaltin, pretencioso
Temachtianime’ = Temachtiani’, maestros

Este fenómeno ocurre, sobre todo, entre los sufijos profesionales Ke’ y trunco con saltillo, ya
que ambos tienen una función similar; por ejemplo: Kolwake’ = Kolwa’, culuacanos.

Observación: no hay que confundir estos casos con la convergencia, cuando diversos radicales
producen dos formas plurales con el mimo sentido. Por ejemplo:

Momatini, dulce > Momamatinime’, tímidos


Momati, ser tímido > Momamatke’, tímidos
Meshi’ko, México > Meshi’tin, mexicanos
Meshi’katl, mexicano > Meshika’, mexicanos

3. La especificidad ocurre cuando la aplicación de diversos sufijos a un término connota un


matiz semántico, como en:

Tepetl, montaña > Tepeme’, montañas, ciertas estatuas votivas / Tetepe’, montañas,
cordillera
Koatl, serpiente > Koame’, serpientes, las energías divinas / Kokoa’, nido de serpientes
Koyotl, coyote > Koyome’, coyotes, apodo de los naguales / Kokoyo’, jauría de coyotes

4. La excepción por afinidad fónica tiene lugar cuando el radical manifiesta afinidad por un
sufijo que no es el que le corresponde en regla; hay dos casos:

a) Los radicales en nasal adoptan por regla el sufijo Tin, pero la nasal permite hacer síntesis
con Me’. En algunos casos se mantiene la opción; por ejemplo:

Iskintin = Iskime’, todos


Teshkantin = Teshkamme’, chinches

Otros tienen únicamente la forma no reglamentaria; por ejemplo:

Shakamme’, vanidosos, los otomíes


Ishkuinamme’, madres que aleccionan, ciertos demonios femeninos

b) Los radicales en U’ adoptan por regla el sufijo Tin, pero su terminación es afín al sufijo
Wan, lo que produce opciones como:

Achkau’tli, oficial de justicia > Achkau’tin = Achkawan, oficiales


Teachkau’, maestro > Teachkau’tin = Teachkawan, maestros
Tea’kau’, líder > Tea’kau’tin = Tea’kawan, soldados destacados
Tlamakasteikau’, sacerdote auxiliar > Tlamakasteikau’tin = Tlamakasteikawan,
sacerdotes

En el caso de Shochikuau’tin = Sochikawan, los floridos, también es posible construir el


opcional irregular Shochikau’ke’.

Observación: el nahuatl clásico mostraba una tendencia a normalizar el uso de los sufijos
plurales que fue interrumpida por la invasión, debido a la forma tan diferente como pluraliza
el español. En mi opinión, los esfuerzos de rescate de la lengua deben continuar esa tendencia,
evitando, sobre todo, la excepción irregular, incluso si se encuentra documentada en las fuentes.
Capítulo 26. El énfasis por frecuentación
26.1 Duplicados no frecuentados
El nahuatl tiene dos recursos cuya función es enfatizar el sentido del término: la frecuentación
y el truncado.

La frecuentación consiste en duplicar una sílaba del término; ya la conocimos respecto a cierta
forma de hacer el plural. Para entenderla mejor, aclaremos lo siguiente: todo término
frecuentado tiene una sílaba doble, pero no todo término con sílaba doble es un frecuentado,
pues la reiteración de la sílaba también puede ocurrir por las siguientes razones:

1. Por consistir en una A larga, como en Aaktiou’, ir corriendo. En este caso, la A larga es
característica de la raíz, no producto del frecuentado de Aktia, introducir.

2. Por incorporación, como en Masatl, venado + Sakatl, hierba = Masasakatl, hierba del
venado.

3. Por heredar un frecuentado: por ejemplo, Kikistli, trompeta, no es frecuentado del


inexistente Kistli, sino substantivación de Ki’kisa, pasar repetidamente, enfático de Kisa,
salir.

4. Por contener la raíz una sílaba doble, como en Tototl, ave. Estos casos generalmente son
herencia de un frecuentado anterior a la lengua.

Para evitar confusión, en este estudio llamamos frecuentado a la sílaba que se duplica por
énfasis, y duplicado a la sílaba que se duplica por alguna otra razón.

Observaciones: no hay que confundir la frecuentación con otros fenómenos, sobre todo, en
caso de homófonos. Por ejemplo, Altia, bañarse, da origen a la aglutinación Aaltia, bañarse
en agua (con Atl, agua) y al enfático Aaltia, bañarse mucho.

Tampoco hay que derivar mecánicamente un frecuentado. Por ejemplo, el verbo


Popotsa, hacer fumar, no es enfático de Potsa (eufónico de Poshtsa), hacer un montículo, sino
causal de Popoka, fumar.

26.2 Estructura de la frecuentación


La frecuentación únicamente tiene lugar por énfasis. Se aplica a todo tipo de términos y a
algunas partículas modificadoras. Obedece a cuatro reglas de composición que ya conocemos:
1. En las sílabas cerradas, el primer elemento del par pierde la consonante final; por ejemplo:
Yolli, algo vivo > Yoyolin, insecto.

2. Si el diptongo termina en vocal débil, el primer elemento del par la elide. Por ejemplo: Shou’,
raíz relativa al verdor y la libertad > Shoshou’ki, verde-azul, libre.

3. Si la sílaba termina en vocal fuerte, se intercala un saltillo entre ambos elementos; por
ejemplo: Ekatl, aire > E’ekatl, viento.

4. La regla anterior se exceptúa si la sílaba pertenece a un semantema cerrado, como Teki,


cortar (de la raíz Tek) > Teteki, trocear, destrozar.

Por lo general, el frecuentado se practica en la primera sílaba del radical, que es la que tiene
mayor peso semántico. Sin embargo, si el componente del término que se enfatiza no es el
primero, entonces el frecuentado puede ubicarse en su interior. Por ejemplo, el sustantivo
Siwatlakitl, ropa de mujer (de Siwatl, mujer + Tlakitl, vestido), se puede frecuentar en su
primer componente o en el segundo: Sisiwatlakitl, la ropa de las mujeres / Siwatlatlatkitl, los
vestidos de la mujer. Otros ejemplos:

Telpochkalli, escuela infantil > Tetelpochkalli, escuelas infantiles / Telpopochkalli,


escuela de niños
Tlakua, comer > Tla’tlakua, todo el mundo come / Tlakua’kua, pacer, rumiar
Senteotl, dios del maíz > Sisinteo’, divinos maíces, espigas para ofrenda / Sinteteo’, dioses
del maíz

Como es obvio, si al término se le antepone una partícula o término, la sílaba frecuentada pasa
al interior; por ejemplo:

To, nuestro + Teteku’, señores = Toteteku’, nuestros señores


Te, pronombre impersonal + Ma’mau’tia, dar miedo > Temamau’ti, cosa espantosa
Te + Tla’tlakualtilistli, alimentación colectiva > Tetlatlakualtilistli, banquete tributario
ofrecido al pueblo

De modo extrarreglamentario, el frecuentado se puede reducir, como en:

Tsitsimitl, flechas que encajan > Tsitsmitl, diosa madre, contraparte de Weweteotl
Pi’tli, hermana mayor + Tontli, sufijo diminutivo = Piptontli (por Pipi’tontli), hermana del
bisabuelo
26.3 El sentido de la frecuentación
Desde el punto de vista semántico, la frecuentación es una iteración, es decir, un reforzamiento
del sentido que no a modifica la característica gramatical del término. No obstante, en ciertos
casos, puede comunicar una función nominal, o aplicar o extender el sentido; por ejemplo:

Tonallo’, luminoso > Totonallo’, poseedor de emblemas solares


Nakatl, carne > Nanakatl, hongo
Kaki, escuchar / Kakaki, comprender
Temi, llenar, extender > Te’temi, desplazarse como una onda

Si el término tiene diversas acepciones, estas pueden pasar a su frecuentado. Por ejemplo,
Sisi’tli, frecuentado de Si’tli, abuela, liebre, es plural si se aplica al animal (liebres) y singular
reiterado si se refiere a la persona (bisabuela). Sin embargo es más común que el frecuentado
desarrolle una de las acepciones del término, como en:

Nemi, vivir, caminar > Ne’nemi, caminar


Ilwitl, dia, fiesta > I’ilwitla, celebrar fiesta en diversos lugares

Carochi intenta vincular el frecuentado al tipo de término, distinguiendo verbales de nominales


y condicionándolos por la longitud de la vocal. Sin embargo, las excepciones a las reglas que
él encuentra son tantas, que prefiero interpretar al frecuentado como un recurso flexible que no
conforma característica gramatical o fonológica, ni es acotado por ellas, cuyo objeto es marcar
una idea general de insistencia, interpretable, según el contexto, como pluralidad, reiteración,
exageración, etcétera.

De modo general, se distinguen cinco tipos básicos de frecuentado que, con frecuencia,
convergen: plural, reiterativo, atributivo, titular y estrenuo. Ya estudiamos el primero de ellos
en el capítulo anterior: el frecuentado plural, que describe una pluralidad o colectividad en
términos personales e impersonales, animados e inanimados a los que personifica, como en
Koatl, serpiente > Kokoa’, serpientes. Veamos los otros tipos:

26.4 Frecuentado reiterativo


El frecuentado reiterativo enfatiza tanto la pluralidad como su ausencia. Tiene cinco subtipos:
distributivo, exponencial, aislante, interactivo y de acción.
1. El reiterativo distributivo especifica o distribuye objetos y cantidades específicas o
inespecíficas. Aplica a términos en singular como:

In, artículo definido > Inin, ese, este


Chimalli, escudo > Chi’chimalli, cada escudo
Se = Sentli, uno > Sese = Sesen, cada
Seppa, una vez > Seseppa, cada vez
Sentetl, una cosa > Sesentetl, cada uno
Makuilli, cinco > Ma’makuilli, de cinco en cinco
Chikome, siete > Chichikome, de siete en siete
Mostla, mañana > Momostlae’, todos los días, cada día

Si el énfasis se aplica a números-frase, se frecuenta cada término de la composición; por


ejemplo: Ma’tlakilwitl omei, trece días > Ma’[tlatlak]ilwitl [oom]ei, cada trece días.

Si el frecuentado de una cantidad diferente de 1 se aglutina, transforma el sentido distributivo


en plural, como en Chichikomekoatl, siete serpientes, dioses del maíz.

2. El reiterativo exponencial eleva una cantidad al cuadrado, necesitando por lo general el


apoyo del sufijo plural; por ejemplo:

Ome, dos > O’omentin, dos por dos


Chikuase, seis > Chichikuasemme’, seis por seis
Ma’tlaktli, diez > Ma’tlatlaktin, diez por diez

Se exceptúan el 3 y sus composiciones, que no llevan sufijo plural: Ei, tres > E’ei = Eei, tres
por tres, y el 1, pues su exponente no tiene sentido.

3. El reiterativo aislante enfatiza la singularidad, carencia o negación. A aplica al número 1 y


a adverbios relativos a la unidad, la ausencia o la negación, como en la frase Sesenyekishoa in
tlaltikpak, sólo una vez vivimos en el mundo (de Sesen + Ye, ya + Kisoa, salir + Tlaltikpak,
sobre la tierra). Otros ejemplos:

Sa = San, solo > Sasan, inútilmente


Nonkua’, aparte > Nononkua’, aislado, cada uno por separado
Sel, solo > Iseselton, solito
Nen, en vano > Nenenkoa, frustrar
Sentli, uno > Sesemme’, cada uno por sí
4. El reiterativo de interacción es contrario al aislante, pues relaciona a los partícipes de la
acción en forma reciproca, participativa o como retorno de la acción sobre el sujeto, el objeto
o el grupo. Por ejemplo:

Tlau’tia, servir, donar > Tla’tlau’tia, implorar


Notsa, llamar > Nonotsa, exhortarse a uno mismo
Neki, desear > Ne’neki, desear a alguien
Kowachiwa, invitar al banquete > Ko’kowachiwa, invitarse mutuamente
Tlamanilia, ofrendar a la deidad > Tla’tlamanilia, lanzarse hechizos mutuos

5. El reiterativo de acción describe acciones repetidas o extendidas, o sus efectos. Por ejemplo,
Memetl, maguey cultivado (enfático de Metl, maguey), contiene la idea de surcos ordenados
de cultivo. Otros ejemplos:

Kuel, ya > Kuekuel, a menudo


Ami, cazar > Aami, cazar en diversas partes
Kalaki, entrar > Ka’kalaki, ir de casa en casa
Tema, meter > Tetema, amontonar, apilar
Patia, alterar > Pa’patla, trocar, alternar, replicar
So, punzar > So’so, tejer, contar, disponer, pasar el rosario
Wapawa, contraer > Wawapawa, tener espasmos nerviosos
Tla’tolli, habla > Tla’tla’tolli, narración
Ilwitl, día > Ilwiwitl, todo un día
Poa, leer > Popoa = Popowa, relatar

26.5 Frecuentado atributivo

El frecuentado atributivo enfatiza un atributo o le añade al término un sentido de extensión,


cumplimiento o totalidad. Es de tres tipos: adjetivante, superlativo y comparativo

1. El atributivo adjetivante transforma un sentido sustantivo en atributo. Este fenómeno


puede ser:

a) Activo, si el resultado funciona como adjetivo o adverbio; por ejemplo:

Esso’, sangriento > Eesso’, sangriento, contusionado


Shalli, arena > Shashallo’, arenoso
Kane’, que tiene mejilla > Kakane’, carrilludo
Aya, todavía > Ayaya, difícilmente
Salik, viscoso > Sasalik, pegajoso
Miltik, suave, redondeado > Mimiltik, cilíndrico
b) Pasivo, si funciona como sustantivo; por ejemplo:

Solli, cosa gastada > Sosolli, suciedad


Pochtli, humo > Popochtli, incienso, perfume
Pechtli, petate de dormir > Pepechtli, petate grueso de dormir
Tentli, labio + Tlatlau’ki, rojo = Tentlatlau’ki, animal de boca roja
Nontli = Nono’tli (por Nonontli), mudo

2. El atributivo superlativo exagera un atributo del término. Es de dos tipos:

a) Activo, si el resultado funciona como adjetivo, supliendo composiciones con el adverbio


Senka, muy; por ejemplo:

Owi’, difícil > O’owi’, muy difícil


Wei, grande > We’wei, muy grande
We’ka, lejos > Wewe’ka, muy lejos
Kualli, algo bueno > Kua’kualli, muy bueno o bello
Atoltik, blando > A’atoltik, muy blando
Selik, tierno, delicado > Seselik, muy fresco
Kuechtik, molido > Kuekuechtik, pulverizado
Tla’toani, orador > Tlatla’toani, charlatán

b) Pasivo, si el resultado funciona como sustantivo; por ejemplo:

Shipetstli, algo liso, pelado > Shishipetstli, algo muy liso


Sakatla’, que tiene hierba > Sasakatla’, herbazal
Sokitla’, que tiene fango > So’sokitla’, ciénaga
Kuawitl, árbol / Kuakuawitl, arboleda

3. El atributivo comparativo indica que dos cosas comparten atributos; por ejemplo:

Konetl, niño > Ko’konetl, muñeco (lit., como niño)


Tekpatl, cuchillo > Te’tekpatl, ornado con motivo de cuchillos
Michcho’, relativo al pez > Mi’michcho’, en forma de peces
Siwatla’tolli, lenguaje femenino > Si’siwatla’tolli, lenguaje afeminado del hombre
Okichtla’toa, habla de los hombres > O’okichtla’toa, hablar la mujer como hombre
26.6 Frecuentado titular
Los frecuentados titulares crean títulos aplicables a seres personales e impersonales. Se
distinguen dos grupos:

1. Nombres genéricos que suelen tener un sentido coloquial, admirativo o peyorativo. A veces,
también reciben énfasis por truncado. Por ejemplo:

Kuikani, cantor > Kuikuikani, grillo


Kalachin, cucaracha > Kakalachin, cucaracha
Kal, raíz relativa a la oscuridad > Kakalotl, cuervo

2. Nombres propios de órganos y partes del cuerpo, como:

Tepon, raíz relativa a lo que se abulta > Tetepontli, rodilla


Kecho’, que tiene cuello > Kekeyolli, tobillo
Cholo, que salta o huye > Chocholli, talón
Elli, pecho > Solli, algo gastado > Elsosolli, papada
To, nuestro + Ko, arcaico, raíz relativa a la garganta > Tokokou’, garganta

Observación: no hay que confundir el frecuentado que constituye título con el título que
aprovecha un frecuentado, como:

Sasakatl, red, un nombre de Witsilopochtli


Kakamatsin, el triste o el de cara larga (de Kakamak, sombrío, triste, frecuentado de
Kanawi, delgado)

26.7 Frecuentado estrenuo


El frecuentado estrenuo es el único vinculado a la característica gramatical, pues solo se aplica
a verbos, convergiendo a veces con el reiterativo de acción. Es de dos tipos: intensificativo y
acotador.

1. El estrenuo intensificativo exagera la acción o la lleva a cumplimiento; por ejemplo:

Aki, penetrar > A’aki, penetrar con violencia


Olinia, moverse > O’olinia, removerse, bullir
Sekui, tener frío > Sesekui, tener escalofríos o paludismo
Kowa, comprar > Ko’kowa, comprar muchas cosas
Mina, flechar > Mi’mina, lanzar todas las flechas
Neloa, agitar, batir > Neneloa, mezclar
Tlasa, desechar > Tlatlasa, arrojar, botar
Kalania, sonar el metal > Kakalania, resonar, hacer gran ruido
Kaltia, construir una casa > Kakaltia, construir casas
Keloa, burlarse > Ke’keloa, hacer cosquillas, burlarse
Ishtli + Kikisa, meterse = Ishkikisa, ser extravagante, estar loco
Ikshitl, pie + Pepechia, prensar = Ikshipepechtia, pisotear a otro
Poka, humear + Tepetl, cerro > Popokatepetl, cerro humeante

2. El estrenuo acotador establece los parámetros de la acción, aplicándola o restringiéndola;


por ejemplo:

Notsa, llamar > Nonotsa, avisar, aconsejar


Kaki, escuchar > Kakaki, acechar
Mati, saber > Ma’mati, comprobar
Kali, guerrear > Ka’kali, flechar
Tlama, cazar en general > Tla’tlama, pescar
Amoloni, bullir > Amomoloka, hervir la olla
Kuitlalpia, unir, ceñir > Kuikuitlalpia, ponerse un traje
Mana, ofrecer, presentar > Ma’mana, ubicar, extender

26.8 Frecuentación de partículas


El recurso de la frecuentación no solo se aplica al radical, sino también a las partículas
modificadoras, con tres propósitos:

1. Para enfatizar los atributos de término modificado, en número singular; por ejemplo:

Tepitsin, pequeño > Tepitsitsin, muy pequeño


Achi’tsin, minúsculo > Achi’tsitsin, extremadamente pequeño
Kuau’tikapol, persona alta > Kuau’tikapopol, persona muy alta
Nechkapanketsa, presentarme a mí mismo > Nenechkapanketsa, presumir de uno mismo
Tla, prefijo adverbial + Ishmiktok, sin visión > Tlatlaishmiktok, ser aún de noche
Kuau’choltik, alto + Pol, sufijo evaluativo > Kuau’cholpopol, extremadamente alto

2. Para indicar reiteración y plural colectivo, como:

Nepowalli, cuenta > Nepowaltsitsin, quipu¹


Sayolton, mosquita > Sayoltoton, enjambre de mosquitas
Wal, prefijo direccional + Atl, agua > Wawalaka, llover de nuevo
Ne, pronombre impersonal + Panoa (sólo en composición), llevar > Nenepanoa, juntar
cosas
Amapantsin, papelero, nombre divino > Amapantsitsin, las encarnaciones de Amapan,
una deidad
1 Instrumento para contar hecho con cuerdas anudadas de colores. Se
conoce más en las culturas andinas, pero también se usaba en Anahuac.

3. Para pluralizar; por ejemplo:

Siwatontli, mujercita > Siwatoton, mujercitas


Akki, pequeño + Pil, sufijo evaluativo > Akkipipil, pequeños
Akki + Ton, sufijo evaluativo > Aki’toton, pequeños

26.9 Hiperfrecuentados
El frecuentado se puede aplicar dos veces al mismo término, resultando verbos y adjetivos
hiperfrecuentados. Estos casos son de dos tipos: triplicados y doble frecuentados.

Los triplicados son casos de sílabas triples producto de la frecuentación de un frecuentado.


Desde el punto de vista semántico, son de dos tipos: iterativo y disyuntivos.

1. Los hiperfrecuentados iterativos o escalares aplican un solo tipo de énfasis en forma


progresiva. Por ejemplo, Chichichina, sufrir mucho, es intensificativo de Chichinaka, tener
una pena >, que lo es de Chinoa, arder. Otros ejemplos:

Ma, coger > Mama, portar > Ma’mama, cargar en la espalda


Chiwa, tratar > Chi’chi, acomodar, remendar > Chi’chichi, reparar
Moloa, diluir, deshacer > Momoloka, bullir > Momomoloka, bullir violentamente
Wentli, ofrecido en sacrificio > Wawantli, pintado con rayas (para el sacrificio) >
Wawawanki, enteramente rayado
Kua, comer > Kuakua, masticar > Kuakuakua, mascar interminablemente, rumiar
Shiwitl, hierba, verde > Shoshou’ki, reverdecido > Shoshoshowik, realmente verde

2. Los hiperfrecuentados disyuntivos aplican tipos diferentes de énfasis. En los siguientes


ejemplos se especifica cada caso entre paréntesis:

Pitsa, soplar > Pipitsa, resoplar (intensificativo) > Pipipitsa, gritar el ratón (acotador)
Chiltik, como chile > Chichiltik, rojo (atributivo) > Chichichiltik, cosas rojas (plural)
Tsimitl, rayo solar > Tsitsimitl, demonio (titular) > Tsitsitsimi’, demonios (plural)
Kui, esgrafiar > Kuikui, labrar, esculpir (intensificativo) > Kuikuikui, esculpir en redondo
(acotador)
Tlapalpa, teñir, tener color > Tlatlapalpowi, tener colores (plural) > Tlatlatlapalpowi,
tener muchos colores (superlativo)
Shamania, cascar, quebrar > Shashamaka, hacer ruido el agua o el vientre (acotador) >
Shashashamaka, crepitar, crujir (intensificativo)

Observación: no hay que confundir los hiperfrecuentados con sus homófonos formados por
incorporación, como:

Tototl, pájaro + Tontli, sufijo evaluativo = Tototontli, pajarito


Mo, tu + Momochtli, palomitas de maíz = Momomoch, tus palomitas

26.10 Frecuentado doble


El segundo tipo de hiprefrecuentado se crea cuando un término contiene dos frecuentados que
afectan a dos de sus componentes. Este fenómeno ocurre por afijación y por aglutinación.

1. Al afijar a un radical frecuentado una partícula modificadora también frecuentada, el


resultado es una doble frecuentación que suma sus sentidos. Por ejemplo, en el término
Pipiltotontin, niñitos, el frecuentado del radical indica plural, y el del sufijo, condición de
pequeñez. Otros ejemplos:

Konetl, niño > Kokonetsitsin, bebés


Yo’yolin, insecto > Yo’yolitsitsin, pequeños insectos
Mimiltontli, pequeño cilindro > Mimiltotontin, pequeños cilindros
Wewe’ton, viejito > Wewe’totontin, viejitos
Tla’tlaloa, correr para todos lados > Tla’tlaloapopol, el que corre para todas partes

2. La doble frecuentación por aglutinación tiene dos modalidades:

a) Aglutinación de frecuentados, cuando ambos términos entran a la aglutinación con su propia


frecuentación. Por ejemplo:

We’we’, grande + Tla’tlakolli, gran pecado = We’wetla’tlakolli, gran pecado


Kokototsoa, plegar + Tlatlalia, depositar + Kokototstlatlalia, sentar a alguien
E’ekatl, viento + Pipitska, silvar = E’ekapipitska, silvar el viento

b) Frecuentación de frecuentados. Estos casos tienen lugar cuando se frecuenta un componente


de una aglutinación que ya contiene un frecuentado, como en:

Ishtli, ojo + Chichinalistli, obnubilación > Iichichitinalistli, enfermedad de los ojos


Estli, sangre + Kuikuiltik, lleno de manchas = Eeskuikuiltik, ornado con salpicaduras de
color sangre
Kuaitl, cabeza + Kuekuechka, temblar, sacudir > Kua’kuakuekuechoa, mover la cabeza
en desaprobación

26.11 Duplicados
La nominalización de un frecuentado con el propósito de producir titulos o expresar el resultado
de una acción enfatizada pierde el énfasis, convirtiéndose en un caso de duplicado o triplicado
no enfático, ya que sílaba reiterada no tiene el propósito de enfatizar a ese termino. Estos casos
se reconocen porque la reducción del duplicado o el triplicado da como resultado un término
inexistente o con un sentido no directamente relacionado. Por ejemplo, Popo’tia, unir tallos,
frecuentado de Poa, tallo de hierba, da origen al duplicado (no enfático) Popotl, escoba. Otros
ejemplos:

Chochoka, gritar el animal > Chochotl, perico


Kua’kuawi, cortar ramas > Kua’kuawitl, leñador, nombre propio
Kuikuikui, esculpir en redondo > Kuikuikuilli, escultura
Pipipitsa, gritar el ratón > Pipipitl, grito del ratón
Kuakuakua, rumiar > Kuakuakualli, rumiante
Nanawati, tener bubas o manchas > Nanawatsin, nombre propio
Kuekuechtik, pulverizado > Kuekuechtli, disoluto, impúdico
Capítulo 27. Enfáticos truncos
27.1 Formación
El segundo tipo de énfasis consiste en la reducción del pasivo, el sustantivo o, más raramente,
un adverbio, a su radical, por el truncado o elisión de los sufijos pasivo o nominal, tanto
absoluto como de otro tipo, incluso plurales, o por apócope del adverbio. Carochi llama al
resultado “nombres mutilos”:

“Hay algunos nombres imperfectos y mutilos, porque les falta su final Tl, Tli, que se dicen por
mofa y vituperio, o denotan falta de la persona.” (o. c.)

Este recurso tiene una función parecida a la del frecuentado, enfatizando aspectos positivos,
negativos o neutros del sentido del término.

Observación: no hay que confundir los truncos enfáticos con los siguientes casos:

• La posesión, pues subroga el sufijo nominal. Esto es más importante en ciertos sustantivos
que funcionan solo en posesión; en los siguientes ejemplos se muestran entre paréntesis los
formas absolutas teóricas:

Mochan (Chantli), tu casa


Imapanka (Mapankatl), su brazalete
Nowampo’ (Wampo’tli), mi semejante, mi igual
Iposh (Poshtli), barrigón (lit., su panza)
Tatlia (Atliatl), nuestros bigotes
Ikamapach (Kamapachtli), su barba

• Pasivos como Shapo, perforado, apodo de Teskatlipoka.

• Composiciones adverbiales como Kuaitl, cabeza + Tilak, grueso + Achi, un


poco = Kuatalachi (por Kuatilachi), cabezón.

• Conjugaciones en función nominal como:

Teyaou’, contrario (lit., él desafía, de Yaowi, dar gritos de guerra)


Wel, bien + Tlanesi, aclararse = Wellanesi, claro
A’tlakatl, inhumano + Nesi = A’tlakanesi, estúpido, grosero
27.2 Truncos propios
Desde un punto de vista morfológico, hay dos tipos de truncos, ambos con la misma estructura
y función: propios y derivados.

Son propios ciertos títulos que carecen de sufijo nominal y sólo tienen forma enfática, como:

Alo, loro
Tosnene, papagayo
Tlilka, perro negro
Sentla’kol, mitad

Algunos títulos se forman de términos importados de otras lenguas, llegando al nahuatl con
una carga enfática que no requiere nominalización, como:

• Del tlapaneca: Yopi’, apodo de Shipe Totek


• Del otomí: Oton, fuerte, soldado distinguido
• Del tarasco Tsintsun: Tsintson, colibrí
• Del tarasco Thzanatza: Tsanatsi, manta, capa
• Del protonahuatl: Mayawel = Mayowel, deidad del pulque

Es necesario aclarar que algunos sustantivos que parecen truncos, en verdad son casos de
síncopa del sustantivo In. Estos se dividen en dos grupos:

1. En los radicales abiertos, el sufijo In pierde la I por eufonía; por ejemplo:

Mayaken, lobo
Chilpan, avispa
Tosan, tusa, cierto tipo de rata
Chian = Chien, semilla aceitosa
Toposan, tepozán

2. En los radicales cerrados, el sufijo In pierde la N por la debilidad intrínseca a esta consonante
en tal posición; por ejemplo:

Kosi, rubio, perro para ofrenda


Tesi, harina
Chichi, perro
Tlakuashi = Tlakualshi, glotón
Tapachtli, coral + Ichiwalo, adornado > Tapachichi, saltamontes
Amech, a vosotros + Ichiwalo > Amechichi, oficial de etiqueta de la corte
27.3 Truncos derivados
Son derivados los truncos que se forman por la pérdida del sufijo. Estos se clasifican en tres
grupos, según su relación con la forma sufija: sinónimos totales, parciales y aplicativos.

1. En la sinonimia total, el trunco conserva el sentido de origen, pero se aplica de modo informal
o peyorativo; por ejemplo:

¹ No hay que confundirlo con el verbo Chi’cha, escupir. A través de los españoles, el sustantivo
trunco pasó a las lenguas sudamericanas, dando nombre a diversas bebidas nativas.

Kakatl = Kaka, rana


Tsapatl = Tsapa, enano
Totolli = Totol, pavo
Tsa’tsini = Tsa’tsi, pregonero
Tapachtli = Tapach, coral, caracol
Tlaso’tli = Tlaso’, algo raro, precioso
Chi’challi = Chi’cha, baba, escupitajo¹
Temachtiani = Temachti, maestro, predicador
Wilani, mutilado > Wila = Wil, cojo

2. Los sinónimos parciales comparten el sentido, pero el trunco lo especializa. Por ejemplo,
Ishneshtli = Ishnesh, cara de ceniza, se aplica en forma sufija a quien peca a escondidas, y
trunca, como apodo del dios Wewekoyotl. Otros ejemplos:

Tla’tolli, palabra edificante / Tla’to, palabra oscura o falsa


Shilotl, mazorca de maíz madura / Shilo, nombre divino
Nawalli, brujo como sabio / Nawal, brujo como hechicero
Tonalli, calor solar, especialidad, privilegio, sugestión, signo calendárico / Tonal, alma

3. Los truncos aplicativos aplican el sentido básico en forma causal, o por metáfora o tropo;
por ejemplo:

Amantli, mosaico de plumas > Aman, artista


Kuanakatl, cresta > Kuanaka, gallina
Chocholli, pata de venado > Chochol, rudo
Sholotl, maíz doble, algo monstruoso > Sholo, pene criado
Ketsilo, levantado sobre la punta de los pies > Ketsi, cojo
A veces, la deriva es tan extensa que no se reconoce el nexo ente los sentidos, a menos que se
conozca el contexto cultural; por ejemplo:

Sentsontli, cuatrocientos > Sentson, artesano, sabio, capaz


Kuau’chimalli, escudo de madera > Kuau’chimal, mono

El truncado puede hacer que se pierdan acepciones, de donde resultan sinónimos estrictos
acotados, como Senkamatl, bocado, palabra > Senkama, bocado. Y a la inversa: un trunco
puede adquirir nuevos sentidos, permitiendo que convivan diversas formas de sinonimia, como
Kuatesontik, calvo, tonsurado > Kuateson, tonsurado, hermano lego.

27.4 Truncos descriptivos


Por su función, los enfáticos truncos son de dos tipos: atributivos y titulares. Los atributivos se
clasifican en tres grupos: descriptivos, despectivos y apreciativos.

Un trunco puede compartir el sentido descriptivo con el desprecio o el aprecio, como ocurre
con algunos evaluados que estudiaremos en el capítulo siguiente, en los que el tamaño implica
cualidad.

Los truncos descriptivos describen la forma, el tamaño, la extensión o algún componente del
término sufijo; también aplican o intensifican el sentido básico sin calificarlo. Por ejemplo:

Tsikilo, cortado > Tsikil, pedacito


Ketsalli, quetzal > Ketsal, pluma de quetzal
I’wikemitl, vestido de plumas > I’wiken, pavo
Tlane’nelolli, algo mezclado > Tlane’nel, mezcla
Tsinakantli, murciélago > Tsinakan, un murciélago grande
Tla’ka’tli, mediodía > Tla’ka’, la parte diurna del día
Yoalli, noche > Yoal, sólo en composiciones como Seyoal, toda la noche, y Nau’yoal,
cuatro noches
Kuesalin, plumas rojas > Kuesal (sólo en composición), colores cálidos vivos
Sitlalmaolololli, vencedor de estrellas > Sitlalmaololo’, hombre muy alto (término
femenino)
27.5 Truncos apreciativos

Los truncos calificativos describen una condición, aportando un matiz emocional o moral, o
un tono coloquial. Algunos funcionan como adjetivos. La calificación puede ser apreciativa o
despectiva.

Los truncos apreciativos enfatizan buenas cualidades o se usan en señal de afecto, confianza o
respeto; por ejemplo:

Si’tli = Si, abuela


Ilamatl = Ilama’, anciana
Wewetl = Wewe’, anciano
Mochi, todo > Moch, sabio
Nemaktli, don / Nemak, privilegio
Eelli, espíritu, aliento / Eel, diligente
Kuachiktli, insignia militar de plumas / Kuachik, fuerte, valeroso

27.6 Truncos despectivos

Los truncos despectivos enfatizan o aportan malas cualidades, cayendo con frecuencia en lo
peyorativos. Este tipo de calificación puede hacerse de dos maneras:

1. Por deducción, cuando la condición deriva directamente del sentido de la forma sufija,
como en:

Okposalo, hinchado de vino > Okposa, bebedor


Kuechtli, polvo, restos = Kuekuech, desvergonzado
Yollo’nekuilo, de corazón torturado > Yollo’nekuil, malvado, bruto
Kuau’watsalli, tronco, madera > Kuau’watsal, árbol seco
Kuitlapeshonki, intestinos inflamados > Kuitlapets = Kuitlapits, barrigón
Ishtso’kuilli, rostro manchado > Ishtso’kuil, cara sucia, apodo personal
Ishtepetlatl, ciego > Ishtepetla, tonto

2. Por comparación, cuando la condición se ejemplifica por aglutinación mediante elementos


que tienen o evocan una carga calificativa, como:

Kochi, dormir + Mimilli, cilindro > Kochmimil, dormilón


Chichiwalli, tetas + Mekapalli, cargador > Chichiwalmekapal, tetona
Kuaitl, cabeza + Tatapa’tli, harapos > Kuatatapa’tli = Kuatatapa’, desmelenado
Yakatl, nariz + Metlapilli, mano de mortero > Yakametlapilli = Yakametlapil, narizón
Kuau’tli, árbol + Chachalanilo, competido, reñido > Kuau’cha’chalan, hombre muy alto,
término despectivo femenino

27.7 Truncos titulares


El recurso del truncado también crea tres tipos de títulos, tanto propios como con opción sufija:

1. Nombres genéricos de animales y plantas como:

Askapatlan, hormiga voladora


Tsikatana’tli = Tsikatana’, hormiga feroz
Shashaka, búho
Mapach, mapache, ladrón
Anenestli = Anenes, larva de libélula
Toloa, floripondio
Nopalli = Nopal, nopal, tuna

2. Títulos personales como:

Tepachoani = Tepacho, presidente, gobernador


Teku’tla’toani = Teku’tla’to, representante, senador
E’ka, cierto tipo de sacerdote

En este grupo entran los mutilos atributivos que describen características humanas.

3. Nombres personales de tres tipos:

a) Propios, los que no tienen forma sufija, como:

Ishtomi, ojo alerta


Temil, dispuesto
Shilonen, madre maíz
Sipaktonal, dragón de luz
Ishkuinan, madre manchada
Shiu’tlalpil, atado de año = Shiu’ken, vestido de año = Ketsalshiu’, año erguido =
Shiu’tlatlak, fuego del año = Shiu’kosol, cuna del año (femenino), nombres dados al niño
que nacía cuando se “cargaba” el año
b) Derivados, los que emplean a opción la forma sufija, como:

Nanawatl = Nanawa’, buboso


Epkoatl = Epkoa, serpiente nacarada
Chilamalmatl = Chimalma, escudo en mano
Shiu’pilli = Shippilli = Shiu’pil = Shippil, príncipe de turquesa

c) Aplicados, los que solo se emplean como nombre propio la forma trunca, sinónima de la
sufija, como los siguientes nombres divinos:

Itskaktli, sandalias de obsidiana > Itskak


Ishtliltontli, algo pequeño y negro > Ishtlilton
Piltsinteku’tli, señor príncipe > Piltsintek
Painalli, corredor ágil > Painal = Pain
Shochitonal, signo florido, un animal mítico > Shochitonal
Shochiketsalli, pluma preciosa > Shochiketsal

27.8 Titulares concretizados

Según su origen, los truncos titulares se pueden clasificar en concretos y concretizados.

1. Los concretos son aplicaciones de sustantivos concretos cuyo sentido conservan, como los
siguientes nombres propios:

Kopilli, gorro > Kopil


Mashtlatl, braguero > Mashtla
Tenochtli, nopal rústico > Tenoch
Tlakaellelli, pecho, persona de valor > Tlakaellel
Malinalli, hierba torcida > Malina
Kueshkochtli, nuca > Kueshkoch, un demonio
Meshiktli (eufónico de Metsshiktli), ombligo de la luna > Meshi

2. Los concretizados son aplicaciones de una abstracción cuyo sentido se concretiza por la
pérdida del sufijo, como los siguientes títulos:

Kuachiktli, insignia, distinción > Kuachik, hombre valiente


Tlaokolli, misericordia > Tlaokol, misericordioso
Papallotl, charlatanería > Papal, charlatán
27.9 Hiperenfáticos
Los títulos formados por reiteración suelen reforzarse mediante el truncado, creando
hiperenfáticos o términos con énfasis doble. Por lo general, en estos casos, el frecuentado
compara o reitera, y el trunco comunica énfasis atributivo. Por ejemplo:

Nantli, madre > Nana, mamá


Ta’tli, padre > Tata, papá
Maitl, mano > Mama, cargador
Chontal, rudo > Cho’chon, grosero
Kou’tli, comprado > Koko, esclavo
Chinkal = Chichinkal, persona irritante
Kestli = Keshtli, un pedazo > Tlakeke, pinza para comer
Kueshtli, huasteca > Kuekuesh, nombre humano y divino
Tepi’tli, la hermana mayor de alguien > Tepi = Tepipi, sirviente
Tsokatl, verruga > Tsotsokatl, verrugoso > Tsotsoka, indigente
Shotl, pie + Mekatl, cordel > Shome’meka, de piernas flacas

Por su expresividad, la combinación de ambos tipos de énfasis puede ser suficiente para indicar
el sentido, deshaciendo una composición. Por ejemplo, el sustantivo no enfático
Shikaltekompapalotl, variedad de mariposa (de Shikaltekomatl, vasija para beber +
Papalotl, mariposa), se frecuenta y trunca en Shikaltetekon, perdiendo el componente
Papalotl, pero conservando el sentido de la forma sufija.

Al menos en una ocasión, el truncado de un frecuentado adquiere un sentido adverbial: Chantli,


hogar > Cha’chan, cada cual a su casa.

27.10 Truncos nominalizados


Mencionemos, por último, que un trunco propio puede adquirir un sufijo nominal. Estos casos
son de dos tipos:

1. Evaluados, los truncos de todo tipo que adquieren sufijos evaluativos, como Nanawa’ >
Nanawatsin, bubosillo. Los estudiaremos con más detalle en el siguiente capítulo.
2. Absolutos, los escasos truncos propios que adquieren sufijos absolutos para describir
sentidos derivados o funcionar como títulos o nombres propios. Por ejemplo, el caracol llamado
Ayo’palli es un renominado del trunco Ayo’pal, de color naranja-violeta, formado de Ayo’tli,
calabaza + Palli, teñido. Otros ejemplos:

Chian, semilla oleaginosa > Chiatl, aceite


Koshkosh, faisán > Koshkoshtli, nombre propio
Kuatlasol, presuntuoso > Kuatlasolli, nombre propio

Observación: a veces, es necesario examinar el contexto lexical para deslindar un trunco


nominalizado de un sustantivo absoluto. Por ejemplo, Kokotl es un nombre propio derivado
del trunco propio Koko, sirviente, pero Kokol, sirviente amado, es el trunco de
Kokolli, servicio. Kokolli no se puede interpretar como la nominalización de Koko, ya que la
L del radical es residuo del pasivo Kokolo, enviado.
Capítulo 28. El recurso de la evaluación
28.1 Sustantivos evaluados
El recurso de la evaluación se establece mediante once partículas que ponderan el tamaño, la
condición, la calidad o el referente del término:

• Los sufijos diminutivos afectivos Pil y Shoch.


• El sufijo diminutivo apreciativo Tsin.
• Los sufijos diminutivos despectivos Ton y Tsol.
• El sufijo despectivo Sol.
• El prefijo aumentativo apreciativo Wei.
• Los aumentativos despectivos Pol (sufijo) y Tel (prefijo).
• El prefijo superlativo Ach.
• Los sufijos referenciales Po’ y Teu’.

Estos evaluativos se unen a términos de todo tipo; los sustantivos y verbos dan origen a
sustantivos, pero, cuando se aplican a adjetivos y adverbios, en ocasiones se limitan a matizar
el atributo; por ejemplo:

Keski = Kesiski, ¿cuánto? > Keskitoton = Kesiskipipil, ¿cuán pequeño?


Topatlaktik, largo y delgado como caña o junco > Topatlaktikapil, un poco parecido al
junco

Los sufijos evaluativos pueden adquirir un sufijo nominal absoluto, como Pilli, niño > Piltsin
= Piltsintli, niñito. Los evaluativos en L también admiten el sufijo In, como Tama, raíz relativa
a la masa > Tamasolin, sapo.

Se exceptúan los sustantivos truncos y los que funcionan como nombres propios, salvo
excepciones. Estos solo reciben el evaluativo trunco, como Chichi, perro > Chichiton, perrito.

Por lo general, las formas truncas y renominadas equivalen: Atsin = Atsintli, agüita, gota. Sin
embargo, también pueden connotar diferencia semántica o de uso, como en:

Kalli, casa > Kalpol, choza / Kalpolli, barrio


Teku’tli, señor > Teuksin, respetable señor, título dado al padre por la hija / Teuksintli,
nombre propio
Mediante incorporación, los sufijos evaluativos se pueden infijar sin perder su sentido;
por ejemplo:

Tlama[tsin]katl, hipnotizador, apodo de Teskatlipoka


Tepe[pol]ko, en la gran montaña, un lugar
Tla[tel]chiwalistli, menosprecio, reproche

Observación: no hay que confundir los sufijos evaluativos con los radicales de terminación
homófona, como Yakatopil, ave de pico largo (de Topilli, bastón).

28.2 El diminutivo Pil


El diminutivo Pil se forma de Pilli, niño. Se puede aplicar en forma trunca, algo mas enfatica,
o con sufijo nominal. En este último caso, el resultado se distingue de las afijaciones de Pilli,
hijo, en que es una extensión del sentido del término de origen; por ejemplo:

Owatl, tallo > Owapilin, planta de tallo alto y delgado


Chikiwitl, cesta > Shikipilli, bolsita, monedero

Este evaluativo tiene dos modalidades: neutra y afectiva.

1. La modalidad neutra indica únicamente pequeñez o delgadez, como en Pa’patstli, esponja


> Pa’patspil, esponjita. Aplicada a adjetivos y adverbios, esta función tiene tres modos:

a) Si el atributo del término es neutro, se le añade, como en Mimiltik, cilíndrico > Mimilpil,
pequeño y cilíndrico.

b) Si el atributo connota elevación, lo atenúa, como en Kostik, amarillo > Kospil, amarillento,
un poco amarillo.

c) Si el atributo connota pequeñez o delicadeza, lo intensifica, como en Yayamastik, dulce al


tacto > Yayamaspil, muy dulce al tacto.

Con frecuencia, estos modos se mezclan, deslindándose por el contexto; por ejemplo, el
evaluado de Wiak, largo, es atenuante en la frase Wiakapil, a’mo wiak inin mekatl, esa
cuerda no es muy larga, pero suma su sentido en Wiakapil in kuetlashkolli, la lombriz de
tierra es pequeña y larga.
2. La modalidad afectiva connota juventud, fragilidad o ternura, implique o no un tamaño
pequeño; por ejemplo:

Ichkatl, algodón > Ichkapil, ovejita


Totol, pájaro > Totolpil, avecilla
Wewentli, viejo > Wewenpil, viejito
Pilli = Konetl, niño > Pilpil = Konepil, niñito

Tratándose de sustantivos entitivos o de posesión, o adjetivos en K, este sufijo se afija a través


de la partícula adverbial Ka, que indica instrumento de acción; por ejemplo, Ma’mae’, que
tiene manos > Ma’maekapil, que tiene ramitas.

Este sufijo se frecuenta para acentuar el atributo, como en Achipil, poquito > Achipipil, casi
nada, o para pluralizar, como en:

Akki’, pequeño > Akki’pipil, pequeños


Ilama’, vieja > Ilama’pipil, viejitas
Totol, pavo > Totolpipil, los pollos del pavo
Tekuani, fiera > Tekuanipipil, los insectos venenosos

Observación: no hay que confundir la aplicación de este sufijo con la afijación de Pilli, como
en:

Maitl, mano > Ma’pilli, dedo


Michin, pez > Michpilin, hueva de pez

28.3 El diminutivo Shoch


El diminutivo afectivo Shoch deriva de Shochitl, flor. No debe interpretarse como un enfático
trunco de Shochitl; por ejemplo, Kalshoch, ratón, no es el trunco de Kalshochitl, flor de la
casa, sino descripción de la madriguera (lit., casita).

Este sufijo se puede aplicar de dos modos: trunco y con sufijo nominal.

1. El modo trunco crea títulos en los que indica pequeñez, ternura, gracia, preciosidad o algo
que inspira lástima, como:

Elotl, elote > Eloshoch, elotito, nombre femenino


Tospalli, amarillo = Tospalshoch, doradito, nombre propio
Akatl, caña > Akashoch, ciervo (lit., el pequeño de las cañas)
Tewikalli, compañero = Tewikalshoch, perro doméstico
Milkua, comer tierra > Milkuashoch = Milkuashochtli, lagarto
Ketsal, pluma preciosa > Ketsalshoch, precioso, el sacrificado
Mimiki, sufrir un ataque, estar paralítico > Mimikishoch, enfermizo, moribundo

2. Si se le añade sufijo nominal, este evaluativo indica una porción o límite, como en:

Kua, tope > Kuashoch = Kuashochtli, frontera, límite


Tletl, fuego > Tleshochtli, brasa
Tlateochiwalletl, fuego sagrado > Tlateochiwalleshochtli, carbones sagrados

Este sufijo se frecuenta para enfatizar el atributo de ternura en Meshoshochtli, maguey verde
(de Metl, maguey). De modo excepcional, ocupa posición prefija en Wikolli, vaso >
Shoshochwikolli, vasito.

28.4 El diminutivo Tsin


El diminutivo apreciativo Tsin deriva de Tsintli, cola, base. Se puede aplicar en forma trunca,
enfatizando la evaluación de pequeñez, o con sufijo nominal, introduciendo un matiz de
apreciación. Tiene tres funciones:

1. Como aplicación del sentido básico de su término de origen, indica compasión o condición
humilde o despreciable. Por ejemplo:

Tsotsoma’tli, tela > Tsotsoma’tsin, trapo, nombre propio


Nanawatl, bubas > Nanawatsin, buboso
Tentletl, cono de fuego > Tentletsin, fueguito pobre
Iknotl, huérfano > Iknopiltsin, huérfano, pobre, necesitado
Masewalli, merecido > Masewaltsintli, persona humilde

2. Es diminutivo neutro de tamaño o cantidad de objetos, espacio o tiempo; por ejemplo:

Se, uno > Setsin, uno, único


Itla’, algo > Itla’tsin, cosita
Aki’, poco > Aki’tsin, un poco
Kentel, un poco > Kenteltsin, de algún modo
Askatl, hormiga > Askatsin, hormiguita
Yolkatl, ser viviente > Yolkatsintli, pequeño animal
Sintli, maíz > Sintsin, grano de maíz
Ma’pilli, dedo > Ma’piltsintli, dedito, el dedo meñique
Semilwitl, un día > Semilwitsintli, un sólo día, apenas un día
Esta función atenúa un sentido elevado, como en Kualteotl, bello > Kualtetsin, medianamente
bueno, o acentúa un sentido bajo, como en Kakanawak, delgado > Kakanatsin, cosa delgada.

3. Indica una condición honorífica desvinculada de la pequeñez o la brevedad, de dos modos:

a) Marcando respeto o deferencia a persona; por ejemplo:

Kolli, abuelo > Koltsin, respetable abuelo


Nau’yotl, cuarto > Nau’yotsin, el cuarto, nombre divino
Teku’tli, señor > Tekutsin, respetable señor
Temiktli, sueño > Temiktsin, ensoñador, nombre propio
Siwatl, mujer > Siwatsintli, mujercita, respetable señora
Ma’pilli, dedo > Moma’piltsin, tus dedos

Esta modalidad crea títulos como Ta’tsin, respetable padre, y nombres propios como:

Kentsin, elegante
Istakatsintli, blanco
Teuksintli, señor
Atonaltsin, febril
Kinantsin, poderoso
Tlakateotsin, humano divino
Tlalolintsin, temblor de tierra

b) Reconoce o enfatiza el valor, la preciosidad o la condición especial, pudiendo incluso invertir


el sentido de pequeñez; por ejemplo:

I’iotl, aliento > I’iotsin, vitalidad


Wentli, ofrenda > Wentsin, la ofrenda
Ashoshok, profundo > Ashoshoktsin, pájaro de pluma verde
Maitl, mano > Matsin, mano grande, generosa, título
Kolotl, escorpión > Kolotsin, vinagrillo, escorpión de gran tamaño
Melawaka, ser justo u honesto > Melawakatsintli, muy justo

Asociada a adverbios, esta modalidad expresa admiración y sirve de vocativo femenino, según
ya estudiamos; por ejemplo:

Kenami’, cómo > Kenami’katsintli, ¿cómo es eso?


Kanoso, es así > Kanosotsin, ¡está bien!
Las funciones diminutiva y honorífica se unen de tres modos:

• Inclusivo: Konetl, niño > Konetsintli, niñito y querido niñito


• Opcional inclusivo: Nana, mamá > Nantsin, mamita y respetable madre
• Opcional exclusivo: Pilli, niño, príncipe > Piltsin = Piltsintli, niñito / respetable príncipe.

En caso de sustantivos titulares o de posesión, o adjetivos en K, este sufijo se afija a través de


la partícula Ka; por ejemplo:

Kokok, doloroso > Kokokatsin, dolor, aflicción


Kale’, casero > Kale’katsintli, guardián de la casa

Este sufijo se frecuenta con dos propósitos:

1. Para enfatizar la evaluación, como en:

Yo’yolitsitsin, insecto
Tepitsitsin, átomo (lit., muy muy pequeño)

2. Para pluralizar, como en Ye’watl, él, ella > Ye’wantsitsin, ellos, ellas. Puede adquirir sufijo
plural, en cuyo caso se elide la N del segundo elemento del frecuentado; por ejemplo:
Masewaltsitsiwan, los repetables macehuales.

Observación: no hay que interpretar la afijación de Tsin + Tli como composiciones


con Tsintli, trasero. Para evitar equívocos, la lengua siempre antepone este término en sus
aglutinaciones.

28.5 El diminutivo Ton


El diminutivo despectivo Ton es un morfema propio (no deriva de un sustantivo). Como los
anteriores, se puede aplicar en forma trunca, acentuando la connotación despectiva, o con sufijo
nominal, en cuyo caso se reduce a expresar pequeñez. Tiene dos funciones: neutra y peyorativa.

1. La función neutra indica pequeñez, escasez o límite; por ejemplo:

Se, uno > Seton, un poco


Achi’ = Aki’, poco > Achi’ton = Aki’ton, un poco
Tlalpantli, suelo > Tlalpanton, bajito
Tlaneshtli, luz > Tlaneshtontli, pequeña luz
Mistli, puma > Miston = Mistontli, puma pequeño
Ma’pilli, dedo > Senma’piltontli, del largo de un dedo
Esta función crea nombres propios como:

Mashtlaton, pañito
Chachaton, pequeño saltamontes

Adquiere un matiz de gracia o valor en Shiu’piltontli, principito de turquesa, el sol matutino.


Se torna abstracta en Ishkich, así, de este tamaño > Kichton (aféresis), talla, tamaño, pero
reasume el diminutivo en el frecuentado Ishkichtoton, sólo hasta este tamaño (indicando con
el gesto).

Esta modalidad se suma a atributos neutros como Kayaktik, enrarecido, esparcido >
Kayakton, poco y enrarecido. Atenúa atributos elevados como Kualli, bueno > Kualton, más
o menos, bastante bueno. Acentúa atributos que connotan pequeñez, como Witstli, espina >
Witstoton, de extremo puntiagudo. También puede adoptar dos de estas modalidades,
deslindables por el contexto; por ejemplo: Kuitlatolontik, grueso > Kuitlatolonton, un
poquito grueso / pequeño y grueso.

2. La función peyorativa indica insignificancia; por ejemplo:

Tepiton, pequeño, de poco valor


Tsapatl, enano > Tsapaton, enanito
Wewetl, viejo > Weweton, viejito
Koko, criado > Kokoton, paje, ayudantito

Esta función también crea nombres propios, como los fantasmas de mal agüero llamados:

Kuitlapanto, espalditas
Sintana’ton, cestita de maíz
Sentlapachton, enanito

Por excepción, este sufijo precede al radical en Pia’tli, cesta profunda > Tonpia’tli, cestita
profunda. También de modo excepcional, introduce otros sentidos como:

• Precedencia: Achto, delante > Achtontli, bisabuelo


• Totalidad: Telpokatl, hombre joven > Telpokaton, todo joven
• Palidez: Kuateteshtli = Kuatetestli, cerebro > Kuateteston, con la punta o la cabeza
blanca
Su frecuentado tiene dos funciones:

1. Enfatiza el atributo de pequeñez o escasez, sustituyendo al adverbio Senka, muy;


por ejemplo:

Tepitoton, muy pequeño


Achi’toton, muy poquito
Yoyolitoton, insecto minúsculo
Kuawitstoton, terminado en punta fina

2. Pluraliza; por ejemplo:

Aki’toton, pequeños
Chapoltoton, pequeños saltamontes
Tepiktoton, figurillas de montañas de uso ritual
Ayatotontli, pequeñas mantas de fibra de maguey

28.6 El diminutivo Tsol


El diminutivo Tsol es morfema propio. Aplicado en forma trunca connota desprecio,
evaluación que se atenúa si se añade el fijo nominal. Tiene tres funciones:

1. Neutra, enfatizando sentidos que connotan pequeñez, estrechez o puntas, como:

Witstli, espina > Witsolli (por Witstsolli), puntiagudo


Yakatl, nariz > Yakatsolli, nariz fina
Maitl, mano, rama > Matsolli, rama puntiaguda
Sentlama, coger una cosa > Sentlamatsolli, un puñado
Kets, raíz relativa a los pies > Keketsolli, talón

2. Peyorativa, comunicando un sentido de pequeñez, bajeza o mala calidad, o acentuando uno


ya existente; por ejemplo:

Mo, se > Motsol, avaro


Kuitlantli, perezoso > Kuitlatsol, sin energía
Elli, entraña > Eltsotsolli, sebo
I’tetl, vientre > I’tetsotsolli, bajo vientre
Shokomecatl, parra > Shokomekatetsolli, uva pasa
Netl (variante de Metl, maguey) > Netsolli = Netsolin, abrojos
3. Como aplicación de la función anterior, indica excrecencias o carnosidades superfluas. Esta
función la asume, en particular, la forma frecuentada; por ejemplo:

Metl, maguey > Metsolli, pulpa o meollo de maguey


Kechtli, cuello > Kechtsotsolli, papada
Totolel, gallo > Totoleltsotsolli, mocos, carnosidades del gallo
Tentli, labios > Tentsotsolli, labios gruesos, carnosidad labial

El frecuentado pluraliza y desprecia; por ejemplo: Amatl, papel > Amatsotsolli, pedazos
desechados de papel.

Este sufijo se lexicaliza, formando términos que desarrollan sus sentidos como:

Tsolli, algo estrecho


Tsoltik, angosto
Tsoloa, comprimir
Tsotsoloa, arrugar

Observación: no hay que confundir este sufijo con radicales en Tsol, como Pitsolli, beso (de
Pitsoa, besar).

28.7 El despectivo Sol


El sufijo Sol es morfema propio. Se emparienta con Tsol, pudiendo producir sinónimos como
Chian, semilla aceitosa > Chiantsotsol = Chiantsoltsolli = Chiankosolli, granitos rugosos
(inservibles) de chía. Sin embargo, perdió la capacidad de evaluar tamaño, acentuando, en
cambio, el sentido despectivo, como se nota en los términos Amatsolli, pedazo de papel /
Amasolli, papel viejo.

Este sufijo tiene dos funciones:

1. Indica deterioro, tosquedad o condición inferior, tanto física como moral, sobre todo si se
aplica en forma trunca; por ejemplo:

Tla, prefijo adverbial > Tlasolli, basura


Wakki, seco > Waksolli, desecho
Kueitl, falda > Kuesolli, vieja falda
Kaktli, zapato > Kaksol, zapato viejo, callo
Tlalli, tierra > Tlalsolli, tierra mala, estéril
Ochpantli, calzada > Ochpansolli, camino viejo
Kuau’tlasa, cortar árboles > Kuau’tlasolli, leña, humus
Teopantli, santuario > Teopansolli, templo en ruinas
Pa’patsoa, interrumpir > Pa’pasol, travieso, molesto
Komitl, olla > Konsolli, olla grande / Kosolli, cuna

2. Indica algo enredado, abigarrado o denso, como:

Poktli, humo > Posolli, espuma


Tapa, raíz relativa a las fibras > Tapasolli, nido del pájaro
Kuau’pa’tli, planta medicinal > Kuau’pa’solli, maraña vegetal
Ichtapatl, fibra de maguey > Ichtapasolli, pelota de fibras
Petlatl, estera > Petlasolli, ciempiés, estera vieja
Tolkuestli, estera de cañas > Tolkueshsolli, estera gruesa
Okuilla’, enjambre de gusanos > Okuilla’solli, calandracas, ciertos gusanos acuáticos

De modo vestigial, connota pequeñez en Michtla’, cardumen > Michtla’solli, charales,


pequeños peces consumidos por montón.

Se lexicaliza, creando términos como:

Solli, algo viejo, gastado


Solin, codorniz
Soloa, envejecer
Soltik, viejo, antiguo

Este sufijo no se frecuenta por énfasis o plural, pero sí sus lexicalizaciones, como:

Sosolli, suciedad
Sosolko, en la basura

28.8 El aumentativo Wei


El aumentativo apreciativo se hace mediante el adjetivo Wei, grande, empleado en forma
integral o apocopado: We. Se prefija a todo tipo de términos, incluso a partículas
modificadoras, con dos funciones:

1. Indica grandeza o abundancia, con dos modalidades:

a) Neutra, cuando evalúa un tamaño literal; por ejemplo:

Yotl, sufijo abstracto > Weiyotl, grandeza


Lia, sufijo verbal > Weilia, engrandecer
Ma’pilli, dedo > Weima’pilli, dedo pulgar
Senkalli, familia > Weisenkalli, comunidad
Pachtli, pasto > Weipachtli, hierba alta
Tlalia, preparar > Weitlalia, preparar algo en abundancia
Mekatl, cuerda > Weimekatl, cierto ayudante sacerdotal
Ka, sufijo adverbial > Weika, engrandecido, gran

b) Honorífica, cuando evalúa un tamaño moral que puede o no estar vinculado al literal;
por ejemplo:

Kalli, casa > Weikalli, templo


Tla’toani, orador > Weitla’toani, representante
Tekuilwitl, ceremonia > Weitekuilwitl, gran ceremonia
Chiwa, hacer > Weichiwa, dar importancia, connotar a alguien
Tlatkilli, tocado > Weitlatkil, gran vestimenta, el tocado divino

Esta modalidad crea nombres propios y títulos como:

Wetsin, respetable
Wemak, gran don (de Maktli, don)
Weman, gran ofrenda (de Mana, ofrecer)

2. Indica distancia en el espacio y precedencia en el tiempo; por ejemplo:

Ka, sufijo adverbial > Weka = We’ka, lejos, profundo


Wekatl = We’katl, distancia
Nantli, madre > Weinan, abuela (sólo en composición)
Tlatstikayotl, grosor > Wetlatstikayotl, longitud

Por excepción, este evaluativo se torna despectivo en Wepantli = We’pamitl, haz, mazo, viga
grande y tosca.

Su frecuentación enfatiza la condición, creando términos como:

Wewe’, viejo
We’wei, muy grande, lejano o viejo
Wewetilistli, vejez, un ciclo calendárico
Wewemekayotl, linaje
We’we’ka, muy lejos
Wewe’kau’tika, ocasional o raramente
Observación: no hay que confundir este prefijo con radicales comenzados en We y sus
frecuentados, como:

Wesholotl, pavo
Wekolli = Wekpalli, coa, bastón para arar (de Wik, contra, hacia)
Wewetsi, caer
Wewelik, suavemente perfumado

28.9 El aumentativo Pol


El aumentativo despectivo Pol es un morfema propio. Se aplica en forma trunca con dos
funciones:

1. Neutra, indicando gran tamaño o abundancia de atributos positivos o negativos, equivaliendo


al adverbio Senka, muy; por ejemplo:

Sitlalin, estrella > Sitlalpol, venus (lit., gran estrella)


Isachi, mucho > Isachipol, grandemente, en extremo o exceso
Melaktik, derecho, extendido > Melakpol, muy extenso y recto
Ishachikapan, elevado > Ishachikapanpol, muy elevado
Cho’komotstik, irregular > Cho’komotspol, escabroso
Temachtli, estimado > Temachpol, muy estimado
Kualli, bueno > Kualpol, muy bueno
Kualteol, bueno, bello > Kualtepol, muy bueno o bello
Kualneska, bello, gracioso, elegante > Kualneskapol, de muy buena apariencia

Esta función crea títulos como Yaopol, guerrero, nombre propio.

2. Despectiva, con dos modalidades:

a) Transmite a sentidos neutros una connotación de tosquedad, deterioro o impropiedad,


implique o no grandeza; por ejemplo:

Siwatl, mujer > Siwapol, mujerona


Ilama’, anciana > Ilama’pol, vieja miserable
Teopilli, anciano > Teopilpol, senil, decrépito
Wiwiyoka, temblar > Wiwiyokpol, el que tiembla miserablemente
Wiwilana, arrastrarse > Wiwilanpol, marchar lentamente
b) Confirma, aplica o acentúa sentidos negativos como:

Shakan = Shakanpol, vanidoso


Sho’sholotl = Sho’sholopol, débil
A’yektli, incorrecto > A’yekpol, malvado
Shi’shikuintli, distendido > Shi’shikuinpol, glotón
Mositl, irresponsable, extravagante > Mosipol, aturdido, inquieto
Istlakapa, mentir > Istlakapapol = Istlakapashoch, gran mentiroso

Este prefijo se frecuenta con dos propósitos:

1. Para pluralizar, como en:

Kuau’cholpopol, personas muy altas


Titilakpopol, grandes y gruesos

2. Para enfatizar sentidos neutros o despectivos, como en:

Tlatlaloa, revolverse = Tlatlaloapopol, persona ágil


Kuaitl, cabeza > Kuapopol, que tiene los cabellos en desorden

Al recibir el sufijo nominal, se atenúa o aplica el carácter evaluativo de este sufijo; por ejemplo:

Ayatl, manta de maguey = Ayapopolli, vestido rudo


Itstli, obsidiana > Itstopolli, hacha de obsidiana

Tetl, piedra > Tetepolli, nombre de una montaña

28.10 El aumentativo Tel


El prefijo aumentativo Tel y su variante Til derivan del adverbio Tel, pero, no obstante. Ambas
formas se refieren a lo grueso, pesado o que prensa, tanto en sentido neutro como despectivo,
pero pueden connotar variación semántica, como en:

Ketsa, levantarse > Telketsa, espantar / Tilketsa, golpear el suelo con algo
Akti, meter > Telaktli, tortilla gruesa / Tilaktik, muy grueso
Este prefijo tiene dos funciones:

1. Neutra, cuando describe una condición de grosor, crecimiento o fuerza, sin connotación
despectiva; por ejemplo:

Wa, sufijo de posesión + K, sufijo adjetivo > Telawak, grueso


Atl, agua + Wi, sufijo verbal > Telawi, llover fuerte
Pochowia, crecer, inflar > Telpochtli = Telpokatl, joven varón

2. Peyorativa, cuando indica una condición inferior o negativa, como en:

Chiwa, hacer > Telchiwa, maldecir

Iksa, pisar, hollar > Tiliksa, patear

Por lo general, la función peyorativa recurre al frecuentado para intensificar; por ejemplo:

Chiwa, hacer + Tika, sufijo advebial > Tetelchiwalistika, con desprecio, difamando
Iksa, pisar, hollar > Teteliksani, resistirse dando patadas
Ki, pronombre + K, sufijo adjetivo > Tetelkik, duro, rugoso, rudo

Esta partícula se lexicaliza, formando términos como:

Telwia, golpear
Teloa, abofetear
Tetelli, pirámide de piedras
Tilawa, engrosar

Observación: no hay que confundir la aplicación de este sufijo con homófonos como:

Tilma’tli, manta
Telpan, en el pecho, de To, nuestro + Elli, pecho + Pan, sufijo locativo.

28.11 El superlativo Ach


El prefijo superlativo Ach procede del adverbio Ach, acaso, quizás. Indica condición de
elevación o precedencia, como en:

Wel, bien > Achwelik, muy bello


Kau’tika’, ser elogiado > Achkau’tli, oficial de justicia
Achkau’tia, conducir, dirigir
Mati, saber > Achkau’mati, estimar mucho a alguien
Tlakat, nacido > Achtotlakat, primer nacido, hijo mayor

Este evaluativo se lexicaliza en términos como:

Achtontli, antepasado
Achto, delante, en primer lugar
Achtik, que tiene raíz o extremo
Aachti, estar al servicio de alguien

Observación: no hay que confundir el uso de este prefijo con términos derivados
de Achtli, grano, semilla, ni con la composición Achikualli, mejor, de Achi, un
poco + Kualli, bueno.

28.12 El referencial Po’


El sufijo referencial Po’ no añade atributo al término en forma directa, pero media para añadir
atributos, al establecer una comparación. Por ejemplo, la expresión Nowampo’, mi prójimo,
atribuye a la primera persona (No, mi) el atributo de familiaridad que contiene el plural familiar
Wan. Este sufijo se aplica en forma trunca en composiciones posesivas como:

Masewalli, persona común > Nomasewalpo’, una persona como yo


Millakatl, labrador > Momillakapo’, paisano tuyo, de tu misma tierra
Kale’katl, que tiene una casa > Ikale’kapo’, vecino suyo (de él o ella)

Tokaitl, nombre > Notokapo’, tocayo mio de nombre


Tonale’katl, quien tiene un signo natal > Motonale’kapo’, tocayo tuyo de signo natal

Al añadir el sufijo absoluto, el término se desliga de la composición posesiva, funcionando


como nombre propio; por ejemplo:

Kueitl, falda > Kuepo’tli, calzada


To, raíz relativa a lo sutil o escondido > Topo’tli, sardina
Siwatl, mujer > Siwapo’tli, como una mujer

Este sufijo puede frecuentarse para intensificar la comparación; por ejemplo:

Atl, agua > Apopo’tli, que nada bajo el agua


Cha, raíz relativa a lo que se derrama > Chapo’tli = Chapopo’tli, brea
También se lexicaliza, entrando como radical en los verbos:

Po’tia, ajustar una cosa a otra


Popo’tia, aparejar, unir

28.13 El referencial Teu’


Al igual que el sufijo Po’, el sufijo Teu’, derivado del adverbio Teu’, como,no añade un
atributo, pero evalúa, al servir de medio para una calificación. Por ejemplo:

Chalchiu’teu’, como un jade


I’witeu’, como una pluma
Ketsalteu’, parecido a plumas de quetzal o fino como ellas
Ocholteu’, como mazorcas de maíz

Como vemos en los ejemplos anteriores, a diferencia del sufijo Po’, que produce sustantivos,
el sufijo Teu’ únicamente produce adverbios. Sin embargo, puede sustantivarse por adquisición
del sufijo absoluto o del plural Tin, como en:

Kuitlapana, ser curvo o estar encurvado > Kuitlapanateu’tli, riñones


Michti, ser como pez > Michteu’tli, pequeños pececillos fritos
Tlakateu’tin, ofrendas de recortes de papel en forma humana

Este sufijo se frecuenta y lexicaliza en el adverbio Teteu’, mucho, demasiado.

Observación: no hay que confundir la aplicación del evaluativo Teu’ con términos compuestos
con el radical Teu’, relativo al polvo, como Teu’tika, en el polvo, en el vicio, o con el
prefijo Te, relativo a personas, como Teu’tia, advertir, prevenir.

28.14 Hiperevaluados
Dos o tres partículas evaluativas pueden afijarse, creando términos hiperevaluados. Dicha
convivencia es de dos tipos:

1. Lexical, cuando el resultado es un adjetivo; por ejemplo:

Weipol, muy grande


Weweipol, sumamente grande
Weitontli, grandecito
Tsolpil = Tsoltontli = Tsolpiltontli, pequeño y estrecho
Wetsin, respetable, nombre propio

2. Flexiva, cuando la afijación tiene el propósito de confirmar el sentido del término o introducir
uno nuevo. Desde el punto de vista estructural, estos casos son de dos tipos:

a) Simples, cuando se aplica un sufijo evaluativo a un término que ya ha sido evaluado,


como en:

Telpochtli, joven > Telpochtontli, todo hombre joven


Tleshochtli, llama + Ishtli, ojo > Ishtle’tleshochpol, que tiene los ojos muy inflamados
Tilak, grueso > Tilakpol, muy grueso

b) Complejos, cuando dos o más sufijos evaluativos se afijan simultáneamente a un término,


sumando sus evaluaciones; por ejemplo:

Ayatl, manta > Ayasoltsintli, vieja mantita


Mashtlatl, paño > Mashtlasoltsintli, viejo pañito
Tilmatl, capa > Tilmatsoltsin, pobre capita
Telpokatl, joven > Telpokapiltontli, jovencito
Tlakso’tli, cuerpo > Tlakso’tsolpol, que tiene el cuerpo fláccido
Wakki, seco > Waksolpil, un poco seco / Waksolpol, muy seco
Tapa, raíz relativa a las fibras > Tapasoltontli, maraña de raíces
Koatl, serpiente > Koashoch > Koashochtsin, pequeña serpiente, nombre propio
Iknotl, huérfano > Iknopilli, huerfanito > Iknopilpol, huérfano miserable
Si’tli, abuela > Achtonsi’tli, bisabuela
Obras consultadas
Este trabajo se basa en las siguientes artes:
Aldama y Guevara, Presbítero Joseph Agustín de, Arte de la Lengua Mexicana, Bibliotheca
Mexicana, 1754.
Arenas, Pedro de, Arte de la lengua mexicana, Imprenta de Henrico Martinez, 1683.
Carochi, Horacio, Arte de la Lengua Mexicana, 1645, Stanford University Press, 2001.
Clavijero, Francisco Xavier, Reglas para la Lengua Mexicana con un vocabulario, 1767.
Guerra, Fray Juan, Arte de la Legua Mexicana que fue usual entre los indios del Obispado de
Guadalajara y parte de Durango y Michoacán, 1692.
Molina, Alonso de, Arte de la lengua Mexicana y Castellana, Casa de Pedro Ocharte, 1571.
Olmos, Fray Andrés de, Arte de la lengua mexicana, 1547, París, 1875.
Perez, Fray Manuel, Arte del idioma mexicano, 1713.
Rincón, Antonio del, Arte mexicana y Vocabulario, Imprenta Pedro Balli, 1595.
Sahagún, Bernardino de, Arte de la lengua mexicana con su vocabulario apéndiz, 1569,
edición facsimilar.
Sandoval, Rafael, Arte de la lengua mexicana, Imprenta de Valdés, 1810.
Vetancurt, Fray Agustín de, Arte de Lengua Mexicana, 1673.

Otras obras consultadas


Brinton, Daniel Garrison, Rig Veda Americanus, 1890.
Galicia, Chimalpopoca, Epítome o Modo Fácil de Aprender el Idioma Nahuatl, Murguía e
hijos, 1869.
Garibay, Ángel María, Llave del Nahuatl, 1940, Porrúa, 1989.
Gonzáles Casanova, Pablo, Estudios de Lingüística y Filología nahuas, UNAM 1989.
Horcasitas, Fernando, Nahuatl práctico, UNAM, 1992.
Lockhart, James, Gramática de la Lengua Mexicana, 2001.
Medina Ramos, Genaro, Curso de Nahuatl, Casa de la Cultura de Cholula, 1999.
Rosales y Malpica, Francisco, Gramática de la Lengua Mexicana, Tipografía de Pedro N.
Alarcón, 1873.
Siméon, Rémi, Gramática Nahuatl, complemento al Diccionario de la Lengua, 1885, Siglo
XXI, 1977.
Sullivan, Thelma, Compendio de la Gramática Nahuatl, 1976, UNAM, 1998.
Thouvenot, Marc, Diccionario Náhuatl-español, UNAM, 2014.
Wimmer, Alexis, Gramática Nahuatl, complemento al Dictionnaire de la Langue Nahuatl
Classique, edición online, 2006.

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