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ASIGNATURA: Iconografía
El sarcófago de Junio Basso tiene escupidas diez narraciones bíblicas, cuatro de ellas se
refieren a temas del Viejo Testamento: el sacrificio de Isaac, la prueba de Job, Adán y Eva,
y Daniel entre los leones; las otras seis hacen referencia a temas del Nuevo Testamento: el
apresamiento de Pedro, Cristo entre Pedro y Pablo, el prendimiento de Jesús, Pilato
lavándose las manos, la entrada de Jesús en Jerusalén y el apresamiento de Pablo. En el
siguiente análisis se examinan cada uno de los cuadros numerándolos de izquierda a
derecha comenzando primero con los del piso superior y prosiguiendo con los del piso
inferior.
1. El sacrificio de Isaac
La escena muestra a Abraham levantando el puñal sobre su hijo Isaac, que arrodillado y con
las manos atadas a la espalda está a punto de recibir el golpe mortal. El significado
simbólico de la escena es el siguiente: 1. Abraham sacrificando a su único hijo es la imagen
de Dios Padre inmolando a su Hijo para la salvación de los hombres; 2. Isaac portando la
leña para el sacrificio representa a Jesús llevando su cruz; 3. El carnero inmolado en lugar
de Isaac representa a Cristo crucificado; 4. El sacrificio del carnero en sustitución del Isaac
es el tipo de sacrificio no sangriento de la Eucaristía que en el cristianismo reemplaza a los
sacrificios humanos. En el plano moral puede verse además el símbolo de la obediencia
total a la voluntad de Dios.
2. El Prendimiento de Pedro
En esta representación se le aprecia con una túnica larga y una toga antigua; barba corta y
rizada, frente despejada, los pies descalzos y las manos hacia adelante y atadas mientras es
conducido por dos soldados camino a la prisión. Su representación está ligada a la
esperanza de la salvación.
Jesús vestido con toga porta el rollo de la Ley, que es un símbolo de máxima trascendencia,
mientras es conducido ante las autoridades judías y romanas por un soldado armado y un
magistrado togado, que representan respectivamente a Roma y a Israel.
6. Job
Las pruebas de Job fueron interpretadas por el arte cristiano en dos sentidos: 1) como
presagio de la Pasión de Jesús o de las persecuciones de la Iglesia y, 2) como imagen de las
pruebas del alma cristiana, el ejemplo de la virtud de la paciencia, de la resignación y de la
constancia de la fe.
Adán simboliza en esta escena la falta original, la perversión del espíritu, el uso absurdo de
la libertad y el rechazo de toda dependencia. El rechazo de toda dependencia con el Creador
es lo que lo conduce a la muerte, porque esta dependencia es la condición misma de la vida.
La serpiente tentadora es el instrumento del demonio y es quien seduce a Eva a coger el
fruto prohibido y ofrecerlo a Adán que a su vez sucumbe a la tentación. Después del pecado
de Adán y Eva ocultan su desnudez con hojas de higueras y son sometidos al trabajo. En la
narración del sarcófago se contempla además de la caída la entrega de los símbolos del
trabajo: a la derecha de Adán el manojo de espigas y a la izquierda de Eva una oveja. Esta
representación indica la condición material de la humanidad después de la caída, las espigas
indican el trabajo en el campo, la oveja indica el tejido de la lana.
Jesús aparece con túnica y manto montado a horcajadas, y casi tocando el suelo con los pies
colgantes, la posición de su mano derecha muestra actitud de hablar. Un hombre debido a
su baja estatura, para ver mejor se ha subido a una palmera y otro más enfrente de Jesús
extiende su túnica. Esta escena confirma las pretensiones mesiánicas de Jesús al entrar en la
ciudad santa, Jerusalén. Se está proclamando un mesianismo pacífico frente a aquellos que
querían un Mesías combativo.
9. Daniel entre los leones
El hombre entre los leones es Daniel, en el plano de fondo se hallan dos hombres colocados
simétricamente al lado izquierdo y derecho de Daniel. En el arte cristiano la escena de
Daniel entre los leones presenta a la figura de Cristo que ha vuelto inofensiva de la muerte.
Daniel es la imagen del Redentor en el sepulcro y es símbolo del alma salvada, el tipo del
hombre protegido por Dios cuya alma ha sido salvada del mal. Al mismo tiempo es el
símbolo de Cristo resucitado saliendo del sepulcro sellado. El foso de los leones es la
imagen del infierno.
Bibliografía
Leal Lobón, Manuel, “El primer arte cristiano. El sarcófago de Junio Basso” en
Isidorianum, núm. 39, 2011, pp. 521-554.