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El mecanismo
El piano en general, pero el mecanismo en particular, es el vehículo que el artista utiliza para
comunicar la música que está dentro de sí al mundo exterior. Un mecanismo con mayor capacidad
de respuesta uniforme permitiendo una mayor comunicación por parte del artista.
Aunque el sonido se crea por las cuerdas y la tabla armónica, es el mecanismo el que hace que las
cuerdas se muevan. Sin embargo, la pulsación está íntimamente ligada al sonido. Cuando la
pulsación de un piano en particular no es agradable al músico, éste puede considerar su calidad
sonora como poco adecuada.
El mecanismo debería ser, por lo tanto, la parte del diseño total del piano donde cada una de las
piezas está diseñada para ser una parte del conjunto.
Función y construcción
El mecanismo de un piano consigue que la acción de los dedos al pulsar las teclas equivalga al
movimiento de los martillos que percuten las cuerdas.
El mecanismo para una tecla tiene más de 60 componentes de alta precisión. Para 88 notas esto
hace un total de 5.500 piezas.
Las horquillas articulares que se colocan en los puntos de unión de las piezas del mecanismo son
la clave de sus movimientos. Los orificios en cada eje de giro están revestidos con un forro de
paño especial, en cuyo canal se inserta el eje que une las piezas y les permite girar.
En trinos rápidos y notas muy agrupadas, para disminuir la velocidad y ejecutar de una forma
expresiva, es donde se aprecia que el mecanismo afecta al total de la perfección expresiva de
cada pasaje musical. Además, la pulsación, que es sensible a la acción de los dedos, también
repercute en las extensión dinámica de la ejecución.
Si este proceso se realiza muy rápidamente, dicho efecto es comunicado al martillo, que a su vez
transmite la fuerza que golpea la cuerda. En ese instante, la tecla ha bajado a tope y el martillo
rebota del impacto con la cuerda y es aguantado y parado con el receptor. Cuando la tecla se
levanta, el martillo vuelve otra vez hacia atrás a su posición original, por la acción de la gravedad
en el caso de un piano de cola o ayudado por una muelle en el caso de un piano vertical. El
apagador de nuevo toma contacto con la cuerda, cortando las vibraciones de ésta y mientras la
tecla sube del todo, el mecanismo se vuelve a poner de nuevo en condiciones para el siguiente
ciclo.
El apogeo de la fabricación de pianos tuvo lugar a finales del siglo XVIII en la escuela de Viena,
que incluyó a fabricantes como el mencionado Johann Andreas Stein (que trabajó en Augsburgo,
Alemania) y los vieneses Nannette Streicher (hija de Stein) y Anton Walter. Los pianos de estilo
vienés fueron construidos con marcos de madera, dos cuerdas para cada nota y macillos cubiertos
de cuero. Algunos de estos pianos de estilo vienés tenían un colorido opuesto al de los pianos
modernos: las teclas naturales eran negras y las accidentales blancas. [14] Wolfgang Amadeus
Mozart compuso sus conciertos y sonatas para ellos e incluso se han fabricado réplicas para su
uso en interpretaciones de música antigua. Los pianos de de la época de Mozart tenían un tono
más suave y claro que los pianos modernos o los pianos ingleses, con potencia mantenida. El
término pianoforte se utiliza a menudo para distinguir los pianos del siglo XVIII de los pianos
posteriores.
Entre los años 1760 a 1830 la fabricación de pianos tuvo una gran expansión y sufrió grandes
modificaciones. Esta revolución fue una respuesta a la preferencia de los compositores y pianistas
por tener un piano con un sonido más poderoso y sostenido, y fue posible gracias a los avances
tecnológicos surgidos a partir de la Revolución industrial, que estaba comenzando. Algunos de
estos avances fueron la alta calidad del acero de las cuerdas, llamado específicamente cuerda de
piano, así como la precisión de la fundición para la producción de hierro fundido. Con el tiempo, la
gama tonal del piano también fue en aumento y pasó de las cinco octavas de la época de Mozart a
las siete octavas y un tercio o más de los pianos modernos.
En 1762 Henry Walsh realizó el primer concierto para piano en toda la historia en Dublín (Irlanda).
Fue inventado en torno al año 1700 por el paduano Bartolomeo Cristofori. Entre sus antecesores
se encuentran instrumentos como la cítara, el monocordio, el dulcémele, el clavicordio y el
clavecín.
CLAVICORDIO
el piano de Cristofori fue el primero en poseer un sistema de mecanismo de piano con martillo que
podía lograr tanto sonidos fuertes como suaves. En 1711 Scipione Maffei describe uno de los
primeros pianos de Cristofori como un "harpiscordio (gravicémbalo) con fuerte y suave".