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Universidad Autónoma de Chiriquí

Facultad de Enfermería

Escuela de Enfermería

Curso de Biología (Bio 106)

Tema La selección natural y el proceso evolutivo

Integrantes

Omaira Chávez 4-804 - 144

Katheine Montenegro

Kristell Morales

Primer Semestre

2018
La Selección Natural Y El Proceso Evolutivo

La selección natural es el proceso por el


cual una especie se adapta a su medio
ambiente. La selección natural lleva al
cambio evolucionario cuando individuos con
ciertas características poseen una tasa de
supervivencia o reproducción más alta que
los otros individuos de la población y pasan
estas características genéticas heredables a
su progenie. Puesto en forma simple, la
selección natural es la diferencia consistente en la supervivencia y la reproducción
entre genotipos diferentes, o hasta en genes diferentes, en lo que podríamos
llamar el éxito reproductivo. [Un genotipo es un grupo de organismos que
comparten un conjunto genético específico.]
La selección natural es importante porque es la idea central que surgió de los
estudios de Charles Darwin y de Alfred Russel Wallace, y que explica al diseño en
la naturaleza. Es el proceso que es responsable por la evolución de las
adaptaciones de los organismos a su medio ambiente.

El libro de Darwin Sobre el Origen de las Especies por Medio de la Selección


Natural causó una gran controversia cuando fue publicado en 1859. Por supuesto,
la evidencia en apoyo a la evolución y a la selección natural se ha acumulado con
el tiempo, y ahora la ciencia acepta que la evolución es un hecho y que la
selección natural explica muy bien como ocurre la evolución adaptativa.

Evolución por selección natural


Un requisito para que la selección natural conduzca la evolución adaptiva, nuevos
rasgos y especiación, es la presencia de variación genética heredable que
comporte diferencias de aptitud (es decir, que la variación genética resulte en
individuos más y menos aptos para sus circunstancias). La variación genética es
el resultado de mutaciones, recombinaciones y
alteraciones en el cariotipo (número, forma,
tamaño y organización interna de los
cromosomas). Cualquiera de estos cambios
puede tener un efecto que sea muy ventajoso o
desventajoso, pero en general los efectos grandes
son poco comunes. Los cambios en el material
genético solían considerarse neutrales o cuasineutrales porque ocurrían en el
ADN no codificante o resultaban en sustituciones sinónimas (la proteína
sintetizada por el gen mutado era a efectos prácticos la misma que la del gen sin
mutar). Sin embargo, estudios recientes han demostrado que muchas mutaciones
en el ADN no codificante sí tienen efectos perniciosos. La tasa de mutación y el
efecto en el individuo dependen del organismo concreto, sin embargo, a partir de
datos basados en análisis sobre humanos se considera que la mayoría de las
mutaciones son ligeramente perjudiciales.

Por definición, los individuos más aptos tienen más probabilidad de contribuir con
descendientes a la siguiente generación, mientras que los menos aptos tendrán
menos descendientes o morirán antes de alcanzar la edad adulta. Como
resultado, los alelos que en promedio conllevan mejor adaptación (aptitud) son
más abundantes en la siguiente generación, mientras que los alelos que tienden a
perjudicar a los individuos portadores, también tienden a desaparecer. Si las
presiones selectivas —temperatura, abundancia de agua y cualquier otra
condición del entorno— se mantienen relativamente constantes, los alelos
beneficiosos se propagan por la población transformándose en los dominantes (en
el sentido de más abundantes) y los alelos perniciosos desaparecen. En cada
generación aparecen nuevas mutaciones y recombinaciones que producen un
nuevo espectro de fenotipos. Por lo tanto, cada nueva generación se enriquece
con la abundancia de alelos que contribuyen a los rasgos que fueron
anteriormente favorecidos por la selección natural, mejorando así gradualmente
estos rasgos durante generaciones sucesivas.
Algunas mutaciones ocurren en los genes reguladores. Estos cambios pueden
tener un gran efecto en el fenotipo del individuo porque estos genes se encargan
de regular la función de muchos otros genes. La mayoría —aunque no todas— las
mutaciones en los genes reguladores producen zigotos inviables. Ejemplos de
mutaciones en los genes reguladores en el hombre que no son letales ocurren en
los genes HOX, que pueden causar la formación de una costilla en las cervicales o
de múltiples dedos. Cuando estas mutaciones resultan en una mejora de la
aptitud, la selección natural las favorecerá y se esparcirán en la población.

Los rasgos establecidos no son inmutables. Rasgos que son muy efectivos en un
ambiente determinado pueden volverse poco efectivos si las condiciones cambian.
Si la presión selectiva sobre un rasgo desaparece, éste tiende a adquirir más
variaciones y a deteriorarse, incluso transformándose en un vestigio. En muchas
ocasiones la estructura vestigial puede mantener cierta funcionalidad limitada o
ser la base de otros rasgos ventajosos (fenómeno conocido como preadaptación).
Por ejemplo, el ojo es un órgano vestigial del topo pero que todavía aporta cierta
funcionalidad para percibir la duración del día y la noche.

Procesos evolutivos y la selección natural


Si un organismo obtiene nuevo material genético no
proveniente de sus padres (ancestros), una vez
insertado el material genético en el organismo; ya
sea mediante transferencia horizontal de genes, por
procesos tales como elemento virales endógenos,
simbiogénesis, etc.; a través de sucesivas
generaciones, esta nuevas secuencias igualmente
pueden sufrir mutaciones aleatorias del mismo
modo que el resto del genoma, por lo que la selección natural podrá actuar del
mismo modo sobre ellas. Un ejemplo de ello es que, entre los genes involucrados
en el desarrollo de la placenta humana, está involucrado un gen, el de la sincitina,
cuyo origen es un elemento viral endógeno.1
Epigenética, y selección natural
Del mismo modo, aunque el proceso epigenético no implican un cambio en la
secuencia de nucleótidos del ADN, sino que consisten en un cambio en la
expresión de los genes; la selección natural igualmente, a partir del resultado
biológico de dicha expresión de genes, actuará sobre el proceso epigenético y
sobre el organismo que lo sufre.

Especiación
La especiación es el proceso por el que una especie se
escinde en dos especies diferentes. La especiación
requiere apareamiento selectivo, el cual conlleva un flujo
genético reducido. El apareamiento selectivo puede ser el
resultado de:
 Aislamiento geográfico
 Aislamiento etológico (de comportamiento)
 Aislamiento temporal
Por ejemplo, un cambio en el entorno físico (aislamiento geográfico por una
barrera externa, como un río o una montaña) correspondería al caso 1. Un cambio
en el camuflaje sería un ejemplo del caso 2. Finalmente un cambio en la época de
celo se correspondería con el caso 3.
Con el tiempo, estos subgrupos aislados divergen radicalmente convirtiéndose en
especies diferentes, bien por diferencias en la presión selectiva, bien porque
aparecen mutaciones distintas en cada grupo o bien por el llamado efecto
fundador. Según este efecto, uno de los subgrupos podría haber comenzado ya
con algún alelo beneficioso de forma fortuita. Un mecanismo de especiación
menos conocido es el de hibridación. Está bien documentado en plantas y
ocasionalmente se observa en grupos con abundantes especies como los cíclidos.
Este tipo de mecanismo podría reflejar un tipo de cambio evolutivo conocido como
equilibrio puntuado, que sugiere que el cambio evolutivo, y en particular la
especiación, ocurren normalmente de forma rápida después de largos periodos
estáticos (sin apenas cambios).
Los cambios genéticos dentro de cada grupo acarrean incompatiblidad genética
entre los genomas de los dos subgrupos. Con lo que el flujo génico se reduce
todavía más. El flujo génico cesa completamente cuando las mutaciones
distintivas de cada grupo quedan fijadas. Tan sólo con dos mutaciones (una en
cada subgrupo) puede llegar a producirse la especiación. Basta con que estas
mutuaciones tengan un efecto neutral o positivo cuando ocurren aisladas y uno
negativo cuando ocurran juntas. A partir de ahí, la fijación de estos genes en cada
subgrupo conduce a dos poblaciones reproductivas aisladas, que según el
concepto biológico de especie, son en efecto dos especies diferentes.

Lamarckismo
Antes de que el naturalista inglés Charles Darwin propusiera la teoría de la
evolución que cambiaría para siempre el mundo de la biología, la teoría de
Lamarck ya proponía una explicación acerca de cómo habían podido ir
apareciendo las diferentes formas de vida sin necesidad de recurrir a uno o varios
dioses.

Su idea era que si bien el origen de todas las formas de vida podía ser creado
espontáneamente (presumiblemente por obra directa de Dios) pero que, después
de esto, la evolución se iba produciendo como producto de un proceso mecánico
fruto de las propiedades físicas y químicas de la materia con la que están
formados los organismos y de su entorno.

La idea básica de la teoría de Lamarck era la siguiente: el entorno cambia, las


formas de vida luchan por adaptarse continuamente a las nuevas exigencias de su
hábitat, estos esfuerzos modifican sus cuerpos físicamente, y estos cambios
físicos son heredados por la descendencia. Es decir, que la evolución que
proponía la teoría de Lamarck era un proceso que se sostiene en un concepto
llamado herencia de las características adquiridas: los padres transmiten a los
hijos los rasgos que adquieren a partir de cómo se relacionan con el entorno.
El ejemplo de las jirafas y Lamarck
En un primer momento, un animal similar a un antílope ve cómo su entorno se
vuelve cada vez más seco, de modo que la hierba y los arbustos empiezan a
escasear cada vez más y necesita recurrir a alimentarse de las hojas de los
árboles con mayor frecuencia. Esto hace que estirar el cuello se transforme en uno
de los hábitos definitorios del día a día de la vida de algunos de los miembros de
su especie.

Así, según la teoría de Lamarck, los


pseudo-antílopes que no luchan por
acceder a las hojas de los árboles estirando
el cuello tienden a morirse dejando poca o
ninguna descendencia, mientras que los
que estiran el cuello no solo sobreviven ya
que al tener el cuello estirado este se
prolonga, sino que esta característica física
(el cuello más largo) es transmitida a su herencia.
De este modo, con el paso del tiempo y de las generaciones, aparece una forma
de vida que antes no existía: la jirafa.

De la simplicidad a la complejidad
Si pasamos del primer plano que supone describir el proceso por el que una
generación le pasa sus características adquiridas a la siguiente, veremos que la
explicación por la que la teoría de Lamarck trata de dar cuenta de la diversidad de
las especies se parece bastante a las ideas de Charles Darwin.
Lamarck creía que el origen de las especies estaba encarnada en una forma de
vida muy simple que generación tras generación iba dando paso a organismos
más complejos. Estas especies tardías acarrean los rastros de los esfuerzos
adaptativos de sus ancestros, con lo cual las formas en las que podían adaptarse
a las nuevas situaciones son más diversas y se da paso a más variedad de formas
de vida.
¿En qué falla la teoría de Lamarck?
Si la teoría de Lamarck se considera un
modelo desfasado es, en primer lugar, porque
hoy se sabe que los individuos tienen un
margen de posibilidades limitado a la hora de
modificar su cuerpo con su uso. Por ejemplo,
los cuellos no se alargan por el simple hecho
de estirarlo, y lo mismo pasa con las piernas,
los brazos, etc.
Dicho de otro modo, el hecho de utilizar
mucho ciertas estrategias y partes del cuerpo no hace que estas adapten su
morfología para mejorar el cumplimiento de esta función, salvo algunas
excepciones.

El segundo motivo por el que el lamarckismo falla es por sus asunciones acerca
de la herencia de las capacidades adquiridas. Aquellas modificaciones físicas que
sí dependen del uso de ciertos órganos, como por ejemplo el grado de
musculación de los brazos, no se transmiten a la descendencia, de manera
automática, ya que lo que hacemos no modifica el ADN de las células germinales
cuyos genes se transmiten durante la reproducción.

Aunque sí que se ha comprobado que algunas formas de vida transmiten sus


códigos genéticos a otras mediante un proceso conocido como transferencia
genética horizontal, esta forma de modificación del código genético no es la misma
que la descrita en la teoría de Lamarck (entre otras cosas porque en su época no
se conocía la existencia de los genes).

Además, recientemente se ha descubierto un tipo de genes cuya función es


reiniciar el epigenoma de las formas de vida que están siendo creadas en su fase
de zigoto, es decir, asegurarse de que no existan cambios adquiridos que puedan
ser heredados por la descendencia.
Las diferencias con Darwin
Charles Darwin también trató de explicar los mecanismos de la evolución
biológica, pero a diferencia de Lamarck no se limitó a situar la herencia de los
caracteres adquiridos en el centro de este proceso.

En vez de eso, teorizó sobre el modo en el que las presiones y las exigencias del
entorno y de las formas de vida que conviven entre sí hacen que, a la larga,
ciertos rasgos sean pasados a la descendencia con una frecuencia mayor a otros,
el cual con el paso del tiempo haría que una buena parte de los individuos de la
especie, o incluso casi todos ellos, terminen poseyendo esa característica.

Así, la acumulación progresiva de esos cambios haría que con el paso del tiempo
se fuesen creando diferentes especies.

Enfoque de Darwin
Darwin propuso que las especies cambian con el
tiempo, que las especies nuevas provienen de
especies preexistentes y que todas las especies
comparten un ancestro común. En este modelo, cada
especie tiene su propio conjunto de diferencias
heredables (genéticas) en relación con su ancestro
común, las cuales se han acumulado gradualmente
durante periodos de tiempo muy largos. Eventos de ramificación repetidos, en los
que las nuevas especies se desprenden de un ancestro común, producen un
"árbol" de muchos niveles que une a todos los seres vivos.
Darwin se refirió a este proceso, en el que los grupos de organismos cambian en
sus características heredables a lo largo de generaciones, como "descendencia
con modificaciones". Hoy en día, lo llamamos evolución. El boceto de Darwin que
se ve arriba ilustra esta idea y muestra cómo una especie puede ramificarse en
dos a lo largo del tiempo, y cómo este proceso puede repetirse muchas veces en
el "árbol genealógico" de un grupo de especies emparentadas.
Selección natural
Es importante destacar que Darwin no solo propuso que los organismos
evolucionaban. Si ese hubiera sido el inicio y el fin de su teoría, ¡no estaría en
tantos libros de texto hoy en día! Además, Darwin también propuso un mecanismo
para la evolución: la selección natural. Este mecanismo era elegante y lógico, y
explicaba cómo podían evolucionar las poblaciones (tener descendencia
modificada) de tal manera que se hacían más adecuadas para vivir en sus
entornos con el paso del tiempo.
El concepto de selección natural de Darwin está basado en varias observaciones
fundamentales:
 Los rasgos a menudo son heredables. En los seres vivos, muchas
características son hereditarias o pasan de padres a hijos. (Darwin sabía
que esto sucedía, si bien no sabía que los rasgos se heredaban mediante
genes).
 Se produce más descendencia de la que puede sobrevivir. Los
organismos son capaces de generar más descendientes de los que su
medio ambiente puede soportar, por lo que existe una competencia por los
recursos limitados en cada generación.

 La descendencia varía en sus rasgos heredables. La descendencia en


cualquier generación tendrá rasgos ligeramente distintos entre sí (color,
tamaño, forma, etcétera), y muchas de estas características serán
heredables.

Basado en estas sencillas observaciones, Darwin concluyó lo siguiente:


 En una población, algunos individuos tendrán rasgos heredables que les
ayudarán a sobrevivir y reproducirse (dadas las condiciones del entorno,
como los depredadores y las fuentes de alimentos existentes). Los
individuos con los rasgos ventajosos dejarán más descendencia en la
siguiente generación que sus pares, dado que sus rasgos los hacen más
efectivos para la supervivencia y la reproducción.
 Debido a que los rasgos ventajosos son heredables y a que los organismos
que los portan dejan más descendientes, los rasgos tenderán a volverse
más comunes (presentarse en una mayor parte de la población) en la
siguiente generación.
 En el transcurso de varias generaciones, la población se adaptará a su
entorno (ya que los individuos con rasgos ventajosos en ese ambiente
tendrán consistentemente un mayor éxito reproductivo que sus pares).

El modelo de Darwin de evolución mediante selección natural le permitió explicar


los patrones que vio durante sus viajes. Por ejemplo, si las especies de pinzones
de las Galápagos compartían un ancestro común, tenía lógica que tuvieran mucho
parecido entre ellas (y con los pinzones continentales, con quienes probablemente
compartían un ancestro común). Si los grupos de pinzones habían estado aislados
en islas separadas durante muchas generaciones, cada grupo se habría visto
expuesto a un ambiente diferente en que el que se habrían favorecido distintos
rasgos heredables, como los diferentes tamaños y formas de los picos para
aprovechar distintas fuentes de alimento. Estos factores pudieron conducir a la
formación de especies distintivas de cada isla.

Ejemplo: cómo puede actuar la selección natural


Para hacer más concreta la idea de la selección natural, veamos un ejemplo
hipotético simplificado. En este ejemplo, un grupo de ratones con una variación
heredable en el color del pelo (negro contra café claro) se acaba de mudar a un
área nueva donde las rocas son negras. En este ambiente hay halcones a los que
les gusta comer ratones y, contra el fondo de rocas negras, verán con más
facilidad a los cafés claro que a los negros.
Debido a que los halcones verán y atraparán a los ratones café claro con más
facilidad, una parte relativamente grande de estos será devorada, en comparación
con una fracción mucho más pequeña de ratones negros. Si nos fijamos en la
proporción de ratones negros contra café claro en el grupo sobreviviente (que no
fue devorado), será mayor que en la población inicial.

El color del pelo es un carácter heredable (que puede pasar de padres a hijos), por
lo que una mayor proporción de ratones negros en el grupo sobreviviente significa
que habrá más ratones negros en la siguiente generación. Después de varias
generaciones de selección, la población estará compuesta casi en su totalidad por
ratones negros. Este cambio en las características heredables de una población
es un ejemplo de evolución.

Puntos clave sobre la selección natural


Cuando comencé a aprender acerca de la selección natural, tenía algunas dudas
(¡e ideas equivocadas!) sobre cómo funciona. Aquí tenemos algunas explicaciones
sobre puntos potencialmente confusos que pueden ayudarte a tener una mejor
idea de cómo, cuándo y por qué se lleva a cabo la selección natural.

La selección natural depende del ambiente


La selección natural no favorece rasgos que sean intrínsecamente superiores de
alguna manera, sino los que sean beneficiosos (esto es, que le ayuden a un
organismo a sobrevivir y reproducirse de forma más efectiva que sus pares) en un
ambiente específico. Los rasgos que son útiles en un entorno pueden incluso ser
perjudiciales en otro.
La selección natural actúa sobre la variación heredable existente
La selección natural necesita tener algún material inicial y este es la variación
heredable. Para que la selección natural actúe sobre una característica, ya debe
haber variedad (diferencias entre los individuos) en ese rasgo. Adicionalmente, las
diferencias deben ser heredables, tienen que estar determinadas por los genes del
organismo.

La variación heredable proviene de mutaciones al azar


La fuente original de las nuevas variantes de genes que producen rasgos
heredables nuevos, como los colores del pelaje, es la mutación aleatoria (cambios
en la secuencia del ADN). Las mutaciones aleatorias que pasan a la descendencia
por lo general se producen en la línea germinal, o los óvulos y espermatozoides de
los organismos. La reproducción sexual "mezcla y combina" las variantes génicas
para producir más variedad.

La selección natural y la evolución de las especies


Demos un paso atrás y consideremos cómo encaja la selección natural en la
visión de Darwin sobre la evolución, en la que todos los seres vivos comparten un
ancestro común y descienden de él en un enorme árbol ramificado. ¿Qué sucede
en cada uno de esos puntos de ramificación?
En el ejemplo de los pinzones de Darwin, vimos que los grupos en una sola
población pueden aislarse unos de otros por barreras geográficas, como un
océano que rodea a unas islas o algún otro mecanismo. Una vez aislados, los
grupos ya no pueden aparearse entre ellos y están expuestos a entornos distintos.
En cada ambiente, la selección natural probablemente favorecerá diferentes
rasgos (y otras fuerzas evolutivas, como la deriva génica, también pueden operar
separadamente sobre los grupos). Las diferencias en los rasgos heredables se
acumulan en los grupos a lo largo de muchas generaciones, al grado de ser
considerados como especies separadas.
Con base en varias pruebas, los científicos creen que este tipo de proceso se ha
repetido muchísimas veces a lo largo de la historia de la tierra. La evolución por
selección natural y otros mecanismos es la base de la increíble diversidad de
formas de vida actuales, y la acción de la selección natural puede explicar la
adaptación que existe entre los organismos modernos y su medio ambiente.

Nuevas tendencias en la genética por cambios evolutivos

En la teoría sintética la selección natural no es la única causa de evolución,


aunque sí la que tiene un papel más destacado. El concepto de selección natural
se define ahora de un modo más preciso: como la reproducción diferencial de los
genotipos en una población. Desde el momento en que existen diferencias en
éxito reproductivo de las distintas variantes genéticas, existe la selección natural.
Por ejemplo: si los individuos más verdosos en una población de insectos-hoja
aportan unos tres descendientes a la siguiente generación, y los individuos
marrones aportan como media 1,5 descendientes, está habiendo selección a favor
de los verdes. Las diferencias en éxito reproductivo pueden ocurrir por diversas
causas (diferente fertilidad, riesgo de muerte por depredadores, atractivo sexual,
capacidad para explotar los recursos alimenticios, etc.).

Figuras importantes del síntesis, y los tres fundadores de la genética de las


poblaciones, fueron Ronald Fisher, quién escribió The Genetical Theory of Natural
Selection en 1930, J.B.S. Haldane, quién introdujo el concepto del «costo» de la
selección natural,, y Sewall Wright, quién elucidó sobre la selección y la
adaptación,3
Generalmente, existe una correlación entre la eficacia reproductiva de los
portadores de un genotipo y la adaptación al medio que éste les otorga. Por tanto,
los rasgos que confieren ventajas adaptativas comúnmente son seleccionados a
favor y propagados en las poblaciones (en algunos casos, un genotipo podría
otorgar éxito reproductivo sin aportar mayor adaptación al medio, y sería
seleccionado igualmente). La teoría de la selección natural aportó por primera vez
una explicación científica satisfactoria para múltiples enigmas científicos del
mundo biológico, especialmente el de la "apariencia de diseño" que existe en los
seres vivos. Permitió, por tanto, que la Biología pudiera prescindir de los
elementos divinos y sobrenaturales y se convirtiera así en una auténtica ciencia.

Hoy en día, la evolución por selección natural se estudia en diversos tipos de


organismos, mediante experimentos de laboratorio y de campo, y se desarrollan
métodos para averiguar qué genes han estado recientemente sometidos a la
acción de la selección natural y con qué intensidad.

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