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Resumen
La ecuación de movimiento requiere de una correcta identificación de la matriz de amortiguamiento para
que un sistema lineal reproduzca la reducción de desplazamientos en una estructura, una vez que la
excitación desaparece. En algunos modelos cíclicos tanto la matriz de amortiguamiento como el
amortiguamiento histerético intrínseco permiten reproducir el comportamiento deseado, sin embargo,
debido a que la matriz de amortiguamiento se calibra empíricamente a partir de la matriz de masa y de la
matriz de rigidez, la respuesta así obtenida, no toma en cuenta en un análisis no lineal las características
propias de los materiales constitutivos. En este trabajo, se presenta la identificación del coeficiente de
amortiguamiento de dos modelos cíclicos quienes reproducen el amortiguamiento observado
experimentalmente, sin incluir ninguna matriz de amortiguamiento. Este coeficiente se compara con otros
modelos cíclicos, permitiendo así, resaltar las características de las reglas cíclicas propuestas.
1.- Introducción
El amortiguamiento de Coulomb se presenta cuando la fricción entre las partículas de una estructura
frena o absorbe las acciones externas. El amortiguamiento viscoso se presenta, cuando se utilizan
mecanismos de interacción con la estructura que permiten disipar la energía. El amortiguamiento
estructural o histerético se presenta como una respuesta del comportamiento de los materiales
constitutivos. Se define, entonces, como la capacidad de absorber las acciones externas gracias a una
correcta configuración de sus secciones transversales (dimensiones, cuantía de acero, resistencia etc.).
Meyer (1987), Costa y Costa (1987), Reinhorn et al (1988), Coehlo y Carvalho (1990)) sin considerar un
valor de deformación última, es decir, se ignora el comportamiento post-pico.
En el segundo caso, se estudia un modelo cíclico en el que se incluyen algunos fenómenos considerados
como esenciales del comportamiento de secciones de concreto reforzado; agrietamiento del concreto,
plastificación del acero, degradación de resistencia y de rigidez debido a la carga cíclica, el
estrechamiento de las curvas debido al efecto del esfuerzo cortante y, la presencia del esfuerzo normal.
De igual manera, para contar con una predicción más realista, el caso tres propone una modificación del
modelo básico histerético en la etapa de descarga (Miramontes et al 1998). La característica más
importante en estos dos últimos modelos, está dada por el parámetro cíclico b, por el cual, la reducción
de la resistencia debida a la carga cíclica, el comportamiento post-pico, la degradación de la rigidez y la
disipación de energía son directamente dependientes del nivel de carga y del número de ciclos a una
deformación dada.
El movimiento de las estructuras sometidas a fuerzas variables durante un periodo de tiempo, dependen
en particular, de las propiedades de amortiguamiento, es decir, de la disipación de la energía por los
materiales constitutivos de la estructura, entre las ligaduras de sus diferentes elementos, entre ellos y el
medio circunvecino. De acuerdo a los fenómenos físicos, se distinguen tres tipos de amortiguamiento:
Los dos últimos tipos de amortiguamiento, son los más comúnmente encontrados. Además, dos
coeficientes relacionados con el amortiguamiento que serán utilizados posteriormente se definen como
sigue :
En el caso particular de un ciclo de forma elíptica (figura 1), la expresión del coeficiente de pérdida, en el
espacio f-x, en donde la fuerza exterior aplicada es f, el desplazamiento a cosq, la fuerza aplicada ka
cosq y la fuerza de amortiguamiento -ha senq, el equilibrio de las fuerzas conduce a:
(2)
(3)
h=h/k (5)
Este tipo de amortiguamiento se presenta debido a la fricción en las conexiones o puntos de apoyo. Es
constante, independiente de la velocidad o cantidad del desplazamiento, y usualmente se trata como
amortiguamiento viscoso interno, cuando el nivel de desplazamiento es pequeño, o como
amortiguamiento histerético cuando es alto. La fricción de cuerpo es grande en los muros de
mampostería confinados cuando estos se agrietan y proporcionan una resistencia sísmica muy efectiva.
El amortiguamiento de Coulomb, corresponde a un amortiguamiento de fricción, con dirección del
desplazamiento y de signo opuesto al de la velocidad.
Los dispositivos amortiguadores clásicos proporcionan, por medio de láminas de un fluido viscoso
quienes circulan a través de orificios estrechos, fuerzas resistentes proporcionales a la velocidad del
movimiento y de signo opuesto. En el curso de un ciclo, el trabajo de esas fuerzas, quien es positivo,
representa el amortiguamiento viscoso. Se puede señalar además, que el efecto de disipación de
energía por radiación, observado en particular durante el movimiento de una estructura colocada sobre
un suelo semi-infinito es, para movimientos a baja frecuencia, semejante a un amortiguamiento viscoso.
La relación de equilibrio entre la fuerza exterior aplicada y las fuerzas aplicadas kd y de amortiguamiento
cd’ se escribe:
(7)
En el caso de un ciclo de pulsación w, para el cual el desplazamiento es sinusoidal (d=acos wt) la fuerza
exterior es:
(8)
h=cw/k (9)
Cuando se aplica una fuerza de variación sinusoidal a lo largo del tiempo a una estructura con
comportamiento elastoplástico, o que presenta fenómenos de deslizamiento con fricción, se obtienen
curvas fuerza-desplazamiento que dependen poco de la duración del ciclo. En un ciclo, la fuerza exterior
da un trabajo positivo, correspondiente a la energía disipada de la estructura: esto es el amortiguamiento
por efecto de la histéresis. El coeficiente de pérdida h crece generalmente con la amplitud del ciclo.
Para valores del coeficiente de pérdida suficientemente bajos, inferiores a 0.2, la forma detallada del ciclo
no tiene influencia sensible sobre el movimiento, por lo que un modelo matemático simple para este tipo
de amortiguamiento ha sido establecido asimilando la forma del ciclo a una elipse. La fuerza de
amortiguamiento es proporcional a la amplitud de movimiento y la relación de equilibrio se escribe como:
f=kacosq-hasenq (10)
y el coeficiente encontrado es:
h=h/k (11)
(12)
donde:
Eh , energía disipada en un ciclo completo de carga-descarga-recarga.
Eel , energía de deformación elástica a la fuerza y deformación máximas en el ciclo.
(13)
Muchas de las respuestas analíticas dinámicas no lineales de estructuras de concreto reforzado, utilizan
a nivel del miembro, relaciones histeréticas empírico-nolineales entre el momento M y una
correspondiente medida de deformación d (como la curvatura en la misma sección f ó la rotación total de
una articulación plástica F o la rotación de cuerda del espacio cortante g, donde M es el momento en el
extremo del miembro, etcétera). Para carga monotónica o virgen en una dirección, la relación M-F o M-f
es tomada convenientemente como multilineal; de manera que, una relación bilineal (figura 2), con la
fluencia como punto de unión entre las dos rectas, es la elección más simple y más común, mientras
que, las relaciones trilineales, en los que también es incluido el punto de agrietamiento, son usadas
cuando es necesaria una descripción realista del comportamiento antes de la fluencia.
En el modelo Clough y Johnson (1966), como en el modificado por Anagnostopoulos (1972) para una
descarga en una inclinación igual a la de la rama elástica dividida por m a (donde a es un parámetro entre
0 y 1), e equivale a:
(14)
(15)
En los modos de Park et al (1987) y Reinhorn et al (1988), en los cuales la descarga es dirigida hacia un
punto en la rama elástica de la curva monotónica en la dirección opuesta, un momento M a-veces el
valor de la fluencia M y, (a>1), e equivale a:
(16)
En la ecuación (16) se ignoró la diferencia entre la rigidez antes y después del agrietamiento del modelo
de Park et al. (1987). Finalmente en el modelo de Roufaiel & Meyer (1987), e está dado por la expresión
(17), y es independiente de cualquier parámetro del modelo:
(17)
La expresión (14) es válida también para los modelos de Costa & Costa (1987) y Coehlo & Carvalho
(1990). Una vez explícitos los valores de e para cada uno de estos modelos se podrá determinar el valor
de z.
Se considerará que para todos los modelos mencionados antes, a la continuación de la descarga y como
primer carga en la dirección opuesta, se dirige al punto de fluencia en esta última dirección y, que
continúa en la rama de endurecimiento después de la fluencia de la curva monotónica mostrada en la
figura 3. La descarga de esta última rama sigue las mismas reglas, de modo que si la recarga se aplica
desde una deformación –ed y con e dada por (14) a (17) en este primer ciclo completo de carga, con una
fuerza máxima a una ductilidad m, la taza de amortiguamiento histerético z de acuerdo a la ecuación (13)
es :
(18)
Contrariamente, para la figura 2, la primera carga en la dirección opuesta en el modelo Q-hist por Saiidi y
Sozen (1981) va del primer punto en deformación ed y en el eje de las d al punto de deformación md y de
la curva monotónica en la dirección opuesta, representando para el primer ciclo, una relación de
amortiguamiento histerético de :
(19)
Una mejor representación del comportamiento cíclico es, el de la forma S invertida y el estrechamiento
de las curvas de histéresis subsecuentes. Sin embargo, los primeros y, aun ampliamente usados
modelos de Clough y Johnston (1966), Takeda et al. (1970), Saiidi y Sozen (1981), no consideran el
estrechamiento, y la recarga se dirige a un punto en la curva monotónica a la máxima deformación de la
recarga, o a la máxima deformación de cualquiera de las dos direcciones en el modelo de Saiidi y Sozen
(1981).
En el modelo de Litton (1975), la rama de recarga es dirigida hacia un punto en la curva monotónica a la
deformación máxima (m -b’(m-1))dy en lugar de md y tal como se muestra en la figura 3, b’<1 es un
parámetro. Con la excepción de este modelo, se considera para todos los demás casos, que la relación
de amortiguamiento histerético en un ciclo completo de descarga-recarga, con amplitud de deformación
2md y, será :
(20)
Con e dada por las expresiones (14) y (15). Para el modelo de Litton, z i>1 equivale a :
(21)
Considerando los modelos mencionados antes, el estrechamiento de las curvas de histéresis se obtiene
con la introducción de una rama bilineal, dirigida primero a un punto en el momento mp M y
correspondiente a la deformación m pdy , y después al punto de la deformación previa extrema md y en la
curva monotónica de la figura 4. La relación de amortiguamiento histerético en un ciclo completo
descarga-recarga es :
(22)
En el modelo de Roufaiel y Meyer (1987), la recarga es dirigida primero a un punto en la rama elástica a
un momento mMy; entonces m p=mp =m. En el modelo de Coelho y Carvalho (1990) la recarga tiene lugar,
primero con una pendiente m-veces la del punto final en la rama de recarga en la deformación previa
extrema md y (m<1 es un parámetro del modelo), hasta que el eje de las M es alcanzado; entonces mp =m
(1+p(m-1))e/(e+m) y m p=0 y, el término de la derecha de la expresión (22) equivale a: (1+m)e/2pm. En el
modelo de Costa & Costa (1987) la primer rama de recarga tiene una pendiente m b -veces menor que la
del punto final de recarga en la curva monotónica (m b , con b<1 que sustituye a m del modelo de Coelho &
Carvalho (1990)) hasta la línea que conecta el origen con este punto máximo alcanzado. Entonces mp =
e/(emb -1+m b -1), m p=m (1+p(m-1))/m, y el término derecho de la expresión (22) adquiere el valor dado
p
por b-1 b
e(1+e/m(em +m -1))/2pm. Finalmente en los modelos de Park et al (1987) y de Reinhorn et al
(1988) m p=e, mientras que para Park et al (1987) m p =2eg(1+p(m-1))/(2e(1+p(m-1))+g(m-e)) y para
Reinhorn et al (1988) m p =2eg/(e+g), con g como un parámetro de estos modelos que denota el orden de
un punto (como una fracción de M y) que sigue un punto hacia donde se dirige la primera rama de
recarga. Este punto permanece en la rama de descarga de la deformación previa en el extremo de mdy
en el primer modelo, o en la primera rama de la curva monotónica en el segundo modelo.
Las ecuaciones (18) y (19) para el primer ciclo después de la fluencia y de (20) a (22) para los ciclos
subsecuentes, dan la relación implícita del amortiguamiento histerético en cada modelo, como una
función de la relación de ductilidad m y los parámetros de cada modelo.
El valor típico de p considerado en los modelos clásicos es de 2%, por lo que se tomará el mismo valor
en todos los casos estudiados, esto con el propósito de lograr una comparación aceptable de los valores
obtenidos para z.
El modelo básico histerético (figura 5) utiliza únicamente la relación momento-curvatura (M-f) para
describir el comportamiento no lineal de la sección transversal de un elemento de concreto reforzado. En
consecuencia, se adoptan las siguientes hipótesis:
Las primeras tres hipótesis asumen un comportamiento no lineal a flexión. La cuarta hipótesis implica que
el modo de falla predominante debe ser por flexión. La quinta hipótesis permite extender la validez del
modelo a elementos poco esbeltos que cumplan sin embargo con la primera hipótesis. En la sexta
hipótesis, se considera el efecto que el esfuerzo normal produce a la curva momento-curvatura, quien
permanecerá constante durante toda la historia de carga.
De acuerdo a las hipótesis asumidas, el modelo resulta válido para elementos viga propios de marcos de
concreto reforzado. Se considera además, que una descripción correcta de su comportamiento, depende
esencialmente de la modelización no lineal de los materiales constitutivos y de la degradación estructural
debida a las solicitaciones cíclicas. En consecuencia, deben considerarse al menos los siguientes
aspectos:
que el esfuerzo normal afecta la curva global de comportamiento. El despreciar estos dos
efectos, puede provocar falta de precisión en los resultados numéricos.
El modelo propuesto, intenta reunir los aspectos antes mencionados. La característica principal la
representa el parámetro cíclico b quien permite tomar en cuenta el máximo nivel de carga alcanzado y el
número de ciclos aplicado. Los fenómenos principales que las reglas del modelo básico histerético tienen
en cuenta son: una degradación de la rigidez y una reducción de la resistencia debido a la carga cíclica
(Dc), un estrechamiento en las curvas debido al esfuerzo cortante (P), una reducción de la capacidad
portante después de alcanzar un valor máximo (Dp ) y el efecto de una fuerza axial debido a cargas
gravitacionales.
El modelo se caracteriza por una curva envolvente trilineal y un conjunto de reglas cíclicas. La curva
envolvente debe determinarse mediante un análisis no lineal de la sección transversal. Esta está definida
por tres puntos para el momento positivo y tres para el momento negativo, lo que permite tratar con
adecuada precisión secciones no simétricas. Los puntos característicos son : el momento de
agrietamiento del concreto M f, el momento de plastificación del acero en tensión M y y el momento último
correspondiente al aplastamiento del concreto M u . La línea 1 corresponde a un comportamiento lineal sin
fisuración del concreto en tensión. Une vez fisurado éste (línea 2), comienza el comportamiento no lineal
con descargas elásticas no dañadas hasta un cierto límite. Una vez fisurada la sección implica que el
momento máximo alcanzado representa un punto focal de recarga. Por el contrario, si la incursión
máxima no ha rebasado el momento de fisuración M f, este representa el punto focal. La plastificación del
acero en tensión caracteriza el inicio de la tercera etapa (línea 3). Este comportamiento se prolonga
hasta el momento de resistencia última M u . A cada uno de esos tres puntos les corresponden
deformaciones precisas. Para los dos primeros, las deformaciones se identifican por la deformación de
fisuración del concreto en tensión e f y la deformación de plastificación del acero en tensión e y . Sin
embargo para el momento último M u , es necesario realizar un análisis no lineal que tome en cuenta la
curva real esfuerzo-deformación tanto del concreto como del acero. A menudo se utiliza como
deformación última del concreto e u un valor de 0.003 a 0.004, sin embargo, ni la deformación última f u ni el
momento M u serían calculados correctamente. El modelo se complementa por otras reglas cíclicas
quienes pueden considerarse implícitas en las lineas 4 a 7 de la figura 5, y que se describen a
continuación.
(23)
Para poder aplicar el factor de daño a antes de la fluencia, se requiere identificar el valor de deformación
f e hasta el cual se tendrán descargas elásticas no dañadas y la deformación residual mínima f’ r :
(24)
con: (25)
y (26)
(27)
Esfuerzo cortante. Para una sección que ha alcanzado el momento de plastificación, la presencia de
la fisuración diagonal debida al esfuerzo cortante aumenta la longitud de la zona plástica. En
consecuencia, las rotaciones calculadas únicamente a partir del diagrama de momentos y de las
relaciones momento-curvatura subestiman las deformaciones reales. Debido al campo cinemático
simplificado, los modelos de sección basados en las hipótesis de Bernoulli, son incapaces de predecir
explícitamente el efecto del esfuerzo cortante y de la degradación de la adherencia concreto-acero. La
respuesta de la sección queda controlada completamente por el comportamiento a flexión de la sección,
mientras que el comportamiento real incluye : la distorsión de la sección de vigas y columnas, el
deslizamiento del refuerzo longitudinal, el alaveo de la sección transversal y el efecto de dovela. Estos
fenómenos se traducen en la respuesta global, por un estrechamiento de los ciclos histeréticos.
Experimentalmente se ha encontrado una fuerte correlación entre el nivel de estrechamiento de los ciclos
y el cortante existente en la sección transversal. Este último ha sido también relacionado con la esbeltez
del miembro. Para esfuerzos cortantes pequeños, el estrechamiento de los ciclos no se observada,
mientras que para esfuerzos cortantes elevados se produce una fuerte deterioración de la rigidez durante
el cierre de las grietas, dando lugar al estrechamiento de los ciclos.
De acuerdo con las hipótesis simplificadas adoptadas, se supone que las deformaciones diagonales
producen un aumento de la deformación por flexión (figura 7). Este fenómeno sólo se considerará
cuando la carga haya sobrepasado el momento de plastificación y cuando la esbeltez de la viga o
columna (L/h) sea inferior a 4. Durante la inversión de la carga aparecerá una curva bilineal definida por
el punto focal de estrechamiento (M p , f p), donde M p = a p M n , f p = a p f n y (Mn , f n) corresponde a la recta
definida por los puntos (0, f r ) y (Mmax , f max) y la recta de pendiente (My / f y). f r representa la
deformación residual obtenida durante la carga cíclica. Los valores de a p se encuentran comprendidos
entre 0 y 1, dependiendo de la esbeltez del miembro considerado.
Se considera que el esfuerzo cortante es débil cuando (L/h > 4), entonces el estrechamiento no ocurre y
la curva de recarga es una recta que corta la secante M y / f y en el punto (Mn , f n). Por el contrario, si el
esfuerzo cortante es elevado, la rigidez durante el cierre de las grietas es despreciable y la primer rama
de recarga pasará del punto (0, f r ) al punto (0, 0). Un comportamiento más realista presenta un valor
comprendido entre esos dos límites (figura 7). El grado de estrechamiento se determina en función de la
relación (L/h) y de acuerdo con las expresiones empíricas propuestas por Roufaiel y Meyer (1987).
Entonces :
(28)
(29)
donde:
(30)
(31)
con (M n , f n ) correspondientes a la intersección de la línea definida por los puntos (0, f r ) y (M máx, f máx) y,
la rigidez secante a la fluencia:
(32)
(33)
Donde Emáx y Eu son la energía total absorbida a las deformaciones f máx y f u respectivamente. Cada vez
que la máxima deformación (f máx) experimentada es actualizada, i y b son inicializadas a cero y uno
respectivamente, donde Dmáx y Amáx permanecen constantes al principio de la carga cíclica para cada
nueva deformación máxima.
Asumiendo que el área bajo la curva histerética es la energía implícita, habiendo definido que el valor de
la energía histerética en un ciclo de carga-descarga-recarga es el área encerrada en el ciclo completo y,
además que, es el calculado por la suma de áreas parciales calculadas a partir de los triángulos y
trapecios encerrados por un ciclo de carga, es posible calcular el valor de z para el modelo básico
histerético partiendo de la ecuación (12).
Para la primera incursión de carga, los valores de resistencia tienden a alcanzar la curva envolvente.
Considerando además que una vez excedida la fluencia en una dirección, el punto focal en la dirección
opuesta será M y, el coeficiente de amortiguamiento es :
(34)
donde el valor de K esta definido por la expresión (27) y, a partir de que una deformación máxima es m
veces la deformación en el punto donde inicia la fluencia, y donde el valor de m es :
(35)
Después de la primera carga, los fenómenos de degradación de la resistencia debidos a la carga cíclica
aparecen. De igual forma, es posible que aparezca el estrechamiento de ciclos, por lo que el coeficiente
de amortiguamiento para i>1 es :
(36)
De la figura 8 se tiene que la primera rama de descarga se define por el punto que intersecta a la línea
paralela a la formada por los puntos (M y, f y ) y (M, f) y que tiene su origen el punto (M y-M f, f y -f f ).
y que:
(con: M y f constantes)
Igualando ambas expresiones y despejando f i :
(37)
(38)
Partiendo de los puntos ya conocidos podemos calcular el valor de z 1 para este primer ciclo de carga:
(39)
4.3.2.2.-Ciclos subsecuentes
Después del primer ciclo, la diferencia con respecto al modelo básico, estará dada por la descarga
bilineal. De esta forma, el coeficiente de amortiguamiento es :
(40)
donde: f r(i-1) es f ri del ciclo anterior, M n y f n están determinados por (23) y (24)
A fin de comparar los valores del coeficiente de amortiguamiento calculado para los modelos clásicos, se
adoptarán los siguientes valores para todos los casos :
a= 0.500 fy = 1.000
M f = 0.700 M u = 1.300
ff= 0.600 f u= 16.000
M y= 1.000 m=(1, 1.2, 3, 5, 7, 9, 13, 15)
En los primeros ciclos se utilizó para el modelo de Takeda y para el modelo de Clough y Johnston a=0.5.
Para los ciclos siguientes, se usó para el modelo Clough & Johnston a=0.5, Roufaiel y Meyer m=0.5,
Reinhorn et al. a=2, Costa & Costa a=0.5, b=0.3, , Takeda et al. a=0.5, b=0. 0.0. Para el modelo de Park
a=2, g=0.5. Para el modelo Coelho & Carvalho a =0.5, m=0.8. Es importante notar que para los modelos
propuestos, no se requiere definir ningún parámetro, ya que además no son constantes y dependen tanto
del nivel de carga como del número de ciclos aplicados.
De las figuras 9 y 10, puede verse que debido a que los modelos anteriores no toman en cuenta el efecto
de fisuración en el concreto, como lo hacen el modelo básico y el modelo modificado, para el valor de
ductilidad m=1, el coeficiente z da un valor de cero. Para los modelos propuestos, aunque se incluya el
agrietamiento del concreto, este punto se definirá en la curva envolvente, sobre la recta que une el origen
con el punto de fluencia. El amortiguamiento efectivo es comparable entonces, a partir de deformaciones
mayores a la de fluencia m>1.
Figura 10.- Relación de amortiguamiento z contra ductilidad m para los ciclos siguientes
En las figuras anteriores, R & M = Roufaiel-Meyer, T = Takeda et al, C & J = Clough y Johnston, BH =
Básico Histerético, R = Reinhorn, P = Park, C&Clho = Coelho-Carvalho, C & C = Costa-Costa y MRD =
Básico Modificado.
La subrutina del modelo modificado forma parte del programa de elemento finito CASTEM2000. La
misma subrutina ha sido adaptada a un programa PC (ancis2), en donde puede obtenerse la respuesta
cíclica normalizada (M/M y, f/f y) o la respuesta real (M, f). Para validar las expresiones propuestas para
• Para evaluar el valor del coeficiente de amortiguamiento, fue necesario excluir el efecto de la
reducción de la resistencia post-pico; dado que los modelos clásicos estudiados no consideran la
existencia de la resistencia última, lo que equivaldría a decir que le asignan un valor infinito a la
deformación ultima, es decir, f u >>fy.
• El área histerética, definida para el área negativa es menor para el modelo básico histerético que
para el modificado, por lo tanto, dará resultados menores para z (ec. 34).
• Aún con las nuevas reglas introducidas en el modelo modificado en las ramas de descarga, la
comparación con los demás resultados muestra que en ambos modelos se obtienen coeficientes de
amortiguamiento que se ubican entre los obtenidos por los modelos clásicos. Sin embargo es
importante notar que mientras para el primer ciclo se tiene un valor de z alto comparado con el de los
modelos clásicos, para los ciclos subsecuentes, z tiende a ser más bajo, pero con una tendecia a
aumentar para altos valores de m.
Tabla 2.- % contra el modelo modificado para los ciclos subsecuentes de carga
m 1.2 2.2 3.0 5.0 9.0 13.0 15.0
R&M 7.29 70.02 67.15 52.62 27.14 10.37 10.79
C&Clho 50.26 7.11 0.64 5.07 6.34 6.62 13.86
En la tabla 1 se observa que las diferencias en porcentaje de los modelos respecto al modelo modificado
:
• Son más grandes en el modelo de Takeda que los otros modelos con una diferencia de 47% seguida
del modelo de Park y Reinhorn con 40%.
• La mayor diferencia se encuentra a niveles de ductilidad pequeños, aun para el modelo de Takeda,
mientras que el por ciento de diferencia es menor a ductilidades mayores.
• La diferencias menores están en el modelo básico, lo que es congruente pues el modelo modificado
se basa en este.
En la tabla 2 observamos que las diferencias en porcentaje de los modelos respecto al modelo
modificado :
• Son más grandes en el modelo de Park que los otros modelos con una diferencia de 51% seguida del
modelo de Roufaiel & Meyer con 70%.
• Al igual que para el primer ciclo, la diferencias menores están en el modelo básico, lo que es
congruente pues el modelo modificado se basa en este.
• El por ciento de diferencia es menor en una ductilidad de m=15 pero con tendencias invertidas,
excepción del modelo de Clough & Johnston.
6.- Conclusiones
Agradecimientos
El trabajo presentado es parte del tema de tesis de licenciatura del mismo nombre apoyado por el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, bajo el proyecto Evaluación de procedimientos de diseño de
refuerzo transversal por confinamiento de secciones de CR, clave 32691, por lo que se agradece todo
financiamiento.
Referencias
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