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Signos y síntomas de la caries y la mala salud dental

Hay muchas personas que padecen caries y todavía no lo saben. En dentalia no queremos que esto te suceda, ya que
puede traer consecuencias negativas a tu salud dental. Es por eso que a continuación te mostramos los principales signos
y síntomas de las caries:
Sensibilidad
Las caries pueden ocasionar una sensación dolorosa en los dientes o muelas, sobre todo después de comer alimentos
dulces. También es común que suceda cuando consumes bebidas calientes o frías.
Hoyuelos o agujeros
En varias ocasiones pueden causar que se formen pequeños agujeros u hoyos visibles en los dientes o en las muelas. Es
importante revisar tu dentadura constantemente para así asegurarte de que no cuentas con este padecimiento.
Mal aliento
También pueden causar halitosis. Si notas que tienes un desagradable sabor en la boca y mal aliento que no se elimina
ni aunque te laves los dientes, asiste a clínicas dentales para que hagan una revisión de tu salud dental.
Decoloración
Si no te atiendes a tiempo, pueden ocasionar una decoloración en los dientes, transformándolos a un tono marrón o
negro, lo que te puede borrar la sonrisa.
Flemón dental
En algunos casos se puede complicar y se producir un flemón dental, es un doloroso absceso en la encía. Para evitar
llegar a estos extremos, es importante tratar las caries a tiempo.
Los niños no son los únicos que pueden tener este padecimiento. Las caries dentales te pueden afectar en cualquier
momento, sin importar la edad que tengas.
Si ya tienes este problema, éstas no se van a quitar por mucho que te laves el área afectada, la única manera de erradicar
la infección es acudir a una clínica para que el dentista elimine la zona dañada y obture la cavidad con un empaste.
Debes tener en cuenta que en muchas ocasiones no se presentan síntomas. Es por eso que es importante que acudas
con los mejores dentistas en el DF para que te evalúen.
En dentalia, las mejores clínicas dentales del país, sabemos que también es importante ir al dentista cada seis meses,
utilizar hilo dental, tener una dieta balanceada y abandonar el hábito del tabaco.

Diagnóstico
Tipos de cavidades
Tipos de caries
Por lo general, el dentista puede detectar fácilmente las caries mediante lo siguiente:

Pregunta sobre dolor de muela y sensibilidad


Examina la boca y los dientes
Explora los dientes con instrumentos dentales en busca de zonas blandas
Observa radiografías dentales, las cuales pueden mostrar el grado de caries y deterioro
El dentista también podrá decirte cuál de los tres tipos de caries tienes: superficie blanda, hoyo y fisura, o raíz.

Tratamiento
En los controles periódicos se pueden identificar caries y otras enfermedades dentales antes de que causen síntomas
problemáticos y ocasionen problemas más graves. Cuanto antes busques atención médica, más probabilidades tendrás
de revertir las primeras etapas de las caries dentales y de evitar su evolución. Si se trata una caries antes de que
comience a causar dolor, probablemente no necesitarás un tratamiento prolongado.

El tratamiento de caries depende de la gravedad y de tu situación particular. Algunas opciones de tratamiento son las
siguientes:

Tratamientos con flúor. Si una caries recién está comenzando a aparecer, el tratamiento con flúor puede ayudarte a
restaurar el esmalte del diente y, en ocasiones, a revertir la caries en etapas muy tempranas. Los tratamientos
profesionales con flúor contienen más flúor que la cantidad que se encuentra en el agua del grifo, los dentífricos y los
enjuagues bucales. Los tratamientos con flúor pueden ser líquidos, en gel, espuma o barniz que se cepilla en los dientes
o se coloca en una cubeta pequeña que se ajusta a los dientes.
Empastes. Los empastes, a veces llamados «restauraciones», son la opción principal de tratamiento cuando la caries ha
avanzado más allá de la primera etapa. Los empastes se hacen con varios materiales, como resinas compuestas del color
del diente, porcelana o una amalgama dental que es una combinación de diferentes materiales.
Coronas. Si tienes caries extensas o dientes debilitados, es posible que necesites una corona: una cubierta hecha a
medida que reemplaza la corona natural completa del diente. El dentista pasará el torno en la zona de la caries y en otras
partes del diente para asegurar un buen ajuste. Las coronas pueden ser de oro, porcelana de alta resistencia, resina,
porcelana fundida en metal o de otros materiales.
Endodoncia. Cuando la caries llega a la parte interna del diente (pulpa), es posible que necesites endodoncia. Este es un
tratamiento para reparar y conservar un diente muy dañado o infectado en lugar de extraerlo. Se extrae la pulpa del
diente enfermo. A veces se colocan medicamentos en el canal radicular para limpiar la infección. Después la pulpa se
reemplaza con un empaste.
Extracción de dientes. Algunos dientes tienen caries tan graves que no pueden restaurarse y deben extraerse. La
extracción de dientes puede dejar un hueco que hace que los otros dientes se desplacen. De ser posible, considera
hacerte un puente o colocarte un implante dental para reemplazar el diente faltante.

ANOREXIA
Signos de la anorexia
Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo.
Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse
repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…).
Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes).
Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta.
Realización de ejercicio físico constante y excesivo.
Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones.
Evitar comidas en compañía.
Huir de la mesa después de comer.
Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…).
Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales.
Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad.
Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías.
Empleo no controlado de diuréticos y laxantes.
Baja autoestima.
Síntomas de la anorexia
En el ámbito clínico los principales síntomas de anorexia nerviosa son:

Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas.


Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos.
Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se debe a
un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo.
Extremidades frías.
Uñas quebradizas y caída de cabello.
Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulares.
Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto es especialmente
patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.
Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto si se emplean laxantes
que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico).
Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia), alteraciones
del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera.
Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de potasio bajos
(hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles de
creatinina sérica.
Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia).
Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del
proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear purgantes,
enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.

Diagnóstico
La anorexia nerviosa se diagnostica, generalmente, basándose en una intensa pérdida de peso y los síntomas
psicológicos característicos. La anoréxica típica es una adolescente que ha perdido al menos un 15 por ciento de su peso
corporal, teme la obesidad, ha dejado de menstruar, niega estar enferma y parece sana.

Tratamientos
Los objetivos globales del tratamiento son la corrección de la malnutrición y los trastornos psíquicos del paciente. En
primer lugar se intenta conseguir un rápido aumento de peso y la recuperación de los hábitos alimenticios, ya que
pueden implicar un mayor riesgo de muerte. Pero una recuperación total del peso corporal no es sinónimo de curación.
La anorexia es una enfermedad psiquiátrica y debe tratarse como tal. El tratamiento debe basarse en tres aspectos:

Detección precoz de la enfermedad: conocimiento de los síntomas por parte de los médicos de atención primaria y de
los protocolos que fijan los criterios que el médico debe observar.

Coordinación entre los servicios sanitarios implicados: psiquiatría, endocrinología y pediatría.

Seguimiento ambulatorio una vez que el paciente ha sido dado de alta, con visitas regulares. Las hospitalizaciones suelen
ser prolongadas, lo que supone una desconexión del entorno que puede perjudicar el desarrollo normal del adolescente.
Por ello son aconsejables, siempre que se pueda, los tratamientos ambulatorios.

El ingreso en un centro médico es necesario cuando:

La desnutrición es muy grave y hay alteraciones en los signos vitales.

Cuando las relaciones familiares son insostenibles y es mejor aislar al paciente.

Cuando se agravan los desórdenes psíquicos.


El tratamiento ambulatorio es eficaz cuando:

Se detecta de manera precoz.

No hay episodios de bulimia ni vómitos y existe un compromiso familiar de cooperación.


De esta manera se inicia el tratamiento con la realimentación, que en ocasiones puede provocar molestias digestivas, ya
que el cuerpo no está acostumbrado a ingerir alimentos. Con el tiempo se restablece la situación biológica y vuelve la
menstruación. Después comienza el tratamiento psicológico, que intenta reestructurar las ideas racionales, eliminar la
percepción errónea del cuerpo, mejorar la autoestima, y desarrollar las habilidades sociales y comunicativas entre el
enfermo y su entorno. La familia debe tomar parte de manera activa en el tratamiento porque en ocasiones el factor
desencadenante de la enfermedad se encuentra en su seno y, además, la recuperación se prolonga inevitablemente en el
hogar.

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