INTRODUCCIÓN

Derivado de la crisis aguda del vínculo social, ya no se debe a las fracturas entre
países, sino a las diferencias marcadas entre los grupos sociales. Por ello ya se
visualiza como un fenómeno de exclusión social, no sólo en países desarrollados,
ahora también en países con situación precaria.

Es importante entender que el fenómeno de la exclusión social es muy amplio, y no

sólo implica pobreza económica, sino todo tipo de problemas de acceso a la vivienda, a
la salud, a la educación, al empleo, etc.

Aparte de los factores económicos en el fenómeno de exclusión se encuentran aquellos

apegados a la intolerancia de origen étnico, cultural o religioso.

Por ello la UNESCO, refiere que: “Puesto que las guerras nacen en la mente de los
hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”.
Por eso, muchos le apuestan que un sistema escolar que incluya las diferencias esté
en disposición de prevenir las desigualdades y de favorecer la tolerancia.

“La educación puede ser un factor de cohesión social si procura transformar la

diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre los individuos y los
grupos humanos y al mismo tiempo evita ser (ella misma) un factor de exclusión social”
(UNESCO, Op, cit., pág. 59).

A través de los mecanismos explícitos (alumnos con discapacidades o la

sobrevaloración), sigue generando contingentes de alumnos en riesgo de exclusión
social. Estos van a parar al llamado bloque “fracaso escolar”.

Otra forma de exclusión radica en la diferencia de culturales entre alumnos o personas,

ya que la mayoría que comparten un cierto idioma y otro porcentaje menor diferentes
lenguas.

El problema de la exclusión lleva a hacer más grandes los caminos de la desigualdad

en muchos países, porque contribuye acrecentar esa desigualdad en los sectores con
mayores carencias en su calidad de vida.

El alumno que tiene alguna discapacidad de entrada es directamente excluido, ya que

anteriormente se creía que estos factores eran individuales y por lo tanto debían ser
tratados así. Sin embargo, se alejaba a estos estudiantes de incluirlos en la sociedad y
de hacerlos ver que su entorno social también forma parte importante en su
aprendizaje.
De la conferencia de Salamanca existe la preocupación no sólo de preocuparse de los
alumnos con discapacidad que son los primeros en ser excluidos, sino también de
aquéllos que están en riesgo permanente de serlo.

La educación incluyente generará mejores condiciones de vida para todos los

estudiantes, independientemente del estatus o situación que provenga, por ello es
importante trabajar en reconocer los factores que generan desigualdad en la escuela y
lograr una enseñanza equitativa, que ponga a todos en las mismas circunstancias.
Para ello será primordial la participación de institución, maestros, alumnos, padres de
familia y sociedad.

DEFINICIÓN DE EDUCACIÓN INCLUSIVA

La educación inclusiva es una proclamación desenfadada, una invitación pública y

política a la celebración de la diferencia. Para ello se requiere un continuo interés
proactivo que permita promover una cultura educativa inclusiva (Corbet y Slee, 200,
pág. 134).

El proceso de aumentar la participación de los alumnos en el currículo en las

comunidades escolares y en la cultura, a la vez que se reduce su exclusión en los
mismos. (Ainscow y Tony Booth (1998).

La diversidad consiste en la integración de toda la comunidad o estudiantes dentro del

mismo espacio educativo, respetando sus costumbres, tradiciones, raza o lengua. La
diversidad es primordial para evitar la exclusión educativa.