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Hola de nuevo.

En el vídeo anterior estuvimos hablando del sonido y vimos que el sonido era un
fenómeno claramente perceptual.
Hoy vamos a hablar acerca de las propiedades fundamentales del sonido.

Este es el movimiento oscilatorio más simple: el movimiento armónico.


El diapasón produce un tono puro y suele ser de mucha utilidad para afinar los
instrumentos; es decir, para establecer un tono de referencia.
En este ejemplo el diapasón produce 426.6 Hz a diferencia de la frecuencia clásica
de 440 Hz.

La oscilación de un punto arbitrario del medio alcanza máximo nivel de amplitud en


la zona de compresión y mínimo nivel de amplitud en la zona de rarefracción
alrededor de una posición de equilibrio 0; por ejemplo, la presión atmosférica.
En general la amplitud se mide en decibelios como, por ejemplo en este caso, el
nivel de presión sonora.

A menudo hablamos de volumen para referirnos a la amplitud pero en rigor no son lo


mismo.
La amplitud o la intensidad (relacionada con la energía o potencia) miden las
variaciones de la señal respecto a un valor de referencia, como puede ser 20
micropascal.
El volumen está relacionado a cómo codifica la amplitud el sistema perceptual
auditivo.
Por ejemplo, para que percibamos que una onda sonora ha aumentado el doble de
volumen (por ejemplo de 20 dB a 40 dB), la amplitud debe ser 10 veces mayor.
Una subida de 20 dB equivale a multiplicar por 10 la presión sonora así que 80 dB
representa 1000 veces más presión que 20 dB.
Por otra parte cada vez que la presión aumenta el doble el volumen aumenta en 6dB.

Por último a la relación entre el mínimo y el máximo de la variación de amplitud o


volumen se le denomina rango dinámico.
Mucho rango dinámico significa que el sonido puede tener valores muy bajos de
amplitud y valores muy altos, como puede ser el caso de muchas obras sinfónicas.
Por el contrario poco rango dinámico significa, básicamente, que el volumen apenas
varía (ya sea bajo o alto) como puede ser el caso de muchas canciones pop.

El mínimo de volumen que somos capacez de apreciar se denomina umbral de escucha y


equivale a 0 dB SPL.
El máximo de volumen se corresponde al umbral del dolor y está en torno a los 140
dB SPL.

La oscilación de un punto arbitrario del medio alcanza máximo nivel de amplitud a


intervalos regulares formando patrones o ciclos de vibración que se repiten en el
tiempo.
Este tiempo se denomina período y al número de ciclos por segundo, el inverso del
período, se denomina frecuencia.
Observe que cada ciclo tiene un ciclo de compresión y un ciclo de rarefración y es
lo que se repite una y otra vez.
La frecuencia se mide en hertzios.
Teniendo en cuenta que el sonido se propaga a determinada velocidad, normalmente
340 metros por segundo; el período tiene una equivalencia en el espacio denominada
longitud de onda y que se expresa en metros.

La longitud de onda se obtiene simplemente de multiplicar el período por la


velocidad del sonido

La percepción de la frecuencia se denomina altura o tono y, al igual que el


volumen, cuantifica cómo percibimos la frecuencia.
El oído, aún cuando dos sonidos tengan la misma amplitud, percibe mayor o menor
volumen en dependencia de la frecuencia.
Es necesario hablar entonces de sonoridad.
Por otra parte un sonido cuya frecuencia fundamental es el doble o la mitad de la
frecuencia fundamental de otro sonido es percibido con la misma noción de altura.
Es lo que se conoce como octava.
Por ejemplo, todos los sonidos que tengan 220, 440, 880 o 1760 hertzios son
percibidos como la misma nota: LA; aún cuando la relación de frecuencias entre
estos intervalos es completamente diferente aunque proporcional.

El sistema perceptual auditivo sólo es capaz de oír sonidos que varían entre los 20
y los 20 000 ciclos por segundo o hertzios.
Este es el espectro que corresponde al rango de frecuencias audibles.
En los instrumentos se suele hablar de tesitura para hacer referencia a la relación
entre las notas más graves y más agudas que son capaces de producir.

Las frecuencias por debajo de los 20 hertzios se denominan de baja frecuencia y


suelen tener mucha utilidad en el control de la síntesis y procesamiento de sonido;
algo que veremos posteriormente.

Las cuerdas de una guitarra al vibrar, por ejemplo, provocan sonidos más complejos
denominados armónicos.
Al primer armónico o modo de vibración se le denomina frecuencia fundamental y es
lo que determina la cualidad de nota musical de un sonido: el tono.
Por ejemplo el LA central de cualquier instrumento oscila a 440 ciclos por segundo
o hertzios.
Los armónicos superiores al fundamental, debido a las formas de vibración de los
instrumentos armónicos (una cuerda sujeta en los extremos, un tubo resonante, etc.)
y a la resonancia, son múltiplos enteros de la frecuencia fundamental y determinan
el timbre del instrumento.
Cada instrumento tiene una estructura de vibración específica (determinada por la
configuración física del instrumento) relacionada con las amplitudes de los
armónicos.
El timbre permite distinguir una guitarra, por ejemplo, de un violín.

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