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La polémica indigenista

en México en los
años setenta

Gonzalo Aguirre Beltr'n

PoUtica ind!gena integratfoa texto nacionalista popular, presidido en nu�ro paú por
la reforma agraria y la educación racional-socialista,
cuando una parte de la dignidad, la riqueza y el poder

L
a política indigenista puesta en práctica por
el movimiento revolucionario de 1910 expresa son redistribuidos entre obreros y campesinos. Luis Chá­
como su finalidad eminente la integración de vez Oro1.e0, Uder magisterial, y Vicente Lombardo To­

los grupos étnicos originalmente americanos en una so­ leciano, dirigente obrero, orientan las sesiones del con­
ciedad y en una nacionalidad comunes en lo económi­ greso, como presidente de la reunión o1 uno, como vo­
co, social, cultural y lingüístico. Tiene dos momentos cero de la delegación mexicana el otro. Son parte de la
claramente delimitados; el primero comprende hasta el representación de M�co. además de sus clentfflcos so.
año de 1940 en que se celebra el Primer Congreso Indi­ cfales más destacados, un grupo de �res extranjeros
genista Interamericano en Pát1.c:uaro. Este tiempo co­ -Mauricio Swadesh y Jules Henry, norteamericanos,
rre bajo la determinación de la filosofía positiva de y Paul Klrchhoff, alemán- gente de Izquierda, quie­
Augusto Comte y se realiza teniendo como propósito la nes desde sus respeotlvas posiciones promueven un rela­
incorporación del Indio a la civilización. Medidas coer­ tivismo que reconoce la especificidad y el particularis­
citivas conducentes a modernizar al indio le prohiben mo de las culturas étnicas sfn que este reconocimiento
el uso de las lenguas vernáculas en la enseftanza y otros implique la segregación del Indio sino, por el contrario,
signos de identidad como la indumentaria. El congreso su integración, con lengua y cultura Incluidas, en la na­

de Pátzcuaro repudia la coerción y el positivismo social cionalidad dominante.


como fundamento y praxis de la política integrativa y Por ello, el congreso se opone a una legislación priva­
propone el consenso y el relativismo cultural como nue­ tiva que sitúe a los grupos étnicos como entidades sepa­
vo enfoque en la tarea de formar un Estado-nación, só­ radas. Ubica al Indio, como también lo hace con el obre­
lido y unido frente a las agresiones que en el pasado mu­ ro y con el campesino, en el sector de la población na­
tilaron su tenitorialJdad y en el presente lesionan gra­ cional económica y socialmente débil, al que el Estado­
vemente su soberanía, al sumirlo en la dependenofa y nación protege para evitar sea objeto de sobre­
el endeudamiento. explotación. No trata, como a menudo se dice, de Ins­
Los postulados de Pátzcuaro se producen en un con- taurar el patemalismo, sino de apoyar liu relvlndicaclo-

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nes del indio, del campesino y del obrero y hacer valer conceptualización, La dualjdad indio-ladina involucra
sw derechos conculcados por el fuerte. Procura la ele­ una totaJjdad que obliga a tomar en cuenta ambos tér­
vación de los niveles de vida indios mediante programas minos de la ecuación. No puede estudiarse al uno sin con­
de educación, salud, dotación de tierra y agua, desarrollo trastarlo con el otro puesto que constituyen partes de una
económico y vinculación poUtica. G.rantiza la continui­ unidad; ni es posible contemplar la libertad, el desarro­
dad de las culturas indJas y estimula sus aspectos positi­ llo o la integración del uno si se hace caso omiso del otro.
vos, en lo particular, la lengua y la territorialidad. No hay salida independiente para el indio o para el La­
Institucinnaliza el cumplimiento de las recomenda­ dino; el pase de casta a clase y la proletariz.ación del in­
ciones anteriores el Departamento Autónomo de Asun­ dJo corre cas.da con la industrialización de la ciudad
tos Indrgena.,, ya existente al tiempo del congreso de primada y con la mudanza de-la ideología, falsa con­
Pát.zcuaro y, mAs tarde el Instituto Nacional IndigenJ.s. ciencia del Ladino. El camino del indio es mAs largo y
ta, creado en 1948. Ambos llenan el segundo momento mayor el coste a pagar -por eso se le ayuda-; pero es
de Ja política que emana de la Revolución mexicana, cu­ el mismo que el ladino recorre en procura de una socie­
yo término lo fija el movimiento anarco-estudiantiJ de dad comprensiva donde los conflictos se resuelvan en pla­
1968. En el curso de los veinte anos que corren entre las nos de igualdad.
fechas mencionadas, el INI construye una doctrlna y una
práctJca fundadas en tres apartados complementarlos;
a saber: Impugnación y cambio
1. Teoría de la Integración. México transcurre por La teoría lntegrativa es aceptada sin graves impugna­
una etapa de su formación nacional y de su desarrollo ciones hasta mediados de los años sesenta en que se ges­
capitalista, lntegrativo y totalizador, que le conduce ne­ tan en Estados Unidos y en Europa corrientes diversas
cesariamente a bwcar una cierta homogeneización en opuestas al uso de la antropología en proyecto de oontra­
cuanto hace a la composición étnica, económica, social lnsurgencla y al empleo de antropólogos en la guerra su­
y polltlca mediante la fábrlca de puentes que unan ra­ cia de Viet Nam. El movimiento anarco-estudlantil de
zas, lenguas y culturas en un Interés común. El mesti­ 1968 lleva a su climax estas tendencias que, en el ámbi­
zaje, el bUlngOlsmo, la aculturación y la redJstrfbuclón to académico, toman en México la forma de una con­
reiterada de la dignidad, la riqueza y el poder son las tradicción a la legitimidad cJe la antropología como cien­
instrumentalidades de la integración. cia del hombre, es decir, como disciplina científica, y
2. Teoría de las regiones de refugio. Constituye una a su aplicación en la práctica indigenista. La polémica
región de refugfo el espacio ffsico y moral que tiene co­ se desenvuelve con particular violencia en una sucesión
mo caracterlstica una ecología en gran medida hostil, de encuentros y publicaciones, algunos de cUos tardía­
en la que Interactúan poblaciones segmentadas cuyas mente divulgados. Las obras impresas que contienen los
lenguas, tecnología. eoonom(a, estructura social, gobier­ puntos importantes del debate, conforme al orden de
no e Ideología son distintos y asimétricos desde el mo­ aparición son los siguientes:
mento en que los ladinos someten a los indios a explota­
ción .colonial. En esa reglón una ciudad primada, chef l. Arturo Warman et al. De eso que llaman la an­
/leu o oontro rector, rige las comunidades satélites del tropologfa mexica11a. Nuestro Tiempo, México
l1interland; la ciudad ladina y las comunidades indias (1970).
configuran un sistema de relaciones, inextricablemente 2. Ricardo e Isabel Pozas. Los Indios en las clases
unido, que incluye una dualidad de pueblos y culturas. sociales de México. Siglo XXI. México (1971).
3. Teoría de la acción-investigación. Tanto en lo que 3. Rodolfo Stavenhagen. Sociolog(a y desarrollo.
concierne a la práctica cuanto en lo que se refiere a la Nuestro Tiempo, México (1972). ·

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4. Gonzalo Aguirre Beltrán. Obra polémica. Rec. 8. Guillermo Bonfil. Utopía y revolución. Nueva
y Prólogo de Angel Palerm. SEP-INAH (1976). Imagen, México (1981).
5. Salomón Nahmad et al. Siete ensayos sobre indi­ 9. Adolfo Colombres. La hora del bárbaro. Bases
genismo. TNl, México (1977). para una antropología social de apoyo. Premiá. Mé­
6. Héctor Diaz Polanco et al. Indigenismo. moder­ xico (1982).
nización y marginalidad. Una reoisi6n critica. Nueva 10. Adolfo Colombres et. al. La cultura popular.
Imagen, México (1979). PTemiá. México (1982).
7. Angel Palerm. Antropología y marxismo. Nueva 11. Andrés Medina. c·Eriste una antropologi'a mar­
Imagen, México (1980). xista? UNAM. México (1982).
12. Andrés Medina y Carlos Carda Mora. La quie­
bra poUtlca de la antropología social. UNAM. Mé­
xico, (1983).
13. Gonzalo Aguirre Beltrán. Le11guas oerudculas.
Su uso y desuso e11 la t111se1ian;::.a. Ca.c;a Chuta. Méxi­
co (1983).

1. En la primera obra anotada cinco antropólogos


que a sí mismo se denominan untropólogos críticos
-Arturo Wurmun. Margarita Nolasco. Cuillcrmo Bon­
fil, Merced Olivera y Enrique Vnlcncia- y cuya par­
ticipación en eJ movimiento de 1968 atrae sobre cll� con­
digna represión, ponen de manifiesto, con profundo pe·
slmismo y pasión exuccrhnda. el subdesnrrollo y depen­
dencia de In antropologfn mexicttno. Wurmun. cm lo par­
ticular, acusa a la antropología mexicano d• <.\'\tnr liga·
da a procesos expanslonlstns del mundo occidental. rrl·
mero, sirvió n la metrópoli lmpcrlnl y hO)' a los poten·
clas internacionales; "la nntropolo�rín mcxlcnnn siempre
ha servido al colonlzad<>r". Wnrman. como también lo
hace Mar�urltn Nolnsco, se nflllun 11 lo doctrlnu del co­
lonlulismo lnt rno, en In versión do Pablo Conz61•z Ca­
sanova, que prctend explicar -mejor que lo lL'Orfo mar­
xista d In lucha de clus!S- In situación de lo pu •
blos indios. Es, sin embargo, Gulllormo Bonfll el que de­
fine con mayor lucidez su oposición 11 In intcgruclón del
indio. Lo mejor del Indigenismo oficial -afirma­
plantea la integración del indio como recurso para ace­
lerar el cambio estructural porque piensa que en tan­
to permanezca "como el otro. como ajeno", no pue­
de contribuir a esa tarea su capacidad de actuar y su
perspectiva de librarse en su mexlcanlzaci6n, pura en·
tonces luchar en término de las contradicciones inter­
Primer Titulo de la Colección Ficción nas y propias del sistema nacional. Bonfll, Inconforme

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con taJ planteamiento, asegura que, a diferencia de la ración y reciprocidad definen las relaciones determinan­
cultura de los explotados dentro del sistema dominante. tes de la intraestructura. El tránsito de la intraestructu­
-con una· cultura de clase subalterna que es también ra india a la estructura capitalista es el primer momen­
una cultura orpimlda- las culturas indias tienen al­ to -la destribalización- del proceso total de cambio
ternativas fuera de ese sistema porque no fundamen­ del indio cuyo término es la proletarización. La etapa
tan su legitimidad en términos de la cultura nacional, inicial de la destribalización comprende la disolución de
sino de un pasado propio y distinto y "una historia de los remanentes prehistóricos de la intraestructura y esta
explotación en tanto Indígenas". tarea la desempeñan los promotores indigenas bilingües
De los cinco antropólogos críticos, Bonfil es quien per­ oomo acción deliberada de las dependencias oficiales que
severa en su postura Inicial y la amplía hasta darle una promueven la transformación de los núcleos étnicos me­
dimensión continental. De 1970 a 1981 -fecha esta úl­ diante su desvinculación de la intraestructura. El indi­
tima en que aparece Utop{a y Revolución, copiosa re­ genismo integraclonista de los ideólogos de la burguesía
copilación de manifiestos, declaraciones, actas resoluti­ es un sefluelo destinado a desviar las aspiraciones reivin­
vas, recomendaciones, ensayos y otra literatura escrita dJcatorlas del pueblo una vez que le apartan de sus ver­
por Indios principales o profesionales-. Bonfil concurre daderos objetivos de clase.
a reuniones y congresos, como los de Barbados, donde Ricardo e Isabel Pozas, en la prt>metida segunda par­
contribuye a configurar la teoría deJ Indigenismo de te de su dlseño, nos dJrán como se proponen conducir
autogestlón que dice poner en manos de los pueblos In­ el proceso de proletarización del indio para integrarlo
dios -a los niveles regional, nacional e en una sociedad de clases. Mientras tanto bueno es ad­
Interamericano- la responsabilidad del propio desarro­ vertir la novedad que introducen en su teoría de la pro­
llo, como una fuerza política capaz de alcanzar una sa­ letarización al ubicar las relaciones de parentesco en la
lida independiente a la desesperante situación en que se estructura de la sociedad civil, es decir, en el reino de
debaten. las relaciones económicas. Marx, a quien los Pozas si­
Bonfll y quienes le siguen rompen la escala parroquial guen, es claro y preciso al respecto; para él las relacio­
y regional en que tradicionalmente actúan los Indios y nes de producción forman la estructura económica de
les abren la posibilidad, real o supuesta, de moverse en la sociedad, no ciertamente las relaciones de parentes­
el plano de las relaciones Internacionales. En 1975 se co. Un malabarismo semejante al de los Pozas, pone en
Inauguro el Consejo Mundial de Pueblos Indios, en Al­ práctica el antropólogo francés Mauricio Godelier, afi­
berta, Canadá y el mismo aílo se Instala el Consejo Na­ liado- al marxismo estructural de Louis AJthusser, para
cional de Pueblos Indios en Pátzcuaro México. ubicar las relaciones de parentesco en la estructura; con
2. La segunda obra, de 1971, corresponde a Ricardo ello contraria la ortodoxia de la doctrina marxista. La
e Isabel Pozas, y es la primera parte de una empresa ma­ Idea de construir una antropología y un indigenismo
yor cuyo complemento llevaré por título, cuando apa­ marxlstas, conduce a los Pozas a un callejón sin salida.
rezca, Lo! Indio! en el d&arTollo nacional. Lo publica­ 3. Rodolfo Stavenhagen en su publicación de 1972
do ofrece el diseno de una teoría sobre el Indio fundada contradice la antropologfa integrativa. Una serie de in­
en el concepto de lntraestructura; ésta se encuentra for­ terrogaciones le perturban: ¿Es papel del antropólogo
mada por una serle de normas, distintas de las estructu­ acelerar la desaparición de las culturas indias? ¿Impo­
ras del pals, que determinan las relaciones Internas de nerles los valores de la clase media urbana de una socie­
la vida social de los núcleos lndlgenas. La lntraestruc­ dad competitiva, destructiva y burguesa? ¿Sancionar la
tura se mueve dentro de la estructura y, por decadente acelerada proletarización del indio y fortalecer con su
y o�oleta, tiende a diluirse "dJalécticamente" en dicha acción otras formas de explotación más nuevas y más des­
estructura. Los remanentes del pasado prehistórico, en piadadas? No Impugna las tareas de educación, salud,
lo particular las relaciones de parentesco y las de coope- comunicación, In�. cuya meta es mejorar los nive-

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les de vida de las comunidades indias, pero rechaza las Se inicia con la cogestión de indios )' antropólogos para
premisas ideológicas en que se funda el indigenismo. Este terminar con la autogestión de indios sin antropólogos.
concibe el cambio como aculturación: el sistema regio­ El segundo Congrero Nacional de Pueblos Indígenas �n­
nal como una organización de castas. La hipótesis prin­ gresa en la estructura del Partido Revolucionario Insti­
cipal que postula es el proceso acelerado de acultura­ tucional bajo una nueva administración gubcrnamen­
ción para romper el sistema de castas e integrar a los t.al. Feli:c Báez Jorge en su ensayo, lndigc11ismo e im­
indios a la sociedad de clases. Pero la naturaleza de esta p11g11acfó11, tiende un puente entre el viejo y el nuevo
sociedad rara vez ha sido analizada; los mecanismos que indigenl�mo. Impugna el esquema dicotómico y asimé­
la clase dominante utiliza para integrar a los indios en trico de la antropología cultural que hace del indio un
su sistema de opresión y e>.-plotación desde la conquista objeto y propone concientiznr y movilizar al indio, "co­
son objetables. Todo ello le lleva a sumarse a Robert Jau­ mo los propios indigenas lo han visualiuido", n partir
lin, antropólogo francés ácrata, a Guillermo Bonfil, an­ de su condición étnica, pero dentro del modelo de la lu­
tropólogo crítico mexicano y a la declaración de Barba­ cha de clases, de tal modo que superando el contexto co­
dos en 1971. munitario y regional, ubiquen sus reivindicaciones jun­
En 1977 Stavenhagen logra fundar, en la estructura to a las del proletariado. ¡Ciertamente, un sueño!
de la SEP, la Dirección General de Cultura Popular y Otro de los contribuyentes, Michel Antochiw, da un
tiene la oportunidad de establecer proyectos piloto de paso adelante al contradecir la Integración. Pnrn él cndn
rescate cultural que, a baja escala, confutan los proyec­ grupo humano busca mediante la práctica de su e.xi -
tos integrativos llamados Centros Coordinadores Indi­ tencia los valores que le dan sentido; por tanto, existen
genistas del INI. Para Stavenhagen una vez que la re­ tantas culturas distintas como grupos hay y la plurali­
forma agraria ha eliminado las formas más retrógradas dad de los grupos significa pluralidad de valores. Todo
del latifundismo y el peonaje, los indios tienen tres op­ política lntegraclonista, es pues, una polrtlca que encubro
ciones: a) la aculturación individual mediante la movi­ intereses y refuerza formas Internas de antlculturn. Las
lidad horizontal; b) la participación de la comunidad, iniciativas de Integración deben venir de los propios In­
consciente o acrítico, en los programas de desarrollo; y dígenas, no del exterior. Sin embargo, es un profoslonal
c) la resistencia cultural pasiva mediante la conserva­ del indigenismo llegado del exterior. Adolfo Colombres.
ción de los valores culturales fundamentales. Mientras y acogido en el Instituto Nacional Indigenista, quien con
en el indigenismo integrativo los indios reclutados co­ mayor radicalismo y amplitud de miras, se convierte en
mo agentes de cambio participan en la destrucción de teórico del Indigenismo de autog tlón: ya no de parti­
su propia cultura, en Acayucan, primer proyecto de cipación. En 1977 su ensayo, Hado la a11togestltfo lnd(­
adiestramiento, Stavenhagen se propone crear una élite gena. llene continuidad con una obro dti moyor enver­
de promotores y maestros bilingües expertos en el resca­ gadura. La hora del bdrbaro, Basa para 11110 antropo­
te de las culturas étnicas. Stavenhagen, por otra parte, logfa social de apoyo, 1982, donde expone uno teorío de
se opone a los Pozas y a "ciertas corrientes del pensa­ gran aliento. Además es el único de los nuevo­
miento marxista" que, como el indigenismo integrati­ indigenistas que pone en práctica sus ideas en el Centro
vo, se manifiestan por una acelerada proletarización de Cultural Muahua, mediante el Manual del promotor
los grupos indígenas. cultural, 1980.
4. La obra que aparece en quinto lugar, 1977, es una 5. Adolfo Colombres es un trasterrado argentino cu­
recopilación de Siete ensayos sobre indigenismo, redac­ ya mística profunda está encaminada a difundir por los
tados por funcionarios del INI. Representa un cambio pueblos mestizos de América el evangelio de la autogcs­
en la filosofía indigenista integrativa que pasa a osten­ tión. Su actividad en México está ligada al indigenismo
tarse como un indigenismo de participación primero, de que propala el INI a partir de 1977. El gobierno de L6-
autogestión, después. pez Portillo, sensible a la autodenigración de la antro-

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pología, a que con tanto afán se dedican los científicos propia muerte -no para resurgir purificada de las ce­
sociales, pone en mejores manos la dirección de las ins-­ nizas, como lo quiere Claude Lévi-StralJS.5, sino para po­
tituciones ha.rta entonces bajo la dirección de antropó­ nerla en manos de los indios como un instrumento a ser
logos y para remozar la nueva orientación hace a un la­ usado en contra de Occidente.
do la base magisterial compuesta de maestros y promo­ El indigenismo y la antropología. como �intenciona­
tores bilingües y se apoya en los Consejos Regionales y lidad ideológica que se quiere imponer a las masas al
en el Consejo Nacional de Pueblos Indígenas. Colom­ través de una aculturación profunda manipulada den­
bres resume, en primer lugar, la abundante literatura tro de un protecto.ado patemahsta", cumpüeron su fun­
publicada con anterioridad relativa a la acción y la teo­ ción histórica; hoy es necesario transferir sus técnicas y
rra indigenistas; pero además Impugna las bases de la doctrinas a los pueblos indios para que ellos mismos bus.­
antropología cultural y, muy especialmente, e] concep­ quen el camjno de su propia evolución. Colombres esti­
to de aculturación enturbiado por el colonialismo desde ma que en el término de do:. años, a lo sumo, es posible
1880 en que John W. Powell, fundador del Bureau oj enseñar a un dirigente indio eJ saber de un antropólo­
American Ethnology, lo introduce en el vocabuJario téc­ go, al cabo de los cuales la antropología del blanco y
nico de la disciplina. el mestizo no tendr'n razón de ser. Los procesos de Ji.
Inmediatamente después expresa su docta opinión. Pa­ bcración de Jos pueblos del Tercer Mundo, agrega, des­
ra él, la antropología cultural, a la que designa por lo veJan el origen colonial de la antropología y la definen
general con la d�gnaclón de culturalismo, con una fuer­ como un epifenómeno deJ colonialismo, condenada a
te carga peyorativa, traiciona sus propios postulados al muerte como disciplina.
convertirse en el fundamento de la acción indigenista SI en parte surgió como un esfuerzo por explicar la his­
-Ideología de blancos y mestizos occldentalizados apli­ toria y estructura de las sociedades ágrafas, la dlfusl6n
cada a los pueblos Indios- que en la práctica se tradu­ de la escritura alfabética en dichas sociedades la toma
ce en genocidio cultural. SI el fin del indigenismo, ar­ Innecesaria, al producir el irreversible desplazamiento
gumenta, es la Integración del Indígena a la nacionaJi­ de la visión desde afuera por la autopercepción conscien­
dad mexicana, los promotores blllngOes que actuan co­ te, por la revaloración profunda de lo vivido. Este he­
mo agentes de cambio cultural, lrremedJablemente son cho, por cierto, marca su caducidad en tanto ciencia deJ
traidores a su etnia y a su cultura. Acusa a la antropolo­ otro.
gfa cultural de "taparse los ojos con niebla para no ver La descolonización de los organismos indigenistas, de
la violencia, la explotación económica y la discrimina­ los antropólogos y de la antropología, así como su muerte
ción racial en América". expiatoria es posible y deseable sj aceptamos como bue­
A su juicio no hay aculturnclón sin deculturación: lan­ na la opinión tan pobre que Colombres tiene de la an­
za graves cargos contra el relativismo cultural cuya "hl­ tropología y de los antropólogos: pero se prolongará por
pocresfo y exacerbado ctnoccntrismo" llevan a las na­ tiempo impredecible si contemplamos la disciplina y su
ciones imperiales a justificar el colonialismo como un de­ práctica desde perspectiva distinta a la exclusivamente
ber moraJ, como sacrificio y misión civilizadora, más que ética. Los hombres en su actuar cotidiano producen a
como lucro.> ganancia. El Indigenismo. concluye, es un la par ciencia e ideología: el indigenismo y la antropo­
proyecto desarrolllsto unllincul y occidentalizante "aho­ logía no deben enfocar e necesariamente como ideolo­
gado en ínlencias". Pr vinmt•ntc, la antropología es ca­ gía sino principalmente como ciencia. Colombres pare­
llílcadn de prostituta: s11cnu. pues. ló�ico que para la­ ce haber realizado sus lecturas antropológicas con de­
var la mancho do su p<.'Cado orlginttl -más que origi­ masiada prisa. Presenta a Franz Boas como antie olu­
nal, diríumo.� nosotros colldluno- deba desaparecer en cionista, lo cual está muy lejos de la verdad; confunde
unión del Indigenismo en que se realiza como práctica. lamentablemente aculturación con transculturación;
Por tanto, os preciso que In ant ropologín planifique su atribuye a PoweJl el uso del último término en la situa-

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Compallla Titular de Oanu Contempor•nea

ción colonial norteamericana no obstante que en otro 6. El partido Comunista Mexicano tiene una posición
lugar atribuye su invención a Malinowski; hace discí­ definjda frente al Indio durante los arios veinte y trein­
pulo de Boas a un tal Lewis y en diversos lugares de su ta; sigue primero los postulados de José Carlos Mariáte­
obra menciona a Lewis H. Morgan, I.M. Lewis y O. gui y, después, la tesis de las nacionalidades oprimidas
Lewis, sin que ninguno de ellos sea conocido como boa­ de José Stalin. En los años de postguerra, pero sobre to­
siano. El loable esfuerzo de sfntesis contenido en La ho­ do cuando el marxismo alcanza el estatuto de partido
ra del bárbaro sufre limitaciones por simple descuido en polrtico legalmente reconocido, soslaya cuulquier pro­
la transcripción de nombres extranjeros -Tylor, nunciamiento sobre los pueblos étnicos; no obstante las
Leclerc- y otras erratas fácilmente superables. propuestas formuladas en diversas ocasiones por antro-
pólogos formalmente afiliados en sus cuadros directivos. populista, siguiendo a Lenin. AJ impugnar lo primero
Esta omisión representa en sí una posición cuyo sostén afirma que la integración expresa un evolucionismo uni­
parece fundarse en un razonamiento que, al criticarlo, lineal y rígido que obliga a los grupos étnicos a atrave­
Rodolfo Stavenhagen frasea asf: sar la puerta occidental; y por occidental entiende la so­
ciedad capitalista, no así el mundo de los países socia­
listas a cuyo frente camina la URSS. Dice aún más; pos­
En la medida en que la cultura es expresión de lu condiciones
sociales de la producción, lo que se puede llamar cultura In.dí· tular que la red de relaciones económicas, sociales y po­
gena en Mf:xlco es la expmión de lm vatlgbl de modoll de pro­ líticas, tejida por Indios y ladinos en las regiones de re­
ducción pre-capitalistas. Conforme se generalizan las rclado­ fugio, estructurJt un sistema de castas que sólo puede
nes capitalistas de producdón y deAparecen las formas de pro­ romperse mediante Ja proletarización del indio y la mo­
ducción anteriores, también desaparecer'" Irremediablemen­
dernización del ladino, impüca un modelo evolucionis­
te las dJvena.s manJfestadooes culturales uodadas a &tas. E.rte
es un prooeso hutórico Irreversible y ademú deseable. Preten­
ta poco imaginativo. Finalmente, a su buen ver, el pase
der la prerervactón de Ju culturas lndlgenas es anacrónico y de la unidad de análisis y apücación de la comunidad
en el fondo reaccionario. LOil lndlgenas 10n generalmente cam­ a la región es, todavía, un esquema teórico insuficien­
peslnOI pobres explotados y supcrexplotadOI y su condklón cuJ.
te; la región forma parte de una sociedad mayor, la for­
tural de lndl<u 1610 hace mis pesada su opresión. Su auténllca
mación económica y social mexicana. Contrariamente
libe.ración reside en que hagan causa común con el resto de la
clase trabajadora en el marco de la lucha de clases. La proble­ al Indigenismo lntegratlvo, Dru Polanco abre al indio
m,tlca cultural o étnica aólo contribuye a dMdJr al proleta­ las puertas del socialismo, como opción o vía distinta del
riado y por lo tanto beneficia a las clases expl.otadoras. Plan­ capitalismo dependiente; le ofrece implementar un evo­
tear la cucñlón cultural es frenar al desarrollo de la lueha de lucionismo imaginativo que no exige necesariamente Ja
eJases y la revolución roclal.
proletarizaclón; y un cambio de escala de la región a la
totalidad nacional que incluya el pase del indio a la de­
Negar la particularidad del Indio y disolverlo en la ca­
nominación socio-económica campesino. En la prácti­
tegoría genérica de campesino fue Intento reciente en
ca un programá que opera bajo un supuesto dogmAti­
el Perú, durante la dictadura mfütar de Velasco Alva­
rado; sin embargo, en el conjunto de valores que en Mé­
co; 100 hay indios!
xico dan Identidad al mestizo mexicano la presencia del En lndigt:númo, modernizacl6n y marginalidad, Ofaz
lndJo es de tal magnitud que no se ha peruado seriamente Polanco resume argumentos desarrollados con anterio­
en una solución en apariencia tan simple. Tal vez por ridad en lndigenl.mao, populúmo y man:i.tmo En ellos
eso diversas versiones, mas o menos ortodoxas, del ma­ contradice el populismo por su tendencia a reivindicar
terlaJismo histórico -que en amplio espectro corren del el derecho de los indios a buscar sus propias soluciones,
marxismo rígidamente dogmático de Stalin al marxis­ subrayando el carActer positivo de los sistemas soc1ocul­
mo consensual de Cramscl, pasando por el marxismo es­ turales en los que éstos perticipan, lo que les lleva a asu­
tructural de Althusser y el marxismo humanista de mir una posición anti-integrativa, es decir, segregacio­
Fromm- compilen en la crítica de la antropologfa y nista. Coinciden populistas y marxistas en rechazar el
el indi gen ismo sin co mprometerse a plantear diseños es­ capitalismo, pero mientras los últimos parten de las con­
pecíficos de investigación y acción. Este hueco lo ha ve­ diciones excepcionales de este modo de producción pa­
nido llcnundo Héclor Díaz Polanco mediante la publi­ ra superarlo en una perspectiva progresista, los prime­
cación de varios ensayos seminales con los que contri­ ros l� niegan superioridad. A base de una mistificación
buye n d,embrollar e l de bate. e idealización de las comunidades indias, >'apoyándose
Díoz Polanco. por una parte, objeta la teoría inlegra­ en un relativismo cultural conducido a sus últimas con­
tivu lo{cncrnda por el movimiento revolucionario de 1910 secuencias, postulan la autogestión para los grupos ét­
y, por olru, la aulogestión ácrata que dimana del movi­ nicos. la vía autónoma: sin advertir que la impugna­
miento unurco-cstudiantil de 1968 y al que califica de ción se funda en una crítica romántica y pequeño-
burguesa del capitalismo totalmente inservible al rastrear dos, alcanzan efímero apogeo. Las causas del é."Cito tem­
una solución que está al margen del destino general de poral de cada una de estas corrientes son, a la vez, el
los trabajadores. El populismo se inclina a tomar la mi­ principio de su caducidlld.
rada hacia atrás, a recuperar el pasado, al comparar la A la luz de los te."<tos etnológicos de Marx, recién da­
brutal realidad de las sociedades capitalista y socialista dos a conocer, resulta inconcebible el materialismo his­
del presente y concluye proponiendo una solución idea­ tórico sin la antropología, como lo sería sin la economía
lizada, conservadora y regresiva. política inglesa, la filosofía alemana y el socialismo fran­
El término populismo, desde que Lenin lo utilizó po­ cés. Por otro parte, la influencia del marxismo en la an­
Uticamente, ha sido usado por los científicos sociales ob­ tropología germánica es temprana; de Cunow a Thurn­
secuentes como designación peyorativa, profundamen­ wald y Kirchhoff. Este mutuo entremeterse en el área
te denigrante. En México el populismo fue el motor de ajena, no e\litn que alguien sostenga la redundancia de
las masas campesinas que hicieron la re\•olución de 1910 la antropología y, de hecho, de todns las ciencias socia­
y que, con Emiliano Zapata, tomaron como bandera el les, que deberían quedar subsumidas en la teoda gene­
lema Tierra y Libertad, original de los narodnikes ru­ ral marxista, tal y como lo propu o la burocracia stali­
sos. La filosofía que está atrás de las reinvindicaciones nista. Viejo anhelo que hoy ostienen todavía marxistas
libertarias es el anarquismo, satanizado como terroris­ dogmáticos de la época terciaria y cstructurolistns de la
mo por la sociedad burguesa. Esta, por otra parte, esti­ escuela de Louis Althusser.
ma inaceptable el comunismo y carga la voz de conno­ El marxismo stalinista hegemónico se constitU)'Ó en
taciones fuertemente afectivas y a menudo irracionales. la justicia ideológica y política de la etapa que Prcobra­
Los marxistas a su vez, para no ser menos, asignan a los yenskl llamó de a<'umulación ociali to primitiva en la
vocablos burgués y burguesía contenjdos de oprobio. per· Unión Soviética. E decir, del intenso proceso de acu­
versidad e ignominia. De esta manera, la polémica en mulación de capital mediante el E tado, lo industriali­
tomo a la antropología y al indigenismo se ha converti­ zación implacable y a marcha forzada, >'la despiadada
do en un intercambio de insultos que empaña la trans­ colectivización obli�atorlo en la agricultura. El stalinis­
parencia de los razonamientos. En el casillero populista mo rompió toda liga con la actividad de las ciencias so­
Diaz Poianeo ubica a los antropólogos críticos, compro­ ciales, cuya autonom(a halló Intolerable. El dogmatls­
metidos, nuevo-indigenistas, multievolucionistns y de­ mo se lmpuo y ..el producto fue la esterllldud clontmca
más versiones de la corriente anárquica. e Intelectual do In corriente principlll del marxismo mo·
7. En 1980, Angel Palerm publica Antropología y derno y su nparlción como uno col1clcncla revoluciona­
marxismo. La obra recoge diversos ensayos, el primero ria.. . El conflicto comienza un el momento on que la too·
de los cuales le introduce de lleno en la polémica entre ría� utilizo para jusliflonr unu praxis d lermlMdn
.
antropólogo e indigenistas de distintas tendencias y Según puede advertirse el proceso de lo crisis de la an­
orientaciones te<1rkas opuestas. Como historiador lúci­ tropología no es suslnnclolmcnle dlfercnt d lo crlsls del
do y teórico de la antropología y como estudioso de la marxismo stalinlsta. La antropología social fue perver­
evolución del materialismo histórico, tiene a la mano un tida al ponerse al servicio de la conservación de un sis·
conocimiento cabal sobre ambas disciplinas que le per­ tema tan inicuo como el colonial. Cuando el viejo siste­
mite presentar con autoridad una tesis in�tamente su­ ma comenzó a desintegrarse, la antropología sirvió, ade­
gestiva. Postula la crisis dual de la antropología y el mar­ más, para establf'Cer formas más sutiles de colonia­
xismo, no a partir de 1968 como frecuentemente se asien­ lismo y para combatir las luchas de liberación nacional.
ta, sino en los años de entreguerra, cuando el stalinismo La crisis de la antropología cultural tiene orígenes y di­
consigue someter el movimiento marxista internacional námica propios. La �uela boasiana mantuvo con celo
a su dominio ideológico y la antropología social, en la el principio de lo libertad cientííico y académica, rehu­
Gran Bretaña y la antropología cultural, en Estados Uni- sando aceptar las ligas y servidumbres características de

25
Ja antropología social y del marxismo sta.Unlsta; con una tudio de las sociedades primitivas. La antropología no
sóla excepción. La regla general de asepsia política se es una sociología comparada de las sociedades sencillas,
quebró frente al racismo, contra el cual se llevó a cabo si taJ cosa fuera posible, sino una discipüna dedicada al
una campai'la sistemática y continua. Pero el cuJturalis­ estudio científico de la evolución, estructura y funcio­
mo bien puede verse, sin demasiada severidad, como una namiento de las sociedades humanas. La diferencia n ra­
suerte de escapísmo y de búsqueda de una independen­ dicaJ y precisamente de otras ciencias, como Ja sociolo­
cia científica y académica ficticia, obtenida precaria­ gía, su enfoque universal, global y evolucionista y su pro­
mente, a costa de fugarse de la realidad social y política grama de trabajo, así como los métodos y técnicas que
contemporánea. se derivan de estos enfoques".
La perversión colonial y la asepsia poUUca que con­ 8. Los ensayos dados a conocer por Andrés Medina
tienen las versiones más importantes de la antropología, en 1982 y 1983, son ponencias o artículos diversos pre­
no dicen nada respecto a la validez de la ciencia; ésta cedidos por prólogos o presentaciones que discuten el te.
no se mide por raseros morales. Es indudable el mal uso ma general a debate. ¿Emte una antropolog(a marris­
que de ella hacen los británicos y justas las críticas que tar, fue la pregunta que en 1977 se hicieran a si mismos
podamos verter sobre los norteamericanos por pecados los estudiantes de antropología y sus maestros, con mo­
de omisión; pero tales desaciertos en nada Impiden re­ tivo de la reunión de Ja Sociedad Mexicana de Antropo­
conocer sus enormes contribuciones al adelanto de la dis­ logía en Cuanajuato. La respuesta que dieron a la mis­
ciplina. Mallnowskl y sus discípulos revolucionaron el ma interrogación Jos antropólogos marxista­
trabajo de campo. Radcliffe-Brown y sus alumnos avan­ estructuralistas franceses pesó entre los concurrentes a
zaron el estudio de la organización social con gran luci­ la mesa redonda, como fundamento del triunf aJismo pre­
dez. Boas y sus colegas convierten la cultura en concep­ valente. En La quiebra poUtica de la antropolog(a so­
to medular y la disciplina en una integración de pers­ cial en México, Medina reune las exposiciones de los prin­
pectivas f(slcas, sociales, llngOCsUcas e históricas. cipales actores de la polémica, desde su inicio en 1966
La conciencia de la crlsls de la antropología, esto es, con el artículo de Daniel Cazés, "Indigenlsmo en Méxi­
del agotamiento de las posibilidades contenidas en las co: Pasado y presente" que desató la controversia, a 1975
teorías dominantes, se generalizó en 1968, con la diso­ en que juan Comas sale en defensa de Manuel Camio
ciación de la teoría de la praxls que hace de la especula­ y de su desempeflo en la antropología mexicana. El es­
ción clenúflca un juego académico. La corriente de cul­ tudio Introductorio de Medina, "Diez años decisivos".
tura y personalidad promovida por Llnton y Kardiner, da valor a la obra por la transparencia y maestría del
el estructuralismo francés de Levi-Strauss, el marxismo nnálisls de los principales momentos de la historia an­
ahl tórico de Althus.wr. son ejemplos de modas intelec· tropológica en los años sesenta; dicho esto sin mengua
tuol� que se suceden con facilldad, rapidez y frivolidad. de los artfoulos y documentos aparecidos entre los años
Lu turea teórica más importante que tiene la antropo­ mencionados.
logía uctuaJ, con�iste (ln la recuperación crítica de su pra­ Expone, primero, las condiciones económicas y polí­
xis 11ocial y profesionoJ. "'Para someter a prueba las teo­ ticas del país; luego bosqueja las condiciones en que se
ría.� y revisarlus, formular otras y renovar eJ cuerpo teó­ encuentra la antropología a comien� de la década; es­
rico, la antropologíu necesita, ante todo. restaurar su tudia, después, el estímulo poderoso que representa eJ
eminente vocación tradicional por el trabajo de campo triunfo de la Revolución Cubana en el vuelco que expe­
y la lnvestlgnción emplrico"'. rimenta la teoría antropológica y cómo es afectada ésta
Palcrm, udcmós. espera que '"la investigación antro­ por el escándalo en derredor del proyecto Camelot y de
pológica restaurada y renovado ha de rechazar definiti­ la estrategia política norteamericana, así como por \a
vanwnte In división arbitrarla del trabajo. teórica y prác­ disputa sobre el modo de producción asiático. Termina
ticamente Insostenible, que pretendió relegarnos nJ es- el estudio con un juicio sobre el manifiesto de los antro-

26
p6logos críticos de 1970 y la transformación de ENAH los más de ellos como contestación a críticas vertidas con­
consecuente con estos acontecimientos. Es importante tra la teoría y praxis indigenista, entre 1967 y 1975. Pon­
el ensayo porque abre el camino que lleva a identificar go hincapié en los concep� y acciones que el indige­
los determinantes políticos e ideológicos presentes en la nismo estatal realiza con el pro¡>OOito de integrar a la
conformación de la investigación antropológica mexica­ vida nacional a los grupos étnicos originalmente ameri­
na. La emergencia de una tendencia crítica que abarca canos. como la forma más viable de apresurar e intensi­
varias posiciones teóricas desemboca -para Medina- ficar el desarrolo
l capitalista y la formación nacional ac-

La tllonga

en dos alternativas bien definidas; la reformista tecno­ tualmente vigentes. Angel Palerm edita, prologa la obra
crática y la marxista politizada. Ambas impugnan la an­ y se encarga de puntualizar el contexto en que se desen­
tropología estatal. vuelve la polémica, con sus secuelas en los campos de
9. Dejo en último lugar un comentario breve sobre la antropología y la política. En la segunda obra, pero
las publicaciones cuya responsabilidad recae en quien especialmente en los tres capftulos finales, hago un re­
esto escribe, a saber: Obra polémica y Lenguas vernácu­ sumen del movimiento Indigenista y de sus desarrollos
la.1. La primera contiene una serie de artículos escritos recientes para Insistir en la necesidad de pr�rvar la te-

27
/
rritorialidad y la lengua de los pueblos étnicos como gOes en constante crecimiento- están desde 1963 en ma­
práctica destinada a salvaguardar la identidad étnica al .nos de la SEP y se desconcentran para 1978 en sus Dele­
través del cambio hacia estadios modernos de exístencia. gaciones Estatales en cuya jurisdicción toman a su car­
go La demarcha de la educación pre-escolar, primaria
Praxis indigenista y normal, así como la capacitación del magisterio indí­
gena. No disponemos del acostumbrado informe sexe­
La discusión teórica no produce, hasta el momento, oal de actividades; si así fuese estaríamos en la posibili­
un cambio trascendente en la práctica indigenista. Con dad de evaluar, a grosso modo, este periodo que se ini­
la creación en 1936 del OAAI el indigenismo se institu­ cia bajo los auspicios de un indigenismo de participa­
cionaJiza como actividad especifica destinada a sumi­ ción que entrega en indígenas profesionales la dirección
nistrar apoyos y obligaciones a los grupos étnicos origi­ de los consejos nacional y regionales y patrocina sus gas­
nalmente americanos; aJcanza un elevado 8totus en la tos y congresos anuales.
administración p(1blica y obtiene financiamiento bastan­ A partir del lo. de diciembre de 1982 corre el régi­
te para reaHzar sus programas. En 1946 desaparece co­ men actual cuya política indigenista -ahora nuevamen­
mo oficina autónoma y pasa a formar parte, como di­ te dirigida por antropólogos- tiende a descargar en los
rección general, de la estructura orgánica de la SEP. Dos indios todas las actividades gubernamentales hasta con­
ai'los después, 1948, nace el fNI y de entonces a 1970 cluir en la autogestión. Postula un bilingüismo y un bi­
establece once centros pilotos de desarrollo regionaJ, es­ cuJturalismo de fachada que no es aceptado poT los maes­
to es, uno cada par de ai'los. En el sexenio 1970-1976 re­ tros indios; éstos rechazan la denominación bilingüe en
cibe un Impulso extraordinario que le permite propor­ sus diplomas de grado e insisten en usar el castellano co­
cionar a la totalidad de los pueblos étnicos del país, ser­ mo Instrumento de enseñan.za. Un medio centenar de
vicios coordinados de saJud, educación, agrfcuJtura y ga­ etnolingOistas preparados a vapor durante los tres últi­
nadería, desarrollo económico y asesoría política. Fun­ mos ai'los del sexenio anterior, son la avanzada de un nú­
da sesenta centros coordinadores regionaJes, a razón de mero mayor que recibirá adiestramiento en el curso del
diez cada ai'lo. La política Indigenista es oficiaJmente in­ sexenio actual. Tienen por desempeno el rescate y la re­
tegratJva en lógica correspondencia con la vocación uni­ creación de las lenguas y culturas indias; pero mucho
taria de la sociedad nacional. La acción indigenista es es de temer que con el respaldo de la oiganización sin­
simplemente un catalizador del proceso totalizante bn­ dical del magisterio, pronto exijan -como hoy lo ha­
pllcado en el modo de producción capitalista hasta hoy cen los maestros- que se les otorgue el título profesio­
hegemónico. nal de lingüistas, con la supresión del morfema limitan­
En eJ sexenio pasado, el INI disminuye en status al te etno.
quedar subordinado como uno de los componentes del Pierde el INl, en la presente circunstancia, el carác­
complejo funcional denominado COPLAMAR: si bien ter Integral de su acción una vez que se le ubica en el
el menoscabo de su posición permanece enmascarado al sector educativo; en flagrante oposición a la ley que lo
concurrir en la misma persona la direcdón de una y otra creó y que no ha sido derogada, depende directamente
institución. COPLAMAR incrementa en catorce el nú­ del titular de la SEP y no del Presidente de la Repúbli­
mero de centros coordinadores y transfiere al IMSS los ca. La descentralización de la SEP y la revolución edu­
servicios médicos mediante un convenio de largo alcan­ cativa que el régimen anuncia, pondrá en los gobiernos
ce que llevn los beneficios de la saJud y la asistencia a estatales la operación del sistema educativo sin que se
los grupos de población marginados. Otro convenio tras­ plantee hasta la fecha el rol que en ello jugará el lNI.
pasa a CONASUPO ciertas responsabilidades en cuan­ Parece a todas luces evidente que las contradicciones en­
to al abastecimiento de productos básicos. Los servicios tre la política de autogestión de naturaleza ácrata
educacionales -promotores culturales y maestros bUin- -que no tiene por contenido de propósito la integra-

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ción del indio sino su segregación en pueblos étnicos con­ teracción dialéctica permite la reinterpretaclón de for­
federados y conducidos desde el vértice por un INI ma­ mas y contenidos viejos en patrones y valores modernos.
nejado por indios profesionales- y el carácter totaliza­ La cultura de los pueblos étnicos se transforma sin per­
dor de nuestra organización social capitalista, están lle­ der su identidad.
vando al ana.roo-indigenismo a un populismo desorbitado, 2a. La congruencia de la teoría y la pra.tis debe com­
esto es, demagógico, que no mide las fuerzas que le opone plementarse con la operación de la práctica indigenista
un mundo dominado por la confrontación Este-Oeste. a la escala que den1anda el umbral de integración de los
ada es posible decir de la posición que postula el so­ pueblos étnicos en la ociedad nacional. Muchos de esos
cialismo marxista en cuanto al tratamiento de la cues­ pueblos realizan su vida de relación al nivel parroquial,
tión étnica, porque no ha tenido, como el enfoque an­ otros en un ámbito más amplio que de cualquier mane­
terior, la oportunidad de expresarse en la práctica. El ra no desborda las fronteras reducidas de la etnia y to­
genio totalizador del marxismo y la dictadura del pro­ dos participan en concepciones del mundo y del hom­
letariado que marca sus primeros pasos, hace suponer bre limitadas a la comunidad o a In región e ignoran o
la operación de fuerzas integrativas mucho más pode­ tienen débil conciencia de pertenecer a una conviven­
rosas que las que pone en juego el capitalismo, para al­ cia mayor constituido por la nación y estructurada por
canzar las metas de una sociedad sin clases y sin dife­ l� de solidaridad y antagonismo dlqintos a los deJ pa­
rencias étnicas socialmente asignadas. El sino de los di­ rentesco y la vecindad. Aun cuando presos en el engra­
versos pueblos y naciones que componen la Unión de Re­ naje de una sociedad clasista dond una élite hegemó­
públicas Soviético Socialistas, sin ser determinante, de­ nica se apropia los excedentes de la fuerza de trabajo pro­
be tenerse en cuenta como un modelo de integración cu­ letaria. la concurrencia de los indios en el proceso d for­
yo análisis será siempre necesario: a juicio de Angel Pa­ mación nacional representa forma.!> d explotación ob­
lerm que lo tiene bien estudiado. soletas, ofensivas y ultrajantes. Ampliar in medida el
grado de escala que trndiclonalmentc viven los pueblos
Tres consideraciones finales étni� es forur la ruptura del cordón umbilical que les
liga a la organización comunal y producir la Individua­
De todo lo anterior se desprenden tres consideraciones ción de us miembros component sin darles tiempo do
fundamentales; a saber: la. El carácter del proceso de penetrar los conocimientos, patrones de acción y valo­
integración de los pueblos étnicos en la sociedad nacio­ res de la cultura Industrial, y rcint rpretarlos. Los con­
nal está detertninado por el modo de producción Impe­ sejos nacionales, latlnoamerlcan� o mundial de pu -
rante; si éste es capitalista la acción indigenista tendrá blos indios carecen de ntldo y rcpr nlatlvldad; son
tal signo necesariamente y estará orientada a acelerar construcciones artificiales, espúreas, fucra d esenia. Los
el movimiento de inclusión y a encauzarlo por senderos consejos comunales y regional , por •l contrario, son
productivos. A medida que la sociedad envolvente se ex­ genuinos, evidcntemenl comprobabl .
pande por las regiones de refugio del país los pueblos ét­ 3a. Oigamos, finalmente, que el Indigenismo y la an­
nicos pierden su precaria autonomía política, económi­ tropología en su dimensión política, sólo serán contri­
ca y cultural; se vuelven más dependientes y experimen­ buciones valiosas al afán inacabado del hombre por al­
tan desorganización en sus antiguas formas de vida. No canzar la fellcldad, una vida libre y justa, si la ciencia
es po.tjble, ni deseable, detener el curso de acontecimien­ y la ideología que postulan son auténticas en sus voce­
tos que conducen al cambio; pero si es aconsejable in­ ros. La pr�ncia de Indígenas profesionales y de indi­
tervenir para regular sus efectos perjudiciales. Si bien genistas profesionales que hacen de ser Indios o indige­
es cierto que la estructura económica condiciona en úl­ nistas una profesión, esto es, un oficio sin fundamento
tima instancia la superestructura cultural, ésta a su vez moral, un rol ocupacional carente de autenticidad hi.s­
modifica las fuerzas y relaciones de producción. La in- tórlca, que deliberadamente tiene por contenido de pro-

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pósito una falsa oonclenda, pone en grave peligro la v� manipular las millas indias y cuyo fin es acreditar su le­
cación generosa que dio origen al indJgenismo y a la an­ gitimidad, cae inevitablemente en la corrupción. No es
tropología revolucionarla en México. Un indigenismo posible engañar a los demás sin, al propio tiempo, dejar
que hace uso de indios profesionales oomo medio para engañarse uno mismo.

Octubre de 1983

Judlnes dcl MUJCO de Antropologfa

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