You are on page 1of 7

Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71 ISSN: 1696-2060

IDENTIDAD Y TRADICIONES POLÍTICAS LATINOAMERCIANAS:


UNA APROXIMACIÓN AL POPULISMO

Andrea Mira Silva *


*
Universidad de Concepción/Universidad de Chile, Chile. E-mail: andrea_mira_s@yahoo.com

Recibido: 6 noviembre 2015 /Revisado: 10 septiembre 2016 /Aceptado: 18 junio 2017 /Publicado: 15 octubre 2017

Resumen: El presente artículo pretende entre- Pero, ¿qué es lo que entendemos por América
gar una aproximación del populismo, entendido Latina? Una aproximación relacionada a la idea
como una de las tradiciones políticas latinoa- de América Latina nos remite, en un principio y
mericanas que ha respondido a la identidad de en palabras simples, a pensar en la compleja
la región, relacionándolo directamente con la problematización de una dicotomía, homoge-
idea de América Latina y su compleja problema- neidad y heterogeneidad, dada por, una unidad
tización entre heterogeneidad y homogeneidad histórico-cultural reconocida como un espacio
en la que se relacionan “conceptos problemáti- en el que se conjugan identidad y cultura, que a
cos” tales como historia, identidad, cultura y su vez conlleva historia, memoria, utopía, etc., y
política. en el cual, simultáneamente, se da cuenta de
una diversidad conflictiva originada desde la
Palabras clave: Identidad; Latinoamérica; polí- colonización, resultado de los procesos históri-
tica; cultura; populismo cos que llevaron a la construcción de los espa-
______________________________________ cios y sujetos coloniales y la colonialidad, así
como las diferentes prácticas sociales con que
Abstract: The present article pretends to deliv- éstas han sido significadas desde variados con-
er an approximation of the populism, under- textos culturales, y que al mismo tiempo, es el
stood like one of the Latin American political reflejo de complejos procesos “históricos co-
traditions that has answered to the identity of munes”.
the region, relating it directly with the idea of
Latin America and his complex problem be- Esta aproximación sobre la idea de América
tween heterogeneity and homogeneity in which Latina implica considerar en un principio, desde
they relate “problematic concepts” such like distintos campos disciplinarios, diversas pro-
history, identity, culture and political. blemáticas como la cultura, la identidad y la
política. Pensemos, por ejemplo, en la América
Keywords: Identity; Latin America; politics; entre dos rupturas: de los siglos XVI-XVIII y la
culture; populism construcción y diferencias de identidades1; en
______________________________________ los discursos americanistas2, y el amplio campo

1
1. A PROPÓSITO DE AMÉRICA LATINA O´Gorman, Edmund, The invention of America; an
inquiry into the historical nature of the New World

D esarrollar y discutir el cómo las tradicio-


nes políticas latinoamericanas han res-
pondido a la identidad de la región, nos
obliga a pensar, en una primera instan-
cia, en la conjunción de “conceptos problemáti-
and the meaning of its history. Michigan, Green-
wood Press, 1972; Gerbi, Antonello, La disputa del
Nuevo Mundo. Historia de una polémica, 1750-1900.
México, Fondo de Cultura Económica, 1982; Castro-
Gómez, Santiago, Crítica de la razón latinoamerica-
cos”, tales como América Latina, historia, iden- na. Barcelona, Puvill Libros, 1996.
2
Rama, Ángel, Transculturación narrativa en Améri-
tidad, cultura y política.
ca Latina. México, Siglo XXI, 1982; Cornejo, Antonio,
Escribir en el aire. Ensayo Sobre la Heterogeneidad

© Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71 65


Andrea Mira Silva Identidad y tradiciones políticas latinoamericanas

cultural. Asimismo, los procesos de la lucha urbanos, a las culturas indígenas, al mestizaje; a
independentista, la formación de nuevas nacio- las prácticas culturales y artísticas; a la idea de
nes y la participación de los distintos sectores regeneración; a la existencia de distintas áreas
sociales; el binomio moderni- culturales (Mesoamérica, Caribe, Cono Sur,
dad/modernización del siglo XIX (con énfasis en etc.); a la articulación de la diversidad teórica,
los escritos de grandes figuras que marcaron política y temática; es pensar en los románticos
este período, tal es el caso de Rodó, Martí y liberales decimonónicos (tales como Sarmiento,
Darío); y, por supuesto, procesos que van desde Rivadavia, Echeverría, Lastarria, etc.); es pensar
las crisis del modelo oligárquico a las del nacio- en el proyecto bolivariano; es pensar en figuras
nalismo populista, hasta las revoluciones, las como Rodó y la libertad de espíritu, Darío, Mar-
dictaduras y la globalización. Trazando ejes tí, entre otros; es pensar en hombres epónimos
como estos, se puede entender a modo general como Bolívar, San Martín, O’Higgins, Artigas,
y, por una parte, la heterogeneidad histórica y Sucre; es pensar en la dicotomía entre liberales
cultural latinoamericana, enmarcada entre la y conservadores (México y Brasil); entre centra-
diversidad americana y la civilización metropoli- listas y regionalistas; es pensar en la hegemonía
tana. oligárquica del siglo XIX. Definitivamente, Amé-
rica Latina es aproximarnos a un mosaico único
Pensar en América Latina no es sólo experimen- y singular. Es pensarla desde la diversidad de
tar la sensación de pertenencia a una tradición, sus sociedades, desde la singularidad de sus
a su vez, común y de unidad, inexistente en naciones. Es pensarla desde su indefinición,
otros continentes (fenómeno que por cierto desde su inestabilidad, desde sus imposibilida-
plantea el problema de nuestra identidad), más des.
bien, América Latina es una identidad, desde el
punto de vista histórico-cultural, que se traduce Pues bien, entendiéndola desde esta perspecti-
en la autoconciencia de pertenecer a una na- va, el reflexionar en torno al proceso del desa-
ción, a una clase o etnia, que expresa la singula- rrollo socio-político de América Latina en el
ridad o diferencia con otros pueblos, y la diver- siglo XX, profundizando en puntos de inflexión
sidad, como resultado de un desarrollo de- claves del devenir histórico latinoamericano
sigual, articulado, combinado y específico a lo tales como los gobiernos populistas, revolucio-
largo de nuestra historia. Una identidad que nes, dictaduras y democracias, nos permite
mezcla historia, cultura, proyectos, utopías. problematizarla, a partir de una noción única,
Contamos en esta región del mundo con una convergente e integradora: la “transformación”.
cultura común, largamente sedimentada pero
también transformada y transformable, enten- La crisis del modelo oligárquico, creó condicio-
diendo las peculiaridades que ella nos presenta nes favorables para el surgimiento y la consoli-
hoy como un marco necesario a cualquier es- dación de los movimientos obreros, estudianti-
fuerzo de comprensión y acción política, eco- les, grupos medios y grupos de campesinos, es
nómica y social, presente y futura3. decir, la constitución y la emergencia de nuevos
actores sociales que adquieren un perfil propio,
América Latina es aproximarnos al concepto de traducido en la adquisición de una identidad
cultura (reconocido como un espacio tensiona- propia, y que protagonizarán, y dominarán, el
do), a la tradición, a la teoría crítica; a la orali- escenario los siguientes cincuenta años, consti-
dad, a los relatos poéticos, a los discursos y a la tuyendo la expresión política más genuina de
memoria colectiva; a la matriz colonial; a la este proceso histórico.
construcción de estados nacionales; al caudi-
llismo y despotismos políticos; a las relaciones El descontento por todas las implicancias del
sociales entrecruzadas por la historia, a las éli- modelo agroexportador y del sistema liberal
tes, los sectores populares, ya sean rurales o decantaron en movimientos sociales y políticos
reivindicativos, de cambios profundos, denomi-
Sociocultural en Las Literaturas Andinas. Lima, Edito- nados revolucionarios; que marcaron a toda
rial Horizonte, 1994. una generación y otorgaron a los habitantes de
3
Cornejo, Antonio, Escribir en el aire. Ensayo Sobre América Latina una nueva concepción del mun-
la Heterogeneidad Sociocultural en Las Literaturas do político, social y económico, tal fue el caso
Andinas, op. cit.

66 © Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71


Identidad y tradiciones políticas latinoamericanas Andrea Mira Silva

de los algunos de los procesos revolucionarios tener voz, literalmente, en una serie de mítines
más importantes de la centuria: la Revolución públicos en las cuales se auto reconocían como
Mexicana (1910) y la Revolución Cubana (1959). pueblo en la figura de un líder demagógico, un
líder populista, que de alguna manera articula-
En general, el conjunto de movimientos sociales ba las diferentes formas en las cuales estos
surgidos durante las primeras décadas del siglo sectores vivían su exclusión. Por lo tanto, (se
XX, a partir de los años 30 y 40, se aproximó al deduce que) la democracia, para los populistas,
poder con la formación de los gobiernos popu- era entendida como una democracia radical de
lares y populistas4, cuyo objetivos era el apoyo masas, como la participación directa del pueblo
de los sectores populares y la estructuración de en mítines a favor de líderes, en lugar de toda la
sus movimientos sociales en el contexto de una complejidad de la democracia liberal que cohi-
gran lucha nacional- democrática, integrando bía la verdadera voluntad popular.
todas estas fuerzas sociales y culturales en fren-
tes de contenido nacional-democrático que ya Con todo, este tipo de retórica maniquea, esta
habían incorporado muchos puntos comunes manera de vivir, la democracia, nos abre una
con los movimientos antiimperialistas de los serie de interrogantes un tanto complejas, pero
años 20; por lo tanto, mientras mayor era la al mismo tiempo muy interesantes en virtud de
proximidad entre los gobiernos y las masas una comprensión de la política latinoamericana,
populares, se tornaba más profunda la articula- relacionadas por ejemplo, con las ambigüeda-
ción entre los movimientos sociales y los Esta- des del populismo con la democracia, con los
dos Nacionales. Tal era el caso de México5. “movimientos democratizadores”, que a su vez
promovían formas de representación política en
Concordante a lo anterior, surge la retórica las cuales el líder encarnaba a todo el pueblo y
basada en la especificidad de la incorporación que, a su vez, podría llevar a soluciones autori-
de los sectores populares en la política de Amé- tarias sin espacio para la disensión; y así como
rica Latina, es decir, los ya mencionados movi- también los movimientos en los que la gente
mientos populistas6, pensemos en el peronismo sentía realmente que estaba participando, que
en Argentina, el varguismo en Brasil, y el propio vivía el proceso como profundamente democra-
caso mexicano, a pesar del carácter radical del tizante.
cardenismo que en gran medida, era una expre-
sión de la vinculación de los principales movi- Por otra parte, procesos como las revoluciones
mientos sociales a los objetivos nacional- en México y en Cuba marcaron a la sociedad
democráticos; de cara a una confrontación ma- latinoamericana y sentaron un precedente im-
niquea, ética y moral entre la oligarquía y el portante para las generaciones posteriores.
pueblo (categorías que, por cierto, dependen Pues, a partir de la segunda mitad del siglo XX
de cada caso, además del tipo de polarización a surge una nueva realidad estratégica en Améri-
la que lleva cada discurso, es decir, si la polari- ca Latina relacionada directamente con la de-
zación es únicamente política o, social y políti- claración de Cuba como una República Socialis-
ca). ta (1962), introduciendo la cuestión del socia-
lismo en el continente, y por consiguiente, la
El populismo fue vivido, por los sectores antes transición inmediata hacia un nuevo régimen
excluidos, como un proceso profundamente económico-social colectivista. Esta revolución
democratizador, en la medida en la cual quie- había marcado el programa de la izquierda lati-
nes antes no participaban en la política empe- noamericana de los 60, de la misma forma en
zaron a salir a las calles, a tomarse las plazas, a que marcó en los 70 en Chile el fracaso de la
expresión más elaborada del programa de la
4
Di Tella, Torcuato, Historia de los partidos políticos Unidad Popular y su “vía al socialismo”.
en América Latina, siglo XX. Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 1997. Ya hacia 1960 se concretaba en los estados
5
Knight, Alan, Revoluciones, democracia y populismo latinoamericanos un lento proceso de industria-
en América Latina. Santiago, Centro de Estudios lización con el fin de salir del subdesarrollo; a
Bicentenario, 2005, pp. 32-85. pesar de ello no existió solución alguna al pro-
6
Di Tella, Torcuato. Historia de los partidos políti- blema de la mala distribución de la riqueza y la
cos… op.cit., pp. 151-197.

© Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71 67


Andrea Mira Silva Identidad y tradiciones políticas latinoamericanas

concentración del poder económico en pocas considera que el populismo es un tipo de políti-
manos. A partir de la segunda mitad del siglo XX ca macroeconómica vinculada a la expansión de
se generó una creciente efervescencia social, gasto estatal y a la generación de déficit fisca-
una crisis del control social y del Estado de les, siendo a su vez la visión dominante y con
compromiso, de trabajadores urbanos y rurales, más réplicas desde el sector que podríamos
profesionales y estudiantes, donde todo el es- llamar “liberal republicanos”9; y por otra parte
pectro social estuvo involucrado en busca de es recurrente señalar de “populistas” a las mo-
mejoras generalizadas para lograr la ansiada vilizaciones de masas rurales o urbanas, a parti-
igualdad. dos políticos, regímenes, movimientos, estrate-
gias discursivas, ideologías, etc., en tanto se ha
2. POPULISMO EN AMÉRICA LATINA buscado, desde diversos campos, una respuesta
a la incidencia y permanencia de este fenó-
El populismo, enmarcado en la ambigüedad
meno esquivo en su definición, pero socialmen-
terminológica y dada la variedad de vertientes
te presente.
teóricas acerca de la definición del mismo, fre-
cuentemente es utilizado para hacer referencia Pues bien, dada las características del populis-
a una amplia diversidad de fenómenos, ya sean mo me inclino a considerar y señalar que su
movilizaciones de masas, tanto urbanas como origen estaría determinado por la tensión que
rurales, movimientos, ideologías, regímenes se habría producido en las sociedades latinoa-
políticos, formas de gobiernos, etc. No obstan- mericanas tradicionales, con fuertes rasgos pre-
te, responde a uno de los fenómenos socio- modernos, coincidente y ante las políticas de
políticos más estudiado y discutido dada las modernización. Por consiguiente, el populismo
diferencias que se presentan entre cada uno de vendría a ser como un corolario de la transición
los casos. entre lo tradicional y lo moderno, tal como pro-
pone Di Tella, un tipo de salida a la existente
Definir populismo ha sido una tarea irresuelta y
tensión social entre las masas excluidas de este
discrepante en el estudio de la política latinoa-
progreso y las elites que no logran el consenso
mericana. Sin embargo, y consecuentemente,
para su gobierno. Vale decir, se busca una di-
podemos señalar al populismo como uno de los
rectriz mediante la cual guiarse ante las profun-
fenómenos históricos más importante de la
das transformaciones que comienza a sufrir su
experiencia política de América Latina; pues, al
entorno y que, como resultado entrega nuevas
populismo latinoamericano, lo podemos consi-
marginaciones y exclusiones con las cuales los
derar como un complejo fenómeno social y
gobiernos y las políticas de estado se hacen
político, cuyo origen, desarrollo y proyección es
insuficientes, promoviéndose una nueva confi-
difícil de determinar. Por lo mismo, indistinta-
guración que apunta a la necesidad de entida-
mente, explicitar qué se entiende por populis-
des representativas no institucionalizadas.
mo y qué hechos abarca, ha sido una problemá-
tica persistente, y por cierto bastante compleja, Precisamente, en concordancia a lo anterior, es
en la teoría social y política7. que el populismo, además, respondería a un
modo de construcción del discurso político, un
Para reflexionar en torno a las problemáticas
modo discursivo, una estructura de discurso y
del concepto de “populismo”, considero que es
de generación de identidad y de ideología polí-
necesario poner algunas discusiones en claro.
tica. En ese sentido, y coincidente con Ernesto
En general, existe una dicotomía en relación a
este, por una parte se hace presente una no-
9
ción dominante, cuya definición considera al Particularmente considero un tanto estrecho ese
populismo como una política económica. Por uso del concepto, por cuanto podemos encontrar
ejemplo, Sebastián Edwards8, es uno de los que países y periodos históricos en los cuales hubo un
crecimiento del gasto estatal, concretamente creci-
miento del gasto social del Estado y una ampliación
7
Laclau, Ernesto. La razón populista, Buenos Aires, de la burocracia estatal con déficit fiscal, y sin em-
Fondo de Cultura Económica, 2005. bargo no hubo regímenes populistas. A modo perso-
8
Edwards, Sebastián; Dornbusch, Rudiger, Macro- nal me inclino por la especificidad del populismo, es
economía del populismo en la América Latina. Méxi- decir, va más allá de una política económica o una
co, Fondo de Cultura Económica, 1992. política macroeconómica con déficit fiscal.

68 © Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71


Identidad y tradiciones políticas latinoamericanas Andrea Mira Silva

Laclau, se entendería el populismo como una señalado, hay una redefinición del campo de
estrategia política que implica la construcción representación y de la subjetividad política, por
de un pueblo a causa del encadenamiento de lo tanto también hay una redefinición de acto-
actores sociales y de actores políticos a través res político-institucionales, generando una re-
de “cadenas equivalenciales discursivas”, cuyas presentación directa.
raíces se centran en demandas sociales especí-
ficas, con el objetivo de generar un proyecto En efecto, el populismo desplazaría las formas
político que contenga y represente a actores de representación institucional partidaria tradi-
sociales que de otro modo no estarían repre- cional, no obstante, no significa que no genere
sentados de no existir esa estrategia política. De un tipo de nueva institucionalidad. Por ejemplo,
esta manera, el populismo implica una lógica de una institucionalidad o actores que aparecen en
representación, porque es representar deman- este encadenamiento de actores sociales son
das que no estarían representadas. A su vez, los movimientos de nuevo tipo, tal es el caso de
implica una lógica de creación de un sujeto los movimientos campesinos que se sienten
político, es decir, en esta se genera un sujeto identificados con el proyecto político, por lo
político que se siente identificado con una pro- tanto, si bien es cierto que en esta redefinición
puesta, con un discurso político que de otra del espacio político el populismo implica un
forma no se sentiría identificado. Y por último, nuevo paradigma político, con un nuevo siste-
implica la ampliación de la esfera de actores ma de representación, con un nuevo sistema de
sociales que sostiene un régimen político a fin actores, con un nuevo discurso, con nuevos
de darle legitimidad social a una propuesta de sujetos y con un nuevo lenguaje; ese nuevo
gobierno. paradigma no implica un nuevo proceso de
desinstitucionalización, sino que implica un
Desde esta perspectiva, el populismo está mu- proceso de reinstitucionalización y de repoliti-
cho más cerca de una estrategia política demo- zación de esferas que antes no estaban politi-
crática pensando en ampliar las bases de repre- zadas y que, por lo tanto, no estaban de alguna
sentatividad de un régimen político, distinto de manera representadas. Este implica un proceso
esta estrategia de política macroeconómica con de reemplazo y/o ampliación de los viejos cana-
déficit fiscal que antes se mencionaba. Por lo les institucionales, así también el surgimiento
tanto, el populismo se podría considerar como de nuevos canales institucionales, por consi-
una estrategia de construcción de legitimidad guiente, se puede entender que el populismo
política y social de un gobierno. no desinstitucionaliza, sino que genera nuevas
instituciones.
En base lo anterior podríamos asociar el popu-
lismo en relación a una sumatoria de rasgos que Ahora, en cuanto al discurso populista este es
lo distinguen, tal la directa relación entre lo un discurso de derechos. No sólo existe una
nacional y lo popular, en donde, el pueblo, redefinición de la idea del viejo derecho indivi-
transversalmente hablando, era un sector social dual, sino que considera una visión competitiva
con historicidad, fomentando así un potente de esos derechos y una visión de derechos polí-
nacionalismo asociado incorporación de quie- ticos y sociales nuevos. En general, de derechos
nes no eran representados y su movilización en humanos. Una tipicidad del populismo es que
contra la oligarquía, lo cual permitía la creación utiliza el discurso del derecho. Implica una am-
de partidos de masas, y que al mismo tiempo pliación de la noción de derechos humanos, por
conllevaba al maniqueísmo político, a la catego- un lado, pero también implica una ampliación
rización absolutamente opuesta que evidencia- de la noción de derechos. Ya no es más un de-
ban las diferencias sociales entre pueblo y elite. recho individual entendido con el discurso típi-
Por consiguiente, la personalidad del líder era co de la democracia liberal de los derechos de
ensalzada, puesto su rol de intermediario en los votantes, sino que el campo de los dere-
pro del pueblo ante la oligarquía y las elites, a chos, y el discurso de los derechos se politiza, es
fin de lograr una justicia social. decir, los sectores marginados ahora tienen
accesos y derechos que antes no tenían. Lo
Si bien es cierto que el populismo produce una interesante del populismo es esta proliferación
redefinición del campo político, tal como lo he de gramáticas de derechos, que cumple un rol

© Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71 69


Andrea Mira Silva Identidad y tradiciones políticas latinoamericanas

fundamental, dado que nunca puede ser total- lismo, el cual generaba una masa no incorpora-
mente controlada por el poder. Se observa que da, marginal.
los sujetos que se identifican con el populismo
justamente siempre piden al liderazgo más Pues es evidente que los movimientos sociales
cosas que lo que el liderazgo está dispuesto a en América Latina habían extendido su capaci-
conceder, empero esa subjetividad de apertura, dad de representación, ampliando considera-
de pluralización del espacio en la base social, blemente su plataforma discursiva y represen-
solamente es posible en los regímenes populis- tativa en relación a la sociedad, ya fuesen mo-
tas. vimientos indígenas y campesinos, movimientos
obreros urbanos, movimientos estudiantiles,
En consecuencia, y paradójicamente, el popu- etc., transmitiendo una tendencia a la reafirma-
lismo es un sistema que de alguna manera abre ción de la diferencia y el llamado al reconoci-
una pluralidad y una vitalidad social que el miento.
mismo nunca puede controlar, de ahí ha de ser
esta idea de inestabilidad asociada a los regí- Al compás de la radicalización social de aquellos
menes populistas, y de la imposibilidad de fre- años, es que irrumpe una oleada de regímenes
nar la dinámica social y política. autoritarios, cuyo rasgo común era el problema
de la desarticulación de los sujetos políticos
El populismo comienza como una lógica estatal, hasta entonces protagonistas; desarticulando
como un discurso de generación de derechos, así movimientos sindicales y capas medias (asa-
ahora, cuando los sujetos que nunca antes ha- lariado no empresario y empleados por el Esta-
bían sido considerados por sistemas políticos, do), clase media desarrollista, y los principales
se apropian de esos derechos, los politizan, por ideólogos de la expansión de ese Estado. Desar-
lo que nunca el Estado puede plenamente insti- ticulan a las dos imágenes socio- culturales, al
tucionalizarlos, nunca el Estado puede plena- asalariado y al obrero. La redefinición de esta
mente controlarlos. sociedad, impulsa una apertura al exterior, ma-
nejado tecnocráticamente, y traduciéndose en
La singularidad del populismo es que, si bien un “modelo dependiente asociado”. Asimismo
estataliza la sociedad, al mismo tiempo plurali- se revierte el proceso de Reforma Agraria, ge-
za, abre y genera demandas que son incontro- nerando una descampesinización aguda, una
lables por el poder, por el Estado, de otra ma- “modernización agraria”, que daba la bienveni-
nera podríamos entender que el populismo es da a los grandes importadores. Otro sector que
un régimen (que es el nombre de la tensión se transforma es la vieja clase media estatal, se
misma de la política si se quiere), en donde genera una recomposición de la alianza domi-
existe el liderazgo estatal y vertical, pero a su nante, se desmantelan los servicios públicos. El
vez, en donde el sujeto comienza a tomar una proyecto es, en el caso chileno, refundar la de-
fuerte autonomía frente a las estructuras del recha, y dar pie a la oleada drástica de privati-
Estado, frente a los liderazgos. zaciones. Entre los años 75 y 78 se refunda todo
velozmente.
3. ALGUNAS CONSIDERACIONES
Es curioso pensar, específicamente, en la tran-
En el contexto de estos años de crisis surgen
sición estructural que se genera en Chile; a dife-
elementos de manifestación y rasgos socio-
rencia de América Latina, la transición a una
culturales determinados, en primer lugar, por la
economía neoliberal ya está, y en la transición
lucha y demandas, cuya marginación social y
de un gobierno militar al civil, esto no es tema,
política se resuelve vía militar, es decir, median-
simplemente “ya está”. Sin embargo, para los
te la articulación política de una vía militar; en
sectores nacionalistas fue imposible resistir esta
segundo lugar, un componente muy importan-
oleada neoliberal de un repente, dado el con-
te, los movimientos estudiantiles, entendidos
trol de aparatos de inteligencia que se encarga-
en el marco de una crisis ideológica de las cla-
ban de la desmantelación de la resistencia, en
ses medias desarrollistas, en una etapa de es-
otras palabras, se hacen presente las detencio-
tancamiento desde la cual emanará la discusión
nes y violaciones a los derechos humanos.
de impronta política y del aparato identitario; y
finalmente, la marginalidad, atribuida al capita-

70 © Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71


Identidad y tradiciones políticas latinoamericanas Andrea Mira Silva

Tras la crisis de los 80, aparece el giro neoliberal su historia, han jugado los movimientos sociales
como un engendro democrático. La experiencia en la determinación de la dinámica política
de la región da cuenta de una transformación latinoamericana; a través de una especie de
de carácter gradual, conflictivo, no lineal, lleno dialéctica del disentir estos movimientos han
de avances y retrocesos, en el cual se instalan terminado por convertirse en verdaderos aglu-
regímenes políticos con historicidad. Por lo tinantes de identidad y fuentes de organización
tanto, es la transformación del modelo de desa- política, deduciendo que, por una parte, el pro-
rrollo capitalista que se impulsa con desarrollo blema histórico de nuestra historia es la cons-
político. Los movimientos sociales se constitu- trucción del orden político; por otra, se caracte-
yen políticamente, no sólo son movimientos riza por el principio que guía la lucha por la
sociales, sino que ahora son movimientos polí- democracia en América Latina, enmarcado en el
ticos. concepto de soberanía popular, la idea de que
un gobierno legítimo nace de una ciudadanía
Claro es que, el modelo neoliberal tiene directa libre y ante ella debe responder de su política y
relación con la liberalización de mercados, sus actos; a su vez que se caracteriza por la
desmantelamiento de derechos laborales, pri- avanzada crisis de representatividad social, la
vatizaciones de empresas públicas, repliegue cual favorece a la ruptura, a la crítica hacia la
del Estado en funciones sociales y énfasis en política, al estilo gremial, y al predominio de la
políticas macroeconómicas, acarreando al mis- reivindicación popular orientada a la incorpora-
mo tiempo cambios sociales, tales como la caí- ción de políticas estatales.
da de los salarios reales, desempleo, aumento
de la participación femenina en el trabajo, el
trabajo infantil; surgiendo además nuevos mo-
vimientos sociales expresados en la multiplici-
dad de contradicciones del sistema actual, ya
sean de género, campesinos, obreros, indíge-
nas, etc.

Por consiguiente, aunque la mayoría de los


movimientos latinoamericanos nacieron del
conflicto dialéctico entre identidad y sistema,
en los últimos años han surgido en América
Latina movimientos nacidos de la globalización
para protestar contra las privatizaciones maca-
bras, los tratados de libre comercio, el modelo
neoliberal de desarrollo y la imposición de cier-
tos patrones de consumo.

Varias son las manifestaciones concretas de la


nueva propuesta que deberá sustituir la co-
rriente (barbarie) intelectual del pensamiento
único neoliberal y que incorporará la región a
una nueva realidad política e ideológica. Esta
nueva propuesta pone en debate las grandes
cuestiones del destino de la humanidad, y los
movimientos sociales representarán el terreno
fértil en que brotarán las soluciones cada vez
más radicales pues son las raíces que estarán en
juego: la desigualdad social, la pobreza, el auto-
ritarismo, la explotación.

En consecuencia, al reflexionar en torno a las


democracias, populismos y revoluciones no
cabe duda el rol fundamental, que a lo largo de

© Historia Actual Online, 44 (3), 2017: 65-71 71

You might also like