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El diseñador y el

publicista: ¿quién es
quién?
Dos profesionales que viven en países vecinos, con
costumbres similares pero con algunos rasgos muy
marcados que los diferencian.
Por Marcelo Favio Palacios – ing. Diseño Gráfico

El diseñador y el publicista se encuentran en muchas situaciones


trabajando codo a codo, pero en ciertas ocasiones uno tiene que hacer
el trabajo del otro, sobre todo cuando lo hacen como freelance. ¿Cuáles
son las funciones y características del trabajo de cada uno? Las
diferencias son bastante obvias para quienes trabajan en el medio, pero
para el observador externo o el profesional inexperto estos límites
pueden resultar algo confusos. Incluso algunos profesionales
experimentados no las ven con tanta claridad. Refresquemos entonces
esas diferencias:

El publicista puede usar una estrella de clip-art para


una publicidad.
El diseñador procura diseñar una estrella
especialmente para la ocasión.

Aunque también puede utilizar elementos genéricos, fotografías de


bancos de imágenes u otros elementos pre-diseñados, el diseñador
tiende a intentar lograr un resultado muy particular, un diseño
exclusivo para el caso.
El publicista trata de persuadir.
El diseñador intenta convencer por medio de la gráfica.

El publicista tiene más facilidad para el uso de la palabra y apunta casi


siempre a agradar y a persuadir. En cambio, el diseñador busca
impactar por medio de la gráfica. Uno hace más uso de la retórica
verbal y el otro de la retórica visual.

El publicista redacta un texto publicitario, generalmente sin


faltas ortográficas.
El diseñador puede cometer muchos errores de ortografía.

Todos sabemos que los diseñadores no se destacan por su buena


ortografía. Digamos que «no está en sus genes», aunque algunos han
tomado consciencia de su importancia y han aprendido a «domar a la
bestia».

El publicista no tiene reparos en vestirse de corbata.


Al diseñador le estorba la corbata y procurará vestirse lo
más cómodo posible.

Este cliché no pasa de moda. Al publicista, más apegado a los cánones


de la palabra, no le molesta vestirse un poco como un ejecutivo, incluso
hasta le parece un poco fashion y cool.

El publicista es muy útil para desarrollar spots de radio y


TV y campañas gráficas.
El diseñador es ideal para desarrollar marcas gráficas,
productos impresos, empaques, sitios web y todo tipo de
aplicaciones para pantalla.

El diseñador también puede diseñar campañas gráficas, pero por lo


general su lugar en ese tipo de procesos suele ser secundario. Muchos
podrán estar en desacuerdo con esta diferencia, pero, si bien la
formación de ambos profesionales se ha extendido mucho en el campo
del otro, sobre todo en América, hay que reconocer que
tradicionalmente estas profesiones tenían sus campos de acción más
delimitados.

El publicista se encarga del contenido de un comercial.


El diseñador se encarga de la producción de la imagen para
el comercial.

El publicista llena de palabras y contenido al comercial, mientras que el


diseñador le da forma visual. El diseñador se puede encargar hasta de
la filmación y edición del spot, el publicista estará contento con que su
diálogo se escuche bien y con que salga en los canales apropiados y a la
hora adecuada.

El publicista está mayormente orientado a la


comercialización (marketing).
El campo de acción del diseñador es mucho más amplio.

Aunque muchos publicistas ahora también se encargan de proyectar


nuevos productos para sus empresas e incluso algunos dibujan, su
trabajo está en la comunicación, en el uso de la palabra, en la creación
de una idea vendedora, en los medios para comercializarla. La función
del diseñador es proyectar nuevos usos y aplicaciones para las distintas
técnicas que maneja.

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