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Reconstrucción con Cambios sin enfoque de

derechos para damnificados


La Defensoría del Pueblo advirtió este problema en las regiones norteñas más afectadas
por El Niño Costero, en donde constató un gran atraso en la ejecución de obras.

Ysela Vega Huayambal

Un manto negro en el cielo nos indicaba que una intensa lluvia caería sobre el territorio
norteño. Era el verano del 2017 y el Fenómeno de El Niño era inclemente. Es imposible
borrar de la retina las imágenes de quienes lo perdieron todo, que en medio del llanto y la
desolación esperaban ayuda.
Y como está escrito, en los países subdesarrollados son las familias menos favorecidas las
que siempre sufren más. Estas se quedaron literalmente en la calle, la lluvia se llevó sus
casas y hasta sus animales.
A más de un año del fenómeno climático, el proceso de la reconstrucción presenta un gran
atraso en las regiones de Lambayeque, Piura, Áncash, La Libertad y Tumbes. Así lo
advirtió la Defensoría del Pueblo, que constató que las acciones de rehabilitación y
reconstrucción se realizaron sin un enfoque de derechos; es decir, sin la atención integral de
las personas damnificadas o afectadas para la restitución de sus derechos.
En la supervisión realizada a diciembre del 2017 se verificó que los damnificados aún
continuaban viviendo en albergues sin condiciones mínimas de habitabilidad y sin contar
con los servicios básicos de agua, saneamiento y energía eléctrica.
¿Y qué papel cumplió la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios - RCC? La
Defensoría afirma que no tiene una intervención integral y el plan de la reconstrucción
cuenta con un enfoque débil de derechos que no permite visibilizar intervenciones
concurrentes.
Según el informe de seguimiento a las intervenciones por El Niño Costero de
la Defensoría del Pueblo, este fenómeno natural dejó 283,137 damnificados y 1’644,879
afectados, así como un perjuicio económico al país de 130 millones de dólares, el que
equivale al 1.6% del Producto Bruto Interno (PBI).
Igualmente 37,408 viviendas colapsadas y 28,533 viviendas afectadas, 12 establecimientos
de salud inoperativos y 546 afectados, además de 1,542 instituciones educativas afectadas.
La magnitud de los daños ocasionados evidenció las debilidades en la estructura y
funcionamiento del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastre (Sinagerd) y la
falta de prevención en la gestión del riesgo de desastre.
En este punto, Mónica Callirgos, adjunta para la Administración Estatal de la Defensoría
del Pueblo, señala que es una de las causas del problema integral. “Estas debilidades no
permiten que estemos listos para asumir los daños a los que estamos expuestos como país.
No hay medidas de prevención ni de mitigación de riesgos”, subraya.
Es la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) el ente rector del Sinagerd.
Un estudio concluyó que no existe una política efectiva y sostenida para actuar de manera
reactiva en un post desastre.
De esta manera, puntualiza que a mayo del 2016, únicamente el 60% de gobiernos locales,
el 50% de gobiernos locales provinciales y el 25% de gobiernos locales distritales
formularon sus planes de contingencia ante la ocurrencia de El Niño.
También se observa la limitada asignación de recursos para las labores de prevención y la
inacción de las autoridades regionales que “otorgan certificados de posesión e instalación
de servicios básicos en zonas vulnerables por su afán político y electoral”.
Pobreza
La Cámara de Comercio de Lima (CCL) estima que 721,649 personas ocupadas que
viven en las regiones del norte golpeadas por El Niño podrían ingresar a la pobreza, pues
esta población tiene condición de vulnerable y viviría con un ingreso diario de 4 y 10
dólares.
De dicho total, disgrega que el 31.8% está en Piura, el 25.8% en La Libertad, 22.2% en
Lambayeque, 16.8% en Áncash y un 3.3% en Tumbes, por lo que exhorta a priorizar
derechos y servicios públicos para una digna calidad de vida.
En educación y salud
El sector educativo en el norte fue el más impactado. El Plan de la Reconstrucción con
Cambios menciona que en Piura 41 colegios resultaron afectados y se destinó
1,070,152,132 soles que de una inversión nacional de 2,671,479 tiene el 40%;
en Áncash fueron 381 colegios con una inversión de 531,457.060 soles que es el
19.89%; La Libertad tuvo 324 intervenciones en colegios con un presupuesto de
453,986.414 soles que significa 16.99%; mientras Lambayequecon 169 colegios afectados
y 316,552.456 soles de inversión que representa el 11.85%; Tumbes tiene 47 intervenciones
con 78,296,384 soles, que es el 2.93%.
En este caso, Mónica Callirgos enfatiza que de los 1517 módulos y aulas prefabricadas para
beneficiar a 581 instituciones educativas, hay 110 pendientes de instalación.
Asimismo en el sector Salud, el Plan de la Reconstrucciónconsidera 1,344,867 soles para
la construcción de hospitales, centros de salud en un plazo de tres años a nivel nacional. Es
preciso indicar que de ese presupuesto, el 95% se concentró en las regiones norteñas.
A ello se suma la transferencia de 96,239.256 soles realizada por el Ministerio de
Salud para el mantenimiento de 1,015 establecimientos de salud que registra una ejecución
financiera de 48%, lo que representa 45,800,761 soles. Lambayeque es la región con
menor ejecución presupuestal con 13% de un total de 10,224,485 soles.
Callirgos enfatizó que la falta de asistencia técnica para elaborar los perfiles y de
presupuesto para la contratación de técnicos ocasionó el retraso. “En noviembre del 2017
recién se aprobó la norma que permitió la contratación”, expresa.
Asimismo en el sector Vivienda, de los 5,795 módulos temporales de vivienda están
pendientes de instalar 3,172 en las zonas afectadas.

Fuente: https://larepublica.pe/sociedad/1266268-reconstruccion-cambios-enfoque-derechos-damnificados

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