"Los trabajos del Cielo y de la Tterra

poseen sus modelos y ecuaciones. Los

mecanismos son tan sutiles que no
resultan enteramente explicables. Nuestra
escuela se fundó· hace ahora ochocientos
años. Aunque durante ese periodo ha
tenido momentos de florecimiento y
declive, se ha mantenido sin
interrupciones. El Camino actúa sobre
todo el universo, circula a través de los
espacios siderales, es vasto, comprensivo
y profundo, sutil y misteriosamente
penetrante. Debido a varias circunstancias
hemos abandonado la sociedad mundana,
para vivir retirados en medio de agrestes
montañas, perfeccionando el modo de
mantenernos en el Camino y tratando de
comprenderlo. Todo cuanto hemos hecho
en la vida ha sido exclusivamente por el
Camino. Y, sin embargo, ninguno de
nosotros ha realizado una gran
contribución en la divulgación del Gran
Camino. Y no es que no hiciéramos nada
por ello, sino que el tiempo no fue
propicio. Hemos practicado el taoísmo
durante décadas, haciendo de él la razón
de nuestras vidas. Por ello hemos
empleado quince años en transmitirte el
Camino. Ahora ha llegado el momento en
que tú has de propagarlo. Tamaña
responsabilidad depende de ti, Wang
Liping."
EXTRACTO DEL TEXTO
 CHEN KAIGUO y ZHENG SHUNCHAO

La puerta
del dragón
..
.'-

Relato de la iniciación
de un maestro taoísta contemporáneo

Versión de Thomas Cleary

LUZ DE ORIENTE
Título del original:
OPENING THE DRAGON GATE Índice
Traducido por:
MARIANO JOSÉ VÁZQUEZ ALONSO

Director de la colección:
RAMIRO CALLE

© 1996. Chen Kaiguo y Zheng Shunchao

•
1i!J1-----
© I997. De la traducción, Editorial EDAF, S. A.
© 1997. EDITORIAL EDAF, S. Á. Jorge juan 30, Madrid.

Para la edición en español por acuerdo con PERIPLUS ED!TIONS (HK) Ltd. WANCHAI,
.
,
Págs.

HONGKONG Introducción a la edición inglesa .............................................. .

FIRST PUBLISHED IN THE UN!TED STATES by CHARLES E. TUTTLE Co. !ne. of
9
Boston, Massachusetts, Rutland, Vennon and Tokyo, Japan in 1996.
PRIMERA PARTE
Dirección en Internet: http://www.arrakis.es/-edaf
Correo electrónico: edaf@arrakis.es ENTRANDO EN EL CAMINO

Capítulo l. La búsqueda del maestro .............................. . 17

Capítulo 2. La purificación de la mente .......................... . 25
Capitulo 3. La concentración del espftitu vital ................ . 47
Capítulo 4. Cultivo intensivo del triple mundo .............. .. 71
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, Capítulo 5. Toma del elixir alquímico y ayuno ............... :. 99
ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya se electrónico, mecánico, por
fotocopia, por registro u otros métodos. sin el permiso previo y por escrito de los titulares
SEGUNDA PARTE
del Copyrigth.

RENACIMIENTO Y PURIFICACIÓN

Capítulo 6.
Regreso a la vida después de la muerte ........ .. 115
Capítulo 7.
Practicando el Camino ................................. . 125
Capítulo 8.
Vagando por las cuatro direcciones .............. .. 159
Depósito legal: M. 20.744-1998
ISBN: 84-414-0246-9 Capítulo 9.
Las cinco artes ...................................... . 181
Capítulo 10.
Trascendiendo el tiempo y el espacio ............ . 199
Capítulo 11.
El sueño deliberado y la purificación del es-
píritu ............................................................ . 221
Capítulo 12. A la caza de tesoros en las montañas ............ . 233
Capítulo 13. Cielos más allá del cielo ............................... . 273
PRINTED IN SPAIN IMPRESO EN ESPAÑA Capítulo 14. El sueño del universo 293
IMPRIME: IBÉRICA GRAFJC, SL. - FUENLABRADA (MADRID)
8 LA PUERTA DEL DRAGÓN

Capítulo 15. El Camino sigue a la naturaleza .................... . 307 Introducción a la edición inglesa
Capítulo 16. Ascensión ..................................................... . 325

TERCERA PARTE

PARTICIPANDO EN LA EVOLUCIÓN

Capítulo 17. Maestro y discípulo ....................................... 343

Capítulo 18. Trascendiendo la sabidurla para entrar en lo
ordinario ....................................................... 367
Capítulo 19. Saliendo en misión ......................... ., ............ . 393
Capítulo 20. Cargando con una gran responsabilidad ....... . 415
Capítulo 21. Volviendo al origen ...................................... . 431

EJ STE LIBRO ES LA TRAWCCIÓN autorizada de la

biografía de Wang Liping, un maestro taoísta vivo, es-
crita por dos de sus veteranos discípulos. Wang Li-
ping constituye la decimooctava generación de transmisores
de los Maestros de la Puerta del Dragón, rama del taoísmo
que ha venido trazando su linaje espiritual a lo largo de
ochocientos años. Wang Liping fue escogido en plena infan-
cia por tres ancianos maestros para recibir una educación es-
pecial como transmisor del taoísmo de la Puerta del Dragón.
La costumbre de educar a seres especialmente escogidos
para convertirlos en titulares y transmisores de enseñanzas
esotéricas, es algo que se practica tanto por los budistas tibe-
tanos y los khajagan sufíes como por los taoístas de la Puerta
del Dragón.
Tras haber sido localizad_o por los ancianos maestros,
Wang Liping fue educado y entrenado en las prácticas taoís-
tas durante un periodo que se prolongó quince años. En la
actualidad ya es un maestro. Este libro es la historia de sus
primeros años y de su entrenamiento esotérico, basado en
sus propias memorias.
La rama taoísta de la Puerta del Dragón es una secta de la
poderosa escuela de la Completa Realidad, que integra budis-
mo y confucianismo en una nueva y comprensiva forma de
taoísmo. La Completa Realidad, que se extendió por toda
10 LA PUERTA DEL DRAGÓN
China durante la Edad Media, sigue actualmente en plena ac-
tividad, y un buen número de sus textos ya han sido traduci-
dos al inglés en el transcurso de estos diez últimos años.
El taoísmo de la Completa Realidad se divide general-
mente en dos tradiciones importantes: la del Norte y la del
Sur. La tradición del Sur, en cierto modo más antigua, se en-
raíza en el trabajo de Zhang Boduan (Chang Po-tuan, 983-
1082), cuya obra maestra Understanding Reality está conside-
rada como uno de los textos clásicos de la alquimia del taoís-
mo espiritual, siendo incluso estudiada por la tradición
taoísta de la escuela del Norte. Otra obra de alquimia espiri-
tual del mismo maestro, Four Hundred Character Treatise on
the Gold Elixir, es también ampliamente estudiada y apreciada
por los taoístas de ambas tradiciones, la del Norte y la del Sur.
La tradición del Norte; del taoísmo de la Completa Reali-
dad, tiene sus orígenes en el trabajo de Wang Chongyang
(Wang Che, 1113-1171), y en particular en su obra, Fifteen
Statements on the Establishment of a Teaching. Se cree que
Wang foe discípulo de Lu Dongbin (Lu Tung-pin n.d.), el
gran maestro conocido como el Abuelo Lu. Dicho maestro se
asocia con la integración del budismo y confucianismo con el
taoísmo antiguo, integración que produjo el germen de la
nueva alquimia espiritual del taoísmo de la Completa Reali-
dad. También se cree que Wang Chongyang recibió enseñan-
zas del propio maestro de Lu. Posteriormente enseñó a un
buen número de figuras famosas de la tradición taoísta.
La versión inglesa de las obras escritas por el Abuelo Lu,
por Wang Chongyang, Zhang Boduan y otros maestros del
taoísmo de la Completa Realidad, al igual que otros textos es-
critos sobre sus figuras, ,se pueden encontrar en Understan-
ding Reality; Inner Teachings of Taoism; Vitality, Energy and Spi-
rit; The Spirit of the Tao; Immortal Sisters, The Book of Balance
and Harmony y The Secret of the Golden Flower.
La secta taoísta de la Puerta del Dragón, de la cual es he-
redero Wang Liping, ,constituye una rama de la tradición del
Norte de la escuela de la Completa Realidad. Sus orígenes se
remontan hasta el maestro del siglo XIII Chang-chun, que fue
INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN INGLESA 11
uno de los grandes discípulos de Wang Chongyang. Chang-
chun, conocido como «el Maestro de la Primavera Eterna»
fue uno de los sabios que aconsejaron a Gengis Kan que con~
servase la antigua civilización de China tras la conquista
mongol, hace ahora unos oc:hocientos años. Gengis Kan
· nombró a Chang-chun supervisor de las religiones en China,
y de este modo la secta de la Puerta del Dragón jugó un defi.,.
nitivo papel en la conservación de la cultura china.
Los taoístas atribuyen a Chang-chun la esencia del traba-
jo conocido como Viaje al Oeste, una narración simbólica que
engloba enseñanzas taoístas, budistas y confucianistas. El
Viaje al Oeste se popularizó al convertirse en una pieza dra-
mática durante la dinastía Yuan Cl,f77-1367), siendo reelabo-
radaf p~~teriormente durante la dinastía Ming ( 1368-1644),
convunendose en una de las más famosas y populares nove-
las de la literatura china. En la obra Vitality, Energy, Spirit, es-
crita por Liu 1-ming, un maestro de la undécima generación
de la secta de la Puerta del Dragón, se pueden encontrar co-
mentarios sobre la significación espiritual del Viaje al Oeste.
Se considera a Wang Liping, superviviente de la tumul-
tuosa época de la Gran Revolución Cultural, como un maestro
de un conocimiento y una capacidad inusuales. En su calidad
de transmisor especialmente entrenado, continúa la tradición
de la Puerta del Dragón, manteniendo y poniendo al día las
ciencias taoístas. Además de su actividad como maestro y sa-
nador, Wang Liping trabaja no sólo en la recopilación del ca-
non taoísta, sino también como asesor de numerosos comités
oficiales dedicados a la investigación de la medicina, la dieta y
otras disciplinas de la cultura china, cuidadas tradicionalmen-
te por el taoísmo. Wang Liping está casado y tiene hijos.
Durante muchos años lta sido una costumbre taoísta dise-
ñar y emplear distintos formatos educacionales, de acuerdo
con los principios fundamentales de flexibilidad ya enunciados
en los textos clásicos de Lao Tse, o en en el Tao Te King. Para
cumplir los objetivos modernos de propagación de la enseñan-
za de la Puerta del Dragón, el maestro Wang Liping presenta la
estrQctura de una nueva filosofía, referente al Triple Mundo.
 \

12 lA PUERTA DJ!' DRAGÓN INTRODUCCIÓN A lA EDICIÓN INGLESA 13

El primer nivel del triple mundo está formado por tres rresponde a ciertos ejercicios taoístas, niveles de percepción y
dominios: las personas, los acontecimientos y las cosas. Es és- formas de autoeducación. De este modo, el sistema conduce
te el nivel de experiencia que posee forma y sustancia, las a la mente desde el dominio de lo conocido al de lo descono-
cuales son accesibles a los sentidos normales del hombre y a cido, desarrollando y purificando las capacidades que, por lo
los instrumentos científicos que se han inventado para am- general, permanecen adormecidas cuando aquella se encuen-
pliar el ámbito de tales sentidos. tra en un estado no cultivado.
El nivel medio del triple mundo comprende los tres do- Esta obra ilustra algunas de las posibilidades del taoísmo
minios del cielo, la tierra y la humanidad. Este nivel de expe- indicadas en los textos clásicos, a través de la notable historia ·
riencia incluye lo que tiene forma pero carece de sustancia, y de un maestro moderno de la Tradición. A lo largo de sus pá-
también lo que tiene sustancia pero, por el contrario, carece ginas, el libro describe las condiciones tanto pasadas como
de forma. Este dominio ya se encuentra fuera del alcance de presentes de China, las figuras sobresalientes del pasado más
nuestra comprensión. Lo que tiene forma pero carece de sus- inmediato, los principios y las prácticas de inmortales taoís-
tancia se encuentra en el campo de los sueños, mientras que tas, el origen de las enseñanzas .de la Puerta del Dragón, y
lo que tiene sustancia pero carece de forma recibe el nombre una n"eva visión del potencial humano y de las posibilidades
de vitalidad, energía y espíritu. del futuro.
El nivel más alto de este triple mundo está formado por
los dominios del universo, el tiempo y el espacio. Estos tér-
minos, tal como se emplean en el contexto taoísta, no poseen
los mismos significados que normalmente se le dan. Se refie-
ren a lo que carece tanto de forma como de sustancia. Estos ·
tres dominios más elevados, tal como se experimentan en la
práctica taoísta, son más vastos y ricos que el universo·, el
tiempo y el espacio, tal como normalmente se viven por los
sentidos. Éste es el dominio del Tao.
Como suele suceder con todos los marcos de referencia
con los que trabajan los taoístas, este sistema filosófico no es-
tá concebido para propósitos de adecuación doctrinaria o de
conceptualización abstracta, sino que más bien están diseña-
dos como un medio de conocimiento, de práctica y experien-
cia. Es necesaria una educación especial de las propias facul-
tades para percibir lo que se encuentra más allá de los con-
ceptos ordinarios. Así pues, tal orientación necesita de ciertos
códigos de sugerencias que no pueden describirse exacta-
mente.
Como se verá en el transcurso de este libro, al describirse
algunos hechos sobresalientes ocurridos durante el entrena-
miento del maestro Wang Liping, cada nivel del sistema co-
 Primera parte

-
fntrando en,..el Camino
 1
La búsqueda del maestro

[]
~O DE LOS ACONTECIMIENTOS más importan-
tes de la historia secreta de China tuvo lugar una no-
che de 1960, en los riscos de una montaña sagrada
desconocida para todo el mundo. La noche estaba brillante-
mente iluminada por una luna que lucía allá arriba, y grata-
mente refrescada por la brisa oceánica que venía de la llanu-
ra. Tres ancianos, únicos herederos de un antiguo conoci-
miento, se hallaban sentados, en profunda meditación, a la
entrada de una cueva secreta en el monte sagrado Lao.
El monte Lao·, o Lao Shan en chino, no es bien conocido
de mucha gente fuera de China. Para el pueblo llano del con-
torno, la montaña constituye el origen de un agua de exce-
lente calidad; para los iniciados y peregrinos, es uno de los
lugares sagrados del taoísmo, la sabia tradición originaria de
China y la ciencia más antigua del mundo. El monte Lao mi~
ra al mar desde dos de su laderas, la occidental y la meridio-
nal. Alto e imponente, parece elevarse desde el mismo océa-
no. La montaña, sembrada de piedras y rocas enormes, se ha-
lla cubierta por toda suerte de árboles y plantas. Las olas del
océano, que rompen a sus pies, producen nubes de vapor
que lo rodean todo. Cuando uno se sienta, a la salida del sol,
en la ladera de la montaña que mira al mar, se puede percibir
un profundo sentido de trascendencia que sobrepasa lo cono-
cido. Por ello, el monte Lao está considerado por los taoístas
18 LA PUERTA DEL DRAGÓN
como un lugar adecuado para desarrollar la naturaleza esen-
cial y cultivar la autorrealización.
A lo largo de siglos muchos prestigiosos maestros taoístas
han practicado su saber secreto en el monte Lao. De igual
forma se han ido construyendo en la montaña, a lo largo de
los años, un buen número de recintos taoístas. En los desfila-
deros existen profusión de cuevas secretas, bien disimuladas
por el follaje, a las que resulta muy difícil llegar y que son co-
nocidas sólo por unos pocos.
Los tres ancianos que se hallaban sentados en la ladera de
la montaña aquella noche de plenilunio de 1960 eran maes-
tros de la orden de la Puerta del Dragón, perteneciente a la
escuela taoísta de la Completa Realidad, y constituían los de-
positarios de ciertos secretos y poderes que han sido conside-
rados legendarios durante mucho tiempo.
Zhang Hodao, el Viajero del Infinito, pertenecía a la deci-
mosexta generación de Transmisores de la Puerta del Dragón.
Por aquel entonces contaba ochenta y dos años de edad, y
había sido gran médico en la corte imperial de la dinastía
Qing (1644-1911). A este viajero se le conocía popularmente
como el Médico Misterioso.
Wang Jiaoming, el Viajero de la Pura Serenidad, era un
Transmisor de la décimo séptima generación de la Puerta del
Dragón. Discípulo del gran maestro Zhang Hodao, tenía por
entonces setenta y dos años. Había sido instructor de la Aca-
demia Militar Huangbu, y era un experto en artes marciales.
También era un auténtico especialista en el ábaco, por lo que
se lo conocía como el Calculador Misterioso.
Gu Jiaoyi, el Viajero de la Pura Vacuidad, era otro discí-
pulo de Zhang Hodao, y también había sido escogido como
Transmisor de la decimoséptima generación de la Puerta del
Dragón. Dominaba un método único de curar enfermedades
por medio de la acupuntura, pero sin necesidad de insertar
agujas en el cuerpo. Por este motivo, era popularmente cono-
cido como el Infinito Acupuntor.
A lo largo del año anterior, los tres maestros taoístas ha-
bían mantenido consultas secretas sobre un tema de la má-
LA BÚSQUEDA DEL MAESTRO 19
xima importancia, no sólo para ellos, sino también para el
resto del mundo. De edad avanzada todos ellos, se veían en la
necesidad de buscar un sucesor, una persona que pudiera ob-
tener la formación necesaria que le convirtiese en Transmisor
de la decimoctava generación del taoísmo de la orden de la
Puerta del Dragón.
La escuela taoísta de la Completa Realidad fue fundada
hace nueve siglos, cuando la China septentrional, la antigua
patria y centro cultural del pueblo chino, se vio invadida por
los guerreros procedentes de las estepas. La misión de la es-
cuela durante esta etapa crítica consistió en preservar no sola-
mente las enseñanzas esotéricas del taoísmo, sino también las
enseñanzas ~cretas del budismo y del confucianismo.
Los taoístas de la Completa Réilidad consideraban a cin-
co maestros como sus Cinco Antecesores del Norte. Éstos
eran: Wang Xuanbu, Zhongli Quan, Lu Dongbin, Liu Haiz-
han y Wang Chongyang. A los siete discípulos destacados del
último maestro mencionado, Wang Chongyang, se los cono-
cía como a los Siete Realizados del Norte.
Entre estos siete se encontraba Qiu Chuji, más conocido
como Changchun, o el Hombre Real de la Primavera Eterna.
Él fue el fundador de la orden de la Puerta del Dragón, hacía
ochocientos años. Era tal la fama del Hombre Real de la Pri-
mavera Eterna que el propio Gengis Kan lo llevó al Asia
Central, nombrándolo cabeza de las religiones en la China
sometida al Kan.
La orden de la Puerta del Dragón conservó hasta nues-
tros días secretos absolutamente inconcebibles para otros chi-
nos, por no hablar de las gentes del Oeste. Es tal el poder de
las enseñanzas esotéricas atesoradas, que los tres ancianos
maestros de la decimosexta y decimosépti;ma generación tu-
vieron que emplear incontables horas de meditación profun-
da para poder encontrar un digno heredero de sus conoci-
mientos.
Parte del patrimonio secreto de la Puerta del Dragón lo
constituye una colección de patrones o modelos, conocida
como el Cálculo de la espina dorsal. Utilizado en un tiempo
20 LA PUERTA DEL DRAGÓN
para analizar tendencias y pronosticar acontecimientos, este
libro tan especial fue arrebatado hace unos seiscientos años
por expreso deseo imperial, como parte de una campaña con
la que se pretendía mantener al pueblo en la ignorancia y la
esclavitud. Por fortuna, la integridad original del libro se
mantuvo intacta dentro de la orden taoísta de la Puerta del
Dragón, de acuerdo con su misión de preservar el conoci-
miento esotérico.
El nuevo Transmisor escogido por los ancianos maestros
resultó ser un muchacho llamado Wang Liping, que contaba
once años de edad en 1960. Wang Liping había nacido en
1949, justamente en medio del año lunar. La gente que lo co-
nocía decía de él que era un muchacho muy singular. Siem-
pre conseguía encontrar los objetos que se· habían perdido en
la casa, y cuando jugaba con sus amigos al escondite no
había forma de poder esconderse de él.
Wang Liping había nacido en una gran ciudad del nordes-
te de China, y posteriormente se había trasladado con su fami-
lia a una antigua villa fortificada cerca de la famosa montaña
Changbai Shan, de cumbres perennemente nevadas. La ciudad
estaba bañada por las aguas del río Yongding, el Rio Turbio,
que tenía su nacimiento en las montañas nevadas. Protegida
por estas montañas y bañada por el río, la ciudad fortificada
poseía una atmósfera cargada con una extraordinaria fuerza
energética. Al descubrirse «oro negro» en su subsuelo, se le de-
nominó la «Ciudad del Carbón» y se convirtió en una villa
próspera dotada con todos los adelantos. En esta nueva pobla-
ción, situada dentro de la antigua ciudad fortificada, es en don-
de había pasado Wang Liping la mayor parte de su vida.
La familia Wang era un clan importante en la región, y
sus antepasados habían sido gentes distinguidas. En la época
del padre de Wang Liping, la familia ya no era lo que había
sido, pero aun asi él se las arregló para graduarse en el Cole-
gio Industrial Fengtian, lo que en aquellos días era considera-
do como una verdadera proeza.
La madre de Wang era una mujer amable y buena por
naturaleza. Había dado a luz cuatro hijos y dos hijas, todos
LA BÚSQUEDA DEL MAESTRO 21
fuertes y sanos, con excepción del segundo hijo, Liping, de
naturaleza débil. Cuando Liping tenía un año, se había decla-
rado un incendio en la casa familiar. En medio de la confu-
sión generada, el pobrecito niño resultó con quemaduras en
la cabeza. Aunque las quemaduras cicatrizaron r;iormalmente,
tras el accidente el niño empezó a padecer de fuertes dolores
de cabeza y de problemas en la vista. Para mayor desgracia de
su madre, ninguno de los doctores consultados pudo ayudar
al pequeño.
La familia ~ng tenía muchos niños, y en los últimos
años 50 y primeros 60 la vida en China no era fácil. El pe-
queño Liping, incluso durante su infancia, se mostró como
un niño amable y diligente, manifestando una tendencia na-
tural para proteger a sus hermanos y hermanas más pe-
queños. También se mostraba así con sus compañeros y
amigos del vecindario. Siempre que un muchacho necesita-
ba algo y Wang Liping lo tenía, se lo ofrecía con el mejor ta-
lante.
Un día del otoño de 1962, cuando la familia Wang estaba
almorzando, escucharon que alguien llamaba a grandes voces
a la puerta: «¡Por favor, un poco de comida!» La vida había
sido muy dura durante los últimos años, y rAucha gente que
huía del hambre y bu~caba algún tipo de sustento había emi-
grado de las llanuras del interior hacia el nordeste. Siempre
que alguien llamaba a la puerta mendigando, la madre de
Wang le ayudaba dándole lo que podía.
En esta ocasión fue Liping quien primero se levantó ante
la llamada del mendigo. Antes de que su madre abandonase
la mesa, él ya había cogido un poco de pudin de vegetales y
marchaba hacia la puerta con el plato. Cuando abrió la puer-
ta, Liping se quedó asombrado por lo que vio. Allí había tres
ancianos de pie. Tenían un aspecto completamente distinto
de los usuales mendigos. Estos tres ancianos tenían un aspec-
to amable y benevoL;!nte, y a pesar de que sus trajes se encon-
traban hechos jirones, permanecían erguidos como jóvenes,
con un ademán firme y seguro, proyectando con su sola pre-
sencia un aire de vigor y fortaleza.
22 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Los tres ancianos tomaron el plato de pudín que les ofre-
cía Liping; lo devoraron en silencio y al terminar, y sin decir
palabra, extendieron de nuevo sus manos como solicitando
más comida.
Algo desconcertado, Liping volvió adentro y sin hacer el
menor gesto les llevó más pudín a los ancianos. Una vez hu-
bieron dado cuenta también de este segundo plato, los ancia-
nos se mostraron del mejor talante. Rumiando lo extraño del
hecho, Liping levantó la vista y comprobó que los tres ancia-
nos habían desaparecido sin dejar la menor huella.
Aunque por entonces no lo sabía, el joven Liping tenía
buenas razones para sentirse desconcertado por aquel en-
cuentro. Como podía colegirse fácilmente, los tres ancianos
no eran personas ordinarias, sino sabios taoístas que habían
estado viviendo durante mucho tiempo en lo más agreste de
las montañas, practicando artes secretas. En realidad, no ha-
bían bajado de su retiro para mendigar un poco de alimento,
sino para encontrarse con el que había de ser el heredero de
sus conocimientos.
El taoísmo es la religión original de China. Su cometido
más directo y universal con respecto a los demás, en el mun-
do ordinario, consiste en mantener las leyes naturales, pro-
mover la salud, curar las enfermedades, prolongar la vida y
estimular el desarrollo de la cultura y de la civilización basa-
das en la cooperación entre el hombre y la naturaleza, y entre
el individuo y la sociedad como un todo.
Los tres maestros taoístas que habían venido para encon-
trarse con Wang Liping habían pasado muchos años en las
grutas de la montaña trabajando sobre sí mismos. Habían al-
canzado ya el más alto nivel tanto en las prácticas y ejercicios
internos como en los externos, llegando a niveles muy por
encima de los alcanzados por los taoístas normales.
A fin de poder encontrar un sucesor, habían utilizado su
visión interior, al igual que los conocimientos esotéricos
contenidos en uno de los libros pertenecientes a su escuela.
Tras llegar a la conclusión de que la persona que estaban
buscando se encontraba ya en este mundo desde hacía diez
LA BÚSQUEDA DEL MAESTRO 23
años, se prepararon para abandonar la montaña e ir en su
búsqueda.
El viaje para encontrar a su sucesor duró unos dos me-
ses, durante los cuales los maestros emplearon más tiempo en
curar y ayudar a la gente que encontraron en su camino, que
en el propio viaje. La caridad y la labor de servicio forman
parte de la tradición taoísta, tanto si se realiza pública como
privadamente.
Después del lía en que los tres magos se encontraron
con Wang Liping y comprobaron que él sería su heredero es-
piritual, las incomodidades del viaje no significaban nada pa-
ra ellos. Hablaban y reían camino del edificio abandonado
que les servia de p~sada. Tras limpiarse el polvo del camino,
se sentaron para esperar la llegada de Wang Liping que, sin
duda, vendría a buscarlos.
Por lo que respecta al muchacho, tras su primer encuen-
tro con los tres magos en aquel día, ya no pudo evadirse de la
necesidad de encontrarlos nuevamente. Aquella misma tarde,
en la escuela en donde estudiaba el quinto curso se encontró
presa de gran aturdimiento. Cuando concluyeron las clases,
en vez de irse andando a su casa con sus compañeros, como
era lo habitual, se puso a caminar sin rumbo fijo, sin darse
cuenta que iba hacia el lugar en donde se encontraban los
maestros.
Wang Liping encontró a los ancianos sentados en un al-
pende, charlando y riendo entre sí. Hipnotizado, también él
tomó asiento y se puso a escucharlos.
Los maestros habían encontrado al discípulo. Y el futuro
Transmisor de la escuela taoísta de la Puerta del Dragón tam-
bién había encontrado a sus guías. Así pues, en el otoño de
1962 Wang Liping comenzó su aprendizaje de la enseñanza
taoísta. Un aprendizaje que iba a durar quince años.
 2

La purificación de la mente

[AJ UNQUE LOS TRES MAESTROS TAOÍSTAS, sentados

y charlando entre ellos, ap~rentaban ignorar la presen-
cia de su joven visitante, en realidad lo estaban exami-
nando muy detenidamente con su percepción interna. Adivi-
nando que el muchacho sufría de migrañas crónicas y de pro-
blemas de la vista, los ancianos maestros se pusieron a curarlo
sin dar la menor muestra de lo que estaban haciendo.
De forma gradual, Wang Liping empezó a darse cuenta
de que le invadía una excepcional claridad de mente, y que
su vista también mejoraba. Comprendió entonces que aque-
llos tres ancianos no eran ciertamente personas ordinarias.
Por su parte, los tres ancianos maestros, una vez que ob-
servaron detenidamente a Wang Liping, admitieron que el
muchacho era en realidad la persona que había aparecido en
sus visiones internas durante los últimos tres afias, y al que
habían estado buscando. Wang Liping estaba destinado a
convertirse en el Transmisor de la decimoctava generación de
la escuela taoísta de la Puerta del Dragón.
El más anciano de los tres maestros permaneció sentado
durante un momento con los ojos cerrados. Después, los
abrió lentamente y fijó su mirada en el joven Liping:
-¡Eh, muchacho! Se está haciendo tarde, y estás muy
lejos de tu casa. ¿No te asusta .tener que caminar en la oscu-
ridad?
26 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Sin pensarlo, el chico replicó:
-¿Miedo de qué? Cuando juego al escondite con mis
amigos, siento que cuanto más oscuro es más divertido resul-
ta el juego. ¿Por qué he de sentir miedo?
Los tres ancianos estaban encantados. Gu Jiaoyi atrajo
hacia sí a Wang Liping y le dijo:
-¡Vamos! juega entonces con nosotros al escondite.
Y conduciéndolo hasta un camposanto no lejano, los maes-
tros lo retaron a que jugase con ellos, advirtiéndolo que lo
considerarían ganador con que sólo encontrase a uno de ellos
en aquella oscuridad.
Liping aceptó el reto sin dudarlo. Pasaba por aquel lugar
con frecuencia y se sabía de memoria cada pequeño acciden-
te del terreno. Pensó que no había posibilidad alguna para
que· los ancianos pudieran encontrar un escondrijo.
El muchacho se tapó los ojos y empezó a contar, para dar
tiempo a que se escondieran los ancianos.
-No es necesario que hagas eso. Simplemente quédate
aquí con los ojos bien abiertos y fíjate en dónde nos esconde-
mos. Vigila cuidadosamente, porque no iremos muy lejos.
Pero como los ancianos seguían allí de pie, Liping les pi-
dió que se escondieran. Ellos no se movieron, pero entonces
se oyó una voz que decía:
-Es mejor que mires de cerca, porque ya nos hemos es-
condido.
Al escuchar esto, Liping se frotó los ojos para ver me-
jor, pero no pudo hallar el menor rastro de los ancianos.
¿Cómo podían haber. desaparecido mientras estaban ha-
blando? ¿Cómo era posible que sus pisadas no hubieran
causado el menor ruido? Liping empezó a examinar todo
el lugar, revisando cualquier grieta o escondrijo en donde
hubieran podido esconderse. Nada. Ni el menor ruido.
Todo el lugar estaba desierto. Absolutamente confundido,
el muchacho regresó al cabo de una hora al sitio en el que
se había iniciado el juego. De golpe, ¡allí se le aparecieron
los tres ancianos, diciéndole que tenía que admitir su de-
rrota!
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 27
En realidad, los maestros no habían ido a ninguna parte.
Habían permanecido en el mismo sitio, practicando el arte de
la desaparición. Los tres maestros taoístas ni siquiera habían
necesitado la protección de la oscuridad, ya que podían desapa-
recer de la vista de los humanos a plena luz del día. Es éste
un arte que pertenece simplemente al tercer nivel de la reali-
zación.
Pero Wang Liping no sabía nada de esto. De lo único que
se daba cuenta era de su asombro y del creciente temor que
le inspiraban los tres ancianos. Éstos le dijeron que volviera a
su casa y que regresara allí al día siguiente cuando terminase
la escuela. Y que no dijese a nadie nada de lo que había pre-
senciado.
Cuando Liping regresó a casl aquella noche, encontró a
sus padres preocupados ¿En dónde había estado hasta tan
tarde? ¿Qué había estado haciendo? Pero como Liping parecía
muy confundido e indeciso, no insistieron más. Eran aque-
llos tiempos difíciles en China, y en la familia cada uno tenía
que preocuparse por los demás, y a veces no se podía estar
en todo. Al fin y al cabo, Liping era el segundo hijo, y sus pa-
dres tenían que preocuparse por los hermanos más peque-
ños. Además, muchas veces Liping iba y venía a su aire.
Por lo que respecta a los tres ancianos, la gente del lugar
se mostraba simpática con ellos por su avanzada edad, y por
el hecho de que habían venido hasta allí desde el mismo cen-
tro del país. Sus artes curativas eran bien recibidas por el pue-
blo, a pesar de que ellos pusieron gran cuidado en no revelar
demasiado de sus capacidades a fin de preservar su identidad
de sabios taoístas. Al cabo de cierto tiempo, la gente empezó a
respetar y a honrar a aquellos ancianos que no pedían nada
por sus servicios. Permitieron que Wang Liping estuviese con
ellos y pudiese observar cómo trataban a los enfermos. En el
tiempo libre hablaban con su joven protegido sobre aquellas
cosas que habrían de orientarlo en el Camino.
Como necesitaban de un lugar tranquilo para preparar a
su nuevo discípulo, los tres maestros encontraron una vieja y
apacible herrería, abandonada desde hacía mucho tiempo; un
28 LA PUERTA DEL DRAGÓN
lugar que estaba muy apartado de todo bullicio. Los maestros
limpiaron el edificio, plantaron algunos árboles en la parte
delantera e hicieron un huerto en la trase~a. Los habitantes de
.los pueblos de la montaña, gentes simples y rústicas, pero
honestas y puras, quedaron conmovidas por el comporta-
miento de los venerables curanderos, y empezaron a llevarles
regalos, arroz, leña para el fuego y otras cosas.
Con el paso del tiempo, Wang Liping se fue acostum-
brando a los ancianos maestros, quienes empezaron a guiarlo
de forma sutil preparándolo para el largo entrenamiento que
habría de seguir.
Una fría noche de otoño, encontrándose los cuatro senta-
dos en tomo a un candil, el gran maestro Zhang Hodao em-
pezó a contar relatos sobre los antiguos taoístas y los princi-
pios del taoísmo. Con gran detalle, narró la historia de
Changchun, el Hombre Real de la Eterna Primavera, que ha-
bía vivido en tiempos de Gengis Kan y había sido el fundador
de la orden de la Puerta del Dragón.
Changchun se había iniciado en el taoísmo a la edad de
diecinueve años y se convirtió en discípulo del gran maestro
Wang Chongyang al cumplir los veinte. Cuando murió su
maestro, Changchun viajó hasta el monte Zhongnan, un anti-
guo centro de estudios espirituales.
El invierno había llegado por entonces a sus máximos ri-
gores, y Changchun se vio obligado a permanecer rodeado
por la nieve en un pequeño templete durante cinco días y
cinco noches. A punto de perecer de hambre y frío, Chang-
chun entró en profundo trance.
En mitad de aquel estado de plena abstracción, Chang-
chun escuchó una voz. Mirando a su alrededor, vio a un an-
ciano que permanecía frente a él, portando un plato de comi~
da. El anciano dejó su ofrenda delante de Changchun, diose
la vuelta y partió de nuevo.
Changchun siguió al anciano hasta la puerta del temple-
te, pero aunque escrutó los alrededores no vio otra cosa que
un inmenso manto de nieve virgen. Ni una sola huella se
apreciaba sobre la misma.
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 29
Cuando finalmente dejó de nevar y se pudo viajar de
nuevo, Changchun prosiguió su camino hacia· el oeste, hasta
llegar a un valle profundo conocido como el Valle del río Fa.
Las aguas del río habían crecido mucho, de forma que resul-
taba imposible construir un puente o establecer un transbor-
dador. De este modo, los viajeros se veían obligados a tener
que vadear el río. Al ver el peligro a que estaban expuestos
los caminantes, Changchun decidió quedarse allí y ayudar a
cruzar el río a los viajeros transportándolos sobre sus propios
hombros.
Alojándose en un antiguo templete construido a la orilla
del río, Changchung se quedó en el lugar durante seis años,
pasando las noches en meditación y transportando a los via-
jeros durante el día. "
En el transcurso de este tiempo pudo experimentar no
menos de siete veces lo que los taoístas denominan la Gran
Muerte, e infinidad de veces la llamada Pequeña Muerte. De
este modo, muriendo y renaciendo a la vida, llegó a trascen-
der el mundo ordinario de acontecimientos, personas y cosas.
El gran maestro concluyó su charla con estas palabras:
-Nuestro antepasado espiritual Changchun decía:
«Cuando no se produce en la mente un solo pensamiento,
adviene la libertad; cuando nada hay en la mente, se produce
la iluminación inmortal.» De esta forma tan intensa se purifi-
can y entrenan los inmortales espirituales y los maestros ce-
lestiales.
En ese punto el anciano se volvió hacia Wang Liping y le
preguntó:
-¿Estabas atendiendo?
El muchacho, saliendo de su ensimismamiento, replicó
que había estado escuchando atentamente.
Entonces el anciano maestro le preguntó qué había en-
tendido de los relatos.
Liping contestó con tono seguro:
-Sólo mediante un corazón sincero y una voluntad fir-
me es posible aprender el Camino y desarrollar un potencial
real.

30 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Los tres maestros sonrieron. El más anciano preguntó al
muchacho:
-¿Quieres aprender el Camino?
-Sí -respondió Liping con el tono más serio y determi-
nado-. Pero no sé cómo hacerlo porque no tengo un maes-
tro que me guíe.
Él todavía no se había percatado de quiénes eran los tres
ancianos.
El gran maestro dijo:
-Si quieres estudiar el Camino, no te preocupes por ca-
recer de maestro. ¿Quiénes crees que somos? Yo soy el Trans-
misor de la decimosexta generación de las enseñanzas de
Changchun, y estos dos que se encuentran conmigo son los
Transmisores de la decimoséptima generación. Ahora que so-
mos viejos necesitamos desarrollar todo cuanto hemós apren-
dido. Si deseas aprender el Camino, prepárate para trabajar
duro. De otro modo, ¿cómo podrías elevarte sobre la condi-
ción del hombre normal? El primer requisito para aprender el
Camino es trabajar duramente. Después necesitarás aprender
a convertirte en un miembro de la sociedad, lo que significa.
obrar rectamente y evitar todo mal, construyéndote un au-
téntico carácter. Cuando hayas desarrollado la virtud y ela-
borado ese carácter, entrarás finalmente y de forma natural en
el Camino.
Para entonces los tres ancianos se encontraban satisfe-
chos al saber que Wang Liping poseía el potencial necesario y
el tiempo adecuado. Pero como sucede con todas las cosas,
tenían que empezar desde el principio, conduciendo gradual-
mente al discípulo por todos los pasos a fin de desarrollar su
realización.
Las Escrituras de la calma y de la pureza eternas dicen:
B Camino incluye claridad y opacidad, movimiento y quietud.
El cielo es claro, la Tierra es opaca.
El cielo está en movimiento, la Tierra está quieta.
Lo masculino es claro, lo femenino es opaco.
Lo masculino es activo, lo femenino es quieto.
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 31
Ascendiendo desde las raíces.
y flotando entre las ramas.
se producen miríadas de seres.
La claridad es el origen de la opacidad.
El movimiento es el fundamento de la quietud.
Si los hombres pueden mantenerse claros y serenos,
El universo entero vendrá a ellos.
El espíritu gusta de la claridad, pero la mente
la altera. La mente del hombre gusta de la calma,
Pero el deseo la aleja. Si puedes apartar tus deseos,
Tu mente devendrá serena. darifica tu mente
Y tu espíritu volverá a la calma.
La dificultad de llevar a la prá<;;tica estas enseñanzas radi-
ca en «apartar el deseo, clarificar la mente y entrar en la quie-
tud». Esto se hace particularmente difícil en nuestros días, en
los que abundan tantos recursos materiales y humanos dedi-
cados a satisfacer una cadena interminable de deseos y ambi-
ciones, sin que jamás se puedan ver satisfechos, y sin que se
llegue a conseguir una comprensión de los efectos de este
proceso sobre la sociedad humana y su relación con la Natu-
raleza.
El primer ejercicio que los ancianos maestros enseñaron a
Wang Liping fue, no obstante, una práctica denominada
«arrepentimiento». En el contexto taoísta este término signifi-
ca limpiar la mente, purificándola de todas aquellas influen-
cias mundanas que han infectado la conciencia, liberándola
de todas las impurezas.
La forma en la que se realiza este proceso es mediante
aislamiento temporal y autoanálisis. El proceso se divide en
tres partes. En la primera el discípulo permanece durante dos
meses en una habitación oscura sin hacer nada. Se supone
que esto reduce gradualmente la agresividad y rudeza de la
propia naturaleza. El segundo paso consiste en permanecer
sentado en una habitación igualmente oscura, durante perio-
dos de tiempo variables que se van alargando progresivamen-
te. En el tercer nivel, se introduce al discípulo en una habita-
32 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ción tranquila y se le pide que permanezca sentado por pe-
riodos de tiempo no menores de cuatro horas *.
Una mañana después del desayuno, en lugar de irse a la
escuela Wang liping se dirigió a la residencia de los tres ancia-
nos maestros. Por entonces, el taoísmo interesaba al muchacho
más de lo que pudiera aprender en la escuela. Encontró a los
ancianos sumidos en su meditación de la mañana. A pesar de
su avanzada edad, los ancianos magos tenían rostros juveniles
y cabello oscuro. Sus ojos brillaban con una luz misteriosa. Li-
ping se sentó, tratando de unirse al ejercicio, pero el gran ma-
estro frenó su intento haciéndole la siguiente pregunta:
-¿Estás plenamente convencido de que quieres estudiar
taoísmo con nosotros? ¿Estás seguro de que no deseas cam-
biar de idea?
Liping le respondió que estaba completamente decidido
a seguir adelante. Entonces el gran maestro le dijo:
-Si estás decidido a poner todo tu corazón en aprender
el Camino, tendrás que empezar por el principio. Recuerda
que no has de temer los trabajos que se te impongan. Hoy
vas a aprender la primera lección, que carece de explicación y
sólo necesita ser practicada. Deberás hacer lo que te diga,
porque si fallas ahora no tendrás posibilidad de volver con
nosotros nunca más.
El anciano se mostraba muy firme. Con sólo esta breve
introducción, le dijo al muchacho que lo siguiera hasta la ha-
bitación que había limpiado con tal objeto.
Señalándole la puerta de la habitación, el anciano le dijo:
-Entra y quédate quieto. No empieces a quejarte, por-
que no vamos a permitir que salgas, sea cual sea el motivo.
Dicho esto, el anciano empujó al muchacho adentro y ce-
rró la puerta con llave.
Wang Liping nunca hubiera podido pensar que el ancia-
no llegaría a hacer una cosa así. La habitación estaba total-
* Estas prácticas de meditación, habituales en el taoísmo y en el bu-
dismo zen, se realizan generalmente en la posición corporal llamada del
doto». (Nota del traductor.)
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 33
mente a oscuras y absolutamente vacía. No podía ver nada.
Imaginándose que el maestro estaba probando su sinceridad
y que le dejaría salir antes o después, decidió esperar tranqui-
lameme.
Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Al cabo de un rato,
Liping empezó a dar vueltas por el cuarto, tanteando las pa-
redes con cuidado, después de haberse golpeado contra ellas
unas cuantas veces. Después de ir de aquí para allá hasta su-
dar, decidió sentarse para descansar. Después se levantó de
nuevo y volvió a dar vueltas. Tras repetir una y mil veces sus
idas y venidas, empezó a dominarle la ansiedad. La mañana
se le antojaba eterna.
De improviso se abrió un poco la puerta y un rayo de luz
lo cegó. Oyó al anciano que le decta que saliera, cosa que hi-
zo frotándose los ojos. Aunque se encontraba muy trastorna-
do, intentó dar la impresión de que nada había sucedido.
Wangjiaoming le preguntó:
--,¿Puedes aguantar más, muchacho?
Liping pensó que el maestro lo estaba probando; así que,
aunque consideraba que ya había tenido bastante, respondió:
-No hay problema. Esta lección es fácil. ¿Lo he hecho
bien?
Quería haber pasado la prueba lo mejor posible.
-Muy bien -dijo suavemente el anciano-, pero va-
mos a comer.
Liping se había sentido tan nervioso durante toda la ma-
ñana que había tenido que orinar en una esquina de la habi-
tación. Cuando oyó que el maestro le decía que lo había he-
cho todo bien, supuso que había pasado la prueba, si bien no
muy brillantemente.
El almuerzo no se desarrolló como de costumbre. Los
tres ancianos apenas si hablaron, y ninguno sacó a colación el
ti:ma de cómo había pasado Liping la mañana. El muchacho
imaginó que estaban simulando indiferencia, así que decidió
hacer lo mismo. Una vez que hubo terminado de comer, se
quedó esperando a ver cuál sería el paso siguiente. En reali-
dad no tenía idea de qué podría ser.
34 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Wangjiaoming dijo como sin darle importancia:
-Liping, vuelve a la habitación y quédate allí.
Sin dirigir siquiera al muchacho una ojeada, lo llevó has-
ta el cuarto y volvió a encerrarlo.
El joven Liping no había pensado que pudiera darse esta
orden. Consideraba que ya había sido probado suficiente-
mente.
Puesto que el anciano no le había dado ningún tipo de
instrucciones en cuanto a lo que debía hacer, Liping decidió
pasar el tiempo realizando algún tipo de ejercicio, como el de
practicar boxeo contra un contrincante imaginario, y echán-
dose a descansar cuando la práctica del ejercicio lo agotaba.
Sin embargo, el muchacho no tardó mucho tiempo en darse
cuenta de que no se hallaba preparado adecuadamente para
este tipo de prueba. Poco a poco la naturaleza de su juvenil
temperamento empezó a clamar por sus derechos. Los minu-
tos se le antojaban horas y su ansiedad crecía por momentos.
Nervioso y excitado empezó a golpear la puerta, sollozando y
pidiendo al anciano que le dejara salir, sin preocuparse ya
por controlar sus emociones.
Por lo que respecta a los tres maestros taoístas, si bien se
hallaban ocupados en atender a las dolencias de la gente del
pueblo, no dejaban por ello de mantener su atención interior
centrada en su joven discípulo. Gracias al poder de su mirada
interior, estaban al tanto de la lucha que en esos momentos
mantenía el muchacho. Lao Tse había dicho. «Quienes se
conquistan a sí mismos son fuertes.» Los ancianos maestros
no eran crueles, sino que estaban haciendo lo que debían ha-
cer para formar a un· nuevo ser humano. Dice el I Ching: «La
fe y la confianza son medios para desarrollar el carácter.»
Desde ese día, Liping volvió cada tres o cuatro días a la
casa de los maestros para practicar el «arrepentimiento» en el
cuarto oscuro. Progresivamente, las sesiones de aislamiento
fueron incrementándose, desde medio día hasta un día entero
y, posteriormente, hasta un día con su noche. Tras varias de
estas sesiones, aprendió a controlarse, y tanto su mente como
su corazón supieron encontrar la calma y la serenidad. Una
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 35
vez logrado esto, empezó a utilizar su cerebro pensando y de-
sarrollando ciertos temas. Sus mentores le indicaron que este
tipo de «pensamiento estructurado» era sumamente impor-
tante para entrenar el cerebro.
Dijo Lao Tse: «El movimiento se toma frío, la quietud se
hace caliente; la calma lúcida modifica el mundo.» También
dijo: «Llevar el vacío hasta lo máximo da firmeza a la sereni-
dad. Yo observo el ir y venir de las mil cosas que están ac-
tuando.» El elemento fundamental en este proceso es mante-
ner la serenidad; cuando ésta alcanza su punto máximo, se
produce el movimiento, y a través de él uno puede observar
lo sutil. El «pensamiento estructurado» quiere decir que
cuando el cuerpo y la mente han alcanzado el cenit de su
quietud, el cerebro genera una «cosá;, ya sea ésta una escena,
un personaje o un acontecimiento. Uno debe pensar sobre
dicha cosa para que evolucione y se transforme, consiguién-
dose así un «resultado». Cuando dicho resultado posee un
significado concreto, se dice que el ejercicio ha sido efectivo.
Tal mecanismo del proceso mental se denomina «pensamien-
to estructurado».
Así pues, Liping se sentaba serenamente en su cuarto os-
curo, practicando el pensamiento estructurado de acuerdo
con las instrucciones de su maestro. En lo primero que cayó
fue en el hecho de que si bien su cuerpo se encontraba ence-
rrado en aquel pequeño y oscuro cuarto, su pensamiento no
estaba encerrado ni imposibilitado para ir a donde quisiera.
Convencido de ello, Liping centró su pensamiento en su
padre. ¿Qué estaría haciendo ahora? Lo imaginó trabajando,
imaginó también su mesa y todo cuanto podía haber en ella,
lápices, calculadora, instrumentos de dibujo, una taza medio
llena de agua caliente y un cenicero con varias colillas. Aho-
ra Liping visualizó a su padre con un cigarrillo en su mano
izquierda, exhalando bocanadas de humo mientras hacía
inscripciones, unas cuadradas y otras redondas, en un gran
panel.
Por tanto, su padre se encontraba completamente absorto
en su trabajo; un trabajo que era, no obstante, sumamente
36 LA PUERTA DEL DRAGÓN
pesado y aburrido. Como no lo había podido concluir para la
hora de la comida, el hombre tuvo que continuar durante la
tarde, pensando agobiado que tal vez tuviera que emplear
muchos días para terminarlo. ¡Qué pesadez!
Liping decidió cambiar de tema. Ahora se puso a pensar
en sus compañeros que estarían en clase. Estaban en el se-
gundo nivel, y el profesor de matemáticas estaba dando una
explicación. Hablaba sobre los rudimentos de la contabilidad,
débitos y haberes, balances y todo lo demás. Algo terrible-
mente aburrido también. Todos se encuentran en clase, ex-
cepto Liping. Ninguno de los alumnos está prestando mucha
atención, en especial los amigos de Liping, que miran el sitio
vacío de su compañero y piensan qué bien ha hecho en faltar
a esta clase tan fastidiosa. Están deseando que la clase termi-
ne para poder salir a jugar.
Pero como Liping juzgó que ninguna de estas visiones re-
sultaba muy interesante, dejó de pensar en ellas.
Empezó a visualizar en su cerebro una serie de libros.
Entre ellos se encontraba un libro de texto, y empezó a exa-
minarlo desde la primera lección. Había una fotografía de la
Gran Muralla, tan larga e impresionante. Contemplándola
desde la ladera de una montaña distante, a Liping le pareció
que la muralla era como un dragón enorme del que no se po-
día ver la cabeza ni la cola, reptando a través de las inmensas
montañas. Empezó a describírsela. La muralla tenía varios
metros de altura, y estaba construida con grandes bloques de
piedra sobre las laderas montañosas. En realidad era una vis-
ta sobrecogedora. La Gran Muralla es una cristalización de la
sangre, el sudor y la destreza de innumerables trabajadores,
un símbolo del pueblo chino.
Esto ya estaba mejor. Liping concluyó su ejercicio mental
pensando que un día subiría a esa Gran Muralla y admiraría
los magníficos ríos y montañas de su tierra nativa, sintiéndo-
se orgulloso de ser chino.
Los ejercicios de pensamiento estructurado de Wang Li-
ping sirvieron para desarrollar su poder mental y mejorar
tanto su bienestar físico como el mental. La pequeña y oscura
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 37
habitación dejó de ser una especie de prisión para convertirse
en parte integral de todo un universo espaciotemporal. En es-
ta infinitud de tiempo y espacio, él podía moverse a sus an-
chas. Todo cuanto veía -gentes, acontecimientos, cosas de
todo tipo-- resultaban muy concretas, muy reales, muy coti-
dianas. Era un universo lleno de vida, un universo en el cual
ya no se sentía solo. Desde ese momento el paso del tiempo
dejó de ser para él una carga y un aburrimiento, pues tenía
un sinfín de cosas que hacer.
No obstante, durante sus ejercicios mentales en el cuarto,
Liping sintió hambre con frecuencia, porque los maestros no
le llevaban comida. En vez de esto, solían presentarse de vez
en cuando, siempre de forma inesperada y a destiempo, y le
sacudían un poco. A veces parecían de piedra, como si estu-
vieran gastándole una broma. Otras veces se presentaban con
un poco de comida, que el muchacho devoraba en un san-
tiamén.
También hacía frío en el cuarto. El otoño en la China
septentrional es frío, especialmente por las noches, cuando la
humedad se mete en los huesos. Basándose en los cambios
de temperatura y en las sensaciones corporales, Liping empe-
zó a ejercitarse en descubrir cuándo era de día y cuándo de
noche, y después incluso en distinguir si era mañana, medio-
día, tarde o medianoche.
Hay un proverbio que dice: «Se necesitan cien filtrados
para hacer un buen acero.» Lo mismo sucede con los seres
humanos; no logran alcanzar un gran poder a menos que se
purifiquen debidamente. En términos taoístas, si uno desea
convertirse en un ser realizado, aunque sea muy importante
la materia prima, más ill\ponante es todavía la purificación,
ya que no existe otro camino para alcanzar la realización.
En el transcurso de sus dos meses de aislamiento en la
oscuridad, Wang Liping tuvo su primera comprensión del
Camino. Los tres maestros comprobaron que el corazón del
muchacho era sincero y su voluntad inquebrantable. Basán-
dose en tales hechos, decidieron tomar definitivamente al
muchacho por discípulo suyo.
38 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Escogieron para la ceremonia una fecha de buenos augu-
rios. Aquella noche el cielo estaba claro, la luna llena brillaba
por el este, alumbrando al mundo de los humanos. Soplaba
una suave brisa y unos pocos flecos de nubes corrían por el
cielo. Finalizaba el día y la gente se retiraba a dormir. Las
montañas, en la lejanía, se dibujaban claramente a la luz de la
luna. Ellos mismos parecían un reducido rebaño de ovejas,
bien agrupado e inmóvil. Los tallos de las gramíneas se alza-
ban silenciosamente en los campos, y de vez en cuando la
suave vaina de sus hojas susurraba delicadamente al ser me-
cida por la brisa, aunque fuera difícil distinguir sus colores.
La tierra entera descansaba en una quietud profunda; so-
lamente los tres ancianos y su joven discípulo permanecían
despiertos, llevando a cabo la ceremonia que marcaba la ini-
ciación formal de Wang Liping como Transmisor de la deci-
moctava generación de la rama taoísta de la Puerta del Dra-
gón. Recibió el nombre taoísta de Yongsheng, que significa
«vida eterna», y el nombre religioso de Linglingzi, que quiere
decir el Único Espiritualmente Efectivo.
Cuando concluyó el ritual, el gran maestro dio al mucha-
cho un breve resumen de los principios taoístas:
<El Camino primario no tiene ni forma ni \
imagen, ni principio ni fin, es innombrable e
indescriptible. La palabra que usamos conven-
'1.J! 1
cionalmente para designar el Camino, está car-
gada de significados ocultos.
»Primero escribimos dos puntos. El de la izquierda sim-
boliza la luz, el de la derecha la oscuridad, como en el símbo-
lo de lo absoluto, en el que yin y yang se abrazan mutuamen-
te. Estos dos puntos representan al Sol y a la Luna en el cielo,
al agua y al fuego én la Tierra, y a los dos ojos de los seres
humanos que parecen interiorizar su luz en el curso de los
ejercicios de purificación.
«Debajo de estos dos puntos se traza una simple línea,
que significa "uno" y que representa la totalidad de las cosas.
Debajo de ésta se escribe el grafismo de "mismo", que se re-
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 39
fiere a uno mismo, y significa que todo el universo se en-
cuentra en el propio cuerpo, y que el Camino tampoco se ha-
lla aparte de uno mismo. Cuando se encajan todos estos tra-
zos se forma la palabra "cabeza", que quiere decir que la
práctica del Camino es lo mejor y más importante que uno
puede hacer en el mundo. Finalmente, se escribe el signo de
"camino", que significa viajar u obrar; es decir, el trabajo de
la enseñanza a través del cuerpo. El Camino que se lleva a ca-
bo .en el propio cuerpo es el mismo Camino que se realiza en
todo el universo. Éstos son todos los significados que están
contenidos en la estructura del ideograma Camino.»
El gran maestro hizo una brev; pausa y prosiguió:
«El taoísmo chino fue fundado por Lao Tse. La esencia de
su doctrina se encuentra en la palabra 'Tao", el Camino. El
método de conseguir el Camino se basa en la quietud.
»las maravillas de la quietud son infinitas. Gracias a <:'.lla
es posible participar en la evolución y abrazar todas las cosas.
El cielo, la Tierra y la humanidad toda se encuentran inclui-
das en ella.
»las gentes mundanas sólo logran disertar sobre la quie-
tud pero, en realidad, no pueden entrar en ella porque no
han logrado llegar a su origen.
»El origen de la quietud está en la vacuidad. Todas las
cosas existentes y los cambios que experimentan no son más
que condiciones transitorias que regresan, finalmente, a la
nada, y de ella a la vacuidad. En la medida en que la mente
humana no se encuentra quieta y serena, producirá pensa-
mientos de deseo, lo que originará inmensos obstáculos para
la purificación.
»En cuanto surgen los deseos egoístas, queda peturbado
el espíritu original, se bloquea también la energía original y el
trabajo se toma ineficaz. Apartémonos de ese deseo egoísta,
entremos física y mentalmente en la serena quietud, y la
energía primaria se tomará pujante, restableciéndose plena-
mente el espíritu original.
40 LA PUERTA DEL DRAGÓN
»La forma para entrar en la serena quietud es ir eliminan-
do gradualmente los pensamientos causados por los deseos
personales, barriendo los obstáculos que impiden el creci-
miento del espiritu original y de la energia, y allanando la
senda. Este principio de hacer extinguir lo uno para vivificar
lo .otro es el gran don de la quietud. Cuando ella adviene pa-
ra descansar en el más excelso bien, nada puede superarla.
Por muchos miles de cosas que nos asalten, la mente perma-
necerá inmóvil aunque no sepamos por qué. Después, cuan-
do la vitalidad, la energia y el espiritu primigenios nos llenan,
la quietud llega a su punto máximo e inicia su movimiento.
Una vez que sentimos dentro el movimiento, percibimos de
forma natural cómo sucede. De esta forma también se en-
grandece la vida humana.
»Cuando hayas traspasado la puerta del Camino, deberás
entender este principio y aplicarlo convenientemente. De esta
forma el trabajo logrará grandes progresos de forma natural.»
Cuando el gran maestro concluyó de hablar, se levantó y
deseó a todos buenas noches. Era casi la una de la madrugada.
Al dia siguiente, todos se levantaron temprano, y los tres
ancianos maestros enseñaron a Liping algunos ejercicios tra-
dicionales de boxeo contra adversarios imaginarios. Tras el
desayuno, el Viajero del Infinito y el Viajero de la Puta Vacui-
dad se fueron, dejando al joven discipulo con el Viajero de la
Pura Serenidad.
Este anciano habia sido en un tiempo instructor en una
academia militar, y practicaba tanto los ejercicios interiores
como los exteriores. Vigoroso y algo brusco, se mostraba su-
mamente estricto y exigia mucha atención de sus alumnos.
Llamó a Liping y le habló en los siguientes términos:
«Hoy vas a aprender una nueva lección. Ya has pasado
por lo que es el arrepentimiento, y ahora pasarás la segunda
barrera, que requiere que aprendas a sentarte con las piernas
cruzadas en la habitación oscura.
»La práctica de la escuela de la Puerta del Dragón hace
particular hincapié en que el asentamiento fisico es sólido, y
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 41
esto requiere que lo hagamos firme. El ejercicio de sentarse
con las piernas cruzadas es un entrenamiento esencial para
los estudiantes y deberás practicarlo durante toda tu vida.
Cada paso de este entrenamiento es esencial para el ejercicio,
por ello, si logras aprenderlo adecuadamente, te proporcio-
nará inmensos beneficios.
»Hay tres formas de sentarse con las piernas cruzadas. La
primera es la forma natural, que también se llama sentada in-
formal. Después viene la sentada con una pierna cruzada, en
la que uno se sienta haciendo descansar un pie sobre el mus-
lo opuesto. Por último está la sentada con doble cruzamiento,
en la que ambos pies descansan sobre los muslos opuestos.
La sentada natural es la tierra, la srntada de una pierna cruza-
da es la humanidad y la sentada doble es el cielo. Cundo se
añaden a esto las diversas posiciones de las manos, las postu-
ras de la sentada con piernas cruzadas se toman muy varia-
das. Hoy, no obstante, voy a hablarte de la sentada natural.
»Una vez que te hayas sentado, mantén tu tronco ergui-
do, con los ojos mirando hacia delante, a fin de que vayan re-
cogiendo gradualmente la luz del espiritu. La lengua ha de
tocar la parte superior del paladar, los labios se mantendrán
cerrados y los dientes superiores e inferiores se tocarán sua-
vemente. Coloca tus manos sobre las rodillas; con las palmas
hacia abajo. Serena tu espiritu y medita tranquilamente, eli-
minando de forma progresiva los pensamientos errantes.
»En un cuarto oscuro se producen pocas distracciones
-concluyó el maestro-, y eso es bueno· para la práctica
del ejercicio. ¿Por qué no ir alli ahora mismo?»
La manera de hablar del anciano maestro era seca y agu-
da. Cuando hubo terminado, miró fijamente al joven Liping.
Éste recogió el mensaje, dándose perfecta cuenta de que no
se podia hacer otra cosa más que seguir las indicaciones de
su mentor.
En esta ocasión lo primero que hizo Liping fue esparcir
un poco de heno seco sobre el suelo, antes de entregarse al
ejercicio de sentarse con las piernas cruzadas. Por suerte para
él, su maestro no le habia impuesto otro tipo de exigencias,
42 LA PUERTA DEL DRAGÓN
dejándolo a su propio arbitrio. Al ser todavía muy joven y
encontrarse en pleno desarrollo físico, Liping tenía suficiente
flexibilidad como para poder adoptar todo tipo de posturas
de asentamiento. No obstante, le resultaba difícil mantenerlas
durante mucho tiempo.
Tras haber practicado durante dos meses este enclaustra-
miento en el cuarto oscuro, y si bien todavía no le era posible
alcanzar una serenidad absoluta, se encontraba capacitado
para adaptarse adecuadamente a ese medio. En este primer
día tuvo algunas distracciones en el transcurso de su sentadá,
pero en conjunto supo perseverar, lo que le permitió vivir
una serie de experiencias. Después de algunos días de prácti-
ca, su ejercicio de asentamiento había progresado considera-
blemente.
Cierto día el Viajero de la Pura Serenidad llamó a Wang
Liping y le preguntó si había hecho progresos en sus ejerci-
cios. Tras darle una detallada información del proceso que
habían seguido sus experiencias, el muchacho terminó di-
ciendo:
-No me es posible eliminar del cerebro los pensamien-
tos erráticos y no logro alcanzar la quietud. Por favor, enséñe-
me alguna forma para poder superarlo.
Esto era lo que precisamente tenía en mente el anciano
maestro.
-Para eliminar ese tipo de pensamientos -empezó a
,decir -es necesario que primeramente aprendas a juzgarlos
de forma adecuada. Tan pronto como surja un pensamiento
en tu mente, fija tu atención en él; juzga si es acertado o fal-
so, o comprueba cuánto se prolonga. Una vez hecho esto,
concluye tu juicio y no permitas más especulaciones al res-
pecto. Esos pensamientos terminarán por desvanecerse, y de
esa forma podrás conseguir la quietud.
Wang Liping regresó a su cuarto y se sentó con las piernas
cruzadas, ajustó la postura de su cuerpo y de su respiración y
trató de aquietar su mente. En cuanto empezaron a asaltarle
los pensamientos ocasionales, puso en práctica el método para
alejarlos. Tras repetir el método unas cuantas veces, comprobó
LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 43
que funcionaba. El muchacho se sintió feliz. Después de unos
cuantos días de práctica, los pensamientos empezaron a ha-
cerse cada vez más escasos hasta ir diluyéndose, a medida que
también se hacía más intensa la quietud interior. A pesar de
tener solamente trece años, y de no almacenar una gran canti-
dad de deseos, dada su reducida experiencia del mundo -lo
que lo convertía en un ser más inocente y puro que cualquier
otro adulto-, se veía obligado a apartar de sí los pensamien-
tos erráticos que también lo asaltaban.
Después de sentarse siete veces diarias durante siete días
en su cuarto oscuro, Wang Liping había ácumulado una cier-
ta experiencia en desarrollar adecuadamente sus ejercicios.
A estas alturas ya: había aprendido también gran parte del lla-
mado ejercicio de arrepentimiento, y su agresividad había de-
saparecido en gran medida. Su forma de hablar y de compor-
tarse actualmente era la propia de un muchacho del Camino.
En pocos meses parecía como si se hubiese tra~sformado en
otra persona.
Durante la semana continuaba asistiendo a la escuela, a
fin de no abandonar su formación ordinaria. Al terminar sus
clases iba a visitar a los maestros para proseguir con sus ejer-
cicios.
Al principio, los padres de Liping se preocuparon por el
cambio experimentado en su hijo, pero cuando conocieron
los motivos comprendieron una vez más que los tres ancia-
nos tenían una conducta impecable. No sólo habían curado
la enfermedad del muchacho, sino que también le estaban
enseñando ejercicios de tipo espiritual e iniciándolo en el
verdadero Camino. Al entender todo esto, los padres de Li-
ping se quedaron más que descansados; se sentían plenamen-
te complacidos.
Para volver a nuestra historia, diremos que después de
que Wang Liping se sentó siete veces diarias durante siete dí-
as en su habitación oscura, los tres ancianos maestros le lla-
maron a su pr~sencia.
-Hoy -empezó a decir el Caminante de la Pura Sereni-
dad- vamos a enseñarte una nueva lección. Siéntate aquí en
44 LA PUERTA DEL DRAGÓN LA PURIFICACIÓN DE LA MENTE 45

este cuarto durante cuatro horas. Cuando hayas concluido, Aunque no era más que un muchacho, el joven Wang Li-
puedes irte a casa. ping poseía una voluntad muy fuerte. Sus ojos se llenaron de
Tras cuarenta y nueve días de sentarse en la oscuridad, lágrimas, pero logró contenerlas. Apretando los dientes, vol-
Liping pensó que no tendría el menor problema en hacerlo vió a sentarse. Años más tarde de nuevo se colmarían de lá-
durante cuatro horas. Imaginándose que ésta era una prueba, grimas sus ojos al hablar agradecidamente de los incansables
se sentó frente a sus maestros en la posición del loto. Tras esfuerzos, de la intensa severidad y de la amabilidad espiri-
ajustar adecuadamente su postura, cerró los ojos y se entregó tual de sus maestros taoístas.
a su meditación silenciosa. Tras seis meses de estricto entrenamiento, el joven Wang
Durante la primera hora se mantuvo tan inmóvil como Liping completó su práctica de la fase de arrepentimiento.
una estatua de piedra. Pasó una hora más y siguió mante- Ahora ya se podía sentar en meditación, día y noche, el cuer-
niéndose firme. Al cabo de ese tiempo, sin embargo, tuvo po firme y la mente tranquila, inmune a toda distracción tan-
que hacer acopio de toda su fuerza para seguir, preguntándo- to externa como interna.
se cuándo concluiría el tiempo fijado, y diciéndose que tenia
que proseguir porque sus maestros estarían vigilándole.
Los minutos se alargaban. Las piernas de Liping empeza-
ron a entumecerse, igual que el primer día en que había prac-
ticado la sentada de piernas cruzadas. Sentía hinchados sus
doloridos muslos, pero las caderas todavía lo sostenían, y
mientras mantenía la cintura derecha no había mucho pro-
blema. Sin embargo, al cabo de un rato, los huesos de la ca-
dera empezaron a dolerle también, la cintura y la parte baja
de la espalda lo quemaban, ·y el sudor bañ.ó todo su cuerpo.
Haciendo un enorme esfuerzo trató de mantener su posición
erguida pero, finalmente, su resistencia juvenil no aguantó
más y se derrumbó.
-¡Siéntate derecho! -gritó Wang Jiaoming, el Cami-
nante de la Pura Serenidad, con voz de auténtico sargento
instructor.
El joven discípulo intentó sentarse de nuevo, pero sus
piernas estaban tan entumecidas que no lograba cruzarlas.
-Vuelve a adoptar tu posición de piernas cruzadas--exi-
gió nuevamente el maestro.
Pero las piernas de Liping no obedecían las órdenes de
su cerebro y el muchacho ya no sabía qué hacer. Los dos
maestros cogieron una cuerda y le ataron manos y pies para
hacerlo adoptar la posición correcta y poder continuar el
ejercicio.
 3
La concentración del espíritu vital

5J EGÚN EL MAESTRO WANG LIPING, la totalidad de

su entrenamiento podría dividirse en nueve fases. En
este punto de la historia, él se encontraba en la segun-
da, en la que se trataba de concentrar la mente y desarrollar la
naturaleza esencial. Este trabajo todavía se encuentra relaciona-
do con la purificación de la esencia interna de la mente, pero
está en un nivel más alto y más difícil que el del arrepentimien-
to. Sus requisitos son estrictos, y las condiciones externas de su
práctica resultan todavía más severas. El objetivo consiste en
lograr que el practicante logre concentrar su espíritu vital, utili-
zando la concentración unificada del espíritu completo, exami-
nando minuciosamente los cambios corporales y produciendo
unas capacidades extraordinarias dentro de la vida normal.
Para realizar este ejercicio, los maestros llevaron a Wang
Liping hasta un hoyo excavado en la tierra. El hoyo era estre-
cho, oscuro y húmedo, sin una buena ventilación. Por lo ge-
neral, se puede pensar que un sitio así no es el lugar más
conveniente para hacer ejercicios, pero los tres magos tenían
profundas razones para escoger este lugar en el que su discí-
pulo debería sentarse y llevar a cabo su trabajo interior. No se
trataba en este caso de utilizar un entorno negativo a fin de
desarrollar el carácter, como uno pudiera pensar. El principio
de utilizar entornos aparentemente contrarios tiene un funda-
mento más positivo.
48 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El hoyo, profundamente excavado en la tierra, era oscuro
y húmedo. ¿Podría hallarse aquí aquel principio? La tierra y
la profundidad corresponden ambas al elemento tierra de los
cinco elementos; de esta forma, la energía terrena queda du-
plicada. Sombra y oscuridad son los extremos del yin; y
cuando el yin alcanza sus extremos, surge el yang. La hume-
dad corresponde al elemento agua en los cinco elementos, y
constituye el origen de la vida. Tanto en el orden primario
como en el temporal de los ocho trigramas del I Ching, o Li-
bro de los Cambios, la tierra y el agua se hallan abajo. El tex-
to de las Tradiciones en los cambios dice: «Lo consumado es la
base creativa de la tierra; todos los seres viven en su sustan-
cia, en la .medida que marchan acordes con lo que ella recibe
del cielo. La tierra es fuerte y sostiene a los seres; sus virtudes
son infinitas, su abrazo tiene largo alcance, su gloria es gran-
de, y así es como florecen todas las cosas.»
El Tao Te King dice: «El Camino obedece a la Naturale-
za», y recomienda la quieta vacuidad y el mantenerse centra-
do, virtudes ambas que están asociadas con la tierra. En el
trigrama del I Ching que simboliza al agua, el yin es el entor-
no exterior y el yang se encuentra en el centro, representando
«el yang sumergido en el yin; exteriormente está vacío mien-
tras que interiormente se encuentra lleno». Las Tradiciones en
los cambios dice: «Al marchar a través de sendas estrechas sin
perder la fe, la mente las atraviesa con éxito gracias a la
firmeza y al equilibrio.» Éste era el motivo por el que los tres
maestros habían escogido aquel hoyo en la tierra para el en-
trenamiento de Wang Liping. El discípulo, por supuesto, no
tenía ni la menor idea del propósito de sus maestros al llevar-
lo allí.
Tras saltar dentro del hoyo, Liping encendió varillas de
incienso en cada una de las cuatro esquinas, de acuerdo con
las instrucciones recibidas. La pequeña gruta se llenó pronto
con el humo, y el joven se sentó y empezó su meditación.
En un principio, Liping fue capaz de mantenerse tranqui-
lamente sentado, pero pronto el humo se hizo tan intenso
que, al combinarse con los húmedos vapores qu~ llenaban la
LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 49
atmósfera, dificultó su respiración. Finalmente, su naturaleza
primitiva hizo que perdiera la paciencia, y gritó:
-¡Esto me está sofocando!
Él esperaba que los maestros le permitirían salir de allí,
pero Wang Jiaoming ya le había advertido que debería seguir
estrictamente las instrucciones, sin ninguna disculpa. Por to-
do ello, comprendió que si no obedecía sería seriamente cas-
tigado. Todo lo que podía hacer era seguir lo dicho por su
maestro.
Confinado en aquella oscuridad, en aquel húmedo y so-
focante agujero, le resultaba difícil mantenerse correctamente
sentado. Imaginándose que su maestro le habría encerrado y
ya no volvería por allí, Liping dec;idió cambiar de postura y
relajar un poco el cuerpo. Así pues, se apoyó contra la pared
del hoyo y estiró los brazos y piernas.
Tan pronto como empezó a sentirse cómodo, se produjo
de forma inmediata y ante la mirada atónita de Liping un
cambio en la apariencia del hoyo. De repente éste parecía tan
grande como una sala inmensa llena de luz. El gran maestro y
los otros dos ancianos se encontraban sentados delante de él,
con el aspecto de seres que venían de los reinos inmortales.
El rostro del anciano maestro era rojo. Hablando con tono so-
lemne, le dijo:
-¡Cuántos nervios! Un insignificante muchacho como
tú se atreve a hacer el necio ante nuestros propios ojos. ¿Có-
mo pretendes engañamos? Una vez que te has convertido en
discípulo, no puedes abandonar tus obligaciones. Tanto si el
maestro está delante de ti como si no lo está, tú debes llevar
tu cometido en el corazón. El método para alcanzar el Cami-
no es transmitido verbalmente por los maestros, pero a ti se
te pide que lo cultives seriamente en tu propio cuerpo. Tal y
como te comportas, y a menos que elimines lo antes posible
las impurezas y las equívocas tendencias que se mantienen
todavía en tu corazón, y serenas tu espíritu y desarrollas tu
naturaleza ¿cómo pretendes alcanzar el Camino?
En cuanto hubo terminado de hablar, el anciano maestro
cerró los ojos. Uno de los profesores alzó su regla de castigo
50 lA PUERTA DEL DRAGÓN
pero no llegó a abatirla. El otro mentor cogió una cuerda, pe-
ro también se detuvo. Wang Liping se echó de rodillas y pro-
metió firmemente no volver a comportarse de aquella manera
tan necia.
Al abrir nuevamente los ojos, Liping no vio otra cosa que
el interior del hoyo, tan húmedo, oscuro y sofocante como lo
estaba antes. Pero sintió dolor en las palmas de las manos, y
observó que sus piernas habían sido atadas fuertemente. En-
tonces se dio cuenta de que el anciano maestro y los dos pro-
fesores le habían administrado, en cierta forma, su castigo.
Dominado por la vergüenza, Liping comprendía ahora
cuán elevadas eran las enseñanzas de los maestros. También
se dio cuenta de que su mente no se encontraba totalmente
limpia y que se hallaba muy lejos del Camino. No volvería a
dejarse llevar por ningún tipo de falsas ilusiones o de especu-
laciones engañosas. Se entregaría nuevamente y de todo cora-
zón al Camino, y trabajaría con ahínco en el ejercicio de «se-
renar la mente y desarrollar la naturaleza» y de «mantenerse
en el centro, vacío y silencioso».
Cuando Wang Liping hubo aprendido a sentarse durante
horas en la posición del loto en aquel hoyo lleno de humo de
incienso, el anciano maestro y los dos profesores empeza-
ron a transmitirle finalmente la enseñanza de la Puerta del
Dragón del taoísmo de la Completa Realidad conocida como
«El arte del ejercicio interior de las capacidades mentales al-
canzadas por medio de las Joyas Espirituales clásicas.» A me-
dida que las fue aprendiendo de sus maestros, Liping trabajó
ejercitando en la práctiea esas nuevas técnicas, de forma que
sus esfuerzos fueron conduciéndolo de forma gradual hacia el
Camino Verdadero.
Este arte del ejercicio interior de las capacidades menta-
les, de acuerdo con las Joyas Espirituales clásicas, es uno de
los antiguos métodos taoístas de trabajo interior. Su doctrina
consiste en «primero salvarse del nacimiento y de la muerte,
después llega la placidez y la larga vida». Sus formas especia-
les son la inclusión tanto del movimiento como de la quie-
tud, y la ejercitación de la naturaleza esencial y de la energía
lA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 51
vital. Este arte tiene muchas técnicas, sencillas y simples de
practicar, que configuran de forma natural un sistema com-
prensible y detallado para el entrenamiento de las capacida-
des de todo el ser humano.
Esta enseñanza ha sido atesorada durante mucho tiempo
por especialistas en el método, ha sido transmitida solamente
de forma oral, de maestro a discípulo, y conservada en la me-
moria, manteniéndola totalmente secreta.
El arte del ejercicio interior de las capacidades mentales
adquiridas a través del las Joyas Espirituales clásicas se divide
en «tres ejercicios» y «nueve métodos». Los tres ejercicios
son los «Tres Ejercicios Inmortales», o ejercicios de sentada
quieta, los cuales comprenden los·movimientos externos co-
nocidos como ejercicios de equilibrio y ejercicios del sueño
practicados sin prisa. Los «nueve métodos» conciernen a las
capacidades de desarrollo mental, tales como el detener las
enfermedades, curarlas, transmitir la atención, estabilizar la
mente, regular el nacimiento y la muerte, separar el alma te-
rrenal y recibir imágenes.
Entre estos nueve métodos, los cuatro primeros tienen
que ver con el ayudar a los demás, proporcionándoles felici-
dad; los cinco últimos son métodos para dominar y controlar
a la gente. El cuarto método, el de «transmitir la atención»,
también incluye técnicas para dominar a las personas.
* * *
Cierto día, el anciano maestro y los otros dos profesores
llamaron a Wang Liping y empezaron a explicarle el primero
de los métodos para la consecución de la Joya Espiritual, que
desarrolla las capacidades mentales. Zhang Hodao, el Cami-
nante del Infinito, le dijo:
-Este método del desarrollo de la capacidad mental es
un ejercicio en quiPtud, que se cultiva principalmente mien-
tras uno se encuentra sentado en la posición del loto. Ahora
que ya has aprendido las técnicas básicas de ese tipo de sen-
tada puedes practicarlo.
52 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Este método tiene nueve pasos. El primero consiste en
una mirada retrospectiva, regresando a la infancia. El segun-
do es distinguir claramente lo real y lo irreal. El tercero es
desarrollar la claridad del espíritu. El cuarto es conocer el cami-
no por el que uno ha de ir. El quinto es dejar de comer para
buscar vida. El sexto es cambiarse a una nueva vestidura. El
séptimo es ver a través del mecanismo de la Naturaleza. El
octavo es modificar el tiempo. El noveno es ejercitarse en ele-
var la mirada hacia la Luna. Hoy iniciarás tu práctica por el
primer paso, la mirada retrospectiva hacia la infancia.
Aunque el maestro no dio señal alguna, Wang Liping se
hallaba encantado. «Ya no me pregunto por qué me han en-
señado a sentarme silenciosamente durante tanto tiempo -se
dijo-. ¡Hay tantas cosas que estudiar!»
Entonces, el Caminante de la Pura Vacuidad, Gu Jiaoyi,
continuó en el punto en que lo había dejado el anciano
maestro:
-Una vez que te hayas sentado en quietud total, y los
pensamientos erráticos hayan sido eliminados, la serenidad
alcanzará su punto máximo y generará movimiento. Enton-
ces aparecerán en tu cerebro distintas clases de alucinaciones.
Al cerrar los ojos, verás con toda claridad imágenes, pájaros
que vuelan por el cielo, animales paciendo, flores, plantas, ár-
boles creciendo en los prados y gentes entregadas a su traba-
jo. Tales imágenes no son en realidad alucinaciones. El cere-
bro está empezando a representar las escenas reales que has
visto en el pasado.; por tanto, se trata de la memoria.
»Cuando la gente normal recuerda las cosas pasadas, no
logran verlas de manera tan clara y gráfica. Solamente cuando
se ha alcanzado el dominio de entrar en la quietud mental es
posible "ver" claramente con el cerebro.
»Poco a poco, irás viendo cosas que han sucedido hace
mucho tiempo, cosas que tú jamás serias capaz de evocar por
el simple poder de la memoria. Ahora te será factible verlas
claramente. Podrás regresar e internarte en tu infancia cuanto
quieras porque tu pensamiento está invertido. Esto es lo que
se llama "la mirada retrospectiva hacia la infancia". Cuando el
LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 53
pensamiento retoma lo llamamos "retrospección" pero, en re-
alidad, es una "contemplación", una visión clara de imágenes.
»Cuando aparezcan estas imágenes, no debes sentir mie-
do. Has de dejarlas que se muevan a su gusto. Sin embargo,
es muy importante que las observes de cerca y te fijes en cada
uno de sus detalles. Debes evitar por todos los medios el de-
jarlas marchar fácilmente, sin haberlas percibido con toda
claridad.
Muy bien -concluyó el maestro-. Ahora vuelve a tu
hoyo, serena tu mente y observa las escenas que aparezcan.
Wang Liping regresó a su agujero y se encerró en él. Tras
encender tres varillas de incienso, se sentó sobre un poco de
paja y se entregó a la meditación !¡erena. Tras unos cuantos
días de práctica, el muchacho comprendió las ventajas ofreci-
das por la meditación en el hoyo. El humo del incienso, lejos
de sofocarlo, creaba una atmósfera etérea.
Tras un rato dé sentada serena, Liping sintió que todo su
cuerpo se diluía. Su cerebro se quedó en blanco. Y entonces,
de repente, las imágenes empezaron a aparecer. Pero estas
imágenes no eran iguales a las que le habían surgido en oca-
siones anteriores, cuando practicaba el pensamiento intencio-
nado en el cuarto oscuro. Aquéllas estaban formuladas de una
manera enteramente mental, mientras que éstas aparecían de
forma espontánea. Eran muy reales, distintas y claras.
Siguiendo las instrucciones que le había dado su maestro,
Wang Liping no sintió temor, sino que observó las imágenes
atentamente, fijándose en cómo aparecían y cómo cambia-
ban, y tomando buena nota de todo en su memoria. No tenía
idea de cómo el tiempo y el espacio podían transformarse de
esa manera; el espacio se convertía en mirada, y el tiempo in-
vertía su discurrir. Sentado en quietud, Wang Liping vivió
plenamente la experiencia de «la contemplación retrospecti-
va, el retomo a la infancia».
Liping no sabía cuánto tiempo había pasado, pero, final-
mente, las imágenes se fueron debilitando y desaparecieron.
Entonces puso fin al ejercicio y salió del hoyo. Advirtió que
afuera era noche avanzada, y entonces comprendió que debía
54 LA PUERTA DEL DRAGÓN
haber estado sentado durante unas cuatro horas. Sin embar-
go, su mirada retrospectiva a la infancia había abarcado mu-
chos. lugares y acontecimientos desarrollados durante varios
años.
Al comentar el muchacho a sus maestros la experiencia
que había vivido durante su sesión, ellos pudieron ver que
se trataba de un ser realmente inteligente, sincero y que
aprendía rápidamente. Encantados, lo animaron a que si-
guiese practicando el ejercicio a fin de conseguir una mayor
solidez.
Por su parte, y tras su experiencia, Wang Liping se sintió
todavía más interesado en el estudio de las enseñanzas taoís-
tas. Un día, cuando se encontraba meditando en el hoyo, po-
co después de haber entrado en un estado de quietud total,
se dio cuenta de forma inesperada que era capaz de ver per-
fectamente todo su cuerpo, tanto externa como internamen-
te. Como su corazón era limpio, no sintió miedo alguno, sino
simplemente una sensación maravillosa. Así pues, y sin dejar-
se llevar por la excitación, continuó la contemplación obser-
vando todo con sumo detalle.
Una vez que hubo terminado su ejercicio, el muchacho
informó a sus maestros de la visión que había tenido. Aqué-
llos, intercambiándose miradas de inteligencia, se sonrieron
sin decir palabra. No obstante, el joven Liping comprendió
que había algo que deberían contarle sobre la exp~riencia que
había vivido y les pidió alguna explicación.
El Caminante de la Pura Vacuidad se rió y dijo:
-Has hecho grandes progresos en la meditación. Acabas
de entrar en el segundo estadio del método de desarrollo de
las capacidades mentales, el que se denomina «la clara distin-
ción entre lo real y lo irreal». Cuando contemples interior-
mente tu propio cuerpo, tras entrar en meditación, aunque
tus ojos se hallen cerrados y te encuentres en una oscuridad
total, podrás ver las condiciones internas de tu cuerpo con
perfecta claridad. Cuando te suceda esto, no te asustes ni te
dejes distraer. Obsérvalo todo y estúdialo con la mayor preci-
sión. Mira cuántos huesos hay en tu cabeza, qué forma tienen
LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 55
y cómo se encuentran unidos. ¿Cuál es la forma de tus órga-
nos internos? ¿Qué color tienen? ¿Hay en ellos alguna man-
cha? El que puedas ver todo esto con claridad te será de gran
utilidad. Es un ejercicio que resulta fundamental cuando hay
que diagnosticar y curar una enfermedad. La gente puede ver
bien desde fuera, pero cuando tú puedes observar la condi-
ción interna de sus cuerpos sabes si están enfermos o no, y
dónde se encuentra su enfermedad, si existe. Por eso, este
ejercicio se denomina «clara distinción de lo real y lo irreal».
Ahora que has entrado en este dominio, deberás seguir prac-
ticando y observando la estructura de tu cuerpo para recor-
darlo con todo detalle.
Tras un momento de reflexión,.silenciosa, el Caminante
del Infinito retomó el hilo de su conversación.
-Tras completar estos dos pasos --empezó-, el asenta-
miento de tu trabajo interior estará seguro, y necesitarás una
mayor comprensión de aquellos de sus principios que han si-
do cultivados por los antiguos sanadores.
»Este trabajo interno cuida tanto la esencia como la vida.
Los ejercicios que se refieren a la esencia cuidan el espíritu, el
alma, la voluntad, la atención, la tranquilidad y la estabilidad.
Los ejercicios vitales se ocupan de la energía, la sangre, la vi-
talidad, los huesos, músculos y piel. Los métodos incluyen
tanto la quietud como el movimiento. Están ordenados y me-
didos, aunque son adaptables y acordes con las condiciones
naturales.
»las prácticas sanitarias de la rama de la Puerta del Dra-
gón se basan en antiguas enseñanzas de longevidad. Están
modelados de acuerdo con los principios del yin y el yang, y
·se ajustan a la lógica de la temporalidad (caléndrica). El yin y
el yang son las constantes del cielo y de la Tierra; la lógica de
la temporalidad constituye la organización de la higiene.
»El trabajo interior de la enseñanza de la Joya Espiritual
incluye aspectos asociados con el cielo, la Tierra y la humani-
dad, usados como medios para hermanar el yin y el yang ex-
ternos, los cinco elementos y los ocho trigramas con el yin y
el yang internos, los cinco elementos y los ocho trigramas.
 LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 57
56 LA PUERTA DEL DRAGÓN

en detalle, de forma que Liping logró entenderlos claramente

Este trabajo es el fundamento para establecer la esencia y la
y los almacenó en su memoria.
vida y poder cuidarlas.
El Caminante de la Pura Vacuidad dijo:
»El cielo, la Tierra y la humanidad constituyen un uni-
-La razón por la que te he hablado de la «claridad de
verso. El ser humano también es otro universo, un microcos-
espíritu» es una precaución. Aparezca, lo que aparezca no te
mos. Los cambios que se producen en el macrocosmos, es
dejes asustar; necesitas tener claridad y serenidad de espíritu.
decir, en el universo exterior, afectan al microcosmos, el pe-
En los dos primeros pasos, las escenas que te aparecieron es-
queño universo del individuo; a su vez, los cambios que se
taban en tu cerebro o constituían percepciones de la visión
producen en este último se corresponden también con los
interna. En este tercer paso la energía interior se irradia hacia
cambios habidos en el primero.
fuera, y por este motivo pueden aparecer pequeños animales
»Los ejercicios basados en el modelo de la Luna girando
que vienen a ti atraídos por la energía desprendida. En tales
en tomo a la tierra dan por resultado el microcido y penetran
momentos no debes moverte por ningún motivo. No te
las tres fases: se abren paso a través de la puerta del cielo,
muestres temeroso y no les hagas caso, simplemente déjalos
abren el ojo celestial y descienden a los tres campos. Cuando
estar. Aunque los animalitos trepen por tu cuerpo, no te ha-
se produce la apertura del ojo celestial, se hace posible la vi-
rán daño. Cuando concluyas tu ejercicio, desaparecerán. Por
sión interior.
lo general, estos pequeños animales suelen ser ratones, gusa-
»La apertura del ojo celestial está formada por tres pun-
nos y cierto tipo de pájaros. Son muy inteligentes, y también
tos en una linea, de fuera adentro, que se combinan para for-
poseen una energía misteriosa. Algunos de ellos pueden in-
mar el «más alto elixir». La «apertura» se encuentra entre las
cluso contemplar el cielo y adorar la Luna, absorbiendo la vi-
dos cejas; el «ojo», conocido popularmente como «nirvana»
talidad del Sol y la esencia de la Luna, y hasta pueden culti-
está dentro, y el «cielo», también llamado «espejo celestial»,
var algunos de los métodos menores del ejercicio, siguiendo
se halla detrás. La apertura existe siempre de forma natural,
sus impulsos naturales. Tú obra como si nada hubiese suce-
pero el ojo tiene que ser cultivado. El celestial es el primitivo.
dido. Si no los provocas, no te molestarán.
A pesar de que la apertura existe, no se ven los objetos. El
Al escuchar las cosas que decía su maestro, Wang Liping
ojo, sin embargo, percibe las cosas aunque se encuentre ce-
se dijo: «¡Qué maravilloso es este mundo! ¿Quién hubiera di-
rrado, al mirar hacia dentro en lo celestial. Ahora que la aper-
cho que esos animalitos pudieran poseer también una energía
tura de tu ojo celestial se halla abierta, estás capacitado para
misteriosa. Incluso saben cómo penetrar los misterios de la
la visión interna y, de este modo, puedes cultivar la purifica-
Naturaleza y albergar pensamientos de inmortalidad. ¡Qué
ción, en conjunción con los ciclos del Sol y la Luna. Esto es
interesante!»
seguido por «la radiación externa de la energía interna», que
A partir de ese momento, Liping practicó durante algún
puede atraer hacia ti pequeños animales. Esta práctica se ha-
tiempo la «clara distinción entre lo real y lo irreal». Cuando
lla vinculada con el trabajo del tercer paso del desarrollo de
hubo visto meridianamente la estructura de su cuerpo, em-
las capacidades mentales, que es la claridad de esplritu.
pezó a practicar el ejercicio de la radiación externa, y enton-
Wang Liping atendía con sumo interés cuanto decía el
ces aparecieron pequeños animales que vinieron hacia él y
Caminante del Infinito; se mantenía en un completo silencio
treparon por su cuerpo plácidamente, como si desearan que
y tratando de no perder una sola palabra. No obstante, había
él les contara historias interesantes o les cantara tiernas can-
algunas cosas que no podía recordar, que no podfa entender.
ciones.
El Caminante de la Pura Vacuidad volvió sobre estos puntos
58 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Siguiendo los consejos de su maestro, Liping no prestó
ninguna atención a estas pequeñas criaturas, continuando sus
ejercicios con absoluta firmeza y claridad de espíritu. Cuando
concluyó, todos los animalillos le abandonaron sin haberle
causado la menor molestia. Cada vez que sucedía una cosa
así, Liping sentía ganas de reír, pero en el fondo de su cora-
zón estaba dando un paso más hacia la comprensión de los
misterios de la Naturaleza.
Cuando hubo concluido los tres primeros pasos, sus maes-
tros le introdujeron en el cuarto, el de «conocer el camino
que se ha de seguir».
¿Cuál es el significado de «conocer el camino que se ha
de seguir»? Está basado en el recogimiento de la mente y el
nutrir la esencia, de manera que aquí no existen pensamien-
tos erráticos en modo alguno, y uno tiene la capacidad de
contemplarse internamente y de irradiar externamente. Al
llegar a este punto es necesario avanzar todavía más, a fin de
poder entrenar de forma consciente al pensamiento en un ni-
vel más alto.
Los pensamientos que se tienen en este nivel no son
iguales a los que se crearon de forma -deliberada en las sesio-
nes de la habitación oscura, ni tampoco a toda la imaginería
contemplada en el curso de la visión interna, durante los dos
primeros pasos del método del desarrollo de las capacidades
mentales. En este ejercicio tiene lugar una forma específica, y
en él se disciernen bien los resultados y se presenta un méto-
do de resolución.
Este ejercicio de «conocer el camino que se ha de seguir»
no constituye un pensamiento errático. Para empezar, es
esencial que se fije adecuadamente el tema o el asunto que se
ha de tratar. Antes de que uno haya podido practicar el entre-
namiento de la quietud total, el cerebro está plagado de pen-
samientos erráticos, de manera que aunque uno dese fijar su
atención en un determinado problema resulta muy difícil po-
der hace;rlo. Pero una vez que se ha practicado el ejercicio de
la quietud, desaparecen los pensamientos fugaces y el- cerebro
es diez, cien, o incluso mil veces mejor de lo que era antes.
LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 59
El tema que se toca en este ejercicio no se busca de forma
retrospectiva, sino de modo prospectivo. De este manera,
cuando los problemas que surgen en el curso de la vida se re-
sisten a toda solución y, no obstante, requieren ser soluciona-
dos, se traen a este ejercicio e inmediatamente aparece la for-
ma de resolverlos. Tal entrenamiento del poder cerebral, o
del pensamiento, se denomina «conocer el camino que se ha
de seguir».
El «camino que se ha de seguir» se refiere a los proble-
mas inmediatos que están esperando una resolución; pero es-
to, naturalmente, constituye un primer paso. Para establecer
el camino que se ha de seguir con una mayor perspectiva y
con planteamientos más profundos, se necesita un mayor en-
trenamiento. No obstante, el primer paso del «saber el cami-
no que se ha de seguir» representa una base firme, que se ha-
ce extremadamente importante para el desarrollo futuro.
El punto crucial de este método para desarrollar las capa-
cidades mentales consiste en su habilidad para curar las en-
fermedades y ayudar a los demás; de modo que el «saber el
camino que se ha de seguir» se utiliza, principalmente, para
la curación. Cuando un examen médico realizado durante el
día no lleva al diagnóstico claro de una determinada enferme-
dad, o a la posible forma de curarla, se realiza este ejercicio a
medianoche, analizando el problema con un detallado exa-
men de los síntomas para hallar la forma de tratamiento.
Cuando Wang Liping puso en práctica, paso a paso, las
instrucciones recibidas de su maestro, su poder cerebral se
incrementó notablemente. A este respecto no sólo superaba a
sus compañeros, sino que adelantaba a los mayores. Podía re-
solver no ya los problemas que presentaban sus estudios, si-
no que le resultaba fácil resolver asuntos mucho más serios
de la vida.
Pero Liping no sólo era inteligente, sino que también era
astuto. Siempre que se encontraba con otras personas, les se-
guía amablemente la corriente, guardando cuidadosamente
para sí sus verdaderos logros y conquistas, de manera que los
demás le consideraban un muchacho normal.
 60 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Por su parte, los tres maestros taoístas ponían en este
proceso una gran atención. Se suele decir que se necesitan
cien años de desarrollo humano para afianzar las raíces. Así
pues, aunque Liping estaba realizando grandes progresos en
su aprendizaje de los ejercicios internos, todavía no había
. empezado con los externos.
* * *
Los ejercicios internos y externos, en sus manifestaciones
más avanzadas, forman un principio de sutileza y. de purifica-
ción. Lo sutil es lo recóndito, lo infinitesimal, la señal de un
acontecimiento, la llave de algo. Lo purificado es lo minucio-
so, lo profundo, lo quintaesencia!. El libro de Las Tradiciones
en los Cambios dice: «Los Cambios son medios mediante los
cuales los sabios encuentran lo profundo e investigan lo su-
til.» También dice: «la gente refinada obra al ver lo sutil, no
esperando por ello todo el día», y también: «la gente refina-
da conoce lo sutil y lo obvio, lo blando y lo duro.» Dice lao
Tse: «Los hábiles guerreros de antaño eran sutiles, misteriosa-
mente efectivos, tan profundos que resultaban inescrutables.»
Guan Tse dijo: «El pensamiento no sólo conoce lo tosco; ve
también lo sutil, así es la esencia vital del desarrollo.»
El punto de la sutileza y de la purificación es el cuidado
de la esencia y de la vida. Comete el error más insignificante
y echarás a perderlo todo. Si no miras dentro de lo sutil y de
lo refinado, no podrás alcanzar los reinos sublimes. Con esta
idea de cuidar la sutileza y el refinamiento en su joven discí-
pulo, los tres ancianos maestros iniciaron a Wang Liping en
un entrenamiento más especial.
En primer lugar, Liping fue introducido en una gran caja
de madera. Dicha caja había sido construida especialmente
para este ejercicio. Era tan alta como el mismo Liping, y deja-
ba algo de espacio libre en la parte delantera, en la trasera y a
ambos lados. No obstante, la parte superior estaba clavada
con puntas de varias pulgadas de largo. Para no lastimarse
con estos clavos, el muchacho tenia que permanecer en el
LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 61
centro de la caja sin moverse. Por si esto no fuera suficiente,
los ancianos maestros añadieron un obstáculo más.
Liping examinó cuidadosamente la caja al entrar en ella. ·
Utilizando la habilidad que había desarrollado durante los
pasados meses de sentada silenciosa, permaneció inmóvil
dentro de la caja, pensando que no era tan incómodo como
sentarse en la postura del loto; de hecho, resultaba bastante
más confortable. No podía suponer que sus maestros iban a
colocar la caja colgada de las ramas de un árbol, dejando que
se balanceara con el viento.
El muchacho tenía que hacer los mayores esfuerzos para
concentrar toda su atención, a fin de mantener el equilibrio y
no clavarse. Estudiando cuidadosamente la sutil relación en-
tre los movimientos del viento, el 'arbol, la caja y su propio
cuerpo, Liping pudo descubrir finalmente cierto tipo de re-
gularidad. A partir de ese momento no tuvo que realizar es-
fuerzo alguno, sino limitarse a prestar la máxima atención.
Tras dos meses de esta práctica, Wang Liping había desarro-
llado la habilidad de poder apreciar incluso el menor movi-
miento de la hierba al ser mecida por la brisa. Haciendo este
ejercicio por las noches en la montaña, podía distinguir in-
cluso el escurrirse de un ratón a varios metros de distancia.
Una vez que Liping hubo superado esta prueba, los tres
maestros redujeron un poco el tamaño de la caja, de manera
que el muchacho sólo podía permanecer quieto, sin el menor
margen de movimiento. Para evitar clavarse, tenía quemante-
ner su cuerpo en una total quietud. Puesto que había pasado
varios meses ejercitando la quietud en la sentada, este ejerci-
cio le permitió ampliar el grado de perfección y pronto pudo
Liping realizarlo satisfactoriamente.
Los maestros también utilizaban «trampas de tonto» con
su discípulo, con objeto de probar el grado de atención y agi-
lizar su capacidad de reacción y su inteligencia. En cierta oca-
sión, Liping intentó descubrir en dónde se encontraban sus
maestros para ver qué estaban haciendo. De repente, escuchó
un tremendo grito que lo lanzó un buen trecho de espaldas y
le causó buenos golpes en la cabeza.
62 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Al verlo, el Caminante de la Pura Serenidad se echó a reír
desde su cabaña:
¡Tonto! ¿Por qué vienes a sentarte a nuestra puerta? -le
dijo.
De este modo, Liping se dio cuenta de que los maestros
estaban siempre al tanto de cuanto hacía. A partir de ese mo-
mento comprendió que sería mejor mantenerse atento y cui-
dadoso.
En otra ocasión en que Wang Liping se encontraba en el
retrete rústico que había en la casa, escuchó unos gritos co-
mo si alguien se hubiera caído al pozo negro. A punto estaba
el muchacho de indagar lo sucedido, cuando escuchó las ri-
sas de los tres maestros: «Ya me han engañado otra vez los
viejos», se dijo, tratando de dominar su enfado. «Pues voy a
hacerles yo lo mismo. ¡Ya verán!»
Cuando salió del excusado, se dio cuenta de que había
sido el Caminante de la Pura Vacuidad el que le había gasta-
do la broma. Su intención habla sido burlarse del muchacho,
para que de esta forma Liping mantuviese su estado de aten-
ción en todo momento. Indiscutiblemente, el muchacho in-
crementó su vigilancia después de lo sucedido.
Pero sucedió que un día Wang Liping vio una chinche
sobre la pared, y pensó gastar una broma por su cucn1a. Co-
gió la chinche y la metió en la cama del Caminante de la Pura
Vacuidad. Después se puso a t rahajar en 01 ras rnsas como si
nada hubiera pasado, esperando la picadura que había de re-
cibir el anciano maestro al llegar la noche, en justa reciproci-
dad por las bromas que Je habla ~astado. Pero no se podía
imaginar que habría de ser él quien rl•l'ihirfa la picadura,
cuando aquella noche se sentó en su lecho para hacer sus
ejercicios de meditación. A pesar dr lo doloroso dr la picadu-
ra trató de disimular lo mejor que pudo.
Al ver lo mal que lo estaba pasando Liping, rl Caminante
de la Pura Vacuidad dijo como quien no quil·n· la cosa:
-Todavía estás muy blandito, camarnda.
Comprendiendo el significado de esas palabras, el mu-
chacho rió amargamente y le dijo:
LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 63
-Usted es verdaderamente terrible.
Sin embargo, todas estas pruebas entre maestros y discí-
pulo añadían no poca distracción a la vida de la práctica espi-
ritual.
La siguiente etapa consistió en practicar el ejercicio de medi-
tación dentro de una urna. Wang Liping cabía a lo largo, si bien
tenía que mantenerse con la cabeza agachada. Dentro de la urna
habían colocado dos ladrillos sobre los cuales debía estar el mu-
chacho en cuclillas. Se colocó la urna sobre el retrete, dejando
sólo una rendija en su borde para que pudiera respirar. Por en-
tonces el tiempo era sumamente caluroso, y cuando el sol estaba
alto, el calor que hacía dentro de la urna era asfixiante, y el cuer-
po pronto quedaba bañado en sudor. El hedor del retrete, las
moscas e insectos hacían que el muchacho estuviese a punto de
vomitar. Su maestro practicaba este método para conseguir que
Liping mantuviese siempre fija su mente en la meditación, fue-
ran cuales fueran las condiciones. El retrete, en este caso, podía
representar el mejor de los medios para conseguir tales propósi-
tos. Los tres ancianos magos sabían muy bien cómo usar lo que
tenían a su alcance, escogiendo de forma adecuada cuanto podía
favorecer la práctica de los ejercicios taoístas.
Cuando Wang Liping empezaba a encontrar imposible el
centrarse en la serenidad y en la práctica de sus ejercicios, de-
bido a las pésimas condiciones que había dentro y fuera de la
urna, oyó de repente que alguien la estaba golpeando. En
.medio del ruido, escuchó la fuerte voz del Caminante de la
Pura Serenidad que le amonestaba:
-¡Deja de pensar en otras cosas! ¡Céntrate en tus ejerci-
cios!
Al cabo de un rato, el Caminante volvió de nuevo y de
forma totalmente deliberada empezó a golpear las paredes de
la urna con un pedazo de ladrillo. Quería comprobar si el
ruido alteraba a Liping. Pero juzgando que tal prueba todavía
· no era suficiente, llenó un cuenco de la basura del retrete y lo
volcó sobre la parte superior de la urna, incrementando el
hedor existente y haciendo que toda clase de insectos y mias-
mas entraran en ella.
64 1A PUERTA DEL DRAGÓN
Wang Liping no pudo aguantar más y gritó pidiendo cle-
mencia. Pero hubiera hecho mejor en no pedirla, pues sólo
consiguió que le infligieran mayores pruebas. Al ver que Li-
ping no podía mantenerse quieto, el anciano mentor añadió
más leña al fuego, echando dentro de la urna más basura. Li-
ping no tuvo la menor duda de que el Caminante de la Pura
Vacuidad era el más severo de los maestros en el proceso de
entrenamiento, y que no le perdonaba una. Todo lo que él
podía hacer era soportar las pruebas en silencio.
Desde aquel primer día de encierro en la habitación os-
cura en que no había podido contener sus necesidades fisio-
lógicas, Liping había tomado todas las precauciones necesa-
rias para que tal cosa no volviera a pasarle durante los ejerci-
cios. En esta ocasión, sin embargo, la necesidad de hacer de
vientre era demasiado imperiosa. Tenía que abrir la urna y sa-
lir afuera. Pero su maestro, al apreciar los movimientos que
estaba haciendo, cogió un bastón y empezó a golpear al mu-
chacho, causándole numerosas heridas.
Así que Liping no podía salir de su urna, si bien tampoco
le era posible permanecer en ella. No le quedaba otra solución
más que hacer sus necesidades allí dentro. Pero al enterarse de
lo que había sucedido, su mentor le riñó duramente por haber
manchado el lugar de las prácticas, y le exigió que lo limpiara.
Liping comprendió que las reglas de conducta no permiten la
desobediencia. Desde el momento en que se había entregado
al Camino, no podía hacer otra cosa que seguir los mandatos
de sus profesores. Así pues, no tuvo otra opción que limpiar
toda aquella porquería con su propia ropa.
Pocos días después de esto, Wang Liping empezó a adap-
tarse, de forma gradual, a su incómodo lugar de ejercicios,
por lo que su mentor ya no volvió a molestarle durante las
prácticas. Como era un muchacho verdaderamente extraordi-
nario, logró dominar también los obstáculos de esta nueva
prueba, superando los malos olores y la suciedad gracias a la
serenidad interior. Y recogiéndose en su interior y alimentan-
do la propia esencia, logró purificar su mente todavía en ma-
yor grado.
1A CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 65
Posteriormente, los tres ancianos magqs descubrieron
que el cementerio cercano podía utilizarse para los ejercicios,
y de este modo añadieron el nuevo lugar a sus pruebas, a fin
de seguir trabajando con su discípulo sobre el proceso de re-
cogimiento mental y el desarrollo de la naturaleza esencial.
A esto le llamaban «pacificar el espíritu y guardar la casa».
Puesto que esta práctica era muy dura, los tres ancianos
llamaron a su presencia a Liping y le hablaron seriamente.
-Llevas practicando el Camino algún tiempo -le dije-
ron -y has realizado grandes progresos. Ahora vamos a po-
nerte un nuevo ejercicio para fortalecer tu valor y serenar tu
espíritu. ¿Te atreves a hacerlo?
Wang Liping sabía que tenía q.ue aprender todo cuanto
tuvieran que enseñarle. Sin saber, no obstante, de qué podía
tratarse en aquella ocasión, respondió afirmativamente.
El Caminante del Infinito se rió y dijo:
-Muy bien. El próximo ejercicio deberás realizarlo solo
y de noche en un cementerio. ¿Estás dispuesto?
-Eso no es tan difícil -replicó el muchacho.
Comprobando que la disposición espiritual del mucha-
cho era favorable, el Caminante explicó:
-Decían los antiguos que la relación entre el espíritu vi-
tal y el cuerpo físico es parecida a la que tiene un rey con su
pueblo. Si el espíritu se muestra interiormente inquieto, el
cuerpo físico se deteriora, de la misma manera que un país
cae en el caos cuando sus gobernantes son ignorantes.
»Por ello, los que han sido debidamente educados saben
que el cuerpo físico depende del espíritu, del mismo modo
que el espíritu necesita del cuerpo para mantenerse. Así pues,
cuidan la naturaleza esencial para proteger el espíritu, y paci-
fican la mente para conservar intacto el cuerpo. Cuando éste
y el espíritu se mantienen en una íntima relación, ambos cui-
dan lo exterior y lo interior.
»Aquellos que viven cuerdamente son limpios y abiertos
de mente, tranquilos y serenos, y apenas tienen deseos ni
muestran egoísmo. No guardan la carga de las cosas externas
en sus mentes, por lo que su pureza de espíritu es notoria. Al
66 LA PUERTA DEL DRAGÓN
tener la mente abierta, pacífica y no preocupada, mantenien-
do tal estado por medio de la unidad y alimentándolo me-
diante la armonía, pueden ocuparse de los asuntos cotidianos
tranquilamente, alcanzando así el equilibrio universal.
»Al presente tú ya has experimentado los efectos que
produce el recogimiento de la mente y el nutrir su naturaleza
esencial, pero todavía no has practicado la estabilización del
alma superior y el fortalecimiento del alma terrena. Por esto,
precisamente, te vamos a poner otro ejercicio que sirva para
confortar tu espíritu.»
Liping asintió, comprendiendo el sentido de cuanto ha-
bía dicho su anciano maestro, y dando por sentado que todo
lo que tenía que hacer era poner en práctica cuantas enseñan-
zas le fueran dadas.
Aquella noche, a una hora avanzada, cuando todo se en-
contraba en calma, el cementerio se mostraba tan silencioso
como la misma muerte. No había luna, y las oscuras nubes
ocultaban las estrellas en el cielo. Nadie había en aquel deso-
lado lugar salvo los tres ancianos magos y su joven discípulo,
que practicaban sus ejercicios de meditación.
Los tres ancianos habían escogido ya sus sitios y se en-
contraban sentados en ellos. El Caminante de la Pura Sereni-
dad le dijo a Wang Liping que también él eligiera el suyo pa-
ra la meditación. Había de permanecer en él durante cuatro
horas, concluyendo la sesión a la una de la madrugada.
Al sentarse a meditar, Liping se dijo que este ejercicio no
sería muy duro, advirtiendo que los tres mentores se ·mante-
nían a su lado. Mal sabía él que habían desaparecido silencio-
samente en medio de la noche; dos habían regresado a sus
aposentos, y el tercero se había quedado para vigilar al mu-
chacho a cierta distancia.
El que se había quedado para supervisar el ejercicio de
Liping era el Caminante de la Pura Serenidad, un bromista
empedernido. En cuanto Liping entró en meditación, el Ca-
minante se puso a dar toda suerte de gritos y tétricos lamen-
tos, tratando de intranquilizar al muchacho. Pero Liping
había alcanzado ya un alto grado de serenidad y se mostraba
LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 67
totalmente indiferente a aquellos estremecedores y horripi-
lantes chillidos. Los oía claramente, pero no les prestaba
atención, prosiguiendo en su trabajo interior.
Al finalizar la medianoche, el muchacho concluyó su
ejercicio. Cuando abrió los ojos y echó un vistazo en derre-
dor, comprobó que los tres maestros se habían ido. Sin darle
más vueltas a sus pensamientos, se dispuso a emprender la
marcha. De repente, el muchacho vio una sombra negra que
flotaba de un lado para otro, no muy lejos de donde él se en-
contraba tratando de cerrarle la salida del cementerio.
Liping se preguntó si en realidad estaría viendo un fan-
tasma. Pero incluso si así fuera, él no iba a tener miedo. Con-
tinuó caminando, aunque ahora la sombra negra estaba sÚua-
da a su lado y trataba de hacerle dÍr vueltas. Dominando sus
nervios y haciendo circular la energía primigenia por todo su
cuerpo, Wang Liping lanzó su mano derecha como si fuera la
hoja de una espada contra la negra sombra, acompañándose
de un grito tremendo.
Instantáneamente la sombra desapareció, y Liping pudo
escuchar una carcajada cristalina justo en su oreja. Al distin-
guir la voz de su mentor, el Caminante de la Pura Serenidad,
Liping exclamó:
-¡Todavía me sigue probando!
Entonces apareció el maestro, el cual, alardeando todavía
de haber confundido al muchacho, le tomó amistosamente
de la mano, y le condujo a casa.
Como puede apreciarse, este ejercicio del cementerio
ofrecía numerosas ventajas. Tras practicarlo durante algún
tiempo, Liping sintió cómo el yin y el yang se armonizaban
en todo su cuerpo. Lleno de esta energía pura, supo dominar
la base de la práctica de estabilizar el espíritu y guardar la casa.
Wang Liping aprendió que con valor, autocontrol y tranquila
seguridad es posible llevar todo al silencio, a la serenidad ab-
soluta. Uno está absolutamente solo: cuerpo y espíritu se en-
cuentran allí, el sí mismo es su maestro y entra en la quietud,
en el silencio, en la tranquilidad y la calma. «En cuanto la
mente se torna espontáneamente serena, el espíritu se encuen-
68 LA PUERTA DEL DRAGÓN LA CONCENTRACIÓN DEL ESPÍRITU VITAL 69
tra apaciguado; cuando el espíritu se halla apaciguado, reina A través de su metódico sistema de entrenamiento, Wang
para siempre la claridad y la calma.» Si la mente se acalla y el Liping fue superando una barrera tras otra. Como tampoco
espíritu está en paz, la única realización es la vacuidad, y esta había descuidado sus estudios convencionales, había logrado
vacuidad constituye el Camino. Éste es también un universo aunar una sólida formación tanto interior como' exteriormen-
individual, un reino individual de experiencia. te. Para los que le veían desde fuera resultaba un muchacho
Tras repetir sus ejercicios una vez y otra, Wang Liping muy notable, pero los ancianos maestros sabían muy bien
desarrolló una mayor estabilidad y autodominio. Entraba y que su joven discípulo se encontraba todavía en el triple
salía del cementerio como si fuera su propio cuarto. Los mu- mundo inferior, muy lejos aún del triple mundo medio.
chos muertos que estaban allí enterrados no lo impresiona-
ban en absoluto. Había conseguido notables logros, gracias a
mantener su alma y su espíritu debidamente serenados.
Los tres ancianos maestros formaban un equipo poderoso
que se encontraba completamente dedicado a la consecución
del total desarrollo del próximo Transmisor. El Caminante de
la Pura Serenidad seguía siendo muy riguroso, pero no había
la menor duda de que tenía un buen corazón. Ahora, con
más de setenta años de edad, había vuelto a su antiguo oficio
de instructor. Durante el dia buscaba afanosamente los mejo-
res sitios para que Wang Liping pudiese realizar sus ejerci-
cios, convirtiendo esos puntos en magníficos instrumentos
para su entrenamiento. Por la noche supervisaba los ejerci-
cios de Liping. No sólo se había entregado a la instrucción
del muchacho, sino que también le ayudaba e incitaba, dedi-
cando un enorme esfuerzo al desarrollo del riuevo Transmisor
del taoísmo de la Puerta del Dragón. Trataba a Liping como a
un hijo; su relación incluso era más estrecha que la que pue-
den mantener padre e hijo.
Porque ¿cómo son las relaciones entre padres e hijos? Al-
gunos se aman y se sienten unidos. Otros son amorosos pero
incapaces de educarlos, dejando a los hijos que aprendan por
sí mismos. Hay quienes les proporcionan todo, incluso guía y
consejo, pero con unos métodos y contenidos muy discuti-
bles. De tal manera que aunque dispongan de buena comida
y ropas confortables, sus corazones no son buenos. No son
extraños los casos de chicos de buenas familias que se com-
portan incorrectamente. La educación es una tarea muy im-
portante para la evolución de la raza humana.
 4
Cultivo intensivo del triple mundo

8
AN ZHONGLI FUE UNq DE LOS Ocho Inmortales
de la leyenda popular taoísta. Su discípulo Lu Dong-
kin, otro de los Ocho Inmortales, se encuentra entre
los más grandes y más queridos magos taoístas de todos los
tiempos. Existe un libro titulado Anales de la transmisión del Ca-
mino desde Zhong hasta Lu, que consta de una serie de diálogos
entre estos dos gigantes de la práctica de la alquimia espiritual
interior. Recopilados, editados y divulgados por el maestro
taoísta Huayang, dichos textos incluyen el siguiente diálogo:
Preguntó Lu: ¿Cuál es el principio del Gran Camino que re-
sulta dificil de conocer y difícil de practicar?
Respondió Zhongli: El hecho de que métodos auxiliares me-
nores produjeran con facilidad efectos visiiJles, popularizados por
gentes que nunca despertaron a la vida interior, ha sido la causa
de que el auténtico sentido del Gran Camino pudiera verse dete-
riorado.
Preguntó Lu: Siempre he oído acerca de esos métodos menores.
¿Puedo saber ahora algo sobre el Gran Camino?
Dijo Zhongli: El Camino carece fundamentalmente de pregun-
tas; las preguntas carecen de respuesta. Pero cuando la energía verda-
dera se encuentra dividida, la auténtica simplicidad se pierde. El Ca-
mino produce el uno, el uno produce el dos, el dos produce el tres. El
uno representa la sustancia, el dos la función, el tres la creación y la
evolución.
72 LA PUERTA DEL DRAGÓN
La sustancia y la función no se encuentran más allá del yin y del
yang; la creación y la evolución están causadas por su propia interac-
ción. El más alto, el mediano y el más bajo son los tres fundamentos.
El cielo, la Tierra y la humanidad, en conjunto, forman un Camino.
El Camino produce las dos energías; las dos enerifas producen los tres
fundamentos, los tres fundamentos producen los cinco elementos; los
cinco elementos producen todos los seres.
De todos los seres, el más inteligente y el más noble es el ser hu-
mano. Sólo los seres humanos saben buscar los principios de todos los
seres y cumplir adecuadamente su propia naturaleza. Hallando tales
principios y cumpliendo la naturaleza, llegamos al destino. RealiZando
nuestro destino y cuidando nuestras .vidas, conformamos el Camino,
haciéndonos tan firmes como el cielo y la Tierra y permaneciendo pa-
ra siempre de ese modo.
Dijo Lu: El cielo y la Tierra duran eternamente, pero la vida
humana se alarga como mucho cien años, e incluso la mayoría de
los hombres no llegan a vivir siquiera setenta. ¿Cómo es posible
que el Camino exista en el cielo y en la Tierra, estando tan lejos
de la humanidad
Respondió Zhongli: El Camino no se encuentra lejos de la
gente, pero los hombres se alejan del Camino tratando de alimen-
tar sus vidas sin saber cómo. La razón de su ignorancia es que des-
conocen cuál es el momento adecuado para llevar a cabo sus es-
fuerzos. Y la razón. de que ignoren cuál es el momento adecuado es
que no han entendido el mecanismo que regula el cielo y la Tierra.
El «mecanismo del cielo y la Tierra» se refiere a las leyes
que regulan el universo. La humanidad nace entre el cielo y la
Tierra. Un ser humano es un microcosmos que se ve influen-
ciado y regulado por el macrocosmos. A menos que se conoz-
can las leyes naturales, los tiempos correctos y el método ade-
cuado, no es posible aprender debidamente el Camino. Cuan-
do se limpia la naturaleza temperamental de los hábitos
adquiridos, aparece por sí misma la esencia fundamental. Al
desechar la mente ordinaria se alcanza la verdadera mente.
¿Adónde recurre la mente verdadera? A la Naturaleza.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 73
El trabajo de recoger la mente para alimentar la naturale-
za esencial quedó completado en un año. Wang Liping emer-
gió de la habitación oscura, del hoyo en la tierra, de la urna y
del cementerio, para dirigirse recto hacia la Naturaleza.
Todo cuanto se halla en el triple mundo del cielo, la Tie-
rra y la humanidad constituyen elementos asociados para el
proceso de realizar el Camino. El Sol, la Luna, las estrellas y
los planetas; las montañas y los ríos, las flores, las plantas y
los árboles; los pájaros y los animales; el viento, la lluvia, el
trueno y el relámpago; el calor y el frío; la primavera, el vera-
no, el otoño y el invierno; el este, oeste, norte y sur. Todo
contiene la creación y la evolución; todo encierra sutilezas.
Ahora, bajo la tutela de los tres m~estros, Wang Liping empe-
zó el cultivo intensivo del triple mundo.
El Sol sale y se pone, la Luna crece y mengua, los polos
giran y las estrellas brillan en el firmamento. La primavera da
nacimiento y el otoño mata; en el verano se recolecta y en el
invierno se guarda. Los mares se desecan y emergen las rocas.
Las dinastias cambian y las eras pasan. El triple mundo del
cielo, la tierra y la humanidad, el centro de los tres dominios,
es fluctuante, y en él las cosas crecen y desaparecen, alternan
su plenitud y su vacío con incontables cambios y transforma-
ciones incesantes. Y, sin embargo, todo ello forma una sola co-
sa, un sistema completo, en el que los opuestos tienden al
equilibrio desde el desequilibrio, y nutren a éste con el prime-
ro produciendo un movimiento armonioso y regular. La hu-
manidad, que se encuentra en el medio, vive y obra de con-
formidad con las reglas de la Naturaleza, sujeta a muchas pre-
siones procedentes tanto de ésta como de la misma sociedad.
Las fuerzas no sólo difieren en su dirección, también se
encuentran desigualmente distribuidas en el tiempo, pose-
yendo incontables y diferentes caracterlsticas. Los sentidos de
ciertas personas pueden percibirlas, mientras que a los de
otras les es imposible hacerlo. Algunas de estas fuerzas son
beneficiosas para el cuerpo humano, y otras resultan perjudi-
ciales. La ciencia moderna ha realizado análisis detallados de
las fuerzas que pueden ser percibidas, pero no se reconoce la
74 lA PUERTA DEL DRAGÓN
existencia de aquellas otras imperceptibles que son innume-
rables. No obstante, los efectos que producen sobre la vida
humana son incluso mayores que los producidos por las
fuerzas conocidas.
Tal limitación de conocimientos no se daba en las anti-
guas culturas de China y de otros pueblos. Ante todo, dichas
culturas aceptaban la existencia de tales fuerzas; y todavía
más, las investigaban utilizando diferentes métodos, probán-
dolas y aprendiendo a trabajar con ellas. El mérito de la cul-
tura tradicional china radica en su visión holistica, en la cual
el cielo, la tierra y la humanidad forman una unidad; tal pun-
to de vista impide la división y la parcialidad. Otra cosa muy
distinta es saber el grado de percepción que llegaron a alcan-
zar y cómo lo supieron expresar en palabras.
La cultura taoísta constituye uno de los pilares de la cul-
tura tradicional de China. Su metodología y el grado de con-
secución en la percepción del universo y del cuerpo humano
resultan verdaderamente sorprendentes para el hombre de
hoy. Incluso se puede decir que los occidentales lo aprecian
más que los propios chinos, encontrando en ello una precio-
sa joya de la civilización humana.
El cielo, la Tierra y la humanidad forman una continui-
dad, una totalidad, un sistema en el que la humanidad se ha-
lla en el medio. El Gran Camino opera a través del universo,
sin resistirse a la armonía que lo equilibra.
Los taoístas han trabajado en este Camino durante miles
de años, utilizándolo para comprender el universo y refinar y
cultivar al ser humano, dejando tras de sí un tesoro incalcula-
ble de infinitos escritos. Los tres ancianos maestros del taoís-
mo de la Puerta del Dragón del monte Lao utilizaban las en-
señanzas trans:rµitidas por sus antepasados espirituales para
entrenar al joven discípulo Wang Liping. El mentor de Liping
le enseñó ahora un ejercicio de equilibrio de las técnicas de la
Joya Espiritual para dominar las capacidades mentales.
Este ejercicio de equilibrio, que forma parte de los méto-
dos del Poder de la Joya Espiritual, pertenece a la categoría
de los ejercicios externos, y se ha desarrollado a partir de téc-
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 75
nicas respiratorias todavía más antiguas. El practicante com-
bina movimientos físicos armónicos con formas de respira-
ción severamente reguladas, a fin de utilizar la intencionali-
dad, la energía y todo el sistema sensible del cuerpo en un in-
tercambio de energías con las plantas, los animales, los seres
humanos y otras entidades naturales. Se le denomina ejerci-
cio de equilibrio porque permite al practicante adquirir un
estado de equilibrio en la oposición mutua y en el antagonis-
mo de las masas de energía que conlleva la interacción entre
el hombre y las plantas, entre el hombre y los animales, entre
los propios seres humanos, y entre los humanos y otras enti-
dades naturales.
Esta práctica, tanto en su no~);>re como en sus principios
y método, actualiza una forma de profundo pensamiento filo-
sófico. Al considerar la relación existente entre el humano y
otros seres, dentro del contexto del sistema total del universo
y al manejar seriamente estas relaciones de forma ~omprensi~
ble, la premisa consiste en evitar la ruptura del equilibrio del
sistema, maximizando la expresión y el empleo de la energía
útil existente en uno mismo, para establecer un nuevo equili-
brio .entre ese sí mismo y el mundo exterior que enriquezca
la vida, fortalezca el cuerpo y aumente la longevidad.
El Caminante de la Pura Serenidad empezó esta lección
situándose frente a un pino inmenso.
-¿Ves este árbol? -le dijo a Liping-. Pues hoy vamos
a trabajar con él. Es un árbol inmenso. Ha soportado durante
muchos años las inclemencias de las estaciones, los golpes
del viento y de la lluvia. Su potencia vital es verdaderamente
fuerte y encierra algo útil para nuestro aprendizaje.
»En el cuerpo humano existen canales por los que circu-
la la energía, rutas de circulación de la sangre y de elimina-
ción de residuos. El árbol también posee canales para la
circulación de energía y del agua, vías para absorber los nutrien-
tes y para eliminar los productos de desecho. El ejercicio de
equilibrio consiste principalmente en un método para irra-
diar y absorber auras de fuerza etérea. Al trabajar con un ár-
bol se producen intercambios de energía con ese mismo árbol
76 LA PUERTA DEL DRAGÓN
que proporcionan un equilibrio del yin y el yang y de los cin-
co elementos del cuerpo humano.
»Los árboles poseen diferentes colores base, asociados
convenientemente con los cinco elementos. El color base de
este pino es el verde. Entre los cinco elementos, este color co-
rresponde a la madera. En el cuerpo humano corresponde al
híga_do. La enfermedad hepática procede de la debilidad del
agua. Cuando el agua es débil, la madera no crece. Los rifio-
nes trabajan con el agua, y el color asociado con el agua es el
negro. El árbol asociado con el negro es el cedro. Asi pues,
para curar la enfermedad hepática debes trabajar primera-
mente con el cedro para llenar los rifiones de agua, y después
ya puedes trabajar con el pino.
»La enfermedad del hígado también puede ser originada
por una excesiva energía de fuego, que causa una debilidad
de la energía de la madera; por ello es necesario controlar la
energía del fuego para poder curar eficazmente el hígado. Pe-
ro la enfermedad hepática también puede producirse por un
exceso de energía del metal, que causa tensión en la energía
madera. Así que también es necesario controlar la energía
metal para curar el hígado. En cualquier caso, se necesita en-
contrar el árbol correspondiente para trabajar con él. Sola-
mente de ese modo podrás armonizar el yin y el yang y los
cinco elementos en el cuerpo humano, alejando la enferme-
dad y fortaleciendo el cuerpo.
Como Wang Liping ya había escuchado la acción de este
principio de los cinco elementos de boca del Caminante del
Infinito, pudo entender ahora la explicación dada por el Ca-
minante de la Pura Serenidad con total claridad. Incluso en-
tendió lo que el Caminante quería decir por «aura de fuerza
etérea».
El Caminante de la Pura Serenidad continuó:
-Existen en conjunto nueve clases de ejercicios de
equilibrio. Hoy vamos a estudiarlos, uno por uno.
Dicho esto, el Caminante se acercó al inmenso pino que-
dándose a medio metro de él.
-Observa lo que hago -le dijo a Liping.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 77
Permaneciendo con los pies ligeramente abiertos, de for-
ma que estuvieran a la distancia de sus hombros, y las rodi-
llas levemente dobladas, el maestro mantenía la parte supe-
rior de su cuerpo erguida. Levantó entonces sus brazos, fir-
mes pero no rígidos, llevándolos hacia delante de forma que
las palmas de las manos cestuvieran frente al árbol. Mirando
hacia delante con los ojos casi entornados, el anciano maestro
empezó a doblar -las piernas, elevándose y encogiéndose len-
tamente, sin dejar de mantener erguido el torso, de forma
que las manos pudieran recorrer a cierta distancia el tronco
del árbol, como en un suave barrido de arriba abajo.
Mientras llevaba a cabo este movimiento, el Caminante
explicó: ,.
-Presta mucha atención al ritmo de la respiración.
Cuando te muevas hacia arriba inspira, y cuando lo hagas ha-
cia abajo expulsa el aire. Puesto que los movimientos se han
de hacer lentamente, la respiración también será reposada,
sutil, profunda y uniforme. Al mismo tiempo, también has de
afiadir a todo ello un tipo de pensamiento consciente. La
atención se centra en las palmas de las manos, imaginando
que el árbol es una gran columna de energía de un determi-
nado color. Imagina que tus manos están emitiendo una
energía del mismo color, intercambiándola con la masa de
energía del árbol.
Entonces, Wang Liping empezó a hacer el ejercicio, imi-
tando a su maestro. El anciano lo vigilaba muy atentamente,
advirtiéndolo para que prestara atención y deteniendo a Li-
ping una vez que éste hubo logrado realizar los movimientos
de forma correcta, y experimentado debidamente los pensa-
mientos antes mencionados.
En las montafias de esa región existen muchas variedades
de árboles, lo que convierte el lugar en un magnifico sitio pa-
ra llevar a cabo este ejercicio. Todos los dias, al amanecer y a
la puesta de sol, Wang Liping realizaba su ejercicio durante el
tiempo que le había marcado su mentor, escogiendo diferen-
tes tipos de árboles, uno tras otto. También aprendió diferen-
tes tipos de posturas.
78 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El Caminante de la Pura Serenidad era muy severo en sus
enseñanzas, y muy estricto en sus exigencias. En este ejerci-
cio decidió añadir un nuevo elemento que lo complicara aún
más. Aparejó una polea a cierta altura en el tronco del árbol,
ató una gran piedra con una cuerda y la enlazó con la polea,
de manera que la piedra pudiera subir y bajar tirando de la
cuerda. Mientras Wang Liping realizaba su ejercicio, el ancia-
no sabio sostenía la cuerda de forma que la piedra estuviese
situada encima de la cabeza del muchacho, obligándole a que
controlase la velocidad de sus movimientos, de acuerdo con
el ritmo de ascenso y descenso de la piedra, y cuidando siem-
pre de que el torso se mantuviese recto. El maestro preparó
su dispositivo de modo que todo el movimiento de subida y
bajada de la piedra tardase una media hora, lo que obligaba a
moverse muy despacio y hacía muy difícil la postura; por si
fuera poco todo esto, había que adecuar el ritmo de la respi-
ración, lo que añadía una nueva dificultad.
A lo largo de cuatro horas, Liping estuvo realizando unas
cuantas veces este movimiento tan extremadamente lento.
Las rodillas le ardían, los muslos se le hacían gelatina y sentía
completamente anquilosada toda la parte baja de su torso.
Pero la gran piedra seguía sobre su cabeza y su maestro conti-
nuaba vigilándolo de cerca, de forma que había que seguir
haciendo el ejercicio por doloroso que fuera.
Cuando terminó, la ropa de Liping estaba empapada de
sudor. No tenía fuerza ni para dar un paso. El anciano maes-
tro sentía lástima. al ver el estado del muchacho, pero sabía
que no podía hacerse de otro modo si quería entrenarlo debi-
damente. Al viejo Caminante no le quedó más remedio que
cargar a medias con su discípulo, aunque también él se en-
contraba muy cansado por el trabajo.
Cuando Wang Liping llegó a realizar adecuadamente el
ejercicio bajo la piedra, alcanzó una destreza superior a la
normal en .el acoplamiento del cuerpo con la respiración y
en el intercambio de la energía con los árboles. Incluso sin la
presencia de su mentor, ,podía realizar perfectamente sus
ejercicios.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 79
El maestro deseaba que el muchacho se afianzase sólida-
mente al iniciarse en el trabajo de los ejercicios de equilibrio,
así que decidió añadir un nuevo elemento a la práctica. Los
tres ancianos habían descubierto un lugar excelente en la
montaña. No era un sitio muy grande, pero tenía cinco gran-
des árboles de diferentes especies, cuatro de ellos situados se-
gún los puntos cardinales y el quinto en el centro. Al este se
hallaba un pino, al sur una paulonia, al oeste un álamo tem-
blón, al norte un cedro y en el centro un sauce. Afortunada-
mente, formaban un ejemplo natural para utilizar los cinco
elementos externos y trabajar en la purificación de los cinco
elementos internos del cuerpo humano.
Cuando los ancianos maestros., descubrieron el lugar, se
miraron entre sí asombrados. El gran maestro, el Caminante
del Infinito, palmoteó feliz y exclamó:
-¡Esto es un regalo de los cielos!
Inmediatamente tendieron una red entre los árboles, a
una altura de medio cuerpo, de forma que Wang Liping tu-
viera que caminar bajo esta red un poco agachado pero con
el torso erguido, rozando suavemente la red con la coronilla:
de este modo tenía que andar sin ponerse del todo de pie,
pero sin agacharse demasiado.
Tras practicar esto durante dos meses, Liping podía cami-
nar en este «paso de caballo» a lo largo de la zona compren-
dida por los cinco árboles. Incluso podía transportar a buen
paso un cuenco con agua sobre la cabeza, no sólo sin derra-
mar una gota, sino manteniendo la superficie del agua tan li-
sa como un espejo.
A medida que uno caminaba entre los cinco árboles, se
establecía una correspondencia entre los cinco elementos del
cuerpo humano y los otros cinco elementos externos marca-
dos por los árboles. El maestro le enseñó a hacer un recorrido
que estaba basado en la interrelación de los cinco elementos,
ajustándolos a los existente en el organismo, de manera que se
alcanzase su equilibrio a fin de evitar la enfermedad y prolon-
gar la vida. Cambiando el recorrido, y mediante distintas posi-
ciones de las manos y formas de respiración, también se po-
80 LA PUERTA DEL DRAGÓN
dían ejercitar ocultas capacidades latentes en el cuerpo y desa-
rrollar poderes extraordinarios. Asi pues, Wang Liping pudo
conseguir que estos sencillos árboles del mundo natural le sir-
vieran para despertar y absorber capacidades in.usuales.
Los árboles son las plantas más grandes. Y de la misma
forma que aquéllos pueden ser clasificados de acuerdo con su
afinidad con los cinco elementos, lo mismo sucede con las
plantas, que también contienen una energía vital utilizada en
los ejercicios taoístas. Dependiendo de su propia condición
fisica y su necesidad de poder, el practicante utiliza una for-
ma específica de ejercicio de equilibrio para conseguir esa
energia vital, intercambiándola con las energías corporales.
Los animales, al igual que las plantas, pueden diferen-
ciarse también en términos de los cinco elementos, y a los se-
res humanos les resulta posible mantener una relación con
ellos que les sirva de purificación. El maestro le dio a Wang
Liping instrucciones específicas para poder trabajar con cada
una de las especies.
Cierto dia el Caminante de la Pura Vacuidad llamó a Li-
ping. Señalando un cesto que estaba en el suelo, le dijo:
-Hay algo dentro del cesto. Échale un vistazo.
Asomando entre las tablillas, Liping pudo ver una gran
serpiente que trepaba por los costados del cesto. Inconscien-
temente, se echó a un lado. La gente del norte no está habi-
tuada a las serpientes y se asustan mucho si ven una. Wang
Liping le preguntó al maestro para qué era la serpiente. El
maestro le dijo que era para hacer ejercicios. El muchacho no
entendió qué quería decirle.
El maestro le explicó que el ejercicio de equilibrio más
sutil requiere de un refinamiento en pareja, para el que se ne-
cesita un compañero del tipo que sea. En el triple mundo to-
do puede ser sujeto de una pareja ·en este trabajo de refina-
miento. La serpiente es un animal que vive generalmente en
lugares sombríos, fríos y húmedos, por tanto, su naturaleza
es extremadamente yin. El realizar un trabajo de refinamiento
en pareja con una serpiente hace posible el desarrollo de ca-
pacidades extraordinarias en el cuerpo humano.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 81
Cuando el anciano concluyó con su explicación, Liping
vio cómo vibraban sus labios, emitiendo una serie de sonidos
muy parecidos al silbido de una serpiente. Inmediatamente,
la serpiente que estaba en el cesto se tendió sobre el fondo, y
quedó inmóvil. Aconsejando al muchacho que no tuviese
miedo de trabajar con la sérpiente, el maestro le enseñó un
método de ejercicios en pareja. Al cabo de algunos dias de
practicarlo, Liping observó en él sensaciones extraordinarias.
Una noche iluminada por la luna el Caminante de la Pura
Vacuidad condujo a Wang Liping a la entrada musgosa de
una pequeña cueva en la montaña. Después de ordenar a su
discípulo que se mantuviera un poco alejado de la cueva, em-
pezó a emitir un sonido con la bo.ca. No tardaron mucho en
aparecer reptando hacia la entrada de la cueva serpientes de
todos los tamaños, procedentes de infinidad de rincones
ocultos de la gruta. Liping pudo ver cómo las serpientes se
paraban en la boca de la gruta, brillando con un resplandor
frío bajo la luz de la luna y reptando sobre el suelo musgoso,
con sus lenguas afiladas como dardos moviéndose sin cesar.
No sintiéndose ya dominado por el miedo, Wang Liping
afianzó su espíritu. Su mentor le dijo que hiciese el ejercicio
tal como le habia enseñado, y el muchacho adoptó la postura
apropiada para iniciar el trabajo. Cerró los ojos y se centró
exclusivamente en sus sensaciones internas para realizar el
emparejamiento con las serpientes.
Las serpientes, una docena de ellas o más, empezaron a
rodear a Liping desplazándose todas en la misma dirección,
siguiendo el movimiento de sus manos y de su energia. Al
principio se movian lentamente, después más deprisa, y de
nuevo lentamente. Por último, empezaron a danzar y jugue-
tear, brillando a la luz de la luna.
Entonces Liping cambió la técnica que había estado em-
pleando. Inmediatamente las serpientes se detuvieron y que-
daron inmóviles sobre el suelo, hasta el punto de parecer
muertas.
Cuando después de cuatro horas el muchacho concluyó
el ejercicio, las serpientes revivieron nuevamente y cada una
82 LA PUERTA DEL DRAGÓN
se fue por donde había venido. Su mentor había estado vi-
gilándolo todo el tiempo, y al comprobar que Liping domina-
ba la técnica del ejercicio sintió que la felicidad inundaba su
corazón.
Más adelante, el Caminante de la Pura Vacuidad también
enseñó nuevos métodos para trabajar con otros animales,
como tejones, comadrejas, ratones, etc. Liping practicó to-
dos ellos por la noche en el campo, hasta que dominó las
técnicas.
Todos los ejercicios con animales se practican de noche
porque so~ puras entidades yin y preferentemente nocturnas.
No obstante, estos pequeños envoltorios de concentración vi-
tal tienen mucha energía espiritual. Algunas veces se les pue-
de ver adorando a la luna en las noches serenas, y algunos de
ellos incluso logran hacer ciertos progresos en el desarrollo
en sus ejercicios.
De acuerdo con la teoría y la práctica taoísta de los tres
reinos, todo ser viviente que tiene forma y sustancia y posee
un aura de fuerza etérea. Pero esto es así si se analiza el tema
bajo el punto de vista del nivel más bajo de los tres reinos, es
decir, el de las personas, los acontecimientos y las cosas. Si
nos elevamos al nivel del reino central-el del cielo, la Tierra
y la humanidad-, la forma de existencia de los aconteci-
mientos y los fenómenos alcanza un nivel más alto, con el
que nos encontramos inmediatamente. Es precisamente en
este nivel en el que la seriedad con que los budistas y los
taoístas ven el proceso de la vida adquiere su lógica más pro-
funda. · rada en el medio de la acequia. El muchacho estaba sentado
Una clara noche de luna el Caminante del Infinito sus-
pendió los ejercicios de medianoche. En su lugar llevó a sus
otros dos compañeros y al joven discípulo montaña abajo,
hasta una colina que surgía en un recodo del río. Mirando fi-
jamente durante un rato hacia el horizonte, el Caminante se
volvió hacia Liping y dijo:
-¿Ves la energía en esta colina?
Los otros dos Caminantes respondieron que veían una
energía azul muy poderosa.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 83
De nuevo, el anciano maestro comentó, dirigiéndose a
Wang Liping:
-Este lugar es muy bueno. Aquí emergen y se combinan
las energías yin y yang. Cuando se alza la energía pura de una
montaña, se establecen las mejores condiciones para el traba-
jo de purificación. Hagamos el ejercicio aquí.
En ese momento el gran maestro dio a Liping todos los
detalles del método a seguir para practicar con las montañas.
Cuando concluyó, los cuatro se pusieron a hacer el ejercicio.
Para entonces, a Wang Liping ya le habían e:A.señado los
métodos adecuados para desarrollar las capacidades mentales
y había conseguido el ciclo menor. Tenía ya franqueada la
abertura del ojo celestial y había practicado también con éxi-
to diversos métodos de ejercicios ·de equilibrio. Al practicar
esta noche las enseñanzas recibidas pudo ver, al cabo de dos
horas, cómo se alzaba la energía azul de la montaña, contem-
plándola con su ojo celestial. A medida que utilizaba esta
energía para su propio desarrollo, su potencia corporal creció
de inmediato. Cuando hubieron transcurrido cuatro horas y
todos ellos concluyeron sus ejercicios, Liping comentó al an-
ciano mago que también él había logrado ver la energía y que
tenía unas inmensas ganas de trabajar con ella.
Cierto día el Caminante de la Pura Serenidad llevó a Li-
ping hasta un pequeño depósito de agua, en el que había pre-
parado una gruesa tabla a modo de balsa. El Caminante le di-
jo que se sentase en la posición habitual de piernas cruzadas
sobre la balsa; acto seguido empujó ésta, hasta que quedó pa-
en meditación, realizando su trabajo interior. Siguiendo las
instrucciones de su maestro practicaba el alcanzar por com-
pleto un nuevo nivel.
Cuando pasaron cuatro horas, y el Caminante estuvo se-
guro de que Liping había logrado el estado interior adecuado,
empezó a mover con la mano el agua del depósito, produ-
ciendo una serie de olas que se extendieron hasta el centro
del depósito. Cuando las olas alcanzaron la balsa, la medita-
ción que Wang Liping estaba haciendo en el agua quedó alte-
84 LA PUERTA DEL DRAGÓN
rada. Sintió entonces un gran temor, y todo el cuerpo empe-
zó a temblarle de espanto. Una vez que las olas pasaron, la
superficie del agua volvió a recuperar su quietud, y tanto el
cuerpo como la mente del muchacho tomaron a su anterior
estado de serenidad. El Caminante le hizo esta prueba diver-
sas veces, y en todas ellas Liping sintió la angustia producida
por las olas. Al comprobar que el muchacho había consegui-
do por entero el objetivo previsto, el Caminante le dijo que
terminase el ejercicio y que remase para regresar a la orilla. El
joven discípulo le contó entonces a su mentor las sensaciones
que habia vivido en el agua, unas sensaciones que no lograba
comprender.
Una vez que hubieron regresado a la vivienda del maes-
tro, Wang Liping pudo escuchar la explicación de los princi-
pios que regfan el ejercicio que habia hecho. A medida que el
muchacho iba practicando el trabajo de emparejamiento con
seres y objetos, su desarrollo tanto exterior como interior iban
creciendo de forma paralela. Al presente, el alma celestial yang
y el alma terrenal yin existentes en su cuerpo se encontraban
fortalecidas y sensibilizadas. Desde el punto de vista de la gen-
te normal, las sombras y los reflejos son irreales, cosas que ca-
recen de forma aunque no de sustancia, y que no tienen valor
alguno para el ser humano. Sin embargo, desde el punto de
vista taoísta, estas «sombras y reflejos irreales con forma y sin
sustancia» poseen también fuerza etérea, que puede ser perci-
bida en el contacto con el cuerpo humano. Aquellas personas
que no han sido purificadas con el trabajo interior se mues-
tran insensibles a tales impresiones, pero los que han desarro-
llado su espíritu pueden sentirlas con gran claridad, por muy
sutiles que sean. Éste era el motivo por el que tanto el cuerpo
como la mente de Liping se aterrorizaron cuando su reflejo en
el agua se vio alterado. Al alcanzar los «tres reinos del medio»,
tanto las sombras como los reflejos dejan de ser formas insus-
tanciales, para poseer no sólo forma, sino también sustancia.
En este principio se basa la práctica médica de curar la enfer-
medad trabajando sobre la sombra del enfermo, como más
tarde Wang Liping habría de aprender de su maestro.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 85
Al llegar a este punto, Liping revisó su conocimiento de
las «ocho esferas mentales del trigrama» que le había enseña-
do su maestro, y se puso a trabajar con ellas una y otra vez.
Cuando hubo logrado crear unas nueve esferas energéticas de
diferentes colores, éstas empezaron a dar vueltas a su alrede-
dor, de arriba abajo y de izquierda a derecha. Wang Liping fi-
jó las posiciones de los ocho trigramas, se marcó una direc-
ción y un orden y empezó a correr de una posición a la si-
guiente, de forma tan suave y ligera que flotaba virtualmente,
mientras mantenia su tronco erguido y todo él se encontraba
bien equilibrado, practicando distintas posiciones de manos
y estilos de respiración en un fluir infinito de formas; mien-
tras tanto, las nueve esferas de en~gia coloreada seguian gi-
rando en su tomo, arriba y abajo, a derecha e izquierda, si-
guiendo un orden establecido.
Al ser capaz de hacer esto, también le fue posible extraer
mentalmente sus propios órganos internos, hacerlos girar en
el aire, masajearlos y volverlos a colocar en su sitio. Este ejer-
cicio, que fortalece los órganos internos, resulta algo absolu-
tamente inconcebible para una persona que no haya recibido
un entrenamiento mental previo.
A medida que Liping cultivaba de forma intensiva los tres
reinos, sus logros se hacían cada vez más delicados. El Cami-
nante de la Pura Serenidad también le enseñó nuevos méto-
dos para trabajar mientras dormía, y otros de circulación na-
tural de la energfa, que formaban parte de las técnicas de las
joyas Espirituales para el desarrollo de la capacidad mental.
El ejercicio del sueño es una de las tres clases de trabajo
taoista que se puede hacer a gusto de uno. El que lo practica,
aunque se halla durmiendo, mantiene un estado mental acti-
vo, por lo que es posible trabajar durante el sueño. «El cuer-
po está quieto, pero la mente se encuentra en movimiento»,
la atención hace flotar la energfa, estabiliza el espiritu y forta-
lece el cuerpo. El ejercicio del sueño tiene once formas.
Cuando se logra cierto grado de eficacia en cada una de ellas,
se combinan para formar un conjunto que produce el equili-
brio del yin y del yang en todo el organismo.
86 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El método para la circulación natural de la energía cons-
tituye una de las técnicas auxiliares del sistema de las joyas
Espirituales. También recibe el nombre de método de absor-
ción natural de energía. No existen limitaciones de tiempo o
de lugar para realizar este ejercicio, si bien la mejor época es
cuando hay abundancia de flores en el campo, los árboles se
encuentran en floración y el aire es puro y fresco.
El método básico de trabajo consiste en caminar de for-
ma natural, cuidando de que la respiración y la marcha estén
equilibradas. Por ejemplo, se dan tres pasos al inhalar y tres
pasos para expulsar el aire. Cuando este ritmo de respiración
se hace normal, entonces se aumentan a seis los pasos de ca-
da inhalación y espiración. Posteriormente se incrementa to-
davía más esta proporción, a doce pasos y a veinticuatro en
cada inspiración y exhalación, pero siempre de forma que el
caminar y la respiración se hagan de manera normal y relaja-
da, sin ningún tipo de tensión.
Cuando se domina este ejercicio, se pasa a otro método de
entrenamiento. Ahora se dan tres pasos mientras se respira,
tres conteniendo el aire y otros tres mientras se lo expulsa. Este
sistema de inspiración, retención y espiración del aire se practi-
ca una y otra vez hasta que se hace perfectamente normal. Una
vez dominado el método, entonces se amplia el periodo de
circulación de la energfa, de manera que se dan seis pasos con
la inhalación, se retiene el aire durante seis y se expulsa duran-
te otros seis. Poco a poco se van aumentando los pasos a doce,
y posteriormente a veinticuatro en cada intervalo.
A medida que se va emparejando la respiración con el ca-
minar, también debe hacerse lo mismo con el pensamiento.
Cuando se respira, uno se imagina que la piel absorbe esta
energía respiratoria de todas partes. Cuando se espira, uno
imagina que esa energía respiratoria se irradia desde el cuer-
po a todas partes. Cuando se retiene el aire tras haberlo inha-
lado, uno imagina que el cuerpo se ha convertido en una to-
talidad. Cuando, por el contrario, se retiene la respiración,
tras haber expulsado el aire, uno se imagina que se ha diluido
por entero.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 87
Siguiendo las instrucciones recibidas por su mentor,
Wang Liping inició sus ejercicios del sueño y del caminar, en-
tregando por entero cuerpo y mente al trabajo interior mien-
tras los hacía.
Los ancianos mentores se sentían encantados con los
progresos realizados por su joven discípulo, por lo que si-
guieron introduciéndole en otros misterios más profundos
del taoísmo. Para entonces Liping ya había aprendido con-
ceptos tales como Infinito, yin y yang, los tres fundamentos,
las cuatro formas, los cinco elementos, las seis energías, los
siete tesoros, los ocho trigramas, las nueve cámaras, etc.
También conocía el pensamiento de los maestros clásicos co-
mo Lao Tse o Chuang Tse, y habí~ memorizado algunas de
las citas más importantes. El gran maestro y los dos instruc-
tores empezaron a enseñarle entonces muchos textos impor-
tantes del canon taoísta, tales como el I Ching o Libro de los
Cambios, el Gásico de medicina interna del Emperador Amari-
llo, el Libro de las correspondencias ocultas, el Libro de la Corte
Amarilla, y el Libro de la Pura Serenidad. También le hablaron
de los antiguos adeptos taoístas, de sus prácticas, enseñanzas
y actividades.
Mientras tanto, Wang Liping seguía estudiando en la es-
cuela las materias normales, matemáticas, lengua, naturaleza,
geografía y biología. Sin embargo, lo que estaba aprendiendo
con los tres ancianos magos era mucho más amplio, rico y
profundo.
Una noche, el Caminante del Infinito le enseñó algunos
principios prácticos de los ejercicios taoístas transmitidos por
su linaje:
-Nuestro maestro ancestral Wang Chongyang decía que
existen cinco clases de seres inmortales. La inmortalidad fan-
tasmal no merece la pena. No es necesario hablar de los in-
mortales humanos. Los inmortales terrenales se quedan en el
mundo para siempre, mientras que los inmortales espirituales
van del ser al no ser. Quienes pueden aparecer y desaparecer.
de forma impenetrable, poseen corporeidad fuera del cuerpo
y pueden duplicar sus cuerpos, reciben el nombre de inmor-
88 LA PUERTA DEL DRAGÓN
tales espirituales. Los inmortales celestiales todavía poseen un
nivel más alto -que los inmortales espirituales.
»Los estudiantes del Camino no deben seguir lo que es
mediocre e insignificante. Deben estudiar los principios del
único vehículo supremo, del último, del sublime Camino,
entendiendo claramente el yin y el yang del cielo y de la tie-
rra, y llegando a una compresión profunda de la evolución
creativa y de los cinco elementos. El principio del yin y del
yang es incomparablemente grande; el cielo y la Tierra, el Sol
y la Luna y los cinco elementos, todos tiene su origen en él.
Cuando el Absoluto se divide, se forma una clara energía,
transformándose en imágenes celestiales; mientras que la
energía opaca desciende y se convierte en formas terrenales.
Las esencias de la madera y del fuego producen yang mayor;
las esencias del metal y del agua producen yin mayor. El cie-
lo, la Tierra, el Sol y la Luna se desarrollan a partir de la in-
fluencia de esta energía bipolar.
»Esta energía bipolar está operando perpetuamente a tra-
vés del cielo y la Tierra, circulando perennemente por todas
partes y produciendo todas las especies de la creación. De la
misma manera que una vida humana se forma a partir del es-
perma del padre y el óvulo de la madre, así sucede con la
energía yang del sol y la energía yin de la tierra, el alma celes-
tial solar yang y el alma terrenal yin, el ígneo espíritu yang y
la acuosa vitalidad yin. Así pues, la creación de un cuerpo
humano tiene la misma energía que el universo.
»Por tanto, el cielo y la Tierra constituyen el gran padre y
la gran madre de los seres humanos. Aquellos que realizan
esto trascienden el universo con todas sus fluctuaciones,
mientras que quienes lo ignoran quedan atrapados en un
océano de sufrimientos, en medio de miríadas de formas.
Aquellos que no están constrefiidos por los cinco elementos o
atados por el yin y el yang son llamados inmortales celestiales
del más alto grado.
ȃstos conceptos expresan el designio supremo. De la
misma manera que las gentes terrenales ven el curso del Sol y
la Luna, también siguen ellos un ciclo continuo, cada uno en
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 89
el suyo. Hablando en términos solares, a medida que el Sol se
eleva crece el calor y sube la energía caliente; esto se simboli-
za mediante el elemento fuego. Cuando el Sol desciende, de-
crece el calor y se aminora la energía, lo que queda simboli-
zado por el agua. Cuando el curso del Sol se halla en el pun-
to más alejado de la Tierra, el calor se dispersa y la energía se
pierde; este proceso queda simbolizado por el elemento ma-
dera. Si, por el contrario, el Sol se encuentra más cerca de la
Tierra, se concentra el calor y la energía, lo que queda simbo-
lizado por el metal. Si el curso del Sol es paralelo a la Tierra,
se detiene el calor y la energía descansa, proceso que queda
simbolizado por el elemento tierra. De este modo, desde la
primavera al verano, al otoño y al invierno, y nuevamente a
la primavera, los cinco elementos s~ encuentran inherentes al
curso del Sol, formando el ciclo del año.
»Con referencia a la Luna -siguió diciendo el maes-
tro-, cuando ésta desciende se incrementa el calor y la
energía se caldea, lo que queda simbolizado por el elemento
fuego. Al ascender la Luna, el calor decrece y la energía se
retira, fenómeno. que queda simbolizado por el elemento
agua. Cuando la Luna se encuentra a este lado de la Tierra,
el calor queda disuelto y se disipa la energía, lo que se sim-
boliza mediante la madera. Al contrario, si la Luna se halla al
otro lado de la Tierra, se concentra el calor y se recoge ener-
gía, lo que queda simbolizado por el metal. Cuando el curso
de la Luna es uniforme, cesa el calor y descansa la energía, lo
que queda simbolizado por el elemento tierra. Así pues, la
Luna crece y mengua, y mengua y crece. Los cinco elemen-
tos son inherentes al curso de la Luna y forman un ciclo, el
ciclo del mes.
»El método de entrenamiento de los poderes de la Joya
Espiritual incluyen el uso de correspondencias entre los cinco
elementos internos del cuerpo humano y los externos del Sol
y la Luna, además de los cinco elementos externos de la Tie-
rra. Al mismo tiempo se trabajan conjuntamente los tres rei-
nos del cielo, de la Tierra y de la humanidad, y se regresa del
nueve al ocho, del ocho al siete, del siete al seis, del seis al
 90 LA PUERTA DEL DRAGÓN
(
cinco, del cinco al cuatro, del cuatro al tres, del tres al dos,
del dos al uno, para retomar finalmente al Absoluto. Cuando
el Absoluto se convierte en una sola esfera, entonces queda
concluido el trabajo de los poderes de la joya Espiritual.
* * * te, y un nuevo amanecer surgió por el este, desplegando una
Ahora que Wang Liping ya había trabajado con los tres
reinos durante algunos meses, los ancianos maestros lo intro-
dujeron al único y supremo vehículo. Siguiendo sus instruc-
ciones, unos métodos secretos que habían sido transmitidos
desde los fundadores por los diversos transmisores de su li-
naje, Üping experimentó los cambios de los cinco elementos
dentro de su cuerpo en unas condiciones extremadamente
sutiles, absorbiendo las energías primigenias del Sol y la Luna
- para aumentar la energía primaria de su cuerpo, y compren-
diendo progresivamente el modelo del nueve, ocho, siete,
seis, cinco, cuatro, tres, dos y uno. Al llegar a este punto, no
obstante, el trabajo que hizo fue de transición, pues todavía
necesitaba purificarse.
Una noche, cuando ascendía en el cielo la luna llena,
Wang Liping escogió un sitio en medio de una vegetación lu-
juriosa y fragante de plantas y árboles, y se sentó a hacer sus
ejercicios. Una vez que hubo sintonizado su cuerpo, su respi-
ración y atención y entrado en un estado de serenidad y con-
centración, se puso a contemplar mentalmente cómo la dora-
da luna ascendía con lentitud en el cielo del este. Vio cómo
se acercaba más y más a él, haciéndose cada vez más grande y
brillante, igual que una misteriosa bola de energía, que irra-
diaba miríadas de destellos de luz etérea que envolvían su
cuerpo. Liping sintió cómo todo su cuerpo se transmutaba en
energía y dejaba de existir corporalmente, sin que ya nada
existiera en el mundo. Solamente permanecfa un sentimien-
to: el de percibir su cuerpo como una masa de energía, que
ascendía en el cielo y terminaba desapareciendo en la vasta
masa de energía de la luz lunar. El tiempo y el espacio habían
dejado de existir.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 91
A medida que por el este empezó a clarear, las nubes que
se hallaban sobre el horizonte se tomaron visibles, pasando
del negro al gris y después al blanco. Surgió entonces un fino
destello de luz dorada y, en un momento, el cielo se volvió
azul. Desvaneciéronse las estrellas, púsose la Luna por el oes-
luz escarlata que anunciaba la salida del Sol.
Wang Liping permaneció sentado e inmóvil mientras el
dorado y brillante globo solar fue elevándose en el cielo. Ha-
bía percibido, sin embargo, la salida del Sol. Abrió los ojos, y
lo miró directamente durante un momento; después volvió a
cerrarlos recogiendo una luz espiritual que fue enviando a to-
do su cuerpo, de modo que un sol dorado giraba ahora deri-
tro de él. Y así, mientras Liping se 'bañaba en luz solar, el di-
minuto s_ol que habitaba en su cuerpo refulgía vivamente co-
mo un niño recién nacido.
A la sazón, el muchacho era capaz de permanecer sen-
tado en total quietud durante días y noches. Inmerso en tal
estado, examinaba minuciosamente las leyes y modelos del
movimiento y trazado de los cuerpos celestes, descifrando
los cambios paralelos que sutilmente tenían lugar en su pro-
pio cuerpo, y llegando de este modo y progresivamente a la
realización. Tal y como él descubrió, los trabajos y transfor-
maciones del cuerpo humano se corresponden con los tra-
bajos y transformaciones del cielo y la Tierra. Cuando existe
movimiento externo, siempre se produce reacción interna;
cuando hay reacción interna, se producen sensaciones, y
con éstas adviene el conocimiento. Existe conocimiento,
ciertamente, pero no hay vuelta atrás. Aunque este tipo de
logro es sumamente profundo si se ve desde una perspecti-
va normal, Liping se hallaba todavía muy lejos de llegar a
los requisitos que los ancianos maestros le enseñaban. Tenía
que llegar al conocimiento y luego regresar, tomar del nue-
ve al uno, volviendo a su puesto en la unidad y en una
completa serenidad para poder así alcanzar el Gran Cami-
no. Este método de inversión necesita de la práctica para
llevarse a cabo.
92 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Mientras Liping seguía el proceso de trabajar con los tres
reinos, su mentor le siguió enseñando algunos de los concep-
tos de la práctica e higiene taoístas.
* * * universo, estimulando y alimentando la energía verdadera.
Los higienistas creen que el cielo y la Tierra constituyen
lo más grande, y que el ser humano es el más inteligente de
los seres. El cuerpo humano es un microcosmos, un universo
en miniatura que encierra en su interior un sol y una luna, el
yin y el yang y el trabajo de los cinco elementos: el metal, la
madera, el agua, el fuego y la tierra, los cuales se estimulan y
superan, se aventajan y dominan unos a otros para conseguir
el equilibrio adecuado.
Los números asociados a los cinco elementos fueron regu-
lados hace tres mil años en el capítulo «Modelo Universal» de
los Documentos clásicos: «El uno se refiere al agua, el dos al
fuego, el tres a la madera, el cuatro al metal y el cinco a la tie-
rra.» También especifica la naturaleza de los cinco elementos:
«El agua hace referencia a la humedad y a lo descendente; el
fuego al calor y lo ascendente; la madera a lo curvo y a lo de-
recho; el metal, a la adaptación y al cambio; la tierra, a la
siembra y a la cosecha.» En el Clásico de medicina interna del
Emperador Amarillo todavía hay una explicación más detallada
de los cinco elementos. Los «niveles energéticos» de los cinco
elementos se describen en estos términos: «la madera hace
referencia a la expansión y a la armonía, el fuego a la elevación
y la iluminación, la tierra se refiere a la integridad y a la trans-
formación, el metal al alineamiento y nivelado, el agua se re-
fiere a la quietud y la obediencia.» La «insuficiencia» en los
cinco elementos se describe con estas palabras: «La madera se
refiere a la combinación, el fuego a la luz sojuzgada, la tierra a
la supervisión cerrada, el metal a los cambios adaptativos, el
agua a la evaporización de la corriente.» El «exceso» en los
cinco elementos se especifica así: «La madera se refiere al cre-
cimiento explosivo, el fuego a la luz diurna intensa, la tierra a
la riqueza, el metal a la dureza, el agua a la inundación.» La
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 93
forma de prolongar la vida es familiarizarse enteramente con
la naturaleza y las relaciones existentes entre los cinco elemen-
tos, y también con las diversas correspondencias existentes
entre los cinco elementos del cuerpo y los cinco elementos del
La relación más importante en el trabajo del cuerpo hu-
mano es la del cielo y la Tierra. En una definición tosca se di-
ría que el cielo y la Tierra constan de la Tierra la Luna y el
Sol. La rotación de la Tierra lleva un día y una noche; en tér-
minos de su correspondencia con el trabajo del cuerpo hu-
mano, sería el ciclo mañana-noche. La revolución de la Luna
alrededor de la Tierra, en términos de su correspondencia
con la operación o trabajo del cuerpo humano, constituye el
ciclo menor. La revolución de la Tierra alrededor del Sol, en
esa misma correspondencia, constituye el ciclo mayor. Di-
chos ciclos son de periodicidad diferente en el trabajo de la
vida. Incluso las personas más ignorantes trabajan y descan-
san de acuerdo con el ciclo del cielo y la Tierra, a esto se le
llama conformidad. Las personas instruidas tratan conscien-
temente de sintonizar estos ciclos con las energías yin y yang
del cuerpo. Tal conducta es la que se practica en el vehículo
más elevado del taoísmo.
Las personas que han trabajado profundamente, utilizan
las energías puras de los cinco elementos externos para ali-
mentar su propia energía corporal, elevándose sobre el traba-
jo o la operación de la naturaleza, combinando el agua y el
fuego, produciendo y escogiendo las medicinas, cristalizando
e incubando el elixir alquímico para hacerse, de este modo,
inmortales.
La Tabla de los cien caracteres, del abuelo Lu (Dongbin)
dice:
Alimentar la energía, olvidarse de las palabras y preservar.
Conquistar la mente, haciendo el no-hacer.
En la actividad y en la quietud,
conocer la fuente generadora. .
No existe nada, ¿a quién buscas?
 94 LA PUERTA DEL DRAGÓN
La verdadera constancia debe responder a la gente;
al responder a la gente
Es esencial no confundirse.
Cuando no estás confundido,
tu naturaleza es estable;
cuando tu naturaleza es estable,
retoma la energía de f arma natural.
Cuando retoma la energía,
el elixir cristaliza espontáneamente
en el recipiente en que se desposan el agua y el fuego.
Surgen el yin y el yang,
alternándose una y otra vez
produciendo por doquier el trueno.
Las blancas nubes se juntan en la cumbre,
suave rocfo baña la montaña polar.
Al haber bebido el vino de la larga vida
te mueves libremente;
¿quién puede conocerte?
Sentándote a escuchar la melodía sin notas,
entenderás claramente el trabajo de la creación.
El conjunto de estos versos
es una escalera que conduce al Cielo.
Cuando al amanecer el Sol se eleva, el air~ del este se ca-
lienta. Expuesto a la luz solar, su volumen se expande y se
eleva suavemente. Esto se considera como la energía produci-
da por el yang menor. Al mediodía, el ardoroso Sol se halla en
lo alto, la temperatura del aire se incrementa, su volumen se
expande y se eleva rápidamente. Es en este momento cuando
las cosas crecen con mayor empuje; esto se considera como el
crecimiento de la energía del yang mayor. Al atardecer, el Sol
se pone, se dispersa el calor del aire, se contrae su volumen y
desciende lentamente; ahora es cuando se retiran las cosas. A
esto se le denomina el recogimiento de la energía del yin me-
nor. A medianoche, el Sol está ausente y la noche se ha hecho
intensa; el aire se enfría, se contrae y se reduce. A esto se le
llama el almacenamiento de la energía del yin mayor.
CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 95
Las energías que se encuentran en el cuerpo humano se
corresponden con este proceso. La energía del hígado es el
producto del yang menor. La energía del corazón es la energía
creciente del yang mayor. La energía pulmonar es la energía re-
cogida del yin menor. La energía de los riñones es la energía
almacenada del yin mayor. A medianoche, la energía se eleva
en los riñones; al amanecer, alcanza el hígado. Al mediodía,
la energía llega al corazón. La energía acumulada en el cora-
zón produce fluidos, que alcanzan los pulmones al atardecer
y llegan a los riñones en la medianoche. La energía de los ri-
ñones es como agua, la del corazón como fuego, la del híga-
do como madera y la del pulmón como metal. El agua fluye
hacia abajo, el fuego arde hacia arriba. Cuando agua y fuego
no se equilibran mutuamente, no ~e vive mucho. Pero cuan-
do el trabajo de la purificación humana se ha completado, el
agua está arriba y el fuego abajo; agua y fuego se equilibran y
la vida se prolonga.
A medida que Wang Liping trabajaba con el ciclo menor,
o ciclo de la Luna, mediante la concentración interior y la
plenitud, la energía se fue abriendo paso a través de su cóc-
cix, espina dorsal y nuca. Pero cuando alcanzó «la puerta del
cielo», en la parte superior de la cabeza, fue necesario que le
asistiese un maestro.
Alrededor de la apertura, en la parte superior de la cabe-
za, siempre hay cuatro puntos brillantes que los ancianos
maestros denominaron «los cuatro espíritus de la puerta». -Su
vigilancia inquebrántable impide que la energía corporal lle-
gue a ese punto. Es necesario entonces que un maestro mue-
va esos «cuatro grandes espíritus de la puerta» antes de que
esa «puerta del cielo» se pueda abrir.
Lo que le impresionó a Liping, como bisoño que era en
esta experiencia, vino después de completar el ciclo menor, al
sentir que algo caliente y húmedo ascendía por su columna
dorsal hacia la cabeza, y descendía después suavemente des-
de su cara. El proceso completo llevó todo un mes lunar, co-
rrespondiéndose con el ciclo de la Luna, y produciéndose de
forma enteramente natural y espontánea. Incluso aunque se
96 LA PUERTA DEL DRAGÓN CULTIVO INTENSIVO DEL TRIPLE MUNDO 97

hallase encerrado en una habitación a oscuras durante varios Tierra se encuentra a 42.000 millas. Si el cuerpo humano es
días, era capaz de determinar con exactitud la trayectoria de una miniatura de cielo y Tierra, y entre el corazón y el ombli-
la Luna y saber en qué día del mes se encontraba. go hay 8,4 pulgadas, entonces el punto medio se encuentra a
La Tierra completa una vuelta en tomo al Sol en un año. 4,2 pulgadas. Esta apertura se halla justo en el centro, en
Los chinos dividen este lapso en veinticuatro energías estacio- donde se conectan todos los canales; una apertura vacía en la
nales. Para los objetivos de los ejercicios taoístas, los cuatro que flota una delicada perla. Éste es el verdadero centro del
puntos que se consideran más importantes son los equinoc- universo en el cuerpo, la apertura en la que se almacena la
cios de primavera y otoño y los solsticios de verano e invier- energía generativa original. Por ello dijo el maestro Chun-
no. Cielo y Tierra quedan representados por un cuerpo hu- yang: «La hembra mística, la hembra mística, la verdadera
mano; el corazón es el cielo, los riñones la Tierra, el hígado es hembra mística, no está en el corazón ni tampoco en los ri-
la posición del yang, los pulmones la posición del yin. La ñones. En ella se encuentra el principio de la vida, en ella se
«energía» es yang, el «fluido» es yin. En el solsticio de invier- recibe la energía; no se crea que es extraño que haya sido di-
no, el Sol en su curso va del sur al norte; la gente del hemis- vulgado el mecanismo celestial.» Puede verse, por tanto, la
ferio norte de la Tierra percibe tal movimiento como el yin importancia que tiene esta apertura'~
que culmina y el yang que se alza, mientras que la energía de Al trabajar la purificación en este punto, Wang Liping
los riñones empieza a crecer. En el equinoccio de primavera, también experimentó varias veces la muerte menor.
la energía de los riñones llega al hígado. En el solsticio de ve-
rano, el Sol, que se encuentra en el norte, empieza a dirigirse
hacia el sur. La gente del hemisferio norte percibe este movi-
miento como la culminación del yang y la elevación del yin,
al tiempo que la energía corporal yang alcanza la posición del
corazón donde se acumula y produce fluido, y este fluido co-
mienza su descenso. En el equinoccio de otoño, el fluido del
corazón llega a los pulmones, para entrar de nuevo en los ri-
ñones con el solsticio de invierno.
·.En los días clave de transición de las energías estaciona-
les, es decir, los solsticios y equinoccios, Wang Liping exami-
naba detenidamente los sutiles cambios que experimentaba
su cuerpo, siempre bajo la cuidadosa guia y protección de
sus maestros.
Dijo Lao Tse: «El eterno valle del espíritu recibe el nom-
bre de hembra mística; la apertura de la hembra mística se
denomina la raíz del cielo y la Tierra. Aunque de naturaleza
sutil, existe y su uso no es forzado.» Esta apertura del paso
místico encaja en el espacio cósmico. Un escrito taoísta dice
que hay 84.000 millas entre las alturas del cielo y las profun-
didades de la Tierra; así pues, el punto medio entre cielo y
 5

Toma del elixir alquímico y ayuno

[EJ L TRABAJO CON LOS TRES REINOS le llevó a

Wang Liping tres años qu~ pasaron como un soplo.
Los sabios de la Puerta del Dragón, al ver que su dis-
cípulo crecía y progresaba interiormente, se propusieron lle-
varlo hacia planos más elevados. Por primera vez, Liping re-
cibió una píldora alquímica, lo que constituyó una de las ex-
periencias más inolvidables de su vida.

* * *
Los antiguos métodos de purificación e higiene se divi-
dieron entre el trabajo de cultivo interior y el desarrollo exte-
rior. Éste último se refiere a la ingestión de sustancias espe-
ciales, que con el tiempo fueron evolucionando hacia la al-
quimia.
Estas prácticas dietéticas se iniciaron durante la era de los
Estados Guerreros, florecieron durante las dinastías Quin y
Han y se hicieron especialmente populares en los tiempos de
Wei y Jin. La famosa obra taoísta de Ge Hong El simplón le
dedica todo un artículo.
El «elixir alquímico externo» se hace refinando y purifi-
cando sustancias tales como el plomo y el mercurio. Ge Hong
consideró muy importante este elixir, y en su trabajo enciclo-
pédico incluye docenas de fórmulas alquímicas. Escribió: «Si
quieres experimentar la inmortalidad espiritual, consigue la
quintaesencia. Lo más importante es atesorar vitalidad, hacer
100 LA PUERTA DEL DRAGÓN
circular la energia y tomar el elixir. Eso es suficiente, no se
requiere mucho. Sin embargo, hay_ distintas versiones, unas
superficiales y otras profundas, de estos tres procesos. Si no
logras encontrar un maestro iluminado y no estás dispuesto
a realizar grandes esfuerzos, no podrás saberlo todo con
prisas.»
El atesorar vitalidad se refiere al arte amatorio. Tomar el
elixir, hacer circular la energia y atesorar vitalidad son tres
factores esenciales para alcanzar la inmortalidad. Ge Hong
también establecia detalladas precauciones para el trabajo al-
quimico: «El elixir alquimico debe ser preparado en una
montaña especial, en lugar deshabitado y por un número de
practicantes que no sea superior a tres. Primero es necesario
ayunar cien dias y bañarse en agua perfumada; mantenerse
puro, no acercarse a nada que se encuentre polucionado y no
reunirse con gente vulgar. Tampoco se deberá permitir que
aquellas personas que no crean en el Camino sepan nada so-
bre él, porque si la medicina espiritual se ve difamada y repu-
diada, no se podrá desarrollar el elixir.» Las mo~tañas espe-
ciales tienen espiritus virtuosos que las protegen, de forma
que constituyen buenos lugares para preparar el elixir alqui-
mico. Cuando los taoistas van a las montañas para purificar
el elixir, seleccionan primeramente un dia propicio y se pro-
tegen con un talismán.
La práctica de tomar elixires alquimicos debe haber teni-
do efectos extraordinarios para haberse mantenido a lo largo
de tantos miles de años. Existen muchas leyendas populares
sobre los efectos milagrosos del «elixir dorado» que, poste-
riormente, fueron embellecidas en obras literarias, en las que
se describen exageradas maravillas. A lo largo de los años fue-
ron muchas las personas que encontraron la muerte al tomar
elixires alquimicos. El cinabrio resulta muy útil para el cuer-
po humano, pero ha de ser purificado y procesado conve-
nientemente, debiendo tomarse en la forma adecuada.
Los taoistas han estudiado muy profune:iamente lo con-
cerniente a la purificación e ingesta del elixir alquimico, Y
basándose en una profunda experiencia se muestran muy
TOMA DEL ELIXIR ALQUÍMICO Y AYUNO 101
cautos en el proceso de purificación. Los que proceden, en
particular, de la escuela de la Puerta del Dragón del taoismo
de la Completa Realidad hacen especial énfasis en el cultivo
de la alquimia interior, pero tambiéh toman elixires alquimi-
cos para ayudarse en su trabajo interior. Tanto la prepara~
ción como la ingesta de elixires alquimicos dependen por
igual de la guia de un maestro iluminado que tenga mucha
experiencia.
* * *
Bajo la protección de los tres ancianos magos, Wang Li-
ping ingirió un grano del «elixir de oro» que ellos habian tra-
ido del monte Lao. Lo tomó con eJ. estómago vacio, y la «pil-
dora dorada» fue disolviéndose en' su cuerpo, recorriendo to-
do su organismo a través del sistema circulatorio. Los tres
maestros le habian hecho sentar en la posición del loto y co-
menzaron su trabajo interior; utilizando su poder, se prop()-
nian conseguir que el elixir ingerido aflorara a la superficie de
la piel de su discipulo.
Era una noche en calma. La vivienda de los sabios, muy
alejada de todo camino, estaba en completo silencio. Alum-
brado por la tenue luz de una lámpara, Wang Liping medita-
ba en silencio, rodeado de sus tres maestros. La expresión
que éstos mostraban en sus rostros era sumamente solemne.
Tanto ellos como su discipulo se hallaban inmersos en una
tarea sagrada, en un gran experimento.
En esta ocasión los maestros habian atado las piernas de
Liping con una cuerda para asegurarse de que permaneceria
en la posición de piernas cruzadas. Era la primera vez que
hacian esto desde que el joven empezara a trabajar los tres
reinos. Él sabia lo seria y grave que era aquella situación. Te-
niendo en cuenta el grado de desarrollo interior que el disci-
pulo habia alcanzado, y en condiciones normales, no hubiera
sido en absoluto necesaria la cuerda. Asentando su espiritu,
Liping hacia circular su energia interior trabajando con el
método indicado por sus maestros, manteniéndose firme a
medida que pasaban las horas.
102 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Pasó el día. En cuanto la toxicidad del elixir de oro em-
pezó a actuar, Wang Liping sintió como si le ardieran las en-
trañ.as. Se sintió mareado y su vista se nubló. Por último, per-
dió el control y cayó en la inconsciencia. Gracias a que le ha-
bían atado las piernas, no dejó de mantener su postura del
loto. El Caminante de la Pura Serenidad lo roció con agua fría
para reanimarlo, y le ayudó a erguirse. Los tres ancian~s e~­
plearon también determinadas técnicas para ayudarle mvis1-
blemente. De esta manera, Wang Liping pudo seguir soste-
niéndose y realizar el ejercicio.
Transcurrió la noche. Al segundo día, los tres maestros
observaron que la piel de Liping había cambiado de color, pa-
sando de un tono pálido a otro rojizo y, posteriormente, a otro
más oscuro. A su juicio, y según su experiencia, el periodo de
peligro había pasado. Ya podían respirar tranquilamente.
Gracias a la acción del elixir de oro, las toxinas existentes
en el cuerpo de. Liping habían emergido a la superficie de la
piel, y esto era lo que producía el cambio de coloración. Su
vida ya no se hallaba en peligro, pero la experiencia no se po-
día conclúir todavía. Si se paraba el proceso en este momen-
to las toxinas cristalizarían en la piel produciendo una caída
d~ cabello y de pelo en todo el cuerpo y estropeando el traba-
jo realizado.
Aunque el grado de desarrollo interior de Liping ya era
bastante profundo, después del agotamiento de su energía in-
terior había llegado a los límites de su resistencia, La sensa-
ción de ardor en sus entrañas había pasado, pero ahora toda
la piel de su cuerpo estaba experimentando una serie de sen-
saciones inexplicables, de ardores, picores y quemazones
muy difíciles de soportar. Tenía una necesidad imperiosa de
rascarse todo el cuerpo, pero su mentor le dijo que se abstu-
viese de hacerlo y se mantuviese quieto.
Había pasado otra de las dificultades.
A la tarde del tercer día, el cuerpo de Liping se relajó to-
talmente y la coloración de la piel experiment~ un cambio
extraordinario. El tono oscuro, rojizo o pálido que presentaba
anteriormente se había trocado en un saludable color rosá-
TOMA DEL ELIXIR ALQUÍMICO Y AYUNO 103
ceo, y cada poro semejaba un punto brillante y cristalino,
como si toda su piel se encontrase iluminada por una pode-
rosa. luz. El elixir de oro había completado su paso por todo
el organismo y, finalmente, había sido eliminado. Las «rutas
energéticas» del cuerpo de Wang Liping, tanto las externas
como las internas, se encontraban perfectamente libres y
abiertas.
Tras realizar un detenido examen de las condicjones en
las que se encontraba el joven, el gran maestro manifestó la
excelencia de los resultados obtenidos. Todos ellos se encon-
traban tan felices que se pusieron a cantar y bailar, felicitán-
dose los unos a los otros.
Entonces los ancianos maestr,ps se llevaron a Wang Li-
ping a las montañas. A medida que iban adentrándose en los
umbríos claros del bosque, el paisaje se tomaba extraordina-
riamente hermoso en el atardecer. En aquel aire puro de la
montaña decidieron realizar algunos ejercicios de respiración
profunda, mirando al sol poniente. Los ancianos maestros se
encontraban en un estado de gran tranquilidad mental. Tam-
bién Liping se hallaba así, si bien se sentía embargado por un
sentimiento inusual. Ahora ya no le eran necesarias ni la boca
ni la nariz para respirar, como de costumbre; todo cuanto ne-
cesitaba era un suave movimiento del abdomen, y toda la
energía del cielo y la Tierra entraba en su cuerpo por los po-
r.os de su piel, fresca y claramente, fluida y suavemente, pe-
netrándolo por entero. En cuanto la energía empezó a circu-
lar por su cuerpo, le pareció que se hallaba plenamente fun-
dido con el universo.
Los ancianos, tras llevar a cabo un meticuloso examen de
los ojos y de la piel de Wang Liping, comprobaron que su
cuerpo había experimentado un cambio trascendental, tanto
externa como internamente. Ahora consideraron que estaba
· suficientemente maduro para poder emprender el cuarto pa-
so de su trabajo de aprendizaje: el ayuno.
Desde su más tierna infancia Wang Liping había seguido
un tipo de alimentación inusualmente vegetariana, sin que
nadie se lo hubiera enseñado. Su dieta era muy sencilla y
104 LA PUERTA DEL DRAGÓN
consistía en cereales y vegetales. Ahora que había aprendido
algunas técnicas de las capacidades de la Joya Espiritual, ~e
hallaba completamente capacitado para absorber la fuerza di-
rectamente de la Naturaleza. Sus maestros habían plantado
cereales y vegetales en un campo cercano y cultivaban una
huerta que les proporcionaba lo suficiente para su sustento.
No obstante, en ciertas ocasiones en las que Liping se encon-
traba inmerso en sus ejercicios, el joven se olvidaba de comer
durante días enteros. Cuando su profesor empezó a enseñarle
cómo eliminar la comida, puso en práctica el método, no en-
contrándolo especialmente duro. Sin embargo, todavía igno-
raba lo mucho que había que hablar del tema.
* * *
Dicen los taoístas que el cuerpo humano tiene tres mor-
bosidades peligrosas. La primera tiene que ver con las rique-
zas materiales, la segunda con la comida y la tercera con el
placer sexual. Dicen también que hay tres parásitos en el
cuerpo: uno vive en el cerebro, otro en el pecho y el tercero
en el vientre. Los tres resultan dañinos para el organismo. Es-
tos tres parásitos se nutren de la energía producida por la co-
mida; por ello, si se quiere eliminarlos y, de este modo, des-
truir esas tres morbosidades existentes, es necesario abstener-
se de la comida.
Este método del ayuno fue evolucionando desde las prác-
ticas existentes durante la antigua dinastía Quin referentes a la
ingestión de energía. En sus Elegías de Chu, el famoso poeta
taoísta Qu Yuan escribió: «Al comer las seis energías y beber la
niebla, yo gargarizo la primera luz solar e ingiero la humedad
de la mañana. Preservando la claridad espiritual se absorbe la
energía vital y se expulsa la polución dañ.ina.» Qu Yuan practi-
có también la ingestión de energía cuando abandonó la corte
y se fue a vivir en libertad. . .
A finales de la dinastía Han, y durante las dmastias We1 y
Jin, florecieron las artes de la inmortalidad espiritual, y se hi-
cieron muy populares las prácticas de la ingestión de energía
TOMA DEL ELIXIR ALQUÍMICO Y AYUNO 105
y del ayuno. En las historias dinásticas abundan las referen-
cias a este último. En el capítulo «Tradiciones de metodo-
logía» de los Documentos de la última dinastía Han se puede leer:
«Mengjie, ingiriendo semillas de dátil, pudo estar sin comer
durante cinco o diez años. También podía enfriar su respira-
ción y permanecer inmóvil como un muerto durante cien dí-
as o incluso medio añ.o.»
En las páginas de El simplón se dice: «He visto a mucha
gente que se abstiene de comer, y muchos de ellos durante
dos o tres años. Sus cuerpos son luminosos, su complexión
buena, pueden soportar el frto y el viento, el calor y la hume-
dad. Ninguno de ellos es gordo.» Y también: «Hay una per-
sona que se confía enteramente a la Vida, que sólo ingiere
energía y que se ha abstenido de comer durante tres añ.os.
Puede subir una montañ.a con una pesada carga a la espalda
sin sentirse cansado en todo el día. De vez en cuando practi-
ca el tiro con arco, pero raramente habla. Cuando lo hace,
apenas alza la voz. Preguntado acerca de esto, dice que cuan-
do uno se abstiene de comer, debe evitar el perder la energía
vital y desperdiciar el aliento». En nuestros días se tienen no-
ticias de personas que pueden hacer su vida ayunando.
* * *
El método de ayu~o que los tres ancianos sabios trans-
mitieron a Wang Liping constaba de tres sucesivas etapas de
entrenamiento.
La primera consiste en comer solan;iente fruta y vegetales
para mantener la vitalidad. Esto reduce grandemente el traba-
jo del aparato digestivo y purifica los órganos internos. Debe
practicarse durante al menos dos meses, preferiblemente más.
Mientras llevaba a cabo esta fase, Liping siguió yendo a la es-
cuela y realizando sus actividades normales. Solía adentrarse
en el bosque hasta una zona rica en vegetación para hacer sus
ejercicios de meditación al amanecer, al mediodía, al atardecer
y a medianoche, con objeto de fortalecer la energía de sus ór-
ganos internos. La práctica de esta primera fase le llevó noven-
106 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ta y ocho días, algo más de tres meses. Al concluirla se encon-
tró bien físicamente y mentalmente lúcido.
La segunda fase del ayuno consistió en abstenerse de to-
do alimento, bebiendo solamente un vaso de agua fria por la
mañana y por la noche. Cuando se practica este ejercicio, el
cuerpo se ve libre de todo tipo de impurezas, incluso la orina
se hace muy escasa. Con la mente ya limpia, el cuerpo queda
purificado. Ahora sólo se intercambia energia con la Natura-
leza, sintiendo como si el cuerpo se encontrara en una di-
mensión completamente diferente. Wang Liping prolongó es-
te ejercicio durante más de cincuenta días.
Tras completar las dos primeras fases, la piel del joven
adquirió un resplandor rosado y cristalino, como si acabara
de salir de un delicioso baño; su espíritu se encontraba sere-
no, su actitud relajada, todo él se encontraba inmerso en una
perfecta lucidez. Los ancianos no paraban de regocijarse al
verlo como un niño recién nacido, tras haber purificado su
carne y su sangre en un cuerpo tan transparente como el hie-
lo y el jade, completamente limpio ya de los pasados años de
polución mundana. Habían empleado cuatro años de absolu-
ta dedicación para hace~ brotar esta flor resplandeciente, ab-
sorbidos por entero en transformar una pieza de tosco jade
en una auténtica gema.
, Ahora Liping ya estaba li$tO para el tercer paso: la «sus-
pensión del movimiento». El día que inició esta nueva fase
los ancianos le dijeron:
-Siéntate aquí sin levantarte y sin ni siquiera beber
agua. Limitate a realizar tu trabajo interior.
Estaban entonces en el otoño de 1966, época en la que
una gran revolución agitaba China. Ni los ancianos de la Puer-
ta del Dragón ni su discipulo prestaron la menor atención al
ajetreo exterior, limitándose a ocuparse muy directamente del
tiempo que tenían que dedicar a sus ejercicios. Cada mañana,
al alba, a mediodía y a la noche, uno de los maestros rociaba
el suelo con agua pura para humidificar el ambiente del cuar-
to. Se suponía que el cuerpo de Wang Liping quedaria sufi-
cientemente humedecido con este ligero vapor, .mientras que
TOMA DEL ELIXIR ALQUÍMICO Y AYUNO 107
su energía auténtica lo mantendria con vida. Los dos maestros
establecieron tumos para vigilar al joven.
Pasó un día y luego otro. Pasó un tercer día, un cuarto y
un quinto. Liping seguía como una estatua de piedra, com-
pletamente inmóvil, su mente tan quieta como la de un
muerto. El Sol, la Luna y las estrellas, los planetas, las monta-
ñas, los rios, lagos y mares; las flores, plantas y árboles; sus
padres y parientes, sus profesores de la escuela y sus camara-
das, el gran maestro y los dos mentores; las cuatro estaciones,
el día y la noche, el norte y el sur, el arriba y el abajo, la dere-
cha y la izquierda, el calor y el frio, el nacimiento y la vejez,
la enfermedad y la muerte; la alegria y la pena, la tristeza, la
dulzura y el sufrimiento. Todo CU;anto había visto, oído, sen-
tido e imaginado durante su vida en el mundo desapareció
del cerebro y del cuerpo de Liping. En un estado de profunda
abstracción fue perdiendo todo sentido de sí mismo. Ya no
existia ni el tiempo ni el espacio, todo,. él estaba vacío, absolu-
tamente vacuo.
Pasaron diez días, y Wang Liping seguía permaneciendo
impasible. Al ver su complexión con aquel tono rosáceo y hú-
medo, y advirtiendo que el resto de los cambios que se produ-
cían en su cuerpo eran también satisfactorios, tanto el gran
maestro como los mentores se sintieron sumamente tranquili-
zados. Los dos maestros siguieron haciendo tumos para verter
diariamente el agua sobre el suelo y vigilar al joven.
Transcurrieron quince días.
Transcurrieron veinte días.
Wang Liping mostraba un aspecto completamente nor-
mal; seguía allí sentado como un inmortal, mental y física-
mente sereno y calmado. Los tres maestros lo observaban.
atentamente.
Transcurrió el vigésimo quinto día. Esa noche hubo una
aparatosa tormenta de lluvia, truenos y relámpagos. Los an-
cianos cerraron apresuradamente las ventanas. Preocupados
por la emergencia producida por una situación que conside-
raban anormal, se vistieron con hábitos taoístas, alzaron sus
espadas rituales, quemaron incienso y llevaron a cabo todo
108 LA PUERTA DEL DRAGÓN
un rito. El más anciano de los maestros envió el siguiente
mensaje espiritual a Liping: «Desde tiempos ancestrales los
Transmisores de nuestra rama de la Puerta del Dragón del
taoísmo de la Completa Realidad han buscado el Camino con
sus mentes y lo han aceptado con sus cuerpos. El ayuno y la
suspensión de toda actividad constituyen el limite entre la vi-
da y la muerte. Como Transmisor de la Puerta del Dragón de-
berías hacer como hicieron nuestros .ancianos maestros, apar-
tando vida y muerte de tu mente, a fin de no distorsionar tu
propio futuro.» · cuanto le rodeaba habitualmente. Aunque había pasado por
Wang Liping, en trance, tuvo la visión de un maestro rea-
lizado que le instruía. Recordando cuanto le decía, permane-
ció serenamente sentado, afianzando alma y espíritu asumo-
rada corporal.
Transcurrió el vigésimo sexto día.
Transcurrió el vigésimo séptimo día.
Transcurrió también el vigésimo octavo. Aquella noche
volvió a desencadenarse una tormenta con fuerza aterradora.
En aquella cabaña de ~ontaña sólo disponían de una débil
lámpara. La atmósfera era tensa. Los tres ancianos rodearon a
Liping con sus espadas rituales en alto, completamente olvi-
dados del fragor de afuera.
De repente, la lámpara empezó a vacilar. Lentamente,
Wang Liping se inclinó y cayó al suelo. Sus piernas estaban
desatadas y sus manos yacían' a ambos costados. Miraba com-
pletamente tranquilo y sin hacer el menor movimiento.
Los ancianos comprobaron el pulso y la respiración de
Liping; ambos se habían detenido. Comprendieron que esta-
ba muerto. Inmediatamente se sentaron en una especie de
frente de batalla, alzaron sus preciosas espadas e iniciaron un
rito esotérico. El gran maestro mandó al viento y a la lluvia
que cesaran y se preocupó de que los espíritus no interfirie-
sen. Prohibió también a las entidades yin que se acercasen. ·
Mientras tanto, los dos maestros más jóvenes trataron de for-
mar un escudo protector para el cuerpo de Liping, ejercitan-
do sus artes extraordinarias. Los tres maestros trabajaban sin
parar un instante, vigilando con sumo cuidado día y noche.
TOMA DEL ELIXIR ALQUÍMICO Y AYUNO 109
Antes de hacer todo esto, el ·gran maestro había colocado
una tablilla memorial, de las pertenecientes a sus maestros an-
cestrales, en una especie de altar para Wang Liping, queman-
do incienso ante él en un gesto tradicional de respeto a los
muertos.
Por lo que concernía al mismo Liping, tras el ayuno y la
detención total de su actividad, se sintió completamente va-
cío. Incluso le había desaparecido el sentimiento. Su cuerpo
empezó a flotar repentinamente, sin reconocer ya nada de
una experiencia extremadamente pehéta, no qi:icdaba huella
en su memoria. Ahora se sentía llen~ 'pleti.i.tud y ligereza, y
en un estado sumamente confortalµé. ·
Pero, en un instante, todo se volvíó ab~olutá~ente oscu-
ro a su alrededor; todo estaba silencioso, vacío y frío. Creyen-
do haberse desplomado en un abismo, Liping empezó a lu-
char desesperadamente tratando de saltar, pero no encontró
nada para agarrarse. Se hallaba tan inerme como un pedazo
de hilo flotando en el aire.
Y entonces, de forma completamente súbita, se hizo una
claridad deslumbradora. Al ver aparecer ante si una amplia ave-
nida, radiante de luz, el joven empezó a caminar por ella. Lo
envolvía una brisa refrescante, y podía ver a ambos lados del ca-
mino verdes montañas, suaves valles cubiertos por hierbas aro-
máticas y fragantes flores. La escena estaba llena de tranquili-
dad, de frescura y claridad, sin aspecto de nada terrenal.
Wang Liping no tenía ni idea de adónde iba. Súbitamente
descubrió un grupo de personas que venían por el camino
hacia él. Todas ellas vestían ropas anticuadas y se mostraban
de forma muy correcta. Lo saludaron sonrientes, y uno de
ellos que parecía ser el más viejo, un anciano de flotantes ca-
bellos canos, se acercó a él y lo tomó por las manos condu-
ciéndolo hasta un grupo de casas existentes en la ladera de la
montaña, en medio del bosque. Todas las casas eran sencillas ·
y estaban limpias. El anciano condujo a Liping hasta un cuar-
to y le dijo que se sentara. Los otros miembros del grupo se
sentaron también muy discretamente.
110 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El anciano ordenó que le trajeran té y frutas silvestres. El
joven no rechazó la oferta, diciéndose para sus adentros que
era precisamente lo que estaba necesitando. Tomó su taza y
bebió, pero la bebida no le produjo ninguna sensación de ca-
lor o de frío, sino _una especie de fragancia que le bañaba los
pulmones y el pecho. Tomó una fruta y empezó a comerla.
Tampoco escuchó sonido alguno al morderla, sino solamente
la frescura y delicadeza del sabor que enriquecía su bazo y re-
frescaba su hígado.
Todos parecían muy felices de ver a Wang Liping tan ani-
mado, pero el más anciano parecía tener algo en mente:
-Tu vida todavía tiene que recorrer un largo camino -le
dijo finalmente a Liping-. ¿Por qué te encuentras aquí ahora?
Wang Liping no entendía lo que quería decir el anciano.
Siguió comiendo su fruta, sin prestar atención a lo demás. Al
ver que Liping no contestaba, el anciano no volvió a hacer
preguntas. En su lugar, empezó a presentar a los que allí esta-
ban, empezando por él.
En el momento en que escuchó de labios del anciano que
éste era el propio abuelo de Liping, el joven dejó de comer y
lo saludó respetuosamente. Todos los demás también eran
antepasados suyos. Uno por uno fueron recibiendo también
sus respetuosos saludos.
Wang Liping se dio cuenta de que todavía era joven. Se
encontraba visitando las casas de sus antepasados y parientes,
e incluso las casas de los amigos de éstos, como si realmente
los conociera. ¿Cómo era posible que hubiera visto antes a
todos sus antepasados. Sin embargo, ahora que los veía se
sentía feliz sin saber muy bien por qué. Liping había estado
trabajando interiormente durante años, su naturaleza había
alcanzado la libertad, y en este momento había podido acce-
der a este magnífico lugar. Pero ¿cómo había podido verlo en
el pasado? En esta dimensión en que se encontraba no sólo
era hermoso y elegante el escenario en que se hallaba; tam-
bién las rel~ciones existentes entre las personas que allí había
eran sumamer_ite delicadas, y la organización de los servicios,
los edificios y las casas, todo estaba perfectamente ordenado
TOMA DEL ELIXIR ALQUÍMICO Y AYUNO 111
y dispuesto. La gente se sentaba y se movía a su gusto, con-
versando o jugando al ajedrez.
Liping no tenía ni. idea del tiempo que había pasado. So-
lamente se daba cuenta de que había estado con muchas per-
sonas, y había aprendido de todas ellas muchas cosas. Su ex-
periencia, en términos de tiempo terrestre, había durado va-
rias décadas.
Lo único que no podía entender Wang Liping durante
ese tiempo era cómo resultaba posible que allí no trabajara
nadie, y que tampoco existiera entre la gente ningún tipo de
resentimiento o de disputa. Aunque permaneció allí durante
bastante tiempo, tampoco oyó nunca que se hubiera produci-
do ningún nacimiento o ninguna ..muerte entre ellos, ni vio
trazas de enfermedad o de envejecimiento. Todo esto le resul-
taba muy extraño.
Un día en que Liping estaba viendo cómo jugaban al aje-
drez dos ancianos, bajo un gran pino en la ladera de la mon-
taña, el más anciano de sus antepasados fijó su mirada en él,
y tomándolo de la mano le dijo:
-Tienes que regresar. No puedes permanecer aquí por
más tiempo.
En ese mismo momento se le acercó un grupo de perso- ..
nas, que lo acompañaron de vuelta hasta el camino luminoso
y se despidieron de él.
En medio de la obscuridad, Liping escuchó un susurro
en sus oídos, y de nuevo empezó a sentir, poco a poco, sen-
saciones físicas. Lentamente abrió los ojos, y en la penumbra
del cuarto vio a los tres ancianos maestros de la Puerta del
Dragón sentados, iluminados por el pálido resplandor de sus
espadas rituales. Toda la experiencia que había tenido le pa-
recía ahora un largo sueño.
Al verlo revivir, los sabios cesaron en su trabajo interior e
hicieron una gran reverencia de agradecimiento al cielo. In-
mediatamente abrazaron a Liping, llorando de alegría.
Sólo cuando Liping escuchó de los labios de sus tres maes-
tros el relato de lo que había sucedido, pudo saber que había
permanecido veintiocho días en suspensión de toda activi-
112 LA PUERTA DEL DRAGÓN

dad, y que después había estado muerto durante tres días y

tres noches, tiempo en el que los tres ancianos habían estado
trabajando con él, en una incesante y exhaustiva vigilia.
Al escuchar lo que le contaban, Wang Liping no pudo
impedir que los ojos se le llenaran de lágrimas.

Segunda parte

Renacimiento y purificación

______.¡ i!I 1-----

Alcanzo el cenit de la vacuidad,

mantengo la máxima quietud,
mientras miríadas de cosas actúan en concierto,
y, así, observo el cambio.
LAo TSE
 6
Regreso a la vida después
de la muerte

RAS HABER MANTENIDO UNA BATALLA a vida o

muerte durante muchos dias, y haber alcanzado fi-
[ ] nalmente una completa victoria, los magos y su discí-
pulo se sumieron en una mezcla de sentimientos en los que
había felicidad y regocijo, fatiga y cansancio, trabajo y agota-
miento.
El Caminante del Infinito fue el primero en secar sus
ojos. Personalmente había calentado una taza de agua calien-
te y se la dio a Wang Liping para que bebiera. Éste se sintió
inmediatamente relajado. Los ancianos también bebieron
agua caliente para restablecer sus cuerpos tras el trabajo ago-
tador que habían vivido.
El Caminante del Infinito llevó a Wang Liping hasta el pe-
queño altar y lo hizo que se arrodillara respetuosamente ante sus
antepasados maestros. Cuando se levantó, el Caminante le dijo:
-Mira lo que está escrito en esta tablilla del memorial.
y le indicó una de las que se encontraban sobre el altar.
Acercándosela para verla mejor, Liping leyó las siguientes
palabras:
IN MEMORIAM
.
WANG YONGHSENG
«LiNGUNCZI»
TRANSMISOR DE LA DECIMOCTAVA GENERACIÓN
DE LA RAMA DE LA PuERTA DEL DRAGÓN
SENDA DE LA COMPLETA REALIDAD
116 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Al leer esto, Wang Liping no pudo evitar un sobresalto,
porque ahora comprendía que había estado muerto. Cuan-
do volvía a pensar en lo que había vivido, todo seguía pare-
ciéndole como si continuara estando delante de sus ojos.
Cuando le contó a sus maestros lo que le había sucedido,
ellos asintieron con la cabeza. Todos habían pasado por lo
mismo.
Años más tarde, en su madurez, el maestro Wang Liping
nos describía su experiencia en estos términos:
-Constituyó la experiencia más inolvid~ble de mi vida.
Fue t.an real que no hay manera de olvidarla. µ gerite normal
sabe lo que es el nacimiento y la muerte, pero no puéden re-
cordar qué se siente en el momento de nacer, y sólo los
muertos pueden experimentar lo que se siente en el momen-
to de la muerte y lo que sucede tras ella. Pero los que mueren
no vuelven a nuestro mundo, y, por tanto, no pueden decir-
nos nada sobre la experiencia de la muerte.
»Nacimiento y muerte son momentos decisivos de la vi-
da humana, pero la ciencia moderna todavía no ha podido
investigar mucho en estos campos. La cultura taoísta, por el
contrario, ha trabajado un poco sobre el tema y posee mucha
literatura al respecto. Pero no es posible utilizar estos libros
de forma válida sin que se haya producido previamente un
cambio de mentalidad, y por tal motivo no se ha progresado
en la investigación de estas materias.
»En mi caso, he muerto varias veces; y esta primera expe-
riencia me hizo entender un buen número de cosas. Por
ejemplo, en materias como pueden ser el tiempo y el espacio,
mi conocimiento es absolutamente distinto del que la gente
normal suele tener. Esto fue lo que constituyó para mi una
base sólida en mis posteriores estudios taoístas.
El maestro Wang Liping dijo también, al referirse a su
inolvidable experiencia:
El momento de la muerte fue, en realidad, sumamente
penoso. Aunque trataba de mantenerme en un estaqo de li-
bertad interior, carecía de fuerzas para ello. Si las hubiera te-
nido, naturalmente no hubiera muerto.
REGRESO A LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE 117
»Sin embargo, esta sensación desapareció muy pronto y
fue seguida por un rápido fluir del tiempo hacia atrás, con su
correspondiente transformación del espacio. Todo lo que lle-
gué a experimentar, tanto si entonces logré recordarlo como
si no, aparece ahora ante mis ojos. Finalmente, alguien vino y
me condujo a un lugar que me resultaba totalmente extraño,
en un marco muy agradable, en donde me encontré con mis
parientes muertos. Eri lo que transcurrieron tres días de tiem-
po terrenal, yo pasé décadas en aquel lugar. Tras revivir, re-
cordaba con claridad las cosas que allí había aprendido. Nun-
ca había visto aquellas gentes antes, pero cuando les describí
sus rasgos a mis padres, ellos me confirmaron su identidad.
Tanto mi padre como mi madre estaban asombrados porque
eso demostraba que los había visto de verdad, y que no se
trataba de una imaginación mía.
* * *
Tras regresar a la vida, la mente de Wang Liping estaba
lúcida, aunque él se encontraba en una especie de trance. Al
mirar a su alrededor, encontró su cuarto oscuro y pequeño,
¿Cómo era posible que la gente viviera así? ¡Qué aburrido!
Empezó a pensar en toda aquella gente que sigue viviendo en
espacios tan reducidos, trabajando el día entero para poder
vivir, luchando por su futuro y agotando su energía vital.
¿Qué es lo que pueden hacer? ¡Agobiarse!
Los tres ancianos sabían muy bien por qué este mucha-
cho de diecisiete años era ahora tan diferente del de antes. Él
había entendido ciertas cosas y vivido ciertas verdades. El Ca-
minante del Infinito le dijo:
-Ahora eres una persona diferente del que eras antes de
morir. El que murió ha regresado al Camino y en él se mueve
con todo su ser, sin la menor duda ni miedo. Pero el que lle-
gó a experimentar la muerte, todavía sigue siendo un habi-
tante de los tres reinos inferiores. Por ello, tu trabajo de
aprendizaje necesita verse completado, a fin de que puedas
desenvolverte satisfactoriamente en los tres reinos del medio.
118 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Wang Liping comprendió lo que le quería decir su ancia-
no maestro, pero su estado emocional no se encontraba toda-
vía muy firme. Posiblemente gran parte de la energía de su
cuerpo se había gastado durante los pasados seis meses, y
aunque había renacido y «cambiado sus huesos», su consti-
tución seguía todavía débil y se encontraba muy propenso a
la depresión.
Era una noche de los últimos días de otoño. Una fría rá-
faga de víento desabrochó la camisa de Liping y agitó su ca-
bello. Sin prestar atención a su entorno, el joven vagaba a la
ventura. El cielo se había puesto. muy oscuro y nublado. Li-
ping no sabía ni le importaba adónde iba. Se metió en el cau-
ce de un helado torrente, mojándose toda la ropa. Siguió an-
dando, sin darse cuenta de nada. Carecía de sentido del mie-
do; para él la vida yla muerte eran iguales.
Empezó a llover, y el agua empapó al joven. Al cabo; tro-
pezó y cayó lastimado sobre la hierba, quedándose profunda-
mente dormido.
En el transcurso de la vida humana, en su lucha por al-
canzar las metas que se han ftjado, los seres humanos pueden
agotar gran parte de su energía vital. Después, cuando han
conseguido lo que se proponían, sólo les queda una sensación
de frustración. Todos vivimos esa experiencia, y Wang Liping
no constituía una excepción. Había ido mucho más allá que la
mayoría de la gente; había viajado más allá del tiempo, había
pasado por la muerte y visto innumerables cosas que no pue-
den ver los humanos. Y había regresado a este mundo. Ningu-
na cosa terrenal podía encandilarle ya; y por eso tenía más de-
recho que la mayoría de la gente para sentir esa especie de
frustración, para sentir las limitaciones de la vida.
Wang Liping era ahora un muerto viviente. Estaba vivo,
aunque hubiese muerto. Y, por otro lado, había muerto aun-
que siguiese vivo. A pesar de sus diecisiete años, había some-
tido ·su corazón a la más dura batalla entre la vida y la muer-
te. Pero ahora que había gustado de la victoria con sus maes-
tros, las cosas volvían a su cauce. Y al yivir de nuevo en la
vida normal, sólo podía alimentar un pensamiento: el disgus-
REGRESO A LA'vIDA DESPUÉS DE LA MUERTE 119
to que sentía por esta existencia miserable; un sentimiento de
desinterés y de fastidio.
Wang Liping estaba empezando el quinto nivel de su en-
trenamiento taoísta, el de «muerto viviente».
Al haber pasado también por ello, los ancianos magos sa-
bían muy bien cuán doloroso era psicológicamente tal estado,
y la necesidad de que transcurriera algún tiempo para poder
ganar fortaleza. De este modo no quitaban ojo de su discipu-
lo ayudándolo en su aprendizaje.
Durante los dos meses siguientes, Liping semejaba una
persona diferente. Raramente hablaba, y su comportamiento
no era el normal. Un observador ocasional hubiera dicho que
estaba loco.
Llegó el invierno, los árboles ·perdieron sus hojas, y el
viento sopló frío. Liping vagaba con una vieja y raída chaque-
ta, que ni siquiera abrochaba. Todo el país se encontraba su-
mergido en la revolución, y la vida cotidiana había perdido
sus características normales. La gente tenía bastante con pre-
ocuparse de sí misma, y nadie hacía el menor comentario
cuando veían al joven en tal estado. Cada uno trataba de so-
lucionar sus propios asuntos y de hacer el menor número de
preguntas.
Wang Liping no tenía ni idea de adónde iba. A veces se
sentaba al borde del camino o bajo el alero de una casa y se
ponía a gritar y a llorar sin consuelo. Otras veces volvía a su
casa y no decía una palabra. Cuando se le hacía alguna pre-
gunta respondía de tal forma que uno no sabía qué había
querido decir.
En cierta ocasión, durante esta etapa, su madre lo envió a
comprar un poco de aceite. Él salió y-se subió al autobús sin
comprar el billete. Al ver su desastrosa apariencia, el cobra-
dor estuvo vigilándole todo el rato. Finalmente, tras ir de un
lado para otro en el autobús, se bajó y entró en una pequeña
tienda que no estaba lejos de su casa. A la puerta del comer-
cio había una larga cola de clientes que esperaban su tumo
para comprar su ración de aceite. Se dirigió a la cabecera de
la cola, como si no hubiera visto a las personas que aguarda-

120 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ban, y dijo que quería comprar un poco de aceite. Los parro-
quianos que llevaban esperando su tumo durante horas em-
pezaron a increparlo. Un guardia que se encontraba por allí
intentó echarlo, pero Liping se negó a marcharse. Cuando el
guardia lo amenazó con su fusil, el joven se mostró todavía
más envalentonado. Golpeándose el pecho con el recipiente
para el aceite se puso a gritar:
-¡Vamos, adelante, dispara! Dispara aquí ¡Pacífico o re-
belde, vivo o muerto, para mí todo es lo mismo!
Al verlo en tal estado de excitación, la gente no quiso en-
frentarse más con él y lo dejaron que comprase su aceite y se
marchara de allí, a fin de evitar incidentes. Wang Liping si-
guió vagando sin rumbo fijo durante muchas horas. Cuando
por fin llegó a su casa, y su madre le preguntó dónde estaba
el aceite, no respondió palabra. Era como si nunca lo hubie-
ran mandado a hacer recado alguno.
La madre de Liping sufria mucho al ver a su hijo en
aquel estado. Se fue a ver, pues, a los «viejos doctores» para
preguntarles qué le estaba pasando al joven y tratar de poner
cura a su enfermedad. Al oírla, Zhang Hodao, el gran maes-
tro, se echó a reír y le dijo:
-El muchacho está bien, no está enfermo. ¿Quién pue-
de convertirse en un inmortal espiritual sin volverse loco? Tu
hijo está destinado a hacer grandes cosas, así que ya puedes
tranquilizarte.
Confiando en lo que le habia dicho el anciano, la madre
de Wang dejó que el joven hiciera lo que quisiera.
Lo más curioso era que a pesar de que se pasaba los dias
vagando de un lado para otro, seguía visitando a los ancianos
magos cada día. Y cada día éstos le hacían postrarse ante el
altar conmemorativo en donde se encontraba la tablilla de
Wang Yongsheng --es decir, de él mismo- para solicitarle
ayuda. Liping no entendía por qué tenia que reverenciarse a
sí mismo y pedirse ayuda. Al fin y al cabo, estaba muerto y,
sin embargo, seguia vivo.
Al ver que no comprendía, el Caminante de la Pura Va-
cuidad le dijo:
REGRESO A LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE 121
-Tú eres un muerto viviente. Aunque vivo; estás muer-
to. No obstante, aunque muerto, sigues vivo. Ahora ya no
eres igual al resto de la gente, y sólo necesitas un cuenco de
comida. Todo lo demás está de sobra. ¿Comprendes?
Pero estas palabras carecían de sentido para Liping, así
que el Caminante tuvo que seguir guiándolo pacientemente
-Existen tres reinos en este mundo -empezó dicien-
do-. Después de la muerte unas personas van al reino
más bajo, y otras al más alto. El reino más alto es mil ve-
ces mejor que el más bajo. Si deseas acceder a esa dimen-
sión, tendrás que trabajar duro en nuevos ejercicios y pu-
rificaciones. Ya llegará el momento en que entenderás todo
esto por ti mismo.
Aunque se sentia trastornado por lo que oia, Wang Li-
ping siguió las instrucciones de su maestro y continuó reve-
renciando cada dia su propia tablilla conmemorativa.
Un día en que Liping habia terminado su rito usual ante
el altar, el gran maestro le hizo sentar y empezó a hablarle del
entrenamiento de su ancestro espiritual Chongyang, tratando
de hacer despertar al joven.
El anciano mago empezó diciendo:
-El maestro Chortgyang tenia cuarenta y ocho años
cuando fue iniciado por el maestro Chunyang. Al año si-
guiente encontró a otro inmortal realizado, que le enseñó di-
versos trabajos de índole esotérica. Desde ese instante se en-
tregó seriamente a la purificación. Al cabo de un año, cavó
una tumba, colocó una lápida y puso en ella una tablilla en la
que escribió su propio nombre: «En memoria del señor
Wang. » Entonces hizo de la tumba su casa, viviendo en ella
-que tenia casi tres metros de profundidad- durante más
de dos años. Compuso entonces una serie de poemas, que ti-
tuló «El muerto vi~ente», para conmemorar este hecho.
Entonces el anciano recitó algunos de aquellos versos:
Un muerto viviente es el extraño Wang Che;
ríos y nubes forman una feliz armonía.
su nombre taoísta es Chongyang,
122 lA PUERTA DEL DRAGÓN REGRESO A lA VIDA DESPUÉS DE lA MUERTE 123

pero su mote es Sepultado en la Tierra. El anciano mago prosiguió diciendo:

-Los versos del maestro Chongyang poseen un signifi-
La entrada del camino de la vida no está olvidada,
cado muy profundo y están expresados con mucha claridad.
pero es necesario poner una tablilla en su enterramiento. Ahora que tú también eres un muerto viviente, deberías en-
No se trata de engañar a nadie en beneficio propio,
tender lo que quieren decir.
Sino de hacerlos conscientes Al oír estos consejos, a Wang Liping se le hizo la luz re-
de que a la reunión le sigue la separación. pentinamente, y saludó con el mayor respeto y lleno de agra-
¡Muerto viviente, muerto viviente! decimiento a los maestros por enseñarle el Camino. Renovan-
Encontrar la muerte en vida es una buena razón, do su compromiso, Liping empezó una nueva vida que le
En la tumba hay paz y quietud, permitió seguir avanzando en su camino.
verdadera vaciedad y calma,
alejados de la polvareda
del mundo ordinario.
He aquí un hombre que va vagando;
simple, natural, él solo sabe por qué
Trabajando el espíritu, nutriendo su energía,
conservando su completa esencia verdadera,
mientras su cuerpo material se mezcla
de forma transitoria con el mundo.

La humanidad puede extender el Camino,

el Camino está cerca de la humanidad;
el Camino de la humanidad ha sido siempre
la más noble de las causas.
Si haces que las oscuras nubes retrocedan,
lograrás que la mente-luna brille
sobre este complejo mundo

¿Quién conoce a este hombre en su tumba?

Él sigue el curso de las cosas,
sin artificios ni arbitrios.
Lo cubren las blancas nubes,
el viento y la luna;
liberado de los lazos materiales
abandona la polvareda del mundo
 7
Practicando el Camino

EJ
L SEXTO PASO DEL APRENDIZAJE de Wang Liping
se denominaba «practicando el Camino».
Aunque él ya habia estudiado el Camino durante
cuatro años y habia conseguido una sólida base, trabajando
muy intensamente tanto exterior como interiormente, sola-
mente había logrado los objetivos de un mortal ordinario. En
realidad, cualquier humano puede aprender y dominar estas
técnicas y realizar el trabajo de forma adecuada y consistente.
Sin embargo, el aprendizaje del Camino que estaba ha-
ciendo Wang Liping era superior al de cualquier otro en dos
aspectos. Por un lado, había empezado su entrenamiento
siendo todavia muy joven. Wang Liping tenía talento natural
y era puro de corazón, condiciones esenciales para el aprendi-
zaje taoista. En la reglamentación de la rama de la Puerta del
Dragón, del taoísmo de la Completa Realidad, se hace hinca-
pié en el cultivo paralelo de la esencia y de la vida, desarro-
llando primero aquélla y después ésta, utilizando ejercicios
internos y externos pero, sobre todo, concediendo un mayor
valor al trabajo interior. El «arrepentimiento» y el «recoger la
mente para nutrir la naturaleza esencial» son dos prácticas
necesarias para cultivar la esencia, y requieren de una buena
cantidad de tiempo y energía para establecer una sólida base.
Aunque ambos pasos resultan muy duros para la mayoría de
la gente, Wang Liping los había realizado de forma completa.
126 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El segundo aspecto que favorecía el aprendizaje taoísta
de Liping era el hecho de que estaba siendo instruido perso-
nalmente por maestros iluminados. Los tres ancianos tenían
una gran experiencia y eran muy cualificados. El hecho de·
que fueran los tres quienes transmitieran el conocimiento y
las artes a un solo individuo era algo sumamente raro en la
historia del taoísmo. Sin tales circunstancias, hubiera resulta-
do imposible para la mayoría dominar los preliminares de es-
tas técnicas en tan pocos años.
No obstante, todos estos logros no eran más que pasos
preparatorios para un trabajo más profundo. Al haber pa-
sado por el trance de la muerte, Wang Liping era ahora
otra persona, y los magos podían darle un nuevo plan de
trabajo.
En el segundo día de su nueva etapa de estudios, al ver
que Liping, aunque seguía externamente alterado, se encon-
traba interiormente sereno, le dijo el gran maestro:
-Al haber pasado la frontera que separa la vida y la
muerte, te has liberado de las limitaciones ordinarias, pero si-
gues estando muy lejos del Camino.
»El Camino se compone de tres vehículos. Tú debes em-
pezar por el más bajo, para seguir después al mediano, y de
éste pasar al más alto, avanzando paso a paso. Sólo de esta
forma podrás alcanzar el éxito.
»Mucha gente que practica el Camino lo hace muy bien
por la mañana, pero a la noche ya han cambiado su estado
mental. Lo hacen muy bien mientras están sentados, pero lo
olvidan cuando se levantan; lo disfrutan momentáneamente,
pero lo abandonan a la larga; lo inician muy diligentemente,
pero lo concluyen con pereza. Su aprendizaje no es lúcido,
su trabajo no es intenso, sus corazones no están serenos y su
espíritu no es auténtico. Aunque lo estudien durante años,
no lograrán ningún resultado. No obstante, se atreven a de-
cir que el Gran Camino les ha apartado de la humanidad,
cuando en realidad no es que les haya apartado de nadie, si-
no que son ellos mismos quienes les han vuelto la espalda al
Camino.
PRACTICANDO EL CAMINO 127
Wang Liping escuchaba silenciosamente; mientras, el
grán maestro proseguía:
-El maestro Chongyang cavó su propia tumba, apartó la
vida y la muerte de su mente, y practicó ·durante dos años en
meditación serena dentro de la tumba, realizando así el gran
trabajo. Tú debieras dar un nuevo y mayor paso, empezando
a construir otra vez una base ·sólida. Ésta es la verdadera
práctica del Camino
El gran maestro empezó a hablarle a Liping de la obra de
Chongyang Quince enunciados para el establecimiento de una en-
señanza, desarrollando algunos puntos cruciales con mucho
detalle. Este famoso trabajo incluye los siguientes puntos:
El sentarse
Sentarse no quiere decir que uno adopte físicamen-
te la postura y cierre los ojos. Ésa sería una forma artifi-
cial de sentarse. La manera verdadera de hacerlo re-
quiere que la mente esté todo el tiempo tan firme como
una montaña, hagas lo que hagas, ya sea en la acción o
en el reposo.
Cierra las cuatro puertas -los ojos, los oídos, la na-
riz y la boca- y no permitas que las escenas del exterior
entren en ti. En la medida en que hay el menor pensa-
miento, ya sea de actividad o de tranquilidad, no se esta-
rá dando lo que yo denomino sentarse en quietud.
Aquellos que consiguen sentarse serenamente, en
el sentido real del término, pueden encontrarse fisica-
mente presentes en el mundo material, pero sus nom-
bres figurarán en· la lista de los inmortales. Para ellos
. no es necesario invocar a nadie, ya que todo el trabajo
corporal de los santos y de los sabios se ha realizado
plenamente, y han abandonado su envoltura para sal-
tar a la realidad. Se ha formado una píldora del elixir, y
el espíritu vaga ya por todo el universo.
128 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El superar la mente
Si la mente se encuentra siempre calmada y tran-
quila, oscura y silenciosa, sin ver nada, indefinible, ni
fuera ni dentro, sin la menor traza de pensamiento, ésa
es la mente firme, que no puede ser vencida. Si, por el
contrario, se ve atraída por los objetos, cayendo siem-
pre en la falsa búsqueda de la cara y la cruz de las co-
sas, ésa es una mente confusa que debe ser rápidamen-
te acallada. No permitas que continúe por ese camino,
pues dañará las cualidades espirituales y producirá una
pérdida de la vida esencial. Hagas lo que hagas, lucha
siempre contra las sensaciones, las emotividades y las
cogniciones y no sufrirás aflicción alguna.
La purificación de la naturaleza
Poner en orden tu naturaleza es como afinar un
instrumento de cuerda. Si la cuerda está demasiado
tensa, saltará; si está demasiado floja, no sonará. El ins-
trumento solamente podrá ser utilizado si existe un
equilibrio entre la tensión y la flojedad.
Es también igual" que la forja de una espada. Si hay
demasiada cantidad de metal duro, se quebrará; y si
hay demasiado blando, se torcerá. Cuando los metales
duros y blandos se mezclan en cantidades equilibradas,
la espada tendrá una buena forja.
Si tienes en cuenta ambos principios al refinar tu
naturaleza, se sublimará de forma natural.
El gran maestro también utilizaba las charlas que sobre el
Camino había mantenido el maestro Danyang en la reunión
con Chongyang, en la montaña de la Puerta del Dragón. El
maestro Danyang había dicho: «No debes relegar tu trabajo
diario, porque esas tareas tienen dos vertientes, una externa y
otra interna. La parte externa de ese trabajo incluye el no pre-
ocuparse por las faltas que puedan cometer los demás, no
alardear de las propias virtudes, no envidiar al sabio ni al ca.-
PRACTICANDO EL CAMINO 129
paz, no caer en el fuego de la ignorancia, no dejarse atrapar
por pensamientos vulgares, no tratar de superar _a los demás,
no juzgarlos y no hablar sobre lo que gusta o lo que desagra-
da. El trabajo interno diario incluye no pensar en dudas y
sospechas ni desatender lo que está sucediendo en nuestro
interior. Tanto si te encuentras de viaje como si estás sentado
en meditación, mantén serena tu mente y elimina los deseos,
muéstrate libre de obstrucciones y dependencias, siéntete
desligado e indiferente, verdaderamente puro y sereno, y
muévete en libertad.»
El gran maestro también le enseñó a Wang Liping el con-
junto de enseñanzas del maestro Changchun, el fundador de
la rama de la Puerta del Dragón:
«Vivir en comunidad significa practicar la apertura y la
claridad mental, la frialdad y el alejamiento, la libertad y la se-
renidad. Ver la esencia es la sustancia, nutrir la vida es la fun-
ción. La flexibilidad es· la norma, la modestia es el carácter, la
compasión es la base y la técnica adecuada es la iniciitiva.
»Cuando te halles en un grupo, sé siempre humilde.
Cuando el marco exterior sea tranquilo, no des pie a senti-
mientos mundanos. Sean cuales fueren los medios de que
dispongas, trabaja de acuerdo con tus posibilidades y no te
excedas. Come y bebe sin exageración. Planea tu agenda y no
la sobredimensiones. No busques codiciosamente los bienes
de la vida. Si dispones de una pensión permanente, utiliza lo
que te sobra para ayudar a los necesitados.»
»Nunca te ates a lo artificial, sé siempre claro y auténtico.
Aléjate de la corrupción, entona tus cánticos rituales sin darte
importancia y sin irritación. Deja que cada persona viva en su
propio cuarto, clarificando la mente y trabajando en el Cami-
no; trata de organizarte a fin de que cada uno ocupe su pues-
to específico. También puedes alternar con ellos, en su traba-
jo de.afinar y purificar la esencia verdadera.
»No realices tu trabajo de forma obsesiva, y no ataques a
los demás con tu juicio. Lucha por conquistar tu mente,
apártate del egotismo, desprecia la fama y las apariencias,
130 LA PUERTA DEL DRAGÓN PRACTICANDO EL CAMINO 131

deslígate del cuerpo y del intelecto, manténte en calma y li- como un caldero de agua hirviente.
bre de deseos. Cuando veas a un taoísta, budista o confucia- Estar como un caldero de agua hirviente,
nista, trátalos como a iguales. No seas perezoso.» hundido allí para siempre,
se debe a la pérdida del Camino, a la falta de lo Real.
Existen muchas reglas y normas para los que desean en- Sí se eliminan los impedimentos de la mente,
trar en el Camino, pero todas se refieren a la propia conduc- podré explicarte el mecanismo celestial.
ta, al trato con los demás y a cómo comportarse en toda clase La ciencia de la vida debe transmitirse
de situaciones. Todas ellas están acordes con la filosofía taoís- la esencia requiere un despertar; '
ta, que consiste en tratarlo todo en consonancia con las leyes un entrar en la sabiduría, trascender lo ordinario
naturales, ayudar a la gente, honrar a los antepasados y res- hacerlo depende de ti.
petar a los maestros, hacer buenas obras, eliminar el mal, cul- Pocos son los que transitan el camino del puro cielo,
tivar la esencia, alimentar la vida y trascender lo ordinario pa- entregados a obtener los bienes mundanos.
ra entrar en lo sagrado. Al sabio y al honesto les aconsejo
Mientras escuchaba en silencio a su maestro, Wang Li- que presten mucha atención.
ping iba anotándolo todo en su mente. También discernía La operación de esencia y vida
con meticulosidad los efectos prácticos que tenía el cultivar la deberá ser protegida y guardada.
esencia en su cuerpo mientras se entregaba a su actividades Si cometes una falta, se estropeará.
diarias, tanto si se encontraba paseando, como si estaba sen- Si saltas a la balsa para que te lleven las olas,
tado en meditación o acostado. perderás el camino.
Cierto día, el anciano maestro le dio a Liping otra confe- Cultivar la esencia y no cultivar la vida
rencia sobre el Camino, hablándole en esta ocasión sobre la es lo más duro de la práctica.
obra del antepasado Lu Canción para establecer las líneas. Si solamente cultivas la esencia original
Mientras recitaba el texto de memoria, el anciano mago le ha- y no cultivas el elixir,
blaba a Liping inmerso en un estado en el que parecía como se f armará un sombrío espíritu para siempre
si la píldora de oro ya hubiera cristalizado dentro de él y le y no podrás alcanzar la sabiduría.
hubiera transportado al espacio etéreo. Sí llegas a la fuente de la vida,
La Canción para establecer las lineas concluye con estos pero olvidas la esencia original,
versos: será como intentar mirarte el rostro
La fama carece de valor; el Camino es lo más noble: careciendo de espejo;
Distinguidos antepasados, gobernantes y consejeros, por muy larga que sea la vida de un ignorante,
con oro en sus cinturas, monturas de jade y ostentosas cabalgaduras, no le podrás unir al tesoro familiar.
todos son como motas de polvo flotante, en el parpadeo del ojo. El cuidado de la esencia y de la vida
Polvo flotante, chispas de pedernal. es lo más profundo de todo;
Qué locura es el fijarse en ellos inmensas olas llevan por el océano
como si fueran a durar, al barco de la verdad.
sufriendo miserablemente, ardiendo de deseos, irrevocables, Cuando captures vivo al fiero dragón,
preocupados por las ganancias, luchando por la fama, sabrás que los maestros no te enseñaron en vano.
 132 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Mientras el anciano maestro, en su postura del loto, ha-
blaba durante horas y horas, recitando y explicando el texto
hermético, Liping permanecía quieto, sin mover un músculo,
sin tomar nada más que un sorbo de agua. Los otros dos
mentores también se hallaban sentados, erguidos e inmóviles, ·
y aunque parecía que estaban escuchando se hallaban en me-
ditación.
.. ., . Wang Liping escuchaba atentamente cada palabra, adqui-
riendo una clara comprensión de e~tos principios del taoís-
mo. Sin embargo, le asaltaba la duda de saber cómo podría
llevarlos a la práctica. Cuando el anciano maestro hubo con-
cluido, Liping le preguntó como habría de actuar.
El anciano replicó:
-No te apresures. Escucha lo que dice el antepasado Lu
en Los tres caracteres secretos:
Este Camino no es una senda corriente;
es la raíz de la naturaleza y del destino,
la puerta que abre la vida y la muerte.
Hablar de él no tiene sentido,
pero practicarlo es algo sublime.
La gente no gusta de él, y se mofa.
La gran llave consiste en la inversión.
No desprecies la impureza,
no hagas comparaciones
Cuando lo hayas obtenido,
verás inmediatamente sus.efectos;
La tranquilidad de cielo y tierra
es una de las indicaciones.
Transmitido por la mente y la boca,
cuando lo absorbas por ti mismo,
entonces conocerás el Camino.
La frescura de los brotes vegetales
es un signo de lo primordial.
Encontrando el sitio entre las cumbres,
practica el camino de la inversión.
Las cosas materiales se perpetúan a sí mismas;
PRACTICANDO EL CAMINO 133
cuando es abundante el yin y el yang,
se produce una maravilla absoluta.
Cuando desees practicar el Camino,
deja que los demás griten;
tu actitud debe ser serena
y tu espíritu no debe agotarse.
Si no practicas,
te harás viejo sin saber;
pero si logras recono~er lo real,
aunque seas viejo volváás a la juventud.
Si no eres un experto
no hables de lo esencial:
esta enseñanza está de acuerdo con el Gran Camino.
Vitalidad, energía y espíritu, ·•
elixires de inmortalidad,
se completan en la quietud
y se hacen efectivos en la iluminación;
cabalgando sobre el ave fénix,
escucharás la llamada del Cielo.
En esta ocasión, el maestro no dio ninguna explicación
del texto. Pero Liping ya había entendido su significado. Es-
cuchó con especial atención las palabras «vitalidad, energía y
espíritu».
El anciano maestro cerró los ojos, para tonificar su espíri-
tu interno. Uno de los mentores, el Caminante de la Pura Se-
renidad, empezó a explicar a Wang Liping la técnica de ini-
ciación.
Esta técnica también recibe el nombre de «construyendo
la base», y consta de tres niveles en los que el discípulo traba-
ja la vitalidad, la energía y el espíritu.
Primero es necesario cultivar el campo del elixir más ba-
jo. En el caso del cuerpo de una persona común, que ya se
encuentra debilitado, ante todo es necesario cuidar la restau-
ración de la base original, reparando las fugas por donde se
escapa la vitalidad. Cuando ésta se ha restaurado y ya no
existen fugas, entonces se procede a purificarla transformán-
134 LA PUERTA DEL DRAGÓN
dola en energía, después se purifica ésta para transformarla
en espíritu, y, finalmente, se purifica el espíritu, para transfor-
marlo en amplitud.
Muchos creen, sin embargo, que cuando el campo del
elixir está lleno de energía, ya se ha conseguido la cristaliza-
ción del propio elixir. Pero, en realidad, ni siquiera saben en
dónde se produce el elixir, o qué son el jade líquido o el oro
líquido. Todavía se hallan en el plano más bajo de los tres rei-
nos, en el de las personas, acontecimientos y cosas. Wang Li-
ping empezaba ahora a trabajar el reino central, o del medio,
el del cielo, Tierra y humanidad; la tarea inicial consistía en
construir la base, refinar la vitalidad, la energía y el espíritu;
solamente entonces se podría realizar un trabajo a más alto
nivel.
El gran maestro y los mentores transmitieron entonces a
Wang Liping un secreto de las enseñanzas de la Puerta del
Dragón. Conocido como los Triples ejercicios inmortales, era
un conocimiento que formaba parte de la última enseñanza de
las joyas espirituales, obra compúesta por Zhongli Quan, tam-
bién conocido como maestro Zhengyang. En su prefacio
Zhengyang escribió:
«Deseando emular a los sabios de otro tiempo, mi cora-
zón abrazó el Gran Camino. Pero quiso el destino que, ines-
peradamente, se declarase una guerra que hizo que aquellos
tiempos fueran peligrosos y el mundo se convirtiese en un lu-
gar de caos. En un principio, tratando de salvar mi vida, huí
atravesando ríos y lagos, montañas y valles. Pero cuando me
detuve y reconocí mi propia naturaleza, pude centrar mi
mente en la claridad, en la pureza y en la purificación etérea.
»Me puse a leer con mucha dedicación los textos alquí-
micos y visité en distintas ocasiones a los taoístas, pero ellos
sólo me hablaban de higiene, algo que consideraba de menor
importancia, sin decirme nada sobre el Gran Camino de los
verdaderos inmortales.
»Logré encontrar, escondidos en una pared de piedra del
monte Zhongnan, los treinta volúmenes de joyas espirituales.
PRACTICANDO EL CAMINO 135
\
La primera parte, las "Proclamaciones doradas'', había sido
compuesta por el Creador Original. La segunda parte, los
"Registros de jade" había sido escrita por el Emperador Origi-
nal. La tercera parte, los "Principios del Verdadero Origen",
había sido transmitida por el Anciano Maestro.
»Empleé mucho tiempo y esfuerzo pensando y reflexio-
nando profunda y extensamente, hasta que me di cuenta de
que hay yang en el yin, y que hay yin en el yang, todo ello ba-
sad.o en e_l ascenso y descenso del cielo y la Tierra y en el prin-
c1p10 de mteracción del Sol y la Luna. Lo líquido se produce
en la energía, la energía se produce en el agua. Es éste también
el principio de la interacción del corazón y los genitales.
»Al igual que las imágenes ab~tractas de los objetos, el
~~~mono .se encuentra lejos de laº gente. Si unes el cenit y el
mic10 del ciclo yang, comprobarás que la alquimia tiene sus
reglas; suma y resta la mañana y la tarde, y el proceso de fue-
go se tomará infalible y de forma natural. El plomo rojo y el
plomo negro no son los que producen, después de todo, la
gran .medicina. Solamente el oro líquido y el jade líquido
tonstltuyen el elixir restaurador. ·
»Cuando pases del no ser al ser, hazlo siempre como si se
tratase de una campaña militar. Cuando alcances las alturas
desde las profundidades, entrarás gradualmente en el domi-
nio de la sutileza etérea. Extrayendo el plomo y añadiendo el
mercurio, harás desvanecer lo negativo; transformando tus
huesos_ y purificando tu cuerpo, harás que crezca lo positivo.
La clandad o turbiedad de la fuente de agua se aprecia en el
~om_ent? de la fijación; la realidad o la falsedad de las expe-
nencias mtemas se percibe cuando te sientas en meditación y
olvidas.
»Como la doctrina profunda de la operación mística re-
sulta _muy difícil de ser formulada de forma completa, he
compilado los principios sutiles de joyas espirituales, de forma
que puedan utilizarse para entrar en el reino de la sabiduría y
trascender lo común. En conjunto, consiste en la enseñanza
de los tres vehículos, y lleva por título última enseñanza de las
joyas espirituales.
136 LA PUERTA DEL DRAGÓN
»Estas son las palabras de los sabios del Gran Camino. Yo
no me atrevo a introducir mi propia subjetividad en ellas. Así
se lo transmito a Dongbin. Cuando hayas logrado el Camino,
no lo escondas, sino que debes transmitirlo a la posteridad.»
Cuando Lu Dongbin viajó al monte Zhongnan, se encon-
tró con Zhongli Quan por segunda vez, y ambos discutieron
las artes taoístas para la nutrición de la vida. Sus diálogos fue-
ron recogidos, editados y distribuidos P?r Shi Jianwu. Esta
serie, que se encuentra incluida en el canon taoísta, trata de
los noventa temas de los dieciocho aspectos de la ciencia tao-
ísta, explayándose de forma sistemática sobre lo esencial del
trabajo interior.
En la parte final, Lu le dice a Zhongli: «Ahora que te he
escuchado la exposición del gran principio de la abstracción
etérea, y la operación oculta del universo, ya conozco los
principios sublimes, pero ¿qué sucede con la práctica? Si~
aplicación no hay' efecto. Por favor, dime cómo he de practi-
car, por dónde debo comenzar y cómo he de trabaja~.»
En su respuesta, Zhongli promete transmitir la Ultima en-
señanza de las joyas espirituales. Así pues, de ahí procede esta
enseñanza.
La última enseñanza de las joyas espirituales está dividida
en una serie de métodos agrupados en tres vehículos, que se
refieren a lo celestial, lo terrenal y lo humano.
El vehículo más bajo es para los inmortales humanos Y
consta de cuatro métodos de felicidad y longevidad. Al equi-
librar yin y yang, uniendo primero y dispersando después el
agua y el fuego, apareando el dragón con el tigre y purifican-
do el elixir.
El vehículo del medio es para los inmortales terrenales Y
consta de tres métodos para prolongar la vida. el «Talismán
volante del cristal de oro», el «Elixir restaurador de jade li-
quido» y el «Elixir restaurador de oro líquido». · 6.
El gran vehículo es para los inmortales celestes, y consta
también de tres métodos para trascender lo humano y entrar
en el reino de la sabiduría; acudir a la fuente, contemplar lo
interno y liberar lo trascendente.
PRACTICANDO EL CAMINO 137
La última enseñanza de las joyas espirituales ahonda pro-
fundamente en los principios de la práctica, pero en conjunto
explica comparativamente poco los métodos concretos. Tras
haber conseguido Wang Chongyang esta enseñanza, compiló
un conjunto de métodos basados en sus principios, para que
pudieran llevarse a la práctica. Son éstos los Tres ejercicios in-
mortales. Wang Chongyang se los facilitó a Qiu Chuji
(Changchun), de manera que estos ejercicios fueron transmi-
tidos de forma secreta dentro de la Puerta del Dragón.
La base teórica de los Tres ejercicios inmortales consiste en
la idea de la unión de la Naturaleza y la humanidad, alinean-
do el yin y el yang y los cinco elementos del cuerpo humano
con el yin y el yang y los cinco el~entos de los cuerpos ce-
lestes, cultivando la práctica de una especie de forma cúbica,
sobre la base de cálculos técnicos, y ciertos estudios geómé-
tricos, con objeto de alcanzar el vehículo mayor, paso a paso.
Estas tres series de ejercicios inmortales se realizan durante la
sentada en silencio y se combinan con ejercicios de equilibrio
en movimientos externos y con ejercicios del sueño; todos
ellos forman el sistema gemelo de cultivo de la esencia y de la
vida utilizado en la escuela de la Puerta del Dragón, como
una forma de ejercicios taoístas que combinan el movimiento
y la quietud.
En los tres ejercicios inmortales, los «métodos de inducir
la inmortalidad» son ejercicios básicos para regresar al origen
y reparar las fugas. En conjunto, estos métodos son doce:
1. Recoger la mente y sentarse en silencio.
2. Entonar el cuerpo.
3. Ni mirar ni escuchar.
4. Reunificando en la visión, atendiendo a lo interior.
5. Entonar la respiración.
Ejercicio de tres pasos para estabilizar el espíritu.
7. Entonar la respiración real.
8. Cuidar que no haya pérdidas de energía.
9. Mirar y atender hacia dentro.
10. Enfriar el espíritu y percibir en silencio.
138 LA PUERTA DEL DRAGÓN
11. AtendeT y seguir la respiración.
12. Nutrir y bañar la mente.
Toda esta metodología se centra en el trabajo en silencio,
en acoplar el éuerpo y la respiración y purificar la psique y el
espíritu.
El entonar el cuerpo significa dominar las posturas de
sentada y cerrar las nueve aberturas mayores de la ilumina-
ción, a fin de que «al no mirar los ojos, el alma más elevada
permanece en el hígado; al no oír los oídos, la vitalidad per-
manece en los genitales; al mantener la lengua callada, el es-
píritu permanece en el corazón; al no oler la nariz, el alma in-
ferior permanece en los pulmones; al no agitar los miembros,
lo profundo perinanece en el bazo».
Entonar la respiración quiere decir acoplar la respiración
real con la ordinaria, de forma que cuando esta última se en-
cuentre serena, pueda trabajar la respiración real. Los méto-
dos más importantes y secretos son éstos: «Inhalar energía
hasta que llegue al bajo abdomen, exhalar la energía por de-
lante del corazón. Al inhalar energía con el cuerpo en recogi-
miento, entra el universo; al exhalarla, se la deja salir, irra-
diándola en todas las direcciones y formando una esfera.»
Purificar la psique es una consecuencia del no ver, no oír
y de activar la respiración real. Incluye la contemplación y la
escucha interior, prestando atención a nuestra propia mente,
a la mente del Camino, a la mente celestial, al latido del pro-
pio corazón; prestando atención a cómo la respiración real si-
gue a la actuación de los cuerpos celestes y del universo.
Cuando los cinco elementos del propio cuerpo han regresado
a su correcto emplazamiento, entonces se puede determinar
la ruta de la producción mutua de los otros cinco elementos
para que operen dentro del cuerpo, desde los riñones hasta el
hígado, desde el hígado al corazón, del corazón al bazo, del
bazo a los pulmones, y de nuevo de los pulmones a los riño-
nes, repitiendo este ciclo una y otra vez.
Al purificar el espíritu, se hace entrar en el universo el
pensamiento contenido en el propio cuerpo, dentro de los
PRACTICANDO EL CAMINO 139
poros y de las aberturas corporales, para conseguir, en defini-
tiva, un estado que va más allá de la conciencia. «Al purificar
el espíritu es necesario purificar también la parte no psicoló-
gica del espíritu, el espíritu que no es la psique constituye el
espíritu no psicológico.»
Por último, uno nutre la mente «bañándola», de modo
que pueda conseguir una gran estabilidad. Hay un escrito,
que se llama Al olvidar, que dice:
Al olvidar las cosas, puedes nutrir tu mente.
Al olvidar los sentimientos, puedes nutrir tu esencia.
Al olvidar la quietud, puedes nutrir tu espíritu.
Al olvidar la sensualidad, puedes nutrir tu vitalidad.
Al olvidar los deseos, puedes nutrtr tu cuerpo.
Al olvidar tu cuerpo, puedes nutrir la energía.
Al olvidar tu yo, puedes nutrir la vaciedad.
Al olvidar las cosas, puedes nutrir el Camino.
También hay otro escrito denominado Secretos del menos-
precio, que dice:
Al menospreciar la oratoria, puedes nutrir la energía.
Al menospreciar los negocios, puedes nutrir tu reputación.
Al menospreciar lo que ~es, puedes nutrir tu inteligencia.
Al menospreciar el pensamiento, puedes nutrir tu mente.
Al menospreciar el deseo, puedes nutrir tu esencia.
Al menospreciar la actividad, puedes nutrir tu espíritu.
Al menospreciar los favores, puedes nutrir tu vitalidad.
Existe otro texto denominado Secretos de la energía:
Al hablar poco, puedes nutrir la energía interior.
Al aminorar el deseo sensual, puedes nutrir la energía vital.
Al comer alimentos sencillos, puedes nutrir energía sencilla.
Al controlar los fluidos, puedes nutrir la energía intestinal.
Al evitar la cólera, puedes nutrir la energía hepática.
Al moderar el apetito, puedes nutrir la energía gástrica.
Al equilibrar la respiración, puedes nutrir la energía pulmonar.
Al menospreciar las especulaciones, puedes nutrir la energía del
corazón.
140 lA PUERTA DEL DRAGÓN
Al no perder vitalidad, puedes nutrir la energía genital.
Al cuidar tu comportamiento, puedes nutrir la energía del es-
píritu.
Antes ya de que Wang Liping hubiera ayunado y vivido
su experiencia de muerte, los maestros le habían transmitido
numerosos métodos de ejercicios pertenecientes a las artes de
la Joya Espiritual del trabajo interior, para el desarrollo de ·las
capacidades mentales. Ahora que ya se encontraba en un nivel
más elevado, le transmitieron los Tres ejercicios espirituales.
El Caminante de la Pura Serenidad le explicó:
«Los Tres ejercicios inmortales tienen su origen en la última
enseñanza de las joyas espirituales. Es un método de trabajo por
el que el cuerpo humano se alinea con los cuerpos celestiales, y
lo temporal queda alineado también con lo primordial. El méto-
do completo se divide en tres vehículos, diez puertas, y cuaren-
ta y cinco pasos. Requiere nueve años de "enfrentarse a la pa-
red" y un año de "baño", lo que hace un total de diez años.
»Los cuatro métodos del vehículo menor para la felicidad
y longevidad son ejercicios para la inmortalidad humana, que
comprenden diecisiete pasos. Los tres métodos del vehículo
del medio, para vivir más tiempo, son ejercicios para la in-
mortalidad de la Tierra y comprenden dieciséis pasos. Los
tres métodos para el vehículo mayor, para trascender lo ordi-
nario y entrar en la sabiduría, son ejercicios para la inmortali-
dad celestial, y comprenden doce pasos.
»Tú ya has trabajado con los ejercicios pertenecientes al
vehículo menor. Al presente, eres ya un miembro de los tres
reinos inferiores y, sin embargo, no lo eres. Debes empezar a
practicar los ejercicios pertenecientes al vehiculo del medio,
empezando por trabajar la vitalidad, la energía y el espíritu.
El Caminante de la Pura Serenidad enseñó entonces a
Wang Liping un ejercicio de asentamiento más avanzado. Los
maestros taoístas se referían a la vitalidad, la energía y el espí-
ritu como las Tres Flores. Por la noche, estas tres flores crecen
en el hígado; durante el día, habitan en tres partes del cuer-
po: la vitalidad en los oídos, la energía en la boca y el espíritu
PRACTICANDO EL CAMINO 141
en los ojos. Por esta razón el escuchar durante mucho tiempo
daña la vitalidad, el hablar demasiado daña la energía y el mi-
rar en exceso daña el espíritu.
La vitalidad de la que aquí se habla es una vitalidad sus-
tan.cial pero sin forma. Cuando se cuida la purificación, los
oídos se encuentran sellados, los ojos cerrados y la boca mu-
da. La vitalidad, la energía y el espíritu se concentran en la
parte superior de la cabeza. A esto se le denomina «las tres
flores reunidas en la cima».
Los cinco elementos del cuerpo humano han de ser dirigi-
dos también hacia una determinada zona, mediante los ejerci-
cios de purificación. Cuando los ojos no miran, el alma supe-
rior se encuentra en el hígado. C~¡mdo no oyen los oídos, la
vitalidad se halla en los genitales. Cuando la lengua no se mue-
ve, el espíritu está en el corazón. Cuando la nariz no olfatea, el
alma inferior se encuentra en los pulmones. Cuando no se
mueve el intestino, la voluntad se halla en el bazo. El conseguir
que las energías de estos cinco órganos internos se centren y
reúnan en el «paso místico», dentro de la frente, es el proceso
denominado «las cinco energías regresan a su origen».
Este elevado trabajo de asentamiento -es un medio para
que el cuerpo humano pueda rellenar las tres bases. El trans-
formar la vitalidad en energía constituye el prim~r paso de la
purificación; cuando se logra la unión de la vitalidad básica,
de la energía básica y del espíritu básico, se pueden coagular
en una energía más refinada, en la cual la vitalidad y la ener-
gía quedan perfectamente combinadas. A esto se le llama «la
gran medicina».
Refinar la energía en el espíritu constituye el paso medio
de la purificación interior, combinando la gran medicina con
el espíritu básico para producir un espíritu en el cual las tres
bases se hayan coagulado. Este espíritu habita en la cámara
del nirvana, en la parte superior de la cabeza. La cámara del
nirvana también recibe el nombre de «campo del elixir supe-
rior>>. La gran apertura se produce en el lugar en que se halle
acumulado el espíritu.
* * *
142 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Tras pasar un cierto periodo de entrenamiento, la mirada
interior de Wang Liping pudo distinguir un punto brillante
en la cámara del nirvana, en la coronilla de su cabeza. Los
magos también lo vieron y, de este modo, supieron que se ha-
bía franqueado la apertura de la cabeza, lo que quería decir
que el trabajo de asentamiento estaba concluido. Entonces
empezaron a enseñarle cómo se cultivaban las nueve cámaras
de la cabeza.
Era antes del amanecer y el sol todavía se encontraba
muy bajo en el horizonte. Parpadeaban las estrellas en el cie-
lo, y un meteoro atravesó el firmamento fugazmente para de-
saparecer en un instante. Las lejanas montañas recortaban en
el cielo su silueta todavía oscura. De vez en cuando se escu-
chaba en la lejanía el sonido familiar del cacareo de un gallo
o el ladrido de un perro. El mundo de los humanos todavía
se encontraba sumergido en sus sueños. Pero los tres ancia-
nos y su discípulo ya se hallaban sentados en la cumbre de la
montaña, con la mirada fija en el horizonte de oriente, con-
templando cómo un astro brillante se movía lentamente entre
las demás estrellas.
El gran maestro le dijo a Wang Liping que ese cuerpo ce-
lestial era Mercurio, que, por lo general, no resulta fácil de
ser visto, excepto en algunas ocasiones, antes del amanecer o
en el atardecer, cuándo aparece sobre el horizonte del este o
del oeste, respectivamente, más próximo a nosotros que el
resto de las estrellas. A medida que este planeta se mueve en
el cielo, su tránsito afecta·a la Tierra y a cuanto hay en ella.
-Cierra suavemente tus ojos -le dijo uno de sus men-
tores-. Olvídate de ti mismo, y observa los cambios extre-
madamente sutiles que te causa el planeta. Estudia la res-
puesta que se produce en tu cuerpo. Observa también los
cambios que tienen lugar en la cámara nirvana de tu cabeza.
Siguiendo esas instrucciones, Wang Liping se centró en
el silencio interno. Como en un trance, vio entonces que el
planeta venía hacia él, moviéndose cada vez más cerca. De
forma vaga e imprecisa, empezó a sentir un temblor suma-
PRACTICANDO EL CAMINO 143
mente sutil en la zona de sus riñones. Surgió entonces un
punto luminoso y etéreo en su cámara del nirvana. Este pun-
to brillante parecía como si también estuviese en movimien-
to, apareciendo y desapareciendo.
Wang Liping contó a sus maestros que, de hecho, había
«sentido» la presencia de Mercurio. Ellos también habían po-
dido ver cómo se le movía en la cabeza la cámara nirvana. Le
dijeron que Mercurio afecta al sistema nervioso.
Era el atardecer, cuando todavía se percibía el suave res-
plandor del sol poniente en el horizonte del oeste, y un poco
antes de que el velo de la noche cayese sobre la tierra. Allá
por occidente, fue emergiendo en el cielo un brillante cuerpo
celeste. Su mentor le dijo a Liping que se trataba de Venus.
La gente del pasado solía llamarla «la estrella de la tarde»,
cuando lo veían elevarse en el firmamento crepuscular, y «es-
trella de la. mañana» cuando se elevaba al amanecer. Venus
ejerce su influ~ncia sobre las glándulas, y en la cabeza existe
una abertura que le corresponde.
También se podía apreciar en el cielo, moviéndose entre
las estrellas, otro brillante cuerpo rojizo, que era Marte. Marte
actúa sobre la vitalidad y la fuerza física de los humanos, y pa-
ra él también existe en la cabeza su correspondiente abertura.
Júpiter, más alejado, ejerce su influencia sobre el hígado.
Por tal razón este órgano modifica su actividad de acuerdo
con la relación existente entre Júpiter y la Tierra.
Hay también otro planeta que se mueve muy lentamente,
tanto que apenas se puede distinguir su movimiento si no se
realiza una observación continuada. Sin embargo, es muy
brillante, tan brillante como las estrellas Altair y Vega. Se trata
de Saturno. Este planeta ejerce su influencia sobre el sistema
digestivo.
El mentor hizo que Wang Liping practicase una purifica-
ción interior mientras contemplaba las estrellas. Mientras tan-
to, el sabio le habló sobre astronomía a fin de dirigir el pensa-
miento de su discípulo hacia el firmamento, de forma que
pudiese relacionar el cuidado del cuerpo humano con el mo-
vimiento de los cuerpos celestes.
144 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Los taoístas también practican este trabajo en las monta-
ñas. Durante el día contemplan el escenario que los rodea;
por la noche contemplan las estrellas. A lo largo del tiempo
han acumulado una serie de conocimientos sobre el movi-
miento de los cuerpos celestes, encontrando una correlación
entre sus movimientos y la actividad del organismo humano.
En el Clásico de medicina interna del Emperador Amarillo,
en las «Cuestiones básicas», hay una «Discusión de la energía
vital en comunión con la Naturaleza», que dice: «La comu-
nión con la Naturaleza es la base de la vida, arraigada en el
yin y el yang. Todo cuanto existe en el universo, la energía de
las nueve masas de tierra, las nueve aberturas, los cinco órga-
nos internos,. y las doce uniones mayores, todo se encuentra
en comunión con la Naturaleza.»
Posteriormente se hizo otro descubrimiento, gracias al
trabajo y el esfuerzo de generaciones de taoístas que estudia-
ron su cuerpo. Encontraron que el organismo todavía tiene
más partes que se corresponden con los cuerpos celestes (in-
cluyendo a la Tierra). Fue éste un importante descubrimiento
en la investigación del cuerpo humano. Posteriormente tam-
bién ha tenido una gran importancia la utilización del orga-
nismo, a fin de poder estudiar los secretos de los cuerpos ce-
lestes y de la Tierra.
El canon taoísta conocido como el Clásico de los mecanis-
mos celestiales dice: «Las nueve aberturas corresponden a los
nueve planetas del cielo, a las nueve masas de tierra y a las
nueve aberturas existentes en el ser humano.» El ejercicio
que los maestros estaban enseñando ahora a Wang Liping no
era trabajar con las nueve aberturas exteriores del cuerpo hu-
mano, sino con las otras nueve ocultas en la parte superior de
la cabeza.
La presencia de estas nueve aberturas se halla ilustrada
en la obra recientemente publicada Diagrama para el cultivo
de la realización, que dice: Existe una gran esfera en la cabeza
del practicante, dentro de la cual se encuentran otras nueve
esferas menores. Cuando el trabajo de purificación alcanza
un cierto nivel, se abre una abertura en la cabeza conocida
PRACTICANDO EL CAMINO 145
como cámara del nirvana. Existe otra cámara dentro de la del
nirvana, con nueve orificios rodeando un gran punto de luz.
Mediante la visión interior es posible contemplar nueve pun-
tos luminosos alrededor de otro más grande. El punto lumi-
noso mayor corresponde al Sol, mientras que los otros nueve
menores corresponden a los planetas. Esta pequeña sección
de la cabeza forma, de este modo, una versión en miniatura
de nuestro sistema solar. Éste es uno de los aspectos más va-
liosos de las correspondencias existentes entre los cuerpos ce-
lestes y el organismo humano reveladas por los maestros
taoístas.
Esta investigación taoísta todavía no ha tenido un reco-
nocimiento pleno, pues no se ha lJevado a cabo ninguna in-
vestigación al respecto, lo cual demuestra la enorme brecha
existente entre el taoísmo y la ciencia. La alquimia taoísta ex-
terior, por ejemplo, ha sido reconocida por los medios cientí-
ficos como una química primaria, y así ha sido aceptada por
los químicos y por otros científicos. Pero tal aceptación se ha
reducido a este punto solamente. La ciencia moderna tiene
poco que ofrecer en temas tales como el posible valor que
pueda tener una investigación más intensa sobre la alquimia,
o si el elixir alquímico puede ser de utilidad para el cuerpo
humano.
También en la observación astronómica la ciencia ha se-
guido sus propios derroteros, sin prestar atención a otros mé-
todos de estudio de los cuerpos celestes, tales como los
métodos taoístas. A través del cuidado del cuerpo humano,
los taoístas descubrieron muy pronto la existencia de los nue-
ve planetas, mientras que la ciencia sólo llegó a este hecho
tras la invención de instrumentos adecuados
Después de que Urano fuera descubierto gracias al teles-
copio, se empezó a estudiar su órbita. Tras un tiempo de ob-
servación, se descubrió que su órbita alrededor del Sol se
aparta del curso previsto. La órbita actual y la órbita teórica-
mehte calculada no encajan. El planeta se mueve más lenta-
mente a partir de 1822 de lo que lo hacía antes. Esto hizo fo-
mentar la hipótesis de que pudiera existir otro pl~neta más
146 LA PUERTA DEL DRAGÓN
allá de Urano que ejercía su fuerza de gravedad sobre él. Tras
hacer observaciones más detalladas de la órbita de Urano, ba-
sadas en las leyes orbitales que rigen otros planetas, fue des-
cubierto finalmente el planeta Neptuno, el 22 de septiembre
de 1846.
Las influencias planetarias y estelares más grandes ejerci-
das sobre el cuerpo humano son, naturalmente, las del Sol, la
Luna y la Tierra. Se puede decir que la Tierra ha dejado su re-
flejo sobre el organismo, pero solamente aquellos espíritus
evolucionados entienden lo que tal cosa significa.
La India es otro país que posee una cultura muy antigua,
y allí hubo también a lo largo de la historia mucha gente que
practicó el refinamiento espiritual. Los hindúes poseen sus
propios métodos y teorías de trabajo interior, siendo el yoga
el más famoso de todos. Es interesante hacer notar que tanto
el yoga hindú como la higiene taoísta china se basan en la
teoría de la unión entre Naturaleza y humanidad para perfec-
cionar el organismo. Existen también algunos otros puntos
en común entre ambos métodos. Debido a que tanto India
como China están situadas en diferentes latitudes de la Tie-
rra, hay una diferencia en el «ecuador», o «línea del centro»
del cuerpo humano, como ha podido ser descubierto por el
trabajo llevado a cabo en ambos climas.
Los taoístas contemplan la Tierra como un universo, y
ven de la misma manera al cuerpo humano. Al igual que la
Tierra tiene meridianos longitudinales y paralelos latitudina-
les, el cuerpo humano posee también sus meridianos y para-
lelos. Ésta es la base de la teoría de los «puntos de acupuntu-
ra», que constituye uno de los más grandes logros en el terre-
no teorético. La teoría china y la aplicación de meridianos
longitudinales en el cuerpo humano son mundialmente co-
nocidas, pero la teoría y la práctica de las latitudes del cuerpo
humano se mantuvieron secretas por los taoístas, y completa-
mente desconocidas para el resto del mundo, durante mucho
tiempo.
Cuando visitamos por primera vez al maestro Wang Li-
ping, nos habló de la existencia de latitudes en el cuerpo hu-
PRACTICANDO EL CAMINO 147
mano. Seguramente que este fenómeno estimulará el interés
y la atención de todo el mundo, provocando mayores investi-
gaciones de los misterios del cuerpo humano.
La Tierra tiene una línea central, que es el ecuador: el
cuerpo humano también tiene su propia línea central. Los
taoístas dividen el cuerpo humano en tres segmentos produc-
tores de elixir, que son los campos superior, medio e inferior,
de los que ya se habló. Las pérsonas que realizan habitual-
mente ejercicios de meditación saben que el campo inferior
del elixir se encuentra en el abdomen inferior, por debajo del
ombligo, pero no pueden determinar con precisión su locali-
zación exacta. Los taoístas, a lo largo de la historia, han dado
múltiples explicaciones sobre este punto. La conclusión a la
que llegó el maestro Wang Liping, 'a través de sus propias in-
vestigaciones, es que la localización exacta del campo inferior
del elixir en el cuerpo humano varía de acuerdo con la locali-
zación geográfica del individuo. En los chinos se encuentra
entre 1,2 y 1,5 pulgadas por debajo del ombligo; en los pue-
blos que viven más cerca del ecuador, el campo inferior del
elixir se halla más cerca del ombligo, mientras que en los que
viven más alejados del ecuador, este punto se encuentra más
lejos también del ombligo.
Extendiendo esta similitud, todo el cuerpo humano, des-
de la cabeza hasta los pies, se corresponde con la Tierra de
sur a norte. La gente suele considerar el norte arriba y el sur
abajo. ¿Por qué en la relación entre la Tierra y el cuerpo hu-
mano sucede exactamente a la inversa? El maestro Wang Li-
ping explica que cuando el ser humano se halla en el útero
materno, su posición normal es cabeza abajo y cuerpo arriba,
lo que se corresponde en la Tierra con el sur abajo y el norte
arriba.
¿Por qué los taoístas insisten tanto en la necesidad de
sentarse con las piernas cruzadas cuando realizan su trabajo
interior, y por qué se considera la postura del loto como la
mejor? Los practicantes deben imitar la posición del feto en
el útero materno, con todos los conductos y aberturas perfec-
tamente cerradas, y sin que se pierda energía a través de los
148 LA PUERTA DEL DRAGÓN
orificios luminosos, para que de este modo se facilite el desa-
rrollo de la «respiración fetal» o «respiración uterina»; y de
igual modo se aclare la décima gran abertura, que se encuen-
tra situada en la región umbilical.
Otra función importante de la postura de piernas cruza-
das en posición de loto es que permite al practicante sentir la
existencia de las longitudes y latitudes en su cuerpo. Los
taoístas dicen: «Nueve años frente a la pared, la madurez en
diez años; dos años de baño, y regresas a lo primigenio», con
lo cual quieren indicar que emplean doce veces el tiempo pa-
sado en el útero para purificar la energía primaria que se está
malgastando constantemente en condiciones temporales, y
conseguir las ventajas especiales que proporciona la higiene
taoísta.
Lao Tse dijo: «Practicando la vitalidad y la rectitud, ha-
ciendo de las dos una sola, ¿acaso puedes dividirlas? Concen-
trando la energía y haciéndola flexible, ¿acaso no puedes ser
como un niño?». El rejuvenecimiento es uno de los objetivos
de la higiene taoísta. Evidentemente, una vez que el hombre
se hace viejo, no puede regresar a la infancia, pero es posible
cultivar algunas de las características especiales de ese estado
infantil. Y una de ellas la constituye el conjunto de meridia-
nos longitudinales y paralelos latitudinales del cuerpo de ese
ser renacido.
La existencia de los meridianos en el cuerpo humano es
un hecho mundialmente conocido, aunque la gente común
no pueda verlos por mucho que utilice instrumentos científi-
cos y todos los métodos que proporciona la ciencia médica
de Occidente. Solamente a través del trabajo interior, y me-
diante el ojo celestial, es posible ver claramente esos meridia-
nos longitudinales en el cuerpo de un ser humane..
Los paralelos latitudinales del cuerpo también son una
realidad. En unión con los meridianos, conforman el sistema
global de los canales energéticos y de las líneas de energía en
el organismo. La existencia de los paralelos es un secreto to-
tal. Incluso entre los que practican el trabajo interior hay po-
cos que conozcan la existencia de estos paralelos. No obstan-
PRACTICANDO EL CAMINO 149
te, una vez que se conoce su presencia, el esquema de los
puntos de acupuntura se hace inmediatamente comprensible.
De este modo es posible memorizar rápidamente los cientos
de puntos que ya han sido descubiertos, y descubrir la situa-
ción de aquellos otros que todavía no se han descrito.
La misión histórica del taoísmo ha sido desvelar los se-
cretos del cuerpo humano, los secretos de los cuerpos celes-
tiales y los existentes entre la humanidad y la Naturaleza, a
través de un método de purificación del cuerpo humano.
Cuando, tras el tutelaje de sus tres mentores, Wang Li-
ping alcanzó un estadio avanzado en su práctica de los Tres
ejercicios inmortales su tarea consistía en la misma que resul-
ta común a todos los científicos q~l mundo, si bien en su
caso lo hacía con una metodología diferente y por una ruta
distinta.
Según el maestro Wang Liping, existen muchas ideas y
descubrimientos en el taoísmo que pueden inspirar profun-
damente a la gente y resultar sumamente beneficiosas para el
género humano. En realidad, son demasiadas cosas para po-
der mencionarlas todas.
Como ya se ha dicho, el ordenamiento de la Tierra y el
del ser humano se corresponden mutuamente, con el Polo
Sur que equivale a la cabeza. Los taoístas supieron hace mu-
cho tiempo que el Polo Sur era una región de mucho interés.
El hombre descubrió la Antártida en la década de 1830.
Aproximadamente por las mismas fechas se empezaron a rea-
lizar estudios profundos sobre la función cerebral, que dieron
lugar en el mundo de Occidente al nacimiento de la psicolo-
gía. En opinión del maestro Wang Liping, tal cosa no consti-
tuyó una mera coincidencia.
Hay algo todavía más notable. En el transcurso de su en-
trenamiento, el maestro Wang Liping descubrió que existen
en el cuerpo canales que no se hallan completos. Algunos tie-
nen principio pero no tienen fin, o carecen de ambos. Se des-
vanecen sutilmente tras haberse extendido hasta cierto lugar.
Los taoístas de la Puerta del Dragón los denominan «canales
terminales». El cuerpo humano tiene también ciertas «aber-
150 LA PUERTA DEL DRAGÓN
turas de la muerte» y «aberturas prohibidas», cuya localiza-
ción exacta sólo puede determinarse mediante el poder del
trabajo interior. El problema que presentan los «canales ter-
minales» es que si se altera un punto de muerte o un punto
prohibido se pueden causar graves enfermedades, o en casos
muy agudos incluso la muerte.
¿Posee también la Tierra parecidos canales terminales y
aberturas de muerte? Cuando mencionamos estas aberturas
de muerte, en relación con la Tierra, la gente puede pensar en
el famoso Triángulo de las Bermudas. Situado en la confluen-
cia del océano Atlántico con el mar Caribe, es éste un lugar
en el que suelen desaparecer misteriosamente tantos aviones
y barcos, que se lo ha denominado «el triángulo del terror».
Desde el punto de vista del maestro Wang Liping, en su
teoría sobre la correspondencia del cuerpo humano y el pla-
neta, el Triángulo de las Bermudas corresponde a lo que en el
cuerpo humano sería un «canal terminal» o un «agujero de la
muerte».
Los canales terminales y los agujeros de la muerte del
cuerpo humano rio están siempre abiertos o cerrados; de
igual modo puede suceder que el Triángulo de las Bermudas
se encuentre abierto en ciertas ocasiones y en otras cerrado.
Por tanto, cuando este «agujero de la muerte» del Triángulo
de las Bermudas se encuentra abierto, a cualquier elemento
que lo cruce le será muy difícil poder superarlo. De todos
modos tiene que existir alguna ley natural que establezca es-
tas aberturas y cierres de los agujeros de la muerte existentes
en el planeta. Para descubrirla, es necesario estudiar los me-
canismos que operan sobre la misma Tierra, procurando tra-
tarla no como una cosa inerte, sino estudiándola como un
microcosmos vivo. En este sentido la teoría de los paralelos
latitudinales y de los meridianos longitudinales del cuerpo
humano puede proporcionar una construcción teórica muy
interesante para el estudio de longitudes y latitudes en la Tie-
rra. También es necesario estudiar a la tierra en el contexto de
nuestro sistema solar, para hallar la relación existente entre la
órbita terráquea y la de otros planetas dentro y fuera de nues-
PRACTICANDO EL CAMINO 151
tro sistema solar. También aquí alcanzan significados muy re-
veladores las teorías taoístas de la unidad de la naturaleza y el
ser humano, y las correspondencias que hay entre ambos.
De acuerdo con el nivel de elevación del propio estado de
purificación, es posible encontrar nuevos, e incluso más ocul-
tos, canales terminales y aberturas de la muerte.
* * *
Al llegar a este punto de la obra, los autores de esta biogra-
fía visitaron de nuevo al maestro Wang Liping. En esa ocasión
el maestro se encontraba dando una de sus clases de higiene
taoísta, a la que asistían más de mil cuatrocientas personas. Pa-
ra ir directamente al asunto, le haólamos de la existencia de
un pequeño círculo de una pulgada de diámetro existente en
la parte dorsal de la cintura, ¿onocido como la «puerta de la
vida» o la «puerta del destino», y le preguntamos al maestro
Wang si tal punto no podría constituir una de las llamadas
aberturas o agujeros de la muerte.
Un poco desconcertado, el maestro nos preguntó:
-¿Cómo saben ustedes eso?
-Nos lo imaginamos al estudiar la Tierra.
De hecho, mientras escribíamos este capítulo situamos
un globo terráqueo en frente de nosotros, y de vez en cuando
dejábamos de escribir y mirábamos al globo para estimular
nuestras ideas. Le explicamos esta forma de actuar al maes-
tro, que todavía se encontraba muy excitado por el descubri-
miento.
Según el maestro Wang Liping, teniendo en cuenta que
los fetos se alimentan en la placenta a través del canal umbili-
cal, el ombligo constituye el punto que suministra el alimen-
to. Así pues, también debe existir en la Tierra un «ombligo»
que abastezca de alimento al planeta.
Wang Liping nos dijo que, cuando era muchacho, su maes-
. tro le había dicho que si uno se pone a andar directamente
hacia el sur, desde la llanura central de China, se traza una lí-
nea mediante la cual se puede encontrar el lugar en el que la
152 LA PUERTA DEL DRAGÓN
PRACTICANDO EL CAMINO 153

Tierra recibe su «alimento». Al oír esto, pensamos inmediata- mortales comprenden tres vehículos, diez pasos y cuarenta y
mente en las. inmensas reservas de petróleo existentes en el cinco partes, tal como se indica a continuación:
Medio Oriente ¿Podrían constituir el punto de suministro de
la Tierra? En el cuerpo humano, el ombligo se halla exacta- A) El dispositivo menor, ejercicios para la inmortalidad
mente opuesto a la «puerta del destino», en el dorso de la humana, comprende cuatro métodos de bienestar y prolon-
cintura. En términos de «líneas de trabajo interior», la línea. gación de la vida.
que va del ombligo a la puerta del destino se llama «linea de l. Equilibrando el yin y el yang.
preservación de la vida». ¿A qué puede corresponder el
1. El embrión del yang y la respiración yin.
Oriente Medio? Al girar el globo terráqueo, y para nuestra
2. Verdadera respiración fetal.
gran sorpresa, encontramos que tanto longitudinal como lati-
3. Emparejando agua y fuego.
tudinalmente, el Medio Oriente corresponde básicamente
con el triángulo de las Bermudas. II. Reuniendo y dispersando el agua y el fuego.
¿Pueden tener ambas regiones alguna clase de misteriosa 1. Absoluta unidad -Conteniendo la verdadera
conexión? El Triángulo de las Bermudas es un punto de energía.
muerte en la Tierra; por tanto, si el cuerpo humano mantiene 2. Purificación física. menor.
una relación profunda con la tierra, es posible que también 3. Inocencia natural, madurez natural.
exista una abertura de muerte en la zona de la puerta del des-
tino del cuerpo humano. III. Correspondencia del dragón y el tigre.
El maestro Wang Liping hizo un dibujo y explicó que las 1. Eligiendo el elixir restaurador.
nueve aberturas de la muerte existentes en el cuerpo humano 2. Nutriendo al inmortal embriónico.
se encuentran todas ellas concentradas en la zona de la puer- 3. Fijación del agua y el fuego.
ta del destino y se despliegan en nueve cámaras. De este co-
IV Cociendo y refinando el elixir medicinal.
nocimiento se puede deducir que los puntos de muerte de la
Tierra deben cubrir una zona más amplia que el ya descu- l. El proceso del fuego.
bierto Triángulo de las Bermudas. 2. El ciclo menor.
3. El ciclo del proceso del fuego.
* * * 4. Reuniendo el espíritu para nutrir la energía.
5. Reuniendo la energía para nutrir el espíritu.
Para volver con nuestra narración, Wang Liping se en-
6. Purificando el yang para nutrir el espíritu.
contraba en este punto de su entrenamiento, en el proceso de
trebajar con los ejercicios inmortales terrenales, el segundo B) El vehículo medio, los ejercicios para la inmortali-
de los Tres ejercicios inmortales, siempre bajo la guia de los tres dad de la Tierra, constan de tres métodos para obtener una
ancianos maestros. larga vida sin morir.
Los Tres ejercicios inmortales constituyen una versión más
V El cristal de oro volador en el lateral.
sistematizada y concreta de la última ensei'lanza de las joyas es-
pirituales, realizada por el maestro fundador Chongyang so- 1. Recuperando la vitalidad para animar al ce-
bre la base de un trabajo más antiguo. Los Tres ejercicio~ in- rebro.
 154 LA PUERTA DEL DRAGÓN
2. Iniciando la rueda hidráulica.
3. Diálogo del dragón y el tigre.
4. Extrayendo el plomo y añadiendo el mercu-
rio.
5. Rejuvenecimiento.
VI. El elixir restaurador de jade líquido.
1. El talismán de jade líquido para purificar el
cuerpo.
2. Bañando al inmortal embriónico.
3. Restauración del elixir menor.
4. Restauración del elixir mayor.
5. Elixir de siete reversiones.
6. Elixir de nueve transmutaciones.
VII. El elixir restaurador de oro líquido.
l. El talismán de oro líquido para purificar el
cuerpo.
2. Iniciando el fuego para inmolar el cuerpo.
3. Flores de oro y rocío de jade.
4. Fijación mayor.
5. Alquimia material.
C) El gran vehículo, ejercicios para la inmortalidad ce-
lestial, constan de tres métodos para transcender lo ordinario
y entrar en lo sagrado.
VIII. Regresando al origen y purificando la energía.
1. Transcendencia interior.
2. Purificando la energía para perfeccionar el
cuerpo.
3. El elixir violeta de oro.
4. Purificando el espíritu yang.
5. Reuniendo las tres flores en la cima.
IX. Contemplación interior y cambio.
1. Concentrando el espíritu yang.
2. Inflamando el fuego celestial.
PRACTICANDO EL CAMINO 155
3. Cambiando el inmortal por el ordinario.
4. Paraíso en el mundo y en el cielo.
X. Liberación transcendente y réplica de la forma
física.
1. Entrando y saliendo de la réplica corporal.
2. El inmortal espiritual vierte sustancia.
3. Trascendiendo lo ordinario para entrar en lo
sagrado.
En el nivel de entrenamiento basado en el reino triple de
cielo, Tierra y humanidad, Wang Liping comprobó de mane-
ra experimental la profunda relacióp existente entre el género
humano y la Naturaleza, al investigar los secretos del cuerpo
humano y el universo. Entregándose en cuerpo y alma a su
trabajo, pudo experimentar dimensiones de percepción im-
posibles de ser descritas con palabras, y. pudo asimismo pe-
netrar en los misterios del cielo, de la Tierra y la humanidad.
También nuestro pensamiento ha de elevarse y permane-
cer en un plano superior, a fin de poder comprender la rela-
ción existente entre los seres y el universo.
Por lo general, se suele decir que la Tierra es nuestra ma-
dre, pero si hay que entender esto como que ella nos propor-
ciona simplemente vida y alimento, la afirmación no es muy
adecuada. La Tierra y el universo han nutrido a la humani-
dad con sus formas e imágenes; un ser humano es una Tierra
y un universo en miniatura. Los misterios del cuerpo huma-
no, los misterios de la Tierra y los del universo han de ser en-
tendidos desde esta perspectiva. Y es desde ella desde la que
debemos reflejar las relaciones existentes entre nosotros mis-
mos, la Tierra y el universo.
' Nuestro desarrollo tecnológico no debería estar dirigido
hacia la infinitud de los deseos sensuales del hombre, y tam-
poco debería emplear una metodología que explotase hasta
dejar exhaustos los recursos naturales, para evitar que su pre-
cio sea la destrucción del equilibrio existente entre la huma-
156 LA PUERTA DEL DRAGÓN
nidad y la Naturaleza. El ser humano es el más inteligente de
todas las criaturas; parece que es el hombre quien maneja el
mundo y, no obstante, esto no es así. Lo que queremos decir
es que quienes manejan el universo son aquellos seres llenos
de sensitividad y razón, y no los ignorantes e insensibles. En-
tendemos aquí por «razón» un reconocimiento profundo de
la naturaleza del universo. Y por «sensitividad» queremos de-
cir una sensibilidad profunda del universo.
El lugar que tiene la humanidad en el universo le obliga a
legislar aquellas cosas que deben ser y las que no deben ser
hechas: es decir, lo que debe y lo que no debe ser tomado; lo
que ha de ser promovido y lo que ha de ser prevenido. Tra-
tando de alcanzar lo que resulta beneficioso y evitando todo
cuanto resulta perjudicial, estamos realzando la comunión, la
integración la armonía y el equilibrio. Y todo ello no debería
constit~ir extremos irreconciliables, que terminasen arrui-
nando el fundamento de la existencia y de la evolución hu-
mana.
El cuerpo humano es un universo en miniatura, un ma-
crocosmos. La información del universo queda registrada en
el cuerpo humano. Por tanto, constituye la información de la
evolución de la humanidad y de la sociedad humana.
Cierto día los tres ancianos dijeron a Wang Liping algo
muy interesante sobre la información que queda registrada
en el cuerpo. Le hablaron sobre el famoso libro de pronosti-
cación Las cartas de cálculo dorsal. Según los taoístas, el térmi-
no «cálculo dorsal» procede de la práctica de leer la informa-
ción que se encuentra registrada en el cuerpo humano.
Durante la dinastía Tang (619-906) hubo dos matemáti-
cos de nombre Li Chunfeng y Yuan Tianwang. Li Chunfeng
destacó en toda suerte de materias, durante su juventud y se
convirtió en un experto en calendrología. Fue nombrado as-
trónomo real en tiempos del emperador Taizong (627-650).
Sus pronósticos resultaban, por lo general, totalmente ciertos.
Por lo que se refiere a Yuan Tianwang, fue un experto fisiog-
nomista, que podía leer, con increfble exactitud, ·el carácter
de las personas observ'1ndo sus rostros. Tanto Li como Yuang
PRACTICANDO EL CAMINO 157
colaboraron en la preparación de unas cartas que predijeran
el auge y la caída de las dinastías y los cambios de los tiem-
pos. E~tas cartas recibieron el nombre de Cartas de cálculo
dorsal. Tanto Li como Yuan vieron cosas en sus respectivas es-
paldas; y mediante la información proporcionada por sus res-
pectivas espaldas pudieron calcular acontecimientos de gran
importancia. Li y Yuan corroboraron sus respectivos hallaz-
gos, coordinaron estas informaciones con sesenta hexagramas
de ocho trigramas, y formaron sesenta profecías diagramáti-
cas según un determinado orden temporal. Así se realizó el
popular libro Cartas de cálculo dorsal.
La estructura básica de este libro consta de sesenta sec-
ciones, cada una de las cuales comprende un símbolo hexa-
gramático, un diagrama, una profecía y un verso. Las profecí-
as y los versos son secretos, mientras que el diagrama y los
símbolos son misteriosos, de forma que los no iniciados no
saben qué es lo que no hay.
En realidad, las Cartas de cálculo dorsal constituyen un
manual de pronosticación para predecir acontecimientos fu-
turos. Hay, además, diferentes modalidades de estas cartas. La
versión realizada por Li y Yuan sirve para calcular aconteci-
mientos sociales. El manual utilizado por los ancianos sabios
para localizar un sucesor fueron precisamente estas cartas,
pasadas de generación a generación por los Transmisores de
la Puerta del Dragón. En teoría, es posible realizar una ver-
sión propia de estas «canas de cálculo dorsal» para utilizarlas
en otras áreas, pero sus contenidos serán diferentes, y unas
tendrán un nivel más elevado y acertado que otras.
En el proceso de entrenamiento del cuerpo humano, los
taoístas se muestran muy esmerados en sus investigaciones
de cada parte del cuerpo humano. Lo que los procedimientos
taoístas permiten ver en las diferentes partes corporales no
indica solamente enfermedad o cambio en el estado orgánico
según el curso de los cuerpos celestes, sino que contiene tam-
bién información sobre la evolución de la sociedad.
Las cartas que los ancianos maestros enseñaron a Wang
Liping para que las estudiase, recogían información encontra-
158 LA PUERTA DEL DRAGÓN
da en el dorso. Esta información se refiere no solamente al
pasado, sino también al futuro. A los ojos de una persona
normal, sin embargo, solamente aparece la estructura física
de la espalda, ya que no se logra ver nada más profundo. So-
lamente aquellos que han trabajado muy intensamente en su
interior pueden ver en las espaldas de los otros lo que los de-
más no logran distinguir.
Para localizar a su sucesor, los tres ancianos habían utili-
zado una versión de las cartas que había sido pasada de gene-
ración en generación por los Transmisores de la rama de la
Puerta del Dragón del taoísmo de la Completa Realidad.
Las Cartas de cálculo dorsal realizadas por Li Chunfeng y
Yuan Tianwang constituyen un «secreto de estado», porque
sus predicciones tienen que ver con importantes aconteci-
mientos en el desarrollo y evolución de sociedad. Generación
tras generación de legisladores han considerado estas cartas
de Li y Yuan como tal secreto de estado. Así pues, no sólo no
se le permitía verlas a la gente corriente, sino que a los oficia-
les que se hallaban por debajo de cierto rango tampoco se les
dejaba leer el libro. Tras su prohibición, el libro sigue circu-
lando por el mundo, aunque son muy pocos los que logran
entenderlo.
8
Vagando por las cuatro direcciones
NTES INCLUSO DE QUE ABANDONARAN las
montañas, los tres anciarios sabios sabía~, por las
Cartas de cálculo dorsal, que el país se encontraba pa-
smido por un periodo de caos. Sin embargo, todavía no podí-
an saber lo caótico que se había vuelto.
A lo largo y ancho de China marchaban los Guardias Ro-
jos llevando en alto el Pequeño Libro Rojo. Se producían todo
tipo de atrocidades en nombre del Gran Barrido, sin que uno
tuviera en todo el país un lugar en donde poderse esconder.
La sociedad estaba cambiando tanto que hasta los espíritus se
habían vuelto impotentes.
Incluso en las altas montañas y en los valles profundos,
los lugares sagrados de los espirituales inmortales que rara-
mente se habían visto hollados por plantas humanas, las es-
cuelas budistas y taoístas que jamás habían buscado conflicto
alguno con nadie, los templos y los adoratorios de purifica-
ción, se veían impotentes para escapar a la destrucción siste-
mática de las «purgas». El mausoleo de Confucio fue deshon-
rado y se talaron los bosques que lo rodeaban.
Guardias Rojos de una docena de prefecturas y ciudades
se juntaron en una especie de masa destructora que ocupó el
monte Wudang, uno de los lugares más sagrados del taoísmo.
Varios miles de Guardias Rojos portando banderas rojas
irrumpieron en el templo de Shaolin, lugar en donde se ini-
160 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ció el budismo chan. La montaña sagrada Omei fue asolada.
El monasterio de la Nube Blanca, en Pekín uno de los centros
taoístas más importantes, quedó arruinado.
El precioso templo de las Tres Purezas, en el monte Lao,
no estaba a salvo. Los tres ancianos maestros se sentían inva-
didos por el desasosiego y la intranquilidad. Se daban cuenta
de que se aproximaba una gran desgracia y eran conscientes
de que tenían que huir rápidamente si querían escapar de ella.
La antigua ciudad en la que había vivido Wang Liping
también se encontraba en ebullición. Los tres ancianos taoís-
tas habían vivido en las montañas del oeste, evitando la en-
febrecida ciudad. Tratando de pasar desapercibidos, habían
procurado mantener en secreto sus extraordinarias habilida-
des, excepto en aquellas ocasiones en que los aldeanos del
lugar tenían problemas o estaban enfermos y necesitaban
ayuda. Los ancianos maesu;os eran muy eficaces a la hora de
curar enfermedades con métodos misteriosos, y se habían
ganado por ello la buena voluntad de las gentes. Pero con la
revolución que se estaba viviendo, y lo impredecible del co-
razón humano, sus actividades podían colocarlos, en la ac-
tualidad, en una situación delicada y traerles dificultades.
Desde el caos producido en los últimos años de la dinas-
tía Qing, los numerosos conflictos causados por los señores
de la guerra, la contienda contra Japón y la lucha entre nacio-
na1istas y comunistas, los tres ancianos maestros habían pasa-
do por muchas cosas y visto demasiado. Pero incluso en épo-
cas revueltas había habido siempre lugares en calma alejados
del clamor del mundo; siempre habían existido sitios en lo
más profundo de los bosques y de las montañas en los que la
gente podía ocultarse y seguir trabajando consigo mismos.
Cada uno de los tres ancianos poseía extraordinarios poderes
espirituales, y aunque no fueran capaces de cambiar el mun-
do, podían perfectamente cuidar de si. Pero ahora su viejo ni-
do había sido barrido, e incluso su humilde morada en las
afueras de la ciudad no era un lugar seguro.
No obstante, la tarea de preparar a un nuevo sucesor no
había sido interrumpida, hasta ahora, a lo largo de mil cien
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 161
años, y los tres ancianos tomaban muy en serio su responsa-
bilidad. Los tesoros de conocimiento y sabiduría tenían que
dejarse a la posteridad, de manera que el Gran Camino pu-
diera extenderse en el futuro. Así pues, los ancianos maestros
juzgaron que había llegado el tiempo de ponerse en camino,
llevándose c~m ellos a su discípulo.
Por entonces, Wang Liping se encontraba tan angustiado
como sus maestros. Desde el mismo inicio de su aprendizaje,
se le había instruido para recoger todo cuanto sucediese en el
curso de su entrenamiento. Tal proceder sería un recurso
muy válido para los que vinieran después. La literatura taoís-
ta es tan vasta como el océano. Sólo el Canon taoísta com-
prende más de cinco mil rollos, parte de los cuales encierran
una serie de principios y métodos prácticos para la higiene y
la purificación. Dichos principios y métodos, sin embargo, se
encuentran con frecuencia ocultos en un rompecabezas de
códigos simbólicos, y es muy dificil poder trabajar con ellos.
También existen 3.600 técnicas auxiliares, cada una de
las cuales tiene su propia historia, y todas ellas fueron desarro-
llándose a lo largo de generaciones de experimentaciones
prácticas muy exhaustivas. Pero si se estudian solamente es-
tas técnicas menores y se desconoce la forma de llevar a la
práctica las más importantes, todo se quedará reducido a un
bajo nivel de realización aunque se trabaje toda la vida.
Según la antigua tradición cultural, aquellos que son de-
positarios de enseñanzas secretas deben guardarlas muy celo-
samente, reservándolas para sí mismos. De esta forma son
muy pocas las que se difunden. Por esta razón, aunque exis-
ten muchas técnicas singulares, son muy pocas las que se han
puesto a disposición de la gente. Es éste un fallo de la cultura
antigua y una razón muy importante por la que la elevada
cultura china no ha florecido en el resto del mundo durante
mucho tiempo.
Aunque la búsqueda de transmisores de la Puerta del
Dragón carece de las limitaciones de consanguinidad que
vendrían impuestas si se tratase. de una tradición de familia,
no cabe duda de que se ve limitada también por el hecho de
162 LA PUERTA DEL DRAGÓN
que los maestros no encuentran muchos discípulos prepara-
dos para ocupar el puesto, de manera que son muy pocos los
conocedores externos de las enseñanzas de la escuela. Desde
que inició su estudio del taoísmo, Wang Liping trató de hacer
algo nuevo y creativo a este respecto, llevando a cabo anota-
ciones de su proceso de aprendizaje del Camino y de los ejer-
cicios de autocultivo, con objeto de compensar estas deficien-
cias de transmisión de1 canon taoísta y p~der ofrecer, de este
modo, un sistema que cubriese las necesidades de conoci-
miento de los futuros interesados y practicantes de la ense-
ñanzas. No obstante, ahora las circunstancias eran muy ad-
versas, por lo que resultaba muy difícil el evitar quedarse un
poco anticuado, al mismo tiempo que era complicado impe-
dir que este material fuese destruido.
* * * en el entrenamiento taoísta. Pero el viaje que hacía Wang Li-
El diario de Wang Liping que recogía las prácticas y ejer-
cicios taoístas era el producto de cuatro años de intensos es-
fuerzos. Comprendía docenas de libros de anotaciones que, a
su vez, contení.an decenas de miles de palabras, todo lo cual
llenaba una caja de más de medio metro de largo por treinta
centímetros de alto y otros tantos de ancho. Su informe sobre
el proceso y la experiencia del ayuno, en particular, incluyen-
do partes escritas por su mentor basadas en observaciones, al
igual que sus propias visiones y e~periencias, recordadas pos-
teriormente, constituía un material de primera mano y de
inestimable valor. Tal material, obtenido con notable dificul-
tad, era muy valioso no sólo para cada persona en particular,
sino también para todo el país e incluso para la humanidad
en su conjunto.
Desgraciadamente, el padre de Wang Liping había sido
considerado un «tecnócrata reaccionario», por lo que Liping
no podía dejar los diarios a salvo en su antigua casa. Lo malo
era que no existía ningún otro lugar en donde poder guardar-
los. Como era imprescindible que se pusieran en camino, los
ancianos sabios empezaron a prepararse para la marcha y
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 163
aconsejaron a Liping que, dado que resultaba imposible lle-
var con ellos el diario, quemase todas las notas. Le explicaron
que era preciso hacerlo así, para evitar que aquel material pu-
diera caer en manos inadecuadas; más tarde, cuando pudie-
ran encontrarse a salvo, ya trataría de reconstruir lo escrito.
Tal vez no serían las anotaciones originales, pero podría me-
morizarlas y ayudar así a la gente que quisiera ampliar su co-
nocimiento y comprensión interior.
Así pues, Wang Liping se vio obligado a reducir a cenizas
todas sus notas, aunque su corazón se consumiera también
en aquellas llamas destructoras. Ahora ya no tenía que cargar
con nada. Se preparó para emprender la marcha con los an-
cianos viajando sin saber hacia dónde.
* * *
El viajar es uno de los procesos que resultan necesarios
ping tenía unas intencionalidades completamente diferentes a
las que animan al resto de las personas corrientes cuando lo
hacen. El viaje común no es más que un cambio de paisajes y
un disfrute de nuevos escenarios. Los escritores y los estetas
suelen viajar para aumentar sus experiencias, para apreciar
las bellezas de la naturaleza y observar las diferencias de cli-
mas y caracteres. De esta manera cultivan sus sensibilidades y
estimulan sus sensaciones. El viaje taoísta, por el contrario,
tiene tres objetivos principales: el autodesarrollo, el buscar
personajes realizados y la exploración.
El autodesarrollo significa aquí el usar las energías vivien-
tes de las montañas, los ríos y las diversas regiones por las
que se pasa, para desarrollar la propia energía corporal, ha-
ciendo que el trabajo interior pueda alcanzar los dominios de
una mayor sublimación a cada día que pasa.
El buscar personas realizadas quiere decir el tratar de en-
contrar aquellos seres humanos que se encuentran en los do-
minios esotéricos de montañas y lugares famosos.
Explorar significa la búsqueda de las leyes naturales exis-
tentes en los diferentes emplazamiemos y sus correspondien-
164 LA PUERTA DEL DRAGÓN
tes situaciones vitales, a fin de hallar la forma correcta de su-
pervivencia.
Los táoístas no viajan hasta que no han adquirido un
cierto grado de desarrollo. Tal hecho muestra claramente la
importancia que tiene el viajar en el curso del entrenamiento
taoísta.
La observación que los taoístas llevan a cabo del mundo
natural es extremadamente minuciosa y detallada. Se ve muy
ligada a una clase de filosofía: la doctrina de la unidad de la
Naturaleza con el hombre. Los cambios que se producen en
el cielo y la Tierra se hallan íntimamente relacionados a los
cambios corporales. Solamente la gente que ha adquirido un
alto grado de .desarrollo puede sentir las sutiles modificacio-
nes del medio exterior dentro de sus propios cuerpos.
* * *
Ahora se había hecho, pues, inevitable la panida de los
ancianos magos con su joven discípulo. Por tanto y ya que el
curso natural de los acontecimientos había llegado a este
punto, los cuatro taoístas tendrían que adaptarse a las cir-
cunstancias. Aunque Wang Liping no tenía un desarrollo in-
terior tan elevado como sus maestros, era joven y ya se había
convertido en un «muerto viviente», por tanto, sería positivo
para su aprendizaje el pasar también por estas duras pruebas.
Hasta donde nos es posible hablar del tema, la cultura
china ha existido desde hace miles de años, y su hilo conduc-
tor, evidentemente, ha sido la cultu~a taoísta. Sin embargo,
durante el largo periodo del feudalismo, la esencia de esta
cultura taoísta fue suprimida oficialmente una y otra vez.
¿Cuáles fueron los motivos? Pues el hecho de que los taCJístas
sabían demasiado sobre el cielo, la Tierra y la humanidad pa-
ra que resultase fácil poder dominarlos.
Cuando la dinastía Qin (Ch'in) unificó China (siglo m
a. de C.) lo primero que hizo fue unificar también su cultura.
Todos los textos históricos y demás documentos que no hu-
bieran sido escritos por oficiales Qin fueron quemados, los
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 165
eruditos eliminados y los libros destruidos. Jodo lo que que-
dó fueron libros sobre medicina, adivinación y forestación.
Todo aquel que quisiera recibir una formación tenía que ser
instruido por oficiales gubernamentales. Esta idea de conver-
tir a los oficiales del gobierno en educadores del pueblo fue
un invento muy significativo, que tuvo a panir de entonces
muchos seguidores.
Existe un fenómeno muy peculiar en el desarrollo de la
cultura china. Como bien sabemos, todo objeto que se en-
cuentra en un determinado espacio debe tener una latitud y
una longitud. El cuerpo humano también posee longitudes y
latitudes, como ya se ha dicho. Por tanto, esos libros antiguos
también poseían longitudes y latitudes; ahora bien, sólo pu-
dieron sobrevivir los libros longitudinales, mientras que los
latitudinales se perdieron. La razón de que se produjera tal
cosa fue que tras los emperadores Qin, la dinastía Han que
les sucedió sólo practicaba el confucianismo, de forma que
los textos clásicos confucianistas «longitudinales» fueron sal-
vados, mientras que los libros «latitudinales» basados en el
pensamiento taoísta sólo lograron evolucionar entre el pueblo
llano. Estos libros latitudinales trataban de los puntos estraté-
gicos del cielo, la Tierra y la humanidad. Todos ellos queda-
ron sujetos a las proscripciones gubernamentales.
Un fenómeno parecido siguió produciéndose a lo largo
de la historia. Desde el punto de vista de las clases gobernan-
tes, era muy peligroso permitir que el pueblo alcanzase cono-
cimientos sobre astronomía, geografía, cálculo y artes milita-
res. Ese tipo de libros difícilmente podía considerarse mera-
mente supersticioso. Los señores feudales sabían de qué
trataban y por ello tenían buenas razones para prohibirlos.
Un ejemplo notable de todo esto es la prohibición de las
Cartas de cálculo dorsal, de la que ya hicimos mención. Consi-
derado originalmente como un manual de pronosticación, el li-
bro era secreto de Estado. No sólo resultaba inaccesible para la
gente común, sino también para los oficiales que no alcanzasen
cierto grado. De alguna forma, sin embargo, pudo llegar hasta
el pueblo; y; a pesar de las prohibiciones oficiales, la gente si-
166 LA PUERTA DEL DRAGÓN
guió conservando copias ocultas de la obra. Cuando Zhao Pu,
primer ministro del primer emperador de la dinastía Song, le
recordó al monarca este tema, el emperador le respondió:
-No hay necesidad de multiplicar las prohibiciones y los
bandos. Basta simplemente con alterar el contenido del libro.
Así pues, cuando empezaron a circular estos ejemplares
alterados del libro, cuanto más se lo leía más confusión crea-
ba. Y aunque todos sabían la importancia de las Cartas de
cálculo dorsal, eran muy pocos los que lograban descifrar su
significado.
Otro ejemplo muy notable lo hallamos en el caso del dis-
tinguido general Liu Ji, de la dinastía Ming. Muy versado en
astronomía, ciencia militar y cálculo, Liu ayudó al fundador
de la dinastía Ming a recuperar China del poder de los mon-
goles. Fue también él quien diseñó la ampliación de la capital
del reino. Cuando se encontraba en su lecho de muerte, Liu
ordenó a su hijo que devolviera todos los libros de astrono-
mía al gobierno. Se prohibió entonces al pueblo, mediante un
edicto imperial, que se conservasen esos libros o se estudiase
astronomia. Esto demuestra palpablemente que los libros tao-
ístas no eran meros textos supersticiosos.
A lo largo del tiempo los tesoros de la cultura taoísta fue-
ron repetidamente eliminados. Sobrevivieron un número re-
lativamente pequeño de estos libros, transmitidos por distin-
tos linajes de maestros, y ocultos en cuevas secretas en lo más
profundo de las montañas. Era como un secreto de familia,
en realidad un método de preservar la cultura, que tenía que
hacerse de esta manera a falta de otras alternativas más fáci-
les. Es loable que la esencia de la cultura china haya sido
conservada y transmitida de tal forma, pero también resulta
lamentable, al mismo tiempo, que la transmisión y el desarro-
llo de la cultura china se haya visto tan constreñida
De esta forma es como llegamos al punto actual de nues-
tra historia, cuando al final de la década de los años 1960
asoló toda China una inmensa marea de destrucción. Tanto
los tres ancianos maestros como su joven discípulo se encon-
traban dominados por un dolor que no tenia límites.
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 167
Los cuatro taoístas partieron, ya muy tarde, en una noche
ventosa y desapacible; una noche en la que el cielo se hallaba
cubierto de negras nubes. Tras presentar sus respetos simbó-
licos a los adeptos espirituales tanto celestes como terrestres,
escondieron las tablillas funerarias de sus ancestros espiritua-
les con el resto de su menaje, y en la más profunda oscuridad
abandonaron el lugar, llevando consigo lo más imprescindi-
ble para cubrir sus necesidades.
El gran maestro, el Caminante del Infinito, con sus
ochenta y seis años pero fuerte y ágil de pies, encabezaba la
marcha. Le seguían el Caminante de la Pura Serenidad y el
Caminante de la Pura Vaciedad, seguidos ambos por Wang
Liping. Los cuatro desaparecieron .~n medio de la oscuridad,
deslizándose hacia lo desconocido.
Maestros y discípulo caminaron sin detenerse. Utilizando
los métodos taoístas de marcha, los tres magos caminaban
tan deprisa que Wang Liping a duras penas podía seguirlos, a
pesar de su juventud ..
Al ver que su discípulo tenía que hacer esfuerzos para
respirar, los ancianos se detuvieron y le dijeron que siguiera
adelante mientras ellos descansaban. Le dieron instrucciones
para que los esperase al cabo de dos horas bajo un gran árbol
que se encontraba en cierto sitio camino abajo. Apenas aca-
ban de decirle esto, cuando ya los tres ancianos se encontra-
ban sentados.
Calculando que, después de todo, tanto el gran maestro
como los dos mentores eran personas de edad avanzada,
Wang Liping pensó que bien podía dejarlos descansar un po-
co, mientras él seguía caminando y los esperaba más adelan-
te. Marchando a buen paso en medio de la oscuridad, Liping
bien había podido recorrer en dos horas unas diez millas,
cuando vio en la ladera un gran árbol.
Se dirigió recto hacia él, y a punto estaba de sentarse para
descansar un poco, cuando de forma inesperada escuchó una
carcajada:
-¡Eh, tú, perezosón! Aquí estamos los tres, que llevamos
descansando ya un buen rato.
168 LA PUERTA DEL DRAGÓN
De repente, Liping se sintió embarazado y avergonzado.
¡Allí se encontraban los tres ancianos sabios!
Haciéndole tomar asiento a su lado, el Caminante de la
Pura Serenidad dijo:
-Para viajar por el país es imperativamente necesario
mantener una buena marcha. De otro modo perderás mucho
tiempo y energía. Al paso que tú vas, cualquiera quedaría
destrozado e imposibilitado para seguir andando después de
pasar unas cuantas montañas.
«Aunque este caminar es un trabajo externo, es necesario
que tengas antes una buena base en el trabajo interior, de for-
ma que puedas utilizar la atención y el pensamiento para ele-
var tu cuerpo y hacerlo tan ligero como una pluma. Solamen-
te así podrás moverte veloz como el relámpago cuando cami-
nes. Añade a esto el trabajo de equilibrio y la circulación
natural que ya has aprendido; entonces podrás caminar quin-
ce, treinta y sesenta millas descansando sólo un rato para re-
lajar tus músculos y piernas, hacer circular tu energía y nutrir
tu espíritu. De este modo podrás seguir caminando sin sen-
tirte cansado.
El Caminante de la Pura Serenidad le enseñó a Liping al-
gunas técnicas concretas que éste empezó a practicar insis-
tentemente durante su viaje, hasta que terminó dominando el
arte del caminar.
El mentor también enseñó a Wang Liping métodos para
determinar situaciones y direcciones. Cuando se trabaja al ni-
vel del vehículo inferior, uno se orienta por la posición de las
estrellas y-de la luna, y establece su situación por las referen-
cias que le suministra el paisaje con sus montañas, ríos, árbo-
les, casas, etcétera.
Cuando se trabaja a nivel del vehículo del medio es posi-
ble establecer la dirección y la situación, incluso en el cora-
zón de una noche oscura. El método incluye entonces el tra-
bajo con el ciclo menor del cuerpo mientras se descansa, a
fin de localizar la posición de la Luna; después, mediante la
apertura del ojo celeste, se puede estudiar el entorno en todas
las direcciones para determinar la localización.
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 169
Cuando se llega al nivel del vehículo superior, ya no se
necesitan ese tipo de ayudas; basta con dejarse llevar por la
intuición, que no es otra cosa que el propio espíritu original.
A estos tres niveles de cielo, Tierra y humanidad pertene-
cen todos los fenómenos y todos los seres. La metodología se
hace más profunda y, sin embargo, también más sencilla en
su estructura, cuanto más alto se llega. Por esta razón se dice
que el Camino no es más que simplicidad inafectada.
En este caso, el propósito del viaje era el de evitar la des-
gracia y el caos, y encontrar la paz y la seguridad. A lo largo
del viaje, y siempre que se presentaba la ocasión, los tres maes-
tros enseñaban a Liping un ejercicio práctico. A veces, cuan-
do tenían oportunidad de descansªr en un sitio tranquilo, los
,maestros le exponían y recitaban textos clásicos, yendo cada
vez más y más profundo, hasta que a Wang Liping le fue po-
sible entender un poco de la teoría taoísta.
En una ocasión, cuando los cuatro estaban descansando,
el «Pequeño Libro Rojo» de Wang Liping se deslizó de su
abrigo, y él no lo recogió. Su mentor le dijo:
-Es mejor que lo recojas y lo vuelvas a guardar, porque
ahora eso constituye nuestro amuleto salvador, nuestro au-
téntico pasaporte.
Liping no entendió lo que quería decirle, por lo que su
mentor continuó:
«En los tres reinos inferiores se necesita disponer un ta-
lismán protector, porque las personas no pueden controlar su
propio destino y no son dueños de sí mismos. Ahora nosotros
estamos viajando por esos tres reinos, por tanto debemos
confiar en este objeto, en este Pequeño Libro Rojo, para que
nos encubra. Cuando alcances los tres reinos del medio te
habrás vuelto dueño de tu propio destino y ya no tendrás ne-
cesidad de este talismán protector.
A medida que seguían su viaje, los tres ancianos y su jo-
ven discípulo trataban de evitar las ciudades, encaminándose
hacia las aldeas de las montañas y los lugares agrestes. Cuan-
do sentían hambre o sed, lo primero que hacía Wang Liping
era dejar que los ancianos descansaran un poco, y después
170 lA PUERTA DEL DRAGÓN
iba a buscar agua potable y algo para comer. A veces, tanto
Liping como los maestros se hacían pasar por refugiados que
huían de la hambruna, pidiendo de aldea en aldea para poder
seguir su camino. Cuando el tiempo se hacía demasiado frío,
buscaban algún sitio en el que pudieran protegerse del viento
y la nieve. De esta forma, y antes de que se dieran cuenta de
ello, habían transcurrido varios meses.
Cierto día, al descender de una montaña, los cuatro viaje-
ros vieron que se estaba haciendo tarde y que no tardaría en
empezar a llover. El gran maestro sugirió que deberían buscar
algún sitio cercano para descansar. Al estudiar la zona, descu-
brieron una pequeña aldea, de no más de una docena de ca-
sas, acurrucada en la ladera de la montaña.
Era un paraje tranquilo y rústico. La mayoría de las casas
estaban hechas de mampostería y con tejados de paja. La al-
dea estaba muy alejada de cualquier centro urbano y de las
tropas populares; los caminos para llegar allí eran muy arries-
gados, y, sin duda, habían sido muy pocos los miembros del
Partido que habían logrado llegar hasta aquel punto. Aunque
los aldeanos eran miembros de una comuna, seguían vivien-
do en grandes familias, en las que los ancianos aún gozaban
de cierta consolidación.
En la aldea había una pequeñ.a explanada, en cuyo centro
se veía una piedra de molino bajo un gran árbol. Parecía que
ese sitio debía constituir el lugar de reunión. Atravesaron,
pues, la aldea y los tres ancianos maestros colocaron sus hati-
llos sobre la piedra de molino y se sentaron a descansar,
mientras Wang Liping echaba una mirada a los alrededores.
Pronto se fue acercando una multitud de chiquillos. Como
eran muy pocos los que llegaban hasta aquel remoto paraje,
la llegada de aquellos cuatro personajes constituía todo un
acontecimiento.
Al ver la evidente pobreza de la aldea, los harapos que
cubrían a los aldeanos y las miradas hambrientas de los ni-
ños, los tres ancianos taoístas se sintieron conmovidos. Al
comprobar que el grupo de chiquillos se hacía cada vez más
grande, el Caminante del Infinito olvidó el cansancio del ca-
VAGANDO POR lAS CUATRO DIRECCIONES I71
mino y sugirió al Caminante de la Pura Serenidad que Wang
Liping debería hacer alguna cosa para distraer a aquellas po-
bres gentes.
El Camina~te de la Pura Serenidad estuvo de acuerdo, y
pronto todo el mundo pudo oír el sonido de un destartalado
gong. Inmediatamente acudió a la llamada la aldea en pleno,
pues era sumamente raro que pudiera tener lugar ningún ti-
po ti.e diversión por aquellos contornos. Ayudando a los más
ancianos, y llevando en brazos a los más pequeños, pronto
todos rodearon a los cuatro forasteros, deseosos de ver qué ti-
po de espectáculo les iban a ofrecer.
El Caminante de la Pura Serenidad saludó a los presentes
como suelen hacerlo los charlatanes y comediantes de la le-
gua, manifestando su agradecimiento por la amabilidad de la
concurrencia.
-Estamos huyendo de la hambruna y no debéis temer
nada de nosotros. Sabemos hacer algunos trucos y con ellos
tratamos de ganamos un bocado. Hoy os vamos a hacer una
demostración, esperando vuestra generosidad.
Al ver que se trataba de tres pobres viejos sin hogar, los al-
deanos sintieron simpatía hacia ellos. También mostraron idén-
ticos sentimientos hacia el muchacho, que tenía cara de buen
chico. Estas gentes de la montaña suelen ser muy sencillas, y
pronto algunos de ellos les ofrecieron un sitio para descansar y
algo de comida. Los viajeros taoístas, maestros y discípulo, se
sintieron muy emocionados por tanta hospitalidad.
Sin necesidad de que nadie le dijera nada, Wang Liping
se puso en el centro de la explanada, saludando y agradecien-
do a todos los presentes por su amabilidad. Inmediatamente,
adoptó una postura de enorme atención, y tan impresionante
e incluso temible que todo el mundo se le quedó mirando, en
espera de lo que iba a hacer aquel muchacho, al que habían
considerado un sencillo y tranquilo estudiante. Liping se lan-
zó entonces a realizar toda una exhibición de rápidos movi-
mientos, supuestos golpes y juego de brazos y piernas que
hizo que todos pusieran unos ojos como platos y terminaran
prodigándole una salva de aplausos.
172 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Después, poco a poco, Wang Liping adoptó una postura
completamente distinta y muy serena, e hizo como si sostu-
viera una pelota que estuviera rodando sobre todo su cuerpo.
Pronto, algo apareció realmente en sus manos, una bola del
tamaño de un huevo de gallina, muy brillante. La concurren-
cia estaba maravillada, abriendo sus ojos atónitos ante lo que
estaban viendo. En lugar de hacer desaparecer la pelota de
fuego, ésta empezó a hacerse cada vez mayor y mayor, y más y
más hermosa, como una gran bola de colores que bailaba en
las manos de Wang Liping.
Entonces el joven hizo con los pies un movimiento poco
visible, y la bola colorada empezó a dar vueltas alrededor de
su cuerpo. Atónitos, los aldeanos prorrumpieron en aplausos;
y justo en ese momento pudieron ver cómo Wang Liping, con
un simple golpe de manos, transformaba la bola en tres. Aho-
ra tenía una en cada mano y la tercera permanecía suspendida
en el aire, a la altura de su abdomen. En cuestión de segun-
dos, las tres bolas empezaron a tejer una especie de manto de
colores que cubrió el cuerpo del joven, haciendo un sonido
como el silbido del viento. Los asistentes, maravillados, no
podían salir de su asombro.
Inmediatamente, Wang Liping hizo un alto, y las tres bo-
las de colores desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Ba-
jando suavemente sus manos, en un lento roce de su pecho,
Uping abrió los ojos y concluyó su número. Los aldeanos es-
taban fuera de sí. ¡Aquel día sus ojos habían contemplado au-
ténticas maravillas!
El lector ya se habrá dado cuenta de que se trataba de las
«esferas mentales de los ocho trigramas», que le había enseña-
do su mentor a Wang Liping. Lo maravilloso de estas esferas
mentales no es simplemente su belleza visual, que tanto gustó
a los aldeanos, sino su función especial.
Tal función se conoce como «distribuir el cuerpo». Una vez
que aparece una bola coloreada, el cuerpo de uno ya ha sido iniro-
ducido en ella, aunque tal «cuerpo» sea invisible. Cuando Wang
Uping estaba manipulando la bola coloreada, lo que en realidad
estaba haciendo era masajear una determinada parte de su cuerpo.
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 173
Las esferas mentales de los ocho trigramas poseen tam-
bién otra maravillosa función que se puede utilizar para enviar
a distancia impresiones mentales. Debido a que el «yo» se en-
cuentra en la bola, ésta se convierte en un holograma. Todo se
halla contenido en ella, la cual de esta forma posee vida, pen-
samiento y espiritualidad, como si fuera el mismo «yo». Todo
esto resulta incomprensible para la gente corriente.
La «información» de la que habla la gente moderna, y las
«impresiones verdaderas» mencionadas por los ancianos no
son la misma cosa. No se encuentran siquiera en el mismo
nivel de realidad y, por tanto, no deben confundirse. Aquí, la
palabra «impresión» es una clave que divide los mundos ani-
mados e inanimados, y los universps de los tres dominios in-
feriores y medios.
A) observar este delicado joven llevando a cabo su repre-
sentación, los aldeanos lo veían envuelto en una luz diferente.
El Caminante de la Pura Serenidad se adelantó entonces
para hacer también una pequeña demostración. Para su sor-
presa, los aldeanos pronto pudieron comprobar qué poderosa
era la técnica marcial del anciano. Unos muchachos trajeron
una gran piedra y le preguntaron si podría romperla. Al com-
probar su entusiasmo, el Caminante no quiso defraudarlos.
Así pues, primero realizó unos cuantos molinetes, para com-
binar adecuadamente la energía de sus órganos internos, e
inmediatamente abatió su mano con gran fuerza dando, al
mismo tiempo, un fuerte grito. La piedra saltó en pedazos de
forma ruidosa. Los aldeanos estaban estupefactos. Los mu-
chachos que habían traído la piedra examinaron la mano del
Caminante, comprobando que era totalmente normal, sin
que hubiera nada raro en ella. Pero el hecho era que este an-
ciano de setenta y seis años podía hacer polvo la mandíbula
de cualquiera.
También Wang Liping estaba profundamente impresiona-
do al comprobar el misterioso poder de su mentor. De hecho,
él ya conocía lo peligrosas que podían ser las manos del Ca-
minante, porque en cierta ocasión le había tumbado durante
una sesión de boxeo. Aquella vez, y a pesar del equipo pro-
174 LA PUERTA DEL DRAGÓN
tector que llevaba, el pobre Liping fue lanzado por el aire va-
rios metros, machacándose las costillas. El gran maestro le
habia dicho entonces cuánta suerte habia tenido el joven al
llevar tal protección, pues aquel terrible golpe hubiera podi-
do acabar con la vida de cualquier persona normal.
Los jóvenes de la aldea rodearon al Caminante de la Pura
Serenidad, pero inmediatamente dejaron paso a un anciano
que se acercó a ellos. El anciano dijo:
-Se está haciendo tarde. ¿Por qué no dejamos que estas
personas coman algo y descansen? ¡Venga, todo el mundo a
casa!
Entonces se volvió muy cortésmente hacia los cuatro fo-
rasteros y los invitó a que pasaran la noche en el granero co-
munal.
El granero era una construcción muy sencilla, en el que
no había más que algunos utensilios agricolas, pero que tenía
espacio suficiente para que pudieran dormir. Algunos de los
chiquillos que les habian acompañado hasta allf echaron so-
bre el suelo un poco de heno seco. El jefe de la aldea tomó
una lámpara de la pared, la encendió y la colocó sobre una
repisa de piedra, dentro del cuarto. Todos se sentaron sobre
el heno y empezaron a conversar de un sinfin de cosas.
Poco tardaron en llegar los demás, uno detrás de otro,
trayendo presentes de arroz, pasteles y sopa de vegetales. Pi-
. diendo disculpas por la sencillez de sus humildes regalos, el
más anciano y jefe de la aldea rogó a los forasteros que co-
mieran. Los caminantes no rechazaron la oferta, pues hacía
muchos días que no probaban semejantes alimentos. A medi-
da que comía, los ojos del joven Liping enrojecían de placer.
Al cabo de un rato, algunas otras personas les enviaron tam-
bién otro tipo de regalos, provisiones secas e incluso alguna pe-
queña moneda. Los cuatro taoistas les rogaron que volvieran a
llevarse estos obsequios. El jefe de la aldea pidió entonces a to-
dos que volvieran a sus casas y dejaran descansar a los viajeros.
De repentese desencadenó una fuerte tormenta eléctrica.
Los maestros apagaron la lámpara y se sentaron en medita-
ción antes de irse a dormir.
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 175
Esto es una claro ejemplo de cómo se desarrollaba la vi-
da en los últimos años de la década de los 60. He aqui a cua-
tro Transmisores de las ciencias taoístas, convertidos en va-
gabundos por causa de una revolución civil, sin otra alterna-
tiva que la de ocultar sus identidades, disfrazarse y huir a
través de campos y montañas, comiendo al aire libre y dur-
miendo al relente, obligados a hacer espectáculos callejeros y
mendigar un poco de comida por los pueblos. Era una épo-
ca extremadamente crítica, que había seguido a la recons-
trucción de la posguerra de los años 50. Mientras muchas
otras naciones desarrollaban su economía, su cultura y su
gobierno, China caía en la revuelta. Su equilibrio quedaba
interrumpido, su creatividad perdt_da, y su salud pública se-
riamente dañada. ·
¡Oh, China! Cuando has conseguido alguna ventaja, pier-
des tu oportunidad; cuando tienes la oportunidad, pierdes tu
armonía! ¡Cómo podrías actuar para no quedarte rezagada;
cómo para no ser dañada ni pobre!
¡Oh, China! Posees una gran sabiduría, una sabiduría
que asombra a los pueblos de Occidente. Pero también tie-
nes una gran locura, una locura que hace reír a los occiden-
tales.
Una famosa figura de Occidente dijo en cierta ocasión
que lo que él más temía era el despertar de ese gigante dor-
mido del Este. Ahora parece como si ese gigante hubiese des-
pertado, pero que todavia siguiese aturdido, empeñado tor-
pemente en un conflicto interno de autodestrucción. Cuando
finalmente se reponga, se quedará a la cola de los demás. ¡Es-
túpido gigante! Cuida tus heridas y trata de salir de tu atraso.
¡Qué tragedia para un pueblo!
Este fruto amargo era algo que todos tenían que morder.
La lluvia todavia siguió un buen rato. Los maestros taoís-
tas y su discípulo durmieron unas cuantas horas, y se levan-
taron muy temprano para hacer su meditación. Mientras ter-
minaban sus ejercicios internos, el cielo empezó a despejarse.
Los cuatro salieron afuera para hacer sus ejercicios externos,
disfrutando de la frescura excepcional del aire de la montaña.
176 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Vieron entonces al jefe de la aldea que venía a su encuen-
tro. El Caminante del Infinito se apresuró a saludarlo, y am-
bos intercambiaron cortesías. El Caminante dijo:
-Os hemos causado un sinfín de molestias al venir aquí,
pero vosotros nos habéis tratado tan amablemente que no sa-
bemos cómo agradecéroslo.
-No pienses en ello, hermano --dijo el anciano jefe-.
Cuando uno sale de casa en estos días no hace más que en-
contrar desgracias y miseria por todas partes. Aqui, en este
rincón perdido en las montañas, carecemos de comodidades
para nuestros huéspedes. Siento que no os hayamos podi-
do tratar adecuadamente. Durante toda la noche he estado
preocupado pensando si el techo de este granero no tendría
demasiadas goteras.
El Caminante del Infinito lo tranquilizó diciéndole que el
techo había aguantado bien, y que habían pasado una buena
noche. El anciano se quedó tranquilo. Al verlo cómo observa-
ba con preocupación el aspecto del cielo, todavía muy nubo-
so, el Caminante le expresó lo que estaba pensando.
-¿Cuál es el problema? -le preguntó, aunque ya sabia
cual era éste.
El anciano suspiró. Tras un silencio, explicó:
-Aquí, en las montañas, disponemos de muy poca tie-
rra cultivable, aunque todos dependemos de la naturaleza pa-
ra subsistir. Ahora el trigo se encuentra en sazón y listo para
ser cosechado, pero el tiempo sigue siendo malo y no sabe-
mos qué hacer.
-No permitas que tal cosa te preocupe, respetado her-
mano más joven --dijo entonces el Caminante del Infinito--.
Por favor, ve y diles a todos que preparen sus hoces y se dis-
pongan para la cosecha.
El anciano jefe pudo deducir por el tono de su voz que el
Caminante estaba hablando en serio. Al observar el rostro de
los demás maestros, comprendió que todos estaban de acuer-
do y, por tanto, salió para hacer lo que le habían dicho.
El Caminante del Infinito pidió a sus compañeros y a su
discípulo que todos juntos se dirigieran a un lugar retirado,
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 177
en las afueras del pueblo, para llevar a cabo una técnica espe-
cial. Mientras tres de ellos se situaban en lo alto de un mon-
tículo, el Caminante de la Pura Serenidad le explicó a Wang
Liping:
-Fíjate cómo esas nubes vienen cargadas de lluvia y
tormenta. Cuando se practica la técnica para detener la lluvia,
es muy fácil ser alcanzado por un rayo, por lo que en primer
lugar hay que detener los relámpagos. la energía de éstos se
halla en la categoría del fuego, que corresponde al corazón en
el cuerpo humano. De manera que la forma de evitar los re-
lámpagos es cerrar el corazón en el momento en que se pro-
duce el chispazo, para cortar cualquier conexión entre el re-
lámpago y el corazón. la energía,.del relámpago es enorme,
pero la energía ígnea de tu corazón es todavía mayor. Se reci-
ta entonces en silencio esta determinada.fórmula y la energía
eléctrica del relámpago queda detenida. En ese momento te
conviertes en el amo del cielo y de la Tierra. Eres el que los
gobierna. Los otros son tus ministros y deben obedecerte.
Tras haber hablado, el Caminante de la Pura Serenidad
hizo un gesto con la mano; inmediatamente tembló todo su
cuerpo, y una serie de sonidos muy peculiares salieron de su
boca. En ese momento se produjo el chispazo de Uil' relámpa-
go seguido por el distante retumbar del trueno. El Caminante
colocó sus manos en la dirección del relámpago, dando como
un golpe suave. Entonces las nubes empezaron a separarse en
el cielo, abriendo un claro de pálida luz.
El Caminante de la Pura Serenidad le dijo a Wang Liping
que activase su energía interior, a fin de dirigir el universo ex-
terior por medio de su universo interno, permitiendo que
éste quedara completamente abierto y la energía mental pu-
diese alcanzar las nubes; entonces debería utilizar las manos
para golpear el punto en que éstas se encontraban con las
nubes.
Poco a poco, las nubes se fueron evaporando, y el claro
que se había abierto en el cielo fue haciéndose, poco ~ poco,
más grande. El Caminante de la Pura Vacuidad también alzó
las manos, formando un triángulo con las espaldas de los
178 LA PUERTA DEL DRAGÓN
VAGANDO POR LAS CUATRO DIRECCIONES 179

otros tres, cuyas manos se alzaban hacia el cielo, Las nubes Después, todos ellos emprendieron de nuevo el camino,
empezaron a diseminarse, como un rebaño de ovejas que se quién sabe hacia dónde.
dispersa en todas las direcciones. El claro en el cielo se hizo Wang Liping ya sabía, porque sus maestros se lo habían
todavía más grande y cada vez más brillante. Al cabo de un explicado muchas veces, que el punto de mayor importancia
rato, la masa de nubarrones oscuros se alejó hacia el horizon- para aquellos que practican el Camino no es el nivel de su
te. El centro del cielo se tomó brillante, con un inusual tono propio desarrollo, sino la forma de hacer el mayor bien posi-
azul sumamente bello. Cuando finalmente desaparecieron to- ble, ayudando a otras personas, estableciendo buenas relacio-
das las nubes, el sol volvió a aparecer por el este iluminando nes y desarrollando el Camino en nombre del Cielo. Esto sig-
las montañas con extraordinario esplendor. nifica que el cuidado de la naturaleza esencial es más impor-
Los cuatro taoístas se dejaron bañar en esta luminosidad, tante que el cuidado de la vida. El hacer buenas obras sin
mientras sus espíritus se mantenían en un estado de suma esperar recompensa alguna es un medio de ser virtuoso;
atención. Con media hora de trabajo habían logrado transfor- cuando la virtud es elevada, los logros también son mayores.
mar un cielo amenazador y oscuro en un mundo brillante y Los ancianos maestros sabían que, una vez cesada la llu-
nuevo. via, los aldeanos vendrían a darles las gracias, por lo cual pre-
Por lo que se refiere a Wang Liping, que se encontraba firieron marcharse rápidamente, evitando así que los campe-
sumamente feliz, había aprendido aquel día algo. A su regre- sinos tuvieran que retrasar sus faenas agrícolas.
so a la aldea, su mentor, el Caminante de la Pura Serenidad,
le dijo que no era tan difícil detener la lluvia, pero que pro-
ducirla cuando no hay en el cielo una sola nube requiere un
desarrollo interior mucho mayor. El armonizarse con la ley
natural, obedeciendo el Camino de la Naturaleza, es una
constante, un principio invisible. Las actuaciones de mayores
poderes para detener o producir lluvia también tienen que
estar de acuerdo con aquella ley. Solamente cuando se trata
d~ ayudar a la gente es posible llevar a cabo tales acciones. Ja-
más se pueden hacer de forma arbitraria o por razones equí-
vocas.
Al comprobar con cuanta rapidez desaparecían las nubes
y se aclaraba el cielo, el anciano jefe de la aldea estaba más
convencido que nunca de que aquellos cuatro viajeros no
eran personas normales. Así pues, en compañía de los aldea-
nos, vino al granero para darles las gracias, encontrándose
con que los viajeros habían desaparecido sin dejar rastro.
El gran maestro, el Caminante del Infinito, había recogi-
do previamente todos sus avíos y las pocas provisiones que
los aldeanos les habían proporcionado, y esperó en un sende-
ro de la montaña a que llegasen los otros tres compañeros.
 9
Las cinco artes

URANTE LOS AÑOS que· permanecieron viajando,

los tres ancianos magos continuaron aprovechando
[]
todas las oportunidades que encontraban para ense-
ñar a su aprendiz y transmitir el Camino,
Wang Liping se hallaba ahora al comienzo de la séptima
etapa de su entrenamiento taoísta, la cual se refiere al «desarro-
llo del conocimiento». Los principales contenidos de estudio
correspondientes a esta etapa lo constituyen las llamadas Cinco
Artes. Estas cinco artes son cinco clases de tecnologías o artes:
la medicina, la adivinación, la fisiognomía, la predicción de la
fortuna y el adiestramiento.
Estas cinco artes se originaron en la experiencia y en el
conocimiento derivados de las antiguas luchas por la super-
vivencia, la adaptación y el equilibrio. Posteriormente fueron
grandemente desarrolladas por los taoístas, siendo cultivadas
en las montañas utilizando el simbolismo arcano para expre-
sar sus hallazgos. Cada una de ellas está impregnada con el
sudor y la sangre de generaciones de trabajadores que hicie-
ron cristalizar la experiencia y el conocimiento reunidos a lo
largo de las edades. Si pudiésemos penetrar la terminología
que constituye su cápa externa y lográsemos extraer su ver-
dadera médula, estas artes podrían constituir una rara ben-
dición para la humanidad.
182 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Retomando a nuestra narración, diremos que los cuatro
taoístas viajaban durante el día y descansaban por la noche,
recorriendo todos los confines del país.
Cierto día arribaron a un lugar remoto en las montañas
donde encontraron un manantial cristalino. Sentándose cerca
del agua, se lavaron el polvo del camino y se tomaron un des-
canso.
Repentinamente, el Caminante del Infinito se estremeció
ligeramente. Levantando la mirada, se dirigió a uno de sus
compañeros:
-Ves a ver qué pasa, ¿hay alguien gimiendo?
Los dos Caminantes más jóvenes habían escuchado ya el
sonido de un lamento, de manera que se encaminaron a averi-
guar de dónde procedía, seguidos de cerca por Wang Liping.
Abriéndose paso a través de espesos matorrales, trepando
sobre rocas y enredaderas, los taoístas llegaron finalmente
hasta unas colinas y encontraron al hombre que gemía en el
fondo del barranco.
El hombre había ido hasta el monte para cortar un poco
de leña, pero se había caído accidentalmente por un barran-
co. Tenía unos cincuenta años de edad, piel oscura y muy de-
macrado, con abundantes parches en sus ropas. Su pierna
derecha estaba comenzando a tomarse verdosa y a formar
pus, y parecía como si sus ojos hubiesen dejado de ver. Lo
único que le quedaba por hacer era permanecer allí echado y
gimiendo. · la aguja dentro de su bolsa, y le dijo al leñador: «Se pondrá
Examinando cuidadosamente la herida del hombre, el
Caminante de la Pura Vaciedad supo que eso no lo podía ha-
ber producido la caída, sino que se debía a una mordedura
de serpiente. De inmediato, sacó una aguja de plata de su
bolsa, la sostuvo con tres dedos de su mano derecha, apuntó
con ella hacia el cielo, la hizo girar unas cuantas veces entre
sus dedos, concentrando su mente y enfocando los ojos sobre
ella, y entonces velozmente pareció que la clavaba en la pier-
na de aquel hombre.
Wang Liping pensó que el pinchazo de la aguja habría si-
do terriblemente violento. No había imaginado que la aguja
LAS CINCO ARTES 183
se detendría cinco centímetros antes de llegar a la superficie
de la piel, donde su mentor la hizo vibrar al tiempo que per-
manecía a la escucha de la respuesta en el interior del cuerpo
del leñador. Seguidamente el Caminante trazó un círculo en
el aire sobre la pierna, luego movió l~ aguja a lo largo de la
misma, haciendo que la aguja vibrase muy suavemente entre
la punta de sus dedos. De vez en cuando se detenía sobre un
determinado lugar, hacía girar la aguja, para luego continuar
avanzando vigorosamente. Mientras realizaba esto, a veces
hacía que la aguja se moviera en forma ondulante, como una
barca llevada por las olas, y después seguía avanzando. Cuan-
do la aguja pasó alrededor de la rótula, comenzó a vibrar más
intensamente aún. El Caminante la,. hizo girar, la levantó y la
bajó, y la guió hacia delante, como si tratase de inducir a una
corriente maligna a seguir deliberadamente el curso de la
aguja de plata.
Cuando la aguja alcanzó el área de la mordedura de la
serpiente, la hizo vibrar suavemente sobre la herida, cerrando
los ojos y concentrándose, mientras enfocaba la totalidad de
su cuerpo y de su mente sobre la punta de la aguja, murmu-
rando una fórmula secreta. Repentinamente levantó la aguja
con la velocidad del rayo, y una sangre negra comenzó a salir
de la herida. Al cabo de un momento, el leñador abrió los
ojos y dejó de gemir.
Tras levantarse, el Caminante de la Pura Vaciedad guardó
bien. El veneno ha sido extraído.»
Seguidamente Wang Liping, agachándose sobre el hom-
bre con las palmas de las manos orientadas hacia la pierna
herida del leñador, ejerció su poder interior presionando ha-
cia abajo con el" propósito de acelerar la recuperación del
hombre. El Caminante había sellado previamente los puntos
que gobiernan la circulación por encima de la rodilla, y el ve-
neno había sido ya expulsado, de manera que con sólo unas
pocas presiones de poder interior por su parte, la sangre ne-
gra fluyó hacia fuera por completo apareciendo enseguida la
sangre roja normal. La hinchazón se rebajó, y poco después
184 LA PUERTA DEL DRAGÓN
el leñador pudo caminar nuevamente. Con lágrimas en los
ojos, el hombre trató de hacer una reverencia en agradeci-
miento, pero los ancianos magos le detuvieron. Tomando
cierta medicina de su bolsa, el Caminante se la entregó al le-
ñador, y de inmediato siguieron su camino.
Después de que el leñador se hubo marchado, Wang Li-
ping se quedó sumido en sus pensamientos acerca del singu-
lar arte de su mentor en el uso de la aguja de plata. Estaba
tan sorprendido que no pudo por menos que quedarse de pie
inmóvil en el sitio. El Caminante le dio una palmada en la es-
palda y le dijo:
-¿Qué es lo que te pasa? ¡Vamos, regresemos!
Sólo entonces pudo volver en sí y emprender el regreso
junto con sus dos mentores.
El Caminante de la Pura Vaciedad sabía que Wang Li-
ping seguía pensando en la aguja de plata, de manera que le
habló de ella mientras caminaban. Al parecer, el mago poseía
tres agujas de plata extraordinarias, cada una de las cuales
tenía su propio nombre. Una la llamaba la aguja yin, otra era
la aguja yang, y la tercera la llamaba la gran aguja alargada.
Si bien las tres habían sido fabricadas por artesanos, al igual
que cualquier otra aguja de acupuntura, lo extraordinario de
ellas era que también habían tenido que ser sometidas a una
labor de cultivo y de purificación, lo cual las hacía entera-
mente diferentes de las agujas de acupuntura ordinarias.
Cuando las agujas no se hallaban en uso, las sacaba y las
ejercitaba una tras otra haciendo que el cielo, la Tierra, el Sol
y la Luna indujesen las verdaderas energías del universo en
sus puntas, con el fin de que al ser utilizadas tuviesen un
poder extraordinario.
Como Liping pudo aprender, los métodos para usar las
agujas son también extremadamente rigurosos. Existen méto-
dos para las agujas grandes, para las pequeñas, para las lar-
gas, para utilizarlas sobre la piel, métodos de utilización sec-
cional, totalizante e infinita, etc. El método que el mago aca-
baba de utilizar era un método infinito de uso de la aguja. En
este método, la aguja se manipula a cierta distancia, sin tocar
LAS CINCO ARTES 185
al paciente, de manera que una aguja puede realizar muchas
funciones y puede flotar espontáneamente sobre los meridia-
nos, canales y puntos de presión, estimulando cada punto y
cada línea. Si fuese clavada en la piel, entonces una aguja no
sería suficiente; cada aguja, además, tendría que ser colocada
en un punto específico y no podría flotar, de tal manera que
la operación de la energía quedaría impedida.
El primer paso en el trabajo con la aguja es hacer una im-
plantación de prueba, lo cual significa el percibir la cualidad
y la intensidad de la energía interior después de la inserción.
La energía sana es pacifica y serena; mientras que la energía
insana es turbulenta.
El interior de los puntos de acupuntura se halla también
dividido en tres estratos, «el celestial, el terrenal y el huma-
no», y se hace necesario distinguir claramente cuál es el es-
trato por el que están fluyendo las energías sana e insana. Al-
gunas veces la energía sana está fluyendo en el estrato «celes-
tial» mientras que la insana está sutilmente activa en el
estrato «terrenal»; si éstos no fueran claramente diferencia-
dos, entonces no sería posible utilizar la aguja apropiada~en­
te para curar la enfermedad. Cuando se encuentra la energía
sana, debe ser atraída entonces tomando en cuenta su mo-
mento. Cuando se encuentra la energía insana, se la detiene
en los puntos clave y luego se la fuerza a salir.
Al escuchar lo que decía su mentor, mienlrns proseguían
su camino, Wang Liping reflexionab~ que no en vano el ancia-
no mago era reconocido como el más destacado acupunturista
del mundo. La acupuntura y la moxibustión sólo pueden ser
calificadas como artes mayores, espirituales y sublimes, siem-
pre que estén fundamentadas en un grado tal de realización.
Cuando los tres regresaron hasta donde se hallaba repo-
sando el gran maestro, el Caminante de la Pura Vaciedad expli-
có que alguien había sido mordido por uqa serpiente, pero que
ellos lo habían curado. El gran maestro dio su aprobación y
luego hizo que todos se sentasen para tomar algún refrigerio.
Mientras Wang Liping comía, escuchaba al Caminante
del Infinito que le hablaba sobre medicina y curación. Éste le
186 LA PUERTA DEL DRAGÓN
explicó que cuando alguien es _mordido por una serpiente es
necesario determinar si la serpiente es venenosa o no. La
mordedura de una serpiente no venenosa deja normalmente
un conjunto de seis heridas, cuatro arriba y dos abajo. La ma-
yoría de las serpientes venenosas, por el contrario, dejan un
conjunto de cuatro heridas; y además existe una evidente su-
puración alrededor del lugar y un terrible dolor, el cual es se-
guido de una parálisis.
Las mordeduras se producen comúnmente en la mano o
en el pie; la inflamación va subiendo gradualmente por el
miembro afectado, acompañada de visión borrosa, dificultad
en la respiración, mareos y vómitos, pulso debilitado y fiebre
alta. Para poder curar esto, es necesario comenzar por ejercer
el poder interior para sellar la ruta del veneno y hacer presión
para que salga.
También podrán usarse preparados medicinales; el «Pol-
vo para emergencias» y el «Polvo de esencia de jade» pueden
ser útiles. Los ingredientes herbales que se utilizan incluyen
el tubércufo de Arisaema, el sileris, la raíz de angélica, el rizo-
ma de Gastrodia, la raíz de notopterigio y el rizorr:ia de tifo-
nio. Se deberán medir las dosis de los ingredientes que se uti-
licen, y el proceso curativo tendrá que ser abordado analítica-
mente, no apegándose ciegamente a una rutina fija.
En cuanto al proceso analítico se refiere, los sanadores
taoístas de la Puerta del Dragón no son como cualquier otro
médico. Los antiguos maestros taoístas de la Puerta del Dra-
gón desarrollaron un total de nueve métodos, los cuales invo-
lucran cosas tales como la circulación, la penetración de la
energía, la inducción de la energía, los meridianos, los cana-
les, la estructura ósea, el sistema linfático, la visión interior y
la visión penetrante.
Estos nueve métodos, que producen diagnósticos rápi-
dos y exactos, se dividen a su vez en tres niveles correspon-
dientes a «cielo, Tierra y humanidad». Por ejemplo, los ca-
nales de energía son definidos de una forma más precisa co-
mo «blandos, firmes o flotantes». Estas distinciones se
encuentran también en los textos médicos ordinarios pero,
LAS CINCO ARTES 187
generalmente, los médicos solamente saben tomar el pulso
«firme». Una vez se percibe el pulso, la mano se ciñe muy
suavemente sobre la piel del paciente; esto es el «flotante».
Corresponde al trabajo con el nivel superior «celestial» del
pulso; las personas que no tienen desarrollado su poder in-
terior no pueden hacer esto. Aparte de los puntos específicos
que se encuentran en el cuerpo, el cerebro y la nuca son lu-
gares donde se pueden interrumpir los canales de energía.
Resumiendo, existen innumerables perspectivas para esta
clase de trabajo.
Los antepasados solían decir que la curación no es tan
buena como el cuidado, el cuidado no es tan bueno como el
diagnóstico, el diagnóstico no es tan bueno como la preven-
ción y la prevención no es tan bue'na como el conocimiento
previo. El gran maestro le dijo a Wang Liping que, debido a
que todavía era joven, debería comenzar por aprender a cu-
rar. Para ello necesitaba familiarizarse con la ciencia médica
taoísta y comenzar a curar realmente a la gente, de todo cora-
zón y evitando cualquier actitud equivocada. No debería re-
chazar ni abandonar a los enfermQs, ni recibir nada de ellos,
sino, más bien, seguir las reglas del taoísmo y atraer buena
fortuna y bendiciones para la gente.
* * *
Tras haber descansado, los maestros taoístas y su discí-
pulo se pusieron en camino nuevamente. Los ancianos magos
observaron que Wang Liping estaba muy interesado en la cu-
ración, de manera que a medida que seguían su marcha ha-
blaban acerca de montañas cuando se encontraban con las
montañas, hablaban de aguas cuando se acercaban al agua,
hablaban de curación cuando se encontraban con la enferme-
dad, y hablaban de medicina cuando veían plantas medicina-
les. Recorrieron infinidad de lugares y vieron muchas de esas
hierbas, circunstancia que aprovechaban los maestros para
explicar en detalle las propiedades de cada planta a su joven
aprendiz para beneficio de su formación.
188 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Cierto día, cuando los cuatro habían penetrado en un
denso bosque de montaña, se detuvieron a descansar. Era
cerca del mediodía, y no existía ninguna vivienda a la vista,
de manera que el Caminante de la Pura Vaciedad se llevó a
Wang Liping para buscar algunas frutas silvestres en el bos-
que. Viendo que era temprano todavía y que no tenían nin-
guna prisa para ponerse en camino nuevamente, una vez hu-
bieron terminado de comer, el gran maestro se tomó algún
tiempo para enseñar a Liping más, acerca de la medicina y de
las hierbas chinas.
El maestro le explicó que la ciencia médica es inseparable
de la herbología. Debido a que las gentes comen una mezcla
de granos, son susceptibles a enfermedades. Existen numero-
sos métodos de curación, pero las preparaciones con hierbas
son el expediente más comúnmente utilizado. La obra El her-
bolario clásico de Shennong~ es el manual más antiguo, el cual
presenta una relación de 365 sustancias medicinales, número
correspondiente a los días del año. Estas sustancias están di-
vididas en hierbas, cereales, arroce$, frutas, maderas, insec-
tos, peces, animales y minerales; también las presenta clasifi-
cadas como de tipo superior, medio e inferior.
Existen 120 variedades de sustancias medicinales de tipo
superior. Llamadas también medicinas regidoras, son utiliza-
das para sustentar la vida y alargar su duración. Pueden to-
marse durante largos periodos sin producir daño. Hay 120
variedades de sustancias medicinales medias. Conocidas co-
mo medicinas ministeriales, son utilizadas para sustentar la
naturaleza esencial, suplir las carencias y curar la enferme-
dad. No deberán ser tomadas durante periodos de tiempo
largos. Existen también 120 variedades del tipo inferior de
sustancias medicinales. Se conocen como asistentes, y son
mayormente tóxicas y deben ser tomadas con cuidado cuan-
do se las utiliza para curar enfermedades. También existen
muchas reglas que gobiernan la preparación y la combina-
ción de sustancias médicas.
Habiendo dedicado la totalidad de su vida a la investiga-
ción, Li Shichen, trabajador de la dinastía Ming, escribió la
LAS CINCO ARTES 189
obra compuesta por cincuenta y dos pergaminos Compendio
de herbología, la cual incluye 1892 sustancias medicinales cla-
sificadas en 60 categorías agrupadas bajo 16 capítulos. Ésta
se convirtió en la fuente clásica de la herbología, por ser in-
clusiva pero no prolija, y detallada aunque esencial.
Para dar urt ejemplo, en la sección acerca del agua exis-
ten un total de 4 2 clases de sustam:ias medicinales, .clasifica-
das en aguas del cielo y aguas de la tierra. Entre las cuales se
encuentra la «nieve de fin de año», que es dulce, fria y libre
de toxinas; si se mantiene en un jarro herméticamente sellado
en un lugar sombrío y fresco, se conservará por décadas sin
estropearse. La «nieve de fin de año» es buena para tratar ve-
getales y granos, matando los insectos. Cuando los granos de
semilla se remojan en ella, los retoños no son atacados por
los insectos. En equipos de preparación de bebidas, el líquido
puede eliminar las moscas verdes; y almacenando frutas den-
tro de ella se puede impedir que se las coman los gusanos.
Puede dispersar toda clase de toxinas, curar epidemias esta-
cionales, la resaca, y las fiebres infantiles, convulsiones, ata-
ques, etc. También cura la ictericia, pero deberá calentarse un
poco si se utiliza para este propósito. Usada para lavarse los
ojos, la nieve de fin de año puede evitar el enrojecimiento. Si
se la utiliza para hacer té o gachas, puede reducir la fiebre y
detener la sed. Posee también un notable efecto cuando se la
aplica sobre erupciones.
La utilización del agua en la curación de enfermedades
está también sujeta a leyes naturales. Las personas que sufren
de diarrea y vómitos pueden ser tratadas con agua del tipo
yin-yang. Esta agua es una mezcla de mitad de agua de pozo
y mitad de agua hervida, de manera que es muy simple. Se-
gún los .Ánales históricos, cuando el gran médico Hua Tuo vio
a una mujer con una fiebre persistente, la hizo sentar en una
tina de piedra mientras que la mojaba con agua fria. Como
era invierno y estaba haciendo mucho frío, la gente pensó
que era extraño que la mojara con agua fria. Tras haber sido
mojada setenta veces, la paciente se hallaba tiritando de for-
ma incontrolable, casi muriéndose por congelación. Pero des-
190 LA PUERTA DEL DRAGÓN
pués de ochenta veces, todo el cueYpo de la paciente comen-
zó a despedir un vapor cálido. Luego de haberla mojado cien
veces, Hua Tuo la ayudó a salir de la tina, la frotó de arriba
abajo, y acto seguido la envolvió cálidamente y la hizo que
permaneciera echada. Esta clase de curación pertenece a un
tipo que los médicos corrientes no se atreven a intentar.
En esta parte de su viaje los cuatro taoístas no tenían idea
de cuántos días les había tomado atravesar la densa floresta
de la montaña. Todo lo que sabía Liping era que durante este
periodo los tres magos le habían explicado los puntos esen-
ciales de numerosos clásicos de la medicina, y cada uno de
ellos le habia transmitido sus propias artes singulares. Tam-
bién le habían enseñado más de un centenar de fórmulas se-
cretas, desconocidas para el mundo, las cuales tuvo que me-
morizar y comprometerse a no divulgar a cualquiera. Me-
diante el registro en su memoria de todo cuanto aprendía de
sus maestros, Wang Liping alcanzó un alto nivel de logros en
la ciencia médica.
Se hallaban ahora en la última parte del otoño, a las puertas
del invierno. Viajando a través de las montañas, los cuatro taoís-
tas vieron cómo declinaba el otoño ante el paisaje que ofrecía la
vasta extensión que tenían por delante. Wang Liping poseía
ahora varios tesoros adicionales en su bolsa de viaje, hierbas ra-
ras que habían encontrado a lo largo del camino, así como píl-
doras y polvos preparados. Aunque no poseía gran cantidad de
esas sustancias medicinales, eran tan raras que podían valer
mucho dinero. Los cuatro taoístas habían invertido una consi-
derable cantidad de tiempo y energía en reunir y preparar estas
medicinas, pero no tenían intención de venderlas o trocarlas;
estas medicinas estaban destinadas a sanar a la gente que se ha-
llase en alguna emergencia, en tiempos de necesidad.
* * *
Un día, al poco de haber llegado a una vuelta del camino
que discurría por la ladera de una montaña, vieron a varias
personas que caminaban vacilantes. Cuando estas personas
LAS CINCO ARTES 191
llegaron cerca, los taoistas vieron que todas ellas tenían el ros-
tro lívido y estaban vestidas con andrajos, como si fuesen
gentes que huyesen de una hambruna.
Cuando el Caminante del Infinito se dirigió a ellas, uno
de los hombres dijo que el grupo vivia en un poblado no le-
jos de allí, cuyos habitantes habían sido azotados por una
epidemia y estaban muriendo a razón de una docena cada
día. Este grupo de personas que venía por la carretera se diri-
gía ahora a otro lugar, con la esperanza de escapar de la epi-
demia. El hombre que habló aconsejó a los cuatro caminan-
tes que tomaran un desvio y evitaran atravesar el poblado.
El Caminante del Infinito sonrió y dijo: «No hay necesi-
dad de desviarse. Por favor, volved con nosotros. Nosotros
curaremos est~ mal.» ,.
Ellos mostraron una sombra de duda en sus rostros. El
Caminante del Infinito observó que uno de ellos era una mu-
jer con un niño pequeño en sus brazos. El niño se hallaba pá-
lido, sus labios se habían vuelto azules; los ojos los tenía ce-
rrados y estaba jadeando débilmente. La mujer mostraba una
actitud de súplica en sus ojos. El Caminante se acen::ó y frotó
la cabeza del niño; y luego dijo:
-Este pequeño está bien ya. Vuelve a tu casa y dale de
comer, y se pondrá mejor.
La mujer no lo creía al principio, pero de inmediato el
color del niño comenzó a mejorar, y se dio cuenta que ya no
lo consumía la fiebre. El niño abrió los ojos y gritó,
-Mamá, ¡tengo hambre!
Estupefacta, la mujer trató de hacer una reverencia de
agradecimiento, pero Wang Liping se apresuró a detenerla.
Las otras personas estaban también soYprendidas. Decidieron
volverse siguiendo a los cuatro caminantes hasta el poblado,
mientras trataban de averiguar quiénes eran.
El poblado estaba desolado; no se veía ni un alma cami-
nando en el exterior de las casas, y no había ni un solo gallo
cantando ni ningún perro ladrando. Todo lo que se podía
apreciar era papel en blanco colgando en unas cuantas puer-
tas, que se movia con el viento otoñal.
192 LA PUERTA DEL'DRAGÓN
El Caminante de la Pura Vaciedad echó un vistazo dentro
de una de las casas, luego se volvió hacia el Caminante del
Infinito y le dijo que se trataba, sin duda, de un estallido de
cólera, el cual requerta de medidas de emergencia.
Sin tomarse ni un momento de descanso, los cuatro ca-
minantes dijeron inmediatamente al hombre que los había
conducido allí que hiciera que todos los que eran capaces
de andar se congregaran en la sala de reuniones del pobla-
do, trayendo a los inválidos consigo en literas. Wang Li-
ping se adelantó y limpió la sala, y luego cerró las ventanas
por completo. El Caminante de la Pura Vaciedad sacó la
aguja plateada, cerró los ojos y comenzó a acumular ener-
gía. El Caminante de la Pura Serenidad recogió leña y la
apiló en el centro de la habitación. El Caminante del Infini-
to pidió que alguien trajese papel y un pincel. Sentado so-
bre el suelo, dibujó un talismán, a continuación se lo puso
sobre la palma de la mano, se lo llevó sobre su pecho,
y luego cerro los ojos y activó el talismán, recitando una
fórmula secreta.
Se completaron todos los preparativos, y el poblado ente-
ro se reunió en la sala. El Caminante de la Pura Vaciedad les
pidió que se sentaran alrededor de la pila de leña; los que no
podían sentarse yacían tendidos mirando hacia el centro. El
Caminante del Infinito hizo que Wang Liping repartiera ini-
cialmente a los que se hallaban tendidos un grano de una píl-
dora medicinal que sacó de su bolsa. También le pidió que
encendiese el fuego.
La leña no estaba seca, de manera que al quemarse pro-
dujo una gran cantidad de humo. El Caminante del Infinito
echó al fuego el talismán que acababa de hacer.
Seguidamente cerraron las puertas, de manera que el
humo que llenaba la habitación comenzó a afectar a la gen-
te, obligándoles a toser cada vez con más violencia. Poco
después algunas personas vomitaron, y esto desencadenó el
caos. El humo y el hedor llenaban la habitación de malos
olores, mientras que los ruidos de la tos, las arcadas y los
lamentos llenaban la habitación de ruidos desagradables.
LAS CINCO ARTES 193
En medio de la oscuridad, el Caminante de la Pura Vacie-
dad sostenía una aguja en ambas manos y realizaba en el aire
un tratamiento de acupuntura con «efecto de campo», colo-
cando mentalmente la aguja en ciertos puntos especiales, de
manera que todos los pacientes allí presentes sintieran el
efecto en forma simultánea. Después que el Caminante de la
Pura Vaciedad hubo realizado la acupuntura, el Caminante
de la Pura Serenidad procedió a dar a todo el grupo un masa-
je terapéutico con efecto de campo, el cual pudo ser percibi-
do claramente por cada uno de los pacientes.
Luego de una hora aproximadamente, la habitación se
tranquilizó; no se oían más toses, arcadas ni lamentos. Los
que habían permanecido sentados comenzaron a sentirse có-
modos; mientras que los que hal5ian permanecido echados
comenzaron a sentarse. Todos ellos se sentían bien.
Entonces el Caminante del Infinito le pidió a Wang Liping
que abriese las puertas y las ventanas, permitiendo que entrase la
luz y el aire fresco. A continuación se dirigió a los del poblado:
-Podéis levantaros e iros a casa ahora. Comed poco en
estos primeros días, descansad tranquilamente durante un
tiempo y gradualmente recobraréis vuestra fuerza física.
Al oír esto, los presentes se miraron unos a otros. Todos se
sentían como si hubiesen sido transportados a un mundo de
sueños; sin embargo, cuando se levantaron y salieron, com-
probaron sorprendidos que todo era absolutamente real.
Cuando las gentes buscaron a los cuatro «forasteros», resultó
que ya habían recogido todo y habían partido. El hombre que
los había conducido al principio hasta el poblado les gritó pa-
ra que esperasen, y también la mujer con el niño les dio las
gracias. Los cuatro caminantes continuaron andando, no obs-
tante·, y solamente Wang Liping volvió la cabeza para decir
adiós. Todos los habitantes del poblado rompieron a llorar.
Tras dejar el poblado, durante varios días seguidos los
taoístas utilizaron la técnica del masaje a larga distancia para
sanar a los pobladores más seriamente afectados. Estos pa-
cientes se recuperaron muy rápidamente, con gran regocijo y
gratitud de todos.
194 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Hay algo que falta en esta historia de la curación de la
epidemia de cólera, algo que es necesario agregar. Cuando el
Caminante de la Pura Serenidad se sentó inicialmente en el
salón con los pobladores, ejercitó un arte conocido como «la
vestidura de la Naturaleza, sin costuras», lo cual significa que
primero envolvió al poblado entero para su seguridad en un
enorme campo de poder interior. Después de que el gran
maestro hubiera construido el talismán y el otro maestro hu-
biese sacado la aguja, él realizó entonces un masaje terapéuti-
co mediante las propiedades del efecto de campo actuando a
cierta distancia. Los tres magos utilizaron objetos con forma y
sustancia, con el fin de transmitir impresiones sustanciales
aunque sin forma, como medio de tratar a un grupo de pa-
cientes a la vez y poder asi concluir su tarea.
El hecho de que la casi totalidad de la población de la al-
dea estuviese afectada por el cólera al mismo tiempo, era algo
que los tres maestros habían presenciado raramente durante
sus largos años de práctica médica. Había tanta gente enfer-
ma, y los sintomas eran de tan extrema seriedad, que no ha-
bía margen para la duda. Se vieron obligados a reunir a todos
los pacientes y administrarles artes, medicinas, ciencias talis-
mánicas, acupuntura y masaje singulares, todo en una misma
sesión.
Dibujar un talismán sobre un papel, activar el poder inte-
rior sobre el mismo, y luego quemarlo para lograr después la
curación de algún mal, es lo que se denomina «moxibustión
ceremonial». Existen numerosas clases de talismanes: tene-
mos los «talismanes de ·prescripción», «talismanes de luz de
sol o de luz de luna» y dalismanes de los cinco elementos»,
así como «talismanes del cielo, de la Tierra y humanos» y
«talismanes universales».
No es cierto que un talismán quede listo para usarse tan
pronto como se lo dibuja. Tras haber sido dibujado, el talis-
mán tiene que ser activado y operado; esto se logra mediante
métodos especificos, los cuales requieren un nivel muy alto de
poder interior. Por ejemplo, para activar un «talismán de luz
de sol o de luz de luna», es necesario aprender a reunir ener-
LAS CINCO ARTES 195
gia, y también ser capaz de transferir esa energia al talismán.
Cuando nos referimos a variedades de nivel todavía más ele-
vado, como los talismanes de «cielo, Tierra y humanidad», és-
tos se hallan ya más allá de los tres planos medios, y requieren
el dominio y el desarrollo de niveles de poder todavía mas ele-
vados antes de que puedan ser efectivos.
Estos poderes de nivel superior no son visibles para los
seres humanos, y hay quienes incluso dudan de su misma
existencia. Por otro lado, están aquellos que creen en su exis-
tencia pero los consideran como misterios incomprensibles.
Y ¿qué hay de la realidad? Esta suerte de «poder», por su-
puesto, existe, como vimos en los anteriores relatos de la de-
tención de la lluvia y en esta historia sobre la curación de una
enfermedad. ·
* * *
La ciencia médica china se originó con la curación cha-
mánica. En la Antigüedad, la sanación y el chamanismo mar-
chaban juntos; posteriormente se fueron separando. Algunas
personas consideran éste hecho como progreso histórico, pe-
ro otros creen igualmente que este progreso implica en reali-
dad un cierto retroceso. ¿Guál de estos puntos de vista es co-
rrecto? Parecería que no existe una conclusión posible para
esta pregunta, pero una cosa sí es segura: si se separa la cien~
cia médica de su contexto general dentro de la propia cultura
china, si se la separa de los fundamentos de las teorías del
yin-yang y de los cinco elementos, si se la abstrae de la base
pragmática del trabajo interior, entonces habrá perdido su
origen vivencial.
La experiencia es indispensable en el desarrollo de la
ciencia médica china. La medicina occidental también posee
en su seno algunos elementos que podrían arrojar alguna luz
sobre el desarrollo de la medicina china .. Ni la experiencia ni
la medicina occidental, sin embargo, pueden constituirse en
fundamentos para el desarrollo de la medicina china; esto
significaría confundir la raiz con las ramas.
196 LA PUERTA DEL DRAGÓN
La medicina china se divide en tres niveles, correspon-
dientes al cielo, la Tierra y la humanidad, exactamente igual
que le acontece a la experiencia, la cual también posee esos
tres niveles. La experiencia acerca de la que habla el común
de la gente no logra llegar más allá del dominio de los tres
planos inferiores; si la medicina china estuviese circunscrita a
este marco, su desarrollo sufriría una tremenda limitación. La·
medicina taoísta no tiene tales limitaciones; más bien amplía
el dominio de la experiencia hasta alcanzar los tres planos
medios y superiores, donde existen numerosas técnicas útiles
que pueden ser aplicadas, e innumerables poderes que pue-
den ser utilizados. La condición previa para utilizar estos mé-
todos y poderes por parte del sanador es el propio cultivo
personal de su trabajo interior. Es aquí donde la sanación y el
chamanismo se hallan unidos; esta clase de medicina china es
superior a la ordinaria, y aun muy superior a la medicina chi-
na occidentalizada. Esta premisa es el fundamento original y
la verdadera tradición de la medicina china; solamente si-
guiendo esta línea podrá existir un desarrollo todavía mayor.
He aquí un ejemplo sencillo. Hace ya varios años, el maes-
tro Wang Liping dio una conferencia sobre medicina taoísta a
los profesores de varias escuelas médicas chinas. Cuando ex-
plicaba cómo se dividían los pulsos en tres niveles correspon-
dientes al cielo, la Tierra y la humanidad, y hablaba acerca de
cómo tomar un pulso flotante, los profesores comprendieron
los principios, alegando que habían oído acerca de ellos a sus
propios profesores, pero que no conocían la razón de su exis-
tencia, y en consecuencia nunca lo habían practicado, ni lo
habían empleado y no podían encontrar el pulso flotante so-
bre el nivel superior o «cielo». El conferenciante les señaló
que era naturalmente imposible encontrarlos utilizando los
métodos ordinarios. Este pulso posee docenas de signos, pro-
siguió, con mínimas distinciones entre ellos; sin el trabajo in-
terior, uno ni siquiera podría comprender lo que está escrito
en los textos médicos, cuanto más aplicarlo.
Lo que sigue se refiere a los métodos normales de aten-
ción médica. La medicina china no causa al paciente más do-
LAS CINCO ARTES 197
lor y sufrimiento, pero puede diagnosticar, prescribir y dar
tratamiento basándose en las manifestaciones externas. La
medicina occidental, por el contrario, escasamente puede dar
un paso sin instrumentos; en lo que se refiere a afecciones de
los órganos internos, o a trastornos debajo de la superficie de
la piel, la medicina occidental necesita realizar biopsias o ci-
rugía exploratoria para realizar diagnósticos exactos, lo cual
proporciona al paciente todavía más dolor y sufrimiento. La
medicina occidental carece también de una conciencia de la
totalidad y no puede practicar el tratamiento dialéctico: cuan-
do duele la cabeza, se da tratamiento a la cabeza; cuando
duelen los pies, se tratan los pies, sin considerar los efectos
colaterales que puedan producir la,s medicinas empleadas.
Con frecuencia sucede que cuando una enfermedad ha sido
eliminada, surge otro trastorno. Esta forma de encarar las co-
sas puede parecer avanzado, pero en realidad es primitivo.
La sanación taoísta es un regreso a la simplicidad, elimi-
nando cantidades de procesos intermedios, y mirando direc-
tamente al origen del mal y eliminando su causa directamen-
te, con resultados extraordinariamente buenos. La gente co-
mún que da testimonio del proceso sanador lo consider~
maravilloso, pero esto no es realmente extraño. El maestro
Wang Liping dice que mientras que los médicos ordinarios
necesitan tomar pulsos y realizar exámenes, él puede com-
prender una enfermedad simplemente mirando. Tanto si la
persona está presente o no, puede «ver» la enfermedad con
sus ojos.
¿Por qué insiste el taoísmo tan firmemente sobre el fun-
damento del autodesarrollo personal? Existen varias razones.
Primero: sin una purificación del pensamiento hacia un nivel
superior, no podrá comprenderse lo esencial de la cultura an-
tigua. Segundo: sin un grado sumamente elevado de poder
interior, no se puede hacer que operen muchas de las técni-
cas, y será imposible dominar los poderes no humanos. Ter-
cero: de acuerdo con la teoría de la unidad de la Naturaleza y
la humanidad, el cuerpo natural del universo se encuentra en
proceso de evolución, de manera que el cuerpo humano, el
198 LA PUERTA DEL DRAGÓN

cual se corresponde con aquél, se halla también en proceso

de evolución. Surgen nuevos problemas que requieren su es- 10
tudio por parte de las gentes de nuestro tiempo con el fin de
tratar de resolverlos. En términos de ciencia médica, la natu-
raleza curativa de algunas sustancias medicinales ha cambia- Trascendiendo el tiempo
do. En consecuencia, los métodos de componer y prescribir
deberán cambiar también, con el fin de que no pierdan sus y el espacio
efectos terapéuticos. Ésta será una tarea para las futuras gene-
raciones de médicos.
En resumen, el desarrollo de la medicina china es insepa-
rable de su tradicional trasfondo cultural, particularmente del
pensamiento filosófico tradicional. Es igualmente inseparable

CJ
del cultivo del poder interior por parte de los médicos mis- UANDO HABIAMOS AQUJ de trascender el tiempo
mos. También requiere la absorción de nutrientes provenien- y el espado, nos referimos a ello en un sentido de-
tes de la experiencia cotidiana y de la medicina occidental. terminado, el del pensamiento que trasciende el
Las tres cosas son necesarias, pero es importante distinguir lo tiempo y el espacio. El método de trascendencia lo constituye
fundamental de lo subsidiario con el objeto de no desenten- el estudio de las artes culturales tradicionales de la adivina-
derse de la raíz para perseguir la rama si se invierte el orden ción, la fisiognomia y la predicción de la fortuna.
adecuado de las cosas. Las mencionadas artes se corresponden en su conjunto
con los estudios de predicción y precognición. Lo que hoy en
día se conoce como" predicción, en la antigua China se deno-
minaba adivinación, fisiognomia y predicción de la fortuna,
las que, en definitiva; constituyen diversos métodos de hacer
pronósticos.
Si decimos «predicción», la gente podrá aceptar el térmi-
no, incluso sin plantearse la consiguiente interrogante de si la
predicción es exacta o no. Si decimos «adivinación», «fisiog-
nomia» o «predicción de la fortuna», sin embargo, es poco
probable que la gente acepte esos términos, porque sus men-
tes han sido condicionadas por la idea común de que ésas son
«supersticiones». Si se obtienen relativamente buenos resulta-
dos, o predicciones exactas por medio de la utilización de es-
tos métodos, la gente alega que se debe a la coincidencia y no
se pregunta cómo pudo suceder esta «coincidencia».
Éste es un tipo de obstáculo que impide el desarrollo del
aprendizaje; I)O es una actitud apropiada que ayude a des-
200 LA PUERTA DEL DRAGÓN
enterrar los tesoros de la cultura tradicional. Una vez que lo-
gremos derribar esa barrera y cambiemos nuestro modo de
pensar, nuestros ojos se tomarán más perspicades, de tal ma-
nera que podremos percibir las joyas depositadas en lo pro-
fundo de la tierra.
Aunque nosotros las denominemos joyas o tesoros, real-
mente se trata de herramientas. Si bien las herramientas para
hacer pronósticos son de una importancia relativamente me-
nor, con tal de que nos puedan ser útiles, ¿por qué no usar~
las? Si su utilización no obstruye el Gran Camino, ¿por que
abandonarlas?
Los pronósticos son indispensables para la vida y la so-
ciedad humanas. Cualquiera que sea el momento o el lugar,
la gente desea conocer el futuro por adelantado. Los pronós-
ticos y la precognición podrán aplicarse en mayor o menor
grado, ser relativamente profundas o super~iciales, gener~les
0 detalladas, y podrán hacer distinción de tiempo, espac10 Y
contenido. La predicción y la previsión, en respuesta a las
cuales podrán. fundamentarse las medidas apropiadas, consti-
tuyen aspectos de la sabiduría humana.
La capacidad de hacer pronósticos requiere una com-
prensión de las leyes naturales por las que se rigen l~s a~on­
tecimientos y los fenómenos. Para ofrecer un pequeno ejem-
plo, todos saben que algunas horas después de que el Sol ~e
pone volverá a salir por el este; de manera que todos podran
hacer arreglos para realizar las tareas del día durante las horas
de luz y las tareas de la noche durante las horas no~t~mas.
Cuando nos referimos al momento en que ocurnran los
eclipses de Sol o de Luna, sin embargo, la gente no po~rá
calcularlo sin ayuda de instrumentos científicos, pero basan-
dose en ellos podrán hacer las predicciones.
La realización de pronósticos requiere la consecución de
elementos 0 de información relevante a un determinado
asunto y del análisis de los mismos antes de que sea P?sible
obtener alguna conclusión y hacer predicciones. S1 la mfor-
mación no es exacta, entonces no hay manera de hacer una
predicción igualmente exacta.
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 201
Esto es de sentido común. La gente no acepta lo que está
más allá de los límites de su dominio.
Por ejemplo, ¿qué es lo que constituye una información
relevante? ¿Es posible lanzar unas pocas monedas, observar
las imágenes, y a partir de ellas adivinar lo que va a suceder?
¿Qué tienen que ver estos acontecimientos con las monedas?
¿Cómo es posible adivinar el destino de una persona a partir
de su rostro, manos y espalda? ¿Cómo puede predecirse toda
la vida de una persona a partir de la hora de su nacimiento?
La mayoría de la gente alegaría que estas dos clases de infor-
mación tienen una relación demasiado remota o básicamente
son irrelevantes.
La cultura tradicional, sin émbargo, posee su filosofía
propia; y esta base filosófica, la cual es conocida como la
teoría de la unidad de la Naturaleza y de la humanidad,· no
ha podido ser nunca efectivamente descalificada.
En esta etapa de «desarrollo del conocimiento», los tres
ancianos magos enseñaron a Wang Liping unas cuantas co-
sas. Fue precisamente a este proceso al que dedicaron el ma-
yor tiempo y esfuerzo.
El lector tiene que recordar que después de que Wang Li-
ping hubo experimentado la muerte, aunque seguía siendo
un miembro de los tres reinos inferiores, era ya diferente de
las gentes de esos tres reinos. Las prácticas y el conocimiento
que los sabios le estaban enseñando tras su muerte no eran lo
mismo que antes; los contenidos y los métodos de transmitir-
los estaban teniendo lugar ahora en un nivel superior. Nues-
tro propio pensamiento tiene que elevarse ahora, en forma
correspondiente, a un nivel superior antes de que seamos ca-
paces de comprender algunas cosas.
En cierta ocasión, el gran maestro preguntó a Wang Li-
ping si sería capaz de recitar el capítulo vigésimo primero del
Tao Te King, según el anciano maestro le había enseñado con
anterioridad.
El joven aprendiz comenzó a recitar de memoria: «Para el
mantenimiento de la gran virtud,. sólo el Camino debe ser se-
guido. Como un objeto, el Camino es abstracto y elusivo:
202 LA PUERTA DEL DRAGÓN
elusivo y abstracto, hay imágenes en él; abstracto y elusivo,
existe algo alli. Recóndito, oculto, posee vitalidad dentro de
él: la vitalidad es muy real; posee información dentro de él.
Desde tiempos antiguos hasta nuestros días, su nombre es el
permanente; por medio del cual se perciben todos los co-
mienzos. ¿Cómo sé que todos los comienzos son eso? Me-
diante esto.»
El gran maestro preguntó:
-¿Conoces los significados implicados?
Wang Liping replicó:
No muy claramente. Explícamelos, por favor.
El anciano maestro comenzó a explicar: «El Camino es
inmaterial y sin forma, sin embargo interpenetra la materia y
la forma. El cielo, la Tierra, la humanidad y todas las cosas y
los seres están unidos en el Camino. Debido a que todas las
cosas contienen el Camino, puede seguirse el rastro de su
evolución. ¿Qué aspecto tenemos? Todas las cosas poseen
imágenes: las cosas son yang, las imágenes son yin; una es la
contraparte de la otra. Existe una esencia vital en los seres,
una esencia vital que contiene información. Los métodos de
observación de los cambios en el universo se denominan
aprehender información y aprehender imágenes. Mirar direc-
tamente dentro de la esencia vital es el método del vehículo
superior. Aprehender imágenes para observar las cosas, em-
parejando el yin y el yang, es el método del vehículo medio.
La gente común observa los cambios en las cosas basándose
en las experiencias; éste es el método del vehículo inferior.»
El gran maestro le dio entonces una exposición detallada
de los métodos de los vehículos medio y superior, y enseñó a
Wang Liping, uno tras otro, una serie de métodos.
Los métodos de las cinco artes son todos inseparables
de una cantidad de elementos importantes: el cielo, la Tie-
rra y la humanidad; yin y yang; el agua, la madera, el fuego,
la tierra y el metal. Éstos producen también los parámetros
cielo y Tierra, «tallo y rama» del sistema caléndrico, así co-
mo los ocho trigramas y las nueve cámaras. De ellos, los
elementos más fundamentales son e~ yin y el yang. «El Ca-
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 203
mino produce uno, el uno produce dos, el dos produce
tres, el tres produce miríadas de cosas.» El «dos» es yin y"
yang, el «tres» es cielo, Tierra y humanidad. Éstos contienen
también los cinco elementos, cada uno de los cuales tienen
yin y yang. Cuando el caos primordial comenzó a abriFse
por primera vez, existía una única energía indiferenciada e
inmóvil; la energía contenía yin y yang y tenía nebulosidad
y claridad. La energía clara giró hacia la izquierda y se elevó
para producir agua, luego se volvió fuego cuando hubo lle-
gado al clímax. La energía nebulosa giró hacia la derecha y
descendió para producir el metal, luego se convirtió en
agua cuando hub.o llegado al clímax. Entre el yin y el yang,
en el eje de la subida y del descen~o, la energía centrada se
convirtió en tierra. En consecuencia, el yin y el yang son los
órdenes que rigen todas las cosas, los padres de la evolu-
ción, los orígenes de la vivificación y de la extinción, el
asiento de la iluminación espiritual.
En cuanto a los tallos y las ramas caléndricos, existen
diez tallos «cielo» y doce ramas «tierra». Combinados, com-
pletan el ciclo de sesenta años. Estos tallos y ramas están di-
vididos en yin y yang. Tienen correspondencias en el tiempo
y el espacio, que son esenciales para las técnicas de cálculo
utilizadas en la realización de pronósticos.
Los ocho trigramas se construyen mediante cambios es-
paciales y temporales en las posiciones de las líneas yin pun-
teadas y las líneas yang sólidas. Tres líneas forman un trigra-
ma, seis forman un hexagrama. Un trigrama está dividido en
tres posiciones, las cuales representan el cielo, la Tierra y la
humanidad, con una distinción entre las posiciones de las lí-
neas yin y yang. Un hexagrama está también dividido en tres
posiciones que representan el cielo, la Tierra y la humanidad
y también se pueden distinguir las posiciones yin y yang. Las
permutaciones de los ocho trigramas producen los sesenta y
cuatro hexagramas, los cuales se utilizan para representar mi-
ríadas de cosas.
Las «nueve cámaras» son un dispositivo de notación uti-
lizado para completar la disposición espacial de los ocho tri-
204 LA PUERTA DEL DRAGÓN
gramas en los cuatro puntos cardinales y de las cuatro direc-
ciones intermedias, lo cual, por otra parte, deja un espacio en
el centro.
Utilizando estos elementos básicos de cálculo, basados
en su producción mutua y en su extensión, se pueden in-
vestigar las leyes naturales de la evolución correspondiente
a miríadas de cosas, utilizando el presente para examinar el
pasado, o bien para configurar el futuro. Éstas son las he-
rramientas utilizadas por los antiguos con el fin de hacer
pronósticos.
Existen dos diagramas de importancia: uno es el diagra-
ma de los cinco elementos y el otro es el diagrama de los
ocho trigramas y de los sesenta y cuatro hexagramas.
El diagrama de los cinco elementos es sumamente senci-
llo y, sin embargo, extremadamente importante. Cielo, Tierra,
humanidad y todas las cosas y seres se hallan contenidos en
él; todos ellos pueden ser explicados por medio de este dia-
grama. Ésta es una parte sumamente importante de la cultura
china.
Las relaciones fundamentales entre los cinco elementos
son la producción mutua y la superación mutua, y son utili-
zadas en la comprensión de los cambios y desarrollos en el
cielo, la Tierra, la humanidad y todo lo demás. «En el apren-
der, uno agrega día por día; en el Camino, uno reduce día
por día.» Dentro del contexto del uso de imágenes para cate"-
gorizar las cosas, al introducir las leyes naturales de la evolu-
ción del universo y todo lo que existe dentro del mismo en
un sencillo diagrama, mediante la «reducción» de todo a yin
y yang y a los cinco elementos, la simplicidad y la facilidad se
combinan con la grandeza y la profundidad.
Los ocho trigramas y los sesenta y cuatro hexagramas
constituyen igualmente un diagrama sencillo, pero sus pt::r-
mutaciones son extremadamente complejas.
Existen múltiples formas de disponer los ocho trigramas
y los sesenta y cuatro hexagramas; el I Ching o Libro de los
Cambios representa una de las formas. El texto de este libro
ha sido transmitido por entero, y han existido numerosos co-
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 205
mentarlos e interpretaciones que se han venido haciendo du-
rante más de los dos mil años en que ha estado vigente.
El desarrollo del aprendizaje procede desde lo simple a lo
complejo, y luego desde lo complejo a lo simple; en conse-
cuencia, es posible emplear lo complejo por medio de lo sim-
ple, con un potencial sin límite para el cambio y la evolución.
Los diagramas de los cinco elementos y de los ocho tri-
gramas son herramientas para hacer que las imágenes clarifi-
quen las ideas y comprender así el Camino; la sutileza de su
función subyace en la mente.
La medicina china, una de las cinco artes, es incomprensi-
ble si se prescinde del yin y del yang y de los cinco elementos.
Si se toma en cuenta que la medi1;ina china ha venido siendo
utilizada durante miles de años, eÜo constituye un amplio tes-
timonio de la conformidad de ambas teorías con el Camino.
Al igual que la medicina china, las artes de la adivina-
ción, la fisiognomía y la predicción de la fortuna están basa-
das en el mismo principio, provienen del mismo origen, y to-
das ellas poseen alguna utilidad para la gente.
Los métodos de la fisiognomía se basan en los símbolos
de las cosas visibles, organizados en categorías y utilizados
para determinar las cosas que subyacen a los acontecimientos
y a los fenómenos en un nivel más profundo, o bien a cam-
bios y desarrollos a través del tiempo y del espacio. El cielo,
la Tierra, la humanidad, todos los fenómenos y todos los se-
res poseen forma y sustancia, de manera que todos ellos tie-
nen imágenes y signos. La gente se detiene comúnmente a
observar la superficie de las cosas, sin pensar acerca de lo que
representan las imágenes, qué información pueden ofrecer,
cómo han evolucionado y cómo seguirán desarrollándose.
Los científicos sí realizan esta clase de esfuerzo buscando más
conocimiento, en la esperanza de arribar a las respuestas a
sus preguntas.
La fisiognomía, u observación de los signos, requiere
buenos ojos y cerebro activo. El cerebro activo, adicional-
mente, requiere el soporte de la filosofía. Si la filosofía es co-
rrecta, conducirá a pensar er;i la dirección correcta; si la filo~
206 LA PUERTA DEL DRAGÓN
sofía es incorrecta, llevará el pensamiento en forma desviada
o conducirá a un callejón sin salida.
En la antigua China existieron unos cuantos grandes ex-
pertos en fisiognomía. Jiu Fanggao, por ejemplo, es conside-
rado uno de los mejores evaluadores de caballos de todos los
tiempos. Se dice que podía ver justo dentro de los huesos de
los caballos. Bai Luo fue otro experto caracterólogo de caba-
llos; incluso escribió un libro sobre el tema, que lamentable-
mente se ha perdido. En los mercados rurales donde se nego-
cia el ganado, existen también algunas personas que saben
cómo leer los signos de los caballos y de los bueyes. Cuando
el ganado desfila ante ellos, lo primero que hacen es exami-
nar varios puntos clave, ven cuántos años tiene el animal, y
luego hacen una evaluación. Todos ellos son caracterólogos
en cierto sentido, aunque existen diferencias en el nivel de
sus habilidades.
Hablando en términos reducidos, todos somos caracteró-
logos; cada uno de nosotros evalúa las personas relevantes,
los acontecimientos y las cosas más diversas, haciendo elec-
ciones entre ellas; entonces, ¿cómo podríamos hacer esto sin
examinar las apariencias, sin mirar los signos? Si uno desea
casarse, por ejemplo, tiene que ver con quién resultará mejor,
quién será más compatible. Y en otro momento tendrá que ir
al mercado para comprar. Tanto si conoce el producto como
si no, uno tiene que mirar el articulo y quedar satisfecho con
lo que ve antes de decidir comprarlo. Pero al hacer esto toda-
vía permanece en un nivel bajo, y no puede ser considerado
un verdadero caracterólogo, un especialista en un determina-
do campo.
Desde esta perspectiva, las artes de la fisiognomía son su-
mamente prácticas y nada misteriosas. Por supuesto, la gente
todavía conserva una imagen negativa de ella, pensando acer-
ca de la fisiognomfa en los mismos t~rminos que en la su-
perstición, perdiéndose, de esta manera, de algo útil.
Existen numerosas clases de fisiognomfa, de las cuales el
análisis de las características humanas es una. Esto no se limi-
ta a los rasgos faciales; cada una de las partes del cuerpo hu-
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 207
mano puede ser «leída». Las artes más desarrolladas en la fi-
siognomía tradicional, sin embargo, son generalmente de cin-
co clases, que tratan con los rasgos de la cara, las manos, los
pies, el dorso y la cabeza, respectivamente.
Existió un experto caracterólogo de la dinastía Song co-
nocido como el Caminante del Manto de Cáñamo, quien
transmitió su arte directamente a Chen sin utilizar las pala-
bras. Posteriormente escribió Oda a las maravillas espirituales,
Oda a la llave de oro y Canto de la cuchara de plata. Los relatos
de Chen Po acerca de su maestro el Caminante del Manto de
Cáñamo también profundizan en el detalle acerca de la fisiog-
nomía.
El arte de la fisiognomía es ,µna parte importante de la
medicina china. El clásico de la medicina interna del Emperador
Amarillo clasifica a las gentes en cinco condiciones en referen-
cia al yin y al yang: gente con mucho yin, gente con poco
yin, gente con mucho yang, gente con poco yang y gente en
quienes el yin y el yang se encuentran equilibrados. El clásico
explica igualmente que la gente puede diferenciarse en térmi-
nos de los cinco elementos, y que las permutaciones de los
cinco elementos y de los cinco tipos de yin-yang dan como
resultado un total de veinticinco tipos humanos.
La gente de tipo madera, por ejemplo, «son de tez pálida,
cabeza pequeña, cara alargada, amplios hombros y espaldas,
cuerpo erecto, manos y pies pequeños; son talentosos y bue-
nos trabajadores, pero carecen de fuerza y tienen una canti-
dad de dificultades con las cosas. Les va bien en la primavera
y en el verano, pero no así en otoño e invierno. En el otoño e
invierno son sensibles y susceptibles a enfermedades». La
gente que pertenece al tipo madera puede ser dividida en va-
rios subtipos.
Las gentes de tipo fuego «son de tez rojiza, amplias espal-
das, cara afilada y cabeza pequeña. Su andar es firme, pero
cuando tienen prisa su movimiento es inestable. Sus hombros
y espaldas son carnosos; son fogosos y muestran poco interés
por la riqueza material. Son desconfiados y se preocupan de-
masiado. Ven las cosas claramente y presentan buena cara, pe-
208 lA PUERTA DEL DRAGÓN
ro tienen tendencia a apresurarse y presentan gran probabili-
dad de morir violentamente antes de que llegue su hora. Se
encuentran bien en primavera y verano, pero no en otoño e
invierno, cuando son susceptibles a las enfermedades». Las
gentes de fuego se pueden subdividir en varios tipos.
Las gentes del tipo de tierra «son de tez amarilla, de cara
redonda, cabeza grande, hombros y espalda delicados, gran
abdomen, miembros bellos, manos y pies pequeños, mucha
carnosidad, y la parte superior e inferior del cuerpo bien pro-
porcionadas. Su andar es estable, su paso es ligero; firmes de
mente, son altruistas, poco ambiciosos, y generosos. Les va
bien el otoño y el invierno, pero no la primavera y el verano,
cuando son susceptibles a las enfermedades». La gente del ti-
po tierra se les subdivide en varios tipos.
Las gentes del tipo metal son «de rostro cuadrado, de tez
blanca, cabeza pequeña, hombros y espalda pequeños, ma-
nos y pies pequeños, de huesos ligeros, presurosos, serena-
mente crueles y burocráticos. Se encuentran bien durante el
otoño e invierno, pero no en primavera y verano, cuando son
susceptibles a las enfermedades». Las gentes del tipo metal se
pueden subdividir en varios tipos.
Las gentes del tipo agua son «de tez oscura, con cara irre-
gular, cabeza grande, mandíbulas anchas, hombros pequeños,
gran vientre, manos y pies activos, movimientos poco firmes,
nalgas alargadas y espalda delgada. Son irreverentes, hábiles
para engañar a la gente, y tienen probabilidad de morir violen-
tamente. Se encu~ntran bien en otoño e invierno, pero no en
primavera y verano, cuando se hallan susceptibles a enferme-
dades». Las gentes del tipo agua se subdividen en varios tipos.
Las clasificaciones generales por la tipología corporal es-
tán asociadas con condiciones estacionales para facilitar la
predicción de la ocurrencia de una enfermedad y para efec-
tuar curaciones. Por lo tanto, la fisiognomía es muy útil para
las artes curativas.
El arte de la predicción de la fortuna mediante la fisiogno-
mía proviene del mismo origen, pero ésta es incluso más deta-
llada en el análisis de las partes del cuerpo. Su función tiene
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 209
por objeto la predicción de asuntos humanos, los aconteci-
mientos más importantes en la vida de un individuo, o la ten-
dencia en el desarrollo y en la evolución a través de los años.
Por ejemplo: la fisiognomía mediante la lectura tradicio-
nal del rostro divide la línea central del rostro en trece posi-
ciones, y también divide la totalidad del rostro en doce com-
partimientos: vida, dinero, hermanos, propiedades, hijos,
empleados, cónyuges, enfermedad y calamidad, movimiento,
profesión, bendiciones, y aspecto general. Existen igualmente
otros métodos de analizar la cara, haciendo estudios especia-
les a los ojos, orejas, nariz y boca. Las arrugas, lunares, cejas,
ojos, oídos, nariz, boca, labios, lengua, dientes, cabello, for-
ma, color, hueso, carne, voz, genio y carácter son todos ellos
tratados con gran detalle.
Desde un moderno punto de vista científico, la fisiogno-
mía tradicional china parece francamente eficaz en su inves-
tigación de esta área. Desde un punto de vista filosófico pue-
de apreciarse igualmente que la fisiognomia china tradicio-
nal no es una invención cruda y arbitraria, sino que está
interpenetrada con la filosofía tradicional china de la unidad
de la Naturaleza y de la humanidad, así como con las doctri-
nas del yin y el yang y de los cinco elementos. En lo referen-
te a la aplicación práctica, sin embargo, existe un vasto ran-
go de diferencias. Hay una gran cantidad de falsos caracteró-
logos que apenas conocen una o dos cosas acerca de este
arte; realizan lectúras de rostros sin haber hecho ninguna in-
vestigación profunda, y no logran nada más que meras re-
presentaciones. Algunos viven de esto. No obstante, existen
otros que son destacados expertos en este arte, gentes capa-
ces de leer los rostros y averiguar cosas acerca de ellas con
probada exactitud.
En la referida obra Oda a las maravillas espirituales, el Ca-
minante del Manto de Cáñamo escribió que la cosa más difi-
cil de determinar por la fisiognomía es si alguien ha de vivir
mucho o morirá en poco tiempo; esto no se circunscribe so-
lamente al dominio humano, y queda únicamente determina-
do con certeza en un nivel espiritual.
210 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Cuando los magos de la Puerta del Dragón enseñaron a
Wang Liping la fisiognomía, lo hicieron enseñándole no sola-
mente a leer los rostros, sino también las manos, los pies, los
abdómenes, las espaldas y las cabezas. En suma, existe un ar-
te de fisiognomía para cada parte del cuerpo. Las artes que le
enseñaron los ancianos se diferenciaban de la fisiognomía or-
dinaria en dos aspectos importantes: uno es el tratamiento
detallado de cada parte individual; el otros es la práctica del
análisis seguido de la síntesis. Un aspecto que se descubre en
un lugar deberá ser verificado en otra parte; luego, se ensam-
bla un panorama total antes de emitir un juicio.
Hablando en términos de la fisiognomía de las manos, la
mayoría de los caracterólogos se centran en las palmas, o en
la forma de la mano. El método que enseñaron los ancianos
sabios a Wang Liping es mucho más completo que eso. No
sólo se examina la mano desde la muñeca a la punta de los
dedos, por el anverso y por el reverso; sé realiza el diagnósti-
co en cinco niveles, desde lo externo a lo interno: las huellas,
la piel, la carne, el hueso y la médula ósea. Sobre la superficie
del dorso de la mano, por ejemplo, se examinan los poros,
los patrones verticales y horizontales, para poder discernir a
partir de esta exploración las relaciones de las persona con
sus antepasados. Esto no forma parte del arte común de la fi-
siognomía, y estas configuraciones no pueden ser apreciadas
por las personas corrientes. Tan sólo aquellos con un podero-
so y profundo poder interior pueden ver tan exactamente y
con tal penetración.
* * *
En nuestros días, las gentes han aceptado la posibilidad
de inferir la condición del cuerpo plenamente a partir de la
condición de una de sus partes, tratando, por consiguiente, la
enfermedad de esta manera. Esto no es otra cosa que la mo-
derna teoría del universo hologramático.
El principio básico de la curación por medio de la acu-
puntura de la oreja es ver el oído como la totalidad del cuer-
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 211
po, con los puntos de presión individuales de la oreja corres-
pondiendo con los órganos particulares del cuerpo humano.
Si un órgano desarrolla una enfermedad, quedará reflejada en
el punto correspondiente de la oreja, y se aplicará la acupun-
tura para tratar dicha dolencia en un punto específico sobre
la oreja. La oreja es en consecuencia un holograma del cuer-
po humano en su totalidad. Éste es un descubrimiento im-
portante que hicieron los chinos. A mediados de los años 50,
el tratamiento por acupuntura de la oreja despertó el interés
en todo el mundo, dando origen a discusiones animadas en
el campo de la medicina.
En 1980 un chino de nombre Zhang Yingquing publicó
un informe extraordinario titulado «I;a regla hologramática de
los seres vivientes» el cual causó un alboroto dentro y fuera de
China. El señor Zhang siguió posteriormente publicando otros
trabajos sobre este tema, ampliando los detalles del asunto. En
su obra afirma: «Cada parte del holograma que constituye un
ser viviente tiene una posición correspondiente en la totali-
dad, o en otro holograma. Cada parte de un holograma, ,más
su correspondiente lugar en la totalidad o un lugar no corres-
pondiente en otro holograma, es de un tamaño comparable a
la entidad biológica que se encuentra en la posición corres-
pondiente. Las leyes de distribución de cada parte en un holo-
grama son las mismas que las de cada parte correspondiente
de la totalidad, o de otro holograma. Cada holograma contie-
ne la información biológica especial apropiada a cada parte de
una totalidad, así como cada punto de otro holograma. Esto es
similar a la forma en que cada fragmento de una foto holo-
gramática contiene la información de la imagen total.»
En 1973 Zhang Yingqing descubrió un conjunto ordenado
de nuevos puntos de acupuntura al lado del segundo hueso de
la palma, el cual podía ser utilizado para diagramar y tratar en-
fermedades en la parte correspondiente del cuerpo. Si bien el
segundo hueso de la palma no posee tantos puntos como el
holograma completo de todo el cuerpo contenido en la oreja,
para un diagnóstico aproximado es más práctico y más popu-
lar. Lo que resulta de particular importancia es el hecho de que
212 LA PUERTA DEL DRAGÓN
en ambos casos la teoría descansa sobre el mismo fundamento,
es decir, sobre la ley hologramática de los seres vivientes.
De la teoría de los seres vivientes como hologramas a la
noción del universo total como un holograma no media más
que un corto paso, el cual fue prontamente propuesto por al-
gunos chinos, y cuyo trasfondo cultural se fundamenta en el
yin-yang y en los cinco elementos, como una placa holográfi-
ca de todos los acontecimientos, de todos los seres y de todas
las cosas.
l..ao Tse afirma: «El Caminq es grande, el cielo es grande, la
Tierra es grande, y la humanidad es grande también.» E igual-
mente: «la humanidad está modelada en la Tierra, la Tierra está
modelada en el cielo, el cielo está modelado en el Camino, el
Camino está modelado en la Naturaleza». Estar modelado en al-
go significa imitarlo, parecerse a ello; significa encarnar la totali-
dad de la información, como ocurre en un holograma.
Si los ojos contienen información acerca de los órganos
internos, y la oreja es como una forma humana en miniatura
que contiene información acerca de la totalidad del cuerpo,
¿no es posible afirmar que las caras y las manos de las perso-
nas y, por supuesto, otras partes del cuerpo, contienen igual-
mente información acerca de la vida de esas personas?
Los médicos diagnostican las enfermedades basándose en
la observación de partes especificas del cuerpo; los caracteró-
logos diagnostican la evolución de los asuntos humanos. Para
decirlo en forma sencilla, todo se trata de una cuestión de in-
formación, pero «Los humanos ven humanidad, el sabio ve
sabiduría». Cuando los ojos utilizados no son los mismos, la
información obtenida a partir de los datos no es la misma, y
las conclusiones que se derivan tampoco son iguales.
-* * *
Entre las cinco artes, la que más fácilmente comprende y
acepta la gente es la sanación, luego le sigue la fisiognomía y
el entrenamiento; la más difícil de comprender es la predic-
ción de la fortuna y la adivinación.
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 213
El entrenamiento se refiere a métodos comunes de desarro-
llo; en un sentido estricto, se refiere a las artes marciales. Debi-
do a que las artes marciales, tanto las blandas como las duras,
han establecido derroteros que pueden ser observados, la gente
cree en ellas.
Por supuesto, la sanación, la fisiognomía y el entrena-
miento tienen que ser aceptadas como compatibles con la
ciencia, al nivel de los tres planos inferiores de las personas,
los acontecimientos y las cosas, a fin de poder ser compren-
didas y aceptadas. Una vez que se trasciende este nivel, sin
embargo, al elevarse a los niveles de los tres planos medios
de cielo, tierra y humanidad, la gente se siente insegura. Por
ejemplo, la acupuntura de la aguja infinita, los mensajes a
larga distancia y el uso de talis~anes para curar las enfer-
medades aparecen ante la gente común como misterios in-
comprensibles. Poder ver hasta los huesos Fequiere un nivel
de práctica que los caracterólogos ordinarios no pueden al-
canzar, y, en consecuencia, la mayoría de la gente probable-
mente pensará que eso es un montón de tonterías. Las artes
marciales ordinarias son simplemente un asunto de fuerza y
de técnica; la operación auténtica del poder interior, combi-
nada con la aplicación de métodos esotéricos, resulta de
efectos inalcanzables para la fuerza y la técnica ordinarias,
de manera que esto también es difícil que la gente lo com-
prenda. ..
Si ahora hablamos acerca de predicción de la fortuna y
de adivinación, desde el mismo momento en que comenza-
mos, la gente se sentirá llena de dudas y suspicacia. La mayo-
ría considera la predicción de la fortuna como sinónimo de
casualidad; nadie capta su relación con la inevitabilidad. El
pensamiento de la persona ordinaria se detiene aquí.
La predicción de la fortuna y la adivinación son artes de
pronosticación. La pronosticación, o predicción, es algo que
la gente utiliza normalmente en el curso de la vida diaria. Se
puede afirmar que en tanto existe pensamiento existe predic-
ción; pero los métodos de predicción difieren, las teorías di-
fieren, y los resultados también difieren.
214 lA PUERTA DEL DRAGÓN
La predicción tradicional china de la fortuna se utiliza
principalmente para predecir la tendencia evolutiva de la vida
de una persona; mientras que la adivinación se utiliza princi-
palmente para predecir algo que va a suceder en un momen-
to y en un lugar particulares, o' en el caso de un aconteci-
miento que está a punto de aparecer,
El fundamento teórico de la predicción de la fortuna es la
filosofía china tradicional de la unidad de la Naturaleza y de
la humanidad, y de las doctrinas del yin y el yang y los cinc<?
elementos. Este arte considera el desarrollo de una vida hu-
mana individual como un reflejo en miniatura de los desarro-·
llos en el universo, de manera que la evolución del universo
determina la evolución de la vida humana, En relación con
este punto, las percepciones de la ciencia y de la predicción
de la fortuna son concurrentes. Si nos detuviésemos en este
nivel general, sin embargo, la predicción de la fortuna no sur-
giría, y la controversia entre la predicción de la fortuna y la
ciencia no tendría.lugar.
Bajo la guía de la filosofía china tradicional, los intelec-
tuales de la antigua China se aplicaron a este asunto, buscan-
do cómo una vida humana se relaciona con la evolución del
universo, y cómo puede predecirse lo que sucederá a lo largo
de una vida.
Una de las formas que encontraron los antiguos chinos de
llegar a al¡una respuesta es el llamado método de cálculo de
los Cuatro Pilares. Comenzando el cálculo desde el momento
y lugar del nacimiento de la persona, este método construye
una cierta cantidad de modelos de cambio y de desarrollo di-
ferentes, con el fin de predecir el curso que el individuo debe-
rá seguir en la vida. Aquí es donde 'surge la controversia entre
la predicción de la fortuna y la ciencia; aquélla considera posi-
ble predecir esta clase de cosas, mientras que la ciencia consi-
dera tales predicciones como carentes de fundamento.
En los países desarrollados de Occidente, el nivel de cul-
tura convencional de la gente es relativamente elevado, y los
conceptos científicos han tomado cuerpo de forma consisten-
te en el cerebro del promedio de las personas, pero la ciencia
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 215
no tiene manera de responder muchos interrogantes que se
encuentran en el dominio de lo convencional. Algunos inte-
lectuales han percibido ya que la ciencia está afrontando una
crisis, y están comenfando a interesarse en la cultura que está
fuera de la ciencia convencional, buscando alguna clase de
resolución para esos interrogantes. La predicción de la fortu-
na es uno de los caminos que están explorando.
Aunque el pensamiento científico tiene gran influencia
en China, debido a que la educación no está desarrollada, la
influencia de la cultura tradicional permanece en un alto ni-
vel, y entre el común de la gente hay un gran número de per-
sonas que creen en la predicción de la fortuna. Éste es el esta-
do actual de la cultura; es inneces,~rio decir que, según sea el
ángulo desde el cual se percibe, la predicción de la fortuna
no es un elemento que se pueda vender barato.
La predicción de la fortuna según los chinos tiene sus raí-
ces en la era de los Estados Guerreros, pero la técnica de los
Cuatro Pilares no fue completamente sistematizada hasta las
dinastías Tang y Song. Las figuras clave para lograrlo fueron
Li Wuzhong de la dinastía Tang y Xu Ziping de la primera
parte de la dinastía Song. El señor Li basó sus cálculos sobre
el año, mes y día del nacimiento de una persona; el señor Xu
agregó otro elemento: la hora.
En los calendarios tradicionales chinos, el año, mes, día y
hora son representados todos por el sistema de tallos de cielo
y ramas de tierra. Se disponen cuatro números horizontal-
mente, con los tallos de cielo arriba y las ramas de tierra aba-
jo, formando cuatro pilares; hay ocho caracteres en total, de
manera que éste se denomina el método de cálculo de los
ocho caracteres para la predicción de la fortuna. Puesto que
los tallos de cielo y las ramas de tierra representan tiempo y
ubicación, y contienen en su interior yin y yang y los cinco
elementos, abarcan las complejas relaciones de cambios en el
cielo, la tierra y la humanidad. En términos científicos mo-
dernos, estos ocho caracteres definen la cualidad y la canti-
dad, de manera que pueden ser utilizados para llevar a cabo
extrapolaciones.
 TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 217
216 LA PUERTA DEL DRAGÓN

dos de la vida de una persona y la propia fortuna a través de

El cálculo de ocho caracteres en relación con la predic-
varias etapas fundamentales de desarrollo y de cambio. Utili-
ción de la fortuna conocida como la «Técnica Ziping de pre-
zando el método de Cálculo de la Obra de la Estrella, se de-
dicción de la fortuna» es una clase de formato; existe también
terminan las posiciones del Sol, de la Luna y de la Tierra en
el «Cálculo de la Obra de la Estrella» el cual constituye otra
el momento del nacimien,to, así como el ángulo y la dirección
clase de formato. Este tipo de cálculo es relativamente com-
de los cinco planetas principales con respecto a la Tierra; calcu-
plejo, y en él se disponen estrellas en círculo para utilizarlas
lando estas relaciones para un año, se pueden predecir acon-
en la predicción del curso de la vida de una persona con cier-
tecimientos importantes de ese año y las relaciones que tie-
to detalle. En términos científicos modernos, cada uno de es-
nen con la vida de una persona.
tos diagramas es una placa holográfica independiente; en teo-
Los tres maestros invirtieron mucho tiempo y esfuerzo en-
ría, no se cuestiona que sea enteramente posible utilizarlos
señando la adivinación a Wang Liping. Los fundamentos de la
para predecir una vida. Entonces, ¿cuál es el problema? Lo
adivinación son también el yin y yang y los cinco elementos,
importante es cómo emplear estos formatos para predecir de
pero existen numerosos métodos concretos de hacer cálculos.
manera exacta que va a suceder algo en un cierto momento y
El curso básico de estudio comprende los ocho trigramas.
lugar. Tan pronto como se habla de certeza y concreción·, la
Los confucianistas y los taoístas tienen un gran respeto
ciencia expresará su oposición, porque considera que la
por el I Ching o Libro de los Cambios. Los confucianistas tie-
«coincidencia» es impredecible.
nen estima por los principios filosóficos contenidos en el
Una cosa es si podemos o no lograr este paso, y otra si
I Ching. Durante un periodo de más de dos mil años, se
cada uno de los que utilicen estas herramientas pueden o no
escribieron varios miles de comentarios confucianistas sobre
realizarlo. No deben confundirse estas dos cuestiones.
el I Ching, la mayoría de los cuales para explicar los princi-
La predicción de la fortuna que los tres maestros enseña-
pios filosóficos. Los taoístas estiman las herramientas y los
ron a Wang Liping involucra la utilización de varias clases de
métodos de conocimiento proporcionados por el I Ching, ha-
herramientas de pronosticación al mismo tiempo. Sus mento-
ciéndolo incluso más práctico.
res le dijeron que la predicción de la fortuna es una metodo-
Los tres ancianos maestros siguieron la tradición taoísta
logía por la cual los antiguos comprendían la humanidad. To-
al enseñar a Wang Liping el I Ching en setenta y dos varian-
dos tenemos un destino: el destino es el nacimiento, el enve-
tes, todas ellas basadas en el formato fundamental de los se-
jecimiento, la enfermedad y la muerte; el destino es los
senta y cuatro hexagramas. Entre ellas se encuentran los
altibajos del individuo dentro de la sociedad. Los cambios so-
Cambios de plantas, los Cambios de animales, los Cambios hu-
ciales son regidos por leyes naturales que pueden ser rastrea-
manos, etc. Todos los acontecimientos y todas las cosas y se-
das; los desarrollos en la vida de una persona obedecen tam-
res pueden clasificarse en términos de los sesenta y cuatro
bién a leyes que pueden ser rastreadas. Algunos de estos
hexagramas, con el fin de observar y predecir sus desarrollos
cambios poseen formas, otros carecen de ellas. La predicción
y sus cambios. En realidad, los ocho trigramas y los sesenta y
de la fortuna requiere que se investigue cómo captar aquello
cuatro hexagramas deben ser considerados como un hologra-
que tiene forma para percibir lo que no la tiene; ver el pre-
ma del universo, con la evolución de todas las cosas proce-
sente para predecir el futuro.
diendo según las mismas leyes naturales.
El Cálculo de la Obra de la Estrella y otros métodos re-
Una característica especial acerca de la utilización de los
quieren una lectura cuidadosa. Utilizando el método de los
ocho trigramas que los mentores de Wang Liping le enseña-
Cuatro Pilares, es posible determinar los puntos más destaca-
 218 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ron fue que los debia considerar como una esfera, más que
como un plano, como se suele entender comúnmente. Los
trigramas del cielo y de la tierra son los extremos, con el fin
de poderlos retirar; los restantes seis trigramas corresponden
a arriba y abajo, izquierda y derecha, anterior y posterior, for-
mando asi una estructura tridimensional. Todos las cosas y
todos los seres, todas las entidades que poseen forma son in-
separables de esta esfera.
Otra peculiaridad del método de utilización del I Ching
que aprendió de sus mentores taoístas radicaba en que cuan-
do se quiere adivinar un asunto por medio de un hexagrama,
uno dirige preguntas al hexagrama acerca del tema; de mane-
ra que existe una relación anfitrión-huésped, la cual deberá
ser correctamente definida a fin de obtener una respuesta
exacta. El hexagrama es el anfitrión; el yo es el huésped.
Cuando el yo pregunta al anfitrión acerca de algo, es necesa-
rio colocar los sesenta y cuatro hexagramas en la parte exte-
rior, formando una gran esfera que rodea al yo. Ésta es la re-
lación correcta. Si se considerase al yo como anfitrión, y los
sesenta y cuatro hexagramas se colocasen en la propia mente,
y todas las preguntas tuvieran una respuesta subjetiva, enton-
ces, ¿cómo seria posible cuestionarse algo?
Cuando se utilizan los ocho trigramas para la adivina-
ción, la dificultad reside en los llamados «cambios interrum-
pidos», cuando surgen a la vez un hexagrama básico y un he-
xagrama cambiado, requiriendo de una interpretación a fin
de comprender lo que se está diciendo. La interpretación re-
quiere aprendizaje; experiencia y poder de pensamiento aso-
ciativo, de manera que se puedan eliminar las respuestas im-
posibles y elegir una respuesta factible.
Existen también otros sistemas de adivinación, incluyendo
el notable «Ocultamiento en la Puerta de la Suerte», una de las
artes secretas de la cultura tradicional china. La técnica de pro-
nosticación es muy profunda, imposible de aprender mediante
el estudio individual sin contar con un guia esclarecido para
dar las instrucciones personales necesarias que la hagan real-
mente útil. Desde tiempos antiguos, por lo tanto, son muchos
TRASCENDIENDO EL TIEMPO Y EL ESPACIO 219
los que han conocido el nombre del arte, pero son pocos los
que lo han llegado a dominar; aquellos a quienes les ha sido
posible emplearlo fueron todos grandes personajes de la histo-
ria, gentes que realizaron grandes obras con su ayuda.
La forma básica de Ocultamiento en la Puerta de la Suer-
te es igualmente un holograma; éste incluye el cielo, la Tierra,
la humanidad y los espiritus, en una sola matriz, y toma en
cuenta las variadas relaciones del yin y yang y de los cinco
elementos. Con ello se descubre la buena o mala fortuna en
momentos y lugares particulares con el fin de guiar las accio-
nes de las personas. Este sistema está interpenetrado por la fi-
losofia de la unión de la Naturaleza y de la humanidad. Trata
sobre cuestiones de necesidad o eje inevitabilidad. Cuando las
personas deben ajustarse a ciertas condiciones cuya ocurren-
cia puede ser predicha, estamos ante un asunto de inevitabili-
dad o de necesidad, no de coincidencia.
La predicción de la fortuna al estilo chino cuenta también
con un libro muy popular titulado Cálculos espirituales del ta-
blero de hierro, del cual existen numerosas versiones distintas.
Esta obra es atribuida a Shao Ying, famoso erudito de la dinas-
'tia Song, porque utiliza un método especial de cálculo publi-
cado por Shao Ying en otro trabajo famoso. En realidad, la
mencionada obra, con sus contenidos tan sumamente com-
plejos, no es el trabajo de un solo autor. Con una construc-
ción compleja, este libro es un compendio de conocimientos,
técnicas, terminologías y métodos acerca de muchas facetas
del arte tradicional chino de la pronosticación. Algunas de las
declaraciones contenidas en él están redactadas en forma muy
elegante, en cambio otras son simples y crudas. El método de
realizar las consultas es muy dificil, y la manera críptica de ex-
presión es sumamente dificil de comprender si no se cuenta
con un considerable entrenamiento en literatura e historia clá-
sicas. Por estas razones, aunque la obra es ampliamente cono-
cida, son muy pocas las personas capaces de utilizarla.
* * *
220 LA PUERTA DEL DRAGÓN

Al tiempo que los tres ancianos maestros le enseñaban a

Wang Liping cada una de las artes del desarrollo del conoci- 11
miento, le advertían que estas cinco artes debían ser practica-
das por medio del Camino, utilizándolas para ayudar a la
gente, para dar soporte al Camino, para comunicar el Cami- El sueño deliberado y la
no. Esto es lo básico. Las artes son derivaciones: el Camino es
el cuerpo principal. Cuando uno se desarrolla en el Camino,
purificación del espíritu
la inteligencia se amplía y no se hace difícil aprender técni-
cas. Cuando el Camino es sublime, las técnicas también son
sublimes; este principio se torna más evidente cuando se tra-
baja con el dispositivo superior.
Wang Liping comprendió lo que sus maestros querían
decir. Aun cuando estaba muy interesado en aprender las ar-
tes, y había invertido mucho tiempo y esfuerzo en ellas, en
ningún momento se había separado de la esencia básica del
Camino. Posteriormente, comprobaría la veracidad de la ad-
[ill A PURIFICACIÓN DEL ESPÍRITU» fue la octa-
va etapa en la vida de Wang Liping como
aprendiz de taoísta. En esta etapa, la vitalidad,
la energía y el espíritu se habían sublimado ya a un nivel su-
vertencia de sus maestros ante la experiencia real. Cuando te- perior. Aquí el término «energía», en particular, es diferente.
nía que tratar con pacientes que se encontraban seriamente · En realidad, la «energía» hay que comprenderla de manera
enfermos, o cuando debía enfrentarse a casos difíciles sin pre- distinta en cada uno de los tres planos denominados infe-
cedentes, un gran maestro lo instruía en sueños, enseñándole
rior, medio y superior.
artes extraordinarias e indicándole cómo debería curar esas
Por ejemplo, todas los seres y todas las cosas producen
enfermedades particulares. En ese tiempo, desde luego, pose-
una sombra cuando están bajo una luz. ¿Es esta sombra algo
ía ya la capacidad de la comunicación espiritual.
vacío o sustancial? En el nivel de los tres reinos inferiores de
Después del desarrollo del conocimiento, los ancianos
personas, acontecimientos y cosas, la gente dice que está va-
enseñaron a Wang Liping a «purificar el espíritu».
cía: si se divide la sombra en partes, eso no tiene ningún efec-
to en el objeto sólido correspondiente. Sin embargo, dividir
la sombra en partes produce un efecto, en realidad, aunque
las personas, los acontecimientos y las cosas no puedan per-
cibirlo porque no son lo suficientemente sensibles para ha-
cerlo. Cuando se alcanza el nivel de «cielo, Tierra y humani-
dad», sin embargo, no ocurre lo mismo; aquí una sombra se
percibe como sustancial. Por ejemplo, la sombra de una per-
sona corresponde específicamente a cada una de las partes
individuales de su cuerpo; si una energía de nivel medio, o
un objeto, actúa sobre la sombra de la persona, es equivalen-
te a que actúe sobre su cuerpo.
222 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Cuando Wang Liping ya se había desarrollado hasta este
punto en el proceso de «cultivar el triple plano», en una oca-
sión en la que su mentor quebró su reflejo sobre el agua, Li-
ping percibió una sensación en el cuerpo. Esta suerte de sen-
sación únicamente puede ser detectada cuando el trabajo in-
terior ha progresado hasta un grado considerable. En este
orden de cosas, cuando se alcanza un grado todavía superior,
si una aguja perfora una determinada parte de la sombra de
una persona, esto es equivalente a clavarle una aguja en su
cuerpo. La mayoría de las personas no lo perciben en absolu-
to, sin embargo, la acción ha causado un efecto; en esto se
basa la curación de las dolencias mediante la acupuntura rea-
lizada sobre la sombra.
En resumen, en esta etapa de nuestra historia el pensa-
miento del lector necesita asumir un cambio. Si se empeña en
seguir aplicando el significado original de un concepto dado
más allá de un determinado punto, dejará de funcionar de
forma efectiva.
A continuación los tres maestros entrenaron a Wang Li-
ping en el sueño deliberado. Desde el punto de vista del co-
mún de las personas, un sueño es algo que posee forma pero
no sustancia. Cuando se van a dormir, sueñan arbitrariamente
toda clase de sueños extraños, la mayoría de los cuales no son
recordados luego. Algunos sueños dejan una profunda impre-
sión, pero la gente no logra comprender su significado.
Los ancianos y Wang Liping ven los sueños de manera
diferente de como los perciben las personas comunes. Para
decirlo sencillamente; en el nivel de «personas, aconteci-
mientos y cosas», los sueños tienen forma pero no sustancia,
sin embargo, en el nivel de «cielo, Tierra y humanidad», los
sueños tienen tanto forma como sustancia. En este nivel, los
sueños de la gente son más bien activos que pasivos: realizan
tareas en los sueños. Para alcanzar este nivel se hace necesa-
rio someterse a un entrenamiento especial, así como haber al-
canzado un gran desarrollo en lo que respecta al trabajo inte-
rior. Esto implica un entrenamiento especial en vitalidad,
energía y espíritu.
EL SUEÑO DELIBERADO Y LA PURIFICACIÓN DEL ESPÍRITU 223
Una vez que los magos hubieron enseñado a Wang Li-
ping a desarrollar su propia vitalidad, energía y espíritu hasta
un estado sumamente elevado, le enseñaron también cómo
hacer un uso específico de esas facultades para poder soñar
en forma deliberada.
Comenzaron por explicarle que el espíritu está dividido
en dos clases; la gente posee un espíritu yin y otro yang. El
primero corresponde al alma inferior, y el segundo al alma
superior. El discípulo encontraba dificultades en comprender
lo que significaba todo aquello, a pesar de que perseveraba
día tras día en pedir a sus mentores que se lo explicaran más
claramente. Al principio los maestros habían estado derra-
mando virtualmente sus enseñanzas sobre su aprendiz, pero
más adelante, una vez que vieron qüe Liping se hallaba en el
Camino, comenzaron a evitarlo. Sin embargo, no le era dificil
encontrar a alguno de ellos siempre que lo necesitase. Todos
le enseñaban las mismas cosas, pero cada uno las matizaba
desde su propia individualidad.
De modo que ¿cómo se sueña deliberadamente en el ni-
vel de «cielo, Tierra y humanidad»? Existen dos clases de
sueños. Uno opera dentro del cuerpo; esta clase es, formal-
mente, la misma que el tipo de sueño de una persona co-
mún, pero se diferencia en que uno puede controlar el con-
tenido del sueño. Por ejemplo, uno propone un tema especí-
fico, algún asunto sobre el cual desea pensar, o bien se
plantea una pregunta para la que se busca respuesta; luego
uno se va a dormir y la respuesta a la pregunta se le presen-
tará en el sueño.
Según refiere el maestro Wang Liping, cuando sale a dar
conferencias o dirige sesiones de entrenamiento, nunca escri-
be un borrador de sus discursos; ni siquiera escribe una nota.
Todos los días se sienta durante varias horas; cuando se va a
dormir a las tres o las cuatro de la mañana, primeramente de-
termina un tema, digamos, lo que va a decir en su conferen-
cia del día siguiente, y luego comienza a soñar. El contenido
de su conferencia se le presenta dentro de su sueño. Normal-
mente duerme durante dos o tres horas. Una vez que se ha
224 LA PUERTA DEL DRAGÓN
levantado, su mente se halla perfectamente despejada, y pue-
de comenzar la conferencia de inmediato. Es capaz de hablar
acerca de lo que ha visto en el sueño durante horas y horas,
incluso durante un día o más, sin que se le agote el tema en
absoluto.
La otra clase de sueño no es realmente tal cosa, sino que
se halla, en realidad, más allá de lo que la gente común deno-
mina sueños. Se trata del espíritu yang, el «viaje externo» del
espíritu yang.
Es importante señalar que conseguir que los espíritus yin
y yang atraviesen una abertura y viajen al exterior denota en
sí un logro sumamente avanzado. Hay un gran número de
personas que no creen que tengamos un espíritu yin y otro
yang, y mucho menos que puedan viajar externamente. Ésta
es una cuestión metodológica de máxima seriedad, que tiene
una gran significación para la humanidad así como para el
universo, y sería merecedora de una profunda investigación.
¿Cómo se realiza esta segunda modalidad de sueño? El
maestro Wang Liping explica que los magos le enseñaron que
debía tomar la vitalidad, la energía y el espíritu y hacer que
cada uno de ellos, por separado, actuara de «director». El es-
píritu puede estar en la vanguardia, con la vitalidad como di-
rectora y la energía detrás de ella como la fuerza propulsora.
Alternativamente, la vitalidad puede estar esta vez en la van-
guardia, con el espíritu como director y la energía detrás co-
mo fuerza propulsora. O bien, el espíritu puede quedar en la
vanguardia con la energía como directora y la vitalidad detrás
como la fuerza propulsora.
Por ejemplo, cuando el espíritu yin emerge, si el espíritu
está de director, la vitalidad rodea al espíritu, la energía en-
vuelve a la vitalidad y, en consecuencia, se manifiesta la for-
ma. Si el espíritu se halla como director, la energía envuelve
al espíritu y la vitalidad está en la parte externa, en ese caso la
forma no se manifiesta. La manifestación de la forma se de-
nomina el «arte de reproducir el cuerpo», y puede ser llevada
a cabo incluso sin soñar. La no manifestación de la forma
también puede ser realizada cuando no se está soñand.o. En
EL SUEÑO DELIBERADO Y LA PURIFICACIÓN DEL ESPÍRITU 225
el sueño, sin embargo, es mayormente el espíritu yin y no el
yang, el que se proyecta.
Cuando se realiza esta segunda clase de sueños, proyec-
tando el espíritu para que opere a través del tiempo y del es-
pacio, los sueños poseen tanto forma como sustancia; no hay
nada vacío o ilusorio en ellos.
Según a la experiencia práctica del maestro Wang Liping,
los sueños humanos, tal como los conocemos hoy en día,
pueden ser generalmente divididos en dos categorías princi-
pales. Una es el sueño espontáneo, el cual la gente no puede
controlar. La otra es el sueño controlable, el cual puede ser
manipulado por las personas para convertirlo en una herra-
mienta útil. La primera clase de sutños es la que se presenta
entre la gente común; la segunda son los sueños de aquellos
que se han elevado al nivel de «cielo, Tierra y humanidad».
* * *
Los sueños ordinarios se han venido investigando desde
tiempos inmemoriales. La polémica sobre los sueños se ha
tomado incluso más apasionada durante el siglo veinte al ha-
ber surgido en Occidente unos cuantos pensadores influyen-
tes, tales como Freud y Jung. China también ha producido
recientemente un pensador de gran importancia es esta área,
el 'Profesor Liu Wenying, quien dedicó años a la investigación
de las referencias a sueños dentro de la literatura china, pre-
sentando finalmente una «nueva teoría china sobre los sue-
ños». Esta nueva teoría aparece en su último trabajo, Supersti-
ciones acerca de los sueños - Una faceta de la antigua religión, fi-
losofía y ciencia chinas. Las siguientes citas sobre las antiguas
teorías chinas acerca de los sueños, excluyendo las observa-
ciones aclaratorias, se han tomado del trabajo del profesor
Liu.
La primera mención de una clasificación de los sueños en
la antigua literatura china se encuentra en los Ritos Zhou, la
cual presenta un categorización apropiada para la gente de la
era preimperial. En este clásico de los ritos, los sueños se di-
226 LA PUERTA DEL DRAGÓN
viden en seis categorias: «La primera es la de los sueños exac-
tos; la segunda, la de los sobrecogedores; la tercera, la de los
reflexivos; la cuarta, la de los sueños para el despertar; la
quinta, la de los sueños gozosos; la sexta, la de los espanto-
sos.» Así es cómo los intérpretes oficiales de sueños de la di-
nastía Zhou los clasificaron. Estos intérpretes solían determi-
nar el buen o mal presagio de los seis tipos de sueños de
acuerdo con el Sol, la Luna, las estrellas y los planetas. Esta
modalidad de clasificación se basaba principalmente en los
contenidos del sueño, así como en el estado psicológico del
soñador.
Durante la dinastía Han oriental, Wang Fu clasificó los
sueños en diez categorías en su Tratado del hombre oculto:
«Hablando comúnmente los sueños pueden ser directos o
simbólicos; pueden involucrar vitalidad, pensamiento, perso-
nalidad, sentimientos o los tiempos. En ellos pueden hallarse
los reveses, la enfermedad o la sexualidad.» Wang Fu afirma:
«Estos diez elementos constituyen los parámetros generales
para la interpretación de los sueños.» También clasifica los
sueños en aquellos que tienen validez y en los que no la tie-
nen. Sin embargo, afirma también que: «Los sueños extraor-
dinarios obedecen, en su mayoria, a algún motivo; pocos ca-
recen de significado.»
Considerando lo anterior, podemos apreciar que las gen-
tes de la Antigüedad consideraban muy seriamente el estudio
de los sueños y tomaban en cuenta las distintas clases a las
que pertenecían. En especial otorgaban suma importancia a
los «sueños extraordinarios», con la esperanza de «leen>,
apoyándose en ellos, alguna información útil acerca de la vi-
da o de la sociedad.
Las singularidades entre los distintos tipos de sueños de-
lineadas en las escrituras budistas son incluso más avanzadas.
Por ejemplo, El bosque de perlas en el jardín de la enseñanza ci-
ta una fuente anterior que planteaba una distinción de los
sueños agrupándolos en cuatro tipos: sueños que resultan de
una indisposición física, sueños premonitorios, sueños que
conectan lo sobrenatural con la humanidad y sueños que
EL SUEÑO DELIBERADO Y LA PURIFICACIÓN DEL ESPÍRITU 227
provienen de los pensamientos. No seria apropiado intentar
comprender estos términos literalmente; es algo sumamente
difícil conocer lo que significan exactamente. En el caso de
«sueños que conectan lo sobrenatural con la humanidad»,
sin embargo, es evidente que se hace referencia a los sueños
en los que hay sensación y respuesta entre el Cielo y la hu-
manidad, asumiendo la naturaleza de una premonición.
La obra budista Tratado sobre la sabiduría trascendental
clasifica igualmente los sueños en cinco clases: «En casos de
discondarcia dentro del cuerpo, cuando existe fiebre se suele
soñar frecuentemente con fuego, y se ven los colores amarillo
o rojo. Si hay escalofrios, se sueña con agua, viendo el blan-
co. Si hay parálisis, se sueña en qu,7 se vuela y se ve el negro.
También aparecen en los sueños· cosas que se han visto u
oído si se piensa insistentemente acerca de ellas. Los seres ce-
lestiales podrán enviar sueños con el propósito de informar a
la gente sobre acontecimientos futuros.» Las tres primeras ca-
tegorias corresponden, en este caso, a indisposiciones físicas;
la quinta es igual a la mencionada categoria de «sueños que
.. conectan lo sobrenatural con la humanidad». El último tipo
involucra la comunicación con espíritus en sueños, mediante
la cual se puede conocer el futuro; por consiguiente, éstos
son considerados como sueños no ordinarios.
En relación a éste último tipo de sueños, existe compa-
rativamente poca literatura relevante a través de las edades, y
las investigaciones que se han hecho son poco adecuadas.
Ésta es una razón importante por la que la gente no ha reali-
zado ningún avance significativo en su percepción de los
sueños.
El maestro Wang Liping considera que la teoria y la prác-
tica taoístas que tratan sobre los sueños presenta la naturaleza
básica de la existencia del universo a un nivel superior.
En primer lugar, los sueños están divididos en sueños pa-
sivos y activos. Los primeros pueden ser expresiones indivi-
duales del subconsciente de la persona, o bien pueden ser es-
timulados por influencias externas; en cualquier caso, no son
el resultado de la voluntad subjetiva del soñador.
228 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Las fuerzas externas, en este dominio, son fuerzas que la
ciencia todavía tiene que confrontar en mayor detalle.
Por otro lado, existen la vitalidad humana, la energía y el
espíritu como las encontradas por el maestro Wang Liping en
su propia experiencia. Estas facultades, debidamente cultiva-
das y refinadas, pueden controlarse y utilizarse deliberada-
mente. Pueden incluso ser utilizadas para controlar las co-
rrespondientes facultades no refinadas de la gente común de
tal manera que puedan crear sueños. El sueño pasivo posee
sueño activo dentro de él; para las personas comunes será pa-
sivo; para los practicantes cultivados será activo.
Los sueños activos son, a su vez, de dos tipos. El primero
es el que acabamos de mencionar, donde uno utiliza su pro-
pio poder interior para involucrar a otra persona en un sue-
ño. El otro es cuando se propone un tópico con el que soñar,
para luego encontrar durante el sueño las respuestas a sus
preguntas.
En segundo lugar, las relaciones temporales y espaciales
cambian tremendamente en los sueños. En los de la gente co-
mún, el espacio parece estarse moviendo alrededor, con todas ,
Ias imágenes tan insustanciales como las nubes, el agua y el
aire, moviéndose de una escena a la siguiente, imposibles de
ser alcanzadas. Existe un sentido del tiempo, pero no parece
ser una sensación exacta.
. Por el contrario, en el sueño activo practicado por el
maestro Wang Liping, la situación es completamente dife-
rente. Las escenas en el sueño son mucho más parecidas a
un escenario real, de tal manera que se hace difícil apreciar
la diferencia. Alguien podría afirmar que no existe ninguna
diferencia, y se puede decir que el soñador está verdadera-
mente presente allí.
Aquí nos topamos con una controversia significativa:
¿cuál es la verdadera naturaleza de los sueños? El moderno
investigador occidental sobre los sueños, Freud, creía que los
sueños eran expresiones de la actividad psíquica subcons-
ciente. A nivel inferior de «personas, acontecimientos y co-
sas», esto constituyó un logro importante dentro de la teoría
EL SUEÑO DELIBERADO Y LA PURIFICACIÓN DEL ESPÍRITU 229
del sueño. Pero los taoístas consideran insuficiente quedarse
en este nivel y buscan investigar más profundamente. Y esto
nos lleva de vuelta a la vitalidad, la energía y el espíritu.
En cuanto a su naturaleza básica, los sueños se relacio-
nan no sólo con el espíritu, sino también con la energía y la
vitalidad. Esto es verdad no solamente en cuanto a los sueños
de la gente común, sino que también se aplica a los sueños
de las personas cultivadas. Ello se debe a que soñar es una
categoría de forma de existencia en la cual la vitalidad, la
energía y el espíritu operan en consonancia: su forma de ma-
nifestación en el tiempo y en el espacio es extremadamente
fluida y libre; así es como los taoístas practicantes utilizan los
sueños para despertar el poder mental, para relacionarse con
otra gente, y para trascender las barreras del espacio y del
tiempo.
Tercero, en cuanto al significado de los sueños, ésta es la
cuestión que ha sido investigada más ampliamente. Los taoís-
tas, manteniendo su idea de la unidad de la Naturaleza y de
la humanidad, explican la naturaleza básica de los sueños en
términos de equilibrio o desequilibrio de la vitalidad, la en~r­
gía y el espíritu, otorgando un profundo significado tanto al
sueño activo como al pasivo.
Lo mismo que acontece con las imágenes de los hexagra-
mas del I Ching, ocurre con los sueños, cuando existe una cosa
existe una imagen, y cuando existe una imagen existe una es-
tructura, y cuando existe una estructura existe la razón. Esta
razón no es obvia, sino que está oculta. El modo de expresión
del sueño son las imágenes en movimiento, y no el lenguaje
abstracto; las imágenes representan las relaciones entre la hu-
manidad y el universo incluso en forma más directa. La expre-
sión en lenguaje abstracto es, con frecuencia, limitada, espe-
cialmente después de que las palabras hayan quedado conge-
ladas por los conceptos culturales fijos, que es cuando esta
limitación se hace particularmente evidente. Debido a que los
estados de sueño, por el contrario, no están limitados por el
tiempo ni el espacio, ofrecen una tremenda versatilidad y una
libertad de expresión mucho mayor. Como consecuencia de
•
230 LA PUERTA DEL DRAGÓN
que la gente está circunscrita por las restricciones del entorno
inmediato, particularmente por la cultura, su espíritu vital Y
su cuerpo físico se encuentran con frecuencia en estados de
supresión; los sueños son una forma de liberarles.
Finalmente, en lo que se refiere a la interpretación de los
sueños, los taoístas consideran el significado de los sueños
activos como evidentes por sí mismos, no necesitando inter-
pretación. En cuanto a los sueños pasivos, donde el significa-
do está claro, tampoco se necesita ninguna interpretación,
mientras que los que presentan un significado oculto requie-
ren de una interpretación basada en sus imágenes. Las herra-
mientas para la interpretación estarán en relación con los orí-
genes de los sueños, la vitalidad, la energía y el espíritu, Y
con los principios de yin y yang y los cinco elementos. Lo
que es importante en relación con esto es elevar el pensa-
miento desde el nivel de «personas, acontecimientos y cosas»
al nivel superior de «cielo, Tierra y humanidad».
El sueño activo o deliberado que se mencionaba anterior-
mente, en el cual los sueños son inducidos en otras personas,
viajando a través del tiempo, no se trata, en realidad, de
«sueño», sino que es verdaderamente una «proyección del
espíritu».
La condición fundamental para la proyección del espíritu
es poseer una suficiente vitalidad, energíá y espíritu y entre-
narlos de tal manera que lleguen a operar libremente. Lo que
los tres maestros le enseñaron a Wang Liping fue la metodo-
logía para entrenarse en esas tres facultades.
El espíritu yin es como un niño: primero es alimentado Y
desarrollado lentamente dentro del abdomen; seguidamente
es transferido a la cámara nirvánica en el cerebro. A medida
que el espíritu yin se desarrolla, debe ser cuidadosamente pro-
tegido. Es de particular importancia tener cuidado con los
cambios climáticos y no trabajar sobre la proyección del espí-
ritu durante el mal tiempo. Es como en el caso de un niño, el
cual puede dejar el cuerpo de la madre después de haberse
desarrollado completamente, pero como le ocurre a un recién
nacido, se encuentra todavía desamparado y necesita ser pro-
EL SUEÑO DELIBERADO Y LA PURIFICACIÓN DEL ESPÍRITU 231
tegido y atendido cuidadosamente a fin de facilitarle un salu-
dable crecimiento. Una vez que ha crecido y está fuerte, se le
puede enseñar a andar, y permitirle que se mueva gradual-
mente.
Cuando se practica inicialmente la proyección del espíri-
tu, se le permite actuar en la vecindad inmediata, y se le hace
regresar muy rápidamente. Posteriormente se le permite ac-
tuar de puertas para fuera, debiendo regresar por la ruta ori-
ginal. Después de un prolongado entrenamiento, cuando el
espíritu yin se ha vuelto poderoso y puede entrar y salir libre-
mente, entonces se le puede permitir viajar un poco más le-
jos, y puede también ser proyectado varias veces al día. Debi-
do a que se trata del viaje de la vit'l.lidad, la energía y el espí-
ritu, una vez que esta capacidad se haya desarrollado, viajará
. tan rápidamente como la velocidad del pensamiento mismo.
Mediante usos diferentes de estos tres principios, es posible
manifestar o no manifestar la forma; en esto radica el secreto
del «arte de reproducir el cuerpo».
* * *
Después que el mismo Wang Liping hubo aprendido a
proyectar el espíritu, pasó por la misma experiencia que ha-
bía tenido después del ayuno, sufriendo la suspensión de la
animación, y muriendo. Esto lo experimentó varias veces, pe-
ro ahora existían dos diferencias respecto a su experiencia de
la muerte. Una era que no sintió el mismo dolor extremo que
tuvo en el momento de su muerte. La otra fue que ahora
Wang Liping no solamente pudo oír a otros hablar en su vi-
sión, sino que pudo también dirigirse a ellos para responder-
les. Anteriormente sólo había podido oír pero no hablar.
Las visiones que tuvo en estas ocasiones fueron tan pare-
cidas a las fábulas míticas que serían incomprensibles desde
un punto de vista ordinario.
 12
A la caza de tesoros
en las montañas

!AJANDO POR MONTAÑL\S Y RÍOS, soportando el

calor y el frío, los tres ancianos y su aprendiz habían
pasado en el camino, sin darse cuenta, casi dos años ya.
El Caminante del Infinito, Zhang Hodao, tenía ahora
ochenta y ocho años; el Caminante de la Pura Serenidad,
Wang Jiaoming, tenía setenta y ocho, y el Caminante de la
Pura Vacuidad, Gu Jiaoyi, contaba con setenta y seis. Las
personas comunes que alcanzan esas edades tan avanzadas
suelen haber agotado sus energías, y sus movimientos se han
vuelto torpes. Algunas mantienen su salud física, pero la ma-
yoría no toleran ningún esfuerzo; necesitan tomárselo con
calma para terminar de vivir el resto de los años. ¿Cómo po-
dían ellos soportar el hambre, los elementos y, en general,
todas las miserias que conlleva la vida ambulante? Pero los
ancianos maestros habían fundido sus cuerpos y almas con
el Camino. Aunque se hallaban viajando de un lugar a otro
para evitar problemas, todavía eran inocentes como niños;
bañándose en el mundo natural como peces corveteando en
el agua, no parecían sufrir, sino que en realidad se mostra-
ban divertidos y gozosos.
Dejando aparte sus harapientas vestiduras, en sus rostros
se apreciaba un brillo rojizo, y su ánimo era aún más extraor-
dinario. Si se mezclaban con gentes comunes, incluso la per-
sona menos sensible era capaz de distinguirlos por sus ros-
234 LA PUERTA DEL DRAGÓN
tros y su apariencia espiritual, y de apreciar que los cuatro
eran personas que habían alcanzado el Camino.
Los cuatro permanecían juntos cada día. La tarea de los
tres ancianos maestros era muy clara; deberían mantener al
joven aprendiz junto a ellos, transmitiéndole prácticas y en-
señanzas paso a paso. Debido a las exigencias de tiempo,
Wang Liping no tuvo la oportunidad de aprender el Camino
en la forma normal; solamente pudo aprovechar cualquier
oportunidad que surgió en el curso de sus andanzas para ha-
cer progresos en su práctica.
Cuando se hallaban viajando por el campo, si acertaban a
encontrar algún alimento lo comían hasta saciarse; si no ha-
bía nada que comer, nadie pronunciaba la palabra «hambre».
Los cuatro estaban conscientes de que quienquiera que reve-
lase tal pensamiento sería «capturado» por los otros y se le
pediría que fuese a encontrar algo para comer.
Al principio Wang Liping no comprendía que ésta era
una clase de prueba de ingenio practicada por sus maestros.
Siendo joven y no temiendo hablar, era siempre el que mani-
festaba sentir hambre. De manera que una y otra vez era
quien terminaba haciendo largos viajes imaginando cómo en-
contrar algo para que todos comiesen.
Con frecuencia ocurría que no había suficiente alimento, y
no había manera de repartirlo equitativamente. En tales ocasio-
nes, colocaban el alimento en el centro y se sentaban alrededor
en círculo, y cada uno presentaba su propia idea a la considera-
ción de los demás. Si lograban ponerse todos de acuerdo, en-
tonces dividían el alimento conforme al método sugerido. Si sus
opiniones diferían y nadie cedía, se mantenían deliberando.
Más adelante Wang Liping comprendió que no era difícil
seguir a lo largo del camino mendigando una limosna; el
asunto era quién debería ser atrapado para realizar tales me-
nesteres. De ese modo ya había sido derrotado en la prueba
de ingenio. Ahora Liping comenzó a ejercitar su cerebro para
pensar una manera de «coger» a sus maestros.
En una ocasión el Caminante de la Pura Vacuidad fue
«cogido» por los otros en un momento de inatención, de ma-
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 235
nera que tuvo que ir a buscar algo para comer. Tuvo que ha-
cer un largo camino. Cuando regresó finalmente con algunos
pudines hechos de grano y vegetales, todos se sentaron y co-
menzaron a discutir sobre la manera de repartirlos.
Arreglándose los bigotes, el gran maestro habló primero,
-Yo soy aquí el más viejo. No soy tan fuerte como cual-
quiera de vosotros, de manera que a mí me toca un poco más.
Wang Liping habló a continuación:
-Yo todavía estoy creciendo, de manera que me debería
de tocar un poco más. Amigos, ¡deberíais cuidar de este jo-
ven!
El Caminante de la Pura Vacuidad dijo con convicción:
-Yo recorrí un largo camino ..·No fue fácil obtener estos
pudines. Basándome en el principio de una recompensa de
acuerdo al logro, primero debo quedarme yo con la mitad, y
luego vosotros podéis repartiros lo que sobre.
-¿De qué estás hablando? -El Caminante de la Pura
Serenidad no retrocedía-. Yo estuve cuidándote la mochila,
de manera que ambos tenemos algún mérito en esto, no sola-
mente tú. Dividamos el alimento en tres partes: jiaoyi y yo
tomaremos dos de ellas, y el gran maestro y Liping pueden
dividirse la porción restante.
Viendo que ninguno de los tres mencionó la palabra
«viejo», el anciano maestro vio que no tenía utilidad seguir
debatiendo. De manera que retrocedió y sugirió:
-¿Qué tal si lo dividimos en partes iguales entre los
cuatro?
-¡No, no! -Los otros tres disintieron.
-Una división en partes iguales es lo menos interesante,
y no tiene ninguna lógica.
Pero ninguno pudo encontrar una razón poderosa para
dividir el alimento de otra manera.
Viendo a todos en un callejón sin salida, el Caminante
del Infinito sugirió un plan. .
-Muy bien -dijo-, no discutamos más. Tengo un sis-
tema que es justo. Si todos estáis de acuerdo, hagámoslo de
esta forma.
236 lA PUERTA DEL DRAGÓN
-Por favor, dinos cuál es tu plan.
-Pongamos los pudines aquí, y comámoslos todos de
inmediato, de manera que cada uno tenga la misma oportu-
nidad. ¿No es acaso el modo mas justo?
-¡Correcto! -Todos estuvieron de acuerdo.
El gran maestro buscó una roca y puso los pudines so-
bre ella. De inmediato los cuatro estiraron sus cuellos para
coger los pudines con los dientes, como tratando de morder
una manzana colgando de un hilo. Los pudines no eran
muy grandes, y todo lo que acertaron a hacer fue chocar sus
cabezas.
El Caminante de la Pura Vacuidad fue el primero en
echarse para atrás.
-No hay manera --dijo. -¡No puedo coger esto! ¡Se-
guid vosotros!
El gran maestro rió y dijo:
-¡Tal y como me lo imaginaba! Tú te preocupas de la
piel de la frente. ¡Nosotros nos preocupamos de los pudines!
Los tres comenzaron a reír, tragándose cada uno un pu-
din. Finalmente, el Caminante de la Pura Serenidad también
se retiró, quedando sólo dos. El gran maestro tomó~último
pudin y lo compartió con Wang Liping.
Entonces el Caminante de la Pura Serenidad vio que el
Caminante de la Pura Vacuidad se había ido, y se percató de
que debia existir alguna razón para ello. Deslizándose detrás
de él, lo vio comiéndose una patata dulce. Sin decir palabra,
el Caminante de la Pura Serenidad le arrebató la patata, la
partió en dos y le dio la mitad al compañero.
Un pudin y una patata dulce no es suficiente para satisfa-
cer a un hombre, pero el reparto del alimento hizo bastante
interesante el momento de la comida. Perdida entre los cam-
pos, de vez en cuando la risa de los taoístas se filtraba a través
de los claros de las montañas.
De esa manera el tiempo discurría en una especie de at-
mósfera sencilla, desafectada, sin las limitaciones impuestas
por cualquier restricción. Los maestros y su aprendiz dedica-
ron el tiempo a madurar planes y a colocarse trampas entre
A lA CAZA DE TESOROS EN IAS MONTAÑAS 237
unos y otros de manera amistosa para estimular su ingenio y
, desarrollar su intuición. Siempre que cualquiera de ellos caía
en la trampa, los otros se permitían un buen rato de risa.
Estos tres ancianos maestros eran, después de todo, co-
mo niños inocentes que nunca hubiesen crecido. Caóticos
como estaban los tiempos, en el mundo de estos cuatro taoís-
tas no existia ninguna represión o restricción de cualquier
clase, no había anverso ni reverso, derecha o izquierda, nin-
guna distinción entre norte, sur, este y oeste. Sus mentes eran
brillantes como el Sol y claras como la Luna, su pensamiento
se asemejaba a nubes flotando y al agua corriente, sin conta-
minar, de transparente pureza, absolutamente genuinas, na-
turales y espontáneas, vívidas y a¡,:tivas, serenas y tranquilas.
El Camino del Cielo, el Camino de la Tierra y el Camino de
la Humanidad se fundían en uno.
Este periodo de práctica del Camino a lo largo de todo su
deambular fue un tiempo inolvidable para Wang Liping. Éste
fue el segundo punto culminante de su vida.
Durante este tiempo, los tres magos le enseñaron los tra-
bajos sobre los movimientos de los cuerpos celestes, los prin-
cipios y los patrones del cambio social, las técnicas de la pre-
dicción de la fortuna, de la sanación, de la fisiognomía, de la
adivinación y de la cultura física, así como el arte de proyec-
tar el espíritu y realizar el sueño deliberado. Cuando se halla-
ba en el proceso de practicar los Tres Ejercicios Inmortales to-
mados de Las enseñanzas finales de las joyas espirituales, los
tres ancianos le transmitieron también sus extraordinarias ha-
bilidades individuales.
Finalmente, Wang Liping comprendió cuál era la tarea de
su vida. Su deber era vivir de acuerdo con las enseñanzas de
los maestros y cumplir honorablemente su propia misión.
Había alcanzado ya una profunda comprensión acerca del
principio de la unidad del cielo, la Tierra y la humanidad y
había logrado los medios para unir la mente humana, la men-
te del cielo y la mente del Camino. A los ojos de los ancianos
maestros, su protegido había madurado gradualmente desde
la niñez hasta la edad adulta.
238 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Los maestros taoístas y su aprendiz viajaban libremente
por todas partes, conversando y riendo, con sus corazones li-
bres de los problemas mundanos, y fundidos cuerpos y men-
tes con la Naturaleza.
Cierto día llegaron a una ancha carretera que atravesaba
las montañas. De vez en cuando pasaba un camión zumban-
do muy cerca de ellos. El gran maestro levantó uno de sus
pies y vio que sus zapatos estaban completamente gastados.
El Caminante de la Pura Vacuidad y el de la Pura Serenidad
sabían lo que pensaba y silenciosamente le indicaron que es-
taban dispuestos. Wang Liping vio cómo pasaba un camión
desapareciendo delante de ellos, luego se volvió justo a tiem-
po para ver que otro se acercaba.
A medida que este camión se iba acercando, los tres an-
cianos maestros saltaron a él sobre la marcha. Perplejo, Wang
Liping comenzó a correr detrás de ellos; el camión se había
alejado ya varias docenas de metros de él, y los ancianos esta-
ban riéndose de Liping desde la trasera del camión.
El joven se dio cuenta que habia sido víctima de una as-
tucia por parte de los ancianos. En un último esfuerzo hizo
surgir su poder interior, y corrió más de cien metros a la ve-
locidad del rayo, hasta que finalmente logró saltar con cuida-
do sobre el camión. Los tres ancianos no paraban de reír.
El conductor mantenía el camión a toda velocidad, pen-
diente por entero de la carretera, sin darse cuenta para nada de
lo que estaba sucediendo en la trasera. De repente, al oír el rui-
do de las carcajadas, pensó que ocurria algo extraño. No mu-
chos vehículos tomaban esta ruta que atravesaba las montañas,
y habían pocos viajeros. El conductor no había visto a ninguno.
¿De dónde venían esas risas? Parecían muy cercanas. ¿Podía ha-
ber alguien en el.camión? Pero no tenía ningún ayudante. ¿Có-
mo es que se oían voces? Mirando por el espejo retrovisor vio
que había gente en el camión, y también observó que eran unos
ancianos. ¡Eso sí que era extraño! El conductor detuvo el
vehículo, intentando averiguar quiénes eran. Saliendo de la ca-
bina y acercándose a la trasera del camión, el conductor quedó
atónito al no encontrar el menor rastro de que hubiese nadie.
- dos zonas económicas naturales.
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 239
Justo en el momento que se estaba preguntando qué es lo
que estaba sucediendo, oyó que alguien decía:
-Gracias, señor, por dejamos viajar un rato.
Al darse la vuelta, el conductor vio a cuatro hombres de
pie al lado del camión, tres de ellos viejos y uno joven, jun-
tando las palmas en un gesto de gratitud. El hombre quiso
hacerles algunas preguntas para saber quiénes eran, pero an-
tes que se diese cuenta ya se habían marchado montaña
arriba.
De hecho, los cuatro taoístas habían utilizado su poder
para hacerse invisibles tan pronto notaron que el camión se
estaba parando, y luego se bajaron, de manera que el con-
ductor no los viese.
Los maestros y su aprendiz continuaron su camino hasta
que arribaron al pie de la Montaña de las Flores. Vieron que
la montaña era inmensa, y que poseía una atmósfera poco co-
mún, como si fuese un gigante que tuviese la cabeza en el
cielo, con un aire majestuoso y de grandeza.
Esta montaña ha sido siempre conocida por sus escarpa-
dos precipicios. Tiene cinco picos: el pico oriental se llama
Sol Mañanero, el occidental se le conoce como Capullo de
Loto, el pico sur se llama Ganso Descendente, al pico del
norte se le conoce como las Cinco Nubes, y el central se lla-
ma La Mujer de Jade. El conjunto de los cinco componen un
espléndido panorama. Se yerguen como paredes de piedra li-
sa, afilados como cuchillos y extremadamente difíciles de es-
calar. Existe un famoso poema acerca de esta montaña que
dice así:
Sólo el cielo está por encima de ella;
ninguna otra montaña puede igualarla:
levanta tu cabeza, y el rojo sol se encuentra cerca;
date la vuelta, y las nubes parecen bajas.
Otra característica especial de la Montaña de las Flores es
su situación, ya que se levanta en medio de la gran línea divi-
soria entre el oriente y occidente de China, lo cual conforma
240 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Los taoístas apreciaron cada una de las singulares caracte-
rísticas de esa montaña. No sólo habían considerado su ubi-
cación, sino que también habían observado lo que se acumu-
laba y lo que circulaba por allí, es decir, la energía en forma
de viento.
A través de los tiempos, la Montaña de las Flores ha sido
un lugar donde los taoístas cultivan la energía, el viento.
Cuando Wang Liping y sus maestros viajaron hasta la monta-
ña, éste era su principal objetivo.
Los cuatro taoístas siguieron ascendiendo por una escar-
pada senda. La primera ola de la «Gran Revolución Cultural»
había pasado ya, y las huellas dejadas por la «Escoba Hori-
zontal» de la «Guardia Roja» eran todavia evidentes. Había
muy pocos peregrinos en este lugar, y varios sitios famosos se
hallaban en ruinas, con la maleza cubriendo las tejas rotas y
los ladrillos esparcidos. Los maestros de Liping, que habían
estado anteriormente en la montaña más de una vez, estaban
conmovidos por lo que veían ahora.
Los maestros y su discípulo escalaron la montaña por la
ruta más escarpada y peligrosa. Aquí la pared escalonada
era casi vertical, con cadenas de hierro para seguridad, y tan
estrecha que sólo puede pasar una persona cada vez. Los
peldaños son tan altos que, al subir, la persona que está en
un escalón puede ver las plantas de los pies del que va de-
lante. Si se mira hacia abajo, da la sensación de encontrarse
en una escalera suspendida en el cielo; no se puede evitar
sentir temor.
A mitad del camino de subida, uno de los mentores hizo
que Wang Liping se detuviese y mirase hacia unas cuantas
aberturas apenas discernibles sobre un pico distante. El men-
tor le explicó que allí fue donde Hao Datong, uno de los Siete
Personajes Reales del Norte, el maestro taoísta de la Eterna
Realidad, había cultivado la realización y había alcanzado el
Camino.
Este taoísta había viajado a la Montaña de las Flores y ha-
bía excavado una cueva en una pared escarpada en la cual
pudiese hacer sus prácticas. Una vez que hubo concluido de
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 241
preparar la cueva, sin embargo, llegó otro taoísta llevando un
cojín y le dijo que no tenía ningún lugar donde sentarse y de-
seaba pedirle prestada la cueva. Entonces el que había exca-
vado la cueva dejó que el otro se quedafa con ella, y salió pa-
ra excavar otra nueva.
Luego, cuando la segunda cueva estuvo terminada, nue-
vamente apareció otro taoísta pidiéndole que se la prestara.
El hombre que la había construido la cedió a este nuevo per-
sonaje, y una vez más se fue a construir otra para su uso.
Créanlo o no, volvió a suceder lo mismo cuando había
terminado la tercera, y la cuarta, la quinta y sexta cuevas. Un
día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro, Hao Datong
siguió cavando cuevas en el precipicio con el fin de meditar,
pero cada vez que terminaba una, ~Íguien más venía para pe-
dirle que se la prestara. En el día que había terminado de ex-
cavar la cueva número setenta y dos, este hombre, que luego
resultó ser el maestro de la Eterna Realidad, había alcanzado
finalmente el Camino y había completado la realización.
Los cuatro viajeros se detuvieron cerca de un pabellón. El
gran maestro le dijo a Wang Liping que esto se llamaba el
«Pabellón del Ajedrez» y fue donde tuvo lugar una famosa
partida de ajedrez entre Chen Bo y el primer emperador de la
dinastía Song, hacía mil años. El emperador apostó dos pre-
fecturas en esa partida, con la esperanza de derrotar a Chen
Bo. Al final resultó que el emperador perdió. Chen Bono te-
nía deseos de convertirse en un oficial administrativo, de ma-
nera que en su lugar pidió al emperador que eliminase las
cargas tributarias que correspondían a los campesinos de es-
tas dos prefecturas. El emperador accedió gustE>so a la peti-
ción. En cuanto a Chen Bo, se quedó en la Montaña de las
Flores practicando el taoísmo; se hizo especialmente famoso
por su maestría en la meditación durante el sueño.
La pasarela de tablas de la Montaña de las Flores es el lu-
gar más amenazador de todos. Ert la parte media de un risco
cortado a pico, alguien había horadado una serie de pe-
queños agujeros en los cuales habían insertado troncos de
madera; sobre esos soportes había colocado estrechas tablas
\
242 LA PUERTA DEL DRAGÓN
del mismo material. Y así es como está hecha la mencionada
pasarela de tablas de la montaña. Visto desde lejos, el pasa-
dizo semeja un delgado cinturón extendiéndose a lo ancho
de la escarpada pared de un peñasco. Si se mira hacia arriba
desde este camino, todo lo que se puede ver son unos sa-
lientes rocosos verdes, que bloquean la visión del cielo, y
que le hacen a uno detener la respiración.
Mirar hacia abajo es todavía más aterrador. Abajo, las nu-
bes y brumas discurren espesándose y atenuándose más allá
de los pies, alzándose y cayendo, haciéndole sentirse a uno
como en un mar ondulante. Si uno perdiera el pie y cayese,
se sumergiría en el abismo para acabar en una muerte cierta.
Todos se echan a temblar de pavor al llegar hasta este lugar.
Cuando Wang Liping y sus maestros llegaron a la Monta-
ña de las Flores, era el final de la primavera, cuando los vien-
tos se concentran alrededor de la montaña soplando desde
varias direcciones y pasando a través del lugar. Por lo tanto,
era el momento adecuado para purificar la energía y cultivar
el viento.
A última hora de la tarde, antes de que los cuatro taoístas
hubiesen llegado hasta la pasarela de tablas, escucharon los
vientos montañeros silbándoles en los oídos y sintieron una
oleada tras otra de viento frío sobre sus rostros. Cuando esca-
laron un enorme peñasco justo en el corredor por donde pa-
saba el viento, soplaba una tremenda galerna, que arrastraba
arena y pequeñas piedras volando. En los precipicios parecían
verse incontables dragones coleando, retorciéndose y danzan-
do frenéticamente allá abajo. La arena y las piedras arrojadas
por el viento contra las paredes de la roca producían tal ruido
que, combinado con el silbido del viento, se percibía como
una enorme onda de sonido atronando en el aire.
Al final de la primavera, las plantas silvestres de las coli-
na del sur estaban ya completamente en flor, y los árboles
cuajados de esmeralda. Más allá del pico del norte, sin em-
bargo, las plantas y los árboles estaban justo comenzando a
reverdecer, con los tempranos brotes a punto de abrirse. El
pico norte actúa como una barrera natural deteniendo el cá-
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 243
lido aire húmedo procedente del sur, de manera que la ener-
gía de la primavera se entretiene en este lugar y pasa apuros
para cruzar hacia el norte. Debido a que la Montaña de las
Flores se encuentra exactamente al final de dos grandes ca-
denas montañosas, forma un pasaje natural, a través del cual
discurre hacia arriba una vasta corriente de aire templado y
húmedo que sustenta la vida de las regiones norteñas con su
humedad.
El cielo tiene cinco movimientos, seis energías y ocho
vientos. La energía de la primavera produce el crecimiento de
plantas y árboles; y el bosque se asocia con el viento. El sur
está asociado con el fuego, y el aire del sur es energía ígnea;
su naturaleza ígnea tiene que ser dqmeñada, haciendo que se
tome templada y no abrasadora, 'conteniendo yin dentro del
yang. Una corriente templada y húmeda procedente del sur
se arremolina dentro del espacio que forman los cinco picos
de la montaña, perdiendo mucho de su calor abrasador, de
tal manera que se vuelve clara y fría al momento de dejar
atrás la montaña; la humedad que transporta el aire cálido
ayuda a que todo crezca y se desarrolle.
Los cuatro taoístas escalaron la pasarela de tablas aferrán-
dose estrechamente a la pared de la roca a medida que avan-
zaban, con el viento presionando sobre ellos desde la altura.
Caía la oscuridad de la noche; la Luna menguante apenas vi-
sible colgaba del cielo. Les rodeaban los picos montañosos
negros como el betún: abajo se hallaba un abismo. El viento,
al golpear la pared del risco, se arremolinaba y rebotaba per-
manentemente, hasta casi arrastrar a los viajeros fuera de la
pasarela de tablas. De vez en cuando un viento frío surgía de
abajo y casi lograba levantarlos en el aire.
El gran maestro marchaba delante: parecía como si flotara
en el aire. Ágil como un león de montaña, se movía de un 'lu-
gar a otro como un rayo. En cuanto a Wang Liping, había ad-
quirido por primera vez la experiencia de los ritmos de los
vientos de la Montaña de las Flores, y de la necesidad de guar-
dar el equilibrio compensando las fuerzas cambiantes que
producían sobre él al soplar en todas direcciones. Los dos
244 LA PUERTA DEL DRAGÓN
mentores, por su parte, caminaban a lo largo de la pasarela de
tablas como si estuvieran caminando por un terreno plano.
Una vez que dejaron la pasarela, los cuatro llegaron a un
lugar llano. Una vez allí, el poder del viento pareció dismi-
nuir repentinamente; solamente se notaba una suave brisa,
relajante y agradable. El gran maestro dijo que deberían hacer
una sentada allf. Los mentores aprovecharon entonces para
enseñar a su aprendiz los métodos de respiración e inducción
necesarios para sentarse en este lugar. Al seguir las instruccio-
nes, repentinamente sintió que aquello era muy diferente a su
experiencia anterior de hacer una sentada; aquí había un cie-
lo y una tierra totalmente nuevos.
Los mentores también enseñaron a Wang Liping a es-
tudiar los vientos de esa montaña, y cómo invocar al vien-
to, transmitiéndole métodos esotéricos y enseñanzas secre-
tas. Finalmente, el gran maestro también le enseñó un mé-
todo esotérico para realizar una sentada en la cima del
pico principal de la Montaña de las Flores y observar los
cambios de los vientos y las nubes sobre el terreno que se
dominaba.
El pico sur, el Ganso Descendente, es el pico principal
de esa montaña. Cuando los tres maestros y su aprendiz lo
escalaron era ya de noche, la estrellas centelleaban intensa~
mente y la luz de la Luna salpicaba silenciosamente las sie-
rras circundantes. El cielo era de una claridad cristalina, sin
una sola nube. Los picos más bajos de las montañas eran co-
mo una capa de tenue seda. Los árboles estaban envueltos
en un oscuro resplandór, con sus contornos cada vez más
difusos y vagos cuanto más lejanos se hallaban. En la cima
de este pico existe una laguna alimentada por un manantial,
que se llama el manantial Taishang. La superficie del agua es
tan lisa como un espejo. Las estrellas y la Luna penetran en
las profundidades de la laguna.
Los tres magos y su aprendiz se sentaron en torno a ella,
fundiéndose con las estrellas y la Luna, con las montañas y
los ríos, con las plantas y los árboles, con el puro y diáfano
manantial. Rápidamente, los cuatro expandieron el «campo»
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 245
del universo dentro de sus propios cuerpos, cubriendo gra-
dualmente la totalidad de la Montaña de las Flores.
En estado de trance, Wang Liping sintió que los picos
iban desapareciendo ante sus ojos. Delante de él se hallaba
',,
una amplia extensión de espléndida agua brillante, de la cual
1
emergía un pedazo de tierra seca. Le pareció hallarse flotando,
como si ascendiese a lo alto de los cielos. Al mirar hacia abajo,
vio masas de agua por todas partes, de distintas formas y ta-
maños. Entre las masas de agua se distinguían gruesas formas,
algunas eran claras, otras oscuras, que emitían diferentes res-
plandores de color; algunos eran dorados y amarillos, grises y
blancos, carmesí eran otros y los había multicolores. Algunos
lugares semejaban profundas y oscuras cavernas.
Y ahora se desplegaba otra escena, como una planicie lla-
na debajo de la montaña, no muy clara, sino vagamente dis-
cernible. Era un antiguo campo de batalla. En un lado se veía
una formación cuadrangular de batalla moviéndose lenta-
mente hacia delante con aire poderoso y lleno de vigor. En
las líneas de batalla se apreciaban lo que debían ser banderi-
nes ondeando, caballos relinchando, espadas resplandecien-
do. En el lado opuesto había un poderoso ejército moviéndo-
se como una marea oceánica, no llevaban uniformes regula-
res, sino que enarbolaban palos y azadones, muy excitados y
envueltos en un aire trágico y patético.
Cuando las dos fuerzas se trabaron en combate, los
hombres y los caballos que estaban al frente caían uno tras
otro, y más hombres y caballos venían a llenar los huecos
desde atrás. Una vez que la batalla hubo comenzado, la for-
mación cuadrangular perdió su integridad; entretanto,, la
abigarrada marea oceánica del lado opuesto rugía a la vez
que avanzaba en forma imparable, presionando intensamen-
te al enemigo. El polvo llenaba el aire de tal suerte que ya no
era posible ver la acción con claridad. Liping únicamente
podía oír los gritos de los hombres y los quejidos de los ani-
males, el sonido de las espadas y lanzas chocando. Al poco
tiempo la formación cuadrangular se derrumbó, y la fuerza
oceánica pasó sobre ella.
 246 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Los innumerables soldados y caballos parecían estar lu-
chando en el aire; algunos de ellos caían de cabeza y pasa-
ban fugaces como sombras, como flotando, siempre cam-
biantes. Luego, cuando una suave brisa comenzó a soplar,
todas estas escenas e imágenes se disolvieron rápidamente y
desaparecieron.
De la difusa oscuridad surgió una nueva escena. Las
montañas eran verdes, los rios centelleaban; los pájaros no
dejaban de trinar, las flores emitían su fragancia. Entre la abi-
garrada luz de un bosque de bambúes, al lado de un rumoro-
so manantial, se dejaba ver la esquina de un tejado, con sus
curvados aleros y vigas decorativas. Un negro humo con un
penetrante olor se elevaba en el aire. Al pie de la montaña ha-
bía varios árboles enormes de sobrecogedora belleza, intrin-
cadamente retorcidos y anudados. Debajo de ellos yacía un
hombre de distinguido aspecto, vestido con un estilo anti-
guo, y de largo cabello despeinado, profundamente dormido
con un abanico en la mano: no se había despertado en un
millar de años.
Unas dos horas más tarde, los cuatro taoístas terminaron
este ejercicio. Ahora todo lo que había que ver eran las bri-
llantes estrellas sobre el cielo claro, con la laguna natural en
su lugar como antes, lisa y clara como un espejo.
Wang Liping se hallaba todavía absorto en las escenas
que había acabado de presenciar; un sentimiento indescripti-
ble surgió dentro de él.
El gran maestro le preguntó:
-¿Viste al anciano maestro Chen Bo?
-¿Era el mago que se hallaba durmiendo bajo los árbo-
les? -replicó Wang Liping.
El gran maestro sonrió y no dijo nada. Liping compren-
dió lo que quiso decir. ¡Era él!, pensó para sí mismo.
Algunas personas podrian explicar el anterior fenómeno
hipotéticamente en los siguientes términos. Aceptando que el
campo magnétieo de la Tierra y la ionosfera son capaces, bajo
ciertas condiciones especiales, de registrar los acontecimientos
que ocurren en la sociedad en su respectivos tiempos. De ahí
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 247
se seguirían dos conclusiones. Primero, cuando el campo
magnético de la Tierra y la ionosfera se encuentran en estado
normal, los acontecimientos no serian registrados, en conse-
cuencia se producirian «lagunas» significativas en el registro.
Segundo, las condiciones especiales de ambos fenómenos tie-
nen que coincidir con precisión con los acontecimientos espa-
cialmente, o, de lo contrario, no podria realizarse el registro.
Esta hipótesis podria explicar ciertos fenómenos extraor-
dinarios, pero no podria hacerlo con los diversos fenómenos
producidos por los taoístas avanzados cuando ejercen sus
prácticas; cómo pueden ellos visualizar acontecimientos de
otros tiempos y lugares cuando tanto el campo magnético de
la Tierra como la ionosfera están el'\. condiciones normales.
Parece que esta teoria requiere un mayor desarrollo; ne-
cesita una nueva visión del tiempo y del espacio, y una inves-
tigación de niveles más profundos de la existencia material.
Analicemos la función de la memoria. Cualquier cosa
que experimentamos a través de nuestros sentidos deja una
huella en el cerebro. Esta huella puede ser profunda o super-
ficial, y puede permanecer en el cerebro por un periodo de
tiempo más o menos largo. Muchas experiencias personales
se difuminan en el olvido. El cerebro recuerda y también ol-
vida; esta oposición muestra que el poder cerebral de la gente
común es limitado y puede únicamente retener una cierta
cantidad de memoria. Sin embargo, las investigaciones mo-
dernas han encontrado que el cerebro humano tiene más de
diez mil millones de neuronas; si todas ellas fueran utilizadas
para almacenar información, seria posible registrar muchas
cosas, por supuesto. Numerosos científicos dicen que lo que
utilizamos es aproximadamente el 10 por 100 de la capaci-
dad del cerebro; de manera que existen posibilidades espe-
ranzadoras en el desarrollo de la inteligencia humana.
La información dejada en el cerebro por los aconteci-
mientos pasados puede parecer que se ha perdido o que se
ha olvidado, pero realmente no es así. Permanece silenciosa-
mente oculta en el cerebro. Si no se la utiliza, o si no existe
ningún medio para buscarla, no puede pasar a ser consciente.
248 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El trabajo interior de los taoístas se aplica a la vitalidad, la
energía y el espíritu. Cuando el trabajo se completa, es posi-
ble buscar información oculta en el subconsciente. Como vi-
mos anteriormente, cuando Wang Liping practicó la búsque-
da de recuerdos hasta su infancia, fue capaz de recordar esce-
nas de la niñez. Y cuando practicó el ayuno, especialmente
mientras se hallaba en animación suspendida y después de
morir, las escenas completas de su vida reaparecieron entre
los límites de un brevísimo espacio de tiempo. Llegado este
punto el olvido no existía más; su memoria había alcanzado
un nivel de actividad sin precedentes.
Esto en cuanto al almacenamiento, búsqueda y pérdida de
información solamente en términos del microcosmos del cere-
bro humano. ¿Qué pasa si observamos la totalidad del univer-
so bajo la perspectiva de la unidad de la Naturaleza y de la
humanidad? Las mismas condiciones se aplicarán en este ca-
so. Cuando un modo de existencia en el universo se transfor-
ma en otro, sin importar qué clase de cambio se da, tiene que
dejar alguna información depositada de alguna manera. Adi-
cionalmente, la transición desde una forma sustancial hasta
un almacenamiento de información es también un tipo de
cambio. El «almacenamiento de información» ciertamente
existe, aunque no podemos todavía afirmar con seguridad que
esto sea también verdad respecto a todos los fenómenos natu-
rales, incluyendo las montañas, los ríos y los seres humanos.
El lugar donde esta información reside es inaccesible para los
cinco sentidos del común de las personas, pero los que están
entrenados y purificados son capaces de encontrarla. Ésta es
también una especie de hipótesis, pero en este caso cuenta
con el soporte de la experiencia práctica del entrenamiento
taoísta, de manera que estamos ante una de las fuentes más
esperanzadoras de todo un nuevo sistema teórico.
* * *
Por medio de un entrenamiento sistemático en los exi-
gentes métodos del taoísmo, Wang Liping se había elevado a
un nuevo nivel, desde el cual, el universo que vio, sintió y
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 249
concibió era muy diferente del que se presenta a la gente co-
mún. Cuando estas personas llegan a alguna nueva localidad,
puede que hagan observaciones superficiales de los alrededo-
res. La mayoría no hará nada más que una exploración cientí-
fica rutinaria de la flora y de la fauna, del clima, las caracte-
rísticas de las aguas y de la calidad del suelo, a fin de deter-
minar si el lugar es adecuado para que lo habiten los
humanos, para el trabajo, el estudio, las diversiones, la cons-
trucción, la industria, la minería, etc. Wang Liping, por el
contrario, irá todavía más profundamente, utilizando su cuer-
po para «sentir» el cielo por arriba y la tierra por abajo, apre-
hendiendo elementos aún más sutiles a fin de determinar la
influencia de este lugar sobre el cuerpo humano y sobre su
actividad, para luego decidir finahriente lo que se puede y lo
que no se puede hacer en este lugar.
Ésta es la diferencia entre aquellos que han alcanzado el
nivel de «cielo, Tierra y humanidad» y los que continúan en
el nivel de «persona, acontecimientos y cosas».
No mucho después de que los maestros taoístas y su
aprendiz terminaron su ejercicio sobre la cima del pico del
sur de la Montaña de las Flores, la luz del crepúsculo matuti-
no delineaba los contornos de las montañas distantes y de los
bosques cercanos. Las montañas inspiraban gracia y una gran
paz. En el lugar donde se hallaban los cuatro, sobre el pico
de la montaña, no sentían la más mínima traza de viento.
En este lugar magnífico, rodeado por estos escenarios, el
Caminante del Infinito no pudo evitar el recordar un poema
de la dinastía Song:
El viento frío estremecía la azulada oscuridad toda la noche.
Cuando el viento cesó, se esparció la fina nieve,
dando la apariencia del cielo de Pureza de jade:
en la blanca y clara luz yo recito
el Clásico de la Corte Amarilla.
Cuando los cuatro taoístas llegaron al pico central de la
Montaña de las Flores, conócido como la Mujer de jade, tam-
bién se tomaron un tiempo para sentarse allí antes de que sa-
250 LA PUERTA DEL DRAGÓN
liera el Sol, examinando tranquilamente los sutiles cambios
en los cuatro picos que les rodeaban.
Wang Liping reafirmó su espíritu y escuchó claramente.
Le pareció oír respirar a la montaña muy débilmente. Todo
alrededor se hallaba tranquilo, sin embargo existía una opera-
ción y una evolución silenciosas que actuaban sin cesar. El
cielo y la Tierra se hallaban estrechamente unidos, el hombre
y la montaña estaban tan completamente fundidos, todo en el
universo estaba llevando a cabo una especie de comunión
mística en medio de esta paz, enzarzándose en una conversa-
ción sin palabras, lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo, llegan-
do a ser todos a la vez. Mientras sentía esto, aprehendiéndo-
lo, captándolo, Wang Liping iba a contemplar, dentro de esta
paz y quietud, unos cambios lo suficientemente dramáticos
como para trastocar el cielo y la Tierra.
Sobre los picos vecinos el joven vio un delgado vapor
suspendido sobre las montañas como nubes, como niebla,
como humo, como un resplandor, moviéndose lentamente,
flotando hacia arriba. A medida que ese vapor se elevaba,
despedía un claro y ligero sentimiento de lucidez y frescura.
Entonces, cuando se elevó aún más, gradualmente se convir-
tió en algo opaco y desdibujado y se tomó oscuro y denso.
Siguió elevándose por encima de las más altas montañas,
cuando el vapor, que ahora era más denso y oscuro, se tiñó
repentinamente con luces rojas oscuras, azules y violetas. No
había ni la menor ráfaga de viento, pero esta masa de neblina
que abrazaba la cima de la montaña, ora clara, ora oscura,
pareció ser perseguida por algo, saltando y brincando, api-
ñándose y soltándose, arrebujándose y envolviéndose, entur-
biándose y aclarándose, arremolinándose y enroscándose, es-
tirándose y expandiéndose, en un caos salvaje de incontables
formas.
Wang Liping también sintió en su corazón una vibración
debida a una suerte de gélida ansiedad.
El Caminante del Infinito había permanecido observando
por largo rato; cerró los ojos, mostrándose algo molesto.
-Las cuatro formas están fuera de armonía. La atmósfera
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 251
de la montaña no es benéfica. El caos reinante por toda la tie-
rra escasamente se calmará en corto tiempo -dijo el Cami-
nante de la Pura Vacuidad, a guisa de explicación.
El Caminante de la Pura Serenidad le preguntó a Wang
Liping:
-¿Conseguiste alguna lectura?
Conociendo lo que quería decir su mentor, asintió con la
cabeza.
En ese momento, la paz y el silencio de la aurora tempra-
na quedó roto por un largo silbido. Un tren atronaba desde el
pie de la montaña, despidiendo humo. Esta noche en la
Montaña de las Flores había llegado a una conclusión.
A medida que una luz carmesí aparecía sobre el horizon-
te oriental, todo se volvió clarame'hte visible. Un océano de
nubes comenzó a agitarse, una vastedad sin fin; el globo rojo
sangre del Sol se elevó hasta la unión del cielo con las nubes
'
portando un sentimiento de trágica belleza.
El famoso y antiguo paso Tong se hallaba a la vista; el in-
terminable río Amarillo hacía un agudo giro hacia el este. In-
cluso el río Amarillo no podía lavar hasta la extinción los ma-
les del mundo. El estratégico paso Tong, que ha visto tanto
dolor y desastre, todavía permanecía allí por su lado.
Después de ver el viento de la noche anterior y los vapo-
res de la mañana, encarando ahora esas montañas y esas
aguas, en estas circunstancias, en medio de la escena, el Ca-
minante del Infinito no pudo por menos de recordar otro an-
tiguo poema, lamentando la inestabilidad de la sociedad hu-
mana y los altibajos de los asuntos mundanos:
Los picos se hallan densamente apiñados,
las mecientes aguas están rugiendo;
la montaña y el río rodean
la ruta por el paso de Tong.
Mirando hacia la Capital del Oeste,
mis pensamientos vacilan;
desgarrador es el lugar
por donde atravesaron los ejércitos;
252 LA PUERTA DEL DRAGÓN
miríadas de habitaciones palaciegas
han sido derribadas en tierra.
Cuando el Estado surge,
los campesinos sufren;
cuando el Estado cae,
los campesinos sufren.
Cuando el maestro hubo terminado de recitar este verso,
los viajeros se dispusieron a descender de la montaña.
Los maestros taoístas y su aprendiz siguieron a lo largo
de las laderas del norte de la sierra de Qin, la cual se abría
hacia el oeste, evitando lugares populosos y viajando sola-
mente por carreteras de montaña, pasando ocasionalmente
por algún pueblo de montaña. Los habitantes que encontra-
ron eran seres simples, con cierto aire que los hacía situar en
tiempos antiguos.
Al volver a visitar esta zona, el Caminante del Infinito no
pudo por menos de pensar en los viejos tiempos cuando su
antepasado espiritual Changchun cultivó la realidad y trans-
mitió el Camino en esta región.
Pocos días después, los maestros taoístas y su aprendiz
habían alcanzado la cima del monte Zhongnan, que también
se conoce como Montaña del Sur, y como Terrón de Tierra.
En tiempos antiguos se le dieron varios nombres diferentes.
Uno de los picos principales de la sierra de Qin, para los
taoístas es uno de las llamadas «Tierras Ricas» que buscan
para prácticas especiales. Según el libro de Changchun Viaje
al oeste, la montaña comienza en Khotan y termina en China,
de manera que se la llama Zhongnan, «Final del Sur». Exis-
ten bellos parajes por allí, tales como la Caverna de la Flor de
Oro y la Caverna del Manantial de jade, el despeñadero del
Sol y de la Luna, etc. Los maestros Zhongli, Lu Dongbin, Liu
Haizhan y Wang Chongyang practicaron el Camino aquí.
Siguiendo adelante hacia el oeste desde el monte Zhong-
nan, se llega al Observatorio de la Torre en la prefectura de
Zhouzhi, que es uno de los lugares famosos del taoísmo. De
acuerdo con la tradición, éste era el lugar donde vivía el
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 253
Guardián del Paso en el reino de King Kang de la antigua di-
nastía Zhou. Este rey construyó una torre desde la cual obser-
vaba las estrellas y los fenómenos atmosféricos, de manera
que vino a ser llamada el Observatorio de la Torre. Éste fue el
primer claustro taoísta de la historia; a lo largo del tiempo se
le ha reparado el techo y ha sido reconstruido repetidamente.
Según los clásicos Registros históricos, «lao Tse cultivó el
Camino y sus virtudes, aprendiendo a ocultarse a sí mismo y
quedar libre de etiquetas y nombres. Después de vivir en
Zhou durante largo tiempo y viendo el deterioro de la dinas-
tía Zhou, se fue finalmente de allí. Cuando llegó al paso, el
Guardián del Paso le dijo:
»-Ya que vas a desaparecer, escríbeme un libro, por
favor. ...
»Entonces Lao Tse escribió un libro, consistente en dos
secciones, hablando del Camino y sus virtudes· en algo más
de cinco mil caracteres. Luego se marchó; nadie sabe dónde
fue a parar.»
De manera que, según la tradición fue aquí en el Obser-
vatorio de la Torre donde Lao Tse, el antepasado del taoísmo,
explicó y escribió el Tao Te King, que ha sido venerado como
el rey de los Clásicos.
* * *
El Tao Te King, también llamado d Lao Tse, está com-
puesto de dos secciones, la primera es «El curso del Camino»
y la segunda «El curso de la virtud». El libro total está dividi-
do en ochenta y un capítulos.
El estilo de Lao Tse es sumamente simple, mientras que
los principios que ofrece son tan vastos y tan profundos co-
mo uno quiera. Los documentos históricos muestran que este
libro circulaba ya antes de la dinastía Qin (247-206 a. de C.);
numerosos pensadores famosos estaban bien versados en este
libro y absorbieron sus ideas. Posteriormente, la influencia
del libro de Lao Tse se expandió y se profundizó aún más;
políticos, militares, científicos, filósofos, científicos de la na-
turaleza, escritores y médicos conocían acerca de Lao Tse y
254 LA PUERTA DEL DRAGÓN
de su libro, y así ocurría con todos los demás, desde empera-
dores y reyes hasta campesinos. Todos las personas que sabí-
an leer lo leyeron y comprendieron que cada palabra y cada
frase contiene profundos principios; incluso la gente iletrada
extrajo alguna provecho de los proverbios comunes que se
originaron en el libro, percibiendo intuitivamente los princi-
pios de la creación natural y de la evolución y comprendien-
do así la base de lo que significa ser humano.
Lao Tse se ha fundido en la sangre misma de la cultura
china, echando raíces en los corazones del pueblo. El moder-
no pensador Lu Hsun ha dicho: «Las raíces de China están
totalmente en el taoísmo.»
Otro autor, Zhang Musheng, escribió un nuevo análisis
sobre Lao Tse publicado en 1946. En su propio prefacio a
una reimpresión correspondiente a 1988, escribió: «China
posee dos libros altamente merecedores de atención: uno es
las Analectas de Confucio, el otro es el taoísta Lao Tse. Estos
dos libros deben ser leídos por todas las personas; no se ne-
cesita ser especialista para estudiarlos. Ello se debe a que las
Analectas presentan los principios ordinarios de la vida social
y de los asuntos humanos, mientras que Lao Tse trata sobre
los más altos principios de los mismos. Uno trata sobre la
forma de ser de las cosas, el otro acerca de por qué las cosas
son como son. Como miembros de una sociedad, cuando en-
caramos tareas tales como el trabajo interior, la estructura fa-
miliar, el gobierno ordenado y la paz mundial, necesitamos
conocer no solamente cómo son las cosas, sino también por
qué son como son; sólo entonces nos podremos considerar
lúcidos y completos. Las Analectas de Confucio y el Tao te
King de Lao Tse cumplen estas dos funciones principales; ésa
es \il razón por la que debemos leerlos.»
La razón por la que los taoístas reverencian a Lao Tse se
debe a que expone los más altos principios de la evolución
del universo, del desarrollo del individuo y del orden de la
sociedad.
Durante la era de los Estados Guerreros, alguien llamado
el Hombre del Río escribió el primer comentario sobre el
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 255
Lao Tse; enfatizando el trabajo interior y la salud física, este
comentario vino a ser un clásico sobre la higiene en la vida
taoísta.
Citemos algunos pasajes del Lao Tse:
«El Camino puede expresarse, pero no como un camino
fijo; se puede asignar terminología, pero no como etiquetas
fijas. El no ser es llamado el principio del cielo y de la Tierra;
al ser se le llama la madre de todas las cosas. Por lo tanto, el
constante no ser se lo utiliza para observar lo sutil, mientras
que el con5tante ser se utiliza para observar aquello que suce-
de. Ambos provienen del mismo origen pero poseen distintos
nombres. Ambos son llamados misterio. El misterio de los
misterios del portón de acceso de las sutilezas.»
«El Camino es la más insondabie de las profundidades de
todas las cosas.» .
«El Camino produce uno, uno produce dos, dos produce
tres, tres produce todas las cosas. Todos los seres soportan lo
negativo y se abrazan a lo positivo, con una dulce energía pa-
ra la armonía.»
«El cielo está claro por virtud de la unidad, la Tierra es
estable por virtud de la unidad, los espíritus son efectivos
por virtud de la unidad, los valles están llenos por virtud de
la unidad, todos los seres están vivos por virtud de la uni-
dad, los gobernantes son adecuados para el mundo, si alcan-
zan la unidad.»
«La humanidad sigue a la Tierra, la Tierra sigue al cielo,
el cielo sigue al Camino, el Camino sigue a la Naturaleza.»
«El espíritu abierto imperecedero se llama la hembra
misteriosa. El portón de acceso de la hembra misteriosa se
llama la raíz del cielo y de la Tierra. Continuamente en el
borde de la existencia, su uso no es forzado.»
«El Camino del cielo vence hábilmente sin pelea, respon-
de hábilmente sin palabras y viene espontáneamente sin ser
llamado.»
«El retomo es el movimiento del Camino, la flexibilidad
es la función del Camino. Todas las cosas en el mundo nacen
del ser, el ser nace del no ser.»
256 LA PUERTA DEL DRAGÓN
«Quienes conocen a otros son inteligentes, quienes seco-
nocen a sí mismos son iluminados. Quienes vencen a otros
son poderosos, quienes se vencen a sí mismos sol! fuertes.»
«la gran plenitud parece carente; su función no se dete-
riora. El gran lleno parece vacío; su función es inextinguible.
El gran direccionamiento parece limitado, la gran habilidad
parece inepta, la gran elocuencia parece inarticulada. La acti-
vidad se convierte en frío, la quietud vence al calor. La calma
clara es un rectificador del mundo.»
«Conocer sin la presunción de conocer es lo"niejor; pre-
sumir de conocer sin conocimiento es enfermizo. Únicamen-
te considerando la enfermedad como enfermedad es posible
no estar enfermos.»
«Las palabras confiables no son embellecidas, las pala-
bras embellecidas no son confiables. Los buenos no son ar-
gumentativos, los argumentativos no son buenos. Los co-
nocedores no generalizan, los generalistas no son conoce-
dores.»
«la razón por la que los ríos y los océanos son los reyes
de todos los valles es porque se pueden humillar ante ellos;
de manera que pueden ser los reyes de todos los valles. Por lo
tanto, si deseas estar por encima de la gente, tienes que hu-
millarte ante ellos en tu palabra; si deseas dirigir a la gente, te
tienes que poner detrás de ellos.»
«la cosa más suave del mundo conduce a la cosa más
dura del mundo.»
«Gobierna un país grande como cocinarías un pez pe-
queño.»
«Un dirigente sabio no posee actitudes fijas, sino que está
atento a los deseos de la gente.»
«la ingobernabilidad del populacho es debida a motivos
ocultos de parte de sus líderes.»
«Si deseas contener algo, primero tienes que dejarlo ex-
pandir. Si deseas debilitar algo, primero tienes que dejar que
se vuelva fuene. Cuando deseas librarte de algo, primero tie-
nes que dejar que sea promovido. Esto se llama iluminación
sutil. La suavidad vence a lo duro, el ceder vence a lo fuerte.
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 257
El pez no debe ser sacado del agua, las herramientas efectivas
de una nación no deben ser mostradas a otros.»
«Aférrate a las imágenes universales, y el mundo conti-
núa; continúa sin daño, bajo gran seguridad y paz.»
* * * .
Wang Liping y sus tres maestros presentaron sus respe-
tos ante la placa conmemorativa del antiguo maestro I..ao Tse
en el interior del observatorio taoísta y recitaron el Tao Te
King en el lugar tradicional de su primera declamación.
A cierta distancia, debajo de un gran peñón, existe una
amplia caverna de piedra. El gran maestro le dijo a Wang Li-
ping que ésta era la caverna del Abuelo Lu Dongbin, cuyo
nombre de pila era Yan, y era maestro de Puro Yang. Es uno
de los Ocho Inmortales de la tradición popular. Cuando era
joven, estudió confucianismo y moísmo. Al fracasar en obte-
ner el grado de maestro en el examen del servicio civil, final-
mente se dedicó a vagar. Al encontrar al maestro Zhongli en
Changan, y tras ser probado diez veces, le enseñaron las ar-
tes de la prolongación de la vida. Posteriormente también
encontró al maestro realizado del Bambú Amargo, quien le
transmitió el método de combinar las energías solar y lunar.
Después de mucho tiempo viajó al Monte Zhongnan, donde
encontró al maestro Zhongli por segunda vez y aprendió la
alquimia del oro líquido. Finalmente, alcanzó el Camino
cuando tenía cincuenta años. Cuando había sobrepasado la
edad de cien años todavía conservaba una apariencia juvenil
y un andar ágil.
En esta caverna de la montaña en el Observatorio de la
Torre, el Abuelo Lu sumergió su mente en la práctica del Ca-
mino, completando su espíritu y depurando su energía, bus-
cando la comprensión de los patrones ocultos, y finalmente
alcanzando un cuerpo de energía positiva pura. Creó muchos
métodos nuevos de cultivo práctico. Algunas de esas prácti-
cas forman parte de las tradiciones esotéricas de la secta de la
Puerta del Dragón; unas cuantas más no han llegado a ser
258 LA PUERTA DEL DRAGÓN
transmitidas. Por último, compiló los principios en libros, los
cuales ocultó en cuatro lugares especiales.
El Abuelo Lu se había encontrado al maestro Huolong,
quien le transmitió un arte de la espada conocido como «Es-
cape hacia el Cielo». Basándose en ello reformó el arte de la
espada llevándolo a «desprenderse de las aflicciones psicoló-
gicas, desprenderse del deseo sensual y desprenderse de la
codicia y de la ira». También transformó la alquimia material
en trabajo interior; consideró que la vía hacia el logro del Ca-
mino era la liberación compasiva de la sociedad. En cierta
ocasión dijo:
-Si las personas pueden ser leales a la nación, respetuo-
sas en el hogar, fieles a los amigos, humanas para sus subordi-
nados, honestas consigo mismas, libres de hipocresías, efecti-
vamente altruistas, y naturales mientras ocultan sus virtudes,
entonces habrá otras gentes que las amarán, y los fantasmas y
los espíritus las respetarán. En este momento, son lo mismo
que yo soy; aún cuando no me encuentren, todavia me ven.
El método de circulación natural de la energía, que forma
parte importante de las artes interiores de la joya Espiritual
para el desarrollo de las capacidades mentales y de las ense-
ñanzas secretas del taoísmo de la Completa Realidad, fue in-
ventado por el Abuelo Lu cuando viajó al Monte Zhongnan.
Para cultivar el método de circulación de la energía natu-
ral, se requiere que el practicante se una íntimamente con la
mente, el espíritu, la energía y la vitalidad y lleve a cabo la pu-
rificación del universo dentro de su propio cuerpo en el pro-
ceso de movimiento regulado. Cuando realice el ejercicio, el
practicante deberá mantener una calmada y relajada postura
natural de andar; la atención y el pensamiento, la mente y el
espíritu, unidos en uno. El yo es un universo; a medida que el
universo experimenta innumerables cambios, invariablemente
,todos los seres actúan, y su acción produce un efecto. A medi-
da que el .cuerpo se mueve, la atención se reúne y se dispersa,
buscando la quietud en el movimiento, produciendo espíritu
en la quietud, con la mente y el espíritu estrechamente uni-
dos, respiración y atención juntos, etéreos y fluidos.
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 259
La técnica de entrenamiento del «método de circulación
de la energía natural» es diferente de la forma en que la gente
común da un paseo. Cuando estas personas caminan, no en-
focan su atención; la mente y el espíritu no se hallan enfoca-
dos sobre el cuerpo, de modo que la mente, el espíritu, la
atención, la respiración y el movimiento no marchan combi-
nados. Así pues, no se está realizando ningún «trabajo» inte-
rior; la mente se dispersa, el espíritu vuela y la energía se ex-
pande inútilmente.
Existe un dicho común: «Camina cien pasos después de
las comidas, y vivirás noventa y nueve años.» Pero es posible
alcanzar este resultado sólo si la mente se halla relajada, casi
como si uno estuviese meditando,.. y la práctica se continúa
regufarmente por largo tiempo. ·
El mencionado método enfatiza la íntima coordinación
del movimiento físico, la mente, el espíritu, la energía y la vi-
talidad. Enfatiza la fusión del microcosmos con el macrocos-
mos y llega a resultados más elevados a través de ejercicios
regulados graduales.
Quienes tienen experiencia en la práctica de la circulación
de la energía natural son capaces de expandir y contraer el
«campo» microcósmico de sus cuerpos así como sus auras,
uniéndolos con el campo del universo natural y con las auras
de todos los seres, interactuando con ellos en toda clase de for-
mas, con la mente, el espíritu, la atención, la respiración y el
movimiento trabajando juntos, el universo del cuerpo humano
y el universo de los cuerpos celestiales fusionándose en uno.
Habiendo experimentado este entrenamiento, un practi-
cante puede absorber y proyectar sustancias etéreas de todos
los seres con el fin de diagnosticar y curar· 1a enfermedad en
otros, transmitir mensajes y prestar orientación, para esparcir
la energía en órdenes específicos, operar con la energía purifi-
cada para reforzar los efectos sobre otros, atrayéndolos al tra-
bajo interior.
Las personas que trabajan con sus cerebros normalmente
no dominan su propio espíritu o voluntad, su vitalidad o su
cuerpo. Ocasionalmente su vitalidad se disipa, su energía se
260 LA PUERTA DEL DRAGÓN
deteriora y su espíritu decae. Por medio del método de circula-
ción de la energía natural es posible «unir mente y espíritu, re-
vitalizando el espíritu y haciendo retornar la e~piritualidad a la
mente. Cuando la mente se libera, el espíritu está allí, y cuando
el espíritu está allí, la mente recurre a él». De manera que uno
puede alcanzar los objetivos de sintonizar la respiración y nu-
trir al espíritu, fortalecer el cerebro e incrementar la inteligen-
cia, eliminando la enfermedad y preservando la salud; prolon-
gando nuestros años e incrementando el alcance de la vida.
El método de circulación de la energía natural está dividi-
do en tres vehículos y nueve métodos, los cuales con frecuen-
cia se denominan las tres partes y las nueve prácticas.
La primera parte consiste en prácticas para eliminar la
enfermedad y prolongar la vida, obtener la salud y la tranqui-
lidad. Se subdivide en tres prácticas: respiración combinada
con el caminar, retención de la respiración mientras se cami-
na y absorción de sustancias mientras se camina.
La segt:tnda parte consiste en prácticas para realizar el re-
tomo de todas las cosas a su origen y la inmortalidad del uni-
verso. Se subdivide entres prácticas: expulsión de sustancias
· mientras se camina, esparcimiento de energía mientras se
camina y ordenando la energía mientras se camina.
La tercera parte consiste en prácticas con el fin de realizar
la maestría de la adaptación, tanto convencional como no
convencional y la asimilación de la Naturaleza y la humani-
dad. Se subdivide en tres prácticas: cerrando y abriendo los
canales de energía mientras se camina, transmisión etérea
mientras se camina y volviéndose invisible mientras se
camina.
Éste también constituye un curso de desarrollo que va de
los estados inferiores a los superiores, abarcando los. tres ni-
veles de «cielo, Tierra y humanidad».
.-
El nacimiento y la muerte, la muerte y el nacimiento, el
retomo a la eternidad, han venido siendo los sujetos princi-
pales de las investigaciones taoístas a través del tiempo.
* * *
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 261
Como persona, no hay manera de controlar ni élegir el
propio nacimiento, y obviamente no existe nada que se pue-
da hacer para escapar a la propia muerte. En el intervalo en-
tre el nacimiento y la muerte, que es la «vida», al parecer el
cerebro está sereno y alerta y posee cierta clase de autonomía.
En realidad, sin embargo, está sujeto al control de numerosas
fuerzas distintas a sí mismo; frente a esas fuerzas, uno es des-
pués de todo insignificante, débil, impotente e incapaz de
dominar el propio destino. ·
La humanidad existe entre el cielo y la Tierra, la vida
existe entre el nacimiento y la muerte. El nacimiento y la
muerte constituyen los dos extremos de la vida humana; las
personas experimentan totalment'é y conocen al máximo
acerca de la vida; mientras el nacimiento y la muerte, los dos
extremos de la vida, son experimentados durante un brevísi-
mo tiempo y son por ello los menos conocidos.
Los taoístas dedican un esfuerzo igual a la investigación
del n~cimiento, de la vida y de la muerte. La profundidad y la
amplitud de sus investigaciones, además, son inconcebibles
para la gente común.
. ¿Por qué nace la gente? ¿Por qué nace un individuo par-
ticular en un particular momento y lugar? ¿Qué clase de cam-
bios ocurren en el momento del nacimiento, y qué clase de
influencias ejercen en la vida subsecuente?
¿Por qué muere la gente? ¿Cómo se siente el momento de
la muerte? ¿Qué clase de cambios tienen lugar? ¿Existen las
personas en alguna forma después de la muerte? ¿Es la muer-
te el destino final de la persona?
Esto es el nacimiento y la muerte.
Después de que la persona muere, ¿puede retomar a la
vida? Si la persona ha estado muerta durante corto tiempo,
¿es posible revivirla? Pero ¿y si el periodo que lleva muerta se
extiende hasta un año o dos, o a una década o dos?; enton-
ces, ¿es posible volver a la vida? Después que la persona se
muere y su cuerpo físico. original ya no existe más, ¿puede re-
tomar en otra forma? ¿Son posibles esas cosas?
262 LA PUERTA DEL DRAGÓN
¿Es posible que la gente no muera? Y, puesto que tene-
mos que morir, ¿será posible prolongar un poco más la vida?
La gente cree que tal cosa es factible. Pero ¿es posible traspa-
sar los límites de un determinado marco temporal, digamos
de un siglo, dos, tres o incluso más tiempo? ¿Es posible que
una vida vaya más allá del tiempo y del espacio?
Esto es el nacimiento, la vida y la muerte.
Este es el problema en los tres planos inferiores. De ma-
nera que entonces, desde la perspectiva superior de los tres
planos medios, ¿de dónde viene la humanidad? ¿Va a perecer
la humanidad? ¿Dónde se encuentra el destino futuro de la
humanidad? Situándose aún más arriba, ¿qué pasa con el na-
Gimiento y l~ muerte de la Tierra y del sistema solar? Y ¿qué
pasa con el nacimiento y la muerte del universo?
Cuando ampliamos estas preguntas, no existe manera de
aceptarlas dentro del dominio del conocimiento humano or-
dinario; de manera que se consideran sin sentido.
Los taoístas, sin embargo, no aceptan estas limitaciones;
no sólo presentan preguntas incluso más profundas, sino que
utilizan sus propios cuerpos como objeto de experimentación
para comprobar si tales posibilidades existen en realidad.
Los taoístas creen firmemente que la base filosófica del
taoísmo, la unidad de la Naturaleza y de la humanidad, no
está equivocada. Creen que las verdades universales y las
formas de percibir esa verdades presentadas por Lao Tse y el
I Ching no están equivocadas.
Esto ha dado a los taoístas gran sabiduría y coraje.
No importa cómo la sociedad pueda desarrollarse, desde
el punto de vista humano el cielo y la Tierra son todavía el
cielo y la Tierra; el Sol y la Luna son todavía el Sol y la Luna;
la eternidad existe dentro del cambio. El nacimiento es como
un eterno misterio, el cual nos preocupa e igualmente preo-
cupó a nuestros antepasados. La muerte es como un fantasma
imposible de coger, que nos hechiza a nosotros al igual que
los hechizó a ellos.
Hoy en día utilizamos toda clase de instrumentos con el
fin de estudiar las cuestiones del nacimiento y de la muerte.
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 263
Los taoístas, por el contrario, utilizan el cuerpo humano para
estudiarlo, y utilizan medios naturales para estudiar la Natu-
raleza. ¿Cuál de estas formas de investigación se halla más
cerca de la naturaleza del cuerpo humano y del universo? ·
No nos es posible retornar al útero y experimentar de
nuev~ el nacimiento. Cada uno de nosotros, sin embargo, ha
expenmentado las sensaciones que van desde ser un feto has-
ta ser un niño. Estas sensaciones tienen que haberse registra-
do en la memoria, pero por descontado que han sido olvida-
das. Estas memorias pueden ser revividas si se logra hallar un
método para hacerlo. ¿Es ello posible? Los taoístas han reali-
zado sus propias pesquisas sobre esta cuestión, y poseen su
propia respuesta.
En cuanto a la muerte, saber ~ue inevitablemente va a
ocurrir y experimentarla realmente son dos cosas diferentes.
La única forma de tener la experiencia es morir.
Esto es lo que Lu Dongbin hizo; realizó una grandiosa
prueba sobre la muerte sin temor.
La muerte abrió las grandes verdades del universo ante él.
La muerte le brindó gran sabiduría.
A fin de captar el proceso de realización mediante el cual
se va experimentando la muerte, uno ve claramente a través
del universo y lo transforma de tal manera que pueda ser
controla?o, Lu Dongbin condujo a sus discípulos a lo largo
del cammo de la búsqueda dentro de los misterios del uni-
verso y de la vida humana, llevando a cabo experimentos trá-
gicamente heroicos a lo largo de ese camino. De un total de
tres mil discípulos, ochocientos murieron; de manera que el
costo fue muy grande. Los resultados que obtuvieron, sin
embargo, fueron extremadamente valiosos. Los métodos
prácticos, una vez fuerón ordenados, han sido transmitidos
secretamente sin interrupción durante mil cien años por los
maestros pertenecientes a la escuela de la Puerta del Dragón
del taoísmo de la Completa Realidad.
. Aquellos:~oci~ntos pr:~ursores no tienen nombre, no
existe forma de venguar quienes· fueron. Pero sus sucesores
nunca olvidaron u trabajo.
264 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Incluso ahora, la escuela de la Puerta del Dragón no ha
resuelto por completo la cuestión del morir y revivir. Cuando
Wang Liping practicó un ayuno y murió, el gran maestro y
sus mentores no sabían si lograría o no superarlo con vida.
Wang Liping no tiene ninguna duda en absoluto acerca
de ello; aceptó la situación con calma. Coptinúa sosteniendo
la creencia de que morir merece la pena, en tanto le posibilite
a uno comprender algo.
Ayunando hasta morir, alcanzando la muerte y retoman-
do después a la vida, comenzando el vuelo hacia arriba desde
los tres planos inferiores de persona, acontecimientos y cosas
hacia los tres planos intermedios de cielo, Tierra y humani-
dad, es la forma de comenzar el ascenso a un plano totalmen-
te nuevo.
Este curso de ejercicios es el arte del trabajo interior fun-
dado por el Abuelo Lu. Un elemento estructural importante
del trabajo interior es el cultivo de seis líneas de trabajo inter-
no dentro del cuerpo humano.
El estudio de los antiguos acerca del cuerpo humano co-
menzó con lo que posee forma y sustancia, luego continuó
con lo que tiene forma pero no tiene sustancia, finalmente se
tomó en consideración lo que no tiene forma pi sustancia. La
ciencia médica comenzó con el chamanismo; inspirados por
los sueños, ·los antiguos concibieron la existencia de «mun-
dos» misteriosos dentro y fuera del cuerpo humano, mundos
que carecen de forma, inmateriales e inconmensurablemente
profundos. A través del tiempo, el desentrañamiento de esos
misterios del cuerpo humano se convirtió en un tarea sagrada.
Lo interesante de la ciencia médica china es el haber en-
contrado la existencia de los canales de energía del cuerpo,
basándose en la teoría del yin y del yang y de los cinco ele-
mentos. Ahora no disponemos de ningún modo de conocer
el proceso de esta búsqueda y descubrimiento.
La gente moderna que utiliza los métodos científicos to-
davía no ha percibido la existencia de los canales de energía
en el cuerpo humano. Los taoístas pueden ver los canales por
intermedio de dos métodos. Uno es verlos mediante la mira-
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 265
da interior, la cual es posible tras haber alcanzado un cierto
grado de cultivo del poder interior. El otro es ingerir elixires
alquímicos tras haber establecido una base para el poder inte-
rior por medio del trabajo interno; por estos medios, es posi-
ble ver la red de paralelos y meridianos claramente sobre la
superficie del cuerpo humano.
En el curso de este entrenamiento, Wang Liping ingirió
un elixir alquímico en tres ocasiones. La primera casi ha sido
descrita anteriormente. La segunda vez fue con el propósito
de visualizar experimentalmente los paralelos y meridianos
de la red de canales energéticos del cuerpo humano.
Una vez se terminó el experimento, Wang Liping se sentó
en un gran depósito lleno de agu;i caliente hasta el nivel de
sus labios. Permaneciendo sentado en el agua, mediante el
poder de su trabajo interior fue expulsando lentamente el eli-
xir alquímico de su cuerpo. Cuando había expulsado una
cantidad suficiente, detuvo la operación y salió del agua.
* * *
Existen seis líneas de trabajo interior en el cuerpo humano.
La línea de la plomada desde la parte superior de la cabe-
za hasta la región genital fue denominada por el maestro
Chongya orno la «línea divisoria». Cuando las personas
que pra tican el trabajo interior sin la guía de un maestro ilu-
minado sufren alguna alteración, ello se pone en evidencia en
esta líne ; cuando se queman y se vuelven demoniacos, eso
también se evidencia en esta línea.
La línea desde el «punto donde todos coinciden» sobre la
parte superior de la cabeza hasta el perineo se denomina la
«línea de la reflexión». Cuando uno la comienza a realizar, se
encuentra delante de la espina dorsal; luego, en forma gradual
se traslada hasta el interior de la columna misma. A la línea de
reflexión se la solía llamar el «vaso central» en otros tiempos.
Los practicantes realizan la visión interior por medio de ella.
A veces se encuentra oculta y otras veces se manifiesta; para
las personas cuyo poder interior es puro y profundo, se mani-
 266 LA PUERTA DEL DRAGÓN
fiesta cuando está en uso y se oculta cuando no se usa. Existen
también dos vasos a cada lado de la columna vertebral, cono-
cidos como los vasos izquierdo y derecho.
La línea horizontal que atraviesa los tres puntos conoci-
dos como el «cielo», el «ojo» y la «abertura» se encuentra en
la cabeza; a ésta se la conoce como la «línea de la esencia». La
abertura del ojo hacia el cielo fue denominada originalmente
el corazón del cielo, y también el tallo del cielo. Cuando las
personas están recién nacidas, existe una sutura entre las ce-
.jas; posteriormente, a medida que crecen, solamente queda
un hueco. Este hueco es diferente dependiendo del indivi-
duo; en algunos es largo y en otros es corto. La abertura del
ojo celestial es denominada apropiadamente como la abertura
del ojo hacia el cielo. La «abertura» se encuentra en el frente,
el «ojo» se halla en el medio, y el «cielo» está en la parte pos-
terior. La «abertura» puede ser tratada con acupuntura el
«cielo» puede reflejar, el «ojo» es la cámara del nirvana. El fin
de la línea de la esencia es el «paso de la almohada de jade»
en. la parte posterior de la cabeza.
La línea desde el plexo solar hasta la mitad de la espina
se llama la «línea del poder» o «línea de la fuerza».
La línea que sale hacia atrás desde el centro del área
umbilical se llama «línea de la preservación de la vida».
A izquierda y derecha de esta línea se encuentran los riño-
nes; ésta es la región de la «puerta de l~ vida» o «puerta del
destino».
Entre 30 y 40 centímetros por debajo del ombligo, en di-
rección hacia dentro, hacia el cóccix, se puede trazar una lí-
nea cuando se practica el trabajo; ésta se denomina «línea de
la vida en cultivo».
En cada lugar por donde atraviesan la línea de la esencia,
la línea de la fuerza y la línea de la vida se encuentra un cam-
po de elixir. Éstos son los campos de elixir superior, medio e
inferior. Las tres líneas van hasta los campos de elixir, y las
tres líneas confrontan los tres pasos. Cuando se cultiva la de-
puración, uno traza las tres lineas; cuando la energía se pone
en movimiento, atraviesa fácilmente los tres pasos.
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 267
Entre las líneas mencionadas, las dos líneas verticales son
líneas brillantes visibles a la visión interior, mientras que las
cuatro líneas horizontales son rutas escondidas y, sin embar-
go, realmente existentes. Además de esto, existen dos líneas
en el espacio en el borde del universo exterior.
En el nivel de «personas, acontecimientos y cosas», las
personas poseen un paso misterioso superior, uno central y
otro inferior. El paso misterioso superior es la abertura hacia
el ojo del cielo, el cual también se denomina la abertura an-
cestral; éste es el punto por el cual el espíritu y la energía
atraviesan en su ir y venir. Los cinco patriarcas del taoísmo
del norte llamaban a éste la Abertura de la Estrella Polar. De-
bido a que esta abertura se encuentra entre los dos ojos y las
dos cejas, en tiempos antiguos se.. la representaba por tres
puntos, que se relacionaban con el Sol, la Luna y la Estrella
Polar. Lo que el Abuelo Lu desarrolló en sus tres mil discípu-
los --ochocientos de los cuales murieron en el proceso- fue
precisamente este punto, la abertura del ojo hacia elLelo.
El Abuelo Lu dijo:
-La abertura del ojo hacia el cielo es el miste ·o de los
misterios, la abertura de las aberturas, el modo de unir el in-
terior con el exterior. Los sabios la abren, los tontos la cie-
rran. Quienes la abren viven más tiempo; quienes la cierran
no duran mucho.
También dijo:
-Mantener la sinceridad es una actividad sutil; existe
una maravilla de maravillas más sutil, la cual tiene lugar
cuando todas las elucubraciones se dejan de lado.
Cuando la purificación alcanza el nivel de «cielo, Tierra y
humanidad», existen pasos misteriosos por doquier. Cuando
uno alcanza el nivel aún más elevado de «universo, tiempo y
espacio», entonces la abertura que conduce al ojo hacia el
cielo deja de estar en el interior del cuerpo, y, sin embargo,
tampoco está fuera del cuerpo; se abre espontán~amente
cuando se utiliza. El Abuelo Lu dijo:
-Cualquiercosa que ves no es. Cuando deseas lo que
no es nada, entonces existe un permanente abrirse. Pero el
268 LA PUERTA DEL DRAGÓN
método práctico radica en las palabras «mantener la sere-
nidad».
La abertura que conduce al ojo hacia el cielo es la ruta
por la cual la luz del espíritu sale y entra. Cuando la gente in-
conscientemente tiene alucinaciones, imágenes e intuiciones,
o cuando conscientemente construye imágenes mentales es-
pecíficas, puede salir con la pregunta de si tales imágenes
erráticas intangibles en el cerebro pueden ser estabilizadas en
alguna manera a fin de hacerlas controlables. Los taoístas han
perseguido esta línea de pensamiento en sus investigaciones y
prácticas. A través del cultivo, toman control de la «frecuen-
cia» de estas imágenes en el cerebro, luego las proyectan fue-
ra del mismo a fin de observarlas con claridad, para después
desecharlas. La ruta de esta proyección y retiro es la abertura
ante el ojo hacia el cielo.
El método para ejercitar la abertura que lleva al ojo hacia
el cielo se llama «trazar la línea de la esencia». La manera en
que se hace esto es la siguiente: después de centrar la mente,
sentarse tranquilamente, adaptar el cuerpo y sintonizar la res-
piración, uno mantiene levantada la cabeza y mira hacia de-
lante, acercando lentamente escenas distantes por medio de
la luz del espíritu, trayéndolas hasta la «abertura», y luego
hasta el «ojo», luego aún más allá hasta el «cielo». Después
uno utiliza la luz del espíritu para enviarlas rápidamente de
vuelta hacia fuera, proyectándolas tan lejos como sea posible,
enviándolas hasta el mismo horizonte. Esto se repite por dos
veces; luego la luz es finalmente reunida hacia el lugar del
«cielo». El «cielo» es también llamado el «espejo de lo tem-
poral» y es una superficie reflectora; la luz del espíritu se re-
fleja desde aquí.
Después de esto, uno puede practicar deliberadamente
el pensamiento estructurado en el cerebro, pensando una es-
cena, un objeto, algo bello y bueno. La cosa que uno ha
construido en el pensamiento posee forma pero no sustan-
cia. A continuación, uno cierra los ojos y mira haci.a delante,
proyectando la imagen hacia fuera a través de la abertura del
ojo hacia el cielo, propulsándola mediante la energía purifi-
A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 269
cada. Cuando uno comienza por vez primera a practicar es-
to, parece como si no estuviese pasando nada; no existe nin-
guna forma ni sustancia, no hay nada visible. Repentina-
mente, y poco a poco, aparecen imágenes. A medida que el
poder interior se incrementa, estas imágenes también se
vuelven más completas, claras y definidas. Pueden también
ser trasladadas más lejos o más cerca, y ser ampliadas o re-
ducidas en tamaño. Aunque las imágenes se encuentran allí,
si intentas asirlas no encontrarás nada.
Después de que la línea de la esencia ha sido trazada y
una vez desarrollada la abertura frente al ojo hacia el cielo, es
posible proyectar y recibir formas, e igualmente luz; los pen-
samientos y el espíritu vital pued~n, de esta forma, enviarse
hacia el exterior del cerebro y hacia el universo que subyace
fuera del cuerpo, expandiendo así infinitamente el rango de
actividad del pensamiento y del espíritu. Llegado este punto,
la capacidad de la gente para percibir el mundo externo no es
igual que antes; podrán captar cosas que no pueden ser per-
cibidas por los cinco órganos de los sentidos de la gente co-
mún. La visión penetrante y la visión interior constituyen
ejemplos de capacidades desarrolladas por esta clase de en-
trenamiento. Cuando los practicantes alcanzan esta etapa, el
mundo que perciben es completamente diferente del de la
gente común; su manera de pensar y de hablar son igualmen-
te distintas. La forma en que los practicantes taoístas ven el
universo es más rica, más completa y más profunda que la
del común de la gente; sus percepciones se hallan también
más cerca de la naturaleza fundamental de las cosas.
En este nivel, los practicantes se percatan de que existen
cuatro modos de existencia en el universo, y que estos cuatro
modos se intercambian. Hay existencia con forma y sustan-
cia, con forma pero sin sustancia, con sustancia pero sin for-
ma, y sin sustancia ni forma. En la visión de los practicantes
taoístas, las limitaciones del universo para la persona común
en cuanto al dominio de las percepciones de los cinco senti-
dos es muestra de un pensamiento estrecho; aun cuando han
logrado ampliar el mundo sensible con la ayuda de instru-
270 LA PUERTA DEL DRAGÓN A LA CAZA DE TESOROS EN LAS MONTAÑAS 271

mentos científicos modernos, se encuentra todavía limitada a turaleza y la humanidad; con el uso de los métodos del cul-
los confines de un marco estrecho. tivo práctico se vuelve muy simple revelar los secretos del
El pensamiento puede sufrir transformaciones, pasando cuerpo humano y los misterios del universo.
desde ser sin forma e inmaterial hasta poseer forma sin sus-
tancia. Se puede hacer incluso que tenga forma y sustancia- * * *
lidad. Durante los días que pasaron en el Observatorio de la
El pensamiento puede proyectarse sin la utilización del Torre, Wang Liping aprendió una gran lección. Sus maestros
habla, la literatura u otros medios ordinarios, por medio de la en esta clase fueron Lao Tse y el Abuelo Lu. Wang Liping po-
luz del espíritu. La gente puede sentir así a través del espacio seía ahora una comprensión aún más profunda del Gran Ca-
y del tiempo. mino.
Dejando de lado las capacidades extraordinarias manifes- El Camino es el mayor tesoro del universo y de la vida
tadas espontáneamente por el cuerpo humano, según la his- humana.
toria de la rama taoísta de la Puerta del Dragón de la escuela
de la Completa Realidad, el proceso de ascenso consciente a
esta etapa de cultivo del cuerpo humano se formuló hace no
menos de mil años, dando lugar a un sistema completo de
principios y de prácticas.
La civilización humana se halla en evolución pero, si bien
ha progresado en algunos aspectos, ha retrocedido en otros.
Las gentes de los últimos tiempos no han sobrepasado necesa-
riamente a las de la Antigüedad en todos los ámbitos. Zhang
Guo, uno de los Ocho Inmortales, comprendió profundamente
este hecho; solía montar al revés sobre un asno, de manera que
quedaba encarado hacia atrás en lugar de hacia delante, indi-
cando su aspiración de aprender de las gentes del pasado que
habían alcanzado logros superiores y mayores realizaciones.
Wang Liping practicó la sentada en la caverna del Abue-
lo Lu para hallar el lugar exacto del campo del elixir inferior
en el cuerpo humano mientras se encontraba en este lugar.
Tras varios días de observación experimental, los cuatro sin-
tieron claramente cómo se levantaba lentamente la línea del
cultivo de la vida, fijándola en una posición de unos 3 centí-
metros por debajo del ombligo. Cuando practicaron en
Wushun, el campo del elixir inferior se hallaba ligeramente
más abajo. Wang Liping se había dado cuenta ya de la co-
rrespondencia entre el cuerpo humano y la Tierra. También
se percató cuán profunda es la filosofía de la unión de la Na-
 13
Cielos más allá del cielo

ESPUÉS DE DEJAR el Observatorio de la Torre, los

maestros taoístas y su discípulo atravesaron la cordi-
[]
llera Qin, el río Han y los montes Granary, llegando
por último a la cuenca de los Cuatro Ríos de Siquan.
A lo largo de todo el camino, las montañas eran altas y
profundos los ríos, los senderos eran peligrosos y las carrete-
ras muy pendientes, pero todo esto np presentó ninguna difi-
cultad para los cuatro viajeros taoístas. Sólo tenían ojos para
contemplar los encumbrados picos, los veloces rápidos, los pi-
nos colgando de los precipicios, los pájaros con sus trinos y
los monos parloteando. Era como si se encontraran fuera del
mundo; todos ellos se sintieron plenamente abiertos de
mente.
Tras entrar en Siquan, continuaron adelante siguiendo las
montañas hacia el sudoeste. Después de algunos días arriba-
ron a la Ciudad Verde.
La Montaña de la Ciudad Verde se llama así porque está
rodeada por sus cuatro. lados por montañas verdes que re-
cuerdan la forma de una muralla de ciudad fortificada. Es
uno de los Cielos Abiertos de los taoístas, llamado el Cielo
Abierto de las Nueve Estancias de los Preciados Inmortales.
Los inmortales espirituales de todos los tiempos, tales como
Zhang Daoling, Fan Changsheng, Sun Simao, Du Guangding
y otros trabajaron en reclusión aquí. Los cuatro viajeros visi-
274 LA PUERTA DEL DRAGÓN
taron lugares famosos tales como el observatorio de la Larga
Vida, la Caverna de los Maestros Celestiales y el Valle de las
Nubes Blancas, pero no se encontraron con ningún otro
taoísta, de manera que dejaron la Ciudad Verde y se encami-
naron hacia al sagrado Monte Omei.
Visto desde lejos, Omei es de un verde intenso, difuso
por la neblina, envuelto en un especie de atmósfera sagrada.
Tiene tres bellos picos, sobresaliendo claramente, que causan
una extraordinaria impresión. El nombre «Ümei», que signi-
fica «Crestas Bellas», proyiene del declive que forma la mon-
taña, delicado y largo, gloriosamente bello. Omei es uno de
los treinta y seis Cielos Abiertos del taoísmo; se lo reconoce
con el título del Cielo Abierto de la Espiritualidad Inmaterial,
y también el Montículo del Espíritu, Cielo de Maravilla. Es
una de las cuatro montañas especiales del budismo, conocida
en esa tradición como Montaña de la Luz Radiante.
Siguiendo el camino montaña arriba, los cuatro viajeros
encontraron que todos los templos y adoratorios habían sido
objeto del pillaje y se hallaban desiertos; todo estaba en una
total confusión. Los tres ancianos se sintieron apenados cuan-
do vieron tal destrucción. El gran maestro le dijo a Wang Li-
ping que Omei era una tierra sagrada del budismo, donde,
esparcidos por toda la montaña, se levantaban cien templos
grandes y pequeños y varios adoratorios. La montaña es un
lugar de la manifestación sensible del famoso bodhisatva Sa-
mantabhadra, el Iluminado Ser Universalmente Bueno. Han
existido unos cuantos monjes y maestros Chan altamente rea-
lizados en los templos, de esclarecida sabiduría e ilumina-
ción, que habían practicado el budismo muy profundamente.
En tiempos pasados, dijo el gran maestro, había traído una
vez a sus disdpulos, el Caminante de la Pura Serenidad y el
Caminante de la Pura Vacuidad, a este lugar y habían discuti-
do el budismo y el taoísmo con los abades con el fin de puri-
ficarse y mejorarse, y encontraron que tenían mucho en co-
mún. Ahora el desastre había azotado este lugar, y no tenía
ninguna idea de dónde habían podido ir los grandes maes-
tros budistas, ni si estaban a salvo.
CIELOS MA5 ALLÁ DEL CIELO 275
Desde la fundación del taoísmo de la Completa Realidad,
el sectarismo fue eliminado, y se puso el énfasis en la unión
de las tres enseñanzas del confucionismo, el taoísmo y el bu-
dismo. Los trabajos taoístas posteriores incluyen una buena
cantidad del vocabulario budista. Tanto el taoísmo como el
budismo, al ser culturas orientales, poseen principios y doc-
trinas en común; cuanto más alto sea el nivel, más pequeñas
son las diferencias entre ellas.
En vista que se hallaban en tierras budistas, el gran maes-
tro le enseñó a Wang Liping un poco acerca del budismo, pa-
ra introducirlo en el tema y continuar profundizándolo más
adelante.
* * *
«Buda» significa «El Despierto». «Despertar» posee tres
significados: autodespertar, despertar a otros y cumplimiento
del despertar y de la acción. Quien haya alcanzado estas tres
clases de despertar es llamado un Buda. Alcanzar el' estado de
Buda significa haber despertado a la comprensión de todo en
el universo y en la vida humana.
El budismo comenzó hace 2.500 años en India, fundado
por Shakyamuni, cuyo nombre significa «Sabio del Clan
. Shakya». Nacido de una familia real, Shakyamuni era el prín-
cipe heredero, de gran talento e inteligencia. Tenía también
una esposa. Disfrutaba de todos los placeres de la vida, inclu-
yendo gloria, riqueza, rango, reputación y placeres naturales,
pero sabía que todo aquello no eran sino fenómenos tempo-
rales, que desaparecerían inevitablemente y no podrían durar
para siempre. Deseaba comprender la causa y la razón de to-
do ello, a fin de encontrar el modo de librarse de las afliccio-
nes y dolores y de esa manera poder trascender el nacimiento
y la muerte. Para este propósito abandonó la riqueza y posi-
ción social, fama y posesiones, autoridad y rango, apegos
emocionales -todas aquellas cosas que normalmente man-
tienen a la gente en las garras de la ansiedad- y dejó su ho-
gar a la edad de veintinueve años para practicar el desarrollo
276 LA PUERTA DEL DRAGÓN
de lo espiritual, sometiéndose a varias disciplinas ascéticas.
Después de seis años, finalmente se sentó bajo el árbol bodhi
para meditar serenamente, buscando profundamente hasta
que despertó y alcanzó la iluminación. El Buda habló de cua-
tro verdades: el sufrimiento, su causa, su extinción y el cami-
no para su extinción. El Nirvana es el estado ideal más alto
para ser alcanzado por el cultivo.
Al morir el Buda, el budismo se extendió ampliamente y
se dividió en numerosas sectas, las más importantes son el
budismo Theravada y el budismo Mahasanghika. Posterior-
mente éste se volvió a dividir en budismo Mahayana y budis-
mo Hinayana. Este último enfatiza el desarrollo individual
con el fin de alcanzar el estado del arhat y trascender la vida
y la muerte. El budismo Mahayana considera que las ense-
ñanzas del Buda son ilimitadas y postula que todos los cre-
yentes pueden volverse Budas, los cuales son tan numerosos
como los granos de arena en el río Ganges. El budismo Ma-
hayana también se dividió en escuelas de vacuidad y escuelas
del ser. Una rama de este budismo se combinó con el brah-
manismo y se creó el budismo esotérico, el cual se distingue
de las enseñanzas exotéricas por ser secreto.
El budismo entró en China a través de dos rutas durante
el primer siglo de la era común. Una ruta se dirigió al oeste
desde la India a través de Pakistán, por Afganistán, y luego a
la región Sinkiang de China, desde allí hasta el corazón de la
China, y desde China hasta Corea y Japón. Ésta es la tradi-
ción canónica china. La otra ruta fue desde India a Nepal,
luego al Tíbet, y de allítambién al corazón de China, estable-
ciendo la tradición budista tibetana, también conocida como
lamaísmo.
El budismo de la tradición del sur pasó de Sri Lanka a Tai-
landia, Birmania, Laos, Vietnam y otros países, incluyendo la
región de Yunnan en China. Ésta es la tradición canónica pali.
Desde el siglo xrx en adelante, el budismo se ha infiltrado
en países occidentales.
A medida que Wang Liping escuchaba hablar al gran
maestro acerca de la historia del budismo, reflexionaba sobre
CIELOS MAS ALLÁ DEL CIELO 277
cuán familiarizado estaba el anciano mago taoísta con el te-
ma. Desde que había estado estudiando el Camino con los
tres ancianos maestros, los oídos de Liping se habían llenado
de doctrinas taoístas. A lo largo del camino, los tres maestros
habían permanecido elucidando sistemáticamente sobre los
orígenes y el proceso de desarrollo de la cultura tradicional
china, basada principalmente en el canon taoísta.
Este canon, escrito sobre más de nueve mil pergaminos,
contiene setenta y dos campos de conocimiento, incluyendo
as.tronomía y geografía, los escritos de varios maestros, filoso-
fía e historia, política y asuntos militares, agricultura, artesa-
nías, caballería, artes de calcular, chamanismo, ciencia médi-
ca, adivinación, fisiognomía, etc .... Cualquiera que fuese el
campo o el tema, correspondiente a cualquier dinastía o era,
el gran maestro y los mentores podían hacer citas, explicando
inagotablemente sobre la base de las escrituras y de los clási-
cos canónicos, relacionándolo todo con el Camino. Los tres
maestros podían recitar de memoria algunos de los más im-
portantes trabajos con sorprendente facilidad. Wang Liping'
pensó que era absolutamente increíble que los cerebros de es-
tos tres ancianos pudiesen en realidad contener tan amplia ri-
queza de conocimientos; eran éstos tan vastos como océanos,
y tan inmensos como el ci~o.
En esta ocasión particular, Wang Liping escuchaba mien-
tras el gran maestro continuaba hablando acerca del budismo.
Después que el budismo entró en China, se mezcló con
el misticismo chino para formar gradualmente ocho escuelas
principales: la Escuela de la Esencia de las Cosas, la Escuela
de las Características de las Cosas, la Escuela Tiantai, la Es-
cuela Huayan, la Escuela de la Tierra Pura, la Escuela Esotéri-
ca, la Escuela de la Disciplina y la Escuela Chan.
Desde luego, cualquier país en el que entró el budismo,
se metamorfoseó considerablemente, pero su espíritu vital
básico continuó.
El sufrimiento, su causa, su extinción y el camino: éstas
son las cuatro Verdades del budismo. «El Sufrimiento» es una
crítica general de la vida humana como dolorosa. Los huma-
278 LA PUERTA DEL DRAGÓN
nos pueden ser superiores a otros seres, pero su posición en
el universo no es alta, y no pueden escapar de la miseria del
ciclo de vida y muerte. Los Budas y todos los seres vivientes
están divididos en diez dominios, cuatro de ellos santos y los
otros seis ordinarios. Las cuatro clases santas son Budas,
bodhisatvas, Budas pratyeka y arhats. Las. seis clases ordina-
rias de seres son los ángeles, los humanos, los monstruos, los
animales, los espíritus hambrientos y los diablos. Hay exis-
tencias más elevadas que la humana. Los seres humanos na-
cen llorando y mueren entre los llantos de otros. Ocho dolo-
res se presentan a lo largo del curso de la. vida humana: el do-
lor de nacimiento, el dolor del envejecimiento, el dolor de la
enfermedad, el dolor de la muerte, el dolor de la separación
de los seres queridos, el dolor del contacto con los enemigos,
el dolor de la no realización y el dolor de la energia de los
cinco claustros. Los cinco claustros son la materia, la sensa-
ción, la concepción, la acción y la conciencia; éstos forman
los elementos básicos constitutivos del ser humano. El ser
humano está, sin embargo, fundamentalmente vacío, como lo
.está todo en el universo, todas las cosas son el producto de
causas y condiciones combinadas. Si hay combinación, habrá
existencia; de otra forma no habrá nada, pues esta existencia
está condicionada causalmente. La combinación no posee
ninguna naturaleza inherente propia, ninguna sustancia bási-
ca, está, en definitiva, vacía. El significado de la verdad «su-
frimiento» es el de enseñar a la gente a no depender de cosas
externas.
La verdad sobre la causa del sufrimiento señala hacia el
origen dél dolor y de la miseria en la vida humana. Cuando
la gente no está iluminada y no comprende las cosas y sus
comportamientos, y no reconoce que todo en el universo es
vacío, entonces sus deseos y anhelos son insaciables, de ma-
nera que sólo encuentran aflicción para sí mismas. El sufri-
miento surge de esto. Sin clarificar la causa del sufrimiento,
no existe forma de comprender el plano de la vacuidad.
La extinción significa el proceso y los métodos de elimi-
nación de las aflicciones psicológicas, de la emancipación del
CIELOS MÁS ALLÁ DEL CIELO 279
sufrimiento, de la trascendencia de las rutinas compulsivas y
el logro de la vacuidad. Al seguir un curso en sentido opuesto
al de la vida humana ordinaria, es posible alcanzar la extin-
ción y consecuentemente alcanzar el estado de Buda. Lo
esencial de este proceso son las tres formas de aprender: la
disciplina, la concentración y la sabiduría. Cuando la mente y
los objetos quedan olvidados y no se mueve ni un solo pen-
samiento, se denomina disciplina. Cuando la atención es
· completa y clara, lúcida tanto interna como externamente, se
denomina concentración. Responder a las cosas de acuerdo
con las condiciones, función sutil inagotable, se llama sabi-
duría. Estos tres aprendizajes se complementan y se refuerzan
entre sí, siendo como la sustancia y la función de unos para
otros. A través del cultivo de la disciplina, donde la vaciedad
no tiene nada que vaciar, la concentración produce sabiduría,
llevándole a uno a través de ello hasta la trascendencia. Me-
diante la práctica de largo alcance uno se despierta gradual-
mente, pero la sustancia básica del universo es un todo indi-
visible, de manera que cuando uno llega hasta una cierta cla-
ve, entonces experimenta un gran despertar, una repentina
iluminación.
El sendero es el plano al cual uno llega tras la «extin-
ción». Por medio del nirvana, la persona trasciende el naci-
miento y la muerte, elimina todas las vejaciones y miserias de
las rutinas compulsivas, e ingresa en la Pura Tierra de la Bie-
naventuranza Infinita.
Guanyin nos describe este proceso:
Primero en medio del escuchar, entra en la corriente y olvida
el objeto.
El que entra está por ello en silencio, la dualidad de movi-
miento y quietud no surge más.
Progresando gradualmente de este modo, lo escuchado termi-
na cuando se escucha,
el escuchar concluido no permanece.
Cuando estés consciente de que 1o que percibes es vacío,
la conciencia vacía está completa finalmente.

280 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Cuando la vacuidad y lo que está vacfo se extingan,
el nacimiento y la muerte terminan. •
Aparece entonces la paz perfeeta, produciéndose repentina-
mente la trascendencia;
en el mundo y más allá, una luz uniforme penetra en las diez
direcciones.
Habiendo explicado hasta aquí, el gran maestro miró a
Wang Liping, y luego continuó:
-,Ya has experimentado el estado al cual me referí en las
últimas líneas; ya has estado en el plano de Infinita Bienaven-
turanza del que hablan los Budas. Ese camino de luz que vis-
te después de tu muerte es de hecho el camino hacia el paraí-
so de la Infinita Bienaventuranza. Ya has despertado al budis-
mo; en nuestros términos taoístas, te llamamos un «muerto
viviente». Ahora sabes que existe tal lugar en este universo,
pero cuando finalmente acudas a él, todavía deberás conti-
·.1
nuar cultivando la purificación.
Finalmente, el Caminante del Infinito recitó un verso:
Si deseas conocer las causas pasadas,
míralas en los efectos del presente.
Si deseas conocer los resultados futuros,
míralos en los actos del presente.
Las explicaciones del gran maestro eran tan claras como
el cristal para Wang Liping; no hizo ninguna observación ni
formuló ninguna pregunta. Los principios del budismo y del
taoísmo son concurrentes; con su propia práctica, Wang Li-
ping había ya comprobado estos principios simple, clara y
penetrantemente. Ahora conocía la doctrina budista así como
la taoísta. Una vez había escuchado abiertamente y había
oído con claridad, no tenía ningún sentido decir nada más; lo
esencial en el estudio es la aplicación práctica.
Tanto tratándose del budismo como del taoísmo, los tó-
picos de investigación son similares: transformar la tempora-
lidad de la vida humana en la eternidad del universo, trans-
CIELOS MÁS ALLÁ DEL CIELO 281
formar la finitud de la vida humana en la infinidad del uni-
verso. ¿Cuál es la naturaleza del universo? Buda concluyó
que es la «vacuidad», Lao Tse concluyó que es el Tao o el Ca-
mino. ¿Cuál es el estado ideal más elevado para la humani-
dad? Los budistas dicen que es la entrada por vía del nirvana
dentro del «mundo de la Bienaventuranza Final», los taoístas
dicen que es la realización cultivada del «triple reino supe-
rior» para «alcanzar la inmortalidad». Una es tan buena co-
mo la otra.
Esta conversación del gran maestro desplegó todo un
mundo nuevo ante Wang Liping, ¡un cielo más allá de los
cielos!
En dos años de viajes, había ~do testigo de maravillas y
había aprendido muchísimo, lo que le había abierto los ojos y
le había desarrollado el conocimiento. La conversación del
maestro en el monte Omei acerca del budismo incrementó su
sentido de la inmensidad del universo y de la amplitud de la
sabiduría. ¡Quién sabe cuántas joyas de sabiduría existen en
el mundo esperando ser descubiertas, cuántos misterios hay
para ser resueltos!
La mayoría de la superficie de la Tierra se halla cubierta
de agua; ¿existe un continente perdido bajo el mar, el cual
acogió brillantes civilizaciones hace mucho tiempo?
¿Qué secretos ocultan las pirámides del antiguo Egipto?
¿Por qué las catedrales cristianas poseen una cúpula?
¿Evolucionó la humanidad a partir de los antropoides o
se arrastró fuera del agua hacia la tierra?
Existe un buen número de religiones que dicen que la
humanidad fue creada por Dios. ¿Es esto un mito o es rea-
lidad?
El mundo es sumamente maravilloso. Preguntas como
las anteriores fueron muy absorbentes para Wang Liping.
Deseaba desentrañar los misterios del universo y de la vida
humana.
* * *
 282 !A PUERTA DEL DRAGÓN
Tras medio día delante del adoratorio conversando, los
cuatro viajeros taoístas se pusieron finalmente en pie y con-
tinuaron su camino subiendo hacia la montaña. Los tres an-
cianos no siguieron la ruta que habían tomado en el pasado
para escalar la montaña. En lugar de ello eligieron un lugar
extremadamente escarpado e inaccesible para iniciar el as-
censo.
Wang Liping se imaginó que el gran maestro y los men-
tores estaban evitando deliberadamente las escenas de desola-
ción en los templos y los adoratarios a lo largo del camino.
Por esta parte, por donde la gente nunca iba, la condición na-
tural del medio ambiente se conservaba todavía intacta, y es-
to servia de ayuda a sus corazones y espíritus. Tenia un curio-
so presentimiento de que algo estaba a punto de suceder. Los
tres ancianos, mientras tanto, estaban ya escalando apresura-
damente, de modo que Wang Liping les siguió sin que tuvie-
ra tiempo de pensarlo mucho.
Abriéndose paso a través de bosques, subiendo por pe-
ñascos, cruzando precipicios, en breve tiempo los cuatro lle-
garon hasta la mitad de la montaña. En este lugar los árboles
producían una densa sombra, se escuchaba el murmullo de
los arroyos de montaña, las flores estaban en su plenitud y
abundaban las hierbas fragantes. Un grupo de monos se
había reunido aquí para escapar del calor, algunos saltando
en tomo a ellos, otros trepando por los árboles en busca de
frutas y nueces, y otros, a su vez, meciéndose y saltando de
un lado a otro entre las i:amas altas, o bien sentados quitán-
dose los piojos, o peleándose y persiguiéndose unos a otros.
Éste era su mundo.
Repentinamente una rama se sacudió muy ostensible-
mente, y una sombra oscura pasó velozmente. Paralizados de
súbito, los monos se reunieron rápidamente alrededor de los
rb.ás viejos, los jóvenes se subieron al pecho de sus madres.
Más tranquilizados, comenzaron a mirar lo que estaba pasan-
do. Et cabecilla de los monos vio que se aproximaban los hu-
manos. Exhibiendo sus colmillos, lanzó un agudo grito y se
CIELOS MÁS ALLÁ DEL CIELO 283
dirigió hacia donde éstos se encontraban. Los otros también
lo siguieron, reuniéndose alrededor de él. .
Al ver que los monos se venían sobre ellos, el Caminante
del Infinito no podía parar de reírse. Volviéndose a sus com-
pañeros, dijo: _
-Estamos de suerte al tener monos como companeros en
nuestro viaje a Omei, pero es mejor que no los provoque.m~s.
Totalmente de acuerdo, los otros sujetaron sus mochilas
firmemente.
Viendo a los cuatro hombres, el grupo de monos los ro-
deó descaradamente, estrechando el cerco en tomo de ellos,
aullando amenazadoramente. Utilizando su técnica de livian-
dad los cuatro taoístas saltaron repentinamente fuera del al-
can~e de los monos que se acercaban, aterrizando sobre una
gran piedra unos cuantos metros más allá. Tomados ~o~ sor-
pre5a por un momento, los monos rápidamente persiguieron
a los hombres, pero ¿cómo iban a poder alcanzarlos?
Wang Liping vio que los monos eran muy juguetones; les
arrojó un puñado de piedrecitas, las cuales cayeron rebo~an­
do por el costado del montículo. Creyendo que estaban sien-
do atacados, los monos chillaron aún más agudamente, avan-
zando salvajemente hacia donde ellos se encontraban.
Cuando los monos se aproximaban, los cuatro taoístas
saltaron hacia arriba sobre los árboles y comenzaron a mover-
se de árbol en árbol. Los monos también se encaramaron a
los árboles -después de todo, ellos eran monos- para con-
tinuar la persecución. Pero ahora, ¡no había manera de en-
contrar a Íos cuatro humanos!
Viendo el desconcierto de los monos, los cuatro taoístas
rieron y rieron: Posteriormente observaron que los monos fi-
nalmente se cansaban y reconocían su derrota. Entonces los
cuatro hombres continuaron su camino.
Poco después, llegaron hasta el pie de una escarpada pared
de roca de cientos de metros de alto, con algunos árboles que
sobresalían hacia la mitad de la altura, y algunas enredaderas
que colgaban sobre la piedra. Los cuatro escalaron el frente del
peñasco, utilizando las enredaderas, los árboles y la maleza pa-
 284 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ra impulsarse hacia arriba. Cuando dejó de haber vegetación,
completaron su escalada aferrándose a las grietas y protuberan-
cias de la roca.
A mitad del camino, los viajeros repentinamente oyeron
que alguien decía:
-¡Aquí tenemos a unos visitantes, y yo no he salido a re-
cibirlos!
La voz resonó como una enorme campana, haciendo eco
en sus oídos.
Mirando hacia arriba, Wang Liping vio a un hombre del
Camino allí de pie de cara al viento, con el manto taoísta on-
deando, que tenía un gran parecido con uno de los inmorta-
les. El viento en esta montaña se arremolina de abajo hacia
arriba, de manera que todo el que pueda proyectar su voz
contra el viento aquí tiene que ser una persona extraordi-
naria. .
En_el tiempo que toma contarlo, los cuatro viajeros habí-
an alcanzado el pico. El Caminante de la montaña los invitó a
entrar t;n su cueva, donde le ofrecieron sus respetos y se sen-
taron.
Resultó que éste no era un hombre ordinario, sino un er-
mitaño taoísta, recluido permanentemente en el Monte Omei,
respetuosamente conocido como el Caminante de la Nube
Errante. A la sazón, tenía ciento dieciocho años de edad· en
el momento de escribir esto, es un venerable anciano de c¡en-
to treinta y nueve años. Ahora, cada tres años, el maestro
Wang Liping se toma unos días de asueto para ir a visitarlo.
El Caminante de la Nube Errante no había dejado la
montaña durante cincuenta o sesenta años. Le dijo a Wang
Liping que la gente solía venir a la montaña a lomo de caba-
llo o llevados por porteadores, pero que ahora eran trans-
portados por patas a las que le salían círculos. Cuando dijo
esto, hizo un círculo con su mano; Liping se dio cuenta que
estaba hablando de las ruedas del tren. Wang Liping lo invi-
tó a descender la montaña para echar una mirada, pero el
anciano rehusó con firmeza, insistiendo que no podía aban-
donar la montaña.
CIELOS MAS ALLÁ DEL CIELO 285
El anciano taoísta, segregado de la sociedad, recluido en
lo profundo de la montaña, no prestaba ninguna atención al
caos y al torbellino que estaba sucediendo en el mundo, sino
que únicamente practicaba el Camino con todo su corazón.
Lao Tse dijo: «Para el aprendizaje, ganáis diariamente;
para el Camino, perdéis. diariamente. Perdiendo, y perdiendo
incluso eso, hasta que alcancéis la quietud de la mente, en-
tonces aun cuando no os esforcéis, nada dejará de hacerse.»
El aprendizaje inteléctual consiste en acumular conocimiento
para convertirse en eruditos. El cultivo del Camino requiere
serenidad y unidad: «Cierra la boca, cierra los ojos», dese-
chando los pensamientos fortuitos. Cuando no existe ningún
anhelar ni parloteo, vuestra naturaleza esencial es inherente-
mente completa y clara, calmada y tranquila, entonces veréis
el efecto del trabajo. En este estado, la mente es como un cla-
ro espejo, o como la Luna brillante, reflejando e iluminando
los principios sutiles del cielo y de la Tierra y de todas las co-
sas. Desde allí, «conocéis todo en el mundo sin necesidad de
salir fuera de la puerta, veréis el curso de la Naturaleza sin
necesidad de mirar por la ventana».
¡Existen montañas más allá de las montañas!
Vasto como es el mundo, ciertamente existe gente de ele-
vados logros.
La gran rectitud parece restringida; la gran habilidad pa-
rece torpe; la gran elocuencia parece muda; el gran conoci-
miento se parece a la ignorancia. ,
Existen también personas cuyo ojo interior reconoce la
realidad y emprenden viajes largos y difíciles para visitar a
personas realizadas en remotos picos de montañas y pregun-
tar acerca del Camino en las moradas cavernarias. Éste es
también el caso de los seres que se agrupan según las clases,
y de las gentes que se dividen en grupos.
La primera vez que el Caminante de la Nube Errante vio
a Wang Liping se sintió muy feliz. El anciano le refirió al jo-
ven algo acerca de lo que ocurrió en el pasado. Fue en déca-
das anteriores, cuando la nac~ón se hallaba agitada, sin que
hubiese ningún punto brillante en el horizonte. Ésta es exac-
 286 LA PUERTA DEL DRAGÓN
tamente la clase de circunstancias en las que surgen nuevos
seres para llevar a cabo planes de largo alcance.
Aun cuando las facciones beligerantes luchaban conti-
nuamente, el monte Omei permaneció libre del clamor del
mundo, inmóvil y pletórico de paz y tranquilidad. Cada día
podía oírse a los sacerdotes cantando, las antiguas campanas
tañendo, fragantes humaredas de incienso elevándose desde
los templos, largas colas de peregrinos.
El Caminante de la Nube Errante permaneció encerrado
en su gruta. Sabiendo que las alteraciones en el mundo iban a
durar bastante tiempo todavía, pasaba los días sosegadamen-
te cultivándose a si mismo, adentrándose en lo profundo de
las montañas en su tiempo libre para reunir flores poco co-
munes, plantas, medicinas y frutas silvestres. En raras ocasio-
nes cuando se levantaba una repentina tormenta, solía elegir
un lugar para observar tranquilamente el singular halo violeta
del Monte Omei. Discurriendo libremente sobre las monta-
ñas sin un derrotero fijo, el Caminante había sido visto por
muy poca gente y no había sido reconocido por nadie.
Era una mañana al amanecer, en la que soplaba una clara
y suave brisa. Las nubes en la montaña aumentaban y dismi-
nuían de tamaño y el Sol aparecía y desaparecía para, a veces,
brillar a través de ellas, y otras veces quedar bloqueado por
las nubes.
El Caminante de la Nube Errante ya había tenido una in-
tuición peculiar mientras se hallaba sentado la noche ante-
rior; sabía que vendrían ese día a visitarlo dos personajes im-
portantes. También sabía que era un asunto del destino, de
manera que no podía evitar verse con ellos.
Esa mañana el anciano estaba de pie en un bosque prac-
ticando ejercicios de respiración, cuando de repente alguien
subió por la pendiente. El anciano taoísta sabía que yl prime-
ro de sus visitantes había llegado. Sin ocultarse ni prestar
atención al hombre, permaneció inmóvil con los ojos cerra-
dos, absorto en el espíritu.
El visitante era un hombre maduro, en sus cuarenta, con
una psique fuerte y un porte distinguido. Estaba vestido muy
CIELOS MAS ALLÁ DEL CIELO 287
sencillamente, sin embargo daba la impresión de poseer una
gran fuerza mental.
Al ver a un hombre de edad con la cara de un niño y el
pelo oscuro practicando ejercicios energéticos en este desha-
bitado lugar, el visitante supo que éste no era un anciano or-
dinario. Llegándose hasta donde se hallaba el Caminante, se
dirigió a él respetuosamente.
El Caminante abrió los ojos ligeramente, revelando una
luz espiritual, un brillo incomparable, y dijo con una sonrisa:
-Habéis venido de un largo viaje, por un camino dificil.
Al oír esto, el visitante involuntariamente se estremeció
en su corazón. No mostró ninguna señal externa de ello, a
pesar de todo.
-¿Eres tú el Caminante de la Nube Errante?
-Si.
-¿Puedo molestarte para hablarte acerca de los asuntos
de la nación?
-El surgimiento y la decadencia de las naciones son res-
ponsabilidades soportadas por el hombre ordinario. Yo no
tengo talento, y por eso me escondo en lo profundo de las
montañas. No estoy familiarizado con los asuntos mundanos.
¿Cómo puedo hablar acerca de la nación?
-La nación está en crisis, y todas las personas están
afectadas. Pero. tú has superado muchos cambios en el mun-
do, muchos altibajos. Has visto mucho, y tu conocimiento es
amplio, y abarca los cielos y la Tierra. Tu corazón ha penetra-
do la obra interna de las cosas. Todos han oído tu nombre, y
todo el mundo te respeta. Por favor, no seas tan indiferente y
dime un par de cosas.
-El este no es brillante; el oeste es brillante. Cuando ha
oscurecido en el sur, existe el norte. El noroeste es viable; el
nordeste es penetrable. Con vuestro heroísmo, habilidad y es-
trategia, puede desplegarse un gran plan, se puede realizar un
gran trabajo. No me molestéis con los detalles.
Un taoísta inmortal adiestrado en las montañas y un gran
hombre de mundo se encontraban aquí al amanecer en la ci-
ma del monte Omei; los dos estudiaron la ordenación del cie-
288 LA PUERTA DEL DRAGÓN
lo y los movimientos en la Tierra, el futuro de la nación y la
prosperidad y el declinar de las gentes. Al presentar los ele-
mentos esenciales, el anciano sabio habló abiertamente sobre
el tema. Su visitante se reía con deleite, una risa que era re-
frescante y clara.
Finalmente, el hombre le dijo al anciano taoísta:
-Tu instrucción ha sido de gran beneficio, pero tengo
tanto que hacer que tendré que marcharme ahora.
Juntando las manos en un saludo de despedida, el hom-
bre se fue. El Caminante de la Nube Errante le dijo adiós con
la mirada.
Después, el Caminante se dirigió .hacia otro lugar en un
pequeño valle tranquilo para alimentar su espíritu; fue enton-
ces cuando apareció otro hombre repentinamente. Tenia unos
cincuenta años de edad, con una alta e imponente figura, su
espalda tan recta como una vara. Vestido con uniforme mili-
tar, poseía un aire firme y severo y una mirada poderosa. Ha-
bía vivido durante largo tiempo en la parte baja de la montaña
y con frecuencia solía subir a la cumbre para vagar por allí y
contemplar las vistas. Es~ día también había venido con el
propósito de visitar a· un inmortal taoísta, aunque no tenía
ninguna idea de que se encontraría con uno en este lugar.
Los dos hombres intercambiaron los saludos de rigor. El
visitante pidió también al Caminante de la Nube Errante que
le contara algo relevante sobre la situación nacional.
El Caminante le preguntó al hombre:
-¿Cómo piensas que ha de gobernarse la nación?
El hombre replicó: .
-En mi opinión, lo esencial se encuentra en el clásico El
Gran Saber. El camino del gran saber se encuentra en el escla-
recimiento de las cualidades más nobles, en la proximidad
con la gente, y en detenerse ante el óptimo bien. Todas las
cosas tienen una raíz y unas ramas; todos los acontecimientos
tienen un principio y un fin. Si conoces lo que viene primero
y lo que sigue a continuación, te hallarás cerca del Camino.
Haz objetivo al conocimiento, haz sincera tu intención y rec-
to tu corazón, cultívate a ti mismo, cuida de tu familia y go-
CIELOS MÁS ALLÁ DEL CIELO 289
biema la tierra. Lo más esencial de lo esencial es encontrar
los patrones donde comienzan las cosas, investigar las sutile-
zas cuando la mente y la atención comienzan a moverse.
-Magnífico. La nación posee una ciencia en existencia,
la unión de la Naturaleza y de la humanidad; el confucianis-
mo, el taoísmo y el budismo se complementan unos a otros,
pero ésta es la base de todos ellos. La doctrina de Sun Yat-sen
de los Tres Principios Democráticos se deriva también de es-
to, aun cuando sea una nueva corriente de una era particular.
El curso de la Naturaleza tiene un Camino; aquellos que lo
siguen medran, mientras que quienes lo violan perecen. Éste
es un principio inmutable. En cuanto a los asuntos de la na-
ción, lo que ha estado unido por ~ucho tiempo inevitable-
mente se divide, y lo que ha estado por largo tiempo dividido
inevitablemente se une; éste es el modo en que opera.
-Mencio dijo: «No hay dos soles en el cielo, no hay dos
gobernantes para un pueblo.·» ¿Es éste el principio?
-La división crea el dos, la unión crea el uno. El cambio
y la evolución forman el flujo, discurriendo por todas partes.
Aquello que es lo más blando en el mundo conduce a aquello
que es lo más duro en el mundo. Conoce lo masculino, pre-
serva lo femenino, sé receptivo para el mundo. Conoce lo en-
cantador, sin embargo, vigila el pequeño pensamiento; ábrete
al mundo.
El visitante se dio cuenta de que el Caminante había per-
cibido por c.ompleto sus deficiencias. No tuvo el valor de se-
guir escuchando por más tiempo, de manera que dijo:
-¿Podías decirme algo acerca del futuro, por favor?
-El fuego arde en el sur, pero si hay mucha agua, toda-
vía puede ser viable.
El visitante vio que esta conversación no le servía de na-
da, de manera que se despidió del Caminante y se marchó
montaña abajo.
Llegado a este punto en su recuerdo, el Caminante de la
Nube Errante dijo:
-Que dos personas vengan de visita en un solo día es en
sí extraordinario. Les hablé acerca de la lógica de los meca-
290 LA PUERTA DEL DRAGÓN
nismos naturales, y todo terminó resultando como les había
dicho. Después de aquello me oculté y nunca más mostré mi
cara otra vez. Y nunca más descendí de la montaña. No podía
decir nada más porque uno inevitablemente comete errores si
habla demasiado. Ahora esta presente oleada ha llegado con
un atronador rugido, pero en su momento se mitigará hasta
reducirse a nada.
Escuchando hablar a este centenario acerca del curso de
los acontecimientos, Wang Liping se hallaba lleno de admira-
ción ante el anciano taoísta.
El Caminante del Infinito dijo:
-Aquellos dos hombres tomaron el mando de una re-
gión, lo que resultó en una paz temporal. Ahora el caos que
está sucediendo en la actualidad es, en mi opinión, de una
magnitud rara en la historia de China. Después de que el pri-
mer emperador unificó a la nación, el orden y el desorden
han venido alternándose una y otra vez. Cuando observamos
los tiempos de florecimiento, inevitablemente encontramos a
líderes sabios y gobernantes inteligentes, así como nuevas le-
yes y regulaciones estrictas observadas por las autoridades Y
obedecidas por el pueblo; los negocios prosperan, la paz se
mantiene y la cordura prevalece. Si esto se gestiona en una
forma regular, el desorden natural no tiene lugar.
* * *
Wang Liping le pidió al gran maestro que hablase acerca
de la forma de gobernar. El Caminante del Infinito dijo:
-Existen varias clases de gobierno: por el pueblo, por
las leyes, por los principios y por el Camino. En cuanto al go-
bierno por el pueblo, en el principio la naturaleza humana
era sumamente pura y simple, y los deseos humanos eran
también extremadamente sencillos. En aquellos tiempos,
cuando había sabios que eran monarcas, llevando a las gentes
a responder ante el cielo y la Tierra, entonces una nación era
naturalmente pacífica.
»En cuanto al gobierno por la ley, cuando la sociedad se
había desarrollado hasta el punto en el que comenzó a existir
CIELOS MÁS ALLÁ DEL CIELO 291
la división del trabajo, surgió una estructura social dividida
en, diferentes clases ocupacionales, una variedad de ideologí-
as se puso en circulación y apareció una población mezclada
que vivía independientemente; los deseos y las ambiciones
fueron creciendo, y la naturaleza humana dejó de ser inocen-
te. El único modo de gobernarlos era por medio de la ley, que
regulaba las cosas sobre la base de medidas legales.
»Cuando existe el gobierno mediante la ley, las leyes de-
ben ser razonables; las leyes deben ser de tal forma que pue-
dan ser respetadas y se pueda confiar en ellas, y deberán apli-
carse de forma rigurosa. Además, la ley debe ser la misma pa-
ra los gobernantes que para los ciudadanos comunes; no
puede existir una doble medida. 4,o Tse dice: "Todo lo que
está en reposo es fácil de sujetarse; aquello que no ha ocurri-
do es fácil de planificar. Lo que es débil se rompe fácilmente,
lo que es confuso es fácilmente disuelto. Hazlo antes de que
exista; gobiérnalo antes de que haya desorden". Cuando la
sociedad alcanzó esa etapa era ya tan compleja que continuar
con el gobierno por el pueblo no constituía una garantía
práctica contra el desorden; y, sin embargo, el gobierno por la
ley no fue necesariamente por completo efectivo tampoco, de
manera que tuvo que desarrollarse oportunamente el gobier-
no por principio.
»El gobierno por principio significa hacer que tanto los
gobernantes como los gobernados comprenden los principios
por los cuales las gentes pueden vivir y las naciones pueden
prosperar, considerando estos principios como ley más que
inclinarse por un enfoque legislativo de la ley. En esa situa-
ción una nación es fácil de gobernar.
»El gobierno por el Tao, o el Camino, se halla en un nivel
más elevado, tutelando a las gentes por medio del Camino,
retomando a la naturalidad y volviendo hacia la realidad, asi-
milando la humanidad al cielo y a la Tierra, no tomando nin-
guna ley artificial como ley, sino ser ordenado sin ser dirigi-
do. Lao Tse dijo: «El sabio dice "Debido a que no restrinjo
nada, la gente es espontáneamente civilizada. Debido a que
me gusta la calma, la gente es espontáneamente recta. Debido
292 LA PUERTA DEL DRAGÓN
a que no tengo ningún interés, la gente prospera espontánea-
mente. Debido a que no tengo ningún deseo, la gente es es-
pontáneamente inocente".~> El gobierno sin ar~ificialidad es el
gobierno por el Camino. Este es el más ~lto mvel de desarro-
llo social, y el más elevado logro del gobierno. . El sueño del universo
Alisándose los bigotes mientras escuchaba, el Cammante
de la Nube Errante agregó:
-Los territorios gobernados por el Camino existen úm-
camente en los reinos de la magia. Antes de que el mundo
sea góbernado por el Camii:J.o, ¿quién sabe cuánto t~empo
tendrá que transcurrir y cuántas calamidades y adversidades
deberá soportar nuestra nación y nuestro pueblo?
Mientras escuchaba a los dos ancianos hablar acerca del
gobierno, y pensando en su propia experiencia p~~~on_al,
Wang Liping se dio cuenta de cuán profunda er~ la vis10~ m-
terior de los ancianos, y asi fortaleció su propia determma-
. ción de cultivar aún más la purificación.
14
.
OS MAESTROS TAOÍSTAS y su discipulo permane-
cieron en el monte Omei durante varios días, hablan-
[]
do de taoísmo con el anciano mago. Cuando Wang
Liping y el anciano se encontraron por vez primera, había
una diferencia de más de un siglo entre sus respectivas eda-
des, pero ambos eran niños en el taoísmo. El anciano se afi-
cionó al joven aprendiz y se lo llevó para mostrarle todos los
alrededores de esa parte de la montaña, conduciéndolo a lu-
gares especiales e inaccesibles, y enseñándole métodos para
autocultivarse. No existía ninguna «brecha generacional» en-
tre los dos, ya que el joven Liping buscaba ávidamente recibir
instrucción del anciano taoísta. ....
Tras unos cuantos días en el monte Omei, los cuatro via-
jeros se despidieron muy a su pesar del Caminante de la Nu-
be Errante y se encaminaron montaña abajo. Mientras se diri-
gian hacia el este, al igual que lo habían hecho anteriormente,
evitaron las ciudades populosas; tomando carreteras secunda-
rias, visitaron todas las montañas y lagos más singulares que
encontraron por el camino. Cultivando las prácticas taoístas,
realizando obras de caridad, y buscando adeptos para el tao-
ísmo, al mismo tiempo que viajaban, les sucedieron numero-
sas experiencias.
Finalmente, tras un viaje de miles de kilómetros, llegaron
por último al monte Lao, la caverna principal cerca del mar
294 LA PUERTA DEL DRAGÓN
donde los tres ancianos magos habían vivido permanente-
mente antes de que encontraran a Wang Liping. Habían esta-
do ausentes durante siete años.
La montaña y el mar eran la misma montaña y el mismo
mar, con las olas batiendo la base de la montaña, el ruido de
los rompientes, los vientos de la montaña soplando en los
bosques, oleada tras oleada de pinos. Todo era muy familiar
para los tres ancianos magos. Ahora, sin embargo, no percibí-
an la misma emoción que solían sentir en el pasado; en cam-
bio se sentían dominados por ciertas emociones.
La Mansión de la Pureza Suprema no tenía ya la magnifi-
cencia de antes, y los sacerdotes taoístas habían desaparecido
hacia quién sabe dónde. Las Nueve Mansiones y los Ocho
Observatorios presentaban el aspecto de desolación que si-
guió a la depredación. Incluso en las cavernas de montaña
donde la gente no solía llegar nunca, no pudieron encontrar
rastro de ningún compañero taoísta. Viendo todo esto pudie-
ron apreciar de alguna manera la amplitud de la ola de opre-
sión que les había alcanzado, y cuán profundos habían sido
sus efectos.
Al llegar a la caverna de la Eterna Primavera, los cuatro
encontraron numerosas enredaderas y plantas trepadoras col-
gando sobre la boca de entrada. El interior de la cueva estaba
oscuro y sombrío. Los cuatro pasaron al interior. El Caminan-
te de la Pura Serenidad encendió una lámpara y quitó el pol-
vo a los utensilios que había en el lugar. Le dijo a Wang Li-
ping que éste era el lugar donde su antepasado espiritual Qiu
Changchun había practicado el trabajo interior, y donde
ellos, sus tres maestros taoístas, lo habían practicado tam-
bién. Wang Liping ayudó a su mentor a limpiar el lugar y po-
ner las cosas en orden.
Mientras los tres ancianos maestros echaban una ojeada
por toda la caverna, al verla como antes, se sintieron emocio-
nados, recordando cómo habían tenido que partir siete años
atrás para ir en busca de un Transmisor. En el espacio de
unos pocos años habían sufrido incontables vicisitudes y pe-
nalidades, incluyendo las dificultades de enseñar a un apren-
EL SUEÑO DEL UNIVERSO 295
diz mientras encaraban los cambios que se sucedían en el
mundo. El desastre se había apoderado del pueblo, el budis-
mo y el taoísmo eran perseguidos, y la nación había llegado
al borde de la destrucción. La única cosa que tenían para
ofrecer como solaz a los espíritus de sus antepasados era el
hecho de que en medio de este caos y miseria y mientras so-
brellevaban un estilo de vida de fugitivos, se las habían arre-
glado para localizar y entrenar al Transmisor de la decimocta-
va generación, quien heredaría, diseminaría y traería a la luz
los tesoros del conocimiento acumulado durante más de mil
años por la rama de la Puerta del Dragón del taoísmo de la
Completa Realidad. Éste era el único punto de luz en medio
de aquella oscuridad. ·
Muy consciente del estado em;cional de sus maestros, el
joven Wang Liping se inclinó ante cada uno de ellos y sugirió
que salieran para cambiar de ambiente. Una vez fuera de la
caverna, limpió una roca plana y cortésmente ofreció al maes-
tro más anciano un asiento. Uno de los mentores reprendió a
Liping por su conducta tan inusualmente formal, como si es-
tuviera tratando con un gran personaje. Todos se rieron, lo
que disipó las nubes de tristeza que se habían cernido sobre
ellos.
A medida que los maestros se sentían bañados por la luz
solar y la brisa de mar, rememorando su antiguo encanto, el
Caminante de la Pura Serenidad le dijo a Wang Liping:
-Te vamos a dejar ver una de las herencias de la Puerta
del Dragón.
Señaló hacia la boca de la caverna, y, en un abrir y cerrar
de ojos, una tortuga color blanco puro salió arrastrándose.
Los ojos de Liping se iluminaron. Deseaba levantar a la
tortuga, pero su mentor lo detuvo diciendo:
-No la muevas.
La tortuga era pequeña, del tamaño de la palma de la ma-
no, pero podía arrastrarse con bastante rapidez. Avanzando
directamente hacia el Caminante del Infinito, la tortuga co-
menzó a subir por su ropaje. El Caminante extendió su ma-
no, y la tortuga se arrastró sobre la palma. Una vez en la ma-
296 LA PUERTA DEL DRAGÓN
no del Caminante, la tortuga se quedó inmóvil, con la cabeza
asomando hacia fuera, olisqueando la palma del anciano muy
afectuosamente.
El Caminante del Infinito puso la tortuga sobre el suelo,
y ésta se subió sobre el Caminante de la Pura Serenidad; la
acarició con su mano, después de lo cual la tortuga se arras-
tró hasta la palma de su mano. El Caminante se la acercó a la
cara, y el animal olisqueó el rostro del anciano maestro, com?
si le estuviera susurrando algo en el oido. Deleitado, el Cami-
nante de la Pura Serenidad dejó la tortuga en el suelo, Y se-
guidamente ésta se subió sobre el Caminante de la Pura ~a­
cuidad. El Caminante simuló tener una breve conversación
con el animal, y luego lo devolvió al suelo.
La tortuga blanca alzó ahora su cabez_a y miró a Wang
Liping, y de inmediato se apresuró a arrastrar~e hacia él. La
tortuga comenzó a subirse sobre Liping, moviéndose de u~
lado para otro como si estuviese buscando algo. Wang Ll~
ping también extendió su mano, y la tortu~a se aco~o.do
en la pahna y se quedó alli inmóvil, como s1 fuesen vieJOS
amigos.
Los tres ancianos maestros movieron su cabeza en señal
de aprobación cuando vieron esta escena.
El Caminante del Infinito dijo:
-Las tortugas espirituales tienen inteligencia. Aun cuan-
do es la primera vez que has estado aqui, ·esta tortuga sabe
que eres un miembro de la familia y te está tratando como un
~º~~- . .
El gran maestro hizo que Wang Liping pusiera a la tortu-
ga sobre una roca plana y que la observara atentamente. To-
das las apariencias daban a entender que la tortuga pe~ane­
cía tranquila sobre la roca, sin moverse de donde la dejaran,
como si estuviera practicando meditación.
El gran maestro dijo: . .
-Mira hacia donde se encuentra el sol. ¿Hacia qué direc-
ción está orientada la cabeza de la tortuga?
Wang Liping miró y vio que el Sol estaba al sudeste, y
hacia ese punto estaba orientada la tortuga.
EL SUEÑO DEL UNIVERSO 297
El gran maestro le pidió a Liping que cambiara la orienta-
ción de la tortuga, de manera que quedara mirando hacia el
noroeste. La tortuga lentamente se fue volviendo por sí sola
hasta que su cabeza se encaró hacia el sudeste como antes.
Probó esto varias veces, y cada vez la tortuga se volvió para
situar su cabeza hacia el Sol. Wang Liping pensó para sí que
esta tortuga era realmente inteligente.
El gran maestro le dijo a Liping:
-Esta tortuga es más vieja que la suma de los años de
todos nosotros.· Es ya una anciana, con más de seiscientos
ochenta años de edad. Liping balbuceó involuntariamente.
Ahora observó a la tortuga bajo una nueva luz.
-Ella es un tesoro de la Puerta· del Dragón --continuó el
gran maestro-. Nos la han ido pasando nuestros antepasados
espirituales desde hace ya doce generaciones. Durante seis-
cientos ochenta años esta tortuga ha estado absorbiendo las
esencias del Sol y la Luna, obteniendo la ambrosía del cielo y
de la Tierra, sumiéndose en la unidad con la Naturaleza, ar-
monizando con el Camino que circula por todo el universo.
Posee un método de longevidad y una manera de comunicar
inteligencia. Respondiendo a los cambios del cielo y de la Tie-
rra, del Sol y de la Luna, constituye un tesoro muy especial, a
través del cual las personas pueden descubrir ciertas verdades.
Incluso mientras hablaba el gran maestro, Wang Liping
observó que la tortuga blanca ajustaba su posición muy lige-
ramente, con el fin de poder mantener la cabeza directamen-
te mirando al sol.
El gran maestro continuó:
-La tortuga estuvo trabajando durante trescientos sesen-
ta años antes de ser capaz de seguir al Sol, pero sólo podía gi-
rar medio circulo. Podrá ser capaz de girar un círculo com-
pleto cuando haya permanecido trabajando durante setecien-
tos veinte años. Nuestros predecesores mantuvieron registros
meticulosos del desarrollo de esta tortuga espiritual; cuando
te la pasemos en el futuro, quedará a tu discreción continuar
la investigación. Ésta es una de las responsabilidades que te
estamos transfiriendo.
298 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Wang Liping asintió con la cabeza haciendo un gesto grave.
El Caminante de la Pura Vacuidad señaló el dorso de la
tortuga y le dijo a Wang Liping que observara cuidadosamen-
te a ver si encontraba algo especial en él.
Mirando muy detenidamente, Liping vio que el dibujo
sobre el caparazón de la tortuga era en realidad extraordina-
rio. Después de examinarlo, resultó seT un esbozo del diagra-
ma de los ocho trigramas.
-¿Es este patrón de los ocho trigramas natural o hecho
por el hombre?, preguntó Liping sin poder evitarlo.
El Caminante de la Pura Vacuidad dijo:
-¿Que habría de extraordinario si fuera un patrón he-
cho por el hombre? Lo interesante acerca de esto es que se le
formó naturalmente correspondiéndose con lo ocho trigra-
mas. Esto nos hace reflexionar profundamente en la realidad
de la inspiración de la Naturaleza subyacente en la invención
de los ocho trigramas. Preguntémonos también cómo esa dis-
posición vino a darse sobre el caparazón de la tortuga. Aqui
tenemos que pensar en la evolución de un espacio aún ma-
yor; en realidad, esto es. un reflejo de la fuerza del espacio. El
espacio tiene seis direcciones: arriba y abajo, delante y detrás,
izquierda y derecha. Cada dirección posee una fuerza exis-
tente en ella; y de ·ahi se deriva el cambio y la combinación,
la armonía y la oposición, el beneficio y el daño. Cuando in-
cluimos el Sol y la Luna como generadores de fuerzas poten-
ciales que influencian sobre todos los seres, su número se ele-
va a ocho. Siempre que estas fuerzas actúan sobre una super-
ficie plana, forman el patrón de ocho trigramas. Esta es la
razón por la que nuestra comprensión de los ocho trigramas
tiene que ser cúbica y no plana, en tres dimensiones y no en
dos. Ésta es la forma de acercarse al estudio del I Ching.
El mentor también tomó suavemente a la tortuga y la pu-
so patas arriba para mostrar a Wang Liping su parte inferior,
y le dijo:
--Observa cómo su caparazón inferior está hecho de doce
placas que forman perfectamente una sola unidad. Esta totalidad
puede ser interpretada numéricamente, tomando el número do-
EL SUEÑO DEL UNIVERSO 299
ce y haciendo que corresponda con las doce ramas de tierra ca-
léndrica, los doce meses, y los doce canales principales de ener-
gía. Esto también tiene un profundo trasfondo, el cual se origina
en el universo mismo. A este respecto, nosotros dos somos estu-
diantes del gran maestro. Pidele a él que te lo explique.
El gran maestro se rió cuando oyó esto. Y dijo:
-Somos todos estudiantes de la tortuga blanca. ¿Por qué
no se lo preguntamos a ella en lugar de a mi? ¿Acaso no se
dice que quienes nacieron antes que nosotros tienen que ha-
ber escuchado acerca del Camino antes que nosotros? En vis-
ta de que tenemos aqui esta tortuga espiritual, debemos
aprender de ella con atención.
El gran maestro entonces colocó la tortuga en su mano,
mirándola muy de cerca, y dijo:
-El Caminante de la Nube Errante estaba en lo cierto;
tal parece que el pais va a permanecer sumido en el caos por
varios años más. No debemos quedamos aqui; continuemos
viajando.
-Y ¿qué pasará con la tortuga blanca?, preguntó Liping.
-La tortuga se cuidará a si misma. ¡Está más a salvo que
nosotros!
-Llevémosla con nosotros. ¡Asi yo tendría otro maestro!
-Muy bien. Al mismo tiempo que hablaba, el gran maes-
tro le pasó la tortuga blanca a Wang Liping. El joven aprendiz
estaba encantado.
Ahora tendrían otro compañero para el camino, una tor-
tuga blanca de seiscientos ochenta años. Descendieron por la
montaña y se encaminaron hacia el norte.
Mientras viajaban, sin importarles las condiciones exter-
nas, la tortuga blanca permanecía inmóvil dentro de un saco
de tela, practicando tranquilamente el autocultivo. Cuando
los hombres descansaban, dejaban que la tortuga saliera, y
entonces jugueteaba con ellos. La tortuga no comia ni bebía,
y no eliminaba desperdicios; parecía que estuviese practican-
do un ayuno para conseguir la longevidad.
* * *
300 LA PUERTA DEL DRAGÓN
En pocos meses, los viajeros llegaron a la montafia de los
acantilados de Cirinabar en el extremo norte de la península
de Shandong.
Estos acantilados están situados frente al mar. No son
muy elevados, pero ofrecen una excepcional belleza, rodea-
dos por nubes y neblinas. Quedan frente a la isla de la Mon-
tafia Larga sobre el mar, y al este hay una extensión de océa-
no sin fin. Cuando el Sol de la mañ.ana se levanta por el este,
el agua del océano brilla como el cristal, el cielo es de un azul
profundo, el agua y el cielo fundidos en un único color con
el rojo Sol colgando en el medio, todo ello compone una vis-
ta sencillamente de ensueñ.o. En días ventosos, el agua del
mar se encrespa, erosionando ligeramente la arena y las rocas
debajo de los acantilados, tan suavemente como una madre
acaricia a su hijo. Las paredes del acantilado son afiladas co-
mo espadas; cuando sopla el viento del norte, conforme gol-
pea contra las paredes del acantilado, acelera su velocidad
elevándose hacia lo más alto; y, sin embargo, el viento se
siente suavemente en la cima del acantilado.
Existe un pabellón en la cima del acantilado llamado pa-
bellón Penglai, un lugar muy famoso. Se destaca claramente
contra el trasfondo del mar y del cielo. Alguna veces queda
envuelto en la bruma marina, adquiriendo un aire de algún
lugar de otro mundo. Cuando uno sube al pabellón y dirige
la mirada a la distancia, la brisa marina refresca los pulmones
y masajea el rostro, produciendo un sublime sentimiento de
serenidad, gozo y luminosidad. Con el mundo y todos sus
honores y desgracias olvidados, uno parece haber quedado
transformado en un ser inmortal, más allá de lo terreno.
Debajo de los acantilados del sudeste se .encuentra una
base naval. Construida por un destacado almirante de la di-
nastía Ming, las paredes conservan la forma original, aun des-
pués de cientos de añ.os.
Esta región era muy próspera en tiempos de la dinastía
Tang. En la dinastía Ming, fue una base naval importante. En
tiempos modernos, su categoría es inferior, pero la belleza del
EL SUEÑO DEL UNIVERSO 301
pabellón Penglai se mantiene sin menoscabo, y es un lugar de
expansión para viajeros.
Cuando los tres ancianos y su discípulo llegaron aquí en
el curso de su viaje, tuvieron que contemplar, sin embargo,
algo muy distinto a lo que suelen ver los turistas ordinarios.
Por causa de la Revolución Cultural, los templos de la
montafia habían sido clausurados. Los cuatro taoístas no fue-
ron a ninguno de los templos, y tampoco escalaron hasta
donde se encontraba el pabellón Penglai. En vez de eso eli-
gieron un lugar en la cima de la montafia, y se sentaron allí
frente al azul del cielo y al mar color de aguamarina, y co-
menzaron a practicar la contemplación.
Desde la perspectiva humana,Jos océanos son un miste-
rio eterno e insondable. En esta contemplación, los taoístas
trataban de descubrir visiones extrañ.as sobre el mar.
Los cuatro se sentaron en línea. Con los ojos cerrados,
consolidaron sus espíritus y trabajaron su poder interior.
Abriendo los ojos gradualmente, fueron extendiendo las ma-
nos hacia el mar lentamente, levantándolas verticalmente con
gran lentitud; todos sus cuerpos vibraban muy suavemente,
casi de forma imperceptible. Con estos movimientos envia-
ban una fuerza singular, extraordinariamente grande, hacia la
superficie del agua.
El Caminante del Infinito comenzó a trabajar mental-
mente una fórmula secreta, al mismo tiempo que dominaba
cierta clase de poder extraordinario. La tortuga espiritual ya-
cía tranquilamente al lado de Wang Liping, no se movía; tam-
bién ella se hallaba esperando cambios sobre la superficie del
agua del océano.
Al principio, la superficie del mar no mostró ningún
cambio en particular. Las olas no se levantaban, pero un va-
por oceánico comenzó a elevarse, en forma de nubes y nie-
bla, cubriendo una vasta extensión. Poco tiempo después, la
niebla marina comenzó a hincharse y expandirse, formando
gradualmente una pared de niebla. Entonces, poco a poco,
comenzaron a moverse cosas dentro de la pared de niebla,
sombras delicadas que parecían formar imágenes de cosas,
 302 lA PUERTA DEL DRAGÓN
con un escenario ora claro, ora oscuro: se veían cumbres de
montañas, se veían edificios, carrozas y caballos, y había gen-
te. Todo parecía flotar muy airosamente, ahora parecía iluso-
rio, ahora real, como en un sueño o una alucinación, que
cambia inconsistentemente.
Los cuatro taoístas comenzaron a reafirmar sus espíritus y
a enfocar sus ojos, examinando cuidadosamente los detalles
de la visión, observando cómo cambiaba y se desarrollaba és-
ta, utilizando su mente para percibir, empleando el espíritu
para leerla.
. La visión era preciosa al principio, como un antiguo pai-
saje sobre un pergamino chino.
Entonces hubo un cambio en el viento y en las nubes;
después apareció un conjunto de picos de montaña escarpa-
dos y peligrosos. Súbitamente las montañas se invirtieron, y
los seres humanos surgieron como en una ola oceánica
aplastándose unos a otros; luego se volvieron a invertir l~
mismo que había ocurrido con las montañas, colgando por
debajo de las carrozas y de los caballos. Las montañas se con-
virtieron gradualmente en unas cuantas torres altas y delga-
das, meciéndose de un lado a otro, y luego, de repente, ca-
yendo y disolviéndose. En breves momentos surgió otro ban-
co de nubes, y un barco de vela salió de entre ellas lenta-
mente. Alrededor de la nave no había olas de mar, parecían
más bien hordas de ovejas, con gentes que las iban condu-
ciendo hacia delante. A las ovejas les surgieron dos alas -la
una era larga, y la otra corta, como si hubiese sido rota-. To-
do esto era muy extraño.·
Todas estas imágenes fluyeron y se perdieron, y entonces
apareció una nueva escena, una visión de la China del sur,
con sus arrozales, casas de tejas, bueyes trabajando en los
campos, niños jugando en los poblados, una ola de imagina-
ción energética portando paz y tranquilidad. De inmediato,
en un abrir y cerrar de ojos, las casas se convirtieron en una
locomotora y un tren, los cuales saltaron dentro de las nubes
y desaparecieron en la lejanía, flotando hacia quién sabe
dónde.
EL SUEÑO DEL UNIVERSO 303
Los maestros y su aprendiz detuvieron el ejercicio, y las
visiones sobre el mar desaparecieron sin dejar rastro. La su-
perficie del océano se hallaba reposada y sin crestas, como
antes; el cielo volvió a ser de un azul claro. La luz solar se de-
rramaba por todas partes, haciendo brillar las ondulaciones
del agua.
La expresión de los ancianos magos era de gran seriedad.
Wang Llping era el único que no había captado el verdadero
sentido que había querido transmitir la visión; se quedó mi-
rando a sus maestros con ojos interrogantes.
El Caminante del Infinito colocó la tortuga espiritual so-
bre la palma de su mano y la contempló serenamente durante
unos momentos. Luego levantó la !:11irada nuevamente y miró
hacia el océano, cayendo en un pensar profundo. Parecía co-
mo si estuviese tratando de recordar algo, buscando un hilo
para comenzar la interpretación.
El Caminante de la Pura Serenidad dijo:
--:-¿Debemos de mirar una vez más?
El Caminante del Infinito asintió con la cabeza.
Los cuatro comenzaron el ejercicio nuevamente. La nebli-
na comenzó a levantarse sobre el océano, y volvieron a pre-
sentarse las visiones; apareciendo y desapareciendo, vaga-
mente, indistintamente, sombríamente y en forma ondulante,
las cambiantes ilusiones nunca permanecían firmes. Había
montañas, ríos y lagos; árboles, campos y prados; poblados,
casas y edificios altos; gentes, pájaros y animales. Parecía
también existir cierta clase de escenario, con algunas decora-
ciones entretejidas. También allí aparecía una multitud de
gentes boca abajo, edificios que se alzaban oblicuamente, y
agua corriendo como nubes. Al tiempo que observaban las
apariciones, los tres ancianos comentaban la visión entre
ellos, clarificando su significado gradualmente. Al escucharles
lo que decían, Wang Liping aprendió algo acerca de la obser-
vación de visiones.
Lo que en realidad transmiten estas visiones obedece a
un tipo de mecanismo natural, que informa acerca de futuros
cambios y desarrollos en la sociedad. Puede que el lector ha-
 304 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ya captado que «visiones» es una clase de palabra en código,
que se refiere a lo que la gente suele llamar espejismos.
La explicación científica de los espejismos es puramente
física y se queda en el nivel de lo que los taoístas consideran
los tres planos inferiores. De acuerdo con el análisis científico
de las condiciones necesarias para que se dé un espejismo,
desde el punto de vista de la -óptica, la humedad en el aire
debe estar distribuida uniformemente, las gotas deben ser es-
féricas, etc. De manera que existen condiciones atmosféricas
sumamente estrictas que deben estar presentes antes que los
objetos distantes puedan ser reflejados a través de la niebla.
En consecuencia, desde el punto de vista de la física, un es-
pejismo no se presenta fácilmente; por cada imagen que apa-
rezca, además, tiene que existir una realidad concreta. De
otra forma, los espejismos son inexplicables.
Los taoístas no desean «explicarse» los espejismos; lo que
desean hacer es «construirlos». Lo que buscan interpretar son
los significados de estas visiones.
El maestro Wang Liping dice que los ancianos maestros
van al mar casi todos los afios para hacer visiones y observar-
las, sosteniéndolas tanto tiempo como lo requieren. No se
trata de raras maravillas; pueden ser realizadas en cualquier
momento apropiado. Los significados mostrados por las vi-
siones pueden ser leídos e interpretados únicamente con la
ayuda de abundante conocimiento y experiencia.
Cuando los tres maestros ensefiaron a Wang Liping el
método de producir imágenes sobre el agua una vez que re-
gresaron a su ciudad, él solía trabajar en ello cerca de la orilla
del agua bajo el Sol, pero la superficie del agua no era muy
grande, de manera que era difícil realizar la práctica comple-
tamente. Las visiones de las imágenes que producía no eran
muy claras, de forma que si bien él podía verlas, no estaba se.-
guro de que otros pudieran hacerlo.
Ahora a la orilla del mar, con la vastedad del agua oceáni-
ca, era como un dragón que llegaba a su ambiente natural;
aquí la práctica podía ser ejercitada por completo, extrayendo
plenamente los poderes psíquicos. Con los tres maestros y su
EL SUEÑO DEL UNIVERSO 305
aprendiz realizaRdo el ejercicio a la vez, no era difícil produ-
cir visiones.
* * *
Recientemente le preguntamos al maestro Wang Liping
por qué los espejismos, los cuales, desde un punto de vista
ordinario, son fenómenos físicos puros, pueden contener y
presentar secretos del desarrollo social. El maestro Wang se
rió y dijo:
-Son suefios del universo.
Ésta es una afirmación sorprendente, pero logra penetrar
la esencia de la cuestión. El universo tiene su propio pensa-
miento, su inteligencia y millones aelenguajes singulares.
Esta Tierra es tan pequefia como un grano de arena; y es-
te universo es tan pequefio como una gota de agua. Ambos
son mecanismos vivientes y poseen sus propios cerebros.
Esos cerebros están sofiando «suefios» despiertos. Las gentes
tienen suefios humanos; el universo tiene suefios de univer-
so. Las personas con poder interior desarrollado pueden ver
los suefios de otras personas, y pueden también asomarse a
los suefios del universo. Ellos son capaces de interpretar los
suefios humanos, y también pueden interpretar los suefios
del universo.
Los taoístas observan las cosas mirando donde todas ellas
comienzan, exactamente como las ramas y las hojas del árbol,
que todas crecen a partir de la misma raíz. También lo perci-
ben todo como interdependiente, como no existente en aisla-
miento. De manera que hay un yo en lo otro, y lo otro en el
yo; «éste» y «ése» están interconectados. La bl'aturaleza y la
humanidad se hallan correlacionadas: la naturaleza y la hu-
manidad son una sola cosa. De manera que es posible obser-
var aguas desde montafias, encontrar montafias en las aguas,
y ver la humanidad en montafias y aguas.
Los taoístas desean ver lo extraordinario en lo ordinario;
esto incluye ver los cambios eri la sociedad sobre la niebia
marina.
 15
El Camino sigue a la naturaleza

RAS l.A VISIÓN QUE TUVIERON cuando miraban al

mar, los cuatro viajeros tomaron un barco a Lushun,
[ ] y una vez allí se dirigieron al nordeste desde la par-
te oriental de la península de Líaoning. Los fríos vientos del
final del otoñ.o soplaban cada vez más fuerte, haciendo que
las montañ.as quedaran cubiertas de hojas. Los taoístas ha-
bían entrado ahora en los vastos dominios de la montañ.a
Siempreblanca.
Cierto día, cuando llegaron a un gran bosque de abedu-
les, oyeron repentinamente un aullido que traía el viento. Si-
guiendo el sonido, vinieron a dar cerca del costado rocoso de
una colina, donde hallaron un gigantesco abedul que crecía
detrás de una roca; el viejo árbol se había rajado en la base,
dando lugar a una abertura profunda. El sonido venia de allí.
El Caminante de la Pura Vacuidad dijo:
-Ésta es una guarida de lobos. Hay un lobezno dentro
aguardando ser alimentado.
Wang Líping halló este asunto muy interesante. Se aga-
chó y acercó su oreja a la abertura para escuchar. El lobezno,
cauto por naturaleza, no hizo el menor sonido. Al no escu-
char nada, Líping pensó en usar un palo para ver qué pasaba,
pero el Caminante de la Pura Vacuidad se apresuró a detener-
lo. Arrastrándose hasta la boca de la caverna, hizo señ.as a los
otros para que retrocediesen. El Caminante dio de repente
308 lA PUERTA DEL DRAGÓN
dos breves pero agudos gritos, imitando el sonido de una lo-
ba llamando a su cachorro. De inmediato se escuchó un mo-
vimiento en el interior de la caverna. No había pasado mu-
cho tiempo cuando apareció un pequeño cachorro de lobo
gris; mirando a su alrededor, al ver que no estaba allí su ma-
dre, se apresuró a darse la vuelta y tratar de escurrirse nueva-
mente en su guarida emitiendo un gruñido. Wang Liping, rá-
pido de vista y listo de manos, agarró al cachorro y lo levantó
del suelo. Con deleite, sostuvo al lobezno en sus brazos sin
dejar que escapara.
El gran maestro echó una mirada a los dos mentores y di-
jo con una sonrisa:
-¡Ahora es labor vuestra cuidar de lo que hace Liping!
Los mentores estaban pensando lo mismo. Le pidieron a
Liping que se alejara de la guarida. Seguidamente los cuatro
ejercitaron su facultad de volverse livianos, y en un abrir y
cerrar de ojos estaban fuera del bosque de abedules, y lo ha-
bían dejado muy atrás.
Después de cruzar dos elevaciones montañosas y un río a
punto de congelarse, los cuatro viajeros llegaron a un área
muy amplia y nivelada. Al ver que un camión de troncos se
aproximaba bajando por la carretera, los taoístas subrepticia-
mente saltaron a bordo, para ir donde quiera que los llevase.
Permaneciendo una tarde entera sobre la parte trasera del
camión, éste los llevó muy lejos de donde se habían subido.
Finalmente, a una señal del gran maestro, los cuatro saltaron
del vehículo. Aterrizando suavemente sobre el suelo, se enca-
minaron a la alta fortale2:a del monte Chong, la Montaña Alta.
Al llegar a un lugar comparativamente llano en la ladera
de la montaña, los cuatro taoístas hallaron enormes cedros
que crecían junto a recios pinos, así como un denso bosqueci-
llo de árboles de hoja caduca. Caía ya el crepfl.sculo, y los cua-
tro se sentaron para descansar debajo de un gigantesco pino.
Mientras los hombres sacaban algunas provisiones, el ca-
chorro comenzó a emitir lamentos de hambre. Como era
muy pequeño, Wang Liping tenia que masticar primero el ali-
mento antes de dárselo aUobezno bocado tras bocado.
EL CAMINO SIGUE A lA NATURALEZA 309
Repentinamente se escuchó un penetrante aullido. Pues-
tos en alerta de inmediato, los cuatro vieron a una gran loba
gris salir de la espesura del bosque. Observando al grupo de
humanos, la loba se detuvo a unos cuantos metros de ellos,
mostrando los dientes, y con sus ojos fijos en el cachorro que
estaba en los brazos de Wang Liping; resollando ásperamen-
te, con sus ubres oscilando, la loba vigilaba buscando la oca-
sión de atacar.
Wang Liping movilizó internamente su energía, prepa-
rándose para luchar con la loba madre. El gran maestro le or-
denó que no la hiriese, y que soltase al cachorro para dejarlo
ir hasta su madre. Liping obediente dejó al animal en el suelo
suavemente y éste se fue rápidamente hacia la madre. Sin es-
perar, la loba dio un salto hacia delante y, tomando al cacho-
rro por el pescuezo, desapareció en la espesura.
En el preciso momento que Wang Liping estaba a punto
de suspirar con alivio, observó que inesperadamente la loba
retrocedía sobre sus pasos y reaparecía delante de él, aún más
feroz que antes. Agachando el hocico hasta el suelo, dejó es-
capar un largo y grave aullido, el cual fue respondido a lo le-
jos por varios gruñidos claros. Mirando a su alrededor, los
cuatro taoístas se percataron de que habían sido ya rodeados
por lobos grises que esperaban una oportunidad para atacar.
-¡Subiros a un árbol!
En el momento que el gran maestro dio la orden, los cua-
tro hombres se elevaron del suelo de un salto y treparon a un
árbol cercano. En ese mismo instante los lobos atacaron y ca-
si consiguieron agarrar a Wang Liping.
Mientras los cuatro hombres seguían sentados sobre las
ramas, la manada de lobos daba vueltas en el ~uelo alrededor
del árbol, mostrando sus dientes y aullando. Wang Liping le
preguntó a los maestros qué era lo que podía hacerse.
Los maestros se echaron a reir. Liping estaba perplejo.
-Tú eres el que has traído estos lobos aquí -dijo al jo-
ven el Caminante del Infinito.
-Te toca a ti pensar en alguna m:anera de libramos de
ellos. ¿Por qué nos preguntas a nosotros? Yo soy viejo y estoy
 310 LA PUERTA DEL DRAGÓN
cansado. ¡Me gustaría tomarme este tiempo para descansar y
echarme una siestecita!
Según acabó de decir esto, cerró los ojos e hizo como
que se quedaba dormido, recostándose contra las ramas.
Los dos mentores no dejaban de observar a los lobos que
estaban violentamente agitados, sin decir ni una palabra.
Wang Liping no tenía ningún plan de acción. Imaginán-
dose que había sido atrapado por los maestros, decidió em-
. plear su poder interior. Reuniendo energía al combinar las
fuerza internas en su origen, levantó la palma de su mano de-
recha.
-No los vayas a matar -le advirtió el gran maestro re-
pentinamente.
-Utiliza solamente el treinta por ciento de tu poder -se
apresuró a agregar el Caminante de la Pura Serenidad.
-Déjalos que vivan.
Con estas instrucciones en mente, Wang Liping impulsó
su palma hacia delante violentamente. Un rayo de luz blanca
relampagueó, y varios de los lobos cayeron inmóviles sobre el
suelo sin emitir ningún sonido.
El corazón de Liping se estremeció. No creía que hubiese
utilizado tanta fuerza, pero el caso era que los tres lobos habí-
an muerto. Ahora él había quebrantado el precepto en contra
de quitar la vida, y eso era una falta seria.
Lo que Wang Liping había utilizado era la Palma de los
Cinco Truenos. Este poder surge velozmente como un relám-
pago, con tremenda fuerza. El hecho extraordinario es que la
víctima no presenta ningún signo externo de dafio; el poder
penetra dentro del cuerpo con una fuerza explosiva, capaz de
dafiar los órganos internos debido a la sacudida. Entre los
taoístas, este ataque con la palma ha sido utilizado únicamen-
te para la defensa y nunca para la agresión.
El Caminante de la Pura Serenidad había practicado esta
forma de ataque durante años y poseía gran destreza en ello;
le había transmitido todo cuanto conocía a Wang Liping. Los
dos habían estado practicando juntos, y habían alcanzado
unos niveles de destreza sumamente refinados. Combinado
EL CAMINO SIGUE A LA NATURALEZA 311
con el Paso de Yu, en el que la mano es repentinamente im-
pulsada hacia delante en el curso del ejercicio, llega a acumu-
lar todavía más de este poder sin par.
El gran maestro había dado órdenes de no quitar ninguna
vida por medio de esta técnica. Los mentores se habían ceñi-
do a esa regla estrictamente. En una ocasión, cuando durante
la práctica el Camirtante de la Pura Serenidad inadvertida-
mente hirió a Wang Liping, se sintió extremadamente afligido
por su error. Por eso, cuando Wang Liping iba a probar la
técnica por primera vez, su mentor le advirtió que usara sólo
una pequefia fuerza para evitar que quitara la vida.
Aun cuando varios de los lobos habían caído, eso no
ahuyentó al resto de la manada. Los que quedaron se volvie-
ron todavía más fieros; con sus ojos fulgurantes, saltaron ha-
cia atrás lanzando horribles chillidos. No osando utilizar el
ataque con la palma nuevamente, Wang Liping cortó una ra-
ma y se la arrojó. Varios de los lobos la tomaron entre sus
dientes y la hicieron pedazos, mientras que el resto trataban
de trepar como enloquecidos. Varios de ellos agacharon sus
hocicos hasta el suelo y dejaron escapar unos gruñidos lasti-
meros. El eco de las montafias y los valles pareció responder
a su llamada, y más lobos acudieron de todas partes, sumán-
dose a la fuerza de la manada.
Al ver que Wang Liping estaba perdido, el Caminante de
la Pura Serenidad le dijo:
-Aplaca tu energía. Tenemos un método que puede re-
peler a los ejércitos. Estos lobos son naturalmente fieros y vi-
ven en manadas; cuando uno está en peligro, vienen otros en
su ayuda. Si sigues por este camino, se reunirán más y más
lobos, y no habrá forma de derrotarlos ni de librarse de ellos.
Los lobos tienen un enemigo natural, sin embargo. Deja que
un tigre'aparezca, y toda la manada saldrá disparada.
Una vez dicho esto, el Caminante hizo una sefial al Ca-
minante de la Pura Vacuidad: ambos hombres se colocaron
las manos alrededor de su boca como haciendo una bocina,
acumulando energía desde la misma punta de los pies, súbi-
tamente emitieron un rugido atronador que sonó como pro-
 EL CAMINO SIGUE A LA NATURALEZA 313
312 LA PUERTA DEL DRAGÓN

do la gente se siente en peligro, todavía grita: «¡Ay, madre!», o

<lucido por una manada de tigres. Al oír este sonido los lo-
«¡Ay, Dios!», como buscando ayuda para escapar.
bos que~aron :nomentáneamente aturdidos por el ~ánico;
A través de una prolongada observación, la gente descu-
pero de mmed1ato comenzaron a huir en todas direcciones
brió que el sonido constituye un poder muy complejo. Inclu-
sin tan siquiera mirar hacia atrás. '
so al nivel más inferior, se puede hacer que todo produzca un
Este rugido era producido por tal poder interior que so-
sonido, o bien puede producir un sonido de por sí. Cada so-
naba co:n? un. trueno amortiguado reverberando a lo lejos.
nido representa un contenido especifico y el significado que
Wang L1pmg smtió cómo en su interior algo se sacudía· tal 1
contiene. Hablando en términos de animales, las relaciones
fue la ferocidad de aquel «rugido de tigre». Esta fuerza era
entre sus gruñidos incluyen estímulos, armonía, dominancia
aún más poderosa que la Palma de los Cinco Truenos.
y control. Cuando un pájaro hace un reclamo, por ejemplo,
Seguidamente el gran maestro descendió del árbol y co-
eso atrae los reclamos de una multitud de pájaros; mientras
~enzó ~ masajear el vientre de los tres lobos que se hallaban
que el sonido de un gato hará que huyan los ratones.
mconsc1entes, repitiendo una y otra vez:
Éste es el nivel más bajo de comprensión del Sonido del
. -¡Oh Creación! Esperemos que no haya ningún daño
Conjuro. Visto desde un nivel más alto, este método es com-
mterno y que estén solamente aturdidos.
plejo y misterioso, y contiene un poder invisible dentro de
Finalmente, utilizando su propio poder interior, se las
una clase especial de sonido. Esto es dificil de comprender,
a~~gló para: revivir a los lobos. En cuanto al cachorro, Wang
pero realmente existe, realmente funciona y, en efecto, tiene
L1pmg lo encontró bajo una piedra, todavía medio atemoriza-
un propósito. Éste es un logro sumamente elevado.
do por el «rugido del tigre». Liping llevó al lobezno de vuelta
El «sonido del conjuro», del cual hablamos aquí, es com-
a su madre y lo puso a mamar. Mientras los hombres obser-
pletamente diferente de las imitaciones como ordinariamente
vaban, los cuatro lobos volvieron lentamente a la vida. Ahora
las conocemos. Las imitaciones de sonidos no contienen ese
Wang Liping pudo por fin tranquilizarse. Al observar esta es-
«poder interior». El sonido del conjuro, por el contrario, uti-
cena.' los tres ancianos maestros se miraron entre ellos y se
liza el sonido transmitido a través de la boca con el fin de li-
sonneron.
berar cierta clase de poder interior. Debido a que las energías
El día estaba ya muy avanzado. Los cuatro viajeros aban-
internas son ejercitadas de manera diferente, los sonidos que
donaron _el l~ga~ para ir a buscarse un sitio donde albergarse. pueden parecer iguales o similares pueden ser, en realidad,
Al d1a siguiente, Wang Liping todavía estaba pensando
muy diferentes en términos del poder interior y de su fun-
acerca de los acontecimientos de la víspera. Pidió a sus men-
ción.
tores. que le enseñaran cómo hacer el rugido del tigre. Éstos, A un nivel todavía superior, incluso el sonido es secunda-
seguidamente, le transmitieron el método conocido como el
rio; algunas veces es posible descartar el sonido audible y
Vomitar, también llamado el Sonido del Conjuro.
simplemente confiar en la vibración de los órganos internos
Los mentores le explicaron que cuando los humanos
para arrojar una corriente de energía depurada, la cual con-
aprendieron por primera vez a vivir sobre las tierras secas las
tiene un enorme poder que puede ser transmitido a distancia.
condiciones eran extremadamente duras, y con frecue~cia
Esta corriente de energía depurada puede hacer sacudir los
eran atacados por animales salvajes. La gente vivía en grupos,
órganos internos correspondientes en otra persona, y puede
y cuando se presentaba algún peligro solían hacer una clase
igualmente causar perturbaciones en otras cosas. Esto perte-
de sonido para llamar a los otros. De manera que el «vomi-
nece a la práctica elemental del «hechizo mental».
tar» es una capacidad humana inherente. Incluso ahora, cuan-
 314 LA PUERTA DEL DRAGÓN
El «hechizo mental» requiere el cultivo del poder interior
hasta un cierto grado antes de que sea capaz de producir
efectos; por esta razón constituye una técnica avanzada del
trabajo interior. Se trata de un asunto que otorga un fortaleci-
miento efectivo. Las palabras de un cottjuro no tendrán nin-
gún poder ni efecto alguno cuando son invocadas sin que se
posea algún fundamento de trabajo interior. Cuando las mis-
mas palabras son invocadas por alguien que posee una base
suficiente dt; poder interior, entonces el cottjuro es. poderoso
y efectivo. Este es el mismo principio que opera cuando se
dibuja un talismán.
¿Por qué los taoístas enfatizan el cultivo de la esencia y el
desarrollo de poder interior? El cultivo de la esencia establece
una base de manera correcta; a partir de ahí todos los ejerci-
cios y métodos están enraizados en el Gran Camino y traba-
jan para el Gran Camino. Las personas cuyas mentes no son
rectas y cuya esencia es impura no pueden atravesar la puer-
ta. Los requerimientos mínimos son los de no quitar ninguna
vida y no utilizar los métodos taoístas para beneficio personal
o para hacer malos actos. El cultivo del poder interior puede
suscitar innumerables métodos de prácticas; estos métodos
representan peldaños mediante los cuales se puede escalar
has~a los más altos estados. Quedarse simplemente en un mé-
todo es una forma de apego, una falla en la comprensión del
Gran Camino.
El «sonido del conjuro» es una especie de medio de
transmitir influencia e información entre las gentes, entre hu-
manos y animales, y entre seres humanos y otras fuerzas. En
el nivel más bajo, puede ser utilizado tanto para atraer a las
personas como para repelerlas; puede servir para llamar o pa-
ra ahuyentar a un animal. La ciencia está ahora enfocando su
atención en tales fenómenos, y está comenzando a estudiar el
lenguaje de los animales. Si bien ya se han realizado conside-
rables investigaciones, desde el punto de vista taoísta, se trata
todavía de un nivel inferior.
Los taoístas no es que ignoren este nivel de investigación,
sino que lo han trascendido. Ellos buscan poner un mayor
El CAMINO SIGUE A LA NATURALEZA 315
énfasis en el sonido para la transmisión, a fin de realizar más
cosas, y cosas más importantes. También buscan producir un
sonido inaudible que transporte un poder aún más misterio-
so, capaz de realizar cosas inconcebibles.
La humanidad ha pasado por decenas de miles de años
de historia, sin haber llegado a una conclusión final. La única
cosa que puede afirmarse es que en el proceso de desarrollo
de esta humanidad ha existido tanto el progreso como el re-
greso.
Debido a que los seres humanos se las han arreglado para
sobrevivir bajo las condiciones primitivas más duras, los hu-
manos de esas épocas han debido de poseer poderes extraor-
dinarios de supervivencia y de adaptación distintos a los del
hombre moderno. ..
La principal función de los cinco sentidos es la de perci-
bir el mundo material de los objetos. ¿Tiene el ser humano
otras facultades de sensación? El mundo fenoménico no es de
una existencia simple, sino una entidad compleja compuesta
de numerosos elementos, con múltiples facetas. Si utilizamos
un sólo sentido para reconocer una faceta de un elemento,
nos hallaremos lejos de ser capaces de captar al mundo. Y la
razón de por qué los sentidos son capaces de percibir, radica
en la mente o cerebro. Si no existiesen éstos, no se formaría
ningún juicio, y habría percepción sin sensación. Es necesa-
rio decir que existe algo más allá de los sentidos para darse
cuenta de que tiene que existir una capacidad y un método
para trascender los sentidos.
La humanidad indudablemente posee la capacidad y los
medios de trascender los sentidos; lo que ocurre exactamente
es que aquellos se hallan en estado de manifestación única-
mente en determinadas personas; y en estado adormecido o
latente en otras.
La razón por la que los taoístas valoran el trabajo interior
es que gracias a él los poderes y habilidades dormidos o la-
tentes se pueden manifestar. Esto no es mitología., sino reali-
dad. Confiando en tales medios o capacidades, los taoístas
exploran un mundo más amplio, más rico y más maravilloso;
 316 lA PUERTA DEL DRAGÓN
el trabajo que realizan constituye una magna empresa, la cual
tiene un significado importante para el presente y el pasado
de la humanidad.
Mientras practicaba la técnica del sonido del conjuro para
llamar a los animales, Wang Liping sintió profundamente una
intima comunión entre humanos y animales y, por supuesto,
entre todos los seres vivientes, la ausencia de cualquier barrera
o brecha entre la humanidad y la Naturaleza. Sintió la armo-
niosa comunión de la humanidad con la Naturaleza, la posibi-
lidad que tiene la humanidad de entrar dentro de los diferen-
tes dominios de aquélla, fundiéndose con ella.
La Naturaleza es la madre de la humanidad; ésta es hija
de la Naturaleza. Los humanos son los animales más inteli-
gentes, sin embargo, todas las cosas son maestras de la huma-
nidad. El maestro Wang Liping nos dijo:
-Aunque tuve maestros ortodoxos taoístas, en realidad
tuve muchos más, tanto conocidos como desconocidos. Algu-
nos de ellos eran personas vivientes; algunos eran personas fa-
llecidas. Algunos eran animales; algunos eran plantas. Algunos
poseían vida; otros eran inanimados. Y también está el Sol la
Luna, las estrellas y los planetas, a los cuales les incluyo e~tre
mis maestros. Tuve innumerables maestros, y me ensefutron in-
contables cosas. Me enseñaron mientras estaba despierto, y me
enseñaron todavía más mientras estaba dormido soñando. De
manera que he recibido instrucción del universo entero.
Mirando por la ventana hacia un sauce mientras decía es~
to, el maestro Wang Liping añadió:
-Este árbol posee sentimientos, exactamente igual que
los tiene un ser humano.
A la vez 'que hablaba del árbol, había en él un sentimien-
to como de que se hallara ante la presencia de un viejo ami-
go, o estuviese contemplando a un venerable anciano, un sa-
bio, un maestro, o alguien igualmente merecedor de respeto.
* * *
El otoño se detiene sólo brevemente en la montaña
Siempreblanca, antes de que el invierno irrumpa por aque-
El CAMINO SIGUE A lA NATURALEZA 317
llos parajes. Los vientos fríos no tardarían en dejar oír sus
silbidos, la nieve ya se hallaba sobre la tierra, el hielo estaba
en el aire, y los bosques de la montaña se sumían en la
quietud.
En esta ocasión, los cuatro taoístas pasaron la noche sen-
tados en una caverna en la montaña, percibiendo las nubes
que ya se extendían densa y silenciosamente, esparciendo
enormes copos de nieve. Cuando Wang Liping salió a echar
un vistazo fuera de la caverna al amanecer, encontró todo ese
mundo adornado de plata y envuelto en blanca seda .. La nie-
ve caía pesadamente sobre los verdes pinos, los picos del co-
lor del jade permanecían a lo lejos en filas.
Mientras Wang Liping caminaba sobre la nieve virgen, re-
cordó los días de su infancia cuand6, junto con sus compañe-
ros de juegos, solían hacer muñecos de nieve. Pensando en
aquellos días, se encontró haciendo bolas de nieve y arroján~
dolas a lo lejos.
Tras jugar de esta manera durante un rato, Liping pensó
que sus maestros, al ser tan ancianos y usar vestiduras tan
delgadas, deberían estar pasando dificultades para soportar
este clima tan frío. Decidió reunir alguna leña para ellos.
Al ver a Wang Liping con un atado de leña, el Caminante
de la Pura Serenidad le preguntó:
-¿Para qué es todo eso que traes?
-Voy a hacer un fuego. ¿No sienten frío?
El Caminante se echó a reir.
-¿Para qué sirve un fuego en este clima tan caliente? ¿no
tienes miedo de que nos achicharremos todos?
Wang Liping no tenia ninguna respuesta. Pensó que su
mentor estaba bromeando. Tocó la mano de éste y la encon-
tró más fria que el hielo. Luego tocó la mano del gran maes-
tro; también la sintió fria; sumamente fria.
-Estás a punto de congelarte -se quejó- y ¿todavía
dices que hace calor?
El Caminante de la Pura Serenidad se rió y dijo:
-Si nosotros nos helamos, ¿no nos volveríamos más ca-
lientes?
 318 LA PUERTA DEL DRAGÓN
De pronto, Wang Liping comprendió.
-Ven conmigo -dijo el caminante, llevándose a Liping
fuera de la caverna, a la vasta extensión de nieve.
La nieve estaba blanda, y tenía unos quince centímetros
de profundidad, justo lo adecuado para utilizarla como cojín
para sentarse a practicar ejercicios. El Caminante le pidió pri-
mero a Wang Liping que se sentase en una postura especial,
que interrumpiese rápidamente parte de sus canales de ener-
gía, que sintonizara su respiración y su atención, y que bajara
rápidamente la temperatura de su cuerpo hasta que alcanzara
la misma temperatura del medio ambiente exterior, sin per-
mitir, no obstante, que se extinguiese el punto de verdadero
fuego de su cuerpo.
Wang Liping había ya alcanzado la etapa de su práctica
en la que podía cerrar o abrir libremente cualquier canal de
energía o punto sensible de su cuerpo a voluntad. Ahora
comprendía muy rápidamente lo que debía hacer contando
con la guía de su maestro. Mientras seguía las instrucciones,
la temperatura de su cuerpo descendió, y gradualmente dejó
de sentir la nieve como fría.
Lo más notable era que mientras hacía esto parecía haber
una masa de energía rodeando su cuerpo; la nieve no caía di-
rectamente sobre él, sino que se detenía unos treinta centíme-
tros por encima de su cabeza y se deslizaba hacia abajo por
un costado. Incluso en los momentos en que la nieve volaba
a su alrededor no había ninguna sobre su cuerpo.
Existen numerosos ejemplos de esta práctica en el mun-
do natural, no sólo entre las plantas, sino también entre los
animales. Todos ellos utilizan la regulación de la temperatura
del cuerpo como medio de adaptarse a los cambios climáticos
con el fin de permanecer vivos. Existe una clase de serpiente
en una isla al norte de Inglaterra que se congela durante el
invierno, luego sale de la hibernación cuando comienza el
deshielo en la primavera. La mayoría de las serpientes hiber-
nan bajo tierra en el invierno, pero esta serpiente inglesa se
deja congelar a sí misma. ¿Cómo pueden congelarse sus teji-
dos sin quedar dañados, cómo puede congelarse sin morir y
EL CAMINO SIGUE A LA NATURALEZA 319
cómo puede revivir? Las razones no están claras, pero al me-
nos se puede decir que existe dentro de los seres vivientes
una suerte de capacidad para regular la temperatura corporal,
un poder incomparablemente poderoso de adaptarse a los
cambios del ambiente exterior.
¿Puede el cuerpo humano ser congelado y almacenado,
morir y revivir? Esto no es imposible. La ciencia se halla aho-
ra en el proceso de investigar las condiciones y las técnicas
apropiadas, y algunos países llevan la delantera en este
aspecto.
Los taoístas persiguen un enfoque distinto. Se sientan en la
nieve durante uno o dos días, o incluso durante más tiempo.
Mientas están sentados, además, la persona permanece en todo
momento en un estado de clara vigitia. Lo que los taoístas de-
sean hacer es controlarse y operar sobre sí mismos deliberada-
mente; buscan observar los cambios sutiles en el mundo exte-
rior así como dentro de sus propios cuerpos, con el fin de lle-
varlos a una mutua armonía. Tras cultivar la purificación hasta
un grado determinado, la temperatura corporal puede incre-
mentarse hasta la normal; la diferencia entre ésta y la tempera-
tura del aire se compensa luego médiante otra clase de poder.
La humanidad sigue a la Tierra; la Tierra sigue al cielo; el
cielo sigue al Camino; el Camino sigue a la Naturaleza.
El mentor le pidió a Wang Liping que se sentase en la
nieve durante ocho horas, y que luego concluyera el ejercicio
y abriese los canales y aberturas que había cerrado antes, uno
por uno en un orden específico, utilizando el fuego del punto
de la verdad para calentar todo su cuerpo. Gradualmente la
sensación retomó a su piel; sólo entonces sintió el frío rode-
ándolo, como si se hallara en un hoyo de hielo.
Al abrir los ojos, Wang Liping observó que la nieve en el
suelo tenía más de treinta centímetros de profundidad; mien-
tras que a su alrededor se había apilado, formando una espe-
cie de tina tan alta como sus hombros, dejando tan sólo su
cabeza por encima del nivel de las paredes de nieve.
El Caminante de la Pura Vacuidad llamó al gran maestro
y al otro mentor para que viniese a echar un vistazo a aquella
320 LA PUERTA DEL DRAGÓN
escena. En un tono jocoso, el Caminante de la Pura Sereni-
dad arrojó nieve sobre Liping. Mientras los maestros y su
aprendiz jul:;aban en la nieve, los recónditos campos monta-
ñeses devolvían el eco con gozosa carcajada.
* * *
Los cuatro taoístas continuaron su viaje hacia el norte.
Viajar por montañas cubiertas de nieve aumentaba la diver-
sión, pero también incrementaba el peligro. Se hacia difícil
saber si el lugar donde pisaban era sólido o no, de manera
que cada uno de ellos tenía que estar excepcionalmente aler-
ta. Aunque Wang Liping había nacido y se había criado en el
nordeste, ésta era la primera vez que había estado en lo más
recóndito de la montaña Siempreblanca. Naturalmente, co-
rrespondía al Caminante de la Pura Serenidad tomar la delan-
tera y encontrar el camino.
El gran maestro le dijo a Wang Liping:
-Debes quedarte tranquilo. en una cueva de nieve mi-
rando hacia una pared y practicar ejercicios mientras que
nosotros merodeamos por los alrededores. Regresaremos y te
recogeremos más tarde. ¿Qué te parece esto?
Wang Liping replicó:
-De acuerdo, pero ¿cómo me vais a encontrar en medio
de la nieve que borra todas las huellas? Sería mejor que los
tres regresarais a· casa y esperarais hasta el fin del invierno.
Cuando el hielo y la nieve se fundan y las montañas estén
inundadas de torrentes por el deshielo, podréis mirar bajo el
bote en el que estéis navegando, pescar el gran pez que veáis
allí y subirlo a bordo. ¡Yo estaré sentado en sus intestinos!
-¡Bueno, bueno, bueno! -los tres ancianos magos no
podían parar de reír.
Un cierto día, cuando los cuatro taoístas acababan de es-
calar un pico de una montaña, observaron un rastro de pisa-
das en la nieve. Mirando cuidadosamente, Wang Liping se es-
tremeció; ¡las huellas habían sido hechas con los pies desnu-
dos! ¿Quién podía hallarse por aquí perdido entre las
montañas?
EL CAMINO SIGUE A LA NATURALEZA 321
El gran maestro, que ya había notado las huellas, co-
mentó:
-Parece como si se estuviera volviendo más y más espi-
ritual cuanto más vive.
Wang Liping no captó lo que quería decir; simplemente
siguió al maestro a lo largo del rastro de las pisadas.
Siguiendo las huellas en la nieve, los cuatro taoístas bor-
dearon una colina, caminando sobre profundas capas de nie-
ve, y se abrieron paso a través de un bosque hasta que divisa-
ron un viejo pino en la ladera de la montaña, medio aplasta-
do por la nieve, como si fuera un paraguas o un palio. Bajo el
pino había una choza de madera. La choza era simple y rústi-
ca, sin embargo, sobresalía elegantemente en la nieve.
Frente a la choza había un an~iano; era alto y de com-
plexión maciza. Vestido con sencillez y con ropajes delga-
dos, estaba despejando los montones de nieve del frente de
la choza.
El gran maestro no pudo evitar entonar los versos:
Un pino verde rodea a una pequeña choza;
las montañas profundas ocultan un verdadero ser humano.
El anciano que estaba frente a la choza replicó poética-
mente:
Mil montañas tiemblan ante un rugido;
un grito, y las cien bestias se estremecen.
Wang Liping se sentía muy extraño. Se dio cuenta de que
el anciano se estaba refiriendo al encuentro con lo lobos que
había sucedido tiempo atrás. Habían transcurrido ya varios
días, y además el incidente había tenido lugar a más de cien
kilómetros de distancia. Si este anciano fue capaz de oir el
«rugido del tigre» y sabía lo que había sucedido, entonces
debía tratarse de un hombre muy realizado.
El anciano de la choza descendió montaña abajo para sa-
ludar a los cuatro viajeros.
322 LA PUERTA DEL DRAGÓN
-Habéis venido desde lejos -dijo-. Iba solamente a
fundir un poco de nieve para que os podáis lavar.
Los cuatro le devolvieron los saludos y siguieron al ancia-
no descalzo hasta dentro de la choza.
Según resultó luego, este anciano descalzo no era una
persona ordinaria. Era nada menos que un sucesor del ilustre
Gran Inmortal de la montaña Siempreblanca. Llamándose a sí
mismo el Caminante Descalzo, vivía en reclusión durante
muchos años en las profundidades de la montaña Siempre-
blanca y había alcanzado logros extraordinarios. El año en
que los cinco se encontraron por vez primera, el Caminante
Descalzo cumplía setenta y siete años; en el momento en que
se escribe esta obra, ha alcanzado la avanzada edad de noven-
ta y siete años. Siguiendo las reglas del taoísmo, Wang Liping
también lo veneró como a un pariente espiritual.
La choza del Caminante Descalzo era extremadamente
sencilla en su interior, donde el espacio estaba rematado en
madera rústica, sin apenas mobiliario, tan sólo una mesa lar-
ga para dejar las cosas, hecha de madera sin trabajar, tenia los
cortes no muy derechos, y tampoco era muy plana, todo ello
hecho en forma rústica. No había ninguna plataforma que hi-
ciese de cama, simplemente un montón de paja. El Caminan-
te. Descalzo tomó un poco de paja e hizo cuatro cojines, invi-
tando a los cuatro taoístas a sentarse. Tomó también algunas
frutas secas de la mesa y se las dio para que comiesen. Wang
Liping encontró deliciosas las frutas silvestres.
El Caminante Descalzo preguntó al Caminante del Infinito:
-¿Por qué habéis venido de tan lejos, y con tanta nieve?
El Caminante del Infinito le explicó:
-Vinimos hasta las estribaciones de la montaña Siem-
preblanca hace unos años y nos quedamos allí durante algún
tiempo para preparar a un nuevo Transmisor que nos suce-
diese. Entonces el país se sumió en el caos, y todo lo que pu-
dimos hacer es llevamos al aprendiz de viaje. Durante los úl-
timos tres años hemos merodeado por media China, y ahora
estamos de regreso. Vine aquí a pesar de la nieve para verte,
debido sobre todo a nuestra antigua amistad.
EL CAMINO SIGUE A LA NATURALEZA 323
-Eres muy amable -dijo el Caminante Descalzo humil-
demente-. Espero que tú y los otros dos maestros me daréis
alguna instrucción.
El Caminante del Infinito hizo entonces la presentación del
Transmisor Wang Liping al Caminante Descalzo. El Caminante
le escrutó durante un tiempo y quedó muy complacido.
Wang Liping se dio cuenta de que el Caminante Descalzo
y sus maestros habían estado ya en contacto y que eran cole-
gas en el taoísmo, a pesar de vivir tan separados. Por fin com-
prendió el significado del comentario del gran maestro cuan-
do encontraron las pisadas en la nieve.
Siempre que unos compañeros taoístas se encuentran, na-
turalmente hablan acerca del Camil!º· Los cuatro mayores pa-
saron la noche conversando abiertamente; mientras Wang Li-
ping escuchaba tranquilamente, aprendió unas cuantas cosas.
Al siguiente día había cesado de nevar. Un Sol brillante
en un día claro resplandecía en la planicie de nieve con una
cegadora luz plateada, iluminando un mundo de completa
pureza.
El Caminante de la Pura Serenidad y el Caminante Des-
calzo decidieron practicar las artes taoístas juntos, con el fin
de agudizar sus capacidades. Los dos hombres se sentaron
afuera en la nieve y comenzaron a ejercitar su poder interior.
Poco después, la nieve, en un radio de varios metros alrede-
dor de los dos, se había fundido completamente, exponiendo
las verdes rocas que había debajo, y hasta las rocas se secaron
gradualmente.
El Caminante del Infinito y el Caminante de la Pura Va-
cuidad observaban de cerca tranquilamente. Wang Liping
también observaba en silenciosa admiración.
En un parpadeo de ojos, el Caminante de la Pura Sereni-
dad y el Caminante Descalzo se levantaron del suelo, sentán-
dose en medio del aire. Ambos permanecieron suspendidos
en el aire durante aproximadamente una hora.
Mientras Wang Liping observaba a su mentor trabajando
internamente con los ojos cerrados, pensó un plan. Se puso a
imaginar que iba a probar su propia capacidad para apode-
324 LA PUERTA DEL DRAGÓN

rarse secretamente de la masa energética que había debajo de

su mentor. El Caminante de la Pura Serenidad no tenía idea 16
de que su discípulo podía hacer esto. Incapaz de impedir que
la energía le fuese retirada de debajo de él, se desplomó sobre
el suelo. De inmediato se percató de lo que había sucedido.
Wang Liping tenía un ingenio muy agudo. Temiéndose
Ascensión
que su mentor le jugaría alguna treta para devolverle la bro-
ma, Liping, de inmediato, le pidió perdón.
El Caminante Descalzo ya se había dado cuenta de lo que
estaba pasando. Siguió repitiendo: .
-Sois verdaderamente extraordinarios, y vuestro JOV&i
aprendiz es un discípulo meritorio de una escuela distingui-

[AJ
da. ¡He aprendido algo hoy! LREDEDOR DE 1970, cuando el pueblo chino,
Todos se rieron, y el Caminante de la Pura Serenidad per-
buscando alguna alegría en medio de tanta calami-
donó a Wang Liping. Entonces éste aprovechó esa oportuni-
dad y caos, se preparaba afanosamente para el tradi-
dad para pedir a su mentor y a su tio espiritual que le ense-
cional festival dé primavera, los tres maestros taoístas y su
ñaran cómo sentarse en el aire. A su tío espiritual le gustaba
aprendiz retomaron a la ciudad natal de Wang Liping.
este joven apre~diz cada vez más.
Su viaje había durado tres primaveras y cuatro otoños; el
gran maestro tenía ahora noventa y nueve años de edad; los
mentores ya estaban cercanos a los ochenta. Su aprendiz
Wang Liping se había convertido en un joven refinado y de
espíritu libre.
Los tres ancianos habían iniciado este largo y fatigoso via-
je junto con su discípulo, con el fin de asegurarse de que el
Gran Camino fuera transmitido a las generaciones venideras.
Superando toda clase de dificultades con espíritu taoísta, va-
lorando las montañas y las aguas en las diez direcciones, ex-
perimentando toda clase de condiciones, habían llegado a ve-
rificar numerosas verdades. Wang Liping había visto ahora el
mundo y había registrado los cambios del universo en su
mente.
Un viaje de tres años a lo largo de miles de kilómetros no
había sido una tarea fácil. En el camino no todo habían sido
visiones poéticas y escenarios pintorescos; más frecuente-
mente había habido desolación y miseria. Hubo ocasiones en
que los cuatro hombres se habían pasado días y días sin divi-
326 LA PUERTA DEL DRAGÓN
sar una vivienda y habían tenido que encontrar cuevas en las
que cobijarse para dormir y frutas y vegetales silvestres para
llenar sus estómagos. Otras veces las tormentas los habían
cogido por sorpresa, calándolos hasta los huesos, y haciendo
que apenas pudiesen sostenerse en pie en medio del lodo.
Sin embargo, siguieron adelante. En otras ocasione§i, bajo un
Sol despiadado que se cernía sobre sus cabezas, teniendo ba-
jo sus pies una tierra cuarteada que se extendía hasta donde
alcanzaba la vista, y sin poder encontrar ni una gota de agua,
continuaron su deambular con decisión y fortaleza.
Los cuatro taoístas eran hombres muy realiza.dos, de ma-
nera que las adversidades de este mundo material no los arre-
draban. Pero, después de todo, eran también seres humanos,
hechos de carne y hueso, de manera que las penalidades y los
desafíos del camino hacían mella en sus cuerpos. Los maes-
tros eran tan ancianos que no les resultaba nada fácil superar
las mismas adversidades que a su joven discípulo durante el
tiempo que dedicaron a su entrenamiento. Pero se trataba de
hombres que habían mantenido las ideas de la vida y de la
muerte fuera de sus mentes; su preocupación era no desper-
diciar un tiempo precioso de esta limitada vida humana, pro-
seguir el trabajo que había sido iniciado por sus antepasados
espirituales y que había continuado durante generación tras
generación: el descubrimiento de los misterios del universo y
de la vida humana. Su misión era transmitir el conocimiento
que habían heredado, acrecentándolo mediante sus propios
esfuerzos y propiciando los avances que habían de venir. No
se quedaban atrapados en la adversidad material o en la co-
modidad; sus mentes estaban inclinadas a la investigación es-
piritual y a la búsqueda, al enriquecimiento y la sublimación.
Según la educación que Wang Liping recibió de los tres
ancianos maestros, la acción es más importante que la pala-
bra; la inspiración espiritual es más importante que los ejerci-
cios formales. A lo largo de los tres años que duró su viaje,
los mentores habían depositado un enorme tesoro de riqueza
espiritual en la mente de Wang Liping, influyendo profunda-
mente en su desarrollo superior.
ASCENSIÓN
327
Obtuvieron otro beneficio importante de su viaje. En lo
más recóndito de las montañas habían descubierto un valioso
libro compuesto personalmente por el adepto taoísta de la di-
nastía Tang, el mismo Lu Dongbin. Los tres sabios sabían que
antes de que su Abuelo Lu hubiese ascendido hacia el más
allá, eligió unos cuantos libros con la intención de que no
fuesen transmitidos a los sucesores y los había ocultado en
cavernas situadas en varias de las montañas conocidas, donde
todavía se hallaban sin ser descubiertos. Durante sus conti-
nuos viajes, por suerte, los ancianosconsiguieron encontrar
uno de estos libros. Al darse cuenta que habían descubierto
un auténtico tesoro, se sintieron llenos de felicidad. El men-
cionado texto era tan antiguo que .debieron utilizar láminas
de bambú para separar las páginas, haciéndolo con extremo
cuidado. En la actualidad estos taoístas se encuentran todavía
en el proceso de poner en orden esta obra y de realizar un ex-
haustivo estudio de su contenido.
* * *
El día que los cuatro viajeros regresaron a la ciudad natal
de Liping, la madre de éste se había sentido intranquila du-
rante toda la mañana. Con la idea de que su segundo hijo de-
bía estar ya de regreso, se apresuró a salir a las afueras del po-
blado, intentando divisarlo. Cuando finalmente aparecieron
los cuatro hombres por el camino en medio de nubes de pol-
vo arrastradas por el viento, la madre Wang pudo comprobar
que los ancianos «doctores» mantenían su complexión recia
Y las mejillas enrojecidas como cuando se fueron; y aquí esta-
ba también su hijo, ya crecido y convertido en un hombre.
Abrumada por el gozo, no pudo contener las lágrimas al to-
mar la mano de su hijo. .
Mientras proseguían todos juntos el camino, la madre
Wang dijo entrecortadamente que en los últimos días todos
en la familia habían estado soñando mucho. Eran unos sue-
ños en los que veían a los cuatro viajeros en su camino de
vuelta a casa. Ahora se maravillaba de que estos sueños se
 328 LA PUERTA DEL DRAGÓN
hubieran hecho realidad. Mientras simulaban ignorar lo que
oían los cuatro hombres se sonrieron entre ellos al escuchar
a la ~dre Wang, cómplices de un secreto acerca del que no
habían hablado antes. Ella no se podía imaginar que su hijo y
los ancianos «doctores» habían estado enviándoles esa infor-
mación mediante la transmisión por sueños.
En estos momentos, en la China de 1970, la lucha de cla-
ses seguía siendo muy fuerte, pero se había abierto la Gran
Asámblea de Representantes, y la lucha por el poder había al-
canzado un cierto equilibrio. Los campesinos esta,ban hastia-
dos y cansados de la lucha, y aun cuando los conflictos entre
las facciones continuaban ejerciendo una profunda influen-
cia, no obstante mucha gente no los tomaba ya muy en serio.
Para los maestros taoístas y su aprendiz, la situación se en-
contraba, en cierta manera, mejor de lo que había estado en
los primeros tiempos de la Revolución Cultural.
Al cabo de más de tres años, los tres ancianos no se ha-
llarían ya entre los objetivos de la «Escoba Horizontal» de la
Revolución Cultural; ahora la gente no les prestaría atención.
Incluso podía pensarse que, debido a su prolongada ausen-
cia de esas tierras, muchas personas se habrían olvidado de
ellos. Pero ahora que se hallaban de regreso, los tres ancia-
nos magos seguirían ocultándose y permanecerían la mayo-
ría de los días en los bosques de las montañas, volviendo
únicamente durante la noche a su antigua choza en la herre-
ría, para traer algún haz de leña o vegetales. De este modo,
mucha gente no tenía idea de que estaban nuevamente vi.-
viendo allí.
Los ancianos deseaban hallar un rincón tranquilo en me-
dio de aquel caos con el fin de completar la etapa final de su
trabajo de transmisión de sus conocimientos a su aprendiz, y
de impulsar a Wang Liping en el camino de ascenso por don-
de debía discurrir el vi.aje de su vi.da. Se trataba de su novena
y última etapa de los estudios sobre el taoísmo, es decir, la
etapa del baño.
Wang Liping tuvo que pasar a través de tres vi.das con el
fin de alcanzar la «vida eterna». La primera vi.da fue el Wang
I·
ASCENSIÓN 329
Liping de los «tres planos inferiores», la que corresponde a
haber nacido de su padre y de su madre. Por medio del ayu-
no, de la suspensión de la animación y de la muerte, y de ser
nutrido después y devuelto a la vi.da, se convirtió en el Wang
Liping de los «tres planos intermedios». Pasando una vez
más a través de la gestación en la gran «matriz» del universo,
tan sólo después de varios años había quedado «totalmente
desarrollado» el embrión para volver a nacer de esta «gran
madre», y remontar hacia el más vasto universo sin límites,
habiendo alcanzado ahora la «vida eterna».
El baño en el cielo y en la Tierra constituye el ejercicio fi-
nal correspondiente a los tres reinos intermedios. Este baño
se subdivide en cuatro tipos: baño pe elixir, baño con sustan-
cia de la tierra, baño con sustancia del cielo y baño en lo in-
material y sin forma.
Cierta noche, después de que los tres ancianos hubieron
completado los preparativos necesarios, el Caminante del In-
finito extrajo un grano de elixir y se lo entregó a Wang Li-
ping, pidiéndole que se lo tragara.
Ésta era la tercera vez que Wang Liping iba a ingerir elixir
alquímico. Cada vez el elixir había sido diferente, y el propó-
sito que se perseguía era distinto también en cada oportuni-
dad. Los elixires taoístas se clasifican en cinco tipos: metal,
agua, madera, fuego y tierra. Cada tipo está compuesto de
una combinación distinta de ingredientes sometidos a dife-
rentes procesos de preparación, lo que produce elixires de
apariencia diferente y de efectos diversos.
Recibiendo del gran maestro con respeto el elixir, Wang
Liping lo ingirió en la manera prescrita, y seguidamente se
sentó en una enorme tina de agua caliente que habían prepa-
rado de antemano. El agua caliente tenía que ser mantenida a
una temperatura determinada. Wang Liping debía utilizar su
poder de trabajo interno para disolver el elixir, hacer que se
difundiera por todo su cuerpo Pº! mediación de la energía y
de la sangre, y luego volver a utilizar su poder interior para
expulsarlo del cuerpo. El elixir emergía a través de la superfi-
cie de su piel, y al contacto con el agua caliente se desprendía
330 LA PUERTA DEL DRAGÓN
de ella y flotaba sobre la superficie del agua, formando bri-
llantes granos cristalinos. juntamente con el elixir eran expul-
sadas las impurezas del interior de su cuerpo.
Wang Liping tuvo que permanecer sentado completa-
mente inmóvil dentro de la tina durante dos días y dos no-
ches. La absorción y la expulsión del elixir eran procesos ex-
tremadamente dolorosos. Existen relatos acerca de personas
que experimentaron una infinita bienaventuranza como con-
secuencia de la ingestión de elixires taoístas, pero eso no fue
lo que le sucedió a Wang Liping.
Durante este tiempo los tres ancianos maestros mantuvie-
ron una cuidadosa vigilancia, como lo habían hecho anterior-
mente. El agua tenía que mantenerse a la temperatura adecua-
da. No debía enfriarse demasiado ni estar excesivamente ca-
liente. Si se hubiese enfriado demasiado, los poros de Liping se
habrían encogido, haciendo imposible que expulsara el elixir
con normalidad: un exceso de temperatura le hubiera escalda-
do la piel, haciéndole daño y echando a perder el efecto del
ejercicio. Los dos mentores se turnaron para regular el fuego
alrededor de la tina, manteniendo una agotadora vigilia. El
gran maestro se acercaba de vez en cuando para comprobar
cuánto elixir había flotando sobre la superficie del agua. El cui-
dado de su único aprendiz mantuvo ocupados a los tres sabios.
Tras haber completado correctamente el baño del elixir,
Wang Liping iba a experimentar una sensación aún más ex-
traordinaria. Cierto día, mientras se hallaba sentado, notó sú-
bitamente algo redondo en la parte inferior de su abdomen
que pulsaba regular y suavemente. La sensación era como la
de una cálida brisa de primavera, o como una suave nube en
el cielo claro bajo el resplandor de la Luna. Virtualmente in-
móvil, y sin embargo sin dejar de moverse, parecía como si se
estuviera abriendo y cerrando. Gradualmente, este circulo co-
menzó a pulsar por todo su cuerpo, como las ondulaciones
en una laguna, de tal manera que cada poro de su cuerpo se
abría y se cerraba en sintonía con aquella pulsación. Sus po-
ros parecían ser conductos de ventilación, haciendo que el ai-
re fluyera libremente a través de ellos.
ASCENSIÓN 331
Wang Liping se sentía embriagado por esta sensación rela-
jadora. No necesitaba respirar por la nariz ni por la boca. Le
pareció como si su cuerpo se hubiese convertido en una tota-
lidad fluida e indiferenciada, abriéndose y cerrándose dentro
de un universo fluido. Su propio cuerpo y el universo parecí-
an haberse fundido en uno. Había una contracción rítmica
muy sutil, inmaculadamente pura, limpia y refrescante, de pe-
netrante transparencia. Envuelto en un halo de luz multicolor,
sintió como si estuviese volando.
Cuando Wang Liping cierra conscientemente los poros
de todo su cuerpo, su ombligo se abre, convirtiéndose en un
conducto a través del cual puede entrar y salir la energía; los
órganos internos también se tensiop.an y se relajan en forma
correspondiente junto con el flujo 'de energía. Si cierra el ac-
ceso umbilical, entonces los poros se abren automáticamente
a su vez, inhalando y exhalando espontáneamente. La armo-
nía tácita de estos sistemas operando en concierto constituye
una maravilla inexplicable. La sensación de relajación y co-
modidad va mucho más allá de la que se siente respirando
por la boca y la nariz.
El gran maestro se sentía muy feliz de ver que Wang Li-
ping había cuidado adecuadamente el verdadero estado de la
respiración uterina. Al mencionar Lao Tse su «Retomar a la
infancia» parece referirse a este estado.
El Abuelo Lu también decía:
-Voso~ros no prolongáis la vida absorbiendo energía; la
prolongación de la vida requiere el sometimiento de la ener-
gía. El embrión se forma dentro de un núcleo de energía con-
trolada; la energía posee su propia respiración dentro del úte-
ro. Cuando la energía entra al cuerpo, eso se denomina naci-
miento; cuando el espíritu parte, eso se llama muerte.
Conocer el espíritu y la energía puede hacer prolongar la vi-
da; manténte en el vacío para nutrir al espíritu y a la energía.
Cuando el espíritu actúa, la energía actúa; cuando el espíritu
sale, la energía sale. Si deseas prolongar la vida, haz que el es-
píritu y la energía se ayuden mutuamente, no permitiendo
que surjan pensamientos en la mente; no yendo y viniendo,
332 LA PUERTA DEL DRAGÓN
no saliendo y entrando, siendo espontáneamente estables. Si
practicas esto diligentemente, éste es el verdadero camino.
El gran maestro le explicó a Wang Liping que la posición del
ombligo en el cuerpo humano es muy importante. Los antiguos
decían que el ombligo en un ser humano es como la estrella Polar
en el cielo. Por lo tanto, se le llama el «Pivote del Cielo» y la «Ca-
pital del Espiritu». La morada del espiritu y de la energia, es la ra-
iz de la preservación de la vida, el tesoro del vacio externo que
restaura la energia positiva. El ombligo está conectado con los ór-
ganos internos; cuando el ombligo se abre, entonces los órganos
internos y el útero del cielo y de la Tierra pueden interactuar di-
rectamente. El individuo ha retornado al comienzo del estado
primordial; desde este momento en adelante uno debe ejercitarlo
diligentemente, sin aflojar en ningún momento.
Wang Liping cultivó la purificación muy cuidadosamente
según los métodos que le enseñó el gran maestro, concen-
trando su energia y volviéndola dócil, pareciendo que es y,
sin embargo, no es, semejando que no es y siendo, no obs-
tante, existente. Mediante la práctica prolongada y constante,
la verdadera respiración permanecerá siempre.
* * *
Por entonces la primavera ya habia retomado, y todas las
cosas volvian a retoñar una vez más. Los árboles se habian
cubierto de amarillo verdoso; los campos y los prados se ha-
bian teñido de verde, todo era como las pulsaciones de un
único mecanismo de vida.
El Sol brillaba con delicada calidez; una brisa primaveral
soplaba suavemente sobre Wang Liping, sentado a la orilla de
un pequeño rio al lado de una montaña verde, como una
planta recién brotada de la tierra, como un capullo tierno que
acabara de abrirse sobre una rama, bañándose en esta luz, en
esta brisa, en este aire de primavera que venia de la tierra, de
las plantas y de los árboles. Las nubes y la lluvia se aproxima-
ban lentamente, avanzando tan suavemente que parecían du-
dar de interrumpir el sueño de Wang Liping, mientras éste se
daba un baño de Naturaleza.
ASCENSIÓN 333
A medida que caian las gotas, tan fina$ como el cabello
de una niña, los campos exhalaban la fragancia de la tierra al
irse humedeciendo. Wang Liping parecia sentir el deleite de
las plantas bajo la lluvia; parecia escuchar los sonidos de las
yemas creciendo sobre las ramas.
El cielo nocturno era claro y calmado. No habia viento;
sólo el aire frio de la primavera temprana. La Luna nueva col-
gaba del espacio; las estrellas eran densas y brillantes. Las
montañas distantes permanecian inmóviles bajo el cielo estre-
llado, bañándose junto a Wang Liping en los misticos colores
de la noche.
La neblina matinal envolvia todo hasta donde podía al-
canzar la vista. Las montañas y los ,poblados distantes se hací-
an invisibles. Envuelto en la brumosa niebla, Wang Liping se
bañaba en ella.
Cultivando la purificación un dia si y otro no, la mente
de Wang Liping se hallaba libre de todo parloteo, y él se en-
contraba lleno de verdadera energia. Su piel era como resina
congelada, y sus huesos eran como el espacio; su cabeza esta-
ba rodeada por un halo, y sus ojos se veian llenos de espiritu.
Cuando observó su cuerpo desde el interior, era tan claro co-
mo la luminiscencia; cuando miraba a los objetos en la no-
che, aparecían tan destacados como si fuese de dia.
El gran maestro y l'os mentores instruyeron a vyang Li-
ping acerca de que no buscara maravillas deliberadamente,
sino que las dejara ser como son, permitiéndolas aparecer y
desaparecer por sí mismas, ir y venir a su propio aire, cam-
biando espontáneamente. Tu mente debe estar permanente-
mente enraizada en la claridad y en la calma; haciéndola pa-
cifica y serena, fundiéndose con el Camino por medio del es-
píritu, retornarás a la naturalidad. Y desde este punto,
cuando observes las cosas a lo lejos no existen tales cosas;
cuando observes forma exterior, no hay tal forma en la forma;
cuando observes la mente interior, no existe tal mente en la
mente. Sin ser consciente de tener un cuerpo, entrarás gra-
dualmente en el inimaginable Camino, dentro del reino de la
extraña sublimidad. Si te obsesionas con las experiencias inu-
334 LA PUERTA DEL DRAGÓN
suales, tu mente se verá influenciada y quedará apegada, y
entrarás en un estado de confusión. Tus logros se detendrán
ante técnicas tangenciales sin importancia, desaparecerán tus
conquistas previas y te hallarás lejos del Gran Camino.
El gran maestro instruyó finalmente a Wang Liping en los
métodos del más alto nivel de la Máxima enseñanza de !as jo-
yas espirituales, los tres caminos del gran vehículo para tras-
cender lo ordinario y entrar en la sabiduría, también conoci-
dos, en el contexto de los Tres ejercicios inmortales, como los
ejercicios de la inmortalidad celestial.
Como se mencionaba anteriormente, los Tres ejercicios in-
mortales se componen de tres niveles: la inmortalidad.huma-
na, la inmortalidad de la tierra y la inmortalidad celestial.
En los ejercicios correspondientes al primer nivel, el
cuerpo es el horno, la energía es la medicina, el corazón es el
fuego y los genitales son el agua. Utilizando el cuerpo como
el horno, éste se divide a lo largo de su ecuador en los polos
superior e inferior. Utilizando la energía como medicina, uno
purifica la energía en el campo del elixir, de tal manera que la
energía y el agua interactúan y se convierten en el elixir de
oro. Utilizando el corazón como el fuego y los genitales como
el agua, uno cielo y otro Tierra, ellos comparten entre si y se
nutren.
En los ejercicios de «la inmortalidad de la Tierra», el es-
píritu es el horno, la energía es la medicina, el Sol es el fuego,
y la Luna es el agua. Buscando un tesoro en lo profundo del
océano, atravesando el cielo contemplando a la Luna, el espí-
ritu y la energía se combinan, y los tres campos de elixir que-
dan establecidos. La referencia al Sol y a la Luna significa co-
ordinar el Sol y la Luna dentro del cuerpo con el Sol y la Lu-
na en el cielo.
En los ejercicios de «inmortalidad celestial», el espíritu es
el horno, la esencia es la medicina, la concentración es el
agua, la intuición es el fuego; cielo y Tierra giran perpetua-
mente; la Naturaleza y la humanidad asimilan.
* * *
ASCENSIÓN 335
Moldeado por una larga tradición de conocimiento y sa-
biduría que tienen un origen profundo, impregnados en el
flujo omnipresente de la Naturaleza, bañado en las luces del
Sol y de la Luna, alimentado y purificado por los claros ma-
nantiales del dulce rocío, instruido por tres maestros de dos
generaciones, purificado por incontables penalidades y difi-
cultades durante un periodo de siete años, habiendo salido
de la vida y entrado en la muerte, Wang Liping había arriba-
do al estado del dispositivo superior de «liberación trascen-
dente y duplicación del cuerpo».
Wang Liping había cambiado ciertamente. Su cara se ha-
bía convertido en una flor de melocotón, y su piel era como
de fino jade; su semblante era cariñoso, y su cuerpo exhalaba
una sublime fragancia. Su apariencia era delicada, sin embar-
go en su interior había un indestructible cuerpo adamantino:
en la quietud era como una extensión de agua clara, sin olas;
en la acción, estremecía cielos y tierra, y su energía era capaz
de tragarse montañas y ríos.
Viendo que Wang Liping había alcanzado esta etapa, los
tres ancianos sabios estaban sumamente gozosos. El Cami-
nante del Infinito recitó unos versos del Antec.esor Lu «La
primavera brota en el jardín»:
El elixir restaurador se halla en nosotros:
primero uno debe purificar el yo hasta el momento correcto.
Cuando un yang se mueve por vez primera,
la eternidad resuena a medía noche.
El caldero de plomo se calienta,
la luz penetra la pantalla.
La Creación se apresura;
el tigre y el dragón se aparean:
avivando el Juego,
¡el sobrecalentamiento es peligroso!
Sobre el serpenteante río,
mira la luz de la Luna, pura y clara
hay un pájaro solitario volando.
336 LA PUERTA DEL DRAGÓN
En ese momento, tú mismo bebes
de la cuchara medicinal;
y quién lo hubiera creído,
pero ¡en la nada has criado un niño!
Distingue la pureza y la suciedad en el origen,
y la separación de madera y metal;
si no fuese por las indicaciones de un maestro,
¿cómo pueden ser conocidas estas cosas?
La esencia del Camino
es misteriosa y sutil;
el mecanismo de la Naturaleza
es profundo y remoto;
si te metes en el trabajo con la práctica,
eso es no obstante demasiado tarde.
El camino de Penglai, isla de inmortales,
necesita el cumplimiento
de tres mil hazañas;
entonces retomas como las nubes,
caminando solo.
En este día en particular, el cielo era azul y el aire era cla-
ro. Las montañas y los ríos se destacaban claramente; era un
día muy bueno.
El Transmisor de la decimosexta generación de la Puerta
del Dragón, rama del taoísmo de la Completa Realidad, el
Caminante del Infinito; Los Transmisores de la decimosépti-
ma generación, el Caminante de la Pura Serenidad y el Cami-
nante de la Pura Vacuidad; y Wang Liping, el Transmisor de
la decimoctava generación, el Espiritualmente Efectivo, puri-
ficaron su cuerpos, quemaron incienso, y prestaron obedien-
cia a los cielos, a la Tierra y a sus antepasados espirituales.
Tras realizar este rito, el Caminante del Infinito le dijo a
su discípulo Wang Liping:
-El Camino tiene su raíz en el no ser; cualquier cosa de
la que se hable en términos del ser no es el Camino. El Cami-
no tiene sus rafees en el vacío; cualquier cosa de la que se ha-
ble en términos de sustancialidad no es el Camino. Debido a
ASCENSIÓN 337
que no posee sustancia, la pregunta o la respuesta acerca de
ello es imposible; debido a que no posee forma, verla u oírla
es imposible. Si consideras que el Camino es una sutileza
misteriosa, incluso esa sutileza misteriosa no está libre de la
carga de la pregunta y la respuesta. Si consideras que el Ca-
mino es la tranquilidad rarificada, incluso la tranquilidad ra-
rificada no escapa del dominio del ver y del oír. Si la miste-
riosa sutileza y la tranquilidad rarificada no son todavía el
Camino, entonces el porqué del Camino no es conocido. Lla-
marlo el Camino es forzado; solamente puede ser comprendi-
do espiritualmente. De ahora en adelante, siempre que oigas
sonidos o veas objetos, no escuches mientras oyes y no mires
mientras ves. Entonces los sonidos,. se disolverán en si mis-
mos; los objetos desaparecerán en si mismos. Después de que
hayas experimentado esto, la Completa Realidad se tornará
evidente. ¡Recuerda!
Después de las instrucciones del gran maestro, Wang Li-
ping se sentó con los ojos cerrados. Al poco tiempo, el gran
maestro y el mentor desaparecieron gradualmente; las monta-
ñas, los ríos y los árboles desaparecieron también poco a po-
co. Todo lo que Liping sintió fue una sensación de estar flo-
tando a lo lejos; no tenia en absoluto ninguna sensación de es-
pacio ni de tiempo. Cuándo, dónde,. quién, qué -de dónde
había venido, adónde estaba yendo-, no sabia nada en abso-
luto de nada. Parecía ser una partícula infinitesimal suspendi-
da en el vasto universo, y entonces incluso ese mínimo punto
desapareció, dejando una claridad vacía por todas partes.
Repentinamente sintió un viento frío, ola tras ola de aire
frío. En un momento el cielo y la Tierra se oscurecieron; negros
nubarrones pasaban sin cesar, una salvaje galerna traía arena
volando y piedrecillas rodando por el suelo, ululando como un
espíritu de la muerte. Totalmente libre de temor, Warig Liping
siguió directo hacia delante hasta el plano de la nada.
Entonces escuchó la sofocante voz de una joven que le
decía:
-El camino es largo: ¡deténte un poco! ¡Tengo algo para
ti aquí!
338 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Wang Liping no miró ni escuchó, y la voz se disolvió gra-
dualmente.
Ahora apareció ante él un idiota con una jarra de vino.
Tambaleándose de un lado para otro, invitó a Liping a beber
junto con él. El estúpido estaba hecho una calamidad y apes-
taba a todos los demonios. Cerrando los ojos, Wang Liping se
alejó de él dando un salto.
De súbito, un enorme árbol apareció en el camino, tan
alto que llegaba hasta el cielo. En un abrir y cerrar de ojos, el
árbol se transformó en una enorme serpiente de apariencia
terrorífica. Abriendo la boca, como un bol de sangre, la ser-
piente se abalanzó sobre Wang Liping. Sin sentir el menor te-
mor, éste siguió de largo. De inmediato vio un enorme fuego,
que pronto se convirtió en una extensión de luz radiante.
Wang Liping sintió como si estuviese volando; descendió
en alguna parte, pero no sabía dónde se hallaba. Vio edificios,
bosques y macizos de bambúes, gente divirtiéndose, caballos
que relinchaban, tambores y música sonando. Era como una
utopía más allá de lo mundano, una tierra de cálida gentileza,
de abundancia y de nobleza. Varias personas se acercaron y le
dijeron que éste era uri lugar donde habitan las Personas Ver-
daderas, y le pidieron que les diera una charla sobre el Cami-
no. Wang Liping no podía discernir si aquello era real o no;
pero sintió un ligero movimiento en su mente, como si le lle-
garan las voces de sus maestros.
-Observando la mente internamente, no existe tal men-
te en la mente. Observando el cuerpo externamente, no exis-
te tal cuerpo en el cuerpo. Observando las cosas que te rodean,
no hay tales cosas en las cosas. Cuando comprendes esto, no
existe más que un vacío.
Ésta era la voz del mentor de la Pura Vacuidad.
-Ver la vacuidad es también vacío; la vacuidad no vacía
nada. Como nada es vaciado, la nada inexistente no está tam-
poco allí. Como no existe la nada inexistente, hay profunda y
perpetua paz. Cuando no existe nada para que la paz pacifi-
que, ¿cómo puede surgir el deseo? Como el deseo no surge,
esto es verdadera serenidad. Siendo siempre sensible a las co-
ASCENSIÓN 339
sas, siempre realizas la esencia. Siempre sensible y, sin embar-
go, siempre sereno, tú eres siempre puro y sereno.
Ésta era la voz del mentor de la Pura Serenidad.
-Asi puro y sereno, entras gradualmente en el verdadero
Camino. El haber entrado en el verdadero Camino se llama
haber alcanzado el Camino. Quien pueda comprender esto
puede transmitir el Gran Camino.
Ésta era la voz del gran maestro del Infinito.
Wang Liping tomó la palabra «Serenidad» dentro de su
corazón, y todo era nada.
Al abrir los ojos, todo le pareció como un sueño. Cuando
miró a las cosas que se hallaban ante sus ojos, todo le parecía
sumamente real.
-Cuando existe agua en los ~il ríos, la Luna se refleja
en los mil ríos; cuando no hay ninguna nube en diez mil ki-
lómetros, existe un cielo de diez mil kilómetros.
Al haber pasado por esta experiencia, Wang Liping sintió
un movimiento en la puerta del cielo; un haz de luz dorada
se proyectó con un destello, y apareció otro Wang Liping. De
repente escuchó una voz en el cielo que le decía:
-Por favor, síguenos -dirigiéndose a él como a un Ver-
dadero Humano.
Mirando hacia arriba, Wang Liping vio a tres Caminantes
con vestiduras taoístas flotando serenamente en el cielo; los
oyó cantar:
Sin ninguna mente, ninguna cosa, y ningún cuerpo,
puedes comprender al anfitrión primordial.
Aquí, sin embargo, una cosa queda;
el pedestal del espíritu acumula arena roja.
Continuando el vuelo, Wang Liping se sumergió en la
vastedad <lel universo. Penetrando más allá del «vacío» negro
como el betún, vio una gran carretera de luz que aparecía
ante él.
 Tercera parte

Participando en la evolución
•

-1 i! 11-------
 17
Maestro y discípulo

[E] LAÑO 1976 FUE INOLVIDABLE para el pueblo chi-

no. Varios acontecimientos importantes tuvieron lu-
gar ese año. Unos cuantos líderes nacionales fallecie-
ron uno tras otro. Un violento terremoto sacudió la región de
Tangshan, matando e hiriendo a varios cientos de miles de
personas. La sociedad también estaba siendo sacudida. En
abril cientos de miles de personas se reunieron en la Plaza
Tiananmen y muchas de ellas fueron suprimidas de inmedia-
to. En octubre, una nueva oleada surgió desde los estamentos
superiores; concluyeron las carreras políticas del «Clan de los
Cuatro», y la «Gran Revolución Cultural» llegó a su fin.
Tras una década de calamidades y de penalidades, es ad-
mirable comprobar cómo los campesinos chinos fueron capa-
ces de soportar el impacto de esos cambios fundamentales
que ocurrieron sucesivamente el mismo año.
Las penurias en las que China estaba sumida eran muy
severas. La vida no era fácil para un chino.
La lucha política no estaba confinada a las clases eleva-
das; se extendía a las familias corrientes, haciendo temblar el
corazón de todos. El jefe del Estado murió en medio de la
amargura, y muchos campesinos normales perdieron sus ho-
gares e incluso sus vidas. La nación entera estaba confusa an-
te todos estos conflictos, que afe<::taban a mil millones de per-
sonas rodeadas de una miseria indescriptible.
344 1A PUERTA DEL DRAGÓN
Pero todo esto finalmente llegó a su fin.
Sin embargo, en ese final de año de 1976, la forma en
que las dificultades llegaron a término fue tan patética y tan
trágica, que sorprendió a los cielos y sacudió la tierra, hacien-
do ternblar los corazones y correr las lágrimas.
* * * llevó a cabo en la cima de una montaña; en parte fue en las·
Una noche de profunda oscuridad de finales de otoño de
aquel año, los tres sabios de tan avanzada edad se sentaron
alrededor de una lámpara en la vieja herrería abandonada,
para hablar acerca de cosas del pasado y del presente, lamen-
tando las dificultades que tenia que soportar el pueblo y des-
tacando los cambios en los asuntos mundiales. La débil luz
de la lámpara parpadeaba sin cesar haciendo que las sombras
que arrojaba sobre la pared fueran y vinieran, agrandándose y
reduciéndose. Se habia hecho tarde, pero los tres ancianos se-
guian todavia enzarzados en su conversación.
En cieno momento mencionaron al Caminante de la Nube
Errante, re¡:ordando lo que dijo acerca de los asuntos de la
Tierra. Dos figuras colosales que habian influido en el desarro-
llo de la historia de la China moderna habian fallecido en el
último pa~ de años, pero su influencia todavia iba a perdurar
por un cieno tiempo. La unificación de la nación y la rehabi-
litación de las personas todavia tenia un largo, muy largo ca-
mino que recorrer.
·Los tres ancianos sabios percibieron una sensación de ali-
vio por haber sido capaces de librarse del desastre y cumplir
su tarea incluso mientras el pais sufría y tanto el budismo co-
mo el taoismo se hallaban sujetos a una gran persecución y
expolio. Habian completado el gran trabajo de transmitir su
conocimiento a un sucesor, de manera que los secretos de la
Puerta del Dragón, mantenidos durante mil años, pudieran
continuar sin interrupción. Su discipulo, tan cuidadosamente
educado, habia aprendido todas las prácticas; catorce años de
entrenamiento habian producido espléndidos resultados, y la
diseminación del Gran Camino a través del pais tan sólo es-
peraba un cambio en las condiciones.
MAESTRO Y DISCÍPULO 345
Asi que los tres ancianos maestros se estaban preparando
para las cosas que habrían de venir.
Wang Liping es un Transmisor fundamental, y un Trans-
misor especial, en la historia de la rama de la Puerta del Dra-
gón. Hay una cantidad de cosa que deberá realizar.
El estudio del Camino por parte de Wang Liping no .se
montañas, pero también fue realizado en muchos otros luga- ·
res. Nunca estuvo alejado de sus maestros, y, sin embargo,
tampoco estuvo separado de sus padres y de su familia. Era
un taoista, y, no obstante, también era un hombre de mundo;
internamente taoista, externamente mundano.
Cuando retomó de sus viajes, Wang Liping parecia ser
nuevamente un miembro común cié la sociedad. La renta de'
sus padres era muy pequeña, y por ello tenian grandes difi-
cultades para alimentar a todos con una familia tan grande.
Al poco tiempo, Wang Liping mismo se vio obligado a en-
contrar un trabajo como obrero aprendiz, para mantenerse a
si mismo y reducir la carga sobre sus padres.
Wang Liping tenia dos clases de padres: el padre y la
madre que le Vieron nacer y lo criaron y, por otra parte, los
maestros que le posibilitaron que llegara a ser un «renacido».
Tenia una gran deuda con todos ellos, pero como los padres
de su «renacimiento», sus maestros taoistas, tenian más de
ochenta años de edad, se merecian un trato preferencial.
El salario mensual de Wang Liping era muy reducido, y
su modo de vida era sumamente austero; estaba ya acostum-
brado a esto. Lo primero que tuvo que hacer cuando recibió
su salario fue comprar cosas para los maestros, las necesida-
des cotidianas, y entregárselas a los ancianos sabios que se
hallaban en la herrería abandonada en las colinas. Sus padres
lo apoyaron en esto y hasta le alentaron a ello. En aquellos
dias todos las articulos necesarios para la vida, incluyendo el
alimento y el combustible, estaban estrictamente racionados;
la madre y el padre Wang se guardaron parte de su ración pa-
ríl que Liping se la enviara a sus maestros en las colinas. Los
Wang sabian que no podian hacer mucho, pero su gratitud
346 LA PUERTA DEL DRAGÓN
hacia los ancianos no tenia límites. Tenían rectos corazones, y
veían cómo todos sufrían profundamente.
Los tres ancianos sabios, por su parte, estaban tan habi-
tuados a vivir en grutas que podían acostumbrarse perfecta-
mente a la austeridad. Mientras se hallaban viajando de un
lado a otro, no adquirieron el hábito de aceptar dinero o ali-
mentos de las gentes para su propio provecho; ni siquiera pi-
dieron recompensa alguna por sus curaciones y su trabajo de
consolación. Ahora, viviendo en las tierras altas, seguían cul-
tivando su propio alimento y recogían su propio aprovisiona-
miento, manteniéndose a si mismos con su trabajo. Cada vez
que Wang Liping les traía algún alimento y algún otro sumi-
nistro, los ancianos magos se lo agradecían, pero también le
reprendían, temiendo recargar a la familia Wang. Liping solía
reírse y decía:
-Tenemos suficiente en casa. También vosotros debéis
tener algo de los hogares humanos; esto también es uno de
los placeres de la vida.
Wang Liping usaba siempre las mismas ropas de trabajo
sin importarle que fuera primavera o verano; pero su unifor-
me estaba siempre limpio y neto, no sucio y grasiento como
los de los otros. Su dieta era sencilla y se componía mayor-
mente de vegetales. Se llevaba bien con las demás personas y
no hablaba mucho. Su mente era pura, y no estaba velada
por deseos materiales. Fundiéndose en la Naturaleza, se vol-
vió hacia la pureza y la quietud, y su rostro brillaba resplan-
deciente.
Pronto llegó a su fin el invierno y la tierra saludó a la
nueva primavera. Habiendo sobrevivido indecibles penalida-
des, la gente volvió a ver otra vez el cielo azul, la tierra verde
y la luz de la esperanza. Existe una constancia en los movi-
mientos y en los cambios de la energía entre el cielo y la tie-
rra; .la verdadera bondad y belleza nunca pueden ser destrui-
das por completo en el mundo humano.
El viejo refugio de la herrería en las colinas también re-
tomó a lo que había sido en el pasado, cuando los maestos
vivían allí. Los ancianos taoístas no tenían ya que esconderse;
MAESTRO Y DISCÍPULO 347
todos los días llegaba gente pidiendo a los «ancianos docto-
res» que trataran sus dolencias. Los magos también habían
hecho jardines y huertos alrededor del edificio.
Wang Liping iba al trabajo durante el día; por las noches
se acercaba a la casa de sus maestros para continuar su prácti-
ca taoísta como antes.
La lluvia primaveral solía caer durante la noche; al día si-
guiente el viento solía dispersar las nubes, y el tiempo se vol-
vía excepcionalmente claro.
Wang Liping iba a trabajar con alegria. Sus compañeros
se encontraban más sosegados en estos tiempos, y había más
oportunidad para la conversación. En cj.erta ocasión oyó a un
trabajador que hablaba del budisl"I1.º y del taoísmo, diciendo
que los monjes de los templos habían sido invitados a volver,
y que el gobierno había designado personal para ser «mon-
jes». Éstos tenían puestos de trabajo, acudiendo a ellos por el
día y retomando a su casa por la noche.
Al oír esto, aunque Wang Liping permaneció externa-
mente calmado, su corazón estaba emocionado. Después del
trabajo, se apresuró a llevar las noticias a sus maestros, para
que ellos también compartieran su gozo.
Liping se encaminó hacia las colinas a buen paso. Las
montañas distantes rozaban el horizonte; un Sol poniente
carmesí iluminaba la brumosa tierra. Un buey amarillo se ha-
llaba cerca del ria, mirando la cristalina corriente. Una forma-
ción de gansos cruzó desde el sur, desapareciendo gradual-
mente sobre los cielos del norte.
Mientras Wang Liping disfrutaba de este pintoresco esce-
nario primaveral, le vino a la memoria inesperadamente un
par de líneas de una antigua composición:
Yendo, yendo, mil millas por día;
sin límites, vasta, una esquina del cielo.
No podía recordar quién había escrito estas líneas; lo ex-
traño era el porqué se le habían ocurrido.
El gran maestro conocía numerosos poemas antiguos de
memoria, y le había enseñado a Wang Liping muchos de
348 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ellos. Un poema más alegre sobre la primavera habría sido
más apropiado:
El florecer de abril terminó en el mundo;
los brotes de melocotón en el templo del monte
están ahora totalmente florecidos.
Siempre lamentamos cuando la primavera se ha ido,
no hay lugar donde buscarla,
sin damos cuenta que ha llegado aquf.
la primavera entrando en un templo del monte; la pri-
mavera había llegado para el budismo y el taoísmo.
Antes, la nieve era como flores;
ahora, las flores son como nieve.
Estupendo. la primavera significa flores, las flores signifi-
can la primavera: las cien flores florecen; la primavera llena el
cielo y la Tierra. ¿De quién es este verso? ¿Cómo puede ser
tan perfecto? Liping creía que era de Fan Yun, un poeta de las
dinastías del sur. El título era «El poema de la partida», ¿có-
mo esos bellos versos podían tener semejante título?
Wang Liping no siguió pensando que era extraño que se
le hubiesen ocurrido estos versos. Simplemente se imaginó
que sus maestros estaban saludando nuevamente a la prima-
vera de su trabajo, y eso le estaba moviendo al recuerdo.
Los ancianos sabios habían hecho sólo una cosa en sus vi-
das, y ésta era el cultivo diligente de sus prácticas con la espe-
ranza de que el Gran Camino sería continuado por un sucesor
y se propagaría por toda la Tierra. Su única lucha era hacer
que toda la humanidad conociese la verdad que penetra todo
el universo, percibir cómo la humanidad tiene su lugar y su
valor en el universo, y comprender que existe un camino de
luz que conduce hacia nuestro propio y último destino. Pero
¿cuántas personas pueden comprender la verdad y practicarla
en sus propios cuerpos? Cuando la humanidad está afligida
con una guerra interior y el espíritu viviente se halla contami-
nado, destruimos libremente el ambiente natural, y la tecnolo-
gía y la inteligencia, en cierto sentido, se convierten en instru-
MAESTRO Y DISCÍPULO 349
mentos de destrucción de la raza humana; ¿quién se encuen-
tra allí para buscar el gran conocimiento y la gran sabiduría,
necesarias para expandir el budismo o el taoísmo?
las transformaciones que tienen lugar en tiempo de pri-
mavera parecen ofrecer a las gentes nuevas esperanzas.
Absorto en sus pensamientos, Wang Liping se acercaba al
refugio de la herrería donde vivían los ancianos magos. Reco-
brando un poco su mente, continuó andando con una sonrisa.
El Caminante de la Pura Serenidad se encontraba podan-
do las plantas cerca de la puerta; al ver venir a Liping, se vol-
vió y avisó a los otros magos.
El gran maestro apareció, sosteniendo todavía una pieza
de ropa que había estado remendando. El otro mentor, el Ca-
minante de la Pura Vacuidad, salió del huerto de vegetales en
la parte de atrás, con las manos cubiertas de tierra, diciendo:
-El gran maestro estaba ahora mismo pensando en ti.
Me pidió que recogiera algunos vegetales para estar prepara-
do, y ¡aquí los tienes! .
Wang Liping agitó un bol que sujetaba en sus manos.
-Hoy he preparado algo sabroso para vosotros --dijo a
sus maestros--, arroz con cacahuetes salados. ¡Disfrutadlo un
poco!
El gran maestro invitó a Liping a pasar, mientras que los
mentores prepararon apresuradamente algo de comer. Wang
Liping le quitó la prenda de las manos al anciano maestro, di-
ciendo que él se la iba a arreglar.
El Caminante de la Pura Serenidad dijo: .
-¿Cuándo enseñaste a Wang Liping a hacer esto?
El Caminante de la Pura Vacuidad dijo:
-Esto es lo que se quiere decir con: «Tal padre debe me-
recer tal hijo.»
-Esto es lo que quiere decirse por «Aprendiéndolo por
cuenta de uno, sin un maestro» -replicó el joven, observan-
do la aguja cuidadosamente.
Al observar a este hábil y despierto discípulo, el gran
maestro dijo:
-¿Por qué no viniste ayer?
350 lA PUERTA DEL DRAGÓN
Wang Liping no podía parar de reírse.
-Maestro, ¡te encuentras tan viejo que estás volviéndote
senil! Anoche salí contigo a dar un paseo por las montañas, y
estuve sentado contigo cuando regresamos, escuchando el
aguacero de primavera. ¿Se te ha olvidado ya?
Los dos mentores dirigieron su mirada al gran maestro,
sin decir palabra.
-Había estado pensando que esto había ocurrido, y, sin
embargo, también me había parecido como si no fuera asi.
No puedo distinguir entre ayer y hoy. ¡Debo de estar real-
mente senil! -Mientras hablaba, los ojos del gran maestro
nunca abandonaron a Wang Liping.
-¿Qué tal si mañana te compro un cuaderno -sugirió
Liping con evidente honestidad- para que puedas anotar las
cosas?
-No hay necesidad -replicó el maestro-. Además,
costará dinero comprar un cuaderno, y necesitas ahorrar bas-
tante, porque tienes otras cosas que hacer con tu dinero.
El maestro pareció algo desalentado.
Wang Liping no logró captar el estado de ánimo del
maestro. Simplemente señaló, mientras seguía cosiendo:
-El dinero es una cosa externa. ¿Para qué necesito aho-
rrarlo?
El mentor de la Pura Serenidad intervino apresuradamente:
-Lo que el maestro quiere decir es que tú todavía tienes
que cuidar de tu familia. ¿Qué harás si no tienes dinero cuan-
do te cases?
Wang Liping dejó de coser y levantó la cabeza, sonroján-
dose.
-Deben estar queriendo molestarme --exclamó.
Todos se echaron a reír. El mentor de la Pura Vacuidad se
alejó restregándose los ojos con la mano.
-¡La sopa está lista! -gritó el mentor de la Pura Sereni-
dad, disponiendo los utensilios y algunos sencillos platos.
Mientras comían, el gran maestro dijo:
-El huerto está marchando muy bien. Ya no necesita-
mos comprar vegetales, tan sólo mendigar algo de arroz.
MAESTRO Y DISCÍPULO 351
Los dos mentores le dijeron a Liping:
-Después de que terminemos de comer, ves a decirle a
tus padres que no esperen por ti.
Wang Liping asintió. Tras haber terminado la comida y
haber lavado los utensilios, les anunció solemnemente que
tenía unas noticias que darles.
El gran maestro lo detuvo apresuradamente, diciendo:
-No hay necesidad de decir nada. Ya lo sabemos. Nosotros
tres somos personas que estamos fuera de la sociedad conven-
cional. Todo lo que tenemos que hacer es mantener el Gran Ca-
mino con integridad. Es pronto todavía. Ves a avisar a tus pa-
dres, para que no se preocupen.
Liping se dispuso a marcharse. Cuando estaba a punto de
irse, el anciano maestro le dijo: ··
-Todos los días que vengas, márchate pronto y llega a
casa temprano.
Durante bastantes días seguidos Liping siguió visitando
la casa de los ancianos tan pronto como salía del trabajo. Los
ancianos maestros siempre limpiaban todo y esperaban que
regresara. Cuando él llegaba, los maestros se ponían a traba-
jar febrilmente, como si hubiese algo que tuvieran que hacer
a toda costa, aunque no podían hacer nada. Había algo que
debían decir, pero era imposible decir nada.
Wang Liping sentía que estaba a punto de pasar algo, pero
no sabía qué podía ser. A partir del momento en que el gran
maestro comenzó a dar signos de «senilidad», Liping había es-
tado percibiendo esas inexplicables sensaciones. Las líneas en
verso que le habían surgido misteriosamente en la cabeza días
atrás eran también manifestaciones de estas sensaciones.
¿Qué es lo que iba a pasar? Quizás los sabios deseaban
retomar a su caverna principal, ahora que los tiempos habían
cambiado. ¿Por qué le anduvo gastando esas bromas el men-
tor de la .Pura Serenidad, sugiriendo que Liping debería ca-
sarse? Puede que sus maestros estaban pensando en irse, de-
jándolo aquí solo.
Wang Liping comprendió que las sensaciones intuitivas
son sumamente exactas cuando se ha alcanzado esa etapa de
352 LA PUERTA DEL DRAGÓN
desarrollo. No podía ocultar nada ante sus maestros, y ellos
tampoco podían ocultarle nada. Pero todos ellos eran huma-
nos, después de todo, de carne y hueso, con emociones hu-
manas; y suyos eran esos sentimientos tan genuinos, ricos y
profundos. ¿Iban a partir los tres? Liping no creía, no espera-
ba, no deseaba que esto realmente ocurriera. Eso sería dema-
siado duro de soportar. El dolor espiritual de estos sentimien-
tos era mucho peor que los dolores del entrenamiento. Wang
Liping estaba atravesando ahora otra clase de prueba.
Por su parte, los ancianos sabios experimentaban casi la
misma sensación. Ya en el declinar de su vida, no tenían fami-
lias, rü hijos, pero sus sentimientos por el género humano
eran sumamente profundos, ricos y genuinos. Esto era particu-
larmente cierto en lo referente a su aprendiz y sucesor Wang
Liping, en quien habían centrado su atención durante casi
quince años, viéndolo crecer desde la niñez a la juventud, ha-
ciéndole superar cada paso de su desarrollo. Sus sentimientos
apenas podían ser expresados; ahora que los maestros y el dis-
cípulo iban a separarse, ¿cómo no iba a sufrir por ello?
Pero el asunto ya estaba decidido, y se habían hecho los
preparativos sigilosamente. Nadie había dicho nada acerca de
ello; todos mantenían sus sentimientos controlados.
En ese día particular, Wang Liping terminó pronto su tra-
bajo. Al dejar la fábrica, se fue de compras. Compró dos pa-
res de fuertes zapatos de tela para su mentores, y un juego de
prendas para el gran maestro. Después de envolverlos, se di-
rigió hacia las montañas.
El cielo occidental estaba teñido de carmesí por la puesta
del sol; el aire de la montaña era excepcionalmente claro y
fresco.
Los tres ancianos mentores estaban de pie delante de la
puerta, esperando que Wang Liping se pasara por allí después
del trabajo. A medida que se iba acercando, pudo ver las som-
bras de los ancianos. También se fijó en los sauces que habían
plantado en frente de la puerta años atrás, árboles con los que
había crecido, que ahora tenían nuevos montones de tierra al-
rededor. Los cuatro hombres miraron distraídamente estos ár-
MAESTRO Y DISCÍPULO 353
boles, sin que nadie dijera una palabra. Era como si todos
ellos estuviesen recordando el momento en que plantaron los
árboles, hacía ya más de una década. El tiempo vuela, y los ár-
boles se habían hecho grandes y exuberantes. Al mismo tiem-
po, Wang Liping se había convertido en un hombre, y sus
maestros en venerables ancianos taoístas.
Con el paquete en la mano, Liping caminó hasta donde
se hallaban los magos y silenciosamente se arrodilló ante
ellos. El mentor de la Pura Serenidad le hizo levantarse rápi-
damente y le dijo:
-¿Por qué viniste otra vez aquí? Y ¿por qué te metiste a
gastar en todo eso a pesar de lo que te dijo el maestro?
-Por favor, aceptad estos insjgnificantes regalos -les
rogó Liping, con la voz quebrada.
-Pasa dentro--dijo el mentor.
Y los cuatro entraron al refugio.
Mientras se sentaban, los cuatros continuaron mirándose
unos a otros en silencio. Todos sabían que lo que tenía que
suceder estaba a punto de tener lugar.
El gran maestro tomó la mano de Wang Liping, la acari-
ció suavemente y dijo en voz baja:
-Has tenido un día muy ocupado. Vete a casa y descansa.
Los tres mayores se levantaron a la vez. Liping también se
puso en pie, saludó a sus maestros, y les dijo adiós en un to-
no apenas audible. En una última mirada en el momento de
marcharse, Liping se volvió y vio a los tres maestros todavía
de pie. Finalmente, se dirigió colina abajo.
El cielo era negro como el betún; Waqg Liping no sabía
ni hacia dónde iba. De repente escuchó una canción en el sil-
bar de los sauces:
Fuera de la posada,
cerca del viejo camino,
el azul verdoso de las fragantes hierbas
llega hasta el cielo.
Mientras la brisa de la tarde acaricia los sauces
un silbido permanece;
354 LA PUERTA DEL DRAGÓN
en el Sol poniente, hay
montañas tras las montañas.
En el borde del cielo,
la esquina del mar,
compañeros medio desaparecidos,
una calabaza de vino sin filtrar
es todo el gozo que poseo;
esta noche, los sueños de separación son fríos.
Wang Uping se dio cuenta de que esta canción la había
compuesto U Shutong, quien posteriormente se convirtió en
el sacerdote budista Hongyi. Tan sólo el Caminante de la Pu-
ra Serenidad pudo haber cantado esta canción; había perma-
necido fuera de la circulación por largo tiempo. Escuchar una
canción de partida en este momento entristeció a Liping.
Con los ojos rebosando de lágrimas, Wang Liping no pudo
seguir controlando sus pies; podría haberlos dejado andar más
y más sin detenerse hasta ¡«el borde del cielo, o la esquina del
man>! Pero sus piernas se volvieron demasiado pesadas para
moverse; el borde del cielo estaba justo aquí, ésta era la esqui-
na del mar. Ante él se extendía una oscura inmensidad.
Desplomándose sobre el suelo, se quedó profundamente
dormido.
No tenía idea de cuánto tiempo había transcurrido, ni de
dónde se hallaba; todo lo que sentía era una liviandad extraordi-
naria. Todo a su alrededor era quietud, el aire era fresco y cla-
ro. Ante él se hallaba una oscura montaña cubierta de verde.
Wang Uping escaló la montañ.a, siguiendo el antiguo sende-
ro; parecía como si no le costase ningún esfuerzo en absolu-
to. No lejos de donde se encontraba, divisó un pino, bajo el
cual se hallaban sentadas tres personas con aire etéreo. To-
mándolas como si fuesen adeptos taoístas, se adelantó a pre-
sentarles sus respetos.
Ninguno de los hombres respondió a los saludos de
Wang Uping. Se comportaron como si no hubiese llegado
nadie. En vista de ello, decidió echar una mirada más de cer-
ca y se regocijó al percatarse de que no eran otros sino ¡sus
MAESTRO Y DISCÍPULO 355
propios mentores y su gran maestro! De inmediato Uping les
preguntó a los ancianos magos qué era lo que estaban hacien-
do allí sentados tranquilamente en ese lugar.
El gran maestro le pidió que se sentase, y luego le fue ex-
plicando lentamente:
-Bajamos de la montañ.a en una misión, para enseñ.arte
a que seas el Transmisor de la decimoctava generación de la
rama de la Puerta del Dragón del taoísmo de la Completa Rea-
lidad. Llevamos en ello ya más de quince añ.os, siguiendo las
tradiciones de nuestros antepasados espirituales, con el fin de
enseñ.arte todas las reglas, principios y métodos de la prácti-
ca, y las artes secretas. Tu aprendizaje del Camino ha sido
afortunado, de manera que nuestra,.misión ha quedado com-
pleta. Ahora que nuestro trabajo está hecho y la tierra está fi-
nalmente en paz, vamos a retomar a nuestra caverna princi-
pal. Quédate en casa por ahora. Cuando tus logros y virtudes
estén completas, entonces puedes ir a las montañas otra vez a
reunir gente. Este es el mandato del maestro, el cual no debes
desobedecer. Aunque existen muchos vínculos sentimentales
entre nosotros, todo lo que podemos hacer, por el momento,
es sobrellevar el dolor y desapegamos del sentimentalismo.
Llegado este momento, cuando la conversación rozó lo
que le estaba causando tanto sufrimiento, Wang Uping co-
menzó a contener involuntariamente las lágrimas.
-Mi gratitud hacia vosotros es inmensa. ¡Cómo puedo
soportar la separación! ¡Los tres sois tan ancianos! Además,
ya habéis llegado a la edad en la que se debe tener un ayu-
dante. Nunca jamás podré devolveros ni siquiera la más mí-
nima parte de la deuda que tengo con vosotros por haber
propiciado mi renacimiento y mi desarrollo. No puedo so-
portar la partida. Por favor, dejadme ir con vosotros.
Para entonces, los tres ancianos estaban llorando tam-
bién.
Secándose las lágrimas y poniendo una cara seria, el
mentor de la Pura Serenidad dijo:
-Hemos pasado numerosas dificultades y penalidades, sin
embargo, ¡aquí estamos actuando como un grupo de afemina-
356 LA PUERTA DEL DRAGÓN
dos! Uping, tú no eres lo mismo que nosotros, tú tienes padres,
hermanos y hermanas. Aun cuando te has decidido a renunciar
a todo para entrar en el Camino, no obs~nte, las normas socia-
les humanas no deben ser olvidadas. La carga que tienes es ma-
yor que la carga que tenemos nosotros. ¿Cómo vas a soportarla
si te sientes tan lleno de tristeza? No te preocupes por nosotros;
que esta partida sea también un modelo de heroismo.
Las lágrimas de los cuatro cesaron. El mentor de la Pura
Vacuidad dijo:
-En realidad, es insoportable para nosotros tenerte que
dejar aquí en el mundo, completamente solo. Pero éste es un
asunto muy serio, que depende enteramente de ti; nadie pue-
de tomar tu lugar o hacerlo por ti. Dentro de la enseñanza y
fuera de ella, si dejas el mundo o si entras en él, cada investi-
gación y cada experimento es únicamente tu responsabilidad
individual. Queda de tu parte llevarlo a cabo hasta comple-
tarlo. Tendrás que poseer un espíritu y una fuerza inquebran-
tables para realizar tu tarea.
El gran maestro se levantó, haciendo señas a Wang li-
ping para que los acompañase. Los cuatro anduvieron juntos
de un lado a otro por la cumbre de la montaña. Súbitamente,
una grulla blanca de cresta roja levantó el vuelo desde un vie-
jo pino cercano, perdiéndose en el cielo con un largo grazni-
do. Luego vieron una destellante luz rebosante de color y
oyeron los sublimes sonidos de la música inmortal. Los cua-
tro se hallaban ahora en un estado mental totalmente diferente.
El Caminante del Infinito comenzó a recitar partes del poema
«l..a primavera brota en el jardín» de su antepasado espiritual
Qiu Chuji:
La gran sabiduría se halla cómoda,
libre y clara, sin limitaciones;
dejándola ser natural, como ella es,
a ella conffo
mis mejores sentimientos y mi gozo mfstico.
Entre los pinos, sobre las rocas,
canto en voz alta y bebo hasta embriagarme;
MAESTRO Y DISCÍPULO 357
bajo la Luna, ante la brisa
'
una niña de jade toca una flauta de pan,
! 1
un niño dorado ejecuta una danza,
1
enviándole a uno ebrio
hasta el gran misterio.
Los principios dentro del misterio
i
1
siguen las ondulaciones de una corriente
que viene de su propia continuidad.
Maravillosa, esta sublime escena
es difícil de expresar con palabras;
quizá es un cielo especial
para el humano mundo.
Derecha, sólida,
la montaña es pulida por el tiempo;
soportando los desprecios de las gentes,
un mar puede volverse en un jardin.
El espfritu y la energfa armonizados,
el yin y el yang se elevan y descienden.
Habiendo alcanzado lg. magia
para vagar libre por la tierra,
no tengo más aflicciones;
de modo que abro mi corazón y escribo,
componiendo poesfa locamente.
¡ 1
Una nube auspiciosa pasó flotando y se llevó con ella a
los tres sabios. Wang Liping unió sus manos en un gesto de
respeto, despidiéndose de ellos.
Cuando se despertó, se hallaba de vuelta en casa. Recor-
daba todo el sueño con claridad diáfana. Dándose cuenta que
todo había si~o ya dispuesto, y que todo cuanto tenía que
hacer era _segmr adelante con su curso natural, se sintió mu-
cho mejor. Pero todavía estaba preocupado porque sus maes-
tros tenían que realizar un largo viaje de vuelta hasta el mon-
t~ l..ao a una edad tan avanzada. Finalmente, se fue a la esta-
ción del ferrocarril y compró unos billetes de tren. Tras
comprar también. una fruta, se di.rigió corriendo ·al campa-
mento de los sabios en las montañas. Los tres ancianos ha-
358 LA PUERTA DEL DRAGÓN
bían limpiado ya todo, por dentro y por fuera; estaban dejan-
do el lugar tan vacío como había estado cuando llegaron.
Wang Liping dijo:
-¿Por qué no tenéis una nueva experiencia en vuestro
viaje de vuelta esta vez: qué os parece viajar en tren?
Y le dio los billetes al Caminante de la Pura Serenidad.
Los tres anciános se rieron.
-Está bien -dijo el gran maestro-, aceptemos los
arreglos de nuestro discípulo. Nosotros somos rústicos, haga-
mos una prueba de lo que el Caminante de la Nube Errante
llamó ¡esas patas redondas de hierro!
Era todavía temprano, de modo que Wang Liping se fue
a su casa y pidió a su madre que horneara algunas galletas.
Cuando ella supo que los tres ancianos estaban a punto de
marcharse, tampoco pudo evitar llorar.
Cuando volvió nuevamente a la montaña, Liping encon-
tró a los tres sabios magos en frente de la puerta, con todo
empaquetado y listos para partir. El gran maestro le entregó
la tortuga espiritual a Wang Liping, instruyéndole que tuviera
cuidado con ella en casa. Liping tomó la tortuga, que perma-
necía tranquila, y la sostuvo cerca de su cara; luego la colocó
en la palma de su mano para que también ella pudiera decir
adiós a los tres ancianos sabios.
Finalmente, los cuatro volvieron la vista una vez más ha-
cia el viejo refugio de la herrería, mirando las flores, las plan-
tas y los árboles, todo el recóndito lugar tranquilo de la mese-
ta. Juntando sus manos en un gesto de respeto y con profun-
do sentimiento dijeron adiós a este lugar y comenzaron a
descender colina abajo.
Cuando los cuatro arribaron a la estación del tren, toda la
familia Wang ya se encontraba allí, aguardándolos tranquila-
mente. Los tres ancianos siguieron a Wang Liping al interior
del tren. Tras una breve explicación sobre los procedimientos
para cambiar de tren, Liping se bajó y se quedó de pie en el
andén. La madre Wang les entregó a los ancianos los bizco-
chos que había hecho, mümtras le era imposible contener las
lágrimas.
MAESTRO Y DISCÍPULO
359
En tanto el tren arrancaba lentamente de la estación los
tres ancianos decían adiós, con los ojos llenos de lágrima~. La
madre Wang, sostenida por sus hijas, estaba todavía llorando.
Las chicas también comenzaron a llorar. A medida que el tren
se p~rdía en la distancia, Wang Liping seguía allí de pie, in-
móvil, como una estatua de madera; no dijo nada ni derramó
ninguna lágrima. Su cerebro era un vacío total.
Durante quince años los tres maestros y su discípulo ha-
bían permanecido juntos cada día. Todos sus sentimientos
eran tan profundos como el mar. Ahora en el tren, sin su
aprendiz, los tres ancianos percibieron que el ruido del tren
incr_e~~ntaba su sentimiento de opresión. Ninguno de ellos
se smno ~on deseos de disfrutar del ,paisaje a lo largo del tra-
yecto; mirándose unos a otros sin proferir palabra, se senta-
ron silenciosamente mientras el tren seguía avanzando.
El viaje resultaba fácil de todas formas. Cuando se pre-
sentaba cualquier dificultad, alguien los ayudaba inmediata-
mente. Los tres ancianos no prestaban atención a quienquiera
que fu~se el que los ayudaba. Estaban decididos a llegar a
donde iban, sm más complicaciones.
Pronto arribaron a Tsingtao. Desde allí tomaron la carre-
tera hacia el este. Ya podían divisar el monte Lao.
Habían transcurrido quince largos años desde que aban-
donaran s~ _antigua tierra. La breve estancia en este lugar du-
r~nte ~l VlaJe con su aprendiz había quedado atrás hacia ya
siete anos. Ahora estaban de vuelta, con sus sentimientos lle-
n?s de altibajos como la marea del océano. Pero sin su apren-
diz, los tres ancianos sabios se sentían solos aun cuando esta-
ban viajando juntos.
Los tres ancianos se encaminaron directamente hacia la ca-
verna de la Eterna Primavera; no sentían deseos de observar el
paisaje a lo largo del camino. Aunque el sendero les era familiar
sentían pesados sus pasos. Tan pronto como llegaron a la entra~
da de la caverna, repentinamente el Caminante del Infinito gritó:
-Hay alguien dentro.
Al decir esto el gran maestro, alguien salió de la caverna.
Mirándolo detenidamente, los tres ancianos estaban a la vez
360 LA PUERTA DEL DRAGÓN
sorprendidos y deleitados de ver que no se trataba de otro sino
de su discípulo, ¡Wang Liping! Al principio pensaron que se
trataba de uná proyección de su espiritu yang. Cuando se ade-
lantó y tomó el equipaje que llevaban, se dieron cuenta que era
el verdadero Liping quien se hallaba frente a ellos. Lo saluda-
ron efusivamente. Aun cuando había transcurrido sólo un día,
sintieron como si no le hubiesen visto desde hacía tres otoños
El Caminante del Infinito le preguntó:
-Nosotros vinimos por tren. ¿Cómo has podido llegar
antes que nosotros?
Haciendo que los tres ancianos entraran en la caverna,
Liping les explicó:
-Os estuve acompañando y cuidando durante todo el
camino. ¿No me visteis?
~ Los tres ancianos se despertaron como de un sueño. Aho-
ra cayeron en la cuenta de que era cierto que alguien los ha-
bía estado cuidando durante todo el viaje. Pero se hallaban
tan inmersos en sus propios pensamientos que en ningún
momento durante el viaje habían prestado en realidad sufi-
ciente atención como para notar quién pudiera ser. Los tres
ancianos se miraron y se echaron a reír.
Luego miraron a su alrededor. Todo estaba limpio en la
caverna, y los utensilios se hallaban en orden. Incluso sus co-
jines para sentarse estaban perfectamente dispuestos. Eviden-
temente, Wang Liping había estado allí durante bastante
tiempo.
Entonces el' gran maestro se puso serio y le dijo:
-Nosotros ya nos habíamos separado. ¿Por qué volviste
aqui?
Wang Liping pidió primero a los ancianos que se senta-
ran y descansaran de su viaje. Luego les explicó:
-Yo aceptaré la manera en que las cosas han sido dis-
puestas, pero existe algo que no comprendo por completo, y
he venido a pediros que me lo expliquéis.
Los cuatro se sentaron. El gran maestro preguntó enton-
ces a Liping:
-¿Qué es lo que no está claro?
MAESTRO Y DISCÍPULO 361
Wang Liping le contestó:
-Desde que vengo estudiando taoísmo, vosotros me ha-
béis estado guiando en el Gran Camino, enseñándome la pu-
ra serenidad y la vaciedad, despojándome de mis deseos, de-
sechando falsos pensamientos, desentendiéndome de los
1 1 asuntos mundanos, yendo y viniendo sin nada. Pasé por mu-
chas pruebas, estudiando el Camino durante años, antes de
realizar su principio. Entonces, ¿por qué me habéis instruido
para vivir en casa y realizar el camino de la humanidad aun
cuando yo sigo el Gran Camino? No puedo comprender esto.
Los tres ancianos magos se miraron entre ellos. Se sonrie-
ron y asintieron con la cabeza.
Hablando lentamente, el Cam~nante del Infinito le ex -
plicó:
-¡Seguramente que no estás tan enredado! Pero piensa:
aparte de nuestra secta de la Puerta del Dragón, ¿dónde exis-
ten en el mundo dos generaciones de ancianos maestros con.
un discípulo? Y aquí tienes otra cosa que te hará pensar: du-
rante esos diez años de caos por todo el país, cuando nadie
podía estar seguro por la mañana si estaría vivo por la no-
che, ¿cuánta gente habría deseado ingresar en nuestra escue-
la pero no pudo? Tú estudiaste el Camino durante muchos
años; nosotros aprovechamos esta oportunidad para llevarte
a las montañas y librarte de las complicaciones mundanas;
esto es perfectamente natural, ¿no es así? Y ¿por qué nos de-
cidimos a viajar por todas partes durante varios años y luego
1
1
!
te llevamos de vuelta a tu casa e hicimos que experimentases
las pruebas de la vida ordinaria nuevamente? En cuanto se
refiere a nuestros sentimientos y al sentido del deber, es más
poderosa la relación entre maestro y discípulo que entre pa-
dres e hijo. Tenemos ochenta y noventa años, respectiva-
mente; tal parece como si no pudiésemos soportar el dolor
de esta separación. ¡No nos habiamos sentido tan tristes en
décadas! Dejarte en medio del mundo para que cumplas el
camino de la humanidad no es realmente lo que habíamos
dispuesto. Esto es simplemente la forma en que las cosas tie-
nen que ser.
 MAESTRO Y DISCÍPULO 363
362 LA PUERTA DEL DRAGÓN

asuntos del mundo. Sin estas dos condiciones, nadie puede

El Caminante del Infinito habló con sentimiento y con
cumplir la tarea. ¿Me escuchas?
conocimiento; todos escucharon en silencio cuando siguió
Wang Liping sintió como si acabara de despertarse de un
diciendo:
sueño. Respondió cortésmente:
-Los trabajos del cielo y de la Tierra tienen sus patrones
-Vuestras palabras han sido como una brisa que barre y
y sus ecuaciones. Los mecanismos son tan sutiles que no pue-
se lleva los restos de las nubes. Ali.ora comprendo.
den explicarse completamente. Han pasado ya más de ocho-
Con gran amabilidad, el gran maestro añadió:
cientos años desde que se fundó nuestra escuela. Si bien ha
-A.hora, cuando regreses esta vez, debes de ocultar tu
florecido y ha decaido en ese intervalo, no obstante ha conti-
luz y nutrirla sin intrusiones. Armoniza la iluminación con el
nuado ininterrumpidamente. El Camino actúa por todo el
mundo, actuando como un hombre ordinario, honrando a
universo, circulando por el espacio cósmico; es vasto, abar-
tus padres y siendo amable con tus hermanos y hermanas,
cante y profundo, sutil y misteriosamente penetrante. A través
llevándote bien con tus vecinos, siendo flexible y modesto,
de varias circunstancias llegamos a dejar el mundo profano,
sin dejarte llevar por discusiones, teniendo cuidado del man-
viviendo recluidos en los bosques de la montaña, cultivando
tenimiento del hogar económicame~te con diligencia y fruga-
la capacidad de mantener el Camino y buscando comprender-
lidad, haciendo el bien al prójimo, construyendo una buena
lo. Todo cuanto hemos hecho en la vida ha sido únicamente
reserva de virtud escondida. Sé verdaderamente sincero con
por el Camino. Y, sin embargo, nadie de nosotros ha realizado
los demás; sé leal y cordial en el trato con la gente. Sé de
ninguna contribución importante para la diseminación amplia
mente amplia y de espiritu libre; manténte reservado y desarro-
del Gran Camino. No se trata de que no hayamos hecho mu-
lla tu voluntad. Retoma a la inocencia, vuelve a la pureza y
cho acerca de ello, sino que el momento no era el correcto.
disfruta de la reafidad natural. Para decirtelo simplemente,
Hemos practicado el taoismo durante décadas, haciendo esta
haz bien tu trabajo, sé un ser humano decente. Cuando ten-
única cosa durante toda nuestra vida. De manera que hemos
gas una familia, vive bien tu vida, salva a los moribundos y
empleado quince años para transmitirte el Camino a ti. Ahora
ayuda a los heridos, lleva adelante el Camino en nombre del
es el momento adecuado para que tú extiendas el Gran Cami-
cielo. Si piensas en nosotros, ven a la montaña a visitamos.
no. Esta grave responsabilidad recae sobre ti.
Ésta es también tu casa.
Contemplando a Wang Liping con la profunda mirada
Asintiendo con la cabeza repetidamente, Wang Liping dijo:
de los ancianos, el gran maestro continuó en un tono espe-
-Me acordaré.
ranzador:
Entonces habló el Caminante de la Pura Vacuidad diri-
-Tras unos cuantos años, la conciencia religiosa de la
giéndose a Wang Liping: '
humanidad se volverá a despertar, y la relación entre el cielo
-Cuando el gran maestro comenzó a enseñarme a mi y
y la humanidad se convertirá en el foco central de investiga-
a mi hermano espiritual aqui presente, tu otro mentor, siem-
ción. La civilización china atesora un profundo conocimiento
pre salia decir que es dificil ser inteligente, que es dificil ser
acerca de esto. La cultura taoista se halla repleta de profundi-
tonto, y más dificil todavia pasar de la inteligencia a la ton-
dades funcionales, las cuales serán redescubiertas cuando lle-
gue el momento, liberando un gran esclarecimiento. Alguien teria. Deja que pase el primer movimiento, retrocede un pa-
so, y sólo entonces lograrás la paz de la mente. Ahora tú sa-
que vaya a diseminar la cultura taoista tiene que haber pasa-
bes mucho, demasiadas cosas que la gente común no tiene
do primero por una auténtica transmisión de la cultura taois-
forma de aceptar y no están capacitados para comprender. Tú
ta y después debe tener también experiencia personal en los
364 LA PUERTA DEL DRAGÓN
eres joven y lleno de energía y debes evitar discutir con la
gente común. Éste es un proceso de purificación de la mente,
de aprender a ser natural en la compañía de toda clase de
personas. Como dice Lao Tse: «El camino del esclarecimiento
parece oscuro.» El permitir que lleves a cabo el Camino en
casa precisamente implica también.este principio de sobrelle-
var lo que es natural. Permitirte gradualmente realizar esto en
el curso de tu vida diaria, sin darte una explicación de tus
graves responsabilidades, también retiene el sentido básico
de naturalidad. Originalmente, íbamos a dejar este asunto sin
comentario, de manera que pudiese ser inferido. Es mejor no
explicarlo demasiado claramente. Pero ¡tu eres tan agudo!
¿Cómo puedes elevarte a un lugar más alto a menos que seas
ignorante?
Wang Liping se rió y dijo:
-¡Con esta guia suya, seré aún menos ignorante!
Los tres ancianos comenzaron a reir.
El Caminante de la Pura Serenidad dijo entonces:
-Te sentirás muy solitario, te quedarás solo en el mun-
do, por lo tanto, ¿qué te parece si te nombramos el Lego Soli-
tario?
Los otros tres aplaudieron y expresaron su aprobación.
Seguidamente los cuatro dejaron la caverna y salieron al
exterior. Todo ·lo que pudieron ver fueron las sobresalientes
siluetas de las montañas, los verdes pinos y los cedros esme-
ralda, nubes y mar que se extendían hasta el infinito. Oyeron
las olas estrellándose contra los acantilados, las ráfagas del
viento de la montaña, el canturreo de los pájaros. El Cami-
nante del Infinito se acordó de otro poema del maestro de la
Eterna Primavera, titulado «Ningún pensamiento mundano».
Lo recitó pensando en Wang Liping:
Cuando la rueda de la enseñanza comienza a girar,
el viento de la sabiduria surge;
. de repente uno siente un claro frlo infinito.
La luz blanca se congela en el vacío;
benéficas energías se reúnen,
MAESTRO Y DISCÍPULO 365
dejando limpio tu corazón,
.que antes estaba obstruido con el polvo.
Los cinco bandidos huyen;
los tres parásitos vuelan:
ni dentro ni fuera existe un rastro;
mente y pensamiento están calmos, en paz,
tranquilos, serenos, sin luchar.
Caminando por el polvo rojo de la Capital,
comiendo cuando se está hambriento, bebiendo cuando se está
sediento,
cada día busco de acuerdo con las condiciones
y en la libertad externa de las cosqs
los tesoros del cielo y de la tierra; ·
de vez en cuando los hago sonar como campanillas.
Si se te hace tarde, llama a un guía;
lo que queda por delante es el camino a casa.
Hay, de por sí, información real;
una carta de la cigüeña viene con una llamada
para tomarla y elevarse
y viajar a través de los cielos.
Los cuatro taoístas volvieron a entrar en la caverna para
ofrecer respetos a sus antecesores espirituales. Wang Liping
saludó seguidamente a cada uno de sus tres maestros y luego
se marchó, descendiendo por la montaña.
 18
Trascendiendo la sabiduría
para entrar en lo ordinario

LO LARGO DE VARIAS y prolongadas conversacio-

nes que sostuvo con nosotros, el maestro Wang Li-
ping no dijo nunca una sola palabra acerca de la se-
paración de sus maestros, Finalmente, tras repetidas solicitu-
des de nuestra parte, con un tono grave de voz nos dijo cómo
habia sido realmente. En ese tiempo vivió cierto decaimiento
vital, como le había ocurrido tras haber superado la consecu-
tiva suspensión de la animación, la muerte y el posterior res-
tablecimiento. Cuando iba acompañando a sus maestros de
regreso al monte Lao, nadie dijo la más mínima palabra ni
derramó una sola lágrima; pero una vez estuvo de vuelta en
su casa, se sintió más y más triste por todos los recuerdos. No
es corriente que la gente llore cuando se siente sumamente
triste; eso ocurre más adelante. Después de que Wang Liping
regresó a su casa desde el monte Lao, estuvo muy enfermo,
tan enfermo que la severidad de su dolencia no había remiti-
do después de más de veinte días. Al mismo tiempo, los an-
cianos maestros taoístas que se hallaban en la cima del monte
Lao también enfermaron.
Mientras nos relataba lo anterior, se le enrojecieron los
ojos al maestro Wang Liping.
Las personas que lean esto podrán pensar que el desapego
de los taoístas puede muy bien ser cuestionado. Pero quienes
han asistido a las clases del maestro Wang Liping no pueden
368 LA PUERTA DEL DRAGÓN
olvidar cómo tiene lugar una suerte de influencia emocional
después de que maestros y estudiantes han compartido todos
juntos la comida, y han vivido y practicado los ejercicios jun-
tos. Tanto si los estudiantes son personas de edad avanzada, o
personas de mediana edad con dolencias crónica$, o bien son
jóvenes con problemas psicológicos, todos ellos se sienten co-
mo si hubiesen quedado envueltos por una suave brisa de pri-
mavera que arrastra con ella todo el dolor, la tristeza, la confu-
sión y la inconformidad, de tal manera que todos se sienten
inexplicablemente gozosos y felices, como un puñado de ni-
ños totalmente renovados. Y lo que es todavia más interesante,
entre el maestro y los estudiantes parece tener lugar una sin-
cronización de sus respectivos «relojes biológicos», de talma-
nera que si el maestro Wang Liping no puede dormir, los estu-
diantes no tienen la menor esperanza de lograr una noche de
descanso; y si los estudiantes no pueden dormir, el maestro
Wang Liping tampoco puede dormir con tranquilidad. Esto
comenzó a producir algún tipo de antagonismo hasta que el
maestro Wang Liping ejerció cierta influencia real que hizo
posible que los estudiantes durmieran normalmente.
De acuerdo con el maestro Wang Liping, el taoísmo des-
taca de forma especial la fusión del microcosmos con el ma-
crocosmos; en términos de la raza humana, esto quiere decir
la fusión de la humanidad con el universo. Desde el punto de
vista del individuo, no solamente significa la comunión con
la Naturaleza; conlleva también la comunión con otras perso-
nas. El trabajo colectivo de la purificación es una clase de co-
municación interpersonal que va más allá de las palabras,
una activación conjunta del pensamiento, una interpenetra-
ción silenciosa entre los espíritus, una comunión de senti-
mientos. Este trabajo sintoniza las relaciones interpersonales
y constituye un buen método para que las gentes estrechen
más sus vínculos de amistad y compañerismo incrementando
igualmente la confianza mutua.
El maestro Wang Liping practicó la purificación con sus
tres maestros durante una década y media. La comunicación
entre ellos no fue meramente emocional e intelectual; fue una
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA .. 369
comunicación sobre la totalidad de la vida. Por esta razón,
cuando se separaron, ello demandó una reorganización de la
vida de todos los implicados; en consecuencia, debe com-
prenderse en ese sentido el sufrimiento que sobrellevaron en
aquellos momentos.
:. 1
Esto puede tratarse de una especie de filosofía acerca de
las persona.
En el curso de nuestra educación en la escuela, especial-
mente en la escuela primaria y secundaria, maestros y estu-
diantes están juntos todo el día, sin embargo, esto no produ-
ce necesariamente el efecto que causa la presencia del maes-
tro Wang Liping en un seminario de sólo veinte días de
duración. ¿Por qué sucede esto? Porque el maestro Wang Li-
ping no sólo se comunica con los estudiantes verbalmente y
por escrito; busca también la comunión del corazón y de la
vida. Si nuestra educación escolar pudiera incorporar alguna
inspiración útil derivada de esto, tendríamos la esperanza de
poder encontrar también una ruta «sin forma, inmaterial» en
nuestros métodos educativos. Esta clase de método serta ex-
tremadamente beneficioso en el desarrollo de la afectividad
entre los niños pequeños.
* * *
La ciencia de la purificación mediante el trabajo interior
se coloca en una posición muy seria frente al desarrollo del
carácter. Algunos practicantes interpretan de esta forma la re-
lación entre el trabajo interior y la virtud: si uno hace muchas
buenas obras y acumula mucha virtud, habrá entonces más y
más personas alentándole silenciosamente en sus corazones,
deseándolo una buena salud; y cuando uno practica la purifi-
cación en medio de este campo mental sin forma, creado por
una multitud de personas, entonces sus logros crecerán natu-
ralmente de forma rápida. En realidad, esto incide únicamen-
te con una parte muy pequeña del asunto; el cultivo de la pu-
rificación mediante el trabajo interior se relaciona con el puli-
do de la mente, alentando la disposición natural, y puri-
370 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ficando el corazón. Con las sentadas diarias, la totalidad del
cuerpo y de la mente entran gradualmente en un estado de
paz, armonía, equilibrio, claridad, pureza y comunión sin
egoísmo con todas las cosas. Toda intranquilidad, conflicto,
destructividad, impureza y egoísmo desaparecen. Cuando el
cuerpo y la mente se sumergen constantemente en este senti-
miento, en este estado, aquello que es bueno, refinado y ge-
nuino, emergerá silenciosamente en forma natural, sin que se
vea afectado por las cosas del mundo.
Cuando el maestro Wang Liping habló acerca de sus im-
presiones derivadas de largos años de práctica, afirmó que lo
que le causó la más profunda impresión fue la forma en que
su corazón se tomó más y más noble, haciendo que no pu-
diera soportar la existencia del mal y de la infelicidad.
Los cinco mil caracteres del Tao Te King de Lao Tse ha-
blan del Camino y de la virtud. El Camino es la raíz primor-
dial, el origen del universo. A partir del Camino surgen todas
las cosas y todos los seres. Con respecto a la naturaleza básica
del Camino, los taoístas de épocas posteriores la resumieron
expresándola en términos de diez características principales:
no resistente, pura, natural, prístina, simple, fácil, clara, no
artificial, condescendiente y no discordante.
Al ponerse de manifiesto en el cuerpo humano, estas ca-
racterísticas constituyen la virtud más elevada. Esta clase de
virtud es una humanización del Camino, en la que se expresa
como ética. La manifestación concreta del Camino, en las
personas se denomina virtud.
Lao Tse dice: «La virtud elevada no se .obtiene graciosa-
mente; eso es lo que la hace fuerte.» Y también: «Para fomentar
la gran virtud, sólo se debe seguir el Camino.» El significado
de lo anterior es que la virtud superior es espontánea, sin for-
ma, invisible, imperceptible; es interna, se guarda en el interior,
no se revela abiertamente. No es intencional, sino natural.
Todo lo que es artificial, deliberado, obvio o formal es
virtud inferior. «La virtud inferior no se separa de la recom-
pensa, por ello carece de fuerza.» Mostrarse muy virtuoso en
todas partes no equivale a la virtud.
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA ... 371
«La virtud elevada no puede forzarse, no obstante, no
existe nada que no sea capaz de lograr.»
El gran maestro siempre le solfa decir a Wang Liping que
hacer buenas obras esperando recompensa no era una acción
virtuosa. Hacer buenas obras sin preocuparse por la recom-
pensa, y seguir recordándolo uno mismo se llama virtud evi-
dente. Hacer buenas obras sin ser autoconsciente de ello se
llama virtud oculta.
Tuvimos la intención de relatar unas cuantas anécdotas
conmovedoras de los nueve años de vida hogareña del maes-
tro Wang Liping con el fin de ilustrar cómo realizó el Camino
en nombre del Cielo, ayudando a la sociedad y a las perso-
nas, pero cuando se lo hicimos saber, el maestro nos lanzó
una mirada irónica, como diciendo·~ «¿Es necesario hacer re-
ferencia a esto? Todo ello es muy natural.»
Más tarde comprendimos que los rasgos más refinados
tales como la amabilidad, la compasión, el afecto y el espíritu
de servicio son totalmente subconscientes en las personas de
virtud elevada, incluso hasta el punto en que se puede decir
que estas cualidades constituyen para ellas una especie de
instinto.
Lao Tse dice: «El Camino causa el nacimiento, la virtud
nutre, las cosas dan la forma, el impulso lo completa. Por lo
tanto, todos los seres honran al Camino y valoran su virtud.
El honor del Camino y el valor de la virtud no son otorgados
por nadie, sino que son por siempre naturales. De manera
que el Camino causa el nacimiento y la virtud nutre, crecien-
do y desarrollándose, completándose y madurando, constru-
yendo y destruyendo, produciendo pero no poseyendo, ac-
tuando sin presunción, alentando sin dominar.»
Lao Tse dice también: «Los sabios no poseen una mente
fija; hacen que la mente de las personas sea su mente.»
Quienes están infundidos de virtud elevada son sabios.
Vivir una vida ordinaria con la virtud de un sabio, mezclán-
dose con el mundo terrenal, es un nivel de vida todavía supe-
rior, al que se puede uno referir como «trascender la sabidu-
ría para entrar en lo ordinario». ·
372 lA PUERTA DEL DRAGÓN
Como dijo un budista: «Habiendo comprendido el Más
Allá, venir para actuar en el aquí y en el ahora.»
Lleno de amor por todas las personas del mundo y por
toda la vida, saturado de Naturaleza, buscando los íntimos
secretos del universo, de la sociedad y de la vida humana, el
maestro Wang Liping comenzó su vida cotidiana en el mun~
do ordinario en un estado de naturalidad y simplicidad ..
En el hogar, el maestro Wang Liping era extremadamen-
te respetuoso hacia sus padres, mostrando un sentimiento
profundo y auténtico. Cuando practicaba la purificación du-
rante las sentadas, era frecuente que sus pensamientos retro-
cedieran en el tiempo hasta recordar el amoroso espíritu de
su madre mientras lo amamantaba; solían presentársele esce-
nas en las que ella se afanaba por sacar adelante a los seis hi-
jos. Estas visiones eran tan claras y tan reales que no podían
por menos que afectar a Wang Liping. Cuando los niños es-
tán sumergidos en el amor de sus padres, piensan que eso es
lo más normal, totalmente natural, de igual forma que cuan-
do se sumergen en la luz del sol; nada puede conmover su
apego emocional. Cuando las personas recuerdan el cuidado
de sus padres después de que ya son mayores, ¿cómo no van
a sentirse conmovidos por el amor paternal? Debido al he-
cho de que Wang Liping era capaz de rememorar su infan-
cia, testimoniando las verdaderas visiones de su niñez, sentía
un afecto aún más profundo por sus padres que el que pu-
diera sentir otra persona.
Debido a que los tres maestros de Wang Liping habían
dedicado tanta atención y cuidado a su desarrollo, éste desea-
' 1
ba recompensárselo llevando una -vida que sobrepasara sus
expectativas. Pero tan pronto completaron la tarea de trans-
'. 1
mitirle su enseñanza, los ancianos maestros se habian mar-
chado.
El gran maestro solía decir a Liping:
-Respetar a tus padres es como respetar a tus maestros.
En consecuencia, Liping colocó la expresión de su afecto
por sus maestros dentro de su afecto por sus padres y por to-
das las personas mayores en el mundo. Él cuidaba de la vida
TRASCENDIENDO lA SABIDURÍA .. 373
de sus padres como parte de su propia vida. La vida presente
es temporal, pero la vida primordial en su etapa más próxima
depende directamente de la nutrición recibida de los padres.
Aun cuando las personas son independientes de los cuerpos
de sus padres después de su nacimiento, no obstante, sus raí-
ces permanecen con ellos, y su destino también se encuentra
allí, de manera que respetar a los padres también significa
fortalecer los fundamentos de nuestra propia vida.
Por lo tanto, cuando los taoístas hablan de respetar a las
personas mayores, esto no sólo tiene un significado humanís-
tico y ético; contiene incluso un significado más profundo
que se conecta con la vida misma. Desde un punto de vista
taoísta, el origen de la vida de una persona pasa por la inter-
vención de la Naturaleza y de la evolución de numerosos ele-
mentos en el tiempo y en el espacio; esa vida no es una enti-
dad independiente y aislada, sino una etapa en la larga cade-
na de causas y efectos, un mínimo punto en una red o en una
esfera compuesta de miríadas de elementos interrelacionados.
Wang Liping vivió con varias personas de edad, inclu-
yendo a sus padres y familiares políticos. Con frecuencia solía
relatar historias para divertir a los mayores, y algunas veces,
cuando se sentía exhausto, solía hacer una breve siesta mien-
tras apoyaba su cabeza en el regazo de su madre, igual que
cuando era pequeño.
* * *
Cuando tenía veintinueve años, Wang Liping contrajo
matrimonio con una joven, una compañera de trabajo llama-
da Dong Bin. La boda se celebró según la antigua usanza.
1
La madre de Wang Liping y la de Dong Bin habían creci-
do juntas y estaban tan unidas como hermanas. Siendo niñas
se habían hecho ya la promesa de que en un futuro llegarían
a ser familia. Y el Cielo quiso que realmente se cumpliera su
deseo, ya que diez años después la familia Wang tuvo un hijo,
y la familia Dong tuvo una hija. De modo que los dos niños
crecieron juntos y estuvieron muy unidos. Cuando Wang
374 lA PUERTA DEL DRAGÓN
Liping comenzó a estudiar taoísmo algún tiempo después,
Dong Bin creyó que estaba aprendiendo artes manuales con
los ancianos «doctores». No se imaginaba que el pequeño re-
toño con el que ella solía jugar al escondite había entrado por
la puerta del Camino; ella lo amaba creyendo que era una
persona corriente.
Cuando Wang Liping regresó al mundo ordinario obede-
ciendo las indicaciones de sus maestros, quiso casarse y tener
una familia como cualquier persona normal. También cono-
cía las intenciones de la joven, sin embargo, le parecía difícil
hablar francamente acerca del asunto. Como resultado de
ello, se volvió un tanto frenético, pero afortucyadamente la
voluntad del Cielo cooperó, y los enamorados finalmente se
convirtieron en pareja. El día de la boda, los ancianos sabios
que habían enseñado a Wang Liping vinieron a ofrecer sus fe-
licitaciones, pero no se dejaron ver por temor a impresionar a
la multitud. Tan sólo Wang Liping pudo verlos. Después de
la ceremonia, los ancianos regresaron a las montañas, pero
antes de que partieran el gran maestro le dijo al oído a Liping
que al año siguiente tendría un hijo.
Durante la Luna de miel, Wang Liping se comportó co-
mo el esposo perfecto, cálido y atento. El estilo de vida for-
mado durante quince años de entrenamiento taoísta, sin em-
bargo, era difícil de cambiar. Todas las noches, muy tarde ya,
se levantaba en silencio y se sentaba de frente a una pared
hasta el amanecer.
En ocasiones, su esposa trató de averiguar qué hacia. Al
principio, no le prestó atención, pero cuando vio que conti-
nuaba un día tras otro, no pudo por menos de preocuparse.
Todo lo que pudo hacer fue echarse a su lado, con la cabeza
sobre una almohada noche tras noche, contemplando a
Wang Liping. Éste ni discutía ni explicaba nada, sino que es-
cuchaba alegremente. Feliz de corazón, solía quedarse dormi-
da en paz.
Una determinada noche, sucedió que los dos se hallaban
durmiendo dulcemente: Avanzada la noche, mientras su es-
posa dormía profundamente, Wang Liping se levantó callada-
J 1
¡
TRASCENDIENDO lA SABIDURÍA .. 375
mente para sentarse y practicar el trabajo interior. En deter-
minado momento ella se despertó, y encontró que su esposo
no estaba a su lado. Encendiendo la luz, lo vio sentado inmó-
vil como otras veces. Viéndolo tan quieto, con los ojos cerra-
dos, decidió comprobar si estaba respirando. Aparentemente
¡no estaba respirando en absoluto! Totalmente perpleja, co-
menzó a sollozar sin poder evitarlo.
Wang Liping abrió los ojos y se rió como si nada hubiese
ocurrido.
-¿Por qué lloras? ¿Acaso esto no te parece bien?
En este momento Wang Liping no encontraba palabras.
¿Cómo podía explicárselo? ¡Esto no era algo que pudiese ser
explicado fácilmente! Todos sabiaµ que había estado deam-
bulando de un lado a otro con los «doctores», quienes habí-
an llegado de las tierras centrales, huyendo de la hambruna,
pero él era un simple adolescente entonces, y ni siquiera sus
padres conocían los secretos que había aprendido. Las demás
personas ignoraban por completo todos los logros que había
alcanzado. Al despedirse de sus maestros, el gran maestro le
había advertido que no revelara nada hasta que no llegase el
momento adecuado. Cuando su esposa le preguntaba algo
acerca del estudio taoísta, solía contestarle vagamente, imagi-
nando que dejaría de hacerle preguntas cuando se acostum-
brara a su forma de vida.
Pero la inquietud de su esposa siguió aumentando. En
vista de que su esposo no le daba explicaciones claras, co-
menzó a imaginarse cosas. Durante el día descansaba cuanto
le era posible en el trabajo, a fin de poder echar una ojeada a
su esposo por la noche, para ver qué es lo que hacía.
En una ocasión en particular, Wang Liping estuvo dur-
miendo profundamente hasta el amanecer. Su esposa estaba
encantada. Comenzó a culparse por haberse dormido ·como
un tronco otras veces y haberse arrimado tanto a su esposo
hasta echarlo fuera de la cama. Pero justo en el momento que
estaba dándose por satisfecha con la explicación, se abrió la
puerta y entró Wang Liping. Dé inmediato, ella volvió la ca-
beza para mirar la cama: ¡se hallaba vacía! Luego miró nueva-
376 LA PUERTA DEL DRAGÓN
mente a su esposo que se quedó de pie frente a ella; sus zapa-
tillas estaban manchadas de barro, y sus piernas estaban em-
papadas de rocío.
Al ver a su esposa tan confundida, Wang Liping se echó a
reir involuntariamente. Mientras se quitaba las zapatillas ex-
plicó que habia tenido necesidad de salir un rato.
-El rocío es realmente abundante -dijo.
Ella no podia discernir lo que era real de lo que era iluso-
rio. Totalmente perpleja, quiso saber acerca de su esposo y
comenzó a volverse suspicaz nuevamente.
-¡Este hombre es realmente extraño! -solfa decirse a si
misma.
Ella notaba que su esposo lefa muy poco, pero que con
frecuencia hacia anotaciones en un cuaderno. Puesto que un
esposo no debe tener secretos para su esposa, era razonable
averiguar lo que estaba escribiendo. Él nunca lo mantuvo en
secreto; guardaba el cuaderno abiertamente en un cajón de
un pequeño aparador. Pero ni ella ni ninguna otra persona de
la familia habían prestado nunca atención al cuaderno. Cuan-
do terminaba de llenar un cuaderno comenzaba a escribir en
uno nuevo. En la mente de su esposa, él aparecía como un
hombre muy estudioso. Por lo general, nunca pedia informa-
ción a nadie, sin embargo parecía como si nada se le escapa-
ra. Cuando por casualidad hacia comentarios sobre asuntos
de trabajo, de la casa, relacionados con sus amistades o inclu-
so acerca de temas políticos, siempre eran acertados. Sus afir-
maciones sobre acontecimientos futuros, en particular, eran
siempre correctas. Cuando iban a venir visitantes a su casa
Liping lo sabia de antemano; solfa decir a su esposa que debi~
an adquirir más alimentos; y luego, cuando llegaba el mo-
mento, resultaba que, de hecho, los huéspedes aparecían.
Una tarde cuando la parej¡;¡. se dirigía al mercado para
comprar algo, Wang Liping se detuvo de repente. Le pidió a
su esposa que se fuera rápidamente para casa, le dijo que su
madre había enfermado seriamente y que la estaban llevando
con urgencia al hospital. A su esposa le sentó muy mal oir es-
to. Acababa de almorzar con su madre, y la anciana señora se
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA ... 377
sentía perfectamente. ¿Cómo podia haberse enfermado tan
gravemente en el transcurso de tan corto tiempo? Vio que su
esposo .estaba hablando con toda seriedad. Sin embargo, él
mismo decidió volver dirigiéndose rápidamente a casa, de
manera que ella le siguió, medio dudosa, medio creyendo.
En cuanto llegaron a la puerta de su casa, oyeron una
conmoción en el interior; la familia estaba en ese momento
llevándose a la madre de Dong Bin al hospi~l. Al ver esta es-
cena, Dong Bin se .sintió tan desolada que no hacia más que
llorar. Wang Liping, por el contrario, permaneció calmado
todo el tiempo. Tomando la mano de su suegra entre las su-
yas, la llamó «Mamá», y los ojos de la anciana señora que los
mantenía fuertemente cerrados se fueron abriendo lentamen-
te, y su respiración se fue haciendo más fácil. Wang Liping
dijo entonces:
-¿Se siente mejor? ¿Por qué no se levanta y trata de an-
dar?
La anciana señora se incorporó entonces, sujetándose en
la mano de Wang Liping como soporte. Seguidamente se pu-
so en pie y caminó unos pasos. Sus pisadas se notaban fir-
mes. Parecía mucho mejor ahora. Sus ojos volvían a tener vi-
talidad nuevamente, incluso parecian más vivaces que antes.
Al principio todos parecían sorprendidos; luego se rego-
cijaron al ver la mejoría. Todos convinieron en que la señora
tenia una constitución robusta y que no tenia por qué caer
enferma. Tan- sólo Dong Bin permanecía bastante ofuscada.
Wang Liping se sonrió con ella y le dijo:
-¿Qué es lo que te pasa? ¿Hay algo que no comprendes?
Tu mamá se puso enferma porque te echaba de menos. ¿Aca-
so no se recuperó en cuanto llegaste?
Dong Bin no podia ni llorar ni reir.
Al segundo año de su matrimonio, la pareja tuvo un hijo
como lo habia predicho el anciano maestro. Tras el nacimien-
to de su amado hijo, sucedieron cosas extraordinarias, una
detrás de otra. Cuando dejaban a su pequeño en el servicio
de cuidados diurnos, Wang Liping sabia siempre, de inme-
diato, cuando estaba el niño llorando o inquieto. Enseguida
 378 LA PUERTA DEL DRAGÓN
le avisaba a su esposa, que trabajaba en el mismo taller, para
·. que fuera a ver lo que pasaba con el niño. Al principio, Dong
Bin pensó que los cuidadores informaban a su esposo de es-
tos detalles, pero después de averiguarlo supo que nunca le
habían avisado de tales cosas. Sin embargo, él había acertado
cada vez que le había pedido que fuese a ver lo que pasaba
con el niño.
Dong Bin, finalmente, decidió preguntar a su esposo có-
mo le era posible hacer esto. Irónicamente, esta vez Wang Li-
ping respondió cándidamente:
-En realidad no puedo decir cómo lo sé. Es lo mismo
que cuando solíamos jugar al escondite de pequeños. De una
forma u otra terminaba encontrándote. Cuando las personas
crecen, sus capacidades son naturalmente mayores que cuan-
do eran niños, y, además, hay una relación de sangre entre
padre e hijo.
Acordándose de tiempos pasados, Dong Bin se dio cuen-
ta que era verdad; no importaba cuán cuidadosamente sus
compañeros de juego se escondieran, Wang Liping tenia una
misteriosa habilidad para encontrarlos. Ya había mostrado ser
inteligente desde niño. Sin embargo, aquí todavía parecía
existir alguna clase de sensación indefinida de misterio. Su
esposo era una persona de corazón, honesto y recto, puntillo-
so y respetuoso, un hombre de bien, contento siempre de po-
der tender una mano a otros. Pero había algo extraño que ella
no podía saber exactamente qué era.
.* * *
Incluso encontrándose en medio de los sentimientos hu-
manos y de los asuntos mundanos, es posible trascenderlos y
permanecer impasible, sin quedarse atrapado por ellos, man-
tener la calma y la claridad, de manera que la verdad espiri-
tual pueda seguir siempre activa. Y, no obstante, uno no apa-
rece como un puritano, sino que es como el hielo bajo el Sol,
que se funde sin dejar rastro. Cuando el mundo heterogéneo
y el Camino claro y abierto se unifican, es como un pez en el
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA .. 379
agua, como el agua con el pez, formando una totalidad natu-
ral, reflejándose entre sí en una realidad total.
La práctica taoísta en el hogar es completamente diferen-
te de lo que es en las montañas. Cuando practicaba en las
montañas, la mayoría de los días los pasaba en compañía del
cielo y de la Tierra, del Sol y de la Luna; mientras que cuan-
do se practica en medio del mundo ordinario la mayor parte
del tiempo uno está más relacionado con la gente. El taoísmo
considera de gran importancia el manejo de las relaciones
con los demás; éste es el tema de las «Artes de Cámara»
taoístas.
Las Artes de Cámara son la sociología taoísta, el estudio
de la vida humana, una doctrina y una praxis sistemática que
regula las relaciones interpersonale;:
Estas artes se dividen en doce secciones, entre las cuales,
las más importantes tratan con temas como el Camino y la
virtud, el espacio, el infinito, la relación entre el cielo, la Tie-
rra, y la humanidad, la vida humana, los padres, los esposos
y esposas, y los hermanos y hermanas. Las Artes de Cámara
se relacionan con la sistemática y los ritmos del universo del
cuerpo humano, con los cambios en la vida, con la higiene y
con la estructuración de la vida. Estos elementos principales
se interpenetran entre sí, formando un sistema completo de
filosofía taoísta de la vida. Ésta es una parte importante de la
cultura taoísta.
Las Artes de Cámara de las cuales hablamos aquí no se
refieren a las «artes del dormitorio», en el sentido estrecho en
el que la gente de hoy día lo concibe. En este sentido, el arte
del dormitorio simplemente se refiere a las relaciones sexua-
les entre hombres y mujeres, pero eso no es más que una
parte de la sección de las Artes de Cámara dedicada al esposo
y la esposa.
La teoría de la sistemática de la vida profundiza en el
proceso total de la vida humana desde el nacimiento hasta la
muerte. Está dividida en tres secciones: sobre el embarazo,
sobre el crecimiento y el desarrollo y sobre la vi;:jez. La sec-
ción sobre el embarazo trata acerca de la concepción y de la
 380 LA PUERTA DEL DRAGÓN
gestación, y sobre lo que el hombre y la mujer deben practi-
car durante cada mes del proceso. La sección sobre el creci-
miento y el desarrollo hace una distinción entre las diferentes
etapas físicas, cada una de las cuales requiere distintos méto-
dos de trabajo. La sección sobre la vejez cubre las causas del
deterioro y los métodos para retardarlo.
La teoría de los ritmos vitales profundiza en las reglas
que gobiernan los cambios naturales en el cuerpo humano, y
las variaciones en el proceso del trabajo interno cultivadas
para adaptarlas a esos cambios. Los taoístas han desarrollado
una regla compuesta por cinco clases de ondas periódicas. De
momento, presentaremos aquí tres de ellas: la línea de la vi-
da, la línea de la emoción y la línea de la' sexualidad.
El Gran Camino es infinito; la línea de la vida no tiene
principio ni fin. En relación con el individuo, sin embargo, y
debido a que existen las circunstancias del nacimiento y de la
muerte, debe existir, por consiguiente, un principio y un fin
en la linea de la vida, el cual demarca el periodo de vida de
..cada individ~o. En tanto que la persona no haya muerto, la
línea de la vida continúa ininterrumpidamente, al igual que
lo hacen las líneas de la sexualidad y de la emoción, que ope-
ran a lo largo de la línea de la vida. Una vez que ésta se inte-
rrumpe, las otras dos también se detienen junto con ella.
Aparte de estas tres líneas existen dos líneas más, las cuales se
mantienen operativas durante el tiempo que la persona está
con vida y permanecen activas aún después que la persona
haya fallecido. Ésta es la teoría taoísta.
El comienzo de la línea de la vida, según lo que propone
el taoísmo, tiene lugar en el momento en que se corta el cor-
dón umbilical. En este momento la persona pasa de lo pri-
mordial a lo temporal. El estado anterior al corte del cordón
es mitad primordial y mitad temporal.
Las dos líneas adicionales a la de la vida, la del sexo y la de
las emociones, continúan en actividad incluso después de que
la persona fallece, alcanzando la comprensión de la existencia
humana y el modo de acción en el universo, y llegando hasta el
reconocimiento de la naturaleza fundamental de la vida.
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA .. 381
La línea de la sexualidad re.fleja el deseo sexual de la per-
sona y su capacidad procreativa; asimismo, refleja la inteli-
gencia de la persona. El envejecimiento y el rejuvenecimiento
tienen lugar a lo largo de esta línea. Cuando el elemento del
despertar sexual no se encuentra presente en ella, ha comen-
zado la edad de la vejez. De acuerdo con las Artes de Cámara,
el trabajo de purificación cultiva primero la línea de la sexua-
lidad, con el fin de estimular el elemento del despertar se-
xual, prolongando así la vida. Para una mujer, el comienzo
del periodo menstrual es el punto más bajo del deseo sexual.
El decimosegundo o el decimoquinto día después de eso, jus-
to en el momento anterior de la ovulación, se encuentra en el
punto más alto del deseo sexual. Para un hombre, la determi-
nación debe hacerse mediante la obgervación.
La línea de la emoción indica la periodicidad de las ondas
emocionales de la gente. Los taoístas descubrieron que las
emociones varían junto con el deseo sexual, con tan sólo un
ligero retraso entre ellos. justo después del punto de sexuali-
dad más baja, aparece el punto inferior en lo emocional; y la
cúspide de lo emocional sigue a la cúspide del deseo sexual.
Las líneas de la vida, de la sexualidad y de la emoción tie-
nen su propia periodicidad de ascenso y descenso. Esta fluc-
tuación puede observarse en el contexto de toda una vida, y
también puede observarse en términos de meses del año y dí-
as del mes. Cuando se la calcula de acuerdo con un patrón de
referencia uniforme, la periodicidad y la longitud de onda de
cada línea difieren según el individuo, y tiene que ser deter-
minada por el practicante por medio del mantenimiento de
un registro continuo.
Si trazamos las líneas de la vida, de la sexualidad y de las
emociones utilizando un mes de vida como muestra, veremos
que cada una de ellas tiene extremos, y que se entrecruzan.
Los momentos en los que las tres líneas se cruzan a la vez son
los más inestables para la persona.
Tras descubrir los ritmos de variación en las tres líneas
del cuerpo humano, los taoístas desarrollaron métodos dife-
rentes para el cultivo durante los picos, los valles y las inter-
 382 LA PUERTA DEL DRAGÓN
secciones; ésta es una clase de «proceso desencadenante», o
proceso de purificación.
Por ejemplo, encontrándose en el pico del deseo sexual,
es muy fácil que una persona se muestre influenciable e inca-
paz de autocontrolarse. En este momento, se hace necesario
en la práctica trabajar intensamente con el «fuego marcial»
para extraer y purificar la energía. El varón realiza el ejercicio
de la abertura del canal de los cinco elementos externos, la
esfera mental de los ocho trigramas y el baño para la nutri-
ción de la mente. La hembra realiza ejercicios activos para
abrir los canales de energía, y ejecuta el segundo paso del
«trabajo alquímico femenino» con sosiego.
Durante los puntos bajos de la línea de la emoción, la
persona ·es sumamente susceptible a las depresiones. En la
gente joven, esto puede llegar a ser tan severo como para pro-
ducir sentimientos de desesperación. En tales ocasiones, es
necesario utilizar métodos cálidos, delicados y reconfortan-
tes, reuniendo la mente y fomentando la naturaleza esencial,
con la realización de la «técnica de la inducción inmortal».
A través del trabajo sincronizado adecuadamente, puede
fortalecerse la regularidad de la variación natural en el cuerpo
humano, de tal manera que toda clase de contradicciones y
conflictos dentro de nuestro propio cuerpo puedan ser re-
sueltos oportunamente, permitiéndonos mantener el equili-
brio interno en grado máximo, de modo que podamos ser
· naturalmente optimistas, inteligentes, saludables y podamos
disfrutar de una larga vida.
En el aspecto de la armonización de las relaciones perso-
nales también es sumamente útil captar los ritmos de las fluc-
tuaciones naturales en la gente que nos rodea. En palabras
del maestro Wang Liping, esto es algo particularmente útil en
nuestra vida cotidiana y en nuestra vida familiar. Por ejem-
plo, en momentos pico del deseo sexual, los varones deben
de procurarse activamente algún trabajo que hacer; mientras
que las mujeres deben acompañar a pasear a personas de
edad. En cuanto a los niños, en este momento es más proba-
ble que ocurran peleas y altercados, de forma que los adultos
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA ... 383
deberían prestarles una mayor atención para evitar las conse-
cuencias.
Cuando se atiende a enfermos, está claro que se vuelve
incluso más imperativo considerar la periodicidad de las fluc-
tuaciones en sus vidas. En general, es necesario determinar
las cuatro etapas de un ciclo: la etapa del surgimiento del
yang, la de su descenso, la etapa de la acumulación de yin, y
la etapa de producción de yang. Esto facilitará la adopción de
diferentes métodos de curación.
Durante la quinta y la sexta década del siglo, los investi-
gadores occidentales descubrieron los biorritmos, ondas pe-
riódicas en el cuerpo humano; descubrieron tres lineas: la
fuerza física, el sentimiento emocional y el poder mental. In-
cluso llegaron a aplicar este descubrimiento en la prevención
de accidentes aéreos y marítimos. En los últimos años, esta
teoría ha ganado popularidad en China, incluso hasta el pun-
to de que ha sido introducida en las máquinas calculadoras,
lo cual es toda una novedad. Las Artes de Cámara taoístas,
sin embargo, ya habían formulado un sistema completo en
los tiempos de los Siete Personajes Reales del Norte. La sec-
ción de estas artes correspondiente a los ritmos de la vida hu-
mana trata de cinco clases de ritmos; esto representa una pro-
fundización mucho mayor dentro de la naturaleza de la vida.
Desgraciadamente, esta brillante doctrina ha permanecido
inaccesible para la sociedad durante once siglos.
Tras haber estudiado los sistemas y los ritmos de la vida
humana, los taoístas se centraron sobre el futuro, aportando
teorías sobre los cambios en la vida humana, prediciendo los
cambios dañinos o beneficiosos que pudieran ocurrir en la
futura vida natural de las personas, en las relaciones sociales,
en las relaciones entre los humanos y el mundo natural, etc.,
ofreciendo igualmente maneras de desviar las dificultades,
encaminarse hacia la buena fortuna y evitar la mala suerte.
Esto también se relaciona con la adivinación, si bien ésta es,
en sí misma, una doctrina completa e independiente. En el
contexto de la doctrina de los cambios en la vida, la adivina-
ción se limita simplemente a estudiar lo que los taoístas de-
384 LA PUERTA DEL DRAGÓN
nominan cambios en la forma,' lo que significa cambios que
pueden ser predichos por medio de la experiencia y el cono-
cimiento ordinarios. Por ejemplo, según un trabajo sobre el
ciclo de sesenta afios, 1989 es un afio yin perteneciente a la
«madera de la gran floresta», y el yin «madera» corresponde
con la vesícula de la bilis humana. Sin embargo, 1990 es un
afio yang perteneciente a la «tierra cerca del camino», y el
yang «tierra» corresponde al estómago. Esto le anuncia al
practicante taoísta que debe atender a la parte especifica del
cuerpo durante el cultivo, y a prevenir dolencias que pudie-
ran sobrevenir.
Basado en los fundamentos del reconocimiento del siste-
ma, de las reglas y de las variaciones de la vida, los taoístas
practican una higiene regulada y llena de significado. El culti- ·
vo es lo que los médicos chinos llaman tratamiento dialécti-
co, practicando diferentes métodos según las distintas condi-
ciones, y dominando los variados procesos desencadenantes.
Ésta es la razón por la que se considera a la doctrina de la hi-
giene como sumamente práctica y precisa.
Finalmente, las Artes de Cámara incorporan una teoría de
la estructuración de la vida humana. Por medio del cultivo a
largo plazo, la estructura y las capacidades de nuestro propio
cuerpo deben sufrir un cambio enorme, haciendo que más y
más elementos temporales y espaciales queden involucrados
en nuestras propias actividades vitales. Por ejemplo, cuando
Wang Liping comenzó a cultivar la purificación, solamente se
fundía con el ambiente natural de los alrededores inmediatos;
posteriormente fue poco a poco incorporando a esa fusión o
comunión el Sol y la Luna; y más adelante practicó la interac-
ción con el sistema solar y con veintiocho constelaciones. De
tal manera que sus actividades vitales se desplegaron en un
universo cada vez más vasto. En la última etapa de su cultivo,
uno debe trascender el espacio y el tiempo, para entrar en un
universo más multidill}ensional. En consecuencia, los elemen-
tos que participan y ejercen sus efectos sobre la vida de la per-
sona, sobrellevan un cambio fundamental, el cual requiere
una reestructuración consciente de las varias fuerzas y capaci-
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA ... 385
dades vitales, de tal manera que la vida pueda continuar en un
ininterrumpido proceso de sublimación.
Los contenidos de las cinco facetas anteriores de las Artes
de Cámara se hallan interconectados, formando una doctrina
taoísta de la vida humana que no ha sido difundida durante
este último millar de afios.
En los últimos afios, han aparecido en el mercado, de
vez en cuando, personas o libros que se han apoderado de lo
que ellos denominan artes de alcoba, afirmando que las Ar-
tes de Cámara no son más que un «acoplamiento refinado
de hombre y mujer». En consecuencia, una digna tradición
cultural ha visto su reputación deteriorada debido a perso-
nas indecentes.
En realidad, este acoplamiento r~finado simplemente for-
ma parte de la sección sobre esposos y esposas de las Artes de
Cámara, y esta sección, además, es parte de un tema más am-
plio sobre el «hombre y la mujer, el yin y el yang». El primer
paso trata sobre cómo cultivar los buenos sentimientos entre
los cónyuges, de manera que puedan mantenerse en una ar-
monía espontánea. Es únicamente en relación con el segundo
paso cuando se discute el trabajo en común del hombre y la
mujer, el cual comprende en conjunto ciento ocho técnicas.
La sintonización mutua entre los cónyuges puede fortalecer el
cuerpo y curar una variedad de dolencias. Se incluye también
el mejor método anticonceptivo. El sistema total de prácticas
fue desarrollado hasta la perfección por dos de los Siete Per-
sonajes Reales del Norte, los maestros Danyang y Sun Bu-er,
quienes fueron marido y mujer.
Como consecuencia de las restricciones del pensamiento
tradicional, el i;naestro Wang Liping se ha inhibido de dar
conferencias sobre este tema por los momentos. En cierta
ocasión se extendió en algunos detalles dirigiéndose a algu-
nos amigos extranjeros, quienes se mostraron sumamente en-
tusiasmados, alentándolo a escribir todo lo que conocía sobre
el particular con el fin de que fuese publicado en el extranje-
ro. El maestro Wang Liping desechó la idea con una carcaja-
da. Poco después nos confesó:
386 LA PUERTA DEL DRAGÓN
-No penséis que estoy siendo mezquino. Mi sentido del
orgullo nacional es muy fuerte.
En las Artes de Cámara, las secciones correspondientes a
padres, cónyuges y hermanos tratan con los métodos de culti-
var la purificación en la casa y entre familiares y amigos. Los
taoístas consideran la utilización de relaciones de sangre como
de la mayor importancia. Muchas personas pueden haber teni-
do experiencias en las cuales hayan percibido un extraño senti-
miento o sensación, exactamente en el mismo momento en el
que alguien cercano a ellos se encuentra involucrado en un se-
rio peligro muy lejos de allí. Esta clase de experiencia ilustra la
existencia de una misteriosa sensibilidad entre personas que son
muy cercanas; una sensibilidad que no se ve afectada por el
tiempo o la distancia. Los científicos han comenzado reciente-
mente a prestar atención a tales fenómenos, pero los taoístas
chinos ya hace mucho tiempo que han estado empleando cons-
cientemente esta clase de sensibilidad. Aunque nunca han indi-
cado de qué clase de «onda» se trata, han investigado este fenó-
meno con gran detalle. Aun cuando procedan de la misma ma-
dre, los trabajos prácticos de las relaciones entre los hermanos y
entre las hermanas no son iguales. A través del cultivo mutuo
con las personas que tienen una relación cercana, se profundi-
zan y enriquecen los sentimientos, resaltando todos los aspectos
de la comunicación. Como dice el maestro Wang Liping:
-La vida es práctica: es el cultivo de la purificación de la
actitud, de la purificación de la armonía en el hogar, con jo-
vialidad, atención y con el contacto de corazón a corazón.
Al principio, el maestro Wang Liping mantuvo su boca
cerrada acerca de esto, manejándolo simplemente de forma
superficial. Posteriormente, el gran maestro le dijo que podía
ponerlo a prueba en pequeña escala, de modo que comenzó
a enseñar gradualmente algo a los miembros de su familia y a
los vecinos de más edad. Estas personas lo practicaron per-
fectamente bien, hasta el punto de que algunos de ellos pu-
dieron llegar a sentarse sobre la nieve.
* * ·*
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA .. 387
Los padres y suegros del maestro Wang Uping son todos
personas de edad que ya superan de los setenta y ochenta
años, practican las sentadas y hacen ejercicio todos los días; es-
tán saludables, con buena vista y oído, alegres y abiertos, acti-
vos y capaces de moverse fácilmente. De vez en cuando salen
para realizar alguna buena acción. En casa, tampoco permane-
cen sin hacer nada, sino que realizan varias actividades.
El maestro Wang Liping y su esposa viven una vida aus-
tera, manteniendo a cinco personas anciarias de ambas ramas
familiares, así como a su hijo. La vestimenta del maestro
Wang Liping es normal y sencilla, mientras que sus ropas de
trabajo son grandes y amplias, mostrando su grado de refina-
miento real. Si usara ropas más sofisticadas, por el contrario,
sería un exceso y aparecerían como deslucidas en él.
Su dieta es todavía más simple. Nunca consume carne
tabaco, vino ni té; posteriormente, emulando a sus maestros'.
ta~bié~ dejó los alimentos excitantes como la cebolla, el ajo,
e~ Jengibre y el puerro. Come alimentos sencillos, vegetales
simples y además sólo en pequeñas cantidades, como si no le
importara no comer nada. En cierta ocasión, cuando estába-
mos en una comida donde el anfitrión presentó una mesa
suntuosa que incluía pollo, pato; pescado y langostinos, el
maestro Wang Liping tan sólo bebió un vaso de agua y comió
una po~ción de brotes y de pudín de habichuelas. Después de
la comida le preguntamos al maestro Wang si nunca había
pensado en comer carne. Nos contestó:
-No se trata de que nunca jamás haya pensado en ello.
Algunas veces pienso en saborear algo delicioso, pero borro
el pensamiento, a causa de ciertas creencias.
El amor universal, la compasión el espíritu altruista y el
autosacrificio, ¿no son acaso las más grandes necesidades de
la sociedad de nuestros días, que está llena de deseos mate-
riales pero emocionalmente desensibilizada? Si cada uno vi-
viera con un corazón lleno de amor, en nuestro mundo exis-
tiría menos soledad, injusticia y asesinatos. Entonces aun
cuando nuestro medio de vida material no estuviera a la altu-
388 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ra de nuestros deseos, seguiríamos sintiéndonos como en-
vueltos en una cálida brisa de primavera. En los pronuncia-
mientos públicos, sería más efectivo poner mayor énfasis en
el amor y la justicia que en la enemistad. Los primeros nutren
a los corazones amorosos; mientras que la segunda refuerza
la hostilidad. Debemos ser simpáticos hacia todos los seres;
¡seguramente el mundo sería un lugar mejor si existiera el
amor humano universal!
Una tranquila tarde fuimos a la casa del maestro Wang Li-
ping. La suegra del maestro nos invító cordialmente a sentar-
nos, y enseguida se apresuró a preparamos una taza de té.
Mientras tanto, aprovechamos la oportunidad para echar una
mirada al aspecto de la vivienda. Es una vivienda más que or-
dinaria, con dos habitaciones contiguas, ya un poco gastadas
por el tiempo. El ambiente más grande tiene unos quince o
dieciséis metros cuadrados. Con la puerta de la habitación más
pequeña abierta, uno puede ver la mitad de una cama grande.
Hay también una gran cama en la habitación más grande, con
un aparato de televisión instalado cerca de la pared, un antiguo
modelo de los años setenta que tienen radio y televisión. Tam-
bién hay un armario anticuado para la ropa. Excepto los mue-
bles descritos, no hay nada más en la vivienda; si no fuese por
el televisor, parecería un mobiliario de los años cincuenta.
El maestro Wang Liping tomó una silla plegable del rin-
cón y se sentó. Su suegra trajo el té. Bebimos en tazas de por-
celana, mientras que el maestro Wang utilizó una jarra de
cristal que alguna vez había contenido una bebida. ¡Ésos eran
todos los utensilios que normalmente usaba en casa!
-¿De modo que ésta es su casa?
-¿No es estupenda?
El maestro Wang Liping pasó la mirada por toda la casa
con satisfacción.
-Dos de los ancianos viven en la gran habitación del
frente; mientras que mi esposa y yo vivimos en la pequeña
habitación interior.
Echamos un vistazo a la.habitación pequeña. Era de unos
nueve metros cuadrados, con una cama ocupando la mayor
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA .. 389
parte del espacio. En la cabecera de ~a cama había una repisa
en la que se veía un Canon taoísta. A los pies de la cama,
contra la pared, había una cómoda con su parte superior cu-
bierta con pequeños artículos. Un espejo cuadrado colgaba
de la pared. Eso es todo lo que había en la habitación.
-¿Dónde vive su hijo?
A la vez que nos invitaba a tomar el té, el maestro Wang
Liping respondió:
-Mi hijo vive en la casa de su abuela. La casa tiene dos
habitaciones como ésta. Mis padres viven en la habitación ex-
terior; mi hermana más joven vive con mi hijo en la habita-
ción interior. Si deseamos quedamos allí, ellos tienen que
dormir en el sofá cama.
-¿Dónde escribe usted?
En ninguna parte se veía un escritorio donde uno pudie-
se escribir libremente. Nos preguntábamos dónde compon-
dría las obras que piensa dejar a las generaciones futuras para
corregir los vacíos existentes en el Canon taoísta.
El maestro Wang Liping señaló la gran cama en la habita-
ción pequeña y dijo:
-Escribo sobre la cama. ¡Hay mucho espacio en un «es-
critorio» tan grande!
Hablaba de un modo informal y relajado.
Los lectores podrán preguntarse con razón si la situación
era realmente ésta. Hoy, en la década final, la vivienda nor-
mal con toda probabilidad estará un poco más «moderniza-
da»; entonces, ¿cómo puede ser que un Transmisor taoísta re-
conocido internacionalmente viva en tan humildes condi-
ciones?
Si no hubiésemos visitado la casa del maestro, no nos hu-
biésemos atrevido a escribir esto, aun cuando ya nos había
mencionado con anterioridad la situación de su casa. En
aquella ocasión nos dijo:
-Comparado con las casas de la mayoría de la gente,
poseo pocos muebles, a peser de tener un televisor en color.
Cuando viene mucha gente a casa, incluso me veo precisado
a pedir prestados algunos bancos a los vecinos.
390 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Com~ntando sobre la situación de su casa, el maestro nos
había dicho:
-Después de todo, la comodidad material es secundaria
y superficial; depende esencialmente de la persona. Si la per-
sona está en buen estado mental, todo está bien. Cuando es-
tuve viajando con mis maestros durante la época de la Revo-
lución Cultural, pese a que no teníamos nada para comer ni
beber, y nuestras ropas estaban hechas jirones, seguíamos es-
tando alegres todo el día. Incluso cuando llovía tanto que res-
balábamos y patinábamos cubiertos de barro, seguíamos can-
tando mientras caminábamos.
Siempre que mencionaba a sus maestros, el rostro del
maestro Wang Liping se iluminaba y se alegraba.
-Aquellos años fueron realmente los más felices de mi vida.
Después de haber dicho esto, el maestro Wang Liping si-
guió comentando, a modo de conclusión:
-Las miras de la gente son diferentes. Sus deseos son di-
ferentes, de manera que buscan en diferentes direcciones. Sus
aspiraciones son diferentes, de manera que transitan por dife-
rentes caminos.
Mientras estábamos sumidos en reflexiones, el maestro
Wang Liping trajo un par de álbumes de sellos de la habita-
ción trasera y nos invitó a compartir su pasatiempo. Su hijo y
él gustaban de coleccionar sellos. Mientras los observábamos,
nos dimos cuenta que no había ningún sello especialmente
valioso; la mayoría era de ediciones recientes. La inclusión de
bastantes sellos extranjeros, sin embargo, la hacía una colec-
ción original. Viendo todas las imágenes de paisajes, gentes y
animales de todos los colores y variedades, mirar los sellos es
igual que ver las viñetas de las historietas infantiles a través de
una pequeña ventana. Y el maestro Wang Liping era suma-
mente encantador cuando se olvidaba de sí mismo, y señalaba
este sello o el otro. Parecía como si hubiese recibido mucho
correo y no pudiese tirar aquellas preciosas imágenes, de mo-
do que las guardaba cuidadosamente.
Nunca imaginamos que este taoísta de la Completa Rea-
lidad tuviese semejante aficción. Sabíamos que gustaba mu-
TRASCENDIENDO LA SABIDURÍA .. 391
cho de los niños, y que se sentía un poco inquieto si pasa-
ban muchos ~ías sin haber tenido la oportunidad de jugar
con alguno. S1 la gente trae niños cuando vienen a visitarlo
con frecuencia el maestro ignorará inconscientemente a lo~
adu~tos y se dirigirá primero a los niños. Ama la inocencia, y
se siente sobremanera triste por las cosas que puedan herir a
los niños.
Una vez cuando montaba en bicicleta por la ciudad, el
maestro Wang Liping se encontró con una escena en la que
un grupo de niños de la escuela primaria estaban barriendo
las calles y' limpiando las fachadas de los establecimientos
mientras que los adult!=>s se quedaban mirándolos de cerca'.
Al ver .aquello, el rostro del maestro se frunció con disgusto,
y redujo la velocidad. En la esquina siguiente había unos ni-
ños bombeando aire en las ruedas de las bicicletas de los que
pasaban.' ?'1uchos de los cuales se habían detenido en espera
del servic10 aun cuando no tenían necesidad de ello. Viendo
a los niños resoplando bastante agotados, mientras los adul-
t~s se quedaban parados gesticulando, el maestro Wang Li-
pmg se detuvo y se abrió paso a través de la multitud. Sa-
cando un paño para secar el sudor de la frente de una de las
niñas, le dijo:
-Bueno, pequeña, tu estás cansada. ¿Por qué no te vas a
descansar mientras tu tío toma tu lugar durante un rato?
Al oírlo, los adultos se dispersaron, llevándose sus bici-
cletas, que de todas maneras nunca habían necesitado aire.
Creemos que la impresión que causó sobre la niña el
~~estro Wang Liping aquel día fue más bella que la que reci-
b10 cuando le asignaron la tarea.
¡Esperemos tan sólo que la inocencia del corazón perma-
nezca en este mundo para siempre!
 19
Saliendo en misión

EJ
N AÑOS RECIENTES, China ha sido testigo de un
resurgimiento sin precedentes del interés por la cul-
tura tradicional, con la popularización de las artes
marciales tradicionales y de toda suerte de prácticas benefi-
ciosas.
Mientras este resurgir tenía lugar por todo el país, el
maestro Wang Liping no se dio a conocer. Todavía seguía
yendo a trabajar diariamente, como hacía todo el mundo.
Hablaba poco y tenía siempre una amable sonrisa en su cara.
En lo que concernía a sus compañeros de trabajo, él era un
trabajador normal y diligente. Cuando regresaba a su casa so-
lía cuidar a los ancianos, hacía algunas tareas domésticas y,
ocasionalmente, tomaba a su hijo sobre los hombros y salía a
hacer algunas compras. Para sus vecinos, aparecía como un
buen joven, contento con su suerte y siempre feliz, respetuo-
so con los mayores y amable con los jóvenes.
Algunas veces, cuando se presentaba alguna enfermedad
seria o ocurría algún desastre de menor importancia en la ve-
cindad, o cuando algún compañero de trabajo tenía algún
problema, el maestro Wang Liping invariablemente se pre-
sentaba con palabras de consuelo. Lo extraño era que aque-
llas enfermedades, dificultades, problemas o lo que fuera y se
disolvían entonces de manera desconocida. De vez en cuan-
do, la gente se preguntaba acerca de esto, y también lo hacían
394 LA PUERTA DEL DRAGÓN
al maestro Wang Liping, pero él disimulaba, de manera que •
nadie sabía con certeza si había o no alguna «medicina en la
calabaza».
No obstante, este Caminante de la Completa Realidad no
se desentendía de la popularización de la cultura china tradi·
cional, observando la dirección la tendencia que ésta iba to·
mando. En ocasiones los maestros de la energética Qigong
daban clase en las cercanías, y el maestro Wang asistía a ellas,
pagando los honorarios y sacando el dinero de su menguado
salario y sentándose silenciosamente entre la audiencia. Ni
una sola vez estos maestros de Qigong se percataron de la
presencia de un auténtico adepto entre los asistentes.
El maestro Wang Liping estaba llevando a cabo un exa-
men de la situación y un estudio de la actualidad. A través de
la interacción con otros miembros del público asistente, llegó
a comprender más acerca de las condiciones prevalecientes y
sobre lo que pensaba la gente en ese momento. En su pecho
se urdía un plan maestro. Las comunicaciones con sus maes-
tros lejanos se tornaron más frecuentes ahora. Estas comuni-
caciones no eran escritas. Incluso mientras hacía su trabajo,
dentro de su pecho mantenía comunicaciones espirituales a
distancia y constantemente remitía de vuelta sus propios pen-
samientos.
Finalmente, llegó una hora crítica.
Se habían popularizado una buena cantidad de métodos
tradicionales sobre entrenamiento físico bajo el nombre de
Qigong o energética; en consecuencia, el Qigong se convirtió
gradualmente en una forma socialmente aceptada.
Las condiciones eran adecuadas para llevar a la gente a
niveles todavía superiores.
Había llegado el tiempo para revelar los métodos avanza-
dos mantenidos en secreto durante mil años por la rama de la
Puerta del Dragón del taoísmo de la Completa Realidad.
Hacia el año 1985, la confusión y la crisis se ocultaban
en el fenómeno de popularización del Qigong. Mezclando
peces con dragones, era difícil discernir lo que había de ver-
dad de lo que había de falso. En algunos lugares, existían in-
SALIENDO EN MISIÓN 395
cluso impostores descarados que aseguraban representar la
escuela de la Puerta del Dragón, habiendo robado ese nom-
bre para engañar al mundo.
El maestro Wang Liping aguardaba tranquilamente la or-
den de sus maestros, preparándose para salir del anonimato.
El Caminante del Infinito, que ahora tenía ciento cinco años,
envió el mensaje a Wang Liping: aparece ahora para llevar a
cabo el Camino, basándote correctamente en su origen puro.
Difunde los métodos clásicos de trabajo interior mantenidos
en la Puerta del Dragón del taoísmo de la Completa Realidad,
esparciendo el Gran Camino por toda la Tierra. ·
Así pues, el Transmisor de la decimoctava generaclón de
la Puerta del Dragón, heredero de las artes clásicas de la Joya
Espiritual del trabajo interior para ~l desarrollo de las capaci-
dades mentales, tras haber estudiado y practicado durante
quince años y guardado el Camino durante ocho primaveras
y más; habiendo vivido en silencio durante veintitrés años en
total, Wang Liping, apareció finalmente en el mundo como
realmente era.
En el rincón sudoeste de Pekín la magnifica capital de
China, se encuentra el Observatorio de la Nube Blanca, el
más grande establecimiento taoísta en la China moderna. Es-
te observatorio es uno de los tres grandes asientos de la Puer-
ta del Dragón del taoísmo de la Completa Realidad. A finales
de la dinastía Song y comienzos de la Yuan, el maestro de la
Eterna Primavera, Qiu Chuji, fundador de la secta de la Puer-
ta del Dragón, comenzó aquí a predicar el Camino, populari-
zando la enseñanza de la Completa Realidad. Ocho siglos
después, el sucesor de la decimoctava generación del maestro
de la Eterna Primavera, Wang Liping, vino a este lugar, pre-
sentó sus respetos a su antecesor espiritual, y seguidamente
se fue a los ocho grandes lugares, en las colinas occidentales,
donde deseaba organizar clases a gran escala sobre las artes
clásicas de las Joyas Espirituales de trabajo interior para el
desarrollo de las capacidades mentales.
Se estableció un lugar para la práctica en el Templo del
Mundo Fragante, uno de los ocho grandes lugares. Rodeado de
396 LA PUERTA DEL DRAGÓN
verdes montañas por sus cuatro costados, sumergido entre nu-
bes y neblina, el Templo del Mundo Fragante surge de entre la
niebla a la luz del amanecer. El templo había estado desde ha-
cía mucho tiempo sin un abad que lo mantuviese limpio, de
manera que estaba lleno de telarañas y de polvo. El maestro
Wang Liping fue hasta allí, limpió las habitaciones, y luego se
sentó toda la noche en cada uno de los edificios, examinándo-
los por completo, liberándolos de la humedad acumulada, de
manera que el templo pudiera acoger adecuadamente a los
más de cien estudiantes que iban a participar en la clase.
Transmitir ejercicios de meditación a semejante grupo nu-
meroso de personas diversas, que incluía tanto hombres como
mujeres, viejos y jóvenes todos mental y físicamente diferen-
tes, constituía una empresa sin precedentes. Enfrentándose a
estudiantes de las distintas regiones de China, el maestro
Wang Liping primeramente. quiso poner en claro ciertas per-
cepciones que podían estar confusas, presentando una intro-
ducción del origen básico a los asistentes. Haciendo una breve
referencia a las dudas que le inspiraba el popular Qigong, el
maestro continuó definiendo tres estados de energía:
-La cosa más importante en las artes higiénicas taoístas
es comprender la Naturaleza y obedecer las leyes naturales.
La gente nace en la Naturaleza y existe entre el cielo y la Tie-
rra, de manera que tenemos una relación inseparable con la
Naturaleza. La modalidad principal de esta relación es la
energía. Por ello, Lao Tse dedujo esta fórmula: la humanidad
emula a la Tierra, la Tierra emula al cielo, el cielo emula el
Camino, y el Camino emula a la Naturaleza.
»Hoy en día todos hablan acerca de la energética, pero en
tiempos antiguos no existía tal término. Hay diferencias, ade-
más, en el uso de la palabra "energía". En términos concretos,
existen tres clases de energía.
»La primera clase es la energía respiratoria, la energía en
la atmósfera natural. Ésta no tiene- forma, no tiene leyes que
la gobiernen, no tiene un curso establecido. Es una energía
que existe en el cuerpo humano así como en la Naturaleza,
participando y circulando interna y externamente.
SALIENDO EN MISIÓN 397
»La segunda clase de energía es una sustancia sutil intrín-
seca al cuerpo humano; es el flujo de poder dentro del cuer-
po. Aunque es imperceptible e intangible, no obstante tiene
masa y contiene partículas, las cuales pueden ser medidas
mecánicamente. Ésta es materia sustancial y, sin embargo, ca-
rece de forma. Esta energía es la llamada «energía verdadera»
de la cual hablamos comúnmente.
»La tercera clase de energía es la energía luminosa, que es
también un flujo de potencia dentro del cuerpo, constituido
por partículas. Esta energía luminosa posee radiación y des-
prende calor; ciertas personas pueden percibirla cuando ema-
na, y se la puede utilizar para emitir ondas electromagnéticas
formando un "campo magnético" .Hue se emplea en la cura-
ción de enfermedades. ·
»A estos tres tipos de energía, que corresponden a dife-
rentes niveles de logros prácticos, se les puede hacer que se
transformen unos en otros y que interaccionen entre sí. La
práctica comienza con el entrenamiento de la energía natural,
llegando a percibir la realidad del cuerpo humano en el con-
texto de las leyes de la Naturaleza. Cuando el poder del traba-
jo interior de uno alcanza un cierto nivel, la primera clase de
energía se transmuta en la segunda. Con la práctica continua-
da, la segunda clase de energía se transmuta en la tercera. Es
entonces cuando la práctica ha alcanzado un nivel avanzado.
»Cuando el segundo tipo de energía se transmuta en el
tercero, pueden ocurrir algunas reacciones, tales como la abs-
tinencia de cereales, carne, tabaco, alcohol, té, etc. En ese
momento, se requiere de una orientación cuidadosa; d~ otra
manera sería fácil desperdiciar el esfuerzo que uno ha hecho
y rendirse en mitad del camino. En resumen, si se desea
transmutar el segundo tipo de energía en el tercer tipo de
energía, se necesita practicar ejercicios pasivos, porque no
existe forma de lograr esto mediante ejercicios activos.
»En la práctica de los ejercicios pasivos, lo más impor-
tante es cultivar las ."cuatro direcciones" del cuerpo humano:
delante, detrás, izquierda y derecha. Lo externo que entra es
la combinación de espíritu, intención y el primer tipo de
398 lA PUERTA DEL DRAGÓN
energía. Lo interno que sale es la combinación de espíritu, in-
tención y el segundo tipo de energía. La emanación de ener-
gía hacia fuera es la combinación de espíritu, intenéión y el
tercer tipo de energía.
»Para resumir los puntos expuestos, el primer tipo de
energía lo constituye la respiración natural en el cuerpo de la
Naturaleza. El segundo tipo es el misterio del universo en el
cuerpo humano. El tercer tipo de energía es el secreto de cul-
tivar la realidad y alcanzar la magia.
»Las maravillas de la higiene taoísta se encuentran en las
energías infinitamente prodigio6as de los tres niveles mencio-
nados.»
Escuchando estas palabras, las mentes de los estudiantes
se abrieron. El maestro Wang Liping sabia que las teorías
taoístas se derivan de una praxis que viene desde muy anti-
guo y en las que intervienen tanto el cuerpo como la mente,
y que fueron descubiertas a través de una minuciosa observa-
ción y una comprensión directa. Limitarse a escuchar el prin-
cipio equivale todavía a quedarse vacilando a las puertas de la
casa. Si uno desea atravesar esa puerta y continuar hasta el
salón de entrada y luego seguir hasta el dormitorio, realizan-
do el profundo significado que se halla en las palabras super-
ficiales, no hay otra posibilidad sino la de cultivar la purifica-
ción intensamente.
Por las mañanas el maestro Wang Liping daba conferen-
cias; por las tardes y noches dirigía a los estudiantes en la
práctica. En lo posible, les enseñaba utilizando los métodos
que había aprendido de sus maestros. En términos generales,
en los ejercicios pasivos que constituyen el trabajo sobre la
esencia, el sentarse con las piernas cruzadas es el aspecto más
dificil y doloroso\Se hace necesario mantener relajados el
cuerpo, la posición, los huesos, el pensamiento, la atención y
.la perspectiva, incluso en medio del más intenso dolor; cierta-
mente no es una cosa fácil. Cuando comenzaron esta práctica,
algunos de los estudiantes no comprendían la sutileza.interna
de todo ello; tras permanecer breve tiempo sentados, sentían
tal dolor que no eran capaces de equilibrar su voluntad. Míen-
SALIENDO EN MISIÓN 399
tras alentaba a cada uno de ellos a perseverar y a no abando-
nar la postura, el maestro Wang Liping les daba una explica-
ción en los siguientes términos:
-Sentarse con las piernas cruzadas para practicar el tra-
bajo interior es algo sumamente doloroso; permanecer senta-
dos hasta desmayarse es lo que señala el limite. Lo esencial del
logro afirma que incluso los hombres de hierro encuentran di-
ficil soportarlo, pues es más fuerte que cualquier otro dolor.
El dolor no mata, no obstante, no le deja vivir a uno. Asf
pues, ¿cuál es la ventaja de soportar semejante dolor? Tiene el
propósito de permitir que la persona conozca que más allá de
este mundo de personas, acontecimientos y cosas, que hemos
atravesado dolorosamente, existe el i;¡:mndo del cielo, la Tierra
y la humanidad, que también debe ser atravesado dolorosa-
mente. Debemos experimentar una vez ese dolor. Si podemos
superarlo, podremos soportar después cualquier otro. De he-
cho, la gente lo consigue. En caso contrario-, eso significa que
tienen una voluntad débil, y que necesitan utilizar el pensa-
miento para controlar la voluntad. Cuando uno comienza a
sentarse con las piernas cruzadas, es esencial cuidar los hue-
sos y la médula, asf como cambiar la cualidad de la sangre,
en preparación para los ejercicios de purificación de los cinco
elementos y para la apertura de la médula. Tras un año o dos
de sentadas, la dulzura emerge a partir de la amargura, y pa-
rece entonces como si se hubiese ¡*netrado en otro mundo.
Estas palabras son suficientemente sencillas como para
comprenderlas en forma superficial, pero, de acuerdo con el
maestro Wang Liping, los principios que subyacen detrás de
ellas únicamente pueden ser dominados atravesando las difi-
cultades una y otra vez, muriendo y volviendo a renacer múl-
tiples veces. Enseñaba según su propia experiencia personal,
de manera que todo aquello sonaba excepcionalmente intimo
y sencillo. Mientras hablaba y refa, conducía a la gente hasta
la puerta de las misteriosas maravillas.
Cultivar la purificación resulta extremadamente doloroso,
y no puede realizarse en un solo dfa. Sobre la base de la me-
todología experimental transmitida durante más de once si-
400 LA PUERTA DEL DRAGÓN
glos, el maestro Wang Liping enseñaba con un adecuado
control, comenzando por los fundamentos, a diferencia de
los autoproclamados «maestros Qigong», quienes afirman
enseñar una suerte de métodos rápidos de energética. Wang
Liping se preocupaba también de que los nuevos estudiantes
pudiesen sentirse demasiado ansiosos y no fuesen capaces de
soportar el dolor de la soledad, de manera que de vez en
cuando realizaba algunas artes menores, agregando algo de
diversión a la vida de práctica, y proporcionando una oportu-
nidad para que los que estuviesen alerta pudiesen llegar a la
comprensión de ciertos principios.
* * *
Pekín en junio es agobiantemente calurosa, de tal mane-
ra que uno sigue transpirando incluso sin caminar ni mover-
se. El lugar de la práctica era un salón en el templo aproxi-
madamente del tamaño de una sala de clase, repleto con más
de un centenar de personas sentadas. Además, las puertas y
ventanas fúeron herméticamente cerradas de tal manera que
el ambiente quedó .aislado de cualquier circulación de aire,
de la misma forma que lo estuvo el agujero en la tierra donde
el maestro Wang Liping se sentó y practicó en su juventud.
Los estudiantes estaban todos empapados en sudor, como si
hubiesen entrado en un b!ño de vapor. Incluso los cojines
sobre los que se sentaban se mojaron. Todos ellos se sentían
incómodos boqueando y jadeando.
El maestro Wang Liping les pidió que abrieran las manos
y las colocaran con las palmas hacia arriba sobre sus rodillas,
y que pusieran atención a los cambios de temperatura que
rodeaban al universo de sus propios cuerpos. A medida que
hablaba, se agachó ligeramente y balanceó sus manos con
suavidad adelante y atrás como si fuesen abanicos, murmu-
rando algo entre sus respiraciones.
Transcurridos uno o dos minutos, comenzó a sentirse
una corriente de aire en la sala. Poco después, se sentía como
si todas las puertas y ventanas se hubiesen abierto de par en
SALIENDO EN MISIÓN 401
par y oleadas de fresca brisa estuviesen atravesando la habita-
ción; cada brisa era más fresca que la anterior. Luego de siete
u ocho minutos, el terrible calor se había dispersado, y la
transpiración en las caras y cuerpos de los estudiantes se fue
secando gradualmente hasta que se enfriaron. En un parpa-
deo de ojos, un ambiente caliente como el vapor se había
vuelto fresco como la cueva de una montaña en la que hubie-
se un manantial de agua corriente. Algunos de los estudiantes
no podían creer que aquello estuviese sucediendo realmente;
abriendo los ojos subrepticiame~te, y mirando a su alrede-
dor, pudieron comprobar que las puertas y las ventanas con-
tinuaban cerradas como antes; ni una sola brizna de aire ha-
bía penetrado. Todos los estudiantes.. permanecieron sentados
con los ojos cerrados, y con sonrisas de satisfacción en sus
rostros.
Entre los que echaron la ojeada se hallaba uno de nosotros.
En ese momento no nos pudimos imaginar cómo una perso-
na podía hacer descender la temperatura en una sala tan
grande en tiempo tan breve. Posteriormente, al aprender los
ejercicios de equilibrio, descubrimos que cuando uno puede
practicar con un ser puramente yin, como lo es una serpien-
te, hasta el punto de conseguir el equilibrio, sólo entonces,
puede ser teóricamente plausible que uno sea capaz de tomar
las puras energías yin de la serpiente e irradiarlas, o que un
humano sea capaz de emular la capacidad de las serpientes
para emitir energía yin y refrescar el aire.
A medida que iban ocurriendo sucesos más y más extraor-
dinarios, las perspectivas de los estudiantes se fueron expan-
diendo considerablemente. Pero todo era sumamente dificil de
penetrar y de comprender. Unas cuantas personas tuvieron
sueños, principalmente sobre el maestro Wang Liping. Lo ex-
traño era que cuando el sujeto de los sueños se sumaba a la
conversación del día siguiente, comprobaba que muchos mu-
chos habían soñado lo mismo. Algunas veces durante varias
noches seguidas se presentaban sueños que eran como novelas
por entregas, un capitulo seguido de otro. Cuando se le pre-
guntó acerca de esto, el maestro Wang Liping dijo sonriendo:
402 LA PUERTA DEL DRAGÓN
-Puede ser que todos ellos estén haciendo trabajos en
grupo durante el sueño. Cuando el pensamiento se ejercita al
unísono entre varios, la probabilidad de que diversas perso-
nas tengan el mismo sueño se acrecienta en alguna medida.
La mayoría de los estudiantes acudían con la aspiración
de mejorar su bienestar físico y no observaron este fenómeno
profundamente, ignorando con ello una experiencia de gran
valor científico. En realidad, la utilización de los sueños para
transmitir un estado de atención es una de las artes de los ve-
hículos superiores de la rama de la Puerta del Dragón. El ma-
estro Wang Liping aprovechó la oportunidad que le propor-
cionaba la clase para realizar un experimento, haciendo que
cierto número de personas tuviesen el mismo sueño al mis-
mo tiempo. Anteriormente había llevado a cabo tales experi-
mentos solamente con sus propios maestros; debido a que los
ancianos sabios y su sucesor se hallaban en un alto nivel de
desarrollo, podían intercambiar pensamientos en sueños y
llevar a cabo conversaciones sin palabras. Pero ninguno de
sus predecesores habla realizado nunca un experimento con-
creto sobre el control simultáneo del pensamiento con la par-
ticipación de un cierto número de personas; esta responsabi-
lidad recayó en los hombros del maestro Wang Liping. Inclu-
so hoy día se encuentra todavía involucrado en la
exploración e investigación de este tema.
Nos encontramos en tales situaciones más de una vez; evi-
dentemente, el maestro Wang Liping entraba en nuestros sue-
ños, actuando y hablando con gran claridad. Podíamos recor-
dar lo que hizo y dijo, y más tarde comprobábamos que todo
lo que habíamos soñado era cierto; de manera que sospecha-
mos que el maestro Wang nos estaba transmitiendo vivencias
por medio de los sueños. Cuando nos hallábamos frente a él y
le preguntábamos, decía no saber nada acerca de ello.
Creemos que cualquier persona que tenga un contacto relati-
vamente amplio con el maestro Wang Liping puede haber te-
nido tales experiencias. Estos fenómenos ilustran cómo per-
sonas de elevados logros pueden realizar cosas consciente-
mente mientras se hallan en un estado inconsciente. ¿Cómo
SALIENDO EN MISIÓN 403
podemos clasificar tales fenómenos espirituales? Da la impre-
sión de que ciertos conceptos psicológicos occidentales tales
como el consciente y el inconsciente son insuficientes para
analizar los niveles de la conciencia del cerebro de las perso-
nas cultivadas.
* * *
Tras medio mes de práctica en el templo de la montaña,
el maestro Wang Liping les avisó a los estudiantes que en
breve aparecerían por allí ciertos animalitos. Les dio instruc-
ciones de que no deberían temer a esas pequeñas criaturas; y
agregó que los animales se irían por su propia voluntad. Al-
gunos de los estudiantes se lo creyemn a medias y otros du-
daron de ello; pero al día siguiente el templo se había conver-
tido en una casa de fieras. Una por una comenzaron a apare-
cer ratas y comadrejas, como surgiendo de la nada, jugue-
teando sin temor en plena luz del día. También invadieron la
sala de prácticas; después que la clase llevaba cierto tiempo
practicando una sentada tranquila, un grupo de roedores
irrumpió en la sala, corriendo de un lado para otro entre los
cojines que servían de asientos; algunos de ellos se metian
dentro de .los zapatos, como si hubiesen encontrado algo de-
licioso en el calzado. Las serpientes se deslizaban sobre los
marcos de las ventanas, algunas metían sus cuerpos para ex-
plorar todas l~s grietas de los rincones del salón, como si es-
tuvieran empeñadas en olfatear alguna cosa. Un sorprendente
número de tejones hicieron también su aparición, suspicaces
y nerviosos. Algunos estudiantes que estaban practicando la
meditación de pie bajo los árboles aquella noche, se encon-
traron a los tejones inmóviles, alzados frente a ellos cuando
abrieron los ojos al coi:icluir el ejercicio.
El maestro Wang Liping explicó a los estudiantes que la
práctica del trabajo interior puede atraer a los animales pe-
queños. Esto no es superstición; existe un principio científic.p
que sustenta este fenómeno. Todas las cosas en los planos de
«personas, acontecimientos y cosas» y de «cielo, Tierra y hu-
404 LA PUERTA DEL DRAGÓN
manidad» poseen su propio «campo», el cual puede radiar
«ondas» de una frecuencia específica capaces de establecer
relaciones con el medio ambiente. Estos innumerables cam-
pos diferentes integran una totalidad, aunque son a la vez in-
dividualmente independientes. Debido a su unicidad, el uni-
verso entero es una totalidad; a causa de su individualidad
independiente, todas las cosas y todos los seres son distintos.
Cuando un grupo de practicantes ha estado cultivando la pu-
rificación conjuntamente durante muchos días, la constitu-
ción y las capacidades del cuerpo humano experimentan
cambios, y lo mismo ocurre con la frecuencia de las oµdas de
energía que emite. Cuando la frecuencia de estas ondas ener-
géticas coincide con la emitida por los pequeños animales,
entonces los animales espontáneamente s~ reúnen alrededor,
como si olfatearan un alimento atractivo.
En realidad, existen principios de química, física y biolo-
gía involucrados en esto. Expandiendo estos principios, si las
personas prestan atención a los cambios mínimos y sutiles
que se llevan a cabo en el interior del cuerpo mientras se en-
cuentran sentados con las piernas cruzadas, esto les capacita-
rá para sentir los cambios sutiles en las frecuencia de vibra-
ción sobre la superficie de la Tierra. El ejercicio de equilibrio
que consiste en mantenerse de pie con la espalda apoyada en
un árbol, bañándose en su energía, está buscando asimilar su
«campo» al «campo» del árbol; si los animales pequeños
practican también su cultivo en la presencia de seres huma-
nos, eso significa que también ellos están sintonizando su
«campo» de energía.
De esta manera, las gentes en los tiempos antiguos utili-
zaban de forma consciente, tanto la variabilidad como la con-
sistencia de los campos energéticos con el fin de estimular las
capacidades latentes en los seres humanos.
Siendo un taoísta moderno de la Completa Realidad, y
tratándose de un maestro que ha alcanzado una realización
profunda de la esencia del pensamiento taoísta, Wang Uping
utiliza un lenguaje moderno aceptable para expresar el pen-
samiento del Camino. En el proceso de absorber la teoría
SALIENDO EN MISIÓN 405
científica moderna, y en una época en la que las civilizacio-
nes oriental y occidental han venido convergiendo, ha llega-
do a percibir muy agudamente las limitaciones de la ciencia
moderna, y precisamente en ello subyace el ímpetu que res-
palda su dedicación a la diseminación de la cultura taoísta.
* * *
Tras la conclusión de la clase del templo del Mundo Fra-
! j
gante en Pekín, el maestro Wang Uping desapareció para irse
1
a la Caverna de la Eterna Primavera en el monte Lao, donde
les comunicó a sus maestros su experiencia y sus nuevas im-
presiones y comprensión. También les pidió instrucciones en
relación con algunas enfermedades p,roblemáticas que había
encontrado. Los ancianos maestros estaban encantados de ver
cómo su discípulo había madurado y cuán perfectamente es-
taba soportando la gran responsabilidad propia.
Wang Uping permaneció con sus ancianos maestros du-
rante varios días. Durante las clases había estado dirigiendo
ejercicios, curando dolencias y dando conferencias, consu-
miendo una gran cantidad de energía. Después de varios
días, ya se había recuperado. Al tiempo de marcharse, le dio
todo el dinero que había recibido como honorarios de clase
al gran maestro, para la oportuna realización del deseo que
éste albergaba de construir un lugar para la diseminación del
Camino.
El gran maestro le reprendió:
-Aunque has alcanzado el Camino, no has dejado toda-
vía la sociedad ordinaria. Tú vives en el mundo normal, y tie-
nes una familia extensa con necesidades materiales. Después
de este inicio, tendrás que tratar con un creciente número de
huéspedes, que te demandarán unos gastos considerables.
Nuestro trabajo, en cambio, se encuentra ahora más allá del
mundo; vivimos en el mundo del Camino. El Cielo y la Tie-
rra nos proveen de un soporte adecuado. ¿Para qué necesita-
mos el dinero?
El gran maestro quiso que Wang Liping tomase el dinero
nuevamente, pero éste rehusó hacerlo.
406 LA PUERTA DEL DRAGÓN
En las siguientes ocasiones, a la conclusión de cada clase,
siguiendo las normas, la brigada comunista de trabajo que es-
taba a cargo se llevaba la mayoría de los ingresos. Wang Li-
ping se quedaba con la pequeña parte de las ganancias obte-
nidas tan penosamente, después de descontar los gastos; una
cantidad que llevaba a la montaña para entregársela personal-
mente al gran maestro. Incapaz de hacerle cambiar de opi-
nión, este maestro no pudo hacer otra cosa sino aceptarlo; es-
taba conmovido ante el carácter de Wang Liping y su forma
de respetar a sus maestros y servir al Camino.
* * *
Soportando la pesada responsabilidad de extender la cul-
tura taoísta, atento a las expectativas que sus maestros tenían
puestas en él, una vez que arrancó, el maestro Wang Liping
ya no podía ser detenido. Durante años ha viajado de norte a
sur dando numerosas clases y seminarios en Wushun, Shen-
yang, Pekín, Shijiazhuang, Sían, Wuhan, Guanhzhou, Nan-
kíng, Jinhua, Shanghai, y en otros lugares, ofreciendo la esen-
cia de la cultura tradicional aprendida a través de indecibles
dificultades veinte afios antes a lo largo de los caminos con
sus maestros, y trabajando diligentemente en la reactivación
de la cultura tradicional china en el mundo.
Conservando un profundo sentimiento por su ciudad
natal, tan pronto como regresó del monte Lao, el maestro
Wang Liping organizó la segunda clase sobre las artes inter-
nas del desarrollo mental de las joyas Espirituales. Esta vez,
teniendo como asistentes a más de cuatrocientos ancianos de
la localidad, el maestro Wang Liping ejerció toda su fortaleza
para establecer un campo de energía para todos ellos e intro-
ducirlos junto con él en los ejercicios internos, a fuerza de
atraerlos dentro de su poder interior. Al llegar la etapa final
de la clase, habían surgido varios grados de capacidad laten-
te en una cuarta parte de los estudiantes, habiendo tenido
una reacción de relativa sensibilidad a la apertura del ojo ha-
cia el cielo. Posteriormente, el maestro Wang Liping llevó a
SALIENDO EN MISIÓN 407
estos estudiantes a un lugar desde donde se apreciaba un be-
llo paisaje, haciéndoles que se sentaran tranquilamente alre-
dedor de la cima de una colina que permitía una vista am-
plia. Allí les pidió que cerraran los ojos, que mirasen directa-
mente al frente, y que recordaran lo que estaban viendo.
Pasadas un par de horas, el maestro Wang Liping les dio ins-
trucciones para concluir el ejercicio; sin permitirles que ha-
blaran entre ellos, les hizo escribir sus visiones respectivas.
Después de un rato, los más de cien estudiantes le entrega-
ron sus informes. Según el resultado, la mayoría de ellos ha-
bía visto una escena de una batalla. Más de. treinta de ellos
dieron una descripción detallada de la gente, los uniformes,
banderines, formaciones de batalla y.~ambios en el curso de
las acciones, exactamente como si todo lo hubiesen experi-
mentado ellos mismos. Estos treinta testimonios, además,
describían las mismas escenas básicamente; sin haber media-
do ninguna discusión previa, muchas personas lo escribie-
ron en términos similares, diciendo que había sido como
una pesadilla de terribles matanzas.
Tal acontecimiento se encuentra registrado en los libros
de historia. En el año 1618, los manchúes nurhachi atacaron
tres ciudadelas chinas a causa de motivos de «siete quejas im-
portantes» que mantenían contra el gobierno chino de la di-
nastía Ming. Ese abril, el presidente del ministerio de la de-
fensa chino condujo un ejército contra las tropas manchúes,
entablándose una sangrienta batalla. El ejército ming fue diri-
gido tan pésimamente que «murieron más de diez mil, no
quedando más de uno o dos sobrevivientes de cada diez».
Las tres ciudadelas y el territorio anexo se perdieron, y el po-
der de la dinastía Ming entró en un pronunciado declive.
Existe un registro relativamente detallado de esta batalla,
y la comparación posterior de las descripciones que se hallan
en él en cuanto a los uniformes y emblemas, con la que vie-
ron los estudiantes en sus visiones, indicaría que éstas se tra-
taban realmente de escenas de esa batalla.
El maestro Wang Liping nos habló de este incidente en
los siguientes términos:
408 LA PUERTA DEL DRAGÓN
-La reaparición de un antiguo campo de batalla ofrece
tres posibilidades. Una es que con mi guía los estudiantes in-
virtieron el flujo del tiempo, retrocediendo más de trescientos
setenta años para ser testigos de la escena de una batalla co-
rrespondiente a esta era. Otra es que las escenas de pasadas
guerras permanezcan todavía en el universo de alguna mane-
ra, y sea posible, para nosotros, captarlas de un modo espe-
cial. La tercera posibilidad es que utilicé un arte taoísta para
proyectar una escena ante los estudiantes, exactamente igual
a cuando hago que tengan el mismo sueño. Lo que deseo de-
cir es que, con seguridad, yo no proyecté ninguna escena; y
aun si lo hubiese hecho, ¿de dónde procedía la escena que
proyecté? Por lo tanto, pueden eliminar la tercera posibilidad,
y escribir acerca de los conceptos de tiempo y espacio y de
las modalidades de la existencia material.
* * * todavía tenía que ocuparse de varios cientos de estudiantes,
En mayo de 1986, ante la invitación de la Asociación pa-
ra l~ Investigación Científica de la Energética en China, el
maestro Wang Liping dirigió una ve2 más un taller en las
montañas al oeste de Pekín, al que asistieron más de trescien-
tas personas de todo el país. A lo largo del curso de cuarenta
días de conferencias y ejercicios, el maestro se reunió con sus
estudiantes durante las comidas y permaneció con ellos todo
el tiempo. Éstos le plantearon todos sus problemas pequeños
y grandes, desde enfermedades crónicas a asuntos del hogar.
Existía una sensibilidad y un sentimiento profundos entre el
maestro y los estudiantes. Con su compasión, alegría, sabidu-
ría y veracidad, y con su gran carácter taoísta, el maestro
Wang implantó la firme creencia en los corazones de sus es-
tudiantes de que aprender el Camino era algo bueno.
Posteriormente, hablando de lo que llegó a comprender
en sus años de experiencia en la enseñanza, el maestro Wang
Liping dijo que para ser un maestro era necesario fundirse
con cada estudiante; uno debe impartir la enseñanza desde la
sensibilidad del sentimiento.
SALIENDO EN MISIÓN 409
Cierto día, durante el desarrollo del taller, varias personas
subieron al monte llevando a una anciana que había estado
sufriendo una parálisis hacía ya varios años. Con más de
ochenta años de edad, la mujer de cabellos plateados, al ver
al maestro Wang Liping, clamó:
-¡Sálvame, bodhisatva!
Esta anciana señora había creído siempre en el budismo y
había respetado el taoísmo. Era una pía y buena mujer, pero
en 1982 se le había presentado un coágulo en el cerebro que
la había dejado completamente paralizada. Tras visitar muchas
de las clínicas más importantes en busca de tratamiento, había
obtenido muy poca mejoría, y todavía continuaba paralizada
de un lado.
Abriendo su ojo celestial, el mal'fstro Wang Liping descu-
brió que su condición no era terriblemente seria, pero que la
señora no había sido tratada a tiempo ni tampoco con el mé-
todo adecuado. Les dijo a los familiares de la paciente que él
de manera que no podía ir a su casa para tratarla; pero que si
podían traerla diariamente, su tratamiento duraría una sema-
na. Los familiares aceptaron de inmediato .
De manera que la anciana mujer acudió diariamente en el
tiempo durante el que el maestro Wang Liping estuvo dando
sus conferencias, sentándose cerca del tablado del orador. Mien-
tras el maestro Wang estaba disertando, liberaba su poder inte-
rior para tratar a la anciana. Absorta en la escucha, sin percatar-
se de lo que estaba sucediendo, al cabo de dos días, la anciana
fue capaz de levantarse y caminar apoyándose sobre algún fami-
liar. Después de.tres días, podía andar por su cuenta lentamente
con la ayuda de un bastón. Pasados cinco días podía valerse por
sí misma. Y al cabo de siete días estaba completamente restable-
cida, y en condiciones de caminar por los terrenos del templo.
Cuando finalizó el taller, la anciana se presentó con toda
su familia, casi una docena de personas, para darle las gra-
cias. Tomando la mano del maestro Wang Liping, dijo:
-Esta enfermedad que tenía no podía haber sido curada
por una persona corriente. El día que lo vi, me pareció como
 410 LA PUERTA DEL DRAGÓN
si estuviese viendo la luz del Buda; entonces supe que estaba
salvada. Cuando era joven sufrí también una enfermedad que
me curó aquí, en este mismo templo, un abad budista que
me transmitió cierta energía espiritual. Ahora que he recibido
energía espiritual de usted, ¡estos viejos huesos pueden po-
nerse en pie nuevamente!
Mienfras hablaba, hizo que su familia se arrodillara en ac-
titud de respeto. Algo confundido, el maestro Wang Liping se
apresuró a arrodillarse para ayudar a la anciana a levantarse,
diciendo repetidamente:
-¡Esto es demasiado!, abuelita, ¡esto es demasiado!
* * * con una sonrisa infantil en su cara. Después de un rato, le-
Los cerca de trescientos estudiantes estaban sentados con
las piernas cruzadas en dos grandes salas contiguas en forma
de T, mientras que el maestro Wang Liping, en la confluencia
de las dos salas, los conducía con su poder interior.
-Todos deben soltar sus ropas y ~flojar el cinturón; con
todo su cuerpo relajado, acomoden su postura apropiadamen-
te. Su espalda debe permanecer derecha, pero no tiesa; relajada
pero no hundida. Dejen que la lengua repose en el paladar su-
perior. Una vez que hayan logrado una base de asiento firme,
cierren los tres yin inferiores. ¡Correcto! Ahora levanten sus ca-
bezas y miren frente a ustedes. Cuanto más lejano, mejor. Ob-
serven si existe un punto brillante y qué color tiene. ¡Está bien!
Concentren gradualmente la luz espiritual en él, y llévenla de
vuelta al punto entre las cejas, que es la «abertura» de la «aber-
tura del ojo hacia el cielo». Luego llévenla aún más adentro ...
Los estudiantes se sentaron derechos, sin moverse en ab-
soluto, de manera que el lugar estaba tranquilo, sin ningún
sonido. Inmediatamente, el maestro Wang Liping extendió
sus palmas, las levantó ligeramente una vez, y luego las sacu-
dió una vez hacia la izquierda y hacia la derecha. De repente,
estos trescientos estudiantes comenzaron a oscilar incontrola-
blemente, como si estuvieran sentados en barquichuelas en
medio de una tormenta en el mar. Enseguida, mientras el
SALIENDO EN MISIÓN 411
maestro Wang hacía como si diese la vuelta a dos monedas
entre sus manos, los estudiantes se estremecieron aún más
intensamente. Algunos oscilaban hacia delante y hacia atrás,
otros asumían graciosas posturas de danza, y otros lanzaban
las manos hacia fuera con movimientos rápidos, algunos se
golpeaban el pecho, y otros hacían una serie de rápidos ges-
tos con sus manos, como expertos de un lenguaje de signos.
Súbitamente, algunos comenzaron a sollozar tristemente;
mientras que otros comenzaron a reír locamente. Ambos sa-
lones se hallaban alborotados.
El maestro Wang Liping se mantenía de pie en el medio,
observando los extraños sucesos que ocurrían a su alrededor
vantó su mano derecha dirigiéndoli. hacia la habitación que
estaba dispuesta de este a .oeste, mientras empujaba su otra
mano ligeramente hacia abajo. Luego se volvió hacia la sala
dispuesta de norte a sur, simulando manipular un par de mo-
nedas mientras pronunciaba ciertos sonidos.
Después de esto, las personas de la mitad oeste que se
hallaban en la habitación orientada de este a oeste se volvie-
ron como locas, gritando y sollozando descontroladamente.
Las de la mitad este, entretanto, parecían haber quedado
exhaustas por el esfuerzo, y sus movimientos se iban toman-
do más y más débiles, mientras que sus agudos gritos se iban
convirtiendo en jadeos, para después tranquilizarse, hasta
quedarse sentados establemente. En la otra habitación reina-
ba ya la calma entre los más de cien estudiantes que se com-
portaban como dóciles ovejas. Algunos estaban dormitando,
otros roncaban suavemente, durmiendo sin prestar atención
para nada a los sollozos y risas en la otra sala.
Transcurridos treinta minutos, el maestro Wang Liping
tranquilizó a las personas que habían estado sollozando y ha-
ciendo ruido, luego pronunció una invocación, tras la cual
los que habían caído en un sueño comenzaron a despertar. El
maestro Wang le pidió a cada uno que se frotara las manos,
que se masajeara la cara, que extendiera las piernas y conclu-
yese el ejercicio.
 412 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Una vez terminaron, los estudiantes coincidieron en pe-
dirle al maestro Wang Llping que les explicase lo que había
sucedido. Feliz como un niño, el maestro les habló acerca del
fenómeno a los estudiantes que le rodeaban: se trataba del
proceso de construcción de un campo de energía, estable-
ciendo una distribución, y efectuando una potenciación,
desarrollado basándose en las antiguas enseñanzas taoístas y
budistas. Existen tres vehículos.
El primer vehículo se llama la disposición aleatoria. Esto
significa que en el momento de la potenciación no existe res-
tricción con respecto a la gente involucrada. No existen re-
glas, y tampoco hay ninguna disposición; se permite que el
poder fluya espontáneamente. Los sollozos y las risas salva-
jes, la gesticulación y la danza, y toda suerte de comporta-
mientos extraños pueden surgir en los afectados. El propósito
principal que subyace tras esto es que quien esté realizando
la potenciación pueda utilizar este cuadro para observar la
naturaleza, el carácter, la mentalidad y las debilidades de los
individuos afectados; de manera que uno deliberadamente
evita interferir.
Pero no es necesario ser una persona altamente desarrolla-
da para producir el efecto de la disposición aleatoria. Fuerzas
externas tales como la fama, el prestigio, la posición social y el
beneficio pueden provocar igualmente que las personas pier-
dan su naturaleza básica, que olviden lo que están haciendo y
que pierdan el control sobre sí mismas. Esto ha confundido
los elementos psicológicos subjetivos de mucha gente. Los
modernos cantantes de pop, por ejemplo, o las actuaciones de
estrellas de cine o de atletas intoxican a muchos jóvenes, pro-
duciéndoles cierta clase de estupor. De manera que la gente
no debe pensar que la inducción de acciones espontáneas en
gran escala es una cosa buena; cuando los que realizan la po-
tenciación son personas altamente desarrolladas, en realidad
esto se convierte en un fenómeno de bajo nivel.
El segundo vehículo se denomina «planteando una dis-
posición». Aquí el que realiza la potenciación comienza por
delinear sectores, lugares y ángulos diferentes, todo de acuer-
SALIENDO EN MISIÓN 413
do con las distintas naturalezas y temperamentos de los indi-
viduos involucrados; sólo entonces se comienza a utilizar la
técnica, enviando a la gente de los distintos sectores hacia es-
tados diferentes. A algunos se les hace mover, a otros gritar, a
otros reír a otros dormir, a otros sentarse tranquilamente, ca-
da uno actuando individualmente sin interferir con el resto.
El que realiza la potenciación es el actor; los miembros de la
audiencia son los sujetos sobre los que se actúa. Es también
posible hacer que un lugar esté frío mientras otro lugar está
caliente dentro de la misma habitación, o hacer que los relo-
j es de algunas personas avancen más rápidamente mientras
que otros lo hagan más lentamente. Todos estos efectos se de-
rivan del mismo principio.
El plano del vehículo más elevado de potenciación se lla-
ma la «mente recibiendo comprensión espiritual». La palabra
y la acción son innecesarias; la sutileza de la operación radica
sólo en la mente. En este punto de intersección existe una
transición desde el movimiento externo al interno, desde éste
al movimiento del espíritu; ambos lados se comunican men-
talmente por medio del espíritu, combinándose en una inefa-
ble comunión.
Finalmente, el maestro Wang Liping explicó que cuando
ocurren movimientos espontáneos del cuerpo durante la
práctica, significa que la energía se encuentra delante y el es-
píritu detrás; el espíritu marcha juntamente con la energía, de
manera que nuestro cuerpo no tiene ningún dueño. El practi-
cante debe hacer que el yo sea el que gobierna, convirtiendo
el movimiento externo en movimiento interno, examinando
los más mínimos y sutiles cambios dentro del cuerpo en me-
dio de una clara quietud.
La Escritura sobre la claridad y la calma dice: «Utilizar
siempre la intención para observar la abertura es movimien-
to; utilizar siempre el desapasionamiento para observar la su-
tileza en la abertura es quietud. Reunir la medicina es movi-
miento; obtener la medicina es quietud.» También dice: «Este
cielo y tierra en el cuei-po responde sensitivamente al cielo y
la tierra fuera del cuerpo, de manera que el cielo y la tierra
414 lA PUERTA DEL DRAGÓN
fuera del cuerpo, por lo tanto, responden al cielo y la tierra
dentro del cuerpo. Cuando el cielo y la tierra dentro del cuer-
po tienen un dueño, la energía del cielo y de la tierra fuera
del cuerpo se enrolla dentro. Si no hay ningún dueño, la
energía del cielo y de la tierra dentro del cuerpo se enrolla
fuera, lo que produce incapacidad para alcanzar el Camino;
en su lugar, existe una pérdida del Camino.» Los taoístas di-
cen: «Mi destino es cosa mía, no del Cielo», pero es esencial
estar de acuerdo con el Camino en todos los aspectos de la
vida, ya sea en términos de la personalidad humana, de la su-
sistencia, del autocultivo o del trabajo. Lo que es importante
es que «el cielo y la tierra en el cuerpo tengan un dueño»,
que uno sea capaz de ser su propio dueño, acumulando pro-
greso y esclarecimiento mediante su propio esfuerzo y refle-
xión, sin perder de vista la naturaleza intrínseca esencial que
se perdería al caer en una adoración ciega.
* * *
La enseñanza del maestro Wang Liping atrajo cada vez a
más gente, hasta el punto en que el templo del Mundo Fra-
gante no pudo alojar a todos y hubo que ocupar otros tem-
plos existentes en las montañas. Cuando éstos se llenaron
también, fue necesario establecer turnos diurnos a los que
asistían estudiantes que venían por las mañanas y regresaban
después de las conferencias y ejercicios. También llegaron
persoms interesad.:ts en el Camino procedentes de Hong
Kong. E incluso cierto número de investigadores japoneses
de fisiología establecieron contacto con esta Asociación para
la Investigación de la Energética China, deseando investigar
este campo.
20
Cargando con una
gran responsabilidad
NA DE LAS TAREAS MÁS IMPORTANTES que los
tres maestros le asignaron ·~ Wang Liping era la de
[]
suplementar y editar el Canon taoísta. El maestro
Wang Liping afirma que el Canon taoísta es como una docu-
mentación de la cultura china; constituye igualmente una en-
ciclopedia de esa antigua cultura.
Este Canon no es un libro de historia que registra los alti-
bajos de las dinastías y de las eras. Su contenido trata de la
relación entre la humanidad y la Naturaleza: cómo está for-
mado el universo, cómo cambia, cómo opera, cómo se desarro-
lla la humanidad, cuál es el origen de ésta, cuál es su destino
y cuál es la posición de la humanidad en el universo. En su-
ma, el Canon taoísta trata de los secretos intrínsecos del uni-
verso y de la vida humana. Investiga estos grandes interro-
gantes por medio de una modalidad especial de pensamien-
to, que redunda en una forma cultural particular, arribando a
algunas conclusiones singulares, las cuales se convirtieron en
la contribución de conocimientos y de sabiduría que el pue-
blo chino o el Oriente, en general, ofrecía a toda la humani-
dad. En este sentido, el Canon taoísta puede ser ·considerado
como una documentación de la cultura china o bien como
una enciclopedia de la antigua cultura de ese país.
El alcance de este Canon es enorme. Ya en los tiempos an-
tiguos se decía que las «artes taoístas eran complejas y polifacé-
 416 LA PUERTA DEL DRAGÓN
ticas». Quienquiera que dijese esto no comprendía la cultura
taoísta; las personas que carecen de la comprensión de esta
cultura dirían también lo mismo en épocas posteriores.
Y sin embargo, considerando la amplitud y los detalles de
la temática de la que se ocupa la cultura taoísta, su literatura
histórica escasamente podría ser considerada como polifacéti-
ca y compleja. Pero la enorme riqueza de literatura histórica
preservada en el Canon taoísta hace que constituya un in-
menso tesoro cultural para las gentes de épocas posteriores.
La historia de la compilación y organización de este ca-
non abarca más de mil años, y comprende numerosos episo-
dios. El profesor Chen Guofu escribió Estudio de los orígenes
del Canon taoísta, para el cual el profesor Luo Changbei escri-
bió el siguiente prefacio a la primera edición:
La compilación del Canon taoísta pasó por tres fa-
ses. Primero fue anotado en los registros de la literatura
en Documentos de la dinastía Han; subsiguientemente
personas tales como Ge Hong, Lu Sinjing, Meng Fashi,
Dao Hongjing, Yuan Siaozhu, Wang Yang y Yi Wencao
lo ampliaron, lo editaron y lo organizaron. Pero aun
cuando el índice había quedado completo, la compila-
ción propiamente dicha no lo estaba. Esto constituye la
primera fase.
Al Canon taoísta se le puso nombre por primera
vez cuando fue editado y organizado durante la era
Kaiyuan de la dinastía Tang, entre el 713 y el 742. Lla-
mado «La preciosa colección de los Tres Canales
Abiertos», comprendía 3.744 pergaminos. Más tarde
fue quemado y desperdigado durante las guerras del
final de la dinastía Tang y en la subsiguiente era de las
Cinco Dinastías. Durante la dina,stía Song, en los tiem-
pos del emperador Taizong (976-997)cy Zhenzong
(998-1022), Xu Xuan, Wangjing y otros realizaron es-
tudios comparativos por mandato imperial, y enviaron
una selección detHulos a la corte. Li, estructura gene-
ral de la colección se hallaba desorganizada, sin em-
,
CARGANDO CON UNA GRAN RESPONSABILIDAD 417
bargo, y existían discrepancias, de manera que fue pa-
sando el tiempo sin que el Canon dispusiera de una
organización consistente según materias. Posterior-
mente, Zhang Junfang comparó distintos textos, eva-
luó las variaciones y, tras varios años de labor, organi-
zó el Canon en una colección de trabajos que constaba
de 4.565 pergaminos. Este trabajo fue llamado el «Te-
soro del Palacio Celestial del Gran Canto», donde las
expresiones «Palacio Celestial» se refieren a números
basados en el sistema de enumeración Clásico de ~os
mil caracteres. Zhang Junfang elaboró también extrac-
tos de lo esencial del Canon, los cuales comprenden
las Siete tiras de bambú en una bolsa de nube. Más ade-
lante, durante la era Chongniiig del reino del empera-
dor Huizong (1102-1106), se envió un edicto imperial
i ! con el fin de buscar los libros perdidos del taoísmo, de
los cuales el consejo de cultura del gobierno poseía
entonces ediciones críticas realizadas por taoístas, in-
crementando el Canon a 5.387 pergaminos. Esto
constituye la segunda fase.
La edición más antigua del Canon de la que se
tenga noticia es fa que fue impresa en el tiempo del
emperador Huizong, conocida como el Canon taoísta
de Wangshou de la era Zhengho. Durante esta época
(1111-1118), los libros taoístas que se hallaban perdi-
dos fueron recuperados y comparados por mandato
imperial, y luego impresos y puestos en circular for-
mando una colección contenida en 540 estuches. Los
bloques de madera utilizados en la impresión todavía
se conservaban en tiempos del emperador Zhangzong
de la dinastíaJin (1190-1208), aunque estaban incom-
pletos. De manera que se realizó una búsqueda de los
textos que faltaban por orden imperial para poder res-
taurar la colección, llevándola a un total de 6.455. Ésta
fue impresa bajo el título de Tesoro de la capital mística
de la gran dinastía ]in. La talla de los bloques de madera
comenzó en 1190 v fue concluida dos años más tarde.
418 LA PUERTA DEL DRAGÓN
En la dinastía Yuan, Son Degang, siguiendo la vo-
luntad de su maestro Qiu Chuji, buscó los libros perdi-
dos, ampliando el canon a más de 7.800 pergaminos.
El tallado de los bloques y la compaginación de textos
paralelos llevó ocho años. El libro resultante fue llama-
do también el Tesoro de la capital mística. Más tarde, en
los reinos de los emperadores Xianzong (1251-1260)
y Shizong (1260-1295), los debates entre buqistas y
taoístas sobre la cuestión de la autenticidad del Hua-hu
jing o «Escritura sobre la conversión de los bárbaros»
condujo a la promulgación de una directiva imperial
que ordenaba quemar el Canon taoísta. Este desastre
de tan largo alcance fue una pérdida considerable.
Un nuevo Canon completo fue reconstituido en
1445, agregándose una continuación del mismo en
1607. En total existen 5.485 pergaminos en 512 estu-
ches. Este Canon fue publicado y se halla vigente toda-
vía. Existieron también algunos libros en manos priva-
das, los cuales sólo conocieron pocas personas. Esto
constituyó el tercer periodo.
(Estudio de los orlgenes del Canon taoísta, Zhonghua
Publishing Co., 1963).
El escrito del profesor Luo es simple y breve, pero ofrece
una visión general de la historia de la compilación del Canon
taoísta que abarca mil años. Ahora tratemos de avanzar un
poco más en toda esta cuestión, ampliando los detalles en
cierta medida.
Ge Hong era un famoso teórico taoísta de la dinastía Jin
oriental (317-419), y autor de El simplón. Según este libro,
existían 670 pergaminos de textos taoístas, así como más de
500 pergaminos de encantamientos talismánicos, elevando el
número de pergaminos a unos 1.200 en total.
Durante la dinastía Liu Song (420-479) existió un famo-
so taoísta llamado Lu Xiujing que reunió una extensa colec-
ción de libros taoístas, la cual clasificó en Tres Canales Abier-
tos, creando los fundamentos para el Canon del que dis-
CARGANDO CON UNA GRAN RESPONSABILIDAD 419
pondrían las generaciones posteriores. Según la obra del pro-
fesor Li Yangzheng Bosquejo del taoísmo (Zhonghua Publis-
hing Co., 1989), Lu Xiujing obtuvo las enseñanzas escritµra-
les de la Suprema Pureza de Yang Xi, y Xu Mi, de manos de
Shu Qizhen en el monte Mao en la Prefectura Jurong, igual-
mente o_btuvo las enseñanzas escriturales de la Joya Espiritual
de Ge Cen de Jurong, y también las de los Tres Seres Augus-
tos. Publicó ediciones críticas de los libros taoístas de las di-
nastías Wei y Jin, identificando en ellos·la orientación y los
consejos, las prescripciones y las medicinas, los encantamien-
tos y los conjuros, enumerando 1.218 pergaminos, aunque
en realidad tan sólo son 1.090. Dividió las escrituras taoístas
en tres secciones: el Canal Abierto a la Realidad, el Canal
Abierto a los Misterios y el Canal Abierto a los Espíritus. La
primera está centrada en las escrituras sobre la Suprema Pu-
reza, la segunda, en las escrituras sobre las Joyas Espirituales,
y la última se centra sobre la literatura de los Tres Seres Augus-
tos. En el año 4 71 Lu Xiujing compiló un índice, el más anti-
guo del Canon taoísta.
En su obra Estudio de los orlgenes del Canon taoísta, el
profesor Chen Guofu cita la Escritura de la situación original
en la siguiente forma: «El Canal Abierto hacia la Realidad
significa el no adulterio, el Canal Abierto hacia los Misterios
se refiere a la no obstrucción, y el Canal Abierto hacia los
Espíritus funciona inconcebiblemente. Por lo tanto, "abierto"
significa compartir; los Tres Canales Abiertos, superior e in-
ferior, comparten su significado esotérico. El Canal Abierto
hacia la Realidad trata sobre el secreto de la espiritualidad
sin adulteración; de ahí el término "realidad" El Canal Abier-
to hacia los Misterios trata sobre crear los cielos y establecer
la tierra, función efectiva no obstruida; de ahí el término
"misterio". El Canal Abierto hacia los Espíritus trata acerca
de la invocación y el control de fantasmas y espíritus; sus
efectos, por ser inconcebibles, son denominados espiritua-
les. Estas tres enseñanzas en su conjunto pueden conducir a
través de lo ordinario hasta lo sagrado, sumergiéndose en el
Gran Vehículo; de ahí el nombre de Canal Abierto.»
420 LA PUERTA DEL DRAGÓN CARGANDO CON UNA GRAN RESPONSABILIDAD 421

Los Tres Canales Abiertos se llaman también los tres ve- tenían ocultos, la mayoría de ellos no poseían muchos libros
hículos: superior, medio e inferior. Éstos se dividen en doce en sus colecciones. Algunos, sin embargo, se sometieron gus-
secciones, lo que hace un total de treinta y seis partes. Las tosamente a largos y dificultosos viajes en busca de libros di-
doce secciones son las siguientes: ferentes o poco usuales; en tanto que otros adquirieron libros
para sus colecciones. Así, un tal Zhang Yin de la dinastía
l. Textos principales.
oriental Jin (317-419) reunió 670 pergaminos, mientras que
2. Talismanes de los espíritus.
un tal Wang Daoyi de la última Wei (220-264) acumuló más
3. Enseñanzas secretas.
de 10.000 pergaminos. Durante la dinastía Tang éstos fueron
4. Diagramas espirituales.
dispuestos en forma ordenada con el propósito de elaborar el
5. Registros. Canon.»
6. Preceptos y reglas.
Según la opinión del profesor Li Yanzheng: «Si el taoísmo
7. Maneras y ritos. fue sembrado en la era de los Esiados Guerreros, retoñó en la
8. Metodología. Han oriental, echó los brotes en las dinastías Wei, Jin y en las
9. Artes. del Norte y las del Sur, para floree~~ y fructificar durante las
10. Historias. dinastías Sui., Tang y las Cinco Dinastías.»
11. Alabanzas e himnos. El Cano;,_ taoísta Kaiyuan se denomina así porque fue
12. Manifiestos y declaraciones. compilado en la era·Kaiyuan (713-742); en el año 748 se hi-
cieron copias por mandato imperial con el propósito de dis-
Las secciones precedentes forman el esqueleto del último fundirlo. Éste fue un acontecimiento importante en la histo-
Canon taoísta. ria de la cultura taoísta.
Meng Fushi vivió durante la dinastía meridional del Subsecuentemente, sin embargo, durante las rebeliones
Liang (552-556). Escribió el 1ndice de libros en las escrituras de de An Lushan (755-757) y de Shi Siming (758-761), lasco-
las siete partes sobre el aprendizaje esotérico, agregando Cuatro lecciones de libros taoístas en las dos capitales fueron casi
Auxiliares a los Tres Canales Abiertos para un total de siete destruidas. Más tarde, tras ulteriores disturbios al final de la
partes. Los Cuatro Auxiliares se denominan Pureza Absoluta, dinastía T'ang y durante las Cinco Dinastías, un hombre lla-
Paz Absoluta, Misterio Absoluto y Unificación Correcta; esto mado Du Guangding y otros reensamblaron el Canon, pero
expande y amplifica los Tres Canales Abiertos. El Misterio se las arreglaron para preservar solamente 30 ó 40 por 100
Absoluto es auxiliar del Canal Abierto hacia la Realidad, la de los textos taoístas existentes en la época anterior de las
Paz Absoluta es auxiliar del Canal Abierto hacia los Misterios, Seis Dinastías. Se hicieron otras compilaciones del Canon en
y la Pureza Absoluta es auxiliar de Canal Abierto hacia los Es- las dinastías Song (907-1278), Jin (1115-1234) y Ming
píritus. La Unificación Correcta interpenetra a los Tres Cana- (1368-1644); éstas también fueron destruidas.
les Abiertos y a los Tres Absolutos. Cuando Qiu Chuji había culminado el aprendizaje del
El profesor Chen Guofu escribe (pág. 102): «Los libros Camino, fue citado porlos embajadores imperiales de las di-
taoístas fueron escritos desde el final de la dinastía Han y a lo nastías Jin y Song, pero no acudió a la corte. Más tarde, en
largo de los Tres Estados, los Dos Jins y las dinastías Septen- 1121, cuando fue llamado por orden de Gengis Kan, viajó al
trional y Meridional (circa 180-580). Pero debido a que los oeste. Al encontrarse con el Kan, le dijo que debía detener las
taoístas en aquellos tiempos atesoraban sus libros y los man- matanzas, salvando con ello incontables vidas. Desde este
422 lA PUERTA DEL DRAGÓN
momento en adelante, floreció el camino de la Completa Rea-
lidad.
Qiu Chuji tenía un discípulo llamado Song Defang,
quien fue a su vez el maestro de una época. Song le habló en
cierta ocasión a Qiu acerca de la desaparición del Canon
taoísta y de cómo debía ser restaurado. Qiu le dijo a Song:·
-El Canon es importante, pero ya no me queda tiempo.
Tu tendrás que ocuparte. de él algún día.
Siguiendo la voluntad de su maestro, Song comenzó la
impresión del Canon en 1237, dejando a su discípulo Qun
Zhi-an a cargo del trabajo. Tras ocho años, durante los cuales
se fueron completando las brechas y se buscaron los textos
desaparecidos, la tarea quedó completada en 1244. (Ver el es-
tudio del profesor Guo, págs. 161-162.)
La última compilación importante del Canon fue publi-
cada durante la dinastía Ming, en 1444, tras cuarenta años de
compilación y edición; más tarde, en 1601, fue publicada su
continuación. En conjunto, el Canon Ming y su continuación
consisten de 5.485 pergaminos en 512 estuches. Ésta es la
única versión impresa histórica del Canon que todavía existe
en su totalidad.
El Canon Ming se desintegró durante la dinastía Qing.
Cuando los ejércitos aliados de ocho naciones invadieron Pekín
en 1900, el Canon fue completamente destruido. Tanto las cor-
tes de Ming como la de Qing habían distribuido muchas copias
del Canon a los santuarios y observatorios taoístas, pero muy
pocas sobrevivieron a los incendios causados por la guerra.
De 1923 a 1926, uha cierta compañía de publicaciones
lanzó una versión reproducida fotográficamente. De 1957 a
1977, la Asociación China Taoísta de Taiwan reimprimió esta
versión. Sin embargo, debido a que al texto del Observatorio
de la Nube Blanca le faltaba cierto número de páginas, ningu-
na de las ediciones basadas en él está completa. Luego, en
1988 se publicó una versión fotográfica completa del Canon
Ming, la cual contiene las páginas que faltaban.
El Canon taoísta completo que se puede ver hoy es una
colección de textos existente desde antes de 1601, de manera
CARGANDO CON UNA GRAN RESPONSABILIDAD 423
que faltan en ella algunos trabajos. Por ejemplo, existen nu-
merosos textos escritos después de 1601. Ciento diez de es-
tos trabajos, en 288 pergaminos, fueron incluidos en la obra
«Esenciales Recopilados del Canon Taoísta» durante la era
Kangxi (1662-1722). Existen también textos que faltaban en
las colecciones canónicas anteriores. Igualmente se encontra-
ron muchos textos importantes en las cuevas de Dunhuang
en 1899, los cuales fueron robados por exploradores france-
ses e ingleses. También se descubrieron un número de textos
importantes sobre seda en Mawangdui en 1973. Algunos tex-
tos se encuentran también en lo que resta de la Enciclopedia
Yongluo de la dinastía Ming.
Existen algunos problemas en relación con la clasifica-
ción de textos dentro del Canon. Como explica el profesor
Chen Guofu, a lo largo del tiempo existieron libros taoístas
que no encajaban dentro de las categorías de los Tres Canales
Abiertos y de los Cuatro Auxiliares, pero en la colección de la
dinastía Tang todos esos libros fueron incluidos dentro de es-
tas categorías, aun cuando no todos estaban conectados con
los textos de esos siete grupos. Por ejemplo, los Comentarios
sobre las escrituras acerca de la Suprema Pureza que se basan
en ellos, se incluyen todos en la sección sobre el Canal Abier-
to hacia la Realidad; pero es muy difícil decidir dónde asignar
los escritos de taoístas de las dinastías Tang, Song y posterio-
res, tales como los libros de los taoístas de las escuelas del
Norte y del Sur.
El Canon taoísta fue recompilado varias veces después de
la dinastía Tang, pero fue destruido una y otra vez en las gue-
rras y por la quema de libros de la dinastía Yuan. La versión
del Canon de la dinastía Ming que tenemos ahora consta de
parte de los Tres Canales Abiertos y de los Cuatro Auxiliares,
pero las escrituras taoístas de las Seis Dinastias han sido en-
tremezcladas, de forma que no están como eran originalmen-
te en tiempos de la dinastía Tang. También otros libros taoís-
tas están igualmente mal intercalados.
Existen algunos ejemplos notables de la confusión que
presenta el Canon Ming. Las escrituras de la Suprema Pureza
424 LA PUERTA DEL DRAGÓN
deberían hallarse en la sección sobre el Canal Abierto hacia la
Realidad, pero ahora ·muchos han sido colocados errónea-
mente en la sección sobre la Correcta Unificación. Los co-
mentarios sobre las escrituras acerca de la Humanidad Libe-
radora deben estar en la sección que corresponde al Canal
Abierto hacia los Misterios. Los comentarios sobre los traba-
jos de los maestros taoístas clásicos deben ir en la sección so-
bre el Misterio Absoluto, pero también han quedado mal
asignados en la sección del Canon que corresponde al Canal
Abierto hacia la Realidad.
Los problemas anteriores ilustran las deficiencias que
presenta el Canon taoísta tal como existe en la actualidad.
Los eruditos están estudiando este tema, y también lo están
haciendo los Transmisores taoístas, que son los que se lo to-
man más seriamente'. trabajando para superar estos errores.
La primera prioridad la tiene su expansión, la segunda es su
reorganización, y la tercera es su catalogación. Desde el pun-
to de vista de los taoístas, esto es parte de su labor; se trata de
un acontecimiento fundamental en la cultura taoísta, y al
mismo tiempo es también esencial para la cultura humana.
* * ·*
Al respaldar tan pesada responsabilidad, el maestro Wang
Liping y sus maestros manifiestan poseer un elevado espíritu
y un gran coraje. Ya han comenzado a trabajar incansable-
mente en esta tarea.
Durante sus viajes, descubrieron en una caverna parte de
uno de los trabajos ocultos de Lu Dongbin; éste es uno de los
que deben ser incluidos en el Canon.
Como escribe el profesor Chen Guofu, los taoístas solían
conservar sus libros en secreto y no los entregaban fácilmen-
te. y aunque algunos buscaron por todas partes diferentes li-
bros, siguieron confiando en las explicaciones de sus maes-
tros. Por esta razón la transmisión era tan importante. Era al-
go característico de la cultura de los tiempos del feudalismo;
constituyó también uno de los obstáculos más importantes
CARGANDO CON UNA GRAN RESPONSABILIDAD 425
en el desarrollo cultural. Pero existe otra forma de verlo. Bajo
la severidad de las dictaduras feudales, colecciones enteras de
libros podían ser condenadas a la hoguera con sólo una or-
den, y se producían también pérdidas y pillajes derivados de
la guerra y de los desastres naturales. Bajo estas condiciones,
esconder libros en las montañas, o pasarlos de maestro a dis-
cípulo o entre padres e hijos, bajo el más riguroso de los pac-
tos, era una especie de método de emergencia con el fin ·de
preservar la cultura.
Actualmente, los métodos de divulgación de la cultura
se hallan disponibles, la Gran Revoluci6n Cultural, destruc-
tora de la cultura, ha quedado atrás, y la gente otorga algo
más de reconocimiento a la cultura· humana. Bajo estas con-
diciones, debería considerarse como extremadamente im-
portante hacer ahora grandés esfuerzos para buscar, reunir y
desenterrar los tesoros culturales, incluyendo los taoístas, es-
condidos en las montañas, bajo tierra, entre las gentes, y
dentro de los corazones.
El maestro Wang Liping y sus instructores se hallan aho-
ra en el proceso de realizar esta tarea en beneficio de la hu-
manidad. Ellos desean llenar los espacios vacíos existentes en
el Canon taoísta.
Su trabajo ha comenzado ya a dar fruto. Siguiendo las
instrucciones de sus mentores, el maestro Wang Liping ha
compuesto ya un libro sobre la práctica taoísta para las muje-
res. El primer borrador constaba de 170.000 caracteres; tras
su condensación y depuración, el borrador final quedó en
120.000 caracteres. Pronto estará listo para ser publicado.
Los métodos canónicos acerca de la práctica han estado
dedicados siempre a los hombres, omitiendo hacer referencia
a las mujeres. En los tiempos antiguos existieron mujeres que
alcanzaron el Camino, pero han sido relativamente pocas, y
el Canon carece de trabajos que se especialicen en la práctica
para ellas. En años recientes las mujeres, tanto en China co-
mo en el resto del mundo, han incrementado su interés por
la práctica taoísta, pero no existen libros de práctica femenina
que puedan utilizar. Algunas veces se pueden encontrar li-
426 LA PUERTA DEL DRAGÓN
bros antiguos sobre la práctica femenina, pero sus explicacio-
nes son vagas, y uno no puede confiar en ellos como guía pa-
ra ejercicios concretos. Éste es un problema que el. maestro
Wang Liping y sus guías han percibido, y es uno de los asun-
tos que desean superaT.
El Sendero de la Completa Realidad desarrolló un siste-
ma de práctica taoísta para las mujeres, tomando en conside-
ración las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer, y
las experiencias de anteriores practicantes femeninas. Lu
Dongbin transmitió el sistema a Wang Chongyang, y éste se
lo enseñó a Sun Bu-er, quien cumplió la práctica y se convir-
tió en uno de los Siete Personajes Reales del Norte.
Con el propósito de organizar la práctica taoísta femenina
en un libro de acuerdo con las instrucciones de sus maestros,
Wang Liping escribió un volumen de fácil comprensión, ex-
plicando claramente los principios y métodos para la conve-
niencia de las practicantes femeninas.
Las condiciones bajo las cuales Wang Liping escribió este
libro fueron tales que la gente difícilmente podría imaginárse-
las. La familia Wang vivía una vida austera y sencilla, dispo-
niendo en su casa de nada más que unas pocas piezas de mo-
biliario; no había ni siquiera un escritorio. El maestro Wang
es una persona reconocida internacionalmente, y es poseedor
de un gran conocimiento; pero ¿quién no tiene hoy día ni si-
quiera un simple escritorio, fuera de los que habitan en las
áreas más pobres y más atrasadas? Nos es dificil evitar una
profunda emoción mientras escribimos esto, y creemos que
las personas de buena conciencia sentirán lo mismo que
nosotros al leer esto. Pero también habrá gente que pueda
preguntarse si no estaremos creando un mito moderno. Les
cuesta trabajo creer que éstos sean hechos verdaderos.
Realmente, la verdad de este asunto es muy simple. El
maestro .Wang Liping escribió el texto sobre el taoísmo feme-
nino página por página mientras estaba echado sobre su ca-
ma, o apoyando el libro sobre sus rodillas. En el futuro, quie-
nes tengan la fortuna de leer este libro y ponerlo, efectiva-
mente, en práctica, no deberían olvidar las condiciones bajo
CARGANDO CON UNA GRAN RESPONSABILIDAD 427
las cuales fue escrito, lo cual les servirá, con seguridad, de
gran ayuda en la práctica.
El maestro Wang Liping, el gran maestro y su mentor (el
otro mentor de la Pura Serenidad ha fallecido, y su cuerpo se
conserva intacto) continúan realizando experimentos, mante-
niendo registros y acumulando material, con objeto de reor-
ganizar e incrementar el Canon taoísta.
Bajo determinadas condiciones, el gran maestro y el Ca-
minante de la Pura Vanidad le proponen un tema a Wang Li-
ping para que desarrolle un experimento sociológico, y luego
discuten los resultados obtenidos. Por ejemplo, dar semina-
rios en clases numerosas y llevar a cabo ejercicios de medita-
ción a gran escala con tantos estucl,iantes como lo hace Wang
Liping, es algo que el gran maestro y el Caminante de la Pura
Vanidad no habían experimentado nunca, y no existen tales
hechos en el Canon taoísta, de manera que se trata de acu-
mular experiencia a través de la propia actuación, en busca
de comprobaciones. Las clases del maestro Wang Liping se
realizan bajo diferentes condiciones con el propósito de obte-
ner, por este medio, nuevos materiales de enseñanza. Cada
vez que da conferencias, propone siempre diferentes ejerci-
cios, y afirma no tener experiencia en esos temas, por lo que
no sabe si será posible realizarlos bien o no. No se expresa así
únicamente por modestia; en realidad, hay otro principio de-
trás de todo esto.
En cierta ocasión en que el maestro Wang Liping se ha-
llaba en Sian, se encontró con un caso de una extraña enfer-
medad. Preguntó a sus maestros sobre esto, pero tampoco
ellos se habían enfrentado antes a algo semejante, de manera
que no fueron capaces de ayudarlo a encontrar un determi-
nado método de tratamiento. Wang Liping recibió entonces,
por medio de un sueño, instrucciones que le impartió un
gran maestro; y al aplicar el método indicado, la enfermedad
desapareció. Posteriormente, Wang Liping realizó una bús-
queda textual extensa, pero le fue imposible encontrar el
nombre del gran maestro que lo instruyó en el sueño. De
cualquier forma, guardó un registro detallado de los síntomas
428 lA PUERTA DEL DRAGON
y del tratamiento de la enfermedad, produciendo así un va-
lioso material de referencia.
El Caminante del Infinito y el Caminante de la Pura Va-
ciedad cuentan con una edad sumamente avanzada, sin em-
bargo todavía perseveran firmemente en la práctica, haciendo
anotaciones de sus hallazgos experimentales sobre la práctica
taoísta en personas de edad avanzada. Estas notas constitu-
yen un valioso recurso que no existe en el Canon taoísta.
Algunos estudiantes e investigadores universitarios se
han mostrado muy interesados en el pensamiento y en la me-
todología pragmática del maestro Wang Liping. Han estado
estudiando nuevos problemas en unión del maestro Wang, y
ya han surgido nuevos avances en filosofía y tecnología.
* * *
Cuando el maestro Wang Liping conversó con nosotros,
algo que nos dejó una inolvidable y profunda impresión fue
la tarea monumental de reorganizar el Canon taoísta, una ta-
rea que le asignaron sus maestros. Lamenta tener que verse
inmerso inevitablemente en las ocupaciones cotidianas. Un
sinnúmero de obligaciones pesan sobre él. Se le ha asignado
una responsabilidad importante en el trabajo, algo así como
la que soporta un encargado de seguridad en una fábrica. La
gente llega a él de todas partes, lejanas y cercanas, con enfer-
medades, con dificultades de una u otra clase, con este pro-
blema o aquel. Vienen a buscarlo incesantemente, importu-
nándolo constantemente, de tal manera que ni puede evitar-
los ni puede esconderse de ellos. Su precioso tiempo está de
antemano ocupado en estas actividades. Sin embargo, en-
cu1::ntra tiempo para reírse de si mismo y decir: ·
-Los taoístas de la montaña son gentes fuera de lo con-
vencional, que no han experimentado una vida constante-
mente restringida por el contacto con otras personas. Quizá
en el futuro deba ser registrado en el Canon taoísta todo
cuanto estoy sobrellevando ahora.
Cuando visitamos al maestm Wang Liping por primera
vez, coincidió que era la hora del almuerzo. El maestro Wang
CARGANDO CON UNA GRAN RESPONSABILIDAD 429
nos invitó a una casa de comidas corriente. El lugar constaba
de una única habitación, dispuesta de frente a la calle, con
unas pocas mesas redondas plegables. Regentado por dos
personas, era una de esas casas de comidas privadas que han
surgido en los últimos años. El maestro Wang fue sumamente
galante:
-Tengo huéspedes hoy -anunció-. ¡Sírvannos algo de
comer!
Nos entregó un menú. Después que pedimos, él a su vez
pidió un poco de pudin de habichuelas y cerveza. El pudin
de habichuelas es la dieta principal del maestro Wang; la cer-
veza era para los huéspedes. Se sentía muy feliz de tener unos
visitantes venidos de tan lejos q~ no hablaban de asuntos
mundanos, sino que únicamente se interesaban por el Cami-
no. Siguió diciendo:
-Hasta el día de hoy nunca he aprendido a escoger un
menú: por favor, siéntanse libres para pedir lo que deseen, no
duden en hacerlo.
Come menos que los demás, y más deprisa; nada más
terminar, fue a pagar la cuenta. Cuando regresó, nos dijo con
una sonrisa:
-Hoy me llegaron cien dólares de una revista en pago
por un articulo, de modo que tengo dinero y no necesito pe-
dirlo prestado. De otra forma hubiera tenido que pedir algo
para poderles invitar.
Desde ese momento nos dimos cuenta cuán sencillo y
sincero es el maestro Wang Liping. Ésta es una faceta de su
vida diaria. También debe acudir al monte l.ao para ver a sus
maestros cada año, y cada dos o tres años tiene que visitar a
sus tíos espirituales, el Caminante de la Nube Érrante y el Ca-
minante Descalzo. Además, tiene que cuidar de sus padres y
de sus suegros, y ayudar a sus hermanos más jóvenes y criar
a su hijo; tiene que cumplir todas sus responsabilidades hu-
manas personales. Sin embargo, consigo mismo es extrema-
damente frugal, pues está más allá de los deseos materiales.
Lo que parece preocuparle es cómo poder cumplir la tarea
critica que pende tan pesadamente sobre sus hombros. La
430 LA PUERTA DEL DRAGÓN

gente ha estado buscando al maestro Wang Liping, y en lo

sucesivo habrá otros que lo seguirán buscando; él está dedi- 21
cado a ellos. Existe todavía más gente que no lo ha llegado a
conocer y que no tendrá nunca la oportunidad de hacerlo,
pero el maestro Wang está dedicado a ellos igualmente. La Volviendo al origen
responsabilidad que pesa sobre sus hombros debe ser tam-
bién nuestra responsabilidad. Tenemos la posibilidad de agre-
gar un puñado de tierra a la montaña.

NA VEZ MÁS NOS SENTAMOS en la sencilla vi-

vienda del maestro Wang Liping. Su padre, un ama-
[]
ble anciano sensible ante el Camino, también se
sentó, escuchándonos conversar con libertad acerca del taoís-
mo. Las vacaciones del verano no habían dado comienzo to-
davía; en el exterior jugaba un grupo de niños. Atraído por la
atmósfera de su inocente vivacidad, el maestro Wang solía
volverse y lanzar una mirada hacia ellos de vez en cuando,
luego continuaba la conversación con entusiasmo.
Ante el maestro Wang Liping, con su siempre resplande-
ciente sonrisa, no percibíamos el peso, la tensión, la cautela y
la agobiante atmósfera de especulación característica del pro-
fundo inquirir filosófico. En lugar de ello, nos sentíamos co-
mo si estuviésemos echados cómodamente sobre la· hierba,
contemplando las blancas nubes sobre el cielo azul, sin nin-
guna obstrucción, perfectamente claros, envueltos en una es-
piritualidad en la cual inconscientemente nos disolvíamos
con un sentimiento de relajación, libertad y transparencia.
Era, como si todo se hubiese abierto ya y fuéramos capaces
de ver a través del universo, deseando, no obstante, pregun-
tar todavía en silencio al cielo azul: ¿por qué son el cielo y la
Tierra de ésta forma, y qué hay más allá?
La cualidad interior y la luz espiritual de una persona
que ha cultivado perfectamente la realización se pondrá de

432 LA PUERTA DEL DRAGÓN
manifiesto abiertamente, con espontaneidad, creando un
«campo magnético alrededor de la vida de esa persona, que
afecta e influye en el mundo a su alrededor. Al examinar la
cultura taoísta, pudimos sentir sutilmente, aunque con fuer-
za, que el taoísmo forma una parte esencial de la cultura chi-
na tradicional, y que posee un valor que va más allá del desa-
rrollo interior y del arte de vivir, y busca armonia, paz y tras-
cendencia. Cuando el cuerpo y la mente se colocan en un
estado de profunda quietud, las personas pueden tomarse
muy conscientes de que se hallan ante las puertas de la sabi-
duría humana, sintiendo la fascinación de la Antigüedad y
magnitud de ésta.
El maestro Wang Liping afirma que en un futuro cercano
las culturas orientales, incluyendo la taoísta, atraerán una
atención más seria en el mundo, y la cultura china tendrá
oportunidad de revivir. Al estudiar la cultura taoísta, se plan-
tea la cuestión de cuál es la esencia y cuál la función. A lo lar-
go de la entrevista con el maestro Wang Liping, nuestro úni-
co propósito fue el de poner en claro cuál es el poder más ri-
co de la vida, según la sabiduría taoísta. ¿Es acaso la
dialéctica de la simplicidad que todos reconocen en el Tao Te
King? ¿Es el gran cuerpo de metodologías de entrenamiento
conocidas como la higiene taoísta? Ciertamente todo ello
conserva una fascinación perenne, pero lo que consideramos
como más esencial es el esfuerzo taoísta para desarrollar y
emplear la capacidad de pensamiento del cerebro humano
al máximo. El océano del cerebro es tan vasto y profundo
como el mismo universo; quien pueda viajar libremente en
esa dimensión será capaz de liderar la ola de la inteligencia
humana.
Desde el primer día en que comenzaron a enseñar a
Wang Liping, los tres ancianos maestros colocaron como pri-
mer paso del trabajo la completa liberación de las cadenas del
pensamiento, restaurándolo a su estado original. A fin de
guiar el pensamiento de un joven de trece añ.os desde un mo-
do de pensar rutinario y lineal hasta otro estado primordial
no rutinario ni lineal, los tres ancianos sabios se entregaron
VOLVIENDO AL ORIGEN 433
por completo, mientras que Wang Liping, por su parte, tam-
bién «navegaba contra la corriente, para remontar hasta el
origen».
Cuando el joven Wang Liping practicó «la unificación de
la mente y el desarrollo de la naturaleza esencial» durante
dos años, el gran maestro habló solamente de sujetar su natu-
raleza animal; los prlncipios del ejercicio son «retomar al ori-
gen» y «construir la fundación». Pero tras una larga práctica,
Wang Liping se dio cuenta finalmente de que practicar los
ejercicios era secundario y que entrenar el pensamiento era lo
básico. A fin de fundirse con el Camino, lo importante es al-
canzar la sensibilidad y la efectividad, dentro de una profun-
da quietud.
Existe una teoría bien desarrollada acerca de esto en
Lao Tse. El capítulo 16 dice:
Alcanzar el clímax del vacío,
preservar la suma quietud:
en tanto minadas de cosas actúan en concierto,
A través de ello observo el retomo.
Las cosas florecen,
entonces cada una retoma a su rafz.
Retomar a la rafz se llama quietud;
es lo que se llama retomar a la Vida.
Retomar a la Vida se llama lo permanente;
conocer lo permanente se llama iluminación.
Los actos fortuitos en la ignorancia presagian infortunio.
El capitulo 52 dice:
El mundo tiene un principio,
que es la madre del mundo.
Una vez has hallado a la madre,
por su intermedio conocerás al hijo.
Una vez conoces al hijo,
regresas a preservar a la madre,
de forma imperecedera aunque el cuerpo muera.
 434 LA PUERTA DEL DRAGÓN
Estos pasajes muestran claramente la tendencia de llevar
al pensamiento a su estado original para ser capaces de aso-
marse a los ocultos designios del universo. «El clímax del va-
cío» es la esencia del Gran Camino del infinito fundido con
lo elemental, la raíz del cielo y de la Tierra y de todas las co-
sas. Abrazando la unidad y manteniéndose totalmente tran-
quilo, en u~a profunda quietud, uno puede contemplar el re-
tomo del cielo y de la Tierra y de todas las cosas. Aunque el
universo _Y todas las cosas se transmutan de múltiples mane-
ras, termman regresando otra vez al principio en la quietud y
en la nada. Cuando el pensamiento ha dominado este princi-
pio fundamental, entonces puede comprender las miríadas
de cosas y de seres producidos a partir de él.
A esto es a lo que los antiguos se referían al decir «hallan-
do el principio y penetrando en el origen, conociendo lamen-
t~ Y llegando hasta la raíZ». Un río tien,e su origen; un árbol
tiene_ su raíz-, Las p¡;rsonas piensan en todo; entonces, ¿cuál es
el ongen radical del pensamiento humano? ¿Es, acaso, una la-
gun~ de aguas estancadas, o un mecanismo de apoyo que
co~tlene la Creatividad misma? ¿Es acaso una simple reacción
pasiva, o po:ee l~ capacidad de una observación penetrante y
de ~na conci~n~~a panorámica? La gran inteligencia y la sabi-
duna de la civilización orientales deberán encontrarse me-
diante la investigación y la respuesta a estas preguntas.
El ~ofs~o ~firma: «Para aprender tú ganas a diario, para
el Cammo tu pierdes a diario. Perdiendo y perdiendo aun
eso, alcanzas la pasividad; la pasividad que, sin embargo,
pue~e al~ai:izar cualquier cosa.» Se dice también: «Limpia el
espejo mistico.» El budismo habla acerca de «atravesar la ba-
rrera del hábito», significando con ello desprenderse de los
sentimiQlltos y deseos que oscurecen y contaminan la mente
Y el pensamiento, limpiar la ceniza y el polvo del pasado que
oscurece nuestro pensamiento, y retirar las diversas obstruc-
ciones sin forma, presentes entre la verdadera mente y el
mun_do exterio~, haciendo que la mente sea como un límpido
espejo suspendido en lo más alto, como la luna de otoño en
medio del firmamento; tan lúcido que pueda percibir directa-
VOLVIENDO AL ORIGEN 435
mente el rostro original del universo, arribando espontánea-
mente a la verdad de todas las cosas. Es cuestión de librarse
de la rigidez, de soltarse las ataduras, de una comprensión di-
recta, sin complicaciones ni bloqueos psicológicos.
* * *
Cuando estuvimos con el maestro Wang Liping, con fre-
cuencia nos quedábamos asombrados ante la agudeza y la ra-
pidez con la que respondía su pensamiento. Cuando la gente
lo consulta acerca de sus preocupaciones o enfermedades,
contesta de inmediato con claridad, dando la impresión que
no necesita reflexionar o ponderar la respuesta. Segúr;i el maes-
tro Wang, en el entrenamiento taoísta del pensamiento la cla-
ve consiste en ejercitar la intuición. Ésta constituye una mo-
dalidad superior del pensamiento, pero no se aprende me-
diante la experiencia o el conocimiento; tiene que ser
fortalecida gradualmente en el curso de la purificación, antes
de poder ser usada deliberadamente. El aprendizaje taoísta se
deriva de la experiencia misma en la práctica del cultivo, de
manera que si uno desea atravesar la puerta tiene que cultivar
la purificación.
La conciencia directa, las realizaciones repentinas y las
intuiciones son experiencias reales que casi todo el mundo ha
tenido, de modo que nadie puede negar su existencia. Estas
capacidades latentes del pensamiento son lo que los practi-
cantes taoístas consideran importante. La quietud puede pro-
ducir el discernimiento; muchas personas que llevan años de
práctica en sentadas y en el cultivo de la purificación han te-
nido esa clase de experiencia. Abrazar la unidad, mantenerse
quieto, tranquilo e inmóvil, no se refiere a sentarse como
muertos con la mente en blanco como una roca o un pedazo
de madera. El vacío no significa que no exista nada; la estabi-
lización no significa que todo se quede sin vida. Por el con-
trario, dentro del clímax de la vaciedad y de la máxima quie-
tud están contenidos los ingredientes elementales de todas las
cosas, la potencialidad de la creación. Éste es el estado origi-
436 LA PUERTA DEL DRAGÓN
nal de la mente, la raíz de la esencia. Debido a su pureza sin
adulteración, su calmada serenidad, su pura tranquilidad y su
gran nivel de unificación, la mente deja de vagar en confu-
sión, no se aferra a los apegos. Espontáneo y pasivo, éste es,
por lo tanto, el mejor estado en el que se pueda encontrar un
cerebro humano, donde todas las funciones son puestas en
movimiento. Algunas veces podrá surgir un pensamiento a
través del tranquilo océano del cerebro -puede ser acerca de
una persona, de una cosa o de un acontecimiento-, pero
surgirá espontáneamente y desaparecerá de la misma forma,
sin entretenerse o permanecer. Una vez concluido el ejercicio,
al poco tiempo puede ser que l,lnO compruebe, para SU sor-
presa, que los pensamientos que cruzaron su mente durante
una tranquila sentada se han hecho realidad. En ocasiones
puede ocurrir también que una persona en la que se pensó
por casualidad, se presenta realmente, o algo que se le ocu-
rrió finalmente sucede, o puede encontrar una respuesta
acerca de alguna pregunta sobre la que había estado pensan-
do durante largo tiempo sin llegar a una solución. A medida
que suceden cosas como éstas una y otra vez, incluso las per-
sonas más reacias comenzarán ·a despertar y a purificar sus
corazones. En cuanto a las personas que se encuentran bien
firmes en la purificación práctica, aun cuando no realicen
sentadas, incluso en medio de un trabajo agitado y tenso, con
tal que mantengan un estado mental trascendente, sereno y
tranquilo, podrán percibir en sus cerebros intuiciones sin in-
terrupción.
Hemos sostenido numerosas conversaciones con los estu-
diantes más antiguos que estudian el Camino con el maestro
Wang Liping, y todos ellos tienen una comprensión tácita
acerca de esto, aun cuando no pueden explicar exactamente
lo que conocen en su corazón. Por ahora, al menos podemos
compartir esta comprensión: «alcanzar el clímax de la vacie-
dad, preservar la máxima quietud» es un tipo de pensamien-
to de alto nivel, a partir del cual emergen las intuiciones hu-
manas. El pensamiento intuitivo no es imposible de dominar,
pues puede ser cultivado. Cuando los antiguos hablaban de
VOLVIENDO AL ORIGEN 437
estar profundamente tranquilos en el silencio de la eternidad
mientras se era sensible y efectivo, se referían a un resumen
avanzado del pensamiento intuitivo.
Uno de los ejercicios para el desarrollo de las capacidades
mentales de la Puerta del Dragón es un regreso a la infancia,
en el cual uno va recordando retrospectivamente mientras se
halla en una profunda y tranquila meditación, rememorando
y trayendo ante sus ojos las experiencias de toda la vida co-
mo quien ve una película. Cuando el maestro Wang Liping
enseñaba este método en el templo del Mundo Fragante a las
afueras de Pekín, unas cuantas personas revivieron experien-
cias olvidadas; algunos de los más viejos incluso lloraron co-
mo niños. ¿Dónde terminan estos i;ecuerdos, en definitiva? El
maestro Wang Liping afirma que, dependiendo del nivel del
trabajo y de la profundidad de la quietudi no parece haber li-
1
mite a este recordar. Las personas pueden incluso llegar a co-
nocer cosas que sucedieron antes de nacer. Con cada paso
uno se eleva en el propio nivel de cultivo, y, lo que es más,
uno proyectará una bóveda (los autores no comprenden to-
davía con precisión lo que el maestro Wang quiere decir con
proyectar una bóverui; simplemente refieren lo que dijo) so-
bre la cual uno puede ver reflejado un cierto período del
tiempo pasado; luego uno proyecta otra bóveda, y así podrá
mirar más allá en el pasado. Esto puede significar que el in-
consciente humano está dividido en muchos niveles dispues-
tos en un cierto orden. El inconsciente humano, por tanto,
está ordenado.
El maestro Wang Liping afirma que la capacidad que él
utiliza normalmente con mayor frecuencia es pensar durante
el sueño. Algunas veces puede encontrarse con una dolencia
problemática que no sabe cómo tratarla, o puede que le ha-
gan una pregunta acerca de algo que nunca ha estudiado o
con lo que nunca se ha encontrado; o puede desear concebir
o redactar un articulo que esté escribiendo, o puede querer
organizar los contenidos de una lección que vaya a presentar
al dia siguiente: nunca se sienta delante del escritorio expri-
miéndose el cerebro; en lugar de esto, se va a la cama, se
 438 lA PUERTA DEL DRAGÓN
plantea el tema en su cerebro, y se pone a dormitar, mientras
que su cerebro parece trabajar por su cuenta. Cuando se des-
pierta, anota los pensamientos que se le ocurrieron durante el
sueño; ésta es la respuesta a la pregunta. · ra sólo tres piezas de fruta. No hay suficiente.
Un científico dijo una vez que, con frecuencia, lo que
bloqueaba las percepciones de las personas acerca del mundo
no es lo que no conocen, sino lo que conocen. El inmenso
conocimiento que la gente ha acumulado a través de cientos
y miles de años también ha dado origen a formas comparati-
vamente rígidas de pensamiento. Las cosas que puedan ser
comprendidas mediante esos modos de pensamiento serán
incluidas y aceptadas; cualquier otra cosa será repudiada y
rechazada. Las formas de pensamiento se han convertido gra-
dualmente en murallas de pensamiento. Esto ha hecho cam-
biar la fluidez y la vivacidad del cerebro, rico en capacidades
latentes, volviéndolo una calculadora que opera según un
programa fijo. Los budistas llaman a esto «la obstrucción
causada por el conocimiento». La especulación y la lógica tie-
nen su modo particular de reconocer el mundo, pero el cere-
bro humano también posee otras modalidades de pensamien-
to superiores y más perfectas. Los taoístas se esfuerzan en
romper los grilletes del pensamiento, de tal manera que el
pensar se vuelva totalmente libre y emancipado, como las nu-
bes que pasan y el agua que fluye, como un caballo celestial
que galopa a través del cielo, irradiando abundantes haces de
· luz bajo un estado de éxtasis.
* * * El maestro Wang movió su cabeza.
A medida que conversábamos con el maestro Wang Li-
ping, nos olvidábamos del tiempo, y ni siquiera notábamos el \
calor sofoqmte. Los sonidos de la calle del otro lado de la
ventana fueron amortiguándose gradualmente, y una taza de
té dispersó el calor restante.
El maestro Wang nos invitó a beber un poco de agua, y
llamó a su hijo Boyang para que trajera tres piezas de fruta.
Enseguida el chico trajo la fruta en una bandeja. Todavía se le
VOLVIENDO AL ORIGEN 439
veía un poco aniñado y tímido entre los extraños. Al ver a
cuatro personas, dijo:
-Papá, hay cuatro personas, pero tú me dijiste que traje-
El maestro Wang respondió:
-Hay suficiente. Piensa en una manera de repartirlas.
Boyang se agachó en el suelo, mirando fijamente a la fruta.
El maestro Wang observaba a su hijo con una sonrisa.
-Observen cómo su pensamiento ha seguido una direc-
ción: está pensando que cada persona comerá una fruta; no
ha considerado que cuatro personas pueden también comer
una sola fruta.
Con esta sugerencia, Boyang s.e dio cuenta rápidamente
de la solución. Mirando de soslayo a su padre, el muchacho
tomó un cuchillo que había en la mesa y cortó cada fruta en
cuatro pedazos. Finalmente, señaló los tres pedazos más pe-
queños y dijo:
--Papá, éstos son para ti.
El maestro Wang le dio un golpecito en la cabeza y con
una sonrisa expresó unas palabras de aprobación. Tras haber
repartido la fruta, salió corriendo a la calle a jugat
Mientras la comíamos, el maestro Wang nos preguntó:
•-¿Cuántas esquinas tiene esta habitación?
-Cuatro.
El maestro Wang sonrió y dijo:
-¿Acaso no cuentan las que están en el suelo?
-¡Ah!, ocho.
-Muchas más. ¿Por qué solamente ocho? En mi juven-
tud, empleé bastante tiempo tratando de calcular el número
de esquinas que hay en una habitación.
Este tema despertó nuestra curiosidad, y le pedimos que
continuase.
El maestro Wang dijo:
-Nuestro pensamiento corriente forma un marco fijo, el
cual está centrado en el yo. A medida que surge desde el yo,
para examinar y contemplar su entorno, el flujo de pensa-
 VOLVIENDO AL ORIGEN 441
440 lA PUERTA DEL DRAGÓN

Si la esquina de la habitación es tridimensional, desde el inte-

miento es unilateral. El universo, sin embargo, es omnidirec-
rior, mirando hacia fuera, podía ver solamente las esquinas
cional Y omnilateral; o puede decirse que no tiene direccio-
interiores. Al final logró salir del simplista pensamiento uni-
nes. Mis maestros se imaginaron unas cuantas maneras de
direccional y fue capaz de invertir las direcciones y mirar des-
cambiar el sentido direccional de mi pensamiento.
Al comienzo, los tres ancianos maestros le dijeron a de fuera hacia dentro.
Lo que tuvo de bueno la forma en que los tres ancianos
Wang Liping que aprendiese a mantenerse con la cabeza ha-
desarrollaron el pensamiento de Wang Liping fue que ellos
cia abajo. Normalmente, miramos al mundo con la cabeza
evitaron todos los sermones y disertaciones, dejando que su
hacia arriba; ¿cómo son las cosas cuando las miramos cabeza
aprendiz llegara a sus propias experiencias y comprensión.
abajo? Una vez que logró mantenerse hacia abajo durante
Entonces, en momentos apropiados, le daban una sugerencia
unos pocos minutos·seguidos, observó calmada y tranquila-
que lo guiase. De esa forma entrenaron su pensamiento para
mente las montañas en los alrededores, los árboles, las casas,
operar en cualquiera de las formas en que fuese posible des-
los sembrados, los postes de la luz. Al principio le pareció co-
mo que todo estaba boca abajo, pero esta ilusión fue desapa- cribir al universo.
Posteriormente, los tres sabios'encerraron a Wang Liping
reciendo gradualmente y todo volvió a regresar a sJ estado
en una esfera construida con tres ramas, sellando el globo
original. A partir de este sencillo ejercicio Wang Liping se
completamente con una capa de barro, de manera que reina-
percató de que es el pensamiento lo que cambia, no las cosas
ba una absoluta oscuridad en el interior, sin forma alguna de
externas. Siempre afirma que las cosas son inertes, y es el
determinar la dirección. Luego suspendierG>n el globo en el
pensai:niento humano lo que tiene vida. Esto es lo que se po-
aire. Seguidamente, uno de sus mentores abrió un pequeño
ne en Juego cuando existe el sentimiento intuitivo.
agujero en el globo, permitiendo que entrara un rayo de luz,
.P~sterio~ente su mentor le encerró en una habitación y
y pidió a Wang Liping que identificara la dirección. Basándo-
l~ ~1d1ó que 'averiguara cuántas esquinas podía contar. Wang
se en ideas normales, Liping dijo:
L~pmg, que en aquellos momentos tenia catorce o quince
anos de edad, se sentó en medio de la habitación y comenzó -Arriba.
El mentor hizo girar el globo, hizo otro agujero y pre-
a contar. Primero miró una y otra vez la habitación; no im-
portaba cómo la veía, había ocho esquinas. Su mentor se rió guntó:
-¿Qué dirección es ésta?
de él Y le pidió que las contase otra vez. Haciendo un serio
Una vez más, confiando en los conceptos ordinarios, Li-
esfuerzo, Wang Liping continuó trabajando en el problema,
ping contestó:
si~ aflojar ni por un momento. En aquellos días su pensa-
miento era unidireccional, y solamente se le ocurría ver lo -Abajo.
Entonces por cada agujero que el mentor hacia en el glo-
que le rodeaba desde donde estaba sentado. El gran maestro,
bo, le fue pidiendo a Wang Liping que le dijese la dirección.
que se ~~laba de pie fuera de la habitación, retorció sus bigo-
Finalmente, hizo girar el globo rápidamente de manera que
tes y le dijo con una sonrisa:
Liping se marease y se desorientase y sus respuestas se vol-
-¿Estoy mirándote yo a ti, o estás mirándome tú a mi?
vieron confusas. Tras repetidas vueltas, Wang Liping ya no
Y después de eso se alejó.
tenía ningún sentido de la dirección. Al final se dio cuenta
Wang Liping era inteligente y captó la sugerencia de in-
de un cierto principio: el universo originalmente carece de
mediato. Se dio cuenta rápidamente que hay también una es-
direcciones, no existe arriba y abajo, no hay izquierda ni de-
quina en la parte de fuera de cada esquina de una habitación.
442 LA PUERTA DEL DRAGÓN
recha, no hay dentro ni fuera, no hay delante ni detrás. Las
direcciones que definimos tienen solamente un significado
relativo.
El entrenamiento que los tres ancianos taoístas le dieron
a su aprendiz fue no sólo en forma de ejercicios especiales, si-
no que estaba integrado con la vida diaria, ya que los cuatro
se esforzaban por ejercitarse entre ellos y se enzarzaban conti-
nuamente en torneos de ingenio. Bajo estas condiciones, el
pensamiento de Wang Liping nunca se volvió rígido o embo-
tado, sino que se mantuvo muy agudo, efectivo y activo.
Una mañana, el gran maestro miró en el depósito del
agua, luego miró a Wang Liping y le dijo, marcando bien las
palabras:
-¡Ah!, ¿Por qué el agua del depósito ... -dejando incon-
clusa la frase.
Intrigado, Wang Liping miró dentro del depósito y vio
que no había agua.
-El agua se acabó -dijo.
~Entonces, ¡ve a buscar más! -le espetó el gran maes-
tro de inmediato.
Wang Liping no tuvo opción de rehusarse; tuvo que ir a
conseguir más agua.
Cosas como ésta le sucedían con bastante frecuencia an-
tes de que se diese cuenta que el gran maestro estaba ento-
nándole, viendo cómo respondía, observando si estaba o no
alerta.
Wang Liping también aprendió cómo mantener a sus
maestros a raya. Una vez cuando el arroz estaba listo pero el
gran maestro se hallaba todavía sentado sobre la plataforma
de tierra, Wang Liping dijo rápidamente:
-No hay necesidad de que te muevas, maestro, te traeré
un poco de arroz. -Llenando un tazón de arroz, Liping, tra-
viesamente, lo colocó frente al anciano maestro exactamente
fuera de su alcance, alejándose de inmediato. El gran maestro
lo llamó, pero él hizo como que no lo oía. Finalmente el an-
ciano mago no tuvo otro remedio que deshacer su postura
para conseguir la comida por sí mismo.
VOLVIENDO AL ORIGEN 443
Escuchamos con gran interés a medida que el maestro
Wang Liping iba recordando sus buenos tiempos con los tres
ancianos sabios. Justo en ese momento, una señora mayor
que vivía en la puerta de al lado se presentó, tirando del hijo
de Wang Liping. Con una sonrisa dijo:
-Liping, ¡tu hijo Boyang estaba excavando en la base de
la pared de mi casa!
Boyang se acercó, todo sudoroso, con una pequeña pale-
ta en su mano. El maestro Wang Liping se apresuró a pedir
disculpas a la señora y a invitarla a pasar y sentarse. Al ver
que había visitantes, sin embargo, se fue con una sonrisa. Pa-
recía como que sus relaciones vecinales eran tan cercanas co-
mo si ~e tratase de la familia.
Cuando tu propio hijo excava en la base de la pared de la
casa del vecino, ¿cómo se puede reprender a un niño que no
comprende? Un padre corriente le da una reprimenda, le qui-
ta la paleta y le advierte que no vuelva a cavar más. Un padre
un poco más estricto le habría dado un azote, como adver-
tencia y como lección. El maestro Wang Liping estaba más
interesado en echar una ojeada. Yendo a la parte de la habita-
ción que ocupaba la cocina, apartó a un lado una cesta de
hortalizas, señaló a la pared encalada de blanco, y le dijo a su
hijo:
-¡Ven y excava aquí!
El chico se arrodilló y comenzó a excavar.
Nos quedamos sorprendidos con la escena, sin saber cuá-
les eran las intenciones del maestro Wang.
Boyang se detuvo cuando se las arregló para arañar algo
de la superficie de la pared. Manchado de cal, exclamó feliz-
mente:
-¡Ya me di cuenta!, papá, ¡ya me di cuenta!
El maestro Wang le preguntó:
-¿Qué fue lo que encontraste?
-Dentro de la pared hay ladrillos, y entre los ladrillos
hay arena.
Boyang había encontrado lo que buscaba; en este mo-
mento todos comprendimos de repente el enfoque del maes-
444 LA PUERTA DEL DRAGÓN
tro Wang. Estaba utilizando la metodología taoísta para edu-
car a su propio hijo.
El maestro Wang Liping explicó que su maestro de más
edad, el gran maestro, siempre solía decir:
-El juego con los niños es mi maestro.
Él encamaba el espíritu taoísta de reverencia ante la Na-
turaleza. Todo el secreto del trabajo taoísta es llevar lo tempo·
ral que hay en los seres humanos a lo primordial; esto es lo
que la gente denomina «rejuvenecimiento», y que Lao Tse
denomina la capacidad de ser como un niñ.o. Pero no se trata
de una simple regresión o retomo; es una nueva manifesta-
ción del estado de autenticidad infantil en un nivel incluso
superior. Esto no sólo es cierto físicamente, sino también es-
piritualmente.
El pensamiento de un niñ.o inocente es un pensamiento
«natural», que es el más real y el más libre, incontaminado
por la artificialidad, inmaculado por la sociedad. Lo que nos
muestra es la realidad natural, pura, sin adulteraciones. A lo
largo de la educación de los niños, por lo tanto, debemos es-
tablecer un medio de preservar y también de desarrollar aún
más esta clase de pensamiento sin trabas, junto con un audaz
espíritu de investigación y de una ausencia de temor ante el
futuro. No podemos suprimirlo o constreñirlo, y tampoco
podemos forzar nuestros propios hábitos fijos de pensamien-
to en el pensar de los niños, o criar niños según nuestros gus-
tos personales. Por el contrario, nosotros como adultos que
somos, tan sofisticados acerca de las razones de las cosas de-
beríamos aprender de k>s niños lo que\.hemos olvidado ~n el
proceso del condicionamiento en lo terr{poral.
* * * -Todos llevábamos el mismo uniforme, y todos estaban
Con respecto a la educación de los niños, el maestro
Wang Liping respeta su espontánea naturalidad y protege su
natural autenticidad, estimulando el desarrollo total de sus
facultades naturales. Prec~amente a causa de esto, el pensa-
miento de su propio hijo es completamente diferente del de
i -
VOLVIENDO AL ORIGEN 445
otros niños. Frecuentemente esto se hace presente con algu-
nas ideas extraordinarias.
En la escuela, por ejemplo, en la lección sobre «Sentido
común», cuando el maestro leyó que el Sol sale todos los días
por el este y comienza un nuevo día, los demás niñ.os lo in-
terpretaron como el maestro, pero Boyang se levantó y pre-
guntó por qué el Sol no salia por el oeste. El maestro no pu-
do responder a esta pregunta y tampoco pueden hacerlo los
más grandes científicos modernos.
Cierto día Boyang regresó de la escuela con un aspecto
poco feliz en su cara. El maestro Wang Liping le preguntó
qué era lo que pasaba. Boyang le dijo que cuando los niños
de la clase formaban una fila colocándose según la altura,
el maestro les pedía siempre qué se alinearan usando el
brazo derecho. ¿Por qué no se podían alinear con el iz-
quierdo? La natural ingenuidad e inocencia del niño era el
deleite de toda la familia. El maestro Wang sabia que es
precisamente esta clase de mente la que contiene la semilla
de la sabiduría.
En cierta ocasión en la que la clase debía salir de paseo al
campo, fueron también todos los padres a observarlos. Al ver
a sus padres a lo lejos, los niñ.os se la pasaban gritando:
-¡Papá! ¡Mamá!
Tan sólo un niño gritaba:
-¡Wang Liping! ¡Wang Liping!
El maestro Wang Liping reconoció a su hijo al instante en
medio· de la multitud de niños. Los otros padres y niños pen-
saron que aquello les parecía extraño. Después, en el camino
de vuelta a casa, el maestro Wang preguntó a su hijo por qué
había gritado «Wang Liping» mientras que los otros gritaban
«Papá» y «Mamá». El niño le explicó:
gritando «Papá» y «Mamá». Entonces, ¿Cómo podrían distin-
guir a unos de otros? Tan pronto como grité tu nombre, me
encontraste en medio del grupo.
El maestro Wang Liping se sentía feliz al ver cómo su hijo
conservaba su propio pensamiento original.
446 lA PUERTA DEL DRAGÓN
VOLVIENDO AL ORIGEN 447

No obstante, el maestro Wang también afirma, no sin cho más vasto y más profundo. Finalmente, uno trasciende el
preocupación, que ha estado tan ocupado en los últimos tiempo y el espacio para estudiar el «tiempo, el espacio y el
años, y tan alejado de su hogar, que no le ha sido posible universo». El pensamiento se halla ahora liberado y radiante.
preocuparse de la educación de su hijo como habría deseado; Y uno no solamente investiga el universo externo; cuanto
la educación escolar está ya haciéndole pensar gradualmente más alto es el propio estado, mayor es la necesidad de acudir
en forma rutinaria y lineal. La vida humana misma, sin em- al examen y a la investigación del propio mundo interior, es
bargo, es básicamente no direccional; si uno ha de seguir decir, del cerebro.
adelante, ¿hacia qué dirección es adelante? ¡Date la vuelta y Por último, el maestro Wang Liping explicó que el pro-
se convertirá en hacia atrás! blema de la educación no es una cuestión de respiración o de
Este tópico llevó al maestro Wang a una discusión sobre precariedad de currículo. Los tres mundos son tres diferentes
los problemas de la ·educación moderna: el rango de la activi- niveles de la misma cosa. La clave reside en tener un pensa-
dad del pensamiento de quienes reciben educación se torna miento de «tres mundos», lo cual requiere una nueva filoso-
más y más estrecho cuanto más se escolarizan. En la escuela fía.
primaria y media, los niños aprenden algo de astronomia, Al oirle, quisimos hacer mención a un texto budista que
geografía, historia, matemáticas, fisica, quimica, bellas artes, dice: «Observa las tierras de las diez direcciones en la punta
música, zoologia, botánica, biologia, etc. Cuando llegan a la · de un cabello; haz girar la rueda de la verdadera enseñanza
secundaría, sin embargo, se les divide en departamentos de sentado dentro de un átomo.»
humanidades y de ciencias, reduciendo su perspectiva, ha- El maestro Wang Liping se sonrió y asintió con la cabeza.
ciéndola direccional y limitada. Y luego, en la universidad,
existe la especialización, donde uno se concentra sobre un
campo particular del conocimiento. Cuando se quiere obte-
ner la licenciatura o el doctorado, el estudio se vuelve todavia
más especializado, enfocándose en una rama o en un punto.
La estructura del pensamiento y su flujo es entonces como
una pirámide, volviéndose más pequeño en su alcance cuan-
to más alto se sube. ·
Los patrones taoistas del desarrollo del pensamiento hu-
mano son precisamente lo opuesto. Cuanto más se asciende
desde los tres inferiores a los tres planos intermedios y luego
a los tres planos superiores, con cada salto, la actividad indi-
vidual de pensamiento se vuelve más amplia, más vasta y más
profunda, tanto en el tiempo como en el espacio. Al principio
uno estudia todos los fenómenos y principios en el mundo
de las «personas, acontecimientos y cosas», en el cual vive la
gente común. Después se debe trascender esto para estudiar
el mundo del «cielo, Tierra y humanidad». Este mundo abar-
ca a las personas, los acontecimientos y las cosas, pero es mu-
 Los autores del libro, CHEN KAIGUO
y ZHENG SHUNCHAO, son discípulos
del maestro taoísta WANG LIPING. Tras
haberse licenciado ambos en ciencias
económicas, se han entregado
totalmente al estudio del taoísmo.
Habitualmente residen en Pekín.
El traductor de la versión inglesa,
THOMAS CLEARY, doctor en lenguas y
cultura de Extremo Oriente, está
considerado unos de los mayores
expertos en taoísmo de Occidente,
destacando sus modernas versiones del
I Ching, el Wen-tzu, o El secreto de la flor de
oro, todos ellos publicados por EDAF.

Títulos publicados:
Amor incondicional. La vía budista de las
Residencias Celestiales que cambiará su vida.
SHARON SALZBERG

Lie-Tse. Una guía taoísta sobre el arte de vivir.

EVA WONG

Alquimia Espiritual Taoísta. Antología de textos

clásicos.
VERSIÓN DE THOMAS CLEARY
Ling Chi Ching. El antiguo oráculo
tradicional chino.
RALPH D. SAWYER y MEI-CHÜN LEE SAWYER

La puerta del dragón. Relato de la iniciación

de un maes~ro taoísta contemporáneo.
CHEN KAIGUO y ZHENG SHUNCHAO

Próximo título:

El hombre que quiso encontrar a Dios.

H. H. SHANTANAND SARASWATI

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