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Para definir la imagen corporativa podemos acudir a la etimología. El significado de esta palabra
alude a la apariencia, figura, representación o semejanza de algo concreto. Este tipo de
representaciones visuales pueden realizarse a través de varios medios como las fotos, los
cuadros, la litografía o el diseño gráfico. Para hablar de imagen corporativa también debemos
mencionar el término corporativo, que alude a lo que pertenece o está relacionado con una
empresa o corporación.
La noción de imagen corporativa está asociada a la representación o figura de una gran
entidad. El concepto alude a la forma en que el segmento consumidor percibe a la compañía,
asociando determinados valores y percepciones a ella.
La imagen corporativa está dividida en diversos factores relacionados con la percepción, tanto
los visuales como los colores, las letras o los logotipos como los intangibles.
Los elementos más importantes que dan forma a la imagen corporativa de una empresa son los
siguientes:
El nombre de tu empresa, elaborado a través de un proceso de naming y fundamental para despertar
sensaciones y percepciones positivas en los usuarios potenciales de tu target.
El logo: este elemento puede estar constituido exclusivamente por texto o por el contrario, basarse en
una imagen o combinar ambas cosas.
El eslogan. Este pegadizo lema debe ser creativo, fresco, elemento diferenciador de la competencia,
creíble y emblemático para tu negocio. Piensa en el “Imposible is nothing” de Adidas o “Porque
yo lo valgo” de L´Oreal.
El sitio web, el cual debe contar con un dominio propio, y un diseño visual concreto y acorde a la
imagen de marca, atractivo y realizado por profesionales.
El apartado estético y visual: Aquí pueden caben todos los elementos de marketing directo que la
empresa utilice incluyendo el vestuario de la plantilla. las tarjetas corporativas, los carteles o las revistas
promocionales.
Por otro lado, la imagen corporativa de una compañía también se compone de los diversos actos y
eventos solidarios en los que esta participe, promocione o patrocine.
Los agentes externos, como los medios de comunicación, los sindicatos o las organizaciones no
gubernamentales -y sus opiniones, así como las crisis de reputación o campañas de descrédito-
también inciden en la empresa.
Se trata del de las empresas que tienen una imagan corporativa “Buena”, y los que la tiene
“Mala”. Desde la Excelencia hasta el Desastre más completo podríamos establecer tantas
categoría como quisiéramos, pero en definitiva siempre estarían en estas dos categorías
principales: las empresas con una “imagen buena”, y las empresas con una “imagen mala”.
Lógicamente, siempre debemos de dirigirnos hacia la excelencia; calificativo solo conseguido
por unas pocas.
Es decir, la imagen corporativa es “como nos ven”; y la identidad corporativa “que somos”.
Aunque como les comentaba se puede profundizar en el tema enormemente, y ver cómo crear
una imagen corporativa, modificarla, potenciar puntos débiles, crea r una identidad visual
novedosa (o actual) para incidir en la opinión pública y por tanto en la imagen corporativa, etc.;
por el momento quedemos con la definición de imagen corporativa: Tan fácil y tan sencillo de
recordar, que también complicado y muy dedicado repercutir en ella, como: “cómo nos ven”. El
público, claro.
La imagen corporativa es la percepción que tienen los públicos de una empresa. Está compuesta
por muchos elementos ya que todo, o casi todo comunica. Por ello, no se basa simplemente en la
infraestructura de una organización, en el diseño de su página web o en su logotipo, sino
que abarca cosas como el uniforme, la tecnología e incluso la manera en la que su personal trata
o atiende a los clientes. En la actualidad prácticamente todas las empresas prestan atención a su
imagen corporativa, en mayor o menor medida.
Los años y la evolución nos han enseñado que la imagen corporativa es un punto clave para las
ventas, que permite posicionarnos en la mente de los consumidores y competir con otras empresas
en el mercado.
Pero no solo los anuncios publicitarios y la identidad visual, entendida de cara al público y
denominada identidad corporativa visual, afectan a la imagen corporativa; claro que no.
De hecho afecta todo lo que la empresa hace. Acciones sociales, acciones de marketing, acciones
de comunicación y relaciones públicas o marketing relacional, acciones promocionales, tiempos
de respuesta, lugares en los que se vende su producto, control de stocks, coordinación de
acciones, y un largo etcétera. Todo afecta, y en cualquier proceso que una marca se despiste,
puede haber un peligro (u oportunidad).