SOLEMNE BENDICIÓN CAPILLA «NUESTRA SEÑORA DE LORETO»

FAdeA S.A.

En el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza era un signo visible de la

presencia gloriosa y protectora de Dios en medio de su pueblo y era – también – una
señal del amor y de la predilección que Dios tenía por Israel. En su interior se
encontraban 1 las Tablas de la Ley 2 , un recipiente conteniendo algo del maná 3 , con el que
el Señor alimentó a Israel en el desierto, y el bastón milagrosamente florecido de Aarón 4
como un recuerdo de la elección con la que Dios había favorecido al Patriarca.

Mientras el pueblo acampaba, el Arca se colocaba en la parte más sagrada

de la «Tienda del Encuentro», y allí ingresaba Moisés para hablar con Dios y recibir, de
boca del Señor, todas sus prescripciones 5 ; un velo protector 6 la mantenía distante de la
vista del resto de los israelitas, de modo que nadie –salvo los elegidos del Señor– podían
acercarse a ella.

Cuando Israel tomó posesión de la Tierra Prometida, se hizo necesario

elegir un lugar para edificar la «Casa del Señor» 7 y depositar allí el Arca de la Alianza;
luego de varias estaciones intermedias, fue Jerusalén la ciudad sagrada donde se
construyó el Templo y, en su interior, descansó el Arca.

Para los Padres de la Iglesia, el Arca de la Alianza era un símbolo del

V ERBO E NCARNADO de Dios: “Cristo mismo”, dice santo Tomás de Aquino. En este
sentido, el simbolismo del Arca sintetizaba la humanidad y la divinidad de Cristo, su
sabiduría y caridad, su santidad y su sacerdocio eterno; en definitiva, su victoria pascual
sobre el pecado y sobre la muerte, para establecer el Reinado de su Padre en la comunión
del Espíritu Santo.

Para san Buenaventura, el Arca de la Alianza era una representación mística

de la E UCARISTÍA , es decir, de la presencia real y sacramental de Cristo, en Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad. Por último, la tradición católica también la considera como
figura de la V IRGEN M ARÍA , a quien la Iglesia llama Arca de la Alianza (Faederis Arca),

1
.- Cfr. Heb 9, 4.
2
.- Cfr. Éx 40, 20; Deut 10, 5.
3
.- Cfr. Éx 16, 34.
4
.- Cfr. Núm 17, 23.
5
.- Cfr. Éx 25, 22; Núm 7, 89; Lev 16, 2.
6
.- Cfr. Núm 4, 5-6.
7
.- Cfr. Jue 18, 31; 20, 18.
porque “contuvo” a Cristo, concibiéndolo en la fe, para darlo a luz en la plenitud de los
tiempos. 8

En el Libro del Génesis, encontramos una expresión que el Espíritu pone en

boca del Patriarca Jacob, que bien podría recopilar cuanto vengo diciendo sobre el Arca.
Tras haberse encontrado con Dios en el contexto de un agitado sueño, dice el Patriarca:
«¡Qué temible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo ». 9

Estas palabras, aplicables al simbolismo del Arca, son también un eco de lo

que significa esta Capilla como lugar sagrado. En esta construcción encontramos un
signo de la presencia de Dios y una señal de su predilección para cuantos se acercan a
este lugar para encontrarse cara a cara con Aquél que es Señor del Cielo y de la tierra.
Estas paredes contienen la presencia del Dios cercano y amigo pero, absolutamente
trascendente.

Ciertamente, desde la Encarnación de Cristo no hay velo de separación

entre quienes llevan la marca del Bautismo y el Buen Pastor que los congrega.

Además, aquí reposa la Eucaristía como alimento que fortalece para

peregrinar por el desierto de este mundo hacia la tierra prometida del Cielo. Aquí se
encuentra la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia como una Tabla de Salvación
y de Gracia. Aquí, el bastón florecido en la Pascua de Cristo, apacienta al rebaño que es
convocado para celebrar la FE. Aquí, la Santísima Virgen María, bajo la advocación de
N UESTRA S EÑORA DE L ORETO , como Arca de la Alianza, intercede por cada uno de
ustedes y les muestra a Cristo, para que Él arraigue y germine en sus corazones.

¡Qué glorioso y temible es este lugar! ¡Es Casa de Dios y Puerta del
Cielo!... Por eso, bendecirlo como lugar sagrado es sinónimo de santificar el Nombre de
Dios y glorificar su Presencia en medio nuestro, ya que su amor y su predilección
siempre se abren camino a través de las más diversas circunstancias de nuestra vida.

Que este lugar de encuentro con Dios y ámbito propicio para celebrar sus
Sacramentos sea siempre para ustedes un recinto de Reconciliación y de Paz, una Casa
que les recuerde que son familia de Dios 10 y una Puerta, Cristo mismo 11 , que los
conduzca hacia el PADRE.

8
.- Cfr. Gál 4, 4.
9
.- Cfr. Gén 28, 17.
10
.- Cfr. Ef 2, 19.
11
.- Cfr. Jn 10, 9.