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Dieta:
Beber de 2 a 3 litros de líquido (entre 8 y 12 vasos) a lo largo del día, ya
que la diuresis (aumento en la emisión de orina) permite que las sustancias
nocivas se eliminen con mayor facilidad. Se pueden tomar infusiones y
jugos de frutas, pero al menos la mitad de lo ingerido debe ser agua,
preferentemente baja en minerales. Leche, café y té negro, rojo o verde no
son recomendables.
Disminuir el consumo de grasas y harinas, ya que el sobrepeso no es
favorable para tratar este problema.
Restringir el consumo de sal a 3 gramos al día (1/2 cucharadita), incluyendo
aquella que se emplea al cocinar los alimentos. Se aconseja dejar de usar
salero en la mesa y evitar productos ricos en sodio, como embutidos y
conservas.
Reducir la cantidad de carne, huevo y pescado a una ración diaria de 120 a
150 gramos, ya que el exceso de proteínas estimula la formación de
cálculos.
Limitar el consumo de azúcar común, mermelada, miel, productos de
pastelería y dulces.
Evitar bebidas alcohólicas de cualquier tipo.
Oxalato de calcio
Cerca de la mitad de los cálculos en vías urinarias están formados por este
elemento. Las causas pueden ser beber poca agua, ingerir muchos alimentos
ricos en calcio o herencia familiar.
Fosfato cálcico
Los cálculos formados por esta sustancia son menos frecuentes que los
anteriores. Este compuesto es habitual en la orina, pero sus niveles se elevan por
falta de actividad física, consumo inadecuado de agua y comer abundante
cantidad de alimentos ricos en calcio.
Estruvita
Esta sustancia, también llamada fosfato amónico magnésico, genera
cálculos que no suelen causar cólico nefrítico, pero se sospecha de ellos por la
presencia de infecciones en vías urinarias muy frecuentes. Constituyen más o
menos el 15% de todos los casos y son los cálculos más peligrosos de todos, al
grado de que pueden impedir el funcionamiento del riñón.
Ácido úrico
Esta sustancia se genera por el consumo de carnes rojas, vísceras y alcohol, y
es responsable del 10% de los casos. Los consejos para evitar este tipo de
cálculos son:
Cistina
Entre las indicaciones más frecuentes destacan:
Consejos
Además de las recomendaciones nutricionales, bien vale hacer hincapié en
que los alimentos se deben preparar mediante técnicas culinarias que no
incrementen notablemente el contenido de grasa de los alimentos, de modo
que es mejor prepararlos cocidos, hervidos, al vapor, a la plancha o al
horno. Si se desean servir productos fritos es mejor utilizar poco aceite
extra virgen de oliva y sartenes con cubierta de teflón.
Una constante en las dietas para evitar cálculos renales consiste en incluir
bajas dosis de sal, de modo que para que los alimentos no se vuelvan
monótonos y desabridos se puede recurrir a otras formas de condimentar:
Utilice pequeñas cantidades de vinagre o limón, los cuales ayudan a
acentuar el sabor de muchos alimentos.
Ajo, cebolla, colaboran para sustituir a la sal común.
Otro tanto puede decirse de hierbas aromáticas como albahaca, hinojo,
comino, estragón, laurel, tomillo, orégano, perejil, que mejoran
notablemente el sabor de todo tipo de platos
Las especias fuertes, como pimienta y ají, se deben utilizar con
moderación.
Cabe destacar que aproximadamente la mitad de las personas que han
sufrido un cálculo renal vuelven a formar otro durante los 5 o 15 años
siguientes, pero también se sabe que el riesgo de formación y crecimiento
de las molestas “piedritas”, independientemente de su composición,
disminuye en gran medida si el paciente aumenta la cantidad de líquido que
bebe. Asimismo, se han observado buenos resultados cuando se mantiene
peso adecuado, se practica una rutina de ejercicio y se sigue una dieta
variada y equilibrada.