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SITUACIÓN

ACTUAL EN LAS
CÁRCELES DEL
PERÚ
Monografía

Alumno: Carlos Daniel


Linghán Vega

Escuela Profesional: Derecho

Asignatura: Psicología
General

Docente: Lic. Silvana del


Carmen Vargas Mazuelos

Ciclo I - Aula 212


INTRODUCCION
La prisión puede considerarse como la última fase del proceso de justicia penal,
que comienza con la comisión del delito, prosigue con la instrucción del caso, el
arresto de los sospechosos, su detención, el juicio y, por último, termina con la
sentencia. La magnitud de la población carcelaria viene determinada por la forma
en que el sistema de justicia penal enfrenta a los delincuentes, lo que a su vez
repercute de manera significativa en la gestión de los centros penitenciarios. Por
otro lado, el sistema de justicia penal se ve influido por las políticas
gubernamentales y del clima político del momento, determinado en gran medida
por los ciudadanos, que en los países democráticos eligen sus gobiernos. Por todo
ello, al evaluar el sistema penitenciario será preciso tener en cuenta que la gestión
eficaz y las condiciones satisfactorias de las cárceles no dependerán únicamente
de las autoridades penitenciarias. Lo que ocurra en las cárceles estará
intrínsecamente relacionado con la gestión del sistema de justicia penal en su
conjunto y con las presiones que reciba dicho sistema de parte de los políticos y
los ciudadanos en general. Por esa razón, cualquier intento de reforma del sistema
penitenciario deberá formar parte de un programa amplio dirigido a hacer frente a
los desafíos que plantee la totalidad del sistema de justicia penal.

El nivel de confianza que se deposita en el sistema de justicia penal en general, y


en la prisión en particular, como solución a algunos de los problemas más
acuciantes de la sociedad es señal de la actitud de la ciudadanía y los políticos
electos ante la delincuencia y sus causas principales. Cuando los gobiernos
adoptan un enfoque punitivo, sin tratar de eliminar los factores que dan lugar a
conductas delictivas, los centros penitenciarios acaban convirtiéndose en lugares
que albergan a un número elevado de personas procedentes de los grupos más
vulnerables y desfavorecidos de la sociedad, junto con un número muy inferior de
delincuentes peligrosos y violentos. En los últimos años, las tendencias
condenatorias en numerosos países se han visto influidas de manera significativa
por la presión ejercida por la ciudadanía o los políticos para endurecer las políticas
penales. No obstante, los estudios llevados a cabo en algunos países demuestran
que el aumento de la población carcelaria no responde a un incremento evidente
de la delincuencia, sino al incremento de las penas de prisión y de la duración de
estas.
ANTECEDENTES
HISTÓRICOS
EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS

Para tratar este punto, hemos recopilado información histórica, la misma que nos
permitirá comprender el actual sistema penitenciario, teniendo conocimiento previo
de su evolución; así tenemos que:

En épocas primitivas la pena tomaba la forma de venganza, de violencia por


violencia, y como no existía una organización política que concentrase el poder y
fijase los límites de esa reacción, la venganza se convertía en una reacción
directa, desproporcionada, inhumana, ilimitada y que trascendía al autor de la
conducta lesiva.

Luego tenemos a la Venganza Divina, donde es posible que existan ya las


primeras cárceles, entendidas éstas como lugares donde esperaban los
delincuentes para ser sentenciados, o sea, sólo servían de lugares de resguardo o
contención para evitar posibles fugas. En esta época existía autoridad y esta
persona dotada de facultades políticas y religiosas, era el que administraba
justicia, siendo el fin de la pena "aplacar la ira que sienten los dioses cuando la
majestad de los mismos es lesionando con actos delictivos" La Pena Privativa de
Libertad entendida como pena (tal como se concibe hoy) fue desconocida, por eso
es que las penas eran severas, existiendo gran desproporción entre el daño
causado y la sanción.

En la Cultura China, la cárcel era el lugar donde se infligía penas torturantes


mientras esperaban la pena de muerte.

En la Cultura Egipcia, existió la misma connotación religiosa de las penas, pero


además, se sentenciaba a los delincuentes a trabajos pesados.

En conclusión, desde los orígenes del hombre hasta las formas incipientes de
organización social, no existió la cárcel entendida como el lugar donde se
ejecutaban las sanciones. En la segunda etapa, cuando existe una organización
sobre la base de la primacía del elemento religioso, es posible la existencia "de la
cárcel" en forma incipiente.
EN GRECIA Y ROMA

El gran aporte de la cultura helénica es el separar el fundamento religioso y darle


un contenido político a la pena. Evidentemente, que la cultura Griega hizo un gran
aporte a la Humanidad. Platón en sus obras propone las dos ideas históricas de la
institución carcelaria: la prisión como pena y la prisión como medida preventiva.
Aquí se encuentra el germen de lo que más adelante será el fundamento de las
penas privativas de la libertad.

De modo que es en la Cultura Griega donde encontramos dos aspectos


importantes: primero, que haya sido ésta la que separó el fundamento religioso de
la pena para darle un contenido político y, segundo, haber aportado las dos ideas
históricas de la prisión como pena y como medida preventiva.

La Cultura Romana, al igual que la helénica, también pasó por los diferentes
procesos evolutivos del Derecho Penal; sin embargo, la grandeza de la Cultura
Romana radica en haber logrado un alto grado de perfección en las cuestiones
referentes a las leyes y a la administración de justicia.

El Derecho alcanzó su más alto grado de desarrollo en la última etapa de la


historia de Roma (imperio). La Cultura Romana significó el resumen de todas las
culturas de la antigüedad; fue la que sintetizó los aportes de las anteriores
culturas. Ya anteriormente, hubo códigos importantes tales como el "Código de
Hamurabi" en Babilonia, las leyes egipcias, el "Código de Manú", las leyes de las
ciudades estado griegas, lo mismo que la "Ley de las Doce Tablas". Pero en todas
ellas se encuentra rasgos de la Ley del Talión con su máxima "ojo por ojo, diente
por diente".

En lo que respecta al sistema de cárceles habidas en Roma, ésta fue una


institución que existió con fines coactivos, para hacer efectivo obligaciones de
carácter civil y delitos, constituyéndose así en un lugar de aseguramiento
preventivo, eran un medio de mantener seguros a los acusados mientras se
instruía el proceso y una condición jurídica indispensable para la ejecución de la
pena. En este punto podemos afirmar que, tanto en Grecia como en Roma, la
cárcel no tenía como finalidad la de recluir al delincuente como consecuencia de la
aplicación de una pena o sanción; sino que, su finalidad era únicamente
asegurativa.
EN EL IMPERIO INCAICO

Cuando hablamos de los centros de reclusión en el Perú, tenemos que referirnos,


en primer lugar, al problema del Derecho Incaico; luego, y como consecuencia de
la primera, la posibilidad de la existencia de las cárceles en el incario.

En lo que respecta al primer punto, existen muchos estudiosos nacionales y


extranjeros que abordan este tema; unos afirman que no podemos hablar
propiamente de un Derecho Incaico con rigurosidad científica, tal como lo expresa
J.H. Wigmore en su obra "Panorama of the World Legal Systems"; otros por el
contrario, como es el caso de Jorge Basadre, que refuta la anterior tesis, opina
que sí es posible hablar de un Derecho Incaico porque "Cierto es que los incas
carecieron de escritura en el sentido que la cultura occidental da a esta palabra;
pero tampoco quedan leyes escritas de otros pueblos cuyo sistema jurídico se
estudia científicamente. Sabemos acerca de ellos no sólo por testimonios
españoles directos, sino también por crónicas escritas por indios (Guzmán Poma),
mestizos (Garcilaso) y aún españoles "aindiados" (Betanzos)".

Somos conscientes que sí existió un Derecho incaico; si bien no existieron normas


escritas es porque no se conoció ésta, pero nadie dudará que su transmisión se
hacía por vía oral

Podría decirse que todos los delitos en el Imperio eran de carácter público porque
atentaban contra el Inca, que era el representante del Sol en la Tierra y porque él
era el Estado.

Bramont Arias en su libro Derecho Penal, comenta que existieron diversas penas
que se aplicaban en el incanato, desde la pena de muerte (que presentaba
diversas modalidades de ejecución de la pena capital), hasta la prisión perpetua,
el encarcelamiento, los tormentos y la flagelación.

Una característica que resalta de esta época fue que en ella no existió el menor
sentido humanitario de las penas; en los centros de reclusión incaicos, si así se
pueden llamar a estos lugares de tormento, imperaba el maltrato físico y moral. La
cárcel de Aquira en el Cuzco constituye un ejemplo de la barbarie imperante en
aquellos tiempos, justificado en la necesidad del Imperio por mantener el sistema
que había implantado en un vasto territorio de dominación. Rescatando su
grandeza en haber hecho de las normas penales, máximas morales que se
transmitían en forma oral de generación en generación.
EN LA COLONIA

Hablamos de una época colonial a partir de la conquista del Imperio del


Tahuantinsuyo por los españoles. (1532). Desde entonces, es posible hablar de un
nuevo derecho especial para estas tierras conquistadas: el Derecho Indiano, que
es el "conjunto de disposiciones legales que emanaron de la Metrópoli y de los
Virreyes, que pretendieron regular normalmente las relaciones económicas y
sociales de criollos, mestizos e indígenas durante la Colonia".

En esta nueva etapa de nuestra historia, inmersos en el espíritu cerrado de los


viejos tiempos medioevales que seguían vigentes, a pesar de estar en plena Edad
Moderna, estamos ante un nuevo concepto de la defensa social que esgrimía el
derecho de castigar para salvaguardar el orden y la tranquilidad pública. En razón
de estos principios, las cárceles eran los lugares en donde se torturaba a los
delincuentes.

Evidentemente, que este período refleja un nuevo concepto sobre penalización,


con un aparato represivo que se justificaba en leyes "foráneas". Pero aquí es
necesario detenernos para explicar que si bien existió una diferencia entre ambas
etapas de nuestra historia, nos atreveríamos a decir que tuvieron mucho en
común, y lo común radica en que, tanto en el apogeo del Imperio, como en los
comienzos de la Colonia, las penas fueron aplicadas con una dosis de crueldad,
con la mentalidad de servir de escarmiento para el resto de la población que
presenciaba la ejecución de la pena. Sin embargo, en la primera (período incaico)
la aplicación de una pena conllevaba la sanción de un delito cometido, sin importar
la diferenciación social; en cambio, en la segunda etapa histórica, el aborigen
peruano resultó siempre perjudicado por naturaleza de raza; se dice que en la
colonia había "una legislación penal severa, arbitraria, desigual, demostrando
claramente que las leyes sólo fueron cumplidas precisamente cuando ellas
reportaban algún perjuicio al indio; las leyes que lo beneficiaban quedaron, por el
contrario, sin aplicación"

Si bien muchos historiadores coinciden en que la dominación española significó


para nosotros la introducción de la cultura de occidente, y con él, todo el avance
cultural de aquellos tiempos, aparentemente ésta debía ser cualitativamente
superior en todos los niveles. En el aspecto de la penalización, que es materia del
presente estudio, creemos que no lo fue y por una sencilla razón: los avances de
una cultura se miden por sus resultados, en este caso, los resultados fueron
atroces. Las penas aplicadas a los delincuentes, las torturas a que eran sometidos
- los indios - rebasan toda imaginación posible. En este campo nos trajeron la
ignorancia y la barbarie.

En el período colonial se conocieron hasta cuatro tipos de prisiones: una destinada


a los nobles caballeros, otra eclesiástica de la Santa Inquisición y, por último, la
cárcel común.

La cárcel común u ordinaria se estableció en el Perú y América colonial para el


común de las gentes que lo constituían los indígenas. En todas las ciudades y
villas se tenía que construir estos centros de reclusión, la finalidad era que estas
prisiones debían servir para la custodia y guarda de los delincuentes. El sistema
carcelario que se implantó en la Colonia, se caracterizó por inhumano y cruel, sin
un propósito de reeducación, rehabilitación y menos de reincorporación del
delincuente a la sociedad.

Nos trajeron un sistema represivo; basado en reglas de juego injustas para la


mayoría de la población que la constituían los indígenas. Para los conquistadores,
estas gentes no tenían derechos, por eso es que mandaban reprimir para proteger
sus particulares intereses económicos y creencias ético –religiosas; es decir, a
partir de la Colonia es posible hablar de la privación de la libertad como pena.

Sin embargo, para resaltar mejor, a modo de resumen, vamos a enumerar las
principales características de las prisiones en la Colonia:

1. Se licitaban al mejor postor.

2. El licitador o alcaide que ganaba la subasta obtenía a cambio el derecho de


cobrar a los reclusos su condición de tal, y este cobro siempre se efectuaba con
exceso.

3. Los internos pagaban el derecho de carcelaje.

4. Cada interno tenía que velar por su subsistencia, de otro modo corría el riesgo
de morir como fue el destino de muchos.

Este sistema de horror perduró hasta bien entrada la República. Con razón
Bramont Arias expresa que "La orientación tutelar del Derecho Indiano fue ineficaz
para conseguir soluciones adecuadas por el contrario aumentó el caudal de
problemas que las generaciones posteriores heredaron y que, aún hoy
paradójicamente, no han sido resueltas en su totalidad"
EN LA REPUBLICA

A partir de 1821, es posible hablar de otro período de nuestra historia, que


comienza precisamente con la independencia nacional. Independencia más que
nada política, porque en el fondo, el estado de las cosas siguió igual. En el
aspecto carcelario, no se produjo ningún cambio sustancial, si hubo avances,
éstos fueron sobre todo a nivel de normas que de una organización penitenciaria
concreta.

El Derecho Indiano siguió vigente en el Perú hasta el siglo XIX, por eso es que "La
crisis se hace manifiesta cuando el Perú, no obstante haber conseguido su
emancipación política, no pudo independizarse jurídicamente. El Derecho
Castellano, de facto, continuó rigiendo en el campo civil, penal y otros. Sólo
cambió de manos la potestad de hacer cumplir las leyes, constituyéndose en
rezagos vivientes de una etapa de nuestra historia que se creía cancelada para
siempre.

Razones de política criminal y de carácter técnico - jurídico obligaban a una pronta


estructuración de nuestras propias leyes penales" Con estas premisas, haremos
un breve recuento histórico sobre el avance normativo penitenciario nacional a
partir de1821, hasta la actualidad. Si bien en esta etapa encontramos no a un
adelanto cualitativo de la problemática penitenciaria, al menos, en el plano de la
normatividad hay un intento de cambiar las cosas.

En este sentido, se puede mencionar el Proyecto Vidaurre de1828, el Código


Penal de Santa Cruz de 1838, el CódigoPenal de 1863, los Proyectos de reforma
de 1874, 1878, 1900,1902 y 1916, el código penal de 1924 y finalmente, el Código
Penal de 1991 que rige actualmente. En cada una de estas disposiciones es
posible encontrar normas que se refieren al tratamiento del delincuente.

Sin embargo, en lo que respecta concretamente a normas penitenciarias no existe,


al menos en los inicios de la República, intentos de plasmar en un sólo cuerpo
orgánico, normas relativas al tratamiento penitenciario y a las medidas de
seguridad, haciéndolo de manera aislada los códigos penales.

Con estas premisas, nos abocaremos a describir el avance organizacional


penitenciario, y para ello, es preciso descomponer el período republicano - sólo
por cuestiones didácticas - en fases o etapas tal como lo hace Solís Espinoza o
Altmann Smythe 10 11, pero en este caso, referido sólo al avance penitenciario
nacional.
ACTUAL SISTEMA
PENITENCIARIO
PERUANO
El actual Sistema Penitenciario Peruano, es rectorado por el Instituto

Nacional Penitenciario INPE desde 1985, a partir del D. Leg. N° 330,


anteriormente estaba a cargo de la Dirección General de Establecimientos
Penitenciarios.13El sistema adoptado por nuestro país es el Progresivo Técnico
(artículo IV del T.P. del D. Leg. N° 654)

Según su Reglamento de Organización y Funciones, el Instituto Nacional


Penitenciario, es un organismo público descentralizado del sector Justicia, con
personería jurídica de derecho público, que tiene por misión: dirigir y controlar
técnica y administrativamente el Sistema Penitenciario Nacional asegurando una
adecuada política penitenciaria, que favorezca:

a. La reeducación, rehabilitación y reincorporación del interno a la sociedad.

b. El establecimiento y mantenimiento de la infraestructura penitenciaria.

El Instituto Nacional Penitenciario, en la actualidad tiene como órganos


desconcentrados a ocho regiones penitenciarias y con 88 establecimientos
penitenciarios a nivel nacional.

Sus funciones se disgregan en tres áreas: de administración, tratamiento y


seguridad.
SITUACION PENITENCIARIA

Esta política penitenciaria diferenciada urge ser implementada en su integridad,


pues permitiría un tratamiento adecuado a estos segmentos de internos e internas,
especialmente la más joven que no pertenece a la cultura delincuencial y que
requiere más atención por el riesgo de vulneración de precarios valores.
Durante la actual gestión del INPE, se creó la Comisión de Transparencia y
Anticorrupción, se culminó el Penal de Piedras Gordas - se apertura el 15 de
diciembre del 2004 -, se suscribieron diversos convenios con instituciones:
Ministerio de la Mujer y Desarrollo, Asociación Paz y
Esperanza, Conferencia Episcopal Peruana, Fraternidad Carcelaria, Ministerio
de Salud, Colegio de Abogados, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, etc.
Por otra parte es necesario resaltar que a un año del Informe Final de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación (CVR), cuyo impulso fue dado por la sociedad civil y
las Iglesias Católica y Evangélica, son pocas las recomendaciones que han sido
tomadas en cuenta e implementadas como: la vigencia del Reglamento
del Código de Ejecución Penal, el trabajo de la Comisión de Indulto, Derecho de
gracia y Conmutación de Penas, etc. Sin embargo, aún se mantiene el paralelismo
de instituciones, (INPE y PNP) que dirigen las cárceles. No se ha logrado crear la
figura del Juez de Vigilancia Penitenciaria.

La población del sistema penitenciario nacional está compuesta por las personas
procesadas con medidas de detención y personas sentenciadas a pena privativa
de libertad que se encuentran en los establecimientos penitenciarios, asimismo,
personas liberadas con beneficio penitenciario de semilibertad ó liberación
condicional y personas sentenciadas a pena limitativa de derechos, que son
atendidas en los establecimientos de medio libre.
El INPE está descentralizado en ocho Oficinas Regionales1, las que a su vez
tienen a su cargo establecimientos penitenciarios para personas privadas de
libertad y establecimientos de medio libre para personas liberadas con beneficios
penitenciarios y sentenciados a penas limitativas de derechos.
La población del sistema penitenciario al mes de febrero de 2015 es de 88,138
personas. De ellos, 72,5922 se encuentran en establecimientos penitenciarios al
tener mandato de detención judicial o pena privativa de libertad efectiva, mientras
que 15,546 personas asisten a establecimientos de medio libre al haber sido
sentenciados a penas limitativas de derechos o liberados con beneficio
penitenciario de semilibertad ó liberación condicional.
LAS CARCELES PERUANAS

En nuestro país existen 83 establecimientos penitenciarios que albergan a 32,046


internos e internas a enero del 2005, a pesar que su capacidad total es de 20,497
(la sobrepoblación existente es de 11,549 personas). De los casi 29,000 internos e
internas que poblaban las cárceles de nuestro país en el año 2003, hoy son más
de 32,000 personas privadas de libertad, y esta situación cada día se viene
agudizando más. El crecimiento promedio de la población penal del 2003 al 2004
fue aproximadamente del 13%. Del total de la población penal, el 93,04 % son
varones y el 6,96% mujeres.

En cuanto a la población juvenil - entre los 18 y 29 años de edad - se presenta


como la más numerosa, representando el 47,9% del total de la población penal. Es
necesario resaltar que aunque las mujeres privadas de libertad representan un
porcentaje menor, su tratamiento debe ser diferenciado de los varones. Además
se debe brindar un tratamiento especial a las 161 madres que conviven al interior
de las cárceles con sus menores hijos. La presencia de la madre es de vital
importancia para éstos pequeños y ocasionaría un daño irreparable romper dicho
vínculo. Pero, por otra parte también es muy penoso que el niño o niña padezca
las condiciones carcelarias. Son éstas las principales razones para que el Estado,
tomando cartas en este asunto implemente algunas medidas alternativas a la pena
privativa de libertad. Ellas representan sólo el 7.1% del total de mujeres privadas
de libertad, a nivel nacional. De otro lado encontramos un sistema judicial que no
responde eficazmente a la problemática legal de los internos e internas. Esto se ve
reflejado a enero del 2005 en la población penal en calidad de sentenciados, entre
varones y mujeres que alcanza el 29,53%, mientras que la gran mayoría se
encuentra en calidad de procesada: el 70,47%. Es decir, las autoridades judiciales
aún no han determinado la responsabilidad frente al hecho que provocó su
encarcelamiento.

Es también preocupante la situación de los extranjeros en prisión que a enero del


2005, sumaban 699, cifra que cada día va en aumento. La mayor población
extranjera proviene de España (104), seguida de Colombia (101), Bolivia (48) y
Sudáfrica (48). Un gran porcentaje de extranjeros se encuentra recluido en los
Penales Sarita Colonia (Callao) y Santa Mónica (Chorrillos) entre otros. El
ordenamiento legal del país asume que la cárcel debe lograr que la persona que
no respetó las leyes de convivencia social modifique esa conducta. Para
conseguirlo, la persona privada de libertad recibe un tratamiento con la finalidad
de reeducarlo y re-socializarlo. Sin embargo, las autoridades responsables de
brindar dicho tratamiento en el penal señalan que los resultados obtenidos no han
sido favorables. Afirman que carecen de recursos materiales y del personal
profesional necesario para poder efectuar un buen trabajo. El presupuesto de
apertura del INPE el año 2004 ascendió a S/. 143’622,000.00 nuevos soles, el cual
fue modificado a S/. 148’266,858.00 nuevos soles. Incremento insuficiente para las
carencias que vienen sufriendo muchos de los penales de nuestro país. El INPE
cuenta con aproximadamente 4,865 trabajadores, de los cuales 2,600 prestan
servicios de seguridad. El personal restante está a cargo de realizar labores
administrativas y de tratamiento.

Es importante resaltar que la normatividad internacional referida al personal


penitenciario, en nuestro país difiere mucho de la realidad, pues si bien se indica
que la administración penitenciaria se esforzará para que el trabajador tenga la
convicción que la función penitenciaria constituye un servicio social de gran
importancia, el tener una remuneración adecuada y asimismo que se mantendrán
en constante capacitación y profesionalización. Sin embargo, los bajos sueldos y
remuneraciones de los empleados penitenciarios que oscilan entre S/.700 (US$
210.00) y S/.1,000 nuevos soles mensuales (US$ 330.00), son de subsistencia. Se
suma a ello la falta de incentivos por parte de la propia institución, originando que
algunos trabajadores tengan un rol pasivo y no busquen alternativas de formación,
capacitación y reformas en el ámbito penitenciario.
LOS EXTRANJEROS EN LAS CARCELES
DE PERU

La mayoría de extranjeros presos en las cárceles de Perú, que es un número de


de 1 000 se encuentran privados de su libertad por los delitos de tráfico ilícito
de drogas, homicidios, robo agravado y estafa; y que conviven en
un hábitat carcelario infrahumano, por así decirlo, con una súper población
carcelaria, con abuso en sus derechos humanos, y además con la corrupción que
campea en casi todas las prisiones con el fin de poder obtener algunos beneficios
dentro del penal que por ley les asiste.
En el establecimiento penal del Callao (prisión para varones), más conocido como
Sarita Colonia, en honor a una beata peruana, existe una población penitenciaria
de 2 037 internos de los cuales 653 presos se encuentran condenados y 1384 se
encuentran con privación de su libertad preventiva hasta que haya juicio oral y
condena, y los extranjeros llegan a un número de 564. Solo en dicho centro
reclusorio existe el mayor número de presos extranjeros ya que el distrito Judicial
de la provincia constitucional del Callao tiene jurisdicción sobre los presuntos
delitos que se cometan en el aeropuerto internacional Jorge Chávez y el puerto
marítimo con llegada y salida internacional. De allí que la mayoría de extranjeros
son detenidos en el aeropuerto Jorge Chávez por traficar con droga, en su
mayoría de caso con cocaína y en su calidad de burrier.

Las personas extranjeras al ser detenidas en mencionados lugares son


inmediatamente trasladadas a la Comisaría de la Policía Nacional del Perú
previa comunicación, disposición y comparecencia del Fiscal para los delitos de
Drogas de Turno a efectos de que formule los cargos en contra de estas personas,
y posteriormente, ponerlo a disposición del Juez quien por lo general ordena su
internamiento en el centro reclusorio del Callao. A partir de allí empieza el
tormento del extranjero que sin conocer a nadie, no estar en su real hábitat, choca
con una distinta y cruda realidad: la cárcel peruana.
Y qué son de sus derechos y deberes que contempla la Constitución peruana y el
Código de Ejecución Penal, en la realidad es tinta en papel mojado.
De allí que los casi recientes estudios de los profesores García-Borés i Pí y Rivera
Beira señalan sobre los efectos negativos de la prisión producto de la subcultura
ya existente en las cárceles y la suma de éste con la subcultura del presunto
criminal. De allí el impacto carcelario que supone a los que recién ingresan a
prisión, el hecho mismo de encontrarse con un sistema cultural y una subcultura
de cosas distintos al de su hábitat natural, con razón el dicho popular que reza:
"la universidad de la delincuencia es la cárcel".
Y qué hay de los presos extranjeros cuando ingresan a una cárcel ajena y
desconocida al de su país de origen, aquella cárcel legal a la que hace alusión
Bergalli pues indudablemente que el efecto carcelario es mucho más dramático,
puesto que se encuentran con una subcultura carcelario distinto, primero al de su
sistema cultural (sociedad de donde proceden) y, segundo, al de su subcultura
delictiva, amén del espacio carcelario que cuentan los presos extranjeros; así, nos
trasladamos a la cárcel o establecimiento penitenciario de la provincia
constitucional del Callao, que como dijéramos líneas arriba, esta se compone de
cinco pabellones las misma que permite la clasificación de los presos en función a
la gravedad y reincidencia de los delitos; así tenemos, que existen el pabellón de
mínima seguridad donde está los presos primarios, por delitos menos graves y por
delitos de violación sexual. El pabellón de mediana seguridad que como su
nombre lo señala, se encuentra los sujetos que han cometido delitos más o menos
graves o son jóvenes reincidentes (sus edades pueden oscilar entre 19 a 25
años). El pabellón de máxima seguridad donde están los delincuentes reincidentes
(sujetos mayores de 25 años) y por delitos graves. Y por último nos encontramos
con el pabellón de presos extranjeros que en la mayoría de los casos son
personas que han cometido delitos de tráfico ilícito de drogas.
Esta clasificación de los internos o presos en la cárcel del Callao, en Perú, ha
permitido, de alguna manera, el manejo de la población carcelaria, traducido en
actividades que importe el cumplimiento de los fines de la pena establecido en el
Código de Ejecución Penal y su Reglamento.
Pero lo que nos atañe es la realidad que vive el preso extranjero en la cárcel del
Perú, y en qué medida el castigo viene siendo asumido por éste, y claro está que
el Sistema Penal y el Sistema Carcelario de Perú dista mucho de la realidad, a tal
punto que el cumplimiento de la pena, mediante la condena, y la realidad
carcelaria son muchas veces incompatibles, por lo que el castigo no cumple su fin
resocializador.
Es indudable que el preso extranjero en las cárceles del Perú, sufra el castigo
inflingido por el Estado y adicionalmente la condiciones carcelarias que existen,
llegando al extremo que algunos fallecen por la falta de salubridad en dichos
centros de reclusión. Amén de los presos nacionales que no reciben prestación
económica para procurar sobrevivir en el día a día. De allí que muchas
instituciones gubernamentales como la Defensoría del Pueblo y otras no
gubernamentales ( ONG) han denunciado que los derechos elementales de los
presos son totalmente vulnerados por los representantes o autoridades del
sistema carcelario del Perú, para ello basta con echar una mirada a
los informes que emite mensualmente la Defensoría del Pueblo haciendo una
balance deficitario entre población carcelaria y centros penitenciarios, entre
derechos de los presos y sus deberes, transparencia y corrupción
INSTITUTO NACIONAL
PENTENCIARIO DEL PERU
El Instituto Nacional Penitenciario de Perú (INPE) es un organismo público, rector
del Sistema Penitenciario peruano, integrante del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos, que dirige y controla técnica y administrativamente el Sistema
Penitenciario del Perú. Tiene como función ser la Institución estatal que lidere
la integración del esfuerzo de la sociedad y de sus propios servidores para
reeducar a los sentenciados, rehabilitar y reinsertar a los liberados; a través de
una organización humanista y científica, eficiente y eficaz, que motive la
convicción de adherencia y confianza de las personas atendidas en el proceso
resocializador.

Contribuir a la administración de justicia cuidando y atendiendo a los procesados,


sentenciados y liberados; rehabilitando a los sentenciados para lograr
su reinserción social positiva. Se organiza en tres áreas de desempeño laboral,
contando cada una de ellas con sub áreas de especialidad; y reconoce dos grupos
ocupacionales: Superior y Técnico, dentro de los cuales se identifican diferentes
niveles. La pertenencia a estos niveles tiene una relación directa con el
reconocimiento a los méritos del servidor penitenciario, su desempeño,
productividad y ubicación en el escalafón de servicio; incide en una remuneración
adecuada y diferenciada.
FUNCIONES GENERALES DEL “INPE”

a) Dictar las políticas y normas técnico - administrativas del INPE.

b) Proponer y otorgar los beneficios penitenciarios establecidos en el Artículo 42º del


Código de Ejecución Penal.

c) Ejecutar las acciones de Tratamiento Penitenciario.

d) Desarrollar las acciones de Asistencia Post Penitenciaria en coordinación con los


gobiernos regionales y municipales.

e) Desarrollar acciones de Tratamiento en el Medio Libre y Penas Limitativas de


Derecho.

f) Llevar el registro de antecedentes de los procesados y sentenciados a Penas


Privativas de Libertad y Limitativas de Derechos.

g) Celebrar contratos y convenios con personas naturales o jurídicas; entidades


públicas o privadas, nacionales o extranjeras.

h) Desarrollar y promover investigaciones sobre criminalidad, así como elaborar y


proponer políticas de prevención del delito y tratamiento penitenciario.

i) Planear, organizar, coordinar, ejecutar, controlar y evaluar


la seguridad y servicios especiales del INPE.

i) Administrar los recursos humanos, materiales, económicos y financieros.

j) Ejecutar el Proceso Presupuestal y el Sistema de Contabilidad Gubernamental.

k) Planear, coordinar, ejecutar y evaluar los programas de infraestructura


penitenciaria.

l) Adquirir a título oneroso o gratuito, bienes, muebles o inmuebles para el


mejoramiento del Sistema Penitenciario Nacional.

m) Constituir las personas jurídicas que sean necesarias de acuerdo a lo establecido


en la Ley del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial
del Estado.

n) Celebrar Convenios de Cooperación Técnica a nivel nacional e internacional.

o) Las demás que establece el Código de Ejecución Penal y su Reglamento.


JURISDICCION PENITENCIARIA
NACIONAL

REGION NORTE

1. E.P. P. TUMBES
2. E.P.S.CASTILLA – PIURA.
3. E.P.M.SULLANA
4. E.P.P.AYABACA
5. E.P.P.HUANCABAMBA
6. E.P.M.S.PICSI
7. E.P.S.PICSI
8. E.P.M.CHICLAYO.
9. E.P.S.TRUJILLO
10. E.P.M.TRUJILLO
11. E.P.P.PACASMAYO
12. E.P.P.SANTIAGO DE CHUCO
13. E.P.S.HUACARIZ – CAJAMARCA
14. E.P.P.JAEN
15. E.P.P. CHOTA
16. E.P.P. SAN IGNACIO
17. E.P.P. SANTA CRUZ
18. E.P.P. BAMBAMARCA
19. E.P.P. CAJABAMBA
20. E.P.P. CELENDIN

REGION LIMA

1. E.P.S.HUARAZ
2. E.P.P.CHIMBOTE – SANTA
3. E.P. CALLAO
4. E.P.R.C.O.LURIGANCHO
5. E.P.M.CHORILLOS
6. E.P.R.C.E.M. CHORRILLOS.
7. E.P. NUEVO IMPERIAL CAÑETE
8. E.P.R.C.E.CASTRO CASTRO
9. E.P.P.CARQUIN – HUACHO
10. E.P.P.LIMA
11. E.P.P.YAUYOS
12. E.P.S. ICA
13. E.P.P.TAMBO DE MORA
14. E.P. LUCANAS – PUQUIO
15. E.P. CORA CORA
16. E.P. HUARAL

REGION SUR

1. E.P.S. SOCABAYA – AREQUIPA


2. E.P. MUJERES SOCABAYA
3. E.P.P. CAMANA
4. E.P.P. MOLLENDO ISLAY
5. E.P.P. CHIVAY – CAYLLOMA
6. E.P.P. MOQUEGUA
7. E.P.S.POCOLLAY TACNA
8. E.P.M. TACNA

REGION CENTRO

1. E.P.P.OXAPAMPA
2. E.P.S. HUAMANCACA – HUANCAYO
3. E.P.P. LA MERCED – CHANCHAMAYO
4. E.P.M. CONCEPCION
5. E.P.P.SATIPO
6. E.P.P.TARMA
7. E.P.P.LA OROYA
8. E.P.P. JAUJA
9. E.P.S. HUANCAVELICA
10. E.P.P. PAMPAS – TACAYAJA
11. E.P.M.S. YANAMILLA – AYACUCHO
12. E.P.P. HUANTA

REGION ORIENTE

1. E.P.S. HUANUCO
2. E.P.P. LA UNION DOS DE MAYO
3. E.P. CERRO DE PASCO
4. E.P.S. PUCALLPA
REGION SUR ORIENTE

1. E.P.S. ABANCAY
2. E.P.P. CHINCHEROS
3. E.P.P. ANDAHUAYLAS
4. E.P.P. COTABAMBAS
5. E.P.S. QUENCORO – CUSCO
6. E.P.P. SICUANI CANCHIS
7. E.P.P. QUILLABAMBA – LA CONVENCION
8. E.P.P. YAURI – ESPINAR
9. E.P.P. CHUMBIVILCAS
10. E.P.P. URCOS QUISPICANCHIS
11. E.P.P.PAUCARTAMBO
12. E.P.P. TAMBOPATA – PUERTO MALDONADO

REGION NOR ORIENTE

1. E.P.P. TARAPOTO
2. E.P.S. MOYOBAMBA
3. E.P.P. JUANJUI – MARISCAL CACERES
4. E.P.S. IQUITOS
5. E.P.P. YURIMAGUAS – ALTO AMAZONAS
6. E.P. ANEXO IQUITOS
7. E.P.P. BAGUA GRANDE UTCUBAMBA
8. E.P.S. HUANCAS CHACHAPOYAS
8. REGION ALTIPLANO PUNO
1. E.P.M.S. LA CAPILLA – JULIACA
2. E.P.S. YANAMAYO – PUNO
3. E.P.P. HUANCANE
4. E.P.P. AZANGARO
5. E.P.P. MACUSANI – CARABAYA
6. E.P.R.E. CHALLAPALCA
LAS IGLESIAS Y LA
SOCIEDAD EN LAS
CARCELES
Es importante resaltar que a pesar de las difíciles condiciones de la prisión,
durante el año 2004 los voluntariados de las Iglesias - Católica y Evangélica - y la
sociedad civil han podido realizar un servicio sostenido en las diversas cárceles
del país. Esta acción penitenciaria fue facilitada por la Presidencia del INPE,
funcionarios y personal penitenciario. Esta política de apertura se ha concretado
en un diálogo constante con las autoridades, la transparencia en la gestión, el
acceso a información, la coordinación de acciones conjuntas, la firma de
convenios de cooperación entre instituciones, como por ejemplo con: el Concilio
Nacional Evangélico del Perú, La Asociación Evangélica Paz y Esperanza, La
Conferencia Episcopal Peruana, El Obispado del Callao, etc. Las Iglesias y la
sociedad civil cumplen un papel subsidiario del Estado, en este caso de las
funciones del INPE. Las iglesias brindan un apoyo espiritual y de promoción
humana a las personas encarceladas con sus distintas peculiaridades y
limitaciones.

La Iglesia Evangélica, principalmente a través de Paz y Esperanza y otros grupos


religiosos, realizan un servicio integral en las diversas cárceles del país. Sus
labores se centran en brindar apoyo espiritual a sus hermanos de fe y colaborar
con ellos en acciones sociales, legales, psicológicas y de acompañamiento a la
persona que se encuentra en prisión. También han realizado acciones de difusión
y sensibilización sobre la realidad carcelaria con la finalidad de promover mejoras
en las cárceles de nuestro país. Además han participado en diversos espacios que
desde el Estado y demás instituciones han promovido las mejoras de las
condiciones de vida en las cárceles como: las reuniones de trabajo con los
Directores de Penales de Lima a cargo de la PNP, INPE y Agentes Pastorales de
los Establecimientos Penitenciarios de Lurigancho, Miguel Castro Castro y Máxima
de Mujeres de Chorrillos, la Red de Alerta, la Mesa Interinstitucional de Cárceles,
etc. 16 17 La Iglesia Católica, desde sus respectivas jurisdicciones eclesiásticas
(arquidiócesis, diócesis, prelaturas, vicariatos), y a través de los agentes
pastorales brindan un acompañamiento integral a los internos e internas de los
diferentes penales de nuestro país.

Estos equipos pastorales realizan labores de espiritualidad y acompañamiento a


los hermanos encarcelados y también realizan una labor de promoción humana,
brindando un servicio social, legal, psicológico, laboral, etc. Inclusive algunas
Jurisdicciones han formalizado dicha actuación a través de Convenios con el
INPE. La Iglesia Católica, desde la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS),
en coordinación con las Oficinas de Pastoral Social, agentes pastorales y la
Coordinación Nacional de Pastoral Carcelaria, sumándose en algunas acciones La
Defensoría del Pueblo, los organismos de Derechos Humanos y operadores de
justicia han realizado algunas acciones como:
FORMACIÓN

Dirigida a los internos e internas de diversos establecimientos penitenciarios en


temas de vigilancia penitenciaria e igualdad de oportunidades entre varones y
mujeres. Dirigida al personal del INPE de los diversos establecimientos
penitenciarios y Direcciones Regionales en temas de Ética y Derechos Humanos.

DIÁLOGO Y CONCERTACIÓN CON EL ESTADO

Se ha logrado formar y fortalecer espacios de debate y análisis sobre la realidad


penitenciaria, en que se plantean propuestas concertadas a nivel local y se
ejecutan acciones conjuntas que benefician a la población penitenciaria. Estos
espacios han sido convocados por la iglesia y por el Estado a través de las
instituciones competentes. Su finalidad es promover una política penitenciaria
respetuosa de la dignidad de la persona humana y mejorar las condiciones de vida
de las personas encarceladas. Hasta la fecha se ha logrado formar estos espacios
en Piura, Pucallpa, Huancayo y Lima . A través de éstos espacios se ha
conseguido la creación de consultorios jurídicos gratuitos, mejorar las
coordinaciones entre las autoridades que inciden en la problemática penitenciaria,
analizar el tema del derecho a la identidad, realizar acciones de solidaridad en las
cárceles, realizar talleres dentro y fuera de penales sobre diversos temas de
interés para la población encarcelada y para la sociedad, analizar y elabora
propuestas concertadas sobre la problemática penitenciaria de la localidad, etc
CONCLUSION
La situación penitenciaria peruana, a pesar de algunos esfuerzos, sigue
atravesando una grave crisis. Son pocos los signos de esperanza que se pueden
encontrar en una cárcel: l las acciones de solidaridad l el arte expresado en sus
diversas modalidades l la búsqueda para que la cultura y educación de calidad
estén presentes y al alcance de todos/as l la promoción al trabajo, etc. En general,
la cárcel peruana se caracteriza - como todas las cárceles de la región - por estar
poblada por personas pobres y de valores diferentes a los que comúnmente se
consideran como positivos, donde impera la violencia física y/o psicológica; donde
día a día se evidencian actos de corrupción y abuso de poder, no sólo entre las
autoridades y los internos/as, sino también entre las mismas personas privadas de
libertad. Para la mayor parte de la sociedad y de nuestras autoridades, la cárcel es
casi la única alternativa para combatir la delincuencia.

De acuerdo a cifras oficiales y encuestas tomadas a diversos sectores de la


población, en los últimos años se ha presentado un incremento de la delincuencia
. Algunas personas responsables de estos delitos son detenidas y llevadas a una
prisión, donde, se encontró variaciones significativas en los delitos cometido
contra el Orden Económico y Tranquilidad Pública los mismos que se
incrementaron en 77.9% y 57.9% respectivamente, del mismo modo se
incrementó los delitos contra el Patrimonio en 6.2%”. 6 7 lamentablemente no
existen apropiadas condiciones de vida y mecanismos para ser rehabilitados y
tratados adecuadamente; por el contrario, egresan del penal con mayores
conocimientos y estrategias para delinquir y también con deterioro en su salud
integral.

Lamentablemente son pocas las instituciones públicas y privadas que se dedican


a analizar el porqué de estas acciones delictivas. Por el contrario, la opinión
pública general propone el incremento de penas, mayores castigos y la
construcción de más cárceles. Entonces, si no se presenta una alternativa a la
pena privativa de libertad, coherente con el desarrollo humano, un gran porcentaje
de nuestra población, especialmente la de menos recursos estará recluida en
prisiones, cuyas condiciones cada día se hacen más inhumanas.
GRAFICOS
BIBLIOGRAFIA
- www.inpe.gob.pe/contenidos.php?id=460&np=1&direccion=1

- es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Prisiones_de_Per%C3%BA

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- www2.congreso.gob.pe/Sicr/Biblioteca/Biblioteca.nsf/RbSistPenint

- elcomercio.pe/peru/formas-insolitas-pretenden-pasar-objetos-carceles-
415540?foto=3

- CHIRINOS SOTO, Francisco. Código Penal, comentado, concordado,


sumillado, jurisprudencia y normas complementarias. Edit.Rodhas, Lima,
2004

- DAL LAGO, Alessandro, "Personas y no-personas", en Héctor C. Silveira


Gorski (Ed.), Identidades comunitarias y democracia, Editorial Trotta,
Madrid, 2002.

- GARCIA-BORÉS, Josep. "El impacto Carcelario" en BERGALLI, Roberto


(coordinador y colaborador), en Sistema Penal y problemas sociales, Tirant
lo Blanch, Valencia, 2003.

- Ferrajoli, Luigi. Derecho y Dolor en Isonomía (27), 2007,


http://www.isonomía.itam.mx
INDICE
- Introducción 3

- Antecedentes históricos

I. -En los pueblos primitivos 5


II. -En Grecia y Roma 6
III. -En el Imperio Incaico 7
IV. -En la Colonia 8
V. -En la Republica 10

- Actual Sistema Penitenciario Peruano 12

I. -Situación Penitenciaria 13
II. -Las Cárceles Peruanas 14
III. -Los Extranjeros en las cárceles del Perú 16

- Instituto Nacional Penitenciario del Perú 19

I. Funciones Generales del INPE 20


II. Jurisdicción Penitenciaria Nacional 21

- Las Iglesias y la Sociedad en las Cárceles 25

- Gráficos 28

- Conclusiones 31

- Bibliografía 33

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