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Los formuladores de esta teoría no buscaron, como la Revolución Francesa,

emancipar a las masas, sino hacer ordenado y previsible el ejercicio del poder. Es
una revolución más ordenada y que puede hacerse desde arriba, y que parece
cuadrar más con el carácter alemán. Cotarelo cita una frase de Heller2 que refleja
perfectamente la diferencia: “El sentido alemán del orden carece de la confianza
rousseauniana en la fuerza generadora del caos”. El estado de derecho vendría a
ser “la separación de la estructura política respecto de la organización jurídica, la
cual pretende, independientemente de la estructura política, garantizar la libertad
y la seguridad”. 3 Dicho de otro modo, se trata de asegurar el máximo de libertad
y orden posibles incluso en un sistema con una escasa o nula separación de
poderes y una muy reducida libertad política. Este fue en parte el ideal jurídico
del régimen franquista, que rechazó de modo explícito la separación de poderes
en sus Leyes Fundamentales4.

El desarrollo de este principio presenta diferencias según cada tradición


jurídica. La teorización sobre el “estado de derecho” en el continente es, como se
ha dicho, esencialmente alemana y se refiere con detalle al modo en que la
Administración Pública ha de actuar sometida siempre al principio de legalidad
para que su intervención en las esfera de libertad de los ciudadanos sólo pueda
producirse cuando haya sido habilitada expresamente por la ley. Y para que este
sometimiento de la Administración a la ley sea posible es necesario garantizar la
independencia de la judicatura, que será a quien corresponda controlar que la
actuación de los poderes públicos se produce dentro de los límites marcados por
la legislación.

De este concepto de “estado de Derecho” proceden algunos de los


importantes principios enunciados en el art. 9 de la Constitución, como el
sometimiento a la legalidad de la Administración, la jerarquía normativa, la
responsabilidad o la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.

1. 4. El Estado Social y Democrático de Derecho.

Algunas constituciones modernas, como la española de 1978 contienen


referencias al “estado social y democrático de derecho”.

En la doctrina alemana se produjo una cierta polémica en torno a si era


posible que un estado de derecho, en el sentido ya explicado en epígrafes
anteriores, podía ser también “social”. La contradicción podría estar en que
algunos de los estados que han formulado ese carácter “social” han utilizado

2
GARCÍA COTARELO (1988)
3
NEUMANN (1986)
4
El art. 2.2 de la Ley Orgánica del Estado de 1967 establecía que: “El sistema institucional del Estado español
responde a los principios de unidad de poder y coordinación de funciones”.
mecanismos de redistribución e igualación de la riqueza que han acabado
vulnerando las garantías individuales del estado de derecho clásico.

En cualquier caso, este calificativo hace referencia a los llamados


“derechos sociales” o de segunda generación, incorporados al constitucionalismo
en el siglo XX como un complemento de los derechos individuales clásicos, que
funcionaban sólo como un límite negativo a las posibilidades de actuación del
estado en la esfera de libertad de cada ciudadano. Los derechos sociales, en
cambio, implican un derecho a recibir una prestación positiva por parte del estado,
que actúa como redistribuidor de la riqueza a través del sistema impositivo y de
las políticas sociales.

Y que ese estado social sea “democrático” es según García Pelayo una
necesidad para evitar el proceso de progresiva estatización de la sociedad a la que
puede llevar esa finalidad “social” incluida en las constituciones modernas. En
efecto, los mecanismos de participación democrática, junto a los del estado de
derecho, actúan como un elemento de equilibrio y control.

1. 5. Formas de Estado y Formas de Gobierno.

Formas de Estado

Con la expresión “formas de Estado” se suele hacer referencia al modo en


que los estados se articulan territorialmente. En ese sentido el modelo más simple
es el del estado unitario. En el otro extremo están las diversas formas de organizar
las uniones de estados.

A) El Estado unitario

Es la forma más sencilla de organización territorial. Desde el punto de vista


de los elementos del estado, podría decirse que hay un solo pueblo, en un solo
territorio sometido únicamente a un poder soberano. A veces se denomina
también a este modelo el de “estado simple”, en el sentido de que no hay en él
composición alguna entre partes. El ejemplo más clásico de este tipo de estado es
Francia.

B) Las uniones de estados

García Pelayo distingue tres tipos de uniones:

1. La unión personal: es la que existe cuando las coronas de dos reinos


coinciden en la persona de un mismo titular, pero cada uno de los territorios
conserva su independencia jurídica. Este tipo de uniones han sido muy
importantes en la formación de los estados modernos. Los casos de Castilla y
Aragón o Inglaterra y Escocia son ejemplos de uniones de esa clase que han
perdurado. En la actualidad, tras la transformación que han experimentado las
monarquías, es prácticamente imposible que puedan repetirse situaciones
parecidas.

2. La unión real: también se produce por la unión en una sola persona de la


corona de dos reinos, pero esta unión se produce con un carácter más sustancial
(en lo jurídico) que en el caso anterior. Se produce por un acto intencional y
deliberado y no por el mero automatismo de las leyes sucesorias. Y se asegura su
carácter permanente por medio de las adecuadas previsiones constitucionales. El
ejemplo clásico es el de la monarquía austrohúngara que sale del Compromiso de
1867 y permanece con esa estructura hasta el final de la Primera Guerra Mundial.

3. La Confederación es una unión de estados creada por un pacto


internacional por el que se crea un poder superior que tiene jurisdicción sobre los
estados miembros, pero no sobre los ciudadanos de esos estados. Se entiende que
la comunidad de estados tiene algunos objetivos comunes y por eso se crea algún
tipo de órgano u órganos permanentes. Pero la diferencia esencial con respecto a
las Federaciones -aunque este punto fue muy discutido por la doctrina- sería que
en estas últimas el poder que se crea sí tiene una jurisdicción directa sobre los
ciudadanos de los estados que han creado la Federación.

C) El estado federal

El estado federal entró en la historia con la creación de los EEUU de


América, aunque la expresión “federal” o “federación” no aparecen en ningún
lugar del texto constitucional de 1787.

Dicha expresión aparece en los textos alemanes que intentan distinguir a


las Confederaciones de los nuevos modelos que están surgiendo, primero en
Norteamérica y después en Alemania.

El estado federal puede crearse por varias razones, como pueden ser la
organización política de grandes territorios o la necesidad de unir entidades
autónomas previamente existentes en un estado de potencia superior (ésta fue la
razón de la creación de los EEUU, que necesitaban pelear unidos contra
Inglaterra)

Como es lógico, la principal complicación de este modo de organización


política es el reparto de competencias entre el estado federal y los estados que lo
componen.

D) El estado regional

Entre los estados unitarios y las uniones de estados (incluyendo en ellas las
federaciones) es difícil saber si puede existir un modelo intermedio en el que sólo
hay un estado central pero algunos o todos los territorios tienen una personalidad
política establecida en la Constitución que les permite ejercer importantes
competencias que en algunos casos parecen casi propias de la soberanía estatal.

El primer ejemplo de este tipo de estado fue probablemente el esquema


regional de la II República Española de 1931. La Constitución Italiana de 1948 se
inspiró en el texto constitucional español de 1931 al diseñar sus regiones. Pero no
existe un acuerdo doctrinal sobre si esas regiones suponen una mera
descentralización de algunas funciones administrativas o si representan la
creación de entidades políticas territoriales con algún tipo de poder propio y no
derivado del estatal.

El siguiente paso en esa evolución es el estado autonómico creado en el


texto constitucional español de 1978, en el que se incorpora la posibilidad de
creación de una nueva entidad territorial denominada “Comunidad Autónoma”,
con importantes competencias de gobierno y capacidad para darse leyes propias.

Formas de gobierno

La expresión “forma de gobierno” es a menudo utilizada de manera


parecida a la de “forma política” o incluso a la de “forma de estado” analizada
anteriormente.

En general, se suelen hablar de “forma de gobierno” para referirse a dos


realidades diferentes:
I) La forma de organizar la suprema magistratura: Monarquía o República.
II) La relación entre los distintos poderes, especialmente la que existe entre
el legislativo y el ejecutivo.

A) Teorías clásicas

La teoría más clásica de las formas de gobierno es la de Aristóteles, que


toma como referencia a los detentadores del poder. La Monarquía es el gobierno
de uno solo, la aristocracia el gobierno de los mejores y la democracia el gobierno
de todos. La corrupción respectiva de cada uno de esos sistemas sería la tiranía, la
oligarquía y la demagogia. Aristóteles consideró que la mejor forma de gobierno
sería un adecuado equilibrio de esos tres sistemas. Polibio, al describir la
organización de los romanos, afirmó que su acierto consistió en haber mezclado
adecuadamente esos elementos: los magistrados incluían el elemento monárquico,
el senado el aristocrático y las asambleas el democrático.

B) Evolución moderna

En la Edad Media los autores suelen comentar los esquemas clásicos


añadiendo algunas aportaciones propias. Así un ciudadano libre y de espíritu
republicano como Dante se pronuncia a favor de una monarquía que pueda unir
la península italiana. Y Tomás de Aquino defiende también una monarquía con

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