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la ciencia (Bunge)
1. CIENCIA.
Los conocimientos empíricos que adquirió el hombre paso a paso fueron
organizándose hasta convertirse en conocimientos lógicos, profundos, es decir,
conocimientos científicos , que fueron delimitándose en áreas, parcelas del saber
humano, configurándose así, lo que hoy conocemos como ciencias. Sin embargo,
queremos dejar hablar al notable académico Español R. Sierra Bravo:
La palabra ciencia se deriva etimológicamente en las lenguas modernas, del vocablo
latino scientia. En el latín ciencia tiene un sentido muy amplio y significa: conocimiento,
práctica, doctrina, erudición. Esta concepción latina de ciencia concuerda con el
significado del origen de su raíz, el verbo latino Scio que se deriva a su vez del griego
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2. CARACTERÍSTICAS DE LA CIENCIA
Ciencia es un sistema de conocimientos socialmente significativos, de validez nunca
definitiva y siempre refutable, que explica parcialmente fenómenos y hechos del mundo
objetivo, bajo condiciones de una racionalidad consistente, a fin de establecer
relaciones de dependencia entre objetos reales e ideales o sus características,
mediante conceptos, hipótesis y teorías, que verificadas a través de métodos y
técnicas, constituyen leyes científicas útiles para la predicción.
a. Sistema de conocimientos
La ciencia no es un montón de informaciones desperdigadas o conocimientos
sueltos; sino proposiciones que enuncian contenidos cognoscitivos y se refieren
a relaciones de dependencia entre objetos o sus aspectos, de modo tal que si
ocurre un cambio o modificación de esas partes o relaciones, se modifican
también sus referencias y la estructura total del sistema científico.
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3. DISTINCIONES FUNDAMENTALES
Otra ambigüedad frecuente es la que se da entre ciencia básica, ciencia aplicada y tecnología. Aclaremos
estos conceptos.
A. Ciencia básica (teórica, pura)
La ciencia básica, tradicionalmente llamada ciencia pura, se caracteriza por tener como objetivo,
como único intento, el de enriquecer el conocimiento. El científico básico trabaja teniendo como meta
el conocimiento por sí mismo, sin miras utilitarias.
Ejemplo:
Sea un físico estudiando las interacciones entre la luz y los electrones, particularmente el efecto
fotoeléctrico, principio de la célula voltaica. Este investigador está haciendo ciencia básica o pura si lo
único que se propone es enriquecer el conocimiento humano sobre las interacciones entre la luz y la
materia. Busca nuevos conocimientos generales (= interacción de la luz y de la materia).
B. Ciencia aplicada (experimental)
La ciencia aplicada es la que se hace utilizando la investigación básica y buscando nuevos
conocimientos en vista de posibles aplicaciones prácticas. No es necesario que el investigador
emprenda ninguna investigación técnica. El científico aplicado trabaja teniendo como meta el
conocimiento con fines utilitarios.
Ejemplo
Sea otro físico estudiando la actividad fotoeléctrica de ciertas sustancias particularmente sensibles
con el fin de comprender mejor cómo funcionan las células fotoeléctricas, lo que podrá servir para
fabricar dispositivos fotoeléctricos más eficaces. Sin duda, este investigador está haciendo ciencia
aplicada. Busca nuevos conocimientos especiales (= interacción de la luz de ciertos colores y la
materia en cierta clase).
CUADRO COMPARATIVO
La relación anterior, referente a varias clasificaciones de las ciencias, nos hace ver la
diversidad de ellas que sería más notoria si se presentarán todas las registradas a
través del tiempo, es decir, de la historia de la filosofía y de la ciencia. Además, nos
señala la Problemática surgida a propósito de lograr una clasificación lo más completa
de las ciencias, muchas de las cuáles han apreciado en pleno siglo XX.
Consideramos que, para el objetivo del curso de filosofía de las ciencias o
Epistemología, podemos quedarnos con la clasificación abierta de Mario Bunge la cual
establece:
A. Ciencias Formales:
La palabra formales deriva de formal y ésta de forma. Los griegos, entre ellos Platón,
consideraron la existencia de una forma interna captable sólo por la mente. Platón,
por eso, a la forma interna la denomino idea, por lo mismo, las ideas de “redondo” y
de “círculo” tienen carácter inteligible, mental y no sensible, sensorial.
Si la forma equivales a la idea, las ciencias consideradas formales son ciencias
ideales como la matemática y la lógica que se ocupan de los “objetos ideales”.
Los objetos ideales poseen las siguientes peculiaridades que constituyen las
llamadas “categorías ónticas”
a. El Ser.- Porque los objetos ideales son, tienen ser. Objetos circulares hay
muchos, pero todos, si son circulares, tienen la característica de que los
puntos ubicados en su perímetro equidistan del centro. La idea de esa figura
que se llama círculo no es algo real, es ideal. Lo mismo sucede con la idea de
hombre que es algo ideal distinta a cada uno de los hombres o todos los
hombres reales que existen
b. La Intemporalidad.- Los objetos ideales “no nacen en el tiempo, ni parecen
en el tiempo, ni se transforman a lo largo del tiempo”. Son fuera del tiempo,
pues tienen carácter intemporal. El círculo, el cuadro, el triángulo al ser
ideales, cuando no haya hombre o sujeto que los piense, seguirían siendo,
habiendo, aunque no puedan ser aprehendidos.
c. La Idealidad.- Las variaciones de las cosas en el mundo de las cosas reales
u objetos reales supone que estos se suceden unos a otros; los hechos de
conciencia se suceden unos a otros en la conciencia; los hechos físicos se
suceden, igualmente, unos a otros. Esta sucesión se explica por la
causalidad.
Los objetos ideales no se causan unos a otros; “el punto no causa la línea; la línea
no causa el triángulo; ni el círculo causa la esfera, si no que esos objetos ideales son
unos con relación a los otros en una conexión que no es casual, sino que es la de
implicarse idealmente, como la conclusión está implicada en la premisa de un
silogismo. Esa implicación es lo que llamamos idealidad”. La idealidad se opone a la
realidad que corresponde a los objetos reales, a las cosas, por el hecho de que
realidad deriva de RES que equivale a cosa e idealidad deriva de IDEA que no es
res o cosa real.
Los objetos ideales conforman tres grupos: las relaciones, los objetos matemáticos y
las esencias. Como la lógica se relaciona con la matemática y las esencias. Como la
lógica se relaciona con la matemática (inclusive hay una lógica matemática) por la
deducción imperante en ambas, la matemática y la lógica son ciencias ideales o
ciencias formales ya que idea equivale a forma.
B. Ciencias Factuales:
La palabra factuales deriva de factual y está de facto que significa hecho. Por
consiguiente, las ciencias factuales son ciencias que se ocupan de hechos
pertenecientes al campo físico general, al psíquico y al cultural. Y, de acuerdo al
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planteamiento anterior, estas ciencias tienen que ver con los objetos reales que
poseen las siguientes características o “categorías ónticas”:
a. El Ser.- El mundo de las cosas reales posee el ser por que todo en él es. Es
el mundo con el que me enfrento durante toda mi vida. El mundo que esta
ahí, a mi alcance sensorial: que miro, que toco, que oigo, que huelo; que
manipulo, sobre el que actúo, siento y pienso. Es el mundo manual que está a
la mano, como dice Heidegger; que me rodea y, por ello, es mi mundo
circulante.
b. Realidad.- Ese mundo que tiene ser no es un mundo imaginado o un mundo
ideal, es un mundo que supone realidad que es real (res en latín es cosa); un
mundo de cosas que por ser tales son reales, objetivas, externas a mi
conciencia o interna si se trata de aigo psíquico.
c. Temporalidad.- Las cosas que tienen ser y que son reales están sometidas
al tiempo, es decir, poseen un ser que “comienza a ser, que está siendo y que
deja de ser”. Las cosas no estaban, están y pueden dejar de estar. En el
mundo de los objetos reales la temporalidad se hace patente ya sea como
pasado, presente y futuro.
d. Causalidad.- Las cosas cambian, se transforman, se suceden unas a otras
en una secuencia causal, es decir, están regidas por la causalidad. Ese
mundo cambiante es susceptible de ser inteligible, reductible a leyes,
cognoscible.
Estas son “en conjunto cuatro categorías ónticas fundamentales en las cuáles se
expresa la estructura de esta región de la objetividad” que corresponde a los objetos
reales, a los hechos fácticos, al mundo factual.
Es necesario considerar la posibilidad de dividir los objetos de este mundo que es,
que tiene realidad, que es temporal y que supone casualidad, en dos grandes
grupos: el de los objetos físicos y el de los objetos psíquicos.
Los objetos físicos poseen las cuatro categorías ónticas citadas y, añaden otra: la
espacial, porque son espaciales. En cambio los no en el espacio. El espacio es “una
categoría regional de lo físico”. Si dentro de lo físico distinguimos lo químico, lo
biológico, podemos encontrar categorías ónticas propias, por ejemplo, la finalidad en
la biología.
Hasta ahora hemos considerado en el mundo de los objetos reales, dos grupos: el
de los objetos físicos y el de los objetos psíquicos. Sin embargo, Mario Bunge
presenta un diagrama según el cual la ciencia formal corresponde a la lógica y la
Matemática, la ciencia factual corresponde a las ciencias naturales (física, Química,
Biología y Psicología Individual) y, a las ciencias culturales (psicología Social,
Sociología, Economía, Ciencia Política, Historia Material e Historia de las ideas).
Según eso, “la lógica y la Matemática son ciencias formales: no se refieren a nada
que se encuentren en la realidad”, son
ciencias de ideas. “La Física y la Psicología
se encuentran en cambio entre las ciencias
factuales….y son ciencias de hechos”
como las ciencias culturales, Economía y
Sociología por ejemplo.
EL SISTEMA DE LA CIENCIA
Según Hegel
El sistema científico consiste en conseguir
resultados utilizando métodos de
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UTILIDAD DE LA CIENCIA
Los usos, aplicaciones y productos indirectos de la ciencia son múltiples (su producto
directo, sin duda, es el conocimiento). Pero puede decirse, en general, que la ciencia
sirve para cuatro cosas: clasificar, explicar, predecir y controlar.
Clasificar es un primer paso para entender esta utilidad. Da orden a lo que
observamos, y nos permite ver con más profundidad. Al describir un sistema y clasificar
sus componentes, descubrimos relaciones entre ellos que no eran apreciables a simple
vista. Aunque describir, catalogar, enumerar y ordenar no son las actividades centrales
de la ciencia, sí son pasos necesarios para iniciar el estudio de la naturaleza. (Y en
muchos casos es todo lo que se puede hacer, al menos por un tiempo, cuando se
abordan sistemas novedosos: si descubriéramos vida extraterrestre, por ejemplo,
seguramente tendría que pasar un tiempo antes de que lográramos trascender esta
primera etapa.)
Un segundo nivel se logra cuando, además de tener claro qué es lo que hay ahí
logramos también explicarlo. Aquí estamos ante lo que tradicionalmente se considera
esencial en la actividad científica: la generación (y posterior puesta a prueba) de
hipótesis que permitan darle sentido a lo observado: comprenderlo.
Pero así como la actividad científica no termina al describir y clasificar un sistema,
también puede llegar mucho más allá de simplemente explicarlo. Cuando el estudio
científico ha producido una descripción y una explicación suficientemente detalladas,
que nos permitan comprender con profundidad un sistema, su estructura y su
funcionamiento, se hace posible predecir cómo se comportará. Para ello, se generan
modelos más o menos detallados que pueden ir desde simples metáforas hasta
modelos mecánicos, matemáticos o incluso simulaciones computarizadas muy
precisas. Por supuesto, la eficacia de estas herramientas de predicción también se
somete a prueba, proceso que permite irlas refinando.
Y si el potencial asombroso de la ciencia se manifiesta cuando genera conocimiento de
lo que todavía no sucede, esta capacidad se concreta cuando tal conocimiento se
aplica para no sólo saber qué sucederá, sino para modificar tal destino. El conocimiento
científico, al aplicarse, nos permite controlar los sistemas en estudio, alterando su
comportamiento. Es aquí cuando la actividad de hacer ciencia, que muchos conciben
como pura y desligada de los problemas cotidianos, adquiere con más claridad una
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LO QUE NO ES CIENCIA
1Entendemos de manera general la experimentación no como método de recreación científica sino como
acercamiento fáctico a la realidad sensible.
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Pero el disfraz más peligroso de las formas no científicas del pensamiento son las
pseudociencias unida a algunos charlatanes, artistas del verbo que la difunden. En la
conciencia popular ello se confunde a menudo con ciencia. Exploremos un poco más
estos disfraces.
¿Qué caracteriza a las pseudociencias?
Muchas actividades humanas tratan de recoger los frutos del éxito de la ciencia;
algunas de ellas lo hacen tratando de capturar solo algo de la aureola que rodea al
método científico. Muchos de estos intentos son claramente anticientíficos o no
científicos disfrazados de ciencia y los llamaremos pseudociencias. Basándome en los
artículos “pseudociencia y cultura de masas” de J. Medin y E. Núñez, publicado en
Milenio, 9-32 y “Los principios de la ciencia falsa” por J. Torres, también en Milenio, 61-
70, de la Universidad de Puerto Rico, publicados en el 2001, presentaré a continuación
una lista reducida, pero representativa, de las características de la pseudociencia:
1. La ausencia de falsación o la construcción de hipótesis irrefutables. Este es el
caso entre muchos parapsicólogos, quienes pretenden que las facultades
extrasensoriales solo pueden ser observadas si las personas presentes creen en
ellas. Por ello no es posible realizar una prueba experimental que demuestre la
veracidad de tales facultades.
2. La búsqueda de la verdad examinando textos sagrados. Si se supone que u
texto como la Biblia o las tablas astrológicas, es verdadero sin recurso de
falsación, entonces todas las conclusiones extraídas del análisis de este texto no
son falseables. Esta característica es común entre los seguidores irracionales de
grandes pensadores y científicos. Algunas escuelas de psicoanálisis,
homeópatas, astrólogos, marxistas, keynesianos, darwinistas, aristotélicos y
muchos otros, extraen su sabiduría del fundador de la respectiva disciplina,
quien pudo haber aplicado el método científico, pero la aceptación acrítica e
irracional de estos textos hace que sus seguidores no sean científicos.
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heurística tan poderosa. Con dificultad podría llamarse ciencia a una actividad
humana que no muestre tal progreso.
11. La irracionalidad. La falta del pensamiento lógico, dificultas en establecer
cadenas de causación y descuido en la construcción de modelos mentales
coherentes contribuyen a menudo a la pseudociencia.
12. Confundir método con ciencia. Tampoco es ciencia ceñirse a un marco
metodológico específico y calificar como no científico a todo enfoque de la
realidad que no entre en ese marco.