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NOVENA A SAN ANTONIO DE PADUA

Día Primero

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua, y por


ellos y por el amor
que le demostrases cuando, en forma de hermoso Niño te tenía en
sus brazos, concédeme la
gracia que te pido en esta novena, si ha de ser para mayor gloria
de Dios, honor del santo y
provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Día Segundo

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua, y por


ellos y por el amor
que te mostró, deseando dar su vida por la predicación de la fe en
tierra de infieles, concédeme
la gracia de morir mil veces, antes que ofenderte en lo más
mínimo, y la que te pido en esta
novena, si ha de ser para la mayor gloria de Dios, honor del Santo
y provecho de mi alma.
Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

DIA TERCERO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua, y por


ellos y por el amor
que le mostrases al concederle se trasladara milagrosamente de
Padua a Lisboa, para librar a
su padre injustamente condenado a muerte, concédeme una santa
muerte temporal, verme
libre de la muerte eterna del infierno, y la gracia que te pido en
esta novena, si ha de ser para
mayor gloria de Dios, honor del santo y provecho de mi alma.
Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
DÍA CUARTO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua y por


ellos y por aquel su
entrañable deseo de vivir y morir olvidado y desconocido de todo
el mundo, concédeme la
gracia de no hacer nunca nada para agradar a los hombres, sino
todo únicamente para
agradarte a Ti, Dios y Señor mío, y la gracia que te pido en esta
novena, si ha de ser para
mayor gloria de Dios, honor del santo y bien de mi alma. Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
DIA QUINTO
ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua y por


ellos y por aquella
extraordinaria elocuencia con que movía los corazones más
empedernidos y llevaba tras sí
pueblos enteros, concédeme la gracia de aborrecer de corazón
todas mis faltas y pecados y
contribuir con mis palabras y ejemplos a que cuantos conmigo de
algún modo trataren, te amen
y sirvan con mayor perfección y la que te pido en esta novena, si
ha de ser para mayor gloria
de Dios, honor del santo y bien de mi alma. Amén.
ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego , santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

DIA SEXTO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua, y por


ellos y por aquella su
extraordinaria mortificación y penitencia, concédeme que no sólo
mortifique mis pasiones
desordenadas, sino que aún busque, en cuanto fuere posible, en
todas las cosas, mi mayor
abnegación y continua mortificación y la gracia que te pido en esta
novena, si ha de ser para
mayor gloria de Dios, honor del santo y provecho de mi alma.
Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación. Te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

DIA SÉPTIMO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi

petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor


gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua, y por


el don de hacer
milagros en vida y después de muerto que le concediste y le valió
el ser canonizado por el
Papa Gregorio IX, un año después de su muerte, concédeme la
gracia de verme libre de todas
las enfermedades y trabajos de esta vida, y la que te pido en esta
novena, si ha de ser para
mayor gloria de Dios, honor del santo y bien de mi alma. Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

DIA OCTAVO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.
ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua, y por


ellos y por aquella
tierna devoción que profesó toda su vida a la Santísima Virgen y al
Sacramento del Altar, ante
el cual hizo arrodillar a los irracionales, para convencer a los
herejes, concédeme que ame yo
también con ternura a la Santísima Virgen y crezca cada día en
esta devoción, para merecer
ser asistido de ella de un modo especial en la hora de mi muerte y
recibiros entonces con gran
devoción a Ti, Jesús mío Sacramentado, y la gracia que te pido en
esta novena, si ha de ser
para mayor gloria de Dios, honor del santo y bien de mi alma.
Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

DIA NOVENO

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos,


Señor, Dios nuestro. En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío: por
ser Ti quien sois, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo
corazón de haberte ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas
eternas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Glorioso San Antonio de Padua, hijo esclarecido del gran padre y
patriarca San
Francisco de Asís: si es para mayor gloria de Dios, honor del santo
y provecho de mi alma, que
yo consiga la gracia que te pido en esta novena. Alcánzala del
Señor, y si no, ordena mi
petición, con todos mis pensamientos, palabras y obras a mayor
gloria de Dios.

ORACIÓN DEL DÍA

Jesús mío, te ofrezco los méritos de San Antonio de Padua y por


ellos y por el
sinnúmero de gracias que habéis concedido desde que en Tolón de
Francia empezó una
señora a socorrer a los pobres, para honrar al santo, que tan
amigo fue de ellos, concédeme la
gracia de que pueda yo también corporal o espiritualmente
socorrerlos, y la que te pido en esta
novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honor del santo y
bien de mi alma. Amén.

ORACIÓN FINAL

¡Oh glorioso San Antonio de Padua: Bien conozco que no soy digno
de que el Señor
me atienda por lo mucho que le he ofendido; pero humillado y
confundido me acerco al trono
de su Divina Gracia, confiando en tu mediación te ruego, santo
mío, que hagáis la gracia de
hacer mis veces delante de su Divina Majestad, y me alcancéis…
(petición) y para más
obligarte te ofrezco para alivio de los pobres… (aquí se expone lo
que se quiere ofrecer, bien
sea alguna limosna o solamente los tres Padrenuestros que se
rezarán al final), a fin de que te
compadezcáis de mí y me libréis de la presente necesidad, si ha de
ser para gloria de Dios y
bien de mi alma. Presenta tus méritos en mi favor; sed mi
abogado delante del Señor que te dio
tanto poder y te distinguió con tanta predilección y decidid la
causa en bien mío. Así sea.
Ahora se rezarán tres Padrenuestros en honor de la Santísima
Trinidad y de la
Inmaculada Concepción de María, para el bien espiritual y corporal
de los pobres y en
sufragio de las Almas del Purgatorio.
Ruega por nosotros, San Antonio, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Oh Dios, que alegre a tu Iglesia la solemnidad
consagrada al bienaventurado
Antonio, confesor tu, para que siempre sea defendida con auxilios
espirituales y merezca gozar
de las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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