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Contaminación del río

‘Juan Díaz' compromete


saneamiento de la bahía
La nueva investigación revela que la calidad del agua del río Juan Díaz es mala.

ARCHIVO | LA ESTRELLA DE PANAMÁ


La basura y los contaminantes son arrastrados por las corrientes del río Juan Díaz.
Mirta Rodríguez P.
mrodriguez@laestrella.com.pa

Los residuos químicos, las aguas residuales y la basura que se sigue


vertiendo sin control en el río Juan Díaz ponen en riesgo su recuperación
biológica y la efectividad del millonario Proyecto de Saneamiento de la
Ciudad y la Bahía de Panamá, que supera los $2,000 millones.
Una nueva investigación denominada ‘Medición de variables biológicas,
físicas y químicas en aguas, suelo y materia vegetal en los manglares de Juan
Díaz' revela que la calidad del agua de ese río es ‘mala".
Así mismo, las muestras de agua marina que se tomaron en la
desembocadura del río Juan Díaz (cerca de donde está la planta de
tratamiento), en la bahía de Panamá, indican que su calidad es "pésima" y
tomará muchos años para "recuperarla', adelantó Olmedo Pérez,
investigador de Toth Research& Lab.
El científico compartió con La Estrella de Panamá estos primeros resultados
del estudio realizado por Toth Research & Lab, considerando que la planta
de tratamiento tiene su función, pero se requiere realizar, de forma más
periódica, monitoreos que evalúen la calidad del agua de los ríos y el mar.
De hecho, la Unidad del Proyecto de Saneamiento, cuya propuesta de ley
para convertirla en la Empresa Pública de Saneamiento de Panamá, S.A. está
en la Asamblea Nacional, ha dicho que el proyecto de tratamiento
comprende estudios de medición de la calidad del agua de los afluentes que
se están saneando.
Sin embargo, Pérez opina que mientras no hayan políticas adecuadas y un
cambio de cultura y actitud en la población, la recuperación de la calidad del
agua de los ríos y de la bahía de Panamá, no será posible a corto plazo.
‘Las políticas a corto plazo tendrían un mejor resultado si conllevan
educación; y un proceso en el que todos participemos, dejemos de arrojar
basura, de verter aguas residuales sin cumplir con los reglamentos técnicos y
tengamos conciencia de la conservación de los recursos naturales', sostuvo.
El especialista destacó que el estudio, financiado y avalado por la Secretaría
Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), permitirá levantar un informe
con datos sobre cómo está la calidad del agua de la zona, su suelo, el hábitat
y la capacidad de carbono azul de los manglares de Juan Díaz para
presentarlo a las autoridades, en diciembre próximo, con el fin de que
puedan establecer políticas de conservación a corto plazo.
‘Históricamente se han hecho varios estudios que arrojan el mismo
resultado, que la calidad del agua es mala, pero ya es hora de que esos
monitoreos se conviertan en políticas que obliguen o lleven a obtener
cambios y mejoras en la calidad del agua', afirmó.
DESDE LA CUENCA
Juan Díaz es uno de los ríos más importantes de la capital, cuyas condiciones
naturales han sido degradadas desde hace décadas, a causa de la presión que
ejerce el desarrollo inmobiliario sobre la zona y el desarrollo urbanístico
descontrolado en la cuenca.
Este río nace a unos 450 metros de altura en los terrenos volcánicos del
Nudo del Mamoní y posee 27.5 kilómetros de longitud hasta su
desembocadura al mar. Recibe las aguas provenientes del área de Cerro Azul
y del este de San Miguelito.
La cuenca del afluente está a unos 15 kilómetros al este del Canal de Panamá
y forma parte del Área Metropolitana de Panamá. Desemboca en el área de la
bahía de Panamá, en el océano Pacífico.
Tiene una extensión de 34,896 hectáreas, una población de 614,695
habitantes, 175,755 viviendas.
Políticamente incluye parte de los distritos de Panamá y San Miguelito. En
esta cuenca se encuentra el corregimiento de Juan Díaz, el más poblado del
país (100,636 habitantes).
El área Metropolitana cuenta con una población de 1,468,270 habitantes
(más del 20% del población total de Panamá que, según reportes oficiales,
hasta el 2013 era de 3,850,735 habitantes).
De ese total, solo un 66% tiene alcantarillados sanitarios; y gran parte de sus
aguas residuales crudas, cuyo volumen está por el orden de los 400 mil
metros cúbicos, son descargadas en quebradas, ríos o directamente a la
bahía.
El sitio concentra un nodo importante de logística y actividades comerciales
alrededor del Aeropuerto Internacional de Tocumen.
Su parte media la atraviesan dos vías principales que concentran un
importante desarrollo residencial, comercial e industrial, que a su vez sirven
para permitir la conectividad entre el centro urbano de Ciudad de Panamá y
el aeropuerto.
Se estima que la planta de tratamiento actual de la bahía de Panamá recibe y
trata en promedio 2,200 litros de agua por segundo, dijo sobre el proyecto de
saneamiento la coordinadora general, Tatiana de Janón.
Actualmente, se desarrolla una segunda etapa de ampliación (la colectora de
Juan Díaz) para duplicar la capacidad de la planta existente. "Se espera que
el proyecto culmine a finales de este año o principios del próximo", anunció
De Janón.
PRESIÓN URBANA
Desde mediados de la década de 1990, el desarrollo en la cuenca del río
creció del 10% al 30%, sobre todo en el área media, provocando pérdida de
vegetación e incremento en los caudales del afluente durante las lluvias.
La cuenca perdió el 3.35% (1,169.33 has) de su cobertura boscosa, entre el
2000 y el 2008, según datos de ANAM (ahora Ministerio de Ambiente), a
pesar de contar en su parte alta con el área limítrofe del Parque Nacional
Chagres y en la parte baja de la cuenca con el Humedal Manglares de Juan
Díaz.
Con las precipitaciones lluviosas, el caudal de río Juan Díaz puede alcanzar
un promedio de 300 metros cúbicos por segundo hasta sobrepasar los 1,000
metros cúbicos por segundo.
Según añadió Olmedo Pérez, el incremento del volumen de agua en un
mismo periodo está ocasionando incluso que los niveles de desbordamiento
en la cuenca baja del río sean mayores, afectando no solo esas áreas y las
casas que fueron construidas en desarrollos urbanísticos, sino también los
suelos del área y la calidad de su agua.
‘La presión en los alrededores del río es increíble. Como el área es inundable,
cuando el río crece con las lluvias, las mareas entran y luego arrastran los
sedimentos, los residuos químicos y plásticos y todo lo que hay a su paso,
contaminado toda la zona hasta su desembocadura (en la bahía de Panamá)',
precisó el experto.
Tanto en la temporada seca y lluviosa, el Ministerio de Obras Públicas
(MOP) mantiene un programa preventivo de dragado, canalización y
ampliación, dada las características del río Juan Díaz.
No obstante, el científico reiteró que a pesar de los esfuerzo del Gobierno
Nacional, los resultados de la planta de tratamiento serán más efectivos con
educación y conciencia de la población.
Con ello, aseguró, en aproximadamente "ocho o diez años" se podría estar
contando con esos "buenos índices de calidad de agua en la bahía", en las
cuales los panameños se podrían volver a bañar.
‘Entre más rápido entendamos de que no hay que arrojar basura, de que hay
que cuidar los manglares y reducir los niveles de contaminación en las aguas
residuales, más rápido se podrán recuperar la aguas de la bahía de Panamá ',
concluyó el investigador.

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