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IlinVillaci

IlinVillaci

Paradise Summerland

Mew Rincone
Logan Mitchell es un hombre que siempre ha estado más que feliz de tomar lo que
quiere. Es una filosofía que ha demostrado ser muy lucrativa en su vida profesional y
personal, y nunca fue más evidente que la noche en que puso sus ojos en Tate Morrison.
Después de sacar toda su artillería y lograr convencer al camarero sexy para que le diera
una oportunidad… Logan, está enganchado.

Ahora, Logan se encuentra en una situación que exige más de él que una respuesta
inteligente y su capacidad innata de alejarse cuando las cosas se ponen demasiado
profundas.

Él tiene solo una opción, y ésta lo obligará a hacer algo que nunca ha hecho antes:
arriesgarse... tomar el riesgo.

Tate Morrison sabe todo sobre tomar un riesgo. Tomó la mayor de su vida la
noche que apareció en el apartamento de Logan para explorar su inesperada reacción
ante aquel hombre.

Desde entonces, no ha pensado en otra cosa.


Al principio estaba convencido de que su atracción se basaba únicamente en la
curiosidad de su cuerpo. Pero cuanto más tiempo pasa con el abogado de lengua
elocuente, más Tate se da cuenta de que su química física es sólo el comienzo.

Está empezando a echar un vistazo a lo que sería su vida con Logan, y es una
llena de emoción y satisfacción, muy lejos de lo que había tenido en el pasado con su
prontamente ex esposa.

Cada hombre se enfrentará a sus miedos a medida que comienzan a comprender el


verdadero significado de dar y tomar. Sus sentimientos por los demás serán probados, al
igual que sus propias creencias. Pero ahora que han encontrado el amor donde menos lo
esperaban, ¿serán lo suficientemente valientes como para alcanzarlo y tomarlo?
Para Logan,

Porque a tu alrededor, todo lo que quiero hacer es dejarme llevar sin pensar.

-Tate
Cuando Logan despertó en una habitación distinta a la suya, era por lo general por
una de dos razones. Ya sea que había bebido demasiado y se había ido a casa con
alguien que no debería haberlo hecho, o que deliberadamente había ido a casa con
alguien, que cogió su cerebro y lo hizo volar, y se había encontrado demasiado cansado
para arrastrarse hacia fuera en la madrugada. Pero ninguna de estas dos razones aplicaba
para esta mañana mientras estaba sentado en el sofá de dos plazas pequeña junto a la
ventana.

No. La razón por la que todavía estaba allí era simple —o tal vez no era tan
simple en absoluto. Tate Morrison. El sol comenzaba a subir y deslizarse a través de las
cortinas, fluyendo a través de la piel en tonos miel de la espalda de Tate. Logan tenía el
intenso deseo de subir a la cama, besar todo el camino hasta la columna vertebral de
Tate, y luego acariciar con su nariz por debajo de aquellos rizos castaños que amaba.

¿Espera… amor?

Pero él no se movió. En su lugar, vestido sólo con sus pantalones de trabajo, se


quedó dónde estaba, paralizado por sus propios pensamientos, y observó a Tate donde
yacía entre las sábanas blancas, durmiendo tranquilamente.

La noche anterior había cambiado la dinámica entre ellos dos, y Logan sabía que
había decisiones—grandes decisiones—que debían ser tomadas.

Frotándose los dedos a lo largo de su mandíbula, se encontró sonriendo. Tate


Morrison, ¿De dónde diablos has salido?

A medida que el pensamiento entró en su mente, las piernas de Tate se movieron


bajo la sábana, y giró la cabeza en la almohada por lo cual su cara estaba ahora en
dirección hacia Logan. Seguía con los ojos cerrados, pero Logan sabía que no pasaría
mucho tiempo antes de que él despertara, por lo que se tomó un rato para reflexionar de
verdad. Tate se las había arreglado para hacerlo cambiar su forma de pensar acerca de
las relaciones. Así que era hora de hacer a un lado las inseguridades y avanzar, si
realmente quería hacer suyo a Tate.
Un cálido Tate, abrió sus ojos marrones y se encontraron con los suyos, Logan se
encontraba de pie y limpio el sudor de las palmas de sus manos en sus pantalones. Se
dirigió hacia un lado de la cama y se puso en cuclillas para poder estar más cerca del
hombre somnoliento que estaba mirándolo fijamente. Extendiendo la mano, dejó de
lado un rizo errante y se inclinó, tocando con su boca el oído de Tate.

—Llama a tu madre. Dile que habrá una persona extra el domingo.

Tate rodó sobre su espalda y estiró los brazos por encima de su cabeza antes de
incorporarse, por lo que estuvieron cara a cara con sólo pulgadas que los separaban.

—¿Estás seguro?

Logan negó con la cabeza y puso sus manos sobre la cama. Él apretó los labios
contra los de Tate y luego se echó a reír.

—Mierda, no. Pero voy a estar allí… para ti.

—No te alarmes —Tate comenzó, tocando el botón desabrochado de los


pantalones de Logan—. Pero casi suenas como un novio de verdad.

Logan lo empujó hacia adelante, y volvieron a pegar sus labios mientras Tate
bajaba de nuevo al colchón.

—Imagínate eso.

Sintió la mano de Tate suave alrededor de su culo mientras asentía.

—Sí. Excepto que el Logan que yo conozco sé de seguro como el infierno que no
estaría en mi cama con los pantalones puestos.

Retrocediendo hasta quedar de rodillas, Logan abrió la cremallera de sus


pantalones lentamente mientras sostenía la mirada ávida de Tate, y cuando retrocedió
fuera de la cama para que cayeran al suelo, Tate quito de una patada la sábana que
cubría su cuerpo desnudo. El gemido que salió de la garganta de Logan no podía
evitarse mientras se movía hacia abajo entre los muslos de Tate y supo en ese
momento—que con este hombre, lo quería todo.

Todo lo que una vez había soñado estaba justo allí a su alcance. Todo lo que tenía
que hacer era extender la mano y tomarlo.

** *
Más tarde esa mañana, Logan salió del ascensor y se abrió paso a través del
vestíbulo de mármol del piso de Mitchell y Madison.

—Buenos días, Sr. Mitchell —la recepcionista lo saludó alegre.

—Buenos días, Tiffany.

Con su maletín en una mano, se encontró silbando mientras empujaba a través de


las puertas dobles de cristal grande. Estaba de un humor fantástico.

—Oh, Dios. Aquí estás.

Cole.

Ni siquiera un pie en la puerta y ya su hermano y socio tenía una expresión en su


rostro que no presagiaba nada bueno para él.

—Buenos días a ti también, Cole —Logan respondió mientras caminaba entre


varios escritorios y se detuvo frente a Sherry.

—Buenos días, Sr. Mitchell.

—Es una increíble mañana, ¿no es así, Sherry? ¿Sería posible darle la
información? —señaló a su hermano—. Creo que se la está perdiendo.

Él sonrió a su asistente legal de mediana edad cuando tomó los sobres que estaba
sosteniendo.

Sin molestarse en preguntarle a Cole lo que quería, Logan se dio la vuelta y abrió
la puerta de su oficina, dando un paso alrededor del hombre formidable. Él entró y dejó
el maletín sobre la mesa y luego se desabrochó la chaqueta del traje gris, se encogió
fuera de él, y lo colgó en su perchero.

—Tenemos que hablar —Cole por fin habló.

—Bueno, sí, lo deduje ya que estás revoloteando por aquí.

Logan se volvió para ver a Cole caminando lentamente hacia el centro de la


oficina, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Por el amor de Dios, Cole. Escúpelo ya.

—Recibí una llamada esta mañana.


Apenas pudo resistir el impulso de poner los ojos en blanco, Logan sacó los
papeles que necesitaba y luego coloco el maletín en el suelo antes de sentarse. Con los
brazos sobre la mesa, él juntó las manos y no tan pacientemente esperó.

—¿Y?

—Fue de parte de la Señora Cline, llamo para retirar su caso de este bufete.

Logan miró a Cole, impasible ante el anuncio.

Dejando escapar una respiración profunda, Cole se sentó en la silla frente a él y


apoyó el tobillo hacia arriba en la rodilla.

—La ex esposa de Tate.

La sola mención del nombre de Tate, puso a toda velocidad los latidos del corazón
de Logan.

—Yo sé quién es ella.

Dios, sólo recordar la expresión de su cara esta mañana cuando él le había dicho
que se reuniría con su familia.

—¿Hola? —Cole hizo un gesto con la mano alrededor—. Tierra de Logan ¿Estás
escuchándome?

—En realidad no —admitió Logan, ocupado pensando en el próximo domingo—.


¿Tú crees que soy una persona, que cae bien a otras personas?

—¿Disculpa? Te acabo de decir que Diana Cline, la ex de tu novio, ha llamado


para retirar su caso con nosotros y ¿eso es lo que me preguntas?

Logan piensa en lo dicho por Cole con los labios apretados y una expresión seria.

—Como si no supiéramos que eso se veía venir. Deja que retire el caso. Buena
puta hasta nunca, digo. Y él no es mi…

—¿Novio?

—Sí. No estamos utilizando etiquetas. Esas hacen todo tan...

—¿Real? —Cole aventuró una conjetura cuando se tocó la rodilla.

—Complicado —Logan fue rápido para corregirlo


—Lo que sea. Tate tendrá que pasar por toda esta mierda de nuevo, y esta vez, ella
definitivamente va a mencionar que ustedes dos están juntos.

—¿Y qué carajo? Estábamos juntos después de los hechos, no antes. Aunque,
seamos sinceros, nunca habría tenido una oportunidad contra mí. Tengo mi cabeza muy
bien puesta.

Cole frunció el ceño, pero no dijo nada. Logan pensó en la mujer engreída del día
anterior. Eso, por supuesto, le hizo pensar en la hermana de Tate y su reacción, y sintió
que le corría un escalofrío por la columna vertebral.

—Entonces... ¿Dirías que soy una persona que le agrada a la gente?

Levantando una mano, su hermano se rascó un lado de su cabeza y finalmente


sonrió.

—Se trata de conocer a la familia de Tate, ¿no es así?

Balanceándose hacia atrás en su silla, Logan dio unos golpecitos con los dedos
sobre su brazo.

—Sólo tienes que responder la pregunta.

—Contesta la mía.

—Yo pregunté primero, y mi pregunta es más importante.

Cole lo estudió por un momento.

—¿Eres una persona agradable para otras personas? A veces.

Viniendo hacia adelante en su silla, Logan cuestionó:

—¿Qué demonios significa eso?

—Eso significa que a veces puedes ser muy encantador.

Logan sintió que su móvil vibraba en el bolsillo. Empujando su mano en el


interior, lo sacó para ver el nombre de Tate en la pantalla.

—Puedes irte ahora —dijo al responder el teléfono y se lo llevó a la oreja. Luego


añadió—: No fuiste en absoluto de ninguna ayuda ¡Gracias por eso!

Cole abrió la puerta y dio una ola displicente con la mano.


—De la misma manera como tú no lo fuiste con mi problema. Que tengas un buen
día, hermano.

—Sí, sí. Lo que sea, idiota.

* **

Dos horas.

Habían pasado dos horas desde que Logan había dejado su cama y Tate ya lo
echaba de menos. ¿Cómo era eso posible?

Ese abogado arrogante, con boca inteligente se había abierto camino en la vida de
Tate y logrado tomar posesión de su corazón—que en la actualidad martilleaba como un
taladro en su pecho ante la idea de hablar con él.

¿Por qué estoy tan jodidamente nervioso?

No era como si ésta era la primera vez que había hablado con Logan hoy. Ni
siquiera era la primera vez que habían despertado en la misma cama. Era, sin embargo,
la primera vez que estaban reconociendo que las cosas estaban cambiando, sobre todo
de forma muy espectacular desde que Logan había acordado encontrarse con su familia.

La noche anterior había sido... increíble. Logan había sido increíble. Había estado
tan controlado y suave pero luego feroz y apasionado cuando le había dicho que estaba
listo para más. Logan había tomado de Tate, todo lo que Tate había temido entregar, y
lo hizo aceptable. De hecho, Logan lo había dejado deseando más.

Tate ni siquiera podía empezar a explicar a Logan cómo se sentía, por lo tanto se
tendió en la cama, recordando la forma en como se habían enrollado el uno alrededor
del otro en la misma cama hacía tan sólo un par de horas. Ahora, él se quedaba entre las
sabanas vacías que olían a Logan, y él tenía una furiosa erección que era un recordatorio
punzante de lo mucho que el chico había calado en él.

Alcanzando el otro lado de la mesa de noche, él levantó su celular y marcó el


número de Logan, necesitando oír su voz. Después de varios timbres, el teléfono
conectó y oyó: "No fuiste en absoluto de ninguna ayuda ¡Gracias por eso!" Y se
encontró sonriendo.

—¿Y qué es exactamente en lo que necesita ayuda a horas tan tempranas de la


mañana, Sr. Mitchell?
Tate podía imaginar la expresión humorística en la cara de Logan cuando su
profunda voz filtraba a través del teléfono.

—Bien, bien. Mira que por fin te despertaste… otra vez.

Apoyándose en la cabecera de su cama, Tate se pasó una mano por el pelo.

—Estaba despierto cuando saliste sigilosamente esta mañana.

—No lo hice sigilosamente. Pensé que podrías necesitar un poco de sueño


adicional para recuperarte.

Los labios de Tate temblaron mientras trataba de contener una carcajada.

—¿Estás tratando de decir que no puedo seguirte el ritmo?

—¿Estás tratando de decir que si puedes? Porque si es así, no cabe duda que
deberíamos probar esa declaración esta noche.

La voz de Logan era suave. Tan suave que se posó sobre él como una brisa, y Tate
se deslizó hacia abajo debajo de la sábana.

—Sabes que eres más viejo que yo, ¿verdad?

Bromeó, sintiéndose más a gusto ahora que estaban de nuevo en sus


conversaciones habituales.

—¿Lo soy? ¿Y cómo lo sabes?

—Vi tu licencia de conducir en el mostrador, el otro día, viejo.

Logan se rio entre dientes, y Tate se rindió y se rio junto con él.

—¿Así que, qué edad tienes? Puesto que piensas que soy prácticamente un
anciano...

—Treinta y cuatro es apenas viejo. Excepto para alguien en sus veinte algo... —
señaló.

La línea quedó en silencio, y luego Logan dijo:

—Por favor, dime que eres mayor de veinticinco años.

—¿Por qué? ¿Qué harías si no?


—Estaría entrando en shock para empezar —Logan le informó, sonando
sorprendido ya.

Era curioso que un tema como la edad nunca había surgido entre ellos antes, y él
estaba teniendo muchísima diversión con el hecho de que nunca se le había ocurrido
preguntar ese pequeño detalle a Logan.

—Tate —advirtió Logan, bajando la voz una octava o tres.

Tate no pudo evitar continuar con la tomadura de pelo. Además, él se estaba


distrayendo de asuntos más serios, como los dos mensajes de voz que ya estaban en su
teléfono esperándolo.

—Quiero decir, obviamente tengo más de veintiún años desde que puedo vender
alcohol. Y lo que hicimos anoche todavía sería legal, incluso si tan solo tuviese veintiún
años. Entonces, ¿por qué es importante?

—Tate.

—¿Sí, Logan?

—¿Cuántos años tienes? —prácticamente gruñó.

—Veintinueve. Cumpliré treinta el próximo mes.

Oyó un suspiro de alivio a través del teléfono.

—Hijo de puta.

Tate rompió a reír.

—¿Qué hubieras hecho si te hubiera dicho veintiuno?

—Quiero decirte que hubiese comenzado a caminar muy lejos de ti…

—Mierda —Tate intervino—. No puedes caminar lejos de mí tanto como yo no


puedo alejarme de ti.

Cuando Tate se dio cuenta de lo que acababa admitir, cerró la boca. Entonces la
voz de Logan lo rodeó en su habitación que ahora se sentía vacía.

—¿Tate?

Tragó saliva y colocó su palma sobre su pecho, tratando de calmar los latidos.
—¿Sí?

—Yo ni siquiera me detuvo a pensar qué edad tenías. Yo sólo tenía que tenerte.
Eso debería decírtelo todo.

* **

Jesús, era necesario que hablaran para conocerse mejor, lo anterior era una
llamada de atención. Estaba claro para Logan que era el momento para que los dos
empezaran a llegar a conocerse de verdad. Ni siquiera sabía qué edad tenía Tate. Eso era
jodidamente malo, incluso para él.

Había algo más pasando aquí en este momento, y Logan no era ningún tonto.
Podía decir por el tono de Tate que algo más estaba en su mente, y si fuera un hombre
de apuestas, habría supuesto que era…

—Acerca del Domingo... —Sí, que había acertado—. No quiero que vayas porque
te sientas obligado a hacerlo.

Como Tate se quedó en silencio, Logan volvió la silla de modo que estaba
mirando por la enorme ventana del piso al techo. No estaba seguro de lo que sentía con
esa última afirmación.

¿Sólo estoy yendo porque creo que tengo que hacerlo?

—Es decir, lo que hay entre nosotros es realmente nuevo, y yo estaba molesto
después de todo lo sucedido con Jill…

—¿Tate? —interrumpió Logan.

—¿Sí?

Logan se imaginó la seria mirada de Tate lo cual le pareció muy divertido y sintió
que un lado de su boca se levantaba en una sonrisa.

—¿Quieres que vaya contigo el domingo, sí o no?

Él sabía que si era directo con aquello el hombre en el otro extremo del teléfono
siempre sería brutalmente honesto, y Tate no lo defraudó.

—Sí. Te quiero allí.


La sonrisa que se extendía a través de la boca de Logan ante su propia admisión lo
sorprendió.

—Entonces, es allí donde estaré.

Como el silencio colgaba entre ellos, Logan pensó en el cambio en el estado de


ánimo de Tate. Él estaba ocupado pensando en el domingo, y se preguntó si esta
situación era demasiado para él. Podía oír su respiración y quería preguntarle si había
cualquier otra cosa en su cabeza, pero como siempre, Logan cayó de nuevo en su
costumbre cuando se sentía incómodo, utilizó el sarcasmo.

—Eso no significa que tenga que ir a la iglesia, ¿verdad?

La risa de Tate se hizo eco a través del teléfono, y el sonido alivió un poco su
mente.

—Cielo prohibido. ¿Logan Mitchell en una iglesia? Podría ser alcanzado por un
rayo. No me gustaría eso.

Logan asintió, coincidiendo con el sentimiento.

—Bueno, nunca he pretendido ser un ángel.

La risa retumbante de Tate continuó.

—No. Sin duda nunca lo has pretendido —Hizo una pausa y luego preguntó—:
¿No eres para nada religioso?

El quid de la cuestión era que Logan no lo era de ninguna manera, forma o


creencia religiosa, pero se preguntó cómo Tate, un buen chico católico, se sentiría al
respecto.

—Ahhh, aquí vienen las grandes preguntas. ¿Te das cuenta de que, hasta hace
sólo unos minutos, yo ni siquiera sabía qué edad tenías?

Logan oyó un golpe en la puerta de su oficina cuando Tate dijo:

—Y todavía no sabes mi verdadero nombre.

Sherry asomó la cabeza por la puerta, y Logan sintió que su boca caía abierta
mientras las palabras de Tate penetraron en su cerebro.

—¿Qué quiere decir con que no sé tú puto verdadero nombre?


—Justo lo que dije —declaró Tate de manera muy casual, y Logan podría decir
que se estaba divirtiendo a su costa—. Bueno, me ha cogido la tarde... me tengo que ir.

—¿Dónde tienes que ir? No te atrevas a colgar si tu…

Fue muy tarde. Tate o quién demonios estaba en el otro extremo del teléfono le
había colgado, dejándolo curioso y jodidamente confundido.

Fue sin duda una conversación donde empezaron a conocerse el uno al otro.

* **

Tate seguía estando muy divertido horas más tarde, pero cuando entró en el
trabajo y se dirigió a la parte trasera al mirar su móvil sintió como un puñetazo. Logan
había llamado una docena de veces y había dejado varios mensajes de textos, cada uno
sonando un poco más molesto que el anterior.

Logan: ¿Crees que eres muy gracioso, no?

Logan: ¿Por lo tanto, tú no eres TATE?

Logan: No duermo con personas cuyo nombre no sé. Estoy reformado. Tenga eso
en cuenta, Morrison.

Logan: ¿Dónde diablos estás?

Tate sabía que en cualquier momento Logan podría escapar de la oficina y estaría
en el bar para interrogarlo, y honestamente, él lo estaba esperando. Había tenido
demasiado tiempo para sentarse y pensar en la tormenta de mierda acontecida el día
anterior, y lo único que seguía volviendo a su recuerdo era la cara de disgustado de su
hermana.

Ver en el rostro de Logan así tenga estampado un gran enojo sería un alivio, por
no hablar de que había desarrollado la gran fantasía de poder ver a Logan
desenvolviéndose en el modo de abogado de manera real y completa.

Cuarenta minutos después estando en su turno en la barra, la puerta del After


Hours se abrió y Logan entró. Como había predicho, parecía irritado, y Tate podía
detectar el ceño fruncido a una milla de distancia. Los astutos ojos azules detrás de las
gafas escaneaban las mesas y sillas y a continuación, lo encontró de pie detrás de la
barra con su compañera de trabajo, Amelia.
—Oh, ten cuidado. Él no está feliz. ¿Qué has hecho? —La mujer hizo la
observación de manera burlona. Tate se volvió a Amelia con una sonrisa impenitente.

—No sé lo que quieres decir.

Una sonrisa se dibujó en la comisura de los labios de Tate, pero ella parecía
dudosa.

—Claro que no. ¿Debería irme? ¿O necesitas que te cubra?

Tate miró de nuevo a Logan que se abría camino con toda su musculatura a través
de los clientes y del piso de madera hacia ellos. Luego sacudió la cabeza.

—Nah. Yo lo puedo manejar.

—No tengo duda al respecto. Te dejaré con él, pero si me necesitas, solo grita.

Tate aceptó distraídamente mientras ella se alejaba, y Logan finalmente lo alcanzó


en el lado opuesto de la barra. La iluminación del After Hours era suave y baja, por lo
que el entorno se sentía acogedor y privado, y como Logan pudo mirar a través de él, la
otra palabra que vino a su mente fue... íntimo.

—Buenas noches —Tate comenzó, pero antes de que llegara más lejos, Logan
puso sus manos sobre la barra y ladeó la cabeza.

—Corta el rollo, Morrison.

—¿Morrison, eh? Esta es la segunda vez que me llamas así hoy. Tengo que decir,
que no estoy muy entusiasmado.

—Duro de mierda. Es así como te voy a llamar a partir de ahora. Al parecer, es la


única cosa que sé de ti que sé es una realidad. ¿Se te rompió el teléfono?

Tate estaba teniendo un momento difícil, esto parecía ser grave acorde a la
irritación en la cara de Logan.

—Estoy bastante seguro de que tenías acceso a mi archivo en tu oficina. Mi


nombre está escrito allí. ¿O se te olvidó, viejo? Y no, mi teléfono no está roto.

—¿Entonces, me estás ignorando? —Cuestionó Logan, entrecerrando los ojos—.


Además de insultarme.
—Nop. Estoy hablando contigo ahora, y te estoy indicando los hechos —Tate
espero algunos segundos y luego se inclinó un poco a través de la barra—. ¿Qué te
preocupa más? ¿Qué no sabías mi edad o mi nombre?

Logan lo analizó con la mirada, antes de acusarlo.

—Esto te divierte, ¿no es así?

—Tal vez un poco.

Sentándose en uno de los taburetes, Logan puso su teléfono en el mostrador.

—Está bien, entonces. Me parece justo. No me molesté en hacer muchas


preguntas, lo entiendo.

—Bueno, eso no es del todo cierto. Me hiciste un montón de preguntas. Pero ellas
por lo general sólo giraban en torno a conseguirme desnudo y en tu cama.

Logan levantó una mano agitadamente y se pasó los dedos por el pelo negro
azabache, moviendo la cabeza con incredulidad o disgusto, Tate no podía decir cuál.
Había querido jugar un rato con él, pero no molestarlo, por lo que Tate se inclinó sobre
la barra y colocó su mano sobre la de Logan.

—¡Ey!, sólo me estoy divirtiendo un poco contigo.

Así de fácil, las cosas cambiaron con una sonrisa sensual que dividió los labios de
Logan y él tiró de Tate hacia adelante a través de la barra, con una promesa en voz baja:

—Oh, yo sé cuándo alguien me está jodiendo. Pero hacia el final de esta noche,
me dirás tu nombre completo.

Tate sabía en ese momento que Logan ya no estaba enojado. Pero él fue desafiado
y molestado de una manera que Tate no podía recordar, y Tate no tenía ninguna duda de
que iba a ir a la guarida de Logan y que iba a terminar contándole todo lo que él quisiera
al final de la noche.

—Bueno, me gusta tu confianza, pero tengo que decirte que yo no voy a ir sin
luchar.

A medida que sus propias palabras resonaban en su cabeza y la frente de Logan se


levantaba, Tate fue golpeado con todas las consecuencias de lo que había dicho.

—Una pelea se puede arreglar si es eso lo que se necesitas.


Riendo ahora, Tate se apartó y preguntó directamente:

—¿Quieres una copa? Si no es así, ¿Puedes irte, por favor? Tengo trabajo y tú eres
una gran distracción.

—Sí, me voy. ¿Vendrás a mí después?

Tate se preguntó si la palabra sí había sido alguna vez más fácil de pronunciar
para él, y como Logan esperó su respuesta, sabía la respuesta a esa pregunta en
particular pero no se la dio. Él asintió con la cabeza y comenzó a alejarse, pero en el
último momento, se dio la vuelta para ver que todavía estaba siendo vigilado por detrás
de esas gafas sexy como el infierno y simplemente dijo:

—Sí.
Varias horas más tarde, unos golpes en la puerta del apartamento de Logan lo
despertaron. Al abrir los ojos, vio un comercial en TV para los implantes de pelo. Él
extendió la mano y se pasó los dedos por su propio cabello grueso, que de inmediato le
hicieron pensar en—toc, toc, toc—Los rizos de Tate.

Con un bostezo y estirando sus brazos, quitó sus pies de la mesa de centro de
cristal y se abrió paso a través de la sala de estar y por el pasillo hasta la puerta
principal. Mientras abría, vio a Tate de pie al otro lado con su mano levantada como si
estuviera a punto de golpear de nuevo.

Vestido sólo con sus gafas y pantalones de chándal grises, Logan mantuvo la
puerta entreabierta y se rascó el pecho desnudo. Su polla tembló por la forma en que los
ojos de Tate se arrastraron por toda su piel, pero antes de asumir la invitación en ellos,
él quería algo.

—¿Puedo ayudarle? —Preguntó, como si saludara a un extraño.

Con su casco de motocicleta roja en una mano y su chaqueta de cuero con la


cremallera abierta sobre su uniforme de After Hours, Tate se veía putamente caliente.
Su boca se curvó en una sonrisa pero no dio ningún paso adelante. Apoyó un hombro
contra la jamba de la puerta y continuó observándolo en silencio.

Logan podía sentir la sangre corriendo a su erección bajo el calor de la mirada de


Tate, pero en vez de hacer lo que quería que era estirarse para tocarlo, esperó. Se sentían
como minutos, en vez de segundos, antes de que Tate finalmente habló.

—No lo sé. Parece que tal vez podría ayudarle.

Logan se encogió de hombros con indiferencia y sacudió la cabeza.

—Puede ser, pero ya ves, no tomo ese tipo de ayuda de extraños. Ya no lo hago.

—Somos apenas extraños. Pero entonces, es posible que haya olvidado todos los
detalles sucios a su edad.

Gilipollas.
—Recuerdo todos los detalles, muchas gracias. Pero creo que puedes haber dejado
de decir algo importante mientras estabas ocupado haciendo cosas sucias.

La lengua de Tate se lamio el labio mientras se inclinaba hacia adelante y le hablo


confidentemente:

—Estoy bastante seguro de que no dejé de decir o hacer nada importante cada vez
que hemos estado juntos.

A medio camino entre la excitación y la frustración pura, Logan se derrumbó. No


había manera de llegar a ninguna parte cuando Tate estaba en modo calientapollas.

—Que te jodan, Morrison. Sólo dime tu maldito nombre.

—Adivina.

La ceja de Logan se levantó cuando Tate se empujó fuera de la jamba y dio un


paso hacia adelante. No se molestó en preguntar si podía entrar porque ya sabía que era
bien venido. El olor de la colonia y el cuero golpeó a Logan mientras cerraba la puerta y
observó a Tate avanzar hacia la sala de estar.

—Adivinar, ¿eh?

Mirando hacia atrás, Tate sonrió.

—Por supuesto. Adivina.

Logan se dirigió descalzo hacia el sofá en el que había estado antes y se sentó,
mientras Tate se quitaba la chaqueta.

—Harry.

Con su chaqueta en la mano, Tate se congeló.

—¿Me veo como un Harry?

—¿Cómo diablos voy a saberlo? Para mí te ves como un Tate —Logan hizo una
pausa y pasó sus ojos por el chaleco negro de Tate, su corbata y camisa blanca—. Mi
Tate.

Después de lanzar su chaqueta sobre el respaldo del sofá, Tate se sacó también sus
zapatos.

—No trates de ser encantador conmigo.


—¿Estás diciendo que soy encantador? —Logan cuestionado por segunda vez en
el día sobre su encanto, se giró en el sofá para mirar al hombre detrás de él.

—No. He dicho que no trates de serlo. No es justo. Lo haces mejor cuando estás
tranquilo y sin pretensiones.

Logan se burló.

—Sabelotodo.

Al desabrocharse el chaleco, Tate estuvo de acuerdo.

—Tal vez sea así, pero eso es mejor que ser un mudo, ¿no te parece?

—Está bien, está bien. Déjame pensar en el nombre que quiero gritar, mientras tú
eres…

—No termines la frase —Tate lo interrumpió.

Logan cerró los ojos y pensó en varios nombres, pero por su vida, que él no podía
recordar el nombre del archivo de Tate, y eso lo estaba molestando.

Cuando el sofá junto a él se hundió, giró la cabeza por lo que ahora estaba
mirando a los ojos expectantes y la barba de tres días que quería trazar con su lengua.

—Lo siento, me importa una mierda como te llamen los demás. Para mí, siempre
serás Tate.

Con la corbata y el chaleco eliminados, Tate se había deshecho de los dos


primeros botones de la camisa y se la sacó de la cintura de los pantalones
desabrochados.

—Me gusta eso —admitió mientras se acomodaba en el sofá y cerró los ojos,
vencido por el cansancio del turno.

Logan se recuperó de un gran bostezo, y tiró del brazo de Tate, atrayéndolo hacia
él y aprisionándolo contra su costado.

—¿Qué te gusta?

—Eso de que te importa una mierda lo que piensen los demás.

Logan comenzó a jugar con los rizos que cosquilleaban en su hombro.


—Mierda. Realmente me odiabas cuando nos conocimos.

—No, siempre me has gustado como eres.

—Simplemente no te gusta cuando lo aplico contigo —bromea Logan—. Está


bien, ¿qué pasa con David?"

Tate sacudió la cabeza.

—Nop. ¿Realmente no recuerdas?

Los ojos de Logan se estrecharon.

—Obviamente. ¿Qué hay de Lance, Blake, Todd?

—No, no y no. Venga. ¿De verdad crees que mi madre me llamaría Todd Tate?

Logan retorció sus dedos en las ondas de rizos que acariciaba y las apretó cuando
él bajó su boca a la Tate.

—Dime tú nombre —exigió.

A Logan le encantó la forma en la Tate le respondió, con los labios entreabiertos y


los ojos desafiantes.

—Oblígame.

Tate cayó sobre su espalda y Logan tomó ambos lados de su cara antes de bajar su
boca y presionar firmemente sus labios contra los suyos, trazando con su lengua a través
de las comisuras de su boca. Cuando Tate abrió sus labios, Logan se deslizó dentro y
sintió su sabor.

Ahh. Allí estaba el sabor de la canela. Allí estaba el toque de tabaco. Y cuando
Tate empujó sus caderas hacia arriba para moler contra él, Logan gimió. Ay, Tate.

Sin embargo, antes de que fueran más lejos, Logan se echó hacia atrás y se obligó
a alejarse del sofá. Tate se levantó lentamente sobre sus codos y ladeo la cabeza con
ojos interrogantes.

—Te lo dije —explicó Logan—. No tengo relaciones sexuales con alguien cuyo
nombre desconozco.

—Ohh, la moral. Tienes razón. Son muy importantes.


Tate se dejó caer de nuevo sobre el sofá y se aseguró de mantener sus ojos en
Logan y en la cremallera abierta de sus pantalones.

—¿Así que me estás diciendo que vas a estar en la cama toda la noche y no me
vas a tocar? ¿No vas a tener sexo conmigo?

Logan puso las manos en sus estrechas caderas y asintió.

—Soy capaz de auto-control, ya sabes.

Él siguió los movimientos de Tate mientras se sentaba, se desabrochó la camisa, y


luego se puso de pie, quitándose la misma de encima. Una vez que la dejó tirada en el
sofá, Tate se le acercó y puso una mano en el pecho de Logan.

—Nunca dije que no eras capaz.

—¿Crees que no puedo hacerlo? ¿Piensas que no puedo resistirte?

Los dedos de Tate se desplazaron hasta la parte superior de los bóxer de Logan.
Luego le acarició el elástico cuando él le regalo una sonrisa de presumido come mierda
y admitió:

—No, no lo creo. Pero supongo que pronto lo averiguaremos, ¿no es cierto?

Logan observó en silencio mientras Tate lo rodeó y se dirigió a la habitación


principal que era su dormitorio. Tate se detuvo en la puerta, empujó sus pantalones y
calzoncillos fuera de sus caderas, y salió de ellos.

Logan hizo una mueca y se frotó la enorme erección que tenía. Él sabía que el hijo
de puta le iba a hacer volar su maldita cabeza antes de ceder, porque cuando a Tate se le
metía algo en la cabeza, era obstinado como el infierno.

* **

Tate se sentía jodidamente bien cuando se metió en la cama de Logan y miró


hacia la puerta. Siempre era una gran emoción conseguir sacar a Logan de sus casillas.
No sucedía muy a menudo, pero cuando finalmente lograbas dejar a ese hombre sin
palabras, siempre se sentía como un logro de todo tipo.

Se sintió así, hasta que recordó la realidad de su día.

Había ignorado varias llamadas telefónicas de su familia y trato de aplazar lo


inevitable con la excusa de que se estaba dando a sí mismo un día.
Un día para pensar en la mejor manera de explicar qué era exactamente lo que su
hermana había visto.

Tate no estaba seguro de que era lo que quería decir, pero sabía que tenía que
hacerlo, y pronto. No podía ocultarse para siempre, incluso si hubiera hecho un gran
plan para dejar todo arrinconado a un lado.

A medida que el pensamiento no deseado daba vueltas en su cabeza, Logan entró


en la habitación y se dirigió en torno a su lado habitual de la cama. Se detuvo al lado del
colchón, introdujo los pulgares en sus pantalones y lo miró.

—Te ves tan condenadamente caliente en mi cama.

Con esas pocas palabras Tate cayó en cuenta de, ¿Cómo podría negar lo que
siento?

—¿Lo hago?

Él nunca había sido atraído tan fuertemente por alguien como se sentía por el
hombre que estaba actualmente mirándolo. Pero él tenía muchas cosas en la cabeza, y
arrinconarlas no le haría bien. Lo mejor era simplemente dar la cara... Bueno, tal vez en
un minuto.

Logan empujó el pantalón de sus caderas y se dispuso a quitarse las gafas. Antes
de quitárselas sin embargo, Tate se puso de lado y le dijo:

—No lo hagas.

Logan las dejó en su lugar y empezó por retirar las mantas, se acostó sobre su lado
de manera que se enfrentaban entre sí, con la cabeza apoyada en su mano.

—Me gustan. Te ves tan serio cuando las usas.

—¿Cuándo no llevo gafas no me veo serio?

Tate rodó sobre su espalda y estudió el techo.

—No. Cuando no las llevas, te ves...

Logan bajó la cabeza y acarició con su nariz la oreja de Tate.

—¿Sí?
Al volver la cabeza sobre la almohada, Tate atrapó los ojos azules
inmovilizándolo con una mirada intensa.

—Sexy. Por lo cual usted podría meterse en problemas en cuestión de segundos.


Detente —suspiró cuando los labios de Logan tocaron su cuello—. No puedo pensar
cuando estás haciéndome esto.

—¿Así que las gafas me hacen menos atractivo y más fácil de hablar? Bueno
saberlo. Estoy pensando que necesito comprarme algunas lentillas.

—No —Tate gimió. No había nada que hacer, tener a Logan desnudo y
presionando contra él hizo muy difícil poder hablar. Se acababa de volver todo muy
excitante.

—¿Y qué más?

—Tus gafas hacen que sea menos probable que te metas en problemas... No sé...
de hacer cualquier locura.

La profunda risa junto a él tuvo a Tate con ganas de darle un empujón a Logan por
su hombro.

—Estoy siendo serio.

—Sí, puedo ver eso —contestó Logan cuando dejó de reír—. Tu estado de ánimo
ha dado un giro total de ciento ochenta grados.

Tate se mantuvo en silencio mientras miraba a nada en particular.

Logan había apagado la luz de la lámpara de su lado, y la habitación se veía


tranquila mientras yacían allí, cada uno de ellos trataba de entender exactamente lo que
estaba torturando la cabeza de Tate.

—¿Llamaste a tu mamá hoy?

Acorde a la forma como lo preguntó Logan, Tate sabía que estaba muy nervioso
de escuchar la respuesta que le iba a dar.

Efectivamente cuando había llegado, juguetea con Logan había sido la primera
cosa en su mente. Él deseaba poder decir: "Al diablo con mis preocupaciones", las
cuales jodían con sus sesos, pero en realidad, lo que Tate realmente quería era tomar en
serio todo este asunto, y quería que Logan también lo quisiese así. Él sabía, sin
embargo, que quererlo y conseguirlo no iba a ser tan fácil, y se preguntó cómo diablos
su vida había llegado a ser tan complicada.

—¿Tate?

Sacudiendo la cabeza, admitió:

—No. No la llamé.

Logan no dijo nada. Él sólo se acercó a retirar el pelo de la frente de Tate.

—Sin embargo, ella me llamó. Varias veces.

El silencio en la habitación era palpable, y ambos yacían allí mirándose el uno al


otro. No podía pensar en nada que decir, pero luego Logan abrió la boca y sugirió:

—Si es más fácil negarlo…

—Cállate —Tate sabía que esa no era la solución.

—Sólo digo…

—Bueno, para. No voy a mentirles. Sólo necesito un poco del puto tiempo para
resolver qué decir —Tate cerró los ojos y trató de pensar.

En dos semanas de mierda, toda su vida se había convertido en su culo. ¿Cómo


demonios...? Pero cuando unos cálidos labios presionaron contra su frente y él se acercó
más para que yaciera en el hueco del brazo de Logan, se dio cuenta de que todo lo
demás le importaba una mierda.

—Tómate todo el tiempo que necesites.

Logan fue el más sorprendido, cuando sus palabras susurradas de apoyo a Tate
resonaron en la habitación. Tate puso una mano vacilante sobre el pecho de Logan y
sintió el latido regular de su corazón, y dijo en voz baja:

—Es William —Logan se apartó ligeramente, y Tate ladeó la cabeza para quedar
mirando hacia él—.William Tate Morrison.

Sin decir una palabra, Logan levantó la mano y se quitó las gafas. Se estiró, y las
puso en la mesa auxiliar, y encendió la lámpara. Cuando regresó y se instaló en la cama,
Tate sintió una mano acariciar su pelo otra vez, un nuevo hábito que se hacía muy
familiar de Logan.
—Ese es un nombre muy adecuado, señor Morrison. Me gusta.

Tate sonrió contra el pecho de Logan.

—¿Oh, sí?

—Sí, me gusta —Murmuró Logan. Y justo cuando Tate pensó que le daría vuelta
al tema para caerle encima por más, Logan lo sorprendió de nuevo—. Ahora descansa
un poco. Ya es muy tarde.

A medida que se fue quedando dormido, Tate sintió por primera vez que estaba
exactamente dónde se supone que debería estar, y que no le importaba lo que pensaran
los demás.

* **

A la mañana siguiente, cuando Logan se puso de pie en la cocina preparando el


café, no dejaba de pensar sobre la noche anterior.

William. Nunca lo hubiera imaginado. Un nombre tan digno, tan...

—¿Logan?

Sexy.

Se volvió a ver Tate paseando fuera de la habitación con sus vaqueros desgastados
y desabrochados.

—¿Hmm? —Fue todo lo que logró decir cuando se enderezó la corbata azul y
Tate se detuvo a su lado.

—Te has levantado muy temprano, incluso para ti. Ni siquiera ha salido el sol
todavía allá fuera.

Logan gira de nuevo hacia a la máquina de café y pulsa el botón del aparato de
acero inoxidable un poco más fuerte de lo que se requiere.

—No podía dormir —admitió, un poco sorprendido de sí mismo. Había estado


cansado como el infierno anoche.

—¿Muchas cosas en tu cabeza?


Logan miró a Tate.

—Sí, William. Tengo muchas cosas en mi cabeza en este momento.

Tate rodó los ojos y se apoyó en el mostrador.

—La única persona que se atreve a llamarme William es mi madre.

Logan deslizó sus dedos en el dril de algodón sueltos en la cintura de Tate y lo


atrajo hacia él.

—Y ahora yo.

Tate puso una mano en el mostrador en el que se encontraba apoyado.

—Yo no lo creo.

Logan se olvidó por completo del café, ya que se puso delante de Tate, haciéndole
girar por lo que su culo se presionó contra el mostrador. Metió los dedos a través de los
lazos de la correa de los vaqueros, y con sus ojos conectados, Logan empujó hacia
adelante sus caderas con fuerza contra él.

—Lo haré, William —sonrió Logan—. Es como si estuviera con alguien


totalmente nuevo. Alguien... refinado.

Mientras empujaba la mano en los pantalones vaqueros de Tate y cerró los dedos
alrededor de la erección que encontró, los labios de Tate se abrieron y su cabeza la
apoyo contra el mueble de cocina. Incapaz de sostenerse, Logan se inclinó hacia delante
y lamió un camino desde la mandíbula hasta la oreja de Tate.

—Ahh, mierda, Logan.

La polla de Logan latía por la anticipación, mientras mordía el lóbulo y retiró la


mano.

—Quizás esta noche. Pero, por ahora, es posible que desees recuperarte.

Besó su camino de regreso por el cuello de Tate en el hombro y luego bajo a


morder el pezón. Tate puso una de sus manos sobre el mostrador detrás de sí mismo
cuando Logan agarró ambos lados de sus vaqueros y se los tiró por sus piernas, bajando
de rodillas en el suelo de la cocina.
Rodeó la base del árbol de Tate con los dedos y movió su lengua por la cabeza
hinchada frente a él. El sonido gutural que salió de la boca de Tate consiguió en Logan
una sonrisa maliciosa que se extendió en sus labios mientras miraba hacia arriba para
ver lo preparado que estaba, listo para el ataque sensual.

Como si Tate pudiera sentir su miraba, miro hacia abajo y le preguntó:

—¿Por qué te detienes?

Logan besó el hueso de la cadera de Tate y luego mordisqueo con sus dientes a lo
largo de la piel tensa.

—Quería asegurarme de que tenía toda tu atención, William.

Una de las manos de Tate se adelantó y luego tiró la cabeza hacia atrás para que él
se viera obligado a mirar hacia arriba.

—Te dije que no me llamaras así.

Obstinados hasta el fin, Logan sabía que su cara era de suficiencia.

—Y yo te he dicho que sólo hay una manera de hacerme callar.

—Así que aquí tienes.

La otra mano de Tate acunó su rostro y lo dirigió hacia adelante a su varilla rígida.

Logan no lo dudó. Él acarició y chupó en la piel alrededor de la raíz de la erección


que estaba frotándose al lado de su mejilla. Él atormentaba a Tate con los movimiento
de su lengua y chupando con sus labios, haciendo que las caderas de Tate de empujaran
hacia adelante, y cuando finalmente se trasladó a tomar la cabeza gorda en la boca, una
maldición en voz alta fue arrancada de la garganta de Tate. Logan cerró los ojos y sintió
los dedos de Tate en su cabello flexionándolos cuando finalmente deslizó sus labios por
la longitud de acero de Tate.

Joder sí. Utilízame, pensó Logan, y él no pudo evitar el rugido bajo de aprobación
que dio cuando Tate cogió ritmo con sus caderas.

Logan deslizó sus manos hacia arriba a la parte posterior de los firmes muslos y
apretó su culo cuando Tate continuó empujando hacia adelante a la parte posterior de la
garganta. Logan clavó los dedos en las mejillas que eran fuertemente musculosas y
deleitado con la forma en la que Tate ahora se dejaba llevar por él al ciento por ciento.
Tate tenía una mano en la parte posterior de la cabeza de Logan ahora, y sus otros
dedos seguían acariciando a lo largo de su cara, como si le diera masajes para
asegurarse de que no tuviera espasmos, pero no tenía nada de qué preocuparse.

La mandíbula de Logan era agradable y suelta cuando se trataba de darle placer a


Tate.

***

Logan se encontraba haciendo ociosidades con Tate antes de que fueran incluso
las 07 a.m.

Tate miró hacia abajo una vez más, sólo para estar seguro de que no lo estaba
imaginando, y comprobar si él no estaba.

Allí, arrodillado a sus pies en su prensado vestido de camisa blanca, pantalón gris
y una corbata azul claro, era Logan, el cual lo estaba chupando como si tuviera todo el
tiempo del mundo para estar allí.

Tate sabía que había desordenado el cabello perfectamente peinado de Logan,


pero a medida que Logan se apartó y liberó su polla antes de tragarla de nuevo en el
interior, a Tate le importó un carajo. Trazó la mandíbula de Logan y luego se encontró a
sí mismo deslizando las yemas de sus dedos a lo largo de sus gafas al mismo tiempo que
Logan le deslizaba un dedo entre las mejillas hacia su culo.

Jesús. Como si lo que le estaba haciendo no fuera lo suficientemente caliente, algo


acerca de ver a Logan vestido para trabajar y aun así dispuesto a decir mierda lograba
empujar al máximo cada botón que Tate tenía. Las gafas eran un toque agradable
también, y estaba claro que Logan estaba demostrando su punto de la noche anterior. El
hecho de que los llevara puestos, importaba una mierda cuando se trata de tomar lo que
él quería.

—Sí —Tate siseó cuando el dedo de Logan empujó contra su pasaje de vuelta y
luego se deslizó por la piel tensa entre sus bolas.

—Justo como me... ahh —él gimió cuando Logan lo acarició y lo chupó hasta que
él finalmente se perdió.

Se agarró a la cabeza de Logan con ambas manos y maldijo su nombre,


corriéndose y entrando con prisa en la boca golosa de Logan.

—Oh Dios, Logan. Puta madre.


Sin darse cuenta de que lo estaba haciendo, Tate pasó las manos suavemente por
el cabello de Logan.

—Mhmm. Si no dejas de acariciarme, te voy a arrastrar a aquí abajo y harás que


pierda mi trabajo.

Tate se quedó mirando al hombre que miraba hacia él. Quería decirle a Logan
cómo se sentía. Que desde que había entrado en su vida, todo parecía más intenso, más
devastador. Logan hace un chasquido con su boca y se coloca en pie, presionando la
palma de su mano contra su erección, Tate sabía que ahora no era el tiempo.

—Es realmente necesario que me ponga en marcha.

Tate tiró de sus pantalones hacia arriba y se subió la cremallera, mientras Logan le
daba un beso rápido en los labios. Él sintió una pizca de su propio sabor allí y se
preguntó cuándo él se había convertido en un putón encendiéndose con su propio sabor.

Se las arregló para pasarle a Logan el termo personal que utilizaba y lo vio agarrar
la cafetera y llenarlo.

—Así que... —comenzó Tate, su voz se apagó cuando Logan lo inmovilizó con
una mirada ardiente.

—¿Sí?

—¿Te veré esta noche?

Logan arquea una ceja.

—¿Te gustaría verme esta noche?

Tate arrastró sus ojos sobre el casi perfectamente arreglado abogado e inclinó la
cabeza lentamente.

—Sí, me gustaría.

—Entonces creo que se puede arreglar.

Logan reajustó su corbata cuando trajo la taza de café a la boca y retrocedió, con
los ojos todavía en él. Cuando bajó la taza, se lamió los labios y le hizo un guiño.

—Esta es la única manera que me gusta la crema con mi café.


La boca de Tate se abrió, pero luego la cerró de nuevo. Este lado crudo de Logan,
el lado que estaba empezando a anhelar, siempre lo sorprendía.

Lo observó en silencio mientras Logan se volvió, se inclinó para recoger su


maletín al lado del sofá, y se acercó hacia la puerta.

—¿Logan? —Llamó justo cuando llegó a su puerta principal.

—¿Sí?

—¿Debo hacer algo, ya sabes, especial para cerrar cuando me vaya?

La expresión que cruzó la cara de Logan estaba llena de sexo y de promesas


entonces le preguntó:

—¿Quién dijo que tenías que irte?

Tate dijo nada mientras trataba de pensar en una respuesta. Esta era la primera vez
que Logan daba a entender que podía permanecer más allá de la mañana siguiente, y se
sentía muy... bien.

Por suerte para él, Logan nunca tuvo ningún problema para llenar los silencio.

—En lo personal, creo que sería un infierno mucho más especial si te quedas —
Logan abrió la puerta, y cuando salió, dijo—: Pero si te vas, simplemente tira de la
puerta y ella se cerrará detrás de ti. Nos vemos Esta noche, ¡William!

El cabrón y su boca inteligente, Tate pensó con una sonrisa que no pudo evitar.

¿Cómo diablos llegue a pensar que lo podría resistir?

No había tenido una oportunidad.


Tate miró alrededor de la sala de estar vacía y pensó en el comentario de Logan.
"Creo que sería un infierno mucho más especial si te quedas".

¿Qué quiso decir con eso? ¿Qué me quedara durante el día? ¿Durante la
noche? ¿Por siempre?

Jesús. Él tenía que dejar de sobre analizar la mierda o iba a volverse loco. Todo
iba muy bien antes... Antes de que su hermana los hubiese pillado besándose en la
oficina de Logan, y antes de que él hubiese dejado que Logan lo tuviese, y Logan
definitivamente lo tenía.

Desde entonces, Tate había estado sintiéndose... ansioso, fuera del centro.

Él sabía que quería Logan, y no se iba a mentir a sí mismo, por lo que fue lo
suficientemente honesto para admitir la idea de decirle a su familia acerca de con quién
estaba, esto le hacía sentir un poco de náuseas.

Se sirvió una taza de café y se abrió paso hasta quedar de pie en la puerta
corredera que daba hacia balcón de Logan. El mismo balcón que había pisado aquella
primera noche que había estado allí cuando Logan había volado su cabeza, entre otras
cosas.

El sol por fin brillaba a través de todos los rascacielos circundantes, y cuando Tate
se pasó una mano por el pelo, se acordó de la forma como Logan jugaba con él.

Casi como si no pudiera evitarlo, los dedos de Logan encontraban su camino de


forma automática a esos rizos cada vez que se sentaba al lado del chico, y Joder, a Tate
le encantaba.

En el tiempo que llevaba de conocer Logan, había descubierto un par de cosas


acerca de sí mismo. Primero y ante todo, que se sentía bien cediendo y entregando las
riendas a otra persona. Incluso disfrutaba, no ser siempre el que tuviese el control.
Siempre había sido acusado de ser terco, y él sabía que lo era, pero con Logan, se
encontró a sí mismo queriendo ceder más a menudo de lo normal. El hombre era
persistente como el infierno y tenía una forma extraña de llevar a una persona hacer lo
que él quería.

A algunos no le gustaría eso, pero para Tate, fue... del tipo entrañable.

A diferencia de su ex mujer, Logan no era del tipo de ceder y alejarse de lo que


quería. Él era el tipo de quedarse y luchar hasta el final. Había que darle crédito por eso.

Había pasado una hora más o menos desde que Logan se había ido, y Tate había
terminado su segunda taza de café de la mañana. Mientras descargaba la taza en el
fregadero, su teléfono comenzó a sonar con una melodía familiar. Él miró su chaqueta,
donde se encuentra el teléfono, y decidió que era el momento de ser hombre de una puta
vez.

Se acercó al sofá y puso la mano en el bolsillo de su chaqueta para localizar el


célular. Tirando de él, miró el nombre en la pantalla y luego, lentamente, lo trajo a la
oreja, no tenía ni idea de lo que debía decir.

—¿William? —fue lo primero que salió de la boca de su madre.

Tate podía sentir su corazón saltando locamente en el pecho mientras colocaba


una mano en la parte posterior del sofá de Logan como apoyo y él inhalaba de manera
inestable.

―¿William? ¿Estás ahí?

Cerrando los ojos, Tate tragó saliva y asintió, y al no obtener respuesta, se dio
cuenta de que él no había dicho nada realmente.

Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo.

—Sí, estoy aquí.

—¿Dónde has estado? He estado tratando de comunicarme contigo.

—Sí lo sé. Tengo sus mensajes.

Hubo una pausa, y luego Tate oyó algún crujido. Se preguntó si su madre se
movía de una habitación a otra buscando intimidad.

—Entonces, ¿por qué no me has llamado?

—Mamá... —comenzó, pero en realidad no sabía qué decir después de eso.


Se dio la vuelta, apoyó su culo contra el respaldo del sofá, y se frotó una palma en
su rostro.

Nada de importancia le había dicho todavía y ya era torpe como el infierno.

—Necesito hablar con usted y con papá.

El silencio que se extendió entre ellos era tenso mientras esperaba su respuesta, y
cuando ella finalmente habló, sabía que el veneno de Jill y de Diana ya había empezado
a extenderse.

—No estoy segura de que sea una buena idea.

Tate agarró su chaqueta, sacó el paquete de cigarrillos del interior, y abrió la


cajetilla.

—¿Por qué no es una buena idea? Acaba de preguntarme por qué no le he


devuelto la llamada. Supuse que significaba que quería hablar conmigo.

La piel del cuello de Tate se erizó como piel de gallina al oír el suspiro de su
madre, y luego ella le preguntó algo que nunca había pensado que iba a oír de los labios
de su madre.

—¿Es cierto, William? ¿Estás saliendo con un hombre?

Maldita Diana. Él no podía creer ni pensar que su propia hermana sería un ser tan
malévolo, pero Diana... Oh, sí. Esto tiene sus huellas por todas partes.

—Mamá, ¿por qué no me acerco éste domingo…?

—¿Es eso cierto? —preguntó de nuevo, interrumpiéndolo. Su voz era fría, su tono
implacable.

Tate no era capaz de escupir la palabra sí debido al nudo que tenía en la


garganta. Si hubiese sido la palabra más fácil decir anoche, entonces esto era pura
ironía, porque era la palabra más difícil de pronunciar esta puta mañana.

—¿William?

—Sí, mamá —por fin lo consiguió, pero la suerte no estaba de su lado en este
instante, él no se hizo entender claramente y ella preguntó de nuevo.

—Te pregunté si estás saliendo con un hombre.


Por último, Tate encontró algo de la valentía de la que se enorgullecía y
respondió:

—Lo sé. Yo te respondí: Sí.

Como era de esperar, no recibió respuesta. Todo lo que Tate podía oír era la
respiración de su madre y su sangre corriendo alrededor de su cabeza. No dijo nada más
mientras se abría camino hacia la puerta del balcón, la deslizó hasta abrirla, y salió.

Joder, hace frío. Casi tanto frío como la recepción en el otro extremo del
teléfono.

Rápidamente, se desplazó de nuevo hasta que él estaba de pie en el suelo de


madera dura. Luego frunció el ceño y miro los cigarrillos que tenía en la
mano. Realmente necesitaba uno.

Tomó la única opción que se le ocurría para poder fumar, se sentó con las piernas
cruzadas delante de la puerta corredera y abrió una pequeña grieta. Trajo un cigarro a su
boca y lo encendió, y él seguía envuelto en un tenso silencio.

—¿Mamá?

—¿Por qué haces esto? —preguntó ella, y antes de que pudiera responder,
continuó —: No lo logro entender, hijo.

Ahora sabía que ella estaba molesta. Las palabras William e hijo eran utilizados
solamente cuando ella estaba muy enojada, y su voz tenía un ligero temblor. En realidad
él podía imaginar su ritmo al caminar de ida y vuelta.

—¿Qué quieres decir con, por qué? Yo no tenía intención de que me sucediera
esto de ésta esta manera. Acaba de sucederme.

—¿Acaba de suceder? ¿Cómo que acaba de pasar?

—No lo sé... Sólo sucedió.

Tate cerró los ojos y echó el humo a través de la rendija de la puerta. Mientras
estaba sentado allí, pensaba en la sensual sonrisa de Logan, y en los cabellos gruesos y
negros que había tenido en sus manos esta mañana.

Tate estaba bastante seguro de que si Jill hubiese llevado a Logan a casa de su
madre, ésta hubiese adulado el increíble cuerpo de Logan, pero el hecho de que
fuese él quien quería llevar a casa a Logan era harina de otro costal. Luego se preguntó
cómo se habría sentido si Jill hubiese llevado a Logan a casa. ¿Hubiese sentido ese
mismo intenso deseo de tocar al hombre?

Espera. ¿Por qué diablos estoy pensando…?

—William, tú no eres gay. Estabas casado. Con una mujer.

Tate puso los ojos.

—Gracias por la actualización.

—No te hagas el listillo conmigo. Es sólo que no entiendo lo que está pasando
contigo últimamente. Primero, te divorciáis Diana…

—¿Preferiría que permaneciera en un matrimonio infeliz?

—Por supuesto que no, ¿pero esto? Esto es sólo... sólo…

—¿Sólo qué, mamá?

—Incorrecto. Es simplemente incorrecto. Te hemos educado mucho mejor que


esto, William. Fuiste un buen chico.

Tate cerró los ojos y los apretó con fuerza.

Sí, el buen chico católico que nunca defrauda a sus padres. Wow, qué broma de
mierda que era esa afirmación por estos días.

—Ya no soy un chico, mamá. ¿Por qué nunca puedes tratar de ver las cosas desde
mi punto de vista? —preguntó Tate, lamentándolo inmediatamente.

Se había dicho a sí mismo de nuevo que desde que él y Diana se habían separado
no podía contar con su familia para nada.

Al parecer, estaba bien joder hasta la mierda a todos los que te rodean, siempre y
cuando vayas a la iglesia el domingo para arrepentirte.

—¿Y cómo se supone que debo ver esto?

Tate no tenía idea, y estaba bastante seguro de que su silencio transmitió eso.

—¿Bien? ¿Qué esperas? —ella exigió de nuevo, y esta vez, sonaba molesta—.
Primero, Diana me llama…
—¿Por qué diablos sigues hablando con ella?

—No utilices esa palabra conmigo.

—Está bien, respóndame. Ella es mi ex mujer. ¿Por qué ella la sigue llamando?

Tate había querido hacer esa pregunta a su madre desde hacía tanto tiempo que no
podía recordar, y dejo su maldito orgulloso a un lado para finalmente hacerlo.

—Siempre he estado cerca de Diana. Desde que ella y tu hermana eran niñas.

Tate tomó otra profunda inhalación del cigarrillo y echó la cara hacia la puerta
abierta para exhalar.

Él no era estúpido. Él conocía la historia.

La familia de Diana se había mudado al lado cuando él había cumplido los ocho
años. Casi al instante, su hermana y Diana se unieron al club de las amigas del tatuaje
de la cadera, mejores amigas para toda la vida, y seguro como la mierda no estaba en
los planes de ellas dejar de serlo en un corto plazo.

En realidad él no había prestado mucha atención a Diana en aquel entonces. Ella


había sido más como una hermana para él hasta el año de su regreso de la
universidad. Esa fue la primera vez que su pene lo había metido en toda una tonelada de
problemas de mierda.

Logan fue el segundo.

Sin embargo, era mejor no pensar en eso ahora, no con su madre enojada en el
otro extremo del teléfono.

Diana era un puto problema, uno que aún se inmiscuía en los asuntos familiares a
pesar de que estaban en el proceso de hacer su separación de manera permanente. Ya
era hora de que su madre se diera cuenta de que no apreciaba para nada su amistad con
ella.

—¿No te das cuenta de lo incómodo que es esto para mí? Todavía hablas con mi
ex mujer.

—Usted sabe que ella es como de la familia.

—¡Y yo soy de la familia! Jesús. ¿Por qué diablos le pasa ella información de mis
asuntos personales?
—Estaba herida. Ella dijo que estabas besando a un hombre. Eso lastimaría a
cualquier mujer que hubiese estado alguna vez involucrada contigo. Es este...
este hombre la razón por la que los dos…

—¡No! —Tate negó rotundamente—. ¿Eso fue lo que te dijo? —el silencio que le
siguió fue respuesta suficiente, y esto hizo que Tate quisiera salir a buscar a Diana y
estrangular a la muy bruja—. Yo conocí a Logan hace un par de semanas.

—¿Ese es su nombre?

—Sí. Ese es su nombre —Tate hizo una pausa y luego decidió, qué demonios—.
Él quiere conocerte.

—¿Cómo dices?

—Él quiere conocerte, y yo quiero que le conozcas.

Tate sacó el brazo fuera de la puerta y apagó la colilla de cigarrillo. Y qué


importaba si estaba imaginando que era el rostro de Diana.

—No lo creo. Yo no quiero conocerlo nunca.

Tate se tragó el comentario sarcástico que tenía en la punta de la lengua, y en su


lugar le preguntó algo que él sabía que habría de lamentar.

—¿Por qué no?

Y tal como predijo, la respuesta no fue una que él estuviese preparado para
escuchar.

—Porque es un pervertido, y ha dañado a mi hijo.

***

Logan entró en la sala de conferencias de la empresa y encontró a Cole sentado en


el centro de la gran mesa ovalada. Tenía papeles dispersos por todos lados, y él tenía un
sándwich a medio comer en un plato a su izquierda.

—Sabes que odio la organización de esta clase de mierda. ¿No podemos contratar
a un organizador de fiestas? Sé que podemos pagarlo. O mejor aún, ¿tú esposa?

Cole levantó la vista de los papeles delante de él y sacudió la cabeza.


—Rachel es un chef de repostería, no un planificador de eventos. Además, ella
está lo suficientemente ocupada en el Exquisite.

—Sí, sí. Pero es que no me gusta hacer estas cosas.

—Siento mucho que armar un festejo para nuestros clientes sea una carga tan
pesada para ti. ¿Ya terminaste de gimotear?

Logan sacó la silla frente a Cole, se desabrochó la chaqueta del traje, y plantó su
culo en el asiento.

—Supongo. Sólo siento que tiene que haber alguien más calificado para hacer
esto.

—Todo lo que tienes que hacer es aprobar la lista. No te llevará más de un día.

Cole deslizó sobre la mesa tres páginas hacia él, y Logan se acercó a recogerlo. Él
escaneaba los nombres de la primera página.

Aburrido, aburrido, y aún más aburrido.

—Tenemos que hacer una lista de los tres tipos de clientes que tenemos y así
pasárselo a Jane, ella se encargará de conseguir y enviar las invitaciones. Tenemos
clientes VIP, clientes actuales y nuevos.

Cole le hablaba mientras cogía su sándwich y le daba un mordisco. Logan tomó


su café recién hecho, bebió un sorbo, y casi se ahoga cuando su hermano sugirió:

—Debes invitar a Tate.

No era como si estuviese avergonzado de Tate. Ni siquiera estaba preocupado


porque la gente supiera que ellos salían juntos. Infiernos, después de lo sucedido el otro
día en su despacho, todo el mundo en su oficina ahora sabía sobre su vida
privada. Logan pensaba si era posible hacer realidad ese compromiso, el anuncio de
que, Sí, este es mi compañero, y dar a conocer a Tate a sus clientes más importantes.

—¿Estás bien? —preguntó Cole, pasándose una servilleta de tela a través de la


boca.

Qué pena que no borró la mirada de satisfacción de sí mismo reflejada en su


rostro.

—Estoy bien.
—Sí, puedo ver eso —se burló Cole.

—Cierra la boca.

—Invita a Tate. Sabes que quieres hacerlo.

Logan miró al hombre inmaculadamente vestido frente a él.

—Tú no sabes una mierda.

Cole se rió.

—Te conozco. Y no has sido monógamo desde que estabas en la universidad.

—Eso no quiere decir nada. Excepto que me gusta el sexo y sé que no puedo
comprometerme.

—Eso significa que él te gusta. Y mucho.

Decidiendo que era inútil negarlo, Logan se encogió de hombros, tratando de


jugar al indiferente. A él realmente le gustaba Tate—Mucho Más que un montón.

—¿Y qué si lo hago? No creo que él esté listo para llegar a una fiesta conmigo
siendo mi acompañante. Él fue repudiado por su hermana, y todavía estamos lidiando
con ello. Estoy pensando que situaciones de ese tipo una vez al mes son más que
suficientes para él, y también para mí.

Cole parecía contemplar la situación por un momento y luego preguntó:

—¿Qué hay de mí y de Rach?

Confundido, el siempre elocuente Logan respondió con un:

—¿Eh?

—¿Qué pasa si vienes a pasar algún tiempo conmigo y la familia de Rachel como
pareja? Eso puede ayudar a que se vaya acostumbrando a la idea de estar en público
contigo.

Logan reflexionó sobre la idea.

—Cuando dices familia, exactamente cuántos serían…

—Seis de nosotros, más ustedes dos —Cole terminó por él.


Logan no estaba seguro. Había oído hablar del clan de Rachel, pero no sabía lo
suficiente de ellos como para…

—Confía en mí cuando te digo que no moverán una sola pestaña cuando los vean
a los dos juntos.

—Pensé que habías dicho que su hermano quiso matarte cuando se reunieron la
primera vez. Suena como un culo estrecho.

Cole se echó hacia atrás y cruzó los brazos sobre el pecho.

—Lo hizo, pero él estaba en todo su derecho, acababa de casarme con su hermana
después de una semana de conocerme con ella.

Logan suspiró.

—¿Sería para una cena?

—No.

—¿Entonces?

Con una sonrisa de comemierda, Cole anunció.

—Noche de juegos.

—¿Noche de Juegos? ¿Hay que usar pijamas y trenzar el pelo de cada uno
también?

Cole comenzó a reírse y señaló.

—Probablemente se podría trenzar a Tate.

—No quiero ir a una noche de juegos.

—Oh, vamos. ¿Qué tan malo puede ser?

Logan se inclinó hacia delante en su silla.

—No lo sé ya que nunca he tenido el deseo de hacer o ir a una. Para qué planteas
la pregunta si no piensas que vaya a ser tan malo, ¿por qué estás tan insistente en que
vayamos?

Cole pasó la palma de la mano por toda su corbata.


—Le prometí a Rachel que se lo pediría a los dos. Yo sabía que no estarías
interesado, pero ella insistió, y ella está embarazada y...

Golpe bajo, bastardo.

—¿Ella realmente nos invitó?

Cole asintió.

—Ella piensa que sería bueno para Tate después de todo lo que pasó.

Logan se apartó de la mesa y se puso en pie, odiando que ahora se sentía culpable
y empezó a ceder.

—Voy a comprobar estos nombres en mi oficina. Llama a tu esposa y dile que se


lo preguntaré a Tate. ¿Qué noche seria?

—Viernes.

Refunfuñando, Logan se dirigió hacia la puerta y la abrió.

—Está bien. Se lo preguntaré, pero no prometo nada. Ah, por cierto, ¿qué pasó
con la señorita Cline?

Cole se encogió de hombros.

—Ella se llevó su caso de divorcio a otra parte. Tate debe recibir información en
su correo en cualquier momento. A menos que tú te sientas cómodo informándole.

Joder. Como si sus vidas no fueran ya lo suficientemente complicadas... Voy a


entretenerme enviando a la mierda a una ex-esposa, la cual por cierto es una verdadera
perra.

—Sí, se lo haré saber.

—Y no te olvides…

—Lo sé, lo sé. Noche de juegos.

Cole sacudió la cabeza.

—No. No te olvides de preguntarle acerca de la fiesta. Él podría sorprenderte.


Logan abrió la puerta, pensando en aquel día que Tate se había alejado de él en la
tienda de café. Ese había sido un rechazo leve en comparación con el tipo de picadura
ponzoñosa que sentiría de un “No, yo no quiero ser tu compañero en público” —y
Logan no estaba muy seguro de estar listo para un nuevo rechazo.
Logan estaba fuera de la oficina y en su camino a casa en el minuto que el reloj
marcó las cinco en punto. Solía ser uno de los clientes que se quedaba disfrutando de la
tranquilidad que viene con el After Hours. Él ya había cambiado esta costumbre después
de pisar el actual After Hours y haber descubierto a Tate.

Se preguntó mientras tomaba el ascensor hasta su piso si Tate se habría quedado


durante el día como se lo sugirió. El pensamiento de él en su apartamento cuando no
estaba allí era increíblemente atractivo para Logan.

Ya fuera porque finalmente demostraba que podía confiar en alguien que no fuese
él mismo o era solo el hecho de pensar en tener Tate en medio de todas sus
pertenencias, él no podía estar seguro.

Infiernos, era muy probablemente una mezcla de ambos.

Él sabía que Tate se había ido a trabajar porque su turno había empezado a las
cinco, pero estaba seguro que tendría un poco de compañía alrededor de la una de la
mañana, y ya estaba esperando con impaciencia la llegada de Tate.

Desbloqueo de la puerta, la abrió y arrojó el maletín en el suelo. Dejó caer sus


llaves en el recipiente de vidrio con monedas sueltas y comenzó a desanudar la corbata.

Mientras se abría camino por el pasillo principal hasta la sala de estar, se detuvo
en seco cuando vio a Tate sentado en su sofá, vestido exactamente como lo había dejado
en horas de la mañana.

No había ninguna luz encendida, sólo el resplandor silenciado de los edificios que
lo rodeaban el cual se filtraba a través de las ventanas del balcón y la puerta. Los
pantalones vaqueros de Tate todavía estaban desabrochados, no se había colocado
camisa, y él estaba solo sentado allí, mirando al vacío.

Logan vio el paquete vacío de cigarrillos en la pierna de Tate y tenía un vaso


agarrado apretadamente entre sus dedos, y él supo que lo ocurrido a Tate en las últimas
diez horas no debía ser nada bueno.

Decidiendo que era hora de romper el hielo, habló.


—Hola.

Tate volvió la cabeza hacia él, y Logan podría decir que los ojos vidriosos de Tate
parecían tratar de enfocar tres hojas al viento. Al no obtener respuesta, Logan se quitó la
chaqueta y la sostuvo en una mano.

—¿Qué estás bebiendo?

—Tu whisky —Tate finalmente respondió, levantando su vaso vacío.

—Pero se me acabó.

El único whisky que tenía en su piso era un Sello Negro del cual solo había
consumido un poco más de un tercio de su capacidad, y cuando miro a su isla de la
cocina y vio que ahora estaba vacía, Logan se preguntó cómo era posible que Tate
todavía estuviese despierto.

Se dirigió a la cocina y puso su chaqueta sobre el mostrador antes de deslizar la


corbata de su cuello.

—¿Entonces, qué hay de nuevo? ¿Pensé que tenías que trabajar esta noche?

—Nada nuevo —Mentiroso—. Llamé al trabajo.

—Hmm —reflexionó Logan—. ¿Así que has estado aquí todo el día?

Tate se volvió en el sofá y apoyó la barbilla en la parte superior de la misma.

—Me dijiste que podía quedarme.

—Sí, lo hice.

—¿Quieres que me vaya?

Logan se desabrochó el puño izquierdo y luego se trasladó a la derecha antes de


contestar.

—De ningún modo.

—¿Quieres follar conmigo?

Ahora Logan sabía que Tate estaba medio ido.


Se había imaginado las muchas maneras como Tate le diría esas tres palabras,
pero visiblemente molesto no era uno de ellos.

—Sí, quiero eso —admitió Logan, al darse cuenta de que el rechazo no era algo
que pudiera ayudar a la situación actual.

Había sabido que después de la primera vez de Tate, él debía ejercer un poco de
paciencia, Logan había estado esperando que él estuviera nuevamente curioso, pero no
de esta manera, no como una reacción instintiva a lo que demonios haya pasado hoy.

Cuando una sonrisa sensual de borracho se extendió a través de la boca de Tate,


Logan maldijo su propia moralidad de mierda. Habría vendido su huevo izquierdo
ahora mismo para ir hacia el sofá y machacar a Tate sobre ese mueble.

—Entonces, ¿por qué no te acercas? —Tate sugirió y se puso de rodillas y apoyó


las manos en el respaldo del sofá.

Ahh, Tate tentándome —nada era más difícil para él que resistirse.

Sin embargo en lugar de responder, Logan se sacó la camisa de los pantalones y


comenzó a desabrocharla.

En ese momento fue golpeado por la inspiración.

—¿Por qué no jugamos un juego?

Diablos, ¿por qué no entrar en el espíritu de la noche del juegos?

Tate levantó una mano y se balanceó ligeramente mientras colocaba sus dedos
sobre sus labios, y Logan tuvo que recordarse a sí mismo permanecer donde estaba. Él
podría tocar... eventualmente.

—¿Un juego?

—Sí. Voy a hacerte una pregunta, y cuando me des una respuesta con la que
quede satisfecho, yo me quito alguna prenda.

Logan sintió su pene reaccionar a la intensa inspección sexual que recibió.

—¿Y entonces? —Preguntó Tate sin levantar los ojos.

Maldición. Él era más que consciente de que los ojos de Tate se concentraron en
el material tenso tratando de ocultar con dificultad su carne endurecida.
—Entonces, te voy a joder.

Cuando la mirada de Tate se encontró con la suya, la excitación que tenía paso de
semidura a una completa roca; en estado duro.

―¿De acuerdo?

Tate levantó una mano del sofá, y Logan no podía hacer nada más que ver como
se agachaba y ahuecaba con su mano el dril de algodón que estaba acunando su
erección.

―De Acuerdo.

Satisfecho porque ahora conseguiría algunas respuestas, pero frustrado porque


tendría que esperar, Logan se quitó las gafas y las colocó sobre el mostrador.

―¿A qué hora empezaste a beber?

Tate puso los ojos en blanco antes de echar la cabeza hacia atrás mirando el techo,
dejando al descubierto su garganta.

―¿A qué hora, Tate?

Observó que el pecho de Tate se levantaba en una inhalación profunda y esperó


hasta que la expulsó.

―Diez.

Bueno, eso significaba que había estado bebiendo durante aproximadamente las
últimas siete horas. Mierda.

―¿Por qué lo hiciste…?

―No.

Logan frunció el ceño ante la interrupción.

―¿Disculpa?

―Respondí. Así que quítate una prenda.


No era nada nuevo que cuando Tate estaba bebiendo se colocaba mandón, y esto
hizo reaccionar a Logan. Lo encendía como el demonio.

―¿Tienes alguna preferencia?

Los ojos de Tate se estrecharon y Logan esperaba, no tan pacientemente.

―Los pantalones. No, espera... la camisa.

Logan se rió entre dientes.

―¿Seguro? ―Luego empezó a desabotonarse la camisa. Cuando iba a mitad de


camino con su camisa, los ojos de Tate se encontraron con los suyos y Logan le hizo la
siguiente pregunta.

―¿Por qué empezaste a beber a las diez de la mañana?

Se quitó la camisa y la colocó encima de su chaqueta. Cuando los dientes de Tate


se clavaron en su labio superior, Logan sabía que estaba cada vez más cerca de la
verdad, pero Tate estaba lo bastante atontado —y sin duda lo suficientemente
cachondo— para decirle más.

—Estaba cabreado.

Aquella respuesta vaga no iba a cortarlo, por lo que Logan puso las manos en la
parte baja de sus caderas y esperó. Estaba seguro de que ya sabía la respuesta, pero la
quería escuchar de Tate. Logan quería que confiara en él con respecto a todo lo que le
estaba pasando, y si tenía que ir a la cama con las bolas azules por segunda vez en dos
días... entonces él sería un hijo de puta muy desgraciado y se metería a la cama fría.

***

Tate miró con ojos encapuchados a Logan, se sentía agotado y en un punto


muerto. No quería discutir lo que había sucedido hoy, pero sabía que no conseguiría ir
más lejos con la mirada que tenía Logan en la cara.

Y joder, yo quiero ir más lejos.

La imagen de Logan con solo sus pantalones de vestir y las manos en sus caderas
tenía el pene de Tate pulsando dentro de sus pantalones vaqueros.
Después de que su madre había colgado en él, Tate había pasado un par de horas
inhalando la totalidad del paquete de cigarrillos, y cuando estos se habían agotado,
había buscado hasta que encontró uno de los hombres de Logan, Johnnie Walker, que lo
había hecho sentir muy relajado y muy caliente, como una puta.

—Hablé con mi madre esta mañana después de que te fuiste. ¿Contento? Ahora
quítate los pantalones.

Sin una sola palabra, Logan se desabrochó el cinturón y tiró de ella a través de los
pasadores. Tate observó ávidamente mientras se bajaba la cremallera de sus propios
pantalones vaqueros y los empuja hacia abajo de sus caderas de manera que al fin pudo
agarrar su pene.

Sí, a la mierda, se siente increíble poder tocarme a mí mismo.

Logan se quitó los zapatos, calcetines, y los pantalones a continuación, lo


inmovilizó con una mirada fundida mientras añadía la ropa a la pila. En ese instante,
Tate se recordó que todo lo que se necesitaba era una mirada de Logan y él estaba listo
para funcionar.

—Y tu mamá, ¿ella te hizo enojar?

—Sí. El bóxer, Logan.

Tate vio el surgimiento de la arrogante ceja izquierda de Logan mientras se ponía


los pulgares en lo único que quedaba encima de él, unos ajustados pantalones cortos
negros.

—¿Quieres algo, Tate?

—Te dije lo que quería.

Logan sacudió la cabeza y empujó el bóxer apretado un poco hacia debajo de su


cadera, lo que permitió ver un indicio del vello púbico salir a la luz.

—No, no lo hiciste. Solo me has dicho que prenda quitarme.

Idiota, se lo está pasando en grande tratando de hacerme hablar.

Pero antes de que pudiera decir nada, Logan se inclinó y se quitó el bóxer,
haciendo que Tate perdiese toda su capacidad mental para centrarse en poder
permanecer en posición vertical, un problema que su polla no parecía tener.
—¿Así es, verdad? ¿Me querías así?

¿Por qué sigue hablando?

El hombre estaba jodidamente espectacular, y Tate quería ser tocado por él—
ahora.

Esta mañana cuando su madre le preguntó cómo había sucedido su relación con
Logan, no había sabio qué responder. Sin embargo, cuando se puso de rodillas en el
sofá, acariciando su erección para este hombre, lo sabía.

¿Cómo no iba a pasarme? Míralo.

Cuando Logan se dirigió hacia el sofá y se detuvo directamente delante de él, con
la cabeza inclinada hacia Tate para poder mirarlo a los ojos. Logan agarró la parte
posterior de su cuello y lo atrajo hacia sí, se inclinó hacia abajo hasta que sus labios
estaban a sólo pulgadas de distancia.

—¿Qué dijo que fuese tan malo para que te fumaras un paquete de cigarrillos y
consumieras suficiente licor hasta llegar a oler como un bar barato?

Tate cerró los ojos mientras el cálido aliento de Logan entró en su boca. Se agarró
duro su polla y se levantó sobre sus rodillas, tratando de conseguir que su boca estuviese
más cerca de la de Logan, pero él tiró de sus labios fuera de su alcance, Tate entonces
habló.

—No importa.

Cuando una lengua tocó su labio inferior, sus ojos se abrieron y se conectaron con
el azul intenso de los ojos de Logan que buscaban su rostro.

—Sí importa. ¿Qué dijo que te haya enojado?

Tate liberó su erección y se balanceó ligeramente mientras movía su mano en el


hombro de Logan, afirmándose.

—No quiero hablar de mi mamá en este momento.

Logan no estaba de acuerdo con eso.

Sin embargo, bajó su mano, y Tate sintió que él envolvió sus dedos alrededor de
su erección. Un silbido de placer salió de sus labios, y esa boca persistente se movió de
su mejilla a su oído.
—Dime que puedo llevarte a mi habitación y tenerte.

Los ojos de Tate se cerraron mientras se apoyaba en la boca y la mano de Logan


tentándole.

—Sí.

—Háblame —insistió Logan—. ¿Qué te dijo?

Tate no quería decirlo. Se dio cuenta de que tenía miedo.

¿Y si él dice las palabras y Logan se las cree? Pero peor aún, ¿y si él dice las
palabras y él ya sabía que eran ciertas?

Pero la fuerte mano de Logan masturbó su polla y sus cálidos labios ahora se
encontraban succionándole el lóbulo de la oreja, Tate decidido que si quería encontrar
su liberación necesitaba responderle a Logan lo que quería, y ahora mismo, y ésta sería
su respuesta final.

Tate movió su cabeza y llevó ambas manos a la cara de Logan. Al tocar sus
mejillas forradas de barba, le mantuvo inmóvil. Él quería ser testigo de todo
pensamiento que pasara por la cara de Logan, y se quedó mirándolo fijamente.

La mano alrededor de su dura carne dejó de moverse y apenas lo sostuvo hasta


que, finalmente, habló.

—Ella dijo que eres un pervertido, que me ha dañado.


No debería haberle sorprendido, y ciertamente no debería haber entrado en shock
al escucharlo, pero a medida que esas palabras salieron de la boca de Tate y flotaron
entre ellos, Logan quedó atrapado en algún lugar dentro de su garganta.

¿Yo lo he corrompido? No... bromeábamos sobre ello, pero... no.

Él parpadeó de nuevo para poder enfocar mejor a Tate y se dio cuenta de que él
estaba esperando una respuesta, pero por primera vez, no tenía ninguna. Se quedó
inmóvil en el silencio—aturdido y herido.

¿Un pervertido? Qué coño…

—¿Logan?

Él volvió a parpadear varias veces cuando Tate presiono sus labios sobre él.

Mierda, el chico sabe a whisky y a tabaco.

No era una combinación muy atractiva, pero cuando los labios de Tate se
abrieron, Logan no pudo resistirse a empujar su lengua dentro. Él enrosco sus manos en
el pelo que rodeaba su cara, él se hacía cada vez más adicto y se agarró fuertemente
como si Tate pudiese desaparecer.

El beso comenzó como un mero punto de contacto, una forma de tranquilizarlos a


los dos, pero mientras sus lenguas se enredaban, Logan dio un salto a un nivel superior.
Aflojó los dedos de una mano y la pasó por la parte posterior de la cabeza de Tate para
agarrar el cuello y poder acercarlo aún más.

Tate se dejó llevar hasta que su parte delantera se presionó a ras contra el respaldo
del sofá. Cuando el gimió como si estuviera en agonía y arrancó sus labios y puso
distancia, Logan pensó que la fricción de la piel contra su pene se sentía jodidamente
increíble.

—No lo hagamos encima de mi sofá.


La sonrisa que tocó la comisura de la boca de Tate ayudó a aliviar la tensión que
se había filtrado en la habitación.

— Entonces tómame en el dormitorio, donde yo te pueda ver encima de mí.

Logan estaba a punto de decirle: “Usted conoce el camino”, pero en el último


momento se detuvo.

—¿Logan?

Cuando su nombre lo alcanzó, vio a Tate soportándose en el espaldar del sofá y


empujando sus vaqueros. Dio un paso fuera de ellos, y Logan lo miró desde arriba.

Desde el cuerpo delgado pero musculoso y su carne hinchada, Tate era el sueño
húmedo que Logan alguna vez hubiese deseado, un hecho que fue solidificado cuando
él, Tate, agarró su propia erección y la acarició varias veces.

—Tú no me has obligo a hacer nada que yo no quisiera, ¿de acuerdo? Yo podría
haber dicho que no.

Inexplicablemente atraído hacia Tate, Logan se movió alrededor del sofá y se


dirigió hacia él. Tate dio un paso atrás y se tambaleó un poco, hasta que llego al
dormitorio. Logan llegó a un punto muerto frente a él, queriendo asegurarse de que no
era el alcohol hablando por él, pero era…

—Te quiero a ti, dentro de mí —dijo Tate.

—Si eso es lo que quieres... —Logan dejó escapar una exhalación temblorosa
cuando los dedos de Tate lo encontraron y rodearon su longitud.

—Es lo que necesito.

Logan asintió, entendiendo la necesidad y el deseo de asegurarse de que esto valió


la pena, por toda la mierda que vendría con ello.

—Entonces, déjame dártelo —llevó sus manos a la cara de Tate y le preguntó—:


¿Harías algo para mí?

—Sí —respondió Tate sin vacilar.

—Ni siquiera sabes que te voy a pedir.

—No importa.
—¿Estás bien? ¿Así que ahora es cuando debería pedir todo lo que he querido?

Tate sacó su puño del eje de Logan y le dio una sonrisa que casi hicieron flaquear
las rodillas de Logan. No podía recordar a nadie nunca colocar tal confianza en él.

—¿Y, qué es lo que siempre has querido?

Logan sacudió la cabeza y tragó grueso, la respuesta era simple pero también
compleja: “A ti”, y se decidió por:

—Quiero verte boca abajo en mi cama, esperando por mí.

El suspiro suave de Tate llego a sus oídos cuando él caminaba por el borde de la
cama.

Logan cerró la puerta de la habitación y observó a Tate subirse al centro del


colchón, y luego se colocó boca abajo en la cama como él le había solicitado.

—¿Así? —preguntó Tate mientras giraba su cabeza en la almohada para ver el


desplazamiento de Logan que se movía hacia el lado izquierdo.

Logan abrió el cajón de su lado y sacó un condón y lubricante. Los colocó sobre la
cama antes de ponerse de rodillas sobre el colchón y se movió hasta que se tumbó de
lado junto al cuerpo de Tate.

—Exactamente como esto —aseguró desplazando la palma de su mano sobre toda


la piel lisa que cubría la espalda de Tate. Comenzó debajo de su pelo y arrastró sus
dedos juguetones por la columna vertebral hasta la caída de la espalda baja de
Tate. Cuando llegó a la curva de su culo, Logan se inclinó y besó el hombro de Tate.

—Gracias.

Los ojos de Tate se estrecharon, entonces le preguntó:

—¿Por?

—Por confiar en mí.

Tate se empujó hacia arriba apoyándose en sus manos y llevó su boca hacia la de
Logan, tomo los labios de Logan en un beso que hablaba de plena confianza.

—Lo hago.
Logan cerró los ojos, tratando de mantener una manija en su control, y le dijo en
voz baja:

—Gírate sobre tu lado izquierdo, para que tu espalda esté contra mi pecho.

Tate asintió y se movió a la posición sugerida, y cuando se tendió a su lado,


Logan sabía que acababa de crear la visual más perfecta que jamás hubiese tenido para
sí mismo. La piel bronceada de Tate estaba sólo a unas pulgadas de sus dedos
impacientes, su culo tonificado estaba allí para ser tocado.

Con un dedo, Logan trazó una línea recta hacia abajo de la columna vertebral y
sintió tensar a Tate que se arqueo sobre sí mismo y comenzó a relajarse. Cuando llegó a
la grieta de su culo, Tate le sorprendió desplazando su pierna derecha orientándola hacia
delante, para abrirse por completo a él.

Joder. Logan nunca lo había querido más, pero sabía que esta vez era para Tate,
no para él.

Alcanzo detrás de él, el condón y lubricante, apretó un poco para esparcir por sus
dedos. Cuando se trasladó de nuevo detrás de Tate, bajó sus labios hasta tocar su
hombro, y le tocó con los dedos lubricados la parte superior de la grieta.

Oyó inhalar a Tate mientras le deslizaba dos de sus dedos por entre la grieta cálida
de sus mejillas, y cuando las yemas de los dedos presionan el pequeño agujero caliente,
preguntó:

—¿Estas bien?

Por supuesto, esta no era la primera vez de Tate, pero si era su segunda vez, y
Logan necesitaba asegurarse de que esto era lo suficientemente bueno para él, para que
compensara de alguna manera todo lo que le estaba sucediendo. Así que cuando Tate
volvió la cabeza y empujó sus caderas hacia atrás, Logan imagino que ésta respuesta era
tan buena como un sí.

Siguió frotando las yemas de sus dedos sobre la pequeña arruga y una vez más
tomó la boca de Tate. Logan no pudo evitar el sonido que se le escapó cuando Tate con
avidez lo encontró con los labios entreabiertos y agarró su cabeza. Acarició a lo largo de
la grieta de Tate con los dedos resbaladizos, luego paso a acariciar suavemente con su
palma de la mejilla de su culo a su cadera, tirando de él hacia atrás para poder alinear su
propia polla contra toda esa piel desnuda.
—Maldita sea, Tate —Logan gimió cuando los labios de Tate lo liberaron y él
metió las caderas hacia atrás, presionando su redondo culo con mucha fuerza contra su
carne dolorida.

—Sí —se quejó Tate, y Logan alcanzó a vislumbrar de él alcanzando hacia abajo
para agarrar su erección.

—Me encantas cuando eres tan jodidamente malo.

Logan se sentía más que bien con lo que estaba sucediendo. Había querido a Tate
en esta posición en particular desde que lo conoció. Puso una mano firme en la cadera
de Tate y lo presionó hacia abajo, por lo que su estómago ahora estaba sobre el colchón.

—Jesús, te juro que tienes el culo más perfecto del mundo.

Sin hacer ruido, Tate levantó sus caderas y empujó aquel trasero perfecto hacia
él. Logan se descubrió sonriendo como un tonto con el descarado movimiento, y él no
pudo evitar moverse por todo el camino hacia abajo del cuerpo de Tate, y bajando la
cabeza para tomar un bocado de esas curvas suculentas.

Una vez más, las caderas de Tate se movieron hacia arriba.

Logan trazó con su lengua un círculo sobre la carne firme y luego se trasladó al
centro del cuerpo de Tate. Él le dio un beso a su coxis antes de arrastrarse muy
lentamente con su lengua a lo largo de la espina de Tate. Cuando llegó a la cima, frotó
la nariz en el pelo de Tate y encajó su polla palpitante entre los pliegues de sus mejillas.

—No puedo esperar para deslizarme dentro de ti otra vez.

Tate gruñó y reaccionó con un rápido empujón de sus caderas, conectando sus
cuerpos más firmemente mientras trabajaba su propia carne.

—¿Te sientes bien, Tate?

Tate volvió la cabeza sobre la almohada y asintió.

Logan plantó sus manos a cada lado de la cabeza y levantó la parte superior del
cuerpo para poder arrastrarse a lo largo de su espalda y hacia atrás entre los globos
apretados ahora acunándolo.

—Maldita sea, Logan. ¡Venga!

Logan repitió la jugada y bajó su boca a la oreja de Tate.


—Voy, pero quiero ser claro acerca de algo.

—¿Qué? —Jadeó Tate.

Logan agarro el condón y lo abrió con los dientes, y se inclinó para rodarlo sobre
su polla. Mientras su mano estaba allí abajo, su dedo encontró el agujero de Tate y
siguió hacia dentro. Vio a Tate apretar la mandíbula y sintió el tirón de su cuerpo
ligeramente encima de la cama.

—Exhala. Venga. Puedes hacerlo.

Tate exhalado y, mientras lo hacía, empujó sus caderas hacia atrás.

—Sí. Así me gusta.

—Dime —preguntó Tate con los ojos cerrados, y Logan tenía problemas para
concentrarse.

Él sabía que Tate era precioso, ¿pero en este momento? ¿Aquí? Él era exquisito a
la vista.

—Esto, lo que estamos a punto de hacer, no se trata sólo de follar. Ya no.

Los ojos de Tate se abrieron de golpe y encontró la mirada de Logan en el justo


momento que un segundo dedo entraba en su cuerpo. Sus labios se deshicieron sobre un
grito, y Logan se abalanzo sobre ellos para llevarlo en un beso abrasador y el cuerpo de
Tate se sacudió contra el suyo propio.

Cuando el choque de la invasión menguo, Tate susurró contra su boca:

—Lo sé.

Logan no estaba seguro si para cada uno de ellos este momento significaba lo
mismo, pero cuando retiró los dedos del ajuste perfecto del cuerpo de Tate y se movió a
lo largo de él, se sentía como si estuviera finalmente en donde se suponía que debía
estar.

La cerradura que había mantenido su corazón firmemente encerrado por fin había
encontrado su clave.

***
La respiración de Tate se aceleró rápidamente al sentir a Logan posicionarse
detrás de él. Él estaba increíblemente encendido y sorprendido por lo mucho que quería
a Logan dentro de él nuevamente.

La primera vez había dolido, y sabía que esta segunda vez—joder, probablemente
cada vez—le dolería un poco, pero cuando la polla de Logan se frotó sobre su abertura,
Tate clavó un codo en el colchón debajo de él y esperó.

Los labios de Logan estaban apoyados en su hombro, susurrando palabras de


aliento, pero en esta etapa, Tate no necesitaba estímulo. Necesitaba a Logan dentro de
él.

Se acarició el eje febrilmente cuando Logan rodó sus caderas, y cuando una mano
agarró su costado y tiró de él hacia atrás, Tate gimió por todo el contacto cuerpo a
cuerpo.

Los poderosos músculos, el pelo del cuerpo, y los sonidos procedentes de los dos
se combinaron para hacer de su unión un momento abrasador, y cada vez, era de esa
manera.

¿Quién sabría que el sexo podría ser así?

Él seguro como la mierda nunca había experimentado tal necesidad de estar tan
cerca de alguien, de tenerlo dentro de él y ser una parte de su cuerpo. Sin embargo, con
cada beso, tacto, y cada palabra de la boca de Logan, Tate anhelaba esa conexión íntima
con él.

Él bajó su cuerpo completamente contra el colchón y follaba las sábanas debajo de


él. Vio una mano de Logan cuando se plantó cerca de su cabeza, y sintió los dedos de su
otra mano cuando se clavaban en su cadera. Logan tenía una pierna en el exterior de la
suya propia, y la otra firmemente afianzada entre sus piernas mientras se movía contra
él de una manera que estaba causando que la mente de Tate se cerrase prácticamente a
todo, menos a la necesidad de sentir a Logan dentro de él. Estaba tratando de resistir,
pero sabía que si Logan no se daba prisa de una puta vez, se correría antes de llegar a
experimentarlo de nuevo.

Después de varios segundos golpeando su corazón, Logan se detuvo, cambiando


ligeramente la posición de modo que quedo inclinado detrás él, y luego la cabeza de su
polla finalmente lo encontró. Detuvo su movimiento y luego muy lentamente comenzó a
entrar en su cuerpo.
Tate cerró los ojos y apretó los dientes cuando la amplia intrusión estiró su
abertura, pero cuando unos suaves labios encontraron su mejilla y Logan lo alabo:

—Te sientes tan increíble —a Tate le importo un carajo la incomodidad.

La ligera quemadura valía la pena, comparado con el calor persistente que


consiguió de la admiración que escuchó en la voz de Logan.

Cuando finalmente tocó fondo y se quedó quieto encima de él, Tate abrió los ojos
y movió la cabeza ligeramente.

Sus labios se encontraron, sus lenguas se tocaron, y luego Logan comenzó a


empujar.

Tate observó cómo unos dedos largos agarraron la almohada junto a su cabeza, y
él no pudo evitar gemir de placer cuando Logan se retiró. No dejó su cuerpo,
simplemente se echó hacia atrás, y cuando él empujó de nuevo hacia delante, Tate
estaba listo y se reunió con él con impaciencia.

La sincronía entre los dos era impecable, pese al cuerpo musculoso de Logan se
movía sin problemas encima de Tate, y con cada golpe, Tate estaba mucho más cerca de
su propia liberación.

Él bajó la frente hasta la almohada del simple placer de ser follado tan bien, y
cuando una de las manos de Logan se enredó en su pelo sosteniéndolo en su lugar, Tate
sintió todo su cuerpo temblar de las emociones que estaba sintiendo.

La lujuria y la excitación eran las fuerzas impulsoras en la habitación, pero justo


debajo de la superficie era algo mucho más fuerte, algo que no estaba seguro de que
estaban dispuestos a reconocer.

Nunca nadie lo había hecho sentir tan centrado como lo hacía sentir Logan,
incluso cuando su mundo estaba fuera de control.

Logan no lo juzgaba, no esperaba que diera algo que él no podía dar.

Unos dientes fuertes se hundieron en la carne de su hombro y el cuerpo de Logan


se tenso detrás de él y se corrió, Tate gritó el nombre de Logan y explotó en las sábanas
blancas debajo de él.

Logan lo quería, y si se trataba de su caída en la corrupción, entonces él planeaba


hacer un infierno muy impactante de su propia corrupción.
—¿Estás bien?

Cuando Tate se dio la vuelta, Logan se preguntó lo que estaría pasando por detrás
de esos ojos. A continuación, una relajada sonrisa curvó su boca y él asintió.

—Mhmm. ¿Y tú, estás bien? —Tate le preguntó a cambio.

Se deslizó hacia adelante por lo que estaba apoyado en la cabecera de la cama y


observó como Tate automáticamente se acercó más a su lado. Oh, sí. Me gusta un
infierno entero todo esto, me encanta.

—Estoy jodidamente fantástico. Así que gracias por esto.

Tate se echó a reír, y el sonido se hizo eco por toda la habitación.

—Me alegro de poder ayudarte.

Logan se rascó el pecho e informó al hombre saciado junto a él:

—Has hecho mucho más que ayudarme. Has superado todas mis expectativas.

Tate echó la cabeza hacia arriba, y cuando sus ojos se encontraron, él levantó una
ceja.

—Ya no es necesario seducirme, ya sabes. Estoy desnudo y en tu cama.

—Lo que te hace un hombre con suerte, ¿no te parece?

—Y tú, como siempre, eres un modesto. Culo arrogante.

Logan no pudo evitar tocar los labios de la boca de Tate con la punta de su dedo.

—Si no recuerdo mal, tú eras el exigente: quítate los pantalones y…

—Sí, lo recuerdo.

—¿Lo recuerdas? En realidad me sorprende que aún estés despierto.


Tate bajó los ojos.

—No podría dormir en este momento, incluso aunque quisiera hacerlo.

—¿Quieres hablar de ello?

Tate se puso de costado para enfrentarse a él y se encogió de hombros.

—¿Te ofenderías si te digo que no?

Logan no estaba muy seguro de cómo sentirse.

—No. No ofendido...

—¿Pero?

¿Cuál era la palabra que estaba buscando? No podía precisarlo, pero de repente, le
pareció importante que Tate sintiese que podía confiar en él, que le permitiera compartir
su carga.

—Creo que sólo quiero que sepas que puedes hablar conmigo.

Logan apenas resistió el impulso de poner los ojos en blanco ante la sonrisa de
impacto en la boca de Tate, y cuando él se desplazó para hacérsele encima y lamió con
sus labios la boca y toda su barbilla, Logan cerró sus ojos.

—¿Sabes qué? Creo que te importa, Logan Mitchell.

Tate estaba en lo cierto. Él realmente estaba preocupado. La situación era una


gran cantidad de mierda, pero no había manera en el infierno que fuera a ser él quien
abriera su corazón después de sólo unas pocas semanas.

Había estado allí antes, hace mucho tiempo, y mira lo mal que había terminado.

—¿No dices nada? —Tate empujó.

Logan abrió la boca y juró que estaba a punto de responder, pero en el último
minuto, agarro a Tate y les dio la vuelta a ambos, ahora él estaba acostado encima del
hombre.

—¡Mierda, Logan! —se quejó Tate—. Justo en el maldito punto mojado.

—Hey, es tu desorden. Me parece justo que te acuestes en ella.


Tate se retorció debajo de él hasta que Logan terminó entre las piernas.

—¿Quieres ir a cenar?

—¿Tengo que ir?

Logan rodó sus caderas, rozando sus pollas juntas, y besó la comisura de la boca
de Tate.

—Sí, tienes que ir. Creo que es una buena idea poner algo dentro de ti.

—Pero yo sólo quiero algo dentro de mí.

Logan gimió y dejó caer la cabeza hacia adelante, al interior del cuello y el
hombro de Tate.

—Cada puto día que te conozco te vuelves más sucio, te lo juro.

Los dedos de Tate agarraron el cabello que estaba acariciando, y tiró de su cabeza
hacia atrás.

—Siempre he sido sucio —él movió las cejas y empujó sus caderas hacia arriba—
. Simplemente no soy tan verbal como tú.

Logan se movió para arrodillarse entre las piernas dobladas de Tate. Sus ojos
examinaron el cuerpo que se extendía ante él, y él no pudo evitar arrastrar los dedos por
las espinillas de Tate. Cuando llegó a las rodillas, pasó las manos por debajo de ellas y
luego tiró de Tate levantando así sus caderas del colchón. Mientras bajaba la cabeza y
llevaba su boca golosa al cuerpo de Tate, dibujó un camino húmedo y caliente con su
lengua a través de la polla de Tate.

—Oh Cristo, Logan.

Tate todavía sabía y olía a sexo, y cuando Logan lo succionaba, sabía que Tate
tenía razón: él era mucho más sucio de lo que imaginaba. Ni siquiera había arañado la
superficie de lo que quería con Tate, y tenía la sensación de que la persona que pudiera
compartirlo todo con él, era la que actualmente está empujando su erección en su rostro.

Pero por ahora, Logan tenía otras ideas.

—Creo que es necesario comer algo.

—¿Hablas jodidamente en serio?


—Sí —dijo mientras bajaba la cadera de Tate de nuevo a la cama—. Todo lo que
has recibido el día de hoy han sido solo Dios saben cuántos cigarrillos, y ya que estamos
tocando este tema, jodidamente necesitas dejar de fumar y de excederte en el
alcohol. Necesitas alimentarte.

—Te necesito a ti chupándome la polla.

Logan se rió entre dientes.

—Es bueno ver que ya no tienes ningún problema en pedir lo que deseas. Pero…
necesito que comas primero. Entonces, si eres amable conmigo, te comeré.

Tate envolvió una mano alrededor de su polla y se acarició.

—Si sigues haciendo esto, sólo vas a estar muy duro y sentirte miserable.

Tate cerró los ojos, no cesaba de masturbarse con su puño, y gimió.

—Si sigo haciendo esto, voy a correrme y estaré satisfecho.

La mano de Logan quitó la de Tate y lo acariciaba cómo sabía le gustaba.

—Debes cenar conmigo, y te daré exactamente lo que has pedido.

—¿Antes o después?

Los dedos de Logan se flexionaron alrededor de Tate.

—¿Así que ahora esto es una negociación?

—Esa es tu línea de especialización, ¿no es así, abogado?

—Sí. Sí lo es.

Tate amplió sus piernas y, puto infierno, bombeado su pelvis hacia arriba una vez
más. La visión era casi demasiado para Logan cuando él bajó los ojos para observar el
desempeño erótico. No había nada que deseara más que chupar a Tate con la boca y
tragar, pero en primer lugar, Logan iba a cuidar de él.

Se inclinó hasta que su boca estaba pegada al oído de Tate.

—Si comes, yo como —se las arregló para decir—. Es tu elección.

***
Tate se sintió atrevido cuando volvió sus labios al cuello de Logan y le preguntó:
—¿Qué pasa si no quiero más tarde?

Esta vez, cuando Logan se levantó por encima de él, su expresión estaba llena de
malicia.

Tate sintió un escalofrío que lo recorrió por toda su columna vertebral hasta sus
pelotas cuando la boca de Logan le tocó los labios y le susurró:

—Si no deseas mis labios alrededor de tu polla y mi mano metida dentro de tus
pantalones vaqueros, entonces todo lo que tienes que decir es... —Logan interrumpió
sus palabras cuando arrastro sus labios a lo largo del rastrojo de la mandíbula de Tate—
… no.

Tate tragó, su pene respondió de forma automática, y se preguntó si alguna vez a


través del tiempo podría decirle que no a Logan.

—¿Quieres decir que no, Tate?

Esos labios malvados besaron su camino de regreso a la boca, y cuando la lengua


de Logan tocó la comisura de sus labios, Tate empujó todo su cuerpo contra Logan,
logrando presionarlo contra el suyo. Y aprovechando que sus pieles quedaron
conectadas por todas partes, Logan profundizó el beso.

Sus bocas se abrieron y sus lenguas se retorcían, sus gemidos se oían como uno
solo entre ellos, Tate intentó entender sus emociones.

Con la mezcla de sus emociones más las caricias y los besos excitantes, fue difícil
para él determinar cuál le estaba haciendo acelerar su corazón al límite.

Todo lo que sabía era que el hombre que le estaba devorando su boca tenía el
poder para hacerle daño, y no era que fuese una aterradora revelación.

¿Me pregunto si tengo el mismo poder?

Él arrancó su boca y miró a Logan.

Este nuevo silencio que se instalaba entre ellos últimamente no era incómodo,
pero si era pesado. Los dos sabían que lo que se estaba moviendo entre ellos iba mucho
más rápido de lo que esperaban, pero a menos que ellos decidieran detenerlo, no había
nada más que pudieran hacer, tal solo dejarse llevar por lo que sentían.
Lo que había entre ellos era como una gigante onda en la cual quedaron atrapados
en su fuerza de atracción, lo mejor que podían hacer era simplemente rendirse y dejarse
llevar a donde los quisiera llevar. Todo lo que podían esperar era mantener la cabeza por
encima del agua y recordar respirar.

—Está bien. Entonces vamos a comer.

***

Todo el camino a la cena, Logan era consciente de la diferencia en Tate.

Había desaparecido el ligón relajado, y otra vez veía al hombre que había
encontrado sentado en su sala de estar una hora más o menos antes. Se encontraba lejos
encerrado en sus pensamientos, y Logan quería estar allí con él. Su problema era que no
sabía si Tate estaba listo para dejarlo entrar.

Estacionó el Audi R8 en el pequeño aparcamiento detrás de su restaurante italiano


favorito, lo aparcó en una esquina en reversa antes de apagar el motor. Cuando el
tranquilo ronroneo del coche se silenció y Tate alcanzó la manilla para abrir la puerta,
Logan puso una mano en el muslo del hombre.

—¿Oye?

Tate miró en su dirección, y Logan le dio lo que esperaba fuese una sonrisa
tranquilizadora.

—Haz lo que tengas que hacer con tu familia, ¿de acuerdo?

Los ojos que se estrecharon ante él, hicieron a Logan consciente de que lo que
había acabado de decir, no lo había dicho de manera correcta. Tate estaba enojado.

—¿Que se supone que significa eso?

—Justo lo que dije. Quiero que hagas lo que tengas que hacer para que esto sea
adecuado para ti.

—¿Para mí?

—Sí, por ti. No te preocupes acerca de cómo esto pueda llegar afectarme.

Los labios de Tate se apretaron mientras negaba con la cabeza.


—Que te jodan, Logan.

Él abrió la puerta del coche y se bajó, cerrándola detrás de él.

Logan se sentó donde estaba, aturdido. ¿Qué me jodan? ¿Qué demonios hice?

Sacó las llaves del encendido y abrió la puerta del coche. Después de salir, la
cerró, se dirigió hacia donde Tate que estaba apoyado con su culo contra el lateral del
coche, y exigió:

—¿Cuál es tu maldito problema?

La expresión irritada en el rostro de Tate debería haberle advertido que estaba que
se lo llevaban los mil demonios, pero fiel a su forma de ser, lo ignoró.

—¿Mi problema? —Preguntó Tate.

—Sí, tu problema. Todo lo que dije era…

—Yo sé lo que has dicho —Tate lo interrumpió, se enderezó y dando un paso más
cerca de él le pincho con un dedo contra su chaqueta en el pecho y le escupió:

—Estoy harto y cansado de que me des permiso para largarme de tu lado de una
maldita vez. Si quiero mandarte a la mierda, soy muy capaz de abrir la boca y decir las
palabras.

Wow, está bien. Logan no había sido consciente de que así era como se veían las
cosas desde la perspectiva de Tate.

—En primer lugar me dices que si quiero negarlo, soy libre de hacerlo. Ahora me
dices “Tate, has lo que sea necesario”. ¿Ya sabes lo que necesito? Necesito que cenes
conmigo, y allí puedo contarte lo que me sucedió, y luego vas a chuparme la polla como
prometiste. ¿Está bien para ti?

Logan no pudo evitar la ligera contracción de los labios en el último comentario.

—No estoy tratando de hacerte enojar.

—Bueno, felicitaciones. Usted está teniendo éxito de todos modos.

El cuerpo de Logan respondió a la parte volátil de Tate como siempre-


endureciéndose en un instante.
Se dirigió hacia Tate haciéndolo retroceder hacia atrás, hasta que su culo estaba en
contra de la puerta de su coche.

—Está bien, señor Morrison. Escuche con atención —llevo el dedo índice hasta la
parte delantera del cuello de la chaqueta de cuero de Tate, donde la agarró y tiró de él
hasta que sus labios se tocaron.

—Cena. Ambos vamos a entrar y a comer. A continuación, vamos a discutir


exactamente lo que te ha ocurrido hoy.

La mano de Tate se posó sobre su pecho, y él asintió.

—Está bien.

Logan llevo una de sus manos a la nuca de Tate, tiró de él, y le plantó un beso
feroz en los labios. Cuando se separaron, sus ojos bajaron a los labios hinchados de Tate
y agregó:

—Después voy a traerte aquí afuera, desabrocharé estos vaqueros, y te succionaré


la polla hasta que baje por mi garganta.

Tate no dijo nada, sólo se lamió la boca y Logan no podía apartar la mirada de sus
labios, por lo que lo empujó más cerca de él.

—¿Está bien para ti?

Tate asintió, pero no había manera en el infierno de que Logan lo dejara ir sin que
dijera las palabras de aprobación.

—Dilo.

Logan sintió la mano de Tate en el pecho haciendo un recorrido hacia abajo hasta
llegar al círculo de su cintura debajo de la chaqueta.

—Sí. Todo está bien para mí.

Satisfecho, Logan dio un paso atrás y se sorprendió cuando Tate lo tomó de la


mano. Sin decir una sola palabra, cerró el coche antes de entrelazar sus dedos, y luego
ambos se dirigieron dentro del restaurante.
Tate siguió detrás de Logan cuando él comenzó a moverse a través de las mesas
del pequeño restaurante y se detuvo frente a una de las cabinas. Cada una de las mesas
tenía manteles a cuadros blancos y rojos y jarrones de vidrio con especias, y también
queso parmesano junto a la lista de los menús. Al mirar alrededor vio a varias parejas y
familias sentadas para la cena, Tate era más que consciente de que miró y volvió a mirar
para asegurarse de que no había nadie que le conociera, y al instante ya se odiaba a sí
mismo por haber hecho aquella comprobación.

—¿Esta mesa está bien para ti?

Él asintió mientras Logan se sentó en un lado y tomó el menú. Tate agarró su


menú para hacer algo y lo abrió, bajando los ojos.

Logan no era un idiota, sin embargo, y cuando terminó de leer el menú lo tiró
sobre la mesa, y entrecerró los ojos.

—Relájate. No voy a atacarte en un restaurante familiar.

—Ya sé eso.

—¿Lo sabes?

Automáticamente a la defensiva, Tate contestó:

—Sí.

—Podrías haberme engañado. Estás usando el menú como un escudo.

Tate bajó el menú.

—No estoy haciendo eso.

Logan se rió de la respuesta de malcriado y levantó su propia voz.

—Lo estabas haciendo.


Tate levantó de nuevo su menú y comenzó a escanear los aperitivos. El problema
era que no estaba viendo absolutamente nada del menú.

No podía dejar de pensar en la conversación que había sostenido con su madre y


su desaprobación: "William, usted no es gay". Si sólo ella supiera lo mucho que había
disfrutado de Logan hacía tan sólo una hora, ella sabría cuan equivocada estaba. No
estaba seguro de si era gay o bisexual. Todo lo que sabía era que pensar en las manos de
Logan en su cuerpo hacían saltar su corazón y poner su polla muy dura.

—Buenas noches. ¿En qué puedo ayudarlos a los dos esta noche?

El camarero que se detuvo junto a la mesa sacó a Tate de sus pensamientos.

—Oh, hola, señor Mitchell.

—Hola, Sam. Voy a tomar una Heineken y él va a tomar…

—Agua —Tate lo interrumpió.

—… mientras escogemos el menú—. Terminó Logan.

—Por supuesto. Ahora regreso.

El camarero los dejó con sus menús, y ya que ambos pretendían leerlos, Tate no
pudo evitar mirarlo por encima de su menú con recelo, al hombre que se encontraba
sospechosamente tranquilo frente a él.

—¿Lo conoces bien?

Los ojos de Logan encontraron los suyos, y cuando se arrugaron en los lados
detrás de sus gafas, Tate supo que Logan se reía de él.

—¿Bien como en... ?

—¿Como en, también la chupa como una aspiradora?

La risa ruidosa y en auge que vino de Logan, tenía a Tate con el ceño fruncido y él
se sentó hacia atrás en su asiento.

—¿Qué? Como si no fuese una posibilidad. El tipo sabe tu nombre.

—Él conoce mi apellido. Me llamó señor Mitchell. Incluso yo no soy tan


pervertido. Cuando follo con alguien, va a gritar mi nombre. No señor Mitchell como si
fuera su padre.
Logan le informó en un susurro cómplice.

—Aunque pensándolo bien... ¿me puedes llamar así por el resto de la


noche? Quiero oír cómo se oyen esas palabras en tu boca.

—Eres un puto perturbado, Sr. Mitchell. ¿Por qué sabe tu apellido?

—Me gusta este restaurante. Vengo con mucha frecuencia. Pero tengo que decir,
que él no es mi tipo. Todo este lado posesivo tuyo es putamente caliente.

—Estás loco.

—Te pones muy rojo cuando estás celoso —rió Logan.

Tate frunció el ceño ante su propia estupidez, y se centró en la elección de una


comida. Finalmente escogió el “Gnocchi” y colocó el menú en el borde de la mesa
cuando Sam trajo sus bebidas. Ambos pidieron, y cuando Logan pidió “Bruschetta con
las especias mezcladas a un lado para llevar”, Tate pensó que no tenía hambre.

—Entonces... —dijo Logan.

Tate sabía lo que quería y trataba de decidir cómo empezar. Al final, por el
principio parecía la mejor opción.

—Diana fue quien la llamó.

Logan cogió su cerveza, pero antes de que se encontrara con sus labios, murmuró:

—Perra.

—Sí, esas fueron más o menos mis palabras también.

—¿Cómo diablos te casaste con eso?

Tate se encogió de hombros.

—No siempre fue así.

La frente de Logan volaba hacia arriba como si lo dudara. Luego tomó un sorbo
de cerveza y la bajó a la mesa.

—Bueno, ya que estamos en el tema de ella, debes saber que retiró su caso de
divorcio con Cole. Así que, es probable que te llegue mucho papeleo a tu correo
electrónico dentro de algunos días, pero básicamente significa que tendrás que empezar
de nuevo.

Tate se quedó mirando el vaso de agua delante de él. Cristo, él deseaba que fuera
vodka o tequila algo que no fuese solamente la puta agua.

—Joder —fue todo lo que pudo decir.

—Sí. Estoy pensando que lo hizo por su orgullo herido…

—Mierda, sí, su orgullo herido—Tate escupió.

—Yo nunca follaría con nadie como ella, si la hubiese llegado a conocer
casualmente, nunca lo hubiese hecho.

Cuando las palabras de Logan se reunieron en sus oídos, Tate no pudo evitar su
sonrisa.

—Bien, es bueno saberlo por lo menos. Ella no es exactamente fea.

—Eso depende. A primera vista, estaría de acuerdo contigo. Ella es hermosa,


hasta que abre la boca. Entonces tú ves en ese momento lo fea que es realmente.

Una vez más, Logan le había sorprendido. Ahora Tate se preguntaba ante los ojos
de Logan, hasta donde lo comparaba con Diana, y al mirar al otro lado de la mesa, no
pudo evitar preguntar.

—Así que si ella y yo estuviésemos sentados en una mesa junto a la tuya, a quien
tú…

—¿Tate?

—¿Sí?

—No hay duda. No ha habido ni una puta duda desde que te vi —cuando no pudo
encontrar más que decir, Logan le preguntó—: ¿Dudas de lo que te digo?

Tate se llevó el vaso de agua a la boca, se sentía avergonzado, hasta que el pie de
Logan encontró el suyo debajo de la mesa, y hubo conexión entre los dos.

—No —dijo finalmente con un nudo en la garganta.

Si las acciones de Logan no lo habían convencido, la mirada de sus ojos lo


hizo. Era un grito de: “Te quiero”.
—Bien. Porque como he dicho antes, se trata de un restaurante familiar. Ellos no
aprobarían las exhibiciones públicas de un comportamiento inapropiado.

Tate se burló.

—Bueno saberlo.

—Sí. Por ahora, estás a salvo. Pero esa regla sólo se aplica al interior del
restaurante. En el estacionamiento... eres un blanco legítimo.

Ese pequeño recordatorio, hizo que el cuerpo de Tate se tensara y él cerró los ojos
por un minuto para recoger y reorganizar sus pensamientos.

—Dime que más pasó hoy —alentó Logan.

Al abrir los ojos para encontrarse con Logan se sentó cómodamente con los brazos
cruzados. Tate sabía que tenía que empezar a hablar si querían avanzar más allá, y él
quería seguir adelante, para dejar todo lo sucedido atrás y continuar con sus vidas.

—Bueno, ya sabes, Diana llamó a mi mamá.

—Exacto. Así que estoy asumiendo que tu madre no se lo tomó bien, ya que ella
piensa que te corrompí. Que yo…

—Ni siquiera lo menciones —Tate lo interrumpió—. Y no, no lo tomó bien.

Logan esperó en silencio, y Tate podía decir que no encontraba las palabras para
expresarse hasta que por fin él dijo:

—Me preguntó si yo estaba saliendo con un hombre. Le dije que sí —sus ojos se
quedaron fijos en Logan, como si lo desafiara a estar en desacuerdo, pero cuando él no
dijo nada, Tate le dijo bravuconamente—. ¿Está bien?

—¿Qué es lo que está bien?

—¿Lo que he dicho, que estamos saliendo?

La sonrisa de Logan era genuina cuando él asintió con la cabeza, y Tate se


sorprendió de que no parecía haber ningún humor en ella, simplemente una profunda
sinceridad.

—También me preguntó cómo sucedió.


La cara de Logan era casi cómica, sus ojos se abrieron grandemente, y Tate quería
jugarle un pequeña broma.

—Le dije que no me dejabas en paz, que me arrinconaste en una sala de


conferencias, y me besaste tan duro que tuve mi boca magullada por días.

El pie de Logan se frotó en la parte interior de la pierna de Tate cuando le dijo en


una voz ronca:

—Tú no le dijiste eso a tu madre. Aunque debo reconocer que fue un buen intento.

El humor de Tate desapareció tan rápido como había aparecido cuando recordó su
verdadera respuesta y la reacción de su madre.

—Ella no entiende cómo sucedió. ¿Cómo puedo estar con un hombre cuando solía
estar casado a una mujer?

Cuando las palabras cayeron de su boca, incluso Tate tuvo que preguntarse cómo
se había producido tal cambio.

¿Cómo fue que él era capaz de aceptar y entender que ahora estaba con un
hombre?

¿Por qué que me está pasando esto? ¿O es simplemente porque es Logan?

No tenía ni puta idea, y cuando Logan le preguntó:

—¿Qué le has dicho? —Él todavía no tenía una respuesta.

—Bien, chicos —dijo el camarero cuando se detuvo junto a la mesa, por suerte lo
salvó. El camarero colocó una bolsa de papel delante de Logan y un plato blanco
delante de él.

—¿Necesitan algo más?

Cuando ambos indicaron que no, se dio la vuelta, lo que les dejaba una vez más en
el pesado silencio familiar.

—¿Qué más dijo? —Preguntó Logan finalmente.

Tate alcanzó el queso y cubrió la pasta con el.

—Ella no quiere que me acerque este Domingo.


—¿Estás seguro de que simplemente no me quiere a mí allí? —Preguntó Logan
mientras levantaba la cerveza y tomó una trago.

Tate agarro con su tenedor un pedazo de gnocchi, y se encogió de hombros.

—Da lo mismo. No hay diferencia.

—Realmente no da lo mismo.

Él metió más comida en su boca, Mierda, sí que había pasado hambre, y de


repente, la furia que había sentido anteriormente comenzó a reaparecer.

—Yo le dije que quería que ustedes dos se conocieran, ¿y sabes lo que me dijo?
—cuando Logan no respondió, Tate continuó—: Ella dijo que nunca quería
conocerte. Nunca. ¿Quién dice algo así?

Recogido en su propia ira, Tate se encontraba demasiado distraído para darse


cuenta de lo incómodo que Logan lo había mirado, y Tate se mantuvo con su disgusto.

—Ni siquiera se molestó en escuchar mi versión de los hechos. Tomó la versión


de Diana como de costumbre y le creyó. Jesús, esa mujer tiene que salir pitando de
mi vida ya. No es como si yo les estuviese pidiendo que se sienten allí y nos vean
enrollándonos. Sólo quiero que ella te conozca por el amor de Dios.

—¿Tate?

—¿Qué? —espetó cuando su tenedor golpeó el borde del plato con un sonido de
golpeteo.

—Está bien.

—Es que no está bien. Si ella te conociera, tú…

—Probablemente se sentiría de la misma manera.

***

Logan sabía lo que Tate estaba tratando de hacer. Él estaba tratando de


convencerse así mismo de que si su madre se reunía con él, las cosas serían diferentes,
pero Logan era lo suficientemente inteligente como para saber de sobra que eso no
sucedería.
Tate le había dicho en su primera cita que había sido criado católico. Eso no era
un buen augurio para cuando Tate tratara de hacer entender a su familia que ahora le
gustaba acostarse con hombres.

De hecho, había un desastre escrito por todas partes, y por eso no había querido
reunirse con ellos en un primer momento. Sólo había acordado hacerlo para apaciguar a
Tate, pero en este momento, Tate parecía cualquier cosa menos apaciguado.

—¿Qué dijiste?

—Sólo estoy diciendo que aunque nos conozcamos, sigue existiendo la


probabilidad que todavía sienta lo mismo.

—¿Sí? Bueno, que gran actitud, Logan.

—Sólo estoy tratando de ser realista.

Observó como Tate se embutió algo más de comida y otras cosas más en la
boca. Él masticó como si estuviese tratando de matarlo y luego lo señaló con el tenedor.

—Si no quieres ir el domingo, sólo dilo.

—Yo no he dicho eso.

—Es lo mismo.

Logan se inclinó hacia delante y fijó a Tate con una mirada que gritaba, “Cállate
la boca” Después Logan le dijo en una voz grave:

—Si yo no quisiera ir, no habría dicho que lo haría. ¿Lo tienes? Sólo estoy
diciendo que las cosas pueden no salir de la forma que deseas. Incluso después de que
me conozcan.

Tate miró al otro lado de la mesa donde estaba Logan, y luego suspiró sentado en
su asiento.

—Esto va a funcionar, va a salir bien. Mi madre solo entro en estado de


shock. Ella ama a todos.

Logan tenía sus dudas. Sabía que podía ser un bastardo con encanto, pero desde
que vio la consternación en la cara de Tate, sospechaba que ganarse a los Morrison
tomaría más de un plato de frutas y flores.
—Está bien, entonces. Así que vamos a ir, y voy a estar encantado de que se les
caigan los pantalones.

—Hilarante, Logan.

—Lo intento.

Se echó hacia atrás en su asiento y jugó con la etiqueta de su cerveza mientras


pensaba en cuál sería la mejor manera de abordar el tema siguiente en particular.

—Hablando de la familia, y de hacer cosas juntos...

Los ojos de Tate se encontraron con los suyos, y Logan no podían creer cuan
extraño se sentía decir juntos. Hasta aquí, Tate no le había contradicho.

—Cole y yo tenemos una Cena Empresarial para nuestros clientes en un mes más
o menos —Mierda, estoy incluso hablando sobre el futuro.

Tate no respondió, y Logan pensó que tenía que precisar lo que quería decir al
chico.

—Me preguntaba si te gustaría ir.

Con su tenedor a medio camino de su boca, Tate detuvo sus movimientos, y


luego, lentamente, lo bajó de nuevo a su plato.

—¿Ir contigo? Al igual que en una... —Oh mierda está nervioso—. Al igual que
en una cita.

Tate se echó hacia atrás en su asiento y frunció el ceño.

—Logan... no sé…

—Está bien —se apresuró a interrumpir—. Fue una idea estúpida de todas
formas. Le dije a Cole que te lo preguntaría, y ya sé tu respuesta.

Dios, era un idiota. Conocía a Tate y sabía que no estaba preparado para esto, y
sólo escucharlo decir que él no era suficiente como para... Sí, maldito dolor en el pecho.

—Es sólo que…

—Tate, está bien. No tienes que explicar nada —Y, honestamente, no quiero que
lo hagas.
Tratando de cambiar de tema para no pensar más en el rechazo de Tate, Logan
preguntó:

—¿Qué hay de Noche de Juegos este viernes?

—¿Noche de juegos?

—Sí. Cole y Rachel tienen Noche de Juegos con la familia y necesitan dos
personas adicionales. Ella nos invitó.

La boca de Tate se torció a un lado, al parecer, más que feliz de que Logan
hubiese cambiado de tema.

—Tú no pareces del tipo que le gusta asistir a Noche de Juegos.

—No me gustan —él estuvo de acuerdo—. Pero Cole me obligo a hacerlo.

—¿Cómo te obligó?

—Usó la tarjeta de que su esposa está embarazada.

Terminando con su comida, Tate apartó el plato.

—Ahh, sí. Siempre funciona.

—¿Así qué? ¿Vendrás? Son sólo unas pocas personas.

Tate pensó por un minuto y luego asintió.

—Por supuesto. ¿De qué tipo de juegos estamos hablando aquí?

—No tengo ni idea. Pero si la estera Twister sale, yo estaré huyendo a la mierda
muy lejos de allí.

—No me digas —Tate rió. Luego señaló la bolsa de papel que se encontraba
delante de él.

—¿Sin hambre?

Logan se aseguró de tener toda la atención de Tate mientras guardaba en su


respuesta sexual toda la insinuación que podía manejar.

—Oh, me muero de hambre. ¿Tú tienes?


—Sí. Tenía, pero ya comí. Tú ni siquiera has comenzado —Tate levantó sus
caderas y metió una mano en su bolsillo trasero, sacando su billetera.

Logan podría mirarlo hacer esto una y otra vez y no enfermarse de la acción. Tate
lo sabía también, porque el hijo de puta se tomó su tiempo cuando él lo vio mirar y le
guiñó su ojo juguetonamente. Una vez que él tenía la cartera, sacó varios billetes, los
puso sobre la mesa, y luego se deslizó fuera de la cabina.

—Es mejor comerse todo lo que está ahí.

Logan dibujó una cruz sobre su corazón y le dijo con una sonrisa.

— Lo prometo.

Logan agarró la bolsa y se levantó después de Tate, y se desplazaron a la playa de


estacionamiento.

Todo ésta seria charla le había dejado con un objetivo en mente, recordando a
Tate que estaba exactamente con la persona adecuada, y que acaba de pasar a ser…
Logan.
Tate estaba al tanto de los ojos de Logan sobre él mientras se dirigía a la parte
oscura del aparcamiento. Podía sentir el traqueteo de la tensión sexual entre ellos. Esa
tensión estaba allí desde el momento que había llevado su mano a la cartera en la parte
trasera de su pantalón, y los ojos de Logan habían caído en la parte baja de su
cinturón. Añadiendo a esto la sonrisa desviada de Logan y la promesa de comerse toda
su comida, Tate podía concluir que sí, que estaba seguro de que no era el único que
sentía que la temperatura fresca de ésta noche de Chicago había subido de temperatura.

Los temas tratados en la cena habían sido difíciles. Esos asuntos no eran los más
propicios para la seducción. La situación con su familia era todo un desastre. Uno que
necesitaba ser resuelto lo más pronto posible, porque cuanto más tiempo lo dejase a un
lado, cuanto más tiempo se podría complicar mucho la situación.

Luego vino la invitación de Logan. Se preguntó si realmente Logan estaba bien


con el hecho de que él no estaba listo para asistir a la Cena de Trabajo como su
cita. Logan había dejado el tema rápidamente a un lado, pero Tate tenía el
presentimiento de que había herido sin querer Logan, a pesar de que él le había jurado
que no importaba.

Estaban casi en el coche cuando sintió a Logan pisando sus talones.

—¿Sabías que tus pantalones vaqueros tienen un agujero? ¿El que está en la parte
posterior de tu muslo derecho?

Tate sabía a qué agujero se refería. Sus pantalones vaqueros preferidos eran muy
gastado y tenían varios agujeros, pero en lugares en los que aún podía considerarse
decente. Ese agujero no era lo bastante grande.

—Se ha extendido, y cada vez que das un paso, puedo ver la curva de la mejilla de
tu culo —La cabeza de Tate giró mientras trataba de ver su propio culo, que era
ridículo, y luego sus ojos se encontraron con los de Logan—. Estás jodidamente
desnudo debajo de ellos, ¿verdad?

Al detenerse junto al coche de Logan, Tate se volvió y vio que Logan estaba allí
detrás de él.
—Quería que tu comida fuese de más fácil acceso.

Logan no dejó de caminar hasta que sus cuerpos se encontraron y sus pantalones
vaqueros se tocaron. Sus caras estaban tan cerca que una brisa habría tenido dificultades
para conseguir pasar entre ellos, y cuando la mano de Logan ahueco el Denim que
ocultaba su pene excitado, Tate llevó ambas manos a los brazos de Logan para mantener
el equilibrio.

Mientras que Logan lo masajeó, Tate cerró los ojos e inclinó la cabeza
ligeramente hacia atrás. En el instante en que lo hizo, los labios de Logan estaban allí,
dejando un reguero de besos por el lado de su cuello hasta que él llego a la oreja.

—Entra en el coche y desabrocha tus vaqueros. Estoy jodidamente muriendo de


hambre.

Con un último apretón, Logan lo soltó y se apartó. Se humedeció su labio inferior,


y el calor abrasador en esos ojos tenía a Tate a punto de girar y llegar a la puerta del
coche lo más rápido de lo que había creído posible llegar.

Cuando se giró y levantó el mango de la puerta y no pasó nada, sintió el cuerpo de


Logan presionándose contra la parte posterior del suyo, atrapándolo entre la puerta del
coche y él mismo. Logan ajustaba su erección contra su culo, y Tate no pudo evitar
rozarse contra ella.

Joder, se siente bien.

Logan se sentía bien, y a Tate en ese momento le importa una mierda si ellos
estaban de pie en una habitación privada o en un aparcamiento público, él necesitaba
liberación y la necesitaba ya.

—Logan —se quejó, y entonces el coche emitió un pitido y los seguros del coche
se abrieron.

—Lo siento —Logan le dijo con voz ronca—. No pude evitarlo.

Tate intentó abrir la puerta de nuevo, y esta vez, se abrió sin ningún problema. Se
subió en el interior y se encerró en el sitio que resulto acogedor, y luego rápidamente
desabrocho y bajo el Denim.

Antes de que Logan incluso llegara a su lado del coche, Tate estaba trabajando su
polla dura como el infierno con su mano. Con su cabeza hacia atrás sobre el
reposacabezas y sus ojos mirando el acercamiento de Logan, él no podía menos que
aspirar con fuerza debido a su aliento excitado. Cuando la puerta se abrió y la luz
interior se encendió, alumbró a Logan por encima y se veía con una artista del arte
sexual en toda su expresión.

Logan se deslizó dentro y se quitó las gafas, colocándolos en el tablero mientras lo


examinaba.

Tate no estaba seguro de por qué esto le hacía temblar todo su cuerpo, pero así
era. Logan iba muy en serio, y su objetivo en este mismo segundo es chuparme la
polla. El infierno de mierda que sí... Eso fue sin duda, porque sin provocación alguna de
su parte, el sólo hecho de tener a Logan mirándole, Tate tuvo que luchar fuertemente
contra su propio orgasmo.

Sus caderas se arquearon fuera del asiento cuando la luz interior del coche se
apagó, y oyó el crujir de la bolsa de la comida de Logan cuando él lo puso en algún
lugar.

Tate pudo distinguir los ángulos y las líneas del hombre que estaba a su lado.

—Jesús, Tate. Tienes suerte de que tuve mi polla dentro ti antes, porque no creo
que hubiese sido capaz de mantenerme fuera de otra manera.

Las palabras, la imagen y el profundo timbre de la voz seductora de Logan todo


esto toco las teclas adecuadas en Tate, y se tradujo en el aumento gradual de su
necesidad. Entonces Logan tomó su barbilla entre el pulgar y el índice y volvió la
cabeza, así que estaban de frente.

—Quiero tus pantalones vaqueros abajo, rodeando tus tobillos.

Tate podía sentir su pecho subir y bajar como si estuviera corriendo una
maratón. La instrucción explícita lo dejó sin habla, pero él no necesitaba decir nada,
sólo las acciones. Él levantó sus caderas de nuevo y saltó su carne hinchada al hacer lo
que solicitaba Logan, y al segundo era libre, la mano de Logan se envolvió alrededor de
su rígida longitud.

—Ahh...

Logan se inclinó sobre la consola hasta que sus narices se rozaban y sus labios
apenas se tocaron.

—Los tobillos, Tate. Ahora.


Tate tocó con su lengua la boca de Logan, y como si no pudiera evitarlo, Logan
dejó que su propia lengua saliera para darle gusto antes de retirarse.

—Deja de perder el tiempo y date prisa de una puta vez. Te quiero en mi boca.

—Dios.

Logan presiono la palanca del asiento del Tate, bajándola. Luego se echó hacia
delante, haciendo que Tate casi llegara hasta él, pero en su lugar rápidamente decidió
empujar hacia abajo los pantalones de Tate. Oyó el crujido de papel de la comida de
Logan, pero Tate no tenía cabeza para pensar en nada, y cuando el vaquero fue
finalmente a parar alrededor de sus tobillos, se estiró. Antes de que su espalda estuviese
incluso contra el asiento de cuero, Logan estaba allí.

Cuando sus bocas se conectaron, Tate abrió sus labios para dejar hacer al hombre
impaciente que tenía encima de él.

Logan no perdió un segundo cuando deslizó su lengua dentro, y aprovechó para


frotarla contra la suya propia, esto causó que Tate gruñera y agarrara al chico buscando
atraparlo y lo atrajo hacia sí mismo. Las neuronas cerebrales de Logan no fueron
destruidas debido a que él se agachó entre ellos, donde Tate tenía su mástil hinchado y
le rodeo con su mano ¿Qué carajo? dedos cálidos y resbaladizos a su alrededor.

Tate liberó su boca de Logan para poder hablar

—¿Qué tienes en tu jodida mano?

Los labios de Logan volvieron a encontrarse con los suyos. Su boca se curvó
como si guardase un secreto, y claramente, lo guardaba. Una vez más, deslizo ese puño
suave, en la resbaladiza carne palpitante de Tate.

—Dime —Tate exigió cuando Logan continuó manipulándolo.

Logan apretó sus labios en la comisura de la boca de Tate y lo acarició de nuevo


antes de responder.

—Aceite de oliva y especias, una de mis salsas favoritas. Pero dentro de poco se
convertirá en mi salsa favorita absoluta.

Tate casi dejó de respirar por un segundo cuando las palabras cayeron en su lugar
con respecto a la comida para llevar que pidió Logan. Las Bruschetta se sirven siempre
con…
—Así que realmente ¿no quieres las bruschetta?

La lengua de Logan dibujó una trayectoria a lo largo de su mandíbula hasta su


oído.

—No, yo solo quería el aceite. Pero pensé que pedir solo el aceite sería demasiado
obvio.

Logan dio otro tirón tortuoso a su carne, y los ojos de Tate casi rodaron hacia la
parte posterior de la cabeza.

—Mierda.

Un estruendo profundo y gutural resonó en el interior del coche, ya que el agarre


de Logan aflojó, y recibió más o menos una orden.

—Abre las piernas, Tate.

Todo el cuerpo de Tate se tensó ante la demanda, pero hizo lo que le habían dicho
y pateó a un lado los vaqueros de su tobillo y extendió sus muslos.

—Perfecta mierda.

Cristo, Tate pensó que esas dos palabras se raspaban en su oído, y escuchó
nuevamente el crujir del papel de la comida de Logan. ¿Es que hay más
aceite? resbaladizo, unos dedos juguetones se sumergieron entonces hacia abajo y
suavemente por sus pelotas. Seguro que este hombre es un puto.

Tate no estaba seguro de cómo controlarse a sí mismo de la hiperventilación


mientras observaba a Logan agacharse sobre la consola central, y luego sintió como con
su lengua húmeda hacía un circulo a la cabeza de su pene.

Rápidamente miró por las ventanas tintadas y se preguntó por un milisegundo lo


que sucedería si alguien los viera, pero entonces los labios de Logan se abrieron y se lo
tragó entero en el interior de su boca, y Tate se olvidó en absoluto de pensar.

***
Logan exhaló a través de la nariz y bajó sus labios sobre la longitud de espesor de
Tate.

Jesús, el hombre está jodidamente duro.

El sonido que salió de la garganta de Tate cuando Logan lo tomó entre sus labios
hizo a su propio pene palpitar. Estaba claro para él que Tate se había soltado y estaba
disfrutando de esto al máximo. Cuando sintió unos dedos fuertes enredados en las
hebras de su cabello, Logan cerró los ojos para disfrutar de la sensación.

La mancha aceitosa en sus dedos estaba haciendo exactamente lo que Logan


quería, que permitiese a los dedos resbalarse y deslizarse sobre las bolas de Tate con la
mayor facilidad. Cuando dibujó sus labios hasta la gruesa cabeza, rodeó la base de la
erección de Tate y la apretó, causando que saliera una palabrota en voz alta de la boca
de Tate.

Logan no podía esperar para saborearlo cuando explotara en su lengua, y sabía


que Tate iba a puto explotar. Desde su posición baja, Logan escuchaba los sonidos
guturales y como estaba tirando de él indicándole el camino, Tate estaba flexionando su
dedos, Logan sabía que Tate en realidad era tan poco reprimido como él.

Añadiéndole la emoción de volar por los aires en público, y el dedo que iba
a... Ahh sí, Logan pensó mientras introducía un dedo hacia abajo más allá de las bolas
de Tate hasta su culo. Déjame entrar. Él iba a chupar los sesos de Tate a través de su
pene.

Levantando la cabeza, Logan se movió hasta que estaba en la boca de Tate, donde
se chupaba así mismo el labio inferior y luego aplastaron sus bocas. Cuando Tate agarró
su chaqueta, tirando de él más cerca, Logan empujó la punta del dedo más firme en
contra de su apretado y pequeño agujero. Entonces su lengua se deslizó en la Tate boca,
y Logan finalmente empujó su dedo dentro de Tate.

Las caderas de Tate rompieron al alza, y Logan llevó el dedo más profundo
mientras levantaba la boca.

—¿Te gusta? Yo no te puedo decir lo feliz que me hace saber que me quieres
tener en tu culo, Tate.

Los ojos se centraron en él en la penumbra, estaban cargados de excitación y los


labios hinchados estaban brillantes y separados, tenía la típica cara de alguien que
estaba siendo masturbando con una mano envuelta alrededor de su pene, y que le
estuviesen haciendo una mamada.
—Tú sólo tienes que hacer una cosa —Logan le dijo mientras continuaba
moviendo la mano que tenía excavando entre las piernas de Tate—, voy a chuparte y
follarte hasta que te corras. ¿Cuál es tu único trabajo? No hacer un lío en mi
coche. Mantenlo aquí, en mi boca. ¿Lo tienes?

Logan desabrochó sus propios pantalones y bajó su cremallera, por lo que su


erección dolorosa tenía una especie de libertad. Él sabía que al segundo de tener la
liberación de Tate en su lengua y en su garganta, él iba a necesitar su propia versión de
mierda. Cuando Tate amplió sus piernas, se enfocó en su cuerpo, Logan lo oyó por fin
hablar y sus palabras casi lo mataron.

—No puedo esperar para darle a tu boca una razón por ser tan putamente sucia.

En el último segundo, los ojos de Logan encontraron los de Tate mientras lo


agarró de los lados de la cabeza y lo empujó hacia abajo de modo que se vio obligado a
cerrar la puta boca y tomar su pene entre los labios.

***

Tate no se atrevió a cerrar los ojos mientras observaba a Logan lo mejor que pudo
en el coche oscuro. Bajó sus labios sobre él y seguido metió su dedo dentro y fuera de
su culo, y el erotismo que primaba a partir de este acto junto con el riesgo de ser
descubiertos estaba construyendo en él un orgasmo que sentía seria jodidamente épico.

Las palabras que habían salido de la boca de Logan sobre chuparlo y follarlo lo
tenían utilizando hasta la última gota del poco autocontrol que le quedaba, y luego
Logan había bajado la cremallera de su pantalón, con todo esto Tate sabía que él no
duraría mucho tiempo antes de correrse.

Podía oír los sonidos de succión haciendo eco en el coche, y cuando Logan sacó
sus labios de la punta de su pene y lamió el glande, Tate agarró la cabeza de Logan
entre las manos más duramente de lo que sabía debía, y empujó su pene todo lo que
pudo en la boca golosa de su amante. Tate sintió que Logan tosió un poco, y la
vibración alrededor de su pene fue demasiado para él.

El dedo en su culo toco el lugar correcto, y Tate sintió como sus bolas se tensaban
mientras gritaba el nombre de Logan y se corrió con fuerza en su lengua.

Logan tragó hasta la última gota de mierda que le había dado y ahora estaba
ligeramente chupando su piel sensible cuando retiró su mano de entre sus piernas.
—Mierda —suspiró Logan cuando levantó la cabeza y se limpió la comisura de
los labios con el pulgar.

—Bueno, al menos deja que nos lleve a casa primero.

—Jesús. No puedo ni pensar —Tate admitido cuando Logan se enderezó, y se


echó hacia atrás en su asiento, y agarró su propia erección.

Tate se sentó y ajustó su asiento antes de que sus ojos se posaran en la mano de
Logan, viéndolo envolver su mano alrededor de su erección y sintió que casi le daba un
infarto.

—Sí —se quejó—. Mírame.

Los ojos de Tate volaron hasta encontrarse con los de Logan, y este le dio una
puta sonrisa descarada.

—Sólo tomará un minuto, con usted sentado allí con toda la pinta de un adicto
sexual.

Tate sintió su propia sonrisa de satisfacción en su boca mientras sus ojos se


perdieron de nuevo a las caderas de Logan, el cual estaba bombeando y empujando su
polla gruesa a través de sus dedos.

—¿Adicto sexual?

—Sí. Todo satisfecho de haberte corrido y de haber sido tocado. De haber tenido
mi boca y mis dedos en tu cuerpo... en ti. Te ves tan malditamente caliente como el
infierno y eso me hace querer follarte de mala manera.

¿Cómo demonios es posible que mi pene se retuerza? Tate pensó mientras Logan
continuó hablando y tirando de su propia mano.

—Tu culo apretado agarrando mi dedo, los sonidos deliciosos que haces cuando
explotas tu polla en mi garganta. Sí, Tate. Te has vuelto uno de esos tipos adictos al
sexo. Por mí.

Tate se volvió hacia la bolsa donde sabía que todavía había aceite. Ni siquiera un
policía golpeando en la ventana hubiese podido detenerlo, metió la mano en el interior,
y sí, encuentro el recipiente de plástico con el puto aceite caliente.

Mojó los dedos en el interior y luego coloco la bolsa en el suelo antes de


inclinarse con su culo desnudo a través del coche, para envolver sus dedos alrededor de
los dedos de Logan. Dejó que sus bocas se conectaran, pensando que él debía ser tan
sucio como Logan, porque quería probarse a sí mismo en los labios de Logan.

Metió la lengua en la boca de Logan y sintió como Logan quitaba los dedos de su
polla para tomar su rostro.

Cuando Tate apretó sus dedos resbaladizos, Logan empezó a devorar su boca.

Logan hizo tan solo una cosa apenas sintió en su pene el puño de Tate, sus
caderas encontraron un ritmo rápido antes de que él arrancara su boca de Tate, y
apoyara la cabeza en el respaldo del asiento. El lenguaje profano procedente de La boca
de Logan despertó a Tate a tal punto, que él quería oír su nombre salir gritando de la
boca de Logan cuando se corriera y él estaba muy cerca. Tate podía asegurarlo por la
forma en que su respiración se había acelerado.

Observó, como las caderas de Logan se movían, y la cabeza y la espalda estaban


tensas contra el asiento. Cuando sus ojos conectaron y una de las manos de Logan se
inclinó para encerrar sus dedos con fuerza alrededor de él, Tate oyó como su nombre
salía de aquellos labios gruesos, y chorros de crudo semen en forma de disparo
provenían de Logan y cubrieron sus manos juntas.

Todo lo relacionado con el intercambio había sido crudo y muy emocional, y


mientras se miraba a través de Logan, todo lo que podía pensar era lo jodidamente sexy
que había sido todo lo ocurrido.

¿Soy gay? No estaba seguro.

Solamente se sentía atraído por Logan, no hacia otros hombres, pero ¿qué
significa eso? Tal vez era bisexual. ¿A quién diablos le importa al final? ¿Tenemos que
etiquetarlo?

Él quería a Logan, y que eso era lo suficientemente bueno para él.


Eran las ocho en punto de la noche del viernes, cuando Logan se dirigió hacia el
vestíbulo de su edificio.

Se abrochó la chaqueta de cuero negro que había comprado cuando Tate y su


motocicleta habían aparecido en su vida.

Realmente no le agradaba la idea de montarse en esa trampa mortal de nuevo,


pero de mala gana había accedido después de que Tate lo había convertido en una
cláusula no negociable en las actividades de esta noche. La noche era bastante fresca, y
el pensamiento de volar a través de las concurridas calles de Chicago con el viento
azotando alrededor de él, no hizo para nada excitar a Logan. Sólo le hizo desear que
Cole viviera en el mismo maldito edificio donde él vivía.

Tate lo había llamado el día anterior para hacerle saber que Amelia había tomado
su turno y que podría asistir con él a la noche de juegos.

Cuando el ascensor se detuvo, Logan salió y metió las manos en los bolsillos de
su chaqueta mientras caminaba hacia la entrada principal. Abrió las puertas de cristal
que daban a la calle principal, donde habían acordaron reunirse, y luego se trasladó a un
lado para apoyarse en la pared de ladrillo de su edificio y esperar.

Habían pasado un par de días desde que había ido a cenar con Tate. Los dos
habían parecido entender que necesitaban un poco de distancia después de esa noche
explosiva en su coche, que era otra de las razones por las que Tate había sugerido su
motocicleta. Su explicación: Él no quería causar un accidente recordando a Logan la
última vez que habían estado juntos en su vehículo, como si alguna vez pudiera
olvidarse de toda esa mierda vivida en su coche.

Sin embargo todo lo vivido estaba bien para Logan, pero entendía que Tate podría
necesitar algo de tiempo. Incluso había aceptado que Tate podría estar pensando en
todas las decisiones que había estado tomando últimamente. No le gustaba, pero él
había aceptado que podría ser así.
Su línea de pensamiento pronto fue interrumpida por el ronroneo exagerado de la
Suzuki de Tate, lo vio pasar como un silbido a través de varios coches y se acercó al
lugar de parking de su edificio.

Logan se quedó dónde estaba y esperó a que Tate retirara el casco rojo de su
cabeza. Él luego sacudió sus rizos sexys como la mierda de su cara, y Logan se olvidó
momentáneamente su aversión a las motocicletas.

Cristo. Él podría morir en la parte posterior de esa cosa, pero Logan tenía que
creer fielmente que realmente valdría la pena acercarse a ese hombre. Él era puro sexo
montado a ahorcadas en esa máquina. Algo así como cuando él estaba desnudo y se
extendía sobre él.

Logan se apartó del edificio y se dirigió hacia el borde de la carretera. Cuando


Tate se fijó en él, colocó el casco entre sus muslos abiertos y sonrió de una manera que
hizo acelerar el corazón de Logan.

Él quería ver esa sonrisa todos los días, y eso le asustó hasta la mierda.

—Oye.

Logan dejó que sus ojos recorrieran la longitud de la moto y luego levantó una
ceja escéptica.

—Si me quieres en la parte posterior de esta cosa, una vez más, será mejor que
tengas algo más que decir que “oye".

Tate con su pie bajó la pata del soporte de su moto y paso su pierna a través de
ella para bajarse ¿Esto es jodidamente en serio? Él está vistiendo pantalones de cuero
también. A continuación, Tate se subió a la acera por lo que estaban ahora frente a
frente y Tate llevo una mano a la parte delantera de la chaqueta de Logan.

—Te ves caliente en cuero.

—¿Yo? Mira tus pantalones de mierda.

Tate echó un vistazo abajo hacia su cuerpo y luego devolvió sus ojos para
encontrarse con los de Logan.

—Los llevo como protección ¿Te gusta?

—Me gustan muchísimo, apenas logro comportarme de manera decente.


Escuchó la risa retumbante de Tate burlándose de él, y luego le invitó con voz
ronca:

—¿Quieres quitármelos y verme sin ellos más tarde?

—Que te jodan.

—Hmm —Tate reflexionó y luego se inclinó, expreso su desacuerdo en su oído.

—No lo creo. Esta noche me toca a mí, y he estado pensando en ello todo el día.

Logan no pudo evitar el sonido de frustración que salió de él mientras giraba la


cabeza para poder oler la colonia que se aferraba a la piel del Tate.

—¿Oh? ¿Así que ahora estamos tomando turnos?

Tate rozó sus labios con los de Logan, y Logan sintió ese beso recorriendo todo el
camino hasta sus pies.

—Es lo justo, ¿no te parece? Ahora subámonos a la motocicleta, o vamos a llegar


tarde.

Bueno, ¿cómo te parece esto? Toda una puta suerte, según mi pene.

Sin decir nada más, Logan tomó el casco que Tate le entregó y se subió en la parte
posterior. Entre más pronto finalizaran sus compromisos con la noche de juegos, más
pronto ellos podrían jugar.

***

Alrededor de veinte minutos más tarde, cuando entraron en un ascensor y Tate


esperaba mientras Logan presionaba el piso de Cole, y comenzó su ascenso, Tate se
apoyó en la pared lateral y realmente detalló en el hombre de pie frente a él ahora que
estaban bajo las luces.

Logan había desabrochado la chaqueta, por lo que una franja de color azul se
mostró cuando metió las manos en su bolsillos. Tenía las gafas, y sus ojos eran
penetrantes, ya que lo observaban en silencio en sus estrechas fronteras.

Los vaqueros parecían caros, probablemente de marca ya que incluso sus


pantalones de chándal eran de Armani, pero eso era algo que Tate admiraba sobre
Logan. Él nunca hizo alarde de su riqueza, y él ciertamente nunca le hizo sentir como si
estuviera debajo de él... excepto cuando era una realidad literal.

—¿Qué es esa sonrisa?

Tate ni siquiera se había dado cuenta que estaba sonriendo, pero supuso que bien
podría ser honesto.

—Estaba pensando en lo que se siente cuando estoy debajo de ti.

Logan sacudió la cabeza como si no comprendiera.

—¿He hecho algo para hacerte enojar?

Tate frunció el ceño, preguntándose lo que había dicho mal.

—No. ¿Por qué?

Logan se inclinó, audaz como siempre, y se reacomodó el bulto en sus pantalones,


por lo cual Tate ahora se daba cuenta que tenía una sólida erección.

—Porque esa es la única razón por la que puedo pensar que estás empeñado en
torturarme esta noche.

Tate nunca lo admitiría, pero el hecho de que pudiera afectar a Logan, a él eso lo
emocionaba fuertemente; muchísimo más que todo lo que él había experimentado
alguna vez, y no estaba muy seguro de que quería que Logan tuviese ese conocimiento.

¿Qué hizo que lo preguntara?... ¿Podría Logan admitir su debilidad?

—¿Eso es lo que estoy haciendo? ¿Torturarte?

—Sí.

Y allí estaba el poder.

Que en una palabra: “sí”, no sólo estaba en acuerdo con él, sino que también le
daba permiso para que Tate continuase haciendo lo que estaba haciendo.

Era una carrera para saber si él realmente tenía el control.

—¿Logan? —Preguntó, y cuando Logan no dijo nada, sólo esperó en silencio,


Tate encontró un infierno mucho más grande en una connotación sexual en la punta de
la lengua.
Quería decirle que él sentía lo mismo. Que cada minuto que estaban juntos esa
feroz atracción que sentía se estaba transformando en algo completamente diferente,
algo mucho más profundo de lo que había siempre esperado.

—Quiero saber… —comenzó, pero se detuvo cuando el ascensor sonó, indicando


que habían llegado a su destino.

Tate rápidamente tomó ventaja del momento y se dirigió hacia el pasillo. Estaba a
punto de preguntar dónde tenía que ir cuando sintió una mano en su brazo.

Se volvió, y cuando las puertas se cerraron detrás de Logan, le preguntó:

—¿Qué quieres saber?

Tate pensó en las palabras que había querido decir, en la seguridad de un espacio
seguro, pero aquí, en el aire libre, con los ojos curiosos de Logan mirándole hacia abajo,
no podía pronunciar las palabras.

—No tengo idea. Se me olvidó lo que estaba diciendo.

Logan pasaba a su lado, y le dio una mirada dudosa.

—Eres un mentiroso terrible —le dijo antes de continuar hacia abajo a la sala de
color crema.

Tate se volvió y le siguió hasta el final, tomando una respiración profunda cuando
Logan levantó una mano y quedó noqueado. Estaba a punto de conocer a la familia de
Logan.

En realidad, esto no es correcto, pensó mientras la puerta se abrió y un hombre


alto de cabello oscuro saludó a Logan. El mismo hombre le devolvió una sonrisa
dirigida hacia él y le tendió una mano.

—Hola. Soy Mason, el hermano de Rachel.

He quedado con la familia de Rachel y Cole...

—¿Debes ser Tate? El novio de Logan.

Bueno, esto lo aclara todo.

***
Logan contuvo la risa que amenazaba con explotar de sus labios cuando Mason
Langley inadvertidamente le dio a él y a Tate el peor llamado de atención para despertar
a la realidad. Ambos habían ido de puntillas alrededor de las etiquetas y el darle nombre
a lo que querían el uno del otro, pero con una sencilla palabra “novio”, Mason los había
dejado a ambos sin habla.

Tan mudos que ni siquiera lo negaron.

—Adelante —los invitó a seguir y se apartó para dar paso.

El tipo era alto, de al menos seis pies tres, tal vez más. Incluso podría aventurar
que tenía la misma altura de Cole.

—Los otros están en la sala de estar, y estamos a la espera de Lena y Shelly.

Logan sabía que Lena era la esposa de Mason. Había oído a Cole y a Rachel
hablar de ella, pero él no acababa de localizar el otro nombre.

—Las chicas se quedaron atrapadas trabajando en el Hospital Universitario.

Por último, Tate tomó la palabra.

—¿A qué se dedican?

—Lena, mi esposa, es un pediatra y Shelly es un neumólogo.

Tate silbó, impresionado.

—Los médicos, ¿eh?

Logan pudo ver como Tate no se sentía amenazado por los logros de los
demás. Muchos hombres se volvían orgullosos cuando se trataba de la posición, el
dinero y el poder, pero a pesar de que Tate estaba esencialmente empezando de nuevo
tras su separación, eso nunca lo usaba para definirse como persona. De hecho, nunca lo
mencionaba en absoluto.

Todos ellos vagaron por el pasillo cuando Mason siguió hablando.

—Sí, ambas son médicos sorprendentes. Y ambas son supremamente alborotadas.


Ya verán.
Cuando los tres entraron en la sala de estar, Logan vio a Cole, que estaba vestido
casualmente en jeans y una camisa de color burdeos, en su silla de la esquina favorita,
con Rachel sentada sobre su regazo.

A su izquierda había un hombre que Logan había visto en la oficina un par de


veces Joshua Daniels, cliente y amigo de Cole que al parecer se encontraba de alguna
manera conectado con el resto de estas personas.

Logan se preguntó lo que estaría pasando por la mente de Tate mientras observaba
a la multitud que estaba actualmente mirándolos a los dos, pero antes de que pudiera
comprobarlo, Rachel saltó del regazo de Cole y se dirigió directamente hacia ellos.

—Logan —saludó con una sonrisa tan brillante que casi eclipsó la falda de
leopardo rosa que tenía puesta.

Luego miró a Tate y parecía iluminarse aún más su sonrisa, si eso era posible.

—Hola. Estoy tan contenta de que ambos vinieran.

—¿Quién podría resistirse a los juegos de la noche? —Preguntó Logan con


sequedad, haciendo una mueca cuando Rachel le dio un manotazo en el brazo.

—Va a ser divertido. ¿Verdad? —Le preguntó a Tate y se deslizó cerca de su


brazo.

Al igual que todos los que se encontraban reunidos en la casa de Rachel, Tate
cayó inmediatamente a sus pies, por su vibrante personalidad y la manera tan cálida de
hacer que todos se sintiesen bien, como si estuviesen en su propia casa Él destelló
aquella sonrisa tolerante con la cual Logan se volvía un imbécil y contestó
bondadosamente.

—Estoy seguro de que así será.

—¿Ves, Logan? —Le dijo mientras le sacó la lengua y le pasó un brazo por el
hueco del brazo a Tate.

—Creo que deberías estar en mi equipo ¿Quieres ganar, verdad?

La risa de Tate llenaba la habitación de Rachel, y a pesar de que Logan sabía que
todo era por divertirse y jugar, él quería en su equipo a Tate, maldición. Por suerte para
él, y antes de llegar a decir algo que lo hiciese ver como un idiota, Cole se acercó a ellos
y se detuvo a su lado.
—Lo hiciste, has venido. Tengo que decir, que estaba casi convencido de un virus
estomacal iba a estallar en tu edificio esta noche.

Logan se quitó la chaqueta y se enfrentó a su hermano.

—Ya sabes, oí que algo así daba vueltas por mi edificio. Pero yo sabía que si no
aparecía esta noche, yo tendría que lidiar con un dolor aún más grande el lunes.

Cole le dio una palmada en el hombro.

—Entonces me alegro de que hayas sido lo suficientemente inteligente como para


tomar medidas preventivas.

—Estás ofreciendo algo de beber, ¿verdad?

Cole se rió y asintió.

—Sí. ¿Tomas lo habitual? ¿O estas conduciendo?

Logan miró a su conductor designado, que todavía Rachel lo tenía envuelto y


agarrado alrededor de su brazo.

—Adelante. Me comprometo a llevarte a casa sano y salvo.

La mirada jugosa que cruzó la cara de Rachel habría sido cómica si el comentario
sabelotodo de Tate no tuviera nada que ver con aquella maldita motocicleta y su
aversión de a ella.

—¿Por qué no van todos a tomar asiento mientras yo voy por las bebidas? ¿Qué
hay de ti, Tate? —Preguntó Cole mientras se dirigía hacia la cocina.

—Sólo una Coca-Cola, por favor.

—Lo pillo. Rachel parece que te ha reclamado, así que los dejo para que ella haga
las presentaciones.

Logan entró en el espacio de vida que conocía casi tan bien como su propia casa y
se sentó en el sofá doble. Cuando Rachel finalmente soltó el brazo de Tate, Logan
esperó a ver dónde se sentaría, y sin vacilar, Tate se acercó al lado del asiento que se
encontraba vacío y se sentó.

—Bueno, ustedes acaban de conocer a Mason —Rachel dijo mientras se sentaba


en el brazo de la silla de su hermano.
—Él dirige el restaurante del Centro, El Exquisite.

—El cual es de ambos —añadió Mason, y Rachel lo alcanzó de forma automática


y le tocó el hombro.

—Él también es el padre de una niña increíble, Catherine.

—¿No crees que estás algo sesgada? —Mason bromeó con su hermana.

—Bueno, ella es asombrosa. Justo como su tía.

Fue entonces cuando el otro ocupante de la habitación elevó la voz.

—Sí, ella se viste graciosa justo como su tía.

—Sí, sí —Rachel le restó importancia—. El calladito allí sentado es Josh. Su hija


Savannah es un ángel, se ve y actúa como tal. Las niñas esta noche han tenido una cita
para jugar con la niñera. Josh, este es Logan Mitchell, hermano y socio de Cole en la
firma. Y este es su novio, Tate

Allí aquella palabra otra vez, Logan pensaba en esto cuando sintió el cambio de
Tate en el sofá junto a él. ¿Qué estará pensando?

—¿Acabas de decir que yo soy el callado? —Preguntó Josh, ajeno a cualquier


molestia en la habitación—. ¿Quién puede decir una sola palabra en este
matriarcado? Entre las tres mujeres adultas y las dos niñas que tenemos actualmente,
las mujeres están en todas partes, por favor díganme cuando se supone que los hombres
podemos hablar. Ey, Cole ¿Podrías hacerme un favor y tener un varón?

—Cole ya ha hecho su parte en la decisión de si es un niño o una niña, muchas


gracias.

—Sí. Yo participé en la parte divertida —Cole aporta a la conversación desde la


cocina.

Logan oyó la risa de Tate junto a él, y se volvió para ver que estaba mirando a
Mason que tenía una gran mueca de dolor.

Vaya, pobre tipo.

—No hay nada peor que escuchar acerca de la vida sexual de tu hermano, ¿estoy
en lo cierto?
Mason trató de encogerse de hombros.

—Debería estar acostumbrado a ello. Cole no es exactamente sutil, y tampoco lo


es Rach.

Logan sacudió la cabeza y se echó hacia atrás en el sofá, estirando el brazo detrás
de Tate, por lo que su dedos rozaron su espalda. Sintió a Tate envararse y habló en un
tono suave pero grave.

—Cole nunca ha sido bueno en sutilezas —Tate le dio una mirada que gritaba,
“No me digas,” por lo que continúo—: Es muy probablemente la razón por la que
hemos resultado ser tan buenos abogados: Vemos lo que queremos, y eso tomamos.

Josh golpeó con su mano en el muslo y se rió en voz alta.

—Oh Dios mío. Él sin duda es un digno familiar de Col.

—Y yo que acabo de decir que él es el calladito de este grupo —señaló Rachel


mirando a Josh con ojos volteados.

Josh le hizo un guiño con cariño.

—Como si alguna vez me hubiese quedado callado.

Logan observó el intercambio, se dio cuenta de que era casi tan familiar como él
mismo con su hermano Cole. Josh era sin duda parte de esta familia, y Logan se sintió
curioso de saber la forma en que se había conocido con su hermano.

También era el más casual y relajado observando a todo el grupo. Llevaba un


jeans azul desvanecido, botas de trabajo, y una camisa de manga larga negro, tenía su
cabello castaño retirado detrás de las orejas, y cuando Logan se sentó allí a escucharlo
hablar, finalmente cayó en la cuenta de quién era.

—Creatividad Construcción y Remodelación de la empresa, ¿verdad?

—El único —Josh acordó, sentado en el sofá.

—Yo sabía que tu cara me era familiar. Yo estaba tratando de averiguar de dónde.

Tate hizo un sonido junto a él, y cuando Logan se volvió a mirarlo, fingió toser,
pero no antes de Logan tomara nota.

Oh, no, no conocí a Josh como tú crees.


—Sí. Cole ha sido mi abogado durante años. Reconocí tu nombre en mis facturas.

—Ahh. En este momento voy a tratar de no sentirme insultado ya que has elegido
estar con él como abogado, cuando sabes claramente que soy el mejor abogado cuando
se trata de contratos de negocios.

—Y él también es claramente muy modesto —Cole intervino cuando entró en la


sala de la celebración con dos bebidas. Él le dio una a él y el otro a Tate antes de
regresar a su asiento original—. ¿Así que estamos a la espera de las chicas?

—Sí. Shelly me envió un mensaje de texto hace unos quince minutos. Deben estar
por llegar.

Logan levantó la copa y estaba a punto de tomar un sorbo de ginebra con tónica
cuando Rachel preguntó de nuevo.

—Así que, Tate: ¿Vas a estar en mi equipo, verdad?

Logan sabía que Rachel estaba buscando la manera de integrar a Tate, y realmente
la apreciaba por eso, pero cuando vio a Tate movimiento su cabeza mostrando su
acuerdo… La odiaba por ello.

—Seguro. Pero podrías decirme lo que jugamos primero —bromeó.

Logan finalmente tomó ese sorbo de su bebida y vio a Mason y a Josh hablando,
antes de mirar a través de la habitación a Cole, que estaba sonriendo con la mirada. El
idiota sabía que estaba celoso.

Celoso de la condenada de Rachel.

—Pictionary.

La risa de Tate se rozó contra su propio brazo, y Logan fingió una sonrisa
realmente fantástica cuando escuchó:

—No soy un gran artista —Rachel, sin darse cuenta de su irracionalidad respondió
con:

—Vamos a tener entonces que convertirnos en una sola mente.

Y Logan perdió la calma.

Al diablo con esto, pensó, y se levantó.


—Ahora vuelvo.

Sintió la mano de Tate en su pierna, y cuando miró hacia abajo, se encontró con
unos ojos preocupados.

—¿Todo bien?

A pesar de que era infantil y se sintió como un idiota de mierda, Logan quería
pisar el pie de Tate y decirle "No, no todo está bien" Él estaba allí como su cita, maldita
sea, y que se suponía que era su compañero en... sí, Pictionary.

—Todo está bien, pero sentí vibrar mi teléfono —gran mentira—. Voy a salir un
minuto.

Tate retiro su mano, y aunque sabía que estaba siendo un idiota, Logan dio un
paso alrededor de él.

Estaba a punto de alejarse cuando notó que Cole aún lo miraba y tocando el lado
de su mejilla de nuevo, pensó Logan, es un idiota.

Esta vez, sin embargo, cuando salía de la habitación, no estaba seguro de si se


refería a sí mismo o a Cole.
Tate se quedó sentado en el sofá que había sido desocupado por Logan. Él estaba
confundido.

Volvió a pensar en lo que acababa de decir y luego se quedó mirando al otro lado
de la habitación donde estaba Cole, el cual se encontraba observándolo de cerca. Mason
y Josh estaban discutiendo algo relacionado con sus esposas, y cuando Cole levantó una
copa hacia él en saludo burlón, le dijo algo en voz baja que podría haberse ido de culo si
hubiese estado de pie.

—Está celoso. Dale un momento para que entre en razón.

Tate sacudió la cabeza inmediatamente. No había...

—De ninguna manera.

Cole tomó un sorbo de su bebida y asintió.

—Créeme. Eso, mi amigo, era el monstruo de ojos azules saliendo de esta


habitación.

—Pero…

—Sé que es mi hermano, y sólo lo he visto actuar de esta manera tan ridícula una
vez antes —Cole puso una mano en la pierna de Rachel y la acarició. Ella lo miró, y sus
labios se torcieron con preocupación.

—No fue mi intención molestarle.

Cole pensó que era para risas. Su boca se dividió en una amplia sonrisa y su risa
resonó alrededor de la habitación.

—Oh, por supuesto que no le molesta, pero estoy bastante seguro de que acaba de
abrir sus ojos a la realidad.
Tate no entendía el significado de las palabras de Cole, pero lo que no quería
tampoco era que Logan se molestase. Él se levantó y alisó sus manos en sus pantalones,
dispuesto a ir a buscar a Logan cuando habló Rachel.

—Por cierto, Tate, me encanta tus pantalones.

Por lo general, él hubiese guiñado su ojo y le habría dado las gracias, pero él solo
podía pensar en Logan, y ahora sólo quería encontrar al tipo. Sonrió de forma rápida y
se excusó con una cosa en mente, localizar a Logan y hacerlo entrar en razón.

***

Logan salió a la sala principal del condominio de Cole y de Rachel, tratando de


recordarse a sí mismo que él era un maldito adulto.

Jesús, se sentía como un idiota.

Como si no fuera ya lo suficientemente malo tener que venir a sentarse durante


toda la noche a jugar en una mesa, ahora tendría que sentarse al otro lado de donde se
encontraba Tate jugando con Rachel, su hermana en la ley, y él estaba aparentemente
celoso de ella. Su propia estupidez lo asombró.

¿Qué diablos es lo que me pasa?

Rachel estaba embarazada y locamente enamorada de su hermano por el amor de


Dios.

Logan se llevó una mano a la cara y se pasó la palma de la mano sobre ella, y
después la llevo a la parte posterior de su cuello. Entonces oyó una puerta abrirse y
cerrarse detrás de él, y se volvió justo a tiempo para ver salir a Tate hacia el pasillo.

Logan observó mientras Tate comprobaba a su izquierda, y como no vio nada se


volvió hacia su dirección, apenas lo encontró los ojos Tate se estrecharon y él comenzó
a caminar hacia donde se encontraba Logan.

Logan se enfrentó a su mirada mientras se acercaba y decidió que la mejor manera


de hacerle frente a esta situación era: negarlo todo.

—¿Te ocupaste de lo que tenías que hacer?


Le tomó un momento tratar de entender a qué se refería a Tate, y luego se acordó
de su historia fabricada.

—Sí. Devolví la llamada. Todo arreglado.

Tate no dejó de caminar y de hecho hizo retroceder a Logan hasta que chocó
contra la pared en el otro extremo del corredor.

—¿Qué fue lo que me dijiste antes? —Tate preguntó mientras colocaba su mano
derecha contra la pared.

Ninguno de los do estaba dispuesto a rendirse, Logan se encogió de hombros.

—No lo sé.

Los ojos de Tate se movieron sobre su cara, y Logan podían sentir como su
corazón comenzaba a latir con fuerza en el interior de su pecho. Me he vuelto un idiota
por culpa de este hombre.

—No. Recuerda. Me dijiste que yo era un terrible mentiroso.

—Lo eres —estuvo de acuerdo, pero cerró la boca cuando la otra mano de Tate se
acercó y lo dejo enjaulado contra la pared.

Mierda. Este lado de Tate, el contundente, el lado que pone a Logan en modo de
toma lo que quieras, ese lado lo acarició en todos los lugares correctos.

—Eso puede ser cierto, ¿pero sabes qué, Logan? Tú también. ¿Por qué no me
dices Realmente el por qué estás aquí?

Logan decidió que no iba a haber un mejor momento que éste para tratar de hacer
ver su punto, sin sonar como un completo idiota. Él levantó las dos manos y las puso
bajo la chaqueta de Tate la mitad de la espalda.

—Necesitaba a… —la voz de Logan lo dejo cuando Tate bajó la cabeza y sus
rizos rozaron el costado de su mejilla.

—Necesitabas a... —Tate bromeó justo al lado de la oreja.

Logan apoyó la cabeza contra la pared y perdió el hilo de sus pensamientos


cuando los labios de Tate succionaron el lóbulo de la oreja.

—¿Qué es lo que necesitabas, Logan?


En este momento, el necesitaba confesarlo, pero ellos no estaban hablando de eso.

—Necesitaba calmarme de una puta vez.

Tate levantó la cabeza hasta que estuvieron cara a cara. Entonces Logan observó
como ensanchaba los ojos ligeramente como si no hubiese esperado que él lo admitiera.

—¿Por qué?

Bien. Si tenía que admitir que su comportamiento había sido el de un idiota, iba a
hacerlo de una manera en que Tate estuviese distraído. Se apartó de la pared y les volvió
ligeramente, empujando a Tate hasta que su espalda estaba contra la superficie
implacable.

Sí, esto es mucho mejor.

Tate no opuso resistencia cuando Logan se ajustó a su cuerpo lo más cerca que
pudo pegando sus caderas.

—Estás celoso —Tate acusó en voz baja, pero él no se detuvo allí—. Pero no es
del tipo: me tienes herido en mi corazón, pero sí es del tipo: soy un estúpido e
ilógico. ¿Estoy en lo cierto?

Dios. Sólo escuchar las palabras de Tate, hicieron a Logan hacer una mueca de
dolor. Odiaba que fueran ciertas. Lo hacían vulnerable. Así que en lugar de admitir
nada, levanto una mano y tomó la barbilla de Tate, sosteniendo su cara todavía.

—Me haces…

—¿Sí? —Tate instó, moviendo sus caderas de la pared para volcar sus cuerpos
inferiores juntos.

Logan inclinó la cabeza ligeramente hacia arriba y tocó el labio superior de Tate
con la lengua. Cuando Tate abrió la boca, Logan aumentó la presión sobre la barbilla y
volvió el rostro de Tate ligeramente. Llevó sus labios a un lado de la mandíbula sin
afeitar de Tate y suavemente hundió sus dientes en ella.

El tipo lo tenía a un segundo no muy lejos de confesar su alma allí mismo, en el


puto pasillo.

—Juro que me haces perder la cabeza. Siento que me estoy volviendo loco.

—¿Logan?
Él puso su boca al oído de Tate.

—¿Sí?

—Amo esta mierda.

La confesión de Tate arrancó los últimos vestigios de la cortesía que tenía, y


Logan retiró la mano de su rostro para agarrar el culo vestido de cuero de Tate. Él tiró
de sus caderas hacia delante mientras su boca se encontraba al lado de su cuello.

Logan chupó la piel entre los dientes y frotó su erección contra el muslo de Tate.

—No hay ningún motivo para estar celoso —Tate intentó tranquilizarlo.

Logan estaba más allá de poder pensar racionalmente, así que cuando él presionó
sus bocas, confesó valientemente:

—Me importa una mierda. Incluso la idea de que tú estés con otra persona en un
sencillo juego de Pictionary, me vuelve loco.

Ambos se congelaron cuando las palabras se detuvieron entre ellos, y Logan sabía
que había acabado de entregar su mano entera. Finalmente, había admitido que lo que
hay entre ellos era mucho más que sexo.

Él quería que esta noche, en este momento donde todo el mundo sabía que Tate
estaba con él, pareciese ser real, ser a la manera en que su vida era realmente. No estaba
muy seguro de cómo reaccionaría Tate, pero cuando se tomaron con los labios en un
beso brutal, eso era lo suficientemente bueno para él.

Cuando la lengua de Tate se deslizó dentro de su boca, Logan amasaba el culo


apretado entre sus manos. Maldita sea, él deseaba estar en casa. Él quería hacer
exactamente lo que Tate había sugerido anteriormente y arrancarle fuera esos
pantalones con los dientes.

Logan aplastó su cuerpo contra el de Tate y lo usó para frotarse mientras


continuaba saboreando de la torsión alrededor de su propia lengua. Podía sentir la
erección de Tate atrapada detrás de su pantalón de cuero cuando se molió contra él, y
Logan hizo lo más difícil de hacer, mantener las manos por encima de la ropa.

Tate tiró de su boca, y cuando su cabeza cayó hacia atrás contra la pared, los
dedos de Logan excavaron en el cuero flexible. Él apoyó su frente junto a él y suspiró.

—Dios, lo que me haces es irreal. Joder, Tate.


—Más tarde. Después de Pictionary.

Llevó una mano alrededor de la polla de Tate y la amasó.

—Maldito Pictionary.

Las caderas de Tate empujaron contra él mientras agarraba sus hombros con las
dos manos.

—Tenemos que volver dentro.

—En un minuto —protestó Logan—. Cuando termine.

Como él no estaba ni cerca de acabar, él estaba ocupado y muy distraído. Tan


distraído que no oyó el ascensor, y él seguro como la mierda tampoco oyó a las dos
mujeres que entraron en el piso de Cole.

***

Tate cerró los ojos y trató de pensar en cómo Logan había roto metódicamente
todas sus inhibiciones en pedazos. Más él aún no tenía idea de qué esperar de esta
noche, pero él había sido introducido como el novio de Logan, y no por Logan
precisamente. Así que cuando había sucedido y se había sentido... normal, Tate había
dejado que la idea se asentara más profundamente en él.

Esto es lo que se siente estar con Logan como pareja.

Tate llevó sus manos al pecho de Logan y las alisó sobre los pectorales duros
debajo de su camisa azul. Sintió los dedos de Logan masajear su culo, y Tate no pudo
evitar apretar cuando se ondularon su caderas con más fuerza contra el muslo que ahora
estaba encajado entre los suyos. Se agarró a la cintura de Logan para una conexión más
fuerte, y fue entonces cuando dos voces femeninas llegaron a sus oídos.

—Fíjate —él oyó, abrió sus ojos para ver a una magnífica mujer rubia golpear a
su amiga en el brazo. Mientras caminaban más abajo en el pasillo, la morena parecía
darse cuenta de que ella no solo estaba viendo a dos hombres darse el lote, sino que
estaban a punto de quitarse la ropa.

—Um, tal vez deberíamos darles un minuto.


Tate dudó si un minuto sería suficiente, sobre todo teniendo en cuenta de que
Logan no se había dado cuenta de que estaban siendo observados todavía. Intentó frenar
a Logan empujándolo un poco, pero esto no iba a ninguna parte. En su lugar, trazó su
lengua a lo largo de la nuez de Adán, haciéndolo gemir.

—¿Realmente crees que esto tiene el aspecto de acabarse en un minuto? En un


minuto espero que uno vaya a bajar sobre su…

—¡Shelly!

Ahh, así que esta es Shelly y…

Logan finalmente se dio cuenta de que tenían una audiencia, y Tate casi maldijo el
hecho de que había dejado de besar su cuello para hacer frente a las chicas.

Tate observó a las dos mujeres que se detenían y no tenía ninguna duda de que la
expresión de Logan en el rostro era sexualmente sugestiva. Había visto esa mirada
varias veces, incluyendo una noche en After Hours.

Logan excitado era un puto infierno difícil de resistir, y cuando él apuntaba al


objeto de su calentura miraba fijamente a su presa, bien podría parecer que él les estaba
invitando a unirse.

—Lo siento, señoras. Ustedes saben cómo es esto. Una vez que se comienza, es
difícil de parar.

Tate se mantuvo pegado contra la pared, pensando que esas palabras eran
malditamente muy precisas mientras que su miembro palpitaba y su corazón se volvía
loco.

Mientras tanto, Logan llevaba a cabo una conversación casual.

La morena que parece casi tan mortificada como Tate estaba empezando a ser
consciente de la situación, pero la rubia no tenía ningún problema en absoluto cuando
ella pasó junto a su amiga y observó primero a Logan y luego volvió su mirada curiosa
sobre él.

—No tienen que parar. Yo estaba más que feliz de observar.

—Oh, Dios mío, Shelly. ¡Cállate!

La rubia la miró por encima del hombro.


—Por favor, no finjas que no quiere ver más. Nunca he visto a dos hombres juntos
y simplemente... Guau.

Su amiga no dijo nada cuando Shelly se volvió hacia los chicos.

—Hola. Soy Shelly, y mi amiga avergonzada de allí, es Lena. Tú debe estar


Logan.

Al auténtico y verdadero Logan, no se le escapa nada. Tomó la mano de Shelly, se


inclinó sobre ella y le besó sus dedos.

—Y ¿por qué supones que soy Logan?

Fue la batalla del dúo de ojos azules, ya que la rubia estrechó sus ojos y una
sonrisa tortuosa estiró sus labios pintados. Esta mujer era tan segura como el propio
Logan.

—Sólo he conocido a otro hombre que apenas se disculpó por tener relaciones
sexuales delante de mí, y ese es tu hermano, Cole. Yo simplemente no le creía a Rachel
cuando ella nos dijo que ustedes dos estaban prácticamente cortados con la misma tijera.
Con sólo unas pocas diferencias.

A medida que la última frase salió de su lengua, Tate observó cómo sus ojos se
movían sobre el hombro de Logan para satisfacer su propia curiosidad, al darse cuenta
de que él era la diferencia.

—Te ves caliente.

—Él es mío —Logan fue rápido para reclamar, y Tate no tenía ningún problema
con esa reclamación. Shelly, se refería a otra cosa. Pero ella se veía muy divertida.

—No se preocupe, él está a salvo. Josh es mío, es solo que tengo una fascinación
por los hombres de cabello largo.

Tate permaneció en silencio mientras Logan se volvió hacia él y sus ojos le dieron
un repaso por todo su cuerpo, afortunadamente dio la vuelta rápidamente.

—Yo también.

—Oh, por el amor de Dios —Dijo la morena-Lena, dando un paso alrededor de


los dos pavos reales arrogantes haciendo su camino hacia el lugar donde Tate todavía
estaba contra la pared—. Soy Lena, la mujer de Mason y cuñada de Raquel. Tú debe ser
Tate.
Finalmente, aquí había alguien que no sentía cómodo con la situación actual. Tate
sonrió y la mujer, cuyos ojos estaban llenos de bondad, se la devolvió.

A continuación, le hablo tranquila y confiadamente y dirigiéndose hacia los otros


dos:

—Ignora a Shelly. Ella se perdió el curso sobre cómo ser sutil y ha saltado
directamente a ser inapropiada.

A Tate le gustó Lena al instante.

—No hay problema —aceptó, y dejó que sus ojos se encontraran con los de
Logan. Si usted piensa que esto me avergüenza.... estas muy equivocado.

—Salgo con Logan. Prácticamente todo lo que sale de su boca es inapropiado.

—Por no hablar de todo lo que atrapo con ella —replicó Logan.

Tate sonrió ante el listillo de Logan, y volvió su atención a Lena.

—¿Ves?

—Bueno, me disculpo por haberlos interrumpido. Shelly y yo estamos un poco


retrasadas.

Tate asintió.

—Sí, los chicos las están esperando.

Lena levantó una mano y llamó a la puerta, se encontraba abierta así que la
empujó para dejarlos entrar a todos.

—Entonces, ¿a qué equipo te unes? Deberíamos ser socios.

Tate observó como la confianza arrogante de Logan se esfumó, y fue reemplazada


por un ceño fruncido de incredulidad. Tuvo que admitir que sintió una gran emoción al
sentirse querido por Logan Mitchell.
Logan vagó hacia el interior detrás de Tate y trató de empujar a un lado su
impulso infantil de ponerse celoso otra vez.

¿Qué pasa conmigo?

—Miren a quienes nos encontramos en el pasillo —Lena declaró al entrar en el


apartamento, justo antes de que su amiga, la bomba rubia, la interrumpiera.

—Actuando como si estuvieran en un gran entorno más privado, debo añadir.

Logan oyó la tos de Tate como si estuviera aclarándose la garganta, y decidió que
debía intervenir solo en el caso de que la Rubia tuviese algo más que decir.

—Bueno, si ciertas personas se anunciaran en vez de andar de mirones…

La médico descarada de Shelly, se volvió y levantó una ceja.

—Disculpa. Me bajé de un ascensor. Tú, te hubieses excitado con aquello.

—Está bien, está bien —dijo Josh mientras se abría camino más allá de Lena, que
estaba sacudiendo la cabeza, se inclinó y beso la mejilla de su esposa.

—¿Es necesario amordazarte?

Shelly le pasó un brazo alrededor de su cuello y volvió su cara hacia él.

—Me gustaría verte intentarlo.

Josh le dio un beso tan intenso, que incluso Logan tenía dificultad para mirar
hacia otro lado.

Infiernos, con alguien tan bocazas como ella, tendría que tener una forma definida
de como cerrarle la boca, pero a Josh parecía que no le importaba lo más mínimo.

—Hey, Langley ¿Me extrañaste?


Logan quitó sus ojos de la pareja en el centro de la habitación y vio a Lena
caminando hacia su marido.

La forma como Mason la estaba observando mientras ella se acercaba era de


amor, adoración y absoluta devoción. Había otro hombre que estaba realmente
enamorado, y que no tenía ningún un problema que todo el mundo lo viera.

Cuando llegó a su lado, Mason se levantó y se elevó sobre ella, pero ella
cómodamente envolvió sus brazos alrededor de él y levantó la cara para un beso suave
que transmitió claramente lo mucho que la había la extrañado.

—Siempre. ¿Cómo ha ido tú día, Doctor?

Ella le pasó la mano por el pecho y luego le acarició un par de veces.

—Fue duro, pero esta noche de juegos es lo que necesito. ¿Catherine y Savannah,
quedaron bien?

—Lo hicieron. Como dos angelitos.

—Solo cuando están durmiendo —agregó Shelly y tenía a todo el mundo de


acuerdo.

Bueno, todo el mundo, pero Logan y Tate seguían en pie observándolo todo.

—Entonces —dijo Shelly, arrojando su bolso en el suelo junto al sofá—. Noche


de juegos. Tú. —Ella señaló directamente en Logan—. Vas a estar en mi equipo.

Maldita sea, ella es luchadora.

—Lo siento, Rubia, he terminado de jugar para tu equipo en este momento.

—¿Oh? ¿Prefieres a Josh, entonces?

Logan se rió ante el desafío descarado que esta mujer fue repartiendo y luego
volvió los ojos a Tate.

—En realidad, preferiría a Tate. Pero desde que ha sido reclamado por Rachel esta
tarde, tal vez deba emparejarme contigo. De alguna manera, siento que deberíamos estar
relacionados.

—¿Y eso por qué? ¿La gente siempre te dice que eres fuerte, audaz y totalmente
inadecuado al menos una vez al día?
Eso tuvo a Cole murmurando “Mierda”. Y Logan dándole su sonrisa más lobuna.

—Sólo si estoy actuando en mi mejor comportamiento.

Ella se inclinó hacia su marido, le dio un beso en la mejilla, y luego le tendió la


mano a Logan.

—Pues nos llevaremos muy bien.

Logan la tomó y vio a Cole moviendo la cabeza mientras él y Rachel y todos ellos
se movieron a través del comedor.

Todo el mundo se sentó, y cuando Tate se sentó junto a Rachel, Logan se aseguró
de sentarse directamente frente a él. Shelly se enganchó el asiento de al lado. A
continuación, Lena y Mason tomaron un extremo de la mesa, dejando a Josh y a Cole
uno frente al otro.

—Oh, esto es dulce —dijo Logan mientras miraba a su hermano—. Siempre quiso
tratar de entender por qué me gustaba jugar con los hombres. Ahora lo puedes descubrir
por ti mismo.

Rachel y Shelly se echaron a reír mientras Cole le soltaba un no tan buen nombre
a Logan, y Josh miraba a su esposa. Ella le ofreció un cojo: “Lo siento”

Josh puso los ojos en blanco como si estuviera acostumbrado a sus maneras y
luego se trasladó al otro extremo de la mesa y se sentó al lado de Cole.

—Si tú juegas este juego tan bien como el póker, no me importa cambiar de
equipo por una noche.

Rachel aún estaba riendo junto con Tate, pero se las arregló para hablar.

—Cole, tu cara no tiene precio.

Cole la fijó con su mirada de no encuentro esto divertido, pero entonces sus ojos
se suavizaron y sus labios sonrieron.

—Me alegro que pienses así.

—Yo me encargo —le prometió y luego se lamió los labios—. Será


divertido reconvertirte a mi equipo, más adelante.
Logan vio que Cole miró a su esposa como si fueran los únicos dos en la
habitación, y luego Mason se aclaró la garganta.

—Está bien, ustedes dos. ¿Quieren abstenerse de hacerlo sobre la mesa? Vamos a
jugar.

Logan tuvo que morderse el labio para parar de decir algo. Se acordó de cuando
Cole le habló de la reacción inicial de Mason hacia la relación de él y Rachel, y era
hilarante que, después de tantos años, Mason todavía le estaba dando mierda a Cole por
ello. También hizo a Logan feliz saber que no era el único.

Logan miró a su alrededor y de repente se encontró que había olvidado el hecho


de que no estaba emparejado con quien él quería realmente.

Se estaba divirtiendo de todos modos. Fue entonces cuando Tate lo sorprendió


sacando la mierda fuera de él, poniendo su pie entre sus piernas y guiñándole un ojo.

Por lo tanto, estamos jugando nuestro juego, ¿verdad?

Logan golpeó sus manos y luego se las frotó mientras sonreía a través de la mesa
a su cita y anunció.

—Que empiece el juego.

***

Tate amaba a la familia de Logan.

¿O es esta su nueva gran familia?

No estaba muy seguro, pero mientras estaba allí sentado tratando de adivinar lo
que Rachel estaba tratando de dibujar, él se reía tan fuerte que tenía lágrimas en los
ojos.

—¿Un caballo? —Supuso.

Ella asintió con la cabeza y luego hizo un gesto para seguir adelante. En el bloc de
papel delante de ella era una figura del palillo de los animales de corral común, y luego
al lado de eso, ella había garabateado algo como una versión más pequeña.
Tate frunció el ceño.

—¿Un pony?

Ella sacudió la cabeza y señaló a la primera imagen de nuevo, la grande.

—¿Caballo?

Una vez más, ella asintió con la cabeza, y Tate pudo escuchar el resto del grupo
riendo alrededor de la mesa, mientras ella comenzó con el marcador a dar vueltas
locamente alrededor del caballo pequeño.

—¿Caballo bebé?

No.

—¿Pequeño caballo?

Negativo.

Los ojos de Rachel se posaron en el reloj de arena y luego en él, esta vez
violentamente animados todos los jugadores cuando ella trato de hacer su versión de
un relincho de caballo.

—Creo que él ya entendió que se trata de un caballo, Rach.

Rachel miró hacia abajo a su hermano, que luego comenzó a reír de verdad, y Tate
oyó preguntar Logan:

—¿Hay que hacer toda esta charada? ¿Hay que hacer ruidos y actuar?

Tate se quedó mirando las dos fotos de nuevo y de repente lo golpeó la respuesta.

—¿Pony Shetland?

—¡Sí! —Exclamó Rachel, saltando de su asiento y se lanzó así misma alrededor


del cuello de Tate—. Sí.

Tate le devolvió el abrazo y miró al otro lado de la mesa donde estaba Logan, que
bromeó al mismo tiempo:

—Lo que ella dijo, eso es, está clarísimo en el dibujo.


El cuarto entero rugió a continuación, y Lena estiró un brazo para agarrar el
tablero que Rachel había utilizado para Dibujar.

—¿Cómo demonios has sacado que es un pony Shetland, de esto?

Rachel le arrancó de nuevo su tablero a su hermana-en-ley con una mueca de


burla.

—Oye. Tengo talento. Mucho talento.

Mason se acercó y tomó los dados. Dio la vuelta y luego se trasladó con su pieza y
miro a Lena, quedando en la Categoría - difícil.

Mirando hacia su esposa, sonrió e hizo un gesto hacia la caja.

—Es tu turno para dibujar.

—¿Por qué siempre me tocan las difíciles?

Mason negó con la cabeza.

—No estoy conmovido en lo absoluto.

Lena se quejó, y Tate oyó a Rachel carcajearse mirando a su hermano.

—Vamos, Lena. Vamos a ver cuán conectados están tú y Mase.

Lena se acercó y agarró su tarjeta. Entonces ella miró hacia la mesa, donde
estaban todos ellos.

—Es un Todos Jugamos. Entonces, ¿quién está dibujando en cada equipo?

Tate levantó la mano y vio que Logan y Cole dibujaban también.

Esto va a estar interesante.

Lena empezó a pasar la tarjeta alrededor, y Tate se dio cuenta de que necesitaba
afilar la punta de su lápiz.

Él miró hacia donde estaba el afilador, Logan estaba sentado justo al lado, y estiró
el lápiz en su dirección.

—¿Puedes por favor afilar esto por mí?


Logan se inclinó sobre la mesa y cogió el lápiz.

¿Quieres jugar con tu lápiz, Tate?

—Muy chistoso, Logan. El afilador está justo al tu lado. Sólo tienes que tomarlo y
deslizarlo dentro.

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, y los labios de Logan se
arquearon en una línea arrogante, Tate se mordió la lengua.

—¿De Verdad? ¿Tú realmente acabas de decirme eso a mí?

Tate se sentía más cómodo que nunca con Logan y este grupo de personas, Tate se
encogió de hombros y asintió. Es hora de darle a Logan de su propia medicina.

—Sí. ¿Hay algún problema? Tú lo alineas... y lo deslizas dentro.

—Sabes, Tate…

—No lo hagas —Tate lo interrumpió mientras movía el pie, el que él había tenido
entre los pies de Logan durante toda la noche, por lo que la espinilla golpeó la
pantorrilla de Logan.

—¿Hacer qué?

—Decir algo sucio. Yo sé que te mueres por hacerlo, pero sólo quiero que me
afiles el lápiz.

Logan cogió el afilador e hizo un gran espectáculo de la inserción de la punta en


el agujero.

—Jesús —murmuró Shelly junto a Logan—. Y yo que creía que Rachel y Cole
eran los malos.

Los ojos de Tate no se apartaban de Logan, y como si Shelly nunca hubiese


hablado, Logan dijo:

—Pero hablar sucio contigo es tan fácil.

—¿Igual que el listillo que está mirándome? —Preguntó Tate.

Se había olvidado de que habían otras personas en la habitación y ahora se frotaba


la pierna contra Logan y deseando que fuera su pene. Logan sacó el lápiz del
sacapuntas, y cuando él se inclinó hacia adelante con su mano de nuevo, Tate lo agarró
y esperó para liberarlo.

—¿Estás diciendo que soy fácil?

Tate sonrió a través de él y sabía que esto lo iba a volverlo loco, así que se inclinó
un poco y bajó su voz.

—No... yo supongo que eres duro. Realmente un puto muy duro.

Cuando la boca de Logan prácticamente se abrió, Tate tiró el lápiz de entre sus
dedos y se sentó de nuevo en su silla con la mejor mirada de estar muy satisfecho que
había mostrado nunca. Entonces miró alrededor de la mesa en silencio. Todos los
hombres estaban muy sorprendidos frente a ellos, y las mujeres estaban...

—Maldita sea —Rachel suspiró, abanicando su cara—. Necesito una bebida.

—Necesito un cigarrillo —dijo Shelly con una risa.

Incluso antes de pensar en ello, Tate buscó en su chaqueta en el respaldo de la


silla, cogió su paquete de cigarrillos, y la tiró sobre la mesa.

Ella se rió mientras los recogió, y luego Josh finalmente habló.

—Ni siquiera te atrevas.

Y todo el mundo rió a carcajadas.

La noche de juegos había sido todo un éxito.

El hermano y la familia de Logan eran un montón de diversión a su alrededor, y


cuando Logan continuó observándole desde el otro lado de la mesa y todos empezaron a
jugar la siguiente ronda, Tate se encontró que se sentía realmente cómodo.

Eso le hizo pensar con mucha más esperanza que el domingo siguiente con su
familia iba a seguir por el mismo camino.

***

Era cerca de la medianoche cuando los juegos comenzaron a concluir, y Logan se


sorprendió; en realidad lo habían hecho, se habían divertido. No había estado en el
equipo de Tate durante toda la noche, pero se había determinado a sacarle provecho a la
situación y llegado a ese punto tenía la mejor vista justo en frente de él, y no le había
quitado los ojos de encima a Tate en ningún momento.

Él estaba en problemas. En un gran problema de mierda.

En algún lugar entre el viaje en el ascensor hasta la casa Cole y este mismo
segundo, Logan se dio cuenta exactamente de lo que quería, y todo aquello estaba
envuelto en dos palabras Tate Morrison.

—¿Estás preparado para admitirlo?

Logan se volvió hacia Cole, quien se había acomodado a su lado.

Levantó su copa y la vació en silencio, y cuando estaba vacía, admitió:

—Tal vez.

—Bueno, eso es mejor que fingir que no sabes de lo que estoy hablando.

Logan coloco el vaso en la encimera de la cocina y le preguntó:

—¿Ciertamente no creo haber sido así de presumido cuando tú y Rachel se


enrollaron, verdad?

—Tienes razón. Tú lo fuiste mucho más —Cole fue rápido para responder y
volver a preguntar—. ¿Estás aterrado?

—Definitivamente.

Logan miró de nuevo hacia donde Tate estaba sonriendo por algo que Shelly
acababa de decir, y sintió que su mano temblaba cuando se reacomodaba las gafas en su
frente.

—Él es…

—¿Sí?

—Jesús, eres un dolor.

Cole puso sus manos sobre el mostrador, y lo inmovilizó con la más grave de sus
caras.

—Él no es Chris, lo sabes.


Logan lo sabía, y cuando Rachel pasó un brazo a través de Tate y se abrazó a él,
Logan sabía por qué estaba tan jodidamente asustado.

—Él no es para nada como Chris. Me hace pensar sobre las cosas que había
decidido que no fueran para mí —Logan se detuvo, sin poder creer las palabras que
salían de su boca—. Casi como siempre lo soñé.

Por un momento, una comprensión silenciosa se extendió entre ellos, y luego Cole
habló.

—Él se ve bastante real para mí. Tal vez es hora de que dejes que alguien entre.
Te lo mereces—. Cole cogió el vaso que parecía como si estuviera a punto de terminar
en el suelo —Mereces ser feliz.

Tate eligió ese momento para mirar por encima de ellos, y cuando él levantó las
cejas como preguntando: ¿Estás listo? Logan tuvo que preguntarse: ... ¿Me habla a mí?

—Vete. Deja que te lleve a casa. La forma en la que lo has estado mirando toda la
noche me ha sorprendido, y lo has hecho de manera muy intensa.

Logan sintió que sus labios se torcieron a un lado cuando se volvió hacia su
hermano.

—Gracias. En realidad, tuve una buena noche.

—¿A pesar de que no pudiste dibujar ni una mierda?

Logan se rió entre dientes.

—La próxima vez, me dijo Rachel jugaremos a las cartas, poker para ser
exactos. Tú siempre has perdido en ese juego.

La boca de Cole se curvó en una sonrisa maliciosa.

—Te puedes sorprender. ¿No has oído a Josh antes? He mejorado desde la
universidad cuando me utilizabas para robarme mi dinero.

—Sí, sí. No es mi culpa que no supieras cómo jugar.

—No sabía cómo jugar, ¿y qué?

Logan vio como Tate se detenía a su lado, y por primera vez en muchísimo
tiempo que él pudiese recordar, se sentía nervioso.
—Póker —Cole suministra.

Tate chocó sus hombros junto con Logan.

—Por supuesto que sabes cómo jugar al póquer. Déjame adivinar. ¿Tu
especialidad es la tira?

Logan no tenía nada que decir, para variar. Él sólo le tendió la mano. Cuando Tate
la tomó sin vacilación sintió que su ritmo cardíaco se aceleraba.

Contrólate, hombre.

—¿Estás listo? —Preguntó, tratando de distraerse para enfriarse.

—Sí —Tate miró a Cole y le dio las gracias por la invitación.

—No hay problema. Rachel no lo haría de ninguna otra manera. Creo que te ha
adoptado.

Del mismo modo que las palabras fueron pronunciadas, la propia señora entró en
la cocina y envolvió su brazo alrededor de la cintura de su marido. Cole puso su brazo
alrededor de sus hombros, encajando perfectamente a su lado. Había tanta comodidad y
familiaridad en el movimiento que Logan se encontró envidiándolos. Ellos no tenían
que pensar en tocar el uno al otro. Ellos simplemente lo hacían.

—Ambos son bienvenidos en cualquier momento.

—Gracias, Rachel —le dijo Tate y se dirigió para besarla en la mejilla.

Tate levantó su mano para despedirse de Rachel, y ella soltó a Cole, y envolvió
sus manos alrededor de su cuello, besando su mejilla también.

Cuando lo soltó, ella sonrió.

—Conduce a casa con mucho cuidado en esa moto por favor.

Logan se quejó.

—Gracias por el recordatorio.

Tate tiró de su mano mientras se abrían camino de vuelta a través de la sala de


estar.

—Fue un placer conocerlos a todos ustedes.


Ambas parejas se volvieron hacia ellos y agitaron.

—Igualmente.

—Nos vemos en la próxima —rió Josh—. No vas a poder librarte de ella. Lo


siento.

Mason estuvo de acuerdo mientras se ponía a Lena contra su costado y se pasó


una mano por su cabello.

—Si deciden visitarnos en el Exquisite, asegúrense de preguntar ya sea por Rachel


o por mí. Uno de nosotros siempre está allí.

Logan había estado pensando en visitarlos alguna noche. Había oído todo sobre el
restaurante por su hermano, y después de conocer a Mason, ya quería conocerlo. Tal vez
él asistiría con Tate en alguna ocasión.

—Lo haremos. Tengan una buena noche, chicos. Esto fue realmente divertido.

Ellos hicieron su camino en silencio por el pasillo y salieron por la puerta. Cuando
llegaron al ascensor y Logan se inclinó para presionar el botón, el silencio se
mantuvo. Podía sentir a Tate observándolo, y una vez que las puertas se abrieron y
entraron, Tate continuó dándole la misma mirada intensa que había estado en sus ojos
toda la noche hasta horas antes.

—¿Qué? —Preguntó Logan, preguntándose si él conseguiría una respuesta esta


vez.

—Quiero que sepas que me gustó mucho esta noche. Gracias por compartir tu
familia conmigo.

Logan no sabía qué decir. Él sabía lo que quería decir, pero sentía que era
demasiado pronto y que estaba putamente aterrorizado de que, en el momento en que las
palabras salieran, todo se iría a la mierda.

Así que se inclinó para coger el brazo de Tate y cerró los ojos.

—De nada.

—¿Logan?
Los ojos de Logan se abrieron lentamente, y estaba convencido de que la
expresión en los de Tate era casi idéntica a la suya. Tal vez debería solo…, pero la boca
de Tate se abrió para hablar justo cuando el ascensor intervino.

Los dos parpadearon, y el momento se había ido.

Los labios de Tate se curvaron mientras tomaba su mano.

—Venga. Volvamos a tu casa.

Logan ni en acuerdo ni en desacuerdo. Estaba seguro de que Tate sabía que nada
en la tierra le habría hecho decir que no.
Tate estaba detrás de Logan mientras abría la puerta principal de su piso.

Desde que salieron del sitio de Cole, Logan había estado inusualmente tranquilo y
callado. No había estado quejándose de la moto, no hubo observaciones sexualmente
sugerentes cuando Tate había subido sobre su moto, y no hubo comentarios sarcásticos
durante todo el viaje dentro del ascensor.

Logan tenía el rostro más serio que Tate jamás había visto en él.

Cuando abrió la puerta principal y se dirigió hacia el interior, Tate le siguió


quitándose su chaqueta. Si no hubiera visto la forma en que Logan le había mirado
cuando habían salido del sitio de su hermano, Tate estaría preocupado pensando de que
algo andaba mal. Pero él había visto su mirada, y aunque él no estaba listo para discutir
sobre ese tipo de miradas y lo que significaba, seguro que sí estaba listo para actuar
físicamente en consecuencia al fuego que vio en ellos.

Él esperó algún tipo de señal de parte de Logan, y cuando lo vio que entró
directamente en su habitación, Tate decidió que estaba lo suficientemente claro para
él. Se quitó las botas y se dirigió a la habitación que cada vez se hacía más y más
familiar para él.

Logan estaba del lado de su cama con la lámpara encendida, desabrochándose la


camisa, y sus gafas estaban descansando sobre la mesa. Tate hizo su camino hacia el
lado opuesto de la cama, alcanzó con su mano su camisa detrás de su cuello y tiró de
ella y la retiró, en ese momento vio a Logan tomar una respiración rápida.

Nervioso, eso es lo que es diferente. Está nervioso.

Tate dejó caer su camisa en la mesa junto a la cama, y llevó su mano al botón de
sus pantalones de cuero. Sin embargo antes de desabrocharlo y quitárselos, se acordó de
la reacción de Logan y su deseo de quitárselos, y miró a través de la cama blanca y
grande.

La camisa de Logan estaba ahora deshecha y colgando de sus hombros, revelando


una línea oscura de pelo desde su ombligo hasta debajo de sus pantalones vaqueros. El
tiempo para el silencio estaba a punto de llegar a un final abrupto, Tate pensó que era
hora de jugar.

—¿Vamos a permanecer tan separados toda la noche? —le preguntó a la espera de


ver lo que tenía que decir Logan sobre eso.

—Claro como la mierda espero que no.

Eso era lo que Tate había estado esperando.

Tate se desabrochó la parte superior de sus pantalones de cuero negro y luego


caminó alrededor de la cama hasta que estuvo de pie delante de un
muy diferente Logan.

No podía obtener una lectura sobre él, lo que era inusual.

Se estiró y puso sus manos sobre el pecho desnudo de Logan, después las deslizó
hacia arriba para descansarlas en sus hombros.

—¿Estás bien? — él sintió como las manos de Logan se posaron para sostener sus
muñecas.

—Sí, estoy bien.

Tate llevó una de sus manos al lado de su cuello y le dijo:

—Si no quieres…

—Tate —Logan lo interrumpió y finalmente bajó las manos a los pantalones de


cuero—. Quiero... Créeme —Tate tragó cuando Logan abrió la cremallera de sus
pantalones lentamente—. Lo quiero todo.

Tate quería saber lo que implicaba esa palabra en el mundo de Logan, pero en
este momento lo que más deseaba era tocarlo.

Había sido consciente de los ojos de Logan sobre él toda la noche. Ahora, lo que
quería era sus manos sobre él.

Empujó la camisa de los hombros de Logan y la deslizó por sus brazos. Cuando se
enganchó en su muñecas, inclinó la cabeza para presionar sus labios contra el cuello de
Logan y llegar a desabrochar uno de sus puños.

—Sentí que me observabas toda la noche —susurró y se trasladó al otro brazo.


Logan zumbaba bajo en su garganta de placer.

—No pude evitarlo.

Cuando Tate tenía el segundo brazo de Logan libre, la camisa cayó y golpeó el
suelo mientras llevo su boca al oído de Logan.

—Yo no quiero que lo evites.

Tan pronto como las palabras fueron pronunciadas, Logan volvió la cabeza y
tomó su boca en un beso tan jodidamente eléctrico que Tate se sorprendió que aún
estaba en pie cuando llegaron a tomar aire. Entonces agarró la cara de Logan, hundiendo
su lengua profundamente en esa boca sexy y devolvió los mordiscos que Logan le
estaba repartiendo.

Sentía el aire frío que golpeaba sus ingles mientras Logan apartaba sus pantalones
de cuero, y luego la boca de Logan se había ido de sus labios. Sintió unos cálidos labios
que se abrían paso por su cuello hasta el punto en la base de la garganta y el centro de su
clavícula. Tate no pudo evitar el grito gutural que se le escapó cuando Logan paso su
lengua por ese lugar y luego trazó una línea a su pezón izquierdo mientras deslizaba sus
dedos en la parte trasera de sus pantalones, empujándolos varias pulgadas por sus
caderas.

Tate corrió los dedos de una mano en el cabello de Logan y maldijo en voz alta
mientras unos dientes afilados le mordieron el pezón.

—Joder.

Él puso su otra mano sobre el hombro de Logan y añadió presión, necesitando ver
lo que Logan hacía en sus rodillas delante de él. Sin lugar a dudas, las manos de Logan
se movieron más lejos dentro de su piel mientras se iba desplazando hacia abajo,
deshaciéndose de los pantalones a medida que Tate tenía la esperanza de que lo hiciera
completamente.

Cuando Logan finalmente se puso de rodillas en sus vaqueros, Tate se inclinó


hacia esa fuerte expresión en el rostro de Logan y colocó sus labios contra los de él.

Cuando sus bocas se tocaron, se oyó decir:

—Algo está pasando contigo. Dime.


Logan no dijo nada, pero se levantó sobre sus rodillas y le besó con fuerza. Había
tanta emoción saliendo de él esta noche que Tate sentía como si estuviesen a un
segundo de desencadenar una explosión de algún tipo.

—Logan, dime. ¿Qué deseas?

Él sintió la lengua de Logan rastrear el labio inferior y luego le oyó decir:

—Quiero sentir que me sometes estando debajo de ti en la cama, y que me tomes.

Tate se enderezó y dio un paso atrás con un objetivo en mente, que era dar a
Logan exactamente lo que había pedido.

—Entonces, levántate.

***

Logan no era la clase de hombres a seguir las órdenes, pero esta noche, quería a
Tate a cargo.

Hasta ahora, cuando había dejado que Tate controlara, lo había hecho para que
Tate pudiera explorar y decidir lo que le gustaba. Pero en este momento, en su estado de
ánimo actual, Logan quería ser controlado, dominado.

Él quería que se le dijera qué hacer, y en última instancia, quería que Tate tuviese
el control.

Logan se puso de pie, y cuando Tate le dio instrucciones para mantener las manos
a los costados, y luego Tate dibujó un camino tocándose así mismo con un dedo desde
su esternón hasta el ombligo, Logan tenía un tiempo difícil para hacer lo que se le
habían dicho.

Tate mojó su dedo en la pequeña hendidura de su propio glande y luego habló.

—Quieres que te diga qué hacer. ¿Es así?

La polla de Logan se puso rígida. Sí, parece ser que eso era.

—Puedo hacer eso —le aseguró Tate. Entonces él remontó aquel mismo dedo
burlón debajo de su rastro del tesoro al botón de los vaqueros de Logan.
—Quítate los pantalones.

Logan hizo de inmediato como le habían dicho. Alcanzó el botón y desabrochó


como Tate de dijo. Él los empujó hacia abajo sobre sus caderas y luego los echó a un
lado mientras Tate se lamió sus jugosos labios.

—Súbete a la cama.

Joder, joder... joder.

Tal vez él debería haber estudiado esto más detenidamente. Él le había dado este
poder a Tate de dar instrucciones, pero lo hizo antes de que siquiera lo tocara.

Logan se arrodilló sobre el colchón y observó a Tate de pie al otro extremo de la


cama, desnudo como el día en que jodidamente había nacido. Se detuvo y se volvió
hacia él, y mientras los ojos de Logan viajaron audazmente sobre su cuerpo, Tate se
llevó la mano a la boca y lamió la palma de la mano.

—En el centro, sobre las rodillas y no te toques. Es mi turno para verte.

El corazón de Logan le latía con tanta fuerza que pensó que era un puto milagro
que no se hubiese desmayado mientras se movía hacia el centro del colchón y esperó.

Tate bajó la mirada sobre él, y Logan se preguntó lo que estaba pensando. Sin
embargo él no tuvo qué esperar una respuesta, porque el hijo de puta decidió decirle:

—Tu cuerpo es increíble, el gimnasio de este edificio sin duda vale la pena —Tate
reflexionó mientras envolvía su mano alrededor de su pene—. Me refiero a… mierda,
Logan. En serio, tu cuerpo es impresionante. Incluso si yo no quisiera follarte, podría
apreciar eso de ti.

Logan no estaba seguro de que le hubiese quedado algo de su jodido cerebro,


mientras observaba a Tate y su manera constante de acariciarse así mismo.

Mira lo lejos que hemos llegado.

—¿Cuánto deseas tocarte a ti mismo en este momento?

¿Qué clase de pregunta es esa?

—Contéstame —Tate exigió.


Logan apretó los dientes y chocó los puños contra sus muslos, su palpitante
erección tembló frente él.

—Quiero tocarme a mí mismo casi tanto como quiero tu polla dentro de mí.

Los labios de Tate se movieron, y su mano se detuvo en su propia carne.

—Muéstrame.

La frente de Logan se arqueó ante la demanda. Las mejillas de Tate estaban rojas
y sus labios apretados, pero luego se relajó y mostró los dientes en una jodida y salvaje
sonrisa.

—Acuéstate sobre tu espalda, separa las piernas, y me muestras lo mucho que me


quieres dentro de ti.

La idea aparentemente hizo a la polla de Logan realmente feliz, porque finalmente


tuvo que agarrar la base de la misma para ponerla bajo control.

—¿Y qué vas a hacer mientras estoy mostrándote?

Tate puso una rodilla en el extremo de la cama y sonrió.

—Supongo que lo averiguaremos cuando hagas lo que se te pide, ¿verdad?

Hijo de puta sexy. Si quiere una demostración, le voy a dar una.

Logan se volvió, sacó dos almohadas hacia el centro de la cama, y luego se acostó
en su espalda con sus piernas separadas. Tate estaba exactamente dónde había estado
Logan cuando este había estado de rodillas, pero su mano fue una vez más a acariciar su
pene.

Logan se inclinó y comenzó a frotar lentamente sus bolas. Los ojos de Tate
bajaron para verlo manipular su piel, y se mordió el labio inferior entre los dientes como
si estuviera tratando de contener un gemido. Logan ensanchó sus piernas un poco más,
bajo la atenta inspección de Tate y trajo su palma para acariciar por encima su jodida
erección, se siente increíble.

—Dobla las piernas. Tus pies apoyados en las sábanas.

El comando ronco de Tate vino cuando Logan sintió que el colchón se hundía
entre sus pies. Sus ojos se posaron en Tate mientras este se acomodaba y se arrodillaba
entre sus tobillos.
Logan dobló las piernas en las rodillas hasta estar seguro de Tate podía ver
todo. Estaba a punto de llevar la mano a la boca y lamer para que pudiera obtener una
diapositiva dulce, pero Tate le detuvo.

—No hagas nada más. Tus manos a los lados.

Los ojos de Logan se estrecharon ligeramente cuando preguntó:

—¿Por qué?

Antes de que él aún pudiera pensar en lo que Tate quiso decir, Tate se trasladó
más arriba en la cama y colocó sus manos en los muslos internos de Logan,
empujándolos hacia abajo en el colchón hasta que se extendieron de par en par.

Logan no podía apartar la mirada cuando Tate bajó la cabeza y pasó su lengua
caliente y húmeda sobre la parte inferior de su pene. La arrastró por todo el camino
hasta la cabeza hinchada, en la que claramente disfrutó limpiando el pre-venir que
encontró allí.

Logan agarró las sábanas a cada lado de su cuerpo y empujó sus caderas hacia la
boca de Tate.

Una vez más, Tate se movió de nuevo más hacia abajo, donde había querido
empezar, pero en lugar de seguir el mismo camino de mierda, él aspiró una de las bolas
de Logan entre sus labios.

—Jesucristo, Tate.

Sintió las manos de Tate deslizándose debajo de sus muslos y envolviéndose


alrededor de ellos antes de que Tate tirara de él ligeramente por debajo de la cama y
levantó la cabeza.

—¿Hay algún problema? —preguntó, y las manos de Logan se cerraban en las


sábanas a cada lado de él.

—No —respondió con la voz entrecortada.

Logan estiró el cuello para ver la mata de rizos entre sus muslos, y luego el burlón
sopló una cálido aliento sobre su piel mojada. Logan sintió que se le encogía el culo
mientras bombeaba sus caderas hacia arriba.

—¿Logan?
A Logan le resultaba jodidamente difícil concentrarse, y mucho menos hablar, por
lo que todo lo que logró decir fue un:

—¿Hmm?

—Quiero ver cómo te follas tu mano y mis dedos. ¿Crees que puedes hacer eso?

Logan estaba bastante seguro de haberse desmayado en la casa de Cole y que


estaba teniendo un maldito sueño sexual de mierda, ya que Tate en este momento
metido entre sus muslos de alguna manera se había arrastrado dentro de su cerebro y
descubierto todos los botones correctos para hacerlo explotar.

Cuando él no respondió de inmediato la conversación sucia de Tate, Tate retiró


sus manos que tenía alrededor de sus muslos y empezó a subir por la cama.

La boca de Logan se abrió inmediatamente, y rápido prometió:

—Sí, sí. Yo puedo hacer eso. Lo que tú quieras. ¿A dónde vas?

La sonrisa que se transformó lentamente en los labios de Tate era depravada, y


Logan se preguntó de dónde diablos la había sacado, porque- Mierda -si era potente esa
sonrisa.

Con sus ojos todavía conectados, la boca de Tate encontró la suya.

—Me estoy aplicando el lubricante para poder estirarte ampliamente y puedas


recibir mi polla de manera agradable. Eso está bien contigo, ¿verdad?

Cualquier pregunta o respuesta que hubiese podido tener Logan en este momento,
había dejado su puta cabeza después de ese comentario, pero cuando Tate se cernió
sobre él esperando una respuesta, se las arregló para responder:

—Eso está bien.

—¿Bien? —Tate repitió con voz incrédula. Luego bajó su boca a la oreja de
Logan—. Esto va a estar mucho mejor que bien, Logan. ¿Sabes por qué? También
puedo ser muy sucio, justo como tú.

Maldición. Estaba seguro de que Tate sería la persona que le llenaría con todo lo
que él quería. Sólo que no había contemplado que podría hacerlo de muchas maneras.

—Esto es lo que quieres, ¿verdad? ¿Alguien que no siempre te permita


ganar? ¿Alguien que es más que feliz de ser chupado y follado, sino que también te
devolverá el favor? Recuerda mis palabras, la palabra bien no tiene nada que ver con lo
que vamos a hacer aquí.

Logan cerró los ojos y trató de calmarse a sí mismo cuando Tate lamió su jodida
mejilla y cuando sus penes se rozaron entre sí, no pudo evitar el fuerte gemido que salió
de su garganta. El juego previo estaba a punto de matarlo.

A medida que la punta de la lengua Tate hizo cosquillas en el lóbulo de la oreja,


Logan volvió la cabeza y finalmente le dijo:

—Sí, eso es lo que quiero. A ti. Al más sucio, al malditamente mejor.

Al parecer, a Tate le gusto esa respuesta, porque él gruñó y cerró sus bocas.

Logan no pudo evitar llegar a las caderas que rodaban sobre su ingle. Él clavó los
dedos en la piel caliente y empujó su pelvis con los ojos cerrados y el beso continuó.

El sabor de la Tate era siempre el mismo: Una pizca de canela y una mierda de
toneladas de sexo y Logan estaba convencido de que era adicto.

Logan aportó su boca y se concentró en el hombre que estaba encima de él.

—Date prisa.

Tate se cernió sobre él y luego se inclinó hacia un lado para agarrar el


lubricante. Cuando regresó, él besó la oreja de Logan, y le habló en voz baja:

—No —y luego se deslizó por su cuerpo.

Estoy jodido, pensó Logan. A pesar de que no era del todo cierto, sin embargo,
sabía que lo estaba y mucho en este preciso momento mirando hacia el magnífico
hombre entre sus muslos, y sabía que ya no podía esperar más.

***

Tate empujó las piernas de Logan hacia los lados mientras se movía hacia abajo
en la cama, frotando su pene en las sábanas a medida que bajaba. No podía esperar a
hundirse en Logan, pero él quería enloquecerlo de placer antes lo hacerlo, y Tate sabía
cómo llevarlo allí.
Logan había insinuado varias veces que le gustaba un poco áspero y duro cuando
le tocaba su turno de estar en la parte pasiva, y Tate querido darle eso.

Esta noche, Logan parecía necesitar algo. Él no estaba diciendo


exactamente lo que quería, pero Tate estaba muy seguro de que tenía mucho que ver con
él tomando el control, y estaba más que dispuesto a complacerlo.

Cuando él estaba situado entre los muslos de Logan, y su boca a sólo pulgadas de
su pene, Tate levantó sus ojos a los abdominales y su impresionante pecho ondulante y
se recordó a sí mismo su objetivo: Tomar a Logan.

Agarró el lubricante y cuando lo abrió, las piernas a cada lado de él se


tensaron. Ese poder que había sentido antes estaba de vuelta. Cuando se trataba de
tenerlo sobre Logan, a Tate le encantaba.

—¿Nervioso? —Le preguntó mientras vertió un poco de líquido frío en sus


dedos. Ya era hora de que él pudiera poner a Logan al borde, sobre todo porque la
mayor parte del tiempo la situación era a la inversa.

—Palabra incorrecta —Logan respondió.

Tate extendió la mano, envolvió sus dedos alrededor de la base del eje grueso de
Logan, y le preguntó:

—Entonces, ¿Cuál es la palabra correcta?

Logan golpeó sus caderas hacia arriba, deslizando su carne endurecida por el puño
de Tate, y logró decir:

—Estoy hecho una mierda.

Tate comenzó a deslizar su mano hacia arriba y hacia abajo y le dijo:

—Esas son cuatro palabras.

—Me importa una mierda —murmuró Logan cuando Tate continuó dándole una
paja lenta.

—Dame la mano, Logan.

Logan inmediatamente ofreció su mano derecha, y Tate dejó lo que estaba


haciendo, causando una gemido gutural emergente.
—Joder. No te detengas.

Tate rió y entrelazó sus dedos, haciendo que Logan estuviese tan resbaladizo
como su propia mano.

—No me voy a detener y tú tampoco. Muéstrame. Muéstrame cómo te tocas


cuando piensas en mí. Al igual que la otra noche en el coche.

Y a Tate le encantó el aspecto de pecado que Logan dio cuando sus dedos se
cerraron alrededor de su pene sin reservas, y apretó la cabeza sobre la almohada para
masturbarse.

Mierda. Amaba la forma desinhibida como Logan acababa de ir por su polla.

Tate volvió la cabeza, lamió un punto alto en el interior del muslo de Logan, y
oyó una maldición rasgar a través de la habitación.

—Muéstrame —susurró de nuevo y su aliento acariciaba las bolas apretadas de


Logan.

Logan inclino sus caderas, y Tate llevó una mano para trazar un dedo lubricado
bajo sus bolas a la sombra oscura entre sus mejillas. Empujó el dedo sobre la piel
apretada y el pliegue hasta que él encontró lo que estaba buscando.

La cara de Tate estaba tan cerca del cuerpo de Logan que no podía dejar de chupar
de nuevo una de sus bolas con sus labios, lo que tenía a Logan agarrando un puñado de
su cabello.

Tate frotó el dedo hacia atrás y hacia adelante sobre los nervios sensibles del culo
de Logan, sin dejar de lamer con su lengua mientras se retorcía debajo de él. Los ruidos
procedentes de Logan eran atractivo, crudos, y torturados mientras se masturbaba, y
Tate podía sentir su propia y pulsante erección contra el colchón.

Quitó su boca de la carne caliente de Logan y levantó la cabeza. Él quería ver


cuando Logan se deshiciera. Poco a poco, Tate deslizó la punta de su dedo en el interior,
y cuando sintió que Logan empujaba sus caderas hasta llevarlo más profundo, sabía lo
que quería Logan, y metió su dedo hasta el final profundamente.

Los ojos de Logan se abrieron, y una mirada azul hecha fuego lo encontró. Tate
podía jurar que sintió el calor que venía de ellos cuando Logan bombeaba su polla y
lamió su labio inferior.

Joder, él es precioso.
El pensamiento casi golpeó a Tate y lo dejó en un aturdimiento sexual hasta que
Logan cerró los ojos de nuevo y cortó la conexión, y comenzó un ritmo desesperado.

Tate retiró su dedo del canal apretado y cerrado de Logan y luego se deslizó
rítmicamente hacia atrás y adentro.

Estoy tan jodidamente jodido.

Él había pensado que iba a desentrañar los secretos de Logan, pero cuando añadió
un segundo dedo y el cuerpo de Logan lo succionó, literalmente le hizo una mamada a
su dedo en su interior, Tate sabía que también él estaba a punto de correrse. Estaba
empezando a darse cuenta de que él quería hacer muchas cosas, y todo lo quería hacer
con este hombre, ¿y no era esto una revelación? Tenía que hacer algo, y jodidamente
rápido.

Tate mordió suavemente el muslo de Logan, y la mano en el pelo le apretó


fuertemente.

Sí, tócame. Me vuelve más osado.

Tate quitó los dedos y se arrodilló entre las piernas de Logan, tratando de alcanzar
su tobillo izquierdo. Él vio los ojos de Logan ensancharse cuando él colocó su pie
contra su pecho. A medida que iba bajando Tate casi partió a Logan a la mitad, entonces
Tate decidió que podía ser más valiente y osado, y quería volver a entrar.

***

Un silbido de aire salió de Logan cuando Tate metió en su grieta oscura dos
gruesos dedos hacia atrás dentro de él. Prácticamente tenía un pie en el hombro de Tate
mientras trabajaba sus dedos dentro y fuera de él, y Logan quería más.

Él siempre había pensado que Tate probablemente lo rompería, y cuando Tate


bajó aún más sobre él para besarlo, joder, Logan sintió que lo estiró aún más y que
quedo totalmente abierto, Logan pensó que él realmente no había tenido ni idea de lo
que Tate era capaz.

Él febrilmente tiró de su propia polla cuando la voz de Tate llenó la habitación.

—¿Te sientes bien, Logan?


Logan sabía que Tate pronto iba a alinearse sobre él, y tenía la sensación de que
Tate disfrutaba turnándose en esta posición de activo-pasivo, pero resultó que a él
también le gustaba, simplemente porque se trataba de él, de Tate.

—Joder sí.

Tate acarició con sus labios y nariz en el hueco de su hombro, y Logan no podía
mantener sus caderas quietas, no podía evitar moverlas. Podía sentir el pene de Tate
frotándolo en todo el muslo y sabía que estaba muy cerca de ser bien y verdaderamente
follado, una follada de primera.

—¿Más?

Logan oyó la pregunta tentativa susurrada en su oído, y su culo se apretó


alrededor de los dedos en forma de tijera entrando en su agujero.

¿Más? Joder sí.

—Dámelo

Tate lamió la concha de la oreja con la lengua y sacó sus dedos lentamente de su
cuerpo.

Cuando regresaron, Logan sintió tres dedos empujando y probando.

Volvió la cara hasta que estaban boca con boca y confesó:

—Me gustaría tener los cuatro dedos y tu pulgar si tuviera la maldita paciencia,
pero no la tengo. Ahora date prisa de una puta vez, Tate. Dámelo.

Sus palabras sorprendieron a Tate. Podía decirlo por la forma en que sus ojos se
abrieron, pero cuando el significado de sus palabras tomaron vida dentro de él, Tate
empujó sus dedos mucho más dentro de Logan y observó cómo sus ojos se dilataban.

—Sí, Tate. Sí —gruñó y tuvo que apretar su jodida polla para contenerse de
correrse.

Empezó a retorcerse sin control debajo Tate cuando éste toco su próstata y le dio
un buen masaje de mierda.

Al mismo tiempo, las caderas de Tate se movían y su erección mantenía el roce


constante contra su muslo.
Logan extendió una mano, agarrando los rizos que caían sobre la frente de la Tate,
y exigió a través de una respiración áspera,

—¿Qué estás tratando de hacer, matarme?

Tate sacudió la cabeza.

—No. Estoy haciéndote mío.

Logan soltó su erección y agarró el culo de Tate, tirando de él hacia abajo para
que pudieran frotar sus pollas juntas.

—¿No lo sabes? Ya soy tuyo.

***

Todo el cuerpo de Tate se quedó inmóvil.

La mano que tenía entre los muslos de Logan, los dedos en su apretado canal, y su
propio bombeo de caderas, todo dejó de moverse hasta que lo único que podía oírse era
la respiración ruidosa de ambos en la habitación, de otro modo estaría totalmente
silenciosa.

Quitó lentamente los dedos y plantó las manos cerca de la cabeza de Logan, y
mientras se concentraba en el hombre debajo de él, finalmente entendió lo que estaba
pasando.

Logan se estaba dando a sí mismo otra vez, finalmente admitiendo que estaba en
esto: en realidad en esto.

—Quiero sentir tus manos sobre mí —dijo Tate. Él esperó a que Logan alisara sus
manos por cada uno de sus costados y después, hasta su culo.

—Las quiero en mí todo el tiempo —admitió y bajó la boca para besar Logan.

—Tate, te necesito…

Él no necesitaba decirlo más. Tate también lo necesitaba.

Agarró el condón fuera de la mesa lateral e hizo un trabajo rápido de él. Entonces
estaba de vuelta entre Las piernas de Logan, que ahora estaban envolviéndose alrededor
de su cintura.
Tate bajó una mano entre ellos y pasó un dedo por encima de él, sólo para
asegurarse de que estaba…

—Joder, Tate. Ahora.

—Listo.

Él sonrió contra la boca mandona que por fin había vuelto a aparecer y poco a
poco hundió su polla dentro del impaciente cuerpo de Logan. Tate se quejó del increíble
placer que sentía, y cuando Logan le rodeó con los brazos alrededor de su cuello y tiró
de él hacia abajo para tomar su boca, sentía que se iba.

Los talones clavándose en su culo le animaron a mover, y cuando Tate comenzó a


presionar sus caderas, Logan se echó hacia atrás y dejó que él lo tomase. Con su pelo
negro como el carbón presionando contra la almohada y las venas de su cuello
destacándose cuando apretó los dientes, Logan cerró los ojos.

Tate observó su rostro y se preguntó si alguna vez había visto algo tan
espectacular.

Logan en la agonía de la felicidad sexual era una puta obra maestra. Él no ofreció
disculpas cuando comenzó a moverse con su pene en fuertes sacudidas, como si nunca
tuviese una nueva oportunidad para estar dentro de Logan, y cuando Tate continuó
moviéndose fuertemente dentro de él, sintió sus bolas apretarse.

Él estaba listo. Pero quería que Logan se corriera primero, y luego él terminaría en
el hogar cómodo y caliente donde su pene se encontraba actualmente enterrándose muy
en el interior.

Sus dedos agarraron la almohada bajo la cabeza de Logan cuando una gota de
sudor rodó por su frente y cayó sobre el labio superior de Logan. Observó con
fascinación absorta como esos atractivos ojos se abrieron y Logan sacó su lengua y
lamió su sudor, lo cual fue su detonante final.

Las caderas de Tate aceleraron el ritmo, y nada lo podía parar.

Cuando el orgasmo de Logan lo golpeó, todo su cuerpo se inclinó hacia arriba de


la cama, haciendo que la firmeza del músculo que rodeaba el pene de Tate que apretara
y se apretara, lo que los hizo gritar lo suficientemente alto como para reducir las putas
paredes.

Ya no se trataba sólo de sexo.


Cuando Tate presionó su frente contra la de Logan, él lo comparó con una
experiencia religiosa. Logan fundamentalmente lo había cambiado todo en su vida, le
hizo ver luces y hasta las putas estrellas, y no había manera de que él jamás pudiera
vivir sin esos nuevos cambios.

Cuando los labios de Logan se abrieron bajo los suyos, Tate barrió con su lengua
dentro, y se apartó el pelo lejos de su cara.

—Eres un hombre hermoso, Logan Mitchell.

Logan sonrió y palmeó su culo.

—Te ves tan confundido diciendo eso. Te prometo que no se lo cantaré a nadie.

Tate sacudió la cabeza.

—No, no estoy preocupado porque la gente lo sepa. Simplemente nunca asocié


belleza con…

—¿Un hombre? —Supuso Logan.

Tate asintió y luego se echó a reír.

—Estúpido, ¿eh?

—No, en absoluto —no estuvo de acuerdo Logan —Creo que eres muy bonito.
Jodidamente precioso para ser exactos.

Tate sintió que un rubor golpeó sus mejillas y se preguntó cómo diablos podría ser
después de lo que acababan de hacer. Se quitó lentamente de Logan, y cuando él se
levantó y se quitó el condón, dijo muy en serio,

—Mañana, voy a hablar con mi madre de nuevo. No voy a ocultarme de mi


familia, Logan.

Logan se movió hacia arriba sobre sus codos.

—Me parece bien.

Tate se dirigió hacia la puerta del baño para limpiarse antes de acostarse, pero
antes de llegar allí, Logan lo llamó. Se detuvo y se dio la vuelta para ver como Logan se
había acostado nuevamente y estaba mirando el techo.
—Quise decir lo que dije anteriormente. Soy tuyo, así que cualquier cosa que
necesites...

Tate quería responder y abrió la boca para hacerlo, pero se encontró con que nada
salía de ella.
En el momento en que Tate salió de la ducha, se encontró con que la cama había
sido rehecha con unas nuevas sábanas azules bajo un edredón blanco. Logan no se
encontraba por ningún lado.

Con una toalla asegurada firmemente alrededor de sus caderas, Tate salió al
espacio oscuro y lo encontró de pie en la puerta de su balcón.

Las luces de la ciudad hacían un impresionante telón de fondo, pero era el hombre
de pie en la puerta que reclamaba toda su atención. Logan se había puesto unos
pantalones de chándal, y tenía las manos descansando ligeramente en sus bolsillos.

Tate no estaba seguro de qué humor estaba a punto de encontrar a Logan, ya que
no podía ver su cara, pero pensó que el silencio en la habitación y la postura rígida eran
bastante buenos indicadores de que la pared que Logan por lo general levantaba detrás
de él, estaba de vuelta.

—Acabo de terminar de ducharme —anunció, tratando de romper el silencio.

Logan lo miró por encima de su hombro, y Tate se dio cuenta de que tenía las
gafas en su sitio. Era algo así como un mecanismo de defensa que Logan utilizada a
manera de escudo.

—Me parece bien.

Eso fue todo. Eso fue todo lo que obtuvo antes de que Logan apartara la mirada.

Tate hizo su camino más allá de la mesa de centro de cristal y se detuvo junto a él,
mirando los edificios. No estaba seguro de lo que estaba pasando por la cabeza de
Logan, por lo que no sabía por dónde empezar.

En lugar de ello, se puso de pie junto a él y esperó.

Pasaron varios minutos antes de que Logan finalmente hablara.

—Sabes, la última vez que estuve sentado aquí en el balcón, yo estaba hablando
por teléfono contigo.
Tate lo recordaba. Habían hablado de Chris, el idiota que lo negó y huyó cuando
Logan había estado en la universidad, provocando en Logan la inhabilidad para
comprometerse a más de una follada rápida y luego salir corriendo.

También habían hablado de su familia, y si estaría dispuesto a


defender… Espera. ¿A dónde va con esto?

—Lo recuerdo.

Logan volvió la cabeza y atrapó sus ojos en una mirada firme.

—¿Estás absolutamente seguro de querer hacer esto?

—Te lo dije…

—Yo sé lo que me dijiste —Logan le corto decidido y giró su cuerpo, así que
ahora estaban de pie uno frente al otro—. Me dijiste que no querías mentirles. Entonces,
¿Qué les vas a decir?

Tate empujó una mano agitada por su pelo mojado y luego la pasó por el costado
de su cuello.

—Les diré que estamos saliendo.

Tate observó los labios de Logan los cuales eran una línea delgada.

—¿Y cuándo te pregunten si es verdad? ¿Si me estabas besando ese día? ¿Si estás
teniendo relaciones sexuales conmigo? ¿Entonces qué?

No había forma de escapar al hombre intenso frente a él, y una vez más, tenía
atada su lengua. La conmocionada voz de su hermana comenzó a sonar en su cabeza, y
la negación de su madre estaba en sus oídos. Entonces la voz de Logan cortó a través de
él, rotundamente honesta y brutal como el infierno.

—Si no puedes decírmelo a mí, ¿Cómo vas a decírselo a ellos?

Tate pensó en eso y estaba a punto de contestar cuando Logan se dio la vuelta y
comenzó a caminar lejos de él.

—¿Podrías esperar un puto minuto?


Logan se detuvo dónde estaba, pero no se molestó en mirarlo a la cara, ya que
sabía que no hizo nada más que tirar la mierda fuera de él. Tate lo alcanzó y lo rodeó
hasta que estuvieron cara a cara de nuevo.

—¿Vas a darme la oportunidad de hablar? ¿O simplemente ser un idiota y


alejarte?

Logan se encogió de hombros como si no le importaba, pero Tate sabía que la


cuestión de fondo era que si le importaba y mucho, demasiado.

—En primer lugar, deja de compararme con Chris.

—No te estoy comparando.

—Sí, lo haces, y eso me molesta —La mandíbula de Logan se movió, y Tate sabía
que estaba reprimiendo algún tipo de comentario cáustico por lo que reiteró—: No soy
él.

—¡Lo sé! —Tronó Logan, y fue un shock para Tate oírle gritar, tanto que su boca
se cerró—. Joder, ya lo sé —repitió, esta vez más tranquilo.

Tate se adelantó y tomó la mano de Logan.

—No voy a negar nada.

—Pero…

—No hay peros —Tate hizo una pausa, y cuando los labios de Logan se arquearon
en una sonrisa, él no pudo evitarlo.

—Bueno, tal vez un par de cosas sucias.

Logan se rio entre dientes, ésta era la intención de Tate cuando tiró de él más
cerca.

—Me asustas de verdad, joder —admitió Logan mientras colocaba una mano
sobre el pecho de Tate. Allí estaba de nuevo… el poder.

—¿Y crees que yo no tengo miedo?

—No. Sé que lo tienes. Pero la pregunta sería ¿A qué le tienes miedo?

Tate no estaba muy seguro de entender la pregunta.


¿A qué le tengo miedo? ¿No es obvio?

Logan deslizó una mano a un lado de su cara, y en algún lugar en el fondo de su


mente, Tate estaba seguro de que éste gesto debería hacerlo sentir raro, Logan
confortándolo. Pero no era así, se sentía bien.

—¿A qué, Tate? Dime.

Tate agarró la muñeca de Logan que estaba cerca de su barbilla. Era gruesa y
fuerte, al igual que la de él.

Se había dicho así mismo que él tenía que ser valiente, y también sabía que tenía
que ser honesto.

Tragó saliva y finalmente admitió en voz alta,

—Tengo miedo de lo que pensarán.

Los ojos de Logan no vacilaron, pero vio un destello de emoción en ellos, un


destello de aprehensión cruzó su mirada.

—Bueno. Ahora estamos llegando a alguna parte.

Tate odiaba el hecho de que estaba preocupado por las reacciones de sus padres.

Borrar a —mi familia entera, imposible hacerlo.

No era como si fuese un niño que necesitara su aprobación, pero sabía que el
domingo no iba a ir bien, y cuanto más se acercaba el día, más ansioso se sentía.

—Ellos son mi familia. Por supuesto que me preocupa cómo reaccionarán.

—¿Por mí? —Preguntó Logan.

—No. Por nosotros.

Logan no dijo nada mientras bajaba su mano.

—Pero esto no voy a negarlo —Tate le aseguró una vez más—. Mira, ¿podemos
dormir un poco y quizás mañana simplemente pasar el rato juntos? ¿Estás libre?

Logan trató de ser el fresco y casual, pero no lo hizo muy bien. Incluso con el
guiño atractivo que le dio a Tate, él parecía incómodo.
—Por supuesto. Podemos pasar el rato.

Volvieron a la habitación, y la forma deliberada en que Logan chocó en su


costado, Tate sabía que estaba tratando de aligerar el ambiente.

—¿Qué significa exactamente para ti “pasar el rato”?

Tate lo miró con curiosidad cuando Logan se quitó las gafas y su chándal antes de
entrar bajo las sábanas.

—Estaba pensando que tal vez podríamos ver algunas películas, o no sé, jugar
mini golf, si quieres. No me importa. Yo sólo pensé que podríamos pasar el día juntos
antes de ir a trabajar.

Tate se quitó la toalla y ésta cayó al suelo, Logan lo observó detenidamente


mientras subía también a la cama.

—¿Me está pidiendo una cita, señor Morrison?

Tate se movió hacia abajo hasta que estaba a su lado, frente a Logan.

—Sí, supongo que eso es lo que estoy haciendo.

Logan se volvió por lo que quedaron frente a frente y fingió pensarlo.

—Entonces acepto, pero con una condición.

Tate esperaba algo extravagante de Logan, así que se rio cuando dijo:

—Yo escojo lo que vamos a hacer: ¿Las películas o meterla en el hoyo y volver a
meterla en hoyo? O de pronto el juego de: ¿Cómo no perder el empleo?

Tate se chupó el labio inferior de su boca mientras sus ojos se perdieron dentro de
los de Logan, y él puso en todo lo que le fue posible una mirada de come mierda que
esperaba fuese…

—Joder. Para. Está bien, bien. Has hecho tu punto. A mí me parece que incluso
has sido muy valiente hablando de meterla en el hoyo y volver a meterla en hoyo con
esa cara que has utilizado.

Tate rio y rodó sobre su espalda, y esperó. Allí estaba su nuevo ritual.

Logan levantó el brazo, y Tate se encontró moviéndose en dirección a su lado.


Era increíble recordar que algo tan simple en alguna ocasión él lo había sentido
como algo muy complicado. Pero en este momento, lo único que podía sentir era que
todo era correcto.

***

Logan se sentó en su mesa del comedor la mañana siguiente con un café y el


periódico. Había estado tratando de centrarse en la lectura de la sección de negocios
durante los últimos veinte minutos, y en su defecto lo único que consiguió fue la lectura
de un titular una y otra vez.

La noche anterior había sido intensa. No sólo por el hecho de que él y Tate
tendrían su primera cita un tanto pública como pareja, sino porque todo lo que estaba
sucediendo con Tate, ese chico le estaba cambiando su vida radicalmente.

Allí estaba él, alguien que había renunciado a cualquier tipo de relación
comprometedora, cayendo por Tate. Un hombre al que le había dado solamente un
beso, un hombre, y había sucedido hacia tan solo un par de semanas antes.

Me estoy volviendo loco. ¿Qué diablos es lo que me pasa?

Había una posibilidad muy real de que Tate cambiaría de opinión. Después de
todo, había sucedido antes…

—¿Qué haces aquí, Mitchell?

Logan miró a su compañero de estudio y novio a puerta cerrada, Chris Walker,


mientras este salía al pasillo. Había estado viniendo a la residencia de Chris desde
hacía varios meses, y últimamente venía cada vez que tenía una oportunidad o se
rebuscaba una excusa para pasar a verlo.

En un primer momento, su relación había empezado bastante inocente cuando se


habían emparejado para estudiar, pero todo eso cambió cuando Chris mostró un
interés real en algo más que el estudio de matemáticas. Antes de Chris, Logan nunca
había experimentado con hombres, hasta que Chris le dio un beso, y luego él había
estado más que feliz de explorar los nuevos temas en privado.

—Iba de camino a casa de la biblioteca, y pensé en pasar a ver si estabas libre.


—¿Libre? Libre para qué? Yo te pago y tú me ayudas a pasar álgebra.

La sarcástica voz de Chris llenó la sala y tuvo a varias personas mirándoles


mientras salían al estrecho espacio. Logan se quedó allí, confundido sobre por qué
estaba siendo tan frío hasta que otros dos chicos llegaron a la puerta que Chris
acababa de abandonar.

—Vete a casa, ¿quieres? Estoy ocupado.

Logan subió las gafas en su nariz y estrechó sus ojos al hombre frente a él. Chris
era uno de los jugadores estrella del Lacrosse de la universidad, y como Logan se
encogió un poco cruzando uno de sus brazos, no podía dejar de mirar el pecho
musculoso que había adorado el día anterior con su boca.

—¿No puedo entrar? ¿Solo por un minuto?

Chris camino hacia adelante y le hizo dar a Logan marcha atrás hasta que su
culo estaba contra la pared opuesta, similar a la posición que él había tenido el día
anterior cuando él lo había besado.

—Ya te dije que estoy ocupado. Ahora piérdete, Mitchell.

Logan se encogió ante el despido rudo y trató de enmascarar el dolor que estaba
sintiendo. No tenía ni la estatura, ni los músculos que Chris tenía, pero lo único que
poseía era su orgullo.

—Vaya, eso no fue lo que me dijiste ayer, cuando tenías tu polla en mí….

Antes de que pudiera terminar la frase, Chris tenía su antebrazo contra su pecho
y el otro brazo levantado, listo para darle un puñetazo.

Logan sabía que estaba a punto de conseguir un puñetazo en plena cara, pero
mientras estaba allí en el pasillo con los amigos de Chris animando detrás de él, sabía
que este golpe no podría dañarlo, que éste dolor sería mucho menos comparado con el
dolor de mierda que ya tenía en su corazón.

Realmente había pensado que la forma en como Chris lo tocaba y le hablaba en


privado había significado algo, y cuando la enorme mano corto el aire y conecto con su
mejilla, todo lo que Logan oyó fue la risa seguido por su nombre y luego Chris.

Se dejó caer en la pared completamente abatido y vio a su... sí... su medio


hermano, Cole, agarrando a Chris y dándole una paliza antes de encender a los otros
dos amigos de Chris.
Mierda, pensó en ese momento, me gustaría haber podido aterrizarle ese golpe…

—¿Logan?

Logan levantó la vista del papel para ver a Tate de pie frente a él y la mesa.

—Lo siento, ¿qué dijiste?

Tate le estaba dando una mirada insegura, y Logan no lo culpaba. Había estado
completamente ajeno a su entrada en la habitación. ¿Quién sabía cuánto tiempo llevaba
allí?

—Acabo de preguntarte que si podía tomar prestado unos vaqueros o ir a casa a


cambiarme antes de que vayamos a pasar el rato.

Logan bajó el periódico y luego levantó su café para tomar un sorbo.

—Por lo que veo, ¿todavía quieres ir?

Tate frunció el ceño.

—¿Sí, por qué? Al final estuve de acuerdo con dejarte escoger el lugar,
¿verdad? ¿Cambiaste de idea?

Sintiéndose como un idiota por sus propias dudas, Logan cerró el periódico y se
puso de pie, y caminó alrededor de la mesa. Llevó una mano a la cintura de Tate y trazó
con un dedo por la piel caliente de allí. Los pantalones de cuero que Tate se había
puesto le colgaban de manera seductora bajo sus caderas.

—¿Seguro que no quieres simplemente pasar el rato aquí?

Tate lo apartó y puso los ojos.

—Sí, estoy seguro. Además, ya estás vestido.

Logan miró sus vaqueros oscuros, y su ligero suéter de color crema en cuello en
V.

—Estás en lo correcto. Me desperté hace algunas horas.

—No has estado durmiendo bien. ¿Estás bien?

Logan se cruzó de brazos divertido.


—¿Ya conoces mis hábitos de sueño?

—Bueno, no, en realidad no.

—¿Quieres conocerlos? —Preguntó, un poco más que satisfecho de saber que


Tate parecía darse cuenta de las pequeñas cosas.

—¿Qué quieres decir?

Logan estaba a punto de decir algo muy impulsivo y estúpido sobre pasar tiempo
juntos y lo que conseguirían con la convivencia con el paso de los días, pero en el
último segundo, se detuvo.

—Nada. Simplemente estoy jugando. Deja que te preste unos vaqueros —Él sabía
que Tate lo miraba como un halcón, entonces él se aseguró de no mostrar nada con su
rostro—. ¿Está bien para ti que te preste unos vaqueros que no tienen agujeros, verdad?

Tate se acercó a él pasándose una mano por su pecho.

—¿Vas a estar de acuerdo con eso? Es a ti a quien le gusta mirar mi culo.

Tan serio como le fue posible hablar ya que se desmoronaba por dentro cuando
Tate le estaba mirando intensamente-sumiso, por fin Logan pudo decir,

—Estoy seguro que me adaptaré. Pero va a ser difícil.

Sin sutileza en absoluto, la mano de Tate encontró su polla a través de sus


pantalones y lo acarició.

—De eso, no tengo la menor duda. Trae esos vaqueros escandalosamente


caros. Prometo no rasgarlos si me los prestas. Tengo mucha curiosidad de ver
dónde, Logan Mitchell, podría llevar a su cita.

Logan no pudo evitar frotarse contra la mano que lo atormentaba de Tate.

—Te lo dije. No he tenido citas con nadie antes de ti.

—Hmm —Tate reflexionó —En ese caso, ¿por qué no me muestras el lugar donde
te gustaría ser follado por tu cita?

Una y otra vez, Tate continuó sobando la polla de Logan.

Logan no podía recordar a nadie nunca que le dijera lo que quería hacer con él en
una cita, y en primer lugar y mucho menos hacer que él quisiera estar en una cita.
Justo cuando pensaba que el chico no podía ser más que perfecto, él tenía que
venir y demostrar que estaba en lo cierto.
Tate se puso de pie dentro de la exhibición de transporte en el Museo de Ciencia e
Industria, y observaba a Logan cuando leyó la placa de información sobre El espíritu de
América.

Ésta había sido la idea de Logan para una cita, y Tate tenía que estar de acuerdo
con él, el lugar era impresionante.

Habían llegado hacia una hora antes, y Logan les habían conducido a la
Ghirardelli Ice Cream & Chocolate Shop en la avenida Michigan.

—¿Te gustan los postres, verdad?

—¿Y si no me gustan?

Logan abrió la puerta de la tienda y le hizo un guiño por encima del hombro.

—Solo te convencería de probar algunos.

Tate lo siguió dentro y tomó una respiración profunda, ya que el aroma dulce se
le hizo muy familiar.

—No es necesario que me convenzas. Mi madre solía traernos aquí una vez al
mes. Era una delicia.

Logan se giró en la tienda llena de gente y dio un paso más cerca de él.

—Una delicia, ¿eh?

—Mhmm.

—¿Y cuál es tu sabor favorito, Tate?

Tate puso sus manos en los bolsillos traseros de los vaqueros que él se había
puesto antes. Él no estaba seguro de poder mantenerlas quietas y fuera de Logan
cuando estaba tan cerca de él, y mucho menos cuando Logan se comportaba tan...
Logan.
—Nunca pude decidirme entre el chocolate con leche o las copas de helado con
nueces.

Logan levantó una mano y la pasó por la chaqueta de cuero que cubría su brazo,
y luego entrelazo sus dedos juntos.

—Tú y tus frutos secos —reflexionó—: En tu café, en tu helado... —Se inclinó y

añadió—: En tu boca.

Los dedos de Tate se apretaron alrededor de los de Logan, y él decidió darle a


Logan algo de su propia medicina.

—No te oí quejarte ayer por la noche.

—Nunca voy a quejarme de eso - nunca —Logan dio un paso atrás y tiró de él
hacia adelante al mostrador—. Sólo estoy dando gracias a Dios que no eres alérgico a
ellos.

Tate se acercó y se detuvo junto a Logan cuando se enderezó y señaló a la


máquina elegante.

—Impresionante, ¿verdad?

Estaba pensando exactamente lo mismo, pero tenía curiosidad.

—Déjame entenderlo. ¿Crees que esta máquina es uno de los vehículos de ruedas
más rápidos que hay sobre la Tierra, y que es impresionante; pero no te subes en la parte
posterior de mi motocicleta sin primero decir tu terrible opinión acerca de ella?

—Puedo apreciar lo que es rápido y hermoso... desde la distancia.

Tate se puso las manos en los bolsillos.

—Seguro que puedes. ¿Cómo te sientes con los aviones? —Preguntó, haciendo un
gesto hacia el Boeing 727 en la habitación.

La boca de Logan se curvo.

—No he tenido ninguna queja.

Tate pensó en eso y luego quiso hablar, pero no salió nada de su boca. La frente
de Logan se levantó, y se rio cuando Tate finalmente consiguió hablar.
—¿De Verdad? ¿En un avión? Pero no hay lugar.

Observó cómo Logan se volvía de nuevo hacia El espíritu de América.

—Ciertamente fue un ajuste perfecto.

Tate sacudió la cabeza ante la arrogancia del hombre junto a él. Era una parte tan
integral de lo que era Logan y era-tan jodidamente sexy. Él extendió la mano y lo
empujó.

—Eres increíble. ¿Lo sabes?

Logan lo tomó de la mano y tiró de él hacia un lado de su cuerpo. No había


demasiada gente alrededor, pero Tate estaba al tanto de unos pocos cuando la otra mano
de Logan rodeó su cintura de modo que estaban de pie en un pequeño abrazo.

—Y ahora estas curioso. Admítelo. Tal vez deberíamos hacer un viaje a alguna
parte. O mejor aún, echar un vistazo al lugar en este Boeing 727 de allí.

—Si piensas por un minuto que voy a dejar que me jodas en uno de esos pequeños
baños de avión, estás loco.

Logan no podía hacer nada más que sonreír, pero se veía tan increíblemente
provocativo que lo encontró tan eficaz como cuando Logan le ponía la mano en la parte
delantera de sus pantalones.

—Bueno... tal vez usted podría ser el que me jodiera a mí.

—Basta —Tate susurró mientras un escalofrío patinaba por toda su columna


vertebral.

¿Cómo es que él puede llegar a mí y desequilibrarme literalmente en segundos?

—¿Basta de qué es exactamente? ¿De tocarte? ¿De hablarte? O de invitarte a que


me tomes de la forma que desees, en cualquier lugar ¿te gustaría? Porque todo lo que
tienes que decir son las palabras, y yo soy tuyo.

Tate luchó por mantener el control y luego se rio, empujando a Logan lejos de él.

—¿Ves? Este es el motivo por el que nunca tienes citas.

Logan inclinó la cabeza hacia un lado.

¿Por qué?
Tate levantó la barbilla ligeramente hasta que estaban boca contra boca.

—Porque en realidad hay que hablar y conversar. Pero una vez que la gente se
mueve a tu alrededor, lo que quieres es follar.

Logan se distanció de él, y cuando un surco apareció entre sus cejas antes de que
él diera la vuelta para alejarse, Tate sabía que él había dicho la cosas de manera
incorrecta.

—¿Oye?

—¿Sí?

Tate se rascó la cabeza y se abrió paso hasta que estuvo junto a Logan.

—No fue mi intención decir las cosas en la forma como sonaron.

Logan le dio una sonrisa que no alcanzó sus ojos y asintió.

—Sí, lo hiciste. Y tienes razón.

Era el turno de Tate para fruncir el ceño ante eso.

—No, no la tengo. La gente haría cola para salir contigo si supieran que les darías
una oportunidad. Usted me dijo el motivo por el que no tenía citas.

—¿Eso hice?

—No palabra por palabra, pero estoy asumiendo que es causa de ese tipo en la
universidad, Chris.

Logan suspiró.

—¿Podemos no hablar de él aquí? Vamos a seguir caminando.

Tate se puso a caminar a su lado, se quedó en silencio durante unos dos segundos,
y luego sugirió:

—Está bien ¿Sabes lo que pienso?

—No. ¿Qué piensas?

—Creo que es tiempo para algunas preguntas y respuestas.


Por primera vez desde que había conocido a Logan, lo veía incómodo. Así que
Tate extendió la mano y tomó su brazo, deteniéndolos a ambos.

—Lo digo en serio. Quiero saber más acerca de ti. Esto es lo que se hace en las
citas, Sr. Mitchell.

***

Logan tomó la expresión de esperanza en el rostro de Tate.

¿Cómo diablos se supone que voy a resistirme a eso?

Él tomó la mano de Tate, y cuando ellos vagaron y se pararon delante de Boeing


727, él capituló:

—Bueno. Pregunta lo que quieras.

Tate parecía pensar en su primera pregunta y luego preguntó:

—¿Siempre usas anteojos? ¿Incluso cuando eras un niño?

—¿Esa es la primera pregunta?

—He comenzado con las preguntas suaves, para luego ir por las duras.

—Está bien —Logan arrastro las palabras—. Sí. Los he usado desde que tenía
siete años.

—¿De Verdad?

—Sí. Yo era un gran empollón en la escuela secundaria y en la universidad.

La expresión de Tate hizo obvio que él no le creía ni por un segundo.

—Es verdad. Yo no estaba tan... —se detuvo mientras miraba hacia abajo a sus
propios brazos.

—¿Musculoso? —Suministro Tate.

Logan se rio entre dientes.


—Sí, supongo. Estaba más flaco. Siempre tenía la cabeza en un libro y del tipo
que se encerraba dentro de sí mismo.

Tate sacudió la cabeza con incredulidad.

—Lo siento, es que sólo me parece imposible.

—¿Oh, sí?

—Sí. No me puedo imaginar al hombre que me acoso hasta el cansancio como un


nerd, de ninguna manera me cabe en la cabeza.

Logan asintió, sabiendo que probablemente era difícil de creer. Él no era para
nada como el niño que había dejado atrás. Se preguntó si así como él, había sido Tate.

—¿Que pasa contigo? ¿Fuiste el Sr. Popular?

Tate subió las escaleras del avión delante de él. Entonces él se paró en la entrada y
dio la vuelta.

—No. No estaba en los deporte ni nada de eso. Eran los chicos populares los de
los deportes. Pero yo tenía un montón de amigos. Amaba la música y tocaba la guitarra
en la banda de la escuela. En realidad nunca me metí en problemas tampoco. Yo me
desempeñaba muy bien con las reglas- en la escuela.

Logan subió las escaleras, intrigado por la última parte de esa declaración, y se
detuvo cuando él estaba un escalón debajo de Tate.

—¿Qué pasaba fuera de la escuela, entonces? — Él tocó con sus dedos la camisa
que cubría el estómago de Tate, lo miró y le regalo un guiño.

—Fuera de la escuela, yo era muy mandón. Siempre tenía un millón de ideas


sobre cosas que podríamos hacer. Y por lo general yo estaba allí para decirle a la gente
cómo hacer las cosas.

Logan sintió una sonrisa ridículamente grande que se cruzaba por su boca.

—Imagínate eso.

—Es difícil de creer, ¿verdad? —Bromeó Tate.


—De ningún modo. Eres muy mandón cuando quieres serlo —Logan continuó
subiendo las escaleras apoderándose de la tela de su camisa y tiró de él hacia el interior
del avión detrás de él.

Él sintió a Tate viniendo detrás de él ahora que estaban en la cáscara del avión y
Tate susurro,

—¿Cómo anoche?

—Mhmm. Y cada vez que bebes. Te vuelves muy mandón cuando bebes. Se
detuvo cuando él sintió una mano en su culo.

—¿Estás bien allí? Siénteme.

Tate puso su barbilla hacia abajo en el hombro cuando se detuvieron a leer la


placa en frente de ellos sobre el equipo eléctrico.

—No actúes como si no te gustara.

—No lo hago. Me estoy preguntando si tú te sientes cómodo haciéndolo.

—¿He dejado de hacerlo?

No, no se había detenido. De hecho, la mano de Tate estaba ahora masajeándolo.

Logan volvió la cabeza y le recordó:

—Estábamos teniendo una sesión de Preguntas y Respuestas, ¿recuerdas? Fue tu


idea.

Los ojos marrones de Tate estaban prácticamente brillando con malicia. Él estaba
disfrutando de su propia idea.

—Sí, tienes razón —él estuvo de acuerdo y retiró la mano—. Está bien, es mi
turno. ¿Cuándo fue su primer beso?

Logan se volvió completamente hacia Tate hasta que se enfrentaban entre sí.

—Vicki Prescott. Yo tenía ocho años. Nos besamos y cambiamos nuestra ropa
interior.

La mirada escandalizada en el rostro de Tate tenía a Logan a punto de perder la


expresión seria que estaba tratando de mantener.
—¿Intercambiaron su ropa interior?

Acarició a Tate en el pecho y lo rodeó.

—Hey, al menos yo fui lo suficientemente inteligente como para esperar hasta


tener mis gafas para poder verlo todo.

Logan se dirigió por el pasillo de asientos cuando Tate dio la vuelta y se burlaba
de él.

—Todavía estoy atascado en la parte de la ropa interior.

—¿Qué pasa con ella?

—¿El beso fue antes o después de producirse el canje?

Tate estaba tan serio con su pregunta que Logan finalmente perdió la batalla y se
echó a reír de verdad.

—¿Importa?

Tate se acercó y se detuvo a su lado.

—Sí, eso creo.

—¿Por qué? —Logan se moría por saber su razonamiento.

—Si fue antes de besarla, usted era un infierno de un niño curioso y quería saber
qué equipo tenía la niña.

—¿Y si lo hicimos después? —Se rio Logan.

—Si fue después, es obvio que no te importaba de cualquier manera lo que fuese a
mostrarte.

Logan dio a Tate un vistazo cuidadoso cuando él estuvo allí de pie, y entonces
frotó su barbilla pensativamente.

—Así que de acuerdo a su teoría, ¿Es que no me importaba de cualquier manera?

—Yo no cambiaba mi ropa interior con las chicas.

Logan estaba seguro de que debería haberlo dejado pasar, pero bueno... A la
mierda.
—No, cambió conmigo después de que nos besamos. ¿No estás desnudo en mis
pantalones vaqueros en este momento?

Los ojos de Tate se estrecharon, y luego sonrió.

—No trate de distraerme, Sr. Mitchell.

Logan lo dejó ir, pero antes de caminar más abajo en el interior del avión, agregó,

—Creo que te gusta llamarme así: señor. Tal vez pueda conseguir que lo uses en
la cama.

La risa de Tate retumbó por todo el interior de la habitación cuando Logan oyó a
algunas otras personas entrar en el maqueta del avión detrás de ellos. Salieron del 727 y
se dirigieron de vuelta al piso principal, cuando Logan se dio cuenta de que era su turno,
pudo sentir que también quería saber…

—¿Quién fue tu primer beso?

Sin perder el ritmo, Tate respondió,

—Dani Bosley. Mi vecina de al lado. La besé a través de la cerca de atrás y quede


atrapado. Me metí en un montón de problemas por eso.

Logan cabeceó y, en un tono más serio, se compadeció.

—Ah sí, lo creo. Tú en realidad no deberías besar a las chicas, Tate.

Tate puso los ojos en él, y Logan se encontró que estaba más relajado de lo que
había estado nunca. Pasar tiempo con Tate era muy fácil. Y, él estaba tan relajado
sintiendo la cercanía de Tate, que él quería que Tate sintiera lo mismo.

Asimismo, no fue para él molesto pasar todo el día juntos, ya que Logan sintió
que todo el día fue mucho mejor por el hecho de estar juntos.

Se acercó a la góndola donde colgaba Piccard y se detuvo para mirar hacia arriba.

—¿Qué pasa con el primer chico? —La pregunta silenciosa de Tate lo encontró
desde donde se había detenido justo detrás de su hombro. Ellos no se estaban tocando de
ninguna manera, pero Logan podría haber jurado que él lo podía sentir.

Giro su rostro y vio la expresión seria en los ojos de Tate,

—¿Primer chico que...?


—Besaste —Tate suministro al instante.

Logan se humedeció los labios, y Tate puso su mirada en ellos.

—Chris Walker.

—Lo mismo para…

—Sí —confirmó Logan, cabeceando rápidamente y girando su rostro lejos antes


de que él dijera algo más. Tate dio un paso adelante acercándose más a Logan, por lo
que él podía sentirlo pegado en su espalda, y luego Logan oyó preguntar,

—¿No era tu primera vez en…?

—¿En dónde?

Tate se inclinó hacia delante para tocar su mano.

—¿En la cama?

Logan pensó en ese momento y trató de restarle importancia.

—No era técnicamente en una cama.

—Logan...

—¿Qué? No lo fue —defendió cuando los dedos de Tate tomaron los suyos, y el
más extraño pensamiento se precipitó en su cabeza: No me hagas esto. No, a menos que
te importe.

—Deja de hacer bromas por un minuto, ¿quieres?

Logan escaneó la sala de exposiciones. Vio a varias familias y parejas junto a él,
pero cuando sus ojos volvieron a centrarse en los de Tate, él parecía estar ajeno a todos
ellos. Su atención estaba centrada en él, al cien por cien.

Tate parecía tan seguro, tan firme en sus decisiones que con cada hora que pasaba,
Logan sabía que sus defensas se desmoronaban.

—¿Qué pasó entonces? Conozco el resumen, pero estoy seguro de que hay más en
esa historia.

Tate lo empujó suavemente. Logan suspiró, en realidad él no quería entrar en


aquella historia con su cita.
—No es diferente a cualquier otra ruptura.

La expresión de Tate gritó, “gilipolleces”, cuando se dio la vuelta y comenzó a


caminar, tiró de Logan para traerlo junto a él.

Logan atrajo las manos unidas y los dos se detuvieron. Cuando Tate le devolvió la
mirada, le preguntó:

—¿A dónde vamos?

—Nos vamos. Usted y yo vamos a hablar de esto. Si no es aquí, será en otro lugar.

Logan frunció el ceño, y comenzó a caminar de nuevo.

—¿Esto es por lo general una parte de lo que se habla en una cita? ¿Refrito acerca
de tu ex? A mí no me parece muy propicio para echar un polvo.

Al doblar una esquina, Tate tiró de él a una pequeña alcoba y lo empujó hasta
estar contra la pared. Logan no sabía qué esperar cuando se encontró con su espalda
contra la superficie sólida y su nariz a pulgadas del rostro de Tate.

—Nuestro problema no es echar un polvo. Pudiera deshacer tus pantalones en este


mismo momento y demostrártelo, pero eso tú ya lo sabes.

Logan tragó, pero no podía discutir con él, así que se fue por una ruta diferente.

—No me di cuenta que teníamos un problema.

—En realidad no es un problema. Es más como una barrera. Tú barrera.

Tate estaba en lo cierto. Él tenía una barrera. Él no confiaba en las relaciones.

No con la familia, y desde luego no con los amantes. La vida era mucho mejor si
escogías algo más fácil, simple, y sin complicaciones.

Todo lo que Tate no era.

—¿Te estás escuchando a ti mismo? —Preguntó mientras Tate se le quedó


mirando, su respiración era pesada—. Sí, tengo una pared de mierda. Tiene veinte pies
de altura y en especial contigo. Eres diferente. Y el hecho de que nunca antes hayas
estado con un hombre que no sea yo es jodidamente aterrador.
Al instante, Tate se puso serio y se apartó. Era como si hubiera golpeado al
chico. Logan alargó sus brazos y metió los dedos en los bolsillos de los pantalones
vaqueros de Tate y lo atrajo en contra de sí mismo.

—No estaba mintiendo anoche. Me asustas. Yo no hago esto. No me quedo en las


relaciones, y yo sin duda no dejo que mi maldito corazón se apodere de mi cabeza.

—Lo sé —Tate asintió—. Es sólo que... ¿Cómo sé lo que quieres de…?

—Él me hizo daño —Logan interrumpió sin querer a Tate para expresar sus dudas
acerca de él. Llevó su mano hasta la cara de Tate y acuno su mejilla—. Me beso y me
toco como nadie nunca lo había hecho. Y cuando él me dijo que yo era especial, le creí.

Logan dejó de hablar cuando Tate dio un paso hacia adelante y deslizó una mano
por su cabello.

—Tú eres especial. Tan jodidamente especial.

La cruda emoción en las palabras de Tate hizo a Logan exhalar con dificultad, y
cuando Tate conecto sus cuerpos allí mismo en el museo, y le besó en la boca, se
permitió creer por un momento que Tate era realmente el suyo.

—¿Crees que estaría aquí si esto fuese sólo sexo? Que estaría pensando sobre…

Logan le interrumpió porque estaba degustando la boca de Tate de nuevo, lenta y


suavemente. Tate parecía haber perdido su tren de pensamientos, por lo que Logan le
recordó.

—¿Estabas pensando sobre qué?

—Oh —Tate parpadeó—, estaría pensando en el futuro.

—¿Un futuro conmigo? —Preguntó Logan, su boca estaba contra la curva de los
labios de Tate, hasta que empezó a reír.

—Lo deseabas escuchar en voz alta, ¿verdad?

Logan bajó las manos a las caderas de Tate.

—Joder, claro que sí.


— Entonces sí. Pienso en mi futuro y la parte en la que tú estarás en ella. Claro, si
tú quieres estar —Tate se alejó de él y le tendió la mano —. Venga. Tengo que irme a
casa y prepararme para el trabajo.

Logan lo tomó de la mano, y mientras salían del museo hacia el aparcamiento, se


estaba preguntado por primera vez lo que su futuro deparaba teniendo una pareja
estable.
Qué diferencia de unas pocas horas podrían haber.

Tate se sentó en su sofá el domingo por la mañana, moviendo la tapa de su


encendedor de plata. Había llamado a su madre después de que Logan lo había dejado
ayer por la tarde, y ella no había respondido.

Eso no era una buena señal. Ella siempre respondía.

Había estado esperando un mensaje de parte de ella en su teléfono durante todo su


turno, pero de nuevo, nada. Él había tenido el silencio de ella solamente una vez antes,
cuando él le había dicho que se estaba divorciando de Diana.

Joder. No había dormido una mierda.

Durante toda la noche había estado mirando a su ventilador del techo, pensando
en su día con Logan, por no hablar de la noche anterior.

Cuanto más tiempo pasaba con él, más complejos se volvían sus sentimientos
hacia Logan. Tate estaba despegando lentamente las capas del hombre engreído que
había conocido en el bar, y cada vez que descubría algo nuevo, él se encontraba cada
vez más y más implicado.

Logan, resultó ser alguien que quería saber todo sobre él en cada nivel. Pero Tate
tenía miedo de que, después de hoy, Logan corriera en dirección opuesta.

De pie, empezó a caminar por su sala de estar, para luego volverse a sentar.

Él sabía que Logan iba a estar muy enojado por todo lo que iba a pasar, pero era lo
único que se le ocurría hacer, y ya le había explicado a Logan lo que su madre le había
dicho acerca de reunirse con él.

Su teléfono sonó en su mano, y Tate miró hacia abajo para ver el texto que había
estado esperando.

Logan: Estoy aquí. En el garaje del estacionamiento.


Tate se puso de pie, cogió las llaves de la cómoda, y escribió un texto de regreso
mientras se abría camino hacia la puerta.

En camino.

Apareció, Logan vino...

Tate se metió en el ascensor y trató de establecer claramente lo que estaba


sintiendo cuando las puertas metálicas se cerraron y el ascensor comenzó su descenso.

Estoy en shock.

Eso fue todo.

Se sorprendió de que Logan hubiese venido, porque en algún lugar en el fondo de


su mente, había esperado que él se rindiera.

***

Logan se sentó en su coche y una vez más se inspeccionó en el espejo


retrovisor. Se alisó los dedos por el pelo y luego se subió las gafas en su rostro.

Mierda. Me siento como un adolescente nervioso.

En esencia, eso es lo que era: un tonto nervioso de ir a conocer a los padres de su


novio. Solamente que sucedió cuando él ya tenía treinta y cuatro años y los padres de
Tate ya odiaban sus malditas entrañas.

Fantástico.

Se sorprendió de no estar sudando en su camisa de cuello V mientras estaba allí


sentado esperando a Tate. Se había preocupado demasiado por su traje y le había
dedicado muchísimo tiempo a escogerlo el día anterior en la noche. Sin embargo, en la
mañana había vuelto a cambiar de opinión de todas formas. Llevaba un pantalón negro,
una camisa negra en cuello V, y una chaqueta negra deportiva, esto parecía lo
suficientemente seguro.

Quiero desaparecer en las sombras.

Del mismo modo como el pensamiento entró en su cabeza, él vio a Tate empujar
la puerta para abrir y salir al garaje, y hacer su camino hacia él. Si Logan pensaba que él
mostraba demasiado sus nervios, el extraño caminar de Tate hacía él, lo golpeo.
Tate parecía que no había dormido durante un mes.

Sus rizos estaban por todas partes, y el rastrojo que recubre su mandíbula era de
un par de días. Pese a que el resultado era muy caliente, éste no era Tate.

Como de costumbre, él estaba en pantalones vaqueros, pero en vez de sus


queridos rasgados, éstos eran oscuras y en una sola pieza. Él llevaba una camisa blanca
de manga larga que estaba arrugada y parecía como si hubiese dormido con ella,
sostenía su chaqueta de cuero entre su mano y su pierna.

En la otra mano, golpeaba ligeramente la tapa de un encendedor.

Arriba abajo. Arriba abajo.

Caminó alrededor de la parte delantera del coche, abrió la puerta del lado del
pasajero, y se metió dentro. Su pierna izquierda estaba saltando arriba y abajo, y si
Logan no lo conociera mejor, habría pensado que el tipo era alto. Era un hombre
completamente diferente a la que había dejado ayer en horas de la tarde.

Logan se acercó y puso su mano en la parte superior de la Tate, haciendo que el


tintineo de metal cesara. El interior de su coche ahora olía a una combinación de tabaco
y cuero.

—Hola.

Tate se volvió hacia él, y Logan frunció el ceño.

—Eres un desastre.

—Impresionante —respondió Tate en un tono rudo y apartó la mirada.

Logan retiró la mano y la puso sobre el apoyo para la cabeza detrás de la cabeza
de Tate.

—Comiste algo ¿anoche?

Tate lo observó mientras se abrocha el cinturón de seguridad.

—Sí, en el trabajo.

—Ok, entonces. —respondió. Luego preguntó—: ¿Has hablado con tu madre? —


Tate se enfrentó a él, e inmediatamente sabía la respuesta-no—. ¿Saben que estamos
llegando?
Una vez más, el silencio confirmó la respuesta-no.

Esto es un maldito desastre.

Logan miró a través del parabrisas y trató de calmarse, pero sabía que no
importaba cuánto tiempo estuviese allí sentado, él no iba a calmarse.

—¡Jesús, Tate! Esto ya es bastante difícil cuando sabes que está a punto de
suceder, ¿pero ni siquiera nos esperan? ¿Qué carajo?

—Lo intenté —subrayó Tate—. Ella no respondió.

Logan se agarró del volante.

—Genial —Logan apoyó la cabeza contra el asiento del coche y murmuró de


nuevo—, esto es jodidamente genial —El aire en el coche era tenso, ya que ambos se
sentaron allí pensando, y luego preguntó—: ¿Tienes un cigarrillo?

La cabeza de Tate dio la vuelta, y cuando sus ojos se encontraron, Logan se


encogió de hombros.

—Yo preferiría un maldito porro, pero estoy asumiendo que no tienes uno de
esos.

Cuando Tate recogió su chaqueta del piso y pescó el paquete de cigarrillos de su


bolsillo, Logan abrió la ventana de coche.

—Aquí —dijo Tate, ofreciéndole uno.

Logan lo tomó, y cuando él lo colocó entre sus labios, Tate levantó la mano y
acercó el encendedor con la tapa abierta y encendida. Cuando la llama iluminó el
interior oscuro, Logan inhalado, y luego se echó hacia atrás y cerró los ojos.

Si alguna vez había un buen momento para él fumar, éste era el momento.

—Lo siento —Los ojos de Logan se abrieron, y él volvió la cabeza en el asiento.

—¿De qué estas arrepentido?

—De toda esta mierda.

Logan estiró el brazo sobre el coche para tocar la mandíbula de Tate.

—Empecé toda esta mierda. ¿Lo has olvidado?


Él dio otra calada del cigarrillo y luego echó el humo por la ventana.

—¿Alguna vez te arreglas de manera menos elaborada?

Logan sintió un lado de su boca curvarse cuando se volvió de nuevo hacia Tate.

—¿Es tu forma de decirme que te gusta lo que llevo puesto?

Tate suspiró y se pasó una mano por la camisa.

—No. Es mi manera de decirte que me siento como un puto vago.

—No, no estás tan mal.

—Mentiroso —Tate resopló—. Acabas de decirme que parezco un desastre.

—Sí. Pero funciona para ti.

—Gracias, imbécil —se quejó Tate.

Logan buscó en su coche y cogió una botella medio vacía de agua desde la parte
posterior, y se la tomó por completo. Le puso la tapa y la arrojó detrás de él antes de
inclinarse a través del coche y agarrar la nuca de Tate.

Él le dio un beso duro, y cuando se apartó, le dijo,

—Contrólate y dime como llegar a la casa de tus padres. Puede que sea un idiota,
pero tú ya lo sabías. Así que lidia con eso.

Tate se humedeció los labios e hizo una mueca mientras se ponía la visera de sol,
miro hacia abajo para echarse un vistazo a sí mismo.

—Oh, hombre, estoy hecho una mierda.

Logan decidió que era mejor no hacer más comentarios cuando vio como Tate se
pasó una mano por la cara. Pero Tate se volvió hacia él y le dijo:

—No me gusta que fumes. Simplemente no está bien.

Logan no pudo contener su lengua.

—Touché, por lo tanto nos harías un puto favor a ambos si dejas de fumar.
—Está bien —Tate estuvo de acuerdo y se dejó caer en el asiento—. Terminemos
con esto. Salgamos de aquí y gira a la derecha.

Logan puso el coche en marcha, y cuando se dirigían fuera del garaje, se preguntó
cómo demonios se las estaba arreglando para conducir.

***

Veintisiete minutos llenos de tensión después, Tate se quedó mirando las calles
familiares de Elmhurst, IL.

Desde el momento que le había dicho a Logan exactamente como llegar, Logan
había permanecido en un muy tranquilo silencio.

—Gira a la izquierda, aquí —murmuró, y cuando Logan se volvió hacia él, le


repitió un poco más fuerte—. A la izquierda. Aquí. Al final de la calle.

Esta era una idea tan estúpida, y cuanto más tiempo estuvo sentado en el coche de
Logan, más evidente se estaba convirtiendo.

¿Qué demonios iba a decir cuando sus padres abrieran la puerta de entrada?

"Hola mamá y papá. Se trata de Logan, mi novio"

Su madre ni siquiera quería coger sus llamadas. No podía imaginar su reacción a


esto. Y cuanto más se acercaban a la casa de su infancia, más incómodo se sentía.

Era fácil ser fuerte en sus convicciones cuando nadie estaba cuestionándolos de
frente.

¿No es eso lo que dijo Logan? Odiaba admitir que tenía razón.

—Por ahí. La casa blanca de dos pisos a la derecha.

Tate pudo ver el coche de su hermana y el de…

—Oh, mierda —Iba a matar a su madre.

Logan puso el coche en el parque y se volvió hacia él.

—Oye. Todo irá bien.


Tate se llevó las manos a la cara y empujó sus dedos contra su frente, tratando
difícilmente de calmar su respiración. Por último, bajó las manos para mirar a un
confuso Logan.

—El Lexus negro, es el coche de Diana.

Logan miró hacia atrás a través del parabrisas.

—¿Estás jodidamente bromeando?

—¿Sueno como si estuviera riendo?

Logan le devolvió la mirada con los ojos entrecerrados.

—No, pero te ves sumamente nervioso.

Tate apoyó la cabeza en el asiento y suspiró.

—Lo sé. Me siento un poco... no sé...

—¿Siempre te pones así cuando estas con tu familia? —Preguntó Logan.

—No. Sólo cuando traigo a casa a mis novios —Tate sabía que su voz estaba
mezclada con sarcasmo, y cuando Logan lo observó en silencio, se sentía culpable,
culpable por ser un cretino—. Lo siento.

—Es la segunda vez en la última hora —indicó Logan mientras se desabrochó el


cinturón de seguridad.

—¿Eh?

—Dos veces te has disculpado conmigo.

A medida que el cinturón de seguridad se retractó y Logan abrió la puerta del


coche, Tate se estiró y puso su mano en su brazo. Logan se volvió hacia él, y Tate podía
ver la tensión en su hermoso rostro.

Logan estaba tan ansioso como él.

—Entonces, déjame decirlo de nuevo de antemano por cualquier cosa que pudiera
decir este día que este mal.

Logan estiró su brazo hacia atrás para coger su chaqueta.


—¿Cómo qué?

—No sé —admitió Tate—. Pero estoy seguro que estoy obligado a joder esto de
alguna manera, no me siento yo. Solamente quiero que lo sepas de antemano y que no lo
tengas en cuenta.

Tate observó al hombre por lo general hablador junto a él salir del coche, cerró la
puerta, y se encogió de hombros para ponerse su chaqueta. Él hizo lo mismo, y cuando
se dio la vuelta hacia el lado de Logan y se metió las manos en sus bolsillo, de nuevo se
sintió culpable....

—Mira… —Logan comenzó y luego se detuvo.

Tate no tenía nada que decir, así que espero y espero como el infierno para ver si
Logan tenia las palabras mágicas para calmarlo de una puta vez.

—Sé que debo estar volviéndote loco, porque soy demasiado. Pero trata de
recordar que estoy de tu lado.

Tate entendió que Logan intentaba calmarlo, pero en este momento no estaba
funcionando.

—Vamos a acabar con esto —sugirió Logan—, para que podamos irnos.

Tate estuvo de acuerdo e hizo su camino por la calzada pavimentada hasta los
escalones blancos que había ayudado a pintar a su padre el año anterior. Se detuvo,
respiró profundamente, y subió con Logan de cerca.

Se sentía enfermo. Como si estuviera literalmente a punto de vomitar.

Él levantó la mano y estaba a punto de tocar, pero luego la bajó y se volvió para
encontrarse a sí mismo entre Logan y la puerta de entrada de sus padres.

La mirada de ojos azules estaba centrada en él y recordó lo divertido que habían


sido las últimas semanas y días al lado de Logan. Entonces pensó en la noche del
viernes y en la familia de Logan, y después en el intenso placer que había conseguido a
partir de hacer suyo el cuerpo de Logan.

La voz de Logan interrumpió sus pensamientos.

—Lo que tú quieras hacer allí, lo que quieras decir de nosotros... yo estoy detrás
de ti —Te necesito, a ti—. Haz lo que necesites hacer.
¿Qué necesito? Se preguntó Tate, y miró a Logan,

—Gracias —dijo, justo antes de que la puerta tras él se abriera.

***

Logan miró por encima del hombro de Tate a la mujer en la puerta y era casi feliz
de ver a la jodida señorita Cline.

Ahora aquí hay alguien a quien conozco, y sé cómo tratar.

Se sintió toda su aprehensión en el cambio de la situación, la molestia que


burbujeaba a través de las venas de ella salió a la superficie en forma de una jodida
sonrisa de satisfacción.

Sus ojos se estrecharon sobre él y luego se trasladó a la parte posterior de la


cabeza de Tate. Su voz cortó el aire.

—Tate.

Logan vio visiblemente como los hombros de Tate se tensaron, y cuando sus ojos
se encontraron, Logan alzó una ceja. Es hora del show.
Tate se concentró con la mirada de Logan y se dijo así mismo que no debía entrar
en pánico.

Estoy bien. Esta es mi familia.

Puede ser que se asusten al principio, pero ellos lo amaban, y sabía que, con el
tiempo todo estaría bien.

Cerrando los ojos, pensó, todo estará bien. Basta con hablar de la situación y
tratar con ella. Pero antes de que él pudiera abrir la boca, Logan lo hizo.

—Señorita Cline. Nos encontramos otra vez —La voz de Logan goteó de dulzor
azucarado y fue la única advertencia que Tate percibió antes de que él diera un paso a su
alrededor y añadiera—, muy desafortunado encuentro.

Tate se armó de valor para tratar con lo que estaba sucediendo delante de sus ojos,
pero nada podría haberlo preparado.

Allí, delante de él, estaban las dos personas que habían encendió algo fuerte
dentro de él, en algún momento fue Diana hacía mucho tiempo atrás; y ahora Logan
hacía unas pocas semanas, y en los últimos minutos y, demonios, cada segundo que
estaba de pie cerca de él. Si había pensado que su vida ya estaba complicada, viendo a
su actual amante frente a frente con su ex hizo que esta experiencia fuera totalmente
surrealista.

—¿Qué hace usted aquí? —Preguntó Diana a Logan mientras daba un paso hacia
el porche, la puerta de entrada se cerró detrás de ella. Gracias a Dios.

Logan empujó sus manos en sus bolsillos, haciendo que se extendiera su chaqueta
y se abriera, y Tate pudo notar el modo en que los ojos de Diana vagaron por todo el
cuerpo de Logan.

—Fui invitado por su ex. Que hace que me pregunte... ¿Por qué está usted aquí?
Tate decidió que era hora de tratar finalmente con el problema que representaba
Diana en su vida, y se puso al lado de Logan. Tuvo cuidado de no tocarlo, para no
añadir más leña al fuego actual.

—Esa es una buena pregunta, Diana. ¿Por qué estás aquí?

Sus ojos finalmente se encontraron con los de Diana, y el impulso de agarrarla y


estrangularla con la cadena de perlas que llevaba alrededor de su cuello era muy real.

Ella desprendía una mala disposición con las manos en las caderas y la barbilla
inclinada hacia arriba, pero en lugar de retratar la imagen con clase que ella esperaba
reflejar, parecía más bien una esnob grado-A.

Como de costumbre, estaba vestida a la perfección. Su cabello castaño estaba


recogido en un apretado moño en la parte posterior de la cabeza, tenía una falda lápiz
negra, con un jersey de color crema de cuello volteado, y el conjunto moldeaba a la
perfección su curvilínea figura.

—Siempre he estado aquí los domingos. ¿O es que convenientemente lo has


olvidado durante esta semana, junto con el hecho de que has sido hetero toda tu vida?

Tate la miró, pero por el rabillo del ojo, vio a Logan girar hacia él.

—¿Ella siempre sacude y trata las cosas así? —Tate estaba a punto de responder
cuando Logan dijo entre dientes—: Una advertencia sobre esto yo lo habría apreciado.

—Tate nunca ha sido muy bueno para recordar detalles —Diana contribuyó, por
lo que sus dientes se apretaron en un nudo, pero Logan estaba más que dispuestos a
tratar con ella.

—No recuerdo que yo le preguntara algo sobre usted. Y ya que estamos en el


tema, quiero aclararte un detalle muy importante —Diana era demasiado inteligente
para preguntar qué, y Logan no se molestó en esperar—: Él no te quiere aquí.

Sus ojos astutos iban y venían entre ellos, pero antes de que pudiera abrir la boca,

Logan se inclinó hasta que sus narices casi se tocaban y habló lo suficientemente
fuerte para que Tate pudiera escucharlos.

—Tengo que decir, que hay que tener bolas para mostrarse donde no te quieren,
por lo que tal vez no es una sorpresa que Tate me guste después de todo. Su par
es casi tan grande como las mías.
Tate estaba seguro de que había oído mal a Logan hasta que Diana volvió su
rostro y dijo:

—Usted es un asqueroso.

A lo que respondió Logan, como sólo él podía,

—No tienes ni idea.

Finalmente tomando un poco de control sobre sí mismo, Tate tomó la palabra.

—¿Diana?

—¿Qué? —Espetó ella, dando un paso atrás, como si acabara de darse cuenta de
lo cerca que ella y Logan estaban parados.

—Tiene que dejar de venir aquí. Estamos divorciados.

Diana se cruzó de brazos casi en desafío.

—Todavía no, no lo estamos.

Oyó la risa de Logan junto a él, pero él no era capaz de encontrar ningún humor
en su actual situación.

—Lo siento —dijo Logan bastante inocente—. Pero en realidad ella lo dijo como
si tuviesen alguna oportunidad de volver a estar juntos.

Diana echaba humo de la furia que tenía.

—¿Alguna vez te callas?

—Ahora esa sí que es una pregunta interesante. ¿Te gustaría responderle, o lo


hago yo?

Tate sabía lo que Logan estaba pensando, y no tenía ninguna duda de que las
palabras caerían como torrentes de su boca, así que en vez de permitir que eso
sucediera, se decidió a hablar por él.

—No se trata de Logan. Esto es acerca de usted. Usted no debería venir a la casa
de mi familia. Estamos separados. Divorciándonos. Ya es bastante incómodo venir aquí
sin usted revoloteando, y honestamente, te hace ver desesperada.
—Es verdad. Pareces realmente desesperada —añadió Logan, servicial como
siempre.

—Aja —Diana se rio, y el sonido era feo mientras pasaba sus ojos sobre él. Había
habido un tiempo cuando Tate hubiera respondido al cinismo de Diana con algo que le
molestara de verdad.

—¿Piensas que parezco desesperada? Y ¿cómo crees que te ves tú? Estás saliendo
con un hombre por el amor de Dios.

Tate ya estaba más allá que frustrado y ni siquiera había puesto un pie dentro de
su casa.

¿Por qué estoy parado en este porche teniendo otra discusión con ella?

—Esto no va a ninguna parte. No quiero ser cruel…

—Yo simplemente he respondido a lo que ella me ha inducido —interrumpió


Logan.

Tate frunció el ceño, pero Logan tenía un punto. No era como si ella estuviera
tratando de ser cordial.

—¿Están mi mamá y papá en casa?

Una mueca amarga curvó sus labios.

—Sí. Junto con su hermana y Sam. Esto, no puedo esperar para verlo.

Tate empujó más allá de ella y abrió la puerta.

Mientras caminaba en el interior y Logan lo seguía, le oyó decir:

—¿Qué es lo que más la tortura? ¿El hecho de que usted ya no lo tiene, o que lo
tenga yo?

Tate no esperó la respuesta de Diana. En cambio, él continuó a lo largo de los


pisos de madera originales y al final del pasillo estrecho hasta que llegó a la sala de
estar.

Cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer, se detuvo tan


bruscamente que Logan se chocó contra él y ambos terminaron de entrar en el arco.
Cuatro pares de ojos los encontraron, y todo lo que podía pensar Tate era, ¡Qué
puta entrada!

***

Logan estando al lado de Tate tuvo una revelación.

Así es como se deben sentir los sospechosos en una rueda de reconocimiento


policial.

Hizo un análisis rápido de la habitación y vio otra cara conocida de la situación


fatídica vivida hacia unas semanas en su oficina, era la hermana infernal de Tate. Ella
estaba mirándolos a los dos con una expresión de shock total.

El hombre a su lado que Logan supuso era su marido, estaba en pantalones


vaqueros y una camisa de franela, y él los miraba como si fueran unos extraterrestre.

¿Sí? Bueno, bienvenido al club de mierda. Esto no es exactamente un domingo


normal para mí tampoco, amigo.

Eso dejó a los dos últimos ocupantes de la habitación.

El padre de Tate estaba sentado sobre un sofá con su madre contra la pared del
fondo. Una vez ella los vio a los dos, la sonrisa que tenía en su cara se trenzó en una
línea cruel, e implacable.

La señora Morrison se levantó y juntó las manos delante de sí misma.

Su pelo corto de color marrón fue abatido en una sacudida fuerte cuando lo
empujó detrás de las orejas. Estaba vestida como para ir a la iglesia. Su vestido
estampado de flores era muy respetable, y ella era justo como Logan la tenía en su
imaginación-inflexible.

Mientras continuaba observándola, Logan se dio cuenta de la forma en que ella


ignoraba por completo su existencia, y se concentraba en Tate mientras enderezaba los
hombros hasta que su espalda estaba rígida.

Ella no estaba feliz de que él hubiese llevado el pervertido a su casa.

—William... —dijo cuando se volvió a mirar a Tate.


—Mamá.

Logan observó la forma como ella se acercó a su hijo como si fuera un


extraño. Entonces se detuvo y giró su cabeza dándole una mirada fija a Logan con la
que le decía todo.

La repulsión dirigida hacia él era feroz, diferente a todo lo que Logan nunca había
encontrado, y a pesar de que había jurado que no le importaría, lo hizo.

—Mamá —dijo Tate, una vez más, tratando de capturar su atención.

—Te dije que no lo trajeras aquí —escupió mientras sus manos se apretaban a los
lados.

Guau.

—Su nombre es Logan.

Ella ni siquiera se molestó con una segunda mirada cuando respondió en un tono
tan helado que Logan se sorprendió de que Tate no se congelara en una paleta humana.

—No me importa cuál sea su nombre.

—¡Mamá! —gritó Tate, claramente sorprendido por su mala educación.

—Tate, está bien —ofreció Logan.

¿Qué le importaba si ella no quiere reconocer su existencia? No era nada peor que
lo que su propio padre había hecho cuando había estado vivo.

—No le llame así —le dijo ella finalmente acercándose para estar delante de él—.
Su nombre es William.

Logan se mordió la lengua con tanta fuerza que podría haber jurado que probó la
sangre.

Se quedó allí, tratando de recordar que como adulto, se suponía que debía mostrar
respeto por sus mayores, pero que se podía aplicar cuando la mayor era una cruel,
ignorante…

—Deja de ser tan grosera —dijo Tate.

Logan dio un paso atrás, no queriendo estar cerca cuando la mierda golpeara el
ventilador. Esta mujer estaba vibrando de rabia, y toda estaba dirigida hacia él.
—¿Cómo te atreves a hablarme a mí de esa manera?

—¿Yo? Es usted la que actúa como si yo hubiese traído a casa a un asesino.

Tate escupió, y Logan podía ver que sus manos estaban hechas puños a sus lados.

Su cabeza se volvió hacia su hijo cuando ella anunció.

—Prácticamente lo has hecho.

—¿Qué has dicho? —Exigió Tate.

La señora Morrison le devolvió la mirada a Logan como si realmente hubiera


cometido el más atroz de los crímenes, y luego se volvió a Tate.

—No lo quiero en mi casa. Ha tomado lo que solía ser bueno y puro, y…

—¿Y qué? —Tate finalmente explotó—. ¿Lo que me ha hecho a mí, a tu hijo
bueno y puro? ¡Tengo casi treinta años joder! Estoy separado porque me casé con una
mujer que se aburrió y me fui a otro lugar porque tenía dos trabajos. ¡Sin
embargo, ella todavía se sienta a tu lado en la iglesia y se acerca cada domingo al puto
almuerzo!

La habitación estaba tan inflamable que Logan tenía miedo de respirar, pero por el
rabillo del ojo, vio de pie al padre de Tate. Nunca había visto a Tate tan furioso. Ambos
habían tenido momentos de discusión, pero no así. El temperamento de Tate lo estaba
superando.

—Él no te ha hecho nada. Ni siquiera te ha dicho hola y lo estás tratando como si


tuviera la plaga. No puedo creer que estés actuando así.

—¡Y yo no puedo creer que tengas relaciones sexuales con un hombre y que lo
traigas a comer como si pensaras que estaríamos bien con él! Que nos gustaría
compartir una comida con este... este extraño.

Y ahí estaba - el momento de la verdad.

Este era el punto de inflexión de la aceptación o el rechazo, y Logan en realidad


podría sentir su palmas sudando mientras esperaba la respuesta de Tate.

La habitación estaba tan silenciosa que podría haber oído caer un alfiler.
Los ojos de Logan se movieron sobre los otros espectadores, hasta que llegó al
padre de Tate. Todavía estaba de pie al lado del sofá, pero ahora estaba mirándolo con
ojos de sospecha, eran los mismos ojos de Tate. Allí, justo en frente de él, era un
duplicado aproximado del ideal de Tate en unos veinte años a partir de ahora. Era
desconcertante.

—Increíble —murmuró Tate antes de que él comenzara a reírse.

Era un sonido extraño, sin sentido del humor que Logan no quería volver a oír
después de hoy. Era el sonido de alguien en grietas, cayéndose a pedazos, y que no
entendía el por qué.

—Fue una estupidez de mi parte pensar que tratarían de entender mi lado de las
cosas en lugar de las sandeces y de los chismes que Diana y Jill le trajeron a usted. Pero
sí, ya que todo parece indicar que este hecho necesita ser confirmado, lo confirmo:
estoy teniendo relaciones sexuales con Logan, ¿y sabes qué? Nunca he estado más
satisfecho en toda mi vida entera.

Bueno, que me condenen.

Logan estaba aturdido, y cuando sus ojos se encontraron con los de Diana, estaba
más que contento de ver que esto para ella era demasiado. Nadie le había sorprendido
más que Tate en ese momento. Estaba bastante seguro que la madre de Tate se sintió
igual, porque ella contuvo el aliento y luego se refirió a lo que parecía una puerta lateral.

—Fuera de aquí.

Tate inclinó la cabeza hacia un lado como si no le hubiese entendido, pero Logan
si lo hizo. Le dolía el corazón por lo que sabía que estaba a punto de suceder.

—¿Perdón? —Preguntó Tate.

—Dije fuera de aquí. Sal de mi casa.

Logan observó a Tate de cerca cuando las palabras parecían registrar en su mente.

Parpadeó varias veces y luego levantó una mano para empujarla hacia atrás por el
pelo. Cuando él la dejó caer hacia abajo y su palma golpeó su muslo, este fue el único
sonido en la habitación, de otro modo solo habría silencio.

—¿Quieres que me vaya? —Preguntó de nuevo, su tono era plano, incrédulo.


El padre de Tate dio un paso adelante, puso una mano en el hombro de su madre,
una señal de solidaridad hacia ella y habló por primera vez.

—Creo que es mejor que te vayas ahora. Has disgustado a tu madre.

La boca de Tate se abrió como si quisiera decir algo, pero no salió nada. Sus ojos
parpadearon a lo largo de sus padres y aterrizó en su hermana, y cuando ella se puso de
pie, Logan podría haber jurado que vio una atisbo de arrepentimiento en sus ojos.

Tate se metió las manos en los bolsillos y asintió. Su mandíbula estaba temblando,
y desde su vista lateral Logan podía ver el rubor de la ira y el dolor que se extendía por
sus mejillas.

—Bien. Me Iré. Pero esto no cambiara nada.

Tate se volvió hacia él, y cuando Logan le devolvió la mirada, nunca se había
sentido tan impotente en toda su maldita vida. Él asintió con la cabeza, tratando de
transmitir en silencio que él estaba allí, él no iba a ninguna parte.

Lo que sea que necesites.

Tate se volvió y comenzó a caminar hacia la puerta.

Cuando Logan lo siguió, oyó la señora Morrison llamarlo,

—William.

Era el turno de Logan de contener la respiración cuando Tate se detuvo dónde


estaba y volvió a mirar a las personas que se suponía iban a amarlo
incondicionalmente. Luego obtuvo su golpe final.

—No he criado a mi hijo para ser gay. Eres una desgracia para esta familia, y ya
no eres bienvenido aquí.

Si la angustia tenía una cara, era el derecho de Tate para tenerla en este momento,
pero en lugar de responder, él se apartó y se marchó de la casa, sin decir una palabra
más.

Logan se dirigió hacia la puerta, pero en el último momento se dio la vuelta para
hacer frente a la familia de Tate. Él no podía marcharse sin decir algo a esta gente, y él
estaría condenado si ellos no se daban por enterados de que acababan de dejar ir por sus
puertas a un ser humano asombroso debido a su propia ignorancia.
—¿Cómo pueden tratarlo de esa manera? ¿Prefieren escuchar las sandeces de la
perra maliciosa a tratar de entender su propio hijo? Nunca he conocido a nadie como
Tate…

—Su nombre es William —la madre de Tate intervino.

—No, es Tate. Ese hombre honesto y terco que acaba de dejar salir por esa puerta
de mierda es Tate. Yo espero que cuando se fijen en la silla vacía de la mesa a la hora
de la cena de esta tarde, se den cuentan de la bestialidad que acaban de hacer y entrar en
razón. Si lo hacen, él va a estar conmigo, Logan Mitchell-el pervertido. Ella sabe dónde
encontrarme.

Se aseguró al añadir lo último, señalando a Diana, que ahora estaba de pie junto a
la puerta lateral, probablemente con ganas de correr detrás de Tate.

Pues bien, ella podía irse a la mierda. Ese era su trabajo, y él no estaba dispuesto a
dejarla que se acercara a Tate a tratar de afinar y prometer que la mierda con ella sería
mejor.

Él irrumpió en la puerta, y cuando lo abrió, oyó a Diana decir,

—¿Ahora crees que todavía te querrá?

Logan la miró a los ojos y se aseguró de no revelar el hecho de que él estaba


aterrado de que la respuesta fuera un no.

—No tengo ninguna jodida duda.

Abrió la puerta y rodeó el porche hasta que vio a Tate recostado contra la puerta
del lado del pasajero.

Logan no estaba seguro de lo que iba a pasar, pero mientras se abría camino hacia
abajo y daba más pasos hacia el coche, Tate se volvió hacia él, con el rostro carente de
cualquier emoción.

—¿Podemos irnos por favor?

Tan fresco, tan educado, y… cuando Logan abrió el coche y Tate entró, se dio
cuenta de... tan lejano.

Una cosa era cierta. Tate muy seguro de sí mismo no había negado absolutamente
nada.
***

Tate no recordaba haber entrado en el coche, y tampoco recordaba el camino de


regreso a la ciudad, pero cuando entró en el garaje de estacionamiento y el encendido y
apagado del parqueo, se dio cuenta de que estaba en casa.

Estaba entumecido. Total y absolutamente insensible.

—¿Oye?

Logan.

Esta era la primera vez que había estado consciente de que Logan había estado
tratando de hablarle todo este tiempo, pero no tenía nada que decir-ni una sola cosa.

—Hey, mírame —dijo de nuevo, y Tate se obligó a girarse hacia él—. Esto se
resolverá.

Tate no estaba seguro de que llegará a ser así, y encontró demasiado difícil
sostenerle la mirada y decir que sí. Entonces el dio la vuelta en su lugar.

—Ellos se sorprendieron y se enojaron, pero estoy seguro de que van a entrar en


razón.

¿Verdad?

Él no lo creía, y ¿Eso que quería decir? ¿Que su familia no quería volver a verlo
jamás?

El pensamiento envió una oleada de náuseas a través de él, así que abrió la puerta
y se obligó a salir fuera.

Jesús, mierda. ¿Qué he hecho?

Colocó una palma al lado del coche y se dobló por la cintura, tratando de
recuperar el aliento. Él cerró los ojos cuando oyó la otra puerta abrirse, y cuando una
mano le tocó el hombro, Tate inmediatamente se echó para atrás y se enderezó.

El dolor que se deslizó por la cara de Logan rompió con él, pero mientras trataba
de mantenerse en pie, todo lo que oía en su cabeza era: no regreses, no eres bien venido.

—¿Estás bien? —Dios, ¿Desde cuándo comencé a decir las cosas de la manera
correctas?—. ¿Tate? Háblame.
No sabía qué decir, así que cuando finalmente se encontró con los ojos de Logan,
tragó grueso y dijo todo en lo único que podía pensar.

—Necesito irme.

Logan asintió y se hizo a un lado.

—Bueno. ¿Quieres ir arriba?

—Sí —él empujó el nudo en su garganta. Cuando Logan cerró su coche para venir
con él, añadió—: quiero estar sólo.

Tate sabía que al segundo Logan se daría cuenta de lo que estaba diciendo, porque
él se acercó y trató de alcanzarlo para tocarlo.

Una vez más, Tate, retrocedió. Si Logan le tocaba en este momento, no estaba
seguro de lo que sucedería. Él sentía como si estuviera a punto de desmoronarse.

—Si es lo que quieres.

Tate no se atrevía a mirarlo por temor a lo que vería.

—Es lo que quiero.

—Entonces me voy. Te llamaré más tarde.

—No —se precipitó a decir antes de que perdiera los nervios.

—¿No? —Cuestionó Logan.

Tate oyó el ligero corte en su voz, y se odiaba por lo que estaba haciendo, pero
aun así siguió haciéndolo.

—Hay que ser más específico que eso, Tate.

Él sabía que el único camino para que Logan lo escuchara y le creyera era si él lo
mirara y se lo decía a la cara. Entonces él se enderezó sobre sus pies y decidió afrontarlo
como un hombre.

—Necesito un poco de tiempo para procesar lo sucedido, requiero un poco de


espacio.

Logan se llevo una mano a su bolsillo y la otra a la cara, donde se frotó barbilla.
—¿Cuánto tiempo? Como en…

—No sé —admitió. No había pensado que tanto tiempo necesitaba. Sólo sabía que
necesitaba estar solo.

Logan dio un paso más cerca, pero esta vez, no intentó tocarlo.

—¿De cuánto tiempo estamos hablando aquí? ¿Un día? ¿Dos días? ¿La semana?

—¡No lo sé! Sólo tengo que pensar, para decidir si esto vale…

Él cerró la boca a las palabras que había estado a punto de decir, pero Logan no lo
iba a dejar pasar así de fácil.

—Adelante. Dilo. Los dos sabemos que estás pensando en ello.

¿Estoy pensando en ello?

No parecía saber qué demonios estaba pensando.

—¿Decidir qué, Tate? —Logan exigió, su voz sonaba baja y amenazante.

Tragó saliva y se enfrentó a Logan. Era necesario hablar claro.

—No sé si esto vale la pena, para yo perder a mi familia. Yo sabía que estarían
molestos, pero…

—Ya veo.

Logan se apartó y comenzó a caminar con las dos manos en los bolsillos, como si
no estuviese seguro de poder controlarse a sí mismo. Cuando llegó y se paró frente a él,
le dolía, finalmente salió a la superficie en forma de ira, y Tate se preparó.

—No estás seguro de que yo valga la pena, es lo que realmente quieres decir.

No sabía lo que quería decir en ese momento.

—Sólo necesito un poco de espacio de mierda, ¿de acuerdo?

—Bueno. Está bien. Si eso es lo que necesitas.

Logan restó importancia y se dirigió de nuevo hacia su lado del coche.


—Sí, es lo que necesito —le dijo, mirando como Logan desbloqueaba el vehículo
y abría la puerta.

Se quedó mirando a través del techo hacia él y se encogió de hombros apoyándose


firmemente a la pared, la cabreada expresión de Logan diciéndole todas las cosas que él
no lo era.

—Bueno.

Tate sabía que debía dejar las cosas así, pero a medida que Logan se trasladó a
subir a su automóvil, terminó llamándolo,

—¿Logan?

Él hizo una pausa y luego miró en su dirección, era la primera vez que Tate veía
esos ojos azules llenos de dolor.

—¿Qué?

—Te llamare.

—Sí... Si tú lo dices.

Pero a medida que se metió en el coche y se marchó, Tate sabía que no le creyó ni
por un minuto. Él tampoco estaba seguro de creerse así mismo en este momento.
Cinco días más tarde...
Se asombró Logan al ver cómo una semana normal de cinco días podría
convertirse en el tramo más largo de tiempo inimaginable.

Cinco días. Ciento veinte horas. Siete mil doscientos minutos, completamente
insoportables.

Ese era el tiempo que había transcurrido desde que había visto u oído de Tate.

Se había dicho muchas veces así mismo a lo largo de todo ese tiempo que tenía
que respetar el chico, darle el espacio que necesitaba, pero a medida que cada día
pasaba y no sabía nada, estaba perdiendo lentamente su decisión de permanecer alejado.

Había llegado a su casa la tarde del domingo y pasó horas mirando el teléfono
como un idiota enfermo de amor. Cuando no pasó nada, llamó a Cole y le dijo que se
iba a tomar el lunes libre.

Que ahora se había convertido en una semana.

Sentado en su sofá y mientras Logan observaba las reposiciones que jugaban en la


televisión, recordó que esta situación era la razón por la que no tenía relaciones. Ese
dolor de su corazón. La forma en que se oprimía su pecho cada vez que sonaba el
teléfono. Por no hablar de la manera en que él no podía dejar de preguntarse dónde
diablos estaba Tate y lo que estaba haciendo.

Se estaba volviendo un loco desquiciado.

Se llevó la botella de Corona a los labios y la vació toda en su boca, cuando un


golpeteo fuerte comenzó en su puerta. Cerrando los ojos, Logan deseó que se fuera. No
estaba de humor para hacer frente a cualquier persona, a menos que fuera…

—¡Abre la maldita puerta, Logan!

Estupendo. Justo lo que necesito. Col.


—¡Tu portero dijo que estabas aquí!

Mierda. Por supuesto que sí.

De pie, Logan dejó caer la botella vacía en el sofá y se acercó a la puerta


principal.

Él la abrió y le frunció el ceño a su hermano, que estaba de pie en el otro lado.

Sin ni siquiera un hola, Cole dio un paso adelante, y a medida que sus hombros
conectaron más o menos juntos, Logan tropezó.

—Te ves como una mierda —Cole anunció, evaluándolo rápidamente.

Con un movimiento de su mano, Logan cerró la puerta y se volvió para ver a Cole
que ahora estaba en su sala de estar y se encontraba examinando el daño que él había
ocasionado el pasado domingo por la noche, y que aún no se había molestado en
limpiarlo.

—Gracias. Me vestí sólo para ti.

Logan regresó por el pasillo y se detuvo detrás de Cole, usando la pared de


apoyo. Él esperó que su hermano en silencio recorriera la estancia. Luego se volvió
hacia él. A la defensiva, Logan cruzó los brazos sobre el pecho.

No estaba de humor para el tercer grado de mierda con su hermano.

—¿Vamos a ignorar lo obvio?

Logan se apartó de la pared y se encogió de hombros.

—Si lo que quieres decir es que no eres bienvenido, la respuesta es no. Estoy muy
feliz de poderte decir que te vayas a la mierda.

Ignorándolo por completo, Cole señaló:

—Este no eres tú, cancelando una audiencia en la corte y perdiendo varios días de
trabajo en tan poco tiempo.

—Yo no era consciente de que tenía que pedirte permiso a ti. Que yo sepa, la
tarjeta de visita en mi cartera dice “Mitchell y Madison”. Lo que significa que puedo
tomarme un par de días sin tenerte a ti detrás de mi culo.
No era frecuente que los estribos de Cole salieran a la superficie, pero cuando
sucedía, Logan trataba de tener una buena distancia de su hermano. Sin embargo, ese no
era el caso en este momento, y cuando Cole se adelantó, Logan se mantuvo firme. Él
estaba buscando una pelea, y si no podía tenerla con Tate, pues tomaría la segunda
mejor opción.

—¿Qué demonios ha pasado aquí? ¿Dónde está Tate? —Preguntó Cole.

—No es de tu puta incumbencia. ¿Desde cuándo estas tan interesado en mi vida


personal, y de la persona que me estoy follando?

En un instante Logan fue empujado con fuerza, y se encontró con la espalda


contra la pared y con Cole gruñéndole.

—Si sólo fuera follándotelo, me importaría una mierda de cualquier manera. ¡Pero
este no es el caso!

Inclinando su cabeza en alto, Logan miró a Cole con tanta fuerza que su cabeza
comenzó a latir con fuerza.

—¿Qué demonios sabes tú?

—Sé que nunca te has referido a alguien como tu novio. Nunca he visto que mires
a alguien de la manera y forma como lo haces con él. Y nunca te he visto volverte loco
porque alguien te lo arrebató de tú maldito equipo de Pictionary.

Levantando las manos, Logan empujó a Cole tratando de abrir distancia, pero el
hombre no quiso dar su maldito brazo a torcer.

—Fuera de mi camino.

—No. No hasta que me digas lo que pasó aquí. ¿Cómo se rompió la mesa de café?

Tercamente se miraban el uno al otro, y Logan sabía que Cole no se movería, a


menos que le diera una explicación.

—Yo la rompí.

Cole frunció el ceño y miró hacia abajo, obviamente tratando de ver sus
manos. Logan las levantó, mostrando sus nudillos.

—Estoy bien. No use mis puños. Tiré mi tazón de monedas sueltas.


—¿Y Tate?

Sólo escuchar su nombre le hizo hacer mueca de dolor a Logan.

—¿Qué hay con él?

—¿Dónde está?

—¿Cómo diablos voy a saberlo?

Las cejas de Cole subieron mientras esperaba.

Sintiéndose derrotado, Logan se dejó caer contra la pared y respondió:

—No lo he visto o escuchado de él desde el domingo. Cuando me dijo que le


diera un poco de espacio.

Cole se movió de nuevo en la sala de estar.

—Estoy asumiendo que te molesta un poco… eso del espacio.

—¿No soy un barril de risas esta noche?

Logan hizo su camino alrededor de su hermano y se dirigió a la cocina. Cole lo


siguió y se detuvo en el mostrador, aflojándose la corbata.

—¿Que pasó?

Logan abrió la nevera y se dio cuenta que no tenía absolutamente nada que
ofrecerle. Cerrándola, se volvió y se apoyó contra ella.

—No tengo nada que darte.

—¿Te he pedido algo? ¿Qué tal si empiezas por darme algunas respuestas?

Logan se debatía en su cabeza cuando su teléfono sonó. Sus ojos se movieron


sobre el hombro de Cole.

—Ve y comprueba si es él, Romeo.

Sintiéndose como un idiota, Logan se quejó,

—Cállate —pero eso no le impidió ir por su teléfono.


Lo recogió y en realidad sentía como se deslizaba la perra emoción de
la esperanza a través de todas sus grietas. Logan comprobó su mensaje, entonces él
cerró los ojos y su mano se cerró en su celular, antes de tirarlo atrás en el sofá.

No era Tate.

—Bueno. Empieza a hablar.

Logan de mala gana se dio la vuelta para mirar a su hermano.

—El domingo fue un puto desastre.

—Me lo temía —Cole tomó asiento sobre uno de los taburetes y enrolló sus
mangas poniéndose cómodo. Umm, él no pudo evitar la pregunta—: ¿Hiciste algo?

—No. Por una vez, yo no hice nada —Logan hizo una pausa y luego se encogió
de hombros—. Sorprendente, lo sé.

—Entonces, ¿qué pasó?

—Veamos. Nos dirigimos a la casa de sus padres. Y Diana estaba allí.

—Oh diablos —murmuró Cole.

—Sí, de verdad. Nosotros ni siquiera alcanzamos a comer. Su madre, básicamente


le dijo que no era bienvenido y que no lo sería hasta que se deshiciera de mí.

—¿Y él lo hizo?

Logan sacudió la cabeza.

—No. Hizo exactamente lo contrario. Dio a conocer que estábamos durmiendo


juntos y que era increíble, luego se fue.

Esta información impresionó mucho a su hermano, la boca de Cole se


abrió. Logan conocía la sensación. Así se había sentido él hacía una semana.

—¿Entonces?

—Entonces nos traje de vuelta a su lugar, y antes de que pudiera decir nada, él me
estaba diciendo que necesitaba espacio y tiempo para pensar.

Cole se frotó un lado de la cara y le dijo:


—Bueno, esa es una reacción bastante normal, ¿no crees? ¿A la luz de todo lo qué
pasó? Tal vez él solamente quería enfriarse.

Logan se pasó una mano por el pelo y se dio cuenta de que realmente necesitaba
lavar su cabello.

—Supongo. Pero joder, esperar es una mierda.

La boca de Cole se torció en una sonrisa astuta.

—Entonces no esperes.

—¿Qué?

—No lo hagas. No esperes más.

Cole se levantó y se acercó a él, y Logan no tenía ni idea de lo que estaba por
hacer hasta que él extendió la mano y lo estrechó entre sus dos brazos. Cole tiró aún
más cerca, y antes de que Logan se diera cuenta, Cole lo estaba abrazando fuertemente.

Hasta ese momento, no se había dado cuenta de que estaba necesitando ese
abrazo. A medida que la seguridad ofrecida por Cole lo rodeaba, Logan lo agarró y lo
abrazó como si fuese un salvavidas muy necesario en su vida.

—Él no es Chris —reiteró Cole, y cuando sus palabras se arrastraron por encima
de él, Logan cerró los ojos y recordó a Tate cuando le dijo algo similar la semana
anterior—. No es más que miedo.

Logan tragó, y aunque no fue objeto de escrutinio, descubrió que podía decir las
palabras,

—Yo también tengo miedo.

Cole no se burló de él ni tampoco le reprocho. Él sólo se mantuvo estable y en


silencio, sabiendo que esto era lo que necesitaba Logan.

Después de varios segundos, que parecieron horas, Logan oyó:

—Ve a buscarlo y dile que él no tiene razones para tener miedo —Logan se retiró
de su hermano—. Sólo tienes que ir a buscarlo, ¿eh?

Cole le hizo un guiño y una sonrisa.


—En realidad, ya lo encontré. Cuando fui a buscarte a ti al After Hours, me
encontré con su compañera de trabajo.

***

Tate se puso a un lado en un rincón oscuro de HAZE y observó. Durante las


últimas tres noches, había estado viniendo aquí para ver, observar y esperar a ver si
alguien despertaba su interés.

Al parecer nadie lo hacía, porque todavía estaba contra la pared, sosteniendo un


vaso solo por sostenerlo porque no había tomado nada. Había llamado al trabajo un par
de días atrás y le dijo a Amelia que no se sentía bien y que necesitaba tomar unas
cuantas noches fuera.

Ella había accedido a tomar su turno, pero le explicó que se lo quedaba


debiendo. Él sabía que eso significaba muchos días y fines de semana doblándose para
devolverle el tiempo, pero en este momento necesitaba pensar.

Tate había borrado literalmente el número de Logan para no llamarlo, pero Tate
también sabía en el fondo de su cabeza que era muy fácil poder encontrar al tipo. Él era
el dueño de la mitad de uno de los bufetes de abogados más prestigiosos de Chicago.

Logan Mitchell.

Un hombre lleno de valentía temeraria que no proyectaba otra cosa que una gran
confianza en sí mismo al mundo de allá fuera, pero debajo de esa fachada impecable era
un hombre que luchaba contra sus propios miedos. Tenía todo para ofrecer pero actuaba
con temor, por miedo al rechazo.

Un temor que Logan, ahora probablemente creería que estaba bien fundado
debido a sus propias acciones de los últimos días.

La verdad del asunto era, que alejarse de Logan la semana pasada era lo que había
sido más adecuado para él. Él había necesitado un tiempo para reagruparse, un tiempo
para evaluar lo que él quería, realmente lo que quería… sin el hombre carismático
nublando su juicio.

Desde la noche en que él lo visitó por primera vez en casa de Logan, Tate apenas
se había parado a pensar, y mucho menos pasado más de un día o dos distanciado de él.
Pero después de cinco días sin el abogado sexy como el pecado, Tate era más que
consciente de que él lo quería en su vida.

—Hola —La voz femenina burbujeante lo encontró sobre el fuerte golpe de la


música.

Alzó la copa, tomó un sorbo de alcohol fresco, suave, y la miró de arriba a


abajo. Era rubia, exuberante, y muy bien envuelta en una de las piezas más pequeñas de
material negro que había visto nunca.

Ella estaba caliente y lo sabía.

—Hey —respondió, no demasiado interesado, pero no lo suficientemente grosero


como para ignorarla.

—Te he visto por aquí desde hace un par de noches —le dijo ella moviéndose más
cerca. Su dulce perfume era insoportable, ya que flotaba hacia él.

—¿Oh, sí?

Ella puso una mano perfectamente cuidada en su chaqueta negra y se lamió los
labios rojos.

—Mhmm, sí. Te he estado observando.

Bueno, mierda.

Había querido ver si alguien le podría interesar, y cuando la mujer junto a él hizo
todo lo posible por llamar su atención, Tate sentía... nada.

—¿Y qué has visto?

—A ti. De pie contra la pared, lo cual es un desperdicio completo. Beber,


observar, y a continuación, retirarte sin un baile.

Él se encogió de hombros.

—En realidad no he sentido ganas de bailar.

—¿Qué hay de esta noche? —Se atrevió a preguntar.

Él sabía que ella lo estaba intentando, pero por desgracia no iba a funcionar.

—¿Qué pasa con ella?


—¿Quieres bailar conmigo?

Realmente no, pero…

—¿Qué demonios?

Tate puso el vaso sobre una mesa y la tomó de la mano, se movió hacia la pista de
baile llena. Él No podía recordar la última vez que había bailado, y en este momento, la
idea de perderse a sí mismo en el pulsante ritmo de la música lo atraía.

Cerrando los ojos, echó la cabeza hacia atrás y comenzó a moverse con el ritmo.

Esto era lo que necesitaba. Bueno, tal vez no exactamente esto, pero por ahora,
esto servía.

Cuando dos manos tomaron su cintura, Tate se imaginó que eran más fuertes y
mucho más grande. Él puso sus brazos sobre los hombros, y cuando sus dedos se
deslizaron en torno a la mitad de la espalda de la chica, se imaginó abrir los ojos y ver
esos ojos azules ardientes. Pensó en la forma que Logan se sentiría mientras movía sus
caderas contra él. No dejaría una pulgada entre ellos. No… él tendría sus cuerpos
pegados uno contra el otro, y sus manos estarían definitivamente en su culo. O una
podría estar en su cabello.

Tate también sabía que sentiría su boca en alguna parte de él, probablemente en su
cuello. Sí. Casi podía sentirlo, los labios de Logan arrastrándose por su cuello hasta la
oreja, donde no le cabía la menor duda que diría algo absolutamente muy sucio…

—Bueno, esto es jodidamente acogedor.

De acuerdo… esas no eran las palabras, pero Tate mantuvo los ojos cerrados y se
dejó llevar, con la esperanza de oír su voz de nuevo. No fue hasta que el cuerpo pegado
a él fue alejado, y allí abrió los ojos.

—¡Disculpe! —su pareja de baile se quejó mientras se enfrentaba a la persona que


los había interrumpido.

Tate también se volvió para ver cuál era el problema, y lo que vio, nunca lo pudo
haber imaginado.

El hombre que actualmente lo miraba de ninguna manera se encontraba ardiendo


de placer. Él estaba ardiendo pero de la ira, echando humo como un loco.
Había desaparecido la versión impecable, de corte limpio que Logan estaba
acostumbrado a utilizar, y en su lugar había una barba sin afeitar, y se veía más atractivo
de lo inimaginable con esta versión. Y él estaba claramente molesto.

Mierda.

—Necesitabas un tiempo, ¿eh? —Las palabras estaban llenas de rabia mientras


Logan lo miraba.

Tate observó a la mujer que los estaba mirando a los dos alternativamente, y luego
regresó su atención al inminente hombre amenazante: Logan. Él no se movió cuando
Logan puso su boca a su oreja.

Pero en lugar de la invitación sexual que había estado imaginando, escuchó,

—¿Sientes la necesidad de una pequeña vagina últimamente, eh, Tate?

Tate volvió la cabeza y ahora sus labios estaban más cerca de lo aceptable para ser
sólo amigos, y cada parte de su cuerpo reaccionó.

Antes de que tuviera la oportunidad de decir una palabra, Logan se alejó y gritó
sobre la música,

—Es posible que él desee bailar un poco más que esto, contigo.

Mierda.

Logan a la defensiva era como un elefante en una cacharrería. No se detenía a


pensar en la mejor manera de resolver una situación. Él simplemente chocaba contra
todo, y al diablo con todo lo que se rompía a lo largo del camino.

—Y disfruta de él mientras puedas. Ya que a este tipo, le gusta su espacio.

Tate se interpuso entre ellos y levantó las manos como si quisiera calmar a
Logan.

—¿Qué estás haciendo?

—Ni siquiera he comenzado.

Tate extendió una mano para detener a Logan que caminaba alrededor de él y
declaró lo suficientemente fuerte para que él lo oyera:
—Iba a llamarte cuando llegara a casa. Estás haciendo una escena, por favor
detente, ¿quieres?

Él no se movió cuando Logan se acercó, y cuando la mano fuerte que había


imaginado antes serpenteó abajo entre ellos y acuno su miembro fuertemente, Logan
estrechó sus ojos en él.

—¿Quieres hacerlo conmigo? ¿Quieres aprovechar esta erección que tienes con
sólo verme a mí y hacer algo útil con ella, en lugar de meter tu lengua en la boca de esta
mujer tratando de bajarla con ella?

Tate cerró los ojos mientras disfrutaba del placer de tener a Logan cerca, casi sin
tocarlo, Logan lo ponía muy caliente de nuevo.

—Yo no tenía mi lengua en su boca.

Logan acercó su cara y llego al cuello de Tate donde lo rozo con la barba de su
mejilla.

—¿Por qué no? Ella tiene una boca muy agradable.

Tate agarró los brazos de Logan cuando un gemido salió de su garganta. Se había
olvidado por completo de la mujer y ahora estaba centrado en la música palpitante que
se emparejó al mismo tiempo con el bombeo de la sangre a través sus venas.

—Quería que fuese la tuya.

—¿En serio? —Bromeó Logan, chasqueando la lengua en su lóbulo—. Podrías


haberme engañado. Cinco días es un largo tiempo.

—Iba a llamarte esta noche —se las arregló para decir.

Los dientes de Logan mordieron su oreja, y él dijo:

—Es demasiado tarde para ti.

Fue liberado bruscamente, y tan rápido como había aparecido Logan, se había ido.

***

A la mierda esta noche. De hecho, a la mierda toda esta semana.


Logan salió del club y entregó su boleto al ayudante de la entrada.

Cuando Cole le había dicho que Tate estaba en HAZE, había asumido que lo
encontraría sentado en el bar, bebiendo, posiblemente tan miserable como él mismo.

Pero al entrar en el club, escanear la pista de baile, y encontrarlo precioso como


siempre en sus vaqueros de cuero enredado con cierta rubia con buenas tetas... Eso no
era lo que esperaba ver.

Así que sí, a la mierda con esta noche.

Todavía echando humo, comenzó dando golpecitos con el pie en el concreto.

¿Dónde diablos está mi coche?

—¿Huyendo?

Logan apretó los dientes y se volvió hacia el hombre que había decidido seguirle
al exterior.

—¿Yo? Joder, tienes una cara muy dura, Tate. Solamente regresa a tu pequeña
mujer, ¿quieres?

Tate entregó su propio boleto a uno de las otros ayudantes, y cuando salía para ir a
buscar su teléfono móvil que estaba apagado —sin duda— Tate se situó delante de él.

—Te iba a llamar.

—Me importa un carajo —respondió él mirando a su alrededor, a cualquier lugar,


pero no a la persona que reclamaba su tentación frente él.

—Si te importa.

Se acabó. Estaba harto de no saber dónde diablos estaba parado cuando se trataba
de Tate, así que tal vez este era el momento de decírselo.

—¿Y qué si lo hago? ¿Te hace sentir bien el saber que esperé a que me
llamaras? Tú sabes lo que se siente, que te manden a la mierda del olvido.

Logan observó cuando los ojos de Tate se abrieron, pero no dijo nada, y cuando su
coche fue traído y se detuvo en la acera, camino ignorando a Tate y recibiendo las llaves
del ayudante.
Cuando se metió en su coche miró por el espejo retrovisor, y vio como Tate se
subía en la parte posterior de su motocicleta. Tenía su pie empujando hasta el fondo del
acelerador.

Si me quieres, maldita sea ven a buscarme.

***

Tate mantuvo sus ojos en las luces traseras del Audi R8 color plata de Logan, él lo
persiguió a través de las tranquilas calles de la noche de Chicago. Era tarde, casi
medianoche, y aunque había algo de tráfico, no era suficiente como para dejar que
Logan se le perdiera.

Observó como el coche delante de él cruzó al carril exterior y pisó el acelerador


hasta una recta de tramo de la carretera. Cuando llegaron a una parada en un semáforo
en rojo, se detuvo junto a Logan y se aseguró de mirar a la ventana tintada. No podía ver
dentro, pero sabía que Logan lo estaba observando, y se hizo evidente cuando el coche
detrás de ellos tocó la bocina en la luz verde que ambos habían perdido.

Como un disparo, Logan puso el coche en marcha y se precipitó por el


camino. Tate también arrancó y lo seguía de cerca por detrás, y cuando Logan giró a la
izquierda, estaba seguro de saber hacia dónde iba.

Logan estaba yendo a casa, y tuvo que preguntarse qué es exactamente lo que
esperaba pasaría una vez que llegaran a su destino.

Giro a la derecha en la última curva, Logan entró con su coche que los llevó hasta
el aparcamiento subterráneo, y Tate lo siguió después. Al parecer, eso estaba bien
porque la puerta se mantuvo abierta el tiempo suficiente para que él pudiese entrar al
interior.

El parking estaba tranquilo excepto por el ruido sordo del motor de Logan, y
cuando se acomodó en su lugar de estacionamiento y apagó el vehículo, Tate maniobró
en su moto para adaptarse a su lado.

Se quitó su casco, lo colocó en el tanque de combustible entre sus muslos, y


esperó. Su corazón estaba martilleando y su sangre estaba corriendo alrededor de las
orejas cuando Logan abrió la puerta y salió.

Él lo miró por encima del techo de su coche y luego cerró la puerta. El eco era
atronador en el garaje oscuro mientras se abría camino alrededor de la parte trasera del
coche y otra vez hacia él.
Tate se bajó de la moto y trató de imaginar lo que estaba a punto de suceder. En su
mente, esto podría ir de dos maneras.

Logan podía decirle que se fuera a la mierda o él podría conseguir ser


el que tuviera la primera palabra.

Se fue por este último.

—Es de mala educación dejar a alguien en medio de una discusión.

—No estábamos en el medio. Estábamos en el final —declaró Logan,


deteniéndose frente a él.

Dios, se ve increíble.

Su pelo negro peinado hacia atrás, tenía unos pantalones negros y camisa blanca
que llevaba puesta emparejado con una chaqueta de traje que parecía aterciopelada al
tacto. Todo encajaba de tal manera que hacía ver a Logan como un jodido dios griego…
pero él no debía distraerse.

—No —Tate le dijo—. Estás enfurecido porque alguien no hizo lo que tu querías
que hiciera. Alguien te dijo que no. Te dije que necesitaba espacio.

—¿Es eso lo que piensas?

—No es lo que pienso. Sé que es así. Todo el mundo sabe que Logan Mitchell es
el jugador. A él nadie le dice que no, si él quiere algo. También me imagino que nunca
has oído las palabras “Te llamare” ¿Cómo se siente?

Tate no podía creer las cosas que estaban volando fuera de su boca, pero cuanto
más hablaba, más enojado se sentía. Estaba enojado de que Logan lo acusara de ir a
buscar sexo en otro lugar, y enojado de que pusiera en duda sus propios sentimientos en
primer lugar.

—Dios, estás siendo un idiota en este momento —Logan gruñó cuando lo empujó
ligeramente hasta colocar su espalda contra el pilar de hormigón—. ¡Me has hecho
esperar cinco días de mierda! Ni una llamada telefónica, ningún texto, ni siquiera un:
“Hey, todavía quiero hacer esto”. Simplemente nada, silencio. Y todo porque tus padres
se asustaron hasta el infierno. ¿Quién no lo haría? ¿Qué esperabas, que te recibieran con
los brazos abiertos?

Tate sacudió la cabeza, frustrado con Logan, pero más aún con el mismo.
—Yo esperaba que fueran una poco más compasivos, joder, ¡sí! Esperaba eso.

Logan se burló de él.

—¿Sí? Bueno, bienvenido al mundo real.

En un instante, la furia de Tate se volvió hacia el abatimiento y el cansancio total.

—Yo ni siquiera sé por qué me molesté en seguirte esta noche. Sólo me voy.

Logan se rascó la barba espesa que cubría su barbilla.

—Wow... ¿sabes qué? Sí, sólo vete.

Escuchando esto, la voz de Tate sonó engañosamente baja cuando él empezó a


caminar hacia su moto:

—Terminemos... ¿Por qué no? ¿Verdad?

Tate seguía desplazándose hacia su moto, pero antes de que se diera cuenta, sintió
dos manos en los hombros fijándolo en su lugar. Los ojos azules de Logan escanean su
rostro en una especie de frenética búsqueda, y luego sólo... exploto:

—¿Terminar? Por supuesto, vete de una vez. No me jodas por ser tan estúpido —
estaba que echaba humo y luego dejó caer su manos lejos—. Y jódete por hacer que me
enamorara de ti.

Tate parpadeó varias veces, como si Logan lo hubiese golpeado.

Se quedó congelado cuando Logan caminaba hacia atrás y hacia adelante, y luego,
como si acabara de llegar a alguna conclusión interna, giró sobre sus talones y salió de
nuevo hacia la puerta de su coche.

Pero no había manera de que Tate lo dejara ir después de esta confesión.

Se pasó por el otro extremo del coche y se puso del lado del conductor justo antes
de que Logan llegara, bloqueando su camino.

Finalmente encontrando su lengua, le preguntó:

—¿Qué acabas de decirme?

—Es necesario que te muevas —aconsejó Logan, desprovisto ahora de toda


emoción.
Tate no se movió, ni siquiera para parpadear. Se quedó allí mirándolo.

¿Realmente acaba de decir…

—Dije que te muevas, Tate.

Logan se acercó a empujarlo hacia un lado, y todavía se mantuvo firme.

En este momento, Logan era todo bravuras, su ira enmascaraba las emociones que
había dejado salir por un momento a la superficie, y esas emociones lo aterrorizaban.

—Dije. Fuera. De. Mi. Camino.

Tate tercamente negó con la cabeza. Estaría condenado si iba a dejar que se fuera
sin reconocer sus palabras. Además, ¿quién sabe a dónde diablos se dirigía? Ellos ya
estaban en su casa.

¿Qué otras opciones hay?

Al parecer, se cansó de esperar, entonces Logan lo agarró del brazo y lo empujó a


un lado.

—Voy a subirme a mi coche y conducir muy lejos de aquí. Puedes entrar y venir
conmigo o nunca más verme de nuevo. Es tu elección, Tate.

Luego se metió en el coche y cerró la puerta.

Su elección, ¿verdad? No, ya no era su elección. Había dejado de ser una opción
cuando Tate se dio cuenta de que no era su cabeza, sino su corazón quien decidía.

Rápidamente se dio la vuelta hacia la puerta del lado del pasajero, la abrió y entró.
Una vez que la puerta se cerró y la aseguro en el interior, veía a través de la consola a
Logan.

—¿Logan? —Él esperó, y cuando no pasó nada, susurró—. Yo también te amo.

El único sonido en el coche era su respiración, hasta que Logan puso en marcha el
motor y reveló tres palabras que casi lo hicieron añicos.

—No te creo.
Logan miró a través del parabrisas mientras conducía por la carretera y se dijo que
debía centrarse en el camino, no en el mudo sentado a su lado. Él aún estaba
conmocionado por lo que pasó en el aparcamiento de su casa, repitiendo las palabras en
su cabeza.

Había estado conduciendo alrededor de una hora, y él se sorprendió de que Tate


no había hablado desde que habían salido. Las últimas palabras que le había dicho eran,
“Yo también te amo”

Sin poder evitarlo, Logan se tomó un momento para echar un vistazo rápido al
asiento del pasajero y encontró a Tate enfocado hacia él. Su espalda estaba medio
presionada contra la puerta, y tenía los brazos cruzados sobre el pecho.

Logan luego alzó la vista para encontrarse con su mirada, la cual era intensa pero
tranquila.

—¿A dónde vamos?

Por fin, algo en que centrarse que no fuera: “Yo también te amo”

—¿Te importa?

Logan sabía que sonaba hosco, pero él se sentía tan jodidamente mal. Había
tenido una semana de mierda. Su plan era ir a Haze y buscarlo, para pedirle a Tate que
se fuera con él, pero las cosas no habían salido de la manera como las había previsto.

En su lugar, todo lo que había logrado conseguir hasta ahora era un: “Yo también
te amo”

—Sí, me importa. Especialmente porque necesito tener una buena excusa por
haber desaparecido.

—New Buffalo —Logan le dijo, y al no conseguir una respuesta, miró a Tate,


quien asintió varias veces lentamente.
—¿Qué hay en New Buffalo?

Logan vio su salida de la carretera por delante y cruzó varios carriles, listos para
salir de la autopista.

—Una playa.

—Lo sé. Yo he estado ahí antes.

—¿Entonces por qué preguntas?

Tate suspiró y luego preguntó:

—¿Vas a estar así todo el tiempo?

—¿Y cómo estoy?

—Cabreado, molesto, ¿de mal humor?

Logan tomó la rampa de salida, y cuando él se detuvo en una luz roja, se volvió
para enfrentar a su pasajero.

—Sí, creo que podría estarlo. Al menos para el resto de la noche.

—Ya es de mañana.

—Entonces, al menos hasta el mediodía. Sabelotodo.

La luz cambió a verde y Logan puso su pie en el acelerador. Se hizo el silencio en


el coche de nuevo hasta que,

—Te iba a llamar.

Logan se pasó una mano por el pelo, pero no dio respuesta alguna.

***

Tate continuó observando al hombre que estaba centrado en su forma de conducir.

—¿Por qué nunca puedes acabar de decir lo que estás sintiendo realmente?
Logan giró la cabeza y lo perforó con una expresión tan feroz, que Tate se
sorprendió de que no le hubiese dejado marcas en donde él posó su mirada.

—Yo digo lo que siento.

—No, no lo haces.

Logan hizo un giro hacia una calle y permaneció en silencio.

—Está bien —reflexionó Tate. Luego se declaró muy firmemente—: Te amo —y


esperó una reacción.

Observó a Logan tirar de su labio inferior detrás de sus dientes superiores como si
estuviera reteniendo sus palabras.

Luego la soltó y le dijo:

—Te dije lo que siento con respecto a eso.

Tate recordaba muy bien.

—Dijiste que no me creías.

—Eso es correcto.

Tate se encogió de hombros como si no le molestara, cuando en realidad, le dolía


profundamente y jodidamente muy hondo.

—Puede ser que no me creas, pero es cierto. Y al menos yo puedo decir las
palabras.

—Yo también puedo decirlo.

—Ah, eh —Tate se aplacó, pero no dijo nada más.

Él sintió que su boca se curvaba en una sonrisa victoriosa cuando Logan se acercó
a una calle lateral y estacionó, mantuvo el motor encendido.

—¿Que se supone que significa eso?

—Esto quiere decir que siempre enmascaras lo que realmente sientes. Incluso
antes, usted en realidad no dijo las palabras.
Tate sabía que estaba destruyendo lentamente la molestia de Logan, ya que ahora
tenía una mano en el apoyo para la cabeza y los dedos estaban relajados, casi como si no
se diera cuenta, tocando sus rizos.

—Yo las dije. Tal vez usted no me oyó después de pasar la noche en un club de...

Tate decidió que si alguna vez había un momento para recordarle a Logan donde
quería estar, este era el momento. Él extendió la mano, lo tomó de las solapas, y tiró de
él a través de la consola. Cuando sus narices se tocaron, le pasó los dedos por el cuello
hasta llegar a la barba que cubría la mandíbula de Logan.

—Yo no creía que fuera posible que pudieras estar más sexy, pero maldición,
Logan... me estas demostrando lo equivocado que estaba.

Estaban tan cerca, que pudo ver como los ojos de Logan se dilatan en respuesta,
pero el placer fue de corta duración cuando le oyó preguntar con voz ronca:

—Entonces, ¿por qué me dejaste?

Antes de que Tate pudiera recordar que él no lo había dejado... que él sólo había
pedido un poco espacio… Logan tomó la parte posterior de su cuello y conectaron sus
bocas. Fuego líquido iluminaron sus venas mientras sus labios se separaron y Logan
empujo hacia dentro. Mientras sus lenguas se degustaban y se esforzaban por acercarse
el uno al otro, Tate sintió la mano en la parte posterior de su cuello subiendo a buscar su
cabello.

Él gimió cuando los dedos de Logan se torcieron y apretaron en sus rizos,


recordándole que le gustaba la ligera mordida de dolor que llegaba cuando él tiraba de
su pelo.

Maldita sea, he echado de menos esto — lo extraño.

La forma contundente como Logan tomaba lo que quería y exigía que se hicieran
las cosas, esto era lo que hacía que el cuerpo de Tate respondiera de una manera como
nunca lo había hecho antes con nadie más.

Cuando un profundo gruñido resonó a través del coche, Tate sintió que su pene se
endurecía en respuesta. Entonces Logan retiró su boca y exigió,

—Detente.

—¿Detenernos? —Tate repitió, no del todo seguro de haber oído


correctamente. No podía recordar esa palabra nunca saliendo de la boca de Logan.
—Sí. Paremos —dijo de nuevo, moviéndose a su lado del coche.

Tate se echó hacia atrás en su asiento, presionó la palma en su erección y gimió.

—No lo hagas.

Miró por encima para ver los ojos de Logan que se movían entre su mano y su
cara.

—¿No hacer qué?

—Sentarte ahí y masturbarte en mi coche. Usted me puso a mí a escurrirme a


través de la mierda esta semana.

—Así que no lo hiciste…

—¿Qué no hice? Masturbarme a mí mismo pensando en el tipo que me mandó a


desaparecer de su vida? No, no lo hice.

Tate retiro su mano, y su pene al instante se desinflo. Entonces la voz de Logan,


entró por la tenso silencio.

—¿Tate?

—¿Sí?

—Una cabaña.

Tate parecía confundido cuando Logan sacó el coche de vuelta a la carretera


principal.

—Eso es lo que hay en New Buffalo. Mi cabaña. Y yo quiero verte en ella.

Bueno, pensó Tate, Logan ciertamente no tenía ningún problema diciéndole cómo
se sentía acerca de eso, y de ninguna jodida manera Tate iba a discutir con él.

***

Logan condujo el coche a lo largo de una calle vacía que llevaba a la cabaña, la
cual estaba rodeada por el verde de la vegetación al otro extremo. Luego se volvió hacia
el camino de tierra y se dirigió hacia abajo hasta que llegó a una parada en frente de una
casa de dos pisos de ladrillo y madera que había comprado hacía poco más de tres años.

A él le encantó este lugar. La tranquilidad, la calma y la soledad.

Lo que probablemente sorprendería a la mayoría.

Durante mucho tiempo, había venido solo. Era un lugar donde se encontraba más
que cómodo. Así que era irónico que, mientras estaba sentado en frente de su santuario,
se sentía más incómodo que nunca. Atrapado en algún lugar entre la esperanza y el
miedo, no estaba seguro de cómo cruzar la línea entre el uno y el otro, y Tate no era una
decisión que él quisiera tomar a la ligera.

Sacando las claves del encendido del coche, se dio la vuelta para ver a Tate
mirando por la ventana.

—Está muy oscuro —dijo—. No puedo ver nada.

—Podrás hacerlo en un par de horas. El sol saldrá antes de que nos demos cuenta.

Se trasladó a abrir la puerta cuando una mano se posó en su brazo. Se volvió hacia
Tate, pero no dijo nada, simplemente esperó a que él hablara.

—Gracias por traerme aquí.

Logan asintió y salió del coche, moviéndose alrededor del maletero. Él lo abrió y
agarró una bolsa, y cuando cerró, halló a Tate de pie junto al vehículo.

Su agarre se apretó en las asas de la bolsa, y se acercó a las escaleras que


conducen a la puerta principal. Al llegar a la cima, se dio la vuelta para ver a Tate
esperando en la parte inferior de las escaleras, mirando hacia él.

—No tengo nada.

Logan agarró la bolsa en la mano y observó a Tate mientras subía las


escaleras. Cuando llegó a él, Logan se oyó decir,

—Me tienes a mí.

Cuando esa sonrisa blanca nacarada de Tate apareció en su rostro, Logan


retrocedió.

Él es jodidamente irresistible.
Quería tener un momento a solas consigo mismo. Para ganar un poco de
perspectiva y pensar en todo lo que había sido dicho entre ellos.

—Vamos. Te voy a enseñar el interior de la casa.

—¿Logan?

Logan abrió la puerta y cuando Tate se detuvo junto a él en su camino…

—¿Hmm?

—Lo siento, siento no haberte llamado antes.

Logan no pudo explicar por qué esto era lo que había estado esperando escuchar
desde el principio, pero lo era. Él sabía que aunque sólo hubiese sido un simple texto la
semana pasada lo habría hecho sentir más... ¿Más qué? ¿Seguro? Jesús, cuánto odiaba
sentirse vulnerable.

Él cerró la puerta y encendió una luz. Una lámpara rústica iluminó la habitación
principal, donde estaba la sala de estar y una enorme chimenea de piedra en la pared del
fondo. Cuando Tate miró a su alrededor, Logan lo observaba.

—Wow. Este lugar es... wow.

Logan se quitó la chaqueta, la colocó sobre uno de los ganchos en la pared junto a
la puerta, y luego anduvo más lejos en el espacio de la habitación, deteniéndose al final
junto a Tate.

—Sí. ¿Te gusta?

Tate sacudió la cabeza.

—¿Gustarme? Es jodidamente preciosa.

Logan sintió que un lado de su caprichosa boca se levantaba a causa de la obvia


aprobación de Tate, y luego señaló con una inclinación de la cabeza que lo siguiera
mientras le mostraba un estrecho pasillo.

—Este es el dormitorio principal ahí abajo —dijo, señalando la puerta extremo.

Tate asintió y miró hacia donde él le estaba mostrando.

—Bien.
Logan tragó y luego indicó detrás de Tate.

—Esa de allí es la habitación de huéspedes.

Observó como Tate volvió la cabeza hacia la habitación que le había señalado, y
una vez que se mostró satisfecho sabiendo que Tate sabía dónde ir, Logan comenzó a
caminar por el pasillo a su habitación.

—¿Oye? ¡Logan!

Esta protesta de Tate, él ya la veía venir por lo que no se sorprendió. Abrió la


puerta de la habitación principal y luego se volvió hacia Tate, que se
veía... desconcertado.

—¿Sí?

—Entonces yo soy…

—¿Un huésped?— Sugirió Logan.

—Sí…

Logan levantó sus manos y empezó a deshacer los botones de la camisa, y cuando
estaba a mitad de camino, dijo,

—Sí. En este momento, eres mi huésped. Que descanses, Tate.

Se estiró y cerró la puerta rápidamente tratando de conseguir más tiempo para


reagruparse así mismo.

Si Tate necesito cinco días para resolver sus asuntos, entonces podría muy bien
darle a él unas cuantas horas para cerrar de una vez su jodida boca.

***

Tate entró en la habitación de “huéspedes” y encendió la luz. Era enorme y vacía.

En el centro había una cama del tamaño de una piscina, y en el lado opuesto de la
habitación había un cómoda con cajones hecha de madera tallada preciosa. Casi parecía
tallado a mano, iba a juego con el marco pesado de la cama.
Vagó a través de los pisos de madera más ligeros y se sentó en el borde de la
cama. Dios, estaba más agotado de lo que había pensado.

A medida que el colchón se hundía debajo de él, con la punta de cada pie se
sacaba el zapato contrario y se echó hacia atrás a través del edredón color crema. El
tejido blando lo envolvió mientras se relajaba de nuevo en ella y pensó en el hombre en
el otro extremo de la sala.

No podía creer que Logan realmente le había enviado a una habitación


separada. Pero entonces se acordó de la mirada en la cara de Logan la semana pasada y
pensó que tal vez... Sí, me merezco esto total y absolutamente.

Podía esperar, y lo haría.

La falta total y absoluta de la tolerancia de sus padres le había mostrado una cosa
muy importante, el amor no era algo que estaba allí simplemente porque naciste de la
misma sangre, y no debe venir con un puto aviso legal.

Había intentado llamarlos durante toda la semana pasada y nada. Era como si
hubiesen decidido que él ya no existía. Ellos sólo le habían cortado como un miembro
podrido que estaba infectando al resto del cuerpo, y todavía no estaba seguro de cómo le
hacía sentir eso.

¿Cómo podían las personas que se supone que deben cuidarle producirle un daño
tan grande y tan profundo?

¿No merezco ser jodidamente feliz?

Y todo lo sucedió lo llevaba nuevamente a Logan. Logan lo hacía feliz.

Así que ahora era su turno. Su turno para convencer a Logan de que él, Tate
Morrison, valía la pena. Cuando quería algo, era lo suficientemente terco para esperarlo
y tomarlo.

Logan sería suyo, y él no iría a ninguna parte hasta que lo consiguiera.


Logan se despertó a la mañana siguiente con el sol deslizándose a través de la
ventana de su dormitorio. Miró el reloj y gimió.

Mierda. 6:34 am la salida del sol, por supuesto.

Bostezo, dejó que sus ojos se ajustaran y miró por la ventana a una de las muchas
lagunas de su propiedad.

Cuando él había estado buscando un lugar y la inmobiliaria le había llevado por la


calle estrecha bordeada de cabañas, Logan no creyó que este lugar fuese para él. Eso fue
hasta que lo llevo a dar una vuelta en su coche y lo adentró entre los árboles para
mostrarle hasta donde llegaba la propiedad detrás de la cabaña en venta.

La agente inmobiliaria se había tomado dos horas llevando a Logan a peinar la


zona al alrededor de los treinta acres para tratar de convencerlo de que este era el lugar
que él quería, y Logan nunca se había lamentado de la decisión.

El dejaba a propósito las cortinas corridas de la ventana de la habitación para


poder ver la vistas, que el sol lo despertara cuando estaba aquí era lo usual. Pero en este
momento sin embargo, el sol no era bien venido después de haber dormido tan sólo un
par de horas.

Por supuesto que le hizo pensar en la noche anterior y Tate.

Se preguntó si estaría despierto y, si lo estaba, cómo serían las cosas entre ellos en
este momento. Era extraño estar fuera de su juego, pero cuando se trataba de Tate,
estaba empezando a darse cuenta de que le era necesario un nuevo libro con reglas
generales, y la primera regla sería la siguiente: No existirán los largos períodos de
espacios con silencios interminables.

Rodando a su lado, Logan cogió su teléfono para comprobar si tenía mensajes de


su trabajo y estaba feliz de no encontrar ninguno. Cole le dijo que se haría cargo de todo
en la oficina, por lo que no tenía que preocuparse por nada, pero en algún lugar en el
fondo de su mente, él había pensado que quizá Tate podría…

De acuerdo, esto es ridículo. Solo envíale un puto mensaje de texto al tipo.


Encontró el nombre de Tate y escribió:

¿Estas levantado?

Logan soltó el teléfono y trató de no mirarlo mientras esperaba una respuesta. Él


también se recordó a sí mismo que Tate estaba al final del pasillo.

Luego vibró.

Tate: Define levantado.

Por lo general, él era el primero en caer en una insinuación sexual, pero en esta
mañana en particular, quería algo diferente, por lo que tecleó:

Despierto.

Casi inmediatamente, el teléfono sonó.

Tate: Sí, estoy despierto.

Logan miró la pantalla por un momento antes de escribir:

¿Dormiste bien?

Cristo, ¿Cuándo me convertí en una persona indecisa en torno a una situación?

Tate: Alrededor de una hora... ¿Logan?

Logan miró su nombre, preguntándose a dónde iría a parar esto si él


respondía. Bueno, sólo había una manera de saber:

¿Tate?

Un latido del corazón, dos latidos del corazón…

Tate: Te echaba de menos.

Las palabras eran tan simples, y mientras se concentraba en ellas, Logan se dio
cuenta de que era la primera vez que Tate las había utilizado en relación a él.

Por un lado sus palabras lo hicieron muy feliz, pero por otro también lo hicieron...
cauteloso.

Él tecleó:
¿Cuándo?

Necesitaba saber si Tate había sentido algo de la miseria en la que él estuvo


durante todo el tiempo que estuvieron separados.

Tate: Toda la semana pasada. Anoche. Ahora mismo.

Logan sintió una sonrisa cruzando su boca mientras leía el último mensaje, al
menos tres veces. Lo hizo pensar en el hecho de que las palabras escritas nunca lo
habían hecho sentir más satisfecho, y luego su teléfono vibró y también pensó que la
palabra escrita puede ser increíblemente poderosa.

Tate: Eche de menos estar acostado junto a ti.

De repente, su corazón no era el único que estaba contento.

Cuando se imaginó a Tate tumbado en la enorme cama de matrimonio por el


pasillo, su polla inmediatamente se sintió muy interesada.

Cuando él no respondió de inmediato, su teléfono sonó de nuevo.

Tate: ¿Logan?

Rápidamente tecleó:

Estoy aquí.

Esto lo asustó a un punto tal que él no podía ni imaginarse un tiempo donde él no


estuviese allí para Tate, si llegara a necesitarlo.

Siguió tratando de pensar en ese preciso momento cuando Tate se había deslizado
entre todas sus defensas, porque él seguro como el infierno no lo había perseguido con
eso en mente.

El motivo real por el cual estaba allí con Tate todavía lo asustaba, incluso, pese a
que cada vez se le hacía más atractiva la situación.

Tate: ¿Has dormido bien?

Eso fue bastante fácil.

No.

Tate: ¿Por qué no?


Había sabido que esta pregunta vendría, y su respuesta hizo que sus palmas
sudaran.

Yo también te extrañé.

Pasaron varios minutos y empezó a pensar que había dicho algo incorrecto, pero
luego, como de costumbre, acerco su celular y vio que aún estaban conectados.

Tate: Estoy justo al final del pasillo.

Tate Morrison. Bien podría cambiar su nombre a la tentación, porque eso es lo


que era, una jodida tentación.

Logan se armó de valor en contra de lo que su cuerpo quería, y trató


endemoniadamente por mantener las cosas por encima de su cintura.

Lo sé.

Tate: ¿No quieres verme?

El texto era bastante inocente, pero la broma era subyacente. Él sabía lo que Tate
pretendía, y Logan pudo sentir la forma en que los quería conducir, hacia la
construcción de algo más allá de una sesión de mensajes de texto ocasional.

Sí, quiero verte.

Tate: Entonces ven a verme.

Gimiendo, Logan se agachó debajo de la sábanas para presionar su palma contra


su erección matutina.

Si lo hago, te toco.

Casi podía ver la sonrisa de Tate cuando leyó la siguiente pregunta.

Tate: ¿Y no quieres eso?

Él negó con la cabeza.

Por supuesto que quiero eso.

Tate: ¿Pero?

Pero... no lo creo. Aún no.


Él estaba luchando contra el deseo de tomarse su tiempo versus moverse
lentamente caminando por el pasillo, abrir la puerta de la habitación de huéspedes, y
tirar a Tate en el colchón.

Entonces, frustrado, le escribió a la carrera:

Jodidamente me asustaste la semana pasada. Pensé que eso era todo. Que
habías terminado conmigo.

Logan leyó su mensaje antes de enviarlo y sintió que el miedo de los últimos días
se arrastran hacia su interior. El dolor de que todo lo que quería le había sido arrancado,
le abrió los ojos de una manera que nunca había esperado.

En un primer momento se había puesto furioso, pero fue después de que la ira se
había filtrado que llegó la vacía tristeza a su encuentro y pensó que lo había perdido.

Tate: Lo sé... y lo siento.

Y Logan sabía que de verdad lo estaba sintiendo. Lógicamente, era consciente de


que Tate había necesitado tiempo. Pero pasar de tenerlo disponible, de poder conversar
con él, de poder contactarlo aunque no se vieran, a la nada... Bueno, esa era una realidad
que nunca quería volver a experimentar con Tate.

Lo sé.

Joder. Este no era él. Él no era del tipo de guardar rencor, y ciertamente no creía
en esa mierda de retener el sexo. Pero en este momento necesitaba asegurarse de que su
corazón era lo suficientemente fuerte para todo lo que vinera por delante para ellos.

Porque su corazón estaba ahora al cien por cien involucrado.

Tate: ¿Logan?

¿Sí?

Esperó a lo que Tate iba a escribir, pero en vez de palabras, una imagen se cargó
en su teléfono que le hizo doler de deseo.

Allí, le devolvía la mirada, era Tate.

La curva de sus labios era sutil, pero definitivamente estaba allí.

Un rostro completamente sexual.


Sus rizos castaños eran visibles en la almohada de color crema, y en la foto se
alcanzaba a ver la parte superior de su pecho con toda esa deliciosa piel melosa. Lo
había enviado con la leyenda: Desearía que estuvieras justo aquí, tumbado a mi
lado.

Joder. Yo también.

Dios, Tate. Estás jodidamente magnífico.

Dio otro vistazo a la foto y se encontró acariciando su pene.

Maldición, no puedo dejar de mirarte, tecleó, su mano se movía más rápido.

La sombra de la mañana que recubría las mejillas de Tate hizo a Logan querer
lamer y morder su camino hasta la mandíbula, y mientras se imaginaba sólo eso, otro
mensaje apareció arriba.

Tate: ¿Solamente mirar? O…

Definitivamente o...

Logan sabía que nada pararía su mano de ir debajo de su cintura ahora. Él estaba
ya allí, tocándose.

Tate: ¿Así que todavía quieres...?

¿Estar contigo? Sí. No lo dudes, Tate. Mi cabeza puede estar pensando en


más cosas, pero mi polla está segura de lo que quiere, y te quiere a ti.

Sí, su corazón había dicho su parte esta mañana. Ahora era el turno de su polla.

***

La erección de Tate sabía a quién quería también, e incluso a habitaciones de


distancia de Logan, él todavía lo tenía justo donde quería, y listo para funcionar.

Cuando el teléfono sonó antes, él había esperado que fuera Logan, y después de
tirar algunas duras verdades a su huésped con muy mal humor, Tate estaba decidido a
ver si Logan se cerraba a dejarlo entrar... o si lo necesita y se abría de nuevo.

Lo que realmente quería era tocar a Logan, para mostrarle que no le importaba,
pero por ahora, esto funcionaba, ya que Logan parecía estar abierto a un poco de juego.
Con su teléfono en una mano y la otra hacia abajo entre sus piernas, Tate recordó
la primera vez que habían hecho esto. Había estado tan seguro de sí mismo esa noche,
pero al final de ella, tenía el mejor orgasmo que había tenido en meses.

No estaba seguro de nada esta mañana, y de que iba a suceder después de sus
confesiones. El único que lo sabía estaba justo allí, estaba en las manos de Logan. Él era
el único que podía. Se imaginó a Logan desnudo y duro y listo para él, y el texto que
siguió:

Tate: Tú eres una visual mucho más caliente.

Logan: ¿Lo soy?

Jesús, sí lo eres. Subió sus caderas hacia arriba en su palma. No estaba dispuesto
a jugar tímido ahora. No iba a retractarse, y él quería que Logan lo tomara como sólo él
sabía hacerlo.

Tate: Sí. Cuando estas encendido, nada se compara. Todo el mundo debería
tener la misma suerte de poder verte. Pero yo no comparto, que se jodan los
demás. Le dio enviar al mensaje, y luego, más rápido de lo que él pensaba que sus
dedos pudieran escribir, Él siguió con: Incluso eres sexy cuando me odias.

No habían pasado dos segundos después del mensaje, y su teléfono comenzó a


sonar. Tate presiono la tecla de contestar y trajo el teléfono a su oreja.

—Oye.

—Yo nunca podría odiarte —La profunda voz de Logan se filtró a través del
teléfono y envió un escalofrío de deseo por toda su columna vertebral—. Te extrañé
tanto la semana pasada. Yo era una mierda.

Tate hizo una mueca ante la idea de causar dolor Logan. Logan necesitaba saber
que no había sido fácil para él tampoco.

—He tenido que eliminar tu número para obligarme a no llamarte.

Oyó un sordo:

—Mierda —en el otro extremo del teléfono.

Entonces Tate admitió en voz baja,


—Odiaba no hablar contigo. No verte. Y descubrí que necesito ser tocado por ti,
cada día.

El gemido que resonó a través del teléfono fue de angustia, parte placer y parte de
dolor.

Él sabía que Logan había estado preocupado sin saber si él había cambiado de
opinión acerca de ellos, pero era hora de reiterarle a Logan lo que la separación había
significado para él.

—Necesitaba saber si yo estaba haciendo esto, porque era mi elección. No quería


retractarme más tarde.

Los jadeos suaves de la respiración de Logan era todo lo que se podía oír, y
habían puesto a Tate con impaciencia para tocarse así mismo, sabiendo que Logan
probablemente estaba haciendo lo mismo.

—¿Y? —Preguntó Logan.

Tate sintió que su boca se torció en una sonrisa. Ya lo tenía.

—Y... esto es sin duda mi elección. Es posible que me hayas perseguido en un


principio, pero Logan...

—¿Sí?

—Nunca he sido más feliz que cuando me atrapaste.

Tate no oyó nada, y luego ordenó Logan,

—Deshazte de las sabanas.

—Está bien —Tate logró decir, adorando el peso de esa orden—. Espera —
murmuró, colocando el teléfono en la cama para empujar las cubiertas de los pies. Se
trasladó al centro de la cama y cogió el teléfono de nuevo—. Bien. Está hecho.

—Pruébamelo —Logan exigió.

Tate miró a sus calzoncillos boxer blancos y la erección claramente visible. Él


trajo el teléfono lejos de su oreja y en ángulo hacia abajo de su cuerpo, hizo un disparo
con la cámara que podía competir con una revista sucia.

No podía esperar a la reacción de…


—Jodido infierno, Tate —Logan raspó a través del teléfono.

Tate empujó su mano en los calzoncillos y se agarró la base de su polla para


comenzar lento y tortuoso sobre todo su eje.

—¿Que pasa contigo? Déjame adivinar. Estás desnudo, ¿verdad?

La pesada respiración de Logan era tan familiar que Tate lo imaginó flotando por
encima de él, justo al lado de su oreja.

—Sí. Odio llevar la jodida ropa interior en mi cama. Se interpone en mi camino.

—Quiero ver —declaró Tate mientras se inclinaba en sus piernas y se arqueaba en


su mano, sin dejar de masturbarse.

Su corazón se aceleró cuando Logan le dijo que le diera un segundo. A


continuación, su teléfono se iluminó y allí en el pantalla había una vista de Logan desde
el pecho hacia abajo, el rastro del tesoro que señala claramente el camino a la muy
regordeta y brillante cabeza de su polla.

—Ahh, Logan. Dios, te deseo —Se quejó, y luego coloco el teléfono en su oreja.
Él bajó su mano hacia sus bolas y las apretó. Joder, se quería correr.

—No te masturbaste anoche, ¿verdad? —La voz de Logan era ronca, como si la
estuviera frenando, Tate ya conocía la sensación.

—No... —se las arregló para hablar, aunque no tenía ni idea de cómo, porque todo
lo que él quería era apretar la mandíbula y correrse duramente—. Esperé como me
dijiste que hiciera.

—Bien, porque Tate...

La respiración de Tate ahora estaba llegando a un ritmo récord. Era increíble lo


mucho que ansiaba a Logan. Sólo escuchar la voz de él lo tenía en un punto álgido, listo
para malditamente explotar.

—¿Sí?

—Quiero escuchar tu gemido por todo el camino hasta aquí en mi habitación


cuando te corras.

Mierda. Sí. Quería oír a Logan también.


Tate se llevó la mano a la boca, escupió en la palma de la mano, y luego comenzó
a masturbarse con el pensamiento de Logan a varias puertas de distancia haciendo
exactamente lo mismo.

No hubo más conversación entre ellos, ya que cada uno escuchaba los sonidos
fervientes que se enviaban el uno del otro. Los suspiros eróticos, gemidos y maldiciones
guturales los empujaron cada vez más cerca a la liberación que habían estado
trabajando.

Tate se detuvo un momento a mirar la foto de Logan para obtener otra vista
detallada de lo que deseaba tener en su boca, y luego la voz de Logan cortó a través de
la línea.

—La única cosa que podría ser más caliente que escuchar cómo te corres como un
puto loco en este momento, sería escuchándote y viendo como entierro mi polla dentro
de ti.

Eso era suficiente para correrse: El recordatorio de Logan tomándolo.

Tate llegó con tanta fuerza que el duro grito del nombre de Logan resonó con
fuerza en toda su habitación, y él sabía que Logan lo escuchaba a través de la casa
porque el gruñido que reverberó como respuesta por el pasillo astilló a través de su
teléfono, lo que provocó disparara una nueva carga en todo su estómago.

Mierda, Tate pensó cuando por fin se calmó, y sonrió hacia el techo. La próxima
vez que Logan gritara para él de esa manera, se aseguraría de que él estuviese al alcance
de sus manos.
Después de una ducha realizada en tiempo record, Logan se dirigió por el pasillo
donde encontró una habitación de huéspedes vacía. Él luego se dirigió hacia fuera en el
espacio de la zona de estar, pero también estaba vacía. No fue hasta que llegó alrededor
del sofá grande de color marrón, al otro lado de la alfombra de felpa que pudo hallarlo
con sus ojos.

Tate estaba de pie en su porche y le caía el sol, usando nada más que una toalla de
color azul marino, y vaya si esta no era la mejor vista que había visto jamás por su
ventana.

Tenía el pelo peinado hacia atrás, evidentemente, todavía húmedo por la ducha, y
él se inclinó por la cintura con sus brazos apoyados en la barandilla, lo que causó que la
toalla se estirara de manera agradable y se apretara a través de su culo.

Logan se acercó a la puerta que daba al exterior, y cuando él la abrió, Tate se


volvió para mirar hacia él. La emoción llegó cuando los ojos de Tate se movieron sobre
él y era una mirada eléctrica, y cuando se enderezó y se volvió colocando sus manos
detrás de él en la barandilla, todo lo que Logan quería hacer era ir hacia él y arrastrarlo
dentro.

—Buenos días —Tate lo recibió con una sonrisa arrogante.

Logan se acercó a donde se encontraba de pie y se aseguró de no tocarlo cuando


se detuvo a su lado. En lugar de ello, puso las manos sobre los pasadores de sus jean y
contempló la vista frente a él, una visión que amaba.

Cuando Tate se dio la vuelta y tomó la misma posición que antes, Logan se rió
entre dientes.

—Un muy buen día.

—¿Sí? —Preguntó Tate, inclinando su rostro en su dirección.

Logan no pudo evitarlo. Extendió la mano y empujó un rizo rebelde fuera de la


cara de Tate.
—El mejor que he tenido en una semana.

Logan contuvo el aliento cuando los ojos de Tate se cerraron y se apoyó en sus
dedos. Era como si estuviera consiguiendo muchísimo placer de la forma en que Logan
le acariciaba el pelo, es como si sólo quisiera tenerlo más cerca.

Logan conocía muy bien la sensación.

—¿Te gusta cuando hago esto? ¿Tocarte el pelo?

Un rumor surgió de las profundidades de Tate, y cuando abrió los ojos, Logan se
dio cuenta de que era una mirada pesada y llena de invitación cuando admitió,

—Me encanta.

Logan atravesó la mano de lleno en el pelo y atrajo a Tate sosteniéndolo, así que
estaban cara a cara.

Se inclinó y le dio un beso en los labios a Tate y cuando los abrió, Logan deslizó
su lengua en el interior para saborearlo mejor. Las manos de Tate se posaron en su
cintura, instándole más cerca, y Logan apretó los dedos y tiró la cabeza de Tate hacia
atrás para poder poner su boca en su mandíbula.

—Yo quería hacer esto cuando enviaste la primera foto de esta


mañana. Probarte. Morderte.

Sentía las caderas de Tate moliendo contra él, y Logan llevó su otra mano
alrededor de su culo para mantener la fricción. Abrió la boca, raspó sus dientes a lo
largo de la mandíbula de Tate, y se abrió camino hasta el lado de su cuello. La
respiración pesada que había escuchado anteriormente estaba de nuevo, pero ahora
estaba allí junto a su oreja.

—Esta es una toalla muy muy endeble, Tate.

Logan sonrió contra su oreja cuando los dedos de la cintura se clavaron más
fuerte. Tate ladeó la cabeza, dándole más acceso a su cuello.

Él acarició su nariz en los rizos húmedos, inhalando el champú, y tuvo la


repentina necesidad de marcarlo. Con ese objetivo en mente, Logan succionó la piel
tensa de Tate entre los labios hasta que lo escuchó maldecir por el aguijón del dolor.

—¿Me acabas de dar un chupetón?


Logan levantó la cabeza y se humedeció los labios cuando tocó la toalla que
apenas mantenía a Tate cubierto.

—Sí, lo hice

Tate se llevó una mano hasta el cuello y se pasó los dedos por la marca roja.

—Nunca he tenido uno de estos antes.

—¿Es eso verdad? me encanta ser el primero.

Tate bajó el brazo y se miró a sí mismo, antes de mirar hacia atrás de él.

—¿Exactamente cuántos días vamos a estar aquí? Tengo un trabajo que me


gustaría conservar y... mmm... ¿Qué ropa se supone debo llevar?

Logan vio que su boca se curvaba en una sonrisa cuando hacía las preguntas.

Tate no parecía demasiado preocupado por la posibilidad de haber desaparecido, a


pesar de que no tenía esta salida planificada de antemano. De hecho, la forma en que lo
miraba le hizo creer a Logan que estaba jodidamente emocionado de estar allí.

—Estaba pensando en una semana cuando llamé a Pete... —se detuvo, pensando
que Tate podría estar enojado en primer lugar, pero él sólo se puso una mano en el
pecho.

—¿Llamaste a mi jefe?

—Sí —admitió y luego se encogió de hombros—. No es la gran cosa. Sólo pensé


que podríamos ir lejos y dejar que las cosas se asienten un poco. Ya sabes, después de la
semana pasada. Y además, Pete me agrada.

—Gracias. Nunca nadie ha llamado a mi jefe para sacarme del trabajo con el
único objetivo de pasar tiempo conmigo.

Logan tragó y no sabía qué decir ante aquella cara de gratitud. Su mayor miedo no
era que Tate no le amara. Era... ¿y si lo hacía? ¿Cómo alguna vez podría sobrevivir si él
perdiera aquello?

¿Cómo todo el mundo entrega tan fácilmente sus corazones, cuando yo estoy
absolutamente aterrorizado?

—¿Logan?
—¿Hmm?

—Déjame entrar de nuevo.

Logan parpadeó enfocándolo con su mirada, y puso su mano en la parte superior


de la de Tate.

—Lo estoy intentando.

Tate asintió.

—Entonces voy a esperar.

—¿Por cuánto tiempo?

Los ojos de Tate se suavizaron y la sonrisa que tocó sus labios estaba llena de
sinceridad cuando prometió,

—Todo el tiempo que sea necesario.

***

Resultó que Logan había preparado ropa para una semana, para ambos, antes de
que lo hubiese localizado ayer por la noche. Cuando Tate se cambió y se puso un par de
pantalones vaqueros y una camisa, se quedó inmóvil frente al espejo, en el lado
izquierdo de su cuello tenía un pequeño pero claramente visible hematoma.

Él sintió que su polla se convulsionó con el recuerdo de la boca de Logan cuando


había aplicado la cantidad perfecta de presión para marcarlo.

Dios, el lado posesivo de Logan era tan condenadamente sexy.

Nunca había pensado que ser marcado sería algo de su interés, pero cuando se
trataba de aquel hombre, Tate quería estar marcado por él. Él quería que todos supieran
que estaban juntos, que Logan era suyo.

Así que era perfecto, como una firma erótica.

Se dio la vuelta y salió de la habitación para encontrar a Logan que esperaba por
él en la puerta principal.

—¿Estás listo? —Preguntó.

—¿Para?
—Tenemos que ir a buscar algunas cosas a la ciudad. Comida para la semana.

Tate se metió la cartera en el bolsillo trasero y observó cómo los ojos de Logan
siguieron su movimientos.

—No es necesario.

—¿Qué no es necesario?

—Tu cartera.

Tate continuó caminando hacia él.

—Voy a pagar por la mitad de la comida, Logan.

—Te traje aquí, así que voy a pagar por la maldita comida.

Tate se detuvo entre Logan y la puerta.

—No. Ahora vámonos. Tengo hambre.

Bajó las escaleras y se dirigía hacia el coche de Logan cuando escuchó su


nombre. Se dio la vuelta para ver a Logan caminando en la dirección opuesta.

—Es por aquí.

Tate le siguió y corrió un poco para ponerse al día. La construcción que tenía la
cabaña de Logan era preciosa y él tenía que preguntar,

—¿Qué tan grande es este lugar?

Logan miró en su dirección y sonrió.

—Treinta acres, más o menos.

Tate se detuvo donde estaba y tenía a Logan llegando a un punto muerto también.

—¿Treinta acres?

—Sí.

—Maldita sea, —murmuró, sacudiendo la cabeza. Luego empezó a caminar de


nuevo, pensando por primera vez en mucho tiempo de lo mucho que no tenía.
Él era sólo unos pocos años más joven que Logan y, ¿qué tenía él para
mostrar? Una mierda de apartamento y una motocicleta que su ex mujer estaba tratando
de conseguir en su divorcio. Sí, él tenía algunos ahorros, pero Logan... Bueno, la
riqueza de Logan era un poco intimidante.

—¿Oye? —Tate miró de nuevo a donde Logan seguía en pie, pero no dijo nada—.
¿Estás bien?

Él asintió con la cabeza, tratando de hacer a un lado su momento de inseguridad, y


le preguntó:

—¿A dónde vamos?

Logan se adelantó y le indicó un granero más arriba en el camino por donde


transitaban.

—Vamos a buscar mi camión.

Ese comentario trajo a Tate de sus pensamientos desanimados cuando él se rió, y


volvió a caer en el paso con Logan.

—¿Eres dueño de un camión?

—Sí. Lo soy. ¿Tienes algún problema con eso?

Tate sonrió.

—Nop. Simplemente no me pareces el tipo que tenga un camión.

Llegaron a la granja y Logan caminó hacia el lado de la puerta. La abrió y


encendió la luz. Delante de ellos apareció el camión más viejo y más golpeado que Tate
había visto nunca.

—¿Este es tu camión?

—Sí.

—Es tan…

—¿Es tan qué? —Logan desafió mientras sacaba las llaves del bolsillo.

—¿Antiguo?
—Discúlpame. Pero tienes que saber que estuve conduciendo a este bebé a lo
largo de la universidad y todavía funciona como un sueño.

Tate vio que Logan se acercó a pasar la mano por encima del portón trasero
rayado, y estaba sorprendido de que incluso hizo que aquel sencillo gesto se viera
sexy. Al igual como si él estuviese acariciando a un amante.

—¿Y es una ella, eh?

Ahora, caminando por el lado del pasajero, Logan abrió la puerta y miró por
encima del capo del camión.

—Sí. ¿Celoso?

Riendo, Tate se acercó a donde Logan se encontraba de pie con una mano en la
puerta y le dio un beso lento en la boca.

—Estoy celoso de cualquier cosa que tú acaricies así.

—Entra en el camión, Tate.

—¿Si no?

Logan dio un paso adelante, atestándolo atrás contra el marco interior del
vehículo.

—Tú no estás listo para el o si no…

Tate tenía una buena idea de lo que implicaba, pero la parte de él que siempre
estaba curiosa se atrevió a decir:

—Dime de todos modos.

Logan bajó una mano entre las piernas, cerró los dedos alrededor de su pene, y
apretó.

— Entra, o te doy la vuelta y te joderé directamente aquí, te inclino sobre el


asiento delantero de mi camión.

La amenaza era real y la promesa tan jodidamente excitante que Tate sintió que se
le encogía el culo cuando lo pensó, pero también sabía que Logan tenía razón. No
estaba preparado para algo así. El necesitó preparación antes de tomar a Logan dentro
de él.
Sus caderas se resistieron contra la palma de la mano de Logan, y el deseo en sus
ojos hicieron a Tate pensar que estaba a punto de joderlo estuviese listo o no, pero
Logan le dio un beso en la mejilla y prometió:

—Cuando finalmente te tenga de nuevo, no va a hacer en un granero, Tate. Te he


estado esperando.

Tate gruñó mientras Logan se frotaba la palma de la mano hacia arriba y por
encima de él.

—He estado esperándote y deseándote, y cuando este finalmente de vuelta dentro


de ti, yo no te voy a dejar hasta que te haya follado tan duro y largo que apenas
podemos movernos. Y tenemos que estar listos para eso.

—Sí... maldito, Logan —maldijo con su respiración irregular, y luego fue puesto
en libertad.

—Ahora, entra al puto camión antes de que cambie de opinión.

Tate trago saliva y se subió en el asiento, esperando y viendo como Logan cerró la
puerta y caminó por la parte delantera para abrir la puerta principal del granero.

Una vez que se metió en el lado del conductor y se abrocho el cinturón, Logan
miró en su dirección y dijo:

—Te juro, que me haces romper todas mis reglas. ¿Pero sabes qué?

—¿Qué? — Preguntó, curioso en saber lo que Logan estaba pensando.

—Es hora de crear algunas reglas nuevas.

***

Diez minutos más tarde, estaban caminando alrededor de la tienda de comestibles


local, la compra ascendía al valor de una semana en alimentos. Logan miró a Tate a
través del pasillo de productos, donde estaba recogiendo algunos tomates, impresionado
por lo bien que se sentía haciendo algo tan hogareño.

—¿Tres? —Preguntó, sosteniendo uno.

—Sí. Tres están bien.


Fue interesante para él, aprender lo que a Tate le gusta y lo que no le gusta
diferente a una pizza, y cuando llegaron a la barra de mariscos y señaló la langosta, no
era la reacción que había esperado.

Tate respingó la nariz y sacudió la cabeza.

—¿No te gusta la langosta?

—No —respondió él, caminando más abajo a los mostradores donde se


encontraba el camarón y el pescado.

—¿A quién no le gusta la langosta? —Preguntó Logan y se trasladó a su lado.

—A mí —Tate volvió a confirmar, chocando sus hombros—. Simplemente nunca


me atrajo. No veo porque tanto alboroto.

—¿Pero qué pasa cuando está empapada en toda esa jugosa mantequilla?

—Aún así... no —Tate se encogió de hombros con una sonrisa.

—Eres un extraño, extraño hombre, Tate Morrison.

Tate señaló dentro de la caja.

—Me gustan las ostras.

—¿Sabías que Casanova solía desayunar con cincuenta ostras crudas cada
mañana?

Tate se volvió hacia él y Logan podía ver las ruedas girando cuando finalmente
dijo,

—Estoy pensando que estás muy bien consumiendo tu pan tostado y café al
desayuno.

Logan agarró la camisa de Tate, acercándolo más.

—¿Entonces no crees que necesito subir mi consumo de ostras?

—No —murmuró Tate—. Creo que eres lo suficientemente potente.

Logan acarició con sus dedos el pequeño hematoma en el cuello de Tate.


—Bien, porque tengo que decir, que no soy muy fan de las ostras. Sobre todo
cuando hay otras cosas, más apetitosos para comer en su lugar.

Tate se apartó y lo señaló acusadoramente.

—Pensé que estábamos de compras.

—Lo estamos. De acuerdo, ya que no podemos decidir sobre mariscos, ¿qué hay
de carne? podríamos asar y, hacer una ensalada y patatas.

Tate estuvo de acuerdo y luego comenzó a caminar hacia las filas de vino,
diciendo en voz alta:

—Y ¿qué tal una buena botella de vino rojo?

Oh sí. Vino funcionaba bien para él.

Si iban a tener la charla que él quería, se requiere definitivamente vino.

—Que sean dos.

***

Cuando regresaron a casa, descargaron los comestibles y llenaron la nevera.

Tate estaba sentado en uno de los dos taburetes en la isla de la cocina viendo a
Logan mientras se movía en frente de él. Le había dado una cerveza y le dijo que se
sentara, de modo que eso era lo que había hecho.

Logan estaba actualmente combinando los ingredientes para marinar sus carnes, y
cuando se inclinó para mirar en un armario en busca de una bandeja, Tate estaba feliz al
poder inspeccionar la forma en que sus pantalones cortos color caqui se estiraban por
encima de su culo.

—Creo que esta es la primera vez que estas cocinando para mí. ¿Debo
preocuparme?

Logan lo miró desde donde estaba en cuclillas y asintió.

—Mucho.

Tate rió y levantó la cerveza a los labios mientras Logan metía su mano a tientas a
través de las ollas y sartenes.
—¡Ah! Lo encontré.

Se puso de pie y levantó la bandeja, triunfante, y Tate sonrió.

—¿Qué?

—Te ves un poco lindo haciendo cosas domésticas. ¿Quién lo hubiese sabido?

La bandeja sonó abajo sobre el mostrador y Logan puso sus manos en el borde del
granito.

—¿Me acabas de llamar lindo?

Irónico, Tate respondió:

—Tal vez. ¿Es eso un problema?

—Sí, eso es un problema —Logan le informó antes de que comenzara a


desplazarse alrededor del mostrador.

Tate observó la forma en que sus dedos se arrastraron sobre la superficie. Luego
levantó los ojos y giró sobre su taburete de manera que Logan podría introducirse entre
sus piernas.

—Los cachorros son lindos. Los bebés son lindos... —Logan retiró la mano de la
barra para pasar los dedos por encima la parte superior del muslo de Tate y le informó,

—Yo, no soy lindo.

Tate actuó como si los dedos de la pierna no le afectaban, pero cuando rozó el
bulto en sus pantalones vaqueros, sabía que Logan sabía más.

—¿Tienes generalmente este tipo de reacción con los cachorros, Tate?

Tate levantó casualmente la cerveza del mostrador y tomó un largo trago. Era
alucinante tener esa clase de reacción a cualquier cosa que hiciese Logan.

—Nop. Pero ahora que lo mencionas, tienes algunas cualidades similares. Los
cachorros también tratan de ocultarse detrás de un ladrido fuerte.

Los ojos de Logan se trasladaron al moretón en su cuello y luego de vuelta a sus


ojos.

—¿Estás diciendo que mi ladrido es mucho peor que mi mordida?


El pene de Tate latía ante el recordatorio.

—Mhmm.

— Creo que te gusta cuando te muerdo —Logan adivinó con una precisión
infalible. Luego pasó las puntas de sus dedos sobre la marca purpúrea en su cuello—.
Quizá quieras otra.

Sí, por favor, pensó mientras Logan se quedó mirándolo fijamente con una mirada
que tenía a Tate tratando de agarrarlo.

Deslizó sus manos debajo de la camisa color verde caqui que Logan llevaba, y
trazó sus dedos a lo largo de la parte superior de sus pantalones cortos.

—Tú no eres siempre lindo.

—¿No?

Tate sacudió la cabeza y bajó del taburete, poniéndose de pie. Miró a Logan a los
ojos y admitido:

—No. La mayor parte del tiempo eres muy intimidante.

Se dio cuenta de que sus palabras aturdieron a Logan, porque él paró lo que estaba
haciendo y retrocedió un paso. Sin embargo, antes de que estuviera fuera de su alcance,
Tate metió el dedo en los pantalones cortos y lo atrajo nuevamente hacia él.

—¿A dónde vas?

—Tate... —murmuró en voz baja.

Tate llevo su mano hasta el cuello de Logan y tomó la parte posterior de la misma,
por lo cual sus rostros quedaron lo suficientemente cerca y sus narices se tocaron.

—¿Sí?

—Yo…

Ahora bien, esta es la primera vez que Logan se encuentra sin palabras.

Tate le pasó los dedos por el cabello a Logan y lo besó en la comisura de su boca.

—¿Qué? Dime.
Los brazos de Logan rodearon su cintura y lo atrajeron hasta que tenía ambos
brazos alrededor de él. Tate envolvió sus brazos alrededor del cuello de Logan y se
aferró a él.

¿Cómo es posible que sea ésta la primera vez, que hemos compartido un simple
abrazo?

Pero no había nada simple sobre aquello.

Él acarició su rostro en el cuello de Logan y presionó allí sus labios en un beso


suave, y los brazos de Logan se apretaron más.

—No quiero volver a intimidarte. Jamás.

La forma en que lo decía Logan, y la forma en que lo agarraba como si fuera un


ancla, llevó a Tate a creer que había mucho más que decir aquí, más que los dos en la
habitación.

Se apartó un poco y estudió la expresión seria ahora reflejada en la cara de Logan.

—Oye. No quería decirlo de la forma en que sonó.

—Está bien —dijo Logan mientras se frotaba una mano por la cara. Se apartó y se
movió para caminar de regreso a la cocina, pero Tate lo agarró del brazo.

—No está bien —Él se enfrentó tenazmente con Logan, y luego dejó caer el
brazo—. Solo quiero entenderte.

Oyó a Logan suspirar y luego dijo:

—Lo harás. Sólo déjame terminar esto para que podamos comer esta noche, ¿está
bien?

Tate asintió con la cabeza, pero se dio cuenta de que Logan estaba temblando.

Quería saber qué estaba pasando allí. Raramente veía a Logan nervioso, pero
cuando cogió la cacerola y le dio la espalda, Tate sabía que, a su manera, Logan se
estaba escondiendo.

Tate comprendió ese sentimiento, así que él le daría el espacio que necesitaba y
estaría allí para Logan cuando estuviese listo, tal como Logan lo había estado en su
momento para él.
Logan escuchó cuando la puerta se cerró y dejó escapar un suspiro de alivio.

Tate le había dado un poco de espacio, un segundo para respirar por sí mismo, y
en ese momento, no podía haberlo amado más.

Sí, lo amo. Imprudentemente y sin precaución.

Él lo era todo, y quería a Tate más que a su siguiente respiración.

Tomó la sal y, viendo cómo le temblaba la mano, apretó el puño. No había manera
de que él fuera a dejar que su culo terco jodiera esto ahora, y mucho menos todos los
años que estaban por venir. No con Tate.

Terminó los filetes, los colocó de nuevo en la nevera en remojo, y de repente


sintió la necesidad de una ducha. Había tomado una a principios de esa mañana, pero
ahora se sentía sucio.

Pensando en que su pasado le hizo como él era ahora, se preguntó si Tate lo


querría después de todo lo que tenía que decir. Lo esperaba, porque sinceramente no
podía imaginar su vida sin él.

Caminando hasta su dormitorio, se quitó la camisa y los pantalones cortos y luego


entró al gran baño para luego entrar en la ducha. Encendiendo el spray, suspiró cuando
el agua caliente lo golpeó y él metió la cabeza debajo.

Sí. Esto es lo que necesito.

Si pudiera limpiar su mente, tal vez podría tratar de desahogar su alma.


Cambiando de tal forma su posición dentro de la ducha, ahora su espalda estaba bajo el
grifo, se metió las manos en el pelo y cerró los ojos.

Él quería hablar con Tate sobre esta última semana. Preguntarle si él había tratado
de ponerse en contacto con sus padres, pero en cambio, estaba de pie bajo la ducha,
temblando como una puta causa perdida.
Por primera vez en años, él realmente odiaba su incapacidad para seguir adelante
y tratar con el pasado, y él odiaba que Chris todavía estuviese ganando.

Echó la cabeza hacia atrás bajo el agua, y trató de dejar que los pensamientos
pudiesen ser lavados de su mente. Tal vez, si tenía suerte, él consiguiera que se fueran
por el desagüe, para no volver a verlos jamás. No fue hasta que oyó la puerta de la
ducha abrirse que se pasó una mano por la cara y vio a Tate entrar, gloriosamente
desnudo.

Estaba a punto de hablar cuando Tate se acercó y puso un dedo sobre sus labios.

—Shh...

Logan lamió el agua de su labio superior, y cuando su lengua tocó el dedo de


Tate, sacudió la cabeza.

—No quiero que hayan silencios nunca más. No contigo.

—¿Qué quieres? —Tate susurró sobre el agua corriendo encima de ellos—. Se


honesto.

Cuando él se acercó y tomó a ambos lados de su cuello, el corazón de Logan le


dolía ya que latía con fuerza dentro su pecho. Entonces él levantó las manos para rodear
las muñecas de Tate.

—Quiero saber dónde estás cuando no estás conmigo, y desearía estar allí para ti.

No se puede ser más honesto que eso.

Esperó a ver si Tate salía corriendo, pero en lugar de eso, lamió la condensación
de sus labios y comenzó a empujarlo hacia atrás hasta que el culo y los omóplatos
estaban contra la pared de cristal de la ducha.

Logan soltó las muñecas de Tate y cogió sus caderas cuando él sacudió la cabeza
y le dio una sonrisa descarada.

—Pon las manos sobre el cristal, Sr. Mitchell.

Mierda.

Era una orden, Tate estaba en modo de mando y de quererlo todo, y Logan estaba
más que listo. Tragó saliva y aplastó las palmas de las manos en el cristal a cada lado de
las piernas, tal como se lo había pedido.
—Me parece muy bien —Tate alabó—, sobre lo que dijiste ahora. ¿Qué tal si
hacemos una regla en este nuevo reglamento nuestro? Te diré dónde estoy si me
muestras la misma cortesía. Yo odiaba no saberlo.

Logan se sintió un poco menos idiota después de esa confesión y sintió que sus
labios se contraían.

—¿Sí?

Tate presionó su boca húmeda a la suya y sonrió contra sus labios.

—Sí.

Logan casi gimió mientras Tate hundió sus dientes en el labio inferior como a él le
gustaba.

—No lo entiendes, ¿verdad? No es que yo no te quisiera —confesó Tate—, es


precisamente porque te querido mucho. Necesitaba espacio para poder pensar. Porque
cuando te tengo a mi alrededor, todo lo que quiero hacer es dejarme llevar sin pensar.

Antes de que Logan pudiese hablar y decirle que sentía lo mismo, Tate tomó sus
labios en un beso que casi hace volar la parte superior de su maldita cabeza.

Jesús, Tate sabía besar. Se sumergió y frotó su lengua por encima de la suya, y
Logan gimió cuando sus cuerpos finalmente se encontraron. Había pasado demasiado
tiempo desde que había tenido a Tate frente a él de esta manera, y no tocarlo iba a ser un
puto desafío.

Logan empujó su cabeza hacia adelante, con ganas de más, pero Tate se alejó lo
suficiente como para informarle,

—En esta ocasión, esta vez, lo he pensado y lo tengo todo muy claro, y estoy
exactamente donde quiero estar.

El agua golpeó directamente por el desagüe y empañó el cristal mientras Logan se


paraba contra la pared y se entregaba, lo cual era exactamente el objetivo de Tate.

Él arrastró su boca hacia abajo por su cuello y rodeó su pezón con su dedo.

Tate entonces levantó los ojos, y Logan casi pierde la capacidad de mantenerse en
pie cuando él se lamió los labios brillantes y continuó para dibujar una línea por el
centro de su cuerpo hasta que estuvo tocando el recortado pelo en la raíz de su pene.
—Yo quería tocarte tan desesperadamente esta mañana cuando me enviaste esa
foto.

Logan tragó saliva mientras sus ojos se cerraban a causa del placer que Tate le
proporcionaba cuando lo rodeaba con el puño.

—Sí —Dijo entre dientes cuando el cálido aliento de Tate flotaba sobre sus labios.

—¿Pero sabes lo que más quería?

—Dime —exigió, con la esperanza de…

—Quería probarte.

Exactamente eso.

Logan apretó los dientes cuando Tate desplazó el puño por toda su longitud
erecta.

—Esto —le dijo Tate, pasando su pulgar por la cabeza de su polla—, estaba tan
brillante y húmeda, y yo quería lamerla toda. Me he convertido en un adicto a todo lo
que tiene que ver contigo. Todo, Logan.

Logan podía ver su pecho subiendo y bajando mientras observaba a Tate más
abajo delante de él a sus rodillas.

Oh, mierda sí. Por favor. Por favor hazlo. Y él lo hizo.

Tate abrió su boca, lo tomó entre los labios y chupó la punta de su polla. Logan
sintió que sus rodillas temblaban y pensó que estaban a punto de doblarse, pero estaba
decidido a mantenerse en pie aunque se le fuera la vida en ello.

Él apretó los dedos con fuerza contra la pared de cristal y gracias a Dios no había
nadie más en la casa, porque si entraran y los vieran, obtendrían un infierno de vista
increíble.

Su culo apretado contra el vidrio y, Tate arrodillado a sus pies.

Miró a Tate, que desplazaba la lengua desde la raíz de su eje hasta la punta, y
soltó un largo sonido gutural mientras perdía la batalla para mantener las manos en su
lugar.
Una de sus manos encontró el pelo de Tate, y vio una pequeña curva de sonrisa en
sus labios.

—¿Logan? —Preguntó Tate.

Logan no dijo nada, sólo miró hacia abajo donde estaba él.

—Dámelo esta vez. No te contengas. Déjame tenerte por completo.

Logan cerró los ojos y se recordó a sí mismo respirar.

Respira y dale lo que quiere. Él está ahí pidiéndotelo. Por lo tanto extiende la
mano y follatelo.

Logan llevo su otra mano a la cabeza de Tate y sobresalían sus caderas hacia
adelante cuando él dirigió esa pecadora boca sobre su pene. Se tragó una maldición ante
la sensación de euforia de hacer que Tate le chupara y él mientras tanto disfrutaba de la
gloriosa felicidad del éxtasis.

Mantuvo la cabeza de Tate en su lugar y comenzó a mover sus caderas,


haciéndolas rodar hacia adelante y empujando entre esos labios inteligentes y húmedos.
Mientras lo chupaban, Logan seguía observándose una y otra vez desaparecer dentro de
la boca de Tate.

Paso los dedos por la mejilla de Tate, y cuando sus ojos se abrieron y lo miró,
Logan se sintió prácticamente paralizado por la adoración que podía ver en ellos.
Tropezó ligeramente y una vez más encontró su trasero contra el cristal mientras Tate se
ponía de rodillas para tomarlo más profundo.

¿Cómo había tenido tanta suerte?, no tenía idea, y si tenía que abrir sus viejas
heridas para mantener a Tate a su lado, estaba dispuesto a abrirlas y sangrar por todas
las partes de su cuerpo.

***

Tate estaba tan increíblemente encendido que quería bajar el brazo y masturbarse
a sí mismo, pero ese no era el propósito ni el objetivo, él quería darle a Logan toda su
atención.

Lo había dejado en la cocina para que terminara la preparación de la cena, pero


cuando Logan no se había reunido con él en porche, Tate había ido a buscarlo.
Cuando oyó la ducha con el agua correr en el dormitorio principal, había entrado
para ver una cama del mismo tamaño de la que él tenía y donde él había dormido, todo
estaba perfectamente hecho con la ropa de Logan doblada en el extremo.

No había entrado en el baño con la intención de unirse a Logan, pero tal vez sí la
de acorralarlo y hacerlo hablar. Sin embargo, al entrar en la habitación vaporosa y ver la
ducha, su boca se había abierto. Allí, en el centro del cuarto de baño, había una ducha
de lluvia colgada sobre una gran irrigación de techo abierto completamente hecha de
vidrio, y Logan era visible desde todos los ángulos.

Las intenciones de Tate habían dado un giro dramático en ese punto, y ahora,
mientras colocaba sus manos sobre los muslos abiertos de Logan, abriendo su boca,
estaba más que contento de la forma como las cosas se habían salido de su cauce.

Situado a los pies de Logan, esperó a que él se deslizara de nuevo dentro de su


lengua, y cuando lo hizo, Tate apretó sus labios alrededor de su gruesa longitud. El grito
de "Ahh" de Logan, que golpeó sus oídos sobre la caída del agua, le hizo sentir como la
persona más poderosa del planeta, y los dedos que se retorcían en su cabello le hacían
doler su propia polla.

No había estado mintiendo. Amaba las manos de Logan en su cabello. Y en este


momento, él las estaba utilizando para controlar el ritmo que él quería para joder su
boca.

Las gotas saladas de pre-venir recubrimiento su lengua lo tenían con ganas de


más, y al mismo tiempo, era consciente de que él nunca había querido el sabor de
alguien tanto como quería el de Logan.

¿Cuándo me volví tan codicioso?

Se sentía insaciable, como si no pudiera obtener suficiente, no podía conseguir


sentirse ni tan siquiera cerca de la palabra suficiente con Logan.

—Joder —oyó por encima de él, y Logan lo empujó hacia adelante mientras él
empujaba sus caderas hacia fuera, empujando más y más profundo —dándoselo de la
manera que él lo había pedido. Sin contenerse.

Sí, pensó Tate, en mi lengua. Quiero sentir su sabor en mi lengua.

La forma como Logan se movía contra él era tan jodidamente caliente que no
había manera de que pudiera detener su propio clímax, el cual se estaba construyendo
dentro de él. Tate sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que explotara, y estaba
más que listo.

Listo para liberar todo lo que Logan había construido en él.

—Tan jodidamente cerca, Tate. Estoy tan cerca...

Tate tomó su propio pene y se comenzó a acariciar. Él cerró los ojos y relajó la
mandíbula mientras los dedos de Logan se apretaron, y lo utiliza como nunca lo había
hecho antes.

Había desaparecido el cuidadoso y tentativo hombre que le había enseñado qué


hacer, y en su lugar había un hombre fuera de control, un hombre que tomaba su placer.

Un hombre que amaba.

Tate arrastró su otra mano sobre el muslo de Logan hasta acunar sus bolas antes
de empujar un dedo hacia atrás entre sus mejillas. La ligera estimulación era todo lo que
Logan necesitaba.

Logan explotó en su lengua con un grito tan fuerte que los oídos de Tate
zumbaron, y cuando él tragó el líquido cremoso, dio varios tirones duros de su propia
carne y sintió como lo golpeaba su orgasmo. Luego disparó su carga por todo el piso de
la ducha.

Tate miró hacia donde Logan se había derrumbado contra el cristal y tenía los ojos
cerrados. Sacó la boca de él, y cuando sintió que los dedos de su cabello se aflojaban y
le acariciaban la nuca, no se levantó. Descansó sobre sus talones, puso su mejilla contra
el muslo de Logan, y una vez más lo miró fijamente.

Esta vez, cuando Logan miró hacia abajo, sus ojos parecían agradecerle, pero no
se intercambiaron palabras. En su lugar, Tate dio un guiño silencioso, se inclinó y besó
su muslo. No se necesitaban palabras.
La cena transcurrió con la suficiente rapidez, y una vez que acabaron de cenar,
terminaron desplazándose a la sala de estar.

Es muy inusual compartir este espacio con alguien, Logan pensaba mientras se
sentaba en su sillón favorito y observó a Tate agarrar un cojín del sofá para poder
tumbarse en el suelo.

—Sentarte allí no es muy cómodo, y lo sabes.

Tate sacudió la cabeza y se inclinó hacia el cojín del respaldo contra el cuero.

—De ninguna manera. Y esta alfombra es muy cómoda de todas formas.

Logan cogió el vino que se había servido y miró a Tate, que estaba tendido en su
alfombra de piel de oveja.

—Está bien. Pero quiero que sepas que cuando tu culo se adormezca, eres más
que bienvenido a moverlo a este suave sofá de cuero italiano.

—¿Estás presumiendo o simplemente preocupado por el bienestar de mi culo?

—Si estuviera preocupado por su bienestar, no estaría pensando en todas las


formas en que voy a devorármelo más tarde —le dijo con un guiño.

Tate estiró los brazos sobre su cabeza, haciendo que la camiseta roja que llevaba
puesta se le subiera.

—Tan seguro de ti mismo.

—¿Hay alguna razón por la que no debería estarlo?

Tate le dio una mirada tan caliente que podría derretir el puto acero.

—De ningún modo. Puedes tener lo que quieras.

Logan cruzó las piernas hacia fuera delante de sí mismo y tomó otro sorbo de su
bebida.
—Cualquier cosa, ¿Eh?

—Dentro de lo razonable, por supuesto.

—Ahora estoy tratando de pensar en algo que no sea razonable —reflexionó


Logan.

—Oh, estoy seguro de que podrías inventarte algo, e incluso entonces, te las
arreglarías de tal manera que probablemente me harías quererlo.

—Y, ahora, ¿qué te hace pensar eso?

—¿Se te olvidó cómo nos conocimos?

Logan trago un sorbo de vino, y luego bajó el brazo a un lado de la silla.

—Recuerdo todo, desde la primera vez que te vi.

—¿De verdad?

—Sí. Intentaste conectarme con una mujer —Logan le recordó con sequedad.

Tate se echó a reír y luego preguntó:

—Bueno, ¿cómo iba yo a saber que tú…

—¿Estaba imaginándote arrodillado a mis pies con tu ropa de trabajo? — Logan


se encogió de hombros. —Y no lo hiciste, hasta que te lo pedí.

Tate con mucha calma cruzó las piernas en los tobillos.

—Sí. Realmente no estoy seguro de cómo no calculé eso, ya que eres tan sutil y
todo lo demás.

—Estas muy contento esta noche.

—Estoy relajado. Probablemente por primera vez en dos semanas. Desde que mi
hermana Jill nos encontró, he sido un saco de mierda. Después ocurrió lo del domingo y
todo lo que se vino después de eso.

Logan compartió el sentimiento, pero todavía había cosas que necesitaban


discutir.

—Sobre eso…
—Logan…

—No, déjame decir esto. No estoy loco. Ya no más —Él hizo una pausa, tratando
de decidir la mejor manera de decir lo que estaba pensando—. Yo quería estar allí para
ti después de lo ocurrido con tu familia el domingo. Quería demostrarte que no me iba a
levantar y a salir corriendo porque las cosas se pusieron difíciles. Pero eso era lo
que yo quería. Lo que yo necesitaba. Pero no era lo que tú querías hacer, y ahora lo
entiendo.

Observó la cara de Tate, tratando de evaluar lo que estaba pensando por su


expresión, pero estaba sin revelar nada, simplemente lo contemplaba tranquilamente,
por lo que continuó:

—Si quieres hablar de lo sucedido la semana pasada, quiero que sepas que estoy
aquí para escucharte. Eso es todo. No creo que haya alcanzado a decirte esto.

Una vez dicho lo que quería, Logan esperó para ver si Tate tenía algo que
añadir. No lo hizo inmediatamente, pero luego dijo en voz baja,

—La semana pasada fue difícil.

Logan se figuraba que debió serlo y mucho. Si había sido dura con él, no podía
imaginar cómo Tate la había sentido.

—Cambié mis turnos con Amelia sólo para tomarme algo de tiempo, y...

—¿Para asegurarte de que no te localizara?

Tate le dio un gesto de disculpa.

—Tal vez un poco. Pero al final no importaba en el esquema de las cosas. Tú


sabes donde vivo.

—Sí. Pero sabías que no iría allí. Me dijiste que no lo hiciera.

Tate se rascó el estómago y le preguntó:

—¿Era tan jodidamente difícil buscarme?

Logan sintió presión en el pecho cuando por fin contestó.

—No. Nunca sabrás cuánto quería hacerlo.

Tate suspiró y se frotó los ojos.


—Llamé a mi madre el lunes. Ella no me respondió. Le dejé un mensaje
diciéndole que quería hablar, y ella nunca me devolvió la llamada.

Al escucharlo la sangre de Logan le hervía. Nada lo molestaba más que los


fanáticos de mentalidad cerrada, pero mantenía la boca cerrada. Después de todo, se
trataba de la familia de Tate.

—Llamé de nuevo el martes, y todavía nada. No hubo respuesta, ni siquiera a mi


correo de voz. Así que decidí tratar de contactar con Jill. Su teléfono ni siquiera
timbró. Simplemente se fue directamente al correo de voz como si sólo me hubiese
ignorado. Ignoró a su hermano después de saber lo que pasó. ¿Quién hace eso?

La voz de Tate se elevó lentamente cuando su disgusto se apoderó de él, y luego


puso un brazo sobre sus ojos.

A veces era más fácil decir las cosas difíciles cuando se fingía que nadie estaba
escuchando.

—El miércoles, llamé de nuevo, y... —Tate hizo una pausa y Logan esperó… ¿el
qué?, él no estaba seguro—. Llamé... y el teléfono de mi madre había sido
desconectado.

Oh mierda. ¿Cómo puede alguien… no, no alguien, los padres de Tate


simplemente cortarlo?

Era exasperante, repugnante, y Logan no tenía idea de cómo Tate parecía tan
centrado. Pero él mantuvo la boca cerrada y esperó a ver qué otra cosa tenía que decir.

—Esa fue una noche bastante jodida —Tate admitió y se quitó el brazo para
mirarlo. El color marrón de sus ojos no solamente estaba lleno de agitación a causa del
conflicto interno que todavía seguía tratando dentro de él, sino que también estaban
llenos de algo más… de convicción—. Yo sabía que iban a ponerse como locos, pero
nunca pensé ni por un segundo que iban a renegar de mí. Su propio hijo. Así que he
tomado una decisión.

Logan no se dio cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que Tate se
sentó y abrazó sus rodillas.

—Yo voy a vivir para mí —anunció—. Por lo que me hace feliz a mí. Y tú me
haces feliz, Logan.

Logan exhaló cuando Tate lo inmovilizó con sus ojos serios.


—Me haces enloquecer y enfurecer, y me sacas fuera de mis cabales de tanto
necesitarte, pero al final, me haces tan jodidamente feliz. No recuerdo nunca haberme
sentido así. Y nadie va a decirme que esto que siento está mal. Nadie.

***

Logan miró al otro lado de la habitación al hombre que creía haber perdido y le
dijo exactamente lo que estaba sintiendo:

—Te amo.

Tate no se movió, excepto para sonreír cuando le respondió:

—Yo también te amo.

Logan nunca había creído posible que las palabras fueran más a la medida y
precisas, mientras las mismas se iban asentando entre ellos.

La única cosa que él todavía tenía que saber consistía en si Tate los aceptaba
como una pareja. Lo que realmente se reducía a estar fuera en público, ser asociado con
él como su otra mitad, quería saber si Tate estaba listo para eso.

¿Alguna vez lo estaría?

Logan se preguntó cuál sería la mejor manera de acercarse a su preocupación y


dijo suavemente,

—Han pasado muchas cosas desde la semana pasada, y mucho se ha


dicho. Necesito saber a qué te refieres cuando dices esas palabras para mí, Tate. Y si se
refiere a lo mismo que yo quiero decir.

Tate lo miró por encima de sus rodillas y luego frunció el ceño.

—No te entiendo. Te dije lo que siento.

—Lo sé.

—Entonces, ¿de qué estás hablando? ¿Todavía no me crees?

—No es eso.

—¿Y qué es? Porque eso es lo que parece.


Logan levantó la copa y terminó su bebida antes de colocarla sobre la mesa
lateral.

—Es fácil decir palabras, pero a veces seguirlas es más difícil. Eso es todo.

—¿Estás hablando en serio en este momento? —Exigió Tate, colocándose


rápidamente en pie—. Estoy bastante seguro de lo que he dicho, Logan.

Logan podría decir que una vez más había dicho algo incorrecto, y se esforzó por
decirlo bien:

—No te enfades. Estoy diciendo esto mal.

—Entonces empieza a decirlo bien —Tate lo fulminó con la mirada.

Logan se deslizó hacia adelante en el asiento.

—Por favor, vuelva a sentarse —imploró.

Tate se sentó con los brazos cruzados, esta vez en el sofá, y esperó.

Mierda. Así no era como me imaginaba que le decía todo lo que tengo entre
pecho y espalda. No mientras esté enfadado conmigo.

Pero, de nuevo, cuando se trataba de derramar sus entrañas, él era fantástico en


poner el pie en su boca. Alrededor de Tate, parecía como un puto profesional
equivocándose.

—Quiero decirte algo sobre mí. La razón por la que no... no salgo con nadie hasta
ahora —Trago saliva y miro a Tate a los ojos—. Hasta que llegaste tú.

Tate permaneció en silencio, y luego finalmente descruzó sus brazos.

—Pensé que era por culpa de Chris.

—Era…

A medida que su voz se apagó, Tate dijo en voz baja,

—Así que dímelo entonces.

Pensar en ello y decirlo eran dos cosas totalmente diferentes. Así que decidió por
qué no empezar con la mayor sorpresa primero.
—No solamente salí con Chris en la universidad.

Tate no dijo nada, sólo se quedó mirándolo fijamente como si él ni siquiera


hubiese hablado.

—También salimos durante dos años, una vez que estuvimos fuera.

Consiguió una respuesta.

—Espera. ¿Qué? Pensé que habías terminado las cosas después de que Cole le
diera una patada en el culo.

Logan levantó una mano temblorosa y se frotó los dedos en sus labios. Él nunca
había contado a nadie lo que estaba a punto de decir. Ni siquiera a Cole.

— Terminamos nuestra relación en la universidad. Después de meses de pasar


todo mi tiempo libre con él, pensando que teníamos algo real, terminó públicamente en
la sala de su residencia cuando él me golpeó en la cara. Prácticamente me dijo que me
fuera a la mierda, y por suerte para mí, Cole lo vio y lo golpeó.

Tate inclinó la cabeza hacia un lado, confundido.

—Sí, y entonces me dijiste que dormiste con todas su novias.

¿Eso hice? Mierda. Él ni siquiera recordaba diciéndole a Tate esa parte de la


historia.

—Sí, me impuse como misión demostrarle que estaba mejor sin él… —Se rió de
sí mismo de manera humilde—. Supongo que realmente fallé haciendo ese punto.

—¿Me estás diciendo que empezaron a salir otra vez, fuera de la


universidad? ¿Cuando? ¿Dónde lo viste? —Tate hizo una pausa y luego preguntó—:
¿Es un abogado también?

Logan sacudió la cabeza.

Mierda. En realidad no quería entrar en detalles sobre todo esto, pero sabía que
tenía que hablar.

—Me encontré con él en un club.

—¿Un club? ¿Al igual que un club de baile?

—No —dijo, manteniendo su voz tranquila cuando explicó—, un club de sexo.


Las cejas de Tate casi golpearon la parte superior de la línea del pelo cuando su
mandíbula se abrió.

—Fue mi primera vez allí. Y mi última. Yo era joven y escuché acerca de este
club privado que tenía los hombres más bellos que harían lo que yo quisiera, si se
pagaba el precio. Tenía curiosidad y... Tenía el dinero.

—¿Así que, gastaste dinero en él?

—Oye. Fue una vez, y en realidad no hice nada porque entré por la puerta, lo vi en
el vestíbulo, y me di la vuelta para salir huyendo como alma que lleva el diablo de aquel
lugar.

Tate parecía como si estuviera tratando de ponerse al día.

—Entonces como…

—Me reconoció.

—Oh.

—Sí —estuvo de acuerdo—. Me siguió afuera y me alcanzó.

—¿Se veía igual? —Preguntó Tate cuando en realidad no quería saberlo, pero no
pudo evitar preguntar.

El momento no estaba para mentir, por lo que él respondió con honestidad.

—Él se veía mejor.

—Por supuesto que sí —murmuró Tate.

Logan esperó hasta que Tate se volvió hacia él, y luego le dio una media sonrisa.

—Tú eres un millón de veces más atractivo de lo que jamás él podría aspirar a ser.

Tate puso los ojos.

—Sigue adelante.

Logan sonrió y luego se puso de nuevo en marcha.

—Al principio, él estaba… —pensó de nuevo en esa noche y pudo recordar


claramente el pánico en la cara de Chris— …asustado. Era de noche y él estaba en un
club gay, y no creía que pudiese toparse con nadie que conociera debido al precio tan
alto. La última jodida persona que estoy seguro de que esperaba ver era a mí.

—Entonces, ¿Qué hizo? —Preguntó Tate, pareciendo genuinamente curioso.

—Me preguntó qué estaba haciendo allí. Le dije que estaba allí para follarme la
mayor cantidad de chicos que fuese posible por el precio de entrada. Entonces agarró mi
camisa, me acercó a él y me susurró al oído… — Logan se detuvo.

—¿Qué? —Exigió Tate, trayéndolo desde el pasado—. ¿Qué te dijo, Logan?

Logan parpadeó para alejarse del pasado y se centró de nuevo en el hombre


animándole a abrirse y a confiar en él.

—Él susurró: “Es una lástima que hayas pagado. Yo te habría follado gratis”

Los ojos de Tate se abrieron. Se puso de pie y comenzó a caminar por toda la
longitud de la sala de estar hasta que se detuvo en frente de la chimenea, y puso una
mano encima de la chimenea de piedra. Luego volvió su cara hacia Logan donde
todavía estaba sentado.

—Realmente odio a ese hijo de puta.

Yo también.

—Sólo termina la historia, ¿quieres? Así que no tendré que escucharla de nuevo.

Logan se puso de pie, caminó hacia donde Tate se encontraba, e hizo conforme a
lo solicitado.

—Me encantó el hecho de que él me quisiera de nuevo, y aunque sabía que no


debía, yo también lo deseaba. Así que dejé que me follara detrás del club esa noche, y
me encantó. No fue gentil. Fue brutal y duro, y una pequeña parte de mí creía que me lo
merecía ya que era la mierda enferma que seguía entregándome a un tipo que me había
utilizado. Pero ese no fue el final. Me llevó de regreso a su casa y pasó toda la noche
dentro de mí. Me dijo cuánto me había echado de menos. Cómo lamentaba lo que había
sucedido en aquel entonces y la forma en que me había tratado. Que tal vez esto era una
señal, una segunda oportunidad… yo era lo suficientemente estúpido como para creerle.

Logan hizo una pausa y negó con la cabeza.

—Durante los siguientes dos años, estuve a su entera disposición. En privado, que
era todo lo que él quería, al igual que cuando estábamos en la Universidad. Él era muy
atento, inteligente y divertido, pero al igual que en la universidad, se aseguró de
mantenerme en secreto y me hizo muy consciente de que si le decía a alguien, todo se
terminaba. Así que nadie sabía que lo estaba viendo. No se me permitía que lo
llamara alguna vez, yo no sabía nada de él aparte de lo que me decía. Cuando Cole me
preguntó a quién estaba viendo, le mentí y no se lo dije a nadie. Porque eso era lo que
Chris quería, lo que me pidió, si de verdad yo lo amaba.

Tate, finalmente, volvió la cabeza para mirarlo, y Logan pudo ver la pregunta en
sus ojos.

—¿Lo amaste?

Se había hecho esa pregunta muchas veces, y lo único que podía contestar fue:

—Cuando se trataba de Chris, yo era débil, y él lo sabía. Él fue mi primero, y él


sabía exactamente qué botones pulsar para llegar a mí. En ese entonces yo era un jodido
peligro hasta para mí mismo. Ni siquiera me habrías reconocido.

—¿Cómo terminaron? —La voz de Tate era baja, y Logan sabía que estaba
molesto. Posiblemente disgustado por el hecho de que estaba con una persona que había
tenido una autoestima tan baja que se había quedado con alguien que no reconoció su
existencia durante años.

No fueron meses… Joder, fueron años.

—Rompimos —dijo Logan, metiéndose las manos en los bolsillos.

—¿Por qué?

Él no respondió de inmediato.

¿Cómo decir las palabras? Cómo admi…

—¿Por qué , Logan? —Tate interrumpió en su rostro para verlo mejor.

—Debido a que fui a trabajar un día y Cole me presentó a su esposa. Estaba tan
malditamente feliz que era repugnante. Pero, al mismo tiempo, me di cuenta de lo que
yo nunca jamás tendría.

Tate no dijo nada, por lo que sólo siguió adelante.

—Se casaron dos semanas después de conocerse. ¿Te conté eso? Un día me
encontré con Rachel, su novia, y la siguiente vez que la vi ya era la Sra. Madison.
Tate dejó caer las manos y se volvió hacia él, moviendo la cabeza con
incredulidad.

—No, no lo hicieron.

—Sí. Se conocieron meses atrás, brevemente. Luego Cole la persiguió y, dos


semanas más tarde, estaban enganchados. Totalmente locos. Totalmente locos de amor,
estaban muy enamorados.

Logan tomó la parte posterior de su cuello e hizo una mueca.

—Traté de justificar la manera en que Chris me trataba. Cuanto más sufría por él,
más le demostraba que me importaba. Me aferré a la creencia equivocada de que
eventualmente me presentaría a su familia y yo sería capaz de presentarlo a la mía. Pero
muy en mi interior sabía que eso nunca sucedería. No sabía nada de él, pero él siempre
sabía qué decir, cómo mantenerme regresando a él. Justo cuando estaba decidido a irme,
él hacía algo bueno o decía algo correcto para hacerme pensar que yo le importaba. Era
un maestro de la manipulación. Pero nada cambiaría el hecho de que se avergonzaba de
estar conmigo. Eso no es amor, y eventualmente, las palabras más amables se torcieron
y se convirtieron en las más crueles. Así que finalmente decidí decirle que habíamos
terminado, que se había acabado.

Tate parecía como si quisiera decir algo, pero en su lugar se mordió la lengua.

—Él no lo tomó bien, y se puso a discutir. Dije cosas horribles. Cosas de las que
no estoy orgulloso. Pero luego él trató de hacer algo que había hecho una vez
antes. Quiso golpearme, pero ya había aprendido mi lección. Yo ya era más grande de lo
que estaba en la universidad, y más fuerte...

Logan tragó saliva, sintiendo náuseas. Sabía que había hecho un buen trabajo al
presentar al mundo a un hombre fuerte y confiado, pero en el fondo, seguía siendo el
chico de la universidad... aquel hombre que se había dejado creer en los para siempre...

—Él balanceó su puño... pero yo le gané al puñetazo. Llegué con varios a su cara
y estómago, y él se derrumbó en el piso a mis pies. Calló allí como un puto saco. Pero
no pude detenerme. Estaba tan jodidamente enojado que continué. Nunca quise lastimar
físicamente a alguien como lo hice en aquel momento. Quería que sufriera. Que sufriera
lo mismo que yo lo había hecho por años a causa de él. Por todas las veces que me había
intimidado, que me había negado, que me había hecho negarme a mí mismo... me hizo
sentir vergüenza de quién era yo —Logan dejó de hablar y respiró varias veces—. Si no
hubiera sido por Cole una vez más salvándome el día llamándome a mi teléfono celular,
no estoy seguro de haberme detenido.
Él dejó de hablar. No sabía qué más decir.

Él nunca había contado a nadie lo que había sucedido con Chris, el hecho de que
él había puesto a aquel hombre en un hospital. Él se encontraba disgustado consigo
mismo, y cuando la mano de Tate rozó su hombro, se preguntó cómo podía Tate
soportar la idea de tocarlo.

Logan lo miró y vio que sus ojos estaban llenos de compasión y llenos de piedad.

Lástima por mí.

—Te habrías detenido —susurró.

Logan apartó la mirada. Jamás se había avergonzado más de sí mismo de lo que


estaba ante aquel hombre, aquel hombre honrado y decente.

—No puedes saber eso.

—Sí, lo sé.

Logan levantó su rostro, así que quedaron frente a frente, y Tate deslizó su mano
hacia arriba para agarrar la parte posterior de su cuello.

—Te conozco, y Logan... sé que te hubieses detenido.

Logan apretó las manos dentro de los bolsillos, y cuando Tate se acercó un paso,
tuvo que esforzarse para no alejarse.

—Estabas en una relación abusiva, y finalmente te pusiste en pie por ti mismo. El


hecho de que no te golpeara a diario no significa que no te estuviera abusando. Era un
matón. Te hizo temer ser quien eras.

Logan parpadeó, tratando de contener las lágrimas mientras Tate seguía hablando.
El alivio de desatarse a sí mismo había sido reemplazado por el temor de lo que Tate
pensaría de él.

—Se aprovechó de tus sentimientos —Tate hizo una pausa y luego susurró—:
¿Logan? —Él se volvió a centrar en Tate y sintió que su corazón casi de detenía cuando
dijo—: Yo no voy a aprovecharme de ti. Jamás. Gracias por confiar en mí lo suficiente
como para contármelo.
Ese derecho era lo que las palabras "te amo" significaban para él - la confianza - y
él había confiado a Tate cada secreto que tenía guardado, incluso el secreto del que él
estaba más avergonzado.
Tate pasó la mano por el hombro y el brazo de Logan hasta que pudo sacarle la
mano del bolsillo. Entrelazó sus dedos y lo atrajo hacia el centro de la sala de estar.

—Acuéstate conmigo.

Logan frunció el ceño, pero se movía lentamente en la dirección que lo


conducía. Cuando se detuvieron, Tate besó la comisura de su boca y luego se arrodilló
lentamente a sus pies. Una vez allí, observó a Logan pasándose la mano por el pelo. La
expresión de su rostro era una que Tate nunca había visto.

Él parecía perdido y Tate estaba determinado a traerlo de vuelta.

—Tate, yo…

—Acuéstate conmigo —le pidió nuevamente, insistiendo en sacar a Logan de los


pensamientos que ocupaban su cabeza actualmente.

Logan no volvió a refutar ni a discutir. En su lugar, se arrodilló frente a él, pero


miró fijamente por encima de su hombro.

—Quédate conmigo —invitó Tate, extendiéndose para recorrer con sus dedos la
barba corta que cubría la mandíbula de Logan—. Pon tus manos sobre mí, y hazme tuyo.

Cuando Logan volvió la cara hacia él, el aliento de Tate le atravesó la garganta.
La mirada perdida de momentos antes había desaparecido, reemplazada por una llena de
asombro.

—Dios, eres increíble. ¿Cómo he tenido tanta suerte?

Tate pasó el pulgar por la barbilla de Logan y respondió:

—Porque eres muy persistente y eres malditamente asombroso.

Logan le besó el pulgar acariciándoselo, y luego Tate se inclinó hacia delante y


presionó sus labios en Logan.

Una promesa… soy tuyo. Si quieres ser mío.


Sintió las manos de Logan bajo la parte posterior de su camisa y los cálidos dedos
acariciaron su camino por toda su espina dorsal. La piel de gallina se levantó sobre su
piel cuando Tate levantó los brazos y le susurró a Logan,

—Quítamela.

Logan se movió un poco hacia atrás y sacó la camisa de él, dejándola caer al suelo
al lado de ellos.

Tate se inclinó hacia delante, recobró la boca de Logan en un acalorado beso, y


empezó a desabrochar los botones de la camisa de Logan de abajo hacia arriba. Cuando
la lengua de Logan entró en su boca, Tate gruñó y consiguió dos botones más.

Maldición, el sabor de él. No puedo conseguir suficiente.

Cuando alcanzó el botón superior, empujó la camisa y la apartó de los hombros de


Logan. Apartó la boca, pero no fue muy lejos dejando caer la camisa de Logan sobre la
suya propia. Con su mano trazó una línea hasta el centro del esternón de Logan y giró su
dedo a través del vello corto que apretó en su pecho, tan diferencia de su torso que era
lampiño.

—Me gusta esto.

Logan puso una mano sobre la suya, deteniéndolo.

—A mí también.

—Me refiero al vello.

Tate vio como Logan pasaba las manos suavemente por sus hombros y su pecho
hasta llegar a sus pezones, lo cuales rodeó suavemente con sus dedos.

—Eres tan suave. Siempre pienso en tu piel como la miel.

—Como la miel, ¿eh? —Tate rió y luego se encogió ligeramente cuando un dedo
pellizcó el pezón.

—Sí. Dulce —Logan le dijo, inclinándose para arrastrar su lengua por el labio—,
y pegajosa.

Suspiró mientras Logan bajó su boca hasta su hombro y besó un camino hacia su
cuello, donde lamió el moretón que le había hecho esa mañana. Se estremeció ante el
recuerdo.
—Quiero hacerte otro de estos.

Él sintió las manos de Logan en el botón de sus vaqueros.

—Creo que quiero hacerlo, Aquí —Logan decidió mientras se desabrochaba y lo


desabrochaba, tocando la piel apretada de su bajo vientre.

—Creo que se necesitas ser un poco más específico.

—Tú lo haces, ¿verdad?

Tate asintió mientras las manos de Logan se deslizaban por la curva de sus
vaqueros y los empujaba hacia abajo por sus caderas hasta llevarlos a las rodillas.

—Sí. Creo que es necesario comprobar de cerca y personalmente. Para poder


encontrar exactamente el lugar correcto para hacerme otro.

Logan le apretó sus nalgas y en silencio ordenó:

—Acuéstate para mí, Tate.

Él, conforme a lo solicitado, se acostó en la alfombra de piel de oveja y descansó


su cabeza contra la almohada que había puesto allí antes. Se agachó para quitarse los
pantalones vaqueros, y Logan puso una mano en su muslo.

—No.

—¿No?

Logan se puso de pie junto a él, se quitó los vaqueros, y agarró una segunda
almohada antes de volver a su lado.

—Déjame a mí hacerlo.

Él agarró ambos lados del dril de algodón y lo arrastró por sus piernas. Luego lo
termino de sacar tirando el vaquero de sus tobillos y lo arrojó detrás de él.

Tate tomó una respiración rápida cuando Logan arrastró sus dedos desde la
espinilla hasta la rodilla, por lo que su pene dolió aún más de lo que ya dolía.

Cuando esos dedos burlones llegaron a sus caderas, Logan murmuró,

—Levántala.
Tate levantó su cadera, y Logan colocó la almohada debajo de él.

—Perfecto —Entonces Logan se arrodilló entre sus muslos y exigió


suavemente—, dobla las piernas.

La orden era tan similar a la que él le había dado hace una semana que Tate sintió
una pequeña sonrisa en sus labios. ¡Oh!, cómo habían cambiado las tornas, y él amaba
eso de ellos. Cada uno estaba dispuesto a entregarse al otro.

Mientras doblaba las piernas para que sus pies estuvieran planos en el suelo,
Logan rodeó su erección y comenzó a masturbarse.

—Me encanta verte —Dijo Tate para que Logan lo oyera.

Los ojos de Logan se encontraron con los suyos, luego su lengua deslizó un
húmedo sendero sobre su labio superior.

—Me encanta cuando me miras.

Tate movió su mano hacia abajo para empezar a acariciar su pene en respuesta.

Los ojos de Logan siguieron el movimiento de Tate y su boca se abrió alrededor


de un suave gruñido de placer mientras continuaba trabajando su propia polla.

Logan tomando su propio placer era como ver el video porno más sexy que Tate
podía imaginar. Lo tenía duro, caliente, y tan jodidamente listo para explotar que nada
más era necesario, y cuando Logan se volvía para tomar todo de él, Tate sabía que era
mejor estar listo porque él estaría a punto y listo para correrse por él o más
probablemente, que iba a correrse para Logan.

Se observaron el uno al otro durante varios minutos, y luego Logan finalmente le


regaló una sonrisa que hizo galopar el corazón de Tate.

No era encantador, y no era arrogante. Era sensual, una verdadera representación


del lado carnal de Logan. Era como un elegante animal, sensual, y cuando soltó su polla
y se arrastró hacia arriba para que sus caras estuvieran a centímetros de distancia, Tate
estaba una vez más feliz de ser su presa.

—Voy a pasar toda la noche dentro de ti. Justo como dije que haría. Pero creo que
voy a tomarme mi tiempo para llegar allí. Lento y firme —le prometió, y Tate no pudo
resistirse a levantar la cabeza para besarlo.
Acarició con el dorso de sus dedos los costados de Logan, y cuando él se
estremeció, Tate se dio cuenta que había descubierto algo nuevo.

—¿Cosquilloso?

***

Logan no respondió. No había manera de que diera esa información a un bromista


como Tate. En su lugar, lo besó con fuerza y luego se apartó. Cuando se puso de pie,
Tate se acomodó en sus codos y Logan pudo ver la confusión en su rostro.

—¿A donde vás…?

—Los condones, lubricante. Los necesitamos.

—Oh —Tate se echó hacia atrás y acomodó la cabeza nuevamente sobre la


almohada—. Estaba esperando que me...

Se detuvo y Logan tenía curiosidad instantánea.

—Que yo... ?

—Ya sabes…

Logan se preguntó qué estaba tratando de decir. Sí, definitivamente habían


recorrido un largo camino en los últimos días, pero todavía necesitaban ser precavi…

—Usa tu lengua.

Oh, eso es lo que quiere. Sucio, sucio Tate.

Logan sonrió pensando en lo que quería Tate y luego prometió:

—Voy a poner mi lengua en cada parte de ti. Pero después de eso… —se
acariciaba su pene y las caderas de Tate se arquearon, empujando su propia erección a
través de su puño—, voy a estirarte de manera lenta y agradable, hasta que finalmente
pueda tenerte debajo de mí, acechándote. Que puedas ver cómo te tomo.

Tate asintió, claramente amando esa idea, y cuando Logan se dio la vuelta para ir
a buscar lo que necesitaba, oyó su nombre. Se giró hacia atrás y los pesados párpados de
Tate se centraron directamente en él mientras le rogaba:
—Apresúrate.

Mierda. Él no tiene que decírmelo dos veces. Logan prácticamente corrió al cuarto
de baño. Cogió lo que necesitaba, y cuando regresó a la sala de estar, la vista que lo
recibió casi lo derrumbó.

Tate todavía estaba trabajando su polla, pero sus ojos estaban cerrados y tenía una
segunda mano hacia abajo entre sus piernas, debajo de sus bolas, frotando la tira de piel
tensa que conducía a su agujero.

Logan se acercó a interponerse entre los tobillos y dejó caer lo que estaba en sus
manos en el sofá, Tate sintió su presencia. Cuando los ojos de Tate se abrieron y lo
vieron, empezó a quitar su mano, pero Logan le hizo saber que no quería que se
detuviese.

—No. No te detengas —le dijo, en voz baja y tensa mientras observaba a Tate
mover la mano de vuelta a donde había estado.

Logan se puso de rodillas y arrastró las dos palmas de sus manos por la parte
superior de las piernas dobladas de Tate desde sus rodillas hasta la V de su entrepierna.
Siguió acariciando los muslos de Tate, primero por la parte superior, luego por el
exterior, y finalmente por el interior mientras Tate empujaba sus caderas hacia arriba de
la almohada.

—Dios, Logan. Haz algo.

Logan curvó sus manos debajo de las piernas de Tate. Luego, con las manos
firmemente detrás de las rodillas de Tate, él añadido presión suficiente hasta que sus
piernas se doblaron hacia atrás hasta llegar al pecho de Tate.

Tate tenía los ojos muy abiertos. Así como lo estaba el resto de su cuerpo, cuando
Logan bajó la cabeza y pasó su lengua por toda la longitud de su polla.

—Ahh —salió de la boca de Tate, y Logan repitió el movimiento, olfateando sus


bolas antes de arrastrar su lengua por su perineo. No fue hasta que una de las manos de
Tate sujetó la parte de atrás de su cabeza que Logan realmente se movió.

Él endureció su lengua y la empujó directamente dentro del agujero de Tate, que


estaba apretando con cada paso de su lengua húmeda. Cuando levantó la cabeza para
ganar una mejor posición para poder usar sus dedos, Tate gimió como si estuviera
decepcionado de que se hubiera detenido.
—No te preocupes. No he terminado contigo todavía —le aseguró—. Solo estoy
buscando una mejor posición.

Logan se movió hasta que se tendió sobre su estómago con su polla presionada
contra la alfombra de piel de oveja.

—Mantén las piernas dobladas hacia atrás en el aire, así, ¿de acuerdo?

Tate no dijo nada mientras yacía sobre su espalda y se agarró las rodillas,
manteniéndolas abiertas, así como él le había dicho.

Logan mantuvo sus manos en la parte posterior de los muslos de Tate,


sosteniéndolo en su lugar, y luego bajó la cabeza, chupando la piel de su escroto.

Desde ese ángulo, Logan podía verlo todo y podía poner su boca en todo. Besó y
chupó la parte inferior de la polla de Tate hasta sus bolas fuertemente arrugadas. Luego
levantó la cabeza para poner en juego sus dedos.

Tate sostuvo sus piernas fuera del camino mientras Logan frotaba dos dedos sobre
su fruncido ano, y los sonidos que salían de él eran jodidamente irreales. Entre el
gemido bajo y las respiraciones jadeantes, Tate estaba muy cerca de correrse incluso
antes de que lograra entrar en él. Logan oyó su propio gruñido ahogado cuando los
dedos de Tate se deslizaron en la parte posterior de su cabello para animarlo a seguir
adelante.

Movió su boca hacia abajo entre las mejillas de Tate y lamió su agujero antes de
que poco a poco apretara un dedo dentro.

La maldición de Tate rebotó alrededor del alto techo abovedado y Logan movió su
dedo dentro y fuera de él. Levantó los ojos para ver a Tate frenéticamente sacudiéndose,
y cuando añadió un segundo dedo y lo arrastró sobre su próstata, estirándolo, era su
nombre el que Tate aullaba con una voz que era espesa y llena de deseo.

Cuando estaba satisfecho con la forma en que Tate estaba respondiendo, Logan
retiró los dedos, empujó los muslos de Tate contra su pecho y usó su lengua para llevar
a Tate al borde de la liberación.

—Logan, a la mierda... no puedo... por favor —oyó desde arriba y levantó la


cabeza.

Fue entonces cuando sintió que su corazón se liberaba de toda la carga que había
tenido toda la noche.
El hombre que lo miraba no tenía más que amor y confianza en sus ojos, y Logan
supo en ese preciso momento que estaban bien, incluso después de todo lo que le había
confesado esta noche.

Bajó las piernas de Tate a la alfombra y se inclinó para agarrar el condón y el


lubricante. Era rápido con ambos, asegurándose de lubricar bien su polla para atender
como él quería el cuerpo en espera de Tate. Entonces estaba de vuelta entre las piernas
de Tate, alineándose a sí mismo.

Había soñado con este momento.

El momento en que estaría haciendo el amor con alguien.

Cuando Tate mirada hacia él, Logan sabía que este era el momento.

Se movió sobre él, coloco su polla, y se deslizó a casa.

***

Tate estaba listo. Dios, estaba jodidamente listo.

Logan lo había llevado a un frenético estado de lujuria.

Sintió que la gran cabeza de la polla de Logan empujaba contra él, y esperó la
aguda mordida de dolor. Sin embargo, debió de estar demasiado excitado, porque
cuando Logan bajó sobre él y sus caderas avanzaron, Tate solo pudo gemir por la
sensación de tenerlo dentro. Llenándolo.

Sin dolor. Sólo un placer intenso.

Envolvió sus piernas alrededor de las caderas de Logan, y se sostuvo mientras


empezaba a moverse. Podía sentir los labios de Logan en el cuello y la oreja mientras
sus caderas comenzaron un rollo lento, tortuoso, meciendo sus ingles juntas.

Tate podía oír la respiración de Logan mientras empujaba su polla dentro y fuera
de él, haciendo una hermosa fricción.

Tate llevó las manos al cabello de Logan y se aferró a él cuando apoyó sus manos
a cada lado para obtener su atención. Él inclinó sus caderas hacia arriba y vio el rostro
de Logan mientras seguía deslizándose dentro y fuera de él y susurró:
—Te amo.

Estaba claro que esta vez era diferente. Cada uno de ellos miró al otro a los ojos, y
Tate pudo verse así mismo reflejando todo lo que sentía en los ojos de Logan. Él arqueó
su cuello y sintió una mano acercándose a su cara cuando Logan apartó un rizo
sudoroso de su mejilla.

Él parpadeó y le sonrió. Logan cerró los ojos como si no pudiera soportar más
emociones, pero entonces Tate se dio cuenta de que ese no era el caso.

Las caderas de Logan habían acelerado, sus dedos se agarraban a la alfombra


debajo de ellos, y cuando lanzó su cabeza hacia atrás, apretó los dientes y volvió con
furia.

Mis emociones no lo están asustando... lo están llevando al límite. Esa revelación


era poderosa y tan jodidamente sexy. Tate lo observó y esperó con las piernas envueltas
alrededor de la cintura de Logan y sus manos sobre sus hombros.

Logan abrió sus increíbles ojos azules y le sonrió.

—¿Quieres correrte? Creo que es tu turno.

Tate asintió y se sorprendió como el infierno cuando Logan se retiró, agarró un


segundo preservativo, y luego se deslizó nuevamente hacia su interior. Él todavía estaba
jodidamente erecto.

—Pero como…

Logan apoyó los antebrazos a cada lado de la cabeza de Tate y le besó en el


hombro.

—Mhmm —admitió—. ¿Qué puedo decir? Me inspiras.

Tate maldijo cuando Logan frotó toda la longitud de su cuerpo sobre el suyo.
Luego se movió hacia un lado y se agachó para tomar su polla en su mano. La palma de
Logan estaba resbaladiza con lubricante, y con ello la estimulación se aumentó, Tate
estaba por estallar. Su orgasmo lo golpeó como un camión Mack y él se corrió en su
estómago y en la mano de Logan, con la polla de Logan enterrada profundamente
dentro de él.

Su hombre era otra cosa, y cuando abrió los ojos y vio a Logan sonriéndole, Tate
se preguntó cómo alguien podría avergonzarse de estar con él.
Él quería que todos supieran que... Logan era suyo.
A la mañana siguiente, Logan sugirió empacar un almuerzo e ir a dar un paseo
alrededor de su propiedad. A Tate le gustó la idea porque él tuvo la sensación de que
esta era una parte de Logan que rara vez, o nunca, compartía con nadie. Lo hacía sentir
especial al pensar que compartiría tiempo de esta manera con Logan.

Hicieron unos sándwiches, y Logan cogió una botella de vino, de lo cual Tate se
sonrió.

—¿Sándwiches y vino?

—Sí. ¿Por qué?

Tate levantó las manos.

—Nada.

Logan abrió la nevera y analizó el contenido.

—Bueno, tengo cerveza, más vino y botellas de agua.

—Llevemos agua. Si tienes suerte, te dejaré emborracharme más tarde y


aprovecharte.

Logan cogió varias botellas de agua y las puso en la mochila.

—Si tengo suerte, ¿eh? Tal vez tú seas el afortunado.

Tate sabía que Logan estaba bromeando pero no pudo evitar decirle en serio:

—Ya soy el afortunado.

Vio a Logan dejar de hacer lo que estaba haciendo y agarro las asas de la
bolsa. Cuando caminó alrededor de la encimera de la cocina, se detuvo junto a él y le
dio un beso en la mejilla.

—¿Ves? Eres dulce.


Tate volvió la cabeza y devolvió el beso antes de mordisquear ligeramente el labio
inferior de Logan.

—No siempre.

Los ojos de Logan brillaron en él, y cuando se alejó y caminó hacia la puerta, Tate
oyó:

—Gracias a Dios.

Cuando salieron, Tate se puso las gafas de sol y cogió la mano de Logan. Era
curioso que, incluso vestido con pantalones cortos y una camisa, Logan aún parecía que
estaba listo para una pista. Siempre tan bien puesto. La única diferencia era la barba
corta que ahora lucia.

—¿Te la vas a dejar? —Preguntó, señalando la barba de Logan.

Logan alzó la mano libre para acariciar el pelo de la cara y se encogió de


hombros.

—No lo sé. ¿Te gusta?

—Me gusta. Pero también me gustas bien afeitado.

Logan parecía meditar en eso por un momento mientras caminaban por el camino
que conducía lejos de la casa hacia el estanque trasero.

—La barba fue mi segundo acto de rebelión.

Tate se acercó un poco por delante de él, y se volvió de modo que estaba
caminando hacia atrás.

—¿Cuál fue el primero?

—Rompí mi maldita mesa de café.

Tate se detuvo.

—No lo hiciste.

—Sí, lo hice.

—¿Cuando?
Logan dio un paso adelante, le tomó la barbilla entre el pulgar y el índice, y le
inclinó la cara hacia arriba.

—La noche que me mandaste a la mierda.

—Nunca te mande a la mierda —Tate le recordó—. Te dije que necesitaba un


poco de espacio.

Los ojos de Logan parpadeaban sobre su rostro y gruñó,

—Nunca más, Tate. Te dije que debíamos hacer nuevas reglas. Uno de ellas es
ningún puto silencio. Si necesitas espacio, puedes tenerlo... tal vez. Pero no puedes
ignorarme durante una semana.

Tate llevó una mano al pecho de Logan y clavó los dedos en el.

—De acuerdo. ¿Puedo añadir reglas a este reglamento?

—Depende de si me gusta o no la regla. Además, se añadió una ayer. Creo que es


suficiente para ti. Lo mejor es dejarle este trabajo a los profesionales.

—¿Qué? —Tate se burló y se apartó—. No es justo.

Los dos empezaron a caminar de nuevo, y Logan dijo:

—No me importa.

—¿Es así como ganas en los tribunales? Alguien presenta evidencia que no te
gusta y te encoges de hombros y dices: “No me importa, señoría”

Tate vio a Logan mover la cabeza. Luego se volvió a mirarlo.

—No. Gano porque soy el mejor.

—Y muy modesto también —agregó Tate con la lengua en la mejilla.

—No hay tiempo para la modestia cuando sales afuera a ganar.

—Ahh, y siempre vas con todo a ganar.

—Bueno, ¿Quién quiere perder?

Tate se rió entre dientes mientras hacían un giro por el sendero, y dio patadas a las
hojas en el suelo.
—Bueno, perdiste estruendosamente en la noche de juegos.

—¿He dicho antes que eras dulce? Creo que estaba en coma sexual. Tú no eres
dulce.

—¿No? —Preguntó Tate.

Logan le soltó la mano y pasó un brazo alrededor de su cuello, tirando de él


cerca.

—No. Eres problemas.

Tate lo empujó lejos de él y se rió.

—¿Yo soy problemas? Sí claro.

Logan se puso las manos en los bolsillos y asintió.

—Sí. Problema desde el primer momento en que te vi.

—Desde el primer momento en que me viste, ya estabas tratando de joderme.

—Eso es verdad —estuvo de acuerdo Logan.

—Así que eso significaría que estabas…

—¿Centrado?

—No.

—¿Determinado?

Tate puso los ojos

—Podría…

—Inteligente. Eso me convierte en el hijo de puta más inteligente.

—Eres increíble.

Logan lo cogió de la mano y le hizo un guiño.

—Sí, pero me amas de todos modos.


Tate se encontró con la sonrisa que Logan tenía tan malditamente contagiosa que
dejó su conversación justo allí. No había nada más que necesitara añadir para hacer que
ese momento fuese perfecto.

***

—Siéntate, ¿quieres? Maldición, estas muy inquieto.

Logan miró a Tate desde donde estaba sentado en la manta. Se habían dirigido a la
parte trasera del terreno a uno de los estanques alimentados con manantiales.

—Es que, deje de fumar —le dijo Tate, sacudiendo las manos a los lados.

Logan no dijo nada por un momento, pero descubrió que esta revelación le hacía
jodidamente feliz.

—¿Desde cuándo?

—Sí, lo dejé desde la semana pasada. Estaba a medio camino a través de un


paquete, lo miré, y decidí que no iba a hacerlo nunca más.

—¿Así no más?

Tate asintió.

—Sí. Así no más.

—¿No hay antojos?

La boca de Tate se torció hacia un lado mientras que con su mirada lo recorría.

—No de un cigarrillo.

—¿Intercambio de una adicción por otra?

—Tal vez. ¿Te quejas?

Logan le dio una sonrisa lobuna.

—Definitivamente no.

—Yo tampoco lo creo. Además, no sé... Sólo tengo mucha energía hoy.

—¿Siempre ha sido así? ¿Lleno de energía?


—Bastante. Cuando era niño, nunca me quedaba quieto. Mi madre siempre…

Tate dejó de hablar y frunció el ceño, luego se volvió. Empezó a caminar hasta el
borde del agua, y Logan le siguió. Deteniéndose detrás de él, extendió la mano para
ofrecer una mano reconfortante, vaciló un segundo y luego agarró cada uno de los
bíceps de Tate.

Lo sentía tenso. Luego se apoyó en él, y Logan envolvió un brazo alrededor de su


pecho.

—¿Estás bien? —Preguntó mientras descansaba la barbilla en el hombro de Tate.

Tate inclinó su cabeza hacia un lado para que sus cabellos se tocaran y luego
extendió la mano para sostener la mano de Logan que descansaba sobre su pecho.

—Sí. Yo solo... —Tate hizo una pausa, como si estuviera tratando de pensar en las
palabras que quería decir—. Simplemente no puedo creer que ella pudiera llegar a ser
tan cruel. Para hablarte a ti…

—¿Yo? —Preguntó Logan—. No, Tate. ¿Ni siquiera pienses en mí. Esto es acerca
de ti. Lo que ella te hizo fue... ni siquiera puedo imaginar cómo te sentiste o cómo te
sientes ahora mismo.

—Me siento confundido.

Esa no era la palabra que Logan había esperado oír.

—Estoy confundido porque la mujer con la que crecí, mi madre, me enseñó a


amar a todos.

Tate dejó de hablar y se volvió hacia él. Logan podía ver el dolor en sus ojos.
Habría hecho cualquier cosa para tomar ese dolor y compartirlo con él, pero no había
nada que pudiera hacer excepto escuchar.

—Supongo que quería decir todo el mundo que fuese igual a ella.

Logan tomó la cara de Tate en sus manos y se inclinó por lo que sus narices se
tocaron.

—Lamento que te hayan hecho daño. Que no entiendan.

—Ella ni siquiera trató de entenderme.


Logan se pasó una mano por el pelo.

—Muchos no lo harán.

—Ya no me importa.

—¿No te importa?

Tate sacudió la cabeza y le dio un beso.

—No. Ya he terminado de fingir que no entiendo lo que está pasando aquí. Es una
locura y de gran intensidad, pero Logan, es real. Cada vez que estoy cerca de ti, me
siento vivo —Cerró los ojos y susurró—: Lo que hicieron y lo que dijeron... esa fue su
elección, y tú eres mía.
Hacia el final de la semana, Tate sabía que tenían que volver a casa. El teléfono de
Logan había sido un hervidero de llamadas los últimos dos días, y no podían seguir
ocultándose. Ambos tenían que regresar y enfrentar la realidad, no importaba lo
desagradable que fuera.

Cuando Logan cerró la cremallera de su bolsa, Tate podía sentir sus ojos en él
desde el otro lado de la cama que habían compartido desde la mitad de esa semana.

Ya no era un huésped en esta casa.

De hecho, Logan lo había follado dándole la bienvenida en cada habitación de la


casa.

—¿Estás listo?

Tate actuó como si tuviera que pensar en ello.

—Bueno, no sé. Tenía tanto por empacar.

Logan cogió su bolsa y se la arrojó a él a través de la cama. Con un golpe, la cogió


y la acomodó sobre su hombro.

—¿Estás listo?

Logan dio la vuelta al final de la enorme cama extra grande y le dio un beso.

—Tate, nunca más.

—De acuerdo, entonces. Vamos a casa.

***

Diez minutos en el camino y Logan supo que algo estaba rondando en la mente de
Tate. Su tiempo fuera pasándolo juntos había sido increíble. Cuanto más bajaba sus
propias paredes, más se había sentido compenetrado con Tate. Pero mientras se
sentaban allí, volviendo a la realidad que los esperaba, su hombre estaba sumido
profundamente en sus pensamientos.
—¿Quieres hablar de eso?

Miró por encima para ver a Tate dándole una media sonrisa.

—¿Acerca de?

—Todo lo que está en tu mente.

Tate alcanzó la consola y colocó una mano en su muslo. Logan la cubrió y apretó
sus dedos.

—¿Qué es?

—Me he estado preguntando acerca de algo.

Tate parecía tan serio que Logan juró que su corazón había saltado.

—Bueno. Pregúntame —Se concentró en la conducción, y cuando Tate no dijo


nada, le echó un vistazo nuevamente—. Pregunta, Tate. Me estás poniendo nervioso
como la mierda.

—Lo siento. Sólo quería saber, ¿qué pasó con Chris? ¿Lo viste otra vez?

Eso sí que no se lo había esperado. Después de la noche que le había dicho a Tate
lo que pasó entre él y Chris, no habían vuelto a hablar de ese tema de nuevo.

—No sé —respondió con sinceridad—. Nunca volví a verlo. Llamé a la


ambulancia esa noche, y cuando salí por la puerta, me dijo que él hubiese deseado
nunca haberse encontrado conmigo de nuevo, esas palabras me golpearon más fuerte
que cualquier puñetazo que podría haber aterrizado en mí. Porque realmente significaba
que todo lo que me había dicho en los últimos dos años era una mentira de mierda. No
presentó cargos. Pensé que no lo haría. De lo contrario, tendría que explicar quién era
yo. Y había demasiadas preguntas que él no quería contestar. Llame al hospital al día
siguiente para asegurarme de que estaba bien. Le habían dado el alta.

—Dios —susurró Tate.

Logan se concentró en la carretera y logró responder,

—Sí.

Hubo un corto silencio antes de que Tate dijera,


—¿Hey? — Logan miró a su pasajero para ver que se había vuelto hacia él—. Una
cosa más.

¿Qué más queda por decir?

—¿Qué cosa más?

—¿Todavía necesitas una cita para tu Cena Empresarial?

Logan estaba seguro de haber oído mal.

—¿Qué dijiste?

—Tu Cena Empresarial. La oferta sigue…

—Sí —respondió Logan antes de que él hubiese terminado de hablar.

Tate se rió entre dientes y volvió a sentarse en el asiento de cuero.

—De acuerdo entonces. ¿Podrías por favor concentrarte en el camino? Tengo esta
repentina necesidad de verte en un esmoquin.

Los dedos de Logan se apretaron alrededor del volante, y antes de dejar escapar la
ridícula sonrisa que él quería, él la retuvo y le dijo a Tate,

—Tengo el repentino impulso de quitarte uno.

—Eso definitivamente se puede arreglar, siempre y cuando prometas no


arrancármelo, solo tengo uno.

Logan cambió de carril y se imaginó a Tate en un esmoquin.

Jesús, realmente quiero ver eso.

—Un desafío. Me encanta un buen reto.

—Sí, lo sé —respondió Tate—. Me enteré de la manera difícil.

Logan se rió de eso.

—Hay mucho que se podría decir ahora mismo sobre ese asunto, pero eso sí,
Tate, tú fuiste y sigues siendo mi más duro desafío.
Tate se inclinó sobre el coche y le tomó de la mano, y colocó su palma sobre la
cremallera de sus pantalones vaqueros, demostrando lo difícil que era.

—Al parecer, todavía lo soy.

Logan podía ver a Tate por el rabillo del ojo mientras tomaba su salida por la
vía. Lo estaba mirando y aplicando un buen apretón. Mierda.

—¿Qué demonios estás tratando de hacerme?

Tate se acercó más cuando se detuvieron a una luz roja y le dijo:

—Te estoy desafiando. Mi apartamento está más cerca. Llévanos de una pieza y te
llevaré arriba y te haré todo tipo de cosas con mi boca.

—Joder, Tate.

Logan volvió la cabeza y tomó los labios de Tate en un beso de moretones. Él


enrolló sus dedos alrededor de la erección creciente de Tate, y no se detuvieron hasta
que un maldito claxon detrás de ellos les hizo separar sus bocas. Puso el pie en el
acelerador y se fue por el camino que llevaba al apartamento de Tate.

—Espero estés listo. Y recuerda, tú has iniciado esto.

Logan sintió a Tate empujar contra su palma.

—Lo sé. Y pienso terminarlo, contigo, tan pronto como nos lleves a casa.

Logan no quiso conversar más.

En algún lugar entre New Buffalo y el centro de Chicago, Tate había logrado no
sólo ponerlo dolorosamente duro, ahora tenía a Logan temblando de deseo.

Sentarse junto a Tate en sí ya era una tortura. Pero Añadir a Tate moliendo contra
su mano ese sí que era el infierno, Tate estaba a punto de ver a un abogado menos que
civilizado en unos diez minutos.

Dio vuelta a su coche por todas las calles correctamente como si estuviera en
piloto automático hasta que finalmente giro hacia la derecha donde vivía Tate. Entró en
el garaje y Tate le dijo con una voz llena de gravedad donde estaba su plaza de
aparcamiento. La moto de Tate estaba estacionada en su casa, por lo cual Logan podría
usar este por el momento.
Disminuyó la velocidad del vehículo a un arrastre y luego cerró el
encendido. Miró hacia donde Tate tenía su cabeza apoyada en el asiento con los ojos
fijos en él.

Maldita sea. El hombre es increíblemente precioso.

Su pelo desordenado estaba por todas partes, pero de alguna manera le


favorecía. Uno de sus rizos le rozaba la mejilla en el punto exacto donde Logan le
quería besar. Tenía una sonrisa arrogante en su rostro, y Logan sabía que su corazón
estaba hundido.

—¿Tate? —Dijo con voz áspera a través del coche.

Los ojos de Tate se clavaron en los de él, lleno de deseo.

—¿Hmm?

Logan rápidamente desabrochó el cinturón de seguridad y esperó un minuto. El


silencio que se extendía entre ellos zumbaba con la tensión sexual dentro del coche. O
quizás esa era la sangre que corría de su cabeza a su polla. Entonces oyó un suspiro de
Tate, y eso fue todo lo que necesito.

Logan se abalanzó sobre la consola central. Tomando la camisa de Tate, él lo


estrechó contra él y selló sus labios. Cristo, sólo habían pasado un poco más de cuarenta
minutos, pero él no había probado a Tate desde esta tarde y tenía hambre.

Los labios de Tate se separaron al instante para él, y Logan no perdió tiempo
empujando su lengua dentro. Él gimió profundamente en su garganta, y la polla de
Logan vibró al mismo tiempo que su corazón mientras la mano de Tate dejaba su regazo
y atravesaba su pelo. Los sonidos eróticos dentro del coche eran sólo un preludio del
acto que Logan sabía que vendría.

A continuación, Tate se apartó y le susurró:

—Arriba. Ahora.

***

Un excitado Logan más un ascensor equivalía a un paseo de infierno. Mientras


Tate se ponía de espaldas contra la pared y Logan contra su frente, se preguntó si
llegarían a su apartamento.
En el mismo segundo que las puertas se cerraron, Logan lo clavó en la pared y
movió una pierna entre las suyas. Tate agarró su culo y lo empujó hacia adelante,
frotando su cuerpo contra la fuerza y dureza delante de él, y cuando los labios de Logan
encontraron su cuello, Tate siseó,

—Sí.

Logan chupó la piel tierna allí, y Tate metió las caderas hacia delante.

Santo infierno, estoy ardiendo.

— Creo que realmente te sientes mío cuando te marco.

Tate no podía pensar en hablar, así que pasó los dedos por el cabello de Logan y
llevo esa boca a la suya.

Cuando el ascensor sonó, no se molestaron en parar. Infiernos, en esta etapa, era


un milagro que no estuvieran ya desnudos Pero cuando un jadeo asombrado penetró en
la mente y oídos de Tate, sacudió su boca y miró más allá de Logan a la persona que
estaba en su pasillo.

Cuando sus ojos chocaron con unos amplios y asombrados verdes, ni una palabra
vino a su mente, ni tampoco salió por su boca.

Pero cuando Logan se dio la vuelta y vio a Diana, se las arregló para localizar
unas palabras con bastante facilidad.

—La madre que la pario.

***

Bien, Logan tuvo que darle crédito a la perra. Ella era la primera mujer que le hizo
estar agradecido con la vida de que le gustaran las pollas.

—Oh, Dios mío —por fin, Diana habló.

Tate lo rodeó y levantó su brazo en las puertas del ascensor, que se estaban
cerrando.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le exigió mientras Logan se movió detrás de él.

Diana tiró de la correa de su bolso por su brazo, y Logan se dio cuenta de un sobre
grande que ella tenía en su mano.
Ahh, los papeles del divorcio. Entregando mano a mano, nada menos ni nada
más. Tal vez había estado esperándolo para persuadirlo de las decisiones que había
tomado Tate... demasiado tarde para eso.

—Sal de mi camino, Tate. Vine a hablar contigo. No para verte a ti y a éste


besándose en el ascensor.

Tate salió al pasillo e hizo retroceder a Diana.

—Usted está en mi apartamento —Tate le recordó en una voz que Logan conocía
muy bien.

Habían tenido suficientes discusiones por lo cual ya conocía las señales de


advertencia de Tate, y esta era la calma que precedía a la tormenta. También era
consciente de que esta mujer conocía a Tate igual de bien que él, y él detestaba eso.

—Y ahora me gustaría estar en otro sitio.

—También yo —murmuró Logan, lo cual hizo que Tate lo mirara por encima del
hombro—. ¿Qué? Es la jodida verdad. Ella no ha sido más que una pesadilla desde que
la conozco. Y lo ha sido desde mucho antes de conocerte, podría añadir.

Vio a Diana mirar alrededor del hombro de Tate y tratar de fulminarlo con la
mirada.

—¿Esa mirada supone herir mis sentimientos? —Preguntó Logan.

—Vete a la mierda —ella escupió, y eso hizo que Tate se volviera hacia ella.

—No le hables de esa manera. Él es bienvenido aquí. Tú no lo eres.

La satisfacción que Logan sintió con las palabras de Tate fueron de corta duración
cuando Diana se acercó y colocó la mano en el brazo de Tate.

—Sólo quería hablar contigo —dijo ella, tratando de apelar al lado más amable de
Tate, pero Logan estaba bastante seguro de que ese lado de Tate había abandonado el
maldito edificio.

Notó que sus ojos seguían deslizándose sobre el hombro de Tate, vigilando dónde
estaba, y cuando empezó a recorrer con esa mano suavemente por el brazo de Tate,
Logan decidió que era mejor quedarse quieto. De lo contrario, podría acercarse lo
suficiente para arrancarle la mano.
—Es demasiado tarde para hablar, Diana. Perdiste ese derecho en el mismo
segundo que fuiste con mis padres a hablarles sobre esto.

—¿Esto fue cuando? —Preguntó incrédula—. Oh, vamos. No actúes como si él


no te hubiese lavado el cerebro antes de eso.

Tate puso su mano sobre la que todavía tenía en su brazo y la quitó como si fuera
una molestia.

—Él es Logan. Y no me hizo nada que yo no quisiera que me hiciera.

El rostro de Diana había adquirido un aspecto pellizcado, y tenía las manos


apretadas a los lados.

—Eso no es cierto —afirmó en una voz apenas audible.

Logan vio que Tate se alejó un paso, casi como si él también pudiese sentir que se
avecinaba una tormenta. Entonces Diana explotó.

—¡No es verdad!

Tate asintió y se limitó a responder:

—Sí, si lo es.

Diana levantó los brazos, y justo cuando estaba a punto de aterrizar sus pequeños
puños contra el pecho de Tate, él la capturó por las muñecas.

—Piensa en lo que estás haciendo ahora mismo.

—Yo te odio. ¿Cómo pudiste hacerme esto?

—¿A ti? ¿Qué te he hecho? Estás con alguien nuevo, y yo también. Has destruido
a mi familia. Fuiste y le diste a mi madre información que debería haber escuchado de
mí.

Diana luchó y trató de liberarse, su furia ahora la dominaba con fuerza.

—No habría hecho ninguna diferencia —se burló ella, mirando más allá de Tate a
él—. Al segundo que supiese que su precioso chico estaba chupando pollas, ella te
habría expulsado igualmente.

Tate soltó sus brazos como si lo hubiera quemado, y Logan se mordió la lengua
con fuerza. Ahora sabía que no era el momento de decir lo que realmente quería, lo cual
era algo así como: "Estaba a punto de chupársela en este momento, pero me
interrumpiste".

Sí, eso fue todo.

—Me das asco.

—¿Por qué? ¿Porque me enamoré de un hombre? Tú me das asco a mí, porque


eres rencorosa, vengativa, y conspiradora, y has sido así durante mucho tiempo.

Su boca se cerró y ella empezó a sacudir la cabeza.

—Muévete, Tate. Quiero irme.

—Qué mal. No he terminado. Querías verme, aquí está su oportunidad, porque


después de esto, nunca quiero ver tu cara de nuevo.

Diana levantó la cabeza y Logan vio que un destello de dolor se filtraba a través
de todo lo feo de su comportamiento.

—No quieres decir eso.

— Sí. Quiero decirlo tal como suena. Semana tras semana, has insistido en ir a la
casa de mi familia con el único propósito de hacerme sentir incómodo. No te importaba
que no te quisiera allí. Te preocupas por ti misma como de costumbre.

—Eso no es cierto…

—¡Sí, es cierto! —tronó Tate—. Y he terminado. Fuiste tú quien se fue a otra


parte, no yo. Pero he encontrado a alguien que es inteligente, sexy, y me hace
increíblemente feliz.

Mientras trataba de mantener un ojo vigilante sobre la mujer volátil en el pasillo,


Logan también estaba manteniendo un registro del ritmo irregular de su corazón. Tate
seguía dándole sorpresa tras sorpresa, de la mejor manera imaginable.

—Bueno, por supuesto espero que te haga lo suficientemente feliz como para
llenar todos los vacíos de las personas que faltan en tu vida.

Fue entonces cuando finalmente perdió la calma y Logan se acercó a Tate.

—Tú, zorra viciosa.

—Logan… —Tate intentó, pero no estaba escuchando.


—¿Cómo puedes ser tan insensible? Y más con alguien a quien decías amar.

Diana dio una palmada con el sobre en la mano contra el pecho de Tate y se abrió
paso entre los dos para marcharse hacia el ascensor. Ella señaló el botón de abajo con su
uña perfectamente cuidada y se puso allí con los brazos cruzados, pero Logan estaba
lejos de dejarlo pasar.

—Su familia no quiere hablar con él por culpa tuya. Porque no le diste el tiempo
ni la cortesía para él poder decirles por su cuenta.

Fue entonces cuando todo el veneno y todo el odio salió a la superficie y Diana
Cline se volvió hacia ambos. Ella lo clavó con una mirada tan desagradable que le hizo
poner la piel de gallina.

—Oh, no, señor Mitchell. Lo entiende todo mal. No es por mí que no van a hablar
con él. Es debido a usted, usted es el culpable.

La mandíbula de Logan se apretó mientras sus palabras se deslizaban detrás de sus


defensas hacia la parte de él que sabía que tenía razón, pero la otra parte de él, la parte
que Logan había afinado para mantenerlo seguro y protegido, no la dejaría ir sin dar el
golpe final.

Se adelantó justo cuando el ascensor sonó y se abrió, y le susurro:

—Y también es por mí que nunca lo volverás a tener.

Su expresión pasó de una cruel intención a un lamentable lamento cuando entró en


el ascensor y volvió los ojos hacia Tate.

—Lo digo en serio, Diana. No vuelvas aquí otra vez.

Y antes de que pudiera responder, las puertas se cerraron y ella se había ido.

***

Logan estaba tranquilo. Demasiado tranquilo en la opinión de Tate.

Después de que Diana se marchara, caminaron por el pasillo y no intercambiaron


palabras.

Llegaron a su puerta y Tate la desbloqueó antes de abrirla. Dejó caer el sobre en la


mesa lateral, sin preocuparse por el contenido en ese momento. Él se ocuparía de ella en
su propio maldito tiempo. En este momento, quería tratar con Logan.
Logan dio un paso más allá de él y Tate le siguió mientras se abrían camino más
adentro.

—¿Que está pasando aquí?

Logan se volvió a mirarlo, sus ojos azules estaban llenos de dudas...

¿Dudas de mí? ¿O de él mismo?

—Nada.

—¡Joder!, mientes —dijo Tate, llamando a su farol—. Dime que está mal.

Logan se lamió el labio superior y luego se encogió de hombros.

—Ella no está equivocada, y lo sabes.

Tate entrecerró los ojos y se acercó de modo que estaban de pie cara a cara.

—¿No está equivocada acerca de qué?

Logan se apartó de él, pero Tate no estaba dispuesto a permitírselo. Él extendió la


mano y agarró su brazo, tirando de él hacia sí mismo.

—¿Ella no se equivocada acerca de qué, Logan?

Podía sentir la tensión que salía de Logan en ondas, pero no como lo que había
sentido en el ascensor. Él ahora se veía irritado y nervioso, y Tate no podía saber hacia
dónde se dirigía la conversación.

¿Diana? ¿Su familia? ¿Él mismo?

—Que soy la razón por la cual tu familia no quiere hablar contigo.

Tate dejó caer su mano y tomó una respiración profunda y luego comenzó a
moverse. Dio varios pasos hacia adelante hasta que tuvo la espalda de Logan contra la
pared de su vestíbulo.

—No. Escúchame. Ellos son la razón por la que no me hablan. No tú.

Logan hizo una mueca.

—Tate…
—Logan. Cállate —Él puso sus manos en la pared a ambos lados de la cabeza—.
Yo sé que necesito tratar con ellos, y lo haré, pero no en este momento.

Logan cerró los ojos como si tratara de bloquear todo lo que había sucedido.

—Lo siento... simplemente no puedo pensar en otra cosa.

Tate dejó caer las manos y dio un paso de distancia.

—Maldita Diana…

—Es suficiente para arruinar cualquier buena erección. Incluso la mía —señaló
Logan y le besó en los labios—. Tú tienes papeles por firmar, y yo necesito...

—¿Qué?

—¿Golpear algo? —Sugirió Logan.

Tate sacudió la cabeza, frustrado por haber tenido que lidiar con ella.

—Lamento que haya estado aquí.

—Yo también, pero tal vez ella era exactamente lo que necesitábamos.

—¿Y cómo lo sabes? —Preguntó Tate cuando Logan se dirigió hacia la puerta
principal.

Cuando llegó a ella, miró hacia atrás y dijo:

—Ella hizo que nos diéramos cuenta de lo que queremos y no queremos.

Tate miró en dirección a Logan, pero acababa de abrir la puerta principal.

—¿Logan? —Tate esperó hasta que Logan se detuvo y se encaró con él—. Te
quiero. Verla no cambia eso.

La sonrisa que dividió los labios llenos de Logan valía un millón de encuentros
con Diana, porque allí mismo, Tate sabía que Logan realmente le creía.

—Lo sé.
A media mañana del domingo, Tate estaba ralentizando su moto y gateando por la
calle de su infancia.

Después de que Logan se había ido la noche anterior, había tenido mucho tiempo
para pensar. Había firmado los papeles que Diana había emitido nuevamente a través de
su nuevo abogado, y luego llegó a la conclusión de que necesitaba tratar de ver a su
familia.

Había pasado una semana desde que los había visto o había oído hablar de ellos y
todavía no podía creer que sus propios padres, la gente que lo había criado, en realidad
lo habían… repudiado.

Tal vez sólo estaban enojados.

Tragó saliva mientras se detenía junto a la acera de la casa vecina. Mejor no


estacionar al frente, para evitar que me escuchen.

Mierda. ¿Qué estoy pensando? ¿Un ataque furtivo?

Apagó el motor, Tate se quitó el casco y se sentó allí durante unos minutos
mirando a la familiar casa de dos pisos. Recordaba haber corrido por el patio con Jill
jugando al escondite, y el gran árbol en la parte trasera todavía tenía el fuerte que su
padre había construido para ambos. Ahora, el único lugar que solía ser su santuario, un
lugar que estaba lleno de buenos recuerdos, sólo le recordó el fin de semana pasado y
todas las palabras de odio que le habían arrojado.

Al bajar de la motocicleta, tomó una respiración profunda y cerró los ojos por un
segundo.

Puedes hacerlo.

Había sido miserable durante años, y ahora que finalmente estaba feliz, era hora
de que sus padres supieran que esa era su elección: su decisión de ser realmente libre.
Esta era su vida, después de todo, y si no lo entendían, entonces era el momento de decir
adiós.
Caminando por el camino sintió el crujido bajo sus botas. Con cada paso que
daba, sentía como si estuviera caminando hacia su ejecución. No dejaba de recordar la
repugnancia en la cara de su madre y las oleadas de náuseas le golpeaban. Pero él estaba
decidido a hacer esto, él necesitaba hacerlo.

Caminando sobre el pequeño sendero que conducía a los escalones de la entrada,


Tate se detuvo cuando vio a su padre agachado en el jardín que rodeaba el porche. Él
todavía no lo había oído, por lo que Tate lo observó mientras él trabajaba.

De niño, había idolatrado a su padre. Era el hombre que había querido ser cuando
creciera. Alto, su padre estaba alrededor de seis pies, y durante todo el tiempo que Tate
podía recordar, siempre se le había comparado con él.

“Cada día te vuelves más y más como tu padre. Un hombre tan bueno. Y esos
rizos... Tú eres la viva imagen de él, Tate”.

Su padre siempre se había sentido orgulloso de esa comparación. Le daba una


palmada en el hombro y les decía: “Este es mi chico, y estoy muy orgulloso de él”. Tate
se preguntó si todavía se sentiría así.

Mientras daba un paso más cerca, sus pies crujieron de nuevo sobre la grava, esta
vez alertando a su padre de que estaba allí. Tate lo observó y él se levantó lentamente.
Sacudiendo la tierra de sus manos, salió del lecho del jardín en el que había estado
trabajando.

—Hola papá.

—William —Su voz era firme y distante, y Tate podía sentir sus palmas húmedas
por la forma en que lo miraba, inspeccionándolo como si fuera de alguna manera...
diferente.

—Quise pasar a verlos…

—¿Por qué? —Interrumpió su padre, y Tate tropezó con sus palabras—. ¿Ha
cambiado algo?

Tate sabía lo que estaba realmente preguntando. ¿Se ha dado cuenta de que era un
error? Pero él no estaba allí para disculparse por sus elecciones.

—No. Nada ha cambiado.

Su padre asintió con decisión y luego miró más allá de su hombro.


—Entonces no sé por qué estás aquí.

Tate se encogió como si su padre lo hubiese golpeado y luego dio un paso


adelante.

—¿De verdad? ¿No sabe por qué estoy aquí? Esta es mi casa, papá.

Su padre siguió ignorándolo, y la indiferencia lo enfureció.

—Mírame —exigió Tate, y su padre lo miró fijamente, eran sus propios ojos—.
¿Estás dispuesto a dejar que me vaya, no saber de mí nunca más, así como así? ¿Por
quién estoy saliendo?

—Estás saliendo con un hombre, William. ¿Qué esperabas? Va en contra de todo


lo que creemos.

Tate apretó los puños por los costados y trató de mantener su calma a pesar de la
agitación que se formaba en su interior.

—Me enseñaron a amar a mi prójimo. Supongo que acabo de tomar un paso más
allá.

Los ojos de su padre se centraron en él intensamente, y la repugnancia hizo que


Tate se preguntara dónde estaba su verdadero padre. Justo como la semana pasada con
su madre, la persona delante de él era un completo extraño. Ambos habían mutado en
criaturas viles y desaprobadoras.

—Tu falta de sutileza sólo demuestra la mala influencia que ha tenido ese hombre
en ti. Tu comportamiento de la semana pasada fue imperdonable. Te comportaste
grosero, inapropiado e impudente.

Tate sacudió la cabeza, incrédulo de lo que estaba oyendo.

—¿Yo fui grosero e inapropiado? Me están sacando de sus vidas por la persona
que amo.

Todo el cuerpo de su padre se tensó ante su última palabra, y él lo miró


lentamente, como si lo estuviera viendo por primera vez. Después le dijo a Tate en una
voz que ni siquiera reconoció,

—Esta conversación se acabó. Su madre fue muy clara la semana pasada. Ya no


eres bienvenido aquí.
La conmoción y el dolor habían desaparecido. Tate podía sentir como su rabia
amenazaba con desbordarse. Ahora estaba lleno de ira. Cólera ante tal rechazo de su
propia carne y sangre.

—Si me voy, no voy a volver —Dijo, sorprendido de que su voz se mantuviera


estable cuando sintió que sus entrañas se desmoronaban—. He intentado hablar contigo,
para hacerte entender, pero soy un adulto. Voy a hacer lo que me hace feliz, y si eso
significa que ya no seré tu hijo, que así sea.

Tate se dio la vuelta y estaba a punto de salir cuando oyó las últimas palabras de
su padre.

—Ya no eres mi hijo de todos modos.

Tate estaba decidido a no dejar que su pie vacilara después de ese golpe, y sin
volver atrás, se abrió paso por el camino de lo que fuera su hogar, su lugar seguro.

Bajó por el sendero y escuchó su nombre mientras subía a su moto. Miró al


porche y vio que su padre había entrado, pero Jill estaba allí de pie. Ya era demasiado
tarde.

Era hora de seguir adelante, era hora de ir a su nuevo lugar seguro.

Era hora de ir a casa de Logan.

***

Logan se paró en el centro de su sala de estar y se dio cuenta por primera vez de lo
grande y vacío que se veía el espacio sin la mesa de café.

Tal vez es el momento de llenarlo con cosas que no sean mis muebles.

Anoche, cuando había llegado a casa, se había metido en la cama y se había


quedado allí, completamente despierto. Había estado repitiendo las últimas semanas una
y otra vez en su mente. Su familia, Diana, la familia de Tate, Tate desapareciendo por
una semana, y luego el tiempo que pasaron juntos lejos de todo y de todos.

Se sentía como si hubieran sido años en lugar de semanas, pero los había hecho
más que conscientes a ambos de lo que era importante, de lo que cada uno quería, y
Logan estaba tan sorprendido como Tate de que estaban bordeando esa palabra que
usualmente evitaban.
Había estado limpiando su lugar en las últimas horas, desde que Tate había
llamado para decirle que estaba de camino a casa de sus padres. Ese pensamiento le hizo
sentir enfermo.

La última vez que Tate se había ocupado de sus padres había sido un completo
desastre. Logan ni siquiera podía imaginar cómo iría en esta ocasión, y tuvo que admitir
el hecho de que al él no estar allí lo ponía un poco más nervioso.

¿Qué tal si lo convencen? ¿Él cambiaria de opinión?

No. Logan tenía que creer que lo que compartían era mucho más fuerte que eso, y
conocía a Tate. Tate era honesto hasta la médula, y no había manera de que le hubiese
mentido sobre sus sentimientos, no después de todo lo que habían pasado.

Había acabado de arrojar los últimos cristales rotos y estaba listo para sentarse con
una cerveza cuando empezaron a llamar a la puerta principal. Después de colocar la
botella en la encimera de la cocina, caminó por el pasillo y la abrió.

Allí, de pie delante de él, estaba un Tate con aspecto abatido. Él le miraba
fijamente, y sus ojos eran los de alguien que estaba afligido por una pérdida.

—Adelante.

Logan se hizo a un lado, y cuando Tate fue a pasar, tomó sus dedos. Tate se
volvió hacia él, y Logan no preguntó. Sabía que no estaba bien.

—¿Por qué no te quitas la chaqueta y tomas asiento? Estaba a punto de tomar una
cerveza y ver un poco de televisión.

Tate asintió y se trasladó a la sala de estar.

No había sido hace mucho tiempo que Tate había entrado por primera vez en su
apartamento, y ahora, mientras se quitaba la chaqueta y los zapatos y se sentaba en la
esquina más alejada del sofá, Logan se dio cuenta de que Tate se veía como si estuviera
en casa.

Entró en la cocina y tomó una segunda cerveza para Tate antes de dirigirse al
asiento a su lado. Cuando se acomodó, colocó su brazo en el respaldo del sofá.
Automáticamente, Tate entró y se apoyó en su costado.

—No fue tan bueno, ¿eh?

Tate no dijo nada, se limitó a sacudir la cabeza.


—¿Quieres hablar de ello?

Tate lo miró y le dio una sonrisa tan triste que rompió el corazón de Logan.

—No hay nada más que decir. Ambos dijeron lo suyo, yo dije lo mío. Está hecho.

Logan frunció el ceño hacia él.

—¿Lo está?

—Sí, lo está. Pero todavía me duele como el demonio.

Logan fue a poner las botellas en la mesa de café. Entonces recordó que no tenía
una y las colocó junto a sus pies.

—¿De verdad rompiste esta cosa? —murmuró Tate.

—Sí. Mal carácter supongo.

Tate se tocó la barbilla.

—No. Yo te lastimé.

—Nop.

—Sí — dijo Tate de nuevo y se sentó para colocar un suave beso en la boca—. Te
he hecho daño, y lo siento.

—No te disculpes conmigo. Necesitabas espacio. Lo resolvimos a nuestro modo y


encontramos el camino de regreso, ¿no?

Tate le sonrió, y cada preocupación de Logan había desaparecido bajo el poder de


la misma.

—A veces eres muy dulce, Logan Mitchell.

Logan pasó una mano por la mejilla de Tate y le acarició la barbilla.

—Shh. Nadie puede saberlo nunca.

—No te preocupes. No voy a decirle nada a nadie.

—Mejor que no lo hagas. Mi reputación ya está muy comprometida.

Tate tomó la mano en su mejilla y entrelazó sus dedos.


—¿Y esa es?

—¿Eso quiere decir que no te has enterado?

Sacudiendo la cabeza, Tate alzó la vista hacia él, y Logan le hizo un guiño.

—Sí. Aparentemente, he intentado algo con alguien hace un tiempo, y ahora,


simplemente no puedo conseguir suficiente. Me he vuelto... adicto.

Tate se rió entre dientes y rodó a su lado para quedar tumbado junto al sofá con la
cabeza en el muslo de Logan, observándolo.

—Eso suena horrible.

—Lo es. La gente está hablando...

—Estoy seguro de que lo hacen.

—Quejándose de que ya no estoy disponible para... el mercado.

Tate no pudo seguir manteniendo el tipo y se echó a reír.

—Esto es algo serio —Logan le dijo, con la cara sombría, y la boca apretada.
Estaba teniendo problemas para no reírse—. No creo que debas reírte de esto.

—Entonces, ¿qué debería hacer? ¿Quieres que me moleste el hecho de que ya no


estas durmiendo con la mitad de Chicago?

—Yo quiero que sepas...

Los lados de los ojos de Tate se arrugaron cuando preguntó:

—¿Sí?

Logan bajó la cabeza y capturó la boca de Tate en un beso y luego le dijo:

—Fue sólo algunos de Chicago. Y tal vez unos cuantos fuera de ella. Te lo
dije. Soy selectivo.

—¿Y ahora? —Preguntó Tate.

—Ahora estoy siendo realmente selectivo. Es como decir, que sólo hay un
escogido, una sola opción, y una sola persona incluso en quien pensar.
—¿Oh si?

Logan asintió.

—Sí. Desde que me sirvió un gin tonic y me dijo que era hetero.

Tate simuló estar en shock.

—¿Él te dijo que era hetero y fuiste tras él de todos modos?

—Mhmm. Él se mostró inflexible —besó a Tate nuevo—. Me dijo que no había


manera en el infierno que él alguna vez me besara.

—Pero ha cambiado de idea, ¿eh?

—Por supuesto —dijo, lleno de arrogancia—. Me gano la vida venciendo


argumentos. Él no tenía ninguna posibilidad.

La boca de Tate se movió bajo la de él en una sonrisa.

—No estabas hablando mucho el día en que pusiste tu agenda en la sala de


conferencias.

—Bueno, a veces hay que probar un punto con la evidencia física.

Tate puso las manos sobre los hombros de Logan y lo empujó ligeramente.

—Oh, ¿Eso era lo que hacías?

—Sí, y me parece que una gran cantidad de presentaciones orales fueron útiles
también.

Tate sacudió la cabeza de lado a lado, sin dejar de sonreír.

—Tú eres de otro mundo, ¿lo sabes, verdad?, gracias.

—¿Por?

—Porque siempre das lo mejor de ti — Tate se rió.

—Estoy bastante seguro de que por lo general fui muy malo en esta parte del dar
en las relaciones.

Tate se incorporó y se sentó a horcajadas sobre su regazo.


—Estoy bastante seguro de que no lo hacías. Pero usted es bueno dando en otras
partes —Tate le pasó las manos por encima de sus hombros y luego dijo—: Quiero
hacer algo divertido. Algo que nos haga olvidar estos últimos dos días de mierda —Se
detuvo, cerró los ojos y susurró—: Quiero perderme por un tiempo.

Logan pensó por un momento y luego preguntó:

—¿Qué tal Batida?

Los ojos de Tate se abrieron y se veía ligeramente conmocionado.

—Sé que he estado aprendiendo y haciendo mucho últimamente, y sí, voy a tratar
de hacer más cosas…

—¿Tate? —rió Logan.

—¿Sí?

—Es un club nocturno. Pero por favor, no dudes en terminar tus palabras. ¿Has
dicho que vas a tratar de hacer más cosas?

—Idiota —murmuró Tate.

—Tú eres el que está dando lo mejor de ti para mí —Logan le guiño un ojo—.
Vamos a bailar.

***

La música latía con fuerza, el club se iluminó débilmente, y mientras Logan se


abría paso a través de parejas girando, sintió los dedos de Tate apretarse alrededor de los
suyos. Había escogido un lugar que conocía bastante bien, Batida.

Era un lugar donde había un poco de todo, incluyendo hombres bailando con
mujeres, mujeres bailando con mujeres, y... se detuvo en la esquina de la pista de baile y
atrajo a Tate a su cuerpo, hombres bailando con hombres.

Se había imaginado que Tate se sentiría un poco más cómodo en torno a una
mezcla de gente, y cuando sus brazos le rodearon el cuello y cerró los ojos, Logan supo
que había estado en lo cierto hasta que…

—Ah, mi abogado favorito y su “amigo”. Juro que los dos consiguen ponerme
más caliente cada vez que los veo. Por lo que es una lástima que no los vea mucho.
Tate se congeló frente a él, y Logan cerró los ojos, esperando que la voz que
gritaba y que sobresalía de la música no fuera…

—Robbie —Tate respondió por él mientras saludaba al intruso.

Logan se volvió para ver a Robbie acercarse a ellos.

—Pensé que eras tú. Es difícil ignorar a alguien como Logan. O a ti, si fuera el
caso —añadió, guiñando un ojo a Tate.

Ligón de mierda.

—De hecho, creo que te vi sonreír a Logan cuando entraste. Por supuesto, podría
estar equivocado, ya que es un evento tan raro, pero cuando apareció esa sonrisa, fue
fabuloso.

Logan se volvió hacia Tate, y en lugar de encontrarlo enfurecido, le sonreía a


Robbie, divertido. Luego miró hacia atrás para ver los ojos de Robbie que estaban
brillantes y follandose a Tate, y no pudo evitar sacudir la cabeza ante las payasadas del
tipo.

Como de costumbre, Robbie estaba vestido muy parecido a la noche que ellos
habían conectados. Los pantalones flojos y negros que cabalgaban en sus caderas flacas,
y una camiseta de malla rosa brillante que estaba cortada para exponer desde su ombligo
hacia abajo. Sus ojos estaban realzados por un delineador de ojos negro y su cabello
rubio estaba adornado con gel suficiente para el cabello, que ni siquiera las manos más
ocupadas podrían estropearlo.

Él era lindo y lo sabía. Hubo un tiempo en que realmente él lo habría trabajado


para conseguirlo, pero cuando Logan sintió que el cuerpo de Tate le rozaba al lado,
sabía que ese tiempo ya había pasado.

Tate, con sus pantalones de cuero, su camiseta blanca y ajustada, y la chaqueta de


cuero que había dejado en la puerta, era el tipo que podía darle todo lo que él quería, y
Logan no se había dado cuenta de lo mucho que lo ansiaba hasta ahora.

—¿Sabías que aquí conocí a Logan? Y bailamos toda la noche —Robbie recordó
y hablo sobre la música.

—Seguro —respondió Tate, lo suficientemente seguro como para no hacerle una


pregunta. Era más como una respuesta superficial, y con el brazo alrededor de la cintura
de Logan, era obvio que Robbie no lo amenazaba de ninguna manera.
Joder, eso es caliente.

—Fue un baile y luego nos fuimos. No nos dejemos llevar, Cenicienta. No era tu
gran baile —Logan interrumpió.

—No —Robbie estuvo de acuerdo, sonriendo como un duende—. Era el tuyo. El


de ambos. Esa fue una gran noche.

Logan se quejó y el cuerpo de Tate vibró con la risa.

—¿Cuándo fue una buena noche?

Tanto él como Tate miraron por encima del hombro de Robbie al hombre que se
había parado detrás de él. Era un tipo alto, musculoso en pantalones vaqueros y una
camisa blanca abotonada. El rostro le era familiar, pero Logan no podía recordar de
dónde. El hombre parecía exudar despreocupación y se le veía relajado con el cabello
rubio largo que fue empujado detrás de sus orejas y golpeó el cuello de su camisa, pero
sus ojos astutos y la grave línea de su boca gritaban confianza y control.

—La noche que conocí a Logan —declaró Robbie, haciendo un gesto en su


dirección antes de añadir una introducción.

—Él es Daniel.

Los ojos del hombre lo encontraron a él y a Tate, y mientras los medía, Logan
captó un destello de calor... y de interés.

—Sí, puedo ver que sería una noche que valdría la pena recordar. ¿Y usted? —
Daniel preguntó mientras sus ojos se desplazaron a Tate—. ¿Cuál es tu nombre?

Por primera vez desde que conocía a Tate, Logan sintió la intensa necesidad de
hacerle saber a quién pertenecía y envolvió un brazo posesivo alrededor de su cintura.

—Tate.

—Por lo tanto, Logan y Tate. Bonito. Muy agradable. Noche de chicos.

Su voz era suave como el whisky, y Logan sintió que Tate se movía a su lado y
sabía que estaba sintiendo la misma apreciación sexual del hombre.

—Hey —respondió Logan. Luego volvió sus ojos a Robbie, que estaba mirando
entre él y Daniel.
—Me di cuenta de ambos tan pronto como entraron, y Robbie me dijo que te
conocía.

Logan entrecerró los ojos en el rubio, y luego se concentró una vez más en el
hombre que parecía querer algo. Dos cosas para ser exactos.

—¿Él dijo eso?

—Sí —respondió Daniel, con los ojos clavados en los de él en un punto muerto—.
Él lo dijo.

Los dedos de Tate ahora le acariciaban el culo, y Logan tuvo que reprimir una
carcajada por el hecho de que no parecía molesto en absoluto que el tipo delante de ellos
los estuviera follando con los ojos a los dos.

—¿Están los dos libres más tarde?

Logan estaba a punto de contestar cuando Tate finalmente decidió hablar, y como
siempre, no lo decepciono.

—No, no lo estaremos. No jugamos bien con los demás.

Logan se volvió a mirarlo a los ojos y la expresión de Tate era, “pero voy a jugar
contigo”.

—Te lo dije —declaró Robbie, y Daniel les dio a ambos una sonrisa de
satisfacción y una inclinación de su cabeza mientras envolvía un brazo alrededor del
hombro de Robbie.

—Sí, me lo dijiste.

Robbie se inclinó hacia el costado de Daniel antes de darle una minuciosa mirada
una vez más a Logan y a Tate, con una completa sonrisa descarada.

—¿Qué? No puedes culpar a un chico por intentarlo. Ustedes dos…

—No nos interesa —Logan terminó para él—. Pero espero te diviertas estas
noche.

Robbie miró a Tate y luego de vuelta a él antes de quejarse,

—Diviértanse ustedes también.


Logan sintió que la mano de Tate le apretaba el culo, y antes de que pudiera
hablar, Tate lo hizo.

—Oh, él lo hará.

Entonces Tate se acercó a él y le rodeó el cuello con los brazos, haciéndolo más
que obvio que habían terminado con la conversación, hecho con la intrusión, y listo para
bailar al latido pesado de la música pulsante.

Logan colocó sus manos sobre la espalda de Tate y las condujo hasta sus
omoplatos, y no pudo evitar poner su boca sobre él.

Me encanta que ya puedas y quieras hacer esto, pensó, dándole un beso en el


cuello. Me encanta que estés aquí, conmigo.

La cabeza de Tate colgaba a un lado, y cuando el sudor salado de su piel suave


golpeó la lengua de Logan, era difícil recordarse a sí mismo que estaban en público.

Tate ensanchó sus piernas, y Logan presionó una de las suyas entre sus muslos.
Podía sentir los dedos de Tate retorciéndose por la parte de atrás de su pelo mientras sus
caderas se balanceaban entre sí, y la idea de concentrarse en alguien o cualquier otra
cosa que no fuera correr con sus manos por todo el cuerpo de Tate, dejaba su mente.

Arrastró sus dedos por la espalda de Tate hasta los pantalones de cuero que
cubrían su culo. Amaba la sensación de ellos, y cuando la boca de Tate encontró su
oreja y dijo, “Más Duro”, la polla de Logan se puso rígida como si lo hubiera acariciado
físicamente.

Logan cerró los ojos y, cuando los labios de Tate se movieron sobre su oreja,
ahondó sus dedos. Las caderas de Tate avanzaron como si estuviera dentro de él. Luego
siseó, “Sí”, y Logan gimió.

Jesús. Tendré suerte si llego a casa sin atacarlo.

Tate se retorcía contra su pierna y su cuerpo como si ya estuvieran en algún lugar


oscuro y privado, lo que hizo que Logan quisiera...

Llevó su boca al oído de Tate y susurró:

—Date la vuelta.

Tate dio un pequeño paso atrás y, sin dudarlo, se volvió. Logan no esperó un
segundo antes de encajarse contra la longitud sexy de su cuerpo. Puso sus manos
extendidas sobre las caderas de Tate y lo empujó hacia atrás hasta que su culo acunaba
su dolorida polla.

—Joder, sí —gruñó Logan, girando contra las curvas redondeadas que llenaban el
cuero de Tate—. No les culpo por quererte, pero ellos no pueden tenerte.

Tate alzó los brazos para colocarlos detrás del cuello de Logan y miró por encima
del hombro con ojos de ojos llenos de deseo.

—También te querían a ti, pero...

—No compartimos —dijo Logan y luego pensó: Una noche, y muy pronto, voy a
joderlo así, en esta posición. Desnudo y frente a un espejo, así podré ver cada
centímetro de él.

***

Tate se entregó totalmente a Logan y a la música mientras golpeaba un ritmo


seductor. La boca de Logan estaba en su oído y Tate podía oír su respiración pesada
mientras se movía contra él, viviendo la fantasía que había tenido la última vez que
había estado en un club.

Podía sentir las manos de Logan sosteniéndolo en su lugar mientras golpeaba su


erección contra la grieta de su trasero. Tate deseó poder estar solos, pero estaban en la
esquina de una habitación llena de extraños que también estaban ocupados chocándose
y moliéndose.

Cerró los ojos cuando una de las manos de Logan se deslizó más lejos alrededor
de su abdomen y —ahh sí— la aplastó contra su erección. Luego volvió la cabeza y los
labios de Logan estaban sobre los suyos.

—Abre la boca.

Los labios de Tate se separaron inmediatamente y Logan se zambulló adentro para


probar. Tate aspiró ansiosamente la lengua de Logan mientras su mano se enrollaba
alrededor del cuero que cubría su polla.

Ser besado por Logan era como una experiencia fuera del cuerpo. Se sentía como
si cada parte de su cuerpo se estuviese estimulando a la vez, y mientras él seguía
acariciando su sexo dolorido, Tate pensó que estaba cerca de correrse.

Él quería estar a solas con Logan, y él lo quería ahora.


Tate se volvió y dio un beso en la mejilla de Logan.

—Llévame a algún lugar. Solo tú y yo.

Más rápido de lo que Tate creía posible, Logan lo tomó de la mano y lo hizo pasar
por la barra y entrar en un pasillo que tenía varias puertas y alcobas diferentes. Sin decir
una palabra, Logan lo atrajo hacia uno de los rincones laterales oscuros y se apoyó
contra la pared.

—¿Con esto bastará?

Tate se lamió los labios mientras Logan plantó sus manos por la cabeza.

—Sí. Quizás…

Sus palabras fueron cortadas cuando Logan bajó una mano y acarició con sus
dedos toda su polla rígida.

—¿Qué deseas?

La cabeza de Tate se apoyó en la pared mientras se movía contra la mano


haciéndole masaje a través de sus pantalones. Había pensado que quería que Logan
dirigiera el programa esta noche, pero ahora se encontró diciendo:

—A ti.

Tate se apartó de la pared y movió al musculoso Logan hacia atrás hasta que era él
quién estaba ahora contra de la pared. Entonces tomó la boca de Logan en un beso
explosivo.

Las lenguas, las manos y el sudor se combinaban todos juntos mientras empezaba
a moler contra el cuerpo de Logan, y logró lo que había decidido hacer esta noche: Se
olvidó de todo, excepto del hombre que estaba contra él.

—Te necesito —jadeó contra los labios de Logan—. Nunca te he necesitado


más. Vamos a casa.
Logan apenas logró pasar la puerta de su apartamento cuando se vio impulsado de
cara contra la pared. Apenas tuvo la oportunidad de prepararse antes de que Tate
estuviera aplastado contra su espalda.

Tate frotó su erección contra su culo, y Logan gruñó mientras cerraba los ojos y
descansaba su mejilla contra la fría pared.

—Tuve esta fantasía de bailar contigo esa noche que me encontraste en HAZE.

La mano de Tate serpenteaba alrededor de sus caderas hasta la parte delantera de


sus pantalones, y Logan sacudió sus caderas contra esos dedos que lo amasaban.

—¿Y cómo te ha parecido la realidad?

Sintió los labios de Tate en su cuello mientras él colocaba varios besos a lo largo
de él.

—Joder, fue increíble. Nunca he sido bueno en el baile, pero Jesús, la forma en
que lo haces es como tener sexo de pie. Lo que me hizo pensar...

Logan volvió su rostro y los labios de Tate se encontraron con los suyos. Lo besó
con fuerza, y cuando se apartó, su boca se inclinó en una sonrisa sugerente.

—¿Cómo sería tener sexo contigo, de pie, así como estamos? Tu mirada al frente,
y manos en la pared, Logan.

La polla de Logan se endureció ante la instrucción y levantó las manos para


colocar las palmas en la pared y apartó ligeramente la mitad inferior de su cuerpo hacia
fuera en dirección a Tate.

—¿De esta manera, dices?

El cuerpo de Tate dejó el suyo, y Logan sintió una mano que recorría toda su
espalda.

—Exactamente como esto.


Podía oír el movimiento detrás de él y trató de hacerse con el control de sí mismo,
para hacer lo que le habían dicho, pero estaba tan jodidamente excitado que apenas
podía soportar el suspenso.

—Yo estaba tratando de quitarme la ropa al entrar. Ponerme más cómodo en casa.
No te importa, ¿verdad? —Logan apretó los dientes y luego sintió las manos de Tate en
las caderas.

—Eso fué lo que me dijiste la primera vez que vine aquí: “Quítate toda tu jodida
ropa si te hace sentir más cómodo”... Y esta noche... —Logan cerró los ojos mientras
los labios de Tate le rozaban la oreja—: es así.

—Eres un maldito bromista —dijo con voz ronca.

Tate movió sus manos alrededor de su cintura y desabrochó la parte superior de


sus propios pantalones.

—No estoy bromeando, y quieres esto, ¿no? Aquí contra la pared, con los
pantalones alrededor de los tobillos.

—Sí —dijo entre dientes, y sus caderas empujando de nuevo hacia Tate.

—Ya me lo imaginaba.

Logan contuvo el aliento cuando las manos de Tate regresaron a él y


desabrocharon sus pantalones y los empujó a sus pies. Fue a alejarse de ellos y
consiguió un pie libre cuando Tate abrió la boca y lo detuvo.

—Déjalos allí. La idea de ver tu ropa a medio quitar mientras deslizo mi polla
dentro de ti es caliente como el infierno. Como si no te importara que te fuera a follar, y
no pudieras esperar a que yo te tuviese.

Entonces estaba contra él, y la polla desnuda de Tate estaba anida entre las
mejillas de su culo.

—¿Y Logan? Joder, no puedo esperar para tenerte.

***

Tate se quedó mirando la camisa blanca que cubría la espalda de Logan y la


empujó hacia arriba con las manos hasta que estaba arrugada por encima de sus
omoplatos. Logan tenía los brazos estirados, apoyándose contra la pared, y los músculos
de su espalda estaban tensos mientras él permanecía allí, las caderas y el culo de Logan
apuntaban en su dirección.

Tate dobló ligeramente sus rodillas, arrastró su pene a través de las mejillas
apretadas de Logan, y cerró los ojos por un segundo. Estaba prácticamente vibrando con
su propia energía, una mezcla de excitación y poder, y necesitaba controlarse a sí
mismo.

Se llevó dos de sus dedos a la boca y los chupó entre los labios, asegurándose de
hacerlo lo suficientemente fuerte para que Logan oyera el sonido en el tranquilo silencio
del apartamento. Sabía que había llegado el sonido hasta él cuando un gemido gutural
dejó al hombre frente a él, y Logan empujó hacia atrás contra él.

Al liberar los dedos, Tate se burló de él:

—¿Quieres esto, eh?

—Que te jodan, Tate.

Tate utilizó todas sus fuerzas y empujó nuevamente contra Logan hasta que sus
brazos cedieron y él lo volvió a colocar con su mejilla contra la pared.

—En realidad, quien va a joderte soy yo si no te importa.

Logan trató de moverse contra él, pero Tate no cedió y lo mantuvo en su lugar.

—¿Estás seguro de eso? Todo lo que escucho es mucha charla.

Tate se rió en su oído y llevó su dedo mojado a la línea del culo de Logan. Con
una exactitud infalible, encontró su agujero. Las mejillas de Logan se tensaron y Tate le
mordió la oreja.

—Estoy seguro. Y te va a encantar cada puto segundo.

Sentía temblar todo el cuerpo de Logan contra él.

—¿Lo quieres duro, Logan? ¿O quieres que yo…?

—Duro.

Tate sintió una emoción subir por su espina dorsal mientras empujaba su dedo
dentro de Logan sin más advertencia.
—Cristo —siseó Logan, y Tate frotó su polla goteando sobre la mejilla
redondeada de Logan.

—Estas tan jodidamente apretado.

—Así como lo estás tú —le dijo Logan, con su voz rasgada.

—Sólo tú lo sabes —murmuró Tate y sacó su dedo hacia fuera.

—Me encanta que me lo permitas solo a mí… todo contigo.

Podía oír que la respiración de Logan se aceleraba cuando le dijo:

—No te muevas.

Luego desapareció de la vista de Logan.

***

Como si él se fuese a ir a cualquier maldito lugar.

Logan observó con el rabillo del ojo cuando Tate desapareció de su vista, y
cuando sintió dos manos en su trasero tirándolo, no podía creer lo que estaba a punto de
suceder.

Cerró los ojos cuando sintió primero el cabello de Tate sobre la piel de su culo,
luego su nariz, justo antes de —maldito infierno, sí— una lengua tibia y húmeda
moviéndose por su agujero ansioso. Logan gruñó y empujó sus caderas hacia atrás, y
Tate clavó sus dedos una vez más y lo ensanchó, para retornar a la hendidura sombría
con la punta de su lengua.

Tate había jugado con él un par de veces antes cuando se trataba del beso negro.
Unos pocos movimientos rápidos de su lengua aquí y allá, pero ahora mismo, mientras
se arrodillaba detrás de él y lo abría, Tate no estaba jugando.

Cuando la punta de su lengua entró en él, Logan tuvo que llevar su mano hasta
abajo y apretar un puño alrededor de su polla. Estaba tan cerca de correrse por la
sensación de la lengua de Tate en su culo, pero sabía que había más por venir, así que
no había forma de que arruinara esto al explotar en la pared antes de tiempo.

La boca de Tate lo dejó, y un grito bajo escapó de él hasta que los dedos de antes
estaban de vuelta y deslizándose dentro de él.
—Ahh.

Un puto gruñido salió de Tate y casi le hizo mendigar hasta que unos dientes
fuertes encontraron la mejilla de su culo y se hundieron en su carne. Logan trató de
recuperar el aliento, pero estaba a punto de correrse cuando Tate calmó la picazón del
mordisco con besos y tijeras sus dedos dentro de él. Tate había estado prestando
atención, y como el infierno si eso no lo encendía aún más.

Cuando esa lengua hábil le hizo cosquillas en la parte superior de su grieta, Logan
acercó su mano y se la mantuvo abierta para él.

Hay está ese maldito sonido otra vez.

Estaba entre un zumbido y un gemido, y viniendo de Tate, era sexy como el


infierno. Parecía que estaba a punto de atacar en cualquier momento, y lo hizo. Su boca
se acercó más, y cuando él sacó sus dedos, se inclinó hacia adelante y lamio el lugar
antes de empujar nuevamente con lengua y dedos hacia dentro.

Logan sintió que sus ojos rodaban hasta la parte posterior de su cabeza, y ya no
podía soportarlo más.

—Ahora, Tate. Ahora.

Los dedos y la lengua salieron de su cuerpo, y mientras él estaba allí con un brazo
apoyado contra la pared, con el otro se envolvió firmemente alrededor de la base de su
polla. Oyó el sonido del desgarre de un preservativo y una botella, y sabía que Tate
estaba colocándose el condón y lubricándolo.

Hizo un conteo desde cincuenta hacia atrás, intentando recuperarse. Entonces Tate
estaba detrás de él y la cabeza de su polla estaba empujando en la entrada. De nuevo,
sintió que Tate empujaba su camisa hasta sus hombros, y luego los cálidos labios
tocaron la parte superior de su espina dorsal mientras su voz llenaba el aire.

—Eres increíblemente sexy, y yo soy tan jodidamente suertudo de tenerte.

Antes de que Logan pudiera responder, Tate condujo su polla dentro de él en un


solo golpe duro.

***

El sonido que salió de Logan al penetrarlo hizo que Tate estuviese a punto de
enloquecer.
Fue un grito ronco de plenitud, y cuando Tate se quedó inmóvil dentro de él,
sintió una de las manos de Logan bajar a tomar el lado de su muslo. Soltó la camisa de
Logan y se agarró a su hombro, tirando de él hacia arriba y empujando aún más
profundo.

—Sí... Tate. Maldita sea.

Tate podía sentir la parte de atrás de los muslos de Logan contra el suyo, y su culo
estaba firmemente apoyado contra su ingle. Envolviendo un brazo alrededor del cuello
de Logan, le besó la oreja y susurró:

—¿Te gusta así?

No tuvo que esperar por una respuesta cuando los dedos de Logan se aferraban a
su muslo con más fuerza. Simplemente se retiró lentamente y luego volvió a entrar a su
casa.

La cabeza de Logan cayó sobre su hombro, y él se agachó para agarrar su polla.


Tate le besó el costado del cuello y sonrió contra la curva donde se encontraba con su
hombro, exactamente donde le cubriría su camisa. Luego empezó a chupar.

Sintió que las caderas de Logan empezaban a moverse y tiraban de su polla, y


cuando él se cerró de golpe, llevándolo de nuevo al interior, Tate sostuvo sus caderas y
lo dejó ir.

Oh, claro que sí. Haz toda la mierda que quieras sobre mí, mientras yo dejo mi
huella en ti.

Se tambaleó ligeramente por la fuerza de los empujones de Logan, y de repente


Tate tuvo una idea.

—Detente.

Al instante, todo el cuerpo de Logan se congeló.

Tate se apartó lentamente de él y se movió hacia la pared opuesta. Cuando Logan


miró por encima de su hombro, Tate levantó un brazo y torció un dedo llamándolo.
Sonrió mientras Logan se quitaba el pantalón del tobillo y cruzaba el espacio.

Cuando se detuvo frente a él, Tate instruyó:

—Date la vuelta.
Logan entrecerró los ojos ante el comando mandón pero lo hizo de todos modos.
Sin esperar, Tate le agarró las caderas y lo empujó hacia atrás.

—Ahora puedes follar mi polla como si no pudieras tener suficiente, y no me


caeré.

—Tu boca está muy sucia esta noche.

Tate le penetró con un empuje suave y le mordió el hombro.

—Sí, lo está, y joder, a ti te encanta.

—Dios, eso es verdad.

Tate extendió sus manos a cada lado de las caderas de Logan y se balanceó hacia
delante de la pared.

—Sí...

—Así que vamos, Logan. Utilízame que bajar.

***

Logan apoyó sus piernas y retorció su parte superior del cuerpo para poner una
mano en la pared detrás de Tate.

Tate tenía un agarre firme en sus caderas y estaba empujando su polla dentro y
fuera de él con más velocidad ahora que tenía el apoyo de la pared detrás de él. Sus ojos
castaños estaban clavados en él, y cada vez que tocaba el fondo, él gruñía de una
manera que hacía que Logan quisiera correrse.

Logan levantó una de sus manos y escupió en ella para poder continuar
acariciándose locamente su polla, mientras se jodía así mismo en la rígida erección de
Tate.

—Jesús.

Nada se sentía tan bien como cuando Tate se hacía al control de la situación. Era
como si siempre supiera lo que necesitaba, y ahora mismo, lo necesitaba duro y quería
adormecer su cerebro.

Tenía que alejarse de la hermosa cara que lo miraba fijamente porque todo se
hacía demasiadamente mucho, y cuando los labios de Tate aterrizaron en su espalda y
su mano vino alrededor para ayudarle a acariciar su polla, Logan cerró los ojos y gritó
su nombre.

El clímax corrió hacia abajo y lo agarró en un apretón de sus bolas cuando Tate
entró en él con furia. Pero Tate no terminó con él, y mientras frotaba sus pegajosas
manos, se salió de él, le dio la vuelta y golpeó su espalda contra la pared.

—Joder, Logan —gruñó en la misma voz de antes—. Ponte de rodillas y quítate la


camisa. Quiero mirarte cuando me corra.

No hay problema, pensó y se quitó la camisa, mientras Tate se retiraba el


condón. Estaba teniendo dificultades para mantenerse en pie de todos modos, y cuando
Tate empezó a masturbarse con su mano hecha un puño manchada de su corrida, Logan
lo miraba hipnotizado.

Tenía la cabeza inclinada hacia adelante, mirando hacia abajo, donde él se


arrodilló desnudo a sus pies, y las venas de su cuello estaban brotadas. El cuerpo entero
de Tate se flexionó y se tensó con cada empuje y zarandeo de sus caderas mientras él
trabajaba febrilmente su polla.

—Oh, claro que sí. Vamos, Tate.

Tate amplió su postura, se inclinó hacia delante con la mano libre, y cogió un
puñado de su pelo, inclinando la cabeza de Logan hacia atrás. Pero no fue hasta que
Logan levantó una mano y le tocó con los dedos las bolas de Tate, lo cual le arrancó un
grito y él se corrió magníficamente por todo el pecho y el cuello de Logan.

—Ahh, puto infierno —Tate maldijo, y mientras su mano se aflojó en su cabello,


Logan se levantó y recorrió con su dedo a través del líquido pegajoso que había
golpeado en su pezón.

Miró directamente a Tate mientras se llevaba el dedo a la boca y lo chupaba.

Tate soltó una risa gutural y se deslizó por la pared enfrente de él.

—No tan dulce después de todo —Logan comentó con un guiño.

—¿No?

Logan sacudió la cabeza.

—Hay un toque de dulce con una ración completa de terco y sucio como la
mierda.
Tate levantó una ceja, como diciendo: “¿Y?”

—En otras palabras, el sabor es perfecto.


Logan llegó a trabajar temprano el lunes por la mañana, y mientras estaba
bebiendo su café en su escritorio, comenzó a pensar en la noche anterior.

Después del acoplamiento increíblemente intenso en su salón, se habían arrastrado


a la cama y Tate había colocado su cabeza en su hombro y se había quedado dormido.
Estaba muy cansado, sin duda agotado desde la semana anterior. Logan se preguntó si
Tate volvería a estar tan despreocupado como lo estuvo antes de que estallara toda la
hecatombe con su familia.

Logan había crecido con una madre algo escamosa, y a su padre ni siquiera le
había importado tenerlo en primer lugar, a ninguno de los dos parecía importarle la
preferencia sexual de su hijo: ya fueran chicos o chicas.

Tate era todo lo contrario.

Se había criado con una familia que lo amaba, una hermana que probablemente lo
habría idolatrado, y que asistían todos juntos a la iglesia y tenían comidas familiares los
domingos.

Ahora, su familia ya no era una opción. Lo habían rechazado.

Lo cortaron y lo desecharon a un lado por mi causa.

Un golpe en su puerta lo interrumpió, y cuando levantó la vista vio a Cole meter la


cabeza.

—¿Puedo entrar?

Logan se echó hacia atrás en su asiento.

—¿Desde cuándo preguntas para entrar?

Cole no se molestó en contestar. Acabó de abrir la puerta y entró. Después de


acercarse a la silla frente al escritorio de Logan, se sentó.

—Entonces, ¿cómo te fue en el viaje?


—¿Qué? ¿Sin una pequeña charla?

—Lo siento, ¿estamos en una cita?

Logan puso los ojos y frotó los dedos en sus labios.

—El viaje fue bien. Muy bien —hizo una pausa por un momento y luego sonrió—
. Pero, a diferencia de ti y de Rachel, no volvimos casados.

La mirada burlona que Cole le dio hizo que Logan se riera.

—Has venido aquí muy temprano.

—Tú también —señaló, y Cole aceptó.

—Sí. Necesito llevar a Rachel a la cita de su médico esta tarde, así que he venido
a colocar al día algunas cosas.

—Ahh, ya veo. ¿Y cómo va la futura madre?

—Increíblemente... sexy.

No es realmente lo que había esperado.

—¿Sexy?

—Sí. Rachel siempre ha sido, bueno...

—Lo recuerdo —contestó Logan cuando parecía que Cole estaba atrapado en su
cabeza fantaseando—. Te sorprendí follando con ella en tu escritorio una vez. ¿O lo has
olvidado?

—No. Fuiste un grano en el culo todo ese día, como de costumbre. Pero desde que
está embarazada, es como si su deseo sexual se hubiese desbordado de todas las
malditas formas posibles.

Logan se echó a reír al ver la expresión de incredulidad en el rostro de Cole.

—¿Y eso es un problema?

—Joder no —Cole le aseguró, y Logan esperó—. Pero estoy preocupado por


hacerle daño. Es tan pequeña y lo quiere así... Cole se cortó, parecía darse cuenta de lo
que había estado a punto de decir. Su hermano no era el tipo para discutir sus
actividades extracurriculares.
—Rachel no es la clase de mujer que se guarda algo así para sí misma. Si le duele,
ella te diría que te detuvieras.

—Lo sé. Tienes razón. Sólo me preocupa ella y el bebé.

—No puedo ni imaginármelo —dijo Logan mientras se inclinaba hacia adelante y


puso sus brazos sobre el escritorio.

Cole asintió.

—Sí. Es un nivel completamente nuevo, ¿sabes?

Hubo un corto período de silencio, y luego Logan le dedicó una sonrisa burlona.

—Realmente no.

El comentario fue suficiente para romper la tensión y Cole se rió entre dientes.

Logan luego recogió los papeles frente a él.

—Llegué temprano para revisar la lista de invitados para la cena del viernes. Estos
dos últimos son clientes empresariales nuevos.

Cole se puso de pie y tomó la lista de encima.

—Ahh, sí. Fueron adiciones de último minuto.

Logan abrió su portátil y lo encendió.

—Bueno. Voy a comprobarlo, así sabré a quién tengo que encantar en la cena, y
entonces deberíamos estar bien para ir a por ellos en las negociaciones.

Cole se volvió para irse, y justo antes de que él cruzara la puerta, Logan gritó,

—Voy a tener una persona más para el viernes en la noche.

Cole lo miró por encima del hombro y le dirigió una mirada de satisfacción.

—Lo sé. Ya se lo había dicho a Jane. Dile a Tate que Rachel no puede esperar
para verlo.

Logan suspiró y luego sintió una sonrisa en sus labios mientras su hermano
cerraba la puerta.
—Bastardo presuntuoso.

Él bajó la vista a la pantalla del ordenador frente a él y tecleó: LPCW


Arquitectura. Esperó a que la pantalla cargara, y cuando lo hizo, vio una hermosa
página web. La página web mostraba algunos de los edificios que la compañía había
restaurado y diseñado dentro y en los alrededores de Chicago.

Esto sería muy bueno para nosotros. Un cliente importante para agregar a la
lista de nuestras empresas.

Logan se desplazaba a lo largo de la barra en la parte superior y buscó en los


menús desplegables para ver a los propietarios. Cuando los encontró, hizo clic y
esperó. A continuación, las fotos comenzaron a aparecer.

AIA / LEED AP SOCIO - Lanza Powell y su imagen.

El tipo era bastante atractivo. Tenía cuarenta y tantos años, con cabellos y ojos
oscuros, pero nada extraordinario a destacar. Aparecía toda la lista de sus clientes y
negocios, y a Logan realmente le gustó esto. El hombre tenía los ojos astutos de alguien
que le gusta ganar dinero y mantenerlo.

Luego se dirigió hacia la segunda imagen y sintió que su boca se abría. Allí,
mirando hacia él, estaba AIA/ LEED AP SOCIO - Christopher Walker.

Oh, mierda.

El corazón de Logan comenzó a martillar en su pecho mientras el chico de pelo


rubio con ojos azules y encantadora sonrisa seguía mirándolo directamente a
él. Después de sacar a relucir su pasado con Tate, Logan de repente sintió como si el
karma estuviera llegando a joder con él de alguna manera.

¿Pero, para qué?

Centrándose en la imagen de nuevo, rápidamente cogió el teléfono y marcó a su


asistente personal.

—¿Sherry? —gritó él.

—Bueno, es encantador tenerte de vuelta —respondió ella con una voz tan llena
de sarcasmo que Logan hizo una mueca de dolor—. Buenos días a usted también, señor
Mitchell.
Infiernos. Estaba tan jodido que ni siquiera se había dado cuenta de que apenas
eran las ocho de la mañana. Totalmente contrariado, Logan se disculpó.

—Lo siento. Buenos días.

—Buenos días. Ahora, ¿hay algo que pueda hacer por usted?

Logan volvió de nuevo su atención a la pantalla y le preguntó:

¿Me puedes dar los nombres de los clientes que han confirmado su asistencia a la
Cena Empresarial de este viernes?

—Creo que el señor Madison colocó una lista en su escritorio esta mañana.

—Sí. Él me dio una lista de las empresas, pero no los nombres. Yo quería ver
quién va a asistir de LPCW Arquitectura.

Oyó unos papeles que se barajaban alrededor y luego la voz de Sherry regresando
a la línea.

— Está bien, dice el señor Lance Powell más un acompañante y —Logan cerró
los ojos y contuvo la respiración, pensando, Por favor no, por favor no, por favor—. El
señor Christopher Walker más un acompañante.

—Mierda.

La línea se quedó en silencio, y luego Sherry tosió como si se aclararse la


garganta. Fue entonces cuando Logan se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta.

—Lo siento.

—No hay problema, señor Mitchell. ¿Necesita algo más?

Sólo un arma para poder dispararme.

—No, Sherry. Eso es todo.

Logan colgó el teléfono y lo miró furioso. Luego miró hacia la pantalla. Podía
sentir sus manos temblorosas mientras su mente corría a un millón de millas por hora.

¿Cómo puede estar sucediéndome esto, y precisamente ahora?


Se levantó y se apartó del recordatorio de su pasado. Era como una maldita
broma. Justo cuando confesó su peor pesadilla, volvió a acosarlo. Se frotó los dedos
contra su frente.

¿Cómo diablos se lo voy a decir a Tate?

“Oh, por cierto, ¿recuerdas a Chris? Sí, él va a estar en la Cena Empresarial. Ya


sabes, en la que se supone voy presentarte a todos como mi pareja”

Logan dio un puntapié en la pared y luego maldijo por el dolor que le subía por la
pierna.

Maldita sea. Sí, rómpete un pie, imbécil.

Sacó su celular y lo apretó contra su pecho, pensando en todos los escenarios


posibles. No había manera de que él no fuera a decirle esto a Tate, y la idea de decirle le
aterrorizaba.

Acababan de llegar a un buen lugar juntos... y ahora esto.

Al levantar su teléfono, busco el número de Tate y colocó un dedo para accionar


la llamada, y esperó a que contestara.

Logan casi deseó por un momento que la llamada se fuera al buzón de voz de
Tate, pero ¿qué coño iba a decirle?

—Buenos días.

Logan cerró los ojos y se imaginó a Tate exactamente cómo lo había dejado,
acostado sobre su espalda, la sábana por las caderas y una pierna por encima. Había
notado eso de Tate. Era casi como si no pudiera decidir si tenía calor o frío, por lo que
siempre se dio a la opción de poder calentarlo.

Eso lo hizo sonreír.

—Suenas medio dormido.

—Son sólo las ocho de la mañana. No todo el mundo tiene un trabajo de nueve a
cinco, ¿sabes? —La voz de Tate era burlona y relajada, y Logan odiaba que fuera él
quien iba a arruinar su buen ánimo.

—¿Has trabajado de nueve a cinco alguna vez?


—No. Y probablemente nunca lo haga. Me gusta jugar en la noche.

Logan oyó la invitación en la voz de Tate, y quería tomarla, pero…

—¿Oye? Necesito hablar contigo acerca de algo hoy ¿Crees que podríamos vernos
para el almuerzo? —Logan cerró los ojos y trató de hacer que su corazón disminuyera la
velocidad de una puta vez.

—¿Logan?

Oyó como las sábanas se movían ligeramente, y sabía que Tate se había sentado.

—¿Sí?

—¿Que está pasando?

Logan oyó la confusión en la voz de Tate y sabía que quería estar allí para calibrar
su reacción cuando le dijo esto:

—Prefiero hablarlo en persona.

—Oh, por supuesto, porque esto no va a asustarme toda la mañana.

Logan sabía que estaba diciendo esto todo mal. Nunca fue bueno tratando de decir
las palabras adecuadas cuando se trataba de Tate.

—No. No tiene nada que ver contigo.

La línea quedó en silencio y todo lo que Logan podía escuchar en el otro extremo
era la respiración de Tate.

—¿Nada que ver conmigo? Entonces, ¿con que tiene que ver, Logan? ¿Contigo?

Logan hizo una mueca ante el tono de Tate. Él estaba enojado, y Logan no podía
culparlo.

—Sí. Esto tiene que ver conmigo —De repente, él se dio cuenta de cómo sonaba y
añadió—: Tiene que ver con nosotros.

—Logan, ¿qué coño está pasando? Sólo ha pasado un par de horas desde que te
fuiste.

Se dio la vuelta y se quedó mirando la pantalla del ordenador donde todavía tenía
la fotografía de Chris centrada y trató de tranquilizar a Tate.
—No está pasando nada malo con nosotros. Es algo que ocurrió aquí en el trabajo.
Y me gustaría hablar contigo en persona sobre ello.

Oyó a Tate suspirar y pudo verlo en su mente pasando una mano frustrada por el
pelo.

—Bueno. ¿Dónde quieres que nos veamos?

Logan pensó por un segundo y luego sugirió,

— ¿El Daily Grind?

—Bien ¿A qué hora?

Sí. Tate estaba bien, pero bien cabreado. Logan miró su reloj.

—¿Qué tal al mediodía?

—Bien.

La respuesta de una palabra fue tan reveladora como el tono.

—¿Tate?

—¿Qué?

—No puedo esperar para verte.

Logan esperó mientras su corazón latía en su pecho. Entonces oyó a Tate


responder,

—Yo también.

Y respiró un poco más tranquilo.

***

Tate llegó a la cafetería un poco antes de lo que habían acordado y encontró una
cabina en la esquina de atrás.

Había sido un desastre toda la puta mañana.


Después de que Logan colgara, no hubo manera de que él pudiera volver a
dormirse, y él se quedó allí y trato de recordar con detalle todo lo que había ocurrido la
noche anterior.

¿Hice algo para molestarlo? ¿Ofenderlo?

No, no lo creía. Habían ido a bailar, y cuando llegaron a casa... él sabía que no
había ofendido a Logan en aquel momento.

Tal vez el estrés de su familia había llegado finalmente a Logan:

Vete a la mierda por ser tan evasivo. Me estoy volviendo loco.

Tate observó la puerta principal. Cuando se abrió y Logan entró, sintió que su
corazón saltaba. Parecía como si fuese la primera vez que Tate lo estuviese viendo.

Logan vestía un traje gris de tres piezas y un chaleco, con una camisa blanca
impecable y una corbata azul marino perfectamente atada. Tate le observó escudriñar la
cafetería detrás de sus gafas negras de moda, y cuando lo vio, Logan comenzó su
camino.

Tate trató de decidir qué había distinto en él mientras caminaba entre la gente que
recorría los mostradores. Cuando se acercó, se dio cuenta de que Logan se frotaba las
manos frente a él.

Está nervioso.

Tate lo observó detenerse junto a la cabina en la que se encontraba y le preguntó,

—¿Ya has pedido algo?

—No tengo hambre —le dijo, sacudiendo la cabeza.

—Está bien, entonces…

—Adelante, pide tu almuerzo, si quieres. Yo esperare aquí.

Logan miró al mostrador y luego se volvió hacia él.

—Dame un segundo. Sólo voy a pedir un café.

Claro, no es como si estuviera esperando toda la mañana para que me dijeras


qué demonios está pasando.
—Bien.

Logan se inclinó para besar su mejilla y le dijo:

—Si me dices bien una vez más, voy a darte una patada en el culo.

Mientras se alejaba, Tate le dio una falsa sonrisa llena de dientes y respondió:

—Está bien.

Logan tomó la barbilla entre el pulgar y el dedo índice y lo mantuvo en su lugar


mientras bajaba su boca para que sus labios se tocaron.

—Sabelotodo —susurró y los ojos de Tate se cerraron mientras Logan le apretaba


un beso en la boca.

Se perdió en la cabina mientras la lengua de Logan se deslizaba por sus labios, y


no fue hasta que oyó una tos del otro lado de la mesa que Tate se dio cuenta de que
alguien se había sentado.

Robbie.

—Esto es casi tan caliente como ustedes dos restregándose en la pista de baile
anoche.

Logan alzó la cabeza y Tate miró al otro lado para ver al travieso barista
sonriéndole como un gato que tiene a su presa.

—Está bien, Robbie. Fuera, ¿quieres?

—Oh, vamos, Logan. Se estaba poniendo bueno —se quejó. Luego bajó la voz
como si fuese a compartir un secreto—. Y obviamente a él no parece importarle la
audiencia.

—Él puede oírte —Tate le recordó a la pequeña mierda—. ¿No tienes un trabajo
que hacer?

Robbie masticó un trozo de goma de color verde brillante y asintió.

—Sí. Lo estoy haciendo. Vine a…

—¿Tomar nuestra orden? Tan considerado —Logan terminó con la conversación,


aunque era evidente por la expresión de Robbie que eso no era lo que él estaba a punto
de decir—. ¿Quieres salir de mi asiento?
—¿Qué tal si te sientas a mi lado? —invitó como si Tate no estuviera allí. El
hábito de Robbie de concentrarse en Logan y elegir olvidar el resto del mundo era un
hábito que volvía a surgir.

Tate observó a Logan desabotonarse la chaqueta y notó que él tenía su atención y


la de Robbie mientras se la quitaba y luego la arrojaba por el regazo de Robbie.

Logan se volvió y miró a Tate.

—¿Te molestaría correrte?

Tate se deslizó en la cabina, y Logan se sentó a su lado, colocando una mano en


su muslo debajo de la mesa.

—No tan lejos.

Tate tragó lentamente cuando sintió la mano de Logan apretar su muslo. Luego se
volvió de nuevo a Robbie, que estaba observándolos a los dos con una expresión a
medio camino entre los celos y la excitación.

—¿Robbie? —Dijo Logan.

Los ojos de Robbie encontraron los de Logan, y Tate sabía lo que estaba
sintiendo. Pobre niño. Logan era... potente.

—¿Puedes traernos un café expreso doble y un café con leche extra de avellana?

Tate volvió la cabeza en dirección a Logan, sorprendido de que se hubiese


acordado de su bebida. Entonces vio una sonrisa en sus labios.

—A mi chico le gustan las nueces.

Voy a matarlo, Tate pensó antes de que Robbie abriera la boca e hiciera que sus
intenciones asesinas se trasladaran hacia él.

—Entonces él tiene el conjunto perfecto para jugar.

Tate enfrento al punk que estaba riéndose de él a través la mesa. Entonces,


tranquilo como si nada, Logan anunció:

—Muy bien, Robbie. Hora de irse.


Se bajó de la mesa y colocó la chaqueta de Logan en el asiento, pero antes de irse,
los miró una vez más. Con la forma en que Tate lo miraba furioso, se sorprendió de que
Robbie todavía estuviese en posición vertical.

—Se turnan, ¿verdad? No me puedo imaginar a alguien tan gruñón como


tú siempre recibiendo.

—Robbie —gruñó Logan.

Entonces Tate lo sorprendió como el infierno.

—A Logan, yo lo tomo de cualquier modo como él quiera.

—Mierda, Tate —murmuró Logan, y Tate estaba más que satisfecho con la
mirada anhelante que apareció en el rostro de Robbie.

Eso es, pensó Tate. Nadie dudará jamás de quién es Logan, él es solo mío.

—El café sería genial justo ahora —Tate le dijo, sintiéndose bastante satisfecho de
sí mismo—.Gracias.

Robbie resopló y luego se alejó.

Tate creía que el noventa por ciento del chico era diversión y juegos, y el otro diez
por ciento tenía un gran enamoramiento de Logan.

Se dio la vuelta para mirar a Logan y se dio cuenta de que no podía culpar a
Robbie. Logan era... Logan. Si él lo hubiese tenido una vez y luego nunca más,
probablemente actuaría de la misma manera que lo hacía Robbie.

Entonces Tate recordó por qué estaba allí, y de repente, su confianza se fue en
picada. Frunció el ceño cuando Logan se volvió hacia él, y cuando colocó un brazo en el
respaldo de la cabina, Tate le dijo:

—Escúpelo.

Logan parpadeó ante la orden. Luego sus dedos tocaron el cuello de su camiseta.

—Logan, escúpelo. He estado a punto de enloquecer toda la mañana.

El ligero capricho de la boca de Logan le irritaba.

—No vuelvas a bromear sobre las nueces o te patearé en tus “perfectas”


Cuando añadió las comillas en el aire, Logan empezó a reírse.

—Realmente te vuelves un poco gruñón.

—¿Contigo? ¿Quién no lo haría? Me despertaste y me dijiste que necesitábamos


hablar. Hoy. Pero no por teléfono. En persona— Tate hizo una pausa y luego acercó su
cara a la de Logan—. Eres suficiente para hacer que cualquier persona este
malhumorada.

La mirada azul de Logan permaneció en la suya mientras decía en voz baja:

—Eso que has dicho no fue muy agradable.

—No me siento muy bien. Me siento jodidamente paranoico, y odio estar


así. ¿Qué está pasando?

Logan extendió la mano y le tocó con los dedos su mejilla antes de que él lo
atrajera y lo besara fuertemente en la boca.

—Se trata de la Cena Empresarial del viernes.

La mente de Tate comenzó a especular.

—Bueno. ¿Necesitaba me quede en casa?

—No —dijo Logan rápidamente y luego suspiró—. No hay manera fácil de decir
esto.

—Entonces, maldita sea solo dilo —declaró finalmente Tate, su paciencia


desapareció y Logan hizo lo que Tate le exigía... y lo dijo.

—Chris estará allí.


Logan se sentó en la sala de Tate y esperó.

No podía saber por qué sus palmas estaban sudorosas, pero lo estaban.

Esta noche era crucial en el curso de su futuro y relación — y el maldito de Chris


Walker iba a estar allí. Necesitaba dejar de pensar en ello de esa manera.

Esta noche, él estaba introduciendo a Tate a su mundo. A sus clientes y socios de


negocios como su pareja, el hombre de su vida. Esa era la forma en que tenía que pensar
en ello.

A medida que este pensamiento se asentaba, fue traído de vuelta al presente por la
apertura de la puerta del dormitorio, y Tate entro en el radar de su vista. Y mierda santa,
qué vistas.

Vestido con una camisa perfectamente planchada, con una corbata negra que
colgaba suelta alrededor de su cuello, Tate lo dejó absolutamente sin palabras. Estaba
jugando con el brazalete debajo de la chaqueta negra a medida que la estaba
acomodando a sus hombros, y mientras Logan se ponía de pie para ir a él, sabía que
nunca había visto a nadie más impresionante en su vida.

Se acercó a donde Tate se había detenido. Cuando llegó a él, Tate soltó su muñeca
y levantó la vista, y esa sonrisa sexy de mierda de él se enroscó en su boca, la misma
que le había visto Logan la primera noche que se habían conocido.

—¿Te gusta? —Preguntó con un brillo en sus ojos.

Oh, sí... Definitivamente me gusta. Pero Logan no dijo nada mientras levantaba
una mano e hizo un gesto para que Tate se volviera. La frente de Tate se levantó, pero
luego poco a poco comenzó a girarse.

El corte impecable de la chaqueta ajustaba el cuerpo delgado de Tate a la


perfección, y sus pantalones estaban tan bien ajustados que hicieron que Logan quisiera
tocarlo todo.

Cuando por fin completó su giro, volvió a preguntar,


—¿Te gusta?

—Mucho —Logan le dijo. Su voz era baja y llena de reverencia mientras extendía
la mano y tomó uno de los extremos del lazo de la corbata. Cruzó un lado sobre el otro y
se concentró en la tarea en cuestión.

—¿Así que no te avergonzaré esta noche? —Preguntó Tate.

A pesar de que lo trato de enmascarar con una sonrisa, Logan sabía que, en algún
lugar debajo del humor, Tate estaba realmente preocupado por eso.

Metió un extremo del lazo debajo del arco que había formado, y luego tomó uno
de los lados y lo apretó. Una vez que lo enderezó, dijo con la mayor sinceridad:

—Nunca estaré más orgulloso de ti, de lo que estaré esta noche.

***

Tate miró a los ojos de Logan, que estaban libres de las gafas, y vio que estaba
diciendo la verdad. Realmente estaba orgulloso de tenerlo a su lado, y eso hizo que el
corazón de Tate hiciera algunos saltos mortales, porque Logan estaba
simplemente... wow.

Logan siempre se veía sofisticado. Él rezumaba encanto. Pero esta noche, lo había
llevado a un nuevo nivel. Él también estaba vestido con un esmoquin, pero su camisa
blanca estaba punteada con botones negros en el centro y en los puños, que podía ver
asomándose por debajo de su chaqueta a medida. Tenía al menos una barba de tres días
que estaba perfectamente recortada a lo largo de su mandíbula y alrededor de sus labios
llenos, y mientras pasaba una mano por la solapa de Logan, Tate se dio cuenta de que
nunca se había sentido más orgulloso de sí mismo.

—Te ves increíble.

La boca de Logan se torció a un lado y le preguntó:

—En el buen sentido, ¿verdad?

Tate le hecho un nuevo vistazo y murmuro:

—En una forma fuera de este mundo. Jesús, Logan.


Logan llevó una mano a su hombro. Tate giró la cabeza para verle sacar un
pedazo de pelusa de su chaqueta y luego se volvió para encontrar unos ojos llenos de
deseo y admiración.

—Aquí —Logan le dijo—. Ahora estás perfecto.

Tate sonrió justo antes de que Logan le acariciara la nuca y juntara sus bocas.
Gimió ante el contacto y trató de evitar deslizar las manos por el cabello de Logan.

Al final, se agarró a ambos lados de la chaqueta y abrió la boca. Tan pronto como
la lengua de Logan tocó la suya, la temperatura de Tate se disparó. Era como si tocando
a Logan lo encendieran de adentro hacia afuera, por no mencionar que le empezaba a
zumbar la sangre a través de sus venas hasta que se juntaba en su polla y lo ponía tan
duro como una jodida vara de acero.

Mierda. El poder que vibraba el cuerpo de Logan excitaba cada parte de él.

Reuniendo algún tipo de control, Tate retiró su boca y sacudió la cabeza.

—Tenemos un sitio a donde ir, y esta noche eres alguien importante, señor
Mitchell.

Logan dio un paso atrás y estuvo de acuerdo:

—Sí, tenemos que irnos — Él sostuvo su mano, y Tate la tomó mientras


caminaban hacia su puerta principal.

—¿Logan?

Logan volvió la cabeza hacia él.

—¿Hmm?

—También estoy muy orgulloso de estar a tu lado esta noche.

***

Logan llevo su Audi hasta el ayuda de cámara del Waldorf Astoria, y cuando salió
del coche y vio a Tate salir por el lado del pasajero, se preguntó qué pasaría esta noche.

Después de que le hubiera contado a Tate acerca de Chris, esperaba que estuviera
cabreado, pero lo único que había dicho era: “¿Eso era lo que te preocupaba? Si alguna
vez me haces esperar y preocuparme de nuevo, te voy a golpear”. Entonces Tate se
había sentado allí, bebió su café, y le preguntó si estaba bien con la idea de ver a Chris.

Logan pensó en su propia respuesta de “no estoy seguro”, y él todavía se sentía de


esa manera. No estaba seguro si estaba bien con él, pero no era como que tuviese otra
opción. Sólo esperaba que Cole no reconociera a su antiguo compañero de estudio.

Abrochándose la chaqueta del traje, observó a Tate hacer lo mismo y luego se


dirigió hacia la parte delantera del carro. Ahh, ¿quién hubiese imaginado que Tate
podría verse tan bien con un traje? Parecía que había nacido para usar uno.

Cuando Logan se detuvo junto a él, le preguntó Tate,

—¿listo?

El momento lo sintió como un círculo completo para él.

Hacía sólo unas semanas que había estado preguntándole lo mismo a Tate cuando
había enfrentado sus miedos, y ahora Tate estaba aquí, ayudándole a él a enfrentarse a
los suyos.

Logan le hizo un guiño, y cuando Tate le tendió la mano, todas sus


preocupaciones desaparecieron.

Deslizó la palma de su mano en la Tate y se acercó más y le susurro:

—En caso de que al entrar allí me ocupe y no lo diga, gracias.

—¿Por? —Preguntó Tate mientras sus ojos se suavizaron.

Logan apretó sus dedos, y cuando empezaron a caminar dentro, respondió:

—Porque siempre estás dispuesto a intentarlo.

***

Tate escaneó la opulenta habitación e intentó no sentirse abrumado.

Tan pronto como entraron en la sala de banquetes, Logan había sido arrastrado
por su Asistente Personal Sherry, y le había dicho que volvería lo antes posible. Había
sabido que probablemente pasaría la noche en una esquina por su cuenta, así que no fue
como si fuera una sorpresa, pero al mismo tiempo, lo dejó de pie en una habitación llena
de...
—¡Tate!

¿Extraños?

Se dio la vuelta en la dirección donde gritaban su nombre y estaba más que


aliviado al ver a Rachel Madison agitando su brazo y haciendo su camino a través de
varias personas en su dirección.

Ella estaba impresionante, envuelta en un vestido rojo brillante que se hundía en


el escote y luego caía a vuelo en sus rodillas. Con la pequeña protuberancia del bebé,
ella se veía radiante.

—Hola —sonrió, y como Tate le sonrió, ella abrió sus brazos y lo abrazó en un
cálido abrazo.

—Oye.

—Pensé que te gustaría ver una cara amiga. Recuerdo mi primera Cena
Empresarial con Cole en el Shedd Aquarium, y fue…

—¿Intimidante? —Sugirió Tate.

—Sí. Y abrumadora —ella suspiró y dio un paso atrás—. Me pasé toda la noche
hablando con una completa extraña. Bueno, no toda la noche.

La sonrisa que vio en el rostro de Rachel fue desviada, y casi le recordó la forma
en que Logan miraba cuando pensaba en algo particularmente... pecaminoso.

—Adorable dama, sin embargo —ella finalmente terminó.

Tate hizo un guiño hacia ella y asintió.

—Estoy seguro.

—Te ves caliente por cierto. En serio... muy ardiente. Creo que soy
probablemente la mujer más afortunada del planeta esta noche. Tengo a Cole, y vi
caminar a Logan a tu lado. No le digas esto, pero nunca lo he visto más guapo que esta
noche, ¿y ahora tú? Síp — dijo, haciendo estallar la “p” y haciendo reír Tate—.
Bastante segura estoy que todo el mundo aquí está pensando que soy una chica con
suerte.

—Bueno, todos somos muy afortunados de ser vistos con una mujer tan hermosa
como tú.
Rachel prácticamente brillaba cuando rió.

—Ahh, la adulación. Te llevará a todas partes.

—Sí, así es como sobrellevo a Logan. Dile que es caliente y te cae justo encima.

—¿Por qué no lo haces ahora? —Rachel se burló mientras se inclinaba y chocaba


el hombro de Tate con el suyo.

Riendo, Tate se encogió de hombros.

—Saca tu cabeza del drenaje.

—Oh, pero es tan divertido hurgar allá abajo.

—¿Qué te parece si mejor vas hasta nuestra mesa, mientras yo voy y nos traigo
una copa del bar?

Rachel se dio la vuelta y señaló hacia donde Cole estaba de pie en el otro extremo
de la habitación, y luego vio a Logan acercarse y colocarse de pie junto a su hermano.

Uno de ellos era la luz, el otro la oscuridad, pero ambos eran igual de dominantes.

Era fácil el poder ver el por qué su negocio era tan exitoso. Eran inteligentes y
encantadores, y cuando Tate se quedó allí de pie, se dio cuenta de que ambos eran
hombres ridículamente atractivos.

Compartían el mismo padre, Tate lo sabía, pero el hombre debió de tener algunos
genes seriamente fuertes, porque estos dos hombres eran otra cosa.

—Son impresionantes, ¿no es así? —Tate miró a Rachel para ver que ella también
estaba mirando a su marido y su cuñado—. Logan nunca se ha visto más atractivo. Todo
está en su sonrisa. Esta es la primera vez que lo veo realmente feliz.

Tate tocó con una mano en la parte baja de la espalda de Rachel y sintió que su
corazón se calentaba ante las palabras de Rachel.

—Él me hace feliz a mí también.

Parecía como si ella fuese a romperse de la emoción, así que Tate hizo un gesto
detrás de él.

—Voy a traer esas bebidas. ¿Qué quieres que te traiga?


—Hmm... Una daiquiri de fresa virgen por favor.

Tate apretó su brazo y luego dio la vuelta para dirigirse hacia el bar. Necesitaba
algo para patear estos nervios de una maldita vez, y un rápido disparo de alguna bebida
fuerte haría el milagro.

***

Logan estaba junto a Cole, con copa en la mano, mientras un cliente de larga data
se dirigía a su mesa.

—Llegaste a tiempo esta noche —Cole bromeó mientras se volvía a su manera—.


¿Debo agradecer a Tate por esto?

—Definitivamente no. Llega tarde a todo.

—Bueno, en ese caso, me alegra verlos a tiempo y aquí.

Logan levantó su copa de champán y tomó un sorbo.

—Sí, sobre esta noche. Necesito decirte algo.

—¿Qué hiciste?

—Nada.

—¿Tiene esto algo que ver con la ex de Tate? Porque envié todo lo que
necesitaban. Si hiciste algo...

—¿Quieres parar? No tiene nada que ver con esa lunática.

Cole suspiró y rodó los hombros como si se estuviera aliviando de esa carga.

—Está bien... entonces ¿Qué es?

—El nuevo cliente que se nos unió esta última semana, LPCW Arquitectura. ¿Te
reuniste con ambos socios?

Cole le frunció el ceño. Logan sabía que su hermano se estaba molestando, por el
hecho de que se estaba sintiendo cuestionado más que por cualquier otra cosa.

—No. Yo sólo conocí a Lance Powell. Su compañero, Christopher, estaba fuera


de la ciudad.
Logan no dijo nada, se limitó a mirar a Cole por un momento, y eso fue todo lo
que necesitó. Cole no era el tonto de nadie, y cuando se sentía como si hubiera sido
engañado, era mejor salirse de su camino.

—¿Estás tratando de decirme que el Christopher Walker, dueño de la mitad de la


firma de arquitectura más grande de Chicago, es el álgebra Chris?

Logan llevó la copa a los labios y asintió mientras vaciaba su contenido, y luego
la coloco en la bandeja de un camarero que pasaba por allí.

—Sí, así es.

—Joder, Logan.

Logan cogió el brazo de Cole y lo condujo hacia un lado, ya que parecía que la
cabeza de su hermano iba a explotar.

—No crees que podrías haberme dicho algo, oh, no sé... esta semana?

Logan suspiró y levantó la mano para tocar su corbata.

—He estado tratando de hacer que Tate se sienta cómodo con lo nuestro, y luego
descubrí esto de Chris, y sólo... Bueno, mierda. No sabía qué decirte.

Cole parecía que estaba apretando los dientes, y Logan no se sorprendió. También
era más que conscientes de que, si Cole descubría toda la verdad acerca de Chris, que
probablemente se volvería loco de ira.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Desde el lunes.

—Por supuesto. Esto es genial. Sólo jodidamente genial —Los ojos de Cole
exploraron la habitación, y Logan supo que lo estaba buscando.

—Todavía no está aquí.

—¿Cómo lo sabes? Es probable que ni siquiera lo reconozcas. Han pasado años


desde la universidad.

Sí, pensó Logan, pero no desde la última vez que yo lo vi.

***
Tate se paró en el otro extremo del bar y esperó mientras los otros invitados eran
servidos. Había estado vigilando a Logan por todas partes y ahora lo vio caminar hacia
el lado con Cole, donde ahora estaban de pie en medio de lo que parecía un debate muy
acalorado.

Oh, mierda. Probablemente sea inteligente esperar hasta que ese incendio se
apague.

—Buenas noches.

Tate se volvió hacia su derecha y vio a un hombre de cabello rubio detenerse junto
a él.

—Hola —le ofreció, pensando que sería grosero de su parte no intentar al menos
una pequeña charla con los clientes de Logan.

—Es una gran Cena Empresarial la que han ofrecido esta noche.

Tate miró alrededor de las mesas todo listo para la cena, las luces bajas, y la banda
tocando. Luego se volvió hacia el bar abierto.

—Sí, tiene razón. Es bastante impresionante.

Sintió que el hombre a su lado se acercaba un poco más, y Tate se volvió para ver
si alguien lo había empujado acercándolo a él. Cuando quedó claro que no había nadie
allí, Tate volvió a centrarse en el hombre. Le sonreía de una manera que sólo había visto
una vez en un hombre antes, y ese era Logan.

Se aclaró la garganta, Tate se movió lo más discretamente que pudo, añadiendo un


pequeño espacio entre ellos.

—¿Así que has estado en otro de sus eventos antes?

—No —el hombre le dijo, sacudiendo la cabeza—. Pero siempre recuerdas la


primera vez.

Bien, pensó Tate, dirigiéndose al camarero, que finalmente se detuvo frente a él.

—¿Puedes darme por favor un trago de tequila, un gin tonic y un daiquiri de fresa
virgen?
A medida que el chico fue a llenar su orden, el rubio, una vez más se acercó y,
esta vez, tocó su brazo. Tate miró los dedos en la manga y vio un anillo de bodas en el
dedo izquierdo del hombre.

Luego llevó sus ojos hasta los azules que se centraron en él.

Pero a diferencia de las miradas de calor de Logan, este hombre no le hizo sentir
nada por él, excepto quizás hacer que sintiera escalofríos.

—Eres muy atractivo.

Bien, está bien... el tipo obviamente me vio con Logan y es lo que, ¿lo lanzó sobre
mí?

—Gracias —dijo Tate, tratando de ser amable cuando apartó el brazo.

—Tienes que oír eso todo el tiempo. ¿Cuál es tu nombre?

Wow.

Logan se había puesto fuerte cuando se conocieron por primera vez, sin duda,
pero era interesante para Tate poder ver que tuvo una reacción tan diferente a la que
estaba teniendo con este hombre. A este hombre casado.

—Me llamo Tate —Y no me importa quién eres tú.

Una vez más, la mano del hombre encontró su brazo, y esta vez, agregó una buena
dosis de presión.

—Bueno, es un placer conocerte, Tate. ¿Alguien te ha dicho que tienes un cabello


increíblemente sexy?

Era obvio que el tipo no entendía una indirecta, por lo que Tate se inclinó y dijo
en voz baja, para no avergonzarlo si su esposa estaban alrededor,

—Lo siento, pero estoy con alguien.

Estaba a punto de retroceder cuando la mano de su brazo subió hasta su bíceps,


manteniéndolo en su lugar.

Entonces el tipo le dijo:

—No me importa.
—Bueno, a mí sí me importa.

La voz de Logan era baja, pero estaba claro como el jodido día que cortaba el aire
y tenía a Tate mirando por encima del hombro.

Logan estaba lívido. Tate nunca había visto la mirada que había en su rostro
mientras miraba al hombre que seguía sosteniendo su brazo. Sus ojos azules se
estrecharon y se centró en la mano lo que lo tocaba. Luego él dio un paso más cerca y
dijo con una voz que goteaba de rabia,

—Quite. Su. Mano. Apártese. De. Él.

Le tomó a Tate aproximadamente un segundo saber exactamente quien lo tocaba.


Chris.

Finalmente le quitó la mano de encima, y Tate se alejó para estar junto a Logan,
quien rápidamente tomó la suya. Tate se aseguró de entrelazar sus dedos mientras las
mantenía apretadas.

Su silenciosa aceptación.

Su silencioso apoyo.

Logan lo miró, y la rabia de segundos atrás había sido reemplazada por amor y
orgullo. Todo lo que habían pasado durante las últimas semanas valía la pena, solo por
esa mirada.

Tate asintió, y cuando Logan se volvió para enfrentarse a su miedo, sabía que iba
a estar bien.

—Señor Walker, usted es nuevo en Mitchell y Madison y un invitado más aquí


esta noche, así que tal vez usted no lo sabía, pero por favor permítanme presentarme:
Soy Logan Mitchell, y este es Tate Morrison, y él es mi pareja.

ELLA FRANK
Ella Frank es la autora de la serie # 1 del Bestseller Today TEMPTATION,
incluyendo Try, Take y Trust y es coautora de la serie erótica favorita de los fans, A
Desperate Man. Otras de sus series EXQUISITE ha sido elogiada como “caliente y muy
picante” y “atractivamente sexy”.

Ella se autodenomina como una fan de toda la vida del género romance, Ella
escribe ficción contemporánea y erótica y vive con su marido en Portland, OR. Puede
ponerse en contacto con ella en la web en www.ellafrank.com y en Facebook en
www.facebook.com/ella.frank.author.

Algunos de sus autores favoritos incluyen Tiffany Reisz, Kresley Cole, Riley
Hart, J.R. Ward, Erika Wilde, Gena Showalter y Carly Philips.
Hasta ahora, Logan Mitchell nunca ha tenido muchas razones para confiar en
nadie.

Después de haber luchado con una crisis de


auto-identidad a lo largo de la universidad, ha
pasado los años desde entonces creando una fachada
sofisticada para presentar al mundo.

Es una armadura que creía impenetrable, hasta


que conoció a Tate Morrison.

El magnífico camarero atractivo al que se le


sentó al frente hacia sólo unos meses atrás se había
apoderado de su corazón, y Logan está descubriendo
que es hora de soltarlo, de dejarse llevar.

Es hora de dejar entrar a alguien.

Después de años de poner sus sueños en espera


para complacer a su familia, Tate finalmente ha
elegido hacer lo que lo hace feliz y seguir a su
corazón.

Lo único que nunca habría imaginado era que


lo llevaría a los brazos de un hombre, y no de
cualquier hombre, el más llamativo, el que nunca-
toma-un-no-por-una-respuesta, Logan Mitchell.

Tate está enamorado, y su mundo gira en torno


y alrededor de Logan, y avanzan juntos, encuentra su vida cada vez más entrelazada con
el abogado de boca inteligente y exitoso.

A pesar de que ninguno de los dos hombres esperaba al otro, es hora de confiar en
su relación, pero no todo viene tan fácilmente para ellos...

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