1) Los terapeutas a menudo desarrollan mayor compasión y flexibilidad emocional al presenciar el sufrimiento de sus clientes, pero también pueden sufrir "sufrimiento vicario" al cargar con la responsabilidad de fomentar la esperanza en los clientes.
2) La persona y vida personal del terapeuta influyen en el proceso terapéutico. Los terapeutas experimentan ansiedad, depresión y soledad pero también enriquecimiento personal a través del desarrollo espiritual y el cuidado propio.
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2.11 Psicoterapia constructiva una guia practica. Mahoney.pdf
1) Los terapeutas a menudo desarrollan mayor compasión y flexibilidad emocional al presenciar el sufrimiento de sus clientes, pero también pueden sufrir "sufrimiento vicario" al cargar con la responsabilidad de fomentar la esperanza en los clientes.
2) La persona y vida personal del terapeuta influyen en el proceso terapéutico. Los terapeutas experimentan ansiedad, depresión y soledad pero también enriquecimiento personal a través del desarrollo espiritual y el cuidado propio.
1) Los terapeutas a menudo desarrollan mayor compasión y flexibilidad emocional al presenciar el sufrimiento de sus clientes, pero también pueden sufrir "sufrimiento vicario" al cargar con la responsabilidad de fomentar la esperanza en los clientes.
2) La persona y vida personal del terapeuta influyen en el proceso terapéutico. Los terapeutas experimentan ansiedad, depresión y soledad pero también enriquecimiento personal a través del desarrollo espiritual y el cuidado propio.
Milton Erickson solía decir: “mi voz te acompañará”. Su voz acompañaba. Lo que no decía es que la voz de los clientes también nos acompaña. Llegamos a insensibilizarnos ante el sufrimiento? Los terapautas suelen informar que son mas compasivos gracias a todo el sufrimiento que han presenciado. De hecho aquellos terapeutas que se abren lo suficiente a la interacción emocional que impregna la psicoterapia también parecen desarrollar una flexibilidad emocional amor y un nivel de comodidad más elevado frente a todo el espectro de emociones. Existe una paradoja de este sufrimiento vicario, se podría denominar la paradoja de la lucha de la esperanza desde el sufrimiento. Somos protectores de la esperanza sancionados socialmente. Cargamos profesionalmente con la responsabilidad de fomentar que el cliente mantendrá un fe. Tenemos que ayudar a los clientes a soportar su sufrimiento personal, a tener confianza en que este sufrimiento irá desapareciendo, a creer que son personas valiosas y viables y a que su vida merece la pena ser vivida.
La persona y la vida personal del terapeuta
La descripción más negativa define al terapeuta como un voyeur intrínsecamente neurótico. Entre el terapeuta como gurú y el super terapeuta se encuentra el sanador de los heridos. El terapeuta medio,con un buen funcionamento, sufre la mayoría de los problemas que cualquier otro ser humano. La ansiedad es habitual y la ansiedad aguda puede predominar en los primeros años del ejercicio profesional. La depresión también es frecuente. Los sentimientos de soledad son comunes, quizá por estar aislado en la intimidad durante una gran parte de dia. Los terapeutas no aportan únicamente teoria, conocimiento o técnica al proceso terapéutico, también aportan su propio estilo, su presencia y su corazón. Por tanto, no deberia sorprendernos que la persona del terapeauta sea la segunda dimension mas importante, despues de las variables del cliente, para predecir el resultado de la psicoterapia.
La vida personal de un terapeuta.
5 aspectos a resaltar: 1) La psicoterapia es un reto extremadamente difícil y complejo tanto para el terapeuta como para el cliente 2) El terapeuta cambia, al menos en la misma medida que el cliente, durante el proceso psicoterapéutico. 3) Muchos terapeutas soportan el peso de una expectativa que dicen que deben ser extraordinariamente felices, iluminados o sabios para ser profesionales legítimos. 4) El cuidado propio, la compasión por uno mismo, es esencial para el bienestar personal y para las responsabilidades profesionales de los psicoterapeutas. 5) La terapia personal y la práctica espiritual pueden ser recursos inestimables para nuestra evolución El cuidado propio del terapeuta Nuestro trabajo nos exige constantemente que evolucionemos de formas y en momentos que no podríamos haber anticipado o que no habríamos elegido. La lección más fiable que se puede aprender en las profesiones relacionadas con el cuidado es que el equilibrio y el intercambio son esenciales. Es necesario cuidarse a uno mismo. No solo para garantizar la calidad de nuestro trabajo con los clientes. También es necesario cuidarnos porque merecemos disfrutar de nuestra vida personal. El cuidado de uno mismo es una cuestión delicada. Si no tenemos cuidado, el cuidado propio se puede convertir en otro punto de la larga lista diaria de cosas para hacer. El cuidado propio es una actitud de competencia que es necesario poner en práctica durante todo el dia. Es liberar la respiración al notar tensión muscular. Es la satisfacción de un impulso para relajarse y disfrutar.
Desarrollo personal y espiritual
Cuando pregunto a los terapeutas cómo ha afectado en su vida esta profesión la mayoría de ellos enfatizan los aspectos de enriquecimiento por encima de los de deterioro. La diferencia entre los efectos positivos y negativos aumenta generalmente con los años de experiencia como psicoterapeua. La orientación teórica no parece relevante. Con frecuencia los terapeutas aseguran que su propio desarrollo psicológico se ha visto acelerado gracias a su trabajo y que independientemente de su trasfondo religioso o de sus creencias sienten su trabajo como una forma de servicio espiritual
Los desafíos de ejercer de forma constructiva
Ser psicoterapeuta es un reto complejo. Ser psicoterapueuta constructivo es todavia más. El constructivismo es un enfoque no autoritario en el que la apertura y el conocimiento relacionado son primordiales. Es necesario honrar la individualidad y la diversidad. Un terapeuta constructivo reconoce que no puede ser neutral, objetivo e impasible. El terapeuta constructivo también es consciente de las limitaciones de su propio conocimiento. Los terapeutas que ejercen desde una metateoría constructiva en pocas ocasiones venden mapas o son partidarios de un destino concreto. Lo que distingue a los constructivistas de otro tipo de terapeutas es su disposición para unirse temporalmente al viaje de sus clientes. Un terapeuta constructivo respeta la necesidad de descanso del cliente, así como su necesidad ocasional de correr. Es compasivo y ofrece consuelo cuando el cliente se siente asustado o ha perdido la esperanza. Si un cliente siente que no puede moverse por sí mismo, está dispuesto a esperar o a sostener algunas de las cargas del cliente durante un tiempo. Pero el control del movimiento y la responsabilidad de elegir la dirección siempre vuelven al cliente. El terapeuta constructivo se esfuerza por reducir los peligros cuando puede o por minimizar los daños derivados de las acciones que ha producido el sufrimiento en el cliente. Y cuando es el momento el terapeuta constructivo y el cliente toman caminos vitales y los dos se han enriquecido. La formación como psicoterapeuta suele resaltar la importancia de los límites. El énfasis se pone en la distancia y en la diferencia entre el terapeuta y cliente, y entre sus roles. Pero los limites tambien son áreas de unión.