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María del Carmen Feijoó

1. El viejo país
Cuando afirmamos que se trata de una nueva pobreza,
un nuevo país, nos estamos refiriendo por compara-
ción implícita a un país que ya no está. La diferencia
fundamental -y fundacional- entre el viejo país y el
actual se refiere al descentramiento paulatino de rela-
Nuevo país, ciones sociales alrededor de las cuales se organiza la
vida de la población, entre las que se destaca funda-
nueva pobreza mentalmente el trabajo, cuya centralidad llevó a al-
gunos investigadores a acuñar el término "sociedad sa-
larial" para referirse a aquella en que el trabajo era
fundante de las relaciones entre las personas, debido
a su carácter de fuente primordial de constitución de la
identidad y la subjetividad. En ese viejo país la
gente era fundamentalmente lo que hacia en el mundo
del trabajo y ese hacer en el mundo del trabajo era el
principio organizador de la vida cotidiana. Como
siempre lo ha sido, el trabajo era fuente de generación de
recursos para la satisfacción de las necesidades básicas,
pero también, en el caso argentino, una apuesta a un
mundo con un horizonte temporal de más largo plazo,
en el que habla un premio intergeneracional -de padres
a hijos- constituido por la movilidad social

Trabajo y movilidad social ascendente, en un modeló


calvinista, compensaban frustraciones y postergaciones
FONDO DE CULTURA de consumos y configuraban un modelo de inversión
ECONÓMICA cuya meta orientadora era el "progreso".
el mercado de trabajo o en la vida comunitaria. Se trata
El progreso surgía de priorizar el gasto en vivienda,
de tres elementos sistémicamente integradas en la red:
educación, salud y ya que los tiempos da satisfacción
concurrencia viable al mercado de trabajo fundada en
de cada una de esas demandas eran diferentes,
la capacidad de los integrantes del hogar de salir a
encontraba su retribución en un ciclo histórico largo,
buscar trabajo, apoyo del Estado corno proveedor de
en un momento en que el tiempo, como horizonte de
consumos colectivos, y acción comunitaria para
vida era patrimonio de todos. Los que se apartaban de
complementar o sustituir la acción de este último allí
este modelo acumulativo eran mirados críticamente
donde era insuficiente, llegaba tarde o no atendía la
por Imprevisión, codicia, voluntad de parecer en lugar
demanda debido a sus particularidades o por su rápida
de ser y en último caso, cuestionados por hipotecar el
expansión.
futuro en relación con el presente. Es cierto que la
Ese viejo país fue descripto hasta el cansancio por
descipción de esta "vía regia" al progreso puede ser de-
la literatura, el tango, la dramaturgia, el humor, y aun-
sarticulada y que hay contraejemplos que la refutan.
que lleno de luces y sombras se ha sobresignificado a
Pero todavía, parte del imaginario desempeña un lugar
partir de su simplificación. Pero que existió, existió, y
de verdad difícilmente cuestionable a partir de la con-
el repaso individual de millones de trayectorias perso-
trastación empírica.
nales y familiares le da consistencia de hecho histórica
El desarrollo de ese modelo de vida no tuvo ligar
sociológico y de experiencia personal. Esa imagen
en el vacío sino colocado en lo que hoy los sociólogos
puede ser puesta en cuestión por otras trayectorias
postajuste denominamos “redes de seguridad”, las cua-
que no alcanzaron a desarrollar el camino del progreso
les, en lugar de haber sido construidas
y fueron más bien hacia el fracaso pero que en todo
intencionalmente tal como se las reclama hoy, para
caso, constituyeron relatos marginales y expresaron
paliar efectos de caída, formaban parte de una
cierta configuración de procesos ad hoc, fácilmente
compleja red que sostenía el progreso y que se habían
explicables en sus particularidades. La herencia funda-
desarrollado en una compleja dinámica entre actores.
mental que dejó ese país, además del bienestar de sus
Esas redes de seguridad se referían a la acción del
habitantes, se expresa en ciertas maneras de nombrar-
Estado y a la compleja trama de relaciones
lo que hoy muestran su obsolescencia; obreros, clase
comunitarias que acudían a reforzar o a sustituir el rol
trabajadora, barrio obrero, cultura popular, sacrificio,
del mismo cuando éste -a lo largo de los complejos
ahorro son categorías y conductas que hoy apenas
avatares de la historia argentina- mutaba su orientación
nombran las ilusiones concretas de pequeños segmen-
social o cuando, simplemente los gobiernos de la
tos del nuevo país.
alternancia cívico-militar desmantelaban o jibarizaban
Se consideraba ese viejo país como un país integra-
el modesto Estada de Bienestar que se fue
do. ¿Qué significa esta reiterada noción de inte-
constituyendo. También la familia desempeñó un rol
gración? Definía simplemente que cada uno sabía cuál
importante ya que como "unidad mediadora entre el
era su lugar, qué rol debía desempeñar en él y cuáles
individuo y la estructura soda!" fue soporte de sus
miembros cuando surgían problemas en la inserción en
eran las normas que regían esos desplazamientos. Tal vez. carácter de centro de interacción social casi
para la desorganización actual de nuestra vida social, no monopolice, como ocurrió en el pasada. Sin
por añorado deja de reconocerse como un mundo embargo, la apelación al barrio como principio
demasiado regimentado: regimentado porque esa organizador de la cotidianidad y de las relaciones
percepción del lugar que correspondía a cada sujeto puede sociales no parece haber sido fácilmente sustituido
percibirse hoy como una pequeña cárcel surgida del por otros escenarios. Permítasenos una digresión:
entrecruzamiento de variables que asignaban, un lugar-a llama la atención en los medios de comunicación de
cada uno: edad. sexo, origen étnico, ocupación y escaso masas -la televisión, por supuesto- la recurrencia a
lugar para preferencias, cultúrales o personales cuyos mostrar el escenario barrial en las teleseries de
márgenes de variabilidad eran muy reducidos. Ante la mayor impacto, por ejemplo, en algunas
desestructuración actual, ante la existencia legitimada de producciones televisivas –Campeones, Gasoleros,
tribus urbanas de diferentes rasgos y preferencias, hay un Buenos vecinos-, insistentes y eficaces en la
quid pro quo extraño en ese viejo mundo que identificaba descripción de sencillos personajes barriales que
lugares que proporcionaban seguridad y transparencia a la hacen de ese espacio el microcosmos absoluto de su
vida social, pública y privada, aunque, a la vez, tendían a vida cotidiana. ¿Quién puede reconocerse hoy en la
constituir nichos de los que era difícil salir o en los que el falta de matices de los personajes que han descripto
costo que se pagaba por ello era demasiado alta. En fin no esas series, personajes unilineales, poco
era fácil ser diferente y la diversidad que hoy tanto contradictorios, "buenos" a la manera en que era
valoramos era a veces, un estigma. bueno Luis Sandrini en las viejas películas del cine
Ese mundo -especialmente el mundo urbano, al que nacional? Sin embargo, esta estereotipia contrasta
centralmente nos referimos en este trabajo- tenía un con su eficacia en términos de rating. Como si los
escenario privilegiado el barrio, el barrio suburbano, tanto televidentes estuviesen buscando pertenecer a ese
en la ciudad de Buenos Aires como en los alrededores y universo barrial simbólico, en el que, aun con peque-
en los grandes centros urbanos del interior, surgido ños problemas personales, todo estaba en orden, con
primeramente alrededor de centros productivos talleres, la excepción, claro, de Okupas relato de las zonas
fábricas, comercios y servicios y, posteriormente, oscuras del universo popular que resulta sumamente
separado de estos emplazamientos como resultado de impactante ante el modela anterior. Esto no quiere
políticas espontáneas de ocupación del espacio urbano o decir que algunas zonas de la actual conflictividad
de políticas planificadas de construcción de viviendas de social —drogadicción desocupación, escasez de
interés social, que fueran separando crecientemente el recursos—, no estén presentes en este nuevo relato
lugar de trabajo del lugar de residencia, entre otras cosas del barrio, sino que lo están en clave de problemas
como resultado de las mismas transformaciones de los que desencadenan convergencia de voluntades e
procesos productivos y del cambio de escala de las intereses compartidos para su superación. Entiéndase
mismas. El barrio es hoy también recuerdo melancólico bien, no-acción colectiva
de tangueros y aunque sobrevive debilitado, no lo hace en
de sujetos orientados grupalmente hacia un fin social, el mismo del que hoy habla Robert Putnam,
compartido, sino, ahora, construcción de tramas entre del que hablan las organizaciones del Tercer Sector, el
Individualidades orientadas a ayudar a los que están en que promueven los organismos crediticios internacio-
crisis y escaso desarrollo organizativo orientado al nales y que, con frecuencia, nos cuesta reconocer en lo
"bien común*, como sólo-ocurría en el viejo barrio, en que siempre tuvimos: la sociedad de fomento la pa-
el que, cuando moría un vecino, circulaba automática- rroquia, el jardín de infantes vecinal, las viejas comi-.
mente la lista para pagar mancomunadamente los gas- siones barriales pro gas, asfalto, electricidad, cuyas
tos de sepelio. prácticas quedaron totalmente descolocadas y obsoletas
Los valores clave de ese viejo universo, ya lo hemos a partir de la privatización de las empresas de servicios
dicho, están representados, en primer término, por el públicos. Esas sociedades de fomento -espacios para la
esfuerzo personal, que podía ser además, sacrificio, en gestión de mejoras de -infraestructura -y espacios para
el caso en que la relación entre recursos y demandas Jugar a las bochas- se tradujeron en una frase que
fuese demasiado Inflexible, y hay ejemplos de la op- escuché una vez de un entrevistado, cuando, al
ción por prioridades entre demandas familiares al- explicar los conflictos domésticos que dicha participa-
ternativas, como la construcción de la vivienda, aun ción le implicaba, transcribió un dicho de su mujer: "Y
cuando implicaran discontinuar la trayectoria escolar si te gusta tanto la sociedad de fomenta ¿por qué no
de los chicos la acumulación de recursos para aventu- te llevas el colchón para allá?*
ras cuentapropistas —pensemos en el modelo popular En fin, sociedad homogénea, sociedad de iguales,
de la vivienda con local comercial o espacio para gara- sociedad congelada en el recuerdo. Imaginario de un
ge-taller, tan arquetípica de la arquitectura popular es- mundo mejor que alguna vez deberá ser matizado por
pontánea-. En segundo término en este sistema de la investigación para entender qué costos tuvo para los
valores aparece la solidaridad, orientada hacia las diferentes, entendiendo por tales a aquellos que debie-
emergencias personales y para el desarrollo de la in- ron enfrentar la dificultad y la incomprensión cuando
fraestructura y la red de sociabilidad local, y en último tomaran la decisión de cumplir designios personales
término, la caridad o beneficencia para todos aquellos vocacionales de proyecto de vida, y fueron cataloga-
que, habiendo ya caído, -requerían la mano amiga de dos y hostilizados como distintos. Ninguno de estos
los que podían dar. Todos ellos eran gestos espontá- atributos simplificados en el recuerdo y más aún sim-
neos de sujetos que organizados con mayor o menor plificados en el relato, se sostiene por sí mismo y todos
nivel de liderazgo constituían la urdimbre de esas re- y cada uno de ellos pueden ser objeto de una refuta-
des de seguridad de las que hoy carecemos. Y, como ya ción empírica.-Y cuánto de aislamiento social tuvo,
hemos dicho conformaban la acción colectiva. aunque no de gueto, como ahora. Alguien podrá decir,
Cómo el personaje de Moliere, la vida urbana de la por ejemplo, que esa sociedad de iguales era tal mirada
Argentina hablaba en prosa sin saberlo. Esta prosa no desde y hacia sí misma, y que fuera del universo
registrada fue la construcción de un enorme capital barrial existía otra sociedad, frente a la cual no se
sostiene el aserto optimista de la “sociedad de iguales”,
y es cierto. O podrá recordar a los perdedores de ese una sociedad de integración a la actual de tendencias
mundo, y es cierto. Pero lo central es que se trataba de excluyentes del bienestar a la pobreza, de la apropia-
un mundo autoasistido en el sentido de que se produ- ción personal del tiempo histórico a un presente per-
cía y reproducía en el contexto de su propio ámbito petuo, de la homogeneidad interclases y grupos socia-
de vida, aunque con cambiante presencia estatal según les a un grado de heterogeneidad inédito en nuestra
el momento histórico, y no necesitaba de vínculos es- historia contemporánea, reemplazada por otra socie-
trechos con el mundo de los poderosos, cuya denomi- dad donde reina la diversidad en cada uno de los dos
nación mutó a lo largo del tiempo: conservadores, clase sectores que la integran, que ya no son sólo diferentes
alta, oligarquía. Cuando se desplazaba en el ajedrez sino profunda e insalvablemente desiguales, y que se
social -movilidad social ascendente-, esa sociedad lo muestra desintegrada en relación con su funciona-
hacía moviéndose más bien grupalmente constituyen- miento. En el contexto de esta desigualdad, la nueva
do grupos que ascendían consagrando así el éxito de pobreza es una estrella.
proyectos individuales y de proyectos también colecti-
vos. No se "zafaba" como ahora, y las reglas del Juego
estaban bastante claras, para saber cómo y cuándo era
legítima la movida. En fin, sociedad homogénea en el
interior de cada uno de los dos -valga la simplifica-
ción-, amplios segmentos que la formaban: diferentes
entre ellos e integrada, en el sentido de su dinámica.
¿Hasta cuándo se sostuvo este modelo de sociedad?
¿Cuáles fueron sus límites temporales? No hay duda
de que es a mediados de los años setenta cuando
comienza su mutación, que queda definitivamente
completada a comienzos de los años noventa. En-
tonces un cambio de modelo económico, social y de
valores da paso al país que conocemos ahora. El país
actual aparece como resultado del menemismo. Sin
embargo no sólo producto de esa gestión en la medida
en que es tributarlo de un proceso dé larga duración y
que -permítase la digresión- parece continuar en las
tendencias sociales y económicas actuales. En los últimos
veinte años del siglo XX se produce el proceso que hoy
nos llama la atención: proceso centrado en el pasaje de

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