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LA SEMILLA

La semilla, simiente o pepita es cada uno de los cuerpos que forman parte del
fruto que da origen a una nueva planta; es la estructura mediante la cual
realizan la propagación de las plantas que por ello se llaman espermatofitas
(plantas con semilla). La semilla se produce por la maduración de un óvulo de
una gimnosperma o de una angiosperma. Una semilla contiene un embrión del
que puede desarrollarse una nueva planta bajo condiciones apropiadas.
También contiene una fuente de alimento almacenado y está envuelta en una
cubierta protectora. Las semillas son un pequeño y simple elemento que se
encuentra en el fruto de cada uno de los vegetales y hortalizas existentes como
también árboles y otras plantas. Algunas de estas semillas son comestibles y
otras no, simplemente son el germen para el nacimiento de arbustos, árboles y
plantas. En lo que respecta a las semillas comestibles, las mismas revisten de
una importancia clave en la alimentación saludable de cualquier ser humano ya
que pueden ser utilizadas como producto suelto en preparaciones, recetas y
otros alimentos pero también puede generarse a partir de ellas y su trabajo
alimentos manufacturados más complejos como las harinas que luego sirven
para hacer pan, galletitas, panificados, etc.
Las semillas aportan un sinfín de beneficios a aquel que las consume, por
ejemplo, brindan nutrientes, vitaminas y minerales que no se encuentran
fácilmente, ayudan a bajar el colesterol y las grasas, aportan fibra que permite
una buena digestión y asimilación de otros nutrientes, permiten absorber mejor
ácidos grasos necesarios y saludables, sirven como antioxidantes y algunas de
ellas también han sido relacionadas con estudios destinados a prevenir algunas
formas de cáncer muy comunes hoy en día y directamente involucrados con las
formas de alimentación poco saludable que se llevan en las sociedades
modernas.

LA GERMINACION

.La germinación de la semilla no se llevará a cabo hasta que las condiciones


sean las más propicias para asegurarse la supervivencia. Por lo que se
mantendrá en estado de letargo hasta que comience este proceso que dará
una nueva planta. Lo más importante para la semilla es la temperatura y la
humedad, mientras que la luz no es necesaria para este proceso.
Durante el proceso de germinación de la semilla sale primero la radícula que se
introducirá en la tierra y empezará a desarrollarse convirtiéndose en las raíces
de la planta. Los cotiledones se abrirán y por debajo de éstos se empezará a
desarrollar el hipocotilo, que será el tallo de la planta. Después los cotiledones
se marchitarán y brotarán del tallo nuevas hojas. En ocasiones los cotiledones
permanecen por debajo del nivel de la tierra (germinación hipogea), mientras que
en otras ocasiones éstos permanecen por encima de la tierra (germinación
epigea).
PROCESO
Para que el proceso de germinación, es decir, la recuperación de la actividad
biológica por parte de la semilla, tenga lugar, es necesario que se den una serie
de condiciones ambientales favorables como son: un sustrato húmedo,
suficiente disponibilidad de oxígeno que permita la respiración aerobia y, una
temperatura adecuada para los distintos procesos metabólicos y para el
desarrollo de la plántula.

La absorción de agua por la semilla desencadena una secuencia de cambios


metabólicos, que incluyen la respiración, la síntesis proteica y la movilización
de reservas. A su vez la división y el alargamiento celular en el embrión
provoca la rotura de las cubiertas seminales, que generalmente se produce por
la emergencia de la radícula.

Sin embargo, las semillas de muchas especies son incapaces de germinar,


incluso cuando se encuentran en condiciones favorables. Esto es debido a que
las semillas se encuentran en estado de latencia. Por ello, mientras no se den
las condiciones adecuadas para la germinación, la semilla se mantendrá
latente durante un tiempo variable, dependiendo de la especie, hasta que
llegado un momento, pierda su capacidad de germinar.

Cuando una semilla germina, la primera estructura que emerge, de la mayoría


de las especies, después de la rehidratación de los diferentes tejidos es la
radícula. En aquellas semillas, en las que la radícula no es el primer
acontecimiento morfológico, se consideran otros criterios para definir la
germinación como: la emergencia del coleoptilo en granos de cereales; la
obtención de plantas normales; o el aumento de la actividad enzimática, tras la
rehidratación de los tejidos.

En el proceso de germinación podemos distinguir tres fases

Fase de hidratación: La absorción de agua es el primer paso de la


germinación, sin el cual el proceso no puede darse. Durante esta fase se
produce una intensa absorción de agua por parte de los distintos tejidos que
forman la semilla. Dicho incremento va acompañado de un aumento
proporcional en la actividad respiratoria.

Fase de germinación: Representa el verdadero proceso de la germinación.


En ella se producen las transformaciones metabólicas, necesarias para el
correcto desarrollo de la plántula. En esta fase la absorción de agua se reduce
considerablemente, llegando incluso a detenerse.

Fase de crecimiento: Es la última fase de la germinación y se asocia con la


emergencia de la radícula (cambio morfológico visible). Esta fase se caracteriza
porque la absorción de agua vuelve a aumentar, así como la actividad
respiratoria.
LA SEMILLA

LA SEMILLA es el principal órgano reproductivo de la gran mayoría de las


plantas superiores terrestres y acuáticas. Ésta desempeña una función
fundamental en la renovación, persistencia y dispersión de las poblaciones
de plantas, la regeneración de los bosques y la sucesión ecológica. En la
naturaleza la semilla es una fuente de alimento básico para muchos
animales. También, mediante la producción agrícola, la semilla es esencial
para el ser humano, cuyo alimento principal está constituido por semillas,
directa o indirectamente, que sirven también de alimento para varios
animales domésticos.

La semilla es uno de los principales recursos para el manejo agrícola y


silvícola de las poblaciones de plantas, para la reforestación, para la
conservación del germoplasma vegetal y para la recuperación de especies
valiosas sobreexplotadas. Las semillas pueden almacenarse vivas por
largos periodos, asegurándose así la preservación de especies y
variedades de plantas valiosas.

La ciencia de las semillas se ha desarrollado a lo largo de muchos años,


acumulándose hasta la fecha un importante volumen de conocimientos
acerca de muchos aspectos de su biología y manejo. Existen numerosas
publicaciones científicas y técnicas en este campo y se conocen con
detalle varias características de la biología de las semillas de las plantas
cultivadas más importantes, y de algunos árboles de valor forestal; sin
embargo, las semillas de las plantas tropicales y subtropicales no han
corrido con igual suerte y su estudio se ha quedado muy rezagado.

Como parte del estudio de las plantas es necesario intensificar la


investigación de las semillas, sus características fisiológicas, sus
mecanismos de latencia y germinación, su longevidad (ecológica y
potencial) y su posible uso para la propagación y conservación de las
plantas.
LA SEMILLA

Una semilla es la parte del fruto de los vegetales que contiene el germen de
una nueva planta. La mencionada parte se encuentra protegida por una testa y
deriva de los tegumentos del primordio seminal.
Asimismo, se designa con el término de semilla a las siguientes cosas…al
grano que producen las plantas y que al caer o ser sembrado produce nuevas
plantas de la misma especie, a la porción de vegetal provista de yemas y a los
granos que se siembran en general, exceptuando al trigo y a la cebada.
La semilla es producida a través de la maduración de un óvulo de una
gimnosperma o bien de una angiosperma. La misma, contiene un embrión del
cual puede desarrollarse una nueva planta siempre y cuando estén dadas las
condiciones para que se produzca tal situación. Además de lo mencionado, la
semilla ostenta una fuente de alimento almacenado el cual se encuentra
envuelto en una cubierta protectora. El mencionado alimento presenta un tejido
delgado que se conoce como endospermo, que generalmente presenta aceite,
almidón y otras proteínas, de todas maneras, esto no ocurre en el caso de
todas las semillas, ya que las semillas de algunas plantas no cuentan con este
componente, tal es el caso de los girasoles, las habas y los rábanos.
Por su lado, las semillas de las angiospermas son albergadas por estructuras,
ya sean secas o carnosas, que son conocidas como frutos.
En otro orden de cosas, las semillas y las funciones que estas desempeñan
presentan una notable importancia para la alimentación humana, entonces,
como consecuencia de esta cuestión es que el hombre se ha encargado de
desarrollar un proceso productivo que incluye la siembra, la cosecha, el
secado, la clasificación, el lavado, la selección, el tratamiento, el almacenaje y
el embalaje de las semillas.
Fases de la Germinación
1.- Imbibición La primera etapa de la germinación se inicia con la entrada de
agua en la semilla desde el medio exterior (imbibición). La hidratación de los
tejidos de la semilla es un proceso físico con una duración variable según la
especie considerada. Así, las semillas de guisante apenas se imbiben durante
las tres primeras horas, mientras que en apio, la entrada de agua se completa
en unos 30 minutos. En otras especies, como es el caso de muchas
leguminosas, la entrada de agua está dificultada por las cubiertas seminales,
siendo necesario que éstas se alteren mecánicamente para que la imbibición
tenga lugar.
Una vez que la semilla se ha hidratado, comienzan a activarse toda una serie
de procesos metabólicos que son esenciales para que tengan lugar las
siguientes etapas de la germinación. En esta fase de la germinación, si las
condiciones del medio lo determinan, la semilla puede deshidratarse
retornando a su estado inicial. En general, esta deshidratación no afecta
negativamente a las semillas, las cuales pueden posteriormente volver a
hidratarse y reiniciar el proceso de germinación. No obstante, en algunas
especies, una deshidratación prolongada puede implicar la transformación de
las semillas en "semillas duras", que se caracterizan porque se imbiben muy
lentamente. Este fenómeno es frecuente en leguminosas, por ejemplo en judía,
lo que determina una germinación más lenta y heterogénea.
Otros factores que pueden influir en esta etapa de la germinación son: la falta
de agua en cantidad suficiente, el exceso de agua, la velocidad de hidratación
o la temperatura a la que tiene lugar la imbibición.
La sensibilidad de las semillas a la falta de agua (déficit hídrico) es variable
según la especie. No obstante, la velocidad de germinación suele ser menor
cuando la semilla ha estado sometida a déficit hídrico; igualmente se ha
observado que en estas circunstancias las semillas son más susceptibles a las
infecciones por hongos.
Un exceso de agua también puede llegar a ser desfavorable al dificultar la
llegada de oxígeno al embrión. Por ello algunas especies impiden la
germinación, en presencia de un exceso de agua, generando una capa de
mucílago que dificulta la entrada de suficiente oxígeno como para que se inicie
la germinación.
En otros casos, la hidratación rápida de la semilla puede provocar alteraciones
de tipo mecánico (rotura del eje embrionario) que afecta a la germinación y al
posterior establecimiento de la plántula: este fenómeno es habitual en semillas
de judía.
Por último, la imbibición a baja temperatura de las semillas de algunas
especies, sobre todo de origen tropical y subtropical, puede provocar
alteraciones en el posterior crecimiento y desarrollo de las plantas. Este es el
caso del algodón y de la soja, en las que si sus semillas son imbibidas a una
temperatura inferior a 5°C. 5e produce un escaso crecimiento de las plantas y
la aparición de anormalidades durante el desarrollo de las raíces.
2.- Germinación en "sentido estricto"
Una vez que la semilla se ha hidratado adecuadamente, se entra en una
segunda etapa del proceso de germinación, la denominada fase de
germinación "sensu stricto", que se caracteriza, entre otros aspectos, porque se
produce una disminución en la absorción de agua por las semillas. Durante
esta etapa tiene lugar una activación generalizada del metabolismo de la
semilla, lo cual es esencial para que se desarrolle la última fase del proceso de
germinación, la de crecimiento.
3.- Fase de crecimiento
En esta última etapa de la germinación, paralelamente al incremento de la
actividad metabólica, se produce el crecimiento y emergencia de la radícula a
través de las cubiertas seminales.
Las semillas que han alcanzado la fase de crecimiento no pueden volver a
etapas anteriores y en el caso de que las condiciones del medio no permitan
que esta fase pueda seguir adelante, la semilla morirá.
Una vez que la radícula ha roto las cubiertas seminales, se inicia el desarrollo
de la plántula, proceso complejo y variable según las especies, que implica un
elevado gasto de energía que se obtiene mediante la movilización de las
reservas nutritivas de la semilla.

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