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DE LA BUENA FE
EN EL DERECHO
TOMO II
DIRECTOR
MARCOS M. CÓRDOBA
LALEY
340
CÓR (DIRECTOR)
DOCTRINA NACIONAL
CÓRDOBA, MARCOS M. (DIRECTOR)
TRATADO DE LA BUENA FE EN EL DERECHO IM ARCOS COLOMBO. PALACIO. BIDART CAMPOS. TRIGO REPRESAS. PIGRETTI.
M. CÓRDOBA (DIRECTOR) - la ED. - BUENOS AIRES: LA LEY, MORELLO. VERNENGO. SARDEGNA M.. ANDORNO L. MÉNDEZ COSTA
2004 - v. 2. CIURO CALDANI. MOISSET DE ESPANÉS. ALTERINI f.. ZANNONI. RICHARD.
XIII, 610 P. 25x17 CM. ARAZI. VIDAL TAQ!JINI. GUTIÉRREZ POSSE. GOLDENBERG. ANCAROLA
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ISBN: 987-03-0338-2 (TOMO lI)
ETCI-IEVERR-Y PERUGINI ZANETTI. FERREIRA RUBlO. DONNA BUERIS.
I. DERECHO KUNZ, CALLEGARI DE GROSSO. LASCANO (H.). GOZAÍNI. ZAGO. KIPER.
LEIVA FERNANDEZ. CORNET, MESSINA DE ESTRELLA GUTIÉRREZ. WAYAR
DALLA VIA NUNEZ SANTIAGO, LEONARDI DE HERBÓN. ANDORNO R..
NICOLAU. GARRIDO CORDOBERA, MEZA DIAZ SOLIMINE, ALFERILLO.
CÓRDOBA CLERe. FELDSTEIN DE CÁRDENAS. BORAGINA KLUGER. PIAGGI.
SISCO. SARDEGNA P.. AGOGLIA MEDINA ETALA ANDRICH DE ÁLVAREZ.
MONTI. MOISÁ.
CURRICULUM
LA BUENA FE
(JORNADAS LOUISIANESAS)
INFORME DE SÍNTESIS
EI homenaje se dirige aI Estado que nos recibe. Louisiaoa es "The Pelican's State",
Estado deI Pelícano. Yla alusión simbólica al ave de gran corazón que Louisiana eligió
como emblema pretende ser la expresión de nuestra gratitud para con los anfitrio-
nes, cuyo corazón no es menos grande, a juzgar por la calidad de la amistad que nos
manifiestan y su cálida acogida.
(1) Cuando el Pelícano exhausto de un largo viaje / en la bruma de la noche regresa a sus
juncos / sus pichones harnbrientos corren a la orilla / ai verlo a lo lejos debatirse sobre las aguas /
En Vimo ha sondeado la profundidad de los mares / el oceáno estaba vacío y la playa desicrta /
Por todo alimento trae su corazón.
6 M. IVON LOUSSOUARN LA BUENA FE 7
En este caso, el riesgo era mínimo debido a la amplitud de! tema elegido. Todos relaciones jurídicas felices no tienen historia y el derecho interuiel1.e sólo cuando las
los a11os, la Asociación Henri Capitant mantiene la tradición de consagrar su Congre- cosas uan mal. Sin embargo, no es rigurosamente exacta. Ciertamente, según la lógi-
so aI estudio de un tema susceptible de abarcar varias disciplinas jurídicas. Pero cuan- ca, la buena y la mala fe se presentan como las dos caras de zm mismo problema. Pero
do se trata deI estudio de una institución, incluso pluridisciplinaria, su extensión es el acercamiento uada según encaremos la cuestión desde el ángulo de la buena fe o
necesariamente limitada. Este a110 las autoridades Capitantes han ido más allá. AI desde el de la mala fe. AI elegir el tema de la buena fe, los organizadores se propusie-
optar por el tema de la buena fe, no han privilegiado la profundización de una institu- ron hacer hincapié en la búsqueda de la existencia de un principio general, de !lna
ción sino de un principio general de derecho llamado a reavivar instituciones o me- obligación general de buena fe cuya uiolación puede ser sancionada de la rnisrna
canismos jurídicos, inspirar u orientar soluciones en todas las disciplinas. A imagen manera que la malafe (nulidad dei acto, reparación bajo laforma de daFíos y peljui-
deI Mississipi o deI Afchalaya, sus ramificaciones son infinitas. cios), pero cuyo respeto puede tener a ueces consecuencias beneficiosas para qllien
No debe sorprender pues que los informes hayan sido densos, las discusiones obra de buena fe (en el derecho de bienes, por ejemplo, o en derecho internacional
sustanciosas, y que el informante se haya encontrado frente a una importante canti- priuado, en la jurisprudencia Lizardi).
dad de material. Por ello -representando la abundancia tantos obstáculos como la
escasez- se ve obligado a evitar internarse en los mínimos pantanos, para no aho- d) Como última dificultad, la noción de buena fe encarada de este modo es de
garse en ellos ni verse devorado por el caimán de turno, movido por una intención difícil aprehensión, puesto que resulta necesariamente uaga. Es Im principio general
maliciosa, y a tomar el tema desde cierta perspectiva. que, por SI.lS mziltiples facetas, concierne menos ai derecho en sí mismo, que aparece
Aun así limitada, la tarea sigue siendo delicada, porque las dificultades son múl- sobre todo en las consecuencias que engendra, que a la psicología y a la moral, indis-
tiples y algunas merecen ser recordadas: cutiblemente menos precisas que las disciplinas jurídicas.
La generalidad y la vaguedad, puestas en evidencia de este modo, son de un gra-
a) La primera surge de una aparente paradoja: el objetiuo de la Asociación Henri do tal que generan una diversificación de la noción de buena fe que lleva a interrogar-
Capitant ha sido siempre priuilegiar los temas de actualidad. Yno hay tema más c/â- se sobre si existe una noción unitaria y homogénea de buena fe, si es posible cubrir a
sico y eterno qlle el de la buena fe, que tiene sus orígenes en el derecho rO/nano; po- la buena fe con un manto uniforme o si debemos resignarnos a vestiria con un traje
dríamos calificarlo casi como perimido. iA qué obedece entonces la elección de este de arlequín.
tema? La respuesta parece residir en la comprobación de que la buena fe, a pesar de Sin duda, la verdad se sitúa a mitad de camino entre estas dos posiciones extre-
su c/asicismo, tiene uiento afauor Viento que sopla con unafllerza uariable segzin los mas, y el conjunto de informes y discusiones reveló que la buena fe -ya se, t conside-
estados, cor! dominante dei Este por estar uigorizado, ai menos en derecho ciuil, por la rada como un concepto multiforme o como un concepto uniforme de múltiples face-
influencia germânica. La misión era plles dar cuenta de este resllrgimiento, actuali- tas- debía ser abordada desde una perspectiva doble. Presenta un doble aspecto
zando el uie;o tema de la buena fe. Ya todos saben que es más d~fícil renouar Im tema que por otra parte remite aI origen de su auge y explica la suerte que corre en la actua-
c/ásico que ~llanar Im tema nueuo, porque es lln arte delicado como el de poner uino lidado Porunlado, como el caimán que vive indiferentemente en la tierra o en elagua,
nueuo en odre uiejo. la buena fe puede manifestarse en todos los ámbitos (de allí su generalidad) y prospe-
rar devorándose las técnicas competidoras. Se trata de la buena fe-caimán (Primera
b) No siendo U/la institución sino un principio general inspirador de soluciones, parte). Por otro lado, tiene además la capacidad de adaptarse a las necesidades que
un regulador de las relaciones jurídicas, la bllena fe abarca Im carnpo prácticamente debe satisfacer y que pueden variar de una disciplina a otra. EI poder de mimetismo
ilimitado, aunque en su interior no tenga ningún monopolio. En materia jurídica, dei que está dotada hace de ella un concepto proteiforme. Es la buena fe-camaleón
solllciones idéntícas o similares pueden alcanzarse por diversos caminos. Todos los (Segunda parte).
caminos conducen a Roma y fundamentos diferentes pueden sostener IIna única y
misma regia. Y pensamos en particular en los destinos paralelos que pueden terlel;
PRIMERA PARTE: LA BUENAFE-CAIMÁN
junto a la bllenafe, el abuso dei derecho, la responsabílidad ciuil, elfraude a la ley, la
teoría de la apariencia, el recurso a la razón'y a la equidad sin per;uicio de otros prin- Se solía decir en el pasado que bajo el imperio de Carlos V el sol no se ponía nun-
cipios generales dei derecho. Los debates deI Congreso reuelaron qlle existen diuergen- ca. Ya sea que se lo mida conla vara de los estados cuyo sistema jurídico inspira o con
cias entre los sistemas jllrídicos en C/tanto ai fundamento atribuido a regIas idénticas. la de las disciplinas cuyas normas inspira, el imperio de la buena fe es inmenso y el
Algzl710S de ellos recurren a la buena fe, mientras que otros inuocan el abuso dei dere- renovado apoyo con que cuenta hoy en día revela que su reinado es a menudo el de
cho o la respo/lsabilidad ciuil. La tentación de tal diversidad es mucho ma)'or por un monarca absoluto en ese imperio ilimitado. Dicho poder ejercido sobre un impe-
cuanto los términos de referencia (por ejemplo, la buena fe y el abuso dei derecho) no rio tan vasto l,Puede ser patrimonio de una buena fe considerada como un concepto
SO/7. nociones esencialmente diferentes. Se compenetran, se entremezclan, lo qlle lwce unitario? lO sólo pudo ser adquirido por medio de una buena fe transformada en un
alllZ más difícil determinar los límites exactos de cada uno de ellos. A ueces, inclllso, se concepto -si no pluriforme- al menos diversificado y con muchas facetas? Las dos
completan. Otras, la buenafe só lo interuiene en segundo término para dinamizar a ramas de la alternativa merecen retener a su turno nuestra atención.
otro concepto, como el de abllso dei derecho.
busca de una definición comienza por consultar el derecho positivo y por escrutar los que permitan aprehender la buena fe de manera más precisa respetando la diversi-
Códigos y las leyes. dad de sus aspectos sin por ello atomizarla. Los informes y discusiones revelaron que
dos divergencias principales podían ser utilizadas con este fino
Desafortunadamente su búsqueda casi nunca es fructífera y las escasas informa-
ciones que puede cosechar se encuentran esencialmente en los derechos germánicos La primera fue expuesta en el informe francés de nuestro colega Patrice Jourdain
o de origen germánico. Esto no debería sorprender, por dos razones. Por una parte, la dedicado a la buena fe en la formación de contratos. El autor dei informe parte de la
tendencia dei BGB fue siempre dar definiciones, mientras que en Francia se conside- comprobación de que la buena fe se sitúa en las relaciones entre el derecho y la mo-
ra con o sin razón que la función de un Código no es dar definiciones. Por otra parte, rai, que asegura una mejor adecuación de la regia de derecho a la regia moral y cons-
la renovación que experimenta la buena fe tiene sus orígenes en los derechos de ins- tituye también, junto con la equidad, un medio de individualizar la aplicación de la
piración germánica. regia de derecho. Pero la noción de buena fe, quizás a causa de la complejidad propia
de su carácter híbrido, no es única, no es homogénea y es susceptible de revestir ai
Y sin embargo, incluso en presencia de tales fuentes, las indicaciones que en ellas menos dos acepciones.
recogemos en cuanto ai concepto de buena fe no son demasiado iluminadoras.
En una primera acepción, la buena fe es una noción psicológica, intelectual. Es la
Así es como Suiza, si bien tiende a otorgar ai principio de buena fe una fuerza ignorancia de un hecho o de una circunstancia o, más exactamente, la creencia erró-
acrecentada, erigiéndola como principio constitucional, no da de ella una definición nea que se tiene de ellos. Expresa una actitud puramente pasiva, un "no conocimien-
única, ya que el informante suizo, orfebre en la materia, estima que el derecho positi- to". Podemos tomar como ejemplo de este aspecto de la buena fe la propia definición
vo helvético distingue la buena fe objetiva y la buena fe subjetiva. Los Países Bajos dei artículo 550 dei Código Civil francés: "El poseedor es de buena fe cuando posee
ofrecen una definición más homogénea, pera ;.podemos considerar que dan realmente como propietario en virtud de un título traslativo cuyos vicios ignora". Es un concep-
una definición cuando el Código ya no utiliza el término de buena fe, sino que lo to emparentado que fue conservado por el derecho de familia en materia de matri-
reemplaza por la expresión "exigencias de la razón y de la equidad"? El Código de monio putativo o de manera general para poner obstáculos a las restituciones poste-
Quebec, referido a las regias de la vida en sociedad, toma una dirección parecida. riores a la anulación, a la resolución o a un pago indebido.
La cosecha de definiciones está, por lo tanto, lejos de ser abundante. Es cierto En una segunda acepción, la buena fe es también un concepto puramente moral,
que en otros derechos encontramos definiciones más precisas, pero estánlimitadas a una regia de conducta que exige a las personas de derecho una lealtad y una honesti-
determinado campo particular, como en el derecho francés, por ejemplo (artículo dad que excluya toda intención maliciosa. Es una norma ele comportamiento que
550, Código Civil francés en el derecho de bienes), o se reducen a una lacónica alu- debería ser apreciada in abstracto; es una buena fe-Iealtad que el derecho positivo
siónala buena fe (artículo 1134, inciso 3, relativo a la ejecución de contratos) y no son impone en las relaciones contractuales y extracontractuales (ej.: artículo 1134, inciso 3,
susceptibles de generalización. dei Código Civil francés: "Los convenios deben ser ejecutados de buena fe").
Estas divergencias y estas carencias no son efecto dei azar. Tienen un origen más La segunda divergencia ha sido notablemente expuesta por el informante suizo,
profundo: la definición de la buena fe está ligada ai papel que se pretende hacerle quien la ilustró haciendo referencia ai derecho positivo de su país. El Código Civil
desempenar; ai considerar la noción de buena fe según distintos métodos, de acuer- suizo dei 10 de diciembre de 1907 distingue dos conceptos de buena fe: en sentido
do con los casos, como lo senaló atinadamente el profesor Sacco ai referirse a la fun- objetivo y en sentido subjetivo.
ción dei principio de buena fe, este principio, abordado como un principio general,
es llamado a jugar un papel residual; es llamado a cubrir lo que resta a falta de obliga- El concepto objetivo de buena fe se encuentra en una norma que, en cuanto a su
ción impuesta por ellegislador. En un derecho legalista, las definiciones legales son contenido preciso, permanece indeterminada. Según el Tribunal Federal Suizo, se trata
necesariamente limitadas, porque corresponden a obligaciones legales precisas y las de un "principio de alcance totalmente general", de una guía para la aplicación de la
primeras prasperan con las segundas. Por el contrario, cuando no hay obligaciones ley; de un límite para el ejercicio de cualquier derecho, de una regia fundamental
legales precisas, la definición de buena fe es necesmiamente vaga, ya que debe con- surgida de consideraciones de orden ético y que se agrega a las regias relativas a las
servar una maleabilidad suficiente como para no restringir la acción dei juez. Y es en diferentes relaciones de derecho particulares para completarlas y contribuir a su apli-
esta óptica que el informante belga pudo exaltar las virtudes de una maleabilidad cación. Y el Código Civil suizo se estaría refiriendo a la concepción objetiva cuando
total. dispone en su artículo 2°, inciso l°: "Cada persona debe ejercer sus derecbos y cum-
plir con sus obligaciones según las regias de la buena fe". Por otra parte, senala ellazo
;.Pero tales comprobaciones no traducen una prueba de impotencia, es decir, la entre la buena fe y el abuso dei derecho cuando en el artículo 2°, inciso 2, prescribe
imposibilidad de dar de la buena fe una definición única capaz de dar cuenta deI que "el abuso manifiesto de un derecho no está protegido por la ley". Y se refiere al
conjunto de sus aspectos? ;.Es necesario entonces renunciar a circunscribir el con- concepto subjetivo de buena fe cuando dispone en su artículo 3°: "La buena fe se pre-
cepto de buena fe, y resignarse a su atomización? ;.No existe acaso un término medio sume cuando la ley hace depender de ella el nacimiento o los efectos de un derecho".
entre estas dos posiciones extremas?
AI desembocar en una noción dual de la buena fe, el descubrimiento de una y
otra elivergencia tiene el mérito de permitir circunscribirla mejor. Sin embargo, tanto
una como otra aclaran sólo parcialmente la situación, y esto debido a varias razones.
B) LA BUENA FE COMO CONCEPTO DIVERSIFICADO
La primera divergencia que distingue la buena fe-creencia errónea de la buena
AI negamos a cubrir a la buena fe con el manto uniforme de una definición úni- fe-Iealtad, honestidad, presenta el inconveniente mayor de no dar cuenta de la com-
ca, parece posible no abandonar cualquier enfoque sintético y utilizar las rupturas plejidad de la buena fe, abordada desde uno u otra aspecto. Presenta la idea de buena
10 M. IVON LOlJSSOlJARN
11
LA BUENA FE
que la buena fe desempenaría de todas formas sólo un papel marginal en el seno de comprabar que en Suiza el principio de buena fe es un principio fUl:~lamental que el
la imprevisión. Tribunal Federal Suizo erigió como principio constitucional, y tamblen que debe tra-
tarse de un principio que se impone a la vez aI Estado y a los particulares y debe sus-
B) Cllando realizaron un recorte del tema, los organizadores adhirieron a una citar la emergencia de un deber de infarmación que se impo~~ aI Es~~do ~ constltuye
separación tripa/tita capaz de apuntar sucesiuamente a la buenafe en derecho pri- la manifestación más importante de la buena fe de la admln.lstraclOn. SI la regIa es
uado, en derecho público y en derecho internacional. La segunda parte del tríptico así ambigua, el administrado no debe ser sancionado. Como lo hlZO notar elll1f~rman:e
elaborado pennitió agrupm; bajo el título "La buenafe en las relaciones de los parti- belga, el compartamiento debe ser apreciado. de igual manera p~ra la admll1lstracI~n
culares con el Estado" Cllatro disciplinas jurídicas: el derecho penal, el derecho fiscal, y para el administrado. Esta se traduce en la ]unsprudenCla ItalIana ex: la consld~,ra
el derecho adllanero y el derecho administratiuo. ción deI errar excusable y !lega a la sanción, lmpuesta por numerosos SIstemas] Lllldl-
La ide a en sí era atinada: permitía contar con elementos de síntesis por media de cos, a la intención de perjudicar que puede emanar de un particular (caso deI terc:ro
un estudio conjunto de la buena fe en las diferentes disciplinas antes citadas. que da testimonio de recursos abusivos para paral.izar ux:~ empres~ d: co.nstr.ucclOn)
o deI Estado que acarrea un pracedimiento con la ll1tenclOn de per]Udlcar. Se lmpone
Desgraciadamente, apareció enseguida algo que obligó a nuestra Informante ge- entonces la sanción deI abuso dei derecho y sabemos bien que el abuso dei derecho
neral, el Decano André Decoq, a realizar una verdadera proeza, dado que había muy está alimentado par la buena fe.
pocos puntos comunes entre el derecho penal y el derecho administrativo.
Es cierto que se ha afirmado muchas veces en derecho penal así como en dere- C) El derecho internacional (derec/1O internacional público y derecho internacio-
cho administrativo que el Estado debe ser honesto para con los particulares y recí- nal priuado) constituía la tercera parte del tríptico.
procamente, y existe pues un principio general de buena fe. Pera este principio no
En derecho internacional público el principio de buena fe se expresa por la céle-
podría tener en derecho penal las mismas consecuencias que le son propias en otras
disciplinas jurídicas. Ya hemos visto que la función esencial deI principio general deI bre máxima Pacta sllnt seruanda, pero el informante general observó desde un ~o
derecho que constituye el principio de buena fe es la de aportar soluciones en las que mienzo la existencia de una brecha entre la esperanza, que las regIas deI derecho 1l1-
resulta ser el soporte necesario en el silencio deI legislador. Pera esa función es incon- ternacional público !levan implícita, y la realidad. Cierto optimisrr:o puede .reapare-
cebible eu derecho penal, en razóu dei principio de legalidad que lo domina. La regia cer sin embaroo cuando se estudia la situación en el seno de las Ul1l0nes reglOnales y
Nullum crimen, nulla poena sine lege se opone a que la buena fe pueda generar dere- se reaistra la c~eación de tribunales encargados de reglar los conflictos entre los Esta-
chos y obligaciones. dos (Tribunal Arbitral de La Haya responsable de resolver ellitigio entr: lrán y Esta-
dos Unidos) y la atribución cada vez más frecuente de los poderes de amlgables C~JI:
De ahora en más, en derecho penal, el uso de la buena fe se limita en gran medida ponedores en los arbitrios internacionales. En las relaciones entre ~os Estados, ~I ult~
a la exigencia de la ausencia de error (en Italia, la ausencia de error de derecho es mo recurso sioue siendo desgraciadamente el de la fuerza, pera solo. ~uede ser ut:lt-
tomada en consideración) y es un aspecto necesariamente limitado porque aun cuan- zado cuando ~a se han agotado todas las posibilidades de la obligaclOn de negociar.
do la buena fe no impida la constitución deI delito, puede influir en la sanción así El problema es saber justamente cuándo ha negado ese momento.
como eu derecho fiscal puede permitir, a veces, eludir un gravamen escapando a ciertas
La Guerra dei Golfo sirvió para ilustrar este tipo de situación y se discutió con ~l
penalidades, y en derecho aduanera es una condición de la posibilidad de transac-
ción. Esta ha sido la óptica esencial de los debates que, aunque limitados, fueron sus- fin de saber si la existencia dei soparte constituido por la resolución 178 de Conse]o
tanciosos porque resultaba delicado dosificar el grado de error que podía ser, !legado de las Naciones Unidas eliminaba toda existencia de mala fe.
el caso, retenido (errar irrefutable o error justificado) y era necesario pasar revista no Es sin duda en derecho internacional privado donde se recurre a la buena fe para
sólo a las diferentes infracciones clásicas (intencionales o no intencionales), sino tam- que brille en todas sus facetas: creencia errónea, intención dolosa (ausencia de), prin-
bién a las infracciones de derecho económico. En todos estas aspectos, el estudio cipio general de honestidad y lealtad.
conjunto deI derecho aduanero y deI derecho fiscal ha sido benéfico. Estas infraccio-
nes han permitido poner de manifiesto el carácter parapenal de las multas aduane- La buena fe concebida como ignorancia, como una creencia errónea, tiene sin
Ias, el poder exorbitante de la aduana, especialmente la influencia de la buena fe en duda, en principio, una función importante y aI respecto deben hacerse dos aclara-
la posibilidad de transacción y, sobre todo, el hecho de que, en ausencia de disposi- ciones:
ción especial deI derecho aduanero, las regIas deI derecho penal general pueden lle- _ Los riesoos de errar constitutivo de buena fe son más numerosos en derecho
gar a ser aplicadas. En derecho fiscal, la discusión giró especialmente en torno a la internacional bque en derecho interno, en lo que respecta en particula~· ai errar de
evasión fiscal considerada como ajena a la buena fe. derecho, porque el error puede darse no sólo en el contenido de ~a ~ey ll1ter~a S1l10
Por último, se debatió también, en el terreno de la prueba, sobre ellazo existente también en el tenor de la regia en conflicto. A lo sumo, como esta ultIma es bilateral,
entre el principio de que la buena fe se presume y sobre la regIa fundamental de la puede designar indiferentemente a la ley deI fuera o a una ley extranjera que no se
presunción de inocencia en derecho penal. conoce totalmente.
En derecho administrativo, la situación es sensiblemente diferente debido a la _ Por eso el derecho internacional privado se ve obligado, a veces, a admitir la
ausencia deI principio de legalidad. Esta ausencia permite aI principio general de ignorancia excusable de la ley extranjera que está ilustrada de manera sorprendente
buena fe reencontrarse con el papel que desempena normalmente y alimentar las en Francia por el célebre fano Lizardi (Cas. pet. 16 de enero de 1861, D. 1861, 1, ~93, S.
soluciones de la jurisprudencia administrativa en caso de vacío legal. El aporte dei 1861, T, 305, nota Massé). Allí la Corte Suprema afirma que "el francés que reallza un
inform:ante suizo, el decano Knapp, aI respecto, fue particularmente valioso. Permitió contrato en Francia con un extranjera no puede ser obligado a conocer las leyes de las
16 M. IVON LOUSSOUAP.N LA BUENA FE 17
diversas naciones y sus disposiciones concernientes sobre todo a la minoridad, la ganar el campo deI derecho dei comercio internacional en el que prosperanlas regias
mayoría y la extensión de los compromisos que pueden Ilegar a tomarse por parte de materiales. El principio general de la buena fe se afirma allí con más fuerza que en las
un extranjero de acuerdo con su capacidad civil; que es suficiente entonces para la otras disciplinas y constituye una de las bases fundamentales de la Lex Mercatoria.
validez deI contrato que el francés haya tratado sin ligereza, sin imprudencia y con Esto obedece a dos razones. Por un lado, las regias materiales de derecho internacio-
buena fe". Hoy se admite que tal regia se puede aplicar tanto en beneficio. de un con- nal de origen no estatal aparecen como las regias de un club cuyos miembros deben
tratante extranjero como en beneficio de un contratante francés. Fue generalizada actuar de buena fe, tener un comportamiento honesto y legal, si pretenden ser admi-
por la Convención de Roma dei 19 de junio de 1980 sobre la ley aplicable a las obliga- tidos en la sociedad internacional. Por otro lado, el derecho dei comercio internacio-
ciones contractuales. nal posee un vector ideal de desarrollo dei principio de buena fe debido aI arbitraje:
los árbitros tienen sobre los jueces estatales la ventaja de no ser los guardianes de la
Tomada desde el ángulo de la ausencia de falta intencional, la buena fe encuen- planificación de un sistema jurídico nacional.
tra asimismo una aplicación muy importante en derecho internacional privado con
la teoría dei fraude a la ley, pudiendo este último evidenciarse en el terreno de la com-
petencia jurisdiccional o en el de la competencia legislativa. CONCLUSIÓN
En el campo de la competencia jurisdiccional, la referencia a la buena fe ha sido Este informe ha sido, espero, el fiel reflejo, aunque incompleto, de nuestros tra-
introducida por la vía de la competencia indirecta. Una de las condiciones que la ma- bajos. Pero se espera mucho más dei informante de un congreso. Los que lo escuchan
yoría de los Estados ponen al otorgamiento dei exequatur a los juicios extranjeros es, desean que extraiga algunas ensenanzas generales dei Congreso que termina y emita
en efecto, que el tribunal extranjero que ha dictado sentencia por la que se ha pedido ciertos juicios de valor ai respecto. En una ocasión, un colega, tal vez para justificar la
el exequatur haya sido competente internacionalmente. Pero esta competencia in- escasez de sus publicaciones científicas, me deda: "Hay dos categorías de profesores
ternacional era apreciada tradicionalmente en referencia a las regias de competencia de derecho, los que piensan y los que escriben". Sin duda me encasillaba más bien en
dei país dei exequatur, lo que excluía toda posibilidad de otorgamiento de exequatur la segunda categoría. Si es así, agradezco a los organizadores de este Congreso y aI
cada vez que no concordaban las regias de competencia internacional de los dos paí- tema que han elegido en esta oportunidad. Durante toda la semana me han obligado
ses interesados. Con el objetivo de facilitar el exequatur esta condición fue atenuada a reflexionar, es decir a pensar, y veo entonces la necesidad de entregarles brevemen-
en varios países. Así, en Francia, el fallo Simitch (Cas. civ. 16 de febrero de 1985) deci- te algunas de estas reflexiones, a manera de conclusión.
dió que: "Cada vez que la regia francesa de solución de conflicto de leyes no atribuye
competencia exclusiva a los tribunales franceses, el tribunal extranjero debe ser reco- La primera se refiere a la relatividad de las divergencias. lExiste una buena fe o
nocido competente si ellitigio se refiere de manera caracterizada ai país cuyo juez ha buenas fes? lSe debe cortar la buena fe en dos, en tres, o atomizarla? En realidad,
sido designado y si la elección de la jurisdicción no ha sido fraudulenta". estamos en presencia de un concepto unitario de múltiples facetas, y tanto unas como
otras tienen un brillo más o menos vivo según el entomo que les es propio. Pero aun
En el campo de la competencia legislativa, la excepción de fraude a la ley es un cuando la buena fe es una y múltiple, idéntica o cambiante, existe un puente entre
correctivo ya tradicional cada vez que una persona haya manipulado artificialmente estos diferentes aspectos, es decir que el fundamento sigue siendo elmismo: el deber
el elemento de conexión con el objetivo de escapar ai imperio de la ley normalmente de lealtad y de honestidad, cualquiera sea la forma en que se expresa y las consecuen-
competente. Este conectivo ha sido concebido originariamente como un procedi- cias que saca el derecho positivo.
miento de defensa de la ley dei fuero, pero tiende cada vez más a perder este carácter
unilateral en la medida en que el fraude a la ley extranjera es sancionado hoy en día La segunda es la comprobación de la influencia de las familias jurídicas sobre la
como el fraude a la ley dei fuero. Sanción de la mala fe cualquiera sea el sentido en consideración de la buena fe. Está sin lugar a duda más magnificada en los derechos
que se practique, aparece cada vez más como un instrumento de protección de la de origen germánico que en los otros. Pero les una realidad o sólo una apariencia? En
buena fe. este punto, la duda existe aún. Sin embargo, se impone una certeza: cualquiera sea su
manifestación, la buena fe traduce indiscutiblemente una regia moral. Es un instru-
Como un principio general dei derecho, el principio de buena fe concebido como mento de moralización dei derecho y se espera hacerle desempenar la función más
un comportamiento honesto y leal parece presentarse de manera menos llamativa abarcadora porque se trata de una garantía de justicia y equidad.
en derecho internacional privado que en las disciplinas de derecho intemo. Pero no
hay que confiar en esta apariencia que, de todos modos, debe ser fuertemente mati- Sin embargo, el problema de la buena fe ilustra el eterno dilema que se le plantea
zada. ai jurista que busca conciliar los dos imperativos opuestos de justicia y seguridad. De
todos modos, la generalización dei principio de la buena fe crea un riesgo de imprevi-
En efecto, el papel aparentemente más discreto de la buena fe, considerada como sibilidad y, por ende, de inseguridad. A partir de allí todo depende de las preferencias
un principio general, obedece alhecho de que el derecho internacional privado, cuan-
do utiliza el método conflictual, es un derecho de clasificación, es decir un derecho de cada uno. Por mi parte, si bien le otorgo amplio crédito a la buena fe, me inclinaría
cuyo objetivo no es reglamentar directamente las relaciones entre individuos sino por no ir demasiado lejos porque ante todo hay que evitar sacrificar la previsibilidad.
simplemente localizarlas designando la ley que deberá regirlas. Eso no significa que lEsto significa que sería necesario condenar los sistemas jurídicos que van más lejos
se trate de un derecho descarnado porque las regias de conflicto se basan ellas mis- y otorgan a la buena fe un lugar que consideramos peligroso? Tengo mis reservas. AI
mas en imperativos políticos, morales, económicos o religiosos. Lo que sí es cierto es término de este Congreso, marcado por la tolerancia y la receptividad de las ideas de
que la influencia de estos principios es más mediata que en las disciplinas que se los otros, sería totalmente sectario e inútil pretender introducir una nueva ruptura
ocupan directamente dei fondo. entre los fieles y los heréticos. Dios reconocerá a los suyos.
Esto es tan cierto que la discreción de la buena fe desaparece en cuanto se deja el
campo dei derecho internacional privado clásico basado en el método conflictual para