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PLANEACION EDUCATIVA

Sesión 7: Ensayo sobre la planeación


educativa en México

UNIVERSIDAD INTERAMERICANA PARA EL DESARROLLO

MAESTRIA EN EDUCACION

SEGUNDO CUATRIMESTRE

ALUMNA: VALENTE ACEVEDO DIVINA ITZEL

JUNIO 2018
INTRODUCCIÓN

La planeación ha estado presente en todas las épocas de la historia del hombre.


Desde el inicio de las civilizaciones, estos han tenido que plantear objetivos y
establecer estrategias para mejorar sus ciudades, procedimientos para obtener
alimentos, etc., teniendo como base aún sin pensarlo como tal, en la planeación.
Conforme la humanidad se dio cuenta del valor de la planeación ha sido utilizada
en diversos ámbitos, específicamente en el educativo. El presente ensayo tiene el
propósito de analizar la situación de la planeación educativa en México,
abordando desde sus inicios hasta la actualidad.
Englobando las temáticas vistas en la asignatura de Planeación educativa, de la
Maestría en Educación en la Universidad Interamericana del Desarrollo.

Los temas que se plantean son: la importancia de la planeación en la educación,


sus etapas, tipos y dimensiones; así como la importancia de contextualizarlas
dentro de los distintos ámbitos: social, económico, político e histórico.
Todas estas temáticas se abordan en relación con la situación actual de México,
analizando que tipo de planeación educativa se maneja en las administraciones
actuales; la ausencia o presencia de la contextualización de la planeación y
algunos vicios que a lo largo de nuestra historia se han alojado en cada
administración política.

PANORAMA GENERAL

Actualmente, la educación sirve como un filtro para la discriminación laboral,


básicamente como tamiz para evitar conflictos sociales. ¿Pero es la educación sólo esta
visión económica?

Aquel que reconoce el verdadero sentido y significado de la educación puede reconocer


que la educación va más allá de la visión económica y social. Como docentes, miembros
de esta misma sociedad, carente de visión hacia la importancia de la educación, debemos
guiar a los individuos hacia una adecuada concepción de esta, un significado que
trascienda en un beneficio para la comunidad misma.

La educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad


pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social.1 Los objetivos trazados
para la educación en este siglo por las diferentes corrientes educativas mundiales, son
muy ambiciosos y buscan equidad en oportunidades. La educación
deberá ser formadora de individuos con las competencias necesarias para
desempeñarse en una actividad laboral y relacionarse en el ámbito social de manera
adecuada; además de una educación del carácter, de una apertura
cultural y de un despertar a la responsabilidad social. Todos estos fines sólo serán
logrado si invertimos en la planeación de nuestros procesos educativos.

La planeación, entendida como, el proceso de establecer objetivos y


escoger el medio más apropiado para el logro de los mismos antes de emprender la
acción, será el medio para la mejora de nuestra sociedad. Así, la planeación tiene la
finalidad de anticiparse a la toma de decisiones, buscando evitar problemáticas mayores.
Esto implica adoptar un enfoque donde existe una visión, que a su vez se basa en
evidencia sólida, un conjunto de prioridades, metas, dirección y una definición de las
principales tácticas para alcanzarlos. Esto también implica un conocimiento integrado de
los conceptos y repercusiones
institucionales.
“La planeación es un proceso que supone la elaboración y evaluación de cada parte de un
conjunto interrelacionado de decisiones antes de que inicie una acción, en una situación
en que se crea que a menos que se emprenda tal acción, no es probable que ocurra el
estado futuro que se
desea y que si se adopta la acción apropiada, aumentará la probabilidad de obtener un
resultado
favorable”. El proceso de planeación puede ser aplicado en cualquier ámbito de nuestras
vidas, pero en el educativo es un medio para la mejora imprescindible.

En sus inicios, los países en formación han utilizado a la planeación como una
respuesta para la reconstrucción social. Sin embargo de manera muy particular,
nuestro México ha tenido otros propósitos adyacentes a este, que en breve se
mencionarán.
La planificación educativa en México tiene sus primeros antecedentes en el Plan sexenal
que sirvió de plataforma al gobierno del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940). Pero
no fue sino hasta 1958, al iniciarse el periodo presidencial de Adolfo López Mateos, que
surgió por primera vez un instrumento de planificación oficial del sistema educativo
mexicano: el Plan Nacional para la Expansión y el
Mejoramiento de la Enseñanza Primaria, mejor conocido como el Plan de Once
Años por proponerse ofrecer educación primaria gratuita a todos los niños en ese lapso.
Aunque no se cubrió la meta, el plan sirvió para que se destinaran recursos crecientes a
la educación y se ampliaran la oferta y la infraestructura educativas. Pero la formulación
de un plan educativo propiamente dicho no se dio hasta la administración presidencial de
José López Portillo (1976-1982). El Plan Nacional de Educación contenía un análisis
cuantitativo y cualitativo de la situación educativa y sugirió soluciones a los problemas
detectados.
Con estos antecedentes, el presidente Miguel de la Madrid presentó en 1983 el
Programa Nacional de Educación, Recreación, Cultura y Deporte, que, entre otras líneas,
propuso ofrecer un año de educación preescolar a todos los niños de cinco años de edad,
establecer una educación básica de once grados a todos los que la
demanden, descentralizar el sistema y reformar los estudios de normal. Este
programa tuvo sustento jurídico en la Ley de Planeación promulgada a fines de 1982 y
aún vigente, la cual en su artículo tercero define a la planeación como la ordenación
racional y sistemática de acciones que, en base al ejercicio de las atribuciones del
Ejecutivo Federal en materia de regulación y promoción de la
actividad económica, social, política y cultural, tiene, como propósito la
transformación de la realidad del país

En 1989, sobre esta base legal, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari elaboró el
Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994 y el Programa para la Modernización
Educativa 1989-1994, instrumentos que sirven de guía a la Secretaría de
Educación Pública para realizar la planeación sectorial, regional, e institucional,
elaborar el programa-presupuesto anual, fijar las metas más relevantes y asignar
los recursos correspondientes.

Cada año, la SEP elabora su Programa Operativo Anual, el cual articula


planeación a mediano y corto plazos y señala prioridades y metas para cada
ejercicio anual.

A diferencia de los países europeos después de crisis económicas y de cambios de


poder, la planeación educativa no ha sido vista como una forma de reconstruir
el país, sino como una forma de justificar el dinero gastado o solicitado a diversas
organizaciones y un medio para el control de masas.

La planeación educativa tiene un papel importante dentro del funcionamiento del sistema
educativo mexicano, desde el nivel macro y micro de esta, como un
auxiliar directo para la labor docente. Esta se expresa en un cúmulo de políticas que
intentan establecer las orientaciones para las acciones a realizar.
En nuestro país, cada nueva administración define las políticas propias de su proyecto de
desarrollo, donde la mayoría de las veces, no hay un seguimiento de las políticas
anteriores, ni un análisis de la situación actual. Es decir, distan mucho de tener
características de una planeación retrospectiva que investigue en su
pasado para vislumbrar el futuro.
Es muy común que parte de las políticas que integran la planeación, no estén
contextualizadas a la situación social, histórica y sobre todo económica de la población,
pues estas son importadas de países con otros contextos muy distintos al del nuestro.
Podríamos decir que la planeación educativa en México es tradicional con un enfoque
conductista, basada en el ensayo y error pero de modelos educativos diseñados por otros
y aún desechados por estos mismos.
El cambiar de planes, enfoque y perspectiva en la planeación educativa de cada
administración, ha llevado al país a mirar sólo el presente y de una manera poco realista,
realizando planeaciones con una finalidad circunspectiva, buscando solucionar solamente
la problemática más apremiante en ese momento, pero sin una perspectiva a futuro,
basados en una planeación estratégica que pueda ser seguida por administraciones
futuras.
La planeación es un elemento indispensable para la orientación de todas las acciones
vinculadas con la organización escolar, más aún ahora en que las exigencias derivadas
de grandes cambios sociales se vuelcan hacia la escuela en busca de la definición y el
cumplimento de nuevas funciones, así como al señalamiento de graves problemas, pero
ahora urgidos con mayor fuerza de una pronta solución, como el incumplimiento de una
cobertura universal, los bajos
niveles de egreso, el abandono escolar, la desigualdad de oportunidades
escolares, la falta de pertinencia de los aprendizajes para desenvolverse
exitosamente en las sociedades actuales y la amplitud creciente de la brecha digital, entre
otros.

Sin embargo nuestras políticas educativas no están dirigidas a identificar los verdaderos
problemas, y basarlas en la elaboración de los objetivos a cumplir, sino que están
determinados por intereses políticos y económicos de los sectores
que tienen el control de las masas (prensa, grupos donde se concentra el poder
económico, etc.) y la autoridad política.

En otras palabras, las acciones de planeación del sector educativo sólo han
permitido mantener a los grupos políticos en el poder aparentando eficientar y modernizar,
sobre todo, justificando la obtención de los recursos que el Estado asigna a la educación,
en el que éste último se encarga de legitimar sus resultados

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