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Yo quisiera conocerte
267 Mucho más, ¡oh, mi Señor!,
Yo espero la mañana De aquel día sin igual, Y sentir tu amor inmenso
De venturas inefables Y de gozo eternal. Derramarse por mi corazón.
Bendícenos, Señor,
3 Pues hasta aquí nos ayudó, Haznos ser más fervientes,
Y siempre proveerá: Aumenta aquí el amor.
Con gratitud, placer y amor Haznos ser fieles siempre,
Dad gloria a Jehová. Grata congregación,
Bendice a los creyentes,
4 Aviva en tu Iglesia, ¡oh Dios!, Bendícenos, Señor.
Aquel primer amor
2 Plácido es este sitio,
Que ardía en nuestro corazón, Sitio de reunión,
Y fieles seamos, ¡oh Señor! Oyendo hablar tu Libro,
En viva comunión.
5 A otras almas salva, ¡oh Dios! Te ensalzaremos siempre,
Despiértalas, Señor; Oh nuestro Salvador;
Escucha nuestra petición, Bendito eternamente,
Y salva al pecador.
3 Padre, te suplicamos
En tu gran compasión,
559 Guárdanos los hermanos
Firmes y adelante,—Huestes de la fe, En fraternal amor;
Sin temor alguno,—Que Jesús nos ve. Prontos a perdonamos,
Jefe soberano, Cristo al frente va,
—
Prontos a oír tu voz
Y la regia enseña—Tremolando está. Cual escogidos, santos;
Y amados de ti, oh Dios.
Una la esperanza,—Y uno nuestro amor. 2 Somos salvos por tu gracia, por la fe,
Para que vivamos una vida fiel;
4 Tronos y coronas Pueden perecer,
—
Cuando huya toda sombra en la gran resurrección 3 ¡Santo, santo, santo! La inmensa muchedumbre
De los muertos en Jesús sin corrupción, Y en las De espíritus puros que hacen tu voluntad.
nubes al Señor reciban, ¡qué consolación! Cuando Ante ti se postran bañados en tu lumbre, Ante ti, que
allá se pase lista, yo estaré. has sido, que eres y serás.
Trabajar es mi anhelo sin cesar por el Señor, 4 ¡Santo, santo, santo! Por más que estés velado
Siempre hablando de su gracia y de su amor; Con sombras, y el hombre no te pueda mirar,
Cuando acabe aquí mi obra y me llame el Salvador, Santo tú eres sólo y nada hay a tu lado
Cuando allá se pase lista, yo estaré. En poder perfecto, pureza y caridad.
3 A ti que eres digno, se den en los cielos 2 ¡És digno el Cordero!, los justos exclaman;
Poderes divinos y gloria y honor; ¡Es digno el Cordero de eterno loor!
Y más bendiciones que darte podemos, Repiten constantes aquellos que le aman,
Por siempre a tu trono se eleven. Señor. Su sangre vertida viendo en su favor.
4 Que todos los seres que pueblan las nubes, 3 Postrados de hinojos, Jesús te adorarnos,
La tierra, y el aire, y el fuego, y el mar, Pues nos rescataste de eterno dolor:
Unidos proclamen tus glorias eternas, La muerte sufriste porque no muramos;
Y dente alabanzas, Señor, sin cesar. Dignísimo eres del más alto honor.
5 El nombre sagrado del Dios de los cielos, 4 Los cielos triunfantes, la tierra salvada,
A una bendiga la gran creación, Su júbilo muestren; y al santo Señor
Y lleve al Cordero sentado en el trono El oro, el incienso, la mirra preciada
El dulce tributo de su adoración. Le ofrezcan con puro, con férvido amor.