En tiempos actuales es cada vez menor el interés que proyecta la sociedad al

enriquecimiento cultural mediante actividades como la lectura, desplazada por la fácil

accesibilidad de otros medios de información menos comprometidos con el desarrollo

de la persona, llevándonos al abandono de las buenas costumbres para dar paso a

hábitos que fomentan la reducción y empobrecimiento del sentido crítico y la capacidad

de análisis. Aún peor, es la normalización de estas malas costumbres que obnubilan la

razón de las personas fomentando la construcción de una cultura de indiferencia y

apatía, no solo con la sociedad, sino con uno mismo; cultura que se traspasa y enseña,

cual gen malicioso, y quienes como principales víctimas, los jóvenes, dibujan

escenarios poco esperanzadores en el devenir de un país asfixiado en problemas.

Son muchas las personas que ignoran su realidad más próxima, ya no sólo por la

poca accesibilidad a recursos de información, sino por falta de interés, personas que han

sido consumidas por una sociedad de la desidia, en donde el individuo ha abandonado

su capacidad de preguntar, de pensar y construir, donde ya solo obedece a patrones

culturales dominantes mas no se atreve a juzgarlos, no siente la necesidad de

corresponder a un ideal ni conocer el porqué de las cosas, solo asiente, repite y vive,

posiblemente, en la mayor falacia de su vida.

Ahora bien, frente a este dantesco escenario surge la pregunta, ¿Por qué sucede

esto? Para responderla se necesita de una simple respuesta: ya no se lee. Sin embargo

deviene otra cuestión, ¿Por qué ya no se lee? Las sociedades cambian y con ésta se

generan nuevas formas culturales, se modifican las creencias, los modos de pensar, el

estilo de vida y se emplean nuevos medios de información. Son estos nuevos medios

de información que en nuestra actual sociedad se han expresado como atrayentes formas

audiovisuales, ya no solo la televisión, sino ya más recientemente el internet se ha

constituido como un medio masivo de información. La incorporación de ambos ha

significado un contundente cambio en el modo de vida de las personas, se han

modificado sus hábitos, creencias e ideales, sea para bien o para mal, este cambio ha

originado una casi total dependencia a estos medios.

Son estos últimos que requieren su análisis en el presente, teniendo como base argumental
sus antecedentes culturales y sociales que dan origen a los nuevos medios de información.

A modo de breve introducción se ha esbozado las consecuencias de una cultura carente de

hábitos lectores. Se ha presentado someramente un panorama que hoy por hoy no es ajeno a
a la realidad que se vive, que tristemente, a la par, refleja el grado de

presente únicamente cuando se es obligada, cuand, mas no por el deseo de conocer el

porqué de la realidad. Ya pocos leen por placer o necesidad.

llevado por patrones “normalizados” en una cultura cada vez más decadente en cuanto al
cultivo de sus capacidades.

Las sociedades cambian y con ésta se generan nuevas formas culturales, se modifican las
creencias, los modos de pensar, el estilo de vida y se emplean nuevos medios de información.
Son estos últimos que requieren su análisis en el presente, teniendo como base argumental
sus antecedentes culturales y sociales que dan origen a los nuevos medios de información.